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Conceptos de biología y fisiología para la poda de árboles
Material complementario para el examen de certificación AATAAC
Poul Wester, Nahuel Bastian, Agustín Tesio, Santiago Calvo
Arboristas Argentinos - AATAAC Página 2
Prologo
Un arborista es una persona entrenada en el arte y la ciencia de plantar, cuidar y mantener árboles
individuales. La certificación de un arborista por la AATAAC es un proceso voluntario no
gubernamental mediante el cual las personas pueden documentar su conocimiento básico.
El certificado proporciona una valoración mensurable del conocimiento y la competencia de un
individuo, elementos requeridos para proporcionar un cuidado adecuado del árbol. La certificación no
es una medida de los estándares de práctica.
El certificado puede dar fe del conocimiento de una persona sobre los árboles, pero no puede
garantizar o asegurar un trabajo de calidad. Los arboristas certificados AATAAC son personas que
han alcanzado un nivel de conocimiento en el cuidado de los árboles y la trepa segura, y que han
pasado un extenso examen desarrollado por profesionales y docentes nacionales en la materia.
Los arboristas certificados AATAAC también deben continuar su educación para mantener su
certificación. Por lo tanto, deben actualizarse en las últimas técnicas de arboricultura.
El siguiente material publicado complementa la información brindada en la Guía para la Certificación
de Arborista Argentinos.
Arboristas Argentinos - AATAAC Página 3
MANUAL DE PODA
La biología es el estudio de la anatomía y de la fisiología, así como la relación que existe entre ellas,
a través de la cual podemos conocer las partes del árbol y las funciones que ejercen cada una de
ellas formando un conjunto de órganos eficaces para subsistir.
Anatomía
En los árboles se forman células nuevas mediante la división celular. Este proceso tiene lugar en los
tejidos meristemáticos que son los únicos capaces de formar células a través de su división. Tras la
división estas sufren una diferenciación cambiando su estructura y función, uniéndose formando los
tejidos y a su vez los órganos. Todos estos órganos unidos forman un sistema funcional denominado
ÁRBOL.
El árbol está compuesto por 5 órganos básicos; raíz, tronco, ramas, hojas, flores y frutos.
Tejidos principales
Existen dos tipos de tejidos:
Primario o meristema apical, encargado de crear células nuevas que darán lugar a la elongación de
brotes y raíces.
Secundario o meristema lateral, crea células para crecer en grosor. Dentro de este meristema
tenemos el CAMBIUM y FELÓGENO.
Cambium
Es el tejido esencial que crea el sistema vascular del árbol. Se forman dos tipos de tejidos mediante la
división celular, uno hacia el interior, el XILEMA y otro hacia el exterior, el FLOEMA.
El floema conduce los azúcares que se producen en las hojas a todas las diferentes partes del
ÁRBOL para ser utilizados o almacenados como ALMIDÓN.
El xilema es un tejido formado por células vivas y muertas para transporte de agua, almacenamiento
de almidón, defensa contra la descomposición y como apoyo estructural del ÁRBOL.
Felógeno
Es el encargado de generar la corteza del árbol.
Corteza
Es la capa exterior del tronco y ramas.
Sus funciones son:
Protección
Regular la temperatura
Reducir pérdida de agua
Arboristas Argentinos - AATAAC Página 4
Intercambio gaseoso
Defensa contra lesiones
Está formada por tejidos del floema no funcionales y suberosos. Sus paredes están impregnadas de
ceras y aceites lo cual evitan la pérdida de agua. Contiene LENTICELAS que permiten el intercambio
gaseoso desde el interior hacia el exterior.
Radios medulares
Además del xilema y el floema existen los radios medulares; estos atraviesan el xilema
introduciéndose en el floema y se encargan del transporte transversal de los azúcares, ayudando a
componer el sistema vascular del árbol.
Duramen
Es el tejido más interno del ÁRBOL y se encuentra rodeado por un cilindro de albura viva. Este tejido
no conductor normalmente presenta una coloración más oscura debido a la descomposición de
diferentes sustancias.
Raíces
Funciones:
Absorción de agua y elementos esenciales
Conducción
Arboristas Argentinos - AATAAC Página 5
Almacenamiento
Anclaje
Las raíces absorbentes recogen el agua y nutrientes del suelo, estas están formadas por células
epidérmicas modificadas denominadas pelos radiculares. En los extremos de las raíces existe una
zona meristemática donde las células se multiplican y crecen, de la misma manera que un brote. Para
dicho crecimiento se necesitan condiciones óptimas de humedad y oxígeno.
La mayoría de las raíces absorbentes están situadas a no más de 15 cm de profundidad y por lo
general estas se encuentran asociadas en relación benéfica con hongos micorríticos, los cuales
ayudan en la absorción de agua y minerales.
Tronco
Funciona como columna sustentadora y reserva de energía generalmente en forma de almidón.
El PARÉNQUIMA es una masa esponjosa de células vivas que envuelven los tejidos conductores
(xilema y floema) y cumple la función de almacenamiento.
Los radios medulares comunican radialmente el interior de la madera con el xilema conductor, el
cambium y con el floema.
La madera sigue viva durante años ejerciendo funciones de soporte y almacenamiento a pesar de
haber dejado su función de sistema de conducción.
En el interior del tronco células muertas impregnadas de sustancias conservantes forma el
DURAMEN.
Ramas
Así como el tronco soporta el peso del ÁRBOL, las ramas soportan el peso de las ramas menores y
ramitas. Estas últimas soportan el peso de las hojas, flores y frutos.
Las ramas se originan a partir de yemas. Existen dos tipos de yemas:
Yema terminal o apical; localizada al final de un brote. Controla mediante un mecanismo llamado
dominancia el crecimiento de las yemas laterales, siendo ella la más activa.
Yemas laterales o axilares. Situadas en la base de una hoja, localizada a lo largo de todo el tallo. A
menudo permanecen latentes inhibidas por la yema apical.
Arboristas Argentinos - AATAAC Página 6
La destrucción de la yema apical puede activar las yemas laterales más cercanas al corte,
desarrollando un brote nuevo que finalmente obtendría la dominancia apical sobre las demás.
Cuando se producen heridas en los ÁRBOLES se desarrollan numerosos brotes de yemas
adventicias (crecimiento de emergencia).
Las yemas y las hojas se forman en una zona denominada NUDO. La zona entre los nudos se
denomina entrenudo, este nos ayuda a medir la elongación anual, ya que son visibles las cicatrices
foliares o de las escamas de las yemas.
Arboristas Argentinos - AATAAC Página 7
Todas las ramas son similares en estructura y función. Las ramas presentan una unión fuerte y
característica al tronco. Es muy importante saber cómo están unidas las ramas al tronco para poder
realizar buenas prácticas de poda.
En muchos árboles se puede identificar una protuberancia alrededor de la base de la rama, debido a
la producción anual de capas de tejido en la unión tronco-rama, se denomina COLLAR O CUELLO
DE LA RAMA.
La encontrada por encima de la rama denominada axila presenta una unión débil, se denomina
ARRUGA DE LA CORTEZA.
Hojas
Son las encargadas de obtener la energía a través de la FOTOSÍNTESIS.
Arboristas Argentinos - AATAAC Página 8
En las hojas se diferencian dos partes:
El haz: parte superior de la hoja también llamado limbo o lámina. Esta superficie ayuda a captar la luz
y absorber el dióxido de carbono necesario para la FOTOSÍNTESIS. Las hojas están cubiertas por
una capa denominada CUTÍCULA, encargada de evitar la desecación de la hoja que se podría
producir por la actividad de los ESTOMAS. Los estomas son pequeñas abertura en la superficie de la
hoja encargados del intercambio de gases y el control de la pérdida de agua en forma de vapor.
