Clases Sociales o Status. Las Relaciones en La Antigüedad Desde Karl Marx (Alejandro Blanco Zúñiga y Miguel Camilo Espinosa Ardila)

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Se analiza el debate entre si existieron clases sociales en la antigüedad o si lo que hubo fueron status, concluyéndose que los status (Finley) no están por fuera de las clases sociales.

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    Jurdicas CUC 11(1): 255-281, 2015

    Clases soCiales o status? las relaCiones soCiales en la antigedad desde Karl Marx*Recibido: / Revisado: / Aceptado:

    Alejandro Blanco Ziga** - Miguel Camilo Espinosa Ardila***

    Universidad del Atlntico

    Puede citar el presente artculo as: / To reference this article:Blanco, A. & Espinosa, M. (2015). Clases sociales o status? Las relaciones sociales en la Antigedad desde Karl Marx. Jurdicas CUC, 11(1), 255-281.

    resumen

    Las dificultades para interpretar las sociedades antiguas desde la concepcin ma-terialista de la historia estn relacionadas con la incomprensin del mtodo de Marx. El autor comprenda que las categoras econmicas de la sociedad capita-lista no pueden ser aplicadas en forma directa para sociedades anteriores, como en el caso del concepto de capital, dado que ello conduce a un falseamiento de las relaciones histricas. Respecto del concepto de clase social, Marx lo analiza de acuerdo a niveles de abstraccin, ntimamente ligado al mtodo dialctico. De esta manera, al momento de analizar las sociedades antiguas utilizando el concepto de clase social, hay que tener presente los niveles de abstraccin, que permitirn de-velar las relaciones sociales desde el punto de vista de la totalidad. En este senti-do, los conceptos alternativos de Moses Finley (rdenes y status) no se encuentran por fuera del concepto de clase social, sino que son concreciones del anlisis.

    Palabras Claves

    Karl Marx, clases sociales, niveles de abstraccin, mtodo dialctico, Moses Fin-ley, rdenes, status.

    * Articulo de reflexion realizado con recursos propios del autor

    ** Egresado del programa de Historia en la Universidad del Atlntico, magister en Educacin de la Univer-sidad del Norte, doctorando en filosofa poltica de la Universidad Urbe de Venezuela. Correo electrnico: [email protected].*** Egresado no graduado del programa de Derecho diurno en la Universidad del Atlntico. Correo electrnico: [email protected].

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    Are there soCiAl ClAsses or stAtus? soCiAl relAtions in Antiquity from KArl mArx

    abstract

    The struggles in the interpretation of ancient societies from the materialistic con-ception of history are related to the misunderstanding of Marxs method. The au-thor understood that economic categories of capitalist society can not be applied di-rectly for previous societies, as in the case of the concept of capital, since this leads to a distortion of the historical relations. Regarding the concept of social class, Marx analyzed it according to levels of abstraction, closely linked to the dialectical method. Thus, when analyzing ancient societies using the concept of social class, it is of great importance to remember the levels of abstraction, that will reveal the social relationships from the point of view of totality. In this sense, alternative con-cepts of Moses Finley (orders and status) are not out of the concept of social class, but are concretions of analysis.

    Keywords

    Karl Marx, social class, abstraction levels, dialectical method, Moses Finley, or-ders, status.

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    Clases soCiales o status? las relaCiones soCiales en la antigedad desde Karl Marx

    introduCCin

    Se ha insistido con frecuencia sobre la dificultad, e inclusive la imposibi-lidad de hacer uso del concepto de clase social (en el sentido que le dieron Karl Marx y Friedrich Engels) para interpretar las sociedades antiguas. Quienes afirman lo anterior llegan al mismo punto de sus ms impla-cables defensores, de aquellos que se aferran al sistema elaborado por Marx: toda la riqueza presente en su obra se pierde por la incomprensin del mtodo.

    El trabajo implica develar aspectos metodolgicos que siempre estu-vieron presentes en los trabajos de Marx, y que su comprensin permita resignificar el lugar que en estos momentos ocupa dentro de los estudios de la antigedad. Resignificacin que slo es posible siempre y cuando se observe cmo el terico alemn proceda en sus investigaciones. No hay que olvidar su cuidadoso uso de categoras para sus trabajos, pues ellas constituyen herramientas para interpretar determinada realidad. La explicacin de estos aspectos constituye la primera parte del presente.

    Igualmente, el mtodo que Marx hereda de Hegel, pero que constitu-ye al mismo tiempo una superacin (Aufhebung), es la clave para enten-der el concepto de clase social, por lo que su desvelamiento corresponde a la segunda parte del trabajo que el lector tienen en sus manos. Por ltimo, su concrecin respecto de las sociedades antiguas, a travs del mtodo dialctico, es lo que permite vislumbrar las relaciones entre los conceptos clase social y otros, como rdenes, status, etc. A esta tarea se dedica la tercera parte.

    No est de ms tener presente que el sistema elaborado por Marx respecto de las sociedades antiguas no debe ser aceptado sin ms, sobre todo cuando las investigaciones estn ms adelantadas respecto del siglo XIX. El objetivo principal es despejar ciertos mitos, falsas interpretacio-nes, para permitir esa resignificacin que se mencion anteriormente.

    la comprensin de las dificultades metodolgicas en el uso de conceptos:

    En el ao de 1923, cuando Georg Lukcs public Historia y Consciencia de Clase, no se conocan tres textos fundamentales para comprender

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    la evolucin intelectual de Marx: David Riazanov divulga La ideologa alemana en 1932, ao en que aparece tambin los Manuscritos de Pars de 1844, es decir, una dcada despus del primero; en 1939, se publican los Grundrisse, o Elementos fundamentales para la crtica de la econo-ma poltica, es decir, 16 aos despus del libro de Lukcs. Si bien es cierto que buena parte de las complejidades de Lukcs en esa poca se fundamentan en desconocer esas obras, no es de menor vala reconocer que fue capaz de comprender metodolgicamente cmo interpretar las sociedades precapitalistas partiendo de los textos de Marx hasta el mo-mento disponible.

    En aquel trabajo Lukcs afirm: si ahora consideramos el materia-lismo histrico como mtodo cientfico, es obvio que se puede aplicar tambin a pocas anteriores, previas al capitalismo. [] Pero al aplicar el materialismo histrico a pocas precapitalistas se manifiesta una di-ficultad metodolgica esencial e importante, la cual no aparece cuando se le aplica a la crtica del capitalismo1. La dificultad que advierte el hngaro estriba en la diferencia estructural2 entre las sociedades ca-pitalistas y las que le preceden. El capitalismo, en cuanto sistema, es un producto histrico, por lo que las categoras que de l surgen contienen ya la condena de ser tambin producto de la historia. Si se olvida la his-toricidad de las categoras econmicas, se cae en el mismo reproche que le ha hecho Lukcs al marxismo vulgar: Su aplicacin del materialis-mo histrico ha cado en la misma trampa que Marx seal a propsito de los economistas vulgares, a saber: ha tomado categoras puramente histricas y precisamente, como la economa vulgar, categoras de la sociedad capitalista por categoras eternas3.

