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ANSIEDAD Y DEPRESIÓN EN MADRES
CON HIJOS EN DESNUTRICIÓN YBAJO PESO
Septiembre 2019
Ansiedad y depresión en madres con hijos en desnutrición
y bajo peso que asisten al servicio de nutrición del
Hospital Universitario de Maracaibo.
Comisión para los Derechos Humanos del Estado Zulia(Codhez)© 2019 DirectoresDaniela GuerraLisseth MogollónJuan Berríos Ortigoza Facebook | Instagram | Twitter @CodhezDirección de correo electrónico: [email protected] Psicólogo adjunto: Víctor CoronadoFotogra�ías por : Iván Ocando Maracaibo, Venezuela
En esta investigación se expone la situación de alimentación de madres �ue
asisten a sus hijos en el servicio de nutrición del Hospital Universitario de
Maracaibo, y las consecuencias �ue dicha vulnerabilidad han tenido sobre su
bienestar psicológico. Se encuestó a 30 madres, en el período de mayo a agosto de
2019, en el marco de la documentación sobre la situación de derechos humanos
en el Zulia, con especial atención en la inseguridad alimentaria.
COMISIÓN PARA LOS DERECHOS HUMANOSDEL ESTADO ZULIA / SEPTIEMBRE 2019
Planteamiento delproblema La emergencia humanitaria compleja en
Venezuela ha traído múltiples consecuencias en la
vida de los ciudadanos. De forma preocupante lo
hemos observado en la situación de la alimentación.
Desde 2017 en la Encuesta Nacional de Calidad de
Vida se reportó �ue 89,4% de la población considera
�ue sus ingresos no son su�icientes para ad�uirir
alimentos necesarios y nutritivos en el hogar.
Medios de comunicación internacionales han
informado �ue 8 millones de personas en Venezuela
ingieren 2 o menos comidas al día. Esta es una
experiencia �ue se puede contrastar con la
cotidianidad de �uienes viven dentro del territorio
nacional.
La situación de inseguridad alimentaria en
Venezuela ha sido considerada por instancias
internacionales. El informe de la FAO (2019) sobre el
estado de la seguridad alimentaria y nutrición en el
mundo, tiene un apartado exclusivo para Venezuela,
donde denota �ue entre los años 2009 y 2018 hubo un
incremento signi�icativo de la prevalencia de
subalimentación, pasando de un 3,1% a un 21,2%, una
diferencia de 18,1% en menos de 10 años.
El último monitoreo emitido por Cáritas de
Venezuela(2019) menciona �ue el poder ad�uisitivo
alimentario del salario mínimo es de 4,7%,es decir,
�ue 1 salario mínimo solo puede pagar el 4,7% del
costo de la canastabásica.
Este monitoreo destaca, además, el estado nutricional
de niños menores de 5 años: 4% padece desnutrición
aguda severa, 6% desnutrición aguda moderada, 16% se
encuentra en riesgo nutricional, y 26% en alerta de
deterioro nutricional. Esta alarmante situación sobre
las necesidades básicas de los venezolanos, sin dudas,
ha tenido cierto impacto en su estado psicológico.
La Federación de Psicólogos de Venezuela (FPV,
2016) ha reiterado la preocupación por el acentuado
deterioro del bienestar psicológico de la población
venezolana. Este deterioro es consecuencia directa de
la exposición prolongada a diversas situaciones, tales
como: desabastecimiento generalizado, disminución
del poder ad�uisitivo, inseguridad, polarización,
con�lictividad socio-política, entre otros aspectos, �ue
provocan un estado general de estrés, ansiedad y
depresión producto del desasosiego, frustración,
desesperanza, tensión y miedo. Debido a ello, la FPV
ha tenido �ue adoptar medidas de atención en
situaciones de crisis, como líneas de atención
psicológica, o conjuntando esfuerzos de psicólogos
voluntarios para la atención de personas en estados de
crisis. Según datos publicados por el Hospital
Universitario de Maracaibo en 2015, “el 60% de las
personas atendidas en el servicio de psi�uiatría y
psicología -de dicho hospital- son por depresión”.
Reconociendo que algunas de estas consecuencias psicológicas tienen una relación
importante con la situación de vulnerabilidad en materia de derechos humanos, nos
abocamos a ella con la necesidad de documentar y estudiar sus implicaciones en la
población marabina.