El envés: parte posterior de la hoja. Habitualmente tiene otra coloración con respecto a la parte
superior, ya que presenta una cutícula más fina, mayor cantidad de estomas y mayor abundancia de
tricomas (pelos epidérmicos)
Arboristas Argentinos - AATAAC Página 9
En las hojas se encuentran tejidos conductores de xilema y floema denominado venas o haces
vasculares, encargados de transportar agua y elementos esenciales a las hojas y las azúcares
producidos en la hoja al resto de las partes del árbol.
Según la caducidad de sus hojas encontramos dos tipos de ÁRBOLES, los que pierden sus hojas en
el otoño y los que las conservan.
• Perennes : retienen sus hojas
• Caducos: pierden sus hojas.
Las bajas temperaturas y la disminución de las horas de luz solar (fotoperíodo) producen una
disminución de la fotosíntesis y un aumento de la acumulación de azúcares, dando lugar al color
otoñal de las hojas.
El árbol trata de trasladar la energía acumulada en las hojas a otra parte del árbol antes que las hojas
se caigan. Además, en la zona de abscisión de la base del pecíolo se producen unos cambios
celulares y reguladores de crecimiento que se combinan para taponar la zona y evitar entrada de
enfermedades, insectos, etc.
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Flores y frutos
La flor es la estructura reproductiva más característica de las plantas. Su función es producir semillas
a través de la reproducción sexual. Para los árboles, las semillas son la próxima generación de
individuos, y sirven como el principal medio a través del cual las especies se perpetúan y se
propagan.
El fruto es el órgano procedente de la flor, o de partes de ella, que contiene las semillas hasta que
maduran y luego contribuye a diseminarlas.
Fisiología del Árbol
La fisiología es el estudio de los procesos químicos y biológicos dentro de las estructuras de los
árboles. Su estudio proporciona la base para comprender la función de dichos procesos
FOTOSÍNTESIS: Es el proceso por el cual las plantas pueden absorber la energía lumínica del sol y
producir moléculas de azúcar. Estas moléculas son la energía que va a utilizar el árbol, de una u otro
forma, en todos sus procesos. Los orgánulos encargados de este proceso se encuentran dentro de
las células vegetales y se denominan CLOROPLASTOS, los que contienen un pigmento llamado
CLOROFILA.
Para poder completar el proceso de fotosíntesis, el árbol deberá tener agua y minerales en las hojas,
componentes fundamentales de las nuevas moléculas.
CLOROFILA: Pigmento que absorbe la luz solar. Le da el color verde a las plantas
Arboristas Argentinos - AATAAC Página 11
RESULTADO FINAL DE LA FOTOSÍNTESIS:
Consumo de CO2.
Producción de O2
Produce Energía que se almacena para el crecimiento
Como vemos, todo lo que el árbol es, madera, frutos, reservas, etc., proviene de la energía del sol,
captada básicamente por las hojas verdes, concentrada y convertida en azúcares.
El árbol guarda sus reservas en forma de almidón, en las células vivas del interior de la madera. En la
medida de sus necesidades, el árbol usa sus reservas, movilizándolas y sacando de ellas la energía
contenida. Este consumo se realiza ahí donde se necesita, en todo punto del árbol, como tronco,
copa o raíces.
Arboristas Argentinos - AATAAC Página 12
Por todo esto es que es necesario mantener a nuestros árboles con la mayor cantidad de hojas
posibles.
RESPIRACIÓN:
La respiración es el proceso mediante el cual los carbohidratos generados por la fotosíntesis y
almacenados como almidón son utilizados por el árbol. Los carbohidratos son, de hecho, cadenas de
carbono, hidrógeno y oxígeno unidas químicamente. Cuando se rompen las uniones se libera
energía y se desprende agua y dióxido de carbono. El árbol aprovecha la energía liberada para todas
sus funciones biológicas.
A diferencia de la fotosíntesis, la respiración se debe producir en todo punto del árbol, trasladando
azúcares, para que la respiración se realice en cada célula. Por lo tanto precisa de un sistema de
conducción de los azúcares desde el lugar en que se producen (las hojas) hasta el lugar donde se
consumen (todo punto del árbol): esto se realiza desde el floema.
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La poda puede afectar el traslado de los azúcares, así como las zonas de reservas
TRANSPIRACIÓN: Es la pérdida de agua en forma de vapor a través de la superficie de la hoja. La
evaporación del agua enfría las hojas además de generar una tracción transpiracional que impulsa el
agua y sales minerales desde el suelo por medio de las raíces, y la transporta por medio del xilema
hasta las hojas; mientras que los azúcares y otras sustancias obtenidas durante la fotosíntesis son
conducidas por el floema, desde las hojas al resto de la planta.
El intercambio de gases y la pérdida de vapor de agua se realiza por medio de los estomas y las
células oclusivas que los rodean, los que serán condicionados para su apertura y cierre por las
condiciones climáticas o ambientales (luz, humedad, temperatura).
Arboristas Argentinos - AATAAC Página 14
Las especies modifican no solo la cantidad y distribución de estomas, sino que también modifican el
tipo y forma de hojas para adaptarse al medio en el que se desarrollan.
ABSORCIÓN: el agua es indispensable para todas las células vivas. La mayoría de las reacciones
biológicas, incluida la fotosíntesis, requieren agua. El agua preserva la turgencia de las células y es
necesaria para el transporte de los elementos esenciales dentro del xilema. El agua y los elementos
minerales se absorben del suelo por medio de las raíces. Parte de esta agua es utilizada por el árbol
para su crecimiento y metabolismo, pero la mayor parte se pierde por transpiración. Esa pérdida de
agua crea una tracción transpiracional que mueve el agua a través del xilema, por eso es que puede
visualizarse como una columna continua de agua.
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El agua entra a las raíces jóvenes o a las raíces micorríticas mediante un proceso llamado ósmosis.
La ósmosis es el movimiento de agua a través de una membrana desde un lugar con alto potencial
(concentración de agua) hasta otra de bajo potencial de agua. El movimiento del agua y sustancias
producto de la fotosíntesis se realiza por medio del sistema vascular, a partir de la absorción y
translocación. La presencia de minerales o azúcares disueltos en el agua provocan la disminución de
su potencial, esto puede ser nocivo para el árbol ya que si el potencial del suelo es menor al de las
raíces, el agua que se encuentra dentro de las raíces se trasladará al suelo, pudiendo provocar estrés
hídrico. Un ejemplo de esto es cuando el suelo tiene altas concentraciones de sal, lo que ocurre
cuando hay grandes cantidades de fertilizantes disueltos.
PROPIEDADES MECÁNICAS DE LA MADERA
El material del que se componen los árboles es de suma importancia, ya que dependiendo de las
condiciones en las que se encuentre la madera, la respuesta que esta ofrezca a las cargas que reciba
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será diferente. A continuación se describe alguna de sus propiedades más destacadas desde el punto
de vista de su implicación práctica.
La conexión de la rama sobre el tronco: Los tejidos de la rama y del tronco no presentan un orden
de crecimiento simultáneo. En cada crecimiento anual, los tejidos de las ramas se forman antes que
los tejidos del tronco. Al chocar los tejidos de la rama con los existentes en el tronco forman un
pequeño cuello o engrosamiento. Posteriormente, al crecer el tronco, sus tejidos rodean a los tejidos
de la rama, formando otro cuello o engrosamiento definiendo así la arruga de la rama. Internamente
se desarrollan conexiones entre estos tejidos otorgando una gran resistencia a la unión entre rama y
tronco.
Por debajo de la rama con un ángulo más abierto, lo que provoca una deformación más débil el
denominado cuello de la rama.
Los tejidos internos de la arruga de la rama y los del cuello de la rama, constituyen el límite entre los
tejidos de la rama y los del tallo.
La dirección de la arruga de rama indica la altura del punto de salida
de la rama en el tronco.
Inserción de chupones: cuando dos tallos de casi igual tamaño surgen de una misma unión, se
conocen como tallos codominantes, los cuales a menudo carecen de arruga de rama, no tienen
zona de protección y no se forma el collar de la rama. Esto resulta en una unión débil y permite que
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penetre la descomposición cuando se elimina uno de ellos. Los tallos codominantes con frecuencia
tienen corteza incluida, lo que debilita aún más las conexiones y los hace propensos a fallar.
