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Medellín, domingo 15 de noviembre de 2009 20a Internacional Fuente: Survival International. Infografía: Ricardo Ramírez P. 1 2 3 Manaus Careiro Humaitá Río Amazonas BRASIL BOLIVIA PERÚ Porto Belho Rio Branco Iñapari Guajará-Mirim Cáceres Leticia COLOMBIA Lago Titicaca Brasilia Detalle BRASIL Territorio Akuntsu Estado de Rondonia Ubicación Viven en el estado Rondonia, al norte de Brasil, en dos chozas pequeñas al lado del río Omere. Ahora solo ocupan una parcela protegida por la Funai y están rodeados de terratenientes y ganaderos. Historia y cultura de los akuntsu Datos generales Su lengua materna es akunsu, de la familia lingüística Tupari. Una lingüista trabaja con ellos para facilitar la comunicación. A pesar de que las mujeres están en edad fértil, su extinción es inminente porque todos son familia y no quieren tener relaciones entre ellos. Son cazadores aficionados de jabalí, agutí y tapir. Pescan y cosechan maíz y mandioca. Fabrican flautas para danzas y rituales. Artesanías Entre los accesorios que confeccionan y portan están las pulseras y tobilleras de fibra de palmera. Antes hacían collares de conchas y ahora usan contenedores de pesticida para hacerlos de plástico brillante. Viviendas Elaboradas con ramas y fibras naturales. Los akuntsu vivieron cientos de años aislados y en el anonimato hasta 1995 cuando fueron contactados por el Departamento de Asuntos Indígenas de Brasil (Funai), después de que los indígenas kanoe les informaron de su existencia. Últimos pasos de los akuntsu en el mundo CORTESÍA SURVIVAL INTERNATIONAL.TOMADAS POR FIONA WATSONY MARCELO DOS SANTOS Ururú (foto) murió el mes pasado, se calcula que tenía 79 años. Fue una de las sobrevivientes de las masacres que padeció su pueblo durante décadas. Popak y Kunibu, los únicos hombres de la tribu que se cree tienen 40 y 70 años, llevan en sus cuerpos y corazones marcas indelebles del genocidio de su tribu CRÓNICA [CONECTA / TIEMPO DE LECTURA: 6 MIN.] EN LA AMAZONIA brasileña esperan el final de su tribu los últimos cinco indígenas akuntsu. Esta comunidad vivió siglos en paz y armonía, hasta que tropezó con la civilización. CARMEN GUTIÉRREZ REMOLINA Medellín U rurú se llevó a la tum- ba detalles de su paso por la tierra y el ge- nocidio de su tribu... faltó tiempo para descifrar su lengua. En octubre la de- presión se sobrepuso al ins- tinto de supervivencia y su muerte la lloraron los últi- mos cinco indígenas akunt- su del mundo, que protago- nizan el capítulo final de este pueblo originario con- denado a desaparecer. Según el indigenista Mar- celo dos Santos, que ha tra- bajado de cerca con los akuntsu, la más anciana de ellos murió de problemas respiratorios y depresión, porque a pesar de los esfuer- zos del equipo que trabaja con ellos se negó a comer y a tomar medicamentos, tal vez porque muchos de sus pa- rientes también estaban pa- deciendo serios problemas de salud y tuvieron que ser internados en hospitales le- jos de la aldea. Ajenos al mundo exte- rior, que tan solo supo ofi- cialmente de su existencia en 1995, los akuntsu lleva- ron una vida apacible du- rante cientos de años en el estado de Rondonia, Brasil, guarecidos por la profundi- dad de la selva. Vivieron en paz dedica- dos a la pesca, la caza, el cultivo de maíz y mandioca y la fabricación de flautas y accesorios personales, hasta que la avaricia del hombre blancodiezmó su clan. Ellos son los sobrevi- vientes de una serie de ma- sacres. En los sesentas, se- tentas y ochentas, los gana- deros entraron a sus tierras porque el gobierno brasile- ño construyó una carretera muy grande que abrió todo el bosque tropical, dijo a este diario la directora de investigación y campo de Survival Internacional, Fio- na Watson, que visitó a los akuntsu dos veces, la última el año pasado. La carretera BR-364 marcó