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La especie humana es una sola. Cada vez son mayores las evidencias de las raíces comunes. Y si los hombres son diferentes, lo son precisamente, en lo esencial, por los procesos adaptativos a las circunstancias culturales. En diferentes escenarios las distintas ramas de ese gran tronco que es la especie única, han ido creando en siglos, muchas veces en completo aislamiento, sus organizaciones particulares. Existen, pues, dos elementos que permiten una aproximación aceptable a la comprensión de las complejas estructuras sociales y políticas vigentes en el mundo, ambos integrados en una sola relación dialéctica: Universidad y diversidad.
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