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COMUNIDAD DE SAN JUAN COAJOMIULCO San Juan Coajomulco cuenta con 4,589 habitantes, el 48.58% son hombres y
el 51.42% son mujeres.
La población económicamente activa en la localidad de San Juan Coajomulco es de 1.062 (26.16% de la población total) personas, las que están ocupadas se reparten por sectores de la siguiente forma:
Sector Primario: 126 (12.27%) (Municipio: 17.47%, Estado: 5.43%) Agricultura, Explotación forestal, Ganadería, Minería, Pesca ...
Sector Secundario: 550 (53.55%) (Municipio: 48.38%, Estado: 32.50%) Construcción, Electricidad, gas y agua, Industria Manufacturera ...
Sector Terciario: 351 (34.18%) (Municipio: 34.15%, Estado: 62.07%) Comercio, Servicios, Transportes
Flora
Las especies vegetales más comunes que crecen en la región son: pino, ocote, encino, cedro, fresno, eucalipto, aile, sauce llorón y roble. También suele encontrarse variedades de trueno, jacaranda y casuarinas.
Entre las hierbas silvestres mencionaremos: alfilerillo, altamisa, árnica, berro, borraja, cactáceas diversas, carrizo, cardo, capulín, cedro, carretilla, chayote, escobilla, helechos, varios hongos, huizache, jarilla, malva, manzanilla, mezquites, mirasol, nabo, romero, ruda, sauco, simonillo, tejocote, tepozán, toloache, trébol, tule y verdolaga.
Tocante a yerbas medicinales y aparte de algunas que enumeramos líneas arriba, podemos agregar: tabaquillo, que incluso ha dado origen a industrias domésticas, peshthó, epazote de perro y de zorrillo, manrubio, yerbabuena, manzanilla, gordolobo, poleo del monte, té de monte, jocoquera, iztafiate, ajenjo, ruda y borraja.
Entre las flores de ornato, citaremos: rosas de todas clases, clavel, dalia, heliotropo, alcatraz, azahares, hortensia, flor de nube, bola de nieve, margarita, pensamiento, geranio, arete, perrito y violeta.
Fauna
En lo referente a la fauna silvestre local, enumeraremos las siguientes especies: conejo, coyote, gato montés, hurón, rata de campo, zorrillo, tlacuache, armadillo, ardilla, cacomixtle, murciélago, tuza y zorra. Otras especies menores son: avispas, sapo, camaleón, lagartijas diversas, culebra, escorpión, víbora de cascabel, hormigas rojas y negras, rana, acocil, ajolote, abejas, jicote, etcétera. En las lagunas y presas suelen encontrarse la carpa de Israel y la carpa común.
MAPA GEOGRÁFICO EN EL MUNICIPIO DE JOCOTITLÁN (SAN JUAN COAJOMULCO)
SERVICIOS AMBIENTALES
Para un gran número de personas, los ecosistemas naturales tan sólo representan atractivos paisajes accesibles por programas de televisión o revistas de entretenimiento. Pocos quizás estarán conscientes de que muchos de los bienes y servicios de los que gozan en sus casas o lugares de trabajo son consecuencia, en gran parte, de la existencia de muchas especies de plantas, animales y microorganismos y de sus interacciones con el medio ambiente en los ecosistemas terrestres, de agua dulce y de las zonas marinas y costeras del planeta. Entre los bienes que obtenemos directamente de la biodiversidad están los alimentos que consumimos (carnes, frutas, verduras y condimentos), la madera que empleamos para muebles, leña y papel, las fibras para telas, los principios activos de muchos medicamentos, las resinas empleadas en solventes, pinturas y
barnices, así como las ceras, tintes y esencias que se emplean en distintas industrias, entre muchos otros. Sin embargo, sólo hasta hace unos cuantos años se ha empezado a hacer conciencia de que este tipo de bienes son tan sólo una fracción del universo de beneficios que obtenemos de la naturaleza. Los llamados “servicios eco-sistémicos”, o simplemente, los “servicios ambientales”, son ese otro gran conjunto que apenas empezamos a reconocer. En realidad, estos últimos constituyen los beneficios indirectos de la biodiversidad, opuestos a los directos. Los servicios ambientales se refieren básicamente a un amplio espectro de condiciones y procesos por los cuales los ecosistemas naturales y las especies que los integran ayudan a sostener y satisfacer las necesidades de la sociedad humana. Entre ellos están la purificación del aire y agua, la mitigación de las sequías e inundaciones, la generación y conservación de los suelos, la descomposición de los desechos, la polinización de los cultivos y de la vegetación natural, la dispersión de semillas, el reciclaje y movimiento de nutrimentos, el control de las pestes agrícolas, la protección de las costas ante la erosión del oleaje, la estabilización parcial del clima y el amortiguamiento de los climas extremos y sus impactos. Si se estimara económicamente el valor de estos servicios en el mundo, podrían alcanzar varios trillones de dólares por año.
