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Confesión de Fe de Londres de 1689 La confesión Bautista PREFACIO En el año 1855, C.H. Spurgeon, el conocido pastor de lo que más tarde fue llamado el "Tabernáculo Metropolitano" en Londres, Inglaterra, publicó de nuevo la confesión de fe que ahora presentamos a las iglesias bautistas del mundo hispano en este nuevo estilo, para celebrar el aniversario número 300 de esta declaración de la fe. Entre aquellas cosas que creemos firmemente es que no hay nada semejante a la Biblia. Por eso no atribuimos autoridad alguna a esta confesión. De hecho, usted puede ver en el primero capítulo de esta publicación que todas las doctrinas de hombres deben decidirse por el veredicto bíblico. (cap. 1. par. 10) A pesar de esto, hay quienes que menosprecian los documentos llamados confesiones de fe. Otros dicen: "Cristo es nuestro credo". Sin embargo, todo el mundo sabe que en el momento en que decimos, "la Biblia dice tal o cual cosa, y yo la creo", ya hemos hecho una confesión de fe. Si algunos no creen en la utilidad de escribir y publicar su confesión, respetamos su posición, si bien diferimos. Por nuestra parte, convencidos de que los que quieren saber en que creemos deben ser atendidos, estamos dispuestos pasar el trabajo e incurrir en los gastos necesarios para cumplir con sus esperanzas. En las siguientes líneas ofrecemos una traducción de parte del prefacio de la primera edición de esta confesión de fe hecha en 1689, después de mucha persecución. Dice así: Hace muchos años que vimos la necesidad de publicar una confesión de nuestra fe para informar y satisfacer a aquellos que no entendían nuestros propios, o que tenían prejuicios contra estos debido a una presentación defectuosa de los mismos. Esta primera confesión fue publicada cerca del año 1643 en el nombre de 7 congregaciones que se reunían en Londres. Desde aquel entonces varias ediciones han salido, cumpliendo con nuestro propósito básico. Más, por ahora es difícil conseguir un ejemplar de esa confesión, si bien muchos han llegado a creer nuestras doctrinas. Por lo tanto, consideramos como una necesidad el que todos demos un testimonio unido al mundo de que aún nos adherimos a estos principios usando como medio esta publicación que está en sus manos. Aunque la sustancia de nuestras creencias es la misma, ustedes observarán que hemos cambiado el método de expresar nuestra fe. De ahí en adelante ellos explican que la razón por la cual publicaron su confesión no fue solamente para mostrar su ortodoxia a aquellos que no creían en el bautismo como los bautistas, sino también para tener un instrumento para la instrucción y la edificación del pueblo de Dios. Por eso decidieron hacer una declaración más completa y exacta, aprovechándose de un plan que las iglesias congregacionalistas habían usado cuando publicaron su confesión de fe (llamado la "Savoy"), o sea, el de copiar la famosa Confesión de fe Westminster en reconocida como la más exacta confesión de fe reformada debido a los años dedicados a su preparación por los mejores ministros de Inglaterra y Escocia. Los bautistas defendieron este proceder diciendo que así podrían mostrar al mundo su acuerdo básico con todos los fundamentos de la fe protestante reformada. También afirmaron que su propósito no era ser contenciosos o divisivos sino andar en paz con sus hermanos en todas las doctrinas de la fe. Compartimos los sentimientos de aquellos ministros que representaban más de cien congregaciones y, animados por nuestros hermanos hispanos, que rechazan el arminianismo en los países de Centro y Sudamérica, España, Estados Unidos, República Dominicana y Puerto Rico, hemos publicado esta traducción. Nos pareció

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Confesión de Fe de Londres de 1689

La confesión Bautista

PREFACIO

En el año 1855, C.H. Spurgeon, el conocido pastor de lo que más tarde fue llamado

el "Tabernáculo Metropolitano" en Londres, Inglaterra, publicó de nuevo la

confesión de fe que ahora presentamos a las iglesias bautistas del mundo hispano

en este nuevo estilo, para celebrar el aniversario número 300 de esta declaración

de la fe.

Entre aquellas cosas que creemos firmemente es que no hay nada semejante a la

Biblia. Por eso no atribuimos autoridad alguna a esta confesión. De hecho, usted

puede ver en el primero capítulo de esta publicación que todas las doctrinas de

hombres deben decidirse por el veredicto bíblico. (cap. 1. par. 10)

A pesar de esto, hay quienes que menosprecian los documentos llamados

confesiones de fe. Otros dicen: "Cristo es nuestro credo". Sin embargo, todo el

mundo sabe que en el momento en que decimos, "la Biblia dice tal o cual cosa, y yo

la creo", ya hemos hecho una confesión de fe. Si algunos no creen en la utilidad de

escribir y publicar su confesión, respetamos su posición, si bien diferimos. Por

nuestra parte, convencidos de que los que quieren saber en que creemos deben ser

atendidos, estamos dispuestos pasar el trabajo e incurrir en los gastos necesarios

para cumplir con sus esperanzas.

En las siguientes líneas ofrecemos una traducción de parte del prefacio de la

primera edición de esta confesión de fe hecha en 1689, después de mucha

persecución. Dice así:

Hace muchos años que vimos la necesidad de publicar una confesión de nuestra fe

para informar y satisfacer a aquellos que no entendían nuestros propios, o que

tenían prejuicios contra estos debido a una presentación defectuosa de los mismos.

Esta primera confesión fue publicada cerca del año 1643 en el nombre de 7

congregaciones que se reunían en Londres. Desde aquel entonces varias ediciones

han salido, cumpliendo con nuestro propósito básico. Más, por ahora es difícil

conseguir un ejemplar de esa confesión, si bien muchos han llegado a creer

nuestras doctrinas. Por lo tanto, consideramos como una necesidad el que todos

demos un testimonio unido al mundo de que aún nos adherimos a estos principios

usando como medio esta publicación que está en sus manos.

Aunque la sustancia de nuestras creencias es la misma, ustedes observarán que

hemos cambiado el método de expresar nuestra fe.

De ahí en adelante ellos explican que la razón por la cual publicaron su confesión no

fue solamente para mostrar su ortodoxia a aquellos que no creían en el bautismo

como los bautistas, sino también para tener un instrumento para la instrucción y la

edificación del pueblo de Dios. Por eso decidieron hacer una declaración más

completa y exacta, aprovechándose de un plan que las iglesias congregacionalistas

habían usado cuando publicaron su confesión de fe (llamado la "Savoy"), o sea, el

de copiar la famosa Confesión de fe Westminster en reconocida como la más exacta

confesión de fe reformada debido a los años dedicados a su preparación por los

mejores ministros de Inglaterra y Escocia.

Los bautistas defendieron este proceder diciendo que así podrían mostrar al mundo

su acuerdo básico con todos los fundamentos de la fe protestante reformada.

También afirmaron que su propósito no era ser contenciosos o divisivos sino andar

en paz con sus hermanos en todas las doctrinas de la fe.

Compartimos los sentimientos de aquellos ministros que representaban más de cien

congregaciones y, animados por nuestros hermanos hispanos, que rechazan el

arminianismo en los países de Centro y Sudamérica, España, Estados Unidos,

República Dominicana y Puerto Rico, hemos publicado esta traducción. Nos pareció

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bien seguir el plan de nuestros antepasados, por lo tanto, copiamos la confesión de

fe de Westminster intercalando aquellos cambios hechos por los bautistas a través

de los tiempos, utilizando para este propósito una traducción hecha unos años atrás

por el pastor David Surpless.

Terminamos esta breve introducción con una cita del pastor C. H. Spurgeon

hablando de esta confesión:

Este documento antiguo es un excelente resumen de aquellas cosas creídas entre

nosotros. Aceptamos el mismo no como una regla autoritativa, o como un código

de fe, sino como una ayuda en la controversia, una confirmación en la fe y un

medio de edificación en la justicia. En él los miembros de esta iglesia tendrán un

pequeño resumen doctrinal y por medio de las pruebas bíblicas allí contenidas estarán preparados para dar una respuesta de la fe que hay en ellos.

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Capítulo I

Las Santas Escrituras

1. Las Santas Escrituras son la única toda suficiente, segura e infalible regla de

conocimiento, fe y obediencia salvadoras (2 Ti. 3.15-17; Is. 8.20; Lc. 16.29,

31; Ef. 2.20). Aunque la luz de la naturaleza y las obras de creación y de

providencia manifiestan la bondad, sabiduría y poder de Dios, de tal manera que

los hombres quedan sin excusa, sin embargo, no son suficientes para dar aquel

conocimiento de Dios y de su voluntad que es necesario para la salvación; (Ro.

1.19-21; Ro. 2.14-15; Sal. 19.1-3) por lo que le agradó al Señor, en varios

tiempos y de diversas maneras revelarse a sí mismo y declarar su voluntad a su

Iglesia, (He. 1.1) y además para conservar y propagar mejor la verdad y para el

mayor consuelo y establecimiento de la Iglesia contra la corrupción de la carne

y la malicia de Satanás y del mundo, le agradó dejar esa revelación por escrito,

por todo lo cual las Santas Escrituras son muy necesarias, y tanto más cuanto

que han cesado ya los modos anteriores por los cuales Dios reveló su voluntad a

su iglesia (Pr. 22.19-21; Ro. 15.4; 2 P 1.19-20)

2 Ti. 3.15-17 15 y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. 16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

Is. 8.20 ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.

Lc. 16.29 Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos, 31 Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos

Ef. 2.20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,

Ro. 1.19-21 19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. 20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. 21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.

Ro. 2.14-15 14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos,

Sal. 19.1-3 1 Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. 2 Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría. 3 No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz.

He. 1.1 En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar,

Pr. 22.19-21 19 Para que tu confianza sea en Jehová, Te las he hecho saber hoy a ti también. 20 ¿No te he escrito tres veces En consejos y en ciencia, 21 Para hacerte saber la certidumbre de las palabras de verdad, A fin de que vuelvas a llevar palabras de verdad a los que te enviaron?

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Ro. 15.4 Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.

2 P 1.19-20 19 Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; 20 entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada

2. Bajo el título de las Santas Escrituras o la palabra de Dios escrita, se contienen

todos los libros del Antiguo y Nuevo Testamento, y los cuales son como sigue:

Antiguo Testamento:

Génesis

Éxodo

Levítico

Números

Deuteronomio

Josué

Jueces

Rut

1 Samuel

2 Samuel

1 Reyes

2 Reyes

1 Crónicas

2 Crónicas

Esdras

Nehemías

Ester

Job

Salmos

Proverbios

Eclesiastés

Cantares

Isaías

Jeremías Lamentaciones Ezequiel

Daniel

Oses

Joel

Amos

Abdías

Jonás

Miqueas

Nahúm

Habacuc

Sofonías

Hageo

Zacarías

Malaquías

Nuevo Testamento

Mateo

Marcos

Lucas

Juan

Hechos

Romanos

1 Corintios

2 Corintios

Gálatas

Efesios

Filipenses

Colosenses

1 Tesalonicenses 2 Tesalonicenses

1 Timoteo

2 Timoteo

Tito

Filemón

Hebreos

Santiago

1 Pedro

2 Pedro

1 Juan

2 Juan

3 Juan

Judas

Apocalipsis

Todos estos fueron dados por inspiración de Dios para que sean la regla

de fe y vida (2 Ti. 3.16)

2 Ti. 3.16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,

3. Los libros comúnmente titulados Apócrifos, por no ser de inspiración divina,

no deben formar parte del canon de las Santas Escrituras, y por lo tanto no

son de autoridad para la Iglesia de Dios, ni deben aceptarse ni usarse sino

de la misma manera que otros escritos humanos (Lc. 24.27, 44; Ro. 3.2).

Lc. 24.27, Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían. 44 Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Ro. 3.2 Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios.

4. La autoridad de las Santas Escrituras, por la que ellas deben ser creídas y

obedecidas, no depende del testimonio de ningún hombre o iglesia, sino

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enteramente del de Dios (quien en sí mismo es la verdad), el autor de ellas;

y deben ser creídas porque son la palabra de Dios (2 P. 1.19-21; 2

Ti.3.16; 1 Ts. 2.13; 1Jn. 5.9).

2 P. 1.19-21 19 Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; 20 entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, 21 porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. 2 Ti.3.16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 1 Ts. 2.13 Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes. 1Jn. 5.9 Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día.

5. El testimonio de la Iglesia puede movernos a inducirnos a tener para las

Santas Escrituras una estimación alta y reverencial; a la vez el carácter

celestial del contenido de la Biblia, la eficacia de su doctrina, la majestad de

su estilo, la armonía de todas sus partes, el fin que se propone alcanzar en

todo el libro (que es el de dar toda gloria a Dios), el claro descubrimiento

que hace del único modo por el cual puede alcanzar la salvación el hombre,

la multitud incomparable de otras de sus excelencias y su entera perfección,

son todos argumentos por los cuales la Biblia demuestra abundantemente

que es la palabra de Dios. Sin embargo, nuestra persuasión y completa

seguridad de que su verdad es infalible y su autoridad divina, provienen de

la obra del Espíritu Santo, quien da testimonio a nuestro corazón con la

palabra divina y por medio de ella. (Jn. 16.13-14; 1 Co. 2.10-12; 1Jn

2.20;27).

Jn. 16.13-14 13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. 14 El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. 1 Co. 2.10-12 10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. 12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, 1Jn 2.20;27 20 Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas. 27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas,

6. Todo el consejo de Dios tocante a todas las cosas necesarias para su propia

gloria y para la salvación, la fe y la vida del hombre, está expresamente

expuesto o implícitamente revelado en las Escrituras y, a esta revelación de

su voluntad, nada será añadido, ni por nuevas revelaciones del Espíritu, ni

por las tradiciones de los hombres (2 Ti. 3.15-17; Ga. 1.8-9)

Sin embargo, confesamos que la iluminación interna del Espíritu de Dios es

necesaria para que las cosas reveladas en la palabra se entiendan de una

manera salvadora, (Jn.6.45; 1 Co. 2.9-12) y que hay algunas

circunstancias tocante al culto de Dios y al gobierno de la iglesia, comunes a

las acciones y sociedades humanas, que deben arreglarse conforme a la luz

de la naturaleza y de la prudencia cristiana, pero guardándose siempre las

reglas generales de la palabra (1 Co. 11.13-14; 1 Co. 14.26,40).

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2 Ti. 3.15-17 15 y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. 16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. Ga. 1.8-9 8 Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. 9 Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema. Jn.6.45 Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí. 1 Co. 2.9-12 Si otros participan de este derecho sobre vosotros, ¿cuánto más nosotros? Pero no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo. 1 Co. 11.13-14 13 Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza? 14 La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello?

1 Co. 14.26,40 26 ¿Qué hay, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación. 40 pero hágase todo decentemente y con orden.

7. Las cosas contenidas en las escrituras, no son todas igualmente claras ni se

entienden con la misma facilidad por todos; (2 Pe.3.16) sin embargo, las

cosas que necesariamente deben saberse, creerse y guardarse para

conseguir la salvación, se proponen y se declaran en uno y otro lugar de las

Escrituras, de tal manera que no sólo los eruditos, sino aún los que no lo

son, pueden adquirir un conocimiento suficiente de tales cosas por el debido

uso de los medios ordinarios (Sal. 19.7; Sal. 119.130)

2 Pe.3.16 casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. Sal. 19.7 La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Sal. 119.130 La exposición de tus palabras alumbra; Hace entender a los simples.

8. El Antiguo Testamento se escribió en hebreo (que era el idioma común del

pueblo de Dios antiguamente) (Ro. 3.2) y el Nuevo Testamento lo es en

griego (que en el tiempo en que fue escrito era el idioma más conocido

entre las naciones), porque en aquellas lenguas fueron inspirados

directamente por Dios, y guardados puros en todos los siglos por su cuidado

y providencia especiales. Por esta razón debe apelarse finalmente a los

originales en estos idiomas en toda controversia (Is. 8.20) Como estos

idiomas originales no se conocen por todo el pueblo de Dios, el cual tiene el

derecho de poseer las Escrituras y tiene gran interés en ellas, a las que

según el mandamiento debe leer (Hech. 15.15) y escudriñar (Jn.5.39) en

el temor de Dios, se sigue que la Biblia debe traducirse a la lengua vulgar de

toda nación a donde sea llevada, (1Co.14.6,9,11,12,24,28) para que

morando abundantemente la palabra de Dios en todos, puedan adorarle de

una manera aceptable y para que por la paciencia y consolación de las

Escrituras tengan esperanza. (Col. 3.16; Ro.15.4)

Ro. 3.2 Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios. Is. 8.20 ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido. Hech. 15.15 Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: Jn.5.39 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;

1Co.14.6 Ahora pues, hermanos, si yo voy a vosotros hablando en lenguas, ¿qué os aprovechará, si no os hablare con revelación, o con ciencia, o con profecía, o con

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doctrina?, 9 Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien comprensible, ¿cómo se entenderá lo que decís? Porque hablaréis al aire., 11 Pero si yo ignoro el valor de las palabras, seré como extranjero para el que habla, y el que habla será como extranjero para mí., 12 Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia, 24 Pero si todos profetizan, y entra algún incrédulo o indocto, por todos es convencido, por todos es juzgado, 28 Y si no hay intérprete, calle en la iglesia, y hable para sí mismo y para Dios. Col. 3.16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Ro.15.4 Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.

9. La regla infalible para interpretar la Biblia, es la Biblia misma, y por tanto,

cuando hay dificultad respecto al sentido verdadero y pleno de un pasaje

cualquiera (cuyo significado no es múltiple, sino uno solo), éste se puede

buscar y establecer por otros pasajes que hablan con más claridad del

asunto (2 P. 1.20-21; Hch. 15.15-16)

2 P. 1.20-21 20 entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, 21 porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. Hch. 15.15-16 15 Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: 16 Después de esto volveré Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a levantar,

10. El Juez Supremo por el cual deben decidirse todas las controversias

religiosas, todos los decretos de los concilios, las opiniones de los hombres

antiguos, las doctrinas de hombres y de espíritus privados, y en cuya

sentencia debemos descansar, no es ningún otro más que el veredicto

bíblico dado por el Espíritu Santo. En tal veredicto descansa la fe. (Mt.

22.29-32; Ef. 2.20; Hech. 28.23)

Mt. 22.29-32 29 Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios. 30 Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo. 31 Pero respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho por Dios, cuando dijo: 32 Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Ef. 2.20 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, Hech. 28.23 Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas.

Capítulo II

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Dios y la Santa Trinidad

1. No hay sino un solo Dios, el único viviente y verdadero (1 Co. 8.4,6; Dt.

6.4). Existe por sí mismo (Jer. 10.10; Is. 48.12) y es infinito en su ser y

perfecciones. Su esencia no puede ser comprendida. (Ex. 3.14) El es espíritu

purísimo, (Jn. 4.24) invisible, sin cuerpo, miembros o pasiones. Solo es

posee inmortalidad y habita en luz inaccesible; (1 Ti. 1.17; Dt. 4.15-16)

quien es inmutable, (Mal. 3.6), inmenso, (1 R 8.27; Jer. 23.23-24) eterno,

(Sal. 90.2) incomprensible, todopoderoso, (Gn. 17.1) e infinito. Es santo,

(Is. 6.3) sabio, libre, absoluto, que hace todas las cosas según el consejo de

su propia voluntad (que es inmutable y justísima) (Sa. 115.3; Is. 46.10) y

para su propia gloria (Pr. 16.4; Ro. 11.36). También Dios es amoroso,

benigno y misericordioso, longánimo, abundante en bondad y verdad,

perdonando toda iniquidad, trasgresión y pecado, galardonador de todos los

que le buscan con diligencia, (Ex. 34.6-7, He.11.6) y sobre todo muy justo y

terrible en sus juicios, (Neh. 9.32-33) que odia todo pecado (Sal. 5.5-6) y

que de ninguna manera dará por inocente al culpable (Ex. 34.7, Nah. 1.2-3).

1 Co. 8.4 Acerca, pues, de las viandas que se sacrifican a los ídolos, sabemos

que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios., 6 para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él. Dt. 6.4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.

Jer. 10.10 Mas Jehová es el Dios verdadero; él es Dios vivo y Rey eterno; a su ira tiembla la tierra, y las naciones no pueden sufrir su indignación. Is. 48.12 No llaméis conspiración a todas las cosas que este pueblo llama conspiración; ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo. Ex. 3.14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. Jn. 4.24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. 1 Ti. 1.17 Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Dt. 4.15 Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el

día que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego; 16 para que no os corrompáis y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de varón o hembra, Mal. 3.6 Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. 1 R 8.27 Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado? Jer. 23.23 ¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy

lejos? 24 ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra? Sal. 90.2 Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios. Gn. 17.1 Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto. Sa. 115.3 Nuestro Dios está en los cielos; Todo lo que quiso ha hecho.

Is. 46.10 que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que

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quiero; Pr. 16.4 Todas las cosas ha hecho Jehová para sí mismo, Y aun al impío para el día malo. Ro. 11.36 Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén. Ex. 34.6 Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! Fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; 7 que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación. He.11.6 Cuando fijé en él los ojos, consideré y vi cuadrúpedos terrestres, y fieras, y reptiles, y aves del cielo. Neh. 9.32 Ahora pues, Dios nuestro, Dios grande, fuerte, temible, que guardas el pacto y la misericordia, no sea tenido en poco delante de ti todo el sufrimiento que ha alcanzado a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros sacerdotes, a nuestros profetas, a nuestros padres y a todo tu pueblo, desde los días de los reyes de Asiria hasta este día. 33 Pero tú eres justo en todo lo que ha venido sobre nosotros; porque rectamente has hecho, mas nosotros hemos hecho lo malo. Sal. 5.5 Destruirás a los que hablan mentira; Al hombre sanguinario y

engañador abominará Jehová. 6 Mas yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa; Adoraré hacia tu santo templo en tu temor. Ex. 34.7 que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación. Nah. 1.2 Jehová es Dios celoso y vengador; Jehová es vengador y lleno de

indignación; se venga de sus adversarios, y guarda enojo para sus enemigos. 3 Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable. Jehová marcha en la tempestad y el torbellino, y las nubes son el polvo de sus pies.

2. Dios posee en sí mismo y por sí mismo toda vida, (Jn. 5.26), gloria (Sal.

148.13), bondad (Sal. 119.68) y bienaventuranza; es suficiente en todo en

sí mismo y respecto a sí mismo, no teniendo necesidad de ninguna de las

criaturas que El ha hecho, ni derivando ninguna gloria de ellas (Job. 22.2-3)

sino que solamente manifiesta su propia gloria en ellas, por ellas, hacia ellas

y sobre ellas. El es la única fuente de todo ser, de quien, por quien y para

quien son todas las cosas, (Ro. 11.34-36) teniendo sobre ellas el más

soberano dominio, y, haciendo por ellas, para ellas y sobre ellas toda su

voluntad (Dn. 4.25; 34-35). Todas las cosas están abiertas y manifiestas

delante de su vista; (He. 4.13) su conocimiento es infinito, infalible e

independiente de toda criatura, de modo que para él no hay ninguna cosa

contingente o dudosa (Ez. 11.5; He. 15.18) Es santísimo en todos sus

consejos, en todas sus obras (Sal. 145.17) y en todos sus mandatos. Siendo

El creador de los hombres y los ángeles, éstos le deben a él toda adoración

(Ap. 5.12-14) servicio, obediencia y cualquier cosa que él pudiera demandar

de ellos.

Jn. 5.26 Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; Sal. 148.13 Alabadle, sol y luna; Alabadle, vosotras todas, lucientes estrellas.

Sal. 119.68 Bueno eres tú, y bienhechor; Enséñame tus estatutos.

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Job. 22.2 ¿Tiene contentamiento el Omnipotente en que tú seas justificado, O

provecho de que tú hagas perfectos tus caminos? 3 ¿Acaso te castiga, O viene a juicio contigo, a causa de tu piedad? Ro. 11.34 Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su

consejero? 35 ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado? 36 Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén. Dn. 4.25 Que te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo será tu morada, y con hierba del campo te apacentarán como a los bueyes, y con el rocío del cielo serás bañado; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo tiene dominio en el reino de los hombres, y que lo da a quien él quiere.; 34 Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. 35 Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces? He. 4.13 Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús. Ez. 11.5 Y vino sobre mí el Espíritu de Jehová, y me dijo: Di: Así ha dicho Jehová: Así habéis hablado, oh casa de Israel, y las cosas que suben a vuestro espíritu, yo las he entendido. He. 15.18 Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.

Sal. 145.17 Justo es Jehová en todos sus caminos, Y misericordioso en todas sus obras. Ap. 5.12 que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. 13 Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. 14 Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos.

3. La Divinidad se compone de tres personas: Dios Padre, Dios Hijo (o Verbo) y

Dios el Espíritu Santo (1 Jn. 5.7; Mt. 28.19; 2 Co. 13.14).

Son uno en sustancia, poder y eternidad. Cada uno es enteramente Dios,

pero a la vez Dios es uno e indivisible (Ex. 3.14; Jn. 14.11; 1 Co. 8.6). El

Padre no es de nadie, ni es engendrado ni procedente de nadie; el Hijo es

engendrado al eterno del Padre (Jn. 1.14,18), y el Espíritu Santo procede

del Padre y del Hijo (Jn. 15.26; Ga. 4.6). Estas tres personas divinas, siendo

un solo Dios eterno, indivisible en su naturaleza y ser, son distinguidos en

las Escrituras por sus relaciones personales dentro de la divinidad, y por la

variedad de obras que efectúan. Su unidad triple (es decir, la Trinidad) es la

base esencial de nuestra comunión con Dios y del consuelo que recibimos de

nuestra confianza en El.

1 Jn. 5.7 Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. Mt. 28.19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 2 Co. 13.14 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del

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Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén. Ex. 3.14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. Jn. 14.11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras. 1 Co. 8.6 para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él. Jn. 1.14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria,

gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. 18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer. Jn. 15.26 Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. Ga. 4.6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!

Capítulo III

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El Decreto Eterno de Dios

1. Dios desde la eternidad, por el sabio y santo consejo de su voluntad, ordenó

libre e inalterablemente todo lo que sucede (Is. 46.10; Ef. 1.11; He.6.17;

Ro. 9.15,18) Sin embargo, lo hizo de tal manera, que Dios ni es autor del

pecado ni comparte con los pecadores la responsabilidad del pecado (Stg.

1.13; 1 Jn. 1.5) ni hace violencia a la voluntad de sus criaturas, ni quieta la

libertad ni contingencia de las causas secundarias, sino más bien las

establece. (Hch. 4.27-28; Jn. 19.11) En todo esto se manifiesta la

sabiduría divina al igual que su poder y fidelidad para efectuar aquello que

se ha propuesto (Nm. 23.19; Ef. 1.3-5)

Is. 46.10 que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero;

Ef. 1.11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,

Ro. 9.15, Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga

misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. 18 De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.

Stg. 1.13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;

1 Jn. 1.5 Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.

Hch. 4.27 Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el

pueblo de Israel, 28 para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera.

Jn. 19.11 Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.

Nm. 23.19 Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?

Ef. 1.3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos

bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos

santos y sin mancha delante de él, 5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,

2. Aunque Dios sabe todo lo que puede suceder en toda clase de condición o

contingencia que se puede suponer, (Hch. 15.18) sin embargo, nada

decretó porque lo preveía como porvenir o como cosa que sucedería en

circunstancias dadas (Ro. 9.11, 13, 16, 18).

Hch. 15.18 Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.

Ro. 9.11 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras

sino por el que llama), 13 Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí,

16 Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene

misericordia., 18 De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece.

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3. Por el decreto de Dios y para la manifestación de su propia gloria, algunos

hombres y ángeles son predestinados (o pre-ordenados) a vida eterna por

medio del Señor Jesucristo, (1 ti. 5.21; Mt. 25.34) para la alabanza y

gloria de su gracia (Ef. 1.5-6) A los demás, el ha dejado para que sean

condenados en sus pecados, para la alabanza de su gloriosa justicia (Ro.

9.22-23; Jud.4)

1 Ti. 5.21 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, y de sus ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin prejuicios, no haciendo nada con parcialidad.

Mt. 25.34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.

Ef. 1.5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por

medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado

Ro. 9.22 ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder,

soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, 23 y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria,

Jud.4 Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.

4. Estos hombres y ángeles así predestinados y preordenados, están

designados particular e inalterablemente, y su nombre es tan cierto y

definido que ni se puede aumentar ni disminuir (Jn. 13.18; 2 Ti, 2.19)

Jn. 13.18 No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; más para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar.

2 Ti. 2.19 Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.

5. A aquellos que Dios ha predestinado para vida desde antes que fuesen

puestos los fundamentos del mundo, conforme a su eterno e inmutable

propósito y al consejo y beneplácito secreto de su propia voluntad, los ha

escogido en Cristo para la gloria eterna; mas esto por su libre gracia y puro

amor (Ef. 1.4,9,11; Ro. 8.30, 2Ti.1.9; 1Ts. 5.9), sin cualquiera otra cosa

en la criatura como condición o causa que le mueva a ello. (Ro. 9.13-16;

ef. 2.5,12)

Ef. 1.4, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que

fuésemos santos y sin mancha delante de él, 9 dándonos a conocer el misterio

de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en si mismo,

11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,

Ro. 8.30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.

2Ti.1.9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos,

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1Ts. 5.9 Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo,

Ro. 9.13 Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí. 14 ¿Qué, pues,

diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera. 15 Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del

que yo me compadezca. 16 Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.

