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Que si quieres arroz Catalina: Una señora paella en Madrid
Por fin una arrocería en Madrid en un precio comedido; esa es la conclusión después de haber
comido en Que si quieres arroz Catalina. Situado en el Palacio de La Misión (Bodas, Bautizos,
Banquetes), ahora comienzan por el abecedario y le añaden la a de Arroz (solo mediodías).
Propuesta de entrantes, dos ensaladas, y diversos arroces, entre ellos secos como senyoret, el
negro, el huertano, y una paella de fideo número 1, entre los
melosos en perol: huertano, marinero y de bogavante americano,
y como especialidad de la casa una verdadera paella valenciana
con pato, conejo, bachoqueta (judía verde), garrofón (alubia),
alcachofas y caracoles. El servicio invita a escoger el menú entre
el que se encuentran varios entrantes, el arroz, postre ó café a un
precio de 25€ (i.i); y verdaderamente merece mucho la pena; es
decir la ecuación de lo recibido versus lo solicitado es altamente
satisfactoria para el cliente.
En los fogones, el exbulli al que Ferrán Adriá dio en su día la responsabilidad de la Hacienda
Benazuza, Rafael Morales. Criado en Valencia, llegó a conseguir dos estrellas Michelin para el hotel
sevillano. En este caso, Rafa se aleja de la alta gastronomía para acercarse más a un público
familiar, y de grupos que simplemente (aunque no siempre parece que esto es sencillo) quiere
degustar un buen arroz.
[http://bit.ly/PFBSBO]
4 de abril de 2014
Antes de comenzar nos comentan que nos podemos comer cierto contenido del florero, en concreto
naranja, arroz y aceituna negra. Un guiño al mediterráneo y a Valencia que se completan junto con
unos encurtidos, y un alioli de azafrán. Se recuerdan momentos bulli con la aceituna esferificada, a
la cual la falta una textura algo más consistente.
Seguimos con la ensaladilla rusa, de buena textura, con multitud de ingredientes como huevas de
trucha, aceituna negra, pepinillos, donde echamos en falta algo más de empuje en la mayonesa.
Con ella también nos llega unos boquerones en vinagre con patatas fritas, enteros y desespinados,
muy suaves y equilibrados con el vinagre en una cantidad muy reducido. Un acierto.
A continuación en otra pareja de entrantes, las croquetas de jamón y unos calamares a la andaluza.
Las primeras muy bien fritas, con mucho sabor, una parte exterior muy crujiente, y el relleno fluido,
casi líquido; notables. Los calamares también destacando en su fritura, pero con un poco de falta
de sabor.
Los entrantes no dejan de ser un preámbulo, una forma de llevar mejor la espera para la paella
valenciana. Es necesaria solicitarla al menos con 3 horas de antelación, ya que el fumé se realiza en
la propia paella. De sabor muy intenso, sin nada de grasa, con el grano muy suelto, y en su punto,
como el resto de las verduras. El arroz ha absorbido tanto el caldo que la potencia gustativa se
concentra mucho más en él que en los trozos de pato de la Albufera, o en el conejo. Imprescindible.
En la capital pocos arroces al nivel de esta paella valenciana, probablemente algunos de los la
Bomba Bistrot, aunque sin ser una arrocería y tener esta variedad. Propuesta que en la zona de la
Casa de Campo no tiene competencia, y diría que tampoco en la ciudad a este nivel de precio.
Un ejemplo de que se pueden encontrar en esta ciudad atiborrada de negocios de restauración,
pequeños nichos de mercado, donde poder diferenciarse; y encontrar clientes.
En general una propuesta sencilla, con altos objetivos en cada uno de los platos, con los arroces
como piedra angular, en los que se busca directamente la perfección. Para los arroceros, ya no
será necesario hacerse 350km para asegurarse tomar un arroz como mandan los cánones
valencianos.
Que si quieres arroz Catalina: Una señora paella en Madrid