La ausencia de cifras oficiales sobre los aspectos de alimentación nos ha impulsado
como organización en la búsqueda de datos en torno a un diagnóstico sobre la situación
alimentaria de Maracaibo.
En 2018 realizamos una encuesta sobre la seguridad alimentaria en Maracaibo,
destacándose, entre otros resultados, los siguientes:
Las familias marabinas consideran que la alimentación es su principal preocupación en los últimos tres meses
(al momento de la encuesta), sea por escasez (21,9%), mala alimentación (7,1%), o alto costo (7%). En suma, en
36% de los hogares hay preocupación por estos problemas por encima de cualquier otro.
Se indagó sobre el número de comidas que realizaban los hogares marabinos, en 54% de los hogares se comió
una vez al día, en 39,1% se comió 2 o más veces al día, y en 6,9% se dejó de comer durante todo un día.
Con respecto a los niños, se encuestó sobre el número de comidas realizadas, en los últimos 3 meses, y en
62,9% de los hogares los niños comieron 2 o más veces al día, mientras que en 29,6% solo comieron una vez al
día, y en 7,5% dejaron de comer durante todo el día.
Estos resultados representan una muestra del problema nutricional que viven las familias
de Maracaibo, por ende, es lógico pensar que la desnutrición, el hambre y el bajo peso son
una consecuencia inminente. Además, que signifique la principal preocupación de la
población es un indicador de alteraciones en el bienestar psicológico y predisposición de
psicopatologías. Según el informe de Cáritas de Venezuela (2019), el 9,1% de niños menores
de 5 años en el Estado Zulia sufren de desnutrición aguda. Y esto queda evidenciado en los
centros sanitarios de la región, donde los testimonios del personal asistencial lo confirman
de forma empírica.
El aumento de síntomas de ansiedad y depresión como motivo de consulta psicológica
y la constante preocupación de los hogares en torno a la situación alimentaria sienta las
bases para una medida más objetiva sobre estos síntomas. Es por ello que decidimos indagar
sobre los niveles de ansiedad y depresión presente en madres con hijos en desnutrición y
bajo peso, puesto que se reconoce esta población como vulnerada principalmente por la
violación del derecho a la alimentación.
OBJETIVO GENERAL
Determinar, evaluar y documentar el nivel de ansiedad y depresión manifestado con la
aplicación de la escala de ansiedad de Hamilton, de Depresión de Montgomery-Asberg, y en
la evaluación por examen mental de las madres con hijos en desnutrición y bajo peso que
acuden a asistencia nutricional en el área de pediatría del Hospital Universitario de
Maracaibo.
Marco Conceptual
COMISIÓN PARA LOS DERECHOS HUMANOSDEL ESTADO ZULIA / SEPTIEMBRE 2019
Según la FAO (2012), la seguridad alimentaria se entiende como un contexto en el que “todas
las personas tienen, en todo momento, acceso físico, social y económico a alimentos
suficientes, inocuos y nutritivos que satisfacen sus necesidades energéticas diarias y
preferencias alimentarias para llevar una vida activa y sana.” La definición en sí se conforma
de cuatro dimensiones las cuales son: la disponibilidad de los alimentos, referidos a la oferta;
el acceso económico y físico a alimentos, que se refiere a la oferta disponible; la utilización de
los alimentos, asociados a que la alimentación aporte energía y nutrientes suficientes; y por
último la estabilidad en el tiempo de las tres dimensiones anteriores. Por su parte la
inseguridad alimentaria, según la FAO (2012) es entonces “la disponibilidad limitada e incierta
de adquirir alimentos adecuados en formas socialmente aceptables.”
SEGURIDAD ALIMENTARIA
Según la FAO (2012), el marco conceptual de la inseguridad alimentaria comprende:
Inicialmente, ansiedad y preocupación por los suministros alimentarios
Afectaciones en la calidad de la dieta
Limitaciones en los adultos en cuanto a la calidad y cantidad de alimentos
Se afecta la calidad y la cantidad de los alimentos consumidos por los niños
La de�inición operacional de esta variable estará relacionada a ciertas preguntas extraídas delcuestionario
ELCSA de la FAO, en torno a la inseguridad alimentaria.
