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LL^-,^^^ ,-... . ^^^ 1VIINISTERIO DE AGRICULTURA DIRECCION GENERAL DE AGRICULTURA mnn u in nunnnnn u u nwnuincumwu uuuun n m^uuun u uurr,r,n r n uw u u m u u m n n u inuun uuw nnw m m^ u unwunnwu uw mn n mun nuniuuw ninwmuninnmummummwuwm^ hOJAS DIVUL^ADORAS AÑO XXX ,^ ^«v^"^^^^^^ FEBRERO 19156 ; I NUM. ^ ^^^^ ^^á._^< r. ?'+,°t3's,l'1'^^^<°+^^$t +^t + ^ ^^^^ ^^° ^s.^^^Ĵ^;á^^u^; COMO ES Y COMO UIU^ lD ^DBRDDORD VDLFhCIDhD ^'^ Por L. H. I:oBr.EDO. Ingeniero Agrónomo Ti/^o d^^ r•atia. ^c esa^ci<2 áenc- ralmentc a1 hablar <l e 1 a inHuencia árabe en ^'alen- ria, pucs no sola- mente los alinor<í- vi<les , sino Yaui- bi^n ñric^os y ro- manos imprimie - ron su sello en la bclleza dc las va- lcncianas. Y aunquc la ex- hansión dc la vida -ictual, favorcci<la nor la facilidad dc conlunicacion e s , v a borrando las ^lifcrencias de los I i p o s cspañoles, aún p^^<lcmos clc^ir F'ig. 7.-Labradora valenciana. que las labra^l^^ras valcucianas snclen ser herinosísimas, dc ojos ^randes ^• rasg^a^los, pre^l^^n^inando cl c^^lor nchro cn sns ^^jos }^ cabcllo. (r) Véase la Ho^n nr^^ci.^,nuu^<^+. níi^ncro i dc iv3Ci• ^í?t i; ^ r?v^>^ñv^ Estas «hojaa^ se remiten gratis a quien las pide al Servicio de Publicaciones Agrícolas de la Dirección General de Agricultur® BI BLIOT6C0.

COMO ES Y COMO UIU^ lD ^DBRDDORD VDLFhCIDhD

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Page 1: COMO ES Y COMO UIU^ lD ^DBRDDORD VDLFhCIDhD

LL^-,^^^ ,-... . ^^^

1VIINISTERIO DE AGRICULTURADIRECCION GENERAL DE AGRICULTURA

mnn u in nunnnnn u u nwnuincumwu uuuun n m^uuun u uurr,r,n r n uw u u m u u m n n u inuun uuw nnw m m^ u unwunnwu uw mn n mun nuniuuw ninwmuninnmummummwuwm^

hOJAS DIVUL^ADORASAÑO XXX

,^

^«v^"^^^^^^

FEBRERO 19156 ; I NUM. ^

^^^^

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^^^^^^°̂s.^^^Ĵ^;á^^u^;

COMO ES Y COMO UIU^ lD ^DBRDDORD VDLFhCIDhD ^'^Por L. H. I:oBr.EDO.

Ingeniero Agrónomo

Ti/^o d^^ r•atia.

^c esa^ci<2 áenc-

ralmentc a1 hablar

<l e 1 a inHuencia

árabe en ^'alen-

ria, pucs no sola-

mente los alinor<í-

vi<les , sino Yaui-

bi^n ñric^os y ro-

manos imprimie -

ron su sello en la

bclleza dc las va-

lcncianas.

Y aunquc la ex-

hansión dc la vida

-ictual, favorcci<la

nor la facilidad dc

conlunicacion e s ,

v a borrando las

^lifcrencias de los

I i p o s cspañoles,

aún p^^<lcmos clc^ir

F'ig. 7.-Labradora valenciana.

que las labra^l^^ras valcucianas snclen serherinosísimas, dc ojos ^randes ^• rasg^a^los, pre^l^^n^inando cl

c^^lor nchro cn sns ^^jos }^ cabcllo.

(r) Véase la Ho^n nr^^ci.^,nuu^<^+. níi^ncro i dc iv3Ci•

^í?t i; ^ r?v^>^ñv^

Estas «hojaa^ se remiten gratis a quien las pide al Servicio dePublicaciones Agrícolas de la Dirección General de Agricultur®

BI BLIOT6C0.

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Es el cutis incomparable en delicacíeza y blancura. lnfluye en cllo

el no hacer frecuentes laenas de camno, expuestas a un sol abrasador,coino en otras regiones de España.

De talle esbelto y formas finas y onduladas, tienen mirada expre-

siva y movimientos rápidos.

