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^%/%^% i^^:^;:^,..,,^^,/.,^;^...7 1fi^.f,DRID NUMERO 16-48 H AGOSTO 1998 COMO SE PLANiA U N A V I Ñ A Por NICOLAS GARCIA DE LOS SALMONES Ingeniero Agrónomo. jij^^%^^^ ^ ,^ /^^ ŝ %^^^i^%j, ,'^ /^/%^i,^ ^^^ %^ ^^//^ ^ ^ ` í °^^// y y^^^^^^j^?^jl ^^,.ç^^^^,^%/%^;^^i GOí^^i^^ti^^ ^^i i ^/^ ^// /^ ^( G % ^ ^ v ^/%///^/ i%ií^ ^ ^^ ^/ ^ /^^^ % % /^ i i ^ %^ í^! ^^'/ '/^^^^ ^^í/^/^%/ ^^/'^^ `

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1fi^.f,DRID NUMERO 16-48 H AGOSTO 1998

COMO SE PLANiA

U N A V I Ñ APor NICOLAS GARCIA DE LOS SALMONES

Ingeniero Agrónomo.

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Las personas que se han d^edica^d=o ^durante la ma.yor

p,arte ^de su vida al cultivo ^d^e una rama del saber,

suelen alcanzar un^a pr^ofunda, y especial ^c^ompetenciaque ha^ce que sus obras se^an si^empre útiles para la

a^dquisición de conoc^imi^ento^s fundamenta.les em las

materias d^e que trabaron, p^or muchos años que ha-

yan transcurri^do.

Tal suc^ede con D. Nicolás García d^e los Salmones,insigne Ingeniero Agrónomo, honra d^el Cuerpo, cu-yas obras ^de divulgación, sin más que un pequRñotrábajo ^l^e revisión, segiuirán siend:o de l^a, máximauf,^ilidad para lo^s a,g^riculto^res.

Es preciso ha.cer consta.r que a la H.OJA primitiva,es^crita por el Sr. ^García. ^de los 'Salmoiues, adiemás ^deponerla totalmente al idía, ^se l^e han aña^did^o; por juz-garlo ne^cesario, unas notas sobre la toma de muQS-tras ,de ti^erra pana, su análisis calcimétrico y sobre lolegisl^ad:o actualmente nesp^ect^o a pla^ntación ^d^e vi-ñedos.

I:a ^revisión ,d^el texto, así como las adiciones a1mismo, s^e ^debe^n al Ing^eni,ero Agrónomo D. Antani^oLarrea, ia,ctu,al Director d^e 1a Eslta^ción ^de Viticultuna.y Enolagía de Haro (Rioja).

AGOTADA com;pletamente la tinada ide 25.000 ^jemplares que, de las

H^OJAS iDIVULGADORAS, ,permite hacer el ^culpo de ipapel ^disponible ^ac-

tualmente, resulta im{^osible atender ^I,as numerosas p^eticianes que Ilegan

de las distintas provincias al SERVICIO DE CAPACiTAC1^ON Y PROPA-

GAN,DA del Ministerio de Agricultura.

COMO SE PLANTA UNA VIÑA

No puede plantarse ahora una viña segí ► n se pluntab<<antes^quiero decir, en tiempos anteriores a la inv.^sión fi-loxérica-, purque entonces esas ^plantaciones se hacían to-das con variedades'de la misma especie; esto es, con las di-versas castas de nuestras viníferas, escagiendu lcrs agricultu-res en cacía comarca la variedad de estas vides que se pres-taba mejor a la praducción, en las mejores cundi^cioncs po-sibles de cantidad y calidad, de los vinos que eran peculiares:propios de la comarca.

Bastaba recoger en una viña sana y bien productivalos sarmientos que s^e querían poner, los cuales, llevados alcampo de la plantación y recertados a la longitud conve-niente (o^chenta centímetros a un metro) se introducían.unas veces en un agujero 'hecho con " barrón" o"herrón"y^otras en un hoyo, donde, asentada la ^planta ^por debajocon buena tie^rra y aparcada por encima con tierra sueltahasta cubrir las dos yemas dejadas sobre el nivel del suelo.quedaba de este modo hecha la plantación. Posterioimente.sin más cuida^dos que los ordinarios de cultivo, se lograbanlos viñedos de gran desarrollo, producción y longevidad quese han conocido.