    Como se observa, Lukcs nos advierte de las dificultades metodolgi-cas de la aplicacin de la concepcin materialista de la historia respecto de las formas precapitalistas; no obstante, es posible subsanar tales escollos si se atiende al mtodo desarrollado por Marx.

    1 LUKCS, Georg. Historia y consciencia de clase. Barcelona: Ediciones Orbis, S.A., 1985, vol. 1. p. 161.

    2 Ibd. p. 161.3 Ibd. p. 169.

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    Ahora, es un hecho conocido que el terico alemn no desarroll de manera sistemtica sus estudios sobre la antigedad; es ms, sus inves-tigaciones sobre las sociedades clsicas estn mediadas por la compren-sin de la sociedad capitalista. No obstante, est al da con las fuentes literarias en su idioma original, sea griego o latn, adems de los tra-bajos hasta el momento disponibles. El que an sea de utilidad la obra de Marx sobre las sociedades precapitalistas (a pesar de los contrastes entre los materiales disponibles en aquella poca y la nuestra) se debe, como lo ha sealado Jos Fernndez Ubia, a la genialidad de sus conceptos y de su mtodo [que] le permiti utilizar los escasos materia-les existentes con una eficacia y provecho muy superiores a la de sus contemporneos, e incluso muy superior a la de historiadores que han podido gozar de unos medios y de un tiempo de los que no pudo gozar4.

    El que Marx haya hecho un marcado acento en su estudio sobre el capitalismo, en contraste al que dedic a la Antigedad, es un aspecto fundamental y no un infortunio. Para l, la economa burguesa nos su-ministra la clave de la economa antigua5. Es precisamente con el capi-talismo el que se ha podido comprender de una manera sistemtica las relaciones sociales de la antigedad. Pero, al llegar a este punto, hace una primera advertencia metodolgica: aunque sea cierto que las ca-tegoras de la economa burguesa encierran una verdad para todas las otras formas de sociedad, esto debe entenderse cum grano salis. Pueden contener estas categoras desarrolladas, anquilosadas, caricaturizadas, etc., pero siempre con una diferencia esencial6.

    4 FERNNDEZ UBIA, Jos. Explotacin y esclavitud en la antigedad, segn C. Marx. En: INSTITU-TO DE HISTORIA ANTIGUA. Actas del coloquio 1977. Estructuras sociales durante la antigedad. Gijn. Febrero, 1978, vol. 1, no. 1., P. 47. Para una reconstruccin del pensamiento de Marx y Engels sobre las sociedades precapitalistas vase la obra del antroplogo marxista GODELIER, Maurice. Teora marxista de las sociedades precapitalistas. Editorial Estela: Barcelona, 1970; igualmente, consltese la reconstruccin del historiador marxista CROIX, G. E. M. De Ste. La lucha de clases en el mundo griego antiguo. Editorial Crtica: Barcelona, 1988. 5 MARX, Carlos. Grundrisse. Lineamientos fundamentales para la crtica de la economa poltica 1857-1858. Mxico D.F.: Fondo de Cultura Econmica, 1985, vol. 1. p. 19. Igualmente sentencia: La sociedad burguesa es la organizacin histrica ms desarrollada y mltiple de la produccin. Las categoras que expresan sus relaciones y la comprensin de su estructura nos proporcionan, al mismo tiempo, un concepto de la estructura y las relaciones de produccin de todas las dems formas de sociedad ya desaparecidas, sobre cuyas ruinas y con cuyos elementos se construye aquella y en la que vemos todava residuos no superados que arrastra de las anteriores, simples sntomas que pueden desarrollarse en su significacin, etc. Ibd. p. 19. Vase MANZANO MORENO, Eduardo. Relaciones sociales en sociedades precapitalistas: una crtica al concepto modo de pro-duccin. En: Hispania: Revista espaola de historia. 1998, vol. 58, no. 200, p. 881-914.6 MARX, Carlos. Op. cit. p. 19-20.

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    Las categoras son [] formas de existencia, y con frecuencia, slo aspectos aislados para expresar esta determinada sociedad7; por lo tanto, tomar las categoras econmicas de la sociedad capitalista, que expresan relaciones de la sociedad capitalista, para interpretar formas de sociedad que le preceden no puede ms que conducir a un falsea-miento, a un desfiguramiento de las verdaderas relaciones histricas. En ese sentido, es posible encontrar categoras econmicas en la anti-gedad que an permanecen en la sociedad burguesa, pero, la historia ha variado sus relaciones internas, bien para atrofiarse, bien para de-sarrollarse8. De all, que Marx proceda con cuidado desde el punto de vista conceptual.

    Tomemos la advertencia que realiza Marx respecto de la categora de capital en la antigedad: En el concepto de capital est contenido el capitalista. Sin embargo, este error no es tan grande como el de, por ejemplo, todos los fillogos, que hablan de capital en la antigedad, de capitalistas griegos, romanos. Esto no es ms que otra expresin para decir que el trabajo en Roma y Grecia era libre, lo cual estos seores difcilmente podrn afirmarlo9.

    No obstante, se ha seguido afirmando la existencia del capital en estas sociedades precapitalistas: slo como ejemplo recurdese la obra de Eduard Meyer y su discpulo (comunista) Arthur Rosenberg, quienes tienen repletos sus trabajos no slo con esta categora, sino de otras como burguesa y proletariado10, etc.

    7 Ibd. p. 20. Las categoras econmicas no constituyen ms que expresiones tericas, abstracciones de las relaciones sociales de produccin, en MARX, Karl. Miseria de la filosofa. Madrid: Aguilar, 1971. p. 161.

    8 Ejemplo de ello es el concepto de esclavitud, que vara en el modo de produccin esclavista (Antigedad) que en el modo de produccin capitalista (presente en Estados Unidos y otros pases, como Brasil). Sobre la esclavitud en Marx, vase FATAS, G. Una propuesta metodolgica. Qu es una sociedad esclavista? En: INSTITUTO DE HISTORIA ANTIGUA. Op. cit. p. 17-32; FERNNDEZ UBIA, Jos. Op. cit. p. 47-54.

    9 MARX, Karl. Lneas fundamentales de la crtica de la economa poltica. (Grundrisse). Barcelona: Editorial Crtica, 1977, vol. I. p.467.

    10 Vase MEYER, Eduard. El Historiador y la historia antigua. Mxico D.F.: Fondo de Cultura econmica, 1982.; ROSENBERG, Arthur. Democracia y lucha de clases en la antigedad. Espaa: El viejo Topo, 2006; ROSENBERG, Arturo. Historia de roma. Madrid: Revista de Occidente, 1926. Eduard Meyer llega demasiado lejos al respecto: compara la Grecia homrica con la Edad Media, y la Grecia clsica con los tiempos modernos (p. 153).