Espíritu.-De viva imaáinación, cíiscurre con lttcidez y prontamente,sin dejar de ser más ^,bservadora que el hombre, siendo, por tanto, cnla mayoría de los casos la consejera de éste. Es bulliciosa y risueña, re-flejando en su espíritu la alegría de su cielo.

La discminación de "alquerías" o"barracas" en las zonas de huertas,y la de "tnasías" en zonas más despobladas, engendran carácter descon-fiado en csta parte de la región valenciana.

Pero predominanclo en estas provincias las aárupaciones de casas

o pueblos, mucho más que en el Noroeste y Cantabria, es aquí el car^tcter

menos dcsconfiado, más abicrto. Y teniendo ^nenos cautela, se explira

no den vida a tantos y tan expertos y hábiles politicos como en Galicia,

pero dan muchos y eminentes artistas.

Son activas y, dado su teu^peramento impresionable, algo versátiles.Así se <lis,ustan de cosas a que antes con pasión se aficionaron. Se dcjan

llevar ntás del corazón que de la cabeza y por eso son más impulsivasque en otras regiones.

f[rtc.-.41 atnanecer, el sol levantino intulda cíe luz las vegas, nene-

trando en barracas, alquerías y masías, y dando su lección diaria de

colores a la labradora valenciana, qtte despierta queriendo ver, sin ser

vista, qui^nes son los que cantan con agudas voces "les albaes", o cles-

granan cl collar clc notas de la guitarra. Cuando éstas, al alejarse, se

amorti^uan, saca su jaula, que cuelga junto a la puerta, y comienza el

jilguero su improvisado pronrama del canto a]a ]uz.

Educadas por el mismo sol que enseñó al gran pintor Sorolla, saben

que en el macizo cie flores que plantaron frente a la casa destacan bien

ante la blancura cle la barraca los encendidos gerani^os, los reventones

claveles y las verdes y arotn^íticas albaliacas. El arte lo expresan cn sus

bailes, en sus trajes, en sus flores y en su casa.

Ff^cz^^t^rlidn^d.-I^recuentcinente las familias más pobres son las que

tienen más hijos. 1)c todos modos, son menos fecundas que en ]as pro-

vincias g^alle^as, Asturias y Santander.

Aquí la densidad de población se debe, más que a la fecundidad de

la mujer, a la fecundidad del campo, yue extiende sus medios de vida

y, por tanto, la población rtn-al.

hzt^liqencicr.-No se ve, como la aldeana gallega, tan forzada a des-

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arrollar su inteligencia a consecucncia de la euligración de] marido e

hijos mayores. Su vida es m<is iácil, porque los dtiros trabajos dcl campo

]os realiza el honibre, dedirándose ella a faenas propias de la mujer.

Sus otras ocupaciones, como seleccionar productos de ]a tierra, cla-sificar y envasar en almacenes naranjas, cebollas o patatas para la ex-

^^ortaci^^n ; arudir para la venta al mercado, frecuentando la rclación conel público, hacen que su inteligencia se despierte y eduque más que ladel marido.

Sin einbargo, por las razones expuestas anteriorniente, es rnenos ob-

scrvadora, pero más imaginativa qtte la del Norocstc.

l^z^duuie^r^taria.-Ocurre en esta región con el vestido, y aun más acen-

tuadaulente, lo que hemos expuesto al tratar de Galicia.

I?n días de fiesta o en los de boda, ni aun en las más viejas hucrtanas

vcr^is las ricas ialdas de seda brochada y recamada de oro, con guir-

naldas de flores tejidas sobre fondo claro; ni el delantal de tela rica bor-

dcado de puntillas y adornado de lentejuelas, ni el delicado tul bordado

de doradas lrntejuelas con que cubrían el busto, ni el peinado con el

inoño ("castaña") atravesado por largas agujas tcrininadas en grucsas

cabezas de perlas y clavado en él ]a gran peineta dorada y con los rodetes

de pelo ("caragols") sobre las sienes con sus horquillas de plata, rodetes

<^ue encuadraban y iavorecían el ovalado y bello rostro.

Las medias de las labradoras eran siempre blancas. Y como cuida-

ban mticho de la limpieza de sus ropas, lo que ]es era fácil por la -pro-ximidad de las acequias y el lavado en ésta, las viejas hucrtanas lla-

maban "brutes" o sucias a las mujeres que comenzaban a usar mediasde color.

Hoy la antigua y vistosa induinentaria sólo se ve cn profcsionales

<lel baile o en e1 teatro o en todas las fiestas representativas de Valencia.

I^n e^l campo las telas de colores indecisos, iguales a los de otras re-

^iones, son las de sus vestidos. I,1 pañuelo corriente sobrc la rabeza y

otro más grande, pero tan vulgar sobre .el busto y el pelo reco^ido atrás

en un pequeño moño. S^ílo en domingos o fiestas las veréis con vestidos

de seda artificial, parecidos por su color y hechtiira a los tisaclos en las

riudades por la gentc obrcra.

