1

Comisión de Canonización del Beato Damián de Veuster, Mayo 2009 Congregación de los SSCC, Quito, Ecuador

2

3

Recursos mes a mes

RECURSOS-NOVIEMBRE 5

RECURSOS-DICIEMBRE 36

RECURSOS-ENERO 52

RECURSOS-FEBRERO 72

RECURSOS-MARZO 97

RECURSOS-ABRIL 2010 126

RECURSOS-MAYO 140

4

INDICE

RECURSOS-NOVIEMBRE • Todos los Santos (1 de noviembre) 5 • Día de los Difuntos (2 de noviembre) 15 • Buena Madre (co-fundadora de la Congregación de Damián) (23 de noviembre) 22

RECURSOS-DICIEMBRE • Adviento (adoración eucarística) 36 • Misterio de la encarnación 38 • Novena de Navidad con Damián 41 • Aniversario del nacimiento de la Congregación de los Sagrados Corazones 45

RECURSOS-ENERO • Acción-Damián: iniciarla o reforzar lo que se inició en julio y agosto 52 • Semana de oración por la unidad de los cristianos (18 de enero a 25) 54 • Día Mundial de la Lepra 60

RECURSOS-FEBRERO • Día de la vida consagrada 72 • Día de los Catequistas 82 • Día del amor y la amistad 82 • Miércoles de Ceniza 96

RECURSOS-MARZO • Cuaresma (miércoles de ceniza, 17 de febrero) 97 • 25 de marzo, Día de la Vida 111 • Buen Padre (27 de marzo) 115 • Semana juvenil 124

RECURSOS-ABRIL 2010 • Semana Santa 126 • Después de la muerte de Damián 131 • Preparación de la clausura del Año Damián... 139

RECURSOS-MAYO 140

¿CÓMO HACER UNA REFLEXIÓN GRUPAL O UNA CONVIVENCIA, ALREDEDOR DE UN TEXTO? 141

5

RECURSOS-NOVIEMBRE TODOS LOS SANTOS (Domingo 1 de noviembre) 5

Dar sentido al mundo nuevo que está asomando (ii) 5 Detrás de un santo hay muchos más 7 La vida religiosa: camino de perfectos o de perfeccionamiento 9 Santidad versus debilidades: santidad y perfección no son la misma cosa 10 El cirio: la Buena Madre, lámpara encendida 12 Importancia pedagógica de la santidad canonizada, necesidad de modelos 13 Beatificación, ¿motivo de auto satisfacción? 14 ¿Cómo llegar a la cumbre? 14

DÍA DE LOS DIFUNTOS (lunes 2 de noviembre) 15 Dar sentido al mundo nuevo que está asomando 15 Pastoral desde la tragedia 18 Poblando el cielo, ¿poblar el cielo o renovar la tierra? 20

BUENA MADRE (co-fundadora de la Congregación de Damián) (lunes 23 de noviembre) 22 Breve reseña de su vida (1767-1834) 23 Cristo bajo las dos especies: Jesús sacramentado en la eucaristía y en los pobres 25 Ser pan como Jesús: transformarse en Cristo, alimento para el mundo 26 Dios don, el hombre hambre. Se complementan: Dios se da, el hombre recibe 27 Toda espiritual y toda humana: los pies en la tierra y el corazón en el cielo 28 El misterio del crecimiento. ¿Cómo se hizo?, Dios guarda su secreto 31 Persona, iniciativa e institución: ¿a quién pertenece la iniciativa? 32 Damián y el carisma sscc. 34

Todos los Santos (Domingo 1 de noviembre)

Para una reflexión grupal o una convivencia basada en los textos que siguen, usar las dinámicas señaladas, p. 141: “¿CÓMO HACER UNA REFLEXIÓN GRUPAL O UNA CONVIVENCIA ALREDEDOR DE UN TEXTO?”

Texto 1

(“Evangelizar con Damián”, EdeB., Quito 2009, p. 45)

DAR SENTIDO AL MUNDO NUEVO QUE ESTA ASOMANDO (II)

El mal acompaña la historia de la humanidad, desde sus albores, y la existencia concreta de cada ser humano de principio a fin. Damián, desde su vivencia del Evangelio, nos ofrece dos recursos. El primero que tratamos en el capítulo anterior y que vamos a seguir precisando brevemente; y un segundo que se llama: ¡esperanza!

6

Damián ofrece las bienaventuranzas a nuestro mundo sediento de felicidad

Frente al problema del mal, el mundo no conoce más solución que evitarlo o suprimirlo; y si no la hay, ¡suprimirse a sí mismo! Las “bienaventuranzas”, las que Damián supo vivir mejor que nadie y enseñar a sus compañeros, introducen una salida radicalmente nueva. Y además indispensable, puesto que jamás nos será posible eliminar totalmente el mal de este mundo.

¿En qué consiste el secreto de las famosas bienaventuranzas? En aceptar humilde y dócilmente el mal, cuando no puede ser vencido ni evitado; y luego, sencillamente, acoger a Dios que se manifiesta precisamente en el centro del dolor, en su mismo núcleo. Damián no eliminó la lepra ni para sí ni para los demás, la redimió. Logró la hazaña más grande, hacer convivir amigablemente, fraternalmente, la repugnante enfermedad con el gozo. La cruz de la lepra, en Molokai, se volvió fuente de consuelo a tal punto que los leprosos, aunque suene disparatado, nunca hubieran logrado conocer ese grado de dicha sin su enfermedad. He ahí el milagro de las bienaventuranzas, el gozo en el dolor, no sin el dolor, un gozo que nace precisamente del dolor, ahí donde duele. Estamos más allá de una terapia sicológica o de una medicina, se trata de la intervención de Dios mismo. Damián, y lo mismo muchos de sus compañeros, descubrió en su misma cruz, a Dios mismo, fuente de vida, que se deslizaba por las heridas del cuerpo hasta tocar el alma. Así lo manifiesta Damián en el drama “Estoy leproso, bendito sea Dios.”

La lepra no solo carcome los órganos sino que va cavando como una herida profunda en el alma. Por ella Dios se mete, se cuela y vierte el bálsamo de su consuelo. Estoy leproso; ¡bendito sea Dios! “Vengan leprosos del mundo, vénganse que hay que cantar, que la lepra se ha cambiado de llanto en danzar.”

El remedio de Dios – remedio divino -, su secreto divino, inalcanzable para el hombre, consiste en hacernos experimentar la salvación ahí mismo, en la misma cruz. Damián ofrece también la esperanza

El mundo se ocupa y se harta con artefactos y gadgets que a la larga le dejan un sabor a vacío, a resaca. A muchos, quizás a los más lúcidos, les parece absurda esta existencia, vana y sin sentido. Damián, cuyo oficio fue ser capellán de los condenados a muerte, no se conformó con ofrecer sustitutos baratos: supo dar sentido a una situación insoportable.

Tiene una importancia fundamental ofrecer el verdadero «sentido de la vida» a las nuevas generaciones…

• Enseñó a vivir a fondo el corto presente.

No estéis, pues, preocupados por el día de mañana, porque mañana ya habrá tiempo de preocuparse. (Mt 6,34)

Nos enseña a vivir el día a día, pero sin dejar nunca de soñar en el eterno porvenir. Vivir el hoy pero sin caer en la tentación del goce inmediato. Vivir en función del mañana, vislumbrándolo, en espera de él, anticipando el estilo de vida propio de la tierra nueva y de los cielos nuevos.

Debemos…esforzarnos por entrar en el reposo [de Dios]… (Hebreos 4, 11) • Más aún facilitó, a los presos de la lepra y del leprocomio, una clave para escapar de la cárcel de la

sinrazón y del sin sentido: la esperanza de un porvenir inimaginable aunque cierto, no utópico. La religión de Damián no es un opio (Marx 1844) que tranquiliza sino una esperanza que motiva, una meta que levanta a los muertos en vida, para vivir a todo dar el hoy de cada día.

Damián está obsesionado por el más allá… Al centrarnos [hoy] demasiado exclusivamente en la urgencia del presente en detrimento de una apertura al final de los tiempos, arriesgaríamos perder el aliento y descorazonarnos. Damián nos enseña que el horizonte del Reino [futuro] de Dios nos ayuda a no desviarnos de las tareas terrestres y a conservar en el corazón la alegría y la esperanza…

Como consta en el drama “Estoy leproso, bendito sea Dios”, invitaba a cada uno de sus hermanos

7

leprosos a regocijarse en la esperanza: o sea a no conformarse con el cruel estado de cosas sino a tener un ojo abierto sobre el futuro inminente, futuro que corría a pasos acelerados y agigantados a su encuentro.

Sin el futuro, sin la esperanza de una plenitud, ¡cómo podrás vencer el cansancio de cada día! Sin la esperanza de un cuerpo nuevo, a imagen del de Cristo resucitado, ¿cómo podrás aguantar ahora tu cuerpo arruinado, que entra en descomposición en vivo, en vida? [Anhela el cielo] como el migrante sueña con volver a su tierra y encontrarse con sus seres queridos. Agradezco la lepra porque va a acortar mi camino hacia el cielo…

• Damián nos invita a no vivir a la superficie, encerrados en el instante, quedándonos presa de él.

Nos invita a soñar, a mirar también hacia atrás y hacia delante, a ensanchar los horizontes, a vislumbrar otros mundos más allá de las tristes playas de nuestro Molokai propio. Nos enseña a buscar, detrás del vacío de la existencia o de lo absurdo de la vida, el sentido escondido y a revelarlo a nuestra generación. Pues todo hombre y la misma sociedad, so pena de muerte, tienen que, algún día, dejar de taparse la vista y plantearse las grandes interrogantes que distinguen a la humanidad:

¿Qué es el hombre? ¿Cuál el sentido del dolor, del mal, de la muerte, que, a pesar de tan grandes progresos, subsisten todavía? ¿Para qué aquellas victorias, obtenidas a tan caro precio? ¿Qué puede el hombre dar a la sociedad? ¿Qué puede esperar de ella? ¿Qué vendrá detrás de esta vida terrestre?

Los hombres esperan… la respuesta a los enigmas recónditos de la condición humana, que hoy como ayer, conmueven íntimamente su corazón: ¿Qué es el hombre, cuál es el sentido y el fin de nuestra vida, el bien y el pecado, el origen y el fin del dolor, el camino para conseguir la verdadera felicidad, la muerte, el juicio, la sanción después de la muerte? ¿Cuál es, finalmente, aquel último e inefable misterio que envuelve nuestra existencia, del cual procedemos y hacia donde nos dirigimos?

• Nos enseña que el único modo de dar sentido a la vida y al mundo consiste en volver a dar lugar,

espacio, a Dios. Ese Dios que “es el mismo ayer, hoy y siempre”, que no es solamente nuestro origen y nuestro presente, que es también nuestro único futuro, nuestra única esperanza. Ese Dios al que estamos tratando de desterrar de nuestra civilización…

Se extiende una mentalidad que en la práctica prescinde de Dios en la vida concreta y aún en el pensamiento, dando paso a un indiferentismo religioso, un agnosticismo intelectual y a una autonomía total ante el Creador.

Texto 2

(“Evangelizar con Damián”, EdeB., Quito 2009, p. 129)

DETRÁS DE UN SANTO HAY MUCHOS MAS

“No hay humo sin fuego.” El humo que señala la santidad oficial, es la canonización o proclamación formal de parte de la Iglesia de un santo en el cielo. Ahora, si buscamos bien, vamos a descubrir atrás del humo, o sea atrás del santo canonizado, llamas y fuego: el fuego del ardor cristiano que quema muchos corazones de cristianos ordinarios. Si queremos más santos oficiales, fomentemos la santidad ordinaria en la masa de los cristianos.

Detrás de un santo hay muchos más

En el campo de la santidad canonizada, uno solo destaca, sin embargo detrás de él hay muchos más. El santo es la figura de proa, atrás de él hay toda una muchedumbre. Lo dijo nadie menos que el libertador de la India, el Mahatma Gandhi que, sin ser cristiano, hizo este sorprendente homenaje a Damián y a sus sucesores:

Si el cuidado de los leprosos es tan querido por los misioneros y especialmente los misioneros católicos, es que ningún otro servicio requiere un mayor espíritu de sacrificio. Se requiere el más alto ideal, la más perfecta abnegación. El mundo de la política y de la publicidad tendría dificultad para ofrecernos héroes de la talla del Apóstol de Molokai, el P. Damián. La Iglesia Católica, al contrario,

8

cuenta, por millares, a los que, al igual que este héroe, se dedican a servir a los leprosos. Vale la pena averiguar en qué fuente se alimenta este heroísmo.

Detrás de un futbolista genial, hay cientos de buenos jugadores profesionales. El campeón surge de en medio de una masa de buenos deportistas. No pueden nacer santos sino de en medio de una multitud de creyentes que intentan serlo. El santo no nace por generación espontánea, se apoya en el ejemplo y en el empeño de toda una gran comunidad de creyentes generosos. En las vueltas ciclistas, solo gana uno pero hay todo un equipo detrás que lo sostiene… Detrás del candidato que gana unas elecciones, hay miles de partidarios sacrificados…

Estrategia divina: poner a uno en evidencia…

Ahora bien Dios tiene que personalizar la santidad, tiene que poner a uno en evidencia, pues más impresiona una figura excepcional que mil buenos pero más comunes y ordinarios. Un Damián leproso, anhelo de sublimes vuelos, habla más, convence mejor que mil misioneros cumplidores y generosos. Un Damián loco de Cristo, colmo de amores y dolores, despierta más la imaginación y la devoción que miles de misioneros regularmente buenos. Es así como Dios escoge a uno, el más disponible, y lo catapulta para arriba. Lo colma de sus gracias porque ha sido más dócil y generoso. Miles realizaron proezas misioneras pero quedaron como opacados por el brillo que, como aureola, rodea a Damián. Se consagraron generosamente a la misión, pero en circunstancias más ordinarias y con menos celo.

Santo entre muchos más

El santo por lo tanto no es único, es solo la muestra, la parte visible del iceberg. Por un santo excepcional, hay otros miles dignos de ser admirados. Si Damián fuera único, sería desesperante, significaría que la gracia de Dios es inoperante, que su potencia es tan limitada que no alcanza para más de uno. Pero de hecho, detrás de él, hubo en Molokai otros muchos desde laicos hasta compañeros de su Congregación y religiosas… Damián es como la extremidad del periscopio que, al reventar la superficie del agua, es visto, pero hay todo un submarino invisible que lo sostiene… Si el santo sobresaliera solitario en el desierto de la mediocridad, la santidad sería un engaño, una mentira. Como en la ciudad, en medio de una multitud de edificios altos, sobresale una torre que hace olvidar los primeros, así es el santo. Los santos son santos en medio de santos, pues la iglesia entera es llamada pueblo de santos.

Vosotros sois una familia escogida, un sacerdocio al servicio del Rey, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios, destinado a anunciar las obras maravillosas de Dios, que os llamó a salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa. (1 Pedro 2,9)

La gracia de Dios no es solo para una elite, no es eficaz solo para uno entre millones, sino para muchos. Se dice que detrás de un gran hombre, hay una gran mujer, su madre. Detrás de un santo, hay todo un pueblo santo. Extender los suelos de tierra buena

El santo no es un fenómeno aislado. Si queremos más santos canonizados, tenemos que cultivar la santidad día a día, en el mundo. Jesús el sembrador siembra continuamente la semilla de la santidad en tierra buena. Para fomentar la santidad y, a la postre, la proclamación de santos oficiales en el cielo, tenemos que preparar siempre más buena tierra, en mayores extensiones de suelos. Tenemos que fomentar un mundo abierto a la ley de Dios, fomentar una comunidad eclesial más fervorosa, que se alimente más en los sacramentos. Entonces la semilla de la santificación fructificará. Muchos producirán el treinta por uno, otros el sesenta, pero el que de un rendimiento del ciento por uno llegará a santo canonizado…

Otra parte [de la semilla] cayó en buena tierra y dio una buena cosecha: unas espigas dieron cien granos por semilla, otras dieron sesenta y otras treinta. (Mateo 13, 8)

Es misión de la Iglesia fomentar la santidad. El pastor no puede conformarse con formar una masa mediocre y apenas buena; debe fomentar la santidad entre los más disponibles…

9

Texto 3

Lo que piensa la Buena Madre (co-fundadora de la congregación de Damián), respecto de la santidad, ilumina el camino de Damián.

(Evangelio de la Buena madre, EdeB., Quito 2008, p. 149)

LA VIDA RELIGIOSA: CAMINO DE PERFECTOS O DE PERFECCIONAMIENTO

Criterios para la vida consagrada

La vida consagrada: instrumento de santificación

Hoy consideramos la vida religiosa como un estilo de vida y una vocación reservada a una élite, como si la entrega total a Dios, a Dios sumamente amado, fuera reservada a los perfectos.

Hijas mías - les decía - no hemos venido aquí porque somos santas, sino para llegar a serlo; sino fuera así, nos iríamos, y yo la primera. (1)

Su visión nos puede chocar pero no considera la vida religiosa como un oasis de perfección sino como un instrumento de santificación. O sea un camino reservado a los imperfectos, como un medio apto para progresar.

… La Buena Madre… entró en varios detalles sobre el espíritu, el corazón, las debilidades y las imperfecciones de las Hermanas, haciéndome notar cómo muchas de ellas salían del mundo con sus miserias; que, muy lejos de ser ya perfectas, como muchos se imaginan, estaban llenas de imperfecciones, y que, precisamente para intentar curarse de ellas y aprender á servir á Dios, entraban en religión. (2)

En esta linea, se puede aplicar a todos, vocacionados y vocacionadas, religiosos y religiosas, laicos y laicas, esta constatación de san Pablo:

¡Mirad, hermanos, quiénes habéis sido llamados! No hay muchos sabios según la carne ni muchos poderosos ni muchos de la nobleza. Ha escogido Dios más bien a los locos del mundo para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios a los débiles del mundo, para confundir a los fuertes. Lo plebeyo y despreciable del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para reducir a la nada lo que es. Para que ningún mortal se gloríe en la presencia de Dios. (I Corintios1, 26)

El criterio: una mayor disposición para amar

En efecto lo que caracteriza la vida consagrada no es, en primer lugar, un total equilibrio humano, no es el cumplimiento perfecto de una regla, o de algunos medios propios a favorecer la convivencia. Es una disposición para amar y crecer. Es una disposición para amar sumamente al Amor, un celo para consagrase totalmente a Dios y al prójimo.

[El religioso] se entrega totalmente al servicio de Dios sumamente amado… Esta consagración… represent[a] a Cristo, unido con vínculo indisoluble a su Esposa, la Iglesia. (3)

Ahora bien el amor no está reservado a los buenos, a los que fueran perfectamente equilibrados sicológicamente. Más bien el amor es un pedagogo que nos va santificando poco a poco. ¡Cuántos jóvenes inmaduros han encontrado en el compromiso del amor humano el camino de la madurez y de la responsabilidad! Primero el amor vivido; luego el progreso y la perfección. No al revés nos dice la Buena Madre. La vida religiosa no es una vía reservada a los perfectos, es según la definición tradicional un camino de perfección o sea de perfeccionamiento. Los votos lo mismo como la vida comunitaria están destinados a estimular y acelerar el progreso y el crecimiento. Dios no escoge para la vida religiosa a los mejores, sino a los que tienen una mayor disposición para amar. San Benito, cuya regla sirve de modelo a la sscc, acogió toda clase de gente, con una sola condición: que estén motivados prioritariamente por el deseo de buscar a Cristo.

10

Afinar el discernimiento vocacional

Esta reflexión no es una invitación a desconocer el discernimiento vocacional. Todo lo contrario, nos invita a afinarlo, a precisar o rectificar los criterios.

La Buena Madre descarta a las que no pudieran asumir la vida comunitaria. Criterio para las vocaciones: no son para nosotros si no pueden vivir en comunidad. (4)

Eso sí: demuestra Enriqueta una invencible prevención frente a las "devotas", a las personas que "fingen tener guantes de terciopelo, pero terminarán por mostrar las garras". (5)

Pide no tanta habilidad sino que aprendan a hablar, que quieran trabajar, ni orgullosas ni testarudas… Los caracteres susceptibles, las escrupulosas por tonterías y exactas para nada y además habladoras, las demasiado devotas, las que suben y bajan, no nos convienen. A esas de nervios irritables la sangre les hierve y no les conviene nuestra vida de oración. (6)

Pero lo más esencial para ella no es un perfecto equilibrio sicoafectivo conquistado en el seno de un hogar modelo. Lo que quiere positivamente es una sed de amar más, un afán de más entrega, una disponibilidad más grande para grandes ideales. El sicólogo ayudará a desalojar las falsas motivaciones, pero solo un creyente podrá discernir la presencia de los criterios fundamentales.

Texto 4

(Evangelio de la Buena madre, EdeB., Quito 2008, p. 184)

SANTIDAD VERSUS DEBILIDADES Santidad y perfección no son la misma cosa

María del Carmen Pérez, sscc, en su libro "Henriette o la fuerza de vivir", detalla con lucidez algunas debilidades (aunque difíciles de juzgar a la distancia) de la Buena Madre, que nos recuerdan que santidad y perfección no son la misma cosa:

Henriette no es un personaje fácil de analizar. Todo… nos revela una Henriette de personalidad rica, polifacética, a veces contradictoria. Esas fases de su persona presentan contrastes que enriquecen nuestra comprensión, como las luces y sombras de un cuadro ponen de relieve, esconden, dejan adivinar, dan campo a la intuición, revelan en el blanco-negro la más verdadera imagen. La afectividad intensa, espontánea, libre para amar y expresar su deseo de ser amada, podría extrañar en una persona de tan recio trato consigo misma. [Su] ternura maternal, tan natural… nos parece un instinto rico pero no bien trabajado, quizás no asumido como consecuencia del voto de castidad. ¿Cómo conjugar estos aspectos de su preocupación femenina por amar y ser amada, con la mujer del "todo por Dios, sólo por él"? Ausente de Picpus se declara viviendo en país extranjero, lejos del Buen Padre, de la amiga Rochette, de las sobrinas y toda esa "pequeña sociedad de los íntimos" que se reúne en su habitación. ¿No es la misma que goza con las nuevas vocaciones y fundaciones, la viajera aventurera que sufre al dejar hermanas en lejanas tierras? El Padre Medard se extraña de lo que él llama "la promoción personal" de las sobrinas Coudrin. Es a ellas que en sus ausencias la Buena Madre envía noticias. Esta mujer, toda caridad abierta y acogedora a cualquiera necesidad, comprensiva e indulgente, llevada por sus prejuicios sociales, se expresa a veces con ironía que llega a ser cruel, ante las deficiencias físicas, morales o sociales de algunas hermanas… Luego, con amor maternal sabe matizar: aquella tan fea es una santa y esa poco capaz es toda oración y docilidad, etc… [Percibimos] expresiones de dolor, de negrura, que parecen a veces exageradas. Estilo algo lagrimoso, teñido de más sufrimiento que de gozo… En verdad no es fácil analizar el corazón de Henriette. No es posible simplificar su compleja realidad, pues perdería el relieve y hondura sobre los que Dios trabajó. Los hermanos y hermanas de su tiempo lo supieron, lo atestiguaron, lo gozaron. (1)

El ser humano, hecho para la perfección

La naturaleza humana es apta para la santidad, pues Dios nos ha fabricado con ese fin. Tenemos recursos para alcanzar nuestra plenitud propia de ser humano.

11

Si nuestra naturaleza no fuera capaz de llegar a la perfección - la propia de un humano -, el Hijo de Dios no hubiera podido hacerse hombre, pues, siendo él la santidad absoluta, necesitaba para expresarse un espacio apto para ella. Jesús ha llevado nuestra humanidad hasta la perfección. Solo él se mereció la exclamación de Poncio Pilato que profetizó sin saberlo:

¡Aquí está el hombre! (Juan 19, 5)

O sea: ¡He aquí el hombre de verdad, el hombre total! El mismo Señor se designaba como el Hijo del Hombre o sea el hombre por excelencia, el humanísimo. María también, libre del pecado original, fue totalmente transparente a la gracia de su hijo. En la práctica, la perfección no está a nuestro alcance

Nadie más ha logrado la perfección, pues desde los orígenes hemos quedado debilitados. La perfección supone la renovación integral de nuestras vidas en un pleno equilibrio afectivo, emocional, intelectual, social. Es la posesión de todas las virtudes, no es solo ausencia de pecado ¡sino de defectos! Fuera de María en su inmaculada concepción, emprendemos la carrera de la vida con una pesada carga, con puntos en contra: salimos penalizados, con tarjeta amarilla. Aunque hayamos empezado a morir al pecado desde el bautismo, la inclinación al pecado deja aún sus huellas. Y el medio donde crecemos y nos desenvolvemos nos contagia continuamente. La perfección es para el final cuando colectivamente

"lleguemos a ser el Hombre perfecto, con esa madurez que no es nada menos que la plenitud de Cristo" (Efesios 4, 13).

La perfección divina nos queda aun menos asequible, aunque Jesús nos la presente como modelo: Sean perfectos como su Padre del cielo (Mateo 5, 48).

Evidentemente no nos exige una imitación al pie de la letra, pues la santidad divina rebasa toda posibilidad humana.

Vi al Señor sentado en un trono excelso y elevado, y el ruedo de su manto llenaba el templo. Unos serafines se mantenían erguidos por encima de él; cada uno tenía seis alas: con un par se cubrían la faz, con otro par se cubrían los pies, y con el otro par aleteaban. Y se gritaban el uno al otro: «Santo, santo, santo, Yahvé Sebaot: llena está toda la tierra de su gloria.» Se conmovieron los quicios y los dinteles a la voz de los que clamaban, y el templo se llenó de humo. (Isaias 6, 1-4)

Jesús mismo decía: Uno solo es bueno: Dios. (Marcos 10,18)

La santidad divina, para nosotros, es solo un ideal, una utopía, que como tal es inalcanzable, pero que nos mueve a ponernos en camino. De todos modos la perfección a los ojos del mundo es inalcanzable, puesto que nuestra vida, nuestras palabras, nuestras acciones siempre son ambiguos. Siempre pueden ser interpretados en doble sentido. Jesús mismo fue tratado de comilón cuando participaba de la vida común precisamente para integrarse al mundo; de endemoniado porque expulsaba con excesivo poder a los demonios; de cómplice del pecado, cuando se hacía amigo de los pecadores para sacarlos del pecado… Dios mismo, por la imagen deformada que dan de él muchos que lo tienen en la boca pero no en el corazón, es considerado como fomentador de guerras, odios y violencias… La santidad sí es posible

Si la perfección es inalcanzable en este mundo, en cambio sí lo es la santidad. El santo es el que intenta ser perfecto con la gracia de Dios. El santo es el que persigue la perfección aunque sepa que no la alcanzará, es el que da todo de sí, el que lucha por amar a Dios y al prójimo con todo su ser, aunque nunca lo consiga del todo. El santo es el que rechaza conscientemente todo lo que le pudiera apartar de la meta… pero hasta el final habrá campos de su vida, invisibles a su conciencia, que escapen a una total renovación en Cristo.

El Buen Padre reunió a las Hermanas y les dijo: "Para todos ha llegado el momento de renovarse, ante los restos de una santa, cuyas mortificaciones han igualado a las de los solitarios de la Tebaida." (2)

12

El recorrido de la perfección

Somos marcados en efecto por una herencia, una historia. La raíz del pecado desde antes del nacimiento ha ido invadiendo nuestra vida embrionaria en mayor o menor proporción. Ser perfecto supondría que la luz de Cristo penetre cada rincón de nuestra vida, que su gracia santifique cada ámbito de nuestro ser, que su santidad perfeccione todas las dimensiones de nuestra personalidad. Si alguien empieza el camino con bases buenas (moralidad y equilibrio sicológico) irá evidentemente más lejos. Si alguien empieza el camino con bases malas, a mismo grado de entrega, probablemente no llegue tan alto. Pero la santidad es otra cosa, es más subjetiva; no depende tanto de la perfección objetivamente alcanzada, como del esfuerzo realizado, del amor dado, del grado de entrega. No se mide pues por el resultado sino por el esfuerzo, de modo que podemos imaginar a un santo más perfecto que finalmente fuera menos santo que otro menos perfecto… O al revés a un santo menos perfecto pero más santo que otro más perfecto. Una vida entera no es suficiente para quedarnos totalmente evangelizados. Podemos estar adelantados en un aspecto y atrasados en otro. Quedarán siempre zonas oscuras. En efecto hay puntos ciegos, por ejemplo actitudes nuestras que escapan a nuestra percepción y que quizás no hayan sido aun alcanzadas por la luz de Cristo. Ejercicio

Preguntarnos qué sectores de nuestra vida ya han sido renovados por el Evangelio, y cuáles todavía no. Qué sectores quedan todavía en la oscuridad, donde reina aún el hombre viejo o carnal.

Texto 5

(Evangelio de la Buena madre, EdeB., Quito 2008, p.188)

EL CIRIO, La Buena Madre, lámpara encendida

La primera fórmula de votos de Henriette, compuesta por ella misma y jamás repetida en otras profesiones, fue: - Deseo consumirme como este cirio… en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. El cirio, si se lo prende y no se lo sopla, sigue encendido… Su llama sigue prendida hasta que se agote la cera, el combustible. El cirio evoca una vida de entrega de todos los instantes, día a día, minuto a minuto, segundo a segundo, sin descanso ni paréntesis.

En 1799, en Poitiers, ella escribe: … Que él nos conceda la gracia… de perseverar en un estado… en el cual la vida no debe ser sino un holocausto continuo de todo su ser a Dios y solo a Dios. (1)

La mayor parte, nos entregamos por momentos, de modo intermitente. El resto del tiempo soplamos la mecha para entregarnos a lo nuestro: momentos de respiro y paréntesis de egoísmo. Nos quedamos tranquilamente con la llama apagada, poniendo en compás de espera nuestra entrega a Dios y a los demás. Enriqueta no sopla nunca la llama, ni de noche, ¿acaso no duerme en una silla para seguir medio despierta? Está donada, consagrada sin parar, incesantemente, hasta la muerte. Para seguir con el alma encendida en el amor de Dios, no vacila en utilizar medios drásticos… Juzgamos el valor de nuestros actos al grado de intensidad con el que los vivimos. Sea una oración, la misa, un gesto de caridad, etc. Si hemos sentido algo más fuerte, entonces creemos que hemos vivido algo más grande. No es el criterio de Enriqueta, entre la emoción y la constancia, privilegia la segunda. Dios no valora mucho nuestros breves momentos de entusiasmo espiritual que no son más que la consecuencia de una sensibilidad

13

exaltada o de una psicología recalentada: lo que quiere es la entrega fiel, regular y constante. «Este fervor no fue, en la Servidora de Dios, el efecto de une impresión pasajera. Durante cuarenta años, de 1794, la época de su conversión, hasta 1834, momento de su muerte, ella perseveró en la práctica generosa de la virtud, a pesar de la repugnancia y sequedades que la asaltaron en medio mismo de esos largos momentos de "sufrimiento sin Dios" en los cuales tan a menudo quiso Dios sumergirla». (2)

Enriqueta es la vela prendida, siempre en vela; la lámpara encendida que se alimenta con el aceite del ardor de un amor que nunca se agota.

Tengan el delantal puesto y encendidas las lámparas – dice Jesús - parézcanse ustedes a los que aguardan a que su patrón vuelva de la boda para, cuando llegue, abrirle en cuanto llame. Dichosos esos servidores si el patrón al llegar los en-cuentra en vela (Lucas 12, 35-37).

Las muchachas…sensatas llevaron aceite en sus recipientes… (Mateo 25,1.4)

Y porque nunca desconectó el interruptor, al testimonio del fundador, se vuelve luz para todos: Ella la luz, yo soy el candelero (3)

Texto 6

(Evangelio de la Buena madre, EdeB., Quito 2008, p. 190)

IMPORTANCIA PEDAGOGICA DE LA SANTIDAD CANONIZADA

Necesidad de modelos

Leer la vida de un santo desequilibra. Nos pensábamos buenos, hasta sobresalientes, y aparece que merecemos una pésima nota… Puede ser que sobresalgamos en algún aspecto, pero somos menos que ordinarios en otros. Al estudiar la vida de un santo, empezamos inconscientemente a medirnos con él y salta a la vista nuestra mediocridad. Confrontarse con un santo, es importante, porque nos invita a la superación. Creíamos haber alcanzado la meta y descubrimos que estamos por empezar. Al desenmascarar nuestras miserias, el santo nos invita a reiniciar la carrera, a emprender una nueva etapa.

No creo haber conseguido la meta ni me considero un perfecto, sino que prosigo mi carrera… Yo no me creo todavía calificado…olvidando lo que dejé atrás, corro hacia la meta (Filipenses 3,12-14).

La comparación con los que nos rodean, puesto que tendemos a ver solo sus defectos, nos hace sentir no solo buenos sino mejores. La masa promedio (familia, comunidad, etc.) tiende a nivelarnos para abajo. Al contrario el santo nos jala para arriba. Si un deportivo solo se mide con inferiores, no progresará. Lo tiene que hacer con superiores, es el único modo de crecer. Ahí no va al caso la falsa humildad que nos hace interpretar mal lo que dice Jesús:

Si alguien quiere ser el primero, hágase el último de todos. (Marcos 9,35)

Jesús no quiere que seamos los últimos, al menos que sea en el orgullo, la soberbia y la prepotencia. No niega la voluntad de ser el primero y el mejor, solo precisa en qué: en el servicio y en la santidad. Hay que tener el coraje de compararse, no para desanimarse, sino para volver a lanzarse para adelante. Antes se fomentaba la lectura de la vida de los santos entre la niñez y la juventud, hasta en comics. Hoy hay más santos, beatificados o canonizados, pero poca atención les damos: antes había menos santos y más interés. Somos seres sociales, vamos construyendo nuestra personalidad por imitación o rechazo, pero siempre en función de los demás. Los niños remedan, los adultos observan y escogen sus ejemplos. Necesitamos modelos. El santo es un incentivo, un estímulo en el camino de la santidad. Pablo lo sabía quien, sin falso pudor, se ofrecía como tal:

Sigan pues mi ejemplo como yo sigo el de Cristo (I Corintios 11,1)

Sean imitadores míos, hermanos, y fíjense en los que siguen nuestro ejemplo (Filipenses 3,17).

14

Durante décadas, hemos marginado o eliminado a los santos, para acabar con cultos a veces idolátricos y recentrar la vida cristiana en Cristo. Ahora es tiempo de volver a ellos. Por varias décadas, habíamos puesto fin a nuestros procesos de beatificación… Volvamos a poner a los santos en su pedestal. Pues, fuera de su poder de intercesión, tienen un enorme e insustituible valor pedagógico. Es el caso de la Buena Madre.

Texto 7

Lo que se dijo de la beatificación de Eustaquio van Liestsout, otro beato de la Congregación de los Sagrados Corazones, vale también para la canonización de Damián.

(“La Herencia que nos dejó el Beato Eustaquio”, p. 9, EdeB, Quito, Ecuador, 2007) Beatificación, ¿MOTIVO DE AUTO SATISFACCION?

No nos ilusionemos con la beatificación de Eustaquio. No es porque un hijo de la Iglesia, un miembro de la comunidad sscc es santo que nosotros lo somos. Cada uno responde por sí mismo:

El mérito de justo le corresponderá solo a él… Juzgaré a cada uno de ustedes de acuerdo a su comportamiento (Ezequiel 18,20.30).

No nos orgullezcamos con su beatificación. Quizás, siendo compañeros de él, hubiéramos condenado y rechazado los excesos de su carisma extraordinario o despreciado los valores que encarnó: la humildad en la humillación, el espíritu de penitencia, el amor sin reservas al pueblo hasta el olvido total de sí mismo, la obediencia hasta el sacrificio de su propia inspiración espiritual, el celo hasta hacer milagros que fueron motivo de críticas y molestias, la zozobra en que se vivía (no solo el P. Eustaquio sino también otros muchos que le rodeaban) por la persecución popular. Cuidado con la levadura de los fariseos, ojalá no merezcamos la condenación de Jesús:

Matan a los profetas y luego les levantan mausoleos (Mateo 23, 29-31).

Alegrémonos por su beatificación solo si estamos decididos a abrazar – no la forma, en parte marcada por la época – pero sí el espíritu de su entrega… Alegrémonos sobre todo porque el carisma SSCC por segunda vez ha sido validado:

[Con ocasión de la beatificación del P. Eustaquio,] nuestro Carisma congregacional, sin duda alguna, se ve reconocido una vez más como origen y cauce de santidad. [Nos ofrece] la posibilidad de vivir con todas las consecuencias nuestra condición de imagen de Dios, de bautizados en el Espíritu, de seguidores de Jesús, de miembros del Cuerpo de Cristo. El reconocimiento de su bienaventuranza por parte de la Iglesia es la confirmación de nuestro carisma congregacional como fuente de santidad y de servicio misionero a la comunidad cristiana. (Carta de los superiores generales a la Congregación, 2006)

Texto 8

(“La Herencia que nos dejó el Beato Eustaquio”, p. 11, EdeB, Quito, Ecuador, 2007) ¿CÓMO LLEGAR A LA CUMBRE?

Dando su testimonio respecto del P. Eustaquio, el abad del monasterio benedictino de Río de Janeiro, dice:

"Por grande que fuese la repugnancia del hombre, el religioso obedeció; venció, venciéndose a sí mismo. Puedo decir que fue en una ocasión como ésta en la que fue reforzándose en mí la convicción de que allí había algo más que un sacerdote y un religioso”.

15

Eustaquio no ha sido solo un buen sacerdote o un buen religioso. No. Se trata de una entrega del más alto nivel. Hay muchos artistas pero pocos llegan al primer rango. Hay muchos deportistas y atletas pero pocos llegan a la cumbre. Hay muchas selecciones nacionales de fútbol, una sola conquista la copa. Hay muchos científicos pero pocos alcanzan el Nóbel. Eustaquio pertenece a este linaje. No se puede reducir su santidad, confirmada oficialmente por la Iglesia, a una bondad ejemplar. Es mucho más… Es verdad que todos somos llamados a la santidad, o sea a la plena semejanza con Dios, pues es la vocación de todo ser humano, como lo proclama san Pablo: Esta es la voluntad de Dios, vuestra santificación (I Tesalonicenses 4, 3). Pero no todos llegan a la cumbre. Por dos motivos… Muchos son los llamados y pocos los escogidos (Mateo 22, 14). Una cosa es la oferta divina, otra nuestra respuesta. Una cosa nuestras potencialidades espirituales, otra lo que hacemos con ellas. Todos somos llamados pero de hecho poquísimos tenemos la disponibilidad total de un Eustaquio. La otra razón es que no basta con ser santo, o sea transfigurado por la gracia de Dios, para ser canonizado. Dios, entre varios posibles, elige al que, con su vida, sea portador de un mensaje que él quiera destacar. Dios es el gran elector, es el que suscita entre el pueblo cristiano, la fama de santidad respecto de tal o cual. Y su selección muchas veces no recae en quien coincide con nuestras expectativas. Si nos hubiera tocado elegir a un santo SSCC, probablemente hubiéramos puesto a Eustaquio al final de la lista, pues nos parece demasiado milagrero y aficionado a las devociones, reliquias y bendiciones. Pero Dios no piensa como uno; con un nuevo santo, pretende remover nuestros conformismos y nuestras ideologías de moda. La elección divina está guiada por el afán de poner de relieve algo diferente, un modelo nuevo, un ideal renovador, una orientación distinta que sacuda nuestra mediocridad. Preguntémonos pues cuál es el mensaje que Dios nos quiere dar al escoger como nuevo beato a Eustaquio…

Día de los Difuntos (lunes 2 de noviembre)

Para una reflexión grupal o una convivencia basada en los textos que siguen, usar las dinámicas señaladas, p. 141: “¿CÓMO HACER UNA REFLEXIÓN GRUPAL O UNA CONVIVENCIA ALREDEDOR DE UN TEXTO?”

Texto 1

(Evangelizar con Damián, EdeB, Quito, 2009, p.40) DAR SENTIDO AL MUNDO NUEVO QUE ESTA ASOMANDO

Nuestro mundo está en déficit de sentido. El norte cree que el consumismo puede satisfacer sus aspiraciones pero descubre, más fuertemente en tiempos de crisis, que los bienes son limitados; y va percibiendo que su exceso no basta para procurar la felicidad.

16

El sur no tiene lo elemental, lo básico; y busca una respuesta, una solución. Muchas veces se ilusiona con falsos mesianismos. Es así como hay hoy en el mundo, en los dos hemisferios, una búsqueda de una nueva luz. Se aspira sin saberlo a la evangelización. El misionero no puede conformarse con ofrecer recetas superficiales, técnicas publicitarias, anzuelos engañosos. Tiene que responder a las búsquedas más radicales. Ser misionero es responder a la búsqueda de un sentido radical de la existencia… En esto Damián es maestro…

Molokai, un mundo diferente

Una isla perdida en el Pacífico, simple coma en la inmensidad del océano, como un planeta errante en las tinieblas infinitas, separado de todo y de todos. ¿Qué puede aportar Damián a nuestro mundo, aparentemente tan diferente al suyo? Y el territorio de los leprosos no era la isla entera sino una franja, una playa aislada por una infranqueable muralla tierra adentro, vértice del cielo; y al frente: el mar inmenso…

Península… golpeada por dos lados por la furia del océano, separada del resto de la isla por paredes de roca inaccesibles, de más o menos mil metros de altura: los Palis. (EEA p. 32)

Molokai no tenía solo su estrecho espacio propio: tenía ¡tiempo propio! La esperanza de vida en la isla es, en promedio, de un año, fuera de Damián que va a quedarse dieciséis. El tiempo ahí se ha acelerado: el plazo de vida no pasa de doce meses. Es un universo diferente donde el tiempo se acelera y por lo tanto se encoge. Otra característica: la tasa de población no se mantiene por reproducción sino solo por el ingreso de nuevos enfermos. Molokai es un lugar especial, en alerta roja permanente. Se parece al pabellón de los condenados a muerte. No es el mundo común y corriente al que alude Jesús en la parábola del ladrón, pues es un lugar donde se sabe a qué hora va a venir el ladrón. Es el lugar donde no queda más que estar en vela.

Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa. (Mateo 24, 43)

Es el lugar donde el siervo de la parábola sabe a qué hora va a llegar su Señor, pues la evolución de la enfermedad no deja lugar a dudas.

¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el señor puso al frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo? Dichoso aquel siervo a quien su Señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. (Mateo 24, 45-51).

Molokai, en busca de sentido

Damián aprovecha el acontecimiento, o sea la reducción del tiempo de vida, para darle sentido tanto al tiempo como a la vida. Mientras menos se tiene de algo, más se lo valora, lo raro es más caro. En Molokai el tiempo y la vida son oro. Al leproso le toca justificar su existencia, de prisa, sin perder tiempo, máxime cuando siente rechazo de sí mismo, moralmente y físicamente, cuando su cuerpo entra en descomposición.

El hedor de sus inmundicias, junto a las exhalaciones de sus llagas, era… insoportable para un recién llegado.

La leprosería en efecto es el lugar donde reina el desprecio de sí mismo y de los demás; más que desprecio: asco, asco de sus llagas purulentas, de su aliento pestilente. En todas partes del mundo, se ha condenado al leproso a la expulsión, a la exclusión y en general a la reclusión (lazaretos). Pero estas medidas legales, más allá de combatir el contagio, no hacían más que expresar públicamente los sentimientos que experimentaba el mismo leproso para consigo mismo: repulsión por sí mismo, rechazo y negación de su condición. Donde no hay auto estima sino auto desprecio, ¡qué difícil es creer en el amor de Dios y más aún acogerlo! La vergüenza del propio cuerpo conduce a sentirse indigno ante Dios y el sentimiento de indignidad degenera fácilmente en resentimiento…

17

Ocio, suciedad, violencia... éste era el pan de cada día de los que habían perdido todo respeto, incluso por sí mismos.

El desprecio de sí mismo lleva al desprecio de los demás.

Ama… como a ti mismo, dice Jesús. ¡Cómo amar a su prójimo si no se ama a sí mismo! Solo el amor de Dios, experimentado sensiblemente, puede revalorizarme a mis ojos y permitirme amar a los demás. Molokai es la sinrazón, un mundo sin sentido, que requiere más que cualquier otro, razón de ser y sentido para vivir a pesar de todo…

Bajo estos techos primitivos - escribe Damián en 1886 en su informe sobre la leprosería - todos estos desventurados expulsados de la sociedad, más o menos extraños los unos a los otros, vivían “revueltos”, sin distinción de edad ni de sexo, sin ninguna clasificación de acuerdo con el estado de su enfermedad avanzada o reciente. Pasaban su tiempo jugando a las cartas, danzando el hula, bebiendo una especie de cerveza hecha de raíz de ti, y entregados a los excesos que eran su consecuencia obligada.

Damián ofrece las bienaventuranzas a nuestro mundo, hambriento de sentido

¿Cuál es la salida?

Nuestro mundo de hoy en algo se parece a Molokai. Pues, en busca de goce inmediatista, esclavo de una visión consumista globalizante, hundido en un materialismo superficial, busca sentido sin saberlo.

… la búsqueda de un sentido radical de la existencia… se manifiesta con gran fuerza en casi todos los espacios y ambientes.

La misión de Damián era una misión imposible: permitir a los leprosos descubrir experimentalmente que valía la pena vivir la vida, aunque fuera tan corta, tan dolorosa, tan sufrida y en tales condiciones: sin la familia, sin la salud, sin libertad. Las medicinas del olvido (licor, sexo, violencia, etc.) son destructoras.

Tiene una importancia fundamental ofrecer el verdadero «sentido de la vida» a las nuevas generaciones, que por carencia del mismo acaban por caer frecuentemente en la espiral perversa de los estupefacientes.

Las recetas sicológicas no surten efecto. La terapia ocupacional y las del entretenimiento son válidas y Damián, como nadie, las supo utilizar a gran escala. Pero, si bien alivian, son insuficientes para crear sentido.

La solución: las bienaventuranzas

En el Molokai del siglo XIX, solo podían funcionar las bienaventuranzas y sus paradojas.

Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque serán saciados… Bienaventurados los perseguidos porque de ellos es el Reino de los Cielos. (Mateo 5, 5.6.10)

En efecto, en los leprosos se cumplen las nueve bienaventuranzas, como lo señala Damián en el drama “Estoy leproso, bendito sea Dios”:

¿Acaso no somos pobres y miserables, humildes y humillados, hambrientos y sedientos de salud? ¿Acaso no suspiramos por un corazón puro a cambio de esta carne impura que llevamos como una ropa sucia? ¿Acaso no han sido perseguidos y traídos a la fuerza a este peñón rocoso?

El llanto, el hambre y la persecución crean como un vacío interior. Ahora bien, como decían los antiguos, la naturaleza tiene horror al vacío, en efecto el aire se precipita. Ahí donde el hombre se queda vacío de todo, el consuelo de Dios se manifiesta con poder. Ahí donde el hombre se queda sin nada, sin bienes mundanos, Dios lo viene a colmar con sus bendiciones y su misterioso gozo. Y este gozo de Dios supera con creces la amargura de la cruz.

18

Es así como la vida crucificada de los leprosos tomó forma, adquirió sentido. Aprendieron a unirla al cuerpo crucificado de Jesús, a su sangre derramada, a su alma angustiada.

… Las molestias de la vida, si se sufren pacientemente, se convierten en “hostias espirituales, aceptables a Dios por Jesucristo” (I Pedro 2, 5), que en la celebración de la Eucaristía, con la oblación del cuerpo del Señor, se ofrecen piadosísimamente al Padre.

Los desterrados sanitarios de la isla experimentaron cómo la cruz de la lepra dejaba de ser un sin sentido y se volvía como un aporte a la salvación del mundo.

Así también los laicos, en cuanto adoradores, obrando santamente en todo lugar, consagran a Dios el mundo mismo.

Damián no pretendió eliminar el sufrimiento - pues no había cómo - sino rebasarlo y darle significado, usarlo como un trampolín para treparse… Lo presentó como una asociación a la cruz de Cristo. Pues, si es difícil amar a Dios porque a menudo asoman nuestros resentimientos, es imposible no amarlo cuando está, junto a uno, sobre la cruz…

Ofrece tu sufrimiento, dáselo por la salvación del mundo y acogerás el consuelo de Dios, les decía más o menos Damián.

Éxito de las bienaventuranzas

Y las bienaventuranzas funcionaron: la paz de Dios que supera todo entendimiento (Filipenses 4, 7), bajó a Molokai: el infierno se convirtió de algún modo en antesala del cielo. Gracias al milagro de las bienaventuranzas, de la cruz de la lepra surgió la conversión y la redención, como lo refiere una leprosa, en el drama ya citado:

Una gran noticia, Padre Damián, mala y buena. Los que estaban encarcelados por haber confeccionado licor y venderlo se han rebelado esta noche. Estuve ahí. Se apoderaron de las armas de los guardias y estaban a punto de matarlos... Les gritamos a los presos pero no hicieron caso. Finalmente una inspiración me impulsó a avisarles que habías caído víctima de esta misma enfermedad que los tortura y aloca. “− Por culpa de ustedes, les grité, por su culpa, el P. Damián ha contraído la lepra. Dios lo ha herido para reparar el mal que están haciendo, como compensación por todas sus maldades”… Se detuvieron sorprendidos. Se quedaron como estatua. Luego, dóciles como corderos, regresaron a sus celdas para cumplir su condena. ¡Tu lepra, Damián, es fuente de bendiciones!

Sí, Damián tiene algo esencial que aportar a cada generación: la verdad sobre el hombre. Ha descubierto en carne propia la miseria de la condición humana y por lo mismo su grandeza: pues, cuando el hombre reconoce su limitación y la acepta, entonces empieza a hacerse disponible para acoger la plenitud misma de Dios. El hombre es grande precisamente cuando es miserable porque su miseria, asumida humilde y confiadamente, atrae la misericordia de Dios que se precipita con sus dones y toda su riqueza.

Por eso Damián será siempre modelo de evangelización.

Texto 2

(Evangelizar con Damián, EdeB, Quito, 2009, p.143) PASTORAL DESDE LA TRAGEDIA

No hay salvador sin pecado, no hay salvación si no hay mal. No hay salud sin enfermedad, no hay médico sin enfermos. Si fuera posible eliminar todo el mal del mundo, la salvación sobraría. El anuncio de la salvación pierde su sentido y su impacto si escondemos hipócritamente y tapamos artificialmente el mal y el pecado. El anuncio de la Buena Nueva parte de la realidad del pecado, del dolor, de la enfermedad y de la muerte. Damián nos enseña que la cruz de cada hombre es un camino que se puede usar para evangelizar.

19

Superficialidad en el mundo de hoy como ayer en Molokai

La multitud de ofertas, las baratijas electrónicas, los adelantos técnicos sirven de substitutos… son para el espíritu lo que es la comida chatarra para el cuerpo. Ya no hay lugar para interrogarse con seriedad sobre el sentido último de la propia existencia. Hemos eliminado los grandes interrogantes: el por qué y el para qué del mundo y de la vida. Solo cuenta el corto horizonte de la coyuntura y de la moda.

Se abre camino entre nosotros un modo de vida que, animado por el relativismo, el pragmatismo y el hedonismo, impide a los hombres y mujeres interrogarse con seriedad sobre el sentido último de su propia existencia.

Por otros caminos, muchos en Molokai, llegaban a lo mismo, negándose a ver la realidad de frente. Leprosos de cuerpo se volvieron también leprosos de espíritu: para olvidar su infierno en la tierra, se tapaban la vista, y se ocultaban a sí mismos su condición de condenados, escondiéndosela en los vicios, el licor y las orgías o hasta en la explotación de los más débiles.

Para consolarse bebían alcohol obtenido de la fermentación de papas dulces. La reacción humana de miedo frente a la perspectiva de la muerte y del rechazo del sufrimiento había llevado inevitablemente a ésta gente, a refugiarse en los países artificiales del vicio, acelerando así los procesos de destrucción del propio organismo.

Molokai, camino de profundización

Pero los otros leprosos supieron enfrentarse con los grandes problemas que planteaba el drama de Molokai. Algunos asumiendo la desesperanza y el rechazo de Dios; la mayor parte escogiendo la esperanza en él y la entrega a los demás. No hay lugar para la indiferencia en la isla: cada uno tiene que pronunciarse y toparse con el destino último de su vida. La tragedia puede enseñar a ser hombres… Gracias a Damián, las víctimas de esa enfermedad sin remedio, sometidos a tortura permanente, hallaron el estímulo para elevarse hasta Dios, recurrir a él, confiar en él. Damián y sus leprosos, que no tenían más que su esperanza sobrenatural, nos enseñan a librarnos de lo superficial e ir a lo esencial. No esconder la dura realidad

En la situación presente que se caracteriza por un materialismo aparentemente cómodo y tranquilo, la solución consiste – a imitación de Damián - en enfrentarse valientemente con los lados sombríos de la existencia, que no faltan a pesar de los adelantos científicos y tecnológicos.

Existe hoy en nuestra cultura una resistencia muy grande a mirar de frente el misterio de la Cruz en la vida propia y ajena. La tendencia es huir e ignorar todo lo que es sufrimiento, dolor y muerte; a camuflarlo, esconderlo, por temor a mirar el fondo de su realidad inexorable y punzante. Ante esta realidad, el discípulo de Jesús está llamado a proponer, mediante el testimonio de su propia vida, el valor de tomar la cruz y seguir al Maestro, quien pasó primero ese camino por nosotros. Así evidencia delante de los ojos de sus contemporáneos que no hay vida verdadera que no pase por la pasión. “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere dará fruto abundante” (Jn 12, 24)

Se trata de partir de las experiencias negativas de la existencia para remontar hasta lo esencial, para operar como un reencuentro con el significado más hondo y más extraño de la vida humana: el proyecto misterioso de Dios de hacernos compartir su propia vida divina… Reconocer la malicia del pecado que ha arruinado parcialmente la belleza de la vida y descubrir, más allá del mal, el plan divino. Entender que vivir es un acto serio, grave y de suma responsabilidad porque seremos juzgados sobre la base de una sola vida y tan breve…

… Olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante, corriendo hacia la meta, al premio a que Dios me llama desde lo alto en Cristo Jesús. (Filipenses 3,13-14).

