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Concurso organizado por el tercer ciclo con motivo del Día de Andalucía.
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ÍNDICE
Primer premio
La misión de Elo.
Segundo premio
El caso del rubí rojo.
Tercer premio
La gallina Carlota.
Accésit
Fiesta de cumpleaños.
Accésit
La ilusión de un niño.
Publicación
La amistad de la fantasía..
Publicación
Adiós.
Paola Pérez Real
Irene Bernal Martínez
María Alonso Niño
Joaquín Infante Rodríguez
Francisco J. López Benítez
Lucía Reyes Álvarez
Candela Rodríguez Ragel
LA MISIÓN DE ELO
En las noticias vi que la semana pasada hubo una casualidad,
dos asteroides de gran tamaño se dejaban ver, uno entraba en la
atmósfera chocando contra Rusia y el otro pasaba muy cerca de la
Tierra.
Esto me impresionó y pensé que podrían llegar más asteroides
a la Tierra y empecé a investigar en mi ordenador. Datos, noticias,
fotos, investigaciones de científicos…todo lo leía, estaba tan pendiente
de mi investigación que el tiempo pasó muy deprisa, cuando mi madre
me llamó para cenar.
Mientras cenaba estaba todavía pensando en todo lo que había
visto y leído, sin prestar atención a lo que ocurría en la mesa y eso
que mi madre me había preparado mi cena preferida, sándwich de
jamón y queso con mantequilla bien tostadito.
Después de la cena como un robot me lavé los dientes, me
puse el pijama y me acosté. Esa noche dormí fatal, di muchas vueltas
en la cama y me desperté muchas veces, un gran asteroide enviado
por seres de otro planeta estaba a punto de destruir la Tierra, ¡¡oh
Dios mío!!
A la mañana siguiente, me desperté e hice lo de todos los días.
Cuando estaba en el colegio a segunda hora, en clase de lengua, el
timbre sonó dos veces, eso era la señal de peligro, ¡qué pasaría!
Todos los niños y las niñas corrimos al patio, gritando y hablando con
nerviosismo. Al llegar a la pista de fútbol de nuestro patio frenamos,
una niebla espesa la cubría, de pronto un sonido extraño recorrió el
colegio y todos nos callamos, en ese momento una luz me iluminó y la
niebla desapareció, un ser que no era humano pero que tenía; cabeza,
cuerpo y extremidades se dirigió hacia mí. Tenía mucho miedo, tanto
que en medio minuto me comí todas las uñas, pero también tenía
entusiasmo de conocer a ese ser y saber para qué había venido.
El ser se presentó, con el nombre de ELO, su voz chillona era
traducida por una máquina pequeña que llevaba colgada en su fino cuello
de color naranja. Empezó a contarnos por qué había venido y cuál era su
misión, y lo más importante porque había venido a mi cole y me había
iluminado… Se dirigió hacia mí para darme un pergamino donde
aparecía en nuestro idioma las instrucciones para convertirnos en seres
poderosos. En ese instante subió a su nave y voló tan rápido como un
rayo.
La policía, bomberos y personas del ejército llegaron al colegio
para protegernos pero ya no era necesario, se dirigieron a mí y me
preguntaron si quería acompañarles, y así fue. Horas más tarde me
estaba reuniendo con todos los presidentes, presidentas, reyes y reinas
de todo el mundo para mostrarles el pergamino que me había entregado
ELO. Todos lo leyeron con curiosidad y empezaron a hablar en voz baja
unos con otros.
El mensaje era muy claro, en él ponía que teníamos que vivir en
paz, cuidarnos, ayudarnos, repartir las riquezas, utilizar los recursos de la
naturaleza, no contaminar… porque si no destruiríamos la Tierra y no
seríamos seres poderosos. Yo era la persona encargada de llevar de un
lado para otro el pergamino para que en todo el mundo lo cumpliese.
La misión de ELO se convirtió en mi misión.
