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Edición N o 10 Septiembre de 2009 Evaluación y manejo de casos con jóvenes infractores de ley en la experiencia comparada

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  • Edic in No 10 Sept iembre de 2009

    Evaluacin y manejo de casos con jvenes infractores de ley en la experiencia comparada

  • Resumen

    La experiencia comparada ha generado importantes avan-ces en el rea de la rehabilitacin de adolescentes infrac-tores de ley. Esto ha mejorado la calidad de la oferta y ha logrado demostrar el impacto que puede producir en los niveles de reincidencia la incorporacin de prcticas basa-das en la evidencia. Previo al ingreso de un joven infractor a un rgimen ce-rrado o semi-cerrado de intervencin, debe realizarse un proceso de evaluacin. sta es la primera etapa de un con-tinuo de acciones que se llevan a cabo en los centros de intervencin para jvenes infractores de ley y se refiere al mtodo de recoleccin de informacin relevante, para poder tomar una decisin adecuada respecto del manejo del caso en particular. A lo largo de este artculo, se revisan los antecedentes de los mecanismos de evaluacin en jvenes infractores y se definen ciertos conceptos claves para entender estos pro-cesos. Adems, se da cuenta de la experiencia de Reino Unido y Canad, como ejemplos destacados dentro de la evidencia comparada. Por ltimo, se explica el flujo de toma de decisiones desde que el adolescente es ingresa-do, hasta que se comienza a aplicar un programa de inter-vencin, acentuando algunos indicadores de calidad.

    (1) Harland, A. 1996.

    Evaluacin y manejo de casos con jvenes infractores de ley en la experiencia comparadaAutor: Catalina Droppelmann Roepke.

    1. Antecedentes

    La evaluacin de los infractores de ley surge en el siglo XIX debido a la necesidad de clasificar a los sujetos privados de libertad y de establecer su nivel de peligrosidad. El objetivo que se per-segua era disponer -a partir de los resultados de la evaluacin- del nivel de control necesa-rio para que estos sujetos no representaran un riesgo para la sociedad.

    A partir de 1920, la evaluacin comienza a en-focarse en los factores psicolgicos y sociales relacionados a la conducta delictual, relegando a un nivel secundario el tema de la violencia y la peligrosidad. Durante este perodo, la eva-

    luacin se centra en el criterio profesional, por medio de entrevistas individuales, cuyos resul-tados y recomendaciones se basan en el juicio experto. Estudios de seguimiento a casos que fueron evaluados bajo discreciones subjetivas como las mencionadas, han mostrado que el juicio experto por s slo tiene una baja capaci-dad predictiva1.

    En la dcada de los setenta, tras el desarrollo de nuevos y sofisticados modelos de rehabili-tacin para infractores de ley, la investigacin se orienta a la produccin de herramientas que permitan disminuir la reincidencia delictual.

    Abstract

    The comparative experience has caused significant advances in the rehabilitation area of teenager offenders. This has im-proved the offer quality as well as managed to show the impact that it can produce on the levels of recidivism the incorporation of evidence-based practices.

    An assessment process must be carried out before a teen-age offender is placed in a closed or half-closed intervention regime. This will be the first step of action to be carried out in the intervention centers for teenage offenders, which re-fers to a collection method of relevant information in order to make a proper decision regarding the management of a particular case.

    Through this article, mechanism assessment backgrounds in young offenders are checked and some key concepts to understand these processes are defined. Moreover, we will account for the experience in United Kingdom and Canada as prominent examples of comparative evidence. Finally, we will explain how making decisions is done, from the moment the teenager is placed in the program until the intervention program application, emphasizing some quality indicators.

  • 3Estos instrumentos son en su mayora encues-tas, escalas y pautas de registros estructuradas y estandarizadas, desarrollados principalmen-te en Estados Unidos y Canad. Si bien estos instrumentos mostraban una alta capacidad predictiva y favorecan adems la clasificacin intrapenitenciaria, se centraban en variables estticas, es decir, no incorporaban la posibili-dad del cambio en estos sujetos, ni aportaban orientaciones para el tratamiento.

    (2) Andrews, D.A & Bonta, J. 2006.

    Como se mencion anteriormente, existen di-ferentes tipos de evaluaciones que se han de-sarrollado a lo largo del tiempo, gracias a los avances en las ciencias del comportamiento. Sin embargo, en muchos centros privativos de libertad del mundo, se siguen utilizando las he-rramientas de primera generacin para la toma de decisiones respecto de los jvenes. Incluso en Estados Unidos, donde los instrumentos de tercera generacin han sido muy sociabiliza-dos, un estudio realizado en Ohio, en 97 cen-tros privativos de libertad, mostr que slo el 20% utilizaba el enfoque de riesgo y necesidad (Lowenkamp, Latessa & Holsinger, 2006). Esto podra explicar, en parte, los bajos resultados en la disminucin de la reincidencia criminal que se observan en el sistema de justicia juvenil.