20

La cruz como camino pastoral

En lugar de negar el lado oscuro de la vida, en lugar de consolar a la gente con falsas promesas, en lugar de esconder la muerte, Damián invita a los moradores de la isla, condenados de por vida, a asumir la cruda realidad:

La cruz y la muerte son tu destino, asúmelas con valentía y con confianza, todo se transfigurará, y al final todo será vida plena.

No se trata, para Damián, de practicar la teología de la prosperidad.

Todo se va a componer, ya vienen medicinas, ya está el milagro. Damián nos ofrece más bien la teología de la transfiguración. El peor mal deja de serlo cuando lo asumes con Cristo crucificado. Todo sigue igual pero todo es diferente. La situación exterior permanece, en este caso la enfermedad y los daños irreversibles que causa en los órganos… En el caso de Jesús, su transfiguración, visible a los ojos de los tres apóstoles más allegados, fue momentánea, solo un momento dejó ver su verdad interior:

… El aspecto de su rostro se mudó y sus vestidos se volvieron de una blancura fulgurante. (Lucas 9, 29).

Pronto todo volvió a la normalidad:

Y de pronto, mirando en derredor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos. (Marcos 9, 8). La transfiguración, visual, palpable, de Jesús es el anuncio de otro cambio, hondo, interior e interno, que produce la acogida de la gracia de Dios en la vida del creyente. Visto desde fuera, todo quedó lo mismo, pero en Kalawao, • la cruz ya no fue un obstáculo para el gozo, • ni el llanto para el consuelo… • El hambre dejó de ser un impedimento para la plenitud, • la angustia de la muerte para la esperanza de la resurrección, • la agitación exterior para la paz interior… Igual como, a la superficie del océano, las olas se desatan furiosa y violentamente, mientras la masa del agua permanece pacífica, tranquila y estable… Es el milagro de la transfiguración… A nivel pastoral, es una técnica efectiva: la miseria como camino hacia Dios. Y la miseria implica el hambre, la enfermedad, la soledad, la ancianidad, la persecución, etc. (ver más abajo “Estrategias II”, Partir de la cruz).

Texto 3 Lo que piensa la Buena Madre, la co-fundadora de la congregación de Damián, respecto de la muerte, ilumina el camino de Damián.

(“El Evangelio de la Buena Madre”, EdeB, Quito, 2008) POBLANDO EL CIELO

¿Poblar el cielo o renovar la tierra?

Aludiendo a la muerte de jóvenes religiosas, la Buena Madre escribe a su amiga de Poitiers, Gabriel de la Barre, con su estilo vivo y directo:

Estamos poblando el cielo demasiado rápidamente. Esto me entristece, pero tenemos el consuelo de que mueren como santas. (5 de julio 1825)

21

Desaliento en el duelo

La Buena Madre se entristece por la partida acelerada de sus jóvenes hermanas. La pobre Perseverando sigue en agonía, no se puede esperar salvarla; tenemos otra Hermana muy mala, con viruela. En todo caso 4 en peligro y 15 con viruela. La pobre Cleomenes acaba de morir, las otras están igual y siempre sin esperanza; le confieso que la cabeza me da vueltas. Tengo 50 que no están vacunadas, la pequeña viruela es peligrosa este año para ellas. En fin, la voluntad de Dios, pero estoy bien poco resignada. (1)

Había perdido más de doscientas; y a pesar de su resignación y de su espíritu de sacrificio, cada una de aquellas separaciones le había producido una viva tristeza. (2)

Tanto esfuerzo para acoger, formar, educar, alimentar… Todo en vano, pues la tasa de mortalidad era muy elevada. Tanto amor también dispensado en vano. Lo siente todo como un fracaso. Y la misión tan urgente queda paralizada, pues se trata de reconstituir el tejido social cristiano a través de la educación y del testimonio de la adoración perpetua. De todas partes llueven solicitudes de que vaya a instalar comunidades… Pues, junto a su comunidad, con toda la Iglesia, se sentía llamada, con [mayor] urgencia, [luego de la revolución],

a salvar y renovar a toda criatura para que todo se instaure en Cristo y todos los hombres constituyan en El una familia y un Pueblo de Dios (Ad Gentes 1), a "anunciar el Reino de Cristo y de Dios, establecerlo en medio de las gentes. (Lumen Gentium 5)

Quería extender, en el aquí y ahora, el radio de acción de la nueva comunidad; a través de ella, impactar más visiblemente en la sociedad de su tiempo, proyectarse más efectivamente en la historia… Pero la muerte obstaculiza sus planes, y no solo la muerte sino la situación política e ideológica y la escasez económica…

Buena muerte

Se consuela porque sus hermanas mueren "como santas". El camino sscc es apto para realizar la vocación que Dios propone a cada uno de sus hijos: volverse santo como él es santo.

Todos en la Iglesia… son llamados a la santidad según aquello del Apóstol: "Porque esta es la voluntad de Dios, vuestra santificación". (4)

El espíritu sscc enseña el arte cristiano de vivir y morir, nos guía en la vida y en la muerte. Es así como Damián en su agonía murmuraba:

¡Qué dulce es morir hijo de los Sagrados Corazones!

El que vive bien, muere bien. La vida cristiana, al estilo sscc, tiene desde sus orígenes recursos para llevar a la santidad en poco tiempo. Es un camino efectivo y veloz para llegar a la meta. La Obra puesta en marcha por Coudrin y Aymer no se justifica solo por las obras realizadas, sino por su capacidad a santificar a sus miembros. Como el director técnico de un club de fútbol, la Buena Madre lamenta la transferencia de sus jugadores a ligas superiores, en este caso el cielo; pero al mismo tiempo se enorgullece porque significa que el entrenamiento dispensado ha sido muy bueno…

Poblando el cielo

La Buena Madre se consuela también pensando que la comunidad está contribuyendo a poblar el cielo. Las familias humanas se dedican ante todo a poblar la tierra, ella ha engendrado una familia diferente, destinada a poblar el cielo: colabora a la edificación de la patria definitiva. Es uno de los objetivos de toda comunidad religiosa, lo mismo como de toda la Iglesia.

[La Iglesia] anhela el reino consumado, lo espera con todas sus fuerzas y desea ardientemente unirse con su Rey en la gloria. (4)

Los santos oficiales de la Congregación son dos: Damián y Eustaquio. Pero ellos son solo la muestra. Por un santo canonizado que Dios pone en el pináculo, hay miles que, aunque ocultos, participan desde ya de la gloria de Dios. Hasta el 1998, en la rama Hermanos, hubieron 3682 religiosos que permanecieron o permanecían en la

22

Congregación, entre los cuales: 2324 muertos, 1358 vivos (SSCC in Statistics and Graphics, Roma, 1998). Los dos tercios ya se habían ido. La proporción de los que están en el cielo (aunque no todos hubiesen llegado) es mayor al tercio que queda. Más son los que han llegado a la meta que los que siguen en camino. Una comunidad que tiene más miembros en el mundo venidero que en el actual, ya ha cumplido su finalidad y, aunque fuera contradictorio, ¡tiene buenas perspectivas para el porvenir! Desafíos

El primero El materialismo ateo marxista de los siglos XIX y XX declaró la religión "opio del pueblo". A su parecer, el hombre religioso dedica todo su esfuerzo a un mito: el cielo, y descuida la lucha por un mundo mejor aquí y ahora. Para librarnos de la crítica, caímos en la trampa: la de callar la esperanza del cielo. Al hacerlo, olvidamos que solo la esperanza del cielo, Reino de Dios que trasciende los horizontes de este mundo, nos podía motivar e guiar en la lucha por un mundo mejor aquí. Nos quedamos sin pan ni pedazo: no logramos cambiar este mundo y, al robarle a la gente la esperanza del cielo, la decepcionamos y la perdimos… Es tiempo de poner el presente en su sitial y darle lugar al futuro. Hay que poner este primer mundo en su puesto: ensayo, sombra, embrión, examen de paso, introducción, preámbulo, camino.

El tiempo es corto, por tanto… los que disfrutan de este mundo… vivan como si… no disfrutasen, pues la figura actual de este mundo, pasará. (I Corintios 7,31)

Lo definitivo viene después. Hay que devolverle al futuro su lugar: entonces tendremos una esperanza que nos propulse. Nos inspirará para construir un mundo más justo, solidario y próspero. Al mismo tiempo nos enseñará a relativizar nuestros proyectos mundanos: de ese modo evitaremos caer en extremismos, violencias e ideologías deshumanizantes.

El segundo Hoy la vida se alargó, su promedio aumenta constantemente. La muerte siendo más lejana, corremos el riesgo de olvidar la meta final. Ayer el tiempo de la lucha era corto. Al saber que el término era próximo, uno se entregaba con mayor facilidad. Hoy el plazo se alarga y perdemos el ánimo, el final está más lejos, el deseo de vivir a fondo se diluye a través de los años. El carisma sscc ¿es capaz de mantenernos alerta, en vela, tanto tiempo? En aquel entonces muchos morían antes de que decaiga su idealismo juvenil. ¡Cómo mantener viva la llama a lo largo de los años! La Buena Madre demostró que sí es posible, pues murió santamente, a los 67 años, edad relativamente avanzada para la época, medio paralizada los últimos 4 años de su vida.

Buena Madre (co-fundadora de la Congregación de Damián) (lunes 23 de noviembre)

La memoria de la muerte (23 de noviembre) de la co-fundadora de la congregación de Damián es ocasión para conocer a la misma (la llamada “Buena Madre”) y para profundizar en el carisma de su congregación (Sagrados Corazones). Insistiremos en rasgos – entre otros - que Damián comparte con ella…

23

Para una reflexión grupal o una convivencia basada en el texto que sigue, usar las dinámicas señaladas, p. 141: “¿CÓMO HACER UNA REFLEXIÓN GRUPAL O UNA CONVIVENCIA ALREDEDOR DE UN TEXTO?”

Texto 1

(Sacado de: La Buena Madre, Sagrados Corazones, Quito) BREVE RESEÑA DE LA VIDA de HENRIETTE (ENRIQUETA) AYMER DE LA CHEVALERIE o BUENA MADRE (1767-1834)

Niñez y juventud

Enriqueta nació en Poitiers, ciudad del centro de Francia, el 11 de Agosto de 1767. Provenía de una familia noble que por siglos se había distinguido en la corte real y en las armas: La familia Aymer de la Chevalerie. En la abadía de Santa Cruz de Poitiers pasó un tiempo preparándose para su primera comunión y aprendiendo los buenos modales de la época, sin olvidar la música. Compuso varias piezas y tenía una bella voz. Su ortografía fue descuidada. Lo manifiestan sus abundantes cartas de estilo ameno e ingenioso, seguro y nervioso, y a veces suavemente malicioso. Su adolescencia y juventud las pasó en fiestas de sociedad, diversiones frívolas en un mundo superficial, propio de la nobleza francesa en los años anteriores a la Revolución. La revolución, la cárcel

Hasta los 26 años vive con su madre en Poitiers pero va sintiendo el vacío de la vida de la alta nobleza de la ciudad. La Revolución francesa viene a sacudir brutalmente esta sociedad inconsciente: el cisma religioso en el que va cayendo obligará a Enriqueta y a su madre a definirse. Esconden en su casa a un sacerdote refractario, manifestando así una fibra moral que nadie sospechaba. Al ser descubiertas son detenidas y encarceladas. Largos meses de cárcel, viven con la muerte a las puertas, pues día a día la guillotina va diezmando a los detenidos. La soledad, el silencio, el peligro de ser guillotinadas en cualquier momento, junto con la gracia de Dios, conmovieron profundamente a Enriqueta. Ahí vive su transformación interior, reflexiona y comienza su conversión. Ve el vacío de su vida y vuelve sus ojos a un Dios que le parece el único digno de su amor. Dos sacerdotes logran penetrar en la cárcel para confesar a las prisioneras. "Si me confieso, pensó, mi confesión ha de ser acompañada de un deseo firme de lograr una conversión plena que no niegue nada a Dios". Aquella noche cambió su vida. Conversión, incorporación a la Sociedad del Sagrado Corazón

Madre e hija no salieron de la cárcel sino, un año después, después de la muerte de Robespierre, una vez llegados al Poitou los efectos del cambio político. Poco a poco una más profunda conversión se hace en ella. Una sed de absoluto, de buscar al Eterno, la lleva a interrogarse a sí misma sobre la posibilidad de una vida totalmente entregada al Señor. Como la ley ha suprimido en Francia las Congregaciones Religiosas, Enriqueta se ve en el dilema de cómo encauzar este llamamiento cada vez más fuerte. Ingresa a la "Sociedad del Sagrado Corazón". En la Sociedad conoció un joven sacerdote, Pierre Coudrin (el futuro José María, el Buen Padre) que había sufrido los peligros de la Revolución de los que había salido ileso. Le oía predicar con frecuencia y se decía: "Como predica Coudrin, rezo yo". Y lo eligió por confesor y guía. En la Asociación, sólo pide ocupar un rincón en la habitación donde está el Santísimo, oculto en un muro. Pasa muchas horas mientras cose o borda para ayudar a su madre. La adoración ejerce sobre ella una atracción irresistible. Centra su vida en la Eucaristía. Quiere ofrecerse con Jesús como víctima por todos; desea repetir el gesto de Jesús de entregarse al Padre asumiendo el pecado de los hombres. A esta práctica consagra su vida. Ella dirá algunos años más tarde al P. Coudrin: "Cuando usted estableció la Adoración y me señaló una hora, sin pensarlo, fijó mi destino".

24

Inicio de la vida religiosa

Rápidamente, las exigencias del Señor le parecen más radicales para sí. Un grupo de jóvenes la sigue y después de muchas preocupaciones y dificultades este grupo deja la Sociedad y se va a vivir a la Grand' Maison — comprada con el fruto de la herencia paterna — donde nacerá el nuevo instituto. La Madre Enriqueta sentía repugnancia en comunicar las gracias que Dios le concedía. Le costaba hablar de su interior. Poco a poco fue conociendo más a Coudrin y le abrió el corazón, exponiéndole su deseo de mayor perfección y la posibilidad de fundar un nuevo Instituto con algunas de las asociadas más fervorosas, que las apodaban "las solitarias". El Padre Coudrin tenía parecidas intenciones: fundar una congregación misionera para llevar el evangelio a países lejanos y reparar los males del mundo. Ambos dieron los primeros pasos. Adoptaron la regla Trapense pero pronto se dieron cuenta que era demasiado austera para una vida activa. Consiguieron la aprobación provisional de los Vicarios Capitulares de Poitiers (1800), en ausencia del Obispo. En la Navidad de 1800, José María Coudrin y Enriqueta Aymer hacen votos de pobreza, castidad y obediencia. Creación de múltiples comunidades

Durante su vida la Buena Madre tuvo la alegría de ver crecer la Congregación, multiplicarse las Hermanas que profesaban en ella su consagración al Corazón de Cristo y al de su Madre. El número de religiosas iba en aumento. Con la ayuda del Obispo de Mende, se fue extendiendo la obra por: Mende (1802), Cahors (1803), Laval (1804), Le Mans (1804), París (1805), Sées (1807). . . Llovían las bendiciones del cielo, la mano de Dios se veía de un modo palpable, a pesar de las dificultades que el gobierno de Napoleón ponía a la Iglesia no galicana (galicana =nacionalista). Falta lo necesario en las nuevas fundaciones, sufren privaciones. También críticas, persecuciones, malentendidos: ¿Para qué una nueva congregación?; algunas religiosas mueren ¿no será por ser demasiado mortificadas? Espíritu de la co- fundadora y de la nueva congregación

Su carácter amable, bondadoso, alegre y firme no encuentra obstáculos invencibles. Sigue adelante solucionando problemas que surgen en cada lugar. Viaja constantemente de casa en casa. Sufre. Reza. Expía los pecados del mundo y los desvaríos de su juventud. Cada nueva fundación es un nuevo centro de Adoración. Así cumple con el fin que, con Coudrin, se habían propuesto: - Fundar una institución destinada a adorar al Señor en el Santísimo Sacramento del Altar. - Reparar los pecados propios y del mundo entero. - Entrar en el dolor interior de Cristo, imitando y reproduciendo las cuatro edades de su vida: Infancia, Vida oculta, Vida evangélica y Vida crucificada. Aprobación oficial de la nueva congregación, crecimiento

Desde 1801, junto al Buen Padre, intentó obtener la aprobación Pontificia. Era demasiado pronto, las relaciones Iglesia-Estado no eran claras. Finalmente el Papa Pío VII aprobó solemnemente la nueva Congregación, primero con un decreto y meses más tarde con la Bula Pastor Aeternus. Las fundaciones siguieron aumentando pero ya no podía estar personalmente en todas. Las enfermedades, las mortificaciones y la edad, iban destruyendo su salud delicada. Los cinco últimos años los pasa casi sin poder moverse. No se queja: "He hecho voto de crucificarme en todo, de aceptar de corazón, de espíritu, de voluntad, de acción, todos los sufrimientos y contrariedades que se presenten, diciendo: Señor, todavía más." En su vida se hace realidad el ser víctima expiatoria - unida a Cristo - para reparar los pecados que se cometen en el mundo. Vio con alegría partir a los primeros religiosos del P. Coudrin a las misiones de Oceanía y América. Sus hijas fueron un poco más tarde (1838). Ella las contemplaba y bendecía desde el cielo. El Señor se la llevó el 23 de Noviembre de 1834. Como el Padre José María Coudrin (Buen Padre), la Madre Enriqueta Aymer de la Chevalerie, por su amor, celo y bondad, es conocida como la "Buena Madre".

25

Texto 2

(“El Evangelio de la Buena Madre”, EdeB, Quito, 2008) CRISTO BAJO LAS DOS ESPECIES,

Jesús sacramentado en la eucaristía y en los pobres

1) Toda fundación comienza por poner en camino la adoración perpetua y muy a menudo con un muy pequeño número de Hermanas; se decía que fundar una casa era fundar una adoración; por eso las casas fueron llamadas a menudo «La Adoración». Llegadas el 3 de junio 1805 para fundar la casa de Le Mans, la Buena Madre escribió el día 14 al Padre Coudrin: «La adoración perpetua ha comenzado desde el miércoles (12 junio), yo estoy de apoyo para la noche; ponemos mucho celo y no estamos cansadas». (1)

Fundar una casa es celebrar la Eucaristía y comenzar la adoración de esa hostia consagrada, presencia viva de Jesucristo. Esa presencia y esa actitud de adoración constituyen la semilla y la vida de un nuevo centro congregacionista. (2)

2) Ellas se encargaron de instruir gratuitamente a los niños indigentes de su sexo: regla invariable del instituto de los Sagrados Corazones, que la clase gratuita esté organizada antes de admitir pensionistas (= alumnas que pagan su pensión). En 1806 no se tenían aún jóvenes internas en Picpus. Varias se ofrecieron a Nuestra Buena Madre; ella las rehusó porque quería establecer en primer lugar la clase gratuita. "Yo no recibiré esas internas antes que la clase de los pobres no esté abierta. Ella debe tener siempre el primer lugar." (3)

Dos rasgos distinguen a la nueva comunidad: la eucaristía y los pequeños. O sea el único Cristo bajo dos especies: Cristo en la eucaristía, Cristo en los pequeños. El mismo Cristo vivo presente a través de dos signos, sacramentalmente presente: en la eucaristía adorada, y en los pobres servidos. Esta doble presencia de Jesús es un criterio de discernimiento: donde Cristo está servido, tanto como pan en la eucaristía y como carne en los pobres, ahí está la obra de Dios. Cuando Cristo está presente solo bajo una especie, queda lugar para la duda. Culto puramente espiritual

Cuando nuestro culto a Cristo es solo espiritual, cae bajo la condena de Juan, pues solo el amor al hombre convalida nuestro amor a Dios:

Si uno dice "yo amo a Dios" y odia a su hermano, es un mentiroso. Si no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve (I Juan 4, 20).

Cada vez que no sirvieron a alguno de esos mis hermanos más pequeños, tampoco lo hicieron conmigo (Mateo 25, 45).

Una religión puramente espiritual me convierte en soberbio y egoísta, o sea en egocéntrico. Me separa de los demás, me desencarna, me deshumaniza, como el fariseo de la parábola:

¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás hombres, rapaces, injustos, adúlteros, ni tampoco como este publicano. (Lucas 18,11)

A una Hermana que quería rezar tranquila y se quejaba de que su trabajo se lo impedía, la Buena Madre le dijo: "Acuérdese de que, aunque hiciera numerosas oraciones y las hiciera muy bien, no sería tan agradable a Dios como enseñar a estas pobres personas el Padre Nuestro y el Ave María." (4)

Si me acerco a Dios con el afán de dejarme rehacer a su imagen y semejanza, si mi relación a él es sincera, me llevará sin lugar a duda, como de la mano, al hermano. Pero si me lleno la boca de Dios, si uso su nombre - no sinceramente para dejarme transformar por él - sino para satisfacer intereses propios, mi religión es falsa; y, por mucho que cumpla con ritos religiosos, éstos no me acercarán ni a Dios ni a los demás. Es el caso de los invocan el nombre de Dios para matar… Solo el hombre

Por otra parte, si nuestro culto se dirige solo al ser humano, corremos múltiples riesgos. El de idolatrar al otro hasta perder uno su propia dignidad.

26

El segundo riesgo: rebajarlo hasta utilizarlo, manipularlo, explotarlo; pues solo Dios garantiza absolutamente la dignidad del hombre, lo dota de un valor intangible. El tercero: esclavizarlo o eliminarlo bajo el pretexto de salvarlo. La revolución francesa convirtió este riesgo en cruda realidad: cortó las cabezas de los que sospechaba contrarios a sus grandes ideales. El cuarto: salvar a unos a costillas de otros, distinguir entre humanos, entre los que valen y los que no valen. Concretamente se da cuando se favorece una raza, un país, una cultura, una religión, a expensas de otro u otra. O un sexo a expensas del otro, al nacido vivo a expensas del que está por nacer, una clase social a costillas de otra. Solo el culto dado a Dios da su lugar al hombre. Unir las dos dimensiones

A la luz de la práctica de la comunidad primitiva sscc, unamos las dos dimensiones, la vertical y la horizontal, que se sintetizan en el único Cristo, hijo de Dios e hijo del hombre. Lo mismo, más tarde, enseñaría la Madre Teresa de Calcuta a sus discípulas: adorar a Cristo, sacramentalmente presente en las llagas de los pobres. Decía a sus religiosas:

Jesús en la Eucaristía y Jesús en los pobres, bajo las especies del pan y bajo las especies del pobre, eso es lo que hace de nosotras contemplativas en el corazón del mundo.

Texto 3

(“El Evangelio de la Buena Madre”, EdeB, Quito, 2008) SER PAN COMO JESÚS

Transformarse en Cristo, alimento para el mundo

Servicio a los más pequeños

En la comunidad primitiva sscc, a la hora de abrir una nueva casa e iniciar una nueva comunidad, la primera obra, junto a la adoración perpetua, es la apertura de una escuela gratuita. La casa se convierte en hogar para niños y jóvenes pobres. Estas obras, por muy humildes que sean, suponen una generosidad fuera de lo común ya que la comunidad inicial está sin medios. A más del estudio, del servicio pedagógico, del amor, hay que proporcionar la comida de cada día. El único recurso es la Providencia.

¿De dónde la comunidad y en primer lugar Henriette, como fuente de inspiración de la misma, saca este espíritu de entrega? El Hijo se hace carne, para alimentarnos con ella

En la misa vivida intensamente, en la adoración que es como su extensión, Enriqueta descubre a Jesús como el que se da, el puro don.

Parece que la multiplicación de los panes materiales, fue, para Jesús, como una revelación; descubrió mejor su vocación: ser pan. En efecto, en los tiempos que siguieron esta multiplicación, se define a sí mismo de modo recurrente como: Alimento, Comida, Carne, Víveres. Siente que las palabras, que evocan la alimentación, son las que mejor lo definen:

El pan que Dios da es Aquel que baja del cielo y da vida al mundo (Juan 6, 33).

Yo soy el pan de vida (Juan 6, 35).

Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo (Juan 6, 51).

Mi carne es verdadera comida (Juan 6,55).

Jesús no es solo el que da, es el don; no es solo el dador, es el donado. El hombre es hambre y sed. Dios es don, por eso Jesús se ofrece como comida y bebida.

27

Jesús quiere ser pan, no solo en el paso final, cuando se lo come, sino en todas sus fases. Quiere ser: • trigo molido en el molino, • cocido en el horno, • pan partido en la mesa, • finalmente, masticado en la boca.

El que masca mi carne… vive en mí y yo en él (Juan 6,56)

Transformarse en Cristo, alimento para el mundo

A este Jesús, Enriqueta lo contempla y lo come cada día. Entonces se cumple para ella lo que él dijo: Quien me masca vivirá por mí (Juan 6, 57).

Se identifica con él para finalmente conceptualizar su vida y la de la comunidad, como pura entrega. Quiere ser, como Jesús, pan para los demás. Se alimenta del pan vivo para volverse pan a su vez y alimentar al necesitado.

Que el pan…que hemos recibido… nos transforme en Cristo. (Oración de comunión, semana 27)

Es una cadena: el Padre es el pan original, Jesús se alimenta del Padre, Henriette de Jesús: Yo vivo por el Padre; del mismo modo el que me masca vivirá por mi (Juan 6, 57).

A la hora de fundar una nueva comunidad local, lo más importante para ella no es el cumplimiento estricto de un reglamento sin amor, la exactitud en la disciplina, la puntualidad en el horario, la privación o la penitencia, los ejercicios comunitarios. Aunque todo eso contribuya a la meta final, lo único importante es la entrega por amor a los hermanos y al pueblo…

Texto 4

(“El Evangelio de la Buena Madre”, EdeB, Quito, 2008) DIOS DON, EL HOMBRE HAMBRE

Se complementan: Dios se da, el hombre recibe

Experiencia de la miseria del ser humano

La Buena Madre ha experimentado la miseria y la fragilidad del hombre. La muerte que acecha de más cerca el mundo de su tiempo: la revolución y su cola de enfrentamientos, persecuciones y ejecuciones; el imperio y sus guerras; el hambre, la enfermedad, fruto de las penurias; el pecado, pues sale a flote con más fuerza en los períodos más tormentosos de la historia. En los momentos más críticos, el mal surge con mayor relieve, el bien también. El hombre revela más nitidamente lo que lleva por dentro cuando la historia se acelera. Cuando los desbordamientos ideológicos lo permiten todo, pareciera que los buenos se hacen más buenos y los malos más malos. También al pie del altar había podido verificar la debilidad humana. Ahí oye a María hablando a su hijo de las necesidades de sus hermanos humanos:

No tienen vino. (Juan 2,3)

Oye la queja eterna de Jesús que se compadece de los hombres: Siento compasión de [la] gente, pues… no tienen comida. No quiero despedirlos en ayunas, porque temo que se desmayen en el camino. (Mateo 15,32)

Dios don, el hombre hambre

Al venir al mundo, en la última cena y en la cruz, Dios Hijo se ofrece como alimento, como respuesta al hambre del hombre. No somos autosuficientes, tenemos que buscar abastecimiento fuera de nosotros mismos: el aire, la

28

comida, la bebida, la medicina, la solución de los problemas, el amor, la compañía. Si Jesús baja de los cielos para hacerse pan, es que el hombre es un vientre vacío, que pasa necesidad y aspira a ser llenado por él.

Yo soy el pan vivo que ha bajado de los cielos (Juan 6,51).

Si el Verbo se hizo carne es para darnos su carne de comer, prueba de que somos seres de hambre y sed. El que viene a mí nunca tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá sed. (Juan 6,35).

Somos tan necesitados, no solo materialmente sino también espiritualmente, que si no no nos servimos a su mesa, vamos a conocer el decaimiento y la muerte:

Si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre, no tienen vida en ustedes (Juan 6, 53).

Dios es plenitud que busca darse. El hombre es necesidad y anhela recibir. Dios es don, el hombre es hambre. Dios y el hombre coinciden, son complementarios. Dios tiene sed de saciar nuestra sed y nosotros de tener la nuestra saciada. Jesús, como hombre, dice:

Tengoxsed…x(Juanx19,28).

Pero como Dios añade: El que tiene sed que venga a mí y beba… (Juan 7,37)

Enriqueta, alimento como Cristo

Enriqueta se siente muchas veces débil y necesitada, pero en el corazón de Cristo ha aprendido a sentir las necesidades de los demás. En lugar de fijarse en su propia hambre y sed, ha aprendido a preocuparse de las de los demás. Colmada del pan y saciada del agua viva que es Jesús, quiere como él, a su vez alimentar a los y las demás.

Texto 5

(“El Evangelio de la Buena Madre”, EdeB, Quito, 2008) TODA ESPIRITUAL Y TODA HUMANA

Los pies en la tierra y el corazón en el cielo

Una figura sorprendente

Henriette llevaba una vida que nos parece insoportable. Cuando sus ocupaciones se lo permitían, pasaba todo el tiempo en oración. Había hecho el voto de hacer siempre lo que más contradecía sus gustos.

Me consagro hoy de forma particular al Sagrado Corazón de Jesucristo… haciendo en todas mis acciones lo que parezca más perfecto… (1)

He hecho voto de estar crucificada en todo, es decir que de corazón, de espíritu, de voluntad, de acción, yo debo no solamente aceptar todas las cruces, todos los sufrimientos, todas las contrariedades que se presentan, sino decir: ¡aún más, Señor!... de manera que en los más pequeños detalles de la vida, una cosa indiferente en sí misma, si ella me contraria, no debo rehusarla. (2)

Se ofrecía como víctima para la salvación de los demás. Día y noche, en casa como de viaje, se torturaba con cilicios (camisas de tela áspera, cadenillas de hierro con puntas) que le causaban sufrimientos continuos. Soportó enfermedades crónicas…

Al comienzo de 1801, por orden de Dios y con el consentimiento de su confesor habitualmente se revistió de un cilicio. Rodeaba su cuerpo de cadenas con cuatro puntas que nunca se quitaba. El 14 de julio de 1801, el Señor le mandó colocarse alrededor de su cuello un collar de hierro con 4 puntas, para reparar las modas indecentes de las personas del mundo; el 11 de febrero de 1802 empezó a usar botines con puntas de hierro y un cinturón de hierro. Un gran suplicio para ella era habitualmente dormir en una silla. A las rigurosas penitencias que se imponía, a las enfermedades que siempre sufría, hay que unir sus penas interiores y las dificultades de su cargo. (3)

Ni una parte de su cuerpo que no tuviera su molestia y su suplicio, ni un instante del día y de la noche que no tuviera su dolor particular. Ella pasó todo un invierno no teniendo para cubrirse sobre la tabla desnuda, sino un pedazo de lana muy

29

delgado, y sin permitirse cambiar de posición de un lado al otro. Pronto, ella encontró que no era suficiente y renunció del todo a acostarse. El único reposo que tomaba hacia la mañana, después de haber pasado la noche delante del Santo Sacramento, era sentarse sobre una silla de paja en la sala común, en medio de las Hermanas que, necesaria o involuntariamente, hacían ruido y turbaban su sueño. (4)

Sobre la base de esta descripción, imaginamos a una persona intolerante, insufrible, impaciente, alejada de los demás, insensible a los sentimientos, al amor, dura consigo misma y peor con los demás.

Acostumbrados a conocer de la "Buena Madre" unos instrumentos de penitencia sencillamente horripilantes, imaginamos que en ese cuerpo atormentado, se debe haber refugiado un alma tensa y sombría, insensible a los goces sencillos de la vida, y con un complejo de culpabilidad por todo lo que constituía su vida social de antes del Terror. (5)

Fue todo lo contrario. La maravilla que se experimenta es grande, cuando se ve dibujada en esas cartas una personalidad tan sin complejos, y que ha conservado toda la gracia y el hechizo, por no decir la "malicia", que la hizo el centro de los salones de la nobleza de Poitiers bajo el Antiguo Régimen. (6)

Esta virtud tan fuerte estaba como velada por los encantos de la más amable sencillez. La Buena Madre no quería de ninguna manera para sus Hijas esa devoción que va acompañada de un aire austero, de un semblante triste, de un tono afectado. Quería para ellas ese aire de naturalidad, esa soltura y franqueza que caracterizan a las almas rectas y a los corazones sencillos. (7)

Como practicaba esas penitencias por amor a Dios y al hombre, no se le encogió el corazón, al contrario experimentó el gozo de colaborar junto a Jesús a la salvación del mundo:

Me alegro cuando tengo que sufrir por vosotros; así completo en mi carne lo que falta a los sufrimientos de Cristo, para bien de su cuerpo, que es la Iglesia (Colosenses 1,24).

A lo largo de su vida conservó la espontaneidad de la juventud: sencillez, vivacidad y encanto. Adoptó una clase de vida austera, sacrificada, pero a escondidas. Por fuera, se mantuvo siempre alegre, ocurrida, bromista, despierta, animosa. Su misticismo no la corta del mundo. Sus penitencias tampoco, más bien la liberan: se siente libre frente a todo y todos. Toda en Dios pero totalmente inserta en el mundo. Atiende los negocios, pero siempre enmarcada en la justicia, la verdad y el amor.

Sed astutos como serpientes y sencillos como palomas (Mateo 10,16)

De hecho, mientras más radical se hizo su entrega a Dios, más se hizo toda para todos. Mientras más se consagraba a Dios, más humana se hacía, más cercana a todos, más amable y más amada, atenta a los necesitados hasta el heroísmo.

La Fundadora sabe que no se puede construir una comunidad sin personas, y lo primero que le preocupa en sus religiosas, y en ello insiste continuamente, es su salud física. El régimen de vida es duro, pero ella está pronta a conceder excep-ciones, e incluso a imponerlas, cuando la salud lo exige. Ella que disimuló bajo una sonrisa una mortificación que nos parece aterradora, no hace llamadas a la mortificación, y sí muchas a la moderación de los ayunos y abstinencia. Los estragos de las enfermedades y de la muerte fueron para ella un permanente grito de alarma. (8)

Junto con las virtudes más sobrenaturales, hemos visto en Henriette la importancia de esas actitudes que hacen la vida llevadera, humanamente evangélica: la amenidad, la buena salud, la bonhomía, la simpatía por las demás, etc., acompañadas de la sencillez. (9)

Alía los contrarios

Henriette conjuga sin dificultad los opuestos. Opera sin dificultad la síntesis entre acción y contemplación. No es excluyente, sabe armonizar lo espiritual y lo material, lo natural y lo sobrenatural, los bienes temporales y los externos. Sabe que el ser humano es único en el universo del ser: ni solo material, ni solo espiritual, que está llamado a vivir y expresar su dimensión espiritual a través del cuerpo… Mujer equilibrada, sabe darle la vuelta a la palabra de Jesús (Mateo 4,4): El hombre no vive solo de espíritu sino del pan cotidiano… Los pies en el suelo y el corazón en Dios. Como un árbol bien plantado, las raíces en la tierra, la copa en el cielo. La vida de Henriette demuestra que la entrega total a Dios no distrae del mundo, no nos hace menos humanos. El acercamiento a Dios no nos aleja de nuestros semejantes. Todo lo contrario.

30

Una prueba extraña de ello es que, aunque sienta interiormente la llamada a abandonar su vida mortal, acepta prolongarla con tal de servir mejor a su comunidad.

En 1801, en los comienzos de la Fundación, la M. Aymer había visto como se le ofrecía la muerte como un ramo de flores. Entonces había hecho la oración de S. Martín: preferir la muerte, pero no negarse a vivir si era útil para la Iglesia. (10)

Aunque, como Pablo, hubiera preferido morir para estar con Cristo, se queda en el mundo para mejor servirlo. Sinceramente, para mí, Cristo es mi vida y morir es una ventaja. Pero si la vida en este cuerpo me permite aún un trabajo provechoso, ya no sé qué escoger. Estoy apretado por los dos lados. Por una parte desearía partir y estar con Cristo, lo que sería sin duda mucho mejor. Pero a vosotros os es más provechoso que yo permanezca en esta vida. Esto me convence: seguramente me quedaré y permaneceré con todos vosotros para que podáis progresar alegres en la fe (Filipenses 1, 21).

La vida cristiana no es huida sino inserción

El mundo es la casa del hombre, su albergue, el entorno donde se desenvuelve. Pretender salir de ahí, antes de tiempo, es un sin sentido, es un suicidio. El mundo no es solo el entorno físico sino la vida cotidiana, la gente, la sociedad humana, la política, la historia…. Ese mundo es el espacio donde somos llamados a realizarnos, es el desafío que Dios nos ofrece. No se trata por tanto de abandonarlo, olvidarlo, rehuirlo, sino de insertarse en él, para humanizarlo y llevarlo a su plenitud. Como cocreadores al lado de Dios, nos toca completar la creación y ponerla al servicio del hombre. Dios no quiere que descuidemos esta responsabilidad, más bien que aceptemos el reto. Aunque haya adoptado la vida religiosa, Aymer no la concibe como un huir de la sociedad. Huirla, un momento quizás, pero solo para recogerse y consolidar la fraternidad comunitaria. Luego volver al mundo, para evangelizarlo y socorrerlo. Aunque la contemplación la cautive, está metida de pies y cabeza en los asuntos de aquí abajo: dinero, compras y ventas, viajes, creación de escuelas, enfrentamientos, conflictos, problemas familiares propios y ajenos.

[Cuando de viajes se trata] es ella que revisa los albergues, busca los mejores horarios para no perder nunca la misa en algún pueblo en que se detengan; ella prevé que alcance el alimento. Con ella, se canta la Salve en cualquiera ruta, cuando llega la hora de acudir a la cita con María y con todos los hermanos. ¡Era bueno viajar con la Buena Madre! (11)

La vida religiosa para ella no consiste en aislarse para alcanzar la perfección, vivir como en una burbuja más allá del mundanal ruido, sino en apretar el mundo en un fuerte abrazo para santificarlo. Su comunidad no es monástica sino activa en medio de mundo, levadura en la masa, luz en lo alto del monte.

Servir el mundo porque es la obra del Creador

Sabe que el mundo es el reflejo de su autor. Encontrarse con el creador, le permite entender mejor el universo creado a su imagen, que es como su analogía material. Conocerlo a él que es el original le permite interpretar mejor la copia que es el mundo. De ese modo su relacionarse con Dios la lleva de vuelta, de regreso, al mundo. Dios no ha creado las realidades temporales en vano sino para que nos hundamos en ellas, para que nos las apropiemos. Cuando acudo a Dios, él me devuelve al mundo, porque ahí está el lugar donde debo ejercer mi responsabilidad. Centrarse en Dios nos remite naturalmente al mundo, pues, aunque no nos nos guste, el Creador nos impulsa siempre a volver a sus creaturas.

La mayor parte de las cartas de la Buena Madre son de gobierno, y sobre todo de administración, porque, aunque hay una ecónoma en Picpus, la que se ocupa de los negocios es ella. Escribe siempre en medio de un torbellino de actividad. "Cincuenta personas han pasado por mi cuarto desde que os estoy escribiendo, — dice en 1821 a la Marquesa de Guerry —, y solo Dios sabe lo que os comunico."

Tiene a su cargo, no sólo una gran comunidad de religiosas, sino también la de los religiosos del lado, a quienes tiene que dar de comer, lavar la ropa y remendarla. Si se tiene en cuenta que en 1820 ambas casas sumaban más de 300 personas, y que las finanzas no eran brillantes, se entiende que la M. Aymer no pueda abandonar un momento el cuidado de lo material. (12)

31

Servir el mundo porque Cristo lo hizo suyo

Más aun, es el misterio de la encarnación que nos obliga a valorar el mundo. Cuando el Hijo se hace hombre, es Dios mismo que asume la materia, la carne, la historia, el tiempo. ¡Cómo vamos a abandonar este mundo, si él no solo lo creó sino que lo hizo suyo! Dios por lo tanto no quiere desmaterializarnos o desencarnarnos. Para salvarnos, no echó el mundo a un lado. Al contrario lo asumió encarnándose, haciéndose hombre. No lo eliminó, más bien lo desposó, para santificarlo. De modo que, mientras más Enriqueta se hundía en el corazón de Jesús, más hallaba a la humanidad, puesto que ese Dios al que contemplaba se hacía llamar el Hijo del hombre o sea el hombre por excelencia, el más verdadero. Para ella, desde que el Hijo se encarnó, el doble amor, a Dios y al hombre, ya se confunden: Jesús reúne en sí las dos dimensiones, la divina y la humana; ya no se puede pretender amar a Dios sin amar el mundo al que hizo suyo.

Cuando Santa Teresa de Avila dejó este convento, decía la Priora: "Bendito sea Dios por habernos hecho conocer a tan gran santa.Todas debemos imitarla. Come, duerme, habla y procede como todo el mundo, y sin embargo, es santa. Su espíritu es en verdad el del Salvador humilde, sencillo y sincero. La Madre Teresa ha vivido entre nosotras, como Dios mismo vivió entre los hombres, sin atemorizar a nadie y consolando todos los corazones. (13)

En el mundo, pero para renovarlo

Pero aceptar la vida, el mundo no significa esclavizarse a él. Henriette no lo adora, no se somete sino que lo administra, lo pone al servicio del plan de Dios. Tiene conciencia que no basta con estar ahí, en el mundo, quiere contribuir a su perfeccionamiento y restaurarlo en su belleza inicial. Quiere ser plenamente humana sí, pero no a imagen del primer Adán sino del segundo. Quiere ser plenamente humana para contribuir a recrear al ser humano a imagen y semejanza de Dios. Quiere ser mundana en el sentido de encarnada, pero no para someterse a los antivalores del mundo, sino para restaurarlo en Cristo. Ahí va el compromiso social, la política, la ecología…

No te pido que los retires del mundo - pedía Jesús a su Padre - sino que los guardes del Maligno (Juan 17,15).

La vida de la Buena Madre nos enseña que la búsqueda de Dios no deshumaniza, pero sí su ausencia o su sustitución por falsos dioses. Cada vez que el individuo margina a Dios, los ídolos alzan la cabeza y lo reducen a esclavitud. Cada vez que la cultura margina a Dios, las ideologías totalitarias levantan el pecho y terminan reduciendo el hombre a no ser más que una pieza, una simple rueda dentro de la gran mecánica social.

Texto 6

(“El Evangelio de la Buena Madre”, EdeB, Quito, 2008) EL MISTERIO DEL CRECIMIENTO

¿Cómo se hizo?, Dios guarda su secreto

Una observación que se puede hacer, que se ha hecho siempre en la Congregación, es que los medios para actuar han estado siempre por debajo de los fines que se perseguían. Así adquisiciones pendientes, falta de dinero para comprar, muchos niños o jóvenes por educar, muy pocos profesores. Entre las Hermanas, el mismo desamparo, al que hay que sumar las enfermedades. Pero la adoración perpetua nunca fue interrumpida. Dios quería hacerlo todo, Dios lo ha hecho todo. Los miembros de la Congregación que viven aún hoy, y que fueron testigos o protagonistas de todo eso, no sabrían decir cómo han hecho. ¡Dios guarda su secreto! (1)

Gabriel de la Barre, la confidente de Enriqueta, tiene la capacitad de interpretar la historia de su comunidad en clave cristiana. No se conforma con dar un informe, revela el sentido de los acontecimientos. Escribe el diario de su comunidad, hace el recuento de lo que pasa: se encuentra con una suma de fracasos, una lista interminable de dificultades. Oposiciones, críticas, desprecios, persecuciones, odios, envidias, trampas, tropiezos, este es el pan cotidiano de la comunicad naciente. Los obstáculos son infranqueables y parece que lo poco que se va levantando se derrumba de inmediato. Parece que la obra emprendida va de tumbo en tumbo. Las acciones

32

ejecutadas, las medidas tomadas, los esfuerzos de todos no sirven para nada, predomina la ley de un paso adelante y tres atrás. Y sin embargo cuando se observa el resultado al final del camino, ¡ahí está la Obra!, ha crecido de modo inexplicable.

Dios quiso que la Buena Madre y su obra fueran la perfecta ilustración de la parábola de la semilla que crece por sí sola.

El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo… (Marcos 4,26-27)

La Congregación tenía siempre menos personal que lo requerían sus necesidades. Sin embargo es cierto que, de modo imperceptible, iba aumentando y creciendo como por las raíces, escribe con mucha penetración Gabriel de la Barre.. (2)

La obra de los fundadores, como la planta de la parábola, crece tan gradualmente, a pasos tan ínfimos y en medio de tanta oposición, que su crecimiento es imperceptible. Lo mismo como la prisa del campesino no favorece para nada la madurez de la planta, parece que los esfuerzos de la Buena Madre y del Buen Padre, las medidas tomadas, las múltiples actividades desarrolladas, no sirven para nada. La planta crece, no por el empeño del campesino, sino porque está animada por su dinamismo vital; la nueva comunidad por el solo poder de Dios, por su solo dedo. Para que se vea que todo es obra suya, Dios esconde las causas segundas, de modo que solo aparezca la causa primera. No hay lugar a duda,

fue Dios quien hizo crecer. (I Corintios 3, 6)

El desarrollo de la comunidad y de sus obras no tiene explicación natural, sigue una dinamica propia, la de la multiplicación de los panes:

Varias veces escribe Sor Copinas, me di yo cuenta de que estábamos pasando en la casa por grandes apuros económicos, y no sabía cómo nos arreglaríamos para la comida siguiente; pero sin saber cómo, los víveres se multiplicaban. Era esto tan frecuente, que ya llegué a no hacer caso de aquello. Más de una vez algunas Hermanas que trabajaban conmigo, no podían contenerse, y me decían: "pero ¿cómo sucederá esto, Hermana? ¡Creíamos que no tendríamos bastante, y he ahí que nos sobra!" (3)

Este milagro es posible porque la Buena Madre tiene una enorme confianza en Dios Tenga confianza en todo lo que emprenda por su gloria, escribe ella. (4)

Más que confianza, tiene la convicción, la certeza de que Dios sostiene la obra. En el día a día, solo percibe contratiempos y retrocesos, pero no duda del resultado final: sabe que hoy como ayer Dios tiene poder para construir sobre la nada.

Es una equivocación atribuir las pérdidas (numerosas muertes entre las jóvenes religiosas) que tuvo la Congregación en los principios a la vida un poco dura que se llevaba… Dios tenía sus designios, no es que la muerte iba creando vacíos en nuestras filas: es que era precisamente sobre la cruz y las sepulturas que la Obra del Señor tenía que crecer. (5)

Texto 7

(“El Evangelio de la Buena Madre”, EdeB, Quito, 2008)

PERSONA, INICIATIVA E INSTITUCIÓN ¿A quién pertenece la iniciativa?

A fines de 1796 o a principios del 97, el P. Coudrin le comunica su proyecto de fundación. Henriette inmediatamente le da su aprobacion. (1)

En Marzo [del año 1797], el P. Coudrin tuvo una conversación con la Srta. Aymer. De ese cambio de ideas, en que se formuló por primera vez la decisión práctica de fundar, se tomó la resolución de comprar una casa, y de comenzar a dar una forma decididamente religiosa al núcleo de las Solitarias. (2)

Pedro quedó aliviado de sus obligaciones más absorbentes, y decidió preocuparse más de la fundación de sus sueños. Con ese objeto se reunió un día con la Superiora de las Solitarias a fin de dar nuevos pasos en el caminoxdexlaxconstrucciónxdexlaxnuevaxComunidad. En esa reunión se decidió tender hacia una verdadera independencia respecto de la Inmensidad (grupo laical feminino) que, a pesar de su innegable valor espiritual y su insustituible servicio a la Iglesia clandestina, no maduraba en el sentido

33

de una vocación propiamente religiosa. Llegaron a la conclusión de que tenían que poder disponer de una casa que dependiera enteramente de ellos, y donde las Solitarias pudieran desarrollar más libremente su vida propia. (3)

Papel de la institución: discernir, promover, coordinar

Una tentación asecha la autoridad: cerrar la puerta a las iniciativas que pugnan a la base. Sea por comodidad, por temor a los esfuerzos que le exijan. Sea porque quiera reservárselas, como si solo a ella le compitiera emprender… La institución no tiene que confiscar las iniciativas. No se le prohíbe tenerlas pero no le toca reservárselas. Más que usar de su derecho a la creatividad, le compete analizar, discernir entre las iniciativas, descartar lo malo; más que todo quedarse con lo bueno, ayudarlo a crecer y promocionarlo.

No apaguéis el espíritu, no menospreciéis lo que dicen los profetas; examinadlo todo y quedaos con lo bueno (I Tesalonicenses 5,19-21).

Las ideas nuevas, el carisma profético, las nuevas inspiraciones en general nacen a la base. A la autoridad le toca ante todo administrar con apertura y prudencia. Tiene que dar lugar al Espíritu que sopla donde quiere (Juan 3,8), donde menos uno se imagina. Y a la base, no se tiene que esperar que todo nazca de la autoridad. Pues Dios no está solo en la cabeza sino en cada miembro. A la cabeza le toca ser cabeza o sea prioritariamente coordinar, acompañar, tomar la decisión final. Al miembro, le toca ser miembro o sea desempeñar el oficio que le es propio y que solo él puede desempeñar.

No temer las iniciativas

La tentación del individuo o de la base puede ser doble y contradictoria: rechazar la autoridad y la dimensión comunitaria; o bien esperar todo de ella, que todo llegue de arriba, adoptando una actitud pasiva e infantil, finalmente cómoda. No exaltemos la obediencia hasta el punto de matar la iniciativa personal o local. Tampoco neguemos la primera para exaltar solo la segunda. Cada parte tiene su carisma: a la cabeza el control, a la base la innovación. Algo tiene que ver con el principio de subsidiaridad:

Una estructura social de orden superior no debe interferir en la vida interna de un grupo social de orden inferior, privándole de sus competencias, sino que más bien debe sostenerle en caso de necesidad. (4)

Si el Buen Padre y la Buena Madre hubieran esperado que la jerarquía eclesiástica restablezca la vida religiosa en su país, habrían esperado por lo menos 20 o 30 años. Cuando todos los conventos estaban cerrados, convertidos en cárceles o lugares de encuentro de los revolucionarios, los religiosos y religiosas reducidos a la vida laical, fugitivos, encarcelados o ejecutados/as, ¿qué autoridad, al menos hasta la caída de Napoleón, podía soñar con restablecerla? ¡Cómo tomar tal iniciativa, cuando al mismo tiempo la Revolución ofrecía el ejemplo sangriento del final de la misma: cuando, por ejemplo, guillotinaba a todas las carmelitas del monasterio de Compiègne, desde las más jóvenes a las más ancianas… Era asunto de prudencia.

… La opinión pública trataba de locura el proyecto de construir un edificio (congregación) religioso sobre las ruinas aun humeantes de los antiguos. (5)

Pero el Espíritu no tiene por qué sujetarse a nuestras prudencias, él sigue su camino… Solo él, en el corazón de dos jóvenes idealistas, podía en el mismo momento tomar tales iniciativas: hacer de la sangre de estas mártires semilla de un renacer de la vida religiosa. Armonía entre profetismo e institución

A la jerarquía, le toca ser prudente pero no seguir la pendiente de la conveniencia o de la facilidad. Prudente pero al mismo tiempo visionaria. Necesita el coraje de dar lugar a lo que parece fuera de lugar, cuando percibe el

34

sello del Espíritu. El ejemplo de José María y Henriette, que formaban una humilde pareja espiritual, nos enseña que hay que darle lugar al pequeño grupo, a la comunidad de base, al individuo…Los encargados de la diócesis de Poitiers, en la ausencia del obispo, lo entendieron así: tuvieron la capacidad y osadía de reconocer el dedo de Dios en la iniciativa de Coudrin y Aymer. La Santa Sede también, después, con todas las precauciones del caso. Cada uno en su lugar: Coudrin y Henriette como jóvenes abiertos a la audacia del Espíritu; la jerarquía animada por otro don del mismo Espíritu: la sabiduría que determina los modos y los tiempos. Carisma y autoridad, no sin tensión, son llamados a trabajar juntos en armonía. Despreciar el carisma que despunta, a ras de suelo, es pecado contra el Espíritu. Negar el discernimiento que tiene que operar la autoridad lo es también. Si ambos, Pierre y Henriette, no hubieran esperado de los pastores de la Iglesia la convalidación de su proyecto, hubieran probablemente errado y andado por derroteros equivocados: misticismos peligrosos, excesos contraproducentes, ideologías contra revolucionarias… Pero si no hubieran creído en su proyecto, si no lo hubieran iniciado y promovido en contra de todo y todos, nunca hubiera surgido y menos se hubiera consolidado. Hay un juego de fuerzas y tensiones, aparentemente contradictorias, que se dan entre carisma personal y estructura. Pero los dos términos – estructura e iniciativas, comunidad y personas - se combinan en un delicado juego dialéctico: de la combinación de los dos elementos, brota algo nuevo y promisorio. Parecen jalar cada uno por su lado, pero al final engendran un fruto valioso.

Conclusión

Atención: cuando la institución sigue su inclinación, tiende a auto afirmarse y a reivindicar la exclusividad. Entonces ahoga las iniciativas y cohíbe a las personas y a los grupos pequeños. La institución, por su propio peso, tiende a coparlo todo, sin dejar espacio a la persona: se vuelve totalitarismo.

La comunidad valora los dones y carismas otorgados por Dios a cada hermano y los acepta como una gracia confiada por él a la comunidad. (6)

Al contrario cuando la institución se debilita en exceso, renace el individualismo. El individuo, cuando no tiene frenos o sea sin el referente de una institución fuerte, sin la comunidad, tiende a volverse autosuficiente y a caer en una visión particularista y en prácticas sectaristas…

La actividad de nuestro ministerio es fruto de un discernimiento y unas decisiones comunitarias. (7)

La Superiora Provincial… es quien puede aprobar o decidir que una hermana deje una actividad apostólica o se encargue de otra nueva… es quien puede decidir que una comunidad deje un servicio apostólico o asuma otro nuevo… (8)

A pesar de que en el escenario del mundo actual se privilegia la sensibilidad individual, en los círculos religiosos, se la teme y se pone el acento fuertemente en el polo comunitario e institucional, como reacción a excesos individualistas del pasado. Pero la verdad está en la articulación equilibrada de los dos polos…

Texto 8

(“El Padre Damián, Misionero sscc y algunas perspectivas sobre el futuro de la misión”, 1990, Patrick Bradley, sscc)

DAMIAN Y EL CARISMA SS.CC.