A^hora no se ^puede plantar ^de ese modo tan ^simple. Lasvides que hemos de ^poner son variedades o híbridas de dis-tintas especies y no de una sola especie, teniendo cada unade ellas sus aptitudes particú^lares. Y^es ^menester por esto^aber ^es^coger entre ellas la que mejor puede servirnos depi^e o^de ;patrón, que ^necesariam^ente ha de ser alguna delas llamadas vi;des am,erica^n,as, pues como estas vides nopueden darnos fruto aprovechable, quiero decir, ^zzties'rnfruto, es menes^ter el inj^erto en ellas de las clases nuestras.

Escoger bien ese pie-patrón de vid americana quie-re ,dacir que ha de ser variedad de ella que se adapte per-fectamente a las condiciones de clima, suelo y motío de

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ser•del cultivo del wiñedo; esto es, que se pueda desa:rollarperfectamente en el campo donde haya de plantarse (adap-t^ación de la vid amaericana al me^dio de cu^lti^v^o) y que,además, ^reúna condiciones que le permitan la vida en co-mún y en buena armonía para el buen desarrollo y produc-ción con la casta de vid nvestra que haya de injertarse (afi-nrdad ,del inj,erto con el patrón). Y es menester tambiénpara to^das estas variedades de vid americana sea su plan-tación en terrenos prepara^dos con labor que remueva lascapas profundas, de modo que las llúvias penetren bienen ellas antes de plantar.

Ya se ve el importante estudio que tcxlo esto requiere.y la necesidad, por consiguiente, de unas indicaciones so-bre ello, a excepción de 'la afinidad, sobre la cual los ^estudioshechos no permiten todavía una divulgación de res^:'.tadosdefinitivos.

Principale^ portainjertos u^,do^ actu^l^mente.

Las especies americanas Vitis riparia, Vitis rupesirzs yVitis berlandzeri, y diversos híbridos obtenidos entre ellasmismas y con vi^des europeas, son esas vides ,amrericia^snecesarias para patrón en las plantaciones de ahora.

En diversos ^períodos de reconstitución de los viñedosla Ampelografía universal ha señalado la s^erie mejor en-tre los divers^os tipos de vid americana, y a me^dida que losestudios y experiencias de ezninentes ampelógrafos fueronobteniendo tipos nuevos de m^ejores cualidades, han idopropagándose y sustituyendo a otros usados anteriormentey^menos útiles por alguna circunstancia.

Los más recomen^dables actualmente, según resulta delas investiga^ciones hechas en España por los Agrónomosespecialistas en Viticultura, son los siguientes :

Rup^estris d'el Lot.Riparia >C Rupestris núms. 3•3^ Y 3•309^ de Couderc.Ber,bandieri X Rup^estris núms. c^g y I IO, de Richter.Berlandiéri X Novo-Mexicdna núm. 31, de Richter.Berla^di+eri X Riparia núm. 42o A, de Millardet.

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B^etrlandi^eri X Riparia ^núm. I 57-I I, de Couderc.Riparia x Berlandieri núm. 161-49, de Ca'stel.Chasselas X Berlandieri núm. 41 B, de Millárdet.De estos tipos que forman, como ^decimos, ^la s;erie cuZ-

tural ^actualmente seleccionada que más int^éresa rconacer alos viti+eultorés para las nuevas pluntaciones de viña., vamosa dar unas in+dicaciones, á fin de que sea posible, en cadacaso particular, elegir la clase de planta que asegure u,nabuena producción.

12UPESTRIS DEL 1^OT.

Es ,una planta de sistema radicular potente, ramos delaño con un color rojo característico, hoja pequeña., arriño-nada, mds ,a^ncha que larga, de color verde claro y con senopeciolar tan sumamente abierto, que apenas deja parte dela ^hoja debajo de las venas primarias inferiores.

Si el suelo es profundo, de modo que sus. raíces puedanpenet^rar bien, alcanza gran desarrollo, aunque el terrenosea ^fuerte, seco y pedregoso. Resiste la caliza, mientras nopase de un 30 ^por I oo.

Los injertos de vides del país prenden con facilidad yse desarrollan bien, pe^ro tiene el inconveniente de que, ensuelos muy ^buenos o muy poco calizos, la planta se des-arrolla espléndidamente con detrimento de la fectindidad,que desmerece, llegando incluso a presentarse el "corri-miento de la flor.