I?n las muchachas labradoras de ptleblos al^o importantes es fre-

cuente la falda corta, zapato de tacón alto, medias de seda artificial y

en su cabeza ha sustituído al tnuy artístico hcinado de rodetes y moño

el pelo tan poco iemenino cortado "a lo muchacho", y al cutis fino de^

las jóvenes dc este país cl empañado por polvos baratos.

Como cn otras rebiones, se prefiere en inucllos rasos una mala copia

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--4-

de las "señoritas" a tiua bueiia conservaci^m de la belleza natui-al ^- típica

de cada región cspañola.

1?n resuinen ; en la iudumentaria <Icl campo se va cn toda nuestra

patria, como si fueran i^uales todas las rebiones y cliinas, a un tipo

único, a un tipo "slaucíard", tan m^^n^^tono como impcisonal.

Vivie^r^da.-La "barraca", la 5eiiuina casa del huertau^> valenciano.

está construída, com^ es natural suceda en todas las re^iones, con eI

material que se tiene más a tnano. Y si en Galicia es lógico que se cons-

I^ ig. S.-Barracas de la huerta.

truya la casa rural, con piedra de branito o pizarra, en la huerta valen-

ciana el material es el barro.

La planta es rectan^ular. Los muros o paredes se crmstruyen con

adobes de tierra y taulo, que con barro se colocan uuos sobi-e^otros a

mariera de ladrillos. I?stos muros se afiar.zan con troncos ^le tnorera que,

clavados en el suelo ^íe trccho en trecho }' cubiertos 1>or el muro, sos-

ticnen el armac^^n ^lc la techumbre. Se halla ĉsta forn^a<ía por dos pla-

nos inclinados, o sea dos vertientes, }' se construye con cañizos cubiertos

de nlantos de albardín o brozas.

Las ventanas y puertas son rectangulares. ^nfrentadas estas últimas

para que el aii-e del n^ar ventile y rcfresnue Ia estancia. ^I^.a planta baja

más ^encral es la indicada en la ĥ^tn-a 9.

La escalera, sciicillísima, va del piso bajo a1 desv<tin, llamado "an-

clana", Iocal espaci^»o, ventilado y, por tanto, seco, ron bueuas condi-

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ciones para guardar cosechas. Antiguamente sc criaba allí el gusanode seda.

13n la planta baja ]a distribución es muy sencilla; el corredor de

Pig. q.-Planta baja de la barraca.

extremo a extremo de la barraca, que facilita el servicio de la huerta;

el hogar, reunión de toda la iamilia; el cuarto de las hijas y el "estudi",

llamaclo así a pesar de ser la alcoba de los padres, porque además de

una cómoda hay una mesa que explica el nombre de esa habitación.

Los muros de la barraca están siempre tan blancos como la nieve.

La labradora los encala constautemente, con lo que además preserva de

la humedad los adobes de barro.

Fn la huerta valenciana ocurre con la "barraca", con esto tan típico

de ]a ticrra, lo que con la indumentaria labradora en todas ]as regiones :

va desapareciendo.Del gran poeta Teodoro Llorente es la siguiente composición :

Com la ^abina dc la mar bla^^osa,

que en la trauquila platja fá son níu,

ron lo nevat colom que'1 vol reposa

dcl arhre vert en lo brancatg^ ombríu,

Llanca, polida, somrisent, bledana,

casal de humils virtuts y honrats amors

la cilegre barraqueta valenciana

s'amaga entre ]es flors.

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Cuya traducción viene a ser ésta :

Como la gaviota de la mar azulada

que cn la tranquila playa hacc su nido;

como el ucvado palomo que el vuclo descatva

del árbol verde en el ramaje umbrío;

blanra, ^?tilida, soi^riente, lozana,

ho^ar ^lc hiu?^ildcs ^^irtt;de^ ^• liunrado^ am^^rc^,

la alc^;rc harrquita valcnciana

^c c^condc cntrc las florc^.

Cuadyo ^cle saas ^•ultivc^s. Conocido es que la propiedad está muydividida, especialmcntc en los regadíos destinados a huerta.

Los cultivos peculiares son el del naranjo, cuya extensión de fincaso"huertos" varía de una a?o hectáreas. Las superficies más pequeñas

están en la zona de Gandía, que a;rícolainente es la in^ís rica de España,

Fig. ia-Ht:erta valencia^la.

pues llega a valer la hectárea de 40.00o a 50-00o pesetas, lo que se ex-

plica, porque en plcna producción se consigue hasta un beneficio de

i2.ooo pesetas al año.Es cl arroz otro producto típico de la región. Tanibién dividido c,i

pequeñas superficies, aunque eaisten propiedades que miden ?o y hasta

3o hectáreas, especialulente en Sueca y Cullera.En el secano figuran el algarrobo, el olivo, el trigo, el viñedo, el

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e;^^artu, cl cátiantu ^- cl azafrán. I^n 1<t rc^ión valrnciana la eYtensión

clc cstos div^rsos rultivos cs a^tualnicntc la siguicnte :

}lucrt;t ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... t^+.t.}y ]tcrtárcas.

