Conchita de Armida Miraran Al Que Traspasaron

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    Mirarn al que traspasaronConcepcin Cabrera de Armida

    PRESENTACINElRUB CELESTIAL fue escrito por la Venerable Sierva de Dios Concepcin Cabrera de Armida, mujer

    mexicana que naci el 8 de diciembre de 1862 en San Luis Potos. Fue esposa de Dn. Francisco Armida Garca,madre de nueve hijos y por su vida mstica y apostlica el instrumento de Dios para suscitar en la Iglesia laEspiritualidad de la Cruz y la Familia de la Cruz

    Muri con fama de santidad en 1937. Durante su vida public cuarenta y seis libros que tuvieron grandsimadifusin en el Pueblo de Dios, alimentando su fe y devocin, pasando ella desapercibida con el seudnimo de"Por el Autor de Ante el Altar".

    Conchita es de aquellos de los que la Escritura dice que Mirarn al que traspasaron. (cf Zac 12,10; Jn19,37; Ap 1,7) EL RUB CELESTIAL, MEDITACIONES PARA HONRAR AL CORAZN DE JESS, es elfruto de una mirada profunda y llena de amor al Corazn de Cristo traspasado en la Cruz. Ella nos anuncia loque el Seor le comunic. (1)

    Concepcin Cabrera de Armida desde la sencillez y compromiso de vida seglar es llamada por Dios paraevangelizar al hombre de hoy y ayudarlo a construir la civilizacin del Amor, que es compromiso de solidaridadcon todos los hombres desde la contemplacin de la cruz del Corazn traspasado.

    Beatriz Josefina Buenfil, R.C.S.C.JAl inicio del III Milenio, 14 enero 2000

    (1) La meditacin de los Misterios de mi vida santsima es de mucho fruto para las almas; pero la de miPasin, debiera ser el pan cotidiano del hombre. Esta meditacin de mi Pasin y de mis dolores tiene, o lleva ensi, la virtud de encender a las almas en el fuego de mi amor y en el del sacrificio Las almas que con frecuenciameditan mi Pasin, no tardan mucho, si estn limpias, en arder en el divino fuego No existe en la tierracombustible ms a propsito para encender los corazones en el amor santo, que la meditacin continuada de misdolores por el hombre. La meditacin que alcanza a mis dolores internos, raya en oracin, por los divinos ycopiosos frutos que ella trae a las almas. Felices de las almas que llegan a internarse por la llaga de mi Costadohasta el fondo de mi Corazn divino.... (C.C. 13, 269-270; 28 mayo 1900)

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    ElRub Celestial, publicado en 1920 sigue teniendo inters para el hombre actual: su doctrina sobre elAmor divino, encarnado en el Corazn humano de Jess, no deja de ser un mensaje personal, vivencial, eclesialy social para el inicio del tercer Milenio, tan sediento de amor, anhelante posiblemente de manera inconscientede un amor verdadero, fiel, generoso y puro, que slo puede encontrarse en el Corazn de quien dijo: Nadietiene amor ms grande que el que es capaz de dar la vida por el que ama. (Jn 15,13)

    En estas lneas se nos muestra -con el lenguaje humano y vivencial de los msticos- la experiencia personalde nuestra escritora potosina Concepcin Cabrera de Armida (Conchita). Al contemplar este misterio del amordivino-humano del Corazn del Redentor, ella nos regala un conocimiento amoroso y rico -de corazn a

    Corazn- de los tesoros de este insondable amor del Dios encarnado en sus inabarcables dimensiones: suprofundidad, su altura, su anchura y su longitud. (cf. Ef 3,18)

    La experienciasaboreada de la ternura del Corazn de Jess: sus anhelos, sus deseos, sus alegras, susdolores, sus pasiones, aflora en todas las pginas de estas meditaciones y hacen prorrumpir a Conchita endesahogos amorosos brotados de esas luces que incendian su corazn en amor al Corazn traspasado pornuestro amor.

    Hemos ilustrado las meditaciones con citas bblicas, referencias o lugares paralelos al tema correspondiente,para enriquecerlo y actualizarlo.

    Al final de cada meditacin aadimos unos textos del Magisterio de la Iglesia, alusivos a la devocin alSagrado Corazn de Jess de los Concilios y de los Pontfices de este siglo; otras del Cdigo de DerechoCannico y del Catecismo de la Iglesia Catlica, con los que esta devocin queda slidamente cimentada en

    documentos y declaraciones eclesiales y pontificias.Conchita, al componer susDevocionarios de divulgacin, acuda a suDiario espiritualpara compartir

    como mistagoga la enseanza que el mismo Seor le ha dado a ella. Los desahogos de Conchita sonespontneos; podemos inspirarnos con ellos o utilizar nuestras expresiones personales para una oracinvivencial.

    Que este nuevo esfuerzo por presentar estas ricas pginas msticas produzcan frutos de amor generoso paracomprender al amor incansable del Dios-Amor por los hombres, que irradia en toda la obra creadora ysalvadora, y sigue estando cercano a nosotros, especialmente en la Eucarista. Que el Corazn de Jess venga ahacer reinar nuevamente el amor por el Espritu Santo para que surja esa nueva Civilizacin del Amor y de laVida.

    Dolores Icaza Conry; R.C.S.C.J

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    EL CORAZN TRASPASADO EN LA CRUZ-Palabras del Papa Juan Pablo II-

    Uno de los soldados le atraves el costado con una lanza. (Jn 19,34)Este pasaje del Evangelio de san Juan se refiere a la conclusin del Viernes Santo. Los soldados que enva

    Pilato controlan que los condenados en el Glgota hayan muerto. Cristo ya est muerto. Para comprobarlo, unode los soldados le atraviesa el costado con la lanza y, entonces, del costado traspasado sali sangre y agua.(Jn 19,34) Fue la comprobacin de su muerte.

    El evangelista no habla del corazn, pero fue traspasado precisamente el corazn humano del Crucificado:

    de l sale sangre y agua, lo que significa que Jess, el Nazareno, ya no vive.A esta descripcin el evangelista aade dos frases que testimonian el cumplimiento de las profecas de la

    Antigua Alianza. Una de ellas afirma: Mirarn al que traspasaron. (Jn 19,37) cf. Zac 12,10) Mirarn alCrucificado. Fijarn la mirada en su Corazn. Estas palabras son la clave de la historia de tantas personas que atravs de esta herida abierta en el costado de Cristo crucificado visible exteriormente, llegan a lo que estescondido a la vista. Miran su Corazn. Fijan la mirada en su Corazn.

    Este Corazn esconde en s mismo de manera humana, el misterio del amor eterno de Dios. El Apstolanuncia este misterio en 1a carta a los Efesios: ..La inescrutable riqueza de Cristo, el cumplimiento delmisterio escondido desde siglos en Dios creador de todas las cosas . (Ef 3,8-9)

    Cul es este designio?Y cul es su riqueza? La liturgia de la solemnidad del Sagrado Corazn respondecon las palabras del libro del profeta Oseas: Cuando Israel era nio, yo lo am. Yo ense a Efran a

    caminar; tomndolo en mis brazos. Con cuerdas humanas los atraa, con lazos de amor (Os 11,1.3-4) Amordivino, cuerdas humanas. A semejanza de un padre o de una madre que ..levanta a un nio contra su mejillapara darle de comer. (Os 11, 4)

    El Corazn traspasado en la cruz, el Corazn del Hijo unignito es el fruto maduro de este amor eterno deDios hacia el hombre. En l est inscrita para siempre la verdad de la carta de Juan: Dios nos am primero ynos envi a su Hijo como propiciacin por nuestros pecados. (1Jn 4,10) No existe amor ms grande que elde quien da la vida por sus amigo. (cf. Jn 15,13) No hay amor mas grande que aquel que se manifiestafinalmente en el Corazn traspasado por la lanza del centurin en el Glgota.

    Es necesario que nosotros, siguiendo las huellas de tantos hermanos nuestros, miremos este Corazn divino.De l brota ..la fortaleza del hombre interior, como ensea el Apstol en la carta a los Efesios. (cf 3,16) Yagrega: Que Cristo habite por la fe en sus corazones para que arraigados y cimentados en el amor; puedan

    comprender:.. y conocer el amor de Cristo que excede a todo conocimiento, para que se vayan llenando hastala total plenitud de Dios". (Ef 3,17-19)Por consiguiente, en el principio est el Padre y el Espritu creador, y en el corazn mismo de las obras y de

    las aspiraciones de la creatividad humana y del trabajo humano est Cristo. El amor de Cristo, que permite atodo hombre superarse a s mismo.

    Jess, manso y humilde de corazn, haz mi corazn semejante al tuyo. El hombre puede hablar de estamanera con Dios, Dios hecho carne, que como hombre lleva la plenitud de la divinidad y toda la profundidadinconmensurable de la vocacin del hombre en Dios, precisamente en este Corazn humano. Lleva tambin eneste Corazn humano, al final traspasado con la lanza, todo el misterio del precio, del valor que tiene el hombre,todo el misterio de la redencin.

    Homila del Papa Juan Pablo II, en la solemnidad del Sagrado Corazn. 7-VI-91

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    DEDICATORIAOh Corazn adorable y afligido de Jess!Oh Jess de mi alma! Recibe este pobre obsequio que te presento, sin ms valor que tratar de consolarte

    y de buscar almas que te consuelen.Enciende sus pginas con el fuego que despide la cruz de tu Corazn de amor; para que, incendiando al

    mundo con celestiales ardores, sepa honrar dignamente tus penas interiores con generosos sacrificios.Danos, con tus espinas y tu cruz, la gracia de no negarte jams nada de lo que pueda glorificarte!

    El Autor

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    ORACIN PARA TODOS LOS DASDanos pureza y amor al sacrificio, oh Corazn amantsimo de Jess, horno encendido del amor ms puro y

    feliz asilo de los que te amamos. Aqu tienes a estos hijos tuyos, que vienen a honrar y compartir tus doloresinternos.

    Jess tan amado, destruye todos los obstculos que nos impiden entrar generosamente en la Cruz; arranca denuestras almas todos los afectos desordenados; rompe todos los lazos que nos estorban la unin contigo ypermtenos penetrar a la herida de tu divino costado y perdernos en el mar sin fondo de tu Corazn sagrado.

    La lanza de nuestras ingratitudes abri de par en par el costado de nuestro Dios, y nos dio el acceso hasta

    el centro de su misericordia; y Jess nos convida a entrar por esa puerta y a morar y morir dentro de sucorazn de fuego que nos ofrece su agua para santificarnos y su sangre para alimentarnos.

    Qu nido tan delicioso es el costado de Jess, ah queremos vivir para estudiar su Corazn, arrancar sus

    espinas y clavarlas dentro de nuestras almas; para curar sus heridas con sacrificios, con amor; con pureza,

    con generosidad. Amn.

    ORACIN FINALGracias, Seor, porque nos has concedido la dicha de estar a tu lado, bien cerca de tu Corazn, todo fuego,

    para incendiar nuestras vidas. Comuncanoslo, Jess, para que ardamos en el AMOR y en el DOLORconstantemente. Haz que comprendamos cada vez ms nuestro sublime deber de consolarte y santificarnos parasalvar muchas almas. Que estas enseanzas se graben profundamente en nosotros; para que en todo hagamosslo tu divina voluntad. Multiplica a los sacerdotes celosos de tu gloria que, como pastores de tu Pueblo, lo

    guen a la pureza y al sacrificio.Manda vocaciones de fuego y almas enamoradas de tu cruz. Que crezca tu reinado para que, recibiendo T

    la fe del mundo, te glorifiques en cada corazn. Amn.