    Las evaluaciones de riesgo y necesidad, han de-mostrado tener mayor capacidad predictiva de la futura conducta criminal que las herramien-tas tradicionales. Un estudio de meta-anlisis realizado en el 2000 (Grove et al., 2000) a 136 estudios que comparaban la evaluacin empri-ca a travs de instrumentos estandarizados y el juicio clnico, mostr que en 47% de los estu-dios, los instrumentos tenan mayor capacidad de prediccin sobre la futura conducta criminal que el juicio experto. En este sentido, se puede sealar que al utilizar este tipo de evaluaciones,

    Debido a lo anterior, surgen los instrumentos denominados de tercera generacin que, adems de la evaluacin de riesgo, incluyen el concepto de necesidades crimingenas. Este ltimo se refiere a las diferentes necesidades de intervencin de los sujetos, las cuales deben ser atendidas en el proceso de rehabilitacin para evitar la conducta delictual futura. Este tipo de evaluaciones se ha desarrollado principalmente en Canad, bajo el impulso de investigadores como James Bonta2.

    se toman decisiones ms acertadas y se aumen-tan las posibilidades de rehabilitar y reinsertar al joven infractor.

    Para profundizar en este tema, se debe com-prender qu son los factores de riesgo y cul es su importancia en la rehabilitacin de los jvenes infractores. Los factores de riesgo son variables que pueden afectar negativamente el desarrollo de las personas. De esta forma, cuan-do se habla de estos factores, se hace referen-cia a la presencia de situaciones contextuales o personales que, al estar presentes, incrementan la probabilidad de desarrollar problemas emo-cionales, conductuales o de salud.

    Estos factores no generan certeza total de que se vaya a alterar el desarrollo esperado del jo-ven, ms bien ayudan a estimar la probabilidad de que esto ocurra. En el mbito de los adoles-centes infractores de ley, estudios longitudina-les han logrado determinar cules de estos fac-tores favorecen la aparicin y el desarrollo de la conducta delictual3 (ver recuadro N1). stos pueden estar presentes en diferentes reas, tales como el mbito individual, la familia, la escuela, el grupo de pares, la comunidad, la so-ciedad y la cultura.

    Cuando se habla de factores de riesgo se debe

    2. Los conceptos de riesgo, necesidad y capacidad de respuesta

  • (3) Andrews, D.A & Bonta, J. 2006.

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    diferenciar entre los estticos y los dinmicos. Los primeros son aquellos que pueden predecir la futura conducta criminal, pero no son sujetos a cambio, como por ejemplo, la historia delic-tual pasada. Los segundos son susceptibles al cambio y si eso ocurre, se puede reducir la rein-cidencia criminal. Por tal razn, a estos ltimos, se les llama necesidades, al transformarse en objetivos de intervencin. De esta manera, el programa de rehabilitacin dentro del centro se orientar al grupo de necesidades especficas detectadas en el joven al momento de la eva-luacin, sin dejar de lado, obviamente, aque-llas reas detectadas que no necesariamente contribuyen a la conducta delictual. Algunos centros privativos de libertad clasifican a los j-venes segn su nivel de riesgo y a partir de esto los dividen en mdulos, pero las intervenciones son establecidas en planes individuales que se orientan al tratamiento de las necesidades es-pecficas.

    Algunas evaluaciones de riesgo y necesidad han incorporado un nuevo concepto denomi-nado capacidad de respuesta (responsivity en su versin original en ingls). Este factor se re-fiere a las capacidades del joven o de su entor-no, que no estn directamente asociadas a la conducta antisocial, pero que pueden afectar la respuesta del adolescente frente a la interven-cin. La implicancia de incorporar este princi-pio es entregar un plan de tratamiento que sea consistente con las habilidades y destrezas del joven. Para que esto ocurra, se deben identifi-car por medio de la evaluacin- los factores de personalidad y estilos cognitivos que permitan orientar mejor el tratamiento.

    Los tres conceptos tratados, riesgo/necesidad/capacidad de respuesta son claves a la hora de evaluar y planificar la intervencin de un joven en un centro privativo de libertad. Es as como Canad, Inglaterra y Estados Unidos han dise-ado instrumentos de evaluacin que cumplen con estos principios y han logrado disponer y entregar el tratamiento adecuado que logra impactar en la reincidencia, ahorrar costos y estandarizar las prcticas en las distintas loca-lidades, respetando al joven en cuanto a sus necesidades y capacidad de cambio.

    Sin embargo, las crticas frente a este modelo sealan que se centra en los aspectos negati-vos y en las deficiencias del joven, sin tener en cuenta sus habilidades y factores protectores frente a la reincidencia. Por tal razn, se debe seguir avanzado en torno a la evaluacin del joven infractor e incorporar los logros que la evidencia de las investigaciones en el rea vaya mostrando.

    Historia de conducta antisocial

    Patrones antisociales de personalidad

    Pensamiento antisocial

    Asociaciones antisociales

    Circunstancias familiares

    Escuela/Trabajo

    Tiempo libre/recreacin

    Abuso de sustancias

    Recuadro N1: Factores de riesgo/necesidad que tienen mayor peso a la hora de predecir la conducta criminal.

    Fuente: Andrews & Bonta 2006.

  • 5Como se ha mencionado a lo largo de este art-culo, existen diferentes mecanismos de evalua-cin. Sin embargo, slo algunos incorporan la perspectiva de riesgo/necesidad/capacidad de respuesta. Para profundizar en este tipo de me-canismos de evaluacin, se expondrn algunas caractersticas de los instrumentos ms desta-cados en la experiencia comparada.