¿qué son los servicios ambientales o eco-sistémicos? Un ecosistema es el
conjunto de comunidades vivas (elementos bióticos como plantas, animales,
hongos, bacterias y protistas) y elementos no vivos (elementos abióticos como
rocas, sales minerales, agua, suelo) que se encuentran en un lugar determinado.
Todos estos elementos interactúan entre sí generando movimientos de materia y
energía, lo que constituye el funcionamiento del ecosistema.
Las sociedades humanas se benefician de las funciones de estos ecosistemas,
directa o indirectamente, y es precisamente a estos beneficios a los que se les
llama servicios ambientales o servicios eco-sistémicos. Dependiendo del tipo de
servicio se les nombra de distintas maneras. A los elementos del ecosistema que
pueden ser extraídos y utilizados como alimento, madera, fibras o medicinas se
les denomina servicios de aprovisionamiento o suministro; a las funciones que
purifican el aire, filtran el agua, polinizan los cultivos o regulan los ciclos
hidrológicos se les conoce como servicios de regulación; a los que forman suelo,
reciclan nutrientes o producen biomasa, se les llama servicios de soporte y, por
último, los que proporcionan bienestar espiritual o cultural como son los espacios
de recreación, la belleza escénica o los elementos naturales religiosos, son los
servicios culturales.
Si queremos contar con los servicios ambientales de forma permanente es
condición sine qua non mantener los componentes de los ecosistemas y no
rebasar los límites naturales para su correcto funcionamiento. La transformación
de un ecosistema con el fin de obtener un beneficio -como la tala de un bosque
para producir cultivos agropecuarios- implica una transacción. Por un lado se
obtienen algunos beneficios -la producción de alimentos-, pero a su vez se pierden
otros, por ejemplo, la filtración de agua, la producción de oxígeno, la captura de
carbono, las materias primas. Cuando estas transacciones se han valorado, su
resultado ha sido negativo.
Tradicionalmente, la economía no ha sido capaz de valorar los servicios
ambientales más allá de las materias primas que circulan en los mercados. Se han
implementado algunos instrumentos como “el que contamina paga”, el pago
diferenciado de agua y energía según el consumo, el cobro de derechos por
descargas de aguas residuales, la certificación de productos orgánicos o
sustentables y, recientemente, la creación de mercados de carbono o de pago por
servicios ambientales hidrológicos y de biodiversidad. La falta de valoración de los
servicios ambientales y, en particular, la falta de retribución económica a los
dueños de la tierra, poseedores de los ecosistemas naturales, ya sea para
conservar los ecosistemas o para usarlos de manera sustentable, incrementa el
deterioro ambiental y reproduce la pobreza.
La acción pública no ha logrado identificar ni establecer los mecanismos
institucionales que garanticen la conservación y la adecuada valorización de la
biodiversidad y sus servicios ambientales. La economía y los mercados tienen
mucho que desarrollar todavía, conceptualmente y de manera práctica.
