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UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID ESCUELA TÉCNICA SUPERIOR DE INGENIEROS AGRÓNOMOS DEPARTAMENTO DE BIOLOGÍA VEGETAL CONDICIONAMIENTOS AMBIENTALES DE ERICA ANDEVALENSIS CABEZUDO & RIVERA Respuesta frente a metales pesados TESIS DOCTORAL presentada por CARLOS MONTES BOTELLA Ingeniero Agrónomo para optar al título de DOCTOR INGENIERO AGRÓNOMO

Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

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Page 1: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID

ESCUELA TÉCNICA SUPERIOR DE INGENIEROS AGRÓNOMOS

DEPARTAMENTO DE BIOLOGÍA VEGETAL

CONDICIONAMIENTOS AMBIENTALES

DE ERICA ANDEVALENSIS CABEZUDO & RIVERA

Respuesta frente a metales pesados

TESIS DOCTORAL

presentada por

CARLOS MONTES BOTELLA

Ingeniero Agrónomo

para optar al título de

DOCTOR INGENIERO AGRÓNOMO

Page 2: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo
Page 3: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

ÍNDICE GENERAL

pagina

ÍNDICE DE TABLAS jii

ÍNDICE DE FIGURAS vii

SIGLAS MÁS FRECUENTES xl

RESUMEN / ABSTRACT xiii

CAPITULO 1: INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS

1.1.-LOS ENDEMISMOS ESPAÑOLES 3

1.2.- LAS PLANTAS HIPERACUMULADORAS 4

1.3.- EL POTENCIAL HIPERACUMULADOR DE LOS ENDEMISMOS ESPAÑOLES 7

1.4.-OBJETIVOS 10

CAPÍTULO 2: DESCRIPCIÓN DE LA ZONA DE ESTUDIO

2.1.-CARACTERÍSTICAS GENERALES 13

2.2.-GEOLOGÍA 13

2.3.- HIDROLOGÍA 24

2.4.- CLIMATOLOGÍA 25

CAPÍTULO 3: CARACTERIZACIÓN DE LA ESPECIE

3.1.-GENERALIDADES 41

3.2.- TAXONOMÍA DEL GÉNERO 42

3.3.- DESCRIPCIÓN 43

3.4.- ECOLOGÍA 45

CAPÍTULO 4: CARACTERIZACIÓN DE LOS PARÁMETROS ESTUDIADOS

4.1.- METALES PESADOS 51

4.2.- PARÁMETROS ESPECÍFICOS DE AGUAS 62

4.3.- PARÁMETROS ESPECÍFICOS DE SUELOS 69

Page 4: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

CAPITULO 5: MATERIALES Y MÉTODOS

5.1.- DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN 81

5.2.- METODOLOGÍA ANALÍTICA 94

CAPÍTULO 6. PRESENTACIÓN DE RESULTADOS

6.1- METALES PESADOS 131

6.2.- ANÁLISIS ESPECÍFICOS DE PLANTAS 132

6.3.- ANÁLISIS ESPECÍFICOS DE AGUAS 132

6.4.- PARÁMETROS ESPECÍFICOS DE SUELOS 133

6.5.-TABLAS 134

CAPÍTULO 7. DISCUSIÓN DE RESULTADOS

7.1.-PLANTEAMIENTO GENERAL 195

7.2.-AGUAS 195

7.3.- SUELOS 245

7.4.- PLANTAS 271

CAPÍTULO 8. CONCLUSIONES 341

BIBLIOGRAFÍA 349

Anejos

Agradecimientos

u

Page 5: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

ÍNDICE DE TABLAS

página

CAPÍTULO 1

Tabla 1.1. Número de endemismos vegetales 4

Tabla 1.2. Cantidades anuales de metales extraídos por plantas 6

CAPÍTULO 2

Tabla 2.1. Situación de los observatorios meteorológicos considerados 25

Tabla 2.2. Periodos de heladas poco frecuentes (Emberger) 27

Tabla 2.3. Periodos libres de heladas (Papadakis) 27

Tabla 2.4. Tipos de invierno (Papadakis) 28

Tabla 2.5. Características térmicas de la estación de verano-otoño 29

Tabla 2.6. Tipos de verano (Papadakis) 29

Tabla 2.7. Regímenes térmicos según Papadakis 30

CAPÍTULO 4

Tabla 4.1. Características químicas generales de los metales estudiados 51

Tabla 4.2. Clasificación de las aguas según su grado de mineralización 64

Tabla 4.3. Colores característicos de suelo y componentes que denotan 70

Tabla 4.4. Efectos esperables para distintos intervalos de pH 71

CAPÍTULO 5

Tabla 5.1. Envase y tiempo máximo de almacenaje recomendados por la EPA 89

Tabla 5.2. Elementos presentes en la mineralización de San Platón 90

Tabla 5.3. Contenido de metales en muestras compuestas de E. andevalensis 92

Tabla 5.4. Resumen de las determinaciones llevadas a cabo en el material vegetal 93

Tabla 5.5. Cuadro resumen de las determinaciones llevadas a cabo en aguas 94

Tabla 5.6. Cuadro resumen de las determinaciones llevadas a cabo en suelos 95

Tabla 5.7. Valores de metales pesados en plantas sometidas o no a lavado 96

Tabla 5.8. Condiciones de trabajo empleadas para la determinación de metales 100

Tabla 5.9, Condiciones empleadas para la digestión de muestras de plantas 103

Tabla 5.10. Ensayo de exactitud (plantas) 104

Tabla 5.11. Ensayo de precisión (plantas) 105

Tabla 5.12. Ensayo de exactitud (aguas) 106

Tabla 5.13. Ensayo de precisión (aguas) 106

Tabla 5.14. Extracción secuencia! de metales pesados en sedimentos (Tessier) 108

Tabla 5.15. Extracción secuencial de metales pesados (Quevauviller) 109

Tabla 5.16. Extractantes empleados por distintos autores 111

111

Page 6: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

pagina

Tabla 5.17. Condiciones empleadas para la digestión de muestras de suelos 114

Tabla 5.18. Ensayo de exactitud (suelos) 115

Tabla 5,19. Ensayo de precisión (suelos) 115

Tabla 5.20. Condiciones de trabajo empleadas para la determinación de sodio y potasio. 121

Tabla 5.21. Ensayo de exactitud aplicado ai análisis de sodio y potasio 121

Tabla 5.22. Ensayo de precisión aplicado al análisis de sodio y potasio 122

CAPÍTULO 6

Tabla 6.1 a 6.13. Metales pesados en E. andevalensis. 1 - muestreo 134

Tabla 6.14. Metales pesados en hojas de A/, o/eanc/er. 1-muestreo 147

Tabla 6.15 a 6.23. Metates pesados en £ andeva/e/7s/s. 2° muestreo 148

Tabla 6.24. Metales pesados en hojas de N. oleander. 2° muestreo 157

Tabla 6.25 a 6.33. Metales pesados en E. andevalensis. 3 - muestreo 158

Tabla 6.34. Metales pesados en hojas de N. oleander. 3 - muestreo 167

Tabla 6.35. Metales pesados en aguas del río Odiel (Huelva) 168

Tabla 6.36. Metales fácilmente extraíbles en los horizontes de suelo analizados 171

Tabla 6.37. Metales ligados a óxidos de Fe y Mn en los horizontes de suelo analizados.... 172

Tabla 6.38. Metales ligados a materia orgánica en los horizontes de suelo analizados 173

Tabla 6.40. Metales pseudototales en los horizontes de suelo analizados 174

Tabla 6.41. Parámetros físico químicos generales en aguas 175

Tabla 6.42. Principales aniones en aguas 176

Tabla 6.43. Principales cationes en aguas 177

Tabla 6.44. Parámetros indicativos de contaminación en aguas 178

Tabla 6.45. Parámetros generales y físico-químicos en suelos 189

Tabla 6.46. Complejo de cambio 190

Tabla 6.47. Extracto de saturación 191

CAPÍTULO 7

Tabla 7.1. Intervalos de pH admisibles en agua según los usos previstos 198

Tabla 7.2. Conductividad eléctrica admisible en agua según los usos previstos 202

Tabla 7.3. Coeficientes de determinación de regresiones sobre dureza 203

Tabla 7.4. Contenido de cloruros admisible en agua según los usos previstos 206

Tabla 7.5. Contenido de sulfates admisible en agua según los usos previstos 210

Tabla 7.6. Contenido de sodio admisible en agua según los usos previstos 214

Tabla 7.7. Demanda química de oxígeno admisible en agua según los usos previstos 219

Tabla 7.8. Compuestos nitrogenados inorgánicos admisibles en agua según usos 223

Tabla 7.9. Contenido de fosfatos admisible en agua según los usos previstos 224

Tabla 7.10. Contenido de cobre admisible en agua según los usos previstos 227

IV

Page 7: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

pagina

Tabla 7.11. Contenido de hierro admisible en agua según los usos previstos 229

Tabla 7.12. Contenido de manganeso admisible en agua según los usos previstos 231

Tabla 7.13. Contenido de zinc admisible en agua según los usos previstos 232

Tabla 7.14. Contenido de plomo admisible en agua según los usos previstos 235

Tabla 7.15. Coeficientes de correlación lineal entre níquel, cobalto y cadmio 236

Tabla 7.16. Contenido de cromo admisible en agua según ios usos previstos 240

Tabla 7.17 y 7.18. Análisis de componentes principales 242

Tabla 7.19. Clases texturales de los horizontes analizados 246

Tabla 7.20. Contenidos normales y tóxicos de cobre total en suelos 253

Tabla 7.21. Contenidos normales y tóxicos de zinc total en suelos 259

Tabla 7.22. Relación entre zinc disponible y calcio en los horizontes analizados 260

Tabla 7,23. Contenidos normales y tóxicos de plomo total en suelos 262

Tabla 7.24. Contenidos normales y tóxicos de níquel total en suelos 264

Tabla 7.25. Contenidos nomnales y tóxicos de cromo total en suelos 266

Tabla 7.26. Contenidos normales y tóxicos de cadmio total en suelos 269

Tablas 7.27 a 7.29. Contenidos medios de cobre en £ andevalensis 274

Tabla 7.30. Análisis de Varianza para el contenido de cobre 277

Tablas 7.31 a 7.33. Contenidos medios de hierro en E. andevalensis 264

Tabla 7.34. Análisis de Varianza para el contenido de hierro 286

Tablas 7.35 a 7.37. Contenidos medios de manganeso en E. andevalensis 291

Tabla 7.38. Análisis de Varianza para el contenido de manganeso 294

Tablas 7.39 a 7.41. Contenidos medios de zinc en £ andevalensis 298

Tabla 7.42. Análisis de Varianza para el contenido de zinc 301

Tablas 7.43 a 7.45. Contenidos medios de plomo en £ andevalensis 306

Tabla 7.46. Análisis de Varianza para el contenido de plomo 309

Tablas 7.47 a 7.49. Contenidos medios de níquel en £ andevalensis 312

Tabla 7.50. Análisis de Varianza para el contenido de níquel 316

Tablas 7.51 a 7.53. Contenidos medios de cobalto en £ andevalensis 320

Tablas 7.54 a 7.56. Contenidos medios de cadmio en £ andevalensis 325

Page 8: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo
Page 9: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

ÍNDICE DE FIGURAS

página

CAPÍTULO 2

Figura 2.1. Esquema de situación de los observatorios climatológicos 25

Figura 2.2. a 2.8. Diagramas ombrotérmicos 31

Figuras 2.9 a 2.15. Balances hídricos 33

CAPÍTULO 3

Figura 3.1. Erica andevalensis, entre Zalamea la Real y Jabugo 44

CAPÍTULO 4

Figura 4.1. Formas de fósforo predominantes en disolución dependiendo del pH... 68

Figura 4.2. Disponibilidad de nutrientes de las plantas y el pH según Truog 72

CAPÍTULO 5

Figuras 5.1.a 5.5. Localizaciones de los puntos de muestreo 82

Figura 5.6 a 5.15. Rectas de calibración de metales 100

Figuras 5.16 y 5.17. Recta de calibración para el sodio y potasio 122

CAPÍTULO 6

Figuras 6.1 a 6.6. Fotografías de los perfiles 185

CAPÍTULO 7

Figuras 7.1 y 7.2. Temperaturas 196

Figuras 7.3 y 7.4. pH en aguas 197

Figura 7.5. Turbidez en aguas 199

Figuras 7.6 a 7.9. Conductividad eléctrica y residuo seco en aguas 200

Figura 7.10. Acidez total del agua 203

Figura 7.11. Dureza total dei agua 203

Figura 7.12 y 7.13. Cloruros en aguas 205

Figura 7.14. Sílice en aguas 207

Figura 7.15. Sulfates en aguas 207

Figura 7.16. Recta de regresión de residuo seco frente a sulfates 208

Figura 7.17. Sulfates en aguas frente a niveles legislados para el agua potable 209

Figuras 7.18 a 7.21. Calcio y magnesio en aguas 211

Figuras 7.22 y 7.23. Sodio en aguas 213

Figuras 7.24 a 7.26. Potasio en aguas 214

Figura 7.27. Oxígeno disuelto 217

Figura 7.28. Demanda química de oxígeno (DQO) 218

v i l

Page 10: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

página

Figura 7.29. DQO agua frente a niveles legislados para el agua potable 218

Figuras 7.30 a 7.35. Compuestos nitrogenados inorgánicos en aguas 219

Figura 7.36. Fosfatos en aguas 223

Figura 7.37. Eflorescencias salinas en las orillas del Odiel 225

Figuras 7.38 y 7.39. Cobre en aguas 227

Figuras 7.40 y 7.41. Hierro en aguas 228

Figuras 7.42. y 7.43. Manganeso en aguas 230

Figuras 7.44 y 7.45. Zinc en aguas 232

Figuras 7.46 a 7.48. Plomo en aguas 234

Figuras 7.49 a 7.53. Níquel, cobalto y cadmio en aguas 236

Figuras 7.54 y 7.55. Cromo en aguas 239

Figura 7.56. Granulometría de los horizontes de suelo analizados 245

Figura 7.57. pH en suelos 247

Figura 7.58. Conductividad eléctrica en suelos 248

Figura 7.59. Materia orgánica en suelos 249

Figura 7.60. Nitrógeno total en suelos 250

Figura 7.61. Fósforo en suelos 250

Figura 7.62. Disponibilidad de cobre en los horizontes de suelo analizados 255

Figura 7.63. Disponibilidad de hierro en los horizontes de suelo analizados 257

Figura 7.64. Disponibilidad de manganeso en los horizontes de suelo analizados.. 258

Figura 7.65. Disponibilidad de zinc en los horizontes de suelo analizados 261

Figura 7.66. Disponibilidad de plomo en los horizontes de suelo analizados 263

Figura 7.67. Disponibilidad de níquel en los horizontes de suelo analizados 265

Figura 7.68. Disponibilidad de cromo en los horizontes de suelo analizados 267

Figura 7.69. Disponibilidad de cobalto en los horizontes de suelo analizados 268

Figura 7.70. Disponibilidad de cadmio en los horizontes de suelo analizados 270

Figuras 7.71 y 7.72. Contenido de cobre en Nerium oteander. 276

Figuras 7.73 a 7.75. Contenido de cobre en £ andevalensis 278

Figuras 7.76 a 7.78. Interacciones del contenido de cobre en £ andevalensis 280

Figuras 7.79 y 7.80. Contenido de hierro en Nerium oleander. 285

Figuras 7.81 a 7.83. Contenido de hierro en £ andevalensis 287

Figuras 7.84 a 7.86. interacciones del contenido de hierro en £ andevalensis 289

Figuras 7.87 y 7.88. Contenido de manganeso en Nerium oleander. 293

Figuras 7.89 a 7.91. Contenido de manganeso en £ andevalensis 295

Figura 7.92. Interacciones del contenido de manganeso en £ andevalensis 297

Figuras 7.93 y 7.94. Contenido de zinc en Nerium oleander. 300

VIH

Page 11: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

pagina

Figuras 7.95 y 7.96. Contenido de zinc en E. andevalensis 302

Figuras 7.97 a 7.99. Interacciones del contenido de zinc en £. andevalensis 303

Figuras 7.100 y 7.101. Contenido de plomo en Nerium oleander. 307

Figuras 7.102 y 7.103. Contenido de plomo en E. andevalensis 310

Figura 7.104. Interacciones del contenido de plomo en E. andevalensis 311

Figura 7.105 y 7.106. Contenido de níquel en Nerium oleander. 314

Figuras 7.107 a 7.109. Contenido de níquel en E. andevalensis 316

Figuras 7.110 a 7.112. Interacciones del contenido de níquel en E. andevalensis.. 318

Figuras 7.113 y 7.114. Contenido de cobalto en Nerium oleander 323

Figura 7.115. Contenido de cobalto en £ andevalensis 324

Figuras 7.116 y 7.117. Contenido de cadmio en Nerium oleander 326

Figura 7.118. Contenido de cadmio en Erica andevalensis 328

Figuras 7.119 a 7.145. Microscopía 331

IX

Page 12: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo
Page 13: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

SIGLAS

BOE Boletín Oficial del Estado

CAPV Comunidad Autónoma del País Vasco

CIC Capacidad de Intercambio Catiónico

DOCE Diario Oficial de las Comunidades Europeas

DQO Demanda Química de Oxígeno

E Fracción de metales extraíbles con nitrato amónico en suelos

ERA Enviromental Protection Agency

MMA Ministerio de Medio Ambiente

MO Fracción de metales ligados a materia orgánica en suelos

OX Fracción de metales ligados a óxidos de Fe y Mn en suelos

sss Sobre sustancia seca

XI

Page 14: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo
Page 15: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

RESUMEN

Se ha estudiado el contenido en metales de las distintas partes de Etica andevalensis

(Cabezudo & Rivera) y se han caracterizado las aguas y los suelos de su entorno. Erica

andevalensis es capaz de medrar en un medio extremadamente ácido, con suelos po­

bres y arenosos, y un elevado contenido en metales pesados, siendo su principal me­

canismo de defensa la exclusión de los compuestos tóxicos por parte de las raíces y la

posible precipitación de estos en formas inertes, sea en la pared celular o en células

determinadas. Queda excluida la probabilidad de hiperacumulación de los principales

metales existentes en su entorno, pues en general muestras analizadas presentaron

contenidos de metales en la parte aérea poco superiores a los considerados normales.

ABSTRACT

Metal concentration in Erica andevalensis (Cabezudo & Rivera), main water and soils

parameters in its environment have been studied. Erica andevalensis is able to grow in

a strongly acid conditions and thin, heavy metal contaminated soils. This species reacts

against toxic metáis as a exduder at root level, probably by means of the precipitation of

that ones in the ceil wall or specific cells. Erica andevalensis does not hyperaccumuíate

and shows in its aerial part amounts of metáis slightly higher to average plant.

Xlll

Page 16: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

CAPITULO 1

INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS

Page 17: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo
Page 18: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Introducción y objetivos

1.1.- LOS ENDEMISMOS ESPAÑOLES

La palabra "endemismo" es un derivado culto del griego 8V5TIH£IV {endeméio)

"vivo en un lugar permanentemente", derivado de endemia, "propio de un país"

(Corominas y Pascual, 1980). Así, podemos definir el endemismo como "la especie,

género, etc. que vive en un determinado país (Real Academia Española, 1994), consi­

derando este término en un sentido amplio; nación, región, provincia o territorio.

España es la nación europea que cuenta con mayor número de endemismos

vegetales: 1322 frente a casos tales como los 5 endemismos presentes en Alemania,

que tiene una extensión sólo 1,41 veces menor (tabla 1.1). En el caso de la España

peninsular, la mayor concentración de endemismos se da en Sierra Nevada: 177, de los

cuales 66 son exclusivos de esa zona (Gómez Campo et al., 1984). En las Islas Cana­

rias se desarrollan 321 especies de angiospermas endémicas, 27 monocotiledóneas y

294 dicotiledóneas (Kunkel, 1977).

Entre los factores ecológicos que influyen en la diferenciación de endemismos

en una zona determinada, uno de los conocidos desde antiguo es el carácter del suelo.

Ya el botánico, médico y filósofo florentino Andrea Cesalpino (1519-1603) observó la

presencia de una planta típica en las "piedras negras" (rocas ultrabásicas, ricas en

magnesio y hierro, como las serpentinas) del valle alto del Tíber, en Toscana: la planta

clasificada en 1814 por Desvaux como Alyssum bertolonii. De hecho, muchas áreas de

suelos con contenidos elevados de metales parecen tener una flora característica, que

puede ser única de una localidad específica. Emst (1974) describió estas floras caracte­

rísticas distinguiendo 4 grupos principales:

1) Floras serpentínicas: propias de los suelos desarrollados a partir de serpenti­

nas [Mg3SÍ2 (OH)5l. Estos suelos se caracterizan por ser muy ricos en Cr, Co, Fe, Mg, y

Ni, y deficitarios en Ca, Mo, N, P, K (Brooks, 1998a).

2) Floras de sulfates de Cu-Pb-Zn.

3) Floras de Se.

4) Floras de Cu-Co (propias de África central).

Page 19: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Introdticcicm y objetivos

Como aproximación ai caso de España podemos considerar los endemismos re­

cogidos en ei "Libro rojo de especies vegetales amenazadas de España peninsular e

Islas Baleares" (Gómez Campo, 1987). De las 300 especies recogidas, un 41,3 % están

asociadas a suelos calizos y dolomííicos, un 12 % a suelos salinos (incluyendo 17 es­

pecies de Limonium), un 3,3 % a suelos serpentlnicos, y un 0,7 % a suelos mineros.

Tabla 1.1. Número de endemismos vegetales (nivel subespecie) en los diversos países europeos. (Gómez Campo, 1981)

País Albania Alemania Austria Bélgica Bulgaria Checoslovaquia Dinamarca España

Peninsular Baleares Canarias

Finlandia Francia Gran Bretaña Grecia Holanda Hungria Irlanda Italia Nomega Polonia Portugal

Peninsular Azores y Madeira

Rumania Rusia (europea) Suecia Suiza Yugoslavia (1981)

N"

727 42 553

194 282

de endemismos 141 5

38 0

130 21

1322

2 249 33

611 0 17 8

302 8 12

476

75 157 10 19

278

1.2.- LAS PLANTAS HIPERACUMULADORAS

En 1948, Alyssum bertolonii volvió a recibir el interés del mundo científico gra­

cias al trabajo de O. Mínguzzi y O. Vergnano. Sus estudios descubrieron la capacidad

de esta especie para la acumulación de Ni en sus tejidos: 7900 ¡xg/g en hojas secas de

ejemplares que crecían sobre suelos con 4200 ng/g. Y aunque este trabajo acabó pa-

Page 20: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Introdticcióny objetivos

sando sin pena ni gloria, en años posteriores esta capacidad de acumulación fue des­

crita en otras especies {Alyssum múrale, Hybanthus fíoribundus, Psychotria douarrei)

(Brooks, 1998b).

En la estela de estos trabajos, Robert R. Brooks acuñó el término "hyper-

accumulator" para referirse a las plantas capaces de acumular en sus tejidos 100 veces

el contenido considerado "normal" pana el elemento en cuestión (en el caso del Ni, más

de 1000 |j.g/g en material seco), después de analizar 2000 muestras de heriaario perte­

necientes a los géneros Hybanthus y Homalium (Brooks etal., 1977). En general, estos

hiperacumuladores son especies endémicas asociadas a un tipo dado de sustrato; así,

el mayor número de hiperacumuladores se ha encontrado en suelos serpentínicos, aso­

ciados sobre todo a altos contenidos de Ni y de Mn (Brooks, 1998b). También resultan

muy características especies como Viola calaminaria, Thlaspi calaminare o Thlaspi

caemailescens asociadas a suelos ricos en Cu, Pb y Zn. Un caso límite es el que se da

en la "flora de cobre" del Congo, donde existen depósitos de unas pocas hectáreas que

contienen uno o más endemismos estrictos de la zona, como Vigna dolomitica (Brooks,

1998a).

Hiperacumuladoras o no, las plantas capaces de desarrollarse en suelos ser­

pentínicos y mineros, presentan un gran interés científico y evolutivo por haber sido

capaces de desarrollar una gran tolerancia a elementos normalmente considerados

muy fitotóxicos. No se conocen hiperacumuladores en zonas sometidas a glaciación,

luego un periodo de 10.0(X) años (los transcurridos desde la última de éstas) debe ser

insuficiente para que la evolución conducente a la capacidad de acumular metales se

complete (Brooks, 1998a).

Más allá del puro interés científico, esta capacidad nos abre la perspectiva de

las posibles aplicaciones técnicas de estas plantas:

-Revegetación de tierras contaminadas por metales pesados.

-Exploración mineral, usando estas plantas como señal de la presencia en el te­

rreno del elemento ai cual se encuerrtran normalmente ligadas.

-Fítoextracción: empleo de la capacidad concentradora de metales en plantas

hiperacumuladoras para la extracción de contaminantes de suelos. La viabilidad de esta

técnica, a priori sumamente atractiva por su carácter "ecológico" y su bajo coste, está

condicionada por tos siguientes aspectos:

Page 21: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Introducción y objetivas

a) Capacidad acxjmuladora de la planta, que debe ser muy alta para que

su aplicación técnica sea eficaz.

b) Biomasa de la planta. Aunque no sea el aspecto más importante (tabla

1.2) los mejores hiperacumuladores actualmente conocidos resultan ser plantas

muy pequeñas, con lo que la eficiencia del proceso de descontaminación puede

ser bastante escasa.

c) Lugar de acumulación: la extracción de los contaminantes por parte de

la planta es el primer paso de un proceso que debe culminar con la cosecha del

material vegetal y su eliminación controlada. Si la acumulación no se produce en

la parte aérea de la planta, la cosecha puede resultar demasiado cara y engo­

rrosa.

Tabla 1.2. Cantidades anuales de metales ejdraídos por plantas en función de su rendimiento en biomasa y concentración de metal en la planta (Me Grath, 1998).

Tipo de planta

No htperacumuladora

Híperacumuladora

Concentración (^tg/g)

50

50

50

50

50

500

500

500

500

500

1000

10000

20000

Rendimiento (t/ha)

5

10

15

20

25

5

10

15

20

25

5

5

5

Cantidad extraída (kg/ha)

0,25

0,50

0,75

1,00

1,25

2,50

5,00

7,50

10,00

12,50

5,00

50,00

100,00

-Fitomínería, cultivo de plantas hiperacumutadoras para la extracción de su

contenido metálico. Aspecto fundamental de su viabilidad es el precio de mercado del

metal así obtenido.

Page 22: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Introducción y objetivos

Asimismo, la posibilidad del uso de estas plantas puede abrir nuevas perspecti­

vas a su conservación al atraer el interés de la industria por su estudio y multiplicación a

gran escala.

1.3.- EL POTENCIAL HIPERACUMULADOR DE LOS ENDEMIS-

MOS ESPAÑOLES

Entre los endemismos vegetales españoles, dos grupos aparecen ligados con

más claridad a un contenido elevado de metales en el suelo:

a) Endemismos asociados a suelos peridotíticos. Las mayores fomnaciones peri-

dotíticas y serpentínicas peninsulares se encuentran en Málaga. Entre ellas destaca la

zona de Sierra Bermeja por su riqueza en endemismos serpentínicos como Genista

lanuginosa o Staehelina baetica. El desarrollo de especies exclusivas de este tipo de

sustrato queda bien patente en casos como el de Cabo Ortegal, en La Comña, donde

sobre unos acantilados de naturaleza serpentínica (ofitas) se desarrolla un endemismo

específico {Centaurea borjae), limitado a una población de 15 ejemplares y por tanto con

un elevado riesgo de extinción (Fernández Casas et al., 1987).

b) Endemismos asociados a suelos mineros. Las especies más características

son:

Limonium carthaginense (antes Limonium calaminare), presente en la parte

oriental de la Sierra de Cartagena (Murcia), en la zona de influencia de las minas de La

Unión, aunque no coloniza las escombreras propiamente dichas (Alcaraz Ariza et al.,

1987).

Erica andevalensis, presente en las escombreras de pirita de la zona minera de

Riotinto (Huelva) y ocasionalmente en riberas de arroyos (Talavera Lozano, 1987).

La presencia de metales pesados convierte a estos sustratos en buenos candi­

datos para la búsqueda de especies capaces, bien de hiperacumular (la opción técni­

camente más interesante), bien de soportar en su sustrato concentraciones de ele­

mentos que resultan letales para la mayoría de las plantas. Para tener una primera

aproximación al comportamiento de estas espedes, en el año 1995 planteamos un es-

Page 23: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Introducción y objetivos

tudio inicial del contenido en metales pesados de 1-2 individuos de las especies po-

tencialmente más interesantes, y de las acompañantes más características.

• Zona de Sierra Bermeja (Málaga)

-Especies endémicas:

• Staehelina baetica

• Genista lanuginosa

-Especies acompañantes:

Ulex parviñonjs

Erica australis

Halimium atripfícifoHum

• Zona minera de La Unión (Cartagena, Murcia)

-Especie endémica:

Limonium carthaginense

-Especies acompañantes:

Zygophylium fabago

Ditrichia graveolens

• Zona minera de Riotinío (Huelva)

-Especie endémica:

Erica andevalensis

-Especies acompañantes:

• En los enclaves estudiados no existen, pues £ andevalensis

crece prácticamente aislada.

Este estudio inicial nos permitió formular las siguientes consideraciones de par­

tida:

a) La Sierra Bemneja de Estepona (Málaga) presenta una considerable variedad

de especies vegetales, luego las condiciones de suelo no det>en ser demasiado extre­

mas.

Page 24: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Introducción y objetivos

b) Limonium carthaginense tiene un gran interés potencial por su capacidad de

colonizar afloramientos de metales pesados. Sin embargo, su pequeño tamaño lo hace

poco útil para cualquier aplicación fitorremediadora. La población visitada era concor­

dante con la vulnerabilidad adelantada por el ya citado "Libro Rojo": población bastante

escasa con ejemplares pequeños y en mal estado (Alcaraz Ariza etal., 1987).

c) Erica andevalensis es capaz de formar grandes masas arbustivas, si bien en

las poblaciones visitadas tal hábito resultó ser la excepción más que la regla. Las po­

blaciones visitadas, aunque pequeñas, parecían bien establecidas, eran ocasional­

mente densas, y aparentemente gozaban de buen estado. Estas características, y su

asombrosa capacidad para crecer donde ningún vegetal más es capaz de hacerlo, co­

menzó a inclinar hacia E. andevalensis el interés de nuestro estudio.

Finalmente, en la madrugada del 25 de abril de 1998, el dique de contención de

una balsa de decantación de la mina de Los Frailes en Aznalcóllar (Sevilla), situada en

la margen derecha del río Agrio a 2 km de su confluencia con el Guadiamar (afluente de

Guadalquivir ya en la zona de influencia del estuario relleno que constituye la zona de

marisma), se desplazó dejando abierta una brecha de 50 m. Por ella salieron 2 hm^ de

lodos y 3-4 hm^ de aguas acidas, que contaminaron un total de 4.286 ha (Cabrera Ca­

pitán, 2000). El gravísimo problema ambiental creado entonces acabó de orientar

nuestro estudio hacia E. anctevalensis, por las siguientes razones:

-Afinidad del sustrato de E. andevalensis con el material contaminante, al formar

parte ambos del Cinturón Ibérico de Piritas.

-Posibilidad de emplear E. andevalensis en tas labores de limpieza (primera­

mente en este caso, subsidiariamente en otros suelos contaminados por metales

pesados), una vez estudiada su capacidad hiperacumuladora.

-Posibilidad de emplear £. andevalensis en la revegetación de las zonas afecta­

das (id. anterior), una vez estudiados los factores que influyen en su distribución.

Page 25: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Introducción y objetivos

1.4-OBJETIVOS

Centrado nuestro estudio en £. ancteva/ens/s por las razones anteriormente ex­

puestas, los objetivos que nos planteamos en este trabajo son los siguientes:

1.- Determinar el contenido de metales pesados en las distintas partes de E. an-

devalensis y plantas acompañantes.

2.- Establecer el comportamiento de £. andevalensis frente a los metales pesa­

dos más abundantes en su entorno para evaluar su posible aplicación técnica y las me­

didas aplicables a su conservación.

3.- Relacionar la distribución de £. andevalensis con los principales factores am­

bientales que irrfluyen en su desarrollo: agua y sueto.

4.- Estudiar las posibles modificaciones estructurales que justifiquen el compor­

tamiento de E. andevalensis frente a los metales pesados.

10

Page 26: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

CAPÍTULO 2

DESCRIPCIÓN DE ¡A ZONA DE ESTUDIO

Page 27: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo
Page 28: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripción de la zona de estudio

2.1.- CARACTERÍSTICAS GENERALES

El brezo de las minas, Erica andevalensis, toma su nombre específico de la zo­

na en la que se desarrolla nuestro estudio: El Andévalo, en la provincia de Huelva. El

Andévalo, es la zona de transición entre la planicie del litoral y la zona montañosa del

norte de la provincia. Pertenece, a grandes rasgos, a Sierra Morena, y presenta carac­

terísticas intermedias entre la comarca serrana de Aracerra, que la limita al norte, y las

comarcas meridionales de la campiña y el litoral.

Dentro de esta zona, destaca con personalidad propia la Cuenca Minera de Rio-

tinto, que se extiende entre los cursos de los ríos Tinto y Odiel, hasta encontrar hacia el

sur las tierras de "El Condado de Huelva". En la Cuenca Minera podemos distinguir 3

zonas, de norte a sur.

a) Estribaciones de la Sierra, conresponden al curso alto del Odiel, donde en­

contramos un terreno sinuoso y fuertes pendientes.

b) Zona central: es una región de relieve suave, donde alternan dehesas de en­

cinas y alcornoques de aprovechamiento agropecuario con las explotaciones mineras a

cielo abierto, de gran impacto ecológico y visual.

c) Zona sur también es región de relieve suave, donde el Andévalo se va

transformando en tas comarcas de "El Condado" y "Las Marismas", correspondiendo al

curso medio de los ríos Tinto y Odiel.

2.2.- GEOLOGÍA

2.2.1.-DESCRIPCIÓN

Nuestra zona de estudio forma parte del Cinturón Ibérico de Piritas o Faixa Piri­

tosa, que constituye la masa de sulfures polimetálicos y yacimientos de manganeso

más importante de Europa Occidental. Se extiende a lo largo de 200 km., desde la Sie­

rra de Caveira, en el suroeste de Portugal (Bajo Alerrtejo) hasta Aznalcóllar, en la pro­

vincia de Sevilla, donde queda cubierta por el Terciario de la depresión del Guadalqui­

vir. La provincia de Huelva engloba la mayor parte de ios yacimientos minerales, con

siete minas explotadas en la actualidad, donde destacan las de Riotinto, Tharsis y So-

tiel-Coronada.

13

Page 29: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripción de la Tana de estudio

Los materiales de esta formación pertenecen al Devónico Superior y Carbonífero

Inferior, que limitan al norte con los materiales cámbricos de la sierra de Aracena, y ai

sur con los materiales más recientes del valle de Guadalquivir. Entre los materiales de­

vónicos y cartDoníferos se intercala una serie volcánico-sedimentaria, formada por rocas

sobre todo acidas (aunque existan también intermedias y básicas), con intercalaciones

detríticas plegadas que contienen numerosos yacimientos de pirita y manganeso: es el

llamado Complejo Volcánico Sedimentario. Éste es un grupo de rocas heterogéneo con

diversas facies vuicano-sedimentarias (Schemertjom, 1971, en López Pamo, 1999). Su

espesor varía de unas decenas de metros a 800 m, y sus materíaies varían desde los

casi enteramente volcánicos a los sedimentarios. En el Complejo Volcánico Sedimenta­

rio se encuentran las formaciones de sulfures masivos, con las correspondientes meta­

lizaciones y fonnriadones de manganeso. A su vez, puede dividirse en 4 fases, corres­

pondientes a 4 periodos distintos en su formación:

a) Vulcanismo ácido e intermedio inicial: constituido por rocas volcánicas de

composición acida e intermedia, de colores claros, blancos o verde azulados, textura

generalmente porfídica, en ocasiones vitrea, y escasas intercalaciones sedimentarias.

Alcanzan gran espesor y son portadoras de los principales yacimientos de sutfuros.

b) Vulcanismo básico: coladas de gran extensión y potencia, constituido por la­

vas de grano fino a medio, de elevada cristalinidad y generalmente fxjco porfídicas.

c) Vulcanismo ácido de la Formación Manganesífera: está constituida por una

alternancia de diferentes tipos de pizanras, algunas tobas de composición Intermedia,

pizarras moradas o verdes, con intercalaciones de niveles calcánK)s y tentejones de

jaspe rojo. Al exterior se suele manifestar asociada a jaspe.

d) Vulcanismo ácido final: constituido por tobas finas de color gris claro, con una

potencia de 20 a 50 m. A veces aparecen tobas acidas esquistosas, grises, de grano

medio y textura porfídica (IGME, 1982a).

La estructura de las piritas indica su formación a baja temperatura. Inicialmente,

debían encontrarse en estado disperso en forma de gel, hasta que por variación de las

condiciones de presión y temperatura, y por el aumento de la concentración, el mineral

precipitó en grumos posteriormente solidificados {Rambaud Pérez, 1963). La pirita se

encuentra asociada a polvos de hematíes, lo que hace sup<»ier la existencia de un vul­

canismo que e)diala intermitentemente gran cantidad de hierro. Dentro de las piritas, los

elementos principales son Fe y S, que suponen casi el 91 % de la masa mineral. La

sílice alcanza proporciones del un 4 % del total, y el 5 % restante corresponde a los

14

Page 30: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripción de la zona de estudio

Otros elementos, entre los que destacan el Cu (0,3-1,5 %), Pb (0,2-0,7 %), Zn (0,4-2 %),

y As (0,2-0,7 %). Los depósitos resultantes son generalmente lenticulares, con dimen­

siones medias de 50 a 3000 m de longitud, 3 a 100 m de potencia, 50 a 350 m de pro­

fundidad y cantidades que van desde 1 a 50 millones de toneladas (Pérez Macías,

1996).

La montera ferruginosa o "gossan" constituye uno de los rasgos más interesan­

tes de estos yacimientos. El gossan es una roca formada por óxidos e hidróxidos de

hierro que directa o indirectamente provienen de la meteorización de los yacimientos

próximos de sulfures. La "gossanización" es el proceso de meteorización, producido por

la acción de las aguas de lluvia.

En la zona comprendida entre la superficie topográfica y el nivel freático se pro­

ducen fenómenos de formación de minerales oxidados, movimiento vertical de las

aguas superficiales y lixiviación del azufre.

Según Martín González (1981), el comportamiento de los principales metales de

esta zona en presencia de agua y oxígeno es el siguiente:

a) El hierro de la pirita fomia hidróxidos

2 Fe S2 + 7 O2 + 2H2O ^ 2SO2 + 2 H2SO4

4 Fe SO4 + 2 H2SO4 +O2 2 Fe2 (804)3 + 2H2O

2 Fez (804)3 + 6H2O => 2Fe(OH)3 + 3 H28O4

Estos hidróxidos, poco solubles, se separan en forma de gel, que da lugar a li­

monita (Fe203nH20) También puede dar lugar a hematites (Fe203), goethita (FeOzH), o

jarosita (K Fe3(OH)6 (804)2).

El gossan se forma al depositarse los hidróxidos insolubles en la zona de oxida­

ción. Al ser eliminada la mayor parte de los constituyentes no metálicos de los sulfuros,

se produce un aumento relativo del contenido en hierro de la roca.

b) La calcopirita se oxida, y el sulfato de cobre, soluble, emigra hacia los niveles

inferiores.

CuFe 82 + 4O2 =í> Cu 8O4 + Fe 8O4

15

Page 31: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripción de la zona de estudio

Allí se concentra en fonna de calcosina (CU2S) y covellina (CuS).

El sulfato de hierro formado pasa a limonita y libera azufre, que a su vez puede

combinarse para formar ácido sulfúrico.

c) El Zn también se disuelve y emigra a niveles inferiores

ZnS + 2O2 ^ Zn SO4

d) Los sulfures de plomo se oxidan pasando a sulfates, que reaccionan con gran

dificultad con las aguas superficiales.

PbS + 2O2 ^ Pb SO4

A pesar de ello puede existir galena en la zona de oxidación, pues tos sulfates (o

carbonates, en su caso) forman una película protectora que impide la penetración del

oxígeno hacia el resto del mineral.

Con cierta frecuencia se encuentran en esta zona minerales de Pb oxidados

como la plumbejarosita PbFe6(OH)6{S04)2 o la beudanita PbFe(0H)6i (SO4/ASO4),

e) El oro y la plata resisten la diselución y permanecen en la zona de oxidación.

Gracias a los procesos anteriores, se produce un enriquecimiento secundario de

ios criaderos en la zona de cementación, por lixiviación de la mineralización. Al existir

en los niveles más bajos del gossan unas acumulaciones más fácilmente disgregables,

y con una potencia rerrtable en cobre y metales preciosos, en fomiaciones relativa­

mente continuas, tas monteras de hierro fueron ios principales indicios para llegar al

mineral en épocas pasadas. Las minas más primitivas estaban constituidas por galerías

que iban recomendó estas zonas de acumulación.

2.2.2.- HISTORIA GEOLÓGICA

El primer gran ciclo orogénico del Paleozoico, la orogeniai caledeniana (hace

500-400 millones de años) debió afectar a la zona de nuestro estudio si acaso en sus

últimos movimientos (fase Erica, nada que ver con nuestra planta) produciendo el hun­

dimiento del antepaís (Rambaud Pérez, 1963). Así, durante el Devónico, el sur de Huel­

lo

Page 32: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripción de la zona de estudio

va y el Alentejo Portugués formaban parte de un eugenosindinal. En el Toumesiense

(comienzo del Carbonífero Inferior, hace 345-320 millones de años) quizá por efecto de

la primera fase de la orogenia herciniana, debieron formarse arcos insulares en el ex­

tremo suroeste de la cuenca, simultáneamente con el comienzo de la elevación del

geoanticlinal de Aracena (Rambaud Pérez, 1963). Este levantamiento debió provocar

numerosas fracturas profundas, por donde se produjeron potentes emisiones de lavas

acidas y básicas.

Frente a las teorías geológicas de los siglos XIX y primera mitad del XX, que

postulaban para las masas de piritas un origen epigenético e intrusivo, a mediados de

XX tomó cuerpo la teoría vulcano-sedimentaría, definitivamente asentada desde la dé­

cada de los 60. Según esta teoría, las rocas del Complejo Volcánico Sedimentario se

originaron en erupciones volcánicas producidas al final de la Era Primaria o Paleozoica,

probablemente en la transición del Devónico al CariDonífero (hace 365-345 millones de

años). Se ha discutido también si este vulcanismo fue submarino o aéreo, ya que según

las zonas estudiadas, parece cobrar fuerza una u otra hipótesis (IGME, 1982b). Posi­

blemente se tratase de una cuenca marina muy somera, donde quedasen en algún

momento zonas emergidas.

En ios vulcanismos ácidos, más viscosos que ios básicos, se produjeron fases

explosivas con formaciones piroclásticas. Los episodios volcánicos debieron concluir

con la emisión de vapores sulfurosos que se disolvieron en el agua de mar. Las fc)acte-

rias existentes en las cuencas de ambiente reductor produjeron el ion sulfuro (S ") que

se combinó con los cationes metálicos existentes en el agua (Fe, Cu, Pb, Zn, Au, Ag)

como consecuencia de exhalaciones fumarólicas en la etapa de menor actividad efusi­

va, y de la sedimentación normal de la cuenca. Así se formaron lodos con geles de

sulfures complejos, que originaron depósitos estratiformes masivos. Su deposición pudo

hacerse:

a) En condiciones de tranquilidad cerca de los focos de emisión, en ausencia de

corrientes y por tanto falta de oxígeno, dando lugar a los yacimientos "proximales", que

suelen llevar asociada una mineralizactón diseminada de pirita, rica en calcopirita. Son

de fomna columnar, porque corresponden a chimeneas de aporte de los elementos que

originan las menas.

17

Page 33: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripción de la zona de estudio

b) Arrastrados por tas corrientes a distancias variables de su fuente de origen,

dando lugar a yacimientos "distales".

Al final del vulcanismo debieron producirse las condiciones adecuadas para la

deposición de los criaderos de manganeso.

Las masas de sulfuros así formadas sufrieron posteriormente diversas modifica­

ciones. En el Viseiense (final del Cartxjnífero Inferior, hace 320 millones de años) se

producen movimientos epirogénicos, encuadrabtes dentro de la fase astúrica de la oro­

genia Herciniana, que provocaron un hundimiento progresivo de la región, y quizá el

levantamiento del geoanticlinai de Aracena. Tras el Viseiense Superior se producen los

principales movimientos orogénicos herdnianos de la región, que configuran práctica­

mente su estructura actual. Los movimientos principales fueron en dirección ONO-ESE

en España y NNO-SSE en Portugal, produciendo a lo largo del cinturón de piritas de­

formaciones diversas, de intensidad y extensión variable. En general, los materiales

fueron primero intensamente plegados y luego fracturados. Como consecuencia de las

últimas fases de esta orogenia, se produce un levarrtamiento de la zona, que queda

emergida y sometida a erosión durante el Mesozoico (hace 280-65 millones de años) y

parte del Terciario, hasta dejar reducida la cordillera ai estado de penillanura.

Hada el Tortoniense superior (hace 25 millones de años), la cuenca sufre un

nuevo hundimiento, con invasión marina. Al final del Terciario comienza de nuevo una

lenta elevación, repitiéndose el proceso de emersión y erosión. Sin embargo, la retirada

del mar no es total, quedando zonas en forma de ensenadas que durante el Plioceno

(hace 13 millones de años) y parte inferior del Cuaternario ^ van rellenando con los

aportes de las áreas emergidas.

Los procesos de meteorización (sobre todo del Terciario) sobre los afloramientos

originaron las monteras de hierro oxidadas o "gossan", características de estos yaci­

mientos. Finalmente, a comienzos del Holoceno (hace 10.000 años) se produce el en­

cajamiento de la red fluvial, dando lugar a la fisiografía actual (IGME:, 1982a).

18

Page 34: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripción de la zona de estudio

2.2.3.- GEOLOGÍA ECONÓMICA Y MINERÍA

Las mineraiizaciones del Andévalo se han venido explotando desde épocas pre­

históricas, siendo tres los tipos fundamentales:

a) Sulfures, donde predominan la pirita (FeS2), calcopirita (CuFeSa), blenda

(ZnS) y galena (PbS).

b) Filones de pirita-calcopirita encajada en rocas volcánicas.

c) Gossan, producido por una oxidación natural de las anteriores formaciones,

que han devenido en una concentración más elevada de oro y plata.

Los sulfures polimetálicos y depósitos de Mn asociados al Complejo Volcánico

Sedimentario se vienen explotando principalmente para la obtención de oro, plata y

cobre de las zonas de enriquecimiento de los depósitos.

Los primeros pobladores de la zona, de economía agrícola y ganadera, están

documentados hacia el 3000 a.C. (complejo dolménico de El Pozuelo), aunque el inicio

del desarrollo de la minería en la zona está ligado al legendario reino de Tartessos y a

la tecnología fenicia (2800-2500 a.C). De hedió, la brusca desaparición de Tartessos

tras la época de esplendor de su primero y último rey conocido, Argantonio (670-550

a.C), se ha explicado por la incapacidad de la tecnología tartesio-fenicia para acceder

a las menas minerales situadas a una profundidad mayor, lo que llevaría al empobreci­

miento del reino y a su disgregación (Belén, 2000).

La actividad minera volvió a ser muy importante en época romana, desde el siglo

II a.C, con 50 minas documentadas (21 en la cuenca de Riotinto), pero durante toda la

Edad Media, la actividad minera fue muy escasa. Ya en el siglo XVI, Felipe II decidió

fomentar la minería revocando las concesiones y otorgando otras nuevas, pero éstas

caducaron sin que las minas llegaran a abrir. Un nuevo intento corrió a cargo del Con­

de-Duque de Olivares, quien creó la Junta de Minas en 1624, pero el fracaso de tos

Fugger en la reapertura de las minas de plata de Guadalcanal, en Sevilla (que no pudo

resistir la compeíenda de la plata americana), frenó todo intento serio de emprender en

España una verdadera actividad minera. No obstante, a lo largo del XVII se solidtaron

diversos permisos para la explotadón de las minas de la zona, sin que ninguno cuajase

en una verdadera empresa de explotadón minera (Pérez Macías, 1996).

19

Page 35: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripción de la zona de estudio

A mediados de! XVtlI, el sueco Lieberto Wolters solicitó una concesión para la

explotación de diversas minas mediante la "Compañía y Asiento de las minas de Rio-

tinto, Guadalcanal, Gaiaroza, Cazalla y Aracena". Tras una vida de continuos pleitos

con los accionistas y el Concejo de Zalamea, le sucedió al frente de las minas su sobri­

no, Samuel Tiquet, y uno de sus empleados españoles, Francisco Tomás Sanz. Ellos

iniciaron la explotación de cobre a gran escala, con tan buenos resultados que el auge

de la explotación dio lugar a un nuevo pueblo minero, Riotinto, construido en la falda

meridional del Cerro Salomón.

La falta de inversiones en nuevas tecnologías de extracción y transporte del mi­

neral provocó una nueva decadencia de las minas, hasta que en 1873 la compañía bri­

tánica Rio Tinto Company Ltd. las compró al estado español por 92.000.000 de pesetas

(AA.W., 1998)

Durante el último siglo han operado unas 60 minas, que han extraído aproxima­

damente 280 miles de toneladas de sulfures polimetáiicos masivos (López-Pamo et al.,

1999). Actualmente son 7 las que permanecen en activo, y entre ellas, la mina de So-

tiel, con 60 millones de toneladas estimadas, es una de tas reservas más importantes

de Cu, Pb y Zn de España.

Como consecuencia de la explotación intensiva de los depósitos, se han produ­

cido grandes cantidades de residuos mineros, ricos en pirita, y otros sulfuras y sulfates

solubles. A esta contaminación habria que añadir la producida por drenaje ácido pre­

sente en toda la región.

Las minas (abandonadas o en activo) con mayor influencia en nuestra zona de

estudio por afectar directamente a la calidad de las aguas del río Odiel, y con ellas al

habitat principal de £. andevalensis son tas siguientes:

a) Yacimientos de sulfuros complejos

• Mina San Platón.

Coordenadas; 298 QB051-821

Mineralización formada por una masa lenticular de mineral pirítico, de cobre y

complejo, en dirección E-O, con el diámetro mayor subvertical. 300 m de longi­

tud conocida y menor de 750 m, 10-15 m de potencia y 500 m de profundidad

reconocida, no conociéndose la real. El cobre pudo llegar al 6,5 %, y también se

20

Page 36: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripción de la zona de estudio

conoce un filón con minerales complejos con elevadas leyes de Cu (6,30 %), Zn

(14 %), Pb (2,80 %) y 60 g de plata por tonelada (Pérez Maclas, 1996).

Explotada de 1906 a1922 y de 1928 a 1934, en que se paralizó a causa de la

bajada del precio de! cobre (IGME, 1982a).

• Mina Sotiel

Coordenadas 29S PB893-653

Es el yacimiento más importante de la zona y actualmente en actividad. La mine-

ralización está fonmada por una masa lenticular de unos 950 m de longitud, 50

de potencia y 650 de profundidad. Se explotó ya en la época romana, desde

1866 a 1939, y desde los años 50 a la actualidad. Es una de las reservas más

importantes de Cu, Pb y Zn de España (IGME, 1982b)

• Mina Castillo de Buitrón

Coordenadas 29S PB965-680

Mineralización constituida por dos masas lenticulares (Levante y Poniente) apla­

nadas, interestratificadas y separadas unos 300 m . La masa Levante, hoy ago­

tada, estuvo únicamente formada por mineral de cobre, mientras que el mineral

complejo se da en la masa Poniente. Montera de hierro con espesor superior a

10 m. (IGME, 1982b). Los porcentajes de cobre llegaron a alcanzar el 6 %, con

valores de Pb y Zn cercanos al 1 %. La plata alcanza 0,34 g por tonelada en la

zona de sulfuros primarios, y es posible que en la base de la montera existiera

un enriquecimiento que posibilitara la minería antigua (Pérez Macías, 1996). Ex­

plotada hasta 1941.

b) Yacimientos de pirita

• Mina Concepción

Coordenadas: 29S QB045-836

Mineralización formada por una masa de 400 m de longitud, 20 de anchura y

110 de profundidad en dirección E-O. Mineral con un 42 % S y 0,7 % Cu, con un

bajo contenido en arsénico. Hasta hace unos años producía 60.000 t/año (IGME,

1982a).

21

Page 37: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripción de la zona de estudio

• Mina San Miguel

Coordenadas: 29S PB984-819

Mineralización constituida por diversos tentejones, el principíJl de 200 m de lon­

gitud y 10-40 de anchura. Pirita con una ley media del 3 % Cu (IGME, 1982a).

• Mina La Poderosa

Coordenadas: 29S QBC^5-806

Mineralización constituida por dos masas paralelas, una de 175 m de longitud y

7 m de potencia media, y otra de 150 m de longitud y potencia media de 2 m.

Mineralización baja en azufre pero con alta ley en cobre (hasta un 3,5 %) gracias

al enriquecimiento secundario por la fomfiación de calcosina y covellina. Explo­

tada hasta 1923. (IGME, 1982a)

• Mina de Tinto y Santa Rosa

Coordenadas: 29S PB940-682

Mineralización fomnada por tres masas lenticulares, con leyes medias de 1,6 %

de Cu y 42 % de S (IGME, 1982b) aunque en algunos casos se llega al 12 %

(Pérez Macías, 1996).

La mina fue explotada por los romanos (aflora al exterior por un crestón de

gossan), y en este siglo de 1901 a 1931.

• Mina de la Gloria

Coordenadas: 29S PB954-383

Mineralización formada por una pequeña masa de 50 m de longitud, de 0,3 a 1

m de anchura y 80 m de profundidad. Contenidos de 1,42 % Cu; 17,2 % S; 23,3

% Fe; 0,14 % Pb; 0,05 % Zn y 8,8 g Ag/t (IGME, 1982b).

• Mina de El Soldado

Coordenadas: 29S QB067-823

Varias masas pequeñas de 500 m. de longitud donde se hicieron más de 11 po­

zos, socavones y una pequeña corta. Tuvo buena ley en cobre. Paró en 1917

(IGME, 1982a).

22

Page 38: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripción de la zona de estudio

c) Yacimientos de manganeso

• Gaipo Soloviejo

Coordenadas: 29S QB025-800

Jaspes de color rojo y morado, a veces atravesados por una red de vetillas de

cuarzo, de casi 3500 m, con potencia de 1 a 30 m. La mineralización se en­

cuentra irregularmente distribuida, presentándose como pirolusita (Mn02) y co­

mo manganeso metálico.

Se explotó de 1866 a 1973, extrayéndose del orden de 175.000 t con leyes me­

dias del 35 % Mn. Fue la mayor mina de manganeso de la Faja Pirítica (IGME,

1982a).

• Grupo Cobullos

Coordenadas: 29S QB 078-814

Gran corrida de jaspes de unos 3500 m de longifejd con una potencia de 1 a 200

m. Dio buenos peróxidos y carbonatos, hasta 1973 (IGME, 1982a).

No relacionada con el rio Odiel, pero sí con una población de E. andevalensis

incluida en nuestro estudio es la mina de sulfures masivos de El Lomero-Poyatos.

• Mina de El Lomero-Poyatos.

Coordenadas: 29S PB 826-865

Son dos minas cuyos filones se unen en profundidad, con potencias bastante

reducidas (3-5 m en Lomero, 3-10 m en Poyatos). Existen varios tipos de mine­

ralización, encontrándose pirita normal en las masas extremas, y con elevados

contenidos de cobre en la central (IGME, 1984), aunque el material más fre­

cuente parece ser las piritas con más proporción de hierro que de cobre. Desta­

ca su proporción de Pb (que alcanza el 3 %) y Zn, mientras que los porcentajes

de Cu rondan el 1,5-2 %. El afloramiento oxidado pudo presentar en sus zonas

bajas un enriquecimiento de plata (Pérez Macías, 1996).

23

Page 39: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripción de la zona de estudio

2.3.- HIDROLOGÍA

Los cursos de agua más importantes de nuestra zona, son et rio Tinto y ei río

Odiel, aprovechado por £. andevalensis para el desarrollo de sus poblaciones. Ninguno

de los dos tiene aguas aprovechables debido a su elevada acidez y al contenido en

metales pesados que transportan, como consecuencia de la disolución de las masas

piríticas que atraviesan en cabecera. De hecho, el rio Tinto debe su nombre a su color

rojizo, producido por los sulfates de hierro que transporta. Los arroyos importantes,

aparte de estar sometidos a fuerte estiaje, suelen presentar ei mismo problema por la

gran extensión de las mineralizaciones y de las explotaciones asociadas a ellas, sea en

activo o abandonadas.

El río Odiel nace en las esWbaciones del parque natural de la Sierra de Aracena

y Picos de Aroche, formando el límite natural entre la Cuenca Minera de Riotinto y y el

resto del Andévalo y la sierra de Huelva. En su primer tramo, desde la confluencia del

río Vánegas y el arroyo Agua Buena hasta el puente de la carretera Campofrio-Aracena

es un río de aguas limpias, con típica vegetación de ribera en sus márgenes: sauces

fresnos y chopos, junto a adelfas y juncos.

Desde este punto hasta el embalse de Perejil la vegetación de ribera se empo­

brece, recibiendo los primeros aportes de contaminantes por lixiviación y arrastre de

minerales en disolución a la altura de las antiguas minas de El Soldado, La Poderosa y

Concepción. Sin embargo, es a partir de su paso por la mina San Platón cuando la cali­

dad de sus aguas se altera definitivamente, recibiendo después afluentes de 2 ó 3 ex­

plotaciones mineras del Andévato occidental. En el Puente de los Cinco Ojos, de la ca­

rretera de Zalamea la Real a Jabugo, las aguas discurren fuertemente acidificadas y

contaminadas, situación que se mantiene prácticamente hasta su desembocadura.

Por lo que se refiere a las aguas subterráneas, la zona que ocupa el Paleozoico

carece de acuíferos importantes por la poca permeabilidad de ios materiales. Además,

la evapotranspiración es muy alta por las plantaciones existentes, y sobre todo por los

eucaliptos. Las captaciones de agua estarán controladas por fracturas.

24

Page 40: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripción de la zona de estudio

2.4.-CLIMATOLOGÍA

2.4.1.- ELECCIÓN DE OBSERVATORIOS

Para el estudio de las características climáticas de nuestra zona se han conside­

rado los seis observatorios más cercanos, junto con un séptimo situado casi en el cen­

tro del área estudiada. La designación y coordenadas de estos observatorios, ordena­

dos en sentido norte-este-sur-oeste quedan recogidas en la tabla 2.1.

Tabla 2.1. Situación de los observatorios meteorológicos considerados

Observatorio

Aracena

Almonáster

La Fresnera

Cabezas Rubias

Valverde (Los Ramos)

Las Majadillas

El Villar

Longitud (0)

6° 33'

6°47'

7° 01 '

7''05'

6° 45'

6° 30'

6° 44'

Latitud (N)

37° 54'

37° 52'

37° 49'

37° 44'

37° 34'

37° 44'

37° 42'

Altitud (m)

731

610

330

225

323

340

320

Figura 2.1. Esquema de situación de los observatorios (en azul) respecto a las zonas de muestreo (en rojo)

• • La Fresnera

• Cabezas Rubias

Almonáster

Ríoi)

/ • JT El Villar

r • r^ Valverde del Camino

tllel

• Aracena

• Las Majadillas

25

Page 41: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripción de la zona de estudio

Los datos climatológicos (Elias Castillo y Ruiz Beltrán, 1977) abarcan una serie

de 10 a 15 años, salvo en el caso del observatorio de Aracena, con una serie de 22

años. Las tablas completas pueden consultarse en el anexo n° 1.

2.4.2.- TEMPERATURAS

El elemento térmico que más incidencia tiene sobre el desarrollo vegetal es la

existencia de heladas. Su estudio se puede abordar desde dos puntos de vista funda­

mentales:

a) Criterio de L. Emberger: en función de la temperatura media de mínimas, t,

define los siguientes intervalos:

t < O °C heladas continuas

O °C < t < 3 °C heladas frecuentes

3 °C < t < 7 °C heladas poco frecuentes

t > 7 °C poco riesgo de heladas

b) Criterio de Papadakis, que a partir de los valores de temperatura media de

mínimas absolutas, t', establece las siguientes estaciones libres de heladas.

t'a > O °C estación media libre de heladas

t'a > 2 °C estación disponible libre de heladas

t'a > 7 °C estación mínima libre de heladas

Respecto al primer criterio, en los observatorios elegidos la temperatura media

de mínimas no presenta registros inferiores a los 3 "C a lo largo de los años estudiados,

luego sólo podremos distinguir periodos de "heladas poco frecuentes" y de "poco riesgo

de heladas". Los cálculos se han llevado a cabo por interpolación lineal, considerando

que las t se dan el día 15 de cada mes, con los resultados presentados en la tabla 2.2.

Según este criterio, las heladas son poco frecuentes en toda la zona estudiada,

y prácticamente inexistentes en el sur de ésta (Valverde). Este periodo de heladas ter­

mina en febrero-marzo para los observatorios más próximos a los puntos de muestreo

del río Odiel, mientras que el punto situado más al noroeste (que corresponde a las

minas de El Lomero, como veremos enseguida) parece ligeramente más frío.

26

Page 42: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripción de la zona de estudio

Tabla 2.2. Periodos de heladas poco frecuentes ^' según el criterio de Emberger,

Observatorio

Aracena

Aimonáster

La Fresnera

Cabezas Rubias

Valverde

Las Majadíiias

Ei Villar

Periodo con 3 °C < t < 7 «C

8 de noviembre a 20 de abril

28 de noviembre a 24 de marzo

1 de diciembre a 3 de marzo

3 de noviembre a 23 de abril

No existe

26 de noviembre a 13 de marzo

2 de diciembre a 18 de febrero

(a) En la zona estudiada no se dan periodos de heladas continuas ni frecuentes

Respecto al segundo criterio (Papadakis) los periodos correspondientes se han

calculado también por interpolación lineal, pero considerando que las temperaturas se

dan el primer día de cada mes cuando aumentan y el último cuando disminuyen. Los

resultados se presentan en la tabla 2.3.

Tabla 2.3. Periodos libres de heladas según ei criterio de Papadakis

Observatorio

Aracena

Aimonáster

La Fresnera

Cabezas Rubias

Valverde

Las Majadiiias

El Villar

Estación mínima

libre de heladas

2 de junio

a 17 de octubre

11 de mayo

a 31 de octubre

19 de abril

a 1 de noviembre

17 de junio

a 6 de octubre

1 de abril

a 25 de noviembre

1 de mayo

a 10 de noviembre

26 de abril

a 9 de noviembre

Estación disponible

libre de heladas

6 de abril

a 23 de noviembre

25 de febrero

a 27 de diciembre

21 de febrero

a 17 de diciembre

13 de abril

a 22 de noviembre

todo el año

11 de febrero

a 18 de diciembre

7 de febrero

a 19 de diciembre

Estación media

libre de heladas

23 de febrero

a 11 de diciembre

7 de febrero

a 6 de febrero

4 de febrero

a 5 de enero

7 de marzo

a 8 de diciembre

todo el año

todo el año

todo el año

Atendiendo al criterio de Papadakis, en los observatorios de Valverde, Las Ma­

jadiiias, El Villar y prácticamente en Aimonáster no hay un período de heladas, mientras

27

Page 43: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripcicn de la zona de estudio

que en Aracena, La Fresnera, y Cabezas Rubias ese periodo comienza a mediados de

diciembre, y temiina en febrero, salvo en Cabezas Rubias, donde se atrasa hasta prin­

cipios de marzo. Como indicábamos al comentar el criterio anterior, ¡os observatorios

más próximos a los puntos de muestreo del Odiel están menos afectados por las hela­

das.

Papadakis clasifica los tipos de invierno con el nombre de un cultivo indicador,

escogido en función de sus necesidades ténnicas. De esta manera, los observatorios

presentan el tipo de invierno que se recoge en la tabla 2.4.

Tabla 2.4. Tipos de invierno según Papadakis (Elias Castiik) y RXXXÍ Bettrán, 1977)

Observatorio

Aracena

Almonáster

La Fresnera

Cabezas Rubias

Valverde

Las Majadillas

El Villar

Tipo de invierno

Citrus

Citrijs

Citrus

Avena cálklo

Citrus

Citrus

Citrus

"Citrus" se caracteriza por una temperatura media de las mínimas absolutas del

mes más fno de 7 a -2,5 °C, temperatura media de las mínimas del mes más frío > 8 °C

y media de las máximas del mes más frío de 10 a 21 °C. Cabezas Rubias, con un in­

vierno tipo "Avena cálido", es más frío que el resto.

Se puede realizar un estudio similar de las características térmicas de la esta­

ción de verano-otoño hallando por interpolación lineal los períodos en que la temperatu­

ra media mensual, tm, es mayor que 12, y que 15 °C, así como aquellos periodos en que

la temperatura mensual media de las máximas, T, es mayor que 35. Los resultados se

presentan en la tabla 2.5.

28

Page 44: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripción de la zona de estudio

Tabla 2.5. Características térmicas de la estación de verano-otoño

Observatorio

Aracena

Almonáster

La Fresnera

Cabezas Rubias

Valverde

Las Majadilias

El Villar

tm>12

13 de abril a

5 de noviembre

18 de marzo a

27 de noviembre

26 de febrero a

28 de noviembre

30 de marzo a

9 de noviembre

16 de diciembre a

8 de diciembre

7 de marzo a

23 de noviembre

22 de febrero a

15 de noviembre

t,„>15

6 de mayo a

21 de octubre

23 de abril a

1 de noviembre

5 de abril a

15 de noviembre

30 de abril a

9 de noviembre

21 de marzo a

15 de noviembre

14 de abril a

2 de noviembre

7 de abril a

4 de noviembre

T>35

no hay

no hay

9 de julio a

26 de agosto

15 de julio a

18 de agosto

3 de julio a

20 de agosto

no hay

no hay

La duración de la estación libre de heladas míninna y disponible sirve de base

para determinar el tipo de verano según Papadakis (tabla 2.6)

Tabla 2.6. Tipos de verano según Papadakis (Elias Castillo y Ruiz Beltrán, 1977)

Observatorio

Aracena

Almonáster

La Fresnera

Cabezas Rubias

Valverde

Las Majadilias

El Villar

Tipo de verano

Algodón más cálido

Algodón más cálido

Algodón más cálido

Maíz

Algodón más cálido

Algodón más cálido

Algodón más cálido

"Algodón" requiere una estación mínima libre de heladas mayor de 4,5 meses y

una temperatura media de las máximas del semestre más cálido superior a 25 "C. La

subdivisión "más cálido" implica que la medía de las máximas del mes más cálido es

superior a a 33,5 "C. Por otro lado, "Maíz" requiere una estación disponible libre de he­

ladas superior a 4,5 meses, con una media de las máximas del semestre más cálido

superior a 21 "C. Así, en general, las menores temperaturas corresponden a Cabezas

29

Page 45: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripción de la zona de estudio

Rubias donde sin embargo existe, como en La Fresnera y Valverde, un periodo cálido

con temperaturas más extremas (T > 35).

Combinando el tipo de inviemo y el tipo de verano, Papadakis establece los re­

gímenes térmicos de las distintas zonas. La clasificación de los observatorios estudia­

dos se recoge en la tabla 2.7.

Tabla 2.7. Regímenes térmicos según Papadakis (Elias Castillo y Ruiz Bertrán, 1977)

Observatorio

Aracena

Almonáster

La Fresnera

Cabezas Rubias

Valverde

Las Majadilías

El Villar

Tipo de verano

Subtropical cálido

Subtropical cálido

Subtropical cálido

Templado cálido

Subtropical cálido

Subtropical cálido

Subtropical cálido

2.4.3.- PRECIPITACIONES

Las precipitaciones medias anuales oscilan entre los 792 mm de Valverde y tos

1048 mm de Las Majadilías, aunque con una distribución típicanrtente mediterránea,

caracterizada por la con(»ntración de las lluvias en otoño-invierno y la escasez de és­

tas en verano. La relación entre precipitación y temperatura media mensual queda per­

fectamente resumida en los diagramas ombrotérmicos desan^ollados por Gaussen y

Emberger, que consideran que un mes es seco cuando las precipitaciones en mm son

iguales o inferiores al doble de la temperatura media en grados centígrados. Repre­

sentando ambos parámetros con una escala de temperaturas doble que las de precipi­

taciones, el periodo seco quedará definido por el corte entre la curva de precipitación y

la de temperaturas (Diehl y Mateo Box, 1988). Según este criterio (figuras 2.2 a 2.8)

existe un periodo seco de junio a septiembre, que se extiende hastai el mes de mayo en

los observatorios de Valverde y El Villar, pues presentan unos registros de precipitación

menores.

30

Page 46: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripción de la zona de estudio

Figura 2.2. Diagrama ombrotérmico de! observatorio de Aracena

Aracena

E F M A M J J A S O N D

80 -;. 70 kL 60 « 50 1 40 ^ 30 o 20 g 10 fi 0

-m-P

• tm

Figura 2.3. Diagrama ombrotémiico del observatorio de Almonáster

E 160 E. 140 « 120 c 100 •§ 80 2 60 .§ 40 i 20 a 0

Almonáster

^S^><cy^ ••i r - l i l i • • • f ' ~ - 4 - 1 1 1 1

E F M A M J J A S O N D

80 - j -70 g, -60 «

50 1 40 S 30 $ 20 e 10 ft 0

- • - t m

Figura 2.4. Diagrama ombrotémiico del observatorio de La Fresnera

31

Page 47: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripcicm de la zona de estudio

Figura 2.5. Diagrama om broté mico del observatorio de Cabezas Rubias

Cabezas Rubias

E F M A M J J A S O N D

P

tm

Figura 2.6. Diagrama ombrotérmlco del observatorio de Valverde

Figura 2.7. Diagrama ombrotémnlco del observatorio de Las Majadillas

E 160 £ 140 J g 120 g 100 ó 80 S 60 .9- 40 e 20 -

Las Majadillas

_ / * ^ • - ^ m ^ ^

' ^ \ / "

^..JW^'^'T^ • — • - • - - • ^ V ^ / ^ ^~^-~*J

E F M A M J J A S O N D

80 --. 70 ü

- 60 2 50 i

h40 1 30 g 20 E 10 f

- • - P - • - t m

32

Page 48: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripción de la zona de estudio

Figura 2.8. Diagrama ombrotérmíco del observatorio de El Villar

El Villar

E F M A M J J A S O N D

80 70?

50 2 40 2 30 g. 20 i 10 •-0

En las figuras 2.9 a 2.15 se recoge el balance de humedad para los observato­

rios considerados, empleando la evapotranspiración potencial calculada mediante el

método de Thomthwaite, el más generalmente empleado, y suponiendo que los suelos

tienen una capacidad máxima de retención de 100 mm.

Figura 2.9. Balance hidrico del observatorio de Aracena

Falta

E E

200

150

IDO

50

O

Reserva ü'.

Btceso 150 4

200

Aracena

- E F M UI-.M -J J A. S Inl N D

33

Page 49: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripción de la zona de estudio

Figura 2.10. Balance hídiico del observatono de Almonásíer

200

100 Falta ^ „

50 E E °

Reserva 100 i

Exceso 150 + 200

Almonáster

F M

JH A M J J A S |[Yr».j N D

Figura 2.11. Balance hídrico del observatorio de La Fresnera

Las diferencias P-ETP son positivas de octubre a abril, salvo en el caso de Val-

verde y El Villar, donde en el mes de abril ya se produce un déficit hídrico, y Aracena,

donde en mayo el suelo aún conserva parte de la reserva invernal. Como consecuencia

de las menores precipitaciones en ¡os primeros, los excesos son también más peque­

ños, pues se limitan a 4 mm en Valverde (diciembre), y no existen en el caso de El Vi­

llar. En general, ios meses de inviemo presentan excesos de agua, aunque no superan

los 50 mm.

34

Page 50: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripción de la zona de estudio

Figura 2.12. Balance hídrico del observatorio de Cabezas Rubias

Cabezas Rubias

Falta

E E

200

150 4

100

50

O

Reserva 50

Exceso 100

)

150

200

M

J Z l TZÍ A Wl J J A S u N D

Figura 2.13. Balance hídrico del observatorio de Valverde

Falta

E E

200

150 -

100 -

50

O

Reserva 50 - E

Exceso 100.

) 150

200

Valverde

M A M J J A S O m

35

Page 51: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripción de la 2xma de estudio

Figura 2.14. Balance hídnco de! observatorio de Las Majadilias

Las Majadilias

Falta

£ E

200

150

100

50

O

Reserva 50

Exceso 100'

150

200

r • i " " ' r I 1 "I

U 4 4 A S N D

Figura 2.15. Bafance hídrico deí observatorio de El Villar

Falta

E E

200

150

100

50

O

50 Reserva

100=4 Exceso

150

200

Ei Villar

..A M J- J.. A S- -O N D

Según la ciastRcación de los regímenes de humedad de Papadakis, iodos

nuestros observatorios presentan características de clima mediterráneo húmedo, salvo

La Fresnera y El Villar, que se clasifican como mediten-áneo subtropical.

En resumen, los factores climáticos más influyentes sobre ia planta objeto de

estudio serán ia escasez de heladas invernales y el acusado periodo de sequía, que

comienza en abril-mayo y finaliza con las generalmente intensas lluvias de octubre-

diciembre. La comparación de la serie de datos considerada con ios datos más recien-

36

Page 52: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Descripción de la zona de estudio

tes proporcionados por el Instituto Nacional de Meteorología no presenta diferencias

significativas.

37

Page 53: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo
Page 54: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

CAPITULO 3

CARACTERIZACIÓN DE LA ESPECIE

Page 55: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo
Page 56: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de la especie

3.1-GENERALIDADES

E. andevalensis (Cabezudo & Rivera) pertenece a la familia Ericaceae, integrada

por más de 80 géneros y unas 2.800 especies extendidas por todo el mundo, sobre

todo en el S de África, N de América, Himaiaya y SO de Europa.

Dentro de esta familia, el género Erica comprende 630 especies, la mayoría de

las cuales (605) son africanas. En la España peninsular crecen 14 especies. Son ar­

bustos perennes, con hojas que se mantienen en la planta durante 2-3 años, dispuestas

en verticilos, con la cara superior endurecida y cubierta de ceras. Las flores son peque­

ñas y numerosas, con sépalos muy poco aparentes. Sus frutos en cápsula se abren por

el nervio medio de las hojas carpelares, liberando semillas muy pequeñas y ligeras,

capaces de ser diseminadas por el viento.