:\rn->ialc: ... ... ... ... ... ... ... ... ... 33 039 -\;n^tnjalc: ... ... ... ... ... ... ... ... ... 6a.6^z -

Tri^u ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... q{.36o -

\ iitc^lu ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... t^).3•ioo -

_Ur^arr^,hal... ... t;-1^137 -}^:atat-tizal ... ... ... ... ... ... ... ... ... tt.z7o -

CacalntcL .. ... ... ... ... ... ... ... ... ^.^i0 -

Cañatnar ... ... ... ... ... ... ... ... ... z.38c)

\zlfranal ... ... ... ... ... ... ... ... ... 2.777 -

Trabajos t^^a ^l cauiru.-^-arían l^astantc los trabajos <lc la mujcr en

cl campo, se^^ún las zonas.

l^,n la dcl retiadío, como la htterta, cttando se trata de peqtteñas

l^ig. it. Kccolcctandu naranja.

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parcelas en propiedad o en arricndo, acarrean al mercado de abastos

los productos reci^n recolectados y los venden directamente al por

menor, con lo cual pueden lograr mayores ventajas que si los cedcn

a los intermediarios (asentadores o contratistas).

I)iligentes, se levant:an al amanerer o antes y cargan con los cesto-

nes de verdura cogidas por los hombres la nochc anterior. Actúan más

Fig. i2.-Recolectando azafrán.

las solteras que las casadas en los trabajos de la huerta, como son la

recolección de habichuelas, pimientos, tomates, guisantes, fresas, etc.

13n las épocas de ello, se dedican a la selección de esos productos,

especialmente cie cebollas y patatas, que tanto se exportan al extran-

jero, y a la separación del cacahuet.

13n las zonas del naranjo son ellas las que envasan el producto,

siendo admirable la cíestrcza y rapidez con que seleccionan la naranja

y la envuelven en papel de seda.

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Respecto de trabajos hortícolas, solamente algunas, cuando tienenescasa familia }- poseen poca fortuna, suclen dedicarse también a regar

o cscardar.

P'inalmente, en ]a zona de la huerta, es la mujer la que cuida dealgunas flores, como geranios y dompedros ante la casa o claveles y

albahacas en macetas de sus ventanas, teniencío mucho gusto y faci-liclad para hacer artísticos ramos.

En los cultivos de secano ayudan en ]a viña a la vendimia o trabajan

en la recolección de aceitunas, algarrobas y almendras.

Y en las reducidas zonas de espartiza] en Alicante o azafranal en

Valencia, intervienen en la manufactura del esparto o arrancan las flo-

res de] azafrán en el campo y luego en casa separan en alegre co-

macíreo los estigmas, que después tuestan.

Ln las prosimidades de las grandes poblaciones, es frecuente que

acudan al trabajo en fábricas de mtry diversos productos de esta región

tan industrial.

"lrabc^jos en el gayuz^do.-No es de ]as más importantes en ganadería

esta región. Pero en tocía casa hay algunas reses. Dos a cuatro carne-

ros, uno a dos toros o vacas, algún cerdo, conejos y, desde luego, ga-

llinas.

Venden los huevos de éstas eu ]os pueblos inmediatos. I;n zonas pró-

ximas a ciudades, si tienen ttna vaca, va la mujer tirando del ronzal,

con la varita bajo cl brazo y la medida de metal para servir a]os pa-rrocluianos.

La mujer es la que cuida en la casa de gallinas y conejos y del cebocíc ganado vacuno, lanar o porcino. La casi totalidad del garrado sc

alimenta c^n abundancia en estabulación. Pero sin reglas zootécnicas

que regulen el coeficiente de alimentación de los prodtutos enrpleados.

A las gallinas se les da principalmente maíz. y salvado ; a las varas, fo-

rrajes, como zanahorias, remolacha forrajera y residuos verdes acuo-

sos, dándoles escasa proporción de alimentos secos, por ]o que la lechc

suele ser muy clara.Casi todo el ganado es importado, dedicándose a la recría. La cría

dcl gusano cle seda, que antes tenía tanta importancia para la mujer, hoy

decreció mucho por la crisis del precio, que no ]es compensa cl aban-

donar otros trabajos de la casa.

Fa^^nilia.-Es muy variable el número de hijos; pero, en general.

menor que en la región del Noroeste }^ Cantabria.

