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 PROEMIO, ESTUDIO INTRODUCTIVO, ( SELECCI ÓN Y ANÁ LISIS D E LOS TEXTOS P OR FRANCISCO LARROYO

Comte Curso de Filosopfia Positiva

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FILOSOFÍA POSITIVA

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  • PROEMIO, ESTUDIO IN TR O D U C TIV O ,( SELECCIN Y ANLISIS DE LOS TE X TO S

    POR

    FRANCISCO LARROYO

    EDITORIAL PORRAAV. REPBLICA ARGENTINA 15. MXICO

    SEPAN CUANTOS... Nm. 340

  • CURSO 1)E FILOSOFA POSITIVA

  • A N LISIS

    En 1826 Comte se halla en aptitud, merced a su interna evolucin, de ofrecer una nueva doctrina. Est maduro, por as decirlo, para redactar el Curso de filosofa positiva, su obra mayor, en la que presenta los materiales, ya ordenados, del positivismo. El autor, en efecto, expone en ella una imagen de la realidad desde un punto de vista positivo, ello es, una actitud que rehye con desenfado y rechaza con nfasis toda respuesta metafsica.

    En el mencionado ao (1826) recuerda Comte que compuso el programa de un Curso de filosofa positiva que habra de impartiese en 72 lecciones, del l s de abril del propio ao al l 2 de abril del ao siguientes (1827). Constaba de cuatro partes.

    I. Preliminares generales (2 lecciones).1. Exposicin del objeto del curso (1).2. Exposicin del plan (1).

    II. Matemticas (16 lecciones).1. Clculo (7).2. Geometra (5).3. Mecnica (4).

    III. Ciencia de los cuerpos simples (30 lecciones).1. Astronoma (10).2. Fsica (10).3. Qumica (10).

    IV. Ciencia de los cuerpos organizados (24 lecciones).1. Fisiologa (10).2. Fsica social (14).

    El Curso no se inici en la fecha anunciada, sino en 1828; adems, hubo de interrumpirse. El exceso de trabajo le produjo a Comte una inesperada crisis mental seguida de aguda depresin nerviosa. Por fortuna supera pronto tan inoportuna peripecia y, ya restablecido, reemprende en 1829 el Curso, con tan creciente xito que vino a prodigarle pblica fama y numerosos discpulos. Fruto de su labor docente fiie la publicacin del definitivo Curso de filosofa positiva, cuyo primer volumen (de los seis de que consta) tuvo efecto en 1830. Los cinco restantes, tambin publicados en Pars, se editaron a intervalos: 1833, 1835, 1838, 1839, 1842.

    Esta edicin (la princeps) consta de 60 lecciones, repartidas en cinco tomos, Pars, Bachelier, Imprimeur, Libraire pour les sciences (Quai des Agustins, 55), que la Sociedad positivista de enseanza popular

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    Superior, de Pars, dirigida por su fiel discpulo Pedro LafFite, reedit varias veces garantizando su autenticidad y difusin.

    El tomo primero contiene, tras una. Advertencia, de suyo importan ^del autor, las nociones preliminares y los fundamentos de hfilosofa matemtica (lecciones 1-18). La primera leccin expone el objeto general del curso o sea la naturaleza e importancia de la filosofa positiva. La segunda, el plan o sea la caracterizacin y jerarqua de las ciencias. Los temas de la filosofa matemtica se extienden de la tercera a la decimocuarta leccin (clculo y geometra). De la decimoquinta a la decimoctava, en fin, se acomete el estudio de la mecnica racional en sus dos formas: la esttica y la dinmica. La filosofa positiva es inseparable de las ciencias particulares; ms: es la enciclopedia sistematizada del saber cientfico. Esta nocin ya est preformada claramente en los Opuscules. Ahora se extiende y profundiza en el Cours.

    El tomo segundo est consagrado a la filosofa astronmica y la filosofa fsica (19-34 lecciones). Manera de decir, conforme a su concepto cientfico de la filosofa. Despus de hablar de la filosofa de la astronoma en general, se pasa a considerar en particular los temas del mtodo de observacin, de las aplicaciones de la geometra a los movimientos de los cuerpos celestes (incluyendo a la Tierra), de la ley dla gravitacin universal, de la esttica y de la dinmica asimismo celestes. De la leccin 28 a la 34, de la filosofa fsica, en oportunas reflexiones concernientes a la barologa, trmica, acstica, ptica y electricidad. 1

    Llenan el tomo tercero (lecciones 35-45) consideraciones acerca de la filosofa qumica y la filosofa biolgica. Respecto de la primera, la meditacin toca de frente la qumica inorgnica (sin omitir la electroqumica y la qumica orgnica). Desde la leccin 40 a la 45 se aborda la biologa en su aspecto filosfico. De inmediato se ofrece un examen ; filosfico de las ciencias biolgicas (de anatoma y f i s i o l o g a ) . En seguida, se manipulan en su orden problemas de la vida vegetativa y vida animal. Muy atendible es la leccin 45 en donde se habla en tono elocuente de las funciones intelectuales en nexo con la vida orgnica* Desde la biologa se est ya dentro del grupo de las ciencias de os cuerpos organizados.

    La filosofa biolgica trae consigo peculiares nociones de suyo jg portantes. Aparece, preformado, el principio metodolgico de an ~ a y sntesis cientficos que en la tercera etapa de la evolucin fns J a de Comte (en el Systme) ser desenvuelto ampliamente por su ap.JH cin conjunta a biologa y sociologa. |jft

    Los conceptos de rgano, funcin y medio llevan al autor a . de que en biologa la visin sinttica (correlativa) del saber es i ^ cindible. Slo relacionando las partes que lo constituyen dentro m medio ambiente, se tiene una nocin exacta de un organisrn0^ .^, Comte: Dado el rgano o la modificacin orgnica, hallar la yo el acto, y a la recproca. Pero todo organismo, a su turno, n

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    desarrolla en un medio. Este es el conjunto de las circunstancias exteriores necesarias para la existencia de la vida orgnica. La biologa, en suma, ha de proceder correlacionando rganos, funciones y medio, ello es, ha de proceder de manera sinttica. En las ciencias precedentes (astronoma, fsica, qumica) predomina la concepcin analtica.

    El tomo cuarto se ocupa de la parte dogmtica de la filosofa social (lecciones 46-51). (El trmino dogmtico est concebido en su acepcin de punto fundamental de doctrina). Se inicia el tomo haciendo ver la necesidad y oportunidad de la fsica social, ello es, la consideracin de los hechos sociales conforme a los mtodos de la ciencia natural. Tras de enjuiciar los caminos hasta entonces seguidos por la filosofa en el estudio de las ciencias sociales, muestra cmo procede el mtodo positivo en tal empresa (leccin 48). Ante todo, precisa establecer, las relaciones de la fsica social con las otras ramas de la filosofa positiva (leccin 49). Las lecciones 50 y 51, respectivamente, abordan los fundamentos de la esttica social (orden natural de las sociedades humanas) y la dinmica social (el progreso natural de la humanidad).

    El tomo quinto (lecciones 52-55) contempla en especial la parte histrica de la filosofa social en todo lo que concierne al estado teolgico y al estado metafsico. Del tercer estado por el que ha atravesado la humanidad, el estado positivo, se ocupar el tomo sexto. Para el estudio de las tres edades del estado teolgico, a saber, el fetichismo, el politesmo y el monotesmo, estn consagradas, en su orden, las lecciones 52,53 y 54. A la concepcin teolgica corresponde un rgimen sacerdotal y militar, a la vez. Con el fetichismo nace este rgimen; con el politesmo, se desenvuelve, y se consolida y legaliza con el monotesmo. El estado metafsico (leccin 55) es crtico respecto al teolgico y se prolonga hasta las sociedades modernas. Con el tiempo, empero, apunta a una poca revolucionaria, la cual va minando al rgimen teolgico y militar en su conjunto. El gobierno militarista cede el lugar poco a poco a un gobierno de legistas.

    El tomo sexto y ltimo contiene, tras un Prefacio personal (en donde Comte, ante los peligros que entraa una nueva doctrina, asegura mantener con energa su pensamiento) las lecciones 56-60, divididas en dos partes: la parte histrica del estado positivo de la filosofa social (56 y 57), y las Conclusiones generales (58-60). En el estado positivo de la humanidad: dentro del saber surge, poderosa, la creciente especia- zacin de las ciencias, y en la poltica se opera una convergencia Progresiva en favor de un rgimen racional y pacifista. Contemplando orgenes, proceso y resultados de la Revolucin Francesa, o europea, se advierte el inmediato futuro del gnero humano. A la luz de las nuevas circunstancias se formula en la leccin 58 una apreciacin de ^njunto acerca de las posibilidades y eficacia del mtodo positivo. Finalmente se valora (leccin 59) la filosofa positiva en general, y de ah se obtiene un juicio de la accin consecuente e inseparable que conlleva el positivismo (leccin 60).

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    Unas palabras finales sobre esta obra. El texto regulativo del Curso de filosofa positiva es el de la primera edicin, la nica que apareci en vida de Comte. En 1852, an en vida del autor, tuvo efecto una exacta reimpresin del primer volumen, autorizada. Muerto Comte Emilio Littr dirigi tres reediciones sucesivas de toda la obra. Por desgracia, aparecieron con no pocas faltas tipogrficas, sobre todo la ltima. En 1892, el discpulo ortodoxo de Comte, Pedro Laffitte, reedit nuevamente la obra estrictamente conforme a la primera, corrigiendo las erratas de imprenta. Desde entonces, sta es la ms consultada.

  • NOCIN DE LA FILOSOFA POSITIVA

    Dado el empleo constante (dentro de una acepcin invariable) del vo- cablo filosofa, en este curso, me ha parecido superfluo definirla de otro modo que por el uso uniforme que hago de ella. La primera leccin puede sgucQnsiderada, en particular como el anlisls^It^-^^iT T rn exacta d e jo que denomino filosofa positiva. Lamento, sin embargo, haber tenido que aceptar el trmino Filosofa, tan abusivamente empleado en multitud de acepciones diversas; pero el adjetivo positiva con que modifico su sentido, me parece suficiente para deshacer desde luego todo equvoco, al menos para quienes conozcan bien su significacin. Me limitar, por ello, a declarar que uso^fe-pglabramlosofa^ como la emplearon los antiguos, especialmente Aristtejc^, en strsrgni- ficacin de sistema general de las concepciones humanas. Aadiendo la palabra positiva, anuncia esta manera especial de filosorarTque consiste en ver en las teoras, cualquiera sea su orden de ideas, como dirigidas a la coordinacin de los hechos observados, lo cual constituye el tercero y ltimo estado de la filosofa general, primitivamente teolgico y despus metafsico, segn explico desde la primera leccin.