COMISIÓN PARA LOS DERECHOS HUMANOS DEL ESTADO
ZULIA / SEPTIEMBRE 2019
La ansiedad es una emoción natural que comprende las reacciones que tienen los seres
humanos ante la amenaza de un resultado negativo o incierto. Sin embargo, esta puede llegar
a ser patológica, cuando su presentación es irracional, ya sea porque el estímulo está ausente,
la intensidad es excesiva con relación al estímulo o la duración es injustificadamente
prolongada y la recurrencia inmotivada, generando un grado evidente de disfuncionalidad en
la persona. Esta condición se manifiesta por:
ANSIEDAD
La APA (2014) describe en el manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos
mentales 5 denominado DSM-V por sus siglas en inglés, que los trastornos de ansiedad se
caracterizan por miedo, pánico o preocupación excesiva que se produce durante más días de
lo que ha estado ausente; dificultad para controlar dicha preocupación; inquietud; sensación
de aprehensión; fatiga; dificultad para concentrarse; irritabilidad; tensión muscular; y
problemas del sueño; todo esto asociado a un malestar clínicamente significativo o deterioro
social, laboral o académico.
La definición operacional de esta variable se medirá con el puntaje total obtenido en la
Escala de Hamilton de Ansiedad (Hamilton Anxiety Rating Scale), en cada una de las madres
entrevistadas.
DEPRESIÓN
Según la Organización Mundial de la Salud la depresión es un trastorno mental frecuente,
que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de
culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta
de concentración.[1]
La depresión puede llegar a hacerse crónica o recurrente y dificultar sensiblemente el
desempeño en el trabajo o la escuela y la capacidad para afrontar la vida diaria. En su forma
más grave, puede conducir al suicidio. Si es leve, se puede tratar sin necesidad de
medicamentos, pero cuando tiene carácter moderado o grave se pueden necesitar
medicamentos y psicoterapia profesional.
[1] https://www.who.int/mental_health/management/depression/es/
La APA (2014) describe en el DSM-V que los síntomas que caracterizan a los trastornos
depresivos son un estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, casi todos los días;
disminución importante del interés o el placer por todas o casi todas las actividades la mayor
parte del día, casi todos los días; pérdida importante de peso sin hacer dieta o aumento de
peso; insomnio o hipersomnia; agitación o retraso psicomotor; fatiga o pérdida de energía;
sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva; disminución de la capacidad para pensar o
concentrarse; pensamientos de muerte recurrentes; todo esto asociado a un malestar
clínicamente significativo o deterioro social, laboral o académico.
La definición operacional de esta variable sería el resultado global obtenido en la Escala
de Depresión de Montgomery-Asberg, (MADRS) en cada una de las madres entrevistadas.
DERECHO A LA ALIMENTACIÓN
La Convención sobre los Derechos del Niño establece el derecho de todos los niños a un
nivel de vida adecuado para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social. El artículo
6 señala que los Estados partes garantizarán en la máxima medida posible la supervivencia y
el desarrollo del niño. Por otra parte, en el año 2000, 189 países acordaron, en el marco de las
Naciones Unidas, los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). Se trataba de 8 objetivos
desglosados en metas concretas y medibles que debieron alcanzarse en 2015, con la finalidad
de acabar con la pobreza y el hambre e impulsar el desarrollo humano.
COMISIÓN PARA LOS DERECHOS HUMANOS DEL ESTADO
ZULIA / SEPTIEMBRE 2019
A pesar de ello, la desnutrición sigue siendo una de las principales amenazas para la
supervivencia, la salud, el crecimiento y el desarrollo de las capacidades de millones de niños,
así como para el progreso de sus países.
El párrafo 6 de la Observación General Número 12 del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales expresa que “El derecho a la alimentación adecuada se
ejerce cuando todo hombre, mujer o niño, ya sea sólo o en común con otros, tiene acceso
físico y económico, en todo momento, a la alimentación adecuada o a medios para obtenerla”.
Bajo este contexto se definen los parámetros que rigen las dimensiones de la seguridad
alimentaria.:
Ahora bien, en Venezuela según el artículo 23 de la Constitución de la República se prevé
que “Los tratados, pactos y convenciones relativos a los derechos humanos, suscritos y
ratificados por Venezuela, tienen jerarquía constitucional y prevalecen en el orden interno,
en la medida en que contengan normas sobre su goce y ejercicio más favorable a las
establecidas en esta Constitución y en las Leyes de la República, y son de aplicación
inmediata y directa por los tribunales y demás órganos del Poder Público.” En este sentido
habiendo sido ratificado el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales (PIDESC) el 10 de mayo de 1978, el artículo 11.1 de dicho pacto reconoce la
alimentación como un derecho y señala que “Los Estados partes en el presente Pacto
reconocen el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuada para sí y su familia, incluso
alimentación…” lo cual con la ratificación hecha por Venezuela lo define con obligación de
cumplimiento y carácter constitucional.
