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dedicatoria
A Silvia Patricia Serrato Amaya,
apacible compañía en los capítulos que componen la historia de mi vida.
A María Paula, Andrés Felipe y Santiago;
en cuyas vidas habitan hombres de papel, culebras, leones y tigres de barro, bosques mágicos y países encantados, actores y sucesos de una gran historia infantil.
Alexander Quintero
A aquellas personas que pusieron inmensa fe en su realización como ser humano, en especial a Leonor Tapiero, mujer que alimenta y consuela la maravilla de su
existencia.
A Silvia, Yamith, Jhon, Wilmar y Alfredo; comunidad de nacimiento en la cual compartió sus momentos infantes de dolor, alegría y felicidad. A la memoria siempre
viva de Armando Centeno Tapiero y Adela Tapiero; almas que habitan fielmente dentro de su razón y sentimiento.
Rolando centeno
2
INDICE GENERAL
pág.
INTRODUCCION………………………………………………………………... 14
- El origen del empresario………………………………………………………… 17
- La noción de empresario……………………………………………………… .. 26
- La naturaleza del empresario: primeras ideas………………………………… 27
- La noción y el estudio del empresario en la historiografía colombiana………… 43
- Concepto y variables del empresario para un proyecto de investigación………. 35
PRIMERA PARTE: EL ESCENARIO
CAPITULO 1 EL CONTEXTO LOCAL EN LOS AÑOS 1870-1900…… 59
1.1 CONFORMACIÓN DEL ESPACIO URBANO…………………………….. 59
1.2 ENTRE IDEAS LIBERALES Y REGENERACIONISTAS: UNA SOCIEDAD
DE VALORES ANTAGÓNICOS…………………………………………………68
1.3 ASPECTOS DEMOGRÁFICOS………………………………………………73
1.4 ESTRUCTURA GEOGRÁFICA Y RED DE CAMINOS…………………… 78
1.5 PRODUCCIÓN Y COMERCIO………………………………………………91
1.6 LAS TRANSACCIONES COMERCIALES Y CIVILES……………………
125
1.7 EL SISTEMA FINANCIERO………………………………………………... 127
1.8 EXTRANJEROS EN LA ECONOMÍA HUILENSE…….…………………..
150
pág.
3
SEGUNDA PARTE: LOS ACTORES
CAPITULO 2. DEL HACENDADO INDIVIDUALISTA AL NEGOCIANTE
ASOCIATIVO: HACENDADOS, COMERCIANTES, NEGOCIANTES Y
SOCIEDADES A FINALES DEL SIGLO XIX………………………………... 156
1.1 LOS AGENTES DE LA ECONOMIA A FINALES DEL SIGLO XIX……
156
1.1.1 Los Negociantes…………………………………………………………….. 161
1.1.2 Los Hacendados…………………………………………………………….. 182
1.1.3 Los Comerciantes…………………………………………………………... 183
1.2 SOCIOS Y SOCIEDADES DE NEIVA A FINES DEL SIGLO XIX………..
196
TERCERA PARTE: LO QUE UNOS Y OTROS NOS ENSEÑAN
3. RECUENTO Y CONCLUSIONES…………………………………………... 211
4. FUENTES DOCUMENTALES.………………………………………………. 220
5. BIBLIOGRAFIA………………………………………………………………. 221
4
INDICE DE TABLAS
pág.
Tabla 1. El concepto de empresario en la teoría económica………………. …. 54
Tabla 2.Variables para el Estudio del Empresario…………………………….. 58
Tabla 3. Censo de Población Estado del Tolima 1870…………………………. 75
Tabla 4. Censo de Población Estado del Tolima 1870………………………… 76
Tabla 5. Número de Habitantes en Ciudades Colombianas (1851 y 1870) …… 77
Tabla 6. Pasos Sobre el Río Magdalena a la Altura del Departamento del Sur… 79
Tabla 7. Comparativo de Degüellos en el Departamento del Tolima 1887…..… 97
Tabla 8. Avalúo de Rentas de Producción y Rectificación de Aguardiente 1887...
106
Tabla 9. Valor Promedio de las Exportaciones de Metales Preciosos……..……121
Tabla 10. Relación de Minas Existentes en el Departamento del Sur…………….
122
Tabla 11. Comparativo de las Principales Operaciones Según el Archivo Histórico
Notarial………………………………………………………………………….. 127
Tabla 12. El perfil de los negociantes…………………………………………… 158
5
INDICE DE FIGURAS
pág.
Figura 1. Departamento del Tolima 1886-1905 (División en Provincias)………61
Figura 2. Anuncio Noticioso del Alumbrado Público……………………………..62
Figura 3. Neiva a Comienzos del Siglo XX…………………………………….… 63
Figura 4. Plano de la Ciudad de Neiva 1905………………………………………64
Figura 5. Neiva a Inicios del Siglo XX…………………………………………… 65
Figura 6. Aviso de Remate de un Terreno en el Distrito de Neiva……………….. 67
Figura 7. El Sueño Liberal para el Departamento del Sur…………………………69
Figura 8. Anuncios Publicitarios sobre Disputas Ideológicas……………………. 70
Figura 9. La Prensa y los Valores del Ideario Liberal……………………………. 70
Figura 10. Alocución del Presidente del Estado Soberano del Tolima…………… 84
Figura 11. Ilustraciones del Transporte Fluvial……………………………………85
Figura 12. Anuncio Noticioso Navegación a Vapor……………………………… 86
Figura 13. Anuncios Publicitarios…………………………………………………95
Figura 14. Relación de Ingresos de Peaje en 1877……………………………….. 98
Figura 15. Anuncio Publicitario Compra y Venta de Productos…………………. 100
Figura 16. Anuncio Publicitario Compra y Venta de Inmueble y Terrenos………
102
Figura 17. Anuncio Noticioso de las Quinas………………………………………109
Figura 18. Anuncio Noticioso Caja de Ahorros………………………………….. 132
Figura 19. Relación de Ingresos y Egresos Fondos del Colegio Santa Librada…...135
Figura 20. Ejecución de créditos por parte del Colegio Santa Librada………..….
137
Figura 21. Balance del Banco del Tolima………………………………………… 139
Figura 22. Anuncio Publicitario Banco del Tolima………………………………. 139
Figura 23. Balance Banco del Tolima………………………………………..…… 140
pág.
6
Figura 24. Anuncio Publicitarios del Banco del Tolima…………………………. 141
Figura 25. Anuncio Noticioso Liquidación del Banco del Tolima…………..…… 142
Figura 26. Anuncio Noticioso del Banco de Neiva……………………….....…… 143
Figura 27. Anuncio Publicitario Banco de Neiva………………………..……….. 144
Figura 28 Balance Banco de Neiva…………………………………….………… 145
Figura 29. Balance del Banco de Neiva, Diciembre de 1886…………….………. 146
Figura 30. Balance del Banco de Neiva, Febrero de 1887…………………….….. 148
Figura 31. Anuncio Noticioso los Billetes del Banco del Tolima………….…….. 149
Figura 32. Anuncios Publicitarios Des Sources………………………………….. 153
Figura 33. Anuncio Publicitario de Alí Cardoso…………………………………. 163
Figura 34. Anuncio Publicitario de Aparicio Perea………………………………. 165
Figura 35. Anuncio Publicitario de Celso Noe Quintero…………………………. 169
Figura 36. Anuncio Publicitario de Celso Noe Quintero………………………… 170
Figura 37. Anuncio Publicitario de Celso Noe Quintero………………………… 171
Figura 38. Anuncio Publicitario de Gabriel Perdomo……………………………. 174
Figura 39. Anuncios Publicitarios de Alejandro Rojas Polanco………………….. 184
Figura 40. Anuncio Publicitario de Adán Debia…………………………….……. 185
Figura 41. Anuncio Publicitario de Adolfo Zafrané……………………...…….… 186
Figura 42. Anuncio Publicitario Baquero y Muñoz…………………………….… 187
Figura 43. Anuncio Publicitario David Cleves…………………………………… 188
Figura 44. Anuncios Publicitarios de Emilio Cabrera……………………………. 189
Figura 45. Anuncios Publicitarios Eustacio Perdomo A…………………………. 191
Figura 46. Anuncios Publicitarios de Francisco A. Gutiérrez……………………. 192
Figura 47. Anuncios Publicitarios de Guillermo Arciniegas S…………………… 193
Figura 48. Anuncio Publicitario de Ramón Rivera……………………………….. 195
Figura 49. Anuncio Publicitario Aguirre & CIA…………………………………. 199
pág.
Figura 50. Anuncio Noticioso Compañía Fabril del Tolima………………..……. 201
Figura 51 Anuncio Publicitario Compañía Fabril del Tolima……………….…… 202
Figura 52. Anuncio Publicitario Compañía Fabril del Tolima…………………… 203
Figura 53. Balance Compañía Fabril del Tolima…………………………………. 203
Figura 54. Acciones de la Compañía Fabril del Tolima cedidas a la escuela……..
7
204
Figura 55. Anuncio Noticioso de la Compañía Minera del Tolima……………….205
Figura 56. Anuncio noticioso de una nueva empresa……………………….……. 218
8
INDICE DE CUADROS
pág.
Cuadro 1. Composición de las exportaciones según valor (miles de pesos oro)… 93
Cuadro 2. Genealogía Familias Rivera Ortiz y Perdomo Rivera………………… 175
9
AGRADECIMIENTOS
Esta obra esconde grandes lecciones y un nuevo mundo de amigos. El primero de ellos
y a quien guardo especial afecto es a Rolando Centeno, estudiante incondicional y fiel,
quien acompañó todo el proceso de investigación, llegándose a convertir en un justo
coautor del presente trabajo.
Los resultados ahora presentados fueron obtenidos en el transcurso del periodo 2002
a 2005. Fueron casi cuatro años en los que la vida me posibilitó reflexionar y aprender
de variados ambientes y personas. En esta etapa cursé mis estudios de maestría en la
Universidad del Valle y la Universidad Nacional. El primero de ellos fue posible por la
comisión de estudios que me otorgó la Universidad Surcolombiana y el respaldo
sincero que demostraron los profesores Alfonso Manrique Medina, Elías Ramírez
Plazas y Rafael Armando Méndez, quienes se ofrecieron a cubrir la carga académica
en momentos en que no se había aprobado la comisión de estudios. Igualmente valioso
y oportuno fue el apoyo brindado por el profesor Jesús Antonio Motta Manrique, quien
en calidad de Rector, ofreció desinteresado apoyo para superar los obstáculos
surgidos en el proceso. Tanto con la Institución como con todos ellos tengo una deuda
de gratitud.
Con la Universidad Surcolombiana también tengo deuda de gratitud al proveer los
recursos financieros requeridos para adelantar la investigación. De manera especial,
con la profesora María Consuelo Delgado y el Vicerrector Jairo Rodríguez; así como
con aquellas personas que colaboraron desinteresadamente en los procesos
administrativos, ellos son Nancy Katherine Molina, Carlos Alberto Cerquera y Ana
Orsidis Orozco.
Durante este lapso de tiempo tuve la fortuna de descubrir ideas profundas, comunes
pero también enfrentadas. De ello aprendí la heterogeneidad y la complementariedad
como requisito del quehacer académico. Aún persisten las enseñanzas próvidas
impartidas por los profesores de la Universidad del Valle, Karem Sánchez de Roldán,
Alvaro Zapata y Fernando Cruz Kronfly. En la Universidad Surcolombiana también
recibí los aportes de los profesores William Fernando Torres y Jairo Ramírez. En unos
y otros encontré siempre una voz de aliento. También, los profesores Carlos Dávila y
10
Luís Aurelio Ordóñez, manifestaron una gran generosidad al leer los resultados de la
investigación y realizar útiles comentarios. Sin embargo, las deficiencias que aquí se
encuentren sólo son atribuibles al autor.
Numerosas personas apoyaron el proceso de investigación y sin ellas no hubiese sido
posible este cometido. Por tanto, manifiesto un especial afecto a Jairo Henry Arroyo
Reina, quien constantemente manifestó atenta colaboración y supo encausar al autor
en el problema a investigar. Igualmente a Iván Darío Sánchez y Alvaro Tovar,
estudiantes que al interesarse en el tema contagiaron y comprometieron al autor en
momentos decisivos.
En el semillero de investigación, retrospectiva y evolución, encontré valiosas personas
que apoyaron incondicionalmente la labor investigativa, mi afecto especial a Angela
María Manrique, Angela María Alvarez, Rosa Milena Arias, Erica Osorio, Crisna
Catalina Losada, María Fernanda Alarcón, Maryely Pérez, Juan Manuel Andrade
Navia y Sergio Alfredo Salas.
Si una historia es posible por las fuentes, ellas fueron posible debido a la generosidad
encontrada en la Academia de Historia del Huila, en especial de manos de su Director
Camilo Francisco Salas, y su asistente, señora Bertha Carvajal, quienes confiaron el
material de consulta y brindaron sin reserva alguna apoyo a la investigación.
Finalmente, este proceso no se hubiera concretado de no haber sido por los
profesores del Departamento de Historia de la Universidad Nacional, quienes en los
seminarios de la Maestría en Historia, contribuyeron a la reflexión y la lectura crítica
del tema investigado. Especialmente, guardo una deuda de gratitud con Bernardo
Tovar Zambrano, Reinel Salas Vargas y Oscar Rodríguez.
11
12
INTRODUCCIÓN
Al trasegar por la vida, los hombres dejan huellas.Detrás de esos vestigios avanza el investigador.
De los autores.
Hacia finales del siglo XIX en el Distrito Municipal de Neiva, capital de la Provincia de
Neiva y uno de los principales centros económicos del Departamento del Tolima, se
aprecia el surgimiento de actividades económicas que implicaron el despertar de
nuevos agentes de la economía local y la ruptura con la hacienda como alternativa
exclusiva para la acumulación. Se trata de una apuesta a la consecución de la riqueza
misma, en la cual los sujetos se convierten en actores racionales en búsqueda del
lucro. Racionalidad que se materializa en la gesta de sociedades y empresas
personales para la explotación comercial, los servicios financieros y en menor ocasión
manufacturas, todas ellas en procura de la ganancia racional, es decir, de utilidad.
El auge del comercio incluye las actividades extractivas de los recursos naturales
como la quina, el añil, el caucho y minerales, y otros como el café, cacao, cueros y
sombreros, así como la compra y venta al por mayor y detal de mercancías nacionales
y extranjeras. En cuanto a los servicios, sobresalen las actividades de los bancos
locales, asesorías profesionales y educación. Las manufacturas, conformadas por
actividades como la talabartería, tipografía, encuadernación, elaboración de
sombreros y herrería, principalmente, hacen parte igualmente de estas nuevas
expresiones económicas.
El periodo comprendido entre 1870 a 1900, en el cual se advierte el surgimiento de
nuevos actores sociales, agentes de variadas actividades económicas también sin
precedentes, así como la conformación de unos capitales, negocios y sociedades,
suministró los indicios de que en este momento histórico se podrían encontrar las
bases para rastrear el origen del empresario huilense.
Además, se abordó este espacio de tiempo en razón a las coincidentes afirmaciones en
el sentido de que en el periodo comprendido entre 1886 y 1922 se forman las
condiciones políticas, sociales y político-institucionales que encausaron al país por el
derrotero de la modernización capitalista, situación esta desconocida para el
Departamento del Huila, creado jurídicamente en el año de 1905. Así mismo, Tovar
13
Zambrano1 sostiene que el Departamento realiza la transición hacia una economía
moderna en la década de 1930, por lo cual se consideró meritorio sentar los
precedentes de esta transición.
Entonces, a partir de una situación problemática definida, en la que se planteó la
pregunta: ¿Cuáles son las rasgos de origen del empresario huilense?, se propuso
conocer los indicios y las prácticas de los agentes económicos del periodo
comprendido entre 1870 a 1900. Con éste propósito se definió un primer objetivo
consistente en establecer las características del entorno –las condiciones del mercado
y las normas de la sociedad- en el Departamento del Huila para el periodo objeto de
estudio. En el capítulo uno se presenta los resultados de éste cometido. Con ésta
misma intención se plasmó un segundo objetivo de estudio que se desarrolló en el
segundo capítulo, el cual procuró identificar los rasgos de los agentes económicos del
periodo, para construir un conjunto armónico que represente el perfil de éstos en el
contexto de estudio. Dado el carácter exploratorio de este trabajo y la limitación de
las fuentes, requiere advertir al lector de antemano que las respuestas serán apenas
próximas, pues hay una realidad mucho más compleja en un tema que en ocasiones se
cataloga de simple.
El presente trabajo hace parte del plan de investigaciones que se ha propuesto el
autor con el propósito de realizar un análisis del empresario huilense y poner al
descubierto sus raíces. De esta manera se pretende aportar algo sobre los
comportamientos humanos, la psiquis, o como lo plantea el profesor Arroyo2 “las
prácticas empresariales”, para descubrir allí las estrategias, lógicas y racionalidades
implícitas en ellas, perspectiva que posibilita ubicar a los empresarios como sujetos
históricos.
La investigación inició por aceptar al empresario como un hecho social, es decir, que
procede del todo humano y por tanto es contingente, relacional, dialéctico y de un
complejo de relaciones entre hombres, lugares, cosas y símbolos. Por lo tanto, se hizo
necesario construir en primera instancia el escenario en el que se desenvolvían los
actores en estudio. Puesto que no se trata simplemente de saber cómo es, sino que es
preciso comprender la lógica de sus modificaciones, las tendencias, las fuerzas que lo
1 TOVAR ZAMBRANO, Bernardo. La economía Huilense entre la tradición y la modernidad (1900-1960), en: Historia general del Huila. Neiva Academia Huilense de Historia, 1996. v. 3, p.207-214.2 ARROYO C. Jairo Henry. Perfil e identidad de los negociantes Caleños 1900-1940. en: Seminario de historia empresarial. Cali: 2003. p. 1-3.
14
impulsan y lo frenan, así como las posibilidades que encierra (las reglas de juego).
Al establecer las características del contexto se hizo especial énfasis en la estructura
geográfica, la red de caminos (estado y conexiones), así como la evolución
demográfica en el Departamento del Huila. De igual manera, se establecieron las
características de los medios de intercambio, la formación de los capitales, la
producción y circulación de bienes y servicios, el grado de desarrollo de las
actividades económicas y su relación con la presencia de agentes económicos.
La sociedad, en cuanto a familias y nexos, así como la organización de la propiedad de
la tierra, el vínculo con lo público y las fuerzas morales e ideológicas establecidas,
también hicieron parte del análisis contextual. En fin, procesos económicos,
demográficos y sociales, espontáneos y promovidos, que sirvieron de marco al
surgimiento de los agentes económicos.
En el plano particular de los agentes se favoreció la descripción de sus prácticas en
cuanto a inversiones y gesta de unidades económicas, así como el origen geográfico,
social y económico, el vínculo con corrientes ideológicas, la educación recibida, la
participación en actividades distintas a las económicas y el monto del capital
acumulado.
Con la información recolectada se establecieron las tendencias en el desarrollo de las
actividades económicas de lo que será en el siglo XX el Departamento del Huila, así
como la formación de una racionalidad tendiente a la ganancia, la injerencia de los
foráneos y extranjeros en los procesos económicos, sociales y culturales, y la
conformación de sociedades y capitales. El estudio de lo cotidiano y de sus estructuras
identifica la existencia de diversos actores económicos, expresiones reales de la
Provincia de Neiva a finales del siglo XIX, que constituyen el preludio de la economía
moderna enunciada por Bernardo Tovar Zambrano.
Las escrituras contenidas en el archivo histórico notarial (AHN), junto a periódicos de
la época, así como a registros fotográficos y el diario oficial, se constituyeron en las
fuentes documentales que permitieron la reconstrucción de los hechos en el relato
histórico. Para el tratamiento de las mismas se recurrió a la elaboración de fichas
documentales y la triangulación de la información suministrada por ésta. Además, con
15
el archivo notarial se construyó una base de datos en la que se incluyó un poco más de
4.500 transacciones notariales3.
El origen del empresario
El problema del empresario, de su esencia y de su origen es extraordinariamente
complejo, infinitamente más de lo que se ha supuesto hasta hoy. Por eso, la primera
inquietud que salta al investigador en el aspecto teórico es: ¿de dónde partir para
conceptuar sobre el origen del empresario?
Tal parece que la historia universal advierte plena armonía entre sus exponentes, en
el sentido de que es en la Edad Media a partir de donde se entiende la evolución del
espíritu capitalista moderno y específicamente la mentalidad económica.
En tal sentido, Von Martin4, en el análisis del renacimiento, encuentra que el espíritu
de empresa es inducido en esta época por la economía monetaria a partir de la idea
del cálculo numérico. Para Sombart, la asociación entre el espíritu de empresa y el
espíritu burgués constituye el espíritu capitalista. El espíritu de empresa es en este
autor una síntesis de codicia, espíritu aventurero, afán descubridor y alguno que otro
ingrediente más; a su vez, el espíritu burgués se compone de prudencia reflexiva,
circunspección calculadora, ponderación racional y espíritu de orden y economía5.
De acuerdo con Sombart, algunas profesiones precapitalistas jugaron un papel de
escuelas preparatorias del espíritu capitalista. En este sentido, la profesión en que
primero germinaron las semillas de este espíritu fue, naturalmente, el comercio en su
sentido más amplio6. En este autor, el espíritu capitalista puede manifestarse en una
determinada conformación del carácter a la que le corresponden ciertos
comportamientos económicos y virtudes burguesas. Pero también pueden
3 Los archivos documentales se revisaron con la colaboración de los integrantes del Semillero de Investigación Retrospectiva y Evolución: Ángela María Manrique, Ángela María Alvarez, Rosa Milena Arias, Érica Osorio, Crisna Catalina Losada, María Fernanda Alarcón, Maryely Pérez, Iván Darío Sánchez, Juan Manuel Andrade Navia, Rolando Centeno y Sergio Alfredo Salas.4 VON MARTIN, Alfred. Sociología del Renacimiento. Colombia: Fondo de Cultura Económica. p. 25-41.5 SOMBART, Werner. El burgués: contribución a la historia espiritual del hombre económico moderno. Madrid: Alianza Editorial S.A., 1977. p. 30.6 Ibid., p. 321-350
16
manifestarse en una serie de facultades aprendidas, tales como la habilidad para el
cálculo, manejo de los negocios y la organización de la empresa.
De lo anterior se desprende que los diversos elementos del espíritu capitalista surgen
de forma absoluta y radicalmente distintas. En la búsqueda de la fuente del espíritu
capitalista se ha de tener en cuenta que las condiciones de su nacimiento difieren
también ampliamente según las épocas del desarrollo del capitalismo. Por ejemplo, la
organización capitalista actual constituye, como bien lo ha expresado Sombart, un
enorme cosmos, dentro del cual nace el individuo y dentro del cual tiene que vivir.7
Este mismo autor plantea que la filosofía y la religión, éstas fuerzas morales, ejercen
un influjo sobre la psiquis y dan sentido a los actos, por lo que estas han contribuido
al desarrollo del espíritu capitalista a partir de la concepción de la vida basada en la
racionalización y la metodificación, así como en el cultivo de las virtudes burguesas y
la restricción del afán de lucro y la coacción a la mentalidad económica. De esta
manera, la génesis del capitalismo es determinada tanto por la acumulación de
grandes riquezas como por la formación de un espíritu capitalista y muchas cosas
más, puesto que las formas económicas nunca pueden nacer de aspiraciones
puramente morales. Cualquiera que sea su especie el espíritu capitalista constituye
una variada mezcla de estados anímicos. 8
Por otra parte, Sombart esgrime que a toda actividad del espíritu capitalista
corresponde necesariamente una especial predisposición natural, congénita. Dichas
predisposiciones varían de un pueblo a otro; es decir, en cada pueblo existe una masa
de la población vinculada a una cantidad diversa de variantes capitalistas.9
La técnica es el siguiente elemento o circunstancia social que considera Sombart, ha
influido sobre la formación del hombre económico moderno. Uno de los efectos
primarios de la técnica consiste en despertar y ampliar el espíritu de empresa. Cuanto
más compleja y amplia es la estructura que confiere la técnica a la producción y al
transporte, más hombres con alma de empresarios se necesitan para desempeñar los
nuevos cometidos. Un segundo efecto importante en el crecimiento de la técnica es el
7 Ibid., p. 227.8 Ibid., p. 285.9 Ibid., p. 215.
17
rápido crecimiento de la población ante la reducción del índice de mortalidad.
La profesión del comercio y la técnica sumadas al incremento de las rentas
monetarias, obran como promotor y condición necesaria para el desarrollo del espíritu
capitalista. La edificación de una economía basada en el dinero exige en primer lugar
cierta cantidad de dinero metálico. Hasta que la economía basada en el dinero no se
convierte en la forma de vida económica comúnmente aceptada, el dinero no puede
llegar a ocupar la posición predominante. Además, un incremento en la reserva de
dinero suele ir acompañado por un incremento en las fortunas privadas.10
Por otra parte, el análisis de los planteamientos expuestos por Max Weber llevados al
contexto de la historiografía económica, nos induce a considerar que el problema
central no es en definitiva el del desarrollo de la actividad capitalista, si no más bien
el del origen del empresario y la empresa al margen del concepto de capitalismo
industrial burgués; es decir, con la organización racional del trabajo libre11.
El afán de lucro, tendencia a enriquecerse, sobre todo enriquecerse monetariamente
en el mayor grado posible, son cosas que nada tienen que ver con el capitalismo. La
ambición, por limitada que sea, es contraria al capitalismo, según Weber. El
capitalismo debería considerarse precisamente como el freno, o por lo menos, como la
moderación racional de este impulso irracional lucrativo12.
Sombart establece que la historia económica se ha movido por dos grandes motivos:
La satisfacción de las necesidades y el lucro. Lo que Sombart llama la satisfacción de
las necesidades parece coincidir, a primera vista, con lo que Weber establece como
tradicionalismo económico, es decir, la necesidad tradicional de hacer grandes masas
de economía.
La cuestión acerca de las fuerzas impulsoras de la expansión del moderno capitalismo
no versa principalmente sobre el origen de la disponibilidad dineraria utilizable en la
empresa, sino más bien sobre el desarrollo del espíritu capitalista13. Tanto Weber
10 Ibid., p. 331-344.11 WEBER, Max. La ética protestante y el espíritu capitalista. Barcelona: Orbis, S.A, 1985. p. 15. 12 Ibid., p. 89.13 Ibid., p. 68-69.
18
como Sombart admiten que es en las prácticas donde se identifica el espíritu del
capitalismo y no en la estructura o en la oferta dineraria.
Para Weber, es la obligación hacia una profesión la que suministra apoyo y base ética
a la conducta del empresario de nuevo estilo. La idea de profesión y la dedicación
abnegada al trabajo profesional era y sigue siendo uno de los elementos
característicos de nuestra civilización capitalista. La idea de profesión presentada por
Weber como elemento básico de la civilización capitalista encuentra de esta manera
una reminiscencia religiosa y se circunscribe a la idea de una misión impuesta por
Dios.14
Según Weber no es oportuno ubicar en la misma categoría cosas tan heterogéneas
como el lucro obtenido por la explotación y el provecho que rinde la dirección de una
fábrica, y mucho menos aún designar como espíritu del capitalismo toda aspiración a
la adquisición de dinero, ya que en su juicio con los segundos se pierde toda precisión
en los conceptos y con lo primero la posibilidad de destacar lo específico del
capitalismo occidental frente a otras formas capitalistas.
Cuando se aspira al lucro racional de tipo capitalista, la actividad correspondiente se
basa en un cálculo capital; es decir, se integra una serie planificada de prestaciones
útiles, reales o personales, como medio adquisitivo, de tal suerte que, en el balance
final, el valor de los bienes estimables en dinero deberá exceder al capital, es decir, al
valor de estimación de los medios adquisitivos reales que se emplearon para la
adquisición por cambio. Hay veces, ciertamente, en que falta todo cálculo y
estimación exactos, procediéndose por evaluaciones aproximativas o de modo
puramente tradicional y convencional, y esto ocurre en toda forma de empresa
capitalista; pero esto no afecta a la esencia, sino solamente al grado de racionalidad
de la actividad capitalista15.
La actividad económica consiste en guiarse en todo momento por el cálculo del valor
dinerario aportado y el valor dinerario obtenido al final, por primitivo que sea el modo
de realizarlo. En este sentido, ha habido capitalismo y empresas capitalistas en todos
los países civilizados del mundo tanto en la antigüedad como en la Edad Media y en la
14 Ibid., p. 79-88.15 Ibid., p. 9-11.
19
Moderna. En todo caso, la empresa capitalista y el empresario capitalista son
productos de los tiempos más remotos. Pero hay en Occidente una forma de
capitalismo que no se conoce en ninguna otra parte de la tierra: la organización
racional capitalista del trabajo formalmente libre.16 La moderna organización racional
del capitalismo no hubiera sido posible sin la intervención de dos elementos
determinantes de su evolución: La separación de la economía capitalista y la industria
y la consiguiente contabilidad racional.
Al hablar del caso específico colombiano, Bejarano deja ver que las condiciones para
un desarrollo industrial y por consiguiente empresarial, se explican a partir del
surgimiento de una basé económica – cafetera, en particular - la existencia de un
sistema de transporte que vincule al país con el exterior, la conformación de un
mercado interno y una organización política que se fragua al amparo de normas
constitucionales, además de un contexto internacional favorable.17
De igual manera, Bernardo Tovar Zambrano, al comentar del proceso de surgimiento
y desarrollo de la industria, establece que en él concurrían en primera instancia las
condiciones creadas precisamente por la economía cafetera de exportación, tales
como la acumulación de capital, la apertura de un mercado de consumo de bienes
manufacturados, el desarrollo del transporte, la formación de un grupo empresarial y
la urbanización, entre otros.
Asimismo, la industrialización contaba con el mercado libre de fuerza de trabajo que
se formaba en las ciudades, el cual se vería favorecido por la emigración de
trabajadores rurales hacia los centros urbanos. También incidía en la industrialización
la política económica del Estado, a través de los mecanismos de arancel aduanero, del
manejo monetario del gasto público, de los incentivos y apoyos, así como las
coyunturas del mercado mundial18.
En este mismo sentido se advierten conclusiones de los análisis de Kalmanovitz y
Tirado Mejía. El primero de ellos observa que la burguesía productora de plusvalía,
16 Ibid., p. 10-12.17 BEJARANO, Jesús Antonio. Introducción, en: Nueva historia de Colombia. Colombia: Editorial Planeta, 1989. Tomo V. p. 5-6.18 TOVAR ZAMBRANO, Bernardo. La economía Colombiana (1886-1922), en Nueva Historia de Colombia. Colombia: editorial planeta, 1989. Tomo V. p. 14.
20
surge como tal en varias capas sucesivas de procesos históricos y una férrea disciplina
que va imponiendo lentamente el capital, destacando que ésta, no surgió en Colombia
en el siglo XIX, puesto que en tal momento no hubo acumulación de capital sobre una
base de producción y explotando una clase proletaria. Además, Kalmanovitz19, al
comentar la génesis de la burguesía industrial colombiana, plantea que ésta se asocia
primero como un apéndice de una burguesía comercial y bancaria, que tuvo sus
inicios en los circuitos de circulación mercantil y financiero antes de irrumpir en la
producción fabril propiamente dicha. De igual manera, hay que considerar, según el
autor, el hecho de que una buena parte de los gestores de empresas pioneras en
Colombia fueron extranjeros.
Así mismo, el autor plantea que el desarrollo empresarial e industrial se deriva de
elementos tales como: a) la diferenciación en las regiones más libres, con el
surgimiento de comerciantes, capitalistas, trabajadores asalariados y capas medias, b)
la división del trabajo regional e internacional y c) el establecimiento de premisas
políticas y territoriales que diseñaron un mercado interno, una banca central y una
actividad estatal, que favorecieron la acumulación privada de capital. 20 Entre tanto,
Álvaro Tirado Mejía señala entre las causas del surgimiento de la industria en
Colombia, a partir de 1930, la unificación del mercado nacional, como consecuencia
de la unificación geográfica, del desarrollo del comercio y del crecimiento de las vías
de comunicación.21
Según Kalmanovitz, la localización concentrada de la industria responde a numerosos
factores que se conjugan para acumular ventajas: población, mercado, acceso
privilegiado a materias primas, infraestructura de servicios, mano de obra calificada,
abundancia y centros educativos, de investigación y de cultura, centralización de la
información, de la administración pública y de las entidades de financiamiento,
abaratamiento de la distribución, disponibilidad de tecnología, desarrollo de las
relaciones industriales por la enorme confluencia de empresas en las áreas
metropolitanas, todo ello generó economías externas y de escala que no pueden ser
reemplazadas por las buenas intenciones o los pírricos gastos de los gobiernos
regionales en infraestructuras. Es cierto que el centro, por el solo hecho de serlo,
19 KALMANOVITZ, Op. cit., p. 325-326.20 KALMANOVITZ, Salomón. Economía y Nación: una breve historia de Colombia. Bogotá: Tercer Mundo.1994., p. 294.21 TIRADO MEJÍA, Álvaro. Introducción a la historia económica de Colombia. Bogotá : Universidad Nacional de Colombia, 1971. p. 241-249
21
acopia recursos nacionales; pero no es tanto lo que exprime de la Nación lo que
explica su gran desarrollo, sino las fuentes internas de acumulación y la rebaja de los
costos industriales, ventajas que brotan de la concentración regional22.
Al estudiar la formación de una élite técnica y empresarial en Colombia, Frank Safford
atribuye significación a los valores e instituciones heredadas en la conquista, además
de las alternativas que ofrecía el contexto económico, social y político, sumado al
tamaño del mercado, los intercambios, la producción, la estructura geográfica y los
conocimientos técnicos y científicos.
Para Safford, los sectores altos tradicionales observan una ancestral indiferencia
hacia lo técnico y lo económicamente productivo, lo que se atribuye con frecuencia a
la herencia cultural de la nobleza española, que basó cada vez más su demanda de
privilegios especiales no sólo en su función militar sino también en los servicios
administrativos prestados a la corona. Los sectores altos de la sociedad española de
comienzo de los siglos XVI y XVII fueron modelados por una cultura militar-
burocrática, desarrollándose un concepto de honor, una exposición razonada del
privilegio de nobleza fundamentada en un ideal de servicio público que rechazaba y
consideraba vil una búsqueda demasiado obvia del provecho económico23.
En este mismo sentido, José Antonio Ocampo plantea que la manifestación del
“espíritu del capitalismo” que se presentó en Colombia desde fines del periodo
colonial es incipiente, en tanto se evidencian algunas oportunidades internas como el
intento industrial de 1830. Señala el autor que la economía colombiana de mediados y
finales del siglo XIX, caracterizada por “la débil inserción al mercado mundial y el
carácter de periferia secundaria”, sumados a factores externos como la crisis de las
metrópolis capitalistas, estimularon factores internos relacionados con la actitud del
empresario colombiano, basados en el afán de lucro y el aprovechamiento de
circunstancias coyunturales de precios altos en los mercados mundiales; a estos,
Ocampo los denominó productores especuladores24.
22 KALMANOVITZ, Op. cit., p. 376-377.23 SAFFORD, Frank. El ideal de lo práctico, el desafío de formar una élite técnica y empresarial en Colombia. Bogotá: Universidad Nacional, el Ancora editores, 1989. p. 27.24 OCAMPO, José Antonio. Colombia y la economía mundial 1830-1910. Bogotá: Conciencias- Fedesarrollo. Tercer Mundo editores, 1998. p. 1-77.
22
Finalmente, se aprecia un común acuerdo entre diversos autores al considerar que en
Colombia algunas regiones se vieron forzadas por el medio social a emplear formas
libres en las relaciones sociales de producción, en tanto que en otras predominaron
las relaciones de tipo servil. Esta diferenciación social conllevó a un más temprano
surgimiento de comerciantes, capitalistas, trabajadores asalariados y capas medias,
todos ellos determinantes en la formación de una estructura empresarial, en las
regiones donde predominaron las relaciones de formas libres.
Las consideraciones anotadas anteriormente sustentan razones de tipo estructural
que bien podrían dar cuenta del origen del fenómeno estudiado. Sea por: a)
predisposición genética, b) condiciones generadas por una base económica, c) la
combinación de un espíritu de aventura y cálculo, d) la influencia de fuerzas morales,
e) profesiones previas como el comercio, f) condicionamiento del modelo de
desarrollo; para citar algunas, lo expuesto hasta ahora permite colegir que el
empresario no es sui generis, o que no se da un solo tipo de empresario, y que al igual
que acontece en el periodo del capitalismo temprano, empresarios capitalistas
diferentes poseen también un origen distinto. Indiscutiblemente, el empresario está
sujeto a estas y otras consideraciones; pero también produce realidad, y de allí la
importancia de “otorgarle dignidad” a sus prácticas.
La noción de empresario
Abordar el estudio de los empresarios en el contexto regional demanda inicialmente
esclarecer la ambigüedad en el uso del concepto mismo. Dentro de la economía
política hay elementos importantes, y la noción misma de empresario se confunde con
la categoría de burguesía; y el "espíritu empresarial" o pensamiento y valores de los
empresarios queda cubierto con la categoría conciencia de clase de la burguesía25.
Para el cometido propuesto en la investigación se optó por la perspectiva de la
historia empresarial, la cual es una disciplina académica consolidada, lo que se
evidencia al identificar los balances historiográficos adelantados en países como
España, Gran Bretaña, Estados Unidos, Alemania, Francia, México, Argentina, Brasil y
Colombia, para citar algunos26. El actual horizonte metodológico de la historia de
empresas y del mismo empresario, se afirmó con base en los aportes teóricos de la
25 DÁVILA L. DE GUEVARA, Carlos. El empresario Colombiano, una perspectiva histórica. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de estudios interdisciplinarios, 1986. p. 143.
23
disciplina económica. Esta aproximación académica ha conseguido formalizar un
paradigma científico entre una gran parte la comunidad de investigadores.
Por otra parte, los historiadores económicos y en particular quienes se aplican a la
historia empresarial, coinciden en el hecho de que no hay una historia sin teoría y
viceversa27, y que por tanto, el análisis histórico ha de combinar la investigación
empírica con la reflexión teórica28. Para estos efectos, es menester ordenar primero el
instrumento lingüístico. Y aunque, aquí se recurrirá para ello a las aportaciones de la
disciplina económica, es de obligación resaltar la existencia de voces que reclaman
conectar la historia de la empresa y los empresarios con el patrimonio de las ciencias
sociales, enriquecido con la vertiente más propiamente sociológica, antropológica y
cultural-empresarial. Se trata, a decir de Sapelli, de un proceder de forma ecléctica
según la convergencia epistemológica explícita29.
La naturaleza del empresario: primeras ideas.
Este apartado se orientará intentando una aproximación a respuestas que surgen de
interrogantes como: ¿Quien es el empresario? ¿A qué se dedica? ¿A quien podemos
considerar empresario? Hoselitz30 cuenta, que la palabra empresario apareció durante
la baja edad media para designar a una persona que acomete alguna labor. Se trata
de individuos a cuyo cargo corría la construcción de grandes obras arquitectónicas.
Hasta finales del siglo XII los encargados de planificar y ejecutar tales obras eran, por
obvias razones, los clérigos. Éstos no asumían riesgo alguno, ya que no contrataban
para la ejecución de una obra determinada, sino que adelantaban tareas hasta agotar
los fondos. Con el ocaso de la edad media y el incremento del poder secular, la
importancia de los clérigos como empresarios disminuyó hasta casi desaparecer.
Obviamente, las obras prioritarias no serían ya las eclesiásticas, sino fortificaciones,
carreteras, puentes, canales, puertos, palacios y otros edificios públicos seculares31.
26 Para mayor ilustración del estado del arte en la historia empresarial en diferentes países, ver entre otros a ERRO, Carmen, Historia empresarial, pasado presente y retos del futuro. Editorial Ariel. Barcelona 2003.27 SAPELLI, Guilo. La construcción social e histórica de la empresa: para un nuevo modelo teórico. En: COMIN, Francisco y ACEÑA, Pablo Martín. La empresa en la historia de España. Editorial Civitas. Madrid. 1996. p. 473 y ss.28 También se pueden encontrar interesantes argumentos al respecto en ROBERTS, Alan. La teoría en la historia empresarial. En: ERRO, Op. cit. p. 57 y ss.29 SAPELLI. Op. Cit., p.47630 Citado por MARTIN ACEÑA, Pablo. La historia de la empresa en España. Universidad de los Andes, Facultad de Administración, Cátedra Corona Número 3. Bogotá. 2002. p. 10.31 Ibid., p. 10.
24
Desde otro punto de vista se afirma que el origen de la palabra empresario está
relacionada con la tarea de emprender tareas arduas y dificultosas en el campo de la
economía. Al respecto, Braudel, citado por Ordóñez (1995), manifiesta que
históricamente uno de los primeros agentes de la actividad empresarial fue el
mercader medieval, quien se encargaba de la comercialización de productos entre
mercados distantes, manejaba un alto grado de incertidumbre que conllevaba el
riesgo como producto de los precios de compra y venta. A continuación surge en la
Edad Media la figura del negociante, quien supera la especialización del mercader
para convertirse en polivalente y acaparador. El concepto de capitalista data de
mediados del siglo XVII y designa a los poseedores de fortunas pecuniarias, de
papeles públicos, de valores inmobiliarios o de dinero líquido, de riqueza en sí32.
En el contexto de la revolución industrial emerge, según Weber, el capitalista típico,
caracterizado por ser hombre educado en la escuela de la vida, prudente y arriesgado
a la vez, sobrio y perseverante, entregado de lleno con devoción a lo suyo, con
concepciones y principios rígidamente burgueses33. Maurice Doob34 señala la función
del capitán de industria, a personas humildes que adquirieron sabiduría práctica y
desarrollaron una sensibilidad especial para las posibilidades de una nueva técnica y
su aplicación exitosa a partir de la experiencia adquirida en la organización y
planificación de actividades productivas y de ex maestros.
Según Maurice Godelier, en su sentido más general la palabra empresa indica
unidades de producción, es decir, el marco institucional de los factores de producción
en una sociedad determinada (Ordoñez, 1995:17). Por su parte, Arthur H. Cole define
el empresario como: "el conjunto de actividades que desarrolla un individuo, o un
grupo de individuos, con el propósito específico de fundar, mantener o ampliar una
unidad para la producción o distribución de bienes y servicios, que esté orientada a
obtener utilidades. Este conjunto incluye una secuencia integrada de decisiones"35.
En el siglo XVI algunos autores aluden a los empresarios como personas intrépidas y
prestas a arriesgar sus vidas y fortunas. Es una designación empleada desde la edad
32 BRAUDEL, Fernand. Civilización material, economía y capitalismo, citado por Ordoñez, Op. cit., p. 105.33 WEBER, Max. La ética protestante y el espíritu capitalista, citado por Ordoñez, Ibid., p. 105.34 DOOB, Maurice, citado por Ordóñez, Ibid., p. 108.35 COLE, Arthur H. Entrepreneurship and the entrepreneurial history : the institutional setting. Harvard 1949. Citado por RODRÍGUEZ BECERRA, El empresario industrial del viejo Caldas, Op. cit., p. vii.
25
media en Francia, alusiva a los responsables de expediciones militares. A inicios del
siglo XVII y aún en el siglo XVIII, el concepto de empresario se encuentra asociado a
incertidumbre. En este siglo se designaba con el vocablo francés entrepreneur a una
persona cuya actividad implicaba un riesgo. Pero no todo el que corriera un riesgo era
entrepreneur, el término no se aplicaba a manufactureros y comerciantes, sino
exclusivamente a un grupo de hombres, relativamente reducido, referido para
aquellos responsables de empresas extraordinarias, tales como los grandes
contratistas de obras públicas y diligencias militares con la Corona36. De esta manera,
empresario significaba al encargado de combinar los factores de producción (para
construir un edificio o armamento) y de asumir el riesgo37. Siendo así, el empresario
era una persona que entraba en relación contractual con el Gobierno para la
prestación de un servicio o el suministro de mercancías. Se establecían los estipendios
y el empresario corría con el riesgo de beneficios o pérdidas.
De acuerdo con Valdaliso y López, siguiendo a Schumpeter, el economista y
comerciante irlandés, Richard Cantillón (1680-1734) fue el primer autor que vinculó la
acción empresarial al concepto de incertidumbre, realizando una separación clara de
la provisión de capital. En Cantillón, el entrepreneur o empresario es aquel que
compra a precios ciertos y vende a precios inciertos. Así entendido, la función
empresarial era la de afrontar la incertidumbre y el riesgo, obteniendo un beneficio en
la diferencia entre los previsto y lo realmente ocurrido38, por lo que excluye a éstos
del suministro del capital.
Ahora bien, sucede que con el transcurrir del tiempo se perfiló cada vez más una
división del trabajo, la que evidenció una separación entre el arquitecto o ingeniero y
el empresario o contratista. Este último era el responsable de reunir los factores
necesarios requeridos en la realización de la obra. De esta manera surge la persona a
la cual la teoría económica del siglo XIX asigna, sin nombrarla, la responsabilidad de
combinar los factores de la producción, y que al hacerlo por cuenta propia asume el
riesgo inherente a la fabricación39.
36 Tanto Martín Aceña, como Valdaliso y López, aluden a tal descripción.37 VALDALISO, Jesús María y LOPEZ, Santiago. Historia económica de la empresa. Editorial Crítica. Barcelona. 2000. p. 12.38 Ibid., p. 13.39 MARTIN ACEÑA, La historia de la empresa en España Op. cit., p.11.
26
Por su parte, J. B. Say (1767-1832), economista francés, integrante de la escuela
clásica de pensamiento económico; asoció igualmente la función empresarial a la
incertidumbre. Say consideraba el beneficio obtenido por el empresario como un
premio por la asunción de riesgos. El empresario fue para Say, el responsable de la
dirección y el control de la empresa, en tanto que la función del capitalista era la de
proporcionar el capital. Además, el empresario de Say era el principal agente de la
producción, puesto que era el encargado de combinar los distintos factores
productivos40. A decir de Martín Aceña, la propuesta de Say, es la que prácticamente
ha llegado a nuestros días41.
Un poco asociado a lo tratado hasta ahora en cuanto al concepto de empresario se
aprecia en la definición dada por la Real Academia de la Lengua Española. En ésta, el
concepto de empresario es extensivo a la persona que por concesión o por contrata
ejecuta una obra o explota un servicio público42. Tal definición descarta a los
conglomerados o corporaciones para centrarse en el ser actuante. Tampoco considera
aspectos relacionados con el riesgo y la incertidumbre. De igual manera, no precisa
algunos elementos como la durabilidad, envergadura y características del objeto o
labor contratada, por lo que asume que cualquier contrato, incluso para desarrollar
como una labor personal, determina la condición de empresario.
Por su parte, Timmons sostiene que el empresario es la facultad de crear y desarrollar
algo prácticamente de la nada. Supone lanzar una empresa u organización, ocuparse
de ella, obtener logros y ampliarla, más que contemplarla, analizarla o describirla.
Constituye un don que le permite percibir una oportunidad, allí donde para otros reina
únicamente el caos, la contradicción y la confusión. Es la capacidad para formar un
equipo fundador para complementar las propias habilidades y talentos. Implica la
predisposición voluntaria para correr riesgos calculados -financieros y personales-
realizando luego todo lo posible por volcar las circunstancias a su favor.43
El empresario bajo el lente de la disciplina económica
40 VALDALISO y LOPEZ. Op. cit., p. 13.41 MARTIN ACEÑA, La historia de la empresa en España Op. cit., p.11.42 www.raes.es43 TIMMONS, Jeffy A. La mentalidad empresarial. Argentina : Editorial Suramericana, 1989. p. 19.
