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n.o 65/2014
6,50 €
COMPETICIÓNPOR EL CEREBROEuropa y EE.UU. lideran sendos proyectos para descifrar la circuitería neuronal
9 771695 088703
0 0 0 6 5
MA
RZO
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RIL 2014
65/2
014
SERIE NEUROFILOSOFÍA DE LAS EMOCIONES Y LA MORAL (II)
Ética experimental
ESQUIZOFRENIAPsicoterapia para tratar los delirios
NEUROLOGÍALa verdad sobre las neuronas espejo
PSICOLOGÍA Pros y contras de ser zurdo
Disponible en su quiosco el número de marzo
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2 MENTE Y CEREBRO 65 - 2014
SUM ARIO
A PRENDIZ A JE
10 Gestionar los erroresA la hora de decidir o recordar,
caemos una y otra vez en las mismas
trampas cognitivas. Por extraño
que parezca, equivocarse resulta
rentable . Por Anna Gielas
P SICOLO GÍ A
16 La envidia¿Quién no ha envidiado alguna vez
al jefe, a la hermana o al amigo?
Sentirse envidioso es normal; inclu-
so puede favorecer la propia motiva-
ción. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando
este sentimiento se desborda?
Por Jan Crusius y Thomas Mussweiler
PERCEP CIÓN
22 El olor del miedoLos humanos podemos oler el temor
en el sudor de nuestros congéneres.
Este aroma corporal también pueden
modificar nuestra conducta sin que
seamos conscientes de ello. Por Jessi-
ca Freiherr, Katrin Haegler y Martin
Wiesmann
P SICOLO GÍ A SO CIA L
26 El desquite de los zurdosDurante años se ha estigmatizado
a quienes usaban la mano izquierda
para escribir. Hoy se les atribuyen
capacidades creativas y profesionales
superiores. Por Nicolas Guéguen
P SIQUIATRÍ A
30 Psicoterapia
para la esquizofreniaLa terapia cognitiva conductual
ayuda a paliar los síntomas psicóti-
cos. Por Tanja Wiessmann y Andreas
Bechdolf
NEURO IM AGEN
58 El rompecabezas
de las ondas cerebrales¿Abre la actividad sincrónica neuro-
nal la puerta al entendimiento de la
percepción? Por Anneke Meyer
NEUROLO GÍ A
64 Debate en torno
a las neuronas espejoLos neurocientíficos empiezan
a abrigar dudas sobre la polivalencia
de las células especulares.
Por Christian Wolf
SERIE «NEUROFILOSOFÍ A DE L A S EMO CIONES Y L A MOR A L» (I I)
68 Entre el ser y el deber serLos filósofos experimentales
consideran que la separación entre
la investigación empírica y la teoría
moral se encuentra obsoleta.
Por Markus Christen
E VOLUCIÓN
72 Las raíces evolutivas
del alcoholismo¿Por qué tienden las personas
a consumir alcohol? El estudio
de nuestros ancestros arroja luz
sobre esta cuestión. Por Andreas
Gerloff y Manfred V. Singer
MEDICIN A
76 Modelo informático
para conocer el párkinsonIdean un programa computacional
para entender la génesis y el tra-
tamiento de la «parálisis agitante».
Por Gunnar Grah y Arvind Kumar
ARTÍCULOS
Con la izquierda Los zurdos presentan ciertas ventajas res-
pecto a los diestros. Sin embargo, de ello se
benefician más los hombres que las mujeres.
Marzo / Abril de 2014 – N.o 65
Delirios y alucinaciones Junto con los fármacos, la terapia cognitiva
conductual se muestra útil para tratar los
síntomas psicóticos.
Células nerviosas bajo lupa ¿Desempeñan las neuronas espejo
tantas funciones como se pretendió
en un inicio?