Paola Pérez Real
6ºB
EL CASO DEL RUBÍ ROJO
Era una tarde calurosa de verano, el detective Robert estaba en su despacho
mirando sus apuntes cuando de repente sonó el teléfono, riiinngg, riiinngg,
era el inspector Brown.
-¡Robert acuda enseguida al cuartel general, le necesitamos!
-Enseguida señor.
Él se levantó, y en menos de quince minutos estaba allí. Había un montón de
gente que parecía preocupada, y el inspector con su ayudante; Mark (que era
un principiante) dando vueltas de un lado a otro.
-Ya estoy aquí señor- dijo Robert un poco cansado.
-¿Qué quería?- repitió.
-¡Ay señor!, han robado el rubí rojo, que se encontraba en el palacio de las
artes.
-¡Increíble! ¿Tienen alguna pista sobre ello?
-No, por eso te hemos llamado, para que lo investigues- aclaro el inspector.
-De acuerdo, pero voy a mi casa a coger el material, no tardo.
-Más le vale, es urgente- replico el inspector.
-De acuerdo.
Robert se puso a correr de nuevo, llego a su casa y se preparó para salir. Al
cabo de media hora ya estaba listo, en primer lugar tenía que reunir a los
sospechosos. Así qué empezó a buscar pistas. Después fue al lugar de los
hechos. Como el sabía, no iba a estar sólo, allí estaban un montón de policías
y varía gente husmeando. Se encontró con el comisario Ferguson, a los dos
les gusta hablar, esta es la conversación que tuvieron.
-Buenos días comisario- saludo Robert.
-Que, ¿ya han encontrado una pista sobre el caso?
-Bueno eso a ti no te importa, la información es confidencial- exclamó
Ferguson.
-El inspector me ha dicho que de este caso me ocupo yo.
-Pues dile que se equivocado, los únicos encargados del caso somos Luis
y yo- replico señalando a un chico que se comía un burrito.
-Nadie me puede prohibir que resuelva el problema- dijo Robert.
-No, pero yo que tu tendría cuidado, alguien puede hacerse daño- amenazó
Ferguson.
Robert anoto la conversación, le pareció raro que Ferguson se hubiera
comportado así. Siempre han sido buenos amigos. En una hoja blanca anoto
a Ferguson y a su jefe, el señor Brown, que podría haberle mentido sobre el
sitio al que tendría que ir, la situación...
Siguió investigando hasta que se encontró un pasamontañas, lo olisqueo un
poco, pero como estaba resfriado no saco mucha información. Decidió ir a la
perrera a por un perro para que le ayudara a recopilar información.
-Hola Ron buenas tardes- empezó Robert
-Buenas chico, ¿qué te trae por aquí?- dijo Ron amablemente.
-Necesito un perro con olfato, ¿te quedan de esos?
-Oh, tenía pero todos se han resfriado y ahora mismo no diferencian una
sabrosa hamburguesa de un huevo podrido- aclaro él.
-Pobrecitos, de verdad no te quedan ni uno.
-Bueno en realidad me queda uno, pero no es ni fuerte ni ágil, es un poco
canijo. Pero olfato tiene- dijo Ron.
-No importa me lo llevo, ¿cuánto es?
-17'5, son perros de la calle.
-Ahora mismo no tengo suelto de pagaré semana que viene.
-De acuerdo que no se te olvide.
Cuando salió de la tienda Robert le enseñó el pasamontañas al perro,
entonces olisqueó hasta llegar a un callejón sin salida allí encontraron unos
cuantos polvos que coincidían con el mismo color que el rubí. El perro siguió
olisqueando le llevó una panadería que Robert no conocía, era muy
misteriosa. De repente se oyó una voz provenía de dentro, siguió hablando.
-Chicos escuchadme bien, es un plan sencillo, mañana por la mañana más o
menos sobre las nueve horas nos dirigiremos al banco para atracarlo.