    Hay sin duda demasiada analoga entre mi filosofa positiva y lo que los sabios ingleses entienden, sobre todo desde Newton, por filosofa natural. Pero no acept esta denominacin, ni la de filosofa de las ciencias quiz ms precisa porque ni una ni otra abarcan todas las especies de fenmenos, mientras que la filosofa positiva en la que implico el estudio de los fenmenos sociales adems de todos los otros, designa un modo uniforme de razonar aplicable a cualesquiera temas sobre los que puede ejercitarse el espritu humano. Adems, la expresin filosofa natural es usada en Inglaterra para designar el conjunto de las diversas ciencias de observacin, incluyendo conocimientos muy especiales, mientras que por filosofa positiva, y frente a ciencias positivas, entiendo slo el estudio de las generalidades de las diversas ciencias, interrogndolas como sumisas a un mtodo nico y comprensivas de las diferentes partes de un plan general de investigaciones. La expresin que he debido construir es, as, a la vez, ms extensa y ms restringida que dichas denominaciones anlogas, las que en su fundamental carcter, a primera vista podran verse como equivalentes.*

    * A dvertencia prelim inar. Versin de F. Larroyo.

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  • 3 8 LA FILOSOFA POSITIVA

    LA LEY DE LOS TRES ESTADOS

    Con la mira de explicar de modo conveniente la verdadera naturaleza y el carcter propio de la filosofa positiva, es indispensable contemplar en general la marcha progresiva del espritu humano, considerado1 su conjunto; pues ninguna concepcin puede elaborarse con acierto no es por su historia.

    Estudiando el desarrollo total de la inteligencia humana en las di* versas esferas de su actividad, desde su primera y simple manifestacin hasta nuestros das, creo haber descubierto una gran ley fundamental, a la que se halla sometido por una necesidad invariable, y que me parece poder determinar, sea sobre las pruebas racionales' suministradas por el conocimiento de nuestra organizacin, sea sobre las verificaciones histricas resultantes de un examen atento del pasado. Esta ley expresa que cada una de nuestras concepciones principales, cada rama de nuestros conocimientos, pasa sucesivamente por tres estados tericos diversos: el estado teolgico o ficticio; el estadom ^taf^^ yel estado cientlico o positivoTEn otros trminos: el espritu humano por su naturaleza emplea sucesivamente en cada una de sus investigado- nes tres mtodos delosofr. cuvo carcter es esencialmentejHe^nte, e inclusoxaHIcalmente opuesto: prm em gtm ^ despus,el mtodo metafsico v aTflnel mtodo positivo. De ah tres casesde filosofa, o de sistemas generales de concepciones sobre el conjunto de los fenmenos, que se excluyen mutuamente: el primero es el punto de partida necesario de la inteligencia humana: el tercero su estado fijo y definitivo; el segundo est destinado nicamente a servir de transicin.

    En el estado teolgico, el espritu humano, dirigiendo esencialmente sus bsquedas haca la nahiral^Iid:rnfl de los seres, las causas primeras y finales-de.tadT5s os hechos que percibe, dicho brevemente, hacalos conocimientos absolutos, se imagina los fenmenos como provocados por la accin directa y permanente de agentes sobrea* turales ms o menos copiosos, cuva'arhitrria influencia explica*2 aparentes rfegulriHades del universo.

    En el estado metafsico. que no es en verdad sino u n a m era moo1' ficacin generaPdel primero, se sustituyen los agentes sobrenatura por fuerzasab^tra^tas/verdadera s enrrtarT^ 7 afostra ce iones Pers0l*J , cadas) propias de los diversos seres del mundo y co n ceb id as cO J|l capaces de engendrar por ellas mismas todos los fe n m e n o s obse dos, y cuya explicacin consiste entonces en atribuir a cadajjD ^ ellos cierta entidad. ^ |

    'TCTfin, en eestado positiyo, el espritu Rumano, recon ocien . imposibilidad de llegar a nociones absoiiTtasprenuncia a busC2l ^g^n-y-~eLdestinojdel universo y a conocer las causas ntimas fenmenos, para ver nicamente de descubrir, m e d a n te eT e*iJg

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    bien com binado del razonamiento y dg la observarjfri sn&ieye&^fec- tivasrgS'cTecir, sus relaciones invariables de sucesin y de similitud. l|a expncacio de los hechos,TduciHa entonces a~sii^^1n^TcaeyHio es vaaino la re laan establecida entre los diverso

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    primero y necesariamente, y a lo largo de muchos siglos, ya como mtodo, ya com^dotfmaprovisional7Tatita?oaTgolgica. filosofa cuyo carcter es la espotfan^idad, y por esto mismo la nica posible en los orgenes, la nica que puede ofrecer un inters suficiente a nuestro espritu naciente. Es fcil admitir ahora que, para pasar de esta filosofa provisional a la filosofa definitiva, el espritu humano ha tenido que adoptar naturalmente, como filosofa transitoria, los mtodos y las doctrinas metafsicas. Esta ltima consideracin es in- i dispensable para completar la visin general de la gran ley que vengo sealando.

    Comprndese as, en efecto, que nuestro entendimiento, obligado a avanzar por gradaciones casi insensibles, no poda pasar, bruscamente y sin intermediarios, de la filosofa teolgica a la filosofa positiva. La teologa y la fsica son tan hondamente incompatibles, sus concepcilB nes tienen un carcter tan radicalmente opuesto, que antes de renunriar| a las ideas de una para emplear las de la otra, la inteligencia humana ha tenido qu srvirse de concepciones intermedias, de un carcter hbrido, adeeuads por ello para lograr gradualmente una transicin. 5 Tal eseT3estino natural de las concepciones metafsicas: no tienen otra utilidad efectiva. Al sustituir la accin sobrenatural directriz por una entidad correspondiente e intrnseca, aun cuando sta no sea conceb! da en un principio ms que como una emanacin de la primera, el ? hombre se ha habituado poco a poco a no considerar en el estudio de los fenmenos sino los hechos en s mismos, habindose utilizado! gradualmente las nociones de estos agentes metafsicos, hasta llegara ser, para cualquier espritu recto, tan slo nombres abstractos de fenmenos. No es posible imaginar por qu otro procedimiento hubiera podido pasar nuestro entendimiento de las consideraciones sobrenaturales a las consideraciones puramente naturales, ello es, del rgim0^ teolgico al rgimen positivo.

    Establecido de esta manera, una vez ms, hasta donde me es posi* ble hacerlo sin caer en una discusin especial que no sera oportuna ahora, la ley general del desarrollo del espritu humano, ta l como 1|| concibo, nos ser ahora ya fcil determinar con precisin la n atu ral^ | za propia de la filosofa positiva, objeto esencial de este d i s c u r s o !

    Por todo lo dicho, vemos que el carcter fundamental d e la fils0* fa positiva consiste en captar todos los fenmenos como sujet0AI| leyes naturales invariables, cuyo descubrimiento preciso y redue|M al menor nmero posible son la meta de todos nuestros esfu erz ! considerando como absolutamente inaccesible para nosotros y va(|B de sentido la bsqueda de lo que se llaman causas, sean primeraS,ILa finales. Es intil insistir demasiado en una actitud que hoy d*a j e H hecho familiar a todos aquellos que han estudiado un poco a fon|JJ ciencias de observacin. Ellos saben, en efecto, que en n u e stra s e * jM caciones positivas, aun en las ms perfectas, no tenemos en ^ 1

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    alguno la pretensin de exponer las causas generadoras de los fenmenos, puesto que jams, haramos nada ms sino retrasar la dificultad; queremos, por el contrario, examinar con exactitud las circunstancias que la han producido, y enlazar las unas con las otras mediante relaciones normales de sucesin y similitud.

    RECORRIDO DE LA FILOSOFA POSITIVA

    Una vez caracterizada la tarea de la filosofa positiva lo ms exactamente que me es dado hacerlo en este panorama de conjunto que desarrollo a lo largo de este curso, debo examinar ahora a qu nivel de formacin ha llegado hoy da y qu es lo que falta para que acabe de constituirse.

    Respecto de esto, precisa considerar primero que las diferentes ramas de nuestros conocimientos no han realizado con la misma velocidad las tres grandes fases de su desarrollo mencionadas. Tampoco han llegado simultneamente al estado positivo. Tocante a ello existe un orden invariable y necesario, que nuestros diversos modos de concepcin han seguido de manera obligada en su progresin, y cuyo examen preciso es el complemento indispensable de la ley fundamental enunciada anteriormente. Este orden ser el tema principal de la prxima leccin. Por ahora bstenos saber que est de acuerdo con la variada naturaleza de los fenmenos y que est determinado por su grado de generalidad, de simplicidad y de independencia recproca, tres consideraciones que, aunque distintas, concurren a un mismo fin. As, los fenmenos astronmicos primero, por ser los ms generales, los ms simples y los ms independientes de todos los dems; y sucesivamente por las mismas razones han sido aproximados a teoras positivas los fenmenos de la fsica terrestre propiamente dicha, los de la qumica y finalmente los fenmenos fisiolgicos.

    No es dable sealar el origen preciso de esta revolucin; pues puede decirse con exactitud, como de todos los dems acontecimientos humanos, que s han realizado constantemente y de ms en ms, principalmente despus de los trabajos de Aristteles y de la escuela de Alejandra, y ms tarde cuando se introdujeron las ciencias naturales en la Europa occidental por los rabes. Con todo, puesto que conviene fijar una fecha para precisar las ideas, sealar l del gran movimiento dado al espritu humano desde hace dos siglos por la accin combinada de los preceptos de Bacon, las concepciones de Descartes y los descubrimientos de Galileo, como el momento en que

    i empez a manifestarse en el mundo este espritu de la filosofa positi- i va, en oposicin evidente con el espritu teolgico y metafsico. A la f sazn, en efecto, las concepciones positivas se apartaron, de cierto, de

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    la mezcla supersticiosa y escolstica que ms o menos ocult el verda- dero carcter de todos los precedentes trabajos.

    FUTURO DE LA FILOSOFA POSITIVA. EL ESPECIALISMO

    Es ley necesaria. Cada rama del sistema cientfico se desprende poco a poco del tronco cuando adquiere bastante consistencia para emprender un estudio separado, es decir, cuando ha llegado al punto en que puede ocupar por ella sola la actividad permanente de ciertas inteligencias. Sin duda alguna, a esta reparticin de las diversas investigaciones entre diferentes clases de cientficos se debe el desarrollo tan extraordinario que ha alcanzado al fin en nuestros das cada diversa clase de conoc- | mientos humanos, y que manifiesta la imposibilidad, para los modernos, de aquella universalidad de las investigaciones especiales, tan fcil y frecuente en los tiempos antiguos. En una palabra, la divisin del trabajo intelectual, cada vez ms perfeccionada, es uno de los atributos caractersticos muy significativo de la filosofa positiva.