Del carisma [sscc], de este don del Espíritu, Damián fue sacando su fuerza espiritual. Era un carisma vivo en el interior de Damián, que trasmitía a toda su vida misionera el genuino sabor del espíritu ss.cc. Damián se educó en una familia religiosa que había heredado de sus Fundadores una clara conciencia del amor de Dios y una total confianza en su Providencia. De hecho, este gran convencimiento del amor personal de Dios es el elemento fundamental del carisma ss.cc.; un amor gratuito especialmente manifestado en el Corazón de Cristo y en el Corazón de María. El

35

continuo sentimiento de ser amado en el “Corazón de este amable Maestro” fue el mayor soporte de toda la vida de Damián:

Desecha toda duda, toda desconfianza, escribía a su sobrino, y ponte, como un niño, en los brazos de Jesús y de María.

Esta confianza en un Dios cercano y providente es la fuente de su felicidad:

Los Sagrados Corazones me bendicen con tal alegría y paz de corazón que me siento el misionero más feliz del mundo.

Fruto de esta confianza en un Dios Amor es su gran libertad interior:

Persuadido que el buen Dios no me pide lo imposible, actúo en todo con decisión, sin ninguna inquietud.

Las gracias que acompañan al misionero son tan grandes que ni las mayores dificultades u obstáculos me inquietan.

En palabras de nuestras nuevas Constituciones: “la fe en este amor llenó a Damián de celo por nuestra misión” (art. 2). Su experiencia de Dios le remitía a sus hermanos y hermanas, con especial preferencia por los más débiles, los niños y los enfermos. Dios se ha revelado como un dios compasivo, un Dios con corazón para cada uno. Vivir la devoción al Corazón de Jesús significa hacer de su Corazón el nuestro, o como dice San Juan Eudes: La devoción al Sagrado Corazón no es únicamente una forma de entender a Dios, es un modo de apropiarnos su Corazón y permitirle que viva de nuevo en una continua encarnación. Damián tuvo experiencia del amor con que Dios le amaba y descubrió en el Corazón de Cristo la invitación a acercarse a la gente con un corazón compasivo, tocando el corazón de los demás con el mismo amor redentor de Jesús.

36

RECURSOS-DICIEMBRE ADVIENTO 36

Adoración eucarística

MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN La misión, para el destinatario, no es imposición de una cultura ajena ni eliminación de la cultura propia 38 La evangelización, obra de Dios 38

NOVENA DE NAVIDAD CON DAMIÁN........................................................... 41

ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE LA CONGREGACIÓN SSCC La Congregación religiosa de Damián nació en la noche de Navidad 1800 46 Nuevo aniversario de la Congregación 47 Presentación de la Congregación de los Sagrados Corazones 49 Nuestra identidad 50

Adviento (adoración eucarística)

ESQUEMA DE ADORACION EUCARISTICA

(Adoraciones 2007-2008, Norberto Zulaica, sscc, Madrid)

ADVIENTO

� EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO. � ORACIÓN DE ADORACIÓN. Te adoramos, Señor, en el Sacramento de tu Presencia. ¡Bendito y alabado seas, Jesús Mesías, por todos los seres del cielo y de la tierra! Acepta el humilde homenaje de cuanto somos y tenemos. ¡Gloria a ti, Señor Jesús, orgullo y salvación del hombre! ¡Bendito tú, que vienes en nombre del Señor a traernos amor, paz, perdón, justicia y fraternidad! ¡Alabado seas por siempre en el Sacramento del altar, memorial de tu muerte y de tu resurrección! ¡Gracias, Señor, porque viniste! ¡Gracias porque te quedaste! ¡Gracias porque nos vas conduciendo como buen Pastor a las verdes praderas de tu Reino! ¡Bendito y alabado seas por siempre, Señor Jesús! � SILENCIO PARA CONTINUAR ADORANDO. � SUPLICA DE ESPERANZA. Venga el día, Señor, en que nuestra miseria

37

encuentre la misericordia. Venga el día, Señor, en que nuestra pobreza encuentre tu riqueza. Venga el día, Señor, en que nuestra senda encuentre el camino de tu casa. Venga el día, Señor, en que nuestras lágrimas encuentren tu sonrisa. Venga el día, Señor, en que nuestro gozo encuentre tu cielo. Venga el día, Señor, en que tu Iglesia encuentre el Reino. Bendito seas, Padre, por aquel día, en que nuestros ojos verán tu rostro. A lo largo de nuestra vida siempre has estado viniendo a nosotros en tu Hijo Jesucristo, nuestro Salvador y hermano. (Thyerry Maertens) � SILENCIO PARA MEDITAR. � PALABRA DE DIOS: Is 52,710 "Qué hermosas son las palabras y decisiones de los profetas que anuncian la paz, traen buenas noticias, pregonan la reconciliación y dicen al Pueblo: Dios es nuestro Señor". Escuchad: los que gritan en nombre del pueblo y defienden los derechos de los oprimidos viven las exigencias de Dios. Manteneos unidos en el trabajo y la fiesta, porque Dios quiere que hagamos de los derechos humanos personas nuevas; del dolor, consuelo; y de la opresión, libertad. Ante la mirada de todo el pueblo, el Señor nos ha dejado su Espíritu para que no haya fronteras injustas, sino fraternidad e igualdad, constantemente queridas por Dios. � COMENTARIO. La esperanza es un ingrediente del ser humano. Vivir es esperar. Pero no todos esperan igual: los ricos y poderosos viven pendientes del advenimiento del dinero y del poder. Los pobres de Yavé esperan una sociedad nueva, un reparto de bienes y de oportunidades, un reino de Dios con libertad y justicia. La espera cristiana es expectación activa del futuro, confianza en la promesa de Dios y punto de arranque para transformar el mundo. La vida cristiana es una vida en esperanza. En el Adviento revivimos la esperanza del Mesías por Israel, anticipamos el final de los tiempos, aún pendiente y por venir, y ponemos en esa línea histórica nuestro presente como encarnación y compromiso. De la mano de los grandes profetas y de los grandes precursores y, ante todo, de Jesús, nos echamos al camino para acelerar la llegada de una humanidad adulta, transida del Espíritu de Dios y reconciliada con el mundo transformado, con la tierra nueva. � SILENCIO PARA LA REFLEXIÓN. � PRECES. ♦ Por la Iglesia, para que en su palabra y en sus instituciones sea portadora de esperanza para el mundo... ♦ Por el Papa, los obispos, sacerdotes, religiosos/as, para que encarnen actitudes de conversión, que hagan creíbles las expectativas de salvación que en este Adviento ponemos en Jesús... ♦ Por la paz y la justicia en el mundo, para que nos comprometamos en hacerlas realidad como fruto de nuestra conversión...

38

♦ Por todos nosotros, para que este tiempo de Adviento avive en nosotros la esperanza y la alegría... � PADRE NUESTRO Y ORACIÓN. Acoge, Padre, nuestra oración, que humildemente te presentamos. Haznos saborear de antemano lo que tú nos preparas para la eternidad. � BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO. Damián como manifestación viva de Jesús

Misterio de la encarnación

Navidad nos habla del misterio de la “encarnación”. El Verbo de Dios asumió plenamente la condición humana, menos el pecado… En su vida y en su ministerio, Damián prácticó la dinámica de la encarnación: se hizo canaco con los canacos con tal de favorecer su ingreso a la fe… Para una reflexión grupal o una convivencia basada en los textos que siguen, usar las dinámicas señaladas, p. 141: “¿CÓMO HACER UNA REFLEXIÓN GRUPAL O UNA CONVIVENCIA ALREDEDOR DE UN TEXTO?”

(“Evangelizar con Damián”, EdeB, Quito, 2009, p. 28, especialmente las pp. 31 a 33)

Buscar “Mes de las Misiones” (Recursos Mayo/Octubre,Recursos-Octubre) LA MISIÓN, PARA EL DESTINATARIO, NO ES IMPOSICIÓN

DE UNA CULTURA AJENA NI ELIMINACIÓN DE LA CULTURA PROPIA

(“Evangelizar con Damián”, EdeB, Quito, 2009, p. 110, especialmente el párrafo “Damián, nuevo

rostro de Cristo, encarnación del Buen Pastor”) LA EVANGELIZACION, OBRA DE DIOS

Hoy la evangelización se vuelve como imposible, al menos difícil. ¿Cuál es el secreto de Damián? No evangelizar por cuenta propia, sino confesarse simple representante de Dios, su voz, su eco y sus manos, desempeñar ese papel y dejar que Dios haga lo suyo…

Dificultades insuperables para la misión

Territorio abierto sobre el mar inmenso pero humanamente sin horizonte, sin futuro, sin esperanza, Molokai, a priori, no es un lugar para los valores espirituales. Pues este infierno secularizado lleva fácilmente a la exasperación y a la desesperanza o a la entrega a todos los vicios. ¡Qué apertura a los valores del espíritu podríamos encontrar entre los leprosos, desterrados, alejados de su familia y de su medio a la fuerza, repudiados por la sociedad, condenados al encarcelamiento y a una muerte degradante! ¡Qué interés religioso podemos esperar de quienes se sienten malditos y abandonados de Dios! Una primera reacción sicológica, en muchos, consiste en buscar gozar locamente de lo poco que les queda de vida.

39

Para consolarse bebían alcohol obtenido de la fermentación de papas dulces. La reacción humana de miedo frente a la perspectiva de la muerte y del rechazo del sufrimiento había llevado inevitablemente a ésta gente, a refugiarse en los países artificiales del vicio, acelerando así los procesos de destrucción del propio organismo. (EEA p. 34).

[Después de la muerte del P. Damián] las religiosas tuvieron que hacer gala de una extraordinaria valentía para resistir firmes y para proteger a sus chicas contra los asaltos nocturnos de los desen-frenados rebeldes. (P. Damián, p.226. Esteban Debroey. Desclée de Brouwer. Bilbao).

La labor pastoral en estas condiciones parece imposible, pues no existe una predisposición para la fe, el amor y la esperanza. Si Damián hubiera sido médico, acompañado de agentes de salud con una infraestructura médica completa, hubiera podido esperar una gran acogida de parte de la gente. Pero no pertenece a Médicos Sin Frontera, pues eran otros tiempos: llega solo, las manos vacías, con la ropa puesta y su breviario. Si bien el científico Hansen descubrió la causa de la enfermedad precisamente el año en que desembarcaba en Molokai, las primeras medicinas aparecerían más de 60 años después. Lo único que podían codiciar los enfermos era salud, pero Damián llegaba sin vendas ni medicinas.

Dificultades para la misión en el norte y en el sur

Lo que vale para América latina se puede aplicar en todas partes:

• Hoy, entre los pobres de América latina, existe la misma desesperación que no favorece a primera vista el anuncio de la Buena Nueva.

• Al mismo tiempo, un cierto crecimiento económico, la penetración de la nueva tecnología, la influencia de los medios de comunicación aleja de los valores tradicionales. La cultura moderna o post moderna, la urbanización, ofrecen nuevas alternativas y expectativas. Nace una nueva cultura, más materialista, horizontal y hedonista. En busca de lo inmediato, de más cosas y artefactos, de toda clase de bienes efímeros, el hombre actual se hace más resistente a los valores de entrega y sacrificio. El cielo tradicional ha quedado en el olvido, ya no está en el más allá, se pretende alcanzarlo aquí abajo, de inmediato.

Nos hallamos finalmente en ambos casos (miseria por una parte, crecimiento material por otra), aunque por causas diferentes, frente a la misma resistencia a los valores espirituales, el hombre de hoy se desinteresa de la Vida que es Jesús, ya no la busca en él como lo anhela el lema de la quinta Conferencia Episcopal Latino Americana:

“Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en él tengan vida.”

El método de Damián: ser sacerdote

Confiar en Dios y nada más

Damián no tiene soluciones. No tiene método ni ayuda. Y ahí está su fuerza pues no puede confiar en nada, en nadie ni en sí mismo. La tarea es sobrehumana, entonces no le queda más que confiar en Dios, ser su testigo en esta isla abandonada de los hombres.

En el proceso de iniciar un movimiento en busca de soluciones, la incapacidad de Damián para resolver el problema generó en él una dependencia o confianza en Dios que le dirigió por un camino a lo largo del cual fueron apareciendo otros que trataron de ayudar, sumando sus esfuerzos para hacer frente a la necesidad… Su capacidad de confiar plenamente en una fuerza más allá de su propia persona es lo que ha originado el fenómeno de su vida... ¿Cuál es el significado de estar presente con la propia impotencia ante los problemas del mundo? Aún no puedo responder adecuadamente a esta pregunta, pero sé que Damián debe haberse sentido así…

Sólo con este espíritu de honda pobreza, pronto a confiar en la fuerza de Dios y no en la propia (cf. 2 Co 12, 9s), y dispuesto a asumir la cruz y los encargos que Dios le confíe, el discípulo puede ser misionero.

Damián solo quiere ser presencia de Cristo en ese infierno. Representarlo, ser su vicario, ser su sacramento, he ahí toda su metodología pastoral, igual como el programa del fundador de su Congregación religiosa:

“En Jesús encontramos todo; su nacimiento, su vida y su muerte: he ahí nuestra Regla”

40

Ser sacerdote

No tiene plan, y ¿con qué y con quién lo podría llevar a cabo? No tiene presupuesto. Ni la mitad de los leprosos son católicos. Entonces no le queda más que ser sacerdote, apóstol de Cristo, enviado suyo. Aunque haga de todo y ejerza todos los oficios, no es propiamente médico ni enfermero, ni arquitecto ni albañil, ni animador o trabajador social. No es propiamente administrador de funeraria ni sepulturero. No aceptó el encargo de director de la leprosería, menos el sueldo que lo acompañaba. Para todos es sacerdote, solo eso, nadie lo confunde. Sacerdote, o sea ministro de la Palabra, guía y pastor de su pueblo, ministro de la liturgia, todo ello a tiempo completo, no como una afición sino como un oficio. El sacerdocio constituye una función insustituible, sobre todo la ofrenda sacramental de Cristo al Padre en la misa:

En el misterio del sacrificio eucarístico, en que los sacerdotes desempeñan su función principal, se realiza continuamente la obra de nuestra redención.

De ello tiene plena conciencia Damián cuando escribe:

… La terrible enfermedad… hace progresos espantosos y amenaza con impedirme, quizás muy pronto, la celebración de la santa misa… Es esta privación la que más me costará y que hará mi situación insoportable… (Mayo 1886).

Pues sabe que la misa es el secreto de un apostolado fecundo. Ahora bien, de entre las tres tareas sacerdotales ya señaladas, ésta (la de celebrar la eucaristía) no es la más cómoda, pues compromete al sacerdote con toda su vida, pues no le toca solo presidir el rito sino imitar lo que celebra:

Como ministros sagrados, sobre todo en el sacrificio de la misa, los presbíteros ocupan especialmente el lugar de Cristo, que se sacrificó a sí mismo para santificar a los hombres, y por ende son invitados a imitar lo que administran; ya que celebran el misterio de la muerte del Señor, procuren mortificar sus miembros de vicios y concupiscencias.

Y esta función cultual, aparentemente sencilla, se hizo difícil, hasta físicamente, al sacerdote leproso cuyas manos, devoradas por la lepra, se estaban volviendo impotentes para elevar la hostia hacia el cielo.

Damián, nuevo rostro de Cristo, encarnación del Buen Pastor

Como Cristo es la expresión y la visibilidad del Padre, la Iglesia lo es de Cristo.

Como el Padre me ha enviado, les envío yo (Juan 20,21). La Iglesia debe ser como el sacramento de Cristo, Cristo hecho visible y activo en el mundo. Esta es su misión como la de todo cristiano, y en un sentido particular del sacerdote. Damián no quiso ser un profesional de la ayuda sino el icono de Cristo, su rostro, sus manos, más que todo su corazón. Eso perciben los leprosos y por eso van a acoger su religión y, con ella, la dimensión espiritual. Descubren en Damián constructor el rostro de un Cristo activo, el Dios que siempre trabaja, ¡hasta el sábado!

Por eso los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado. Jesús les replicó: «Mi Padre trabaja siempre, y yo también trabajo.» (Juan 5, 16-17).

Descubren en Damián médico el rostro de un Cristo que se compadece de toda miseria humana, que sana y salva. Descubren en su rostro siempre animoso y sonriente, en su personalidad fuerte, optimista y alegre, el reflejo de Dios.

Miserias, tanto morales como físicas, que parten el corazón me rodean de la mañana a la noche. Trato sin embargo de mostrarme siempre alegre, a fin de realzar el ánimo de mis enfermos.

…Teniendo a nuestro Señor a mi lado, ¡pues bien! sigo estando alegre y contento, y con esta alegría del corazón y la sonrisa en los labios, se trabaja con celo por el bien de los pobres desgraciados leprosos y, poco a poco, sin demasiado brillo, se hace el bien.

41

Más que todo, en su entrega generosa, permanente y sacrificada, en su amor incondicional que no discrimina entre géneros, edades, razas o religiones, sus fieles descubren el corazón universal de Cristo. Descubren en Damián al Buen Pastor que carga sin descanso la oveja perdida. Sin negar la importancia de la planificación, el secreto de la pastoral, hoy como ayer, consiste en ser pastor. Eso fue Damián, el buen pastor “del más espantoso rebaño del universo”. Damián es el representante de un Dios que nunca se cansa ni descansa, que nunca se desanima ni cede en la tarea de cuidar de todos sus hijos, que nunca se echa para atrás, que trabaja sin cesar a nuestra salvación. Que se empeña en defendernos tanto de la fiera de fuera como de la que asecha dentro de uno. Es el testigo del Buen Pastor que busca la oveja perdida día y noche. Se parece a aquella mujer que tiene solo dos vacas: cada mañana las ubica en el mejor pasto, al medio día las viene a visitar para complementar su dieta con retazos de maíz, y de tarde las viene a recoger, sin falta, como si fueran sus hijas…

(EdeB)

Novena de Navidad con Damián

Reflexionar los textos evangélicos de la Infancia de Jesús, relacionándolos con aspectos de la vida de Damián.

Esquema para cada día:

1. Oraciones, cantos, villancicos… 2. Lectura del texto bíblico señalado… 3. Lectura de la Meditación, unas o dos veces… 4. Diálogo. Fomentar un diálogo con las preguntas que siguen:

¿Hemos oído de otros, o vivido personalmente, experiencias parecidas? ¿Hay situaciones de nuestro medio, de nuestra vida, que se parecen a lo que cuenta el acto o la escena?

¿Qué personaje, palabra o frase, nos llama más la atención? ¿Por qué?

¿Qué enseñanza nos ofrece esta meditación, qué mensaje nos deja?

¿A qué cambios nos compromete esta meditación en nuestra vida personal, en nuestra familia, en nuestro medio?

5. Signo o rito… 6. Oración participada… 7. Bendición final.

Primer día Lectura

La anunciación y la encarnación del Hijo de Dios (Lucas 1, 26-38) Meditación

María joven, con el afán de consagrarse enteramente a Dios, había renunciado a la posibilidad de ser madre. Finalmente, sin renunciar a su virginidad, acepta ser la madre del Salvador, aunque se da cuenta de la tremenda responsabilidad que va a pesar sobre sus hombros. Contesta al ángel:

Yo soy la esclava del Señor; que Dios haga conmigo como me has dicho.

42

Damián, como María, es alguien que no se echa para atrás, sino que tiene una disponibilidad sin límites para decir que sí. Cuando joven, a los 18, sigue su vocación, diciendo:

Quiero ser sacerdote. A los 22, se ofrece para las misiones, diciendo:

Quiero ir en lugar de mi hermano. A los 33, se ofrece para Molokai, diciendo:

Heme aquí. Estoy dispuesto a sepultarme vivo con esos pobres infortunados. Y a los 44, asume la lepra, diciendo:

Estoy leproso, ¡bendito sea Dios! Nosotros también, con ocasión de la novena de Navidad, sometámonos generosamente a la voluntad de Dios, que siempre busca nuestro verdadero bien.

Segundo día Lectura

María visita a Isabel (Lucas 1, 39-56) Meditación

María conoció tristezas y angustias: la huida a Egipto, la pérdida de su hijo a los 12 años o cuando, más tarde, intentaron darle muerte en su mismo pueblo, en Nazaret. Y cuando moría en la cruz, experimentó como una espada le traspasaba el alma… Sin embargo predominó en ella el gozo, el gozo de llevarlo 9 meses en su seno, de volverlo a ver al tercer día en el templo, el gozo de tenerlo 30 años en su hogar… Isabel su prima lo profetizó:

¡Dichosa tú por haber creído que han de cumplirse las cosas que el Señor te ha dicho! Y ella misma lo testificó:

¡Mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador… desde ahora siempre me llamarán dichosa! Damián por su parte sintió el desconsuelo de dejar su familia, especialmente a su madre; la pena de abandonar su patria y a sus compañeros; el pesar de renunciar a su libertad, cuando se internó definitivamente en Molokai; el peso y la carga de tener que convivir día a día con los leprosos cuya carne y órganos estaban en proceso de descomposición. Pero la dicha de las bienaventuranzas compensó y superó con creces estas aflicciones. En sus cartas repetía insistentemente:

Yo soy el misionero más feliz del mundo.

Tercer día Lectura

Origen de Jesucristo (Mt 1,18-25) Meditación

El Hijo de Dios, Dios mismo, Palabra eterna del Padre, al venir al mundo, adoptó el nombre de Jesús, o sea “¡Dios salva!”, como el ángel lo había señalado en sueños a José.

Le pondrás por nombre: Jesús. Venía en efecto a liberarnos del pecado y a preservarnos de la muerte eterna. Por eso, Jesús, más tarde se iba a presentar como el Libertador de los oprimidos:

43

El Espíritu del Señor… me ha enviado a anunciar libertad a los presos… a poner en libertad a los oprimidos. (Lucas 4, 18)

Damián, en medio de los leprosos, fue como otro Jesús, fue su representante, su enviado para salvarlos.

– Como el Padre me envió a mí, también yo os envío a vosotros. (Juan 20, 20)

Alivió sus sufrimientos. Limpió sin repugnancia sus llagas asquerosas, les devolvió el sentido de su dignidad, abrió sus corazones al consuelo de Dios y a la esperanza. A nosotros también nos toca ser salvadores y libertadores, pero sin ideologías, sin pretensión ni prepotencia, con humildad, tino y respeto, y solo en nombre de Jesús. En la familia y entre los parientes y vecinos; en la oficina y en la fábrica, en la calle y en la sociedad.

Cuarto día: Lectura

Nacimiento de Jesús (Lc 2, 1-7) Meditación

1. Dios, que es el Señor de la Historia, el dueño de los destinos del mundo, condujo como de la mano a María encinta hasta Belén. De ese modo el que era destinado a ser rey universal y rey de reyes va a nacer, como lo había anunciado el profeta, en el pueblo del rey David su antepasado.

Mientras estaban en Belén, le llegó a María el tiempo de dar a luz. Y allí nació su hijo primogénito. Del mismo modo, Dios que destinaba Damián a ser el buen pastor de los leprosos, lo sacó de la finca paterna y lo llevó providencialmente a la congregación de los Sagrados Corazones. De ahí lo mandó a las islas Hawai en pleno Pacífico para finalmente conducirlo a las playas malditas de Molokai. Dios tiene su plan para salvar al mundo y lo realiza sin demora cuando nos sometemos a su voluntad. 2. En este pasaje, descubrimos también que Jesús al nacer en el mundo, obra de sus manos, no halló ni alojamiento. Se conformó con una cueva, reservada a los animales. Cuando Damián desembarcó en Molokai, las primeras semanas, no tuvo donde descansar, se acomodó para dormir bajo las ramas de un simple árbol. El discípulo no es más que el maestro. Como cristianos, somos llamados a identificarnos en todo a Jesús.

Quinto día: Lectura

Los ángeles y los pastores (Lucas 2, 8-20) Meditación Los pastores bajan presurosos de la montaña para comprobar la buena nueva anunciada por los ángeles: un niño acostado en un pesebre. María se lo presenta. Los pastores, el corazón rebosante de alegría, regresan a sus rebaños alabando a Dios. Para ellos, a pesar de las rudas condiciones de su trabajo, empezaba una vida nueva, con sentido y con esperanza.

Regresaron dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían visto y oído…

Damián, misionero de las buenas noticias, ofreció Cristo salvador a los miserables enfermos de la lepra. El infierno se volvió casi paraíso: la desilusión se tornó en esperanza, el egoísmo en amor, la soledad en fraternidad, el resentimiento en acción de gracias. Permitamos a Jesús nacer no solo en nuestros corazones sino también en nuestras familias y en nuestra sociedad. Entonces llegará su Reino como lo pedimos en el Padre nuestro:

Venga a nosotros tu reino…

44

Sexto día: Lectura

La visita de los sabios del Oriente (Mateo 2, 1-12) Meditación

Aunque Belén haya sido el lugar de origen del rey David, y que un oscuro y olvidado oráculo profético lo había señalado como patria del futuro Mesías, ¡quién en aquel entonces iba a imaginar que, en esta pobre aldea, fuera a aparecer la Salvación del Mundo! ¡Quién podía imaginar que el verdadero Sol, la Luz de las Naciones fuera a brillar de repente en la cueva de los animales, en las tinieblas de la noche! Y lo mismo podemos decir del infierno de Molokai, con sus sufrimientos y sus soledades, sus explotaciones y violaciones, sus carnes podridas y sus cadáveres echados al barranco. ¡Quién podía imaginar que, ahí precisamente, a través de Damián el pastor, fuera a asomar el Reino de Dios; que ahí el amor iba a vencer el odio, la solidaridad al egoísmo, la paz a la división, la esperanza al desaliento, la dignidad al desprecio. Como Damián, con la fuerza de Cristo, ¡hagamos nacer el Reino de los Cielos ahí donde triunfa el mal! Como Damián, con la fuerza de Cristo, ¡hagamos nacer el Reino de Dios en los Belén y en los Molokai olvidados de hoy!

Séptimo día: Lectura

El niño Jesús es presentado en el templo. (Lucas 2, 21-35) Meditación

1. El viejo Simeón, cargado de días, se regocija porque la salvación, prometida desde hace siglos, se está cumpliendo en el niño de María, al que está “marcando” en sus brazos.

— Ahora, Señor, tu promesa está cumplida…porque he visto…la luz que alumbrará a las naciones...

Damián, envejecido prematuramente por la lepra a los 49 años, se regocija porque la misión está cumplida, porque, si bien el bacilo de Hansen sigue atacando los cuerpos, las llagas del alma se van curando; porque la luz de Jesús va disipando las tinieblas del dolor; porque el amor de Jesús, manifestado en su corazón y en sus manos de misionero, va a quedar por siempre grabado en la playa maldita. 2. Al lado de María y con su niño en sus brazos, Simeón exclamaba:

Ahora puedes dejar que tu siervo muera en paz. Con palabras propias, Damián dice lo mismo:

¡Qué bueno es morir hijo de los Sagrados Corazones! O sea los de Jesús y María. 3. Sí, las promesas de Dios se cumplen de generación en generación. La salvación sigue naciendo. Si el reino de Dios parece retroceder en un lugar, crece y se multiplica en otro. La luz sigue despejando las sombras, hagamos un acto de fe y esperanza.

45

Octavo día: Lectura

La huida a Egipto (Mateo 2,13-23)

Meditación

José abandona su tierra y sus proyectos propios. Se destierra y huye a Egipto para salvar y cuidar al Niño que lleva a los hombros la Salvación del Mundo y la Esperanza de las Naciones. Mientras tanto, en los hogares de Belén, se oyen llantos y grandes lamentos por la matanza de sus pequeños. El mal y la maldad siguen acompañando la marcha de los hombres a través de los tiempos. En el siglo XIX, la epidemia de la lepra, en las islas Hawai, provoca separaciones en el seno de las familias, entre esposos y esposas, entre padres e hijos. Llevados a la fuerza a una playa de Molokai, los infortunados leprosos gimen y se lamentan, no solo por la tremenda enfermedad que los devora vivos, sino por la soledad lejos de sus seres queridos. Damián, movido por el Espíritu de Dios, oye el clamor de los leprosos, se compadece de su aflicción. Entonces, imitando a José, su santo patrono, libremente, en plena conciencia, se destierra y emigra a la triste playa de la isla maldita, cargando consigo un solo tesoro, el único que los puede salvar: Jesús y su amor infinito.

Noveno día: Lectura

Jesús perdido y encontrado (Lucas 2, 39-52) Meditación

Mientras María, angustiada, buscaba a Jesús, él estaba en el templo, atendiendo los asuntos de su Padre Dios, o sea su proyecto de salvar con él al mundo. Damián, imitando a su maestro, también dejó a su madre llorando con tal de ir a salvar a humildes hermanos de islas perdidas del Pacifico. Más tarde, mientras una espada cortante traspasa el alma de María, Jesús azotado y clavado se moría en la cruz para salvar el mundo. Damián, con el afán de dar consuelo a los leprosos sin establecer barreras, contrajo finalmente la terrible enfermedad, la misma que iba a herir el corazón de su madre… Pero estos sufrimientos no fueron vanos. Asumida con amor la cruz tiene sentido, es fuente de salvación. Más aún, se vuelve hasta suave y liviana.

Mi yugo es suave y mi carga liviana. (Mateo 11, 30) Noche de Navidad

Aniversario del nacimiento de la Congregación

de los Sagrados Corazones Para asimilar los valores que lleva Damián, es indispensable conocer los orígenes y el carisma de su congregación religiosa.

46

Para una reflexión grupal o una convivencia basada en los textos que siguen, usar las dinámicas señaladas, p. 141: “¿CÓMO HACER UNA REFLEXIÓN GRUPAL O UNA CONVIVENCIA ALREDEDOR DE UN TEXTO?”

Texto 1

(“Servidor del Amor, Pedro Coudrin”, Juan Vicente González, Chile, 1990) LA CONGREGACIÓN RELIGIOSA DE DAMIÁN NACIÓ EN LA

NOCHE DE NAVIDAD 1800 CON LOS VOTOS DE LOS FUNDADORES

Noche del 24 al 25

Dos días después era la Vigilia de Navidad. Los Fundadores han decidido hacer su “profesión” pública de los tres votos esa noche. La fórmula preparada — conservamos únicamente la del P. Coudrin, pero todo hace pensar que la de M. Aymer era idéntica — ha llegado a su forma definitiva, que en adelante dará la pauta a todas las profesiones sucesivas.

Fórmula

No hay duda de que todo un proceso de maduración y clarificación, muy rico e intenso, ha tenido lugar durante ese Adviento de 1800. No conocemos sus detalles, pero conocemos su fruto: una fórmula sobria, densa, completa y equilibrada. En suma, una especie de símbolo de la fe de la comunidad en el sentido de su consagración. Como, dadas las circunstancias de total clandestinidad, no se podía soñar en levantar actas, cada fórmula tiene también ese carácter: lleva fecha, hora y firma. La de Pedro, que toma el nombre de Hermano José María, dice así:

El vigésimo cuarto día de diciembre, a las once horas y tres cuarto de la noche, en el año 1800, yo, hermano José María, hago voto de castidad, de pobreza, de obediencia, según las luces de Espíritu Santo para el bien de la Obra, como Celador del Amor de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, en cuyo servicio quiero vivir y morir. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Dentro de un ritual

En muy probable que esta fórmula no haya sido pronunciada sola. Los Fundadores y su comunidad tenían conocimiento de los ceremoniales monásticos y, aunque estamos muy lejos ciertamente de la elaboración tan cuidada que vemos aparecer en el ceremonial aprobado en 1825, es muy probable que se haya desarrollado una ceremonia, iniciada por el “Veni Creator” cantado, y que una oración en silencio haya llenado los intersticios. Sea como fuere, de rodillas al pie del altar, revestido ya para celebrar la Misa de Medianoche, Pedro pronunció la fórmula, acompañado o seguido por Enriqueta. Nos gustaría conocer la homilía de esa Navidad, pero de esa noche no queda otra huella que la fórmula recién citada. Sabemos que la misa de entonces era prácticamente idéntica a la actual menos la lectura del Antiguo Testamento, que se ha agregado con la reforma conciliar del Vaticano II, y algunas variaciones menores: el Salmo 2, que se decía a la entrada, con la antífona actual, tomada de su verso 7: “Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy”. ¿Qué significa el que la nueva congregación nace en la noche de la Natividad?

El hecho de que la Profesión se llevara a efecto en Navidad no era una mera casualidad, sino un acontecimiento cargado de sentido. Había, en la conciencia de Pedro Coudrin y de Enriqueta Aymer, una secreta pero muy sólida sintonía entre la comunidad que se asomaba a la vida y el nacimiento del Hijo de Dios en el pesebre de Belén.

47

La Acción de Dios que ellos aspiraban a servir, era para ellos la misma que había hecho de Jesús y de María un solo Corazón. En Belén Jesús había irrumpido en el mundo, pero tan calladamente, con tanta discreción y a la vez con tanta fuerza, como ellos advertían en su propia historia. Esa historia, la sentían conducida por el Espíritu Santo, con una iniciativa que hoy llamaríamos carismática, desde La Motte en adelante. Un rasgo significativo: el celo

El Amor de los Sagrados Corazones, objeto del celo que los lleva a la consagración religiosa, puede ser entendido de dos maneras: 1. — como el amor que nosotros tenemos a los Sagrados Corazones; en otras palabras, su culto y el conjunto de actos de veneración de que se les hace objeto; 2. — como el amor en que ellos están inflamados por el Padre y por los hombres, y que los tiene entregados a la Acción de Dios en el mundo. No hay duda de que, sin excluir lo primero, la consagración del celador mira sobre todo a entregarse a ellos para que, como modelo y como agentes principales, los hagan realizar esa Acción de Dios. El celo no es, al fin, sino una inquietud y ardor del corazón que lo impulsa a entregar al gran Amor - que no sólo mueve el sol y las demás estrellas como dice el Dante al terminar su “Paraíso”- sino todo el universo de la salvación.

Texto 2

(Artículo sacado de la revista “Cómo hacemos”, Hermanos sscc, Ecuador, Año 2004, EdeB) NUEVO ANIVERSARIO DE LA CONGREGACION

Navidad, tiempo de fiesta

En estos días cercanos al 24 de diciembre, Navidad está por todas partes. Fiestas, guirnaldas de focos, agasajos, caramelos… sin hablar de la tremenda agitación comercial. ¡Hasta en los cuarteles! Ayer en la novena, en Planadas, un joven recluta, que estaba franco, nos contaba como, en la frontera con Colombia, están haciendo la novena en la capilla del cuartel; a la misma acuden cientos de vecinos. ¡Navidad hasta es ocasión para el baile popular! Como anoche en el barrio de La Campiña… Navidad, tiempo para nacer

Pero también, ¡es un buen momento para nacer! ¡Más aún al final de un siglo y a la puerta de otro! Este fue el caso de nuestra Congregación, cuyo nacimiento tuvo lugar en la noche de Navidad 1800. Es verdad que no hay que confundir visión inaugural, nacimiento y aprobación. El Buen Padre tuvo la visión inaugural de la nueva Comunidad en 1792, en el granero de la Motte d’Usseau. Las hermanas alcanzaron su primera aprobación diocesana en junio del 1799 mientras los hermanos no la iban a alcanzar antes del 1801. Y, por obvias razones políticas, la Congregación, como una sola en dos ramas, no iba a ser aprobada a nivel universal antes de 1817, o sea 17 años más tarde. Sin embargo, con toda razón, la tradición congreganista ha situado sus comienzos en los votos oficiales de sus fundadores. Es que la obra de Dios no nace por decreto, aunque fuera de la Santa Sede. A la autoridad de la Iglesia le toca ante todo examinarlo todo y quedarse con lo bueno (1Ts 5,19), no puede sustituirse a la llamada divina y a la disponibilidad del hombre. Las nuevas iniciativas nacen de la entrega de hombres generosos en respuesta a una llamada de Dios. Este ha sido el hito decisivo para la Congregación: cuando el Buen Padre y la Buena Madre prometieron públicamente entregarse sin reservas a los Sagrados Corazones de Jesús y María. Nacer al inicio de un nuevo siglo

La Congregación nació con el nuevo siglo y, aunque los cambios de sistemas de gobierno y los nuevos trazos de fronteras en Europa se iban a determinar más tarde, la fecha del cambio de siglo anunciaba ya tiempos nuevos: un nuevo mundo despuntaba iluminado por los valores, ciertamente

48

evangélicos, de libertad, igualdad, fraternidad, promovidos por la revolución francesa en sus inicios, antes de que se hunda en excesos sangrientos. La fecha del inicio oficial de la Congregación indica a las claras que estaba llamada a acompañar los tiempos nuevos. Que su misión no consistía en seguir manteniendo el orden antiguo, por mucho que haya cobijado la fe cristiana por siglos, sino en impregnar con el Evangelio el orden nuevo que estaba aflorando, en velar por los destinos de una nueva civilización que afirmaba el valor del individuo, su autonomía, su libertad de conciencia…. La Congregación, al iniciar un nuevo milenio

Hoy, en los comienzos de un nuevo milenio, la Congregación se dispone a acoger, aunque fuera para purificarla, la nueva era que emerge por todos lados, calificada como post-moderna y caracterizada por la globalización y sus nuevas tecnologías de comunicación… En el seno de la Iglesia, a la Congregación le toca, más que a nadie, poner en práctica la afirmación conciliar:

Para realizar esta misión, es deber permanente de la Iglesia escrutar a fondo los signes de los tiempos e interpretarlos a la luz del Evangelio; solo así podrá responder, en la forma que cuadre con cada generación, a los perennes interrogantes humanos sobre el sentido de la vida presente y futura, y sobre la mutua relación entre una y otra. Es, por consiguiente, oportuno que se conozcan y entiendan el mundo en que vivimos y sus esperanzas, sus aspiraciones, su modo de ser, frecuentemente dramático (Gaudium et Spes 4).

Qué significa nacer en Navidad?

Pero la Congregación no solo nació en el umbral de un nuevo siglo, sino en Navidad. Esto sugiere que estaba llamada a hacer germinar el Verbo de Dios, luz siempre nueva, palabra siempre viva, en el nuevo siglo en gestación. Que estaba llamada a encarnar la buena nueva del reino en el mundo emergente. Que nacía para iluminar la nueva cultura que descansaba en los derechos del individuo (todos los hombres nacen iguales), para matizarla, humanizarla con el amor de Dios. Nacía en Navidad porque quería sembrar el amor de los Sagrados Corazones en el siglo o en los siglos por venir. Es así como el Buen Padre profesó diciendo: “Hago voto... como celador del amor de los Sagrados Corazones…” La nueva Comunidad se comprometía en cuidar de que el amor de los Sagrados Corazones vaya cobijando el nuevo mundo. Llevar Cristo al mundo y el mundo a Cristo

Probablemente la Congregación, en sus inicios, no pudo asumir conciente y deliberadamente todo el significado de la fecha de su nacimiento. Lo hizo más bien en la práctica, al ejecutar este doble movimiento que la caracteriza: ¡Llevar con el mismo ardor Cristo al mundo y el mundo a Cristo! “Andatierra”, lo mismo como los jóvenes misioneros que, un cuarto de siglo más tarde, iban a embarcar a misiones lejanas, lo mismo como Damián que se iba a internar en el infierno de Molokai 73 años más tarde, todos manifestaron esta celosa pasión por ofrecer el mundo a Cristo y Cristo al mundo.

Más que hacerse hombre, Dios en Ecuador se hizo niño

Finalmente podemos iluminar el nacimiento de nuestra Congregación a la luz de la religiosidad popular ecuatoriana. Esta, cuando evoca la encarnación, prioriza ciertos rasgos. No insiste en el que Dios se haya hecho hombre, sino en que se haya hecho niño… De ahí la multitud de signos y ritos que tienen que ver con Jesús niño: las imágenes del niño Dios, los villancicos que no son más que ingenuas canciones de cuna, el pase del Niño con los nacimientos vivientes y los braseros, las posadas, la novena de Navidad que tiene tanto relieve… Todo concurre a interpretar la encarnación y la natividad como el hecho, de parte de Dios, de hacerse niño. ¿No es un modo de recalcar en ciertos rasgos de Dios: su humildad, su pequeñez, su sencillez, su cercanía, su ternura? En este caso, la misión de la Congregación, por nacer en esa Navidad que abría las puertas de un nuevo siglo, consistiría en ser testigo del amor de un Dios que se rebaja hasta hacerse niño, o sea en hacerse testigo de un Dios manso y humilde de corazón.

49

Texto 3

(José María Coudrin, Editorial Reinado Social, Madrid) PRESENTACIÓN DE LA CONGREGACIÓN DE LOS

SAGRADOS CORAZONES

El nacimiento de la Congregación se debió al carisma de dos personajes excepcionales: José María Coudrin y Enriqueta Aymer de la Chevalerie. • Fecha de nacimiento: 1800. Navidad. • Fecha de aprobación por Roma: 17 de noviembre de 1817. Este es el carné de identidad de nuestra Congregación. Hay tres modos o modalidades de ser cristiano o sea de seguir a Cristo: • como sacerdote, o sea como constructor oficial de la comunidad cristiana, la Iglesia, en nombre

de Cristo; • como laico, o sea como bautizado, testigo de Cristo y de sus valores en el tejido social y en el

mundo; • como religioso o sea como quien adopta al pie de la letra el estilo de vida de Jesús en la tierra:

pobreza, castidad y obediencia en comunidad. Los religiosos se agrupan en familias religiosas llamadas "congregaciones" que enfocan cada una un rasgo de Jesús y de su Evangelio. La nuestra tiene su modo peculiar de hacer visible el Evangelio, un estilo propio, que se lo imprimieron los fundadores en un momento determinado, en unas circunstancias especiales de la historia, en nuestro caso la Revolución francesa. De entrada nuestros fundadores llamaron a la Congregación: de los Sagrados Corazones de Jesús y de María. El nombre ya indica mucho. El Evangelio centrado en el Corazón de Cristo y en el de su madre María. Siempre unidos el Hijo y la Madre, como quiso que viviéramos siempre sus hijos, los religiosos y las religiosas. Nos quiso imitadores de Jesús y de María a través de un espíritu de adoración y de reparación, transformando y acabando con el mal del mundo, en una vida activa y quemada en el trabajo por el Evangelio y por la Iglesia. Toda nuestra vida está enmarcada en la sencillez que quiso nuestro «Buen Padre». Nuestras comunidades se distinguen por tener un espíritu familiar, sencillo y acogedor. Y como eje de todas ellas la Eucaristía, calor y alimento de la vida religiosa. La Congregación de los Sagrados Corazones está extendida por todo el mundo y tiene como elemento importante el espíritu misionero, que trata de llevar a cabo en la entrega a los pobres y marginados. Es difícil sintetizar en pocas líneas la riqueza del legado de nuestros fundadores. Destacamos como elementos importantes de nuestro carisma: • La devoción a los Sagrados Corazones. • La reparación del mal en el mundo. • Especial importancia de la Eucaristía. • Fidelidad a la Iglesia y al Papa. • Sentido misionero y evangelizador. • Vida de familia y sencillez de vida. • Amor y entrega a los pobres... Características sencillas, pero esconden valores evangélicos importantes. Tan importantes que han ayudado y siguen ayudando a vivir el Evangelio y a seguir los pasos de Jesús en una entrega a la comunidad eclesial, a muchos hombres y mujeres del ancho mundo.

50

Texto 4 NUESTRA IDENTIDAD

En la comunión de la Iglesia, Pueblo de Dios, la CONGREGACIÓN DE LOS SAGRADOS CORAZONES DE JESÚS Y DE MARÍA Y DE LA ADORACIÓN PERPETUA DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR es una Congregación religiosa apostólica de derecho pontificio, fundada por Pierre Coudrin y Henriette Aymer de la Chevalerie. (Constituciones SSCC #1) Carisma es una palabra griega frecuentemente usada en el Nuevo Testamento, especialmente por San Pablo, que significa don, gracia de Dios a la persona o a la comunidad. En la Iglesia a partir del Concilio Vaticano II se ha hecho habitual recurrir a esta expresión. En nuestro caso el carisma de la Congregación sería ese determinado don o gracia que Dios ha depositado en los fundadores para constituir una comunidad. El carisma como todo lo del Espíritu es dinámico y evoluciona, por eso sigue vivo hoy en los miembros de la Congregación aunque hayan cambiado las estructuras y expresiones institucionales. Este carisma marca la manera de entender y vivir el Evangelio, y es esa peculiar forma de entender y vivir el Evangelio desde determinadas insistencias o acentos la que llamamos “espiritualidad”. La espiritualidad de los Sagrados Corazones está expresada en el capítulo primero de las Constituciones, que es común a hermanos y hermanas. Ese capítulo marca como propio de nuestro carisma los siguientes acentos: 1.- "La consagración a los Sagrados Corazones de Jesús y de María es el fundamento de nuestro Instituto" (Buen Padre). Esta consagración le da su dimensión especial a nuestra vocación particular en la Iglesia. Ella envuelve dos aspectos, sobre todo: Fe en el amor personal, tierno e incondicional de Dios por nosotros y en la forma bondadosa con que él guía nuestras vidas. "El buen Dios es quien nos da su gracia, nos bendice, nos sostiene, nos ayuda, nos guía a través de la vida realiza su obra en nosotros y a través de nosotros". Este constante sentimiento de ser amado, experimentado por el Buen Padre y la Buena Madre, se expresa por nuestra consagración al Corazón de Jesús, fuente y símbolo de ese amor fiel. La conciencia de su amor impregna nuestras vidas y todas nuestras actitudes. María, por su fe, su silencio, su entrega de todo corazón, es un modelo para nosotros en nuestra búsqueda por entrar en el Corazón de Jesús. Ella es nuestra compañía a lo largo del camino. 2.- La vida de Jesús (las cuatro edades: nacimiento, vida oculta, vida pública y muerte) como principio determinante de la misión y ministerios de la Congregación y como inspiración de nuestras vidas. La conciencia de que nadie puede agotar la riqueza y plenitud de Cristo da lugar a una real diversidad en la unidad. 3.- Celo para proclamar la buena noticia del amor de Dios, especialmente a los pobres. Cuando "nos revestimos de la mente y del corazón" de Jesús el servidor, "su amor nos apremia". De ese amor fluye nuestra preocupación cordial por las personas, en especial por los débiles y oprimidos. Este espíritu parece extraordinariamente apropiado hoy día como respuesta a un mundo que se vuelve cada vez más despersonalizado y deshumanizado. Ese celo, que brota del amor que Jesús nos tiene, nos libera para responder a las necesidades de la Iglesia y del mundo. Como en el caso de nuestros mismos Fundadores, esas necesidades piden de nuestra parte disponibilidad, movilidad, flexibilidad, un espíritu misionero sin límites. Este espíritu nos orienta especialmente al servicio de los más pobres de la tierra. 4.- Centralidad de la Eucaristía en la comunidad, como celebración y acción de gracias, nos evoca la donación total y amorosa de Jesús a su pueblo y nos da fuerzas para seguirlo y para entregarnos del todo a nuestra misión. 5.- La adoración reparadora, como actitud permanente y como forma específica de oración, prolonga la celebración de la Eucaristía en nuestras vidas. Ella le da un significado más profundo al sufrimiento en nuestra existencia y nos hace pensar que el pecado del mundo hiere a Cristo particularmente en los pobres y marginados, a los que estamos especialmente dedicados.

51

6.- Espíritu de familia, de comunidad que saca de la Eucaristía, sacramento de unidad, sus rasgos distintivos de sencillez, fraternidad, hospitalidad y solidaridad. 7.- Una única Congregación de hermanos y hermanas, tal como fuimos fundados. Es una realidad significativa y permanente, arraigada en la fundación misma de la Congregación y no de carácter puramente funcional, sino que es una forma basada en el carisma o identidad de nuestra Congregación. Los hombres y mujeres que se incorporan a la Congregación desde el comienzo estuvieron dedicados a la misma misión apostólica. Miraron su unidad y su colaboración como una parte importante en sí misma de esa misión en respuesta a la sociedad y a las necesidades de la Iglesia como ellos las percibían. En nuestros días, esa unidad y colaboración pueden ser un testimonio verdadero, en la medida en que avanzamos más y más hacia la igualdad y complementariedad de los sexos en la Congregación, en la Iglesia y en el mundo. 8.- La internacionalidad no sólo como un hecho, sino como un valor y un desafío. Nuestro carisma no se agota en una sola encarnación, y cada inculturación del mismo contribuye a revelar explícitamente su riqueza original. La internacionalidad nos llama a ampliar nuestra solidaridad, tanto en la línea del dar como en la del recibir. Resumiendo: Un carisma que se ha formulado en una frase que condensa lo mejor de nuestra espiritualidad y que es por sí misma un reto para todo religioso y religiosa de nuestra Congregación, pues expresa lo que por vocación está llamado/a a vivir: "Contemplar, vivir y anunciar al mundo el amor de Dios encarnado en Jesús".

52

RECURSOS-ENERO ACCIÓN-DAMIÁN: iniciarla o reforzar lo que se inició en julio y agosto 52

El impacto y el significado de Damián para la misión de la Congregación hoy 53

SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS (18 de enero a 25) 54 Actitud frente a la multiplicación de ofertas religiosas 54 Involucion del número de católicos 56

DÍA MUNDIAL DE LA LEPRA 60 Comparando Damián con Hansen y Fleming 61 Dar sentido al mundo nuevo que está asomando 62 Dar sentido al mundo nuevo que está asomando (ii) 65 Cristianizar los aspectos más relevantes del mundo que va naciendo 67 Pastoral desde la tragedia 68 Jornada mundial de los enfermos de lepra 70 Relacionar con el Día mundial del Sida 71

Acción-Damián: iniciarla o reforzar lo que se inició en julio y agosto

1) Preparar la Acción-Damián

Promover nuevos emprendimientos en el campo de la pastoral social y apostólica en la línea de Damián. 1.1 Consultar en Recursos II (mayo a octubre): Recursos-Julio, los capítulos: • "La cultura" • "Misión laical" • "Promoción humana I" • "Promoción humana II" • "Pastoral desde la tragedia" 2) Emprender en nuestro medio una Acción-Damián

Ver en Recursos II (mayo a octubre): Recursos-Agosto, la sección “Planificación de una actividad”, los capítulos: • “Asimilación de los principios que rigen una acción al estilo Damián” • “Búsqueda de soluciones a los males del mundo” • “Los diez mandamientos de san Damián” Antes de emprender en nuestro medio una Acción-Damián, ensanchemos nuestra reflexión sobre la misión sscc con el texto que sigue… Para una reflexión grupal o una convivencia basada en los textos que siguen, usar las dinámicas señaladas, p. 141: “¿CÓMO HACER UNA REFLEXIÓN GRUPAL O UNA CONVIVENCIA ALREDEDOR DE UN TEXTO?”

53

(Javier Álvarez-Ossorio sscc, Superior General, Info sscc Hermanos, #24, marzo 2009) EL IMPACTO Y EL SIGNIFICADO DE DAMIÁN PARA LA

MISIÓN DE LA CONGREGACIÓN HOY

… Cabe preguntarse: ¿puede servir Damián de inspiración para nuestra misión, ya sea en Asia o en cualquier parte? Me siento el misionero más feliz del mundo, decía Damián en una de sus cartas desde Molokai. Se trata ciertamente de una “extraña” felicidad, ya que Damián vivió en condiciones muy duras, soportó conflictos agrios con sus compañeros y con sus superiores (a causa de incomprensiones y de su carácter tozudo), luchó interiormente con sus escrúpulos y su consciencia de saberse pecador, y, en fin, sufrió en su propia carne el terrible proceso de degradación que provoca la enfermedad de la lepra hasta morir a causa de ella. Misionero y feliz: tratemos de entender su impacto en nosotros a través de estos dos calificativos de su existencia. Misionero con celo y afecto

Damián se entendía a sí mismo como misionero, en el contexto de la idea de “misión” que tenían entonces la Congregación y la Iglesia. Según sus cartas, Damián se inspiraba en los modelos de dos grandes misioneros: San Juan María Vianney (el cura de Ars), en su celo infatigable por “salvar almas”, y San Francisco Javier, en su empeño por llegar a tierras lejanas y hacer nuevos cristianos. La gran aventura de la evangelización de las islas del Pacífico, confiada por la Santa Sede a nuestra Congregación desde tiempos del Fundador, ofrecía un terreno privilegiado para esta imagen heroica y entregada de la misión entendida como preocupación por salvar a tantas personas “paganas” perdidas en los confines del mundo. Esta llamada misionera corresponde al envío del final del Evangelio de Mateo (“id por todo el mundo y haced discípulos míos…” Mt 28,19) En este contexto general de misión, Damián mostró un afecto peculiar por las personas a las que servía. Primero con los cristianos de las parroquias de los distritos de Puna y Koala. Hasta el punto de decir, al ser trasladado de una parroquia a otra, que “la separación de mis queridos cristianos me ha resultado más penosa, más dolorosa que la de mis queridos padres, por el afecto tan cordial que sentía hacia mis queridos neófitos canacas…” Este afecto se manifestó poco después con más fuerza aun en el servicio a sus amados leprosos de Molokai, a los que se entregó en cuerpo y alma. Misionero feliz

Damián se sentía misionero feliz. El escritor Charles Warren Stoddard, amigo y biógrafo de Damián, le escribe después de una visita a Molokai: “Pienso con frecuencia en usted, en su vida extraordinaria. Siempre me ha parecido feliz, más feliz que los que están en el mundo. Tiene derecho a serlo, pues nadie realiza una obra más noble que la suya, y quizás nadie la hace en peores condiciones que usted”. Poderoso estímulo misionero

El impacto más directo de Damián en la misión de la Congregación ha sido, y sigue siendo, la fascinación que su vida produce en muchos de nosotros, hasta el punto de que bastantes candidatos han entrado en la Congregación movidos por su testimonio. Está claro que muy pocos, o prácticamente ninguno, de los que se han animado a ser religiosos atraídos por Damián han vivido después como él, es decir, en un servicio tan radical a los más pobres y abandonados en tierras lejanas. También es verdad que hoy en día no entendemos la misión en la línea de un proselitismo religioso sospechosamente emparentado con el colonialismo cultural, político o económico (como podría ocurrir en el siglo XIX). Pero aun así, Damián sigue siendo un poderoso estímulo misionero en las dimensiones básicas antes mencionadas: deseo de anunciar el Evangelio, ir hacia los demás (no dejando la fe en una experiencia íntima sin proyección hacia fuera), afecto concreto y eficaz a las personas (sobre todo a las que más sufren) y una experiencia profunda de felicidad que nada puede arrebatar. En ese “corazón” de Damián, la Congregación sigue encontrando inspiración para su

54

misión hoy. La vitalidad de Damián le viene de dentro, de su corazón

Visto “desde fuera”, Damián puede aparecer como un gigante de humanidad y de generosidad al servicio a los más pobres y excluidos. Gracias a él se trasformó la mirada del mundo hacia los enfermos de lepra. Muchas personas se han apoyado en su figura para crecer en valores tan humanos como la solidaridad y el empeño por la justicia en favor de los más abandonados. Sin embargo, si de verdad se quiere conocer quién es Damián, hay que intentar asomarse a “su interior”, al santuario de su corazón donde se fraguaba esa extraña felicidad de un hombre que se sentía ante todo creyente, sacerdote, hijo de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, misionero del Dios de la misericordia y la compasión. Como él mismo decía a menudo, la fuerza necesaria para mantenerse en su misión la encontraba en el misterio de la fe, en la Eucaristía y al pie de la cruz de su Señor. La vitalidad de Damián le viene de dentro, de su corazón, en donde Dios quiso trabajar para ofrecernos una imagen eminente que nos recuerde el corazón misericordioso de su Hijo Jesús. Adentrándonos en el corazón de Damián…

Aunque la misión no se entienda hoy según el modelo del misionero “aventurero y bautizador” del siglo XIX, lo cierto es que adentrándonos en el corazón de Damián podremos crecer en la permanente aventura de servir a los más pobres con generosidad y de seguir al Señor que inspiró la vida de Damián. Pidamos que también nosotros podamos saborear esa inmensa felicidad que nadie puede arrebatar y que surge sencillamente del saber amar sin condiciones ni medida.