Geometría del tronco y pared residual: es necesario comprender que aunque los troncos de los
árboles presenten cavidades, estos todavía pueden soportar una cierta cantidad de carga, siempre y
cuando el material remanente, llamado pared residual, tenga la capacidad de soportar estas cargas.
Para que un árbol pueda mantenerse en pie, es necesario que exista un punto de equilibrio entre la
capacidad de carga ejercida y la pared residual del árbol.
Por descontado, los troncos macizos, o con paredes residuales gruesas son más seguros, es decir, a
mayor cantidad de material, mayor resistencia ante el estrés.
Muchas veces nos hemos preguntado cuál es la verdadera razón por la que, en las mismas
condiciones de estrés, árboles con paredes residuales menores permanecen en pie y otros más
gruesos son derribados. La respuesta parece estar tanto en la cantidad de resistencia que opone la
copa del árbol, como en que las fuerzas de compresión y tensión se manifiestan, en mayor medida,
en las fibras marginales de los troncos y las ramas, pudiendo ser relativamente “intrascendente” si
estas estructuras son macizas o no.
Corteza incluida: cuando rama y tronco, o un tronco con dos ejes codominantes, crecen formando
un ángulo muy cerrado entre si, es probable que no exista espacio suficiente entre los mismos para
formar los “cuellos sucesivos” de forma correcta.
En la parte superior de una horquilla o axila, la rama y el tronco se presionan mutuamente. Este
empuje obliga a la corteza a desplazarse hacia arriba, formando la arruga de la rama. Si el empuje de
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la rama contra el tronco hace que esta se meta hacia el interior, se denomina corteza incluida: los dos
crecimientos se presionan entre si, pero no llegan a solaparse, crecen paralelos. Al crecer paralelos y
no fusionarse es mucho más fácil que se produzca la separación de la rama, que es la parte más
débil y expuesta al viento.
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Las estructuras huecas no necesariamente son inseguras; los árboles con cavidades podrían soportar
cierta carga, siempre que la pared residual que quede sea proporcional a la carga a la que fuera
sometido y el resto de la madera se encuentre en buenas condiciones.
El viento y su anarquía comprime, tensiona y torsiona a la vez, generando estrés y problemas
estructurales como torsiones, delaminaciones, deslizamientos y concentraciones de tensiones en
puntos concretos difíciles de prever y valorar.
El árbol como sistema de ejes
El árbol es un sistema de ejes (tallos y raíces) determinado genéticamente, en el que por medio de
ramificaciones un elemento deriva de otro replicando estas unidades gradualmente. Existe, por
tanto, una unidad arquitectural básica que es la estructura mínima que tiene el árbol y que
generalmente está formada por cuatro ejes básicos. No todos los árboles tienen el mismo número de
ejes, factor determinado por el tipo de especie. El árbol adulto tendrá el mismo número de ejes que la
unidad arquitectural.
La copa del árbol se desarrolla duplicando, parcial o totalmente, su unidad básica que es lo que se
llama reiteración.
Las copas son, por tanto, estructuras complejas con arquitecturas definidas por cambios de ejes y
arquitecturas reiteradas, pero siempre con esquema general de ramificación: un eje 1 vertical, varios
ejes 2 horizontales, ejes 3, ejes 4, etc..
Antes de describir las categorías de ejes, es necesario recordar el concepto de dominancia apical,
que se puede resumir como la inhibición de crecimiento de yemas axilares por parte de la yema
terminal apical, por lo que el crecimiento de un eje está condicionado por el crecimiento del eje que
domina.
Eje 1, es vertical y es el que tiene el control apical. Cuando el eje 1 está creciendo significa que la
yema terminal inhibe el crecimiento de las yemas 2 y el mayor incremento se produce en el eje 1 y no
por los ejes 2. Los ejes 2 están condicionados por el eje 1 de arriba, pero no están inhibidos. Si se
corta el eje 1, el crecimiento se producirá en los ejes 2. Si no se corta el eje 1, será el “factor tiempo”
el que modifique la estructura y las yemas laterales crecerán porque se pierde la dominancia apical.
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Ejes 2, es horizontal y cuando hay control apical emite ejes 3 con más fuerza en la cara inferior,
hecho que recibe el nombre de hipotonia. Cuando hay ejes hipotonos es que el eje 1 todavía está
dominando a los ejes 2.
Cuando un eje termina su desarrollo con forma simétrica (las ramificaciones se desarrollan con igual
vigor) quiere decir que ha dejado de ser rama y es un árbol autónomo, que ya no depende del eje
aunque siga relacionado es lo que se denomina isotonia.
Con el tiempo, la rama pierde la dominancia apical se desarrollan con más fuerza los ejes de la cara
superior, es lo que se llama epitonia. Es entonces cuando las ramas ya no crecen más en longitud
sino que lo hacen las ramas de la cara superior, y se produce una sucesión de ejes. La copa no trata
de aumentar su tamaño sino de contener el volumen por una cuestión de gestión de energía y
captación de luz.
El árbol genera su estructura con estas categorías de ejes para adaptarse al medio y los cambios que
experimenta con el tiempo se podrían resumir en:
Dominancia apical en el extremo del tronco (jerarquía). Árbol joven.
Dominancia apical en ramas (competencia). Árbol adulto.
Sin dominancia apical (sucesión). Árbol maduro.
Para podar es importante conocer el tipo de ejes que queremos cortar porque la respuesta es distinta
según el eje, y lo elegiremos en función del objetivo que se quiere conseguir. Si, por ejemplo, en un
árbol no queremos que crezca más para no incidir nuevamente en un edificio se deberá dejar las
epítonas (sucesión). Porque si se poda el eje volverá a crecer como una rama nueva (un árbol
nuevo).
Chupón (rebrote, suplente, brote epicórmico): no es una rama sino un brote resultante de una yema
adventicia o latente.
Horqueta (horquilla): cuando un eje da lugar a dos o más ejes equivalentes formando entre ellas un
ángulo agudo. Pueden aparecer de forma natural en el extremo del tronco joven, que desaparecen a
los pocos años, o de forma accidental eliminarse en el extremo de eje (clima, animales, enfermedades,
temperaturas extremas, etc.)
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Estado evolutivo del árbol:
La forma adulta de un árbol puede llegar a ser muy compleja, pero nunca es aleatoria o anárquica.
Los genes del árbol contienen su programa específico de crecimiento. La forma final de árbol puede
ser modificada por factores externos, pero siempre estará determinada por sus genes.
Las etapas de crecimiento que se analizan a continuación tienen su base en el estudio en los
modelos de crecimiento de los árboles (si crecen a partir de ejes verticales u horizontales, con
ramificaciones continuas o rítmicas, con floraciones terminales o laterales, y todas las combinaciones
entre variables).
Etapas del crecimiento: parte aérea y parte radicular
Es interesante conocer en qué fase de desarrollo se encuentra un árbol, para poder determinar, por
ejemplo, la forma en que va a responder o no a las posibles podas que se hagan sobre él.
En general los árboles jóvenes presentan fuertes crecimientos de copa y de raíz con amplios
engrosamientos anulares de la madera, fuerte tendencia a la verticalidad y a la dominancia de un eje
principal, fuerte compartimentación de heridas y pudriciones, etc. en definitiva muestra una capacidad
de crecimiento y recuperación muy alta.
Por el contrario, los árboles viejos apenas presenta tendencia a la verticalidad, reduciendo mucho su
desarrollo, con anillos de crecimiento pequeños, y una evidente reducción de la copa, muerte
progresiva de ramas de tamaño considerable y de grandes raíces de anclaje, pérdida de la capacidad
de compartimentar, avance de las pudriciones debilidad general, etc.