Erica muestra preferencia por suelos ácidos, dotKle frecuentemente (sobre todo

si el suelo es pobre) llega a hacerse dominante. Suelen necesitar para desarrollarse

suelos húmedos: entre los brezales españoles, E. muttifíora es el único que no se ajusta

a este patrón general, mientras que otros como E. erigena y £ terminalis aparecen en

Levante y Andalucía generalmente en torrenteras y bordes de arroyos. Sin emt}argo,

sus hojas tienen una estructura xerofítica, con el limbo muy estrecho, ceras que impiden

la transpiración por el haz y petos que la dificultan por el envés. Este fenómeno se ha

explicado porque su época de floración corresponde a los meses más calientes y se­

cos, necesitando entonces un fuerte control hídrico. Según Chevalier, los brezos euro­

peos serían el norte de la irradiación de la especie desde su centro de origen en el Áfri­

ca tropical, cuya área sufrió un desplazamiento radial al transformarse las condiciones

climáticas, desde las secas y cálidas iniciales hasta unas similares a las que podemos

observar en la actualidad. Este origen africano permitiría explicar sus adaptaciones xe-

rofíticas y, al menos en parte, la extraña época de floración de algunas especies (Bayer

y López González, 1989). Por ejemplo, E. andevalensis es ia única planta de la zona

que florece en pleno verano.

41

Page 57: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de la especie

3.2.- TAXONOMÍA DEL GENERO

Las especies del género Erica existentes en la España peninsular, hibridos

aparte, pueden sistematizarse de la siguiente manera (Villar, 1993)

• Subgénero I. Ectasis

o Sección 1. Cailicodon. Hojas en verticilos de 4(5). inflorescencia unilateral,

racemiforme. Corola ovoideo-tubular. Anteras cortas, bipartidas, no apendi-

culadas, subexertas. Ovario glabro.

• £. erigena R. Ross

• Subgénero II. Erica

o Sección 2. Loxomeria. Hojas en verticilos de 3-4. Inflorescencias en racimo

unilateral. Corola tubular-urceolada, algo gibosa, de ápice oblicuo. Anteras

subinclusas, no apendicuiadas. Ovario glabro.

• £. ciliarís Loefl. Ex L

o Sección 3. Erica. Hojas en verticilos de 4 (6). lnflores<:encias tenninales,

umbeliformes o subcapitadas. Corola urceolada. Anteras inclusas o subin­

clusas, apendicuiadas. Ovario peloso o glabro.

• £. tetralix L.

» E. andevalensis Cabezudo & Rivera

• £. mackaiana Bab.

• £. terminalis Salisb.

o Sección 4. Brachycallis. Hojas en vertidlos de 3. Inflorescencias paniculi-

formes, integradas por racimos umtjeliformes terminales y laterales. Corola

urceolada. Anteras inclusas o subexertas. Ovario glabro.

• E. cinérea L.

o Sección 5. Tylospora. Hojas en vertidlos de 4. Inflorescencias en el ápice

de ramas laterales, umt)eliformes, unilaterales, nutantes. Corola tubular, cur­

vada. Anteras indusas o subexertas, apendicuiadas. Ovario peloso.

• £. australis L.

42

Page 58: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de la especie

O Sección 6. Pyronium. Hojas en verticilos de 3. Inflorescencias terminales,

umbeliformes. Corola urceolada o subcilíndrica. Anteras exertas, no apendi-

culadas. Ovario glabro.

• E. umbellata Loefl. ex L.

o Sección 7. Gypsocallís. Hojas en verticilos de 4-5. Inflorescencias racemi­

formes, las parciales con involucro de bractéolas básales. Corola urceolada

o acampanada. Anteras exertas, bipartidas, no apendiculadas. Ovario gla­

bro.

• E. vagans L.

• E. multiflora L

o Sección 8. Arsace. Hojas en verticilos de (2)3-4. Inflorescencias en el ápice

de ramitas laterales, umbeliformes, con involucro de bractéolas básales. Co­

rola urceolada o más o menos acampanada. Anteras inclusas, apendicula­

das. Ovario glabro.

• E. arbórea L.

• E. lusitanica

o Sección 9. Chorolocodon. Hojas en verticilos de 3-4. Inflorescencias race­

miformes; inflorescencias parciales con involucro de bractéolas básales. Co­

rola acampanada. Anteras inclusas o rara vez subexertas, no apendiculadas.

Ovario glabro.

• £. scoparia L.

3.3.- DESCRIPCIÓN

En 1980, la especie de brezo que crecía en las escombreras del Andévalo onu-

bense, identificada desde 1893 por Willkomm como Erica tetralix, fue descrita como

nueva especie, próxima al grupo tetralix-mackaiana. Se distinguía de E. tetralix por te­

ner el ovario completamente glabro, y de E. mackaiana por tener hojas con pelos glan­

dulares dispersos, de menos de 0,3 mm, mezclados con un indumento de pelos paten­

tes de menos de 0,1 mm (Cabezudo y Rivera, 1980). Sin embargo, se ha observado la

existencia de ejemplares de E. macl<aiana y de E. andevalensis con hojas glabras

43

Page 59: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de la especie

(Bayer y López González, 1989), lo que hace que a veces no se la conceda un rango

mayor a! de subespecie, clasificación que sigue manteniendo hoy la "Heather Socieíy"

del Reino Unido.

La primera descripción (Cabezudo y Rivera, 1980) fue la siguiente:

"Perenne, arbustiva de 20 a 180 cm., ramificación densa y ascendente; al menos las ramas jóvenes con indumento puberulento y con pelos glandulares cortos de 0,2-0,3 mm. Hojas de 2- 5 mm., en verticilos de 4, muy densos en las ramas jó­venes y laxos en el resto; las superiores lineares totalmente revolutas, las infe­riores ovadas con la base truncada y débilmente revolutas, dejando el envés cla­ramente visible; al menos las jóvenes laxamente puberulentas y todas con pelos glandulares de 0,2-0,3 mm. Flores en umbela terminal; pedicelos puberulentos de4 - 5 mm; bracteolas próximas al cáliz. Sépalos de 1,5-2 mm, puberulentos, pelos glandulares marginales. Corola urceolada de 5- 6 m., rosa fuerte, persis­tente, con 4 lóbulos revolutos. Anteras incluidas, apendiculadas. Ovario glabro, Estigma capitado exerto. Fruto cápsula, semillas numerosas, de 4 mm."

Figura 3.1. Erica andevalensis, entre Zalamea la Real y Jabugo (Villar, 1993)

Ramita florida Flor

Verticilo foliar

vv c Hoja 'mr % (sección) '^(,:¿.Uí.

'W ~m<i

Estilo y =stigma

> r

Flor en sección longitudinal ^ ^ - T J tras la antesis /í^^&fjTi

I: Semllta

*I t mhm

Flor én ] .^íí- sección lonqitudínal

•^fe^

Estambres

W H

i / i Hábito

ÍQ"^ K-ri'

..^ Secc on í da una cápsuUr

44

Page 60: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de la especie

Posteriormente se señaló la existencia de ejemplares con flores de color blanco

marfil, anteras ámbar pálido, y el resto de un color similar al de las plantas con corolas

rosas: Erica andevalensis Cabezudo y Rivera, forma aíbifíora (Nelson y McCiintock,

1983).

El periodo de floración de E. andevalensis es muy amplio, desde junio a finales

de otoño. Sus semillas, de 0,4 mm, son elipsoidales.

3.4- ECOLOGÍA

El habitat donde se describió iniciaimente E. andevalensis fue las escombreras y

alrededores de las minas de pirita de! Andévalo. Posteriormente Nelson, McCiintock y

Smaii señalaron el desarrollo de la especie en un habitat distinto, y que postulan como

el habitat "original" antes de que existieran las concentraciones de metales en suelo

derivadas de la explotación minera de los yacimientos de sulfures: las orillas del río

Odiel, donde acompañaría a la erosión de los afloramientos metálicos y sus coluvios.

En la parte baja del valle del Odiel, ocupa localidades aisladas entre las rocas de las

laderas que descienden hasta el río, pero al N y ai E dei puente de los Cinco Ojos (ca­

rretera Zalamea-Jabugo) forma colonias densas en la grava arenosa dei río (Nelson et

al., 1985).

E. arxíevalensís parece limitada por la necesidad de disponer un abundante

aporte de agua en la mayor parte del año. Sin embargo puede tolerar grandes fiucbja-

ciones en la concentración de sales, puede resistir concentraciones de metales pesa­

dos que resultan tóxicas para la mayoría de las plantas, y posiblemente también condi­

ciones anaeróbicas de suelo. Estas capacidades son las que le ha permitido colonizar,

como habitat secundario, las escombreras de las minas. Sin embargo, no aparece en

las más recientes, ya que pueden ser necesarios cientos de años para que las piritas se

descompongan y den lugar a un suelo lo suficientemente "no tóxico" para el desarrollo

del arbusto (Nelson eí a/., 1985).

En las condiciones más extremas, E. andevalensis CTece aislada, pero en otras

condiciones puede crecer acompañada de Arbutus unedo, Cistus ladanifár, Quercus

cocciféra, Erica scoparia, Erica austrafís y Pinus pinaster.

45

Page 61: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de la especie

Respecto a su biología reproductiva, es una planta autocompatible, que depen­

de de la actividad de los insectos para alcanzar un buen rendimiento en semillas

(Aparicio y García Martín, 1996). Éstas presentan dormición, necesitando pasar un

periodo de frío y humedad para quedar en condiciones de genninar. Así, la mayoría de

las semillas producidas deben germinar a lo largo del segundo año después de su pro­

ducción. Probablemente este comportamiento vaya encaminado a evitar una germina­

ción masiva en otoño.

La existencia de dormición, la formación un "banco" de semillas en el suelo más

o menos constante, de gran tamaño con relación a la producción anual de semillas, el

elevado número de esta producción, y el pequeño tamaño de las semillas, son caracte­

rísticas de especies que viven en habitat sujetos a cambios imprevisibles {Aparicio,

1995). Sin embargo, la viabilidad de sus semillas no debe ir más allá de los 3-4 años.

£. andevalensis se reproduce también vegetativamente, siendo frecuentes los

rebrotes a partir del cuello de la planta o del sistema radicular, a unos centímetros de la

planta madre.

La zona de desarrollo de nuestra planta conresponde a la provincia Luso-

Extremadurense, sector Mariánico-Monchiquense, subsector Araceno-Pacense. Dentro

de la división Callunea\ clase Calluno-Ulicetea, que incluye la casi totalidad de ios bre­

zales, los de E. andevalensis fueron descritos en un principio como asociación Junco

mgosi-Ericetum andevalensis. "brezal denso localizado sobre los limos existentes en el

cauce de inundación que presentan una elevada proporción de metales pesados^'

(Cabezudo et al., 1989).

Con posterioridad se observó que, en la zona ocupada por la subasodadón Ge-

nisto-Ericetosum australis, y en zonas de fuerte incidencia de actividades mineras, ésta

contactaba con los brezales higrófilo-metalícotas de Junco rugosi-Erícetum andevalen­

sis, con lo que se deddió induirios en una nueva subasodadón: Junco-Ericetum ande­

valensis ulicetosum eñocladi (Pérez Latorre et ai, 1993) como comunidad de tránsito a

la alianza Bridón umbellatae.

' La construcción jerárquica, del nivel más general al más particular, es Clase-Orden-Alianza-Asociación-Subasociación, siendo la Asociación la unidad básica, equivalente a la Especie en taxonomía.

46

Page 62: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de la especie

La subasociación Junco-Ericetum andevalensis ulicetosum eriocladi resultó te­

ner una distribución lo suficientemente amplia como para poder definir la asociación:

Ulici eriocladi-Ericetum andevalensis e induirla en Bridón Umbellatae (Cabezudo y Pé­

rez Latorre, 1999).

El brezal de Ulici eriocladi-Ericetum andevalensis contacta catenalmente con la

serie mesomediterránea Luso-Extremadurense, seco-subhúmeda, silicícola, de la enci­

na {Quercus rotundifolia), Pyrot}orgeense-Querceto rotundifoliae, subserie suli^úmeda y

termófila (Pérez Latorre et ai, 1994).

47

Page 63: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo
Page 64: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

CAPITULO 4

CARACTERIZACIÓN DE LOS PARÁMETROS ESTUDIADOS

Page 65: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo
Page 66: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estudiados

4.1.-METALES PESADOS

4.1.1.-GENERALIDADES

El término "metales pesados" o "metales traza" se aplica a un amplio grupo de

metales que, a pesar de concurrir en muy pequeñas cantidades en los tejidos vivos, son

biológicamente muy importantes, sea por su esencialidad en los procesos vitales, sea

por su potencial tóxico. Aunque desde el punto de vista químico no sea una definición

completamente satisfactoria, "metal pesado" es un término ampliamente usado para

referirse a los elementos con una densidad atómica superior a los 6 g/cm^ Otro térmi­

no usado frecuentemente es "metal tó)dco", lo que resulta todavía más confuso, pues

metales como Cu, Co, Cr, Mn, Mo y Zn que resultan tóxicos en elevadas cantidade,s

son esenciales para el adecuado desarrollo de plantas o animales. Se ha propuesto el

uso de términos alternativos como "elemento potencialmente tóxico" (potentíally toxic

element, PTE) (Alloway, 1995b) pero por gozar de un amplio acuerdo y comprensión

mantendremos en las páginas que siguen la terminología tradicional de "metales pesa­

dos" referida a los metales que serán objeto de nuestro estudio: cobre, hierro, manga­

neso, zinc, plomo, níquel, cromo, cobalto y cadmio.

Tabla 4.1. Algunas características químicas generales de los metales estudiados

Elemento

Cu

Fe

Mn

Zn

Pb

Ni

Cr

Co

Cd

Peso atómico

63,546

55,847

54,938

65,37

207,19

58,71

51,996

58,933

112,40

Densidad (g/cm'*)

8,92

7,86

7,20

7.13

11,29

8,90

7,20

8,9

8,65

Valencias

1,2

2,3,4,6

2,3.4,6,7

2

2,4

1.2,3,4

2.3,6

2,3

2

La retención de los metales en el suelo es un proceso complejo que depende de

las condiciones físico-químicas de estos. Uno de los principales factores influyentes es

el pH, y en fundón de él podemos distinguir el siguiente patrón general de comporta­

miento químico: (Ross, 1994):

51

Page 67: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estudiados

• pH 2-4: intercambio catiónico, con diferencias entre metales atribuibles a su

valencia y a su radio iónico.

• pH 4-6: formación de especies solubles (hidróxidos) que son adsorbidos por

las arcillas.

• Cuando el pH supera el requerido para la formación de hidróxidos (pH « 5) el

proceso predominante es la precipitación.

4.1.2.- METALES ESTUDIADOS

4.1.2.1.-COBRE

El cobre es un elemento esencial, implicado en diversos sistemas biológicos, re­

sultando fundamental en los procesos de óxido-reducción y transporte de oxígeno

(Tenorio Sanz, 1988). Desempeña un importante papel en las funciones celulares de

las especies vegetales, y es esencial en la estabilidad estructural de los cromosomas y

en la transferencia de energía. (Baisberg Pafisson, 1989).

Con la posible excepción del Pb, el Cu es el metal pesado más fuertemente ad­

sorbido en óxidos y oxihidróxidos de Fe y Al. La escasa movilidad del Cu en el suelo

puede dar lugar a que se alcancen concentraciones tóxicas, al ser mínimas las pérdidas

producidas por lixiviación (Gupta y Gupta, 1998), No obstante, existe otro proceso que

condiciona la movilidad del Cu en el suelo: la complejadón con ácidos húmicos, que se

produce con mayor intensidad que en los otros metales, según el orden Cu > Pb » Fe

> Ni = Co = Zn > Mn = Ca. Esto nos lleva, a que en suelos con elevados contenidos de

materia orgánica, la complejadón pueda reducir la concentración de Cu a niveles no

tóxicos, hasta ef extremo de producirse carendas en histosotes y mollisoles (Pérez Ca­

rreras, 1991); sin embargo, la naturaleza biodegradable de la materia orgánica hace

que ese Cu complejado deba considerarse como potencialmente tóxico (Encabo Checa

et al., 1997). En la soludón del suelo generalmente hay poco cobre, aunque su disponi­

bilidad aumenta mucho por debajo de pH 5 (Lucas y Krezek,1982, en Pérez Carreras,

1991).

Se han descrito fenómenos de toxiddad en plantas debidos al exceso de cobre.

Los iones Cu inhiben la fotosíntesis (sobre todo el fotosistema I) y la respiración, au­

mentan la pemneabilldad celular y afectan a la viscosidad del plasma, pudiendo originar

anormalidades celulares, desórdenes fundonales y daños a los cromosomas. Pueden

afectar también al metabolismo del N, de los carbohidratos, y a la actividad de ciertas

52

Page 68: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros esttidiados

enzimas. (Baisberg Pallsson, 1989). Dentro de la planta el Cu se mueve con dificultad,

quedando generalmente bloqueado en las raíces (Bonneau y Bouchier, 1987).

Por lo que se refiere al ganado, et envenenamiento por Cu se ha dado con cierta

frecuencia, sobre todo en ovejas, pero otros animales como cerdos y temeros son tam­

bién susceptibles. Factores como los bajos niveles de molibdeno o azufre en la dieta

aumentan la retención de Cu, pudiendo causar síntomas de toxicidad. (Gupta y Gupta,

1998). El envenenamiento agudo se produce con ingestiones de 20-100 mg Cu /kg

peso corporal en ovejas y temeros, y con cerca de 8 veces más en ganado adulto (Fra-

ser, 1986, en Gupta, 1998). Los síntomas de toxiddad son la inhibición del crecimiento,

anemia, distrofia muscular y descenso de la longevidad. Síntomas específicos son la

gastroenteritis con erosiones y ulceraciones en ei abomaso de rumiantes.

Los casos de intoxicaciones en el hombre son muy raros, y la mayoría de ellos

se relacionan con contenidos muy elevados en ei agua de bebida (Pérez Can-eras,

1991). En dosis de 0,1-0,2 mg Cu /kg peso corporal puede producir aceraciones gas­

trointestinales en personas sensibles (Bonshard y Zimmerli, 1994, en Gupta, 1988), y

toxicidad por inhalación en ambientes industríales.

4.1.2.2.- HIERRO

Es un elemento cuyo carácter esencial se conoce desde antiguo. En plantas

ejerce acción enzimática, pero a determinado pH t>loquea el paso de los demás iones y

se hace tóxico (García Gamdo, 1986).

En la mayoría de los suelos, el hierro del compiejo de alteración se encuentra

principalmente en forma de oxihidróxidos solubles, amorfos o cristalinos. Las formas

iónicas, solubles o compiejadas, suelen ser minoritarias. La forma iónica más habitual,

el ion ferroso Fe^*, toma la forma de cambio, en equilibrio con otras formas, en las solu­

ciones de sueto mal aireadas. En suelos aireados, se encuentra en forma complejada,

relativamente móvil, susceptible de precipitación. En general, existe una rápida conver­

sión de Fe soluble a insoluble en el suelo.

B ion férrico intercambiable Fe^ sólo existe a pH inferior a 3. A pH superior (que

suele ser habitual en los suelos), los hidióxidos no cambiables del tipo Fe(OH)2 se po-

53

Page 69: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parúmetros estudiados

limerizan, transformándose en formas amorfas, criptocristalinas o cristalinas (Bonneau y

Bouchier, 1987).

La toxicidad del Fe para las plantas es rara, aunque se ha descrito en sorgo cre­

cido en suelos ácidos. El exceso de Fe provoca que las hojas se vuelvan finas y oscu­

ras, con lesiones pajizas en ios bordes. Las hojas viejas son afectadas antes que las

jóvenes (Gupta y Gupta, 1998).

La toxicidad crónica por Fe puede producirse por ingestión prolongada de sales

de hierro, o por inhalación de polvos o humos de sus óxidos, provocando siderosis

(Soria et al., 1995). La toxicidad aguda se produce por ingestión de sales de hierro. En

el hombre, una ingestión de más de 20-30 mg de Fe elemental por kg de peso es causa

de toxicidad, y más de 60 mg son potenciatmente letales. Sus síntomas son: irritación y

hemonragla intestinal, convulsiones y coma, asociados a hipoglucemia y acidosis meta-

bólica, hepatitis tóxica debida a la destrucción de hepatocitos por ios iones Fe^ , insufi­

ciencia renal y muerte.

4.1.2.3.- MANGANESO

El manganeso se considera un elemento esencial en plantas, animales y seres

humanos por formar parte de numerosas enzimas. Sin emt»argo, no se han podido de­

mostrar de forma irrefutable los efectos de su carencia (Olives Barba, 1996)

En el suelo la fomna más frecuente es Mn " , fornia soluble, de cambio, y por

tanto asimilable por los vegetales. Una vez absoriaido retoma al suelo por mediación de

la hojarasca donde llega a alcanzar concentraciones importantes.

La disponibilidad de Mn en el suelo está controlada por la presencia de hídroge-

niones y electrones, que reducen los estados de mayor valencia hasta la forma diva-

lente. El Mn^* es susceptible de insolubilizarse por oxidación, dando formas Mn " o in­

cluso Mn'* . Lo más frecuente en suelos aireados y no excesivamente ácidos es que se

de una oxidación moderada que produzca la forma Mn^* (Mn203), denominada fácil­

mente reducible" porque, en efecto, puede retomar al estado divalente, de modo que la

inmovilización del Mn resulte sólo temporal. Así, la biodisponibilidad de Mn aumenta en

condiciones reductoras (Smith y Paterson, 1995).

54

Page 70: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estttdiados

Las formas tetravalentes de Mn (piroiusita, Mn02, u otros óxidos complejos de

color pardo oscuro), son mucho más estables; son el resultado de una oddación irre­

versible de las formas móviles anteriores como consecuencia de una fuerte elevación

del pH en medio muy aireado.

La forma de manganeso absorbida por las plantas es Mn " , y la toxicidad por

elevados niveles de Mn en suelos es habitual a pH fuertemente ácido. Los síntomas de

toxicidad son: falta de crecimiento, clorosis, manchas necróttcas en hojas y escamas

blancas (Gupta y Gupta, 1998).

La ingestión oral de Mn es relativamente poco tóxica, (los compuestos mangáni-

cos son menos tóxicos que los mánganosos) aunque el consumo de agua contaminada

con contenidos elevados del metal puede producir trastornos; la toxicidad aguda es

rara. La acumulación de Mn, que se da sobre todo en hígado y cerebro, puede producir

desórdenes pslquátricos (esquizofrenia) y neurológicos (enfermedad de Parkinson). En

general, se debe a la ínhaiadón de cantidades grandes de óxido de manganeso.

4.1.2.4.-ZINC

El Zn es un elemento esencial para plantas superiores, animales y humanos.

Comparado con el contenido total de Zn en suelo, su concentración en la solución del

suelo es muy baja. El Zn puede estar en solución en forma inorgánica, sobre todo como

Zn^*, ZnS04, ZnOH*, Zn(0H)2 y ZnHP04, o fomrando parte de ligandos orgánicos. Uno

de ios principales actores que afecta a la conducta del Zn en ios suelos es la materia

orgánica. Los áddos fúivicos y los ácidos orgánicos de bajo peso molecular forman

complejos solubles y quelatos con Zn, incrementando su movilidad. Debido a su natu­

raleza colokjai, los humatos de Zn pueden considerarse como el reservorío de Zn del

suelo (Kiekens, 1995).

La forma predominantemente absorbida por las plantas es el Zn^^, sin embargo,

se puede absorber también hidratado o como otros quelatos orgánicos. En general, se

puede decir que la disponibilidad del Zn en el suelo viene regulada por los siguientes

factores:

-En suelos áddos intensamente lavados, los niveles totales de Zn pueden ser

muy bajos, y como consecuenda también lo serán los niveles disponibles.

55

Page 71: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de ¡os parámetros estudiados

-La disponibilidad del Zn disminuye al incrementarse el pH, debido a la disminu­

ción de la solubilidad de sus minerales y al aumento de su adsorción por tas partículas

coloidales de suelo cargadas negativamente.

-En suelos con un contenido bajo en materia orgánica, la disponibilidad del Zn

está directamente afectada por el contenido en complejantes orgánicos o ligandos

quelantes, procedentes de la descomposición de la materia orgánica o de exudados

radiculares.

-Las bajas temperaturas y poca intensidad de luz generalmente reducen la dis­

ponibilidad de Zn, principalmente por la disminución del desarrollo radicular.

-Los niveles altos de P en el suelo pueden disminuir la disponibilidad del Zn para

las plantas debido al antagonismo P-Zn.

-Las interacciones con otros nutrientes pueden disminuir su disponibilidad, exis­

tiendo antagonismos Zn-Fe, Zn-Cu, Zn-N y Zn-Ca,. (Kiekens, 1995).

El Zn es transportado con bastante facilidad a las partes aéreas de las plantas

(Bonneau y Bouchier, 1987). En general, las plantas son bastante tolerantes, y la canti­

dad absortDida parece estar en relación directa con el contenido total presente en el

suelo. En plantas cultivadas hidropónicamente en laboratorio, sólo a partir de 1000 .g

Zn /I se produjeron efectos tóxicos perceptibles (Baisberg, 1989).

La toxicidad en animales es rara, y sólo se ha podido obseivar tras la ingestión

de cantidades de Zn del orden de gramos (Sandstrom, 1995 en Gupta, 1998). Igual­

mente, su toxicidad aguda es baja en seres humanos: las consecuencias de la ingestión

de Zn en grandes cantidades se limitan a vómitos y diarreas. Algo más graves son los

efectos en caso de inhalación de óxidos o sales de Zn: irritación de las vías respirato­

rias, problemas digestivos, fatiga, palidez, escalofríos y fiebre (Olives Barba, 1996). Sin

embargo, la contaminación ambiental por Zn puede llegar a ser un problema grave por­

que, al no considerarse un elemento especialmente tóxico, las cantidades emitidas al

medio ambiente son muy altas.

4.1.2.5.-PLOMO

El plomo no es un elemento esencial ni beneficioso para plantas ni animales,

aunque en plantas, y a bajas concentraciones ha mostrado tener cierto efecto estimu­

lante, sobre todo en ejemplares viejos (Baisberg Pallsson, 1989). Sus efectos tóxicos

56

Page 72: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estudiados

para el hombre se conocen desde tiempos de Hipócrates (400 a.C), que llamó "satur­

nismo" a la enfermedad produdda por su presencia en el organismo.

Sus estados de oxidación estables son Pb " y Pb"**, aunque, como en el caso de

otros metales, la forma más común es la divalente. Su radio iónico es similar al de K* y

Ca^*, lo que le permite sustituir isomórficamente a estos cationes en carbonatos y apa-

titos; además, su afinidad por el S es muy alta. A pH inferior a 6 es mayoritario el Pb^ ,

siendo Pb(OH)* el que adquiere mayores proporciones en intervalos de pH de 6 a 10. El

Pb(0H)2 aparece cuando el pH del suelo es mayor de 9, con máximo a pH 11 {Pérez

Carreras, 1991). Su solubilidad y movilidad en el suelo es baja. El Pb presenta una

fuerte adsorción sobre la superficie de los óxidos metálicos y de la materia orgánica del

suelo (Encabo Checa et al., 1997). Puede inhibir la mineralización de N y la nitrifica-

ción.

La fitotoxicidad del Pb no es muy alta, pero se manifiesta sobre todo en algunas

especies forestales (Bonneau y Bouchier, 1987). Interfiere e inhibe diversos procesos

fisiológicos: disminución de tasas de fotosíntesis y transpiración (por cambios en la re­

sistencia de bs estomas al CO2 y a la difusión del agua), inhibición de la síntesis de

clorofila, inhibición de la actividad de la fosfoenolpiruvato carboxilasa en las hojas, y

puede afectar a cromosomas y mitocondrias (Balsberg Pallsson, 1989).

En términos generales hay una relación positiva entre la concentración de Pb en

suelos y plantas, aunque sólo una pequeña parte de Pb del suelo está en forma dispo­

nible para las plantas. Las raíces son capaces de absorber y acumular elevadas canti­

dades de Pb^*, pero la traslocación a la parte aérea es generalmente limitada, debido a

su ligadura a las superficies radiculares y paredes celulares (Balsberg Pallsson, 1989).

La traslocación está muy relacionada con el estado fisiológico de la planta, siendo ha­

bitual la precipitación de Pb en las paredes celulares de las raíces en una fomna identifi­

cada a veces como fosfato de plomo. La absorción de Pb por las raíces de las plantas

tiene un fuerte componente estacional: durante el final del otoño, y el invierno, la con­

centración de Pb en las hojas puede decuplicarse (Foy et al., 1978).

La intoxicación por Pb es la más frecuente en el ganado. Sus síntomas son la

pérdida del apetito, pérdida de peso, debilidad muscular, rigidez en las articulaciones,

diarrea y a menudo anemia. .Concentraciones en sangre mayores de 0,2 ^g/g indican

57

Page 73: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estvdiados

una acumulación anormal de Pb, aunque sean necesarios niveles dos veces superiores

para resultar letales (Gupta y Gupta, 1998).

El Pb puede absortDerse por inhalación o ingestión. La absorción por ingestión

es muy pequeña, aunque puede resultar peligroso para los niños. La intoxicación aguda

produce trastornos gastrointestinales, con intenso dolor abdominal que puede derivar

en un ataque de apendicitis. La intoxicación crónica puede producir anemia, deterioro

mental, gusto metálico, temblores, vértigos, degeneración funcional del riñon y del es­

queleto.

4.1.2.6.-NÍQUEL

El Ni es un elemento esencial para las plantas superiores, los animales, y pro­

bablemente también para el hombre, pues interviene en el metabolismo de la glucosa y

los lípidos, y contribuye a la estabilización de los ácidos nucleicos. La forma del Ni en la

solución del suelo es Ni^^, mientras que la forma precipitada más probable debe ser

NiFe204. En ambientes ácidos y reductores, los sulfures de Ni debíín controlar la con­

centración de NI en la solución del suelo. Ni(OH)* y Ni ^ son las formas principales

existentes a pH 8, mientras que en suelos ácidos predominan Ni " , NÍSO4 y NÍHPO4, si

bien sus proporciones relativas estarán en función de los fosfatos y sulfates presentes.

Aunque fomna complejos estables con la materia orgánica, el principal factor que influye

en la especiación del Ni en los suelos es el pH, mientras que otros factores como la

cantidad de hidróxidos de Fe y Mn o el contenido de ardua de éste parecen más se­

cundarios. La movilidad de Ni en suelos se incrementa conforme disminuye el pH y la

ClC {McGrath, 1995).

El Ni es esencial para las plantas, aunque las necesidades de las cosechas son

muy bajas (< 0.1 ng. Ni / g. materia seca tejidos), y por tanto es muy poco probable que

se presenten carencias en situaciones normales (Proctor y Baker, 1994). Los efectos

fitotóxicos del Ni se conocen desde hace tiempo, pues se encuentra naturalmente en

algunos suelos desarrollados a partir de serpenttnitas, aunque en la escasa fertilidad de

estos suelos también influya la baja relación Ca/Mg {Foy et ai., 1978). Los síntomas de

toxicidad más habituales son retraso en el crecimiento y clorosis. Crooke (1954) corre­

lacionó toxicidad por Ni con niveles de Fe llegando a las siguientes conclusiones;

58

Page 74: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estudiados

-La Clorosis depende de la relación Ni / Fe

-La necrosis, síntoma específico de la toxicidad por Ni, está correlacionada con

su contenido en hoja.

-El Ni en hoja se reduce significativamente con una alta concentración de Cu en

la solución, debido a la interferencia del Ni con el metabolismo del Cu (Menezes de Se-

queira, 1969)-

El Ni puede causar deficiencia de Fe inhibiendo su trasiocación desde las raíces

a la parte aérea. En este proceso aparece involucrado un quelante específico (un ácido

poliamino policarboxilico no aromático), aunque podría estar quelado con otros ácidos

orgánicos y aminoácidos (Foy et al., 1978).

Los niveles de Ni relacionados con síntomas de toxicidad varían ampliamente. El

contenido de Ni en los tejidos de la planta generalmente es refiejo de la concentración

de catión móvil en el suelo. Dentro de la planta, el Ni se considera como uno de los

elementos más móviles.

Ei Ni puede absorberse por inhalación, a través de la piel o por ingestión, aun­

que por esta vía su absorción es escasa. Es el elemento que provoca más reacciones

alérgicas (eczemas, dermatitis, eritemas). Tiene efectos cancerígenos y mutegénicos,

pero su toxicidad aguda es muy baja, salvo en ei caso de compuestos orgánicos como

el níquel carbonito

4.1.2.7.-CROMO

El Cr tiene efectos estimulantes sobre las plantas, aunque no se ha demostrado

su esencialidad. No ocurre lo mismo con animales y seres humanos, donde forma parte

de la un compiejo dinicotinato Cr(ni)-glutationa, factor de tolerancia a la glucosa, GTF.

Su deficiencia provoca una reducción de ia sensibilidad de los tejidos a la insulina, con

la consecuente hipergiucemia.

El Cr puede existir en diversos estados de oxidación, pero las fomnas más esta­

bles son CP* y Cr* . Ei cromato está en equilibrio con otras fomias de Cr(VI) como

HCr04" y Cr207 ', siendo la primera la forma predominante a pH > 6. Cr (III) es la fomna

que interviene en los sistemas biológicos, mientras que Cr(Vl) es la forma responsable

de ios efectos tóxicos. Ésta resulta muy estable en equilibrio con ei oxígeno atmosférí-

59

Page 75: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estvdiados

co, pero es una especie muy oxidante, y en presencia de la materia orgánica del suelo

es reducido a Cr(lll), con mayor rapidez en suelos ácidos. Así que, el Cr(lil), relativa­

mente insoiubie y menos móvil, es la forma que predomina en la mayoría de ios suelos,

generalmente como óxidos e hidróxidos insolubles. La solubilidad del Cr{lll) disminuye

por encima de pH 4, y a pH 5,5 su precipitación es completa. (McGrath, 1995).

Las concentraciones de Cr disponible en la solución del suelo son muy bajas en

la mayoría de los suelos debido a su baja solubilidad, y esa escasez se refleja en los

bajas concentraciones del elemento en plantas. Los síntomas de toxicidad son bastante

inespecíficos: reducdón del crecimiento y clorosis en hojas. En monocotiledóneas, las

hojas se vuelven rígidas y marrón-rojizas con manchas necróticais. (Pratt, 1966 en

Gupta, 1998).

Los compuestos de Cr(VI) son inritantes y corrosivos, siendo fácilmente absoriai-

dos por pulmones, aparato digestivo y piel. Los síntomas de intoxicación aguda son la

gastroenteritis hemorrágica a los pocos minutos de la ingestión, insiificiencia hepática ,

renal, coma y muerte. La toxicidad crónica puede darse en caso de inhalación de polvo

o aerosoles de con cromo, o de contacto directo de derivados de Cr con la piel y muco­

sas. Así, pueden producirse manifestaciones dermatológicas, y respiratorias (fibrosis

pulmonar, bronquitis, enfisema, asma). Los compuestos poco solubles son potencial-

mente cancerígenos, ya que se eliminan con dificultad y tienden a acumularse en el

organismo.

4.1.2.8.-COBALTO

El cobalto es un elemento esencial para rumiantes y microorganismos. Los ru­

miantes, capaces de sintetizar cobalamina (vitamina B12). También lo es para el hom­

bre y otros animales, pero no como ion metálico, sino formando parte de la vitamina.

El principal factor que controla la concentración de Co en la solución del suelo

es su estado de drenaje, siendo la cantidad de Co disponible generalmente mayor en

suelos mal drenados (quizá por las diferendas en el lavado de los minerales ferromag-

nesianos, o por las diferencias entre ios minerales de la arcilla y los complejos orgáni­

cos formados bajo diferentes condiciones de drenaje. Un segundo factor regulador es

el pH: la absorción de Co se incremente al disminuir el pH. B Co se adsortie a los di-

60

Page 76: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estudiados

Óxidos de Mn y puede oxidarse hasta reemplazar al Mn en estructuras cristalinas.

(Smith y Paterson, 1995).

En el ganado, la intoxicación por Co es menos probable que su deficiencia, ya

qie los niveles tóxicos parecen ser al menos 3.000 veces mayores que los requeri­

mientos. Dosis muy elevadas de Co (50 mg Co / kg en pollos; 58-69 mg Co /kg en ru­

miantes) producen pérdida de apetito, disminución del consumo de agua y pérdida de

coordinación muscular (Gupta y Gupta, 1998).

En seres humanos no se han descrito casos de toxicidad aguda, pero sí de to­

xicidad crónica. Produce fibrosis pulmonar, irritación del tracto respiratorio, manifesta­

ciones cutáneas alérgicas y problemas cardiacos (Soria et al., 1995).

4.1.2.9.-CADMIO

El cadmio no tiene función biológica, y es muy tóxico para animales y humanos.

No parece haber acuerdo en su toxicidad para las plantas, aunque elevadas cantidades

de Cd pueden impedir la absorción o traslocación de Fe, Mn y Zn en la raíz, y de Mn en

la fruta (Gupta y Gupta, 1998).

La principal forma del metal en la solución del suelo es Cd " , pero puede formar

diversos iones complejos. Al contrario que Cu y Pb, y anátogamente al Zn, tiene cierta

tendencia a descender en el perfil, aunque la extensión de este movimiento depende de

varios factores de suelo. Zn y Cd están más débilmente ligados en suelos orgánicos

que Pb y Cu (Berthefsen et al., 1995). El pH es del suelo es el factor principal que de-

temiina la disponibilidad del Cd en el suek). Al incrementarse la acidez aumenta la acti­

vidad del Cd^*, en parte debida a la disolución de los hidróxidos de Fe, y en parte debi­

do a la disminución de la adsorción a los coloides del suelo.

Químicamente es similar al Zn (tienen similares estructuras iónicas y electrone-

gatividades), y es fácilmente absorbido por las plantas, mediante un mecanismo pasivo.

Aunque la mayoría del Cd absorbido es fijado en las raíces -poco es transportado a las

hojas- es un meta! más tóxico que el Pb (Baisberg Pallsson, 1989). El contenido en Cd

de las plantas parece inversamente propordonaf a la CiC de los suelos donde crecen,

aunque no sea un criterio que se pueda considerar aisladamente (Alloway, 1995a).

61

Page 77: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estudiados

Existen acusadas interacdones Zn-Cd y Ca-Cd en la absorción y traslocación

dei Cd. Así, parte de la toxicidad por Cd es el resultado de la interferencia del Cd en los

procesos dependientes del Zn. (Foy et al., 1978). A concentraciones bajas de Cd, como

las que se dan en condiciones de campo, el cttrato seria el ligando principal dei metal

en las vacuolas, mientras que la síntesis de péptidos ligandos del Cd sólo tendría im­

portancia en el caso de exposición a concentraciones muy elevadas del metal. (Barceló

y Poschenrieder, 1992). El Pb puede tener un efecto sinérgico sobre la absorción de Cd

al ser absorbido con preferencia, quedando más Cd en solución.

El cadmio puede ser absorbido por las cosechas en cantidades potencialmente

dañinas para ganado y seres humanos. Puede causar hipertensión, cáncer y desórde­

nes inmunológicos. Otros síntomas son los desórdenes gástricos, vómitos, diarrea, do­

lor de cabeza, orina marrón y fallo renal. Los efectos de la toxicidad por Cd pueden

confundirse con los de la toxicidad por Pb porque el Cd libre causa deficiencia de Zn,

que incrementa la absorción de Pb y la resorción de los huesos, con lo que el Pb es

liberado de sus almacenes biológicos.

4.2.- PARÁMETROS ESPECÍFICOS DE AGUAS

4.2.1.- PARÁMETROS FÍSICO-QUÍMICOS GENERALES

4.2.1.1.- TEMPERATURA AMBIENTE Y TEMPERATURA DEL AGUA

La temperatura del agua está influida sobre todo por la temperatura ambiente,

aunque también puede verse afectada por la presencia de vertidos; aun cuando esos

vertidos no aporten productos tóxicos al cauce, suponen una forma de polución: polu­

ción térmica.

La temperatura del agua posee gran importancia en el desairollo de fenómenos

como la disolución de gases, la soiubiiización de sales o el metabolismo de organismos

acuáticos (Catalán Lafuente y Catalán Alonso, 1987), (Estrada, 1986).

62

Page 78: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estudiados

4.2.1.2.-PH

Es una de las características más importantes de las aguas. Sus valores pueden

variar en función de causas naturales como las condiciones edáficas (rocas volcánicas,

pirita) o el CO2 disuelto, o por causas artificiales como los vertidos. Condiciones extre­

mas de pH pueden limitar la vida de ios organismos acuáticos (López Archilla et al.,

1994) y afectar a las diversas reacciones químicas que se desarrollan en su seno: pre-

cipitación-solubilizadón de metales, principalmente hienro y manganeso, complejación y

sorción, reacciones redox y reacciones de hidrólisis (Catalán Lafuente y Catalán Alon­

so, 1987).

4.2.1.3.-TüRBíDEZ

La turbidez proviene de la materia particulada orgánica e inorgánica no sedi-

mentable. La existencia de turbidez puede ser indicio de contaminación y favorecer el

crecimiento microbiano.

4.2.1.4.- CONDUCTÍVFDAD

Es la aptitud del agua para conducir la corriente eléctrica, y depende de la con-

centradón de sustandas disodadas, conductoras, orientando sobre la minenalización

global del agua. Aunque no indica la naturaleza de los iones disueltos (depende de la

masa y valenda de estos, de la solvatadón y de su grado de disodadón), constituye un

buen indicador de los cambios de calidad de las aguas, sea en su dimensión temporal

(sobre todo a corto plazo) o en su dimensión espadal (a o largo del curso de agua)

(Estrada, 1986). Al ser función de la temperatura, para establecer comparadones las

medidas se estandarizan a 20 "C.

Según ios valores de conductividad de las aguas, pueden dasificarse en las ca­

tegorías recogidas en la tabla 4.2.

63

Page 79: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estudiados

Tabla 4.2.- Clasificación de las aguas según su grado de mineralizadón (Estrada, 1986)

Grado de mineraiización

Muy débil

Débil

Medio acentuado

Medio

importante

Excesivo

Conductividad a 20 °C (^.S/cm)

<100

100-200

200-333

333-566

666-1000

>1000

4.2.1.5.- RESIDUO SECO A 180 ° C

Es una medida de la mineraiización de las aguas. Aunque se encuentra muy re­

lacionado con la conductividad, no se puede establecer una relación unívoca entre am­

bos parámetros, pues el residuo seco se refiere tanto a sustancias disodadas como a

las que no lo están (Catalán Lafuente y Catalán Alonso, 1987), incluso pequeñas canti­

dades de materia orgánica que alcanzan valores más elevados en aguas contaminadas

(Tenorio Sanz, 1988).

La cantidad de residuo está influida por la naturaleza geológica de la cuenca, la

pluviometría, la temperatura del agua, el soleamiento y el caudal total de la corriente.

En general, el residuo aumenta a lo largo de los ríos, ya que la superficie de contacto

con el terreno es mayor, favoreciéndose la solubilizadón de las sales; aumenta también

en verano, como consecuencia de la disminución del caudal por efecto de la evapora­

ción.

4.2.1.6.-AC1DEZ TOTAL

La addez de un agua se debe a la presenda de anhídrido carbónico libre, ád-

dos minerales y sales de ácidos fuertes y bases débiles. El sistema carbónico-

bicartjonatos-carixjnatos es el que regula normalmente la addez (Tenorio Sanz, 1988)

4.2.1.7.-DUREZA

Es la capaddad del agua para formar incrustadones. Las incrustaciones más

perjudidales son las originadas por los sulfates, por originar depósitos más duros y

cristalinos. Tiene un efecto tampón sobre los metales traza, disminuyendo su toxicidad;

64

Page 80: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estudiados

por el contrario, las aguas blandas con bajo pH disuelven altas concentraciones de Cd,

Pb, Cu, Zn (Catalán Lafuente y Catalán Alonso, 1987)

4.2.2.- PRINCIPALES ANIONES Y CATIONES

4.2.2.1.-CLORUROS

Los cloruros están siempre presentes en las aguas superficiales en un amplio

rango de concentración, debido a su extraordinaria solubilidad; el contenido concreto

depende de las características del terreno por el que discurre el agua.

Se han considerado indicadores indirectos de contaminación fecal, ya que el

hombre elimina unos 6 g/día en las excretas. Sin embargo, los contenidos altos de clo­

ruros pueden ser debidos a otras causas, como la infiltración de aguas marinas, el la­

vado de sedimentos de origen marino o ei tratamiento de ablandamiento de aguas du­

ras (Pérez López y Espigares García, 1995). Por eso, más significativo que su mera

presencia es su aumento brusco, que es indicativo de contaminación, bien por aguas

negras (forma parte de la composidón de la orina del hombre y los animales) o por

aguas residuales industriales (Tenorio Sanz, 1988).

Por sí mismos no suelen causar fenómenos de con-osión, pero sí pueden acele­

rar estas reacciones debido a su capacidad pana incrementar la disolución de ios meta­

les, ai ser iones muy pequeños y móviles (ASTM, 1976). Generalmente va acompañado

de sodio y potasio.

4.2.2.2.- BICARBONATOS

Regulan la acidez-alcalinidad del agua en condiciones normales, como quedó

dicho anteriormente, dentro del sistema carbónico-bicarbonatos-carbonatos.

4.2.2.3.- SÍLICE

La sílice del agua puede encontrarse disueita como Si(0H)6, que es práctica­

mente independiente del pH, o en estado coloidal, a pH > 9. En estas condiciones el

ácido monosiiídco se disoda, estabiedéndose un equilibrio entre la sílice coloidal y el

áddo siiídco en soludón verdadera:

(Si02)n + 2nH20 -o> nS¡(OH)4

65

Page 81: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estudiados

Los principales factores que influyen en la concentración de sílice disuelta son

su coprecipitación con óxidos hidratados de Fe y Mg, y ia redisolución de estos (Catalán

Lafuente y Catalán Alonso, 1987).

4.2.2.4.- SULFATOS

Proceden de ia disolución de yesos y oxidación de sulfures. En presencia de

metales pesados tienden a formar precipitados debido a los bajos valores del producto

de solubilidad de las sales formadas, con lo que tienden a disminuir la toxicidad de es­

tos metales.

4.2.2.5.- CALCIO / hMcNESio

En general, el calcio es el catión más abundante, presente en los suelos en for­

ma de sulfates (yesos) o carbonatos (calcita) de donde pasa al agua. El magnesio se

presenta en la naturaleza como carbonatos (magnesita), cloruros y sulfates, formando

parte de sales dobles (Catalán, 1987). Ambos son los cationes responsables de la du­

reza del agua.

4.2.2.6.- SODIO / POTASIO

El sodio es un elemento muy abundante en la naturaleza, a menudo asociado al

ion cloruro y al potasio. La concentración del sodio en aguas suele ser mayor que el

potasio, porque éste es adsorbido por la arcilla para transformarse en illita; así, la rela­

ción Na/K suele aumentar constantemente a lo largo del curso de los ríos (Catalán,

1987). La concentración de Na en las aguas superficiales es muy variada debido a la

gran solubilidad de sus sales, aunque la concentración máxima que suele encontrarse

es de 400 mg/l (ríos salados). El potasio suele estar comprendido entre 1 y 5 mg /I ex­

cepto cuando el agua procede de zonas con abundancia de sales potásicas. Además,

sodio y potasio, al igual que los cloruros, son constituyentes de la orina, con lo que su

incremento puede tomarse como un indicativo de contaminación por aguas negras.

66

Page 82: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estudiados

4.2.3.- PARÁMETROS DE CONTAMINACIÓN

4.2.3.1.- OXÍGENO DÍSUELTO

El oxígeno disuelto en el agua puede tener un origen biológico (fotosíntesis de

las plantas verdes acuáticas) o físico (disolución del oxígeno del aire). El par oxígeno-

aire es el sistema tampón predominante en el agua (Catalán Lafuente y Catalán Alonso,

1987). Es un buen índice de la calidad de las aguas, indicando la ausencia de procesos

anaerobios. En las aguas con contaminación fecal el contenido en oxígeno disuelto

disminuye como consecuencia del metabolismo bacteriano (Pérez López y Espigares

García, 1995).

4.2.3.2.- OXIDABILIDAD AL KMNO4

La oxidabilidad al permanganato mide la cantidad de oxígeno consumido por los

compuestos oxidables del agua. Estos compuestos se consideran convencionalmente

equivalentes a la materia orgánica presente, aunque en realidad pueden ser también

sustancias reductoras como hierro ferroso o sulfito, que disminuyen la concentración de

oxígeno independientemente de los procesos biológicos. Se considera un indicador

indirecto de la contaminación fecal. (Pérez López y Espigares García, 1995).

4.2.3.3.- COMPUESTOS NITROGENADOS: NITRATOS, NITRITOS Y AMONIO

Los compuestos nitrogenados del agua provienen fundamentalmente de la de­

gradación de la materia orgánica. El amoniaco es el resultado de un proceso de degra­

dación incompleta de la materia orgánica, cuando existe un medio reductor (Hill, 1991).

Su presencia favorece la multiplicación de microorganismos, así que la presencia de

amoniaco libre o de ion amonio constituye un indicador de contaminación reciente,

(descargas de aguas negras, contacto reciente con materia orgánica en estado de pu­

trefacción).

Los nitratos frecuentemente proceden de la oxidación bacteriana de la materia

orgánica, principalmente de la eliminada por los animales. Aunque en sí no son perjudi­

ciales para la salud, la Reglamentación Técnica Sanitaria para el abastecimiento y con­

trol de calidad de las aguas potables de consumo público los considera como sustan­

cias no deseables (BOE, 1990), porque son rápidamente reducidos a nitritos, capaces

de originar nitrosaminas (compuestos responsables de cánceres en aparato digestivo y

vías urinarias). También es posible la aparición de nitritos por oxidación del amoniaco,

67

Page 83: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estudiados

lo que indicaría contaminación reciente aunque hubiera desaparecido aquel (Catalán

Lafuente y Catalán Alonso, 1987).

4.2.3.4.- FOSFATOS

Los fosfatos generalmente proceden de lixiviados agrícolas y aguas negras ur­

banas. Las formas de fósforo presentes en el agua dependen del pH y de la temperatu­

ra. En aguas neutras, la forma predominante es HPO/', forma principal de fósforo nu­

triente (Catalán Lafuente y Catalán Alonso, 1987). Su exceso da lugar a procesos de

eutrofización.

Figura 4.1. Formas de fósforo predominantes en disolución dependiendo del pH (Vicente Pérez, 1979)

68

Page 84: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estudiados

4.3.- PARÁMETROS ESPECÍFICOS DE SUELOS

4.3.1.- PROPIEDADES FÍSICAS GENERALES

4.3.1.1.-COLOR

El color proporciona una primera información sobre la posible natojraleza de al­

gunos componentes del suelo y sus procesos. Los componentes que proporcionan un

color más característico ai suelo se relacionan en la tabla.4.3.

4.3.1.2.-TEXTURA

La textura expresa de manera sintética las proporciones relativas (medidas por

su porcentaje en peso) de las partículas minerales de la fracción fierra fina" del suelo,

clasificadas en categorías granulométrícas (arena, limo, ardlia) según su tamaño. La

textura influye en diversas propiedades relacionadas directamente con el comporta­

miento del suelo y con el tránsito de aire, agua y raíces a través del mismo. Los suelos

arenosos son generalmente muy pemneables al aire, al agua y son fáciles de penetrar

por las raíces, pero la capacidad del mismo para la retención de agua y nutrientes es

baja. En el otro extremo, los suelos arcillosos retienen más agua al tener partículas más

pequeñas, que ofrecen una mayor superficie específica; además, las cargas eléctricas

de las partículas de arcilla les permiten retener algunos nutrientes en su superficie de

forma asimilable por las plantas. Sin embargo, la aireación de los suelos arcillosos no

suele ser adecuada, salvo que posea un contenido suficiente en materia orgánica.

4.3.1.2.- ESTRUCTURA

La estructura es la propiedad determinada por la unión de las partículas indivi­

duales del suelo que dan lugar a agregados estables frente al agua, gracias a las car­

gas de las partículas minerales y orgánicas, y a ios cationes presentes en el suelo. La

estructura facilita la irrfiltración, permite una buena circulación de aire, agua y nutrientes

a través de ios huecos naturales formados, favorece ei desarrollo de los microorganis­

mos aerobios y fauna del suelo, y también la penetración de las raíces (Porta et al.,

1994), (Thompson y Troeh, 1982).

69

Page 85: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estudiados

Tabla 4.3. Colores característicos de suelo y componentes que denotan

Color Rojos y amarillos

Amarillo Anaranjado

Rojo

Rojo violáceo

Blanco

Negro

Gris

Verde

Componentes del suelo Óxidos de hierro mFe203 nH20 m « n m w n m » n

Manganeso

Ausencia de hierro, manganeso y materia orgánica. Además • Cuarzo residual (Podsoles) • Caliza • Yeso • Arcillas decoloradas (Rañas) • Afloramientos salinos de cloruros y sulfates de sodio y magnesio.

• Materia orgánica • Minerales ferromagnesianos • Pizanras ampelíticas y bituminosas

Óxidos ferrosos

Glauconita y clorita

4.3.2.- PROPIEDADES QUÍMICAS GENERALES.

4.3.2.1.-PH

En general, la acidez de un suelo puede provenir de los ácidos orgánicos forma­

dos en los procesos de degradación de la materia orgánica, de la liberación de Al^* o

Fe^ a partir de la red cristalina, o de reacciones con otros compuestos, fertilizantes o

no. Está relacionado con la Capacidad de Intercambio Catiónico y con el grado de satu­

ración del complejo de cambio con Al " (acidez de reserva) (Seoánez Calvo, 1999). El

pH de los horizontes del suelo van'a desde 2 (suelos con sulfures que pasan a H2SO4)

hasta 10 (suelos con sales alcalinas como el NaaCOa). Entre ambos extremos se en­

cuentran la generalidad de los horizontes, con un pH entre 4 y 8 (Etonneau y Bouchier,

1987).

El pH afecta a las propiedades físicas del suelo (dispersión de los coloides, es-

tnjctura, porosidad, aireación, conductividad hidráulica), a sus propiedades químicas

(movilidad de metales pesados, disponibilidad de nutrientes, descomposición de la ma­

teria orgánica, adsorción de fosfatos, sulfates y cloruros) y a sus propiedades biológicas

(población bacteriana, humificación, fijación de N) (Porta et al., 1994). Los principales

efectos observados en los distintos rangos de pH del suelo se recogen en la tabla 4.4.

70

Page 86: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estudiados

Tabla 4.4.- Principales efectos esperables para los distintos intervalos de pH estableci­dos por el USDA. (Porta et al., 1994)

pH

<4,5

4,5-5,0

5,1-5,5

5,6-6,0

6,1-6,5

6,6-7,3

7,4 -7,8

7,9-8,4

8,5-9,0

9,1 -10,0

<10,0

Evaluación

Extremadamente ácido

Muy fuertemente ácido

Fuertemente ácido

Medianamente ácido

Ligeramente ácido '

Neutro

Medianamente básico

Básico

Ligeramente alcalino

Alcalino

Fuertemente alcalino

Efectos previsibles

Condiciones muy desfavorables

Posible toxicidad por Al' * y

Exceso: Co, Cu, Fe, Mn, Zn

Deficiencia: Ca, K, N, Mg, Mo, P, S

Horizontes sin carbonato calcico.

El hormigón ordinario resulta atacado.

En general, actividad bacteriana escasa.

intervalo adecuado para la mayoría de los cultivos.

Máxima disponibilidad de nutrientes

Mínimos efectos tóxicos

Por debajo de pH = 7,0 no hay carbonato calcico en

el horizonte.

Horizontes generalmente con CaCOs

Disminuye la disponibilidad de P y B

Deficiencia creciente de: Co, Cu, Fe, Mn, Zn

Clorosis férrica.

En horizontes con carbonates, estos pH altos pue­

den deberse al MgCOs si no hay sodio intercambia­

ble.

Mayores problemas de clorosis férrica

Presencia de carbonato sódico

Elevado porcentaje de sodio intercambiable (ESP >

15%)

Toxicidad: Na, B

Movilidad del P como Na3P04

Actividad microbiana escasa

Micronutrientes poco disponibles, excepto Mo.

71

Page 87: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estudiados

Su influencia en la disponibilidad de nutrientes para las plantas fue estudiada por

Truog (1946) y resumida en el esquema de la figura 4.2.

Figura 4.2. Relación entre la disponibilidad de los principales nutrientes de las plantas y el pH de los horizontes del suelo, según Truog (1946) en Thompson (1982)

La disponibilidad máxima se indica por ¡fi anchura de ia banda

4.3.2.2.- CARBONATOS TOTALES

La presencia de carbonatos puede informar sobre el poder clorosante de un sue­

lo, que depende de la facilidad de la entrada de calcio en la solución. Esta facilidad de

entrada es función de la cantidad de caliza que contiene, y del tamaño de las partículas

(López Ritas y López Melida, 1985).

4.3.2.3.- CONDUCTIVIDAD ELÉCTRICA

Análogamente al caso del agua (comentado en 4.2.1.4), la conductividad (en

este caso, de un extracto de agua del suelo), es la aptitud de la muestra para conducir

la corriente eléctrica, y depende de la concentración de sustancias disociadas. Las lec­

turas se refieren a 25 °C. Conductividades por debajo de 80 laS/cm son indicativas de

pobreza en sales. Los terrenos sanos suelen presentar conductividades más altas, lle-

72

Page 88: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estudiados

gando a 400 ¡xS/cm, y en suelos muy pesados hasta 700 (López Ritas y López Melida,

1985).

4.3.2.4.- MATERIA ORGÁNICA

La materia orgánica del suelo, procedente en su mayor parte de la descomposi­

ción de los tejidos vegetales, puede subdividirse en una fracción orgánica fresca no

evoludonada (biomasa vegetal y animal senescente y biomasa microbiana) y una frac­

ción orgánica transfomfiada (humus). B humus es una fracción compleja donde, junto

con moléculas orgánicas definidas (azúcares, polisacáridos, aminoácidos, proteínas),

existen otros polímeros poco definidos, que en general llamamos "moléculas húmicas"

(Seoánez Calvo, 1999), (Porta et al., 1994). La mayoria de ios horizontes contienen

entre 1 y 6 % de materia orgánica, que disminuye en profundidad, y su importancia se

debe a su intervendón en multitud de procesos del suelo: formadón y estabilizadón de

agregados, adsorción e intercambio iónico, suministro de energía y nutrientes, capaci­

dad de retención de humedad, y protecdón frente a la erosión (Porta et al., 1994). La

reladón entre los contenidos de cart)ono y nitrógeno del material constituye un índice

aproximado del grado de desarrollo alcanzado por el proceso: una reladón C/N < 8 es

propia de suelos muy evolucionados, entre 12 y 13 es una relación de equilibrio que se

considera óptima, y de 15 a 17 se da en suelos brutos, sin evoludonar.

Con fines analíticos se define la materia orgánica como la parte oxidable me­

diante dicromato potásico en medio sulfúrico.

4.3.2.5.- NITRÓGENO TOT/!u_

El nitrógeno es un macronutriente esendal, que las plantas necesitan en gran­

des cantidades, por ello constituye uno de los 3 prindpales elementos fertilizantes. Sin

embargo, un exceso de nitrógeno en el suelo, que las plantas son capaces de absorber,

puede dar lugar a síntomas indeseables. Por otro lado, cuando el suministro de N es

insufidente, las plantas crecen despacio: presentan aspecto ahilado, raquítico y pálido.

El exceso produce un credmiento vegetativo suculento y de color verde oscuro.

(Thompson y Troeh, 1982). La forma absorbida mayoritariamente por las plantas es el

ion nitrato NO3', muy soluble a cualquier pH, y por tanto sujeto a rápidas pérdidas por

lavado.

73

Page 89: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estudiados

4.3.2.6.- FÓSFORO

El fósforo es otro de los macronutrientes esenciales que constituye uno de tos 3

principales elementos fertilizantes. En el suelo coexisten formas orgíínicas (20-60 %) e

inorgánicas, pero la accesibilidad de estas últimas suele ser baja por su capacidad de

formar compuestos insolubles con muchos cationes, sobre todo aluminio, hierro, calcio

y manganeso. Además, la mayoría de los constituyentes del suelo (aaloides minerales y

orgánicos, hidróxidos de hierro y aluminio, caliza) son capaces de fijar los iones fosfóri­

cos. (Bonneau y Bouchier, 1987). En el suelo puede presentarse como H2PO4', HP04^"

o P04^ según el pH {vid. fig. 4.1). Las plantas absort)en principalmente el ion ortofosfato

monovalente (H2PO4'), llamado habitual e impropiamente "fosfato". El P04^ ocurre a pH

muy básico, y no puede considerarse significativo para la nutrición de las plantas.

(Thompson y Troeh, 1982).

4.3.2.7.- POTASIO

El potasio es el último de los macronutrientes esenciales absorbido en grandes

cantidades por las plantas. La absorción se produce en forma de IC, cuya carga positiva

contribuye a mantener la neutralidad eléctrica del suelo y de la planta, al compensar las

cargas negativas de nitratos, fosfatos y demás aniones. También puede estar sometido

a un "consumo de lujo" cuando el contenido en el suelo es superior al demandado por la

planta.

Los iones potasio de la solución del suelo no pueden desplazarse a las raíces a

menos que sean sustituidos por otros cationes en los puntos de intercambio. Las raíces

que se aproximan lo sufidente a estos iones, pueden intercambiarios por hidrogeniones

en un proceso conocido como absorción por contacto. Por ello los suelos ácidos pre­

sentan una mayor probabilidad de deficiencia en potasio disponible que los neutros: los

iones H" dominan los puntos de intercambio, y el contenido en todos los demás catio­

nes (incluido }tC) es menor (Thompson y Troeh, 1982).

74

Page 90: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estudiados

4.3.3.- COMPLEJO DE CAMBIO

4.3.3.1.- CAPACIDAD DE INTERCAMBIO CATIÓNICO.

La arcilla y la materia orgánica del suelo están cargadas de modo preferente con

de forma negativa, con lo que son capaces de adsorber cationes de la solución del sue­

lo: los cationes de cambio, que pueden ser cuantitativamente reemplazados por otros,

sin destruir los coloides del suelo. Así, se denomina Capacidad de Intercambio Catióni­

co, CIC o T a la cantidad de cationes cambiables que un suelo es capaz de adsorber

por unidad de masa (López Ritas y López Melida, 1985). En unidades del Sistema In­

ternacional, la CIC se mide en centimoles de carga positiva por kilogramo; emole / kg>

cuyo valor numérico coincide con la unidad más utilizada: meq/100 g. La CIC interviene

en la disponibilidad de nutrientes por las plantas, la retención de elementos perjudicia­

les y en los procesos de floculación y dispersión de las arcillas (Porta et al., 1994).

4.3.3.2.- SODIO, CALCIO Y MAGNESIO CAMBIABLE

El ion sodio es el más móvil de los cationes básicos, y, salvo en condiciones de

aridez, es rápidamente lavado fuera del perfil. El sodio se ha considerado durante mu­

cho tiempo como no esencial para las plantas, aunque se ha comprobado que es bene­

ficioso en cantidades pequeñas (Thompson y Troeh, 1982).

Puede existir de dos formas en el suelo:

-Forma salina neutra, sin propiedades alcalinizantes.

-Forma de cambio, ligada al complejo adsorbente, que alcaliniza la solución del

suelo; en presencia de sodio de cambio, la solución se enriquece en sales alcalinas

como el carbonato o el bicarbonato sódico, que elevan el pH.

El intercambio de los iones divalentes del complejo adsorbente (sobre todo el in­

tercambio de Ca "" por Na"") es posible sólo en la medida que la concentración de Na"" en

la solución del suelo sea mucho mayor que la de Ca^* (Duchafour, 1984). Para cuantifi-

car la sodificación del complejo de cambio se emplea la relación de adsorción de sodio

(SAR):

\Ca + Mg V 2

donde la concentración de cationes se expresa en meq/!

75

Page 91: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estudiados

Calcio y magnesio son macronutrientes, cuya provisión en el suelo generalmen­

te es suficiente para cubrir las necesidades de las plantas. El calcio representa el 75-85

% del total de bases cambiables del suelo, en forma de catión divalente, Ca "". La gran

concentración de calcio en los puntos de intercambio catiónico es consecuencia del

tamaño del ion hidratado, muy pequeño en relación con su carga. Gracias a ello se pro­

duce la adsorción preferente de los iones Ca "" sobre prácticamente todos los demás

iones presentes en el suelo (Thompson y Troeh, 1982).

El calcio desempeña un papel esencial en el comportamiento físico del suelo.

Por su poder floculante respecto de las arcillas, y su papel estabilizante en los com­

puestos húmicos, contribuye a la organización de la estructura y la estabilidad del suelo

(Bonneau y Bouchier, 1987).

El Mg^"' es químicamente similar al Ca "", aunque, al ser más pequeño, puede

ocupar huecos menores en las estructuras octaédricas. Supone el 12-18 % del total de

bases cambiables (Thompson y Troeh, 1982). El ion Mg "" es más móvil que el ion cal­

cio, y por tanto es arrastrado con prioridad (Duchafour, 1984).

4.3.4.- EXTRACTO DE SATURACIÓN

4.3.4.1.- CARBONATOS Y BICARBONATOS

Según se comentó en 4.3.2.2, la presencia de carbonatos informa sobre el poder

olorosante de un suelo, lo que depende de la facilidad de entrada de calcio en la solu­

ción.

4.3.4.2.- SULFATOS

El azufre es un macronutriente que, como nitrógeno y fósforo, forma parte de los

compuestos orgánicos. Las tres formas de azufre más importantes en los suelos son

sulfates, sulfuros y azufre orgánico. Los sulfures son rápidamente oxidados a azufre,

después a sulfates, y en general no se acumulan, aunque es posible encontrarios en

condiciones de anaerobiosis. Los sulfuros provienen de la reducción de los sulfates y de

compuestos minerales rices en azufre parcialmente oxidados (Bonneau y Bouchier,

1987).

76

Page 92: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Caracterización de los parámetros estudiados

La forma disponible para las plantas es el Ion sulfato, pero la provisión suele ser

pequeña y debe reponerse a partir de otras fuentes. El ciclo del azufre, como el del ni­

trógeno, supone una oxidación en el suelo y una reducción en la planta: el metabolismo

de los vegetales reduce el SO/" a formas que pueden ser incluidas en moléculas orgá­

nicas (Thompson y Troeh, 1982).

4.3.4.3- CLORUROS

Finalmente, consideramos el ion cloruro, que es un micronutriente para las plan­

tas, aunque sus funciones específicas no están bien definidas. El Cl' posee la misma

carga y casi el mismo tamaño que los iones OH", por eso los primeros pueden sustituir

a los segundos en las estructuras minerales (Thompson y Troeh, 1982). Las plantas

suelen absorber mucho más cloro del que necesitan, y su exceso en el suelo origina

problemas de salinidad (López Ritas y López Melida, 1985).

77

Page 93: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo
Page 94: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

CAPITULO 5

MATERIALES Y MÉTODOS

Page 95: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo
Page 96: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales y métodos

5.1.- DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN

5.1.1.- L0CAU2ACIÓN DE PUNTOS Y FRECUENCIA DE MUÉSTREOS

Para llevar a cabo nuestro estudio planteamos la locallzación de las zonas más

representativas de uno de los prindpafes tipos de habitat ocupados por £. andevalen-

sis: lechos arenosos junto a corrientes fluviales (Talavera Lozano, 1987).

En el río Odiel, entre los términos municipales de El Campillo, Almonáster, Cala­

ñas, Zalamea la Real y Valverde del Camino se escogieron 3 poblaciones de £. ande-

valensis atendiendo a los siguientes criterios:

-Poblaciones bien establecidas, con ejemplares de mayor masa vegetal, que

pemiitieran obtener un volumen adecuado de muestra por planta sin comprometer su

posterior desarrollo.

-Poblaciones separadas uniformemente a lo largo del curso del río.

-Poblaciones de fácil acceso.

A estos 3 puntos del río Odiel se añadió un cuarto punto situado en zona no

contaminada, cerca de su nacimiento (ténnino municipal de Aracena), donde no se ob­

servaron ejemplares de £. andevalensis.

Un quinto punto de muestreo se escogió fuera del río Odiel, junto a las minas de

El Lomero, (término municipal de El Cerro de Andévalo) donde aparecen poblaciones

de £. ancfewa/ens/s junto a las balsas que recogen los lixiviados de la mina.

Así, tas zonas muestreadas ftieron las siguientes:

81

Page 97: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales y métodos

Zona; 1 (figura. 5.1)

Designación: OD-A

Situación: rio Odiel, entre los términos municipales de Aracena y Cam-

pofrío, a la altura del kilómetro 23 de la carretera El Campillo-Aracena.

Descripción: curso alto del río, en zona sin contaminar. Dehesa muy

abierta, dedicada a pastos.

Coordenadas UTM: 29S QB156-867

Figura 5.1. Zona OD-A

- • " • i .

82

Page 98: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales y métodos

Zona: 2 (figura 5.2)

Designación: OD-6

Situación: río Odiel, entre ios términos municipales de El Campillo y Al-

monáster. Aguas aniba det "Puente de los Cinco Ojos" sobre la carretera

de Zalamea la Real a Jabugo

Descripción: zona contaminada, con aguas corrientes de color amari­

llento, sin actividad biológica visible. Dentro de esta zona destaca una

isla fluvial al N del puente, defendida por un gran bloque de cuarcita,

donde la única vegetación presente está constituida por grandes arbus­

tos de E. andevalensis.

Junto al río, la única especie presente es asimismo £ andevalensis.

Otras especies vegetales comienzan a aparecer a 1-2 m. det cauce: gra­

míneas, Neñum oleander, Cistus salvifolius y Erica australis.

Coordenadas UTM: 29S QB022-781

Figura 5.2. Zona OD-B

83

Page 99: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales v melados

Zona: 3

Designación: OD-C

Situación: río Odiel, entre los términos municipales de Calañas y Zala­

mea la Real. Puente sobre la pista forestal de Calañas a El Villar.

Descripción: zona contaminada, con aguas comentes de color amari­

llento, sin actividad biológica visible. Lecho del rio, donde sólo crece £

andevalensis.

Coordenadas UTIUI: 29S PBg27-6g4

Figura 5.3. Zona OD-C

WCwadeíiabalteoS*

84

Page 100: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Kíaterialesy métodos

Zona: 4

Designación: OD-D

Situación: rio Odiel, entre los términos municipales de Calañas y Valver-

de del Camino, cerca de Sotiel-Coronada. Junto a la ermita de Nuestra

Señora de la Coronada, entre casillas de minería.

Descrípción: zona contaminada, con aguas corrientes de color amari­

llento, sin actividad biológica visible. Minería en activo. Existe también

una isla fluvial entre dos brazos del Odiel, colonizada por E andevalen-

si$, que crece también junto al río al tx>rde de las acumulaciones de es­

corias mineras.

Coordenadas UTM: 29S PB916-644

Figura 5.4. Zona OD-D

85

Page 101: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales y métodos

Zona: 5

Designación: LOM

Situación: subida hacía las minas de El Lomero, en el término municipal

de El Cen-o de Andévalo.

Descripción: balsas de aguas lixiviadas de la mina (ocasionalmente se­

cas) y curso de agua fuertemente amarillenta, sin actividad biológica visi­

ble. Masas de Enea australis próximas.

Coordenadas UTM: 29S PBg33-862

Figura 5.5. Zona LOM

86

Page 102: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales y métodos

Dado que la aparición E. andevaiensis parece estar ligada a ios ambientes conta­

minados por metales, orientamos nuestro trabajo fundamentalmente al estudio de su

presencia en la propia planta y en su ambiente inmediato (suelos y aguas). Como el

contenido en metales de las plantas experimenta variaciones estacionales (Barry y

Clark, 1978) (OToole eí a/.,1981) (MacNaeidhe, 1995) (Ramírez et al., 2001) plantea­

mos llevar a cabo muesüBos suficientemente separados, no tanto con un carácter es­

trictamente estacional cuanto capaces de recoger variaciones más generales, produci­

das en ciclos vitales distintos. De esta manera se llevaron a cabo 3 muéstreos con un

intervalo de 7 meses entre ellos:

Primer muestreo: julio 1998

Segundo muestreo: marzo 1999

Tercer muestreo: noviembre 1999

5.1.2.- SELECCIÓN DE MUESTRAS

En cada uno de esos muéstreos y para cada una de las zonas se tomaron los

siguientes materiales.

• Muestras de E. andevaiensis

Se escogió un tamaño muestral de 10 ejemplares tomados al azar (salvo en

OD-A, donde no está presente), como solución de compromiso entre la repre-

sentatividad de la muestra y la necesidad de no afectar a las poblaciones mues-

treadas. De éstas, 8 muestras se tomaron de la parte aérea de plantas bien de-

sanrolladas, tanto para obtener cifras representativas de la planta adulta como

para no comprometer la viabilidad de los ejemplares. Las otras 2, identificadas

como muestras 9 y 10 en cada caso, fueron plantas jóvenes tomadas enteras

para llevar a cabo el análisis de raíces. Puede objetarse entonces que existe un

sesgo introducido en los datos de raíces debido a un tamaño de muestra excesi­

vamente reducido. Por ello, a la hora de obtener conclusiones sobre los conteni­

dos metálicos de las raíces, primaremos el análisis del conjunto de las 5 zonas

(8 muestras) sobre el análisis irKiivíduaItzado de las raíces de cada zona.

87

Page 103: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales v métodos

Las muestras de £. andevalensis se envasaron en bolsas individuales de

polietileno con cienre, convenientemente etiquetadas, para su traslado al labo­

ratorio.

• Muestras de plantas acompañantes

-En la inspección sobre el terreno previa a la elección definitiva de las zonas y

tipo de muestras, observamos que en todas las zonas la planta que crecía más

próxima a £. andevalensis era la Adelfa, Nerium oleander, también presente

junto al río Odiel en 0[>A. Así pues, en cada muestreo y zona tomamos tam­

bién hojas de 2-3 Adelfas, primando en este caso la proximidad a la planta ob­

jeto de nuestro estudio sobre la cantidad de ejemplares muestreados.

Las muestras de N. oleander se envasaron en bolsas individuales de polietileno

con cierre, convenientemente etiquetadas, para su traslado al laboratorio.

• Muestras de agua

En cada punto de muestreo se tomó un volumen de agua suficiente para llevar a

cabo las detemninaciones analíticas correspondientes. Las muestras fueron de

carácter simple, procurando tomartas lo más cerca posible del centro de la co­

rriente y de la superficie de ésta.