+BOSQUES
Los bosques y selvas son sumamente valiosos para el ser humano por los
productos maderables y otros productos vegetales no maderables que crecen en
ellos. Pero su utilidad va mucho más allá. Proveen una variedad de beneficios
indirectos, pero no menos importantes para las economías y el bienestar humano,
llamados comúnmente servicios ambientales. La contribución económica de estos
servicios ha sido tradicionalmente poco reconocida, en parte debido a la dificultad
para evaluarlos económicamente y a la complejidad de factores que afectan su
funcionamiento.
Los bosques y selvas son el hábitat de una gran diversidad de plantas, hongos,
insectos, mamíferos, reptiles y aves silvestres que se explotan como alimentos,
objetos ornamentales, medicinas o simplemente como materias primas para la
fabricación de otros productos. Los organismos de estas especies cumplen
también funciones ecológicas relevantes como son la polinización de muchas
especies de plantas silvestres y agrícolas y el control de plagas. Además, las
bacterias y otros microorganismos que habitan el suelo de los bosques
contribuyen a la descomposición de la materia orgánica y al reciclado de los
nutrimentos que incrementan la fertilidad y favorecen la formación del suelo; de
ahí que uno de los principales productos no maderables de estos ecosistemas sea
la tierra de monte que se vende para jardinería. Sin la vegetación que retiene el
suelo con sus raíces no sería posible su acumulación, pues el agua de la lluvia y
el viento lo arrastran consigo. Los árboles de los bosques y selvas son
fundamentales para regular el ciclo hidrológico.
En primer lugar, favorecen la regularidad de la precipitación de una zona al
bombear continuamente agua del suelo hacia la atmósfera por medio de la
transpiración de las plantas. Cuando llueve, una cantidad significativa de agua se
retiene en el follaje, la cual al evaporarse también ayuda a conservar la humedad
ambiental y favorece que vuelva a precipitarse en forma de lluvia.
Los árboles de bosques y selvas también mantienen con sus raíces y la hojarasca
condiciones apropiadas para una infiltración gradual de la lluvia en el suelo, la que
favorece la recarga de los acuíferos y el mantenimiento de los ríos y manantiales.
Esto mismo impide la formación de escurrimientos superficiales que en grandes
volúmenes ocasionan la erosión del suelo y las devastadoras inundaciones
cuenca abajo.
Gracias también a que los bosques y selvas regulan la infiltración y el
escurrimiento superficial, contribuyen al mantenimiento de la calidad del agua, ya
que retienen los sedimentos y dan tiempo a que las plantas asimilen los
nutrimentos y degraden o filtren, junto con el suelo, los contaminantes que
arrastran las aguas.
En las últimas décadas, en las que la acumulación del bióxido de carbono y otros
gases en la atmósfera resultado del uso desmedido de combustibles fósiles ha
ocasionado el calentamiento global, los bosques y selvas han adquirido un valor
adicional. Los árboles tienen la capacidad de asimilar grandes cantidades de este
gas directamente de la atmósfera para construir sus tallos y follaje, por lo que
estos ecosistemas se reconocen actualmente como importantes sumideros y
reservorios del excedente de bióxido de carbono atmosférico. A la vez que fijan el
bióxido de carbono, los árboles desechan como subproducto de sus procesos
metabólicos el oxígeno sin el cual los seres humanos y muchas otras especies no
podríamos sobrevivir.
Los bosques y selvas contribuyen asimismo a mantener nuestra salud y bienestar
de otras formas más sutiles. Favorecen la buena calidad del aire reteniendo en su
follaje las partículas suspendidas, así como por su capacidad para bloquear y
regular la fuerza del viento. No debe dejarse de lado su valor estético como
paisajes de los que tanto disfruta la sociedad, lo que les otorga además, un gran
valor recreativo.
La pérdida y degradación de estos sitios por la sobreexplotación de sus recursos o
su conversión a terrenos agrícolas, ganaderos o urbanos implica no sólo una
pérdida económica resultado de la reducción de los volúmenes de productos
maderables y no maderables no explotados, sino también por la falta de los
servicios que nos presta la rica biodiversidad de estos ecosistemas. En este
sentido, resulta prioritario para asegurar el futuro de las nuevas generaciones la
conservación y recuperación de las superficies forestales nacionales.