En las copas y las raíces de árboles viejos se produce una muerte centrípeta de las mismas, de
afuera hacia adentro, apareciendo en compensación nuevos brotes en el interior de la copa y la raíz,
más pequeñas, pero todavía funcionales. A su vez, se produce una pérdida de solidez, debida a las
pudriciones, y de estabilidad, por pérdida de anclaje radicular, que en parte se compensan por una
reducción espontánea de altura y volumen de la copa.
Desarrollo en la copa (Árbol juvenil):
Se caracteriza por producirse el crecimiento bajo una fuerte dominancia apical que provoca que el
árbol forme principalmente ramas laterales temporales durante los primeros años el árbol da la
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prioridad al crecimiento en altura, encontrándose el tronco y las ramas fuertemente dominadas por la
yema apical.
Desarrollo en la copa (Árbol maduro)
El desarrollo se produce ahora sin dominancia apical, formándose horquillas en la copa mientras que
se forma la copa definitiva del árbol. El árbol da prioridad a sobre extender la copa, generando ramas
fuertes laterales. Cuando el árbol es adulto, intenta mantenerse la mayor parte del tiempo con sus
ramas, renovando las existentes.
Descenso en copa (Árbol sobre maduro)
Se produce la muerte paulatina de la copa, descendiendo el volumen de esta. A su vez, el árbol
intenta, en la medida de sus mermadas capacidades, reconstruir sus estructuras.
A continuación se analizan con más detalle estos estadios de crecimiento divididos en diez estadios
o etapas vitales:
Los diez estadios de crecimiento aéreo:
-Estadios de 1 al 4:
Su primera estrategia es dar importancia al crecimiento en altura
-Estadio 1 y 2: Desarrollo del tronco con cortas ramas laterales.
-Estadio 3 y 4: El tronco acaba en un ápice de fuerte crecimiento dominando las ramas
laterales
-Estadios 5 y 6:
Segunda estrategia, dar importancia a la longitud.
-Estadio 5: el ápice deja de dominar sobre el resto de las ramas siendo más o menos visible
-Estadio 6: empiezan a desarrollarse como troncos principales las ramas que formarán la
estructura, logrando una reiteración total de la copa (varios árboles por igual) ampliando el espacio.
Arboristas Argentinos - AATAAC Página 23
(es cuando se construye una copa y se están formando las reiteraciones, que tienen como finalidad
aumentar la superficie de la misma)
-Estadio 7 y 8:
Tercera estrategia, mantener el mayor tiempo su copa renovando las ramas.
-Estadio 7: Mediante reiteraciones parciales las ramas laterales se mantienen activas
-Estadio 8: La periferia de la copa se renueva con crecimiento anuales, pudiendo aparecer
alguna reiteración parciales en una rama gruesa por el interior del árbol.
(Finalidad: crecer sin aumentar de volumen mediante la sustitución)
-Estadios 9 y 10:
Cuarta estrategia, la reestructuración.
-Estadio 9: El volumen de árbol disminuye muriendo las ramas principales por sus
extremidades, a la vez que se desarrollan fuertes reiteraciones en su base.
-Estadio 10: Este estadio no se da en todos los árboles, solo en aquellos que
excepcionalmente las reiteraciones principales estimulan una nueva actividad cambial, por lo que se
ve afectado un nuevo desarrollo radicular. Reiteraciones retardadas.
Los diez estadios de crecimiento radicular:
Asimismo, es importante destacar que los fenómenos que se producen en la copa lo hacen de forma
similar en las raíces del árbol, con un fuerte paralelismo.
El estudio de los diez estadios de la raíz no se pueden aplicar o asimilar de la misma manera que los
diez estadios de la parte aérea, solamente se pueden establecer algunas relaciones entre ambos, ya
que no es visible el crecimiento en su totalidad.
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-Estadio 1: Crecimiento de la raíz pivotante si existe, solo se forman raíces pivotantes en aquellos
árboles nacidos de semillas.
-Estadio 2: Desarrollo sobre la pivotante de raíces fuertemente dominadas.
-Estadio 3: Momento en que se empiezan a desarrollar raíces horizontales y oblicuas en el cuello y la
parte superior de la raíz pivotante.
-Estadio 4: Se detiene el crecimiento vertical de la raíz pivotante dividiéndose en varias raíces
principales.
-Estadio 5: En las raíces horizontales y oblicuas se desarrollan fuertes ramificaciones verticales.
-Estadio 6: Las raíces verticales crecidas en las horizontales alcanzan su profundidad máxima
desarrollándose con mucha fuerza.
-Estadio 7: (Corresponde aproximadamente al estadio 7 de la parte aérea) Las raíces amplían su
radio de búsqueda en un radio de 1 a 3 metros desde el tronco. Conservar raíces verticales, entre
ellas la pivotante, que con el tiempo suele desaparecer ya que su función es explorar el suelo
encontrar nutrientes. Una vez hecho el trabajo la raíz pivotante es desechada por el árbol ya que se
necesita demasiada energía para mantenerla. Las raíces horizontales sobrepasan el radio de la copa.
-Estadio 8: (Corresponde aproximadamente al estadio 8 de la parte aérea) Se produce una lenta
renovación de las raíces finas y verticales, pero el sistema radicular se mantiene superficial,
Desaparece la raíz pivotante pudiendo llegar la pudrición hasta el cuello del tronco.
-Estadio 9: (Corresponde aproximadamente al estadio 9 de la parte aérea) Las raíces verticales y las
puntas de las raíces horizontales mueren.
-Estadio 10: (Corresponde aproximadamente al estadio 10 de la parte aérea) La actividad cambia
ligada al desarrollo de las reiteraciones totales en la parte aérea induce un nuevo sistema radicular.
Este se desarrolla en vertical si las reiteraciones aéreas tienen un crecimiento rápido. Si este
desarrollo radicular se formara en horizontal sería porque las reiteraciones aéreas tienen un
crecimiento lento.
Arboristas Argentinos - AATAAC Página 25
Es importante subrayar que los estudios de desarrollo de modelos de crecimiento según P. Raimbault
están basados en el crecimiento de árboles a partir de una semilla, en que se crea una raíz pivotante
y unas condiciones de suelo excepcionales; caso que suele ser menos frecuente en arbolado urbano,
pero que nos ayuda a comprender el crecimiento y desarrollo generalizado en todos los árboles por el
modo más común.
El crecimiento y desarrollo de un árbol es el conjunto entre la mezcla del potencial genético y las
condiciones medioambientales del entorno. A menudo la problemática y condiciones encontradas en
el arbolado urbano limitan la expresión del potencial genético.
Edad y estado evolutivo:
Árboles jóvenes y maduros que se encuentran debilitados pueden mostrar características de árboles
viejos y comportarse como tales. Las alteraciones graves en el suelo, daños severos en su tronco y
copa, podas exageradas, fuerte compactación del suelo, etc.; provocan la existencia de árboles en los
que a pesar de tener una edad madura y un tamaño medio para su especie, se comportan como si
fueran árboles que encontraran al final de su ciclo vital.
Arboristas Argentinos - AATAAC Página 26
En la imagen se puede ver como toda la parte superior de la copa se ha perdido (aunque no puedes
ver el sistema radicular podemos suponer que el proceso es similar), y que en la parte baja de la
copa, cerca de la horquilla principal han aparecido nuevos brotes (brotes epicórmicos)
“Los árboles maduros pueden mostrar características de árboles viejos”
La edad de este árbol no se corresponde con su edad fisiológica y su evolución y posteriores
reacciones y desarrollo corresponden al de un árbol viejo no a las de un árbol maduro.
C.O.D.I.T. : (Compartimentación de la descomposición en los árboles)
Los árboles, a diferencia de otros seres vivos, son organismos que no se pueden mover para evitar el
daño ocasionado por factores externos y que no cuentan con el proceso de cicatrización para
restaurar tejidos perdidos. Cuando un árbol presenta heridas, una enfermedad o descomposición
pueden infectar el sitio dañado.