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    PENAS DEL SAGRADO CORAZN...Vino a los suyos... y los suyos no lo recibieron.... (Jn 1,11)

    Todos los trabajos, ofensas y padecimientos, formaban en Jess como la parte exterior y visible de suspenas; pero en realidad, aunque aceptaba todos estos dolores para honrar a su Padre, expiar el pecado y salvar alhombre 2 eran unrefrigerio y hasta unconsuelo comparados con la sed de cruz que consuma su Corazn. 3 Laspenas que le despedazaban interiormente y por las cuales, principalmente, se obr la redencin, no se veanentonces, y ni an ahora se consideran ni agradecen, a pesar de que son las ms importantes. Estas penas de su

    Corazn las producen las ingratitudes de los hombres que desprecian su amor y le son dolorosas, en ciertosentido, ms que los mismos pecados. Por esto mostr al mundo su Corazn circundado de espinas quesignifican, dir, lafinura del dolor con que se ve ofendido. 4 Ya desde la ENCARNACIN, el Corazn divinode Jess estaba ceido de espinas punzadoras, y qu pocos, en el transcurso de los siglos, se han acordado dealiviarle de ellas.

    Pero ha llegado el tiempo en que los que amamos al Corazn divino tengamos esto por un fin y leconsolemos sufriendo con amor y confianza las penas que el cielo nos enve. Adorando al Padre en Espritu yen verdad. (Jn 4,32)

    El amor inmenso que queremos tener al Corazn de Jess, crece en el alma de dos maneras: en intensidad yen pureza. En intensidad, por medio de las virtudes, sobre todo por la mortificacin y la humildad; y en lapureza, por medio de la cruz de las desolaciones y los desamparos.

    Queremos ser vctimas como T, 5 cifrar nuestra dicha en consumirnos unidos a Ti en favor de lospecadores. Cesen ya tus penas, Corazn divino, que nuestras almas, aunque sean pocas, te aman de veras.Amn.

    Una ferviente devocin al Corazn de Jess fomentar y promover sobre todo el culto a la santsimaCruz... Ninguno llegar a sentir debidamente de Jesucristo crucificado si no es penetrando en los arcanos de suCorazn. (HA 70, Po XII)

    La analoga del Padre bueno en Lucas 15,11-31 permite comprender el misterio de la misericordia divinacomo un drama profundo entre el amor del Padre y el pecado de cada uno de sus hijos. (cf. DM 5, Juan PabloII)

    2 Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para condenarlo sino para que el mundo se salve por l. (Jn3,17)

    3 He venido a traer fuego... y cunto me angustio.... (Lc 12,49)4 Los hombres amaron ms las tinieblas que la luz. (Jn 3,19)5 El soport el castigo que nos trae la paz y por sus cardenales hemos sido curados. (Is 53,5)Alabado sea Jesucristo!En esta primera parte son treinta las meditaciones que Conchita tuvo con Jess traspasado. Jntalas todas en

    tu corazn, multiplcalas y trasmtelas a quien ms quieras y ames.

    MI CRUZEn vez del gozo que se le propona, soport la cruz...". (Hb 12,2)

    Quiero que seas mi descanso: mas en dnde ha de reposar mi Corazn sino en la cruz? Por tanto, siquieres ser mi descanso, tienes que ser mi cruz.

    Cmo, Jess mo, descansas en la cruz, si en ella te contemplo padeciendo?S, hijo; pero al padecer, sufro amando. ste es el error en que tantos incurren; creen que en la cruz

    slo hay suplicio, porque los que esto dicen, no aman; no saben que precisamente en el dolor se satisfaceel amor; que en padecer por quien se ama est la felicidad en toda su extensin. 6

    Si t eres mi cruz, Yo me convertir en la tuya: Quieres llevar no slo contigo, sino en ti, al Corazndel amor? Pues s mi cruz. Quieres ser perfecto? Crucificate! 7

    Quieres salvar almas? Transfrmate en mi Cruz, y las gracias se derramarn abundantemente, sinque t lo sepas, en el mundo. 8 Qu me respondes?

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    Te quiero regalar mi Corazn con todos los tesoros que encierra, y slo te pido que, por el amor y eldolor, reformes tus hbitos perfecciones tus virtudes en el molde del sufrimiento para que seas unaverdadera cruz viva. Entonces ahuyentars a mis enemigos y atraers, en la oscuridad del ocultamiento,las bendiciones del cielo. Te prestas a ello?

    Jess, me anonada tu ternura, me confunde tu bondad.Me preguntas que si quiero ser tu cruz y resueltamente respondo: s quiero. Pule esta cruz, lmala y

    perfeccinala para que sea digna de engastar en ella la Perla divina de tu Corazn. 9 AmnJess, que todava en su cuerpo mstico padece, desea tenernos por socios en la expiacin... porque siendo

    como somos "cuerpo mstico de Cristo" necesario es que lo que padezca la Cabeza, lo padezcan con ella losmiembros. (MR 11, Po XI)

    El amor se transforma en misericordia cuando tiene que superar la norma precisa de la justicia. (DM 5,Juan Pablo II)

    6 Hay ms felicidad en dar que en recibir. (Hech 20,35)7 El que quiera seguirme niguese a s mismo, tome su cruz y sgame. (Mt 16,24)8 Llevamos en nuestros cuerpos el morir de Jess... de modo que la muerte acta en nosotros, mas en

    ustedes la vida. (2Cor 4,10-12)9 Algrense en la medida en que participan en los sufrimientos de Cristo, para que tambin se alegran

    alborozados en la revelacin de su gloria... el Espritu de Dios reposar sobre ustedes. (1Pe 4,13-14)Alabado sea Jesucristo!

    En esta primera parte son treinta las meditaciones que Conchita tuvo con Jess traspasado. Jntalas todas entu corazn, multiplcalas y trasmtelas a quien ms quieras y ames.

    TESORO..Donde est tu tesoro, ah estar tambin tu corazn. (Mt 6,21)

    Mi Corazn es un tesoro descubierto al mundo: pero la cruz interna de mi Corazn es el tesoro porexcelencia, 10 ha sido hasta ahora un tesoro escondido y oculto 11 que desde estos tiempos ser honradoconstantemente.

    En dnde hallaremos, Jess mo, tus hijos ese tesoro de los tesoros 12

    La herida de mi Costado conduce a la de mi Corazn, y sta es la puerta que lleva a la cruz secreta,

    origen de mi continuo sufrimiento. Esa cruz es un leo mstico que inflama y quema no slo con lasllamas que en lo alto de mi Corazn se ven brotar, sino tambin con ascuas invisibles cuyo incendioalimentan las ingratitudes humanas; y ese fuego en que arde mi Corazn no le consume, porque lesostiene mi amor, que es infinito!

    Cierto es que mi Corazn atrae; pero es an ms cierto que slo mi cruz sostiene su atraccin. Lasllamas calientan, pero el santo leo no es verdad que produce en el alma dulcsimo incendio? A micorazn pueden entrar muchas almas porque es ancha su herida; pero slo las que ahogan en el mar de lamisericordia que en l existe, sus imperfecciones, pueden llegar ya limpias y purificadas a esa mi cruz,cuya puerta accesible a todos, se halla en el fondo de las desolaciones y de los desamparos, que sufr pordarles la vida del Padre.

    Hijo de la cruz de mi Corazn, es decir de mis dolores internos, en tantos aos de estar sealado con

    el signo de tu redencin, te has dado cuenta de esto?13

    Te es familiar la puerta de mi costado, la entradade mi Corazn, mis dolores interiores, causa de mipasin interna, la que tienes el deber de honrarconsolndome con la pureza de tu vida, con tus constantes sacrificios, con tus horas de expiacincontinuada, con tu inmenso amor? Qu me respondes?

    Seor de mi alma, confundido te respondo que no he agradecido tus favores; que he vivido unido a ti porla sagrada Comunin, y que todavano te conozco; que he recibido tus innumerables beneficios sinagradecerlos. Pero, ya no, mi Jess: desde este da formar mi nido dentro de tu Corazn; me abrazar con tucruz y arder con sus llamas 14en honra tuya y en bien de los hombres que tanto amas. Amn.

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    (En el deseo de consolar al Corazn de Jess) tienen su origen muchas familias religiosas... que con celoferviente, y como ambiciosos de servir, se proponen hacer da y noche, las veces del ngel que consol a Jessen el Huerto.... (MR 13, Po XI)

    10En Cristo estn ocultos todos los tesoros de la sabidura y ciencia de Dios. (Col 2,3)11Misterio escondido desde siglos en Dios. (Ef 3,9)12Lleno de alegra va a vender cuanto tiene y compra el campo. (Mt 13,33)13 tanto tiempo... y an no me conoces? Quien me ve a m, ve al Padre. (Jn 14,9-10)14senta dentro como fuego ardiente.(Jr 20,9)

    Alabado sea Jesucristo!En esta primera parte son treinta las meditaciones que Conchita tuvo con Jess traspasado. Jntalas todas en

    tu corazn, multiplcalas y trasmtelas a quien ms quieras y ames.

    TENGO SEDTengo sed...(Jn 19,29)

    Tengo sed, hijos mos muy amados, dehumildad, porque hay en el mundo mucha soberbia. Tengosed 15 depureza, y por eso vengo a buscarla entre los que me aman. Tengo, sobre todo, sed de cruz... Yen dnde la hallar?

    Todos se desvelan buscando comodidades aun para su espritu, y mi Corazn ansa almas amantesdel sacrificio, de la abnegacin, del renunciamiento propio, de la voluntaria crucifixin.16 Ser verdadque en ustedes hallar lo que busco, para consolarme?

    No hay amor slidosin dolor voluntario, sin cruz, y hasta los que se tienen por mos huyen de micruz 17 al par de mis enemigos. En dnde, pues, calmar mi sed y derramar mis gracias?

    Aqu, Jess. Ven aqu para darte de beber y que t nos des de tu Agua, 18 la que como fuente viva saltahasta la vida eterna. No somos. acaso, hijos de tu Corazn? No queremos consolarte? Crecido es nuestroanhelo, infinitas nuestras aspiraciones de darte gloria: todos queremos desaparecer para que T aparezcas: sernada para que T lo seas todo. 19

    Si tu vida se alimentaba de cruz, la nuestra, y para siempre, con ella se alimentar tambin. T desde elinstante de tu Encarnacin milagrosa, te abrazaste a ella y cargaste la cruz de tu Corazn, que hasta expirar fuetu compaera, tu tesoro y tu vida: y por qu, mi Jess?

    Porque amaba! iganlo bien: para m, AMOR SIN CRUZ, NO HUBIERA SIDO AMOR! Hijosde mi alma: MENME SACRIFICNDOSE! Amn.

    No hay duda de que Jess posea un verdadero cuerpo humano dotado de todos los sentimientos que leson propios, entre los que campea el amor. (HA 24, Po XII)

    15 Dame de beber.... (Jn 4,10)16 El que quiera seguirme... cargue su cruz.... (Mt 26,56)17 Le abandonaron todos y huyeron.... (Mt 25,56)18 El que tenga sed que venga y beba. (Jn 7,37)19 Es preciso que l crezca y yo disminuya. (Jn 3,30)Alabado sea Jesucristo!

    En esta primera parte son treinta las meditaciones que Conchita tuvo con Jess traspasado. Jntalas todas entu corazn, multiplcalas y trasmtelas a quien ms quieras y ames.

    ALMAS, ALMAS!Si el grano de trigo no muere. (Jn 12,24)

    Quiero almas, hijos de mi Corazn: tengo hambre y sed de almas perfectas que me compensen detantas otras que ingratas, fras e insensibles no corresponden a mi amor. (20) Mi Corazn anhela teneralmas, muchas almas que le conozcan y le amen. (21)

    Qu haremos, amadsimo Jess?, qu debemos hacer para siquiera calmar la sed que te devora, Amornico de nuestras almas?

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    Bien pueden calmarla; pero apagarla no. Ustedes que me rodean, sin duda que me consolarn consu fidelidad, con la fineza de su amor: pero por tantos otros que me costaron toda mi sangre y que sepierden por vivir alejados de m, cmo no contristarme por ellos?