Para la recogida de muestras se emplearon los siguientes envases:

-Un envase de polietileno de 5 I, previamente lavado con HNO3 al 50 % para

eliminar las posibles trazas metálicas adsorbidas en sus paredes, y aclarados

con agua bidestilada y desionizada (EPA, 1984).

-Un envase de polietileno de 500 mi en las mismas condiciones para la determi­

nación de los parámetros que pudieran sufrir mayor alteración, mantenidos en

frío hasta su análisis (EPA, 1984).

-Un frasco de vidrio de 300 mi, censado herméticamente, para el análisis de oxí­

geno disuelto (EPA, 1984).

88

Page 104: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales y métodos

El tiempo máximo de almacenaje de las muestras para cada determinación, se­

gún la EPA, queda reflejado en la tabla 5.1.

• Muestras de suelo

Dado el carácter más estable de la composición de los suelos, la descripción de

éstos se hizo una sola vez, al final de ios tres muéstreos de plantas y aguas, de

ia siguiente manera:

OD-A: una calicata, en la margen derecha del río

OD-B: una calicata en ia isieta central, y una en la margen izquierda del río

OD-C: una calicata entre un montón estabilizado de escorias de minería y la

margen izquierda del rio.

OD-D: una calicata en la margen izquierda del rio

LOM: una calicata junto al curso de agua existente (Rivera de la Pelada).

Se tomaron entre 1 y 1,5 kg de tierra de cada uno de los horizontes presentes

en las calicatas estudiadas y se envasaron en bolsas de polietiieno con cíenle,

convenientemente etiquetadas, para su traslado al laboratorio.

Tabla 5.1. Tipo de envase y tiempo máximo de almacenaje recomendados por la Envi-romental Protection Agency (1984).

Parámetro

PH

Conductividad

Residuo seco

O2 disuelto

CO2 libre

Oxidabílidad

Nitratos

Nitritos

Amoniaco

Metales

Envase

P,C

P, C

P,C

c P,C

P,C

P,C

P.C

P,C

P (A), C (A)

Tiempo máximo recomendado

Analizar inmediatamente

28 días

2 - 7 días

8 horas

Analizar inmediatamente

28 días <>

48 horas '^'

48 horas ' >

28 días <>

6 meses

P: polietiieno P(A): polietiieno lavado con HNO3 aJ 50 % ' * analizar lo antes posible

C: cristal C(A): cristal lavado con HNO3 al 50%

89

Page 105: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales v métodos

• Otras muestras

Al comienzo de la preparación del trabajo experimental, en agosto de 1995, se

tomaron muestras de las eflorescencias salinas aparecidas en OD-B por efecto

de la intensa evaporación y se envasaron como el resto de tas muestras sólidas

para su posterior análisis.

5.1.3.- SELECCIÓN DE PARÁMETROS ANALÍTICOS

5.1.3.1.- METALES PESADOS

El análisis de los metales pesados se ha llevado a cabo en plantas, aguas y

suelo, constituyendo la materia principal de nuestra investigación. EEn la elección de ios

elementos concretos analizados se ha procurado no dejar fuera ninguno cuya presencia

en el entorno de nuestra planta sea importante, para lo cual deberemos conocer de la

manera más precisa posible la composición del material de partida.

En primera aproximación podemos tomar como referencia la composición de la

mineralización de San Platón, una de las formaciones geológicas miás importantes atra­

vesadas por el curso del río Odiel entre nuestras zonas de estudio OD-A y OD-B. Está

constituida por pirita (FeS2), calcopirita (CuFeS2), blenda (ZnS), galena (PbS), tetrae-

drita (CuaSbSa), y en la ganga gran cantidad de baritina (BaS04) y cwarzo (SÍO2) (IGME,

1982). El análisis realizado por la Compañía Peñarroya durante 1971-72 y en 1979 es­

tableció las siguientes proporciones sobre un total estimado de 1.125.000 toneladas de

mineral (sulfures complejos)

Tabla 5.2. Proporciones de diversos elementos presentes en la mineralización de San Platón, Aracena, (Huelva) (IGME, 1982)

Elemento

S

Fe

Zn

Cu

Pb

Ag

Au

Cantidad

42,49 %

30,00 %

12,30 %

1,16%

0,53 %

6 9 g / t

2 ,05g / t

90

Page 106: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales y métodos

De ahí, un primer gnjpo de metates que deberemos analizar por su importancia

cuantitativa es el formado por Fe, Zn, Cu y Pb. Aunque su interés teórico sea menor,

también deberemos incluir en este grupo mayorítarío al Mn, pues en toda la Faja Pirítica

puede distinguirse una "fonnación manganesífera" estrechamente ligada a las masas

de sulfuros.

Como segunda aproximación a los metales más importantes en nuestra zona

podemos considerar las eflorescencias salinas presentes en las márgenes del OdieL Su

análisis se llevó a cabo por difracción de rayos X (figura XX). Los resultados, según la

interpretación de la Dna. M. A. Vicente, del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiolo­

gía del CSIC, Salamanca (comunicación personal, 1996), muestran que los constitu­

yentes mayorítaríos de estas eflorescencias son:

-Guildita: CuFe(S04)2 (OH)-4H20

-Vauquelinita:Pb2Cu(Cr04)(P04)(OH)

Más dudosa es la presencia de Sekaninaita (FesAUSisOis) por su color azul, que

no observamos en ningún momento, ni en las muestras recogidas ni en la amplía "cos­

tra" salina que cubría las orillas del río. Tras la consideración de estos análisis, inclui­

mos en la batería de elementos analizados el Cr.

Una tercera aproximación a nuestro material es la bibliográfica. Los trabajos pu­

blicados con posterioridad a la rotura de la presa de Aznalcóllar han proporcionado

análisis de gran precisión sobre los restos de minería procedentes de la Faja Pirítica

Peninsular. Aún teniendo en cuenta las variaciones regionales, estos análisis nos pro­

porcionan una información complementaria sobre otros elementos presentes. Los lodos

vertidos (López-Pamo etal., 1999) mostraron cantidades muy altas de Fe (36,9 %), de­

bido al contenido en piritas del material de base, y contenidos muy elevados de Zn

(6350 a 16060 ppm), Pb (4330 a 11710 ppm). As (3710-5290 ppm) y Cu (880 a 1800

ppm) como consecuencia de una recuperación incompleta en el procesado del mineral.

Descartando ios elementos que aparecen en estos lodos en concentraciones

medias inferiores a 30 ppm, y que por tanto es previsible que tengan una mínima reper­

cusión en las plantas de nuestra zona, qi^daría tomar una decisión sobre un grupo de

contenidos "intermedios" donde destaca el Sb (202-530 ppm), y, con valores mucho

más pequeños, Cd, Co, Cr y Ti. Para elfo se prepararon muestras compuestas de hojas,

tallos y raíces de 9 ejemplares de E. andevalensis (2 en el caso de raíces) de una mis-

91

Page 107: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales y métodos

ma zona. Se tomaron 0,25 g. de cada una de tas partes de las plantas y se trituraron en

mortero de ágata, lavado varias veces con agua destilada y secado con acetona. Des­

pués de mezclar cuidadosamente, las muestras compuestas se analizaron mediante

Espectrometría de Masas con Plasma de Acoplamiento Inductivo (ICP-MS) en el Centro

de Espectrometría Atómica de la Universidad Complutense de Madrid. Aparte de incluir

los metales "intermedios" anteriores, se tanteó la presencia de Ag y Ni, obteniéndose

los siguientes resultados:

Tabla 5.3. Contenido de metales en muestras compuestas de E. andevalensis. Valores en ng/g

Elemento

Ag

As

Cd

Co

Cr

Ni

Sb

TI

Raíces

1,11 ±0,07

<1,5

7,12 ±0,07

2,85 ± 0,07

1,30 ±0,05

3,57 ± 0,07

<0,5

0,304 ± 0,009

Tallos

0,142 + 0,009

<1,5

2,09 ± 0,02

1,58 ±0,04

<1,0

1,73 ± 0,03

<0,5

<0,1

Hojas

0,282 + 0,018

6,62 ± 0,20

0,919 + 0,009

1,64t + 0,04

1,92 ±0,08

4,90 ±0,10

0,787 ± 0,030

<0,1

Se encontraron cantidades a tener en cuenta de Cd, Co, Cr y Ni, mientras que la

importancia que concedíamos a Sb y As queda desmentida (aunque de manera menos

clara en el caso del As, donde a contenidos por debajo del límite de detección en raíces

y tallos se une un contenido relativamente alto en hojas).

Como conclusión, los elementos más importantes presentes en el entorno de

nuestras plantas, y que serán analizados tanto en éstas como en suelos y aguas son:

cobre, hierro, manganeso, zinc, plomo, níquel, cobalto, cadmio y cromo.

5.1.3.2.- PARÁMETROS ESPECÍFICOS DE PLANTAS

Junto con el análisis de metales pesados, y con el objeto de estudiar posibles

modificaciones estructurales capaces de explicar la supervivencia de E. andevalensis

en medios hostiles, se realizó un estudio de raíces, tallos y hojas c»n microscopio ópti-

92

Page 108: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales v métodos

co y microscopio electrónico de transmisión (Centro de Microscopia Eiectnánica. Uni­

versidad Complutense de Madrid)

El conjunto del trabajo analítico llevado a cabo sobre el material vegetal se re­

sume en la tabla 5.4.

Tabla 5.4. Cuadro resumen de las determinaciones llevadas a cabo en el material vegetal

Metales pesados

Microscopía óptica

Microscopía electrónica de transmisión

Cu Fe Mn Zn Pb Ni Co Cd Cr

Cortes en fresco Cortes semifinos

5.1.3.3.- PARÁMETROS ESPECÍFICOS DE AGUAS

La predilección de £. andevalensis por las zonas húmedas hace que las aguas

que bañan los lugares donde se desarrolla constituyan un factor imprescindible en et

estudio de esta especie. Para caracterizar adecuadamente la posible relación con el

contenido en metales pesados en E. andevalensis, se han analizado los mismos me­

tales que en el caso de las plantas. Sin embargo, la caracterización de un agua no pue­

de limitarse al conocimiento de los niveles de metales pesados presentes, sino que

también es necesario considerar parámetros de calidad más generales, que, además,

pueden influir en nuestro caso sobre la presencia y toxicidad de los metales pesados. El

conjunto de parámetros analizados es el que presentamos en la tabla 5.5.

5.1.3.4.- ANÁLISIS DE SUELOS

Para estudiar las posibles relaciones del contenido en metales pesados de la

planta con relación a su sustrato, se han analizado en tos distintos horizontes de suelo

presentes ios mismos metales que en el caso de las plantas. Además se ha llevado a

cabo su caracterización físico-química completa, según los parámetros que se enume­

ran en la tabla 5.6.

93

Page 109: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales v métodos

Tabla 5.5. Cuadro resumen de las determinaciones llevadas a cabo en aguas

Metales pesados

Parámetros físico-químicos generales

Principales aniones y cationes

Parámetros indicativos de contaminación

Cu Fe Mn Zn Pb Ni CrCo Cd

Temperatura del agua y ambiente PH Turbidez Conductividad eléctrica Residuo seco Acidez total Dureza

Cloruros Bicarbonatos Sílice Sulfates Calcio Magnesio Sodio Potasio

DQO Oxígeno disuerto Nitratos Nitritos Amonio Fosfatos

5.2.- METODOLOGÍA ANALÍTICA

5.2.1.- PREPARACIÓN DE LAS MUESTRAS

5.2.1.1.- MUESTRAS DE PLANTAS

• El problema de la contaminación

Una importante fuente de error que influye sobre el análisis de metales en mate­

rial vegetal muestreado en campo es la presencia en las muestras de partículas

de suelo y polvo capaces de falsear los datos analíticos en porcentajes incluso

superiores al 100 % (Wagner, 1995). El problema puede agravarse en situacio­

nes de entorno contaminado como la existente en nuestro Irabajo, y para mini­

mizar su impacto parece imprescindible contar con dos tipos de precauciones:

a) Lavado cuidadoso del material vegetal sometido a análisis.

94

Page 110: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales v métodos

b) Atención especial a los metales que se ven más afectados por la presencia de

suelo y polvo en las muestras. Valores inusuales de metales como Fe y Cr pue­

den emplearse como indicadores de contaminación extema al material vegetal

objeto de análisis (Ray Campbell y Owen Plank, 1998).

Tabla S.6. Cuadro resumen de las determinaciones llevadas a cabo en suelos

Metales pesados

Propiedades físicas generales

Propiedades químicas generales

Complejo de cambio

Extracto de saturación

Cu Fe Mn Zn Pb Ni Co Cd Cr

Color Textura Estructura

pH Cartjonatos totales Conductividad Materia orgánica Nitrógeno total Fósforo

Capacidad de Intercambio Catíónico Sodio cambiable Potasio cambiable Calcio y magnesio cambiable

Calcio y magnesio Sodio Potasio Cloruros Sulfates Carbonates Bicarttonatos

a) El lavado de las muestras tiene como objetivo la eliminación del material ex­

traño que pudiera falsear los datos analíticos. Sin embargo, un lavado demasia­

do intenso o prolongado puede ser causa de error en sentido contrario, al elimi­

nar junto con el material ajeno a la muestra parte de ésta o de alguno de sus

componentes (Markert, 1995) Por eso se ha recomendado limitar el lavado a las

muestras donde exista "evidencia de contaminación por suelo" (MacNaeídhe,

1995). Para tener una primera aproximación a la posible contaminación de

nuestro material vegetal, se analizaron 8 muestras de Erica andevalensis (apa­

rentemente limpias) procedentes de las diversas zonas esüidiadas, antes y des-

95

Page 111: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales v métodos

pues de ser sometidas a lavado, obteniéndose los resultados recogidos en la ta­

bla 5.7.

Tabla 5.7. Valores de metales pesados en plantas sometidas o no a lavado

Elemento

Cu

Fe

Mn

Zn

Pb

Ni

Cr

Co

Cd

Material lavado Media ()xg / kg)

22,03

704,27

670, 98

47,04

13,07

4,93

nd

3,71

0,75

Material sin lavar Media (^g / kg)

23,18

997,337

724,30

49,85

16,50

5,38

0,90

3,61

0,71

.Así, parece existir una ligera contaminación por hierro y manganeso que

hace aconsejable el lavado, aunque su influencia en los contenidos de metales

traza sea mínima.

b) Para descartar la presencia de contaminación en e! materia! lavado, se ha

propuesto el criterio complementario del estudio de los niveles de Cr, Al, Ti

(Emst, 1995) o Fe (Ray Campbell y Owen Plank, 1998). La detección de los pri­

meros en tejidos vegetales indica contaminación, ai no ser metales habitual-

mente absorbidos por las plantas. El uso de Fe como metal testigo requiere ma­

yor discusión, debido a la disparidad de criterios propuestos. Se ha sugerido la

barrera de los 100 ng Fe/ g como indicador de contaminación (Kadar, 1993),

mientras que otros trabajos colocan ese límite en 300 ^g/g (Asensi etal., 1999).

Sin embargo, se han descrito contenidos en Fe superiores a 400 ¡xg /g en ar­

bustos mexicanos (Ramírez eí a/., 2001) y en Calochortus, género de liliáceas

que incluye diversos endemismos serpentínicos.{Fledler, 1985). Se han descrito

contenidos de Fe superiores a 600 ¡j.g/g en Horminium pyrenaicum y Festuca

gautieri (Alvera y García González, 1988), superiores a 1400 ^g/g en tabaco

(Góndola y Kadar, 1994). En el caso teóricamente más próximo al nuestro,

ejemplares de Calluna (otro género de ericácea) creciendo sobre suetos conta­

minados por actividades mineras, se han llegado a registrar contenidos de Fe

96

Page 112: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales y métodos

hasta de 10.000 ng/g, aunque la mayoría de las muestras analizadas presenten

un contenido entre 3000 y 4000 p,g Fe /g.(Marrs y Bannister, 1978).

A la vista de estos datos, el empleo del contenido de Fe como criterio "externo"

de evaluación de la eficiencia del lavado parece cuanto menos problemático, por

lo que prescindiremos de él. Sin embargo, no deja de resultamos extraño que,

como veremos las tablas de presentación de nuestros datos, en una misma zo­

na, misma parte de la planta y mismo muestreo, encontremos contenidos de Fe

que varían en relación de 1 a 20. Este elevada dispersión es un factor que debe­

remos tener en cuenta antes de comenzar ei estudio estedístico de los datos.

El problema de la contemínadón de las muestras que hemos venido comentan­

do, con ser importante no es ni mucho menos el único a tener en cuenta. Se han

sistematizado haste 30 fuentes de error que pueden afecter a la determinación

de metales traza en material vegetal, de las cuales 10 pueden producir errores

de más del 100 % (Wagner, 1995). Así las cosas, parece imprescindible extre­

mar el cuidado en las diversas manipulaciones de nuestro material, y parece

asimismo muy recomendable contar con algún criterio adicional de evaluación

de los datos, no ya extemo a ellos como acabamos de ver en el caso de los ni­

veles de hierro "admisibles", sino "interno". Estos criterios pasan por la conside­

ración de la dispersión, medida por la distencia entre cuartiles, para identificar

los datos que se separan demasiado del conjunto; dicho de otra manera, los

datos que son escasamente coherentes con el resto de los valores del sut}grupo

al que pertenecen. Este aspecto será tenido en cuenta al iniciar el estudio esta­

dístico de nuestros datos.

• Separación y lavado

Las muestras de plantes se dividieron en raíces, tallos y hojas para su análisis

posterior por separado.

Una alícuota de unos 2 g de cada una de las partes se pesó con exactitud en

una cápsula de porcelana tarada y se llevó a una estufa Memmert ULE 400 a 80

°C con ventiiación forzada haste pesada constante, para detenminar su conteni­

do de humedad.

Los tallos de E. andevalensis y las hojas de las plantes acompañantes se lava­

ron con agua de distribución, frotendo ligeramente para eliminar cualquier resto

97

Page 113: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales v métodos

de tierra, y se aclararon 2 veces con agua destilada. Después de escurridos se

llevaron a estufa con ventilación forzada para su desecación a 80 °C durante 12

horas. (Ray Campbell y Owen Plank, 1998).

Las hojas se colocaron en un vaso de precipitados con agua destilada y se agi­

taron en 2-3 ciclos de 3 minutos, cambiando el agua cada vez, hasta que las

aguas de lavado quedaron completamente claras (MacNaeidhe, 1995). Después

de escurridas, las hojas se llevaron a estufa con ventilación forzada para su de­

secación a 80 **C durante 8 horas.

Mayor dificultad presentó la limpieza de las raíces. Después de varios lavados

con agua corriente se lavó otro tanto con agua destilada, frotando manualmente

con cuidado, hasta que las aguas de lavado quedaron completamente limpias.

Una vez seco, el material vegetal se trituró en un mortero de ágata, salvo las

partes más leñosas, que tuvieron que ser trituradas por medios mecánicos (Mar-

kert, 1995). Todos los utensilios se lavaron cuidadosamente entre una muestra y

la siguiente para evitar cualquier posible contaminación cmzada.

El material vegetal triturado se pasó a bolsas de políetileno con cierre y se alma­

cenó en oscuridad a temperatura ambiente hasta el momento de su análisis

(Mari<ert, 1995).

5.2.1.2.- MUESTRAS DE AGUA

A la llegada de las muestras al laboratorio se midió su turbidez, se filtraron y se

guardaron en cámara a 2 °C hasta el momento de llevar a cabo la determinación analí­

tica correspondiente.

98

Page 114: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales v métodos

5.2.1.3.- MUESTRAS DE SUELO

Las muestras de suelo se secaron al aire extendiéndolas sobre pliegos de papel

de filtro durante 72 horas, protegiéndolas de ta caída de partículas extrañas. Los agre­

gados se deshicieron manualmente durante el proceso de secado.

El suelo seco y disgregado se pasó por un tamiz de nylon de 2 mm, obteniéndo­

se así la fracción lierra fina" sobre la cual se llevaron a cabo los diversos análisis. Esta

fracción se pesó y envasó en bolsas de políetileno con cierre.

La fracción que no atravesó el tamiz de 2 mm o "elementos gruesos" se pesó

también para detenninar el porcentaje de tierra fina y elementos gruesos en cada

muestra.

5.2.2.- ANÁLISIS DE METALES PESADOS

5.2.2.1.- CONDICIONES GENERALES

La determinación de tos metales pesados totales en las diversas matrices

(plantas, suelos y aguas) se llevó a cat>o, tras la corresporKJiente preparación específica

de la muestra, (v. supra) por espectrofotometria de absorción atómica FAAS (espectro-

fotómetro de absorción atómica Perkin-Elmer modelo 2280) con lámparas de cátodo

hueco, uní o multtelemento según la determinadón concreta realizada. Las soluciones

patrón se prepararon a partir de soluciones comerciales de 1000 ppm de cada ele­

mento, con las diluciones correspondientes. (Tenorio, 1987; APHA, 1992; BOE, 1990).

Las condiciones de trabajo se muestran en la tabla 5.8. En todos los casos se trabajó

con llama de carácter oxidante generada por mezcla de aire-acetileno, salvo en el caso

del Cr, en el que se empleó una llama reductora.

Las figuras 5.6 a 5.15 muestran las rectas de calibración concentración frente a

absorbancia para los ocho metales analizados.

99

Page 115: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales v métodos

Tabla 5.8. Condidones de trabajo empleadas para ia determinación de los distintos me­tales.

Elemento

Cu

Fe

Mn

Zn

Pb

Ni

Cr

Co

Cd

Longitud onda

324,8 nm

248,4 nm

271,9 nm

279,5 nm

213,9 nm

217,0 nm

232,0 nm

357,9 nm

240,7 nm

228,8 nm

Rendija

0,7

0,2

0,2

0,2

0,7

0,7

0,2

0,7

0,2

0,7

Sensibilidad (mg/l) 0,032

0,039

0,12

0,03

0,015

0,079

0,042

0,041

0,075

0,016

Lámpara

Cu/Fe/Mn/Zn

Cu/Fe/Mn/Zn

Cu/Fe/Mn/Zn

Cu/Fe/Mn/Zn

Pb

Cr/Co/Ni/Mn

Cr/Co/NI/Mn

Cr/Co/Ni/Mn

Cd

Figura 5.6. Recta de calibración del cobre

Calibración Cu

2 4 concentración

y = 0,143x+0,0099 R2= 0.9998

Cu

Lineal (Cu)

Figura 5.7. Recta de calibración del hierro (248,4 nm)

04

o 0,3 -e •S 0,2 -O

5 0,1 -0 H

(

Calibración Fe (248,4) y

^ ^ ^ - - ^ ^ ^

^^^^^--^"^ 1 ^^^.¡^"-"^

1 1 i

3 2 4 6

concentración

= 0,0582x-0,005 R^= 0,9971

• Fe

Lineal (Fe)

100

Page 116: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales y métodos

Figura 5.8. Recta de calibración del hierro (271,9 nm)

0,15

Calibración Fe (271,9)

y = 0,0127x+0,006

R^= 0,9914

• Fe

Lineal (Fe)

5 10

concentración

15

Figura 5.9. Recta de calibración del ntanganeso

n A ^ a 1 0,3 -1 0 ,2 -o 5 0,1 -(0

n -(

Calibración Mn

^ ^

^^;;:.>^

^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^

^^^^^^

) 2 4 6

concentraciófl

= 0,0701 X-0,0273

R 2 = 0,9997

Lineal (Mn)

Figura 5.10. Recta de calibración del zinc

Calibración Zn

0,5 1

concentración

y = 0,5437x-0,0035

R^ = 0,9992

• Zn

Lineal (Zn)

1,5

101

Page 117: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Matmalesy métodos

Figura 5.11. Recta de calibración del níquel

Calibración Ni

5 10

concentración

y = 0,0279x+0,0099 R^= 0,9956

15

Ni

-Lineal (Ni)

Figura 5.12. Recta de calibración del plomo

Calibración Pb

5 10

concentración

y = 0,0389x + 0,0158

R^ = 0,9984

15

Pb

•ün«i l (Pb)

Figura 5.13. Recta de calibración del cromo

n'^ -, S 0,25

i °'2 •S 0,15 S 0,1 o 0,05-

n -(

Calibración Cr

y =

^ft^"''^

-^i^ 1 ^^^

-^^1^ 1

4¿ÍF

0,0255x + 0,0095 R = 0,9935

• Cr Lineal (Cr)

) 5 10 15

concentración

102

Page 118: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales v métodos

Figura 5.14. Recta de calibración del cobalto

Calibración Co

2 4

concentraoón

y = 0,0608x +0,0059 R^ = 0,9998

• Co

Lineal (Co)

Figura 5.15. Recta de calibración del cadmio

0,6-, S. 0,5-1 ^•^' •e 0,3-S 0,2-« 0,1 -

0 -(

Calibración Cd

^ j ^

^^^^Í;;'"'^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ j , , . ^

^^J^^^'^"""'^ ^J^^'^'''^^

ir

) 2 4 (

concentración

y = 0.103ex-»-0,0167 R = 0,9978

• Cd Lineal (Cd)

5.2.2.2.- ANÁLISIS DE PLANTAS

• Método

0,4 g. de muestra de planta limpia, seca, triturada y homogeneizada se trataron

con 5 mi de HNO3 Merck p.a. en vasos de Teflón lavados con ácido diluido y

aclarados con agua bidestilada (Markert, 1995). Las muestras se sometieron a

digestión acida en un digestor de microondas CEM MDS-2000 según el progra­

ma recogido en la tabla 5.9 (CEM, 1991; Miíler, 1998).

Tabla 5.9. Condiciones empleadas para la digestión de muestras de plantas

Fase 1 Presión (PSI)

Tiempo (minutos)

Tiempo a presión (minutos)

40

10

5

80

15

10

120

15

10

180

10

5

103

Page 119: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales v métodos

Terminada la digestión, las muestras se dejaron enfriar y se llevaron con agua

obtenida del sistema MilliQ de Millipore (18,2 MDcm) hasta: un volumen de 25

mi. Este volumen se traspasó a un envase de polietiteno hasta el momento de

su análisis por absorción atómica, según las condiciones descritas en [2.2.2.1]

• Ensayo de exactitud

Con la finalidad de comprobar la adecuación del método, se han llevado a cabo

ensayos de exactitud para cada uno de los metales analizados. El ensayo de

exactitud constituye una forma de evaluar las posibles interlrerencias proceden­

tes de la matriz. Para efectuar este ensayo se añadieron concentraciones cono­

cidas del patrón del elemento a medir a la matriz de la muestra. Posteriormente

se efectuaron las lecturas correspondientes a la muestra sin y con adidón del

patrón, pudiendo hallar de esta fomia los porcentajes de recuperación de los

distintos elementos en la muestra que se detallan en la tabla 5.10.

Todos los datos obtenidos fueron próximos al 100%, de lo que se deduce la

bondad del método aplicado.

Tabla 5.10- Ensayo de exactitud aplicado al método de digestión por microondas en muestras de plantas. Contenidos expresados en \ig/m\ soludón.

Elemento

Cu

Fe

Mn

Zn

Pb

Ni

Cr

Co

Cd

Concentración

en muestra

1,48

86,35

21,56

1,05

0,35

0,01

0,00

0,14

0,12

Concentración

añadida

2

10

10

2

1

0,5

0,5

1

1

Concentración

lectura

3,47

96,47

31,56

3,09

1,37

0,51

0,49

1,17

1,14

% recuperación

99,60

101,17

100,05

102,15

102,50

99,00

98,00

102,90

102,70

• Ensayo de precisión

Se ha aplicado el método de análisis a la misma muestra nspitiendo el proceso

de digestión y lectura 8 veces a lo largo de varios días, con la finalidad de cal­

cular los correspondientes coeficientes de variación. Los valores que aparecen

104

Page 120: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales v métodos

reflejados en la tabla 5.11 denotan muy poca variación, lo que demuestra la

adecuada precisión del método.

Tabla 5.11. Ensayo de precisión aplicado al método de digestión por microondas en muestras de plantas. Contenidos expresados en p.g/g muestra. Cromo no detectado.

Elemento

Cu

Fe

Mn

Zn

Pb

Ni

Co

Cd

Media

12,18

340,12

452,63

22,50

9,23

6,71

7,46

6,20

Desviación

típica

0,44

6,21

23,11

0,93

0,60

0,52

0,56

0,32

Coeficiente de

variación (%)

3,61

2,41

5,11

4,13

8,67

7,75

7,51

5,16

5.2.2.3.- ANÁLISIS DE AGUAS

• Método

Tras la redisolución en caliente del residuo seco {v. infra) en medio ácido (2 mi

de HCI -Merck p.a.- al 50 % v/v + 2 mi de HNO3 -Merck p.a.- al 50 % v/v) se

filtró y enrasó a 25 mi con agua bidestilada. En la muestra así preparada se llevó

a cabo la determinación de los metales pesados totales por espectrofotometría

de absorción atómica según las condiciones descritas en [5.2.2.1].

• Ensayos cíe exactitud

Como en el caso de las plantas, se han llevado a cabo ensayos de exactitud pa­

ra cada uno de los metales analizados. Los porcentajes de recuperación de los

distintos elementos en la muestra se detallan en la tabla 5.12. Todos los datos

obtenidos fueron próximos ai 100%, de lo que se deduce la bondad del método

aplicado.

• Ensayo de precisión

Se ha aplicado el método de análisis a la misma muestra repitiendo el proceso

de digestión y lectura 8 veces a lo largo de varios días, con la finalidad de cal­

cular los correspondientes coeficientes de variación. Los valores que aparecen

105

Page 121: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales v métodos

reflejados en la tabla 5.13 denotan muy poca variación, lo que demuestra la

adecuada precisión del método.

Tabla 5.12. Ensayo de exactitud aplicado al método de evaporación y redisolución de metales en medio ácido en muestras de agua. Contenidos expresados en \iQim\ solución.

Elemento

Cu

Fe

Mn

Zn

Pb

Ni

Cr

Co

Cd

Concentración

en muestra

0,292

2,283

0,452

0,391

0,467

0,334

0,212

0,151

0,085

Concentración

añadida

0,50

1,00

0,50

0,50

0,50

0,50

0,50

0,50

0,50

Concentración

lectura

0,802

3,323

0,943

0,897

0,980

0,838

0,702

0,663

0,590

% recuperación

102,0

104,0

98,2

101,2

102,6

100,8

98,0

102,4

101,0

Tabla 5.13. Ensayo de precisión aplicado al método de evaporación y redisolución de metales en medio ácido en muestras de agua, '^'contenidos expresados en mg/l muestra *' Contenidos expresados en jig/! muestra.

Elemento

Cu'"'

Fe<">

Mn ">

Zn'^>

Pb'« Ni(b)

CrO)

Co<'''

Cd^'>

Media

28,32

23,41

28,10

40,12

101,23

580,35

6,12

960,52

260,84

Desviación

típica

1,41

1,93

2,06

0,60

5,60

14,21

0,54

22,11

7,12

Coeficiente de

variación (%)

4,97

8,24

7,33

1,49

5,53

2,45

8,82

2,30

2,72

106

Page 122: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales y métodos

5.2.2.4.- ANÁLISIS DE SUELOS

• Elección del método de fraccionamiento de los metales pesados

Llamaremos "Fracción Total" de metales en un suelo a la cantidad de metales

existente en este, independientemente de su estado o disponibilidad. Para su

obtención es necesario realizar un ataque capaz de disgregar totalmente la

muestra y liberar ios metales presentes, incluso en las redes de los silicatos del

suelo; un análisis de la fracción total implica por tanto el uso de ácido fluorhídrico

como único medio posible de ataque de los silicatos. Sin embargo, en la mayoría

de los países europeos los estándares de calidad están basados en la "Fracción

Pseudototal", obtenida por digestión en HNO3 o aqua regia (Ure, 1996). Como la

mayoría de los metales contaminantes no están ligados a silicatos, el análisis de

la fracción pseudototal proporciona una estimación suficiente del grado de con­

taminación del suelo (Ure, 1996). Los valores pseudototales resultan útiles para

la determinación del riesgo potencial, con aspectos particulares como la evalua­

ción de la ingestión directa de metales del suelo por niños pequeños (lo que

puede ser un peligro), o por animales tierbívoros, ya que durante el pasto, los

animales ingieren una cantidad significativa de partículas de suelo (Gupta et al.,

1996).

Sin embargo, cuando se trata de conocer el impacto ecológico de los metales, el

contenido pseudototal no resulta significativo, pues los efectos de los metales

están íntimamente relacionados con la distribución de las especies químicas en

las fases sólidas y líquidas del suelo (Stalikas et al., 1999). Además, gran parte

de los metales así cuantificados se encuerrtran en formas no asimilables por las

plantas, con lo que las concentraciones pseudototales están muy pobremente

correlacionadas con los contenidos presentes en las plantas (Aten y Gupta,

1996). Así, para estudiar la dinámica de los metales pesados en el suelo, su in­

teracción con otros componentes de éste, o su disponibilidad para las plantas, la

aproximación más común ha sido el uso de la extracción selectiva.

En 1979 se publicaba el artículo "Sequential extraction procedure for the spe-

ciation of particulate trace metáis" (Tessier et al., 1979) que fue básico para todo

el desarrollo posterior. Parte de la premisa de que "el uso de las concentracio­

nes totales como criterio para evaluar los efectos potenciales de la contamina­

ción de los sedimentos implica que todas las formas de un metal dado tienen

igual impacto en el ambiente, lo que es un presupuesto claramente insostenible."

107

Page 123: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales v métodos

Por ello propone un método secuencial (es decir, usando el residuo de una ex­

tracción como material de partida de la siguiente, que se realiza con un extrac­

tante más enérgico) para la extracción de metales traza en sedimentos. Este

método distingue 5 fracciones:

-Fracción de cambio

-Fracción ligada a carbonates

-Fracción ligada a óxidos de Fe y Mn

-Fracción ligada a materia orgánica

-Fracción residual

Partiendo de una muestra de 1 g de suelo, triturado previamente en mortero de

ágata, ios pasos del método se resumen en la tabla 5.14.

Tabla 5.14. Extracción secuencial de metales pesados en sedimentos (según Tessier, 1979)

Fracción

Fácilmente cambiable

Ugada a carbonatas

Ugado a óxidos Fe-Mn

Ligado a M.O.

Residual

Extractante

8mlMgCl2 lMpH7

8 mi NaOAc-HOAc 1 M pH 5

20 mt NH2OHHCI en 25 % (v/v)

HOAc

3 ml HNO3 0,02 M

+ 5 ml. H2O2 al 30 % pH 2

5 ml NH4OAC en 20 % v/v HNO3

HF-HCJO4

Tiempo

1 h

5t i

6 t i

3h

30min

Otras condiciones

96 »C.

Agitación ocasional

Agitación ocasional

Agitación ocasional

Los trabajos posteriores se orientaron en dos direcciones ftjndamentales: por un

lado, la aplicación de pequeñas modificaciones al método que supusieran una

mejor adaptación de éste al análisis de suelos, puesto que originalmente se di­

señó para sedimentos; por otro, la comparación de extractantes para la fracción

disponible, que suele ser la de mayor interés (junto con la total o pseudototal) en

la mayoría de los estudios ambientales.

Sin embargo, lejos de adarar ei panorama, el desarrollo de multitud de métodos

por distintos investigadores ha hecho cada vez más difícil la comparación de los

resultados obtenidos por distintos laboratorios, máxime oíando estos resultados

pueden verse influidos por los reactivos, su concentradón, la duración del expe-

108

Page 124: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales y métodos

rimento, la proporción sólido-líquido empleada, el pretratamiento dado a la

muestra y, en fin, por la propia naturaleza de ésta (Ure, 1996).

Con el objetivo de armonizar los diversos procedimientos de extracción, el Stan-

dards Measurement and Testing Programme (antes European Community Bu-

reau of References, BCR) desarrolló un programa de investigación y compara­

ción de diversos métodos. Una aproximación novedosa, que no parece haber

tenido continuación, es basar la extracción más que en la cualidad de la especie

química empleada, en el pH obtenido mediante su aplicación (Kiekens y Cotte-

nie, 1985). No menos novedosa, y no menos olvidada, fue la propuesta de usar

como extractante de metales fácilmente disponibles Coca-Cola®, atendiendo a

sus características de precio, fácil disponibilidad y homogeneidad en todo el

mundo (Shnug etai, 1998).

El método propuesto por el BCR (Quevauviller eí al., 1993) se ha criticado por

diversos aspectos, como distinguir sólo 3 fracciones independientemente del tipo

de suelo (Stalikas et al., 1999) o su laboriosidad, ya que exige tratamientos de

un mínimo de 16 horas para cada una de las fases (Maiz et al., 1997),

(Arunachalam et ai, 1996). Sus principales características, para el tratamiento

de 1 g de suelo, se resumen en la tabla 5.15.

Tabla 5.15. Extracción secuenciat de metales pesados según Quevauviller (1993)

Fracción

1

2

3

Extractante

40mlHOAcO,11 M

40 mi NH2OHHCI 0,1 M

ajustado a pH 2 con HNO3

20 mi H2O2 8,8 M+ 50 mi HOAc 1M

ajustado a pH 2 con HNO3

5 mi NH4OAC en 20 % v/v HNO3

Tiempo

16 h

16 h

1 h

2h

16 h

Otras condiciones

Agitación continua

Agitación continua

Agitación ocasional

Baño de agua a 85 "C

Agitación continua

Buscando una mejor adaptación a los suelos, se han investigado disminuciones

en los tiempos de tratamiento (Arunachalam et al., 1996), y se han distinguido

un mayor número de fases (Han etal., 2000)

109

Page 125: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Mcaerialesy métodos

-Fracción más soluble.

-Fracción ligada a óxidos de liierro fácilmente reducibles.

-Fracción ligada a materia orgánica.

-Fracción ligada a óxidos amorfos de hierro.

-Fracción ligada a óxidos cristalinos de hienro,

-Fracción residual.

Como consecuencia de todo lo expuesto, discutimos a continuación el método

empleado para el análisis de los metales pesados en nuestras muestras de

suelo, atendiendo a tres aspectos:

a) Número de fracciones extraídas.

b) Modo de extracción de los metales totales.

c) Extractantes para cada una de las fracciones consideradas.

a) Número de fracciones: nos basamos en el primitivo esquema propuesto por

Tessier, como punto de equilibrio entre ios últimos trabajos citados, que multipli­

can las fases extraídas, y la propuesta del BCR, que tiende a reducirias.

En prindpio, las fracciones determinadas serían:

-Fácilmente extraíble

-Ligadas a carbonatos

-Ligadas a óxidos de Fe y Mn

-Ligadas a materia orgánica

-Residual

Sobre este esquema general, prescindimos de la fase ligada a cariaonatos, una

vez se comprobó que no estaban presentes en nuestros suelos. Asimismo, en

lugar de extraer una última fracción residual, donde se acumulan los errores de

las fracciones precedentes, optamos por hacer una digestión completa en una

muestra aparte, y obtener ésta por diferencia.

b) Modo de extracción de los metales totales: por ser el método más extendido,

realizamos una digestión con aqua regia sin usar ácido fluorhídrico, para obtener

la fracción pseudototal. Puede añadirse peróxido de hidrógeno para garantizar el

estado oxidado de todas las especies metálicas, pero cuando se lleva a cat>o

una digestión en homo microondas no parece ser necesario (Xing y Veneman,

110

Page 126: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales y métodos

1998). Anotamos ia posibilidad de que este proceder nos conduzca a la obten­

ción de valores de Cd, Cr y Ni ligeramente más bajos que los realmente pre­

sentes (Scancar eí a/., 2000).

c) Extractantes para cada una de las fracciones consideradas

C.1.- Fracción fácilmente extraíble: la importancia medioambiental de esta fase

ha sido causa de un considerable interés por parte de los investigadores, quie­

nes han ensayado diversas especies químicas con resultados desiguales. En

los trabajos más antiguos encontramos el uso de ácido acético, acetato amóni­

co, acetato amónico + MgCia, acetato amónico + ditizona en CUC, HCI en un

rango de concentraciones que varia de 0,05 N a 0,2 N, EDTA + carbonato amó­

nico, DTPA + CaCl2 + trietanolamina, NaNOa o CaCb. (Pérez Carreras, 1991).

A partir del trabajo de Tessier, estos son algunos de los extractantes más utili­

zados.

Tabla 5.16. Extractantes empleados por distintos autores para ia fracción fácilmente ex­traíble de los metales pesados en suelos y sedimentos

Extractante

Mg CÍ21 M

NH4OAC 0,1 N

NH4OAG 1 N

Mg(N03)2 1 M

HOAcO,11 M

EDTA

NH4NO3 1M

Referencia

(Shuman, 1979)

(Tessier ef a/., 1979)

(McGrath, 1996)

(Haqefa/., 1980)

(Surija y Branica, 1995)

(Arunactialam etal., 1996)

(Ure, 1996)

(Shuman, 1985)

(Qianeía/., 1996)

(Nyamangara, 1998)

(Statikaseía/., 1999)

(Han eí a/., 2000)

Considerando que la capacidad del MgCÍ2 para complejar metales puede provo­

car interferencias entre las fracciones extraídas, (Shuman, 1985) el extractante

preferido parece ser el acetato amónico. Sin embargo, éste plantea un problema

fundamental: frecuentemente las cantidades extraídas quedan por debajo del

umbral de detección del método de lectura, induso en suelos fuertemente con-

111

Page 127: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales v métodos

taminados (Ure, 1996). Además, parte de los elementos pueden complejarse

con los aniones acetato, falseando las medidas.

Otro extractante de larga tradición es e! ácido acético, capaz de extraer cantida­

des sustanciaímente mayores. El problema que plantea es su poca especificidad

para la fase considerada, atacando también a los metales ligados a carbonatos y

a los óxidos (Ure, 1996).

Si las sales amónicas de ácidos débiles como el acético resultan poco eficientes,

no ocunre lo mismo con las sales de ácidos fuertes. El nitrato amónico parece la

mejor alternativa al uso de acetato amónico. El mayor problema asociado a este

extractante es la posible disminución de pH, que daría lugar a la hidrólisis de las

arcillas (Ure, 1996). En nuestro caso, como en el trabajo citado de Han (que es­

tudia suelos de pH 4,74 a 5,06), la propia acidez de los suelos debe tener mucha

más influencia que la acidez inducida por el extractante, que además se emplea

ajustado a pH 7. Concluimos pues que para la extracción de los metales pesa­

dos en la fracción fácilmente cambiable de nuestras muestrais, emplearemos ni­

trato amónico.

C.2.- Fracción ligada a óxidos de Fe y Mn

El elenco de extractantes para la fracción ligada a óxidos de Fe y Mn es mucho

más breve, pudiendo reducirse a al dítionito de sodio-ácido cítrico (Mehra y

Jackson, 1960, en Shuman, 1979), el oxalato ácido de amonio (McKeague y

Day, 1966, en Shuman, 1979) y sobre todo, el cloruro de hidroxiamonio (hidro-

xilamina hidrocloruro), convertido desde el trabajo de Tessier en el medio casi

exclusivo de extracción de esta fase. Este último extractante será pues el em­

pleado en nuestro trabajo.

C.3.- Fracción ligada a materia orgánica

La extracdón de los metales ligados a la materia orgánica implica la oxidación

de ésta (generalmente con peróxido de hidrógeno acidificado) y la extracción

posterior mediante una sal de amonio. Aunque se han propuesto otros disper­

santes como el pirofosfato de sodio, su uso ha sido mucho más restringido, de

tal manera que emplearemos el método del peróxido de hidrógeno, más común.

112

Page 128: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales y métodos

• Método

Considerando todo lo expuesto anterionnente, seguiremos en sus líneas gene­

rales el método de extracción propuesto por Han (2000), aunque reduciendo el

número de fracciones extraídas.

1) Extracción de la fracción fácilmente extraíble

Se pesaron 5 g. de suelo tamizado a 2 mm y seco ai aire en un tubo de centrífu­

ga de 50 mi y se añadieron 25 mi de NH4NO3 1 M ajustado a pH 7, agitando du­

rante 1 hora a 25 "C. Aunque la referencia indicaba 30 minutos de agitación, en

la puesta a punto del método observamos que no se producía una extracción

apreciable, con lo que tomamos el tiempo indicado por Tessier para este primer

paso.

Posteriormente se centrifugó 10 minutos a 4000 rpm, y el sobrenadante se de­

cantó y filtró, conservándolo en frío hasta su análisis por espectrofotometría de

absorción atómica (AAS) según las condiciones descritas en [5.2.2.1].

2) Extracción de la fracción ligada a óxidos de Fe y Mn

Se añadieron al residuo anterior 25 mi de NH20HCI 0,04 M, preparado con áci­

do acético ai 25 % (v/v), digiriéndolo en baño de agua a 95-100 °C durante 3 ho­

ras.

Posteriormente se procedió a su centrifugación, obtención del sobrenadante y

análisis por AAS en las condiciones anteriormente descritas

3) Extracción de la fracción ligada a materia orgánica

Se añadieron al residuo anterior 3 mi HNO3 0,01 M y 5 mi H2O2 30 %. La mez­

cla se digirió en baño de agua a 80 °C.

A las 2 horas, se añadieron 2 mi adicionales de H2O2 y se digirió una hora más,

tras la cual se añadieron 15 mi de NH4NO3 1 M y se agitó durante 10 minutos.

Finalmente se procedió a su centrifugación, obtención del sobrenadante y análi­

sis por AAS en las condiciones anteriormente descritas

113

Page 129: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales y métodos

4) Obtención de la fracción pseudototal de metales pesados

0,5 g. de muestra de suelo tamizado a 2 mm y seco al aire se trataron con 6 mi

de HCI y 2 mi de HNO3 (Merck p.a.) en vasos de Teflón lavados con ácido dilui­

do y aclarados con agua bidestilada. Las muestras se sometieron a digestión

acida en un digestor de microondas CEM MDS-20(X), según el programa recogi­

do en la tabla 5.17 (CEM, 1991; Xing y Veneman, 1998)

Tabla 5.17. Condiciones empleadas para la digestión de muestras de suelos

Fase 1

Presión (PSI)

Tiempo (minutos)

Tiempo a presión (minutos)

80

10

5

120

30

20

Terminada la digestión, las muestras se dejaron enfriar y se llevaron hasta un

volumen de 25 mi con agua obtenida del sistema MilliQ de Millipore (18,2

MDcm). Este volumen se traspasó a un envase de polietileno hasta el momento

de su análisis por absorción atómica.

• Ensayo de exactitud

Como en el caso de plantas y aguas, se han llevado a cabo ensayos de exacti­

tud para cada uno de los metales analizados. Los porcentajes de recuperación

de los distintos elementos en la muestra se detallan en la tsibla 5.18. Todos los

datos obtenidos fueron próximos al 100%, de lo que se deduce la bondad del

método aplicado.

•Ensayo de precisión

Como en las matrices anteriores, se ha aplicado el método de análisis a la mis­

ma muestra repitiendo el proceso de digestión y lectura 8 veces a lo largo de va­

rios días, con la finalidad de calcular los correspondientes coeficientes de varia­

ción. Los valores que aparecen reflejados en la tabla 5.19 denotan poca varia­

ción, lo que demuestra la adecuada precisión del método.

114

Page 130: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales y métodos

Tabla 5.18. Ensayo de exactitud aplicado ai método de digestión por microondas en muestras de suelos. Contenidos expresados en \xglm\ solución.

Elemento

Cu

Fe

Mn

Zn

Ni

Pb

Cr

Co

Cd

Concentración en muestra

0,432

389,2

10,52

0,84

0,255

0,385

0,526

0,245

0,025

Concentración añadida

1

10

10

Concentración lectura 1,425

399,65

20,346

1,873

1,23

1,413

1,551

1,223

1,05

% recuperación

99,3

104,5

98,26

103,3

97,5

102,8

102,5

98,8

102,5

Tabla 5.19. Ensayo de precisión aplicado al método de digestión por microondas en muestras de suelos. ' ^ Contenidos expresados en mg/kg muestra '"* Contenidos expresados en mg/g muestra.

Elemento

Cu^^^

Fe'")

Mn< )

Zn^^' PbW

H&)

Cr(^)

Co< '

Cd^^'

Media

172,06

34,36

210,25

97,54

149,02

19,12

19,71

12,74

18,12

Desviación

típica

6,37

0,53

9,80

7,35

4,35

0,98

1,43

0,98

1,02

Coeficiente

de variación (%)

3,70

1,54

4,66

7,53

2,92

5,13

7,26

7,69

5,62

5.2.3.-ANÁLISIS ESPECÍFICOS DE PLANTAS

5.2.3.1- MICROSCOPÍA ÓPTICA

Se hicieron cortes con microtomo de raíz, tallo y hojas de E. andevalensis, y se

observaron y al microscopio óptico sin tinción ni fijación.

Asimismo, se observaron los cortes semifinos preparados para microscopía

electrónica de transmisión

115

Page 131: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales y métodos

5.2.3.2.- MICROSCOPÍA ELECTRÓNICA DE TRANSMISIÓN

La fijación y preparación de las muestras para microscopía electrónica de

transmisión se llevó a cabo según el protocolo propuesto por D'Ambrogio de Argüeso

(1986).

a) Fijación con glutaraldehído

Se tomaron 4-5 hojas de £. andevalensis, cortes de 2-3 mm del cuello de las

plantas, cortés de 2-3 mm de la parte superior de las raíces, y cortes de 2-3 mm de la

parte terminal, trasladándolas a viales con una solución de glutaraldehído 2,5 % en

tampón cacodilato sódico ( 5 mi de glutaraldehído grado I, 25 % solución acuosa Sig-

ma en 50 mi de cacodilato sódico 0,2 M).

Los viales, cubiertos con volumen suficiente del tampón cacodilato-

glutaraldehído, se dejaron en reposo, en nevera, durante 4 horas. A continuación se

extrajo la solución anterior mediante pipeta Pasteur y se reemplazó, siempre en el

mismo vial, por un nuevo volumen de tampón cacodilato-glutaraldehído. Tras esta re­

novación, los viales se dejaron hasta el día siguiente en nevera.

b) Postfijación con tetróxido de osmio

Con ayuda de una pipeta Pasteur se desechó el cacodilato, y se reemplazó por

el mínimo volumen necesario de tetróxido de osmio 1 % (preparado a partir de tetróxi­

do de osmio Sigma 4 % p/p) dejándolo 1 hora en reposo, a temperatura ambiente, en

campana. A continuación se eliminó la solución y se hicieron 4 lavados seguidos con

agua destilada, utilizando una pipeta Pasteur.

c) Deshidratación con acetona

De forma similar a la loción con agua destilada, se hicieron 3 lavados consecu­

tivos con cada uno de los concentraciones de la serie acetónica: 30%, 50%, 70%,

90%, 95%, 100 %, preparados a partir de acetona pura Merck p.a.

Finalizada la deshidratación, los viales se dejaron en reposo, a temperatura

ambiente, en campana, durante 15 minutos.

d) Infiltración

Se prepararon jeringas de 20 mi de resina Spurr Sigma, según las instruccio­

nes del envase comercial, y se guardaron en congelador, protegidas de la luz, hasta

su uso.

116

Page 132: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales v métodos

Con la pipeta Pasteur se eliminó aproximadamente 1//3 del volumen de aceto­

na de cada vial, y se reemplazó por un volumen similar de resina Spurr, añadida con la

jeringa. Los viales con la mezcla acetona-resina se agitaron, y se dejaron en reposo a

temperatura ambiente, protegidos de la luz y en campana, durante 1 hora.

De fomna similar, se eliminó aproximadamente la mitad del volumen del vial, re­

emplazándolo por resina Spurr. Los viales con la mezcla resina-acetona se agitaron, y

se dejaron en reposo a temperatura ambiente, protegidos de la luz y en campana, du­

rante 1 hora.

Posteriormente, se eliminó aproximadamente 3/4 del volumen del vial, reempla­

zándolo por resina Spunr. Los viales con la mezcla resina-acetona se agitaron, y se de­

jaron en reposo a temperatura ambiente, protegidos de la luz y en campana, durante 1

hora.

Finalmente, se eliminó aproximadamente 1/4 del volumen del vial, reemplazándolo

por resina Spurr.. Los viales con la resina se dejaron en reposo a temperatura ambien­

te, protegidos de la luz y en campana, hasta el día siguiente.

e) Inclusión

Los cortes se pasaron a la placa de inclusión, rellenando con la misma resina utili­

zada aproximadamente la mitad de cada podllo de la placa donde se incluyeron los

cortes y colocando estos en sendos pocilios, procurando que quedasen lo más próxi­

mos posible al extremo de éstos, para facilitar el corte posterior.

Se acabaron de rellenar los pocilios con resina pura, teniendo especial cuidado en

evitar la formación de burbujas. La placa de inclusión se dejó en estufa a 50-60 °C, du­

rante 24 horas.

f) Microtomía

a resto del proceso fue llevado a cabo por el personal del Centro de Microscopía

Electrónica de la Universidad Complutense de Madrid:

-Tallado del bloque

-Obtención de cortes semífinos (ultramicrotomo con cuchilla de vidrio)

-Montaje de los cortes en un porta con una gota de adhesivo de Haupt, y tinción

con azul de metileno de Richardson.

117

Page 133: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales v métodos

-Retaliado del bloque y obtención de cortes uitraflnos (ultramicrotomo con cuchilla

de diamante)

-Observación y fotografiado de las muestras mediante microscopio electrónico de

transmisión.

5.2.4.- ANÁLISIS ESPECÍFICOS DE AGUAS

5.2.4.1.- PARÁMETROS FÍSICO-QUÍMICOS

• Temperatura

Medida de la temperatura del agua y del ambiente "in situ" mediante termóme­

tros perfectamente contrastados. {APHA-AVVWA-WPCF,1992; BOE, 1990; Ro-

dier, 1998)

• pH

A pie de manantial, medida preliminar aproximada "in situ" mediante tiras de pH.

En el laboratorio, determinación potenciómetrica de la concentración de hidro-

geniones presentes en el agua problema utilizando un pHmetro Crison micro pH

2000, calibrado con soluciones tampón pH 4,00 y 7,02. (APHA, 1992; BOE,

1990; Rodier, 1998)

• Turbidez

Medida de la difracción de la luz provocada por las partículas en suspensión en

un espectrofotómetro Merck SQ 300, expresada en unidades nefelométricas de

Fonnacina.

• Conductívidad eléctrica a 20 °C

Determinación en el laboratorio de la conductividad eléctrica utilizando un con-

ductímetro Radiometer para efectuar la lectura de conductividad de la muestra y

de un patrón de referencia de KCl 0,01 N (Merck, p.a) a la misma temperatura.

Los valores obtenidos se refieren a 20 "C. (APHA, 1992; BOE, 1990; Rodier,

1998).

• Residuo seco a 180 °C

Determinación gravimétrica en el laboratorio, por evaporación a sequedad de un

volumen de muestra en cápsula de porcelana mediante baño de agua destilada,

118

Page 134: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales v métodos

y desecación posterior a 180 °C en estufa Memmert ULE 400 hasta pesada

constante. Los volúmenes de muestra evaporados se escogieron en función de

la carga salina de las aguas, conocida a través de los valores de conductividad a

20 °C; estos fueron, según puntos de muestreo:

OD-A: 500 mi OD-D: 100 mi

OD-B:200ml LOM:100ml

OD-C: 200 mi

Todos los datos se expresaron en mg /1 de muestra. (APHA, 1992; BOE, 1990;

Rodier, 1998).

• Acidez total

Determinación "in situ" por medio de una volumetría ácido-base, utilizando como

solución valorante NaOH 0,01 N en presencia de fenoiftaleína como indicador.

(APHA, 1992; BOE, 1990; Estrada, 1986)

• Dureza total

Complexometría por desplazamiento con adición de complexón magnesio y so­

lución tampón a pH 10. Valoración con la sai disódica del ácido etilén-diamín te-

traacético en presencia de negro de eriocromo T como indicador. (Rodier, 1998)

5.2.4.2.- PRINCIPALES ANIONES Y CATIONES

• Cloruros

Volumetría (Método de Mohr): valoración con nitrato de plata 0,01 N en presen­

cia de cromato potásico como indicador. (BOE, 1987; Rodier, 1998)

• Bicarbonatos

Volumetría ácido-base: valoración con ácido clorhídrico 0,01 N en presencia de

naranja de metilo como indicador. (Rodier, 1998)

• Sílice

Colorímetría basada en la reacción de la sílice con molibdato amónico y poste­

rior reducción del ácido silicomolíbdico formado. Se obtiene un complejo de color

119

Page 135: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales y métodos

azul, cuya intensidad de color se determina en un espectrofotómetro. (Blasco

Gordo, 1983; Rodier, 1998)

• Sulfatas

Gravimetria: precipitación de tos sulfates como BaS04 mediante adición de clo­

ruro bárico en caliente a la muestra acidulada con HCl, y posteriores tratamien­

tos de loción, secado, incineración y pesado del residuo. (BOE, 1987; Rodier,

1998).

• Calcio

Complexometria directa, valorando con edetato sódico a pH = 12 en presencia

de ácido calcón cart)oxílco como indicador. (BOE, 1987; Rodier, 1998)

• Magnesio

Valor calculado a partir de la diferencia entre los valores de la dureza total y el

obtenido del caldo. (Rodier, 1998)

• Sodio y potasio

Determinadón por fotometría de llama, técnica espectrofotométrica de emisión

atómica que emplea la llama como atomizador y como fuente de exdtadón de

los átomos. La radiadón que atraviesa la llama pasa por un monocromador con

una capacidad de resoludón que permite aislar la radiadón de interés, la cual es

condudda a un detector y procesada mediante un sistema electrónico en un

equipo de espectroscopia atómica (Perkin Eimer 2280). La preparadón de la

muestra Induyó la obtención del residuo seco, la redisoludón del mismo en me­

dio áddo (HCI-HN03 50%) e incorporadón de un modificador de matriz (cloruro

de cesio) para evitar las interferencias provocadas por la ionización parcial que

pueden sufrir los metales alcalinos al utilizar una llama de aire-acetileno. La

cuantificadón se efectuó frente a una curva de calibradón obtenida a partir de

distintas diludones de patrones de Na y K de 1000 ppm trertados con el mismo

modificador de matriz.

Las condidones utilizadas se detallan en la tabla 5.20.

120

Page 136: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales v métodos

Tabla 5.20. Condiciones utilizadas para la detemiinación de Na y K por técnicas espec-trofotoméíricas

Elemento

Na

K

Longitud de onda

589 nm

766,5 nm

Rendija

0,2

0,7

Modificador de matriz

CsCI

CsCI

• Rectas de calibración

Se han calculado también para estos cationes las rectas de calibración, a partir

de distintas concentraciones de patrones de Na y K de 0,05 a 0,8 ppm efectua­

das a partir de una solución madre de Na y K de 1000 ppm. A cada uno de los

patrones se tes añade un volumen de una solución de CsCI, de modo que la

concentración final de este compuesto sea de 1g/L. Las lecturas de los patrones

se midieron por emisión frente a un blanco compuesto por una solución de 1g/L

de CsCI en agua. Estas rectas de calibración se recogen en las figuras 5.16 y

5.17.

• Ensayo de exactitud

Se han llevado a cabo ensayos de exactitud para los dos cationes. Los porcen­

tajes de recuperación se detallan en la tabla 5.21. Todos los datos obtenidos

fueron próximos al 100 %, de lo que se deduce la bondad del método aplicado..

Tabla 5.21. Ensayo de exactitud aplicado ai análisis de sodio y potasio por espectrofotometría de absorción atómica. Contenidos expresados en jj-g/ml solución.

Elemento

Na

K

Concentración en muestra

177,81

19,12

Concentración añadida

10 10

Concentración lectura 187,18

28,63

% recuperación

93,70 94,30

• Ensayo de precisión

Se ha repetido el proceso de lectura sobre la misma muestra ocho veces a lo

largo de varios días, para calcular los coeficientes de variación correspondien­

tes. Los coeficientes que aparecen en la tabla 5.22 denotan muy poca variación,

lo que demuestra la adecuada precisión del método.

121

Page 137: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales y métodos

Tabla 5.22. Ensayo de precisión aplicado ai análisis de sodio y potasio por espectrofotometria de absorción atómica. Contenidos expresados en mg/1 muestra

Elemento

Na

K

Media

31,10

2,35

Desviación

típica

0,82

0,13

Coeficiente

de vanación (%)

2,64

5,53

Figura 5.16. Recta de calibración para ei sodio

1 n

0 0,8 1 0.6 0 0,4 ^

1 0.2-0 -

(

Calibración Na

^^^^^^^^^^^,^ ^^^^.^^^"^

^"""^^"^

) 50 100 150 200

concentración

y=

i

250

= 0,tH)39x +0,0445

R = 0,9992

• Na !

Line^ (Na) ¡

Figura 5.17. Recta de calibración para ei potasio

0,25-]

S. 0,2 -

« 0,15 -x> 0 0,1 -1 0,05

0 (

Calibración K

^^-^^^^ ^^.^"""""^

"

) M 40

concentración

y =

1

]

60

0,0039x +0,0069 R = 0,9982

• K Linral(K)

5.2.4.3.- PARÁMETROS INDICATIVOS DE CONTAMINACIÓN

• Oxígeno disuelto

Determinación iodométrica por el método de WinWer basaido en la valoración

con tiosulfato sódico del yodo liberado tras reacción del oxígeno disuelto con

MnCb, y IK + NaOH y posterior acidificación. (APHA, 1992; BOE, 1990; Rodier,

1998).

122

Page 138: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales y métodos

• Oxidabilidad al KMn04

Determinación manganiméírica en laboratorio de una alícuota de agua de 100 mi

en medio ácido. Llevado a ebullición, se añade pennanganato y se mantiene en

ebullición suave 10 minutos exactos. Después se añade ácido oxálico y se man­

tiene hasta transparencia completa. Se valora con pennanganato hasta colora­

ción rosada persistente. (APHA, 1992; BOE, 1990; Estrada, 1986).

• Nitratos

Medida semicuantitativa en el lugar de la toma de muestra (Aquamerck 11170),

seguida de determinación precisa en el laboratorio por el método ultravioleta

mediante lecturas a 220 y 275 nm en un espectrofotómetro Pharmacia LKB Ul-

traspec Plus. Las concentraciones correspondientes se obtuvieron a partir de la

recta de regresión construida con diversas diluciones de una solución patrón de

KNO3. { BOE, 1990; APHA, 1992; Estrada, 1986).

• Nitritos

Medida semicuantitativa "in situ" (Aquamerck 11118), seguida de determinación

colorimétrica en laboratorio basada en la formación en medio ácido de una sal

de diazonio con ácido sulfanílico, posterior formación de un colorante azoico rojo

con el cloruro de N-naftií-etilén-diamina clorhidrato y lectura a 538 nm en un es­

pectrofotómetro Phamnacia LKB Ultraspec Plus. Las concentraciones corres­

pondientes se obtuvieron a partir de la recta de regresión construida con diver­

sas diluciones de una solución patrón de NaN02. (APHA, 1992; BOE, 1990; Es­

trada, 1986).

• Amonio

Medida semicuantitativa en el lugar de la toma de muestra (Aquamerck 11117)

seguida de detennínación colorimétrica en laboratorio basada en la formación en

medio básico de un complejo amarillo-pardo rojizo con el reactivo de Nessier

(iodomercuriato potásico) y lectura a 425 nm en un espectrofotómetro Merck SQ

300. Las concentraciones correspondientes se obtuvieron a partir de la recta de

regresión construida con diversas diluciones de una solución patrón de NH4CI.

(APHA, 1992; BOE, 1990; Estrada, 1986)

123

Page 139: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales y métodos

• Fosfatos

Colorimetría: reacción de los ortofosfatos, en medio ácido, con molibdato amóni­

co y tartrato de antimonio y potasio, formando un complejo fosfomolíbdico, que

es reduddo por el ácido ascórbico a un complejo de color a;íul (cuya intensidad

es una función lineal de la concentración de fósforo) se leyó a 690 nm en un

espectrofotómetro Pharmacia LKB Ultraspec Plus. Las concentraciones corres­

pondientes se obtuvieron a partir de ta recta de regresión construida con diver­

sas diluciones de una solución patrón de KH2PO4 (Blasco Gordo, 1983; Rodier,

1998)

5.2.5.- ANÁLISIS ESPECÍFICOS DE SUELOS

5.2.5.1.- PROPIEDADES FÍSICAS GENERALES

• Color

Para describir el color de manera precisa se utiliza el código desarrollado por

Munsell modificado por la Optical Society of America y adoptado por el Soil Sur-

vey Manual en 1951 (Porta et al., 1994). La descripción se realiza comparando

el color del suelo con los de una serie tabulada. El sistema Munsell describe ca­

da color en función de tres parámetros:

-Longitud de onda o matiz: longitud de onda dominarrte en la tuz reflejada, defi­

nida en términos de 5 colores principales y sus mezdas, siendo aquellos: rojo

(R), amarillo (Y), verde (G), azul (B) y púrpura (P). Los colores más habituales

en suelos sin condiciones reductoras se expresan en partes de amarillo en el

rojo.

-Brillo o aibedo: proporción de luz reflejada. Se mide en una escala de O a 10

que va del negro absoluto (O % de luz reflejada) al blanco absoluto (100 % de

luz reflejada). Los brillos más altos en suelos suelen ser de 8 ó 9.

-Intensidad cromática o chroma: grado de saturación del miatiz, medido en una

escala de 1 a 20, aunque en suelos no se considera más allá del 8.

La notación de cada color es de la forma MATIZ BRILLO / INTENSIDAD.

124

Page 140: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales y métodos

• Textura

Dispersión de la muestra de tierra fina con solución diluida de metafosfato y car­

bonato sódico en agua destilada, homogeneización con émbolo de latón y medi­

da de la densidad de la suspensión con un densímetro ASTM núm. 152 H, con

ia escala de Bouyoucos en g/l {American Society Testlng Material) a los 30 se­

gundos, 60 segundos, 3 minutos, 10 minutos, 30 minutos, 90 minutos y más de

5 horas, midiendo cada vez la temperatura de la suspensión. El porcentaje de

cada una de las partículas se calcula mediante ia Ley de Stokes, que relaciona

el diámetro de las partículas con el tiempo de caída de éstas, aplicando la co-

n'espondiente corrección de temperatura (Day, 1965; MAPA, 1994).

• Estructura

Descripción en campo de la agregación natural de las partículas según las cate­

gorías establecidas por la FAO, definiendo el grado de la estructura (sin es­

tructura, débil, moderada, fuerte), su tamaño (muy fina, fina, mediana, gruesa,

muy gruesa), y su forma (laminar, prismática, columnar, en bloques angulares,

en bloques subangulares, granular y migajosa) (Roquero y Porta, 1995).

5.2.5.2.- PROPIEDADES QUÍMICAS GENERALES

• pH

Determinación potenciómetríca de la concentración de hidrogeniones presentes

en el líquido sobrenadante de una suspensión agua/suelo en relación 1/ 2,5 uti­

lizando un pHmetro Crison micro pH 2000, calibrado con soluciones tampón pH

4,00 y 7,02 (USDA, 1973; Chapman y Pnatt, 1961).

• Carbonatas totales

Determinación gasométrica mediante el calcímetro de Bemard, que permite la

medida del anhídrido carbónico desprendido por un peso de muestra conocido al

reaccionar con ácido clorhídrico. Los resultados se expresan en porcentaje de

CaCOa (López Ritas y López Melida, 1985).

• Conductividad

Determinación en el laboratorio de la conductividad eléctrica utilizando un con-

ductímetro Radiometer para efectuar la lectura de conductividad en el líquido

sobrenadante filtrado de una suspensión agua/suelo en relación 1/1 y de un pa-

125

Page 141: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales v métodos

trón de referencia de KCl 0,01 N (Merck, p.a) a la misma temperatura. Los valo­

res obtenidos se refieren a 25 °C.

• Materia orgánica

Método de Waikiey-Black: oxidación de la materia orgánica presente en el suelo

mediante ácido crómico en presencia de exceso de ácido sulfúrico, y valoración

posterior por retroceso del exceso de ácido crómico con una disolución de sul­

fato fenroso amónico (sal de Mohr) en presencia de difenilamina como indicador

(López Ritas y López Melida, 1985).

• Nitrógeno total

Variante del método Kjeldahl realizada con un digestor-destilador Buchi mod. B-

316. El proceso se realizó en tres fases:

-Digestión: ataque ácido para la transformación del N orgánico en amonio.

-Destilación del amonio a partir de las sales amónicas formadas, y recogida de

éste sobre ácido bórico 0,65 M.

-Valoradón del amoniaco condensado con ácido sulfúnco N/14 de factor conoci­

do.

La cantidad de nitrógeno total se expresa en porcentaje sobre suelo seco

(MAPA, 1994).

• Fósforo

En las muestras de OD-A se aplicó el método de Osen: e)círacclón del fósforo

del suelo con NaCOaH 0,5 M a un pH aproximadamente constante de 8,5 y for­

mación de un complejo de color azul por la reducción, con ácido ascórbico, del

fosfomoiibdato obtenido cuando el molibdato amónico reao:^ona con el fósforo

en medio ácido, en presenda del ion antimonilo. La intensidad del color (función

lineal de la concentradón de fósforo) se leyó a 882 nm en un espectrofotómetro

Pharmacia LKB Ultraspec Plus. Las concentraciones correspondientes se obtu­

vieron a partir de la recta de regresión construida con diversas diludones de una

solución patrón de KH2PO4 (Watanabe y Olsen, 1965; López Ritas y López Meli­

da, 1985).

En el resto de las muestras se aplicó el método de Bray, más indicado para

suelos ácidos: extracdón con fluoruro amónico 0,03 N en ácido dortiídrico 0,025

N , y fonmadón de un complejo con molibdato amónico en presencia de doruro

126

Page 142: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales y métodos

estannoso que se leyó a 660 nm (para evitar la interferencia del color amarillo

debido a los ácidos fúlvicos) en un espectrofotómetro Pharmacia LKB Ultraspec

Plus. Las concentraciones correspondientes se obtuvieron a partir de la recta de

regresión construida con diversas diluciones de una solución patrón de KH2PO4

(López Ritas y López Melida, 1985; Bonneau y Bouchier, 1987).

5.2.5.3.- COMPLEJO DE CAMBIO

• Capacidad de Intercambio Catiónico

Percolación a través de la muestra de suelo con acetato amónico 1 N a pH 7

para desplazar los cationes del complejo de cambio y sustituirlos por amonio. El

líquido sobrenadante se aforó a 50 mi con acetato amónico para el análisis de

los cationes de cambio.

Posteriormente se lavó el suelo con etanol, despreciando los líquidos de loción,

para eliminar el exceso de acetato amónico retenido mecánicamente por el

suelo. El N H / fijado en posiciones de cambio se desplazó mediante percolación

a través del suelo de una solución de cloruro sódico, determinándose el nitróge­

no en esta solución mediante un destilador y valorador automático (Bonneau y

Bouchier, 1987).

• Sodio y potasio de cambio

Determinación por fotometría de llama, análogamente a lo descrito para el análi­

sis de aguas, realizado sobre la solución de acetato amónico procedente del la­

vado del suelo obtenida en el apartado anterior. La preparación de la muestra

incluyó la incorporación de un modificador de matriz (cloruro de cesio) para evi­

tar las interferencias provocadas por la ionización parcial que pueden sufrir los

metales alcalinos al utilizar una llama de aire-acetileno. La cuantificación se

efectuó frente a una curva de calibración obtenida a partir de distintas diluciones

de patrones de Na y K de 1000 ppm en acetato amónico 1 N tratados con el

mismo modificador de matriz (MAPA, 1994).

127

Page 143: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Materiales v métodos

• Calcio y magnesio de cambio

Determinación por fotomefría de llama, análogamente a lo descrito para el análi­

sis de aguas, realizado sobre la soludói de acetato amónico procedente del la­

vado del suelo obtenida en el apartado anterior (MAPA, 1994)

5.2.5.5.- EXTRACTO DE SATURACIÓN

• Carbonatos-Bicarbonatos

Determinación con una solución normalizada de un áddo mineral ftjerte en los

puntos sucesivos de equivalencia del anión carbonato (pH 8,3) y del anión bi-

cariDonato (pH 4), usando fenoiftaleína y naranja de metilo como indicadores

(MAPA, 1994).

• Cloruros

Volumetria (Método de Mohr): valoración con nitrato de piatéí 0,01 N en presen­

cia de cromato potásico como indicador (Chapman y Pratt, 1í)61; MAPA, 1994).

• Sulfatas

Precipitación de los sulfatos como sulfato calcico con CbCa 1 N en presencia de

acetona. El precipitado se separa por centrifugación y redisuelve en agua, donde

se valora el caldo por complexometría. (MAPA, 1994).

128

Page 144: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

CAPÍTULO 6

PRESENTACIÓN DE RESULTADOS

Page 145: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo
Page 146: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Presentación de resultados

6.1.-METALES PESADOS

6.1.1.- CONTENIDOS EN PLANTAS

Los datos experimentales obtenidos se presentan en 34 tablas ordenadas de la

siguiente manera:

• Primer muestreo

o Hojas (tablas 6.1 a 6.4)

• Zonas OD-B/OD-C/OD-D/LOM

o Tallos (tablas 6.5 a 6.8)

- Zonas OD-B/OD-C/OD-D/LOM

o Flores (tablas 6.9 a 6.12)

• Zonas OD-B / OD-C / OD-D / LOM

o Raíces (tabla 6.13)

o Plantas acompañantes (Nerium oleander) tabla 6.14.

• Segundo muestreo

o Hojas (tablas 6.15 a 6.18)

- Zonas OD-B/OD-C/OD-D/LOM

o Tallos (tablas 6.19 a 6.22)

• Zonas OD-B / OD-C / OD-D / LOM

o Raíces (tabla 6.23)

o Plantas acompañantes {Nerium oleander) tabla 6.24.

• Tercer muestreo

o Hojas (tablas 6.25 a 6.28)

- Zonas OD-B / OD-C / OD-D / LOM

o Tallos (tablas 6.29 a 6.32)

• Zonas OD-B/OD-C/OD-D/LOM

o Raíces (tabla 6.33)

• Plantas acompañantes (Nerium oleander) tabla 6.34.

131

Page 147: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Presentación de resultados

6.1.2.- CONTENIDOS EN AGUAS

Los ciatos experimentales obtenidos se presentan en las tablas 6.35a y 635b

que recxige, para cada metal, los contenidos observados en cada una de las zonas y

muéstreos.

6.1.3.- CONTENIDOS EN SUELOS

Los datos experimentales obtenidos se presentan en las tablas 6.36 a 6.39,

donde se recogen, para cada uno de los horizontes analizados, los contenidos de me­

tales ligados a las fracciones fácilmente extraíbles, materia orgánicci, óxidos de Fe y

Mn, y pseudototales.

6.2.- ANÁLISIS ESPECÍFICOS DE PLANTAS

6.2.1.- CONTENIDOS MEDIOS DE HUMEDAD

Los contenidos medios de humedad por zonas y partes de la planta se presen­

tan en la tabla 6.40.