La emi^ración apenas existe, pues la que se efectúa a hrancia oArgel no llega al i por ioo, }' por eso casi siempre es el hombre el que

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está al frente del cultivo y el que exime a su compañera de todo trabajoduro.

Cuida,dos físicos a los niiaos.-Los hijos pequeños no sOIl objeto decuidacíos especiales, pues atmque sea buena madre, ]a labradora no pue-

de prestar constante atención a sus pequeños, dadas las ocupaciones que

ya hemos mencionado y las del cuidado de la casa. Así viven los chiqui-

llos al aire libre, muchas veces desnudos y descalzos. Sin preocupaciones

higiénicas, a las que no conceden importancia, y con alimentación poco

reglamentada. Sin embargo, se crían y desarrollan con entera salud porlo general.

Educació^n I^aoraW, intelectua^l y religiosa.-Como ocurre en otras re-giones, envían los niños a la escuela, pero en muchos casos, más aún quepara la enseñanza, para quedar más libre la madre y poder dedicarse^sta a las faenas de que ya hemos hablado.

Si la familia dispone de recursos, siguen mandándoles a la escuela

hasta los diez o doce años; pero si son pobres dejan de enviarlos en

cuanto pudiendo hacer algunos trabajos de campo, sirven ya de ayudaal padre. Así es frecuente queden con enseñanza incompleta, pues se

reduce ésta a saber leer y escribir imperfectamente, y algunos ni a estollegan.

La educación moral y religiosa de los niños queda limitada a la que

puedan recibir en la escuela y a ir a misa los domingos (aun cuando se

queden a la puerta) o a musitar, dormitando, el rosario, que en conta-das zonas reza la familia.

Alimentación ^de la fa^uilia.-Hacen las mujeres gran cantidad demorcillas de cebolla con sangre y manteca, que con las otras partes del

cerdo puestas en aceite frito, sirve como base de alimentación de lafamilia durante todo el año, pues rara es la que no cría varios cerdos,

nue luego vende, reservándose tmo para su consumo. También intervie-

nen en sus comidas las patatas y cebollas.

Guisan en muy distintas formas el peculiar arroz, que con motivo

de sus frecuentes fiestas culmina en la clásica "paella".

La principal comida la suelen hacer entre las diez y once de la ma-

ñana, lo que está justificado, ya que empiezan el trabajo al amanecer.

Fn casi todas las casas labradoras crían pollos y gallinas, pero los

huevos suelen venderlos, consumiendo solamente algunos, cuando hay

verdadera necesidad.

Celebran alguna vez meriendas, especialmente las Ilamadas "monas"en los días de San José y Pascua de Resurrección, a las que concurre

toda la familia y los novios de las muchachas.

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- II --

C,u^f^j^e^^^^^áón ^^ ^^oiiser^^^r^^irí^z ^dc ro^a. ^(rre^lu ^dc r«artns.^-1^;1 huinl^rc

vistc siemhre blusa, ^lue suele c^mfecciuuarla stt ^uujer, _^^ n^uchas ^^^res

el patttalún lu hace tanlbi^n el ama de casa.

(^cncraltl^cnic, la mujrr hacc sus vcsticlos, a no scr quc hut• ialta ^lc

tieiuho o habilidad lu eu^argue a olrn vecina o c^^sturera. l^ recucnte-

mentc puscc cl matrimoniu un trajc clc mejor asp^ctu, yuc sticle scr el

clc l,u^la ; hcru ^,tc lu rescrvan para l^^s clías clc ^ran tirsta. I^;u la mujcr

es ^le se^la artilirial, clue hur su pc^co custe ^- n^ucha aharicncia les gusta

lucit•.

l^;u cuanto a arr^g^lo clc cuartos, Ixme t^xlu su atuur prul>io, ^^ cn

^stc aspcct^^ ticnc hicn áanada su fama, la labradora valcticiana. l^n cst^^

inftuyen cl no cmplcat-se cn sucios y fi-rcucntcs trabajos ^lcl cauil>o, cum^^

<^currc rn ^^tras rc^i<mes ; cl clima nada lluvios^^ ^^ quc, por tant^^, no causa

^barro que manchc la casa, }', finalmente, el espíritu clc arte ^^ue sienten

hasta las clascs más niodcstas en estc país.

l.os la<Irillos clcl havintcnto 1 retite a la puerta estátl bt^ur^icíos ^x^r

las rc^^cti^las frutaciones. I,^^s pisos, sin embaldosar, frecuentrmentc re-

gad^^s; se tnecen 1>lancha^las y limpias c^^rtinas, ocultando los "estu<lis";

se a,^rtthan en vasans, arlislicos 1>latos, jarras ti- fuentes de las ceránticas

dc A[aniscs; sc alínran l^^s ^le^res azulcjos ctt lc^s zócalos _̂- cn la ran-

tarcra rcl^^^srin lus ]tincha^l^^s cántaros.