Ef. 2.5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con

Cristo (por gracia sois salvos), 12 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.

6. Así como Dios ha designado a los elegidos para la Gloria, de la misma

manera, por el propósito libre y eterno de su voluntad, ha preordenado

también los medios para ello (1P.1.2; 2 Ts. 2.13) Por tanto, los que son

elegidos, habiendo caído en Adán, son redimidos por Cristo, (1 Ts. 5.9-10),

y en debido tiempo eficazmente llamados a la fe en Cristo por el Espíritu

Santo; son justificados, adoptados, santificados, (Ro.8.30; 2Ts.2.13) y

guardados por su poder, por medio de la fe, para salvación. (1.P.1.5) Nadie

más será redimido por Cristo, eficazmente llamado, justificado, adoptado,

santificado y salvado, sino solamente los elegidos (Jn.10.26; Jn.17.9;

Jn.6.64)

1P.1.2 elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

2 Ts. 2.13 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad,

1 Ts. 5.9 Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación

por medio de nuestro Señor Jesucristo, 10 quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él.

Ro.8.30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.

2Ts.2.13 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad,

1.P.1.5 que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.

Jn.10.26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.

Jn.17.9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son,

Jn.6.64 Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar.

7. La doctrina de este alto misterio de la predestinación debe tratarse con

especial prudencia y cuidado, para que los hombres, persuadidos de su

vocación eficaz, se aseguren de su elección eterna, (1Ts.1.4-5; 2.P.1-10)

y atendiendo a la voluntad revelada en la palabra de Dios, cedan la

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obediencia a ella. De esta manera esta doctrina proporcionará motivos de

alabanza, (Ef, 1.6; Ro.11.33) reverencia y admiración a Dios; y también

de humildad, (Ro. 11.5.6,20) diligencia y abundante consuelo a todos los

que sinceramente obedecen al Evangelio.

1Ts.1.4 Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección; 5 pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre, como bien sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros.

2.P. 1.10 Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.

Ef, 1.6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,

Ro.11.33 ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!

Ro. 11.5 Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido

por gracia. 6 Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no

es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra,

20 Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme.

Capítulo IV

La Creación

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1. En el principio agradó a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, (Jn.1.2-3;

Hec.1.2; Job 26.13) para la manifestación de la Gloria de su poder, (Ro.

1.20) sabiduría y bondad eternas, crear o hacer el mundo y todas las cosas

que en él están, ya sean visibles o invisibles, en el espacio de seis días todas

muy buenas (Col. 1.16; Gn.1.31) Jn.1.2 Este era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. Hec.1.2 hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; Job 26.13 Su espíritu adornó los cielos; Su mano creó la serpiente tortuosa. Ro. 1.20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Col. 1.16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Gn.1.31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.

2. Después que Dios hubo creado todas las demás criaturas, creó al hombre,

varón y hembra, (Gn.1.27) con alma racional e inmortal (Gn.2.7) y en

toda manera posible les preparó para una vida en armonía con él. Fueron

creados a su imagen, dotados de conocimiento, justicia y santidad

verdadera, (Ec. 7.29; Gn.1.26) teniendo la ley de Dios escrita en su

corazón, (Ro.2.14-15) y dotados del poder de cumplirla; sin embargo,

había la posibilidad de que la quebrantaran dejados a la libertad de su

voluntad que era mudable (Gn.3.6)

Gn.1.27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Gn.2.7 Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Ec. 7.29 He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones. Gn.1.26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Ro.2.14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza

lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, Gn.3.6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.

3. Además de esta ley escrita en su corazón recibieron el mandato de no comer

del árbol de la ciencia del bien y del mal, (Gn. 2.17) y mientras guardaron

este mandamiento, fueron felices, gozando de comunión con Dios, y

teniendo dominio sobre las criaturas. (Gn.1.26,28)

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Gn.2.17 más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás. Gn.1.26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra

sobre la tierra. 28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

Capítulo 5

La Providencia 1. Dios, el buen creador de todo, en su poder y sabiduría infinita,

sostiene, dirige, dispone y gobierna a todas las criaturas y cosas,

(1He. 1:3; Job 38:11; Is. 46:10,11; Sal. 135:6) desde la más

grande hasta la más pequeña, (Mt. 10:29-31) por su sabia y santa

providencia. Dios cumple con los propósitos para los cuales él

creó estas cosas, conforme a su presciencia infalible, y al libre e

inmutable consejo de su propia voluntad, para la alabanza de la

gloria de su sabiduría, poder, justicia, bondad y misericordia. (Ef.

1:11)

1He. 1:3 a quienes también, después de haber padecido, se

presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles

durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.

Job 38:11 Y dije: Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante, Y

ahí parará el orgullo de tus olas?

Is. 46:10 que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la

antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo

permanecerá, y haré todo lo que quiero; ,11 que llamo desde el

oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Yo

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hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré.

Sal. 135:6 Todo lo que Jehová quiere, lo hace, En los cielos y en

la tierra, en los mares y en todos los abismos.

Mt. 10:29-31 29 ¿No se venden dos pajarillos por un cuarto?

Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. 30 Pues

aun vuestros cabellos están todos contados. 31 Así que, no

temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.

Ef. 1:11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido

predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas

según el designio de su voluntad,

2. Aunque con respecto a la presciencia y decreto de Dios, causa

primera, todas las cosas sucederán inmutable e infaliblemente,

(Hch.2:23) de modo que nada ocurre por suerte o fuera de la

esfera de su providencia; (Pr. 16:33) sin embargo, por la misma

providencia las ha ordenado de tal manera, que sucederán

conforme a la naturaleza de las causas secundarias, sea necesaria,

libre o contingentemente. (Gn. 8:22)

Hch.2:23 a éste, entregado por el determinado consejo y

anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por

manos de inicuos, crucificándole;

Pr. 16:33 La suerte se echa en el regazo; Mas de Jehová es la

decisión de ella.

Gn. 8:22 Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y

la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la

noche.

3. Dios en su providencia ordinaria hace uso de m edios; (Hch.

27:31,44; Is. 55:10,11) a pesar de esto, él es libre para obrar sin

ellos, (Os. 1:7) sobre ellos, (Ro. 4:19-21) y contra ellos, (Dn.

3:27) según le plazca.

Hch. 27:31 Pero Pablo dijo al centurión y a los soldados: Si éstos

no permanecen en la nave, vosotros no podéis salvaros. , 44 y los

demás, parte en tablas, parte en cosas de la nave. Y así aconteció

que todos se salvaron saliendo a tierra.

Is. 55:10 Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve,

y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y

producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, 11 así

será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino

que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que

la envié.

Os. 1:7 Mas de la casa de Judá tendré misericordia, y los salvaré

por Jehová su Dios; y no los salvaré con arco, ni con espada, ni

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con batalla, ni con caballos ni jinetes.

Ro. 4:19-21 19 Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo,

que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la

esterilidad de la matriz de Sara. 20 Tampoco dudó, por

incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe,

dando gloria a Dios, 21 plenamente convencido de que era

también poderoso para hacer todo lo que había prometido;

Dn. 3:27 Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los

capitanes y los consejeros del rey, para mirar a estos varones,

cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni

aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban

intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían.

4. El poder todopoderoso, la sabiduría inescrutable y la bondad

infinita de Dios se manifiestan en su providencia de tal manera

que su propósito soberano se extiende aun hasta la primera caída y

a todos los otros pecados de los ángeles y de los hombres, (Ro.

11:32-34; 2S.24.1 Cr. 21:1) y esto no sólo por un mero permiso,

sino que él sabia y poderosamente limita, ordena y gobierna, (2 R.

19:28; Sal. 76:10) en varias formas, las acciones pecaminosas de

tal manera que éstas llevan a cabo sus designios santos, (Gn.

50:20;Is. 10:6,7,12) pero de tal modo, que lo pecaminoso procede

sólo de la criatura, y no de Dios, quien es justísimo y santísimo, y

por eso, no es, ni puede ser e l autor o aprobador del pecado. (Sa1.

50:21; 1 Jn. 2:16)

Ro. 11:32-34 32 Porque Dios sujetó a todos en desobediencia,

para tener misericordia de todos. 33 ¡Oh profundidad de las

riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán

insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! 34

Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su

consejero?

2S.24.1 Volvió a encenderse la ira de Jehová contra Israel, e

incitó a David contra ellos a que dijese: Ve, haz un censo de

Israel y de Judá.

1 Cr. 21:1 Pero Satanás se levantó contra Israel , e incitó a David

a que hiciese censo de Israel.

2 R. 19:28 Por cuanto te has airado contra mí, por cuanto tu

arrogancia ha subido a mis oídos, yo pondré mi garfio en tu

nariz, y mi freno en tus labios, y te haré volver por el camino por

donde viniste.

Sal. 76:10 Ciertamente la ira del hombre te alabará; Tú

reprimirás el resto de las iras.

Gn. 50:20 Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo

encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en

vida a mucho pueblo.

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Is. 10:6, Le mandaré contra una nación pérfida, y sobre el pueblo

de mi ira le enviaré, para que quite despojos, y arrebate presa, y

lo ponga para ser hollado como lodo de las calles. 7 Aunque él no

lo pensará así, ni su corazón lo imaginará de esta manera, sino

que su pensamiento será desarraigar y cortar naciones no pocas. ,

12 Pero acontecerá que después que el Señor haya acabado toda su

obra en el monte de Sion y en Jerusalén, castigará el fruto de la

soberbia del corazón del rey de Asiria, y la gloria de la altivez de

sus ojos.

Sa1. 50:21 Estas cosas hiciste, y yo he callado; Pensabas que de

cierto sería yo como tú; Pero te reprenderé, y las pondré delante

de tus ojos.

1 Jn. 2:16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la

carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no

proviene del Padre, sino del mundo.

5. El todo sabio, justo y benigno Dios, a menudo deja por algún

tiempo a sus hijos en las tentaciones multiformes y en la

corrupción de sus propios corazones, a fin de corregirles de sus

pecados anteriores o para descubrirles la fuerza oculta de la

corrupción, para humillarlos, y para infundir en ellos el

sentimiento de una dependencia más íntima y constante de él para

su apoyo, y para hacerles más vigilantes contra todas las ocasiones

futuras del pecado, y para otros muchos fines santos y justos. (2

Cr. 32:25,26,31; 2 Co. 12:7-9) Su santo y justo propósito es

obrado de tal forma que todo lo que ocurre a sus elegidos es según

su designio, para su gloria y para el bien de ellos. (Ro. 8:28)

2 Cr. 32:25 Mas Ezequías no correspondió al bien que le había

sido hecho: sino que se enalteció su corazón, y vino la ira contra

él, y contra Judá y Jerusalén . , 26 Pero Ezequías, después de

haberse enaltecido su corazón, se humilló, él y los moradores de

Jerusalén ; y no vino sobre ellos la ira de Jehová en los días de

Ezequías. , 31 Mas en lo referente a los mensajeros de los príncipes

de Babilonia, que enviaron a él para saber del pr odigio que había

acontecido en el país, Dios lo dejó, para probarle, para hacer

conocer todo lo que estaba en su corazón.

2 Co. 12:7-9 7 Y para que la grandeza de las revelaciones no me

exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne,

un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me

enaltezca sobremanera; 8 respecto a lo cual tres veces he rogado

al Señor, que lo quite de mí. 9 Y me ha dicho: Bástate mi

gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por

tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades,

para que repose sobre mí el poder de Cristo.

Ro. 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a

bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

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6. En cuanto a aquellos hombres malvados e impíos a quienes Dios

como juez justo ha cegado y endurecido a causa de sus pecados

anteriores, (Ro. 1:24-26,28; Ro. 11:7,8) no sólo les retira su

gracia por la cual podrían haber alumbrado sus entendimientos y

ejercitado sus corazones, (Dt. 29:4) sino también algunas veces les

retira los dones que ya tenían, (Mt. 13:12) y los deja expuestos a

objetos que son causa de pecado debido a la corrupción humana,

(Dt 2:30; 2 R.8:12,13 2) y a la vez les entrega a sus propias

concupiscencias , a las tentaciones del mundo y al poder de

Satanás, (Sal.81.11,12;Ts. 2:10-12) de donde sucede que se

endurecen bajo los mismos medios que Dios emplea para ablandar

a los demás. (Ex 8:15,32; Is.6:9,10; 1 P.2:7,8)

Ro. 1:24-26 24 Por lo cual también Dios los entregó a la

inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo

que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, 25 ya que

cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando

culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por

los siglos. Amén. 26 Por esto Dios los entregó a pasiones

vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el

que es contra naturaleza, , 28 Y como ellos no aprobaron tener en

cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para

hacer cosas que no convienen;

Ro. 11:7 ¿Qué pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado;

pero los escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron

endurecidos; , 8 como está escrito: Dios les dio espíritu de

estupor, ojos con que no vean y oídos con que no oigan, hasta el

día de hoy.

Dt. 29:4 Pero hasta hoy Jehová no os ha dado corazón para

entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír.

Mt. 13:12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá

más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.

Dt 2:30 Mas Sehón rey de Hesbón no quiso que pasásemos por el

territorio suyo; porque Jehová tu Dios había endurecido su

espíritu, y obstinado su corazón para entregarlo en tu mano,

como hasta hoy.

2 R.8:12 Entonces le dijo Hazael: ¿Por qué llora mi señor? Y él

respondió: Porque sé el mal que harás a los hijos de Israel; a sus

fortalezas pegarás fuego, a sus jóvenes matarás a espada, y

estrellarás a sus niños, y abrirás el vientre a sus mujeres que estén

encintas. , 13 Y Hazael dijo: Pues, ¿qué es tu siervo, este perro,

para que haga tan grandes cosas? Y respondió Eliseo: Jehová me

ha mostrado que tú serás rey de Siria.

Sal.81.11 Pero mi pueblo no oyó mi voz, E Israel no me quiso a

mí. , 12 Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón;

Caminaron en sus propios consejos.

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2 Ts. 2:10-12 10 y con todo engaño de iniquidad para los que se

pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser

salvos. 11 Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que

crean la mentira, 12 a fin de que sean condenados todos los que

no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.

Ex 8:15 Pero viendo Faraón que le habían dado reposo, endureció

su corazón y no los escuchó, como Jehová lo había dicho . , 32

Mas Faraón endureció aun esta vez su corazón, y no dejó ir al

pueblo.

Is.6:9 Y dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no

entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis. ,10 Engruesa el

corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos,

para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón

entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad.

1 P.2:7 Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero

para los que no creen, La piedra que los edificadores

desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo; , 8 y: Piedra de

tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra,

siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.

7. Así como la providencia de Dios alcanza, en general a todas las

criaturas, así también de un modo especial cuida a su Iglesia y

dispone todas las cosas para el bien de ella. (1 Ti. 4:10; Am.

9:8,9; Is 43:3-5)

1 Ti. 4:10 que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios,

porque esperamos en el Dios viviente , que es el Salvador de todos

los hombres, mayormente de los que creen.

Am. 9:8 He aquí los ojos de Jehová el Señor están contra el reino

pecador, y yo lo asolaré de la faz de la tierra; mas no destruiré

del todo la casa de Jacob, dice Jehová. , 9 Porque he aquí yo

mandaré y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las

naciones, como se zarandea el grano en una criba, y no cae un

granito en la tierra.

Is 43:3-5 3 Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel , soy

tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba

por ti . 4 Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste

honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti , y naciones

por tu vida. No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré

tu generación, y del occidente te recogeré.

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Capítulo 6

La caída del hombre, el pecado y su castigo

1. El hombre, según vino de la mano de Dios, su creador, era perfecto y limpio. La

ley justa que Dios le dio hablaba de vida condicionada a su obediencia y

amenazaba con muerte la desobediencia.(Gn. 2:16,17) La obediencia de Adán

fue muy corta. Satanás usó la sutil serpiente para traer a Eva al pecado y

entonces ella sedujo a Adán, quien sin ninguna fuerza de afuera, libremente

violó la ley bajo la cual habían sido creados y también el mandamiento de Dios

de no comer del fruto prohibido. (Gn. 3:12,13;2 Co. 11:3) Plugo a Dios,

conforme a su sabio y santo propósito, permitir este pecado proponiéndose

ordenarlo para su propia gloria.

Gn. 2:16 E hizo bien a Abram por causa de ella; y él tuvo ovejas, vacas,

asnos, siervos, criadas, asnas y camellos., 17 Mas Jehová hirió a Faraón y a su

casa con grandes plagas, por causa de Sarai mujer de Abram.

Gn. 3:12 Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio

del árbol, y yo comí., 13 Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que

has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.

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2 Co. 11:3 Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva,

vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a

Cristo.

2. Por este pecado, nuestros primeros padres cayeron de su justicia original y

perdieron la comunión con Dios. El pecado de ellos nos envolvió a todos y a

través de este pecado la muerte pasó a todos.(Ro. 3:23) Todos los hombres

vinieron a ser muertos en pecado,(Ro. 5:12-21) y totalmente corrompidos en

todas las facultades y partes del alma y del cuerpo.(Tit 1:15;Gn. 6:5; Jer. 17:9;

Ro. 3:1-19)

Ro. 3:23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,

Ro. 5:12-21 12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y

por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto

todos pecaron. 13 Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde

no hay ley, no se inculpa de pecado. 14 No obstante, reinó la muerte desde

Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de

Adán, el cual es figura del que había de venir. 15 Pero el don no fue como la

transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos,

abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia

de un hombre, Jesucristo. 16 Y con el don no sucede como en el caso de aquel

uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para

condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para

justificación. 17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho

más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de

la gracia y del don de la justicia. 18 Así que, como por la transgresión de uno

vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de

uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19 Porque así como por

la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así

también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.

Tit 1:15 Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y

establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé;

Gn. 6:5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y

que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo

solamente el mal.

Jer. 17:9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién

lo conocerá?

Ro. 3:1-19 1 ¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la

circuncisión? 2 Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha

sido confiada la palabra de Dios. 3 ¿Pues qué, si algunos de ellos han sido

incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios? 4 De

ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como

está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, Y venzas cuando fueres

juzgado. 5 Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué

diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? (Hablo como hombre.) 6 En

ninguna manera; de otro modo, ¿cómo juzgaría Dios al mundo? 7 Pero si por

mi mentira la verdad de Dios abundó para su gloria, ¿por qué aún soy juzgado

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como pecador? 8 ¿Y por qué no decir (como se nos calumnia, y como

algunos, cuya condenación es justa, afirma que nosotros decimos): Hagamos

males para que vengan bienes? 9 ¿Qué, pues? Somos nosotros mejores que

ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que

todos están bajo pecado. 10 Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; 11

No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. 12 Todos se desviaron, a

una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.

13 Sepulcro abierto es su garganta; Con su lengua engañan. Veneno de áspides

hay debajo de sus labios; 14 Su boca está llena de maldición y de amargura.

15 Sus pies se apresuran para derramar sangre; 16 Quebranto y desventura

hay en sus caminos; 17 Y no conocieron camino de paz. 18 No hay temor de

Dios delante de sus ojos. 19 Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a

los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede

bajo el juicio de Dios;

3. Siendo ellos la raíz de la raza humana, y por la ordenanza de Dios estando Adán

en el lugar de toda la humanidad, la culpa de este pecado fue imputada a su

posteridad, y la naturaleza corrompida se transmitió a aquella que desciende de

ellos según la generación ordinaria.(Ro. 5:12-19; 1 Co. 15:21,22,45,49) Todos

los hombres, siendo concebidos en pecado,(Sal. 51:5; Job 14:4) y por

naturaleza hijos sujetos a la ira de Dios, (Ef. 2:3 9) siervos del pecado y sujetos

a la muerte,(Ro. 6:20;5:12 ) son dados a inexplicables miserias espirituales,

temporales y eternas, a no ser que el Señor Jesucristo los libere. (He.2:14,15;1

Ti. 1:10)

Ro. 5:12-19 12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y

por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto

todos pecaron. 13 Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde

no hay ley, no se inculpa de pecado. 14 No obstante, reinó la muerte desde

Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de

Adán, el cual es figura del que había de venir. 15 Pero el don no fue como la

transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos,

abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia

de un hombre, Jesucristo. 16 Y con el don no sucede como en el caso de aquel

uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para

condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para

justificación. 17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho

más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de

la gracia y del don de la justicia. 18 Así que, como por la transgresión de uno

vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de

uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19 Porque así como por la

desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así

también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.

1 Co. 15:21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un

hombre la resurrección de los muertos., 22 Porque así como en Adán todos

mueren, también en Cristo todos serán vivificados. ,45 Así también está escrito:

Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu

vivificante., 49 Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos

también la imagen del celestial.

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Sal. 51:5 Temor y temblor vinieron sobre mí, Y terror me ha cubierto.

Job 14:4 ¿Quién hará limpio a lo inmundo? Nadie.

Ef. 2:3 entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los

deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los

pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

Ro. 6:20 Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la

justicia.; 5:12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y

por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto

todos pecaron.

He.2:14 Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les

habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os

sea notorio, y oíd mis palabras., 15 Porque éstos no están ebrios, como vosotros

suponéis, puesto que es la hora tercera del día.

1 Ti. 1:10 para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores,

para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina,

4. De esta corrupción original, por la cual carecemos de disposición y aptitud para

todo bien y estamos opuestos a este bien, así como enteramente inclinados a

todo mal, (Ro. 8:7; Col. 1:21) dimanan todas nuestras transgresiones actuales.

(Stg. 1:14; Mt. 15:19)

Ro. 8:7 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque

no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;

Col. 1:21 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos

en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado

Stg. 1:14 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es

atraído y seducido.

Mt. 15:19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios,

los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las

blasfemias.

5. Esta corrupción de naturaleza dura toda esta vida aun en aquellos que son

regenerados; (Ro. 7:18,23;Ec. 7:20;1Jn. 1:8) y, aun cuando sea perdonada y

amortiguada por medio de la fe en Cristo, sin embargo, ella, y todos los efectos

de ella son verdadera y propiamente pecado. (Ro. 7:23-25;Gá. 5:17)

Ro. 7:18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el

querer el bien está en mí, pero no el hacerlo., 23 pero veo otra ley en mis

miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la

ley del pecado que está en mis miembros.

Ec. 7:20 Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca

peque.

1Jn. 1:8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros

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mismos, y la verdad no está en nosotros.

Ro. 7:23-25 23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley

de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis

miembros. 24 ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?

25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la

mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.

Gá. 5:17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es

contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.

Capítulo 7

La caída del hombre, el pecado y su castigo

El Pacto de Dios

1. La distancia que media entre Dios y la criatura es tan grande, que aun cuando las

criaturas racionales le deben obediencia como a su creador, sin embargo, ellas

no podrán nunca llegar a vida espiritual, si no es por alguna condescendencia

voluntaria de parte de Dios, habiéndole plac ido a éste expresarla por medio de

un pacto. (Lc. 17:10; Job 35:7,8)

Lc. 17:10 Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido

ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.

Job 35:7 Si fueres justo, ¿qué le darás a él? ¿O qué recibirá de tu mano?, 8 Al

hombre como tú dañará tu impiedad, Y al hijo de hombre aprovechará tu

justicia.

2. Además, ya que el hombre, por razón de su caída en el pecado, se colocó a sí

mismo bajo la maldición de la ley de Dios, (Gn. 2:17; Gá. 3:10) le plació al

Señor hacer un pacto de gracia, según el cual Dios ofrece libremente a los

pecadores vida y salvación por Jesucristo, (Ro. 8:3;Mr. 16:15,16; Jn. 3:16)

exigiéndoles la fe en éste para que puedan ser salvos, y prometiendo dar su

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Espíritu Santo a todos aquellos que ha ordenado para vida eterna, dándoles así

voluntad y capacidad para creer.(Ez. 36:26,27; Jn.6:44,45; Sal. 110:3)

Gn. 2:17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el

día que de él comieres, ciertamente morirás.

Gá. 3:10 Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo

maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas

las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas.

Ro. 8:3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la

carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del

pecado, condenó al pecado en la carne;

Mr. 16:15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda

criatura.,16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no

creyere, será condenado.

Jn. 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo

unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida

eterna.

Ez. 36:26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros;

y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.,

27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos,

y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.

Jn.6:44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo

le resucitaré en el día postrero., 45 Escrito está en los profetas: Y serán todos

enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él,

viene a mí.

Sal. 110:3 Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder, En la

hermosura de la santidad. Desde el seno de la aurora Tienes tú el rocío de tu

juventud.

3. El pacto de Dios es revelado en el evangelio; en primer lugar a Adán en la

promesa de salvación a través de la simiente de la mujer, (Gn. 3:15) y luego,

paso a paso hasta la entera revelación de salvación en el Nuevo Testamento.(He.

1:1) La salvación de los elegidos esta basada en un pacto de redención que fue

trazado en la eternidad entre Dios Padre e Hijo, (2Ti. 1:9; Tit. 1:2) y es

únicamente a través de la gracia dada en este pacto que todos los descendientes

del Adán caído, quienes han sidos salvados, han obtenido vida e inmortalidad

bendita, pues los términos de bendición que aplicaban a Adán en su estado de

inocencia no son aplicables a su posteridad para hacerles aceptables ante Dios.

(He. 11:6,13; Ro. 4:1,2,etc.; Hch.4:12; Jn.8:56)

Gn. 3:15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la

simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

He. 1:1 Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro

tiempo a los padres por los profetas,

2Ti. 1:9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras

obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús

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antes de los tiempos de los siglos,

Tit. 1:2 en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente,

prometió desde antes del principio de los siglos,

He. 11:6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el

que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le

buscan.,13 Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo

prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y

confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.

Ro. 4:1 ¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la

carne? 2 Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue

contado por justicia., 3 Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios,

y le fue contado por justicia. etc.

Hch.4:12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el

cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

Jn.8:56 Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y

se gozó.

Capítulo 8

Cristo el mediador

1. Agradó a Dios en su propósito eterno, escoger y ordenar al Señor Jesucristo, su

unigénito Hijo, de acuerdo al pacto en el cual habían entrado, para que fuese el

mediador entre Dios y el hombre, (Is.42-1; 1 P. 1:19,20) como tal, él es profeta,

(Hch. 3:22) sacerdote (He. 5:5,6) y rey, (Sal 2:6) el salvador y cabeza de su

Iglesia, (Ef. 1:22,23) el heredero de todas las cosas, (He.1:2) y juez mundo;

(Hch. 17:31) desde la eternidad le de todo el dio Dios un pueblo para que fuese

su simiente y para que a su debido tiempo lo redimiera, llamara, justificara,

santificara y glorificara. (Is. 53:10; Jn. 17:6; Ro. 8:30)

Is.42-1 He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien mi alma

tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a las

naciones.

1 P. 1:19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha

y sin contaminación,, 20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo,

pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros,

Hch. 3:22 Porque Moisés dijo a los padres: El Señor vuestro Dios os levantará

profeta de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis en todas las cosas

que os hable;

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He. 5:5 Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote,

sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy., 6 Como también

dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de

Melquisedec.

Sal 2:6 Pero yo he puesto mi rey Sobre Sion, mi santo monte.

Ef. 1:22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas

las cosas a la iglesia, 23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo

llena en todo.

He.1:2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó

heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;

Hch. 17:31 por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con

justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle

levantado de los muertos.

Is. 53:10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a

padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá

linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano

prosperada.

Jn. 17:6 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

Ro. 8:30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a

éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.

2. El Hijo de Dios, la segunda persona de la Santa Trinidad, siendo verdadero y

eterno Dios, la brillantez de la gloria de su Padre, igual y de una sustancia con

Él, quien hizo el mundo y mantiene y gobierna todas las cosas que ha hecho,

habiendo llegado la plenitud del tiempo, tomó sobre si la naturaleza del hombre

con todas sus propiedades esenciales y con sus debilidades comunes, (Jn.

1:14;Gá. 4:4) mas sin pecado. (Ro. 8:3; He. 2:14,16,17; He. 4:15) Fue

concebido por el Espíritu Santo en el vientre de la Virgen Maria, una mujer

perteneciente a la tribu de Judá. El Espíritu Santo vino sobre ella y el poder de

Dios la cubrió. Y así, según las Escrituras, fue hecho él de una mujer,

descendiente de Abraham y David. (Mt. 1:22,23; Lc.1:27,31,35) Así que, dos

naturalezas perfectas y distintas, se unieron inseparablemente en una persona,

pero sin conversión, composición o confusión alguna. Esta persona es verdadero

Dios y verdadero hombre, un Cristo, el único mediador entre Dios y el hombre.

(Ro. 9:5; 1Ti.2:5).

Jn. 1:14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su

gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Gá. 4:4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo,

nacido de mujer y nacido bajo la ley,

Ro. 8:3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la

carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del

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pecado, condenó al pecado en la carne;

He. 2:14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son

hijos de Dios., 16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que

somos hijos de Dios., 17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y

coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que

juntamente con él seamos glorificados.

He. 4:15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de

nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra

semejanza, pero sin pecado.

Mt. 1:22 Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por

medio del profeta, cuando dijo:, 23 He aquí, una virgen concebirá y dará a luz

un hijo, Y llamarás su nombre Emmanuel,

Lc.1:27 a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de

David; y el nombre de la virgen era María., 31 Y ahora, concebirás en tu

vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS., 35 Respondiendo

el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te

cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será

llamado Hijo de Dios.