Semana de oración por la unidad de los cristianos (lunes 18 de enero a lunes 25)

Para una reflexión grupal o una convivencia basada en los textos que siguen, usar las dinámicas señaladas, p. 141: “¿CÓMO HACER UNA REFLEXIÓN GRUPAL O UNA CONVIVENCIA ALREDEDOR DE UN TEXTO?”

Texto 1

(Ver “Evangelizar con Damián”, Quito, Abril 2009, EdeB) ACTITUD FRENTE A LA MULTIPLICACION DE OFERTAS

RELIGIOSAS

Últimamente el movimiento “evangélico” presenta un empuje incontenible, en todos los medios y en todas partes.

La respuesta de Damián no consiste en criticar, rechazar o lamentarse, sino en abrir más generosamente los brazos a los necesitados, en ofrecer más amor y en fomentar más la comunidad…

55

El fracaso de la cultura, así llamada moderna, de brindar sentido trascendente a la existencia humana, la dificultad pastoral para sostener y alimentar la identidad católica de todos los bautizados… han dado lugar a un movido mercado de alternativas religiosas.

Proselitismo o vivencia

Amor indiscriminado

En las islas Hawai, diferentes religiones se disputaban el liderazgo entre los indigenas: el animismo indígena, el protestantismo en sus varias confesiones, el catolicismo último llegado.

[Hoy] un gran número de católicos no sabe reaccionar ante este pluralismo religioso, en el que escuchan que el catolicismo es una opción individual entre muchas otras…La oferta de las sectas y de los grupos religiosos se caracteriza, en muchas ocasiones, por un proselitismo agresivo contra la Iglesia católica…

Si bien la verdad tiene que expresarse con razones, el árbol se reconoce a sus frutos: la religión más efectiva en el amor, ésa es la verdadera. De cara a la proliferación de las confesiones religiosas, a un mercado de alternativas religiosas, a una oferta de modelos religiosos múltiples, Damián, en Molokai, no responde con más proselitismo, con más empeño para imponer su religión. Su respuesta es más amor y más entrega.

“La lepra es una afección que se cura con el afecto”, decía Raoul Follereau, el apóstol de la lucha internacional contre la lepra.

Aunque en su tiempo predominara la rivalidad entre católicos y protestantes, su amor es incondicional: el ser humano es humano fuera de la religión que tenga. Para Damián, todo hombre es un hermano. ¡Fuera las barreras, las fronteras, los prejuicios! Como el buen samaritano de la parábola que socorre en el camino al herido que no es de su nación, el prójimo de Damián es el que le necesita; no es el que comparte su cultura o su color de piel. Abierto y libre, Damián está a la disposición de todos.

Si Damián confía, por sus cuidados, en favorecer la conversión de los enfermos, no lo exige como una condición previa: - No hay médico – escribe Damián - un blanco leproso y vuestro servidor hacen sus veces. Ante todo, trato de adminístrales las medicinas para el alma, a cada uno según su disposición. Los que no quieren tomar la medicina espiritual del sacerdote católico reciben de él, lo mismo, alguna asistencia temporal.

Se entrega al servicio de los leprosos, cualesquiera sean sus creencias. No excluye a los no-católicos de las actividades parroquiales; ni mormones, ni protestantes, ni nadie ha sido rechazado cuando él celebraba su misa.

Prueba de ello, en un tiempo en que reinaba la intolerancia interreligiosa, entre sus amigos, numerosos no fueron católicos:

… el superintendente de la leprosería, Meyer, era luterano; el pintor Clifford, calvinista; Chapman, su bienhechor por antonomasia, anglicano; Mouritz, el médico de Molokai, libre-pensador. En todas partes, en todos los ambientes de pensamiento y de creencias, se profesaba una gran admiración a Damián. El propio Gandhi declaró públicamente su admiración hacia él, hacia sus obras y sus convicciones.

... Lo mismo como el P. Damián entabló relaciones de amistad muy profunda con cristianos no católicos y supo motivarlos con su ejemplo, así también consiguió, en su contacto con ellos, una visión más ancha y amplia.

Amor perseverante

Y, en general, se trata, para él, de vivir más a fondo con más convicción, más tolerancia y respeto. Hacerse más presente, más cercano, más inserto, día y noche, en medio de todos: enfermos, moribundos y difuntos. La verdad no se demuestra a gritos sino con amor.

En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros. (Juan 13, 35) La publicidad, la exaltación, los equipos de sonido, la amplificación, los medios de comunicación llaman la atención pero no convierten ni profunda ni definitivamente.

56

Damián convence con su constancia y perseverancia, con su desinterés y espíritu de sacrificio. El mismo escribe:

Todo el mundo empieza a darse cuenta de que el sacerdote católico es el padre general de los pobres y de los desgraciados…

La verdadera religión: ¿la que nos hace egocéntricos o la que nos hace extravertidos?

Damián y sus leprosos no practican la religión de moda hoy, la llamada de la “prosperidad”, del éxito personal, del “Pare de sufrir”.

… La oferta de las sectas y de los grupos religiosos se caracteriza, en muchas ocasiones… por una cierta “teología de la prosperidad” muy distante del mensaje evangélico.

No hubo ni un milagro en Molokai. La comunidad cristiana no es un club donde con técnicas sicológicas, seudo espirituales y mágicas se vaya buscando el desarrollo personal. Esta visión está lejos del Evangelio porque centra al individuo sobre sí, lo ensimisma. La religión de Damián no es egocéntrica ni introvertida, nos hace extravertidos, nos echa hacia los demás. Primero hacia Dios que es el totalmente Otro al que hay que darse del todo, y hacia el prójimo. La religión de la “prosperidad” es búsqueda de sí mismo, la de Damián es todo don y olvido de sí, es un salirse continuamente de sí mismo… Consiste en estar en tensión para darse como el arco que se dobla. En Molokai no hubo ni una curación: la enfermedad llevó a todos a la tumba, incluido Damián. Igual como en Belén:

En Belén no había campanas… En Belén un niño lloraba… Y sin embargo en Belén Era Dios el que nacía… No hubo en Belén personas influyentes, No hubo en Belén cumplidos y agasajos… No hubo en Belén banquetes ni festejos… En Belén hubo ternura y sentimiento… (Cántico navideño)

Texto 2

(Ver “Evangelizar con Damián”, Quito, Abril 2009, EdeB) INVOLUCION DEL NÚMERO DE CATÓLICOS

En el norte y hasta en el sur, en América latina donde la fe católica tiene una larga trayectoria de 5 siglos, el número de los católicos, proporcionalmente, sigue bajando. Damián, en su isla-hospital-cárcel, creó el movimiento inverso, el crecimiento de la comunidad católica. ¿Su secreto? Atraer, con más ardor y más amor, como si fuera una antena, la gracia de Dios…

Sufrimos una involución del número de católicos. Cifras para pensar

…En muchos países del sub-continente (América latina) descendió fuertemente en los últimos diez años el número de católicos. En algunos, hasta el 10%.

Hoy la urbanización desarraiga y no somos aún capaces de crear nuevas formas de vivencia cristiana en el seno de la cultura emergente, en medio urbano. Los medios vehiculan otros valores, globalizantes, libertarios, los de la cultura post moderna. La fe del pueblo ya no tiene sustento en la cultura.

Crece la indiferencia religiosa y ha crecido la increencia, sobre todo entre los jóvenes.

57

Nuestras pastorales no tienen ni el vigor, ni el ardor ni la creatividad suficientes. Los valores inmediatistas y materialistas triunfan. Las alternativas a la fe tradicional se multiplican. La fidelidad a la fe de los antepasados ya no es un valor.

[Hoy] ha disminuido el número de personas que se profesan católicas, muchas de las cuales adhieren a otros grupos religiosos y, a veces, a varias denominaciones de manera sucesiva y hasta simultánea…

Cifras opuestas

En Molokai al contrario creció el número de católicos, mediante la petición del bautismo de parte de leprosos adultos. Ardor y constancia

Las causas son varias, todas centradas en Damián. El fue el único clérigo, de rango significativo, inserto sin restricción en la colonia de los leprosos. Contó también su dinamismo y su ardor. Un ardor que nadie desanima, que nada deprime, pues su ánimo no depende de lo exterior, de los resultados, sino del fuego interior que ha prendido en él el Espíritu santo. Nosotros somos como la veleta, juguete y reflejo de las circunstancias, cambiando de estado de ánimo al capricho de los éxitos o fracasos, como el cielo atravesado por las nubes. Damián es firme como la roca, determinado y ardoroso, animado por esa pasión que Dios tiene por salvar a cada uno, uno por uno.

Uno de aquellos huracanes tan frecuentes en el océano, se abatió al comienzo de 1888 sobre Kalawao – un año antes de su muerte - haciendo caer la torre del campanario sobre la iglesia… Con la ayuda de los leprosos, Damián reconstruyó la iglesia, haciéndola más amplia y bella.

El Padre Limburg, que lo vio en aquellos días, escribía al superior general de la Congregación:

“Usted tuviera que haber visto la feroz actividad con que lo dirigía todo, dando órdenes ora a los albañiles, ora a los carpinteros, ora a los trabajadores, todos leprosos. Hubiera dicho que era un hombre que estaba en su elemento y en perfecta salud. Esto le dice que Damián parece que no quiere parar hasta caer muerto”.

De ahí nació la convicción de que, en Molokai, la única religión capaz de hacer frente al horror de cada día, la única institución verdaderamente efectiva y operativa, era el catolicismo. Amor fuera de lo común

Pero el factor más decisivo fue el testimonio de un amor fuera de lo común, un amor activo capaz de cambiar la situación y suscitar una esperanza.

He visto todos los lugares del mundo afectados por la lepra – escribió el Doctor Wood, inspector médico al servicio de la Marina de los Estados Unidos - pero no he encontrado ni uno solo en que los leprosos estuvieran tan serenos, tan contentos, donde se tuviera tantos cuidados como en Molokai.

Un amor que no se reduce a un simple sentimiento sino hecho compromiso y sacrificio.

Damián, buen samaritano, siente muchas prevenciones contra el amor adobado con dulces palabras y engalanado con efluvios espiritualistas. Le urge el amor eficaz, concreto, liberador: “Amemos a Dios, pero que sea a costa de nuestros brazos, que sea con el sudor de nuestra frente”.

No un arranque de amor apasionado, superficial y momentáneo, sino el sacrificio paciente, aguantador de cada día, hasta consunción.

La caridad es paciente, es amable… Todo lo excusa… Todo lo cree… Todo lo soporta. (I Corintios 13, 4.7).

Finalmente no un amor deshumanizado, sino compartido, recíproco:

Los pobres isleños saltan de gozo cuando ven venir a su padre “Kamaiano”, escribe a sus padres. Yo los quiero inmensamente y con gusto daría mi vida por ellos, a imitación de Nuestro Divino Redentor. (Marzo de 1865)

Es por esta afección mutua que espero convertirles al buen Dios, confiesa Damián. Pues si ellos aman al sacerdote, amarán fácilmente a nuestro Señor, del cual el sacerdote es ministro…

58

Solo el Dios de Damián, capaz de inspirar un amor tan fuera de lo común, podía ser el bueno, o sea el verdadero; solo la religión capaz de suscitar tales representantes, podía ser la verdadera.

Robert Luis Stevenson, el gran escritor inglés, ha escrito: “Aquel que ha hecho, lo que ha hecho el Padre Damián: éste es mi Padre, vuestro Padre, y el Padre de cada uno de nosotros”.

La verdadera religión es la del que ama más:

Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» (Juan 21, 15). Las religiones indígenas originarias, aunque muy arraigadas en la cultura, no tuvieron la fuerza suficiente para hacer frente a un desastre tan espantoso. Si queremos reforzar la pertenencia a la familia eclesial, si queremos que siga progresando, la solución “damiana” es: disponibilidad al Espíritu de Dios, iniciativa, adaptación a los tiempos nuevos, audacia. Pero más allá: es el amor. Como en la familia humana, solo el amor es fecundo y da a luz nuevos hijos…

El método “Damián”: un amor fuera de lo común que provoca la acción salvífica de Dios

Ubi caritas et amor, Deus ibi est

O sea: Dios está ¡donde hay amor! Damián puso amor y Dios se hizo presente. Donde hubo tanto amor, Dios no pudo dejar de manifestarse. El amor de Damián, que Dios mismo suscitó, atrajo a Dios, lo hizo bajar de los cielos, provocó su manifestación; Dios a su vez atrajo a los leprosos a la religión de Damián. Solo Dios salva

Ahí donde cunden el pecado y la desesperanza, no dan abasto ni la acción acertada y concertada, ni la organización, ni la firmeza, ni la fuerza de la ley. Luego de la muerte del P. Damián, los nuevos responsables, por mucha buena voluntad que tuvieran, no pudieron hacer frente al retorno de los males de antes.

Pronto experimentaron en la leprosería lo que el fallecimiento de Damián significaba. En una carta del 24 de julio de 1889, el Hno. Santiago ya se vio obligado a escribir a Clifford: “Después de la muerte de nuestro querido santo leproso, el buen estado anterior de las cosas ha sido completamente trastornado. Este ya no es un establecimiento donde enseñan la virtud a los niños. Como el saludable temor al Padre Damián desapareció, la embriaguez se ha hecho general entre la gente joven. Siete jóvenes han expiado precisamente hace una semana un castigo de quince días de trabajos forzados, impuesto por el superintendente. La destilación ilegal de licor, limitada por el celo y la fuerza de voluntad del P. Damián, se ha convertido en una práctica general. En este momento, tres hombres bien armados se han hecho fuertes en una casa: rehúsan someterse a una condena a tres meses de trabajos forzados, por destilación clandestina.”

El activismo es impotente frente al mal. Mientras tanto Damián, cuando ya era gravemente enfermo, aunque limitado y acabado, con su sola presencia, restringía el desenfreno de la maldad.

La autoridad de Damián -apoyada en verdadero amor- casi siempre había bastado para hacer reinar el orden y la tranquilidad en la leprosería. Ahora que él ya no estaba, los leprosos se mostraban reiteradamente rebeldes. Un año más tarde, la vida del superintendente local y del mismo P. Conrardy se vio amenazada y hubo que pedir la ayuda de quince agentes de policía bien armados para castigar a los rebeldes, algunos de los cuales fueron condenados a quince años de trabajo forzado.

También las religiosas tuvieron que hacer gala de una extraordinaria valentía para resistir firmes y para proteger a sus chicas contra los asaltos nocturnos de los desenfrenados rebeldes.

Quizás los nuevos encargados se imaginaban que, con su capacidad administrativa, iban a hacer mejor que Damián. No, solo el amor hasta el sacrificio, el poder de Dios que envolvía a Damián, habían podido vencer el mal. Era una ilusión pensar que habilidades políticas o profesionales pudieran por sí solas triunfar…

59

Damián, canal y antena

Solo la gracia de Dios, atraida por el amor sin reservas de Damián, podía aplastar su malicia. Mientras estuvo él, Dios halló en él como un canal por donde colarse, una antena por donde conectarse. No ponemos en tela de duda la generosidad de los nuevos encargados ni de muchos leprosos, pero ciertamente su entrega no tuvo el grado de intensidad de un Damián y no pudo provocar la manifestación de Dios en la misma proporción. Damián puso más amor, más ardor en el trabajo, ofreció más espacio para la convivencia y la comunidad. Más profundamente, no se reservó nada para sí, se dio del todo, de modo que Dios, no encontrando en él obstáculo alguno, como la corriente eléctrica se desliza sin resistencia por el cable de cobre de alta conectividad, se manifestó por su intermedio. Porque Damián estaba enteramente entregado a él y al servicio del prójimo, Dios, a través de él, se precipitó sobre Molokai, como el agua en las cataratas, como el sol por la ventana o por la puerta abierta de par en par. Este es el único secreto para devolver al Evangelio y a nuestra Iglesia su preeminencia…

ESQUEMA DE ADORACION EUCARISTICA (Adoraciones 2007-2008, Norberto Zulaica, sscc, Madrid) UNIDAD DE LOS CRISTIANOS

� EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO. � ORACIÓN DE ADORACIÓN. Delante de ti, Señor, presente en el Sacramento, venimos a decirte una vez más que no deseamos otra cosa que amarte y servirte con todo nuestro corazón. Tú eres la alegría, la paz y el amor que nos invade. Tú eres nuestra verdadera vida. Tú nos rodeas por todas partes como el aire. Aquí estamos, Señor, con toda nuestra pequeñez, con nuestros ojos puestos en ti, conscientes de que tú también nos miras. Queremos emplear nuestra vida en amarte y servirte, ser en tus manos instrumentos de paz y de reconciliación. Queremos trabajar por un mundo alegre y justo, en el que los hombres, unidos como hermanos, alaben la grandeza de tu amor. En nombre de todos ellos te adoramos, Salvador nuestro, y te damos gracias por tu inmensa bondad. A ti, Señor, la alabanza, el honor y la gloria por todos los siglos. � SILENCIO PARA CONTINUAR LA ADORACIÓN. � SALMO 127. ¡Dichosos el que teme al Señor, y sigue sus caminos! Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa tus hijos como renuevos de olivo alrededor de tu mesa. Esta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén, todos los días de tu vida; que veas a los hijos de tus hijos. ¡Paz a Israel! � SILENCIO PARA MEDITAR.

60

� PALABRA DE DIOS: Ef 4,16. "Yo, el prisionero por el Señor, os pido un favor: que viváis a la altura del llamamiento que habéis recibido; sed de lo más sencillo y humilde, sed pacientes y conllevaos unos a otros con amor: Esforzaos por mantener la unidad que crea el Espíritu, estrechándola con la paz. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una es también la esperanza que os abrió su llamamiento; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, que está sobre todos, entre todos y en todos". � COMENTARIO. Oraba Jesús al Padre, antes de salir al huerto del olivar: "Padre, que sean uno como nosotros somos uno yo identificado con ellos y tú conmigo, para que queden realizados en la unidad, y así conozca el mundo que tú me enviaste y que les has demostrado a ellos tu amor como me lo has demostrado a mí" (Jn 17,22b23). ¿Qué pensar ante la división entre los cristianos? Que es una herida en el cuerpo de Cristo. Que con nuestros conflictos o, peor todavía, con el hecho de ignorarnos, impedimos que los hombres conozcan a Jesús como el Enviado del Padre, y en quien ha hecho presente su amor, que ignoren el Proyecto de Dios realizado en Jesús, de una humanidad nueva y fraterna en camino hacia la plenitud. Hoy las Iglesias viven un urgente impulso espiritual hacia la unidad. No faltan obstáculos ni dificultades, pero es un impulso del Espíritu. Ningún cristiano puede sentirse desinteresado. Aunque sepamos que la unidad será siempre imperfecta, que surgirán otras divisiones, será necesario emprender un nuevo camino de búsqueda de comunión en Jesucristo. � SILENCIO PARA LA REFLEXIÓN. � PRECES LITÁNICAS: ♦ Demos gracias a Dios por el don de la unidad: GLORIA A DIOS POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS. ♦ Por la sangre de tu Hijo y por su resurrección has reconciliado todas las cosas y reúnes en la unidad a tus hijos dispersos... ♦ Te damos gracias, Padre nuestro, por el movimiento ecuménico, por todos los que oran y trabajan en favor de la unidad... ♦ En unión con los que llevan el nombre de cristianos, digamos la oración que nos enseñó Jesús: Padre nuestro... � ORACIÓN. Te damos gracias, Padre, por el deseo que has puesto en el corazón de cada persona de encontrar a sus hermanos y de vivir compartiendo con ellos su riqueza y su cultura, pues así es como el ser humano se realiza a imagen y semejanza tuya. P.C.N.S. AMÉN. � BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO

30 de Enero

Día Mundial de la Lepra

¡Atención! El Día Mundial de la Lepra no está destinado tanto a motivarnos paras servir a los leprosos (al menos que los hubiera en nuestro contexto) como a estimularnos a emprender nuevas acciones a favor de los más necesitados y excluidos en nuestro mundo propio hoy.

61

El primer paso para el nacimiento del Día Mundial de la Lepra fue la visita que el periodista francés Raoul Follereau (Nevers 1903-París 1977) realizó a una leprosería en Costa de Marfil por motivos de trabajo. Después de esta visita y tras movilizaciones y manifestaciones promovidas por Raoul Follereau en favor de los enfermos de lepra, el 31 de enero de 1954 se celebraría oficialmente el primer Día Mundial de la lepra, una jornada en la que se pretendía "una movilización universal de espíritus y corazones en favor de los leprosos", como aseguraba su promotor Raoul Follereau. Simbólicamente este gran hombre propuso organizar el Día Mundial de la Lepra el tercer domingo de enero tras la Epifanía, cuando en el Evangelio relata la cura de los enfermos de lepra. Su objetivo principal era sensibilizar a la sociedad sobre la existencia de esta enfermedad y para ello lo más importante era alejar la imagen negativa que se tenía de los afectados. Propuso la celebración de una jornada alegre, en la que el espectáculo y el reencuentro fueran protagonistas. Desde entonces el Día Mundial de la Lepra ha obtenido cada vez una mayor respuesta, y ha contado con una mayor implicación de la sociedad y de los medios de comunicación. En la actualidad el último domingo del mes de enero se ha convertido en una Día especial en el que se recuerda la fuerte presencia de esta enfermedad en diferentes zonas del mundo, principalmente empobrecidas. 1) Estudiar en el libro “Evangelizar con Damián”, en la sección “Nueva evangelización”, los capítulos: “Dar sentido al mundo nuevo que está asomando” p. 40; “Dar sentido al mundo nuevo que está asomando (ii)” p. 45; “Cristianizar los aspectos más relevantes del mundo que va naciendo” p. 49; En la sección “Metodologías y estrategias” los capítulos “pastoral desde la tragedia” p. 143. Para una reflexión grupal o una convivencia basada en los textos que siguen, usar las dinámicas señaladas, p. 141: “¿CÓMO HACER UNA REFLEXIÓN GRUPAL O UNA CONVIVENCIA ALREDEDOR DE UN TEXTO?”

Texto 1

(Recursos i) COMPARANDO DAMIÁN CON HANSEN Y FLEMING

Damián, Hansen y Fleming

El médico Hansen (1841-1912), noruego, contemporáneo de Damián (1840-1889) estableció el origen bacteriológico de la lepra: un bacilo al que más tarde se iba a dar su nombre, el bacilo de Hansen. No pudo encontrar remedios, pero sí favoreció la extensión de medidas de higiene. Solo a mediados del siglo pasado, gracias a Fleming, se descubrieron e industrializaron los antibióticos (1881-1955) que iban a eliminar o al menos controlar la enfermedad.

Damián, a pesar de sus esfuerzos, no consiguió en ninguna parte los remedios que buscaba, aunque estuviera en contacto por correo con leproserías de todo el mundo. Pero, sí, logró vencer los efectos tanto sicológicos como espirituales y sociales de la lepra: dio sentido al sinsentido, introdujo una cultura de la vida y del amor donde reinaba una cultura de muerte y de egoísmo…

Los tres fueron auténticos genios, en su campo. Pero, ¿cómo valoras el aporte de cada uno, de aquellos científicos que en menos de siete décadas vencieron el mal, y de Damián por otra parte? Damián y los taumaturgos

Dios da a muchos el don de atender con amor, paciencia y eficiencia a los enfermos, pero a poquísimos el de sanar radical e inmediatamente la enfermedad.

A Damián Dios no le concedió ese don especial y extraordinario que consiste en curar con una imposición de manos o una simple oración. Le dio más bien la capacidad de transformar el corazón de los leprosos, comunicarles su consuelo divino, el don de contagiar esperanza, convertir el infierno de Molokai en antesala del cielo…

62

¿Cuál es el prodigio más grande: el don extraordinario de sanación o la revolución operada por Damián aunque sin curación? Pregunta

¿A quién podemos imitar más fácilmente: a Hansen y Fleming, a los taumaturgos, o a Damián? ¿Por qué? Diálogo en Molokai

Imaginemos que Hansen haya ido a Molokai y también Fleming, el descubridor de los antibióticos, aunque este último haya vivido en el siglo posterior. Imaginemos un diálogo entre los tres.

Se presentan tres voluntarios, se reparten los roles. Se sientan en medio y empieza la conversación.

Texto 2 (Evangelizar con Damián, EdeB, Quito 2009)

DAR SENTIDO AL MUNDO NUEVO QUE ESTA ASOMANDO

Nuestro mundo está en déficit de sentido. El norte cree que el consumismo puede satisfacer sus aspiraciones pero descubre, más fuertemente en tiempos de crisis, que los bienes son limitados; y va percibiendo que su exceso no basta para procurar la felicidad. El sur no tiene lo elemental, lo básico; y busca una respuesta, una solución. Muchas veces se ilusiona con falsos mesianismos. Es así como hay hoy en el mundo, en los dos hemisferios, una búsqueda de una nueva luz. Se aspira sin saberlo a la evangelización. El misionero no puede conformarse con ofrecer recetas superficiales, técnicas publicitarias, anzuelos engañosos. Tiene que responder a las búsquedas más radicales. Ser misionero es responder a la búsqueda de un sentido radical de la existencia… En esto Damián es maestro…

Molokai, un mundo diferente

Una isla perdida en el Pacífico, simple coma en la inmensidad del océano, como un planeta errante en las tinieblas infinitas, separado de todo y de todos. ¿Qué puede aportar Damián a nuestro mundo, aparentemente tan diferente al suyo? Y el territorio de los leprosos no era la isla entera sino una franja, una playa aislada por una infranqueable muralla tierra adentro, vértice del cielo; y al frente: el mar inmenso…

Península… golpeada por dos lados por la furia del océano, separada del resto de la isla por paredes de roca inaccesibles, de más o menos mil metros de altura: los Palis. (EEA p. 32)

Molokai no tenía solo su estrecho espacio propio: tenía ¡tiempo propio! La esperanza de vida en la isla es, en promedio, de un año, fuera de Damián que va a quedarse dieciséis. El tiempo ahí se ha acelerado: el plazo de vida no pasa de doce meses. Es un universo diferente donde el tiempo se acelera y por lo tanto se encoge. Otra característica: la tasa de población no se mantiene por reproducción sino solo por el ingreso de nuevos enfermos. Molokai es un lugar especial, en alerta roja permanente. Se parece al pabellón de los condenados a muerte. No es el mundo común y corriente al que alude Jesús en la parábola del ladrón, pues es un lugar donde se sabe a qué hora va a venir el ladrón. Es el lugar donde no queda más que estar en vela.

Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa. (Mateo 24, 43)

63

Es el lugar donde el siervo de la parábola sabe a qué hora va a llegar su Señor, pues la evolución de la enfermedad no deja lugar a dudas.

¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el señor puso al frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo? Dichoso aquel siervo a quien su Señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. (Mateo 24, 45-51).

Molokai, en busca de sentido

Damián aprovecha el acontecimiento, o sea la reducción del tiempo de vida, para darle sentido tanto al tiempo como a la vida. Mientras menos se tiene de algo, más se lo valora, lo raro es más caro. En Molokai el tiempo y la vida son oro. Al leproso le toca justificar su existencia, de prisa, sin perder tiempo, máxime cuando siente rechazo de sí mismo, moralmente y físicamente, cuando su cuerpo entra en descomposición.

El hedor de sus inmundicias, junto a las exhalaciones de sus llagas, era… insoportable para un recién llegado.

La leprosería en efecto es el lugar donde reina el desprecio de sí mismo y de los demás; más que desprecio: asco, asco de sus llagas purulentas, de su aliento pestilente. En todas partes del mundo, se ha condenado al leproso a la expulsión, a la exclusión y en general a la reclusión (lazaretos). Pero estas medidas legales, más allá de combatir el contagio, no hacían más que expresar públicamente los sentimientos que experimentaba el mismo leproso para consigo mismo: repulsión por sí mismo, rechazo y negación de su condición. Donde no hay auto estima sino auto desprecio, ¡qué difícil es creer en el amor de Dios y más aún acogerlo! La vergüenza del propio cuerpo conduce a sentirse indigno ante Dios y el sentimiento de indignidad degenera fácilmente en resentimiento…

Ocio, suciedad, violencia... éste era el pan de cada día de los que habían perdido todo respeto, incluso por sí mismos.

El desprecio de sí mismo lleva al desprecio de los demás.

Ama… como a ti mismo, dice Jesús.

¡Cómo amar a su prójimo si no se ama a sí mismo! Solo el amor de Dios, experimentado sensiblemente, puede revalorizarme a mis ojos y permitirme amar a los demás. Molokai es la sinrazón, un mundo sin sentido, que requiere más que cualquier otro, razón de ser y sentido para vivir a pesar de todo…

Bajo estos techos primitivos - escribe Damián en 1886 en su informe sobre la leprosería - todos estos desventurados expulsados de la sociedad, más o menos extraños los unos a los otros, vivían “revueltos”, sin distinción de edad ni de sexo, sin ninguna clasificación de acuerdo con el estado de su enfermedad avanzada o reciente. Pasaban su tiempo jugando a las cartas, danzando el hula, bebiendo una especie de cerveza hecha de raíz de ti, y entregados a los excesos que eran su consecuencia obligada.

Damián ofrece las bienaventuranzas a nuestro mundo, hambriento de sentido

¿Cuál es la salida?

Nuestro mundo de hoy en algo se parece a Molokai. Pues, en busca de goce inmediatista, esclavo de una visión consumista globalizante, hundido en un materialismo superficial, busca sentido sin saberlo.

… la búsqueda de un sentido radical de la existencia… se manifiesta con gran fuerza en casi todos los espacios y ambientes.

La misión de Damián era una misión imposible: permitir a los leprosos descubrir experimentalmente que valía la pena vivir la vida, aunque fuera tan corta, tan dolorosa, tan sufrida y en tales condiciones: sin la familia, sin la salud, sin libertad. Las medicinas del olvido (licor, sexo, violencia, etc.) son destructoras.

64

Tiene una importancia fundamental ofrecer el verdadero «sentido de la vida» a las nuevas generaciones, que por carencia del mismo acaban por caer frecuentemente en la espiral perversa de los estupefacientes.

Las recetas sicológicas no surten efecto. La terapia ocupacional y las del entretenimiento son válidas y Damián, como nadie, las supo utilizar a gran escala. Pero, si bien alivian, son insuficientes para crear sentido. La solución: las bienaventuranzas

En el Molokai del siglo XIX, solo podían funcionar las bienaventuranzas y sus paradojas.

Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque serán saciados… Bienaventurados los perseguidos porque de ellos es el Reino de los Cielos. (Mateo 5, 5.6.10)

En efecto, en los leprosos se cumplen las nueve bienaventuranzas, como lo señala Damián en el drama “Estoy leproso, bendito sea Dios”:

¿Acaso no somos pobres y miserables, humildes y humillados, hambrientos y sedientos de salud? ¿Acaso no suspiramos por un corazón puro a cambio de esta carne impura que llevamos como una ropa sucia? ¿Acaso no han sido perseguidos y traídos a la fuerza a este peñón rocoso?

El llanto, el hambre y la persecución crean como un vacío interior. Ahora bien, como decían los antiguos, la naturaleza tiene horror al vacío, en efecto el aire se precipita. Ahí donde el hombre se queda vacío de todo, el consuelo de Dios se manifiesta con poder. Ahí donde el hombre se queda sin nada, sin bienes mundanos, Dios lo viene a colmar con sus bendiciones y su misterioso gozo. Y este gozo de Dios supera con creces la amargura de la cruz. Es así como la vida crucificada de los leprosos tomó forma, adquirió sentido. Aprendieron a unirla al cuerpo crucificado de Jesús, a su sangre derramada, a su alma angustiada.

… Las molestias de la vida, si se sufren pacientemente, se convierten en “hostias espirituales, aceptables a Dios por Jesucristo” (I Pedro 2, 5), que en la celebración de la Eucaristía, con la oblación del cuerpo del Señor, se ofrecen piadosísimamente al Padre.

Los desterrados sanitarios de la isla experimentaron cómo la cruz de la lepra dejaba de ser un sin sentido y se volvía como un aporte a la salvación del mundo.

Así también los laicos, en cuanto adoradores, obrando santamente en todo lugar, consagran a Dios el mundo mismo.

Damián no pretendió eliminar el sufrimiento - pues no había cómo - sino rebasarlo y darle significado, usarlo como un trampolín para treparse… Lo presentó como una asociación a la cruz de Cristo. Pues, si es difícil amar a Dios porque a menudo asoman nuestros resentimientos, es imposible no amarlo cuando está, junto a uno, sobre la cruz…

Ofrece tu sufrimiento, dáselo por la salvación del mundo y acogerás el consuelo de Dios, les decía más o menos Damián.

Éxito de las bienaventuranzas

Y las bienaventuranzas funcionaron: la paz de Dios que supera todo entendimiento (Filipenses 4, 7), bajó a Molokai: el infierno se convirtió de algún modo en antesala del cielo. Gracias al milagro de las bienaventuranzas, de la cruz de la lepra surgió la conversión y la redención, como lo refiere una leprosa, en el drama ya citado:

Una gran noticia, Padre Damián, mala y buena. Los que estaban encarcelados por haber confeccionado licor y venderlo se han rebelado esta noche. Estuve ahí. Se apoderaron de las armas de los guardias y estaban a punto de matarlos... Les gritamos a los presos pero no hicieron caso. Finalmente una inspiración me impulsó a avisarles que habías caído víctima de esta misma enfermedad que los tortura y aloca. “− Por culpa de ustedes, les grité, por su culpa, el P. Damián ha contraído la lepra. Dios lo ha herido para reparar el mal que están haciendo, como compensación por todas sus maldades”… Se detuvieron sorprendidos. Se quedaron como estatua. Luego, dóciles como corderos, regresaron a sus celdas para cumplir su condena. ¡Tu lepra, Damián, es fuente de bendiciones!

Sí, Damián tiene algo esencial que aportar a cada generación: la verdad sobre el hombre. Ha descubierto en carne propia la miseria de la condición humana y por lo mismo su grandeza: pues,

65

cuando el hombre reconoce su limitación y la acepta, entonces empieza a hacerse disponible para acoger la plenitud misma de Dios. El hombre es grande precisamente cuando es miserable porque su miseria, asumida humilde y confiadamente, atrae la misericordia de Dios que se precipita con sus dones y toda su riqueza.

Por eso Damián será siempre modelo de evangelización.

Texto 3

(Evangelizar con Damián, EdeB, Quito 2009) DAR SENTIDO AL MUNDO NUEVO QUE ESTA ASOMANDO

(II) El mal acompaña la historia de la humanidad, desde sus albores, y la existencia concreta de cada ser humano de principio a fin. Damián, desde su vivencia del Evangelio, nos ofrece dos recursos. El primero que tratamos en el capítulo anterior y que vamos a seguir precisando brevemente; y un segundo que se llama: ¡esperanza!

Damián ofrece las bienaventuranzas a nuestro mundo sediento de felicidad

Frente al problema del mal, el mundo no conoce más solución que evitarlo o suprimirlo; y si no la hay, ¡suprimirse a sí mismo! Las “bienaventuranzas”, las que Damián supo vivir mejor que nadie y enseñar a sus compañeros, introducen una salida radicalmente nueva. Y además indispensable, puesto que jamás nos será posible eliminar totalmente el mal de este mundo.

¿En qué consiste el secreto de las famosas bienaventuranzas? En aceptar humilde y dócilmente el mal, cuando no puede ser vencido ni evitado; y luego, sencillamente, acoger a Dios que se manifiesta precisamente en el centro del dolor, en su mismo núcleo. Damián no eliminó la lepra ni para sí ni para los demás, la redimió. Logró la hazaña más grande, hacer convivir amigablemente, fraternalmente, la repugnante enfermedad con el gozo. La cruz de la lepra, en Molokai, se volvió fuente de consuelo a tal punto que los leprosos, aunque suene disparatado, nunca hubieran logrado conocer ese grado de dicha sin su enfermedad. He ahí el milagro de las bienaventuranzas, el gozo en el dolor, no sin el dolor, un gozo que nace precisamente del dolor, ahí donde duele. Estamos más allá de una terapia sicológica o de una medicina, se trata de la intervención de Dios mismo. Damián, y lo mismo muchos de sus compañeros, descubrió en su misma cruz, a Dios mismo, fuente de vida, que se deslizaba por las heridas del cuerpo hasta tocar el alma. Así lo manifiesta Damián en el drama “Estoy leproso, bendito sea Dios.”

La lepra no solo carcome los órganos sino que va cavando como una herida profunda en el alma. Por ella Dios se mete, se cuela y vierte el bálsamo de su consuelo. Estoy leproso; ¡bendito sea Dios! “Vengan leprosos del mundo, vénganse que hay que cantar, que la lepra se ha cambiado de llanto en danzar.”

El remedio de Dios – remedio divino -, su secreto divino, inalcanzable para el hombre, consiste en hacernos experimentar la salvación ahí mismo, en la misma cruz.

Damián ofrece también la esperanza

El mundo se ocupa y se harta con artefactos y gadgets que a la larga le dejan un sabor a vacío, a resaca. A muchos, quizás a los más lúcidos, les parece absurda esta existencia, vana y sin sentido. Damián, cuyo oficio fue ser capellán de los condenados a muerte, no se conformó con ofrecer sustitutos baratos: supo dar sentido a una situación insoportable.

Tiene una importancia fundamental ofrecer el verdadero «sentido de la vida» a las nuevas generaciones…

66

• Enseñó a vivir a fondo el corto presente.

No estéis, pues, preocupados por el día de mañana, porque mañana ya habrá tiempo de preocuparse. (Mt 6,34)

Nos enseña a vivir el día a día, pero sin dejar nunca de soñar en el eterno porvenir. Vivir el hoy pero sin caer en la tentación del goce inmediato. Vivir en función del mañana, vislumbrándolo, en espera de él, anticipando el estilo de vida propio de la tierra nueva y de los cielos nuevos.

Debemos…esforzarnos por entrar en el reposo [de Dios]… (Hebreos 4, 11)

• Más aún facilitó, a los presos de la lepra y del leprocomio, una clave para escapar de la cárcel de la sinrazón y del sin sentido: la esperanza de un porvenir inimaginable aunque cierto, no utópico. La religión de Damián no es un opio (Marx 1844) que tranquiliza sino una esperanza que motiva, una meta que levanta a los muertos en vida, para vivir a todo dar el hoy de cada día.

Damián está obsesionado por el más allá… Al centrarnos [hoy] demasiado exclusivamente en la urgencia del presente en detrimento de una apertura al final de los tiempos, arriesgaríamos perder el aliento y descorazonarnos. Damián nos enseña que el horizonte del Reino [futuro] de Dios nos ayuda a no desviarnos de las tareas terrestres y a conservar en el corazón la alegría y la esperanza…

Como consta en el drama “Estoy leproso, bendito sea Dios”, invitaba a cada uno de sus hermanos leprosos a regocijarse en la esperanza: o sea a no conformarse con el cruel estado de cosas sino a tener un ojo abierto sobre el futuro inminente, futuro que corría a pasos acelerados y agigantados a su encuentro.

Sin el futuro, sin la esperanza de una plenitud, ¡cómo podrás vencer el cansancio de cada día! Sin la esperanza de un cuerpo nuevo, a imagen del de Cristo resucitado, ¿cómo podrás aguantar ahora tu cuerpo arruinado, que entra en descomposición en vivo, en vida? [Anhela el cielo] como el migrante sueña con volver a su tierra y encontrarse con sus seres queridos. Agradezco la lepra porque va a acortar mi camino hacia el cielo…

• Damián nos invita a no vivir a la superficie, encerrados en el instante, quedándonos presa de él.

Nos invita a soñar, a mirar también hacia atrás y hacia delante, a ensanchar los horizontes, a vislumbrar otros mundos más allá de las tristes playas de nuestro Molokai propio. Nos enseña a buscar, detrás del vacío de la existencia o de lo absurdo de la vida, el sentido escondido y a revelarlo a nuestra generación. Pues todo hombre y la misma sociedad, so pena de muerte, tienen que, algún día, dejar de taparse la vista y plantearse las grandes interrogantes que distinguen a la humanidad:

¿Qué es el hombre? ¿Cuál el sentido del dolor, del mal, de la muerte, que, a pesar de tan grandes progresos, subsisten todavía? ¿Para qué aquellas victorias, obtenidas a tan caro precio? ¿Qué puede el hombre dar a la sociedad? ¿Qué puede esperar de ella? ¿Qué vendrá detrás de esta vida terrestre?

Los hombres esperan… la respuesta a los enigmas recónditos de la condición humana, que hoy como ayer, conmueven íntimamente su corazón: ¿Qué es el hombre, cuál es el sentido y el fin de nuestra vida, el bien y el pecado, el origen y el fin del dolor, el camino para conseguir la verdadera felicidad, la muerte, el juicio, la sanción después de la muerte? ¿Cuál es, finalmente, aquel último e inefable misterio que envuelve nuestra existencia, del cual procedemos y hacia donde nos dirigimos?

• Nos enseña que el único modo de dar sentido a la vida y al mundo consiste en volver a dar lugar,

espacio, a Dios. Ese Dios que “es el mismo ayer, hoy y siempre”, que no es solamente nuestro origen y nuestro presente, que es también nuestro único futuro, nuestra única esperanza. Ese Dios al que estamos tratando de desterrar de nuestra civilización…

Se extiende una mentalidad que en la práctica prescinde de Dios en la vida concreta y aún en el pensamiento, dando paso a un indiferentismo religioso, un agnosticismo intelectual y a una autonomía total ante el Creador.

Texto 4

67

CRISTIANIZAR LOS ASPECTOS MÁS RELEVANTES DEL MUNDO QUE VA NACIENDO

El mundo, la cultura, las mentalidades han cambiado radicalmente. El paso del milenio es como la señal de la aparición de una humanidad distinta… De cara a la nueva cultura, el empeño del misionero, su dedicación y su generosidad no son suficientes. La misión ya no se puede conformar con retomar los métodos de siempre. Reevangelizar no es suficiente, hay que hacerlo de un modo nuevo. Con el mismo reto se enfrentó Damián cuando desembarcó en Molokai en 1873. Desde 1840, los misioneros católicos sscc se consagraban al primer anuncio del Evangelio. Cuando Damián, 24 años más tarde, recién se ordenaba sacerdote, la misión, a más de la rivalidad que se daba con los protestantes, se hallaba con el gran desafío de formar y catequizar, y de ir cristianizando las costumbres y toda la cultura hawaiana. Pero en Molokai todo era excepcional, todo era infinitamente más difícil. ¿Cómo evangelizar una sociedad, sin tejido familiar, que solo tiene en común la miseria, el dolor, la muerte, finalmente la desesperanza? En ese contexto las estrategias usadas por los misioneros eran insuficientes, había que imaginar nuevos procedimientos. A eso se consagró Damián con creatividad y entereza, más que todo con éxito, por eso nos puede servir hoy de guía.

Descristianización

Nos hacen falta imaginación y empeño para actualizar nuestra pastoral.

[Nuestras] formas habituales de evangelización [no]… se adaptan… fácilmente a las nuevas situaciones del mundo de hoy… no siempre responden a los desafíos…

Se van perdiendo valores cristianos tradicionales, en primer lugar en la familia. Esta llevaba impreso el sello cristiano mediante el sacramento de matrimonio, la oración en casa y la misa dominical. Por otra parte, en un mundo donde el individuo afirma su independencia y su valor propio al menos en los principios, la comunidad eclesial de base que descansa sobre una cultura comunitaria, de convivencia y solidaridad de vecindario, se debilita… El nacimiento de una nueva cultura, ya instalada en el norte, y difundida por poderosos medios de comunicación, va arrancando - quizás no las raíces cristianas - pero sí los modos tradicionales de vivir la fe.

Nueva evangelización

Frente a la cultura emergente, es hora de inventar nuevas expresiones pastorales o misioneras. Hay que inculturizar la fe en las nuevas formas de sentir, pensar, vivir y convivir. No se trata de reevangelizar en el sentido de reintroducir y repetir los modelos tradicionales sino de evangelizar, como de nuevo, el mundo nuevo que está asomando. Hay que proponer Cristo a una civilización nueva y diferente, que tiene rasgos más individualistas, que afirma su autonomía frente a los poderes establecidos, y su espíritu crítico frente a las verdades absolutas…. Hay que ofrecer Dios a una sociedad secularizada donde él ya no aparece como una evidencia.

Damián se centra en la enfermedad y la muerte

En las circunstancias extraordinarias de Molokai, la pastoral tradicional ya no era suficiente. Las familias habían quedado desintegradas, los individuos solitarios, las raíces cortadas, la sociedad se había vuelto pluri cultural y pluri religiosa. Damián tiene que reinventar la pastoral. Su acción se centra en la realidad más patente del círculo cerrado de la leprosería: la muerte.

Los muertos eran arrojados insepultos entre la basura y acababan devorados por los cerdos. Atiende al enfermo pero también al difunto.

68

Su amor hacia los enfermos no terminaba con la muerte: él mismo componía el cuerpo, lo lavaba y lo ponía en el ataúd que él mismo había construido.

Crea el cementerio y la funeraria con su fábrica de ataúdes.

Se calcula que el Padre Damián hizo más o menos 6000 ataúdes en 16 años: uno o más por día. Más aún convierte el duelo en evento festivo con procesiones y bandas de música. En lugar de esconder la muerte, la pone en evidencia con el propósito de transfigurarla, la convierte en un ritual, la celebra como el tránsito hacia el mundo de la resurrección. De ese modo ensalza la dignidad del leproso aunque su cuerpo se haya vuelto pura llaga y esté finalmente reducido al estado de cadáver en vida. Con bombos y platillos, confiesa la trascendencia del ser humano y exterioriza su dimensión espiritual. Afirma que subsiste más allá del cuerpo, manifiesta su inmortalidad y proclama la relatividad del mundo presente. Reinventar la pastoral

Reinventar la pastoral a la luz de Damián significa por lo tanto cristianizar los aspectos más relevantes del mundo que va naciendo, discernir lo más esencial en la cultura emergente e impregnarlo con el Evangelio. Hay que: • escudriñar los rasgos más significativos de nuestra sociedad, descubrir sus elementos esenciales,

descifrar su clave… • Y luego iluminarlos con la luz de Cristo. Hay que elaborar nuevos ritos, nuevos modos de expresión religiosa que se amolden al nuevo modo de ser. La enfermedad y la muerte constituían como el eje de la vida en Molokai: preguntémonos alrededor de qué gira la sociedad que nos toca evangelizar…

Texto 5 (Evangelizar con Damián, EdeB, Quito 2009)

PASTORAL DESDE LA TRAGEDIA

No hay salvador sin pecado, no hay salvación si no hay mal. No hay salud sin enfermedad, no hay médico sin enfermos. Si fuera posible eliminar todo el mal del mundo, la salvación sobraría. El anuncio de la salvación pierde su sentido y su impacto si escondemos hipócritamente y tapamos artificialmente el mal y el pecado. El anuncio de la Buena Nueva parte de la realidad del pecado, del dolor, de la enfermedad y de la muerte. Damián nos enseña que la cruz de cada hombre es un camino que se puede usar para evangelizar.

Superficialidad en el mundo de hoy como ayer en Molokai

La multitud de ofertas, las baratijas electrónicas, los adelantos técnicos sirven de substitutos… son para el espíritu lo que es la comida chatarra para el cuerpo. Ya no hay lugar para interrogarse con seriedad sobre el sentido último de la propia existencia. Hemos eliminado los grandes interrogantes: el por qué y el para qué del mundo y de la vida. Solo cuenta el corto horizonte de la coyuntura y de la moda.

Se abre camino entre nosotros un modo de vida que, animado por el relativismo, el pragmatismo y el hedonismo, impide a los hombres y mujeres interrogarse con seriedad sobre el sentido último de su propia existencia.

Por otros caminos, muchos en Molokai, llegaban a lo mismo, negándose a ver la realidad de frente. Leprosos de cuerpo se volvieron también leprosos de espíritu: para olvidar su infierno en la tierra, se tapaban la vista, y se ocultaban a sí mismos su condición de condenados, escondiéndosela en los vicios, el licor y las orgías o hasta en la explotación de los más débiles.

69

Para consolarse bebían alcohol obtenido de la fermentación de papas dulces. La reacción humana de miedo frente a la perspectiva de la muerte y del rechazo del sufrimiento había llevado inevitablemente a ésta gente, a refugiarse en los países artificiales del vicio, acelerando así los procesos de destrucción del propio organismo.

Molokai, camino de profundización

Pero los otros leprosos supieron enfrentarse con los grandes problemas que planteaba el drama de Molokai. Algunos asumiendo la desesperanza y el rechazo de Dios; la mayor parte escogiendo la esperanza en él y la entrega a los demás. No hay lugar para la indiferencia en la isla: cada uno tiene que pronunciarse y toparse con el destino último de su vida. La tragedia puede enseñar a ser hombres… Gracias a Damián, las víctimas de esa enfermedad sin remedio, sometidos a tortura permanente, hallaron el estímulo para elevarse hasta Dios, recurrir a él, confiar en él. Damián y sus leprosos, que no tenían más que su esperanza sobrenatural, nos enseñan a librarnos de lo superficial e ir a lo esencial.

No esconder la dura realidad

En la situación presente que se caracteriza por un materialismo aparentemente cómodo y tranquilo, la solución consiste – a imitación de Damián - en enfrentarse valientemente con los lados sombríos de la existencia, que no faltan a pesar de los adelantos científicos y tecnológicos.

Existe hoy en nuestra cultura una resistencia muy grande a mirar de frente el misterio de la Cruz en la vida propia y ajena. La tendencia es huir e ignorar todo lo que es sufrimiento, dolor y muerte; a camuflarlo, esconderlo, por temor a mirar el fondo de su realidad inexorable y punzante. Ante esta realidad, el discípulo de Jesús está llamado a proponer, mediante el testimonio de su propia vida, el valor de tomar la cruz y seguir al Maestro, quien pasó primero ese camino por nosotros. Así evidencia delante de los ojos de sus contemporáneos que no hay vida verdadera que no pase por la pasión. “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere dará fruto abundante” (Jn 12, 24)

Se trata de partir de las experiencias negativas de la existencia para remontar hasta lo esencial, para operar como un reencuentro con el significado más hondo y más extraño de la vida humana: el proyecto misterioso de Dios de hacernos compartir su propia vida divina… Reconocer la malicia del pecado que ha arruinado parcialmente la belleza de la vida y descubrir, más allá del mal, el plan divino. Entender que vivir es un acto serio, grave y de suma responsabilidad porque seremos juzgados sobre la base de una sola vida y tan breve…

… Olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante, corriendo hacia la meta, al premio a que Dios me llama desde lo alto en Cristo Jesús. (Filipenses 3,13-14).

La cruz como camino pastoral

En lugar de negar el lado oscuro de la vida, en lugar de consolar a la gente con falsas promesas, en lugar de esconder la muerte, Damián invita a los moradores de la isla, condenados de por vida, a asumir la cruda realidad:

La cruz y la muerte son tu destino, asúmelas con valentía y con confianza, todo se transfigurará, y al final todo será vida plena.

No se trata, para Damián, de practicar la teología de la prosperidad.

Todo se va a componer, ya vienen medicinas, ya está el milagro. Damián nos ofrece más bien la teología de la transfiguración. El peor mal deja de serlo cuando lo asumes con Cristo crucificado. Todo sigue igual pero todo es diferente. La situación exterior permanece, en este caso la enfermedad y los daños irreversibles que causa en los órganos… En el caso de Jesús, su transfiguración, visible a los ojos de los tres apóstoles más allegados, fue momentánea, solo un momento dejó ver su verdad interior:

70

… El aspecto de su rostro se mudó y sus vestidos se volvieron de una blancura fulgurante. (Lucas 9, 29).

Pronto todo volvió a la normalidad:

Y de pronto, mirando en derredor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos. (Marcos 9, 8). La transfiguración, visual, palpable, de Jesús es el anuncio de otro cambio, hondo, interior e interno, que produce la acogida de la gracia de Dios en la vida del creyente. Visto desde fuera, todo quedó lo mismo, pero en Kalawao, • la cruz ya no fue un obstáculo para el gozo, • ni el llanto para el consuelo… • El hambre dejó de ser un impedimento para la plenitud, • la angustia de la muerte para la esperanza de la resurrección, • la agitación exterior para la paz interior… Igual como, a la superficie del océano, las olas se desatan furiosa y violentamente, mientras la masa del agua permanece pacífica, tranquila y estable… Es el milagro de la transfiguración… A nivel pastoral, es una técnica efectiva: la miseria como camino hacia Dios. Y la miseria implica el hambre, la enfermedad, la soledad, la ancianidad, la persecución, etc. (ver más abajo “Estrategias II”, Partir de la cruz).