    Reconociendo las consecuencias prodigiosas de esta divisin, y viendo ahora ya en ella la verdadera base fundamental de la organizacin general del conjunto del saber, es imposible, por otra parte, no conmoverse ante los graves inconvenientes que engendra en su estado actual, por el excesivo particularismo de las ideas que ocupan exclusivamente a cada inteligencia individual. Tal resultado es inevitable, sin duda, como inherente al principio mismo de la divisin; es decir, que de ninguna manera podremos equipararnos en este respecto a los antiguos, en los que semejante superioridad no se deba sino al exiguo desarrollo de sus conocimientos. Con todo, me parece que podemos evitar con medios adecuados los efectos ms perniciosos de la es- pecializacin exagerada, sin entorpecer la influencia vivificante de la separacin de las investigaciones. Hay que acometer el problema con toda seriedad, porque estos inconvenientes, que por su naturaleza tienden a acrecentarse sin lmite, comienzan ya a ser muy perceptibles. Todos confiesan que las divisiones establecidas para un mayor perfeccionamiento de nuestros trabajos entre las diferentes ramas de la filosofa natural acaban por ser artificiales. No ignoremos que a pesar de esta confesin, es ya muy pequeo en el mundo cientfico el nmero de inteligencias que abarcan en su concepcin el conjunto incluso de una sola ciencia, que a su vez no es ms que una parte del todo. La mayora se limita ya por completo a la consideracin aislada de una seccin ms o menos extensa de una ciencia determinada, sin preocuparse demasiado a la relacin de estos trabajos particulares con el sistema general de los conocimientos positivos. Es muy urgente el remediar este mal antes de que se torne mucho mayor. Hay que temef que el espritu humano acabe por perderse en medio de trabajos de

  • sSl -a

    CURSO DE FILOSOFA POSITIVA 4 3

    detalle. No nos engaemos; ste es el punto sealadamente dbil por el que los partidos de la filosofa teolgica y de la filosofa metafsica pueden combatir a la filosofa positiva con algunas perspectivas de xito.

    El idneo recurso de atajar la influencia corrosiva que parece amenazar al futuro intelectual, a consecuencia de una especializacin demasiado grande en las investigaciones individuales, evidentemente no podr ser la vuelta a la antigua confusin de los trabajos encaminada a retrogradar el espritu humano, y que felizmente hoy da se ha hecho imposible. A la inversa, consiste en el perfeccionamiento de la divisin misma del trabajo. Basta, en efecto, con hacer del estudio de las generalidades cientficas una gran especialidad ms. Que una nueva clase de cientficos, preparados por una educacin adecuada, sin entregarse al estudio especial de ninguna rama particular en la filosofa natural, se ocupen nicamente, considerando en su estado actual las diversas ciencias positivas, en determinar exactamente el espritu de cada una de ellas, de descubrir sus relaciones y enlaces de resumir, si es posible, todos los principios propios en un nmero de principios comunes, sin descuidar jams las mximas fundamentales del mtodo positivo. Por otro lado, que los otros cientficos, antes de entregarse a sus investigaciones respectivas, se hayan capacitado mediante una educacin que se ocupe del conjunto de los conocimientos positivos, para aprovecharse desde luego de las luces que provengan de estos cientficos entregados al estudio de las generalidades, y recprocamente para rectificar sus resultados, situacin a la que los cientficos se aproximan ostensiblemente da con da. Cuando se satisfagan estas dos grandes condiciones, y es claro que pueden cumplirse, la divisin del trabajo en las ciencias podr llegar, sin ningn peligro, tan lejos como exija el desarrollo de los diversos rdenes de conocimiento. Una clase di-

    l versa, en contacto permanente con todas las dems, que tenga como f funcin propia y continua el vincular cada nuevo descubrimiento par- \ ticular al sistema general, y no habr ya que temer el que una sealada j preferencia concedida a los detalles impida jams ver el conjunto. i Dicho brevemente: se habr constituido la organizacin moderna del mundo cientfico y no quedar sino desarrollarla, indefinidamente, ^ conservando siempre el mismo carcter.I Formar del estudio de las generalidades cientficas una seccin apar- ,i te del gran trabajo intelectual, es simplemente xtender la aplicacin del i mismo principio de divisin que sucesivamente ha ido separando las ^ diversas especialidades; pues mientras las diversas ciencias positivas

    | han estado poco desarrolladas, sus relaciones mutuas no podan tener j importancia suficiente para dar lugar, por lo menos de un modo perma- nente, a una clase particular de trabajos, y al mismo tiempo la necesidad K este nuevo estudio era mucho menos urgente. Mas por ahora cada h una de las ciencias ha adquirido por separado una extensin suficiente f, para que sus mutuas relaciones puedan dar lugar a trabajos continuados,

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    al mismo tiempo que este nuevo orden de estudios se hace indispensable para prevenir la dispersin de las concepciones humanas.

    Es sta la manera como yo concibo el futuro de la filosofa positiva, dentro del sistema general de las ciencias positivas propiamente dichas. Es sta, por lo menos, la finalidad de este curso.

    SISTEMA Y UNIDAD DEL MTODO

    Al sealar por tarea a la filosofa positiva el resumir en un solo cuerpo de doctrina homognea el conjunto de los conocimientos adquiridos propios de los diferentes rdenes de fenmenos naturales, estaba lejos de mi pensamiento el querer proceder al estudio general de estos fenmenos, considerando a todos ellos a manera de efectos mltiples de un principio nico, como sujetos a una misma y sola ley.

    Si bien es preciso tratar en especial esta cuestin en la leccin prxima, creo desde ahora deber manifestarla, a fin de prevenir los reproches muy mal fundados que podrn dirigirme quienes, a partir de una visin falsa, clasificaran este curso entre los intentos de explicacin universal que aparecen a diario de espritus completamente extraos aTosTntodos y a los conocimientos cientficos. No se trata de nada semejante; y el desarrollo de este curso dar una prueba feha-1 ciente a todos aquellos a quienes las aclaraciones contenidas en este discurso hayan dejado alguna duda sobre el particular.

    A tenor de mi conyiccin personal, considero estos intentos de explicacin universal deTodosloTIiechos me diante m a ley nica como de sobra quim r^run cuando sean intentados por ls inteligencias , ms cqmp&tentes. Creo que los recursos del espritu humano son demasiado abiles y el universo demasiado complicado para lograr semejante perfecc^n^aetfica, nuncaa^eHroalcance, y adems considero I que es una idea demasiado halagea de los resultados que se obten- | dran en caso de ser factible

    Y a n o es fo r zo s o e m itir m s a r g u n ie i io s p a r a m o s tr a r q u e la jif lali d a d d e e s t e c u r s em o-es p r e s e n ta r todns 1 n T l ^ ^ m n os p a t^ sie n d o id n tico s e n e l fon d o,' e x c e p to la v a r ie d a d d e sus circu n stan ciaSi L a fi lo s o fa p o s itiv a , se ra , c la ro , m s c o m p le t a s i p u d i e r a ser as. Mas I e s ta c o n d ic i n n o es e n a b s o lu to n e c e s jy d a p a r fl sm e la b o r a c i n siste- I m tic a n i p a r a la r e a liz a c i n d e g ra n d es v gra ta s g a n se n rettrias paralas q u e e st sin d u d a d e s t in a d a . N o h ay, e n e fe c t o y ^ T m iu f a o S ie c e s a n 3 I q u e J a im id a d d e m to d o , la c u a l p u e d e y d e b e ^ iB r-e v id e n t m e n te . y se h a lla y g e s ta b le c I H a e n ^ u ^ a y o f p a r te . T 0 na m e a Ia d o ctrin a no e| I n e c e s a r io q u e .s e a u n a , b asta c o n q u e sea h o m o g n e a . P o r gJUi3j-4 ^s

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    positivas. Con la mira de disminuir, en la medida de lo posible, el nmero de leyes generales necesarias para la explicacin positiva de los fenmenos naturales, lo cual es, en efecto, el fin filosfico de la ciencia, estimamos como infundado aspirar nunca, aun en el futuro ms alejado, al intento de reducirlas rigurosamente a una sola ley.

    ENCICLOPEDIA DE LAS CIENCIAS POSITIVAS

    Las ciencias ofrecen en su variedad un carcter evidente. Constituyen una enciclopedia, que proviene de las diversas clases de fenmenos naturales que estudian. Es obvio, en efecto, que antes de emprender el estudio metdico de alguna de las ciencias fundamentales hay que prepararse necesariamente por el examen de las relativas a los fenmenos anteriores de una escala enciclopdica, puesto que stas influyen siempre de modo preponderante sobre aquellas cuyas leyes se propone uno conocer. Dicha circunstancia es de tal modo sorprendente que, a pesar de su extrema importancia prctica, no precisa insistir en este momento sobre un principio que ms tarde se reproducir en otro sitio consecuentemente en orden a cada ciencia fundamental. Slo habr de limitarme a hacer observar que, si es de suyo aplicable a la educacin general, lo es tambin particularmente a la educacin especial de los hombres de ciencia.

    Por ej., los fsicos que no han estudiado antes astronoma, al menos desde un punto de vsta,general: los QumicoFque~antes de ocuparse de su ciencia propia no han estudiado con anterioridad astronoma y despus fsSraTIos fisilogs que no se han preparado para $us trabajos especiales con un estudio preliminar de astronoma, de la fsica y de_la qumica^han omitido una de las condicionesIunclametales'~de su formacin intelectual. Esto es an mucho ms obvio para los espritus que quieren entregarse al estudio positivo de los fenmenos sociales sin haber ,adquirido primero un conocimiento general de la astronoma, de la fsica, de la qumica y de la fisiologa.

    Dado que dichas exigencias raramente se cumplen en la actualidad y ninguna institucin regular se ha organizado para cumplirlas, se puede decir que an no existe para los cientficos una educacin verdaderamente racional. Apreciacin tal es a mis ojos de tan gran importancia que no temo atribuir, en parte, a este vicio de la educacin eHctual estado de imperfeccin extrema en que an vemos las ciencias ms difciles, estado verdaderamente inferior a lo que prescribe, en efecto, la naturaleza ms complicada de los fenmenos estudiados.

    En relacin con la educacin general, esta exigencia es an mucho ms necesaria, Me parece de tal modo indispensable, que veo la enseanza cientfica como incapaz de realizar los resultados generales ms esenciales que est destinada a realizar en la sociedad para poder

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    renovar el sistema intelectual, si las diversas ramas principales de 1 filosofa natural no se estudian en un orden conveniente. No se olvide que en casi todas las inteligencias, incluso las ms elevadas, las ideas permanecen de ordinario aprisionadas, segn el orden de su primera adquisicin; y que, por consiguiente, es un mal, las ms de las veces irremediable, no haber empezado por donde se debe.*

    CIENTIFICIDAD Y MTODO POSITIVO

    Cuando se trata no slo de saber lo que es el mtodo positivo, sino de tener de l un conocimiento lo bastante claro y profundo como para utilizarlo efectivamente, hay que considerarlo actuando: hay que estudiar las diversas y g m n d i o s a s aplicaciones bien comprobadas que de l ha hecho ^ FT^^itu hmanTTri una palabra, slo es posible llegar a l mediante el examen filosfico deJasdencias. No es posible estudiar e mtodo aisladamenfeclelas investigaciones en que se emplea,o resulta un estudio muerto, incapaz de fecundar el espritu que a l se dedique. Todo lo real que de l se puede decir cuando se le enfrenta en abstracto, se reduce a generalidades tan vagas que en nada influirn sobre el rgimen intelectual. Si alguien establece lgicamente que nuestros conocimientos debeCmndarsFen la observacin^ que debemos proceder a veces de ios principios y 'aTfiSWT6s principios a los hechos, u otros aforismos anlogos, conocer mucho menos el mtodo que si ha estudiado un poco profundamente una sola ciencia positiva, an sin intencin filosfica. Por haber desconocido este hecho esencial, nuestros psiclogos son inducidos a tomar sus ilusiones como ciencia, creyendo comprender el mtodo positivo por haber ledo los preceptos deBacon o los discursos de Djescartes.