-DEFORESTACIÓN
Además de la contaminación, otro problema grave que afecta el aire, el agua, el
suelo y en específico los bosques, es la deforestación. El Instituto Nacional de
Estadística y Geografía (INEGI) señala que en el país se deforestan casi 500 mil
hectáreas de bosques y selvas cada año. La causa principal es desmonte para
extender las áreas agrícolas y ganaderas, le siguen los incendios y la construcción
de más espacios urbanos, rurales ya la tala ilegal.
-INCENDIOS
Afectando la vegetación del tipo matorrales, arbustos y/o pastizales.
A veces pueden causar un gran daño ecológico en vastas extensiones de terreno, sobre la flora, la fauna, los recursos hídricos y los suelos. Producen daños económicos sobre productos madereros y no madereros como alambrados, galpones, corrales, viviendas, etc.; al mismo tiempo devastan el paisaje.
La presencia del hombre en los montes, bosques, o en sus adyacencias, inevitablemente va acompañada de elementos, quehaceres o instalaciones que pueden ocasionar incendios. Los accidentes o negligencias en el uso de esos recursos y el deficiente manejo o mala intención en la aplicación del fuego. En temporada de sequias es común que se produzcan incendios, causando
graves daños tanto en la comunidad como al medio ambiente.
Gráfica: índices de deforestación que afectan a los bosques en el municipio de
Jocotitlán.
En la comunidad de San Juan Coajomulco se estima que la producción forestal va
en aumento ya que se reforestan cada año alrededor de 2,000 árboles en
específico pinos, es por eso que el bosque llamado Fandango (tierra de venados)
es considerado un servicio ambiental, ya que a partir de este bosque se pueden
obtener grandes beneficios para los habitantes. Las principales actividades que se
DEFORESTACIÓN
ACTIVIDADES AGRÍCOLAS YGANADERAS Y OTRAS CAUSAS
TALA ILEGAL
EXTENCIÓN DE ÁREAS RURALES
INCENDIOS
llevan a cabo con la madera obtenida de los árboles es la quema como
combustible, construcción de viviendas y venta de la madera.
Es por eso que, como servicio ambiental para el ser humano se deben buscar
estrategias para el manejo y conservación ya que la mitad de la población de esta
comunidad necesita de este servicio ambiental.
Ciertos factores afectan la mejora de este bosque ya que no cuenta con cierta
organización que se encargue del cuidado y vigilancia de este, es por ello que los
incendios, tala ilegal extensión de áreas rurales, actividades agrícolas y ganaderas
sean inevitables, provocando la disminución de áreas boscosas y al mismo tiempo
una gran alteración en el ecosistema; como la disminución de mantos acuíferos y
la extinción de animales.
La interrelación entre los servicios ambientales de los bosques y el humano deben
estar en cierto equilibrio, buscando soluciones y alternativas para promover el
cuidado y así lograr un futuro próspero y ejemplar para las generaciones futuras.
+POZOS O MANANTIALES
Las aguas subterráneas forman grandes depósitos que en muchos lugares
constituyen la única fuente de agua potable disponible.
A veces, cuando circulan bajo tierra, forman grandes sistemas de cuevas y
galerías. En algunos lugares regresan a la superficie, brotando de la tierra en
forma de fuentes o manantiales.
Un manantial es un flujo natural de agua que surge del interior de la tierra desde
un solo punto o por un área pequeña. Pueden aparecer en tierra firme o ir a dar a
cursos de agua, lagunas o lagos. Los manantiales pueden ser permanentes o
intermitentes, y tener su origen en el agua de lluvia que se filtra o tener un origen
ígneo, dando lugar a manantiales de agua caliente.
Existen diferentes manantiales en san Juan Coajomulco como lo es, ojo de agua
y los lavaderos
+CLIMA
El que predomina en la región puede clasificarse como templado sub-húmedo con lluvias en verano (CW). La temperatura media anual es de 13.2°C con una máxima de 31°C y una mínima de 4°C. La precipitación pluvial promedio anual es de 1,008.52 mm³ y se registran heladas los últimos meses del año, así como algunas nevadas.