Marcos tú te colarás por la puerta de atrás, Sonia tu ayuda a Paqui a robar los
billetes, Manuel tú sigue adelante, esquiva a todos los guardias y mantente
escondido- dijo el jefe- ¿lo tenéis todos claro?
-¡¡¡Sí!!!- respondieron ellos.
Para asegurarse de que ellos eran los culpables del robo, puso el
pasamontañas en el suelo, entonces uno de los ladrones se levantó y dijo:
-Mirad aquí está mi pasamontañas.
-No grites, nos puede oír alguien.
Entonces ya estaba seguro de que ellos eran los ladrones. Corrió hasta la
plaza donde ahora mismo había una reunión para hablar sobre el tema.
Robert se subió al escenario le quitó el micrófono al que estaba hablando y
grito:
-Mañana a las nueve horas los mismos que robaron el rubí se dirigirán al
banco a atracarlo.
-¿Y por qué deberíamos creerte?- dijo un hombre.
-Porque yo nunca miento y no quiero que esos ladrones se salgan con la
suya, ¿sabe?
Todos se quedaron en silencio, hasta que una mujer dijo:
-¿Qué debemos hacer para prevenirlo?
Robert explico, y explico. A la mañana siguiente todos estaban listos entrar en
acción, ya eran las nueve y los ladrones estaban dentro del banco. En ese
momento del techo calló una jaula, los ladrones estaban dentro de ella. En
ese momento apareció la policía, la cual se llevó a todos los ladrones. Robert,
el comisario, el inspector y el alcalde se dirigieron a la panadería. Allí
encontraron el rubí. Por la tarde los ciudadanos honraron a Robert con un
premio nombrándolo detective profesional. Después hablo con el comisario
sobre por qué había estado ese día de tan mal humor, y el explico que esa
noche había dormido mal. Al final todo salió bien, todos contentos.
Irene Bernal Martínez
5º A
LA GALLINA CARLOTA
La gallina Carlota era de color blanco, con una cresta muy
roja, un pico naranja clarito pequeño y tenía una mancha
alrededor del ojo que la diferenciaba de las demás. Por esa
mancha, las otras gallinas se metían con ella.
- Carlota,... por esa mancha eres muy fea – dijo una con
un tono de listilla.
- Nunca pondrás un solo huevo – dijo otra riéndose.
- Pues me da igual tener una mancha que no tenerla – dijo
ella a la defensiva.
- No, no es lo mismo – dijo otra un poco chula.
Carlota se fue muy triste porque no la querían. Salió fuera
para comer un poco.
Cuando estuvo llena, se metió en el gallinero y no les echó
cuenta a las demás gallinas. Se fue a su “lugarcito”, que
estaba en una de las esquinas. Se quedó dormida durante,
más o menos, 1 hora.
Se despertó con una lluvia muy fuerte.
Se sentía sola porque las demás gallinas dormían.
Intentó quedarse dormida pero tardó mucho tiempo.
Por la mañana cuando se despertó, se vio sola porque todas
las gallinas estaban comiendo. Cuando se levantó vio un
huevo en su nido. Se sorprendió al ver aquel huevo y se
frotó los ojos porque creía que era un sueño; pero no, no era
un sueño. Lo cogió y se lo enseñó a todas las gallinas.
- ¿Qué…? ¿Cómo….? - dijo una.
- No puede ser,…. - dijo otra.
- La más fea y la más joven - dijo otra sorprendida.
- Pues sí, es verdad, aunque no os lo creáis – dijo Carlota
muy satisfecha.
Lo del huevo se extendió por toda la granja, desde los caballos a
los perros, desde los conejos a las hormigas.
Un día visitaron el gallinero algunos animales.
- Carlota, ¿con ese huevo vas a hacer una tortilla? - dijo el gallo
impaciente.
- Carlota, ¿con ese huevo vas a hacer una galleta? - dijo el grillo.
- Carlota, ¿con ese huevo vas a hacer un bollo? - dijo el caballo
mirando hacia abajo.