Por su parte el artículo 305 constitucional prevé el mandato de garantizar la seguridad
alimentaria en los siguientes términos: “El Estado venezolano promoverá la agricultura
sustentable como base estratégica del desarrollo integral, a fin de garantizar la seguridad
alimentaria de la población; entendida como la disponibilidad suficiente y estable de
alimentos en el ámbito nacional y el acceso oportuno y permanente a éstos por parte del
público consumidor…”.
Los elementos de nuestro ordenamiento jurídico, que acá se exponen, en materia de
seguridad alimentaria definen los requerimientos mínimos para el cumplimiento de una
alimentación adecuada, así como a su vez brindan una base sólida para su exigencia.
COMISIÓN PARA LOS DERECHOS HUMANOS DEL ESTADO
ZULIA / SEPTIEMBRE 2019
DESNUTRICIÓN
Según Gareca (2009), “la desnutrición es la perturbación orgánica y funcional resultante
de la acción intensa y prolongada de diversos factores carenciados que alteran la nutrición.
En su carácter infantil es una enfermedad progresiva que se observa en niños cuando la
relación peso / edad o peso / talla no es acorde con su edad, con riesgo a presentar retardo de
crecimiento, disminución en las defensas del organismo, y en la capacidad de aprender.”
Para determinar el diagnóstico de desnutrición y bajo peso, se utilizó el apoyo de la
nutricionista que brinda la atención en el área de consulta pediátrica del Hospital
Universitario de Maracaibo. En las evaluaciones de la desnutrición infantil se utilizan
medidas objetivas en cuanto al peso y la talla del niño en cuestión. Para ello se utilizan como
referencia los índices antropométricos brindados por la OMS, que según el Instituto
Nacional de Nutrición en Venezuela son los siguientes:
Marco Metodológico
COMISIÓN PARA LOS DERECHOS HUMANOSDEL ESTADO ZULIA / SEPTIEMBRE 2019
La investigación es de tipo no experimental, que según Briones (2002), “son aquellas en las
cuales el investigador no tiene el control sobre la variable independiente, que es una de las
características de las investigaciones experimentales y cuasiexperimentales, como tampoco
conforma a los grupos del estudio”. The SAGE Glossary of the Social and Behavioral Sciences,
(2009) (citado por Hernández, Fernández y Baptista, 2014), agrega que en las investigaciones
de tipo cuantitativa no experimental se observan los fenómenos tal como se dan en su
contexto natural, para analizarlos y describirlos.
Existen varios tipos de investigación cuantitativa no experimental. Esta investigación es del
tipo transeccional. Estas investigaciones, según Hernández, Fernández y Baptista (2014),
“recolectan datos en un solo momento, en un tiempo único.” Su propósito es el de describir
variables y analizar su incidencia e interrelación en un momento dado. Además, es
transeccional descriptivo porque su objetivo es indagar la incidencia de los niveles de una o
diversas variables a un grupo de personas y proporcionar su descripción.
La población de este estudio fueron madres que asisten a sus hijos en el servicio de nutrición
del área de consulta externa de pediatría del Hospital Universitario de Maracaibo. La muestra
estuvo conformada por 30 madres, atendidas entre mayo y agosto del año 2019.
En este apartado se exponen la metodología utilizada para la recolección y análisis de
datos, el planteamiento de la investigación, la selección de la muestra y el modo en que se
interpretaron los datos.
La investigación emprendida se realizó bajo un paradigma cuantitativo, que según
Hernández, Fernández y Baptista (2014), se basa en la recolección de datos para probar
hipótesis con base en la medición numérica y el análisis estadístico, con el fin establecer
pautas de comportamiento y probar teorías.
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El muestreo utilizado para esta investigación fue de tipo no probabilístico, que según
Briones (2002), son muestras, compuestas por unidades de una población, que no han sido
seleccionadas al azar. También como lo menciona Hernández, Fernández y Baptista (2014),
“refiere a un subgrupo de la población en la que la elección de los elementos no depende de la
probabilidad, sino de las características de la investigación.”