"l^odo est^t limhi^^, rellejando la luz ett su bt-illante superilric Ticncn

quc ser limpias las ^nujcres, nu s^ílo lx>t• pr^^^^ia ^^^^luttta^l. sin^^ p^>rytte

el sr^l de csta rc^iún cs un ^lelat^tr qtu ^lcscuhrc la tucnor ^alta.

Fig. t3.-Interior dc una barraca.

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- I2 -

Gestió^n, admtinistració^n, co^ntabz`?i,dad.-No tiene la mujer la gestiórzexclusiva, como ocurr.e en muchos casos en Galicia y zonas inmediatas,por la ausencia deí marido.

Aquí la gestión y la iniciaciva la comparten mujer y hombre por

iguaL Pero es norma general que los labradores, y particularmente losjornaleros, entreguen a su mujer lo que ganan. Y ésta lo administra

bien, porque tiene más espíritu de ahorro y de previsión ; es menos gas-tadora que el marido, aunque no son tacañas.

Ni uno ni otro ]levan contabilidad de ningún género, porque comomuchos apenas saben leer ni escribir, gastan y cobran sin hacer nin-

guna anotación. Rarísimos son, por tanto, los que apuntan lo que ingre-

san y pagan. Algunos se limitan a emplear signos especiales (rayas en

la pared o muescas en una caña). Para auxiliar su buena memoria, tienenlas mujeres un libro de contabilidad: la mano, cuyas partidas de gastose ingresos son los dedos.

Rewnio^nes, relacio7aes sociales, cu^ni^li^niento ^de deberes religiosos.-

A conferencias políticas o agrícolas apenas asisten mujeres; desde luego,mucho menos que en las zonas del Noroeste y cantábrica. A conferen-

cias rcligiosas ya acuden más.

^n cuanto a reuniones privadas, únicamente tienen más o menos

amistad o relaciones con el pequeño círculo de vecinas, sin reunirse, a no

ser los hombres en la taberna, café o casino. Las mujeres en comacíreos

de vecindad y con ocasión de las recolecciones que hemos citado al tra-

tar de sus trabajos agrícolas.Cumplen sus deberes religiosos algunas familias rezando e] rosario

y la mayoría oyendo misa los domingos y asistiendo a las fiestas reli-giosas y a excursiones a la ermita o calvario del pueblo.

La confesión es corriente en las mujeres de más edaci. ^n los hom-

bres es práctica rara.

Lecturas, recreos.-Las que saben leer dedican su aptitud especial-mente a hojas sueltas, disparatados romances callejeros o chabacanas co-

plas. Contadísimas son las que leen algún periódico local.

Los recreos consisten principalmente en las fiestas de cada pueblo

a que son muy dadas las gentes del país.Y las notas más atractivas y peculiares son las "tracas", ese rosario

de petardos que viene a ser una reminiscencia del "correr la pólvora" de

los árabes.Fn muchas zonas de la región aún subsisten las parodias de guerras

de "moros y cristianos". Y hay que ver el entusiasmo que ponen ellos

y ellas en que los trajes sean lo más vistoso posible.

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Las mujeres son aficionadas al teatro, al cine y acuden a los cada

vez in^rs numerosos canipos de fútbol a presenciar los partidos ; a]os

bailes cle los "sal^^nes" púhlicos o dr las Societla^les rttralcs, }^, desde

lueg^o, a]as Iícstas callcjeras que con tanta trecuencia se celebran, y a

las quc asisten con sus mejores atavíos.

I?n resumen ; la labradora valenciana cs, como observamos casi sient-

pre, retlejo de su paisaje. Activa como la vegetación de éste y alegre y

despejada conio su ciela

Ett qicé [^u^^de laac^r la ui^7^dr^ eco^^i^ouiía^s.-I?n algítn raro caso su-

cederá que sean g^astadoras, pero esto no es lo corriente. Al contrario,son ahorradoras en lo poco que pueden serlo, ^• contribuyen aún más

que el uiarido a conservar los ingresos obtenidos por venta de cosechaso recría de algún animal. Ella es la que uianeja el dinero y, por tanto,

clispone del escaso capital que poseen.Y resuclven el milag^ro de vivir un.a_ familia con los produrtos dc

media hectárea dc hucrta arrendada o en propiedad y aun ^le cons-

trttirse la pintoresca, limpia y° blanca barraca en que viven.

r

PALOMARES DE ESPAÑA

La cría de zuritas, riqueza del agropor Lcoror.no C.^i.^-o S,ixcri i^.z,

Velerinario.

