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Parte II: Cómo se interpreta la Biblia En la clase anterior vimos que la Biblia es la Palabra de Dios, la contiene, porque cada uno de sus libros fue escrito por inspiración del Espíritu Santo. Y eso, ¿Qué significa? ¿En qué consiste ser un texto inspirado por Dios? ¿Qué no es? Toda escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argumentar, para corregir y para educar en la justicia; así, el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena(2 Tim 3,16-17). “La Biblia es el testimonio privilegiado y escrito de la Revelación. Su `imagen canónica`, por medio de la cual, Palabra revelada por Dios se ha hecho accesible a todos los hombres” 1 . Recordemos ahora una cita de la Dei Verbum (Numeral 14), que dice lo siguiente: “La Santa Madre Iglesia, fiel a la base de los apóstoles, reconoce que todos los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, con todas sus partes son sagrados y canónicos, en cuanto que, escritos por inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor, y como tales han sido confiados a la Iglesia… [Pero además:] en la composición de los libros sagrados, Dios se valió de hombres elegidos, que usaban todas sus facultades y talentos; de este modo, obrando Dios en ellos y por ellos, como verdaderos autores, pusieron por escrito todo y solo lo que Dios queríaÉsta es, si se quiere, la definición más clara de la inspiración bíblica. De ella podemos tomar algunas ideas: Dios es autor, en cuanto que las escrituras fueron consignadas por inspiración del Espíritu Santo. Dios se valió de seres humanos para poner por escrito su Palabra, no anulando sus facultades humanas y talentos, sino usándolos y aprovechándolos Aunque Dios es el autor principal, los autores humanos actuaron como verdaderos autores, y en sus escritos 1 Miguel Ángel TABET: Introducción General a la Biblia, Palabra, p. 74.

clase 2: Como se lee e interpreta la biblia

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Clase 2 del curso bíblico básico

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Parte II: Cómo se interpreta la BibliaEn la clase anterior vimos que la Biblia es la Palabra de Dios, la contiene, porque cada uno de sus libros fue escrito por inspiración del Espíritu Santo. Y eso, ¿Qué significa? ¿En qué consiste ser un texto inspirado por Dios? ¿Qué no es?

Toda escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argumentar, para corregir y para educar en la justicia; así, el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena(2 Tim 3,16-17).

“La Biblia es el testimonio privilegiado y escrito de la Revelación. Su `imagen canónica`, por medio de la cual, Palabra revelada por Dios se ha hecho accesible a todos los hombres”1. Recordemos ahora una cita de la Dei Verbum (Numeral 14), que dice lo siguiente:

“La Santa Madre Iglesia, fiel a la base de los apóstoles, reconoce que todos los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, con todas sus partes son sagrados y canónicos, en cuanto que, escritos por inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor, y como tales han sido confiados a la Iglesia…[Pero además:] en la composición de los libros sagrados, Dios se valió de hombres elegidos, que usaban todas sus facultades y talentos; de este modo, obrando Dios en ellos y por ellos, como verdaderos autores, pusieron por escrito todo y solo lo que Dios quería”

Ésta es, si se quiere, la definición más clara de la inspiración bíblica. De ella podemos tomar algunas ideas:

Dios es autor, en cuanto que las escrituras fueron consignadas por inspiración del Espíritu Santo.

Dios se valió de seres humanos para poner por escrito su Palabra, no anulando sus facultades humanas y talentos, sino usándolos y aprovechándolos

Aunque Dios es el autor principal, los autores humanos actuaron como verdaderos autores, y en sus escritos dejaron su huella, en el lenguaje, el estilo, la época, la claridad, la inteligencia, y otros.

Dios no dejó de expresar en el texto todo y solo lo que él quería.

En resumen: la inspiración consiste en que hombres pusieron por escrito la Palabra de Dios en pleno uso de sus facultades humanas, y lo que escribieron era todo y solo lo que Dios quería. Esto lo dispuso Dios de esta manera para poder comunicarse con los hombres de todos los tiempos en el mismo lenguaje de los hombres. Así, inspiró a los autores para traducir en lenguaje humano la Palabra Divina, para que uno pudiera entender a Dios siendo uno hombre. “En la condescendencia de su bondad, Dios, para revelarse a los hombres, les habla en palabras humanas, se hace semejante al lenguaje humano, como la Palabra del eterno Padre, asumiendo nuestra condición humana, se hizo semejante a los hombres2.