Ro. 9:5 de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino

Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.

1Ti.2:5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres,

Jesucristo hombre,

3. El Señor Jesús, en su naturaleza humana unida así a la divina, en la persona del

Hijo, fue ungido y santificado con el Espíritu Santo sobre toda medida, (Sal.

45:7; Hch. 10:38; Jn 3:34) y posee todos los tesoros de la sabiduría y del

conocimiento, (Col. 2:3) pues agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,

(Col 1:19) a fin de que siendo santo, inocente, inmaculado, (He. 7:26) lleno de

gracia y de verdad, (Jn.1:14) fuese del todo apto para desempeñar los oficios de

mediador y fiador.(He. 7:22) Cristo no tomó por sí mismo estos oficios, sino

que fue llamado para ello por su Padre, (He. 5:5) quien puso en él todo juicio y

poder, y le autorizó para que desempeñara tales oficios. (20 Jn. 5:22,27; Mt.

28:18; Hch. 2:36)

Sal. 45:7 Has amado la justicia y aborrecido la maldad; Por tanto, te ungió

Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros.

Hch. 10:38 cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de

Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos

por el diablo, porque Dios estaba con él.

Jn 3:34 Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da

el Espíritu por medida.

Col. 2:3 en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del

conocimiento.

Col 1:19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,

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He. 7:26 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin

mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos;

Jn.1:14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su

gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

He. 7:22 Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.

He. 5:5 Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote,

sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy.

Jn. 5:22 Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo,, 27

y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre.

Mt. 28:18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en

el cielo y en la tierra.

Hch. 2:36 Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a

quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

4. El Señor Jesús, con la mejor voluntad tomó para si estos oficios, (Sal. 40:7,8;

He. 10:5-10; Jn. 5:18) y para desempeñarlos, se puso bajo la ley, (Gá. 4:4; Mt.

3:15) la que cumplió perfectamente. También sufrió el castigo que nos tocaba a

nosotros y que debíamos haber sufrido, (Gá 3:13; Is.53:6; 1 P. 3:18) pues él

llevó nuestros pecados y fue acusado en nuestro lugar. (2 Co. 5:21) Padeció

dolores en su alma más allá de nuestro entendimiento y los más grandes

sufrimientos en su cuerpo: (Mt. 26:37,38;Lc 22:44; Mt. 27:46) fue crucificado

y murió, y permaneció bajo el poder de la muerte, aun cuando no vio corrupción.

(Hch.13:37) Al tercer día se levantó de entre los muertos (1 Co. 15:3,4) con el

mismo cuerpo que tenía cuando sufrió, (Jn. 20:25,27) con el cual también

ascendió al cielo (Mr.16:19; Hch. 1:9-11) donde se sentó a la diestra del Padre.

Allí intercede por su pueblo, (Ro 8:34; He.9:24) y cuando sea el fin del mundo,

volverá para juzgar a los hombres y a los ángeles. (Hch. 10:42;Ro.

14:9,10;Hch. 1:11;2 P. 2:4)

Sal. 40:7 Entonces dije: He aquí, vengo En el rollo del libro está escrito de mí;,

8; El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de

mi corazón.

He. 10:5 Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no

quisiste; Mas me preparaste cuerpo. 6 Holocaustos y expiaciones por el pecado

no te agradaron. 7 Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu

voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí. 8 Diciendo primero:

Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te

agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), 9 y diciendo luego: He aquí

que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer

esto último. 10 En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del

cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.

Jn. 5:18 Por esto los judíos aun más procuraban matarle, porque no sólo

quebrantaba el día de reposo, sino que también decía que Dios era su propio

Padre, haciéndose igual a Dios.

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Gá. 4:4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo,

nacido de mujer y nacido bajo la ley,

Mt. 3:15 Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que

cumplamos toda justicia. Entonces le dejó.

Gá 3:13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros

maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),

Is.53:6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por

su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.

1 P. 3:18 Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo

por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne,

pero vivificado en espíritu;

2 Co. 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que

nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

Mt. 26:37 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a

entristecerse y a angustiarse en gran manera., 38 Entonces Jesús les dijo: Mi

alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.

Lc 22:44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como

grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.

Mt. 27:46 Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí,

¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has

desamparado?

Hch.13:37 Mas aquel a quien Dios levantó, no vio corrupción.

1 Co. 15:3 Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que

Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;, 4 y que fue

sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;

Jn. 20:25 Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les

dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el

lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré., 27 Luego dijo

a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en

mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.

Mr.16:19 Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y

se sentó a la diestra de Dios.

Hch. 1:9 donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió. 10 Había entonces

en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en visión:

Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor. 11 Y el Señor le dijo: Levántate, y

ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado

Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora,

Ro 8:34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que

también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también

intercede por nosotros.

He.9:24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del

verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante

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Dios;

Hch. 10:42 Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él

es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos.

Ro. 14:9 Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser

Señor así de los muertos como de los que viven., 10 Pero tú, ¿por qué juzgas a

tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos

compareceremos ante el tribunal de Cristo.

Hch. 1:11 los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis

mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo,

así vendrá como le habéis visto ir al cielo.

2 P. 2:4

5. El Señor Jesucristo, por su perfecta obediencia y por el sacrificio de sí mismo

que ofreció una sola vez por el Espíritu eterno de Dios, ha satisfecho plenamente

a la justicia de Dios. (He. 9:14; Ro. 10:14; Ro. 3:25,26) El ha efectuado la

reconciliación y ha comprado una herencia eterna en el reino de los cielos para

todos aquellos dados a él por el Padre. (Jn. 17:2; He.9:15)

He. 9:14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se

ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras

muertas para que sirváis al Dios vivo?

Ro. 10:14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo

creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les

predique?

Ro. 3:25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre,

para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia,

los pecados pasados,, 26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a

fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

Jn. 17:2 como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a

todos los que le diste.

He.9:15 Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que

interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el

primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.

6. Aun cuando el precio de la redención no fue actualmente pagado, sino hasta la

encarnación, sin embargo, la virtud, la eficacia y los beneficios de ella, se

comunicaban a los escogidos en todas las épocas transcurridas desde el

principio, en las promesas, tipos y sacrificios, y por medio de estas cosas, por las

cuales Cristo fue revelado y designado como la simiente que quebrantaría la

cabeza de la serpiente, (1 Co. 10:4; He. 4:2; 1 P. 1:10,11) y como el cordero

inmolado desde la fundación del mundo; (Ap. 13:8) siendo él, el mismo ayer,

hoy y por siempre. (He. 13:8)

1 Co. 10:4 y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la

roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.

He. 4:2 Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a

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ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los

que la oyeron.

1 P. 1:10 Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, Y los cielos son

obra de tus manos., 11 Ellos perecerán, mas tú eres permanente; Y todos ellos se

envejecerán como una vestidura;

Ap. 13:8 Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no

estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el

principio del mundo.

He. 13:8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.

7. Cristo en su oficio de mediador, obra; conforme a sus dos naturalezas, haciendo

por cada una de éstas lo que es propio de cada una de ellas; mas por razón de la

unidad de la persona, lo que es propio de una naturaleza, se le atribuye algunas

veces en la Escritura a la persona denominada por la otra naturaleza. (Jn.3:13;

Hch. 20:28)

Jn.3:13 Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del

Hombre, que está en el cielo.

Hch. 20:28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el

Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la

cual él ganó por su propia sangre.

8. A todos aquellos para quienes Cristo ha obtenido eterna redención, cierta y

eficazmente les aplica y comunica la misma, haciendo intercesión por ellos, (Jn

6:37; Jn. 10:15,16; Jn. 17:9; Ro. 5:10) uniéndoles a él por su Espiritu,

revelándoles en la palabra y por medio de ella el misterio de la salvación,

persuadiéndoles eficazmente a creer y a obedecer, (Jn.17:6;Ef. 1:9;1 Jn. 5:20)

gobernando el corazón de ellos por su palabra y Espíritu, (Ro. 8:9,14) y

venciendo a todos sus enemigos por su gran poder y sabiduría, (Sa1. 110:1; 1

Co. 15:25,26) y de la manera y por los caminos que están más en conformidad

con su maravillosa e inescrutable dispensación. Todas estas cosas son hechas en

su libre y soberana gracia e incondicionalmente, ya que nada de mérito es

previsto por él en sus elegidos. (Jn 3:8; Ef. 1:8) eterno de Dios, ha satisfecho

plenamente a la justicia de Dios. (He. 9:14; He. 10:14; Ro. 3:25,26) El ha

efectuado la reconciliación y ha comprado una herencia eterna en el reino de los

cielos para todos aquellos dados a él por el Padre. (Jn. 17:2; He.9:15)

Jn 6:37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le

echo fuera.

Jn. 10:15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi

vida por las ovejas., 16 También tengo otras ovejas que no son de este redil;

aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.

Jn. 17:9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste;

porque tuyos son,

Ro. 5:10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la

muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su

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vida.

Jn.17:6 He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste;

tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra.

Ef. 1:9 dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el

cual se había propuesto en si mismo,

1 Jn. 5:20 Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado

entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en

su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.

Ro. 8:9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que

el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo,

no es de él., 14

Sa1. 110:1 Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus

enemigos por estrado de tus pies.

1 Co. 15:25 Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus

enemigos debajo de sus pies., 26 Y el postrer enemigo que será destruido es la

muerte.

Jn 3:8; El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de

dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

Ef. 1:8 que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia,

He. 9:14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se

ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras

muertas para que sirváis al Dios vivo?

He. 10:14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los

santificados.

Ro. 3:25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre,

para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia,

los pecados pasados,, 26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a

fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

Jn. 17:2 como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a

todos los que le diste.

He.9:15 Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que

interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el

primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.

9. Cristo, y Solo Cristo puede ser mediador entre Dios y los hombres. El es el

profeta, sacerdote y rey de la Iglesia de Dios. Su oficio de mediador no puede

ser transferido a ningún Otro,

10. El triple oficio de Cristo es necesario para nosotros. Por nuestra ignorancia

estamos en necesidad de su oficio profético; (Jn.1:18) por nuestra separación de

Dios y la imperfección de nuestros servicios, aun cuando sean lo mejor,

necesitamos su oficio sacerdotal para reconciliarnos con Dios y hacernos

aceptables a él; (Col. 1:21; Gá. 5:17) y debido a que nosotros hemos dado la

espalda a Dios y estamos completamente incapacitados para volver a él y

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también porque necesitamos ser rescatados y asegurados de nuestros adversarios

espirituales, necesitamos su oficio como rey para convencer, controlar, atraer,

sostener, librar y preservarnos hasta que finalmente entremos en su reino

celestial. (Jn. 16:8; Sal. 110:3; Lc. 1:74,75)

Jn.1:18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del

Padre, él le ha dado a conocer.

Col. 1:21 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos

en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado

Gá. 5:17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es

contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.

Jn. 16:8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de

juicio.

Sal. 110:3 Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder, En la

hermosura de la santidad. Desde el seno de la aurora Tienes tú el rocío de tu

juventud.

Lc. 1:74 Que, librados de nuestros enemigos, Sin temor le serviríamos, 75 En

santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días.

Capitulo 9

El libre albedrio

1. Dios ha dotado la voluntad del; hombre de una y un libertad natural, poder para

actuar a base de decisión propia, que no es forzada ni obligada a hacer bien o

mal, por ninguna necesidad de la naturaleza. (Mt. 17:12; Stg. 1:14; Dt.30:19)

Mt. 17:12 Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron

con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos.

Stg. 1:14 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es

atraído y seducido.

Dt.30:19 A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os

he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge,

pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia;

2. El hombre en su estado de inocencia, tenía libertad y poder para querer y hacer

lo que era bueno y agradable a Dios, (Ec. 7:29; Gn. 3:6) pero era mutable y

podía caer de dicho estado.

Ec. 7:29 He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto,

pero ellos buscaron muchas perversiones.

Gn. 3:6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a

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los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y

comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.

3. El hombre, por su caída a un estado de pecado, perdió completamente toda

capacidad para querer algún bien espiritual que acompañe a la salvación. (Ro.

5:6; 8:7) Así es que como hombre natural que está enteramente opuesto a ese

bien y muerto en el pecado (Ef.2:1,5) no puede por su propia fuerza convertirse

a sí mismo o prepararse para ello. (Tit. 3:3-5; Jn. 6:44)

Ro. 5:6 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los

impíos.; 8:7 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios;

porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;

Ef.2:1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos

y pecados,, 5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente

con Cristo (por gracia sois salvos),

Tit. 3:3 Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes,

extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en

malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. 4 Pero cuando

se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los

hombres, 5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho,

sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la

renovación en el Espíritu Santo,

Jn. 6:44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo

le resucitaré en el día postrero.

4. Cuando Dios convierte a un pecador y le pone en el estado de gracia, le libra de

su estado de servidumbre natural bajo el pecado, (Col. 1:13; Jn. 8:36) y por su

gracia solamente lo capacita para querer y obrar libremente lo que es bueno en lo

espiritual; (Fil. 2:13) sin embargo, por razón de la corrupción que aún queda, el

converso no quiere ni perfecta ni únicamente lo que es bueno, sino también lo

que es malo. (Ro. 7:15,18,19,21,23)

Col. 1:13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al

reino de su amado Hijo,

Jn. 8:36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.

Fil. 2:13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una

cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que

está delante,

Ro. 7:15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino

lo que aborrezco, eso hago., 18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no

mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo., 19 Porque

no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago., 21 Así que,

queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.,23 pero veo

otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me

lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

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5. El libre albedrío del hombre será perfecto y inmutablemente libre para querer

tan sólo lo que es bueno, únicamente en el estado de la gloria. (Ef. 4:13)

Ef. 4:13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del

Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de

Cristo;

Capitulo 10

El llamamiento eficaz

1. A aquellos a quienes Dios ha predestinado para vida, le agrada en su tiempo

señalado y aceptado, llamar eficazmente (Ro. 8:30; 11:7; Ef. 1:10,11;

2Ts.2:13,14) por su palabra y Espíritu, sacándolos del estado de pecado y

muerte en que se hallaban por naturaleza para darles vida y salvación por

Jesucristo. (Ef. 2:16) Esto lo hace iluminando espiritualmente su entendimiento,

a fin de que comprendan las cosas de Dios; (Hch. 26:18; Ef. 1:17,18)

quitándoles el corazón de piedra y dándoles uno de carne, (Ez.36:26) renovando

sus voluntades y por su poder soberano determinándoles a hacer aquello que es

bueno, y llevándoles eficazmente a Jesucristo; (Dt. 30.6; Ez. 36:27; Ef. 1:19) de

tal manera que ellos vienen con absoluta libertad, habiendo recibido por la

gracia de Dios la voluntad de hacerlo. (Sal. 110:3; Cnt. 1:4)

Ro. 8:30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a

éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.; 11:7

¿Qué pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado; pero los escogidos sí lo

han alcanzado, y los demás fueron endurecidos;

Ef. 1:10 de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del

cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están

en la tierra., 11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados

conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su

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voluntad,

2Ts.2:13 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a

vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde

el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la

verdad,, 14 a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la

gloria de nuestro Señor Jesucristo.

Ef. 2:16 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo,

matando en ella las enemistades.

Hch. 26:18 para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a

la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es

en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.

Ef. 1:17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé

espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,, 18 alumbrando

los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él

os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,

Dt. 30.6 Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu

descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu

alma, a fin de que vivas.

Ez. 36:27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis

estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.

Ef. 1:19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que

creemos, según la operación del poder de su fuerza,

Sal. 110:3 Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder, En la

hermosura de la santidad. Desde el seno de la aurora Tienes tú el rocío de tu

juventud.

Cnt. 1:4 Atráeme; en pos de ti correremos. El rey me ha metido en sus

cámaras; Nos gozaremos y alegraremos en ti; Con razón te aman.

2. Este llamamiento eficaz depende de la libre y especial gracia de Dios y de

ninguna manera de alguna cosa prevista en el hombre, (2 Ti 1:9; Ef 2:8) el cual

es en esto enteramente pasivo, hasta que siendo vivificado y renovado por el

Espíritu Santo, (1 Co. 2:14; Ef. 2:5; Jn. 5:25) adquiere la capacidad de

responder a este llamamiento y de recibir la gracia ofrecida y trasmitida en él.

Esto sucede por el mismo poder que obró la resurrección de Cristo de los

muertos. (Ef.1:19,20)

2 Ti 1:9 quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras

obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús

antes de los tiempos de los siglos,

Ef 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros,

pues es don de Dios;

1 Co. 2:14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de

Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de

discernir espiritualmente.

Ef. 2:5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con

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Cristo (por gracia sois salvos),

Jn. 5:25 De cierto, de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los

muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.

Ef.1:19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que

creemos, según la operación del poder de su fuerza,, 20 la cual operó en Cristo,

resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,

3. Los niños elegidos (Elegidos no aparece en la versión original) que mueren en

la infancia, son regenerados y salvados en Cristo por medio del Espíritu, (Jn

3:3,5,6) quien obra cuándo, dónde y cómo quiere. (Jn. 3:8) Lo mismo sucederá

con todas las personas elegidas que sean incapaces de ser llamadas externamente

por el ministerio de la palabra.

Jn 3:3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no

naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios, 5 Respondió Jesús: De cierto,

de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar

en el reino de Dios, 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es

nacido del Espíritu, espíritu es.

Jn. 3:8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de

dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

4. Otras personas no elegidas, aun cuando sean llamadas por el ministerio de la

palabra y tengan algunas de las operaciones comunes del Espíritu, (Mt.

22:14;Mt.13:20,21; He. 6:4,5 ) como no son efectivamente traídos por el Padre,

no pueden ni quieren venir verdaderamente a Cristo, y por lo mismo no pueden

ser salvas; (Jn 6:44,45,65) mucho menos pueden los que no reciben la religión

cristiana, salvarse de alguna otra manera, aun cuando sean diligentes en ajustar

sus vidas a la luz de la naturaleza y a la ley de la religión que profesan. (Hch.

4:12; Jn. 4:22;17:3)

Mt. 22:14 Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.

Mt.13:20 Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y

al momento la recibe con gozo, 21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta

duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra,

luego tropieza.

He. 6:4 Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron

del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo,, 5 y asimismo

gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero,

Jn 6:44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo

le resucitaré en el día postrero., 45 Escrito está en los profetas: Y serán todos

enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él,

viene a mí., 65 Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no

le fuere dado del Padre.

Hch. 4:12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el

cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

Jn. 4:22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que

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sabemos; porque la salvación viene de los judíos.; 17:3 Y esta es la vida

eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien

has enviado.

Capítulo 11

La Justificación

1. A los que Dios llama de una manera eficaz, también justifica gratuitamente, (Ro.

3.24; 8.30) no por infundir justicia en ellos sino por perdonarles sus pecados;

reputando y aceptando sus personas como justas, (Ro. 4.5-8; Ef. 1.7) no por

algo hecho en ellos o por ellos, sino solamente por amor de Cristo, (1Co1.30-31;

Ro. 5.17-19) no por imputarles como justicia propia la fe, ni el acto de creer, ni

alguna otra obediencia evangélica, sino por imputarles la obediencia activa de

Cristo rendida a la ley divina y su obediencia pasiva rendida en su muerte para

ser la completa y única justicia; (Fil. 3.8,9; Ef.2.8-10) y ellos por la fe reciben y

descansan en él y en su justicia. Esta fe no la tienen de si mismos porque es un

don de Dios. (Jn. 1.12; Ro.5.17)

Ro. 3.24 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre,

para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia,

los pecados pasados,

Ro.8.30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a

éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.

Ro. 4.5-8 5 mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe

le es contada por justicia. 6 Como también David habla de la bienaventuranza

del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, 7 diciendo:

Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados

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son cubiertos.

Ef. 1.7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según

las riquezas de su gracia,

1Co 1.30-31 30 Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido

hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; 31 para que,

como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.

Ro. 5.17-19 17 Pues si por la trasgresión de uno solo reinó la muerte, mucho

más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de

la gracia y del don de la justicia. 18 Así que, como por la trasgresión de uno

vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de

uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19 Porque así como por la

desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así

también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.

Fil. 3.8,9 8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la

excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he

perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, 9 y ser hallado en él,

no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de

Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;

Ef.2.8-10 8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de

vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe. 10

Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las

cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Jn. 1.12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les

dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

Ro.5.17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más

reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la

gracia y del don de la justicia.

2. La fe que recibe a Cristo y descansa en él y en su justicia, es el único medio para

alcanzar la justificación. (Ro.3.28) Sin embargo, no se halla sola en la persona

justificada, sino que siempre va acompañada de todas las demás gracias

salvadoras y no es una fe muerta, sino que obra por el amor. (Ga.5.6;

Stg.2.17,22,26) Ro.3.28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de

la ley.

Ga.5.6 porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión,

sino la fe que obra por el amor.

Stg.2.17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma., 22 ¿No

ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las

obras?, 26 Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin

obras está muerta.

3. Cristo por su obediencia y muerte, pagó completamente la deuda de todos

aquellos que son así justificados. Por el sacrificio de si mismo en el

derramamiento de su sangre en la cruz, sufriendo en el lugar de ellos el castigo

que merecieron, hizo una apropiada, verdadera y plena satisfacción a la justicia

de Dios a favor de ellos. (He. 10.14; 1P.1.18-19; Is.53.5-6) sin embargo, como

Cristo fue dado por el Padre para ellos, y su obediencia y satisfacción fueron

aceptadas en lugar de la de ellos, y esto gratuitamente y no por alguna cosa de

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los mismos, (Ro.8.32; 2co.5.21) resulta que su justificación es sólo por la libre

gracia, para que tanto la exacta justicia como la rica gracia de Dios puedan ser

glorificadas en la justificación de los pecadores. (Ro.3.26;Ef.1.6-7; 2.7)

He. 10.14 Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o

inmunda he comido jamás.

1P.1.18-19 18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de

vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como

oro o plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin

mancha y sin contaminación, 20 ya destinado desde antes de la fundación del

mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros,

Is.53.5-6 5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros

pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros

curados. 6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó

por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.

Ro.8.32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos

nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

2co.5.21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que

nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

Ro.3.26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea

el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús.

Ef.1.6-7 6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos

en el Amado, 7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de

pecados según las riquezas de su gracia,; 2.7 para mostrar en los siglos venideros

las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo

Jesús.

4. Desde la eternidad, Dios decretó justificar a todos los elegidos; (Ro.3.8, 1P.1.2;

1Ti.2.6) y en el cumplimiento del tiempo, Cristo murió por sus pecados, y

resucitó para su justificación. (Ro.4.25) Sin embargo, ellos no son justificados

personalmente sino hasta que Cristo les es realmente aplicado, por el Espíritu

Santo, en el debido tiempo.(Col. 1.21-22; Tit.3.4-7) Col. 1.21-22 21 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y

enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado 22

en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin

mancha e irreprensibles delante de él;

Tit.3.4-7 4 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su

amor para con los hombres, 5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros

hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la

regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, 6 el cual derramó en

nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, 7 para que

justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza

de la vida eterna.

5. Dios continúa perdonando los pecados de aquellos que son justificados;

(Mt.6.12; 1Jn.1.7,9) y aunque ellos nunca pueden caer del estado de

justificación, (Jn.10.28) sin embargo pueden, por sus pecados, caer bajo el

desagrado paternal de Dios (Sal. 89.31-33) y, en tal caso, no tener la luz de su

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rostro restaurado sobre ellos usualmente hasta que se humillen, confiesen sus

pecados, pidan perdón y renueven su fe y arrepentimiento. (Sal. 32.5; Mt.26.75)

Mt.6.12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a

nuestros deudores.

1Jn.1.7, 9 7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión

unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 8

Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la

verdad no está en nosotros. 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo

para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

Jn.10.28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las

arrebatará de mi mano.

Sal. 89.31-33 31 Si profanaren mis estatutos, Y no guardaren mis

mandamientos, 32 Entonces castigaré con vara su rebelión, Y con azotes sus

iniquidades. 33 Mas no quitaré de él mi misericordia, Ni falsearé mi verdad.

Sal. 32.5 Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis

transgresiones a Jehová;

Mt.26.75 Entonces Pedro se acordó de las palabras de Jesús, que le había

dicho: Antes que cante el gallo, me negarás tres veces. Y saliendo fuera, lloró

amargamente.

6. La justificación de los creyentes bajo el Antiguo Testamento, fue en todos

sentidos una y la misma que la de los creyentes bajo el Nuevo. (Ga.3.9; Ro.

4.22-24) Ga.3.9 De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.

Ro. 4.22-24 22 por lo cual también su fe le fue contada por justicia. 23 Y no solamente

con respecto a él se escribió que le fue contada, 24 sino también con respecto a

nosotros a quienes ha de ser contada, esto es, a los que creemos en el que levantó de

los muertos a Jesús, Señor nuestro,

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Capítulo 12

La Adopción 1. A todos aquellos que son justificados, (Gá. 3:24-26) Dios se dignó,(1 Jn. 3:1-3)

en su único Hijo Jesucristo y por amor de éste, (Ef. 1:5; Gá 4:4,5; Ro. 8:17,29)

hacerles partícipes de la gracia de la adopción, por la cual son incluidos en el

numero de los hijos de Dios y gozan de sus libertades y privilegios, tienen su

nombre escrito sobre ellos, (Ro.8:17; Jn.1:12; 2Co.6:18; Ap3:12) reciben el

espíritu de adopción, (Ro. 8:15; Ef. 3:12; Ro. 5:2; Gá. 4:6; Ef.2:18) tienen

acceso al trono de la gracia con confianza, se les capacita para clamar: "Abba,

Padre,"' se les compadece, protege, provee y corrige como por un Padre, pero

nunca se les desecha, sino que son sellados para el día de la redención, (Sal.

103:13; Pr. 14:26; Mt. 6:30,32; 1 P. 5:7; He. 12:6; Is. 54:8,9; Lm. 3:31; Ef.

4:30) y heredan las promesas como herederos de la salvación eterna.(Ro. 8:17;

He. 1:14; 9:15)

Gá. 3:24-26 24 De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a

Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. 25 Pero venida la fe, ya no

estamos bajo ayo, 26 pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;

1 Jn. 3:1-3 1 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados

hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. 2

Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos

de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él,

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porque le veremos tal como él es. 3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él,

se purifica a sí mismo, así como él es puro

Ef. 1:5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por

medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,

Gá 4:4,5 4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su

Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, 5 para que redimiese a los que

estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.

Ro. 8:17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con

Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él

seamos glorificados. ,29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó

para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el

primogénito entre muchos hermanos.

Ro.8:17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con

Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él

seamos glorificados.

Jn.1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio

potestad de ser hechos hijos de Dios;

2Co.6:18 Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas,

dice el Señor Todopoderoso.

Apo 3:12 Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y

nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el

nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del

cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.

Ro. 8:15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en

temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos:

¡Abba, Padre!

Ef. 3:12 en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe

en él;

Ro. 5:2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual

estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.

Gá. 4:6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de

su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!

Ef.2:18 porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un

mismo Espíritu al Padre.

Sal. 103:13 Como el padre se compadece de los hijos, Se compadece Jehová de

los que le temen.

Pr. 14:26 En el temor de Jehová está la fuerte confianza; Y esperanza tendrán

sus hijos.

Mt. 6:30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno,

Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?, 32

Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe

que tenéis necesidad de todas estas cosas.

1 P. 5:7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de

vosotros.

He. 12:6 Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro

durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de

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la puerta custodiaban la cárcel.

Is. 54:8 Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con

misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor. 9 Porque

esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de

Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te

reñiré.

Lm. 3:31 Porque el Señor no desecha para siempre;

Ef. 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados

para el día de la redención.

Ro. 8:17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con

Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él

seamos glorificados.

He. 1:14 Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las

mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.; 9:15 El Señor le

dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en

presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel;

Capítulo 13

La Santificación 1. Aquellos que son unidos a Cristo, llamados eficazmente y regenerados, teniendo

un nuevo corazón y un nuevo espíritu, creados en ellos en virtud de la muerte y

la resurrección de Cristo, (Jn. 3:3-8; 1 Jn. 2:29; 3:9,10; Ro. 1:7; 2 Co. 1:1; Ef.

1:1; Fil. 1:1; Col. 3:12; Hch. 20:32; 26:18; Ro. 15:16; 1 Co. 1:2; 6:11; Ro.

6:1-11 2. 1; 1Ts. 5:23; Ro. 6:19; 1Co. 6:11; Hch. 20:32; Fil. 3:10; Ro. 6:5,6 4) son aún más santificados de un modo real y personal, (Jn. 17:17; Ef. 5:26; 3:1-

19; Ro. 8:13;5) mediante la misma virtud, (Ro. 6:14) por su Palabra y Espíritu

que moran en ellos; (Gá. 5:24; Ro. 8:13) el dominio del cuerpo entero del

pecado es destruido, y las diversas concupiscencias del mismo son debilitadas y

mortificadas más y más, y ellos son más y más vivificados y fortalecidos en

todas las virtudes salvadoras, para la práctica de toda verdadera santidad, (Gá.

5:24; Ro. 8:13) sin la cual nadie verá al Señor. (Col. 1:11; Ef. 3:1;19; 2Co. 7:1;

Ro. 6:13; Ef. 4:22-25; Gá. 5:17; Ro. 12:14)

Jn. 3:3-8 3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que

no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. 4 Nicodemo le dijo:

¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda

vez en el vientre de su madre, y nacer? 5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto

te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el

reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del

Espíritu, espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de

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nuevo. 8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de

dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

1 Jn. 2:29 Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia

es nacido de él.; 3:9 Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado,

porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es

nacido de Dios., 10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del

diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de

Dios.

