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Círculo de Evocación
Para la evocación de entidades astrales y elementales trazaremos un círculo mágico,
como solemos realizar para otras operaciones de magia ceremonial o ritual,
invocaremos a las atalayas, elementos o los guardianes para que nos asistan y
protejan, con sus correspondientes sigilos preferentemente, así como a nuestros
dioses. Inscribiremos la estrella de 7 puntas en el interior del círculo porque facilita la
apertura de la puerta para el contacto de seres feéricos, aunque tradicionalmente se
usa el pentáculo o la estrella de David, usaremos aquello que nos dé más confianza de
éxito. Alrededor del círculo inscribiremos los nombres de dioses, espíritus y seres
mágicos que mantendrán a raya cualquier fuerza manifestada, no tienen por qué ser
exclusivamente ángeles y demonios; en el mío pueden estar Pan, Morrigan, Zoroastro
o Inanna, por ejemplo. No olvidaremos introducir en el círculo las armas mágicas
{varita, espada (athame), cáliz, y escudo (pentáculo)}, incienso, campana y linterna.
Fuera del círculo, a unos centímetros inscribiremos o alzaremos, si es tridimensional, el
triángulo equilátero de evocación, lugar en el que se manifestará la entidad invocada.
Alrededor del triángulo y en cada vórtice del mismo escribiremos nombres de poder
que obliguen e impidan la fuga. Nuevamente a elección del Artesano, en el modelo
salomónico es MI-CHA-EL (PRIMEUMATON, ANAPHAXETON, TETRAGRAMMATON), he
visto otros con AS-TA-ROT, A-GL-A, a mí me gusta AG-LE-AA, fusión de Alá y Gea. En el
centro del triángulo inscribimos un círculo, lugar fijado para la aparición; también
puedes usar un caldero o un plato negro de superficie pulida y brillante. Realizadas las
pertinentes oraciones de evocación (recomiendo encarecidamente que sean de
elaboración personal para no dejar cabos sueltos) el ente debería mostrarse en dicho
espejo o dentro del círculo menor. La ceremonia estará únicamente iluminada por las
velas elementales y divinas, la linterna si es preciso, así como una por cada arista del
triángulo. Para mayor conocimiento de las evocaciones recomiendo las siguientes
lecturas: "La Práctica de la Evocación Mágica”, de Bardon; "El Heptameron", de Pedro
de Abano; "El Goetia del Lemegeton" en la versión Mathers-Crowley; "Convocando
Espíritus", de Konstantinos; "La Verdad Sobre la Evocación", de Michel Kraig.
No olvides el famoso axioma mágico: “Nunca invoques algo que no puedas expulsar”.