El clima para esta comunidad es favorable ya que tiene un clima templado para desarrollar actividades agrícolas, que son las principales características de una tierra fértil.
-FENÓMENOS DE LA NIÑA Y EL NIÑO
Se denomina El Niño la presencia de aguas anormalmente cálidas (más de 0.5°C
por encima de lo normal) en la costa occidental de Suramérica por un período
mayor a tres meses consecutivos. Actualmente es considerado como un
fenómeno ocasional, irregular, aperiódico y de grandes repercusiones
socioeconómicas en el mundo. Se presenta con variada intensidad, siendo los
episodios de 1982 -1983 y 1997-1998 los de más impacto en el siglo XX.
Los efectos se traducen, por lo tanto, en daños en sectores productivos como la agricultura y la pesca, en la infraestructura vial, en las viviendas y en miles de damnificados por pérdida de sus bienes y medios de vida, así como por afectaciones en la salud por el aumento de enfermedades por vectores que proliferan con cambios temporales en los regímenes climáticos.
+CALIDAD DEL AIRE Esta depende de la ubicación del lugar, existe un monitoreo constante que da a conocer los niveles de contaminación.
En la comunidad aún se tiene una buena calidad del aire, ya que no hay tanta contaminación en los diferentes factores (agua, aire y suelo). Al no tener fabricas cerca de la comunidad el aire aun no esta tan contaminado como otras partes o en las ciudades.
Los efectos que proboca la contaminacion en la salud humana son:
-CONTAMINACIÓN
Se denomina contaminación ambiental a la presencia en el ambiente de cualquier agente (físico, químico o biológico) o bien de una combinación de varios agentes en lugares, formas y concentraciones tales que sean o
puedan ser nocivos para la salud, la seguridad o para el bienestar de la población, o bien, que puedan ser perjudiciales para la vida vegetal o animal. Existen diferentes tipos de contaminación que afectan a los distintos medios y ecosistemas que hay en la comunidad. Puede tener varias consecuencias como enfermedades cardiovasculares, infecciones respiratorias entre otras.
+EL RELIEVE
El relieve es uno de los elementos geográficos que determinan la diferenciación
de otros elementos (suelo, agua, vegetación) así como las diferentes actividades
humanas.
El relieve no se mantiene siempre igual, porque mientras se forma por procesos
internos, es alterado por fuerzas que actúan desde afuera. Estas fuerzas externas
son: el viento, el agua, las aguas de infiltración, la gravedad y los cambios de
temperatura.
En las mesetas el relieve se presenta llano y elevado. Las mesetas también se denominan altiplanicies o altiplanos.
Está compuesta de una parte elevada y una hundida.
RELIEVE SUPERFICIAL
Los procesos externos, relacionados con el clima y la fuerza de gravedad, dan paso a las formas superficiales del relieve. Las más conocidas son las montañas, las mesetas, las colinas y las llanuras.
El hombre, al intervenir el paisaje natural, también erosiona, sobre todo cuando deforesta amplias zonas de vegetación o construye en lugares inapropiados.