Texto 6

Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, con motivo de la JORNADA MUNDIAL DE LOS ENFERMOS DE LEPRA

56ª Domingo 25 de enero de 2009

Inspirándose en el ejemplo de Cristo Jesús, Médico del cuerpo y del espíritu, la Iglesia siempre ha tenido una especial solicitud por los Enfermos de lepra. A lo largo de los siglos se ha hecho presente con Instituciones de Congregaciones de Religiosos y Religiosas, y con Organizaciones de Asistencia Sanitaria de Voluntariado de fieles laicos, contribuyendo así de modo radical en su plena integración social y comunitaria. El Beato Padre Damián de Veuster, incansable y ejemplar Apóstol de los hermanos y hermanas afectados por el morbo de Hansen, faro de Fe y de Amor, es el símbolo de todos los Consagrados con Votos religiosos que aún hoy dedican su vida a ellos, y ponen a disposición todo recurso por el bienestar integral de los Enfermos de lepra en toda parte del mundo. Junto con el Beato Damián ellos están escribiendo las páginas más bellas de la Historia Misionera de la Iglesia, inseparablemente ligados a la Evangelización, a través del cuidado de los Enfermos, anunciando que la Redención de Cristo Jesús, y su Gracia salvífica, alcanzan a todo el hombre en su condición humana para asociarlo a su Gloriosa Resurrección. Junto a ellos, muchos Voluntarios y hombres de buena voluntad, se dejan implicar organizando concretamente la solidaridad, poniendo a disposición medios y recursos financieros a los Institutos de investigación cada vez más eficaces para derrotar el morbo de Hansen. El mundo del laicado católico tiene su paladín en Raoul Follereau, ideador y promotor de esta “Jornada Mundial”, que prosigue la benéfica acción con la “Asociación de Amigos” dedicada a él. A Follereau y a sus seguidores, va nuestro particular aplauso y nuestra gratitud por las numerosas iniciativas que promueven, con el mérito de tener siempre viva la atención por los enfermos del morbo de Hansen, sensibilizando a la opinión pública y suscitando implicación para sostener programas y recolección de recursos financieros. Es hermoso y consolador constatar que en esta lucha al morbo de Hansen están presentes Asociaciones y organizaciones no Gubernamentales que van más allá de las afiliaciones religiosas, ideológicas y culturales, encontrándose todos en la finalidad común de proporcionar al enfermo la oportunidad de reencontrar un estado de bienestar social, sanitario y espiritual.

71

Texto 7

(Evangelizar con Damián, EdeB, Quito 2009) 54a Jornada Mundial de los Enfermos de Lepra, Domingo 28 de enero de 2007

Con ocasión de celebrarse la “54ª Jornada Mundial de los Enfermos de Lepra” el Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud envía un mensaje de esperanza y de fraternal solidaridad a las personas afectadas por la lepra y a los que, habiéndose sanado, llevan en su cuerpo las discapacidades que ella comporta. Los considerables progresos que la medicina ha desarrollado en este sector en los últimos decenios, han generado en la conciencia social la convicción de que por ser curable la enfermedad de la lepra haya desaparecido en el mundo, convirtiéndose así en “una enfermedad olvidada”. Pero lamentablemente no es esta la situación real. Los datos presentados en las estimaciones epidemiológicas de la Organización Mundial de la Salud, publicados en la primera década de agosto del 2006, demuestran que al comienzo de ese año eran 219,826 los nuevos enfermos de lepra, cerca de 602 nuevos casos por día, distribuidos como sigue: Africa 40,830 – América 32,904 – Asia Sureste 133,422 – Mediterráneo Oriental 4,024 – Pacífico occidental 8,646. En su conjunto, las personas afectadas por la lepra son aún cerca de 10 millones en el mundo. 51ª Jornada Mundial de la lepra, 25 de enero de 2004

En la historia de la Iglesia, son considerados como clásicos el beso de S. Francisco al leproso, y el heroico trabajo de muchos religiosos, religiosas, sacerdotes y laicos comprometidos desde siempre en la asistencia a estos enfermos hermanos nuestros. Debemos mencionar al Beato Damián de Veuster llamado "Apóstol de Molokai" y la reciente visita de Juan Pablo II a la Leprosería de San Lázaro en Cuba donde abrazó y bendijo a cada uno de los leprosos presentes. Entre los laicos recordemos la obra de Raoul Follereau que, precisamente hace 40 años, el 1º de setiembre de 1964, lanzó la inciativa "Un día de guerra por la Paz" que estremeció las conciencias y llamó la atención de las Naciones Unidas sobre la grave situación de los enfermos de lepra. La Iglesia Católica proclama que estas personas son "imagen de Dios", amadas por El y redimidas con la sangre de su Hijo Jesucristo, y a través de las palabras del Santo Padre Juan Pablo II manifiesta su respeto y estima por todo ser humano que lleva en sí el tormento de indelebles heridas: "El Cristo que adoramos sufrió El mismo una prueba, la de la Cruz, una prueba que lo desfiguró y todo ello sin que tuviese culpa alguna. Se puso en las manos de Dios, su Padre. Le pidió que lo liberara, pero aceptó su voluntad y sufrió. Y para innumerables hombres, para vosotros y para mí, su sufrimiento se ha convertido en causa de salvación, de perdón, de gracia, de vida. Es un gran misterio esta solidaridad en la miseria" (Visita a la leprosería de Adzopé, 12 mayo 1980).

Texto 8

Relacionar con el día mundial del SIDA

El día mundial de la lucha contra el SIDA, se conmemora el 1 de diciembre de cada año, se dedica a dar a conocer la epidemia de SIDA global causada por la extensión de la infección del VIH. El día 1 de diciembre fue elegido debido a que el primer caso de SIDA fue diagnosticado en este día en 1981. Desde entonces, el SIDA ha matado más de 25 millones de personas en todo el mundo, haciéndola una de las epidemias más destructivas de la historia registrada. A pesar de que existe un mayor acceso y se ha mejorado el tratamiento antiretroviral y el cuidado en muchas regiones del mundo, la epidemia de SIDA costó aproximadamente 3,1 millones (entre 2,8 y 3,6 millones) de vidas en el 2005 de las cuales, más de de medio millón (570.000) eran niños. (http://es.wikipedia.org/)

72

RECURSOS-FEBRERO DÍA DE LA VIDA CONSAGRADA 72

Profesión perpetua de Damián 72 Reavivar el compromiso con el ministerio de adoración 74 La adoración eucarística en la congregación 75 La eucaristía 76 Esquemas para la adoración eucarística 77

DÍA DE LOS CATEQUISTAS 82

DÍA DEL AMOR Y LA AMISTAD 82 Amistad y hospitalidad en Damián 82 Fomentar la familia sscc 85

MIÉRCOLES DE CENIZA 96

Martes 2 de febrero, Presentación del Señor

Día de la vida consagrada

Con ocasión de la fiesta de la Presentación del Señor, el "Día de la Vida Consagrada": renovación de la profesión religiosa a la luz de la famosa reflexión de Damián respecto de su compromiso tomado bajo la sabana mortuoria... Para una reflexión grupal o una convivencia basada en los textos que siguen, usar las dinámicas señaladas, p. 141: “¿CÓMO HACER UNA REFLEXIÓN GRUPAL O UNA CONVIVENCIA ALREDEDOR DE UN TEXTO?”

Texto 1

PROFESION PERPETUA DE DAMIAN

(El Camino de Damián, Edouard Brion, Santiago, Chile, 2000, p. 17)

Damián hace su novicado solo 23 años después de la muerte del fundador

Al fin del noviciado, llegó para Damián el momento de pronunciar sus votos de pobreza, de castidad y de obediencia. Esta fue también una experiencia que iba a marcarle duraderamente. Los tres últimos meses los pasó Damián en el noviciado de Issy, donde encontraría a una figura notable. El maestro de novicios era entonces el padre Alejandro Sorieul, que había conocido al Fundador de la Congregación: él mismo le había confiado personalmente la carga que aún seguía cumpliendo.

73

Damián, en su noviciado, no se deja distraer, sigue su propio surco

La mayor parte del tiempo, el hecho de llegar a un mundo diferente conduce hacia puntos de vista nuevos, provoca replanteamientos diferentes. Para Damián, su llegada a Francia no produce nada de eso. Vive feliz en su noviciado, observando el reglamento sin problemas: cada día, tres horas de oración, de seis a siete horas de estudio, tres comidas, dos recreos; y cada semana un paseo a la ciudad o a los suburbios de París. Nada de este mundo exterior le interesa. Como lo hará siempre, él cava su propio surco, esperando que los demás hagan otro tanto y convencido de que no le corresponde en absoluto componérselas aquí abajo… La impresionante ceremonia de los votos perpetuos

Es el 7 de octubre de 1860 cuando tuvo lugar la impresionante ceremonia de los votos en la capilla de la casa principal de la calle de Picpus en París. En aquella época, no existían votos temporales: tuvo que llegar el año 1908 para que fueran introducidos en la Congregación. La profesión era perpetua de golpe. Se realizaba de la manera siguiente. Tras una instrucción, seguida de la emisión de los votos según una fórmula sobre la que nos ocuparemos más abajo, los nuevos profesos se prosternaban ante el altar y se extendía sobre ellos un paño mortuorio sostenido por cuatro padres profesos; cuatro profesos llevaban en sus manos cirios encendidos. Como si de un enterramiento se tratara, se cantaba el Miserere (Salmo 51 [50]); a continuación, el celebrante asperjaba con agua bendita a los nuevos profesos mientras recitaba en voz baja el Pater noster. Después de algunas invocaciones, terminaba con una oración:

Dios todopoderoso y eterno, tú que mandas que, muertos al mundo, vivamos en Cristo, dirige a tus servidores por el camino de la salvación eterna. Que su vida sea escondida en Cristo, para que, recibiéndolo de ti, deseen lo que te agrada y lo cumplan con todas sus fuerzas.

A continuación, los profesos se levantaban mientras se cantaba el Te Deum. Su compromiso fue total Cuando la ceremonia estuvo terminada, Damián firmó con mano enérgica en el registro oficial: su densa escritura destaca sobre todas las demás. De ordinario, como debajo de las cartas que escribe desde París a sus padres, su firma se reduce a una modesta rúbrica. Esto significa toda la profundidad de esta experiencia de muerte a una vida pasada y de resurrección a una nueva vida. Más tarde, en Hawaii, esta experiencia tendrá una influencia decisiva sobre las opciones con las que deberá enfrentarse. Desde aquel entonces, Dios es su único bien y su único amor

Ya tenemos pues a Damián religioso, y religioso de los Sagrados Corazones. En su geología espiritual, un nuevo estrato se ha superpuesto al precedente. Por sus votos, ha renunciado a toda propiedad personal, a fundar un hogar, a disponer libremente de su destino. Dios es su único bien y su único amor. Lo que le guiará en adelante, será la única voluntad de Dios, tal como se expresa en particular por la palabra de sus superiores. La espiritualidad del Corazón de Jesús, que caracteriza a la Congregación en la que ha ingresado, pone toda su vida bajo el signo de un Dios que ama con un amor de predilección a los más pobres y más abandonados de sus hijos.

Luego de pronunciar los votos perpetuos, los nuevos profesos se echan al suelo ante el altar. Cuatro religiosos sacerdotes extienden sobre ellos la sábana mortuoria. Otros cuatro profesos tienen un cirio prendido en la mano. Se canta el “Misericordia, Dios mío, por tu bondad…” (Ceremonial antiguo sscc) Ver foto en www.sscc.picpus.com: INFO Hermanos, #26, 8 de mayo 2009, p. 4).

74

Con ocasión de la renovación de la profesión religiosa al estilo-Damián, recordemos que un aspecto esencial de nuestra identidad sscc es el ministerio de la adoración.

Texto 2

(Rosa María Ferreiro, Sup. Gen., Info SSCC Hermanas #4, Abril 2008)

REAVIVAR EL COMPROMISO CON EL MINISTERIO DE ADORACIÓN

… Pascua es un tiempo en el que se nos invita a entrar en nuestro interior, experimentar que el Resucitado hace arder nuestros corazones y nos llama a comunicar con gozo esta noticia a muchos hermanos y hermanas nuestros que viven tristes, se sienten solos y no encuentran sentido a su existencia. En medio de este tiempo de gracia hemos hecho memoria, hace unos días, de la pascua de nuestro hermano Damián y, con toda la Iglesia, vamos a celebrar el 10 de mayo su fiesta. Yo os invito a que nos demos tiempo, personal y comunitariamente, para dejarnos afectar por su ejemplo. El P. Damián, siguiendo a su Maestro, fue capaz de dar la vida por sus leprosos. Todos conocemos el secreto que lo hizo posible:

“Si no fuera por los largos ratos que paso ante el Santísimo cada mañana, no sería capaz de permanecer aquí ni un minuto, pero con la compañía de este amigo me siento el misionero más feliz del mundo.”

Nuestro último capítulo general nos ha llamado a reavivar el compromiso con el ministerio de adoración. Nos ha recordado que “por su carácter de reparación la adoración contribuye a devolver su dignidad a las personas y nos envía al mundo a reparar tantas situaciones de injusticia, pobreza y división.” En el P. Damián, tenemos un ejemplo de la fecundidad de este ministerio, de la armonía con que se integraron en él la pasión por Dios y la pasión por la humanidad. Con su vida testimonió que el amor a Dios y a los demás son inseparables.

SIGNIFICADO DEL PAÑO MORTUORIO

A la hora de ofrecerse para Molokai, Damián creía… que Dios no ofrece la vida sin una meta, un objetivo; que el regalo de la vida no es un absurdo, un sin sentido. Que Dios confía a cada uno un encargo: hacer de su vida una entrega de amor a él y a los hermanos humanos. Más precisamente creía que el verdadero sentido de la vida consiste en dejar de vivir para sí, para empezar a vivir para Dios y los demás. Que vivir consistía en negarse a sí mismo, perder la vida, darse del todo para ganar la vida verdadera. Esto es el más puro Evangelio y no es masoquismo, pues se trata de renunciar al yo egoísta, al ego, para alcanzar la vida en plenitud, renunciar a los placeres falsos para alcanzar el gozo verdadero.

El que quiera ser mi discípulo, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda la vida por causa mía y del evangelio, la salvará. (Marcos 8, 34-35)

A esta explicación alude Damián precisamente cuando comenta su decisión:

Habiendo yo estado bajo el paño mortuorio el día de mis votos, creí que era un deber ofrecerme… (Carta nr. 85, a su hermano Pánfilo. Molokai, 25 Noviembre 1873)

(Recursos II, Recursos-Junio, Aniversario de la Beatificación, “Fe, amor y Esperanza”)

75

El Capítulo constataba la tendencia en nosotras a descuidar la adoración “a causa de una cierta falta de fe en la fecundidad de este ministerio…” Yo me pregunto: ¿Qué otra fuente, sino la Eucaristía, de la que la adoración es continuación, puede hacer mi vida fecunda? ¿Qué relación existe entre mi oración y la entrega de mi vida en servicio a los demás? Porque si la correspondencia entre una y otra no se da adecuadamente, algo está pasando… Celebrar las fiestas tiene un profundo sentido y es recordar y renovar en nosotros aquello que por los afanes de la vida se nos va perdiendo. Que la memoria de nuestro hermano Damián nos renueve y nos impulse para vivir la misión del Buen Pastor: dar la vida y darla siempre…

Texto 3

(Javier Álvarez-Ossorio sscc, Superior General, Info sscc Hermanos, #15, mayo 2008) LA ADORACION EUCARISTICA EN LA CONGREGACION

No pretendo ofreceros una reflexión teológica o histórica. Me parece que no cabe duda de que la adoración, entendida como ministerio y como ejercicio concreto, forma parte constituyente de los comienzos de la Congregación. Mi pregunta es más bien práctica: ¿qué implica hoy en nuestra vida el hecho de que en el nombre de la Congregación aparezca “…y de la Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento del Altar” (Const 1)? La adoracion eucaristica en las Constituciones

Tomemos como referencia solamente dos textos recientes y en vigor en nuestra comunidad: las Constituciones y el 37º Capítulo General. Las Constituciones recuerdan que la adoración eucarística es una parte esencial de la herencia de nuestra Congregación y de su misión reparadora en la Iglesia (Const 53). En ese mismo número se dice que en la adoración nos unimos a la intercesión de Jesús resucitado ante el Padre y somos empujados a entregarnos más plenamente a la misión. Se señala que la adoración es “contemplativa” y que nos impulsa a asumir un ministerio de intercesión (Const 5). Todo esto lleva a una actitud permanente de adoración que se debe expresar comunitariamente (cada comunidad buscará formas concretas y significativas para vivir la adoración) y personalmente (cada hermano se compromete a pasar diariamente un tiempo ante el Santísimo Sacramento) (Const 53.4). La adoración eucarística en último Capítulo General

El 37º Capítulo General considera la sabiduría espiritual de nuestra familia religiosa (de la que forma parte la adoración eucarística) como alimento para renovar el entusiasmo por nuestra vocación y misión (Nuestra vocación y misión, 5) y nos dice que buscamos a Jesucristo, sedientos, con mirada contemplativa, sobre todo en la celebración y en la adoración de la Eucaristía (idem, 6). También se recuerda la dimensión comunitaria cuando se dice que queremos hacer de nuestras comunidades lugares de oración y de contemplación, hogares donde se reconoce y se adora el misterio de Dios, oculto amorosamente en la Eucaristía (idem, 34). Al hablar específicamente de las comunidades locales, se dice que queremos dar prioridad a la vivencia de la adoración del Señor presente en la Eucaristía, lo cual se pone en relación con la conciencia de que somos miembros de un mismo cuerpo y con el trabajo constante de transformación de nuestros corazones (Vivir nuestra vocación y misión de manera interdependiente, 8). La adoración eucarística en la vivencia de los miembros de la Congregación

Me consta que algunos hermanos consideran demasiado débiles estas referencias a la adoración en nuestros documentos oficiales. La práctica real de este ministerio de adoración, o, dicho llanamente, las horas que pasan los hermanos en oración ante la Eucaristía, les parecerá aun más insuficiente. Para otros, sin embargo, el sólo hecho de tratar este tema les hará sonreír escépticos, pensando que se trata de algo superado y rancio, propio de movimientos eclesiales conservadores y nostálgicos. A pesar de todo, entre esos dos extremos, tengo tendencia a creer que el grueso de los hermanos

76

puede identificarse gustosamente con los textos anteriormente citados y encontrar en ellos la expresión de su experiencia cotidiana de oración, un camino para saciar su sed de encuentro con Cristo, y una manera privilegiada de ofrecer el amor de Dios al mundo. ¿Me equivoco? Cambios en el horario, en la manera de orar, en el corazón

¿Qué cambia, pues, en mi vida el hecho de que seamos la Congregación de la Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento del Altar? Dejadme dar una respuesta simple, breve e incompleta. Cambia mi horario cotidiano (ya que en él aparecerá un tiempo concreto, de reloj, de oración ante la Eucaristía). Cambia mi manera de orar (hay infinidad de formas de beber en la fuente, pero ésta es la nuestra, en este manantial nos refrescamos y nos empapamos). Cambia mi afecto por los hermanos (tantas veces nos decimos –con verdad-aquello de: “te recuerdo ante el Señor”). Cambia mi corazón (porque el Espíritu nos trabaja con el amor del Padre, al fuego del Corazón del Hijo, bajo la luz del misterio eucarístico, y no sabemos todo lo que eso puede provocar ni hasta qué servicios nos puede llevar…). La adoración, servicio de “utilidad”

Este ejercicio de adoración no es sólo parte de mi itinerario espiritual personal. Tampoco es sólo una actividad comunitaria que refuerza nuestra comunión. Es también un ministerio, es decir, un servicio de “utilidad” misteriosa y escondida pero cierta, que se nos ha confiado y del que no tenemos derecho a privar a la Iglesia. Al Buen Padre le dolía, en 1824, lo que él calificaba como “la negligencia que se pone en cumplir uno de los principales fines de nuestro Instituto: el acudir a su hora de Adoración” (cf. Cuaderno de Espiritualidad 10, 451). Dulce “obligación” que únicamente se impone por el deseo de estar junto a Aquel que nos amó primero, presentándole el grito dolorido y esperanzado del mundo. Ante El sólo cabe decir como canta cierta canción: “Tú, y sin Ti yo no”; Tú, y sin Ti nosotros (comunidad, Congregación, humanidad) ya no. O, como diría Damián, sin esta Presencia en la Eucaristía, no podemos seguir, no podemos servir, no podemos subsistir.

Texto 4

(Regla de vida #64-68) LA EUCARISTIA

El sacramento permanente, signo y llamada a la fidelidad 64. Cristo está presente donde hay dos o tres reunidos en su nombre, cuando se lee en la Iglesia la Palabra de Dios, en la persona de sus ministros y en los sacramentos. Cada uno de estos medios tiene su papel propio en nuestra vida. Sin embargo, la Eucaristía nos entrega la presencia de Cristo en plenitud. Después de la celebración donde cada célula de la Iglesia, reunida en torno a Cristo, renueva la alianza con su Señor y adquiere conciencia de su unidad mejor asegurada, la Asamblea, que fue su signo, se dispersa. Pero el sacramento permanece en el centro de la comunidad: como recuerdo de la presencia permanente de Cristo en su Iglesia para mantenerla en la unidad, signo de la fidelidad de Dios a la alianza e invitación a responderle con una fidelidad análoga.

65. Esta presencia te recuerda además que Cristo, de pie ante el trono, como Cordero vivo y glorioso, que lleva la marca de su sacrificio, se ofrece a su Padre, le presenta la adoración agradecida de la creación rescatada, le suplica por los pecadores y le recuerda las necesidades de todos los hombres (Apoc. 7). En esto consiste su intercesión sacerdotal, a la que estamos invitados a participar. A los que se adhieren a él, Cristo les transmite el Espíritu que les libera progresivamente, les une en el amor trinitario y les orienta hacia su propia participación en la salvación del mundo. La adoración 66. Puedes orar en cualquier circunstancia o ambiente. Pero cuando te detienes ante el sagrario, el Señor ofrece a tu meditación todos los aspectos del Misterio que trata de realizar en nosotros y te

77

invita a dar a tus relaciones con él toda la profundidad que la Eucaristía te ha enseñado a reconocer. La oración ante el sacramento permanente, te coloca frente a la realidad suprema. Tu presencia física ante el sagrario tiene valor de signo. Debe expresar una actitud espiritual que no se limita al tiempo que pasas ante el Sacramento, sino que te orienta hacia el Señor tan pronto como terminas tu tarea. 67. El ejercito de la adoración ha ocupado siempre un lugar destacado en la tradición de nuestra comunidad histórica, desde el principio. A lo largo de la existencia del Instituto ha revestido una gran importancia en la formación y en la vida de nuestras comunidades. Siempre se ha considerado como una misión confiada a la Congregación por la Iglesia.

Cuando las circunstancias lo permitían, la adoración era perpetua y tenía un carácter de reparación de los pecados, que dificultan el Plan de Dios y son un obstáculo a su Amor. 68. La adoración lleva consigo valores que son parte importante de nuestra vocación. Nos recuerda que, según el pensamiento de nuestro Fundador, toda nuestra vida está bajo el signo de la Eucaristía. Tiene el sentido de una intercesión constante, de una presencia continua de la comunidad ante el Señor. Supone un sentido agudo del pecado, que existe en nosotros y en la Iglesia: desde el fondo de nuestra miseria intercedemos por nuestros hermanos como miembros de un mundo pecador.

Es expresión de amor hacia un Dios de amor y tiempo de contemplación personal en presencia del misterio de Jesús. Es un momento de nuestra vida de apóstoles en que presentamos a Cristo las necesidades y la acción de gracias de cuantos nos rodean.

ESQUEMAS PARA LA ADORACIÓN EUCARÍSTICA

(El Corazón de Cristo, 34 adoraciones, Norberto Zulaica, sscc, Madrid 2005- 2006)

1. EL CORAZÓN DE CRISTO Y LA EUCARISTIA

� Exposición del Santísimo � Canto � Súplica inicial V/ Dios mío, ven en mi auxilio. R/ Señor, date prisa en socorrerme. V/ Que mi oración suba ante ti como incienso. R/ Y la súplica de mis labios como ofrenda de la tarde. V/ Gloria al Padre… R/ Como era en el principio… Santo, Santo, eres, Señor. A ti la alabanza, la gloria y el honor por los siglos de los siglos. Amén. � Silencio para adorar Mantra: Te alabamos, Señor, y confiamos en ti. � Himno Oh corazón, víctima de amor, eterno gozo del cielo, consuelo de este mundo, esperanza última del hombre. Cristo, alegría del cielo,

78

amparo del ser humano, te adoramos. � Oración Que tu Palabra, Señor, sea luz en nuestro sendero, para que, realizando siempre la verdad en el amor, hagamos crecer todas las cosas en ti. P.C.N.S. AMÉN. � Lectura de la Palabra: Marcos 14, 22-26. � Comentario: Nuestra vida de oración se centra en la Eucaristía, “fuente y cumbre de toda vida cristiana”. En ella ofrecemos el Cuerpo y la Sangre de Cristo, ofrenda agradable a Dios y salvación para todo el mundo. En la Eucaristía hacemos nuestras “las actitudes y sentimientos del Corazón de Cristo ante el Padre y ante el mundo”. El sacrificio de la Nueva Alianza es el don total del Amor que Jesús ofrece al Padre. “Entramos en comunión con la acción de gracias de Jesús, el Crucificado-Resucitado, Palabra y Pan de Vida, presencia del Amor”. La Eucaristía es un signo de su amor salvador entre nosotros. Cristo ofrece “su carne para la vida del mundo”: es el Corazón de Jesús que ama y se entrega totalmente por nosotros, fuente de nueva vida y libertad para nosotros. En la Eucaristía entramos en íntima comunión con el Resucitado, a condición de “participar en sus sentimientos, reproduciendo en nosotros su muerte” (Flp 3, 10), y somos invitados a entregarnos sin reservas. Nuestra participación fortalece nuestra comunión y nuestro sentido de misión. Partir el pan juntos es el signo por excelencia del amor fraterno, que nos empuja a entregarnos y a servir a los demás, especialmente a los más pobres, que son verdaderamente en nuestros días el cuerpo partido de Cristo. � Silencio para contemplar Recrea con tu imaginación la institución de la Eucaristía y la versión práctica que hace Jesús de ella en el lavatorio de los pies. “Haced esto en memoria mía”, dice en la institución de la Eucaristía. “Os he dado ejemplo para que igual que yo he hecho con vosotros, hagáis también vosotros”, dice en el lavatorio de pies. � Invocaciones: Corazón de Jesús, Hijo amado del Padre, TEN PIEDAD DE NOSOTROS. Corazón de Jesús, formado por el Espíritu en el seno de María… Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad... Corazón de Jesús, lleno de amor y de bondad... Corazón de Jesús, luz que iluminas nuestras sombras... Corazón de Jesús, fuente de vida abundante... Corazón de Jesús, herido por nuestros pecados... Corazón de Jesús, obediente hasta la muerte... Corazón de Jesús, traspasado por la lanza... Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra... Corazón de Jesús, salud de los que en ti esperan... Corazón de Jesús, consuelo de tristes y abatidos... Corazón de Jesús, esperanza de los que mueren en tu amor... V/ Jesús, manso y humilde de corazón. R/ Haz mi corazón semejante al tuyo. � Oración Oh Dios, que en el Corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados, has depositado infinitos tesoros de caridad: concédenos recibir de esta fuente

79

divina una inagotable abundancia de tu gracia. P.C.N.S. AMÉN. � Bendición (El Corazón de Cristo, 34 adoraciones, Norberto Zulaica, sscc, Madrid 2005- 2006)

2. AMOR PERSONAL

� Exposición del Santísimo � Canto � Súplica inicial: V/ Dios mío, ven en mi auxilio. R/ Señor, date prisa en socorrerme. V/ Que mi oración suba ante ti como incienso. R/ Y la súplica de mis labios como ofrenda de la tarde. V/ Gloria al Padre… R/ Como era en el principio… Santo, Santo, eres, Señor. A ti la alabanza, la gloria y el honor por los siglos de los siglos. Amén. � Silencio para adorar Mantra: Yo confío en tu misericordia: Alegra mi corazón con tu auxilio. � Himno Oh corazón, víctima de amor, eterno gozo del cielo, consuelo de este mundo, esperanza última del hombre. Cristo, alegría del cielo, amparo del ser humano, te adoramos. � Oración: Que tu Palabra, Señor, sea luz en nuestro sendero, para que, realizando siempre la verdad en el amor, hagamos crecer todas las cosas en ti. P.C.N.S. AMÉN. � Lectura de la Palabra: Juan 17, 24-26. � Comentario: “Sólo Dios puede amar a una multitud infinitamente, apasionadamente y personalmente. Un hombre sólo puede alcanzar este amor mediante el sufrimiento y la muerte” (P.Fontaine). Nos referimos a aquel profundo amor personal revelado en Jesús, al amor que Dios tiene por cada uno de nosotros como personas y como pueblo suyo. Hablamos de una religión del corazón, de la importancia de cada rostro y de cada nombre, del destino de cada persona ante un Dios que ama a cada uno y nos permite sentirnos preciosos a los ojos de nuestro Dios. “Te he llamado por tu nombre, tú eres mío…, eres de gran precio a mis ojos y yo te amo” (Is 43, 1-4). “En las palmas de mis manos te llevo tatuado” (Is 49, 16). � Silencio para contemplar Deja que resuenen en tu interior como dichas por Jesús a ti las dos citas del

80

profeta Isaías. Recréate en ellas y agradece. � Invocaciones: Corazón de Jesús, Hijo amado del Padre, TEN PIEDAD DE NOSOTROS. Corazón de Jesús, formado por el Espíritu en el seno de María… Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad... Corazón de Jesús, lleno de amor y de bondad... Corazón de Jesús, luz que iluminas nuestras sombras... Corazón de Jesús, fuente de vida abundante... Corazón de Jesús, herido por nuestros pecados... Corazón de Jesús, obediente hasta la muerte... Corazón de Jesús, traspasado por la lanza... Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra... Corazón de Jesús, salud de los que en tí esperan... Corazón de Jesús, consuelo de tristes y abatidos... Corazón de Jesús, esperanza de los que mueren en tu amor... V/ Jesús, manso y humilde de corazón. R/ Haz mi corazón semejante al tuyo. � Oración: Oh Dios, que en el Corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados, has depositado infinitos tesoros de caridad: concédenos recibir de esta fuente divina una inagotable abundancia de tu gracia. P.C.N.S. AMÉN. � Bendición (El Corazón de Cristo, 34 adoraciones, Norberto Zulaica, sscc, Madrid 2005- 2006)

3. EL CORAZÓN DE JESÚS Y EL CORAZÓN DE MARÍA

� Exposición del Santísimo � Canto � Súplica inicial V/ Dios mío, ven en mi auxilio. R/ Señor, date prisa en socorrerme. V/ Que mi oración suba ante ti como incienso. R/ Y la súplica de mis labios como ofrenda de la tarde. V/ Gloria al Padre… R/ Como era en el principio… Santo, Santo, eres, Señor. A ti la alabanza, la gloria y el honor por los siglos de los siglos. Amén. � Silencio para adorar Mantra: Yo confío en tu misericordia, Señor. Alegra mi corazón con tu auxilio. � Himno Oh corazón, víctima de amor, eterno gozo del cielo, consuelo de este mundo, esperanza última del hombre. Cristo, alegría del cielo, amparo del ser humano,

81

te adoramos. � Oración Que tu Palabra, Señor, sea luz en nuestro sendero, para que, realizando siempre la verdad en el amor, hagamos crecer todas las cosas en ti. P.C.N.S. AMÉN. � Lectura de la Palabra: Juan 19, 25-27. � Comentario: “María ha sido asociada de una manera singular a este misterio de Dios hecho hombre y a su obra salvadora: es lo que se expresa en la misión del Corazón de Jesús y el Corazón de María”. Reconocemos la unión indisoluble entre el Corazón del Hijo y de la Madre, comprometidos como están en el Plan salvador de Dios. María pertenece indisolublemente al misterio de Cristo. Podemos afirmar que el Corazón de María entró en la intimidad del Corazón de su Hijo, participando de su entrega a la voluntad del padre y de su preocupación por el hombre. Desde una reflexión de fe no es arriesgado decir que Jesús y María “no tenían sino un solo corazón y una sola alma”. María fue verdaderamente “un testigo singular del misterio de Jesús”. “ María – en palabras de Juan Pablo II – es la más viva imagen del discipulado y de consagración al Señor: la Virgen pobre y obediente, escogida por Dios y entregada totalmente a la misión de su Hijo”. En el Corazón de María podemos descubrir “el camino por excelencia” del seguimiento de Jesús en la actitud del siervo; es el camino profundo y fiel. � Silencio para contemplar Revive en tu interior la presencia fiel de María junto a su Hijo puesto en la cruz. Y trata de hallar el parecido de la Madre con el Hijo en los sentimientos y actitudes de sus Corazones a lo largo de sus vidas y en estos momentos de dolor. � Invocaciones: Corazón de Jesús, Hijo amado del Padre, TEN PIEDAD DE NOSOTROS. Corazón de Jesús, formado por el Espíritu en el seno de María… Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad... Corazón de Jesús, lleno de amor y de bondad... Corazón de Jesús, luz que iluminas nuestras sombras... Corazón de Jesús, fuente de vida abundante... Corazón de Jesús, herido por nuestros pecados... Corazón de Jesús, obediente hasta la muerte... Corazón de Jesús, traspasado por la lanza... Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra... Corazón de Jesús, salud de los que en ti esperan... Corazón de Jesús, consuelo de tristes y abatidos... Corazón de Jesús, esperanza de los que mueren en tu amor... V/ Jesús, manso y humilde de corazón. R/ Haz mi corazón semejante al tuyo. � Oración Oh Dios, que en el Corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados, has depositado infinitos tesoros de caridad: concédenos recibir de esta fuente divina una inagotable abundancia de tu gracia. P.C.N.S. AMÉN. � Bendición

82

(En Ecuador: martes 9 de febrero)

Día de los Catequistas

Fomentar el conocimiento de Damián entre los catequistas para que lo repercutan entre los catequizandos. • Buscar en Recursos-Mayo: “Hacer conocer la vida de Damián”, (domingo 14 de febrero)

Día del amor y la amistad

Fomentar la familia sscc con ocasión del Día del Amor y la Amistad Para una reflexión grupal o una convivencia basada en los textos que siguen, usar las dinámicas señaladas, p. 141: “¿CÓMO HACER UNA REFLEXIÓN GRUPAL O UNA CONVIVENCIA ALREDEDOR DE UN TEXTO?”

(El P. Damián, Misionero sscc, ,p. 32, Patrick Bradley, Roma 1990)

AMISTAD Y HOSPITALIDAD EN DAMIAN

Trató a los leprosos como a amigos:

A pesar de que estoy totalmente separado de mis hermanos y que tengo que recorrer 40 o 50 leguas para confesarme, me siento feliz en medio de mis cristianos a quienes llamo mis hermanos.

Comía del mismo puchero del que todos se servían con sus propias manos. Les permitía fumar su pipa. Un testigo cuenta que “vendaba sus heridas como si de hermosas flores se tratara”. Les visitaba constantemente, sobre todo a los que estaban gravemente enfermos; esto no significaba que tenía que olvidar su previa repulsión y natural repugnancia por el “aire envenenado” que él mismo tenía que respirar, así como los resultantes dolores de cabeza y su “constante náusea”

El Dr. Mouritz nos dice: El Padre Damián no adoptó ninguna precaución. Bondadoso por naturaleza, nunca impidió a los leprosos su entrada en casa; tenían acceso a cualquier hora del día y de la noche. Me refería a su casa, denominándola ‘Hotel de la Familia Kalawao y Leprosos’ (descanso, alojamiento y alimento gratis para todos los necesitados); creo que era un título que respondía con exactitud a lo que allí acontecía todos los días. Damián estaba dispuesto a acercarse a los leprosos, incluso a costa de su vida. El Dr. Woods, que le visitó y se hizo gran admirador suyo, afirmaba: El hecho de exponerme continuamente al contagio de la enfermedad de la que tenía la convicción de que un día moriría; el cuidado por no adoptar prevenciones que le pudieran separar de los pacientes del lazareto, a costa de la repugnancia y del miedo: todo ello hizo de él un leproso y una víctima de la lepra.

Sirvió a los leprosos por amor

Se entregó, sin desfallecer, a su gente y compartió con ellos el sufrimiento: Durante su corta estancia en Honolulu sólo habla de sus pobres leprosos. ¡Cómo les amaba! ¡Cómo deseaba ayudarles y aliviar sus sufrimientos!.

83

Así se expresaba él mismo:

Con lagrimas en los ojos siembro la semilla. De la mañana a la noche me encuentro envuelto en miserias físicas y morales que rompen mi corazón. Sin embargo, siempre intento aparecer feliz para mantener el ánimo de mis pobres leprosos.

Les amó hasta el fin, a lo que los leprosos le correspondieron con amor. Moribundo, siempre tenía a alguien a su lado en la habitación. Era imposible despedirles, decía el H.º James Sinnott, que le cuidaba durante los últimos días.

Especial cariño para con los pequeños

Tenía especial cariño a los pequeños. He aquí un relato de la Madre Mariana: Nos condujo al orfanato de los niños leprosos en Kalawao. ‘Hijas mías’, les dijo, voy a morir pronto, pero no quedaréis abandonadas, la hermana que está conmigo os cuidará... Nos llevó también al orfanato de niños. De repente nos preguntó: ¿Cuidarán de mis niños cuando yo haya partido?. Repitió tres veces la misma pregunta. Nosotros se lo prometimos y hemos mantenido la palabra.

Podemos sentir el calor humano de su persona y la facilidad de relación con ellos, en la carta a su hermano Pánfilo:

Después de la misa me senté a leer tus cartas, sin pensar en preparar mi café. Como sólo me das buenas noticias, me sentía feliz. Mis huérfanos, siempre tan curiosos por las noticias, no me dejaban ni respirar. Tuve que traducirles todo el detalle: la visita del P. Leonor, tus apuntes con 5782 páginas de sermones..., nuestra anciana madre y sus hijos. Admiraban la bonita escritura de María y Paulina. De esta forma el desayuno se juntó al almuerzo. Después, bastón en mano, dejé la casa y salí para visitar a los enfermos.

Corazón bondadoso a pesar de cierta brusquedad de carácter

No hay duda, pues, de que Damián tenía un corazón bondadoso, a pesar de que a veces dejara traslucir una cierta brusquedad de carácter que le produciría malentendidos: Siempre sentí que puso en mí la más plena confianza y que me tenía un profundo amor, sin importarme sus apariencias externas, declaraba Joseph Dutton, su íntimo colaborador en los últimos años. Fue aquel corazón, lleno de un amor que sólo podía provenir de Dios, el que confirió una nueva dignidad a los marginados de Molokai.

El amor de Damián logró suscitar una verdadera comunidad entre los leprosos

Los efectos inhumanos de su condición y el sentimiento de soledad e inutilidad experimentado por aquella gente tenían consecuencias más desmoralizadoras que la misma enfermedad física. El poder curativo del amor fue lo que posibilitó a Damián el formar una verdadera comunidad. Sus relaciones, envueltas en bondad y cariño, lograron crear un clima en el que la gente podía crecer y desarrollarse en una actitud de mutuo respeto. El verdadero pilar de nuestra vida consiste en ser con y para los demás, en ser una presencia en la vida de los demás que les inspire fe y confianza en sí mismos. No podemos dar a los demás un regalo mayor que nuestra fe y confianza. Todos nosotros necesitamos la afirmación que brota de nuestra conciencia del amor de Dios, pero también la afirmación que nos llega de parte de los demás. Cuando nos aman y confían en nosotros.

Damián fue ese apoyo para los leprosos. Se hacía cargo de todas las necesidades de su comunidad, desde las más elementales, como alimento, vivienda, vestido, hasta las más elevadas como la dignidad, los bienes y el amor. Viviendo en el lazareto y haciéndose uno con los marginados, pudo transformar aquel numeroso grupo de enfermos y personas amargadas en una comunidad “donde se sentían felices de vivir”.

84

ESQUEMA DE ADORACION EUCARISTICA (Adoraciones 2007-2008, Norberto Zulaica, sscc, Madrid) EL ARTE DE AMAR.

� EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO. � ORACIÓN DE ADORACIÓN: - Te alabamos, oh Hijo amado del Padre. - Te alabamos eterna Palabra salida de Dios. - Te bendecimos, oh Hijo de la Virgen María. - Te saludamos, hermano nuestro y nuestro Salvador. - Te cantamos, aurora que vences la noche. - Te alabamos, estrella radiante que anuncias el día. - Te saludamos, antorcha feliz de la nueva humanidad. - Te bendecimos, hermano de todos los pobres. - Te adoramos, Señor de la Vida y Rey del universo. - Te cantamos, promesa de paz, de justicia y de amor. � SILENCIO PARA SEGUIR ADORANDO. � SALMO 15. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: "Tú eres mi bien". Los dioses y señores de la tierra no me satisfacen. Multiplican las estatuas de dioses extraños; yo no derramaré sus libaciones con mis manos, ni tomaré sus nombres en mis labios. El Señor es el lote de mi heredad y mi copa, mi suerte está en su mano: me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad. Bendeciré al Señor que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena: porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. � SILENCIO PARA MEDITAR. � PALABRA DE DIOS: I Jn 4,7-10. "Amigos míos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no tiene ni idea de Dios, porque Dios es amor. De este modo se manifestó entre nosotros el amor de Dios: enviando a su Hijo único, para que tuviésemos vida por su medio. Esto define a ese amor; no el haber amado nosotros primero a Dios, sino el habernos él demostrado su amor enviando a su Hijo para que expiase nuestros pecados". � SILENCIO PARA LA REFLEXIÓN.

85

� PRECES ♦ Por la Iglesia, para que viva y se fundamente más y más en el amor, lo viva y lo anuncie... ♦ Por las comunidades religiosas y las familias cristianas, para que cultiven relaciones cordiales y fraternas, y así sus miembros sean mensajeros del Evangelio en el mundo... ♦ Por los que están solos o los que arrastran traumas personales de comunicación con los demás... ♦ Por los cristianos, para que amándose entre ellos sean hombres y mujeres de esperanza y den razón de ella a las generaciones venideras... � PADRE NUESTRO. � ORACIÓN: Oh Dios, tú eres el único que merece ser amado con todo el corazón; afianza nuestro amor en tu Amor, así podremos amar a los demás como tú nos amas. P.C.N.S. AMÉN. � BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO

Fomentar la familia sscc con ocasión del Día del Amor y la Amistad Para una reflexión grupal o una convivencia basada en los textos que siguen, usar las dinámicas señaladas, p. 141: “¿CÓMO HACER UNA REFLEXIÓN GRUPAL O UNA CONVIVENCIA ALREDEDOR DE UN TEXTO?”

Con ocasión del Día del Amor y la Amistad FOMENTAR LA FAMILIA SSCC

Texto 1 (Estatutos de la Rama Secular) NATURALEZA Y FINALIDAD

1. El compromiso de los miembros de las Comunidades Laicales de la Congregación de los Sagrados Corazones, se enraíza en el bautismo y en la confirmación.

2. Como laicos, comparten la misión de la Congregación según su vocación propia: vivir y anunciar

el Evangelio y construir un mundo más justo, haciendo presente el Reino de Dios en la Iglesia y en el mundo de hoy.

3. Los miembros de las Comunidades Laicales SS.CC. participan de la misión de la Congregación

tal como se expresa en el Capítulo Primero de las Constituciones, común a las dos Ramas de Hermanos y Hermanas: a. contemplar, vivir y anunciar al mundo el Amor de Dios encarnado en Jesús (art. 2); b. hacer nuestras las actitudes, opciones y tareas que llevaron a Jesús al extremo de tener su

Corazón traspasado en la Cruz (art. 3); c. identificarnos con la actitud y obra reparadora de Jesús; ser solidarios con los hombres y

mujeres víctimas del pecado del mundo, de la injusticia, del odio; colaborar con todos aquellos que animados por el Espíritu, trabajan por construir un mundo de justicia y de amor, signo del Reino (art. 4);

d. asumir un ministerio de intercesión en la celebración eucarística y en la adoración contemplativa (art. 5);

e. participar en la actividad evangelizadora; hacer presente el reinado de Dios buscando la transformación del corazón humano, procurando ser agentes de comunión en el mundo; ejercer nuestro servicio apostólico allá donde seamos enviados a llevar y acoger la Buena Noticia (art. 6);

86

f. vivir nuestra vocación y misión en una comunidad que se caracterice por la sencillez y el espíritu de familia (art. 7);

g. mantener y afianzar la unidad sabiendo que cada Rama de la Congregación goza de personalidad jurídica autónoma, con legislación, estructuras de gobierno y de formación, vida comunitaria y patrimonio temporal propios (art. 8).

4. Su misión se debe realizar en el medio propio del laico; pero sus tareas concretas serán siempre

fruto de un proceso de discernimiento y priorización hecho a la luz de la ‘misión’ de la Congregación.

5. Los miembros de las Comunidades Laicales SS.CC. están llamados a transformar la realidad social en la que están ubica-das sus comunidades desde una opción profética y evangélica y en solidaridad con los más pobres.

Texto 2 (Estatutos de la Rama Secular) PLAN DE VIDA

Los miembros de las Comunidades Laicales de la Congregación profundizarán su vida cristiana, encarnando de una manera especial el carisma de la Congregación tal como se presenta más arriba, especialmente en los siguientes aspectos: A. Vida de oración

1. La oración personal y comunitaria es una dimensión esencial de la vida de fe de los miembros de las Comunidades Laicales SS.CC.

2. La vida de oración comunitaria puede revestir distintas formas según la espiritualidad de los Sagrados Corazones. Se expresa especialmente en la Eucaristía, fuente de comunión y de inspiración para los mismos miembros y para alcanzar sus objetivos comunes.

3. De acuerdo al espíritu del carisma de la Congregación prestarán especial atención a la Adoración reparadora y a la profundización de su relación personal con Dios.

B. Vida de comunidad

4. Las comunidades de laicos SS.CC., cualquiera que sea su estructura, se reúnen periódicamente para compartir un cierto nivel de vida en común y lo hacen de forma frecuente para asegurar su estabilidad.

5. La comunión puede expresarse de diferentes formas como, por ejemplo, en los encuentros e intercambios de fines de se-mana, en reuniones, algunos días del mes, con comunidades religiosas SS.CC., o finalmente en encuentros regulares con otros miembros de Comunidades Laicales.

6. La diversidad de historia, cultura y tradición de una comunidad de laicos SS.CC. es una riqueza para la vivencia compartida del carisma con otras Comunidades Laicales SS.CC. De este modo se expresan los distintos aspectos de un mismo carisma y se estimula la creatividad y la solidaridad internacional.

C. Vida apostólica

7. El apostolado de un miembro de las Comunidades Laicales SS.CC. ha de ser vivido como parte integrante de su proyecto de vida, y no solamente como una actividad marginal o temporal. La actividad profesional o el trabajo cotidiano son desempeñados como vocación de servicio por el Reino. El apostolado ha de ser liberador y debe prestar atención al desarrollo de la persona en todas sus dimensiones.

8. Los miembros de la Comunidades Laicales SS.CC. comparten la dimensión apostólica de la Congregación participando en sus ministerios, bien como parte integrante de una Comunidad Laical o por su compromiso personal. Se puede tratar de un proyecto común, o de una participación en el ministerio pastoral o social de la Congregación, o de otros trabajos en la línea de la misión de la Congregación…

87

9. Nuestro espíritu de reparación nos mueve a buscar que nuestro apostolado esté revestido de un talante ecuménico. Reconocemos los valores espirituales de todos los pueblos y personas (art. 42.3 Const. Hnos.). El compromiso por la justicia y la paz, que incluye la protección de la naturaleza (ecología), entra de manera particular en el sentido de nuestra vocación (art. 59 Const. Hnas.) al igual que el compromiso con aquellos que sufren la violencia, el repudio u otra forma de discriminación.

10. La disponibilidad para las necesidades y urgencias de la Iglesia, discernidas a la luz del Espíritu,

así como la capacidad de adaptación a las circunstancias y acontecimientos, son rasgos heredados de nuestros Fundadores (art. 6)…

D. Solidaridad en diferentes niveles

11. La solidaridad lleva consigo un estilo de vida y repercute en diferentes niveles. Solidaridad entre los miembros de la Comunidad Laical SS.CC., p. ej. por el mutuo interés y por el compartir la vida, los bienes, las alegrías y las penas. Esta solidaridad puede tener también consecuencias económicas que deben ser reglamentadas en cada sector y especificadas en sus estatutos.

12. Solidaridad con los Hermanos y Hermanas SS.CC., con quienes se comparte una misma misión.

Ello supone un cierto intercambio y alguna forma de relación entre los Hermanos - Hermanas y las Comunidades Laicales

Texto 3

(Estatutos de la Rama Secular) ORGANIZACIÓN

A. Estructura

13. Las Comunidades Laicales de la Congregación están divididas en ‘sectores’ cuyo territorio puede coincidir con una Comunidad Sagrados Corazones, ya Provincial (o Vice-Provincial) ya Regional, o comprender varias de ellas.

14. Cada sector de las Comunidades Laicales SS.CC. comprende una o varias comunidades de

laicos, reconocidas por el(la) Superior(a) Mayor o por su delegado(a). 15. Cada comunidad de laicos SS.CC. constará por lo menos de cinco miembros. Entre ellos eligen

un coordinador(a) o animador(a). 16. La comunidad de laicos SS.CC. recibirá el acompañamiento de una comunidad religiosa o de un

Hermano o Hermana, especialmente designado para ello. La comunidad organizará su vida y actividades propias según el proyecto de vida y misión de la Congregación, como se indica en los números 1 a 22 de estos Estatutos.

17. La comunidad de laicos SS.CC. elaborará su propio reglamento que debe recibir la aprobación de

la autoridad provincial respectiva. Debe incluir el procedimiento de aceptación de candidatos y de la renovación de sus compromisos. El reglamento tendrá en cuenta además las estipulaciones necesarias para lograr una adecuada formación de sus miembros.

28. Además, debe incluir disposiciones respecto de:

a. la propiedad y uso de los bienes materiales, incluidas las finanzas; b. los contratos de trabajo, de los seguros, incluyendo los de envíos en misión _ad extra_; c. una fórmula para la solución de los conflictos (señalando también las instancias de

apelación). 18. Cada comunidad de laicos SS.CC. se mantendrá en comunicación regular con las demás

comunidades laicales SS.CC. y con las comunidades religiosas de su respectivo sector.

88

B. Admisión

19. Los miembros de las Comunidades Laicales SS.CC. son admitidos de acuerdo al reglamento (cf. nº 27), después de un tiempo de preparación y de formación y a propuesta de los otros miembros de la comunidad de laicos

20. Cada sector de las Comunidades Laicales SS.CC. debe elaborar una fórmula de compromiso de los miembros en la misión y preparar un rito apropiado para la incorporación de los mismos. Asumido el compromiso los miembros son inscritos en el registro propio de las Comunidades Laicales de la Congregación.

21. La duración del primer compromiso de los miembros de las Comunidades Laicales SS.CC. es de

un año. Después el compromiso podrá renovarse en períodos indefinidos de tres años. C. Formación

22. Teniendo siempre presente el carácter laical de su vocación, los miembros de las Comunidades Laicales SS.CC. recibirán una formación de su fe, partiendo de la Sagrada Escritura y de su propia situación de vida y profundizarán en su papel específico en la Iglesia y en el mundo de hoy. Si la comunidad de laicos no puede poner en práctica un programa adecuado de formación, la Provincia asumirá esta responsabilidad, cf. nº 27.

23. Requisitos personales:

a. equilibrio personal y madurez afectiva; b. experiencia de Dios; c. amor a nuestro carisma y misión; d. capacidad de colaboración y servicio.

35. Programa:

El programa de formación puede concebirse como un proceso de formación permanente de varios años y debe incluir: a. estudio de la Sagrada Escritura, de la enseñanza de la Iglesia y otros temas que permitan

profundizar la fe cristiana; b. estudio de la espiritualidad SS.CC. en el día de hoy y de la historia de la Congregación; c. acompañamiento espiritual: formación de los líderes laicos para que puedan asumir la

animación espiritual de los miembros; d. formación de responsables; e. en algunos casos particulares, preparación para las misiones ‘ad extra’; f. formación para las actividades pastorales en colaboración con los Hermanos y Hermanas; g. Formación social, política, ecológica, etc.

Texto 4 DECLARACIÓN DE LOS GOBIERNOS GENERALES SOBRE LA RAMA SECULAR

Una orientación central

El carisma que inspira a los religiosos y religiosas de la Congregación tiene dinamismo para inspirar también la vivencia de fe de seglares. En ambos casos, religiosos y seglares, se trata de una cuestión vocacional, es decir, de una manera peculiar de captar la gracia del Espíritu del Señor que mueve a dar una respuesta de vida con acentos evangélicos particulares. Este carisma es capaz de animar una vivencia radical del evangelio que se puede realizar tanto en la vida religiosa ss.cc. como en la de seglares vinculados de diversos modos a la Congregación.

89

Aclaraciones

1. Los miembros de la Congregación. El capítulo primero de las Constituciones define la Congregación como un instituto religioso apostólico de derecho pontificio, con dos ramas, la de hermanas y la de hermanos, que, gozando cada una de personalidad jurídica autónoma, constituyen una única Congregación. Debe decirse, pues, en sentido propio, que son miembros de la Congregación las mujeres y los varones que hacen profesión religiosa en el instituto.