    3.1. Reino Unido: ASSETEn abril del ao 2000, el sistema de justicia ju-venil introdujo un instrumento de evaluacin para jvenes infractores denominado ASSET. Por primera vez se logr incorporar una herra-mienta comn para todo el Reino Unido. Su di-seo estuvo a cargo del Centro de Investigacin Criminolgica de la Universidad de Oxford y se realiz a partir de una exhaustiva revisin de la investigacin sobre factores de riesgo que con-tribuyen a la conducta criminal y de discusiones con expertos y organizaciones vinculadas a la justicia juvenil.

    ASSET es una herramienta estructurada que se aplica a todos los jvenes que entran en contacto con el sistema de justicia criminal. La evaluacin est a cargo de los Youth Offender Teams (YOT).

    Los propsitos que persigue ASSET son los si-guientes:

    Identificar los factores ms estrechamente vinculados a la conducta criminal en los jve-nes. Medir los cambios en las necesidades y el ries-go de reincidencia a lo largo del tiempo. Prestar asistencia a los operadores en la plani-ficacin del plan de intervencin. Destacar la necesidad de mayor evaluacin en reas especficas.

    Estudios de validez y confiabilidad han demos-trado que ASSET es tanto o mejor predictor de la conducta criminal que las herramientas simi-lares utilizadas en poblacin adulta4. ASSET es una herramienta que provee de una estructura para ordenar y analizar la informa-cin recopilada, pero no se utiliza como una pauta de encuesta. Para obtener la informa-cin, el operador debe realizar entrevistas al joven y a su familia y recopilar antecedentes de diferentes fuentes.

    3. Los sistemas de evaluacin, clasificacin y manejo de casos en la experiencia comparada

    (4) Baker, K. (2005).

    Recuadro N2: Ficha de caracterizacin de ASSET.

    rea de uso Sistema de justicia juvenil

    Mide Factores protectores y de riesgo asociados a la conducta delictual. Mide 12 reas

    Beneficios Predice riesgo de reincidencia, la informacin que entrega contribuye a construir el plan de intervencin y establecer las necesidades del joven

    Debilidades Demanda mucho tiempo y la orientacin al riesgo resalta factores negativos

    Quin lo aplica Personal del YOT previamente entrenado

    Duracin Depende de cunto tomen las entrevistas y reclutamiento de informacin

    Edad 10 17 aos

    Administracin Se rellena el formulario tras entrevistas y recoleccin de informacin relevante

    Caractersticas psicomtricas Hay estudios de validez y confiabilidad. Alta capacidad de prediccin

    Resultados Nivel de riesgo en cada escala (numrica 04), nivel riesgo general, factores protectores, indicadores de vulnerabilidad, indicadores de riesgo de dao a terceros

    Recomendaciones Niveles de servicios apropiados segn resultados, necesidades, tipo de supervisin

    Fuente: Elaboracin propia.

  • 6Esta herramienta se compone de diferentes secciones, tras las cuales el operador debe es-tablecer un puntaje a partir de la informacin recopilada que establezca el nivel de riesgo de reincidencia en cada rea. La estructura de ASSET es la siguiente:

    1. Core Asset Profile (CAP): Incluye la eva-luacin de factores estticos, como historia delictual, pero se focaliza en factores dinmi-cos, tales como: uso de sustancias, relaciones familiares, situacin educacional, entre otros. Incluye tambin una seccin de factores po-sitivos y la evaluacin de la vulnerabilidad del joven y la probabilidad de que cause daos a otros. Son en total 12 secciones en las que los operadores deben evaluar con nota de 0 a 4, el nivel de riesgo que presente el joven.

    2. Final Warning Asset: Versin abreviada de CAP para ser aplicada por la polica.

    3. What do you think?: Autoevaluacin a ser completada por los jvenes infractores que se refiere a los mismos elementos medidos por

    CAP, buscando comparar la visin de los profe-sionales y los menores.

    4. Risk of serious harm form: Evaluacin que slo se aplica a algunos infractores, general-mente violentos o crnicos, que determina el riesgo que ese joven implica para otros.

    5. Intervention plan, intervention review, risk management plan y vulnerability ma-nagement plan: Planes de evaluacin, planes de manejo del riesgo y de la vulnerabilidad y pauta para revisar el plan de intervencin. Estas pautas se aplican tras el establecimiento del perfil y establecen los objetivos de la inter-vencin. Se debe rellenar y revisar en conjunto con el joven.

    ASSET es considerado un buen instrumento para evaluar a jvenes infractores, especial-mente por incorporar aspectos innovadores, como la vulnerabilidad y los factores positivos del adolescente. Sin embargo, existen ciertas crticas en torno a la valoracin subjetiva que el operador realiza al puntuar el nivel de ries-go. Los avances en la investigacin sobre este instrumento permitirn establecer con mayor profundidad la efectividad de ASSET como he-rramienta de evaluacin.

    3.2. Canad: Youth Level of Service/Case Management InventoryEn Canad, a diferencia de Reino Unido, no existe la intencin desde el nivel central de utilizar un nico instrumento de evaluacin para jvenes infractores. Los mecanismos de evaluacin varan de acuerdo a las diferentes provincias. Sin embargo, el instrumento ms utilizado y el que ha tenido mayor desarrollo e investigacin es el Youth Level of Service/Case Management Inventory (en adelante YLS/CMI). Este instrumento fue adaptado por investiga-dores de la Universidad de Carleton5 a partir del instrumento Level of Service Inventory-Revised (Hoge & Andrews, 1996) para poblacin adul-ta. YLS/CMI es un instrumento diseado para aportar informacin respecto de los factores de riesgo, las necesidades, los factores protectores y la capacidad de respuesta frente a la interven-cin de los jvenes infractores de ley.