Ro. 1:7 a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser santos:

Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

2 Co. 1:1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano

Timoteo, a la iglesia de Dios que está en Corinto, con todos los santos que

están en toda Acaya:

Ef. 1:1 Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y

fieles en Cristo Jesús que están en Efeso:

Fil. 1:1 Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo

Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos:

Col. 3:12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de

entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de

paciencia;

Hch. 20:32 Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su

gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los

santificados.; 26:18 para que abras sus ojos, para que se conviertan de las

tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la

fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.

Ro. 15:16 Después de esto volveré Y reedificaré el tabernáculo de David, que

está caído; Y repararé sus ruinas, Y lo volveré a levantar,

1 Co. 1:2 a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo

Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el

nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro:; 6:11 Y esto erais

algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis

sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.

Ro. 6:1-11 1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la

gracia abunde? 2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado,

¿cómo viviremos aún en él? 3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido

bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4 Porque

somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que

como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también

nosotros andemos en vida nueva. 5 Porque si fuimos plantados juntamente con

él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su

resurrección; 6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado

juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no

sirvamos más al pecado. 7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del

pecado. 8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; 9

sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la

muerte no se enseñorea más de él. 10 Porque en cuanto murió, al pecado murió

una vez por todas; más en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros

consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor

nuestro. 2. 1 Por lo cual eres inexcusable, Oh hombre, quienquiera que seas tú

que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que

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juzgas haces lo mismo.

1Ts. 5:23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro

ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de

nuestro Señor Jesucristo.

Ro. 6:19 Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como

para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la

iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir

a la justicia.

1 Co. 6:11 Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido

santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el

Espíritu de nuestro Dios.

Hch. 20:32 Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su

gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los

santificados.

Fil. 3:10 a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de

sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte,

Ro. 6:5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su

muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;, 6 4 Porque somos

sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como

Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros

andemos en vida nueva.

Jn. 17:17 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no

me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.

Ef. 5:26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por

la palabra,; 3:1-19 1 Por esta causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús por

vosotros los gentiles; 2 si es que habéis oído de la administración de la gracia de

Dios que me fue dada para con vosotros; 3 que por revelación me fue declarado

el misterio, como antes lo he escrito brevemente, 4 leyendo lo cual podéis

entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo, 5 misterio que en

otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora

es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: 6 que los gentiles

son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en

Cristo Jesús por medio del evangelio, 7 del cual yo fui hecho ministro por el

don de la gracia de Dios que me ha sido dado según la operación de su poder. 8

A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta

gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de

Cristo, 9 y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido

desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; 10 para que la multiforme

sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los

principados y potestades en los lugares celestiales, 11 conforme al propósito

eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, 12 en quien tenemos seguridad y

acceso con confianza por medio de la fe en él; 13 por lo cual pido que no

desmayéis a causa de mis tribulaciones por vosotros, las cuales son vuestra

gloria. 14 Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor

Jesucristo, 15 de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, 16

para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con

poder en el hombre interior por su Espíritu; 17 para que habite Cristo por la fe

en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, 18 seáis

plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la

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longitud, la profundidad y la altura, 19 y de conocer el amor de Cristo, que

excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

Ro. 8:13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu

hacéis morir las obras de la carne, viviréis.; 5 Porque los que son de la carne

piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del

Espíritu.

Ro. 6:14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la

ley, sino bajo la gracia.

Gá. 5:24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y

deseos.

Ro. 8:13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu

hacéis morir las obras de la carne, viviréis

Col. 1:11 fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para

toda paciencia y longanimidad;

Ef. 3:1 Por esta causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los

gentiles;; 19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento,

para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

2Co. 7:1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos

de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el

temor de Dios.

Ro. 6:13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos

de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los

muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.

Ef. 4:22-25 22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo

hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23 y renovaos en el

espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en

la justicia y santidad de la verdad. 25 Por lo cual, desechando la mentira,

hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de

los otros.

Gá. 5:17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es

contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.

Re. 12:14 Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.

2. Esta santificación se efectúa en todo el hombre, aunque es incompleta en esta

vida; todavía quedan algunos remanentes de corrupción en todas partes, (1 Ts.

5:23; 1 Jn. 1:8,10) de donde surge una continua e irreconciliable guerra: (Ro.

7:18,23; Fil. 3:12; 1 Co. 9:24-27; 1Ti.1:18; 6:12; 2Ti. 4:7) la carne lucha

contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne.(Gá. 5:17; 1P. 2:11)

1 Ts. 5:23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro

ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de

nuestro Señor Jesucristo.

1 Jn. 1:8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros

mismos, y la verdad no está en nosotros., 10 Si decimos que no hemos pecado,

le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

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Ro. 7:18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el

querer el bien está en mí, pero no el hacerlo., 23 pero veo otra ley en mis

miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la

ley del pecado que está en mis miembros.

Fil. 3:12 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que

prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo

Jesús.

1 Co. 9:24-27 24 ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad

corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo

obtengáis. 25 Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad,

para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. 26 Así

que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no

como quien golpea el aire, 27 sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en

servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a

ser eliminado.

1Ti.1:18 Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las

profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia,;

6:12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual

asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos

testigos.

2Ti. 4:7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe

Gá. 5:17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es

contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.

1P. 2:11 Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os

abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,

3. En dicha guerra, aunque la corrupción que aún queda prevalezca mucho por

algún tiempo, (Ro. 7:23) la parte regenerada triunfa a través de la continua

provisión de fuerzas por parte del Espíritu santificador de Cristo; (Ro. 6:14; 1

Jn. 5:4) y así los santos crecen en la gracia, perfeccionando la santidad en el

temor de Dios, prosiguiendo una vida celestial, en obediencia evangélica a todos

los mandatos que Cristo, como Cabeza y Rey, les ha prescrito en su Palabra. (Ef.

4:15,16; 2 P. 3:18; 2 Co. 7:1; 3:18; Mt. 28:20)

Ro. 7:23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi

mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.

Ro. 6:14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la

ley, sino bajo la gracia.

1 Jn. 5:4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la

victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.

Ef. 4:15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que

es la cabeza, esto es, Cristo,, 16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y

unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la

actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en

amor.

2 P. 3:18 Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y

Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.

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2 Co. 7:1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos

de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el

temor de Dios.; 3:18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta

como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria

en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

Mt. 28:20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he

aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Capítulo 14

La fe salvadora

1. La gracia de la fe, por la cual se capacita a los elegidos para creer para la

salvación de sus amas, es la obra del Espíritu de Cristo en sus corazones, y

ordinariamente se realiza por el ministerio de la Palabra; (Jn. 6:37, 44; Hch.

11:21,24; 13:48; 14:27; 15:9; 2 Co. 4:13; Ef. 2:8; Fil. 1:29; 2 Ts. 2:13; 1 P.

1:2) por la cual, y por la administración del bautismo y la Cena del Señor, la

oración y otros medios designados por Dios, esa fe aumenta y se fortalece. (Ro.

10:14,17; Lc. 17:5; Hch. 20:32; Ro. 4:11; 1 P. 2:2)

Jn. 6:37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le

echo fuera., 44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le

trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.

Hch. 11:21 Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se

convirtió al Señor., 24 Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de

fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor.; 13:48 Los gentiles, oyendo

esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los

que estaban ordenados para vida eterna.; 14:27 Y habiendo llegado, y reunido a

la iglesia, refirieron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos, y cómo

había abierto la puerta de la fe a los gentiles.; 15:9 y ninguna diferencia hizo

entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones.

2 Co. 4:13 Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está

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escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual también

hablamos,

Ef. 2:8 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros,

pues es don de Dios;

Fil. 1:29 Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que

creáis en él, sino también que padezcáis por él,

2 Ts. 2:13 Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a

vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde

el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la

verdad,

1 P. 1:2 elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del

Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz

os sean multiplicadas.

Ro. 10:14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo

creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les

predique?, 17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.

Lc. 17:5 Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.

Hch. 20:32 Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su

gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los

santificados.

Ro. 4:11 Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe

que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes

no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia;

1 P. 2:2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada,

para que por ella crezcáis para salvación,

2. Por esta fe, el cristiano cree que es verdadero todo lo revelado en la Palabra por

la autoridad de Dios mismo, y también percibe en ella una excelencia superior a

todos los demás escritos y todas las cosas en el mundo, pues muestra la gloria de

Dios en sus atributos, la excelencia de Cristo en su naturaleza y oficios, y el

poder y la plenitud del Espíritu Santo en sus obras y operaciones; y de esta

forma, el cristiano es capacitado para confiar su alma a la verdad así creída;

(Hch. 24:14; 1 Ts. 2:13; Sal. 19:7-10; 119:72) y también actúa de manera

diferente según sea el contenido de cada pasaje en particular: produciendo

obediencia a los mandatos, (Jn. 15:14; Ro. 16:26) temblando ante las amenazas,

(Is. 66:2 4) y abrazando las promesas de Dios para esta vida y para la venidera;

(1 Ti. 4:8; He. 11:13) pero las principales acciones de la fe salvadora tienen que

ver directamente con Cristo: aceptarle, recibirle y descansar sólo en Él para la

justificación, santificación y vida eterna, en virtud del pacto de gracia. (Jn. 1:12;

Hch. 15:11; 16:31; Gá. 2:20)

Hch. 24:14 Pero esto te confieso, que según el Camino que ellos llaman

herejía, así sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y

en los profetas están escritas;

1 Ts. 2:13 Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que

cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no

como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual

actúa en vosotros los creyentes.

Sal. 19:7 La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de

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Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. 8 Los mandamientos de Jehová son

rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los

ojos. 9 El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios

de Jehová son verdad, todos justos. 10 Deseables son más que el oro, y más

que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.;

119:72 Hablará mi lengua tus dichos, Porque todos tus mandamientos son

justicia.

Jn. 15:14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.

Ro. 16:26 pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los

profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas

las gentes para que obedezcan a la fe,

Is. 66:2 Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice

Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a

mi palabra. 3 El que sacrifica buey es como si matase a un hombre; el que

sacrifica oveja, como si degollase un perro; el que hace ofrenda, como si

ofreciese sangre de cerdo; el que quema incienso, como si bendijese a un

ídolo. Y porque escogieron sus propios caminos, y su alma amó sus

abominaciones, 4 también yo escogeré para ellos escarnios, y traeré sobre ellos

lo que temieron; porque llamé, y nadie respondió; hablé, y no oyeron, sino

que hicieron lo malo delante de mis ojos, y escogieron lo que me desagrada.

1 Ti. 4:8 porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad

para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera.

He. 11:13 quien nos contó cómo había visto en su casa un ángel, que se puso en

pie y le dijo: Envía hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por

sobrenombre Pedro;

Jn. 1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les

dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

Hch. 15:11 Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de

igual modo que ellos.; 16:31 Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás

salvo, tú y tu casa.

Gá. 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive

Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios,

el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

3. Esta fe, aunque sea diferente en grados y pueda ser débil o fuerte, (Mt. 6:30;

8:10,26; 14:31; 16:8; Mt. 17:20; He. 5:13,14; Ro. 4:19,20) es, sin embargo,

aun en su grado mínimo, diferente en su clase y naturaleza (como lo es toda otra

gracia salvadora) de la fe y la gracia común de aquellos creyentes que sólo lo

son por un tiempo; (Stg. 2:14; 2 P. 1:1; 1 Jn. 5:4) y consecuentemente, aunque

muchas veces sea atacada y debilitada, resulta, sin embargo, victoriosa, (Lc.

22:31,32; Ef. 6:16; 1 Jn. 5:4,5 ) creciendo en muchos hasta obtener la completa

seguridad a través de Cristo, quien es tanto el autor como el consumador de

nuestra fe.(Sal. 119:114; He. 6:11,12; 10:22,23 5. He. 12:2)

Mt. 6:30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno,

Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?;

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8:10,26; 14:31; 16:8

Mt. 17:20 Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si

tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí

allá, y se pasará; y nada os será imposible.

He. 5:13 De los demás, ninguno se atrevía a juntarse con ellos; mas el pueblo

los alababa grandemente., 14 Y los que creían en el Señor aumentaban más,

gran número así de hombres como de mujeres;

Ro. 4:19 Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como

muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara.,20

Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció

en fe, dando gloria a Dios,

Stg. 2:14 Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y

no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?

2 P. 1:1 Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis

alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe

igualmente preciosa que la nuestra:

1 Jn. 5:4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la

victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.

Lc. 22:31 Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido

para zarandearos como a trigo;, 32 pero yo he rogado por ti, que tu fe no

falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.

Ef. 6:16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los

dardos de fuego del maligno.

1 Jn. 5:4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la

victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe., 5 ¿Quién es el que vence al

mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

Sal. 119:114 Mi escondedero y mi escudo eres tú; En tu palabra he esperado.

He. 6:11 Entonces sobornaron a unos para que dijesen que le habían oído hablar

palabras blasfemas contra Moisés y contra Dios., 12 Y soliviantaron al pueblo,

a los ancianos y a los escribas; y arremetiendo, le arrebataron, y le trajeron al

concilio.; 10:22 Ellos dijeron: Cornelio el centurión, varón justo y temeroso de

Dios, y que tiene buen testimonio en toda la nación de los judíos, ha recibido

instrucciones de un santo ángel, de hacerte venir a su casa para oír tus palabras.,

23 5 Pablo dijo: No sabía, hermanos, que era el sumo sacerdote; pues escrito

está: No maldecirás a un príncipe de tu pueblo. He. 12:2 Y mató a espada a

Jacobo, hermano de Juan.

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Capítulo 15

Del arrepentimiento para vida y salvación

1. A aquellos de los elegidos que se convierten en la madurez, habiendo vivido por

algún tiempo en el estado natural, (Tit. 3:2-5) y habiendo servido en el mismo a

diversas concupiscencias y placeres, Dios, al llamarlos eficazmente, les da

arrepentimiento para vida. (2 Cr. 33:10-20; Hch. 9:1-19; 16:29,30)

Tit. 3:2-5 1 Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que

obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra. 2 Que a nadie difamen,

que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para

con todos los hombres. 3 Porque nosotros también éramos en otro tiempo

insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites

diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos

a otros. 4 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su

amor para con los hombres, 5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros

hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la

regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,

2 Cr. 33:10-20 10 Y habló Jehová a Manasés y a su pueblo, mas ellos no

escucharon: 11 por lo cual Jehová trajo contra ellos los generales del ejército del

rey de los asirios, los cuales aprisionaron con grillos a Manasés, y atado con

cadenas lo llevaron a Babilonia. 12 Mas luego que fue puesto en angustias, oró

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a Jehová su Dios, humillado grandemente en la presencia del Dios de sus

padres. 13 Y habiendo orado a él, fue atendido; pues Dios oyó su oración, y lo

restauró a Jerusalén, a su reino. Entonces reconoció Manasés que Jehová era

Dios. 14 Después de esto edificó el muro exterior de la ciudad de David, al

occidente de Gihón, en el valle, a la entrada de la puerta del Pescado, y

amuralló Ofel, y elevó el muro muy alto; y puso capitanes de ejército en todas

las ciudades fortificadas de Judá. 15 Asimismo quitó los dioses ajenos, y el

ídolo de la casa de Jehová, y todos los altares que había edificado en el monte

de la casa de Jehová y en Jerusalén, y los echó fuera de la ciudad. 16 Reparó

luego el altar de Jehová, y sacrificó sobre él sacrificios de ofrenda de paz y de

alabanza; y mandó a Judá que sirviesen a Jehová Dios de Israel. 17 Pero el

pueblo aún sacrificaba en los lugares altos, aunque lo hacía para Jehová su

Dios. 18 Lo demás hechos de Manasés, y su oración a su Dios, y las palabras

de los videntes que le hablaron en nombre de Jehová el Dios de Israel, he aquí

todo está escrito en las actas de los reyes de Israel. 19 Su oración también, y

cómo fue oído, todos sus pecados, y su prevaricación, los sitios donde edificó

lugares altos y erigió imágenes de Asera e ídolos, antes que se humillase, he

aquí estas cosas están escritas en las palabras de los videntes. 20 Y durmió

Manasés con sus padres, y lo sepultaron en su casa; y reinó en su lugar Amón

su hijo.

Hch. 9:1-19 1 Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos

del Señor, vino al sumo sacerdote, 2 y le pidió cartas para las sinagogas de

Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino,

los trajese presos a Jerusalén. 3 Mas yendo por el camino, aconteció que al

llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del

cielo; 4 y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué

me persigues? 5 El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien

tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. 6 El, temblando y

temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate

y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. 7 Y los hombres que iban

con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, más sin ver a nadie.

8 Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así

que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, 9 donde estuvo tres días

sin ver, y no comió ni bebió. 10 Había entonces en Damasco un discípulo

llamado Ananías, a quien el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió:

Heme aquí, Señor. 11 Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se

llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso;

porque he aquí, él ora, 12 y ha visto en visión a un varón llamado Ananías,

que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista. 13 Entonces

Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos

males ha hecho a tus santos en Jerusalén; 14 y aun aquí tiene autoridad de los

principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre. 15 El

Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi

nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; 16

porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre. 17 Fue

entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo:

Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde

venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo.

18 Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la

vista; y levantándose, fue bautizado. 19 Y habiendo tomado alimento, recobró

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fuerzas. Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en

Damasco.; 16:29 El entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando,

se postró a los pies de Pablo y de Silas;, 30 y sacándolos, les dijo: Señores,

¿qué debo hacer para ser salvo?

2. Si bien no hay nadie que haga el bien y no peque, (Sal. 130:3; 143:2; Pr.20:9;

Ec. 7:20) y los mejores hombres, mediante el poder y el engaño de la corrupción

que habita en ellos, junto con el predominio de la tentación, pueden caer en

grandes pecados y provocaciones, (2 S.11:1-27; Lc. 22:54-62) Dios, en el pacto

de gracia, ha provisto misericordiosamente que los creyentes que pequen y

caigan de esta manera sean renovados mediante el arrepentimiento para

salvación. (Jer. 32:40; Lc. 22:31,32; 1 Jn. 1:9)

Sal. 130:3 JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá

mantenerse?; 143:2 Y no entres en juicio con tu siervo; Porque no se justificará

delante de ti ningún ser humano.

Pr.20:9 ¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, Limpio estoy de mi

pecado?

Ec. 7:20 Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca

peque.

2 S.11:1-27 1 Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la

guerra, que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y

destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en

Jerusalén. 2 Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su

lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una

mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa. 3 Envió David a

preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam,

mujer de Urías heteo. 4 Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él

durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y se volvió a su casa.

5 Y concibió la mujer, y envió a hacerlo saber a David, diciendo: Estoy

encinta. 6 Entonces David envió a decir a Joab: Envíame a Urías heteo. Y Joab

envió a Urías a David. 7 Cuando Urías vino a él, David le preguntó por la salud

de Joab, y por la salud del pueblo, y por el estado de la guerra. 8 Después dijo

David a Urías: Desciende a tu casa, y lava tus pies. Y saliendo Urías de la casa

del rey, le fue enviado presente de la mesa real. 9 Más Urías durmió a la puerta

de la casa del rey con todos los siervos de su señor, y no descendió a su casa.

10 E hicieron saber esto a David, diciendo: Urías no ha descendido a su casa.

Y dijo David a Urías: ¿No has venido de camino? ¿Por qué, pues, no

descendiste a tu casa? 11 Y Urías respondió a David: El arca e Israel y Judá

están bajo tiendas, y mi señor Joab, y los siervos de mi señor, en el campo; ¿y

había yo de entrar en mi casa para comer y beber, y a dormir con mi mujer? Por

vida tuya, y por vida de tu alma, que yo no haré tal cosa. 12 Y David dijo a

Urías: Quédate aquí aún hoy, y mañana te despacharé. Y se quedó Urías en

Jerusalén aquel día y el siguiente. 13 Y David lo convidó a comer y a beber con

él, hasta embriagarlo. Y él salió a la tarde a dormir en su cama con los siervos

de su señor; mas no descendió a su casa. 14 Venida la mañana, escribió David

a Joab una carta, la cual envió por mano de Urías. 15 Y escribió en la carta,

diciendo: Poned a Urías al frente, en lo más recio de la batalla, y retiraos de él,

para que sea herido y muera. 16 Así fue que cuando Joab sitió la ciudad, puso a

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Urías en el lugar donde sabía que estaban los hombres más valientes. 17 Y

saliendo luego los de la ciudad, pelearon contra Joab, y cayeron algunos del

ejército de los siervos de David; y murió también Urías heteo. 18 Entonces

envió Joab e hizo saber a David todos los asuntos de la guerra. 19 Y mandó al

mensajero, diciendo: Cuando acabes de contar al rey todos los asuntos de la

guerra, 20 si el rey comenzare a enojarse, y te dijere: ¿Por qué os acercasteis

demasiado a la ciudad para combatir? ¿No sabíais lo que suelen arrojar desde el

muro? 21 ¿Quién hirió a Abimelec hijo de Jerobaal? ¿No echó una mujer del

muro un pedazo de una rueda de molino, y murió en Tebes? ¿Por qué os

acercasteis tanto al muro? Entonces tú le dirás: También tu siervo Urías heteo es

muerto. 22 Fue el mensajero, y llegando, contó a David todo aquello a que

Joab le había enviado. 23 Y dijo el mensajero a David: Prevalecieron contra

nosotros los hombres que salieron contra nosotros al campo, bien que nosotros

les hicimos retroceder hasta la entrada de la puerta; 24 pero los flecheros tiraron

contra tus siervos desde el muro, y murieron algunos de los siervos del rey; y

murió también tu siervo Urías heteo. 25 Y David dijo al mensajero: Así dirás a

Joab: No tengas pesar por esto, porque la espada consume, ora a uno, ora a

otro; refuerza tu ataque contra la ciudad, hasta que la rindas. Y tú aliéntale. 26

Oyendo la mujer de Urías que su marido Urías era muerto, hizo duelo por su

marido. 27 Y pasado el luto, envió David y la trajo a su casa; y fue ella su

mujer, y le dio a luz un hijo. Más esto que David había hecho, fue

desagradable ante los ojos de Jehová.

Lc. 22:54-62 54 Y prendiéndole, le llevaron, y le condujeron a casa del sumo

sacerdote. Y Pedro le seguía de lejos. 55 Y habiendo ellos encendido fuego en

medio del patio, se sentaron alrededor; y Pedro se sentó también entre ellos. 56

Pero una criada, al verle sentado al fuego, se fijó en él, y dijo: También éste

estaba con él. Pero él lo negó, diciendo: Mujer, no lo conozco. 58 Un poco

después, viéndole otro, dijo: Tú también eres de ellos. Y Pedro dijo: Hombre,

no lo soy. 59 Como una hora después, otro afirmaba, diciendo:

Verdaderamente también éste estaba con él, porque es galileo. 60 Y Pedro

dijo: Hombre, no sé lo que dices. Y en seguida, mientras él todavía hablaba, el

gallo cantó. 61 Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de

la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás

tres veces. 62 Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente.

Jer. 32:40 Y haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles

bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí.

Lc. 22:31 Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido

para zarandearos como a trigo;,32 pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte;

y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.

1 Jn. 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar

nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

3. Este arrepentimiento para salvación es una gracia evangélica (Hch.5:31;

11:18;2Ti.2:25) por la cual una persona a quien el Espíritu hace consciente de

las múltiples maldades de su pecado, (Sal. 51:1-6; 130:1-3; Lc. 15:17-20; Hch.

2:37,38) mediante la fe en Cristo (Sal. 130:4; Mt. 27:3-5; Mr. 1:15) se humilla

por él con una tristeza que es según Dios, abominación de él y aborrecimiento de

sí mismo, orando por el perdón y las fuerzas que proceden de la gracia, (Ez.

16:60-63; 36:31,32; Zc. 12:10; Mt. 21:19; Hch. 15:19; 20:21; 26:20; 2 Co.

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7:10,11; 1 Ts. 1:9) con el propósito y empeño, mediante la provisión del

Espíritu, de andar delante de Dios para agradarle en todo. (Pr. 28:13; Ez. 36:25;

18:30,31; Sal. 119:59,104,128; Mt. 3:8; Lc. 3:8; Hch. 26:20; 1 Ts. 1:9)

Hch.5:31 A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para

dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.; 11:18 Entonces, oídas estas

cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los

gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!

2Ti.2:25 que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios

les conceda que se arrepientan para conocer la verdad,

Sal. 51:1-6 1 Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;

Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. 2 Lávame más y

más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado. 3 Porque yo reconozco mis

rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí. 4 Contra ti, contra ti solo

he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido

justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio. 5 He aquí, en maldad he

sido formado, Y en pecado me concibió mi madre. 6 He aquí, tú amas la

verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.;

130:1-3 1 De lo profundo, oh Jehová, a ti clamo. 2 Señor, oye mi voz; Estén

atentos tus oídos A la voz de mi súplica. 3 JAH, si mirares a los pecados,

¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse?

Lc. 15:17-20 17 Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi

padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! 18 Me

levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra

ti. 19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus

jornaleros. 20 Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo

vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello,

y le besó.

Hch. 2:37 Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los

otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?, 38 Pedro les dijo:

Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para

perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Sal. 130:4 Pero en ti hay perdón, Para que seas reverenciado.

Mt. 27:3-5 3 Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era

condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales

sacerdotes y a los ancianos, 4 diciendo: Yo he pecado entregando sangre

inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú! 5 Y

arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó.

Mr. 1:15 diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha

acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.

Ez. 16:60-63 60 Antes yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en

los días de tu juventud, y estableceré contigo un pacto sempiterno. 61 Y te

acordarás de tus caminos y te avergonzarás, cuando recibas a tus hermanas, las

mayores que tú y las menores que tú, las cuales yo te daré por hijas, mas no por

tu pacto, 62 sino por mi pacto que yo confirmaré contigo; y sabrás que yo soy

Jehová; 63 para que te acuerdes y te avergüences, y nunca más abras la boca, a

causa de tu vergüenza, cuando yo perdone todo lo que hiciste, dice Jehová el

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Señor.; 36:31 Y os acordaréis de vuestros malos caminos, y de vuestras obras

que no fueron buenas; y os avergonzaréis de vosotros mismos por vuestras

iniquidades y por vuestras abominaciones., 32 No lo hago por vosotros, dice

Jehová el Señor, sabedlo bien; avergonzaos y cubríos de confusión por vuestras

iniquidades, casa de Israel.

Zc. 12:10 Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de

Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron,

y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se

aflige por el primogénito.

Mt. 21:19 Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada

en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego

se secó la higuera.

Hch. 15:19 Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se

convierten a Dios,; 20:21 testificando a judíos y a gentiles acerca del

arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo.; 26:20

sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por

toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a

Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.

2 Co. 7:10 Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para

salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce

muerte., 11 Porque he aquí, esto mismo de que hayáis sido contristados según

Dios, ¡qué solicitud produjo en vosotros, qué defensa, qué indignación, qué

temor, qué ardiente afecto, qué celo, y qué vindicación! En todo os habéis

mostrado limpios en el asunto.

1 Ts. 1:9 porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos

recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios

vivo y verdadero,

Pr. 28:13 El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y

se aparta alcanzará misericordia.

Ez. 36:25 Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas

vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré.; 18:30 Por tanto,

yo os juzgaré a cada uno según sus caminos, oh casa de Israel, dice Jehová el

Señor. Convertíos, y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no os será la

iniquidad causa de ruina., 31 Echad de vosotros todas vuestras transgresiones

con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por

qué moriréis, casa de Israel?

Sal. 119:59, Consideré mis caminos, Y volví mis pies a tus testimonios. 104 De

tus mandamientos he adquirido inteligencia; Por tanto, he aborrecido todo

camino de mentira., 128 Por eso estimé rectos todos tus mandamientos sobre

todas las cosas, Y aborrecí todo camino de mentira.

Mt. 3:8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento,; Lc. 3:8 Haced, pues,

frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros

mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede

levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.

Hch. 26:20 sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y

Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y

se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.

1 Ts. 1:9 porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos

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recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios

vivo y verdadero,

4. Puesto que el arrepentimiento ha de continuar a lo largo de toda nuestra vida,

debido al cuerpo de muerte y sus inclinaciones, (Ez. 16:60; Mt. 5:4; 1 Jn. 1:9)

es por tanto el deber de cada hombre arrepentirse específicamente de los pecados

concretos que conozca. (Lc. 19:8; 1 Ti. 1:13,15)

Ez. 16:60 Antes yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días

de tu juventud, y estableceré contigo un pacto sempiterno.

Mt. 5:4 Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.

1 Jn. 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar

nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

Lc. 19:8 Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la

mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo

devuelvo cuadruplicado.

1 Ti. 1:13 habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; mas fui

recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad., 15

Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo

para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.

5. Tal es la provisión que Dios ha hecho a través de Cristo en el pacto de gracia

para la preservación de los creyentes para salvación que, si bien no hay pecado

tan pequeño que no merezca la condenación, (Sal. 130:3; 143:2; Ro. 6:23) no

hay, sin embargo, pecado tan grande que acarree condenación a aquellos que se

arrepienten, lo cual hace necesaria la predicación constante del arrepentimiento.