2. Desde sus orígenes la Congregación tiene una rama secular… (Const 9)

La rama secular de la que habla el artículo 9 de las Constituciones no puede asimilarse a las dos ramas religiosas de las que hablan los artículos precedentes en el sentido de que la Congregación fuera una especie de instituto religioso con tres ramas. Aplicado a la rama secular, el término “rama” no tiene el mismo sentido que cuando se aplica a la rama de los hermanos o a la de las hermanas que, como se ha dicho, son miembros de la Congregación por su profesión religiosa. Es interesante notar que la expresión “rama secular” aparece en el lenguaje de la Congregación a mediados del siglo pasado, y no entra en las Constituciones hasta el año 1988. Antes, “desde los orígenes”, la expresión más usada es la de “asociación exterior”. Este término tradicional nos recuerda dos elementos constitutivos de lo que hoy llamamos rama secular: a) Es una “asociación”, es decir, hay unos fuertes lazos de comunión con la Congregación (instituto religioso), lazos que deben entenderse principalmente en el nivel carismático y vocacional, en la llamada a vivir el Evangelio en la línea de la misión y del espíritu SS.CC… b) La asociación es “exterior”: no se trata de incorporar a los seglares al estilo de la vida religiosa ni a sus maneras institucionales de organizarse, sino de preservar su carácter secular para que puedan ejercer su vocación bautismal en los campos de la vida que les son propios, en muchas ocasiones más allá de lo que la vida religiosa es capaz de alcanzar.

3. …Sus miembros se comprometen a vivir la misión y el espíritu de la Congregación… (Const 9)

La pertenencia a la rama secular no consiste sólo en un sentimiento de afinidad interior, sino que se realiza en un compromiso (se comprometen…) con una institución (hay miembros). Pertenecer a la rama secular, por tanto, implica algún tipo de manifestación pública del compromiso. En este artículo, las Constituciones hacen referencia al canon 303 del CIC, en el que se habla de las asociaciones de fieles que, “viviendo en el mundo y participando del espíritu de un instituto religioso, se dedican al apostolado y buscan la perfección cristiana bajo la alta dirección de ese instituto”. De este lenguaje, podemos resaltar tres orientaciones muy válidas para la rama secular: a) Se trata efectivamente de seglares (viviendo en el mundo) y no de personas que deban asimilarse a los religiosos. b) Están en comunión carismática (participando del espíritu) con el instituto religioso. c) El instituto religioso actúa de referencia para animar el espíritu de la asociación (bajo la alta dirección) sin que eso excluya en ningún modo la conveniente autonomía de los seglares en su propia organización.

4. …Se rige por los Estatutos propios aprobados por la Santa Sede (Const 9) Según la percepción que tenemos de la situación actual de la rama secular en todo el mundo, nos hacemos las siguientes reflexiones respecto a los Estatutos que existen en este momento: a) El capítulo I (Naturaleza y finalidad), claramente inspirado en el capítulo I de las Constituciones, es muy válido para alentar la vida y el compromiso de los seglares que se sientan llamados a vivir su fe a la luz del carisma SS.CC. y en comunidad.

90

Los capítulos II (Plan de vida) y III (Organización) describen una manera concreta de formar y animar comunidades de seglares. b) Hay muchas personas y comunidades que viven según este modelo de los Estatutos… c) Hay otros seglares que, sintiéndose en comunión con el espíritu y el carisma de la Congregación, desearían institucionalizar su relación con la Congregación de maneras distintas a la propuesta por los Estatutos. Esta realidad no nos deja indiferentes y nos recuerda la amplitud que tuvo desde los orígenes la idea de pertenencia a la “asociación exterior” que desde el comienzo fue entendida como una comunión carismática (“comunión de oraciones”, según la expresión tradicional). d) Nos parece, pues, que es necesario reformular o reinterpretar los Estatutos para que, además de los grupos que actualmente se organizan según ellos, puedan considerarse también parte de la rama secular otras modalidades de participación en la vida carismática de la Congregación.

Orientaciones

… Ampliar el campo de la “pertenencia” a la rama secular. Además de la pertenencia a la rama secular a partir de los compromisos establecidos en los actuales Estatutos, podrían buscarse otras maneras objetivas y públicas de pertenencia en el sentido amplio que siempre ha tenido la “asociación exterior” de la Congregación. Para llegar a eso, invitamos a discernir en la vocación de los seglares el rastro del carisma SS.CC. y, a partir de ahí, a abrir caminos diversos en los que los seglares que se vean llamados a ello puedan asociarse públicamente a la Congregación…

Invitación final - Un camino de vida y de fe SS.CC. para seglares

Sean cuales fueren las modalidades en las que se concrete la rama secular, invitamos a los religiosos y religiosas a ofrecer, a partir del carisma SS.CC., un camino de Evangelio a los seglares, convencidos de que el mismo carisma que inspira nuestra vida religiosa tiene fuerza y vigencia para configurar la vida de seglares que se sientan vocacionalmente llamados a vivir su fe enraizados en el rostro misericordioso de Dios que fundamenta la orientación carismática de la Congregación. Corresponde a los seglares mismos, bajo la guía del Espíritu, apropiarse ese carisma y buscar sus maneras peculiares de vivirlo y de darlo a conocer.

Texto 5 Reflexion SSCC- Hermanos/ Ecuador (I) ¿QUÉ ES LA COMUNIDAD LAICAL?

¿Qué es la comunidad laical?

La comunidad laical promueve la convivencia fraterna, la identidad sscc y la acción al estilo sscc. Más precisamente se trata de un espacio - para el "vivir", para el convivir y el compartir fraterno, para la puesta en común de las experiencias de vida, - para el "contemplar", para la profundización del espíritu sscc, el aprendizaje de la vivencia del carisma, la revisión de vida a la la luz del evangelio, la oración y la adoración, - para el "anunciar", para la revisión del trabajo apostólico a la luz del estilo misionero sscc, y para la planificación del mismo en caso de llevar adelante el grupo una acción mancomunada.

Sobre la base de su experiencia en la comunidad laical, el laico se esfuerza por insertar, inyectar y proyectar esta dimensión sscc en toda su vida, en el hogar, en el trabajo, en sus compromisos sociales y apostólicos.

91

Contemplar

La comunidad laical no puede descuidar la contemplación. No se puede vivir ni anunciar sin antes contemplar. En la Congregación, la contemplación apunta prioritariamente al Corazón de Jesús experimentado en la eucaristía, mediante la adoración. Muchas veces las comunidades laicales o sus miembros no tendrán acceso al Sagrario. Para sustituir el signo eucarístico, el santísimo sacramento, se recomienda usar otra señal como puede ser - en la línea de la intuición del P. Mateo Crowley (adoración nocturna en el hogar) - una imagen del Corazón de Jesús. La adoración en la Congregación no es un ejercicio puramente mental, supone un diálogo con Jesús sacramentado en la eucaristía. Al no poder los laicos tener acceso a la eucaristía, se les puede ofrecer, en sustitución del signo sacramental, otro signo que, aunque no sacramental, puede ser significativo, una imagen del Corazón de Jesús.

Origen de los grupos

Los grupos se pueden distinguir de acuerdo a su origen o medio específico. Pueden darse grupos formados: - con laicos comprometidos en colegios (docentes, ex alumnos, etc.), u obras sociales sscc - con laicos comprometidos en la pastoral parroquial misionera SSCC., - con laicos provenientes del Movimiento Juvenil SSCC, etc. Si bien se puede fomentar la creación de comunidades que agrupen a laicos de origen distinto o mixto (unos provenientes de colegios, otros de las parroquias, otros vinculados a religiosos/as o laicos sscc por la amistad o el parentesco; otros pueden haber realizado un tiempo de experiencia vocacional o formativa con los Hermanos o las Hermanas), la unidad de origen - vale señalarlo - facilitará y favorecerá la convivencia y la formación. "La diversidad de historia cultural y tradicional de una comunidad de laicos sscc es una riqueza para la vivencia compartida del carisma con otras comunidades laicales sscc" (EstRS 11). Sin embargo esta diferenciación no debe ser un obstáculo a la unidad (EstRS 29).

Arranque de una comunidad

El arranque de una nueva comunidad laical se se puede dar del modo siguiente: 1) Selección de 1, 2 o 3 laicos deseosos de iniciar la experiencia. 2) Formación básica de los mismos con formadores religiosos o laicos, mediante convivencias y materiales de apoyo. Los temas más básicos a tratar son: - explicación de lo que son las comunidades laicales, motivación, - presentación del carisma sscc, - indicaciones para la creación y el funcionamiento de las comunidades SSCC. 3) Finalizada esta preparación, los laicos fundadores, contando con el apoyo de un religioso/a sscc, reclutan a más interesados e inician una comunidad. 4) Luego de esta primera fase de arranque, habrá que proceder a consolidar la organización de los grupos, a prolongar y profundizar la formación de sus miembros. 5) En el tiempo oportuno, se dará la consagración personal, colectiva o individual, de los miembros preparados, por un año luego por tres. Así, desde un principio y desde un punto de vista práctico, la creación de la comunidad precede la consagración de sus miembros. Formación personalizada

La formación debe adaptarse al carácter laical de la rama secular, a las características del grupo, al origen de sus miembros y a las posibilidades de cada uno de ellos. Habrá que exigir más a los grupos que se originen en un medio de mayor nivel intelectual. Pero se requiere de todos modo una base mínima común para todos los grupos del país.

92

No es una obra más de hermanos o hermanas

La rama secular no es una obra más de la Congregación como si le fuera exterior sino su prolongación, su extensión laical, una parte integrante de la gran familia sscc (Presentación de parte de los superiores generales, EstRS p. 8). La rama secular es como una extensión de la Congregación en el mundo. A través de los laicos cuya misión específica consiste en renovar la sociedad impregnándola con los valores evangélicos, la Congregación reforzará su presencia en el mundo y su carisma se volverá verdaderamente luz del mundo y sal de la tierra.

Texto 6

(Reflexion SSCC- Hermanos/ Ecuador (II) LUGAR DE LA RAMA SECULAR EN EL SENO DE LA CONGREGACION

Diferencias entre las ramas

Siempre sentimos la tentación de reproducir, entre los laicos, nuestros esquemas y estructuras religiosas. El término "rama secular" sin embargo no deja lugar a dudas: es una rama sscc pero secular, o sea ubicada en el "siglo", o sea en el tiempo mundano, en pleno mundo. La espiritualidad sscc es abierta a todos, también a los laicos, pero en estilo laical. El espíritu es el mismo, pero no el modo… El espíritu es común pero las estructuras diferentes. La rama secular no copiará la rama de los religiosos o la de las religiosas… Es así, por ejemplo, como no podemos poner al mismo nivel la vida comunitaria en la comunidad religiosa y la que se vaya a dar en la comunidad laical. • Para el religioso, su comunidad religiosa es primaria, porque a ella se pertenece y con ella

se compromete en virtud de sus votos, siempre dentro de la comunidad más amplia de la Iglesia…

• La comunidad primaria del laico, y más evidentemente la del casado, es la familia. De modo que, siguiendo el esquema "contemplar, vivir y anunciar", su vivir, si bien tiene que expresarse dentro de su comunidad laical, se ejercerá más aun en su comunidad primaria que es su familia…

Tampoco será igual la vida apostólica de los laicos y la de los religiosos; pues, si bien el laico, como bautizado está llamado a anunciar directamente el nombre de Cristo, su misión específica y propia consiste en transformar temporalmente el mundo y en iluminar las estructuras de la sociedad a la luz de los principios evangélicos. Relación laicos sscc y hermanos, hermanas sscc

Dos principios deben regir la relación entre las comunidades laicales y los Hnos y Hnas: la autonomía y la comunión. a. Si atribuimos el artículo 8 de nuestras constituciones a la rama secular, podemos decir de ella que "goza de personalidad jurídica, autonomía con legislación, estructura de gobierno, de formación, de vida comunitaria y patrimonio temporal". Entonces, si bien toca a los religiosos y religiosas promover la rama secular hasta que nazca, no se la debe mantener en situación de dependencia; hay que llevarla lo más pronto posible a su madurez de modo que alcance su plena autonomía, de ahí que el rol de los religiosos, a futuro, será solo de acompañamiento y asesoramiento, más que todo (o exclusivamente) espiritual.

b. Por otra parte, respecto de la comunión, se favorecerán intercambios… ¡sin que esto signifique compartir todos los actos propios de cada rama! No es una obra más de hermanos o hermanas

93

La rama secular no es una obra más de la Congregación como si le fuera exterior sino su prolongación, su extensión laical, una parte integrante de la gran familia sscc. A través de los laicos, cuya misión específica consiste en renovar la sociedad impregnándola con los valores evangélicos, la Congregación reforzará su presencia en el mundo…

La pertenencia a la familia sscc más allá de una comunidad laical determinada

El laico sscc pertenece a una comunidad laical local (CLL). Al mismo tiempo, mediante su consagración, pertenece a la gran familia sscc. De ese modo, aunque por algún motivo (no consentido) tuviera que dejar de asistir a su comunidad local, no dejaría de ser parte de la familia sscc. Se puede por lo tanto imaginar a un laico sscc sin comunidad local con tal que sea fiel al espíritu sscc e intente reinsertase en otra o crear una nueva...

Texto 7

(Reflexion SSCC- Hermanos/ Ecuador (III) JERARQUIZACIÓN DE LOS COMPONENTES DE UNA COMUNIDAD LAICAL SSCC

Todo grupo implica tres componentes

• la mística, el espíritu o los principios; • la comunión, intercambio, participación, democracia, unidad, comunidad; • la acción, o activad, obra, misión. Según el tipo de grupo, se suele acentuar tal o tal de los 3 componentes

En el estatuto de la rama secular (6-17) se habla de Vida de oración, Vida comunitaria y Vida apostólica. A nuestro entender la comunidad laical local sscc debe privilegiar la primera dimensión: el espíritu sscc. Las otras dos dimensiones (la comunión y la misión) vienen en segundo lugar. Esto, por 6 razones: a. Para seguir la lógica del famoso lema congreganista adoptado por los años 60: contemplar, vivir y anunciar. b. Si se privilegia el espíritu, éste irá repercutiendo, casi sin que se lo quiera, en las otras dos dimensiones… En este sentido el Contemplar es el motor… c. Nuestros laicos pueden vivir la comunión y la misión en cualquier otro grupo católico o eclesial. En este caso (privilegiar la comunión y la misión), nuestro aporte propio sería limitado. Si queremos ofrecer una verdadera alternativa a nuestros laicos, debemos privilegiar la primera dimensión o sea la espiritualidad sscc. d. Porque ser laico sscc es en primer lugar un compromiso personal con Cristo. Si privilegiamos la comunión y la misión (sobre todo cuando ésta es común), corremos el riesgo de marginar la esencia y el corazón de la rama secular: la reafirmación de la consagración bautismal personal del laico con una especificación sscc. e. Porque, en los tiempos actuales, lo que más hace falta no son quizás la agrupación y la acción, sino una fuente de inspiración, una espiritualidad consistente. Una consecuencia

La insistencia en la espiritualidad y en la consagración a Cristo en clave sscc, nos conduce, no a negar, pero sí a moderar, limitar y relativizar el andamiaje formal e institucional de la rama secular… Una estructuración excesiva podría frenar su crecimiento, no vale que la estructura ahogue el espíritu.

94

Texto 8 (Reflexion SSCC- Hermanos/ Ecuador (IV) EL PROBLEMA DE LA MISIÓN

La actividad apostólica es parte integrante del compromiso laical sscc, pues el "contemplar" desemboca en el "vivir" y ambos en el "anunciar". La misión es múltiple

Según el artículo 9 de las Constituciones, "los miembros [de las comunidades laicales] se comprometen a vivir la misión… de la Congregación". Pero esta formulación puede ser mal interpretada, pues no se puede reducir la palabra "misión" a las obras atendidas por hermanos y hermanas. Aquí la palabra "misión" se refiere ante todo al estilo, al espíritu, al modo con el que la Congregación concibe y hace misión. (Cf. Estatuto Rama secular 12, 15, 16, 17) a. El compromiso apostólico puede ser colectivo o sea de todos, • en una obra de hermanos o hermanas sscc, • en una obra propia de los laicos, b. puede ser individual, personal, cada uno comprometiéndose • en el campo eclesial, en cualquier rama de la pastoral (parroquial, catequesis, grupos

juveniles, pastoral social...) • en el ancho mundo (testimonio apostólico en la familia, en grupos de diferentes tipos;

testimonio de los valores evangélicos en el campo político o social, en el medio específico, en el barrio, en el trabajo, en la empresa, en el centro de estudios, en organismos intermedios...)

Riesgos y ventajas según el tipo de misión

a. La comunidad laical asume un compromiso colectivo Riesgo • de convertirse en un simple equipo de trabajo, donde se da la prioridad a la evaluación de

la acción y a la planificación. • de cerrar la puerta a otros laicos quienes, estando comprometidos en otras áreas

apostólicas, no podrán ingresar a esta comunidad laical. • de desaparecer cuando culmine la actividad… Ventaja La misma acción colectiva ayuda a la cohesión de los miembros, refuerza la identidad del grupo y ofrece a los ojos de los demás una imagen de comunidad más comprometida y dinámica. b. La comunidad laical se desempeña en una obra sscc donde se da una relación de dependencia pastoral o hasta laboral

Riesgo de confusión: • entre trabajo pastoral o laboral y pertenencia a la comunidad, • entre empleo y compromiso laical sscc, • entre labor apostólica y consagración a Cristo en clave sscc.

Ventaja: Favorecer la comunión entre las ramas, pero solo en el caso de una relación clara y transparente…

95

c. Los miembros asumen compromisos individuales

Riesgo de descuidar el compromiso apostólico.

Ventaja: • La comunidad deja de ser el lugar donde se planifican y ejecutan acciones pastorales

para volverse un espacio de revisión de los compromisos personales a la luz del carisma misionero de la Congregación, un espacio donde los miembros se realimentan a nivel espiritual, se reencuentran consigo mismo, con los hermanos y con Dios.

• En este caso no es un trabajo pastoral determinado, un proyecto pastoral o social específico lo que reúne y constituye la comunidad laical, es un afán de compartir, fraternizar al estilo del espíritu de familia sscc, revisar la vida y los compromisos a la luz del evangelio, vivir el evangelio al estilo sscc. En este caso la comunidad laical no es un equipo de trabajo, sino más bien un espacio para releer la vida, respirar, soplar, recobrar energías, todo ello a la luz del carisma SSCC. Siguiendo esta línea, convendría relativizar el artículo 14 del Estatuto de la Rama secular…

Finalmente nos inclinamos por esta tercera fórmula (compromisos individuales), porque evita los graves inconvenientes señalados en las otras modalidades…

Texto 9 (Reflexion SSCC- Hermanos/ Ecuador (V) LA SELECCIÓN DE NUEVOS MIEMBROS PARA LA RAMA SECULAR

Criterios de ingreso a la rama secular

a. El ingreso a la rama secular supone una apertura especial a la dimensión espiritual aunque quizás actualmente no podamos exigir como condición excluyente que sean católicos practicantes. Más bien podemos suponer que su contacto con el carisma sscc los vaya a conducir poco a poco a una práctica sacramental regular…

b. Supone también una atracción para con el carisma sscc, una afinidad con nuestro estilo.

c. De hecho esta afinidad espiritual pasa en general por una relación pastoral; o por una amistad o fraternidad espiritual con miembros de la comunidad religiosa…

Riesgo de adoptar el tercer criterio

Queremos privilegiar los dos primeros criterios, pues el tercero es demasiado arriesgado.

Si la motivación del laico es la colaboración apostólica con los hermanos o peormente laboral, cuando ésta cese, grande es el riesgo que acabe con su compromiso sscc.

Si la motivación del laico es prioritariamente la amistad con un hermano o con otro, cuando éstos se vayan, quizás termine también su adhesión a la rama laical.

Cada vez que un nuevo responsable cambie el personal apostólico, o si la comunidad religiosa abandona la obra, o si el mismo laico deja su compromiso apostólico por razones personales, o por mudanza, cada vez su compromiso quedará en entredicho.

El fundamento del compromiso sscc no puede descansar en una amistad o un compromiso pastoral sino prioritariamente en un compromiso personal e irrenunciable con Cristo…

96

Solución

Parece que, por motivos de orden muy práctico y humano, exceptuando los miembros fundadores, la selección de los laicos sscc no deba darse entre los más comprometidos en la obra o en la pastoral de la parroquia, o entre los más allegados a los hermanos o comunidad religiosa local.

a. El criterio será ante todo una predisposición para adoptar nuestro carisma sscc.

b. Por otra parte, el principio fundamental consiste en que, fuera de los primeros que son escogidos por los religiosos, será la misma comunidad laical sscc y sus miembros los que buscarán, conquistarán y seleccionarán a los siguientes miembros. Se trata de practicar una verdadera cooptación laical: el laico llama al laico. Lo mismo como los religiosos o las religiosas escogen a sus nuevos miembros, lo mismo deben hacer los laicos entre sí.

De ese modo el compromiso laical sscc perdurará a través del tiempo, sin que dependa de una relación privilegiada y frágil con hermanos o hermanas…

Miércoles de Ceniza

• 17 de febrero 2010 • Usar el Vía crucis de Jesús y Damián. Ver en Recursos II (mayo a octubre): Recursos-Marzo.

97

RECURSOS-MARZO VÍA CRUCIS CON DAMIÁN DE VEUSTER 97

primera estación 99 segunda estación 100 tercera estación 101 cuarta estación 103 quinta estación 104 sexta estación 105

DÍA DE LA VIDA (25 de marzo, fiesta de la Anunciación) 111 Cultura de la vida 111 Sentido de la vida 113 Mensaje del Día de la Vida 114

BUEN PADRE (27 de marzo) 115 El Buen Padre en fechas 116 El “Buen Padre” , Pierre Coudrin 116 Los fundadores, el nacimiento de la Congregación y su desarrollo 117 Perfil del P. Coudrin 120 Perfil espiritual del fundador 122

SEMANA JUVENIL 124 Quinto domingo de cuaresma (21 de marzo 2010) a domingo de Ramos (28)

• Como católicos, celebramos la Jornada de la Juventud el domingo de Ramos. Es así como normalmente declaramos "Semana de la Juventud” la última semana de la cuaresma (21 de marzo 2010 a 28).

• También podemos realizar la Semana de la Juventud en agosto (Domingo 9 a domingo 16) pues el Día Internacional de la Juventud cae el 12 de agosto. - Usar el libro “Trece Rasgos Juveniles" (ver Objetivo, uso y destino, p. 124)

- O el libro (“Esto es amor”, Bruno Benati, sscc, Quito 1989), p. 108

Cuaresma (miércoles de ceniza, 17 de febrero)

VÍA CRUCIS CON DAMIÁN DE VEUSTER

Sentido del vía-crucis

Lo que no es No es para complacernos en el dolor. No es masoquismo. No es para amargarse la vida.

A nivel personal Es un aprendizaje, aprender a asumir la cruz en esta vida. Es para hacernos fuertes y con capacidad de aguante. Un aprender a vivir la bienaventuranza: Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados. Es una motivación a la conversión.

En relación con Cristo y los demás Es un medio para unirnos más a Cristo. Es un acto de solidaridad con los que sufren. Es aprender a compadecerse del dolor ajeno.

98

ESQUEMA • En lugar de rezar el vía crucis seguido, se lo puede rezar a razón de una estación cada día… • Alternar con cánticos o refranes 1. Oración inicial

Tú, Señor Jesús, inocente, fuiste acusado; justo, fuiste juzgado; santo fuiste condenado. Tú, Hijo del Hombre, fuiste torturado, crucificado y llevado a la muerte; tú, Hijo de Dios, fuiste blasfemado, mofado y negado. Tú, la luz, conociste las tinieblas; tú, Rey, fuiste levantado sobre una cruz; tú, la vida, sufriste la muerte; y muerto, resucitaste a la vida. Al contemplarte, anímanos a la conversión, a la santidad. Enséñanos, como tú, a sufrir por amor a los demás. Muévenos a comprender el dolor ajeno, a compadecernos, a consolar, no solo de palabra, sino con actos. Danos fuerzas cuando llega la hora de la prueba, cuando nos toca clavarnos en la cruz junto a ti, para que resucitemos a la Vida nueva que eres tú. 2. Estación

Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, (Todos) - Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.

Rezar la estación que toca (desde la p. 99)

Primera estación • Jesús se despide de su madre. • [Damián] Separación de lo suyos y despedida de su madre. Segunda estación Jesús ante la tumba abierta de Lázaro. • [Damián] El insoportable hedor del aliento y de las llagas abiertas de los leprosos. Tercera estación • Jesús abandonado y traicionado. • [Damián] Incomprensión, críticas, y soledad Cuarta estación • Dolor del Corazón de Cristo por su fracaso e impotencia. • [Damián] Su total impotencia frente a la fatalidad de la lepra Quinta estación • Aceptación del sacrificio. • [Damián] Aceptación del sacrificio. Sexta estación • Jesús clavado en la cruz. • [Damián] Ascendiendo el Gólgota. Oración final

Dios, Padre nuestro, te damos gracias por San Damián, quien, para seguir incondicionalmente a tu Hijo Jesucristo, se ofreció para ir a Molokai con los leprosos marginados,

99

identificándose con ellos hasta la muerte.

Con la entrega de su vida, les devolvió la dignidad humana y les dio un futuro. En él manifestaste cuánto nos amas, a todos los hombres.

Te pedimos que tu Espíritu nos mueva a seguir sus huellas y a tener una fe como la suya. Abre nuestros ojos y nuestro corazón a aquellos que no cuentan, que son marginados, para que, por medio de nosotros, te descubran. Haz que muchos sigan el camino que él nos señaló.

Te lo pedimos a ti, Dios bueno, que no cesas de amarnos, hoy y todos los días, hasta la eternidad. Amén. PRIMERA ESTACIÓN

Vía-crucis del Señor: Jesús se despide de su Madre

Lectura Estaban de pie junto a la cruz de Jesús su madre y la hermana de su madre, María de Cleofás y María Magdalena. Al ver a su madre y a su lado al discípulo a quien él quería, dijo Jesús: - Mujer, he aquí a tu hijo. Luego dijo al discípulo: - He aquí a tu madre. (Juan 19,25-27) Meditación Jesús se despoja de todo. El mismo que, a los doce años al quedarse en el templo, sacrificaba el amor filial por un amor más grande:

¡No saben que tengo que atender los asuntos de mi Padre!

Se despoja hasta de su madre. Hasta de su vida. Todo lo da, todo lo entrega, con tal de salvar el mundo. Vía-crucis de Damián, humilde discípulo del Señor: Separación de los suyos y despedida de su madre

Meditación Damián parte para las misiones, pues Dios le llama y la Iglesia le envía. Siente gozo y entusiasmo, junto con un grandísimo dolor. Esforzándose por sonreír, dejó para siempre su granja de Ninde. Sin embargo, no lo hizo sin antes tener una suprema delicadeza para con su madre desolada. Concertó con ella una despedida, para el día siguiente, a los pies de la Virgen de Monteagudo, donde él quería ir también, por última vez a saludar a nuestra Señora, a la que profesaba una tierna devoción.

- Nuestra Señora de Monteagudo - le dijo - ha escuchado nuestras súplicas y devuelto la salud a Pánfilo, vaya mañana allí en peregrinación. Yo iré también; allí nos despediremos.

A su vuelta de Tremeloo, pasó el resto de las horas a la cabecera del lecho de su hermano, y hacia las once, se encaminó entre las tinieblas hacia Monteagudo. La madre, acompañada de su nuera, había hecho otro tanto. Ante la Imagen de la Consoladora de los afligidos y Reina de los Apóstoles, la oración de la madre y del hijo se desbordó espontánea y confiada…

De repente apareció la diligencia que iba a Lovaina. El cochero paró los caballos. - Bueno - dijo la madre emocionada - digámonos adiós.

El nos apretó las manos – cuenta su cuñada - nos abrazó y montó en el carruaje haciéndonos su último signo de adiós. Los caballos partieron al trote. Dos minutos después todo había desapa-recido. Nuestros corazones estaban muy encogidos por esta súbita desaparición; poco a poco se

100

fueron calmando al ir recitando el Rosario. No pensábamos más que en rogar a María que velara sobre el querido apóstol; estábamos muy lejos de prever lo que iba a suceder en Molokai. Oración improvisada o silencio. Letanías Por Santa María, Señora del Calvario, Virgen de la Entrega; por enseñarnos a decir sí, a pronunciar nuestro "hágase tu voluntad". Gracias, Señor. Por Verónica, por las mujeres valientes, por las madres ejemplares, por las esposas fieles. Gracias Señor. Por las mujeres de Jerusalén, por las mujeres del mundo, por las jóvenes valientes y limpias. Gracias Señor. Por la Virgen, mujer fuerte; por Juan, apóstol de los ojos limpios; por José de Arimatea y por Nicodemo, discípulo indeciso; por las mujeres decididas. Gracias Señor. Por las otras: las prostitutas y las mujeres fáciles; por nuestros abusos y pecados. Perdón, Señor. Por nuestras ausencias ante quienes sufren; por nuestra insensibilidad ante el dolor ajeno; por nuestro propio egoísmo en el propio dolor. Perdón, Señor. Por nuestras cobardías, por nuestros disimulos, por nuestros silencios y ausencias fáciles. Perdón, Señor. Por nuestras promesas incumplidas. Perdón, Señor. SEGUNDA ESTACIÓN

Vía-crucis del Señor: Jesús frente a la tumba abierta de Lázaro

Lectura Jesús, al ver que lloraba María, la hermana de Lázaro, y que lloraban los judíos que la acompañaban, se reprimió con una sacudida y preguntó: - ¿Dónde lo han puesto? Le contestaron: - Ven a verlo, Señor. A Jesús se le saltaron las lágrimas. Reprimiéndose de nuevo se dirigió al sepulcro. Era una cueva y una losa estaba puesta en la entrada. Dijo Jesús: - Quiten la losa. Le dice Marta, la otra hermana del difunto: - Señor, ya huele mal, lleva cuatro días... Le contestó Jesús: - ¿No te he dicho que, si llegas a creer, verás la gloria de Dios? Entonces quitaron la losa. (Juan 11,33) Meditación Amar es compartir. Compartir la pena. Compartir el duelo, y hasta compartir el mal olor de un cadáver en descomposición. Vía-crucis de Damián, humilde discípulo del Señor: El insoportable hedor del aliento y de las llagas abiertas de los leprosos

Lectura Atendamos el testimonio de Damián:

Al principio, en el cumplimiento de mis deberes sacerdotales en sus domicilios, me veía obligado, no solo a taparme la nariz, sino a permanecer un rato afuera para respirar aire fresco.... Como antídoto para

101

contrarrestar el mal olor, me acostumbré al uso del tabaco, ya que de alguna manera el aroma de la pipa me preserva de llevar en mis ropas el detestable hedor de nuestros leprosos.

A veces, al confesar a un enfermo cuyas úlceras estaban llenas de gusanos como los cadáveres de las tumbas, tenía que agarrarme la nariz.

El aliento de nuestros leprosos envenena el aire. Me ha costado mucho acostumbrarme. Un día durante la misa solemne estuve a punto de abandonar el altar para respirar aire puro; el recuerdo de nuestro Señor haciendo abrir la tumba de Lázaro me retuvo. Actualmente la delicadeza de mi olfato se ha habituado. Entro en sus casas hediondas sin dificultad…

Atiendo a mis huérfanos que son todos leprosos. En algo repugna a la naturaleza el estar siempre rodeado de estos desdichados niños, pero hallo en ellos mi consolación…

El amor de Cristo le permite hallar, en estos seres que humanamente hablando no provocan sino asco y repugnancia, la belleza y el buen olor de la imagen de Dios impresa en sus almas. Los ama y por ello su pestilencia, insoportable para cualquiera, para él se esfuma y desaparece. Oración improvisada o silencio Letanías Por la cruz que llevaste por nosotros. Gracias, Señor.

Por tu primera caída, Señor, y por nuestras incontables recaídas, que nos enseñan a ser sencillos. Gracias, Señor.

Por Simón de Cirene y por tantos hermanos que nos ofrecen su amistad y su ayuda incondicio-nal. Gracias, Señor.

Por tu sepulcro glorioso. Gracias, Señor.

Por las cruces que arrojamos de nuestras espaldas; por todos aquellos a quienes obligamos a caminar con nuestras cruces. Perdón, Señor.

Por los hermanos a quienes empujamos para que caigan y por los hermanos a quienes no ayudamos a sostenerse. Perdón, Señor.

Por las veces que hemos negado un servicio a los que viven con nosotros. Perdón, Señor.

Por nuestros desánimos, por nuestro desaliento, por nuestra ausencia de energía, por nuestra falta de esperanza. Perdón, Señor. TERCERA ESTACIÓN

Vía-Crucis del Señor: Jesús abandonado y traicionado

Lectura Al caer la tarde se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían, dijo: - Les aseguro que uno de ustedes me va a entregar. Ellos, consternados, empezaron a replicarle uno tras otro: - ¿No seré yo, Señor? Respondió él: - Uno que ha mojado en el mismo plato que yo me va a entregar. El Hijo del Hombre se va como está escrito de él; pero, ay de ése que le va a entregar. Más le valdría a ese individuo no haber nacido. Entonces reaccionó Judas, el que lo iba a entregar, diciendo: - ¿No seré yo?, maestro. Respondió: - Tú lo has dicho. (Mateo 26,20-25) Meditación Jesús había hecho de Judas su amigo, lo había escogido, llamado a ser apóstol suyo; le había dado su confianza como a los demás del grupo de los Doce y ¡Judas fue el que le entregó! Otros muchos le abandonaron a lo largo del ministerio público. En Nazaret tuvo que soportar el rechazo de sus compatriotas, sufrió el desinterés y la indiferencia de los galileos a su mensaje. Sufrió el abandono de muchos discípulos luego de negarse a repetir la multiplicación de los panes, la huida de los apóstoles en el Monte de los Olivos, por fin la negación de Pedro...

102

Vía-crucis de Damián, humilde discípulo del Señor: Incomprensión, críticas, marginación y soledad

Lectura Una vez, Damián se vino de Kalawao a Honolulu en el vapor, para ver a sus superiores, para confesarse y para animar a la gente de la capital en su caridad hacia la leprosería. Algunos protestantes sectarios presionaron sobre la Junta de Salud para que no se permitiera la entrada y salida de la leprosería sino a las gentes de la Junta. Por esto, en Septiembre, la Junta le hizo saber que escogiera: irse o quedarse. Si se quedaba en Kalawao debía el mismo someterse a las leyes de la segregación y no se le permitía dejar la leprosería.

"Que decidiera de una vez por todas, dijeron. Ha ingresado sano y voluntariamente a Molokai: o se hace el sano y se va de allá; o bien se hace el leproso y se queda para siempre, e impide así la difusión del contagio".

El Padre Damián bajó la cabeza: se haría leproso; antes o después, lo sería de verás.

Por esos tiempos las relaciones con su Superior, que era ahora el P. Leonor Fouesnel, se volvieron particularmente dolorosas. En parte por su propia salud, en parte por tener el consuelo de confesarse, y sobre todo para mejorar la atención a los leprosos, el P. Damián deseaba ir a Honolulu. A fines de su primer año de lepra, solicitó el permiso. Recibió un duro rechazo. Como si eso fuera poco, en febrero de 1886, el P. Fouesnel le escribe:

- "Corre todavía el rumor de que va a venir usted acá. Mi deber, querido Padre, es manifestarle de nuevo la decisión tomada por el Consejo Provincial y no por mí... Sus pretensiones, mi querido Padre, le probarían que no tiene usted ni delicadeza, ni caridad para con su prójimo y que no quiere pensar sino en sí mismo."

El P. Damián escribió al Vicario Apostólico el 6 de junio de aquel año:

"El rechazo absoluto, expresado en un tono de policía, más que de superior religioso, le confieso francamente, que eso me hizo sufrir más que todas las pruebas que he tenido desde mi infancia. He respondido con un acto de absoluta sumisión en virtud de mi voto de obediencia. Seguimos queriéndonos... Siempre resignados con la voluntad de Dios en nuestros padecimientos cada vez más punzantes, estamos, Monseñor, "muertos en Cristo y con la vida escondida en Dios".

Oración improvisada o silencio. Letanías Por tu obediencia hasta la muerte; por haber aceptado la condena, gracias, Señor.

Por Santa María, Señora del Calvario, Virgen de la entrega; por enseñarnos a decir sí, a pronun-ciar nuestro "hágase tu voluntad". Gracias, Señor.

Por Simón de Cirene y por tantos hermanos que nos ofrecen su amistad y su ayuda incondicional. Gracias, Señor.

Por haberte revestido de nuestra carne, Hijo del hombre; por haber querido ser hijo de mujer. Gracias, Señor.

Por todos los hombres a quienes empujamos hasta los tribunales; por nuestras condenas injustas. Perdón, Señor.

Por nuestras ausencias ante quienes sufren; por nuestra insensibilidad ante el dolor ajeno; por nuestro egoísmo en el propio dolor. Perdón, Señor.

Por las veces que hemos negado un servicio a los que viven con nosotros. Perdón, Señor.

Por nuestros disfraces, por nuestras apariencias e hipocresías. Perdón, Señor.

103

CUARTA ESTACIÓN

Vía-crucis del Señor: Dolor del corazón de Cristo por su fracaso e impotencia

Lectura Al acercarse y ver la ciudad, le dijo llorando:

- "Jerusalén, Jerusalén. Tú que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían. Cuántas veces, he querido reunir a tus hijos, como la gallina a los pollitos bajo las alas, ¡pero no quisiste! ¡Si comprendieras en este día lo que lleva a la paz! Pero no, no tienes ojos para ver. Y la prueba es que va a llegar un día en que tus enemigos te rodeen de trincheras, te sitien, aprieten el cerco, te arrasen con tus hijos dentro, y no dejen piedra sobre piedra, porque no reconociste la oportunidad que Dios te daba." (Lucas 19,41; 13.34; 19,42-44)

Meditación Jesús llora sobre su pueblo porque, por su necedad y terquedad, va a su pérdida. Jesús llora porque todo su esfuerzo y amor son inútiles...

Vía-crucis de Damián, humilde discípulo del Señor: Su total impotencia frente a la fatalidad de la lepra

Lectura Damián no era médico, pero hizo todo lo que estaba a su alcance para mejorar los cuidados sanitarios de los leprosos, con el riesgo de contagiarse. Durante quince años no faltó a esta cita con los enfermos; asumiendo con raro sentido de sacrificio lo que llamaba su deber.

Día y noche iba de casa en casa, siempre listo a socorrer, curar y confortar. Cuando tenía que administrar los últimos sacramentos, muchas veces era casi imposible encontrar en aquellos deformes enfermos un trocito de piel no infectada por el mal, sobre la cual hacer la unción. Buscó todos los remedios y tratamientos posibles para detener el implacable proceso de la enfermedad. Luchó hasta conseguir un remedio milagroso, del Tonkin, muy caro, el Hoang Nam; luego de mejorías de algunos meses, la lepra volvía a atacar con más violencia, las úlceras secas se volvían a abrir, el cuerpo se cubría de nuevos tubérculos... Todo en vano.

Organizaba bandas, el coro de la iglesia pero en vano: pronto los dedos se les caían a los músicos. Formaba a cristianos, a catequistas, pero en vano: no tardaban en morir. Cuidaba, criaba y enseñaba las letras a los pequeños huérfanos y, cuando ya estaban preparados, su-cumbían a la despiadada enfermedad.

La cruz de la impotencia, de la ineficacia. Siempre fracasar, nunca ver el resultado, nunca recoger la cosecha. Sembrar y sembrar y siempre en balde…Y nunca desanimarse, nunca bajar los brazos, seguir luchando. Frenar la muerte, pero nunca detenerla, aliviar los dolores pero nunca devolver la salud, hablar de esperanza y solo de esperanza… esta fue la cruz de Damián en Molokai. Oración improvisada o silencio. Letanías Por tu primera caída, Señor, y por nuestras incontables recaídas, que nos enseñan a ser sencillos. Gracias, Señor.

Por tu segunda caída. Gracias, Señor.

Por cada vez que te levantaste, Señor, y por cuantas veces nos alzaste hasta tu pecho. Gra-cias, Señor. Por tu sepulcro glorioso. Gracias, Señor.

104

Por los hermanos a quienes empujamos para que caigan y por los hermanos a quienes no ayudamos a sostenerse. Perdón, Señor.

Por nuestras traiciones a ti, Señor, y a los pobres. Perdón, Señor.

Por nuestros conformismos irresponsables; por nuestras posturas cómodas y por nuestro despreocupado vivir. Perdón, Señor.

Por nuestro desánimo, por nuestro desaliento, por nuestra ausencia de energía, por nuestra falta de esperanza. Perdón, Señor. QUINTA ESTACIÓN

Vía-crucis del Señor: La aceptación del sacrificio

Lectura Llegaron a una finca que se llama Getsemani, y Jesús dijo a sus discípulos:

- Quédense aquí mientras yo voy a orar. Adelantándose un poco, cayó a tierra, pidiendo que si era posible se alejara de él aquella hora; decía:

- Abba, Padre: todo es posible para ti, aparta de mí este trago, pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieras tú. (Marcos 14,32.35-36)

Vía-crucis de Damián, humilde discípulo del Señor: Aceptación del sacrificio

Lectura Damián, con tal de servir mejor a sus leprosos, no había dudado en rechazar toda "prudencia", en un lugar donde, según el doctor Sen (un médico que había vivido en Molokai), "la salud y la vida corrían más riesgos que en un campo de batalla."

Una tarde del mes de enero de 1885, de regreso de una excursión bastante larga en medio de los Palis, fatigado y extenuado, dijo a la leprosa que se ocupaba de su casa que le preparara un baño caliente para sus pies.

- Tenga cuidado, el agua está caliente - le advirtió la mujer. El Padre Damián con precaución tocó el agua con la punta de los pies y, no .encontrándola caliente, los sumergió completamente. No advirtió ningún dolor, pero sus pies se cubrieron de ampollas: se había quemado… Estaban insensibles, "anestesiados". Esta era la señal que no dejaba dudas: era leproso. El doctor Amingo de paso por la leprosería, lo declaró oficialmente leproso. El Padre Damián simplemente contestó: - Lo sabía desde siempre. Su serenidad de espíritu no sufrió ninguna alteración. Ahora, había algo más que lo unía a sus queridos leprosos. Si era posible, los amaba más. A su hermano Pánfilo, le escribe:

- He sido condecorado con la Cruz Real de la Orden de Kalakaua. Pero también con otra, un poco más pesada y menos honorable, la de la lepra, de la que nuestro divino Salvador se dignó permitir que fuera estigmatizado… Hermano, estoy muy enfermo, y sin embargo soy muy feliz. Acepto lo que Dios quiere.

Y al Padre Provincial, le escribe:

- Bueno, ya no hay duda para mí: soy leproso. Bendito sea el buen Dios. No me tenga la mayor compasión: estoy perfectamente resignado a mi suerte.

Oración improvisada o silencio.

105

Letanías Señor, por tu obediencia hasta la muerte; por haber aceptado la condena. Gracias, Señor. Por Santa María, Señora del Calvario, Virgen de la entrega; por enseñarnos a decir sí, a pronunciar nuestro "hágase tu voluntad". Gracias, Señor.

Por tu crucifixión. Gracias, Señor.

Por tu sepulcro glorioso. Gracias, Señor.

Por todos los hombres a quienes empujamos hasta los tribunales; por nuestras condenas injustas. Perdón, Señor.

Por nuestras ausencias ante quienes sufren; por nuestra insensibilidad ante el dolor ajeno; por nuestro egoísmo en el propio dolor. Perdón, Señor.

Porque fuimos nosotros quienes te clavamos en la cruz. Perdón, Señor.

Por nuestro desánimo, por nuestro desaliento, por nuestra ausencia de energía, por nuestra falta de esperanza. Perdón, Señor. SEXTA ESTACIÓN

Vía-crucis del Señor: Jesús clavado en la cruz

Meditación Un golpe y otro golpe, y otro. Va cayendo el martillo y hundiéndose los clavos, atraviesan las manos y los pies del Salvador, que queda bien fijo, con el cuerpo extendido, de cara al cielo. No hay nada que hacer, sino sufrir. No hay cómo salirse. Hay que aguantar. Es la cruz en toda su desnudez... Vía-crucis de Damián, humilde discípulo del Señor: Ascendiendo el Gólgota

Lectura San Damián acompañó a Jesús en el calvario. El mismo nos lo cuenta:

Los microbios de la lepra, finalmente, se han alojado en mi pierna izquierda y en mi oreja. Mis párpados empiezan a caer. Pronto mi cara quedará desfigurada. Me quedo tranquilo y resignado y hasta me siento más feliz en medio de mi gente. El buen Dios sabe lo que es mejor para mi santificación; convencido de ello, repito cada día un decidido "Hágase tu voluntad”.

Me esfuerzo en llevar, sin mayores murmuraciones, las miserias de la enfermedad, desde hace tiempo previstas. La Providencia se sirve de ella para despojar el corazón de todo afecto terrenal y para avivar el deseo de estar unido Al que es su única vida.

Hasta aquí me siento feliz y contento; y si se me diera la posibilidad de salir de aquí con buena salud, diría sin vacilar: - Me quedo por toda la vida con mis leprosos.

Pacientemente intento recorrer mi vía-crucis. Anhelo hallarme pronto a la cumbre de mi Gólgota. Estoy convencido que es voluntad del Señor el que muera del mismo modo y con la misma enfermedad que mis atribulados feligreses. Sé que mis días son contados y no pienso quedarme mucho tiempo en este pobre mundo. Mi enfermedad ha penetrado hasta los pulmones; pronto todo quedará bien cuando descanse bajo la verde hierba.

Oración improvisada o silencio. Letanías Por tu cruz que llevaste por nosotros. Gracias, Señor. Por haberte revestido de nuestra carne, Hijo del hombre; por haber querido ser hijo de mujer. Gracias, Señor. Por tu crucifixión. Gracias, Señor.

106

Por tu muerte y tu cruz. Gracias, Señor. Por las cruces que arrojamos de nuestras espaldas; por todos aquellos a quienes obligamos a caminar con nuestras cruces. Perdón, Señor. Por nuestros disfraces, por nuestras apariencias e hipocresías. Perdón, Señor. Porque fuimos nosotros quienes te clavamos en la cruz. Perdón, Señor. Por nosotros, dispuestos a darte muerte todos los días. Perdón, Señor.

Para una reflexión grupal o una convivencia basada en los 2 textos que siguen, usar las dinámicas señaladas, p. 141: “¿CÓMO HACER UNA REFLEXIÓN GRUPAL O UNA CONVIVENCIA ALREDEDOR DE UN TEXTO?”

Texto 1

(“El Padre Damián, Misionero sscc y algunas perspectivas sobre el futuro de la misión”, 1990, Patrick Bradley, sscc)

DAMIÁN, UN “HIJO DE LA CRUZ”

La espiritualidad de los Sagrados Corazones marcada por la Cruz

… Los escritos de nuestro Fundador… dejan entrever una sensibilidad religiosa firmemente centrada en Cristo y en la Cruz: …Jesucristo.. solo es nuestra Cabeza, nuestro Guía y nuestro Modelo; sólo llevando su cruz podemos seguir sus pasos... Oh Cruz de mi Salvador, seréis en adelante mi único recurso, serviréis a mi alma como un ancla firme y segura en la tempestad... No me limitaré a trazar sobre mí vuestro signo de bendición: os imprimiré en mis entrañas, os colocaré sobre el altar de mi corazón. Mis pobres hijos serán siempre hijos de la Cruz, que se irán conformando totalmente al Corazón de nuestro Buen Maestro. Damián fue consciente de todo esto… Damián fue heroico en la forma de soportar el sufrimiento diario, no sólo el que provenía del martirio de 16 años de duración; también el que tuvo origen en la falta de comprensión, en la injusticia, la crítica y la calumnia. Lo que realmente llama la atención es el talante con que aceptó el sufrimiento: sin dramatizaciones ni quejas, sin retraimiento e incluso sin limitar su capacidad de servicio:

No tengas la menor pena por mí, pues cuando uno sirve a Dios, es feliz en cualquier lugar.

Había aprendido… que el espíritu de víctima y de sacrificio era como la “savia que alimenta el árbol de la Congregación”. Quizá no sepamos formularlo hoy día adecuadamente; pero la realidad de la cruz sigue siendo central en nuestra vocación ss.cc., como seguidores de Jesucristo: No olvidemos, nos recuerda nuestro Fundador, que nuestro Salvador quiere que entremos en la crucifixión de su Corazón.

Camino espiritual de Damián

Damián siempre vio sus votos como una participación en la muerte de Cristo; a ello aludió varias veces en relación con el paño mortuorio. Fue su experiencia constante, desde su primer compromiso hasta su salida para las misiones – momento éste que vivió como despedida terrenal de sus padres -; después, en su ofrecimiento voluntario para Molokai, en la aceptación de su condición de leproso y,

107

finalmente, al renovar sus votos antes de morir. El día de su profesión había entregado su vida al Señor y, a medida que avanzaba hacia el Gólgota – un recorrido sostenido por una unión cada vez más estrecha con el Señor -, iba revelando esa gran riqueza espiritual que hundía sus raíces en la pasión y muerte del Señor…

Aceptó la muerte y resurrección de Cristo no como un acontecimiento puramente histórico, ajeno a su persona, sino como un misterio que debía vivir en su propio cuerpo: Con el Mesías quedé crucificado y ya no vivo yo, vive en mí Cristo (Gal. 2, 19) Su vida religiosa fue una gradual y creciente identificación interior con el Maestro. Llevó la cruz con paciencia. Pasó por su propia agonía en el Huerto, soportó sus azotes y corona de espinas. Su vida no fue fácil… Sus mayores sufrimientos no provinieron de su enfermedad física de la lepra: su sufrimiento interior fue mucho más doloroso. Encontró muy difícil soportar la soledad de su situación, aunque poco a poco, pudo ser capaz de transformar la experiencia sicológica de soledad con el Señor, profundizando así su unión con Él en la oración y meditación, especialmente en la adoración ante el Santísimo Sacramento.

Al pie del altar podemos encontrar la fuerza necesaria en nuestra soledad... Con mi Señor a mi lado, puedo continuar por siempre feliz y contento.

Sufrió con mucha intensidad a causa de las incomprensiones y críticas (a veces muy severas) de sus Superiores:

De los extraños oro e incienso, de mis Superiores mirra.

Sólo en un contexto de gracia y conversión continua pudo ir caminando por la senda [de la cruz]. Ya muy pronto, en 1867, había escrito a su hermano Pánfilo:

En los buenos momentos y en los malos, tenemos que llevar la cruz de Jesús, no delante, sino detrás de Él, como Simón de Cirene, hasta la cumbre del Calvario.

Esta actitud de aceptación le hizo progresar y madurar en su hombre interior, entrando más y más en el misterio de Cristo, el Varón de dolores. En los últimos años de su peregrinación, contraída ya la lepra, Damián, lentamente pero con paso decidido, adquirió una significativa paz y tranquilidad (Cf. Edouard Brion ss.cc., Un Etrange Bonheur, 1988) La aceptación de su condición y de la muerte cercana puede ser para nosotros una fuente de inspiración:

Espero que, con la ayuda de las oraciones de muchos, nuestro Señor Jesucristo me dará la fuerza necesaria para llevar mi cruz hasta el Gólgota de Kalawao..., porque nuestro Divino Salvador me ha llamado a soportar un doloroso, y tal vez, largo camino.

No hay apenas un tenue rayo de esperanza de que pueda recuperarme sin un milagro, pero en esto no quiero tentar al Señor, pues estoy seguro de que es su Santa Voluntad que yo muera de la misma enfermedad que mi rebaño.

Trato de recorrer mi vía crucis lentamente y espero que pronto llegaré a la cumbre del Gólgota.

Y finalmente, en la última carta antes de su muerte, dirigida a Clifford, decía:

Hago lo que puedo, sin quejarme demasiado y pensando en la santificación de mi alma, por soportar las miserias de la enfermedad, que la Divina Providencia está empleando para desasir mi corazón de todo afecto terreno y, al mismo tiempo, para incentivar el deseo de toda alma cristiana por estar unida lo más pronto posible con Él que es su vida única. Buen viaje, mi querido amigo, hasta que nos veamos en el cielo.

108

En palabras de Juan Pablo II: El sufrimiento humano ha alcanzado su cima en la pasión de Cristo. Y a la vez ésta ha entrado en una dimensión completamente nueva y en un orden nuevo... La cruz de Cristo se ha convertido en una fuente de la que brotan ríos de agua viva.

Importancia de la cruz en nuestros días

Leemos en las nuevas Constituciones, art. 3: Hacemos nuestras las actitudes, opciones y tareas que llevaron a Jesús al extremo de tener el Corazón traspasado en la Cruz. Quizás este aspecto de nuestra espiritualidad – el lugar de la cruz – tan gráficamente vivido por Damián, necesite hoy día ser reflexionado y profundizado, no como un obstáculo para nuestra vida, sino como un medio importante de salvación. En nuestro tiempo, cuando el consumismo invade la sociedad, no es fácil comunicar este mensaje, y tampoco a nosotros nos resulta fácil aceptarlo en toda su seriedad. Y sin embargo, es una constante del Evangelio: Si el grano de trigo una vez caído en la tierra no muere, permanece él sólo; en cambio, si muere, produce mucho fruto (Jn. 12, 24) Es un desafío para todos nosotros. La donación total de nuestra vida a Jesucristo exige una profunda fe personal. En esta época de gratificaciones inmediatas (especialmente en el mundo occidental), no es fácil encontrar un lugar para la espiritualidad de la cruz de Jesucristo. Sin embargo, el mensaje de que sólo muriendo a nosotros mismos encontraremos la verdadera vida, está en el mismo corazón del Evangelio: Si uno quiere venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y entonces me siga (Mc. 8, 34) De hecho, el mensaje de la Cruz para los que se pierden resulta una locura; en cambio, para los que se salvan, para nosotros, es un portento de Dios... Nosotros predicamos un Mesías crucificado, para los judíos un escándalo, para los paganos una locura; en cambio, para los llamados, lo mismo judíos que griegos, un Mesías que es portento de Dios y saber de Dios: porque la locura de Dios es más sabia que los hombres, y la debilidad de Dios más potente que los hombres.