    (5) Hoge, D. (1999)

  • 7YLS/CMI est estructurado para orientar tam-bin las decisiones respecto del nivel de servi-cios apropiado para el adolescente en particu-lar. Debe ser aplicado por un profesional de la salud mental u operador previamente entrena-do en la aplicacin del instrumento. Se deben obtener, al igual que en el caso de ASSET, va-riadas fuentes de informacin y el instrumento funciona como un checklist que permite incor-porar y analizar la informacin recopilada. YLS/CMI consta de cinco partes:

    1. Assessment of risk and needs: La prime-ra parte del instrumento est compuesta por ocho sub escalas que representan los factores de riesgo que las investigaciones han situado como los ms relevantes. El evaluador debe asignar un puntaje a cada sub escala.

    2. Summary of risk/need factors: La segunda parte es un resumen del nivel de riesgo en cada sub escala, establecido como bajo, medio, alto y muy alto.

    Recuadro N 3: Ficha de caracterizacin de YLS/CMI.

    Fuente: Elaboracin propia.

    3. Assessment of other needs/special consi-derations: La tercera parte otorga un espacio para consignar las necesidades especiales que presenta el joven, para ser consideradas a la hora de la intervencin. Se dividen en aspectos de la familia y los padres y aspectos del joven.

    4. Assessment of juveniles general risk/need level: En este apartado, el profesional debe reconsiderar todas las caractersticas del joven para establecer, bajo su criterio, el nivel de riesgo que el adolescente presenta.

    5. Contact level: En la quinta parte, el profe-sional establece el nivel de supervisin requeri-do para el joven.

    6. Case management plan: El evaluador esta-blece objetivos especficos de la intervencin y la manera de alcanzarlos.

    7. Case management review: En la ltima parte, el profesional realiza un seguimiento de los objetivos y de su nivel de cumplimiento.

    rea de uso Justicia, adaptacin de escala para adultos

    Mide Factores de riesgo, necesidad, protectores y respuesta. Contiene 42 tems pertenecientes a 8 escalas: Historia delictual, familia, educacin, pares, abuso de sustancias, recreacin. personalidad/conducta, actitudes

    Beneficios Basado en teoras modernas y explicativas, y orientado a la confeccin de un plan de intervencin

    Debilidades Se requiere ms investigacin sobre propiedades psicomtricas

    Quin lo aplica Personal profesional de la salud mental o delegados de libertad previamente entrenados

    Duracin Depende de cunto tomen las entrevistas y reclutamiento de informacin

    Edad 12 18 aos

    Administracin El evaluador punta cada tem a partir de una entrevista con el joven y de datos complementarios (familia, escuela, antecedentes, etc.)

    Caractersticas psicomtricas Hay estudios de validez y confiabilidad. Alta capacidad de prediccin

    Resultados Nivel de riesgo en cada escala (bajo, moderado, alto, muy alto), nivel riesgo general, nivel de supervisin requerida y objetivos de la intervencin

    Recomendaciones Niveles de servicios apropiados segn riesgo-necesidad respuesta Capacidad de respuesta/permeabilidad

  • 8YLS/CMI es considerado un instrumento con un alto potencial, debido a que incorpora los ltimos avances en la investigacin sobre delin-cuencia juvenil, otorga orientaciones al trata-miento y est diseado para ser utilizado por el personal de trato directo.

    El proceso de toma de decisiones en los centros privativos de libertad para jvenes infractores se realiza en varias etapas. A continuacin se describen aquellos elementos mnimos que de-ben estar presentes cuando un joven ingresa a un centro privativo de libertad.

    4.1. EvaluacinComo se ha mencionado a lo largo de este artculo, la evaluacin debe realizarse a partir de un instrumento que mida factores de ries-go, necesidades y la capacidad de respuesta del joven frente al tratamiento. Esta evaluacin

    4. El proceso de toma de decisiones en los centros privativos de libertad

    debe considerar el tiempo necesario para po-der acceder a variadas fuentes de informacin, tales como: el joven, la familia, la escuela, la comunidad, entre otras. Las reas o aspectos a medir son diversos y deben estar relacionados a aquellos factores de riesgo y las necesidades que la evidencia ha destacado como principales (Ver recuadro N1). No obstante, la evaluacin debe considerar un amplio espectro de reas a medir (Ver recuadro N4) que van ms all de los factores de riesgo crimingenos, para poder realizar un plan de tratamiento sistmico que responda a las necesidades del joven.

    1. Conducta delictual 2. Situacin de vivienda 3. Relaciones familiares e interpersonales 4. Educacin, capacitacin y empleo 5. Comunidad en que se desarrolla 6. Estilo de vida 7. Consumo de sustancias 8. Salud fsica 9. Salud mental y vida emocional 10. Percepcin de s mismo y de los dems 11. Pensamiento y comportamiento 12. Actitudes frente al delito 13. Motivacin al cambio 14. Factores positivos 15. Indicadores de vulnerabilidad 16. Indicadores de serio dao a los otros

    Recuadro N4: Elementos claves de la evaluacin.

    Fuente: Asset, Youth Justice Board, Inglaterra.