- Carlota, ¿con ese huevo vas a hacer un bizcocho? - dijo el
conejo travieso.
- No, no, no y no – dijo ella a cada una de las preguntas-. Es
una sorpresa, ya lo veréis, tardará dos o tres días en salir.
- ¿Qué es? ¿Qué es? - dijeron todos a la vez.
- No lo puedo decir, es un secreto – dijo ella.
Después de dos o tres días salió un precioso pollito muy amarillo;
los animales supieron lo que quería decir la gallina aquel día.
Y Carlota fue feliz con su pollito y salió a pasear por la granja para
dar envidia a las demás gallinas que se habían reído de ella.
María Alonso Niño
6º A
FIESTA DE CUMPLEAÑOS
Se acercaba el 28 de Febrero y Andalucía se estaba
preparando para celebrar su cumpleaños. Invitó a sus dos hermanas
Cataluña y País Vasco a la fiesta.
Hacía mucho tiempo que no se veían y cuando se encontraron
se alegraron mucho. Las dos saludaron a Andalucía en sus idiomas,
que sólo ellas entendían y Andalucía les dijo que no empezaran con
tonterías, que ya sabían que así no les entendería. Vuestros idiomas
serán muy bonitos, pero en castellano nos entenderemos las tres.
A País Vasco y a Cataluña les iba muy bien, tenían dinero y
trabajo, cosa que a Andalucía le alegraba por ser sus hermanas, pero
a la vez le daba envidia, porque ella estaba en paro. Sin embargo, era
la más graciosa y con más arte de las tres hermanas. Además,
siempre se había destacado por su solidaridad con los más
necesitados, mientras que sus hermanas, las ricas, sólo querían
enriquecerse sin pensar en los demás.
Andalucía aprovechó la ocasión para reprocharles que desde
jóvenes quisiesen vivir sin tener nada que ver con su padre (España).
Ellas le contestaron que tenían su propia identidad y que viviendo
solas no tendrían que compartir su dinero con el resto de la familia.
También acudieron al cumpleaños los ocho hijos de Andalucía,
Huelva, Sevilla, Cádiz, Málaga, Jaén, Córdoba, Granada y Almería, la
mayoría de ellas se dedicaban al mar, al campo y al turismo, pero
desgraciadamente en estos tiempos había poco trabajo para ellas. Al
menos, eran muy alegres y esto les hacía pasar mejor las penas.
En la fiesta, las hermanas ricas le dijeron a Andalucía que si
sus hijos no encontraban trabajo ellas les intentarían ayudar. La fiesta
transcurrió con normalidad, le cantaron el cumpleaños feliz, sopló las
velas y pidió un deseo, por supuesto, trabajo.
¡¡¡ FELIZ CUMPLEAÑOS ANDALUCÍA!!!
Joaquín Infante Rodríguez 5º B
LA ILUSIÓN DE UN NIÑO
Érase una vez un niño que vivía en una familia muy pobre. Él
era feliz con tan sólo escuchar la radio, le encantaba oír la música,
pues lo que más le gustaba era cantar y bailar. Todos le decían que
cantaba muy bien que por qué no intentaba grabar un disco, pero la
economía de la familia no se lo podía permitir. Su madre todos los
días sufría al ver que su hijo no podía cumplir su sueño. Ella
limpiaba escaleras, casas e incluso le hacía recados a los vecinos
por tan solo la voluntad y poco a poco iba guardando unos
pequeños ahorros, pero casi no le alcanzaba ni para comer.
Aún sin apenas tener nada el niño era feliz tan solo tenía una
ilusión, llegar a cantar en un escenario, donde todo el mundo lo
pudiera ver. Él no quería ser famoso ni tampoco grabar un disco,
solamente que todos lo vieran y lo escucharan cantar, no
necesitaba nada más.
Un día al llegar a su casa, encontró a su madre en el suelo, el
niño se puso muy triste y de repente empezó a llorar y a llorar y
gritando empezó a llamar puerta por puerta, para que alguien
socorriera a su madre. Era lo único que tenía y no sabía qué le
pasaba, tan solo que estaba desmayada en el suelo y no se movía.