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    Clases soCiales o status? las relaCiones soCiales en la antigedad desde Karl Marx

    El estudio de Marx sobre las sociedades precapitalistas en los Grun-drisse (recurdese que dedic un aparatado con el nombre de Formen die der Kapitalistischen Produktion vorhergehen) tienen un propsito: establecer los presupuestos y las condiciones histricas tanto del tra-bajo asalariado como del capital, fundamento de las relaciones sociales capitalistas. Pues bien, en ese estudio, el terico alemn encuentra que la separacin del trabajo asalariado con sus condiciones objetivas de realizacin es un proceso histrico que originariamente presenta una identidad entre el trabajador y tales condiciones objetivas (el trabajador se relaciona con la tierra como con su propiedad, y no como algo externo o extrao). Al arrancar el anlisis desde esta identidad originaria, que el trabajo va separando cada vez ms, encuentra que en las sociedades antiguas, donde la base de la ordenacin econmica es la propiedad de la tierra y la agricultura, la finalidad econmica es la produccin de valores de uso, la reproduccin del individuo en determinadas relacio-nes con su comunidad, en las que l constituye la base de la comunidad misma11. Es natural que en estas sociedades la finalidad econmica sea la del mantenimiento de la comunidad misma, pero que, al mismo tiempo, su misma reproduccin implica, la disolucin de relaciones so-ciales que le dieron origen.

    No se est negando el papel, e incluso, la importancia del valor de cambio en estas sociedades, sino que existe una dominancia del valor de uso12. Visto ms de cerca, para Marx, el proceso de cambio de las mercancas no aparece originariamente en el seno de las comunidades primitivas, sino donde stas terminan: en sus fronteras, en los raros puntos de contacto con otras comunidades. All empieza el comercio, y de all se extiende al interior de la comunidad sobre la que obra a modo de disolvente13. Al respecto, los neomarxistas italianos ligados al Instituto Gramsci de mediados de los aos 70 concibieron que en la antigedad predominaba el valor de uso sobre el valor de cambio, pero,

    11 MARX, Karl. Lneas fundamentales. Op. cit. p. 438. Para el manuscrito Formen die der Kapitalistischen Produktion vorhergehen, que hace parte de los Grundrisse, se usar sta edicin. Para el Manuscrito M, o la Introduccin a la Crtica de la economa poltica, usaremos la traduccin de Wenceslao Roces. 12 Vase GONZLEZ ROMN, Cristbal. Las clases sociales. Un problema terminolgico o ideolgico en las investigaciones sobre la antigedad? En: INSTITUTO DE HISTORIA ANTIGUA. Op. cit. p. 38. 13 MARX, Carlos. Contribucin a la crtica de la economa poltica. Madrid: Alberto Corazn Editor, 1970. p. 74.

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    al mismo tiempo, encontraron procesos de acumulacin de capital en forma limitada durante ciertos perodos de la historia14.

    Si nos atenemos a la estructura propia de la mercanca, no slo hay una predominancia del valor de uso, sino que, incluso, la propia estruc-tura del valor de cambio se presenta dentro de los lmites del valor de uso inmediato15. El valor de cambio puede existir, pero toda la produc-cin est destinada no al cambio, cualquiera que sea su manifestacin, sino directamente al consumo. En la medida en que la produccin des-borde el consumo, y sea la finalidad de las sociedades la produccin de mercancas, no es posible encontrar como elemento de punto de partida esta forma de objetivacin del trabajo.

    Avanzando en otras categoras ms concretas, es un hecho cierto la existencia del dinero en la Antigedad (recurdese las crticas peyora-tivas de Creonte en Antgona: Ninguna institucin ha surgido peor para los hombres que el dinero. l saquea las ciudades y hace salir a los hombres de sus hogares. l instruye y trastoca los pensamientos nobles de los hombres para convertirlos en vergonzosas acciones. l ense a los hombres a cometer felonas y a conocer la impiedad de toda accin. Pero cuantos por una recompensa llevaron a cabo cosas tales concluye-ron, tarde o temprano, pagando un castigo16 (395-300)), pero, la mera existencia del patrimonio monetario y la obtencin por ste de una clase de supremaca no es suficiente en modo alguno para que [] resulte en capital17. Por dems, el dinero no adquiere la dimensin universal de cambiarse por fuerza de trabajo para reproducir y valorizar el dinero, para ser consumido por el dinero como valor de uso no para la satisfac-cin de un placer, sino como un valor de uso para el dinero18. El dinero jams perme ni domin todas las relaciones sociales. El venezolano

    14 DUPL ANSUATEGUI, Antonio. Notas a propsito de la historiografa neomarxista italiana sobre el mundo clsico. En: Studia Histrica. Historia Antigua. 2001, vol. 1, 19, p. 115-144. 15 LUKCS, Georg. Op. cit. vol. 2. p. 9. Igualmente, Lukcs afirma: la forma del trfico de mercancas en las sociedades precapitalistas es incapaz de ejercer influencia alguna en la estructura bsica de la sociedad; se mantiene en la superficie, sin poder dominar el proceso de produccin mismo, especialmente sus relaciones de trabajo. LUKCS, Georg. Op. cit. vol. 1. p. 121.

    16 SFOCLES. Antgona. Barcelona: Editorial Gredos, S.A., 2008. p. 62.

    17 MARX, Karl. Op. cit. p. 460. Palabras seguidas afirma: De lo contrario la vieja Roma, Bizancio, etc., ha-bran acabado su historia con trabajo libre y capital o habran ms bien empezado otra.

    18 Ibd. p. 427.

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    Ludovico Silva lo expresa en estos trminos: Es cierto que en la an-tigedad, en la poca helenstica, cunda el grito siguiente: chremata aner!, o sea: su dinero es el hombre; pero nunca como ahora la relacin monetaria haba penetrado hasta los ltimos intersticios de la mente humana19.

    Incluso, falta el aspecto ms importante para que el capital adquiera las caractersticas de una relacin social predominante: Marx advierte que Aristteles20 haba tropezado al analizar la forma del valor, por el hecho de no encontrar en las mercancas la forma equivalencial, pues, el trabajo humano abstracto no se encuentra plenamente desarrollado al existir desigualdades entre los hombres y sus fuerzas de trabajo21. Slo la separacin progresiva y abismal del trabajador con sus condicio-nes objetivas deja a ste nicamente con la fuerza de trabajo, que debe vender para poder existir. Ahora, el terico de Trier analiza con dete-nimiento las condiciones para que el dinero se convierta en capital: es la necesaria e ineludible compra y venta de la fuerza de trabajo lo que permite esta metamorfosis. Al respecto afirma: El capital slo surge all donde el poseedor de medios de produccin y de vida encuentra en el mercado al obrero libre como vendedor de su fuerza de trabajo, y esta condicin histrica envuelve toda una historia universal22. Las ltimas palabras de Marx son de gran vala: no hay que olvidar el concepto de historia, y el papel que ocupa en su concepcin23. En esa lnea, la cons-titucin del trabajo asalariado y capital como categoras econmicas de-terminantes es un proceso socioeconmico para nada espontneo, don-de los aspectos econmicos, por supuesto, juegan un papel fundamental.

    19 SILVA, Ludovico. Anti-manual para uso de marxistas, marxologos y marxianos. Venezuela: Monte vila Editores, 1976. p. 198.

    20 La interpretacin de Marx sobre el anlisis de Aristteles a propsito del valor presenta grandes diferen-cias respecto de otros autores. Vase, por ejemplo FINLEY, M. I. Aristteles y el anlisis econmico. En: FINLEY, M. I. et. al. Estudios sobre historia antigua. Akal Editor: Madrid, 1981. p. 37-64.Para un panorama del debate vase BORISONIK, Hernn. El debate moderno sobre los escritos econmicos aristotlicos. En: Revista de Economa Institucional. 2013, vol. 15, 28. p. 183-203.