Los instrumentos de evaluación que se utilizaron en la investigación, fueron: una
entrevista semiestructurada, compuesta por preguntas abiertas y cerradas; esta contiene 4
dimensiones: (i) Datos generales; (ii) Examen mental; (iii) Construcción simbólica de la
nutrición personal; y (iv) Diagnóstico nutricional emitido por el especialista.
En cuanto a la inclusión del examen mental dentro de la entrevista estructurada, se
justifica por ser un instrumento semiológico en psicología y psiquiatría que ayuda a
identificar los síntomas psicopatológicos para la determinación de un diagnóstico o
alteración del funcionamiento mental. Este servirá como dato comparativo con respecto a la
aplicación de las escalas. El examen mental consta de diversas áreas en la cual el evaluador
deberá observar la conducta manifiesta del evaluado, y a partir de ciertas preguntas sondear
su funcionamiento. El examen comprende los elementos de:
(i) Actitud y apariencia durante la entrevista, relacionado a cómo luce el paciente, su
aseo, vestimenta, atuendo, biotipo, lesiones visibles, buscando signos característicos del caso
que se este evaluando. Por otra parte, en cuanto a la actitud se determinará su relación con el
ambiente, con las demás personas, si parece tranquilo, irritado, molesto, con deseos de
participar o no, etc.
(ii) Conciencia, esto relacionado a si toma contacto de la realidad, al
entorno y a la entrevista.
(iii) Atención, para determinar su capacidad de aprehender las preguntas
que se realizan, o si por el contrario está distraído, hiper-vigilante, etc.
(iv) Orientación, en torno a su conciencia temporal, espacial y personal.
(v) Memoria, evaluando la dimensión del recuerdo temprano, mediano y remoto.
(vi) Pensamiento, la cual es un área que se evalúa a partir del lenguaje, hay determinantes
del curso, en cuanto al flujo del pensamiento, si está enlentecido, acelerado, etc., y el
contenido, en los casos que haya preocupaciones fijas, ideas delirantes, obsesivas, entre otras.
Dentro del examen mental también se evalúan (vii) afecto, el cual está relacionado al
estado de ánimo general y la identificación de síntomas asociados a trastornos o alteraciones
del afecto, como depresión, ansiedad, incongruencia afectiva, manía, distimia, aplanamiento
afectivo, etc.; (viii) la psicomotricidad, responde a los aspectos de su funcionamiento motor,
puesto que ciertas reacciones físicas están asociadas a aspectos afectivos o de pensamiento;
(ix) la senso-percepción, para determinar factores alucinógenos u otros síntomas psicóticos; y
(x) el uso de alcohol, tabaco y otras drogas. Todo esto para determinar una medida clínica de
contraste a los resultados de las escalas a aplicar.
Por otra parte, se utilizó la Escala de Ansiedad de Hamilton, que está compuesta por 14
ítems, los cuales tienen 4 niveles de intensidad y frecuencia, siendo 1 el de grado más leve y 4
el de mayor gravedad, la ausencia del síntoma no se puntúa. Esta escala califica la ansiedad en
síntomas psíquicos y somáticos. Los síntomas psíquicos corresponden a los ítems (1, 2, 3, 4, 5,
6 y 14) y la ansiedad somática a los ítems (7, 8, 9, 10, 11, 12 y 13). Una mayor puntuación
indica una mayor intensidad de la ansiedad.
Esta escala según la APA (2000), tiene una consistencia interna de α = 0,79 a 0,86. Posee
excelentes valores test re-test tras un día y tras una semana (r = 0,96) y aceptable estabilidad
después de un año (r = 0,64). En cuanto a su validez posee un alto grado de correlación con la
Escala de Ansiedad de Beck, (r = 0,62 – 0,73). Es sensible al cambio tras el tratamiento. Para
su corrección se utilizó el siguiente baremo:
A su vez se aplicó la escala de depresión de Montgomery-Asberg, la cual es una escala
hetero-administrada mediante entrevista, específicamente diseñada para evaluar la
intensidad de los síntomas depresivos en adultos, así como efectos del tratamiento
antidepresivo en su uso clínico. Es un instrumento breve, formado por 10 ítems relativos a 10
síntomas depresivos distintos. Cada ítem es evaluado mediante una subescala tipo Likert con
7 grados de gravedad (0: ausencia del síntoma; 6: máximo nivel de gravedad del síntoma).
Sumando las puntuaciones parciales de cada ítem se obtiene la puntuación global de la escala
que oscila entre 0 puntos (ausencia de depresión) y 60 (máximo nivel de depresión).