  • 9A continuacin se exponen algunos de los aspectos a evaluar para cada uno de los ele-mentos claves. Parte de esta informacin ha sido obtenida a partir del instrumento ASSET, utilizado en el Reino Unido, por lo cual se reco-mienda considerar adems la informacin que sea pertinente para cada caso en particular. Los elementos que se sealan pretenden servir de orientacin, pero no son determinantes ni in-cluyen todo lo que se podra llegar a evaluar. En este sentido, se sugiere que cada evaluador adecue estos procedimientos a su realidad so-cio-cultural y al joven en particular que se est evaluando. Adems al ser estos elementos par-te de una evaluacin de riesgos, necesidades y capacidad de respuesta, tienden a centrarse en aspectos negativos, por lo cual se recomienda indagar en cada una de las reas en factores protectores y fortalezas.

    a. Conducta delictualAspectos a evaluar: Contactos previos con el sistema de justicia juvenil y nivel de cumpli-miento de las disposiciones judiciales. Por su parte, se deben tambin evaluar las acciones e intenciones del joven al cometer el delito, es decir, si coincide o no el nivel del delito cometi-do con el propsito previo del joven y se deben identificar los factores que han mediado entre la intencin y la conducta delictual. Tambin se debe indagar en las consecuencias del delito hacia terceros, en las razones y motivaciones, y se deben identificar los patrones de la conducta delictual. Para esto hay que conocer las simi-litudes o diferencias en el delito, si ha habido escalamiento y cmo ste se ha dado. Fuentes de informacin: Antecedentes delic-tuales, entrevista con el joven, entrevista con la familia.

    b. Situacin de viviendaAspectos a evaluar: Este aspecto es funda-mental, especialmente en casos en que el joven cumplir su condena en el medio libre. Se debe indagar en los lugares donde el adolescente pernocta y pasa la mayor parte de su tiempo. Se debe considerar si este lugar posee las con-diciones adecuadas de higiene, seguridad y es-pacio. Tambin hay que preguntar respecto de las personas con las que vive y su vinculacin o

    no en actividades delictivas o riesgosas, como consumo de drogas y/o violencia. Por ltimo, si el joven se encuentra en situacin de calle, se deben indagar aspectos relacionados con este entorno. Fuentes de informacin: Entrevista con el jo-ven, entrevista con la familia o adulto signifi-cativo, recoleccin de informacin de fuentes como el municipio o algn centro comunitario con el cual el joven pueda estar vinculado.

    c. Relaciones familiares e interpersonalesAspectos a evaluar: Se debe indagar en las relaciones que el joven mantiene con familia-res o personas significativas con las que ha es-tado en contacto. Se debe establecer si estas personas estn involucradas en la conducta criminal y en consumo de alcohol y/o drogas. Tambin se debe considerar el cuidado, super-visin y comunicacin que el joven recibe por parte de sus padres y/o adultos significativos. En este sentido, es fundamental explorar as-pectos vinculares en estas relaciones y todo lo que el joven releve como importante y positivo. Por otro lado, se debe considerar si existen an-tecedentes de abuso y/o violencia intrafamiliar, adems de experiencias traumticas que hayan marcado de manera particular al joven. Por l-timo, se deben explorar aspectos relacionados a la paternidad o maternidad de el o la joven, en caso de que tenga hijos. Fuentes de informacin: Entrevista con el jo-ven y entrevista con la familia o adulto signifi-cativo.

    d. Educacin, capacitacin y empleoAspectos a evaluar: En primer lugar se debe indagar en la participacin del joven en la es-cuela y si el nivel que est cursando corres-ponde a su edad. Despus se debe examinar la posible existencia de necesidades educativas especiales y de antecedentes de violencia esco-lar. Tambin se debe evaluar la relacin entre la no participacin del joven en la escuela y la conducta delictual. En caso de que el joven se encuentre escolarizado, se deben conocer sus intereses vocacionales para poder promover actividades de capacitacin y formacin que

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    vayan acorde a stos. Fuentes de informacin: Entrevista con el jo-ven, entrevista con la familia o adulto significa-tivo, entrevista con la escuela, revisin de ante-cedentes escolares (certificados, evaluaciones, concentracin de notas, etc).

    e. Comunidad en que se desarrollaAspectos a evaluar: Se debe describir la co-munidad en la que vive el joven, teniendo en cuenta si existen mercados ilcitos de drogas, presencia o no de instancias para la partici-pacin comunitaria, relacin del barrio y la conducta delictual, participacin del joven y su familia en el municipio y oportunidades de reinsercin disponibles. Fuentes de informacin: Entrevista con el joven, entrevista con la familia o adulto signi-ficativo, entrevista con agentes del municipio o de algn centro comunitario en el cual haya participado el joven.

    f. Estilo de vidaAspectos a evaluar: Se debe indagar en el grupo de pares y en su influencia, asociaciones con pandillas, participacin en actividades de riesgo y/o anti sociales. Es muy importante con-siderar la relacin del delito con un grupo de jvenes en particular, es decir, si el joven asocia la conducta delictual a su participacin en un determinado grupo y si la edad de los miem-bros de ste, se corresponde o no con la del joven. Se deben conocer las actividades en que ocupa su tiempo libre, cunto tiempo pasa en la calle y la presencia de factores protectores, como actividades que promuevan la conducta pro social. Fuentes de informacin: Entrevista con el jo-ven, entrevista con la familia o un adulto signi-ficativo, entrevista con agentes del municipio o de algn centro comunitario en el que el joven haya participado.

    g. Consumo de sustanciasAspectos a evaluar: El foco en este punto debe estar puesto en las actitudes y elecciones del joven respecto del consumo de sustancias.