26 30 64
MENTE Y CEREBRO 65 - 2014 3
M ACROPROY EC TOS
44 La ofensiva cerebralEstados Unidos, Europa y Asia
pretenden airear los «secretos
del cerebro» con sus respectivas
iniciativas. ¿Tienen estas alguna
posibilidad de éxito? Por Ulrike
Gebhardt
47 Computadora
neurobiológica
Por Karlheinz Meier
50 Máquinas con
cerebros diminutos
Por Florian Röhrbein y Alois Knoll
RE TOS TÉCNICOS
52 Objetivo:
descifrar el cerebroEuropa y Estados Unidos han pre-
visto inversiones multimillona-
rias para averiguar cómo funcio-
na nuestro órgano pensante. Los
desafíos técnicos son enormes.
Por Alison Abbott
SECCIONES
4 Encefaloscopio
> Microbiota intestinal y depresión
> Declive cognitivo por bacterias
ulcerosas
> Un test visual para la inteligencia
> La migraña tiene sexo
> Causas de la cefalea en racimos
> Martirio cerebral
> El motivo de la acción define
a la víctima
> El efecto de los cabezazos
> Ciclo menstrual y confianza
35 Instantánea
Fascículo nervioso de unión
36 Sinopsis
¿Cómo funciona la clonación?
38 Avances
> Deterioro cognitivo en la senectud.
Por Carlos G. Dotti
> Sexo y violencia en el cerebro.
Por Christof Koch
> Evolución común de las neuronas
de alerta. Por Matthias S. Keil y Joan
López-Moliner
82 Syllabus
Amnesia global transitoria.
Por Thorsten Bartsch
86 Ilusiones
A la hora justa. Por S. Martinez-Conde,
S. L. Macknik y L. L. di Stasi
89 Retrospectiva
El potencial de acción de Hodgkin
y Huxley. Por José María Valderas
93 Libros
Inteligencia animal. Monismo.
Por Luis Alonso
www.menteycerebro.es
L A NEUROCIENCIA DEL SIGLO X XI
4 MENTE Y CEREBRO 65 - 2014
ENCEFALOSCOPIOSC
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INMUNOLOGÍA
Microbiota intestinal y depresiónLos microorganismos fugados del tracto digestivo pueden alterar el estado de ánimo
Abundan cada vez más indicios de que el cerebro y el tracto
digestivo se encuentran crucialmente vinculados, y de que
la dieta y las bacterias intestinales pueden influir en nuestra
conducta, pensamiento y estado anímico. En una investigación
reciente se han hallado pruebas de translocación bacteriana o
«permeabilidad intestinal» en personas con depresión.
El sistema digestivo se encuentra revestido por una
pared celular impermeable. Ciertas conductas
o dolencias pueden debilitar esta pared,
de manera que posibilitan que sus-
tancias tóxicas y bacterias alcan-
cen el torrente circulatorio. Se-
gún un estudio publicado en
Acta Psychiatrica en mayo de
2013, alrededor de un 35 por
ciento de los participantes
que sufrían depresión pre-
sentaban también signos de permeabilidad intestinal, situación
que se había detectado previamente a través de un análisis de
sangre.
Se ignora todavía la relación entre permeabilidad y depresión,
aunque trabajos anteriores ofrecen algunas pistas. Las bacte-
rias desplazadas pueden activar respuestas autoinmunitarias
e inflamación, que se sabe están asociadas con la aparición
de depresión, decaimiento y cansancio. Michael Maes, autor
del artículo e investigador en psiquiatría con afiliaciones en
Australia y Tailandia, asegura: «un intestino permeable puede
aumentar la inflamación en pacientes deprimidos». De no re-
cibir tratamiento, ello podría exacerbar su sintomatología. En
la actualidad, si los cambios en la dieta y la modificación de la
conducta no resultan eficaces, la permeabilidad intestinal se
trata con una combinación de glutamato, N-acetilcisteína y zinc,
sustancias que poseen, se cree, propiedades antiinflamatorias
o antioxidantes. —Tori Rodriguez
COGNICIÓN
Un test visual para la inteligenciaUn cociente intelectual elevado puede reflejar rapidez mental así como el don de obviar distracciones
Hace más de un siglo que se venía
intentando, sin éxito, vincular la
percepción y la inteligencia. ¿Aprecian
las personas inteligentes más detalles en
una escena? Científicos de la Universidad
de Rochester y de la de Vanderbilt han de-
mostrado ahora que puede pronosticarse
un elevado cociente intelectual (CI) a par-
tir de la combinación de lo que se puede
percibir y lo que no.