27
Las aportaciones sobre la teoría de la empresa y la teoría de la historia de la empresa
han evolucionado desde la microeconomía clásica hasta recientes desarrollos de la
teoría de la organización. Concepciones en torno a empresas (y por tanto, también se
puede inferir en algunos casos acerca del empresario) pueden surgir y clasificarse en
seis grupos 1) la teoría neoclásica o visión tecnológica, 2) la teoría de los costes de
transacción, 3) la teoría de la agencia, 4) el enfoque institucionalista, 5) la teoría
evolutiva, y 6) la perspectiva que acentúa los componentes sociales y antropológicos44.
En los economistas clásicos se evidencia un aparente reconocimiento de la figura del
empresario, la cual se presenta asociada con la del capitalista, en cuanto que los
beneficios empresariales corresponderían al interés del capital invertido45. La cuestión
aquí, siguiendo a Valdaliso y López, es que la renta del empresario son unas
ganancias que se producen por decisiones y éstas acusan incertidumbre, lo que se
contrapone a la concepción clásica de rentas permanentes46. Sin embargo, tal como lo
expresa Torres Villanueva, éste problema consistente en la fusión de las figuras del
empresario y el capitalista quedó superada por la propia dinámica de la historia, sobre
todo a partir de la segunda mitad del siglo XX, en la medida que nuevos métodos de
financiación fueron imponiendo la segregación de ambas47.
La historia económica, centrada en la explicación del desarrollo económico,
fundamenta su labor en develar el crecimiento de la productividad y la renta per
cápita de los países. Tal cometido, se erige, en especial, sobre el contenido del análisis
44 COMIN, Francisco y MARTIN ACEÑA, Pablo. La empresa en la historia de España. Editorial Civitas. Madrid. 1996. p. 18.45 En la escuela clásica se incluye la obra de Smith, Malthus, Ricardo y Stuart Mill, quienes se ocuparon preferiblemente por la propiedad privada y los mercados; por tanto, la desconfianza hacia los gobiernos, y su fe ciega en el poder del egoísmo y su famosa “mano invisible”, que hacía posible que el bienestar social se alcanzara mediante la búsqueda individual del interés personal. Todo ello, sumado al principio de escasez (oferta). Es válido recordar que la economía se ocupa de los procesos de producción, distribución, comercialización y consumo. En lo atinente a la distribución, además de considerar el reparto del ingreso y la renta nacional en la sociedad, también incluye la asignación del valor de la producción a cada uno de los factores o agentes que intervienen en la misma: el trabajo, la tierra, el capital y los gestores o administradores de las empresas. La asignación de este valor se hace mediante pago monetario representado por los salarios, rentas, intereses y beneficios. Parte de la cuestión es si: ¿la gestión empresarial es un factor y por tanto tiene beneficios?, o si es estos se encuentran ya inmersos en el salario; o de igual manera, si esta gestión hace parte del capital y por ende recibe el beneficio correspondiente a él. 46 VALDALISO y LOPEZ. Op. cit., 13-14.47 TORRES VILLANUEVA, Eugenio. Funciones empresariales, cambio institucional y desarrollo económico. En: Dávila L. de Guevara, Carlos. Empresas y empresarios en la historia de Colombia. Siglos XIX - XX. Tomo I. Bogotá. Editorial Norma, Ediciones Uniandes, Facultad de Administración de la Universidad de los Andes. 2003.p.10.
28
neoclásico48, el cual surgió en la segunda mitad del siglo XIX, y que en la actualidad se
constituye en un paradigma para el análisis económico. Los neoclásicos explicaron la
formación de los precios, no en función de la cantidad de trabajo necesario para
producir un bien, como fue el caso de Ricardo y Marx, sino en función de la intensidad
de las preferencias de los consumidores. Bajo esta visión, se considera a la empresa
como un agente del mercado cuyas decisiones están marcadas por los costes, y por
tanto, por la función de producción, vale decir, la tecnología. De esta manera, la
eficiencia del sistema, reside en el funcionamiento adecuado de los mercados, pero no
en las reglas de asignación, ni en la gestión humana requerida para establecer éstas
en el interior de la empresa49.
Quizá, y en forma tímida, neoclásicos como Marshall y Clark, intentaron incluir al
empresario dentro de sus modelos de crecimiento económico. Marshall, al considerar
a la empresa como uno de los agentes esenciales del desarrollo económico, distinguió
como factor productivo específico y por tanto susceptible de remuneración, la
capacidad organizadora en los negocios, la cual distinguió de la disponibilidad de
capital. Sin embargo, tal capacidad organizadora fue vinculada con las condiciones
objetivas de la organización de la industria, antes que con la capacidad empresarial
propiamente dicha50. A pesar de estos problemas conceptuales, Marshall no dudaba
de la necesidad de profundizar en el análisis de las ganancias del empresario. Sin
embargo, por este mismo tiempo, Leon Walras, el otro gran neoclásico por excelencia,
expulsó al empresario del análisis económico. Para este autor, el empresario no es un
factor productivo especial, cualquiera puede desempeñar su función. Se retorna así, al
principio por el cual la función del empresario va ligada a la del capitalista, por lo que
su retribución será igual al interés del capital invertido51.
Por otra parte, el economista y sociólogo estadounidense Thornstein Bunde Veblen
(1857-1929), atribuyó a la búsqueda de beneficio, o sea, a la acumulación de capital a
nivel individual, como el principal motivo que mueve al empresario, siéndole
indiferente si su conducta conduce al bienestar general de la comunidad o no. Tal
visión, con matiz negativo en cuanto al empresario, procede de la dicotomía vebliana
48 A partir de la década de 1870, economistas neoclásicos como Walras, Stanley Jevons y Marshall, centraron el análisis en la interpretación de las preferencias de los consumidores49 SEGURA, Julio. Visiones analíticas de la empresa, evolución y nuevos enfoques de viejos problemas. En: COMIN, Francisco y ACEÑA, Pablo Martín, Op. cit., p. 38.50 TORRES VILLANUEVA. Op. cit, p. 10.51 VALDALISO y LOPEZ. Op. cit., 16.
29
entre la producción que crea una verdadera ganancia para la sociedad, y la
especulación, que sólo aporta beneficios particulares a costa del interés general. La
primera actividad es atribuible a tecnólogos e ingenieros, en tanto que la segunda al
empresario. Tal concepción del empresario como parásito del sistema productivo,
ejercería profunda influencia en futuros desarrollos de Keynes, Galbraith y Marglin. Al
eliminar de las ganancias del empresario la retribución por la producción como
trabajador ingeniero, entonces su figura se reduce a la de un capitalista
especulador52.
También John Maynard Keynes (1883-1946) se refirió al empresario con escasa
consideración: “una criatura instintiva y elemental, primitiva en su forma de expresión
y falta de sofistificación en el conocimiento de sí mismo”.53Keynes distinguió entre la
especulación orientada en el corto plazo, que sólo desestabilizaba la economía, y el
espíritu de empresa. No obstante reconoció la importancia del beneficio empresarial,
señalando a su vez que el motivo que mueve al empresario es el dinero, la
acumulación, lo que puede justificarse en la medida que sus ganancias procedan de
actividades productivas para la sociedad54.
En otro extremo del espectro ideológico se consideraba al empresario como una figura
superflua en el proceso productivo, cuya única función era extraer un plusproducto a
los trabajadores. De Karl Marx (1818-1883) procedía tal consideración. Cercana a la
concepción de los economistas clásicos en cuanto al empresario, para Marx, éste era
el propietario del capital y el proceso de desarrollo era automático. En particular,
Marx acentuaba que a la posesión del capital el capitalista se convertía en
empresario, y controlando el proceso de producción, se apropiaba de una parte del
valor generado. La fortuna del empresario era la extracción del valor añadido por los
trabajadores que no era remunerado en el salario (plusvalía)55.
A partir de la postura neoclásica se cristalizan los modelos econométricos en los
cuales los agentes se reducen a su racionalidad para la toma de decisiones con base
en la existencia de información perfecta. Precisamente, bajo la lupa neoclásica y con
52 Ibid., p.16.53 Citado por VALDALISO y LOPEZ. Op. cit., p.17.54 Ibid., p.18.55 Ibid., p.19. La racionalidad de los agentes, ciudadanos y empresarios, se traduce en la maximización. Es decir, los primeros buscarán obtener la máxima satisfacción, en tanto que los segundos tratarán de maximizar su
30
el triunfo de las ideas keynesianas de la intervención del estado y la inversión del
capital como factores explicativos del crecimiento económico, se olvidó al empresario
como factor de producción específico, por lo que se desconoce la influencia de éste en
el desarrollo económico. Aún más, ni se consideran las particularidades de las formas
que esta influencia adopta en diferentes lugares y periodos de tiempo56. De tal suerte,
que la lógica organizativa de la producción, es decir, el emprendimiento empresarial,
se define de una sola y única manera: la maximización de utilidades. Evidentemente,
es un riesgo de la simplificación.
Para los neoclásicos, la coordinación de los intercambios y la coordinación de los
recursos se guían por los precios de los mercados de bienes y de factores, de tal
manera que la conducta del empresario –materializada en la función de producción
que es su empresa- se ciñe de manera pasiva a estos parámetros. Bajo condiciones de
equilibrio y con información perfecta, la figura del empresario es invisible, carece de
relevancia57.
Sin embargo, en condiciones de cambio (desequilibrio) e información imperfecta,
limitada, o ausencia de información (incertidumbre), aspectos propios del desarrollo
económico, surge la figura del empresario; quien se convierte en un agente que suple
con sus decisiones la funciones de coordinación que cumplían los precios en el modelo
neoclásico de equilibrio. Al considerar la organización de la producción aparece el
empresario como sujeto activo del intercambio y la asignación de recursos.
Identificadas estas carencias presentadas en la escuela neoclásica, la teoría
económica ha desarrollado al menos dos líneas de avance. Una conocida como la
economía industrial (centrada en el estudio de la empresa) a partir de los aportes de
Coase –teoría de los costes de transacción y el análisis contractual de la empresa-.
Esta nueva preocupación por la empresa a partir del decenio de los setenta, tampoco
contemplará la visión empresarial, ya que la empresa se asoció a un “nexo de
utilidad.56 Es válido incluir aquí la anotación que hace Torres Villanueva citando a Baumol, en el sentido que la ausencia del empresario en la teoría económica neoclásica obedece a que, por su propia naturaleza, la actividad empresarial no puede ser estandarizada ni descrita en términos generales, pues no se trata de una rutina sino más bien de una actividad que implica el ejercicio de la imaginación, el alejamiento de las prácticas corrientes, la agudeza de percepción para el rápido reconocimiento de las nuevas oportunidades y el uso de medios innovadores para sacarles provecho57 TORRES VILLANUEVA, Eugenio. Funciones empresariales, cambio institucional y desarrollo económico. En: Dávila L. de Guevara. Op. Cit., p.5.
31
contratos”. La segunda línea de avance, centrada en el estudio del empresario como
factor de producción esencial en la actividad económica y en el cambio económico,
cuyas principales manifestaciones son las teorías de Schumpeter (1883-1950) y Knight
(1885-1972), formuladas en las primeras décadas del siglo XX. En el primero, se
resalta el papel del empresario como elemento de desequilibrio (cambio), en tanto que
en el segundo, se hace énfasis en la respuesta de dicho agente en situaciones de
incertidumbre58.
Una primera consideración acerca de la naturaleza de la actividad empresarial se
precisa en la relación de éste con la clase y cuantía de la ganancia que se espera
obtener y con el grado de influencia en el desarrollo económico. Siguiendo los
planteamientos de Schumpeter al respecto, de la forma como lo hace Torres
Villanueva59, se puede afirmar que la actividad empresarial es una condición necesaria
para el desarrollo económico –aunque no es suficiente- y que para comprender la
relación entre ambas cosas puede ser útil el concepto de nuevas combinaciones. En el
sentido schumpeteriano, la “nueva combinación” es una actividad empresarial
innovadora, que consiste esencialmente en el establecimiento de una nueva función
de producción. Así, los empresarios innovadores se ven incentivados a ella por la
ganancia de monopolio, que se mantendrán en cuanto más tarden los demás en imitar
tal innovación.
También se constituyen en “nuevas combinaciones”, aunque de menor rango, las
actividades empresariales asignadoras o reasignadoras, en cuanto que responden a
los cambios que ocurren en los mercados y aprovechan las oportunidades que de éste
surgen (aquí radica la esencia de la teoría del empresario de la Escuela Austriaca).
Igualmente, hay “nuevas combinaciones” asociadas a la actividad empresarial que
busca la mejora en la eficiencia, considerada ésta como resultado de la combinación
58 Ibid., p.6.59 TORRES VILLANUEVA, Eugenio. Funciones empresariales, grupos de interés y política económica en la restauración. El empresario vasco Ramón de la Sota. En: COMIN, Op. cit., p. 424. La Escuela Austriaca concibe el mercado como un proceso y no como una situación de equilibrio. La ausencia de equilibrio permite, entonces, la aparición de oportunidades (de negocio) para el empresario, quien actúa como una fuerza equilibradora en la economía. Para Kirzner, el representante más destacado de esta escuela en la actualidad, el empresario es el hombre que está atento, alerta (alertness) al surgimiento de oportunidades de beneficio. De esta manera se distingue en esta escuela entre el capitalista y el empresario.
32
de las dos anteriores60. De manera textual, los cinco tipos de innovación distinguidos
por Schumpeter son:
1. Introducción de un nuevo bien o una nueva cualidad de un bien (innovación de
producto)
2. Introducción de un nuevo método de producción (innovación de proceso)
3. Apertura de un nuevo mercado.
4. Conquista de una nueva fuente de oferta de materias primas o bienes
semifacturados.
5. Creación de una nueva organización en cualquier sector productivo
(innovación organizativa).61
Entonces, en Schumpeter se identifica al empresario con el agente innovador que
introduce en el proceso productivo elementos desconocidos, tales como nuevas
tecnologías, productos, factores, mercados, organización. Quienes efectúan las citadas
innovaciones estarán realizando una función económica que antes no existía y su
beneficio será la remuneración que corresponda al empresario que la ejecuta con
éxito. Siguiendo a Schumpeter, el desarrollo económico dependerá en parte, de la
disponibilidad de emprendedores capaces de adoptar prácticas de gestión, no solo
productivas sino también innovadoras.
De esta manera, Schumpeter estableció una diferencia clara entre el gerente, el
financiero o capitalista y el empresario. Así mismo, limitó la función del empresario a
la existencia de una nueva combinación, ya que, en cuanto esa función cesa, deja de
ser empresario. Sostuvo igualmente, que las capacidades empresariales son en buena
medida innatas, y sólo presentes en unos pocos individuos. Sin embargo, los
empresarios aparecen en racimos porque el surgimiento de unos facilita la aparición
de otros. De esta manera se entiende y se diferencia la naturaleza de la ganancia del
empresario, lo cual como se ha visto ha sido materia de discusión en diferentes
momentos. Así, el beneficio empresarial no es una renta ni una remuneración al
60 Binks y Vale, señalan que existirían tres tipos de nuevas combinaciones, en el sentido Schumpeteriano del término: la descrita por Schumpeter (innovación), la actividad empresarial asignadora o reasignadora –acorde a los supuestos de la Escuela Austriaca- de empresarios que responden a los cambios que se operan en el mercado y aprovechan las nuevas oportunidades y por último, la actividad empresarial dirigida a mejorar la eficiencia interna de la empresa. Citado por Valdaliso y López, Op. cit., p.31. 61 SCHUMPETER, Joseph. Teoría del desenvolvimiento económico. Una investigación sobre ganancias, capital, crédito, interés y ciclo económico. México, Fondo de Cultura Económica. 1978. p. 77.
33
capital invertido, ni tampoco es un salario, es “la expresión del valor de la
contribución del empresario a la producción, en exactamente el mismo sentido que los
salarios son la expresión en valor de lo que el trabajador produce”.62
La siguiente reflexión de la que se denominó anteriormente como línea de avance,
está a cargo de F. H. Knight. Según el autor en cita, el empresario o la empresa son
realmente el único factor productivo, puesto que la tierra el trabajo y el capital sólo
son medios de producción. La principal función del empresario es la asunción de
riesgos (ya planteada en Say) y de esta se deriva el beneficio. Quizá el aporte más
valioso de Knight fue la distinción entre los conceptos de riesgo e incertidumbre. El
riesgo, que supone una incertidumbre objetiva, puede ser estimado (cálculo de
probabilidades) y por tanto, susceptible de ser medido e incluido en los costes de
producción63.
Para Knight, al igual que Schumpeter, las capacidades de los empresarios son innatas,
aunque sus conocimientos mejoran con el aprendizaje y la experiencia. La
remuneración del empresario en la visión de Knight, se encuentra, a decir de
Valdaliso y López, a medio camino entre el pago de un salario por ser un eficiente
reductor de incertidumbre y el pago de intereses por una inversión de bajo riesgo.
Entonces, la ganancia del empresario de Knight es baja porque se le retribuye su
intento de entender el futuro; sin embargo es alta cuando lo que hace es crear el
futuro, y ese es el empresario de la visión schumpeteriana, anteriormente comentado.
Los aportes de Knigth y Schumpeter fueron complementadas por Israel Kirzner. En
oposición a Schumpeter, este autor afirmaba que la función del empresario era
reestablecer el equilibrio en la economía. El empresario de Kirzner, es un agente en
continuo estado de alerta en capacidad de detectar los ajustes del mercado,
aprovecharse de ellos, corregir los desequilibrios y obtener un beneficio. En este
mismo sentido, Leibenstein plantea que al haber asignación ineficiente de los
recursos, es decir fallos del mercado –bien por información incompleta o por una
inadecuada estructura industrial- la función empresarial contribuye a solventar tales
fallos mediante la reasignación de recursos. En asocio a las ideas ya enunciadas,
Casson, señala que la principal actividad de un empresario es la búsqueda de
información, con lo cual reduce ineficiencias e incertidumbres, capta las
62 VALDALISO y LOPEZ. Op. Cit., p.22-23.63 Ibid., p. 20.
34
oportunidades del mercado, a la vez que promueve la innovación tecnológica y
organizativa64.
Con todo ello, las teorías de Knight y Schumpeter no fueron asumidas plenamente por
los economistas neoclásicos. El haber recurrido a lo innato, dejaban a la actividad
empresarial en manos de factores exógenos de no fácil formalización. Tanto
Schumpeter, como Knight y Kirzner, asumen la existencia de una condición no
igualitaria de los individuos. Sus diferencias en cuanto a motivación y capacidades,
indican que unos pocos poseen la característica innata de saber innovar, reducir la
incertidumbre o estar alerta65.
Sin embargo, el abanico de las actividades empresariales no se cierra con las que
generan efectos positivos hacia el desarrollo económico. Existen actividades de tipo
especulativo, así como algunas que están en el límite de la legalidad o incluso la
quebrantan. Suelen ser casos paradigmáticos de la actividad empresarial, que no
siempre dan lugar a efectos positivos en el desarrollo económico, pero que si
benefician a quien las practica, a la vez que suponen un elevado coste de
oportunidad66.
El florecimiento de uno u otro tipo de función empresarial depende de la estructura
de beneficios relativos y las barreras existentes en el tiempo y lugar específico. Ahora
bien, estos beneficios y barreras, están determinados por factores tales como la
disponibilidad de recursos productivos, tecnología, condiciones de demanda y
estructura del mercado, para citar algunos. No obstante, el principal determinante del
comportamiento empresarial son las reglas del juego imperantes. En palabras de
Douglas North, las instituciones de la sociedad. Esto es, limitaciones ideadas por el
hombre para el hombre, para dar forma a la interacción entre éstos, y que por tanto
definen y limitan el conjunto de acciones, a la vez que estructuran incentivos en el
intercambio humano67. Las instituciones determinan los costes de transacción, en
tanto que los precios de los recursos y la tecnología lo hacen para los costes de
producción.
64 MARTIN ACEÑA, Op. cit. p. 14.65 Ibid., p. 24.66 Ibid., p. 425.67 Ibid., p. 427.
35
Entonces, si lo que moviliza la energía humana hacia la actividad empresarial es el
beneficio que se espera lograr, el que se escoja una actividad u otra dependerá de la
estructura de éstos y de las instituciones, y no de consideraciones filantrópicas. En
este sentido, Torres Villanueva, afirma siguiendo a Baumol, que los empresarios son
“aquellas personas con ingenio y creatividad para encontrar los cauces que
acrecientan su propia riqueza, poder y prestigio68. De allí que puedan existir funciones
empresariales productivas, improductivas e incluso destructivas.
Evidentemente, tal consideración de la racionalidad del empresario es consecuencia
del marco previo de conocimientos que constituye la llamada hipótesis del equilibrio
general de la economía, según la cual una economía está en equilibrio general cuando
todos los agentes, una vez conocidos sus gustos y preferencias y a partir de una
determinada distribución de recursos, alcanzan, mediante intercambios voluntarios y
descentralizados, una situación de máxima satisfacción colectiva en el logro de sus
necesidades. Se califica de equilibrio porque una vez alcanzada nadie tiene motivos
para cambiar69.
Suponer en una teoría del empresario que su objetivo es la búsqueda del máximo
beneficio sería condicionar a éste a los supuestos del equilibrio general, de tal suerte
que el problema de investigación tomaría la forma de algo así: ¿cómo tendría que
comportase la empresa (o el empresario) para que resultase el equilibrio general?
Siendo así, la racionalidad del empresario no se puede reducir a maximizar los
beneficios, pues implicaría una serie de supuestos, tales como, el que sabe dónde se
encuentran los citados beneficios y qué tipos de actividades le pueden proporcionar
tales beneficios. Así mismo, fenómenos como el cambio económico, la innovación, la
creación de productos y mercados, esenciales en la comprensión del fenómeno
empresarial, no se considerarían70. Es más, parafraseando a Weber, el afán de lucro o
tendencia a enriquecerse, es algo que ha estado presente en toda la humanidad, por
tanto son cosas que no se pueden atribuir exclusivamente al capitalismo, como
tampoco a la figura del empresario. La ambición, por limitada que sea, es contraria al
capitalismo, según Weber. El capitalismo debería considerarse precisamente como el
freno, o por lo menos, como la moderación racional de este impulso irracional
68 Ibid., p. 426.69 MARTINEZ ECHEVARRI Y ORTEGA, Miguel Alfonso. ¿Qué teorías de la empresa tienen sentido en la historia empresarial. ? En: ERRO, Op. cit., p.82.70 Ibid., p. 83.
36
lucrativo71.
A partir de los supuestos teóricos del enfoque racional en comento, el rasgo más
destacable del empresario es que no dispone de información perfecta. Al contrario, en
su accionar tiene que enfrentarse con dudas e incertidumbre. Al respecto, Herbert
Simon, propuso sustituir el insuficiente concepto de racionalidad absoluta, asignado al
empresario con información perfecta, por el de racionalidad limitada, más adecuado a
un agente que actúa en la realidad. De acuerdo con Simon, la única realidad
cognoscible era la que podía formalizarse, es decir, la que podía expresarse en el
lenguaje matemático. De allí que sea imposible que un agente conozca la totalidad de
interacciones y sepa la realidad con que se enfrenta72.
De lo anterior se colige que el modelo racionalista de la acción empresarial se agotó.
Si la racionalidad absoluta demanda información perfecta y su aliciente es la
maximización, y por otra parte, se reconoce la incapacidad de los agentes para
disponer de la totalidad de la información, así como la existencia de una tendencia al
lucro en el transcurso de la humanidad, entonces la racionalidad de un agente
empírico es un imposible73. De allí, que en la construcción conceptual en torno al
empresario hayamos podido evidenciar un cambio en sentido progresivo al considerar
los elementos del desequilibrio que por tanto reconocen en la incertidumbre, el
riesgo, la innovación y la detección de oportunidades, nuevas fuentes para abordar e
identificar la presencia de este agente del desarrollo económico.
Finalmente, Valdaliso y López, al intentar entender el comportamiento económico de
los individuos calificados como empresarios, coligen que la naturaleza del empresario
es siempre polifacética y multifuncional, dependiendo para cada caso del mercado y
las normas de la sociedad (las reglas del juego). En una economía capitalista de
mercado toda persona, potencialmente, puede convertirse en empresario. Sin
embargo, convertir las oportunidades descubiertas en realidades empresariales
dependerá de: a) las preferencias de cada individuo, siendo una de ellas el acumular y
la coordinación de actividades y transacciones; b) el conjunto de facilidades y
obstáculos (normas, instituciones y leyes) existentes en una sociedad, y c) la
71 Ibid., p. 89.72 Ibid., p. 85.73 Ibid., p. 85.
37
existencia de grupos empresariales de presión o empresas que creen barreras de
entrada y salida74.
A partir de los anteriores elementos se deduce que el empresario es el resultado de
una trama de relaciones del ser y el entorno –un hecho social, en palabras de la
sociología- y lo que lo distingue es la capacidad para buscar las nuevas oportunidades
(estar alerta al entorno, específicamente al mercado) en presencia de incertidumbre,
descubriendo las formas para reducir las ineficiencias y promoviendo innovaciones.
La noción y el estudio del empresario en la historiografía colombiana.
En la historiografía económica colombiana diversos autores se han referido al
empresario, no obstante la caracterización no constituye el objetivo primordial de él.
José Antonio Ocampo alude el concepto a quienes buscaban explotar las
oportunidades del mercado mundial, exportando productos tropicales, sin participar
en su producción. El Objetivo, anota Ocampo, era obtener ganancias extraordinarias
sin reinvertir utilidades en mejoras tecnológicas (especulación)75.
Por su parte, Dávila (1986), al estudiar la conducta económica de personajes de la
sabana de Bogotá, Antioquia y el Valle del Cauca, siguió patrones de diversificación
económica, política, clase social y contexto político y económico. Para ello, el autor se
pregunta: ¿Qué era un empresario colombiano de finales del siglo XIX y comienzos del
siglo XX? A partir de los resultados encontrados, específicamente el patrón de
“altísima diversificación económica”, designa a estos agentes como negociantes. La
diversificación se hace manifiesta para Dávila, no sólo en el comercio, la agricultura,
las finanzas, los transportes, sino además en los remates de rentas gubernamentales,
la explotación de concesiones estatales, y en la activa participación en la política76.
Hacer negocios y consecuentemente “hacer plata” definiría la mejor ubicuidad de
estos negociantes a juicio de Dávila77.
Ordoñez (1995), emprendió el estudio de empresarios en Cali durante la primera
década del siglo XX, asumiendo como acto central la innovación, caracterizada por el
74 VALDALISO y LOPEZ. Op. cit., 28-39.75 OCAMPO, José A. Colombia y la Economía mundial 1830-1910. Bogotá : siglo XXI, 1984. p. 61.76 DAVILA. El empresario Colombiano. Op. cit., p. 12.77 Ibid., p. 82.
38
uso de nuevas tecnologías, aumento de productividad y aprovechamiento de
oportunidades. Los interrogantes estuvieron orientados a saber:78
¿Dónde y cuándo nacieron?
¿En qué nivel social fueron reclutados?
¿Dónde se formaron, cómo adquirieron sus ideas sobre lo que debían hacer,
sobre lo más correcto y apropiado para el éxito de sus negocios?
¿Qué influencia ejercieron sobre la economía y otras esferas de la sociedad
local, regional y nacional?
El profesor Arroyo, al caracterizar la identidad y el perfil de los negociantes Caleños,
apela a las prácticas, lógicas, estrategias, intereses y procesos de racionalización, de
los agentes económicos identificados en el periodo de estudio. Becerra (1993), al
estudiar los empresarios industriales de Manizales y Pereira, hizo énfasis en el
surgimiento y desempeño de los individuos y asociaciones de individuos, involucrados
en la actividad de fundar, mantener o ampliar unidades de producción, en la industria
manufacturera, en relación con el origen geográfico, origen social, educación y
experiencia ocupacional.
Frank Safford, reseñado por Dávila79, abordó el tema de business style sobre Colombia
central, considerando entre otros aspectos: a) la capacidad de evaluar el mercado,
individualismo, espíritu de innovación y manejo de riesgo. Dávila80, al comentar sobre
la historiografía del empresario en el comercio exterior, la agricultura, la minería y los
servicios, resalta tres elementos que se tienen en cuenta, destacando: a) la conducta
económica (innovación, riesgo, patrones de inversión), b) condiciones sociales y c)
ethos empresarial. El mismo autor señala que la historiografía de empresarios posee
poca vinculación con la temática teórica. Manifiesta que las ideas Weberianas sobre
ethos empresarial, el espíritu burgués de Sombart, las relaciones con el origen social,
la educación, el papel de la familia y la educación y motivaciones empresariales,
proporcionan un mayor valor analítico a la investigación. Señala también Dávila81, que
los componentes de racionalidad empresarial -manejo del riesgo, papel innovador,
78 ORDOÑEZ, Op. Cit., p. 114.79 DÁVILA L. DE GUEVARA, empresa e historia en América Latina, un balance historiográfico. Bogotá: TM editores-Colciencias.1996. p. 9780 Ibid., p. 102.81 DÁVILA L. DE GUEVARA, historia empresarial de Colombia, estudios, problemas y perspectivas. Bogotá: Universidad de Los Andes.1991. p. 23.
39
patrones de acumulación y diversificación de las inversiones, formas de financiación- y
la relación entre la política partidista y los negocios, son la base para temas de la
historia empresarial.
En el estudio de los orígenes de Luis Eduardo Yepes, fundador de Cadenalco, se
considera como elementos de análisis: a) composición del hogar, b) características y
actividades de los padres, c) vida de la familia, d) enseñanzas paternas, e) viajes, f)
vida laboral y g) proceso histórico de la vida.82
Al estudiar a empresarios de las segunda mitad del siglo XX en Colombia, Tapias Cote
presenta una serie de casos en los que se consideraron aspectos como el origen de
éstos y sus organizaciones, las dificultades afrontadas en el inicio de operaciones, las
etapas del desenvolvimiento, las innovaciones, el fomento a la actividad
intraempresarial, la diversificación, las estrategias y factores que contribuyen a la
permanencia83. Se trata de una aproximación a la historia narrada (historias de vida)
con la que a partir del testimonio como fuente documental, se intenta comprender la
forma como actúan los empresarios en Colombia, así como las especificidades del
comportamiento. Al parecer, la concepción de empresario se asocia a la de un agente
que imprime dinamismo a la sociedad capitalista y por tanto contribuye al
desenvolvimiento económico. De manera específica se asume que él es quien articula
y ejecuta la idea, es decir, combina factores para la configuración de la empresa y
diseña las estrategias que permiten el logro84.
Por su parte, Patiño Millán, al estudiar a Vicente Restrepo Peláez, miembro de la élite
en el Medellín colonial, emplea el concepto de comerciante, refiriéndose a quienes se
dedicaban al negocio mercantil durante un largo periodo de vida. Además de la citada
condición, la autora incluye el valor promedio de las importaciones, la procedencia de
los artículos y la autocalificación que hacían de sí mismos los sujetos, intentando con
todo ello, superar categorías que se construyen con la sola inclusión de los montos de
mercancías transadas.85
82 JIMÉNEZ, Giraldo y ESCOBAR VIECO, María V. Cadenalco una Historia de Desarrollo. Bogotá : Universidad Pontificia Bolivariana.83 TAPIAS COTE, Carlos Guillermo. Cinco empresarios de la segunda mitad del siglo XX en Bogotá. Experiencias y realizaciones. Universidad Externado de Colombia. 2003. p. 12.84 Ibid., p. 59.85 PATIÑO MILLAN, Beatriz. Comercio y elite en el Medellín colonial. El caso de Vicente Restrepo Peláez. En: García Estrada, Rodrígo. Elite, empresarios y fundadores. Los casos de Antioquia y sur de Bolivar (Colombia), y el Tucumán colonial (Argentina). Centro de Investigaciones de Ciencias Sociales y Humanas.
40
Molina Londoño, abordó el estudio de uno de los hombres que a mediados del siglo
XIX poseía la renta más alta en la provincia de Bogotá, y quien aportó al país la
mayor parte de sus ingresos fiscales aduaneros por exportaciones e importaciones
sustentado en la economía tabacalera: Francisco Montoya Zapata. Al describir la
conducta económica de Montoya Zapata, el autor se introduce principalmente en el
inventario de las actividades económicas y el número de compañías impulsadas por
éste. El objetivo es develar el portafolio de inversiones, el uso del capital, las prácticas
de especulación y la presencia de espíritu asociativo. Para esta labor, considera al
empresario en una doble situación, primero en su comportamiento como individuo y
segundo como sujeto a las condiciones del entorno en el cual actúa86.
En Molina, la definición de empresario es ecléctica. Es decir, reúne de diversas
opciones teóricas propuestas desde la economía, un concepto que involucra el
capitalista de la economía clásica y el “explotador” de Marx, hasta el innovador de
Schumpeter, pasando por Kirzner, Casson, Leibenstein, entre otros87. El esquema de
análisis que orientó la investigación comprende cinco aspectos: 1) la conducta
económica, 2) el empresario y el estado, 3) el perfil social y económico, 4) los rasgos
de la personalidad y 5) la mentalidad e ideología88.
En otro trabajo, Molina Londoño, emplea para el análisis de empresarios colombianos
la relación ya anotada, del sujeto y su atmósfera. En el caso en comento, precisa el
término empresario para definir al individuo que en el ejercicio de su actividad
económica puede actuar como negociante, como capitalista o empresario como tal, es
decir interesado en el lucro y la ganancia por medio de innovaciones permanentes,
aumento continuo de la producción e incorporación de procedimientos administrativos
sistemáticos. Entonces el empresario será todo aquel que emprende o innova en
proyectos productivos o especulativos89.
Universidad de Antioquia – Conciencias. Medellín. 2003. p. 17-18.86 MOLINA LONDOÑO, Luís Fernando. Francisco Montoya Zapata. Familia, política y negocios en Colombia 1800-1860. Trabajo de investigación para optar al título de Maestría en Historia. Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, Facultad de Ciencias Humanas. Bogotá. 2002. p. 1-13.87 Ibid., p. 10.88 Ibid., p. 23.89 MOLINA LONDOÑO, Luís Fernando. Empresarios colombianos del siglo XIX. Banco de la República - El ancora editores. Bogotá. 1998. p. 9.
41
Al examinar aspectos de la ganadería en el Caribe colombiano, Posada Carbó, recurre
a la perspectiva del comportamiento empresarial de los agentes destacados en el
sector. Hacendados y comerciantes, son estudiados para tal fin. La investigación gira
en torno a interrogantes, tales como: ¿quiénes fueron los empresarios de la ganadería
costeña?, ¿qué los motivó a invertir en el sector?, ¿cuál era su origen geográfico y
social?, ¿constituían un grupo homogéneo social o empresarialmente?, y ¿qué
impacto tuvieron en otros sectores de la economía del país?
En el análisis empresarial del antiguo departamento de Caldas, en el periodo de 1850
a 1930, Albeiro Valencia Llano, identifica un grupo de agentes económicos –
hacendados, mineros y comerciantes- que a juicio del autor jugaron un papel
importante en la historia empresarial de este departamento. A estos agentes los
califica en ocasiones de empresarios, negociantes y empresarios pioneros. Muchos de
tales agentes económicos fueron el producto de monopolizadores de baldíos que
especularon con las tierras colonizadas, así como de ganaderos y colonizadores90.
Entonces, haberse orientado por las señales del mercado y en consecuencia inclinarse
hacia la producción y la organización empresarial, lo que sumado a la afronta del
riesgo, la diversificación en las inversiones y la posesión de una visión de largo
alcance, son los elementos que se incluyen para la designación de la figura del
empresario del antiguo departamento del Caldas.
En una línea similar, Alonso Valencia Llano, abordó el estudio de empresarios en el
Estado Soberano del Cauca. Esta labor fue realizada con el análisis de los actos
evidentes de los agentes, denominando a tales actos prácticas empresariales. Una
destacada característica identificada en los actos de los agentes fue la diversificación
de las inversiones, la que se llevaba a cabo con el fin de minimizar los riesgos. El
vínculo con el poder político también influyó en las conductas de los empresarios. De
esta manera, Valencia Llanos observa que el grupo de empresarios que no
pertenecían a la clase con dominio político en la época de estudio –los conservadores-
comportan de manera comercial y especulativa91.
90 VALENCIA LLANO, Albeiro. El empresario en el antiguo departamento de Caldas (1850-1930). En Dávila L. de Guevara. Empresas y empresarios en la historia de Colombia. Siglos XIX y XX. Op, cit., p. 87-107
91 VALENCIA LLANO, Alonso. Las prácticas empresariales en el Estado Soberano del Cauca. En Dávila L. de Guevara, empresas y empresarios en la historia de Colombia. Siglos XIX y XX. Op, cit., p. 111-140.
42
La élite empresarial de Santander en el periodo comprendido entre 1880 y 1912, fue
motivo de estudio de Avellaneda y Guerrero92. Para esta realización, los autores
describen el contexto económico, la infraestructura vial y de transporte, la
participación política y social y prácticas de agentes económicos, entre otros. De esta
manera, se colige que en el periodo de estudio se consolidó una élite que
prácticamente dominó la totalidad de la esfera económica, a la vez que aprovechó las
ventajas políticas y sociales. Según los autores, la citada élite no efectuó significativas
inversiones en el sector industrial. Sin embargo, modernizó las prácticas comerciales
y de organización, generalizó el sistema de endeudamiento y a su vez controló el
sistema productivo. Se resalta el alto grado de diversificación empleado por los
agentes que conformaron la élite en mención.
Desmitificar el papel de los antioqueños como los únicos promotores de la
colonización del Quindío y el norte del Valle del Cauca, a partir de las actividades de
Lisandro Caicedo, es la labor adelantada por Londoño Motta93. Para ello, analiza la
fundación de la Compañía de Fomento de La Paila, la celebración de un contrato de
administración de dicha hacienda y la creación de la empresa Burila. Al no encontrar
ajustado los conceptos de negociante expresados por Dávila -en el sentido de no
apreciar diversificación en las actividades de Lisandro Caicedo- así como el de
comerciante, terrateniente y latifundista esbozados por Keith Christie, recurre al
concepto de empresario territorial.
Propuesto por Catherine Legrand, el concepto de empresario territorial involucra a
sujetos integrantes de los estratos medio y alto de la sociedad colombiana de
mediados del siglo XIX, principalmente abogados, comerciantes y terratenientes,
muchos de tradición colonial, otros, en ascenso social y, en algunos casos simples,
caciques, tenderos o prestamistas locales de pueblos de frontera. Todos ellos con
recursos económicos, conexiones políticas y un solo objetivo: aprovechar las
oportunidades abiertas por el desarrollo de la economía agro-exportadora. Para ello
intentaban concentrar la mayor cantidad de tierras públicas posibles y posteriormente
92 AVELLANEDA NIEVES, Maribel y GUERRERO RINCON, Amado Antonio. La elite empresarial de Santander (1880-1912). En Dávila L. de Guevara, empresas y empresarios en la historia de Colombia. Siglos XIX y XX. Op, cit., p. 143-177.93 LONDOÑO MOTTA, Jaime Eduardo. Lisandro Caicedo: un empresario territorial caucano. En: Dávila L. de Guevara, empresas y empresarios en la historia de Colombia. Siglos XIX y XX. Op, cit., p. 413-414.
43
venderlas o explotar los productos naturales94. Además, Londoño Motta, agrega a este
concepto un requisito adicional: la innovación. Expresada en la modernización de las
unidades productivas, los modos de comercializar la tierra y de administrar y explotar
las haciendas.
Al final, el autor afirma que hombres y mujeres de diferentes regiones del país
contribuyeron en la colonización del Quindío. Y a su vez, Lisandro Caicedo se
consolidó como un empresario territorial, dando muestra de innovador al establecer
un mercado de tierras que no tenía antecedentes.
Al estudiar a Ricardo Olano Estrada, Botero Herrera asocia el concepto de empresario
a especulador, en cuanto éstos persiguen mayores beneficios y corren mayores
riesgos95. Al abordar el estudio del personaje, indaga acerca del origen y los primeros
años, la vida social, las experiencias, la toma de riesgo y la innovación, la fundación de
empresas y los negocios urbanos.
Como puede verse, el conjunto de estudios sobre formación del empresario en
diversas regiones de Colombia, aunque han sido abordados desde perspectivas y con
metodologías diferentes, convergen en el tratamiento de algunos temas comunes:
Racionalidad económica (en términos de especialización y diversificación
de inversiones y manejo del riesgo)
Nexos y formas de intervención en la política
Papel innovador
Papel de la familia como unidad de actividad empresarial
Origen social
Educación
Conducta empresarial
Mentalidad empresarial.
Sobre el empresario, la industria y el desarrollo económico del Departamento del
Huila, los estudios son escasos, comparados con los ya reseñados de otras regiones
94 Ibid., p. 414.95 BOTERO HERRERA, Fernando. Ricardo Olano Estrada (1874-1947): un empresario antioqueño de la primera mitad del siglo XX. En: Dávila L. de Guevara, empresas y empresarios en la historia de Colombia. Siglos XIX y XX. Op, cit., p. 507.
44
del país. Buena parte de ellos presentan deficiencias en cuanto a método,
constituyéndose más en fuentes para el investigador antes que trabajo académico.
Además, se caracterizan por:
Corresponder a reseñas históricas del desarrollo municipal en aspectos
socioeconómicos, culturales y geográficos.
Ser biografías de personajes ilustres.
En contadas ocasiones albergan la historia de empresarios.
Desconocer las prácticas empresariales y la lógica de los negocios.
En este orden de ideas, se resaltan los trabajos encaminados a la reconstrucción de la
economía de la región, especialmente en el siglo XIX y siglo XX. Al respecto, Martínez
Covaleda (1996) realizó una aproximación general a la economía del siglo XIX,
considerando la producción, el comercio y la banca. Esta labor es continuada por
Tovar Zambrano (1996), al analizar la primera mitad del siglo XX, en la que se
establece la transición hacia la modernidad.
Algunas actividades de la economía huilense también han sido fuente de reseña
histórica, tal es el caso del trabajo sobre empresas y vías de transporte, realizado por
Ananías Osorio Valenzuela, contenido en la Historia General del Huila. El trabajo en
mención destaca los logros y dificultades en el proceso de consolidación de éstas. Si
bien hace alusión a fundadores y empresas creadas, no está en su objetivo el
desarrollo metodológico de éstas.
Salas Vargas (1980), a partir de entrevistas y fuentes secundarias, presentó un
artículo en el que realizó un análisis de los bancos en el Huila, desde la Caja de
Ahorros, creada a mediados del siglo XIX, hasta el Banco del Huila, fundado en la
segunda década del siglo XX. Dicho estudio, tampoco albergó como propósito
construir una metodología o realizar un estudio profundo de los sujetos económicos
vitales en estos procesos.
Recientemente, Alvaro Trilleras Roa96 y César David Ramírez Vásquez97, profesionales
de la comunicación, realizaron sendos trabajos en torno a empresas y empresarios. El
primero de ellos reseñó la historia de una empresa cooperativa de transportes de
96 TRILLERAS ROA, Álvaro. La rebelión de los taxistas, la historia de Coomotor. 2004.97 RAMÍREZ VÁSQUEZ, César David. 10 empresas 10 liderazgos huilenses. 2004.
45
injerencia actual en la región, conocida con el nombre de Coomotor. Además de
remembranzas y mitos en torno a fundadores y demás actores destacados, el esfuerzo
se dedica a la presentación de la empresa en el ámbito actual, al destacar aspectos
como la misión institucional, los socios, los servicios y funcionarios, entre otros.
En el caso de Ramírez Vásquez, el esfuerzo realizado está dedicado a una
presentación de 10 empresas, antes que a un trabajo histórico propiamente dicho. Se
incluyen empresas del sector público y sector privado. Al no existir una
conceptualización previa en cuanto a empresa, el autor incluye en éstas hasta el
Concejo de Neiva. De éstas destaca los antecedentes, los órganos directivos, los
gerentes, la evolución del objeto, los proyectos actuales y futuros, entre otros.
Se advierte en Trilleras Roa y Ramírez Vásquez un objetivo distinto al de estudiar a
los empresarios, así como el de aportar una metodología para los estudios de esta
clase. Al final, los esfuerzos de los autores en cita transmiten al lector que los títulos
son una presentación institucional de las organizaciones allí reseñadas. Su valor
radica al constituirse en una fuente de información antes que aporte metodológico a la
investigación.
En breve, los empresarios tienen que concebirse en un espacio social, económico y
político y en un momento histórico determinado en el cual están articulados, ya que
como agentes sociales de procesos productivos se enfrentan a un conjunto de
circunstancias económicas y políticas que enmarcan su acción, pero los cuales ellos a
su vez contribuyen a moldear.
Concepto y variables del empresario para una investigación
La selección de los empresarios a estudiar requiere una conceptualización mínima
para establecer cuáles son las conductas que se pretenden analizar y a qué tipo de
actores sociales se hace referencia, tal como afirma Ordóñez (1995:105), pues no se
trata de jugar a encontrarlos, sino identificar algunos de sus rasgos característicos y
describir y analizar sus actividades en el mundo de los negocios.
46
Pues bien, de los aspectos teóricos del paradigma económico enunciados con
anterioridad y presentados en forma resumida en la tabla 1, es posible derivar las
siguientes aproximaciones que iluminen la reflexión teórica del proceso:
a) La similitud entre el capitalista y el empresario es una discusión cada vez más
superada, terciando hacia la diferenciación de cada agente, distinguiendo el
papel, los beneficios y las características particulares de cada quien. El
empresario tiene una identidad propia, es una categoría conceptual
identificable y diferenciada de cualquier otro agente del proceso económico.
b) Las consideraciones que vinculan de manera exclusiva al empresario con la
finalidad de la maximización es consecuencia del marco previo de
conocimientos que constituye la llamada hipótesis del equilibrio general,
concepción ésta, superada al reconocer la incapacidad de los agentes para
disponer de la totalidad de la información y la propensión a la riqueza como
una condición no exclusiva de la figura del empresario.
c) El concepto de empresario es polisémico, cargado con las valoraciones propias
de un tiempo y un espacio. Cada momento histórico del devenir ha implicado a
éste nuevas consideraciones. Así, se identifica al menos cinco atributos para su
definición: En un primer momento remite al individuo que acomete labores, es
decir específicamente reúne los factores de producción. Posteriormente la
noción –un tanto pesimista- de un hombre individualista, especulador y
rentista. Tercero, la del individuo que asume riesgos y actúa sobre la
incertidumbre. Cuarto, un promotor de desequilibrios, un innovador; y quinto,
quien propende por el equilibrio al aprovechar las oportunidades.
47
Tabla 1. El concepto de empresario en la teoría económica.
Autor época Quién es el empresario
A que se dedica Sujeto al que se refiere
Características de su comportamiento
Obtención de la ganancia
Hoselitz Baja edad media
Acomete una labor Construcción de grandes obras arquitectónicas
Clérigos No hay riesgoEjecutan tareas de acuerdo con los fondos existentes
No hay noción de beneficio ni pérdida
Variados XVI Persona cuya actividad implica riesgo
Responsable de expediciones militares
Contratistas IntrépidosArriesgados
Beneficio por riesgo
Variados XVII-XVII
Combinaba los factores de producción y asume el riesgo
Contratistas de obras públicas
Contratistas Asume Incertidumbre y riesgo
Beneficio por la gestión y asunción del riesgo
Richard Cantillón
XVIII Compra a precios ciertos y vende a precios inciertos
NegocianteComerciante
Separación entre empresario y capitalista
Afronta incertidumbre y riesgo.
Beneficio por la asunción del riesgo.
Varios autores clásicos
VXIII-XIX
Responsable de reunir los factores necesarios para la realización de una obra
Empresario o contratista
Separación entre empresario y capitalista
Asume riesgo Beneficio por la asunción del riesgo y la organización de factores.