1 Miguel Ángel TABET: Introducción General a la Biblia, Palabra, p. 74.2 Catecismo de la Iglesia Católica, Numeral 101.

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Podemos decir que, parecido a Jesucristo, que tiene dos naturalezas (humana y divina), el texto de la Biblia tiene como dos dimensiones: una dimensión “divina”, en cuanto que desde toda la eternidad es Palabra de Dios, Dios es su autor; y una dimensión “humana” en cuanto que, escrita en el lenguaje del hombre y sus diversas circunstancias de todo tipo, él es su autor, aunque el autor principal es siempre Dios.

Muy bien, ya nos acercamos al texto dela Biblia. Ya sabemos que es la Palabra de Dios dirigida a nosotros los hombres, la “carta del Padre a sus Hijos”3, donde Dios habla a los hombres como a amigos. Y ahora, ¿Cómo se lee, para obtener frutos? ¿Cómo se interpreta lo que leemos en ella? ¿Cómo se entiende lo que ella dice?

Interpretación de La Biblia

En la fe de la IglesiaAntes de preguntarnos ¿cómo?, mejor nos preguntamos primero ¿dónde? En la Iglesia: En sus seno es el mejor lugar para leer e interpretar la Sagrada Escritura. EL papa Benedicto XVI lo explica de un modo admirable en el numeral 29 de su Exhortación Apostólica Postsinodal “Verbum Domini”, sobre la Vida y la Misión de la Iglesia. Entre otras cosas dice lo siguiente: “el lugar originario de la interpretación escriturística es la vida de la Iglesia”. Y es lógico, porque la biblia nació de la experiencia de fe de una comunidad concreta: el Pueblo de Israel, en el Antiguo Testamento, y la primera comunidad apostólica y sus discípulos, el Nuevo Israel, en el Nuevo Testamento. Así, en la comunión con la Iglesia Católica, los fieles podemos comprender mejor lo que dice la Biblia a nuestra vida, pues el Espíritu Santo, que anima la Iglesia, es el mismo que inspiró las Escrituras, y nos la explica en ella. De hecho, es la fe de la Iglesia quien reconoce la Biblia como Palabra de Dios, y se atreve a decir San Agustín: “No creería en el Evangelio si no me moviera la autoridad de la Iglesia Católica”4. La Interpretación de la Biblia debe concordar siempre con la fe de la Iglesia, nunca se contradice. Una interpretación de la Biblia contraria a la fe de la Iglesia, sencillamente es mentira. Entonces, las aproximaciones que se hacen del texto prescindiendo de la fe de la Iglesia solo pueden ser parciales y estructuralmente incompletas.

Por otro lado, la intensidad de una auténtica experiencia eclesial acrecienta sin duda la inteligencia de la fe verdadera respecto a la Palabra de Dios, recíprocamente, se debe decir que leer en la fe las escrituras aumenta la vida eclesial misma5.

“Con el mismo Espíritu con que fue escrita”6

El Espíritu Santo inspiró la Sagrada Escritura para que todos los hombres tuvieran acceso a la eterna Palabra de Dios. No en vano, dice San Pablo, “la letra mata, el Espíritu da vida” (2 Co 3,6). Sin una referencia, sin el auxilio del Espíritu Santo, la Palabra escrita en la Biblia es letra muerta.

3 Constitucuón Dei Verbum del Concilio Vaticano II, numeral 21.4 Contra Epistulam Manichei quam vocant fundamenti, 5,6: Patrología Latina 42,176. Cita de Verbum Domini, numeral 295 Verbum Domini 306 Cf Ídem, 12.

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Criterios para la interpretaciónExisten tres criterios, que señala el Concilio Vaticano II, para una interpretación de la Biblia conforme al Espíritu que la Inspiró7:

1. Prestar una gran atención “al contenido y a la unidad de toda la escritura”. En efecto, por muy diferentes que sean los libros que la componen, la escritura es una en razón de la unidad del designio de Dios, del que Cristo Jesús es el centro y el corazón, abierto desde su pascua (Cf Lc 24,25-27.44-46). Hoy se llama a esto “exégesis canónica”. Puede ser útil para ellos hacer el ejercicio y el propósito de leer la Biblia completa, no de un solo golpe, pero sí poco a poco y de forma perseverante, de manera que podamos tener en la cabeza por lo menos una idea de toda la Sagrada Escritura.