    Ah, Seor!, a tus plantas ponemos hoy nuestra misma miseria, ofrecindonos a cualquier sacrificio contal de conseguir que otras almas te sirvan y te amen con la confianza que t deseas. Te consuela nuestroofrecimiento?

    S me consuela, porque vale ms para m un alma verdaderamente sacrificada que mil otras demediocres virtudes. Por esto pido hoy el ejercicio de la perfeccin al grado de gozarse en el padecer (22) y

    sufrirlo todo sacrificndose con amor, por slo mi gloria para la salvacin de las almas. La caridad en sums pura esencia es: el amor a M en el sacrificio, y el amor al prjimo por M, gozndose en la cruz quemi Providencia sabia y justa les depare. Limpien sus almas; purifquenlas ms y ms, que Yo percibohasta la tenue nube que, si al pasar sobre ellas ni las toca ni las empaa, las envuelve en su sombra.Quiero que nunca alteren la paz de los corazones ni los acontecimientos, ni las tentaciones, ni la vida, ni lamuerte; que su voluntad, unida a la ma, no se mueva sino al viento de mis complacencias. (23)

    Quiero que tengan este espritu de paz y de dulzura, pero adquirido: como consecuencia deldominio propio, del espritu valeroso de la cruz, que es espritu de humildad, de pureza y demortificacin, para contrarrestar al mundo.

    Quiero almas y sacrificios! Almas confiadas y sacrificios ocultos. Yo en mi largueza sabrrecompensarlas. Amn.

    Jess, al aceptar en su corazn humano el amor del Padre hacia los hombres, "los am hasta el extremo",ya que "nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos". Tanto en el sufrimiento como en lamuerte, su humanidad se hizo instrumento libre y perfecto de su amor divino, que quiere la salvacin de loshombres. (CIgC 609)

    (20) La gloria de mi Padre est en que den mucho fruto. (Jn 15,8)(21) Padre... que te conozcan a Ti el nico Dios verdadero y a tu enviado Jesucristo. (Jn 17,3)(22) Me alegro por los padecimientos que soport por ustedes, y completo en mi carne lo que falta a la

    pasin de Cristo a favor de su cuerpo que es la Iglesia. (Col 1,24)(23) Yo hago siempre lo que le agrada a El. (Gal 4,4-5)

    DOLORES INTERNOSPadre, si quieres aparta de m este cliz!. (Lc 22,42)Quiero que se honren de manera muy particular los dolores internos de mi Corazn; dolores que si

    me acompaaron desde que me encarn en las virginales entraas de Mara, no cesaron en la cruz, sinoque msticamente continan en la Eucarista.El mundo desconoce estos dolores. Desde el instante de mi Encarnacin (24) ya la cruz me oprima y laspunzadoras espinas me penetraban. La lanzada (25) hubiera sido undesahogo que me aliviara de aquelvolcn de amor y dolor, pero esto no lo consent hasta despus de mi muerte. Como siempre han existidoy existirn ingratitudes en el mundo, mi Corazn padecer con las espinas y la cruz hasta el fin de lostiempos. (26)

    Como Dios no puede padecer en la cruz: por eso baj (27) al mundo a buscarla y me hice Hombre en

    el seno de una Madre Inmaculada.(28) Y entonces como Dios-Hombre, ya pude padecer y sufrir en minaturaleza humana para colmar mi ambicin de salvar muchas almasPor este anhelo de salvacinclav en mi Corazn una cruz y en una cruz mi Corazn, porque la cruz

    es la nica llave con que se abre el cielo. Esto deben hacer las almas que quieran imitarme para salvacinde las hombres: clavar la cruz en su corazn primero, y despus, ya purificadas, clavar su corazn en lacruz. De esta manera formarn los eslabones de una cadena de oro que las conducir al cielo y abrirn alos pecadores las puertas de las divinas misericordias.

    Qu es clavar la cruz en el corazn y el corazn en la cruz? Es el olvido propio abandonndose enlas manos de Dios; es la inmolacin ms generosa y pura en favor de otros: lo que hice Yo. (29) sta es lacaridad que el Espritu Santo, cuyo foco es, comunica a las almas que son suyas.

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    Slo los que son del Espritu Santo (30) honran debidamente, con la prctica de las virtudes, losdolores internos de mi Corazn. Y los que esto hagan de quin han de ser sino del divino Consolador delas almas?

    Animo y valor, hijos mos, que el amor todo lo vence y la cruz todo lo alcanza. (31) De da y denoche piensen en mis amores y en mis dolores internos y hganlos suyos para consolarme.

    Jess, conmovidos bebemos da a da tus enseanzas celestiales y comprendemos que todo esamor en tudivino Corazn, y sacrificio en favor del mundo. Haz que tambin en nuestros corazones todo sea amor ysacrificio por el mismo fin. Amn.

    Toda la fuerza de la expiacin pende del sacrificio cruento de Cristo, que por modo incruento se renuevasin interrupcin en nuestros altares; pues ciertamente una y la misma es la Hostia... slo es diverso el modo deofrecerse; por lo cual debe unirse la inmolacin de los ministros y de los otros fieles para que se ofrezcan comohostias vivas, santas agradables a Dios (MR 8, Po XI).

    (29) El mundo ha de saber que amo al Padre y que obro segn el Padre me ha ordenado. (Jn 14,31)(30) los que son guiados por el Espritu Santo de Dios. (Rom 8,14-15)(31) Todo lo puedo en aquel que me conforta. (Flp 4,13)

    RIQUEZA REALCon ansia he deseado comer esta Pascua con ustedes antes de padecer. (Zac 22,15)

    Mi nica riqueza en el mundo fue la cruz: riqueza que superaba a todas por el inmenso valor que enel cielo tiene.(32)En mi vida no ansi otra cosa que cruz y ms cruz, porque quera ensear a los hombres, que ella es

    la nica riqueza y la felicidad de la tierra y la sola moneda con que se compra una eternidad feliz.Los dolores internos de mi Corazn, revelados al mundo por las insignias que ostenta: la cruz, las

    espinas y la lanzada, tienen por fin honrarlos en el mundo el Apostolado de la Cruz: en este Apostoladomi Corazn atraer a las almas a la Cruz; y mis hijos que se transformen encruces vivas atraern hacias a mi Corazn. En la cruz del Calvario slo permanece enclavado poco ms de tres horas: pero en lacruz de mi Corazn lo estuve toda mi vida mortal. Ambas cruces deben ser honradas, pero msespecialmente la de mi Corazn: cruz interna que representa el sufrimiento incomprensible de todas laspenas, cuya amargura acibaraba continuamente a mi alma.(33)

    Escondidos y velados tuve todos estos dolores,aun en mi vida oculta. Yo sonrea y trabajaba, y slomi Madre, slo Mara y Jos vislumbraban elmartirio que torturaba mi Corazn. A esto, que es laperfeccin del dolor, deben llegar mis hijos predilectos, ste fue mi ideal al manifestar al mundo miCorazn: formar almasconfiadas, almaspuras y sacrificadsimas, que transformadas en mi, (34)sonrieran siempre frente a cualquiera cruz gozndose en ellapor mi puro amor; en bien de quienes estnexpuestos a perderse. Amn.

    El Divino Redentor fue crucificado por la fuerza del amor ms que por la violencia de los verdugos; y suholocausto voluntario es don supremo hecho a cada uno de los hombres, segn la incisiva expresin delApstol: "Me am y se entreg a S mismo por m" (HA 37, Po XII).(32) Oh abismo de riqueza, de la sabidura y de la ciencia de Dios!. (Rom 11, 33-34)(33) Ofreci en los das de su vida mortal ruegos y splicas con poderoso clamor y lgrimas. (Hb 5,7)

    (34) Completo en mi carne.... (Col 1,24)

    PURIFICACIONESTu Dios es fuego devorador; Dios celoso. (Dt 4,24)

    El conocimiento ntimo (35) de los dolores internos de mi Corazn, que es como decir la posesin de susriquezas, no se da ni se puede dar ms que a las almas purificadas en el crisol de las pruebas que el EsprituSanto se digne enviarles. A estas almas se les dar este conocimiento, poco a poco; y no slo las conocern,sino que tambin lasgustarn, porque sin gustar no es posible conocerlas.

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    El crisol que viene a limpiar las conciencias y a consumir las miserias, son los desamparos y lasdesolaciones de las almas que se dejan hacer sin volverse a tomar jams. Yo baj al seno pursimo de Mara(36) a padecer por ustedes y bajar a quien se preste a padecer por M. La unin de ellos con el Verbo les harvivir con mis propias penas y ofrecerlas Conmigo con el mismo fin, es decir, a la gloria de mi Padre y por lasalvacin de los pecadores.

    Estas purificaciones interiores, propias son de las almas dispuestas paranidos del Espritu Santo, porqueeste divino Espritu purifica las moradas en las que hay escoria. (37) l limpia a los que elige, pero es necesarioabandonarse sin reserva a su voluntad; (38) y ya cuando este abandono sea perfecto, nada del cielo ni de la

    tierra podr turbar su paz.All, en lo ms ntimo del ser en que residen las penas ocultas, es donde se honra verdaderamente la cruz

    de mi Corazn. all, en la cruz oculta, en el martirio mismo, est el verdadero descanso del alma enamorada.Ah tiene su asiento, en su ms alto grado, el perfecto abandono a la voluntad divina y el complacerse en ella.En lo ms profundo de mi pecho, junto a la cruz de mis dolores internos viven las almas amantes encerradasdentro de los muros de fuego de mi divino Corazn. (39) Ah s hay gozo, y amor ardentsimo que purifica yconsume hasta las imperfecciones.

    Por qu no vivimos dentro de la cruz de tu Corazn? Por qu no nos quedamos en ella y hacemospropios los dolores que, durante treinta y tres aos no te abandonaron? Ser posible temer las desolaciones ytodos los martirios internos cuando ste es el modo de honrar dignamente tu pasin que casi nadie contempla niagradece?

    Queremos seguirte muy de cerca; pisar tus huellas y crucificarnos al reverso de tu propia cruz con tusmismos clavos de amor, en bien de nuestros hermanos. Amn.

    El Hijo, de la misma naturaleza que el Padre, sufre como hombre. Su sufrimiento tiene dimensioneshumanas, pero tiene tambin una profundidad e intensidad -nicas en la historia de la humanidad- que aunsiendo humanas pueden tener una incomparable profundidad e intensidad, en cuanto que el hombre que sufre esen persona el mismo Hijo unignito: "Dios de Dios". Solamente l es capaz de abarcar la medida del malcontenida en el pecado del hombre. (SD 17, Juan Pablo II)

    Las palabras de Cristo en la oracin en Getseman, prueban la verdad del amor mediante la verdad delsufrimiento. Padre mo, si esto no puede pasar sin que yo lo beba, hgase t voluntad Son palabraselocuentes que prueban la verdad de aquel amor que el Hijo unignito da al Padre en su obediencia. (SD 18,Juan Pablo II)

    (35) una sabidura de Dios, misteriosa, escondida. (1Cor 2,7.10-16)(36) Y el Verbo se hizo carne.... (Jn 1,14)(37) Ay Jerusaln, que no est pura! Hasta cuando todava? (Jr 13,27)(38) Acrquence a Dios y l se acercar a ustedes. (St 4,8)(39) Quin nos separar del amor de Cristo?. (Rom 8,35-39)

    CLAUSTRO..Anhela m alma y languidece tras los atrios del Seor. (Sal 83,3)

    El verdadero claustro de las almas debe ser mi Corazn.(40) En cada Comunin darn un paso ms parapenetrar en el incendio que me inflama de amor, (41) y mi fuego consumir toda la escoria de sus almas. Ven

    ese mar de sangre, de dolor que hay dentro de El? Pues en su fondo existe una mina espiritual riqusima; ahest la quinta esencia de la dulzura, el almbar ms regalado, lo ms suave y exquisito del amor. Pero este lugar,secreto y escondido para la mayor parte de las miradas humanas, est debajo de mi cruz interna, debajo de midolor voluntario; y slo las poqusimas almas que en l se arrojan amorosas y penitentes, lo llegarn a gustar yse embriagarn de l abrasadas de amor.