En sendos estudios, publicados en la re-
vista Current Biology, se pidió a 67 proban-
dos que efectuaran pruebas para conocer
su CI. A continuación se les presentaron
grabaciones de vídeo de una duración de
decenas de milisegundos, en los que unas
franjas en blanco y negro (derecha) se des-
plazaban, bien hacia la izquierda bien hacia
la derecha. A los probandos se les retaba
a discernir la dirección del movimiento,
pues las franjas se movían dentro de un
marco circular de tamaño variable, que iba
desde la anchura del pulgar a la del puño,
a un brazo de distancia. Visto el cortome-
traje, los probandos debían decidir si las
barras se movían hacia la izquierda o hacia
la derecha.
Los investigadores descubrieron que
el rendimiento en esa prueba presentaba
mayor correlación con el CI que cualquier
Causas de permeabilidad intestinal
n Uso habitual de analgésicos
n Uso habitual de antibióticos
n Infecciones (como el VIH)
n Enfermedades autoinmunitarias
n Abuso del alcohol
n Enfermedad inflamatoria intestinal
n Hipersensibilidad al gluten
n Alergias alimentarias graves
n Tratamientos por radiación
n Trastornos inflamatorios
n Estrés psicológico
n Agotamiento
MENTE Y CEREBRO 65 - 2014 5
MEMORIA
Declive cognitivo por bacterias ulcerosasUn germen responsable de las úlceras gástricas podría contribuir al deterioro de la memoria e incluso al alzhéimer
Una de las bacterias dañinas fugadas del intestino podría
ser Helicobacter pylori, la principal responsable de úlce-
ras gástricas. Según un estudio del número de junio pasado
de Psychosomatic Medicine, dicha bacteria podría contribuir a
mermar la cognición o incluso a la enfermedad de Alzheimer.
Los individuos que estaban infectados con H. pylori obtuvie-
ron peores resultados que el grupo de control (no infectado)
en pruebas cognitivas, incluidos los test de memoria verbal.
Ciertos ensayos de laboratorio indican que células de H. pylori
pueden escapar del intestino e infiltrarse en el cerebro. May
Baydoun, del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de Esta-
dos Unidos, sugiere que llegadas a él, se agregan a las proteínas
amiloides características del alzhéimer e instigan la formación
de placas. En estimación de los Institutos Nacionales de Salud,
alrededor del 20 por ciento de menores de 40 años y la mitad
de los adultos mayores de 60 se encuentran infectados con esta
bacteria, la cual puede tratarse con antibióticos.
—Tori Rodriguez
Microbios con influencia en el cerebroInvestigaciones preliminares apuntan a que estos microorganismos, habituales en el intestino, pueden afectar nuestro pensar y sentir.
1 Helicobacter pylori: Niños infectados con esta bacteria, que provoca úlceras gástricas, obtuvieron puntuaciones inferiores en pruebas de cociente intelectual, lo que apunta a una posible relación entre infecciones de H. pylori y el desarrollo cognitivo.
2 Lactobacillus helveticus y Bifidobacterium longum: Probandos sanos que consumieron una mezcla probiótica de estas bacterias exhibieron menos ansiedad y depresión.
3 Bacterias probióticas B. animalis subesp. lactis, Streptococus thermophylus, L. del-brueckii subesp. bulgaricus, L. lactis subesp. lactis: Mujeres sanas que consumían yo-gur que contenía estas bacterias presentaron menor actividad en regiones cerebrales que procesan las emociones y las sensaciones físicas. Se ignora todavía si estos efectos fueron beneficiosos. Tampoco se ha descubierto el mecanismo subyacente a la transición observada en la actividad cerebral.