A pesar de que, en los últimos años, se ha resaltado menos este aspecto de nuestra vocación, creo que va a ser crucial, si en los años venideros queremos vivir nuestra existencia con una profunda serenidad. Vivimos en un tiempo en que la mayoría de nosotros estamos habituados a un alto nivel de confort material, y nos es muy difícil aceptar cualquier tipo de sufrimiento. Cuando, en el pasado, nos veíamos con dificultades, tentaciones o tensiones, parecía que teníamos a nuestra disposición reserva de fe y ascesis. Teníamos una mejor comprensión del lugar del sufrimiento en la vida cristiana. Habíamos llegado a esa visión por medios, hoy día, poco atractivos: fuerte acentuación de la misa como calvario, práctica de mortificación, severos ejercicios de cuaresma, devociones populares como el via crucis, los misterios dolorosos, las siete palabras... Podemos darle la interpretación que queramos, pero, en todo caso, éramos muy conscientes de que la Cruz y la Pasión formaban parte esencial de la vida cristiana. No tendremos recursos para enfrentar las realidades de la vida religiosa y de la misión hoy, si no sabemos acoger las cruces de nuestra propia vida; necesitamos reconocer la fuerte presencia de la pasión en el mundo, y la realidad de la cruz en la vida de la gente. Queremos cumplir nuestra misión en un mundo en el que hay una enorme dosis de sufrimiento, lucha y dolor; necesitamos ser solidarios de tanta gente que soporta pesadas cruces.

Juan Pablo II, en su encíclica Salvifici Doloris presenta admirablemente la riqueza que puede brotar del sufrimiento. Vale la pena citar aquí sus palabras, que no solamente nos ayudan a entender a Damián, camino del Calvario; también puede ser luz y fuerza para nosotros que, más o menos tarde, estaremos invitados a ascender hacia el mismo monte, animados de una fe que nos conducirá a una vida nueva: En el sufrimiento se esconde una particular fuerza que acerca interiormente el hombre a Cristo, una gracia especial. A ella deben su profunda conversión muchos santos, como por ejemplo, San Francisco de Asís, San Ignacio de Loyola, etc. Fruto de esta conversión es no sólo el hecho de que el hombre descubre el sentido salvífico del sufrimiento, sino sobre todo que en el sufrimiento llega a ser un hombre completamente nuevo. Halla como una nueva dimensión de toda su vida y de su vocación...

Quienes han tenido la ocasión de acompañar a un pariente, amigo, hermano o hermana, cuyo cuerpo se iba desmoronando, pueden dar testimonio de la verdad de las palabras del Santo

109

Padre. Nos hemos sentido edificados por la entereza y hondura de fe de quien ha vivido, incluso en su cuerpo, la vida de Cristo crucificado. Tal experiencia, aunque triste y dura, ha sido, en cierto sentido, un tiempo de fe y de gracia. Nos hemos sentido más receptivos que donantes, pues la enfermedad y la muerte de un buen creyente, a pesar del gran sufrimiento y dolor que conllevan, tienen un elemento de riqueza y profundidad que humaniza y da vida. Es como si ese hermano dolorido, en los momentos de mayor debilidad, nos tocara con una fuerza extraordinaria. Entonces comprobamos la estrecha relación entre vida y muerte; que la muerte puede ser fuente de vida.

Escuchemos de nuevo a Juan Pablo II:

Cristo no explica abstractamente las razones del sufrimiento, sino que ante todo dice: ‘Sígueme’, ‘Ven’, toma parte con tu sufrimiento en esta obra de salvación del mundo, que se realiza a través del sufrimiento... A medida que el hombre toma su cruz, uniéndose espiritualmente a la cruz de Cristo, se revela ante él el sentido salvífico del sufrimiento

Todo esto se cumplió en la vida de Damián. Supo llevar la cruz. Su identificación interior con el Maestro le hizo capaz de enfrentar la muerte misma y escribir en este proceso una “de las más hermosas páginas de la actividad apostólica de nuestros tiempos” (Card. Pacelli)

No tenemos que aguar este mensaje cuando invitamos a los jóvenes a seguir tras las huellas de Damián. Les haríamos un flaco servicio. Les colocaríamos en una situación insostenible, ya que parece haber disminuido la capacidad de donación, y los términos como ascesis y negación de sí mismo “suenan mal” en una cultura en que hay aversión a compromisos de larga duración. Las palabras de Damián son muy apropiadas al respecto, quizás más que nunca:

Recordemos que Jesucristo, el divino misionero, precedió su predicación con la penitencia y la oración. Así, queridos amigos, comenzad vuestro apostolado muriendo a vosotros mismos y orando por los pecadores, especialmente por los leprosos.

Como le aconteció al mismo Señor, algunos se marcharán diciendo que es una afirmación dura, pero otros permanecerán y serán, como Damián, agentes de nueva vida.

Texto 2

(Javier Álvarez-Ossorio sscc, Superior General, Info sscc Hermanos, #19, octubre 2008) EL GRANO DE TRIGO DEBE MORIR PARA DAR FRUTO

La vida se acrecienta dándola …

… El documento de Aparecida… usa el lenguaje de la “vida”, al que tan a menudo recurrimos los religiosos y religiosas cuando utilizamos expresiones como: dar vida, liberar la vida, hablar desde la vida, etc. Para muchos, este lenguaje de la vida representa un avance respecto al “antiguo” lenguaje religioso que insistía en cosas como el sacrificio, la inmolación, la renuncia, la ascesis, y cosas así. Ahora bien, hay que reconocer que no basta hablar de “vida” sin más para estar en línea con la buena noticia del Evangelio. En realidad, Jesús nos habla de manera chocante sobre la vida y la muerte: el grano de trigo debe morir para dar fruto (= para dar vida), el Hijo del Hombre viene a entregar su vida (y Jesús murió joven y de manera terrible)… La vida de la que nosotros hablamos, pues, está ligada al misterio de la Pascua. Como dice Aparecida:

“La vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad. De hecho, los que más disfrutan de la vida son los que dejan la seguridad de la orilla y se apasionan en la misión de comunicar vida a los demás. El Evangelio nos ayuda a descubrir que un cuidado enfermizo de la propia vida atenta contra la calidad humana y cristiana de esa misma vida. Se vive mucho mejor cuando tenemos libertad interior para darlo todo: “Quien aprecie su vida terrena, la perderá” (Jn 12, 25). Aquí descubrimos

110

otra ley profunda de la realidad: que la vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar vida a los otros. Eso es en definitiva la misión.” (nº 360)

Nuestro último Capítulo General nos advierte en este mismo sentido: “Estamos llamados a superar esta tentación (la de centrarnos en nuestra propia supervivencia, en nuestra “vida”, en nuestra seguridad), y a liberar así nuestros corazones para un servicio gratuito y alegre a los excluidos y necesitados, arriesgando lo que sea necesario” (Nuestra vocación y misión 23). Renuncia a poner el centro en uno mismo

Creo, pues, que podemos hablar de una espiritualidad de la vida, y también de una espiritualidad de la alegría de vivir. Pero no en el sentido de que lo más importante sea que nosotros vivamos mucho y bien, sino en el sentido de organizar nuestra vida al servicio de la felicidad de los demás, de manera que los que nos rodeen, sobre todo aquellos que más sufran el peso de la oscuridad o del dolor, puedan alegrarse de estar vivos. Esto implica la renuncia a poner el centro en uno mismo (o en nuestra piedad o en nuestras ideas y juicios), para tratar de servir con el mismo deseo que Dios tiene por enjugar las lágrimas de sus hijos e hijas y por prepararles un banquete de fiesta. Eso es, a fin de cuentas, amar. Porque no hay vida verdadera sin amor. Amar es más importante que vivir. Por amor se puede dar la vida, como hizo Jesús, como hizo Damián. Lo contrario, dejar de amar para sobrevivir, es una triste manera de morir por dentro. “Espíritu de víctima y sacrificio”

En esta perspectiva entiendo mejor lo que nuestros antepasados querían tal vez decir con expresiones que hoy en día pueden provocar recelo o incomprensión. Entiendo, por ejemplo, que el P. Euthyme Rouchouze (3º Superior General) exhortara al Capítulo General de 1863 a recuperar el espíritu de víctima y de sacrificio permanente en unión con los Sagrados Corazones de Jesús y de María. El P. Rouchouze tuvo que luchar arduamente para reconstruir la Congregación tras la grave crisis del cisma de 1853. Para él, la renovación personal y comunitaria en este espíritu de víctima era cuestión de vida o muerte para el Instituto: “Este espíritu propio del Instituto es su vida, su alma; no viviremos la vida de la Congregación, una vida fuerte y joven, sino en la medida en que tengamos este espíritu de sacrificio y mantengamos el estado de víctima hasta en los más pequeños detalles de la vida (…) Si, por el contrario, ese espíritu fuese disminuyendo, nos limitaríamos a vegetar, por decirlo de alguna manera, porque nos quedaría un buen fondo de gente amable y de buena voluntad que no quieren hacer mal; pero ya no viviríamos de esa vida fuerte y vigorosa…” Queremos una vida fuerte, sí, pero para eso hay que saber darla (sacrificio) por el bien de los otros (víctima), como el Señor. Ese es el meollo de la inquietud apasionada del P. Rouchouze, para que la Congregación no se quede en un grupo de personas simpáticas y bienintencionadas pero falto de garra y sabor evangélicos, sino que sea grano fecundo que sirva para engarzar a la gente en el desmesurado amor de Dios.

111

25 DE MARZO, DÍA DE LA VIDA

(Cf. http://www.periodismocatolico.com/content/view/270/38/) En el primer Congreso Internacional Provida, celebrado en Madrid en el 2003 se acordó por abrumadora mayoría tras una encuesta mundial contestada por más de 5000 grupos y asociaciones de más de 20 países de Europa y América que en todo el mundo se celebrase el DÍA DE LA VIDA, el día 25 de Marzo de cada año, en el marco de la solemnidad del misterio de la Encarnación (Anunciación). Este día, según los paises, lleva diferentes nombres que apuntan a lo mismo: • Día de la Vida concebida en el seno materno • Día del Niño concebido • Día del Niño no Nacido • Día del Niño por nacer • Día Nacional de la Vida Antes de Nacer. • Día de la Vida naciente. Se trata de: • Promover una cultura de vida y de defensa de la vida desde el momento de su concepción. • Tener como una prioridad el velar por el desarrollo integral de las personas por nacer, puesto que

la vida humana necesita de cuidado y protección especiales, tanto antes como después del nacimiento.

• Solicitar la decidida atención del Estado puesto que el derecho a la vida constituye el eje principal de los derechos humanos.

• Propiciar la reflexión sobre el importante papel que representa la mujer embarazada en el destino de la humanidad, y el valor de la vida humana que porta en su seno.

Para una reflexión grupal o una convivencia basada en los textos que siguen, usar las dinámicas señaladas, p. 141: “¿CÓMO HACER UNA REFLEXIÓN GRUPAL O UNA CONVIVENCIA ALREDEDOR DE UN TEXTO?”

Texto 1

(Evangelizar con Damián, EdeB, Quito 2008) CULTURA DE LA VIDA

Hoy se tiende a considerar al hombre como un producto más entre los demás seres vivientes. Se le quiere negar su carácter trascendental, ya no se ve en él el reflejo directo de Dios, la impronta de su gloria. Cuando se niega al hombre su dimensión única, la de ser persona, una conciencia, un yo, la vida corre mayor peligro, al menos en su principio y en su fin cuando es más frágil. Molokai, lugar teológico (un lugar desde donde se puede interpretar la Palabra de Dios sin temor a equivocarse), desautoriza rotundamente estas reducciones... En Molokai, de acuerdo a las estadísticas oficiales, no hubo suicidios ni eutanasia, aunque haya sido el lugar ideal para practicarlos.

Defender la vida, una tarea urgente.

El norte de nuestros afanes como constructores de la familia y la sociedad tiene que estar definitivamente marcado por la cultura de la vida: por el respeto a la vida, por el gozo de transmitir la vida, por la gestación de familias que sean santuarios de la vida.

112

Dios, garante de la vida humana

En Molokai se respeta la vida humana.

Heme aquí… en medio de mis queridos leprosos, escribe Damián. Son muy hediondos de ver, pero tienen un alma rescatada al precio de la sangre adorable de nuestro divino Salvador.

Se la cuida, se la protege… hasta el final. Hasta más allá del final, pues el respeto, dado a los restos mortales, testimonia, mejor que cualquier otra cosa, de la dignidad del ser humano. En la leprosería, antesala del cementerio, se tiene conciencia que la vida viene de Dios, que es de él. Dios no cede nunca su derecho de propiedad sobre la vida humana. ¡Qué valdría mi vida si fuera solamente mía! ¡Qué puede valer la vida de un individuo, numéricamente insignificante entre seis mil millones! Si mi vida fuera mi pertenencia, estuviera en peligro, pues la propiedad privada es un derecho relativo, no absoluto; pero, lo que es de Dios, nadie tiene derecho a tocarlo, Dios es su garante.

La creatura sin el Creador se esfuma…El olvido de Dios puede volver opaca la creatura. Toda vida humana goza de un valor inviolable porque Dios es su hacedor y su dueño: nadie puede atentar impunemente contra ella, porque Dios se reserva celosamente su derecho de propiedad. El mismo será el vengador de toda vida truncada.

… Maldito seas, dijo Dios a Caín que acababa de asesinar a su hermano Abel. Aunque labres el suelo, no te dará más su fruto: ¡vagabundo y errante serás en la tierra! (Génesis 4, 12-13).

La única manera de defender de modo absoluto la vida, consiste pues en reconocer que no es nuestra sino de Dios: ni mía, ni menos de los demás, ni del estado, ni del poder, ni de nadie. Solo esta afirmación nos garantiza contra todo abuso. Solo Dios y los valores que expresa pueden justificar el sacrificio libre de la misma.

Dios, dueño de la vida, decide de su fin

En Molokai, lugar ideal para la eutanasia (o sea muerte administrada a petición del interesado o suicidio mediante tercero), o el suicidio, de acuerdo a estadísticas oficiales, nadie los practica, nadie los solicita, porque se tiene conciencia de que la vida no es de uno, sino solo prestada. Si en Molokai no se practicaba formalmente la eutanasia (entendida como adelantar por compasión el fin de quien esté desahuciado), se llegó al extremo de echar a los moribundos (antes de su muerte definitiva) al barranco o al basurero, para hacer espacio en la cabaña y liberar a los vivos de la molestia de su presencia.

Muchas mujeres eran obligadas a prostituirse… Los niños, cuando eran fuertes, eran empleados como sirvientes. Y cuando la lepra había llevado muy lejos su obra, estas mujeres y estos niños eran expulsados de la casa para buscar un refugio en cualquier parte. No era raro encontrarlos detrás de una tapia, esperando que la muerte viniera a poner término a sus sufrimientos…

Legalizar la eutanasia, ¿no es abrir la puerta a la muerte adelantada sin consentimiento propio? Pero defender la vida, hasta el final, con cuidados paliativos, no significa obstaculizar el proceso natural de la muerte con ensañamiento terapéutico: hay que dejar a Dios, dueño de la misma, decidir de su término. No hay derecho para impedir, con artificios, el encuentro definitivo de Dios, Creador y Padre, con su criatura.

Proteger al “vivo” en vida

Si la vida debe ser protegida, en su etapa de formación en el laboratorio del vientre materno y lo mismo en su etapa terminal cuando el ser humano a veces parece convertirse en desecho, ¡lo mismo debe serlo a lo largo de su existencia! Si es importante acompañar al ser humano al principio y al final de su vida, porque es frágil e indefenso, fuera hipocresía si al mismo tiempo no se luchara por facilitarle, a lo largo de sus años, una existencia digna.

[Debemos fomentar] la plasmación de condiciones sociales y legislativas que permitan a todos, especialmente a los más afligidos, pobres y marginados, llevar una vida digna de su vocación humana, y crecer en la realización de sus ansias de felicidad.

113

[Los laicos deben hacerse presentes en todos los campos de servicio al mundo], sobre todo aquellos que conciernen a la vida y a las condiciones –familiares, educacionales, económicas, laborales, jurídicas, etc.– que ésta requiere para nacer, crecer y ser fecunda.

Al cuidar hasta el fin la miserable vida de los leprosos, Damián nos invita a promover decididamente una cultura de la vida

Texto 2

(Evangelizar con Damián, EdeB, Quito 2008) SENTIDO DE LA VIDA

¿De quién es la vida? ¿Qué hacer de ella? La pregunta se vuelve esencial en tiempos de secularismo. La parábola de la viña, si la aplicamos a nuestra vida, ofrece la respuesta:

El dueño de una finca plantó una viña, le puso una cerca, construyó un lagar y levantó una torre para vigilarla. Luego la arrendó a unos labradores y se fue de viaje. Llegado el tiempo de la cosecha, mandó unos criados a recibir de los labradores la parte de la cosecha que le correspondía. (Mateo 21, 33-34)

La viña es nuestra vida, el dueño es Dios. Dios nos la confía en comodato, se la tendremos que devolver al final y mientras tanto tenemos que darle los frutos. Somos administradores de nuestra vida, no sus dueños…

La vida, ¿don de Dios o fruto del azar?

El hombre de hoy se cree el fruto del azar o de la necesidad, no se le ocurre referir su vida a Dios.

Al hombre… sometiste las maravillas del mundo para que… al contemplar tus grandezas, en todo momento te alabara… (Prefacio 50 domingo del tiempo ordinario).

O, en su soberbia, se imagina ser su propio creador:

Yo soy amo mío y modelo mi ser a mi antojo. La existencia precede la esencia, dice pretenciosamente el filósofo Sartre, lo que significa más o menos:

No soy aun nada definido cuando empiezo a existir, no hay modelo, no hay un patrón; a mí me toca modelarme, fabricarme, me construyo a mí mismo, yo soy mi propio creador, mi propio dios…

Consecuentemente, el hombre de hoy pretende vivir para sí. Quiere hacer de su vida, la que recibió del Dador de Vida, asunto propio, de modo autónomo, independiente. Quiere apropiársela, pues la considera suya, sin ninguna referencia Al que se la dio. Sin embargo la tuvo que recibir de otro, puesto que para dársela, tuviera que tenerla previamente…

La vida, don de Dios, y sin embargo propiedad suya

La vida ciertamente es un don, un regalo, en el sentido que Dios la concede gratuitamente, sin pedir consentimiento. Nos es dada en el sentido que no la solicitamos ni pagamos para adquirirla. No hemos hecho nada para merecerla con obras previas. Pero, aunque dada libremente por el Creador, no nos pertenece porque él no suelta lo que da, no abandona su certificado de propiedad; la vida, la tenemos solo en usufructo. Aunque nos parezca abusivo, Dios nos dice:

Tu vida es mía, de modo que tienes que hacer de ella lo que yo quiera: quiero pues que la pongas al servicio de los demás.

Decía el fundador de la Congregación de Damián:

114

Faltarán a su voto más esencial –desde el momento en que quieran vivir para sí mismos y no trabajar para la salvación de sus hermanos. (El Señor nos ha llevado de la mano, p. 49 Roma 2004, [Memoria sobre el Título de Celadores, Buen Padre]).

Como el banco que exige devolución del capital y de los intereses; como el propietario que recupera el comodato con los adelantos hechos; como el dueño de casa que cobra los arriendos mensuales y la recupera al final. ¡Así es Dios de exigente!

Sentido de la vida: cumplir una misión

Tenemos el uso de la vida pero no su posesión. Es la convicción de Damián: su vida está hipotecada, no puede hacer de ella lo que le parece, la tiene que poner al servicio de su vocación y misión.

“El día de mi profesión, sobre mí se extendió un paño fúnebre, para decirme claramente que yo, por mi propia voluntad moría a mi vida, a la vida de los hombres y empezaba una vida nueva. Si es necesario que yo me sepulte vivo con aquellos desamparados aquí me tiene, estoy listo”

Un día dijo a un visitador de la leprosería: Si el precio de mi salud fuera el irme de la isla y la renuncia a mi trabajo, no desearía sanarme.

Cuando cumple la voluntad de Dios, está consciente de que no le hace ningún favor, que solo hace lo debido, lo legal, que devuelve lo prestado. El banco no tiene obligación de agradecerme porque pago los intereses; tampoco el dueño de casa porque cancelo mis arriendos; ni el empleador por el trabajo convenido a cambio del sueldo, pues es justicia…

¿Acaso [el patrón] tiene que dar las gracias al siervo porque hizo lo que le mandaron? De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os mandaron, decid: No somos más que unos pobres siervos; sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer. (Lucas 17, 9-10).

Para Damián hacer el bien - y hasta sacrificarse - es solo justicia: cancela de ese modo la vida que se le dio gratis. La entrega de su existencia, no es nada más que la devolución día a día del capital que se le facilitó. Tiene conciencia de no merecer ninguna recompensa, sino estaría echando por la borda la salvación de Cristo. Sin embargo sabe que el premio no falta ni faltará, pero es y será puro don suyo (de Cristo). Así considerada bajo el ángulo de su propietario, la vida nos está confiada en comodato: Dios sigue siendo su dueño y nos pedirá cuentas de la misma.

… El que había recibido un talento dijo: “Señor,… fui y escondí en tierra tu talento. Mira, aquí tienes lo tuyo.” Pero su señor le respondió: “Siervo malo y perezoso… debías… haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses…” “A [este] siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.” (Mateo 25, 24-30).

Texto 3 25 de marzo 2006, de la Comisión Episcopal de Pastoral Familiar de México, sobre el esplendor de la

verdad que nos enseña la Sagrada Escritura acerca de la vida del ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios

MENSAJE DEL DÍA DE LA VIDA

Yo te doy gracias, por tantas maravillas: prodigio soy, prodigiosas son tus obras. (Salmo 139 [138],14)

La vida es un gran misterio. La ciencia y la tecnología han hecho grandes progresos y nos han ayudado a desvelar algunos de los apasionantes secretos de la vida natural, pero una mirada atenta a nuestra experiencia personal muestra que hay otras dimensiones de nuestra existencia personal y colectiva en este planeta. Nuestro corazón inquieto busca más allá de nuestros límites gracias a nuestra capacidad de pensar y amar. Pensar y amar lo infinito, lo inconmensurable, la forma suprema y la fuente del ser. Nuestra mirada se extiende hasta la búsqueda del significado profundo, más allá de los solos datos empíricos que nos ofrecen las ciencias físicas y biológicas. No podemos eludir las preguntas

115

fundamentales que surgen ante la maravilla de la existencia ¿Por qué? ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué existo? ¿Qué debo hacer? Este significado profundo de la vida es el que le confiere su auténtico valor y el que nos guía en el modo como afrontamos las cuestiones más decisivas que a ella atañen. Recordamos aquí las palabras llenas de actualidad del Concilio Vaticano II:

Ante la actual evolución del mundo, son cada día más numerosos los que se plantean o los que acometen con nueva penetración las cuestiones más fundamentales (…): ¿Qué es el hombre? ¿Cuál es el sentido del dolor, del mal, de la muerte, que a pesar de tantos progresos hechos, subsisten todavía? (…) ¿Qué puede ofrecer el hombre a la sociedad? ¿Qué puede esperar de ella? ¿Qué hay después de esta vida temporal? (Gaudium et spes, 10).

El contenido y la forma como se están planteando a nivel informático diversos aspectos de la sexualidad, la anticoncepción, el no reconocimiento de la existencia y la sacralidad de la vida desde la fecundación, la manipulación de embriones, el aborto, la reproducción asistida, la eutanasia, pueden hacernos experimentar la tentación de dudar del esplendor de la verdad que nos enseña la Sagrada Escritura acerca de la vida del ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios... Sin embargo, a veces se presenta la enseñanza de la Iglesia como una opinión sólo religiosa, queriendo insinuar con ello que no tiene nada que ver con la ciencia, o que la fe y la razón se contradicen y excluyen mutuamente. Otras veces se justifican ciertas prácticas en nombre de una cierta “libertad” individualista y subjetiva, sin referencia a los valores objetivos, universales y perennes, inscritos en la misma naturaleza humana. Incluso se llega a una intolerancia pues la opinión de la Iglesia no es escuchada o analizada con serenidad, apertura y seriedad, sino que se la hace objeto de mofa y de rechazo anticipado. El misterio de la Encarnación que ilumina nuestro Día de la Vida, nos anuncia la buena nueva de que el Hijo de Dios ha asumido y consagrado todo el proceso de la vida humana, desde la concepción o fecundación, hasta la muerte. Además, esta verdad de fe es confirmada por la misma ciencia, la cual corre hoy peligro de ser manipulada o alejada de su fin principal: el servicio del ser humano…

Buen Padre (27 de marzo)

La memoria de la muerte (27 de marzo) del fundador (junto a la “Buena Madre”) de la congregación de Damián es ocasión para conocer al mismo (el “Buen Padre”) y para profundizar en el carisma de su Congregación (Sagrados Corazones). En la comunión de la Iglesia, Pueblo de Dios, la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María y de la Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento del Altar es una Congregación religiosa apostólica de derecho pontificio, fundada por Pierre Coudrin y Henriette Aymer de la Chevalerie. (Constituciones SSCC, #1) Para una reflexión grupal o una convivencia basada en los textos que siguen, usar las dinámicas señaladas, p. 141: “¿CÓMO HACER UNA REFLEXIÓN GRUPAL O UNA CONVIVENCIA ALREDEDOR DE UN TEXTO?”

116

Texto 1 EL BUEN PADRE EN FECHAS

• El 1 de marzo de 1768 nace en Coussay-les-Bois, un pequeño pueblo cercano a la ciudad de Poitiers.

• En 1790 se ordena subdiácono y diácono. Es el año en que la Asamblea Constituyente aprueba la Constitución civil del clero; hay que jurarla o exponerse al destierro.

• El 4 de marzo de 1792 se ordena sacerdote, en forma secreta, en la biblioteca del Seminario Irlandés de París.

• En 1792, entre mayo y octubre, vive cinco largos meses escondido en el granero del castillo de la Motte d' Usseau, donde vive la experiencia espiritual cumbre que lo lleva a fundar la Congregación.

• El 20 de octubre de 1792 sale del granero y se convierte en apóstol clandestino en medio del régimen del Terror. Desarrolla un activo apostolado en Poitiers y sus alrededores.

• En Noviembre de 1794 conoce a Enriqueta Aymer. • El 24 de diciembre de 1800, profesa sus votos religiosos. Nace la Congregación. • El 27 de marzo de 1837, a la edad de 69 años, muere en la casa de Picpus, en París. Sus últimas

palabras tienen resonancia misionera: “ Valparaíso... Gambier... ”.

Texto 2

EL “BUEN PADRE” PIERRE COUDRIN

Ante todo un pastor…

En una Iglesia en constante conflicto con la autoridad política de Francia a fines del siglo XVIII y en las primeras décadas del XIX, el sacerdote Pedro Coudrin es ante todo un Pastor. Su celo ardiente por la venida del Reino, su incansable entrega al servicio directo de las almas, su osado apostolado en condiciones de clandestinidad y persecución son señales de un rasgo típico que define su personalidad y la sociedad que él fundará. El afán de evangelizar le conduce a concebir la fundación de una congregación

La gracia mística recibida en su escondrijo del granero de la Motte, da a su sacerdocio la visión de una evangelización que lleve el Evangelio a las más remotas islas. Saliendo del granero, jura al pie de la encina: “sufrir todo, santificarse por Dios, morir si hacía falta por su servicio”. Pero ya no se ve solo sino con muchos hermanos y hermanas. Del pastor está surgiendo el Fundador. Nacimiento de una nueva comunidad

Convencido de ser objeto de un misterioso designio de Dios, atento a los signos de la acción de Dios, encontrará en la “Sociedad del Sagrado Corazón” un grupo de mujeres que buscan algo más y ya practican una cierta vida religiosa. Allí encuentra a Henriette Aymer. Unidos en esa entrega a los Sagrados Corazones, una nueva comunidad nace y crece en torno al Evangelio, al amor redentor de Dios manifestado en el Corazón de Cristo y su entrega hasta ser traspasado. Sirve por igual a la Iglesia y a su Congregación

A partir de sus votos en Navidad de 1800, cambia su nombre de Pedro por el de José María, siempre al servicio de esa obra de Dios, la que nunca considera de él. Junto a ello, su ser de Pastor crece en servicios como vicario general de varias diócesis (Tours, Sées ,Troyes, Rouen, etc.) y con el anhelo que se vuelva realidad las misiones por lejanas islas. Doble amor de su corazón, sirve a la Iglesia y a la expansión de su Congregación. Sus visitas, cartas, consejos, afecto, acompañan el rápido crecimiento de la Congregación. El hombre de campo se vuelve conductor de la fraternidad con las realidades de personas y circunstancias. Todos saben que es realmente el buen padre.

117

Texto 3 (Un Carisma en la Iglesia, Roma 1998, Cap. Fundación de la congregación y su contexto histórico y

eclesial, Mary McCloskey) LOS FUNDADORES, EL NACIMIENTO DE LA

CONGREGACIÓN Y SU DESARROLLO (1792-1840)

Vocación

Pierre Coudrin nació el 1 de marzo de 1768 en Coussay-les-Bois, un pequeño pueblo entre Tours y Poitiers. Se sabe poco de sus primeros años. Sabemos que tenía un tío, el Abate Rion, que se interesó por él desde el principio, y que sin duda influyó en su decisión de seguir los estudios para el sacerdocio. En 1785, a la edad de 17 años, fue a la universidad de Poitiers, donde estudió filosofía. Completó esos estudios en 1787 y comenzó un curso de Teología en la misma institución. Ordenación en medio de la tormenta revolucionaria

En ese momento ya habían comenzado a agruparse nubes de tormenta en el horizonte de Francia, al entrar en ese período crítico de su historia que acabamos de mencionar. A pesar de la ruina económica de su padre y la atmósfera anticlerical reinante, se reforzó la decisión del joven de buscar la ordenación sacerdotal. Aún cuando algunos sacerdotes cercanos a él, su tío y su amigo, prestaron el juramento de lealtad al régimen revolucionario, y aunque los seminarios se cerraban y muchos dejaban el sacerdocio, la lealtad de Pierre se mantuvo firme. Su Ordenación tuvo lugar en secreto en la biblioteca del Colegio Irlandés de París el 4 de marzo de 1792. En su escondite, tiene una visión

Sólo dos meses después, en mayo, el joven se ve forzado a huir y esconderse después de haberse negado de forma valiente y provocativa a cumplir las medidas contra la Iglesia (referentes a la elección de nuevos sacerdotes). El deseo de Pierre Coudrin de servir a Dios, se ahondó durante los cinco meses de soledad que vivió encerrado en las estrechas condiciones del granero de la Motte d’Usseau. Allí fue donde, durante largas horas de oración y meditación sobre la historia de la Iglesia, creyéndose a veces que era él el único sacerdote inconformista que quedaba en Francia, el deseo de servir a Dios se transformó en una convicción de lo que Dios tenía destinado para él. Pierre Coudrin habla más tarde de ese momento de encuentro personal con Dios, que cambió la dirección de su vida y marcó el comienzo de su actividad apostólica: “Un día, habiendo subido a mi granero después de haber dicho la Misa, vi entonces lo que somos ahora”, una comunidad de hombres y mujeres destinados a extender el Evangelio por todas partes. Su preocupación dominante y su angustia más profunda era la suerte de la Iglesia, y eso sin duda espoleó la urgencia que sentía de entregar su vida a Dios. La preocupación por la Iglesia siguió siendo dominante en toda su vida, iluminando e influenciando su elección de actividad pastoral. Inicia su ministerio clandestino

Pierre Coudrin permaneció en La Motte hasta octubre de 1792, hasta la fiesta de San Caprasio, un obispo martirizado por su fe. Pierre sin duda se conmovió al leer la vida de Caprasio, hasta el punto de dejar la Motte y entregar su vida. Lo hizo simbólicamente, postrándose al pie de un roble antes de emprender su camino, disfrazado y por caminos secundarios, a Poitiers, donde se lanzó a la actividad apostólica, atendiendo a los más necesitados. Llegó a ser notable por su atrevido trabajo pastoral clandestino, con el sobrenombre de “Andatierra”.

118

Enriqueta Aymer, su compañera en la fundación de una nueva congregación religiosa

A través de su trabajo de dirección espiritual, contacta con un grupo de mujeres que se reúnen para rezar en secreto, en Poitiers. Se las conocía como la Sociedad del Sagrado Corazón, y a través de este grupo llega a conocer a Henriette Aymer de la Chevalerie. Henriette había nacido en el seno de una familia aristocrática cerca de Poitiers, el 11 de agosto de 1767. Como era costumbre entre la gente de su clase, recibió una educación adecuada a su posición, todo lo que una joven de su clase social necesitaba para poderse mover en círculos aristocráticos, y hacer un buen matrimonio. Por lo que se ha escrito de su vida, su afición por la música, su talento y encanto, hacían de ella, sin duda, un centro de atención en todas las reuniones. La vida cambió drásticamente para ella cuando fue encarcelada en octubre de 1793, junto con su madre, por acoger a un sacerdote huido. Escaparon de la guillotina por muy poco y consiguieron la libertad a la muerte de Robespierre. La experiencia de la cárcel sin duda fue traumática, con condiciones de vida desconocidas previamente para esta rica y protegida joven. Experimentó una profunda conversión espiritual durante ese tiempo, y al salir de la cárcel consideró la vida desde una perspectiva diferente, menos frívola, y buscó alimentar su profunda hambre espiritual. Fue aceptada en el grupo conocido como Sociedad del Sagrado Corazón, con la que estaba relacionado Pierre Coudrin, y desde el 1794 él fue su confesor y director espiritual. Dentro de esta sociedad secreta se formó un grupo en torno a Enriqueta, conocido como “las Solitarias”, centrado en la Adoración. Estas ‘adoradoras’ formaban el núcleo del grupo que, bajo la dirección de Pierre Coudrin y la colaboración de Henriette Aymer, se convirtió en la Congregación de Sacerdotes, Hermanos y Hermanas de los Sagrados Corazones de Jesús y de María.

Nacimiento de la nueva comunidad

En marzo de 1797 se dieron los primeros pasos para la formación de la nueva Congregación, según la visión de Pierre Coudrin en La Motte. Henriette vendió toda su herencia y en septiembre de ese mismo año, las “Solitarias” se mudaron a la Grand’Maison en la calle de Hautes Treilles, en Poitiers, la casa que se ha conocido como la “cuna” de la Congregación. Igual que Pierre Coudrin, aunque en diferentes circunstancias, en la prisión Henriette Aymer de la Chevalerie fue llevada aparte por Dios, a la soledad (Os 24) para poder hablarle al corazón y así encender en ella el celo y fuego interior por hacer su Nombre conocido y amado, que caracterizó su vida desde entonces. Y la Congregación de los Sagrados Corazones nació bajo la influencia de esas dos personas, inspiradas, guiadas y modeladas por Dios. El nacimiento oficial de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, tal como lo celebramos, es la Nochebuena, el 24 de diciembre de 1800, en que los Fundadores pronunciaron sus votos. La fórmula ha seguido en su esencia hasta hoy. Debe decirse, sin embargo, que el grupo había empezado a tomar forma previamente a esa fecha, con sus prácticas y estructura propia y el aumento gradual de sus miembros. La rama de las Hermanas había recibido una aprobación provisional el 17 de junio de 1800. El 20 de mayo de 1801 recibió aprobación la rama de los Hermanos. Expansión

Los años entre 1800 y 1840 están marcados por la expansión de la Congregación, tanto dentro como fuera del país. Durante este período también la Congregación recibe la aprobación papal en la Bula ‘Pastor aeternus’, en 1817, y Roma aprueba en 1825 las Constituciones revisadas. Entre 1800 y 1809 se realizan nuevas fundaciones en Francia: Mende 1802, Cahors 1803, París 1804, Laval 1804, Picpus 1805 y Sées 1806. En 1819 el número había aumentado a casi 60 Hermanos profesos y más de 180 Hermanas. Expansión misionera dentro de Francia

El empuje misionero de la Congregación se hace evidente en el celo apostólico que caracteriza este primer período de nuestra historia.

119

Mano a mano con el ministerio de la oración y la Adoración Perpetua, va el deseo de responder concretamente a las necesidades de la gente y servir a la Iglesia. La educación llega a ser una de las principales prioridades de la Congregación, aceptando las Hermanas gratuitamente niñas pobres en sus escuelas, y los sacerdotes entregándose a esto y a la formación de seminaristas. La evangelización en el propio país domina también los años de expansión, con el P. Coudrin y los Hermanos implicados en misiones parroquiales en áreas urbanas y rurales; un medio indispensable de re-evangelización, tras el caos político y social de las décadas anteriores. Expansión misionera fuera de Francia

Hija de su tiempo, la Congregación sigue las tendencias expansionistas de la Europa política y comercial, y busca territorio de evangelización en las misiones extranjeras. El P. Coudrin lo solicita a Roma, y el 19 de septiembre de 1825 se le comunica que el territorio misionero para la joven Congregación serán las Islas Hawai. Los misioneros PP. Bachelot, Abraham Armand y Patrick Short, con otros tres hermanos, partieron para las islas Hawai el 20 de noviembre de 1826. Los primeros tiempos de las misiones en Hawai están marcados por la cruz, en forma de persecución de la comunidad católica por protestantes fanáticos, que tuvo como consecuencia que dos de los sacerdotes partieran a California durante unos años. Como hemos visto a través de nuestra historia, un mal viento siempre ha traído alguna semilla de bien en nuestro camino, y a menudo la persecución se traduce en aumento de fervor y expansión, sembrando semillas de vida en territorio desconocido hasta entonces. Esos años, el final de la década de 1820 y comienzos de la de 1830 ven también la expansión de nuestros esfuerzos misioneros a través de la parte sur de Oceanía oriental. Llegamos a Valparaíso, Chile, en 1834. Esta fue una parada de reconocimiento y exploración antes de dirigirse más allá, a las islas Gambier. El éxito de esta misión se debió a la “no-presencia” de otros grupos evangelizadores, dando a los católicos acceso libre a esas islas. Se vivía un cristianismo muy práctico, semejante al modo de Damián unas décadas más tarde, en Molokai, con la misión católica coordinando un programa de construcción de casas y caminos en una nueva empresa cooperativa que ellos establecieron. La fundación de Valparaíso en Chile se expandió, de ser una estación de misión para las islas, a una comunidad independiente, base de lo que más tarde llegaría a ser la provincia chilena. Esos años de expansión misionera, para que nuestro carisma pudiera encontrar un hogar en otros corazones, en otras tierras, tuvieron su propia cuota de cruz. El momento más oscuro para nosotros fue la pérdida trágica del “Marie-Joseph”, cuando en 1838 perecieron en el mar 24 sacerdotes, hermanos y hermanas jóvenes, incluyendo a Monseñor Rouchouze, el Vicario Apostólico de la región. Hubo otros signos de nuestro espíritu misionero durante esos años: hacia horizontes orientales, con el nombramiento del P. Rafael Bonamie como obispo de Bagdad en 1832, hasta que fue llamado a París de nuevo cuando se le eligió Superior General. Se comenzó también una escuela de idiomas, pero surgieron dificultades, y terminó nuestra presencia allí, haciendo volver a los Padres. Hacia horizontes occidentales con los misioneros enviados a Nueva Inglaterra y Canadá en la década de 1830. Ésta también se cerró cuando se necesitó ayuda más urgente en la región del Pacífico en expansión. Crecimiento de la comunidad en Francia

Durante este tiempo de expansión misionera en otros países, hubo un crecimiento simultáneo en el ámbito interno, abriéndose nuevas casas por toda Francia. Este crecimiento no fue sin dolor, ya que las relaciones entre hermanos y hermanas no eran tan armoniosas como lo habían sido entre los fundadores. La administración práctica de los asuntos domésticos en Picpus tampoco aliviaba la tensión, y en otras fundaciones, el espíritu entre hermanos y hermanas era a veces diferente al previsto por nuestros fundadores. Muerte de los fundadores y desafíos

Henriette Aymer de la Chevalerie murió, con el Buen Padre al lado del lecho, el 23 de noviembre de 1834. Menos de tres años después, Pierre Coudrin murió el 27 de marzo de 1837. La joven

120

Congregación que había sido dada a luz y alimentada por el amor y entrega profunda de esas dos personas enfrentadas a la angustia de su tiempo, tenía la imponente tarea de llevar adelante esta gran “antorcha llameante” de amor, sabiendo que hacían ese camino con pies de arcilla, pero también con fe y en fidelidad a lo que habían recibido.

Texto 4

(Regla de vida, Roma 1970)

PERFIL DEL P. COUDRIN

El pastor

El P. Coudrin fue ordenado sacerdote en marzo de 1792. La crisis religiosa de la Revolución Francesa ya se había transformado en cisma; la mayoría de los obispos habían huido al extranjero y la mayor parte de los sacerdotes contrarios al juramento constitucional se preparaban para marchar o ya estaban lejos de su comunidad. Él decidió quedarse para no abandonar a los fieles: decisión valiente a ejemplo del Buen Pastor que no abandona a sus ovejas. Esta actitud de servicio directo de las almas, a la que alienta un celo ardiente por la venida del Reino de Dios, marca su personalidad de una manera tan profunda y definitiva que puede verse en ella, un rasgo típico que le define. No es teólogo, ni autor espiritual, ni canonista en el sentido en que entendemos hoy estas palabras. El P. Coudrin es ante todo un pastor. Durante los acontecimientos del Terror, se mantiene con riesgo de su vida, al servicio de todos sin distinción, sin mezclar con las consideraciones de las personas la fe en Nuestro Señor Jesucristo glorificado (Sant. 2, 1): ayuda a los pobres, a los campesinos, a los nobles encarcelados, a los sacerdotes arrepentidos de su juramento cismático, o simplemente a aquellos que tienen miedo de salir de su escondrijo. Durante toda su vida consagra lo mejor de su tiempo al gobierno de diversas diócesis como Vicario general, y a atender a los fieles en el confesionario o por la predicación de la palabra de Dios. Su Congregación es como una prolongación de su celo: no sólo la pone al servicio de las más urgentes necesidades de la Iglesia de Francia, como la enseñanza, la formación del clero, la evangelización del campo, sino que promueve, en cuanto le es posible, la difusión de la fe cristiana entre los infieles, enviando a las misiones lejanas de Oceanía Oriental, del Oriente y de las tribus indígenas de la América del Norte, a sus más valientes discípulos. Al principio de su ministerio había tenido la visión de la evangelización de las islas remotas. Murió bendiciendo a sus misioneros. El fundador

Saliendo del granero de la Motte d‘Usseau el 20 de octubre de 1792, el joven sacerdote Coudrin se prosterna al pie de una encina próxima y se resigna a la muerte: «Me había hecho sacerdote con la intención de sufrir todo, de santificarme por Dios, y, si hacía falta, de morir por su servicio.» Tiene la certeza de ser objeto de un misterioso designio de Dios, que le destina a fundar una nueva familia religiosa formada por una rama de hombres y otra de mujeres, que se complementarán en la misión de la Congregación. Esta profunda convicción le anima durante el Terror y le mantiene siempre atento al momento escogido por Dios. Se considera como instrumento de la voluntad divina; se esfuerza por leer los signos de la Providencia en los acontecimientos y circunstancias, y tiene una gran preocupación por no anticiparse a los designios del Señor. Su punto de referencia en todas sus empresas es siempre la voluntad divina. Su vida agitada es lo contrario de una vida sin historia y tranquila; es una vida ininterrumpida de combates, de contrariedades, de dificultades renovadas sin cesar, de pesares, de preocupaciones. Ve su Comunidad bajo el signo de la cruz: «Somos los hijos del Corazón herido de nuestro Buen Maestro; es muy justo que nosotros participemos en él con una pequeña parte». Su fundación lleva el sello de las obras de Dios, que quiere que la salvación venga por la cruz de Cristo y que las almas se salven por la participación en los sufrimientos del Redentor.

121

Desde 1793, la dirección espiritual le pone en contacto con las primeras personas que recibieron la vocación de realizar el designio providencial. A éstas las agrupó el año siguiente, dentro del marco de la Asociación del Sagrado Corazón, fundada poco antes en Poitiers. La devoción a los Sagrados Corazones fue para la nueva comunidad el medio de comunión en los grandes valores evangélicos. El Corazón de Cristo era para esta comunidad la gran manifestación del Amor misericordioso y todopoderoso de Dios. Como respuesta al amor de Dios, era necesario adoptar con el Corazón de Cristo, en Él y por Él, la actitud del Siervo de Yahvé y entrar en la obra redentora, reparando así el pecado de la humanidad. Al presentarse el Corazón de María como inseparable de Cristo, en la manifestación del amor de Dios y en la realización de la obra de redención, era preciso pasar por María para entrar en la obra de Cristo. Desde el comienzo, la Comunidad se centra en la Eucaristía. El Fundador, que recibió su vocación en el transcurso de largas horas de adoración en el granero de la Motte y que durante mucho tiempo llevó sobre sí el Santísimo Sacramento en lo más duro de la persecución, transmite a su Comunidad esta manera de orar, de la que la Madre Enriqueta Aymer de la Chevalerie se convierte en seguida en ejemplo vivo. La comunión en estos valores crea una estrecha fraternidad, que realiza el deseo tan frecuentemente expresado por el P. Coudrin: no formar sino un corazón y una sola alma. La estima mutua, el respeto, el servicio fraterno en la sencillez de una familia, constituyen los lazos que unen hermanos y hermanas en la gracia y en la paz del Reino. El Fundador en nada insiste tanto como en «la unión en los Sagrados Corazones».

El Superior

El P. Coudrin jamás se sintió «propietario» de su comunidad. Ve con mucha claridad que su obra no es suya; uno de los nombres que emplea con más frecuencia para designarla es: «la Obra de Dios». La fundación, su crecimiento, el desarrollo del Instituto se le aparecen como la acción, a veces milagrosa, de la Providencia de Dios, que manifiesta su amor de mil maneras. Siente la necesidad de integrarse en la Comunidad, sin buscar en la autoridad un pretexto para situarse por encima de ella. Le horroriza que se le llame «Reverendo», y el único título que acepta es el de «Padre», porque expresa una relación de afecto y una responsabilidad con respecto a sus hermanos. Ejerce su autoridad con un agudo sentido de las personas, y sabe que no tiene el monopolio de las ideas. Reconoce el carisma de profecía de la Buena Madre, no sin antes haberla puesto primeramente a prueba. Gestiona su obra como un buen guía, teniendo la preocupación de no malgastar las fuerzas jóvenes que el Señor le envía: «Ahorrar la salud». Estimula, alienta, reprende con discreción; comprensivo y lleno de ternura para con las personas, no deja de decir por eso la verdad, por dura que sea, cuando es necesario. Nadie fue más abierto a la colaboración y al diálogo que él. Frecuentemente pide el parecer, tanto de los superiores como de los hermanos. Por otro lado, sigue y controla día a día, la marcha de las casas y el comportamiento de las personas: «Tenedme al corriente»... «Sed puntual en escribirme». El fervor de las almas, la libertad de las conciencias, todo, así como la salud de los cuerpos, es objeto de sus preocupaciones... Ausente a menudo de las Casas, está presente en todas las comunidades por su correspondencia, breve, precisa, esclarecedora, por su corazón y sobre todo por su espíritu, que mantiene la cohesión, la unidad de miras y de acción. Porque se sabe el representante de Dios, lleva en todo una gran tranquilidad de espíritu, una fe en la Providencia, una rectitud de intención y de mirada, una naturalidad y una sencillez de procedimientos, al mismo tiempo que la energía de un conductor de hombres. Es siempre realista, con un realismo hecho de disposiciones naturales y de confianza en Dios, fundado en la caridad de Cristo y en la convicción de hacer la «Obra de Dios». Si hay alguna cosa que el P. Coudrin ignora, es verdaderamente, la diplomacia, que se sirve de las personas y busca caminos tortuosos para llegar a sus fines. Siempre es claro en todo. Se sabe lo que piensa y lo que quiere, y lo propone con firmeza, pero dejando a cada uno su propia responsabilidad. Durante su gobierno, que duró 37 años, todos sintieron siempre que era verdaderamente el «Buen Padre».

122

Texto 5

(Servidor del Amor, Pedro Coudrin, Juan Vicente González, Chile 1990) PERFIL ESPIRITUAL DEL FUNDADOR

Pastor y misionero

Si hay un rasgo indiscutible en Pedro Coudrin, es su vocación activa. Su temperamento innato, su carácter era decididamente impulsado a la acción: tenía muy expedito el camino sicológico que une la decisión y la ejecución de un proyecto cualquiera. No parece haber padecido perturbaciones emotivas. Su estado de ánimo dominante y sereno, incluso frente a las más inquietantes situaciones. Era constante. En los acontecimientos presentes, le preocupaba más su desenvolvimiento futuro, los objetivos de largo alcance, sin descuidar lo vivo y actual. Lo miraba todo como una promesa del Reino. Estaba poseído por grandes amores, grandes ambiciones y, espontáneamente asumía las responsabilidades correspondientes y tomaba la dirección de los grupos. Tenía una gran sensibilidad musical. Fue para él un gran sacrificio renunciar a la flauta en los años de su seminario. Su arrullo lo conmovía. Como a buen romántico, había músicas que le arrancaban lágrimas. Era de una gran ternura caracterológica, es decir, una gran capacidad de sentir los dolores y los problemas de las personas, como si fueran propios. Acaso por eso fue un hombre de grandes y duraderas amistades. Como orador sagrado, siempre tuvo el don de tocar el corazón de la gente, para iluminar con la luz de la fe sus oscuridades. Tenía el don de convencer a sus auditores y dirigidos de la bondad de Dios, de su Amor gratuito y universal. Sabía alumbrar la esperanza e introducir en el mundo de la candad. Desde temprano, la Providencia lo fue llevando a desarrollar las características del pastor que va en busca de la oveja perdida, y que la sabe llevar hacia aguas tranquilas y hacer reposar en verdes praderas. Del mismo encierro de La Motte d'Usseau salió decidido a llevar el Evangelio a todas partes, es decir, a volverse misionero. Celador del Amor de Dios

Pedro Coudrin es un pastor que se abre al ministerio a los veinticuatro años de edad, en medio de un mundo en que todo lo construido, en siglos por la Iglesia, cae arruinado y envejecido. El deísmo de las Luces, habla de Ser Supremo, de filantropía, como él mismo anota, pero ignora el Amor de Dios y la Caridad Cristiana. Se ha desencadenado una campaña de agresiva descristianización. Por todas partes, además él descubre cristianos infieles y cobardes. Una llama divina —es su expresión— se apodera de él. La palabra para decir lo que le pasa, la encuentra en los Salmos: El celo de tu Casa me devora (Sal. 68,10); Mi celo me consume, pues mis enemigos olvidan tus palabras (Sal. 118, 139). Sí, se necesita un celo ardiente y valeroso. Esos dos epítetos, no sólo entran en su vocabulario más frecuente, sino que caracterizan su actitud más típica. Urge convencer a los cristianos de la bondad de Dios y del amor que hay en la vocación a la cruz, desde que Jesús dijo: El que quiera venir en pos de mí, que cargue con su cruz y que me diga (Mc 8, 34). Pedro Coudrin tenía ese carisma: sabía hablar de la bondad de Dios y de la felicidad de la cruz, del amor con que nos ama en ella. Fuera de la construcción misma de su comunidad y del ministerio de Vicario General de varias diócesis, su servicio predilecto y callado fue el de la confesión y acompañamiento espiritual de personas. La importancia de la persona, sin prejuicio selectivo o espíritu empresarial, lo llevaba a actuar como el Buen Samaritano, atendiendo con amor a quien Dios ponía en su camino, para llevarlo a la posada y sanarlo de sus heridas. Un corazón nuevo

El celo por la Obra de Dios y la consiguiente entrega a la cruz con Jesús, sacaron a Pedro de su encierro de La Motte. Sobre todo después de la visión, se sintió elegido por Dios para construir una comunidad que llevara el Evangelio a todas partes. Había que entregar la vida a esa Acción de Dios, servirla y no postergar un día la ejecución de ese designio, en cuanto de él dependiera.