RIPARI,a X RUPESTRIS mú'm ŝ . 3•306 Y 3•3og•

Son das híbridos que ^reúnen ^caracteres intermedios en-tre las especie's Ripari,a y Rupes'l'ris, habiendo sustituídototalmente a la primera, que antes era muy usada ^camo ^por-tainjerto.

E1 híbrido núm. 3.306 ^es una planta de hoja cuneiforme,senas laterales poco aparentes, seno peciolar en V muyabierta; la hoja es tomentosa, esto es, pelosa áspera; losramos herbáceos y los sarmientos agostados se ven cubier-tos d^e un pelo atercio^pelado de color grisáceo, por lo cual

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la distingue perfectamente del híbrido siguiente. Es plantade flares machos.

E1 híbrido núm. 3.3og es una planta de sistema ra:dicu-lar más bien superficial; ramos herbáceos bien carminados;hoja tan ancha camo larga, denta^da, con dos serie^s de dien-tes agudos no muy ^salientes, s.e^nQ peci^alar en V pequeñaabierta, ^punta bien acusada; lampiñas, con el calor muyluciente. Es planta de flores machos.

Se ^ada^ptan ambas portainjertos mejor a terrenos suel-

Fiy. 1.

ii+cpestris dcl I ot.

Fiy. 2.IZipa^•ia ;< I^upestris núm. 3.309.

tos, pero toleranda las limosas o pocos arcillasos; no le con-vienen terrenos muy secos y su tolerancia a la ca.liza llegahasta ^tzn c 5 por ioo, e incluso al ao ^par ^oo si la caliza espoco clorosante. F..l híbrido 3.306 ag!uanta mejor que ^el 3.3oglos excesos de humeda^d y^sequía. Las tierras aluviales defondo san, en todos los ^climas, las de corrdiciones que ase-guran mejor a^estos portainjertos la p^roducción constantey satisfactaria, con un buen desarrolla de las cepas al mis-mo tiempo.

La afinidad de estos portainjertos con gran númerocle variedades de la Vitis vi^nífera es buena, y la fru^ctifica-ción bastante abundante y regular, no presentándose tan-to ^coma en la Rupestris c^el I_!ot el "corrimiento de la flor".

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BERLANDIER( X Ri1PESTRIS núms. c^c^ y I 10, de RICHTER y

BERLANDIER[ X NOVO-1VIEXICANA núm. 31 R.

E^stos híbridos, en los que han querido reunirse las cua-lidades de resistencia a la ^caliza ^de la Vit^is Berl^andieri canla rusticida^ de otras espe^cies americanas, van extendién-dose rápidamente, por lo que merecen particular atención.

E1 híbrido 31 R es una planta originada por el cruce deI3er^andieri ^con Novo-M!exi^n^za, y sus caracteres difierende los otras dos portainjertos, pues presenta sistema radi-cular potente, ramos jóvenes paco carmina^dos; hojas ve^r-

1+'iy. ^f. h'iy 4.

d^iparia x; Rupestris nacm. 3..305, Berla^t^lieri X A'oc+o-Mexicana n.°31 R.

cie claro, lucientes, lisas, con s^eno peciolar muy abierto, loslaterales nulos, dientes agudos y punta agu^da manifiesta.

E1 ihí'brido ĉ}ĉ} R, ^abtenido por el cruce de las varieda-des Berlan^di^eri d^e ios Sorres y Ru^estris ^d^e^l Lolt, recu^er-da algo a esta última planta. Tiene un grueso ^y ^potentzsistema radicular; ramos jóvenes carminados; hojas lisas,algo coriáceas; seno peciolar casi nulo, y punta tnanifiesta.

E1 l^íbrido 1 lo R se ha obtenido por el cruce de 1as va-rie^dades B^erla7zdiéri R^ess^eg^tii^er núm. a y RupF^stris Marti^z,y es planta de fuerte sistema radicular; ramos jóvenes car-míinado5; hojas redendeadas, tan -ancha como largas; ver-áe más ^claro que el anterior; lisas, de^ dientes grandes, yseno peciolar en L! muy abiverta.

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Todas estas vides son resistentes a la sequía y malosterrenos, ;pudiéndase decir que son plantas adecuadas paraterrenos difíciles, sobre ^todo el I fo, ^ue es el másdifundido en España; resisten bástante bien en terrenos querienen hasta un 5o a bo por foo de caliza, por lo cual son

Fig. 5. 1^ ig. 6.Berdandieri X Ruprstris n.° 99 R. Berdandierá X Rupestrie n. ° ZIO R

muy recam^endables para las tierras en las que la a^rcilla yla caliza imponen limitaciones a la Rup^estris d^etl I,ot.