4 Lactobacilli: En tiempo de exámenes muy exigentes, estudiantes sanos exhibieron menor abundancia de estas bacterias en las heces en comparación con el semestre de estudios que no suponía tanto estrés. Ello parece apuntar a un cierto vínculo en-tre el estrés y estos microbios intestinales, aunque se ignora la relación exacta entre ambos.
otra relación entre la capacidad sensorial y
la inteligencia explorada hasta la fecha. No
obstante, los participantes con un elevado
CI no solo obtuvieron una puntuación glo-
bal mayor en las pruebas, sino que detec-
taron con precisión el movimiento en el
marco mínimo. Los resultados sugieren,
como tal vez cabía esperar, que la capaci-
dad de procesar información con rapidez
contribuye a la inteligencia. Ahora bien, re-
sulta curioso que a estos mismos sujetos
les costara más detectar el movimiento en
el marco máximo.
Los autores proponen que el cerebro
percibe los objetos grandes como una
imagen de fondo, y que procura, por con-
siguiente, ignorar sus movimientos. «Una
de las tareas verdaderamente importantes
que el cerebro lleva a cabo es la supresión
de información», explica Duje Tadin, de la
Universidad de Rochester. Según añade,
estos hallazgos subrayan el modo en que la
inteligencia nos exige pensar con rapidez,
pero con un enfoque selectivo, obviando
las distracciones. —Daisy Yuhas
1
3
2
4
CUESTIÓN DE COCIENTE El cociente intelectual pronostica la capaci-
dad para detectar en una fracción de segun-
do hacia qué lado se desplazan las barras.CO
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6 MENTE Y CEREBRO 65 - 2014
ENCEFALOSCOPIO
Halos, auras, destellos de luz, pinchazos, punzadas que re-
corren los brazos, repentinos olores sulfurosos. Numero-
sos síntomas de la migraña presentan cualidades vagamente
místicas, y los especialistas siguen desconcertados, sin saber de
cierto las causas de estas debilitantes cefaleas.
Investigadoras de la Universidad Harvard han avanzado un
paso para explicar por qué las mujeres presentan el doble de pro-
babilidad que los hombres para sufrir migraña crónica. Según
Nasim Maleki, investigadora de la mencionada universidad, el
cerebro de las mujeres que padecen migraña difiere de manera
notable del de los pacientes masculinos, por lo que debería di-
ferenciarse el trastorno según el sexo.
Se conoce que las regiones cerebrales responsables del mo-
vimiento y del dolor presentan una mayor excitabilidad en
las personas afectadas de migraña. En un estudio publicado
el año pasado en Brain, Maleki y sus colaboradores indujeron
sensaciones dolorosas a pacientes con migraña crónica de am-
bos sexos. En concreto, les aplicaron calor en el dorso de la
mano mientras yacían en un escáner de resonancia magnética
funcional.
Las neuroimágenes mostraron que el cerebro de las muje-
res respondía con mayor intensidad que el de los varones en
áreas asociadas al procesamiento de las emociones (como la
amígdala); además, la ínsula posterior y el precúneo (áreas
responsables del procesamiento motor, la sensación de dolor
y la percepción visuoespacial) aparecían más gruesas y se ha-
llaban más interconectadas que en el caso de los varones y de
los probandos sanos.
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NEUROLOGÍA
Causas de la cefalea en racimosInvestigan las bases neuronales de una de las cefalalgias más discapacitantes
La migraña no se erige como la única
culpable de los intensos dolores de
cabeza. También la cefalea en racimos
lleva largo tiempo causando perplejidad
en los investigadores, si bien los estudios
van revelando, poco a poco, qué partes del
cerebro intervienen en estas ocasionales
explosiones dolorosas.
Los episodios repetitivos de dolor que
produce la cefalea en racimos tienden a
presentarse en rachas que duran de seis a
ocho semanas. A lo largo de estos ciclos, las
personas afligidas (sobre todo hombres) ex-
perimentan a diario intensos dolores en un
lado de la cabeza, que duran una o dos horas,
según explica Peter Goadsby, neurólogo de la
Universidad de California en San Francisco.