6.2.2.- MICROSCOPÍA

Las fotografías al microscopio óptico, y electrónico de transmisión consideradas

pertinentes para nuestra discusión se incluyen en el capitulo siguiente.

6.3.-ANÁLISIS ESPECÍFICOS DE AGUAS

Los datos experimentales obtenidos se presentan en 4 tablas, que recogen, por

zonas y muéstreos, los parámetros físicos químicos generales de las aguas analizadas

(tabla 6.41), los principales aniones (tabla 6.42), cationes (tabla 6.43) y parámetros indi­

cativos de contaminación (tabla 6.44)

132

Page 148: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Presentación de resultados

6.4.- PARÁMETROS ESPECÍFICOS DE SUELOS

6.4.1.- DESCRIPCIÓN DE LOS PERFILES

Las características de los perfiles estudiados se presentan en la página 172,

junto a las fotografías correspondientes.

6.4.2.- PARÁMETROS ANALÍTICOS

Los datos experimentales obtenidos se presentan en 3 tablas, que recogen, por

horizontes: parámetros generales y físico-químicos (tabla 6.45), complejo de cambio

(tabla 6.46) y extracto de saturación (tabla 6.47).

133

Page 149: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.1. Contenidos de metales pesados en hojas de Erica andevalensis * ' Zona OD-B, 1 - muestreo.

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

16,94 ±1,21

13,38 ±0,32

15,92 ±0,46

23,12 ±5,44

11,96± 1,35

20,58 ± 2,78

14,49 ±0,00

20,50 ±0,23

28,17 ±1,64

16,59 ±0,07

Fe

" 352,06 ± 29,72

403,31 ± 1,98

418,60 ±2,23

1037,50 ±156,87

734,54 ± 12,10

3094,30 ± 499,78

231,22 ± 1,28

679,58 ±104,24

1260,04 ±233,33

542,90 ± 8,23

Mn

329,79 ± 26,23

303,58 ±3,25

492,48 ± 2,21

810,17 ±20,12

253,55 ±6,27

356,57 ± 54,79

472,10 ±5,07

476,83 ± 11,03

561,18 ±59,38

335,63 ± 0,47

Zn

20,12 ±3,00

17,09 ±3,71

26,06 ± 2,60

31,94 ± 1,50

25,95 ± 1,39

52,19 ±7,57

74,49 ± 5,71

77,03 ±0,95

74,81 ± 12,14

104,81 ±4,45

Pb

4,68 ±0,38

7,72 ±0,16

7,31 ±0,17

9,43 ±1,28

9,17 ± 1,34

11,59± 1,13

10,09 ±0,67

12,96 ±0,83

11,05± 1,20

8,69 ±0,90

Ni _ _ _ _ _

5,81 ± 0,00

7,00 ±0.07

7,59 ±0,75

5,33±0,18

4,91 ±0,14

9,39 ±0,21

7,80 ± 0,74

5,76 ± 0,40

8,08 ±1,55

Co

4,06 ± 0,39

5,42 ±0,85

tr

5,40 ± 0,35

5,01 ± 1,25

8,94 ±0,35

10,56 + 2,19

14,94 ±0,71

7,84 ±0,13

9,68 ± 1,48

Cd

8,12±0,10

7,53 ±1,28

4,98 ±0,98

11,24 ±0,51

7,73 ±0,75

3,66 ±0,56

7,78 ± 0,46

6,95 ± 1,31

7,42 ± 0,32

8,35 ±0,00

* ^ Valores medios expresados en ^g/g sobre materia seca ± SD, n = 3. tr = trazas. Cromo no detectado.

134

Page 150: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.2. Contenidos de metales pesados en hojas de Erica andevalensis * * Zona OD-C, 1-- muestreo

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

11,03 ±0,65

12,44 ±0,54

15,41 ± 6,97

11,62 ±0,01

23,81 ± 0,34

11,95 ±0,65

22,32 ± 0,44

11,14±0,73

4,41 ± 0,22

24,09 ± 4,05

Fe

273,04 ± 0,84

214,80 ±19,97

244,65 ± 12,02

378,84 ± 0,94

1803,97 ±37,64

328,30 ±10,34

1058,23 ±61,34

671,97 + 28,06

464,77 ± 87,21

2337,59 ± 95,21

Mn

450,77 ±41,53

426,80 ±102,11

486,93 ± 96,47

441,33 ±4,49

644,59 ± 45,23

519,89 ±2,16

473,61 ± 20,31

162,64 ± 3,68

284,20 ± 27,40

371,70 ±1,32

Zn

28,93 ± 3,81

19,00 ±0,96

22,08 ± 2,75

24,33 ±1,89

89,38 ± 3,76

36,15 ±2,42

66,52 ± 4,44

18,42 ±1,12

35,64 ± 7,68

34,34 ± 0,96

Pb

9,15 ±1,10

5,37 ± 0,48

8,53 ± 0,83

9,04 ±1,32

9,48 ±0,12

7,95 ±1,58

12,51 ±0,95

8,93 ± 0,86

13,48 ±0,35

12,46 ±0,56

Ni

5,76 ± 0,73

6,23 ± 0,64

5,02 ± 0,81

7,42 ± 0,33

7,49 ± 0,33

8,87 ±1,17

6,64 ± 0,95

6,89 ± 0,68

6,71 ± 0,75

7,89 ±0,13

Co

5,01 ± 0,45

6,52 ± 0,83

7,43 ±1,08

8,60 ± 0,41

8,43 ±1,36

6,41 ± 0,24

8,33 ±1,40

5,32 ± 0,28

4,40 ± 0,75

5,11 ±0,22

Cd

9,39 ± 0,87

6,12±1,13

6,25 ± 0,68

4,30 ± 0,22

8,51 ± 1,91

3,65 ± 0,76

5,62 ± 0,04

4,85 ± 0,79

8,20 ±1,15

7,97 ±0,11

'°'Valores medios expresados en ^g/g sobre materia seca ± SD, n = 3. Cromo no detectado.

135

Page 151: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.3. Contenidos de metales pesados en hojas de Erica andevalensis * ' Zona OD-D, 1 ^ muestreo

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

15,30 ±1,26

10,91+0,26

11,54 ±1,23

12,33 + 2,15

15,66 + 0,36

13,80 + 0,86

8,66 ± 0,05

17,22 ±1,29

8,10 ±0,77

9,30 ±1,15

Fe

326,14 ±21,53

297,78 ±14,24

450,22 ± 76,45

302,25 ± 18,14

535,54 ± 33,41

857,70 + 83,35

437,93 ±41,22

563,81 ± 30,06

200,20 ± 42,03

346,66 ± 16,41

Mn

510,54 ±26,97

386,01 ± 15,30

348,08 ± 16,47

360,03 ± 12,15

876,76 ± 40,45

525,48 ± 5,84

1058,16 ±60,58

906,26 ±79,16

513,72 ±27,00

720,74 ±18,65

Zn

34,36 ±1,16

70,55 ± 3,66

26,21 ± 4,60

75,15 ±4,21

33.50 ± 5,92

86,94 ± 11,22

28,35 ± 0,85

38.51 ± 6,93

18,65 ±9,48

24,04 ±2,11

Pb

5,07 ± 0,56

12.30 ±2,17

11,06 ±2,02

10,23 ±2,06

11.31 ± 1,89

9,76 ± 1,18

10,86 ± 1,90

11,20 ±2,20

9,25 ± 0,83

11,44 ±0,91

Ni

7,46 ± 0,79

9,72 ± 0,89

5,52 ±0,13

8,95 ± 1,06

7,51 ±0,51

9,44 ±1,53

7,15±0,11

10,13 ±0,26

7,58 ±1,56

7,36 ±1,47

Co Cd

7,55 ±1,15

8,67 ±0,51

4,44 ± 0,98

7,55 ± 0,44

6.67 ±1,40

11,95±1,52

4,44 ± 0,83

6,50 ± 0,74

4,35 ± 0,32

8.68 ±1,57

6,59 ± 0,21

8,34 ± 0,05

9,80 ±1,08

7,23 ±0,08

8,70 ±0,18

6,69 ± 0,25

6,67 ± 0,34

9,31 ±1,43

10,34 ±0,74

10,25 ±0,22

'^'Valores medios expresados en [xg/g sobre materia seca ± SID, n = 3, Cromo no detectado.

136

Page 152: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.4. Contenidos de metales pesados en hojas de Erica andevalensis ' ' Zona LOM, 1^' muestreo

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

6,46 + 0,11

9,92 ±1,88

tr

4,78 ± 0,46

6,13 ±0,06

4,16 ±0,04

10,45 ±0,64

3,54 ± 0,51

4.50 ± 0,51

7.37 ±1,07

Fe

197,26 ±27,11

255,44 ± 2,76

138,96 ±4.38

100,40 ±1,04

298,10 ±33,89

218,48+18,57

599,49 ±18,44

255,60 ± 39,55

77,35 ±3,25

279,39 ± 68,88

Mn

542,08 ± 75,00

643,39 + 28,12

590,04 ± 25,77

303,17 ±17,40

576,74 + 28,60

382,79 ± 4,27

537,86 ±1,41

638,41 + 59,16

585,12 ±21,93

499,83 ± 0,35

Zn

94,06 ±17,23

23,70 ±1,19

28,00 ± 0,09

19,13±1,35

28,83 ± 2,28

16,57 ±2,07

41,98 ±1,55

83,27 ± 2,32

32,70+1,12

24,08 ±1,79

Pb

7,73 ±1,12

6,64 ± 0,20

3,85 ± 0,92

6,90 ± 1,30

2,73 ± 0,40

8,00 ± 0,58

13,99 ±3,07

6,70 ± 0,32

11,75 ±2,32

6,67 ±1,00

Ni

8,22 ±1,64

12,49 ±0,53

5,73 ± 0,62

8,76 ± 0,60

9,34 ± 0,61

5,91 ± 0,60

5,82 ± 0,70

5,87 ± 0,09

4,36 ± 0,45

6,51 ± 0,24

Co

10,35 ±0.89

6.50 ± 0,74

7,46 ± 0,36

3,65 ± 0,74

7,59 ±1,21

4,54 ± 0,28

3,93 ± 0,00

14,57 ±1,42

7,17 ±0,42

4,71 ±1,04

Cd

7,72 ±1,60

7,23 ± 0,93

4,83 ± 0,89

4,14 ±0,79

6,83 ±1,00

8,49 ± 0,50

7,10 ±0,22

10,62 ±1,55

5,93 ±1,34

8,65 ±1,81

**' Valores medios expresados en ng/g sobre materia seca ± SD, n = 3. tr = trazas. Cromo no detectado.

137

Page 153: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.5. Contenidos de metales pesados en tallos de Erica andevalensis ' ' Zona OD-B, ^^ muestreo

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

18,38 ±1,07

17,39 ±1,53

22,60 ± 4,37

25,91 ± 0,55

32,07 ± 0,02

37,35 ± 6,90

33,76 ± 3,36

17,14+3,52

31,29 ±0,23

35,36 ± 2,48

Fe

96,59+1,18

104,45 ±25,25

158,50 ±36,07

173,04 ± 10,96

270,14 ±3,99

540,71 ± 120,04

109,60 ±0,11

94,69 ±10,37

198,24 ±42,48

153,86 ±9,80

Mn

231,15 ±40,61

315,30 ±30,01

350,72 ± 57,50

435,39 ±1,03

185,33 ±29,89

338,13 ±3,15

277,04 ±16,53

314,82 ±10,80

417,17 ±25,41

171,52 ±10,21

Zn

19,25 ±1,45

7,40 ± 1,49

13,44 ±0,22

13,14 ±0,66

18,66 ± 1,80

20,18 ±0,88

13,65 ±2,48

10,65 ± 1,99

13,49 ±1,39

19,08 ±3,52

Pb

tr

6,88 ±1,16

tr

6,49 ±1,20

4,25 ± 0,23

tr

8,18 ± 1,93

5,80 ± 0,81

5,93 ± 0,91

7,60 ± 0,72

Ni

9,92 ± 0,78

6,78 ± 0,86

8,22 ±1,55

5,51 ±1,15

6,25 ± 0,38

7,39 ± 1,29

8,48 ± 0,39

6,27 ±1,43

5,83 ± 0,23

6,55 ±1,10

Co

5,01 ± 0,29

6,18 ±1,06

6,34 ± 0,52

4,97 ±0,11

3,51 ±0,81

7,59 ±0,38

18,75 ±3,86

7,91 ± 0,38

5,35 ±0,51

7,56 ± 0,23

Cd

6,15±1,15

5,91 ±0,19

7,10 ±0,74

9,34 ± 0,20

5,56+ 1,21

3,55 ± 0,39

8,87 ± 0,97

5,48 ± 0,35

8,12 ±0,97

6,66 ± 0,60

'"' Valores medios expresados en ^g/g sobre materia seca ± SD, n = 3. tr = trazas. Cromo no detectado.

138

Page 154: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.6. Contenidos de metales pesados en tallos de Erica andevaíensis '^' Zona OD-C, 1 ^ muestreo

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

26,67 ± 0,31

24,40 + 0,16

26,78 ± 2,35

24,31 ± 2,40

29,6811,05

43,53 ± 6,86

36,33 ± 3,70

26,65 ± 2,92

18,05 ±1,20

103,91 ± 18,98

Fe

270,48 ± 4,58

119,18 ±13,80

121,76 ±6,57

146,72 ± 8,40

106,93 ±5,76

229,08 ± 28,02

192,57 ±41,25

164,94 ±42,18

365,92 ± 68,89

465,32 ± 85,81

Mn

442,46 ± 26,01

438,54 ± 16,33

519,48 ±18,87

435,09 ± 5,49

387,50 ± 4,30

364,67 ±30,18

498,62 ± 32,50

116,81 ±2,34

305,03 ±19,62

311,11 ±30,40

Zn

21,15 ±5,00

11,56 ±0,29

12,37 ±0,16

15,98 ±0,25

27,30 ± 2,69

27,28 ± 5,55

9,21 ± 0.60

12,89 ±2,96

45,10 ±3,01

32,42 ± 4,45

Pb

6,31 ±0,12

6,88 ± 0,81

10,91 ±0,33

3,92 ± 0,74

9,81 ± 0,31

3,70 ± 0,76

4,60 ±0,71

9,27 ±1,88

13,46 ±1,66

6,18 ±1,38

Ni

2,96 ± 0,05

9,37 ± 2,28

7.32 ± 0,94

5,99 ± 0,09

6,41 ±0,10

8,15 ±1,35

5,35 ±1,12

4,51 ±1,10

7,02 ± 0,33

6,18 ±1,03

Co

4,41 ± 0,81

9,06 ±2,11

6,69 ± 0,75

7,73 ±1,06

20,78 ±1,01

6,20 ±1,07

6,61 ±1,07

7,12 ±0,96

6,27 ±0.18

tr

Cd

6,31 ±0,13

7,52 ±1,41

6,79 ±1,60

5,05 ± 0,86

8,91 ± 0,03

5,11 ±0,82

7,50 ±1,40

4,89 ± 0,29

7,95 ± 0,82

8,12 ±0,42

'^'valores medios expresados en ng/g sobre materia seca ± SD, n~Z. tr = trazas. Cromo no detectado.

139

Page 155: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.7. Contenidos de metales pesados en tallos de Erica andevalensis'®' Zona OD-D, 1 - muestreo

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

41,12 + 5,08

33,59 ± 0,78

24,62 ± 3,68

37,90 ±2,15

26,97 ± 0,36

38,04 ± 0,26

31,17 + 4,45

70,67 ± 2,99

42,22 ± 2,87

42,41 ± 6,71

Fe

336,24 ± 45,90

184,38 + 24,13

225,41 + 38,56

230,22 + 26,42

212,47+15,45

257,15 + 20,65

253,29 ± 35,58

344,09 + 9,29

178,81 ± 15,44

230,05 + 2,16

Mn

461,87 + 33,56

988,25 + 26,34

281,31 + 5,05

607,25+12,16

990,40 + 30,55

481,97 + 30,04

815,87+11,69

745,63+12,72

418,96 + 4,66

607,24 + 3,15

Zn

31,88 + 6,20

46,97 + 6,72

20,43+1,04

39,12 + 2,02

21,61 + 0,55

97,56 + 6,67

20,73 ± 0,47

59,39 + 7,49

29,17+ 1,19

27,15 + 2,14

Pb

10,13+1,77

4,33+1,04

9,12+ 1,43

9,39+ 1,20

8,68+ 1,39

6,70 + 0,67

12,03+ 1,45

16,45+0,12

9,35+1,54

10,87+1,26

Ni

11,95 + 0,77

8,37+1,74

4,43 + 0,96

6,25 ± 0,33

4,20 + 0,08

3,22 + 0,55

6,04+ 1,28

7,99 ± 0,45

7,18 + 0,90

6,37 + 0,21

Co

5,22 + 0,45

7,46+1,23

5,32 + 0,98

6,06 + 0,40

4,20 ± 0,49

13,54 + 0,66

4,75 + 0,04

6,59 + 0,37

3,60 + 0,75

3,88 + 0,04

Cd

6,75 ± 0,89

8,95 + 0,81

6,54+ 1,05

7,70 ± 0,06

9,28 ± 0,27

11,61+0,38

9,66 + 0,75

11,15 + 0,34

8,40+1,47

9,93+ 1,34

* ' Valores medios expresados en ng/g sobre materia seca ± SD, n = 3. Cromo no detectado.

140

Page 156: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.8. Contenidos de nietates pesados en tallos de Erica andevalensls ' ' Zona LOM, 1 - muestreo

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

13,31 ±0,27

30,90 + 2,86

8,04 ± 0,09

9,26 ± 0,36

18,64 ±3,20

8,78 ± 0,31

13,20 ±2,37

8,54+1,10

12,23 ±2,76

18,57 ±2,86

Fe

103,73 ±6,63

152,68 ±27,82

105,34 ± 23,65

86,67 ± 9,24

186,57 ±5,68

160,25 ±8,14

152,07 ±25,63

82,61 ± 5,44

71,55 ±3,73

301,78 ±48,73

Mn

690,11 ±16,00

383,67 ± 0,65

550,08 ± 44,40

315,55 ±15,12

647,28 ± 4,27

443,79 ± 28,62

389,94 ± 0,98

381,74 ±30,70

524,97 ±15,94

444,53 ± 63,36

Zn

87,40 ± 2.44

28,03 ± 5,74

21,77 ±0,35

12,04 ±0,10

24,64 ± 3,87

8,53 ±1,26

42,20 ±1,69

77,49 ± 3,60

31,24 ±0,24

16,19 ± 1,08

Pb

6,64 ± 0,72

tr

11,80±1,38

6,44 ± 0,62

3,93 ± 0,74

4,32 ± 0,26

9,28 ± 1,97

4,32 ± 0,65

5,84 ± 0,09

4,59 ± 0,64

Ni

3,02 ± 0,37

12,28 ±2,32

7,21 ± 0,47

9,85 ± 0,75

11,95±1,19

5,78 ±1,02

5,34 ± 0,96

5,80 ± 0,27

6,79 ± 0,37

7,60 ± 0,70

Co

8,18 ±1,45

7,79 ±1,35

8,97 ±1,41

tr

7,80 ±1,60

4,03 ±0,14

4,68 ± 0,67

13,29 ±0,62

4,62 ± 0,27

4,25 ±1,11

Cd

5,76 ±1,40

6,77 ± 0,09

6,56 ± 0,42

4,30 ±0,10

6,90 ±1,19

6,94 ±1,46

6,71 ± 0,80

10,52 ±0,11

8,58 ±1,24

4,89 ± 0,74

(a) Valores medios expresados en ng/g sobre materia seca ± SD, n = 3. tr = trazas. Cromo no detectado.

141

Page 157: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.9. Contenidos de metales pesados en flores de Erica andevalensis ' ' Zona OD-B, 1 - muestreo

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

7,03 ± 0,47

6,03 ± 0,35

9,96 ± 0,47

11,05 ±2,57

9,44 ± 0,41

10,28 ±0,17

8,65 ± 0,57

9,93 ± 0,88

8,60 ± 2,94

9,67 ± 0,23

Fe

120,74 ± 54,54

176,39 + 28,17

91,03 ± 19,73

191,68 ±43,74

160,76 ±19,14

139,06 ±14,97

102,05 ±5,15

155,55 ±22,58

164,33 ± 7,33

88,50 ±14,03

Mn

214,69 ± 8,63

315,25 + 24,45

302,79 ± 28,89

265,88 ± 6,73

135,89 ±4,92

245,30 ±1,02

271,64 ±3,61

239,18 + 0,54

141,08 ± 14,38

150,15+11,39

Zn

64,93 ± 6,61

17,86'±0,67

20,23+1,15

21,01 + 1,70

73,16 ±5,02

18,39 ±1,54

18,55 ±1,31

73,27 ± 12,73

70,59 ± 5,99

19,36 ±1,09

Pb

7,46 ±1,04

8,64 ± 0,79

8,67 ±1,14

8,84 ± 0,60

10,46±1,14

8,93 ± 0,65

7,91 ±1,26

10,40 ±1,11

7,82 ± 0,55

5,18 ±0,85

Ni

6,17 ±0,72

5,86 ±1,26

6,43 ±1,15

6,87 ± 0,75

5,73 ±1,03

9,07 ± 0,52

5,93 ± 0,46

5,74 ± 0,75

8,23 ± 0,60

7,27 ±1,03

Co

9,42 ±1,47

4,59 ± 0,99

5,14 ±0,94

6,50 ±0,21

12,60 ±2,73

6,15 ±0,30

4,51 ± 0,84

12,79 ±2,27

9,17 ±1,04

5,50 ± 0,07

Cd

9,30 ± 0,97

9,13 ±1,47

5,29 ±1,11

13,64 ±0,48

7,47 ± 0,08

14,88 ±0,60

8,88 ±1,27

7,01 ± 0,63

5,86 ± 0,90

1,04 ±0,11

* ' Valores medios expresados en ng/g sobre materia seca ± SD, n = 3. Cromo no detectado.

142

Page 158: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.10. Contenidos de metales pesados en flores de Erica andevalensis '^' Zona OD-<:, 1^ muestreo

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

8,19 ±0,56

32,37 + 0,14

11,04 + 0,41

17,59 ±8,18

15,76 ±1,57

12,82 ±2,42

14,53 ±0,47

10,06 ±0,46

9,93 ± 0,00

16,30 ±1,20

Fe

112,35 ±20,61

518,16 ±16,95

71,50 ±8,79

206,48 ± 54,34

70,63 ± 7,34

77,42 ± 62,66

110,05 ±4,40

143,05 ±20,15

139,10+11,99

111,2 ±10,07

Mn

214,41 ± 0,47

190,55 ±0,52

193,89 ±24,13

262,50 ±26,16

434,40 ± 20,08

270,33 ±15,64

291,77 ±26,81

141,43 ±29,17

234,08 ± 16,89

230,40 ±12,15

Zn

17,49 ±0,42

86.72 ±3,15

16,76 ±2,87

20,90 ± 1,90

29,85 ± 0,66

24,36 ±1,52

81,46 ±8.34

19,30±1,13

19,24 ±0,33

20,60 ± 0,26

Pb

11,07 ±0,23

15.31 ±0.16

11,61 ±0.38

9,09 ± 0,24

9,44 ±1,10

11,99±2,10

11,86 ±0,90

7,82 ±0,14

10,47 ±1,72

11,31 ±2,03

Ni

9,03 ±1,19

7.90 ± 0.59

11,37± 1,11

tr

4,97 ± 0.54

8.97 ±2,13

7,02 ± 0.10

5,88 ± 0,98

8,65 ±1,11

7,90 ±1,03

Co

6,47 ± 0,47

15,00 ±0,12

7,39 ± 0,74

5.56 ± 0,45

3,84 ± 0.58

6.81 ± 0,92

9,67 ± 0.58

4,48 ± 0,22

8,42 ± 0,60

5,40 ±0,11

Cd

8,86 ± 0,95

10.88 ±0.62

4.11 ±0,21

8,33 ± 0,75

3,99 ± 0,80

4,62 ±0,14

7,33 ± 0,77

4,27 ± 0,95

7,19 ±0,34

6,69 ±0,21

'^'Valores medios expresados en jig/g sobre materia seca + SD, n = 3. tr = trazas. Cromo no detectado.

143

Page 159: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.11. Contenidos de n"ietales pesados en flores de Erica andevalensis * ' Zona OD-D, 1® muestreo

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

13,65+ 1,84

10,72 + 0,19

12,99 + 2,74

10,70 + 0,16

7,73 + 0,29

10,77 + 0,79

8,63 ± 8,34

15,91 + 3,27

5,08 ± 0,29

13,77+0,65

Fe

130,89 + 2,58

214,92 + 28,77

160,41 ±9,47

131,34 + 8,20

96,38 + 25,32

116,76 + 7,42

85,07 ± 23,67

281,88+17,08

98,69 + 33,43

351,33 + 47,66

Mn

267,92 ± 2,28

366,03 ± 9,26

128,73 + 21,12

450,63+ 10,12

380,06 + 38,39

299,66 ± 4,53

518,70 + 5,22

769,10 + 35,60

271,77+ 11,58

989,92 + 69,58

zn

24,29+3,02

69,60+3,08

18,55+ 1,71

28,13+3,12

20,66+2,13

29,68 + 4,29

66,38+3,25

76,26 ±4,18

70,97+7,17

30,33+ 1,83

Pb

9,78+1,07

8,68 + 2,21

10,92+1,59

7,12+1,13

9,35+ 1,55

10,23 + 0,85

10,51 + 1.30

9,82+1,26

6,06 + 0,28

12,76 + 2,27

Ni

5,32 ± 0,29

10,92+1,77

8,02 + 0,41

8,70 + 0,33

7,21 ± 0,53

8,02+1,75

11,97 + 2,23

9,84 ±1,74

8,69 ±0,21

19,38 + 4,44

Co

4,99 ±1,12

17,08 ±0,34

5,37 ±0,12

5,40 ±0,11

4,89±1,11

4,69 ±0,18

7,02 ±0,18

6,71 ± 0,26

9,23 ±0,21

4,88 ± 0,37

Cd

8,49 ±1,63

7,77 ±1,03

8,01 ±1,37

8,12 ± 1,40

10,92 ±0,29

10,36 ± 1,02

6,40 ± 0,60

5,86 ±0,17

8,19 ±0,81

10,96 ±0,03

'^'valores medios expresados en |ig/g sobre materia seca ± SD, n = 3. Cromo no detectado.

144

Page 160: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tatta 6.12. Contenidos de metales pesados en flores de Erica andevalensis * ' Zona LOM, 1 ^ muestreo.

Muestra

1

2

3

4

6

6

7

8

9

10

Cu

5,75 ± 0,32

8,57 ±0,12

4,34 ±0,23

4,16 ±0,80

5,33 ± 0,46

4,39 ±0,18

9,06 ± 0,08

7,08 ± 0,05

6,70 ± 0,08

5,16 ±0,46

Fe

132,99 ±15,05

96,36 ± 2,94

101,83 ±8,93

110,60 ±7,23

115,07 ±4,20

98,11 + 5,78

534,49 ± 8,25

175,85 ±4,10

42,43 ± 3,40

22,04 ± 7,23

Mn

230,66 ±13,18

335,98 ± 25,95

410,07 ±14,72

153,90 ±6,44

151,46 ±0,83

164,64 ±13,18

24,16±1,15

295,81 ± 12,80

280,60 ±13,39

205,16 ±0,31

Zn

26,43 ±0,10

19,10 ±0,70

21,53 ±1,83

17,13 ±1,65

76,15 ±9,16

18,13 ±2,12

105,15 ±6,25

25,76 ± 1,60

71,67 ±3,79

67,90 ± 0,92

Pb

5,12 ±1,10

6,81 ±0,19

4,21 ± 0,29

10,16±1,06

10,06 ±2,30

9,39 ± 0,95

13,86 ±1,23

9,86 ± 1,06

6,45 ± 0,03

7,86 ±1,10

Ni

7,56 ± 0,25

7,61 ± 0,38

6,41 ± 0,45

8,81 ± 0,03

6,09 ± 0,96

7,83 ±0,11

9,49 ±0,12

8,09 ±0,15

5,63 ± 0,69

3,64 ± 0,76

Co

6,35 ± 0,65

4,94 ± 0,74

5,69 ±1,15

5,77 ± 0,00

9,48 ± 0,32

4,23 ± 0,04

5,61 ± 0,87

tr

6,60 ±0,19

7,35 ±0,15

Cd

6,03 ± 0,65

6,66 ± 0,40

6,17 ±0,13

6,55 ±0,19

7,35 ± 0,59

9,57 ± 0,63

10,79 ±1,22

5,82 ± 0,05

5,16 ±0,06

6,42 ±1,17

* ' Valores medios expresados en jig/g sobre materia seca ± SD, n '• tr = trazas. Cromo no detectado.

'• 3. Cromo no detectado.

145

Page 161: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.13. Contenidos de metales pesados en raices de Erica andevalensis 1 - nauestreo.

(a)

Muestra

9

10

9

10

9

10

9

10

Zona

OD-B

OD-B

OD-C

OD-C

OD-D

OD-D

LOM

LOM

Cu

84,10± 12,15

80,49 ±12,88

216,53+11,67

145,54 ±4,81

130,87 ±4,23

103,82 ±38,27

31,06 ±1,99

48,28 ±4,65

Fe

593,36 ± 22,65

575,03 ±9,16

1322,70 ±281,39

1351,09 ±151,70

1156,46 ±140,43

881,93 ±388,25

405,55 ± 23,00

780,91 ± 34,25

Mn

242,68 ± 25,20

613,44 ±16,14

400,85 ± 23,50

388,82 ± 26,41

582,58 ±11,85

640,25 ± 12,33

525,85 ±18,04

454,96 ± 37,32

Zn

128,80 ±15,06

37,37 ±1,09

36,20 ±6,19

53,83 ± 11,88

64,22 ±10,21

53,55 ±15,10

101,93 ±4,56

50,22 ± 5,56

Pb

13,25 ±0,06

35,98 ±2,91

14,52 ±1,89

15,74 ±1,83

34,62 ±1,32

26,55 ±5,66

14,47 ±0,79

23,27 ± 0,78

Ni

9,53 ±1,65

9,30 ± 1,56

8,90 ± 0,65

8,09 ± 1,43

14,26 ±2,12

8,59 ± 0,67

6,06 ± 0,28

5,87 ± 0,55

Co

7,25 ± 0,03

6,27 ± 0,22

5,09 ±0,17

5,49 ±0,21

7,13 ±0,34

4,12 ±0,45

5,57 ± 0,74

4,88 ±0,91

Cd

9,12 ±1,86

9,69 ± 0,74

4,47 ±1,05

9,51 ± 0,86

3,99 ± 0,23

4,37 ± 0,54

3,72 ± 0,09

7,56 ± 0,59

'"'valores medios expresados en |ig/g sobre materia seca ± SD, n = 3. Cromo no detectado.

146

Page 162: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.14. Contenidos de metales pesados en hojas de plantas acompañantes (Nerium oleander) * ' 1^ muestreo

Muestra

0D-A1

OD-A2

OD-B1

0D-B2

0D-C1

0D-C2

0D-D1

L0M1

L0M2

LOM3

Cu

7,80 ± 0,22

8,37 ± 0,72

9,07 ±1,41

11,26 ±1,55

22,12 ±1,75

23,69 ± 4,02

11,70 ±1,37

7,30 ±1,02

5,15±0,10

6,76 ± 0,37

Fe

88,47 ± 6,38

86,71 ± 10,71

177,66 ±12,67

51.81 ±4,01

220,87 ±19,23

299,45 ± 24,55

220,70 ± 56,69

40,11 ±1,85

34,78 ± 4,95

33,22 ± 4,72

Mn

46,45 ± 2,56

199,42 ±1,49

123.44 ± 7,50

254,96 ±31,89

118,38 ±2,62

107,25 ±1,83

242,90 ±15,28

102,30 ±2,12

56,45 ± 6,40

103,61 ±9,80

2n

61,36 ±1,67

84,78 ± 5,53

103,87 ±9,96

82,39 ± 5.73

95,10 ±6,80

94,96 ±10,06

44,10 ±7,21

31,41 ±0,37

44,61 ± 0,41

25,42 ±0,12

Pb

12,82 ±1,03

14,43 ±0,83

5,00 ± 0,32

7,24 ± 0,09

11,19±0,84

10.13 ±0,82

14,43 ± 2,47

13,18 ±1,02

11,24 ±0,37

10,35 ±1,35

Ni

7,38 ±1,66

9,90 ± 2,09

9,05 ±0,17

10,26 ±1,19

11,96 ±2,07

7,91 ±1,07

9,20 ± 0,33

11,18 ±0,84

6,80 ± 0,80

6,22 ± 0,00

Co

tr

5,64 ± 0,90

4,26 ± 0,54

6,88 ±1,03

8,04 ±1,39

8,00 ± 0,06

5,11 ±0,36

5,81 ±0,17

5,85 ± 0,08

4,62 ±1,04

Cd

3,65 ±0,13

5,11 ±0,28

3,23 ±0,35

3.62 ± 0,04

4.18 ±0,09

8,02 ± 0,82

8,04 ± 0,70

4,62 ±1,51

6,15 ±0,79

4,03 ±0,19

'^'Valores medios expresados en ng/g sobre materia seca ± SD, n = 3. tr = trazas. Cromo no detectado.

147

Page 163: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.15. Contenidos de metales pesados en hojas de Erica andevalensis '^' Zona OD-B, 2° muestreo.

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

12,8411,22

11,47 ±0,10

10,05 ±1,01

8,02 ± 0,41

6,95 ± 0,89

8,73 ± 0,45

7,14 ±0,37

7,83 ± 0,40

7,57 ± 0,02

7,80 ± 0,26

Fe

910,21 ± 14,03

1280,99 ±80,08

477,68 ± 4,88

394,05 ±14,05

171,28 ±4,25

1151,10± 18,10

247,96 ± 4,98

206,30 ± 7,80

308,70 ±11,05

311,35 ±14,76

Mn

618,96 ± 5,43

1551,39 ±35,44

550,28 ±5,12

361,60 ±25,93

616,04 ± 29,38

1126,24 ±80,61

1103,29 ±6,35

1094,85 ±7,66

1543,74 ±2,95

1252,86 ±22,44

Zn

23,14 ±0,62

36,44 ± 0,39

60,10 ±0,95

18,30 ±1,01

13,90 ± 1,77

15,29 ±0,45

54,81 ± 0,28

88,60 ± 1,32

49,19 ±0,29

138,43 ±0,80

Pb

5,71 ± 0,49

7,23 ± 0,97

6,91 ± 0,53

6,10 ±0,04

4,03 ±0,12

5,98 ±1,24

5,74 ± 0,61

5,95 ± 1,30

5,20 ± 0,21

3,89 ± 1,01

Ni

2,85 ± 0,02

3,46 ± 0,48

3,14 ±0,48

2,09 ± 0,24

2,48 ± 0,07

3,21 ±0,13

4,50 ± 0,26

4,70 ± 0,42

4,10 ±0,46

5,92 ± 0,74

Co

2,54 ±0,47

4,09 ± 0,49

5,49 ± 0,60

tr

tr

2,90 ± 0,57

4,03 ± 0,84

5,48 ± 0,64

4,41 ± 0,43

3,90 ±0,13

Cd

tr

1,26 ±0,01

1,10±0,21

tr

1,24 ±0,04

1,07 ±0,19

1,09 ±0,21

5,64 ± 0,03

1,26 ±0,00

0,78 ± 0,20

'^' Valores medios expresados en ng/g sobre materia seca ± SD, n = 3. tr = trazas. Cromo no detectado.

148

Page 164: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.16. Contenidos de metales pesados en hojas de Bica andevalensis < ' Zona OD-C, 2" muestreo.

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

g

10

Cu

7,65 ±1,09

8,89 ± 0,04

8,94 ± 0,43

12,29 ± 0,20

6,25 ± 0,05

6,17 ±0,04

12,86 ±0,10

8,99 ± 0,02

9,90 ± 0,24

7,13 ±0,44

Fe

400,07 ± 8,73

169,09 ±1,49

272,24 ± 2,24

295,94 ± 2,74

303,38 ± 4,46

160,08 ± 2,02

3081,99 ±53,07

412,79 ±19,08

214,64 ± 30,41

439,97 ± 4,02

Mn

825,91 ± 18,61

1233,76 ±7,20

916,06 ± 2,92

799,00 ±3,13

1424,48 ±1,13

1644,37 ± 5,82

957,60 ± 2,38

1499,01 ± 22,71

1479,65 ±34,66

956,84 ±19,13

Zn

50,73 ±1,03

30,17 ±2,39

21,49 ±0,99

21,59 ±0,20

14,06 ±0,34

33,93 ± 0,22

24,65 ± 0,42

47,37 ±1,01

31,38±0,11

53,95 ±2,18

Pb

8,90 ± 0,21

6,51 ±1,09

5,09 ±1,09

5,98 ± 0,33

5,47 ± 0,26

tr

tr

4,34 ± 0,69

5,41 ± 0,09

10,54 ±0,44

Ni

2,34 ± 0,22

2,06 ±0,21

2,74 ± 0,05

2,21 ± 0,04

2,34 ± 0,20

2,77 ± 0,42

1,99 ±0,20

9,95 ± 0,43

3,71 ± 0,09

4,81 ± 0,66

Co

2,65 ± 0,22

3,33 ± 0,66

Cd

1,25 ±0,00

1,27 ±0,01

1,16±0,11

1,10 ±0,20

1,25 ±0,01

1,08 ±0,21

tr

tr

tr

1,24 ±0,00

* 'Valores medios expresados en ng/g sobre materia seca ± SD, n = 3. tr = trazas. Cromo no detectado.

149

Page 165: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.17. Contenidos de metales pesados en hojas de Erica andevalensis^^^ Zona OD-D, 2° muestreo.

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

9,33 + 0,17

28,28 ± 3,05

15,64 ±1,70

4,48 ± 0,03

5,32 + 0,42

6,24 ± 0,24

5,95 ±0,19

13,92 ±1,58

6,26 ±0,17

6,05 ± 0,00

Fe

316,46 ±12,11

969,09 ± 87,64

365,78 ± 3,01

126,12 ±1,25

188,28 ±17,40

199,68 ± 1,81

197,70 ±1,34

466,46 ± 5,07

127,68 ± 2,84

143,02 ±17,43

Mn

386,10 ±3,14

1404,44 ±33,51

1592,64 ±10,43

1561,65 ±12,64

1559,17 ±24,68

1570,95 ±2,88

866,43 ±15,43

760,65 ± 7,81

1234,54 ±9,72

1431,57 ±24,46

Zn

55,98 ± 0,55

83,93 ±2,97

44,27 ±1,34

29,49 ±0,61

17,83 ±0,37

20,89 ±0,53

17,96 ±2,56

24,71 ± 0,37

29,24 ± 0,60

31,14± 1,69

Pb

10,45 ±0,36

80,94 ± 3,68

9,70 ± 0,40

4,78 ±0,01

6,41 ± 0,64

4,07 ± 0,59

9,55'± 0,26

10,60 ±1,41

4,99 ± 0,74

8,01 ± 0,22

Ni

1,60 ±0,41

2,84 ± 0,49

5,01 ± 0,42

9,72 ± 0,24

5,16 ±0,20

4,07 ± 0,59

3,14 ±0,13

3,33 ± 0,27

2,82 ± 0,08

4,38 ±0,21

Co

4,83 ±0,15

3,71 ± 0,69

2,66 ±0,21

3,24 ± 0,08

4,38 ± 0,43

tr

tr

3,00 ± 0,63

2,66 ±0,15

2,57 ± 0,22

Cd

0,95 ±0,01

1,25 ±0,03

tr

'^'valores medios expresados en ng/g sobre materia seca ± SD, n = 3, tr = trazas. Cromo no detectado.

150

Page 166: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.18. Contenidos de níietales en hojas de Erica andevatensis * ' Zona LOM, 2° muestreo.

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

2,82 ± 0,40

9,37 ± 0,33

6,44 ± 0,46

9,85 ± 0,33

7,77 ± 0,33

7,78 ± 0,08

6,31 ± 0,03

9,28 ±0,10

9,85 ± 0,53

5,11 ±0,96

Fe

137,34 ±7,89

1115,46 ±19,58

466,54 ±21,52

453,29 ± 16,23

725,52 ± 58,16

340,13 ±11,50

258,73 ± 3,85

533,66 ± 7,86

572,70 ± 33,27

228,75 ± 22,35

Mn

325,54 ±11.37

661,66 ±17,16

1008,64 ±22,33

1261,54 ±18,11

647,59 ± 6,70

638,39 ±19,13

787,11 ±0,12

1270,46 ±8,96

868,14 ±19,20

469,92 ± 5,06

Zn

21,95 ±1,40

35,84 ± 0,27

29,34 ± 0,02

23,39 ± 0,35

26,75 ±1,70

39,76 ±1,36

22,40 ± 0,35

55,81 ± 0,06

71,99 ±1,27

18,50 ±0,22

Pb

tr

8,02 ± 0,30

10,52 ±0,17

7,37 ± 0,62

9,33 ± 0,57

6,33 ± 1,04

4,42 ± 0,46

6,18 ±0,37

9,55 ± 0,51

6,06 ± 0,52

Ni

tr

4,080 ±0,17

2,19 ±0,36

8,18 ±1,36

4,97 ± 0,07

2,86 ± 0,25

4,10 ±0,46

4,49 ± 0,70

3,70 ± 0,20

4,95 ± 0,28

Co

tr

tr

tr

tr

tr

tr

tr

tr

tr

tr

Cd

ir

1,21 ±0,01

0,78 ±0,19

1,23 ±0,04

1,24 ±0,02

1,12 ±0,23

tr

tr

1,23 + 0,07

1,28 ±0,01

* ' Valores medios expresados en ng/g sobre materia seca ± SD, n = 3. tr = trazas. Cromo no detectado.

151

Page 167: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.19. Contenidos de nnetales en tallos de Erica andevalensis * ' Zona OD-B, 2° muestreo.

Muestra

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

32,21 ± 0,00

22,76 ± 2,31

25,35 ± 0,32

24,19 + 2,17

14,28 ±1,95

18,49 ±0,91

16,31 + 0,93

15,06 ±0,47

15,48 ±1,06

28,95 ± 5,42

Fe

262,22 + 7,51

403,20 ± 4,24

273,77 ± 98,28

293,15 + 52,14

94,37 ±14,44

209,96 ± 24,56

157,99 ±32,43

69,78 ± 6,43

176,56 ±0,53

245,28 ± 52,33

Mn

659,26+13,99

635,93 ± 46,61

456,40 + 21,45

315,00 ± 13,06

449,34 ± 14,60

707,64 ± 2,66

488,83 + 33,47

245,82 ± 6,67

595,58± 19,55

505,17 ±43,92

Zn

17,97 ±0,30

19,62 ±1,71

32,38 ± 0,28

17,43 ±0,82

12,34 ± 1,59

9,27 ±0,81

28,03 ± 1,93

43,99 ±3,12

27,93 ± 1,45

90,22+11,12

Pb

4,05 ± 0,25

5,69 ±0,37

5,27 ±0,13

tr

4,17 ±0,74

5,38 ± 0,23

5,01 ± 0,29

3,73 ± 0,59

3,99 ± 0,66

4,73 ± 0,39

Ni

2,27 ± 0,45

tr

tr

2,00 ±0,51

2,53 ±0,41

tr

3,00 ± 0,55

2,68 ± 0,39

2,87 ±0,01

3,30 ± 0,73

Co

2,91 ± 0,47

3,00 + 0,45

3,81 ± 0,20

tr

3,39 ± 0,36

tr

4,58 ± 0,49

2,98 ± 0,39

3,19 ±0,01

3,40 ±0,31

Cd

tr

1,20 ±0,01

1,17 ±0,06

1,14 ±0,06

0,89 ± 0,07

1,20 ±0,05

1,14 ±0,02

1,19 ±0,01

1,28 ±0,01

1,19±0,11

'^' Valores medios expresados en |ig/g sobre materia seca ± SD, n = 3. tr = trazas. Cromo no detectado.

152

Page 168: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.20. Contenidos de metales en tallos de Erica andevalensis * ^ Zona OD-C, 2° muestreo.

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

27,12 ±6,28

24,90 ± 2,87

19,84 ±0,15

47,91 ± 2,63

20,53 ±1,74

12,61 ± 0,52

21,58 ±2,19

29,15 ±3,12

32,53 ± 3,36

20,22 ±1,75

Fe

188,35 ±11,22

135,96 ±31,81

149,72 ± 8,45

241,00 ±16,54

195,04 ±36,40

92,98 ±1,57

464,78 ± 82,42

202,20 ± 35,90

170,80 ±3,93

280,09 ±41,72

Mn

903,06 ± 29,21

864,83 ± 12,45

567,92 ± 7,08

559,12 ±1,06

897,36 ± 40,93

845,98 ± 49,31

352,15 ±18,81

1538,68 ±5,80

931,00 ±44,99

876,54 ±17,07

Zn

25,67 ± 3.47

14,27 ±1,70

11,30 ±0,22

32,00 ± 3,33

11,90 ±1,53

21,88 ±1,33

9,38 ±1,36

25,59 ± 2,45

27,67 ± 1,71

35,02 ± 4,66

Pb

4,69 ± 0,67

3,80 ± 0,75

3,52 ±0,42

4,62 ± 0,28

5,23 ± 0,05

3,87 ± 0,36

tr

3,55 ±0,25

4,39 ± 0,98

9,04 ± 0,64

Ni

tr ~

tr

tr

2,22 ± 0,42

2,00 ± 0,07

1,72 ±0,07

1,19 ±0,04

4,29 ±0,51

2,50 ± 0,05

3,47 ±0,13

Co

2,62 ± 0,35

tr

3,38 ± 0,63

2,70 ±0,19

3,25 ± 0,46

tr

tr

2,67 ± 0,61

3,59 ±0,14

tr

Cd

0,97 ± 0,25

1,21 ±0,04

tr

1,27 ±0,02

1,23 ±0,09

1,15 ±0,05

tr

tr

tr

1,05 ±0,19

'^' Valores medios expresados en ng/g sobre materia seca ± SD, n = 3. tr = trazas. Cromo no detectado.

153

Page 169: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.21. Contenidos medios de nnetales en tallos de Erica andevalensis * ' Zona OD-D, 2" muestreo.

Muestra

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

29,21 ±1,27

50,05 ± 2,63

22,78 ± 2,43

11,38 + 0,88

15,32 ±2,50

11,55±1,10

19,57 ±2,25

48,96 ± 5,48

24,61 ±1,94

20,80 ± 1,54

Fe

125,04 ±4,15

343,85 ±17,10

178,85 ±26,86

93,33 ± 14,48

100,44 ±17,08

79,69 ±1,09

203,63 ± 48,57

461,20 ±69,77

111,07 ±17,91

163,53 ± 38,40

Mn

531,49 ± 46,49

642,24 ±60,19

566,64 ± 37,58

899,29 ± 35,79

907,46 ± 94,55

885,65 ±18,73

1176,50 ±53,10

752,12 ±24,52

1304,22 ± 1,62

1258,31 ± 30,03

Zn

43,14 ±4,36

35,11 ±2,78

21,19 ±2,48

21,42±1,12

15,90 ±0,83

12,83 ±2,46

17,66 ±3,37

28,99 ± 5,43

26,32 ± 1,52

36,85 ± 3,21

Pb

7,64 ± 0,64

25,67 ± 2,45

10,00 ±0,77

26,07 ± 5,59

29,16 ±0,83

27,01 ± 1,47

8,77 ±1,38

16,60 ±3,53

7,83 ±0,12

10,62 ±0,85

Ni

tr

2,52 ± 0,09

2,75 ± 0,06

5,84 ± 0,23

3,24 ± 0,42

3,60 ± 0,29

2,44 ± 0,49

2,42 ± 0,05

2,42 ± 0,23

4,50± 0,95

Co

3,25 ± 0,30

3,77 ± 0,31

4,04 ±0,01

3,74 ± 0,20

2,65 ±0,42

tr

tr

2,88 ±0,27

2,85 ±0,43

2,85 ± 0,54

Cd

tr

0,94 ±0,03

tr

tr

tr

tr

0,87 ± 0,05

1,21 ±0,02

tr

1, l y X '-'I »"T

^^'Valores medios expresados en \xglg sobre materia seca ± SD, n = 3. tr = trazas. Cromo no detectado.

154

Page 170: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.22. Contenidos de metales en tallos de Erica andevalensis '^' Zona LOM, 2° muestreo.

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

12,62 ± 0,37

19,76 ±1,51

17,86 ±0,25

21,06 ±1,29

16,45 ± 0,91

23,92 ±1,50

17,18 ±1,48

20.81 ± 1,36

21,16 ±2,20

27,49 ±1,66

Fe

78,51 ± 5.73

390,72 ± 90,48

253,31 ± 10.21

272,00 ± 25,60

283.71 ± 16,21

223,40 ±42,10

172,38 ±24,35

212,46 ± 34.71

223.77 ± 45.72

263.83 ±13,36

Mn

318,42 ± 4,89

991,65 + 43,01

1209.45 + 42,71

843.89 ± 6,32

515.05 ±7,21

585,10 ±44.58

1043,97 ±21,02

802.66 ±18,60

566,11 ±40,82

362.00 ± 10,85

Zn

12,77 ±0,14

20,94 ± 2.33

20,29 ±0,16

13,81 ±1.73

15.85 ±0,89

38,04 ± 3,51

16,26 ±1.93

32.15 ±2,48

38,22 ±5,11

24,62 ± 2,03

Pb

4,48 ± 0,39

6,11 ±1,17

4,84 ± 0,26

10,55 ±0,21

10,62 ±0.95

9.79 ± 0,38

6,75 ± 0,33

7,76 ± 0.46

5.45 ± 0,10

8,57 ±0,16

Ni

2.22 ± 0.46

3,56 ± 0,77

4.71 ± 0.80

6,46 ± 0,68

7.33 ± 0,43

3.73 ±0.11

3.37 ±1.25

5.59 ± 0,45

3,18 ±0,27

4,04 ± 0,84

Co

tr

tr

tr

tr

tr

tr

tr

tr

tr

tr

Cd

1,19±0.10

1,34 ±0,24

1,06 ±0,18

tr

1,20 ±0,04

1,09 ±0.19

1,23 ±0,02

1,09 ±0.22

1,36±0,19

tr

'^' Valores medios expresados en ng/g sobre materia seca ± SD, n = 3. tr = trazas. Cromo no detectado.

155

Page 171: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.23. Contenidos de metales en raices de Erica andevalensis ' ^ 2° muestreo.

Muestra

9

10

9

10

9

10

9

10

Zona

OD-B

OD-B

OD-C

OD-C

OD-D

OD-D

LOM

LOM

Cu

54,19 ±6,37

125,01 + 11,99

160,03 ± 12,42

81,34 ±2,70

149,09 ± 7,03

54,77 ± 5,91

27,06 ± 2,49

52,90 ± 6,06

Fe

380,40 ± 52,33

518,32 ±78,12

620,26 ± 70,31

443,38 ± 257,51

787,88 ± 27,79

367,71 ± 77,41

405,04 ± 60,24

743,14 ±84,28

Mn

597,98 ± 1,52

509,44 ±10,06

652,67 ± 29,32

639,21 ± 106,67

650,75 ± 36,84

824,07 ±61,11

430,08 ±17,02

463,10 ±76,00

Zn

41,03 ±6,88

97,26 ±11,78

52,26 ± 6,20

68,71± 14,39

50,98 ± 3,46

74,30 ±21,54

42,38 ± 2,94

61,97 ±7,15

Pb

8,46 ± 0,40

7,44+1,19

59,57 ± 7,24

10,97 ±0,53

62,13 ±2,39

21,09 ±2,72

7,22 ±1,06

13,53 ±1,53

Ni

5,01 ± 0,42

4,71 ± 0,72

4,19 ±0,03

5,81 ±1,04

3,57 ± 0,83

4,09 ± 0,44

tr

3,54 ± 0,39

Co

2,82 ± 0,01

3,49 ±0,16

2,84 ± 0,30

2,75 ± 0,52

2,38 ±0,01

2,99 ±0,23

tr

tr

Cd

1,10 ±0,22

2,13 ±0,46

1,62 ±0,06

1,38 ±0,26

1,19 ±0,00

1,73 ±0,22

tr

1,23 ±0,06

(a) Valores medios expresados en |ig/g sobre materia seca ± SD, n = 3. tr = trazas. Cromo no detectado.

156

Page 172: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.24. Contenidos de metales en hojas de plantas acompañantes (Nerium oleandei) ' ' 2" muestreo.

Muestra

0D-A1

0D-A2

0D-A3

0D-B1

0D-B2

0D-C1

0D-C2

0D-C3

0D-D1

0D-D2

0D-D3

LOM1

LOM2

L0M3

*•' Valores m

Cu

3,23 ± 0,02

4,74 ±0,14

4,98 ± 0,09

10,14 ±0,33

13,12 ±0,06

10,18 ±0,36

10,11 ±0,18

15,31 ±0,26

12,77 ± 0,36

20,11 ±2,04

37,91 ± 0,41

7,70 ± 0,31

6,63 ± 0,21

6,89 ±0,15

edlos expresado

Fe

164,03 ±9,19

112,07 ±4,86

114,15 ±0,25

186,66 ±4,82

256,35 ± 5,83

479,86 ±31,06

449,76 ± 7,51

238,25 ± 4,95

229,59 ±11,49

547,76 ±19,78

1073,41 ± 15,62

155,16 ±4,84

166,72 ±8,71

134,45 ±0,94

s en ng/g sobre mate

Mn

65,37 ± 2,87

76,56 ± 5,04

211,19± 1,08

73,27 ± 0,50

94,58 ± 8,84

85,10 ±4,89

47,42 ±1,73

99,65 ±1,11

62,77 ± 0,71

140,18± 1,12

112,53 ±2 ,08

49,04 ± 5, 02

115,33 ± 2 , 69

89,38 ±1,73

ría seca ± SD, n =

Zn

10,93 ±0.91

17,50 ±2,62

16,48 ±0,15

82,95 ± 0,57

36,88 ±2,10

87,08 ±1,42

40,75 ± 1,96

94,47 ±1,40

39,70 ±1,76

104,41 ±0,09

175,70 ±0,32

65,19 ±0,54

44,92 ± 4,80

29,09 ±1,58

3. tr = trazas. Cror

Pb

tr

5,63 ± 0,59

6,53 ±0,11

5,37 ± 0,20

6,91 ± 1,05

10,78 ±0,81

6,16 ±0,11

7,05 ± 0,55

9,34 ± 0,06

19,64 ±0,95

47,20 ± 0,35

8,01 ±0,13

5,21 ± 0,97

6,73 ± 0,07

no no detectado.

Ni

1.94 ±0,44

2,52 ± 0,29

2,49 ± 0,04

5,83 ± 0,47

4,79 ± 0,44

5,37 ±0,21

6,00 ± 0,34

5,36 ±0,12

4,74 ±0,13

4,87 ±0,51

6,40 ±0,11

4,24 ± 0,62

3,75 ±0,11

4,22 ±0,13

Co

2,53 ±0,51

tr

2,95 ±0,17

tr

2,71 ± 0,67

3,07 ± 0,44

2,84 ± 0,05

tr

tr

2,74 ± 0,39

2,43 ± 0,39

2,82 ± 0,41

tr

tr

Cd

1,18 ±0,14

1.18 ±0,04

1,40 ±0,20

1,20 ±0,14

1,20 ±0,11

2,78 ±0,41

2,05 ±0.19

2,60 ±0,17

2.69 ± 0,58

2,13 ±0,40

2,59 ± 0,26

2,04 ± 0,20

1,88 ±0,26

1,56 ±0,41

157

Page 173: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.25. Contenidos de metales pesados en hojas de Erica andevalensis Zona OD-B, 3^ muestreo.

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

6,52 ± 0,09

32,46 + 0,50

34,84 ± 3,64

19,58 + 0,90

7,11 ±1,19

7,81 ± 0,02

5,61 ±0,21

43,75 ±1,38

29,81 ±1,29

31,69+0,32

Fe

171,74 ±2,56

2395,34 ± 29,09

1759,66 ±73,03

1085,76 ±60,72

119,45 ±13,43

223,31 ± 9,91

234,54 ± 4,79

2583,84 ± 56,81

1690,07 ±39,90

3382,95 ±8,11

Mn

827,62 ±6,11

994,76 ± 40,53

1254,54 ±5,10

445,67 ± 0,37

898,34 ±25,19

874,86 ± 4,67

1019,94 ±18,84

765,95 ± 4,83

471,80± 11,11

534,82 ±15,57

Zn

38,14 ±1,93

57,03 ±5,40

104,12 ±1,17

56,70 ± 0,23

70,83 ± 2,67

35,43 ± 0,95

146,81 ±1,38

89,88 ± 0,60

87,57 ±2,11

109,22 ±2,82

Pb

11,61 ±0,46

23,73 ±1,13

20,08 ± 0,04

17,53 ±2,45

10,14 ±0,65

13,75 ±0,30

6,05 ±0,82

23,63 ± 1,92

12,71 ± 0,46

19,17 ±0,05

Ni

6,99 ± 0,76

6,86 ± 0,24

6,38 ± 0,60

5,05 ± 0,89

7,53 ±0,18

6,51 ±1,86

8,43 ±0,10

7,72 + 0,01

6,50 ± 0,02

3,51 ± 0,73

Co

3,02 ±0,16

3,44 ± 0,54

3,43 ± 0,47

3,79 ± 0,45

tr

3,43 ± 0,26

3,98 ± 0,48

4,24 ±0,11

4,68 ± 0,47

5,15 ±0,93

Cd

1,43 ±0,20

2,19 ±0,51

1,56 ±0,01

1,11 ±0,22

3,33 ±0,13

1,40 ±0,14

1,34 ±0,26

1,97 ±0,16

1,36 ±0,16

1,00 ±0,01

'^'Valores medios expresados en |.ig/g sobre materia seca ± SD, n = 3. tr = trazas. Cromo no detectado.

158

Page 174: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.26. Contenidos de metales pesados en hojas de Erica andevalensis * ' Zona OD-C, 3^ muestreo.

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

6,71 ± 0,33

45,1913,15

34,14 ±0,44

44,38 ± 0,27

50,00 ±1,56

3,94 ± 0,41

45,41 ± 2,52

56,33 ± 5,97

67,00 ± 2,31

7,37 ± 0,54

Fe

130,95 ± 29,26

3262,75 ± 64,74

2718,73 + 65,80

2403,44 ± 19,50

2436,34 ±156,93

106,30 ±6,68

2584,13 ±174,51

2711,74 ±111,31

3615,79 ±34,14

514,47 ± 16,87

Mn

693,12122,25

984,98 ± 5,31

941,50 ±34,46

1074,66 ±3,31

486,25 ± 7,06

1002,49 ±0,08

634,33 ± 14,34

501,47 ±9,31

1417,79 ±238,19

1215,75 ±1,88

Zn

23,61 ± 1,51

104,32 ± 0,99

67,48 ± 0,63

66,03 ± 0,80

41,12 ±3,92

20,32 ± 0,51

67,90 ± 0,49

48,23 ± 0,47

53,70 ± 3,68

16,98 ±1,55

Pb

4,96 ± 0,13

18,64 ±1,61

10,99 ±0,98

12,77 ± 0,42

18,20 ± 0,02

8,80 ± 0,46

15,27 ±2,64

17,18 ±0,04

25,50 ±1,51

7,68 ± 0,82

Ni

5,88 ±1.16

8,85 ± 0,81

9,43 ±0,14

6,23 ± 0,43

5,38 ± 0,52

5,91 ± 0,19

7,30 ±0,19

7,57 ± 0,28

8,08 ±1,10

4,96 ±0,17

Co

3,31 ± 0,48

3,95 ± 0.26

5,02 ± 0,73

tr

tr

2,73 ± 0,44

2,85 ±0,38

tr

4,281 0,66

4,65 ± 0,73

Cd

tr

1,26 ±0,01

1.41 ±0,18

tr

tr

tr

tr

1,26 ±0,05

1,11 ±0,22

1,28 ±0,01

'^' Valores medios expresados en ng/g sobre materia seca ± SD, n = 3. tr = trazas. Cromo no detectado.

159

Page 175: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.27. Contenidos de metales pesados en hojas de Erica andevalensis ' ' Zona OD-D, 3 ^ muestreo.

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

tr

tr

tr

6,37 ± 0,54

5,91 ± 0,30

8,42 ±0,15

8,86 ± 0,06

7,27 ± 0,49

4,72 ±0,21

6,43 ± 0,03

Fe

100,71 ±0,81

99,78 ± 5,54

85,68 ± 2,40

239,17 + 5,43

170,21 ±4,87

139,44 ±0,28

285,81 ± 6,91

171,79 ±3,12

102,11 ±7,36

165,48 ±6,99

Mn

1482,20 ±22,86

1259,64 ±8,81

848,10 ±14,29

386,46 ± 5,41

434,89 ± 3,08

959,86+ 1,37

786,74 ± 2,65

523,06 ± 2,89

1201,15 ±2,28

1102,59 ±21,22

Zn

17,80 ± 0,79

13,47 ±0,65

9,17±1,10

20,45 ± 0,72

65,37 ± 0,95

35,24 ± 2,85

22,47 ±1,18

47,41 ±0,14

10,96 ±0,45

27,57 ±0,88

Pb

7,75 ±1,44

6,89 ± 0,76

6,93 ±0,13

10,15 ±0,47

12,34 ± 1,58

10,48 ±0,36

14,40 ±0,33

12,32 ±0,37

7,61 ±1,28

10,13 ±1,07

Ni

8,67 ± 0,14

8,48 ±1,48

10,55 ±0,03

7,43 ± 0,34

6,68 ± 0,80

5,40 ± 0,40

7,91 ± 0,39

7,11 ±0,27

6,24 ± 0,66

8,88 ±0,13

Co

3,65 ± 0,03

2,98 ± 0,27

3,62 ±0,17

3,48 ±0,15

3,60 ± 0,76

4,29 ±0,71

2,85 ± 0,43

3,79 ± 0,02

4,11 ±0,65

3,07+0,19

Cd

1,37±0,20

1,73 ±0,25

tr

1,36 ±0,19

tr

1,27 ±0,01

1,74 ±0,21

1,26 ±0,01

tr

0,92 ± 0,06

'^' Valores medios expresados en ng/g sobre materia seca ± SD, n = 3. tr = trazas. Cromo no detectado.

160

Page 176: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.28. Contenidos de metales pesados en hojas de Erica andevalensis ' * Zona LOM, 3^ muestreo.

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

2,55 ± 0,07

3,46 ± 0,20

2,56 ± 0,02

2,67 ± 0,07

6,42 + 0,05

4,30 ± 0,05

5.58 ± 0,03

5,41 + 0,24

9,21 ± 0,60

3,77 ± 0,03

Fe

135,65+13,33

152,67114,79

61,63+5,28

105,45 + 3,10

337,95 ± 7,22

315,50135,23

152,4413,80

613,40126,60

436,43110,37

443,971 2,59

Mn

813,52 + 6,02

491,87 + 5,80

577,51 + 6,39

828,77 i 12,33

1093,42 1 4,80

524,691 3,82

1878,00118,88

425,11116,18

1080,05122,40

553.26 1 0,97

Zn

9,261 0,25

44,7312,17

19,3210,70

17,0411,89

64,3311,09

35,8011,13

90,57 1 0,92

40,1511,16

54,3213,15

16,3310,13

Pb

5,8910,97

5,061 0,36

8,9511,74

4,23 1 0,42

6,5710,18

4,92 1 0,05

12,72 1 2,26

18,1411,55

tr

13,81 1 1,66

Ni

4,64 1 0,80

6,1610,22

8,06 1 0,48

7,88 1 0,46

7,5311,09

2,92 1 0,25

6,201 0,03

5,56 1 0,91

2,1910,46

tr

Co

3,8310,10

3,96 1 0,51

2,94 1 0,52

tr

2,51 1 0,51

2,9210,19

2,79 1 0,45

4,1410,29

tr

tr

Cd

1,1110,20

tr

tr

1,2610,07

1,2510,03

1,0710,21

1,5510,01

1,4310,17

tr

tr

'^' Valores medios expresados en ¡ig/g sobre materia seca ± SD, n = 3. tr = trazas. Cromo no detectado.

161

Page 177: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.29. Contenidos de metales pesados en tallos de Erica a/icfeva/ens/s' ' Zona OD-B, 3^ muestreo.

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

15,41 ±0,47

38,27 ±0,16

70,92 ±8,17

44,05 ±3,12

29,33 ±2,40

23,80 ± 3,09

19,92 ±0,60

78,89 ± 0,63

47,84 ± 5,20

85,30 ±2,55

Fe

95,82 ±3,14

369,49 ± 6,55

528,09 ±97,16

385,97 ± 34,66

124,43 ±7,97

118,11 ±21,78

37,20 ± 12,58

632,59 ±81,33

495,62 ± 62,55

1464,41 ±71,64

Mn

356,27 ± 14,38

257,70 ± 6,31

414,59 ±4,53

186,75 ±1,56

283,31 ± 19,15

361,48 ±18,10

310,41 ± 12,84

254,62 ± 3,79

159,66 ±0,09

460,08 ±7,11

Zn

20,02 ±1,22

22,05 ±0,15

54,79 ± 0,50

36,52 ±2,12

38,30 ± 1,38

17,83 ±1,36

55,98 ±2,21

66,28 ± 1,76

52,63 ± 2,07

78,81 ± 3,94

Pb

9,09 ± 0,02

11,96 ±1,24

15,26 ±0,82

10,65 ±0,47

10,39 ±0,21

9,18 ±1,25

10,12 ±0,08

13,54 ±1,40

10,03 ±0,39

12,99 ±0,39

Ni

5,08 ± 0,52

5,07 ± 0,48

4,98 ±0,13

7,69 ± 0,80

5,41 ± 0,00

7,16 ±0,35

7,11 ±0,17

7,64 ± 0,32

5,61 ± 0,25

2,37 ±0,18

Co

tr

4,42 ± 0,91

4,20 ±0,11

4,58 ±0,19

2,70 ± 0,20

3,29 ± 0,04

3,79 ± 0,42

4,55 ± 0,02

3,11 ±0,35

5,00 ±1,07

Cd

2,00 ±0,17

2,43 ±0,38

1,40 ±0,18

1,18±0,01

0,85 ±0,00

1,57 + 0,13

1,42 ±0,21

2,06 ± 0,09

1,48 ±0,06

1,00 ±0,00

'^'Valores medios expresados en |.ig/g sobre materia seca ± SD, n = 3, tr = trazas. Cromo no detectado.

162

Page 178: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.30. Contenidos de metales pesados en tallos de Erica andev^ensis '^' Zona OD-C, 3^ muestreo.

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

14,30 ± 0,44

47,62 ± 3,88

77,48 ± 9,35

76,34 ± 0,48

64,93 ± 2,45

12,41 ± 0,26

49,36 ±1,50

51,79 + 0,26

56,51 ± 1,55

33,55 ± 0,56

Fe

70,59 ± 6,37

836,50 ± 45,03

1216,34 ±121,93

610,18 ±16,47

604,11 ±35,20

70,06 ± 3,59

370,63 ±13,59

411,02 + 52,90

636,82 ±15,67

258,30 ± 7,92

Mn

718,61 ± 15,45

479,40 ± 35,47

666,35 ± 143,75

557,63 ± 37,24

326,88 ±13,97

514,48 ± 33,24

352,97 ± 9,28

429,59 ±11,08

998,00 ± 3,34

878,41 ± 4,42

Zn

10,18 ±0,47

48,39 ± 3,22

37,62 ± 2,00

26,16 ±1,04

20,90 ±0,18

10,32 ±1,46

23,51 ± 0,79

19,51 ±2,31

27,30 ± 0,67

17,89 ±1,42

Pb

3,22 ± 0,84

5,40 ± 0,68

5,80 ±1,19

9,20 ± 0,06

9,88 ± 0,29

tr

7,78 ± 0,04

6,27 ± 0,71

6,79 ± 0,82

7,21 + 0,23

Ni

4,11 ±0,03

5,24 ± 0,47

5,26 ± 0,00

4,89 ± 0,03

4,99 ± 0,76

4,36 ± 0,40

3,27 ± 0,02

3,42 ± 0,05

4,43 ± 0,41

4,70 ± 0,30

Co

2,44 ±0,14

3,08 ± 0,45

3,41 ± 0,27

tr

2,72 ± 0,07

2,62 ± 0,42

tr

2,57 ± 0,44

3,39 ± 0,20

2,82 ± 0,08

Cd

1,68 ±0,32

1,08 ±0,22

1,57 ±0,26

tr

tr

tr

1,08 ±0.15

1,14 ±0,02

1,33 ±0,21

1,25 ±0,04

*'"'Valores medios expresados en ng/g sobre materia seca ± SD, n = 3. tr = trazas. Cromo no detectado.

163

Page 179: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.31. Contenidos de meitales pesados en tallos de Erica andevalensis ' ' Zona OD-D, 3^ nnuestreo.

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

17,39 ±1,06

16,08 + 3,31

7,52 ±0,16

17,38 ±0,97

6,97 ± 0,74

19,96 ±0,69

23,07 ± 0,29

20,25 ± 2,54

15,17 ±1,42

23,91± 0,69

Fe

66,01 ±11,85

110,44 ±21,42

31,93 ±3,25

64,57 ±13,05

32,89 ±2,31

45,66 ± 8,61

89,80 ± 2,77

44,39 ±1,32

121,53 ±12,86

173,06 ±12,43

Mn

788,16 ±21,55

913,18 ± 125,07

314,01±4,86

134,36 ±3,32

379,77 ± 25,69

376,53 ±3,13

603,14 ±27,58

406,20 ±19,71

1094,96 ±49,52

1562,98 ±12,88

Zn

11,75 ±0,92

19,30 ±6,65

5,36 ± 0,38

7,91 ± 0,26

9,93 ± 0,72

11,14±0,02

13,15 ±0,97

15,57 ±2,23

9,75 ±1,60

16,83 ±0,19

Pb

12,21 ±0,27

9,03 ± 1,84

6,96 ± 1,05

12,72 ±0,50

7,22 ± 0,39

9,29 ± 0,01

11,11 ±0,03

10,28 ± 1,91

8,26 ±1,22

8,71 ± 0,73

Ni

7,17 ±0,12

6,78 ±0,12

7,54 ±1,07

7,76 ± 0,04

3,86 ±0,16

3,56 ± 0,02

5,49 ± 0,32

3,77 ± 0,56

4,67 ± 0,36

6,79 ± 0,34

Co

3,51 ± 0,26

3,11 ±0,45

4,07 ± 0,95

2,95 ± 0,20

2,06 ±0,11

2,94 ± 0,22

2,88 ± 0,24

2,42 ± 0,48

3,32 ± 0,53

3,30 ± 0,46

Cd

1,52 ±0,41

1,13 ±0,02

1,31 ±0,25

0,93 ±0,00

tr

1,70 ±0,22

1,16 ±0,07

0,91 ± 0,02

1,20 ±0,04

1,33 ±0,19

' ' ' Valores medios expresados en |ig/g sobre materia seca ± SD, n = 3. tr = trazas. Cromo no detectado.

164

Page 180: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.32. Contenidos de metales pesados en tallos de Erica andevalensis '' ' Zona LOM, 3^ muestreo.

Muestra

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

Cu

6,10 ±0,16

17,32 ±1,99

22,17+1,73

12,53 ±0,13

22,88 ±1,74

31,14 ±4,30

18,80 ±3,26

18,06 ±3,16

24,51 ± 0,33

19,46 ±0,31

Fe

78,78 ±6,11

87,99 ±1,07

148,12 ±23,25

79.61 ± 1,61

176,63 ± 20,65

276,47 ± 48,49

125,74 ±19,68

145,23 ±3,27

216,46 ± 4,91

319,44 ± 9,71

Mn

387,12 ±15.02

442,49 ± 25,84

350,69 ±21,71

962,47 ± 10,44

558,01 ±89,18

407,18 ±10,89

1199,46 ±28,13

460,26 ± 12,92

830,08 ± 47,23

787,58 ± 3,68

Zn

5,06 ± 0,04

26,91 ± 4,73

34,02 ± 3,69

9,00 ± 0,68

32,38 ±2,19

51,22 ±3,20

68,54 ±8,16

41,72 ±3,84

45,75 ± 0,94

34,86 ±1,88

Pb

3,72 ± 0,66

tr

17,35 ±0,63

5,80 ±0,17

6,55 ± 0,94

3,35 ± 0,64

tr

tr

5,23 ±1,18

11,89±1,14

Ni

2,97 ± 0,02

4,90 ± 0,00

8,44 ± 0,82

2,13 ±0,34

6,72 ±1,17

4,37 ± 0,37

3,21 ± 0,04

2,73 ± 0,01

2,31 ±0,16

4,41 + 0,05

Co

tr

tr

3,54 ± 0,57

tr

4,42 ± 0,70

tr

2,92 ± 0,04

2,46 ± 0,40

2,88 ±0,21

tr

Cd

1,19±0,01

1,33 ±0,15

tr

tr

tr

1,05 ±0,15

1,17 ±0,02

0,82 ± 0,00

1,16 ±0,08

1,36 ±0,13

' Walores medios expresados en ng/g sobre materia seca ± SD, n = 3. tr = trazas. Cromo no detectado.

165

Page 181: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.33. Contenidos de metales pesados en raices de Erica andevalensis ''*' 3 - muestreo.

Fe

297,52 ± 8,38

562.01 ± 114,40

170,88 ±3,96

542,32 ± 49,06

353.02 ±47,11

545,46 ±110,17

95,40 ±0,19

215,45 ±15,91

Mn

253.77 ± 27,99

485,92 ± 33,33

847,84 ±9,12

773.09 ± 32,91

938.10 ±23,80

1116,90 ± 10,95

773,64 ±21,97

603.78 + 21,31

Zn

66,83 ±10,74

107,99 ±8,94

16,79 ±0,20

37,93±1,24

27,32+ 1,73

43,82 ± 3,58

39,69 ±2,81

41,20 ±2,05

Pb

11,00±1,91

16,53 ±0,69

3,69 ± 0,77

15,69±1,14

27,04 ± 0,43

117,80 ±12,41

8,67 ± 1,21

7,03 ± 0,58

Ni

5,13 ±0,06

7,36 ±0,14

4,15 ±0,54

5,48 ± 0,02

5,41 ± 0,00

5,79 ±0,21

2,46 ±0,31

3,01 ± 0,60

Co

3,88 ±0,20

4,06 ± 0,25

4,01 ±0,11

3,59 ±0,51

2,78 ±0,11

4,46 ± 0,00

tr

ir

Cd

1,80 ±0,11

1,95 ±0,23

tr

1,09 ±0,17

1,24 ±0,05

1,04 ±0,21

1,15 ±0,05

1,15±0,01

(a) Valores medios expresados en )ig/g sobre materia seca ± SD, n = 3. tr = trazas. Cromo no detectado.