    No s si ms adelante se podr hacer a pziari un verdadero curso de mtodo totalmente independiente de estudio filosfico de las ciencias; pero estoy seguro de que hoy es irrealizable, pues los grandes procedimientos lgicos no pueden an ser explicados con la precisin suficiente aisladamente de sus aplicaciones. Me atrevo a aadir, adems, que, aun cuando tal empresa pudiese realizarse inmediatamente -4o que, en efecto, es concebible, slo por el estudio de las aplicaciones regulares de los procecmientos cientficos podramos llegar a formarnos un buen sistema de hbitos intelectuales, objeto esencial del mtodo. ^

    Considerando, a travs de este curso, la sucesin de las diversas clases d e fen m en os naturales, har resaltar cuidadosamente una ley filosfica muy importante y totalmente inadvertida hasta hoy, cuya

    * Tomo I. Versin de F. Larroyo.

  • CURSO DE FILOSOFA POSITIVA 4 7

    primera aplicacin quiero sealar aqu. Consiste en que, a medida que los fenmenos que a ^ q u e ^ ^udiax son ms complicadoi? resultan fias susceptibTeyporsu naturaleza, de m e^oT de exploracin ms extensosju^iados^jir^que, (^^irujegor^^a^xactammpens^ein pn ire j^ re c im ie n to j^ a s dificultades y ^ u ^ n toct^gEosTpor ello, a pesar de esta armona, las cienciaTdsHicadas a laZtenomenos ms complejos siguiendo la escala^aetelopcdica establecida descteefcb- mietrzo dtfesta obra son la^m s imfiejdgc^ l . As, los fenmenos astronmicos, pon ser los ms"sTttqiluij. defagn ser los que se encuentren con medios de expltOcin ms limitados

    Nuestro arte de sacompon^-fin , de tres procedimientos diferentes: r*; observacin propiamente cGchg, o sea, examen ' dire0jO^e-l>i^mea3jQjLal como se presenta naturalmente; $jL e x p e r im e n - 1 j tjan, o sea, contemplacin del fenmeno ms o. menos modificado por cirpUTst'aiitiaraTtTfrciaies que jnterrabrr^^grpsampnfp buscando una *> exploracin ms perfecta; y^ L^comparaci^ o sea, la consideracin ^gradual de una serie de casos anlogos en que el fenmeno se vaya simplificando cada vez ms.

    LA CLASIFICACIN DE LAS CIENCIAS

    Para obtener una clasificacin natural y positiva de las ciencias fundamentales, debemos buscar su fundamento en la comparacin de los diversos rdenes de fenmenos cuyas leyes procuran descubrir. Lo que queremos determinar es la dependencia real de los diversos estudios cientficos, y slo surgir de la dependencia de los fenmenos correspondientes.

    Considerando as a todos los fenmenos observables, veremos que es posible clasificarlos en un pequeo nmero de categoras naturales, dispuestas de tal manera que el estudio racional de cada categora se funde en el conocimiento de las leyes principales de la categora precedente y sea el f n n d a m b rrt "d ei estudio de la siguiente. Este orden es determinado^por-eUgrado ^ ^T^p^cMad^BTio que equivale a lo mismo, por ef g jn ^ d^,gaqeralida^>de los fenmenos, de donde resulta su depeneHcialmcsivaW, por ella, la mayor o menor facilidad de su efrtedio. '

    En efecto, a priori se ve que los fenmenos ms simples, los que menos se complican con otros, son tambin los ms generales, pues lo que se observa en la mayora de los.casos est, por sto mismo, desprendido todo lo posible de las circunstancias propias de cada caso separado. Hay, pues, que comenzar por el estudio de los fenmenos ms generales o ms simples, continuando sucesivamente hasta los ms particulares o ms complicados, si queremos concebir la filosofa

  • 4 8 LA FILOSOFA POSITIVA

    natural de un modo verdaderamente metdico; porque este orden de generalidad o de simplicidad, al determinar necesariamente el enea, denanuento racional de las diversas ciencias fundamentales por la dependenciajsusiva de sus fenmenos, fija su grado de facilidad.

    A la \ez^porunaconsideracin auxiliar que creo importante sealar aqu y que converge exactamente con todas las precedentes, los fenmenos ms generales o ms simples, por ser necesariamente los ms extraos al nombre, debenser estudiadoscon una disposicin de esp. ritu ms serena ,^ ms raclgriai, lo que constituye un nuevo motiv para qu las ciencias correspondientes se desarrollen m s jpjdamente.

    Habiendo indicado as la regla fundamental que debe presidirla clasificacin de las ciencias, puedo pasar inmediatamente a la construccin de la escala enciclopdica conforme a la cual debe ser determinado el plan de este curso y que cualquiera podr apreciar valindose de las consideraciones precedentes.

    Una primera contemplacin del conjunto de los fenmenos naturales nos lleva a dividirlos en seguida, conforme al principio recin establecido, en dosgrapdes clases principales: \La primera comprende

    / los fenmenos de los m ^rpos la-s^gn^dai lo sde los cuerposorganizados. ~

    Estos ltimos son, evidentemente, ms complicados y particulares que los otros, y dependen de los precedentes, los que, por el contrario, j

    k en modo alguno dependen de stos. De aqu la necesidad de no estu-1 diar los fenmenos fisiolgicos sino despus de hacerlo con los de los i w cuerpos inorgnicos. De cualquier modo que se expliquen las diferencias | IH que hay entre estas dos clases de seres, lo cierto es que se observan en I

    los cuerpos vivos todos los fenmenos mecnicos o qumicosque J se dan en los cuerpos brutos, ms un orden especial de fenmenos: los 1 vitales propiamente dichos, los que tienden a la organizacin. N o se trata aqu de examinar si las dos clases de cuerpos son o no de la mis- i ma naturaleza, cuestin insolyhle que se agita mucho en nuestros das, por resabios de hbitos teolgicos y metafsicos; tal cuestin no cabe en la filosofa positiva, que hace profesin formal de ignorar en absoluto la naturaleza ntima de un cuerpo cualquiera. Pero no es indispensable v considerar a los cuerpos brutos con naturaleza esencialmente diferen- * te de la de los vivos, para reconocer la necesidad de la separacin de sus estudios.

    Sin duda, no estn an suficientemente fijas las ideas sobre e l modo general de interpretar los fenmenos de los cuerpos vivos; pero sea cualquiera el partido que a tal respecto se pudiera tomar como con- i secuencia de ulteriores progresos de la filosofa natural, la clasificacin 1 que de ellos establecemos aqu no se vera afectada. En e fecto , dse por demostrado lo que apenas permitira entrever el estado p re se n te de la fisiologaque los fenmenos fisiolgicos son siempre meros | fenmenos mecnicos, elctricos y qumicos, modificados p o r la eS'i tructura y composicin propias de los cuerpos organizados, y n u e s tr a |

  • CURSO DE FILOSOFA POSITIVA 4 9

    divisin fundamental no se conmovera. Porque contina siendo cierto, aun con tal hiptesis, que los fenmenos generales deben ser estudiados antes de proceder al examen de las modificaciones especiales que experimentan en ciertos seres del universo, como consecuencia de una disposdo partTcular dlas molculas! As, la divisin, que la mayora de los espritus cultos fundan hoy en la diversidad de las leyes, se mantire7por n a tur al e z a , m d e f .n rd am ^ la subordinacin de los f^oin tanto, delo?estudios, sea cualquiera lavecindad que pudiera establecerse entre ambas clases de cuerpos!

    No hay lugar aqu a d e s^ ^ F ^ T n sus diversas partes esenciales la comparacin general entre los cuerpos brutos y los vivos, pues ser examinado profundamente en la seccin fisiolgica de este curso. Basta ahora haber reconocido, en principio, la necesidad lgica de separar la ciencia de los primeros de la que se refiere a los segundos, y de no proceder al estudio de la fska orgnica sino despus de haber establecido las leyes generales de \afoaJj{oj^jijja.

    Pasemos ahora a la determinacin de la subdivisin principal de que es susceptible, segn la misma regla, cada una de las grandes mitades de la filosofa natural.

    Respecto a la f sica inorgnica, vemos primero ajustndonos siempre al orden de generalidad y dependencia de los fenmenos que debe ser dividida en dosseccionesdisti.ntas, segn que considere los fenmenos generales del univrso o que estudteen_partteular los de los cuerpos terrestres. De aqu la tsica celeste astronoma --geomtrica o mecnica^--y la fsica terrestre. La necesidad de esta divisin es exactamente semyattra la de \S anterior.

    Siendo los fenmprersi^rbnmclfos los msjjenerales, simples y abstractos de todos, la Filo sola natural debe comenzar, evidentemente, por su estudio, ya qeTs leyes a que estn sujetos influyen sobre las de todos los dems fenmenos, de los que son, a su vez, esencialmente independientes. En efecto, en todos los fenmenos de la fsica terrestre se observan los efectos generales de la gravitacin universal, a ms de los otros efectos qu les son peculiares y que modifican a los primeros. De aqu que, cuando se analice el fenmeno terrestre ms simple no ya uno qumico sino uno meramente mecnico$ se le halle siempre ms complejo que el fenmeno celeste ms complicado. Por eso, por ejemplo, el mero movimiento de un cuerpo grave, aun tratndose de un slido, presenta en realidad, teniendo en cuenta todas sus circunstancias determinantes, un conjunto de investigaciones ms complicado que la ms difcil cuestin astronmica. Tal consideracin muestra claramente cun indispensable es separar con precisin la fsica celeste de la terrestre, y no proceder al estudio de la segunda sino despus del de la primera, cuya base racional es.