    21 MARX, Carlos. El Capital. Crtica de la economa poltica. 2 ed. Bogot D.C.: Fondo de Cultura Econmica, 1987, vol. 1. p. 26.

    22 Ibd. p. 12323 Vase MARX, Carlos; ENGELS, Friedrich. La ideologa alemana. 2 ed. Montevideo: Ediciones Pueblos Unidos, 1968. p. 15-55.

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    Realizada la anterior advertencia del propio Marx, con agria crtica afirma: En algunas enciclopedias de la Antigedad clsica puede leerse el absurdo de que en el mundo antiguo estaba ya plenamente desarro-llado el capital, con la sola diferencia de que no existan obreros libres ni crdito. Tambin el seor Mommsen incurre, en su Historia de Roma, en un quid pro quo tras otro24. Como se percibe, la crtica implacable de Marx va dirigida a este modernismo que considera la existencia del ca-pital como una categora econmica plenamente desarrollada, tal como se encuentra en el capitalismo.

    En general, lo que encontramos es que para Marx s existe una dife-rencia esencial entre sociedades capitalistas y precapitalistas25, y que el uso de categoras propias del capitalismo aplicado a las sociedades que le preceden implica un grave anacronismo. Pero esta diferencia no presu-pone una oposicin infranqueable. Recurdese que la sociedad burguesa en Marx se erige sobre formas de organizacin del pasado, las cuales, continan subsistiendo en esta forma desarrollada26. Adems, el tomar las categoras econmicas sin su historicidad conlleva a un grave ries-go, no slo para develar las relaciones histricas de la antigedad sino tambin para la superacin del modo de produccin capitalista: en su devastadora crtica a Proudhon, el terico alemn advierte el error de los economistas: las categoras que expresan relaciones sociales capitalistas las hacen pasar por naturales, como sujetas a leyes de la naturaleza, y por tanto, son leyes eternas que deben regir siempre la sociedad27.

    los niveles de abstraccin y el concepto de clases en el mtodo de Marx:

    El concepto de clase social en Marx presenta, entre otras dificultades, el que este autor no le haya dado un tratamiento sistemtico28: cuando

    24 Ibd. p. 121.25 LUKCS, Georg. Op. cit. Vol. 1. p. 158.

    26 MARX, Karl. Lneas fundamentales de la crtica de la economa poltica. Op. cit. p. 29.

    27 MARX, Karl. Miseria de la filosofa. Op. cit. p. 177.

    28 Esto ha trado grandes confusiones, por ejemplo, la de Gurvitch, tal como se demostrar ms adelante. Vase GURVITCH, Georges. El concepto de clases sociales, de Marx a nuestros das. 2 ed. Buenos Aires: Ediciones Galatea Nueva Visin, 1960.

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    se dispuso a realizarlo, en el Tomo III de El Capital, la muerte oblig a dejar interrumpido el manuscrito. El Captulo Las clases (LII), por dems, tiene la siguiente afirmacin: Los propietarios de simple fuerza de trabajo, los propietarios de capital y los propietarios de tierras, cuyas respectivas fuentes de ingresos son el salario, la ganancia y la renta del suelo, es decir, los obreros asalariados, los capitalistas y los terrate-nientes, forman las tres grandes clases de la sociedad moderna, basada en el rgimen capitalista de produccin29. Ahora, no contradice esto el hecho que el fundamento de la sociedad burguesa sea la contradiccin entre el trabajo asalariado y el capital, categoras econmicas que per-sonifican los obreros asalariados y los capitalistas, consecuentemente?

    A raz de no haber hecho una exposicin sistemtica, ni tener pre-sente el mtodo dialctico, el concepto de clase social ha sido tratado de las ms diversas maneras. Pero, en algo tiene razn Gurvitch: el que Marx, a diferencia de sus epgonos, haca del concepto de clase un pun-to de partida para anlisis concretos de una estructura y no una llave capaz de abrir todas las puertas30. No obstante, este acierto del ruso no le blinda de su incomprensin del concepto.

    Entre otras crticas, Gurvitch encuentra una diversidad de clases sociales en las obras de Marx:

    En la primera serie de obras [se refiere Gurvitch desde las Obras de juventud hasta la Miseria de la filosofa], el problema es estudiado desde el punto de vista de la filosofa de la historia y de la sociologa, en una suerte de recproca rivalidad. En la segunda serie [se refiere a las obras Revolucin y contrarrevolucin en Alemania, Las luchas de clases en Francia, El dieciocho brumario de Luis Bonaparte y La guerra civil en Francia], la cuestin es tratada bajo un ngulo propiamente histrico y concreto (divisin en clases y compromisos temporarios entre stas en funcin de circunstancias) con aclaraciones provenientes ya de la sociologa, ya de la filosofa. En la tercera serie [se refiere a los tres tomos de El capital] Marx sigue el movimiento de las clases en el cuadro del funcionamiento y de las contradicciones de la economa capitalista, que deben conducir rpidamente a su derrumbamiento. Se observar que lo que persiste en

    29 MARX, Carlos. El Capital. Mxico: Fondo de Cultura Econmica. 2 ed. Vol. 3.p. 817.

    30 GURVITCH, Georges. Op. cit. p. 17.

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    particular a travs de estos tres gneros de anlisis es la lucha entre la sociologa y la filosofa de la historia en el pensamiento, tan profundo, de Marx concerniente a las clases sociales31.

    Luego de una copiosa revisin de las obras de Marx al respecto, Gur-vitch llega entre otras conclusiones, a la siguiente: Marx distingue para el presente cinco clases: I: propietarios terratenientes, II: burgue-ses, III: pequeos burgueses, IV: granjeros-campesinos, V: proletarios. Pero cree que estas clases se reducirn a dos32.

    Segn Gurvitch, Marx no tendra un concepto claro sobre las clases sociales, mostrando una variedad de clases que se superponen unas a otras, en un universo terico catico, confuso y abigarrado. Hecho que parece confirmarse con la cita anterior de El Capital, cuando se refiere a tres clases sociales: burguesa, terratenientes y proletariado.

    Otra crtica al concepto de clase de Karl Marx proviene del socilogo Stanislaw Ossowski: para ste autor, el terico alemn tendra diversos esquemas para analizar la sociedad, distinguindose el dicotmico, el de gradacin y el funcional. En el primero, las clases sociales se reducen a dos correlativas y contrapuestas33; en el segundo, la sociedad es estra-tificada en tres o ms clases sociales, de acuerdo a su ubicacin superior o inferior34; en el tercer esquema, la sociedad se analiza de acuerdo a las funciones en la vida social35.

    Si en Gurvitch el abigarrado universo de clases sociales en la obra de Marx se deba a no tener claridad sobre l, en Ossowski, ello se debe a la finalidad de sus escritos: como revolucionario, prevalece la concep-cin dicotmica, como socilogo, el de gradacin, y como economista, el funcional36.

    31 Ibd. p. 27

    32 Ibd. p. 3833 OSSOWSKI, Stanislaw. Estructura de clases y conciencia social. 2. ed. Ediciones Pennsula: Barcelona, 1972. p. 42-43.