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En cuanto a su validez, posee un valor de 0,892, lo cual determina que la escala mide lo
que se desea medir, rechazando una nula correlación entre la escala y el constructo. Para su
corrección se utilizó el siguiente baremo:
Los resultados se analizaron a partir del programa IBM SPSS Statistics v25.
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Resultados
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Para el ítem número 2, de la sección III Construcción simbólica de la nutrición personal,
que dicta ¿Cuántas veces al día comes?, obtuvimos que el 6.67% de las madres encuestadas solo
comen 1 vez al día, el 33.33% de ellas realizan apenas 2 comidas por día, y el 50% de ellas 3
veces al día. Sólo el 10% realizan 3 comidas más meriendas adicionales.
En el análisis podemos notar que la inseguridad alimentaria se presenta no solo en los
niveles de zozobra, sino que se ha visto afectada en la cantidad de alimentos, visto en el
número de comidas que realizan; y la calidad de alimentos, donde describen comer en su
mayoría harinas, quesos, y margarina en desayunos; predominio de arroz, granos y carnes
rojas en el almuerzo; y en la cena generalmente repiten las harinas, quesos, margarina e
incluyen huevos, representando esto restricciones en la disponibilidad de alimentos
nutritivos.
Luego de la aplicación de los instrumentos de evaluación en el período comprendido entre
el 8 de mayo y 28 de agosto de 2019, los hallazgos encontrados fueron los siguientes:
INSEGURIDAD ALIMENTARIA
Cuando analizamos con detenimiento algunos ítems extraídos de nuestra escala que miden
el componente de inseguridad alimentaria obtenemos que:
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ZULIA / SEPTIEMBRE 2019
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En cuanto al ítem 6, de la sección III Construcción simbólica de la nutrición personal, que
dicta ¿Se ha sentido usted preocupado porque se acaben los alimentos en su hogar?, se obtuvo
que el 93.3% de la población siente preocupación porque se acaben los alimentos en el hogar, y
apenas el 6.7% no siente esta preocupación. Evidenciando, claramente que los elementos de
zozobra que predisponen a la aparición de síntomas de ansiedad están presentes en casi toda
la población.
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En cuanto al ítem 8, de la sección III Construcción simbólica de la nutrición personal, que
dicta En los últimos 3 meses, ¿Ha sentido hambre y no comió?; se obtuvo que el 70% de las
madres encuestadas respondieron que sí. Este ítem, en particular, mide el nivel más grave de
la inseguridad alimentaria, que es el hambre y la incapacidad de poder adquirir alimentos.
Estos resultados representan un porcentaje muy elevado en estas madres que llegan a ser
consideradas una población vulnerable en cuanto a su derecho a la alimentación. Apenas el
30% de la población respondió no sentir hambre, por problemas de acceso a los alimentos, en
los últimos 3 meses.
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Por otra parte, quisimos conocer cuál es la percepción de las madres en torno a la
problemática del acceso a los alimentos. En el ítem 11, de la sección III Construcción
simbólica de la nutrición personal, dice Al momento de comprar alimentos, ¿qué le afecta
más, no poder comprar los alimentos porque están muy caros o no conseguirlos porque están
escasos?, ante ello se obtuvo que el 90% de la población considera que es el costo el principal
problema, en contra de un 10% que considera la escasez como principal problema.
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Tras el análisis de los datos obtenidos en la escala aplicada, obtuvimos que apenas el 13.3%
de la población no presenta ansiedad, un 10% presenta un nivel de ansiedad leve, significando
la presencia de síntomas de inquietud, preocupaciones o anticipación ansiosa que no influye
en el desempeño de sus labores cotidianas; un 20% de la población manifestó tener ansiedad
moderada, que significa presencia de síntomas de inquietud, pánico o terror irracional,
preocupaciones fijas, insomnio, disminución en la capacidad para concentrarse que influyen
considerablemente en sus áreas de funcionamiento; y un 56.7% de la población manifestó
tener síntomas graves de ansiedad, lo cual representa un estado constante de inquietud,
preocupación fija, insomnio, disminución en el placer y que afecta directamente a sus áreas
sociales, laborales o manifiesta un malestar clínico significativo. Todos estos síntomas
asociados al estado de inseguridad alimentaria que viven las madres encuestadas, puesto que
al preguntarles por el motivo de su estado anímico nombraban en primer lugar sus
dificultades económicas y alimentarias.