    Guiados por Mara, la nica criatura que conoce todos los secretos de mi Corazn, (42) penetren en l poresa herida que para ustedes abri el amor. Ella, mi Madre, (43) vivi siempre dentro de este divino y verdaderoclaustro, que fue su oasis en la tierra y lo es an en el cielo.

    La cruz interna de mi Corazn es, de verdad, el oasis de las almas enamoradas; es el nido en que reposany en el que hallan silencio, soledad, recogimiento, frescura, cielo! Ah, cual blancas palomas, vuelan las almas

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    siempre hacia arriba, en busca del intenso fuego de la unin ms ntima y elevada. En el claustro de mi cruzinterna se hayan, a las veces, tinieblas, pasos escabrosos, pero el calor vivificante no les faltar all, porque miCorazn despide llamas que envuelven por fuera la cruz interna de mis dolores y mis amores. Tambin lequema por dentro un fuego ms intenso y ms vivo, producido por las ingratitudes de los hombres, (44) mas laluz del amor iluminar, calentar y fortalecer a las almas que en aquel claustro habiten.

    Yo los quiero ver penetrados de los dolores de mi Corazn y de sus amores. Es tiempo ya de darlos aconocer.

    Miren este Corazn que tanto ha amado a los hombres y pentrense de que les incumbe muy

    estrechamente meditar en l, estudiarle y consolarle (45) por medio de su transformacin, viviendo en l ysacrificndose como l, por la salvacin del mundo.

    Amar sufriendo y sufrir amando! ste ser su paso por la tierra! Amn.Siempre ha habido almas... que inspirndose en los ejemplos de la excelsa Madre de Dios... han tributado

    culto de adoracin, de accin de gracias y de amor a la Humanidad Santsima de Cristo, y en especial... a suPasin Salvadora. (HA 47, Po XII)

    La Eucarista significa caridad, y por ello la recuerda, la hace presente y al mismo tiempo la realiza.Cada vez que participamos en ella de manera consciente, se abre en nuestra alma una dimensin real de aquelamor inescrutable que encierra en s todo lo que Dios ha hecho por nosotros los hombres y que hacecontinuamente, segn las palabras de Cristo: "Mi Padre sigue obrando todava, y por eso obro yo tambin"(Jn 5, 17). Junto con este don insondable y gratuito, que es la caridad de Dios... nace en nosotros una viva

    respuesta de amor. No slo conocemos el amor, sino que nosotros mismos comenzamos a amar. (DC 5, JuanPablo II)

    (40) En la casa de mi Padre hay muchas moradas. (Jn 14,1-4)(41) Jess grito: el que cree en m, no cree en m, sino en Aquel que me ha enviado. Y el que me ve a

    m ve a Aquel que me ha enviado. Yo, la luz, he venido al mundo para que todo el que crea en m no viva entinieblas. (Jn 12,44)

    (42) Mi morada ser la casa de Yahvh por los das de mi vida. (Sal 22,4)Mara guardaba todas estas cosas en su corazn. (Lc 2,51)

    (43) el oprobio me ha roto el corazn. (Sal 68,21)(44) As como abundan en nosotros los sufrimientos de Cristo, igualmente abunda tambin por Cristo

    nuestra consolacin. (2Cor 1,5)

    LAGRIMAS...Al acercarse y ver la Ciudad, llor Jess sobre ella. (Lc 19,41)

    Hijos mos: las lgrimas que brotan de mis ojos (46) conmueven, al correr sobre ellas, a las piedrasinsensibles de mi altar; y los hombres, por quienes fluyen de mi Corazn, las desprecian! Muchos no las venporque estn ciegos, pero a cuntos otros no les importa verlas ni ser la causa de ellas!

    Lgrimas de Jess? (47) Lgrimas que, por la ingratitud, brotan de sus ojos.Pero hoy, que anhelamos consolarte, vamos a enjugarlas, secaremos tus ojos divinos procurndote el

    consuelo de nuestra inmolacin en favor de los pecadores.(48) Perdnalos, Jess! Slvalos, por piedad, y yano llores, que entre nosotros vas a descansar consolado, rodeado de almas puras y crucificadas!

    Gracias, les responde mi Corazn agradecido, y les pido que cada vez que vengan a visitarme a misagrario enjuguen mis lgrimas con su amor: Yo har que su hondura pase a ustedes para que lloren como Yo ypor lo que lloro; es decir, por la gloria de mi Padre ultrajada, por las infidelidades de los que se llaman mos,por la salvacin de las almas que tanto amo; entonces, olvidados de ustedes mismos abrazarn como cruces, conestos fines, todos los padecimientos.

    Estas lgrimas son el jugo de mi Corazn, la mirra de mi cruz. El horrible peso de los pecados del mundolas hace brotar, sobre todo las Comuniones sacrlegas, (49) que son tantas! A dnde he de ir a desahogar mipecho, relatando mis penas, sino al odo de mis hijos que amo y que a mi amor corresponden con el suyo? Endnde se me escucha mejor que en el fondo del alma que, como jardn cerrado, (50) est muy lejos del ruido delpecado? Qu corazones podrn comprenderme si no me comprenden los que viven dentro del Mo?

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    Despierten y ardan, hijos queridos! Ardan en medio de este congelado mundo y emppenlo con las lgrimasde su dueo. Amn.

    "A quien no conoci e pecado, Dios le hizo pecado por nosotros", junto con este horrible peso,midiendo "todo" el mal de dar las espaldas a Dios contenido en el pecado, Cristo, mediante la profundidaddivina de la unin filial con el Padre, percibe de manera humanamente inexplicable este sufrimiento que es laseparacin, el rechazo del Padre, la ruptura con Dios. Pero precisamente mediante tal sufrimiento l realiza laredencin, y expirando pudo decir: "Todo est acabado". (SD 18, Juan Pablo II )

    (46) Jess se ech a llorar.... (Jn 11,35)

    (47) Un ngel le confortaba.... (Lc 22,43)(48) Si somos atribulados ,lo somos para consuelo y salvacin de ustedes(2Cor 1,6)(49) Quien ama el Pan y bebe el Cliz del Seor indignamente, ser reo del Cuerpo y de la Sangre del

    Seor. (1Cor 11,27)(50) Huerto eres cerrado, hermana ma, esposa. (Ct 4,12)

    HOSTIASOfrezcan sus cuerpos como una vctima viva, santa, agradable a Dios. (Rom 12,1)

    Yo quiero que en el mundo se honre interna y externamente a la Sagrada Eucarista; que todas las almasseanhostias vivas imitndome a M, que en este sacramento perpeto el sacrificio de la cruz. Quiero espritus

    mortificados, cuerpos sin mancilla ni levadura, es decir, puros como los velos que encubren mi Majestad en elSacramento eucarstico.Hostia, significa vctima. Si tanta pureza exijo en lo que no es ms que el revestimiento exterior de la

    criatura, qu pedir para adornar lo ntimo de los corazones que busco para morada? La substancia del pan seconvierte en mi propio Cuerpo para alimento de las almas, para su salvacin. (51) Y para el mismo fin, mishijos predilectos no querrn convertirse en vctimas? ste es el consuelo que pide mi Corazn hostia, miCorazn vctima! LaHostia-Jess busca hostias. La Vctima santa busca vctimas, almas sacrificadas paraexpiar con l la falta de amor. (52)

    Mas cmo ser puros, cmo vctimas si no es con el contacto y la comunin con el Pan partido yentregado? Pues, ven a nosotros cada da y pentranos con tu Sangre derramada.

    Tras el tenue velo con que te encubres, los corazones que te aman te sienten, te adivinan, te ven. Las

    almas de tus fieles se enardecen con tu presencia; sus ojos te siguen sin cesar; sus corazones no puedenapartarse de la hostia consagrada que no logra ocultarse a sus espirituales miradas.Oh Jess de nuestras almas!, imprime en nosotros tu entrega, transfrmanos de tal modo que slo

    respiremos CRUCIFIXIN.Concdenos esta gracia, amada Eucarista, para que llenemos nuestro fin de amor y sacrificio en la vida.

    Amn.Crece el nmero de fieles de uno y otro sexo, inspirados del Espritu Santo, que con resuelto nimo

    procuran satisfacer al Corazn Divino por las ofensas que se le hacen, y an no dudan en ofrecerse a Cristocomo vctimas. (MR 13, Po XI)

    (51) Este es mi cuerpo que va a ser entregado por ustedes. (Lc 22,19)(52) Cristo sufri para que sigamos sus huellas. (1Pe 2,21)

    DAME DE BEBER...Si conocieras el don de Dios, y quien es el que te dice:"Dame de beber",

    t le habras pedido a l y l te habra dado agua viva. (Jn 4,10)Qu tiernas, qu delicadas y dulces son estas palabras que revelan un mundo de misterios y un abismo de

    ternuras del Corazn de Jess. Nos invitan a la intimidad, a hablar de Corazn a corazn, ..sus Palabrassonespritu y vida(53) y con insistencia nos dice: ..El que venga a m, no tendr hambre, y el que crea en m,no tendr nunca sed. (54)

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    Tengo sed, Seor, de esas fuentes milagrosas, que la apagan para siempre, sed de tu sangre paraalimentarme, de tu agua para purificarme. Tengo sed del sacramentado, quiero recibirte, Seor, cada da y allen la comunin, cuando entras t en m y yo en ti, saciarme de tu Espritu Santo y permanecer unido a ti paracalmar tu sed, y que t sacies la ma. (55)

    Cmo no apagar mi sed contigo, que eres mar y fuente y ro y diluvio de aguas vivas? Y por eso gritastecon fuego: ..Si alguno tiene sed, venga a m, y beba el que cree en m. De su seno corrern ros de aguaviva. (56) Si conociera el mundo el don de Dios!, esa agua viva, ese Espritu Santo que brota de tu pecho yque quieres dar a torrentes a quien se acerque con fe.

    Por eso escucho que me dices: "Quiero almas; tengo sed!, hambre de almas que hagan contrapeso a tantasotras ingratas, fras e insensibles a mi amor. El Apostolado de la Cruz calmar mi sed, l me dar un puado dealmas que me darn consuelo, mas las otras que se pueden perder y me cuestan toda la sangre? Vale ms parami, un alma verdaderamente disponible a mi amor, la cual me consuela, ms que miles de mediana virtud".

    Quiero, Jess mo, que mi alimento sea hacer tu voluntad, esa voluntad adorable que debe llenar mi vidaentera. Quiero que tu voluntad, Seor, sea para m un paraso, a pesar de los sacrificios que me exija, quimportan stos si los sufro por tu amor?

    Toda pena desaparece ante m, pensando en Ti, se me acaban los temores cuando siento la fuerza de tuEspritu y toda mi inmolacin me parece suave cuando en ella sacio la sed de darte almas que T mismo mecomunicas en la Comunin.

    Adelante: no se detengan, djenme obrar en su alma, cortar, plantar, regar con el agua viva de mi

    Espritu. Es imposible que mientras vivan dejen de sentir, pero inclinen y sometan sus deseos, gustos a misdeseos y gustos, hasta que llegando a un mismo querer y no querer, Conmigo alcancen la santa indiferencia yas vivan felices en la plenitud de mi gozo al hacer la voluntad del Padre como Yo. Amn.