    34 Ibd. p. 45.35 Ibd. 77

    36 Ibd. p 107.

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    Para comprender si existen dos, tres o ms clases, Martha Harnec-ker, por su parte, se pregunta: a qu nivel de abstraccin se sita Marx cuando habla de estas tres clases? Al nivel abstracto del modo de produccin puro o al nivel ms concreto de una formacin social con marcada dominancia capitalista?37. La pregunta es fundamental para subsanar el presunto inconveniente, razn por la se atender los niveles de abstraccin que maneja Marx a la hora del anlisis, para situar en l su concepto de clase social, pues, como ha indicado Theo-tonio Dos Santos, la rigurosa diferenciacin e interdependencia entre los niveles de abstraccin es uno de los principales aspectos del mtodo dialctico38.

    Si bien no se pretende un desarrollo exhaustivo del mtodo de Marx, s hay que indicar aquello que est ntimamente relacionado con los niveles de abstraccin que se encuentran presentes en sus obras39.

    Marx comienza El Capital con la relacin ms simple, la que igual-mente se presenta en formas de sociedad no desarrolladas: la mercan-ca. Luego, procede a analizarla en sus dos lados diferenciados, es-tudiados cada uno separadamente, del que se desprende su relacin recproca y su interaccin. Nos encontramos con contradicciones, que reclaman solucin. [] Y si estudiamos el carcter de esta solucin, veremos que se logra creando una nueva relacin, cuyos dos lados con-trapuestos tendremos que desarrollar ahora, y as sucesivamente40.

    37 HARNECKER, Marta. Los conceptos fundamentales del materialismo histrico. 34 ed. Bogot D.C.: Siglo Veintiuno Editores S.A., 1976. p. 171-172

    38 DOS SANTOS, Theotonio. El concepto de clases sociales. En: Anales de la Universidad de Chile, 1967, vol. 1, 141-144. p. 81-116.No se pretende abordar la complejidad del mtodo de Marx, sino relacionarlo en los niveles de abstraccin.

    39 Para un anlisis del mtodo de Marx, dentro de la gran bibliografa, vase IIGO CARRERA, Juan. El desarrollo del mtodo dialctico. En: Razn y revolucin. 2003, 11. p. 128-142; RUIZ SANJUAN, Csar. La articulacin de lo abstracto y lo concreto en el proceso de conocimiento terico. En: ndoxa. Series filosficas. 2010, 25. P. 129-164; LANGE, Oskar. El mtodo de la economa poltica. En: LANGE, Oskar. Economa poltica. Fondo de Cultura Econmica: Mxico D.F., 1994. p. 87-132. Vol. 1; GROSSMANN, Henryk. In-troduccin. En: GROSSMANN, Henryk. La ley de la acumulacin y del derrumbe del sistema capitalista. Una teora de la crisis. Siglo XXI Editores: Mxico D.F., 1979. p. 3-6. SWEEZY, Paul. Teora del desarrollo capitalista. Fondo de Cultura Econmica: Mxico D.F., 1979. p. 21-32.

    40 ENGELS, Federico. Contribucin a la crtica de la economa poltica. En: MARX, Carlos; ENGELS, Fede-rico. Obras escogidas en dos tomos. Mosc: Editorial Progreso, 1955, vol. 1. p. 354-355.

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    Al estudiar la mercanca, sta se presenta como valor de uso y como valor de cambio. Al analizar el valor de cambio, hace abstraccin del valor de uso, separa lo secundario para detenerse a lo principal: si prescindimos del valor de uso de las mercancas stas slo conservan una cualidad: la de ser productos del trabajo41. No interesa en lo ms mnimo la materialidad de la mercanca, sino el ser productos del tra-bajo humano abstracto. Esta misma forma de proceder se encuentra en todas las dems categoras que analiza, v. g., la forma simple, con-creta o fortuita del valor, la forma total o desarrollada del valor, etc. Las relaciones sociales que se presentan ante el observador como un conjunto catico al momento del anlisis, por medio de la abstraccin, va llevando a categoras que debe separar en sus elementos fundamen-tales, arrojndole as categoras ms simples, diversificando la unidad; es por esto que afirma que lo concreto es concreto porque constituye la sntesis de muchas determinaciones y, por lo tanto, la unidad de lo mltiple42.

    La abstraccin ya haba sido defendida por el pensador alemn en el Prlogo de la primera edicin de El Capital: En el anlisis de las formas econmicas de nada sirven el microscopio ni los reactivos qu-micos. El nico medio que disponemos, en este terreno, es la capacidad de abstraccin43.

    El mtodo dialctico que Marx usa para la economa poltica (desde luego, no se agota all) est ntimamente ligado a los niveles de abstrac-cin, y no se reduce este ala forma lgica44en el anlisis de las catego-ras econmicas, sino que este aspecto lgico, puro, se nutre constante-mente de la historia, por lo que, en Marx, la abstraccin tambin est presente en otro tipo de estudios.

    41 MARX, Carlos. El Capital. Op. cit. Vol. 1, 5.

    42 MARX, Carlos. Grundrisse. Op. cit. p. 15.

    43 MARX, Carlos. El Capital. Op. cit. Vol. 1. p. XIII.

    44 No obstante, no hay que olvidar que el mtodo lgico necesita ilustrarse con ejemplos histricos, mante-nerse en contacto con la realidad: ENGELS, Federico. Op. cit. p. 356

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    Respecto de los niveles de abstraccin, Theotonio Dos Santos ha iden-tificado cuatro niveles, y es all donde debemos ubicar el concepto de cla-se social45:

    Modo de produccin: en este primer nivel, la categora de clase social est directamente relacionado al anlisis del modo de produc-cin. Aqu, el concepto de clases aparece como resultado del anlisis de las fuerzas productivas [] y de las relaciones de produccin46. La lucha de clases se presenta relacionada con la superacin de una determinada formacin social (modo de produccin ms modo polti-co y cultural)47. Es un anlisis de las clases desde un nivel abstrac-to, que parte de la realidad histrica real, pero que no se presenta de forma pura en ninguna realidad histrica. La necesidad de estudiar la realidad en un nivel ms concreto es lo que conlleva a la negacin de las elaboraciones sistmicas de este nivel, ergo, surge otro nivel de abstraccin.

    Estructura social: Las clases sociales, en este momento, varan de acuerdo a la sociedad, donde, aun presentndose el antagonismo del modo de produccin dominante, coexiste con otras relaciones socia-les. Esto implica que no slo se presenten oposiciones entre la rela-cin determinante, sino, otras histricas. A diferencia del anlisis en el primer nivel de abstraccin, no se trata de las relaciones sociales posibles, o de tendencias, sino realmente existentes.

    Situacin social: este tercer nivel concreta an ms el anlisis, pero no presenta las relaciones en trminos empricos, sino cientfi-cos. Resalta en este nivel que el concepto de clase social hace uso de los sistemas de estratificacin, que, no pocas veces se presenta como un momento unilateral, sin que por ello se niegue su consideracin como clase. Los individuos reales pueden ser clasificados en las cate-goras que arroje ste tipo de anlisis.

