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cmema. No debemos perder la esperanza de verlo colocarse a la cabeza
.de la cruzada de la cultura. en cuyasfilas militan la radio. el periódico y ellibro. Hay que pensar en lo que seríael cinema. no como medio de explotación. sino como instrumento de difusión cultural. arrancándolo de manosde los empresarios fenicios y entregándolo a sociedades artísticas. científicas y educativas.
El cinema norteamericano. que es elque cuenta tal vez con mayor númerode adelantos materiales. es el másatrasado en lo que se refiere a sudesenvolvimiento interior. Falta deinvención. uniformidad desesperantede asuntos. técnica arbitraria. desconocimiento de todo factor ideológicoy psíquico. gusto exagerado por lapseudohazaña. son las característicasdel film yanqui. Los empresariosnorteamericanos se han preocupadotan sólo de aumentar la "fuerza exterior" del cinema. dotándolo de todoslos mecanismos necesarios a su perfeccionamiento material. El sonidoy el color han venido a enriquecer elfilm moderno que se conquista gradualmente los públicos de todo elmundo. Mas. a pesar de la policromía y la sincronización. el cine continúa siendo un espectáculo cándido einfantil. como fue el guiñol o el teatritode fantoches. Es que le falta un gransoplo espiritual que le anime y leincorpore realmente a la vida. El filmruso. el alemán y el eslavo han iniciado ya esta obra de adaptaciónhumana. que es una segunda creación.
IEL CULTO"DE LA MAQUINA Y DE
LA PUBLICIDAD
Sobre los tejados corren alfabetoseléctricos. Las fachadas de las casasestán cubiertas de una floración luminosa y. los altoparlantes gritan.dialogan y cantan sobre la muchedumbre. en todas direcciones. Bocinasque aúllan como mastines. campanillaspersistentes y agudas. timbres irradiantes como dolores nerviosos. sirenasde barcos que mugen bovinamente.pitos de sonido perforador desgarranel aire de la gran urbe. Pasan sin
descanso los automóviles de antenasde luz. los tranvías-con su ombligode cristal iluminado por dentro-o losómnibus. que son los verdaderos paquidermos de la circulación urbana.los trenes elevados. que subrayan elcielo con su veloz trazo de oro. Debajodel suelo ruedan como torrentes dehierro los trenes subterráneos. Máquinas y hombres pululan por todaslas avenidas y paseos. y se precipitanen las plazas formando la peligrosaruleta del tráfico. Los anuncios locubren todo como una vegetaciónmonstruosa: en el pavimento florecenletreros de colores; por las fachadas'trepan enredaderas de palabras; lostejados y las cúpulas se coronan deresplandores acrobáticos; en el airenavegan súbitas claridades; rubricanel cielo con sus iluminaciones losaviones de propaganda.
Los hombres ya no se comprendenentre ellos porque han empezado ahablar las máquinas. Por todas partesresuenan coros de hierro y de acero.Máquinas para cortar y para rehacer.para aserrar. moler. pulverizar; máquinas para tejer. coser. hilar y deshilar. destruir y componer; máquinaspara destilar. quemar. fundir; máquinas para mezclar. dilatar. reducir.calcular. andar y ver. Máquinas parafabricar salchichas y para ajusticiara los reos. Máquinas para suprimirla descendencia y para lactar a los niños. Máquinas para conducir otrasmáquinas y para jugar al ajedrez.Solamente no se ha inventado todavía.dice con suave ironía el profesor AlfredSiegfr~~d. "la máquina para cogerfresas .
Este es el espectáculo de la civilización mecánica que nos ofrecen losEstados Unidos. Civilización baconiana-como la define justamenteDuhamel-"porque descansa toda entera sobre las aplicaciones del métodoinductivo oo. Las creaciones materialesdel hombre. multiplicándose hastasobrepasar todas las fantasías. amenazan reducir cada vez más los dominios del espíritu. Las máquinasque al principio se inventaron para laeconomía del esfuerzo. para la ayuda
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del trabajador manuaL ahora sonempleadas para producir febrilmentehasta congestionar los mercados delmundo. A medida que se intensificaesta locura de la producción. va creciendo esta publicidad que preparalas puertas de escape. La máquina,sin la "réclame". pronto sería inutilizada por su propia obra. Los anuncios abren nuevas vías de circulacióna esos verdaderos ríos de productosque lanza la máquina sobre la tierra.Naturalmente esta propaganda nofavorece sino al fabricante. que poreste medio obliga a ponerse al servicio de sus intereses a los demáshombres, transformándoles en suscompradores. es decir. engañándolos.pues los valores auténticos de las cosasresultan falseados por el lente de aumento de la publicidad exagerada.
En las ciudades norteamericanas.los grandes anuncios entablan unaespecie de duelo para adueñarse delhombre-del comprador-y reducirloa una cifra en el libro de caja del industrial moderno. señor del mundo.Estados Unidos es el único país dondela posesión de la materia por ruin quesea. concede al hombre una realeza;el rey del acero. el rey del azúcar, el reydel carbón tienen tantos palacios ysúbditos como los que antaño poseíanlos monarcas de mandato divino.
Con un tipo de civilización semejanteasentada sólo en lo temporaL los valores morales quedan postergados yacaban por desaparecer. La civilización y la cultura libran su batalla entierras de la Unión. y la ventaja eshasta este momento de la primera.como no podía ser de otro modo en unpueblo que ha hecho de la bolsa sutemplo y del "ring" el altar de un nuevo culto.
HOMBRES DE COLOR
Uno de los capítulos más interesantes del libro de M. Georges Duhamel es el que trata de la separación delas razas en los Estados Unidos. Todala piedad. toda la ternura del granescritor francés, apóstol de una huma-
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nidad más justiciera. aparecen enesas páginas. Algunas figuras de negros pasan a través de ellas. mas seesfuman casi inmediatamente. Hubiéramos deseado. es verdad. pinturasmás completas. mayor número desucesos narrados con ese gran temblor humano que el autor de "Confesión de Medianoche" y "Vida delos Mártires", sabe infundir a suscreaciones; pero la intención del ilustre viajero era otra y ha preferidoofrecernos un alegato contra la civilización despiadada que repudia y acosa a los hombres de color.
El "coloured people" sufre un verdadero calvario en algunos Estados dela Unión. Los negros son rechazadosde todas partes y obligados a aislarse como los leprosos. Les estávedado el contacto con los hombresblancos. hasta en los más pequeñosmenesteres de la vida diaria. Hay hoteles. cines, tranvías, almacenes. sólopara la raza maldita. Los hombresde color no tienen entrada en los recintos que la civilización americanaconstruye para admiración del mundo. Ni siquiera el cementerio. pórticodel más allá. les admite en su seno.No hay muerte niveladora para ellos.Los huesos de estos infelices son destinados a un cementerio especiaLcerrado y amurallado. que es como elsímbolo de la soledad eterna de suraza. Los ciudadanos de los Estados
.Unidos emprenden el viaje sin retorno.practicando las supersticiones religiosas de los negros, pero sin perdonarlesla afrenta de su piel. "Nada hay decomún entre las razas. hasta en elaniquilamiento. dice Duhamel. Nadahay de común sino esta cruz dolorosa.esta cruz impotente. que hace. de ambos lados de la calle. a pesar de lasmurallas. su mismo signo de imposibleconcordia. ' \
Sin embargo. los antiguos esclavosnegros trabajaron esforzadamente parala riqueza de la Unión y han aportadda ella su energía y su espíritu. Porlos resquicios de la vida americanase escapa. de vez en cuando. el alientomisterioso de estos· abuelos y sopla