    Jesucristo y la Iglesia, desean que todos los fieles cristianos se acerquen diariamente al Sagrado convite,para que tomen fuerzas... se purifiquen de las culpas leves... e impidan los pecados graves. (STS 3)

    Es de desear que el mayor nmero de fieles participe activamente en el Sacrificio de la Misa, sefortifiquen pura, santamente por la Comunin, den gracias a Cristo Nuestro Seor por tan grande don. (MF 5,Pablo VI)

    (53)Jn 6,63(54)Jn 6,35(55) Cf. Jn 6,56

    (56)Jn 7,37

    PUREZACrea en m, oh Dios!, un puro corazn. (Sal 50,12)

    Como dentro de mi sagrario slo los ngeles me circundan, as quiero que sea en mis tabernculosvivientes: que como los ngeles se me ame y sirva en ellos. (57)

    Pero, cunto hace padecer a mi Corazn los pecados de impureza. Por esto he venido a buscar entreustedes un lugar en donde refrigerarme; por esto, con el jugo de mi Corazn, que es mi Sangre derramada,quiero alimentar el espritu de mis hijos predilectos, y este dulce pensamiento me hace sonrer en medio de misdolores. As, en mis verdaderos amantes imprimir no slo la pureza en el cuerpo y en la mente, sino que obrar

    cl depuramiento absoluto de todo afecto menos puro.Yo quiero ser para ellos, en la Eucarista, un foco de atraccin para que en l habiten. Yo quiero ser suvida, su aliento, la fuente en que beban anhelantes la pureza que deben tener. Quiero que vean, en laEucarista, la inocencia y la blancura que exijo en sus almas que han de ser ayuda en la salvacin de lospecadores, y un campo de vctimas que me darn mucha gloria. Cunto anso ver realizado este deseo de miCorazn.

    Heme aqu en medio dc ustedes. Yo soy su Jess que les dice: ..Hagan esto en memoria ma(58) paraanunciar mi muerte redentora hasta que vuelva. Amn.

    En las palabras, en los actos, en las enseanzas, en los milagros y especialmente en las obras msesplendorosas de su amor hacia nosotros como la Institucin de la Eucarista, su dolorosa Pasin y muerte, la

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    fundacin de la Iglesia [...] debemos admirar su triple amor y meditar los latidos de su Corazn. (HA 31, PoXII)

    Jess nos espera en este Sacramento del Amor. No escatimemos tiempo para ir a encontrarlo en laadoracin, en la contemplacin llena de fe y abierta a reparar las graves faltas y delitos del mundo. No cesenunca nuestra adoracin. (DC 3, Juan Pablo II)

    (57) Yo les aseguro: vern el cielo abierto y a los ngeles de Dios, subir y bajar sobre el Hijo delhombre. (Jn 1,51)

    (58) 1Cor 11,25-26

    REPARACINEspero compasin, y no la hay, consoladores y no los encuentro. (Sal 68,20)

    Vengan a nosotros todos los martirios antes que ver ofendido tu Corazn eucarstico, Jess, en elsacramento de tu amor! Quisiramos que se multiplicaran nuestros corazones para formar con ellos un crculoque te rodeara en el Sagrario; para que recibieran y no te tocasen a Ti, todos los dardos que en tu contradisparan los odios y las ingratitudes de los hombres. Concdenos hoy esta gracia: que nuestra vida se conviertaen una constante reparacin por medio del sacrificio amoroso.

    Quisiramos de veras ser vctimas perfectas, (59) consumirnos en holocausto para impedir que se teofenda, Seor, en la sagrada Eucarista; que nuestras almas arden intensamente en ansias de sacrificarse por los

    pecadores. No nos importa saber por qu ni por quines nos sacrifiquemos: nuestro abandono a la voluntaddivina, nuestra aceptacin de la cruz, es absoluta. (60)

    Queremos pensar en ti, Jess Eucarista, en lugar de los que no piensan que vives en los altares. Queremossacrificarnos y que nos sacrifiques en cualquier forma por los que te ofenden. Queremos multiplicarnos paraque tengas ms cruces en qu descansar, y amarte, amarte en compensacin de tantos que te aborrecen. (61)

    Y T, oculto y silencioso, mudo a los ultrajes, perdonas, (62) y te adelantas siempre al cario de las almasque te buscan amndote.

    Caridad, sublime y divina caridad, que te hace obrar el mayor de los prodigios, en favor de un mundoingrato, nuestra inteligencia se pierde en el abismo de tu incomprensible amor.

    Cmo hemos de sacrificarnos para reparar tantas ofensas que recibes? Amando? S: el sacrificio conamor es el incienso ms grato que podemos ofrecerte!

    Quin tuviera un alma inmensa para amar sufriendo y sufrir amando todas las penas que lastiman tuCorazn, consolndote! Queremos llevar tu cruz y que nos rinda al amor, Seor! Amn.No slo mientras se ofrece el Sacrificio, sino tambin una vez consumado el Sacramento, mientras se

    conserva la Eucarista en los sagrarios, Cristo es el Emmanuel, es decir el Dios con nosotros, lleno de gracia.(MF 57, Pablo VI)

    La devocin al Sagrado Corazn consiste esencialmente en la adoracin y la reparacin... sobre todo enel Misterio de la Eucarista. De ella se obtiene aquella santificacin de los hombres en Cristo y aquellaglorificacin de Dios, a la que tienden las obras de la Iglesia. (SC 10)

    (59) Ofrezcan sus cuerpos... tal ser su culto espiritual. (Rom 12,1)(60) El modo ms perfecto de sacrificarse es recibiendo con amor y slo por amor la voluntad divina,

    sea cual fuere. (C.C. 25,2)

    (61) Siento una gran tristeza y un dolor continuo en mi corazn porque seseara ser yo mismoanatema de Cristo por mis hermanos los de mi raza. (Rom 9,23)(62) El que al ser insultado, no responda con insultos, al parecer no amenazaba. (1Pe 2,23)

    FROCunto deseara que el mundo ya estuviera encendido. (Lc 12,48)

    Hijos mos, muy amados: al penetrar en las almas que no calienta la cruz que tanto amo, siento fro. Elfuego que en ellas hallo es slo aparente, ficticio: no es el santo ardor que produce el Leo de la Cruz con mi

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    contacto; no es el fuego que Yo vine a traer a la tierra para que ardiese; (63) es como un fuego fatuo que no mesatisface. El calor que produce la cruz es el que busco, y con l quiero que se incendien los corazones.

    Quiero amor encendido que slo el fuego santo de mi cruz produce: es el nico que me calienta yconsuela. En las almas en que no hay cruz ni amor a ella, tirito y en vano anso por el amoroso fuego que hacegerminar el herosmo en ellas. Su frialdad me aflige!

    Quin pudiera incendiar al mundo entero con la cruz que purificando santifica, y preparar as loscorazones a la recepcin de tu Sacramento? Quin pudiera hacerlas comprender que el alma abrazada a la cruz,a Ti te abraza; que la que la carga, a Ti te carga; que la que la ama, a Ti te ama?

    Mira en estos corazones que forman una amorosa hoguera, siempre hallars encendido el fuego del Leosanto de la Cruz, lo alimentaremos de da y de noche con la lea de la humildad, de la generosidad y delsacrificio.

    Queremos ser humildes para poder ser santos: para morir a nuestra voluntad y a todo propio querer; paraque el espritu domine a la materia. Queremos padecer, porque la vida del cristiano debe ser de luchas,vencimientos y crucifixin. Entonces nuestras almas ardern y despedirn fuego en todas direcciones. Entonces,puros y sacrificados, te recibiremos, Jess, y con amor te envolveremos en nuestra cruz de cada da. Y nopermitiremos que el menor viento venga a enfriar tu morada. Amn.

    El Corazn de Cristo, unido hipostticamente a la Persona divina del Verbo, debi sin duda palpitar deamor y de todo otro afecto sensible; con todo, estos sentimientos eran tan conformes y tan en armona con lavoluntad humana, rebosante de caridad divina, y con el mismo amor infinito, que el Hijo tiene comn con el

    Padre y el Espritu Santo, que jams se interpuso la mnima oposicin y discordia entre estos tres amores. (HA40, Po XII)

    (63) Fuego he venido a traer a la tierra. (Lc 12,48)

    EUCARISTA Y CRUZEl que come mi carne... permanece en m. (Jn 6,56)

    Voy a depositar en sus corazones, hijos mos, confidencias amorosas en las que deben meditar para quesepan agradecrmelas.

    Antes que en la cruz, me di al mundo en la Eucarista: primero me crucifiqu Yo en ella, con elanonadamiento ms profundo y me entregu al hombre msticamente crucificado, antes de permitir mi

    crucifixin material en el Calvario.EL SACRIFICIO SE ANTICIPA AL AMOR, cuando ste es verdadero! (64) Y Yo pas mi vida enteraen la cruz, sacrificado por el hombre, antes que ste me crucificara ostensiblemente a la vista del mundo; atadopor un amor infinito, me enclav voluntariamente en la Eucarista antes que en la cruz.

    La Eucarista es su Jess, pero Jess crucificado, es mi cruz mstica, porque en ella entrego mi Cuerpo yderramo mi Sangre (65) por la salud del hombre; como lo hice realmente en el Calvario, pues crucificado estoypor l en la Eucarista hace tantos siglos, sin que quiera comprenderlo ni agradecrmelo.

    Mi pasin en cierto modo no ha concluido, porque tampoco ha concluido el pecado: y mientras exista elpecado en el hombre, permanecer mi sacrificio. (66)

    Sacrifquense conmigo, hijos mos, para consolarme. Tengo sed de expiacin y pureza, y el mundo slome da amargura y sensualidad. Qu pocas almas se acuerdan de que en el tabernculo estoy como en la cruz,

    orando y ofrecindome por ellos para alcanzar su perdn! (67) Amen la cruz en cualquiera forma que se lespresente y tengan a honra llevarla como la librea de los servidores de su Rey y Redentor.Imiten mi vida: oren y padezcan, contemplndome siempre en la cruz y en la Eucarista, porque en ellas

    est mi vida que anhelo comunicarles en abundancia. (68)Oh Cruz, oh Eucarista tan amada: sean siempre nuestras compaeras en nuestro diario alimento!Tus hijos, Corazn divino, pereceran sin esos dos amores que constituyen su vida. Una Hostia

    consagrada y una Cruz son nuestras ms ricas joyas, nuestro nico tesoro. Que todo nos falte, Jess, menos laEucarista y tu Cruz en todas las horas e instantes de nuestra vida! Amn.

    Mediante una intensa participacin en el Sacramento del Altar, se honra al Sagrado Corazn, cuyo donms grande es precisamente la Eucarista. (IDC 8, Pablo VI)

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    (64) Con ansia he deseado como comer esta Pascua con ustedes antes de padecer. (Lc 22,15)(65) Cf. Lc 22,14-20(66) Jess posee un sacerdocio perpetuo porque permanece para siempre. De ah que puede salvar

    perfectamente a los que por l llegan a Dios, ya que est siempre vivo para interceder en su favor. (Heb7,24-25)

    (67) Cristo penetr en el mismo cielo, para presentarse ahora ante el acatamiento de Dios a favornuestro. (Heb 9,24)

    (68) Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia. (Jn 10,10)

    CRUZ-EUCARISTAVengan a M los que estn fatigados y agobiados, y Yo los aliviar. (Mt l l,29)

    En el Calvario, hijos mos, a la faz del mundo me dej ver crucificado; y crucificado estoy tambin en laEucarista, aunque me oculto bajo el velo de las especies sacramentales; mi pasin interna subsistemsticamente, porque subsisten las ingratitudes y los pecados de los hombres que son su causa. (69)

    Al darme a las almas en la comunin en qu pocas descanso! cun contadas son las que me quitan la cruzde mis penas! La mayor parte de las veces contina mi pasin porque me interno en corazones manchados y, loque ms me duele, ingratos! Estudien, hijos mos, en la Eucarista mi vida oculta, y en la cruz mi vida prctica,que su destino es imitarlas.