(Is. 1:16-18; 55:7; Hch. 2:36-38)

Sal. 130:3 JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá

mantenerse?; 143:2 Y no entres en juicio con tu siervo; Porque no se justificará

delante de ti ningún ser humano.

Ro. 6:23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida

eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Is. 1:16-18 16 Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de

delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; 17 aprended a hacer el bien;

buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la

viuda. 18 Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados

fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos

como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.; 55:7 Deje el impío su

camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual

tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.

Hch. 2:36-38 36 Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este

Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo. 37 Al oír

esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles:

Varones hermanos, ¿qué haremos? 38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese

cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y

recibiréis el don del Espíritu Santo.

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Capítulo 16

De las buenas obras

1. Las buenas obras son solamente aquellas que Dios ha ordenado en su santa

Palabra (Mi. 6:8; Ro. 12:2; He. 13:21; Col. 2:3; 2 Ti. 3:16,17) y no las que, sin

la autoridad de ésta, han inventado los hombres por un fervor ciego o con

cualquier pretexto de buenas intenciones. (Mt. 15:9 con Is. 29:13; 1 P. 1:18;

Ro. 10:2; Jn. 16:2; 1 5. 15:21-23; 1 Co. 7:23; Gá. 5:1; Col. 2:8,1,23)

Mi. 6:8 Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de

ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.

Ro. 12:2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la

renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena

voluntad de Dios, agradable y perfecta.

He. 13:21 os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad,

haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual

sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Col. 2:3 en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del

conocimiento.

2 Ti. 3:16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para

redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de

Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

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Mt. 15:9 Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos

de hombres.

Is. 29:13 Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca,

y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí

no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado;

1 P. 1:18 a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no

lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso;

Ro. 10:2 Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no

conforme a ciencia.

Jn. 16:2 Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando

cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios.; 15:21-23 21 Mas

todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha

enviado. 22 Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían

pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado. 23 El que me aborrece a

mí, también a mi Padre aborrece.

1 Co. 7:23 Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres.

Gá. 5:1 Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no

estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

Col. 2:8 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas,

según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y

no según Cristo., 1 Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por

vosotros, y por los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto

mi rostro;, 23 Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en

culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor

alguno contra los apetitos de la carne.

2. Estas buenas obras, hechas en obediencia a los mandamientos de Dios, son los

frutos y evidencias de una fe verdadera y viva; (Stg. 2:18,22; Gá. 5:6; 1 Ti. 1:5)

y por ellas los creyentes manifiestan su gratitud, (Sal. 116:12-14; 1 P. 2:9,12;

Lc. 7:36-50 con Mt. 26:1-11) fortalecen su seguridad, (1 Jn. 2:3,5; 3:18,19; 2

P. 1:5-11) edifican a sus hermanos, (2 Co. 9:2; Mt. 5:16) adornan la profesión

del evangelio, (Mt. 5:16; Tit. 2:5,9-12; 1 Ti. 6:1; 1 P. 2:12) tapan la boca de

los adversarios, (1P. 2:12,15; Tit. 2:5; 1 Ti. 6:1) y glorifican a Dios, cuya

hechura son, creados en Cristo Jesús para ello, (Ef. 2:10; Fil. 1:11; 1 Ti. 6:1; 1

P. 2:12; Mt. 5:16) para que teniendo por fruto la santificación, tengan como fin

la vida eterna. (Ro. 6:22; Mt. 7:13,14,21-23)

Stg. 2:18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin

tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras., 22 ¿No ves que la fe actuó

juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?

Gá. 5:6 porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión,

sino la fe que obra por el amor.

1 Ti. 1:5 Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón

limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida,

Sal. 116:12-14 12 ¿Qué pagaré a Jehová Por todos sus beneficios para

conmigo? 13 Tomaré la copa de la salvación, E invocaré el nombre de Jehová.

14 Ahora pagaré mis votos a Jehová Delante de todo su pueblo.

1 P. 2:9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa,

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pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os

llamó de las tinieblas a su luz admirable;, 12 manteniendo buena vuestra

manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros

como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al

considerar vuestras buenas obras.

Lc. 7:36-50 36 Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y

habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. 37 Entonces una mujer

de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del

fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; 38 y estando detrás de él a sus

pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus

cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume. 39 Cuando vio esto el

fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería

quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora. 40 Entonces

respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo:

Di, Maestro. 41 Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos

denarios, y el otro cincuenta; 42 y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a

ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos le amará más? 43 Respondiendo Simón, dijo:

Pienso que aquel a quien perdonó más. Y él le dijo: Rectamente has juzgado.

44 Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no

me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los

ha enjugado con sus cabellos. 45 No me diste beso; mas ésta, desde que entré,

no ha cesado de besar mis pies. 46 No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta

ha ungido con perfume mis pies. 47 Por lo cual te digo que sus muchos pecados

le son perdonados, porque amó mucho; más aquel a quien se le perdona poco,

poco ama. 48 Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados. 49 Y los que

estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es

éste, que también perdona pecados? 50 Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha

salvado, ve en paz.

Mt. 26:1-11 Mat 26:1 Cuando hubo acabado Jesús todas estas palabras, dijo a

sus discípulos: 2 Sabéis que dentro de dos días se celebra la pascua, y el Hijo

del Hombre será entregado para ser crucificado. 3 Entonces los principales

sacerdotes, los escribas, y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del

sumo sacerdote llamado Caifás, 4 y tuvieron consejo para prender con engaño a

Jesús, y matarle. 5 Pero decían: No durante la fiesta, para que no se haga

alboroto en el pueblo. 6 Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el

leproso, 7 vino a él una mujer, con un vaso de alabastro de perfume de gran

precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado a la mesa. 8 Al ver

esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio? 9

Porque esto podía haberse vendido a gran precio, y haberse dado a los pobres.

10 Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer? pues ha

hecho conmigo una buena obra. 11 Porque siempre tendréis pobres con

vosotros, pero a mí no siempre me tendréis.

1 Jn. 2:3 Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus

mandamientos., 5 pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el

amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.; 3:18

Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.,

19 Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros

corazones delante de él;

2 P. 1:5-11 5 vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo,

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añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; 6 al conocimiento,

dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; 7 a la

piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. 8 Porque si estas cosas

están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto

al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. 9 Pero el que no tiene estas cosas

tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus

antiguos pecados. 10 Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme

vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. 11

Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino

eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

2 Co. 9:2 pues conozco vuestra buena voluntad, de la cual yo me glorío entre

los de Macedonia, que Acaya está preparada desde el año pasado; y vuestro

celo ha estimulado a la mayoría.

Mt. 5:16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean

vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que están los cielos.

Tit. 2:5 a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus

maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada., 9-12 9 Exhorta a los

siervos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean

respondones; 10 no defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en

todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador. 11 Porque la gracia de Dios

se ha manifestado para salvación a todos los hombres, 12 enseñándonos que,

renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo

sobria, justa y piadosamente,

1 Ti. 6:1 Todos los que están bajo el yugo de esclavitud, tengan a sus amos por

dignos de todo honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la

doctrina.

1 P. 2:12 manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para

que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios

en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.

1P. 2:12 Pero éstos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales

irracionales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia

perdición,, 15 Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el

camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad,

Tit. 2:5 a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus

maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.

1 Ti. 6:1 Todos los que están bajo el yugo de esclavitud, tengan a sus amos por

dignos de todo honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la

doctrina.

Ef. 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas

obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Fil. 1:11 llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria

y alabanza de Dios.

1 Ti. 6:1 Todos los que están bajo el yugo de esclavitud, tengan a sus amos por

dignos de todo honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la

doctrina.

1 P. 2:12 Pero éstos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales

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irracionales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia

perdición,, 15 Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el

camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad,

Mt. 5:16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean

vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que están los cielos.

Ro. 6:22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de

Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.

Mt. 7:13 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y

espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por

ella;, 14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida,

y pocos son los que la hallan., 21-23 21 No todo el que me dice: Señor, Señor,

entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que

está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no

profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu

nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os

conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.

3. La capacidad que tienen los creyentes para hacer buenas obras no es de ellos

mismos en ninguna manera, sino completamente del Espíritu de Cristo. Y para

que ellos puedan tener esta capacidad, además de las virtudes que ya han

recibido, se necesita una influencia efectiva del mismo Espíritu Santo para obrar

en ellos tanto el querer como el hacer por su buena voluntad; (Ez. 36:26,27; Jn.

15:4-6; 2 Co. 3:5; Fil. 2:12,13; Ef. 2:10) sin embargo, no deben volverse

negligentes por ello, como si no estuviesen obligados a cumplir deber alguno

aparte de un impulso especial del Espíritu, sino que deben ser diligentes en

avivar la gracia de Dios que está en ellos.(Ro. 8:14;Jn. 3:8; Fil. 2:l2,13;2P.

1:10; He. 6:l2;2Ti. l:6;Jud.20,21)

Ez. 36:26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros;

y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.,

27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos,

y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.

Jn. 15:4-6 4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede

llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si

no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que

permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí

nada podéis hacer. 6 El que en mí no permanece, será echado fuera como

pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.

2 Co. 3:5 no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo

como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios,

Fil. 2:12 Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en

mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en

vuestra salvación con temor y temblor, 13 porque Dios es el que en vosotros

produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

Ef. 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas

obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Ro. 8:1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo

Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.

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Jn. 3:8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de

dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

Fil. 2:12 Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en

mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en

vuestra salvación con temor y temblor,, 13 porque Dios es el que en vosotros

produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

2P. 1:10 Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra

vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.

He. 6:12 a fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que

por la fe y la paciencia heredan las promesas.

2Ti. 1:6 Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en

ti por la imposición de mis manos.

Jud. 20 Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe,

orando en el Espíritu Santo,, 21 conservaos en el amor de Dios, esperando la

misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.

4. Quienes alcancen el mayor grado de obediencia posible en esta vida quedan tan

lejos de llegar a un grado supererogatorio, y de hacer más de lo que Dios

requiere, que les falta mucho de lo que por deber están obligados a hacer. (1 R.

8:46; 2Cr. 6:36; Sal. 130:3; 143:2; Pr. 20:9; Ec. 7:20; Ro. 3:9,23; 7:14 Ss.;

Gá. 5:17; 1 Jn. 1:6-10; Lc. 17:10)

1 R. 8:46 Si pecaren contra ti (porque no hay hombre que no peque), y

estuvieres airado contra ellos, y los entregares delante del enemigo, para que

los cautive y lleve a tierra enemiga, sea lejos o cerca,

2Cr. 6:36 Si pecaren contra ti, (pues no hay hombre que no peque,) y te

enojares contra ellos, y los entregares delante de sus enemigos, para que los

que los tomaren los lleven cautivos a tierra de enemigos, lejos o cerca,

Sal. 130:3 JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá

mantenerse?; 143:2 Y no entres en juicio con tu siervo; Porque no se justificará

delante de ti ningún ser humano.

Pr. 20:9 ¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, Limpio estoy de mi

pecado?

Ec. 7:20 Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca

peque.

Ro. 3:9 ¿Qué, pues? Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera;

pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado., 23

por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios; 7:14Ss 14

Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.

15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo

que aborrezco, eso hago. 16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la

ley es buena. 17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el

pecado que mora en mí. 18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora

el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19 Porque no

hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20 Y si hago lo

que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. 21 Así que,

queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. 22 Porque

según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 23 pero veo otra ley en

mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo

a la ley del pecado que está en mis miembros. 24 ¡Miserable de mí! ¿quién me

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librará de este cuerpo de muerte? 25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor

nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la

carne a la ley del pecado.

Gá. 5:17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es

contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.

1 Jn. 1:6-10 6 Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en

tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; 7 pero si andamos en luz,

como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de

Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 8 Si decimos que no tenemos

pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 9

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros

pecados, y limpiarnos de toda maldad. 10 Si decimos que no hemos pecado, le

hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

Lc. 17:10 Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido

ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.

5. Nosotros no podemos, por nuestras mejores obras, merecer el perdón del pecado

o la vida eterna de la mano de Dios, a causa de la gran desproporción que existe

entre nuestras obras y la gloria que ha de venir, (Ro. 8:18) y por la distancia

infinita que hay entre nosotros y Dios, a quien no podemos beneficiar por dichas

obras, ni satisfacer la deuda de nuestros pecados anteriores; pero cuando hemos

hecho todo lo que podemos, no hemos sino cumplido con nuestro deber y somos

siervos inútiles; (Job 22:3; 35:7, Lc. 17:10; Ro. 4:3; 11:3) y tanto en cuanto

son buenas proceden de su Espíritu; (Gá. 5:22,23) y en cuanto son hechas por

nosotros, son impuras y están mezcladas con tanta debilidad e imperfección que

no pueden soportar la severidad del castigo de Dios. (1 R. 8:46; 2 Cr. 6:36; Sal.

130:3; 143:2; Pr. 20:9; Ec. 7:20; Ro. 3:9,23; 7:l4ss.; Gá. 5:17; 1 Jn. 1:6-10)

Ro. 8:18 Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son

comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.

Job 22:3 ¿Tiene contentamiento el Omnipotente en que tú seas justificado, O

provecho de que tú hagas perfectos tus caminos?; 35:7 Si fueres justo, ¿qué le

darás a él? ¿O qué recibirá de tu mano?

Lc. 17:10 Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido

ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos.

Ro. 4:3 Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue

contado por justicia.; 11:3 Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares

han derribado; y sólo yo he quedado, y procuran matarme?

Gá. 5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,

bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

1 R. 8:46 Si pecaren contra ti (porque no hay hombre que no peque), y

estuvieres airado contra ellos, y los entregares delante del enemigo, para que

los cautive y lleve a tierra enemiga, sea lejos o cerca,

2 Cr. 6:36 Si pecaren contra ti, (pues no hay hombre que no peque,) y te

enojares contra ellos, y los entregares delante de sus enemigos, para que los

que los tomaren los lleven cautivos a tierra de enemigos, lejos o cerca,

Sal. 130:3 JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá

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mantenerse?; 143:2 Y no entres en juicio con tu siervo; Porque no se justificará

delante de ti ningún ser humano.

Pr. 20:9 ¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, Limpio estoy de mi

pecado?

Ec. 7:20 Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca

peque.

Ro. 3:9 ¿Qué, pues? Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera;

pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado., 23

por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,; 7:l4ss 14

Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.

15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo

que aborrezco, eso hago. 16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la

ley es buena. 17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el

pecado que mora en mí. 18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora

el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19 Porque no

hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20 Y si hago lo

que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. 21 Así que,

queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. 22 Porque

según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 23 pero veo otra ley en

mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo

a la ley del pecado que está en mis miembros. 24 ¡Miserable de mí! ¿quién me

librará de este cuerpo de muerte? 25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor

nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la

carne a la ley del pecado.

Gá. 5:17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es

contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.

1 Jn. 1:6-10 6 Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en

tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; 7 pero si andamos en luz,

como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de

Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 8 Si decimos que no tenemos

pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 9

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros

pecados, y limpiarnos de toda maldad. 10 Si decimos que no hemos pecado, le

hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

6. No obstante, por ser aceptadas las personas de los creyentes por medio de

Cristo, sus buenas obras también son aceptadas en Él; (Ex. 28:38; Ef. 1:6,7; 1

P. 2:5) no como si fueran en esta vida enteramente irreprochables e

irreprensibles a los ojos de Dios; (1 R. 8:46; 2 Cr. 6:36; Sal. 130:3; 143:2; Pr.

20:9; Ec. 7:20; Ro. 3:9,23; 7;l4ss.; Gá. 5:17; 1 Jn. 1:6-10) sino que a Él,

mirándolas en su Hijo, le place aceptar y recompensar aquello que es sincero aun

cuando esté acompailado de muchas debilidades e imperfecciones. (He. 6:10;

Mt. 25:21,23)

Ex. 28:38 Y estará sobre la frente de Aarón, y llevará Aarón las faltas

cometidas en todas las cosas santas, que los hijos de Israel hubieren consagrado

en todas sus santas ofrendas; y sobre su frente estará continuamente, para que

obtengan gracia delante de Jehová.

Ef. 1:6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el

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Amado,, 7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados

según las riquezas de su gracia,

1 P. 2:5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa

espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a

Dios por medio de Jesucristo.

1 R. 8:46 Si pecaren contra ti (porque no hay hombre que no peque), y

estuvieres airado contra ellos, y los entregares delante del enemigo, para que

los cautive y lleve a tierra enemiga, sea lejos o cerca,

2 Cr. 6:36 Si pecaren contra ti, (pues no hay hombre que no peque,) y te

enojares contra ellos, y los entregares delante de sus enemigos, para que los

que los tomaren los lleven cautivos a tierra de enemigos, lejos o cerca,

Sal. 130:3 JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá

mantenerse?;; 143:2 Y no entres en juicio con tu siervo; Porque no se

justificará delante de ti ningún ser humano.

Pr. 20:9 ¿Quién podrá decir: Yo he limpiado mi corazón, Limpio estoy de mi

pecado?

Ec. 7:20; 9 Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y

nunca peque.

Ro. 3:9 ¿Qué, pues? Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera;

pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado., 23

por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,; 7:l4ss 14

Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado.

15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo

que aborrezco, eso hago. 16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la

ley es buena. 17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el

pecado que mora en mí. 18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora

el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19 Porque no

hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20 Y si hago lo

que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. 21 Así que,

queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. 22 Porque

según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 23 pero veo otra ley en

mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo

a la ley del pecado que está en mis miembros. 24 ¡Miserable de mí! ¿quién me

librará de este cuerpo de muerte? 25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor

nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la

carne a la ley del pecado.

Gá. 5:17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es

contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.

1 Jn. 1:6-10 6 Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en

tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; 7 pero si andamos en luz,

como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de

Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 8 Si decimos que no tenemos

pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 9

Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros

pecados, y limpiarnos de toda maldad. 10 Si decimos que no hemos pecado, le

hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

He. 6:10 Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de

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amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. Mt. 25:21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido

fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor., 23 Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.

7. Las obras hechas por hombres no regenerados, aunque en sí mismas sean cosas

que Dios ordena, y de utilidad tanto para ellos como para otros, (1 R. 21:27-29;

2 R. 10:30,31; Ro. 2:14; Fil. 1:15-18) sin embargo, por no proceder de un

corazón purificado por la fe (Ga. 4:5 con He. 11:4,6; 1 Ti. 1:5; Ro. 14:23; Gá.

5:6) y no ser hechas de una manera correcta de acuerdo con la Palabra, (1 Co.

13:3; Is. 1:12) ni para un fin correcto (la gloria de Dios (Mt. 6:2,5,6; 1 Co.

10:31), son, por tanto, pecaminosas, y no pueden agradar a Dios ni hacer a un

hombre digno de recibir gracia por parte de Dios. (Ro. 9:16; Tit. 1:15; 3:5) Y a

pesar de esto, el hecho de que descuiden las buenas obras es más pecaminoso y

desagradable a Dios. (1R. 21:27-29; 2 R. 10:30,31; Sal. 14:4; 36:3)

1 R. 21:27-29 27 Y sucedió que cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus

vestidos y puso cilicio sobre su carne, ayunó, y durmió en cilicio, y anduvo

humillado. 28 Entonces vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo: 29

¿No has visto cómo Acab se ha humillado delante de mí? Pues por cuanto se ha

humillado delante de mí, no traeré el mal en sus días; en los días de su hijo

traeré el mal sobre su casa.

2 R. 10:30 Y Jehová dijo a Jehú: Por cuanto has hecho bien ejecutando lo recto

delante de mis ojos, e hiciste a la casa de Acab conforme a todo lo que estaba en

mi corazón, tus hijos se sentarán sobre el trono de Israel hasta la cuarta

generación., 31 Mas Jehú no cuidó de andar en la ley de Jehová Dios de Israel

con todo su corazón, ni se apartó de los pecados de Jeroboam, el que había

hecho pecar a Israel.

Ro. 2:14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo

que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos,

Fil. 1:15-18 15 Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y

contienda; pero otros de buena voluntad. 16 Los unos anuncian a Cristo por

contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; 17

pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del

evangelio. 18 ¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto

o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún.

Ga. 4:5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que

recibiésemos la adopción de hijos.

He. 11:4 Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo

cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus

ofrendas; y muerto, aún habla por ella., 6 Pero sin fe es imposible agradar a

Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es

galardonador de los que le buscan.

1 Ti. 1:5 Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón

limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida,

Ro. 14:23 Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo

hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado.

Gá. 5:6 porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión,

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sino la fe que obra por el amor.

1 Co. 13:3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si

entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.

Is. 1:12 ¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros

delante de mí para hollar mis atrios?

Mt. 6:2 Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti,

como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados

por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa., 5 Y cuando

ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las

sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de

cierto os digo que ya tienen su recompensa, 6 Mas tú, cuando ores, entra en tu

aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre

que ve en lo secreto te recompensará en público.

1 Co. 10:31 Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la

gloria de Dios.

Ro. 9:16 Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que

tiene misericordia.

Tit. 1:15 Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e

incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están

corrompidas.; 3:5 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos

hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la

renovación en el Espíritu Santo,

1R. 21:27-29 27 Y sucedió que cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus

vestidos y puso cilicio sobre su carne, ayunó, y durmió en cilicio, y anduvo

humillado. 28 Entonces vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo: 29

¿No has visto cómo Acab se ha humillado delante de mí? Pues por cuanto se ha

humillado delante de mí, no traeré el mal en sus días; en los días de su hijo

traeré el mal sobre su casa.

2 R. 10:30 Y Jehová dijo a Jehú: Por cuanto has hecho bien ejecutando lo recto

delante de mis ojos, e hiciste a la casa de Acab conforme a todo lo que estaba en

mi corazón, tus hijos se sentarán sobre el trono de Israel hasta la cuarta

generación., 31 Mas Jehú no cuidó de andar en la ley de Jehová Dios de Israel

con todo su corazón, ni se apartó de los pecados de Jeroboam, el que había

hecho pecar a Israel.

Sal. 14:4 ¿No tienen discernimiento todos los que hacen iniquidad, Que devoran

a mi pueblo como si comiesen pan, Y a Jehová no invocan?; 36:3 Las palabras

de su boca son iniquidad y fraude; Ha dejado de ser cuerdo y de hacer el bien.

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Capítulo 17

De la perseverancia de los santos

1. Aquellos a quienes Dios ha aceptado en el Amado, y ha llamado eficazmente y

santificado por su Espíritu, y a quienes ha dado la preciosa fe de sus elegidos, no

pueden caer ni total ni definitivamente del estado de gracia, sino que ciertamente

perseverarán en él hasta el fin, y serán salvos por toda la eternidad, puesto que

los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables, por lo que Él continúa

engendrando y nutriendo en ellos la fe, el arrepentimiento, el amor, el gozo, la

esperanza y todas las virtudes del Espíritu para inmortalidad; (Jn. 10:28,29; Fil.

1:6; 2 Ti. 2:19; 2 P.1:5-10; 1 Jn. 2:19) y aunque surjan y les azoten muchas

tormentas e inundaciones, nunca podrán, sin embargo, arrancarles del

fundamento y la roca a que por la fe están aferrados; a pesar deque, por medio

de la incredulidad ylas tentaciones de Satanás, la visión perceptible de la luz y el

amor de Dios puede nublárseles y oscurecérseles por un tiempo, (Sal. 89:31,32;

1 Co. 11:32; 2 Ti. 4:7) Él, sin embargo, es aún el mismo, y ellos serán

guardados, sin duda alguna, por el poder de Dios para salvación, en la que

gozarán de su posesión adquirida, al estar ellos esculpidos en las palmas de sus

manos y sus nombres escritos en el libro de la vida desde toda la eternidad. (Sal.

102:27; Mal. 3:6; Ef. 1:14; 1 P. 1:5; Ap. 13:8)

Jn. 10:28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las

arrebatará de mi mano., 29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y

nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.

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Fil. 1:6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena

obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;

2 Ti. 2:19 Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el

Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el

nombre de Cristo.

2 P.1:5-10 5 vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo,

añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; 6 al conocimiento,

dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la

piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. 8 Porque si estas cosas

están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto

al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. 9 Pero el que no tiene estas cosas

tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus

antiguos pecados. 10 Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme

vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.

1 Jn. 2:19 Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen

sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se

manifestase que no todos son de nosotros.

Sal. 89:31 Si profanaren mis estatutos, Y no guardaren mis mandamientos, 32

Entonces castigaré con vara su rebelión, Y con azotes sus iniquidades.

1 Co. 11:32 Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos

juzgados;

2 Ti. 4:7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.

Sal. 102:27 Pero tú eres el mismo, Y tus años no se acabarán.

Mal. 3:6 Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido

consumidos.

Ef. 1:14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión

adquirida, para alabanza de su gloria.

1 P. 1:5 que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la

salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.

Ap. 13:8 Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no

estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el

principio del mundo.

2. Esta perseverancia de los santos depende no de su propio libre albedrío, (Fil.

2:12,13; Ro. 9:16; Jn. 6:37,44) sino de la inmutabilidad del decreto de elección,

(Mt. 24:22,24,31; Ro. 8:30; 9:11,16; 11:2,29; Ef. 1:5-11) que fluye del amor

libre e inmutable de Dios el Padre, sobre la base de la eficacia de los méritos y la

intercesión de Jesucristo y la unión con Él, (Ef. 1:4; Ro. 5:9,10; 8:31-34; 2 Co.

5:14; Ro. 8:35-38; 1 Co. 1:8,9; Jn. 14:19; 10:28,29) del juramento de Dios,

(He. 6:1-20) de la morada de su Espíritu, de la simiente de Dios que está en los

santos, (1 Jn. 2:19,20,27; 3:9; 5:4,18; Ef. 1:13; 4:30; 2 Co. 1:22; 5:5; Ef.

1:14) y de la naturaleza del pacto de gracia, (Jer.31:33,34; 32:40; He. 10:11-

18; 13:20,21) de todo lo cual surgen también la certeza y la infalibilidad de la

perseverancia.

Fil. 2:12 Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en

mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en

vuestra salvación con temor y temblor, 13 porque Dios es el que en vosotros

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produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

Ro. 9:16 Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que

tiene misericordia.

Jn. 6:37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le

echo fuera., 44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le

trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.

Mt. 24:22 Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por

causa de los escogidos, aquellos días serán acortados, 24 Porque se levantarán

falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal

manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos, 31 Y enviará sus

ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro

vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.

Ro. 8:30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a

éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.; 9:11

(pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el

propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino

por el que llama),, 16 Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino

de Dios que tiene misericordia.; 11:2 No ha desechado Dios a su pueblo, al cual

desde antes conoció. ¿O no sabéis qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a

Dios contra Israel, diciendo:, 29 Porque irrevocables son los dones y el

llamamiento de Dios.

Ef. 1:5-11 5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos

por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6 para alabanza

de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, 7 en quien

tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su

gracia, 8 que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e

inteligencia, 9 dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su

beneplácito, el cual se había propuesto en si mismo, 10 de reunir todas las

cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que

están en los cielos, como las que están en la tierra. 11 En él asimismo tuvimos

herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas

las cosas según el designio de su voluntad,

Ef. 1:4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que

fuésemos santos y sin mancha delante de él,

Ro. 5:9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos

salvos de la ira., 10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios

por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos

por su vida.; 8:31-34 31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros,

¿quién contra nosotros? 32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo

entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?

33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién

es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó,

el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.

2 Co. 5:14 Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno

murió por todos, luego todos murieron;

Ro. 8:35-38 35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o

angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36

Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos

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contados como ovejas de matadero. 37 Antes, en todas estas cosas somos más

que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de

que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo

presente, ni lo por venir,

1 Co. 1:8 el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis

irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo, 9 Fiel es Dios, por el cual

fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.

Jn. 14:19 Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me

veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.; 10:28 y yo les doy vida

eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano, 29 Mi

Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la

mano de mi Padre.

He. 6:1-20 1 Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo,

vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del

arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, 2 de la doctrina de

bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del

juicio eterno. 3 Y esto haremos, si Dios en verdad lo permite. 4 Porque es

imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y

fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, 5 y asimismo gustaron de la buena

palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, 6 y recayeron, sean otra vez

renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo

de Dios y exponiéndole a vituperio. 7 Porque la tierra que bebe la lluvia que

muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los

cuales es labrada, recibe bendición de Dios; 8 pero la que produce espinos y

abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada.

9 Pero en cuanto a vosotros, oh amados, estamos persuadidos de cosas

mejores, y que pertenecen a la salvación, aunque hablamos así. 10 Porque

Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis

mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún. 11

Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el

fin, para plena certeza de la esperanza, 12 a fin de que no os hagáis perezosos,

sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.

13 Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, no pudiendo jurar por otro

mayor, juró por sí mismo, 14 diciendo: De cierto te bendeciré con abundancia y

te multiplicaré grandemente. 15 Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la

promesa. 16 Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y

para ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación. 17 Por

lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la

promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento; 18 para que por

dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un

fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta

delante de nosotros. 19 La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y

que penetra hasta dentro del velo, 20 donde Jesús entró por nosotros como

precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.