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NIVELES DE ANSIEDAD
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NIVELES DE DEPRESIÓN
Según los resultados obtenidos en la aplicación de la escala que mide la variable depresión,
evidenciamos un hallazgo importante en el estado emocional de las madres encuestadas,
donde vemos que la situación de inseguridad alimentaria cuando es prolongada, genera
frustración y sentimientos de tristeza. El 13.3% de la población manifiesta síntomas severos de
depresión, caracterizados por estados de tristeza, llanto, pérdida del deseo por las
actividades, lasitud, insomnio, perdida de concentración y una afectación grave o
incapacitación en su funcionamiento social, laboral o académico; representando esto una
incidencia importante en la salud pública. Por otra parte, el 56.7% de las madres encuestadas
manifiestan síntomas de depresión moderados, representando síntomas de tristeza, llanto
fácil, lasitud, insomnio y malestar clínico significativo. El 23.3% de las madres encuestadas
tienen episodios depresivos ocasionales, y apenas un 6.7% no manifiestan síntomas depresivos.
La depresión en estas madres es, entonces, una consecuencia de un estado prolongado de
frustración y preocupación en torno a la seguridad alimentaria, como lo manifestaron las
madres durante las entrevistas. A esto se suman otras variables particulares, como la
migración de parejas en búsqueda de una mejor situación económica, asumir las
responsabilidades de forma solitaria, complicaciones de salud de sus hijos, y, en menor
medida, fallecimiento de familiares cercanos.
Los datos anteriormente expuestos confirman la hipótesis alterna de nuestra
investigación: la inseguridad alimentaria es un aspecto presente en las madres encuestadas
con consecuencias directas en su estado psicológico, representando un aspecto agregado al
evidente efecto negativo en el desarrollo físico y de salud de sus hijos, diagnosticados por
desnutrición y bajo peso.
Las encuestas demostraron que 43.3% de las madres encuestadas llevan a sus hijos a
consulta con nutricionistas debido a que sufren de desnutrición, mientras que el 56.7% de
madres encuestadas asistían a sus hijos por bajo peso y talla, esto según el diagnóstico
emitido por la especialista del hospital. Cabe mencionar que durante el período en el que se
aplicó la encuesta, desde mayo a agosto de 2019, apenas 1 caso asistió a la consulta por
obesidad.
Las entrevistas con las madres encuestadas demostraron que los síntomas de ansiedad y
depresión tienen una asociación importante con preocupaciones por aspectos económicos y
de dificultades alimentarias. Por ello no sólo hablamos de una incidencia en el desarrollo
físico de los individuos, sino que esto también impacta en otras áreas de su desarrollo
representando una consecuencia secundaria a la violación del derecho a la alimentación, y
generando consecuencias en la salud pública, donde las violaciones de derechos humanos
impactan en el bienestar emocional de la población generando patologías del ánimo. Siendo
que el Estado es el garante del derecho a la alimentación, debe adoptar medidas no solo para
reparar el precario estado de seguridad alimentaria que vive el país, sino programas que
atiendan estas consecuencias psicológicas en la población debido al efecto de la inseguridad
alimentaria.
Otro aspecto importante ha sido una marcada inquietud de las madres en torno al libre
desarrollo de las capacidades del ser, puesto que cercadas en un marco de preocupaciones al
no poder cubrir las necesidades básicas personales y de sus hijos, y además bajo un entorno
social que refuerza un discurso patriarcal, como lo es la asignación del rol de “cuidadora,
protectora y experiencia fuerte en la familia”, ubicándola en el centro de la familia popular
Discusiones y Conclusiones
popular venezolana, como lo dice Moreno (2012), entonces esto carga de prejuicios y
tensiones a las madres limitando la posibilidad de desarrollar otros intereses y deseos que
puedan tener en su existencia. Vemos con preocupación que las dificultades económicas,
alimentarias y de salud de sus hijos producen un forzamiento a atenciones especiales que
dificultan el libre esparcimiento de estas madres, así como su relación con el trabajo, estudio
u otras actividades de interés que se ven desplazadas, relegando su deseo por responder a
demandas sociales y/o anhelos de supervivencia.
Durante las entrevistas, también preguntamos sobre sus relaciones de pareja y sexualidad.