J. B. Say XIX Responsable de dirección y el control de la empresa.
Combinar factores productivos
Separación entre empresario y capitalista
Asume incertidumbre
Beneficio es un premio por la asunción del riesgo
Marshall XIX Agente del desarrollo Organizar Separación entre empresario y capitalista
Capacidad organizadora
Beneficios por su función organizativa
Walras XIX Cualquiera. No es un Función similar a No Inversionista Por la renta del
48
factor productivo en especial
la del capitalista diferencia empresario y capitalista
maximizador capital
Autor época Quién es el empresario
A que se dedica Sujeto al que se refiere
Características de su comportamiento
Obtención de la ganancia
Veblen XIX Busca un beneficio individual, acumulación de capital
- Capitalista especulador
Especulador Por la renta del capital
Keynes XX Figura elemental instintiva
- EspeculadorAcumulador
Por actividades productivas
Marx XIX Figura con posesión de capital
Extraer el plusproducto de los trabajadores
Empresario es el mismo capitalista
EspeculadorAcaparador de renta
Por la plusvalía
Schumpeter
XX El elemento desequilibrador, generador de actividad empresarial innovadora.
Establecer nueva función de producción y la mejora de la eficiencia.
Diferencia entre el empresario y el capitalista
Innovador “la expresión del valor de la contribución del empresario a la producción.Retribuciones por el desarrollo futuro.
Knigth XX Factor productivo, asume riesgos y reduce incertidumbre
Reducir la incertidumbre
Distinción del empresario y el capitalista
Asunción de riesgoAfronta la incertidumbre
Beneficios por la asunción del riesgo
Baumol XX Persona con ingenio y creatividad para acumular
Acumula riqueza, poder y prestigio -
Acumulador, especulador
Beneficios por especulación
Kirzner(Escuela Austriaca)
XX Individuo alerta al surgimiento de oportunidades de beneficio
Equilibra el mercado
Distinción del empresario y el capitalista
Detector de oportunidadesAprovecha oportunidades
Beneficios por la detección y aprovechamiento de oportunidades.
Leibenstein
XX Individuo solventa los fallos del mercado
Orientado a tareasAprovecha
Distinción entre el empresa y
Actividad innovadora y rutinaria
Beneficios por la eficiencia e innovación
49
oportunidades capitalistaCasson XX Individuo que reduce
la incertidumbre y las ineficiencias, aprovechando oportunidades e innovando
Contrarresta la incertidumbre e ineficiencias
Distinción entre empresario y capitalista
Buscar informaciónCaptar oportunidadesinnovador
Beneficios por el aprovechamiento de oportunidades e innovación
Fuente: equipo de trabajo
50
Finalmente, lo que se intenta es permitir que la reflexión teórica ilumine las
evidencias empíricas de la tarea del historiador. Los primeros indicios indican, que los
agentes económicos de la época objeto de estudio en el presente trabajo no son ajenos
a procesos de orden mundial, sino que por el contrario se encuentran vinculados con
una economía global. Esta es una condición del sistema capitalista. Redes de
relaciones internacionales, donde los productos y servicios fluyen. Es decir, la
economía de mercado es un hecho presente en el territorio nacional a fines del siglo
XIX y comienzos del XX.
Ahora bien, una economía de mercado se caracteriza, entre otras cosas, por la
dinámica y el cambio constante. A esto se suma la presencia de diversas instituciones
como el estado, la familia, los consumidores, para citar algunos. Se podría afirmar que
la complejidad se acrecienta de manera directa al desarrollo económico y social.
Todo ello para indicar que los agentes económicos a estudiar se identifican como
empresarios, si entre sus rasgos se encuentran señales de búsqueda de nuevas
oportunidades (estar alerta al entorno, específicamente al mercado) en presencia de
incertidumbre, descubriendo las formas para reducir las ineficiencias y promoviendo
innovaciones.
A partir de los referentes conceptuales antes expuestos se identifican una serie de
variables para el estudio del empresario (ver tabla 2). Tales variables se agrupan en:
A) Condiciones ambientales, es decir, los elementos circundantes que entran en
relación con el sujeto –en éste caso el empresario- y que limitan o promueven su
acción. Se trata de las condiciones históricas creadas por el mismo hombre y por la
sociedad. Se destaca allí, el espacio social y económico, vale decir, las redes de
relaciones entre sujetos y los productos sociales, así como las relaciones de
intercambio económico entre ellos. En segunda instancia se encuentran la variable
denominada: B) Naturaleza del ser. En ella se integran los aspectos individuales,
cosmos o nociones particulares que orientan acciones específicas (preferencias del
individuo) del sujeto. Para ello se distinguen los procesos de enseñanza y formación
recibida, las experiencias afrontadas y comportamiento empresarial.
Ante todo se trata de una propuesta de aporte metodológico para el desarrollo de un
plan de investigaciones que considere al empresario como objeto de investigación.
51
Indiscutiblemente, el trabajo del historiador está delimitado por las fuentes. Por lo
cual es posible que no todos los aspectos considerados en la dimensión de la variable
resulten involucrados en el análisis.
Tabla 2. Variables para el estudio del empresario
A) VARIABLE: CONDICIONES AMBIENTALESA) VARIABLE: CONDICIONES AMBIENTALES
Dimensión de la Variable: Espacio social y económico
El paisaje geográfico
Red de caminos (estado y
conexiones)
Evolución demográfica
Familias y redes sociales de
intercambio y
emparentamientos
Capitales circundantes: montos,
composición y origen.
Organización de la propiedad de
la tierra
Dinámica de la mentalidad, el
saber, el arte y la educación
Fuerzas morales existentes y
preceptos morales establecidos.
Uso fuentes de energía y
acueductos
Formas de acumulación de
capital
Formas y medios de intercambios.
Circulación de productos y servicios
Actividades económicas
preexistentes en relación con las
oportunidades y los capitales
Características de las relaciones
laborales
Estructura ocupacional
Origen y masa circulante.
Instituciones e instrumentos de la
economía
Oferta y demanda
Transformación y origen de fuerzas
productivas.
Uso fuentes de energía y acueductos
Conocimientos técnicos y tecnología.
Dimensión de la Variable: Espacio familiar
Características y actividades de
los padres.
Condiciones económicas de la
familia.
Vida de la familia (prácticas,
costumbres, valores)
Enseñanzas paternas
Nivel social de la familia.
52
Creencias y practicas religiosas
Emparentamientos
Origen geográfico
Origen del capital
B) VARIABLE: NATURALEZA DEL SERB) VARIABLE: NATURALEZA DEL SER
Dimensión de la Variable: Enseñanza y formación recibida
Niveles y características de la
educación.
Conductas y acciones de
trascendencia en el proceso de
formación.
Experiencia ocupacional
Experiencias vividas fuera del
contexto tradicional
Dimensión de la Variable: Comportamiento Empresarial
Prácticas, estrategias e
intereses
Procesos de racionalización (uso
de recursos y obtención de
lucro)
Manejo del riesgo y la
incertidumbre
Pautas de acumulación y
formación de capital
Origen de las ideas del negocio.
Procesos de innovación
Motivaciones hacia la acción
empresarial
Evolución del comportamiento
empresarial.
Formas de financiación
Relaciones de influencia en la
economía, la política y lo social
Capacidad de evaluar el mercado
Capacidad de asociación –
individualismo
Patrones de Inversión
(diversificación)
Estilo de dirección
Concepto de empresa
Noción de empleado (ser)
Fuente: Equipo de investigación
PRIMERA PARTE
EL ESCENARIO
53
CAPITULO 1.
EL CONTEXTO LOCAL EN LOS AÑOS 1870-1900
La historia es ante todo una descripción, una simple observación,
una clasificación sin excesivas ideas preconcebidas.
Ver, mostrar, en eso consiste la mitad de nuestra tarea.
Fernand Braudel
1.1 CONFORMACIÓN DEL ESPACIO URBANO98
La traza de las ciudades hispanoamericanas era bastante simple. Se trataba de la
aplicación de la retícula, formada por las calles paralelas que cruzan en ángulo recto.
Pero la calle no era una línea, sino una banda longitudinal de una anchura
predeterminada, de alrededor de seis metros. Los cruces de las otras calles
perpendiculares a ella estaban a una distancia variable, según las ciudades y las
particularidades de los terrenos, y lo más frecuente era la distancia de 100 varas. El
conjunto de estas bandas longitudinales formaban el espacio público, siendo la plaza
el núcleo fundamental. El espacio que quedaba entre ellas era el espacio privado
dividido en manzanas99.
En el modelo anteriormente anotado, la Plaza Mayor era el elemento fundamental que
estructuraba el espacio urbano. Era el centro de la ciudad, el centro geométrico,
simbólico y vital. Era el elemento generador de lo urbano y toda la ciudad se
organizaba a partir de éste. Las normas urbanas iniciales se fijaron mediante
ordenanzas, capitulaciones, instrucciones y cédulas reales. Con la expedición de
Pedrarias Dávila en 1514, se introdujeron las primeras normas urbanas en el
98 La conformación del espacio urbano aquí descrita, se erige sobre los datos obtenidos en las escrituras del archivo histórico notarial de Neiva (AHN) en el periodo de estudio. 99 ZAMBRANO, Fabio y BERNARD, Olivier. Ciudad y territorio, el proceso de poblamiento en Colombia. Academia de Historia de Bogotá, Instituto Francés de Estudios Andinos y Fundación de estudios Historicos Misión Colombia. Bogotá. 1995. p. 25-37. Al respecto, Patricia Elena Restrepo, analiza la conformación e importancia de la plaza mayor de Medellín a partir del caso de la familia Botero Saldarriaga. Este trabajo se puede consultar en Elite, empresarios y fundadores. Op. cit., p. 175.
54
territorio: “La plaza grande mirando al crecimiento de la población…que no sea menor
de doscientos pies de ancho y trescientos de largo”. El trazado resultante,
dictaminado desde 1523 por Felipe II, establecía que “comenzando desde la plaza
mayor y sacando desde ella las calles”, se empezaba la cuadrícula a servir de esquema
para la extensión de la ciudad en todas las direcciones100.
Sin embargo, con la independencia el esquema de organización español de dos
sociedades ideales, la república de blancos -la ciudad- y la república de indios –el
campo-, cede espacio para la invasión de los mestizos, negros e indígenas al espacio
urbano, al mismo tiempo que los blancos pobres se volvían campesinos. Así mismo, se
eliminó el orden jerárquico urbano estipulado en el principio de privilegio de
ciudades, villas, parroquias, lugares, lo que a su vez influyó en el reemplazo de los
ejes de poblamiento tradicionales de la colonia.
Es preciso anotar que la entidad geográfica de carácter político que hoy se conoce
como Departamento del Huila, nació durante la administración presidencial del
General Rafael Reyes en el año de 1905. En el periodo que compete a la presente
investigación (1870-1900), el territorio se ubica dentro del Estado Federal del Tolima,
creado en 1861. Para el año de 1871, el estado en mención se encontraba dividido en
tres secciones: Departamento del Norte, Departamento del Centro y Departamento
del Sur. Administrativamente, la Constitución Política del Estado del Tolima,
promulgada el 27 de febrero de 1877, dividía los departamentos a su interior en
aldeas y distritos.
El decreto número 389 fechado 12 de julio de 1886101, expedido por el Gobernador
Civil y Militar del Estado, divide el Departamento del Sur en dos Departamentos,
llamados de Neiva y del Sur, cuya cabecera sería Neiva y Garzón respectivamente. La
exposición de motivos arguye la amplitud de éste y por tanto la dificultad para la
100 Ibid., 35-37.101 Decreto número 389 de julio 12 de 1886. En: Registro Oficial número 86, página 341.1886. El Estado del Tolima se dividía en Departamento del Norte, Centro y Sur. Mediante decreto 389 de julio 12 de 1886 se fracciona el Departamento del Sur en Departamento de Neiva y Departamento del Sur. Un mes más tarde, la Constitución de 1886, establece la división política de Departamento, otorgándosela inicialmente a las entidades que se encontraban conformadas como estados, tal como el caso del Tolima. Por Ley 21 de 1887 se fija como capital del Departamento del Tolima el Distrito municipal de Ibagué. Los Departamentos para el servicio administrativo se dividirán en Provincias y en Distritos Municipales. Así, el poder ejecutivo quedó en manos de un Gobernador, un Alcalde y un Prefecto de la Provincia.
55
buena marcha de la administración pública. Igualmente, se consideran los intereses
vinculados a la explotación de minas en los pueblos del Hato (hoy Tarqui), Pital, La
Plata y El Agrado. Sin embargo, la Constitución Política de 1886, sancionada en el
mes de agosto, estableció la división política de departamento. De esta manera, los
estados, tal como el caso del Tolima, conformaron entidades departamentales a partir
de este momento, divididas al interior en provincias (Provincia del Norte, Provincia
del Centro, Provincia de Neiva, Provincia del Sur).
Figura 1. Departamento del Tolima 1886 – 1905 (División en Provincias)
Fuente: Ramírez Bahamón, Jairo. El Obispo Rojas: Puntal de la
política educativa regeneracionista en el “Tolima Grande”. Ensayo suministrado por el autor en medio electrónico.
Hacia 1870 el Distrito Municipal de Neiva, centro económico del Departamento del
Tolima, albergaba 8.332 habitantes102. Para 1905, en esta entidad municipal,
catalogada como Distrito de Neiva103, la población ascendía a 18.333 habitantes104. Un
centro poblado que tan sólo a inicios de 1890 contaría con servicio de acueducto
prestado por una pila pública ubicada en la plaza mayor105. Para este momento, el
102 Censo de población del año 1870, en Registro Oficial, número 32, página 126. 1885.103 De acuerdo con el Decreto 350 del 15 de mayo de 1886, expedido por el Gobernador civil y militar del Estado, se establecen las categorías para las entidades municipales en: Distritos y Aldeas, otorgadas según la infraestructura locativa (edificio para despacho, personas idóneas, recaudo de impuestos, entre otros). 104 Alcaldía de Neiva. Así cumplimos nuestro compromiso con Neiva, documento histórico, cultural, geográfico, administrativo y de gestión, coordinado por Camilo Francisco Salas. 1997. p.81105 Al parecer la primera pila pública se estableció el 29 de julio de 1890. Al respecto ver: Rivera, David, “Neiva en 1905”, en Revista Huila. Órgano de difusión de la Academia Huilense de Historia. Número 21.
56
alcantarillado era inexistente y no conoció la luz eléctrica hasta inicio del siglo XX, la
que, tal como lo registraba la prensa local, no era una necesidad sentida por el grueso
de los pobladores a finales del siglo XIX.
Figura 2. Anuncio noticioso del alumbrado público
Fuente: La Estrella del Tolima, número 42, de 1883.
Las viviendas en su mayoría eran construidas con paredes en bahareque y palmicha.
Se apartan de este diseño algunas casas ubicadas en el contorno de la plaza mayor,
edificadas con calicante (mezcla de cal, agua y arena principalmente) y techo de teja
de barro; algunas de ellas, con pieza de mirador en la esquina, a manera de balcón106.
Se trata de casas de 2 piezas, y en menor ocasión, de 3 a 5 piezas. En todas las
ocasiones con puertas de madera y en algunos casos forradas en cuero. Equipadas
con dos y hasta tres solares cercados de madera o guadua, tapia pisada o cubierta en
teja, si se trataba de una construcción a borde de la plaza mayor, por lo que en
ocasiones se les denominaban tiendas; diferenciadas además por tener 2 y hasta tres
puertas de madera en el frente107. En muchos casos los solares eran tan extensos que
se denominaban mangas, considerándose en ocasiones como fincas, éstas últimas
1966. págs 73-78.106 Archivo Histórico Notarial, en adelante AHN, escritura 983, tomo 5, libro 190, 1875.107 De acuerdo con los registros notariales, un solar llega a medir entre 20 y 30 metros de frente y 30 a 40 metros de fondo. Para esta época las magnitudes se expresan en varas.
57
recubiertas de pasto artificial y plataneras108.
Figura 3. Neiva a comienzos del siglo XX
Plaza de mercado de Neiva a comienzos del siglo XX. Al fondo se aprecia el río Magdalena. Este lugar es ocupado hoy en día por la plaza Cívica. Fuente: Archivo fotográfico, Universidad Surcolombiana.
La ubicación de los templos religiosos de Santa Bárbara y Colonial en la plaza mayor,
centro de la vida urbana, califican la presencia y poder de la religión católica en el
diario acontecer. El establecimiento de la primera gobernación sobre la calle Real
para el año de 1905, en el sitio ocupado hoy en día por la Empresa Colombiana de
Telecomunicaciones (Telecom), hizo de esta calle un eje político-religioso de suma
importancia. En esta dinámica, el mercado popular fue desplazado un par de calles al
occidente, dando lugar a la creación de la plaza menor.
Figura 4. Plano de la ciudad de Neiva 1905
108 AHN, escritura 613, tomo 1, libro 207, y s.s.
58
Fuente: Aprile-Gniset, Jacques, La ciudad colombiana, siglo XIX y siglo XX, Bogotá, Ed. Biblioteca Banco Popular, Pág.57, en: Ruíz,Jaime, “Neiva: el escenario urbano entre 1905 y 1940”. Historia General del Huila, volumen 6. 2005.
Conformaban la parte urbana los barrios de Santa Bárbara, San Pedro, La Toma y
Buena Vista, erigidos todos ellos desde la margen del río Magdalena hasta la plaza
mayor, con límites por el norte desde las orillas de la quebrada de La Toma hasta el
río Loro por el sur (mencionado así en los registros notariales). Distantes de éstos y
en forma incipiente se encuentran el barrio Las Ceibas, el barrio del Sur y el barrio
Bolívar, ubicado este último junto a un brazuelo del río Magdalena (al parecer hoy en
día el barrio Caracolí).
El barrio Santa Bárbara se extendía hacia el sur desde este mismo costado de la plaza
mayor en donde quedaba la iglesia del mismo nombre (hoy en día Hotel Plaza) hasta
59
el sitio conocido como la Plazuela de Río Loro, sitio donde hoy se ubica el estadio
Urdaneta Arbelaez. Se distingue en este barrio la carrera principal llamada Policarpa
Salabarrieta. Entre otros, figuran con alguna propiedad en este sector los distinguidos
Calixto Leiva y Olegario Rivera.
Figura 5. Neiva a inicios del siglo XX
Plaza Centenario (1921), que antes se llamara plaza mayor, hoy Parque Santander. Al fondo la capilla de Santa Bárbara, sitio ocupado hoy por el hotel plaza. Fuente: Archivo fotográfico, Universidad Surcolombiana.
El barrio San Pedro, ubicado a varias cuadras de la iglesia principal (Santa Bárbara)
en el costado oriental de la plaza mayor, hoy en día carrera octava a la altura de la
concha acústica Jorge Villamil C. Se destacan en este sector la carrera del Huila, del
Sur, la de Timaná y la carrera de Ricaurte, así como la calle del Truco, llamada de
esta forma por la presencia de establecimientos dedicados al juego de azar y la vida
licenciosa. Poseen propiedad por aquella época los distinguidos señores Fructuoso
Tobar, Vicente Ortiz Durán, Miguel Perdomo y Félix Páez. Este barrio sería conocido
años más tarde (en 1900) como barrio del Oriente.
El barrio Buenavista se ubicaba hacia el noroccidente, en las proximidades al antiguo
cementerio, hoy barrio Los Mártires. Los peatones transitaban principalmente por la
carrera de Zea, la carrera de Aipe y la de Occidente. Poseen propiedad entre otros
Celso Noé Quintero y Olegario Rivera. Este barrio será conocido hacia el año de 1900,
con el nombre de Colón.
60
Para esta época, el barrio de La Toma se caracterizaba por la presencia mayoritaria
de amplios solares, terrenos propicios para la inversión, realizada entre otros por
Luciano Perdomo R., Olegario Rivera, Isidro Santa Coloma, Fructuoso Tobar y Miguel
Perdomo R. Las transacciones de los registros notariales registran la existencia de
una calle principal que bordea la quebrada de La Toma, conocida con el nombre de
San Victorino. Se destaca igualmente la calle de Las Mulas. Para el año de 1900 se
conocerá este sector como barrio del Norte.
Los ejidos o terrenos de propiedad comunal, generalmente situados en las afueras del
casco urbano y que sirven para diversos usos, entre ellos el estacionamiento de
ganado, se elevaban a escritura pública posterior al remate. La Junta de Hacienda del
Distrito Parroquial de Neiva, compuesta por el Alcalde, Síndico y Tesorero municipal,
fija hora y día, previa solicitud de adquisición elevada por un ciudadano y una vez
realizado el avalúo del bien a rematar. El acto se inicia con la voz del pregonero que
anuncia al público hasta que exista una oferta superior al avalúo. La mejor oferta se
anuncia hasta tres veces antes de otorgar el remate109.
Figura 6. Aviso de remate de un terreno en el Distrito de Neiva
109 Un ejemplo de este acto se puede apreciar en el Tomo 2, libro 236, folio 842, AHN.
61
Fuente: Registro Oficial, número 166, página 668. 1887.
Algunas transacciones de compraventa de casas encontradas en el archivo notarial
dejan ver los muebles y enseres que por aquella época hacían parte del inventario de
un hogar: una mesa grande, taburetes (asientos de madera forrados en cuero), horno,
piedras de moler, estantes para colocar vasijas, cujas (cuero templado sobre un marco
de madera que sirve de cama), cajas de madera, baúles, ropero, tinajero de piedra; y
tratándose de una tienda, estantes o armante y mostrador de madera.
1.2 ENTRE IDEAS LIBERALES Y REGENERACIONISTAS: UNA SOCIEDAD DE
VALORES ANTAGÓNICOS
62
Desde finales del siglo XVIII, la educación de un gran número de hombres de la clase
dominante colombiana estuvo relacionada con la ideología borbónica española, pero
también fue evidente que estuvieron en contacto con las culturas francesa e inglesa, y
particularmente con las ideas de la Ilustración y el racionalismo, las doctrinas
económicas de Adam Smith y en política con las de Rosseau. La élite colombiana se
había impregnado –aunque tibiamente- de la doctrina económica liberal.110
Desde los años cuarenta del siglo XIX se aprecia en el contexto nacional el
librecambismo económico, el cual se mantuvo hasta los años setenta. Ésta doctrina
liberal, acusaba a la política proteccionista y el apoyo a la empresa privada, brindado
por parte del gobierno, como la causante de la ineficiencia. A lo anterior se sumaba el
exceso de impuestos y los monopolios estatales que actuaban como desmotivante de la
inversión y la acción privada.
El modo y razón de ser y concebir la vida en el diario vivir de los ciudadanos del
Departamento del Sur (más tarde Departamento del Huila), estaba influenciado por
las ideas pregonadas por un lado por Liberales y en otro por representantes de la
Iglesia Católica. Los primeros, símbolo de las libertades del hombre y proclives a la
generación de riqueza. Los segundos, antagónicos y en defensa de los principios
morales, la honra y el respeto a los designios divinos, afines al proyecto
regeneracionista.
Unos y otros coexistían a la par del movimiento citadino. En tal sentido, se reconoce la
existencia de un destacado grupo de pobladores inclinados generalmente por una
educación y un gobierno laico, el desarrollo económico y social, a través de la
explotación comercial y financiera, y los negocios en general, quienes observaban
gran aceptación de las ideas ilustradas y liberales111. En el otro bando, se situaban
aquellos identificados con la tradición ancestral, la autoridad suprema, los preceptos
110 MOLINA LONDOÑO, Luís Fernando. Francisco Montoya Zapata. Op. cit., p. 21. Basta recordar que a esta altura los radicales y demás defensores del régimen federal gobernaron con ideas liberales en Colombia de 1863 a 1885. A partir de 1886, las llamadas fuerzas regeneracionistas, encabezadas por Rafael Núñez, rigieron los destinos amparados en el ideario conservador. 111 Jairo Ramírez Bahamón, al estudiar la historia de la educación en el territorio correspondiente al Estado del Tolima, deja ver que en lo que será el Departamento del Huila, hubo gran acogida de las ideas ilustradas y liberales. Ver la exposición de tales ideas de este autor en las publicaciones tituladas: El colegio de Elías y el fin de la hegemonía del proyecto laico; La escuela en la antigua provincia de Neiva 1819-1860; Historia social de una utopía escolar.
63
católicos y la compostura moral, entre otros.
Figura 7. El sueño liberal para el Departamento del Sur.
Imagen en primera página del periódico La Estrella del Tolima. Al fondo se aprecia el nevado del Huila y la cría de ganado. A la derecha el bosque, una recua de mulas y troncos de árboles cortados, expresión de la explotación de recursos naturales (quina, añil y caucho) y la conquista de nuevos territorios. En la parte izquierda están representados los vínculos con el desarrollo del transporte fluvial y férreo. En este mismo punto se observa la explotación mineral de oro y plata. Fuente: La Estrella del Tolima, número 94, octubre de 1884.
Un discurso liberal local erigido sobre la base del desarrollo económico:
Nosotros no emprendemos en nada por falta de metálico; pero los pequeños capitales forman los grandes: las fuertes casas comerciales, los bancos i todos los laboratorios especulativos, no son otra cosa que compañías, es decir: acumulación de pequeños capitales…si pues, esto es lo que engrandece a las naciones más adelantadas ¿por qué no habríamos nosotros de hacer lo mismo?...El trabajo forma el verdadero patrimonio del hombre: quien ha nacido i se cría en la opulencia, es pobre sino sabe trabajar, porque la riqueza es accidental i todo accidente desaparece con facilidad. Lo que no se pierde de igual manera es el conocimiento de la ciencia, del arte o del oficio, allí está la dignidad i el bien del individuo112.
No obstante la aparente tolerancia y convivencia de ideas encontradas, el discurso en
circulación a través de la prensa local manifiesta una verdadera pugna en el diario
acontecer. Este medio era también el escenario para la denuncia pública de los
valores y actuaciones de los actores en disputa.
Figura 8. Anuncios publicitarios sobre disputas ideológicas.
112 La Estrella del Tolima, número 12, julio de 1882. Al respecto, Juan Carlos Acebedo Restrepo realiza un juicioso análisis que titula “Prensa católica: antiliberalismo, moralización y opinión pública en el Huila”, contenido en el tomo 6 de la Historia General del Huila, en el que examina el discurso contenido en ediciones católicas (semanario Dios y César) a inicios del siglo XX.
64
Fuente: La Estrella del Tolima, número
28 y 29 de 1882, y número 73 de 1884.
Por su parte, la prensa liberal se ocupaba de exaltar la asociación como elemento
fundamental para la producción de riqueza. Así mismo, ostentaban gran valía entre
liberales aspectos como la inteligencia, la educación, la justicia (respaldada en las
Leyes terrenales), la honradez, el trabajo, el ahorro y el pragmatismo, considerados
todos ellos como el fundamento de aquellos capaces de promover y organizar los
proyectos empresariales. A manera de columna, bajo el título de “El libro del hombre
del bien: opúsculos morales, económicos y políticos”, extractos de la obra de Benjamín
Franklin, se difundían en todas las ediciones, normas propias del ciudadano amigo de
la prosperidad y la ganancia bien habida.
Figura 9. La prensa y los valores del ideario liberal.
65
Fuente: La Estrella del Tolima, número 28 y 29 de 1882
Fuente: El aviso, periódico comercial, de noticias y variedades, marzo de 1890
Por su parte, los medios escritos de marcada tradición católica, antes que
informativos de sucesos económicos, políticos o sociales, destacaban las obras y
66
novedades de presbíteros y feligreses, en la procura de enaltecer el sentimiento moral
y religioso e instituir los principios de piedad y obediencia suprema. Se estimulaba,
igualmente, la práctica de la confesión y la comunión, además del rezo diario.
La educación, trascendente en la formación de la conciencia social, se constituyó en
factor de conflicto por la orientación dada a ésta, según el poder que gobernara en
cada momento. Así, se tiene que bajo el gobierno liberal (1863-1885) el fomento de la
educación pública se hacía bajo la exclusión del credo religioso y en procura de
“hombres libres”. En un segundo momento, la brega regeneracionista encaminó,
según lo dispuesto en la Constitución Política de 1886 y el concordato de 1887, y al
amparo del Obispo Estaban Rojas, la prevalencia de la religión en la escuela
tolimense.
Tal influencia, resultado de la alianza regeneración-iglesia católica, se evidencia en la
contratación de congregaciones religiosas para las escuelas y colegios, fundación de
instituciones de secundaria administradas por la iglesia, inspección a instituciones
educativas, promulgación de censuras y excomuniones a personas y entidades
educativas que no obedecieran lo dispuesto por la iglesia en materia religiosa,
órdenes a sacerdotes para combatir “en todo momento y lugar”, lo que se designó
como “errores liberales”, a la vez que se ejerció una estricta vigilancia sobre la
conducta, no sólo moral sino política de los maestros113.
En las décadas comprendidas entre 1870 y 1900 se experimenta una clara
ambivalencia en los valores que giran en torno a la generación de riqueza, pugna que
para finales del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX, terciaría en favor de la
alianza Iglesia Católica-Regeneración. Calificada esta situación como una notoria y
protuberante influencia sobre la educación y la cultura en procura de formar, a decir
del historiador Reynel Salas: “un arquetipo para el hombre huilense” signado por la
religiosidad, la pureza de costumbres y la laboriosidad del agro114.
1.3 ASPECTOS DEMOGRÁFICOS
113 RAMÍREZ BAHAMON, Jairo. El Obispo Rojas: Puntal de la política educativa regeneracionista en el “Tolima Grande”. Ensayo suministrado por el autor en medio electrónico.114 Ibid., p. 23.
67
Como se anotó anteriormente, con la independencia el esquema de organización
español de las ciudades y la sociedad misma cambió. Para el año de 1851, se observa
que 16 de las 30 ciudades más pobladas de Colombia se encontraban en la Cordillera
Oriental. Además, el 17.59% del total de la población colombiana se encontraba en las
montañas santandereanas y el 33.39% en el Altiplano Cundiboyacense, para un total
del 51% de la población nacional. Esta distribución espacial de la población empezó a
variar en 1870, y hacia finales del siglo XIX y comienzos del XX se presentarán los
grandes cambios espaciales. El eje demográfico se trasladó a la Cordillera Central,
experimentando el país un proceso de desarticulación y de recomposición de la red
urbana. El occidente Colombiano que va de Antioquia a Nariño, al igual que la región
Atlántica, experimentan crecimientos constantes, aunque con ritmos diferentes115.
La recuperación demográfica desde mediados del siglo XVIII, que produce el proceso
fundacional más importante de la historia de Colombia, sumado a los ciclos
económicos, en especial el surgimiento del café en clima templado y el subsecuente
desarrollo de infraestructura vial, así como el avance en la higiene con el control de
epidemias y enfermedades tropicales, coadyuvaron al desarrollo de núcleos
poblacionales en tierras calientes, muchas de ellas tenidas por malsanas aún en el
siglo XIX116.
De acuerdo con el censo de población del Estado del Tolima efectuado en 1870, el
número de habitantes del Departamento del Sur (hoy en día Departamento del Huila)
corresponde a 90.145, de un total de 230.891 que componen el Estado, lo que
representa el 39% de los habitantes. Neiva se presenta como el mayor centro poblado
del Departamento del Sur. Después de éste, siguen en importancia 15 poblados como
Campoalegre, Gigante, Aipe, Hato, Pitalito, Timaná, Colombia, Agrado, Guagua,
Garzón, Pital, La Plata, La Unión, Villavieja y Yaguará, los que no sobrepasan en poco
más de cinco mil habitantes cada uno.
115 Zambrano, Fabio. Op. cit., p. 65-66.116 Ibid., p.67-68
68
Tabla 3. Censo de población en el Departamento del Sur Estado del Tolima 1870.
Entidades Habitantes
Altamira
Agrado
Aipe
Baraya
Campoalegre
Carnicerías (hoy Tesalia)
Caguán
Colombia
Elías
Guagua (hoy Palermo)
Garzón
Gigante
Guadalupe
Hobo
Hato (hoy Tarqui)
Íquira
Jagua
Neiva
Naranjal
Paicol
Pitalito
Pital
Plata
Retiro (hoy Teruel)
Santa librada (hoy Suaza)
Timaná
Unión ( hoy Tello)
Villavieja
Yaguará
1.027
3.336
4.884
2.628
5.138
2.833
1.541
3.070
1.351
3.191
3.934
5.427
1.720
1.465
4.243
2.068
813
8.332
909
1.431
4.807
3.053
3.025
1.852
2.951
4.514
3.072
3.804
3.726
Total 90.145
Fuente: Registro Oficial número 32, página 126,1885.
69
En el mismo Estado, pero en el Departamento del Norte y Centro (hoy en día
Departamento del Tolima), se destacan 11 poblados que poseen un número de
habitantes mayor a 5 mil. En algunos de ellos, la dinámica población se asocia al
comercio a través de un puerto fluvial; en otros, a la explotación de minerales, tales
como la plata y el oro.
Tabla 4. Censo de población Estado del Tolima 1870.
Entidades Habitantes
Ambalema
Chaparral
Coyaima
Espinal
Guayabal
Guamo
Ibagué
Lérida
Natagaima
Ortega
Purificación
6.039
7.266
5.445
8.625
6.915
9.393
10.346
5.679
6.823
7.655
8.738
Fuente: Registro Oficial número 32, página 126,1885.
Algunos centros poblados para esta época en el ámbito nacional, presentan un
número de habitantes considerablemente mayor frente a las cifras anotadas para los
principales centros poblados del Departamento del sur (ver tabla 5)
Tabla 5. Número de Habitantes en ciudades colombianas (1851 y 1870))
Entidades 1851 1870 1881
Bogotá
Barranquilla
Cali
29.649
6.114
11.848
40.883
11.598
12.743
84.723
70
Cartagena
Manizales
Medellín
Pasto
Socorro
San Gil
Vélez
9.856
13.755
8.136
15.015
11.528
11.178
8.603
12.000
29.765
10.049
16.048
10.038
11.267
Fuente: Jorge Orlando Melo, La revolución Económica de Colombia (1830-1900), en: Nueva Historia de Colombia, Tomo 2. Editorial Planeta. p. 69. 1989. La tabla se complementó con datos provenientes de diversas fuentes.
Al comparar la situación demográfica se advierte una tendencia focalizada del
crecimiento población de Colombia a finales del siglo XIX. Los Distrititos Municipales
de Medellín y Bogotá, seguidos de Barranquilla, al parecer ofrecen condiciones
socioeconómicas que promueven el mayor poblamiento de las mismas. Tal como lo
deja ver Ordóñez, la dinámica de Cali es de los albores del siglo XX117. Cartagena, a
decir de Meisel118, pasaba por un retroceso económico y un estancamiento
geográfico. Las antiguas provincias de Socorro, San Gil y Vélez, de gran importancia
en el siglo XVIII e inicios del XIX, parece que comportaban igual situación a la
referida para Cartagena.
De estas cifras se colige que el Departamento del Sur presenta menor doblamiento, no
sólo respecto a centros poblados de importancia en el argot nacional, sino frente a
poblaciones de los Departamentos de Centro y Norte, los que conforman hoy el
Departamento del Tolima. Se advierte en estos dos últimos departamentos (Centro y
Norte) la existencia de cerca de 10 centros poblados con un número de habitantes
igual o mayor a los registrados en Neiva, mayor centro poblado del Departamento del
Sur.
1.4 ESTRUCTURA GEOGRÁFICA Y RED DE CAMINOS
117 Ordóñez, Op. cit., p. 33-63.118 MEISEL, ROCA, Adolfo y POSADA C. Eduardo, Los bancos de la Costa Caribe, 1873-1925, en: Sánchez Torres, Fabio. Ensayos de historia monetaria y bancaria en Colombia. TM Editores, Fedesarrollo y Asobancaria. 1994. p. 230.
71
Hasta bien entrado el siglo XIX, la mayor parte del transporte interno requerido en
Colombia continuaba haciéndose a través de camino de herradura, diseñados sin
ninguna técnica, siguiendo las crestas de las montañas, haciéndose intransitables
durante el invierno. Este atraso generó consecuencias muy importantes al sistema
productivo. Las mercancías sufrían altos recargos debido a los costos del transporte,
lo cual también desalentaba cualquier intento de productividad, y aún más, hacía
imposible que se generara un mercado amplio para los productos perecederos. Según
Ocampo, se trataba de un problema asociado al tamaño del mercado antes que a las
condiciones geográficas119.
Hacia finales del siglo XIX el país tuvo una marcada preferencia por los ferrocarriles,
con primacía sobre otras vías de comunicación. El fenómeno no era típicamente
nacional, puesto que en toda América, y en general en todos los países dependientes
se vivió el mismo proceso. Para ello había un interés de las que se erigían como
grandes potencias (Inglaterra y Estados Unidos). El trazado inicial de las vías férreas
tenía el propósito de vincular la producción de materias primas con el exterior, no
existiendo la intención de integrar el mercado nacional. En este sentido, todas las vías
se trazaron hacia el mar o hacia el Magdalena120.
Para 1886 la red ferroviaria del país alcanzaba 294 kilómetros. Se distinguían los
trayectos a Panamá (a través del Istmo); Bolívar, Puerto Salgar a Barranquilla; Santa
Marta; Cúcuta al río Zulia; Girardot; Medellín a Puerto Berrío; Cauca, Cali a
Buenaventura; La Dorada y Puerto Wilches a Bucaramanga. Ya para 1898 la red
alcanzaba los 513 kilómetros y 875 en 1910. Los habitantes de Neiva, no verían
arribar el tren sino hasta finales de 1930. Pero es en el siglo XX cuando se favorecerá
el proceso de nacionalización de los ferrocarriles y una expansión sin igual en la
historia del país121.
De regreso al relato historiográfico de lo que será el Departamento del Huila, se tiene
que uno de los ingresos que contribuye a las arcas gubernamentales era el impuesto
de pontazgo y el de pasos sobre el río. El primero se cobraba ante la existencia de un
puente sobre un río. El remate de los pasos sobre el río Magdalena, efectuados aún a
119 OCAMPO, Op. Cit., p. 32.120 TIRADO, Op. Cit., p.228121 Ibid, p.229
72
finales del siglo XIX, evidencia la ausencia de puentes en los pasos o caminos reales
que unen diferentes poblados del Departamento del Sur. Para 1885, el prefecto civil y
militar, Toribio Rivera, señaló el remate de los pasos del Departamento del Sur, según
lo cual, los interesados ofertan, comprometiéndose a cobrar los derechos establecidos
en la Ley 49 de 1884122.
Tal como se aprecia en la tabla 6, un poco más del cincuenta por ciento del valor de
los aforos se concentra en los pasos de Neiva y Aipe, por los cuales transitan las
mercancías y personas con destino a los Departamentos del Centro y Norte (hoy
Tolima) y hacia Santa fe de Bogotá.
El comercio de mercancías nacionales y extranjeras ingresaba por el río Magdalena,
principalmente desde el puerto de Arrancaplumas en el Distrito de Honda, hasta el
puerto de Caracolí en Neiva. Eran faenas que en ocasiones tardarían más de 30 días
de ardua labor y múltiples siniestros. Champanes y canoas estaban a cargo de un
hombre que dirigía las labores, denominado comúnmente Patrón. Champanes y
canoas eran conformadas por una tripulación y los debidos aparejos. Por lo general,
16 bogas conformaban la tripulación de un champán y un menor número de éstos se
empleaba en el caso de las canoas. De subida, es decir de Honda a Neiva, y al tener
que navegar en contra de la corriente, los bogas jalaban desde la orilla al champán.
Tabla 6. Pasos sobre el río Magdalena a la altura del Departamento del Sur
Pasos Aforos
($)
Ubicación
Panaderos
Samborja
Aipe y Villavieja
Guacirco
San – Andrés
Vega
Isla
5
100
25
20
10
67
50
Villavieja
Aipe
Aipe
Neiva
Neiva
Neiva
Neiva
122 Registro oficial del Estado Soberano del Tolima. Número 19. p. 76. 1885. aparejo. Mar. Conjunto de palos, vergas, jarcias y velas de un buque. Aparejo de cruz, de cuchillo, de abanico. Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2005. © 1993-2004 Microsoft Corporation.
73
Piñal
Jagua
Seboruco
Momico
Colegio
San – Antonio
Rioloro
Balseadero
Cañada
Zapatero
Serrezuela
Guaira
Maito
Oritoguas
Isnos
20
10
5
20
30
4
30
30
5
8
25
10
16
5
2
Neiva
Campoalegre
Campoalegre
Hobo
Gigante
Gigante
Gigante
Garzón
Agrado
Hato (hoy Tarqui)
Hato
Hato
Hato
Timaná
PitalitoFuente: Registro oficial del Estado Soberano del Tolima. Número 19 de 1885.
Dependiendo de la época, así mismo se presentaba el cause del río y por ende los
siniestros. En cercanías a Neiva eran frecuentes los aciagos ocurridos a champanes y
canoas. Sitios como El Carrasposo, La Vega, La Ponchera (arriba de Fortalecillas),
Puerto de Palmicha (abajo de Fortalecillas), La Vega del Muerto (cercanías a Aipe),
Las Gualas (3 leguas de Neiva) y El Guacamayo (distante 5 leguas de Neiva); sumados
a Chicora o Gallinazo, Flandecitos y Los Monos, situados estos últimos río arriba, era
donde mayores sucesos se presentaban. Cuando no era una creciente del cause del río
la que provocaba el incidente, entonces se trataba de un bajo o cuchillón, causado por
la sequedad del río.
De Neiva hacia el sur del Departamento no se realizaba intercambio alguno a través
del río Magdalena. Muy a pesar de que los gobiernos manifestaran constantemente la
intención de canalizar o hacer navegable este trayecto del río. La Convención
Constituyente del Estado del Tolima decretó mediante la Ley 9 de febrero 26 de 1877,
la ejecución de obras, tendientes a la destrucción de obstáculos existentes desde el
Hato hasta el puerto de Neiva.
Los siniestros se denunciaban ante el Notario, con el fin de adelantar los trámites para la reclamación de seguros. En el Archivo Histórico Notarial de Neiva se pueden consultar, entre otros, los siguientes siniestros: escritura 304 de 1876; escrituras 53 y 487 de 1878; escrituras 679 y 691 de 1879; escritura 590 de 1881; escritura 192 de 1882; escritura 743 de 1883; escritura 59 de 1886; 439 de 1887; escrituras 115 y 242 de 1889; escritura 48 de 1892 y escritura 121 de 1896.
74
Diez años más tarde la situación continuaba siendo la misma. El cruce de
correspondencia entre Julio Borrero, vecino de Neiva, profesional de la ingeniería y
Mirtiniano Sicard, Secretario de Hacienda, dejan ver la intención del Estado para
promover la navegación por el río Magdalena hacia el sur del Departamento, en
procura del desarrollo económico, en el trayecto comprendido entre Neiva y la
desembocadura del río Suaza. Es evidente la existencia de obstáculos que hacen
peligroso el accionar de embarcaciones, por pequeñas que sean.
El ciudadano y gobernador civil y militar del Estado, en su tendencia de atender en cuanto lo permitan los recursos del Tesoro, al mejoramiento de las vías de comunicación, que es el factor más importante, en el desarrollo de la industria, ha fijado su atención en buscar los medios de facilitar la navegación, siquiera sea por balsas y embarcaciones menores del trayecto del río Magdalena, comprendido entre la desembocadura del río Suaza y esta capital, problema que hasta hoy no ha podido resolverse por existir varios obstáculos que hacen peligrosísimo el pasaje de vehículos por pequeños que sean. Hay en algunos puntos piedras de gran magnitud en medio de la corriente, y en otros, las rocas de la ribera se avanzan sobre la madre del río, formando en ambos casos rompientes que exponen a toda embarcación a ser estrellada o destruida...123.
Este hecho se ratificó meses más tarde con la realización de un contrato para la
exploración del Alto Magdalena, suscrito entre la Gobernación del Departamento y
Nepomuceno Falla G. El señor Falla se comprometió a explorar el río desde el punto
llamado Boca de la Guandinosa hasta la ciudad de Neiva. Tenía como objeto examinar
los peligros que se presentaban en este trayecto para la navegación por balsas y otras
embarcaciones menores. En el informe del contratista reza lo siguiente:
El río es tan raudaloso de esta ciudad para arriba, que difícilmente podrá gobernarse un balsa o un champan que baje con el peso de seis cargas; en muchas partes se hace imposible toda maniobra y la embarcación quedando al solo impulso de la corriente, puede con facilidad hundirse o estrellarse contra las rocas que abundan a flor de agua.
Acometer la destrucción de estas, sería obra costosísima y acaso irrealizables…las más notables de estas rocas son: La Cascajosa, Luisa, El Boquerón, Domingo Arias, Rita, El Fuerte, Los Hornos, Paso del Hobo,
123 Ibid, número 76, página 303. 1886.
75
Macó, Piedra Verde, La Colorada, Trapiche, Pulito, Los Libros, La Boba y El Limón…En la parte que me refiero abundan los rápidos y en estos el peligro es mayor. Entre otros muchos, los chorros más peligrosos son: Rosapaso, Tres Brazuelos, Pecho de Gallo, Macará, Tabaquito, Chilvanejo, Los Monos, El Cimbito, Los Clavos, El Salto, Chavela, La Isla, El Bolsón, El Achote, Bichesito, Quebrada seca, Reventaderos, Las Vueltas, Zumbamicos, La Palma, Pescador, Boca del Hobo, Guacimal, Boca de la Caraguaja, Chapetones, Cheura y Seboruco124.
Entre el puerto de Honda y Neiva, la situación era más ventajosa, aunque no del todo
favorable. En informe enviado por Francisco J. Cisneros al Secretario de Hacienda y
Fomento del Estado colombiano, se advierte que existen puntos –como el “chorro
zabullidero- y partes del río en los cuales la profundidad del cauce fluctúa entre 2 y 3
½ pies –como entre Natagaima y Las Mesas del Inca-, lo cual determina como inútil el
uso de vapores con calado que pase de 21 pulgadas. Por estos motivos, el señor
Cisneros manifiesta en esta misiva no colocar más de un vapor con dimensiones que
no sobrepasen los 85 pies de largo y 22 de ancho, con capacidad máxima de 350
cargas a bordo125.
Para el año de 1876 se advierte la primera intención de parte del Estado colombiano
por implementar un sistema de comunicación a vapor por el río Magdalena entre el
puerto de Honda y Neiva. La Ley 6 de 1876, sobre navegación del Alto Magdalena,
destinó 25 mil pesos para subvencionar la incorporación de buques a vapor en el
citado trayecto. Aún para 1878, no se había cristalizado tal intención. Los contratos de
navegación suscritos con Alejandro Weckbecker y Francisco J. Cisneros, reflejan tal
situación126.
124 Ibid., número 133, página 532. 1886125 Secretaría de Hacienda y Fomento. Informe de la excursión efectuada en el Alto Magdalena por parte del señor Francisco J. Cisneros. En: Gaceta del Tolima, número 138. 1878.126 Registro, Op. cit., número 136, página 543. 1878.
76
Figura 10. Alocución del Presidente del Estado Soberano del Tolima.
Fuente: Gaceta del Tolima, mayo 10 de 1878.
Entonces, hasta inicios de la década de 1880 el transporte fluvial de mercancías entre
los puertos de Honda y Neiva se realizaba por embarcaciones tipo champán, balsa y
canoa. El arribo de un champán al puerto de Neiva se hacía con mercancías que
pesaban alrededor de 75 cargas. Por su parte, las canoas transportaban no más de 25
cargas, en tanto que una balsa no sobrepasaba las 20 cargas. Los primeros años de la
década en cita se distinguieron por el auge exportador de la quina. Así, un champán
salía del puerto de Neiva con no menos de 150 zurrones de quina, una canoa con 40 y
una balsa con 30. Eran cerca de 15 los champanes que prestaban el servicio por
entonces, los que se conocían con el nombre de Vencedor, Samper y CIA, El Monitor,
77
Reyes, Bremen, Progreso, América, Murillo, Confianza, Londres, Vencedor, Diamante,
Bella Eloisa, Rifle y Canario. Entre las canoas sobresalen: Enriqueta, América, María,
Joven, Condesa y Republica127.
Figura 11. Ilustraciones del transporte fluvial.
Arriba: “Los bogas y el champan”, geografía pintoresca de Colombia, 1869.