    Pero cmo, Seor?Imitndome, (70) sacrificndose siempre y en todas las circunstancias, sometidos a la divina voluntad.

    Claven su pensamiento y su corazn en la Eucarista y en la cruz: en estos dos polos debe girar su vida enteracon sus aspiraciones constantes, sus celestiales amores. Ah est la fuente de las virtudes espirituales perfectasen su ms alto grado, virtudes que deben informar a todo su ser. (71) En la Eucarista hallarn la generosidad, lapaciencia, la caridad, la mortificacin, la obediencia, la humildad y pureza, pobreza, abnegacin con otras mil ymil virtudes que constituyen la vida de cruz, preludio de la celestial.

    En la Cruz y en la Eucarista est la escuela de los santos: en la Cruz se estudia y en la Eucarista seaprende, en aqulla se padece y en sta se ama, la primera prueba y la segunda premia; la una purifica y la otrasantifica; all se aparta el alma de la tierra y ac se acerca al cielo; ah muere a s misma para resucitar y viviraqu. (72) Oh hijos mos, de tal manera unidas estn la Eucarista y la Cruz, que nada puede separarlas!

    Yo mismo soy el que me sacrifico aqu msticamente, en todos los momentos. La Sangre del Calvario esla del altar, y el Cuerpo ofrecido como vctima en la cruz es la oblacin del sacrificio eucarstico. (73) Amen ysufran! No se aparten de la Cruz: mas tampoco de la Eucarista, que quien vive de estas dos vidas, del amor ydeldolor; ser santo. Yo quiero que entiendan profundamente las riquezas del dolor, del sacrificio paciente, delholocausto vivo, de la inmolacin voluntaria, es decir, los tesoros de la cruz. Pero tambin deben recordarconstantemente que la fuente de la fortaleza, del amor infinito, est en la Eucarista que es la manifestacin msgrande de la ternura de un Dios todo amor. Amn.

    Jess antes de celebrar la Ultima Cena con sus discpulos, al pensar que iba a instituir el Sacramento desu Cuerpo y de su Sangre... sinti su Corazn agitado de intensa conmocin, que manifest: "Ardientemente hedeseado comer este cordero Pascual con ustedes antes de mi partida". (HA 35, S.S. Po XII)

    En la glorificacin del Hijo de Dios sigue estando presente la cruz, en la cual el Hombre-Hijo que sufri

    en ella la muerte, habla y no cesa nunca de decir que Dios-Padre es absolutamente fiel a su eterno amor por elhombre... creer en el Hijo crucificado significa "ver al Padre", significa creer que el Amor est presente en elmundo. (DM 7, Juan Pablo II)

    (69) Tambin ustedes quieren marcharse. (Jn 6,67)(70) Tengan entre ustedes los mismos sentimientos que tuvo Cristo. (Flp 2,5)(71) Revstanse del Amor. (Col 3,12.15)(72) l nos libr del poder de las tinieblas y nos traslad al reino del Hijo de su amor. Col 1,13)(73) la oblacin manifestada una sola vez... en la plenitud de los tiempos. (Heb 9,2)

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    SOLO...Los discpulos le abandonaron todos y huyeron. (Mt 26,56)

    Hijos mos: mi Corazn mora en la soledad en medio del mundo: mis odos perciben el rumor de suspasos que se pierden en la distancia y nadie, o muy pocos son los que vienen a saludarme, a calmar el fuego deamor que me devora, a recibir mis gracias, a consolar mi soledad. (74)

    Corren las almas a su perdicin precipitadas por la fiebre de vanidades y de placeres, y se alejan de M quesoy el nico que puedo hacerlas felices, y esto me parte el corazn. (75) Tengo hambre de compaa, de

    consuelo, de ser recibido. A dnde me encaminar para conseguirlo? A ustedes, a los pocos que suspiran pormi tabernculo, por mi compaa, por compartir mi vida eucarstica. En qu parte depositar mis quejas si noes en sus corazones alejados del mundo frvolo y sensual, en los que resuena mi voz, cuyo eco dulcsimo sabenescuchar? (76)

    Nada valemos, Seor; pero es cierto que anhelamos con ardor tu compaa, que no queremos dejarte soloy que soamos en el instante feliz del calor de tu Sagrario. Si el mundo supiera y saboreara las celestialesdelicias encerradas en la soledad del tabernculo. Si entendieran las almas lo que es consolarte, Seor, enjugartus lgrimas con el corazn y crucificarse por Ti. Si experimentaran lo que es amar al que esamor; que jamsse deja ganar en generosidad y ternura (77) Si descorrindose el velo que te cubre te contemplaran sonriente,con los brazos abiertos, con el Corazn devorado por el fuego amoroso y, en aquella oscuridad esparciendo luz,ah, Jess, qu diran?

    Esa dicha tenemos, sin merecerla, los que venimos aqu a rendirte el homenaje de nuestra adoracinconsoladora, los que te amamos porque felizmente creemos en Ti. Pero no queremos ser egostas, Seor: ennuestros pechos arde celo devorador de verte amado y quisiramos, con toda nuestra vida, alcanzar de tubondad para el mundo entero, la gracia de que le consuma un hambre de Eucarista que te glorifiqueeternamente.

    Si nos parece imposible que los hombres puedan pensar en otra cosa que no sea amarte y sloamarte. Senos abrasa el corazn de ansias de darte gloria en tu Sacramento Eucarstico.

    Jess, concdenos que nos consuma el amor intenso a la sagrada Eucarista para que tus favores semultipliquen y tus templos rebosen de adoradores; (78) que jams ests solo sino rodeado de miles y millonesde hijos amantes y crucificados. Entre tanto, los que ahora circundamos tu altar, te prometemos no olvidarte yacudir cuantas veces nos sea posible a implorar tus piedades, a consolarte con nuestros sacrificios. Amn.

    ... antes de poner fin a la jornada de trabajo, acrquense al Sagrario, y all detngase al menos unosmomentos para adorar a Jess... para encenderse cada da en el amor divino, en fin, para permanecer presente enel Sagrado Corazn. (MN 5, Po XII)

    El culto a la Eucarista es tributado a la Trinidad: Padre, Hijo y Espritu Santo. Acompaa y se enraizaante todo en la celebracin de la liturgia eucarstica. Pero debe as mismo llenar nuestros templos, incluso fueradel horario de las Misas... ya que el Misterio Eucarstico ha sido instituido por amor y nos hace presentesacramentalmente a Cristo. Por eso es digno de accin de gracias y de culto. (DC 3, Juan Pablo II)

    (74) Vino a los discpulos y los encontr dormidos. (Lc 22,45)(75) Vengan a m todos los cansados y agobiados... yo los aliviar. (Mt 11,28)(76) Mi alma est triste hasta morir. (Mc 14,34)(77) Me am y se entreg por m. (Gal 2,20)(78) Los verdaderos adoradores adorarn al Padre en espritu y en verdad. (Jn 4,23)

    AMORYo los aliviar. (Mt l l,28-30)

    Qu haramos sin ti, oh Jess Eucarista!, sino desfallecer y morir? Nosotros hemos credo que t eres elHijo de Dios. (79)

    Oh Corazn Eucarstico, t eres el compendio de todos nuestros amores, vida, gloria, dicha nica, el cieloen la tierra. El sabor de tu Cuerpo entregado y de tu Sangre derramada me embriaga, arranca a mi alma de latierra y la hace lanzarse a vivir la caridad en todas sus formas.

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    Yo acepto, Seor, toda una vida de trabajo y de cruz, con tal que no me falte cada da la comunin con tuCuerpo sacrosanto, ya sacramental, ya espiritualmente; que mientras conserve un tomo de vida tendr fuerzasmi espritu para atraerte a mi corazn que l vive de tu fuego, de tu propia vida!

    Yo no envidio a los ngeles, pues tan cerca, tan ntimamente como ellos me uno a Ti, por medio de laComunin, Jess Eucarista. Ellos te ven cara a cara, y mi espritu traspasa este misterio rompiendo el velo delas especies sacramentales y te siento, te veo, te abrazo, te estrecho en la fe y como tu Cuerpo, Jess, gusto de laherida de tu costado toda tu Sangre. TODA, para apagar la sed que me devora de poseerte y que me poseas. (80)

    El conjunto de grandeza, de bondad, de la ternura de tu amor por el hombre me arrebata, me enloquece y

    quiero darlo a conocer para que otros tambin lo amen. Por un pice ms de gloria que pudiera darte, Jess;padecera mil y mil trabajos sin vacilar, porque te amo, slo porque te amo, s. Que mi amor a ti, CoraznEucarstico adorado, es ms fuerte que la muerte; es del tamao de mi Jess, por quien mi alma lo siente.

    Qu har, pues, para ms amar; para ms padecer; por el Amado de mi alma?Me parece demasiado corta la vida para ofrecerla a Jess como holocausto en favor de los sacerdotes y de

    su Iglesia para su mayor gloria. Yo quiero cruz para acompaar dignamente a mi Amor en el Sacramento enque tanto es despreciado. Amn.

    Hay otras prcticas que aunque en rigor de derecho no pertenecen a la sagrada Liturgia, tienen, sinembargo, especial importancia... y en cierto sentido se tienen por insertas en el ordenamiento litrgico... entreellas las preces... que durante el mes de junio se dedican al Sagrado Corazn. (MD 108, Po XII)

    La adoracin a Cristo en este Sacramento de amor debe encontrar expresin en diversas formas de

    devocin:... plegarias personales ante el Santsimo, horas de adoracin, exposiciones breves o prolongadas...bendiciones, procesiones, congresos, la solemnidad del Corpus Christi... (DC 3, Juan Pablo II).

    (79) A quin iremos? T solo tienes palabras de vida eterna. (Jn 6,68)(80) sed de ti tiene mi alma... cual tierra seca. (Sal 62,1)

    CORAZNHemos conocido el amor que Dios nos tiene. (Jn 4,16)

    La Cruz del Apostolado es un tesoro, lleva en su centro la perla de las perlas: EL CORAZN DE JESS.En ella contemplamos al Corazn de amor (81) no figurado, sino vivo, palpitante: Corazn glorificado del quetrasciende el perfume de la vida y su calor. Rodeado de fuego material, movible, est como dentro de una

    hoguera; y a pesar de esto vemos en su parte superior elevarse otras llamas ms vivas, ms ardientes, que lebrotan de lo ntimo y distintas del fuego que le rodea. Estas llamas ascienden a lo alto como arrojadas por unvolcn con movimiento veloz, envolviendo y descubriendo en partes la pequea cruz que aparece plantada en elcentro del divino Corazn. Le circundan, adems, luminosas rayos que no se confunden con las llamas, sino queaparecen en el fondo, como una sombra de luz, formando un disco o aureola brillantsima.

    Qu Corazn ms hermoso. Su presencia en el centro de la Cruz nos dice de Quin es. Y de Quin ha deser, si no es el de Jess?

    Est clavado en la Cruz? Y con qu? Ah no hay clavos; slo fuego Quin entonces, le clav ah? ELAMOR: el amor para conquistarnos, para enternecernos, para enamorarnos del sacrificio. (82)

    Por quin est ah, y no de ahora sino desde el momento de la Encarnacin? Por nosotros, esperando quellegara el da que sus penas nos atrajeran a l para ser suyos. Y por qu desde entonces padeci el divino

    Corazn? Para alcanzarnos gracias y el cielo, con sus dolores.Hay que advertir que en la Cruz del Apostolado, aunque aparezca slo el Corazn, ah est Jess que nopuede separarse ni de su Corazn ni de su cruz.

    Quiere Jess transformar a las almas en SU MISMO CORAZN por eso hoy les presenta este MODELO,que no es su Cuerpo enclavado en la cruz, sino el propio Corazn que es ms, muchsimo ms. Estamosdispuestos a imitarle en esta crucifixin?