Sin embargo, los árboles poseen un proceso único de defensa natural, el cual genera barreras
químicas y físicas en los tejidos del árbol para limitar la dispersión de descomposición y
enfermedades. Cabe señalar que el modelo sobre el proceso de compartimentación fue llamado en
sus orígenes “Compartimentación de la descomposición en los árboles”, denominado CODIT por sus
siglas en inglés y desarrollado por el Dr. Alex Shigo.
Antes de describir la compartimentación, se describirán las diferencias entre el duramen y la
decoloración de la madera por descomposición. El duramen es causado por la edad, está
influenciado genéticamente, afecta primero el tejido viejo, es continuo, presenta bajo contenido
mineral, es generalmente circular en la sección transversal, y generalmente no tiene microorganismos
involucrados; mientras que la decoloración por descomposición es causada por heridas o tejido y
ramas muertas, es influenciada por la severidad de la herida, tipo de microorganismo o vitalidad del
árbol, no afecta el tejido formado después de la herida, afecta primero el tejido nuevo, está en
columnas, presenta alto contenido mineral, tiene cualquier configuración, y generalmente tiene
microorganismos involucrados.
El modelo desarrollado por el Dr. Shigo considera la formación de barreras para prevenir la
descomposición en sus cuatro direcciones.
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La pared 1 responde al bloquear los vasos del xilema superiores e inferiores a la herida para limitar la
dispersión vertical, y se considera la más débil. La pared 2 consiste en las últimas células del anillo de
crecimiento, principalmente las células de verano que son más compactas, y evita la dispersión hacia
adentro. En el caso de la pared 3, las células radiales o rayos compartimentan la descomposición al
limitar la dispersión lateral. Finalmente, la pared 4 es el nuevo anillo de crecimiento que se forma
después del daño y se considera la más fuerte químicamente. Cabe indicar que las paredes 1, 2 y 3
forman la zona de reacción, puesto que van a accionarse inmediatamente después de la presencia
de un daño, mientras que la pared 4 es denominada la zona de barrera.
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De esta manera, dicho proceso de barreras prevendrá o evitará que la descomposición o enfermedad
se disperse en las cuatro direcciones; así se explica cómo un árbol con una cavidad en el centro del
tronco puede crecer de manera saludable. En el pasado, se recomendaba envolver los troncos de los
árboles para evitar agrietamientos; sin embargo, el Dr. Shigo señala que las grietas usualmente se
generan en el interior y una vez compartimentadas son estimuladas para extenderse hacia la
superficie por condiciones ambientales. Debe quedar claro que los árboles no curan sus heridas, sino
que las compartimentan. Por lo tanto, cualquier daño al árbol -incluso un corte de poda ejecutado
correctamente- no se cura, sino que es aislado por la compartimentación, y el árbol puede continuar
creciendo alrededor y sobre el daño, compartimentando para proteger el tejido sano.
ESTÁTICA ARBÓREA: orígenes y base teórica.
Como cualquier otro tipo de construcción, los árboles son estructuras sujetas a las leyes de la
estática. Independientemente de su arquitectura, un árbol posee una estructura básica conformada
por las raíces, tronco y la copa. Este conjunto forma una unidad en la que las tensiones que se
producen en una parte, se transmiten inexorablemente a otra. Haciendo un paralelismo, sería similar
al caso de un barco, donde las raíces se corresponderían con el casco del barco, el mástil o fuste,
transmisor de la carga del viento que se ejerce en la copa y, además, soporte de las velas; y por
último las velas o copa del árbol que es la zona más expuesta a los vientos, y la que transmite todo el
empuje al resto del árbol.
Dependiendo del punto donde encontremos un defecto, o la suma de varios de ellos en el mismo
“barco”, obtendremos como resultado una determinada problemática, es decir, la resultante será un
árbol más o menos estable y por consiguiente más o menos peligroso. En cualquier caso, debemos
saber que un árbol sobredimensiona su estructura derrochando gran cantidad de esfuerzo y material
para soportar su propio peso, el empuje del viento y el peso de la nieve o agua que pueda soportar
cualquiera de sus partes.
Principios de la estática.
Ante la pregunta, ¿qué es la estática? diremos que es la rama de la mecánica referente al
mantenimiento del equilibrio de los cuerpos en la interacción de las fuerzas ejercidas sobre los
mismos. Incorpora el estudio del centro de gravedad y el momento de la inercia. En un estado de
equilibrio todas las fuerzas actuando sobre el cuerpo se “contrabalancean” por fuerzas iguales y
opuestas, manteniendo, por tanto, el cuerpo en reposo. Los principios de la estática se aplican en el
diseño y construcción de edificios y maquinaria.
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Se puede decir que un árbol se considera estáticamente seguro, en mayor o menor medida,
dependiendo por un lado de la carga que ejerce el viento sobre el conjunto de su copa, y por otro
lado, del estado en el que se encuentre su estructura principal y la forma en la que se dispone.
Las cargas que actúan sobre los árboles.
En primer lugar, el propio peso del ejemplar transfiere una carga constante que tiene que soportar
durante toda su vida, además tendrá que adaptarse al aumento progresivo de peso que supone el
crecimiento anual de toda su estructura.
Por otro lado, tenemos condicionantes meteorológicos como la lluvia, el viento o la nieve. La
acumulación de alguno de estos elementos en ramas produce la fatiga estructural debido a la carga
constante a la que someten a las diferentes partes del árbol, y que en algunos casos se traduce en
desgarros, fracturas o grietas.
Destacar que el factor más influyente en la estabilidad del árbol es el viento, sobre todo cuando sopla
en forma anárquica y racheada, como es una tormenta. Un viento constante y no muy fuerte produce
un balanceo que estimula la creación de madera de reacción.
A tener en cuenta el “efecto embudo”, que se produce al entrar vientos de diferentes lugares y
estrangularse en un punto donde la orografía se hace más estrecha, resultando una mayor velocidad
del viento dentro de esta zona.
La altura es un dato importante, ya que la velocidad del viento aumenta con esta.
La ausencia de ramas hace que un árbol, que en apariencia tiene una ligereza en todo el conjunto de
su copa, sea más inestable y es más probable que sufra el colapso de sus ramas o de su propio
tronco. Por el contrario, un árbol con copa abundante y vestido desde la base posee una carga
estática mucho mayor pero es a la vez mucho más estable debido a que esa cantidad de ramas
amortiguan y disipan la oscilación y el cimbreo que produce el viento.
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ANALISIS Y VALORACION DEL ÁRBOL. DIAGNOSIS
Antes de plantearse cualquier trabajo de poda es necesario dedicar el tiempo suficiente para sacar
del árbol toda aquella información que nos permita obtener el diagnóstico más acertado para saber si
es necesario podar un árbol y cómo hacerlo. Para ello es imprescindible contar con conocimientos de
biología, fisiología y mecánica del árbol, como así también saber leer la estructura de los árboles, ya
que en ella se manifiesta las razones de su comportamiento y los cambios que se han dado para
adaptarse a su entorno.
Los resultados de la valoración visual son directamente proporcionales a los conocimientos que
posea el profesional.
Protocolo a seguir para obtener una valoración.
Observar: se debe examinar cada parte del árbol, desde la raíz hasta la última rama, desde
diferentes puntos de vista y distancias, y si es necesario en distintas épocas, para ver más
claramente su estructura en invierno o el vigor de las brotaciones en verano.
Toma de datos: se anotará en una ficha todo lo que se va detectando en las diferentes zonas del
árbol; copa, tronco y raíz, así como todo lo relativo a su entorno y su influencia sobre la estructura
y el estado del árbol. Se indicarán todos los defectos localizados, sus síntomas, dimensiones y los
problemas o riesgos asociados a ellos. Se recogerán, además, todos los datos que se pueda
sobre su historia y antecedentes (posibles obras, etc.)
Cuestionar la necesidad de utilizar aparatos o hacer pruebas mecánicas para la obtención de
datos que puedan ayudar a una valoración más exhaustiva en caso necesario, como por ejemplo
el estado de la madera interna.