Pudimos notar que en gran número de madres las discusiones por motivos económicos son
frecuentes en el núcleo familiar, además que el padre por lo general se encarga, en el mejor
de los casos, solo en proveer económicamente, pero no se relaciona afectivamente con sus
hijos. A propósito de esto Moreno (2012) menciona que “el padre, en la familia popular
venezolana, significa como vacío no colmado, como ausencia.” Además, agrega “La figura
paterna y el vínculo correspondiente están marcados por numerosos y significativos signos de
negatividad”, lo que carga aún más a la mujer de la responsabilidad de los hijos, cuando
idealmente debe ser de la pareja. A su vez, la sexualidad es un aspecto que vemos disminuido
en las madres encuestadas, puesto que hay un predominio importante de los síntomas de
tristeza y ansiedad, y preocupaciones recurrentes que disminuyen su deseo ante las parejas, o
exhaustas de los cuidados que requieren sus hijos.
Otro aspecto característico de estas madres es la manera en que se presenta su nivel
académico. La muestra presentó que el 36.7% son técnicos o realizaron estudios
universitarios, el 33.3% son bachilleres, el 23.3% de las encuestadas solo alcanzaron educación
primaria, mientras que el 6.7% no tuvo escolarización. Esto es un hallazgo valioso en nuestra
investigación, puesto que si comprendemos que dentro de la desnutrición hay factores
educativos-culturales que pueden predisponer su aparición, vemos que estos datos
representan un antecedente para estudiar con más detenimiento la etiología de la
desnutrición en la población estudiada, donde en este acercamiento los resultados niegan que
el problema de inseguridad alimentaria en esta muestra sea educativo-cultural. Al menos un
tercio de la población tiene estudios superiores, pudiendo brindarles oportunidades laborales
ventajosas y conocimientos nutricionales básicos, pero el problema sanitario no solo depende
de sus capacidades, sino de una situación generalizada a la cual el Estado no ha podido
brindar una solución oportuna.
COMISIÓN PARA LOS DERECHOS HUMANOSDEL ESTADO ZULIA / SEPTIEMBRE 2019
COMISIÓN PARA LOS DERECHOS HUMANOS DEL ESTADO
ZULIA / SEPTIEMBRE 2019
La situación de inseguridad alimentaria está impactando en bienestar psicológico de las
madres en Maracaibo, por ello el Estado, los centros asistenciales de salud y la comunidad
internacional debe comprender que la violación al derecho a la alimentación no solo tiene
incidencia en el desarrollo físico de las personas, sino que produce consecuencias
secundarias, pero no por ello menores, en cuanto a síntomas de atención clínica, y
predisposición a trastornos depresivos o de ansiedad.
El Estado tiene el deber de publicar datos oficiales y de fomentar la documentación sobre
las incidencias que tiene la situación de inseguridad alimentaria en la población
maracaibera, para generar planes de acción que puedan crear una mejor situación.
Ante los elevados índices de ansiedad y depresión encontrados en la muestra, instamos a
los centros asistenciales en salud a crear programas de salud pública para propiciar el
bienestar psicológico en madres con situación de inseguridad alimentaria.
Referimos a los centros de asistencia en salud que en sus programas sobre de bienestar
psicológico, contemplen el fortalecimiento de los intereses y deseos de las madres en
situación de inseguridad alimentaria, abriendo la posibilidad a la pluralización de sus
oportunidades, más allá del solo hecho de la responsabilización del cuidado de sus hijos a
las cuales, de manera forzosa, se han tenido que sumergir.
Debido a las creencias patriarcales que someten nuestra cultura, recomendamos que las
instituciones de salud y las organizaciones públicas que atiendan a estas madres,
capaciten en materia de género a sus profesionales para transmitir conocimientos sobre
empoderamiento femenino.
El Estado venezolano tiene la obligación de realizar todas las acciones pertinentes para
garantizar el derecho a la alimentación adecuada, por ello debe aceptar la cooperación
internacional como recurso disponible e inmediato con el fin de contener la desnutrición
de la población y salvaguardar su bienestar.
Recomendaciones
Instamos a las agencias de protección internacional, en especial aquellas que velan por el
derecho a la alimentación y las de resguardo de los grupos vulnerables escogidos en esta
investigación (mujeres y niños especialmente) para que se avoquen a examinar la situación
de Venezuela y en especial la del Estado Zulia e intercedan por la protección y garantía de
este derecho frente al Estado venezolano.
Instamos al Estado venezolano a tomar las medidas correctivas, de prevención,
preservación de alimentos para las comunidades indígenas y las intersectoriales emitidas
por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
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