De repente, empezaron a llegar los vecinos, llamaron al hospital y
rápidamente llegaron los servicios de urgencias. El niño
preocupado no sabía qué hacer. Una vez en el hospital le hicieron
pruebas y pruebas, le detectaron un tumor y estaba muy avanzado.
Lo único que le podía salvar era una carísima operación.
El niño pensó y pensó de dónde podía sacar tanto dinero para
salvar a su madre, así que pensó en hacer lo único que sabía,
cantar. Un día fue de plaza en plaza cantando y guardando todo el
dinero que le daban día tras día hasta que creyó que tenía lo
suficiente. Se fue enseguida al hospital, le entregó el dinero al
médico y enseguida la operaron.
A las pocas semanas su madre estaba de nuevo en su casa,
sana y feliz por tener a su lado a un hijo tan maravilloso.
Al día siguiente, se escuchaba mucho ruido en la calle y su madre
salió a ver qué pasaba. Los vecinos del pueblo le estaban preparando
al niño una fiesta por lo que había hecho por su madre, le pusieron un
enorme escenario para que el niño cumpliese su sueño.
Francisco Javier López Benítez
6ºB.
LA AMISTAD DE LA FANTASIA
Hola, me llamo Gonzalo y os voy a contar una historia que me
ocurrió mientras dormía, lo primero que vi cuando cerré los ojos fue un
pequeña y hermosa hada llamada Estela, aunque no lo parecía era la
reina de las hadas, ella me dijo con dulzura que me fuese con ella y
acepté, fue fantástico el viaje, vi la luna, las estrellas y las pude tocar.
Cuando llegamos me fije en su reino y no era muy bonito que
digamos, no había árboles, ni plantas y ni seres vivos, era horrible. Le
pregunté a la reina que había ocurrido y ella me contestó que no había
llovido desde hace muchos años.
Después de un silencio, ella me dijo que por eso me había
mandado ¿pero porque yo? Dije. Ella me dijo que necesitaba un
antídoto para que pudiese llover. Yo me quedé con una cara
sorprendida porque no sabía cuál era el antídoto ¿y si me
equivocaba? Entonces la reina me dio un mapa donde tenía que ir a
varios pueblos. Para ir más rápido me dio un águila llamada Santi, era
muy grande y esbelto. Me senté en su lomo y empezó a volar muy alto
y rápido (qué miedo). Nuestra primera parada era en un pequeño
pueblo, donde todos eran iguales, no había peleas y no se insultaban,
era un pueblo de paz. Conocimos a su reina y le preguntamos si aquí
estaba el antídoto, ella dijo que no, pero a la reina lo sentía tanto decir
que no, nos dio una paloma blanca para que nos ayudara. Durante el
viaje lo pasamos genial. Al día siguiente fuimos al siguiente punto, era
un pueblo musical, todos cantaban al son de la canción, era un país
feliz. Fuimos a ver a su reina llamada Doña Musical, le preguntamos si
aquí se encontraba un antídoto y ella contesto que no, entonces nos
dio una nota musical, era “Do”. Para que nos acordásemos de ellos.
Fuimos a nuestro siguiente punto se llamaba el país de las risas, se
llamaba así porque todo el mundo reía y nunca estaban tristes. Fuimos
a ver a su rey Don Risón, le preguntamos por el antídoto y él contestó
que ahí no había ninguno, pero como nos vio tristes nos regalaron una
muñeca que sonreía y hablaba todo el tiempo (la verdad que nos
ayudó mucho).
Al final fuimos a todos los pueblos y en ningún pueblo
estaba el antídoto, tuvimos que volver al reino de las hadas y sin
antídoto, cuando entramos al castillo de la reina le dije que no lo
habíamos conseguido, hubo un silencio, entonces la reina señaló
hacia la ventana y no me lo pude creer lo que estaba viendo,
comenzó a llover, me quedé sorprendido, en ese momento dijo la
reina: EL VERDADERO ANTIDOTO ES LA AMISTAD.