Análisis de datos de forma que den respuesta a cuestiones como: ¿cumple su función? ¿Es
posible su recuperación? ¿Qué expectativas de vida tiene? ¿Existe riesgo para las personas y
bienes? ¿Se puede eliminar ese riesgo? ¿Cómo va a responder el árbol? ¿Tiene capacidad de
compartimentación? ¿Es una especie que admite poda? ¿Cómo puede afectar a la raíz?
Valorar el grado de afección de los síntomas y defectos. Sus posibles causas, su efecto futuro y si
se puede eliminar.
Considerar la evolución esperable, sin podarlo y podándolo.
Definir el objetivo de la poda y las actuaciones necesarias.
Describir todas las alternativas viables y las posibles respuestas a distintas actuaciones.
Decisión y elección de la opción más adecuada.
Elaborar un plan de trabajo:
o definir las actuaciones que es necesario realizar
o seleccionar las técnicas a emplear más adecuadas y más seguras.
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o asignar la labor de cada una de las personas que forman parte del equipo.
o determinar el material necesario para su ejecución.
o establecer un orden de trabajo.
o planificar la ruta de la operación: vía de acceso, técnicas de ascenso, desplazamientos y
descenso.
o dejar preparado el equipo de rescate aéreo y el botiquín en el lugar del trabajo.
o preparar el entorno de trabajo.
o comprobar que se cumple la normativa de seguridad.P
Prever un seguimiento tras la actuación para conocer y estudiar su evolución.
Conceptos que hay que buscar y medir en la toma de datos.
Hay que recoger el mayor número de datos posibles de forma que se describa la situación de árbol
con la exactitud necesaria para poder analizar y valorar su estado.
Especie, su tolerancia a la poda, su posible respuesta a actuaciones de poda y su capacidad
de compartimentación.
Datos dendrométricos: altura, dimensión de la copa, distancia a otros elementos, etc.
Modelo arquitectural, unidad básica.
Etapa de desarrollo del árbol y de los diferentes tipos de ramas y ejes. Dependiendo de la
rama existen distintas posibilidades de poda. La misma especie tiene estructuras distintas y
tendrá capacidades de respuesta distintas.
Estado fenológico y estado biológico. Órganos y funcionalidades anómalas.
Vitalidad y capacidad de afrontar una actuación de poda. Regresión de la copa y de la raíz, si
es posible analizarla.
Estudio del entorno y la influencia de éste sobre su estructura (viento, luz, espacio de
desarrollo; elementos, etc.). búsqueda de posibles modificaciones en el entorno (zanjas,
eliminación pantallas protectoras, compactación) que hayan podido ocasionar cambios
significativos en el ejemplar (pérdida de raíz, mayor exposición al viento, etc.)
Actuaciones de poda realizadas anteriormente y su respuesta.
Diagnóstico fitosanitario: las plagas y enfermedades que se detectan, grado de afección e
importancia en su estado.
Síntomas y defectos que presentan. Medición y análisis de los defectos que puedan resultar
críticos. Debilidad estructural y afección mecánica. Situaciones de estrés, tensión,
compresión, flexión, compartimentos frente a vientos fuertes, etc.
Indicios de posibles defectos a tener en cuenta:
- contrafuertes en la base.
- cavidades.
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- madera descompuesta.
- hongos (cuerpos fructíferos)
- madera descompuesta
- daños externos (ramas desgarradas o partidas, golpes, elementos incrustados,….)
- abultamientos en la base
- brotaciones epicórmicos
- exudaciones
-pérdida de corteza debido a tensiones.
Riesgos asociados a los defectos: caídas, vuelco, fractura, colapso, etc.
Diana que ofrece (vehículos, mobiliarios, personas, etc.)
expectativas de vida.
PODA. Fundamentos.
Un árbol que crece en condiciones fisiológicas y ambientales normales generalmente no precisa poda
al ser un organismo que se autorregula en su crecimiento y desarrollo adaptándose al medio donde
se encuentra. Sin embargo, cuando su estructura es alterada por factores externos que modifican su
biología y su mecánica, así como sus estrategias de compensación, será necesario eliminar todo
aquello que se haya convertido en un problema para el árbol o pueda suponer un peligro para
personas o bienes.
Podar es manipular la estructura arquitectural del árbol, por lo tanto habrá que podar lo estrictamente
necesario, de manera que no se modifique la forma natural de crecimiento de cada especie.
Se trata de una eliminación selectiva de ramas, no existiendo ningún sistema de poda
predeterminado, sino que dependerá de la situación de cada árbol. Nuestro cometido será, por tanto,
saber descifrar lo que cada árbol precisa.
No se deben cortar ramas cuya retirada no esté justificada, no se debe quitar ninguna rama sin que
exista una razón para ello.
Tipos de poda:
Existen diferentes formas de denominar los tipos de poda que se pueden realizar en un árbol, aquí
vamos a distinguir cuatro tipos de poda en función de la etapa en la que se encuentre el árbol y el
objetivo a conseguir:
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Poda de formación, para etapas juveniles.
Poda de mantenimiento, para la etapa adulta y madura.
Poda de floración, fructificación y topiaria, para obtener flor/fruto o una determinada forma.
Podas excepcionales, para la etapa senescente o como restauración/prevención.
Poda de formación:
El objetivo de la poda de formación es conseguir un ejemplar con una determinada estructura, en la
que las ramas estén bien espaciadas y bien dispuestas, que la proporción tronco-ramas sea
adecuada y que se mantenga sano.
Un árbol debe formarse prioritariamente en vivero durante su etapa joven. Una vez plantado en el
lugar definitivo, sólo podrán realizarse trabajos de poda de formación luego de que el árbol haya
recuperado el sistema radicular, los brotes tengan crecimiento normal y sea dependiente de sus
propias reservas.
No se debe cortar la yema apical, pues provocará la desorganización total de la estructura del árbol.
En esta yema se encuentra el control apical que determina la dominancia sobre las demás ramas.
En este tipo de poda se pueden realizar las siguientes actuaciones:
- Restaurar la guía, si es que esta se ha perdido.
- Eliminar competencias a la guía y reequilibrar las ramas privilegiando los
brotes hipotonos para evitar la competencia con el eje principal y
favorecer el control apical.
- Eliminar ramas que se entrecruzan, mal orientadas y que puedan
producir heridas.
- Suprimir uno de los dos ejes que forman aquellas horquillas que pueden
dar lugar a una deficiente inserción o a la formación de corteza incluida.
- Refaldar o subir hasta la altura que se considere que deban tener las
primeras ramas que van a sustentar la copa. Se realizarán en un proceso
progresivo, no eliminando nunca más de 1/3 de la altura total del árbol.
En una primera fase se despuntarán los brotes y en las siguientes fases
se irán eliminando.
Se trata de cortes de pequeño diámetro que el sistema de defensa del árbol puede asumir
perfectamente, siempre que los cortes estén bien efectuados.
Poda de mantenimiento:
El objetivo es mantener la estructura natural de la especie que se ha conseguido en la etapa de
formación, por lo que habrá que actuar lo menos posible eliminando únicamente ramas con riesgo y
perjudiciales para el árbol.
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Si el árbol se encuentra en su etapa adulta donde predominan las terminaciones isotonas, estas se
comportan como un eje principal donde no se puede cortar la guía, que es la que tiene la dominancia
apical, por lo tanto, en caso de ser necesario, es preferible suprimirlas completas antes de acortarlas.
Cuando un árbol en su estado adulto adquiere su copa definitiva se tiende a querer rebajar en altura,
pero con esta actuación no solo no se consigue el objetivo que se pretende, ya que enseguida
alcanzara nuevamente la altura anterior o la sobrepasará al formar nuevos árboles sobre los cortes
efectuados, sino que, además, le provocará un debilitamiento general con grave disfunción fisiológica.
Por tanto, en árboles adultos la copa se debe podar lo menos posible.