123

Así llega a Montbernage y recibe el guardapolvo azul desteñido de los pobres de Los Incurables. Nace Andatierra. En Montbernage se encuentra con el mensaje del Corazón de Jesús y del de su Madre. No es cosa de libros, que vendrán después. Es cosa de vida en la fe de ese pueblo de pobres. Es el lenguaje con que fueron evangelizados más de medio siglo antes por el misionero Grignion de Montfort. La presencia de las Hijas de la Sabiduría ha mantenido la llama. Comienza a decir, cada vez que puede, la misa del Sagrado Corazón de S. Juan Eudes. Comprende que el Corazón de Cristo es el Corazón Nuevo prometido en Jeremías y en Ezequiel. En el desafío de establecer una estrecha y plena comunión de corazón con Jesucristo, comprende que el Corazón de María es el modelo acabado y como el camino más expedito. Al Corazón de Jesús, hay que ir por el Corazón de María. Esa comunión es el modelo de la comunión de corazón que fundamenta la comunidad que está llamado a fundar… Esta opción por el Corazón, envuelve una opción por lo pequeño y oculto, por lo vital y lo humilde, que es una garantía de fidelidad al Evangelio y un antídoto contra la permanente amenaza de contaminación mundana. Pedro Coudrin hizo de esa línea de conducta un rasgo de su personalidad espiritual. El Adorador Perpetuo

Desde su niñez, Pedro fue sensibilizado a la presencia de Cristo en la Eucaristía. Particularmente en La Motte se desarrolló en él la contemplación de Jesús haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz, adorando a su Padre. La Eucaristía es el Sacramento de su Sacrificio, las especies consagradas, una prolongación de su presencia. Una vez salido de su encierro, durante casi dos años llevó siempre pendiente del cuello una píxide con el Santísimo. Se mantenía en permanente Adoración. Acompañar a Cristo en su Adoración, se tornó en un imperativo para él. Las palabras de Jesús en Getsemaní fueron como un dardo que nunca pudo arrancarse del pecho: Mi alma está triste hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo (Mat. 26, 38). Y al advertir cómo sus tres preferidos duermen, las palabras que dirige a Pedro: Simón ¿duermes? ¿No has podido vigilar una hora? Velad y orad para que no entréis en tentación. El espíritu es ardiente, pero la carne es débil (Mc 14, 37-38). Pedro Coudrin sintió que tenía que acompañar a Jesús en su solitaria Adoración del Padre. En los sufrimientos de la Iglesia de su tiempo, en las profanaciones de su culto, en el lenguaje blasfematorio de los volterianos en boga, él sentía muy actual el motivo de la agonía de Cristo. Por eso le parecía urgente acompañarlo. O reparar, como él decía con un sentido que excedía el mero desagravio, e insinuaba la necesidad de reconstruir. Su actitud es algo que sin el amor no se entiende: quería dar a Jesús el mismo consuelo que reclamara en el Huerto a sus Apóstoles, darle la satisfacción de estar con él en el ofertorio mismo del sacrificio redentor… De allí nació la Adoración Perpetua que luego encontró un signo en la institución de la Adoración ininterrumpida de las comunidades de Hermanas, pero cuya realidad espiritual era la sumisión real del espíritu de cada miembro de la comunidad al designio verdadero de Dios con Jesús. Esa Adoración era una contemplación apostólica llena de preocupación por la Iglesia y por su comunidad, como los tiempos lo reclamaban. El sentía que el adorar al Padre con Cristo, la intercesión llegaba a la cumbre de su eficacia. A menudo le venía a la mente la comparación con Moisés que, en la cumbre de la colina, levantaba los brazos al cielo mientras Josué luchaba con Amalec en la llanura (Ex. 17,10-13). Apoyada en la Adoración de Jesús, presente en su comunidad, ésta pedía aspirar a llevar el Evangelio a todas partes. El Buen Padre

El último trazo que quisiéramos destacar en Pedro, es su estilo personalísimo de ser Fundador y Superior de su congregación. Sin duda tenía un carácter de líder y de persona dotada por la naturaleza para ejercer la autoridad. Lo que es más fuera de lo común, es el modo cómo realizó esa misión de crear y gobernar su comunidad. Hay que anotar, antes que nada, que jamás se sintió dueño de su comunidad, sino modesto servidor suyo. Su congregación clandestina, que debía evitar todo signo exterior de su presencia, siempre fue

124

para él la Obra de Dios. Nunca pensó que su vocación a fundar hubiera dado a sus ideas personales la categoría de voluntad de Dios. Al contrario, la necesidad de hacer el querer de Dios, lo mantenía siempre abierto a sus insinuaciones. Para servir las exigencias del designio misterioso de Dios, él cuenta mucho más con la gracia de Dios que con los talentos de los hombres. Los mensajes carismáticos que recibía de la M. Aymer, tuvieron para Pedro Coudrin una gran importancia… Su gobierno fue siempre bondadoso. Siempre tema presentes a las personas. No hay duda que poseía un don muy especial para acoger a todo el mundo y hacer sentirse a cada uno muy a sus anchas con él. En sus cartas, era frecuente que nombrara a cada hermano o hermana, y que tuviera una palabra especial para él o ella. Nunca hacía sentir a las personas el peso o las aristas cortantes de la institución, pero sí las exigencias de la comunidad fraterna. No se cansaba de repetir: ¡Quiéranse! Impulsado por la Providencia a crear una comunidad religiosa nueva, en las condiciones de la clandestinidad más estricta que imponía la circunstancia del Terror, recibió el carisma de crear comunión entre las personas. Sin poder recurrir a ningún elemento visible, que pudiera delatar su intención, supo hacer que la comunión de fe, de esperanza y de amor, sustituyera con ventaja a la disciplina exterior. Supo presidir la caridad, y arrancó espontáneamente el título de Buen Padre.

Semana juvenil

Quinto domingo de cuaresma (21 de marzo 2010) a domingo de Ramos (28) • Como católicos, celebramos la Jornada de la Juventud el domingo de Ramos. Es así como

normalmente declaramos "Semana de la Juventud” la última semana de la cuaresma (21 de marzo 2010 a 28).

• También podemos realizar la semana de la juventud en agosto (Domingo 9 a domingo 16) pues el Día Internacional de la Juventud cae el 12 de agosto.

Alternativa 1 Estudiar la vida de Damián con el libro “Esto es amor” (Bruno Benati, sscc, Quito 1989) Alternativa 2 Utilizar el libro “Trece rasgos juveniles” (EdeB, Paulinas, Bogota, 2009), el mismo que ofrece una visión cristiana de la juventud destinada a jóvenes y asesores juveniles.

OBJETIVO, USO Y DESTINO del libro “TRECE RASGOS JUVENILES o ¿Cómo potenciar las tendencias juveniles?”

1) Este libro es un mensaje de la Iglesia al o la joven, pero no es un catecismo: no habla de religión. Solo trata de la juventud, pero desde el Evangelio. No toca directamente temas religiosos sino temas de la vida que pueden interesar a tod@ joven, sea creyente o no. No trata de formación cristiana, sino de formación humana, pero a la luz de Cristo. En este sentido interesa a tod@ joven aunque sea alérgic@ a la catequesis… 2) Este libro no está destinado primeramente a un grupo juvenil ni a un instructor, asesor o padre de familia, sino prioritaria y directamente al o la joven, personal e individualmente…

125

3) Sin embargo se lo puede usar a nivel grupal:

Primera posibilidad: organización de un Curso de Juventud. Ver indicaciones… En este caso es necesario que cada joven tenga su libro… Se trata de dar un curso juvenil intensivo, en un mínimo de 13 sesiones o un máximo de 20. No necesariamente a jóvenes de grupos juveniles sino a jóvenes comunes y corrientes: alumn@s de colegios, jóvenes de la parroquia en catequesis de confirmación o que frecuentan la misa dominical; y jóvenes en general… Segunda posibilidad: Puede servir para animar el tiempo de reflexión de un grupo juvenil; o para la realizacion de un encuentro o convivencia.

4) La reflexion alterna con citas de pensadores y santos, de los últimos Papas, de Aparecida, de múltiples cánticos, y sobre todo de la Biblia. Se ofrecen,al principio del libro y al final de cada capítulo, dinámicas “Para la Meditación”.

126

RECURSOS-ABRIL 2010 SEMANA SANTA (domingo 28 de marzo a domingo 4 de abril)

Vía crucis de Jesús y Damián 126 Muerte de Damián (lunes santo) 15 de abril 1889 126 Mirando una foto de Damián en su lecho de muerte: su último mensaje 128 Observando el lema de la preparación a la canonización: “los amó hasta el extrremo” 129

DESPUES DE LA MUERTE DE DAMIAN Involución del número de católicos 131

PREPARACIÓN DE LA CLAUSURA DEL AÑO-DAMIÁN... 139 (Domingo 28 de marzo a domingo 4 de abril)

Semana Santa

Ver “Recursos-Marzo” VÍA CRUCIS DE JESÚS Y DAMIÁN

(lunes santo) 15 de abril 1889 MUERTE DE DAMIÁN

Para una reflexión grupal o una convivencia basada en el texto que sigue, usar las dinámicas señaladas, p. 141: “¿CÓMO HACER UNA REFLEXIÓN GRUPAL O UNA CONVIVENCIA ALREDEDOR DE UN TEXTO?”

Texto El 28 de marzo el padre Damián se quedó en cama definitivamente. Sufría de un modo atroz: la enfermedad se había concentrado en su boca y en su garganta. He aquí como el padre Wendelin Moellers, que estaba presente, describe los últimos días de Damián. Preparándose para la muerte

El sábado 23 de marzo estaba todavía, como de costumbre, activo y lleno de trajines. Fue la última vez que lo vi así. A partir del 28 de marzo no salió ya de su cuarto. Ese día puso en orden sus asuntos temporales. Después de haber firmado sus papeles, me dijo:

"Qué contento estoy de haber dado todo a monseñor; ahora muero pobre, ya no tengo nada mío".

Comenzó a guardar cama. El sábado 30 hizo su preparación a la muerte. Era realmente edificante verlo; parecía tan feliz. Cuando hube oído su confesión general, me confesé con él, y enseguida renovamos juntos los votos que nos vinculan a la Congregación. Al día siguiente, recibió el santo viático. Todo el día estuvo alegre, gozoso, como de costumbre.

"¿Ve mis manos? -me decía-; todas mis llagas se cierran, la costra se pone negra: es signo de muerte, usted lo sabe bien. Fíjese también en mis ojos; he visto morir a tantos leprosos, que no me engaño; la

127

muerte no está lejos. Mucho me habría gustado ver una vez más a monseñor; pero Dios me llama a celebrar la pascua con El. Bendito sea Dios.

Ya sólo pensaba en prepararse a morir. No había manera de equivocarse: era visible que la muerte se acercaba.

“Ya no soy necesario…”

El 2 de abril recibió la extremaunción de manos del reverendo padre Conrardy. "Qué bueno ha sido Dios -me dijo durante el curso de ese día- al conservarme lo bastante para tener a dos sacerdotes a mi lado que me asistan en mis últimos momentos; y además saber que están en la leprosería las buenas hermanas de la Caridad. Es mi Nunc dimitis. La obra de los leprosos está asegurada; por consiguiente, ya no soy necesario, y así dentro de poco me iré allá arriba".

"-Cuando esté allá arriba, padre - le dije -, no olvidará a los que deja huérfanos.

-“¡Oh, no! - me respondió -; si tengo algún crédito ante Dios intercederé por todos los que se encuentran en la leprosería".

Le pedí que me dejara su manto, como Elías, para tener su gran corazón. "¿Qué podría usted hacer con él? -me dijo-. “¡Si está lleno de lepra!"

Entonces le pedí su bendición. Me la dio con lágrimas en los ojos; bendijo también a las valerosas hijas de san Francisco por cuya venida había rezado tanto. Paciencia admirable

Los días siguientes, el padre se sintió mejor; llegamos incluso a concebir la esperanza de conservarlo todavía algún tiempo. Las hermanas vinieron a menudo a visitarlo. Lo que más admiré en él fue su paciencia admirable. El, tan ardiente, tan vivo, tan fuerte, verse así clavado en su pobre yacija, aunque sin sufrir demasiado. Estaba acostado en el suelo, sobre un pobre colchón de paja como el más simple y más pobre de los leprosos, y nos costó no poco lograr que aceptara una cama. ¡Y qué pobreza! El, que gastó tanto para aliviar a los leprosos, se olvidó de sí mismo hasta el punto de no tener mudas, ni ropas, ni sábanas. Apego a la Congregación de los Sagrados Corazones

Su apego a la Congregación fue admirable. Cuántas veces me dijo: "Padre, usted aquí representa para mí a la Congregación, ¿no es cierto? Digamos juntos las oraciones de la Congregación. ¡Qué bueno es morir hijo de los Sagrados Corazones!"

Varias veces me encargó que le escribiera a nuestro reverendísimo padre para decirle que su mayor consuelo en ese momento era morir como miembro de la Congregación de los Sagrados Corazones. Leía en sus ojos la resignación, el gozo, la satisfacción…

El sábado 13 de abril empeoró, y toda esperanza de conservarlo se desvaneció. Un poco después de medianoche recibió al Señor por última vez; pronto lo verá cara a cara. Cada cierto tiempo perdía el conocimiento. Cuando fui a verlo me reconoció, me habló, y nos despedimos, pues yo tenía que ir a Kalaupapa para el día siguiente, que era domingo. Apenas terminados los oficios regresé donde él, y lo encontré con bastantes fuerzas, pero sus ideas ya no estaban claras. Leía en sus ojos la resignación, el gozo, la satisfacción; pero sus labios ya no podían articular lo que tenía en su corazón. Cada cierto tiempo me apretaba afectuosamente la mano. El lunes 15 de abril recibí una nota del reverendo padre Conrardy, en la que me decía que el padre estaba agonizando. A toda prisa me puse en camino, pero luego encontré a otro emisario que venía a anunciarme su muerte. Como si se quedara dormido…

Murió sin ningún esfuerzo, como si se quedara dormido; se extinguió suavemente después de haber pasado más de dieciséis años en medio de los horrores de la lepra. El buen pastor había dado su vida por sus ovejas. Cuando llegué estaba ya revestido de su sotana. Todas las señales de la lepra habían desaparecido de su rostro; las llagas de sus manos estaban totalmente secas. Hacia las once de la mañana lo llevamos a la iglesia, donde permaneció expuesto hasta las ocho del día siguiente, rodeado de leprosos que rezaban por su venerado padre. En la tarde del lunes vinieron

128

las hermanas a adornar el ataúd: seda blanca por dentro, y por fuera un paño negro con una cruz blanca.

Al pie del mismo árbol que lo había abrigado cuando había llegado 16 años antes…

El 16 celebré la misa por mi querido hermano. Después de la misa se puso en marcha el cortejo fúnebre; pasamos por delante de la iglesia nueva para entrar al cementerio. Encabezaba el cortejo la cruz, luego venían los músicos y los miembros de una asociación, enseguida las hermanas con las mujeres y las niñas y después el ataúd, llevado por ocho leprosos blancos; detrás del ataúd el sacerdote oficiante, acompañado por el reverendo padre Conrardy y los acólitos y seguido por los hermanos con sus jóvenes y por los hombres. El padre Damián había comenzado su vida en Molokai en condiciones de extrema privación, hasta el punto de tener que pasar las primeras noches al abrigo de un gran árbol. De acuerdo con su deseo de ser enterrado bajo ese mismo árbol, un pandanus, yo había hecho preparar, durante su enfermedad, una fosa en el lugar indicado. Es allí donde reposa su cuerpo, esperando una resurrección gloriosa. Está vuelto hacia el altar. La fosa está cubierta por una gruesa capa de cemento. Es allí donde están depositados los restos del buen padre Damián, a quien el mundo llama con razón el héroe de la Caridad.

Dinámica

MIRANDO UNA FOTO DE DAMIÁN EN SU LECHO DE MUERTE: SU ÚLTIMO MENSAJE

Imprimir reproducciones de Damián en su lecho de muerte, como menos en tamaño A4. Presentación de la imagen de Damián y de su muerte

El médico de la institución vino a ver a Damián el día anterior a su muerte. No se trataba ya de una visita profesional, pues su condición se habla situado más allá de toda esperanza (de hecho, su tumba estaba ya excavada), sino más bien para sacarle una fotografía… Hasta en el agotamiento de sus últimos días, costó enormes esfuerzos persuadirle de que se sometiera a un descanso más confortable… La cámara estaba sobre un trípode a los pies de su cama, envuelta en un paño negro de fotógrafo. Uno de los presentes lo colocó en situación, cabeza, hombros y brazos, pero cuando dejó de sostenerlo, se deslizó en el preciso momento en que la placa tenia que reflejarle a él solo, se necesitaron varios intentos para conseguir un efecto satisfactorio: un terrible cansancio en su rostro desfigurado, una lejanía infinita en sus ojos, las deformadas manos rendidas y abiertas sobre la colcha, despidiéndose de la vida. Su trabajo en la leprosería habla sido ayudar a los hombres a morir miles de ellos a lo largo de los años. Y ahora él se moría de la misma manera que ellos habían muerto. Su mirada se estaba apagando, su voz le había abandonado; ya el mudo llanto de sus llagas abiertas se estaba cerrando bajo el sello de una costra negruzca. Eran señales inequívocas: las había visto tantas veces en sus rondas entre los enfermos, que se habían hecho tan íntimamente familiares para él (en sus consecuencias y en su significado), como las estaciones del Vía-crucis. Deseaba morirse en Pascua, como él decía, para realizar su itinerario de crucifixión, muerte y resurrección con Cristo. Las fotografías se tomaron el Domingo de Ramos con el que comienza la Semana Santa. A las ocho de la mañana del día siguiente, el lunes 15 de abril de 1889, a menos de cuatro días del Viernes Santo, había muerto. (Damián de Molokai, p. 3, Gavan Daws, Reinado social) Formar grupos y entregar una reproducción a cada uno

Describir lo que se ve, la posición, las manos, el rostro y sobre todo la mirada. Responder las preguntas siguientes: ¿Qué nos dice Damián? ¿Cuál es su último mensaje? Si pudiera hablar, ¿qué nos dijera? A partir de la conversación, un secretario redacta el mensaje que nos deja Damián.

129

Plenario, en la capilla si fuera posible

Se exhibe la foto. Todos en actitud de oración. El secretario de cada grupo, por turno, lee, haciendo pausas, el mensaje que deja Damián. Se alterna con estribillos cantados y silencios. Silencio. Oración libre.

Dinámica

Observando el lema de la preparación a la canonización:

“LOS AMÓ HASTA EL EXTREMO”

Presentación general

Reproducir la famosa foto de Damián carcomido por la lepra con el sombrero y los lentes puestos, en medio de los niños leprosos del orfanato, añadiendo la frase “Los amó hasta el extremo.” O buscar el gráfico en: http://www.ssccpicpus.com/ Presentación del lema para la preparación de la canonización de Damián.

Oración

Miro tus manos, Damián. Son manos gastadas, hinchadas y torpes ya. Así son al final... Pues se fueron gastando en tantas cosas hechas por ellas... Fueron trabajo y obra. Poco a poco, al impulso de tu corazón grande, fueron transformando ese lugar destrozado de Molokai en algo lindo: en esperanza. Fueron transformando tantos corazones en vivencias del Reino. Con tus manos enfermas, Damián, en la eucaristía, ofrecías Cristo al Padre, Cristo con sus manos traspasadas, clavadas. Tus manos, Damián, imitando esas manos de Cristo, estuvieron abiertas a la acogida, al perdón y al amor. Pero, cuando meditabas el Evangelio, veías cómo Cristo, con sus manos, curaba a los enfermos y hacía tantos milagros. ¡Cuánto hubieras dado por tener ese mismo don de sanar a los leprosos! No le envidies a Cristo ese poder, Damián, pues es todo tu ser, es toda tu vida que fue un milagro. Tu decisión y entrega a los pobres leprosos fue el gran milagro que nos dejaste. Gracias, Damián, no hallaste curación para las lepras físicas, pero nos dejaste algo mejor: el ejemplo de un amor que transfigura los males de este mundo. Lectura

¿Por qué este lema?:

Es una cita del Evangelio (Jn 13,1), cuyo sujeto es Jesús que muestra el colmo de su amor cuando se dispone a entrar en su Pascua. Comienza el relato de la Última Cena. Es el momento del mandamiento nuevo, del lavatorio de pies, de la Eucaristía. Se hace así referencia a lo principal de Damián, aquello sin lo cual no se le puede entender: su fe en Jesucristo, el Señor de su vida, y la configuración de su ser con su Maestro. También Damián, a imagen del Señor, es el sujeto de esta frase. Los amó… Se trata de amar. La “santidad” de Damián encuentra su fuente en el amor de Cristo, en el Corazón amante del Señor. Damián bebe en ese Corazón y se hace

Jesús dio su vida por nosotros, nadie se la quitó, la dio libremente, en plena lucidez. En los días y semanas que precedieron su muerte, dejó a sus discípulos sus últimas consignas. La principal: el espíritu de servicio y la entrega generosa al prójimo; y que no hay amor más grande que dar la vida por quienes se quiere. Y Juan, apóstol y evangelista añade en su

130

también cauce de esa agua. Dios muestra su amor a través del amor apasionado de Damián. El amor no pasa. La santidad es amar. Dios es amor. Los amó… El Evangelio, al hablar del amor de Jesús, lo refiere a “los suyos que estaban en el mundo”, a los discípulos. En ellos, podemos intuir la insondable profundidad del amor de Cristo a la humanidad entera. Damián no amó en abstracto, sino que mostró su afecto de manera bien concreta, sirviendo con todas sus fuerzas a “los suyos”, a los que estaban en Molokai, a sus hermanos los leprosos, a aquéllos que eran los más abandonados y excluidos. Hasta el extremo. El amor lleva a Jesús a darse enteramente, a dejarse comer, a vaciarse de sí mismo, a entregar la vida, a la muerte en Cruz. Dios nos entrega en su Hijo todo, sin reservarse nada. El “extremo” del amor de Damián se puede ver a lo largo de toda su vida: bajo el paño mortuorio de la profesión, en la despedida de su familia y de su tierra, en el ofrecimiento para ir a Molokai, en la aceptación de la enfermedad, en la muerte como hijo de los Sagrados Corazones… Damián “pagó” con su propia persona el “precio” desconcertante de la caridad. La imagen de Damián leproso es un icono de amor, de servicio y de fe hasta el final, hasta el extremo, que marca su vida entera con el sello de la “santidad” que ahora la Iglesia se dispone a proclamar.

… Damián es ante todo un misionero, un anunciador del Evangelio. Su fe es una experiencia de amor, y su compromiso de servicio le lleva a sumergirse en el sufrimiento, donde crecerá y madurará como hombre y como creyente. Damián será también para nosotros un maestro, alguien de quien aprender a ser verdaderamente humano y cristiano, un desafío dirigido a nuestras eventuales faltas de entusiasmo y de generosidad, un estímulo para nuestro deseo de servir. La entrega misionera, el despojo de uno mismo, la fe recia y valiente, el amor a los pobres sin componendas, no deberían ser elementos del “heroico pasado misionero” de … la Iglesia, sino dones que humildemente pidamos y trabajemos en el presente.

Ojalá que Damián nos interpele, Damián nos duela, Damián nos renueve, Damián nos despierte.

(http://www.ssccpicpus.com/ Presentación del lema para la preparación de la canonización de Damián, Javier Álvarez-Ossorio, sscc)

Evangelio: Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el extremo. (Juan 13, 1).

Jesús no solo dejó el esplendor de los cielos para rebajarse y hacerse uno de nosotros, no solo se hizo nuestro servidor durante treinta y tres años, sino que nos amó hasta el extremo, entregándose a la cruz, por amor. Damián a su vez no solo se ofreció para acompañar definitivamente a los leprosos en la penitenciaría de Molokai y servirlos día a día durante dieciséis años. Animado por un amor extremo, impulsado por su afán de hacerse solidario con ellos, contrajo finalmente la lepra. Así que no es suficiente amar, amar superficialmente, amar un poco, a medias, con reservas y con limitaciones, hay que amar radicalmente, del todo, sin poner límites, con entrega y espíritu de servicio.

Nosotros, sin lugar a dudas, estamos dispuestos a amar y servir. Pero ¿estamos dispuestos a hacerlo hasta el extremo? ¿Es posible pasar del amor ordinario al amor extremo? ¿O está reservado solo a los santos?

Repartir copia del Lema (gráfico) a cada grupo. En grupos pequeños

1. Conversar libremente:

• Describir lo que se ve. • Descifrar el significado del lema.

2. Comparémonos con Jesús y su discípulo Damián…

131

JESÚS DAMIAN NOSOTROS

¿Cómo nos amó Jesús? ¿Cómo nos amó hasta el extremo?

¿Cómo amó Damián a los leprosos de Molokai? ¿Cómo los amó hasta el extremo? ¿Por qué los amó hasta el extremo? ¿Para qué los amó hasta el extremo?

¿Cómo amar más? Estamos dispuestos a amar y servir, sí. ¿Hasta el extremo también? ¿Es posible pasar del amor al amor extremo? ¿O está reservado a los santos?

…………………………………… …………………………………….

…………………………..….…………………..………………………………...……………………………………………………………..……………………………………….

…………………………………………………..…………………….…………………………..………………………………. ……………………………………………

Después de la muerte de Damián

Una vida marcada por un amor extremo no termina con la muerte. Al contrario, su fecundidad va creciendo después de la misma… Para una reflexión grupal o una convivencia basada en los dos textos que siguen, usar las dinámicas señaladas, p. 141: “¿CÓMO HACER UNA REFLEXIÓN GRUPAL O UNA CONVIVENCIA ALREDEDOR DE UN TEXTO?”

Texto 1

(“Evangelizar con Damián”, EdeB, Quito, 2009, p. 63) INVOLUCION DEL NÚMERO DE CATÓLICOS

En el norte y hasta en el sur, en América latina donde la fe católica tiene una larga trayectoria de 5 siglos, el número de los católicos, proporcionalmente, sigue bajando. Damián, en su isla-hospital-cárcel, creó el movimiento inverso, el crecimiento de la comunidad católica. ¿Su secreto? Atraer, con más ardor y más amor, como si fuera una antena, la gracia de Dios…

Sufrimos una involución del número de católicos. Cifras para pensar

…En muchos países del sub-continente (América latina) descendió fuertemente en los últimos diez años el número de católicos. En algunos, hasta el 10%.

Hoy la urbanización desarraiga y no somos aún capaces de crear nuevas formas de vivencia cristiana en el seno de la cultura emergente, en medio urbano. Los medios vehiculan otros valores, globalizantes, libertarios, los de la cultura post moderna. La fe del pueblo ya no tiene sustento en la cultura.

Crece la indiferencia religiosa y ha crecido la increencia, sobre todo entre los jóvenes.

132

Nuestras pastorales no tienen ni el vigor, ni el ardor ni la creatividad suficientes. Los valores inmediatistas y materialistas triunfan. Las alternativas a la fe tradicional se multiplican. La fidelidad a la fe de los antepasados ya no es un valor.

[Hoy] ha disminuido el número de personas que se profesan católicas, muchas de las cuales adhieren a otros grupos religiosos y, a veces, a varias denominaciones de manera sucesiva y hasta simultánea…

Cifras opuestas

En Molokai al contrario creció el número de católicos, mediante la petición del bautismo de parte de leprosos adultos. Ardor y constancia

Las causas son varias, todas centradas en Damián. El fue el único clérigo, de rango significativo, inserto sin restricción en la colonia de los leprosos. Contó también su dinamismo y su ardor. Un ardor que nadie desanima, que nada deprime, pues su ánimo no depende de lo exterior, de los resultados, sino del fuego interior que ha prendido en él el Espíritu santo. Nosotros somos como la veleta, juguete y reflejo de las circunstancias, cambiando de estado de ánimo al capricho de los éxitos o fracasos, como el cielo atravesado por las nubes. Damián es firme como la roca, determinado y ardoroso, animado por esa pasión que Dios tiene por salvar a cada uno, uno por uno.

Uno de aquellos huracanes tan frecuentes en el océano, se abatió al comienzo de 1888 sobre Kalawao – un año antes de su muerte - haciendo caer la torre del campanario sobre la iglesia… Con la ayuda de los leprosos, Damián reconstruyó la iglesia, haciéndola más amplia y bella.

El Padre Limburg, que lo vio en aquellos días, escribía al superior general de la Congregación:

“Usted tuviera que haber visto la feroz actividad con que lo dirigía todo, dando órdenes ora a los albañiles, ora a los carpinteros, ora a los trabajadores, todos leprosos. Hubiera dicho que era un hombre que estaba en su elemento y en perfecta salud. Esto le dice que Damián parece que no quiere parar hasta caer muerto”.

De ahí nació la convicción de que, en Molokai, la única religión capaz de hacer frente al horror de cada día, la única institución verdaderamente efectiva y operativa, era el catolicismo.

Amor fuera de lo común

Pero el factor más decisivo fue el testimonio de un amor fuera de lo común, un amor activo capaz de cambiar la situación y suscitar una esperanza.

He visto todos los lugares del mundo afectados por la lepra – escribió el Doctor Wood, inspector médico al servicio de la Marina de los Estados Unidos - pero no he encontrado ni uno solo en que los leprosos estuvieran tan serenos, tan contentos, donde se tuviera tantos cuidados como en Molokai.

Un amor que no se reduce a un simple sentimiento sino hecho compromiso y sacrificio.

Damián, buen samaritano, siente muchas prevenciones contra el amor adobado con dulces palabras y engalanado con efluvios espiritualistas. Le urge el amor eficaz, concreto, liberador: “Amemos a Dios, pero que sea a costa de nuestros brazos, que sea con el sudor de nuestra frente”.

No un arranque de amor apasionado, superficial y momentáneo, sino el sacrificio paciente, aguantador de cada día, hasta consunción.

La caridad es paciente, es amable… Todo lo excusa… Todo lo cree… Todo lo soporta. (I Corintios 13, 4.7).

Finalmente no un amor deshumanizado, sino compartido, recíproco:

Los pobres isleños saltan de gozo cuando ven venir a su padre “Kamaiano”, escribe a sus padres. Yo los quiero inmensamente y con gusto daría mi vida por ellos, a imitación de Nuestro Divino Redentor. (Marzo de 1865)

133

Es por esta afección mutua que espero convertirles al buen Dios, confiesa Damián. Pues si ellos aman al sacerdote, amarán fácilmente a nuestro Señor, del cual el sacerdote es ministro…

Solo el Dios de Damián, capaz de inspirar un amor tan fuera de lo común, podía ser el bueno, o sea el verdadero; solo la religión capaz de suscitar tales representantes, podía ser la verdadera.

Robert Luis Stevenson, el gran escritor inglés, ha escrito: “Aquel que ha hecho, lo que ha hecho el Padre Damián: éste es mi Padre, vuestro Padre, y el Padre de cada uno de nosotros”.

La verdadera religión es la del que ama más:

Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» (Juan 21, 15).

Las religiones indígenas originarias, aunque muy arraigadas en la cultura, no tuvieron la fuerza suficiente para hacer frente a un desastre tan espantoso. Si queremos reforzar la pertenencia a la familia eclesial, si queremos que siga progresando, la solución “damiana” es: disponibilidad al Espíritu de Dios, iniciativa, adaptación a los tiempos nuevos, audacia. Pero más allá: es el amor. Como en la familia humana, solo el amor es fecundo y da a luz nuevos hijos…

El método “Damián”: un amor fuera de lo común que provoca la acción salvífica de Dios

Ubi caritas et amor, Deus ibi est

O sea: Dios está ¡donde hay amor! Damián puso amor y Dios se hizo presente. Donde hubo tanto amor, Dios no pudo dejar de manifestarse. El amor de Damián, que Dios mismo suscitó, atrajo a Dios, lo hizo bajar de los cielos, provocó su manifestación; Dios a su vez atrajo a los leprosos a la religión de Damián.

Solo Dios salva

Ahí donde cunden el pecado y la desesperanza, no dan abasto ni la acción acertada y concertada, ni la organización, ni la firmeza, ni la fuerza de la ley. Luego de la muerte del P. Damián, los nuevos responsables, por mucha buena voluntad que tuvieran, no pudieron hacer frente al retorno de los males de antes.

Pronto experimentaron en la leprosería lo que el fallecimiento de Damián significaba. En una carta del 24 de julio de 1889, el Hno. Santiago ya se vio obligado a escribir a Clifford: “Después de la muerte de nuestro querido santo leproso, el buen estado anterior de las cosas ha sido completamente trastornado. Este ya no es un establecimiento donde enseñan la virtud a los niños. Como el saludable temor al Padre Damián desapareció, la embriaguez se ha hecho general entre la gente joven. Siete jóvenes han expiado precisamente hace una semana un castigo de quince días de trabajos forzados, impuesto por el superintendente. La destilación ilegal de licor, limitada por el celo y la fuerza de voluntad del P. Damián, se ha convertido en una práctica general. En este momento, tres hombres bien armados se han hecho fuertes en una casa: rehúsan someterse a una condena a tres meses de trabajos forzados, por destilación clandestina.”

El activismo es impotente frente al mal. Mientras tanto Damián, cuando ya era gravemente enfermo, aunque limitado y acabado, con su sola presencia, restringía el desenfreno de la maldad.

La autoridad de Damián -apoyada en verdadero amor- casi siempre había bastado para hacer reinar el orden y la tranquilidad en la leprosería. Ahora que él ya no estaba, los leprosos se mostraban reiteradamente rebeldes. Un año más tarde, la vida del superintendente local y del mismo P. Conrardy se vio amenazada y hubo que pedir la ayuda de quince agentes de policía bien armados para castigar a los rebeldes, algunos de los cuales fueron condenados a quince años de trabajo forzado.

También las religiosas tuvieron que hacer gala de una extraordinaria valentía para resistir firmes y para proteger a sus chicas contra los asaltos nocturnos de los desenfrenados rebeldes.

Quizás los nuevos encargados se imaginaban que, con su capacidad administrativa, iban a hacer mejor que Damián. No, solo el amor hasta el sacrificio, el poder de Dios que envolvía a Damián, habían podido vencer el mal. Era una ilusión pensar que habilidades políticas o profesionales pudieran por sí solas triunfar…

134

Damián, canal y antena

Solo la gracia de Dios, atraida por el amor sin reservas de Damián, podía aplastar su malicia. Mientras estuvo él, Dios halló en él como un canal por donde colarse, una antena por donde conectarse. No ponemos en tela de duda la generosidad de los nuevos encargados ni de muchos leprosos, pero ciertamente su entrega no tuvo el grado de intensidad de un Damián y no pudo provocar la manifestación de Dios en la misma proporción. Damián puso más amor, más ardor en el trabajo, ofreció más espacio para la convivencia y la comunidad. Más profundamente, no se reservó nada para sí, se dio del todo, de modo que Dios, no encontrando en él obstáculo alguno, como la corriente eléctrica se desliza sin resistencia por el cable de cobre de alta conectividad, se manifestó por su intermedio. Porque Damián estaba enteramente entregado a él y al servicio del prójimo, Dios, a través de él, se precipitó sobre Molokai, como el agua en las cataratas, como el sol por la ventana o por la puerta abierta de par en par. Este es el único secreto para devolver al Evangelio y a nuestra Iglesia su preeminencia…

Texto 2

Esto es amor, Bruno Benati, Quito 1989) LA HERENCIA DE DAMIÁN

Repercusión inmediata de la muerte de Damián

La noticia de la muerte del "Apóstol de los leprosos", se extendió por el mundo lentamente, por los medios de comunicación existentes, suscitando profundo dolor en muchos ambientes que lo conocían. Su gloria había comenzado.

"Este sacerdote se ha convertido en el amigo de toda la humanidad" -escribió el Daily Telegraph.

"El ha revestido de honor la ignominia de la lepra" -escribió el Times de Londres.

"La verdad sobrepasa la ficción - publicaba por su parte el Morning Post. El más sencillo de los hombres resulta ser un héroe. El Padre Damián descansa hoy en su tumba de leproso y el mundo aprende una vez más que mal sabe reconocer a quienes, viviendo en medio de los otros, son los más grandes".

"Para entregarse voluntariamente a una muerte semejante - indicaba el Daily News - se requiere el coraje de los primeros mártires de la fe".

En Bélgica, un Comité Nacional presidido por la Reina, decidió edificar un monumento al héroe de Molokai. Fue inaugurado el 16 de Diciembre de 1894, en Lovaina. En Gran Bretaña, el príncipe de Gales, el futuro rey Eduardo VII, quiso honrar en nombre de la nación inglesa al Padre Damián, erigiendo una monumental cruz en Molokai, con éstas palabras de Jesús:

"Nadie tiene un mayor amor que aquel que da la vida por sus amigos". (Juan 15, 13) En Francia, el panegírico al Padre Damián se pronunció durante una sesión de la Academia Francesa. Traslación de los restos mortales de Damián a Bélgica

Los restos mortales del Apóstol de la Caridad, permanecieron amorosamente custodiados por los leprosos hasta el año 1936, fecha en que fueron exhumados para ser trasladados a Lovaina al Santuario Nacional de San José. En éste mismo convento, detrás del Santuario, el Padre Damián había ingresado a la Congregación hacía 77 años cuando tenía 19 años de edad. Los leprosos de Molokai, con gran dolor, lo vieron partir y entonaron en su honor el canto de los reyes:

Aloha – Oe… Multitudes inmensas lo honraron a su paso por Honolulu y San Francisco (USA). Después, por Panamá, el barco-escuela belga "Mercator" lo llevó a Amberes (Bélgica). El Cardenal Pacelli, el futuro Papa Pío XII, escribió:

135

"La sublime abnegación de este religioso que ha gastado su vida al servicio de los leprosos en las lejanas islas de Hawai, prodigándoles toda clase de cuidados espirituales y materiales, quedará como una de las páginas más hermosas de la actividad apostólica de nuestro tiempo".

Testimonios, libros, estatuas

Gandhi, fundador de la nueva India, dijo a los estudiantes de Lahore: Si el cuidado de los leprosos es tan entrañable a los misioneros, y especialmente a los misioneros católicos, es porque ningún servicio exige un mayor espíritu de sacrificio: requiere el ideal más elevado, la abnegación más perfecta. El mundo de la política y de la periodística no puede ofrecernos un héroe de la talla del apóstol de Molokai, el Padre Damián. La Iglesia Católica, por el contrario, cuenta por millares los que, a ejemplo de éste héroe, se han consagrado al servicio de los leprosos. Valdría la pena averiguar en qué fuente se alimenta éste heroísmo.

Robert Luis Stevenson, el gran escritor inglés, ha escrito:

Aquel que ha hecho, lo que ha hecho el Padre Damián: éste es mi Padre, vuestro Padre, y el Padre de cada uno de nosotros.

Hasta hoy (1988), más de 300 autores han escrito libros, en todas las lenguas del mundo, incluidas la rusa y la china. Sus estatuas son muchísimas y una está también en el Capitolio de Washington en representación del Estado de Hawai. Sus gestas misioneras fueron argumento de muchas películas, entre las cuales se encuentra la famosa "Molokai". Amor extremo contra todas las formas de lepras

En su reciente encíclica "Sollicitudo rei socialis", el Papa Juan Pablo II nos dice: El amor preferencial por los pobres es una opción o una forma especial de primacía en el ejercicio de la caridad cristiana, de la cual da testimonio toda la tradición de la Iglesia.

No cabe duda de que Damián es testigo excepcional de esa tradición. La fuente de la que bebió el Padre Damián fue el Evangelio, fue el haber comprendido que el amor que Cristo nos ha manifestado debe ser correspondido por nuestro propio amor. Solo los que son capaces de amar como Jesús, en forma extrema, tienen la fuerza de entregarse como él y cometer sus mismas locuras. Raoul Follereau, hace bastante tiempo, había visto la tarea de todo hombre en éstos términos:

La única verdad es amarse y luchar contra la lepra y todas las formas de lepra.

La lepra es una afección que se cura con el afecto. Con esta perspectiva, se fundó en 1987 el primer centro de educación y orientación sobre el SIDA, denominado "Damien Center", patrocinado por la diócesis episcopaliana y la Arquidiócesis de Indianápolis (USA). Historias como la de Damián, no terminarán jamás.

La muerte del Padre Damián no fue el término de su historia humana; al contrario fue el comienzo de una nueva etapa en la lucha contra todas las lepras y en pro de los más pobres. Lo que Damián comenzó, continúa. En un sentido muy real, el mundo no necesita de monumentos para conservar vivo su recuerdo. Allí donde el nombre de Damián es una palabra familiar, el Apóstol de los leprosos es honrado por razas y credos diferentes, porque trascendió todas las diferencias en su tierra de adopción. Damián, el sacerdote, el hombre que ha hecho cosas tan grandes, fue un muchacho, un hombre como los demás; sencillo, pero decidido a hacer cualquier cosa por el bien. No, su historia no termina aquí... Si cada uno de nosotros aporta su granito de arena, construiremos un mundo mejor y entonces, historias como la de Damián, no terminarán jamás.

136

Texto 3

(Damián de Molokai, Gavan Daws, Reinado Social, Madrid, 1984) LA ESTATUA DE DAMIAN, HEROE DE HAWAI

Antes • Buscar la reproducción de la estatua en http://www.ssccpicpus.com/ : Home,

Canonización, Imágenes, esculturas • Sacar copias… Lectura • Leer el texto que sigue… Formar grupos y entregar una reproducción a cada grupo • Describir lo que se ve… • Responder las preguntas siguientes:

¿Qué nos dice Damián? ¿Cuál es su último mensaje? Si pudiera hablar, ¿qué nos dijera? • A partir de la conversación, un secretario redacta el mensaje que nos deja Damián. Plenario, en la capilla si fuera posible • Se exhibe la foto. • Todos en actitud de oración. • El secretario de cada grupo, por turno, lee, haciendo pausas, el mensaje que deja Damián. • Se alterna con estribillos cantados y silencios. • Silencio. • Oración libre. En 1959, el territorio de Hawai se convirtió en el estado número cincuenta de los Estados Unidos de América. La ley federal daba a cada estado el derecho de elegir a dos de sus héroes más ilustres para colocar sus estatuas en el Capitolio de Washington. En 1961, al iniciarse una nueva fase en el largo proceso político de reconocimiento, el nombre de Damián fue presentado ante la legislatura de Hawai. Le costó cuatro años conseguir la designación oficial de grandeza, junto con Kamehameha, el rey guerrero hawaiano que unificó las islas a finales del siglo XVIII. Kamehameha ya tenía una estatua en Honolulu, una gigantesca composición del siglo XIX, clasicista, realizada en bronce dorado, que le daba el aspecto de un emperador romano con atributos hawaianos. Se hizo una reproducción de ella, para colocarla con su pesado tono pardo y oro entre las formas de mármol blanco del Salón de las Estatuas de Washington. Para Damián, que no tenía ninguna estatua en las islas, se convocó un concurso internacional de escultores. El sorprendente resultado fue que Damián apareció en una forma estatuaria que desconcertó a la opinión conformista, lo mismo que el hombre real lo había hecho siempre en su vida. La escultora Marisol Escobar produjo algo que no se aproximaba nada a la representación piadosa convencional de la dignidad. Más bien, su estatua, descubierta por duplicado en Washington y Honolulu en 1969, era poderosa, despreocupada de lo que se supone ser el buen gusto público, idiosincrásica, provocadora, y hasta molestosa, desconcertante. Todo esto hacía su obra enteramente apropiada para sus propósitos. Marisol prefirió, indecorosamente, mostrar a Damián en el estado final de la lepra. Trabajando a partir de las fotografías que se le tomaron en 1889 en Kalawao, ella construyó un rostro ancho y aterronado con sus facciones devastadas, reproduciendo fielmente sus viejas lentes de aro de alambre y su magullado sombrero negro, recosido con cuerdas. La mano que empuñaba su tosco bastón para andar aparecía evidentemente leprosa, sus pies enfermos se ocultaban bajo sus sólidas y toscas botas de trabajador. Su cuerpo, cuadrado y corpulento, estaba envuelto en un manto de color de bronce, casi negro, con un aspecto de implacable solidez, curvándose sobre sus hombros y cayendo rectamente hasta

137

sus pies, como si Damián se presentara de pie, erguido, robusto, inextinguiblemente vivo, bajo una capa que se había convertido en paño fúnebre, que a su vez se había convertido en un ataúd: todo lo que, de alguna manera, había sido siempre parte del hombre mismo.

Texto 4

Damián, EL BELGA MÁS GRANDE de todos los tiempos

Animador

• El guía ofrece una explicación previa. Con ocasión de la celebración de los 175 años del Estado Belga, y de los 25 años de federalismo, las Comunidades federales: flamencos y valones, escogieron -por separadas- a su compatriota más grande de todos los tiempos. El método consistía en escoger al "candidato" preferido entre 175 personajes que fueron propuestos por “una Comisión de Sabios”. Se pudo llamar a un número especial de un teléfono, de un celular, a un e-mail, o comunicarse con un determinado canal de televisión o una emisora de radio o un diario. Votaron 25.000 flamencos por 111 personajes. Cada semana se tenía que volver a votar por uno de los 10 más votados. El procedimiento duró varios meses. En la lista de los 10, ya estaba el Padre Damián arriba; luego siguieron otros personajes de la historia de Bélgica: ya sea del ámbito artístico, deportivo, científico o político. Posteriormente, se presentó “un padrino” que tenía que defender a su candidato y presentarle en los medios. El padrino del Padre Damián era JEF VERMASSEN, el abogado con más prestigio en el país. El hizo una presentación fuera de serie en la televisión. • Se reparte a cada uno una copia de LAS 10 RAZONES PARA CONSIDERAR AL PADRE DAMIÁN EL

BELGA MÁS GRANDE DE TODOS LOS TIEMPOS (ver más abajo)

En grupos pequeños

• Cada uno lee para sí el documento (las 10 razones…) y selecciona una o dos que comentará.

• Luego cada uno lee en voz alta la razón elegida y la comenta…

• Comentarios libres

• De las 10 razones que hacen de Damián el belga más grande de todos los tiempos, el grupo elige 3 que le llaman más la atención. Y las irá comentando más detenidamente.

• Damián ha vivido un poco más de 22 años en su país y 27 fuera. ¿No te parece raro que Bélgica haya elegido como héroe nacional a alguien que de hecho ha vivido más de la mitad de su vida fuera? ¿Qué opinas, por qué?

• Actividades Alternativa 1 y/o Alternativa 2 Se elabora una cartelera o se va creando unas escenas para ilustrar las 3 razones escogidas…

Comparar a Damián con héroes del país de uno…

DAMIAN HÉROE NACIONAL 1

HÉROE NACIONAL 2

……………. …………….

……………. …………….

……………. …………….

138

En plenaria • Presentación de las carteleras y escenas… • Presentación del cuadro comparativo…

LAS 10 RAZONES PARA CONSIDERAR A PADRE DAMIÁN EL BELGA MÁS GRANDE DE TODOS LOS TIEMPOS 1. Damián nos sigue inspirando. A los 116 años de su muerte, su entrega íntegra y gratuita aún despierta muchas emociones y empuja a muchas personas hacia una opción concreta en favor de los pobres y los excluidos... 2. Damián es 12 personas en 1. Es simplemente increíble lo que un solo hombre realizó en Molokai... En pocos meses, Damián transformó un lugar de caos total en un lugar humano... Damián fue a la vez: (1) carpintero, (2) arquitecto, (3) profesor, (4) cura, (5) enfermero, (6) cirujano, (7) policía, (8) escritor, (9) inventor, (10) organizador, (11) dirigía una funeraria, era (12) figura famosa en los medios de comunicación. 3. Damián hace el bien a toda costa. Damián se propone una meta y se organiza para lograrla... Damián optó siempre por el amor mayor, aunque fuera el camino más difícil. 4. Damián no teme los grandes sacrificios. Damián se despide para siempre de su familia y de su patria para ir a ayudar a personas necesitadas que él no conoce y que son abandonadas y rechazadas... Aunque le piden mantener distancia de los leprosos, lo niega, aún sabiendo que de este modo firma su propia muerte. 5. Damián es perseverante. Experimenta muchos fracasos, pero los vence siempre. Cuando en su país no le ordenan sacerdote por no lograr a aprender el latín y el griego, él estudia día y noche para, por lo menos, alcanzar la meta de ser misionero... En Molokai lucha contra las dificultades de la duda, las debilidades, el desaliento. Damián no es un “superman”... De la misma flaqueza saca fortaleza interior. Cuando ya se declaró la lepra en su propio cuerpo, sigue luchando por sus leprosos... 6. Damián aplica un método propio para conseguir ayuda.... Damián pone al hombre en el centro y no las reglas; y no vacila en denunciar las injusticias, lo que en aquel tiempo no era usual dentro de la Iglesia. Damián, con gran libertad, lucha desinteresadamente por sus “preferidos”. Para aquel tiempo es algo nuevo, algo muy refrescante. 7. Damián es pluralista. Su entrega parte de lo más hondo de su corazón sin límites. Aunque su propia fuente de acción está en la fe cristiana, él no presiona a nadie para “convertirse”. Damián sólo quiere ayudar al máximo, sin mirar la raza, el color, la religión, ni siquiera los pecados de la persona. Cuando le van a pedir ayuda, nunca pregunta qué fe profesan... 8. Damián está en medio de la gente. Damián no ayuda desde una torre de marfil. El come con los leprosos, cura sus heridas, organiza actividades, enseña. Y ya antes de descubrir que él se ha convertido en uno más entre los leprosos, se identifica con ellos, diciendo “Nosotros, los leprosos”... 9. Damián aporta más humanidad a la sociedad. Hizo posible que el mundo tomara conciencia de las injusticias cometidas contra los leprosos... Gracias a él, las normas y los valores en la sociedad evolucionaron, no sólo en Hawai, sino en el mundo entero. 10. Damián es un ejemplo. Damián es admirado más allá de cualquiera frontera, sea de tipo geográfico, cultural, religioso y político... Hasta Gandhi le elogiaba con las siguientes palabras: “El mundo político y periodístico conoce muy pocos héroes que son comparables al Padre Damián de Molokai.”

139

Cada Estado de los Estados Unidos, al momento de su constitución, tuvo derecho a seleccionar a dos héroes. Uno de los dos escogido por el Estado de Hawai fue Damián. Es que Damián trasciende más allá de su ámbito religioso y católico… Su entrega fue tan excesivamente humana, abierta e incondicional, que rebasa lo propiamente institucional (lo católico) y atrae a todos. Los no católicos, los no cristianos ya no se fijan en su carácter religioso y sacerdotal sino en la radicalidad de su amor universal. A los ojos de la opinión pública desaparecen sus rasgos propiamente católicos y eclesiásticos (el sacerdote con su sotana negra), solo queda su humanidad al estado puro. Pocos santos suscitan la admiración fuera del ámbito religioso. Hay San Francisco de Asís, la Madre Teresa…. Y Damián. Por todo lo mencionado anteriormente, y por mucho, mucho más, no es de extrañar que Damián salió premiado con la corona de laureles. El jueves, 24 de noviembre del 2005, fue proclamado: “EL BELGA MAS GRANDE DE TODOS LOS TIEMPOS”.

Preparación de la clausura del Año Damián...

Ver Recursos-Mayo 2010

140

RECURSOS-MAYO Fiesta de San Damián de Molokai: lunes 10 de mayo Rezo de la novena

Viernes 30 de abril a sábado 8 de mayo (ver “Recursos-Octubre 2009”) Curso sobre la Misión al estilo Damián

• “El Padre Damián, Misionero sscc”, Patrick Bradley, Roma sscc, 1990 (http://www.ssccpicpus.com/Home/ Biblioteca/ Libros)

• “Evangelizar con Damián”, EdeB, Quito 2009 (solicitar a <edebezenac@puntonet.ec>) Encuentro familias sscc

1. Conferencias. Cf.: • Recursos-Noviembre 2009, Buena Madre; • Recursos-Marzo 2010, “Buen Padre”; • Libro “Evangelizar con Damián”, EdeB, Quito 2009 (solicitar a <edebezenac@puntonet.ec>) Etc. 2. Estructuración de Familias SSCC (Ver Recursos-Febrero 2010, Rama Secular) Festival de la Canción-Damián...

Ver “Recursos-Julio 2009” Espectáculo

Teatro: Representar la obra: “Estoy leproso, bendito sea Dios”… (solicitar a <edebezenac@puntonet.ec>) Clausura

1. Misa Damián de Veuster (Ver Recursos-Mayo 2009) 2. Modelos de adoraciones eucarísticas (Ver Recursos-Mayo 2009) 3. Para el Rito de Clausura del Año-Damián, inspirarse:

• de los “signos” señalados tanto para la Inauguración del Año-Damián (ver Recursos-Mayo 2009) como para la “Celebración de la Canonización” (ver Recursos-Octubre).

• Para la reflexión, usar textos y documentación de la canonización realizada en Roma el 11/10/2009…

Estructuración de la Acción-Damián

Cf. Recursos-Julio y Recursos-Agosto Pastoral vocacional

Ordenación de Damián el 21 de mayo 1864 (ver Recursos-Mayo 2009)

141

Para reflexionar un texto

¿Cómo hacer una reflexión grupal o una convivencia, alrededor de un texto?

• Con anticipación, de acuerdo a la temática que interese, elegir un texto... • Fotocopiar…

Todos juntos: Presentación

• El animador presenta el texto elegido. • Entregar a cada participante copia del texto seleccionado.

En grupos pequeños

Lectura personal: Se invita a cada uno a leer el texto para sí. Luego: Diálogo

1. Se lee, en voz alta, el primer párrafo.

2. Diálogo

Si se trata de una reflexión: Si se trata de un relato, si se alude a hechos, si se lee algún episodio de la vida de Damián, etc.:

Se lo dialoga libremente con la pregunta: ¿Qué reflexión suscita en nosotros esta lectura? Se concluye con estas preguntas: ¿Qué iluminación aporta esta reflexión a nuestra vida, a nuestra realidad? ¿A qué nos compromete esta reflexión, cómo la podemos aplicar a nuestra vida, a nuestro grupo, a nuestro medio?

¿Hemos oído de otros, o vivido personalmente, cosas parecidas? ¿Hay situaciones de nuestro medio, de nuestra vida, que tienen que ver con lo que afirma la lectura? ¿Qué personaje, palabra o frase, nos llama más la atención? ¿Por qué? ¿Qué iluminación aporta esta lectura a nuestra vida, a nuestra realidad? ¿A qué nos compromete este texto, cómo la podemos aplicar a nuestra vida, a nuestro grupo, a nuestro medio?

Y así sucesivamente con los siguientes párrafos.

3. Luego, si parece oportuno, se puede adaptar una de las dinámicas señaladas a continuación para el plenario…

142

En plenario

1. Poner en común lo dialogado en cada grupo. Y/o, si parece oportuno, adaptar una de las dinámicas señaladas a continuación (consultar si fuera posible el libro “RECURSOS I para fomentar el espíritu Damián y la misión al estilo Damián”, Quito, Ecuador). (solicitar archivo a <edebezenac@puntonet.ec>)

• Mirando una ilustración

Ofrecer a cada grupo una ilustración (relacionada con el texto), con la pregunta: ¿A la luz del texto estudiado y de la ilustración, qué nos dice Damián?

• Reconstituciones Intentar reconstituir o completar un mensaje de Damián al que aluda el texto estudiado.

• Debate El texto probablemente evoca tesis contradictorias; organizar un debate.

• Escenas, carteleras

Representar un episodio de la vida de Damián al que aluda el texto estudiado, o representar situaciones relacionadas de la vida actual.

• Planificación de una actividad

• A la luz del texto estudiado, planificar o evaluar una actividad, tomando en cuenta las dinámicas de “Planificación de una actividad” (Cf. “RECURSOS para fomentar el espíritu Damián y la misión al estilo Damián”).

• Listados en la pizarra

Establecer un listado de características o valores que el texto estudiado pone en evidencia, conversarlos y luego evaluarse.

… O cualquier otra…

2. Interiorización del mensaje

• En la capilla, si fuera posible.

• Se lee el texto estudiado (o una selección del mismo); o se vuelven a utilizar los trabajos hechos en grupos pequeños o en plenaria.

• Silencio de meditación.

• Oración (se pueden usar las oraciones del libro “RECURSOS I para fomentar el espíritu Damián y la misión al estilo Damián”). (solicitar archivo a <edebezenac@puntonet.ec>)

143

Comisión de Canonización del Beato Damián de Veuster, Congregación de los SSCC, Quito, Ecuador, Mayo 2009, P. Emmanuel de Bézenac, sscc

Apartado 17-09-07341, QUITO-ECUADOR, T. 593 [0]2 2599 692, 593 [0]2 2292 515, edebezenac@puntonet.ec

144