En el medio: “Champan y vapor”, papel periódico ilustrado, t. III, 1863,1864
Abajo: “El vapor Emilia Durán”, papel periódico ilustrado, t. IV, 1863,1864.
Fuente: Martínez Covaleda Rocío y Héctor Jaime. Economía y región: aproximación a la historia del siglo XIX en el Huila. En: Historia General del Huila, volumen 3, p.63.
127 La Estrella, Op. cit., número 18, septiembre de 1882.
78
2005.
Además de la Empresa Cisneros, de propiedad de Francisco J. Cisneros, figuraban
como propietarios de champanes, entre otros, Luciano Charry, Francisco Puentes,
Lino Amézquita y Baltazar Lozada. Un champán era conducido por un Patrón y
generalmente 16 bogas. Fueron reconocidos como afamados patrones, entre otros,
Juan de Dios Niño, Isidro Niño, Valentín Guevara, Salvador Perdomo, Nicanor Quiroz,
Nepomuceno Falla, Pío Cerquera, Ramón Cifuentes, Buenaventura Bautista, Benicio
Barrios y Benedicto Cortés.
Hacia mediados de la década de 1880, transitaban por el Alto Magdalena entre otros
el vapor Carmen Cisneros y dos buques a vapor de propiedad de Francisco J.
Cisneros, denominados Tolima y Emilia Durán, de 400 cargas de capacidad el primero
y de 600 el segundo. Los citados buques habían entrado en servicio en el año de 1882,
según el despliegue dado por el periódico La Estrella del Tolima. En 1884, el vapor
Tolima realizó 16 viajes. Transportó de subida 5.093 cargas y de bajada 5.537. En el
mismo año, el buque Emilia Durán transportó 6.784 cargas de subida y 6.904 de
bajada128.
Figura 12. Anuncio noticioso navegación a vapor
Fuente: La Estrella del Tolima, número 22, septiembre de 1882.
Los siniestros se denunciaban ante el Notario, con el fin de adelantar los trámites para la reclamación de seguros. En el Archivo Histórico Notarial de Neiva se pueden consultar los siguientes siniestros: escritura 304 de 1876; escrituras 53 y 487 de 1878; escrituras 679 y 691 de 1879 y escritura 590 de 1881.128 Navegación del Alto Magdalena, el informe de los comerciantes de Neiva, en: Registro Oficial, número 70, página 280.1886.
79
El vapor Sixta Tulia de propiedad de la empresa del señor Francisco J. Cisneros,
reconocido inversionista en vapores que circundan el alto y bajo Magdalena, así como
en los ferrocarriles de La Dorada y Bolívar, se rompió el casco al chocar contra
piedras en el sitio denominado El Salto de Honda, próximo a la desembocadura
Gualí129. No obstante, Cisneros encomendó la construcción de un nuevo vapor y tres
buques especiales para la navegación por el Alto Magdalena. Igualmente, rebajó
hasta un 50% los fletes para el transporte fluvial y férreo de productos como tabaco,
cacao, café, quina y algunos zacarinos130, tras exhortación que hiciera Rafael Núñez,
Presidente de la República131. Hay que anotar que el estado subvencionaba el
transporte fluvial, lo que se consideraba para algunos un privilegio a Cisneros, y por
tanto era fuente de constantes reclamos:
Señor Secretario de Hacienda: En cumplimiento de la comisión que nos dignasteis confiarnos en la Junta de Comerciantes convocada para estudiar el contrato sobre navegación por Vapor en el Alto Magdalena, que se propone celebrar el gobierno del Tolima, sometemos a vuestro ilustrado criterio las siguientes consideraciones…A la simple lectura resalta que la economía obtenida por los comerciantes en el transporte de carga, representa el auxilio en dinero que el Gobierno suministra al contratista…hemos examinado el contrato en lo sustancial y puesto en claro los inconvenientes…Neiva, abril 12 de 1886. Manuel Santos N., Aguirre & Compañía, Félix Moreno, Emilio Cabrera E., Aparicio Perea P., Cuervo hermanos, Olegario Rivera, Henrique Sanclemente, Manuel María Méndez, David Cleves, Julio J. Navarro, Francisco A. Gutiérrez, José Ignacio de Castro, César García 132.
Por otra parte, la red de caminos establecida en el Departamento permitía cubrir
trayectos que unían a Neiva con los diferentes poblados. El correo era el único medio
de comunicación interna, ya que aún para finales de 1887 se estaba a la espera de la
prolongación del telégrafo que llegaba hasta Neiva. Una misiva enviada por Olegario
Rivera, Gobernador Interino del recién designado departamento del Tolima, al
entonces Ministro de Gobierno de la República, confirma esta situación:
Desde el año pasado se pidió al Gobierno el servicio de que prolongara
129Ibid., número 44, página 178. 1886. 130 Ibid, número 55, página 220. 1886.131 Mediante Decreto número 172 de marzo 16 de 1886 expedido por la presidencia de la República en cabeza de Rafael Núñez, se fomenta la exportación de café, cacao, tabaco y productos de la industria zacarina; beneficiados todos ellos con la exención de impuesto de cualquier especie y el otorgamiento de una prima del 4% sobre el precio corriente que tenga en el respectivo puerto.132 Registro Oficial, Op. cit., número 62, página 245-246.1886
80
hasta Garzón la línea telegráfica, ofreciendo el concurso del Departamento para esta obra; y aunque se contestó favorablemente, se aplazó su ejecución hasta que el Gobierno tuviera los materiales de hierro necesario para ello…S.S. conoce bien la importancia comercial de los pueblos que se trata de beneficiar con esta obra, debida principalmente a la cantidad de artículos de exportación; calculará el poderoso incremente que en ellos tomará la industria minera con la explotación de los veneros de La-Plata…133.
Por otra parte, la comunicación con el departamento del Caquetá estaba aún en
proyectos. Al respecto, se conformó a finales de 1887, en el distrito de Pitalito, una
sociedad que se denominó Compañía Caquetá, con el objeto de abrir el camino hacia
el citado departamento. La Junta de Fomento, órgano del Gobierno departamental,
reunida el primero de diciembre de 1887, entre otras decisiones, aceptó la propuesta
del señor doctor Emiliano Cantillo C, para la construcción del camino de Santa
Librada (hoy Suaza) al Caquetá134.
En la jurisdicción del Departamento del Tolima se transitaba por caminos centrales y
ramificaciones. Existía un camino central que partiendo de Fusagasuga, en el río de
este nombre, conducía a la Aldea de San Agustín, pasando por Santa Rosa, Prado,
Villavieja, Neiva, Campoalegre, Hobo, Gigante, Garzón, Jagua, Altamira, Naranjal,
Timaná y Pitalito. Este camino tenía como alineación la banda oriental del río
Magdalena. Igualmente, se calificó de camino central el que partiendo de Honda
conduce al límite con el Estado del Cauca, pasando por Guayabal, Lérida, Venadillo,
Caldas, Guamo, Purificación, Natagaima, Aipe, Guagua, Retiro, Ïquira, Carnicerías,
Paicol y La Plata. Para este caso, era la banda occidental del río la que orientaba el
trazado135.
Desde Timaná partía una ramificación que conducía al Pital, cruzando por Elías y el
Hato. Así mismo, de Altamira se comunicaba al territorio del Caquetá, pasando por
Guadalupe, Santa Librada y la Ceja. De Río Loro, por entonces perteneciente al
Distrito de Gigante, se llegaba a La Plata, atravesando Agrado y Pital. Desde Aipe,
partía la ramificación que conducía a Íquira, pasando por Yaguará. De este municipio
a Campoalegre se llegaba cruzando el río Magdalena por la hacienda de Seboruco.
133 Registro Oficial, número 148, página 594. 1887.134 Junta de Fomento, acta de la sesión del 1° de diciembre de 1887. En: Registro Oficial, número 191. 1887.135 Convención Constituyente del Estado Soberano del Tolima, Ley número 13, del 03 de marzo de 1877 reformatoria del código de fomento. En: El Tolima, Órgano del gobierno del Estado, número 7. Marzo 17 de 1877.
81
Finalmente, de Neiva partía una ramificación que terminaba en Prado, rebasando La
Unión, Nutria, Colombia y Dolores.
De Neiva a Guagua (hoy Palermo) se empleaban alrededor de 5 horas de camino. De
este municipio al Retiro (hoy Teruel) se requerían 4 horas más; de allí se llegaba a
Yaguará después de 3 horas de camino; el camino continuaba llegando a Íquira tras
tres horas y media de trasegar. Por este trayecto se llegaba hasta La Plata, pasando
antes por Carnicerías (hoy Tesalia) y Paicol136.
De Neiva, centro administrativo y de comercio, partía un camino hacia el norte, que
conducía hasta Colombia, pasando por la Unión (hoy Tello) y Baraya. En este trayecto
se empleaban no menos de 24 horas de travesía. También, de Gigante, existía un
trayecto que conducía hasta el Hato (hoy Tarqui) pasando por Agrado y Pital, en el
que se empleaban no menos de 17 horas de camino.
Desde Neiva se empleaban cerca de 5 horas para llegar a Campoalegre. De allí a
Hobo demandaba 3 horas. De Hobo a Gigante, el trayecto exigía 8 horas. De este
último a Garzón se requerían 6 horas. El camino continuaba hacia el sur,
encontrándose ahora con Altamira, pasando primero por La Jagua, recorrido en el que
se empleaba 6 horas. Finalmente, el trasegar conducía hasta Pitalito, dejando atrás a
Naranjal y Timaná. Esta última faena demandaba cerca de 18 horas.
Desde Altamira partía un camino que conducía hasta Santa Librada (hoy Suaza)
pasando por Guadalupe. Este trayecto se realizaba en 6 horas. También de Garzón al
Hato (hoy Tarqui) existía un camino pasando por Agrado y Pital, en el que se
requerían 10 horas. De Agrado a La Plata, dejando a Paicol, se tardaba cerca de 11
horas.
Las inclemencias del tiempo, sumadas a la situación de guerra constante en que vivió
el país durante la segunda mitad del siglo XIX, determinaron, en muchos casos, el
abandono de los caminos públicos. Ante esta situación, el Gobernador del Estado
Soberano del Tolima, por el año de 1885, organizó y reglamentó la contribución del
136 La duración de estos trayectos se establece con base en el itinerario de correos oficiales, contenidos en decretos departamentales, publicados en el Diario Oficial del Estado Soberano del Tolima. Un ejemplo de ello puede ser consultado en la página 86 del Registro Oficial, número 22, de 1885 y en el número 146, página 585, de 1887.
82
servicio seccional subsidiario, que obligaba a los varones mayores de 18 años y
dependiendo de la renta, a cancelar en dinero o en jornales un aporte para la
composición o mejora de los caminos y edificios públicos137.
El informe del recién nombrado Inspector de Caminos, da cuenta, a septiembre 9 de
1886, de la revisión del camino central número uno, comprendido entre los ríos
Fortalecillas y Suaza:
El Distrito Neiva, ha hecho componer a su costa, y quedó en regular estado el camino que media entre el río Fortalecillas y la quebrada el Danzante; le falta por componer uno que otro paso más o menos malo en el resto del camino hacia el sur…las condiciones planas y regularmente secas de la zona –Campoalegre- hacen que el camino se conserve en buen estado…de Albadán a la cabecea del Distrito de Campoalegre, contiene 5 pasos malos, uno por cada zanjón…En cuanto al camino central que atraviesa el territorio de la Aldea de Hobo, se halla en pésimo estado, siendo necesario una variación que propuse…hay dos pasos notoriamente peligrosos…en términos que los arrieros tienen que transportar a espaldas los bultos que conducen las mulas…en Gigante y Garzón, tampoco alcanzan los fondos para atender los caminos públicos138.
1.5 PRODUCCIÓN Y COMERCIO.
El siglo XIX para el contexto colombiano se caracteriza por ser un periodo de
transición lento al capitalismo. En la primera mitad del siglo, el mercado interno fue
totalmente incapaz de dinamizar la economía colombiana, a pesar de lo intentos por
hacerlo, materializados en la política proteccionista. En la segunda mitad, la
economía experimentó una débil intercesión al mercado mundial insertándose con la
exportación de materias primas principales como oro, tabaco, quina y café; y en
menor proporción plata, cueros, algodón, banano, palo brasil, caucho y tagua. De
manera marginal añil, palo mora, dividivi y maderas preciosas, azúcar y cacao. Esta
situación no es ajena a la tendencia mundial, ya que entre 1820 y 1880 el comercio
mundial se multiplicó 11 veces y entre 1820 y 1913 la cifra fue de 33.
137 Estado Soberano del Tolima, Decreto número 243 de 1885, en Registro Oficial, número 31, página 121, 1885.138 Informe del Inspector de Caminos de las Provincias de Neiva y Sur, en: Registro Oficial, número 110, página 443.1886.
83
Indiscutiblemente se estaba en el apogeo del capitalismo industrial139.
Así, de un estancamiento notorio en las primeras cinco décadas del siglo XIX,
Colombia experimentó un crecimiento per cápita del 120% en las exportaciones
efectuadas en las tres siguientes décadas. No obstante, entre 1882 y 1910 se padeció
un estancamiento con fuertes fluctuaciones: caída en la década de 1880, crecimiento
en la década del noventa y nueva caída en la primera década del siglo XX. El
crecimiento real dependió de productos diferentes al oro, ya que la producción de éste
decayó continuamente durante el siglo XIX. Las exportaciones fueron variadas sin que
esto significara que el sector exportador en su conjunto tuviese un alto grado de
diversificación. Así mismo, éste desarrollo exportador fue frágil al depender de
coyunturas de precios excepcionales en el mercado internacional. Con ello, la
economía permaneció en ciclos de bonanza y estancamiento140.
Bajo éste contexto, según Ocampo, la burguesía colombiana fue descubriendo una
forma de comportamiento empresarial consistente en la explotación, al máximo, de las
oportunidades que ofrecían los mercados mundiales en desequilibrio, apelando a
condiciones de producción o explotación relativamente elementales e improvisadas.
Entonces, su objetivo no era generar sectores de exportación estables. Esta forma de
comportamiento que tuvo en Colombia su apogeo de 1850 a 1882, encontró
dificultades para desenvolverse en las décadas siguientes, lográndolo de manera
parcial en la economía cafetera de hacienda en las últimas décadas del siglo XIX141.
El sector minero fue en el siglo XIX el único que mostró una tendencia clara en la
formación de empresas capitalistas modernas. Hacia finales del siglo en cuestión se
convirtió en un sector enclave, dominado por empresas extranjeras y algunas firmas
antioqueñas que subsistían junto a otras nacionales de menor envergadura. Los
restantes sectores, con excepción del café, comportaron un desarrollo tecnológico
mucho más limitado al depender de recursos naturales abundantes, empleando en
algunos casos, técnicas destructivas de la riqueza natural, como parece haber sido
cierto para la quina y el caucho en algunas regiones del país142.
139 Ocampo, Op. Cit., p. 50-51.140 Ibid, p. 48-50.141 Ibid. p. 61.142 Ibid, p.65
84
Por su parte, los productos ganaderos constituyeron actividades de gran importancia
para el consumo interno. La producción ganadera y cafetera de segunda mitad del
siglo XIX registraron algún avance técnico. La introducción de pastos artificiales
permitió eliminar la trashumancia tradicional en algunas zonas del país. Por su parte,
el cultivo del café hizo posible la agricultura intensiva en zonas que bajo otras
circunstancias practicarían el sistema primitivo de roza y quema, o la ganadería
extensiva143.
Cuadro 1. Composición de las exportaciones según valor (miles de pesos oro)
Producto 1878/9-
1880/1
1881/2-1882/3 1888-1891 1898
$ % $ % $ % $ %
Oro
Plata
Café
Tabaco
Quina
Cueros
Algodón
Añil
Caucho
Tagua
Cacao
Sombreros
Bananos
Palo brasil
Palo mora
Dividivi
Azúcar
2608.0
646.4
2931.2
1025.2
371.9
963.3
62.3
12.7
315.9
373.6
65.0
74.5
-
22.6
19.1
4.7
21.4
7.5
25.4
7.0
0.5
0.1
2.3
2.7
0.5
0.5
-
0.2
0.3
0.5
0.1
2886.0
766.2
2607.4
179.6
4763.4
1200.8
26.9
6.7
488.3
174.6
n.d
79.9
-
22.5
154.7
136.8
n.d
18.7
5.0
16.9
1.2
30.9
7.8
0.2
-
3.2
1.1
0.5
0.1
1.0
0.9
3275
993.2
4170.4
833.4
33.7
855.9
132.3
3.1
325.8
271.8
195.6
75.8
6.0
6.1
41.1
113.4
26.9
8.2
34.3
6.9
0.3
7.1
1.1
-
2.7
2.2
1.6
0.6
-
0.1
0.3
0.9
0.2
3332.6
1016.3
9383.0
1581.8
5.7
1061.1
82.1
-
431.9
219.4
218.2
2.9
72.9
17.4
5.3
49.0
8.3
-
5.5
0.4
-
2.3
1.1
1.1
-
0.4
-
0.2
0.5
0.1
143 Ibid, p. 66-67.
85
Madera
Animales vivos
Platino
Otros
40.4
62.2
20.4
31.8
669.8
1.6
290.3
0.2
4.9
-0.
2.1
n.d
546.3
n.d
1.390.4
3.5
9.0
22.9
123.0
207.6
2.7
476.3
1.0
1.7
-
3.9
0.8
31.5
93.0
12.3
130.0
821.7
4.8
652.1
0.7
4.3
-
3.4
TOTAL 13.689.1 15.430.5 12.165.1 19.154.1
Fuente: Ocampo, José Antonio. Colombia y la economía mundial 1830-1910. p.101.
Tal como se aprecia en el cuadro número 1, sólo el café y los cueros mostraron una
expansión continua a través del siglo XIX. Los restantes productos enfrentaron serios
límites a su desarrollo, siendo incapaces de mantener niveles de exportación
significativos. Por tal motivo, no se puede afirmar que la diversificación haya sido una
característica de las exportaciones colombianas en el siglo XIX, máxime cuando tres
productos de exportación representan entre el 60 y el 75 por ciento del total
exportado. No obstante, tampoco se puede caracterizar éste periodo como
monoexportador.
En cuanto al café, se sabe que se cultivó inicialmente en la faja oriental, en valles
cercanos a Cúcuta; luego su cultivo se trasladó hacia el sur y para 1850 en adelante
en las haciendas de Cundinamarca, en donde originó el establecimiento de nuevas
haciendas hacia el río Magdalena. Con la colonización del occidente que se abría paso
desde finales del siglo XVIII, el café, pasó ya en el siglo XX, a sembrarse en pequeños
predios de propiedad familiar, con lo que se dio una conjunción de circunstancias
determinantes para el rumbo posterior de la economía colombiana144.
La forma originaria de acumulación de riqueza en el Departamento del Sur (más
tarde Departamento del Huila), se liga principalmente a la tierra, con la adquisición y
venta de terrenos, la producción agropecuaria y la explotación de los recursos
naturales como quina, añil, caucho y minería, lo que sumado al comercio de
144 Ver en Marcos Palacios: El café en Colombia 1850-1970, en la que el autor realiza una amplia exposición sobre el negocio cafetero.
86
mercancías, conforman el valuarte de la economía para esta época. En el caso de los
productos agropecuarios, cobra importancia la cría y ceba de ganado, lo que posibilita
además la comercialización de cueros. También se advierte la exportación de la crin
de caballo. El cacao y el café ocupan igualmente la atención de los negociantes
locales para fines del siglo XIX145.
Figura 13. Anuncios publicitarios.
Crin: Conjunto de cerdas que tienen algunos animales en la parte superior del cuello o en la cola. Se utiliza como fibra en el tisaje de entretelas. Guarnicionero: Operario que trabaja o hace objetos de cuero, como maletas, bolsos, correas, etc. || Fabricante o vendedor de guarniciones (para caballerías). Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2005. Microsoft Corporation. 145La comercialización de cacao, café y caucho, puede verse en transacciones de compraventa, otorgamiento de poder y siniestros contenidos en los libros del archivo notarial identificados con los números 179,189, 318, 342, 393,395, 400, 401, y constitución de sociedades escritura 196, tomo2, libro332, 1893 y escritura 16, tomo1, libro 342, 1894.
87
Fuente: La Estrella del Tolima, número 7de 1882 y número 56 de 1883.
Fuente: El aviso, periódico comercial, de noticias y variedades, febrero de 1890.
88
En el Departamento del Sur se llegó a realizar degüello de por lo menos 10 mil
cabezas en el año de 1886. Por entonces, esta actividad generaba impuesto de 5 pesos
a la Nación y de 2 pesos al Departamento. El recaudo de este impuesto se remataba
anualmente146. El impuesto directo, conformado por los gravámenes a las rentas
provenientes de capitales a censo147 y de cualquiera industria o profesión, se
equiparaba en el monto al registrado por el impuesto de licores, lo que indica la
importancia de esta actividad por aquella época148.
La invitación a remate del impuesto nacional de degüello para el año de 1887, permite
elaborar un panorama de éste a nivel nacional y realizar un cuadro comparativo entre
la situación del Tolima y los restantes departamentos, y al interior de este mismo . El
degüello, en algunas sociedades de occidente, indica de manera aproximada el
consumo de carne en la dieta alimenticia y por ende transmite nociones sobre el
ingreso y la capacidad adquisitiva de la población. En este sentido, se tiene que el
Departamento del Tolima ocupa el séptimo lugar entre los nueve que componen la
Republica, en cuanto a degüello se refiere. Así mismo, las Provincias de Neiva y del
Sur, que conforman hoy el Departamento del Huila, comportan una cifra menor que
las Provincias del Norte y Centro, que conforman hoy en día el Departamento del
Tolima.
146 Los degüellos se estiman con base en el valor que tuvo el remate de este impuesto para el año de 1886. ver Registro Oficial, número 23, página 92 de 1885.147 Gravamen: impuesto sobre bienes inmuebles propios, en retribución del dominio otorgado a los mismos. Se asemeja hoy en día al impuesto predial. Para aquella época era del 4 por mil sobre el valor de la propiedad mueble e inmueble, y 2 pesos sobre cada ciento del valor de la renta que provenga de dinero a interés (Ley 49 de 1884)148 El degüello generaba ingresos al fisco Departamental en cerca de $20.000 anuales, en tanto que las rentas de licores se estimaban en $75.000. Para este momento había entrado en rigor la Constitución de 1886 que dispuso, entre otros, que los denominados Estados que componían La Unión continuarán siendo parte de la República de Colombia, conservando los límites y bajo la denominación de Departamentos.
89
Tabla 7. Comparativo de degüello a nivel nacional y en el Departamento del
Tolima 1887.
Departamento Postura admisible
para remate
($)
Número aproximado de
cabezas en degüello
Participación
(%)
Antioquia 160.000 32.000 11.1
Bolívar 112.000 22.400 8.5
Boyacá 62.500 12.500 4.7
Cauca 120.000 24.000 9.1
Cundinamarca 250.000 50.000 19.0
Magdalena 35.000 7.000 2.6
Panamá 130.000 26.000 9.9
Santander 220.000 44.000 16.7
Tolima
Provincia del Sur: 24.000
Provincia de Neiva: 24.500
Provincia del Centro: 32.000
Provincia del Norte: 30.000
-----------
Total $110.500
110.500 22.100 8.4
TOTAL 1.200.000 262.000
Fuente: Registro Oficial número 112, año 1886. Los cálculos son propios.
Sin embargo, el desarrollo económico del Estado del Tolima, y de manera particular el
Departamento del Sur, no era por demás cuantioso. En el año de 1877, el Presidente
del Estado, señor Ignacio Manrique, suprimió las recaudaciones de impuesto de
peajes establecidas en los puntos de Páez, Maito, Colegio, Rioloro, Guacirco, Cabrera,
San Borja y La Nutria, todas ellas en el departamento del Sur. La razón para esta
90
decisión fue lo insignificante de este recaudo, al punto que no alcanzaba para el
sueldo correspondiente al empleado, ni aun para los llamados gastos de escritorio149.
Tal como se aprecia en figura contigua, en los primeros 8 meses de 1877 el impuesto
de peaje se acercaba a los 20 mil pesos. El camino central número uno, que partía
desde Fusagasugá, recaudaba cerca del 50% de este impuesto. El camino central
número 2 y las ramificaciones presentaban en su gran mayoría recaudos
insignificantes.
Figura 14. Relación de ingresos de peaje en 1877.
Fuente: Gaceta del Tolima número 90. Julio de 1878, pagina 360.
Por el año de 1886, el Gobernador del Estado de Tolima, Manuel Casabianca,
promueve entre particulares la organización de la industria minera en el Estado. En
ella se refleja el estado calamitoso en que se encuentra la Nación. Resalta la
significación de la industria minera y la necesidad de devolver a las asociaciones
anónimas todo el crédito perdido por el abuso, la mala dirección y el desacertado
149 Poder ejecutivo del Estado del Tolima, Decreto número 207 de octubre 10 de 1877. En: Gaceta del Tolima, número 23. 1877.
91
objeto en la creación de algunas de ellas.
Al alcance de todos está la aflictiva situación que el país atraviesa en sus condiciones industriales…las industrias mineras han atraído la atención de todos a despertar el entusiasmo de los empresarios… hará usted un gran bien al país; se lo hará usted y a su propia familia, al Estado y a multitud de infelices a quienes vemos ya carecer de lo necesario para subsistir…el de hacer un esfuerzo por devolver a las asociaciones anónimas, todo el crédito que deben tener en el país…si nos sentamos a llorar los desastres que han sufrido en Colombia las compañías anónimas, ocasionados por el abuso, por la mala dirección o por su desacertado objeto…150.
En misiva enviada por Francisco J. Cisneros, propietario de buques a vapor y trenes,
a comerciantes de Neiva, afirma, con base en los registros de transporte de 1884 que:
“puede asegurarse que de Neiva no bajan por el río otras cargas que las que
contienen artículos de exportación – haciendo referencia a la quina, café, tabaco y
cacao- y los minerales en bruto, que constituyen la principal riqueza del Tolima”151.
En la columna del “comercio”, inserta en el periódico La Estrella del Tolima, se alude
a los productos que por la época comportan dinámica comercial y vínculo con el
comercio internacional. Quina, café, caucho, cacao, tabaco y cueros, son los provechos
del Estado del Tolima a inicios de la década de 1880. Del primero, el segundo y el
tercero, se anota que “el mercado está flojo e inactivo” y que los precios continúan
“de mal en peor”. En cuanto al cacao y el tabaco, se califica el mercado “quieto pero
firme”. Los cueros, por su parte, “continúan en buena demanda”152.
Al examinar el Código de Fomento promulgado en marzo de 1877, en cuanto al
impuesto de peaje, se colige acerca de las mercancías que transitaban por los caminos
centrales del Estado del Tolima. Entre los productos que salían (exportaban) se
encuentran: sombreros de murrapo (también son llamados racima o nacuma), quina,
añil, tabaco, cacao, anís, cobre en bruto o en obra, arroz, café, cueros, sebo, crin,
ganado, bestias mular y caballar. Ingresaban al territorio: drogas de botica, armas de
toda clase, mercancías manufacturadas en el país (conocidas como batán), licores y
muebles extranjeros, pólvora, plomo, hierro, acero, estaño, harina extranjera, rancho,
150 Ibid., número 67, página 265.1886.151 Navegación del Alto Magdalena, el informe de los comerciantes de Neiva, en: Registro Oficial, número 70, página 280. 1886.152La Estrella, Op. Cit., número 65, julio de 1883.
92
azúcar, herramientas y máquinas de toda clase, azufre, sal marina, harina del país,
fique en hebra y en obra, pita en hebra y en obra, algodón, lana en bruto, vaquetas,
badanas y gamuzas, cordovanes, monturas de toda clase, libros, vinos, cerveza, loza,
jabones de toda clase, miel, cal, semillas de pasto, garbanzos, lentejas, habas y
arvejas, almidón, bocadillos, ajos, manteca, mantequilla, sal, esteras, zinc, teja,
ladrillos, papa y cebada en grano, entre otros153.
Los anuncios insertos en El Tolima, diario oficial del gobierno del Estado del Tolima,
corroboran la lista de los artículos de comercio entre los habitantes del Departamento
del Sur: Ganado gordo o flaco, caballerías, cacao, café, arroz y tabaco, entre otros.
Figura 15. Anuncio publicitario compra y venta de productos
153Estado Soberano del Tolima, Decreto número 243 de 1885, Op. cit., p. 7.
93
Fuente: Gaceta del Tolima, número 9 de 1877, página 136 y La estrella del Tolima, número 11, julio de 1882.
Además del comercio de mercancías y la actividad agropecuaria, la producción y
comercialización de licores, y la compraventa de bienes inmuebles y terrenos, hacen
parte, igualmente, de la actividad económica del Departamento a mediados de
94
1880154.
Figura 16. Anuncio publicitario compra y venta de inmuebles y terrenos.
Fuente: La Estrella del Tolima, número 7, junio de 1882 y número 17 de agosto de
1882..
De acuerdo con los impuestos directos del Departamento del Sur, relativo al año 1886,
entidades como Agrado, Aipe, Baraya, Campoalegre, Colombia, Garzón, Gigante,
Hato, Unión, Villavieja y Yaguará, junto a Neiva, observan el mayor valor de la fincas
raíces registradas por aquella época, lo que indica la relevancia en términos de
generación de riqueza y desarrollo de otros aspectos como la vida urbana y rural. Los
bienes raíces de las 27 entidades del Departamento presentan un avalúo de
$2.548.108.40. . Baraya es la entidad que mayor avaluó presenta de sus bienes
($359.700); le siguen Gigante ($251.250), Unión ($213.750) y Garzón ($196.300)155.
No se presenta el valor de las fincas raíces para el caso de Neiva. No obstante, el
154 Esta afirmación se plantea con base en el presupuesto de rentas de 1886, estimado para el Estado Soberano del Tolima. Ver Registro Oficial, número 23, página 90.155 Cuadro general del impuesto del Departamento del Sur, en Registro Oficial número 66, página 264. 1886
95
monto de la contribución aportada por este municipio es el más alto ($2.96340 de un
total de $17.30625), lo que indica la significativa participación de esta entidad en
conformación de la finca raíz.
A mediados de la década de 1880, el consumo interior de cacao y las exportaciones a
Cundinamarca y Antioquia, representaban para los comerciantes locales una cifra de
5 mil cargas anuales aproximadamente. No obstante, se presentó un descenso de la
producción en porcentaje cercano al 50%, lo que motivo el reclamo de los afectados.
Ejercían esta actividad comercial los señores: José María Núñez U, Rufino Perdomo,
César García, José Ignacio de Castro, Francisco A. Gutiérrez, Aguirre & Compañía y
Celso Noé Quintero156. Los citados, en solicitud escrita elevada al Gobierno del Estado,
se reconocen como ciudadanos comerciantes de Neiva.
La producción de géneros agrícolas como el cacao fue significativa desde inicios del
siglo XIX. En los informes de Rojas Garrido157 se presentan cifras que indican la
importante presencia de éste producto en buena parte de la geografía. Destaca Rojas
Garrido, a los municipios de Hobo y Gigante como principales productores. Sin
embargo, a finales del siglo la producción se había reducido notablemente. Martinez
Covaleda, destaca que la principal causa para ésta situación fue la escasez en la obra
de mano para el sostenimiento de la producción. Las evidencias dejan ver que éste era
un fenómeno de características marcadas por aquel entonces158.
El café, que se abría paso en la economía colombiana desde mediados del siglo XIX
participó gradualmente en la composición porcentual del valor de las exportaciones
nacionales. Hasta la década del setenta, esta cifra no sobrepasaba el 16%. Del
segundo quinquenio de 1875 a finales del siglo, llegó a ocupar el 49% del valor de las
exportaciones. Los mayores incrementos interanuales durante el siglo XIX se
presentaron entre 1888-1895. Santander, Cundinamarca, y Antioquia.
En cuanto a Cundimarca y Antioquia, se convirtieron en las regiones con mayor
impulso cafetero. En estos dos últimos departamentos, según Marcos Palacios, la
156 Registro Oficial, Op. cit., número 35, p. 139. 1885.157 Alto Magdalena, Neiva. Número 120, julio 19 de 1856.158 MARTINEZ COVALEDA, Hector Jaime y MARTINEZ C. Rocío. Economía y región: aproximación a la historia del siglo XIX en el Huila. En: Historia Historia General del Huila, volumen 3, p.34. 2005.
96
producción estaba circunscrita a una actividad empresarial. Una hacienda como Santa
Bárbara, ubicada en Cundinamarca, llegó a producir en el año de 1900, la cantidad de
1300 sacos de 62.5 kilos cada uno159. Por su parte, la dinámica ligada al café en el
departamento de Santander llevó a que en Bucaramanga se instalaran no menos de 31
casas comerciales. De éstas, 9 eran de origen local, 7 de otras partes del país y 15 de
carácter internacional. En este aspecto, Tovar Zambrano al analizar las exportaciones
e importaciones del naciente Departamento del Huila para el año de 1906 establece
que las exportaciones cafeteras en el citado año, no sobrepasaron los 30 mil kilos,
esto sumados el café pergamino y el café pilado160.
La producción y venta de licores, labor de generalizada presencia en los distritos y
aldeas del Departamento como quiera que 27 de ellos generan impuestos por este
concepto, se constituía en la principal renta del Estado Soberano del Tolima.
Poblaciones como Campoalegre, Garzón, Guagua (hoy Palermo), Guadalupe, Gigante,
Íquira, Neiva, Santa Librada (hoy Suaza), Timaná, Villavieja y Yaguará, son los de
mayor producción y comercialización, según los aforos establecidos para el remate de
impuestos en el departamento del Sur161.
No obstante, disposiciones del gobierno del Estado del Tolima establecieron por el
año de 1886 la reserva para la producción y comercialización del aguardiente de caña
y sus compuestos. En consecuencia, ningún habitante sin autorización especial como
arrendatario o administrador, pudo en adelante producir ni vender, ni conservar en
depósito licores. Así, el Gobierno contratará las cantidades de aguardiente y ron
necesarias con los individuos que poseen aparatos de destilación y manifiesten la
voluntad de ejercer esta industria162. Esta medida no duró demasiado. El Decreto 548
del 24 de marzo de 1887, expedido por el Gobernador del Departamento del Tolima,
declaró libre la producción y comercialización de aguardiente de caña y sus
compuestos.
159 PALACIOS, Marcos.Economía cafetera 1850-1870, una historia económica, social y política. Ediciones Uniandes. Editorial Planeta. Tercera edición. Bogotá. 2002.160 TOVAR ZAMBRANO, Bernardo. La economía Huilense entre la tradición y la modernidad (1900-1960), en: Historia general del Huila. Neiva Academia Huilense de Historia, 1996. v. 3, p.91.161 Registro Oficial, Op. cit., número 19, p. 76. 1885.162 Decreto número 329 de la Gobernación del Estado del Tolima, en Registro Oficial, número 60, página 237. 1886.
97
El avalúo de las rentas por producción y rectificación de aguardiente, establecida y
reglada por la Secretaría de Hacienda del Tolima con motivo del remate de las
mismas, refleja el panorama de esta actividad para el año de 1887. De ello, se advierte
que la Provincia del Norte comporta una dinámica mayor en la producción y
comercialización de aguardiente, llegando a ser un poco más del doble de las
restantes provincias. La Provincia del Sur evidencia tener la menor dinámica. La
producción de aguardiente de las provincias de Norte y Centro es casi el doble de las
de Neiva y del Sur.
Tabla 8. Avalúo de las rentas de producción y rectificación de aguardiente en el
departamento del Tolima, año 1887
AVALUO DE LAS RENTAS DE PRODUCCIÓN Y RECTIFICACIÓN DE AGUARDIENTE
PROVINCIA DEL NORTE
PROVINCIA DEL CENTRO
PROVINCIA DE NEIVA
PROVINCIA DEL SUR
Entidad Avalúo
$
Entidad Avalúo
$
Entidad Avalúo
$
Entidad Avalúo
$
Guayabal 6.500 Espinal 2.000 Cam/legre 3.000 Garzón 1.600
Ambalema
3.600 Puri/ción 1.500 Neiva 2.500 Sta Lib. 1.600
Honda 3.000 Guamo 1.200 Yaguará 1.500 Timaná 1.300
Ibagué 2.500 Valle 1.000 Guagua 1.400 Gigante 1.100
Santana 1.800 Chaparral 900 Aipe 1.000 Guadalupe
1.100
Soledad 1.800 San Luís 600 Iquira 800 Pitalito 530
Lérida 1.700 Ortega 500 Villavieja 600 Altamira 400
98
Fresnos 1.600 Natagaima
400 Unión 650 Hato 360
Mariquita 1.600 Miraflores
400 Baraya 650 La Plata 260
Otros…
TOTAL ($)
30.000 11.200 14.210 9.100
Fuente: Secretaría de Hacienda, sección de rentas. En: Diario Oficial número 175,
página 707. 1887.
Quizá, una de las primeras expresiones de incorporación de la técnica a la realización
de un proceso productivo en la región estuvo vinculada a la actividad de la destilería y
los tejidos. En el primer caso, es evidente que existe una noción por aquella época
(1870) de la destilación como proceso y por tanto se califica a ésta en las escrituras
como fábrica163.
En inmediaciones de la hacienda de Begonia, en el municipio de Baraya, en el año de
1899, el señor Alí Cardoso164, natural de Villavieja, poseía una industria de destilación,
valorada según inventario de rentas en $62.000, suma cuantiosa para esta época165.
Los equipos e instalaciones que componían la citada industria dejan ver que se
trataba de un proceso adelantado para el momento. Entre otros se advierten los
siguientes elementos: un aparato Egrot con calentador de 40 litros, 19 pipas (tonel) de
revolver, un trapiche inglés de hierro, depósitos de ladrillo y cal con llave de
descargue, albercas, una canal y un gran fondo semicilíndrico de hierro con llave de
descargue y hornilla en una chimenea de ladrillo y cal, con altura de 14 metros,
hornillas de ladrillo y cal, enramadas, plantío de caña de no menos de cincuenta
fanegadas y un apartamento bajo techo metálico.
En cuanto al tejido, el archivo notarial da cuenta que por el año de 1883 un poco más
de 40 lugareños impulsaron, en esta ciudad y en otros lugares, el establecimiento de
una o varias fábricas de tejidos del país, tales como mantas, lienzos y costales, a partir
163 AHN, escritura 121, tomo 1, libro 168, 1870.164 Cursó estudios de jurisprudencia, Procurador del estado soberano del Tolima, Gobernador del Huila, Senador, Magistrado; fundó el primer cafetal de importancia en el Huila. Ver PLAZAS y SÁNCHEZ, Op.Cit. p. 159.165 AHN, escritura 125, tomo 1, libro 168, 1870 y libro 403, 1899.
99
de la creación de una compañía que se denominó Compañía Fabril del Tolima166. De
igual manera, en El Aviso, periódico comercial de noticias y variedades que circulaba
a inicios de la década de 1890 en Neiva, se advierte la existencia de dos fábricas de
tejidos, las cuales funcionaban en Villavieja y Neiva. La primera fundada por el
párroco “progresista” doctor Marcelino Toro D., y la segunda por Uladislao Dussán,
discípulo del primero. En éstas, se confeccionaban hamacas, dril de caballería,
sobrecamas, entre otros. No obstante, funcionaban más como esfuerzos por ocupar a
gentes pobres que industrias en sí167.
Tal parece que la explotación de recursos naturales como la quina168 y el añil, y en
menor proporción el caucho, productos de exportación con auges efímeros a partir de
la segunda mitad del siglo XIX, significaron un atractivo negocio para propios y
extraños. El alto riesgo y la demanda de cuantiosas inversiones motivaron el espíritu
asociativo para su explotación. Nada despreciable fueron los tropiezos y pérdidas por
siniestros ocurridos en el transporte de esta mercancía por el río Magdalena, y por
tanto, diversos los casos en que se recurrió al aseguramiento y posterior reclamo169.
Los bosques nacionales ubicados sobre la cordillera Oriental en límites del Distrito de
Campoalegre, fueron puntos de explotación para extraer caucho y quina. San Juanito,
fracción de Ríoblanco, Distrito de Campoalegre, se constituyó en punto focal para la
citada empresa, que condujeron Augusto Buendía y Ciriaco Tobar, el primero
natural170 y vecino de Campoalegre y el segundo de Neiva171.
Algunos cultivos de añil se establecieron en el Distrito de La Unión, hoy Municipio de
Tello, en la hacienda denominada La Compañía, a orillas del río Villavieja, propiedad
de Casiano López172. En el caso en comento, la explotación se efectuó por cuenta de
una compañía establecida en el estado soberano de Boyacá, por Pío y Cenón Aguirre,
166 AHN, escritura 721, tomo 1, libro 235.167 El Aviso, periódico comercial, de noticias y variedades. Neiva, febrero de 1890.168 La corteza de este árbol, propio de Sudamérica, contiene quinina, un fármaco utilizado para tratar la malaria. Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005. © 1993-2004 Microsoft Corporation. 169 El primero de abril de 1889, compareció el señor Anilías García, patrón del champán “La Patria”, para protestar contra el río Magadalena, por un siniestro acontecido en aguas arriba de Piedra Pintada, mientras se dirigía entre Neiva y el puerto de Arrancaplumas en Honda. AHN, escritura 242, libro 395, 1899. La evidencia de otros casos se encuentra en los libros identificados con los números 168, 179, 189 y 216.170 PLAZAS SÁNCHEZ, Francisco de Paula. Genealogías de la provincia de Neiva. Editorial Nelly. Bogotá. 1982. p.108.171 AHN, escritura 37, tomo 1, libro 306, 1891.
100
denominada Aguirre y Cía. El contrato se realizó por los años de 1870 y se fijó un
término de 8 años, compensándose al arrendador con ¼ del total de la producción173.
Luciano Perdomo Rivera estableció una sociedad agrícola con Olegario Rivera Ortiz.
Esta sociedad procuró el cultivo y producción de añil en terrenos propios ubicados en
el Distrito de la Unión174. Así mismo, existen evidencias que dan cuenta de la
explotación de añil en el Distrito de Baraya a cargo de la sociedad Duque Torres y
CIA175.
La actividad de extracción de quina daba lugar a una cadena de productores y
comercializadores, en ocasiones claramente diferenciadas. Los señores Timoleón
Meza, Belisario Arciniegas y Felipe Suárez Carvajal, vecinos de Neiva, eran
reconocidos por su labor de intermediación.
Sin embargo, el negocio de la quina fue efímero. Ya en 1883 la prensa local registraba
la decadencia de éste, lo que se atribuía a la creciente producción de la India.
Figura 17. Anuncio noticioso de las quinas
Fuente: La Estrella del Tolima, número 40 de 1883.
La extracción de oro y plata, minerales de importancia para acuñar monedas, fue otra
actividad que promovió la acumulación de capital. Esta actividad registra, tan sólo a
172 Casiano López, hijo de José Ignacio López Perdomo, natural de Neiva. Reconocido hacendado, murió en el municipio de Tello, el 28 de diciembre de 1890. Ver PLAZAS y SÁNCHEZ, Op.Cit. p. 336.173 AHN, escritura 65, tomo 1, libro 168, 1870.174 AHN, escritura 122, tomo 1, libro 168, 1870.175 AHN, escritura 16, tomo 1, libro 342, 1894.
101
partir de los primeros años de la década de 1880, niveles considerables de
producción. Tal era el grado de esta actividad económica que se citaba en los escritos
como la industria minera. A diferencia de otras explotaciones naturales, inversionistas
locales y algunas firmas extranjeras se dividieron los excedentes. Compañías Inglesas
como La Cía. Ltda. Londres, así como las Compañías The New Órganos Gold Miring
Company Limited y The Tolima Miring Company Limited, acometieron la explotación
aurífera junto a la Compañía de Minas Saldaña y la Compañía Minera del Tolima.
El gobierno del Estado, ante la precaria situación económica por la que atravesaba y
la necesidad de fomentar la industria minera, dispuso por el año de 1886 la creación
de una Junta de Minas, con el propósito de promover en el país una suscripción de
$20.000 pesos para hacer venir una comisión científica de ingenieros de minas,
provista de los elementos propios para estudiar las riquezas de ese genero existentes
en el Estado. Tal era la expectativa de este renglón en la economía, que el mismo
Estado destinó la suma de $5.000 para la conformación de la citada Junta176.
De igual manera, se extendió invitación a nacionales y extranjeros para el
establecimiento de una Casa de ensaye, apartado y fundición de minerales ubicada en
el Departamento del Norte. El capital propuesto para la compañía en mención sería de
$800.000 en acciones de $1.000 cada una, de las cuales se suscribirán 500 acciones,
ofreciendo el gobierno del estado su concurso para la adquisición de 100 de éstas,
junto con el apoyo del Gobierno Nacional.
La deteriorada situación económica del Estado, tras las múltiples guerras civiles, así
como la significación de los minerales para coadyuvar al remedio de la situación, se
refleja en misiva enviada por el Secretario de Hacienda a los propietarios de minas:
El señor Secretario de Fomento de la República ha excitado a esta Secretaría para que se remitan al Cónsul de Colombia en Nueva-Orleáns, todas las muestras de las minas de este Estado…El Gobierno del Tolima, deseoso de corresponder en la órbita de sus facultades a tal excitación, se permite suplicar a ustedes se sirvan remitir con la prontitud mayor posible a esta Secretaría, muestras de los minerales de sus minas…Tal medida tiene por objeto hacer conocer los ricos veneros de nuestro territorio en los Estados Unidos del Norte, donde grandes capitales se hallan bien
176 Registro Oficial, Op. cit., número 36, p. 142. 1886.
102
dispuestos a darle ensanche a la empresa minera, única que puede mejorar la situación económica actual 177.
El imaginario del inversionista local liga la prosperidad económica a la industria
minera. En carta enviada al Presidente de la República, Rafael Núñez, la colonia
minera del Tolima evidencia tal sentir: “La naciente pero muy valiosa industria
minera… reclama el apoyo oficial del Gobierno para que se haga industria nacional a
fin de evitar que los capitalistas extranjeros vengan a absorber esa industria…”
Con todo ello, el Gobierno Nacional, en cabeza del Presidente Campo Serrano, declaró
de utilidad pública la empresa de la casa de fundición propuesta para el Tolima, así
como la comisión científica de ingenieros de minas. Al respecto, destinó la suma de
$40.000 para los gastos de la citada comisión y autorizó la adquisición de 200
acciones en la empresa de la casa de fundición178. Dispuso, así mismo, la contratación
de un experto para que realizara un estudio preliminar de las zonas metalíferas del
Departamento del Tolima. Esta labor recayó sobre la persona de Robert White, en
febrero de 1887.
La promoción de la industria minera tuvo acogida entre algunos inversionistas
extranjeros, quienes mediante oficios dirigidos al Gobernador del Estado manifestaron
la intención de vincularse a tal proyecto:
Como se me ha informado que deseáis poner en labor las minas de vuestro estado, me permito distraer vuestra atención y pediros una descripción de ellas y un informe de los términos con que pueden obtenerse para trabajarlas inmediatamente. L.M. Shute, promotor de asociaciones, Filadelfia, Pensilvania, E.E.U.U. de América.
Nos tomamos la libertad de dirigirnos a usted para suplicarle de su bondad que se digne, si lo tiene a bien y nuestra suplica no le es inoportuna, informarnos de los nombres de las personas o compañías que existan en el territorio de su digno mando interesadas o propietarios de minas de toda clase. Valentín Brothers, Produce Exchange. New York179.
Las minas se adjudicaban a particulares conforme a lo establecido en el Código de
177 Ibid., número 62, página 245.1886.178 Ley 15 de 1886, en: Registro Oficial, número 109, página 438. 1886.179 Ibid., número 177, página 714. 1887.