La natural sencillez }' docilidad de la paloiua ha hecho que este ave

l;oce de g^cnerales simpatías y, desde tiempos muy remotos, sca objeto

de csplotación ^- símbolo dc inocencia ^^ dulzura cn toclas las latitudes

y civilizacioncs.

Considerado como auimal sa^rado por alg^unos pucblos primitivos,

era ya utilizado como mensajero por los egipcios en las primeras dinas-

tías y representado, en las diferentes maniiestaciones dc su cxquisito

arte, al laclo del ho^nbre y otros animales sagrados.

La mitolonía l;riega represcuta a Júpiter con unas palomas, que 1ealimcntaban, y cra el ave favorita de la diosa Venus.

I?n tiempos del Imperio fué objeto de especiales cuidados la cría

de palomas en Roma. I_as inujeres judías la otrendaban en sus sacrifi-cios a 1)ios para quc las concediera un feliz parto.

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En el simbolismo cristiano adquiere trascendental importancia en-

carnando a la tercera persona de la Santísima Trinidad, el EspírituSanto y sus sicte dones. Durante los primeros tiempos se guardaba la

Eucaristía en una especie de vaso que adoptaba esta forma de paloma.Y varios de sus santos son representados con palomas, más o menossimbólicas.

EI pueblo de Madrid venera la imagen de su patrona, la Virgen dela Paloma, que la tradirión atribu}-e acompañó al lienzo tan milagrosa-

mente aparecido desde el convento de San Juan de la Penitencia hastala capilla de ]a Virgen de Maravillas.

En nuestro sistema planetario, una constelación austral, visible enel firmamento durante los meses de enero y febrero, es denominadaPaloma.

Finalmente, la paloma ha sido adoptada, por todos los países, comosímbolo de paz, llevando una rama de olivo en el pico, según nos re-

fiere ]a Sagrada Escritura, cuando indicó a Noé el fin del Diluvio.En la Edad Media su cría se extendió por Europa, siendo esta ex-

plotación privilegio feudal y de las órdenes monásticas señoriales, que

ponían de manihesto con figuras heráldicas en sus blasones. Estos pa-

lo.nares tuvieron g^ran importancia en Italia, hlandes, Francia y nuestro

territorio, contando algunos de aquellos con poblaciones de varios miles

de parcjas, y^ozaban de tan exagerada protección, que el hurto de ellos

era castigado con la amputación de la mano derecha d^el delincuente,

para ejemplo y escarmiento de los demás.

Esta importancia y privilegio decayó con la abolición del régimenfeudal y fueros prerrogativas de la nobleza, siendo derruídos la mayoría

de estos palomares, por considérarles símbolo de grandeza y poderío,en tiempos de la revolución francesa, por la plebe enardecida.

Más tarde fué adquiriendo importancia, con otras industrias zoóge-nas, mcrced a]os estudios realizados, tanto en la cría de razas selectas

como de su explotación económica y leyes protectoras de estas aves.

La columbicultura, puesta en boga por el interés despertado con los

vuelos de las aves anilladas y la explotación productiva y racional delpalomar, tanto de razas silvestres como de selectos animales de lujo, hahecbo despertar esta lucrativa industria, principalmente en los países

meditcrráneos del mediodía de Europa y norte de Africa y América.

A más de este beneficio hemos de señalar los servicios prestadosco:no correo durante las diversas guerras, que ha merecido incorporarla

a la organización castrense, y las recientes aportaciones de las torcaces

a^ la aviación, con el estudio de las rutas de sus vuelos, siguiendo las

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clirecrioues más favurables a los diversos vientos, gracias a su admi-

rable instinto cíc orientación.

La cría de la paloma zurita en España g^oza de un tradicional abo-

lengo ^^ raigainbre, al punto que son contadas las antiguas casas de

labor quc no tienen su palomar anejo, y su nombre y derivados son

l,atronímicos de Aywltamientos, lugares y caseríos, tanto de la Penínsu-

la cutno cle las llepúblicas ainericanas de nuestra ra•r_a : unas pequeñas

islas a la entracla clc la bahía de Algeciras llevan el nombre de Palo-

iuares ; c^i las provincias clc Teruel y Valencia hay ^Zunicipios con

la dcn^m^iuacibn de Palomar, como igualmente aldeas c^1 las dc Almería,

1a^n, Granada, Ovicclo ^- La Coruña. San Andr ĉs de Paloinar, Casar de

1'alou^ares, etr., son loralidaeles que recuerdan la importancia, que en

l^asaclus ticinpus dc csplcndor, tttvicron ^cstas c^lificaciones. 1?n la pr^win-

cia cle tian Luis (República Argentina) ha}' un lug^ar bautizado con eI

simb^'^lico nou^bre de Paloma, que a su vez ]leva un monte en la cor-

^lillera de los Andes, otro en territorio ehileno, un cerro uruguayo, etc.