    La coyuntura: ste ltimo nivel de abstraccin presenta una rique-za conceptual mucho ms rica, por cuanto la estructura de clase va-ra a medida que varan las contradicciones en el seno de la sociedad.

    45 DOS SANTOS, Theotonio. Op. cit. p. 81-116.46 Ibd. p. 9147 Ibd. p. 92

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    El capitalismo, en su forma pura, lgica, (pero que parte de la rea-lidad material, de lo real y concreto48), se presenta como un concreto representado, y en ese anlisis, la tendencia de las contradicciones es a separar cada vez ms el trabajo asalariado y el capital, a convertir el trabajo en trabajo asalariado y los medios de produccin en capital49. En ese sentido, para Marx, las contradicciones sociales, la lucha de cla-ses, se presenta entre los trabajadores asalariados y los capitalistas, personificaciones econmicas de relaciones sociales.

    Ahora, el capitalismo no es posible encontrarlo en su forma pura en ninguna formacin socioeconmica, pues, la historia ha hecho posible que con las relaciones capitalistas subsistan otro tipo. All donde la re-lacin entre trabajo asalariado y capital se presenta como la relacin principal, es posible encontrar ciertas tendencias de El capital, pero, sin que por ello, se nieguen relaciones previas y no capitalistas. Por esta razn, es necesario llevar a cabo una concrecin en el anlisis. Y es aqu el momento para ubicar ese trinomio conceptual de burguesa, proleta-riado y terratenientes. En realidad, cuando habla de estas tres clases, lo hace refirindose al pas ingls: Es en Inglaterra, indiscutiblemente, donde ms desarrollada se halla y en forma ms clsica la sociedad mo-derna, en su estructuracin econmica. Sin embargo, ni aqu se presen-ta en toda pureza esta divisin de la sociedad en clases. Tambin en la sociedad inglesa existen fases intermedias y de transicin que oscurecen en todas partes [] las lneas divisorias. Esto, sin embargo, es indiferen-te para nuestra investigacin50(cursivas fuera de texto).

    Si bien en un anlisis del modo de produccin las dos clases antag-nicas corresponden a proletariado-burguesa, producto de la tendencia que personifican (trabajo asalariado y capital), el terrateniente es una clase en un nivel de abstraccin mucho ms concreto.

    En este sentido, la crtica de Gurvitch y Ossowski a Marx no deja de ser una incomprensin sobre su mtodo, sobre todo, de los niveles de abstraccin al momento de analizar las sociedades histricas. Al

    48 MARX, Carlos. Grundrisse. Op. cit. p. 15

    49 MARX, Carlos. El Capital. Op. cit. Vol. 3. p. 817.

    50 MARX, Carlos. El Capital. Op. cit. Vol. 3, 817

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    ruso le parece claro la pluralidad de clases, por lo menos virtuales, en el interior del rgimen capitalista51. El autor alemn siempre estuvo consciente de una armona, cuyas diferenciaciones son producto concre-ciones, ante la cual Gurvitch se aterra y no logra entender, razn por la cual ve superpuestas las clases sociales.

    Clases sociales o status en la antigedad romana?

    Ya se ha visto cmo las clases sociales, desde el mtodo dialctico de Marx se desarrollan en niveles de abstraccin, as como se ha adverti-do sobre las dificultades metodolgicas que supone el uso de conceptos modernos a sociedades precapitalistas. Ahora, es lcito el uso de ste concepto para la sociedad antigua?

    Autores como Moses I. Finley se han pronunciado en contra del uso del concepto de clase social en la antigedad52. Sus alternativas con-ceptuales son las categoras de rdenes y status: por un lado, un orden o posicin es un grupo jurdicamente definido que forma parte de una poblacin, con privilegios e incapacidades en uno o ms campos de acti-vidad gubernamental, militar, jurdica, econmica, religiosa, marital, y que se halla en una relacin jerrquica con otros rdenes53; por el otro, el status queda reservado a las situaciones jurdicamente no definidas y en el que la situacin social, econmica, poltica, etc., de los individuos rebasa el mero marco jurdico de los rdenes54.

    51 GURVITCH, Georges. Op. cit. p. 57.

    52 FINLEY, Moses I. Economa de la antigedad. Mxico D.F.: Fondo de Cultura Econmica, 2003. p.84. La obra de Finley tiene una fuerte inspiracin del alemn Max Weber. El ltimo distingue entre sociedad esta-mental y clasista; dependiendo a la primaca de su articulacin social, as ser el carcter de esta sociedad. Vase WEBER; Max. Economa y sociedad. 2 ed. Mxico D.F.: Fondo de Cultura Econmica, 2002. p. 246. A pesar de esto, Finley 10 aos despus, usa el trmino de clase, pero, como hacemos de ordinario en el lenguaje corriente, criticando esa mala costumbre de etiquetar como marxista al que en los anlisis histricos haga uso de este concepto. Es un concepto ligero, y no marxista. Cf.: FINLEY, Moses I. El nacimiento de la poltica. Barcelona: Editorial Crtica, 1986. p. 22. La ligereza del concepto de clase social en Finley la encontramos tambin en Economa de la antigedad: Hay contextos en que, por ejemplo, es inofensiva una referencia im-precisa a las clases: yo mismo hablo de las clases altas de esta manera, cuando confo en que el significado es inequvoco. FINLEY, Moses. Op. cit. p. 77.

    53 FINLEY, Moses I. Economa de la antigedad. Op. cit. p. 78-79

    54 GONZLEZ ROMN, Cristbal. Op. cit. p. 35. Vase FINLEY, Moses I. Economa de la antigedad. Op. cit. p. 86.

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    Las crticas al concepto de Marx de clase social, al ser aplicado a la antigedad, parten, en realidad, de la incomprensin de su mtodo. Al preguntarse qu es una clase social?, Pierre Vidal-Naquet responde: 1. Una clase social es un grupo de hombres que ocupan un lugar muy definido en la escala social. [] 2. Una clase social ocupa un lugar de-finido en las relaciones de produccin: sa es la aportacin principal del marxismo y es intil insistir sobre la misma [cursivas nuestras] [] 3. Finalmente, una clase social supone la toma de consciencia sobre los intereses que le son comunes, el empleo del lenguaje comn, una accin comn en el juego poltico u social. Esto tambin se lo debemos a Marx [se refiere al Dieciocho brumario de Luis Bonaparte]55.

    Pero terico alemn, al hacerse el mismo interrogante que Vidal-Na-quet dice: La contestacin a esta pregunta se desprende en seguida de la que demos a otra: qu es lo que convierte a los obreros asalariados, a los capitalistas y a los terratenientes en factores de las tres grandes clases?56. Si bien es cierto que cuando intenta responder la pregunta, interrumpe el manuscrito por su muerte, no es de menor vala el que Marx critica la apariencia de estar relacionadas nica y exclusivamente con las rentas y sus fuentes de renta. Con gran stira afirma:

    Es cierto que desde este punto de vista tambin los mdicos y los funcionarios, por ejemplo, formaran dos clases, que pertenecen a dos grupos sociales distintos, cuyos componentes viven de rentas procedentes de la misma fuente en cada uno de ellos. Y lo mismo puede decirse del infinito desperdigamiento de intereses y posiciones en que la divisin del trabajo social separa tanto a los obreros como a los capitalistas y a los terratenientes, a estos ltimos, por ejemplo, en propietarios de viedos, propietarios de tierras de labor, propietarios de bosques, propietarios de minas, de pesqueras, etc.57

    Por eso se equivoca Pierre Vidal-Naquet al reducir el concepto de clase social (en el sentido que le da Marx) a las relaciones de produc-

    55 VIDAL-NAQUET, Pierre. Constituan los esclavos griegos una clase social? En: MOSS, Claude, et al. Clases y luchas de clases en la Grecia Antigua. Madrid: Akal Editor, 1977. p. 19.