103
Fomento. Así, el Estado cede el goce de las minas que le pertenecen a los que las
descubren y denuncien cuando sean desconocidas; a los que las denuncien y prueben
que se hallen desiertas aunque sean conocidas. Una mina se entendía desierta cuando
se había dejado de trabajar por dos años consecutivos. Si la mina descubierta es de
filón, se otorga pertenencia de una superficie cuadrada de doscientos metros en la
dirección del filón. En el caso de las minas de aluvión, el interesado señala el punto
donde se hace la cuelga y la pertenencia irá desde ese punto hasta medio miriámetro
a lo largo del río o arroyo.
En el corregimiento de Órganos, Distrito de Aipe, en el año de 1881, la Compañía
Minera del Tolima realizaba la explotación de minas de oro de veta y otras de plata
aurífera. Éstas se conocían con el nombre de La Reina, Unión, Virginia, Italia, Ávila,
Nápoles, La Turbina, El Carmen y California, entre otras. En esta misma fracción de
Constancia, corregimiento de Órganos, se encontraban las minas: La Esmeralda,
Providencia, Amparo y Sanjuán, de veta de oro y plata, registrada a nombre de Juan
N. Vezga y Fulgencio Castañeda; y del primero, junto a Fernando Macías. Igualmente,
se encuentra la mina La Linda, cuyo propietario era el señor Joaquín María Vásquez.
Ángel M. Meléndez, Gil Pedreros y Juan Vezga, también figuran como propietarios de
la mina La Indígena. The Tolima Mining Compani Limited figuraba también como
propietaria en esta jurisdicción, desde 1882, de una mina de filón de oro, denominada
Te Encontré180.
En este mismo paraje de Órganos, jurisdicción de Aipe, los señores Isauro Mesa,
Daniel Hernández, Juan A. Fleury, Fulgencio Rodríguez y Guillermo González,
denunciaron la mina El Dorado181. Así mismo, Edolio Yanguas y Joaquín Borrero
descubrieron una mina de filón de oro y plata que reconocieron con el nombre de San
José de Órganos182. Francisco E. Restrepo poseía una mina de oro de veta en la
municipalidad de Aipe, identificada con el nombre de El Silencio. Igualmente, Tirso
Trujillo y Emilio Borrero denunciaron en 1885 una mina en este mismo municipio,
denominada La Guaimaro. Por su parte, Jame G. Green encontró por esta misma
se entiende por cuelga la obra que consiste en profundizar el cause de la corriente de agua de modo que la superficie de ésta quede a un nivel inferior al de la capa de aluvión mineral, para poder lavar éste.El miriámetro es una medida de longitud, equivalente a 10 000 metros. Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2005. Microsoft Corporation. 180 Ibid., número 50, página 199; número 51, página 203; número 63, página 251. 1886.181 Ibid., número 183 y 184, página 748. 1887.182 Ibid., número 183 y 184, página 749. 1887.
104
época y lugar una mina de filón de oro llamada El socorro183.
En la Aldea del Hato (hoy Tarqui), en el sitio de potrerito, de la fracción de Guasayalta
y en jurisdicción del Pital, se explotaron minas de filón de plata, denunciadas
formalmente en 1886. Eureka, La Seguridad, La Amelia, Sebastián Quintero, Calarcá,
El Trabajo, Guasayalta, La América, Las Dos Hermanas, San Antonio, La Armonía y
Cerro Verde de Guasayalta, son los nombres con que se conocieron a las minas del
Hato, de propiedad de Luís Correa y Francisco Restrepo E, naturales de Antioquia y
vecinos de Bogotá, el primero, y de Ibagué, el segundo.
En el globo de la montaña de esta misma aldea, Luís Correa denunció seis minas de
filón de plata que denominó La Industria, El Caimito, La Magdalena, El Ensayo,
Bordones y Katenka. El mismo señor Correa denunció igualmente las minas Dudú, Las
Dantas y La Montañeta, ubicadas en el paraje denominado Las Minas y Lagunilla, en
jurisdicción del Pital y El Hato. También denunció las minas El Guayabo, La Quebrada
Seca de Caimito, San Rafael de Maito, Los Cinceles de Guasayalta, Los Otongos de
Quebrada Seca, La Ofelia de Guasayalta, San Pablo del Mochilero, Pacandé de la
Carrasposa, Los Maitos de Guasayalta, Oporapa, La Indiana de las Minas, Guasayalta
número 2 y El Pital de Las Minas, todas ellas en jurisdicción del Hato184.
En el paraje de Lagunilla, jurisdicción del Hato, el señor Olimpo Gasca denunció el
descubrimiento de una mina de plata que denominó Fidedigna de las Dantas de
Lagunilla185. La Compañía Minera de San Jorge denunció tres minas de plata de filón
ubicadas en el paraje denominado Maito, a las que se les asignó el nombre de Los
Ángeles de Maito, Los Cambis de Maito y Nariño de Maito186. Por su parte, el señor
Manuel de J. Martínez denunció las minas de filón de plata, denominadas La
Encantada y La Venus, ubicadas en fracción de Guasayalta. A su vez, Camilo Lara,
vecino del Hato, descubrió una mina de oro corrido a la que denominó La Trinidad,
ubicada en la hacienda de su propiedad de este mismo nombre187.
183 Ibid., número 77, página 308. 1886.184 Ibid., número 83, página 332; número 84, página 335-336; número 100, página 401-402. número 103, página 414; número 104, página 419; número 107, página 430; número 108, página 434. 1886.185 Ibid, número 131, página 529. 1886.186 Ibid., número 118, página 474. 1886.187 Ibid., número 115, página 462. 1886.
105
En el Pital, se explotaban las minas denominadas La Vanguardia, El Provecho, General
Casabianca, Tambo, La Compañía y La Concordia, de propiedad de los citados señores
Correa y Restrepo. Luís Correa, a su vez, denunció las minas El Parque y La Carolina
de Tinco; La Valencia, El Corinto y el Testamento de las Minas, en jurisdicción del
Pital. En el punto conocido como el Alto de Comé, en el Distrito del Pital, el señor
Correa denunció una mina de filón de plata, a la que otorgó el nombre de Argel de
Comé, y otra ubicada en el punto llamado Guayabal, a la que denominó Ceilán del
Guayabal. Por este mismo lugar, Manuel J. Martínez descubrió cinco minas de plata
de filón a las que denominó La Empresa, La Oportunidad, Tinco, La Redención y La
Estrella. Martínez, Correa y Restrepo, denunciaron una mina de oro corrido
denominada Haydee, ubicada en el punto conocido como Hato Viejo, jurisdicción de
Pital. También, Vicente Restrepo, usufructuaba la mina San Sebastián de La Plata,
ubicada en jurisdicción de Pital y Hato.
Además, la Compañía Minera de San Jorge descubrió por este mismo paraje de
Guayabal una mina de filón de plata que designó con el nombre de Santa Rosa.
También, La citada empresa, denunció la mina San José, encontrada en el paraje Alto
de San José188. Los señores Uldarico y Ramón Scarpetta, Paulo E. Bueno, Higinio
Herrera, Camilo Vargas y Manuel de J. Martínez, denunciaron una mina de plata de
filón enteramente nueva en el punto denominado La Mesa, fracción de Las Minas, del
municipio de Pital, la que se conoció con el nombre de La Mesa de Filandia189. En la
misma fracción de Las Minas, el citado señor Martínez denunció una mina de veta de
oro designada La Guirnalda, otra de oro y plata que llamó Panamá y tres de filón de
plata denominada La Hungría del Tambillo, Pompeya de las minas y La Floresta de las
Minas190.
En La Plata, Juan C. Villafañe, en asocio con la casa Nieto Hermanos, del comercio de
Bogotá y otros, explotaban las minas de veta y filón de oro y plata, conocidas con el
nombre de El Dorado y Nuevo Potosí. El citado señor denunció igualmente las minas
de filón de plata llamadas La Odalisca de La Plata, Sirena de La Plata, Bethel de La
Plata, El Oriente de La Plata, Yalcones de La Plata, El Tabor de La Plata y Sinaí
Colombiano de La Plata, situadas todas ellas en terrenos baldíos de la antigua ciudad
188 Ibid., número 131, página 528. 1886.189 Ibid., número 178, página 719. 1887.190 Ibid., número 185, página 748. 1887.
106
de La Plata191. En este mismo Distrito, los señores Miguel Calderón, Miguel Silva y
Raimundo y Ramón Martínez, descubrieron una mina de filón de plata denunciada con
el nombre de La Esperanza192.
En menor ocasión, se registraron minas existentes en otros poblados, tal como el caso
de la denuncia hecha por Genaro Jordán en representación de José Eugenio Ucrós. El
citado señor, en marzo 22 de 1886, denunció el nuevo descubrimiento de una mina de
oro de aluvión, ubicada en tierras de La Manga, jurisdicción de la aldea de Guagua
(hoy Palermo), en el punto denominado Vega de Suárez. En esta misma localidad, José
E. Ucrós descubrió una mina de aluvión de oro, a la que llamó Piñal, Campeche y
Papagayo. Por su parte, Juan B. Botero denunció una mina de oro corrido conocida
con el nombre de La Apariencia193.
En el Distrito de La Unión, hoy Tello, por el mes de noviembre de 1887, los señores
Justiniano Duque y Guillermo Tobar, vecinos de Neiva, descubrieron una mina de oro,
plata y cobre de filón, ubicada en márgenes del río Villavieja, en el sitio denominado
Vega Grande, cerca al sitio Aguas Claras. La mina en cita se conoció con el nombre de
La Casualidad194.
Juan N. Vezga y José María Mejía, por el año de 1886, se hicieron a los títulos de las
minas La Linda y Buenos Aires respectivamente, ubicadas en jurisdicción de Neiva. En
esta misma localidad, Lucas Tobar, natural y vecino de Neiva, solicitó la adjudicación
de una mina de oro corrido o de aluvión desierta o abandonada, a la que llamó La
Francia, ubicada en terrenos de la hacienda La Manguita (sitio donde hoy funciona el
aeropuerto) de propiedad de la señora Sinforosa Durán de Solano –los limites de esta
hacienda comprendían desde el paso del río Las Ceibas en el camino real, hasta la
desembocadura de este mismo río en el Magdalena, y de allí, hasta la boca de la
quebrada El Venado-. La mina en cuestión estaba ubicada entre la boca de la
quebrada El Venado en el Magdalena y el camino Nacional que atraviesa dicha
191 Ibid., número 43, página 171; número 52, página 207; número 60, página 240; número 83, página 332; número 84, página 334; número 85, página 338; número 87, página 346; número 94, página 372; número 94, página 373. 1886.192 Ibid, número 125, página 504 y número 125, página 504.1886.193 Ibid., número 112, página 451. 1886.194 Ibid., número 190, página 776. 1887.
107
quebrada195.
En el punto de Buenos Aíres, Corregimiento de Constancia, del mismo Distrito de
Neiva, los señores Julio Borrero, Juan A Fleury, Isaura Meza, Daniel Hernández y José
María Mejía denunciaron una mina de oro de veta de nuevo descubrimiento que
llamaron El Ideal. En este mismo corregimiento, se descubrió la mina La Inglesa, por
parte de los señores Julio Borrero, Juan A. Henry, Eustacio Perdomo, Isaura Meza y
Daniel Hernández196. En el punto de Cielo Roto de este mismo Corregimiento y
Distrito, el señor Julio Borrero, en nombre propio y en el de los señores Celso Noé
Quintero, Damián Velásquez, Lozano Quiceno y Sabas Montes, descubrieron una mina
de filón de oro, a la que se asignó el nombre de La Imperial197. El citado señor Borrero
en compañía de Quiceno, denunciaron una mina de filón de oro que encontraron
abandonada en este mismo punto de Cielo Roto, a la que denominaron Castellana198.
Por este paraje de Cielo Roto, el ciudadano Inglés William A Green, conjuntamente
con los señores Enrique Z. González, Lázaro Quiceno y Demetrio Flórez, denunciaron
dos minas de oro de filón denominadas Santa Helena y La Soledad. El mismo señor
Green, en compañía de Joaquín García Salas, Enrique Z. González, Demetrio Flórez y
Lázaro Quiceno, descubrieron otra mina de oro de filón que llamaron la Diamantina199.
Guillermo Durana, vecino de Bogotá, denunció en el mes de junio de 1887 el
descubrimiento de una mina desierta de oro de filón conocida con el nombre de La
India, ubicada en el Corregimiento de Órganos, jurisdicción del Municipio de Neiva200.
El señor Eliseo torres, vecino de Neiva, denunció en debida forma el descubrimiento
de 3 minas de cinabrio de veta201, ubicadas en el corregimiento de Anaime,
jurisdicción de Neiva. Las citadas minas se conocieron con el nombre de Bermellón,
La Sicilia y La Córcega. Por su parte, Rudesindo López descubrió una mina de plata
en la fracción de Pedregal, jurisdicción de Neiva. La mina en mención se conoció con
195 Ibid., número 113, página 454. 1886.196 Ibid., número 163, página 655. 1887.197 Ibid., número 132, página 532. 1886.198 Ibid, número 161, página 646. 1887.199 Ibid, número 183 y 184, página 745 y 749. 1887.200 Ibid, número 167, página 673. 1887.201 Cinabrio. Mineral compuesto de azufre y mercurio, muy pesado y de color rojo oscuro, del que se extrae, por calcinación y sublimación, el mercurio o azogue. Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2005. Microsoft Corporation.
108
el nombre de La Incógnita202.
Por su parte, Ricardo Márquez, natural de Sonsón y vecino de Yaguará, junto a
Francisco Restrepo, denunció en debida forma el descubrimiento de una mina de oro
corrido o de aluvión, ubicada en la hacienda Charres, de la mortuoria del señor
Laureano Gutiérrez, jurisdicción del Distrito de Yaguará203. Igualmente, los señores
José María y Darío Álvarez denunciaron una mina de oro de aluvión, ubicada en
Carnicerías (hoy Tesalia) que conocieron con el nombre de Paso del Colegio204.
En la Aldea del Retiro (hoy Teruel), en el punto denominado Zanja de Mesa Alta, los
señores Ángel María Paredes, Tobías Coronado y Cerbeleón Perdomo, denunciaron el
hallazgo de una mina de filón de plata a la cual dieron el nombre de El Alto205. Los
mismos, Paredes y Coronado, denunciaron otra mina de plata de filo a la que dieron el
nombre de Marbella, situada en el punto la quebrada los chorros en el Retiro206.
En diferentes casos, existía un número de acciones por mina, colocadas entre
lugareños especialmente. La Linda con 27 acciones y California con 24, de valor
nominal de 100 pesos por acción, se llegaron a tranzar hasta en 600 pesos en el
mercado accionario. Personas como Celso Noé Quintero, Valentín Trujillo, Valeriano
Ramírez, Juan Bautista Botero, Enrique Iregui, José Eugenio Ucrós, Justo Madrid,
Rafael Trujillo y Benedicto Restrepo, entre otros, participan del mercado accionario207.
Con todo ello, la economía minera del Tolima ofrecía grandes perspectivas para
superar la miseria que amenazaba a esta región a fines del siglo XIX. La plata y el
cobre, a diferencia de lo experimentado en el Estado Antioqueño, presentaban gran
potencial. En este mismo sentido, las minas de oro identificadas hasta el momento en
el Estado del Tolima, se caracterizaban por ser preferiblemente de veta.
202 Ibid., número 172, página 690. 1887.203 Ibid., número 81, página 322 y número 97, página 386.1886.204 Ibid., número 119, página 479. 1886.205 Ibid, número 141, página 55-56. 1887.206 Ibid, número 142, página 571. 1886.207 Una descripción del mercado accionario de las minas se encuentra entre otros en las escrituras del Archivo Notarial, identificadas con los números 713, 741, 746, 747, 777 y 778, del tomo 1, libro 235. 1883; escritura 107, tomo 2, libro 319 de 1892; escritura 190, tomo 3. libro 308, escritura 209, tomo 2, libro 374 y escrituras 742 y 744, tomo 2, libro 236 de 1883 del Archivo Histórico Notarial.
109
Al interior del mismo Estado fue más significativo el número de minas y la producción
de éstas, en el Departamento del Centro y Norte, que en el mismo Departamento del
Sur (hoy Departamento del Huila). Las labores de búsqueda y explotación de minas se
registraron con mayor énfasis en el Departamento del Sur hacia 1886, casi una
década después de los hallazgos realizados en los Departamento del Norte y Centro.
La ubicación misma de la Casa de Ensaye, Apartado y Fundición de Minerales en el
Departamento del Norte, así como una Escuela de Minas, confirman la importancia
de la producción mineral en esta zona del Estado. En misiva enviada por el señor Juan
de Dios Restrepo al doctor Salvador Camacho Roldán, se refleja la situación
acontecida con la industria minera en el sur del Estado del Tolima hacia el año de
1884:
No veo otra salvación para la miseria que nos amenaza sino las minas del Tolima, Estado que juzgo hoy más abundante i rico en minas que Antioquia…La más ponderada de Antioquia, El Zancudo, es pobre delante de Frías i El Cristo (minas ubicadas en el Tolima)…Por desgracia esta industria no ha tomado algún desarrollo sino en el norte del Estado, donde los estranjeros i los antioqueños están comenzando a hacer grandes fortunas. En el centro i sur hai timidez y una ignorancia tal, que nadie se atreve a gastar un peso en montar una mina, esperando ingleses o yanquees para vendérselas. En Bogotá existe igual miedo…i se ha formado una compañía, que en lugar de poner un capital y fundar la industria, parece que su proyecto es más canonical: recibir minas regaladas para vendérselas a los ingleses. Un joven Francisco Restrepo, criado entre las minas de Antioquia, se vino al sur del Tolima a buscar la antigua mina de La Plata…la encontró Restrepo mui ahogada i ni siquiera para gastos de rejistro pudo encontrar en Neiva208.
En el primer semestre de 1884 se denunciaron en el Estado del Tolima un total de 118
minas. De estas, 81 se encontraron en el Departamento del Norte, 33 en el Centro y 4
en el Sur. Poblaciones como Santana, Mariquita, Ibagué, Miraflores, Natagaima y
Chaparral, presentan el mayor número de minas denunciadas209.
Por otra parte, al considerar las cifras expuestas por Brew, se aprecia la importancia
de esta actividad en el Departamento de Antioquia frente al concierto nacional (ver
208 La Estrella, Op. cit., número 74, mayo de 1884.209 La Estrella, Op. cit., número 80, junio de 1884.
110
tabla 9). Las cifras allí establecidas para la producción del Antioquia -en promedio el
70% de la producción nacional- permiten deducir el espacio porcentual restante en el
cual se incluye la producción del Tolima.
De acuerdo con Twinam, el promedio de oro fundido en Antioquia anualmente entre
1750 y 1779 fue de 59.366 pesos, elevándose a 236.387 pesos en el periodo de 1780 a
1810210. En otras palabras, en época donde no existía billete circulante, la producción
de oro y el acuño de monedas indicaban las posibilidades de intercambio y la
acumulación de riqueza. En Antioquia se llegaron a emplear hasta 200 hombres –
mazamorreros- por mina. En otras, como la denominada El Zancudo, llegaron a
ocupar a mediados de 1880 hasta 1.600 hombres211.
Hacia 1870 se calculaba que en Antioquia existían en funcionamiento 101 minas de
veta con un total de 820 pisones para triturar el mineral y un buen número de aluvión
repartidas en distintas zonas del Estado. En ese mismo año llegaron las primeras
dragas para las compañías extranjeras establecidas en el río Henchí, y luego entre
1880 y 1881 hubo un alza apreciable en la actividad llegando el número total de minas
a 1.943. Según el censo 1871 a la minería se dedicaban en Antioquia 14.942
personas212.
En Manizales la minería también se convirtió en una de las fuentes de riqueza más
importantes pero también de más alto riesgo. En sólo Manizales, se encontraban
registradas en el año de 1888 159 minas de oro y plata, cuyos propietarios eran los
comerciantes que habían penetrado al estabilizarse la colonización. Frente a este
auge minero, los propietarios observaron prácticas de comercio de acciones en el
exterior213.
Tabla 9. Valor promedio de las exportaciones de metales preciosos de Colombia y
Antioquia (en millones de pesos oro).
210 PATÑO MILLAN, Op. cit., 38.211 BREW, Roger. El desarrollo económico de Antioquia desde la independencia hasta 1920. Bogotá. 1977. p. 131.212 MORALES ALVAREZ, Victor. Empresarios pueblerinos de Antioquia. El caso de José María “Pepe” Sierra S. 1846-1921. Elites, empresarios y fundadores. Op. cit., p. 201.213 VALENCIA LLANO, Albeiro. Op. cit., p. 96.
111
Antioquia Colombia
Periodo Oro Plata Total Oro Plata Total % de Antioquia en total nacional
1870-1881
1882-1886
1887-1890
1890-1900
1.7
2.1
2.4
2.4
0.3
0.4
0.6
0.6
2.0
2.5
3.0
3.0
2.5
2.6
3.4
3.3
0.4
0.5
0.6
0.6
2.9
3.1
4.0
3.9
68%
81%
75%
76%
Fuente: BREW, Roger. El desarrollo económico de Antioquia desde la independencia
hasta 1920. p. 131.
112
Tabla 10. Relación de minas existentes en el Departamento del Sur
UBICACIÓN NOMBRE DE LOS PROPIETARIOS
CALIDAD DE LA MINA
NOMBRE DE LA MINA
Órganos – Aipe Compañía Minera del Tolima
Oro de veta y plata aurífera
La Reina, Unión, Virginia, Italia, Ávila, Nápoles, La Turbina, El Carmen y California
Órganos – Aipe The Tolima Mining Compani Limited
Filón de oro Te Encontré
Órganos, fracción de Constancia – Aipe
William A Green y Fidel Oro y plata de filón
El Vesubio y Montecristi
Órganos, fracción de Constancia – Aipe
Juan N. Vezga y Fulgencio Castañeda
Juan N, Vezga y Fernando Macías
Veta de oro y plata
La Esmeralda, Providencia, Amparo y Sanjuán
Órganos – Aipe Juan N. Vezga, Ángel M. Meléndez y Gil Pedreros
Filón de oro La Indígena
Órganos – Aipe Joaquín María Vásquez. Filón de oro La Linda
Órganos – Aipe Isauro Mesa, Daniel Hernández, Juan A. Fleury, Fulgencio Rodríguez y Guillermo González.
Filón de oro El Dorado
Órganos – Aipe Edolio Yanguas y Joaquín Borrero
Filón de oro y plata
San José de Órganos
Aipe Jame G. Green Filón de oro El socorro
Aipe Francisco E. Restrepo Oro de veta El Silencio
Aipe Tirso Trujillo y Emilio Borrero
Oro de veta La Guaimaro
Carnicerías (hoy Tesalia)
José María y Darío Álvarez
Oro de aluvión Paso del Colegio
Hato (hoy Tarqui), fracción Guasayalta
Luís Correa y Francisco Restrepo E
Plata de Filón Eureka, la Seguridad, La Amelia, Sebastián Quintero, Calarcá, El Trabajo, Guasayalta, La América, Las Dos Hermanas, San Antonio, la Armonía y Cerro Verde de Guasayalta
113
UBICACIÓN NOMBRE DE LOS PROPIETARIOS
CALIDAD DE LA MINA
NOMBRE DE LA MINA
Hato, globo de la Montaña
Luís Correa Plata de Filón La Industria, El Caimito, La Magdalena, El Ensayo, Bordones y Katenka
Hato, paraje Las Minas y Lagunilla
Luís Correa Plata de Filón Dudú, Las Dantas y La Montañeta, El Guayabo, La Quebrada Seca de Caimito, San Rafael de Maito, Los Cinceles de Guasayalta, Los Otongos de Quebrada Seca, La Ofelia de Guasayalta, San Pablo del Mochilero, Pacandé de la Carrasposa, Los Maitos de Guasayalta, Oporapa, La Indiana de las Minas, Guasayalta número 2 y El Pital de Las Minas
Hato, paraje Lagunilla
Olimpo Gasca Mina de plata Fidedigna de las Dantas de Lagunilla
Hato, hacienda La Trinidad
Camilo Lara , ubicada en la hacienda de su propiedad de este mismo nombre
Oro corrido La Trinidad
Hato, paraje Maito
Compañía minera de San Jorge
Plata de Filón Los Ángeles de Maito, Nariño de Maito y Los Cambis de Maito.
Hato, fracción de Guasayalta
Manuel de J. Martínez Plata de Filón La Encantada y La Venus
Pital Luís Correa y Francisco Restrepo E
Plata de Filón La Vanguardia, El Provecho, General Casabianca, Tambo, La Compañía y La Concordia
Pital Luís Correa Plata de Filón El Parque y La Carolina de Tinco; La Valencia, El Corinto y el
114
Testamento de las Minas
Pital, paraje Alto de Comé.
Luís Correa Plata de Filón Argel de Comé
UBICACIÓN NOMBRE DE LOS PROPIETARIOS
CALIDAD DE LA MINA
NOMBRE DE LA MINA
Pital, paraje Guayabal.
Luís Correa Plata de Filón Guayabal
Pital, paraje Guayabal
Manuel J. Martínez Plata de Filón La Empresa, La Oportunidad, Tinco, La Redención y La Estrella
Pital, paraje Guayabal y Alto de San José
Compañía Minera de San Jorge
Plata de Filón Santa Rosa y San José\
Pital, punto Hato Viejo
Luís Correa, Francisco Restrepo y Manuel Martínez
Oro corrido Haydee
Pital y Hato Vicente Restrepo Plata de Filón San Sebastián de La Plata
Pital Manuel J. Martínez Oro de Veta
Veta de oro y plata y Filón de Plata
La Guirnalda, Panamá, Hungría del Tambillo, Pompeya de las minas y La Floresta de las Minas
La Plata Juan C. Villafañe y la casa Nieto Hermanos
Veta y filón de oro y plata
El Dorado y Nuevo Potosí
La Plata Juan C. Villafañe Plata de Filón La Odalisca de la Plata, Sirena de La Plata, Bethel de La Plata, El Oriente de La Plata, Yalcones de La Plata, El Tabor de La Plata y Sinaí Colombiano de La Plata
La Plata Miguel Calderón, Raimundo Martínez, Miguel Silva, Ramón Martínez.
Plata de Filón La Esperanza
Guagua, hoy Palermo en el punto Vega de Suárez
José Eugenio Ucrós Oro de aluvión Piñal, Campeche y Papagayo
Guaga Juan B. Botero Oro corrido La Apariencia
115
Neiva Juan N. Vezga Oro corrido o de aluvión
La Linda
Neiva José María Mejía Oro corrido o de aluvión
Buenos Aires
UBICACIÓN NOMBRE DE LOS PROPIETARIOS
CALIDAD DE LA MINA
NOMBRE DE LA MINA
Neiva Lucas Tobar Oro corrido o de aluvión
La Francia
Neiva, Corregimiento Constancia
Julio Borrero, Juan A Fleury, Isaura Meza, Daniel Hernández y José María Mejía
Oro de veta El Ideal
Neiva, Corregimiento Constancia
Julio Borrero, Celso Noé Quintero, Damián Velásquez, Lozano Quiceno y Sabas Montes
Filón de oro La Imperial
Neiva Julio Borrero y Lozano Quiceno,
Filón de oro Castellana
Neiva, Corregimiento de Órganos
Guillermo Durana Filón de oro La India
Neiva Rudesindo López Mina de plata La Incógnita
Neiva, Corregimiento Constancia
William A Green, Enrique Z. González, Lázaro Quiceno y Demetrio Flórez.
Filón de oro Santa Helena, La Soledad y La Diamantina
Retiro (hoy Teruel)
Ángel María Paredes, Tobías Coronado y Cerbeleón Perdomo.
Filón de plata El Alto y Marbella
Yaguará, hacienda Charres
Ricardo Márquez y Francisco Restrepo
Oro corrido o de aluvión
La Unión (hoy Tello)
Justiniano Duque y Guillermo Tobar
Oro, plata y cobre de filón
La Casualidad
Fuente: Archivo Histórico Notarial y Registro Oficial del Tolima.
1.6 LAS TRANSACCIONES COMERCIALES Y CIVILES
La mayor parte de actos comerciales y civiles tenían como fuente de registro formal el
efectuado por el notario. Estos actos se clasifican de la siguiente manera: anulación
de poder, apelación a un proceso de sucesión, avalúo de inventarios, cancelación de
116
escrituras, celebración de un contrato, compraventa, declaración de deuda o
préstamo, constitución de sociedad, contrato de arrendamiento, declaración de
remate, declaración libre, disolución de contrato, disolución de poder, hipoteca, juicio
de sucesión, protocolización de acta, protocolización de matrimonio y declaración de
siniestro, entre otros.214
Los registros de compraventa son los actos notariales que mayor solicitud presentan
durante esta época. Tres de cada cinco actos que se legalizan ante el notario
corresponden a compraventas. La compra y venta de derechos por acciones de tierra,
fincas, haciendas, potreros, solares y casas ocupan la casi totalidad de actos por
compra y venta. En menor ocasión se encuentran los derechos de aguas, semovientes
y acciones en sociedades. Los préstamos, pago de deudas y declaración de los
mismos, ocupan el segundo renglón entre las operaciones notariales. Los juicios de
sucesión y testamentos siguen en este orden.
El precio de una casa de bahareque y palmicha, con sus correspondientes puertas y
ventanas con platanera y solar ubicada en el perímetro urbano de Neiva, oscila entre
$30 y $500. Los predios ubicados sobre la plaza de la población pueden llegar incluso
a tener un precio cercano a $4.000215. Además de la ubicación y el número de solares,
cuentan los acabados como la calidad de la puerta, el material de las paredes y tapias
y anexidades tales como el inmobiliario. Para ésta misma época (1884), Valencia
Llanos destaca que en el antiguo departamento de Caldas un ternero recién destetado
costaba 8 pesos, una potranca 40 pesos, una casa de bahareque con techo de paja 200
pesos, un caballo 40 pesos, una vaca 10 pesos, una cama de madera torneada 2 pesos
con 50 centavos y una máquina para coser de pedal 48 pesos216.
214 Esta clasificación se realizó para los fines de la investigación.215 Una noción de la magnitud de tales operaciones puede ser consultada en el archivo notarial en las escrituras 607 y 680, tomo 2, libro 208; escritura 983, tomo 5, libro 190 y escritura 103, tomo 9, libro191. 216 VALENCIA LLANO, Albeiro. Op. cit., 86.
117
Tabla 11. Comparativo de las principales operaciones según el archivo histórico
notarial de Neiva217
Objeto Año 1870 Año 1875 Año 1880
Número
De
Actos
Monto
De los
Actos
Número
De
Actos
Monto
De los
Actos
Número
De
Actos
Monto
De los
Actos
Compraventa 81 $60.651.09
304 $162.766.80
102 $64.508.12
Declaración y
Pago de deuda
29 $26.706.67
35 $69.562.07
22 $57.164.00
Sucesión 8 $21.569.05
2 $7.544.85
Constitución
De sociedad
3 $20.000.00
3 $29.600.00
1 $6.000
Testamentos 4 $10.151.72
13 $14.235.86
Fuente: sistema de información de archivo notarial, construido por el investigador.
1.7 EL SISTEMA FINANCIERO
Guillermo Torres García deja ver cómo ninguna de las leyes sobre moneda expedidas
desde 1821 en el territorio colombiano tuvieron eficaz y práctico cumplimiento.
Ninguna reguló en buena o mala forma el sistema monetario nacional218. Las
consecuencias de la guerra de independencia, el cambio fundamental del régimen
político, las deplorables discordias civiles y las penurias del Tesoro, se citan como las
causas que impidieron el desarrollo efectivo.
A mediados del siglo XIX el país se encontraba en críticas circunstancias monetarias.
Se advertía mucha inseguridad en los cambios, en razón a los trastornos que sufría el
premio del oro sobre la plata. A esto se suma que la ley no permitía la reimportación
de moneda nacional, la que emigraba al Ecuador en busca de un mejor premio. Se
continuaría así con un perturbador y constante cambio en cuanto a las disposiciones
217 Se presentan los objetos indicativos de una actividad comercial o de acumulación. 218 TORRES GARCÍA, Guillermo. Historia de la moneda en Colombia. FAES, Biblioteca Colombiana de Ciencias Sociales. 2a edición. Medellín, 1980. p.33 y s.s.
118
sobre asuntos monetarios.
Durante el régimen anormal de 1861 a 1863, se ordenó la admisión en las aduanas de
las libras esterlinas y de los billetes del Banco de Inglaterra. Se autorizó la emisión de
500.000 en billetes de tesorería, los que eran de obligatorio recibo, por su valor
nominal. Esta medida se acompañó de otras, tales como la venta de ejidos, en procura
de la amortización de tal emisión. Después de múltiples dificultades asociadas con la
aceptación de los citados billetes, se acordó en 1863 (Decreto 19) la dejación del
carácter de moneda de éstos, y en consecuencia serían de libre curso219.
De acuerdo con Torres García, las disposiciones sobre bancos, expedidas desde la
Gran Colombia, no dieron lugar a tales instituciones. El Congreso de 1865, por virtud
de la Ley 356, autorizó el funcionamiento del primer banco que se había establecido
un año atrás, el que fue una sucursal del London, México and South América Bank.
Sólo hasta 1870 vino a crearse la primera institución bancaria colombiana que fue el
Banco de Bogotá. En 1875 se fundó el Banco de Colombia y más tarde el Banco
Popular. Desde 1865 se consagró el principio de la libertad de emisión. La libre
emisión y circulación de billetes trajo una nueva y valiosa significación en el
público220. Bajo este sistema, los bancos mantenían una reserva en especie que ellos
mismos determinaban de acuerdo con sus necesidades. La legislación en Colombia era
muy diversa al respecto, quedaba a merced de lo dispuesto en cada estado221. Sin
embargo, la Ley 7 de febrero de 1865 exigía mantener en caja un nivel de reservas del
33% sobre el total de los billetes en circulación222. En este caso, los accionistas tenían
la obligación de constituir hipotecas sobre tierras para el porcentaje restante.
La libertad de emisión se restringió con la Ley 39 de1880, sancionada por Rafael
Núñez, como presidente de la Unión, que otorgó tal exclusividad al recién creado
Banco Nacional. La más dura crisis para los bancos privados creados en Colombia
ocurrió después de 1886, cuando el Presidente Núñez suspendió la convertibilidad de
los billetes, declaró el billete del Banco Nacional de curso forzoso y unidad monetaria
219 TORRES GARCÍA, Op.Cit., p.66-69.220 Ibid., p.88.221 ECHEVERRY PËREZ, Lina María. Banca libre: la experiencia colombiana en el siglo XIX, en: Sánchez Torres, Fabio. Ensayos de historia monetaria y bancaria en Colombia. TM Editores, Fedesarrollo y Asobancaria. 1994. p. 318.222 ROMERO, Carmen A. La Banca privada en Bogotá: 1870-1922, en: Sánchez Torres, Op. cit., p. 270.
119
en el país, y obligó a los bancos que emitían a recoger sus billetes y redimirlos223.
Con la creación del Banco Nacional se tenía como finalidad el desarrollo del crédito
público y la creación de un agente para la ejecución de operaciones fiscales. El capital
de dicho banco debía constituirse mediante $2.000.000 en especie metálica
suministrada por el Tesoro Nacional y $500.000 en valor de 5.000 acciones de $100
de oferta pública. Finalmente, el Banco Nacional se instaló el 1° de enero de 1881 con
el carácter de establecimiento oficial, tras la desconfianza pública para acceder a sus
acciones.
En general, durante la banca libre se fundaron en Colombia por lo menos 42 bancos,
de los cuales algunos abrieron sucursales en las principales localidades y asignaron
agentes en poblaciones. Infortunadamente el periodo de banca libre fue muy corto, lo
que sumado a las barreras geográficas limitó la expansión de los bancos y por ende
remitía la circulación del numerario emitido por el banco al espacio geográfico de su
concepción. Maisel Roca, informa que en el periodo comprendido entre 1871 y 1925 la
banca privada en Colombia estableció cerca de noventa entidades privadas224.
En el caso de Antioquia, Botero Restrepo, comenta que el Banco de Antioquia creado
en 1872, bajo la figura de sociedad anónima, se convirtió en el primer banco
comercial en Medellín. Al parecer su liquidación se efectuó en 1892. Entre sus
actividades se destaca la emisión de billetes. El capital inicial de la sociedad se
estableció en $694.500. Los préstamos otorgados por el Banco no sobrepasaban los
180 días y entre sus deudores se encontraba el gobierno de Antioquia225. Además del
Banco de Antioquia, en el siglo XIX se constituyeron 14 entidades crediticias en el
territorio Antioqueño.
Entre 1873 y 1925 se constituyeron un total de 18 bancos en la costa Caribe de
Colombia. De éstos, 6 se fundaron en Cartagena en el siglo XIX. El Banco de Bolivar
223 ECHEVERRY, Op.cit., p.324. Banca libre: aduce a un sistema monetario en el cual los bancos se pueden establecer libremente en un estado cumpliendo requisitos mínimos.224 MEISEL, ROCA, Adolfo y POSADA C. Eduardo. Op. cit., p. 231.225 BOTERO RESTREPO, María Mercedes. El Banco de Antioquia y el Banco de Sucre 1872-1920. En: SANCHEZ TORRES Fabio. Op. cit., p. 199-228.
120
fue el primero en su género. Fundado en 1874, contó con un capital de $145.000 y se
liquidó aproximadamente en 1890. El Banco de Cartagena, fundado en 1881, se
liquidó en 1919 registrando $100.000 en capital inicial. El Banco de la Unión, creado
en 1883 y liquidado en 1917, fue el que quizá contó con mayor capital inicial
($160.000).226
En cuanto a Bogotá, se tiene que en el siglo XIX se crearon cerca de 11 bancos
privados: Banco de Bogotá (1870), Colombia (1875), Popular (1877), Caja de
Propietarios (1872), Banco de la Unión (1881), Banco de Crédito Hipotecario (1883),
Banco Internacional (1885), Banco de Cundinamarca (1881), Banco de los
Exportadores (1897) y Bancos Hipotecario y Prendario, de los cuales no se conoce su
fecha de fundación. Para destacar, los bancos de Crédito Hipotecario, Bogotá,
Colombia y Popular, tenían un capital inicial de $400.000, $235.000, $181.000 y
$155.000, respectivamente. Los tres últimos subsisten, en tanto que los restantes se
liquidaron antes de 1905227.
En el plano local y para la época en análisis, se tiene que los recursos financieros se
obtenían de préstamos entre particulares, sin afirmar que éste fuera el oficio
extraordinario de persona alguna en especial. Más bien, los fondos de instrucción –
educación - pública, que se remataban en forma de créditos a terceros, solventaron a
la economía local de los recursos monetarios. Un poco más de la tercera parte de los
empréstitos fueron realizados por el Colegio de Santa Librada. Le siguen entre otros
el Banco del Tolima, Banco de Neiva, la Caja de Ahorros de Neiva, el Banco de Aipe y
las rentas de instrucción pública228.
La Sociedad de Beneficencia y Caridad se fundó por el año de 1855. No obstante
haber funcionado irregularmente, para el año de 1882 contaba con un capital de más
de 6 mil pesos en dinero que se encontraba en las arcas del Banco de Neiva. Al
parecer, el dinero de la Sociedad se encaminó finalmente para la dotación y apoyo al
hospital de la ciudad de Neiva, con la venida de 2 Hermanas de la Caridad. Hacían
parte de la dirección administrativa para esta época los señores Pedro Martínez,
226 MEISEL, ROCA, Adolfo y POSADA C. Eduardo. Op. cit., p. 232.227 ROMERO, Carmen Astrid. La banca privada en Bogotá. En: SANCHEZ TORRES Fabio. Op. cit., p. 276.
228Consultar actos de declaración de deudas en AHN: libro168, tomo 1, libro 169, tomo 2; libro 173, tomo 2.
121
Cenón Aguirre, Domingo e Ignacio Trujillo229.
En ejecución de la Ley 7 de 1877, el Presidente del Estado del Tolima legisló sobre los
bienes y rentas de las escuelas. Estableció el remate de las rentas de instrucción
pública cuando en la caja de una escuela existiese una suma superior a 50 pesos. Para
este efecto, el Tesorero avisaba al público, el primer día feriado, por medio de un
pregón y de avisos fijados en los lugares más concurridos de la cabecera del Distrito.
Se dispuso que ninguna renta se otorgara con plazo mayor a un año e intereses
menores al 10 por 100 anual. Así mismo, todo era asegurado con fianza hipotecaria,
prendaria o personal230.
Tal parece que la actividad bancaria en lo que será el Departamento del Huila tuvo su
inicio hacia 1849 con la Caja de Ahorros de Neiva, entidad que hasta el año de 1863
alcanzó el mayor esplendor al contar con $70.000.00 en fondos por depósito. A partir
de allí, y con motivo de la partida de su fundador, doctor Salvador María Álvarez, el
establecimiento empezó a decaer y a perder crédito por la indiferencia de los nuevos
administradores231. Las primeras cajas de ahorro habrían surgido en el país hacia
1840. Nunca tuvieron un gran impacto en el sistema, ya que funcionaban más como
pequeños fondos de ahorro que como verdaderas instituciones financieras con ánimo
de lucro232.
Figura 18. Anuncio noticioso Caja de Ahorros
229 La estrella del Tolima, número 2, página 8. 1882.230 Poder Ejecutivo, decreto en ejecución de la Ley 7 de 1877, emitido por el Presidente del Estado, Neiva, 20 de mayo de 1877. En: El Tolima, Órgano del Gobierno del Estado, número 19, mayo de 1877.231 SALAS VARGAS, Reinel. Bancos en el Huila, en Revista Huila N° 24.1980 p.73232 ECHEVERRY PÉREZ, Op. Cit., p. 308.
122
Fuente: Gaceta del Tolima, junio de 1878.
Las Cajas de Ahorro de Neiva y otras que se pudiesen organizar en los distritos del
Estado del Tolima, conforme a la Ley 13 de marzo de 1877, estaban bajo la
protección e inspección de la administración pública233. La Caja se catalogaba como
un Instituto (Instituto de Caja de Ahorros). La administración estaba a cargo de una
Junta compuesta de 5 administradores, nombrados cada dos años por la Asamblea de
Depositantes, reunida el primer domingo del mes de diciembre. La Junta se distribuía
los cargos de Director, quien presidía la Junta, dos Vice-directores, un Secretario y un
Vice-secretario. Se nombraba así mismo a un Tesorero que contaba con
remuneración, puesto que los servicios que prestaban los Administradores eran
voluntarios y gratuitos. Como era la usanza, la dirección se rotaba entre los
administradores en periodos de 4 a 6 meses.
Era lícito depositar cualquier cantidad de dinero en la Caja de Ahorro, siempre y
cuando su valor no bajara de 20 centavos y fuera en moneda legal y corriente. El
depositante recibía una libreta firmada por el Director de la Junta, el Secretario y el
Tesorero. Los depósitos, realizados en la Tesorería del Instituto, ganaban interés
desde el día primero al mes siguiente de su consignación, desde un peso para arriba y
siempre por pesos completos. Tenían los depositantes, igualmente, el derecho de
233 Convención Constituyente del Estado Soberano del Tolima, Ley número 13, del 03 de marzo de 1877 reformatoria del código de fomento. En: El Tolima, Órgano del gobierno del Estado, número 7. Marzo 17 de 1877.
123
percibir o capitalizar al fin de cada semestre los intereses devengados conforme al
dividendo respectivo.
El dinero a préstamo se colocaba, cuando menos, con el respaldo de dos fiadores, sin
poder adeudar alguien más de mil pesos, ni por un plazo que pasara de un año.
Generalmente se prestaba a seis meses y se realizaba el cobro anticipado de los
intereses que causaba el semestre. No existía una tasa fija para las operaciones de
crédito. La Junta de Administradores la fijaba en razón de las condiciones eventuales
del mercado y del cúmulo de fondos existentes. En caso de requerirlo, las Cajas
podrían emitir, previa autorización del Poder Ejecutivo, obligándose a mantener en
caja en numerario un valor igual a la mitad por lo menos del valor nominal de los
billetes emitidos.
A mediados de 1884, las sumas adeudadas a la Caja ascendían a $5.00320,
correspondiendo al señor José María Cuellar, en calidad de Presidente de dicho
órgano, recaudar los saldos insolutos234. Hacia 1886, el prefecto de la Provincia de
Neiva, señor Federico Villoria, en uso de sus facultades, nombró Administradores de
la Caja de Ahorros de Neiva. En las consideraciones anotadas para tal acto, se resalta
la importancia de los servicios que esta entidad prestó en otros tiempos,
especialmente a las clases menesterosas, y a su vez, el estado de desorganización por
la que atravesaba dicha institución. Fueron designados para el periodo que inicia el
1° de enero de 1887, entre otros, Celso Noé Quintero, Manuel Santos N, Manuel S.
García, Toribio Rivera e Isidro SantaColoma235.
También participaron como Tesoreros o Gerentes de la Caja de Ahorros de Neiva los
señores José de Jesús Pinzón en el año de 1877, Pedro Martínez, natural de Garzón, y
José María Pérez. El señor Toribio Rivera se desempeñó como síndico de la Casa de
Beneficencia y Caridad de Neiva hacia 1891.
Era una práctica común realizar la debida hipoteca de un bien dentro de la misma
escritura en que se registraba el préstamo. Así mismo, se advierte la exigencia de
234 La Estrella, Op. cit., número 79, junio de 1884.235 Provincia de Neiva, Decreto número 15 de diciembre 7 de 1886. En: Registro Oficial, número 132, página 532.1886.
124
fiador. El patrón plata predominaba por entonces, por lo que se requería el importe de
la deuda en monedas de plata o de fácil aceptación. Trátese de créditos personales o
institucionales, el interés no excedía el 1 ½ por ciento, pagadero mes o semestre
anticipado. En caso de mora, se cobraba el mismo valor pactado para el interés
corriente. El plazo de la deuda variaba entre 6 meses y un año. No obstante, se
evidencian casos en los que algunos créditos se concedieron hasta con 4 años de
plazo.
El Colegio Santa Librada, una de las principales instituciones que otorgaba créditos,
era administrado por un Síndico que obtenía su sueldo de la gestión crediticia (10%
de los ingresos). Llegó a contar con fondos del orden superior a $40.000 en el año de
1876236. Para mediados de la década de 1880, el capital ascendía aproximadamente a
$65.000, según dan cuenta los informes presentados por los síndicos del Colegio237.
La actividad financiera del Colegio de Santa Librada data desde finales de la década
de 1840. Hacia el año de 1847, siendo Gobernador de la antigua Provincia de Neiva el
señor doctor José Uldarico Leiva, se dio principio a la creación de fondos para
establecer el colegio. Para ese momento, Valentín Trujillo desempeñaba el cargo de
Síndico del colegio. Con pocas interrupciones, Trujillo llegó a ser síndico hasta 1877
cuando lo sucedió el señor Antonio Solano238. Igualmente, desempeñaron el cargo de
síndico del Colegio Santa Librada, Abdón Perdomo C. entre 1880 y 1882; Ramón
Dussán P. en 1883 y Celso Noé Quintero en 1885 y 1886, y de 1893 a 1899.
En ningún caso los fondos del colegio podían colocarse a un término mayor de un año.
Tampoco se podía prestar a un mismo individuo suma mayor a 3 mil pesos. Respecto
de estos capitales, con frecuencia se tropezaba con los inconvenientes de no
encontrar quién sirviera a la Sindicatura de ellos, abocándose en ocasiones al
detrimento del capital. Según lo expresó el Secretario de Gobierno del Estado, por el
año de 1882, algunos colegios, como el caso de San Simón (ubicado en Ibagué), han
perdido de su capital la suma de $65.736.221/2.239
236 AHN, escritura 335, libro 193, 1876237 Registro oficial, Op. cit., N°20. p. 78, 95.238 Decreto número 172, agosto 13 de 1877 expedido por el Presidente del Estado Soberano del Tolima. En: Gaceta del Tolima, número 13, agosto 21 de 1877.239 La Estrella del Tolima, número 11, julio de 1882.