SERVICIOS AMBIENTALES
Para un gran número de personas, los ecosistemas naturales tan sólo representan atractivos paisajes accesibles por programas de televisión o revistas de entretenimiento. Pocos quizás estarán conscientes de que muchos de los bienes y servicios de los que gozan en sus casas o lugares de trabajo son consecuencia, en gran parte, de la existencia de muchas especies de plantas, animales y microorganismos y de sus interacciones con el medio ambiente en los ecosistemas terrestres, de agua dulce y de las zonas marinas y costeras del planeta. Entre los bienes que obtenemos directamente de la biodiversidad están los alimentos que consumimos (carnes, frutas, verduras y condimentos), la madera que empleamos para muebles, leña y papel, las fibras para telas, los principios activos de muchos medicamentos, las resinas empleadas en solventes, pinturas y barnices, así como las ceras, tintes y esencias que se emplean en distintas industrias, entre muchos otros. Sin embargo, sólo hasta hace unos cuantos años
se ha empezado a hacer conciencia de que este tipo de bienes son tan sólo una fracción del universo de beneficios que obtenemos de la naturaleza. Los llamados “servicios eco-sistémicos”, o simplemente, los “servicios ambientales”, son ese otro gran conjunto que apenas empezamos a reconocer. En realidad, estos últimos constituyen los beneficios indirectos de la biodiversidad, opuestos a los directos. Los servicios ambientales se refieren básicamente a un amplio espectro de condiciones y procesos por los cuales los ecosistemas naturales y las especies que los integran ayudan a sostener y satisfacer las necesidades de la sociedad humana. Entre ellos están la purificación del aire y agua, la mitigación de las sequías e inundaciones, la generación y conservación de los suelos, la descomposición de los desechos, la polinización de los cultivos y de la vegetación natural, la dispersión de semillas, el reciclaje y movimiento de nutrimentos, el control de las pestes agrícolas, la protección de las costas ante la erosión del oleaje, la estabilización parcial del clima y el amortiguamiento de los climas extremos y sus impactos. Si se estimara económicamente el valor de estos servicios en el mundo, podrían alcanzar varios trillones de dólares por año.
¿qué son los servicios ambientales o eco-sistémicos? Un ecosistema es el
conjunto de comunidades vivas (elementos bióticos como plantas, animales,
hongos, bacterias y protistas) y elementos no vivos (elementos abióticos como
rocas, sales minerales, agua, suelo) que se encuentran en un lugar determinado.
Todos estos elementos interactúan entre sí generando movimientos de materia y
energía, lo que constituye el funcionamiento del ecosistema.
Las sociedades humanas se benefician de las funciones de estos ecosistemas,
directa o indirectamente, y es precisamente a estos beneficios a los que se les
llama servicios ambientales o servicios eco-sistémicos. Dependiendo del tipo de
servicio se les nombra de distintas maneras. A los elementos del ecosistema que
pueden ser extraídos y utilizados como alimento, madera, fibras o medicinas se
les denomina servicios de aprovisionamiento o suministro; a las funciones que
purifican el aire, filtran el agua, polinizan los cultivos o regulan los ciclos
hidrológicos se les conoce como servicios de regulación; a los que forman suelo,
reciclan nutrientes o producen biomasa, se les llama servicios de soporte y, por
último, los que proporcionan bienestar espiritual o cultural como son los espacios
de recreación, la belleza escénica o los elementos naturales religiosos, son los
servicios culturales.
Si queremos contar con los servicios ambientales de forma permanente es
condición sine qua non mantener los componentes de los ecosistemas y no
rebasar los límites naturales para su correcto funcionamiento. La transformación
de un ecosistema con el fin de obtener un beneficio -como la tala de un bosque
para producir cultivos agropecuarios- implica una transacción. Por un lado se
obtienen algunos beneficios -la producción de alimentos-, pero a su vez se pierden
otros, por ejemplo, la filtración de agua, la producción de oxígeno, la captura de
carbono, las materias primas. Cuando estas transacciones se han valorado, su
resultado ha sido negativo.
Tradicionalmente, la economía no ha sido capaz de valorar los servicios
ambientales más allá de las materias primas que circulan en los mercados. Se han
implementado algunos instrumentos como “el que contamina paga”, el pago
diferenciado de agua y energía según el consumo, el cobro de derechos por
descargas de aguas residuales, la certificación de productos orgánicos o
sustentables y, recientemente, la creación de mercados de carbono o de pago por
servicios ambientales hidrológicos y de biodiversidad. La falta de valoración de los
servicios ambientales y, en particular, la falta de retribución económica a los
dueños de la tierra, poseedores de los ecosistemas naturales, ya sea para
conservar los ecosistemas o para usarlos de manera sustentable, incrementa el
deterioro ambiental y reproduce la pobreza.
La acción pública no ha logrado identificar ni establecer los mecanismos
institucionales que garanticen la conservación y la adecuada valorización de la
biodiversidad y sus servicios ambientales. La economía y los mercados tienen
mucho que desarrollar todavía, conceptualmente y de manera práctica.