166

Page 182: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.34. Contenidos de metales pesados en hojas de plantas acompañantes {Neríum oleandei) '^' 3 ^ muestreo.

Muestra

OD-A Ad 1

OD-A Ad 2

OD-A Ad 3

OD-B Ad 1

OD-B Ad 2

OD-C Ad 1

OD-C Ad 2

OD-C Ad 3

OD-D Ad 1

OD-D Ad 2

OD-D Ad 3

LOM 1 Ad 1

LOM 1 Ad 2

LOM 1 Ad 3

Cu

5,70 ±0,17

5,34 ± 0,33

4,86 ± 0,73

7,25 ±0,15

15,26 ±0,31

11,23 ±0,43

11,04 ±0,11

13,52 ±0.37

17,12 ±0,20

6,73 ± 0,33

17,85 ±0,21

6,89 ± 0,59

10,01 ±0,19

9,39 ±0,15

Fe

367,05 ± 22,21

141,05 ±3,21

118,44 ±10,79

90,23 ±13,57

74,45 ± 2,82

275,66 ± 12,96

351,74 ±6,08

510,16± 19,11

110,20 ±6,01

100,00 ±4,40

351,90 ±19,86

111,28 ±8,42

104,94 ±13,85

126,06 ±9,39

Mn

92,32 ±0,12

226,58 ± 12,72

96,80 ± 5,20

161,14 ±2,59

72,88 ± 0,72

379,65 ± 0,09

89,10 ±5,43

16,91 ±0,19

76,08 ± 0,44

60,90 ± 0,30

116,08 ±0,58

106,56 ±1,32

335,71 ± 70,27

374,23 ± 3,86

Zn

10,02 ±0,57

13,66 ±0,82

9,24 ± 0,78

75,60 ±1,12

119,13 ±0,56

116,17 ±12,02

54,29 ± 2,27

17,38 ±0,43

119,12 ±2,90

31,79±1,17

166,64 ± 8,38

31,54 ±0,61

86,60 ± 2,35

80,48 ± 0,79

Pb

tr

tr

4,38 ± 0,06

11,59 ±1,22

9,34 ± 0,08

9,74 ± 0,57

10,10 ±2,94

10,14 ±0,06

3,97 ±0,18

4,39 ± 0,95

15,51 ±0,49

4,29 ±0,90

tr

tr

Ni

3,85 ±0,19

3,46 ± 0,52

5,95 ± 0,81

8,09 ± 0,97

13,71 ±0,55

9,08 ± 0,41

4,29 ± 0,82

5,84 ± 0,22

10,41 ±0,65

2,81 ± 0,40

7,61 ± 0,41

3,83 ± 0,25

3,55 ± 0,36

5,70 ± 0,69

Co

tr

tr

tr

3,77 ± 0,27

4,83 ± 0,26

2,95 ± 0,49

3,22 ± 0,62

4,77 ± 0,39

tr

tr

tr

tr

tr

tr

Cd

1,23 ±0,01

tr

1,25 ±0,02

2,15 ±0,16

1,87 ±0,02

2,41 ± 0,09

1,38 ±0,20

1,23 ±0,05

1,98 ±0,09

1,41 ±0,20

1,24 ±0,03

0,92 ± 0,01

1,85 ±0,08

1,39 ±0,23

**'Valores medios expresados en ng/g sobre materia seca ± SO, n = S.tr = trazas.

167

Page 183: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.35a n=3

Metales pesados en aguas del rio Odiel (Huelva) '" contenidos expresados en ng /I '''contenidos expresados en mg /I. Valores nnedios ± SD

0 Si

3

E u <1) E •c D.

0

(0

a> 3 E o t3 C 3 O) O (0 o £

3

E o £

OD-A'"

OD-B ""

OD-C '"'

OD-D '^'

LOM'''

OD-A ^''

OD-B ''

OD-C ""'

OD-D '''

LOM '"'

OD-A'"'

OD-B '"'

OD-C

OD-D

LOM

^ Fe Mn Zn

14,50 ±0,35 136,88 ±36,24 23,50 ±1,77 21,13 ±1,94

43,48 ±2,38 76,6 ±11,86 51,68 ±0,34 77,88 ±0,75

29,16 ±6,41 20,57 ±6,6 28,28 ± 6,46 40,12 ±0,52

13,38 ±2,65 55,15 ±9,1 25,08 ± 3,88 27,80 ± 5,99

10,56 ±2,15 334,94 ±67,27 32,13 ±6,61 67,10 ±9,37

20,88 ±1,59 271,58 ±46,15 106,50 ±10,63 18,42 ±2,63

26,32 ±1,76 47,63 ±3,25 33,89 ± 2,06 38,70 ± 0,37

13,03 ±2,50 13,15 ±2,53 15,97 ±2,71 18,11 ±2,74

11,67 ±0,42 23,47 ±0,81 15,39 ±0,73 19,31 ± 0,63

8,66 ±1,86 14,71 ±2,17 16,55 ±0,49 33,04 ±0,14

37,50 ± 8,05 115,00 ± 1,30 41,67 ± 4,25 20,50 ± 0,00

34,61 ±1,88 145,32 ±0,24 50,81 ± 4,79 78,01x11,48

28,39 ±0,19 92,37 ±6,2 38,29 ±0,10 53,52 ±1,12

18,53 ±3,18 78,69 ±3,2 24,17 ±0,98 31,98 ±0,49

6,97 ±0,89 184,12 ±0,85 18,04 ±1,72 37,80 ±1,39

168

Page 184: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.3Sb. Metales pesados en aguas del río Odíel (Huelva) < ' Valores medios expresados en lg /i ± SD. n=3. nd = no detectado.

O

<0 Cl> 3

E 0)

E •c CL

O

3

E o c 3 O)

(0

O £ 4) 3

E

|2í

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

Pb

23,00 ± 2,83

158,75 ±28,28

106,56 ±5,75

543,13 ±66,96

336,88 ±22,10

30,75 ± 6,22

80,63 ± 3,54

60,94 ± 4,86

166,88 ± 5,56

296,25 ± 56,57

22,25 ±1,41

89,38 ± 16,78

74,06 ± 3,98

166,04 ± 18,46

133,96 ±46,58

Ni

14,63 ±0,53

861,56 ±239,97

613,44 ± 13,47

430,42 ± 63,95

275,00 ± 28,28

21,25 ±3,18

516,04 ±68,90

252,92 ± 55,65

225,21 ± 13,92

203,75 ± 34,92

7,63 ±1,70

697,29 ± 87,03

506,56 ±13,70

363,33 ± 42,65

164,79 ±27,26

Cr

nd

nd

nd

nd

13,13±2,15

1,38 ±0,18

26,56 ±1,33

24,58 ± 0,72

21,25 ±3,53

29,06 ± 2,21

2,63 ±0,88

30,00 ± 0,88

29,38 ± 2,65

25,83 ± 2,37

27,50 ± 0,00

Co

9,50 ± 2,83

1411,25 ±171,47

1121,88 ±188,27

628,44 ± 23,42

324,06 ±14,58

8,13 ±0,18

901,88 ±132,32

493.33 ±112,43

433,96 ± 32,73

199,38 ±1,77

7,75 ± 0,71

1265,00 ± 78,56

922.50 ± 3,54

665,63 ±41,82

202,08 ± 38,57

Cd

3,50 ± 0,00

369,38 ±16,79

252,92 ± 62,38

116,46 ±18,61

91,25 ±19,45

3,25 ± 0,35

233,75 ±15,00

101,04 ±16,04

98,96 ± 3,21

100,63 ±22,56

2,13 ±0,18

282,50 ±21,03

199,79 ±6,91

133,96 ±5,67

73,54 ± 5,67

169

Page 185: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6,36. Metales fácilmente extraíbles en los horizontes de suelo analizados (mg/kg suelo seco)

Muestra

OD-A

OD-A

OD-A

OD-B (a)

OD-B (b)

OD-B (b)

OD-C

OD-C

OD-D

LOM

Horiz.

1

2

3

1

1

2

1

2

1

1

Cu

0,32 ±0,03

0,33 ±0,04

0,31 ± 0,02

7,23 ±0,14

1,99 ±0,06

2,00 ±0,18

0,81 ±0,10

0,30 ±0,00

33,83 ±0,74

7,45 ± 0,44

Fe

0,37 ±0,11

0,19 ±0,06

tr

8,25 ± 0,59

tr

0,45 ± 0,06

tr

tr

1,08 ±0,29

4,29 ± 0,27

Mn

0,23 ± 0,03

0,38 ±0,01

22,96 ±1,38

38.44 ±1,41

2,87 ± 0,22

3,15 ±0,36

1,14 ±0,08

1,31 ±0,11

3,37 ± 0,02

2,36 ± 0,01

Zn

0,17 ±0,03

0,15 ±0,00

0,23 ± 0,03

10,78 ±0,16

2,79 ± 0,26

3,05 ±0,13

0,62 ± 0,06

0,45 ±0,10

8,08 ± 0,06

5,75 ±0,10

Pb

0,36 ± 0,05

tr

tr

0,39 ±0,01

tr

tr

tr

tr

0,80 ±0,11

0,36 ±0,06

Ni

0,33 ± 0,03

0,25 ± 0,00

0,18 ±0,02

0,50 ±0,00

0,23 ±0,03

0,22 ±0,03

0,13 ±0,02

0,07 ± 0,02

0,26 ± 0,04

0,14 ±0,03

Co

tr

tr

0,41± 0,03

0,69± 0,01

tr

tr

tr

tr

tr

tr

Cd

0,46 ± 0,03

0,48 ± 0,02

0,18 ±0,01

0,78 ± 0,02

tr

0,17 ±0,03

tr

0,13 ±0,03

0,21 ± 0,01

0,13 ±0,03

tr = trazas. Cromo no detectado

170

Page 186: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.37. Metales ligados a óxidos de Fe y Mn en los horizontes de suelo analizados (mg/kg suelo seco)

Muestra

OD-A

OD-A

OD-A

OD-B (a)

OD-B (b)

OD-B (b)

OD-C

OD-C

OD-D

LOM

horlz.

1

2

3

1

1

2

1

2

1

1

Cu

0,36 ± 0,08

0,60 ± 0,00

0,13 ±0,03

30,66 ± 3,83

18,11 ±0,40

17,39 ±1,08

22,27 ± 2,43

11,17±1,09

37,79 ± 3,82

8,22±0,10

Fe

1416,50 ±204,92

1997,18 ±61,72

599,93 ±7,19

5532,19 ± 397,29

1640,13 ±43,64

1900,81 ±72,31

1118,03 ±140,40

1014,66 ±72,87

5591,28 ±332,21

5110,98 ±326,48

Mn

357,82 ± 6,64

41,80 ±0,84

111,86 ±8,91

36,56 ± 0,41

126,49 ±10,18

333,07 ± 32,76

117,52 ±25,39

101,43 ±17,78

11,17 ±2,36

3,34 ± 0,31

Zn

2,19 ±0,25

2,22 ± 0,07

1,93 ±0,10

9,99 ± 0,36

10,36 ±0,23

6,54 ± 0,73

6,06 ± 0,03

4,24 ± 0,39

4,84 ± 0,39

7,45 ±0,11

Pb

0.93 ±0,13

0,76 ± 0,03

0,97 ± 0,02

9,82 ±1.59

7,36 ± 0,56

10,29 ±0,48

4,34 ± 0.59

6,63 ± 0,84

20,35 ±1.49

17,95 ±2,37

Ni

1,17 ±0,03

0,79 ± 0,00

0,68 ± 0,03

0,58 ± 0,05

0,74 ± 0,05

0,51 ± 0,01

0,39 ±0,05

0,43 ± 0,06

0,46 ± 0,06

0,44 ± 0,01

Cr

1,01 ±0,07

1,21 ±0,02

0,94 ± 0,01

1,07 ±0,07

0,80 ± 0,02

0,91 ± 0,06

0,81 ± 0,04

0,73 ±0,01

1,51 ±0,15

0,60 ± 0,04

Co

3,56 ± 0,24

2,50 ± 0,06

2.66 ± 0,30

0,75 ± 0,09

0.90 ± 0,06

0,61 ± 0,03

0,42 ± 0,02

0,30 ± 0,00

0,65 ± 0,05

0,55 ± 0.00

Cd

1.10 ±0,03

0.84 ± 0.01

0,84 ± 0,05

1,06 ±0,10

0,75 ± 0,05

0,79 ±0,10

0,66 ± 0,02

0,40 ± 0,00

0.78 ± 0,03

0,56 ± 0,03

171

Page 187: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.38. Metales ligados a materia orgánica en los liorizontes de suelo analizados (mg/kg suelo seco)

Muestra

OD-A

OD-A

OD-A

OD-B (a)

OD-B (b)

OD-B (b)

OD-C

OD-C

OD-D

LOM

horiz.

1

2

3

1

1

2

1

2

1

1

Cu

0,91 ±0,03

0,65 ±0,00

0,65 ±0,05

30,79 ±1,34

23,42 ±1,15

16,38 ±0,56

20,05 ± 0,57

12,69 ±0,34

52,75 ± 5,34

16,27 ±1,06

Fe

71,32± 16,19

79,14 ±13,94

45,16 ±6,53

97,67 ±14,85

121,40 ±23,69

57,01 ±15,03

20,90 ± 1,18

22,00 ± 5,26

341,72 ±33,69

214,72 ±17,88

Mn

58,08 ±12,77

10,41 ±0,10

14,89 ±1,28

351,23 ±92,79

54,07 ± 3,45

361,18 ±50,75

111,24 ±5,78

415,24 ±77,46

7,31 ±1,86

1,54 ±0,34

Zn

1,20 ±0,12

1,18±0,16

1,17 ±0,08

7,19 ±0,35

6,39 ± 0,25

3,47 ± 0,26

2,82 ± 0,62

1,48 ±0,09

3,95 ± 0,69

6,50 ± 0,37

Pb

0,71 ± 0,08

0,70 ±0,13

0,80 ±0,04

2,08 ± 0,03

3,15 ±0,06

3,09 ± 0,62

1,44 ±0,24

2,59 ±0,18

4,36 ±0,74

22,14 ±0,77

Ni

0,87 ± 0,08

0,67 ± 0,03

0,31 ± 0,03

0,26 ± 0,03

0,31 ±0,01

0,33 ± 0,03

0,19 ±0,00

0,25 ± 0,00

0,24 ± 0,05

0,07 ± 0,05

Cr

1,77 ± 0,24

2,28 ± 0,05

0,97 ± 0,06

1,21 ±0,12

0,50 ± 0,04

0,50 ± 0,00

0,34 ±0,01

0,36 ±0,03

1,79 ±0,24

1,14±0,05

Co

2,24 ± 0,25

1,57 ±0,08

0,89 ±0,15

0,40 ±0,05

0,49 ± 0,02

0,25 ±0,00

0,23 ±0,03

0,15 ±0,00

0,24 ±0,04

0,10 ±0,00

Cd

0,92 ±0,08

0,68 ±0,03

0,53 ± 0,07

0,30 ± 0,00

0,28 ± 0,06

0,25 ±0,05

0,15 ±0,00

0,15 ±0,00

0,32 ± 0,03

0,20 ±0,02

172

Page 188: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.39. Metales pseudototaies en los horizontes de suelo analizados. Cantidades referidas a peso de suelo seco

Muestra

OD-A

OD-A

OD-A

OD-B (a)

OD-B (b)

OD-B (b)

OD-C

OD-C

OD-D

LOM

horiz.

1

2

3

1

1

2

1

2

1

1

Cu (mg/kg)

21,78 ±4,39

17,77 ±1,22

14,09 ±1,82

653,53 ±13,04

127,73 ±14,63

134,25 ±8,18

156,31 ±4,76

159,88 ±10,34

451,62 ±17,02

244,47 ±2,17

Fe (mg/g)

18,86 ±0,51

20,47 ± 0,83

12,11 ±0,79

87,18 ±1.35

28,89 ±1,31

36,23 ± 3,36

37,76 ± 0,44

60,61 ± 6,32

63,39 ± 3,08

111,91 ±1,53

Mn (mg/kg)

493,74 ±11,46

276,29 ± 9,29

279,82 ± 22,28

2190,63 ±200,28

260,44 ± 27.24

831,63 ±108,35

400,25 ±14,01

722,82 ±171,79

179,93 ±15,52

47,93 ± 2,07

(mg/kg) 38,39 ± 2,24

40,27 ± 3,67

22,28 ±1,10

221,87 ±12,18

109,19 ±9,36

109,48 ±8,12

70,80 ±7,15

78,29 ±15,95

117,89 ±5,04

267,37 ± 4,64

Pb (mg/kg)

13,07 ±0,49

14,83 ± 0,44

11,82 ±1,08

468,55 ± 49,74

103,24 ±21,90

245,55 ± 37,87

146,63 ±2,12

332,10 ±37,54

465,97 ±19,55

539,88 ±17,10

Ni (mg/kg)

13,87 ±0,54

13,52 ±0,18

7,48 ±1,06

15,87 ±0,54

10,92 ±0,30

12,61 ± 0,96

14,69 ±0,16

16,93 ±1,90

19,38 ±0,12

12,10 ±0,27

Cr (mg/kg)

33,35 ±1,77

35,53 ±1,00

22,57 ±3,13

19,10 ±0,93

19,48 ±1,13

20,75 ± 1,47

19,92 ±3,70

18,94 ±3,17

31,48 ±1,29

14,08 ±1.12

Co (mg/kg)

15,56 ± 0,35

14,83 ±0,37

10,82 ±1,20

19,57 ±0,33

11,74 ±0.12

11,33 ±0,55

9,87 ± 0,28

14,90 ±1,66

15,70 ±0.58

20.75 ±0,19

Cd (mg/kg)

21,97 ±0,31

22,99 ± 0,85

14,35 ±1,54

28,34 ± 0,86

20.22 ±1,63

19,94 ±1.65

22,19 ±0,45

27,01 ±1.77

32,14 ±0.37

27,75 ± 0,87

173

Page 189: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

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Page 190: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.41. Parámetros físico-químicos generales en aguas del río Odiel (Huelva). ' ' Valor medio ± SD. n=3

o

O) 3

E

B •c a.

o

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1 0) F

Zona

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOlVl

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

Temperatura

del agua (°C)

26

26

29

24

25

18

18

16

19

24

10

10

9

10

12

Temperatura

ambiente (°C)

26

24

33

21

21

23

22

14

26

27

12

13

7

16

12

PH

8,39

2,87

2,89

2,83

2,76

6,50

3,45

3,51

3,39

3,33

6,50

2,92

2,91

2,81

2,96

Turbidez

(UNF)

4

9

<1

<1

<1

6

12

5

<1

<1

<1

16

2

<1

3

Conductividad

(^S/cm)

486,91

3648,14

2619,63

2971,26

6118,33

427,47

2474,47

1410,08

1983,21

4552,53

469, 84

2888,62

2566,70

2505,79

4663,02

Residuo seco '°'

(mg/l)

305,13 ±7,68

5602,16 ±70,96

3235,17 ±33,52

3173,67 ±23,17

10003,50 ±4,26

288,60 ±4,33

3540,67 ±32,41

1484,00 ±65,00

2106,50 ±34,71

6827,17 ±19,64

289,33 ±2,45

5290,83 ±16,58

4016,17 ±19,83

3335,17 ±34,56

8735,00 ±29,77

Acidez total

(mg CO2/I)

1,23

1457,91

616,80

504,66

1289,69

1,87

907,25

205,60

504,66

1682,21

4,38

1094,50

1066,94

788,04

1983,93

Dureza >"'

mg CaCOa/i

250 ±6

2210 ±50

1230 ±70

1800 ±40

5200 ±100

180 ±0

2900 ± 0

1350 ±50

1210±10

4090 ±10

224 ±0

3100 ±50

2160 ±60

1890 ±30

5150 ±50

175

Page 191: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.42. Principales aniones en aguas del río Odiel (Huelva). Valores medios ±SD. n=3

o

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Zona

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

Cloruros

(mg CI7I)

58,45 ±0

29,22 ±0

24,62 ±0,91

45,60 ±1,83

51,07 ±1,82

50,28 ±0

79,00 ±7,18

46,68 ±3,59

46,68 ±3,59

79,00 ±7,18

51,22 ±0,50

31,79 ±0,34

38,85 ±2,55

47,68 ±1,23

37,09 ±1,44

Bicarbonatos

(mg CO3 H7I)

212,52 ±2,34

-

-

-

-

170,00 ±2,10

-

-

-

-

176,78 ±2,20

-

-

-

-

Si

(mg/l)

10,60 ±0,65

21,05 ±0,80

20,40 ±0,05

14,05±0,15

42,25 ± 0,65

4,42 ±0,04

11,95±0,05

7,63 ±0,03

8,08 ±0,03

45,40 ±0,02

5,65 ±0,04

16,95 ±0,20

15,65 ±0,30

12,00 ±0,05

33,25 ±0,50

Sulfates

(mg 804^71)

47,48 ±1,23

4004,93 ±21,40

2286,56 ±6,59

2442,10 + 175,30

6940,48 ±32,10

69,71 ±7,82

2462,50 ±3,50

1086,00 ±13,00

1579,00 ±41,00

4830,50 ± 135,50

119,33 ±0,83

3335,50 ±35,50

2695,00 ±51,00

2207,00 ±29,00

5730,00 ±192,00

176

Page 192: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.43. Principales cationes en aguas del río Odiel (Huelva). Valores medios ± SD. n=3

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Zona

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

Ca Mg Na K

(mg/l) (mg/l) (mg/l) (mg/l)

52,00 ±0,35 287,86 ±0,79 27,90 ±1,55 10,95 ±0,60

150,10 ±31,02 490,60 ±68,76 30,67±5,97 2,69 ±0,80

126,25 ±0,83 231,88 ±3,22 31,1± 0,35 2,40 ±0,02

353,13 ±6,84 190,75 ±25,26 48,61 ±4,82 7,43 ±1,43

556,00 ±12,00 915,07 ±16,82 191,13 ±1,20 4,40 ±0,68

47,20 ±5,60 12,04 ±0 51,05 ±3,35 9,81 ± 0,88

380,00 ±3,00 561,70 ±86,50 22,45 ±1,25 2,28 ±0,18

48,00±24,00 295,20±26,40 25,51 ±6,11 3,15±0,14

84,00 ±4,00 237,60 ±2,40 25,02 ±6,20 3,54 ± 0,72

504,00 ±0 679,20 ±0 117,00 ±3 1,70 ±0,09

46,40 ±0 25,97 ±0 42,63 ±2,59 2,53 ±0,06

483,50 ±24,50 453,70 ±26,50 25,91 ± 3,05 1,66 ±0,17

177,20 ±0 412,08 ±10,21 23,37 ±3,01 1,54 ±0,30

196,00±2,50 336,00±8,50 23,23±2,76 3,11 ±0,28

568,00 ±8,00 895,2 ±16,10 141,06 ±23,87 2,66 ±0,49

177

Page 193: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.44. Parámetros indicativos de contaminación en aguas del

o

3 E O)

E CL

O

3 E o 73 C 3 O) 0)

o

0) 3 E 0)

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Zona

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

DQO '^' Oxígeno disuelto

{mgO./l) ^ ' " 9 ° ^ " )

5,76 ±0,39 8,37

4,02 ±0,43 5,58

3,59 ±0,39 2,58

14,14±1,27 0

11,82 ±0,04 1,44

6,33 ±0,15 6,03

4,04 ±0,42 2,83

3,25 ±0,23 4,36

5,46 ±1,34 0,996

6,57 ±0,33 1,94

6,70 ±0 12,24

7,59 ±0,40 6,39

3,72 ±0,17 5,92

18,58±0 0,12

21,25 ±0,16 4,27

río Odie! (Huelva).

Nitratos

{mg NOsVi)

1,56

10,70

1,05

1,00

0

4,51

19,27

5,42

9,57

7,19

5,13

8,20

2,15

2,33

27,88

'*'Valores medios ± SO.

Nitritos

(mg N027I)

0,1

0,05

0,05

0

0,05

0,24

0,22

0

0

0

0,21

0,06

0,06

0,08

0,05

n=3

Amonio

(mg NH4*/I)

0,09

0,03

0

0,02

0,70

0,24

0,05

0

0,03

0,43

0,14

0,10

0,03

0,03

0,73

Fosfaftos

(mg PO4/I)

0,26

0

0

0

0

0,32

0

0.03

0

0,02

0,33

0,04

0,03

0,02

0,04

178

Page 194: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Presentación de resultados

PERFIL OD-A (figura 6.1)

• información general sobre la zona de la muestra

Pendiente cóncava hada el lecho del río con topografía del terreno circundante plana

o casi plana (pendiente general del 2 al 6 %). Vegetación de gramíneas y encinas,

fonnando parte de un pastizal adehesado. Ganado de caballos y vacas cercano.

•ínfomnación general sobre el suelo

Suelo bien drenado (clase 4), ligeramente húmedo en el momento del muestreo. Pe-

dregosidad superficial escasa (dase 1)

• Influencia tiumana

Suelo utilizado para explotaciones ganaderas extensivas.

• Descripción de los horizontes

A.- O a 55 cm.

Color pardo grisáceo (10 YR 4/3) en húmedo y pardo ligeramente ama­rillento (10 YR 6/4) en seco. Pocas manchas, pequeñas y definidas. Textura franco-arenosa. Estructura moderada en bloques subangulares medios a finos. Muy friable. Materia orgánica abundante, bien incorpo­rada. Raíces finas, abundantes y medianas frecuentes. Límite inferior del horizonte neto, ondulado.

B.- 55 a 85 cm.

Color pardo (10 YR 4/4) en húmedo y pardo ligeramente amarillento (10 YR 6/4) en seco. Bandas de color rojo (10R 5/8). Textura franco-arenosa Estructura débil en bloques subangulares medianos. Muy fria­ble. Materia orgánica apredable, bien incorporada. Raíces medianas, escasas. Límite inferior del horizonte brusco, plano.

R.- 85 a 110 cm Capa de cantos redondeados. Límite inferior del horizonte neto, plano.

C- 110 a más de 140 cm. Color pardo amarillento(10 YR 4/6) en húmedo y pardo daro (10 YR 6/3) en seco. Estructura débil migajosa. Suelto. Materia orgánica inapredable. Sin raíces

179

Page 195: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Presentación de resultados

PERFIL OD-B (a) (figura 6.2)

• ¡nfoimación general sobre la zona de la muestra

Isla fluvial de forma aproximadamente elíptica y escasa altura (unos 20 cm) sobre la

superficie del río. Terreno circundante plano. Respecto a la vegetación, Erica andeva-

lensis aparece como especie exclusiva. Las especies más cercanas a 1-2 m. son Ne-

rium oleandery Cistus salvifolius. A unos 6 m. comienzan a apare<^r Quercus.

• Información general sobre el suelo

Suelo muy escasamente drenado (clase 0), a capacidad de campo en el momento del

muestreo. Pedregosidad superficial muy alta (dase 4), como consecuencia del mate­

rial aportado por el río.

• Influencia humana

El enclave está determinado por el aporte continuo de aguas contaminadas por sales y

metales por parte del río Odiel, que en épocas de crecida puede inundarlo

• Descripción de los horizontes

A.- O a 20 cm. Color pardo amarillento (10 YR 4,5/6) en húmedo y anaranjado (10 YR 6/8) en seco. Pocas manchas, pequeñas e indistintas. Textura arenosa. Sin estructura. Suelto. Materia orgánica abundante, poco incorporada. Raíces finas, frecuentes a muy frecuentes. Límite inferior del horizonte a humedad de saturación. Eflorescencias cercanas de color blanco, con abundantes sulfatos.

180

Page 196: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Presentación de resultados

PERFIL OD-B (b) (figura 6.3)

• Información general sobre la zona de la muestra

Orilla del rio, en la misma zona del anterior. Terreno circundante plano. Enea andeva-

lensis aparece como especie exclusiva. Las especies más cercanas a 1-2 m. son A/e-

ríum oleandery Cistus salvifoiius. A unos 6 m. comienzan a aparecer Querojs.

• Información general sobre el suelo

Suelo bien drenado (clase 4), ligeramente húmedo en el momento del muestreo. Pe-

dregosidad superficial apreciable (clase 2), con cantos rodados de cuarcita.

• Influencia humarm

Enclave determinado por el aporte continuo de aguas contaminadas por sales y meta­

les por parte del rio Odiel, que en épocas de crecida puede cubrírío

• Descripción de los horizontes

O a 75 cm. Color pardo amarillento (10 YR 5/4) en húmedo y en seco (10 YR 5/6) Pocas manchas. Textura arenosa. Sin estructura. Consistencia suelta a blanda. Materia orgánica escasa. Muy pocas raíces, muy finas. Límite inferior del horizonte neto, ondulado.

B.- 75 a l 10 cm. Color pardo amarillento (10 YR 5/6) en húmedo y pardo anaranjado (10 YR 5/8) en seco. Textura arenosa. Estructura débil en bloques suban-gulares finos. Muy friable. Materia orgánica inapreciable. Sin raíces.

181

Page 197: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Presentación de resultados

PERFIL OD-C (figura 6.4)

• Información general sobre la zona de la muestra

Orilla del río. Terreno circundante plano. Erica andevalensis aparece como especie

casi exclusiva, junto con una gramínea. Fuera del lecho del rio aparecen Eucaiyptus

globulus (introducida en plantaciones) y Nerium oleander

• Información general sobre el suelo

Suelo bien drenado (clase 4), ligeramente húmedo en el momento del muestreo. Pe-

dregosidad superficial apreciable (clase 2), con cantos rodados de cuarcita y frag­

mentos de pizarra.

• Influencia humana

Enclave determinado por el aporte continuo de aguas contaminadas por sales y meta­

les por parte del rio Odiel, debido a las explotaciones mineras, que en época de creci­

da puede cubrirte.

Descripción de los horizontes

A.- O a 20 cm. Color anaranjado (7,5 YR 6/8) en húmedo y pardo ligeramente amari­llento (10 YR 6/6) en seco. Sin manchas. Textura arenosa. Sin estructu­ra. Consistencia suelta. Materia orgánica escasa. Pocas raíces, finas. Límite inferior del horizonte difuso, plano.

AC- 20 a más de 65 cm. Color pardo anranjado (7,5 YR 5/8) en húmedo y pardo ligeramente amarillento (7,5 YR 6/6) en seco. Textura arenosa. Sin estructura. Con­sistencia suelta. Muchos fragmentos minerales (cuarcitas, pizarras). Materia orgánica inapreciable. Sin raíces.

182

Page 198: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Presentación de resultados

PERFIL OD-D (figura 6.5)

• Información general sobre la zona de la muestra

Pendiente cóncava hacia el lecho del río. Base de una acumulación de desechos mi­

neros. Terreno circundante hacia la mina de Sotiel-Coronada fuertemente socavado,

con acumuladones de viejos desedios de minería (pendiente 13-25 %); hacia el río,

casi plano. Respecto a la vegetación presente, Erica anc^\/alensis aparece como es­

pecie casi exclusiva, salvo alguna gramínea.

• Infomiacíón general sobre el suelo

Suelo moderadamente bien drenado (clase 3), ligeramente húmedo en el momento

del muestreo. Pedregosidad superficial muy alta, con piedras (cuarcitas, pizarras) que

ocupan más del 90 % de la superficie del suelo (dase 5)

• Inñuencia humana

Enclave muy alterado por la acumulación de desectios mineros y el aporte continuo de

aguas contaminadas por sales y metales por parte del río Odiel.

• Descripción de los horizontes

Ar.- O a 20 cm. Color pardo rojizo (7,5 YR 4/6) en húmedo y en seco (10 YR 6/6). For­mado esencialmente por fragmentos de pizanra con material interstidal fino. Raíces frecuentes, finas. Límite inferior del horizonte brusco, plano.

AC- 20 a más de 50 cm. Color pardo rojizo (7,5 YR 4/6) en húmedo y en seco (10 YR 6/6). Man­chas frecuentes (10-15 %) de color anaranjado oscuro (5 YR 5/8) con límite neto. Textura franca. Estructura débil, en bloques subangulares fi­nos Friable. Materia orgánica bien incorporada. Raíces medianas, frecuen­tes y pocas gruesas (de unos 25 mm de diámetro).

183

Page 199: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Presentación de resultados

PERFIL LOM

• información general sobre la zona de la muestra

Planicie junto a un arroyo, con terreno circundante ondulado, hacia las minas de El

Lomero (pendiente 2-8 %). Vegetación de Erica andevalensis en las zonas más bajas,

a 1-1,5 m otra especie de Erica (probablemente Erica australis) y Nerium oleander.

• información general sobre el suelo

Suelo escasamente drenado (clase 1), húmedo en el momento del muestreo. Pedre-

gosidad superficial escasa (dase 1)

• Influencia iiumana

Enclave muy alterado por aporte continuo de aguas contaminadas por sales y metales

por parte de la Rivera de la Pelada, procedente de las cercanas minas de Ei Lomero

• Descripción de los horizontes

A.- O a 25 cm. Color pardo amarillento (10 YR 4/6) en húmedo y anaranjado (10 YR 6/8) en seco. Sin manchas. Textura franca. Estructura débil, granular, mediana. Muy compactado. Materia orgánica escasa. Sin raices

B.- a partir de 25 cm. Similar al anterior, con más materiales gruesos, extremadamente firme.

En las páginas que siguen, buscando una mayor claridad de exposición, nom­

braremos a los horizontes de suelo con un número correlativo desde la superficie, pre­

cedido por el nombre del perfil. Así, tendremos los horizontes OD-A 1, 2 y 3; OD-B (a)

1; OD-B (b) 1 y 2; OD-C 1 y 2; OD-D 1 y LOM 1.

184

Page 200: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Presentación de resultados

Figura 6.1. Perfil OD-A

185

Page 201: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Presentación de resultados

Figura 6.2. Perfil OD-Ba

Figura 6.3, Perfil OD- Bb

186

Page 202: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Prescnracián de resuliados

Figura 6.4. Perfil OD-C

Figura 6.5. Perfil OD-D

ni,,..

1 ' '

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V

íS^

'I

. L

187

Page 203: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

l'resctuación de rcsuliados

Figura 6.6. Perfil LOM

r'!- ;•' -.f'v-^-t •"'•,.

wt-Wrw^f'L

Page 204: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.45. Parámetros generales y físico-químicos de ios iiorizontes anaiizados.

IVIuestra

OD-A

OD-A

OD-A

OD-B (a)

OD-B (b)

OD-B (b)

OD-C

OD-C

OD-D

LOM

Horizonte

1

2

3

1

1

2

1

2

1

1

Elementos gruesos

(%)

3,99

3,98

13,70

55,41

6,94

39,91

24,97

41,00

23.48

9,99

Limo (%)

14,3

13,3

0,3

11,9

0,3

0.3

0,3

0,3

16,3

19,9

Arena (%)

77,7

76,7

96,7

77,7

97,7

95,7

97,7

98,7

73,7

69,7

Arcilla (%)

8,0

10,0

3,0

10,4

2

4

2

1

10

10,4

p H '

6,9

7,2

7,3

3,2

3,9

3,8

4,4

4,2

3,4

2.8

Carbonatos totales

(%)

0

0.09

0.06

0

0

0

0

0

0

0

Conductividad " \xSlcm

600

570

600

5730

550

650

600

820

690

1670

Materia orgánica

(%)

0.41

0,41

0,10

0,83

0,16

0,16

0,19

0,06

0,85

0,84

Nitrógeno total (%)

0,04

0,03

0,03

0,08

0,04

0,03

0,03

0,02

0,05

0,09

Fósforo (mg / kg suelo)

7,4 (='

14(0

4,2 < '

0,4 ''

0,2 (")

0,4 <*

0,2 ''

0,4 ^'^

0,6 ^'^

0,6 (*

^- Relación 1/2,5 en agua ^.- Relación 1 /1 en agua ".- Método de Olsen ''.- Método de Bray

189

Page 205: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.46. Complejo de cambio de los horizontes analizados (meq/100 g suelo)

Muestra

OD-A

OD-A

OD-A

OD-B (a)

OD-B (b)

OD-B (b)

OD-C

OD-C

OD-D

LOM

Horizonte

1

2

3

1

1

2

1

2

i

1

CIC

11,9

12,2

4,5

7

4,7

4,9

4,2

3,1

10,6

11,2

K

0,05

0,08

0,08

0,42

0,05

0,04

0,04

0,04

f\ n Á

0,04

Na

0,30

0,43

0,33

0,92

0,35

0,26

0,39

0,39

0,30

0,32

Ca

8,28

8,48

3,69

5,19

0,70

0,30

0,50

0,50

0,50

0,80

Mg

3,24

3,62

1,94

3,46

0,25

0,20

0,23

0,28

0,33

1,05

S

11,9

12,6

6,0

10

1,3

0,8

1,2

1,2

1,2

2,2

V (%)

Saturado

Saturado

Saturado

Saturado

29

16

28

39

11

20

190

Page 206: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Tabla 6.47. Extracto de saturación de los suelos analizados (meq/l extracto)

OD-A

OD-A

OD-A

OD-B (a)

OD-B (b)

OD-B (b)

OD-C

OD-C

OD-D

LOM

Horizonte

1

2

3

1

1

2

1

2

1

1

Calcio

0,85

0,40

0,75

16,97

0,75

0,90

0,45

0,60

1,10

2,25

IViagnesio

1,09

0,31

0,68

55,51

0,69

0,80

0,46

0,58

0,86

5,76

Sodio

0,43

0,52

1,74

10,43

0.48

0,70

0,70

1,43

0,91

3,96

Potasio

0,05

0,08

0,10

2,25

0,15

0,13

0,08

0,10

0,10

0,15

Cloruros

0,87

0,92

1,13

11,62

0,38

0,48

0,36

0,68

0,77

0,87

Sulfatos

1,50

0,47

1,56

72,06

2,25

3,12

1,73

2,77

3,90

9,96

Carbonatos

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

Bicarbonatos

0

0

0

0

0

0

0

0

0

0

191

Page 207: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo
Page 208: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

CAPITULO 7

DISCUSIÓN DE RESULTADOS

Page 209: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo
Page 210: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

7.1.- PLANTEAMIENTO GENERAL

Tanto en la caracterización de parámetros como en la exposición de ios resulta­

dos, se lian expuesto en primer lugar los datos relativos a los metales pesados en

plantas por ser el objeto principal de este trabajo, pasando después a los correspon­

dientes a las aguas y los suelos del entorno. Sin embargo, en la discusión que a conti­

nuación presentaremos, vamos a comenzar por los parámetros de aguas y suelos, pues

el conocimiento de los factores ambientales tendrá que servimos de base para la co­

rrecta interpretación de los resultados obtenidos en el material vegetal.

En los gráficos de cada parámetro, la zona de muestreo correspondiente a las

minas de El tornero (LOM) se representa a continuación de las zonas de muestreo del

Odiel con finalidad comparativa, aunque no forme parte del curso del rio.

7.2.- AGUAS

7.2.1.- PARÁMETROS FÍSICaQUÍMICOS GENERALES

7.2.1.1.- TEMPERATURA AMBIENTE Y TEMPERATURA DEL AGUA

Las variaciones de temperatura ambiental dependen sobre todo de la altitud y

latitud de la zona considerada, la estación del año y la hora del día. En los puntos estu­

diados, sujetos a condiciones muy semejantes de latitud, y bastante similares de altitud,

el factor de mayor influencia es la época de muestreo (tabla 6.41, figura 7.1).

Así, las temperaturas del muestreo de julio oscilan entre 21 y 33 " C, las de mar­

zo, entre 14 y 27 °C, y las de noviembre, entre 7 y 16 °C. Las in-egularidades en el pa­

trón general se e)^lican por la hora de toma de la muestra: las muestras de OD-C se

tomaron en julio cerca de las 6 de la tarde, mientras que en marzo y noviembre estas

muestras iniciaron nuestra jomada, a las 9 de la mañana. Por otro lado, las muestras de

OD-D y LOM de julio se tomaron a primera hora de la mañana, y por eso las temperatu­

ras registradas quedan por debajo de las homologas de marzo.

El mismo patrón, aunque amortiguado por el mayor calor específico del agua, se

observa al considerar su temperatura (figura 7.2). Podemos concluir entonces que la

temperafejra del agua se mantiene más o menos constante a lo largo del curso.

195

Page 211: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.1. Temperatura del aire en ias zonas de muestreo del rio Odiel y minas de El Lomero (Huelva)

35-, 30 25

^ 15 10 5 0

Temperatura del aire

-- X * OD-A OD-B OD-C OD-D LOM

Zonas

marzo

—4 noviembre

Figura 7.2. Temperatura del agua en las zonas de muestreo del río Odiel y mi­nas de El Lomero (Huelva)

35 30 25 I 20 15 10 5 0

Temperatura del agua

-julk)

marzo

noviembre

OD-A OD-B OD-C OD-D LOM

Zonas

7.2.1.2.-PH

La observación de la figura 7.3 nos proporciona una primera orientación sobre

las características químicas del marco de nuestro estudio. El río Odiel, al atravesar las

primeras mineralizaciones del Cinturón Ibérico de Piritas {El Soldado, La Poderosa,

Concepción y San Platón) recibe aportes ácidos capaces de disminuir el valor numérico

del pH alrededor de 5 unidades, hasta llegar a valores cercanos a 3, que permanecen

prácticamente constantes a lo largo del curso del río (tabla 6.41). Este pH francamente

ácido va a desempeñar un importante papel en la solubilización de los metales presen­

tes en el entorno. El pH de OD-D parece reflejar nuevos aportes de cierta importancia,

que dan lugar al punto de mayor acidez de los estudiados en el río.

196

Page 212: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

El comportamiento del pH de las aguas de LOM, aunque no sometido a la diná­

mica de las aguas del Odiel, resulta similar al de los restantes.

Puede resultar interesante la comparación de los valores medidos en las aguas

del Odiel con los límites establecidos en la legislación para el agua potable (o los valo-

res guía, cuando no hay un límite establecido), y así tener una idea del orden de mag­

nitud de su 'taita de calidad". Respecto al pH, el rango admisible para un agua potable

oscila entre 6.5 y 8.5; la comparación de estos límites con el pH de nuestras aguas

queda recogida en la figura 7.4. Otros intervalos establecidos por la legislación en fun­

ción del uso previsto para las aguas se reflejan en la tabla 7.1. El apartado "Agua pota­

ble (Comunidad Europea)" se refiere a la Directiva 98/83/CE de 3 de noviembre de

1998, relativa a la calidad de las aguas destinadas a consumo humano, que hasta la

fecha (septiembre de 2001) no ha sido vertida a la legislación española.

Figura 7.3. Valores de pH del agua en las zonas de muestreo del río Odiel y mi­nas de El Lomero (Huelva)

8

6

4

2

0

^

• ^

OD-A

^ \ f

• s—

OD-B OD-C

Zonas

pH

—-• - -— - 1 - -

OD-D

• 1

—•—julio

marzo

-ú. noviembre

LOM

197

Page 213: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resallados

Tabla 7.1. Intervalos de pH del agua admisibles según los usos previstos

Uso

Vertido industrial a cauce fluvial

Baño

Apta para la vida de los moluscos

Apta para la vida piscícola

Consumo humano. Tipo Al*^'

Consumo humano. Tipo A2 '" ^

Consumo humano. Tipo A3 "^

Agua potable (Comunidad Europea)

pH min

5,5

6

7

6

6,5

5,5

"^T5^ 6,5

pH máx

9,5

9

9

9

8,5

9

9

9,5

Referencia

BOE, 1986

BOE, 1988

BOE. 1988

BOE, 1988

BOE, 1994

BOE. 1994

BOE, 1994

DOCE, 1998

* ' Necesita tratamiento físico simple y desinfección previo a su consumo '*" Necesita tratamiento físico nonnal, tratamiento químico y desinfección previo su consumo ^^^ Necesita tratamiento físico y químico intensivos, afino y desinfección previo a su consumo

Figura 7.4. Comparación de valores de pH en aguas del rio Odiel y minas de El Lomero con los límites (6,5-8,5) establecidos en la legislación española para las aguas potables

7.2.1.3.-TURBÍDEZ

El aporte de sustancias en el t ramo OD-A a OD-B queda reflejado en la turbidez

del agua en este punto, causada por la gran cantidad de partículas no sedimentables

recibidas. Estas sustancias en suspensión van disminuyendo a lo largo del curso (tabla

6.41), sin que el nuevo aporte que hennos indicado en OD-D parezca tener mucha in­

fluencia (figura 7.5)

198

Page 214: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.5. Valores de turbidez del agua en las zonas de muestreo del río Odiel y minas de El Lomero (Huelva).

14 12 + 10

O 6 4 2 + O

Turbidez

OD-A OD-B OD-C OD-D LOM

iulio marzo

-noviembre

7.2.1.4.- CONDUCTIVIDAD ELÉCTRICA Y RESIDUO SECO

La conductividad eléctrica y el residuo seco siguen un comportamiento similar,

tanto a lo largo del curso del río como en LOM (tabla 6.41, figuras 7.6 y 7.7), lo que in­

dica que a pH tan ácido encontramos disociadas la mayoría de las sustancias minerales

presentes en el agua, resultando la parte no disociada cuantitativamente poco impor­

tante. El aporte minera! entre OD-A y OD-B es tan intenso que, al contrario de lo que

suele ser habitual en los cursos de agua naturales, los valores de conductividad y resi­

duo seco descienden según la corriente avanza en su cauce: resulta más importante el

efecto de dilución de los aportes que los nuevos materiales incorporados por la co­

rriente.

El comportamiento similar de ambos parámetros permite definir una relación li­

neal entre ellos con un elevado coeficiente de correlación.

Conductividad = 568,793 + 0,536707 - Residuo seco r = 0,977032 (F^ = 95,46 %}

Los valores de conductividad y residuo seco en OD-D parecen confirmar la

existencia de nuevos aportes ácidos en este punto, pues se produce un ligero aumento

de conductividad y residuo seco, cuando la dinámica habitual hubiera sido una progre­

siva dilución del vertido ácido de OD-B y sus consecuencias a lo largo del curso del rio.

199

Page 215: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Respecto a la variación estacional, se observa que los valores de conductividad

son más elevados en el muestreo de julio, como corresponde a un menor caudal del

curso de agua, y por tanto a una mayor concentración de sales.

Figura 7.6. Valores de conductividad eléctrica a 20 "C del agua en las zonas de muestreo del río Odiel y minas de El Lomero (Huelva).

7000 I 6000 I 5000

I 3000 S 2000 I 1000

Conductividad a 20 "C

• -julio marzo

" noviembre

OD-A OD-B 0I3-C OD-D LOM

Figura 7.7. Valores de residuo seco del agua en las zonas de muestreo del río Odiel y minas de El Lomero (Huelva).

12000

1CXXX)

8000 \ o 6000

4000 +

2000

O

Residuo seco

OD-A OD-B OD-C OD-D LOM

Zonas

marzo noviembre

La conductividad de las aguas analizadas oscila entre los 427 |iS/cm de OD-A y

los 6118 de LOM, mientras que el residuo seco lo hace de los 288 mg/l a 10 g/l (sic).

La legislación española para aguas potables recoge un nivel guía de 400 fiS/cm para la

conductividad, y un nivel máximo de 1500 mg/l para el residuo seco. La comparación

gráfica entre ambos parámetros y los niveles citados se recoge en las figuras 7.8 y 7.9.

200

Page 216: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Otros niveles establecidos por la legislación en fundón del uso previsto para las aguas

se dan en la tabla 7.2.

Figura 7.8. Comparación de valores de conductividad eléctrica a 20 Ki: en aguas del río Odiel y minas de El Lomero con el nivel guia (400^S/cm ) establecido en la legislación española para las aguas potables. Unidades en {iS/cm.

Conductiviclad

OD-B -judo

marzo noviembre

-GUÍA

OD-D OD-C

Figura 7.9. Comparación de valores de residuo seco en aguas del rio Odiel y minas de El Lomero con el límite (1500 mg/l) establecido en la legislación española para las aguas potables. Unidades en mg/l.

Residuo seco

OD-A 8000.

OD-B -juKo

marzo

- noviembre

-MAX

OD-D OD-C

201

Page 217: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.2. Valores de conductividad del agua admisibles según los usos previstos

Uso

Consumo humano. Tipo A1*^'

Consumo liumano. Tipo Á2 ®'

Consumo humano. Tipo A3 ^'^^

Agua potable (Comunidad Europea) " '

Conductividad (j iS/cm)

1000

1000

1000

2500

Referencia

BOE, 1994

BOE, 1994

BOE, 1994

DOCE, 19981

''' "Necesita tratamiento físico simple y desinfección previo a su consumo '''' Necesita tratamiento físico normal, tratamiento químico y desinfección previo su consumo '" ^ Necesita tratamiento físico y químico intensivos, afino y desinfección previo a su consumo '' Nivel guía

7.2.1.5.- ACIDEZ TOTAL

Salvo en el primer punto de muestreo (OD-A, con 1,23 mg CO2 /I. Tabla 6.41) los

elevadísimos valores de acidez {de 500 a 1500 mg CO2/Í en el resto de ¡as zonas) están

originados no por la presencia de dióxido de carbono, sino por la reacción de los sulfa­

tes para formar ácido sulfúrico. La relación acidez-sulfaíos se pondrá de manifiesto en

la relación lineal existente entre ambos parámetros, que comentaremos posteriormente.

El comportamiento espacial de la acidez sigue en líneas generales el visto hasta ahora

(figura 7.10).

Este comportamiento puede resumirse como un brusco incremento en OD-B,

descenso en OD-C como consecuencia del efecto de dilución a lo largo del rio, y ligero

aumento en OD-D debido a la incorporación de nuevos aportes. No aparece sin embar­

go ningún patrón estacional. LOM presenta la mayor acidez por tener un mayor conte­

nido de sulfatos.

7.2.1.6.- DUREZA TOTAL

La dureza total, con un rango de 2540 a 5200 mg CaCOa/l (tabla 6.41) repite el

patrón espacial ya comentado (figura 7.11), aunque en este caso aparece más clara la

disminución a lo largo del cauce, que se explicaría como en los otros casos. La dureza

puede contribuir a la disminución de la toxicidad de los metales.

202

Page 218: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.10. Valores de acidez total del agua en las zonas de muestreo del río Odiel y minas de El Lomero (Huelva).

2500n

2000

§ 1500 O gi 1000

500

0-1

Acidez total

A

/ ^ ' " r " ^

—•—iuto —» marzo —*—noviembre

OD-A OD-B OCM; OD-D LOM

Zonas

Figura 7.11. Valores de dureza total del agua en las zonas de muestreo del río Odiel y minas de El Lomero (Huelva)

Dureza total

6000

5000

^4000

% 3000

£ 2000 -1-

1000

o

•0

OCJ-A OD-B OD-C OD-D LOM Zonas

-julb marro

-noviembre

La dureza es función det contenido de Ca y Mg, y en general presenta una ele­

vada correlación con la sílice (Catalán Lafuente y Catalán Alonso, 1987). La capacidad

de cada uno de estos factores para explicar la dureza del agua puede apreciarse al

comparar los coeficientes de determinación R^ para cada uno de los factores y sus

combinaciones

Tabla 7.3. Valores del coeficiente de determinación R para distintos modelos de regresión so­bre dureza, según la variable o variables explicativas consideradas.

Var. explicativas

R'' (%)

Ca

85,94

Mg

96,13

Si

73,88

Ca, Si

91,95

Ca, Mg

98,80

Mg, SI

96,13

Ca, Mg, Si

98,82

203

Page 219: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

De donde el mejor modelo predictor de la dureza se obtendría a partir de ios

datos de Ca, Wlg y Si, aunque la diferencia con el modelo que sólo emplea como varia­

bles explicativas de la dureza Ca y Mg es mínima.

7.2.2.- PRINCIPALES ANIONES

7.2.2.1.-CLORUROS

El contenido en cloruros es bastante uniforme, oscilando entre los 29 y los 79

mg C171. El patrón general presenta un comportamiento distinto al visto hasta ahora

(figura 7.12, tabla 6.42). Al no estar ligado a las mineralizaciones del Cinturón Ibérico de

Piritas, en general no existen oscilaciones muy pronunciadas a lo largo del curso del río,

y OD-A tiene unos contenidos similares (e incluso mayores) que los otros puntos. El

contenido relativamente elevado de OD-A, debe proceder de la meteorización de los

sedimentos marinos del devónico-carbonífero, sin que se pueda excluir un aporte pro­

cedente del ganado cercano.

La uniformidad citada tiene su mejor reflejo en el punto OD~D, que en los tres

muéstreos, espaciados a lo largo de 17 meses, muestra valores prác:ticamente iguales.

El valor anormal de OD-B en marzo debe corresponder a un vertido puntual.

El coeficiente de correlación entre contenido de cloruros y a>nductividad eléctri­

ca es r = -0,033, con lo que la influencia de aquellos en el aporte salino de las aguas

estudiadas es mínima; todo lo contrario a lo que ocurre con los sulfsiíos, como veremos

enseguida.

La cantidad de cloruro en aguas suele oscilar entre los 10 y los 30 mg/l, (Pérez

López y Espigares García, 1995) proporcionando la legislación un nivel guía de 25 mg/l.

La comparación de nuestros datos con el nivel guía se presenta en la figura 7.13. Los

niveles de cloruros admisibles para otros usos del agua se recogen en la tabla 7.4.

204

Page 220: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resullados

Figura 7.12. Contenido de cloruros en aguas de las zonas de maestreo del rio Odiel y minas de El tornero (Huelva)

Cloruros

250

200

i 150

50

O

-juSo marzo

- noviembre

OD-A OD-B OD-C OD-D LOM

Zonas

Figura 7.13. Comparación del contenido en cloruros en aguas del río Odiel y mi­nas de El Lomero con el nivel guía (25 mg/1) establecido en la legislación espa­ñola para las aguas potables. Unidades en mg/l

Cloruros

LOM OD-B jubo marzo

-noviembre -GUÍA

OD-D OD-C

205

Page 221: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabia 7.4. Valores de contenidos má)amos admisibles de cloairos en agua según los usos previstos

Uso

Vertido industrial a cauce fluvial

Consumo humano. Tipo A1'^'

Consumo humano. Tipo A2 ^°'

Consumo humano. Tipo A3 ^°'

Agua potable (Comunidad Europea)

Cloruros fmg/f)

2000

200

200

200

250 • — . — — —

Referencia 1

BOE, 1986

BOE, 1994

BOE, 1994

BOE, 1994

DOCE, 1998

* ' Necesita tratamiento físico simple y desinfección previo a su consumo '' ' Necesita tratamiento físico normal, tratamiento químico y desinfección presvio su consumo ''' Necesita tratamiento físico y químico intensivos, afino y desinfección previo a su consumo

7.2.2.2.- BICARBONATOS

Los valores de pH presentes en el agua limitan la aparición del ion bicarbonato a

OD-A (tabla 6.42). El muestreo de julio presenta una mayor concentración del ion, que

se relaciona con un pH más alcalino del agua. Esta mayor concentración la atribuimos,

como en otros casos, a la disminución de caudal como consecuencia del estiaje.

7.2.2.3.- SÍLICE

Los contenidos de sílice oscilan entre los 4,42 y 45,50 mg/1 (tabla 6.42). Dado

que la temperatura acelera el ataque a los silicatos, favoreciendo su disolución (Catalán

Lafuente y Catalán Alonso, 1987), en julio se dan los valores más altos (figura 7.14). De

hecho, la anomalía que parece observarse en LOM tiene su reflejo exacto en la anoma­

lía de la temperatura del agua (figura 7.2), ya comentada.

7.2.2.4.- SULFATOS

El comportamiento de ios sulfates se ajusta con exactitud a lo que hemos veni­

do llamando "patrón general" (tabla 6.42): gran aumento de OD-A a OD-B como conse­

cuencia del paso del río por los depósitos minerales del Cinturón Ibérico de Piritas y

Formación Manganesífera, disminución de OD-B a OD-C debido a de la dilución de

estos aportes a lo largo del curso del río, y nuevo aumento en OD-D por los nuevos

aportes recibidos en las inmediaciones de la mina de Sotiel-Coronada (figura 7.15). Los

contenidos de LOM superan ampliamente a los registrados en el curso del Odiel.

206

Page 222: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.14. Contenido de sílice en aguas de las zonas de muestreo del río Odí-el y minas de El Lomero (Huetva)

50^

40

I" = 20 "

10

0

Si

P U

OD-A OD-B OD-C OD-D LOM

Zonas

—•—juSo

marzo

—4— noviembre

Figura 7.15. Contenido de sutfatos en aguas de las zonas de muestreo del rio Odie! y minas de El Lomero (Huelva)

Sulfates

8000

6000

4000

2000

0 — • 1 1 1 1 — OD-A OE)-B OD-C OD-D LOM

Zona»

juKo marzo

- noviembre

Es de destacar las enormes diferencias entre el minimo de 47,48 mg SO/Vt, que

se registra, como en otros casos, en OD-A, y el máximo, 150 veces mayor, que se re­

gistra en LOM (6940,48 mg SO/VI). En general, las concentraciones de sulfatos pre­

sentes son elevadtsimas, y tienen su origen en la oxidación de tos sulfuros constitu­

yentes de las masas minerales que atraviesa el Odie! en su curso. La elevada cantidad

de sulfatos en estas aguas hace que muclias de sus propiedades estén controladas por

la concentración de aquellos. Para el estudio de estas propiedades comenzamos plan­

teando la correlación lineal entre sulfatos y los otros 27 parámetros analizados (metales

incluidos). Las con'elaciones más elevadas son las siguientes.

207

Page 223: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Con residuo seco

Con conductividad

Con dureza total

Con acidez total

r= 0,9969

r= 0,9895

r= 0,9577

r= 0,9063

p = 0,0

P = 0,0

p = 0,0

p = 0,0

El predominio absoluto de los sulfates sobre otras posibles sales, hace que sean

los principales responsables del elevadísimo residuo seco (figura 7.16) y conductividad

de nuestras aguas. La acidez de las aguas, como ya comentamos, está ligada a la pre­

sencia de ácido sulfúrico.

Figura 7.16. Recta de regresión de residuo seco frente a sulfates en las zonas de muestreo del rio Odiel y minas de El Lomero (Huelva)

(X1000) 12

10

8 8 <!> (A

O 6 13

• D 'w A

2

0

1 • 1 1

-

• ~ l . , .

0

a

1 . , , 1 , , ,

2 4

SO4'-

-

-

5 8 (X10 00)

Residuo seco = 44,8206 + 1,44493 • sulfátos

Todos los sulfatos presentes en las aguas están en forma de sales alcalinas y

alcalinotérreas (Catalán Lafuente y Catalán Alonso, 1987). Dentro de estos, los sulfatos

de calcio y magnesio contribuyen a la dureza del agua, y deben ser ios predominantes

en nuestras aguas, de ahí su elevada correlación con la dureza total. Puede ser intere­

sante entonces considerar su relación con el contenido de sulfatos, obteniéndose los

siguientes coeficientes de correlación y rectas de regresión.

208

Page 224: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Con W!g r= 0,9501 p = 0,0

Sulfatas = 59,9177 + 6,75334 Mg

ConCa r= 0,8996 p = 0,0

Sulfatas = 294,699 + 9,345 Ca

Relaciones que pasaremos a comentar junto con ei resto de los aspectos que

atañen a los principales cationes presentes en estas aguas. Mediante la comparación

gráfica de su contenido en sulfates con el establecido por la legislación para el agua

potable (figura 7.17) vemos hasta que punto los valores de OD-B y, sobre todo, LOM,

se encuentran "fuera de escala".

Figura 7.17. Comparación del contenido en sulfates en aguas del río Odiel y mi­nas de Ei Lomero con el máximo (250 mg SO/VI) establecido en la legislación española para las aguas potables. Unidades en mg/l.

Sulfates

OD-A 3000,00/

DD-B —O—juno —™—marzo —&—noviembre

OD-D OD-C

La tabla 7.5 recoge otros posibles usos del agua, que coinciden con el valor

mite establecido para el agua potable, de 250 mg 804^71.

209

Page 225: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.5. Valores de contenidos máximos de sulfatos en agua admisibles según los usos previstos

Uso

Vertido Industrial a cauce fluvial

Consumo humano. Tipo A1^^'

Consumo humano. Tipo A2 ^°'

Consumo humano. Tipo A3 ^'^^

Agua potable (Comunidad Europea)

Sulfatos (mg/l)

2000

250

250

250

250

Referencia

BOE,1986

BOE, 1994

BOE, 1994

BOE, 1994

DOCE, 1998

'^' Necesita tratamiento físico simple y desinfección previo a su consumo ^^ Necesita tratamiento físico normal, tratamiento químico y desinfección previo su consumo " Necesita tratamiento físico y químico Intensivos, afino y desinfección previo a su consumo

7.2.3.- PRINCIPALES CATIONES

7.2.3.1.- CALCIO / MAGNESIO

El calcio suele ser el catión más abundante en las aguas, salvo "raras excepcio­

nes" (Catalán) conno la que aquí nos ocupa (tabla 6.43), en ia que el magnesio es el

catión mayoritario. La presencia de MgS04 asociado a los yacimientos de sulfatos me­

tálicos y su gran solubilidad hace que pase en gran cantidad al cauce, lo que es cohe­

rente con la alta correlación entre magnesio y sulfatos. Sin embargo el sulfato de calcio,

menos soluble, pasa con mayor dificultad al agua.

La evolución de los parámetros en las distintas zonas y épocas de muestreo se

recoge en las figuras 7.18 y 7.19. El patrón estacional aparece poco claro, pero parece

existir cierta tendencia (sobre todo en el caso del Mg) a un mayor contenido en el

muestreo de noviembre, lo que se justificaría, como en otros casos, por el efecto de

arrastre de las lluvias.

La incorporación de los aportes de OD-D al curso del río presenta tendencias

contrapuestas que cabe atribuir a ligeras diferencias litológicas: en OD-D el aporte de

sulfato magnésico debe ser menor, y se produce un descenso de la cantidad de mag­

nesio respecto a OD-C. Por el contrario, el aporte de calcio es mayor, y el contenido

total sube respecto a OD-C. Así, la dureza de OD-D debe ser sobre todo debida al cal­

cio. La comparación de nuestros datos con el nivel guía de calcio y el máximo legislado

para el magnesio se presenta en las figuras 7.20 y 7.21.

210

Page 226: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.18. Contenido de calcio en aguas de las zonas de muestreo del rio Odie! y mi­nas de El Lomero (Huelva)

1000 1 BOO

| . 600 t 400

200 0 -

Ca

.Av-* -' OD-AOD-B OD- 00- LOM

C D

Zonas

• julio —« marzo —*~ noviembre

Figura 7.19. Contenido de magnesio en aguas de las zonas de muestreo del río Odie! y minas de El Lomero (Huelva)

Mg

1000

800

600

400

200

O

^ ^

-julio

marzo -noviembre

OD-A OD-B OD-C OOD LOM

Zonas

7.2.3.2.- SODIO

El contenido de sodio (que en el río Odiel varía entre los 23,23 y los 51,5 mg/l,

tabla 6.43) es tan bajo que estaría comprendido en los límites establecidos para el agua

potable. Este contenido permanece relativamente estable en el Odiel y alcanza valores

más elevados en LOM, según hemos venido observando en los diversos parámetros

analizados (figura 7.22). La ligera disminución a lo largo del curso del río indica la esca­

sez de sodio del terreno, de manera que la cantidad de elemento presente {que en OD-

A puede deberse a los aportes del ganado) se va diluyendo conforme avanzamos hacia

su desembocadura. La correlación entre cloruros y sodio es muy baja (r = 0,1710) con

211

Page 227: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

lo que la presencia de cloruro sódico delDe ser cuantitativamente poco importante. Las

correlaciones más altas sodio-aniones son:

Sodio- sílice

Sodio-sulfatos

r= 0,8331

r= 0,7740

Figura 7.20. Comparación del contenido en caldo en aguas del rio Odiel y mi­nas de El Lomero con el nivel guía (100) establecido en la legislación española para las aguas potables. Unidades en mg/l.

Ca

OD-A 400,00

OD-D

)D-B juin marzo noviembre GUÍA

OD-C

Figura 7.21. Comparación del contenido en magnesio en aguas del río Odiel y minas de El Lomero con el máximo (50) establecido en la legislación española para las aguas potables. Unidades en mg/l.

Mg

OQ-A 400,00/

ÍOO^O.

OD-D

)D'B julio marzo

-rwviembre 'MAX

212

Page 228: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Respecto a la variación estacional, en general los contenidos son mayores en

verano debido a la disminución del caudal, efecto que resulta más intenso en LOM.

Como en otros parámetros estudiados, presentamos la comparación gráfica entre los

valores de sodio en nuestras muestras y los establecidos en la legislación española

para el agua potable (figura 7.23), así como otros niveles máximos de sodio en función

del uso previsto del agua (tabla 7.6).

Figura 7.22. Contenido de sodio en aguas de las zonas de muestreo del rio Odiel y minas de El Lomero (Huelva)

250

200 ^ 150

= 100

50

O

Na

1 - ^

-•—julio ci marzo

-A— noviembre

OD-A OD-B OD-C OD-D LOM Zonas

Figura 7.23. Comparación del contenido en sodio en aguas del río Odiel y minas de El Lomero con el máximo (150) establecido en la legislación española para las aguas potables. Unidades en mg/l.

LOM

Na

OD-D

OD-B -•—julo ' marzo

-ée— noviembre -W—MAX

OO-C

213

Page 229: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.6. Valores de contenidos máximos de sodio en agua (mg/1) admisibles según los usos previstos

Uso

Agua potable (Comunidad Europea)

Sodio (mg/l)

200

Referencia

DOCE, 1998

7.2.3.3.- POTASIO

Como suele ser habitual, el contenido en potasio en aguas es inferior al de so­

dio. En nuestras muestras permanece por debajo de los 5 mg/l considerado como limite

más habitual de las aguas, salvo 3 casos que pasamos a comentar (tabla 6.43, figura

7.24)

Llama la atención en primer lugar los valores de OD-A en los muéstreos de pri­

mavera y verano, (9,81 y 10,95 mg K /I respectivamente) que constituyen los máximos

observados en el curso del Odiel, e incluso en El Lomero. Este comportamiento debe

corresponder al lavado de los fertilizantes aportados en la zona en la zona de huerta

situada unos 500 m río arriba o al aporte del ganado ya comentado. Posteriormente

volveremos sobre esta hipótesis.

Figura 7.24. Contenido de potasio en aguas de las zonas de muestreo del río Odiel y minas de El Lomero (Huelva)

12 n

10 ~

8

1 el 2 0

K

\ ^ .

OD-A OD-B OD-C OD-D

Zonas

. - A

LOM

—•—julio

•" marzo

—*— noviembre

Una segunda anomalía es la que parece producirse en OD-D durante el mues­

treo de julio. Sin embargo, este comportamiento es coherente con la evolución del con­

tenido de potasio en este punto según los datos del Ministerio de Medio Ambiente (anti-

214

Page 230: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

guo MOPU): aumento en julio, agosto o septiembre, descenso con las lluvias de otoño y

mínimo hacia el mes de enero (figura 7.25)

Figura 7.25. Contenido de potasio en aguas del río Odiel en la estadón de aforo de Sotiel Coro­nada. Datos de ia Confederación Hidrográfica del Guadiana-Ministerio de Medio Ambiente. Inter­valos sin trazo corresponden a ausencia de datos de origen.

Sotiel-Coronacia

-T 1 r

/////////////A//// Kmg/i

Así, debe haber un vertido más o menos constante de sales de potasio al Odiel

como consecuencia de la actividad minera, que se manifiesta con concentraciones más

elevadas en verano al reducirse el caudal.

En relación con estos datos, anotamos la existencia de un registro extraordina­

riamente elevado de 134,80 mg M en septiembre de 2000, que no hemos incluido, para

evitar que el gran aumento del rango de la escala haga inapreciables en el gráfico las

variaciones comentadas.

La comparación de los niveles de potasio en nuestras aguas con los legislados

para el agua potable se recoge en la figura 7.26.

215

Page 231: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.26. Comparación del contenido en potasio en aguas del río Odie! y mi­nas de El Lomero con el máximo (12 mg/l) establecido en la legislación española para las aguas potables. Unidades en mg/i

LOM OD-B -julk)

marzo

- noviembre

-MAX

OD-D OD-C

7.2.4.- PARÁMETROS INDICATIVOS DE CONTAMINACIÓN

7.2.4.1.- DEMANDA QUÍMICA DE OXÍGENO / OXÍGENO DISUELTO

El oxígeno disuelto evidentemente no es un parámetro de contaminación de

aguas, pero revela aspectos de su calidad (ausencia de procesos anaerobios). La ma­

yor temperatura del agua disminuye la solubilidad del oxigeno, además de aumentar su

consumo por la aceleración de los procesos biológicos; la temperatura es pues la res­

ponsable de los mayores contenidos en el muestreo de noviembre (tabla 6.44, figura

7.27).

Los contenidos de oxigeno disuelto en OD-A son muy altos, alcanzándose valo­

res de saturación en los muéstreos de julio y noviembre, lo que refrenda la buena cali­

dad de las aguas de OD-A. De hecho, en el muestreo de julio pudimos observar un río

de intensa vida a pesar de lo somero de las aguas.

216

Page 232: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resulladat

Figura 7.27. Contenido de oxígeno disuelto en aguas de las zonas de muestreo del río Odiel y minas de El Lomero (Huelva)

14 1 12 10

- 8 1 6.

4 2 0

Oxigeno dísuelto

^ ^ ^ ^ ^ :' * OD-A OD-B OD-C 00-D LOM

Zonas

• ¡ufo —• marzo —*—noviembre

Como hemos visto en otros parámetros, de OD-A a OD-B se produce una inten­

sa degradación, que podemos apreciar significativamente en la figura 7.27, por cuanto

las temperaturas del agua en OD-A y OD-B son las mismas en los tres muéstreos. Por

el contrario, las variaciones entre OD~B y OD-C sí se pueden explicar simplemente por

el efecto de la temperatura.

La caída más llamativa de la cantidad de oxigeno disuefto se produce en el paso

de OD-C a OD-D, donde se alcanzan los valores mínimos (O en el primer muestreo).

Relacionada con la cantidad de oxígeno disuelto, la demanda química de oxigeno

(DQO, tabla 6.43) convencionalmente se utilizaba como indicador de la materia orgáni­

ca presente, aunque actualmente se considera de fomna más general, como señal de la

presencia de varias sustancias reductoras. Desde este punto de vista, podemos obser­

var que la caída del oxígeno dísuelto en OD-D se corresponde con un brusco aumento

de sustancias reductoras, sobre todo en noviembre (figura 7.28)

217

Page 233: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultadas

Figura 7.28. Demanda Química de Oxígeno en aguas de ias zonas de muestreo del río Odiel y minas de E! Lomera (Huelva)

DQO

25

20 ^ s: 15

S 10

5 -I

O

-julio marzo noviembre

OD-A OD-B OD-C OD-D LOM

Zonas

El oxígeno disuelto a la altura de OD-D det>e consumirse en la oxidación de

parte de estas sustancias (probablemente sulfuros). Una situación similar encontramos

en LOM, donde, si bien el contenido en oxígeno disuelto es mayor, la DQO sigue un

patrón similar.

La comparación de los niveles de DQO en nuestras aguas con el nivel estable­

cido por la legislación para aguas potables (5 mg O2/I) puede verse en la figura 7.29;

otros niveles legislados en función del uso de las aguas, en la tabla 7.7.

Figura 7.29. Comparación de la Demanda Química de Oxígeno en aguas del río Odie! y minas de El Lomero con el máximo (5 mg O2/I) establecido en la legisla­ción española para las aguas potables. Unidades en mg O2/I.

DQO

LOM OD-B -julio marzo

- noviembre -MAX

218

Page 234: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.7. Demanda Química de Oxigeno admisible según ios usos previstos del agua

Uso

Vertido Industrial a cauce fluvial

Vertido urtiano a cauce fluvial

Baño

Apta para la vida piscícola

Consumo humano. Tipo Al '^ '

Consumo humano. Tipo A2 *°'

Consumo humano. Tipo A3 ^°'

Agua potable (Comunidad Europea)

DQO (mg OJ\)

160-500^^'

125

-

-

-

-

30

5

Referencia

BOE, 1986

BOE, 1996

-

-

BOE. 1994

BOE. 1994

BOE, 1994

DOCE, 1998

'^' Según e! tipo de industria ''''Necesita tratamiento físico simple y desinfección previo a su consumo ^'^^ Necesita tratamiento físico normal, tratamiento químico y desinfección previo su consumo '''' Necesita tratamiento físico y químico intensivos, afino y desinfección previo a su consumo

7.2.4.2.- AMONIO / NITRITOS / NITRATOS

La evolución de las formas de nitrógeno inorgánico en el agua parece seguir va­

rios patrones distintos, aunque una característica común a todas ellas es que se man­

tienen en valores relativamente bajos (tabla 6.44). Entre las muestras del Odiel, el ion

amonio (figura 7.30) alcanza sus contenidos más altos en OD-A (0,24 mg/l en marzo) y

disminuye progresivamente a lo largo del curso del río.

Figura 7.30. Contenido de amonio en aguas de las zonas de muestreo del rio Odiel y minas de El Lomero (Huelva)

1

0,8

E 0,4

0,2

O

Amonio

JLdo

marzo

noviembre

OD-A OD-B OD-C OD-D LOM

Zonas

219

Page 235: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

En OD-A también se alcanzan los valores más altos de nitritos (sobre todo en

marzo y noviembre), mientras que el contenido en nitratos de este punto es mínimo

(figuras 7.31 y 7.32)

Figura 7.31. Contenido de nitritos en aguas de las zonas de muestreo del río Odiel y minas de El Lomero (Huelva)

1 -,

0,8

- 0,6

E 0.4

0,2

0 J

Nitritos

OD-A OD-B OD-C OD-D LOM

Zonas

• - j u l i o

^-- marzo

—A—noviembre

Figura 7.32. Contenido de nitratos en aguas de las zonas de muestreo del rio Odiel y minas de El Lomero (Huelva)

50

40

30-]

20

10 -I

0

Nitratos

OD-A OD-B OD-C OD-D LOM

Zimas

-Julio

marzo

- noviembre

Este comportamiento es sumamente coherente con el comentado para el pota­

sio, y con el que veremos para los fosfatos, lo que refuerza la hipótesis ya adelantada

de la presencia de restos de fertilizante en el agua. Así, los compuestos nitrogenados

detectados deben proceder del componente amónico de un fertilizante en proceso de

oxidación, lo que ha dado lugar a nitritos que se están oxidando a nitratos. Este proceso

se ve favorecido por el elevado contenido de oxígeno disuelto en este punto, como vi-

220

Page 236: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

mos anteriormente. Comentamos a cxíntinuación el comportamiento específico de cada

una de las formas de nitrógeno inorgánico.