125
En el mejor de los casos, el Colegio Santa Librada llegó a desembolsar 10 operaciones
en el año, por un monto de $16.537.00, casos registrados en el año de 1876. Esta cifra
es en promedio para los restantes años en 7 colocaciones por el orden de $7.500.00.
En el año de 1896, bajo la dirección del síndico Celso Noé Quintero, el Colegio
funcionaba en el barrio del sur, distante 8 cuadras de la plaza mayor. Para esta fecha
canceló al señor Agapito Cortes, negociante no muy destacado, quien poseía tienda en
el marco de la plaza principal240, la suma de $10.000 por un lote adquirido contiguo al
establecimiento del Colegio.
Figura 19. Relación de ingresos y egresos de los fondos del Colegio de Santa Librada
en 1886.
240 AHN, escritura 722 de 1894.
126
Fuente: Registro oficial, página 334, número 84.1886
En los primeros años de la década de 1870, los créditos asignados por el Colegio
Santa librada se hacían por licitación o remate de Ley, procedimiento según el cual, la
institución oferta al público los recursos de caja y el interesado presentaba una
propuesta de adjudicación y pago para análisis del síndico del Colegio. Esta práctica
127
se abolió años más tarde, otorgando discrecionalidad al síndico para la adjudicación
del crédito. En no pocos casos, el síndico llegó a establecer intereses del 11% anual y
pagos al semestre vencido.
Figura 20. Ejecución de créditos por parte del Colegio Santa librada
Fuente: Registro oficial, página 632, número 157.1887.
Por otra parte, los registros notariales y los anuncios noticiosos de la prensa local dan
cuenta de la creación y operación de bancos en el Departamento del Sur a inicios de
la década de 1880. Bajo el amparo de la Ley 13 de noviembre de 1875 sobre el
establecimiento de bancos en el Estado del Tolima, se crearon los Bancos del Tolima,
Neiva y Aipe. Este último tuvo vida efímera, al entrar en liquidación en enero de 1886,
momento para el cual recaía la gerencia en Abelardo García S., Aureliano Manchola y
Uldarico Conde. El señor Fidel Bahamón se desempeñaba como Cajero241. En cuanto
al Banco del Tolima, funcionó hasta mediados de 1886, año en el cual fue liquidado y
absorbido finalmente por el Banco de Neiva hacia 1888.
La existencia de fuertes capitales en metálico que “duermen enterrados” sustraídos
de la circulación por la desconfianza, así como las proporciones alarmantes
241 Registro oficial, página 151, número 38.1886
128
alcanzadas por la usura (especialmente fuera de Neiva) y la necesidad de establecer
medios seguros para la traslación de fondos (cada quien pagaba un posta para remitir
una suma de un pueblo a otro), justificaban la existencia de un banco de depósito en
el Estado del Tolima por los años de 1880242.
A inicios de 1882 se creó el Banco del Tolima. Con un capital autorizado de 200 mil
pesos, se suscribieron acciones por la suma de $79.600, pagando los accionistas
inicialmente el 50% de éstas. En sus inicios el Banco llegó a captar de terceros a
través de cuentas corrientes la suma de $32.46067, lo que, sumado a una emisión
propia cercana a 19 mil pesos, le significó una liquidez tal que en albores de las
operaciones autorizó créditos por $73.69960.
El Banco del Tolima nunca consiguió aumentar la colocación de acciones en el
mercado ni la cancelación del total de las mismas de parte de los accionistas243. Del
capital autorizado, se suscribieron al momento de fundación acciones por $79.600,
quedando en reserva acciones por $120.400. Cuatro años más tarde y ad portas de
entrar en liquidación, la cuenta de acciones reservadas presentaba un saldo de
$119.400. Similar circunstancia se aprecia en la evolución de la cuenta denominada
accionistas, la cual es de origen débito y presenta los saldos adeudados por los
accionistas que suscribieron las respectivas acciones. Al respecto, se tiene que en el
inicio de operaciones la cuenta figura con un saldo de $40.185, registrando en 1886 la
suma de $40.335. Al parecer, los inversionistas estaban esperanzados en que las
ganancias del mismo banco contribuyeran para cubrir tal pasivo.
Figura 21. Balance del Banco del Tolima
242 Informe de la Gerencia del Banco del Tolima. En: La Estrella del Tolima, número 88, agosto de 1884.243 Para establecer la evolución de los resultados económicos expresados en el balance del libro mayor del banco del Tolima, ver otros informes en: La Estrella del Tolima números 12, 18, de 1882; 49, 54 de 1883 y Registro Oficial de 1886. En la interpretación de los informes financieros fueron valiosas las indicaciones suministradas por el profesor Fidernando Antury, a quien expreso mis agradecimientos.
129
Fuente: La Estrella del Tolima, número 30 de 1882.
Figura 22. Anuncio publicitario Banco del Tolima
Fuente: La Estrella del Tolima, número 48, 1883
En cuanto a colocaciones y captaciones, el Banco del Tolima parece haber
manifestado una mejor dinámica, la cual puede ser el resultado del mismo uso dado
por los inversionistas, quienes, lógicamente, eran los primeros interesados en la
aceptación de billetes emitidos por el banco. En tal sentido, de unas obligaciones o
créditos concedidos al inicio de operaciones por un total de $60.661, se pasó a
$93.89442 en 1883. Para 1886, esta cifra era del orden de $42.313. Por su parte, las
colocaciones, enunciadas dentro del libro mayor en la cuenta denominada cuentas
corrientes, comportan un saldo significativo y en ascenso desde el momento de
creación del Banco hasta 1886. De $32.640 en noviembre de 1882, se pasó a
Cabe recordar que a la masa monetaria acuñada se le denominaba dinero o dinero sonante, en tanto que la designación de billete era atribuible a la emisión de impresos que ante todo representaban un valor.
130
$53.45557 en mayo de 1884 y a la insignificante suma de $9970 en 1886.
De una emisión inicial próxima a los 19 mil pesos, el Banco del Tolima llegó a emitir
billetes hasta por la suma de $54.400 en abril de 1883. En febrero de 1886, seis
meses antes de entrar en liquidación, el balance del libro mayor registra en la cuenta
billetes un saldo de $18.54250. Era una práctica rigurosa por parte del Banco contar
en la cuenta caja con una suma en dinero (moneda en metal) equivalente a la de
billetes (emisión).
Figura 23. Balance Banco del Tolima
Fuente: Registro Oficial, número 254, página 216. 1886
Fueron diversas las gestiones que adelantó el Banco del Tolima en procura de la
aceptación de los billetes emitidos. Entre estos se destacan acuerdos con personas e
instituciones, a manera de agencias, para el cambio de billetes, así como la compra de
títulos valores.
Figura 24. Anuncios publicitarios del Banco del Tolima
Fuente: La Estrella del Tolima, número 28, septiembre de 1882.
131
Fuente: La Estrella del Tolima, número 13, julio de 1882.
Fuente: La Estrella del Tolima, número 48, 1883.
Muy a pesar de las gestiones adelantadas por el Banco y ante las nuevas disposiciones
emitidas en 1886 y relacionadas con la exclusividad de emisión otorgada al Banco
Nacional, el Banco del Tolima entró en liquidación en Agosto de 1886.
Transcurrido un año y medio de la declaratoria de liquidación del Banco del Tolima, la
Comisión encargada para tal propósito celebró un contrato con el Banco de Neiva,
según el cual, éste se encargaba de la liquidación final del Banco del Tolima. De esta
manera, el Banco de Neiva gestionaría la recuperación de los saldos insolutos,
obteniendo una compensación del 10% sobre lo recaudado244. Esta labor no fue del
todo exitosa, ya que transcurridos dos años de este encargo, aún se gestionaba la
recuperación de los saldos.
244 AHN, escritura 126 de 1888.
132
Figura 25. Anuncio noticioso liquidación del Banco del Tolima
Fuente: El aviso, periódico comercial, de noticias y variedades. Abril de 1890.
Por otra parte, el 30 de noviembre de 1882 se dieron cita en el Distrito de Neiva 53
lugareños para la creación de una compañía anónima de comercio que se denominó
Banco de Neiva. Sobresalen, entre ellos, los señores Eustacio Buendía, Juan N.
Vezga, Gabriel Perdomo, Calixto Leiva L., Abdón Perdomo y Pío Aguirre, quien
actuaba en representación de la sociedad Aguirre y Cía. Con excepción de este último,
que estaba radicado en Bogotá, todos eran vecinos de Neiva245.
Se fijó una duración de 20 años para la sociedad. De igual manera, se dispuso que la
Asamblea General delegara en un Consejo compuesto por tres miembros y una Junta
Administradora compuesta de un primer director que hacía las veces de Gerente, y un
segundo y tercer Director, así como de un Cajero. Esta Junta operaba por el término
de 6 meses, rotando el cargo de Gerente cada dos meses.
Por otra parte, se autorizó la conformación de un capital hasta de 50 mil pesos, en
acciones de 50 pesos cada una, sin que un accionista pueda llegar a suscribir más de
cinco. Además, se acordó iniciar operaciones con capital nominal de 5 mil pesos.
Aunque adoptó como unidad monetaria el peso de Ley, estableció la no recepción de
otro papel moneda diferente a sus propios billetes.
Figura 26. Anuncio noticioso del Banco de Neiva
245 AHN, escritura 633 de 1882.
133
Fuente: La Estrella del Tolima, número 42 de 1883.
Una manera de garantizar el funcionamiento del banco, era asegurando la aceptación,
en el medio comercial y en la hacienda pública, de los billetes emitidos por éste. Para
tal fin, los socios gestores se aseguraban de hacer pública la aceptación de tales
billetes, además de concertar con el Poder Ejecutivo la emisión de circulares con las
disposiciones suficientes para que las Recaudaciones de Hacienda del Estado
recibieran los billetes.
Figura 27. Anuncio publicitario Banco de Neiva.
Fuente: La Estrella del Tolima, número 48, 1883.
De acuerdo con los estatutos del Banco, éste se encargó de las siguientes operaciones:
1) Recibir depósitos de imposición a interés, por tiempo determinado, o a la orden, desde la suma de un peso en adelante; 2) Descuento de letras, pagarés i órdenes de pago; i, en jeneral, de toda clase de documentos en
134
que se reconozcan créditos y derechos que sean trasmitibles conforme a las Leyes del Estado; 3) Emitir billetes pagaderos al portador y a la vista; 4) Dar dinero a interés, desde la suma de un peso en adelante, mediante una fianza o una garantía prendaria suficiente; 5) Recibir anualidades para constituir capitales a favor de las personas que las consignen o de sus cesionarios; 6) Jirar i aceptar letras de cambio, conforme a las prácticas usuales del comercio i a los contratos del Banco; 7) Compra y venta, con pacto de retroventa, de fincas i bienes mueble; 8) Recibir en depósito i custodia, oro, plata, joyas i títulos de valor; 9) Toda clase de comisiones, ajencias i demás operaciones compatibles con la naturaleza del establecimiento, i de acuerdo con las Leyes del Estado246.
La primera Gerencia recayó en el señor José Lizardo Porras. También se
desempeñaron como Gerentes del Banco de Neiva, entre otros: Celso Noé Quintero
(1883), Régulo E. Martínez (1883), Aparicio Perea (1886), Gabriel Perdomo C. (1896)
José María Cuellar (1897),
En marzo de 1883, transcurridos tres meses de operaciones, se hizo público el primer
balance del mayor de la sociedad, correspondiente al mes de febrero. En él se aprecia
que de los 50 mil pesos de capital autorizado se habían suscrito acciones por $7.800,
de las cuales aún adeudaban los accionistas la suma de $3.424. De igual manera, se
habían logrado captaciones en cuentas corrientes por la suma de $6.23575 y
colocaciones por el orden de $4.99340. Las utilidades para este primer trimestre no
eran para nada atractivas, siendo del orden de $17137.
Figura 28. Balance Banco de Neiva
246 AHN, escritura 633 de 1882.
135
Fuente: La Estrella del Tolima, número 54 de 1883.
Ya, en septiembre de 1883, se encargó de la gerencia al señor J. Bedford Des Sources.
Para este momento, la dificultad en la circulación de los billetes en la ciudad de
Bogotá acrecentaba los problemas de la entidad. La ausencia de una agencia para
cambios se tildaba como la causa de esta situación247. Un año después, en el informe
del Gerente del Banco de Neiva, se anotaba que “la mala situación del país y la
inseguridad crónica” eran las causantes de la dificultad para el ensanche de las
operaciones. De las 2 mil acciones que constituían el capital de 50 mil pesos, restaban
aún por colocar 1.625. A esta situación se sumaba lo exiguo de las ganancias
obtenidas en el primer semestre de 1884, las cuales fueron de $1.16940. Por estos
mismos momentos, las ganancias del Banco del Tolima se fijaron en $4.29897 248.
Cabe anotar que de acuerdo con las prácticas contables de esta época (1883), la
ganancia del Banco estaba constituida por los ingresos brutos recibidos por concepto
de intereses. Así, se restaban de la ganancia los gastos generales, además del 5% de
la cuenta muebles y billetes (depreciación), con lo cual se obtenía la utilidad neta.
Esta última se repartía en un fondo de reserva (8%) y el resto en dividendos. En la
cuenta denominada “billetes”, se registraba la emisión propia del banco. Para el caso
del Banco de Neiva, se tiene que en agosto de 1884, éste había emitido la suma de 5
mil pesos.
247 La Estrella, Op. Cit., número 72, septiembre de 1883.248 Ibid., número 88, agosto de 1884.
136
Figura 29. Balance del Banco de Neiva, diciembre de 1886.
Fuente: Registro Oficial, número 142, página 572, 1887.
En el balance del mayor presentado en diciembre de 1886 por el Director Gerente,
Gabriel Perdomo C, se advierte que las acciones en reserva se encuentran en el orden
de $40.675 de un capital suscrito de $50.000. Para este momento, los billetes emitidos
por el banco estaban en el orden de $10.000, en tanto que los créditos colocados se
aproximaban a los $13.246 y las captaciones por cuentas corrientes y depósitos a la
orden no superaban la suma de $2.700. En este año, al igual que los anteriores, el
banco comporta una notoria liquidez.
La demanda de las acciones del Banco de Neiva, así como la cancelación de los saldos
adeudados por los accionistas por este concepto, al igual que aconteció en el Banco
del Tolima, fue poco dinámica. Transcurrido el primer quinquenio de funcionamiento,
presenta un comportamiento más bien parco en sus operaciones. La emisión de
billetes no superó los $10.000. De esta cifra, $7.270 se encontraban en caja y el resto
en circulación. Esta situación debida en parte a la legislación expedida por Núñez,
anteriormente reseñada.
137
Figura 30. Balance del Banco de Neiva, febrero de 1887
138
Fuente: Registro Oficial, número 159, página 640, 1887.
Tal como se reseñó, la actividad bancaria tropezaba por aquella época con el rechazo,
y por consiguiente la no aceptación de los billetes como dinero sonante por parte de
un grueso de la población. La ignorancia en cuanto al valor de éste como medio de
transacción hacía que se prefiriera el dinero (monedas de metal) para las operaciones
comerciales.
Figura 31. Anuncio noticioso los billetes del Banco del Tolima
139
Fuente: La Estrella del Tolima, número 12, julio de 1882
Transcurridos cinco años de fundación de los Bancos de Neiva y del Tolima, no se
había logrado captar la confianza del público, y por tanto, aún no se contaba en la caja
con los capitales “muertos”, como tampoco se había hecho competencia seria a la
usura, y menos aún, reemplazado la moneda por el billete en la circulación. Faltaba el
crédito, según manifestaba el Gerente del Banco del Tolima a los Accionistas:
El banco es crédito o no es nada…el público no entrega sus capitales sino al que tiene con qué responder por ellos…los bancos no empiezan a ser bancos, sino desde que han cimentado su crédito…mucho ha de subir el crédito de un banco para que nuestros hombres de plata desentierren la huaca i vengan a depositarla en el banco…además de luchar contra hábitos que la ignorancia ha arraigado i la avaricia mantiene en vigor249.
Esta situación hacía prever la necesidad de colocar en los bancos de la capital
(Bogotá) una gran suma de dinero. De este modo, los bancos locales podrían realizar
transacciones con el banco donde se realizara el depósito y facilitar con ello la
conversión de los billetes. Esta medida, sumada a la apertura de agencias, se creía
249 Informe de la Gerencia del Banco del Tolima, Op. Cit.,
140
podrían a su vez generar la confianza en los depositantes. No obstante, tal como se
registró, algunos bancos como el Banco de Aipe y el Banco del Tolima, sucumbieron
antes que superar las barreras culturales.
En todo caso, el capital colocado a interés en el Departamento del Sur durante el
quinquenio 1880-1885 era en promedio una suma anual que no sobrepasaba los 180
mil pesos. De esta cifra, corresponden en promedio a los fondos de instrucción
pública, es decir prestados por las escuelas del Departamento, la suma de
$65.992.721/2. La sindicatura del Colegio de Santa Librada reportó colocado a interés
$44.231.30250. En igual sentido, el Banco del Tolima situó $52.31390 entre sus clientes,
en tanto que el Banco de Neiva reportó $13.24627.
Las condiciones de inseguridad y la situación económica se asocian como causantes
del bajo ascenso de los bancos en el Departamento del Sur. No obstante, quizás, fue la
falta de confianza en el nuevo sistema monetario erigido sobre la emisión de billetes
con un valor nominal, lo que determinó la dificultosa aceptación de los mismos, así
como la baja adquisición de acciones. Indiscutiblemente, en la estocada final también
hay que considerar los efectos de la restricción a la emisión privada enunciada por el
gobierno de Núñez.
1.8 EXTRANJEROS EN LA ECONOMÍA HUILENSE
La presencia de extranjeros en el territorio colombiano es producto de una mezcla de
factores de atracción del territorio americano y la expulsión de ciudadanos europeos.
Para destacar, Europa experimentó a lo largo del siglo XIX una rápida disminución del
índice de mortalidad y un aumento en el crecimiento natural de su población, en una
cantidad que no logró insertarse al mercado laboral, no obstante el acelerado proceso
de industrialización y urbanización. Se estima el grupo de expulsados europeos en
cerca de 52 millones en el periodo comprendido entre 1824 y 1924251. La mayor parte
de estos inmigrantes (72%) se dirigió hacia Estados Unidos. Una quinta parte (21%)
250 La Estrella, Op. Cit., número 11, julio de 1882. 251 MÔRNER, Magnus. Aventureros y Proletarios. Los inmigrantes en Hispanoamérica. Citado por Rodrigo García Estrada. James Tyrell Moore, un estudio de caso en torno a la presencia extranjera en Antioquia durante el siglo XIX. En García Estrada, Rodrígo. Op. cit., p. 100.
141
escogieron como destino a América Latina, el restante 7% se embarcó para Australia.
De los 11 millones de inmigrantes que llegaron a América Latina en la centuria
comentada, la mitad, es decir 5,5 millones se quedaron en Argentina, mientras que el
36%, es decir 3.960.000, eligieron por patria a Brasil. Italianos, españoles,
portugueses en mayor proporción, y franceses, alemanes y rusos en menor medida,
conformaban el citado grupo252.
Colombia es uno de los países de América Latina que contó con la menor presencia de
inmigrantes europeos. Quizá esto significó la conservación de la herencia colonial.
Para el caso, ciudades como Bogotá, Cartagena, Santander y Santa Marta fueron en
mayor proporción receptores de inmigrantes. El quinto lugar lo comparte el Cauca,
Riohacha y Antioquia. En este último departamento se distinguieron 51 inmigrantes
para el año de 1843. Esta cifra llegó a 117 en el año de 1884. Si bien es cierto que no
todos los inmigrantes eran acaudalados y con formación, no se puede negar que una
parte de ellos, además de la instrucción profesional y técnica, contaban con algunos
ahorros y se integraron a procesos de comercialización y producción a partir de su
radicación.253.
Son escasas las evidencias que dan cuenta de la presencia de extranjeros en la
economía del naciente Departamento del Huila. Quizá su participación fue igualmente
exigua y enfocada en el negocio de la explotación de minerales. Además de algunas
anotaciones referidas en la actividad minera, se encuentra la inversión realizada por
dos ciudadanos de origen inglés, en inmediaciones del Distrito de Campoalegre.
Disposiciones legales que facultaban al gobernante del Estado Soberano del Tolima
para la adjudicación y explotación de terrenos y yacimientos de oro y plata,
permitieron, en 1869, a Arturo Birchall, súbdito inglés, le fuese adjudicado un título
para la explotación del preciado mineral en el caserío de Órganos. Tales derechos
fueron vendidos un año más tarde por la suma de $100 al señor Guillermo
Shakespeare Welton, vecino de la aldea de Santo Domingo254. De esta misma manera,
obtuvieron los señores William A Green y Fidel Bahamón, las minas de oro y plata de
filón, nombradas El Vesubio y Montecristo, ubicadas en el sitio de Constancia,
252 Ibid., p. 101.253 Ibid., p. 148.254 AHN, escritura 467, tomo 4 libro 179, 1872.
142
Corregimiento de Órganos255.
Los ciudadanos ingleses James George Green y William A. Green registraron en la
década de 1880 varias minas de filón de oro ubicadas en jurisdicción de Aipe. James
Green, natural del Reino Unido de la Gran Bretaña, representaba los intereses de la
denominada compañía Tolima Mining Compaña Limited, por lo cual fue vecino del
Distrito de Aipe en los primeros años de la década de 1880256.
Por 1892, Harry Corlett Jackson, súbdito de su majestad Británica, vecino de la ciudad
de Londres, por intermedio de su apoderado general señor José J. Pryor, mayor de
edad y vecino de Neiva, adquirió en venta real y enajenación perpetua de manos del
señor Gabriel Perdomo C, los derechos y acciones en la mina de oro y plata
denominada La Florida, situada en la fracción de Constancia, corregimiento de
Órganos. La citada operación se realizó por la suma de $500. Dos años atrás, Harry
Corlett Jackson había efectuado similar operación al venderle las acciones al señor
Gabriel Perdomo257.
Era vecino también de Neiva el ciudadano alemán Amadeo Weis, quien en el año de
1877 ofertó la educación privada a través de un colegio que llamó Liceo de Neiva258.
También eran vecinos de esta localidad los señores J. Bedford Des Sources, James
Richmon Crum, Jhon Ernest Snelus, Thomas Frederick Booth, Enrique J. C. Williams,
quienes, entre otras actividades, representaban los intereses de firmas o
inversionistas extranjeros, especialmente en el negocio de la explotación de oro y
plata, tal como en el caso de la denominada compañía The Diamantine and Besubio
Gold Mines Limited, establecida en el pueblo de Urvenston, Cumbria, Inglaterra,
empresa administrada por los señores Meyles Kennedy y James Hodgson, con
intereses en la mina El Dorado259, y la compañía establecida también en Inglaterra
denominada The Tolima Miring Company Limited.
255 AHN, escritura 78, tomo 1, libro 294, 1890.256 AHN, escritura 69, libro 226, 1882.257 AHN, escritura 107, tomo 2, libro 319, 1892.258 Circular número 65, emitida por la Prefectura del Departamento del Sur en julio 5 de 1887. En: Gaceta del Tolima, número 7, julio de 1877.259 AHN, escritura 330, 1898.
143
Del grupo de extranjeros enunciados anteriormente, se destaca J. Bedford Des
Sources, quien se estableció en el Distrito de Neiva y desde allí ejerció una amplia
actividad comercial en un almacén de su propiedad, conocido popularmente como El
Gasómetro. Además, ejerció la representación de la Compañía Colombiana de
Seguros, distribución de publicaciones, importación y venta de licores, compra y venta
de quina, caucho, café y cueros; hasta la gerencia del Banco de Neiva.
Figura 32. Anuncios publicitarios Des Sources.
Fuente: La Estrella del Tolima, número 3 y 48 de 1882 y número 54 de 1883.
A finales de la década de 1880 y con domicilio en el Distrito de Campoalegre, la
sociedad civil colectiva Jones y Peters, se dedicaba a ensanchar, mejorar y explotar
plantaciones de cacao y café, así como a comprar y vender ganados vacunos y
144
caballares, la compra y venta de cacao y café y letras o giros tanto en el interior como
en el exterior y la ejecución de todos los actos especulativos en conexión con los
citados260.
Los señores William Parsons Peters y John Edward Jones, británicos, vecino de
Inglaterra el primero, y de Campoalegre el segundo, acordaron el 10 de abril de 1899
crear la sociedad denominada Jones y Peters. El capital inicial se estimó en $9.000 y
la duración a seis años, prorrogables de común acuerdo entre los socios. Una tercera
parte del capital inicial correspondió a Peters.
Empero, John Edward Jones, años atras, había constituido una sociedad denominada
Jones y Rosillo, registrada según escritura 173 de abril 3 de 1894, de cuya liquidación
recibió una propiedad en el corregimiento de Ríoblanco, jurisdicción de Campoalegre.
Se trata de una finca de labranza denominada Las Damas, compuesta de labranza de
cacao y plantaciones de café, plátano y caña, con acequia de riego propia y tres
potreros, además de tierras sin cultivo. Poseía igualmente maquinaria para beneficiar
café, consistente en una descerezadora del sistema Gordon, rueda hidráulica,
lavadora y elevadora de café y estufa para secado del mismo, así como una casa para
peones.
Jones, se echaba a deber a Peters los cerca de 5 años de administración que había
prestado en la finca Las Damas. Así es que a la liquidación de la sociedad Jones y
Rosillo, y en acuerdo para compensar los valores adeudados a Peters, crean la
sociedad en la que además de la finca, entran terrenos baldíos en el sito de las Juntas,
así como 23 yeguas de cría, siete muletos, ocho mulas de carga y trece reses vacunas,
entre otros.
Nadie conocía con exactitud la situación física o emocional que afectaba a Peters, lo
cierto es que éste promulgó ante el notario, siendo aún muy joven, su testamento.
Peters, protestante, soltero, sin hijos legítimos ni naturales, a sus treinta años,
designó como único y universal heredero a su padre Williams Parsons Peters,
ciudadano y residente en Inglaterra, y en caso de que éste llegue a faltar, designa a
260 AHN, escritura 250, tomo 3, libro 395, 1899.
145
Elizabeth Matthew, madrasta, y Elen Ross Peters, hermana261.
De manera aislada y en circunstancias extrañas para la época, se advierte la presencia
de un ciudadano mexicano, oriundo de Chicontepec, quien por aquellos días brindaba
el diagnóstico y cura de la tenia y toda clase de entosoarios, así como de la sífilis. Se
trata de Ismael Velásquez Valle, quien manifiesta ser doctor, especialista
helmintólogo262, y quien finalmente, mediante contrato con el señor Erasmo del Valle,
transfiere los secretos para tal empresa263.
261 AHN, escritura 713, 1898.262 La helmintología conocida como la parte de la zoología que trata de la descripción y estudio de los gusanos, en especial de los parásitos que son de importancia médica y veterinaria (Microsoft® Encarta® 2005)263 AHN, escritura 161, tomo 3, libro 308, 1891.
146
SEGUNDA PARTE
LOS ACTORES
147
CAPITULO 2
DEL HACENDADO INDIVIDUALISTA AL NEGOCIANTE ASOCIATIVO:
HACENDADOS, COMERCIANTES, NEGOCIANTES Y SOCIEDADES A FINALES
DEL SIGLO XIX.
La vida se vive hacia delante,
pero se comprende hacia atrás.
Kierkegaard
1.1LOS AGENTES DE LA ECONOMÍA A FINALES DEL SIGLO
La economía de la Provincia de Neiva de finales del siglo XIX, aún una economía
elemental, se nutre de los juegos y expresiones minoritarias, aunque reales y
vigorosos, de unos actores que indican el paso al crecimiento moderno. Al abordar la
descripción del contexto regional y los actores, se identificaron unas prácticas que
además de permitir definir una caracterización y perfil, suministran indicios de la
presencia de variados agentes económicos.
Las prácticas dan cuenta del vínculo de los agentes económicos de la época objeto de
estudio con procesos de orden nacional y mundial, al vincularse al flujo de comercio
de exportación e importación. Es decir, estos agentes no son ajenos a las condiciones
e instrumentos y racionalidades propias de una economía de mercado. Ahora bien,
una economía de mercado se caracteriza, entre otras cosas, por la dinámica y el
cambio constante. A esto se suma la presencia de diversas instituciones como el
estado, la familia, los consumidores y competidores, para citar algunos. Se podría
afirmar que la complejidad se acrecienta de manera directa al desarrollo económico y
social.
Por otra parte, en un apartado anterior se estableció que los agentes económicos que
comportaban prácticas relacionadas con la búsqueda de nuevas oportunidades (estar
alerta al entorno, específicamente al mercado) en presencia de incertidumbre,
148
descubriendo las formas para reducir los costos y promoviendo innovaciones, serían
considerados como empresarios.
Pues bien, en la descripción del contexto y los agentes a finales del siglo XIX se
aprecia la participación de 3 grupos relativamente homogéneos. Los primeros, sujetos
que viven ligados a la conquista y propiedad de vastas extensiones, en la inmovilidad
y la renta patrimonial, sin participar en la especulación y el riesgo. En segundo lugar,
lugareños y forasteros de vida urbana, algunas veces ilustrados y con injerencia en
asuntos públicos, de espíritu asociativo e ideología liberal y conservadora, quienes
igualmente conservan en ocasiones raíces de renta patrimonial al poseer haciendas,
terrenos rurales, predios e inmuebles urbanos, entre otros. No obstante, participan de
la especulación y el riesgo con base en la actividad bancaria y los negocios
comerciales creados a partir del auge de productos extractivos agropecuarios y
mineros (ver tabla 12). Finalmente, aquellos dedicados a la intermediación de
mercancías nacionales y extranjeras, también partícipes en contadas ocasiones de la
especulación bancaria y extractiva. Estos últimos en su totalidad simpatizantes de
ideas liberales. Al menos, tres mundos, naturalezas de vida diferenciadas unas del
otro, cuyas identidades se develan en las prácticas.
Los rasgos identificados en los sujetos estudiados llevan a considerar que en esta
época de la economía huilense no surge la figura del empresario tal como aquí se
planteó. Dejando de lado tanto a los agentes caracterizados por la obtención de lucro
a partir de la renta patrimonial, así como aquellos dedicados a la intermediación de
mercancías; se aprecia que el tercer grupo de éstos se vinculan a las lógicas del
mercado, haciéndolo en condiciones de diversificación, oportunidad y especulación.
Bien sea en el comercio de productos en coyunturas de demanda, tal como en el caso
del caucho, la quina o el añil; o en la conformación de empresas para la colonización
de baldíos, explotación de especies minerales; no predomina la innovación, tanto de
diseño y organización de la actividad productiva, como de las formas organizativas
mismas. Aún es profunda la distancia entre el interés marcadamente individual, de
corto plazo y el impacto en el desarrollo económico.
Tabla 11. El perfil de los negociantes
OJO ANEXAR ARCHIVO: libro tabla de negociantes
149
A partir de la realidad observada –es decir las prácticas- y algunos aspectos
particulares de los sujetos detectados, es más indicado denotar a estos agentes
económicos con categorías ya propuestas por diversos autores, tales como
hacendados, negociantes y comerciantes. Los negociantes, como lo afirman Ocampo264
y Dávila265, de portafolio diversificado, que combinan las oportunidades generadas por
el comercio con las que presenta el incipiente mercado crediticio y las actividades
extractivas, conforman, junto a los comerciantes, una nueva élite urbana en la
municipalidad de Neiva, a diferencia de los hacendados, con racionalidad de
acumulación alejada de los ritmos de la naturaleza. Por su parte, los negociantes no
se especializan porque ninguno de los ramos que se encuentran a su alcance está lo
suficientemente desarrollado como para absorber toda su actividad. Divide sus
actividades en diversas alternativas de inversión para limitar sus riesgos.
Hacendados, negociantes y comerciantes, actores estos, producto y productores de
una economía subyacente, caracterizada por la imperfección, en la que la producción
se liga ante todo al autoconsumo, en la cual la producción organizada y con ayuda de
la técnica se encuentra en estado larvario. Una economía imperfecta, donde se
experimentan juegos de intercambio amparados en la especulación y estimulados, en
ocasiones, por coyunturas de demanda, como lo sucedido con la quina, el caucho, el
añil y el tabaco. Intercambios habituales, de tráficos limitados, y aun los de un radio
más amplio como el de los productos citados, sin embargo, regulares, previsibles y
tradicionales.
264 OCAMPO, José Antonio. Colombia y la economía Mundial 1830-1910, Tm editores y Colciencias-Fedesarrollo. Santafé de Bogotá. Colombia. 1988. p.38 y 61.265 DÁVILA, L. DE GUEVARA, Carlos. El empresario Colombiano, una perspectiva histórica. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá.1986. Ver en Carlos Dávila L. de Guevara, El empresario colombiano una perspectiva histórica (1986), los resultados de la investigación que conducen al autor a considerar la categoría de negociante para designar a los sujetos económicos con lógica de portafolio diversificado y complementariedad entre las actividades agropecuarias e industriales. Por su parte Fernand Braudel (1956:30-31) alude a los negociantes y comerciantes para connotar en los primeros a los grandes mercaderes situados por encima de los mercados y los agentes elementales del intercambio. En cuanto a los segundos a aquellos que venden lo que otros han producido.Así mismo, Wernert Sombart (1977: 99-104) se refiere a Los Especuladores y Comerciantes como un tipo especial de empresarios. El primero, incluye a fundadores y directores de empresas de especulación, en tanto que el segundo es referido a aquellos que han transformado en empresa capitalista el comercio de mercancía o de dinero.
150
Una economía aún imperfecta que se encuentra en desarrollo, intentando el vínculo
con otros centros poblados, así como con el propósito de organizar la producción y
unir el consumo. Indiscutiblemente, se está frente a la esfera de evolución de la
economía de mercados. Comerciantes que intermedian mercancías y créditos,
individuos, aunque de mediocre consumo, expresan ya la realidad del mundo del
mercado. Es el advenimiento de una modernidad, evidente ya en ciudades pobladas de
grandes masas con mecanismos y medios elevados de intercambio, regulaciones, así
como el conocimiento y la técnica, sumadas a la institucionalidad.
1.1.1 Los Negociantes. Conformados entre otros por:
*Abelardo García Salas, vecino de Neiva, hijo de Zoila Rosalía Salas Herrera y
Joaquín García Bernabeu, quien fuera Gobernador de la Provincia de Neiva en el año
de 1853. De ideario liberal, don Abelardo García se casó con doña María Inés Borrero,
de cuya unión provino Joaquín García Borrero, quien más tarde cursaría estudios de
ingeniería, llegando a ser Senador de la República y Gobernador del Departamento
del Huila. Don Abelardo estableció nexos familiares con el reconocido comerciante
Emilio Cabrera, tras matrimonio de éste con su hermana Zoila266.
Abelardo García en asocio con su hermano César, conformó una sociedad para la
mejora y explotación de los bienes raíces (terrenos) que poseían éstos, así como la
realización de operaciones agrícolas y pecuarias. En la citada sociedad aportaron los
bienes de cada uno de los socios, avaluados en 50 mil pesos. Fue accionista del Banco
de Aipe y Banco de Neiva. Se desempeñó como Gerente del primero, en momentos de
su liquidación. Igualmente ocupó el cargo de Director Principal del banco de Neiva de
julio a diciembre de 1886267.
Adquirió de manos de la señora Otilia Bonilla de Salas, viuda de su tío Benito Salas, el
hato conocido con el nombre de Bateas, ubicado en Villavieja, por la suma de 20 mil
pesos268. Propietario, entre otros, de las haciendas La Estrella y San Rafael, ubicadas
en Baraya. Figuran también entre sus posesiones casas y terrenos urbanos en los
266 PLAZAS, Op. cit., p. 569.267 Registro Oficial, número 85, página 337. 1886.268 AHN, escritura número 188, libro 374. 1897.
151
municipios de Baraya y Neiva. Con todo ello, su capital ascendió aproximadamente a
la suma de 50 mil pesos269.
De Cesar García, hermano de Abelardo, se anota el desempeño de algunos cargos
como el de suplente en el Consejo de Delegatarios del Banco de Neiva270. Igualmente,
el Tribunal Superior lo nombró Conjuez por el año de 1877. Fue miembro de la Junta
de Sanidad para la capital de la Provincia de Neiva.
*Agustín Duque, vecino de Bogotá y en otras ocasiones de La Mesa en el
Departamento de Cundinamarca. Por los años de 1890 es propietario de terrenos de
labranza y cacaotal ubicados en jurisdicción del municipio de Baraya. Entre otros
figuran los conocidos con el nombre de La Espinalosa y La Peña Alta271.
Junto a Epifanio Vargas y Eusebio Torres, conformó la sociedad Duque Torrres y
Compañía, que tuvo por objeto la siembra de 80 mil árboles de café en lo que se
denominó Hacienda La Batalla en el municipio de Baraya.272.
*Alí Cardoso C., hijo de Ramón Cardoso Cardoso, natural de Villavieja, y Joaquina
Cardoso. Nacido en 1851, cursó estudios de jurisprudencia en el Colegio Mayor de
Nuestra Señora del Rosario en donde doctoró en 1873273. Casado con Celedonia
Gaitán, vecina de Bogotá. Fue Procurador del Estado Soberano del Tolima y se
desempeñó en otros cargos tales como Diputado del Departamento del Centro, en la
Convención Colectiva reunida en febrero de 1877 que proclamó la Constitución
269 Evidencia de las transacciones de Abelardo García se encuentran en el Archivo Histórico Notarial en la escritura 584, libro 368 de 1861; escritura 64, libro 272 de 1888; escritura 487, libro 366 de 1896; escritura 616, libro 396 de 1899.270 Registro Oficial, número 85. p. 337. 1886 De Agustín Duque, no se pudo establecer vínculo genealógico con la Provincia de Neiva. Francisco de Paula Plazas Sánchez, cita en su libro Genealogías de la Provincia de Neiva, a un Agustín Duque Giraldo, padre entre otros de Justiniano Duque Gómez, de quien descienden los Duque Arboleda, entre ellos Evaristo Duque Arboleda, quien fue el progenitor entre otros de Maximiliano Duque Gómez, destacado en la política y propietario de la hacienda Matamundo, de quien desciende Max Francisco y Olga Duque Palma. No se encuentra correspondencia de fecha para las actuaciones del señor Agustín Duque Giraldo, citado por Plazas y el Agustín Duque aquí expuesto.271 AHN, escritura número 19 de 1894 y 183 de 1891. 272 AHN, escritura 16, libro 342, 1894. Alí Cardoso, hermano de Gertrudis Cardoso, quien casara con Isidoro Matiz, de cuya descendencia se conoció a Mario Matiz Cardoso, quien en nupcias con Octavia Trujillo, fueron progenitores del destacado dirigente liberal y empresario Reynaldo Matiz Trujillo.273 PLAZAS, Op. cit., p. 159.
152
Política del Estado Soberano del Tolima274. Mediante decreto 216 de octubre de 1877,
es nombrado por el Presidente del Estado del Tolima, Inspector para componer el
Consejo Departamental de Instrucción Pública del Departamento del Centro275.
También se desempeñó como Prefecto Suplente del Departamento del Centro276.
Figura 33. Anuncio publicitario de Alí Cardoso.
Fuente: La Estrella del Tolima, número 2.1882.
El doctor Cardoso fundó el primer cafetal de importancia en el Huila, llamado
Begonia, en jurisdicción del municipio de Baraya277. Por el año de 1899, poseía una
industria de destilación de notorios adelantos, valorada según inventario de rentas en
$62.000, suma cuantiosa para esta época278. Además, contaba en su haber con algunos
inmuebles urbanos en la capital del país.
*Aparicio Perea P, vecino de Neiva, reconocido comúnmente como señor doctor. De
amplia trayectoria pública, se destacó al desempeñarse en 1877 como Jefe de la
Sección de Gobierno del Estado Soberano del Tolima, cargo del cual renunció para
ocupar el de Juez Segundo del Circuito de Neiva279. De ideario conservador, es
designado para diversos cargos en 1886, una vez este partido reasume el gobierno del
Estado. Nombrado Consejero Municipal de Neiva, de manos del Presidente de la
República, Rafael Núñez280.
274 El Tolima, órgano del gobierno del estado. Número 4, febrero de 1877.275 Gaceta del Tolima, número 24, octubre de 1877.276 Decreto 178 de noviembre de 1878, expedido por el Presidente del Estado. En Gaceta del Tolima, número 179. 1878.277 PLAZAS, Op. cit., p. 159.278 AHN, escritura 125, tomo 1, libro 168, 1870 y libro 403, 1899. Aparicio Perea P, de su genealogía no se pudo establecer nada. En el trabajo adelantado por Francisco de Paula Plazas, no se evidencia registros que den cuenta del apellido Perea en la Provincia de Neiva.279 Gaceta del Tolima, número 14, agosto de 1877.280 Decreto número 389 de junio 17 de 1887, expedido por el Presidente de la República. En: Registro Oficial número 168. p. 673. 1887.
153
Además, fue miembro de la Corporación Municipal de Neiva, que, entre otros actos,
ratifica los acuerdos del Consejo Nacional de Delegatarios281. Jurado en los delitos de
imprenta282 y Jurado del Juzgado Segundo del Circuito de Neiva283. Nombrado por el
entonces Gobernador del Tolima, Olegario Rivera, Prefecto Interino de la Provincia de
Neiva y Magistrado Interino del Tribunal Superior del Distrito Judicial, designaciones
de las cuales se excusa284.
El doctor Perea se desempeñó en la Gerencia del Banco de Neiva en el año de 1886.
En este mismo año, integró la Comisión de Administradores de la Caja de Ahorros de
Neiva285. Igualmente, hizo parte de la comisión liquidadora del Banco del Tolima286.
Accionista de la Compañía Minera del Tolima, creada en 1881. Junto a Calixto Leiva
L., creó una sociedad para la especulación en artículos de Farmacia, en la cual el
señor Leiva administraba, en tanto que Perea formulaba a los pacientes. Dicha botica
fue vendida a Cárdenas y Buendía Hermanos en el año de 1890.
Figura 34. Anuncio publicitario de Aparicio Perea.
Fuente: El Aviso, periódico comercial, de noticias y variedades. Febrero de 1890.
Son escasas las transacciones notariales que celebrara Perea para la compra y venta
de tierras. En 1884 adquirió, por la suma de 6 mil pesos, la hacienda denominada Las
Casitas o San Rafael, ubicada en jurisdicción de la aldea de Carnicerías287,
constituyéndose ésta en la mayor transacción realizada . Por ello, se estima que el
capital del señor doctor, Aparicio Perea, estaba en el orden de 15 mil pesos.
*Augusto Buendía Arciniegas, natural de Neiva, hijo de Domingo Buendía Durán y
Felisa Arciniegas Tello. Descendiente de una familia con amplia tradición liberal
281 Registro Oficial, número 38. p. 149. 1886.282 Decreto número 468 de noviembre 29 de 1886, expedido por la Gobernación del Tolima. En: Registro Oficial, número 32. p. 529. 1886.283 Registro Oficial, número 135. p. 55. 1886284 Decretos número 511 y 512 de febrero de 1887, expedido por la Gobernación del Tolima. En: Registro Oficial, número 145. p. 582. 1887.285 Decreto número 15, de diciembre 7 de 1886, expedido por el Prefecto de la Provincia de Neiva. En: Registro Oficial, número 132, p.532. 1886.286 Registro Oficial, número 99. p. 382. 1886.287 AHN, escritura número 257, libro 249. 1889.
154
sentada inicialmente en el Distrito de La Plata. Casado con doña Cornelia Trujillo
Trujillo. Figuran como hijos de esta unión: Tulia, Rafaela, Carlos, Emiliano, José
Domingo y Soledad Buendía Trujillo288.
De su padre, se sabe que era profesional del derecho y General de la República, cargo
que mantuvo hasta 1885 cuando fue borrado del escalafón a manos del presidente
Rafael Núñez289. Situación similar afrontó su tío Nicolás Buendía. Igualmente, don
Domingo fue Secretario de Gobierno del Estado Soberano y Secretario de Gobierno en
la convención colectiva reunida en febrero de 1877, en la cual se proclama la
Constitución Política del Estado Soberano290. De su tío, Eustacio Buendía, también
profesional del derecho, se sabe que fue Magistrado del Tribunal Superior; también
socio de la Compañía Fabríl del Tolima291. Eustacio y Domingo Buendía, al contraer
nupcias respectivamente con las hermanas Amalia y Felisa Arciniegas Tello, entrarían
a emparentarse en calidad de concuñados con José María Cuellar Poveda, distinguido
liberal de quien se tratará más adelante.
A don Augusto Buendía se le encuentra adquiriendo terrenos durante las dos últimas
décadas de siglo XIX, especialmente en el globo de San Juanito, ubicado en el
corregimiento de Río Blanco, municipio de Campoalegre292. Con base en estas
propiedades, establece una sociedad con Ciriaco Tobar para la explotación de
caucho293. Don Augusto, descendiente de una familia liberal con injerencia en la vida
pública, entró al siglo XX como uno de los hombres de reconocido capital.
*Calixto Leiva Lozano, nacido en el Guamo el 16 de julio de 1851, hijo de Antonio
Leiva y Luisa Lozano. Murió en Bogotá el 13 de Noviembre de 1927. Se casó en Neiva,
en 1883, con Rosalía Charry Menéndez, una dama calificada de gran corazón e
insigne de la Sociedad de Beneficencia y Caridad de Neiva. De esta unión se conoció a
José Domingo y Rafael, abogados y Gobernador del Departamento el último; Onías y
Jesús María, médicos, y Luís Calixto, sacerdote, doctor en filosofía, de honrosos
cargos en la jerarquía católica294.
288 PLAZAS, Op. cit., p. 108.289 Decreto número 680 de 1885. En: Registro Oficial, número 21. 1885.290 El Tolima, Órgano de Gobierno del Estado. Número 4. Febrero de 1877.291 Decreto número 175, de 1878, expedido por el Presidente del Estado del Tolima. En: Gaceta del Tolima, número 120. 1878.292 AHN, escrituras número 86 y 176 de 1896; números 86 y 89 de 1899. 293 AHN, escritura número 37 de 1891.294 PLAZAS, Op. cit., p. 194-196.
155
Un hombre de activa vida pública, accionista de varias empresas, con escasas o
inexistentes posesiones de terrenos e inmuebles, lo cual se ratifica en el exiguo
número de transacciones notariales encontradas. De ideario conservador, don Calixto
Leiva recibió el grado de Teniente en el año de 1886295. Ocupó el cargo de Jurado del
Juzgado Segundo del Circuito de Neiva en el año de 1885. Nombrado Consejero del
Distrito Municipal de Neiva296. Magistrado interino del Tribunal de Cuentas en el año
de 1886297. Igualmente, se desempeñó como Jurado en los delitos de imprenta298 y
Ministro del Tribunal de Cuentas299.
Don Calixto Leiva se constituyó en agente comercial del Banco de Aipe, en Neiva, para
el cambio de dinero. Fue accionista del Banco de Neiva y socio de la Compañía Fabril
del Tolima creada en el año de 1883300. Igualmente, constituyó una sociedad con el
doctor Aparicio Perea para el expendio de medicamentos. Don Calixto, un hombre
venido de fuera de la Provincia, reconocido por su amplia actividad en los asuntos
públicos y participación en la constitución de sociedades.
*Celso Noé Quintero Cruz, natural de Buga, hijo de Ricardo Quintero y Carmen
Cruz. Casado con doña Elena Céspedes López. De su descendencia se conocerá a
Jorge Quintero López, quien esposó en Neiva el 11 de diciembre de 1919 con doña
Adalia Turbay. De esta unión nació Nydia Quintero Turbay, quien contrajo matrimonio
con Julio César Turbay Ayala301.
Junto con Olegario Rivera, en 1885, fue nombrado conjuez y jurado, una vez se
reestablecieron los tribunales de justicia, suspendidos por la situación de guerra que
atravesaba el país302. El tribunal superior lo designó conjuez en el año de 1877.