    56 MARX, Carlos. El Capital. Op. cit. Vol. 3 p. 817.

    57 MARX, Carlos. El Capital. Op. cit. Vol. 3 p. 817.

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    cin. El mismo error comete Finley cuando afirma: Ni aun el concepto marxista de clase, aparentemente claro e inequvoco, deja de tener sus dificultades. Se clasifica a los hombres por su relacin con los medios de produccin, en primer lugar entre aquellos que poseen y aquellos que no poseen medios de produccin; en segundo lugar, los primeros son divididos entre los que trabajan y los que viven del trabajo de otros. Sea cual fuere la aplicabilidad de tal clasificacin a la sociedad actual, para el historiador de la antigedad presenta una dificultad obvia: el esclavo y el jornalero libre resultan entonces, segn una interpretacin mecnica [cursivas fuera de texto], miembros de la misma clase, como tambin el ms rico de los senadores y el ocioso propietario de una pe-quea alfarera58. Por esta razn, ni desde la perspectiva marxista ni desde la no marxista es la clase una categora suficientemente delimi-tada para nuestros propsitos59.

    Esa interpretacin mecnica de Finley que se le acusa a Marx, es completamente ajena a l, como ya se ha mostrado anteriormente al explicar los niveles de abstraccin, y, en nada afecta a su mtodo las diferentes interpretaciones de su obra, la mayora de las veces, reduc-cionistas. Por eso Vidal-Naquet hace una lectura ligera y poco profunda cuando afirma que una clase se define por el lugar en las relaciones de produccin. Pero su error no es tan grande como el creer que es intil profundizar sobre el aporte del autor alemn. Vidal-Naquet acierta al considerar que una clase social ocupa un lugar definido en las relacio-nes de produccin, pero, su interpretacin de ser la nica forma de com-prender el concepto, en el nivel abstracto, le conduce a la equivocacin.

    Como se ha venido demostrando, el concepto de clase social (desde Marx) se resuelve en el modo de produccin mismo, en trminos abs-tractos, pero, no se limita a esta abstraccin: la bsqueda de concretar el anlisis conlleva a negar los conceptos en ese estado puro, a esas tendencias a las que se refiere Marx en El Capital60.

    58 FINLEY, Moses I. Economa de la antigedad. Op. cit. p. 84.

    59 Ibd. p. 84.60 MARX, Carlos. El Capital. Op. cit. Vol. 1 p. XIV.

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    El concepto de status de Finley es extremamente til para compren-der relaciones mucho ms concretas en las sociedades antiguas, pero, la dificultad est en superponer la estratificacin social al concepto de clase social, en negar la existencia del segundo por la afirmacin del primero. Con justeza ha dicho Cristbal Gonzlez Romn: las fraccio-nes, los estratos y las categoras no estn fuera o al lado de las clases sociales, sino que ellas mismas forman parte de las clases, y ello en fun-cin de que las clases no constituyen un todo uniforme y homogneo61. Este todo heterogneo debe ser comprendido, inicialmente, en el sentido estricto de Gonzlez Romn, es decir, en lo referente a un nivel de abs-traccin donde surgen las estratificaciones sociales; no obstante, hay que ampliar esta afirmacin de la heterogeneidad tambin respecto de las formas como surgen en el anlisis las relaciones sociales. Es, para parafrasear a Marx, la unidad de lo diverso, cuando se comprende las determinaciones ms ricas en la abstraccin y su inmanente concrecin. La afirmacin de Gonzlez Romn es otra forma de determinar lo que se ha mostrado respecto desde los niveles de abstraccin.

    Que el concepto de clase social, en su sentido cientfico, haya surgido precisamente con el capitalismo, no es pura casualidad. Para explicar esto, hay que partir de la diferencia esencial entre las sociedades capi-talistas y las precapitalistas.

    Respecto de las sociedades precapitalistas, ha dicho Lukcs que las

    formas jurdicas tienen que penetrar constitutivamente en las relaciones econmicas. En estas sociedades no hay categoras econmicas puras []. Sino que las categoras econmicas y las categoras jurdicas estn materialmente, por su contenido, inseparablemente entrelazadas [] Dicho hegelianamente: la economa no ha alcanzado tampoco objetivamente en esas sociedades el estadio del ser-para-s, y por eso no es posible, en el seno de una tal sociedad, una posicin a partir de la cual pueda hacerse consciente el fundamento econmico de todas las relaciones sociales62.

    61 GONZLEZ ROMN, Cristbal. Op. cit. p. 37.

    62 LUKCS, Georg. Op. cit. vol. 1.p. 123.

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    En las sociedades capitalistas, la situacin es muy distinta: la bur-guesa y el proletariado son las nicas clases puras de la sociedad bur-guesa, esto es: ellas son las nicas cuya existencia y cuyo desarrollo se basan exclusivamente en el desarrollo [sic] del proceso de produccin moderno63. De all, que Marx se dedicara a develar con un marcado acento las relaciones econmicas, sin que por ello negara otro tipo de determinaciones en las relaciones sociales.

    Esa unidad entre las formas jurdicas y econmicas en las socieda-des precapitalistas se presenta como apariencia, como el encubrimiento que precisamente hay que develar: en realidad, toda ciencia estara de ms, si la forma de manifestarse las cosas y la esencia de stas coinci-diese directamente64. Si bien la categora clase social es un concepto moderno, el concepto en su forma cientfica tiene la impronta de Karl Marx. Hay que recordar que el propio autor reconoca que no era el primero en hacer uso del concepto, incluso, ni de su fisonoma: Mucho antes que yo, los historiadores burgueses haban descrito el desarrollo histrico de esta lucha de clases, y los economistas burgueses la anato-ma econmica de las clases65. Ahora bien, la cientificidad del concepto, y lo que distingue sta concepcin a otras est en no en considerar las clases sociales como grupos de individuos sino como fuerzas sociales internas, producto de una realidad histrica66.

    La categora de clase social que ha trabajado el autor a lo largo de su obra pudiese parecer una interpretacin arbitraria, pero, el sistema que Marx construye es armnico. Esta armona es perceptible cuando aparece el concepto de totalidad, y la importancia que tiene en su pen-samiento.

    Que sea Georg Lukcs, en 1923, a travs de su trabajo Historia y consciencia de clase, quien recupere el lugar del concepto de totalidad dentro del pensamiento de Marx, luego del reformismo de la II Interna-

    63 Ibd. p. 125. 64 MARX, Carlos. El Capital. Op. cit. Vol. 1. p. 757.

    65 MARX, Carlos. De Marx a Weydemeyer. En: MARX, Carlos; Engels, Federico. Correspondencia. Buenos Aires: Editorial Cartago, 1972. p. 56

    66 GONZLEZ ROMN, Cristbal. Op. cit. p. 37; POULANTZAS, Nicos. Poder poltico y clases sociales en el estado capitalista. 3 ed. Siglo XXI Editores: Mxico D.F., 1971. p. 89-90.