    La fsica terrestre se subdivide, a su vez y segn el mismo principio, en dos porciones distintas, segn que estudie a los cuerpos desde el punto de vista mecnico o desde el qumico; de donde surgen la

  • 5 0 LA FILOSOFA POSITIVA

    fsica propiamente dicha y la qumica. La concepcin metdica de sta supone evidentemente el conocimiento previo de la otra, porque todos los fenmenos qumicos_son necesariamente miTcomplicados que los fsicos, dlos que (dependen sin influir sobre ellos. Se sabe, en efecto, que toda accin qumica est sometida previamente a la influencia de la gravedad.-del.calor, de la electricidad, etc., presentando adems algo peculiar que modifica TafacciorfHe los agentes precedentes. Esta consideracin que presenta a la qumica como incapaz de marchar sino despus de la. fsica, la presenta a la vez como ciencia distinta; porque, sea cualquiera la opinin que se adopte respecto alas afinidades qumicas, y aun no viendo en ellas como es concebible sino modificaciones de la gravitacin general producida por la figura y disposicin mutua de los tomos, resultara evidente que la necesidad de enfrentarse continuamente con esas condiciones especiales no permitira tratar a la qumica como un mero apndice de la fsica. Se estara, pues, obligado en todos los casos, aunque slo fuera por facilitar el estudio, a mantener la divisin y encadenamiento que hoy se considera decisivo para la heterogeneidad dlos fenrnenos.

    Tal es la distribucin raciofdeTsprincipales ramas de la ciencia general de los cuerpos brutos. Anloga divisin se establece, del mismo modo, en la ciencia general de los cuerpos organizados.

    Todos los seres vivos presentan dos rdenes de fenmenos esencialmente distintos: los relativos al individuo, y los que conciernen a la especie, sobre todo cuandcLgs soctafate. Referida al hombre, esta distin- con es tundamental. El ltimo orden de fenmenos es evidentemente ms compcado y particular que el primero, del que depende sin influir sobre L De aqu,dos grandes secciones en la fsica orgnica: la fisio-

    j lojdLprop iamente dicnaTylaT^^ en fa~pnmera.En todos los Fenmenos socmles^e observa en primer trmino la

    influencia de las leyes fisiolgicas del individuo y, adems, algo pecu-: liar que modifica los efectos de aqullTyque es debido a la accin de los individuos entre s, especialmente complicada en la especie humana por la accin de cada generacin sobre la que la sigue. Es, pues, evidente que, para estudiar convenientemente los fenmenos sociales, hay que partir de un conocimiento profundo de las leyes referentes a la vida individual. Por otra parte, esta subordinacin necesaria entre lo& dos estudios no determina como han credo algunos fisilogos de primer ordenque la fsica social sea un simple apndice de la fisio ^logia. Aunque los fenmenos sean en verdad homogneos, no son idnticos, y la separacin entre las dos ciencias es verdaderamente fundamental, pues sera imposible tratar el estudio colectivo de la especie como una pura deduccin del estudio del individuo, ya que las condiciones sociales que modifican la accin de las leyes fisiolgicas son precisamente entonces la consideracin ms esencial. As, la fsica social debe fundarse en un cuerpo propio de observaciones directas, sin dejar de considerar como es debido su necesaria relacin ntima con la fisiologa propiamente dicha.

  • CURSO DE FILOSOFA POSITIVA 51

    Podra establecerse fcilmente una simetra perfecta entre la divisin de la fsica orgnica y la antes expuesta para 1a inorgnica, recordando la distincin vulgar de la fisiologa prpiamete^trcha en vegetal y animal. Sera fcil referir esta subdivisin al principio de clasificacin que constantemente hemos seguido, ya que los fenmenos de la vida animal se presentan, en general al menos, como ms complicados y especiales que los de la vegetal; pero la bsqueda de esta simetra precisa tendra algo de pueril si nos llevase a desconocer o exagerar las analogas reales o las diferencias efectivas de los fenmenos. Adems, la distincin entre la fisiologa vegetal y la animal, que tiene gran importancia en lo que he denominado fsica concreta. apenas tiene alguna en la fsica abstracta, nica de que aqu se trata. l conocimiento de las leyes generales de la vida, que debe ser a nuestro entender el verdadero objeto d la fisiologa, exige la consideracin simultnea de toda la serie orgnica sin distincin entre vegetales y animales, distincin que, por otra parte, se borra de da en da, a medida que los fenmenos son estudiados ms profundamente.

    Persistiremos, pues, en no considerar sino una divisin en la fsica orgnica, aunque hayamos establecido dos, sucesivas, en lo inorgnica.

    Como resultado de esta disquisicin, la filosofa positiva se halla, por tanto, naturalmente dividida en cinco ciencias fundamentales, cuya sucesin es determinada por una subordinacin necesaria e invariable, fundada, independientemente de toda opinin hipottica, sobre la mera comp^acion profundizada de los fenmenos correspondientes; a saber Gastronoma JKsica qumica, fisiologa v fsica social. La primera consitferlsffenmenos ms genrales, simples, abstractos y alejados de la humanidad; stos influyen sobre todos los dems sin ser influidos por ellos. Los fenmenos considerados por la ltim son, al contrario, los ms particulares, complicados, concretos y directamente interesantes para el hombre, dependen en ms o en menos de todos los precedentes, sin ejercer sobre ellos influencia alguna. Entre estos dos extremos, los grados de especialidad, complicacin y personalidad de los fenmenos van en aumento gradual y en dependencia sucesiva. Tal es la ntima relacin general que la verdadera observacin filosfica, convenientemente empleada, en vez de vanas distinciones arbitrarias, nos lleva a establecer entre las diversas ciencias fundamentales.*

    LA MATEMTICA EN LA CLASIFICACIN DE LAS CIENCIAS

    (...) Queda por considerar ahora una laguna inmensa y capital, que intencionalmente pospuse en la frmula enciclopdica, y que de seguro

    * Tomo I. Versin de Demetrio Nez. Comte. Seleccin de textos precedidos de un estudio de Ren Hubert.

  • LA FILOSOFA POSITIVA

    ha percibido el lector, De cierto no se ha sealado en nuestro sist cientfico el lugar de la ciencia matemtica. ema

    La razn de omitirlo se explica por la importancia misma de est ciencia, tan vasta y tan fundamental, al punto que la leccin sigujent se consagrar por entero a la determinacin exacta de su verdadero carcter general, y, por consiguiente, a la fijacin precisa de su rang0 enciclopdico. Mas para no dejar incompleto, visto desde este ngui0 tan esencial, el gran cuadro que he tratado de esbozar en esta leccin debo indicar aqu someramente, de antemano, los resultados generales del asunto^

    Dado el actual desarrollo de nuestros conocimientos positivos, creo que conviene mirar la ciencia matemtica menos como una parte cons- ^tutiva de la filosofa natural] propiamente dicha que como siendo, desdeDscartes hastaTJewton, la verdaderajjase fundamental de esta filosofa, aun cuando, para hablar con rigor, sea a la vez ambas cosas. Hoy por hoy, de fijo la ciencia matemtica es mucho menos importante por los conocimientos muy reales y muy precisos que^ sin embargo, la cOTTpneiVdi'e^altiente, comTTconstituyenHo el instrumento ms po- ; deros que puede emplear el espritu humano en la investigacin de | las leyes de losieitmenQ^aturateSTj

    Tratando de daT ae s t e FTSf) ec touna concepcin perfectamente clara y exacta, se ver que hay qtie dividir la ciencia matemtica en dos : grandes ciencias, cuyo carcter es esencialmente distinto: la matemati-

  • CURSO DE FILOSOFA POSITIVA 5 3

    abstraccin de sus fenmenos respectivos, que nos ha proporcionado la serie enciclopdica establecida en esta leccin. No se hace ahora sino restituir a esta serie su verdadero primer trmino, cuya importancia propia exiga un examen especial ms amplio. De cierto, se ve que los fenmenos geomtricos y mecnicos son los ms generales, los ms simples de tocios, los los msindependientes de los dems, de los cuales^ por el contrario, son la base. De manera parecida seconclEequ~suestudi^euh preliminar indispensable para todos los dems rdenes de fenmenos. Por tanto, es la ciencia matemtica la que debe constituir el punto de partida de toda educacin cientfica racional, sea general, sea especial, lo cual explica el uso universal que se ha establecido desde hacelargo tiempo a este respecto, (ferina manera emprica; aunque primitivamente no tuviera ms causa que la mayor antigedad en el desarrollo del saber.

    ( ...) Este es el plan racional que guiar constantemente el estudio de la filosof^positiva. Resultado definitivo: la matemtica, la astrono- ma f^ecfitsea, la qumica, la fisiologa, y la fsica social; tal es la frmula enciclopdica que. entre un gran numero^d"clasificaciones que comprende las seis ciencias fuiftSamn^ la sola conforme a la jerarqua natural invariable de los fenmenos.*

    LA MATEMTICA

    Para formarse una idea justa del objeto de la ciencia matemtica considerada en su conjunto, se puede partir, a falta de otra, de la definicin vaga e insignificante que de ella se da ordinariamente, diciendo que es la ciencia de las magnitudes. o lo que es ms positivo/g rrijin.

    * que tiene por objeto^'MdM^eJas magnitudes.Este anticipo didcti- I* co~eXTg^ YiT3ls*:pr!Ksr5^^ , perola idea es justa, en el

    fondo, y hasta suficientemente extensa, si se la concibe conveniente- mente. Interesa en tal materia, cuando nada lo prohba, apoyarse en |I nociones generalmente admitidas. Veamos cmo, partiendo de tan f grosero esbozo, es posible elevarse a una verdadera definicin de las j matemticas que corresponda a la importancia, extensin y dificultad | de la ciencia.

    La cuestin de medir una magnitud no presenta al espritu otra (( idea que la de la mera comparacin inmediata de tal magnitud conI otra semejante que se supone conocida y es tomada por unidad entre

    todas las de su especie. s, al limitarse a definir las matemticas diciendo que tienen por objeto la medida de las magnitudes, se da de

    ellas una idea muy imperfecta, pues es imposible ver as cmo hay lugar, en tal sentido, para una ciencia cualquiera, y ms para una cien-

    * Tomo I. Versin de F. Larroyo.

  • cia tan vasta y profunda como la matemtica. En vez de un inmen encadenamiento de trabajos racionales amplsimos, que ofrecen a nuestra actividad intelectual un alimento inagotable, la ciencia parecera consistir slo, segn tal enunciado, en una mera sucesin de procedimientos mecnicos, para obtener directamente, valindose de operaciones anlogas a la superposicin de lneas, las relaciones de las cantidades que hay que medir con aquellas por las cuales se quiere medirlas. Sin embargo, esta definicin no tiene en realidad otro defecto que el no ser suficientemente profunda; no induce a error acerca del verdadero objeto final de las matemticas, sino que presenta como directo a un objeto que es, al contrario, casi siempre, muy indirecto, por lo que no refleja la verdadera naturaleza de la ciencia.

    Para reflejarla, hay que considerar un hecho general, fcil de comprobar: que la medida directa de una magnitud, por superposicin otro procedimiento semejante, es frecuentemente una operacin totalmente imposible para nosotros; de suerte que, si no tuviramos para determinar las magnitudes ms medio que las comparaciones inmediatas, estaramos obligados a renunciar al conocimiento de la mayora de las* que nos interesan.