Participó como miembro de la corporación municipal de Neiva, que entre otros,
ratifica los acuerdos del Consejo Nacional de Delegatarios303. Así mismo, participó
295 Decreto número 426 de agosto 20 de 1886. En: Registro Oficial, número 108. p. 431. 1886. 296 Decreto número 476 y 477 de diciembre 17 de 1886. En Registro Oficial, número 131. p. 527. 1886.297 Registro Oficial, número 31. p. 124. 1885.298 Decreto número 468 de noviembre 29 de 1886. En: Registro Oficial. numero 32. p. 529. 1886.299 Decreto número 502 de enero 15 de 1887. En: Registro Oficial, número 141. p. 565. 1887.300 AHN, escritura 721, tomo 1, libro 235.301 PLAZAS, Op. cit., p. 180.302 Registro oficial, número 25, p. 100. 1885303 Ibid., número 38. p. 149. 1886.
156
como jurado en los delitos de imprenta304. En el año de 1886 fue nombrado miembro
de la Junta Provincial de la recién creada provincia de Neiva305.
En el año de 1887, siendo Olegario Rivera gobernador encargado del Departamento
del Tolima, solicitó a cambio de bonos territoriales la adjudicación de 500 hectáreas
de terreno baldío, situadas en la hoya del río Chiquilá, en jurisdicción del Distrito de
Neiva. Por Resolución de 31 de enero de 1888, emanada del Ministerio de Hacienda,
le fueron adjudicados en forma definitiva un globo de tierras baldías en número de
500 hectáreas situadas en el corregimiento de Órganos, jurisdicción de Neiva. En
estos terrenos se denunciarían las minas La Imperial y La Castellana306. Años más
tarde (1896), vendió por la suma de 400 libras esterlinas ($4.880), 200 hectáreas de
estos terrenos a la Compañía The Diamante and Vesubio Gold Mines Limited. Para
entonces, ya había vendido las 300 restantes a la Compañía Minera Buenos Aires307.
Transcurridos los conflictos bélicos que afrontó el país hasta 1885, y en calidad de
representante de Francisco Groot, intermedió un contrato con el Secretario de
Hacienda del Estado, para realizar las gestiones y lograr el reconocimiento y pago de
lo adeudado por el Gobierno Nacional al gobierno del Tolima por los empréstitos y
fondos de las rentas que se invirtieron en la guerra 1876-1877308. En igual forma,
otorgó poder a Francisco Groot, comerciante de Bogotá, para que a nombre suyo
realizara las gestiones para el reconocimiento y pago de lo adeudado por el Gobierno
Nacional al otorgante309.
Fueron diversas las ocasiones en las cuales prestó sus servicios como representante
de terceros. Entre otros, se destaca la representación de los negocios de la Compañía
de Neiva y un variado número de socios accionistas de la Compañía Minera del Tolima
y Compañía Fabril del Tolima.
304 Decreto número 468, noviembre de 1886. En: Registro Oficial, número 32, p.529.1886.305 Decreto número 478, diciembre 16 de 1886. En: Registro Oficial número 131. p. 27. 1886.306 Registro Oficial, número 133, p. 532. 1886.307 AHN, escritura 460, libro 366, 1896.308 Registro Oficial, número 39, p. 155. 1886.309 AHN, escritura 41, tomo 1, libro 271, 1888. Consultar las escrituras número 866 de 1883, número 843 de 1883 número 5 de 1884 y número 41 de 1888.
157
Figura 35. Anuncio publicitario de Celso Noé Quintero
Fuente: La Estrella del Tolima, número 48.1883.
Tal como se puede apreciar, es común encontrar transacciones comerciales y
acontecimientos sociales, especialmente relacionados con la administración pública,
en la que Celso Noé Quintero se relaciona con Olegario Rivera. Esta situación se
refrenda con Luciano Perdomo Rivera. Para el caso, se tiene que en 1887 Luciano
Perdomo prestó a Celso Noé Quintero la suma de $4.000 pagaderos a un año sin
interés alguno310. Como se verá, los terrenos adquiridos por Quintero se ubican en el
norte del Distrito de Neiva, donde también se encuentran las posesiones de Olegario
Rivera. A esto se añade que los tres poseían predios urbanos en el barrio de La Toma
y Buena Vista (hoy Mártires)311. Igualmente se suma el vínculo obtenido al participar
como accionistas en algunas sociedades.
Entre las décadas de 1880 y 1890 Celso Noé Quintero tuvo especial figuración en la
actividad económica y social del Distrito de Neiva. Llegó, inclusive, a desempeñar
diversos cargos al mismo tiempo. Se desempeñó como Síndico del Colegio de Santa
Librada, al menos en los periodos de 1885 a 1887 y 1893 a 1899. Fue Gerente del
Banco de Neiva en 1883. Cajero del Banco del Tolima entre 1885 y 1886, en
momentos en que Olegario y Toribio Rivera eran directivos suplentes. Nombrado junto
con Pío Aguirre como Revisor Fiscal del Banco de Neiva en 1886312. Hizo parte de la
Comisión Liquidadora del Banco del Tolima. Integrante principal de la Comisión de
Administradores de la Caja de Ahorros de Neiva313.
310 AHN, escritura 255. 1887. 311 AHN, escritura 37. 1894. Esta situación se evidencia en las múltiples escrituras del Archivo Notarial de Neiva, donde Celso Noé Quintero en calidad de Síndico y Gerente del Banco de Neiva otorga créditos. También se construye esta afirmación con base en los documentos de la prensa local y el registro oficial, donde se publican los balances del colegio Santa Librada y el Banco de Neiva.312 Registro Oficial, número 85. p. 337.1886.313 Decreto número 15 de diciembre 7 de 1886 expedido por el Prefecto de la Provincia de Neiva. En: Registro oficial número 132. p. 532. 1886.
158
También fue conocido por las inversiones realizadas en la compra y venta de terrenos
rurales y predios urbanos. Poseía una finca que denominó La Jagua, así como
derechos de tierra en el globo comunero de El Espinal, San Jerónimo, San Antonio y
La Mojarra, ubicados éstos en jurisdicción del Distrito de Neiva en proximidades de
Fortalecillas. En los citados terrenos tenía no menos de 300 reses de cría314. De
cualquier manera, las transacciones comerciales de compra de los terrenos y bienes
urbanos no sobrepasan la suma de 5 mil pesos.
Figura 36. Anuncio publicitario de Celso Noé Quintero.
Fuente: El Aviso, periódico comercial, de noticias y variedades. Número 6. Mayo de
1890.
Participó junto a Valentín Trujillo como socio gestor de la Compañía de Fomento
Agropecuario, encargada de promover la colonización. Además de socio de la
Compañía de Neiva, para la explotación de quina y la Compañía Minera del Tolima,
invirtió en acciones de los bancos de Neiva y del Tolima. Igualmente, transó acciones
en minas. Fue representante de la Compañía de Licores del Tolima y llegó a ser
Gobernador del Departamento del Huila en el siglo XX.
Figura 37. Anuncio publicitario de Celso Noe Quintero.
Fuente: La Estrella del Tolima, número 54 de 1883. Un clasificado similar es el que presenta el periódico El Aviso, siete años más tarde (1890)
314 AHN, escritura 1250, libro 245, 1893 y escritura 941, libro 390, 1898.
159
En febrero de 1890, Guillermo Arciniegas S., responsable del periódico comercial, de
noticias y variedades, llamado El Aviso, refiriéndose a Celso Noé Quintero en cuanto a
la oferta de productos consignados en la pauta publicitaria de la edición, lo denominó
“filantrópico”. Celso Noé, un hombre venido de fuera del Estado del Tolima, que se
reconoce como comerciante de Neiva. Propietario de terrenos y semovientes.
Participante activo en la conformación de sociedades y competente en el desempeño
administrativo de las mismas. Un foráneo que estableció redes sociales y económicas
a fines del siglo XIX, y que llegó a poseer un capital superior a 15 mil pesos.
*Eusebio Torres B, vecino de Baraya, de ninguna figuración en asuntos públicos y
gubernamentales. Reconocido por la propiedad de tierras y ganado. Entre otros,
figuran terrenos y labranza cacaotal conocidos con el nombre de La Esmeralda,
cercano al río Guarocó, en jurisdicción de Baraya. Socio de la sociedad colectiva
denominada Duque Torres y Compañía conformada para la siembra de cacao.
*José Eugenio Ucrós Simo, hijo del Coronel José de Dios Ucrós y doña Carlota Simo.
Bisnieto por la primera línea de don José de Ucrós Ortiz, oriundo de la Villa de
Espinardo, Provincia de Murcia, España. Vecino de Bogotá, Don José Eugenio Ucrós
contrajo matrimonio con doña Matilde Durán Buendía, hija de Hermógenes Durán
Borrero, naturales y vecinos de Campoalegre. De estas nupcias nació Rafael, quien
naciera en tradicional hacienda La Angostura, médico estudiado en París y de
reconocida trayectoria en el país; Carlos, Alejandro, Liborio, José Eugenio, Emilia,
Carlota y Manuel Ucrós Durán.
El señor Ucrós Simo, por el año de 1880, conformó una sociedad junto a Manuel
Antonio Jaramillo, denominada Jaramillo y Ucrós, la que tuvo por objeto fabricar y
comercializar aguardiente y ron, además de licores extranjeros y otras mercancías
nacionales y extranjeras315. Igualmente, en 1886, denunció el descubrimiento de
minas de oro de aluvión, ubicada en tierras de La Manga, jurisdicción de la aldea de
Por definición el concepto de filantropía hace alusión al amor hacia el género humano. Sin embargo, además de generoso y humanitario, también es sinónimo de idealista y liberal. Así, la expresión citada en el periódico El Aviso no deja en claro a qué hace referencia. Monto estimado con base en los registros notariales encontrados y procesados en el Sistema de Procesamiento de Archivo Notarial construido por el investigador.315 AHN, escritura 40, tomo 1, libro 240, 1880.
160
Guagua, hoy Palermo. En ocasiones, negoció acciones en la Compañía Minera del
Tolima.
*José María Cuéllar Poveda, llamado comúnmente señor doctor. Nació en el
Gigante el 31 de julio de 1831. Abogado. Fue Presidente del Estado Soberano del
Tolima y como diputado por el mismo Estado, concurrió a la convención de Rionegro y
suscribió la constitución que ese cuerpo expidió el 8 de mayo de 1863. Casó en Neiva
con doña Adelaida Arciniegas. De esta unión se tiene a José María Cuellar Arciniegas
y Justina Cuellar Arciniegas316.
Partidario de las ideas liberales radicales, razón por la cual perdió el grado de General
de la República a manos de Rafael Núñez317. En el año de 1877 se desempeñó como
Secretario de Estado en el Tolima318. En ese mismo año fue nombrado Conjuez por el
Tribunal Superior del Tolima319. Meses más tarde recibió la designación de
Magistrado del Tribunal Superior320. Por el año de 1885 es nombrado Jurado del
Juzgado Segundo del Circuito de Neiva321.
En 1884 ejercía la Presidencia de la Junta Administrativa de la Caja de Ahorros.
Participó en la creación del Banco de Neiva y fue gerente de éste en el año de 1897.
También se hizo partícipe en la conformación de una sociedad destinada a la
extracción y comercialización de quina, denominada Compañía de los Andes322. En
dicha sociedad aportó las 2/4 partes de 10.015 hectáreas de terrenos baldíos que le
habían sido adjudicados en San Martín, Distrito de Villavieja, así como 8 mil hectáreas
en el Estado del Cauca. Estos terrenos fueron avaluados en 7 mil pesos. A su vez, en
asocio con Belisario Arciniegas Tello, cuñado y gerente de la recién creada Compañía
de los Andes, conformó una sociedad con el objeto de especular con empresas
agrícolas en la extracción de quina.
316 PLAZAS, Op. cit., p.49 y 506.317 Decreto 680 de 1885, expedido por la Presidencia de la República, en: Registro Oficial número 21, p. 81. 1885.318 Decreto número 23 expedido por la Presidencia del Estado del Tolima. En Gaceta, número 1. 1877.319 Registro Oficial numero 140. p. 562. 1877320 Decreto número 185, de 1877. En: Gaceta del 18 de septiembre de 1877.321 Registro Oficial, número 31. p. 124. 1885.322 AHN, escritura 156 de 1870.
161
En todo caso no son muchos los registros de transacciones notariales de compra y
venta que efectuó José María Cuellar. Se le encuentra en transacciones de compra de
acciones en la Compañía de los Andes y vendiendo a su cuñado, Belisario Arciniegas,
terrenos ubicados en Villavieja por la suma de $1.315. Por las acciones registradas y
las contadas operaciones, se estima que poseía un capital próximo a 20 mil pesos.
*Gabriel Perdomo Cuenca, Bautizado en Paicol en 1850. Casado con Francisca
Borrero Silva, de cuyo matrimonio nació en el Distrito de Gigante, por el año de 1872,
Ismael Perdomo Borrero, arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia323. Don Gabriel
Perdomo, reconocido comisionista y agente de negocios judiciales, realizó inversiones
en la compra y venta de minas, socio gestor de la Compañía Fabril del Tolima y el
Banco de Neiva, entidad en la cual se desempeñó como Gerente.
Figura 38. Anuncio publicitario de Gabriel Perdomo.
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Fuente: El Aviso, periódico comercial, de noticias y variedades. Número 7, septiembre
de 1890.
Propietario de la hacienda La Cabaña, en jurisdicción del Distrito de Neiva. En la
citada poseía no menos de 180 reses de cría de superior calidad, extensas sabanas,
casa de habitación, potreros bajo cerco de piedra. En las transacciones notariales y en
algunas otras actuaciones se le aprecia en relaciones constantes con José María
Cuéllar y José Eugenio Ortega (Campoalegre).
*Luciano Perdomo Rivera, hijo de Don Pablo Julián Perdomo y Doña Irene Rivera,
natural de Neiva. Se casó con Gabriela Céspedes López, natural igualmente de la
localidad. De esta unión se conocerá a Ricardo Perdomo Céspedes, hijo único, quien
en nupcias con María Josefa Serrano Borrero, fueron padres de Arcadio Perdomo
Serrano, sindicado del crimen de Reynaldo Matiz. El vínculo conyugal de Luciano
323 PLAZAS, Op. cit., p. 85.
162
Perdomo lo acercó años más tarde en calidad de concuñado a Celso Noé Quintero,
quien se casó con Elena Céspedes López324.
Luciano Perdomo, propietario de terrenos que se extienden desde el río Magdalena
hasta el corregimiento del Caguán, quizá el mayor hacendado por aquella época,
estableció una sociedad agrícola con Olegario Rivera Ortiz, vinculados familiarmente
entre sí en calidad de primos.
324 PLAZAS, Op. cit., p. 179 y 450.
163
Gráfico **. Arbol Genealógico Luciano Perdomo, Olegario Rivera y Celso Noe
Quintero.
OJO ANEXAR ARCHIVO: tesis genealogía
164
Perdomo Rivera, adquirió durante las décadas de 1870 y 1880 propiedades que lo
llevaron a ser dueño de la mayor parte del globo de la Ulloa, Trapichito y Cascabel. Es
decir, desde inmediaciones de la quebrada de Arenoso hasta la aldea del Caguán, al
sur de Neiva. También es célebre por las múltiples inversiones realizadas en predios
urbanos de Neiva. En ocasiones se le encuentra prestando dinero a tasas de interés
del mercado (1 ½ %), sin llegar a considerar ésta como una actividad preponderante
en Perdomo Rivera. Invirtió igualmente en acciones de la Compañía Fabril del Tolima
y la Compañía de Neiva, sin que se le encuentre una participación más activa en estas
sociedades.
A diferencia de su hermano Miguel, quien tuviera alguna participación como
Consejero en la instrucción pública y jurado en tribunales de justicia, Luciano
Perdomo realizó escasa participación en asuntos de la vida pública y política. Fue
nombrado por el General Manuel Casabianca, quien fuera simpatizante de las ideas
regeneracionistas y Presidente del Estado del Tolima, miembro de la junta de
reclamos del impuesto directo de la Provincia de Neiva. Así mismo, conformó la Junta
de Sanidad para la capital de la citada provincia325.
Fue uno de los hombres con mayor fortuna económica en la provincia de Neiva. Los
registros notariales dan cuenta de las adquisiciones realizadas, las que se estiman en
no menos de 30 terrenos e inmuebles por un valor ligeramente superior a 30 mil
pesos. Especialmente derechos de tierra y en menor proporción haciendas, solares y
casas de bahareque ubicadas en el predio urbano. En menor ocasión, se le encuentra
realizando ventas. Estos casos hacen referencia a terrenos, casas y semovientes. Al
incluir otras operaciones realizadas por don Luciano Perdomo, tales como préstamos a
terceros, se podría considerar que su capital no era inferior a $50.000.
*Miguel Perdomo Rivera, hermano de don Luciano Perdomo Rivera. Se casó con su
prima, doña María del Rosario Serrano, hija de don Felipe Serrano Bahamón y de su
tía, doña Wenceslada Perdomo Perdomo. No tuvo sucesión. Natural y vecino de Neiva,
con alguna participación en asuntos públicos, como quiera que fue nombrado en 1885
325 Decreto 469 de diciembre 1 de 1886, en Registro Oficial, número 128, página 512. 1886. Son numerosas las transacciones comerciales realizadas por Luciano Perdomo, éstas pueden consultarse en el Archivo Histórico Notarial de Neiva, en los libros 168, 169, 180, 186, 189, 197, 208, 215, 216, 235, 236, 260, 306, 307, 332, entre otros. Este valor se establece considerando el valor de las adquisiciones realizadas por Luciano Perdomo y en especial lo contenido en la escritura número 484, fechada 27 de agosto de 1891, libro 312 del Archivo Histórico Notarial de Neiva, en la que Luciano Perdomo Rivera, vende a Ricardo Perdomo Céspedes, su único hijo, las tierras de su propiedad en la suma de 25 mil pesos.
165
jurado en los tribunales de justicia una vez se reestablecieron éstos, suspendidos por
la situación de guerra que atravesaba el país326. Integró el Consejo Departamental de
Instrucción Pública del Departamento del Sur327. Así mismo, fue evaluador de las
alumnas de la escuela Normal328.
Se le aprecia adquiriendo una buena cantidad de derechos de tierra en la comunidad
del Caguán en los primeros años de la década de 1870. Terrenos que en su totalidad
son negociados a indígenas, especialmente mujeres. Caso similar acontece con
predios urbanos ubicados en los Distritos de Neiva y La Unión. Llegó a poseer un
buen número de lotes, casas de bahareque y tiendas en los barrios de Santa Bárbara y
San Pedro del Distrito de Neiva. Se le encuentra realizando transacciones de venta de
predios urbanos a finales de la década de 1880 y en la década venidera329.
Participó Junto a Celso Noé Quintero y Valentín Trujillo en la creación de la Compañía
de Fomento Agropecuario. Igualmente, hizo parte como accionista de la Compañía
Fabril del Tolima. Sin embargo, los archivos de la época no dejan ver que haya tenido
participación activa en la dirección administrativa de estas sociedades. Su capital se
estima en no menos de 30 mil pesos.
*Olegario Rivera Ortiz, nació en Neiva en 1845 y murió allí mismo en 1911. Hijo de
Don Pedro Rivera Mosquera y María Tomasa Ortiz. De su descendencia se conocerá a
David, Belisario, Enrique, Amelia e Isabel Rivera Ortiz. Cursó estudios de literatura y
derecho y ciencias políticas en Bogotá. Participó activamente en las contiendas civiles
habidas en el año de 1860 a 1865330, lo que le permitió acceder al grado de General.
Líder político, simpatizante de las ideas conservadoras.
326 Registro, Op. cit., número 25, p. 100. 1885.327 Decreto número 216 del Presidente del Estado del Tolima, en: Gaceta del Tolima, número 47, enero de 1878.328 Decreto número 28 del Presidente del Estado del Tolima, en: Gaceta del Tolima, número 24, octubre de 1877.329 Son numerosas las transacciones comerciales realizadas por Miguel Perdomo Rivera, entre otras pueden consultarse en el Archivo Histórico Notarial de Neiva, así: escritura escrituras 40, 41, 144, 145, 148, 184,232, 236 de 1870; 892 de 1875; escritura 253 de 1876; escritura 59 de 1880; escrituras 96 y 485 de 1891 y escritura 68 de 1892.330 PLAZAS, Op. cit., p. 529.
166
En 1880 viajó por España, Francia, Inglaterra, Holanda, Bélgica, Suiza y buena parte
de las islas del Atlántico, con Rufino y don Ángel Cuervo. Más tarde volvió a Europa
con Lorenzo Marroquín, con quien recorrió Italia, Grecia y Rusia331.
Se desempeñó como Presidente de la Corporación Municipal de Neiva en 1885.
Nombrado conjuez y jurado una vez se reestablecieron los tribunales de justicia,
suspendidos por la situación de guerra que atravesaba el país332. Designado como
Jurado para algunos delitos333. Nombrado jurado en los delitos de imprenta. Se
desempeñó igualmente como Secretario de Gobierno del Estado del Tolima334,
Magistrado del Tribunal Superior del Distrito Judicial del Tolima, Gobernador interino
del Departamento del Tolima a partir de enero 21 de 1887. Fue Ministro de Guerra en
la administración de Carlos Holguín y José Manuel Marroquín. Secretario de Hacienda
y del Tesoro en el gobierno de Manuel María Sanclemente.
Junto a su primo Luciano Perdomo fundó la sociedad denominada Empresa Agrícola,
destinada a producir y vender añil extraído en terrenos de la finca San Lorenzo de su
propiedad, ubicada en La Unión (hoy Tello). Rivera, aportó la suma de $2000 en la
citada sociedad. Así mismo, se constituyó en uno de los mayores accionistas del Banco
del Tolima, creado en 1882, al suscribir acciones por $4000. Se desempeño
igualmente como Director suplente335 e hizo parte de la Comisión liquidadora de este
mismo Banco336.
Además de su amplia ilustración y liderazgo en la política, fue reconocido como gran
hacendado. En la década de 1870 registró ante el Notario cerca de una decena de
operaciones comerciales de compra de casas, semovientes y especialmente terrenos,
por suma aproximada a $17.000. Se resalta dentro de sus propiedades el hato de La
Mata y Bolívar, situados en jurisdicción de Neiva, en extensiones próximas al río
Fortalecillas, terrenos que vendió por el año de 1896 a Belisario Rivera por la suma de
$18.000337. Igualmente, adquirió por la suma de $7.000, a su tío Victoriano Rivera, los
terrenos de la finca San Lorenzo, ubicada en el Distrito de La Unión338. Incluyendo las
331 Ibid., p.529332 Registro oficial, número 25, p. 100. 1885333 Decreto 468 de noviembre 29 de 1886. en: Registro Oficial, número 32, p. 529. 1886.334 Decreto 409, julio 31 de 1886, en: Registro oficial número 92, p.365. 1886 335 Registro, Op. cit., número 51, p. 201. 1886 336 Ibid., número 99, p. 382, 1886.337 AHN, escritura 1053, tomo 1, libro 372, 1896. 338 AHN, escritura 95, tomo 1, libro 168, 1870.
167
contadas ocasiones que Rivera realizó préstamos a terceros, se podría considerar que
su capital no era inferior a $40.000.
*Pío Aguirre, destacado comerciante de variada actividad en la Provincia. Sin
tradición conocida en el Estado Soberano del Tolima. Estableció junto a su hermano
Cenón, la sociedad denominada Aguirre y CIA, sociedad registrada en el Estado
Soberano de Boyacá, de donde al parecer eran naturales.
A finales de la década de 1860 llegan al entonces Distrito Municipal de Neiva.
Reconocidos comerciantes de mercancías nacionales y extranjeras, adquieren en
calidad de arriendo una finca de propiedad del señor Casiano López para la
explotación de añil339. Participan en la creación del Banco de Neiva por el año de
1882. Así mismo, hacen parte del grupo gestor de la Compañía de Neiva, dedicada a
la explotación de la quina.
Pío Aguirre, de gran prestigio en la ciudad, llega a ser Director Gerente de la
Compañía de Neiva, estableciendo domicilio de la misma en Bogotá por el año de
1883. Además de extender sus vínculos al sector financiero, en el que hizo parte de la
comisión que trató la liquidación y absorción del banco del Tolima por el Banco de
Neiva340, Pío se desempeñó como Revisor Fiscal del Banco de Neiva. Su hermano,
Cenón, comporta menor vínculo social, llegando a destacarse exclusivamente al
integrar la dirección administrativa de la Sociedad de Beneficiencia y Caridad por el
año de 1882. Algunos registros notariales dan cuenta de la existencia de un Abraham
Aguirre, sin que se haya establecido nexos de familiaridad con los descritos hasta
ahora.
*Valentín Trujillo Vargas, natural de Yaguará. Hijo de Juan Bautista Trujillo
Perdomo y María Antonia Vargas. Contrajo matrimonio allí el 18 de noviembre de
1844 con doña María del Rosario Trujillo. De esta unión nacieron Ricardo, Liborio,
Ignacia, Vicente, Isabel y Enrique Trujillo Trujillo. Murió en Campoalegre el 16 de
marzo de 1893341.
339 AHN, escritura 165, tomo 1, libro 168, 1870.340 AHN, escritura 126, 1888.341 PLAZAS, Op. cit., p. 615.
168
Encargado en diversas ocasiones de la Provincia de Neiva. Tales, en 1852 y 1853.
Nombrado Consejero del Distrito Municipal de Campoalegre342. Por el año de 1877
ocupó el cargo de Secretario de Hacienda del Estado del Tolima. Se desempeñó como
Síndico del Colegio de Santa Librada desde 1847, año en el cual se constituyeron los
fondos para establecer el Colegio, siendo Gobernador de la antigua Provincia de
Neiva, el señor doctor José Uldarico Leiva,
Vecino en ocasiones de Campoalegre y Neiva, se destacó al poseer cerca del 20% de
las acciones de la Compañía de Saldaña dedicada a la explotación de minas, siendo a
su vez socio de la Compañía de Ibagué de similar objeto. Se desempeñó como Gerente
de la Compañía Minera del Tolima343. Impulsaría a su vez la creación de la sociedad
Valentín Trujillo e hijos, constituida en el año de 1873, con un capital de $16.046 y
domiciliada en Campoalegre. Fue igualmente socio de la Compañía de Fomento
Agropecuario. Accionista y Gerente de la Compañía Fabril del Tolima. Su capital se
estima superior a 25 mil pesos.
*Valentín y Cicerón Lara Quintero. Naturales de Yaguará. Hijos de Valentín Lara
Ramírez y María Ignacia Quintero Zamora. Tíos de Leonidas Lara, quien al finalizar el
siglo XIX y en las primeras décadas del siglo XX, sería reconocido como uno de los
hombres de mayor capital y empuje empresarial en la región344. Cicerón y Valentín
crearon la sociedad Lara Hermanos, la cual tenía como finalidad el comercio de
mercancías y la compra de bienes raíces.
Con poca participación en asuntos relacionados con la administración pública, a
Cicerón se le aprecia en el desempeño de Presidente de la Municipalidad de Yaguará
en el año de 1878. Como caso particular, a Leonidas Lara se le encuentra
desempeñándose como Personero en el Distrito de Yaguará en 1887345.
Son pocos los hallazgos de registros notariales correspondientes a los hermanos Lara.
A Cicerón se le encuentra adquiriendo unos desmontes y sementeras en el sitio
342 Decreto número 477 de diciembre 17 de 1886. en: Registro Oficial número 131. p. 527. 1886.343 Evidencias de actos realizados como gerente de la Compañía Minera del Tolima se encuentran en AHN, escritura 69, libro 226. 1882; escrituras 757 y 784 de 1883.344 PLAZAS, Op. cit., p. 94 y 512.345 Registro Oficial, número 179. p. 721. 1887
169
conocido como El Candado, en jurisdicción del Distrito de La Unión y otros en globos
comunes del Distrito de Yaguará. Así mismo, por el año de 1879 adquiere semovientes
en remate. En el caso de Valentín, se advierte la posesión de terrenos conocidos con
el nombre de El Cucharito, ubicados en el globo denominado La Capellanía, del
Distrito de Yaguará346. En general, los hermanos Cicerón y Valentín cuentan en su
haber con inventarios de mercancías nacionales y extranjeras, semovientes y dinero,
los cuales son aportados a la sociedad ya citada. Los registros notariales que den
cuenta de transacciones de la familia Lara Quintero son escasos.
1.1.2 Los Hacendados. Por otra parte, se observa a fines del siglo XIX en el contexto
económico y social de la Provincia de Neiva, la destacada participación de un poco
más de 50 hombres que realizan transacciones de compra y venta de terrenos, casas
de bahareque, semovientes y labranzas. Conforman un patrimonio individual
estructurado sobre la tierra y semovientes. Se trata de hacendados, sujetos
económicos, sin participación en la constitución de sociedades, en algunas ocasiones
venidos de afuera (como en el caso de Francisco Isola), realizan en las tres décadas
estudiadas significativas transacciones por un monto individual que supera los 5 mil
pesos y un número de bienes adquiridos que sobrepasan los cuatro.
Se encuentran entre ellos: Casiano López González, dueño de numerosos terrenos y
haciendas, entre las que se destacan La Compañía, situada en Tello y Las Mercedes,
ubicada en Villavieja. Testó en Neiva y dejó una sucesión de caudal líquido próximo a
88 mil pesos347. Eduardo Castro López348, médico, propietario de terrenos de los
resguardos indígenas del Corregimiento del Caguán en la década de 1870. Así mismo,
evidencia la propiedad sobre terrenos en el Distrito Municipal de Aipe349. Pedro
Rivera Salazar, ingeniero, General, militó en la guerra de los mil días. Hijo de Toribio
Rivera y Francisca Salazar, naturales de Timaná. Fue Gobernador del Departamento
del Huila en el año 1909. Entre 1870 y 1900, llegó a transar derechos de tierra y
semovientes por valor aproximado a 15 mil pesos.
Se destacan igualmente como hacendado los señores Antonio Angarita, Agustín
Poveda, Benigno Villalba, Benito Fierro, Baldomero Charry, Cándido Dussán, Edolio
346 AHN, escritura número 54, libro 226 de 1882 y escritura 195, libro 374 de 1897.347 AHN, juicio de sucesión, 1892.348 PLAZAS, Op. cit., p. 342.349 Las transacciones comerciales de Eduardo Castro se pueden consultar en las escrituras del Archivo Notarial de Neiva, identificadas con los números 25, 42, 165, 167, 181, 192 y 209 de 1870.
170
Yanguas, Domingo Fierro, Daniel Díaz, Erasmo Charry, Filomeno Perdomo, Federico
Villoria, Francisco Losada, Francisco Puentes, Félix Páez, Francisco Isola, Gregorio
Puentes, Higinio Perdomo, Joaquín Borrero, José María Salas, Justo Madrid, José
María Salas, Miguel Salas, Manuel Poveda, Pedro Puentes, Plácido Serrano, Pedro
Durán, Pablo Charry, Pedro Perdomo, Rafael Perdomo, Rufino Perdomo, Rosendo
Trujillo, Rafael A. Plata, Rafael Quintero, Ruperto Reina, Vicente Poveda, entre otros.
1.1.3 Los Comerciantes. A la par de los agentes sociales y económicos hasta ahora
reseñados, coexiste otro grupo con características diferenciadas. Se trata de los
comerciantes. Sujetos dedicados a la intermediación de mercancías nacionales y
extranjeras. En buena parte venidos de afuera de la Provincia de Neiva, en estos
casos, sin marcada tradición genealógica y social. Entre ellos se encuentran:
*Alejandro Rojas Polanco, hijo de doña Domitila Polanco y Eusebio Rojas, vecinos
de Yaguará, de cuya unión además se conoció a Teresa, Clementina, Ricardo, Sixto,
Eusebio y Rafael Rojas Polanco. Don Alejandro Rojas, se casó con Josefina Trujillo, con
sucesión desconocida en la presente investigación350.
De la familia Rojas Polanco se puede afirmar que no contaron con capital
considerable. Por su parte, Alejandro Rojas se distinguió al profesar ideas liberales,
las cuales comunicaba a través del periódico La Estrella del Tolima, en el cual
escribía el editorial, y del que era propietario. Igualmente, Alejandro Rojas poseía una
papelería y ofrecía servicios de encuadernación en la 1ª calle real, bajos de la casa del
señor Marco A. Herrera.
Figura 39. Anuncios publicitarios de Alejandro Rojas Polanco.
Esta lista se enuncia con base en el Sistema de Procesamiento del Archivo Notarial (SIPRAN) construido por el investigador, el cual cuenta con una base de datos que contiene 4.580 registros de transacciones notariales estudiadas para el periodo 1870-1900.350 PLAZAS, Op. cit., p. 427. Al revisar la base de datos (SIPRAN) no se encuentran registros significativos para la familia Rojas Polanco.
171
172
Fuente: La Estrella del Tolima, número 30, 31, 33, 47 y 48 de 1882.
*Adán Debia, comerciante sin arraigo o tradición conocida en la Provincia de Neiva.
Del apellido Debia no se registran antecedentes en la Genealogía de la Provincia de
Neiva elaborada por Plazas Sánchez (1985), ni en las publicaciones oficiales. En
cuanto al archivo notarial de Neiva, el nombre de Adán Debia registra transacciones
en la última década del siglo XIX, en las que además de una exigua herencia (por la
suma de $140), es testigo constante en negocios de compra y venta351. Se sabe que fue
accionista de la Compañía Fabril del Tolima, creada a inicios de la década de 1880 en
Neiva.
Figura 40. Anuncio Publicitario de Adán Debia.
Fuente: El Aviso, periódico comercial, de noticias y variedades. Número 7, septiembre
de 1890.
Tal como se evidencia, el señor Debia se vincula al comercio de la Provincia con la
comercialización de globos aerostáticos. No se estableció el alcance o características
y usos de los citados globos en el mercado local, ya que el concepto originario hace
alusión al primer artefacto volador utilizado por el hombre, construido desde finales
del siglo XVII.
351 Las transacciones notariales de Adán Debia, se pueden consultar en el Archivo Notarial de Neiva, en los libros identificados con los números 260 de 1886, 306 de 1891, 332 de 1893 y 401 de 1899.
173
*Adolfo Zafrané G., comerciante con actividad reconocida desde inicios de 1880. Se
desconoce su origen natal o procedencia. Para el caso, el apellido Zafrané no presenta
arraigo ni tradición en la Provincia de Neiva.
En la década de 1890, el señor Zafrané realiza transacciones de compra y venta de un
par de casas de bahareque y unos cuantos solares y terrenos ubicados en la
denominada calle de Cantaranas y en el barrio La Toma, de Neiva. En las
transacciones referidas, Adolfo Zafrané es mencionado como vecino del Municipio de
Neiva. En otros casos, se le encuentra en transacciones de compra y venta de terrenos
en el globo de La Sierra, jurisdicción del Municipio de La Unión. En estos registros se
presenta como vecino de este último municipio352.
Figura 41. Anuncio publicitario de Adolfo Zafrané
Fuente: El Aviso, periódico comercial, de noticias y variedades, número 7, septiembre
de 1890; y La Estrella del Tolima, número 17, agosto de 1882.
*César Baquero, sin arraigo o tradición en la Provincia de Neiva. Estableció una
sociedad para la comercialización de mercancías. Así mismo, participó como
accionista en la Compañía Fabril del Tolima, sociedad en la que desempeño el cargo
de Secretario. Comerciante, que al parecer se instaló en la Provincia hacia finales de
la década de 1880. No contaba con la propiedad sobre bienes inmuebles o terrenos.
352 Las transacciones de Adolfo Zafrané se encuentran en el Archivo Histórico Notarial identificadas con la escritura número 60 y 66, libro 318 de 1892; escritura 147, libro 355 de 1895; escrituras 175 y 332, libro 362 de 1896.
174
Hacia el año de 1896 conformó una sociedad comercial en comandita simple con
Francisco Jiménez, natural de Bogotá, la cual giró bajo la razón social de “Francisco
Jiménez y CIA. La sociedad en mención, registrada en Bogotá, fijó domicilio en la
Municipalidad de Neiva. Dedicada al comercio de mercancías, fue liquidada dos años
más tarde353.
Figura 42. Anuncio Publicitario Baquero y Muñoz
Fuente: El Aviso, periódico comercial, de noticias y variedades. Número 5. Abril de
1890.
*David Cleves, comerciante de actividad reconocida a partir de la década de 1880.
De desconocida procedencia y sin arraigo tradicional en la provincia de Neiva. Se le
aprecia en la compra y venta de algunos solares y casas de bahareque durante la
década de 1890354. En las transacciones notariales se menciona como un varón,
casado y vecino de Neiva. Su actividad comercial se centra en la compra y venta de
caucho, café, cueros, oro en polvo y plata. Así como la venta de licores y mercancías al
por mayor y detal, y el cambio de monedas de plata americana y fuertes franceses.
353 AHN, escritura número 180, libro 383, tomo 2. 1898.354 Las transacciones de David Cleves se pueden consultar en el Archivo Notarial de Neiva, tomo 235 y 236 de 1883; 259 de 1886; 247 de 1884; 306 de 1891 y 332 de 1893, entre otros.
175
Figura 43. Anuncio Publicitario David Cleves.
Fuente: El Aviso, periódico comercial, de noticias y variedades, febrero de 1890.
*Emilio Cabrera Escobar, hijo de don Melitón Cabrera Durán, oriundo de Paicol, y
doña Bárbara Escobar. El primero, hijo de José Rafael Cabrera Cuéllar, bisnieto de
Juan de Cabrera, natural de los reinos de España. La segunda, nieta de don Cayetano
Molina Rendón, prócer de la independencia. Figuran entre los hermanos de don
Emilio, la señora Exilda y los señores Miguel, Flavio, Urbano, Maximiliano, Leonidas y
Toribio Cabrera Escobar.
Emilio Cabrera Escobar, ingeniero, que casó con doña Zoila García, tuvo en su
matrimonio varios hijos, entre los cuales se menciona a don Pablo Emilio, destacado
ingeniero civil, y doña Aurelia Cabrera García355. Don Emilio falleció en el año de
1892. Para este momento se erigía como uno de los hombres más ricos del Distrito
Municipal de Neiva, capital de la Provincia del mismo nombre.
De escasa participación en asuntos gubernamentales, don Emilio centró sus
actividades en el comercio de mercancías nacionales y extranjeras. Ocupó el cargo de
Gerente del Banco del Tolima en 1886, época para la cual, dicha entidad estaba ad
portas de la liquidación356. Accionista del Banco de Neiva y del Banco Prendario de
Bogotá. Copropietario de dos champanes en compañía de Luciano Charry.
A don Emilio se le encuentra en contadas ocasiones realizando transacciones de
bienes inmuebles y terrenos. Una casa de tapia y teja, con cocina y pesebrera, y ocho
solares cercados de tapia, ubicados en el barrio de Buenavista, adquiridos a Francisco
Gutiérrez por la suma de 8 mil pesos, es el único inmueble urbano transado por don
Emilio. Dos mangas de pasto artificial con cercas de tapia y madera, ubicadas una en
355 PLAZAS, Op. cit., p. 120-125.356 AHN, escritura 220, libro 260. 1886.
176
el barrio de la Toma avaluada en $600 y la otra en cercanías del río Arenoso al sur de
Neiva, avaluada en $1.000, así como una posesión de campo adquirida en remate por
la suma de $2.500, son los terrenos de propiedad transados por el señor Cabrera.
El variado surtido de mercancías que poseía en el almacén de su propiedad lo hacían
diferenciar de cualquier otro establecimiento comercial. Entre otros, se cuenta un
gran surtido de telas tales como las de fantasía, fula, zaraza, regencia, pañolones de
lana y algodón, lienzos, Oxford, amotape y dril. El solo inventario de telas estaba
avaluado en cerca de 12 mil pesos. Licores, abarrotes, molinos, machetes, barretones,
aceites, pinturas y chucherías, así como máquinas de coser de reconocidas marcas
como Singer, Favorita y Stándar. En todo caso, el inventario del almacén era cercano
a $43.000357.
Figura 44. Anuncios publicitarios de Emilio Cabrera
Fuente: El Aviso, periódico comercial, de noticias y variedades. Números 3-4. Marzo
de 1890.
Toda persona que gozara de buen crédito era susceptible de deber a don Emilio
Cabrera, a tal punto que los deudores varios llegaron a ser hasta en número de
doscientos. Deudas contraídas tanto por préstamos en efectivo y en mayor parte por
créditos en mercancías. Prestamos y créditos que sumados constituían en algunos
momentos hasta 80 mil pesos, en cantidades mínimas que podrían ir desde 4 pesos
hasta 5 mil pesos. Figuran entre los mayores deudores de Emilio Cabrera los señores
Leonidas Cabrera, Miguel Perdomo F., Raimundo Quintero, Eladio Sendoya, Cuervo
Hermanos, Ricardo de la Espriella, Ruperto Reina, Melitón Camacho, Ildefonso
357 AHN, juicio de sucesión de Emilio Cabrera. 1892.
177
Llanos, Manuel Vargas, Miguel Cabrera, Borrero Méndez y Compañía, Nepomuceno
Herrera, Cuervo y Villareal, Urbano Cabrera, Félix Torres, Perdomo Falla y
Hermanos, Flavio y Leonidas Cabrera, Fidel Cuello, Domingo Fierro, Francisco Bedón
y R. Samper y Compañía.
Por otra parte, Don Emilio gozaba de amplio crédito y se echaba a deber a
proveedores nacionales y aun extranjeros, tal como en el caso de Riensch and Ende
Compañy, de Manchester, The Singer Manufacturing Compañy, Fergunson Noguera y
Compañía de Barranquilla, Enrique Cortés y Compañía, Pombo Hermanos y Compañía
Colombiana de Transportes. En total los pasivos no ascendían a más de 8 mil pesos.
Así, el capital de don Emiliano Cabrera E., se estimó por los peritos avaluadores de la
mortuoria de éste, por el año de 1892, en la suma de $157.795. Indiscutiblemente uno
de los hombres con mayor fortuna en la región.
*Eustacio Perdomo A., natural y vecino de Neiva. Hijo de Joaquín Perdomo Perdomo
y María del Rosario Andrade. Guarda vínculo de parentesco en calidad de primo con
Luciano Perdomo Rivera, destacado hacendado y negociante, de quien ya se comentó.
Eustacio Perdomo A, destacado comerciante que se dedicó además a la compra de
cueros, caucho, cacao, café y oro, así como al comercio de mercancías. Además,
agente de la Revista Ilustrada de New York, publicación consagrada al comercio,
industria, artes, literatura, música y modas. Se le encuentra en los registros notariales
al realizar transacciones en las décadas de 1880 y 1890. De manera especial en la
compra y venta de derechos de tierra, derechos de mina, declaración de deudas y
adquisición de una casa de bahareque358.
Figura 45. Anuncios publicitarios Eustacio Perdomo A.
358 Transacciones notariales de Eustacio Perdomo A., pueden ser consultadas en los libros 235 y 237 de 1883; 259 y 260 de 1886; 294 y 296 de 1890; 360 de 1896 y 374 de 1897.
178
Fuente: El Aviso, periódico comercial, de noticias y variedades. Mayo de 1890.
*Francisco Gutiérrez Andrade, hijo de don Cristóbal Gutiérrez Perdomo y Teresa
Andrade. Bisnieto de don Luís Gutiérrez, natural de los Reinos de España de Castilla
la Vieja y vecino de Neiva, en donde testó en 1742. Don Francisco contrajo
matrimonio con Ursula Amézquita, de cuya unión provino María Mercedes, María de
la Paz, Toribia y Sara Gutiérrez Amézquita359.
Don Francisco Gutiérrez, de vasta vida pública, fue nombrado Conjuez y Jurado en el
año de 1885360. Nombrado igualmente miembro de la Junta de Fomento361. El Tribunal
Superior del Tolima lo nombró Conjuez para el periodo de 1887362. Mediante Decreto
número 512 de febrero de 1887, Olegario Rivera, en calidad de Gobernador Interino
del Departamento del Tolima, lo nombra Magistrado Interino del Tribunal Superior
del Distrito Judicial del Tolima, designación que no acepta.
Socio fundador de la Compañía Minera del Tolima y la Compañía de Neiva, sociedades
creadas en el año de 1881. La primera, con el fin de descubrir o enajenar minas, la
segunda, para la explotación de bosques, extraer quinas y comercializar con ellas.
Propietario de algunos terrenos, don Francisco Gutiérrez se distinguió ante todo por
su actividad pública y la representación de terceros en negocios judiciales.
De Francisco Gutiérrez no se pudo establecer su verdadera genealogía. En los registros notariales se encuentra un Francisco A. Gutiérrez y un Francisco Gutiérrez Polanía. En los anuncios publicitarios insertos en los periódicos El Tolima y El aviso, se anuncia un Francisco A. Gutiérrez. Sin embargo, en la genealogía elaborada por Plazas (1985), se hace referencia a la existencia de tres señores llamados Francisco Gutiérrez Gutiérrez, y un cuarto llamado Francisco Gutiérrez Andrade.359 PLAZAS, Op. cit., p. 310.360 Registro oficial, número 25. p. 100. 1885.361 Ibid., número 40. p. 157. 1886.362 Ibid., número 140. p. 562. 1887.
179
Los anuncios publicitarios insertos en El Aviso, periódico local, advierten del vínculo
de don Francisco Gutiérrez con el comercio. Propietario de un establecimiento
comercial en el que además de la compra permanente de caucho, café y cueros,
expende camisas blancas, vinos, máquinas de coser de pedal y de mano “doméstica”
Singer y Favorita., molinos para granos, cigarrillos, sombreros suazas, entre otros.
Figura 46. Anuncios publicitarios de Francisco A. Gutiérrez
Fuente: El Aviso, periódico comercial, de noticias y variedades. Septiembre de 1890.
*Guillermo Arciniegas Serrano, vecino de Neiva, hijo de Aureliano Arciniegas Tello
y María de Jesús Serrano, de cuya unión nacieron, además, Isabel, Gabriel, Belisario,
Aureliano, Rafael y Leonidas Arciniegas Tello. A su vez, don Aureliano Arciniegas fue
hijo de don Juan Segundo Arciniegas Lombo, natural del Guamo, quien participara en
la campaña del sur en los años de 1820 y 1821 y en la revolución de 1860 junto a
Tomas Cipriano de Mosquera. Don Juan Segundo murió en el Distrito de Yaguará, en
la hacienda de su propiedad llamada Culantro, después Stambul363.
En general, la familia Arciniegas Serrano no se caracteriza por la propiedad de
tierras. A Belisario Arciniegas, hermano de Alejandro, se le reconoce como un
comerciante de artículos finos ingleses, franceses y norteamericanos para guarnición;
además de máquinas de coser y chucherías. En cuanto a Guillermo Arciniegas, quien
no dejó sucesión al permanecer en soltería, se le reconoce como un destacado
comerciante, al parecer de ideas liberales, quien además de productos farmacéuticos,
363 PLAZAS, Op. cit., p. 49.
180
distribuía perfumería fina, a la vez que intermediaba en la compra y venta de frutos
exportables, operaciones que realizaba en el almacén de su propiedad conocido con el
nombre de La Campana.
De igual manera, el señor Guillermo Arciniegas, era propietario de una imprenta y del
periódico comercial, de noticias y variedades denominado El Aviso.
Figura 47. Anuncios publicitarios de Guillermo Arciniegas S.
Fuente: El Aviso, periódico comercial, de noticias y variedades. Septiembre de 1890
181
Fuente: El Aviso, periódico comercial, de noticias y variedades. Septiembre de 1890.
Fuente: El Aviso, periódico comercial, de noticias y variedades. Mayo de 1890.