El contenido más elevado de amonto en LOM es atribuible a las deyecciones del

ganado próximo. No obstante, tampoco se alcanzan valores altos (figura 7.30)

El contenido en nitritos es, en general, bajo, salvo en OD-A (de origen ya co­

mentado) y OD-B. Puesto que es razonable pensar que los nitritos de OI>A habrán

tenido ocasión de oxidarse al llegar a este punto, debe existir en él un nuevo aporte.

Los nitratos parecen seguir el patrón general de aporte en OD-B, dilución hacia

OD-C y nuevo aporte en OD-D, aunque en este caso los valores medidos en OD-C y

OD-D en los meses de julio y noviembre sean prácticamente iguales. El elevado valor

de LOM (noviembre) puede deberse a compuestos nitrogenados oxidados procedentes

de las deyecciones del ganado o sales lavadas de los terrenos cercanos.

La comparación de los niveles de nitratos, nitritos y amonio en nuestras aguas

con el nivel establecido por la legislación para aguas potables se recoge en las figuras

7.33 a 7.35.

Figura 7.33. Comparación del contenido de amonto en aguas del río Odiel y mi­nas de El Lomero con el nivel máximo (0,5 mg/1) establecido en la legislación española para las aguas potables. Unidades en mg/1.

LOM

OD-D

Amonio

OD-B julo marzo

-noviembre -MAX

OD-C

221

Page 237: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.34. Comparación del contenido de nitritos en aguas del rio Odie! y mi­nas de El Lomero con el nivel máximo (0,1 mg/l) establecido en la legislación española para las aguas potables. Unidades en mg/l.

LOM OD-B

OD-D OD-C

Figura 7.35. Comparación del contenido de nitratos en aguas del rio Odíel y mi­nas de El Lomero con el nivel máximo (50 mg/l) establecido en la legislación es­pañola para las aguas potables. Unidades en mg/l.

Nitratos

01>A

m.

y^OA

s ^ X

\^S\X^OD-B

^OD-C

• marzo

A noviembre

—>*—MWC

Otros niveles legislados en función del uso de las aguas se presentan en la tabla

7.8.

222

Page 238: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.8. Compuestos nitrogenados inorgánicos del agua admisit)ies según los usos previstos

Uso

Vertido a cauce fluvial

Apta para la vida piscícola

Consumo humano. Tipo A1"^'

Consumo humano. Tipo A2 ^°^

Consumo humano. Tipo A3 '

Agua potable (Comunidad Europea)

Amonio

(mg/l)

15-50^^'

1

0,05

1,5

4

0,50

Nitritos

(mg/l)

-

0,01-0,03'°*

-

-

-

0,50

Nitratos

(mg{l)

10-20

-

50

50

50

50

Referencia

BOE, 1986

BOE, 1988

BOE, 1994

BOE, 1994

BOE, 1994

DOCE, 1988

Según el tipo de industria Las aguas salmonícolas son más sensibles que las ciprinícolas

(a)

(b)

*' ' Necesita tratamiento físico simple y desinfección previo a su consumo '* Necesita tratamiento físico normal, tratamiento químico y desinfección previo su consumo * ' Necesita tratamiento físico y químico intensivos, afino y desinfección previo a su consumo

7.2.4.3.- FOSFATOS

Como quedó comentado en el punto anterior, el contenido más alto de fosfatos

es el de OD-A (entre 0,26 y 0,33 mg PO4/I, tabla 6.44) cuyo origen atribuimos al lavado

de fertilizantes. Sin embargo, el contenido más alto corresponde al muestreo de no­

viembre (figura 7.36), y debe tener otro origen; quizá detergentes, pues pudimos obser­

var algunos restos de espuma en la superficie.

Figura 7.36. Contenido de fosfatos en aguas de las zonas de muestreo del rio Odiel y minas de El Lomero (Huelva)

1

0.8

= 0,6 O) E 0,4

0.2

O

Fosfatos

s.= julo

marzo

- novieirtire

0I>A OD-B OOC OD-D LOM

Zonas

7.9.

Los niveles legislados en función del uso de las aguas se presentan en la tabla

223

Page 239: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.9. Contenido en fosfatos de! agua admisible según ios usos previstos

Uso

Vertido industrial a cauce fluvial

Baño

Apta para la vida piscícola

Consumo humano. Tipo A1^°'

Consumo humano. Tipo A2 ^'^^

Consumo humano. Tipo A3 '

Fósforo

(mg/l)

10-20 * '

-

0,2-0,4 °'

0,4

0,7

0,7

Referencia

BOE, 1986

BOE, 1988

BOE, 1988

BOE, 1994

BOE, 1994

BOE, 1994

' ^ Según el tipo de industria. Expresado en mg/i fósforo total ''' Las aguas saimonícoias son más sensibles que las ciprinícolas. Expresado en mg /I fósforo total ^'^^ Necesita tratamiento físico simple y desinfección previo a su consumo. Expresado en mg/1 PaOs ^'^ Necesita tratamiento físico nomnal, tratamiento químico y desinfección previo su consumo. Ex­presado en mg/1 P2O5 ®' Necesita tratamiento físico y químico intensivos, afino y desinfección previo a su consumo. Ex­presado en mg/1 P2O5

7.2.5.- METALES PESADOS

7.2.5.1.- VARIACIÓN ESTACIONAL

En nuestro estudio del contenido de metales pesados en las aguas del río Odlel

y minas de El Lomero parecen distinguirse 2 patrones estacionales distintos.

El primero, aunque no muy claramente definido, parece darse en tos metales

mayoritarios, con contenidos del orden de mg/l: Cu, Fe, Mn, Zn. Estos metales presen­

tan un orden de contenido estacional noviembre > julio > marzo.

El segundo se da en los metales minoritarios, con contenidos del orden de ^.g/l:

Pb, Ni, Co, Cd. En estos, el orden es julio > noviembre > marzo.

Un comportamiento intennedio es el de! Cr: noviembre > mai-zo > julio.

Esta diferencia de comportamiento probablemente se deba al papel que las eflo­

rescencias salinas desempeñan como depósitos de los metales mayoritarios (López-

Pamo eí al., 1999). En verano, la disminución del caudal provoca la concentración de la

solución de metales presente en el agua, pero por otro lado se produce la precipitación

de las sales menos solubles (muy visibles en ¡as orillas y lechos secos, figura 7.37) con

lo que disminuye la cantidad de metales en disolución. Con las primeras lluvias del oto-

224

Page 240: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

ño, estas eflorescencias se disuelven y pasan de nuevo a los cauces, coadyuvando con

los nuevos aportes an'astrados por las lluvias, con lo que el contenido total aumenta. En

una primavera lluviosa este arrastre desde las masas minerales puede ser mayor, pero

el mayor caudal existente y la falta del aporte secundario de las eflorescencias hace

que la concentración total disminuya.

En el caso de los metales minoritarios, no se debe alcanzar la concentración su­

ficiente para su precipitación, o la cantidad precipitada debe ser poco significativa res­

pecto a la cantidad que permanece en disolución. Por consiguiente la mayor concentra­

ción se alcanza en verano, como consecuencia de la disminución del caudal. Este

efecto del caudal explicaría también los niveles más bajos del muestreo de primavera,

al no existir eflorescencias que den lugar a aportes suplementarios de sales.

Figura 7.37. Eflorescencias salinas en las orillas del río Odiel (¡ulio), zona OD-B. Los ar­bustos en primer término son E. andevalensis

~'^^*^^^m:-

l - ' í .

El caso del Cr se explica por la importancia de éste en la constitución de las eflo­

rescencias —vauquelinita, Pb2Cu(CrO4){P04){0H)— y la gran insolubilidad de las sales

de cromo formadas (por ejemplo, el cromato de plomo PbCr04, de color amarillo, tiene

una Ks = 1,8 -10" ) que hace que este elemento prácticamente desaparezca de la solu­

ción en julio.

225

Page 241: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Pero, si nuestro planteamiento es conrecto, el Pb, que forma también parte de

las eflorescencias, debería tener un comportamiento análogo al del Cr y no lo tiene. El

equilibrio del Pb en el agua debe estar controlado por el sulfato de Pb, cuya solubilidad

(Ks = 1,6 -I O"*) se encuentra en una posición intermedia entre el casi insoluble sulfato

de bario (Ks = 1,3 .10"^°) y el bastante soluble sulfato de calcio (Ks = 1,2 -10"^). Así, pa­

rece que durante el verano el plomo puede permanecer en solución y alcanza las con­

centraciones más altas.

Resumiendo: en verano la disminución de caudal provoca la precipitación de Cu,

Fe, Mn, 2n y Cr, disminuyendo la cantidad de estos metales en solución. La precipita­

ción no es significativa en el caso del Pb, Ni, Co y Cd, con lo que el menor valor del

caudal da lugar a las mayores concentraciones anuales de estos metales en el agua.

Las primeras lluvias provocan la removilización de los metales precipitados, y su conte­

nido entonces alcanza el máximo, mientras que los que han permanecido en solución

se diluyen. En primavera, con caudales altos sin eflorescencias que disolver, se alcan­

zan los valores mínimos, salvo en Cr, que prácticamente desaparece; de la solución en

verano.

A continuación estudiamos la situación de estos metales en las diversas zonas

de muestreo.

7.2.5.2.- COBRE

El contenido en Cu en el curso del Odiel oscila entre los 14,50 \iql\ de OD-A y

los 34,61 mg/l de OD-C (tabla 6.35a), siendo el rasgo más llamativo el contenido relati­

vamente bajo de LOM.

El contenido de Cu aumenta bruscamente en el paso de OD-A a OD-B. Sin em­

bargo, de OD-C a OD-D el nivel se mantiene prácticamente constante salvo en el

muestreo de verano (figura 7.38), que atribuimos a la precipitación de sales de cobre.

De hecho, los puntos de muestreo donde más espectacular resultaba esta precipitación

son OD-B (figura 7.37) y LOM.

226

Page 242: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.38. Contenido de cobre en aguas de las zonas de muestreo del rio Odie! y mi­nas de El Lomero (Huelva)

60

50 40 30 20 10 O

Cu

julo

marzo

novieni>re

OD-A OD-8 OD-C OD-D LOM

Zonas

El bajo contenido de cobre medido en LOM, al no presentar variación estacional

lo atribuimos a la diferente composición mineralógica de las distintas zonas, pues mien­

tras las piritas del yacimiento de San Platón tienen unos contenidos medios de Cu del

6,50 %, las mineralizaciones de El Lomero se caracterizan por su elevado contenido de

hierro; las piritas tienen unos contenidos medios de cobre de 1,50-1,90 % (Pérez Ma-

cías, 1996).

La comparación de los niveles de cobre en nuestras aguas con el nivel guía es­

tablecido por la legislación para aguas potables se recoge en la figura 7.39. Nótese que

el valor mínimo del Odiel supera el nivel guía, y el máximo es más de 400 veces mayor.

Los niveles legislados en función del uso de las aguas se presentan en la tabla 7.10.

Tabla 7.10. Contenido en cobre del agua admisible según los usos previstos Uso

Vertido industrial a cauce fluvial

Apta para la vida piscícola

Consumo humano. Tipo A1'^'

Consumo humano. Tipo A2 '°'

Consumo humano. Tipo A3 '

Agua potable (Comunidad Europea)

Cu

(^g/i) 200-10000'^'

5-112 "

50

50

1000

2000

Referencia

BOE. 1986

BOE, 1988

BOE, 1994

BOE, 1994

BOE, 1994

DOCE, 1998

Según el tipo de industria. Según la dureza del agua

(a)

(b)

*"' Necesita tratamiento físico simple y desinfección previo a su consumo. ' * Necesita tratamiento físico normal, tratamiento químico y desinfección previo su consumo. '^' Necesita tratamiento físico y químico intensivos, afino y desinfección previo a su consumo.

227

Page 243: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.39. Comparación del contenido en cobre en aguas del río Odiel y minas de El Lomero con el nivel guía (100 fig/l) establecido en la legislación española para las aguas potables. Unidades en mg/l.

LOM

Cu

OD-D

D-B marzo

- rwviembre GUÍA

OD-C

7.2.5.3.- HIERRO

El hierro es el metal mayoritario en las aguas analizadas, con valores que alcan­

zan los 145,3 mg/l en OD-B y hasta los 335 mg/l en LOM (tabla 6.35a). Como en otros

casos, se produce un fuerte aumento de la concentración en OD-B y una dilución hacia

OD-C; entre OD-C y OD-D parece apuntarse una ligera tendencia al descenso (figura

7.40)

Figura 7.40. Contenido de hierro en aguas de las zonas de maestreo del río Odiel y mi­nas de El Lomero (Huetva)

Fe

400

300 -julio maizo

- noviembre

OD-A OD-B OD-C Zonas

OD-D LOM

228

Page 244: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Respecto a LOM, la elevada proporción de hierro en los yacimientos próximos,

ya comentada, justifica el elevado contenido de hierro del agua, siendo el efecto de pre­

cipitación en julio cuantitativamente menos importante.

La comparación de los niveles de hierro en nuestras aguas con el nivel máximo

establecido por la legislación para aguas potables se recoge en la figura 7.41. Los con­

tenidos máximos (LOM) superan en más de 1600 veces ese nivel máximo. Otros nive­

les legislados en función del uso de las aguas se presentan en la tabla 7.11.

Figura 7.41. Comparación del contenido en hierro en aguas del río Odiel y minas de El Lomera con el nivel máximo (200 j.g/1) establecido en la legislación española para las aguas potables. Unidades en mg/1

Fe

.OD-B juto

marzo

noviembre

cao OD-C

Tabla 7.11. Contenido en hierro del agua admisible según los usos previstos

Uso

Vertido industrial a cauce fluvial

Consumo humano. Tipo A V "

Consumo humano. Tipo A2 " '

Consumo humano. Tipo A3'° '

Agua potable (Comunidad Europea)

Fe

2000-10000 ' *

300

2000

1000

200

Referencia

BOE, 1986

BOE, 1994

BOE, 1994

BOE, 1994

DOCE. 1998

' * Según el tipo de industria. ^^^ Necesita tratamiento físico simple y desinfección previo a su consumo ( hierro disuelto) ' * Necesita tratamiento físico normal, tratamiento químico y desinfección previo su consumo ( hie­rro disuetto) ** Necesita tratamiento físico y químico intensivos, afino y desinfección previo a su consumo ( hie­rro disuelto)

229

Page 245: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

7.2.5.4.- MANGANESO

El manganeso sigue una tendencia similar al hierro (tabla 6.35a). La con"elación

entre ambos suele ser alta en muchos medios naturales (aguas, suelos), aunque no es

así en nuestro caso (r = -0,0267 incluyendo los datos de OD-A; prescindiendo de ellos

por ser mucho más bajos que el resto, r aumenta hasta 0,2705). El ascenso observado

en OD-B se debe al paso del Odiel por formaciones manganesíferas del Toumaisiense-

Viseiense, unos 4 km aguas arriba de ese punto. La disminución bastante brusca de

OD-B a OD-C (figura 7.42) puede deberse al intercambio con Ca {Olives, 1996) El con­

tenido en LOM es similar a los encontrados en el Odiel.

La comparación de los niveles de manganeso en nuestras aguas con el nivel

máximo establecido por la legislación para aguas potables (50 p.g/t, superado más de

100 veces en OD-B) se recoge en la figura 7.43. Otros niveles legislados en función del

uso de las aguas se presentan en la tabla 7.12.

7.2.5.5.- ZINC

El comportamiento del Zn es prácticamente igual al del Mn a lo largo del curso

del rio (tabla 6.35a) como puede apreciarse gráficamente comparando las figuras 7.42 y

7.44.

Figura 7.42. Contenido de manganeso en aguas de las zonas de muestreo det río Odiel y minas de El Lomero (Huelva)

Mn

50

40i 1 30

20

1 0 -A

0 J

Í N

/ —d-

• ^ = ^ : : . - •

" - " - • • *

-•—juHo

t: marzo

-A— noviembre

OD-A OD-B OD-C OD-D

Zonas

LOM

230

Page 246: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.12. Contenido en manganeso del agua admisible según los usos previstos

Uso

Vertido industrial a cauce fluvial

Consumo humano. Tipo A1'°'

Consumo humano. Tipo A2 ^'^^

Consumo humano. Tipo A3 ' '

Agua potable (Comunidad Europea)

Mn

2000-10000'^'

50

100

1000

50

Referencia

BOE, 1986

BOE, 1994

BOE, 1994

BOE, 1994

DOCE, 1998

'^' Según et tipo de industria. '''* Necesita tratamiento físico simple y desinfección previo a su consumo. Contenido en hierro di­suelto ' ' Necesita tratamiento físico normal, tratamiento químico y desinfección previo su consumo. Contenido en hierro disuetto '"*' Necesita tratamiento físico y químico intensivos, afino y desinfección previo a su consumo. Contenido en hierro disuetto

Figura 7.43. Comparación del contenido en manganeso en aguas del río Odíel y minas de E! Lomero con el máximo (50 ng/l) establecido en la legislación española para las aguas potables. Unidades en mg/l.

LOM,

Mn

0£>A

julo

marzo

-noviembre

OD-D OD-C

231

Page 247: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.44. Contenido de zinc en aguas de las zonas de muestreo del río Odiei y minas de El Lomera (Huelva)

100

80

60

40

20

O

Zn

julo

marzo

- novientire

OD-A 00-D LOM

Así, excluyendo el punto OD-A, el coeficiente de con'elación lineal r = 0,90712

nos indica una evolución similar de ambos metales.

Las menas metálicas de OD-D son menos ricas en Zn que las de San Platón

(5 % frente al 14 %) lo que explica que los aportes de OD-D no interrumpan la tenden­

cia a la dilución del metal desde OD-B.

La comparación de los niveles de Zn presentes con el nivel máximo establecido

por la legislación para aguas potables se recoge en la figura 7.45, donde nuestras

muestras llegan a superar en 780 veces el nivel guía de 100 ^g Zn/\ . Otros niveles le­

gislados en función del uso de las aguas se presentan en la tabla 7.13.

Tabla 7.13. Contenido en zinc del agua admisible según los usos previstos

Uso

Vertido industrial a cauce fluvial

Apta para la vida piscícola * '

Consumo humano. Tipo A1'^'

Consumo tiumano. Tipo A2 ""

Consumo humano. Tipo A3 '^'

Agua potable (Comunidad Europea)

Zn (ng/i)

3000-20000 " '

30-2000

3000

5000

5000

-

Referencia

BOE, 1986

BOE, 1988

BOE, 1994

BOE, 1994

BOE, 1994

DOCE, 1998

Según el tipo de industria. (a)

'''' Según dureza del agua y aguas salmonícolas o ciprinícolas '' ' Necesita tratamiento físico simple y desinfección previo a su consumo. ' ^ Necesita tratamiento físico normal, tratamiento químico y desinfección previo su consumo ' * Necesita tratamiento físico y químico intensivos, afino y desinfección previo a su consumo.

232

Page 248: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.45. Comparación del contenido en zinc en aguas del río Odiel y minas de El Lomero con el nivel guía (100 \xql\) establecido en la legislación española para las aguas potables. Unidades en mg/l.

7.2.5.6.- PLOMO

El contenido de Pb se mantiene a lo largo del curso del Odiel (tabla 6.35b), salvo

el valor anómalo que se da en OD-D en julio (figura 7.46).

El contenido medio en Pb del yacimiento mineral (que es similar ai de OD-B) no

justifica este brusco aumento de la concentración del metal. Si representamos la serie

de mediciones del Ministerio de Medio Ambiente, (figura 7.47), la escasez de datos im­

pide hacer afirmaciones categóricas, aunque si parece apuntarse un aumento en vera­

no, que en el año 1999 casi alcanza los 500 p.g/1. Así pues, este aumento, como en el

caso ya comentado del potasio, debe corresponder a un vertido que se hace más evi­

dente en verano con la disminución del caudal. De hecho, el coeficiente de correlación

lineal entre potasio y plomo, prescindiendo de OD-A, es de 0,82, y si limitamos la co­

rrelación al tramo central del Odiel (OD-B, C y D), el coeficiente sube hasta 0,95, lo que

pone de manifiesto su origen común.

233

Page 249: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.46. Contenido de plomo en aguas de las zonas de nnuestreo del río Odiel y mi­nas de El Lomero (Huelva)

Pb

600 500-

S 400 i 300 1 200

100

O

marzo noviembre

OD-A OD-B OD-C OD-D

Zonas

LOM

Figura 7.47. Contenido de plomo en aguas del río Odiel en la estación de aforo de So-tiel Coronada. Datos de la Confederación Hidrográfica del Guadiana-Ministerio de Me­dio Ambiente. Intervalos sin trazo conresponden a ausencia de datos de origen.

La comparación de los niveles de Pb presentes con el nivel máximo establecido

por la legislación para aguas potables se recoge en la figura 7.44. Otros niveles legisla­

dos en función del uso de las aguas se presentan en la tabla 7.14.

234

Page 250: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.14. Contenido en plomo de) agua admisible según los usos previstos

Uso

Vertido industrial a cauce fluvial

Consumo humano. Tipo A l ' ' "

Consumo humano. Tipo A2 '' ^

Consumo humano. Tipo A3 ^°^

Agua potable (Comunidad Eunspea)

Pb

200-500 '^'

50

50

50

10

Referencia

BOE, 1986

BOE, 1994

BOE. 1994

BOE, 1994

DOCE, 1998

*'' Según el tipo de industria. ^^^ Necesita tratamiento físico simple y desinfección previo a su consumo ^"^^ Necesita tratamiento físico normal, tratamiento químico y desinfección previo su consumo. * ' Necesita tratamiento físico y químico intensivos, afino y desinfección previo a su consumo-

Figura 7.48. Comparación del contenido en plomo en aguas del rio Odiel y minas de El Lomare con el máximo (50 iig/l) establecido en la legislación española para las aguas potables. Unidades en fxg/l.

LOM,

Pb

OD-B -iulo

marzo

noviembre

7.2.5.7.- NÍQUEL /COBALTO/ CADMIO

Los tres metales (tabla 6.35b) siguen un comportamiento similar, caracterizado

por el gran aumento en OD-B y un descenso sostenido a lo largo del río por dilución

(figuras 7.49 a 7.51). Así, los aportes de OD-D respecto a estos tres metales deben ser

escasos. Es de destacar el elevado contenido de Ni, que alcanza valores 17 veces su­

periores a los admisibles para un agua potable, y sobre todo el de Cd, que casi supera

74 veces su límite. La comparación gráfica de estos parámetros se recoge en las figu-

235

Page 251: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultadas

ras 7.52 y 7.53. Este similar comportamiento queda recogido también en sus elevados

coeficientes de correlación, que recogemos en la tabla 7.15.

Tabla 7.15. Coeficientes de correlación lineal entre Ni, Co y Cd

Ni

Co

Cd

Ni

r

(p-valof)

0,9867

(0)

0,9838

(0)

Co

0,9867

(0)

r

(p-vato;)

0,9838

(0)

Cd

0,9838

(0)

0.9838

(0)

r

(p-valof)

Figura 7.49. Contenido de níquel en aguas de las zonas de muestreo del río Odlel y mi­nas de El Lomero (Huelva)

1500 n

1= 1000 -

f E 500^

0 OD-A

- y * -.

OD-B

Ni

~ ^ ^ » a •

OD-C OD-D

Zonas

1 LOM

—•- juBo

-i. marzo

—A—novierrbre

Figura 7.50. Contenido de cobalto en aguas de las zonas de muestreo del río Odiel y minas de El Lomero (Huelva)

Co

1500

^ 1000

E 500

-jubo marzo

- noviembre

COA OD-B OD-C OD-D LOM

Zonas

236

Page 252: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.51. Contenido de cadmio en aguas de las zonas de muestreo del río Odiel y minas de El Lomera (Huelva)

Cd

600

400

200 -

-julo

marzo

-novienibre

OD-A OD-B OD-C OD-D

Zonas

LOM

^

s.

Figura 7.52. Comparación del contenido en níquel en aguas del río Odiel y minas de El Lomera con el máximo (50 ^g/g) establecido en la legislación española para las aguas potables. Unidades en g/l.

Ni

OD-A 600

LOM, jubo

marzo

•noviembre

MAX

237

Page 253: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.53. Comparación del contenido en cadmio en aguas dei rio Odiel y minas de El Lomera con el máximo (5 ^g/l) establecido en la legislación española para las aguas potables. Unidades en )i,g/!.

Los niveles legislados en función del uso de las aguas se presentan en la tabla

7.16. Los contenidos de cobalto en aguas no están regulados ni en la legislación espa­

ñola (que sin embargo lo cita como parámetro controlable) ni en la legislación europea

de aguas de consumo humano: la directiva 98/83/CE del Consejo

Tabla 7.16. Contenido en níquel y cadmio del agua admisible según los usos previstos

Uso

Vertido industrial a cauce fluvial

Consumo humano. Tipo A1'^'

Consumo humano. Tipo A2 " '

Consumo humano. Tipo A3 ''''

Agua potable (Comunidad Europea)

Ni

(^g/i)

2000-10000"^

-

-

-

20

Cd

(^g/i)

100-500 ^ '

5

5

5

5

Referencia

BOE, 1986

BOE, 1994

BOE, 1994

BOE, 1994

DOCE, 1998

' ' Según el tipo de industria. ''^^ Necesita tratamiento físico simple y desinfección previo a su consumo. Contenido en hierro di­suelto '' ' Necesita tratamiento físico normal, tratamiento químico y desinfección previo su consumo-Contenido en hien-o disuelto '*'' Necesita tratamiento fisico y químico intensivos, afino y desinfección previo a su consumo. Contenido en hien-o disuelto

238

Page 254: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

7.2.5.8.- CROMO

Los contenidos de cromo de las aguas del Odiel son bastante bajos, incluso

después de atravesar la zona minera. A lo largo del curso se mantiene en niveles bas­

tante estables (tabla 6.35b), siendo el principal factor influyente la estación del año,

factor ya comentado (figura 7.54)

Figura 7.54. Contenido de cromo en aguas de las zonas de muestreo del rio Odie! y mi­nas de El Lomera (Huelva)

100

75

I» 25

O

Cr

-julio manco noviembre

OD-A OD-B OD-C

Zonas

OD-D LOM

Este comportamiento es coherente con la escasa solubi l idad del c romo, que de

considera el más inmóvi l de los metales (Catalán Lafuente y Cata lán Alonso, 1987) por

eso en verano se produce su precipitación y el descenso de su concentración en las

aguas.

La comparac ión de los niveles de Cr presentes con el nivel máx imo establecido

por la legislación para aguas potables se recoge en la figura 7.55. Otros niveles legisla­

dos en función del uso de las aguas se presentan en la tabla 7.17.

239

Page 255: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.55. Comparación del contenido en cromo en aguas del río Odiel y minas de El Lomero con el máximo (50 )ig/t) establecido en la legislación española para las aguas potables. Unidades en ^g/1.

L O M ¿ _ / '

OD-D

OOA 60/r.

^ 29.

\ \ j ü '\J •

Cr

' • O ^ O D - B

OI>C

- • - j u l o

—• marzo

—4— novientre

-B~MAX

Tabla 7.16. Contenido en cromo del agua admisible según los usos previstos

Uso

Vertido industrial a cauce fluvial

Consumo humano. Tipo A1^^'

Consumo humano. Tipo A2 ^°^

Consumo humano. Tipo A3 ^ *

Agua potable (Comunidad Europea)

Cr

2000-4000 '

200-500 '**'

50

50

50

50

Referencia

BOE, 1986

BOE, 1994

BOE, 1994

BOE, 1994

DOCE, 1998

' ' Valores para Cr(lll), según el tipo de industria. '''' Valores para Cr(VI), según el tipo de industria. '°' Necesita tratamiento físico simple y desinfección previo a su consumo. ' ' Necesita tratamiento físico normal, tratamiento químico y desinfección previo su consumo, ' ' Necesita tratamiento físico y químico intensivos, afino y desinfección previo a su consumo.

7.2.3.- ANÁLISIS MULTIVARIANTE

Para completar nuestro conocimiento de la estructura subyacente en la matriz

de datos de aguas hemos realizado un análisis de componentes principales. En primera

aproximación hacemos intervenir todas las variables salvo la dureza, por depender di­

rectamente de dos de las variables analizadas, contenido de calcio y de magnesio.

240

Page 256: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Nuestra primera matriz de componentes es la presentada en la tabla 7.17, don­

de se han destacado en color las cargas factoriales más significativas. De esta manera

se extraen 7 componentes, que explican el 93,175 % de la varianza, sin embargo, nin­

guna variable carga significativamente sobre el último factor, y las cargas sobre el 5" y

el 6° son bastante bajas, sobre todo teniendo en cuenta el pequeño tamaño muestral

manejado. Buscando una mejora de la solución, aplicamos una rotación mediante nor­

malización Varimax (que maximiza la suma de las varianzas de las cargas de la matriz

de factores) obteniéndose ia matriz de componentes rotados expuesta en la tabla 7.18.

La rotación Varimax ha producido un mejor reparto de las cargas factoriales so­

bre todo por lo que respecta a los últimos componentes, aunque 11 variables siguen

cargando sobre el primer factor. Otras rotaciones, tanto ortogonales como oblicuas, no

consiguieron una mejora apreciable.

Según este análisis, ia primera componente, que explica por sí sola el 40,88 %

de la varianza observada, incluye: conductividad, residuo seco, acidez, calcio, magne­

sio, sodio, sulfates, silicio, amonio y hierro. Se trata de variables condicionadas por las

sales mayoritarias, que son principalmente sulfates de calcio, magnesio y hierro, y en

mucha menor medida, sulfato sódico y sílice. La presencia de la variable amonio se

debe a su alta conreladón con el sodio, lo que reforzaría la hipótesis del origen ganade­

ro (orina) de estos elementos.

La segunda componente explica el 21,050 % de la varianza (61,926 % acumula­

do), e incluye prindpalmente a Ni, Co, Cd. Estos tres últimos metales presentan, como

vimos, un comportamiento análogo caracterizado porque se mantienen en solución du­

rante el verano. Aunque con cargas factoriales más bajas, también aparecen en esta

componente Cu y Zn, lo que puede sugerir que su comportamiento no es tan radical­

mente distinto a los metales de este grupo como habíamos establecido al principio de

nuestra discusión. Así, etiquetamos esta componente como "metales en solución" y

anotamos que Cu y Zn pueden participar de esta característica. Otras variables de me­

nor importancia son el pH, con carga factorial negativa (a menos pH mayor solubilidad)

y el potasio, también con carga factorial negativa, que debe aparecer por su correlación

con el pH, que estimamos casual.

241

Page 257: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.17. Matriz de componentes extraídos mediante análisis de componentes principales

Temp. agua

pH

Conductividad

Residuo seco

Acidez total

Ca

Mg

Ng

K

Cl

Sulfatos

Sílice

DQO

Oxígeno disuelto

Nitratos

Nitritos

Amonio

Fosfatos

Cu

Fe

Mn

Zn

Pb

Ni

Cr

Co

Cd

1

,112

-,801

.910

,927

,913

,888

,932

,639

-,550

-,102

,975

,836

,390

-,532

,332

-,505

,573

-,773

,134

,760

-,211

,720

,526

,475

,288

,376

,467

2

.134

,410

,246

,192

6,061 E-03

,221

,183

,708

,492

,456

,170

,360

,465

-2.061 E-02

8,137E-02

,107

,738

,383

-,804

.219

-,143

-,475

,213

-,831

-.318

-.897

-,837

COMPONENTES

3

-,578

,199

-,101

,158

,192

,208

,194

,122

-,264

-5,664E-02

7,428E-02

-1,730E-02

1,109E-02

,660

,461

,636

,307

,414

,335

,226

,503

,317

-,599

-6,214E-02

4,610E-02

-4,297E-02

2,031 E-02

4

,540

,165

,136

,147

-9,562E-02

-6.484E-02

-.147

,164

,432

-,501

8,240E-02

6,916E-02

-6,951 E-02

,171

,325

8,646E-02

,108

,216

,118

,215

,445

,306

,180

,205

-,724

,143

,145

5

,520

,210

6,338E-02

,129

4,705E-02

8,195E-02

9,304E-02

5,823E-02

-3,169E-02

,581

3,860E-02

,272

-.691

,129

-4,809E-02

,166

3,685E-03

4,107E-02

4,438E-02

-,226

-1,376E-02

2,803E-02

-,113

4,458E-02

,172

5,531 E-03

,141

6

,174

-,130

-1,861 E-02

-8,423E-02

-,152

8,064E-02

-3,334E-02

4,252E-02

,120

,258

-4,589E-03

-6,648E-02

2,132E-02

-,294

-,430

,284

-6,866E-03

1,126E-02

-,102

,183

,541

,169

,239

2,375E-02

,395

1,451 E-02

-4,497E-02

7

,143

-5,008E-02

8,918E-02

-6,673E-02

9,978E-02

,112

2,258E-02

-,144

,197

,218

-4,881 E-02

-,167

,200

-,295

,581

,335

-7,814E-02

-8,744E-02

-,118

-,208

,229

-,113

8,827E-02

,126

-,245

,100

,151

La tercera componente explica un 10,453 % de la varlanza (72,379 % acumula­

do) y se relaciona positivamente con el contenido de Pb y negativamente con el de oxí­

geno disuelto. El punto de mayor variación de ambos parámetros es OD-D, donde se

produce el agotamiento del oxígeno disuelto en el agua y un aporte de plomo que se

hace evidente sobre todo en verano. Si como apuntábamos arriba hay una oxidación de

sulfures, a esos sulfures debe corresponder el aporte de plomo.

242

Page 258: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.18. Matriz de componentes rotados extraídos mediante análisis de componentes princi­pales con nomialización Varimax

Temp. agua

PH

Conductividad

Residuo seco

Acidez total

Ca

Mg

Ng

K

Cl

Sulfates

Sílice

DQO

Oxígeno disuelto

Nitratos

Nitritos

Amonio

Fosfatos

Cu

Fe

Mn

Zn

Pb

Ni

Cr

Co

Cd

1

,111

-.401

,851

,946

,797

,877

,896

,906

-,306

5,120E-02

,932

,911

,390

-,196

,289

-,222

,888

-,335

-7,810E-02

,826

-5,996E-02

,571

,368

6,946E-02

8,662E-02

-4,510E-02

8,086E-02

2

3.674E-02

',599

,138

,216

.343

,145

,182

-,371

-.598

-,457

.226

1,944E-02

-,365

-9,293E-02

6,075E-02

-,196

-,421

-,566

,821

8,981 E-02

,150

.758

-3,035E-02

,964

,286

,973

.978

COMPONENTES

3

,176

-,544

,364

8,542E-02

,144

,222

,165

7,215E-02

9,786E-02

8,414E-02

,233

,105

451

-.913

-9,194E-02

-,387

-4.141 E-02

-,583

-.316

,151

-,123

4,598E-04

,725

.199

,153

,157

9,800E-02

4

-,148

,225

-,136

-.111

-,169

1,585E-02

-.140

-2,272E-03

,309

6,085E-02

-,130

-,234

1,227E-02

,192

2,234E-03

.763

7,681 E-02

,420

5,229E-02

9,525E-02

,895

,191

-,134

-5,528E-04

-,169

-1,530E-02

-1,525E-02

5

.929

,265

,163

6,548E-02

-,102

-,106

-,150

8,815E-02

,497

2,435E-02

-1.213E-02

,146

,286

-4,860E-02

-,130

-5,363E-02

-3.995E-03

7,602E-02

-,157

-,190

-1,546E-02

-,109

,246

6,041 E-02

v664

-1,366E-02

6,177E-02

6

,129

3,825E-02

-1,401 E-02

-1,508E-02

3,613E-02

,120

,129

-4,150E-02

-.172

,827

-2,525E-02

,146

-,488

-,132

3,232E-02

,174

-7,350E-02

-9.665E-02

-9,393E-02

-,271

-8,574E-02

-,122

-7,304E-02

-6,000E-02

,596

-6,505E-02

2,582E-02

7

-,177

-4,647E-02

9,645E-02

7,608E-02

,318

,214

,225

-5,724E-02

-,149

,136

5,899E-02

-4,892E-02

.288

-5,063E-03

,920

,214

8,796E-02

-7,879E-02

-6,211E-03

-.142

-.106

-,125

-,209

5,737E-03

-,139

7,118E-03

9,008E-02

La cuarta componente explica un 7,661 % de la varianza (80,040 % acumulado)

tiene una sola variable con carga significativa, manganeso, a la que podríamos añadir

los nitritos, cuya correlación con aquel estimamos casual. Es de destacar que, de los

dos grupos de metales que habíamos establecido al principio de nuestra discusión, este

análisis confirma la existencia del grupo Ní~Co-Cd, y nos previene contra la excesiva

simplificación de considerar Cu-Fe-Mn-Zn como un grupo homogéneo, aunque los as­

pectos comunes anteriormente comentados sigan siendo perfectamente válidos.

243

Page 259: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

La quinta componente explica un 5,240 % de la vartanza (85,279 % acumulado)

y comprende la temperatura del agua (relación directa) y el Cr (relación inversa). Aun­

que la temperatura del agua es un factor importante en la disolución de las sales, no es

capaz de explicar satisfactoriamente ¡os contenidos de ninguna de ellas por la falta de

homogeneidad de nuestras zonas de muestreo con diluciones, aportes puntuales, etc.

La presencia del Cr en esta componente tiene que ver con la estacionalidad de ambas

variables, ya comentada: en verano la temperatura del agua sube y el cromo casi desa­

parece de la solución al precipitar. Confirmamos entonces el comportamiento particular

y fuertemente estacional de este meta!.

Las últimas componentes explican respectivamente el 4,096 y 3,800 % de la va-

rianza total, y son las variables cloruros y nitratos. Ambas alcanzan contenidos más

altos en primavera, lo que supone un comportamiento aíipico, y tienen origenes distin­

tos entre sí y distintos de los yacimientos de sulfures y manganeso, lo que justifica su

falta de relación con el resto de las variables empleadas en el análisis.

7.2.4.- RESUMEN

El río Odiel presenta en las proximidades de su nacimiento una agua de buena

calidad, solo afectada por los efluentes de las explotaciones agropecuarias próximas

(compuestos nitrogenados inorgánicos, sometidos a oxidación, potasio, fosfatos y un

mínimo aporte de cloruros y sodio). Al atravesar las primeras mineraiizaciones del Cin-

turón Ibérico de Piritas, recibe aportes ácidos en forma sobre todo de sulfatos-ácido

sulfúrico, que causa un descenso del pH hasta valores alrededor de 3, y una gran carga

de manganeso y metales pesados. Las sales aportadas se diluyen ligeramente a lo lar­

go del curso del río hasta las proximidades de la mina de Sotiel-Coronada, donde se

producen nuevos aportes fuertemente ácidos y reductores, junto con una cantidad de

potasio no muy grande, pero que destaca en el conjunto de los valores del río.

Los metales pesados siguen, a grandes rasgos, tres tipos de comportamiento,

dependiendo de su capacidad para retirarse de la solución en forma de precipitados.

La precipitación más clara es la de sales de hierro y cromo, que proporcionan a los se­

dimentos del Odiel un característico color anaranjado. Un segundo grupo parece man­

tenerse durante todo el año en solución (Ni, Co, Cd y Pb) mientras que el contenido en

aguas del tercero (Cu y Zn) debe estar regulado por ambos mecanismos.

244

Page 260: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Las aguas de la Rivera de la Petada (LOM) siguen una dinámica similar, pero ai

ser el caudal mucho menor, las concentraciones de sales y metales que se alcanzan

son mayores, salvo aquellos casos justificados por las diferencias en la composición de

los yacimientos metálicos.

7.3.- SUELOS 7.3.1.- PARÁMETROS FÍSICO-QUÍMICOS GENERALES

7.3.1.1.- TEXTURA Y ESTRUCTUFIA

Todos tos horizontes analizados se caracterizan por un contenido muy elevado

de arena, que oscila entre el 69,7 y el 98, 7 % (tabla 6.45) al ser muestras tomadas en

la proximidad de cursos de agua, o situadas en el propio lecho seco del río. La gran

importancia de ta proporción de arena respecto a la arcilla y limo se recoge en la figura

7.56. Las clases texturates según ta clasificación internacional (ISSS) se recogen en la

tabla 7.17.

Figura 7.56. Comparación de contenidos (en % sobre tierra fina) de arena, limo y arena en los horizontes analizados.

Qsniciiulifei

acM' TDÍb

60% 9C% 43%J 3C% 2a%i 10% n%- — h -

C O - C D O C D - C O C D C O C D CDO ÍOA Al tótóBiftiíaSCl C2

2nB

245

Page 261: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.19. Clases texturales de los horizontes analizados

Horizonte

OD-A1

OD-A2

OD-A3

OD-Ba

OD-Bb 1

OD-Bb 2

OD-C1

OD-C2

OD-D

LOM

Textura

Franco-arenosa

Franco-arenosa

Arenosa

Franco-arenosa

Arenosa

Arenosa

Arenosa

Arenosa

Franco-arenosa

Franco-arenosa

La agregación natural es escasa, presentándose una estructura moderada sólo

en 0D-A1, según lo visto en el capítulo anterior. El resto de los horizontes posee una

estructura débil o indiferenciada

7.3.1.2.- PH DEL EXTRACTO DE SATURACIÓN

Salvo los horizontes de OD-A, donde el pH del extracto se mantiene alrededor

de 7 (tabla 6.45), el resto de los horizontes analizados prsenta un pH francamente áci­

do (2,8-4,4), acorde con los valores del agua (figura 7.57). Estos pH suponen unas con­

diciones muy desfavorables: valores de 5,5 e inferiores se consideran claramente insu­

ficientes para los cultivos (Urbano, 1989), y por debajo de 4,5 la disponibilidad de los

elementos nutrientes es mínima (figura 4.2). Así, et pH debe ser uno de los factores que

explique la ausencia de vegetación no ericácea en estos suelos.

En los puntos donde se han tomado muestras de horizontes distintos, las dife­

rencias de pH entre ellos han sido mínimas.

En general, el comportamiento del pH del suelo es coherente con el observado

para las aguas, que alcanzan niveles bajos y estables a partir de OD-B. Así, como ten­

dremos ocasión de ir comprobando, la química de OD-B, OD-C y LOM parece estar

muy influida por los aportes de las aguas correspondientes, mientras que OD-D, que no

246

Page 262: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

está en zona inundable por el Odiel, debe recibir los efluentes de la explotación minera

próxima.

Figura 7.57. Valores de pH en los extractos de saturación de ios horizontes analizados.

pH

Q

7 6 5-4 3 2 -1 -n -

• « ^ - ^ - ^ \ \

\ ^.^.^^-—^-^ '^'^s.. ^^''^ ^ ® ^ ~ - ~ ^

-

U 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1

Horizontes

7.3.1.3.- CARBONATOS TOTALES

En relación con la alta acidez observada se encuentra la escasez de carbonatos

(tabla 6.45) que en estas condiciones pasan a CO2 y agua.

HX + YCO3 ^ YX + CO2 +H2O

Los contenidos en los horizontes de OD-A son prácticamente nulos porque te­

nemos valores próximos a pH 7, por debajo del cual no hay carbonato calcico en el

suelo (Urbano Tendón, 1989)

7.3.1.4.- CONDUCTIVIDAD

La conductividad eléctrica del extracto no presenta grandes variaciones, si ex­

ceptuamos la isleta fluvial del Puente de los Cinco Ojos —OD-B(a)— que, más someti­

do al aporte continuo de sales por parte del río en el punto de mayor salinidad, alcanza

un nivel de 5730 fxS/cm, frente a los 570-690 del resto (tabla 6.45). Sin embargo, el ma­

yor aporte salino del agua de LOM no tiene su reflejo en la concentración salina de su

extracto.

247

Page 263: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.58. Valores de conductividad a 25 "C en ios extractos de saturación de los horizontes analizados.

S (» c O)

E 09

m 2 o 1

7000

Conductividad a 25 °C

^V^^^/^^V^-^ Horizontes

7.3.1.5.- MATERIA ORGÁNICA

El contenido en materia orgánica de los horizontes analizadlos es sumamente

bajo, no llegando siquiera al 1 % en superficie (tabla 6.45). Los valores más altos co­

rresponden a OD-D y OD-B(a), y deben proceder de los aportes de la propia Erica, que

se descompondrían con más facilidad si el pH de! medio permitiera el desarrollo de una

masa microbiana normal: la adecuada evolución de la materia orgánica necesita un pH

de 6 a 7.2, mientras que las condiciones son malas si baja de 5,5 (Urbano Tenrón,

1989). Así en OD-B(a) (pH 3,2) pudimos observar gran cantidad de hojas de Erica, se­

cas y ennegrecidas, que aparecen mezcladas cxin la tierra sin llegar a descomponerse.

OD-B(b) y OD-C son ledios arenosos donde nada crece, salvo pequeñas Enea desper­

digadas, y el retomo de materia orgánica es mínimo.

Por lo que se refiere a LOM, que alcanza un nivel algo más alto (superior incluso

al de OD-A, donde sí existe un verdadero suelo), debemos estar ante la presencia de

compuestos orgánicos oxidables procedentes de! ganado cercano, lo que es coherente

con la explicación dada al elevado contenido de amonio y la alta DQO del agua en este

punto.

248

Page 264: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.59. Porcentaje de materia orgánica en los horizontes analizados.

Materia orgánica

o

1.5-

^ 1 -

0,5-

0

i

A r"' ^^\/v^^ ¡ V ¡ J « ® ' - i ' - / ¡

é 'VVVVVVV'Vvo* zonas

7.3.1.6.- NITRÓGENO TOTAL

El contenido en nitrógeno total de los horizontes analizados varia entre el 0,02 y

el 0,09 %, (tabla 6.45) considerándose un contenido mínimo para el crecimiento de cul­

tivos no leguminosos el 0,5 % N (Urbano Terrón, 1989), con lo que estamos en unos

contenidos 5 a 25 veces inferiores.

El nitrógeno de OD-B(a) debe estar relacionado con el aporte de 10-20 mg/1 en

forma de nitratos que vimos en el capítulo de aguas, mientras que en LOM encontrare­

mos nitrógeno amoniacal procedente de deyecciones animales. Por otra parte, los

contenidos de OD-A y OD-C, con ser muy parecidos deben tener orígenes distintos,

pues OD-A, como ya se ha comentado, no recibe aportes directos del río. Al ser zona

de pastizal, debe proceder de la escasa materia orgánica animal que recibe.

7.3.1.7.- FÓSFORO

Todos ios horizontes analizados, salvo los de OD-A, se caracterizan por los bají-

simos contenidos de fósforo (tabla 6.45; figura 7.61). Se considera un horizonte pobre

en fósforo a aquel que tiene unos contenidos inferiores a 5 mg P205/kg suelo en el ex­

tracto (Olsen) o a 7 mg PaOg/kg suelo (Bray), con lo que nos encontramos en OD-A con

un suelo medio e incluso rico en el segundo horizonte, mientras que el resto de los hori­

zontes analizados es muy pobre, con contenidos que prácticamente se encuentran en

249

Page 265: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

el umbral de detección del método. El carácter netamente ácido de estos horizontes, y

la abundancia de hierro, facilita la precipitación de P04Fe, muy poiso soluble, lo que

retira al fósforo disponible de !a solución del suelo y de los extractos de saturación.

Figura 7.60. Porcentaje de nitrógeno total en ios horizontes analizados

Nitrógeno total

<í>'-Wá^V>W^ Zonas

Figura 7.61. Porcentaje de fósforo en los horizontes analizados

Fósforo

IR

14-

2

A

A 4

KS A (& Oí & - t # S

o<>^VVV>VVVVvO^ zonas

250

Page 266: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Estos bajos contenidos son coherentes con lo observado en aguas, y debe ser

uno de los factores que explique la ausencia de vegetación no ericácea en estos sue­

los.

7.3.2.- COMPLEJO DE CAMBIO

Con la habitual excepción de OD-A, y en este caso de OD-B(a) el porcentaje de

saturación de bases del complejo de cambio es muy bajo, con casos extremos como los

de OD-D, donde los cationes básicos (K, Na, Ca) suponen un 11 % de la capacidad de

intercambio catiónico (tabla 6.46). Este bajo porcentaje debe estar relacionado con la

presencia de hidrogeniones y cationes metálicos en las sedes de intercambio, pues,

salvo en el caso de OD-B(a), existe una relación entre pH, contenido fácilmente extraí-

ble de metales y déficit de saturación de bases del complejo.

La saturación de OD-B(a) a pesar de su bajo pH y elevado contenido de meta­

les, se explica por el elevado contenido en calcio y magnesio en relación con su capa­

cidad de cambio. Las cantidades de cationes básicos del complejo de cambio, expre­

sadas en mg por kg de suelo, se representan en la figura 7.62

7.3.3.- EXTRACTO DE SATURACIÓN

El análisis del extracto de saturación de los horizontes estudiados (tabla 6.47)

revela una vez más la preponderancia de los sulfates, sobre todo en OD-B(a), donde se

alcanzan los 72, 06 meq/l extracto como consecuencia de los aportes directos del Odie!.

El contenido siguiente es el de LOM, siete veces menor, mientras que el resto de los

puntos presentan valores similares. El contenido en sulfates de OD-A, sin embargo, no

es muy inferior a los del resto de los puntos del río, con lo que podemos pensar en

aportes artificiales.

251

Page 267: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

7.3.4.- METALES PESADOS

7.3.4.1.- CONSIDERACIONES GENERALES

Como quedó ya expuesto en el apartado [5.2.2.4], el uso de la extracción se-

cuencial de metales en suelos ha supuesto una mejor aproximación a la determinación

de la cantidad de metales biodisponibles en el suelo. Sin embargo, una controversia

que añadir a la elección del extractante más adecuado ha sido y sigue siendo el deter­

minar qué parte de estas fracciones se encuentra en forma disponible para las plantas.

En general, se suele considerar que la fracción fácilmente cambiable y la ligada a mate­

ria orgánica sí lo son {Qian et ai., 1996), (Maiz et ai., 1997). aunque no siempre se ha

encontrado una correlación clara entre el contenido metálico en estas fracciones de

suelo y el contenido en planta.

Para nuestro estudio vamos a considerar estas dos fracciones como las disponi­

bles para las plantas. La fracción unida a óxidos de Fe y Mn es un contenido moviliza-

ble, que puede pasar a la solución del suelo si varían las condiciones fisicoquímicas de

éste (Shuman, 1979). El resto, que forma parte de estructuras minerales, es una frac­

ción inmovilizada hasta que los procesos de meteorización no alteren esas estructuras.

De esta manera, en las páginas que siguen reiníerpretaremos los datos de las tablas

6.36 a 6.39 en términos de metales disponibles, movilizables e inmovilizados.

Los datos numéricos correspondientes a cada una de estas fracciones pueden

consultarse en el anejo n° 2, mientras que en el cuerpo del texto incluimos esos mismos

datos, pero en forma de representación gráfica.

7.3.4.2.-COBRE

El cobre es un metal muy tóxico y fácilmente disponible, considerado por la EPA

como un contaminante prioritario. Las cantidades de cobre total para suelos normales y

contaminados, según diversos autores, se recogen en la tabla 7.20. Podemos tomar

como referencia adicional el contenido en Cu de los suelos de Aznalcóilar no contami­

nados por el vertido ya citado (pág. 9) , por ser suelos desarrollados sobre el Cinturón

Ibérico de Piritas, al igual que los de nuestro estudio. En tal caso, los contenidos que se

pueden considerar normales en nuestra zona estarían comprendidos en el intervalo de

los 20 a los 61 \XQ CU /g, con un contenido medio de 37 ng/g. Los suelos contaminados

252

Page 268: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

en el caso citado alcanzaron un contenido máximo de 430 \iq Cu/g, con una media de

107. (López-Pamo ef a/., 1999).

Tabla 7.20. Contenidos normales y tóxicos de cobre total en suelos, según diversos autores

Tipo de suelo

Genera!

General

General

General

General

General

Uso agrícola

Uso infantil (parque)

Uso agrícola (pH < 7)

Protección de ecosistemas

Suelo normal (|j.g Cu/ g suelo seco)

2-100

3-100 (moda 25)

1-150

2-100 (media 20)

-

-

-

-

-

Suelo contaminado (^g Cu/ g suelo seco)

60-125

-

-

>100

>50

>300

>7,50

>50

>310

Referencia

(Ross, 1994b)

(Bonneau yBouchier, 1987)

(Baker, 1995)

(Martin, 1994)

(McGrath,1994)

(Guptaetal., 1996)

(Nyamangara, 1998)

(CAPV, 1994)

(CAPV, 1994)

(CAPV, 1994)

El Cu fonna con facilidad compiejos orgánicos (Encabo Checa etal., 1997), pe­

ro es mucho más fuerte su unión a óxidos de Fe y Mn, al quedar ocluido en su red

(Shuman, 1985), con lo que el cobre unido a óxidos no se considera disponible.

Los contenidos totales en Cu de todos los horizontes analizados, salvo los de

OD-A, superan el valor de 100 ]j,g/g, citado a menudo como umbral de contaminación,

dándose casos extremos como los de OD-B(a), con 653 ng/g (tabla 6.39). En éste, su

mayor proporción de arcilla y de materia orgánica debe permitir una mayor fijación del

cobre aportado. Análogamente podríamos decir de OD-D (451,62 ng/g), con una gra-

nulometría y contenido en materia orgánica similar; y aunque los aportes de cobre son

menores en este punto (el contenido en aguas prácticamente se marrtiene igual al de

OD-C, salvo en verano, figura 7.38) la retención debe ser mayor. Es de destacar que en

estos dos puntos se dan los mayores ejemplares de E. andevalensis observados en

nuestro estudio.

En OD-A el Cu total desciende ligeramente en profundidad, pero ese comporta­

miento no se da en la fracción fácilmente extraíble, que prácticamente permanece igual

en los tres horizontes, ni en la fracción ligada a óxidos, que aumenta considerablemente

en el segundo horizonte (tabla 6.37). Dado su alto contenido en Fe (y bajo en Mn), la

253

Page 269: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

retención de metales en este horizonte depende sobre todo de ia adsorción por óxidos

de hienro. En OD-B(b) y OD-C los contenidos de Cu permanecen prácticamente iguales.

Respecto al fraccionamiento del Cu entre las fases consideradas, el orden es e¡

siguiente:

0D-A1

0D-A2

OD-A3

OD-B(a)

OD-B(b) 1

OD- Bb 2

0D-C1

0D-C2

OD-D

LOM

E < OX < MO

E < OX < MO

OX < E < MO

E < OX = IVIO

E < OX < MO

E < MO < OX

E « MO < OX

E « OX<MO

E < OX < MO

E < OX < MO

E fracción extraíbie con nttraío amónico

OX fracción ligada a óxidois de Fe y iVin

MO fracción ligada a materia orgánica

= contenidos similares (± 5 %)

« contenidos muy superiores (x 10)

En general, parece corrfirmarse la tendencia del Cu a unirse a la materia orgáni­

ca, alcanzando los niveles más altos en esta fracción a pesar de su escaso contenido,

salvo en OD-B{b) 2 y OD-C 1, donde la parte asociada a óxidos de Fe y Mn es ligera­

mente mayor.

Aunque el mayor contenido pseudototal de Cu corresponde a OD-B(a), el mayor

riesgo de toxicidad por Cu se da en OD-D, con un contenido disponible de 86,58 p,g/g

(figura 7.62). Este valor supera a! dado por algunos autores para el contenido total (ta­

bla 7.19) y debe corresponder a los aportes ácidos de sales metálicas ya comentados al

hablar de las aguas.

254

Page 270: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

El siguiente valor de Cu disponible pasa a ser menos de la mitad: OD-B{a),

38,02 fj.g/g. En este punto destaca sobre todo la cantidad de Cu inmovilizado, quizá

procedente del mineral de cobre de las masas minerales cercanas, que ha quedado

depositado en la superficie de la isleta fluvial durante una crecida. Este contenido con­

trasta con los observados en la misma zona de muestreo junto a la orilla, en OD-B(b),

así como en OD-C, ligeramente superior a este último. LOM tiene un contenido inter­

medio entre OD-C y OD-D; aunque ya se ha comentado que el material mineral de LOM

es menos rico en Cu, su capacidad de retención es algo mayor.

Figura 7.62. Disponibilidad de Cu (|ig/g suelo) en los horizontes analizados. Valores numéricos en las columnas fuera de escala.

Cu

^ rj^Oi

LF

Zonas

hmovifizado

^ / Movilizabte

DisponS le

7.3.4.3.- HIERRO

El hierro es un oiigoeiemento esencial para las plantas, y la toxicidad por este

elemento en suelos es rara, con lo que carece de sentido plantearse unos niveles "lí­

mite" de contenido, (la presencia de pisolitos o petroférricos, sin ser "contaminación",

proporciona valores elevadísimos de este metal). Sin embargo, suelen considerarse

como contenidos más comunes los comprendidos entre los 10 y los 50 mg Fe/g suelo.

Tomando como referencia el nivel de hierro en suelos de Aznalcóllar no contaminados,

el intervalo de valores normales se extiende de 23 a 40 mg/g, con una media de 23 mg,

mientras que en suelos contaminados se alcanzaron los 86,7 mg Fe/g, con un conteni­

do medio de 37,3. (López-Pamo et a/., 1999). Así, las muestras con más de 50 mg Fe/g

pueden considerarse con un contenido excesivo de este metal. Los valores más eleva-

255

Page 271: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

dos corresponden a OD-B(a) —87,18 mg Fe/g— y LOM —111,91 mg Fe/g—, ambos

por encima dei límite observado tras el vertido tóxicx), mientras que OD-C y OD-D

(60,61 y 63,39 mg/g respectivamente) no se sitúan demasiado lejos del límite comenta­

do (tabla 6.39). Como en el caso anterior, consideramos hierro en fom ia disponible el

fácilmente extraíbie y e! ligado a materia orgánica.

El contenido de OD-B(a) tiene su correspondencia con ef contenido en Cu, ya

comentado, y debe tener el mismo origen, por lo que destaca todavía más que en el

caso anterior la desproporción entre el contenido disponible y ei inmovilizado (figura

7.63). La mayor cantidad presente en LOM se justifica, como quedó comentado en el

punto 7.2.5.2, por la mayor riqueza en hierro del material geológico de partida.

El Fe pseudototal parece tener cierta tendencia a alcanzar contenidos más ele­

vados en los horizontes inferiores, por lo que debe proceder del material parental. El

contenido ligado a materia orgánica sigue la lógica tendencia a disnninuir en profundi­

dad, salvo en OD-C, donde sus mínimos contenidos pennanecen prácticamente iguales

en ambos horizontes.

El fraccionamiento del Fe entre las fases de suelo consideradas sigue lógica­

mente en todos los horizontes la secuencia E « MO « OX. El contenido de hien-o fá­

cilmente extiraíbie es muy bajo, mientras que el contenido en materia orgánica es mayor

que el del Cu, lo que coincide plenamente con lo observado por Shuman (1985) al

comparar diversos tipos de suelo.

Si todos los contenidos inmovilizados resultan muy altos, destacan especial­

mente los de OD-B(a) y LOM (figura 7.63), que atribuimos, como en el caso del Cu, a

la presencia de partículas minerales no incorporadas.

256

Page 272: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.63. Disponibilidad de Fe (mg/g suelo) en los horizontes analizados. Valores numéricos en las columnas fuera de escala.

40000,00

30000,00

20000,00

10000,00

0,00

Fe

Inmovifizado LKLK

ü Q n& a Q ^ a& 0/rA>y^^^ H 1 \ 1 ( - I — \ '(-

Jf^ ^ y' ^ ^ ^ fl?> <??>' « ' ^ «í-» /45" v^ ^ .o\.o^^í^.o^

Zonas

7.3.4.4.- MANGANESO

La toxicidad por manganeso es uno de los principales efectos adversos obser­

vados en tas plantas crecidas en suelos ácidos. Los contenidos considerados normales

en suelos oscilan entre los 100-200 .g Mn/g suelo y los 2000-3000, aunque los más

frecuentes son del orden de 1000 |ag/g (Ross, 1994b) (Bonneau y Bouchier, 1987).

Los horizontes analizados no llegan a superar eí contenido modal de 1000 |xg/g

citado, salvo OD-B(a), con 2190,63 \LQ/Q (tabla 6.39), que recibe los aportes de la for­

mación manganesífera. Contrariamente a otros metales, es de destacar el bajo conteni­

do de OD-D, y sobre todo de LOM, que estaría incluso por debajo del nivel considerado

"normal" cuando en el agua tiene contenidos comparables al curso medio del Odiel.

Salvo en OD-A, el contenido total de Mn aumenta en profundidad, pero este au­

mento es mucho más claro en la fase ligada a materia orgánica, que llega a contenidos

hasta 6 veces mayores en el horizonte Inferior de OD-B(b). Debe producirse entonces

un arrastre en la forma soluble Mn^* antes de estabilizarse en forma de óxidos (fracción

movilizable). En OD-C se da un proceso similar, aunque no hayamos detectado esa

acumulación de óxidos, que probablemente se produzca en la base del perfil. Destaca

aún más que en otros metales estudiados la elevada cantidad de Mn Inmovilizado (2190

^g/g en OD-B(a)), que atribuimos a la sedimentación de mineral procedente de la for­

mación manganesífera que el Odiel atraviesa en el tramo OD-A a OD-B.

257

Page 273: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.64. Disponibilidad de Mn (^g/g suelo) en ios horizontes analizados. Valores numéricos en columnas fuera de escala

Mn

InmoviBzado

é^é>^é>'-é>y^é^é^é^ V

Zonas

El fraccionamiento del Mn entre las diversas fases sigue esta distribución.

OD-A1

0D-A2

OD-A3

OD-B{a)

OD-B(b) 1

OD- Bb 2

OD-C1

OD-C2

OD-D

LOM

E « MO < OX

E « MO < OX

MO < E < OX

E = MO < OX

E « MO < OX

E « OX < MO

E « MO = OX

E « OX < MO

E « MO « OX

MO < E < OX

El comportamiento más frecuente es la fijación mayoritaria del manganeso como

óxido, como cabía esperar. Sin embargo, existen excepciones a este comportamiento

general: a) los horizontes inferiores de OD-B(b) y OD-C, con un contenido especial­

mente ligado de Mn ligado a materia orgánica, ya comentado; b) OD-A 3, con cantida­

des fácilmente extraíbles comparativamente muy elevadas (22,96 ^ig/g), que deben

proceder de la banda de cantos situada inmediatamente encima; c) LOM, que con el

mismo patrón, destaca por su escasez de Mn.

258

Page 274: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

7.3.4.5.- ZINC

El zinc es un metai muy tóxico y fácilmente disponible, considerado por la EPA

como un contaminante prioritario. Las cantidades de zinc total para suelos normales y

contaminados, según diversos autores, se recogen en la tabla 7.20. Según la referencia

del contenido en Zn de los suelos de Aznalcóllar no contaminados, pueden considerar­

se normales los contenidos comprendidos entre los 57 y los 141 jig Zn/g, con un conte­

nido medio de 103 fxg/g. Los suelos afectados por el vertido mostraron un contenido

máximo de 1857 fig Zn/g con una media de 472. (López-Pamo et al., 1999). En los hori­

zontes analizados en este trabajo las cantidades de Zn oscilaron entre los 22 jxg /g de

OD-A 3 y los 267 ¡ig/g de LOM (tabla 6.39), con lo que no podemos hablar de contami­

nación, salvo en OD-B(a) y LOM, que tienen valores de Zn total superiores a los habi-

tualmente considerados nonnales, sin embargo, OD-D tiene un contenido en Zn dispo­

nible muy similar al de LOM {figura 7.65).

Aunque la toxicidad para las plantas es baja, el parámetro del que depende la

toxicidad por Zn es la relación Zn / Ca, pues el segundo compite con él. Esta relación

para los horizontes analizados se presenta en la tabla 7.22, resultando OD-D el punto

potencialmente más peligroso.

Tabla 7.21. Contenidos normales y tóxicos de zinc total en suelos según diversos autores

Tipo de suelo

General

General

General

General

General

General

Uso agrícola {pH < 7)

Protección de ecosistemas

Suelo normal (p.g Zn/ g suelo seco)

10-300

10-300 {moda 40-50)

10-109

17-125

-

-

Suelo contaminado (ixg Zn/ g suelo seco)

70-400

-

>300

-

>300

>200

>150

>1200

Referencia

(Ross, 1994b)

(Bonneau and Bouch-

ier, 1987)

(Kiekens, 1995)

(Martin, 1994)

(McGrath,1994)

(Guptaetal., 1996)

(CAPV, 1994)

(CAPV, 1994)

259

Page 275: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.22- Relación entre Zn disponible y Ca de cambio en los horizontes analizados

Horizonte

OD-A1

OD-A2

OD-A3

OD-B(a)

OD-B(b) 1

OD-B(b) 2

OD-C1

0D-C2

OD-D

LOM

Relación Zn / Ca

0,00

0,00

0,00

0,02

0,07

0,11

0,03

0,02

0,12

0,08

El contenido total de Zn muestra una ligera tendencia a ser mayor en los hori­

zontes inferiores, aunque esa tendencia es ¡a inversa en el caso de las tres fracciones

analizadas (salvo en el paso 0D-A2 a OD-A 3) como consecuencia de la absorción por

las raíces de las plantas en horizontes más profundos (Pérez Can-eras, 1991). Por lo

tanto el contenido que aumenta es e! residual, ligado ai material parental.

El fraccionamiento del Zn entre las diversas fases de cada horizonte es el si­

guiente:

0D-A1

OD-A 2

OD-A 3

OD-B(a)

OD-B(b) 1

OD- Bb 2

OD-C1

0D-C2

OD-D

LOM

E < MO < OX

E « MO < OX

E < MO < OX

MO < OX < E

E < MO < OX

E < MO < OX

E < MO < OX

E < MO < OX

MO < OX < E

E < MO < OX

El zinc de ¡os horizontes analizados se asocia preferentemente a los óxidos de

Fe y Mn, como han observado otros autores (Costa et al., 1988) (Shuman, 1985). El

comportamiento de OD-B(a) y OD-D, con contenidos comparativamente mayores de Zn

260

Page 276: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

extraíble hay relacionarlo con la mayor densidad de vegetación de estos puntos {E. an-

devalensis) y contenido en materia orgánica, pues facilita la formación de complejos

solubles. Así, generalmente existe una correlación positiva entre Zn y materia orgánica

(Shuman, 1985). En nuestro caso, ese coeficiente de correlación lineal es de 0,81 (p =

0,0041).

La mayor cantidad de metal inmovilizado corresponde, como a otros casos, a

OD-B{a) y LOM (figura 7.65), que atribuimos al material parental.

Figura 7.65. Disponibilidad de Zn (fig/g suelo) en los horizontes analizados. Valores numéricos en columnas fuera de escala

Zn

m /Ji

rz

lylyíyíyly

~a

/ kimovizado

a n ¿Z^ Q Q Q Q Q i ^ / Movfeable

^ ^ ^ W& 9 0 £?& 1^/Disponibte -f i 1 —I - I -

> J\^ .'b

Zonas

7.3.4.6.- PLOMO

El Pb es otro de los metales muy tóxicos considerado por la EPA como contami­

nante prioritario. Sus contenidos en suelos normales y contaminados, según distintos

autores, se recogen en la tabla 7.22. Si como en otros casos tomamos la referencia de

los suelos de Aznalcóllar no contaminados, encontramos el intervalo que se extiende

desde los 20 a los 58 ^g Pb/g, con un valor medio de 36. Los suelos contaminados al­

canzaron un contenido de 949 |ig Pb/g, siendo 171 su media. En los horizontes anali­

zados en el presente trabajo, los contenidos de plomo van de los 7,5 fig/g de OD-A 3 a

los casi 540 de LOM (tabla 6.39). Así, todos nuestros suelos, salvo los de OD-A, pre­

sentan cierto grado de contaminación, que podemos calificar de inequívoca en el caso

de OD-B(a) —468,55 ^g Pb/g—, OD-D —465,97 ^g Pb/g— y LOM —539,88 ^g Pb/g—.

261

Page 277: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.23. Contenidos normales y tó»cos de plomo total en suelos según diversos autores

Tipo de suelo

General

General

General

General

General

General

Uso infantil

Uso residencial

Uso industrial

Uso agrícola {pH < 7)

Protección de ecosistemas

Suelo normal (tig Pb/ g suelo seco)

2-200

40

5-40

2-200

-

-

-

-

-

-

-

Suelo contaminado (jig Pb/ g suelo seco)

100-400

-

-

-

>100

>50

>150

>500

>1000

>50

>330

Referencia

(Ross, 1894b)

(Daviesr, 1995)

(Gutiérrez Maroío et ai, 1997)

(yaríin, 1994)

{McGrath,1994)

(Guptaeía/., 1996)

(CAPV, 1994)

(CAPV, 1994)

(CAPV, 1994)

(CAPV, 1994)

(CAPV, 1994) 1

El contenido total de Pb y el contenido ligado a óxidos tiende también a aoimu-

larse en los horizontes inferiores. Respecto a la fracción ligada a materia orgánica, en

OD-A y, sobre todo, OD-C sigue un comportamiento similar ai visto para el Mn: incre­

mento en los horizontes inferiores respecto a los superiores, mientrais que en OD-B(b)

las diferencias entre ambos horizontes es mínima. El Pb presenta también gran afinidad

por la materia orgánica (Bertheisen et al., 1995) pero como resultado de esta afinidad

puede formar tanto complejos insolubles como solubles (Pérez Carreras, 1991). En los

horizontes analizados efectivamente existe cierta correlación entre Pb disponible y

contenido en materia orgánica (r= 0,8117, p= 0,0044) y, dada su ligera acumulación en

profundidad, interpretamos que se forman complejos solubles capaces de alcanzar los

niveles inferiores del perfil. En el caso de OD-B(b) probablemente exista una saturación

por manganeso que impida una complejación mayor del Pb. La cantidad de plomo fá­

cilmente extraíble estuvo en la mayoría de los casos por debajo del límite de detección.

El fraccionamiento del Pb entre las diversas fases sigue en todos los horizontes

el orden E < MO < OX, como suele ser habitual en los metales estudiados. Su disponi­

bilidad es baja (figura 7.^), destacando sobre todo LOM, que conajerda con su eleva­

do contenido de Pb en aguas. Del mismo orden o incluso mayor era el aporte de Pb en

OD-D, pero en este punto debe quedar más fijado por los ó)ddos de hierro y mangane­

so.

262

Page 278: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.66. Disponibilidad de Pb (iig/g) en los horizontes analizados. Valores numéri­cos en columnas fuera de escala

Pb

•5 ^ . -« . . -g- -ñ --§ -fí S

«t **> N «- eo ^

V 1- k — J 1. L i 1— -+ h - 4

( f - c p o< -" * ' o < y > ' V

Zonas

7.3.4.7.- NÍQUEL

El níquel es otro metal tóxico y fácilmente disponible, considerado contaminante

prioritario por la EPA. Sin embargo, como ya dijimos en la parte general, su toxicidad

aguda para el hombre es muy baja. Ni y Co tienden a aumentar en suelos con una es-

textura más fuerte, pero su concentración se ve muy poco influida por fuentes poten­

ciales de contaminación. Así, los altos contenidos de este metal en el suelo suelen pro­

ceder del material parental, y no son indicativos de contaminación (Kadar y Koncz,

1993). Los contenidos más habituales para suelos normales y teóricamente contamina­

dos, según diversos autores, se dan en la tabla 7.24. En nuestra referencia habitual, los

suelos de Aznalcóllar, encontramos unos contenidos en suelos naturales que varían

entre los 25 y los 41 \MQ Ni/g suelo, con una media de 36, mientras que en los suelos

contaminados los contenidos fueron incluso menores: de 11 a 34 |.ig/g con una media

de 24. Así, la influencia de los lodos mineros en el aporte de Ni parece despreciable.

263

Page 279: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabia 7.24. Contenidos normales y tóJdcos de níquel total en suelos según diversos autores

Tipo de suelo

General

Sobre serpentinas

General

Uso infantil

Uso residencial

Uso industrial

Uso agrícola (pH < 7)

Protecdón de ecosistemas

Suelo normal ((ig Ni/ g suelo seco)

10-1000

100-7000

-

-

-

-

-

-

Suelo contaminado (pg NI/ g suelo seco)

>100

-

>50

>200

>700

>1300

>30

>280

Referencia

(Ross, 1994b)

{WlcGrath,1994)

(Guptaeía/., 1996)

(CAPV, 1994)

(CAPV, 1994)

(CAPV, 1994)

(CAPV, 1994)

(CAPV, 1994)

El contenido en Ni tota! de los horizontes analizados en este trabajo es bastante

uniforme, oscilando entre los 7,5 y los 19,4 ^g/g, (tabla 6.39) con lo que más bien ha-

bria que destacar estos suelos por su bajo contenido en comparación con los del entor­

no. El Ni presenta una elevada actividad biológica, con lo que su comportamiento más

habitual es su acumulación en Ja superficie de! suelo a! ser absorbido por las raíces de

las plantas (Goldschmitd, 1958 en Menezes de Sequeira, 1969). Sin embargo, ese

comportamiento sólo lo encontramos en OD-A. En OD-B y OD-C observamos, como en

otras ocasiones, un incremento en la parte inferior del perfil, sea procedente del mate­

ria! pareníai o de! descenso de complejos orgánicos de Ni a través de los horizontes

más arenosos. Atendiendo al comportamiento de las diversas fracciones, e! indicado

para la fracción total se repite en la fracción ligada a materia orgánica pero no en la

ligada a óxidos ni en la fácilmente extraíble.

El fraccionamiento de! Ni entre ias diversas fases de cada horizonte sigue en to­

dos ios casos la secuencia E < MO < OX, que es la más habitual en los metates anali­

zados por la escasez de materia orgánica y la abundancia de hienro y manganeso.

Si el contenido de Ni es bajo, la parte disponible es aún menor (figura 7.67), al­

canzando su máximo en OD-B(a) (0,50 .g Ni /g suelo). Como consecuencia de no pro­

ceder directamente de los yacimientos de sulfuros, encontramos la situación atípica de

que OD-A tiene unas cantidades de Ni comparables al resto, y mayores en forma dis­

ponible.

264

Page 280: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultadas

Figura 7.67. Disponibilidad de Ni (ixg/g) en los horizontes analizados. Valores numéricos en columnas fuera de escala

Ni

Z ^

-F

í a /^

/7i

Ly

^ ni

9 0 ^ Q Q Q ^ £ ^ £ i ^ /D isponib le

Inmovilizado

Moviliza ble

o<>-v^>v>v^>y°^'^°'

7.3.4.8.- CROMO

La baja solubilidad del cromo, sobre todo del Cr(lll), que es la forma predomi­

nante en los suelos, hace que las manifestaciones tóxicas en plantas sean raras. Los

contenidos más habituales para suelos normales y teóricamente contaminados, según

diversos autores, se dan en la tabla 7.25. Según la referencia de los suelos de Aznalcó-

llar no contaminados, las cantidades de Cr presentes oscilan entre los 77 y los 99 p.g Cr

/g suelo, con una media de 88. En suelos contaminados, los valores hallados estuvieron

comprendidos entre 37 y 105, con una medía de 72. Como en el caso del níquel, el

aporte contaminante no produjo cargas de cromo apreciables.