Hace unos quince años, Goadsby y sus
colaboradores asociaron la cefalea en ra-
cimos con una actividad sináptica más
intensa en las inmediaciones o dentro del
hipotálamo (esta región media en las sen-
saciones de hambre, sed, sueño e impulso
sexual, entre otras). Sin embargo, los inves-
tigadores siguen buscando el modo en que
la actividad en la periferia hipotálamica
puede conjurar la dolencia y qué otras alte-
raciones en la estructura, el metabolismo o
las interacciones contribuyen a los rítmicos
latidos de dolor que sufren estos pacientes.
Según se ha descubierto, la región perihi-
potalámica podría diferir no solo en su
actividad eléctrica, sino también en sus
interacciones con otras partes del cerebro.
Un equipo de Pekín presentó en PLOS
ONE, en febrero de 2013, imágenes cere-
brales de una docena de hombres en pleno
ataque de cefalea en racimos. Los inves-
tigadores rastrearon el flujo sanguíneo y,
con ello, las conexiones funcionales entre
el hipotálamo y otras regiones cerebrales.
En comparación con varones sanos, estos
pacientes presentaban inusitadas conexio-
nes hipotalámicas. Así, cuando les atacaba
el dolor de cabeza, participaban en estas
interacciones alteradas regiones cerebrales
asociadas al procesamiento del dolor. Aho-
ra bien, las conexiones hipotalámicas se
mostraron asimismo descompensadas en
los intervalos entre los episodios dolorosos.
Ello apunta a que el cerebro de los sujetos
propensos a padecer cefalea en racimos
presenta diferencias persistentes.
—Andrea Anderson
NEUROLOGÍA
La migraña tiene sexoLas jaquecas femeninas pueden requerir un tratamiento
diferenciado de las masculinas
MENTE Y CEREBRO 65 - 2014 7
PERCEPCIÓN
Martirio cerebralLa neuroimagen apunta hacia una signatura neural para el dolor físico
El dolor, como la verdad y la be-
lleza, es subjetivo y difícil de de-
finir. Lo que en un instante resulta
doloroso puede no ser acusado como
tal poco después; además, nuestro
pensamiento y estado de ánimo ma-
tizan el modo en que experimenta-
mos el dolor. Según un informe en
el número de abril de 2013 del New
England Journal of Medicine, tal vez
en el futuro sea posible medir el do-
lor mediante escáneres cerebrales,
un importante avance si se piensa
en las valoraciones subjetivas que se
solicitan hoy por hoy a los pacientes
a partir de escalas del 1 al 10.
Los investigadores, dirigidos por
Tor Wager, de la Universidad de Co-
lorado en Boulder, aplicaron toques
calientes en el brazo a probandos
sanos. Estos eran en
algunos casos grata-
mente cálidos, en otros,
calientes hasta incluso
provocar dolor. Median-
te resonancia magnéti-
ca funcional cotejaron
la actividad neuronal.
Observaron que duran-
te la aplicación de estos
estímulos se activaba de
forma sistemática un
grupo de regiones re-
partidas por todo el cerebro. Aunque
estas áreas cerebrales ya se habían
asociado con la sensación de dolor,
el nuevo estudio aportaba un dato
llamativo: la excitación de las neuro-
nas ante el dolor aparecía con mayor
precisión que en otros estudios. Esta
característica neural se detectaba en
el 93 por ciento de los sujetos que
decían sufrir calor doloroso, se incre-
mentaba a la par que el dolor y retro-
cedía después de que los probandos
tomasen un analgésico.
Los investigadores constataron
que la actividad cerebral aparecía de
forma específica ante un dolor físico,
no ya en relación a una experiencia
desagradable general. Para ello se ba-
saron en el siguiente experimento:
cuando mostraban a los probandos
la fotografía de un amante que les
había abandonado en fecha reciente,
el efecto descrito no se apreciaba en
las neuroimágenes correspondientes.
Aunque en el dolor físico y el emo-
cional participan algunas de las mis-
mas regiones, el estudio reveló que
ambos dolores se hallan separados
por diferencias «de grano fino» en su
activación.