el principio del fin de los akuntsu. Terratenientes, ganaderos y colonos sedien- tos de tierra invadieron Rondonia y cuentan que al- gunos de ellos acribillaron a muchos inocentes porque sí podías demostrar que un terreno no era habitado por los indios, que tienen dere- chos originarios, podías comprar la tierra,añadió Watson. La última generación Con la muerte de Ururú los akuntsu se cuentan con una sola mano: Kunibu, el cha- mán que aleja los malos espí- ritus; Pugapía, su compañe- ra; dos hijas, con edades en- tre los 23 y 34 años, y Popak. Poco se sabe de esta tribu que habla akunsu, a través de señas y mucha paciencia se presume que Popak elude el casamiento con Ñanoi y Enotéi porque son primos, contó Watson, que desde su trabajo en Survival Interna- tional, con sede principal en Londres, monitorea la cali- dad de vida de los indígenas del mundo para garantizar su bienestar. Ese pasado inmediato de violencia y usurpación dejó fuertes secuelas en esta co- munidad indígena. Su extin- ción es muy probable por- que están tan traumatizados que viven temerosos y des- conf ían de los extraños. No quieren dejar sus tierras, ni emparentarse con otras tri- bus porque tienen restric- ciones para las relaciones inter-étnicas. El hombre blanco, su verdugo, no solo los mató con armas, señaló Christian Poirier, coordinador del Pro- grama de Brasil de Amazon Watch, también los contagió de enfermedades que no fue- ron capaces de soportar. Desde el contacto con los forasteros muchas tribus, entre ellas los suruí y akunt- su, enfermaron de gripa o influenza común, un mal pa- sajero para el mundo civili- zado pero una dolencia letal para los indígenas que no tienen preparado su sistema para protegerse de estos gér- menes, aseguró Poirier. Rescatando el legado Desde el 2004, Carolina Coelho Aragón comenzó a trabajar con los akuntsu bajo la supervisión del Labo- ratorio de Lenguas Indíge- nas de Brasil (Lali). Ahora, como estudiante de la Uni- versidad de Utah, E.U., su tesis de doctorado será des- cifrar la gramática akunsu. Coelho dijo a EL COLOM- BIANO que las jornadas en- teras de convivencia con es- tos indígenas le han permi- tido entender mejor la mor- fología, aspectos sintácticos y, con ellos, rasgos cultura- les. Algunas de sus cancio- nes y vivencias ya han podi- do ser contadas y guarda- das, pero aún queda mucho camino que recorrer. Pocos años faltan para que la Amazonia deje de ser testigo de los rituales de una tribu que, según Dos Santos, la habitó desde antes de la invasión de los españoles a las Américas, y deje de escu- char el sonido de las flautas que marcaban el compás de sus danzas. La extinción de una tribu o la desaparición de un ani- mal es una pérdida irrepara- ble para la humanidad, dijo Rocío Velandia, directora ejecutiva de la organización Intercambio Tradicional In- dígena Internacional (Inti) en Estados Unidos, y recalcó que aún se puede hacer mu- cho en América Latina por- que tiene el movimiento in- dígena más fuerte del mun- do y los recursos naturales facilitan la preservación de estas comunidades. Podemos usar el ejemplo de los akuntsu para explicar que este tipo de genocidios, de matanzas e invasiones, están pasando hoy en día en Brasil, Perú y Paraguay. Lo más importante es que el gobierno reconozca el dere- cho a sus territorios y no deje entrar a los forasteros que los enferman de gripe, malaria y enfermedades contra las que no tienen ninguna resistencia, pun- tualizó Watson. ¿Alcanzará el tiempo para que la humanidad escriba en los anales de su historia las memorias de los akuntsu y reconozca su legado? Lo único que resta es resarcir un poco el mal y garantizar- les un tranquilo final a Ku- nibu, Pugapía, Popak, Ñanoi y Enotéi, los últimos des- cendientes de una estirpe especial que partirá antes de tiempo de la tierra. OPINE SOBRE ESTE TEMA [email protected]