El contenido en Cr pseudototal de los horizontes analizados es muy bajo (tabla

6.39): oscila entre los 14 y los 35 |xg Cr/g, y además los máximos corresponden a OD-

A. Relacionado con este bajo contenido total, el contenido fácilmente extraíble fue en

todos los casos inferior al umbral de detección del método.

Respecto a la variación entre horizontes sucesivos, OD-A muestra un compor­

tamiento análogo al visto en Fe, Zn y Pb, con un aumento en el horizonte intermedio.

Este comportamiento se repite en la fase ligada a materia orgánica (como el Fe) y en la

fase ligada a óxidos de hierro y manganeso (como Fe y Zn).

265

Page 281: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7,25. Contenidos normales y tó)dcos de cromo total en suelos según diversos autores

1 Tipo de suelo

General

General

General

Uso infantil (parque)

Uso residencial

Uso industrial

Uso agrícola (pH < 7)

Protección de ecosistemas

Suelo normal {\ig Crf g suelo seco)

5-100

-

-

-

-

-

-

-

Suelo contammado (lig Cr / g suelo seco)

75-100

>100

>75

>200

>700

>1300

>100

>165

Referencia

(Ross, 1994b)

{WicGrath,1994)

(Guptaetal., 1996)

(CAPV, 1994)

(CAPV, 1994)

(CAPV, 1994)

(CAPV, 1994) j

(CAPV, 1994)

En OD-B(b) hay una ligera acumulación en e! segundo horizonte, como en todos

metales vistos hasta ahora, mientras que los contenidos ligados a materia orgánica

permanecen prácticamente constantes (comportamiento similar a Ni y Pb). En OD-C ios

contenidos son prácticamente iguales.

El fraccionamiento del Cr entre las diversas fases de cada horizonte refleja su

asociación mayoritaria a la materia orgánica en aquellos puntos donde ésta es un poco

más abundante. Sin embargo, la gran mayoría del Cr aparece asedado a la fracción

residual (figura 7.68)

0 D - A 1

0 D - A 2

OD-A3

OD-B(a)

OD-B(b) 1

OD- Bb 2

0D-C1

0D-C2

OD-D

LOM

E < OX < MO

E < OX < MO

E < O X = M O

E < OX < MO

E < MO < OX

E < MO < OX

E < MO < OX

E < MO < OX

E <OX < MO

E < OX < MO

266

Page 282: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de rcsuliados

Excluyendo OD-A, donde la cantidad de cromo asociado a materia orgánica es

muy alta respecto al contenido total de materia orgánica presente, la correlación entre

ambos parámetros es bastante elevada (r ~ 0,92; p~ 0,029).

Figura 7.68. Disponibilidad de Cr {yiglg) en ios horizontes analizados. Valores numéricos en columnas fuera de escala

Cr

V- ^^ ^^cf<^'^<P^ O ^^ <P O^

_ Inmovilizado

^ 7 Moviliza ble

Disponible

7.3.4.9.- COBALTO

El cobalto no es un metal que plantee problemas de toxicidad por presentarse

en bajas concentraciones. Se han propuesto cantidades normales en suelo que van de

los 0,05 a los 300 ).ig Co/g (Smith y Paterson, 1995), mientras que los valores conside­

rados tóxicos, según usos del suelo, van de 20 a 210 ng/g (Gupta etal., 1996). Los sue­

los de Aznalcóllar no contaminados presentaron contenidos entre 10 y 17 ng Co/g, con

una media de 14, Los suelos contaminados, entre 3 y 20 fig/g con una media de 12

{López-Pamo etal., 1999), con lo que resulta de aplicación lo dicho para Ni y Cr.

Los horizontes analizados alcanzan un contenido máximo de 20,75 |_ig/g en

LOM (tabla) con lo que puede existir una ligera contaminación.

En OD-A existe una mayor acumulación de contenido total en el segundo hori­

zonte (análogamente a Fe, Zn, Pb y Cr), en OD-B(b) no hay una variación apreciable,

mientras que OD-C presenta la tendencia inversa, sin embargo, la fracción ligada a ma-

267

Page 283: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resuliados

teria orgánica y a óxidos de hierro y manganeso es significativamente más alta en los

horizontes superiores. La fracción fácilmente disponible es casi inapreciable, salvo en

OD-A 3 y OD-B{a).

La cantidad de cobalto asociada a cada uno de los horizontes sigue el siguiente

orden E< MO < OX en todos ios horizontes, que, como hemos visto, es el patrón más

general, dada la cantidad de Fe y Mn en nuestros horizontes y su escasez en materia

orgánica.

Como en los metales anteriores, los contenidos disponibles más altos corres­

ponden a OD-A (figura 7.69), donde la diferencia entre la parte inmovilizada y las frac­

ciones móviles o movilizables disminuyen.

Figura 7.69. Disponibilidad de Co ((ig/g) en los horizontes analizados. Valores numéri­cos en columnas fuera de escala

Co

_ Inmovilizado

0 0 ^ 0 ^ Movilizable

^ O ¿y Q n Disponible

í^ J^ _P ^O x*^ o-

Zonas

7.3.4.10.-CADMIO

El cadmio es un metal fuertemente tóxico para plantas y animales, por lo que la

determinación de las cantidades potencialmente tóxicas ha recibido mayor atención.

Las cantidades consideradas normales e indicativas de contaminación según diversos

autores se recogen en la tabla 7.26.

268

Page 284: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.26. Contenidos normales y tóxicos de cadmio total en suelos según diversos autores

Tipo de suelo

General

General

General

Genera!

General

Uso infantil

Uso residencial

Uso industrial

Uso agrícola (pH < 7)

Protección de ecosistemas

Suelo normal (fig Cd/ g suelo seco)

0,01-7

< 1

-

0,01-1,1

-

-

-

-

-

-

Suelo contaminado (fig Cd / g suelo seco)

3-8

-

> 3

-

>0,8

>15

>50

>100

>0,8

>15

Referencia

(Ross, 1994b)

(Alloway, 1995)

(McGrath,1994)

(Martin y Bullock, 1994)

(Guptaefa/., 1996)

(CAPV, 1994)

(CAPV, 1994)

(CAPV, 1994)

(CAPV, 1994)

(CAPV, 1994)

Los contenidos totales oscilan entre fos 14 y los 32,14 \LQ Cd/g, con lo que en

principio podríamos considerar niveles de contaminación por Cd en nuestros suelos. Sin

embargo, el contenido de OD-A, a priori no sometido a contaminación, llega a los 23 ¡.ig

Cd/g. Así, ios suelos contaminados por Cd en nuestra zona se reducirían a OD-B(a),

LOM y sobre todo OD-D, donde se alcanza el máximo, y señalamos de nuevo que en

OD-B(a) y OD-D se dan los ejemplares mejor desarrollados de E. andevalensis.

El contenido total de Cd sigue en OD-A una distribución similar a la vista en Co,

Cr, Pb, Zn y Fe, mientras que en OD-B(b) el contenido es mayor en el horizonte super­

ficial, y en OD-C la tendencia es la inversa. Más uniforme es el comportamiento de la

fracción ligada a materia orgánica, que en general es menor en los horizontes inferio­

res, comportamiento análogo al de la fracción ligada a óxidos de Fe y Mn, salvo en el

caso de OD-B(b). Entre los contenidos fácilmente disponibles destaca el de OD-B(a)

(0,78 |xg Cd / mg suelo), que casi alcanza el límite definido para el contenido total en las

opciones más conservadoras de la tabla 7.26.

La distribudón del Cd entre las diversas fracciones sigue el orden más habitual

E < MO < OX en todos los horizontes.

Destaca la proporción de Cd en la fracción inmovilizada, respecto a otros meta­

les (figura 7.70)

269

Page 285: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusicm de resultados

Figura 7.70. Disponibilidad de Cd (n g/g) en ios horizontes analizados. Valores numéri­cos en columnas fuera de escala

Cd

0 Q Q £ ? £ y £ J ^ g ¿ 7 / Disponible

CPWVV»>V^^ Zonas

7.3.4.11.-RESUMEN

Los suelos donde se desarrolla E andevalensis analizados en este trabajo se

caracterizan por los siguientes aspectos:

• Alta proporción de arena

• pH muy ácido

• Contenidos muy bajos de materia orgánica y fósforo

• Elevados contenidos de sulfates y metales

Los metales que alcanzan en el suelo contenidos potencialmente tóxicos de

metales pesados son cobre, plomo, zinc y cadmio. El manganeso no llega a superar el

contenido modal de suelos no contaminados (1000 ¡ag/g) salvo en 0D-8(a), debido a los

aportes de la formación manganesífera.

El cobre predomina en la fracción ligada a materia orgánica y alcanza valores

muy elevados en OD-D, el punto a priori más peligroso. El contenido a lo largo de cada

perfil experimenta pocas variaciones

El Pb se encuentra a niveles de contaminación en todos los horizontes analiza­

dos, con la excepción de OD-A, siendo estos niveles especialmente elevados en el ca-

270

Page 286: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

SO de OD-B(a), OD-D y LOM. Se asocia sobre todo a óxidos de Fe y Mn, y tiende a

acumularse en los horizontes inferiores.

Las cantidades más altas de Zn corresponden a OD-B(a) y LOM, aunque si

atendemos a la relación Zn/Ca, el punto con mayor toxicidad debe ser OD-D, donde

esta relación es menor.

El Zn se asocia preferentemente a los óxidos de Fe y Mn, aunque en aquellos

puntos donde la densidad de vegetación es mayor, los contenidos extraíbles también lo

son debido a la formación de complejos solubles con materia orgánica.

El Cd presenta niveles de toxicidad en OD-B{a), LOM y OD-D, donde se alcanza

el máximo. Se asocia preferentemente a óxidos de Fe y Mn. El contenido ligado a mate­

ria orgánica es menor en los horizontes inferiores, mientras que en el contenido total no

se aprecia un patrón definido.

7.4.- PLANTAS

7.4.1.- DEPURACIÓN DE DATOS

Para la depuración de los datos que podían distorsionar el tratamiento estadísti­

co se ha llevado a cabo la identificación de los valores atípleos, siendo estos ios situa­

dos más allá de los límites Qi-1,5 Rl, 03+1,5 Rl, con Qi, Q3 primer y tercer cuartil res­

pectivamente, y Rl rango intercuartíiico. En líneas generales se han considerado datos

distorsionantes aquellos con carácter atípico tanto en el conjunto de todas las zonas

como dentro de su propia zona. Para los datos atípleos sólo con relación a su grupo se

ha empleado un criterio más restrictivo, eliminándolos si era atípico extremo (más allá

de los límites Qr 3 Rl, Q3 + 3 Rl) o si, no cumpliendo esta condición, distorsionaba gra­

vemente la normalidad del grupo.

Se ha contrastado la normalidad de cada grupo llevando a cabo los test de la

D , Shapiro-Wiiks, test de apuntamiento y test de curtosis, no pudiéndose rechazar la

normalidad de los datos cuando todos los anteriores mostraban unos p-valores por en­

cima de 0,1 (significación del 90 %). Como indicación de la evidencia de cada una de

las muestras a favor de la hipótesis de normalidad de la población de la que proceden,

incluimos en las tablas los p-valores correspondientes al test de Shapiro-Wilks, más

potente para el contraste de normalidad en muestras pequeñas.

271

Page 287: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de restdtadas

7.4.2.- ANÁLISIS DE DATOS

En primer lugar, evaJuaremos los contenidos de metales presentes en E. ande-

valensis para determinar su cx)mporíamiento frente a ¡os metales presentes en el medio

(acumuladora, tolerante, exduyente). Para ello se ha preparado para cada metal una

tabla por muestreo, donde se recogen los estadísticos descriptivos de cada zona y

parte de la planta, tomando como base los datos depurados. La comparación de estos

datos con los existentes en la bibliografía, los de las plantas acompeiñantes recogidas

en las mismas zonas, y los de OD-A, zona no contaminada, serán la base de nuestra

discusión.

Para estudiar las diferencias entre zonas, muéstreos y partes de E. andevalensis

se ha realizado un análisis de fa varianza mulíifacíorial, tomando como factores o trata­

mientos que influyen en el contenido de cada meta! los tres citados, el primero con

cuatro niveles (OD-B, C, D y LOM), y los oíros dos con tres niveles cada uno; julio-

marzo-noviembre, y raíz-tallo-hojas, respectivamente. Los datos de flores no se han

introducido en este análisis por aparecer sólo en el muestreo de julio. Aunque teórica­

mente el método debe aplicarse bajo condiciones de normalidad y homogeneidad de

varianzas, el método es bastante robusto a la desigualdad de éstas, sobre todo cuando

tas mayores varianzas no se asocian a un determinado tamaño de muestra, como es

nuestro caso. La hipótesis de normalidad para cada combinación de factores se cumple

para la mayoría de las involucradas en el análisis, lo que avala su aplticabilidad.

Para determinar cuáles son los grupos que difieren signiñcíativamente, se ha

aplicado el test de Tukey, que con el de Newman-Keuls goza de aceptación más gene­

ral. Entre ambos, el test de Tukey es más conservador, no admitiendo como significati­

vas pequeñas diferencias (Zar, 1996), lo que lo hace más adecuado para trabajos de

campo, con muchos factores que escapan al control de! operador. Para mayor agilidad

de la exposición, incluimos en el texto sólo las tablas ANOVA y las correspondientes

representaciones gráficas, mientras que los test de Tukey se incluyen en el anexo n*" 3.

Todos las concentraciones de metales en los tejidos vegetales, sjalvo Indicación en

contrario, se expresan en ng/g sobre sustancia seca (s.s.s.), para eliminar la variable de

humedad que puede dificultar la comparación de los valores.

272

Page 288: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

7.4.2.1.-COBRE

Los contenidos de cobre en E. andevalensis oscilan entre ios 2,55 |j.g/g en liojas

(LOíW) y los 216,53 jig/g en raíces (OD-C), con una mediana de 18,8. La concentración

en flores oscila entre los 4,16 y los 17,59 ¡ig Cu/g, con una media de 9,77 iigfg, lo que

supone el menor contenido en la planta (tablas 7.27 a 7.29)

Pueden considerarse contenidos normales en plantas los que van de 5 a 20

[ig/g en tejido fresco (Gutiérrez Maroto et al., 1997). Este intervalo coincide significati­

vamente con el propuesto por Ross, que considera plantas normales las que tienen

contenidos de Cu de 4 a 15 fj.g/g en tejido fresco, y plantas contaminadas las que tienen

más de 20 fxg Cu/g. El valor límite de 20 jiig/g concita una rara unanimidad, pues es el

aceptado también por Robson y Reuter (1981) en Pérez Can-eras (1991), Brooks

(1998) y Nyamangara (1998), mientras que Gupta (1998) establece la aparición de sín­

tomas de toxicidad en un intervalo de los 10 a los 70 jxg/g y Baisberg Pállsson (1989)

establece et comienzo de la aparición de síntomas de toxicidad para la mayoría de las

especies en el intervalo 15-25 |j,g/g. Una revisión de los contenidos de Cu en varias

plantas de interés agrícola encontró un máximo de 48,3 ^g/g en espán-ago verde, aun­

que la mayoría de los vegetales analizados presentaban cantidades sustancialmente

menores (Amaro etal., 1994). Estudios sobre contenidos de metales en Betula, Empe-

trum, Ledum y Salix realizados en zonas "vírgenes" como las inmediaciones del lago

Otter, en Canadá, han proporcionado valores medios de Cu de 4,43 ng/g en hojas y

4,91 ng/g en tallos (Chiarenzellieía/., 2001).

Por lo que se refiere a las concentraciones en N. oleander, las diferencias por

muéstreos son escasas (figura 7.71) mientras que éstas sí son apreciables por zonas

(figura 7.72). Tomando los contenidos en OD-A como representativos de las de las

plantas creciendo en suelos no contaminados de la zona, tendríamos unos valores infe­

riores a los 8 fxg Cu/g. El extremo del intervalo de confianza de OD-D puede conside­

rarse una indicación del nivel de Cu esperable en una planta ubicua creciendo en sue­

los contaminados: 28 ¡ig/g. Estos niveles de cobre se superan en varios de los ejempla­

res analizados, pero sitúan muy lejos de ios definidos para los hiperacumuladores (1000

ig Cu/g).

273

Page 289: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.27. Contenidos medios de Cu en Bica andevalensis (p.g/g s.s.s.) PRIiViER MUESTREO (JULIO)

m I

Q O

ü t

D O

Q ó O

2 O

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

min

80,49

17,39

11,96

7,03

145,54

18,05

4,41

8,19

103,82

24.62

8,1

5,08

31,06

8,04

3,53

4,16

max

84,10

37,35

28,17

11,05

216,53

43,53

24,09

17,59

130,87

42,41

17,22

15,91

48,28

18,64

10.45

9,06

n

2

9

10

9

2

9

10

9

2

9

10

10

2

9

10

10

X

82,30

28,23

18,17

9,40

81,04

28,49

14,82

12,91

17,35

35,34

12,28

11,00

39,67

12,29

6,08

6,05

Me

31,29

16,77

9,67

26,67

12,20

12,82

37,9

11,93

10,75

12,23

5,45

5,54

DT

2,55

7,42

4,94

1,17

50,20

7,4^

6,5:3

3,30

19,13

6.62

3,15

3,24

12,18

4,11

2,5

1,75

p-vator ^^

-

0,36

0,55

0,58

-

0,24

0,13

0,65

-

0,12

0,71

0,87

-

0,12

0,14

0,24

' Correspondiente at contraste de normalidad de Shapiro-Wilks

274

Page 290: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.28. Contenidos medios de Cu en Erica andevalensis (p.g/g s.s.s.) SEGUNDO MUESTREO (IVIARZO)

m 1

Q O

O ó O

Q 1

Q O

2 O

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

min

54,19

14.28

6,95

81,34

12,61

6,17

54,77

11,38

4,48

27,06

12,62

2,82

max

125,01

32,21

12,84

160,03

32,53

12,86

149,09

29,21

15,64

52,90

23,92

9,85

n

2

10

10

2

9

10

2

8

9

2

9

19

X

89.60

21,31

8,84

120,70

23,16

8,91

101,93

19,40

8,13

39,98

18,98

7,46

Me

20,63

7,93

21,58

8,92

20,19

6,24

19,76

7,76

DT

50,08

6,32

1,98

55,64

5,95

2,29

66,69

6,32

4,01

18,27

3,33

2,31

p-valor ^^

-

0,31

0,05

-

0,42

0,33

-

0,73

0,02

-

0,78

0,33

(a) Correspondiente al contraste de normalidad de Shapiro-Wüks

275

Page 291: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.29. Contenidos medios de Cu en Eríca andevalensis i\iglg s.s.s.) TERCER MUESTREO (NOVIEMBRE)

tu 1

Q O

O 1

o

a 1

o

2 O _J

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

min

78,88

16,41

5,61

39,13

12,41

3,94

45,71

15,17

4,72

25,64

6,10

2,55

max

78,88

85,3

43.75

88,76

77,48

67,00

70,26

23,91

8,86

32,73

31,14

9,21

n

1

10

10

2

10

10

2

8

7

2

10

10

X

78.88

45,37

21,92

63,94

48,43

35,95

57,99

19,15

6,85

29,19

19,30

4,59

Me

41,16

24,7

50,58

44,79

18,68

6,43

19,13

4,04

DT

25,16

14,30

35,09

22,75

22,56

17,36

3,19

1,44

5,01

6,78

2,12

p-valor ^^ I

-

0,32

0,10

-

0,42

0,13

-

0,53

0,83

-

0,84

0,14

(a) Correspondiente af contraste de normalidad de Shapiro-Wiiks

Figura 7.71. Contenido de Cu (^g/g s.s.s.) en Nerium oleander por muéstreos, con inter­valos de confianza al 95 %.

Gráfico de medias para el Cu en plantas acompañantes

con intervalos de confianza del 95 % 40

30

.5 "I 20

10

2

Muestreo

276

Page 292: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.72. Contenido de Cu ( ig/g s.s.s.) en Nerium oleander por zonas, con intervalos de confianza al 95 %.

Gráfico de medias para el Cu en plantas acompañantes

con intervalos de confianza del 95 % 40

30

.2 1 20

10

C

Zona

LOM

El análisis de la varianza para las muestras de £. andevalensis pone de mani­

fiesto la existencia de diferencias significativas en el contenido en cobre asociadas a las

zonas de muestreo, la época de éste y la parte de la planta analizada. Asimismo, exis­

ten interacciones entre ios factores considerados: zona-muestreo, zona-parte, y mues-

treo-parte (tabla 7.30).

Tabla 7.30. Análisis de V

Fuente

A: Zona

B: Muestreo

C: Parte

AB

AC

BC

RESIDUOS

TOTAL (corregido)

Suma de

cuadrados

31413,90

2682,63

82913,40

8684,17

UUIA 14953,5

51003,5

203187,0

Varianza para Cu.

Grados de

libertad

3

2

2

6

6

4

227

250

Suma de cuadrados Tipo III

Media

cuadrática

10471,30

1341,31

41456,7

1447,36

2356,9

3738,38

224,685

F-ratio

46,60

5,97

184,51

6,44

10.49

16,64

p-valor

0,0000

0,0030

0,0000

0,0000

0,0000

0,0000

277

Page 293: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Respecto a la variación entre zonas, el contenido menor de Cu se da en LOM,

mientras que el mayor corresponde a OD-C; entre ambos extremos, los contenidos de

OD-B y OD-D no presentan diferencias significativas (figura 7.73). Este comportamiento

no se corresponde con el observado en los suelos, donde el contenido de Cu disponible

es mayor en OD-D (mucho mayor en la fracción fácilmente disponible).

Entre muéstreos, el contenido mayor corresponde al primero i^uXxo), siendo las

diferencias entre segundo y tercero (marzo y noviembre) poco significativas (figura

7.74).

Figura 7.73. Contenido de Cu (p.g/g s.s.s.) en £ andevalensis por zonas, con intervalos de confianza al 95 %

Medias e intervalos de confianza al 9S %

80

60

O 40

20

T

B C D LOR/I

Zona

Figura 7.74. Contenido de Cu (¡xg/g s.s.s.) en £. andevalens'is por nnuestreos, con inter­valos de confianza al 95 %

H edtas e intervalos de confianza ai 95 %

3 O

54

50

46

42

38

34

-

I

"

S

! E '•

2

Muei itreo

• -•

- ;

.

: \ .

L }

278

Page 294: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

La raíz es la parte de la planta que tiene un mayor contenido de Cu, con una

media superior a ios 80 ¡xg/g, seguida por tallos y, finalmente, hojas (figura 7.75) Existe

pues una retención del Cu por parte de la raíz que permite que, con cierta independen­

cia de la cantidad de Cu disponible presente en el suelo, éste no alcance en la planta

niveles de toxicidad. A este respecto es curioso observar como si construimos el inter­

valo de confianza para el contenido medio del Cu en hojas, su extremo superior coinci­

de con la cota de 20 jxg/g definida, como hemos visto, como límite de toxicidad en

plantas por diversos autores.

Figura 7.75 Contenido de Cu (^g/g s.s.s.) en E. andevalensis por parte de la planta ana­lizada, con intervalos de confianza al 95 %

Medias e intervalos de confianza al 95 %

3 O

100

80

60

40

20

O

i

31

h t r Parte

La interacción entre los factores zona y muestreo se presenta en la figura 7.76.

En B y C los contenidos en julio y noviembre son prácticamente idénticos, mientras que

en marzo el contenido se mantiene más bajo. En OD-D hay una separación clara julio >

marzo > noviembre, mientras que en LOM los valores de julio y marzo coinciden. El

patrón cambia si no se incluyen los contenidos de las raíces, apareciendo en OD-B y C

una tendencia clara noviembre > julio > marzo, en OD-D julio > noviembre > marzo, y

LOM noviembre > marzo > julio, io que confinna la diferencia entre el contenido de las

distintas partes de la planta.

279

Page 295: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.76 Contenido de Cu { .g/g s.s.s.) en E. andevalensis respecto a zona y época de muestreo

Gráfico de interacciones

4 — julio — marzo

. — noviembre

La interacción entre zona y parte de la planta se presenta en la figura 7.77, don­

de se aprecia que las raíces actúan como barrera a la absorción de cobre, consiguiendo

mantener unos contenidos medios bastante estables en tallos y hojas. Podemos espe­

rar entonces que las amplias variaciones del contenido de Cu en raíces se deban a la

diferente cantidad de Cu disponible para las plantas. Pero si atendemos a la discusión

precedente sobre los suelos, esos contenidos son máximos en OD-B(a) y OD-D. inter­

medios en OD-C y mínimos en LOM, luego los contenidos de OD-C deben atender a

otras causas.

Figura 7.77. Contenido de Cu (ixg/g s.s.s.) en E. andevalensis respecto a zona y parte de ta planta

Gráfico de interacciones

3

ü

150

120

90

60

30

U

--

- «""

/*•- . /'' "-

• ,

\

~~^^~'mr~~^ K

\ ~^

--w

_ " -

-

-

-

--

hojas

tallos

raices

C D

Zonas

LOM

280

Page 296: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

En la elevación de los contenidos en OD-C deben desempeñar un papel impor­

tante los aportes del Odie!, pues la capacidad de retención de agua de sus horizontes

es mínima, y Erica busca con avidez el flujo del río: en este punto llegamos a observar

parte de la masa radicular de una planta sumergida en la escasa corriente. Asi, a la

fracción de Cu disponible en el suelo cabría añadir una fracción adicional aportada por

las aguas. El patrón estacional de contenidos comentado en este punto coincide exac­

tamente con el observado en aguas, con un contenido similar en julio y noviembre, y

más bajo en marzo. En LOM, el menor contenido en suelos y aguas justifican la menor

fijación por las raices.

Respecto a la interacción muestreo-parte (figura 7.78) las diferencias comenta­

das entre las partes de la planta analizadas disminuyen en el tercer muestreo (noviem­

bre). En esta época, la labor de retención activa de las raíces disminuye, con lo que su

concentración de cobre desciende mientras que el de hojas y tallos aumenta. Otros

autores han registrado una disminución significativa del contenido de Cu en primavera

(OToole etal., 1981), que en cierta medida también se produce en nuestro caso.

Figura 7.78. Contenido de Cu (^g/g s.s.s.) en E. andevalensis respecto a muestreo y parte de la planta

Gráfico de interacciones

150

120

90

Q

60

30

0

« ^

.

^

«

_ •

^ ^ ^ * \ :

^ ^ :

——-""—*

« :

hojas tallos

1 2 3 Muestreo

Como conclusión, podemos afirmar que E. andevalensis se comporta frente al

cobre del suelo como no hiperacumuladora, y tolerante mediante un mecanismo de

exclusión, que bloquea el cobre en el sistema radicular.

281

Page 297: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

7.4.2.2.- HIERRO

Los contenicios de hierro en E. andevalensis oscilan entre los 31,93 ^g/g en ta­

llos (OD-D) y los 3615,79 en hojas (OD-C) con una mediana de 236,886 (tablas 7.31 a

7.33). Destacan los contenidos sumamente elevados de las hojas de OD-C, que osci­

lan entre los 2403 y 3615 ^g/g, valores que sin embargo son afines a ios observados

por Marrs y Bannlster (1978) para Calluna creciendo en suelos mineros. El contenido

en flores oscila entre los 22,04 y los 214,92 fig/g, con una mediana de 112,35, conteni­

dos comparativamente bajos.

Tabla 7.31: Contenidos medios de Fe en Bica andevalensis (¡ig/g s.s.s.) PRIMER MUESTREO (JULIO)

IB Q O

O Q O

Q ]

D O

S O

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

min

575,03

96,59

231,22

88,5

1322,70

106,93

214,80

70,63

1156,46

178,81

200,00

85,07

405,55

71,55

77,34

22,04

max

593,36

270,14

1037,50

191,68

1351,09

365,92

1058,23

143,05

881,93

257.15

857,70

214,92

780,91

187,57

298,1

132,99

n

2

9

8

10

2

9

8

8

2

8

10

8

2

9

9

8

K

584,20

157,77

549,66

139,00

1253,78

190,84

454,33

104,41

1019,19

221,47

431,82

129,31

593,23

122,39

202,33

89,93

Me

155,55

480,75

147,30

164,94

353,57

110,63

227,73

392,30

123,8

105,34

218,48

99,97

DT

12,96

54,11

258,61

36,69

137,624

íS5,17

284,85

28,76

194,122

28,59

187,61

42,15

265,42

40,98

79,91

37,85

p-valor ^^ i

-

0,27 <'>

0,64

0,78

-

0,42

0,65

0,18^^

_

0,43

0,19

0,48

-

0,67

0,40

0,12

...

Correspondiente ai contraste de normalidad de Shapiro-Wilks No pasa el contraste de la T^

282

Page 298: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.32: Contenidos medios de Fe en Enea andevalensis {p,g/g s.s.s.) SEGUNDO MUESTREO (IVIARZO)

Q

O

ü 1

Q O

Q 1

Q O

O 1

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

nnin

380,40

69,78

171,28

443,38

92,98

160,08

367,71

79,69

126,12

405,04

172,38

137.34

max

518,32

403,20

477,68

620,26

280,09

439,97

787,88

203,63

466,46

743,14

283,71

725,52

n

2

10

7

2

9

9

2

8

9

2

8

9

X

449,36

218,63

302,48

531,82

184,02

296,47

577,80

131,95

236,80

574,62

238,11

412,96

Me

227,62

308,70

188,35

295,94

118,01

197,70

238,54

453,29

DT

97.52

99,10

106,95

125,03

55,79

104,29

297,11

44,78

119,34

239,12

36,88

187,51

p-valor ^^

-

0,92

0,82

-

0,99

0,42

-

0,48

0,09

-

0,68

0,95

' ^ Correspondiente at contraste de normalidad de Shapiro-Wiiks

Como los casos de fitotoxicidad por hierro son raros, no se han definido niveles

peligrosos en plantas. Sí se han establecido, sobre todo con propósitos de fertilización

de los cultivos y conrección de síntomas de clorosis, niveles considerados "adecuados"

en tejidos vegetales. Sin embargo, estos contenidos son sumamente variables, y de­

penden en gran parte de la especie considerada. En témninos generales la cantidad de

Fe en tejidos vegetales oscila entre los 25 y los 500 jj,g/g (Sillanpáá, 1976, en Urbano

Terrón, 1989). A título indicativo, los corrtenidos considerados adecuados en algunos

cultivos (valores sobre sustancia seca) son: aguacate; 200 jxg/g; alfalfa: 95 fig/g; cítri­

cos: 120 |xg/g (200 se considera excesivo); claveles: 75 jig/g; gerberas: 131 ng/g; man­

zano "stari<ing": 220 ng/g; melocotonero: 166 \ig¡g; peral: 165 ng/g (López Ritas and

López Melida, 1985).

283

Page 299: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Lo más habitual parece ser un contenido airededor de los 200 ng/g, aunque en

fáltales puedan considerarse "normales" contenidos de 700 p,g Fe/g, y el mismo autor

cite contenidos "nomnales" en fresas de 50 a 3000 fxg Fe/g.

Tabla 7.33. Contenidos medios de Fe en Enea andevalensis { xg/g s.s.s.) TERCER MUESTREO (NOVIEMBRE)

1

a O

á o

Q Q O

2 O _ i

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

min

297,52

37,2

119,45

170,88

70,06

2403,44

353,02

31,93

85,68

95,40

78,78

61,63

max

562,01

632,59

3382,95

542,32

836,5

3615,79

545,46

121,53

239,17

215,45

319,44

513,4

n

2

9

10

2

9

7

2

9

9

2

10

10

X

429,77

309,70

1364,67

356,60

429,80

2818,99

449,24

67,47

141,60

155,43

165,45

275,51

Me

369,49

1387,92

411,02

2711,74

64,57

139,44

146,68

234,09

DT

187,02

219,93

1179,23

262,65

265,26

452,33

136,08

33,06

49,92

84,89

82,95

182,09

p-vaíor ^>

-

0,27

-

0,58

0,14

-

0,28

0,22

-

0,25

0,30

^ ' Correspondiente ai contraste de normalidad de Shapiro-Wilks * ' No pasa ei contraste de la "¡^

Si atendemos al contenido en hierro de hojas de N. oJeander, encontramos, co­

mo en ei caso del cobre, una variación poco significativa entre muéstreos (figura 7.79) y

apreciable por zonas (figura 7.80). Esta variación por zonas es análoga a la observada

en el cobre, incluso en la elevada dispersión de OD-D. Tomando los contenidos de OD-

A como representativos de los de las plantas creciendo en suelos no contaminados de

la zona, un valor hasta 130 \ig/g sería considerado nomnal, pero si tenemos en cuenta,

como en el caso anterior, el intervalo de confianza para la media en OD-D, el contenido

medio de hierro sube hasta casi los 500 ^.g/g. Estos niveles de Fe se superan amplia-

284

Page 300: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

mente en muchas de las muestras analizadas, pero la gran dispersión de los datos exi­

ge un estudio más detallado. En cualquier caso, considerando un contenido medio de

200 iig Fe/g, para que una planta pudiese considerarse hiperacumuladora de hierro

debería alcanzar los 20.000 .g Fe/g.

Figura 7.79. Contenido de Fe (p.g/g s.s.s.) en Nerium oleander por muéstreos, con in­tervalos de confianza al 95 %

Gráfico de medias para el Fe en plantas acompañantes

con intervalos de confianza del 95 % 1200

1000

800

600

400

200

O

T3

; ;

1 ;

-_ ]

'

-

;

':

; t ' T :

2

Muestreo

Figura 7.80. Contenido de Fe (ng/g s.s.s.) en Nerium oleander por zonas, con intervalos de confianza al 95 %

Gráfico de medias para el Fe en plantas acompañantes con intervalos de confianza del 95 %

1200

1000

800

•§ 600

400

200

O

;

\

"

-+ +

+ +•

;

-

"

.

;

c Zona

LOM

El análisis de la varianza para las muestras de E. andevalensis pone de mani­

fiesto la existencia de diferencias significativas en el contenido de hien-o asociadas a las

zonas de muestreo, la época de éste y la parte de la planta analizada. Asimismo existen

285

Page 301: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

interacciones entre los factores considerados: zona-muesfreo, zona-parte y muestreo-

parte (tabla 7.34).

Tabla 7.34. Anáiisis de Varlanza para Fe. Suma de cuadrados Tipo III

Fuente

A: Zona

B: Muestreo

C: Parte

AB

AC

BC

RESIDUOS

TOTAL (corregido)

SumSi de.

cuadrados

3,55402*10^

1,15059*10^

9,13598*10^

1,35057*10^

6,15249*10®

8,65191*10^

2,9518*10^

7,73331*10^

Grados de

libertad

3

2

2

6

6

4

212

235

Media

cuadrática

1,18467*10^

575293,0

4,56799*10^

2,25095*10^

1,02541*10^

2,16298*10^

139236,0

F-ratio

8,51

4,13

32,81

16,17

7,36

15,53

p-valor

0,0000

0,0174

0,0000

0,0000

0,0000

0,0000

El contenido menor de Fe se da en LOM, mientras que el mayor corresponde a

OD-C, como en el caso del Cu; entre ambos extremos, B y D tampoco presentan dife­

rencias significativas (figura 7.81). Análogamente a lo observado en Cu, este compor­

tamiento no se corresponde con el de Fe en suelos, donde el contenido disponible es

mayor en OD-D, con lo que las raíces deben ejercer también un papel regulador.

Entre muéstreos, el mayor contenido conresponde al tercero (noviembre) y el

menor al segundo (marzo), mientras que el primero muestra diferencias poco significati­

vas con los otros dos (figura 7.82)

En cuanto a los contenidos de Fe por parte de la planta, hojas y raíces muestran

los valores más altos, mientras que el contenido en tallos es menor (figura 7.83). La

retención en raíz comentada en el caso del cobre no existe en el caso del hierro, (al

menos no al mismo nivel), con lo que el hierro es trastocado hasta las hojas, lo que se

corresponde con el carácter más móvil del mismo: e! 75 % del hierro celular se asocia a

los cloroplastos debido al importante papel que desempeña en la fotosíntesis (Barceló

Colleía/., 1987).

286

Page 302: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.81 Contenido de Fe ( ig/g s.s.s.) en E. andevalensís por zonas, con intervalos de confianza al 95 %

Medias e intervalos de confianza al 95 %

1000

800

600

400

200

O

W %

C D LOM

Zona

Figura 7.82 Contenido de Fe { ig/g s.s.s.) en E. andevalensís por nnuestreos, con inter­valos de confianza ai 95 %

Medias e intervalos de confianza al 95 %

o u.

740

640

540

440

340

240

--;

: > •

~~

'. •

f

i

i i

í

--

-. . •

-

-;

2

Muestreo

La interacción entre los factores zona y muestreo se presenta en la figura 7.84.

En OD-B y OD-C los contenidos de hierro siguen la secuencia noviembre > julio > mar­

zo (que aparecía en Cu prescindiendo de los datos de las raíces) mientras que LOM, y

sobre todo OD-D, repiten la misma evolución que los datos de Cu completos. Podemos

adelantar la existencia de un patrón común a Cu y Fe, que queda distorsionado en OD-

B y OD-C por la fuerte fijación de Cu en las raíces, efecto que es cuantitativamente me­

nos importante en OD-D por no recibir aportes tan directos del Odiel, y en LOM por te­

ner una menor cantidad de cobre en su sustrato. En LOM, su capacidad de cambio (al-

287

Page 303: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

go más elevada que en las restantes zonas) debe permitir amortiguar las variaciones, a

pesar de estar sometido también a la acción de las aguas cargadas de metales.

La interacción zona-parte de la planta puede verse en la figura 7.85, donde se

aprecia el contenido relativamente estable en raíces y tallos frente a la gran variación

del contenido en hojas. De nuevo llama la atención la desproporción entre la concentra­

ción de hierro en las plantas de OD-C, y el bajo contenido en los horizontes correspon­

dientes (en este caso, máximo en hojas y mínimo en suelos). Pero, si la hipótesis ade­

lantada en el apartado anterior es correcta, la disparidad de OD-C se debe al aporte de

hierro del Odie!, no especialmente retenido en las raíces. A este respjecto, la evolución

estacional de B y C vuelve a ser idéntica a la de las aguas, lo que no se da en OD-D ni

LOM.

En estas dos zonas, la concentración en raíces sigue con exactitud la variación

del Fe disponible. Si la relación OD-D/LOM entre contenidos en suelo es 1.57, entre

contenidos en raíces es 1.55. O, de otra manera, la concentración media de hierro en

raíces para estos dos puntos es casi exactamente igual al doble del metal disponible en

estos suelos. Este dato aislado es de poco valor, pero nos indica una relación suelo-

planta que no existe en los otros dos puntos.

Figura 7.83. Contenido de Fe (tig/g s.s.s.) en £. andevaíensis por parte de la planta analizada, con intervalos de confianza al 95 %

Medias e intervalos de confianza al $5 %

800

600

£ 400

200

0

• T X

h

>

._ T .„„ „„

I:

Parte

^

i

_ .

-

-

-

288

Page 304: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.84. Contenido de Fe (ng/g s.s.s.) en E. andevalensis respecto a muestreo y parte de la planta

Gráfico de interacciones

IbOÜ

1200

900

600

300

0

*

-

- JK --\«'

3K

~

-

-

-

-

— julio — marzo — noviermbre

C D

Zona

LOM

Figura 7.85. Contenido de Fe (^g/g s.s.s.) en E andevalensis respecto a zona y parte de la planta

Gráfico de interacciones

1200

1000

800

i» 600

400

200

0

; * ^

'- *""

_

\

—*^--^_ *

-_

_

C D

Zona

hojas tallos rafees

LOM

La interacción nnuestreo-parte (figura 7.86) revela un fuerte aunnento del nivel de

hierro en hojas en noviembre, lo que resulta coherente con la variación observada en

otras especies vegetales (Ramirez et al., 2001), (López Ritas y López Molida, 1985),

(OToole et ai, 1981). Quizá el menor contenido en raices pueda justificarse, como en

el caso del cobre, por una mayor "permeabilidad" de éstas, lo que influiría en los au­

mentos del contenido en tallos y hojas.

289

Page 305: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.86. Contenido de Fe (ng/g) en E andevalensis respecto a muestreo y parte de la planta

Gráfico de interacciones

1200

1000

800

£ 600

400

200

0

^ \

; " — * ' •

/ / / /

/

— ^

-

] _

hojas tallos rafees

2

Muestreo

7.4,2.3.- MANGANESO

Los contenidos de Mn en E. andevalensis oscilan entre los 134,36 ng/g en tallos

(OD-D) y los 1644,37 ^ig/g en hojas (OD-C), con una mediana de 577,125 (tablas 7.35 a

7.37). En flores, estos contenidos varían entre los 24,16 y los 518,7 (ig/g, con una me­

diana de 518,7. No se aprecian diferencias entre zonas (tabla 7.35). Los niveles de

manganeso considerados normales oscilan entre los 400 y los 1000 ^ig/g cuando la

planta crece en suelos ricos en este elemento (Brooks, 1998), aunque según Gupta

(1998) los síntomas de toxicidad comienzan a presentarse con 400 ^g Mn/g. En tejido

fresco se consideran normales contenidos de 15 a 1000 [xg/g, aunque en plantas sensi­

bles los efectos nocivos del manganeso comienzan a apreciarse con concentraciones

de 300 ^g/g (Ross, 1994b). En plantas agrícolas se han observado síntomas de toxici­

dad con 250 ng/g en soja, 300 ^g/g en cítricos, 400 ^ig/g en caña de azúcar y 500 ^g/g

en vid (Urbano Terrón, 1989). Sin embargo, un contenido de 450 ^g/g se considera

adecuado en aguacate (López Ritas y López Melida, 1985).

Resumiendo, un contenido de 50Q-600 ^g Mn/g podría empezar a considerarse

excesivo. Sin emtiargo, en estudios recientes realizados sobre una especie de abedul

{Betula piatyphylla) en soluciones controladas, se ha observado el comienzo de la apa­

rición de síntomas de toxicidad con concentraciones de Mn en hoja de 6300 ig Mn/g,

hasta la aparición de manchas necróticas a concentraciones de 10000 \iQ/g (Kitao et al.,

2001). Ese nivel crítico de 10000 |ig/g fue determinado por el mismo autor en un trabajo

290

Page 306: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

anterior, con otras cuatro especies leñosas (Kitao eí a/., 1997). Parece pues que el in­

tervalo de tolerancias depende en gran medida de la especie considerada.

Tabla 7.35. Contenidos medios de Mn en Enea andevalensis (ng/g s.s.s.) PRIMER MUESTREO (JULIO)

m Q O

ü Q O

Q Q O

;§ O _ j

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

min

242,68

171,52

253,55

135,89

388,82

305,03

284,2

141,43

582,58

281,31

360,03

128,73

454,96

315,55

382,79

24,16

max

613,44

435,39

561,18

315,25

400,85

519,48

644,59

291,77

640,25

990,4

1058,16

518,7

525,85

690,11

643,39

410,07

n

2

10

9

10

2

9

9

9

2

10

9

8

2

10

9

10

X

428,06

303,66

397,97

228,19

394,84

411,39

455,53

225,48

58,89

639,88

650,85

335,44

76,08

477,17

555,14

225,24

Me

315,06

356,57

242,2

435,09

450,77

230,4

607,25

525,48

332,85

444,16

576,14

217,91

DT

262,17

89,03

104,46

66,04

8,51

75,57

99,14

46,47

7,54

240,98

248,99

120,95

36,56

122,78

79,48

110,32

p-valor ^^

-

0,78

0,47

0,28

-

0,23

0,62

0,94

-

0,62

0.33

0,95

-

0,42

0,22

0,96

Correspondiente al contraste de normalidad de Shapiro-Wiiks No pasa el contraste de la Í I ^

El contenido en N. oleander no presenta diferencias significativas ni por mués­

treos (figura 7.87) ni por zonas (figura 7.88), con niveles similares tanto en la zona no

contaminada (OD-A) como en el resto de las estudiadas. Por ello, el Mn presente en los

suelos debe proceder fundamentalmente del material parental, sin que tengan influencia

los aportes extemos.

291

Page 307: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de residtados

Tabia 7.36. Contenidos medios de Mn en Bica andevaíensis ( .g/g s.s.s.) SEGUNDO MUESTREO (MARZO)

m 1

Q O

o 1

Q O

Q 1

Q O

2 O

1

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

min

509,44

245,82

361.60

639,21

352,15

799,00

650,75

531,49

386.1

430,08

318,42

325,54

max

597,98

707,64

1543,74

652.67

931,00

1649,37

824,07

1304,22

1592,64

463,10

1209,45

1270,46

n

2

10

9

2

9

10

2

10

10

2

10

10

X

553,71

505,90

918,65

645,94

755,53

1173,67

737,41

892,39

1236,81

446,59

723,83

793,90

Me

497,00

1094,9

864,83

1095,68

892,47

1418,01

693,88

724,39

DT

62,6

148,77

393,39

9,52

207,34

317,79

122,5

279,51

421.82

23,35

300,68

313,56

p-valoH ^ i

-

0,33

0,45

-

0,01

0,15 '•

-

0,39 1

0,05

-

0,73

0,61

^ ' Correspondiente at contraste de normalidad de Shapiro-Witks *' No pasa el contraste de curtosis

Tornando como referencia estos valores, podemos definir un nivel de fondo de

manganeso en las plantas de nuestra zona de unos 200 pig/g. Ese nivel de fondo se ve

ampliamente superado por nuestras muestras (asmo es lógico, dada la diferente canti­

dad de Mn a la que van a estar sometidas), pero no se alcanzan niveles inequívocxjs

de toxicidad, y mucho menos de hiperacumulación, que con-esponderían a unos 10000

292

Page 308: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.37. Contenidos medios de Mn en Enea andevalensis (ng/g s.s.s.) TERCER MUESTREO (NOVIEMBRE)

1

Q O

ü Q O

Q 1

Q O

2 O

1

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

min

253,77

159,66

445,67

773,09

326,88

486,25

938,10

134,36

386,46

603,78

350,69

425.11

max

485,92

460,08

1254,54

847,84

998,00

1417,79

1116,90

1094,96

1482,2

773,64

1199,46

1093,42

n

2

10

10

2

10

10

2

9

10

2

10

9

X

369,85

304,49

808,83

810,47

592,23

895,23

1027,50

556,70

898,47

688,71

638,53

709,80

Me

296,90

851,24

536,05

963,24

406,20

904,00

509,13

577,51

DT

164,16

95,60

260,96

52,86

221,63

309,29

126,43

315,48

371,37

120,11

289,60

253,47

p-valor ^*

-

0,95

0,62

-

0,56

0,66

-

0,53

0,75

-

0,11

0,13

(a) Con-espondiente at contraste de normalidad de Sinapiro-Witks

Figura 7.87. Contenido de Mn {}igJg s.s.s.) en Neríum oleander por muéstreos, con in­tervalos de confianza al 95 %

Gráfico de medias para el Mn en plantas acompañantes

con intervalos de confianza del 95 %

•o

400

300

200

100 f

-+-

2

Muestreo

I

293

Page 309: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.88. Contenido de Mn (^g/g s.s.s.) en Neríum oieander por muéstreos, con in­tervalos de confianza al 95 %

Gráfico de medias para el Mn en plantas acompañantes

con intervalos de confianza del 9S % 400

300

S 200

100

o -

i I I

c Zona

LOM

El análisis de ia varianza para las nnuestras de E. andevalensis pone de mani­

fiesto la existencia de diferencias significativas en el contenido de mianganeso asocia­

das a las zonas de muestreo, ia época de éste y la parte de la planta analizada. Asi­

mismo existen interacciones entre muestreo y parte de ia planta analizada, y cierta inte­

racción, aunque no significativa al nivel del 95 % entre zona y muestreo (tabla 7.38)

Tabla 7.38. Análisis de Varianza para Mn. Suma de cuadrados Tipo 111

Fuente

A: Zona

B: Muestreo

C: Parte

AB

AC

BC

RESIDUOS

TOTAL (corregido)

Suma de

cuadrados

1,79456*10^

2,43618*10^

2,9528*10^

719755,0

562829,0

1,29669*10^

1,4238*10'

2.84498*10^

Grados de

libertad

3

2

2

6

6

4

232

255

Media

cuadrática

598186,0

1,21809*10^

1,4764*10^

119959,0

93804,8

324173,0

61370,7

F-ratio

9,75

19.85

24,06

1,95

1,53

5,28

p-valor

0,0000

0,0000

0,0000

0,0731

0,1696

,0004

294

Page 310: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Respecto a la variación entre zonas (figura 7.89), su distribución es completa­

mente distinta a la vista para Cu y Fe: el mayor contenido corresponde a OD-D, seguido

por OD-C mientras que el menor es el de OD-B. LOWt ocupa una posición intemnedia

entre B y C, y no difiere significativamente de ninguno de ellos. El elevado contenido de

OD-D debe conresponder a los aportes de las tobas, tufitas y pizarras del toumasiense-

viseiense que forman parte de las formaciones manganesíferas de esta zona, aunque

ese aporte no haya encontrado reflejo en el perfil analizado. Destacan también los bajos

contenidos de OD-B, que deben con-esponder más a plantas de OD-B(b) que de OD-

B{a).

Figura 7.89. Contenido de Mn (i g/g s.s.s.) en E. andevalensis por zona de muestreo, con intervalos de confianza al 95 %

Medías e intervalos de confianza al 95 %

c

930

830

730

630

530

430

: •

_ -_ " -; _

-3

.

í

! s

_^

! £

'. E

: ' _ -. " • •

-, -

C D

Zona

LOM

Los contenidos observados en cada uno de los tres muéstreos son significati­

vamente diferentes entre sí: el menor corresponde al primero (julio) al revés de lo que

ocurría con el Cu, y el mayor al segundo (marzo). El tercero (noviembre) ocupa una

posición intemnedia entre los otros dos, pero difiere significativamente de ambos (figura

7.90). La mayor concentración de Mn en primavera coincide con lo observado en otras

especies (OToole, 1981).

En cuanto al contenido de Mn según la parte de la planta considerada, el com­

portamiento es bastante similar al visto para el hien-o: la mayor concentración se da en

hojas, mientras que entre raíces y tallos no existen diferencias significativas (figura

7.92)

295

Page 311: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.90. Contenido de Mn (¡xg/g s.s.s.) en E. andevalensís por época de muestreo, con intervalos de confianza ai 95 %

Medias muéstrales e intervalos de confianza dei 95 % para la mecdia

910

810

710

610

510

410

^

3

2

Muestreo

Figura 7.91. Contenido de iWn (ng/g s.s.s.) en £ andevalensís por parte de la planta, con intervalos de confianza al 95 %

Medias muéstrales e intervalos de confianza del 95 % para la metJia

900

800

700

600

500

:

• 1

j

í

-

*

-. —

3 J

í 1—

_

:

--

--

' V

_ ^

t Parte

La única interacción significativa ai nivel del 95 % es la existente entre muestreo

y parte de la planta (figura 7.92). En el prin ier y tercer muestreo, e! cxiníenido sigue el

orden hojas > raíces > tallos, aunque en el primero las diferencias son mínimas. En el

segundo muestreo, donde se experimenta un fuerte aumento del contenido de Mn, la

concenlración en tallos supera a la de raíces, lo que nos indica e! incremento, ya co­

mentado, de la traslocación del Mn en primavera.

296

Page 312: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resulbidos

Figura 7.92. Contenido de Mn (|j.g/g s.s.s.) en E. andevalensis respecto a muestreo y parte de la planta

Gráfico de interacciones

1050

950

850

1 750

650

550

450

'-

^

/ \

/ /

1

N .--'*

-

-

^

-

hojas tallos raíces

2

Muestreo

7.4.2.4.- Z INC

Los contenidos de Zn en E. andevalensis oscilan entre los 5,06 |ig/g en tallos

(LOM), y los 146,81 ^g/g en hojas (OD-B), con una mediana de 27,27 (tablas 7.39 a

7.41). En flores (tabla 7.39), estos valores oscilan entre los 16,76 y los 105,15 fig/g,

pero su mediana es baja: 24,29 \ig Zn/g. No se aprecian diferencias entre zonas. Se

consideran concentraciones normales en plantas hasta los 50 ^g Zn/g (Gutiérrez Ma-

roto etal., 1997), aunque la influencia de la especie vegetal es grande (Jones, 1972, en

Pérez Carreras, 1991). Los valores excesivos se dan a partir de 100 ¡ig/g en tejido fres­

co, aunque se han descrito contenidos de hasta 400 |xg/g en plantas "normales" (Ross,

1994b). Brooks (1998) coincide en establecer e! limite de la normalidad en los 100 ^ig/g,

aunque referido a tejido seco, valor bastante similar al proporcionado por Gupta (1996)

de 95 ng/g., o por Jones (1991, en Nyamangara, 1998) que establece unos contenidos

en plantas normales de 25 a 150 fxg/g. Las concentraciones observadas en el norte de

Canadá, según el estudio ya citado, son mucho más bajas: 58 ^g/g en hojas y 70 ^g/g

en tallos (Chiarenzelli etat., 2001). En plantas agrícolas se reconoce la existencia de

especies exigentes en Zn (algodón, cítricos, viña...) cuyo rango adecuado en hojas se

encuentra entre los 100 y los 200 \IQ/Q, mientras que otras poco exigentes, como los

cereales de invierno o la patata, no sobrepasan los 50 [ig Zn/g. No obstante, lo más

general es que el contenido máximo sea de 100 |ig/g (Urbano Terrón, 1989).

297

Page 313: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

El contenido de N. ofeander no muestra diferencias significativas por muéstreos

(figura 7.93) pero sí por zonas (figura 7.94), ío que constituye el patrón más general

visto hasta ahora.

Tabla 7.39. Contenidos medios de Zn en Erica andevalensis (ng/g s.s.s.) PRIMER MUESTREO (JULIO)

OQ Q O

ü Q O

Q Q O

3 O

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

min

37,37

10.65

17,09

17,86

36,20

9,21

18,42

16,76

53,55

20,43

18,65

18,55

50,22

8,53

16.57

17.13

max

128,80

20,18

104,81

73,27

53,83

45,1

36,15

24,36

64,22

59,39

86,94

76,26

101,93

42,2

41,98

105,15

n

2

9

10

10

2

10

8

7

2

9

10

10

2

8

8

10

X

83,10

15,73

50,45

39,74

45,20

21,53

27,36

19,80

58,89

32,94

43,63

43,49

76,08

23,08

26,87

44,90

Me

13,65

42,06

20,62

18,57

26,63

19,3

29,17

33,93

30

23,21

26,04

26,10

DT

64,65

3,52

30,56

26,58

12,47

11,46

7,40

2,50

7,54

13,31

24,39

23,90

36,56

10,97

8,03

32,08

p-vator ^^

-

0,24

0,16

0,02

-

0,22

0,20 "

0,66

0,17

0,04

0,05

-

0,95

0,48

0,02

* ' Correspondiente al contraste de normalidad de Shapiro-Witks '^^ No pasa ef contraste de asimetría

El menor contenido de Zn es el de OD-A, y el mayor corresponde a OD-B y OD-

D, que no son significativamente diferentes entre sí. LOM y OD-C presentan valores

intermedios y similares. Si, como en casos anteriores, tomamos las concentraciones de

298

Page 314: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

OD-A como representativas de los de las plantas que crecen en suelos de la zona no

contaminados, podemos establecer un valor de fondo de hasta 40 ¡xg Zn/g, y un valor

límite de 130 ng Zn /g. Así, el contenido de Zn en E. andevalensis se mantiene en ni­

veles que se pueden considerar normales, y por supuesto, muy lejos de los 10000 ^g/g

que definen la frontera de las plantas hiperacumuladoras.

Tabla 7.40. Contenidos medios de Zn en Erica andevalensis (^g/g s.s.s.) SEGUNDO MUESTREO (MARZO)

CQ 1

Q O

Ü 1

Q O

Q 1

Q O

O 1

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

min

41,03

9,27

13,9

52,26

9,38

14,06

50,98

12,83

17,83

42,38

12,77

18,5

max

97,26

32,38

88,6

68,71

35,02

53,95

74,30

43,14

44,27

61,97

38,22

55,81

n

2

8

9

2

10

10

2

10

8

2

10

9

X

69,15

20,62

39,97

60,49

21,47

32,93

62,64

25,94

26,94

52,18

23,30

30,42

Me

18,80

36,44

23,74

30,78

23,87

26,98

20,62

26,75

DT

39,76

8,13

25,32

11,63

9,19

13,59

16,49

9,96

8,74

13,85

9,66

11,74

p-valor ^^

-

0,65

0,30

-

0,37

0,41

-

0,73

0,29

-

0,12

0,12

' ^ Correspondiente al contraste de normalidad de Shapiro-Wiiks

299

Page 315: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.41. Contenidos medios de Zn en Erica andevalensis {\iQig s.s.s.) TERCER MUESTREO (NOVIEMBRE)

Q O

O 1

Q O

Q 1

Q O

5 O

1

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

min

66,83

17,83

35,43

16,79

10,18

16,98

27,32

5,36

9,17

39,69

5,06

9,26

max

66,83

78,81

146,81

37,93

37,62

104,32

43,82

19,3

47,41

41,20

68,54

54,33

n

1

10

10

2

9

10

2

10

9

2

10

9

X

66,83

44,32

79,57

27,36

21,49

50,97

35,27

12,07

22,73

40,44

34,95

33,47

Me

45,47

79,20

20,9

50,97

11,44

20,45

34,44

35,8

DT

20,74

34,87

14,95

8,59

27,05

11,67

4,24

12,38

1,07

18,84

19,08

p-valor ^^

-

0,56

0,71

-

0,69

0,48

_

0,98

0.40

-

0,82

0,55

(a), Correspondiente al contraste de nonnaiidad de Shapiro-Wilks

Figura 7.93. Contenido de 2n ( ig/g s.s.s.) en Nerium oíeander por muéstreos, con in­tervalos de confianza al 95 %

1

Gráfico de medias para el Zn en plantas acompañantes

con intervalos de confianza del 95 % 240

200

160

120

80

40

;

'•

-

'-

: 4-

; +

-

*

i •

t -

2

Muestreo

300

Page 316: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.94. Contenido de Zn (j g/g s.s.s.) en Neríum oleander por muéstreos, con in­tervalos de confianza al 95 %

Gráfico de medias para el Zn en plantas acompañantes

con intervalos de confianza del 95 % 240

200

160

120

80

40

;

;

: f

1

t

;

;

;

"

+• •

c Zona

LOM

El análisis de la varianza para las muestras de £. andevalensis pone de nriani-

fiesto la existencia de diferencias significativas en el contenido de zinc asociadas a las

zonas de nnuestreo y a la parte de la planta analizada, pero no entre muéstreos, lo que

coincide con la falta de variación estacional observada por OToole (1981) en cinco

especies herbáceas y arbustivas estudiadas. Asimismo, existen interacciones entre los

factores considerados: zona-muestreo, zona-parte y muestreo-parte (tabla 7.42).

Tabla 7.42. Análisis de Varianza para Zn. Suma de cuadrados Tipo III

Fuente

A: Zona

B: Muestreo

C: Parte

AB

AC

BC

RESIDUOS

TOTAL (corregido)

Suma de

cuadrados

7124,23

300,891

24247,6

13945,9

6795,53

4234,12

71018,7

132882,0

Grados de

libertad

3

2

2

6

6

4

223

246

Media

cuadrática

2374,74

150,446

12123,8

2324,31

1132,59

1058,53

318,47

F-ratio

7,46

0,47

38,07

7,30

3,56

3,32

p-valor

0,0001

0,6241

0,0000

0,0000

0,0022

0,0114

301

Page 317: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Respecto a la variación por zonas, la mayor concentración de Zn se da en OD-

B, mientras que el resto de las zonas no presentan diferencias significativas entre sí

(figura 7.95). El mayor contenido en plantas de OD-B se corresponde con el mayor

contenido presente en los suelos de OD-B(a), pero de nuevo encontramos la anomalía

de OD-C, donde los contenidos en plantas alcanzan valores similares a los de OD-D y

LOM aunque los contenidos en Zn disponible sean en estos últimos mucho mayores.

Figura 7.95. Contenido de Zn (p.g/g s.s.s.) en E anúevaíensis por zonas, con intervalos de confianza al 95 %

Medias muestraies e intervalos de confianza dei 95 % para la media

c N

68

58

48

38

28

.

.

—t—

>. f

-J_

9 E • E

-. •

. , --

: -

-

B C D LOM Zona

La raíz es la parte de la planta que tiene un mayor contenido en Zn (figura 7.95),

con una media de 56,83 p-g/g, seguida por hojas (38,92 ¡xg/g) y finalmente tallos (24,72

ixg/g). Como en el caso del Cu, parece existir una retención de Zn en las raíces, aunque

la toxicidad de este elemento no sea demasiado elevada. En general, el Zn a niveles

tóxicos tiende a acumularse en las raíces, pero posee una relativa nnovilidad en la

planta (Barceló et al., 1990).

La interacción entre zona y muestreo se presenta en la figura 7.97. En OD-C y

LOM prácticamente no hay variación estacional, lo que coincide con el patrón general

del Zn. Por el contrario, esta variación sí se da en OD-B y OD-D, aunque en distinto

sentido: OD-B presenta la secuenda noviembre > julio > mafzo, y OID-D julio > marzo >

noviembre. Sin considerar las raíces, el patrón de ios puntos sin variación cambia, y

pasa a ser tanto en OD-C como en LOM noviembre > marzo > julio, luego la parte de la

planta más sometida a estadonalidad es la raíz, como veremos ensesguida.

302

Page 318: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.96. Contenido de Zn (jig/g s.s.s.) en E. andevalensis por parte de la planta, con intervalos de confianza al 95 %

Medias muéstrales e intervalos de confianza del 95 % para la media

71

N

61

51

41

31

21

;

'•

I •

:

I

'

E \

;

t

Parte

Figura 7.97. Contenido de Zn ([ig/g s.s.s.) en E. andevalensis respecto a muestreo y zo­na

Gráfico de interacciones

c ^4

julio marzo

— noviembre

En la figura 7.98 estudiamos la segunda interacción, la producida entre zona y

parte de la planta. El contenido de los tallos es muy uniforme, con lo que la mayoría de!

Zn absorbido debe transportarse hasta las hojas. Debe existir cierta retención del Zn en

las raíces, sobre todo en OD-D y LOM, donde el aumento en raices va parejo a la dis­

minución en tallos y hojas, pero este efecto parece menos importante que en cobre,

pues el contenido en raíz se mantiene en todos los casos bastante proporcional al con­

tenido medio disponible del metal en suelo (una recta raíz = 5,32304*sue/o explicaría el

94, 94 % de la variación observada).

303

Page 319: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusimt de resultados

Respecto a la interacción entre muestreo y parte de la planta (figura 7.99), ya

adelantamos el carácter estacional del contenido en raíces, que desciende en noviem­

bre por debajo del de hojas. Este aumento en la parte aérea y disminución en la radi­

cular es similar al observado en cobre, aunque en este caso la caída del contenido en

raíces es mayor. Como en el caso del cobre, podemos interpretar esta variación como

disminución de la retención de las raíces, que lleva a un aumento en tallos y, sobre to­

do, en hojas. E. andevalensis se comporta frente al Zn como especie excluyente y

tolerante.

Figura 7.98. Contenido de 2n (^g/g s.s.s.) en E. andevalensis respecto a muestreo y zo­na

Gráfico de interacciones

hojas tallos raices

Figura 7.99. Contenido de Zn (^g/g s.s.s.) en E. andevalensis respecto a muestreo y parte de la planta

Gráfico de interacciones

c

hojK tallos raíces

304

Page 320: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de restdtados

7.4.2.5.- PLOMO

Los contenidos de plomo en E. andevalensis (tablas 7.43 a 7.45) oscilan entre

los 2,73 ^g/g en hojas (LOM) y los 62,13 {xg/g en raíz en OD-D. El contenido en flores

es bajo, con un rango de 4,21 a 15,31 p.g Pb/g y una mediana de 9,44 ¡xg/g.

Los contenidos normales en plantas pueden ir de 0,1 a 10 fig Pb/g sobre sus­

tancia fresca, considerándose a partir de 30 fig/g en hojas (s.s.s) una concentración

propia de plantas contaminadas (Ross, 1994b). Gutiérrez Maroto (1997) citando diver­

sos autores, estable hasta un máximo de 10 ¡ig/g peso seco, aunque los límites legales

para plantas de consumo humano no pasan de 5 ¡ig/g en parte aérea. Trabajos llevados

a cabo sobre 10 muestras de diferentes tipos de suelos no contaminados (Qian et al.,

1996) han detemninado unos niveles de plomo en hojas de maíz que van de los 0,40 a

los 2,85 iigÍQ sobre sustancia seca (media 1,01), y desde los 3,12 a los 33,7 p,g/g (me­

dia 17,6) en raíces de maíz. Así, podemos considerar contenidos anormales los que

superan los 10 .g Pb/g peso seco en parte aérea, y quizá los 34 p,g/g en raíces.

Si comparamos estos contenidos con los de N. oleander no aparecen diferen­

cias estadísticamente significativas ni por muéstreos (figura 7.100) ni por zonas (figura

7.101). En esta última figura puede apreciarse que la gran variabilidad de OD-D impide

hacer comparaciones precisas, aunque considerando las medianas si pueden distin­

guirse dos grupos:

OD-A 6,53 OD-C 10,12

OD-B 7,24 OD-D 11,89

LOM 8,01

Tomando como referencia la concentración en OD-A, tendríamos un valor de

fondo en plantas próximo a los 10 p.g Pb /g ya citados, con lo que la mayoría de los da­

tos de E. andevalensis muestran niveles normales.

305

Page 321: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.43. Contenidos medios de Pb en Enea andevalensis (^g/g s.s.s.) PRIMER MUESTREO (JULIO)

00 t

Q O

Ü Q O

Q O O

^ o

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

min

13,25

4,25

4,68

7,46

14,52

3,7

5,37

7,82

26,55

6,7

9,25

6,06

14,47

3,93

2,73

4,21

max

35,98

8,18

12,96

10,46

15,74

13.46

13,48

15,81

34,62

12,03

12,3

12,76

23,27

9.28

13,99

10,16

n

2

7

10

9

2

10

10

10

2

8

9

10

8

10

10

X

24,62

6,45

9,27

8,79

15,13

7,50

9,69

11

30,59

9,53

10,82

9,52

18,87

5,67

7,50

7,77

Me

6,49

9,3

8,67

6,60

9,10

11,19

9,37

11,06

9,8

5,22

6,80

7,86

DT

16,07

1,29

2,37

1,06

0,36

3,24

2,4S

2,03

5,71

1,57

0,93

1,9

6,22

1,79

3,32

2,24

p-valor ^^

-

0,93

0,98

0,22

-

0,51

0,33

0,51

-

0,86

0,81

0,77

-

0,15

0,25

0,76

'^' Correspondiente al contraste de normalidad de Shapiro-Wiíks * ' No pasa el contraste de la "^^

El análisis de la varianza para las n iuestras de E. andevalensis pone de mani­

fiesto la existencia de diferencias significativas en el contenido de plomo asociadas a

las zonas de muestreo y a la parte de la planta analizada, no así entre muéstreos. Asi­

mismo, existen interacdones significativas entre todos los factores ajnsidenados: zona-

muestreo, zona-parte y muestreo-parte (tabla 7.46)

306

Page 322: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.100. Contenido de Pb {¡ g/g s.s.s.) en Neríum oleander por muéstreos, con in­tervalos de confianza al 95 %

Gráfico de medias para el Pb en plantas acompañantes

con intervalos de confianza del 95 % 50

40

30

20

10 +- T 2

Muestreo

Figura 7.101. Contenido de Pb (¡ig/g s.s.s.) en Neríum oleander por zonas, con inter­valos de confianza al 95 %

Gráfico de medias para el Pb en plantas acompañantes

con intervalos de confianza del 95 %

•n

S

40

30

20

10

0

"

/

+ V B

+

C C

Zona

; -' --I

.

1

1 : •

) LOM

Respecto a la variación entre zonas, el contenido mínimo es el de LOM, y el má­

ximo el de OD-D. OD-B y OD-C presentan contenidos intermedios y no significativa­

mente distintos entre sí (figura 7.101). El resultado de LOM debería ser consecuencia

de un fuerte proceso de retención por parte de la raíz, pues en esta zona se dan los

contenidos más elevados de Pb disponible en suelo, sin embargo, al tratar las interac­

ciones entre los factores estudiados, veremos que no es así.

307

Page 323: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resaltados

Tabla 7.44. Contenidos medios de Pb en Erica andevalensis (p-g/g s.s.s.) SEGUNDO MUESTREO (MARZO)

1

Q O

ü 1

Q O

Q 1

o

2 O _ j

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

níiin

7,44

3,73

3.89

10,97

3,52

3,89

21,09

7,83

4,07

7,22

4,48

4,42

max

8,46

5,69

7,23

59,57

5,23

6,51

62,13

29,16

10,6

13,53

10,62

10,52

n

2

9

10

2

8

7

2

9

9

2

10

9

X

7,95

4,67

5,67

35,27

4,21

5,24

41,46

17,97

7,62

10,38

7,49

7,53

Me

4,73

5,85

4,13

5,41

16,6

8,01

7,26

7,37

DT

0,72

0,71

1,08

34,36

0.62

0,90

29,02

8,93

2.60

4,46

2,32

1,99

p-valo 1 "

-

0,47

0,36

_

0,46

0,96

-

0,03

0,18^"^

0,39

0,96

'^' Correspondiente ai contraste de nomnaiidad de Shapiro-Wiiks '•^^ No pasa ef contraste de curtosis

La raíz es la parte de la planta que tiene una mayor conceníraciOTí de Pb, con

una media de 20,13 ^g Pb/g, mientras que tallos y hojas muestran contenidos similares

(7,99 y 9,26 respectivamente). Existe por tanto una retención de Pb por parte de la raíz

que frena el paso del metal a los vasos de la planta.

508

Page 324: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.45. Contenidos medios de Pb en Erica andevalensis {^g/g s.s.s.) TERCER MUESTREO (NOVIEMBRE)

GQ 1

o

ü Q O

Q 1

Q O

o _ l

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

min

11,00

9,09

6,05

3,69

3,22

4,96

27,04

6,55

6,89

8,67

3,35

4,23

max

16,53

15,26

23,73

15,69

9,2

25,5

27,04

12,72

14,4

7,03

6,55

12,72

n

2

10

10

2

8

9

1

10

10

2

5

8

X

13,43

11,32

15,84

10,14

6,24

13,95

27,04

9,37

9,91

7,85

4,93

7,22

Me

10,52

15,64

6,30

14,02

8,87

10,14

5,23

6,23

DT

4,38

2,04

5,92

7,85

1,71

6,22

2,13

2,57

1,16

1,36

2,91

p-valor ^^

-

0,27

0,74

-

0,69

0,92

-

0,63

0,35

-

0,08

0,27

(a), Correspondiente al contraste de nonnalídad de Shaprro-Wilks

Tabla 7.46. Análisis de Varianza para Pb. Suma de cuadrados Tipo >ll

Fuente

A: Zona

B: Muestreo

C: Parte

AB

AC

BC

RESIDUOS

TOTAL (corregido)

Suma de

cuadrados

1667,47

88,8943

2778,84

917,847

1138,25

812,65

5634,55

12363,1

Grados de

libertad

3

2

2

6

6

4

213

236

Media

cuadrática

555,823

44,4472

1389,42

152,975

189,708

203,163

26,4533

F-ratio

21,01

1,68

52,52

5,78

7,17

7,68

p-valor

0,0001

0,1888

0,0000

0,0000

0,0000

0,0000

309

Page 325: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.102. Contenido de Pb (|xg/g s.s.s.) en E. andevalensis por zonas, con intervalos de confianza al 95 %

¡Medias muéstrales e intervalos de confianza del 95 % para la media

21

18

15

12

9

Si

3 E

TI , ¡ _

[ j I -

C D Zona

LOM

Figura 7.103. Contenido de Pb (ixg/g s.s.s.) en E. andevalensis por partes de la planta, con intervalos de confianza al 95 %

Medias muéstrales e intervalos de confianza del 95 % para la media

24

21

18

0- 15

12

9

6

-

.

T ; JL

i

1

!

-

-

--

h t r Parte

La interacción entre los factores zona y muestreo se presenta en la figura 7.104.

OD-D y LOM siguen la secuencia nnarzo > julio > noviennbre, en OID-C prácticamente

no iiay variación, y en OD-B la secuencia es justamente la contraria: noviembre > julio >

marzo. Prescindiendo de los datos de raíces, en OD-C encontramos la misma secuen­

cia que en OD-B, luego en OD-C es la raíz quien tiene un comportamiento estacional

más acusado.

310

Page 326: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión i/e rcsvliados

Figura 7.104. Contenido en Pb (|.ig/g s.s.s,) de £. andevalensis respecto a muestreo y zona

Gráfico de interacciones

julio marzo noviembre

La interacción entre zona y parte de la planta se presenta en la figura 7.105,

donde se aprecia un patrón similar al visto para otros metales: las raíces actúan como

barrera frente a la absorción de plomo, consiguiendo mantener unos contenidos bastan­

te estables en tallos, y sobre todo en hojas, independientemente de las condiciones del

suelo. En OD-D parece producirse un cierto agotamiento de la capacidad de retención

por parte de las raíces, con lo que ei tallo comienza a cargarse de Pb.

Figura 7.105. Contenido en Pb {[iglg s.s.s.) en E. andevalensis respecto a muestreo y parte de la planta

Gráfico de interacciones

hojas tallos raíces

311

Page 327: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

En LOM, como quedó indicado antes, el plomo disponible es mucho mayor, y sin

embargo, el contenido en planta es el mínimo. Debe existir un mecanismo de exclusión,

o el plomo ligado a materia orgánica no está en forma efectivamente disponible.

7.4.2.5.- NÍQUEL

El contenido de níquel en £ andevalensis oscila entre los 1,6 ¡ag/g en hojas

(OD-D) y los 14,26 en raíces (OD-D) —tablas 7.47 a 7.49—, En el caso de las flores,

los valores extremos son 3,64 y 11,97 j ig Ni/g, siendo su mediana 7,72.