Un indicador de dolor con base
cerebral podría servir para ayudar
a las personas con dificultades de co-
municación (niños pequeños o víc-
timas de un ictus, por ejemplo). En
cualquier caso, Wager no considera
que esta característica neural pueda
ser un detector de «dolores fingidos».
Cuando una persona afirma sentir
dolor, son muchos los ingredientes
psicológicos y fisiológicos que in-
tervienen. «En este caso hemos des-
cubierto solo uno de ellos», explica
Wager. Y añade: «El dolor no es una
sola cosa».
—Michele Solis
Una sensación con múltiples carasA pesar de que se dan grandes avances en la comprensión y el tratamiento del dolor, los nuevos descubrimientos suscitan nuevas preguntas. Los recientes hallazgos revelan conexiones profundas entre la susodicha sensación y procesos esenciales, tanto físicos como mentales.
n Los pacientes con dolor lumbar crónico tienden a perder capacidad de aprendizaje emotivo; en cambio, presentan mayor sensibilidad gustativa.
n El dolor crónico encoge el cerebro; hasta un once por ciento en algunos casos.
n Quienes sufren dolor crónico pueden aprender a controlar su percepción imaginando situaciones placenteras o confiando en que un determinado estímulo es inocuo.
n El recuerdo de un dolor puede provocar que per-sista de por vida, aunque la lesión inicial se haya curado.
n Quienes padecen dolores crónicos pueden apren-der a asociarlos con lugares; el regreso a ese espa-cio incluso puede reforzar la asociación negativa.
CO
RBIS
Los mismos investigadores presentaron el pa-
sado mes de junio otro curioso hallazgo en el
Congreso internacional sobre cefaleas. A través
de neuroimágenes de personas con migraña y de
otras sanas con edades comprendidas entre los
20 y los 65 años descubrieron que en las mujeres
con migraña crónica, la ínsula posterior no parecía
adelgazar con la edad, como sí sucede por lo común
en el resto de los mortales, incluidos los hombres
con migraña. La región, gruesa de partida, se con-
servaba igual en ellas.
Todavía se desconoce si el engrosamiento de
la ínsula es una defensa del propio cerebro o
un fenómeno que agrava la migraña femenina,
señala Maleki. Con todo, cada vez existen más
pruebas de que, en el terreno de las migrañas,
el cerebro de hombres y mujeres difiere en su
funcionamiento.
Tal hallazgo podría contribuir en el tratamiento
de estos casos, pues permitiría la elaboración de
ensayos clínicos más certeros al administrar fár-
macos según el sexo del paciente. Ello contribuiría
asimismo al diseño de terapias basadas en dichas
diferencias, aumentando las posibilidades de alivio
en hombres y mujeres.
—Cat Bohannon
8 MENTE Y CEREBRO 65 - 2014
ENCEFALOSCOPIO
PSICOLOGÍA SOCIAL
El motivo de la acción define a la víctima Nuestra percepción de los perjudicados por un suceso lesivo varía según si el daño ha sido intencionado o involuntario
Cuando una fechoría llega a los titulares de un
periódico, lo primero que queremos saber es si
la acción fue perpetrada de propósito. Se sabe que la
intención pesa en los juicios morales, influencia que
conocemos por experiencia personal y que nume-
rosos estudios confirman. Investigaciones recientes
sugieren que al atender a la causa de un suceso puede
distorsionarse la visión del daño perpetrado. Y el co-
nocimiento del motivo del acto lesivo puede incluso
influir en nuestra consideración de las víctimas, de
manera que se les atribuye dolor y consciencia cuando
no existe ni uno ni otra.
En un estudio publicado en julio de 2013 en Psycho-
logical Science, Daniel Ames y Susan Fiske, ambos de
la Universidad de Princeton, solicitaron a 80 personas
que leyeran un informe sobre el director general de
una compañía que había efectuado, fuera sin querer
o de forma deliberada, una mala inversión, lo cual
repercutió en una reducción salarial a sus empleados.
Quienes creyeron que el ejecutivo había errado de
forma intencionada, estimaron en promedio y en una
escala de 0 a 100, que el daño causado al personal era
un 39 por ciento mayor en comparación con la valo-
ración de quienes creían que la acción había sido involuntaria.