Cuando pasa a fase madura, en la que existen ramas epitonas sí se pueden acortar las ramas
dejando las epitonas que son las que van a sustituir al eje cortado. Se podrán seleccionar
reiteraciones dejando las que tienen crecimientos epitonos.
Entre las actuaciones que se pueden llevar a cabo en la poda de mantenimiento están:
- Eliminación de chupones.
- Eliminación de brotes de raíz (crecimiento epicórmicos)
- Eliminar tocones, ramas secas, enfermas o quebradas.
- Eliminar ramas interiores siempre y cuando tengan un crecimiento que
pudiese se pernicioso o dañino en el futuro
- En caso necesario, se elevarán los primeros pisos de las tramas con el
fin de evitar la incidencia en el tránsito de personas o vehículos.
Una práctica que no se debe realizar, y que es bastante habitual, es podar de forma sucesiva las
ramillas o ramas de los dos tercios inferiores de las ramas o troncos, dando lugar, de esta manera, a
las llamadas colas de león. Esta poda tiene efectos adversos para el árbol, pues de transfiere todo el
peso al extremo de la rama, incrementando la carga en la base y con ello el riesgo de fracturas. Este
aclarado, también, puede producir quemaduras solares al estar expuestas a los rayos de sol zonas
que no estaban preparadas para recibir la incidencia directa de la radiación.
Poda de floración, fructificación y topiaria.
Consiste en la selección de yemas y brotes con el objetivo de incrementar la cantidad y el tamaño de
flores y frutos en el caso de podas de floración y fructificación, o bien, la realización de cortes
consecutivos y de pequeños tamaño para obtener una forma determinada en el caso de podas
topiarias.
Podas excepcionales.
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Son podas cuyo objetivo es la corrección de actuaciones erróneas del pasado y la subsanación de los
efectos nocivos del entorno sobre el árbol (tormentas, rayos, golpes, caídas de otros árboles,
patógenos, pérdida de raíz, etc.). Suelen ser prácticas que se realizan como única alternativa a la tala
del ejemplar.
Existen varios tipos de podas excepcionales:
- Reducción de copa.
- Terciado y desmoche.
- Restauración.
1- Reducción de copa:
Consistirá en acortar las ramas dejando un tirasavia adecuado o suprimir la
rama en su totalidad para disminuir el efecto vela producido por el empuje
del viento en una estructura que ha perdido su equilibrio, o bien, para
descarga de peso y evitar la fractura en aquellas ramas que han adquirido
una elongación y un peso que no es capaz de compensar.
Se buscará realizar los cortes de menor diámetro y en el menor número
posible.
En los años sucesivos a la reducción habrá que eliminar chupones y
seleccionar ejes entre los que surjan en los puntos de corte.
2- Terciado y desmochado:
Consiste en la eliminación de gran porcentaje de la superficie foliar, tanto a
nivel del propio tronco como de las ramas principales. Esta técnica de poda
sólo se debe llevar a cabo cuando exista una razón que lo justifique
plenamente, y no como norma general, porque prácticas como esta generan
los siguientes problemas en el árbol:
. Destruye su identidad, modificando gravemente su estructura arquitectural
innata, que no se vuelve a recuperar.
. Al dejarle sin reservas y sin los órganos generadores de ellas quedan
totalmente debilitados sin capacidad suficiente para restablecer su copa. En
algunos casos esto puede provocar la muerte del ejemplar.
. La reducción de reservas hace a los árboles más vulnerables a las
agresiones y menos resistentes a los patógenos.
. A menor superficie foliar, menor capacidad fotosintética, menos reservas
energéticas, menos capacidad de compartimentación, menos formación de
madera de reacción y menos creación de oxigeno.
. Las reducciones intensas de copa provocan disfunción fisiológica,
desorganización estructural, brotaciones masivas de reacción que tiran de
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las pocas reservas que quedan y tienen hojas de mayor tamaño que
favorecen una mayor pérdida de agua con la transpiración.
. Las inserciones de estos brotes son deficientes, puesto que su unión se
sitúa en la superficie exterior de la madera (cambium) y no nacen desde el
interior, con inserciones de madera de tronco poco estables, por lo que no
se deberá dejar que crezcan y adquieran peso suficiente como para
fracturarse. Será necesario un seguimiento continuo de su evolución
. Produce heridas de gran tamaño que son difíciles de cubrir y colonizadas
por patógenos.
3- Poda de restauración:
Consiste en ayudar al árbol a recuperar su copa, cuando la ha perdido o ha
sufrido un traumatismo grave, intentando seguir el modelo de su estructura
básica.
.Seleccionar los brotes de emergencia más vigorosos y mejor orientados
que serán los que formarán la copa como ramas principales.
. Controlar y vigilar el crecimiento de estas ramas para que no tengan un
volumen, peso o vela que pudiera comprometer su estabilidad.
. Eliminar chupones.
. Eliminar brotes de raíz.
. Eliminar tocones, ramas secas, enfermas o quebradas.
ÉPOCA DE PODA.
La época de poda de un árbol depende de:
. La especie
. El objetivo de la poda (dar flor, fruto, eliminar incidencias, evitar
accidentes, sanear ramas secas, etc.)
. El tipo de actuación (formación, mantenimiento, rebaje, etc.)
. La cantidad y tamaño de la madera a eliminar.
Para su determinación habrá que tener en cuenta las siguientes premisas:
. Con la poda se eliminan reservas acumuladas por el árbol que este utiliza
para su crecimiento y desarrollo, y como sistema de defensa para hacer
frente a enfermedades, plagas, estrés, alteraciones del entorno, etc.
También se eliminan órganos generadores de reservas. Durante la etapa
de máximo crecimiento, las reservas de alimentos acumuladas en la
mayor parte de los tejidos se encuentran en unos niveles muy altos. Estas
reservas tienen una curva anual. A finales de invierno, la savia comienza a
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circular y es en esa época cuando utilizan todas las reservas acumuladas
para la formación de nuevas hojas y en el desarrollo de los brotes, hasta
que las reservas quedan al mínimo. Posteriormente a la formación de esas
hojas, comienza el proceso de captación de la luz y la fotosíntesis,
acumulando de nuevo reservas que poco después volverá a gastar en el
proceso de caída de las hojas (abscisión).
. El mejor momento para podar es, o bien antes de la brotación y
formación de las nuevas hojas (etapa latente), o bien, después de la caída
de las hojas (defoliación).
. Por el contrario, los peores momentos son cuando se están formando las
hojas o cuando estas se caen. Igualmente se deben evitar épocas de
estrés hídrico y de ataques de plagas o enfermedades.
. Durante la época de crecimiento, las heridas se recubren antes y mejor
con la actividad cambial.
. Una vez brotado, las ramas secas son más fáciles de localizar. Por el
contrario, existe una mayor actividad de los patógenos en el ambiente.
. En época de latencia, los árboles caducos son más fáciles de podar al
encontrarse su estructura al desnudo, lo que permite efectuar con mayor
claridad las podas de formación y reestructuración, así como detectar
defectos en las ramas que pudieran estar ocultos por el follaje.
. Cualquier rama seca, muerta o en mal estado se puede podar en todo
momento.
. Secciones pequeñas de ramas de pueden eliminar en cualquier época
del año.
. Las coníferas se pueden podar en cualquier época, pero siendo más
recomendable la parada vegetativa para evitar la pérdida de savia o
resina.
. Ciertas especies de árboles tienen la tendencia a exudar savia por los
cortes hechos durante la poda, por lo que para evitarlos se poda
preferentemente en época de reposo.
. Como regla general, el crecimiento será máximo si se poda antes del
periodo de mayor crecimiento, a comienzos de la primavera. El
crecimiento de la planta puede reducirse si se poda poco después de que
se termina su periodo de crecimiento.
. Los árboles que florecen en la temporada de desarrollo, como el tilo,
tienen más éxito cuando se podan en el invierno, antes que emerjan las
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hojas, o a finales del verano, después de que el florecimiento haya
terminado. Las plantas que florecen en la madera de la última temporada,
como los frutales, deben podarse después de la floración.