Entonces me di cuenta de que en este viaje e conocido a
muchas personas que me lo he pasado fenomenal y he conocido
muchos pueblos que no conocía antes.
De repente me desperté del sueño y fui corriendo a decírselo a
mis padres, Mis padres no me creyeron, entonces salió la reina de las
hadas y les llevaron a su reino.
Lucía Reyes Álvarez
6º A
Adiós
Me llamo Sofía y tengo once años. Vivo en Andalucía, en un
pueblo de Cádiz llamado Rota, o al menos hasta hace unas
semanas, antes de que me mudara.
Todo empezó un día, cuando mi padre enfermó. Se despertó
con mucha fiebre, y ni siquiera podía salir de la cama. Al día
siguiente el médico lo vio y le explicó a mi madre que le tenían que
hacer unas pruebas para saber qué le pasaba. Mi madre y yo
estábamos muy preocupadas, pero no tanto como mis abuelos,
pues al contárselo hicieron las maletas y se vivieron a nuestra casa
hasta que mi padre se recuperara.
Esperamos unos días, por si mejoraba. Nada, seguía igual; por
lo que lo llevamos al hospital. Nos llevamos allí todo el día. Pero
mereció la pena.
- Tengo buenas noticias. Se curará rápidamente si se toma
estos antibióticos –dijo un médico.
Entonces nos enseñó unos botes con unos nombres muy raros.
- ¿Cuándo podrá volver a casa?
- Dentro de media hora más o menos.
- Está bien.
- Cuando se fue e doctor le pregunté a mi madre:
- ¿Vamos a comprar os antibióticos para papá?
- Vale.
Compramos todo o necesario y fuimos a por mi padre. Volvimos a
casa rápidamente, para poder explicarles todo a los abuelos.
Al día siguiente, mi padre llamó a su jefe. Le tenía que explicar
todo lo ocurrido.
Estaba un poco nervioso, porque no era muy amable y tal vez
se enfadaba por no haberle avisado antes.
Peor, pensó, cuanto antes mejor y marcó el número.
- ¿Sí?
- Hola, soy Javier, trabajo en una oficina de su empresa.
- Hola, ¿eres tú el que lleva faltando una semana?
- Sí, es que he estado malo.
- ¿Y por qué no has llamado antes?
- Lo siento, no he podido.
Y así se llevaron un buen rato, por lo que me aburrí de escuchar
desde detrás de la puerta y me fui a mi cuarto. Más tarde volví y
escuché esto más o menos:
- ¡Pues haberme avisado antes!
- Es que estuve enfermo… ¡Por favor, no me despida!
- ¡Ya lo he decidido!
- Pero…
- ¡No hay más que hablar, no te voy a contratar!
Entonces el jefe colgó. Mi padre se desanimó muchísimo. Más tarde
se lo explicó a mi madre. Ella se enfadó y fue a casa del antiguo jefe
a quejarse. Le explicó su problema, pero él le contestó:
- Lo siento señora, pero mientras su marido estaba en la cama
viendo a televisión, yo tuve que contratar a otro para que hiciese
su trabajo. Este lo hace mejor, por lo que no me compensa
despedirlo.
- Con todos mis respetos, ¡no le permito que me hable así! Mi
marido ha estado enfermo, no ha podido asistir. ¿Cómo
pretende que vaya así a trabajar? ¿Quiere despedirlo por haber
estado enfermo?
Entonces el jefe, enfadado, cerró la puerta de golpe.
Mis padres, lentamente, se dieron cuenta de que nos teníamos que
mudar. Entre todos decidimos irnos a Madrid, a una ciudad donde
viven unos primos míos. Yo no tenía ganas de cambiar de colegio,
de casa, de compañeros… Pero, bueno tenía que hacerlo.
Candela Rodríguez Ragel
6º A