En un experimento longitudinal, 55 probandos leyeron que un
individuo había desviado, de forma involuntaria o deliberada, el
curso de un río, de modo que había provocado una seca. Quienes
consideraron que el desvío fue sin querer, valoraron con buen tino
los daños causados (2753 dólares en promedio, frente a la cifra
real de 2852 dólares). En cambio, los participantes que pensaban
que la acción había sido intencionada sobrestimaron visiblemente
las consecuencias económicas: 5120 dólares de media. Este sesgo
psicológico presenta consecuencias en la política: si los Gobiernos
exageran sistemáticamente los daños causados de forma volunta-
ria (el terrorismo, por ejemplo), podrían reservar menos recursos
para combatir daños de otro tipo, entre ellos el calentamiento
global, advierte Ames.
Científicos de la Universidad Harvard y de la de Pensilvania
exploraron cómo influye en la percepción de los perjudicados
el que la mala acción haya sido intencionada o involuntaria.
En su estudio, que apareció el pasado junio en Psychological
Science, los probandos debían leer la noticia de una enfermera
de hospital que, por dinero, desconectaba la alimentación a una
paciente, de nombre Ann y que se hallaba en estado vegetativo
persistente. Otros leyeron una historia parecida sobre una en-
fermera que cuidaba con atención a la misma paciente. Cuando,
tras la lectura, se preguntó a los probandos sobre las faculta-
des mentales de Ann, aquellos que se habían enfrentado con la
narración en la que la paciente aparecía como una víctima (la
enfermera la había desconectado de la máquina por dinero),
la consideraron más capaz de sentir dolor y de ser consciente
que quienes leyeron la otra versión del suceso. Pruebas poste-
riores similares confirmaron estos resultados. En otra serie de
experimentos, Ann ya no aparecía como una paciente humana
en estado vegetativo persistente, sino como un robot o un ca-
dáver. También en esta ocasión, los participantes consideraron
que los afectados disponían de una mayor consciencia si se les
presentaba como víctimas.
Los hallazgos contribuyen a la comprensión y explicación de
problemas morales complejos, entre ellos, el aborto. Habrá perso-
nas que consideren que el feto es consciente porque juzgan que
el aborto es una acción inmoral, y no a la inversa, que se trata
de una conducta inmoral porque los fetos poseen consciencia.
«A menudo las personas tienen intuiciones morales de tipo acto
reflejo que solo se explican a posteriori», concluye Adrian Ward,
uno de los coautores y en la actualidad en la Universidad de Co-
lorado en Boulder. «En muchas ocasiones, un razonamiento de
apariencia causal no es sino una justificación post hoc.»
—Melinda Wenner Moyer
MA
GO
Z
MENTE Y CEREBRO 65 - 2014 9
COGNICIÓN
El efecto de los cabezazos Los tiros de cabeza reiterados pueden afectar a la memoria de
los jugadores de fútbol
El frecuente lanzamiento del balón con la cabeza puede afec-
tar de manera adversa a la estructura y cognición cerebral
de los futbolistas, según un estudio preliminar. A través de
neuroimágenes de 37 jugadores de balompié aficionados y de
edades comprendidas entre los 21 y los 44 años, se observó que
quienes declaraban que jugaban «de cabeza» con frecuencia
presentaban alteraciones microestructurales en la materia
blanca del cerebro, similares a las secuelas de una lesión trau-
mática cerebral. En pruebas de cognición, los mismos sujetos
obtuvieron resultados inferiores a los demás probandos. En el
estudio, publicado en línea en Radiology, se hallaron pruebas
de un número umbral (1800 jugadas de cabeza) a partir del
cual empezaban a manifestarse los efectos negativos sobre la
memoria de los futbolistas. Michael Lipton, neurorradiólogo
de la Escuela de Medicina Albert Einstein de la Universidad
Yeshiva y director de la investigación, afirma que los cabezazos
podrían provocar ligeras conmociones cerebrales; incluso si
los jugadores no presentan síntomas.