La afinidad con las diversas varie^dades de vináf^era esgrande, y la fructificación muy reĝular, habiendo ^xperien-cias ^qu^e asignan mayor afinidad al gg R con ciertas va-riedad^es ti^ntas, pero sin poderse dar resultados definitivos.

BERLANDIERI X RIPARIA riÚTTl. 420 A, de NIILLARDET.

Es una planta de sistema radicular más bien superfi-cial; hoja verde oscura y lustrosa, de contarno p^entaganaly terminada en punta acusada; seno peciolar en U muyabierta; textura g^ruesa y limbo algo ampollaso. Es plantade flores masculinas.

Es un híbrido e14ao A al que convienen terrenas na muysecos, fértiles y bien abonados; su resistencia a la calizaes grande, pues alcanza un 40 ó 5o por too. Debe reserva.rsepara terrenos sueltos y frescos, pros^perando en climas tem- -plados y próximos al mar.

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Su afinidad para las viníferas es ^nuy satisfactoria, yes uno de los mejores portainjcrtas para asegurar el buencuajado de los frutos y a^bun^dan^cia de la^s mismos.

' BERLANDIERI X RIPARIA nÚm. 157-I [, de COUDERC.

Planta de sistema radicular superficial, tiene las hojasenteras, cuneiformes, con dientes algo agudos y lóbulo cen-tral alargado; seno peciolar cerrado; color ver^ie claro, ylímbo algo ampolloso, como la anterior.

Requiere terrenos no excesivamente se^cos y bien labra-

Fig. 7. Fig. N.

I3erla»dieri X Riparia »ícna. 4,20 d. Berlandieri j< Riparia viúm, 1^7-11_

dos, resistiendo ha^s^ta un 4o por foo de caliza, sobre todasi no es muy clorosante.

La afirridad es bastante buena y ha sido base de repo-blación .de muchos viñedas andalu^ces, aunque varios porta-injertos superan a esta planta.

RIPARIA X BERLANDIERI riÚm. 161-4(^, Cle CASTEL.

Se trata de un híbrido q^ue presenta los caracteres de^Berlandieri en sus raíces y^hojas; así son aquéllas gruesas^y carnasas, mientras que lás 'hojas san ^pe•rfectamente simé-tricas, con punta aguda, seno ^geciolar cuadrado ^en U, dien-tes acusados y color verde brillante.

Para los casos de plantación en tierras de buen fo,ndo.

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frescas y fértiles, aunque sean bastante caliza^s (siempre qu::na pasen de ^un 4o a 45 ^por ► oo), este portainjerto da ex-celentes resulta^dos y puede aconsejarse. Aunque tiene má^resistencia a la seqúía y a los malos terrenos que el 4^o A.ot^ros portainjertos son superiores en estos casos, entre losclescritos.

La afinidad de esta planta es buena y fructifica muybien; en especial se encuentra bastante difundida en Le-vante.

CHASSELAS X BERLAND[ERI nÚm. 41 B, de ^^1[LLARDET.

Es una planta de porte rastrero, de larguísimas varas,poco ramificada, de largos entrenudes; hojas pentagonales.

Fig. A. Fig. l0.Riparia X Barlandieri ttúnz. IGI-49. Chasselas ;< Berlandieri ^tiúm. 41 B.

tendiendo a abarquillarse en el contorno del limbo; senoFeciolar en V, bastante a^bierto; ló^bulos bastante• marca-dos y dientes poco agudos; es cepa fértil.

Constituye el po^rtain jerto de máxima resistencia a lacaliza; también la tiene a la sequía, pero requiere un sueloremovido que facilite la penetración -de su sistema tadicu-lar, qu^es muy potente y muy ramificado en su buen des-arrollo. Resiste perfectamente un ^o par Ioo de caliza.

Es planta de buena afinidad, pero de lento desarrollo;^por ello le son muy necesario^s cuidados de cultivo en losprimeros años de su plantación, porque no formanc^o sus

raíces, en ^esas tierras calizas y^secas donde se pone, con lafacilidad que la hacen los otros portainjertos en stis pro-pios ^suelos, se le ve salir raquítico y falto de esa vegeta^ciánprecaz ^que los viticultores gustan de ver des^d^e los prime-rc^s años en sus plantaciones; pero una vez arraigado, laproducción es excelente y se mantiene por un largo período.