I?I rc^^ Juan I dc Castilla fundó en el año i379 la or<len militar dela Paloma, a la nue pertenecían los principales caballcros de la nobleza,

c^n objeto dc dcfen^ícr la íc católica, amparar doncellas, viudas, pupi-líis ^^ „tras eml^resas piadosas, a más de la clefensa dc su reino.

Los pingiics beneficios que la gran clemanda de palomas zuritas, des-

^le el pasado siglo, ha adquirido para satisfacer las nccesidades del de-

^^^orte dcl tiro de ^>ichón, hizo resurgir esta industria, así decaída du-

rante inuchos años.

I(anos de lamentar que, no obstante enrontrar en nuestra Península

un ambiente favorable a su cría, el injustr^ y equivocado concepto de

^lañiuas para los ^sembrados en que son teriidas por algunos labradores,

hosihles epidcmias cluc descastaran los palomares, los gatos, ratones,

ratas y otros animales dañinos, y, entre otros imponderables factores,

la falta de resl^eto a la propiedad ajena y el incumplimiento de las dis-

posiciones vigentes quc las protegen, han hecho queden despoblados y

sc l^irrda para Andalucía, la 1VIancha y Castilla principalmcnte una

consi^lerahle fuente cle ingresos, que sin ^randes cuidados y entrete-

niniicnto ren<lían cstos animales y ainenaren uua pronta y total des-

aharici^"ro en cl a^ro, mientras que ]os parques y grandes edificios de

las ciu<lades se huehlan de estas simPáticas aves, gracias al respeto y

cuicla^íns que el público les guarda como prucba de su cultura v civismo.

T.as ^^alomrts, objcfo ^le ^exl^lotación, son aves ^le esta especie, ^lcl orilcn

de las carinatas, de tanlaño intermedio entrc las gallittas y los pájrtr^^s,

cun ^^entanas ^iobles en la nariz, formadas hor una escama córnea que

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se abre sobre el pico, borcíes sin rebaje y corúncula que segrega tuia

sustancia ce rea. Sus patas son cortas ; sus dedos, en número de cuatro,

están dirigicíos los tres pri^neros hacia adelante y el posterior a la mis^na

altura quc los anteriores, terminando en uñas comprimidas y romas.

En los tarsos sc observan unos escudos epiteliales, transversos por de-

lante, que se tornan granulosos y reticulados por detrás.

Su plumaje, de coloración variada, según razas, mutaciones e incluso

sexo, está integrado por pluma de cañón rígido, sin hijuela, y cuyo nú-

mero es, cn las principales, el siguicnte : ro rameras primarias ; secun-

darias, de rr a i^, y timoncras, de ia a i6. Su plumón es escaso y no

tan estimado como el de ganso.

Carecen de caracteres sexuales secundarios que permitan diferenciar

ambos sexos : no obstante, el macho suele tener la cabeza y cola de mayor

tamaño que la hembra ; ésta tiene muy separadas las dos ramas del hueso

pelviano; la difcrente manera de arrullar, girando sobre sí, vueltas com-

pletas en el macho, y la mayor docilidad y movimientos de un lado a

otro en la hembra, suelen ser datos más que suficientes para su dife-

renciación. Otro procedimiento fácil para establecer ésta es enjaular

con un macho la paloma cuyo sexo deseamos conocer: si es macho se

cntablará una lucha entrc ambos ; por el contrario, si es hembra, será

recibida con toda clase de reverencias y atenciones. Si en lugar de un

macho utilizamos una hembra para csta prueba, si el animal es de sexo

contrario será bien recibido, y si es hembra, ]e mostrará indiferencia.

Son monógamas, es decir, viven en parejas, guardáncíose una per-fecta fidelidad hasta la muerte, y tienen tal apego al lugar donde naceny- forman su nido que mmca le abandonan, y separados, vuelven a éltan pronto como ]es es posible, aunque tengan que recorrer grandesdistancias. A los cinco o seis meses-segítn raza-son aptas para repro-ducirse, y emparejadas, para no separarse más, buscan sitio adecuadocíoncíc anidar, y una vez construído éste con paja y hojas secas. )ahembra pone dos huevos, con tm intervalo de cuarenta y ocho horas,que incuba durante dieciocho días, ayudada por su compañero, que lasustitu}•e determinacío tiemho : el macho de ntteve de la mañana a cua-tro cíe la tarde. y la hembra el resto del día y toda la noche, naciendoordinariamente el pichón macho antes que la hembra.

( Co rr ti n ^i^^a^r^í .l

Gráficas L?quina.-nZelénclez Valdés, 7. ^tadrirl.