Los resultados merecen atención, pero distan de ser conclu-
yentes, matiza por su parte Jonathan French, neuropsicólogo del
programa de conmoción cerebral en el deporte que desarrolla el
Centro Médico de Pittsburgh y quien no participó en el trabajo.
«La mayoría de los futbolistas que sufren una conmoción no ex-
perimentan problemas funcionales en su vida diaria», comenta.
Asimismo destaca que los cambios estructurales hallados en el
estudio resultan «tan microscópicos» que se ignora su implica-
ción real en la función cerebral a largo plazo.
Con todo, Lipton subraya la necesidad de seguir trabajando para
determinar la importancia de las alteraciones cerebrales y confía
en llamar la atención sobre los posibles riesgos del fútbol, ya que
se trata del deporte más popular del mundo.
—Ajai Raj
PSICOBIOLOGÍA
Ciclo menstrual y confianzaLas mujeres se muestran más cautas durante la ovulación, sobre todo en su relación con hombres
Según investigaciones pretéritas, las
mujeres, al acercarse el período más
fértil del mes, tienden a inclinarse por
posibles compañeros sexuales con signos
externos de idoneidad genética, entre
ellos, la simetría facial. Se ha observado
ahora que las féminas en tal coyuntura
se comportan con los extraños de distin-
ta forma en otros contextos.
Un artículo publicado en Biological
Psychology de abril pasado, revela que,
al acercarse la ovulación, las mujeres
que participaban en un juego basado en
inversiones en la bolsa se mostraban me-
nos proclives a confiar en otras personas;
sobre todo si estos sujetos eran hombres
atractivos. La concentración de estradiol,
que alcanza su máximo justo antes de la
ovulación, se hallaba en correlación con
la desconfianza. Ello sugiere que la mayor
cautela femenina radicaba en la fisiología
del ciclo menstrual. Este hallazgo respalda
la idea de que, en la ovulación, las mujeres
pudieran estar atemperando de manera
inconsciente su aumentada atracción ha-
cia los hombres al interactuar con ellos
con mayor reserva. —Tori Rodriguez
GET
TY
IMA
GES
/ A
DA
M P
RET
TY
10 MENTE Y CEREBRO 65 - 2014
APRENDIZ A JE
¿Cuándo fue la última vez que estuvo
convencido a pies juntillas de te-
ner la razón, no obstante, al final
resultó que estaba equivocado? No
se preocupe. Ocurre con frecuen-
cia. Nuestra certidumbre subjetiva de realizar lo
correcto no emerge forzosamente de los hechos,
pues en la mayoría de las situaciones cotidianas
caemos en errores sistemáticos. Los investiga-
dores de la cognición, que llevan años rastrean-
do estos fallos, han encontrado unos cien tipos
distintos. Repasemos algunos de los errores de
pensamiento más frecuentes.
En muchas de nuestras decisiones emplea-
mos pronósticos emocionales: al elegir el menú
de la cena, el próximo destino de vacaciones o
la pareja. Tan solo podemos estimar las decisio-
nes futuras en relación a nuestras convicciones
porque sobreestimamos la duración e intensi-
dad de las emociones que nos provocan ciertos
acontecimientos, como han revelado numerosos
experimentos. Se trata del fenómeno psicológico
conocido como sesgo de impacto. Si imaginamos
que nos pasará algún acontecimiento positivo,
creemos que la felicidad resultante se mantendrá
por más tiempo; por el contrario, ante las malas
noticias desechamos la idea de volver a ser felices
algún día.
Jordi Quoidbach, en la actualidad en la Univer-
sidad Pompeu Fabra, y Elizabeth Dunn, de la Uni-
versidad de la Columbia Británica, mostraron en
2010 que este efecto se superpone a las propias pe-
Gestionar los erroresEn la decisión y recordación, los humanos caemos una y otra
vez en las mismas trampas cognitivas. Por extraño que parezca,
equivocarse resulta rentable
ANNA GIEL A S
Cuanto más te
equivocas, más
rápido aprendes