    Es importante sealar que es altamente pro-bable que el adolescente no entregue toda la informacin relevante en este aspecto, por lo cual, en caso de que exista sospecha de con-sumo problemtico de drogas, el caso se de-ber derivar al equipo especialista para que se realice una evaluacin en profundidad. No obstante, en el proceso de evaluacin, se debe indagar en la frecuencia de uso, tipo de drogas y problemas en el mbito psicolgico, biolgico y social que el consumo de drogas ha desen-cadenado. Tambin deben indagarse acciones ligadas al consumo de drogas que pongan al joven en un alto riesgo y su propia percepcin respecto de las mismas. Por ltimo, se debe evaluar la relacin existente entre la conducta delictual y el consumo de drogas, para poder determinar si existe una vinculacin entre am-bas conductas. Fuentes de informacin: Entrevista con el joven, entrevista con la familia o adulto signi-ficativo, entrevista con profesionales de algn centro de atencin en drogas en que el joven haya participado.

    h. Salud fsicaAspectos a evaluar: Esta evaluacin la debe realizar el equipo que est a cargo de la aten-cin de la salud fsica de los jvenes. No slo se debe conocer el estado general de los ado-lescentes, sino adems, la relacin entre algn problema en esta rea y el resto de los aspectos de la vida del joven. Es importante considerar aspectos ligados al desarrollo, y en qu medida ste puede estar desencadenando conductas desadaptativas.Fuentes de informacin: Entrevista con el joven, entrevista con la familia o adulto signi-ficativo, informe del consultorio en el que se encuentra inscrito el joven.

    i. Salud mental y vida emocionalAspectos a evaluar: En la experiencia compa-rada se observa que esta evaluacin debe ser realizada por profesionales especialistas en el rea de la salud mental. Los aspectos a evaluar deben centrarse, en primer lugar, en eventos

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    y/o circunstancias imprevistos donde el joven haya sentido que no tiene el control y que le hayan provocado un estrs significativo. Se deben diferenciar ac aquellas experiencias normativas que los jvenes en general expe-rimentan, de aquellas no normativas , como abuso, negligencia, abandono, etc. Por otra parte, se deben indagar todas aquellas instan-cias que otorgan soporte al joven y las estrate-gias o habilidades de afrontamiento que utiliza para hacer frente a las diferentes situaciones de su vida. Se debe conocer si ha existido algn diagnstico de trastornos del desarrollo, con-ductual y/o de la salud mental, antecedentes familiares en este sentido e historia de dao a s mismo e intentos de suicidio. Por ltimo, se debe evaluar la presencia de problemas en el mbito psicolgico o emocional especficos, tales como trastornos alimentarios, del sueo, conductas obsesivas compulsivas, entre otras. Fuentes de informacin: Entrevista con el joven, entrevista con la familia o adulto sig-nificativo, evaluaciones psicolgicas previas, contacto con servicios de salud en los que haya consultado por salud mental, tests psicolgicos y escalas de salud mental.

    j. Percepcin de s mismo y de los demsAspectos a evaluar: Se debe indagar en los aspectos que pueden afectar el propio sentido de identidad, tales como ausencia de lazos fa-miliares, discriminacin, aislamiento social y/o cultural, familia inestable y disfuncional, entre otros. Ac se deben conocer aspectos ligados a la autoestima, a los sentimientos de descon-fianza frente al entorno y acciones de discrimi-nacin frente a determinados grupos de jve-nes o adultos. Por otra, parte se debe evaluar la percepcin de una identidad delictual y de una trayectoria de futuro asociada a sta. Fuentes de informacin: Entrevista con el jo-ven, entrevista con la familia o adulto significa-tivo, tests psicolgicos.

    k. Pensamiento y comportamientoAspectos a evaluar: Este aspecto se refiere a indagar en patrones de pensamiento y de con-

    ducta que le causan dificultades al joven. Se de-ben evaluar aspectos tales como: ausencia de consideracin de las consecuencias de la propia conducta, impulsividad, bsqueda de sensacio-nes, permeabilidad frente a la influencia de otros, habilidades sociales y de comunicacin. Por otra parte se debe identificar la presencia de conductas como agresividad, destruccin de propiedad ajena, conducta sexual inapropiada, conductas de manipulacin y control hacia los dems. Por ltimo, se deben conocer factores protectores en este sentido, tales como pen-samiento dirigido a metas y conductas pro so-ciales, poniendo nfasis en el ambiente en que stas se desarrollan. Fuentes de informacin: Entrevista con el jo-ven, entrevista con la familia o adulto significa-tivo, tests psicolgicos.

    l. Actitudes frente al delitoAspectos a evaluar: En esta rea se evala la actitud del joven frente a su propia conducta delictual, a travs de la exploracin de aspectos como: la negacin de la gravedad de la con-ducta, ausencia de responsabilizacin e involu-cramiento frente al delito, ausencia de entendi-miento respecto del impacto de sus actos en los dems y entre sus cercanos. Tambin se debe conocer la presencia o no de remordimiento y las creencias de que ciertos tipos de compor-tamientos delictuales y de potenciales vctimas son aceptables. Por ltimo, se sugiere observar las proyecciones, en especial los sentimientos en relacin a que la futura conducta criminal es inevitable. Fuentes de informacin: Entrevista con el joven, entrevista con la familia o adulto signi-ficativo, tests psicolgicos y revisin de antece-dentes delictuales.