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    cional, no es algo puramente casual y extrao67. La sentencia de Lukcs es inequvoca: La categora de totalidad, el dominio omnilateral y de-terminante del todo sobre las partes, es la esencia del mtodo que Marx tom de Hegel y transform de manera original para hacer de l el fun-damento de una nueva ciencia68.

    Desde La miseria de la filosofa, Marx ha dado una importancia fun-damental a este concepto. En su Tercera observacin, donde analiza el mtodo de Proudhon y expone de manera polmica el suyo, afirma: Las relaciones de produccin de cualquier sociedad forman un todo69. Es indicativa su crtica a Proudhon porque, segn Marx, el pensador francs concibe las relaciones econmicas como fases sociales, pero al analizarlas segn lo que cree es el mtodo dialctico, una sola fase debe ser explicada a partir de las dems, sin que hayan cumplido la transi-cin de una a otra70.

    La forma como Marx analiza en El Capital las relaciones sociales es partiendo desde la totalidad. El todo, tal como aparece en la mente como todo del pensamiento, es un producto de la mente que piensa y que se apropia del nico modo posible71, que, en el caso de la economa poltica, es la abstraccin que reproduce en el pensamiento esos con-cretos del pensamiento que se manifiesta como totalidad concreta72. Este punto es interpretado por Ludovico Silva con precisin meridiana: De ah la enorme importancia del concepto de totalidad dentro de la ciencia social marxista. Se parte de una totalidad terica, para llegar a la totalidad prctica. Se parte, por ejemplo, de la mercanca, para llegar a las clases sociales, que son, por cierto, el alfa y el omega de El Capital, al menos en el estado en que dej despus de la muerte su autor73.

    67 VACCA, Giosseppe. Hegel en la historia del marxismo. En: Revista Dialctica, enero de 1978, vol. 1, 4, p. 35-48. 68 LUKCS, Georg. Op. cit. vol. 1.p. 87.Vase SILVA, Ludovico. Op. cit. p. 195.

    69 MARX, Karl. Miseria de la filosofa. Op. cit. p.162.

    70 Ibd. p. 162.71 MARX, Karl. Lneas fundamentales de la crtica de la economa poltica. Op. cit. p. 24.

    72 Ibd. p. 24. 73 SILVA, Ludovico. Op. cit. p. 204.

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    Respecto de las clases sociales, la categora de totalidad es de vital importancia. Las relaciones sociales constituyen un todo de la socie-dad, que parten, desde luego, de una primaca de las relaciones que le permiten hacer historia74. Pero, que sean exclusivamente econmicas las relaciones sociales es un asunto completamente extrao a Marx. El mismo Engels, en la famosa carta a J. Bloch, fechada el 21 de septiem-bre de 1890, intent equilibrar la desproporcin: Segn la concepcin materialista de la historia, el elemento determinante de la historia es en ltima instancia la produccin y la reproduccin en la vida real. Ni Marx ni yo hemos afirmado nunca ms que esto; por consiguiente, si al-guien lo tergiversa transformndolo en la afirmacin de que el elemento econmico es el nico determinante, lo transforma en una frase sin sentido, abstracta y absurda75. Como se percibe, ese determinismo es ajeno a Marx, pero que, en un nivel del modo de produccin, las clases se resuelven en ella, es decir, desde ese aspecto econmico. A medida que se concretan los anlisis, a medida que se hace evidente la nece-sidad de llevar a otro nivel de abstraccin, o mejor, de concrecin, las clases sociales pueden tomar otro tipo de terminaciones en cuanto a su estructuracin. Lo que permite la abstraccin en el primer nivel es com-prender desde la totalidad el movimiento histrico, sujeto a relaciones econmicas. El trmino de ideologa es til en este punto, tal como lo desarrolla Marx76. El idelogo, por su parte, cree que es la consciencia social lo que determina el proceso de vida real, y no a la inversa77.

    Las estratificaciones sociales, evidentemente existen, y se hacen pal-pables sobre todo al analizar las sociedades precapitalistas. Pero, ya ha sealado Lukcs de manera inequvoca que la consciencia estamental encubre la naturaleza del factor histrico real que tiene la consciencia de clase, impide que sta llegue en general a manifestarse78. Es sta la razn por la que las categoras histricas se presentan en la antigedad

    74 MARX, Carlos; ENGELS, Federico. La ideologa alemana. Buenos Aires: Ediciones Pueblos Unidos, 1975. p. 28.75 ENGELS, F. De Engels a Bloch. En: MARX, C; ENGELS, F. Correspondencia completa de C. Marx y F. Engels. Bogot: Editor Rojo, 1973, vol. 2. p. 486.

    76 MARX, Carlos; ENGELS, Federico. La ideologa alemana. Op. cit. p. 26

    77 MARX, Carlos. Contribucin a la crtica de la economa poltica. Op. cit. p. 11.

    78 LUKCS, Georg. Op. cit. vol. 1. p. 124.

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    como estamentos, y no se reconozcan as mismos como clases, sin que por ello se perjudique un tipo de anlisis que para interpretar la socie-dades antiguas haga uso del concepto de clase social, de manera que explique la totalidad de las relaciones sociales, y de all, ir concretando los anlisis a formas ms especficas. Las clases existen en la antige-dad, pero en el nivel del modo de produccin se hayan entrecruzadas con categoras jurdicas que no permiten su distincin plena, y, es el capi-talismo quien supera esta forma de presentarse la totalidad histrica.

    ConClusin

    Contrario a las interpretaciones que suelen hacerse de Marx, ste siem-pre tuvo presente la distincin entre sociedades capitalistas y precapita-listas, razn por la cual, las categoras que expliquen relaciones sociales deben tener un cuidadoso anlisis. El autor critica el uso de categoras modernas para la antigedad, por ejemplo, el concepto de capital. Por otro lado, el trmino clase social, lejos de los comentarios de sus crti-cos, se presenta como armnico siempre y cuando se tome en cuenta su mtodo dialctico. Los niveles de abstraccin que usa en los anlisis es la clave para comprender el movimiento histrico. Es all donde hay que ubicar en el anlisis las conceptualizaciones de las clases sociales desde la perspectiva del autor. Por ltimo, es posible usar el concepto de clase social respecto de las sociedades precapitalistas siempre y cuando se manejen, por un lado, los niveles de abstraccin en la interpretacin, y, sobre todo, se entienda que en stas, la consciencia estamental encubre la consciencia de clase, razn por la cual, las categoras histricas no pueden llamarse a s mismos como clases sociales; por el otro, se tenga presente la importancia de la categora de totalidad.

    reFerenCias

    BORISONIK, Hernn. El debate moderno sobre los escritos econmicos aris-totlicos. En: Revista de Economa Institucional. 2013, vol. 15, 28.

    DOS SANTOS, Theotonio. El concepto de clases sociales. En: Anales de la Universidad de Chile, 1967, vol. 1, 141-144.

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