Otras muchos partainjertos serían dignos de mención,pero no se indican aquí, para precisar una serie del menornúme^ro posible, que comprenda aquellos que reúnan en elm^ejor ^conjunto las condiciones de vigar, rusticidad, fructi-ficación intensa, resistencia a la sequía, adaptación y afi-nidad extensas, confirmado todo ello ^por larga experiencia.

Ad^a.ptación de las portainjertos al terrenb.

Como se ha visto ,por la descripción hecha de las porta-injertos más conocidos y de mejores ^cualidades, no es in-diferente el plantar uno u otra, pues difieren en sus ca^rac-terísticas; unos van bien a terrenos secos y pedrego^sos,c^tras necesitan terrenos más fértiles o más húmedas; unasmueren a los pocos años (afectadas de la enfermedad lla-mada clorosis) si el terreno es caliza, otras resisten perfe^c-tamente una cantidad grande de caliza.

Gual sea ^el portainjerto ,aconsejable, por lo que se re-fiere a humedad y fertilidad del terreno, aun podrían sa-berlo los labradores leyendo detenidamente las descripcio-nes que anteceden o también observando 1os resultados deplantaciones he+chas en terrenos parecidas; pero la canti-dad de caliza que el terreno contiene, dato de tanta impor-tancia para la buena ^plantación, na se puede, en general:averi^gua.r a simple vista, y se hace indispensable, pa^-a ha-cer bien las cosas, tomar una muestra ^del terreno _y enviarl^i,a un labaratorio para su análisis.

TOMA DE MUESTRAS.-Para tamar una muestrá de tierralc^ primero que ha de hacerse es r^ecorrer el terrena, paraver si el suelo es igual en toda su superficie o hay variaspartes o^parcelas que parezcan tener distinta clas de tie-rras, pues en tal caso habría de cogerse una m ue^stra dis-

tinta ;por cada una de esas zonas. Después se realizan 1assiguientes operaciones por cada muestra tomada:

SuELO.-=Se Iimpia ^bien^ el suelo d^e broza en 'uno o máspuntos, abriendo los correspondientes hoyos ha^sta una pro-fundidad de triéznta ^entím;etr^as, o,hasta que se vea que cam-bia de color la tierra.

Se limgia cada hoyo, sa^cando la tierra suelta y dejandoa,plomo una de las paredes.

Con una pala se desprende luego tierra ,de esa pared cor-tada a plamo, dando los golpes de arriba-abajo.

Se toma alrededor de un kilogramo de la tier^ra reco-gida con la pala, que se mezcla bie^n con la procedente d^e losotros hoyo^s abiertos en la misma clase de terrie^o.

De esta mezcla se llena una bolsa de medio kilogramo,a^proximadamente.

SuBSUELO.-Se ahondan los hoyos hasta setentu ^c^e,ntí-'►^etnos de ^profundidad o hasta encantrar tierra dura, y sehace un escalán de modo q^ue con la pala se pueda coge^r tie-rra desde 3o hasta ^o centímetros, dando los cortes de arri-ba-abajo con una pala. Se toma un kilogra^mo de esa tie-rra, y se ^pro^cede como para el suelo, sin m'̂ e^clar nunca sr,,ae-lo can subsu'élo.

En ^cada bolsa que contenga las lmuestras tomadas; sepondrá una etiqueta que dirá:

9fUESTRA UE SL'ELO (O SUBSUBLO)

Nombre del propietario ..........................................Nombres del pueblo, pago y fin:a ............................Número o señal de la parcela .................................Situación .............................................................

(la•dera, hondo, ]lano)Orientación ...........................................................

(umbría, solana. etc.)Clase de tierra ......................................................

(casc^ josa, fuerte, suelta, fértil, etc•)

Humedad ..............................................................(muy seco, seco, fresco, etc•)

El .laboratorio que se haga cargo de la tierra determi-nará el tanto ^por ciento de ^caliza y su poder clorasante>

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para aconsejar, valiéndose de este conocimiento y de 'losdatos remitidos, el patrón o^patrones que convenga adop-tar para la clase de terreno de que se trata, evitando así,en lo posible, fracasos al agricultor.

Mado de efectuar 1a plantación.