    m. Motivacin al cambioAspectos a evaluar: Este aspecto es central a la hora de establecer temas a trabajar en el manejo conductual diario con el joven. Para esto se debe conocer si el adolescente posee un adecuado entendimiento respecto de los aspectos problemticos de su propia conducta. Tambin si ha logrado identificar factores que le permitan evitar la conducta delictual, si en-

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    tiende las consecuencias de la persistencia de su conducta y si muestra evidencia de querer detener la comisin de delitos. Por ltimo, se deben considerar las resistencias frente al pro-ceso de cambio y aquellos aspectos que lo po-tencian.Fuentes de informacin: Entrevista con el jo-ven, entrevista con la familia o adulto significa-tivo y revisin de antecedentes delictuales.

    n. Factores positivosAspectos a evaluar: Es esencial conocer los as-pectos positivos para disear las intervenciones. Para identificar estos factores se debe conside-rar la percepcin del joven respecto de stos, de manera que sean aspectos significativos en su vida. Tambin se deben reconocer aquellos factores positivos que se pueden encontrar, in-cluso en un rea problemtica, como por ejem-plo una relacin significativa con un profesor de la escuela, a pesar de que el desempeo del joven en sta sea muy deficiente. Fuentes de informacin: Entrevista con el jo-ven. Revisar todos los aspectos evaluados ante-riormente.

    . Indicadores de vulnerabilidadAspectos a evaluar: Esta rea de evaluacin se centra en la posibilidad de dao fsico y/o emo-cional que presente el joven. Se deben iden-tificar aquellas situaciones, hechos y personas que ponen al joven en situacin de riesgo de dao. Se deben establecer, adems, situaciones especficas que pueden desencadenar riesgo de dao a s mismo o de intentos de suicidio. Fuentes de informacin: Entrevista con el jo-ven. Revisar todos los aspectos evaluados ante-riormente y entrevista con la familia.

    o. Indicadores de serio dao a los otros Aspectos a evaluar: Para determinar si existe riesgo de serio dao a los otros, se debe con-siderar el tipo de delito, la intencin y/o prepa-racin del joven de causar un serio dao y sus actitudes y motivos. Es importante sealar que para evaluar esta rea, se debe ser cuidadoso

    de contar con informacin lo ms objetiva po-sible para evitar la estigmatizacin. Fuentes de informacin: Entrevista con el jo-ven. Revisar todos los aspectos evaluados ante-riormente y entrevista con la familia.

    4.2. Determinacin del nivel de riesgo y clasificacinEn la experiencia comparada se observa que en bastantes centros se realiza una clasificacin de los jvenes en niveles de riesgo, lo cual permite, por un lado, determinar canastas de prestacio-nes por tipo de perfil, y por otra parte, la divi-sin o colocacin del joven dentro de un deter-minado grupo con caractersticas similares. Esto es posible porque, como se mencion anterior-mente, cuentan con herramientas especficas para determinar niveles de riesgo en cada una de las reas que se miden. Si bien estas herra-mientas sirven para agrupar a los jvenes segn su nivel de riesgo especfico, su uso primordial es para la confeccin del plan de intervencin. En este sentido, el nivel de riesgo puede ser un insumo para clasificar y segmentar a los jvenes dentro del recinto, pero la propuesta de inter-vencin y las prestaciones asociadas a sta de-ben establecerse para el caso en particular. Por tal razn, se pueden agrupar prestaciones m-nimas asociadas a cada perfil, pero stas deben presentar variaciones y especificidades.

    Respecto de la segmentacin, la experiencia internacional es variada. Por un lado, algunos instrumentos como ASSET, utilizado en Reino Unido, permiten establecer aspectos relaciona-dos al riesgo de dao a s mismo o a los de-ms, lo cual orienta la posterior segmentacin de los jvenes. Tambin es importante sealar que en algunos pases como Espaa, tambin se segmenta a los jvenes segn tipo de deli-to, lo cual contribuye a que la intervencin est orientada a aspectos especficos para disminuir la reincidencia. Tambin se utilizan otros aspec-tos a la hora de segmentar, tales como presen-tar problemas de salud mental y de orientacin sexual. Sin embargo, se debe tener cuidado con la estigmatizacin y disponer mecanismos de incentivos que permitan a los jvenes, de

  • acuerdo a sus avances, acceder a unidades de menor contencin, donde tengan la oportuni-dad de estar bajo una supervisin ms leve. En general, se sugiere que para esta etapa se ten-gan en cuenta los siguientes aspectos:

    Severidad y tipo de delito. Riesgo de reincidencia a partir de cada uno de los factores de riesgo evaluados. Riesgo de dao a los dems. Vulnerabilidad. Antecedentes de conducta agresiva. Historia de fugas del hogar y de centros.

    4.3. Manejo de casoTras la evaluacin del joven, se debe desarro-llar el manejo de caso, que se refiere a la con-feccin y a la implementacin y al seguimiento del plan de intervencin. Este proceso est a cargo del administrador de caso, no obstante participa todo el equipo que est en contacto directo con el joven. El plan individual debe responder a las necesidades del joven y utilizar prcticas y programas basados en la eviden-cia. Se debe potenciar la participacin activa del adolescente en la confeccin del plan in-dividual, de manera que ste represente su perspectiva e intereses particulares. Por otro lado, se deben establecer de manera clara, las consecuencias tanto del cumplimiento, como del incumplimiento del plan de intervencin, para que el joven pueda prever las consecuen-cias de su conducta y as, motivarse a generar cambios en su comportamiento. Lo principal de esta etapa es maximizar el funcionamiento personal independiente.