    El mtodo general constantemente empleado, la nica evidencia| concebible para conocer magnitudes que no permiten la medida directa, consiste en referirlas a otras que sean susceptibles de ser determinadas inmediatamente y segn las cuales se llegue a descubrir las primeras, mediante relaciones existentes entre unas y otras. Tal es el objeto preciso de la ciencia matemtica, tomada en su conjunto.

    Llegamos as a definir con exactitud la matemtica, asignndole como objeto la medida indirecta de las magnitudes y diciendo que se propone determinar las magnitudes unas por otras, conforme a las relacioS nes precisas que existen entre ellas. Tal enunciado, en vez de dar slo la idea de un arte, como hacen las definiciones ordinarias, significa inmediatamente una verdadera ciencia, y la muestra compuesta de un inmenso encadenamiento de operaciones intelectuales que pueden complicarse mucho por la serie de intermediarios que habr que establecer entre las cantidades desconocidas y las que permiten una medida directa, por el nmero de variables coexistentes en la cuestin projj puesta y por la naturaleza de las relaciones que proporcionarn entre todas estas diversas magnitudes los fenmenos considerados. Conforme a tal definicin, el espritu matemtico consiste en mirar siempre como unidas entre s todas las cantidades que puede presentar un fenmeno cualquiera, para deducirlas unas de otras. Y no hay, evidentemente, fenmeno que no pueda dar lugar a consideraciones de este gnero; de donde resulta la extensin naturalmente indefinida y hasta la rigurosa universalidad lgica de la ciencia matemtica.

    5 4 LA FILOSOFA POSITIVA

  • CURSO DE FILOSOFA POSITIVA 5 5

    LA FILOSOFA ASTRONMICA

    La astronoma es la nica rama de la filosofa natural en cuyo estudio el espritu humano se ha liberado rigurosamente de toda influencia teolgica y metafsica, directa o indirecta, lo que facilita el presentar con claridad su verdadero carcter filosfico. Pero, para proporcionarse una justa idea general de la naturaleza y composicin de estaciencia, es indispensable salir de las definiciones vagas que habitualmente se le dan y circunscribir con exactitud el verdadero campo de los conocimientos positivos que podemos adquirir respecto a los astros.

    Entre los tres sentidos capaces de mostrarnos la existencia de los cuerpos lejanos, el de la vista es el nico utilizable frente a los cuerpos celestes; as, no habr astronoma alguna para las especies ciegas, por inteligentes que se las imagine; y, para nosotros mismos, los astros oscuros, ms numerosos quiz que los visibles, escapan a todo estudio real, pudiendo todo lo ms sospechar por induccin su existencia. Toda investigacin no reducible a meras observaciones visuales nos est, pues, necesariamente prohibida respecto a los astros, que son tambin, de todos los seres naturales, los que nos presentan relaciones menos variadas.

    Conforme a las consideraciones precedentes, creo poder definir la astronoma con precisin y amplitud, asignndole como objeto el descubrir las leyes de los fenmenos geomtricos y mecnicos que nos presentan los cuerpos celestes.

    Para ajustarse a la realidad cientfica, hay que aadir a esta necesaria limitacin, referente a la naturaleza de los fenmenos observables, otra relativa a los cuerpos susceptibles de tales exploraciones. Esta ltima restriccin no es absoluta, como la primera, e importa mucho sealarlo; pero, en el estado actual de nuestros conocimientos, es casi tan rigurosa.

    Los espritus filosficos, a los que es extrao el estudio profundo de la astronoma, y aun los mismos astrnomos, no han distinguido suficientemente, en el conjunto de nuestras investigaciones celestes, el punto de vista que denomino solar del que merece el nombre de universal. Esta distincin me parece, sin embargo, indispensable para separar claramente la parte de la ciencia que comporta una perfeccin ntegra, de la que, por su naturaleza, sin ser, desde luego, puramente conjetural, parece estar siempre en la infancia, al menos si se la compara con la primer. La consideracin del sistema solar de que formamos parte nos ofrece inmediatamente un tema de estudio bien circunscrito, susceptible de exploracin completa y capaz de conducirnos a los conocimientos ms satisfactorios. Al contrario, el pensamiento de lo que llamamos universo es, por s mismo, necesariamente indefinido, de suerte que, por extensos que se supongan en el futuro nuestros

  • 5 6 LA FILOSOFA POSITIVA

    conocimientos reales en este gnero, jam s podramos elevarnos ala verdadera concepcin del conjunto de los astros. La diferencia es ho bien notoria, ya que, al lado de la perfeccin adquirida en los dos siglos ltimos por la astronoma solar, en astronoma sideral no posee, mos an ni el primero y ms simple elemento de toda investigacin positiva; la determinacin de los intervalos estelares. Podremos presumir como procurar explicar ms adelanteque tales distancias no tardarn en ser determinadas, al menos, entre ciertos lmites y respecto a muchas estrellas, conociendo as, por estos mismos astros, otros diversos elementos importantes que la teora est lista para deducir de estos datos fundamentales, como son sus masas, etctera; pero la importante distincin establecida antes no ser afectada por ello. Aunque llegsemos un da a estudiar completamente los movimientos relativos de algunas estrellas mltiples, esta nocin, que sera desde luego valiossima, sobre todo si concerniera al grupo de que nuestro sol forma, probablemente, parte, no nos dejara menos apartados del verdadero conocimiento del universo, que inevitablemente se nos escapar siempre.

    Hay, pues, que separar ms profundamente de lo que se acostumbra el punto de vista solar y el punto de vista universal, la idea del mundo y la del universo, por ser el primero el ms elevado a que realmente podemos llegar y por ser tambin el nico que verdaderamente nos interesa.

    As, sin renunciar enteramente a la esperanza de obtener algunos conocimientos siderales, hay que concebir la astronoma positiva como consistente esencialmente en el estudio geomtrico y mecnico del pequeo nmero de cuerpos celestes que componen el mundo de que formamos parte. Slo entre tales lmites merece la astronoma el rango supremo que por su perfeccin ocupa hoy entre las ciencias naturales. En cuanto a esos astros innumerables diseminados por el cielo, apenas tienen para el astrnomo ms inters que el de servir de jalones en nuestras observaciones, pudiendo sus posiciones ser miradas como fija s frente a los movimientos interiores de nuestro sistema, nico objeto esencial de nuestro estudio.

    LA FSICA

    Debemos circunscribir ahora con toda la claridad posible el v e r d a d e r o campo de investigaciones de que se compone la fsica propiamente dicha.

    No separndola de la qumica, su conjunto tiene por objeto el conocimiento de las leyes generales del mundo inorgnico. C a ra c te re s bien definidos, que se analizarn exactamente ms adelante, distinguen a este estudio total tanto de la ciencia de la vida que la sigue en

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    nuestra escala enciclopdica, como de la ciencia astronmica que en ella la precede, y cuyo simple objeto como hemos visto se reduce a la consideracin de los grandes cuerpos naturales en cuanto a sus formas y movimientos. Pero es, al contrario, muy difcil la distincin entre la fsica y la qumica, dificultad que aumenta de da en da por las relaciones cada vez ms ntimas que el conjunto de los descubrimientos modernos desarrolla continuamente entre ambas. Tal divisin es, sin embargo, real e indispensable, aunque necesariamente menos pronunciada que las dems separaciones contenidas en nuestra serie enciclopdica fundamental. Creo poder establecerla slidamente de acuerdo con tres consideraciones generales, distintas aunque equivalentes, cada una de las cuales sera, quiz, en ciertos casos, insuficiente, pero que, reunidas, no dejarn incertidumbre real alguna.

    La prim era consiste en el contraste caracterstico ya entrevisto vagamente por los filsofos del siglo XVII, entre la generalidad necesaria de las investigaciones verdaderamente fsicas y la especialidad no menos inherente a las exploraciones puramente qumicas. Toda consideracin de fsica propiam ente dicha es, por su naturaleza, ms o menos aplicable a un cuerpo cualquiera; mientras que, al contrario, toda idea qumica concierne necesariamente a una accin peculiar a ciertas sustancias, sea cualquiera la similitud que pudiramos captar entre los diversos casos. Esta fundamental oposicin se seala siempre claramente entre ambas categoras de fenmenos.

    La segunda consideracin elemental apta para distinguir la fsica de la qumica ofrece menos importancia y solidez que la anterior, aunque es susceptible de utilidad fehaciente. Consiste en sealar que en fsica los fenmenos considerados son siempre relativos a I&s masas, mientras en qumica lo son a las molculas; de donde sta tom su antigua denominacin de fsica molecular. Aunque tal distincin no est, en el fondo, desprovista de realidad, hay que reconocer, sin embargo, que las acciones puramente fsicas son casi siempre tan moleculares como las influencias qumicas, cuando se las estudia de modo suficientemente profundo. La gravedad misma nos presenta un ejemplo irrebatible de ello.

    Finalmente, esta tercera observacin general es quiz ms conveniente que cualquiera otra para separar claramente los fenmenos fsicos de los qumicos. En los primeros, la constitucin de los cuerpos, es decir, el m odo de organizacin de sus partculas, puede hallarse cambiado, aunque casi siempre permanece esencialmente intacto; pero su naturaleza, o sea la composicin de sus molculas, se mantiene constantemente inalterable. En los segundos, al contrario, no slo hay siempre cambio de estado en los cuerpos considerados, sino que la accin mutua de stos altera necesariamente su naturaleza, y hasta es dicha modificacin lo que constituye esencialmente el fenmeno. La mayora de los agentes considerados en fsica es sin duda capaz de

  • operar, cuando su influencia es suficientemente enrgica o prolonga da, composiciones y descomposiciones idnticas a las que determina la accin qumica propiamente dicha; de donde resulta el enlace, tan natural, ntre la fsica y la qumica. Pero, en tal grado de accin salen, en efecto, del dominio de la primera para entrar en el de la segunda.

    El conjunto de las consideraciones precedentes me parece bastar para definir con exactitud el objeto propio de la fsica, estrictamente circunscrita a sus lmites naturales. Se ve que esta ciencia consiste en estudiar las leyes que rigen las propiedades generales de los cuerpos, ordinariamente tomados en masa y constantemente colocados en circunstancias susceptibles de mantener intacta la composicin de sus molculas y aun, casi siempre, su estado de agregacin. Adems, el verdadero espritu filosfico exige siempre, como ya he recordado frecuentemente, que toda ciencia digna de tal nombre est evidentemente destinada a establecer con seguridad un orden correspondiente de previsin. Es, pues, indispensable aadir, para completar tal definicin, que el objeto final de las teoras fsicas es prever, lo ms exactamente posible, todos los fenmenos que haya de presentar un cuerpo colocado en un conjunto cualquiera de circunstancias dadas, excluyendo siempre las que podran desnaturalizarle.*

    5 8 LA-FILOSOFA POSITIVA

    LA QUMICA

    Por vastos y complicados que sean en realidad los temas de la qumica, la indicacin clara del objeto de esta ciencia, la delimitacin rigurosa del campo de sus investigaciones, en una palabra: su definicin, presenta mucha menos dificultad que la que hemos experimentado en el volumen anterior al tratar de la fsica. Hemos definido a sta por contraste con la qumica y, por ello, nuestra operacin actual est ya en esencia preparada. Es as fcil caracterizar directa y tajantemente lo que constituye los fenmenos verdaderamente qumicos, pues todos presentan una alteracin ms o menos complet, pero siempre apre- ciable, en la constitucin ntima de los cuerpos considerados; es decir, una composicin o una descomposicin, y casi siempre ambas, referidas al conjunto de sustancias que participan en la accin.