TabSa 7.47. Contenidos medios de Ni en Erica andevalensis (ng/g s.s.s. PRIMER MUESTREO (JULIO)

m i

Q O

O Q O

1 Q

1

Q O

2 O _ j

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

Raíces

Tallos •

Hojas

Flores

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

min

9,30

5,51

4,91

5,73

8,09

2,96

5,02

4,97

8,59

3,22

5,52

5,32

5,87

3,02

4,36

3,64

max

9,53

9,92

9,39

8,23

8,90

9,37

8,87

11,37

14,26

11,95

10,13

11,97

6,06

12,28

12,49

9,49

n

2

10

10

9

2

10

10

9

2

10

10

9

2

10

10

10

X

9,41

7,12

6,82

6,47

8,50

6,33

6,89

7,97

11,43

6,60

8,08

8,74

5,96

7,56

7,12

Me

6,57

6,76

6,17

6,30

6,80

7,9

6,31

7,55

8,69

7,00

6,21

7,59

DT

0,16

1,38

1,41

0,85

0,57

1,82

1,10

1,88

4,00

2,50

1,43

1,98

0,13

2,97

2,40

1,70

p-valor * '

-

0,35

0,83

0,33

-

0,95

0,99

0,67

0,54

0,38 < '

0,67

-

0,33

0,15

0,70

^^ Correspondiente ai contraste de normalidad de Shapiro-Wiiks '''•' No pasa el contraste de la x ^

S12

Page 328: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.48. Contenidos nnedios de Ni en Erica andevalensis {\iQ/g s.s.s.) SEGUNDO MUESTREO (MARZO)

GD 1

o

Ü Q O

Q 1

o

2 n _ j

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

min

4,71

2,00

2,09

4,19

2,22

1,99

3,57

2,42

1,60

3,54

2,22

2,19

max

5,01

3,30

5,92

5,81

4,29

2,77

4,09

4,50

5,16

3,54

7,33

4,97

n

2

7

10

2

4

7

2

8

9

1

10

8

X

4,86

2,66

3,65

5,00

3,12

2,35

3,83

2,99

3,59

3,54

4,42

3,92

Me

2,68

3,34

2,99

2,34

2,64

3,33

3,89

4,09

DT

0,21

0,44

1,16

1,14

0,95

2,35

0,37

0,75

1,16

1,60

0,98

p-valor ^^

-

0,99

0,77

-

-

0,31

-

0,04

0,75

-

0,54

0,43

(a) Correspondiente ai contraste de normalidad de Shapiro-Wilks

Según Gutiérrez Maroto etal. (1997), los contenidos normales en plantas no su­

peran los 5 ¡xg/g, nivel coincidente con el citado por otros autores (Ross, 1994a). Qian

(1996) encontró un máximo de 1,03 ¡ig Ni/g en parte aérea de maíz, y 5,32 en raíces.

En plantas que crecen en suelos normales se considera habitual un contenido de 3 ¡ig

Ni/g, mientras que en suelos con un gran contenido de Ni ese valor asciende hasta los

20 ij,g/g (Brooks, 1998). Los síntomas de toxicidad por Ni en plantas pueden empezar a

presentarse a los 8-10 ng/g (Gupta y Gupta, 1998), (Ross, 1994b).

313

Page 329: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

En N. oleander el contenido de! Ni de! primer muestreo es superior (figura

7.105), mientras que las diferencias entre zonas no son significativas (figura 7.106).

Figura 7.105. Contenido de Ni (ng/g s.s.s.) en Neríum oíeander por muéstreos, con in­tervalos de confianza al 95 %

Gráfico de medias para et Ni en plantas acompañantes

con intervalos de confianza del 95 % 15

12

•o

S

.

-

-

\

-

2

Muestreo

Figura 7.106. Contenido de Ni (¡xg/g s.s.s.) en Neríum oleander por zonas, con inténsa­los de confianza al 95 %

1

Gráfico de medias para el Ni en plantas acompañantes

con intervalos de confianza del 9S %

12

g

6

3

. -, -

" --

-•

" " .

-

o Zona

LOM

314

Page 330: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.49. Contenidos medios de Ni en Erica andevalensis (¡ig/g s.s.s.) TERCER MUESTREO (NOVIEMBRE)

1

Q O

Ü

O

Q 1

Q O

O

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

min

5,13

2,37

5,05

4,15

3,27

4,96

5,41

3,56

5,4

2,46

2,13

2,19

max

7,36

7,69

8,43

5,48

5,26

9,43

5,79

7,76

10,55

3,01

6,72

8,06

n

2

10

9

2

10

10

2

10

10

2

9

9

X

6,25

5,81

6,88

4,82

4,47

6,96

5,60

5,74

7,74

2,74

3,75

5,68

Me

5,51

6,86

4,57

6,77

6,14

7,67

3,21

6,16

DT

1.58

1,64

0,96

0,94

0,70

1,52

0,27

1,66

1,49

0,39

1,48

2,10

p-valor ^^

-

0,15

0,80

-

0,31

0,63

-

0,13*)

0,98

-

0,33

0,40

Correspondiente al contraste de normalidad de Shapiro-Wiiks No pasa el test de curtosis

Si tomamos los contenidos de OD-A como representativos de los de las plantas

creciendo en suelos no contaminados, tenemos un límite superior del intervalo de con­

fianza de 7,04 ng/g. Ese valor asciende hasta ios 11,13 jig/g en el caso de OD-B. Po­

demos establecer entonces unas concentraciones de fondo en nuestra zona de 7-10 ng

Ni/g, que apenas se superan en el caso de E. andevalensis. Como en otros casos, es­

tos valores se encuentran muy lejos de los de hiperacumulación (en el caso del níquel,

5000 iig/g).

El análisis de varianza para las muestras de £. andevalensis pone de manifiesto

la existencia de diferencias significativas en el contenido de níquel asociadas a las zo­

nas de muestreo, la época de éste y la parte de la planta analizada. Asimismo, existen

315

Page 331: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

interacciones entre los factores considerados: zona-muestreo, zona-parte (aunque con

un p-valor próximo a 0,05) y muestreo-parte (tabla 7.50).

Tabla 7.50. Anáfisis de Varianza para Ni. Suma de cuadrados Tipo

Fuente

A: Zona

B: IWuestreo

C: Parte

AB

AC

BC

RESIDUOS

TOTAL (corregido)

Suma de

cuadrados

32,0792

378,919

40,1323

53,4456

32,7752

60,9352

548,968

1309,18

Grados de

libertad

3

2

2

6

6

4

219

242

Media

cuadrática

10.6931

189,459

20,0662

8,90761

5,46254

15,2338

2.5067

fft

F-ratío

4,27

75,58

8.00

3,55

2,18

6,08

p-valor 1

0,0059

0,0000

0,0004

0,0022

0,0461

0,0001

Respecto a la variación entre zonas, el contenido mínimo de Ni corresponde a

LOM y a OD~C. El máximo se alcanza en OD-D, mientras que OD-B ocupa una posición

intenrnedia, no difiriendo significativamente ni de OD-D por un lado, ni de OD-C por otro

(figura 7.107). Estos valores reflejan la distribución de ia fracción disponible de Ni entre

las distintas zonas.

Figura 7.107. Contenido de Ni {\iQfg s.s.s.) en E. andevalensis por 2:onas, cx>n intervalos de confianza al 95 %

Medias muéstrales e intervalos de confianza del 95 % para ia media

6,6

6,4

6

•Z 5,6

5,2

4,8

4,4

- p

¡ E

1

"T

! E

E

i i

O o LOM

Zona

316

Page 332: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Los tres muéstreos son significativamente diferentes, correspondiendo el mayor

contenido de Ni al de julio, seguido por el de noviembre y el de marzo (figura 7.108)

Figura 7.108. Contenido de NI (^g/g s.s.s.) en E andevalensís por muéstreos con inter­valos de confianza al 95 %

Medias muéstrales e intervalos de confianza del 95 % para la media

9,1

8,1

7,1

2 6,1

5,1

4,1

3,1 1 2 3

Muestreo

El tallo es la parte de la planta que tiene una menor concentración de Ni, con

una media de 5,27 \ig Ni/g, mientras que entre hojas y raíces no existen diferencias

significativas, con unas medias respectivas de 5,96 y 6,10 ^g Ni/g (figura 7.109).

: i£ :

: • ' :

: ' 5 :

Figura 7.109. Contenido de Ni (^g/g s.s.s.) en E. andevaíensis por partes de la planta, con intervalos de confianza al 95 %

Medias muéstrales e intervalos de confianza del 95 % para la media

o,/

6,3

5,9

5,5

5,1

4,7

i

-

1

í

• - p -

! i

i

----•

--

---

t

Parte

317

Page 333: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

La interacción entre los factores zona y muestreo se presenta en la figura 7.110.

En LOM, al contrario que en otras zonas, no existe diferencia estacional entre marzo y

noviembre.

Figura 7.110. Contenido de Ni {^g/g s.s.s.) en E. andevalensis respecto a muestreo y zona

Gráfico de interacciones

julio marzo novflembre

La interacción zona-parte muestra también como único punto anómalo LOM

(figura 7.111), donde el contenido en raíces es mínimo. Esta disminución está relacio­

nada con la menor cantidad de Ni disponible en el suelo (el coeficiente de correlación

lineal entre concentraciones medias de Ni en raíces y disponible en suelos es de 0,88,

R^= 78 %). Sin embargo, LOM no tiene un contenido tan bajo en Ni disponible que justi­

fique esa disminución. Sí puede explicar este comportamiento la presencia de cationes

competidores con el Ni, Ca y Mg (Procter and Baker, 1994) o Fe (Menezes de Sequeira,

1969), que en aguas alcanzan las mayores concentraciones de todas las zonas estu­

diadas.

Respecto a la interacción parte-muestreo, en el tercero hay un aumento del

contenido de Ni (figura 7.112), al contrario de lo observado en otros estudios, que re­

gistran un aumento significativo en primavera (O'Toole eí ai. 1981). El ligero ascenso

de las concentraciones de Ni en raíces frente al mayor incremento que experimentan

tallo y hojas está condicionado por la disminución de los contenidos en LOM.

318

Page 334: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.111. Contenido de Ni (|ig/g) en E. andevalensis respecto a muestreo y parte de la planta

Gráfico de interacciones

- i

/

6,5

6

5

4.5

4

~

-

L

r

« " - ' • ^

«

%

A

\

^ -\

\

\

~

-

-i ,

-.

hojas tallos raíces

C D LOM

Zona

Figura 7.112. Contenido de NI ()j.g/g) en E andevalensis respecto a muestreo y parte de la planta

Gráfico de interacciones

hojas tallos raíces

9.2

8.2

7.2

6,2

5 ?

4,2

3,2

_

«

\ \

\ • ^ ,

V \

\N

jt

/ / /

/ ^ ^ ^ - <

"*

-

~

-

_

-

-

1 2

Muestreo

319

Page 335: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

7.4.2.6.- COBALTO Y CADMIO

Las concentraciones de estos dos metales observadas en nuestras muestras, se

encuentran en algunos casos por debajo del límite de detección del método, con lo que

cada una de las celdas de la tabla ANOVA tendría un número muy distinto de datos,

afectando a la validez del análisis. Por ello estudiaremos las variaciones de estos dos

metales mediante un test no paramétrico: el test de Kruskal -Wallis para cada uno de

los factores. La concentración de cobalto alcanza un máximo de 14,94 ^g/g en hojas

(OD-B), con una mediana de 4,035, excluyendo ceros (tablas 7.61 a 7.53).

Tabia 7.51. Contenidos medios en Co de Erica andevalensis {p.g/g s.s.s.) PRIMER MUESTREO (JULIO)

m Q O

ü 1

Q O

Q Q O

2 O

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

min

6,27

3,51

4,06

4,51

5,09

4,41

4,40

3,84

4.12

3,60

4,44

4,69

4,88

4,03

3,65

4,23

max

7,25

7,91

14,94

12,79

5,49

9,67

8,60

9,67

7,13

7,46

11,95

9,23

5,57

8,97

10,35

7.35

n

2

9

9

10

2

8

10

9

2

9

9

9

2

8

9

8

X

6.76

6,04

7,98

7,64

5,29

7,14

6,56

6,45

5,63

5,23

7,38

5,90

5,22

6,29

6,21

5,82

Me

6,18

7,84

6,33

6,90

6,47

6,47

5,22

7,55

5,37

6,24

6,5

5,73

DT

0,69

1,47

3,47

3,16

0,28

1,29

1,57

1,87

2,13

1,29

2,31

1,50

0,49

2,07

2,19

0,97

p-valor ^^

-

0,57

0,35

0,06

-

0,78

0,26

0,96

-

0,68

0,45

0,02

-

0,11 «"

0,39

0,97

' ^ Correspondiente al contraste de nomialidad de Shapiro-Wilks '•^'^ 4o pasa el contraste de la 0^

320

Page 336: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

El rango de cobalto en flores es 3,84-12,79 ng/g, con una mediana de 5,73, y

por lo que se refiere al cadmio, el intervalo es 3,99-10,96 pig/g, con una mediana de

7,26.

Tabla 7.52. Contenidos medios en Co de Erica andevalensis (pQ/g s.s.s.) SEGUNDO MUESTREO (MARZO)

1

Q O

ü 1

Q O

Q O

2 O _1

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

min

2,82

2,91

2,54

2,75

2,57

2,65

2.38

2,65

2.57

max

3,49

3,81

5,49

2,84

3,59

3,33

2,99

4,04

4,83

n

2

7

8

2

7

2

2

8

8

X

3,16

3,24

4,11

2,80

2,97

2,99

2,69

3,25

3,38

nd

nd

nd

Me

3,19

4,06

2,70

3,07

3,12

DT

0,47

0,32

1,06

0,06

0,42

0,48

0,43

0,53

0,85

p-valor ^

-

0,37 ^

0,47

-

0,08

-

-

0,19

0,18

Ca) Correspondiente ai contraste de normalidad de Siiapiro-Wilks *' No pasa el contraste de la D

nd: no detectado

Contenidos normales de Co en plantas son los comprendidos en el intervalo

0,05-0,5 |xg/g, expresado sobre sustancia fresca, mientras que el rango de concentra­

ciones tóxicas se extiende de los 15 a los 50 ¡xg Co/g, expresado sobre sustancia seca

(Ross, 1994). Brooks propone unos contenidos normales de 1 a 3 jig Co/g, dependien­

do de la cantidad de cobalto presente en el suelo. En el estudio de las especies del

norte de Canadá, los valores medios de Co fueron 0,58 fxg/g en hojas y 0,50 ¡xg/g en

tallos (Chiarenzelli et ai, 2001).

321

Page 337: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Respecto al contenido en N. ofeander, existen diferencias significativas entre

muéstreos (figura 7.113) pero no entre zonas (figura 7.114). Los valores mayores son

los del primer muestreo, mientras que entre el segundo y el tercero no hay diferencias.

Aunque la dispersión es elevada, podemos considerar un nivel de fondo alrede­

dor de 4 \ig Co/g, con un valor extremo de 6,60 ig Co/g. En general, estos niveles se

superan ligeramente en E. andevalensis, pero quedan muy por debajo del mínimo de

los 500 |jg Co/g presentes en plantas hiperacumutadoras.

Tabla 7.53. Contenidos medios en Co de Erica andevalensis (p,g/Q s.s.s.) TERCER MUESTREO (NOVIEMBRE)

1

o

ü

o

Q >

o

2 o

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

min

3,88

2,7

3,02

4,01

2,44

2,73

2,78

2,06

2,85

2,46

2,51

max

4,06

5,00

5,15

3.59

3,41

5,02

4,46

4,07

4,29

4.42

4,14

n

2

10

9

2

8

7

2

10

10

5

7

X

3,97

3,89

3,91

3,80

2,88

3,83

3,62

3,10

3,54

nd

3,24

3,30

Me

4,00

3,79

2,77

3,95

3,03

3.61

2.92

2,94

DT

0,13

0,77

0,68

0,30

0,37

0,89

1,19

0,56

0,47

0,76

0,66

p-valor ^^

-

0,56

0,56

-

0,29

0,60

-

0,90

0,68

-

0,53

0,18 ''

^ ' Correspondiente al contraste de normalidad de Shapiro-Wiiks * ' No pasa ei test de curtosis

322

Page 338: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.113. Contenido de Co (ng/g s.s.s.) en Nerium oíeander por muéstreos, con in­tervalos de confianza al 95 %

•a

Gráfico de medias para el Co en plantas acompañantes

con intervalos de confianza del 95 % 8,4

7,4

6,4

5,4

4,4

3,4

2,4 : + ; 2

Muestreo

Figura 7.114. Contenido de Co (}ig/g s.s.s.) en Nerium oíeander por zonas, con inter­valos de confianza al 95 %

Gráfico de medias para el Co en plantas acompañantes

con intervalos de confianza del 95 %

i

10

8

6

4

2

0

'

/ k E 3 C I

Zo na

) LOM

---

.

-•

--

El test de Kruskal-Wailis para las muestras de £. andevalensis pone de mani­

fiesto la existencia de diferencias significativas asociadas únicamente al muestreo,

siendo el primero (julio) significativamente diferente de los otros dos, lo que coincide

con lo descrito por otros autores (OTooIe et al., 1981). En la figura 7.115 representa­

mos los datos por muestreo mediante diagramas de caja, donde los límites verticales de

cada caja son los cuartiles primero y tercero, la vertical interior es la mediana, la cruz

interior la media, y las líneas horizontales los máximos y mínimos dentro del rango Qi -

1,5 Rl, Q3+1,5RI.

323

Page 339: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

La uniformidad de los contenidos de Co entre zonas refleja la poca variación

existente en los horizontes analizados, donde la mayor concentración en cobalto dispo­

nible y movilizable corresponde a OD-A.

Figura 7.115. Contenido de Co (ng/g s.s.s.) en 5. andevalensis según muéstreos

Diagrama de cajas

1 3

s

1

2

3

h

\—

\

K —

+•

D

O

• — i

3 6 9

Co

12 15

Respecto al contenido de cadmio en E. andevalensis, se alcanza un valor máxi­

mo de 11,61 fAQ/g en tallos (OD-D), con una mediana de 1,43 \ig/g excluyendo ceros

{tablas 7.54 a 7.56).

Contenidos normales de Cd en plantas son los comprendidos en el intervalo 0,2-

0,8 ^g/g, expresado sobre sustancia fresca, mientras que el rango de concentraciones

tóxicas se extiende de los 5 a los 30 ^g Cd/g, expresado sobre sustancia seca (Ross,

1994). Gutién-ez Maroto (1997) citando diversos autores, señala unos contenidos nor­

males de 0,47 ^g Cd/g en plantas de cultivo, 0,01 a 0,1 ^g/g en cereales y 0,06-0,62

\iQ/g en patata. Brooks propone unos contenidos normales de 0,1 a 2 ^g Cd/g, depen­

diendo de la cantidad de cadmio presente en el suelo, mientras las concentaciones en

hoja que pueden afectar al crecimiento oscilan entre los 3 y los 10 fig/g en hoja (Foy eí

al., 1978). En el estudio de las especies del norte de Canadá, los valores medios de Cd

fueron 0,58 ¡ig/g en hojas y 0,50 \igJQ en tallos (Chiarenzelli etal.. 2001),

En el contenido de N. oleander, existen diferencias significativas entre mués­

treos (figura 7.116) pero no entre zonas (figura 7.117). Como en el caso del cobalto, los

mayores valores son los del primer muestreo, mientras que entre el segundo y el terce­

ro no existen diferencias significativas

324

Page 340: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.54. Contenidos medios en Cd de Enea andevalensis (mg/kg) PRIMER iWUESTREO (JULIO)

ffl 1

Q O

ü Q O

Q Q O

^ O

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

Raíces

Tallos

Hojas

Flores

min

9,12

3,55

6,95

5,29

4,47

4,89

3,65

3,99

3,99

6,54

6,59

5,86

3,72

4,89

4,14

5,16

max

9,69

9,34

8,35

9,30

9,51

8,91

9,39

10,88

4,37

11,61

10,34

10,96

7,56

8,58

10,62

6,66

n

2

10

7

8

2

10

10

10

2

10

10

10

2

8

10

8

X

9,40

6,67

7,70

7,75

6,99

6,82

6,49

6,62

4,18

9,00

8,39

8,51

5,64

6,64

7,15

6,27

Me

6,41

7.73

8,18

9,11

6,19

6,90

9,11

8,52

8,16

6,74

7,17

6,30

DT

0,40

1,75

0,46

1,58

3,56

1,70

1,95

2,35

0,27

1,70

1,51

1,76

2,72

1,05

1,90

0,65

p-valor ^^

-

0,57

0,96

0,14

-

0,87

0,68

0,33

-

0,82

0,15 ("

0,30

-

0,11 °>

0.95

0,98

'^' Correspondiente al centraste de nomialidad de Shapiro-Wilks '''' No pasa el contraste de curtosis (c) No pasa ei contraste de ¡a D

Observando la distribución del contenido por zonas, podemos establecer un

contenido de fondo en plantas de nuestra zona de alrededor de 3 jxg Cd/g. Este conte­

nido se sobrepasa en el primer muestreo, pero no en los otros dos. Sin embargo, el

comportamiento estacional del Cd está poco claro, pues mientras unos estudios apun­

tan a una ligera disminución en primavera (Foy et al., 1978), otros señalan un aumento

en unos casos, y un contenido constante en otros (OToóle ef al., 1981).

325

Page 341: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.55. Contenidos medios en Cd de Bica andevaíensis (mg/kg) SEGUNDO MUESTREO (MARZO)

CD 1

o

Ü 1

o

Q 1

Q O

2 _ i

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

Raíces

Tallos

Hojas

min

1.10

0,89

0,78

1,38

0.97

1,08

1,19

0,87

0,95

1,23

1,06

0,78

max

2.13

1,28

1,26

1,62

1=27

1,27

1,73

1,21

1,25

1,23

1,36

1,28

n

2

9

7

2

6

7

2

4

2

1

8

7

X

1.62

1,16

1,11

1,50

1,15

1,19

1,46

1,05

1,10

1,23

1,20

1,16

Me

1,19

1,10

1,18

1,24

1,07

1,20

1,23

DT

0,72

0,11

0,17

0,17

0,12

0,08

0,38

0,17

0.21

0,11

0,17

p-valor^^^l

-

0,004

0,07

"

0,56

0,09

-

-

-

-

0,36

0,003

' ' Correspondiente at contraste de normalidad de Shapiro-Wiíks

Figura 7.116. Contenido de Cd (ixg/g s.s.s.) en Neñum oleander por muéstreos, con intervalos de confianza al 95 %

Gráfico de medias para el Cd en plantas acompañantes

con intervalos de confianza del 95 %

(8

10

8

6

2

Muestreo

326

Page 342: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Tabla 7.56. Contenidos medios en Cd de Erica andevalensis (mg/l<:g) TERCER MUESTREO (NOVIEMBRE)

CD 1

Q O

O 1

D O

Q 1

Q O

O _I

min max n

Raíces 1,80 1,95 2

Tallos 0,85 2,43 10

Hojas 1,00 1,97 8

Raíces 1,09 1,09 1

Tallos 1,08 1,68 7

Hojas 1,11 1,41 5

Raíces 1,04 1,24 2

Tallos 0,91 1,70 9

Hojas 0,92 1,74 7

Raíces 1,15 1,15 2

Tallos 0,82 1,36 7

Hojas 1,07 1,55 6

X

1,88

1,64

1,40

1,09

1,30

1,26

1,14

1,24

1,38

1,15

1,09

1,28

Me

1,45

1,38

1,25

1,26

1,2

1,36

1,17

1,26

DT

0,11

0,50

0,29

0,60

0,11

0,14

0,26

0,29

0,00

0,18

0,18

p-valor ^^

0,75

0,51

0,22

0,53 <">

0,75

0,39

0,47

0,39

IJ Correspondiente ai contraste de normalidad de Shapiro-Wiiks " No pasa el contraste de laj?^ (b)

Figura 7.117. Contenido de Cd (p,g/g s.s.s.) en Neñum oleander por zonas, con intervalos de confianza al 95 %

Gráfico de medias para ei Cd en plantas acompañantes con intervalos de confianza del 95 %

i

8

6

4

2

0

-

*

/ \ E i C E

Zo na

--. '-

,

"

-

) LOM

327

Page 343: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

El test de Knjskal-Wailis para las muestras de E. andevalensis pone de mani­

fiesto ta existencia de diferencias significativas asociadas a la época de muestreo (figu­

ra 7.118), mientras que respecto a zonas de muestreo y parte de la planta ta significa­

ción es ligeramente menor que el 95 % que venimos considerando {ver anexo 4) El

contenido de Cd es superior en et primer muestreo, y su dispersión es mayor

Figura 7.118. Contenido de Cd (ng/g s.s.s.) en E. andevalensis según muéstreos

Diagrama de cajas

Como en el caso del cobalto, ta uniformidad de tos contenidos de cadmio entre

zonas refleja la poca variación del contenido disponible existente en los tiorizontes ana­

lizados, donde la mayor concentración en metal disponible y movilizabte se da en OD-A.

7.4.3.- MICROSCOPÍA

7.4.3.1.- RAÍCES

El estudio microscópico de las raíces de E. andevalensis revela la existencia de

un engrosamienío general de las paredes celulares (figuras 7.119 a 7.121) que debe

ser uno de los factores que contribuyan a la retención de de metales pesados. Al mi­

croscopio electrónico se aprecian células ocupadas por una gran vacuola (figura 7.122)

con una pared celular de unos 5 ^m (figura 7.123).

328

Page 344: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

La pared celular aparece asociada con depósitos granulares muy contrastados,

que son probablemente depósitos metálicos, análogos a los observados en maíz some­

tido a altas concentraciones de Cu (Ouzonidou et al., 1995). Otro tipo de depósitos de

densidad muy alta respecto a los electrones aparecen abundantemente distribuidos en

el citoplasma de las células (figura 7.124). Este tipo de precipitados de alta densidad

frente a los electrones han sido relacionados por algunos autores con restos de crista­

les de P-proteínas, con apariencia de partículas redondeadas opacas con un diámetro

de 0,2 a 0,7 \im (Lawton, 1979). En nuestro caso, sin embargo, no hemos encontrado lo

que serían cristales completos, que muestran una apariencia llamativamente cuadrada;

además, las células donde están presentes no parecen floemáticas, con lo que esta

interpretación es poco probable,. Estudios recientes en plantas sometidas a altas con­

centraciones de metales pesados en medios controlados han identificado partículas

similares formadas por precipitados de Cu y Zn, con Si (Neumann y Nieden, 2001) que

quizá sean afines a los observados en este estudio.

En et extremo de la raíz ha podido observarse una estructura distinta, con un

citoplasma intensamente granulado (figura 7.125) que debe corresponder a células me-

ristemáticas con una gran densidad de ribosomas (Lyshede, 1980).

7.4.3.2.- TALLOS

El tallo de E. andevalensis muestra también cierto engrosamiento de las paredes

celulares (véase un corte de la mitad del tallo visto al microscopio óptico en la figura

7.126) aunque las estructuras observadas al microscopio óptico no presentan particula­

ridades apreciables (figuras 7.126 y 7.127). La estructura de la pared puede apreciarse

en la unión de tres células parenquimáticas mostrada en la figura 7.129. Los precipita­

dos observados en la lámina media de la pared celular en las raíces, así como las partí­

culas opacas, vuelven a aparecer en tallos, aunque en menor medida (figura 7.129). La

continuidad entre las células de los vasos está limitada a las pequeñas zonas donde la

pared celular no está engrosada (figura 7.130), que destacan en el conjunto de la pared

(figura 7.131). En un corte transversal de esta zona (figura 7.132) se aprecia la concen­

tración de los orgánulos citoplásmicos, de manera similar a lo observado por otros auto­

res (Wangemnan, 1978)

329

Page 345: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

7.4.3.3.- HOJAS

Las hojas de E. andevalensis muestran al microscopio óptico una cutícula grue­

sa y un tejido parenquimático bastante abierto (ftgura 7.133). La ultrasstrucíura de las

hojas no presenta alteraciones significativas, aunque sí puede distinguirse la presencia

de partículas oscuras similares a las identificadas por Neumann y Nieden (2001) como

precipitados metálicos (figuras 7.134 y 7.135).

En resumen, la ultraestructura de £. andevalensis no revela la existencia de mo­

dificaciones capaces de explicar por sí solas la resistencia de la planta a la fuerte aci­

dez y el elevado contenido en metales pesados de su sustrato. Sin embargo, si hemos

identificado dos mecanismos que pueden contribuir a esta resistencia: la pared celular

de las células radiculares y la posibilidad de precipitación (b^o formas inertes con Si)

del exceso de metales absorbidos, en la pared celular o en la vacuola de células deter­

minadas.

330

Page 346: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.119. Zona externa de la raíz de Erica andevalensis (x 400). C: zona cortical.

' í , 1, - í 1 ^ , ^ .

rf»

'fe.

Si.

^,?~>%< '

>. *MC

•flSw H""

Figura 7.120. Zona media de la raíz de Erica andevalensis (x 400).

"• ^ í - • ' ' ' ^ " ^ ^ * ^>"*i^ * ^

*4

331

Page 347: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.121. Zona media de la raíz de Enea ancíei/a/ens/s (x 400).

•• 'f ^ » i " » _-tC e * »

Figura 7.122. Pared celular y vacuola en células de raíz de Erica andevalensis. A: gra­nulos de almidón.; M: mitocondrias; N:núcleo; Nn: nucléolo ; V: vacuola

un:

• - J ^ ; .

^ ^ f ^ '

1 )Lim

?'->?*5

,-'%

'^-'^ ^ ^

f ^ # ^ ^

-.¿#^

332

Page 348: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.123. Corte transversal de ia pared celular y depósitos granulares asociados a ella en células de raíz de Erica andevalensis. D: depósitos; P. plasmodesmo

1 ]xm

333

Page 349: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.124. Corte transversal de células de raíz de Erica andevalensis con depósitos granulares.

534

Page 350: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.125. Células de raíz de Erica andevalensis con alta densidad de ribosomas.

1 jj,m

335

Page 351: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.126. Tallo de Erica andevalensis (x 100)

v

Figura 7.127. Sección longitudinal de la zona vascular de Erica andevalensis (x 400)

336

Page 352: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.128. Sección longitudinal de la zona vascular del tallo de Erica andevalensis (X 400)

»' i^'-' -/^í- "<-r^ '

%^1>

Figura 7.129. Pared celular en tallo de E andevalensis. D: depósitos; L: lámina media

•rA

t

0,5 j.im

' i4

.S*'

337

Page 353: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.130. Tejido vascular en tallo de E. andevalensis. P: punteadura; Pa: Célula paren-quimática

"~"—-^S^^^

1.5 iLifn

% « *

'-- *-. *

V ~-~

1

1 r

1

% •^.

* • ' *

*

^ ^-

^

""^ ~- -„. , * « ^

íí' ^,

N

338

Page 354: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.131. Detalle de una punteadura en tallo de E. andevalensis.

(•'<', Jt '--^

339

Page 355: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.132. Corte transversal de un paso entre células en tallo de E. andevalensis. V: vacuo­la

/ /

/

340

Page 356: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.133. Hoja de E andevalensis (x400). Cxutícula; Ce:células epidérmicas; Pc:parénquima clorofílico

«wi&

Figura 7.134. Corte transversal de un elemento de xilema en iioja de E. andevalensis. E: engrosamientos de la pared celular; P: Parénquima del xilema; X: xilema

341

Page 357: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Discusión de resultados

Figura 7.135. Detalle del engrasamiento de la pared celular en hoja de £. andevalensis

0,5 |xm

342

Page 358: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

CAPITULO 8

CONCLUSIONES

Page 359: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo
Page 360: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Conclusiones

Como consecuencia del trabajo experimental realizado, podemos establecer las

siguientes conclusiones.

I) Respecto al habitat de la especie estudiada

1.- El río Odiel, al atravesar la zona de yacimientos de sulfures complejos y manganeso

del Cinturón Ibérico de Piritas sufre una fuerte acidificación de sus aguas liasta valores

de pH cercanos a 3, y un gran aumento de su contenido en sulfates, manganeso y me­

tales pesados. Este contenido en sulfates (con predominio de los de calcio, de magne­

sio y de hierro) va a condicionar las propiedades del agua del Odiel, influyendo directa­

mente en su elevado residuo seco, conductividad eléctrica y dureza.

2.- Los metales presentes en el agua del Odiel siguen los siguientes patrones de varia­

ción estacional:

2.1.- Los metales mayoritarios (cobre, hierro, manganeso y zinc) presentan una

variación noviembre > julio > marzo al producirse la liberación de los metales

precipitados en forma de eflorescencias salinas por efecto de las lluvias de oto­

ño..

2.2.- Los metales minoritarios ( níquel, cobalto y cadmio) presentan una varia­

ción julio > noviembre > marzo al no alcanzarse concentraciones suficientes en

agua para su precipitación. En estas condiciones, el factor que regula la concen­

tración de metales es el volumen de agua disponible en el cauce.

2.3.- El plomo constituye una primera excepción a este comportamiento general.

Aunque forma parte de las eflorescencias salinas, puede permanecer en solu­

ción durante el verano, con lo que en julio alcanza las concentraciones más altas

de las estudiadas.

2.4.- El cromo constituye la segunda excepción a este comportamiento general.

Debido a la gran insolubilidad de sus sales, precipita ai disminuir el caudal en ju­

lio, con lo que prácticamente deja de estar en solución.

345

Page 361: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Conclusiones

3.- Por lo que se refiere a los suelos, se ha observado que los ejemplares de £. andeva-

lensis estudiados crecen en terrenos muy pobres caracterizados por:

a) Proximidad a cursos de agua

b) Textura arenosa o franco-arenosa

c) pH extremadamente ácido (2,8 a 4,4)

d) Muy bajos contenidos en materia orgánica y fósforo

e) Elevados contenidos de sulfates y metales

4.- En la mayoría de los puntos estudiados, el cobre, el plomo, el zinc y el cadmio en

forma disponible para las plantas alcanzan niveles considerados tóxicos para la mayo­

ría de las especies vegetales.

5.- En la mayoría de los puntos estudiados existen cantidades muy elevadas de estos

metales en forma movilizable, que pueden pasar a la solución del suelo si varían las

condiciones de éste.

6.- En la mayoría de los puntos estudiados existen cantidades muy elevadas de estos

metales en forma inmovilizada, capaces de liberarse al medio paulatinamente a lo largo

de lapsos de tiempo muy dilatados.

II) Respecto a la propia especie estudiada

7.- £. andevalensis no se comporta como hiperacumuladora para ninguno de los 9 me­

tales estudiados, mayoritarios en su medio. Sí muestra tolerancia incluso en las condi­

ciones más extremas de contenidos de metales disponibles considerados generalmente

tóxicos, y de acidez elevada.

8.- El contenido de los principales metales presentes en cantidades tóxicas (cobre y

plomo) en E. andevalensis, no se corresponde con el existente en suelos debido a la

fuerte retención de los metales considerados llevada a cabo por las raíces de la planta.

346

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Conclusiones

9.- La retención de cobre y de plomo en las raíces consigue mantener un contenido

similar en hojas y tallos de las plantas de las distintas zonas, a pesar de las diferentes

concentraciones de metal en los distintos horizontes de suelos y a la influencia desigual

de los aportes directos de las aguas del Odie!.

10.- El zinc, aunque menos tóxico que el cobre, presenta un comportamiento similar en

la planta, con una retención en raíces que origina una disminución del contenido en

tallos y, en menor medida, en hojas. Sin embargo, esta retención parece menos impor­

tante que en el cobre, pues en este caso la concentración en raíz se mantiene bastante

proporcional al contenido medio disponible de metal en el suelo.

11.- El cadmio se presenta en bajas concentraciones en los ejemplares analizados, lo

que refleja el escaso contenido disponible en los diversos horizontes del suelo, aunque

la cantidad de cadmio pseudototal en estos sea elevada.

12.- Níquel y cobalto están presentes en bajas proporciones tanto en suelos como en

plantas, con lo que su influencia en el comportamiento de E. andevalensis debe ser

mínima.

13.- La cantidad de cromo disponible presente en el suelo es equiparable a la de cobal­

to y cadmio, y su contenido total es incluso mayor. Las plantas, sin embargo, parecen

excluirlo.

14.- Los mayores contenidos de manganeso se dan en hojas, sobre todo en primavera,

mientras que entre raíces y tallos no existen diferencias significativas.

15.- El hierro, que no es tóxico para los tejidos vegetales, es traslocado hasta las hojas,

donde se alcanzan valores del mismo orden que en raíces. A pesar de ello, no existe

una correspondencia clara entre contenidos disponibles en suelo y contenidos en plan­

ta, luego debe existir cierta regulación por parte de las raíces.

347

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Conclusiones

16.- La ultraestructura de E andevalensis no revela la existencia de modificaciones

capaces de explicar por sí solas la resistencia de la planta a la fuerte acidez y al eleva­

do contenido en metales pesados de su sustrato.

17.- Se han identificado dos mecanismos que pueden contribuir a explicar esta resis­

tencia: la pared celular de las células radiculares y la posibilidad de precipitación (bajo

formas inertes con Si) del exceso de metales absorbidos, sea en la pared celular o en la

vacuola de células determinadas.

348

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Page 381: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

ANEXOS 1.- Datos climatológicos

2.- Fraccionamiento de los metales en horizontes de suelo

3.- Test de Tukey

4.- Test de Kruskal-Wailis

5.- Contenido en metales de Meríum Oleander

Page 382: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

ANEXO 1: DATOS CLIMATOLÓGICOS

PROVINCIA HUELVA ESTACIÓN: ARACENA (407)

1 TEKMOMETRIA

^ F

Período:

M

1 9 3 1 - 6 9

A M

Año«:

J

22

J

Log.: 6 ° 3 3 ' W

A S

Lit.: 3 7 ° 54'

O N

Alt.

D

r T

tm t t* H

1 6 3 10,4

6,8 3,1

- 1 , 7

18,7 11,3

7,1 3,0

- 2 , 0

21,5 14,0

9.5 5.0 0,4

26,1 17,9 12,2

6,5 1,5 5

31,5 23,2 16,6

9,9 4,6

36,4 27,7 20,3 12,9

6,8

39,0 33,6 25,0 16,3

9,8

38,4 33,1 24,9 16,7 10,7

35.5 28,S 21,6 14,3

8,7

29,4 21,5 16,1 10,7

5,6

21,1 14,1 10,0

5,9 0,9 23

17,1

n.i 7,1 3,2

- 1 , 6

731 ;'

AÑO

39,8 20,6 14.8

9,0 - 3 . 8

INVIERNO: i' d d mej m i s fr»: t ' " :

BALANCE DE AGUA

( Fcbr.-ro ): - 2 , 0 ° ( " ): 3,0° ( " 11,3° (Ene.: 10 ,4°)

VERANO: c: 4,8 mese» E: 7,6 meses (232 días)

M: ( V - X ) ; 28,0°

^ OTRUS ( a ) ALGODÓN MAS CALIDO (G)

Régünea Tennico: SUBTROPICAL CALIDO (SU)

M AÑO

P ETP Ih LL N G

t í 3 13 12,S4

9 0,2 0,1

132 13 10,15

9 0.2 0,1

160 28

5,71 10 0,1 0,1

90 46

1.96 7

0.1

81 77

1.05 7

0,1

36 112

1.00 3

154 0,18 1

144 0,03 1

53 100

0.53 4 •

111 58

1.91 6

133 25

5.32 8

136 12 11.33

8 0.2

1104 782

1.4IJI 73 0,7 0,5

- * < - - * < -L„: 734 mm > 209EETPanu»l

Upmca de Humedad: MEDITERRÁNEO HÚMEDO (ME)

TIPO CLIMÁTICO: MEDITERRÁNEO SUBTROPICAL (SU, ME)

PROVINCTA HUELVA ESTAaON: ALMONASTER (405)

INVIERNO: f drl mes más frió: ( Febrero ): t : { "

- 0 , 6 " VERANO: e; 5.7 meses 4_40 E: 9,7 meses (293 días)

14Í4'' (Ene.: 13,S°( M: (V-X): 29,7°

CITRUS (Ci) ALGODÓN MAS CALIDO (G)

Régimen Térmico: SUBTROPICAL CALIDO (SU)

BALANCE DE AGUA

Ln: 618 mm > 2a%eTPaniui

Kipmca de ÜIUO^MÍ: MEDITERRÁNEO HÚMEDO (ME)

TIPO CLIMÁTICO: MEDITERRÁNEO SUBTROPICAL (SU, ME)

Page 383: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

PROVirfCIA HUELVA

TERMOMerRlA

T" T

t t' H

mVIEKNO

E

19J 13,7 8.» 4,0

- 1 , 7

F

19,5 14,2

9,5 4,8

- 0 , 3

t' del meí máx t " T "

*» " >, „

BAtA^4CE DE AGUA

P ETP Ih LL K G

1 1 1

£

142 20

7.10 9 0,2 0,3

F

115 23

5,00 8

0,1

Período.

M

23,1 16,9 11,1

S ^ - 0 , 2

1957

A

27,6 19,B 13,0

6,1 0,8 13

TÍO; (Diciembre ):

" : ( - : (

]: - ) • •

- 6 9

M

32,4 24,4 16,9

9,3 3,9

- 2 . 7 ° 3,2°

13,6°

AVENA CAUDO (A»)

M

111 34

3,2* 9

h

A

70 49

1,43 6

K-

M

64 81

1,00 5

0,1

' 567 1U1B

ESTAaON; CABEZAS RUBIAS

AAoK

J 37,0 29,4 20,6 11,8

5,7

Rjépae

}

37 112

1,00 3

13 Log.i 7°

J A

41,2 41,6 35,0 35,3 24,6 24,8 14,2 14.2

8,1 9,2

VERANO: e: E;

M:

05'W U t . : 37

S 0

38.4 31.0 30.8 23,6 21,9 16.5 12.9 9.4

7,5 4,S

< 4 meses

( 4 U )

O44,

N

23,6 16,4 11,0

5,5 1,0 22

7.3 mese» (223 día») (V-X): 29,7°

MAÍZ (MI

iTécmica: TEMPLADO CALDX) (TE)

J A

2 3 150 i 4 0

0,07 0i02 1 1

0,1

i

> iffjmrtmvú

S O

28 109 103 60

0,27 1,82 2 6

N

126 28

4,50 9

li

Alt m:

D

20,0 13,6 8,4 3.2

- 2,7

D

125 17

7 3 5 S 0.1

Kápmcn de Humedid: MEDITERRÁNEO HÚMEDO (ME)

TITO CtlMATlCOiMEDITERRANEO TEMPLADO (TE, ME).

22S

AflO

42,6 22,8 15,6

8,4 -3 ,7

ARO

932 817

1,14 67

W o.«

PROVINOA:

TERMOMETRIA

LA.FRESNERA (418)

L o g . : 7 ° 0 1 ' W LiL: 37° 49' Alt. I

T T

20,8 22,S 25,0 15,1 16,6 18,6

9,9 11,2 13,2 4,7 5,9 7,8

- 2 , 2 -0 ,3 3,0 21

21,5 15.8 10,0

4.6

27,7 20,4 13,2

8,6

31,8 24,3 16,9 11.1

35,8 27,0 18,3 14,4

36,5 27,3 18.1 14,4

32.2 24,4 16,7 12,3

24,5 18,4 12.4

7,1

24,9

AÑO

20,9 43,2 1 8 4 14,9 24.5 13.4 10.2 18,0

8,5 5,6 11,5 3,9 0,4 - 3 . 4

17

INVIERNO: t' del met máj fiío; ( Enero )

CITRUS (O)

- 2 , 2 VERANO: e: 6,4 raese» 4.7° E: 9,9 meses (299 días)

15,1° (Díc: 14,9°) M: ( V - X ) : ¡1,*°

ALGODÓN MAS CAUíaO (G)

Rígkmen Téinñco: SUBTROPICAL CAUDO (SU)

BALANCE DE AGUA

M AÑO

P ETP. Ih LL N G

148 18

8,22 10 0,3 0,1

144 23

6,26 10

0,4

120 37

3,24 10 0,1 0,3

62 56

1,11 6

0.1 0,7

54 30 7 103 141 174

1,00 0,57 0,04 5 3 1 0,1

Lni 651 mm > 20%ETPanual

Régimen de Humedad: MEDITERRÁNEO HUMEIX} (ME)

TIPO CXIMATICXJ: MEDITERRÁNEO SUBTROPICAL (SU, ME)

Page 384: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

PROVlNaA HUELVA

TERMOMETRIA

ESTACIÓN: VALVERDE (LOS RAMOS) (423)

Periodo: Años: Loe.: 6 ° 4 5 - W U l . : 37° 34' Ali. m: 323

M M J O N D

r T

20,6 16,4 12.4 8,4 3,9

22,1 17,3 13,2

9,0 4,4

24,7 19,0 14,4

9,9 5,8

29,4 23,1 17,6 12,0

7,0

35,1 27,7 21,3 14,9 10,2

40,7 32,0 25,0 17,9 13,2

41,9 37,0 28,4 19,8 15,9

41,4 35.4 •27,8 20,1 16,2

39,2 32.7 26.0 19,2 14,2

31.4 25.1 20.2 15.2 1!,0

24,9 19,0 15.0 10.9

6.2

20,6 15,7 11.6

7.4 2,6

AÑO

42,8 25,0 19,4 13,7

1,3

INVIERNO: t" del mes mis frió

BALANCE DE ACUA

(Diciembre í ( " ) ( •• ):

2,5" 7,4°

15.7°

CITRUS (Ci)

VER.ANO: e: 7.8 meses E; 12 .iicses (365 días)

M: ( V - X ) : 31,7°

ALGODÓN MAS CALIDO (C)

Rigiqjen Térmico: SUBTROPICAL CALIDO (SU)

Ln: 416 mm > 20%ETP mw>»l

Régimen de Hiunedid: MEDITERRÁNEO HÚMEDO (ME)

TIPO CLIMÁTICO: MEDITERRÁNEO SUBTROPICAL (SU, ME)

PROVINCIA HUELVA

TERMOMETRIA

E F

Per/odo:

M

1 9 5 7 - 7 0

A M

ESTAOON:

AAos: 13

J J

LAS MAJADILLAS (421)

Lof.: 6 ° 3 0 ' W Lar.: 3 7 ° 44'

A S O N

Alt.

D

i '^ T

i t ! t'

1 " 1 INVIERNO

I 1 1 1

20,5 14,8 10,0

5,1 -0.3

22,0 15,4 10,4

5,5 1.4 9

24,4 18,1 12,6

7,1 3,2

28,1 21,8 15,2

8,6 4,3

t'del mes m i s Ino: ( Enero ): t *' T •• •

.. ,. „

1 BALANCE DE ACUA

1 1 ' 1 E7P 1 Ih 1 ^^ I N i <'

1

E

120 20

6,00 9 0.1

P

133 23

5,78 9

= ( : ( '

): ):

32,6 26,4 19,0 11,5

7,0

- 0 , 3 ° 5,1°

14,8° (D

OTRUS (CiJ

M

137 37

3,70 11

0,1

h

A

94 56

1,6S 7 •

0,3

w-

M

52 92

1.00 6

0,1

673 mm

36,4 40,1 29,9 34,8 22,1 26,2 14,4 17,6

9,2 12,8

39,9 34,9 25.7 16.5 12,5

VERANO: e:

c : 13,4°)

lUgimca Tértnice

I J

22 2 123 169

0,67 0,01 . 3 1

E: M:

37,0 30,2 22,3 14,4 10,2

30,5 24,1 18,1 12,2

8,8

6 3 meses

24,2 18,0 13,0

7,9 3,3

10,3 meses (312 días) ( V - X ) : 30,0°

19,2 13,4

9,2 5,1 1,0 18

ALGODÓN MAS CALIDO (G).

. SUBTROPICAL CALIDO (SU)

A

9 147

0,06 1

s

> 209{ETPamul

S

38 103

0,37 3

O

128 66

1.94 9

0.1

N

143 33 4 ,33 8

0,1

h

D

170 17 10,00 10

0,1

40,8 23,5 17,0 10,5

- 1 , 3

n

AÑO 1

1048 836

1.19J 77

0,1 0,8

Régimen de HufXMdsd: MEDITERRÁNEO HÚMEDO (ME)

TIPO CUMATICO: MEDITERRÁNEO SUBTROPICAL (SU, ME)

Page 385: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

PROVINOA HUELVA ESTACIÓN: EL VILLAR (115)

TERMOMETRIA Periodo: Años: Log.: 6 ° 4 4 ' W Ljt.; 3 7 ° 4:2' Alt.

H

19.8 15,4 10.7

6,0 0,7

22.5 16.3 31.6

6.8 1.6 7

24.7 18,6 13,5

8.4 3.5

28,6 21,4 15,5 •9,6 4.6

34,1 26 J 19.0 11,8

7,4

37.9 29,8 22.0 14.1 10,3

40,1 33.5 24.7 15,8 11,8

40,2 34.0 25,0 16,1 12,2

34,8 30,2 22,5 14,8 10.7

31,3 24.3 1S.5 12.7

8,3

24,2 18,2 13,3

8.5 3,8

INVIERNO: t 'de l m « más frio: ( Enero ¡: 0,7°

: ( •• <

VERANO: e: 6,0° (Dic : 5.9°)

15,4°

6.4 meics 10.4 meses (315 días)

(V-X) : 29.7°

CITRUS (Ci) ALGODÓN MAS C A l I t » (G)

Répmeti Térmico: SUBTROPICAL CALIDO (SU)

BALANCE DE AGUA

M M J N AÑO

P ETP Ih LL N G

112 101 23 25

4,87 4,04 9 8

96 52 38 28 O 2 23 90 107 100 43 59 92 123 150 !40 106 69 33 22

2.23 1,00 1.00 0,54 O.OO 0,01' 0.22 U O 3,24 4,55 8 6 4 2 O 1 2 7 8 7

749 385

0,85 62 O O

M H M • L,,: 391 mm > 20'%ETP in in l

Rípnsen de Humedid: MEDITERRÁNEO HÚMEDO (ME)

TIPO CLIMÁTICO: MEDITERRÁNEO SUBTROPICAL (SU, ME)

Page 386: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

ANEXO 2: FRACCIONAMIENTO DE LOS METALES EN HORIZONTES DE SUELO

Muestra

0D-A1

0D-A2

0D-A3

OD-B(a)

OD-B(b) 1

OD-B(b) 2

0D-C1

0D-C2

OD-D

LOM

Cu disponible (^g/ g suelo)

1,23

0,98

0,97

38,02

25,41

18,38

20,86

12,99

86,58

23,72

Cu movilizabie (ng/g suelo)

0,36

0,60

0,13

30,86

18,11

17,39

22,27

11,17

37,79

8,22

Cu inmovilizado (ng/g suelo)

20,19

16,20

12.99

584.66

84.21

98,48

113.18

135,72

327,26

212,53

Cu total (|Lig/g suelo)

21,78

17,77

14,09

653,53

127,73

134,25

156,31

159,88

451,62

244,47

Muestra

0D-A1

0D-A2

0D-A3

OD-B(a)

OD-B(b) 1

OD-B(b) 2

0D-C1

0D-C2

OD-D

LOM

Fe disponible (ng/ g suelo)

71,69

79,33

45,16

105,92

121,55

57,46

21,01

22,06

342,80

219,01

Fe movilizabie {M.g/g suelo)

1416,50

1997,18

599,93

5532,19

1640,13

1900,81

1118,03

1014,56

5591,28

5110,98

Fe inmovilizado (ng/g suelo)

17370,21

18396,68

11472,21

81544,28

27131,59

34272,09

36623,11

59575,99

57452,39

106576,26

Fe total (ng/g suelo)

18858,40

20473,19

12117,31

87182,39

28893,27

36230,36

37762,15

60612,61

63386,47

111906,25

Muestra

0D-A1

0D-A2

0D-A3

OD-B(a)

OD-B(b) 1

OD-B(b) 2

0D-G1

0D-C2

OD-D

LOM

Mn disponible ([igí g suelo)

58,32

10,79

37,85

389,67

56,94

364,33

112,39

416,55

10,68

3,90

Mn movilizabie (ng/g suelo)

357,82

41,80

111,86

36,56

126,49

333,07

117,52

101,43

11,17

3,34

Mn inmovilizado (ng/g suelo)

77,61

223,70

130,11

2494,61

77,01

134,23

170,35

204,85

158,09

40,68

Mn total (ng/g suelo)

493,74

276,29

279,82

2920,83

260,44

831,63

400,25

722,82

179,93

47,93

Page 387: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Muestra

0D-A1

0D-A2

0D-A3

OD-B{a)

OD-B(b) 1

OD-B(b) 2

OD-C 1

0D-C2

OD-D

LOM

Zn disponible (W j / g suelo)

1,37

1,32

1,40

17,97

9,17

6,52

3,44

1,93

12,02

12,25

Zn movílizable (lj,g/g suelo)

2,19

2,22

1,93

9,99

10,36

6,54

6,06

4,24

4,84

7,45

Zn inmovilizado (\iglg suelo)

34,82

36,73

18,94

193,91

89,66

96,42

61,30

72,12

101,02

247,66

Zn total {\xglg suelo)

38,39

40,27

22,28

221,87

109,19

109,48

70,80

78,29

117,89

267,37

Muestra

0D-A1

0D-A2

0D-A3

OD-B(a)

OD-B(b) 1

OD-B(b) 2

0D-C1

OD-C 2

OD-D

LOM

Pb disponible (ng/ g suelo)

1,07

0,93

0,90

2,47

3,44

3,09

1,44

2,59

5,17

22,50

Pb movílizable (ng/g suelo)

0,93

0,76

0,97

9,82

7,36

10,29

4,34

6,63

20,35

17,95

Pb inmovilizado (ng/g suelo)

11,06

13,14

9,94

456,26

92,44

232,17

140,84

322,88

440,45

499,43

Pb total (ng/g suelo)

13,06

14,83

11,81

468,55

103,24

245,55

146,62

332,10

465,97

539,88

Muestra

0D-A1

0D-A2

0D-A3

OD-B(a)

OD-B(b) 1

OD-B(b) 2

0D-C1

OD-C 2

OD-D

LOM

Ni disponible (ng/ g suelo)

1,20

0,92

0,50

0,76

0,54

0,55

0,32

0,32

0,50

0,21

Ni movílizable (tig/g suelo)

1,17

0,79

0,68

0,58

0,74

0,51

0,39

0,43

0,46

0,44

Ni inmovilizado {\iglg suelo)

11,49

11,81

6,31

14,53

9,65

11,55

13,98

16,18

18,42

11,45

Ni total (ng/g suelo)

13,87

13,52

7,48

15,87

10,92

12,61

14,69

16,93

19,38

12,10

Page 388: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Muestra

0D-A1

0D-A2

0D-A3

OD-B(a)

OD-B(b) 1

OD-B(b) 2

0D-C1

0D-C2

OD-D

LOM

Cr disponible (ng/ g suelo)

1,77

2,28

0,97

1,21

0,50

0,50

0,34

0,36

1,79

1,14

Cr movilizable (jig/g suelo)

1,01

1,21

0,94

1,07

0,80

0,91

0,81

0,73

1,51

0,60

Cr inmovilizado (ng/g suelo)

30,57

32,04

20,66

16,83

18,19

19,34

18,77

17,85

28,18

12,34

Cr total (ng/g suelo)

33,35

35,53

22,57

19,10

19,48

20,75

19,92

18,94

31,48

14,08

Muestra

0D-A1

0D-A2

0D-A3

OD-B{a)

OD-B(b) 1

OD-B(b) 2

0D-C1

0D-C2

OD-D

LOM

Co disponible (ng/ g suelo)

2,44

1,78

1,30

1,09

0,49

0,25

0,23

0,15

0,45

0,10

Co movilizable (ng/g suelo)

3,56

2,50

2,66

0,75

0,90

0,61

0,42

0,30

0,65

0,55

Co inmovilizado iiiglg suelo)

9,55

10,55

6,86

17,72

10,35

10,46

9,22

14,46

14,60

20,10

Co total (ng/g suelo)

15,56

14,83

10,82

19,57

11,74

11,33

9,87

14,90

15,70

20,75

Muestra

0D-A1

0D-A2

0D-A3

OD-B(a)

OD-B(b) 1

OD-B(b) 2

0D-C1

0D-C2

OD-D

LOM

Cd disponible (\xgl g suelo)

1,39

1,16

0,71

1,07

0,28

0,42

0,15

0,28

0,53

0,33

Cd movilizable (jig/g suelo)

1,10

0,84

0,84

1,06

0,75

0,79

0,66

0,40

0,78

0,56

Cd inmovilizado (ng/g suelo)

19,48

20,98

12,80

26,21

19,19

18,74

21,38

26,33

30,83

26,86

Cd total (|ig/g suelo)

21,97

22,99

14,35

28,34

20,22

19,94

22,19

27,01

32,14

27,75

Page 389: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

ANEXO 3: TEST DE TUKEY

Múltiple Range Tests for Cu by Zona

Method: Zona

LOM D B C

Contrast

B - C B - D B - LOM C - D C - LOM D - LOM

95, 0 percent Count

65 57 64 65

Tukey HSD LS

19, 43, 45, 59,

Mean

9352 ,2841 ,5183 ,8751

Homogeneous

X X X X

Difference

*-14,3578 2,23422 *25,5831 *16,5921 *39,9409 *23,3489

Groups

+/- Limits

6,83152 7,06537 6,83152 7,03972 6,80499 7,03972

* denotes a statistically significant difference.

Múltiple Range Tests for Cu by Muestreo

Method: 95,0 percent Tukey HSD Muestreo Count LS Mean Homogeneous Groups

83 83 85

39,0186 39,2991 48,1426

X X

Contrast Difference + /- Limits

1 - 2 1 - 3 2 - 3

*9,12393 *8,84344 -0,280485

5,4672 5,4672 5,49965

* denotes a statistically significant difference.

Múltiple Range Tests for Cu by Parte

Method: Parte

a b r

Contrast

a - b a - r b - r

95, .0 percent Tukey HSD Count LS Mean

117 16,7991 111 26,8075 23 82,8537

Homogeneous

X X X

Difference

*-10,0084 *-66,0546 *-56,0462

Groups

+/- Limits

4,69431 8,08102 8,11683

denotes a statistically significant difference.

Page 390: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Múltiple Range Tests for Fe by Zona

Method: 95,0 percent Tukey HSD Zona Count LS Mean Homogeneous Groups

LOM D B C

5 1 58 59 58

3 0 6 , 2 8 8 3 7 0 , 7 1 5 4 8 7 , 8 3 1 7 1 2 , 9 5 3

X XX X

Contrast Difference -

1 1 1 1

•'-

7 8 , 7 8 , " 6 ,

" 9 , ^ 7 , 7 7 ,

L i i n i t s

6 6 6 . 6 6 6 , 4 3 6 , 4 2 7 2 0 8 2 0 8

B - C B - D B - LOM C - D C - LOM D - LOM

*-225,122 117,116

*181,542 *342,238 *406,664 64,4264

* denotes a statistically significant difference.

Múltiple Range Tests for Fe by Muestreo

Method: 95,0 percent Tukey HSD Muestreo Count LS Mean Homogeneous Groups

77 78 8 1

3 5 4 , 0 5 2 4 8 6 , 4 8 6 5 6 7 , 8 0 2

X XX X

Contrast ANOVA - Fe

Difference LimitsMultifactor

132,433 -81,3168 *-213,75

141,684 139,912 140,374

* denotes a statistically significant difference.

Múltiple Range Tests for Fe by Parte

Method: 95,0 percent Tukey HSD Parte Count LS Mean Homogeneous Groups

1 0 7 24 1 0 5

2 1 2 , 5 8 1 , 6 1 4 ,

, 3 0 3 . 2 5 2 , 7 8 6

Contrast Difference -/- Limits

a - b a - r b - r

*402,483 33,534 *-368,949

121,152 199,546 199,198

denotes a statistically significant difference.

Page 391: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Múltiple Range Tests for Mn by Zona

Method: 95, Zona

B LOM C D

Contrast

B - C B - D B - LOM C - D C - LOM D - LOM

.0 percent Count

64 64 65 63

Tukey HSD LS Mean

510; 613, 675, 810,

,87 ,243 ,473 ,604

Homogeneous Groups

X XX X X

Difference

*-164,604 *-299,734 -102,373 *-135,13 62,2303

*197,361

+/- Limits

112,886 113,772 113,323 113,337 112,886 113,772

* denotes a statistically significant difference.

Múltiple Range Tests for Mn by Zona

Method: 95,0 percent Tukey HSD Zona Count LS Mean Homogeneous Groups

B LOM C D

64 64 65 63

510,87 613,243 675,473 810,604

X XX X

Contrast Difference +/- Limits

B B B C C D

C D LOM D LOM LOM

*-164,604 *-299,734 -102,373 *-135,13 62,2303

*197,361

112,886 113,772 113,323 113,337 112,886 113,772

denotes a statistically significant difference.

Múltiple Range Tests for Mn by Muestreo

Method: 95, Muestreo

1 3 2

Contrast

1 - 2 1 - 3 2 - 3

,0 percent Count

84 86 86

Tukey HSD LS Mean

481,656 692,43 783,557

Homogeneous

X X X

Difference

*-301,901 *-210,774 *91,1267

Groups

+/- Limits

89,8231 89,8231 89,2932

* denotes a statistically significant difference.

Page 392: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Múltiple Range Tests for Mn by Parte

Method: 95,0 percent Tukey HSD Parte Count LS Mean Homogeneous Groups

117 24 115

568, 600, 789,

.193 407 043

X X

Contrast Difference Limits

a - b a - r b - r

*220,85 *188,635 -32,2142

• i, 8873 -31,403 -31,209

denotes a statistically significant difference.

Múltiple Range Tests for Zn by Zona

Method: 95,0 percent Tukey HSD Zona Count LS Mean Homogeneous Groups

C D LOM B

64 61 60 62

34,6632 35,5325 37,9188 52,525

Contrast Difference Limits

B - C B - D B - LOM C - D C - LOM D - LOM

*17,8618 •*16,9925 *14,6062 -0,869273 -3,25561 -2,38634

8,2314 3,33041 S,36533 3,2656 S,3008 3,39898

denotes a statistically significant difference.

Múltiple Range Tests for Zn by Parte

Method: 95,0 percent Tukey HSD Parte Count LS Mean

114 110 23

24, 38, 56,

7243 9209 .8345

Homogeneous Groups Multifactor ANOVA Pb-

Contrast Difference Limits

a - r b - r

*14,1966 *-17,9136 *-32,1102

5,63743 9,671 9,64152

* denotes a statistically significant difference

Page 393: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Múltiple Range Tests for Pb by Zona

Method: 95, Zona

LOM B C D

Contrast

B - C B - D B - LOM C - D C - LOM D - LOM

.0 percent Count

56 62 59 60

Tukey 1 LS

8, 11 12 18

HSD Mean

57972 ,042 ,0828 ,146

Homogeneous

X X X

X

Difference

-1,04083 *-7,10398 •2,46229 *-6, 06315 *3,50312 *9,56627

Groups

+/- Limits

2,42218 2,41182 2,4552 2,44179 2,48465 2,47455

denotes a statistically sígnificant difference.

Múltiple Range Tests for Pb by Parte

Method: 95,0 percent Tukey HSD Parte Count LS Mean Homogeneous Groups

b a r

103 111 23

7,99482 9,26117 20,1319

X X

Contrast Difference +/- Limits

a - b a - r b - r

1,26635 *-10,8708 *-12,1371

1,66318 2,78509 2,80359

* denotes a statistically significant difference. Multifactor ANOVA - Pb

Múltiple Range Tests for Ni by Zona

Method: 95,0 percent Tukey HSD Zona Count LS Mean Homogeneous Groups

LOM C B D

61 57 62 63

4,96997 5,36259 5,96486 6,17249

X XX XX X

Contrast Difference +/- Limits

B -B -B -C -C -D -

- C - D - LOM - D - LOM - LOM

0,602268 -0,207634

*0,994891 *-0,809902 0,392623

*1,20253

0,75213 0,733232 0,73917 0,749265 0,755077 0,736255

denotes a statistically significant difference.

Page 394: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Múltiple Range Tests for Ni by Muestreo

Method: 95,0 percent Tukey HSD Muestreo Count LS Mean Homogeneous Groups

70 85 88

3,64607 5,53952 7,66683

Contrast Difference

1 - 2 1 - 3 2 - 3

*4,02076 *2,12731 *-l,89345

O,599324 O,569109 O,603992

denotes a statistically significant difference.

Múltiple Range Tests for Ni by Parte

Method: 95,0 percent Tukey HSD Parte Count LS Mean Homogeneous Groups

X X X

108 112 23

5,03632 5,83859 5,97752

Contrast Difference -/- Limits

a - b a - r b - r

•0,802276 -0,138931 *-0,941207

O,504678 O,856678 O,859376

* denotes a statistically significant difference.

Page 395: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

ANEXO 4: TEST DE KRUSKAL-WALLIS

Kruskal-Wallis Test for Co by Zona

Zona Sample Size Average Rank

B 58 108,155 C 49 94,3776 D 59 87,5 LOM 32 113,781

Test statistic = 6,29027 ?-Value = 0,098309

Kruskal-Wallis Test for Co by Muestreo

Muestreo Sample Size Average Rank

1 80 153,225 2 46 55,5543 3 72 67,8819

Test statistic = 119,306 P-Value =0,0

Kruskal-Wallis Test for Co by Parte

Parte Sample Size Average Rank

a 88 109,909 b 90 90,6 r 20 93,75

Test statistic = 5,27658 P-Value = 0,0714834

Kruskal-Wallis Test for Cd by Muestreo

Muestreo Sample Size Average Rank

1 84 165,5 2 57 52,1579 3 66 70,5

Test statistic = 151,908 P-Value =0,0

Page 396: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

ANEXO N° 5. CONTENIDO EN METALES DE NERIUM OLEANDER

Contenidos medios de Cu en hojas de Nerium oleander (^g/l<g)

o UJ I— w LU

O LU CU 1— co LU

2

O LU o: 1— co UJ

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

min

7,80

9,07

22,12

11,70

5,15

3,23

10,14

10,11

12,77

6,63

4,86

7,25

11,04

6,73

6,89

max

8,37

11,26

23,69

11,70

7,30

4,98

13,12

15,31

20,11

7,70

5,70

15,26

13,52

17,85

10,01

n

2

2

2

1

3

3

2

3

2

2

3

2

3

3

3

X

8,09

10,17

22,91

11,70

6,07

4,32

11,63

11,87

16,44

7,07

5,30

11,00

11,93

13,9

8,76

D I

0,40

1,55

1,11

1,11

0,95

2,11

2,98

5,19

0,56

0,42

4,02

1,38

6,22

1,65

Page 397: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Contenidos medios de Fe en hojas de Nerium oleander (p.g/g)

T—

o UJ

1 -

LU Z)

CN

O LU CU

LU

o LU

H

LU

2

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

nnin

88,47

51,81

220,87

220,70

33,22

112,07

186,66

238,25

229,59

134,45

118,44

74,45

275,66

100,00

104,94

max

86,71

177,66

299,45

220,70

40,11

164,03

256,35

449,76

547,76

166,72

141,05

90,23

510,16

351,90

126,06

n

2

2

2

1

3

3

2

3

2

2

2

2

3

3

3

X

87,59

114,74

260,16

220,7

36,04

130,08

221,51

389,29

388,67

152,11

129,75

82,34

379,19

105,1

115,5

DT

1,24

88,99

55,56

3,61

29,42

49,28

131,67

224,98

16,35

15,99

11,16

119,64

7,21

14,93

Page 398: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Contenidos medios de Mn en hojas de Nerium oleander (ng/g)

T—

O OJ a: 1 -UÜ

S

CM

O ai ai 1 -LU 3 S

fO

O LU Oí 1 -

OJ = 3

:s

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

min

46,45

123,44

107,25

242,90

56,45

65,37

73,27

47,42

62,77

49,04

92,32

72,88

16,91

60,90

106,56

max

199,42

254,96

118,38

242,90

103,61

76,56

94,58

99,65

140,18

115,33

226,58

161,14

379,65

116,08

374,23

n

2

2

2

1

3

3

2

3

3

3

3

2

3

3

3

X

122,94

189,20

112,82

242,90

87,45

70,97

83,93

77,39

126,36

84,58

138,57

117,01

161,89

84,35

272,17

DT

108,17

93

7,87

26,86

7,91

15,07

26,96

19,55

33,40

76,25

62,41

192,01

28,5

144,71

Page 399: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Contenidos medios de Zn en hojas de Nerium oleander (|xg/g)

O LU

H

LU

2

O LU

i r t-w LLI

o LU ce 1— cr> LU Z)

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

nnin

61,36

82,39

94,96

44,10

25,42

10,93

36,88

40,75

39,70

29,09

9,24

75,60

17,38

31,79

31,54

max

84,78

103,87

95,10

44,10

44,61

17,50

82,95

94,47

104,41

65,19

13,66

119,13

116,17

166,64

86,60

n

2

2

2

1

3

3

2

3

2

3

3

2

3

3

3

X

73,07

93,13

95,03

44,1

33,81

14,97

59,92

74,10

72,06

46,40

10,97

97,37

62,61

105,85

66,21

DT

16,56

15,19

0,09

9,82

3,54

32,58

29,12

45,76

18,10

2,36

30,78

49,42

68,40

45,58

Page 400: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Contenidos medios de Ni en hojas de Neríum oleander ((xg/g)

O ce H </) LU

n

CM

O Qí

UJ

o Q:

co m

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

min

7,38

9,05

7,91

9,20

6,22

1,94

4,79

5,36

6,40

3,75

3,46

8,09

4,29

2,81

3,83

max

9,90

10,26

11,96

9,20

11,18

2,52

5,83

6,00

4,87

4,24

5,95

13,71

9,08

10,41

5,70

n

2

2

2

1

3

3

2

3

3

3

3

2

3

3

3

X

8,64

9,66

9,94

9,20

8,07

2,32

5,31

5,58

5,34

4,07

4,42

10,90

6,40

6,94

4,36

DT

1,78

0,86

2,86

2,71

0,33

0,74

0,37

0,92

0,28

1,34

3,97

2,44

3,84

1,17

Page 401: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Contenidos medios de Pb en hojas de Nerium oleander (ug/g)

O IXJ CU 1—

w UJ

2

O LU Oí 1— w LU

O LU

ce 1— w LLi

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

min

12,82

5,00

10,13

13,18

10,35

3,10

5,37

6,16

9,34

5,21

4,38

9,34

9,74

3,97

4,29

max

14,43

7,24

11,19

14,43

13,18

6,53

6,91

10,78

9,34

8,01

4,38

11,59

10,10

15,51

4,29

n

2

2

2

1

3

3

2

3

1

3

1

2

3

3

1

X

13,63

6,12

10,66

14,43

11,59

5,09

6,14

8

9,34

6,65

4,38 <"'

10,09

9,99

4,18

4,29 < '

DT

1,14

1,58

0,75

1,45

1,78

1,09

2,45

1,40

1,30

0,22

0,30

(a) 2 muestras por debajo del límite de detección no se emplearon para el cálculo de la media

Page 402: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Contenidos medios de Co en hojas de Nerium oleander (ng/g)

O IXI 1— co UJ

2

CM

O UJ a: 1— co

2

co O LU cr 1— co UJ Z)

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

min

5,64

4,26

8,00

5,11

4,62

2,53

2,40

2,84

2,43

2,82

3,77

2,95

max

5,64

6,88

8,04

5,11

5,85

2,95

2,71

3,07

2,74

2,82

4,83

4,77

n

1

2

2

1

3

2

2

2

2

1

3

2

3

3

3

X

5,64*"'

5,57

8,02

5.11 <"'

5,43

2.52'"'

2,56

2,63'"'

2,59 '">

2,82 <"'

nd

2,56

2,63

nd

nd

DT

1,85

0,03

0,70

0,44

0,22

0,57

0,22

0,22

0,57

' ^ 1 muestra por debajo del límite de detección no se empleó para ei cálculo de la media. * 2 muestras por debajo del límite de detección no se emplearon para el cálculo de las medias,

nd: no detectado

Page 403: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

Contenidos medios de Cd en hojas de Neríum oleander (iigig)

T —

O

co LU

2

(N

O LU

ce i— (/) LU

co O LÜ Cd y— (O LU

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

OD-A

OD-B

OD-C

OD-D

LOM

nnin

3,65

3,23

4,18

8,04

4,03

1,18

1,20

2,05

2,13

1,56

1,23

1,87

1,23

1,24

0,92

max

5,11

3,62

8,02

8,04

6,15

1,40

1,20

2,78

2,69

2,04

1,25

2,15

2,41

1,98

1,85

n

2

2

2

1

3

3

2

3

3

3

2

2

3

3

3

X

4,38

3,43

6,10

8,04

5,09

1.25

1,20

2,48

2,47

1,83

1,24' »

2,01

1,67

6,94

4,36

DT

1,03

0,28

2,72

1,50

0,13

0

0,38

0,30

0,24

0,01

0,20

0,64

3,84

1,17

'^' 1 muestra por debajo del límite de detección no se empleó para el cálculo de la media.

Page 404: Condicionamientos ambientales de Erica Andevalensis Cabezudo

AGRADECIMIENTOS

Quiero expresar mi agradecimiento, en primer lugar, a todo el personal del De­

partamento de Bromatología II de la Facultad de Farmacia-UCM, que lian sobrellevado

con paciencia mi intromisión en sus instalaciones con un espécimen tan poco nutritivo

como el que aquí nos ha ocupado. Otros laboratorios han facilitado también enorme­

mente nuestro trabajo con el préstamo de sus equipos: las horas ahorradas en el pro­

cesado de muestras gracias a Carmen Pazos (que nos dio entrada en el Departamento

de Química del ICAl) y su digestor de microondas no tienen precio. Tampoco lo tienen

las facilidades dadas en todo momento para el trabajo, ni el buen ambiente. Gracias

también a Fernando González y al laboratorio del INEA de Valladolid, donde se han

realizado los análisis de suelos, y a Maria Ángeles Vicente, que se ocupó personalmen­

te del análisis de las eflorescencias salinas. A Abelardo Aparicio justo es agradecerte el

habernos puesto sobre las mejores localizaciones de nuestra planta, y a Antonio de

Haro su disponibilidad para una labor conjunta, aunque luego no pudo materializarse.

Gracias al Departamento de Edafología y al de Fisiología Vegetal de la Facultad de

Farmacia-UCM, al de Geología de la ETSI Agrónomos-UPM y a la Junta de Andalucía

por sus apoyos concretos y eficaces.

Los viajes a Huelva no hubieran sido posibles sin la disponibilidad (y los coches)

de Ana María Guirao y María José López; y la tentación de abandono, que por lo visto

debe de estar presente en toda Tesis que se precie de serio, fue superada sobre todo

por la insistencia de Jesús Ortiz. A él, y a los directores de esta Tesis, Garios Roquero

de Laburu y María Dolores Tenorio, que han tenido que luchar casi a partes iguales con

las adversidades y conmigo durante estos años, el mayor de mis agradecimientos. Al-

tissima quaque ilumina mínimo labuntur sonó.

Caries Montes Botella septiembre de 2001