2. Leer la Escritura en “la tradición viva de toda la Iglesia”. Según un adagio de los Padres de la Iglesia, “La Sagrada Escritura está más en el corazón de la Iglesia que en la materialidad de los libros escritos” 8. EN efecto, la Iglesia encierra en su Tradición la memoria viva de La Palabra de Dios, y el Espíritu Santo le da la interpretación espiritual de la Escritura.

3. Estar atento a la “analogía de la fe”. Es decir, todas las verdades de la fe que profesamos se relacionan las unas con las otras, no se contradicen.

Sentidos de la EscrituraSe llama sentido a lo que el autor ha querido expresar en el texto determinado, a veces independientemente del significado de cada palabra, mediante el uso de los diversos elementos presentes en el texto, expresados en palabras9. Estos sentidos, en la Sagrada Escritura, son dos: Literal y Espiritual.

Sentido LiteralEs el significado por las palabras de la Escritura y descubierto por la exégesis, que sigue las reglas de la justa interpretación. Está expresado en lo que dice el texto en sí mismo. Por ejemplo, Mc 3,1 dice: “otro día entró Jesús en la sinagoga y se encontró con un hombre que tenía la mano paralizada”. El sentido literal nos dice, además de las cosas evidentes, como que Jesús entra en la sinagoga, o que dentro de ella estaba ese enfermo, que ese día era sábado, pues el sábado es el día que se va a la sinagoga.

Sentido EspiritualEs el significado por las realidades que el texto expresa, las cuales pueden a su vez ser signos de otras realidades10. Este sentido espiritual se subdivide a la vez en:

Sentido alegórico: Llamado también, “sentido típico”, pues la realidades son “tipo”, “figura”, “imagen de” Cristo y el Nuevo Testamento. Podemos adquirir una comprensión más pura de los acontecimientos reconociendo su significación en Cristo.

Sentido Literal Sentido AlegóricoPaso del Mar Rojo (Ex 14,15ss) Victoria de Cristo Sobre la muerte y el nuevo 7 Estos criterios están desarrollados en el numeral 12 de la Constitución Dogmática Dei Verbum, del Concilio Vaticano II, y también en los numerales 112-114 del Catecismo de la Iglesia Católica.8 Orígenes, Homilía sobre el Levítico, 5.9 Cf. Miguel Ángel TABET… p. 309.10 Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, Numeral 117; Miguel Ángel TABET… p. 328.

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bautismoEl cordero inmolado (Ex 12,3 ss) Cristo es el verdadero corderoEl siervo de Yahvé (Is 53,1 ss) Cristo murió por nuestros pecados

Sentido Moral: Llamado también “tropológico”, significa que los acontecimientos narrados pueden conducirnos a un obrar justo. Fueron escritos “para nuestra instrucción” (1 Co 10,11)

Sentido Literal Sentido moralDios a Caín: “si no obras bien, a la puerta está el pecado acechando como fiera que te codicia, y a quien tienes que dominar”

El mal y la tentación no son absolutos, se pueden vencer

“ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas (Mt 23,13-32) ”

No hay que ser hipócrita o doble sino tener sinceridad de vida

Sentido anagógico Significa levantar, subir, conducir hacia arriba. Realidades y acontecimientos que podemos ver en su significación eterna. Por ejemplo: Jerusalén, en sentido literal, es la ciudad edificada sobre el monte Sión, conquistada por David, sede del Templo. En sentido típico o alegórico, simboliza a la Iglesia. En sentido anagógico, simboliza al cielo,l la Jerusalén eterna (Ap 21,24).

Ojo, todos los sentidos se fundan en el sentido literal. Una interpretación que arroje como resultado un sentido espiritual que contradiga al sentido literal es incorrecta. La interpretación es válida, pero todo queda sometido al juicio definitivo de la Iglesia, que recibió el encargo y el oficio de conservar e interpretar el depósito de la Palabra de Dios.11

11 Dei Verbum 12,3