[CONECT A/TIEMPO DE LECTURA: 6MIN.] òlt imo spasosassets.survivalinternational.org/documents/...los_akuntsu_en_el_mundo.pdf · Los akun tsu viviero n cientos de a os aislado s y

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Medellín, domingo 15 de noviembre de 200920a Internacional

Fuente: Survival International. Infografía: Ricardo Ramírez P.

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3

Manaus

Careiro

Humaitá

Río Amazonas

B R A S I L

B O L I V I A

P E R Ú

Porto Belho

Rio Branco

Iñapari Guajará-Mirim

Cáceres

Leticia

C O L O M B I A

Lago Titicaca

Brasilia

Detalle

B R A S I L

TerritorioAkuntsu

E s t a d o d e R o n d o n i a

UbicaciónViven en el estado Rondonia, al nortede Brasil, en dos chozas pequeñas al

lado del río Omere. Ahora soloocupan una parcela protegida por la

Funai y están rodeados deterratenientes y ganaderos.

Historia y cultura de los akuntsu

Datos generalesSu lengua materna es akunsu,de la familia lingüística Tupari.Una lingüista trabaja con ellospara facilitar la comunicación.

A pesar de que las mujeresestán en edad fértil, su extinciónes inminente porque todos sonfamilia y no quieren tenerrelaciones entre ellos.

Son cazadores aficionados dejabalí, agutí y tapir. Pescan ycosechan maíz y mandioca.Fabrican flautas para danzas yrituales.

ArtesaníasEntre los accesorios que confeccionan y portan están laspulseras y tobilleras de fibra de palmera. Antes hacíancollares de conchas y ahora usan contenedores de pesticidapara hacerlos de plástico brillante.

ViviendasElaboradas con ramasy fibras naturales.

Los akuntsu vivieron cientos de añosaislados y en el anonimato hasta 1995cuando fueron contactados por elDepartamento de Asuntos Indígenas de Brasil(Funai), después de que los indígenas kanoeles informaron de su existencia.

Últimos pasosde los akuntsu en el mundo

CORTESÍA SURVIVAL INTERNATIONAL. TOMADAS POR FIONA WATSON Y MARCELO DOS SANTOS

Ururú (foto) murió el mes pasado, se calcula que tenía 79 años. Fue una de las sobrevivientes de las masacres que padeció su pueblo durante décadas. Popaky Kunibu, los únicos hombres de la tribu que se cree tienen 40 y 70 años, llevan en sus cuerpos y corazones marcas indelebles del genocidio de su tribu

CRÓNICA [CONECTA / TIEMPO DE LECTURA: 6 MIN.]

EN LA AMAZONIA brasileña esperan elfinal de su tribu los últimos cinco indígenasakuntsu. Esta comunidad vivió siglos en paz yarmonía, hasta que tropezó con la civilización.

CARMEN GUTIÉRREZ REMOLINAMedellín

Ururú se llevó a la tum-ba detalles de su pasopor la tierra y el ge-nocidio de su tribu...

faltó tiempo para descifrarsu lengua. En octubre la de-presión se sobrepuso al ins-tinto de supervivencia y sumuerte la lloraron los últi-mos cinco indígenas akunt-su del mundo, que protago-nizan el capítulo final deeste pueblo originario con-denado a desaparecer.Según el indigenista Mar-

celo dos Santos, que ha tra-bajado de cerca con losakuntsu, la más anciana deellos murió de problemasrespiratorios y depresión,porque a pesar de los esfuer-zos del equipo que trabajacon ellos se negó a comer y atomar medicamentos, tal vezporque muchos de sus pa-rientes también estaban pa-deciendo serios problemasde salud y tuvieron que serinternados en hospitales le-jos de la aldea.Ajenos al mundo exte-

rior, que tan solo supo ofi-cialmente de su existenciaen 1995, los akuntsu lleva-ron una vida apacible du-rante cientos de años en elestado de Rondonia, Brasil,guarecidos por la profundi-dad de la selva.Vivieron en paz dedica-

dos a la pesca, la caza, elcultivo de maíz y mandiocay la fabricación de flautas yaccesorios personales, hastaque la avaricia del hombre“blanco” diezmó su clan.“Ellos son los sobrevi-

vientes de una serie de ma-sacres. En los sesentas, se-tentas y ochentas, los gana-deros entraron a sus tierrasporque el gobierno brasile-ño construyó una carreteramuy grande que abrió todoel bosque tropical”, dijo aeste diario la directora deinvestigación y campo deSurvival Internacional, Fio-na Watson, que visitó a losakuntsu dos veces, la últimael año pasado.La carretera BR-364

marcó el principio del fin delos akuntsu. Terratenientes,ganaderos y colonos sedien-tos de tierra invadieronRondonia y cuentan que al-gunos de ellos acribillaron amuchos inocentes “porquesí podías demostrar que unterreno no era habitado porlos indios, que tienen dere-chos originarios, podíascomprar la tierra”, añadióWatson.