*Pedro Martínez, natural de Garzón. Se desempeñó como Notario Principal en el
Distrito de Neiva. Tesorero y Directivo de la Casa de Beneficiencia. Propietario de un
establecimiento tipográfico, en el que además de los tipos poseía 4 prensas (una de
ellas era la “Pearl” de 5 x 7 pulgadas, de fabricación inglesa)
*Ramón Rivera, comerciante de la Provincia, quien poseía un almacén de mercancías
en el que, entre otros, comercializaba productos de talabartería, ferretería, herrería,
carpintería, chucherías (anzuelos, peines, botones, camándulas, agujas), papelería,
librería, rancho y licores, cristalería, géneros (telas) y medicamentos. De igual
manera, se le encuentra promoviendo la venta de trapiches, compra caucho, cuero de
res y crin de caballo.
Figura 48. Anuncio Publicitario de Ramón Rivera
Fuente: El Aviso, periódico comercial, de noticias y variedades. Número 7, septiembre
de 1890.
182
Con ninguna figuración en asuntos públicos, don Ramón Rivera no posee vínculos
genealógicos en la Provincia. Así mismo, en las transacciones notariales realizadas
por el señor Rivera, se le aprecia en calidad de testigo y tan sólo realiza una
compraventa de una casa de bahareque por la suma de $560 y dos declaraciones de
préstamos por la suma de $2.000 cada una364.
Además de los agentes ya expuestos, en el comercio de la Provincia de Neiva, a finales
del siglo XIX, hacían presencia entre otros: Alejandro M. Avendaño, comerciante de
tabaco; Antonio Moreno C., quien poseía una farmacia; Heraclio Padilla, conocido
comerciante caucho y cueros; Ignacio Trujillo, quien compraba cueros; Isidro
Santacoloma, propietario de almacén (zapatos); Justo Tobar, propietario de
talabartería, Julio C. Upegui, comerciante dedicado a la compra y venta de
sombreros José M. Núñez, con dedicación a la compra y venta de caucho, cueros y
quina; José C. Suárez, comerciante que distribuía cigarrillos provenientes de “la
estrella de Bogotá”, fábrica de G. T. González y hermanos; Miguel Cuervo Neira,
comerciante de anís fresco paramuno; Pablo Olaya Q., propietario de un almacén de
variado surtido; Prudencio Flórez y José María Lopera, propietarios de una
herrería y cerrajería, ubicada en la segunda calle real salida al sur; Uldarico
Scarpeta, comerciante de mercancías extranjeras, también dedicado a la compra
caucho, cacao, cueros y sombreros.
Los anteriormente nombrados se caracterizaban por la nula presencia en actividades
relacionadas con la administración pública y con escasas transacciones notariales.
Buena parte de estos, venidos de afuera, es decir, de inexistente tradición en la
Provincia de Neiva.
1.2 SOCIOS Y SOCIEDADES DE NEIVA A FINALES DEL SIGLO XIX
El reto, en cuanto al alto riesgo y capital requerido para el adelanto de algunos
negocios, estimularon el surgimiento de la asociatividad entre integrantes de una élite
urbana. El comercio de mercancías nacionales y extranjeras que ingresaban por el río
Al revisar la genealogía elaboradora por Plazas (1985), se encuentra el apellido Rivera de gran arraigo en la Provincia. No obstante, no se hace alusión en ninguno de ellos a Ramón Rivera. En los registros notariales se le identifica como vecino del Distrito de Nieva, sin llegar a realizar alusión a su segundo apellido. 364 Consultar en el Archivo Notarial de Neiva, los libros 180 de 1873, libro 216 de 1880 y 237 de 1883.
183
Magdalena desde el puerto de Honda y Girardot, en faenas de más de 30 días de
ardua labor y múltiples siniestros, así como la logística e inversiones requeridas para
la explotación agropecuaria, especialmente café y cacao, y de recursos naturales
como la quina, añil, caucho y minerales, demandaron la unión de esfuerzos y recursos.
Aquellas uniones se inscribían bajo la denominación de sociedad civil o sociedad civil
colectiva. En ocasiones se denominaban igualmente compañía civil colectiva o
compañía regular colectiva. La figura de sociedad, además de encausar recursos,
facilitaba la labor individual de los socios dentro del mismo objeto. Predominaba la
responsabilidad limitada de los socios y se favorecía la unión consanguínea y familiar
de 2 y hasta 5 familiares. Una de cuatro sociedades detectadas en las tres últimas
décadas del siglo XIX, corresponden a sociedades colectivas de un número mayor a
diez personas.
Al adelantar los socios labores para la propia sociedad en el objeto de la misma, la
contabilidad se lleva por el método de comparación, corriendo a cargo de cada uno de
los socios. Cada quien anotaba en un libro de memoria a borrador las operaciones
ejecutadas, fueran de la naturaleza y cuantía que fueren, y se presentaban
semanalmente o al término de la ausencia, copia de las citadas operaciones al socio a
cuyo cargo estaba la función de venta, lo que se conocía con el nombre de cargo y
data. En todo caso, se diferenciaban los gastos generales de la cuenta de cada socio y
se empleaba la partida doble.
Las sociedades de amplio número de socios definían en forma clara los órganos
legales, así como las funciones y responsabilidades de su competencia. La asamblea
general de accionistas era instituida como máximo órgano. Seguidamente, una junta
directiva, comisión administrativa o junta administrativa, compuesta generalmente
por tres miembros principales y 3 suplentes elegidos de la asamblea. En ocasiones se
denomina a estos miembros como gerentes principales y gerentes suplentes, puesto
que la usanza era designar a uno de estos como gerente general. La gerencia era
rotativa en periodos de 4 a 6 meses.
Entre las sociedades colectivas constituidas en el periodo de estudio se encuentran las
siguientes:
184
*Pinzón Matiz Hermanos, sociedad regular colectiva, cuyo objeto permitía la
comercialización de mercancías, explotación y comercialización de añil, cacao y
ganado. Establecida en 1869, por un término inicial de 10 años y capital de $26.400.
Integrada por Mario y Celiano Matíz y Lucio Pinzón, hermano político, este último, de
los dos primeros. Mario, quien será años más tarde padre de Reynaldo Matiz, -
destacado en los negocios y la política -, aportó a la sociedad $8.000, al igual que
Celiano y Lucio. Este último aportó además la suma de $2.400 representada en
mercancías que poseía en una tienda situada en Neiva.
El capital de la sociedad estaba representado en las haciendas El Vaticano y Las
Ánimas, así como derechos en el globo de los Capotes, todos ellos en jurisdicción de
Villavieja. Estas propiedades las adquirieron por donación que les hiciera su padre
Isidoro Matiz365 y otra parte por compra hecha a las señoras Lastenia, Berenize, Nirsa
y Anaís Matiz, quienes igualmente las habían heredado por voluntad de Isidoro Matiz.
*Aguirre y Cía., conformada por los señores Pío y Cenón Aguirre, naturales de
Boyacá, domiciliada en esta misma jurisdicción, fijan igualmente domicilio en la
ciudad de Neiva por el año de 1870. Comerciantes de mercancías nacionales y
extranjeras. Adquieren en calidad de arriendo y por el término de ocho años, una finca
de propiedad del señor Casiano López, en La Unión, a orillas del río Villavieja, para la
explotación de añil366. Por el año de 1881, harán parte del grupo gestor de la
Compañía de Neiva, dedicada a la explotación de la quina.
Figura 49. Anuncio publicitario Aguirre & CIA.
365 Isidoro Matiz, oriundo de Soacha, casado con Gertrudis Cardoso, natural de Villavieja, de cuyo matrimonio nacieron 7 hijos. En las escrituras identificadas con el número 315 al 319 de 1869, se aprecia la herencia otorgada por Isidoro Matiz y la constitución de la sociedad Pinzón Matiz Hermanos.366 AHN, escritura 165, tomo 1, libro 168, 1870.
185
Fuente: La Estrella del Tolima, número 48, 1883.
*Compañía De Fomento Agropecuario, una de las sociedades que mayor número
de lugareños congregó. Compañía anónima de capital limitado, con domicilio en
Campoalegre, creada en el año de 1875 por un término de 10 años. Su capital inicial
ascendió a $10.000 en acciones de 400 pesos cada una. Su objeto radicaba en:
Adquirir en propiedad hasta ocho mil hectáreas en los terrenos incultos del Salado, situados en el oriente de la población de Campoalegre i a título de concesión, conforme a las Leyes nacionales. Abrir camino de herradura, promover la colonización i su cultivo, principalmente café, trigo y papa, vender a cada familia terrenos, introducir maquinaria para facilitar los trabajos agrícolas367.
Los socios gestores de la Compañía de Fomento Agropecuario fueron encabezados por
Celso Noé Quintero y Valentín Trujillo, naturales de Buga y Yaguará,
respectivamente. Fueron igualmente socios de la Compañía de Fomento Agropecuario
Miguel Quintero, Francisco Losada, Ramón Montalvo, Plácido Serrano, Miguel
Perdomo Rivera, Félix Páez, vecinos todos ellos de Neiva; Valentín Trujillo, Sixto
Durán, José Alejo Trujillo, Lucas Perdomo, Mario Antonio Durán, vecinos de
Campoalegre y Germán Rojas, vecino del Hobo.
*Compañía de Neiva, segundo gran esfuerzo colectivo en cuanto a número de
accionistas, creada el 21 de abril de 1881, con el fin exclusivo de explotar bosques,
extraer quinas y comercializar con ellas, suministradas por los socios accionistas y
otros productores. Para este fin, se conformó un capital de $160.000 en acciones de a
mil pesos. Domiciliada inicialmente en Neiva, trasladó su sede 2 años más tarde a la
367 AHN, escritura 778, tomo 3, libro 188, 1875.
186
ciudad de Bogotá, en cabeza del Director Gerente Pío Aguirre. La conformaron entre
otros los señores Bernardo Pizano, Juan N. Núñez, Manuel Núñez, José María Núñez,
Mariano Duque, José Bonnet, todos ellos de Bogotá; Luciano Perdomo, Manuel José
Ortiz Durán, Francisco A. Gutiérrez, Edolio Yanguas, la sociedad Perdomo y García,
Duque y Ortiz, Aguirre y Compañía, Ignacio Antonio Trujillo, Celso Noé Quintero,
vecinos de Neiva368.
*Compañía Fabril del Tolima, tercer gran esfuerzo colectivo, que quizá plantea más
interrogantes que respuestas. Sociedad anónima de capital limitado creada por el mes
de enero de 1883, con el concurso de un poco más de 40 personas, vecinas ellas de
Neiva, y un capital conformado por 400 acciones de diez pesos cada una, “pagaderos
en dos instalamentos de a cinco pesos”. La duración se fijó inicialmente en 10 años369.
El objeto por el cual se creó la compañía en mención fue el “establecimiento en esta
ciudad o en otros lugares del estado de una o varias fábricas de tejidos del país, tales
como mantas, lienzos, costales, etcétera, etcétera” Fueron socios fundadores Valentín
Trujillo, Julián Herrera, Eustacio Buendía, Liborio Díaz, Miguel Perdomo R., Benito
Salas, Arístides Méndez B, Juan de Dios Perdomo, Ramón Manrique , Rudecindo
López, José María Lombana B, Dionisio Soto, Vicente Mestre S, Uldarico Scarpetta,
Valentín Molano, José Lizardo Porras, Manuel González B., Gabriel Perdomo C, Calixto
Leiva, Tito L. Medrano, Isauro Bahamón, Nicolás Herrera S., Adán Debia, Gabriel
Perdomo Rivera, Félix Páez, Montegranario Durán A., Manuel Lopera, Carlos
Gamboa, César B. Baquero, Ramón Rivera, Juan B. Barrios, Pedro Martínez, Juan N.
Hougthon, Francisco A. Medina, Luciano Perdomo, Aparicio Gutiérrez, Manuel
Santos, Próspero Velásquez, Juan José Herrera, Manuel María Méndez, Gonzalo
Castro, Eleuterio vargas, Régulo Martínez, Manuel Madrid, José María Becerra y
Gregorio Puentes.
En su inicio se suscribieron 200 acciones en el propio poblado de Neiva. Ante la
premura por colocar el ciento por ciento de las acciones, el Gerente, Régulo E.
Martínez, requirió a destacados conciudadanos de poblados cercanos con el fin de
promocionar entre los lugareños las citadas acciones.
368 AHN, escritura 745, 1881.369 AHN, escritura 721, tomo 1, libro 235.
187
Figura 50. Anuncio noticioso Compañía Fabril del Tolima.
Fuente: La Estrella del Tolima, número 45 de 1883.
El propósito del Gerente y fundadores era el de contratar la construcción de un
número de telares que en ningún caso bajara de 7. Así mismo, se tenía previsto
instalar un número de ellos en poblaciones vecinas, en las que se suscribieran al
menos 50 acciones.
Transcurridos cinco meses de la constitución de la sociedad, arribaron a Neiva el
señor Indalecio Uribe, acompañado de su hijo Francisco Uribe, con el objeto de
construir los telares, cardas, tornos de hilar y demás aparatos requeridos por la
Compañía Fabril370. Los citados señores habían instalado telares en las Escuelas de
Artes y Oficios Cundinamarca y Boyacá. Para este momento, se solicitaba a
proveedores el suministro de materias primas ante el pronto inicio de operaciones. El
mes de octubre de 1883 se anunciaba como el momento en el cual se concluiría la
construcción de los primeros telares.
370 La Estrella del Tolima, número 57, 1883.
188
Figura 51. Anuncio publicitario Compañía Fabril del Tolima.
Fuente: La Estrella del Tolima, número 57, 1883.
Para el mes de junio de 1883, tras 6 meses de funcionamiento de la compañía y con
motivo de la finalización del primer periodo Gerencial, se presentó a la Asamblea
General, por parte del Gerente, el informe de actividades, en el cual se evidencia la
dificultad para lograr la colocación de acciones en el mercado local. En esta misma
ocasión, el señor Valentín Trujillo reemplazó a Régulo E. Martínez en la Gerencia de
la Compañía. La experiencia en el citado negocio condujo a Martínez a participar
meses más tarde en la comercialización de algodón.
Con el objeto de conseguir la suscripción del mayor número de acciones de las que han sido emitido por la Compañía, me dirijí a los ciudadanos más notables i de mayores influencias en las poblaciones vecinas de esta capital, suplicándoles se tomaran la molestia de procurar la colocación de algunas acciones entre los habitantes de su respectiva localidad. Mi súplica, sin embargo, sólo ha sido atendida por los señores Ángel E. Díaz, Luís Méndez i Pantaleón Muñoz, quienes consiguieron la suscripción de 75 acciones en el Distrito de Villavieja, de las cuales ya han sido cubierta 55 371.
Figura 52. Anuncio publicitario Compañía Fabril del Tolima
Fuente: La Estrella del Tolima, número 72, septiembre de 1883.
El balance presentado en la primera Asamblea General refleja la baja demanda de
371 Ibid., número 58, 1883.
189
acciones acusada en el informe del gerente de la sociedad. De los 4 mil pesos que
conformaban el capital inicial, se habían suscrito a esta fecha acciones por un valor de
$2.280, de los cuales se recibieron por parte de los accionistas la suma de $1.795,
quedando un saldo por cobrar de $485.
Figura 53. Balance Compañía Fabril del Tolima.
Fuente: La Estrella del Tolima, número 65, julio de 1883.
Transcurrido un año y medio de la fundación de la Compañía Fabril, y no obstante
haber concluido la instalación de algunos telares, se suspendió indefinidamente la
organización de los trabajos fabriles. Las dificultades asociadas a la colocación de
acciones y el suministro de materias primas afectaron el inicio de la producción. El
oscuro panorama por el cual atravesaba la Compañía, hizo que el propio Presidente
del Consejo Directivo del Colegio de Santa Librada se dirigiera a los gerentes y
accionistas con el fin de solicitarles la donación de los telares y demás aparatos que
para la elaboración de tejidos se hicieron construir372. Finalmente, la Compañía Fabril
tuvo una vida efímera y de pocos logros. Algunos accionistas terminaron donando a la
escuela pública las acciones suscritas.
Figura 54. Acciones de la Compañía Fabril del Tolima cedidas a una escuela.
372 La Estrella, Op. cit., número 77, junio de 1884.
190
Fuente: Registro Oficial, Número 104, página 420. 1886
*Compañía Minera del Tolima, creada en el Distrito de Neiva el 24 de febrero de
1881. Un nuevo esfuerzo colectivo de la élite local. Comparecieron para el acto de
creación los señores Valentín Trujillo, David Tobar, José Domingo González, Pedro
Iriarte, Eustacio Perdomo, Edolio Yanguas, Enrique Iregui, Julio Navarro, Fernando
Romero, Valentín Molano, Tomás Vilar, Antonio Racines, Sergio Herrera, Rufino
Perdomo, César García, Francisco Gutiérrez, Manuel García, Manuel Santos y
Aparicio Perea, vecinos, el señor Valentín Trujillo del Distrito de Campoalegre, el
señor David Tobar de Garzón y los demás del Distrito de Neiva373.
La sociedad se formalizó bajo la figura de una sociedad civil colectiva que se
denominó Compañía Minera del Tolima. El objeto de ésta se circunscribió al
descubrimiento, elaborar o enajenar minas de toda clase. Se suscribieron 48 acciones,
de las cuales 44 corresponderían a socios capitalistas y las 4 restantes para cederlas a
socios industriales. Cada acción se tasó a un valor nominal de 100 pesos, sin que un
socio pudiese adquirir más de 4 acciones. Después de transcurridos dos años de la
fundación, la Compañía contaba con un capital de $18.400, lo que sumado al
373 AHN, escritura 662, libro 221.
191
establecimiento que poseía, así como a varias minas, se estimaba en $200.000374.
Figura 55. Anuncio noticioso de la Compañía Minera del Tolima.
Fuente: La Estrella del Tolima, número 10, julio de 1882.
Para el desarrollo de las labores propias del objeto de la Compañía, desde el inicio de
las operaciones se celebró con el señor Francisco Restrepo, reconocido empresario
minero, de origen antioqueño, un contrato para descubrir minas de oro y plata. Como
socio industrial, recibió dos acciones por las excursiones y descubrimientos
realizados. Fue comisionado por el Consejo de la asociación fundadora de la Compañía
del Tolima, para contratar artesanos y mineros en el Departamento de Antioquia. Con
este fin, llegaron en 1881 al Departamento del Sur un maquinista, un herrero y quince
mineros.
*Buendía y Tobar, sociedad colectiva regular de comercio, creada el 7 de enero de
1891 por Augusto Buendía y Ciriaco Tobar, el primero vecino de Campoalegre y el
segundo de Neiva. Con domicilio en Campoalegre, su objeto fue la extracción y venta
de caucho, así como comprar y vender mercancías extranjeras y del país. El capital
inicial se fijó en $2.000, representados en un establecimiento (finca) de extracción de
caucho, terrenos que contaban con plantaciones de yuca, arroz, pastales, maíz y
plátano y tambos, pactándose el envío de ganados para la manutención. Esta finca se
ubicaba en bosques nacionales de la cordillera Oriental. La agencia principal de la
sociedad se estableció por entonces en San Juanito, fracción de Río Blanco, Distrito
de Campoalegre375.
374 La Estrella, Op. cit., número 27, septiembre de 1882. La expresión tambo denota posada o parador, y en ocasiones vaquería.375 AHN, escritura número 37 de 1891.
192
*Duque Torres y Compañía, sociedad colectiva constitutita en el año de 1894 por
Agustín Duque, vecino de Bogotá, Epifanio Vargas y Eusebio Torres, vecinos de
Baraya. Tuvo por objeto la siembra de 80 mil árboles de café en terrenos ubicados en
el globo de Chamuscado, municipio de Baraya, llamando a esta nueva hacienda
cafetera La Batalla. Con $13.800 de capital, Duque y Torres proporcionan el terreno
para la siembra y 100 hectáreas más para anexidades. Epifanio Vargas ingresa a la
sociedad en calidad de socio industrial, aportando sus facultades e industria al
servicio de la empresa, por lo que dirigirá todos los trabajos376.
*Compañía de los Andes377, constituida por los señores Daniel Manrique, vecino de
Villavieja, Germán Rojas, de la aldea de Fortalecillas, Belisario Arciniegas, Felipe
Suárez y José María Cuéllar, vecinos de Neiva, resaltado este último como doctor y
quien fuera gerente del Banco de Neiva. Esta compañía fijó como objeto la
comercialización de quina. A su vez, Belisario Arciniegas y José María Cuéllar Poveda
se asociaron para la creación de una compañía regular colectiva que denominaron
Arciniegas y Cuéllar378. El objeto de la expresada compañía era especular con
empresas agrícolas y comerciales en la extracción de quinas, en la hacienda San
Martín, Distrito de Villavieja, terrenos adquiridos por Arciniegas a Cuéllar. Por esta
misma época, Luciano Perdomo y Olegario Rivera, lugareños los dos, impulsan en el
año de 1870 en jurisdicción de La Unión, la creación de una Empresa Agrícola379,
sociedad civil colectiva con capital de $4.000, que operó en terrenos de Olegario
Rivera, con el objeto de producir y vender añil.
*Lara hermanos, sociedad colectiva regular de comercio, creada en el año de 1873
por Valentín, Uldarico y Cicerón Lara, hermanos domiciliados en Yaguará, tíos de
Leonidas Lara, quien décadas más tarde será reconocido como uno de los hombres de
mayor capital en la región.. Sociedad conformada con un capital inicial de $3.200.
Valentín introduce $1.600 comprendidos en bienes, semovientes y mercancías
extranjeras. Uldarico aporta $800, conformados por semovientes y dinero. Cicerón
corresponde con $800, expresados en semovientes, mercancía extranjera y dinero. La
376 AHN, escritura 16, libro 342, 1894.377 AHN, escritura 156, libro 168, 1870.378 AHN, escritura 157, libro 168, 1870.379 AHN, escritura 122, libro 168, 1870
193
sociedad se fija para una duración inicial de 8 años, con el objeto de: “comercializar a
nombre propio o de la compañía, mercancías extranjeras y del país, como granos
ganados y vestias de toda especie, sombreros, quinas, etcétera y también podrán
comprar bienes raíces380”.
Por otra parte, existen algunas otras sociedades no menos importantes, pero en las
que los socios no han sido identificados con trayectoria como los hasta ahora
reseñados en esta investigación. Tal es el caso del doctor Félix Moreno y sus hijos
Antonio y Escipión, vecinos de Neiva, quienes constituyen una sociedad civil colectiva
llamada Félix Moreno e Hijos, la que cuenta con un capital de $8.000, y cuyo objeto
era negociar mercancías y sustancias de botica adquiridas en el país o traídas del
extranjero, compra de ganado vacuno de sabana para empotrerar y venderlo, en la
compraventa de ganado de cría, caballos, potros, mulas y muletos, en la de cacao,
sombreros, sal y quina y en otros negocios análogos. El doctor Moreno pone a
disposición un inventario de $8.000 en mercancías y su profesión de cirujano, en
procura de que sus hijos administren los negocios381.
El distinguido señor Calixto Leiva, quien entre otras actividades se desempeñara
como notario, director de la Sociedad de Beneficencia y Caridad y Síndico municipal,
junto con Aparicio Perea, gerente del banco de Neiva, conformaron un capital de
$3.000 en la sociedad que denominaron Perea Leiva y Compañía, con el objeto de
especular en artículos de farmacia y droguería, con el compromiso de que Leiva
administrara la botica a la vez que Perea atendía y formulaba382.
José Eugenio Ucrós, natural de Bogotá en el Estado Soberano de Cundinamarca, junto
a Manuel Antonio Jaramillo, vecino de Guagua, hoy en día municipio de Palermo,
impulsan la sociedad Jaramillo y Ucrós, con capital inicial de $6.000 y con el objeto
de fabricar y comercializar aguardiente y ron, además de licores extranjeros y otras
mercancías nacionales y extranjeras383. En forma similar, Leonidas Cárdenas y
Enrique Trujillo Trujillo, vecinos del municipio de Neiva, constituyen la sociedad
Cárdenas y Trujillo, sociedad colectiva de comercio con el objeto de “comerciar en
380 AHN, escritura 590, tomo 1, libro 180, 1873.381 AHN, escritura 656, tomo 1, libro 187, 1875.382 AHN, escritura 840, tomo 2, libro 236, 1883.383 AHN, escritura 40, tomo 1, libro 240, 1880.
194
licores y artículos extranjeros y del país, establecimiento de billares y demás especies
relacionadas con la industria comercial”384.
En el Distrito de Aipe, en el año de 1879, los hermanos Fidel y Gregorio Bahamón,
vecinos del mismo distrito, crean la compañía civil colectiva Bahamón Hermanos,
cuyo objeto fue el desarrollo de toda clase de negocios dentro y fuera del estado. En
este mismo municipio funciona una sociedad conocida como Trujillo Hermanos, que
en asocio con Abelardo García y Compañía, sociedad registrada en el municipio de
Neiva bajo la escritura 584 del 22 de octubre de 1891, explotan una plantación de
cafetos de 1 a 3 años establecida en el sitio Castel, jurisdicción de los municipios de
Aipe y Neiva, en tierras baldías que pertenecen por mitad a las partes385.
En el municipio de Gigante se instala una sociedad comercial distinguida como
Borrero Hermanos y Compañía. En el municipio de Baraya, en el año de 1899, se
encuentra la sociedad denominada Lozano y Vargas, compañía regular colectiva,
conformada por Buenaventura Lozano, quien aportó la suma de $3.000, y Epifanio
Vargas con aportes de $1.000, vecinos los dos del citado municipio. El objeto que dio
vida a esta compañía fue “la industria de comercio”386.
Plot y Cuenca, fue el nombre asignado a la compañía regular colectiva de comercio,
creada en 1893 y liquidada al año siguiente por Alberto Plot, vecino de Neiva e
Inocencio Cuenca, vecino de Purificación. Tenía como objeto el desarrollo y
ensanchamiento de un establecimiento comprado por los socios, además de la
realización de toda clase de negocios387. Perdomo y Plata, sociedad civil colectiva
integrada por Rafael Antonio Plata y Eustacio Perdomo, este último reconocido por la
Ley como cultivador de baldíos; sociedad creada en 1896, con el objeto de administrar
y cuidar cafetales en La Unión y Neiva. Su existencia fue efímera al ser liquidada al
año siguiente. Los señores Eugenio Ortega y Federico Villoria, conformaron una
sociedad para explotar la hacienda de Guasimilla de propiedad del primero en la aldea
del Hobo, compuesta de arboleda de cacao, 200 reses, sesenta yeguas388.
384 AHN, escritura 23, tomo 1, libro 318, 1892.385 AHN, escritura 196, , tomo 2, libro 332, 1893 y escritura 16, libro 342, 1894.386 AHN, escritura 195, tomo 3, libro 395, 1899.387 AHN, escritura 143, tomo 2, libro 332, 1893.388 AHN, escritura 759, 1875.
195
En forma un poco aislada se conformó en el Distrito de Pitalito una sociedad que se
denominó Compañía Caquetá. Con cerca de 100 accionistas e igual número de
acciones suscritas, la empresa inició con capital de $20.000. El objetivo principal era
abrir caminos al Caquetá y establecer trabajos en la citada región. Se designó como
Gerente al señor Emiliano Cantillo389.
Finalmente, con menor resonancia, se aprecia la existencia de sociedades como la
conformada por Francisco Bedón y Abelardo Cadena, denominada Bedón y Cadena,
ligados en operaciones de transporte fluvial y Vengoechea hermanos y Compañía,
dedicados al comercio de mercancías. Algunos otros no legalizaron las uniones sino
que operaban bajo la forma de una sociedad accidental o de hecho. Tal es el caso de
de Manuel J. García y Agustín Poveda, vecinos de Neiva, quienes en asocio se
dedicaban a la adquisición de bienes raíces390.
389 Registro Oficial, número 178, página 718. 1887.390 AHN, escritura 218, libro 395, 1899.
196
TERCERA PARTE
LO QUE UNOS Y OTROS NOS ENSEÑAN
197
3. RECUENTO Y CONCLUSIONES
Quien quiera atenerse al presente, a lo actual, no comprenderá lo actual.
Michelet, en El pueblo.
Desde los escritos de Gabino Charry391, Joaquín García Borrero392 y la crónica de
Ricardo Olano,393 se aprecia que el imaginario construido en torno al cosmos de la
economía y el empresario huilense ha sido fuertemente influenciado por lo que
significó la hacienda y la vida pastoril. También es claro y diversos autores han
expuesto en el ámbito nacional las características de las relaciones sociales
engendradas en la hacienda, que son de tipo servil, y su diferencia con regiones
montañosas de hombres libres. No se puede negar que la inclinación por la renta
patrimonial, el arraigo al suelo, el señorío y las relaciones de servidumbre han dejado
una huella indeleble en la noción de lo que es ser un ciudadano huilense. No
obstante, es apurado reducir el discurso y totalizar cualquier comprensión de la
realidad, atados a las manifestaciones de la vida pastoril.
Los documentos analizados en la presente investigación permiten de manera factual
considerar elementos significativos para intentar una resignificación de nuestro
pasado, de manera particular en lo relacionado con el quehacer empresarial. Al
abordar lo específico, se ha detectado un discurso nuevo, incomprensible para un
determinismo.
Aún a mediados del siglo XIX, en lo que será el Departamento del Huila, el lucro o
tendencia a la ganancia se remitía a la actividad generada en la hacienda. El reducido
tamaño de la población urbana y el rudimentario sistema monetario, que traían
consigo el bajo consumo, se sumaban a la ausencia de vías que comunicaran con
mercados principales y el letargo de los medios de comunicación. Con este panorama,
los medios posibles de conseguir dinero y el desarrollo de la economía, como el del
391 CHARRY, Gabino. Frutos de mi tierra. Imprenta Departamental. Neiva. 1922.392 GARCÍA BORRERO, Joaquín. El Huila y sus aspectos. Fondos de autores huilenses. Neiva. 1922.393 OLANO, Ricardo. El Huila de ayer. En: Unda Lozada Eduardo. Documento de la Academia de Historia del Huila.
198
empresario, no ofrecían un panorama muy próspero.
Pasada la segunda mitad del siglo XIX, con la influencia de ideas liberales en torno al
libre cambio y el consecuente auge de productos exportables como la quina, añil,
caucho y minerales, principalmente, y en menor proporción sombreros, cueros, cacao
y café, así como con la actividad bancaria y comercial, la vida económica cobra otro
sentido permitiendo nuevas formas racionales de ganancia y acumulación, ligadas a
una actividad de la economía. Aunque es preciso no olvidar que estamos aún en una
economía incipiente, ya que con excepción de los sombreros y cueros, el aporte de los
productos antes mencionados es ínfimo al compararlo con el aglomerado nacional.
No obstante tal precariedad, se advierte una situación nueva en el cosmos de los
sujetos económicos. No se trata de un simple impulso emotivo, sino más bien de la
organización de recursos y del trabajo en una forma aún precaria y signada por la
especulación. Es también la respuesta de los sujetos a los ofrecimientos del mercado.
Se trata de unos actores propios, con prácticas diferenciadas de la tradicional vida
hacendataria, en la que prima la renta patrimonial y un cosmos premoderno (en
cuanto está vinculado con los ritmos de la naturaleza).
¿Quiénes fueron entonces los empresarios del Huila a finales del siglo XIX? Con las
evidencias recolectadas y a la luz de la reflexión teórica, podemos afirmar que en éste
periodo no es posible reconocer la existencia de tales agentes, o al menos no
conformaban un grupo homogéneo de posible reconocimiento. Al empresario hay que
distinguirlo del capitalista en el sentido de no reducirlo al inversionista. No basta con
aportar recursos. La sola asunción de riesgos tampoco caracteriza la identidad del
empresario. Ser hacendado y cebar o criar ganado a mediados y finales del siglo XIX
era una actividad riesgosa. Los saqueos constantes del hato producto de las guerras
civiles califican tal situación. Algo parecido sucede con los comerciantes en cuanto al
riesgo implícito en las transacciones y giros de dinero a raíz de las distancias y medios
empleados.
También hay que superar los atributos de organizador de los factores de producción -
lo cual puede evidenciarse en la actividad artesanal- para enmarcarlo en la gesta de
unidades productivas de impacto en el desarrollo económico, entonces, con alto valor
199
de innovación y en asunción de riesgos e incertidumbres.
Los agentes de la economía de finales del siglo XIX en el Huila dieron diversas
muestras de ajustarse efectivamente a las oportunidades y limitaciones del mercado.
Al parecer, las particularidades de las condiciones socioeconómicas y políticas,
influyeron en la configuración de los agentes. Así, las evidencias dejan ver la
existencia de por lo menos 3 grupos o agentes económicos. Dos de ellos, en especial,
generadores de lucro y riqueza material ligada a una actividad económica
propiamente dicha. Sujetos de una economía cíclica edificada sobre los auges y
decadencias de productos naturales y minerales. Economía que aún en esta fase no se
vincula a la dinámica que generó la minería y en especial el café para la economía
colombiana, y en la cual hay una lenta acumulación de capital y capacidad instalada
en conocimientos y técnica, condiciones requeridas además para el surgimiento del
empresario.
Sujetos económicos que en medio de un entramado social comparten prácticas, pero
que a su vez, tienen particularidades que los hacen diferentes. Nos referimos a los
hacendados, negociantes y comerciantes. Ninguno de estos sujetos económicos es
puro. En realidad, no existe una taxonomía pura, sino contaminada, puesto que nunca
se produce una ruptura total entre unos y otros. Las experiencias de unos no dejan de
prolongarse en la vida de otros. Han sido separados y diferenciados sólo para efectos
de organización y construcción de un modelo que facilite el aprendizaje y la inventiva.
Se trata más bien de un orden artificial, ya que la realidad continúa siendo caótica.
No todos los hacendados estaban vinculados estrictamente a la tierra ni ciñen sus
inversiones a la producción agropecuaria, pero ese es el rasgo que más los identifica.
Los negociantes en ocasiones también rentan de la tierra, es más, poseen en su
mayoría, haciendas, inmuebles y terrenos urbanos. No obstante, se diferencian de los
anteriores en razón a su tendencia en la diversificación de las inversiones. Los
comerciantes, preferiblemente de tendencia liberal, aunque en contadas ocasiones
ostentan propiedad sobre terrenos e inmuebles, no se pueden agrupar dentro de las
dos anteriores categorías, puesto que asumen un riesgo diferente y su lucro lo
obtienen de un diferencial de precio. La racionalidad de éstos y su ideología se estima
ante todo en el intercambio, una actividad mucho más libre y dinámica que el apego a
200
la tierra. Sin embargo, hay que cuidarse de no entender esta clasificación como un
orden en un sentido ideal de progreso.
Así, la primera conclusión nos remite al surgimiento de nuevas y dinámicas
actividades económicas acaecidas a fines del siglo XIX, que independiente de su
agregado monetario, generaron nuevos actores, los cuales fueron identificados por
sus prácticas, ya que es en éstas, y no en la estructura o en la oferta monetaria, donde
se identifica el origen de nuevos actores económicos. Estamos ante un nuevo modo de
pensar que, a su vez, dinamizó las actividades mismas. En el proceso de producir, los
sujetos económicos, hacendados, negociantes y comerciantes, produjeron nuevas
realidades. Cambios y permanencias van dando forma a un nuevo presente, de tal
suerte que a finales del siglo XIX advertimos la presencia de desequilibrios que dan
origen a procesos de ruptura y fraccionamiento de la economía basada en la
tradicional hacienda ganadera.
La mayor parte de los sujetos económicos reseñados en alguna de las categorías ya
descritas ostenta una fortuna entre 5.000 y hasta 150.000 pesos. De acuerdo con Luís
Fernando Molina, para el periodo en estudio, y en las condiciones de la economía
colombiana, poseer un capital de 15.000 pesos (10 kilos oro) hace que un hombre sea
acomodado. Un capital de 300.000 pesos, como el de Pedro Vásquez, quizá el más
grande en Colombia a mediados del siglo XIX, lo hacía figurar como millonario, en
tanto que Luciano Restrepo, Gobernador del Estado de Antioquia en la década de
1870, era calificado como potentado al poseer más de 600.000 pesos oro394.
El mismo Molina, siguiendo a Salvador Camacho Roldán, resalta que en la Colombia
del siglo XIX una fortuna de sesenta a setenta mil pesos se consideraba muy
respetable, mientras que una de doscientos o trescientos mil pesos hacía de su dueño
un potentado. Según Camacho Roldán, sólo seis individuos en todo el país tenían
medio millón de pesos, y tres de ellos eran antioqueños.395 Valencia Llano, en el
estudio de empresarios del departamento de Caldas, afirma que Sotero Vélez Escobar,
empresario de aquella época, consolidó por el año de 1884 una inmensa fortuna,
394 MOLINA LONDOÑO, Luís Fernando. Empresarios Colombianos del siglo XIX. Op. cit., p.13.395 MOLINA LONDOÑO, Luís Fernando. Francisco Montoya Zapata. Poder familiar, político y empresarial. 1810-1862. Nutifinanzas S.A. Medellín. 2003. p. 42.
201
estimada en $42.625396.
En momentos en los cuales la población de Neiva no sobrepasaba de 8.500 habitantes,
hacendados, negociantes y comerciantes, conformaban un grupo económico de al
menos 100 personas. De ellas, 39 eran hacendados, destacándose por su fortuna a
Casiano López, Eduardo Castro y Pedro Rivera Salazar. Entre los negociantes,
compuesto por un número menor a 20, sobresalen, Luciano y Miguel Perdomo Rivera,
Olegario Rivera Ortiz, Celso Noé Quintero, Valentín Trujillo, Pío Aguirre, José María
Cuéllar Poveda, Alí Cardoso y Abelardo García Salas. Finalmente, de los comerciantes
se destacan por el capital acumulado Emilio Cabrera Escobar y J. Bedford Des
Sources. En este grupo también figuran Guillermo Arciniegas Serrano y Alejandro
Rojas Polanco, quienes se resaltan ante todo por las ideas liberales pregonadas en los
periódicos de su propiedad.
Por otra parte, en el análisis de la economía local y los actores económicos se detectó
la presencia de forasteros. Sujetos que vivían o estaban en la Municipalidad de Neiva
sin ser naturales de ésta. Tales personajes venidos especialmente del centro del país
(Buga, Bogotá y Boyacá), participan como agentes de la referida élite de negociantes y
comerciantes. Por tanto, este lapso de la historia huilense (1870-1900), atraviesa por
un proceso de integración de la estirpe local y foránea. Nombres de nacionales como
los de Agustín Duque, Aparicio Perea, Adolfo Zafrané G, Celso Noé Quintero Cruz,
Isidro Santacoloma, José Eugenio Ucrós Simo, Pío y Cenón Aguirre y Uldarico
Scarpeta, para citar algunos, se mezclaron con la élite local, realizando en muchos
casos alianzas matrimoniales y sociedades colectivas que los vincularon al poder
socioeconómico de aquel entonces.
Junto a los forasteros coexistieron extranjeros venidos o con ascendencia del exterior.
No se puede afirmar que la formación de capitales en el Departamento del Huila haya
provenido de éstos extranjeros. Tampoco es lícito asignar gran preponderancia de
éstos en la formación de agentes aquí identificados, puesto que la presencia no fue
numerosa. Igualmente, la actividad de los extranjeros en cuestión fue efímera en
396 VALENCIA LLANOS, Albeiro. Op. cit., p. 96.
202
mayor parte, al vincularse como representantes o accionistas en las actividades
extractivas de minerales. Se destaca, eso sí, J. Bedford Des Sources, valuarte en el
comercio de mercancías, intermediación de seguros, comercio de extractivos como la
quina y otros, hasta la gerencia del Banco de Neiva, actividades económicas que le
hicieron ser un vecino de largo aliento en la vida de la Provincia.
Por otra parte, en la Provincia se experimentó un debate ideológico entre los
partidarios de las ideas liberales y las conservadoras. Unos y otros coexistían,
entremezclados con las actividades económicas. Buena parte de los negociantes y
hacendados pregonaban el ideario conservador, en tanto que la mayoría de
comerciantes lo hacían de las ideas liberales. Esta situación reflejó ambivalencia en
los valores que giran en torno a la generación de riqueza, pugna que de la mano de los
representantes de la Iglesia Católica, al parecer, en el siglo XX, terciará en favor del
arquetipo de hombre conservador, signado por la religiosidad, la pureza de
costumbres y la laboriosidad del agro, en menoscabo de la acumulación de capital y el
desarrollo empresarial. Si bien es cierto, se evidenció que el discurso liberal se
inclinaba por el desarrollo económico, no se puede afirmar que la generación de
capital estuvo a cargo exclusivamente de los partidarios de tal ideario.
A esta altura de las conclusiones, cabe anotar que en la cotidianidad de la provincia
de Neiva, al finalizar el siglo XIX, se advirtió un proceso que exigió un apelativo
especial, ya que si bien los sujetos hasta ahora reseñados se reconocen como
comerciantes y hacendados, aisladamente existían otros actores que por las
características particulares de su actividad no encajaban, tanto en las categorías
hasta ahora establecidas por esta investigación (hacendados, negociantes y
comerciantes), como en el imaginario de la época.
En atención a ello, se tiene que en el lenguaje cotidiano de la época la denominación
de empresa es de uso general y aplica de manera indiscriminada para designar tanto a
las unidades encaminadas al comercio, la transformación y a los servicios. Caso
Existe un buen número de trabajos rigurosos en los que se evidencia el predominio del discurso conservador acompañado de las ideas de la Iglesia Católica que encausan el cosmos del ciudadano huilense del siglo XX. Entre éstos se destacan los trabajos adelantados por Delimiro Moreno, Jairo Ramírez Bahamón, Reinel Salas Vargas y recientemente Juan Carlos Acebedo. Parece que el concepto de empresa expresado en Sombart (1977:63) es el que más se ajusta a esta situación: “llamamos empresa (en su sentido más amplio) a toda realización de un plan de gran alcance cuya ejecución
203
contrario sucede con el concepto de empresario. Son escasos los documentos que
informen acerca de su uso y la extensión del mismo. En el argot popular se excluye de
la designación de empresario a la persona que adelanta actividades que están
relacionadas con el comercio tradicional y el especulativo, es decir, aquel que se
practica con base en coyunturas de demanda.
En cambio, se constituye en empresario aquel que presenta algo novedoso, que por lo
general no existe y que por demás contribuye al progreso. A esto se suma el ser una
aventura en cuanto al riesgo asumido, así como el uso de tecnología, como en el caso
del tipógrafo. No se trata necesariamente del uso de tecnología extraordinaria y
exclusiva, ni de grandes saltos en el incremento de la producción, tal como el
empresario catalogado por Schumpeter. A la muestra, el anuncio noticioso y la pauta
publicitaria en un periódico citadino.
Figura 56. Anuncio noticioso de una nueva empresa.
requiere de la colaboración permanente de varias personas bajo el signo de una voluntad unitaria.”
204
Fuente: La Estrella del Tolima, número 22, septiembre de 1882 y Número 47 de 1883
También el periódico El Alcance, al referirse a la apertura de un colegio en Neiva por
parte de los señores Eladio Gutiérrez y Felipe Suárez L., evoca a estos como
empresarios: “Sabemos que los empresarios, además de tener basta instrucción,
tienen también una absoluta consagración, conducta intachable y además dotes que
se requieren.”397
De lo anterior, se infieren nociones conducentes a la conceptualización del empresario
en la realidad huilense, y que además de servir de base para detectar a estos sujetos
en investigaciones posteriores, reafirman las posturas teóricas hasta ahora asumidas.
Así, bajo esta categoría conceptual expresada en el contexto de finales del siglo XIX
encajan aquellos agentes económicos que presentan, entre otros, algo novedoso
dentro de una actividad económica, sea de servicios o de transformación, que lleva
397 El Alcance: Noticias, comercio y avisos remitidos. Número 3, página 12, marzo 2 de 1869.
205
implícito el riesgo y la tecnología, y que además contribuye al progreso.
Al iniciar la presente investigación se asumió que el concepto de empresario
comprendía al sujeto con rasgos de comportamientos que evidencian señales de
búsqueda de nuevas oportunidades (estar alerta al entorno, específicamente al
mercado) en presencia de incertidumbre, descubriendo las formas para reducir las
ineficiencias y promoviendo innovaciones. Siendo así y de acuerdo con los resultados
hasta ahora logrados, no se puede argumentar la existencia de empresarios en el
Huila durante el periodo estudiado. Por tanto, tendrá el Departamento del Huila que
esperar varias décadas, mientras se desarrollan las actividades económicas, un
mercado interno para el consumo y una fuerza de trabajo asalariada, que, junto a
condiciones de vías de comunicación e incorporación de la técnica, permitan madurar
el proceso modernizador de la economía, que vea consolidar a éste agente de la
economía. Tal afirmación se convierte en un reto para futuras investigaciones.
206
4. FUENTES DOCUMENTALES
Archivos
- Archivo Histórico Notarial de Neiva. (AHN), consultados 160 tomos de registro
notarial comprendidos entre los años 1856 a 1900.
- Registro Oficial del Estado Soberano del Tolima, 1885, 1886 y 1887.
- Gaceta del Tolima, órgano oficial del gobierno del Estado. 1877 y 1878.
Periódicos
Archivo Nacional de Colombia, se consultaron los siguientes periódicos:
- Anales de la Sociedad de Beneficencia y Caridad, Neiva 1882.
- El Aviso: periódico comercial, de noticias y variedades de Neiva. 1890.
- El Alto Magdalena, Neiva 1885 y 1856
- El Alcance, Bogotá, 1869.
- El Municipal, Neiva 1878.
- La Estrella del Tolima, Neiva 1882, 1883 y 1884
- Reintegración, Neiva 1884.
207
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CONTRA PORTADA
¿Para qué una historia de los empresarios huilenses? Para nada si se trata solamente
de un relato, de realizar un balance de lo existente, una pura descripción de los
hechos. Al contrario, si lo que intentamos es comprender a éste en la actualidad, es
necesario incluirlo dentro de una estructura económica más amplia, considerarlo en
su totalidad y seguir la historia de su transformación.
A partir de la historia como método y perspectiva de investigación, los autores se
adentran en el preludio de la economía moderna del Departamento del Huila,
brindando con ello nuevas posibilidades para abordar la comprensión del presente.
Basándose en documentos históricos, se revela que al finalizar el siglo XIX, la
Provincia de Neiva experimentó el surgimiento de nuevas y dinámicas actividades
económicas, que independiente de su agregado monetario, generaron otros agentes
económicos diferentes al tradicional hacendado.
La génesis y evolución del empresario es un asunto que inquieta en general a todos
los pueblos del mundo. En este sentido, esta obra es la primera expresión del
inquietante desafío que implica abordar al empresario huilense y dejar al descubierto
sus raíces. De esta manera, estamos frente a un valioso aporte que da cuenta, no sólo
de la estructura económica de una época, sino de los comportamientos humanos
asumidos por pobladores huilenses de cara a la racionalidad económica.
SOLAPA
ALEXANDER QUINTERO BONILLA
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Administrador de empresas, especialista en Alta Gerencia. Magíster en Ciencias de la
organización de la Universidad del Valle. Cursó igualmente estudios de Maestría en
Historia de la Universidad Nacional.
Profesor Asistente de la Universidad Surcolombiana. Con desempeños en la dirección
administrativa del sector privado, combina en la actualidad su labor docente con las
actividades de consultoría en la firma Advisor & Training S.A.
ROLANDO CENTENO TAPIERO
Estudiante del programa de Administración de Empresas de la Universidad
Surcolombiana. Destacado por su liderazgo estudiantil desde la Asociación de
Estudiantes de Administración de Empresas. Integrante del grupo gestor del semillero
de investigación Retrospectiva y Evolución, el cual coordina actualmente.
“contra” SOLAPA
Debajo del recuadro en círculo
El sueño liberal para el Departamento del Sur.
Elaborado por el pintor, artista y maestro huilense Eduardo Cuartoz; quien en su obra
descubre que el ritmo y el movimiento no se pueden dibujar, no obstante, se pueden
pintar. En Cuartoz, la mancha suplanta al trazo y la espátula agresiva al pincel. El
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colorido salvaje y silvestre se combina en un estilo único versado en el impresionismo
y el surrealismo
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