    S, Amor de nuestros amores. Queremos ser fieles imgenes de la Cruz, de tu Corazn de luz y de fuego;queremos disponernos hoy, y maana, y siempre, con multiplicados actos de virtudes, para entrar por suanchurosa herida a las regiones internas del dolor!

    Qu nos pides, Jess?

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    Muchos actos de contricin, de humildad, de sacrificio. Amn.En el culto al Divino Corazn, no es verdad que se contiene la suma de toda la religin y con ella

    conduce los nimos a conocer ntimamente a Cristo, Seor Nuestro y los impulsa a amarlo msvehementemente, y a imitarlo con ms eficacia?. (MR 3, Po XII)

    Jess llama a sus discpulos a "tomar su cruz y seguirle" (Mt 16,24) porque l "sufri por nosotrosdejndonos ejemplo para que sigamos sus huellas" (lPe 2,21). l quiere, en efecto, asociar a su sacrificioredentor a aquellos mismos que son sus primeros beneficiarios. (CDC 618)

    (81) para que el amor con que T me has amado est en ellos. (Jn 17,26)

    (82) Si Dios nos am de esta manera tambin nosotros debemos amarnos unos a otros. (1Jn 4,10)(83) para que el amor con que T me has amado est en ellos y Yo en ellos. (Jn 17,26)(84) Ustedes son la luz del mundo. (Mt 5,4)

    CRUCECITA... FUEGOQue el amor con que t me has amado est en ellos, y yo en ellos. (Jn 17,26)

    Tambin la Cruz incendia mi Corazn, traspasado por la lanza, con el fuego de la caridad que contiene yle hace estallar por la parte superior. Esas llamas queman y vivifican a la vez; son las que infunden la doblevida, vida verdadera de amor y dolor, de gracias y sacrificios.

    De suerte que, el fuego ms ardoroso no es el que alrededor de mi Corazn le circunda, sino el que le hace

    reventar por encima, (85) producido por la Cruz interna que me martiriz toda mi vida: cruz formada por el msfino dolor con que me atormentaba la ingratitudde los mos. (86) Este fuego es el que abrasa, incendia y hacearder a las almas que le tocan solamente. Qu no har con las que moran dentro de la cruz interna que loproduce? Podrn ser fras en ningn tiempo y ocasin? Fras dentro del horno de celestial incendio? Frascuando saben vencer, sufrir y martirizarse? Oh no, la cruz es el combustible para inflamar el alma en el divinoamor, y en ellas reina la cruz, que es el dolor en todas sus formas.

    Los pecados del mundo, las ingratitudes humanas y la perdicin de tantas almas forman, Jess divino, lacruz de todos nuestros corazones; es la pena de nuestras penas el verte ofendido y despreciado; y sumergidos enel dolor, devorados por el fuego que nos consume por tu mayor gloria, levantamos muy alto nuestras voces denoche y de da te pedimos: Jess, Salvador de los hombres, slvalos, slvalos! Est cruz interna de nuestrospechos, es la misma tuya, Jess, con tus mismos amores, con tus mismos dolores.

    T, Jess, nos dices que la herida visible de tu Corazn fue causada por la mano del hombre; (87) peroque otra invisible, la que le hizo estallar, la que nos revel el incendio devorador que te consume, la produjo lamano divina de tu amor. (88) La una se desbord en gracias; la otra en fuego intenssimo, en lumbre de cruz, enamor y en dolor. La herida exterior, de la que manan dulcemente la sangre y el agua, nos dio con qu lavar ypurificar lo manchado; pero la otra, la interna, la que hace brotar hacia arriba las ardientes llamas de tus amoresy de tus dolores, (89) como la erupcin del volcn ms poderoso, levanta su fuego a lo alto en busca de la unincon el Espritu Santo. La sangre y el aguabajaron a la tierra: tu fuego nos eleva al cielo.

    Entremos, pues, hoy, por la primera herida, limpios y sin mancha para que, menos indignos de penetrarhasta la cruz interna plantada dentro de aquel mar hirviente de dolor, nos unamos a ese santo Leo para ardertambin y sentir la explosin divina del infinito amor del Corazn de Jess. Amn. (90)

    Cuando el divino Redentor penda de la Cruz, sinti arder su Corazn con los ms varios y vehementes

    afectos de amor ardentsimo, de consternacin, de deseo encendido, de paz serena, afectos claramentemanifestados por sus Palabras. (HA 34, Po XII; citado por Juan Pablo II)(85) He venido a echar fuego a la tierra... y como me angustio mientras llega.... (Lc 12,49-50)(86) Han cegado sus ojos y han endurecido su corazn, pues no quieren ver con sus ojos, ni

    comprender con su corazn, para que se conviertan y Yo los sane.. y todo esto es porque preferan la gloriade los hombres a la gloria de Dios. (Jn 12, 40-43)

    (87) Uno de los soldados le atraves el costado con una lanza. (Jn 19,43)(88) Y por ellos me consagro a mi mismo para que ellos tambin sean consagrados en la verdad. (Jn

    17,19)

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    (89) Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia. Jn 10,10) Y ustedes no quierenvenir a mi para tener vida. (Jn 5,40)

    (90) que el Padre les conceda segn la riqueza de su gloria que sean fortalecidos por la accin delEspritu para que arraigados y cimentados en el amor puedan comprender... la anchura y la longitud, laaltura y la profundidad y conocer el amor de Cristo que excede a todo conocimiento. (Ef 3,16-19)

    LANZA-CRUZ..Si alguno tiene sed, que venga a M y beba. (Jn 7,37)

    Al traspasar la lanza mi Corazn, dir para que me entiendan, rompi tambin la cruz interna quepenetraba hasta el fondo de l; y la sangre y el agua que brotaron fueron: la una, sangre de aquella cruz queformaban las ingratitudes; y la otra, agua de aquel mar del Espritu que le invade hasta lo ms profundo. Por esola sangre de la cruz da la vida y el agua de ese mar, lava y purifica a las almas. Mar de ingratitud convertido enfuente de gracias infinitas. (91)

    La cruz est plantada dentro de ese mar de mi Corazn: es un rbol cuya savia y cuyo riego son el amor yel dolor. Quieren penetrar hasta ella? S; entren. Entren, que para ustedes principalmente est abierta (92) laherida de mi Corazn. Suban por la cruz y en sus brazos, como blancas palomas formen sus nidos, nidos deamores que all muy ocultos y lejos de todo ruido mundanal, les permitan vivir en ella. (93) Mi cruz interna nola conoce el mundo, pero ustedes deben llegar hasta el fondo en que est plantada. Qu importa que se hundan

    en el mar de mil sacrificios si ah tienen mi cruz para asirse de ella? Qu vale quemarse en ese horno ardiente,si al fin de l hallarn la puerta (94) y podrn volar por su centro hasta unirse al Espritu Santo? Apresrense,hijos mos. En mi cruz hay miles de nidos que estn vacos porque no hay en el mundo quien se crucifique niquien voluntariamente se deje purificar; no hay quien por puro amor se arroje al mar sin fondo de la divinavoluntad para ahogar la propia. Por eso los tesoros que encierra mi Corazn son ignorados, y poqusimas son lasalmas que lo conocen.

    Ya saben que la herida de mi costado conduce a la de mi Corazn; y sta, a la cruz en que el alma sedesprende de toda escoria y se prepara a una unin muy subida con el Espritu Santo.

    Gurdanos junto a ti, Jess adorado, que vamos a limpiarnos con empeo, a adornarnos de virtudes, aprocurarconcluir con nuestro orgullo, a practicar la vida interior, a vivir de tu voluntad, a sacrificarnoscontinuamente para hacernos dignos de ir a ocupar ese sitio que nos ofreces dentro de la cruz de tu Corazn. En

    ella, Jess, escondidos y olvidados pasaremos por el crisol que t quieras, muriendo al mundo y a nosotrosmismos para resucitar en el Espritu Santo. Amn.La infusin de la caridad divina brot del Corazn de nuestro Salvador en el cual estn encerrados todos

    los tesoros de la sabidura y de la ciencia. Esta caridad es don del Corazn de Jess y del Espritu Santo... Brotadel Corazn del Verbo Encarnado y se difunde por obra del Espritu Santo en las almas de los creyentes. (HA41.42, Po XII)

    (91) Yo les digo: amen a sus enemigos y rueguen por los que los persiguen para que sean hijos de suPadre celestial. (Mt 5,44)

    (92) El que entre por M se salvar. (Jn 10,9)(93) En la casa de mi Padre hay muchas moradas. (Jn 14,2)(94) En verdad les digo yo soy la puerta de las ovejas. (Jn 10,7)

    HERIDAUno de los soldados le atraves el costado con la lanza. (Jn 19,34)

    De la herida de mi Corazn divino, traspasado por una lanza que blandi un brazo humano, brotaron envez de venganza por tan horrible audacia,gracias y sacramentos para las almas. Tanta es mi caridad, que ascorresponde a las ingratitudes de los hombres.

    De esa herida slo brota el jugo de mi Corazn, que es el amor: y amor en M es caridad, vida espiritual,agua que purifica y sangre santificante que engendra lapureza. (95) La Iglesia brot de mi Corazn, exprimido

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    por el peso de las ingratitudes humanas, con ese jugo la form. Por eso es bella y destila pureza, por eso su vidaes el amor, el dolor y la pureza que brotaron de mi costado es lo que fecunda las almas y las vidas. (96)

    El agua y la sangre brotaron de mi Corazn divino ardientes, no fras. Con la cruz interna que le traspasa,se calienta aquel mar inmenso; y al derramarse en gracias por la herida de mi costado, stas van envueltas en unfuego santo que, al purificar, hace crecer la caridad. Esa agua y esa sangre hirvientes limpian, por donde corren,toda escoria; arrancan toda concupiscencia del alma.(97)

    Cmo se anonadan nuestras almas y desaparecen bajo el peso de tamaas bondades. Decir que del jugode tu Corazn, es decir de lo ms ntimo, de las fibras ms delicadas, del centro del foco mismo del amor

    nacimos los hijos que formamos tu Iglesia. Esto es una gracia tan pura, tan delicada, tan grande, slo digna desu pursimo Fundador. Qu hermosa eres, Iglesia de Dios.

    Iglesia Santa, Religin divina, qu poco se te ama y cunto menos se te comprende!Qu te diremos, Seor, si no tenemos palabras para expresar lo que sentimos? Callen nuestras lenguas

    mudas de gratitud y que te hablen nuestros corazones que slo a ti te aman! Amn.La Iglesia ha nacido principalmente del don total de Cristo por nuestra salvacin, anticipado en la

    Institucin de la Eucarista y realizado en la cruz. "El agua y la Sangre que brotaron del costado abierto de Jesscrucificado son signo de este comienzo y crecimiento" (LG 4) "Pues del costado de Cristo dormido en la cruznaci el sacramento admirable de toda la Iglesia". (SC 5) (CIgC 766)

    (95) ...al instante brot sangre y agua. (Jn 19,34)(96) Sacarn agua con gozo de los bontanares de la salvacin. (Is 12,4)

    (97) ah donde penetra esta agua todo lo sanea. (Ez 47,9)

    ESPINASLos soldados trenzaron una corona de espinas. (Jn 19,2)

    Mira, hijo mo, contempla en mi Corazn la corona de agudsimas espinas que le oprime, que le penetrapunzndolo. Estas espinas, que le llegan a lo ms hondo, cada ingratitud de las almas que me pertenecen, lashunde en l como de golpe y lo hacen sangrar abundantemente. Qu sientes, hijo de mi Corazn, al contemplareste espectculo? Atiende que la parte ms noble y delicada, ms tierna dolorosa de tu Jess, es su Corazn.