La última generaciónCon la muerte de Ururú los

akuntsu se cuentan con unasola mano: Kunibu, el cha-mán que aleja los malos espí-ritus; Pugapía, su compañe-ra; dos hijas, con edades en-tre los 23 y 34 años, y Popak.Poco se sabe de esta tribu

que habla akunsu, a travésde señas y mucha pacienciase presume que Popak eludeel casamiento con Ñanoi yEnotéi porque son primos,contó Watson, que desde sutrabajo en Survival Interna-tional, con sede principal enLondres, monitorea la cali-dad de vida de los indígenasdel mundo para garantizarsu bienestar.Ese pasado inmediato de

violencia y usurpación dejófuertes secuelas en esta co-munidad indígena. Su extin-ción es muy probable por-que están tan traumatizadosque viven temerosos y des-confían de los extraños. Noquieren dejar sus tierras, niemparentarse con otras tri-bus porque tienen restric-ciones para las relacionesinter-étnicas.El hombre “blanco”, su

verdugo, no solo los matócon armas, señaló ChristianPoirier, coordinador del Pro-grama de Brasil de AmazonWatch, también los contagióde enfermedades que no fue-ron capaces de soportar.Desde el contacto con los

forasteros muchas tribus,entre ellas los suruí y akunt-su, enfermaron de gripa oinfluenza común, un mal pa-sajero para el mundo civili-zado pero una dolencia letalpara los indígenas que notienen preparado su sistemapara protegerse de estos gér-menes, aseguró Poirier.

Rescatando el legadoDesde el 2004, CarolinaCoelho Aragón comenzó atrabajar con los akuntsubajo la supervisión del Labo-ratorio de Lenguas Indíge-nas de Brasil (Lali). Ahora,como estudiante de la Uni-versidad de Utah, E.U., sutesis de doctorado será des-cifrar la gramática akunsu.Coelho dijo a EL COLOM-

BIANO que las jornadas en-teras de convivencia con es-tos indígenas le han permi-tido entender mejor la mor-fología, aspectos sintácticosy, con ellos, rasgos cultura-les. Algunas de sus cancio-nes y vivencias ya han podi-do ser contadas y guarda-das, pero aún queda muchocamino que recorrer.Pocos años faltan para

que la Amazonia deje de sertestigo de los rituales de unatribu que, según Dos Santos,la habitó desde antes de la

invasión de los españoles alas Américas, y deje de escu-char el sonido de las flautasque marcaban el compás desus danzas.“La extinción de una tribu

o la desaparición de un ani-mal es una pérdida irrepara-ble para la humanidad”, dijoRocío Velandia, directoraejecutiva de la organizaciónIntercambio Tradicional In-dígena Internacional (Inti)en Estados Unidos, y recalcóque aún se puede hacer mu-cho en América Latina por-que tiene el movimiento in-dígena más fuerte del mun-do y los recursos naturalesfacilitan la preservación deestas comunidades.“Podemos usar el ejemplo

de los akuntsu para explicarque este tipo de genocidios,de matanzas e invasiones,están pasando hoy en día enBrasil, Perú y Paraguay. Lomás importante es que elgobierno reconozca el dere-cho a sus territorios y nodeje entrar a los forasterosque los enferman de gripe,malaria y enfermedadescontra las que no tienenninguna resistencia”, pun-tualizó Watson.¿Alcanzará el tiempo para

que la humanidad escribaen los anales de su historialas memorias de los akuntsuy reconozca su legado? Loúnico que resta es resarcirun poco el mal y garantizar-les un tranquilo final a Ku-nibu, Pugapía, Popak, Ñanoiy Enotéi, los últimos des-cendientes de una estirpeespecial que partirá antes detiempo de la tierra.

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