    El diseo y contenido de cada plan individual de intervencin debe responder a las modali-dades de trabajo de cada centro, de manera de hacerlo funcional para sus procedimientos. No obstante, se pueden destacar los siguientes contenidos mnimos que debera incluir un plan de este tipo:

    Establecer la presencia de factores de riesgo y de factores protectores

    Plantear las necesidades del joven Proponer objetivos claros y medibles Sealar los medios o acciones para alcanzar los objetivos Incorporar los aspectos familiares relevantes y la participacin

    de la familia Sealar el diagnstico de la salud mental y fsica del joven Plantear el nivel educacional del joven Proponer aspectos del manejo del tiempo libre relevantes Incorporar la participacin activa del joven en la confeccin de

    los objetivos del plan. La intervencin propuesta debe coincidir con las necesidades

    del joven. Se deben establecer los responsables de la intervencin. Las actividades se deben desarrollar en diferentes reas

    (familia, comuna, escuela, etc.). Establecer logros especficos producto de la intervencin. La intervencin debe estar altamente estructurada y debe

    contemplar actividades individuales y grupales.

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    El eje central del plan de intervencin lo forman los factores de riesgo. A partir de su identifi-cacin se logran establecer las reas priorita-rias a intervenir. Adems de stos, el plan debe incorporar los factores protectores a poten-ciar y aquellos obstaculizadores o facilitadores respecto de la respuesta del joven frente a la intervencin. Tambin se debe incorporar la capacidad de respuesta del joven, es decir, las capacidades de ste o de su entorno que no estn directamente asociadas a la conducta an-tisocial, pero que pueden afectar la respuesta del adolescente frente a la intervencin.

    Como se mencion anteriormente, en esta etapa se debe involucrar al joven como agen-te activo en la definicin de los objetivos y en el establecimiento de metas concretas. Posteriormente, se debe establecer la oferta

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    programtica y las intervenciones individuales que favorezcan el cumplimiento de los obje-tivos propuestos, en conjunto con sealar los actores que participan, es decir, si el objetivo incluye adems del joven, a un familiar y a qu miembros del equipo involucra. Por ltimo, el cumplimiento de los objetivos se debe moni-torear y en funcin de los resultados se debe modificar el plan de intervencin. Esta revisin se debe realizar mensualmente y en sta de-ben participar el administrador del caso, el o los educadores de trato directo que correspondan al joven y los miembros del equipo que partici-pan de la intervencin.

    5. Comentarios finales

    El presente artculo tuvo como objetivo rele-var la importancia de la evaluacin dentro de los centros privativos de libertad. Cuando no se realiza una evaluacin exhaustiva y el ado-lescente no accede al nivel de servicios que re-quiere, disminuyen considerablemente las posi-bilidades de rehabilitacin y de reduccin de la reincidencia criminal.

    Se pretendi dar cuenta, adems, de algunos elementos importantes, relevados desde la ex-periencia comparada en el proceso de toma de decisiones que se llevan a cabo en los centros de intervencin para jvenes infractores de ley y las herramientas que se utilizan para efectuar-los. No obstante, estos aspectos representan tan slo el primer paso en la rehabilitacin, los desafos ms importantes son, sin duda alguna, los procesos de cambio que el joven vaya reali-zando y su posterior reingreso a la sociedad.

    Por otro lado, se busc establecer que la ca-lidad de la evaluacin es fundamental para el proceso de toma de decisiones. La investiga-cin en el rea ha demostrado que se debe te-ner en cuenta el nivel de riesgo, las necesidades y la capacidad de respuesta del joven frente a la intervencin. Para esto, se han logrado extraer aquellos factores de riesgo que explican de mejor manera la conducta delictual y disear

    tanto evaluaciones, como programas de inter-vencin que se orientan a ellos. No obstante lo anterior, los ltimos avances en la crimino-loga del desarrollo han demostrado que ms all de centrarse en aquellos factores de riesgo que inciden en la conducta delictual y en ayu-dar a estas personas a encontrar alojamiento, educacin, capacitacin y empleo, las interven-ciones deben orientarse a la creacin de una identidad pro social. Esto se logra a travs de la posibilidad de que los infractores desarrollen un proceso de reivindicacin a travs de la ac-cin social. Programas de voluntariado, trabajo comunitario, restauracin del dao, son algu-nos ejemplos de los avances que han realizado otros pases en este sentido.

    En Chile, a diferencia de los pases revisados, no se cuenta con procedimientos pre establecidos y estructurados del tipo mencionado. Algunos pases como Australia, por ejemplo, han valida-do instrumentos extranjeros y han adaptado los procedimientos a su realidad. Es as como hoy cuentan con mecanismos de evaluacin certe-ros y basados en la evidencia. Se espera que Chile logre avanzar en esta lnea incorporan-do los avances que la experiencia comparada ha desarrollado para orientarse a procesos de toma de decisiones ms objetivos y acertados, que faciliten un mejor diseo del tratamiento y de las intervenciones.

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