1 Jn. 2:19 Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen

sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se

manifestase que no todos son de nosotros., 20 Pero vosotros tenéis la unción del

Santo, y conocéis todas las cosas., 27 Pero la unción que vosotros recibisteis de

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él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así

como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es

mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.; 3:9 Todo aquel que es

nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece

en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.; 5:4 Porque todo lo que es

nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo,

nuestra fe., 18 Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el

pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le

toca.

Ef. 1:13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el

evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el

Espíritu Santo de la promesa; 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios,

con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

2 Co. 1:22 el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu

en nuestros corazones.; 5:5 Más el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien

nos ha dado las arras del Espíritu.

Ef. 1:14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión

adquirida, para alabanza de su gloria.

Jer. 31:33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de

aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su

corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo., 34 Y no

enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo:

Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos

hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no

me acordaré más de su pecado.; 32:40 Y haré con ellos pacto eterno, que no me

volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón de ellos, para

que no se aparten de mí.

He. 10:11-18 11 Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y

ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los

pecados; 12 pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo

sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13 de ahí en

adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies;

14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.

15 Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho:

16 Este es el pacto que haré con ellos Después de aquellos días, dice el

Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus mentes las escribiré, 17

añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. 18 Pues

donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.; 13:20 Y el

Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran

pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno,, 21 os haga aptos en toda

obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es

agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los

siglos. Amén.

3. Y aunque los santos (mediante la tentación de Satanás y del mundo, el

predominio de la corrupción que queda en ellos y el descuido de los medios para

su preservación) caigan en pecados graves y por algún tiempo permanezcan en

ellos (Mt. 26:70,72,74) (por lo que incurren en el desagrado de Dios y

entristecen a su Espíritu Santo, (Sal. 38:1-8; Is. 64:5-9; Ef. 4:30; 1 Ts. 5:14) se

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les dallan sus virtudes y consuelos, (Sal. 51:1-12) se les endurece el corazón y

se les hiere la conciencia, (Sal. 32:3,4; 73:21,22) lastiman y escandalizan a otros

(2 S.12:14; 1 Co. 8:9-13; Ro. 14:13-18; 1 Ti. 6:1,2; Tit. 2:5) y se acarrean

juicios temporales (2 5. 12:14; Gn. 19:30-38; 1 Co. 11:27-32) ), sin embargo,

renovarán su arrepentimiento y serán preservados hasta el fin mediante la fe en

Cristo Jesús.(Lc. 22:32,61,62; 1 Co. 11:32; 1 Jn. 3:9; 5:18)

Mt. 26:70 Mas él negó delante de todos, diciendo: No sé lo que dices., 72 Pero

él negó otra vez con juramento: No conozco al hombre., 74 Entonces él

comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco al hombre. Y en seguida cantó el

gallo.

Sal. 38:1-8 1 En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás;

Líbrame en tu justicia. 2 Inclina a mí tu oído, líbrame pronto; Sé tú mi roca

fuerte, y fortaleza para salvarme. 3 Porque tú eres mi roca y mi castillo; Por tu

nombre me guiarás y me encaminarás. 4 Sácame de la red que han escondido

para mí, Pues tú eres mi refugio. 5 En tu mano encomiendo mi espíritu; Tú

me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad. 6 Aborrezco a los que esperan

en vanidades ilusorias; Mas yo en Jehová he esperado. 7 Me gozaré y alegraré

en tu misericordia, Porque has visto mi aflicción; Has conocido mi alma en las

angustias. 8 No me entregaste en mano del enemigo; Pusiste mis pies en lugar

espacioso.

Is. 64:5-9 5 Saliste al encuentro del que con alegría hacía justicia, de los que se

acordaban de ti en tus caminos; he aquí, tú te enojaste porque pecamos; en los

pecados hemos perseverado por largo tiempo; ¿podremos acaso ser salvos? 6

Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como

trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras

maldades nos llevaron como viento. 7 Nadie hay que invoque tu nombre, que

se despierte para apoyarse en ti; por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y

nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades. 8 Ahora pues, Jehová, tú

eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus

manos somos todos nosotros. 9 No te enojes sobremanera, Jehová, ni tengas

perpetua memoria de la iniquidad; he aquí, mira ahora, pueblo tuyo somos

todos nosotros.

Ef. 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados

para el día de la redención.

1 Ts. 5:14 También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que

alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes

para con todos.

Sal. 51:1-12 1 Escucha, oh Jehová, mis palabras; Considera mi gemir. 2 Está

atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, Porque a ti oraré. 3 Oh

Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y

esperaré. 4 Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; El malo

no habitará junto a ti. 5 Los insensatos no estarán delante de tus ojos;

Aborreces a todos los que hacen iniquidad. 6 Destruirás a los que hablan

mentira; Al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová. Psa 5:7 Mas

yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa; Adoraré hacia tu

santo templo en tu temor. 8 Guíame, Jehová, en tu justicia, a causa de mis

enemigos; Endereza delante de mí tu camino. 9 Porque en la boca de ellos no

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hay sinceridad; Sus entrañas son maldad, Sepulcro abierto es su garganta,

Con su lengua hablan lisonjas. 10 Castígalos, oh Dios; Caigan por sus

mismos consejos; Por la multitud de sus transgresiones échalos fuera, Porque

se rebelaron contra ti. 11 Pero alégrense todos los que en ti confían; Den

voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; En ti se regocijen los

que aman tu nombre. 12 Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; Como con

un escudo lo rodearás de tu favor.

Sal. 32:3 Mientras callé, se envejecieron mis huesos En mi gemir todo el día.,

4; Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; Se volvió mi verdor en

sequedades de verano. Selah 73:21 21 Se llenó de amargura mi alma, Y en mi

corazón sentía punzadas. 22 Tan torpe era yo, que no entendía; Era como una

bestia delante de ti.

2 S.12:14 Más por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de

Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá.

1 Co. 8:9-13 9 Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero

para los débiles. 10 Porque si alguno te ve a ti, que tienes conocimiento,

sentado a la mesa en un lugar de ídolos, la conciencia de aquel que es débil,

¿no será estimulada a comer de lo sacrificado a los ídolos? 11 Y por el

conocimiento tuyo, se perderá el hermano débil por quien Cristo murió. 12 De

esta manera, pues, pecando contra los hermanos e hiriendo su débil conciencia,

contra Cristo pecáis.13 Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de

caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano.

Ro. 14:13-18 13 Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino

más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. 14 Yo sé, y

confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo; mas para el que

piensa que algo es inmundo, para él lo es. 15 Pero si por causa de la comida tu

hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la

comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió. 16 No sea, pues,

vituperado vuestro bien; 17 porque el reino de Dios no es comida ni bebida,

sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. 18 Porque el que en esto sirve a

Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres.

1 Ti. 6:1 Todos los que están bajo el yugo de esclavitud, tengan a sus amos por

dignos de todo honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la

doctrina., 2 Y los que tienen amos creyentes, no los tengan en menos por ser

hermanos, sino sírvanles mejor, por cuanto son creyentes y amados los que se

benefician de su buen servicio. Esto enseña y exhorta.

Tit. 2:5 a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus

maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.

2 S. 12:14 Más por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de

Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá.

Gn. 19:30-38 30 Pero Lot subió de Zoar y moró en el monte, y sus dos hijas

con él; porque tuvo miedo de quedarse en Zoar, y habitó en una cueva él y sus

dos hijas. 31 Entonces la mayor dijo a la menor: Nuestro padre es viejo, y no

queda varón en la tierra que entre a nosotras conforme a la costumbre de toda la

tierra. 32 Ven, demos a beber vino a nuestro padre, y durmamos con él, y

conservaremos de nuestro padre descendencia. 33 Y dieron a beber vino a su

padre aquella noche, y entró la mayor, y durmió con su padre; mas él no sintió

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cuándo se acostó ella, ni cuándo se levantó. 34 El día siguiente, dijo la mayor a

la menor: He aquí, yo dormí la noche pasada con mi padre; démosle a beber

vino también esta noche, y entra y duerme con él, para que conservemos de

nuestro padre descendencia. 35 Y dieron a beber vino a su padre también

aquella noche, y se levantó la menor, y durmió con él; pero él no echó de ver

cuándo se acostó ella, ni cuándo se levantó. 36 Y las dos hijas de Lot

concibieron de su padre. 37 Y dio a luz la mayor un hijo, y llamó su nombre

Moab, el cual es padre de los moabitas hasta hoy. 38 La menor también dio a

luz un hijo, y llamó su nombre Ben- ammi, el cual es padre de los amonitas

hasta hoy.

1 Co. 11:27-32 27 De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere

esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del

Señor. 28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba

de la copa. 29 Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo

del Señor, juicio come y bebe para sí. 30 Por lo cual hay muchos enfermos y

debilitados entre vosotros, y muchos duermen. 31 Si, pues, nos examinásemos

a nosotros mismos, no seríamos juzgados; 32 mas siendo juzgados, somos

castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.

Lc. 22:32 pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto,

confirma a tus hermanos., 61 Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro

se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante,

me negarás tres veces., 62 Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente.

1 Co. 11:32 mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no

seamos condenados con el mundo.

1 Jn. 3:9 Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la

simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de

Dios.; 5:18 Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el

pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le

toca.

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Capítulo 18

De la seguridad de la gracia y de la salvación

1. Aunque los creyentes que lo son por un tiempo y otras personas no regeneradas

vanamente se engañen a sí mismos con esperanzas falsas y presunciones

carnales de hallarse en el favor de Dios y en estado de salvación (pero la

esperanza de ellos perecerá) (Jer. 17:9; Mt. 7:21-23; Lc. 18:10-14; Jn. 8:41;

Ef. 5:6,7; Gá. 6:3,7-9), sin embargo, los que creen verdaderamente en el Señor

Jesús y le aman con sinceridad, esforzándose por andar con toda buena

conciencia delante de Él, pueden en esta vida estar absolutamente seguros de

hallarse en el estado de gracia, y pueden regocijarse en la esperanza de la gloria

de Dios; y tal esperanza nunca les avergonzaría. (Ro. 5:2,5; 8:16; 1 Jn. 2:3;

3:14,18,19,24; 5:13; 2P. 1:10)

Jer. 17:9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo

conocerá?

Mt. 7:21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos,

sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me

dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu

nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23

Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de

maldad.

Lc. 18:10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro

publicano. 11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera:

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Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos,

adúlteros, ni aun como este publicano; 12 ayuno dos veces a la semana, doy

diezmos de todo lo que gano. 13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni

aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé

propicio a mí, pecador. 14 Os digo que éste descendió a su casa justificado

antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se

humilla será enaltecido.

Jn. 8:41 Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron:

Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios.

Ef. 5:6 Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira

de Dios sobre los hijos de desobediencia.7 No seáis, pues, partícipes con ellos.

Gá. 6:3 Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña., 7

No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre

sembrare, eso también segará. 8 Porque el que siembra para su carne, de la carne

segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida

eterna. 9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos,

si no desmayamos.

Ro. 5:2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual

estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios., 5 y la

esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros

corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.; 8:16 El Espíritu mismo da

testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

1 Jn. 2:3 Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus

mandamientos.; 3:14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en

que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en

muerte., 18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en

verdad., 19 Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos

nuestros corazones delante de él, 24 Y el que guarda sus mandamientos,

permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en

nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.; 5:13 Estas cosas os he escrito a

vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis

vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.

2P. 1:10 Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación

y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás

2. Esta certeza no es una mera persuasión conjetural y probable, fundada en una

esperanza falible, sino que es una seguridad infalible de fe basada en la sangre y

la justicia de Cristo revelada en el evangelio ; ( Ro. 5:2,5; He. 6:11,19,20; 1 Jn.

3:2,14; 4:16; 5:13,19,20; He.6.17,18 ) y también en la evidencia interna de

aquellas virtudes del Espíritu a las cuales se les hacen promesas, ( He. 7:22;

10:14,19) y en el testimonio del Espíritu de adopción testificando con nuestro

espíritu que somos hijos de Dios; (Mt. 3:7-10; Mr. 1:15; 2 P. 1:4-11; 1 Jn. 2:3;

3:14,18,19,24; 5:13) y, como fruto suyo, mantiene el corazón humilde y santo.

(Ro. 8:15,16; 1 Co. 2:12; Gá. 4:6,7; 1 Jn. 3:1-3)

Ro. 5:2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual

estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. 5 y la

esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros

corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.

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He. 6:11 Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud

hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, 19 La cual tenemos como segura

y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, 20 donde Jesús entró

por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden

de Melquisedec.

1 Jn. 3:2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que

hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a

él, porque le veremos tal como él es, 14 Nosotros sabemos que hemos pasado de

muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano,

permanece en muerte.; 4:16 Y nosotros hemos conocido y creído el amor que

Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor,

permanece en Dios, y Dios en él; 5:13 Estas cosas os he escrito a vosotros que

creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y

para que creáis en el nombre del Hijo de Dios., 19 Sabemos que somos de Dios,

y el mundo entero está bajo el maligno, 20 Pero sabemos que el Hijo de Dios ha

venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y

estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la

vida eterna.

He.6.17 Por lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los

herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, interpuso juramento, 18

para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta,

tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la

esperanza puesta delante de nosotros.

Mt. 3:7 Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su

bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira

venidera? 8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, 9 y no penséis decir

dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo

que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. 10 Y ya también

el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen

fruto es cortado y echado en el fuego.

Mr. 1:15 Y salían a él toda la provincia de Judea, y todos los de Jerusalén; y

eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados.

2 P. 1:4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas,

para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo

huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; 5

vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe

virtud; a la virtud, conocimiento; 6 al conocimiento, dominio propio; al dominio

propio, paciencia; a la paciencia, piedad; 7 a la piedad, afecto fraternal; y al

afecto fraternal, amor. 8 Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no

os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor

Jesucristo. 9 Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego,

habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. 10 Por lo cual,

hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque

haciendo estas cosas, no caeréis jamás. 11 Porque de esta manera os será

otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y

Salvador Jesucristo.

1 Jn. 2:3 Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus

mandamientos.; 3:14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en

que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en

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muerte., 18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en

verdad., 19 Y en esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos

nuestros corazones delante de él;, 24 Y el que guarda sus mandamientos,

permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en

nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.; 5:13 Estas cosas os he escrito a

vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis

vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.

Ro. 8:15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en

temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos:

¡Abba, Padre!16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que

somos hijos de Dios.

1 Co. 2:12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu

que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,

Ga. 4:6 Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de

su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!, 7 Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y

si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo.

1 Jn. 3:1 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos

de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. 2 Amados,

ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero

sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le

veremos tal como él es. 3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica

a sí mismo, así como él es puro.

3. Esta seguridad infalible no pertenece a la esencia de la fe hasta tal punto que un

verdadero creyente no pueda esperar mucho tiempo y luchar con muchas

dificultades antes de ser partícipe de tal seguridad; (Hch. 16:30-34; 1 Jn. 5:13)

sin embargo, siendo capacitado por el Espíritu para conocer las cosas que le son

dadas gratuitamente por Dios, puede alcanzarla, (Ro. 8:l5,16;l Co. 2:12;Gá.4:4-

6; 3.2; 1Jn.4:13;Ef.3:17-19;He. 6:11,12; 2 P. 1:5-11) sin una revelación

extraordinaria, por el uso adecuado de los medios; y por eso es el deber de cada

uno ser diligente para hacer firme su llamamiento y elección; para que así su

corazón se ensanche en la paz y en el gozo en el Espíritu Santo, en amor y

gratitud a Dios, y en fuerza y alegría en los deberes de la obediencia, que son los

frutos propios de esta seguridad: así está de lejos esta seguridad de inducir a los

hombres a la disolución. (2P 1:10; Sal. 119:32; Ro.15:13; Neh. 8:10; 1 Jn.

4:19,16; Ro.6:1,2,11-13; 14:17; Tit. 2:11-14; Ef.5:18)

Hch. 16:30 y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? 31

Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. 32 Y le

hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. 33 Y él,

tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida

se bautizó él con todos los suyos. 34 Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y

se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios.

1 Jn. 5:13 Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo

de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre

del Hijo de Dios.

Ro. 8:l5 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en

temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos:

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¡Abba, Padre!16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que

somos hijos de Dios.

l Co. 2:12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu

que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,

Gá.4:4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo,

nacido de mujer y nacido bajo la ley, 5 para que redimiese a los que estaban bajo

la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. 6 Y por cuanto sois hijos,

Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba,

Padre! 3.2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las

obras de la ley, o por el oír con fe?

1Jn.4:13 En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que

nos ha dado de su Espíritu.

Ef.3:17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que,

arraigados y cimentados en amor, 18 seáis plenamente capaces de comprender

con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura,

19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que

seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

He. 6:11 Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud

hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, 12 a fin de que no os hagáis

perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las

promesas.

2 P. 1:5 que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la

salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. 6 En lo

cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario,

tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, 7 para que sometida a prueba

vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba

con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado

Jesucristo, 8 a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora

no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; 9 obteniendo el fin de

vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas. 10 Los profetas que

profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente

indagaron acerca de esta salvación, 11 escudriñando qué persona y qué tiempo

indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano

los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.

2P 1:10 Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación

y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.

Sal. 119:32 Por el camino de tus mandamientos correré, Cuando ensanches mi

corazón.

Ro.15:13 Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para

que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.

Neh. 8:10 Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino dulce, y enviad

porciones a los que no tienen nada preparado; porque día santo es a nuestro

Señor; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.

1 Jn. 4:19 Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta.

Ro.6:1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia

abunde? 2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo

viviremos aún en él?, 11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado,

pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. 12 No reine, pues, el

pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus

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concupiscencias; 13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como

instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos

de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de

justicia.; 14:17 porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz

y gozo en el Espíritu Santo.

Tit. 2:11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los

hombres, 12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos

mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, 13 aguardando la

esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y

Salvador Jesucristo, 14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de

toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.

Ef.5:18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed

llenos del Espíritu,

4. La seguridad de la salvación de los verdaderos creyentes puede ser, de diversas

maneras, zarandeada, disminuida e interrumpida; como por la negligencia en

conservarla, (He. 6:11,12;2P. 1:5-11) por caer en algún pecado especial que

hiera la conciencia y contriste al Espíritu, (Sal. 51:8,12,14; Ef. 4:30) por alguna

tentación repentina o vehemente, (Sal. 30:7; 31:22; 77:7,8; 116:11) por

retirarles Dios la luz de su rostro, permitiendo, aun a los que le temen, que

caminen en tinieblas, y no tengan luz; (Is. 50:10 5. 1 Jn. 3:9; Lc. 22:32; Ro.

8:15,16; Gá. 4.5) sin embargo, nunca quedan destituidos de la simiente de Dios,

y de la vida de fe, de aquel amor de Cristo y de los hermanos, de aquella

sinceridad de corazón y conciencia del deber, por los cuales, mediante la

operación del Espíritu, esta seguridad puede ser revivida con el tiempo; y por los

cuales, mientras tanto, los verdaderos creyentes son preservados de caer en total

desesperación. (Sal. 42:5,11)

He. 6:11 Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud

hasta el fin, para plena certeza de la esperanza, 12 a fin de que no os hagáis

perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las

promesas.

2P. 1:5 vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a

vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; 6 al conocimiento, dominio propio;

al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; 7 a la piedad, afecto

fraternal; y al afecto fraternal, amor. 8 Porque si estas cosas están en vosotros, y

abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de

nuestro Señor Jesucristo. 9 Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy

corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados. 10

Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y

elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. 11 Porque de esta

manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro

Señor y Salvador Jesucristo.

Sal. 51:8 Hazme oír gozo y alegría, Y se recrearán los huesos que has abatido,

12 Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente, 14 Líbrame

de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación; Cantará mi lengua tu justicia.

Ef. 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados

para el día de la redención.

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Sal. 30:7 Porque tú, Jehová, con tu favor me afirmaste como monte fuerte.

Escondiste tu rostro, fui turbado; 31:22 Decía yo en mi premura: Cortado soy

de delante de tus ojos; Pero tú oíste la voz de mis ruegos cuando a ti clamaba.;

77:7 ¿Desechará el Señor para siempre, Y no volverá más a sernos propicio?, 8

¿Ha cesado para siempre su misericordia? ¿Se ha acabado perpetuamente su

promesa?; 116:11 Y dije en mi apresuramiento: Todo hombre es mentiroso.

Is. 50:10 ¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su

siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová,

y apóyese en su Dios.; 5 Jehová el Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni

me volví atrás.

1 Jn. 3:9 Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la

simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.

Lc. 22:32 pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto,

confirma a tus hermanos.

Ro. 8:15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en

temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos:

¡Abba, Padre!,16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que

somos hijos de Dios.

Gá. 4 5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que

recibiésemos la adopción de hijos.

Sal. 42:5 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en

Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío., 11 ¿Por qué te

abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque

aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío. Capítulo XIX

La Ley de Dios

1. Dios dio a Adán una ley de obediencia universal escrita en su corazón, (Gn.

1:27; Ec. 7:29; Ro. 2:12a, 14,15) y un precepto en particular de no comer del

fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal; (Gn. 2:16,17) por lo cual le

obligó a él y a toda su posteridad a una obediencia personal completa, exacta y

perpetua; prometió la vida por su cumplimiento de la ley, y amenazó con la

muerte su infracción; y le dotó también del poder y la capacidad para guardarla.

(Ro.10:5; Gá. 3:10,12)

Gn. 1:27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón

y hembra los creó.

Ec. 7:29 He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto,

pero ellos buscaron muchas perversiones.

Ro. 2:12ª Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán,

14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es

de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15 mostrando la

obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y

acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos

Gn. 2:16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto

podrás comer, 17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás;

porque el día que de él comieres, ciertamente morirás

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Ro.10:5 Porque de la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre

que haga estas cosas, vivirá por ellas

Gá. 3:10 Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo

maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas

las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas, 12 y la ley no es de fe, sino

que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas

2. La misma ley que primeramente fue escrita en el corazón del hombre continuó

siendo una regla perfecta de justicia después de la Caida; (Para el Cuarto

Mandamiento, Gn. 2:3; Ex. 16.23; Gn. 7:4; 8:10,12; para el Quinto

Mandamiento, Gn. 37:10; para el Sexto Mandamiento, Gn. 4:3-15; para el

Séptimo Mandamiento, Gn. 12:17; para el Octavo Mandamiento, Gn.

31:30; 44:8; para el Noveno Mandamiento, Gn. 27:12; para el Décimo

Mandamiento, Gn. 6:2; 13:10,11) y fue dada por Dios en el monte Sinaí, (Ro.

2:12a, 14,15) en diez mandamientos, y escrita en dos tablas; los cuatro primeros

mandamientos contienen nuestros deberes para con Dios, y los otros seis,

nuestros deberes para con los hombres. (Ex. 32:15,16; 34:4,28; Dt. 10:4)

Para el Cuarto Mandamiento, Gn. 2:3 Y bendijo Dios al día séptimo, y lo

santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación;

Ex. 16.23 Y él les dijo: Esto es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo día

de reposo, el reposo consagrado a Jehová; lo que habéis de cocer, cocedlo

hoy, y lo que habéis de cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobrare, guardadlo

para mañana.; Gn. 7:4 Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la

tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la tierra a todo

ser viviente que hice; 8:10 Esperó aún otros siete días, y volvió a enviar la

paloma fuera del arca, 12 Y esperó aún otros siete días, y envió la paloma, la

cual no volvió ya más a él

para el Quinto Mandamiento, Gn. 37:10 Y lo contó a su padre y a sus

hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste?

¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti?

para el Sexto Mandamiento, Gn. 4:3-15 3 Y aconteció andando el tiempo,

que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. 4 Y Abel trajo

también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró

Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; 5 pero no miró con agrado a Caín y a

la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. 6

Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu

semblante? 7 Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el

pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás

de él. : 8 Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que

estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.

9 Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé.

¿Soy yo acaso guarda de mi hermano? 10 Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz

de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra. 11 Ahora, pues, maldito

seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu

hermano. 12 Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y

extranjero serás en la tierra. 13 Y dijo Caín a Jehová: Grande es mi castigo para

ser soportado. 14 He aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me

esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera

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que me hallare, me matará. 15 Y le respondió Jehová: Ciertamente cualquiera

que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en

Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara.

para el Séptimo Mandamiento Gn. 12:17 Más Jehová hirió a Faraón y a su

casa con grandes plagas, por causa de Sarai mujer de Abram.

para el Octavo Mandamiento, Gn. 31:30 Y ya que te ibas, porque tenías

deseo de la casa de tu padre, ¿por qué me hurtaste mis dioses?; 44:8 He aquí, el

dinero que hallamos en la boca de nuestros costales, te lo volvimos a traer desde

la tierra de Canaán; ¿cómo, pues, habíamos de hurtar de casa de tu señor plata

ni oro?

para el Noveno Mandamiento, Gn. 27:12 Quizá me palpará mi padre, y me

tendrá por burlador, y traeré sobre mí maldición y no bendición.

para el Décimo Mandamiento, Gn. 6:2 que viendo los hijos de Dios que las

hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre

todas.; 13:10 Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella

era de riego, como el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección

de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra., 11 Entonces Lot

escogió para sí toda la llanura del Jordán; y se fue Lot hacia el oriente, y se

apartaron el uno del otro.

Ro. 2:12ª Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán,

14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es

de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15 mostrando la

obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y

acusándoles o defendiéndoles sus

Ex. 32:15 Y volvió Moisés y descendió del monte, trayendo en su mano las dos

tablas del testimonio, las tablas escritas por ambos lados; de uno y otro lado

estaban escritas., 16 Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura

de Dios grabada sobre las tablas.; 34:4 Y Moisés alisó dos tablas de piedra como

las primeras; y se levantó de mañana y subió al monte Sinaí, como le mandó

Jehová, y llevó en su mano las dos tablas de piedra., 28 Y él estuvo allí con

Jehová cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan, ni bebió agua; y

escribió en tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos.

Dt. 10:4 Y escribió en las tablas conforme a la primera escritura, los diez

mandamientos que Jehová os había hablado en el monte de en medio del fuego,

el día de la asamblea; y me las dio Jehová.

3. Además de esta ley, comúnmente llamada ley moral, agradó a Dios dar al pueblo

de Israel leyes ceremoniales que contenían varias ordenanzas típicas; en parte de

adoración, prefigurando a Cristo, sus virtudes, acciones, sufrimientos y

beneficios; (He. 10:1; Col. 2:16,17) y en parte proponiendo diversas

instrucciones sobre los deberes morales.(1 Co. 5:7; 2 Co. 6:17; Jud. 23) Todas

aquellas leyes ceremoniales, habiendo sido prescritas solamente hasta el tiempo

de reformar las cosas, han sido abrogadas y quitadas por Jesucristo, el verdadero

Mesías y único legislador, quien file investido con poder por parte del Padre

para ese fin. (Col.2:14,16,17; Ef. 2:14-16)

He. 10:1 Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la

compañía llamada la Italiana,

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Col. 2:16 Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días

de fiesta, luna nueva o días de reposo,17 todo lo cual es sombra de lo que ha de

venir; pero el cuerpo es de Cristo

1 Co. 5:7 Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin

levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada

por nosotros

2 Co. 6:17 Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y

no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré

Jud. 23 A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia

con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne

Col.2:14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era

contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 16 Por tanto, nadie

os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días

de reposo, 17 todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de

Cristo

Ef. 2:14 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando

la pared intermedia de separación, 15 aboliendo en su carne las enemistades, la

ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de

los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz , 16 y mediante la cruz

reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las

enemistades

4. Dios también les dio a los israelitas diversas leyes civiles, que expiraron

juntamente con el Estado de aquel pueblo, no obligando ahora a ningún otro en

virtud de aquella institución; (Lc. 21:20-24; Hch. 6:13,14; He. 9:18,19 con

8:7,13; 9:10; 10:1) solamente sus principios de equidad son utilizables en la

actualidad. (1 Co.5:1; 9:8-10)

Lc. 21:20 Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed

entonces que su destrucción ha llegado 21 Entonces los que estén en Judea,

huyan a los montes; y los que en medio de ella, váyanse; y los que estén en los

campos, no entren en ella 22 Porque estos son días de retribución, para que se

cumplan todas las cosas que están escritas 23 Mas ¡ay de las que estén

encintas, y de las que críen en aquellos días! porque habrá gran calamidad en

la tierra, e ira sobre este pueblo 24 Y caerán a filo de espada, y serán llevados

cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta

que los tiempos de los gentiles se cumplan

Hch. 6:13 Y pusieron testigos falsos que decían: Este hombre no cesa de hablar

palabras blasfemas contra este lugar santo y contra la ley, 14 pues le hemos oído

decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar, y cambiará las costumbres

que nos dio Moisés

He. 9:18 De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre, 19 Porque

habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo,

tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata

e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo con 8:7 Porque si

aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado

lugar para el segundo, 13 Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero;

y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer; 9:10 ya que

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consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas

acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas; 10:1 Porque

la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las

cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente

cada año, hacer perfectos a los que se acercan

1 Co.5:1 De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación

cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su

padre; 9:8 ¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto también la ley? 9

Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que

trilla.¿Tiene Dios cuidado de los bueyes 10 o lo dice enteramente por nosotros?

Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el

que trilla, con esperanza de recibir del fruto

5. La ley moral obliga para siempre a todos, tanto a los justificados como a los

demás, a que se la obedezca; (Mt. 19:16-22; Ro. 2:14,15; 3:19,20; 6:14; 7:6;

8:3; 1 Ti. 1:8-11; Ro. 13:8-10; 1 Co. 7:19 con Gá. 5:6; 6:15; Ef. 4:25-6:4;

Stg. 2:11,12) y esto no sólo en consideración a su contenido, sino también con

respecto a la autoridad de Dios, el Creador, quien la dio. (Stg. 2:10,11)

Tampoco Cristo, en el evangelio, en ninguna manera cancela esta obligación

sino que la refuerza considerablemente. (Mt. 5:17-19; Ro. 3:31; 1 Co. 9:21;

Stg. 2:8)

Mt. 19:16-22 16 Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré

para tener la vida eterna? 17 El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno

hay bueno sino uno: Dios. Más si quieres entrar en la vida, guarda los

mandamientos. 18 Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás.

No hurtarás. No dirás falso testimonio. 19 Honra a tu padre y a tu madre; y,

Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 20 El joven le dijo: Todo esto lo he

guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? 21 Jesús le dijo: Si quieres

ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro

en el cielo; y ven y sígueme. 22 Oyendo el joven esta palabra, se fue triste,

porque tenía muchas posesiones.

Ro. 2:14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo

que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15

mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su

conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos; 3:19 Pero

sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que

toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios, 20 ya que por

las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él; porque por

medio de la ley es el conocimiento del pecado; 6:14 Porque el pecado no se

enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia; 7:6 Pero

ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que estábamos

sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el

régimen viejo de la letra; 8:3 Porque lo que era imposible para la ley, por

cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne

de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne

1 Ti. 1:8 Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente 9

conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los

transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los

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irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas 10

para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los

mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina 11 según el

glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado

Ro. 13:8 No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que

ama al prójimo, ha cumplido la ley 9 Porque: No adulterarás, no matarás, no

hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro

mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti

mismo 10 El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es

el amor

1 Co. 7:19 La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar

los mandamientos de Dios

con Gá. 5:6 porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la

incircuncisión, sino la fe que obra por el amor; 6:15 Porque en Cristo Jesús ni la

circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación

Ef. 4:25-6:4

Ef 4:25 Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su

prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.

Ef 4:26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,

Ef 4:27 ni deis lugar al diablo.

Ef 4:28 El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo

que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.

Ef 4:29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea

buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.

Ef 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados

para el día de la redención.

Ef 4:31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y

maledicencia, y toda malicia.

Ef 4:32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos

unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

Ef 5:1 Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.

Ef 5:2 Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a

símismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.

Ef 5:3 Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre

vosotros, como conviene a santos;

Ef 5:4 ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no

convienen, sino antes bien acciones de gracias.

Ef 5:5 Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es

idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios.

Ef 5:6 Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira

de Dios sobre los hijos de desobediencia.

Ef 5:7 No seáis, pues, partícipes con ellos.

Ef 5:8 Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor;

andad como hijos de luz

Ef 5:9 (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad),

Ef 5:10 comprobando lo que es agradable al Señor.

Ef 5:11 Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien

reprendedlas;

Ef 5:12 porque vergonzoso es aun hablar de lo que ellos hacen en secreto.

Ef 5:13 Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son

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hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo.

Ef 5:14 Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los

muertos, Y te alumbrará Cristo.

Ef 5:15 Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como

sabios,

Ef 5:16 aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.

Ef 5:17 Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad

del Señor.

Ef 5:18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed

llenos del Espíritu,

Ef 5:19 hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos

espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;

Ef 5:20 dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de

nuestro Señor Jesucristo.

Ef 5:21 Someteos unos a otros en el temor de Dios.

Ef 5:22 Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;

Ef 5:23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la

iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.

Ef 5:24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo

estén a sus maridos en todo.

Ef 5:25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y

se entregó a sí mismo por ella,

Ef 5:26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la

palabra,

Ef 5:27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese

mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.

Ef 5:28 Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos

cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.

Ef 5:29 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y

la cuida, como también Cristo a la iglesia,

Ef 5:30 porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.

Ef 5:31 Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su

mujer, y los dos serán una sola carne.

Ef 5:32 Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la

iglesia.

Ef 5:33 Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí

mismo; y la mujer respete a su marido.

Ef 6:1 Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.

Ef 6:2 Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con

promesa;

Ef 6:3 para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.

Ef 6:4 Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos

en disciplina y amonestación del Señor.

Stg. 2:11 Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No

matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho

transgresor de la ley, 12 Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser

juzgados por la ley de la libertad

Stg. 2:10 Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un

punto, se hace culpable de todos, 11 Porque el que dijo: No cometerás

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adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio,

pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley

Mt. 5:17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he

venido para abrogar, sino para cumplir 18 Porque de cierto os digo que hasta

que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta

que todo se haya cumplido 19 De manera que cualquiera que quebrante uno de

estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño

será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los

enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos

Ro. 3:31 ¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que

confirmamos la ley.

1 Co. 9:21 a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo

sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley.

Stg. 2:8 Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu

prójimo como a ti mismo, bien hacéis;

6. Aunque los verdaderos creyentes no están bajo la ley como pacto de obras para

ser por ella justificados o condenados (Ro. 6.14; Ga. 2.16;Ro. 8.1;10.4), sin

embargo ésta es de gran utilidad tanto para ellos como para otros, en que como

regla de vida les informa de la voluntad de Dios y de sus deberes, les dirige y

obliga a andar en conformidad con ella, les revela también la pecaminosa

contaminación de sus naturalezas, corazones y vidas; de tal manera que, al

examinarse a la luz de ella, puedan llegar a una convicción más profunda de su

pecado, a sentir humillación por él y odio contra él; (Ro. 3.20; 7.7) junto con

una visión más clara de la necesidad que tienen de Cristo, y de la perfección de

su obediencia. También la ley moral es útil para los regenerados a fin de

restringir su corrupción, en cuanto que prohíbe el pecado; y sus amenazas sirven

para mostrar lo que aun sus pecados merecen, y qué aflicciones pueden esperar

por ellos en esta vida, aun cuando estén libres de la maldición y el puro rigor de

la ley. Asimismo sus promesas manifiestan a los regenerados que Dios aprueba

la obediencia y cuáles son las bendiciones que pueden esperar por el

cumplimiento de la misma, aunque no como si la ley se lo debiera como pacto

de obras; de manera que si alguien hace lo bueno y se abstiene de hacer lo malo

porque la ley le manda lo uno y le prohíbe lo otro, no por ello se demuestra que

esté bajo la ley y no bajo la gracia. (Ro. 6.12-14)

Ro. 6.14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la

ley, sino bajo la gracia.

Ga. 2.16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino

por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser

justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las

obras de la ley nadie será justificado

Ro. 8.1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo

Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu; 10.4

porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree

Ro. 3.20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado

delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado; 7.7

¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no

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conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley

no dijera: No codiciarás

Ro. 6.12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo

obedezcáis en sus concupiscencias 13 ni tampoco presentéis vuestros miembros

al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a

Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como

instrumentos de justicia 14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros;

pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia

7. Los usos de la ley ya mencionados no son contrarios a la gracia del Evangelio,

sino que concuerdan armoniosamente con el; (Ga. 3.21) el Espíritu de Cristo

subyuga y capacita la voluntad del hombre para que haga alegre y

voluntariamente lo que requiere la voluntad de Dios, revelada en la ley (Ez.

36.27)

Ga. 3.21 ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna

manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente

por la ley

Ez. 36.27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis

estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra

Capítulo XX

Del evangelio y del alcance de su gracia

1. Habiendo sido quebrantado el pacto de obras por el pecado y habiéndose vuelto

inútil para dar vida, agradó a Dios dar la promesa de Cristo, la simiente de la

mujer, como el medio para llamar a los elegidos, y engendrar en ellos la fe y el

arrepentimiento. En esta promesa, el evangelio, en cuanto a su sustancia, fue

revelado, y es en ella eficaz para la conversión y salvación de los pecadores.

(Gn. 3:15 con Ef.2:12; Gá. 4:4; He. 11:13; Lc. 2:25,38; 23:51; Ro. 4:13-16;

Gá. 3:15-22)

Gn. 3:15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la

simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

con Ef.2:12 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de

Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.

Gá. 4:4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo,

nacido de mujer y nacido bajo la ley,

He. 11:13 quien nos contó cómo había visto en su casa un ángel, que se puso en

pie y le dijo: Envía hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por

sobrenombre Pedro;

Lc. 2:25 Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este

hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo

estaba sobre él., 38 Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios,

y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.; 23:51

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Este, que también esperaba el reino de Dios, y no había consentido en el

acuerdo ni en los hechos de ellos,

Ro. 4:13-16 3 Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue

contado por justicia. 4 Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia,

sino como deuda; 5 mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al

impío, su fe le es contada por justicia. 6 Como también David habla de la

bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, 7 diciendo:

Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados

son cubiertos. 8 Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de

pecado. 9 ¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la

circuncisión, o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a

Abraham le fue contada la fe por justicia. 10 ¿Cómo, pues, le fue contada?

¿Estando en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino

en la incircuncisión. 11 Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la

justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de

todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea

contada por justicia; 12 y padre de la circuncisión, para los que no solamente

son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo

nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado. 13 Porque no por la ley fue

dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del

mundo, sino por la justicia de la fe. 14 Porque si los que son de la ley son los

herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa. 15 Pues la ley produce ira;

pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión. 16 Por tanto, es por fe, para

que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia;

no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de

Abraham, el cual es padre de todos nosotros.

Gá. 3:15-22 15 Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea

de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade. 16 Ahora bien, a

Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las

simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la

cual es Cristo. 17 Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios

para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo

abroga, para invalidar la promesa. 18 Porque si la herencia es por la ley, ya no

es por la promesa; pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa. 19

Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones,

hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por

medio de ángeles en mano de un mediador. 20 Y el mediador no lo es de uno

solo; pero Dios es uno. 21 ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios?

En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera

verdaderamente por la ley. 22 Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado,

para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.

2. Esta promesa de Cristo, y la salvación por medio de Él, es revelada solamente

por la Palabra de Dios. (Hch. 4:12; Ro. 10:13-15) Tampoco las obras de la

creación o la providencia, con la luz de la naturaleza, revelan a Cristo, o la

gracia que es por medio de El, ni siquiera en forma general u oscura; (Sal. 19;

Ro. 1:18-23) mucho menos hacen que los hombres destituidos de la revelación

de Él por la promesa, o evangelio, sean capacitados así para alcanzar la fe

salvadora o el arrepentimiento. (Ro. 2:12a; Mt. 28:18-20; Lc. 24:46,47 con

Hch. 17:29,30; Ro. 3:9-20)

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Hch. 4:12 Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el

cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

Ro. 10:13-15 13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será

salvo. 14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo

creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les

predique? 15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito:

¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian

buenas nuevas!

Sal. 19 1 Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la

obra de sus manos. 2 Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra

noche declara sabiduría. 3 No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz. 4

Por toda la tierra salió su voz, Y hasta el extremo del mundo sus palabras. En

ellos puso tabernáculo para el sol; 5 Y éste, como esposo que sale de su

tálamo, Se alegra cual gigante para correr el camino. 6 De un extremo de los

cielos es su salida, Y su curso hasta el término de ellos; Y nada hay que se

esconda de su calor. 7 La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El

testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. 8 Los mandamientos de

Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro,

que alumbra los ojos. 9 El temor de Jehová es limpio, que permanece para

siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos. 10 Deseables son

más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la

que destila del panal. 11 Tu siervo es además amonestado con ellos; En

guardarlos hay grande galardón. 12 ¿Quién podrá entender sus propios

errores? Líbrame de los que me son ocultos. 13 Preserva también a tu siervo

de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces seré íntegro, y

estaré limpio de gran rebelión. 14 Sean gratos los dichos de mi boca y la

meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.

Ro. 1:18-23 18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda

impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; 19

porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.

20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen

claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio

de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. 21 Pues habiendo conocido

a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se

envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. 22

Profesando ser sabios, se hicieron necios, 23 y cambiaron la gloria del Dios

incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de

cuadrúpedos y de reptiles.

Ro. 2:12ª Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán

Mt. 28:18-20 18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es

dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las

naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu

Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he

aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Lc. 24:46 y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo

padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; 47 y que se predicase en su

nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones,

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comenzando desde Jerusalén.

con Hch. 17:29 Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la

Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de

imaginación de hombres., 30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos

de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se

arrepientan;

Ro. 3:9-20 9 ¿Qué, pues? Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna

manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo

pecado. 10 Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; 11 No hay quien

entienda. No hay quien busque a Dios. 12 Todos se desviaron, a una se

hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. 13

Sepulcro abierto es su garganta; Con su lengua engañan. Veneno de áspides

hay debajo de sus labios; 14 Su boca está llena de maldición y de amargura.

15 Sus pies se apresuran para derramar sangre; 16 Quebranto y desventura

hay en sus caminos; 17 Y no conocieron camino de paz. 18 No hay temor de

Dios delante de sus ojos. 19 Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a

los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede

bajo el juicio de Dios; 20 ya que por las obras de la ley ningún ser humano será

justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del

pecado.

3. La revelación del evangelio a los pecadores (hecha en diversos tiempos y

distintas partes, con la adición de promesas y preceptos para la obediencia

requerida en aquél, en cuanto a las naciones y personas a quienes es concedido),

es meramente por la voluntad soberana y el beneplácito de Dios; (Mt. 11:20) no

apropiándosela en virtud de promesa alguna referida al buen Liso de las

capacidades naturales de los hombres, ni en virtud de la luz común recibida

aparte de él, lo cual nadie hizo jamás ni puede hacer. (Ro. 3:10-12; 8:7,8) Por

tanto, en todas las épocas, la predicación del evangelio ha sido concedida a

personas y naciones, en cuanto a su extensión o restricción, con gran variedad,

según el consejo de la voluntad de Dios.

Mt. 11:20 Entonces comenzó a reconvenir a las ciudades en las cuales había

hecho muchos de sus milagros, porque no se habían arrepentido, diciendo:

Ro. 3:10-12 10 Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; 11 No hay quien

entienda. No hay quien busque a Dios. 12 Todos se desviaron, a una se

hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.; 8:7 Por

cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se

sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;, 8 y los que viven según la carne

no pueden agradar a Dios.

4. Aunque el evangelio es el único medio externo para revelar a Cristo y la gracia

salvadora, y es, como tal, completamente suficiente para este fin, (Ro. 1:16,17)

sin embargo, para que los hombres que están muertos en sus delitos puedan

nacer de nuevo, ser vivificados o regenerados, es además necesaria una obra

eficaz e invencible del Espíritu Santo en toda el alma, con el fin de producir en

ellos una nueva vida espiritual; sin ésta, ningún otro medio puede efectuar su

conversión a Dios. (Jn. 6:44; 1 Co. 1.2; 2:14; 2 Co. 4:4,6)

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Ro. 1:16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para

salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.,17

Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está

escrito: Mas el justo por la fe vivirá.

Jn. 6:44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo

le resucitaré en el día postrero.

1 Co. 1.2 a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo

Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el

nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro:; 2:14 Pero el

hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él

son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.

2 Co. 4:4 en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los

incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de

Cristo, el cual es la imagen de Dios., 6 Porque Dios, que mandó que de las

tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones,

para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.

Capítulo XXI

De la libertad cristiana y de la libertad de conciencia

1. La libertad que Cristo ha comprado para los creyentes bajo el evangelio consiste

en su libertad de la culpa del pecado, de la ira condenatoria de Dios y de la

severidad y maldición de la ley, (Jn 3:36; Ro. 8:33; Gá. 3:13) y en ser librados

de este presente siglo malo, de la servidumbre de Satanás y del dominio del

pecado, (Gá. 1:4; Ef. 2:1-3; Col. 1:13; Hch. 26:18; Ro 6:14-18; 8:3) del mal

de las aflicciones, del temor y aguijón de la muerte, de la victoria del sepulcro y

de la condenación eterna, (Ro. 8:28; 1 Co. 15:54-57; 1 Ts. 1:10; He. 2:14,15) y

también consiste en su libre acceso a Dios, y en rendirle obediencia a Él, no por

temor servil, sino con un amor filial y una mente dispuesta.(Ef. 2:18; 3:12; Ro.

8:15; 1 Jn. 4:18) Todo esto era sustancialmente común también a los creyentes

bajo la ley; (Sal. 19:7-9, 19:14; Ro. 4:5-11; Gá. 3:9; He. 11:27,33,34) pero

bajo el Nuevo Testamento la libertad de los cristianos se ensancha mucho mas

porque están libres del yugo de la ley ceremonial a que estaba sujeta la Iglesia

judaica, y tienen ahora mayor confianza para acercarse al trono de gracia, y

experiencias más plenas del libre Espíritu de Dios que aquellas de las que

participaron generalmente los creyentes bajo la ley. (He. 1:1,2a..7:19,22; 8:6;

9:23; 11:40; Gá.2:11ss.; 4:1-3; Col. 2:16,17; He. 10:19; 21; Jn. 7:38,39)

Jn 3:36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el

Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.

Ro. 8:33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.

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Gá. 3:13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros

maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),

Gá. 1:4 el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del

presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre,

Ef. 2:1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos

y pecados, 2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de

este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora

opera en los hijos de desobediencia, 3 entre los cuales también todos nosotros

vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de

la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo

que los demás.

Col. 1:13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al

reino de su amado Hijo,

Hch. 26:18 para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a

la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es

en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.

Ro 6:14-18 14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis

bajo la ley, sino bajo la gracia. 15 ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no

estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. 16 ¿No sabéis

que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de

aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia

para justicia? 17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado,

habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis

entregados; 18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.; 8:3

Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne,

Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del

pecado, condenó al pecado en la carne;

Ro. 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a

bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

1 Co. 15:54-57 54 Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y

esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que

está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. 55 ¿Dónde está, oh muerte, tu

aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? 56 ya que el aguijón de la muerte

es el pecado, y el poder del pecado, la ley. 57 Más gracias sean dadas a Dios,

que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.

1 Ts. 1:10 y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a

Jesús, quien nos libra de la ira venidera.

He. 2:14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él

también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía

el imperio de la muerte, esto es, al diablo,, 15 y librar a todos los que por el

temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.

Ef. 2:18 porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un

mismo Espíritu al Padre.; 3:12 en quien tenemos seguridad y acceso con

confianza por medio de la fe en él;

Ro. 8:15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en

temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos:

¡Abba, Padre!

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1 Jn. 4:18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el

temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido

perfeccionado en el amor.

Sal. 19:7-97 La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El

testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. 8 Los mandamientos de

Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro,

que alumbra los ojos. 9 El temor de Jehová es limpio, que permanece para

siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos.; 19:14 Sean gratos

los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová,

roca mía, y redentor mío.

Ro. 4:5-11 5 más al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su

fe le es contada por justicia. 6 Como también David habla de la bienaventuranza

del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, 7 diciendo:

Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados

son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.

9 ¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión, o

también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue

contada la fe por justicia. 10 ¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando en la

circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la

incircuncisión. 11 Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la

justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de

todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea

contada por justicia;

Gá. 3:9 De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.

He. 11:27 Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo

como viendo al Invisible., 33 que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia,

alcanzaron promesas, taparon bocas de leones,, 34 apagaron fuegos

impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron

fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros.

He. 1:1 Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro

tiempo a los padres por los profetas,, 2ª en estos postreros días nos ha hablado

por el Hijo; 7:19 (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una

mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios., 22 Por tanto, Jesús es

hecho fiador de un mejor pacto.; 8:6 Pero ahora tanto mejor ministerio es el

suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores

promesas.;9:23 Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales

fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores

sacrificios que estos.; 11:40 proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros,

para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros.

Gá.2:11ss 11 Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara,

porque era de condenar. 12 Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo,

comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba,

porque tenía miedo de los de la circuncisión. 13 Y en su simulación

participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue

también arrastrado por la hipocresía de ellos. 14 Pero cuando vi que no andaban

rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si

tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a

los gentiles a judaizar? 15 Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de

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entre los gentiles, 16 sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de

la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en

Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley,

por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. 17 Y si buscando ser

justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso

Cristo ministro de pecado? En ninguna manera. 18 Porque si las cosas que

destruí, las mismas vuelvo a edificar, trasgresor me hago. 19 Porque yo por la

ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios. 20 Con Cristo estoy

juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora

vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó

a sí mismo por mí. 21 No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la

justicia, entonces por demás murió Cristo; 4:1-3 1 Pero también digo: Entre

tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de

todo; 2 sino que está bajo tutores y curadores hasta el tiempo señalado por el

padre. 3 Así también nosotros, cuando éramos niños, estábamos en esclavitud

bajo los rudimentos del mundo

Col. 2:16 Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días

de fiesta, luna nueva o días de reposo, 17 todo lo cual es sombra de lo que ha

de venir; pero el cuerpo es de Cristo

He. 10:19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar

Santísimo por la sangre de Jesucristo,; 21 y teniendo un gran sacerdote sobre la

casa de Dios,

Jn. 7:38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos

de agua viva., 39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en

él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún

glorificado.

2. Sólo Dios es el Señor de la conciencia, (Stg. 4:12; Ro. 14:4; Gá.5:1) y la ha

hecho libre de las doctrinas y los mandamientos de los hombres que sean en

alguna manera contrarios a su Palabra o que no estén contenidos en ésta. (Hch.

4:19; 5:29; 1 Co. 7 23; Mt. 15:9) Así que, creer tales doctrinas u obedecer tales

mandamientos por causa de la conciencia es traicionar la verdadera libertad de

conciencia, (Col. 2:20,22,23; Gá. 1:10; 2:3-5; 5.1) y el requerir una fe implícita

y una obediencia ciega y absoluta es destruir la libertad de conciencia y también

la razón. (Ro. 10:17; 14:23; Hch. 17:11; 1 Co. 3:5; 2 Co. 1:24)

Stg. 4:12 Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú,

¿quién eres para que juzgues a otro?

Ro. 14:4 ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está

en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar

firme.

Gá.5:1 Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no

estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

Hch. 4:19 Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo

delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios;; 5:29 Respondiendo

Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los

hombres.

1 Co. 7 23 Por precio fuisteis comprados; no os hagáis esclavos de los hombres.

Mt. 15:9 Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos

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de hombres.

Col. 2:20 Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del

mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos, 22

(en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se

destruyen con el uso?, 23 Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de

sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no

tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.

Gá. 1:10 Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de

agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo

de Cristo.; 2:3-5 3 Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser

griego, fue obligado a circuncidarse; 4 y esto a pesar de los falsos hermanos

introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que

tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud, 5 a los cuales ni por un

momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio

permaneciese con vosotros; 5.1 Estad, pues, firmes en la libertad con que

Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.

Ro. 10:17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.; 14:23

Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y

todo lo que no proviene de fe, es pecado.

Hch. 17:11 Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues

recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras

para ver si estas cosas eran así.

1 Co. 3:5 ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los

cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor.

2 Co. 1:24 No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para

vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes.

3. Aquellos que bajo el pretexto de la libertad cristiana practican cualquier pecado

o abrigan cualquier concupiscencia, al pervertir así el propósito principal de la

gracia del evangelio para su propia destrucción, (Ro. 6:1,2) destruyen

completamente, por tanto, el propósito de la libertad cristiana, que consiste en

que, siendo librados de las manos de todos nuestros enemigos, sirvamos al Señor

sin temor, en santidad y justicia delante de Él, todos los días de nuestra vida. (Lc

1.74, 75; Ro. 14:9; Gá. 5:13; 2 P. 2 18,21)

Ro. 6:1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia

abunde?, 2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado,

¿cómo viviremos aún en él?

Lc 1.74 Que, librados de nuestros enemigos, Sin temor le serviríamos, 75 En

santidad y en justicia delante de él, todos nuestros días

Ro. 14:9 Porque Cristo para esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser

Señor así de los muertos como de los que viven.

Gá. 5:13 Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente

que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los

unos a los otros.

2 P. 2 18 Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias

de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que

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viven en error., 21 Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino

de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo

mandamiento que les fue dado.

Capítulo XXII

De la adoración religiosa y del día de reposo

1. La luz de la natura1eza muestra que hay un Dios, que tiene señorío y soberanía

sobre todo; es justo, bueno y hace bien a todos; y que, por tanto, debe ser

temido, amado, alabado, invocado, creído, y servido con toda el alma, con todo

el corazón y con todas las fuerzas. (Jer. 10:7; Mr. 12:33) Pero el modo

aceptable de adorar al verdadero Dios está instituido por él mismo, y está de tal

manera limitado por su propia voluntad revelada que no se debe adorar a Dios

conforme a las imaginaciones e invenciones de los hombres o a las sugerencias

de Satanás, ni bajo ninguna representación visible o en ningún otro modo no

prescrito en las Santas Escrituras. (Gn. 4:1-5; Ex. 20:4-6; Mt. 15:3,8,9; 2 R.

16:10-18; Lv. 10:1-3; Dt 17.3, 4.2, 12.29-32; Jos. 1:7; 23:8; Mt 15:13; Col.

2:2~23; 2 Ti. 3:15-17)

Jer. 10:7 ¿Quién no te temerá, oh Rey de las naciones? Porque a ti es debido el

temor; porque entre todos los sabios de las naciones y en todos sus reinos, no

hay semejante a ti.

Mr. 12:33 y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda

el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más

que todos los holocaustos y sacrificios.

Gn. 4:1-5 1 Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín,

y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón. 2 Después dio a luz a su

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hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra. 3

Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda

a Jehová. 4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más

gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; 5 pero no miró

con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y

decayó su semblante

Ex. 20:4-6 4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en

el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 5 No te

inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte,

celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y

cuarta generación de los que me aborrecen, 6 y hago misericordia a millares, a

los que me aman y guardan mis mandamientos.

Mt. 15:3 Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el

mandamiento de Dios por vuestra tradición?,8 Este pueblo de labios me honra;

Mas su corazón está lejos de mí.,9 Pues en vano me honran, Enseñando como

doctrinas, mandamientos de hombres.;

2 R. 16:10-18 10 Después fue el rey Acaz a encontrar a Tiglat-pileser rey de

Asiria en Damasco; y cuando vio el rey Acaz el altar que estaba en Damasco,

envió al sacerdote Urías el diseño y la descripción del altar, conforme a toda su

hechura. 11 Y el sacerdote Urías edificó el altar; conforme a todo lo que el rey

Acaz había enviado de Damasco, así lo hizo el sacerdote Urías, entre tanto que

el rey Acaz venía de Damasco. 12 Y luego que el rey vino de Damasco, y vio

el altar, se acercó el rey a él, y ofreció sacrificios en él; 13 y encendió su

holocausto y su ofrenda, y derramó sus libaciones, y esparció la sangre de sus

sacrificios de paz junto al altar. 14 E hizo acercar el altar de bronce que estaba

delante de Jehová, en la parte delantera de la casa, entre el altar y el templo de

Jehová, y lo puso al lado del altar hacia el norte. 15 Y mandó el rey Acaz al

sacerdote Urías, diciendo: En el gran altar encenderás el holocausto de la

mañana y la ofrenda de la tarde, y el holocausto del rey y su ofrenda, y

asimismo el holocausto de todo el pueblo de la tierra y su ofrenda y sus

libaciones; y esparcirás sobre él toda la sangre del holocausto, y toda la sangre

del sacrificio. El altar de bronce será mío para consultar en él. 16 E hizo el

sacerdote Urías conforme a todas las cosas que el rey Acaz le mandó. 17 Y

cortó el rey Acaz los tableros de las basas, y les quitó las fuentes; y quitó

también el mar de sobre los bueyes de bronce que estaban debajo de él, y lo

puso sobre el suelo de piedra. 18 Asimismo el pórtico para los días de reposo,

que habían edificado en la casa, y el pasadizo de afuera, el del rey, los quitó

del templo de Jehová, por causa del rey de Asiria.

Lv. 10:1-3 1 Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario,

y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante

de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. 2 Y salió fuego de delante de

Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová. 3 Entonces dijo Moisés a

Aarón: Esto es lo que habló Jehová, diciendo: En los que a mí se acercan me

santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado. Y Aarón calló.

Dt 17.3 que hubiere ido y servido a dioses ajenos, y se hubiere inclinado a

ellos, ya sea al sol, o a la luna, o a todo el ejército del cielo, lo cual yo he

prohibido;, 4.2 No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de

ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os

ordene., 12.29-32 29 Cuando Jehová tu Dios haya destruido delante de ti las

naciones adonde tú vas para poseerlas, y las heredes, y habites en su tierra, 30

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guárdate que no tropieces yendo en pos de ellas, después que sean destruidas

delante de ti; no preguntes acerca de sus dioses, diciendo: De la manera que

servían aquellas naciones a sus dioses, yo también les serviré. 31 No harás así a

Jehová tu Dios; porque toda cosa abominable que Jehová aborrece, hicieron

ellos a sus dioses; pues aun a sus hijos y a sus hijas quemaban en el fuego a sus

dioses. 32 Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de

ello quitarás.

Jos. 1:7 Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme

a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni

a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.; 23:8

Mas a Jehová vuestro Dios seguiréis, como habéis hecho hasta hoy.

Mt 15:13 Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre

celestial, será desarraigada.