En estas plantaciones de la vid americana, injertadacon nuestras ^castas de vinífera, el viñedo ha de ^establecer-se poniendo barbado o plant^a injerto, obtenidas previamen-te una u otra clase de plantas ^en viveros especiales paraello. Es esto lo más recomendabie, y lo que la práctica detodos ^los paí^ses vitícolas tiene demost^rado da mejores re-sultados. La formación completa del viñedo, lográn^doleent)^r^o, de una ve^, nos la asegura mejor la planta injerto.

Bien sea barbado o p^anta-injérto la empleada, es im-portantísinza la buena elécción de las plantas necesarias, yquienes plantan sin preocuparse de esta selección, y ponenmalos barbados o malos injertos, retrasan ellos mismos elbuen desarrollo de su viñedo y la pronta obtención de co--sechas normales. Y estas cosechas que podrían tener, y vie-nen tardías !por lo expuesto, y por no cuidarse tampoco deia buena selección en las varas para injerto, son ciertamen-te causa^s bien señaladas que hacen no les den estas nuevasviñas ^el beneficio debido.

Es también importantísimo que se plante en tierrasbien preparadas de labor, y hecha esta preparación delterreno en época que permita luego y antes de ^plantarse,por consiguiente, la buena penetración de las lluvias deotoño y primeras de invierno hasta las capas del sub-suelo, pues sin esto, en el clima cálido y tierra seca delviñe^do; no puede canse^guirse el almacenamiento de la hu-medad, tan necesaria para el buen desarrollo de la plantaen sus ^primeras años de vegetación. Es en las tierras remo-vidas ha.sta los 6o centímetros de profundidad (desfondemuy conveniente en todos los terrenos en que sea po-sible) dond^e mejor penetran esas aguas, y como mejorse modifican en los terrenos más compactos sus caracteresde impermeabilida^d excesiva y de difícil penetración por las

.rai^ces.

Zanjas ^corridas, de ^o a 8o centímetros de ancha yhondura e^n el sentido de la línea ^de ^plantación ; a bien ^hayosgrandes de 8o centím^etros en cua^dro y ho^ndo, ^auando nopueda ser lo primero. Y en el hoyo o zanja en que ha d^^ponerse la planta quedará ésta calocada en su centra, demodo que sus raíces baja^s (las de ba^se ^o extrema inferior,que son las solas que han de dejársele, recortadas en los^2 ^eentímetras más bajos) s^e ;asi^ent'én bie'^n ^abi^ertas ^en unacapa de la tierra más fértil del campa, bien desmenuza-da, y echándola sobre esas raíces el obrero plantadorrie modo que las vaya apisonando bien alrededor del tallaen todo ese primer tercio Son los obreros más cuidadososlos que de^ben ir delante de la cuadrilla general de planta-ción, disponiendo de este modo ese asiento de las plantas.Y e^stos obreras han de ^poner, además, aten^ción a que lasplantas queden como sigue: si son barbados, de modo quela salida de su brotación sea a ras del suelo, y si son p^l'anta-inje^.'o, can el ^punto de la solda^dura un paco más bajo deeste ras del ^suela. Y cuidando mucho siem^pre de que lasplantas entren bien frescas en el terreno, sin d^ejarlas secarn.^d^a, ^para lo cual el abrero encargado de ponerlas en loshoyos las llevará ^en un cubo con agua. Es así como la plan-ta, al panerla mojada,, y estando en su buen verdor natu-ral, nos asegura el mejar enraizamiento en el cam^po, con^el menar número de m,arras o faltas.

Tanto el barbado como la pl.anta-injert^o han de quedaral hacerse esta plantación podadas a una ^sola. vara gLlía,.y esta vara con t^res o cuatro yemas, que se aporcarán bienal plantar, dejando hecho montón ancho de tierra pulve-rizada y bien asentada, que asegur^e quede cubierta la vara..A1 aproximarse la brotación, en la quincena anterior a ésta(y h^a ^de c,onservarse bien hasta este tiempo este aporcado^hecho), se revisarán todas las plantas, para la ^poda defini-tiva, a una ^a das yema^s, que ta^mbién se hañ de dejar estavez cubiertas de tierra bien pulverizada; pero ahora sola-mente ^con la tierra precisa ^para que la biota^cián de lasyemas tenga lugar de modo que no la estarbe esa tierradel aporcado y pueda salir el brate recto y verde desde su

a^pa7i^ción, sin ca^l^arse abaj^r^ ^en blanco y con ret^orcidos a!s^alir (una mala bratación), como suele ocurrir cuando que-da mucha tierra, y más si ésta no es suelta, sobre esas dusyemas deja^das en esta poda final definitiva de la vara-guía.