    Mira que te lo presenta hoy y te dice: Lo amas? Pues arranca de l con tus sacrificios (98) las espinas conque la ingratitud le hiere. Lo amas? Restaa la sangre de sus heridas con tu pureza. (99) Lo amas? No dejes

    que las espinas se le claven; detenlas con tu ternura, con tus dolores, con tus lgrimas de amor. (100)Jess, todo eso har y an ms, mucho ms. No slo te arrancar una a una los millones de espinas deque estcuajado tu Corazn defico, sino que todas, sin dejarte una sola, las clavar en el mo, aunquepadeciendo, agonice y muera. Oh feliz muerte si con ella alivio las penas de mi Amado.

    No slo restaar la sangre que las espinas hacen correr sin cesar, con mi pureza, sino tambin con micontricin, con todas las virtudes, con mi propio corazn.

    Esas ingratitudes con que te herimos los hombres culpables, las almas infieles que no correspondemos atus favores, tus sacerdotes tibios.. las borrar con mis horas continuas de expiacin que a la manera de unacadena de oro llena de piedras preciosas, me sujetarn a la obediencia, la humildad y la pobreza ms perfectas.

    Pero cmo quitarte, Jess, la corona de espinas que cie tu Corazn de fuego?Mi Jess, ya lo s! Nosotros mismos tus hijos reemplazaremos las espinas, no para punzarte ni para

    atormentarte causndote dolor, sino para acompaarte, y curar tus heridas.Feliz ocupacin, dichosa suerte la de tus hijos que se consagren a consolarte. Amn.Si lo primero y principal de la consagracin (al Sagrado Corazn) es que al amor del Creador responda el

    amor de la creatura, sguese espontneamente otro: el de compensar las injurias de algn modo inferidas alAmor increado, si fue desdeado con el olvido o ultrajado por la ofensa. (MR 5, Po XII, citado por Juan PabloII)

    El Redentor ha sufrido en vez del hombre y por el hombre... Cristo ha elevado juntamente el sufrimientohumano a nivel de redencin. Consiguientemente todo hombre, en su sufrimiento, puede hacerse tambinpartcipe del sufrimiento redentor de Cristo. (SD 19, Juan Pablo II).

    (98) mortifquense sus miembros terrenos. (Col 3,5)

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    (99) No entristezcan el Espritu Santo de Dios.... (Ef 4,30)(100) El amor cubre multitud de pecados. (1Pe 4,8)

    RAMIFICACIONESGrandes aguas no pueden apagar el amor. (Ct 8,7)

    El Corazn de Jess, todo fuego, que arde entre movibles llamas de celestial incendio, se ve enrojecido:aparecen en superficie unas gruesas ramificaciones inflamadas, sin duda, por la lumbre interior que le devora.

    Qu doloridas deben estar estas venas que ni revientan ni se rompen porque las detiene una corona de cruelesespinas.

    Todo el Corazn de nuestro Amado es fuego, es amor, es dolor. El slo contemplarle duele: parece que enl no hay un solo punto sin dolor, y as es. No descansa ese Corazn encendido en fuego a millones de gradosde calor, porque es infinito: pues humanamente no podra ni palpitar ni vivir sin derretirse.

    Elamor y eldolor causan a la vez sumuerte y su vida: ambos martirios le consumen sin consumirle.Cmo deben enamorarnos esas ramificaciones en las que corren en lugar de sangre, intenso fuego. Y ese

    fuego lo produce la cruz interna que, plantada en el centro del Corazn divino, incendia esas preciosas venasque se exprimen para darnos vida.

    Por qu, entonces nosotros que diariamente nos alimentamos con tu Corazn de fuego, hornoencendido, hoguera inmensa, volcn de amor, permanecemos tibios, si no helados y hasta insensibles? Por qu

    no ardemos, Jess, y nos derretimos al recibirte? En qu consiste que permanezcamos tan duros como elgranito? Cmo no estamos ya, hechos cenizas, al estrechar contra nuestros corazones el fuego vivo?

    Sin duda porque no amamos, porque no meditamos, porque no nos preparamos debidamente a recibirgracia tan eminente. (101) Pero ya no ser as, Seor. Afuera ruido de pasiones y de amor propio, y ven t,Jess; T solo con tu Corazn ardoroso a incendiarnos con tu amor. Ya queremos vivir slo de tu vida devctima y dciles a tu voluntad, para que as, encendidos y abrasados, podamos correr por los caminos delsufrimiento. Queremos purificar nuestros corazones de todos los afectos terrenos para que encarnado en ellos eltuyo, seamos un solo corazn contigo. Entonces s que nos quemaremos en el mismo fuego que T ypadeceremos por la misma causa. Nuestro amor ser uno mismo, y nuestro dolor el dolor que por las almas teconsume. Concdenos hoy esta gracia que te pedimos por Mara, la imagen ms fiel de tu fuego, de tus amoresy de tus dolores. Amn.

    El sufrimiento humano ha alcanzado su culmen en la Pasin de Cristo. Y ha entrado as a una dimensincompletamente nueva, en un orden nuevo: ha sido unida al amor, a aquel amor que crea el bien, sacndoloincluso del mal, sacndolo por medio del sufrimiento.

    El bien supremo de la Redencin del mundo ha sido sacado de la Cruz de Cristo que se ha convertido enuna fuente de la que brotan ros de agua viva. (SD 18, Juan Pablo II)

    (101) Examnese... y coma entonces del pan y beba del cliz. (1Cor 11,28)

    LLAMASLa zarza estaba ardiendo, pero no se consuma. (Ex 3,2)

    Las llamas que rodean mi Corazn significan el dulce amor de comunicacin. Por eso se extienden, como

    buscando almas para abrasarlas comunicndome con ellas. Las otras que brotan de la que llamar horadacinhecha por la cruz y que aparecen en su centro envolvindola, las produce mi dolor ntimo y significa el amor deunin. (102)

    La unin tiende a lo ms alto sin detenerse en los alrededores, y por esto esas llamas suben. (103) Maseste amor de unin se alcanza por el sacrificio y el dolor, o sea la cruz.

    Son distintos los dos fuegos que salen de mi Corazn; y ambos brotan de l, que todo es fuego de amordoloroso.

    Por qu, Seor, no brot de la herida de tu costado tambin fuego, sino sangre y agua?. (104)Tambin la sangre y el agua son fuego envuelto en gracias innumerables. Estas gracias que manan de mi

    Corazn son los sacramentos llenos de fuego del amor de un Dios.

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    Otro fuego existe en mi Corazn que no es del amor, aunque de l proceda: es el del dolor. Es el fuegointerno de las desolaciones, y lo santifiqu gustando de l, para provecho de ciertas almas escogidas. El almaque posee siquiera una chispa del fuego interno de mi dolor, es feliz; y digo que es feliz porqueimprescindiblemente tiende con l a la unin ms ntima que conmigo puede existir,a la unin en el sacrificio.(105) Esa alma no se detiene en las dulzuras sensibles del fuego amoroso de la comunicacin, sino que por lacruz, por el dolor que purifica, sube a la ms alta unin, pero sube empapada en las intenciones sacerdotales demi Corazn.

    Porque el mundo se congelaba, mi Corazn para calentarle aparece rodeado de llamas: quiere despertarle

    de su letargo con la atraccin de mi amor.Muchas almas de las a M consagradas se han estancado en la frialdad o en la tibieza, alucinadas por los

    fuegos fatuos de sensibles consolaciones, y hoy les presento mi Corazn lleno de fuego de cruz, de fuego dedolor para sacarlas de su engao, para desvanecer su error. Yo no quiero almas queflorezcan esparciendo sloaroma del amor, sino quefructifiquen (106) para mi gloria consumidas en las llamas del dolor. (107)

    Hijos muy amados, ardan con el fuego de la comunicacin, pero pasen por la inmolacin voluntaria aarder tambin en el fuego inmenso del dolor que los llevar a la eterna unin con el Espritu Santo. Amn.

    El Sagrado Corazn, hoguera ardiente de caridad, es smbolo e imagen expresiva de aquel amor con elque "Dios ha amado de tal suerte al mundo hasta el punto de darle a su Hijo Unignito. (IDC 7, Pablo VI)

    La parbola... permite comprender el misterio de la misericordia como un drama profundo entre el amordel Padre y el pecado de cada uno de sus hijos... toca indirectamente toda clase de rupturas de la alianza de

    amor, toda prdida de la gracia, todo pecado...La analoga se desplaza hacia el interior del hombre, el drama de la dignidad perdida, la conciencia filial

    echada a perder.... (DM 5, Juan Pablo II)(105) Con Cristo estoy crucificado y, vivo, pero no soy yo, sino que es Cristo quien vive en m. (Gal

    2,20)(106) La gloria de mi Padre est en que den mucho fruto. (Jn 15,8)(107) ...y todo el que da fruto lo poda, para que de ms. (Jn 15,2)

    MORADAEn la casa de mi Padre hay muchas moradas. (Jn 14,2)

    Mi Corazn necesariamente tiene que estar dentro de m, y mis hijos predilectos, si quieren ser de miCorazn, deben morar tambin en Mi. (108) Pero Yo no introduzco a nadie en mi interior si antes no me estudiay en lo exterior me imita, crucificndose. ste es, por decirlo as, el primer grado de la vida de mis verdaderoshijos: asimilarse a l en el trabajo, la modestia, el dolor, la obediencia, la humildad y en otras muchas virtudes.(109)

    Tambin por la herida de mi costado penetran las almas dentro de M y realmente felices recorren miinterior detenindose en mis llagas y, comprendiendo mi amor al mundo, aspiran el perfume de la santidaddivina. ste es como un segundo grado en el que comienzan las almas a enamorarse de M y a practicar otraserie de virtudes ocultas como el recogimiento, el silencio, la soledad. Pero existe otro tercer grado para lasalmas que totalmente se me entregan. (110)

    A stas las llevo al fondo de mi Corazn para sumergirlas, primero, en el mar que en l existe. (112) Este

    mar es de SANGRE que hacen derramar las espinas que le cien; es decir, la ingratitud de los hombres. Ah seempapan estas almas escogidas sintiendo doblemente tanto mis dolores fsicos, como los internos, pero se lavanENSANGRENTNDOSE. Y cuando han sido ya traspasadas con mi lanza, punzadas con sus espinas,acibaradas con mi propia amargura, ascienden entonces a la cruz interior y oculta en que reside la esencia delDOLOR DE MI CORAZN.

    Dichosas las almas que vivan y mueran dentro de la cruz interna que traspasa mi Corazn. Felices las quealcancen este tercer grado. ste es el camino que tienen que recorrer, hijos de mi amor; sta es la morada que elEsposo celestial les tiene preparada a los que profesan la religin del dolor de mis dolores.

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    En cul grado estn? Llenan el fin a que les obliga mi amor al traerlos a mi altar, al admitirlos a mi tratontimo, (113) al retirarlos de las comodidades del mundo, invitndolos a la crucifixin ms pura y santa dentrode mi Corazn?

    Cuando las almas alcanzan esa inmensa gracia, (114) cuando conocen mis dolores internos y los aprecianen lo que valen, cuando los latidos de su corazn son mos y la unin de nuestras voluntades es perfecta,entonces gustan de las dulzuras de la cruz y, por ms empapadas que estn de su amargura, la sienten suave apesar de su asperidad, y preciosa porque el dolor llega a ser su delicia. (115)

    Jess de nuestras almas, qu te diremos? Que nos des ya ese tercer grado divino para hacer nuestra

    morada en el interior de la cruz, amadsima de tu Corazn: ah est nuestra felicidad, la paz y la verdadera dichaque slo produce el dolor. Amn.

    En las pginas del Evangelio tendremos la luz con la cual iluminados y fortalecidos podremosadentrarnos en el sagrario de este divino Corazn. (HA 32, Po XII)

    Conoce el Corazn de Dios en l