    Para completar esta nocin fundamental de los fenmenos qunj1' eos, puede ser til aadirle dos consideraciones secundarias que tambin han sido indicadas indirectamente en el volumen anterior, al definir la fsica: la ms importante atae a la naturaleza del fenmeno; la otra, a sus condiciones generales.

    * Tomo II. Versin espaola de D. Nez.

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    Toda sustancia es susceptible de una actividad qumica ms o menos variada y enrgica; por lo cual los fenmenos qumicos han sido justamente clasificados entre los fenmenos generales, cuya ltima categora constituyen, en el orden de complicacin creciente; se distinguen tambin profundamente de los fenmenos fisiolgicos, que, por su naturaleza, son exclusivamente peculiares de ciertas sustancias, organizadas segn ciertos modos. Sin embargo, es indudable que los fenmenos qumicos, sobre todo por contraste con los simples fenmenos fsicos, presentan en cada caso algo de especfico o, segn la enrgica expresin de Bergman, algo de electivo. No slo cada uno de los diferentes elementos materiales produce efectos qumicos que le son enteramente peculiares, sino que hay tambin innumerables combinaciones de diversos rdenes, presentando en el campo qumico, aun los ms anlogos, ciertas diferencias fundamentales, que con frecuencia proporcionan el nico medio de caracterizarlos precisamente. Por tanto, mientras que las propiedades fsicas no presentan esencialmente, de un cuerpo a otro, sino meras distinciones de grado, las propiedades qumicas son, al contrario, radicalmente especficas.1 Unas constituyen el fundamento comn a toda existencia material, mientras que las individuales se pronuncian gracias a las otras.

    En segundo lugar, entre las condiciones extremadamente variadas, propias del desarrollo de los diversos fenmenos qumicos, se ha podido sealar esta condicin fundamental y comn, que est muy lejos de ser suficiente, pero que se presenta siempre como indispensable: la necesidad del contacto inmediato de las partculas antagnicas, y, por tanto, el estado fluido lquido o gaseosode una al menos de las sustancias consideradas. Cuando esta disposicin no existe espontneamente, hay que realizarla artificialmente liquidando la sustancia, por fusin gnea o por un disolvente cualquiera. Sin esta modificacin previa, la combinacin no se realizara, segn refleja un clebre, y exacto aforismo que se remonta a la infancia de la qumica. No existe hasta aqu un solo ejemplo bien comprobado de accin qumica entre dos cuerpos realmente slidos, a no ser elevndolos a temperaturas que hacen difcilmente apreciable el verdadero estado de agregacin de los cuerpos. Cuando ambas sustancias son lquidas es cuando la accin qumica se manifiesta con ms energa, si la leve diferencia de densidades facilita una mezcla ntima. Nada mejor que tales observaciones para comprobar claramente cmo los efectos qumicos son, por

    1 Esta especialidad fundamental de las diversas acciones qumicas no desaparecera aunque se llegase, por una extensin exagerada de la teora electro-qumica, a presentar vagamente todos los fenmenos de composicin y descomposicin como meros efectos elctricos. Supuesto esto, la dificultad slo sera aplazada, pues an quedara firme que cada sustancia, simple o compuesta, manifiesta una naturaleza de polaridad elctrica peculiar. Slo el lenguaje habra cambiado, como sucede frente a todas las nociones cientficas realmente fundadas sobre la inmutable consideracin de los fenmenos.

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    su naturaleza, eminentemente moleculares, sobre todo por oposicin a los efectos fsicos, a la vez que demuestran una distincin esencial aunque menos profunda, con los efectos fisiolgicos, ya que la pro.1 duccin de stos supone indispensablemente el concurso de slidos y fluidos, como veremos en la segunda parte de este volumen.

    El conjunto de consideraciones precedentes puede ser exactamente resumido sealando a la qumica el objeto general de estudiar las leyes de los fenmenos de composicin y de descomposicin que resultan de la accin molecular y especfica de diversas sustancias, naturales o artificiales, entre s.

    LA BIOLOGA

    No conozco ms tentativa plenamente eficaz para satisfacer todas las condiciones esenciales de una definicin filosfica de la vida que la de M. de Blainville, cuando hace quince aos, en la bella introduccin a su tratado de anatoma comparada, propuso caracterizar este gran fenmeno por el doble movimiento intestino, general y continuo a la vez, de composicin y de descomposicin, que constituye en efecto su verdadera naturaleza universal. Esta luminosa definicin no me parece dejar nada importante que desear, a no ser una indicacin ms directa y explcita de estas dos condiciones fundamentales correlativas, necesariamente inseparables del estado vivo: un organismo determinado y un medio conveniente. Pero tal crtica es secundaria por referirse ms a la frmula que a la propia concepcin. En efecto, el simple enunciado de M. de Blainville sugiere el doble pensamiento de una organizacin dispuesta de modo que permita esta continua renovacin ntima y de un medio susceptible a la vez de proporcionar la absorcin y provocar la exhalacin, aunque habra sido ms conveniente introducir en la frmula misma una mencin expresa de esta armona fundamental. Salvo esta nica modificacin, es evidente que tal definicin llena directamente, en la ms justa medida, todas las prescripciones principales inherentes a la naturaleza de tal sujeto, suficientemente caracterizadas ms arriba, pues presenta la exacta enunciacin del nico fenmeno rigurosamente comn a la totalidad de los seres vivos, considerados en todas sus partes constituyentes y en todos sus diversos modos de vitalidad, a la vez que excluye por su composicin misma, a todos los cuerpos realmente inertes. Tal es, a mi entender, la primera base elemental de la verdadera filosofa biolgica.

    Este exacto anlisis preliminar del fenmeno general que constituye el tema invariable de las especulaciones biolgicas, nos facilitad ahora una definicin clara y precisa de la ciencia misma directamente Considerada en su destino positivo ms completo y ms extenso. Hemos reconocido, en efecto, que la idea de vida supone constantemente la

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    correlacin necesaria de dos elementos indispensables: un organismo apropiado y un m edio1 conveniente. De la accin recproca de estos dos elementos resultan inevitablemente todos los diversos fenmenos vitales, no slo animales, como se piensa ordinariamente, sino tambin orgnicos. De aqu que el gran problema permanente de la biologa positiva deba consistir en establecer, para todos los casos y conforme al menor nmero de leyes invariables, una exacta armona cientfica entre estas dos inseparables potencias del conflicto vital y el acto mismo que le constituye, previamente analizado; o sea: en unir constantemente, de modo general y especial, la doble idea de rgano y de medio con la idea de funcin. En el fondo, esta segunda idea no es menos doble que la primera; porque, conforme a la ley universal de la equivalencia necesaria entre la reaccin y la accin, el sistema ambiente no modificar al organismo sin que ste ejerza a su vez sobre l la correspondiente influencia. La nocin de funcin o de acto debe comprender, en realidad, los dos resultados del conflicto, pero con la distincin esencial de que, siendo la modificacin orgnica, por su naturaleza, la nica verdaderamente importante en biologa, se subestima frecuentemente la reaccin sobre el medio, de donde resulta habitualmente la acepcin menos extensa de la palabra funcin, adscrita slo a los actos orgnicos, con independencia de sus consecuencias externas. De todos modos, cuando el medio no es susceptible de una renovacin inmediata y facultativa, como ocurre al vegetal o al animal en reposo, el bilogo tiene que considerar atentamente esta necesaria modificacin del ambiente, en vista de la influencia ulterior que ella pudiera ejercer sobre el organismo. La accin de la especie humana, colectiva, sobre el mundo exterior, principalmente en el estado de sociedad, nico en que puede desarrollarse, no es para el bilogo un elemento de estudio tan esencial como la propia modificacin del hombre? Sin embargo, hay que reconocer que tal consideracin, respecto a cada organismo, pertenece ms bien a su historia natural propiamente dicha que a su fisiologa, salvo en la restriccin que acabo de indicar. Habr, pues, pocos inconvenientes en conservar aqu a la palabra, funcin su significacin ms usual, aunque fuese ms racional atribuirle toda su extensin filosfica, emplendola para designar el conjunto de los resultados de la accin recproca continua entre el organismo y el medio.

    1 Creo superfluo justificar expresamente el uso frecuente que en adelante har de la palabra medio para designar especialmente, de modo claro y rpido, no slo el fluido en que el organism o est sumergido, sino, en general, el conjunto total de las circunstancias exteriores de cualquier gnero, necesarias para la existencia de cada organism o determ inado. Los que hayan meditado suficientemente sobre el papel capital que debe llenar, en toda biologa positiva, la idea correspondiente, no me reprocharn, sin duda, la introduccin de esta expresin nueva. Por mi parte, la espontaneidad con que tan frecuentem ente se ha presentado a mi pluma, a pesar de mi constante aversin por el neologismo sistemtico, apenas me permite dudar que tal trm ino abstracto faltase realmente hasta ahora en la ciencia de los cuerpos vivos.

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    Conforme a las nociones precedentes, la biologa positiva debe, pues, ser mirada como destinada a referir constantemente, en cada caso determinado, el punto de vista anatmico y el fisiolgico, o, en otros trminos, el estado esttico y el dinmico. Esta relacin perpetua constituye su verdadero carcter filosfico. Colocado en un sistema dado de circunstancias exteriores, un organismo definido debe actuar siempre de modo necesariamente determinado; y, a la inversa, la misma accin no ser producida idnticamente por organismos verdaderamente distintos. Cabe, pues, concluir alternativamente o el acto por el sujeto o el agente por el acto. Conocido previamente el sistema ambiente, conforme al conjunto de las otras ciencias fundamentales, se ve que el doble problema biolgico puede ser planteado, lo ms matemticamente posible, en estos trminos generales: Dado el rgano o la modificacin orgnica, hallar la funcin o el acto, y a la recproca. Tal definicin me parece satisfacer las principales condiciones filosficas de la ciencia biolgica; me parece especialmente apropiada para subrayar el fin necesario de previsin racional que tantas veces he presentado, en las diversas partes de esta obra, como el destino caracterstico de toda ciencia real, opuesta a la mera erudicin. Tal definicin indica claramente que la verdadera biologa debe tender a permitirnos prever cmo actuar, en determinadas circunstancias, un cierto organismo, o por qu estado orgnico ha podido ser producido tal acto realizado.*

    FSICA SOCIAL, ESTTICA Y DINMICA

    Es con la mira de articular en la debida forma como lo exige la estructura razonable de esta obra, el destinar toda esta leccin a ciertas explicaciones preliminares encaminadas a constituir ahora lo que llamo fsica social. Tal empeo tiene en apariencia el carcter de abstracto.