TECNICAS GENERALES DE PODA DEL ARBOLALDO
Ahora estableceremos unos criterios generales que se deberán tener en cuenta siempre que se vaya
a realizar una poda.
. La mejor poda es aquella que no se nota.
. Es esencial determinar claramente lo que no hay que podar, porque tan importante es
saber lo que hay que cortar como lo que no hay que cortar. El daño puede ser irreversible.
. Es preferible cortar ramas pequeñas que ramas grandes para evitar grandes heridas,
focos evidentes de entrada de patógenos. Las heridas pequeñas se recubren más
fácilmente en su totalidad y la madera vieja es menos reactiva y menos rica en sustancias
antisépticas.
. Herida: son los tejidos de la albura puestos al descubierto que se necrosan y son
sistemáticamente colonizados por organismos perniciosos.
. La dimensión del corte va a depender, sobre todo, de la mejor o peor capacidad de
compartimentación de la especie. Especies que compartimentan bien se puede llegar a un
diámetro de 10 cm. sin que se vea afectado especialmente el árbol, y para especies con
mala compartimentación se recomienda no superar los 5 cm.
. ¿Por qué cortar la rama? Existe una defensa natural a la pudrición en la base de la rama
lateral. Si se realiza el corte respetando esa defensa es más difícil que se generen
pudriciones.
. Se debe respetar el cuello de la rama, por lo que es necesario determinar bien la unión
rama-tronco, o rama-rama.
. Los cortes se harán evitando tocar el cambium que es el que genera los tejidos que van a
cubrir la lesión.
. Evitar desgarros a la hora de hacer cortes, porque dificultan la formación de tejidos sobre
la apertura.
. No se deben eliminar más del 25% de la copa de una sola vez, el árbol podría no tener
suficiente energía para reconstituirse.
. Se deberá eliminar uno de los dos ejes que forman las horquillas para evitar competencia
o la formación de corteza incluida. Cuanto antes se realice menor será la sección de corte.
. Ante la duda no cortar. Si no se está totalmente convencido de cómo, qué, dónde o
cuánto cortar, es mejor no hacerlo, siempre habrá tiempo para ello. En su contra, una
poda mal hecha no tiene marcha atrás.
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. Un corte mal ejecutado puede ser muy dañino para el árbol.
. Las podas mal realizadas generan más podas posteriores.
. ¿Acortar o eliminar la rama? El qué cortar en una rama vendrá determinado por la etapa vital en
que se encuentre la rama.
En las ramas jóvenes se realizarán podas de reequilibrado privilegiando las ramas hipotonas para
favorecer la dominancia apical que alargarán la etapa juvenil del árbol. Si se cortan las hipotonas se
favorecerá su alargamiento pudiendo sustituir al eje dominante.
Las ramas adultas no se pueden acortar porque si no van a generar otra nueva reiteración. Si el
objetivo es reducir en altura, no se va a conseguir, es más, se propicia que alcance más altura porque
crecerá un nuevo árbol sobre el que ya existía. Tampoco es bueno aclarar mucho porque las ramas
están protegidas dentro del sistema y pueden provocar un efecto vela perjudicial para el árbol. Estas
ramas es mejor no tocarlas, y si es necesario, es preferible eliminarlas enteras antes que acortarlas.
Las ramas maduras si se pueden acortar porque tienen ramas epitonas que harán de tirasavias
sustituyendolas.
Las ramas senescentes se evaluarán, y en caso de ser necesario, se procederá a su extracción.
Técnicas de reducción de ramas.
Para reducir la longitud de un eje hay que hacerlo en la axila de una ramificación que desempeñará el
papel de nueva guía (tirasavia). Esta rama secundaria deberá tener buena vitalidad, buena
orientación, sin plagas ni enfermedades y sin la posibilidad de interferir con posibles obstáculos.
Se trata de acortar una rama dejando crecimientos hipotonos o epitonos para facilitar el riego de savia
en el resto del eje y de la herida de corte, y favorecer así su recubrimiento, limitando, a su vez la
proliferación de brotes.
Será necesario precisar la edad ontogénica de la rama para poder pronosticar el crecimiento que va a
tener tras la poda y que determinará el tipo de ramas a escoger como nueva guía.
Si se acorta una rama joven se pueden dejar tanto hipotonas como epitonas, dependiendo del
objetivo que se quiera conseguir. Se buscará las mejor dirigidas.
En las ramas adultas no hay tirasavias porque son ramas con isotonía (vigor simétrico) que no se
pueden acortar, por lo que es mejor no reducirlas.
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En la rama madura, habrá que dejar como tirasavia las ramas epitonas, que sustituirán al eje. Si no lo
hacemos sobre epitonas lo que conseguiremos es alargarlo todavía más como un “árbol nuevo”.
De forma orientativa, el grosor del tirasavia tiene que ser de 1/3 del diámetro de la rama de referencia,
si es demasiado pequeño puede secarse. Es importante realizar el corte paralelo al tirasavia y no
dejar tocón por donde se pueda extender la podredumbre hacia el interior al no poder recubrirse la
herida. Hay que evitar la formación del tocón porque no será alimentado por la savia.
CORTES CORRECTOS E INCORRECTOS DE PODA.
El corte es una operación sencilla si se hace con cuidado, en el lugar adecuado y respetando siempre
la defensa natural del árbol (no tocar el cambium)
Como hemos visto la dirección del corte será diferente en función de si queremos eliminar o acortar
la rama.
Para eliminar la rama completa:
. El corte se realizará por la línea que une el pliegue y el cuello de la rama.
. Si se realiza demasiado cerca del tronco se dañarán los tejidos necesarios para la cubrición de la
herida, pudiéndose extender la podredumbre a la madera del tronco.
. Si se realizara por encima de la línea correcta se formara un tocón que se secara y será una vía
para la entrada de patógenos.
Para acortar la rama:
. El corte se efectuará de forma oblicua (paralelo al pliegue de la corteza), ni perpendicular, ni
demasiado agudo.
. Si se deja muy por encima del tirasavia se formara un muñón que no podrá recubrirse y se
convertirá en vía de entrada de patógenos, extendiéndose la pudrición hacia el interior de la rama y
sobre la que se asentará, con unión frágil, el tirasavia.
. Si se realizara al ras puede suceder que el tirasavia se seque y se forme un tocón.
. Si no se deja tirasavia se formara un tocón que se secará y será por donde entrará y se extenderá la
pudrición, además brotarán numerosos brotes con uniones débiles.
TRATAMIENTOS DE CORTES, HERIDAS, GOLPES Y DESGARROS EN LOS ARBOLES.
Una vez efectuado el corte nos encontramos en la duda de aplicar o no productos para cubrir las
heridas producidas. Antiguamente se creía que el empleo de estas “pinturas” aceleraba el proceso de
“cicatrización” y protegía el corte del ataque de insectos y hongos, además de reducir la
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descomposición. Para que este milagroso producto actuara en forma completa, debería reunir las
siguientes condiciones:
. Que actúe de forma permanente.
. Que sea funguicida.
. Que sea insecticida.
. Que sea impermeable.
. Que sea resistente a los agrietamientos producidos por los cambios de temperaturas.
. Que sea elástico para no entorpecer la formación de tejido cicatrizante.
La mayoría de los productos solo ofrecen dos o tres de estas condiciones y, en algún caso, su
aplicación puede ser incluso contraproducente porque se dan las condiciones idóneas para el
desarrollo de hongos. Por tanto, los efectos son simplemente cosméticos. El mejor antiséptico es
efectuar los cortes de poco diámetro y que la propia savia del árbol, con los taninos y fenoles, hagan
su trabajo de forma natural.
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Bibliografía
* Guía de estudio para la certificación del arbolista ISA
* La poda de los árboles ornamentales. Emmanuel Michau
* Modern arboriculture. Alex Shigo
* La poda de los árboles ornamentales. Del por qué al cómo. Christopher Drénou
* Técnicas de poda en altura. Barrero Beltran