I'or último, es un buen cansejo sea la planta^ción tem-prana (como época general, fin de diciembre, primera quin-cena de enero, en las comarcas de clima templado y sec.o;y sin acabar febrero en las demás). Y plantación hechasiempre en período que na sea d;e intensas heladas ni de fuer-tes vientos. En días frescos cubiertos y con buen tem^perola tierra, sabiendu que es siempre "la plantación tempranala que más ^desarrollo gana", y que, "hecha con tempero yen tierra bien preparada, la que da viña más asegurada, siia planta se puso fresca y bien seleccionada".

I.e^islación.

Una justa ordenación de la riqueza nacional aconsejadedicar cada tierra cultivable a obtener aquella cose^chapara la que sea más apta, de modo ^que el abastecimien-to de todos los habitantes del país esté asegurado, en la me-dida de lo posible, de los productas más esenciales. Así,mientras las tierras fértiles y de vega, susceptibles de re-gadío, se de^dican generalmente a ^productos de huerta yf^lantas industriales, las amplias planicies castellanas, fér-tiles, sí, pero de cará_cter semi^estepario por las escasas ]lu-vias ^que las fecundan, son el reino tra^dicional de los cerea-les. Así también las laderas pedregasas se suelen dedicar aviñedos, ya que las fuertes y profundas raíces de la vid pue-den sa^car el alimento de gran^des profundidades, en las quela tierra es distinta del cascajo superfi^cial, a la vez que Izfuerte insolar,ión ^de esas laderas asegu^ra la obtención dedulce y sabroso fruto.

A este orden en la distribución de los cultivos puedeoponerse la ignarancia o codicia de algunos que, ^on unavisión simplista y excesivamente lacal de las cosas, aban-denan cultivos esenciales ^para la riqueza del país; o. con elfin de incrementar una particular ganancia, perjudi:.an lariqueza general, dando un área excesiva o fuera de lo ŝ te-

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rrenos más convenientes a un cultivo que, por alguna cir-cunstancia, sea altamente remunerador.

Por ello el Estado, que debe velar _ por el bien general,tiene dadas varias Leyes regulando la distribución de loscultivos on ^el país, sin olvi^dar el viñedo, de tan tradicionalarraigo en España.

En virtud de la Ley general conocida por el nombrede Estatuto del Vino, complementada por una Orden mi-nisterial de fecha g de junio de ^948 (B. O. ao-VI-48), ycompletada par disposiciones aclaratorias de la Direc^ciónGeneral de Agricultura, exis^ten las siguientes normas paraía plantación de viñedos:

"Todo labrador que desee plantar una viña habrá dedirigirse al Ingeniero Jefe de la Jefatura Agronómica desu provincia, en instancia reinteg.rada por póliza de una pe-setas cincuenta céntimos, y cuyo madelo puede recibir enla prapia Jefatl^ra. En ella especifica^rá el término muni-cipal, pago, linderos y su^perficie ^de la finca que quiere plan-tar, así ĉomo el número de plantas que va a poner y susclases. Solamente después de re^cibida una autorización dela Jefa^tura Agronólnica (de la cual tendrá conocimiento laAIcal^íía respectiva), se padrá proceder a la plantación

Cuando se trate de reponer cepas perdidas en una viña,no se precisará autorización para ello; siempre que la repo-sición se realice al mismo marco de plantación y por cepaspendidas, sin aumentar, por tanto, la superficie del viñedo.Pasado este límite, será preciso ponerlo en conacimientode la Alcaldía y solicita^r autarización de la Jefatura Agro-námica.

Las sanciones por incumplimiento de estas normas con-sistirán en multas en metálico y el arranque de las planta-ciones hechas, ll^evada a cabo por el interesa^da, o a su costa.

Y, por último, para efectuar el arranque de ce^pas esnecesario panerla en conocimienta de la Alcaldía, a fin deque ésta conozca con exactitud el viñedo que desapareceA^io se concederá permiso a autorización para nuevas plan-ta^ciones de viñedo a aquellas viticultores qve pro^cedieranal arranque de sus cepas sin el corres^pondiente conocimien-to de 1^ Alcaldía respectiva."

CRAFICAS UGUINA - MEt^ENDP:Z YALDES, 7- MADRID