    La fsica social es el estudio positivo del conjunto de las leyes fundamentales propias de los fenmenos sociales (...) Las posibilidades de elaborar la ciencia social a la manera de las ciencias positivas ya establecidas como tambin sealar el verdadero carcter filosfico de ella y echar slidamente sus bases: he ah el cometido.

    La finalidad de la fsica social es advertir con nitidez el sistem a de operaciones sucesivas, filosficas y prcticas, que han de liberar a la sociedad de su fatal tendencia a la disolucin inminente y conducirla de modo directo a una nueva organizacin ms progresiva y slida la asentada sobre la filosofa teolgica.

    * Tomo III. Versin espaola de D. Nez.

  • CURSO DE FILOSOFA POSITIVA

    La nueva ciencia tendr dos partes, lgicam ente unidas: la parte esttica y la parte dinmica. El estudio esttico corresponde a la doctrina positiva del orden, que consiste en la arm ona de las diversas condiciones de existencia de las sociedades humanas. En cam bio, el estudio dinm ico de la vida colectiva constituye la doctrina positiva del progreso social. Los dos principios, el orden y el progreso, representan las dos nociones fundam entales cuya deplorable oposicin trae consigo el trastorno de las sociedades humanas. La anatoma o esttica social form a la base, en la fisiologa o dinm ica social arraiga el impulso histrico renovador.*

    E L M TO D O POSITIVO EN LA SOCIOLOGA.LA COMPARACIN HISTRICA

    En sociologa, com o en biologa, la exploracin cientfica emplea concurrentemente los tres modos fundamentales que he distinguido, desde el segundo volum en de este Curso, en el arte general de observar, a saber, la observacin pura, la experim entacin propiamente dicha, y, en fin, el m todo com parativo, esencialm ente adaptado a todo estudio relativo a los cuerpos v ivo s.** Se trata aqu de apreciar de manera sumaria el rendimiento y el carcter propio de estos tres procedimientos sucesivos, en cuanto concierne a la naturaleza y metas, ya definidos con antelacin, de esta ciencia nueva.

    Una m archa gradual nos conduce a la apreciacin directa de esta ltima parte del mtodo comparativo que debo distinguir, en sociologa, con el nom bre de mtodo histrico, propiamente dicho, en el que reside esencialmente, por la naturaleza de tal ciencia, la nica base fundamental en que realmente puede descansar el sistema de la lgica positiva.

    La com paracin histrica de los diversos estados consecutivos de la hum anidad no es el nico artfice cientfico de la nueva filosofa poltica; su desarrollo racional form ar tambin directamente el fondo mismo de la ciencia en todo sentido. Precisamente en esto debe distinguirse la ciencia sociolgica de la biolgica propiam ente dicha, como explicar con detalles en la leccin siguiente. En efecto, el principio positivo de esta indispensable separacin filosfica resulta de cierta influencia de las diversas generaciones hum anas sobre las generaciones siguientes, la cual, gradual y continuamente acumulada, acaba por constituir la consideracin preponderante del estudio directo del desarrollo social. H asta que tal preponderancia no es reconocida, este estudio positivo de la hum anidad debe parecer racionalmente un mero

    * Tomo IV. Versin de F. Larroyo.** No hay que olvidar que la sociologa estudia al organismo social. Nota de F.

    Larroyo.

  • LA FILOSOFA POSITIVA

    prolongamiento espontneo de la historia natural del hombre. este carcter cientfico, muy conveniente si se limita a las primeras generaciones, se borra cada vez ms a medida que la evolucin social se manifiesta, y debe transformarse finalmente, cuando el movimiento humano est bien establecido, en un carcter nuevo, directamente propio de la ciencia sociolgica, en que deben prevalecer las consideraciones histricas. Aunque este anlisis histrico no parece destinado, por su naturaleza, ms que a la sociologa dinmica, es, sin embargo, indudable que alcanza al sistema entero de la ciencia, sin distincin de partes, en virtud de su perfecta solidaridad. Adems de que la dinmica social constituye el principal objeto de la ciencia, se sabe como antes expliquque la esttica social es, en el fondo, racionalmente insepa* rabie de ella, a pesar de la utilidad real de tal distincin especulativa, ya que las leyes de la existencia se manifiestan sobre todo durante el movimiento.

    No slo desde el punto de vista cientfico propiamente dicho debe el uso preponderante del mtodo histrico dar a la sociologa su principal carcter filosfico, sino tambin, y quiz de un modo ms pronunciado, bajo el aspecto puramente lgico: En efecto, se debe reconocer como establecer en la leccin siguiente que, con la creacin de esta nueva rama esencial del mtodo comparativo, fundamental, la socio* logia perfeccionar tambin a su vez, siguiendo un modo exclusivamente reservado a ella, el conjunto del mtodo positivo, en beneficio de toda la filosofa natural, con tal importancia cientfica que apenas puede ser hoy entrevista por los ms claros espritus. Desde ahora, podemos sealar que este mtodo histrico ofrece la verificacin ms natural y la aplicacin ms extensa de ese atributo caracterstico que hemos demostrado anteriormente en la marcha habitual de la ciencia sociolgica, y que consiste sobre todo en proceder del conjunto a los detalles.

    Finalmente, hay que notar aqu, en el aspecto prctico, que la preponderancia del mtodo histrico en los estudios sociales tiene tambin la feliz propiedad de desarrollar espontneamente el sentimiento social, poniendo en plena evidencia directa y continua este necesario encadenamiento de los diversos acontecimientos humanos que nos inspira hoy, aun hacia los ms lejanos, un inters inmediato, recordndonos la influencia real que han ejercido en el advenimiento gradual de nuestra propia civilizacin. Conforme a la bella observacin de Condorcet ningn hombre culto pensar ahora, por ejemplo, en las batallas de Maratn o Salamina, sin apreciar en seguida las importantes consecuencias de ellas para los destinos actuales de la humanidad. Sera intil insistir ms sobre tal propiedad, que recibir durante todo el volumen una aplicacin continua explcita y, aun ms, implcita. es necesaria demostracin formal alguna para comprobar la aptitu espontnea de la historia para destacar la ntima subordinacin genera de las diversas edades sociales. Slo importa, a este respecto, no con* fundir tal sentimiento de la solidaridad social con el inters simp*1^

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    que deben excitar todos los aspectos de la vida humana y aun meras ficciones anlogas. El sentimiento de que aqu se trata es a la vez ms profundo por resultar personal en cierto modo y ms reflexivo como resultante sobre todo de una conviccin cientfica* por lo que no ser convenientemente desarrollado por la historia vulgar en el estado puramente descriptivo; pero s lo ser, y exclusivamente, por la historia racional y positiva, tomada como ciencia real y que dispone el conjunto de los acontecimientos humanos en series coordinadas donde se muestra con evidencia su encadenamiento gradual.

    Terminando esta previa apreciacin general del mtodo histrico propiamente dicho, como constitutivo del mejor modo de exploracin sociolgica, hay que subrayar que la nueva filosofa poltica, consagrando, tras un libre examen racional, las antiguas indicaciones de la razn pblica, restituye a la historia la total plenitud de sus derechos cientficos para servir de base indispensable a las especulaciones sociales, a pesar de los sofismas, demasiado acreditados an, de una vana metafsica que tiende a desentenderse, en poltica, de toda consideracin amplia del pasado.*

    EL PROGRESO SOCIAL

    Los filsofos de la antigedad, faltos de observaciones polticas suficientemente completas y extensas, carecieron de toda idea de progreso social. Ninguno de ellos pudo sustraerse a la tendencia, entonces tan universal como espontnea, de considerar al estado social de su tiempo Como radicalmente inferior al de tiempos anteriores. Esta disposicin era natural y legtima, ya que la poca de estos trabajos filosficos coincida esencialmente como explicar despuscon la de la necesaria decadencia del rgimen griego o romano. Y esta decadencia, que, considerando el conjunto del pasado social, constituye un verdadero progreso como preparacin indispensable para el rgimen ms avanzado de tiempos posteriores, no poda ser juzgada as por los antiguos, bien ajenos a sospechar tal sucesin. He indicado ya, en la leccin precedente, el primer esbozo de la nocin o, mejor, del sentimiento de progreso de la humanidad como atribuirle al cristianismo, que, al proclamar la superioridad fundamental de la ley de Jess sobre la de Moiss, haba formulado la idea, hasta entonces desconocida, de un estado ms perfecto que reemplazaba definitivamente a otro menos perfecto, que, a su vez, y tiempo, haba sido tambin indispensable.** Aunque el

    * Tomo IV. Versiones espaolas: del primer apartado, F. Larroyo; de los otros tres, D. Nftez.

    * * Hay que sealar que esta gran nocin pertenece esencialmente al catolicismo, del que el protestantismo la ha tomado imperfecta y aun viciosamente, no slo por su apelacin vulgar e irracional a los tiempos de la Iglesia primitiva, sino tambin por su

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    catolicismo no haga as ms que servir de rgano general al desarrollo natural de la razn humana, esta preciosa labor no dejar de constituir para los ojos imparciales de los verdaderos filsofos uno de sus ms bellos ttulos, merecedores de eterno reconocimiento. Pero, indepen* dientemente de los graves inconvenientes de misticismo y vaga oscuridad, inherentes a todo empleo del mtodo teolgico, tal esbozo era en verdad insuficiente para constituir un concepto cientfico del progreso social, pues ste se hallaba cerrado por la frmula misma que le proclama, por estar entonces irrevocablemente limitado, del modo ms absoluto, al advenimiento del cristianismo, ms all del cual la humanidad no podra dar un paso. Pero, estando ya, y para siempre, agotada la eficacia social de toda filosofa teolgica, es evidente que esta concepcin presenta para el porvenir un carcter esencialmente retrgrado confirmando una irrecusable experiencia que no cesa de cumplirse ante nuestros ojos. Observndolo cientficamente, se ve que la condicin de continuidad constituye un elemento indispensable de la nocin definitiva del progreso de la humanidad, nocin que resultara impotente para dirigir el conjunto racional de las especulaciones sociales, si representase alf progreso como limitado por naturaleza a un estado determinado, ya hace tiempo logrado.

    Por todo ello se ve que la verdadera idea de progreso, parcial o total, pertenece necesaria y exclusivamente a la filosofa positiva, a laj que ninguna otra podra suplantar en tal sentido. Slo esta filosofa i podr descubrir la verdadera naturaleza del progreso social, es decir, caracterizar el trmino final, jams realizable, hacia el que tiende a dirigir a la humanidad, y hacer conocer a la vez la marcha general de este desarrollo gradual. Tal atribucin es ya claramente verificada por el origen totalmente moderno de las nicas ideas de progreso continuo que tienen hoy un carcter verdaderamente racional y que se refiere sobre todo al desarrollo efectivo de las ciencias positivas, de donde aqullas se derivan. La primera muestra satisfactoria del progreso general pertenece a un filsofo esencialm