Col. 2:2~23 2 para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta

alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio

de Dios el Padre, y de Cristo, 3 en quien están escondidos todos los tesoros de

la sabiduría y del conocimiento. 4 Y esto lo digo para que nadie os engañe con

palabras persuasivas. 5 Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en

espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la

firmeza de vuestra fe en Cristo. 6 Por tanto, de la manera que habéis recibido al

Señor Jesucristo, andad en él; 7 arraigados y sobreedificados en él, y

confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones

de gracias. 8 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas

sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del

mundo, y no según Cristo. 9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud

de la Deidad, 10 y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo

principado y potestad. 11 En él también fuisteis circuncidados con circuncisión

no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la

circuncisión de Cristo; 12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis

también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de

los muertos. 13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la

incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos

todos los pecados, 14 anulando el acta de los decretos que había contra

nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,

15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente,

triunfando sobre ellos en la cruz. 16 Por tanto, nadie os juzgue en comida o en

bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, 17 todo lo

cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo. 18 Nadie os

prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles,

entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente

carnal, 19 y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo,

nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el

crecimiento que da Dios. 20 Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los

rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a

preceptos 21 tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques 22 (en

conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se

destruyen con el uso? 23 Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de

sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no

tienen valor alguno contra los apetitos de la carne.

2 Ti. 3:15-17 15 Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las

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cuales te pueden hacer sabio para la salud por la fe que es en Cristo Jesús. 16

Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para

corregir, para instituir en justicia, 17 Para que el hombre de Dios sea perfecto,

enteramente instruido para toda buena obra.

2. La adoración religiosa ha de tributarse a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, y a

Él solamente; (Mt 4:9,10; Jn. 5:23; 2 Co. 13:14) no a los ángeles, ni a los

santos, ni a ninguna otra criatura; (Ro. 1:25; Col. 2:18; Ap. 19:10) y desde la

Caída, no sin un mediador; ni por la mediación de ningún otro, sino solamente

de Cristo. (Jn. 14:6; Ef. 2:18; Col. 3:17; 1 Ti. 2:5)

Mt 4:9 Y dícele: Todo esto te daré, si postrado me adorares., 10 Entonces Jesús

le dice: Vete, Satanás, que escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y á él solo

servirás.

Jn. 5:23 Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra

al Hijo, no honra al Padre que le envió.

2 Co. 13:14 La gracia del Señor Jesucristo, y el amor de Dios, y la participación

del Espíritu Santo sea con vosotros todos. Amén.

Ro. 1:25 Los cuales mudaron la verdad de Dios en mentira, honrando y

sirviendo á las criaturas antes que al Criador, el cual es bendito por los siglos.

Amén.

Col. 2:18 Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto á los

ángeles, metiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado en el sentido de

su propia carne,

Ap. 19:10 Y yo me eché á sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira que no lo

hagas: yo soy siervo contigo, y con tus hermanos que tienen el testimonio de

Jesús: adora á Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.

Jn. 14:6 Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al

Padre, sino por mí.

Ef. 2:18 Que por él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu

al Padre.

Col. 3:17 Y todo lo que hacéis, sea de palabra, ó de hecho, hacedlo todo en el

nombre del Señor Jesús, dando gracias á Dios Padre por él.

1 Ti. 2:5 Porque hay un Dios, asimismo un mediador entre Dios y los hombres,

Jesucristo hombre;

3. Siendo la oración, con acción de gracias, una parte de la adoración natural, la

exige Dios de todos los hombres. (Sal. 95:1-7; 100:1-5) Pero para que pueda ser

aceptada, debe hacerse en el nombre del Hijo, (Jn. 14:13,14) con la ayuda del

Espíritu (Ro. 8:26), conforme a su voluntad, (1 Jn.5:14) con entendimiento,

reverencia, humildad, fervor, fe, amor y perseverancia; (Sal. 47:7; Ec. 5:4,2;

He. 12:28; Gn. 18:27; Stg. 5:16; 1:6,7; Mr. 11:24; Mt. 6:12,14,15; Col. 4:2;

Ef. 6:18) y cuando se hace con otros, en una lengua conocida.(1 Co. 14:13-

19,27,28)

Sal. 95:1-7 1 VENID, celebremos alegremente á Jehová: Cantemos con júbilo á

la roca de nuestra salud. 2 Lleguemos ante su acatamiento con alabanza;

Aclamémosle con cánticos. 3 Porque Jehová es Dios grande; Y Rey grande

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sobre todos los dioses. 4 Porque en su mano están las profundidades de la

tierra, Y las alturas de los montes son suyas. 5 Suya también la mar, pues él la

hizo; Y sus manos formaron la seca. 6 Venid, adoremos y postrémonos;

Arrodillémonos delante de Jehová nuestro hacedor. 7 Porque él es nuestro Dios;

Nosotros el pueblo de su dehesa, y ovejas de su mano. Si hoy oyereis su voz;

100:1-5 1 Salmo de alabanza. CANTAD alegres á Dios, habitantes de toda la

tierra. 2 Servid á Jehová con alegría: Venid ante su acatamiento con regocijo.

3 Reconoced que Jehová él es Dios: El nos hizo, y no nosotros á nosotros

mismos. Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. 4 Entrad por sus puertas con

reconocimiento, Por sus atrios con alabanza: Alabadle, bendecid su nombre. 5

Porque Jehová es bueno: para siempre es su misericordia, Y su verdad por todas

las generaciones

Jn. 14:13 Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, esto haré, para que el

Padre sea glorificado en el Hijo., 14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.

Ro. 8:26 Y asimismo también el Espíritu ayuda nuestra flaqueza: porque qué

hemos de pedir como conviene, no lo sabemos; sino que el mismo Espíritu pide

por nosotros con gemidos indecibles.

1 Jn.5:14 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si demandáremos alguna

cosa conforme á su voluntad, él nos oye.

Sal. 47:7 Porque Dios es el Rey de toda la tierra: Cantad con inteligencia.

Ec. 5:4 Cuando á Dios hicieres promesa, no tardes en pagarla; porque no se

agrada de los insensatos. Paga lo que prometieres., 2 No te des prisa con tu boca,

ni tu corazón se apresure á proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en

el cielo, y tú sobre la tierra: por tanto, sean pocas tus palabras.

He. 12:28 Así que, tomando el reino inmóvil, vamos á Dios agradándole con

temor y reverencia;

Gn. 18:27 Y Abraham replicó y dijo: He aquí ahora que he comenzado á hablar

á mi Señor, aunque soy polvo y ceniza:

Stg. 5:16 Confesaos vuestras faltas unos á otros, y rogad los unos por los otros,

para que seáis sanos; la oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho.;

1:6 Pero pida en fe, no dudando nada: porque el que duda es semejante á la onda

de la mar, que es movida del viento, y echada de una parte á otra., 7 No piense

pues el tal hombre que recibirá ninguna cosa del Señor.

Mr. 11:24 Por tanto, os digo que todo lo que orando pidiereis, creed que lo

recibiréis, y os vendrá.

Mt. 6:12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos á

nuestros deudores., 14 Porque si perdonareis á los hombres sus ofensas, os

perdonará también á vosotros vuestro Padre celestial., 15 Mas si no

perdonareis á los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará

vuestras ofensas.

Col. 4:2 Perseverad en oración, velando en ella con hacimiento de gracias:

Ef. 6:18 Orando en todo tiempo con toda deprecación y súplica en el Espíritu, y

velando en ello con toda instancia y suplicación por todos los santos,

4. La oración ha de hacerse por cosas lícitas, y a favor de toda clase de personas

vivas, o que vivirán más adelante; (Jn. 5:14; 1 Ti. 2:1,2; Jn. 17:20) pero no a

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favor de los muertos ni de aquellos de quienes se pueda saber que han cometido

el pecado de muerte.(2 S.12:21-23; Lc. 16:25,26; Ap.14:13; 1 Jn. 5:16)

Jn. 5:14 Después le halló Jesús en el templo, y díjole: He aquí, has sido sanado;

no peques más, porque no te venga alguna cosa peor.

1 Ti. 2:1 AMONESTO pues, ante todas cosas, que se hagan rogativas,

oraciones, peticiones, hacimientos de gracias, por todos los hombres;, 2 Por los

reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y

reposadamente en toda piedad y honestidad.

Jn. 17:20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de

creer en mí por la palabra de ellos,

2 S.12:21-23 21 Y le dijeron sus siervos: ¿Qué es esto que has hecho? Por el

niño, viviendo aún, ayunabas y llorabas; y muerto él, te levantaste y comiste

pan. 22 Y él respondió: Viviendo aún el niño, yo ayunaba y lloraba, diciendo:

¿Quién sabe si Dios tendrá compasión de mí, y vivirá el niño? 23 Más ahora

que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a

él, mas él no volverá a mí

Lc. 16:25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu

vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú

atormentado. , 26 Además de todo esto, una gran sima está puesta entre

nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros,

no pueden, ni de allá pasar acá.

Ap.14:13 Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de

aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu,

descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.

1 Jn. 5:16 Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte,

pedirá, y Dios le dará vida; esto es para los que cometen pecado que no sea de

muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida.

5. La lectura de las Escrituras, (Hch. 15:21; 1 Ti. 4:13; Ap. 1:3) la predicación y

la audición de la Palabra de Dios, (2Ti.4:2; Lc.8:18) la instrucción y la

amonestación los unos a los otros por medio de salmos, himnos y cantos

espirituales, el cantar con gracia en el corazón al Señor, (Col. 3:16; Ef. 5:19)

como también la administración del bautismo (Mt. 28:19, 20) y la Cena del

Señor: (1Co.11:26) todas estas cosas son arte de la adoración religiosa a Dios

que ha de realizarse en obediencia a con entendimiento, fe, reverencia y temor

piadoso; además, la humillación solemne, (Est 4:16; Jl. 2:12; Mt. 9:15; Hch.

13:2,3; 1 Co. 7:5) con ayunos, y las acciones de gracia en ocasiones especiales,

han de usarse de una manera santa y piadosa. (Ex. 15:1-19; Sal. 107)

Hch. 15:21 Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo

predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo.

1 Ti. 4:13 Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la

enseñanza.

Ap. 1:3 Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía,

y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.

2Ti.4:2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo;

redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.

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Lc. 8:18 Mirad, pues, cómo oís; porque a todo el que tiene, se le dará; y a

todo el que no tiene, aun lo que piensa tener se le quitará.

Col. 3:16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y

exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros

corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.

Ef. 5:19 hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos

espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;

Mt. 28:19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,

bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;, 20

enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo

estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

1Co.11:26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta

copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.

Est 4:16 Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí,

y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas

ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a

la ley; y si perezco, que perezca.

Jl. 2:12 Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro

corazón, con ayuno y lloro y lamento.

Mt. 9:15 Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre

tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será

quitado, y entonces ayunarán.

Hch. 13:2 Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo:

Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado., 3 Entonces,

habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.

1 Co. 7:5 No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo

consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a

juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.

Ex. 15:1-19 1 Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este cántico a

Jehová, y dijeron: Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado

grandemente; Ha echado en el mar al caballo y al jinete. 2 Jehová es mi

fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré;

Dios de mi padre, y lo enalteceré. 3 Jehová es varón de guerra; Jehová es su

nombre. 4 Echó en el mar los carros de Faraón y su ejército; Y sus capitanes

escogidos fueron hundidos en el Mar Rojo. 5 Los abismos los cubrieron;

Descendieron a las profundidades como piedra. 6 Tu diestra, oh Jehová, ha

sido magnificada en poder; Tu diestra, oh Jehová, ha quebrantado al

enemigo. 7 Y con la grandeza de tu poder has derribado a los que se levantaron

contra ti. Enviaste tu ira; los consumió como a hojarasca. 8 Al soplo de tu

aliento se amontonaron las aguas; Se juntaron las corrientes como en un

montón; Los abismos se cuajaron en medio del mar. 9 El enemigo dijo:

Perseguiré, apresaré, repartiré despojos; Mi alma se saciará de ellos; Sacaré

mi espada, los destruirá mi mano. 10 Soplaste con tu viento; los cubrió el

mar; Se hundieron como plomo en las impetuosas aguas. 11 ¿Quién como tú,

oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, Terrible

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en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios? 12 Extendiste tu diestra; La

tierra los tragó. 13 Condujiste en tu misericordia a este pueblo que redimiste;

Lo llevaste con tu poder a tu santa morada. 14 Lo oirán los pueblos, y

temblarán; Se apoderará dolor de la tierra de los filisteos. 15 Entonces los

caudillos de Edom se turbarán; A los valientes de Moab les sobrecogerá

temblor; Se acobardarán todos los moradores de Canaán. 16 Caiga sobre

ellos temblor y espanto; A la grandeza de tu brazo enmudezcan como una

piedra; Hasta que haya pasado tu pueblo, oh Jehová, Hasta que haya pasado

este pueblo que tú rescataste. 17 Tú los introducirás y los plantarás en el monte

de tu heredad, En el lugar de tu morada, que tú has preparado, oh Jehová, En

el santuario que tus manos, oh Jehová, han afirmado. 18 Jehová reinará

eternamente y para siempre. 19 Porque Faraón entró cabalgando con sus carros

y su gente de a caballo en el mar, y Jehová hizo volver las aguas del mar sobre

ellos; mas los hijos de Israel pasaron en seco por en medio del mar

Sal. 107 1 Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre es su

misericordia. 2 Díganlo los redimidos de Jehová, Los que ha redimido del

poder del enemigo, 3 Y los ha congregado de las tierras, Del oriente y del

occidente, Del norte y del sur. 4 Anduvieron perdidos por el desierto, por la

soledad sin camino, Sin hallar ciudad en donde vivir. 5 Hambrientos y

sedientos, Su alma desfallecía en ellos. 6 Entonces clamaron a Jehová en su

angustia, Y los libró de sus aflicciones. 7 Los dirigió por camino derecho,

Para que viniesen a ciudad habitable. 8 Alaben la misericordia de Jehová, Y

sus maravillas para con los hijos de los hombres. 9 Porque sacia al alma

menesterosa, Y llena de bien al alma hambrienta. 10 Algunos moraban en

tinieblas y sombra de muerte, Aprisionados en aflicción y en hierros, 11 Por

cuanto fueron rebeldes a las palabras de Jehová, Y aborrecieron el consejo del

Altísimo. 12 Por eso quebrantó con el trabajo sus corazones; Cayeron, y no

hubo quien los ayudase. 13 Luego que clamaron a Jehová en su angustia, Los

libró de sus aflicciones; 14 Los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte,

Y rompió sus prisiones. 15 Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas

para con los hijos de los hombres. 16 Porque quebrantó las puertas de bronce,

Y desmenuzó los cerrojos de hierro. 17 Fueron afligidos los insensatos, a

causa del camino de su rebelión Y a causa de sus maldades; 18 Su alma

abominó todo alimento, Y llegaron hasta las puertas de la muerte. 19 Pero

clamaron a Jehová en su angustia, Y los libró de sus aflicciones. 20 Envió su

palabra, y los sanó, Y los libró de su ruina. 21 Alaben la misericordia de

Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los hombres; 22 Ofrezcan

sacrificios de alabanza, Y publiquen sus obras con júbilo. 23 Los que

descienden al mar en naves, Y hacen negocio en las muchas aguas, 24 Ellos

han visto las obras de Jehová, Y sus maravillas en las profundidades. 25

Porque habló, e hizo levantar un viento tempestuoso, Que encrespa sus ondas.

26 Suben a los cielos, descienden a los abismos; Sus almas se derriten con el

mal. 27 Tiemblan y titubean como ebrios, Y toda su ciencia es inútil. 28

Entonces claman a Jehová en su angustia, Y los libra de sus aflicciones. 29

Cambia la tempestad en sosiego, Y se apaciguan sus ondas. 30 Luego se

alegran, porque se apaciguaron; Y así los guía al puerto que deseaban. 31

Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los

hombres. 32 Exáltenlo en la congregación del pueblo, Y en la reunión de

ancianos lo alaben. 33 El convierte los ríos en desierto, Y los manantiales de

las aguas en sequedales; 34 La tierra fructífera en estéril, Por la maldad de los

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que la habitan. 35 Vuelve el desierto en estanques de aguas, Y la tierra seca en

manantiales. 36 Allí establece a los hambrientos, Y fundan ciudad en donde

vivir. 37 Siembran campos, y plantan viñas, Y rinden abundante fruto. 38 Los

bendice, y se multiplican en gran manera; Y no disminuye su ganado. 39

Luego son menoscabados y abatidos A causa de tiranía, de males y congojas.

40 El esparce menosprecio sobre los príncipes, Y les hace andar perdidos,

vagabundos y sin camino. 41 Levanta de la miseria al pobre, Y hace

multiplicar las familias como rebaños de ovejas. 42 Véanlo los rectos, y

alégrense, Y todos los malos cierren su boca. 43 ¿Quién es sabio y guardará

estas cosas, Y entenderá las misericordias de Jehová?

6. Ahora, bajo el evangelio, ni la oración ni ninguna otra parte de la adoración

religiosa están limitadas a un lugar, ni son más aceptables por el lugar en que se

realizan, o hacia el cual se dirigen; (Jn. 4:21) sino que Dios ha de ser adorado en

todas partes en espíritu y en verdad; (Mal. 1:11; 1 Ti. 2:8; Jn. 4:23,24) tanto en

cada familia en particular (Dt. 6:6,7; Job 1:5; 1 P. 3:7) diariamente, (Mt.6:11)

como cada uno en secreto por sí solo; (Mt. 6:6) así como de una manera más

solemne en las reuniones públicas, (Sal. 84:1,2,10; Mt. 18:20; 1 Co. 3:16;

14:25; Ef. 2:21,22) las cuales no han de descuidarse ni abandonarse

voluntariamente o por negligencia, cuando Dios por su Palabra o providencia

nos llama a ellas. (Hch. 2:42; He. 10:25)

Jn. 4:21 Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este

monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.

Mal. 1:11 Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi

nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi nombre incienso y

ofrenda limpia, porque grande es mi nombre entre las naciones, dice Jehová de

los ejércitos.

1 Ti. 2:8 Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos

santas, sin ira ni contienda.

Jn. 4:23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores

adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales

adoradores busca que le adoren., 24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en

espíritu y en verdad es necesario que adoren.

Dt. 6:6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;, 7 y las

repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el

camino, y al acostarte, y cuando te levantes.

Job 1:5 Y acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job

enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos

conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis

hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía

todos los días.

1 P. 3:7 Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando

honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de

la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.

Mt.6:11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.

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Mt. 6:6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a

tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará

en público.

Sal. 84:1 ¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos!, 2

Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y

mi carne cantan al Dios vivo, 10 Porque mejor es un día en tus atrios que mil

fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, Que

habitar en las moradas de maldad.

Mt. 18:20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy

yo en medio de ellos.

1 Co. 3:16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora

en vosotros?; 14:25 lo oculto de su corazón se hace manifiesto; y así,

postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente

Dios está entre vosotros.

Ef. 2:21 en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un

templo santo en el Señor;, 22 en quien vosotros también sois juntamente

edificados para morada de Dios en el Espíritu.

Hch. 2:42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos

con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.

He. 10:25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre,

sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.

7. Así como es la ley de la naturaleza que, en general, una proporción de tiempo,

por designio de Dios se dedique a la adoración de Dios, así en su Palabra, por un

mandamiento positivo, moral y perpetuo que obliga a todos los hombres en

todas las épocas, Dios ha señalado particularmente un día de cada siete como día

de reposo, para que sea guardado santo para Él; (Gn. 2:3; Ex. 20:8-11; Mr.

2:27,28; Ap. 1:10) el cual desde el principio del mundo hasta la resurrección de

Cristo fue el último día de la semana y desde la resurrección de Cristo fue

cambiado al primer día de la semana, que es llamado el Día del Señor y debe ser

perpetuado hasta el fin del mundo como el día de reposo cristiano, siendo

abolida la observancia del último día de la semana. (Jn. 20:1; Hch. 2:1; 20:7; 1

Co. 16:1; Ap. 1:10; Col. 2:16,17)

Gn. 2:3 Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de

toda la obra que había hecho en la creación.

Ex. 20:8-11 8 Acuérdate del día de reposo para santificarlo. 9 Seis días

trabajarás, y harás toda tu obra; 10 mas el séptimo día es reposo para Jehová tu

Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu

criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. 11 Porque

en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en

ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de

reposo y lo santificó

Mr. 2:27 También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y

no el hombre por causa del día de reposo., 28 Por tanto, el Hijo del Hombre es

Señor aun del día de reposo.

Ap. 1:10 Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran

voz como de trompeta,

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Jn. 20:1 El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo

aún oscuro, al sepulcro; y vio quitada la piedra del sepulcro.

Hch. 2:1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.;

20:7 El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan,

Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta

la medianoche.

1 Co. 16:1 En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la

manera que ordené en las iglesias de Galacia.

Ap. 1:10 Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran

voz como de trompeta,

Col. 2:16 Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días

de fiesta, luna nueva o días de reposo,, 17 todo lo cual es sombra de lo que ha

de venir; pero el cuerpo es de Cristo.

8. El día de reposo se guarda santo para el Señor cuando los hombres, después de

la debida preparación de su corazón y arreglados de antemano todos sus asuntos

cotidianos, no solamente observan un santo descanso durante todo el día de sus

propias labores, palabras y pensamientos (Ex. 20:8-11; Neh. 13:15-22; Is.

58:13,14; Ap. 1:10) acerca de sus ocupaciones y diversiones seculares; sino que

también se dedican todo el tiempo al ejercicio público y privado de la adoración

de Dios, y a los deberes de necesidad y de misericordia. (Mt. 12:1-13; Mr.

2:27,28)

Ex. 20:8-11 8 Acuérdate del día de reposo para santificarlo. 9 Seis días

trabajarás, y harás toda tu obra; 10 mas el séptimo día es reposo para Jehová tu

Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu

criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. 11 Porque

en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en

ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de

reposo y lo santificó

Neh. 13:15-22 15 En aquellos días vi en Judá a algunos que pisaban en lagares

en el día de reposo, y que acarreaban haces, y cargaban asnos con vino, y

también de uvas, de higos y toda suerte de carga, y que traían a Jerusalén en día

de reposo; y los amonesté acerca del día en que vendían las provisiones. 16

También había en la ciudad tirios que traían pescado y toda mercadería, y

vendían en día de reposo a los hijos de Judá en Jerusalén. 17 Y reprendí a los

señores de Judá y les dije: ¿Qué mala cosa es esta que vosotros hacéis,

profanando así el día de reposo? 18 ¿No hicieron así vuestros padres, y trajo

nuestro Dios todo este mal sobre nosotros y sobre esta ciudad? ¿Y vosotros

añadís ira sobre Israel profanando el día de reposo? 19 Sucedió, pues, que

cuando iba oscureciendo a las puertas de Jerusalén antes del día de reposo, dije

que se cerrasen las puertas, y ordené que no las abriesen hasta después del día

de reposo; y puse a las puertas algunos de mis criados, para que en día de

reposo no introdujeran carga. 20 Y se quedaron fuera de Jerusalén una y dos

veces los negociantes y los que vendían toda especie de mercancía. 21 Y les

amonesté y les dije: ¿Por qué os quedáis vosotros delante del muro? Si lo

hacéis otra vez, os echaré mano. Desde entonces no vinieron en día de reposo.

22 Y dije a los levitas que se purificasen y viniesen a guardar las puertas, para

santificar el día del reposo. También por esto acuérdate de mí, Dios mío, y

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perdóname según la grandeza de tu misericordia

Is. 58:13 Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día

santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no

andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus

propias palabras,, 14 entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre

las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la

boca de Jehová lo ha hablado.

Ap. 1:10 Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran

voz como de trompeta,

Mt. 12:1-13 1 En aquel tiempo iba Jesús por los sembrados en un día de

reposo; y sus discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar espigas y a

comer. 2 Viéndolo los fariseos, le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que

no es lícito hacer en el día de reposo. 3 Pero él les dijo: ¿No habéis leído lo que

hizo David, cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre; 4 cómo entró

en la casa de Dios, y comió los panes de la proposición, que no les era lícito

comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente a los sacerdotes? 5

¿O no habéis leído en la ley, cómo en el día de reposo los sacerdotes en el

templo profanan el día de reposo, y son sin culpa? 6 Pues os digo que uno

mayor que el templo está aquí. 7 Y si supieseis qué significa: Misericordia

quiero, y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes; 8 porque el Hijo del

Hombre es Señor del día de reposo. 9 Pasando de allí, vino a la sinagoga de

ellos. 10 Y he aquí había allí uno que tenía seca una mano; y preguntaron a

Jesús, para poder acusarle: ¿Es lícito sanar en el día de reposo? 11 El les dijo:

¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en un

hoyo en día de reposo, no le eche mano, y la levante? 12 Pues ¿cuánto más

vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los

días de reposo. 13 Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la

extendió, y le fue restaurada sana como la otra.

Mr. 2:27 También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y

no el hombre por causa del día de reposo., 28 Por tanto, el Hijo del Hombre es

Señor aun del día de reposo.

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Capítulo XXIII

Juramentos Legales Y Votos

1. Un juramento licito es una parte de la adoración religiosa por el cual el jurador,

teniendo en vista la verdad, la justicia y el juicio, solemnemente pone a Dios

como testigo de lo que jura, (Ex 20:7; Dt. 10:20; Jer. 4:2) y para que le juzgue

conforme a la verdad o la falsedad de sus palabras. (2Cr. 6:22,23)

Ex 20:7 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por

inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.

Dt. 10:20 A Jehová tu Dios temerás, a él solo servirás, a él seguirás, y por su

nombre jurarás

Jer. 4:2 y jurares: Vive Jehová, en verdad, en juicio y en justicia, entonces las

naciones serán benditas en él, y en él se gloriarán

2Cr. 6:22 Si alguno pecare contra su prójimo, y se le exigiere juramento, y

viniere a jurar ante tu altar en esta casa, 23 tú oirás desde los cielos, y actuarás,

y juzgarás a tus siervos, dando la paga al impío, haciéndole recaer su proceder

sobre su cabeza, y justificando al justo al darle conforme a su justicia

2. Sólo en el nombre de Dios deben jurar los hombres, y este nombre ha de usarse

con todo temor santo y con reverencia. Por lo tanto, jurar vana o temerariamente

en ese nombre glorioso y terrible, o definitivamente jurar por cualquiera otra

cosa, es pecaminoso y debe aborrecerse. (Mt. 5:34,37; Stg.5:12) Sin embargo,

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en asuntos de peso y de importancia, cuando la verdad requiere una

confirmación y para poner fin a la contienda, un juramento está justificado por la

palabra de Dios; (He. 6:16; 2Cor.1:23) por eso, cuando una autoridad legítima

exija un juramento legal para tales asuntos, este juramento debe hacerse. (Neh.

13:25)

Mt. 5:34 Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo,

porque es el trono de Dios; , 37 Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no;

porque lo que es más de esto, de mal procede

Stg. 5:12 Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la

tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea

no, para que no caigáis en condenación

He. 6:16 Porque los hombres ciertamente juran por uno mayor que ellos, y para

ellos el fin de toda controversia es el juramento para confirmación

2Cor.1:23 Mas yo invoco a Dios por testigo sobre mi alma, que por ser

indulgente con vosotros no he pasado todavía a Corinto

Neh. 13:25 Y reñí con ellos, y los maldije, y herí a algunos de ellos, y les

arranqué los cabellos, y les hice jurar, diciendo: No daréis vuestras hijas a sus

hijos, y no tomaréis de sus hijas para vuestros hijos, ni para vosotros mismos

3. Todo aquel que hace un juramento de acuerdo a la palabra de Dios debe

considerar seriamente la gravedad de un acto tan solemne, y por lo tanto no

afirmar nada que no sepa sea verdad, porque por medio de juramentos falsos y

vacíos el Señor es provocado y por razón de ello la tierra es traída a miserias.

(Lv. 19:12; Jer. 23:10)

Lv. 19:12 Degolló asimismo el holocausto, y los hijos de Aarón le presentaron

la sangre, la cual roció él alrededor sobre el altar

Jer. 23:10 Porque la tierra está llena de adúlteros; a causa de la maldición la

tierra está desierta; los pastizales del desierto se secaron; la carrera de ellos fue

mala, y su valentía no es recta

4. Un juramento debe hacerse en el sentido claro y común de las palabras, sin

equivocación o reservas mentales. (Sal. 24:4; Sal 76:11; Gn. 28:20-22)

Sal. 24:4 El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a

cosas vanas, Ni jurado con engaño.

Sal 76:11 Prometed, y pagad a Jehová vuestro Dios; Todos los que están

alrededor de él, traigan ofrendas al Temible.

Gn. 28:20-22 20 E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me

guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para

vestir, 21 y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. 22 Y

esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me

dieres, el diezmo apartaré para ti.

5. Los votos han de ser hechos a Dios solamente y no a una criatura. Una vez

hechos han de ser llevados a cabo escrupulosamente y fielmente. (Sal. 76.11;

Gn. 28.20-22) Pero votos monásticos de vida soltera perpetua, (1Co. 7:2,9)

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pobreza profesada (Ef. 4:28) y obediencia regular que pertenecen a la iglesia de

Roma, en lugar de representar santidad superior son meramente supersticiones y

trampas pecaminosas en las cuales ningún cristiano debería enredarse. (Mt.

19:11)

Sal. 76.11 Prometed, y pagad a Jehová vuestro Dios; Todos los que están

alrededor de él, traigan ofrendas al Temible

Gn. 28.20-22 20 E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me

guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para

vestir, 21 y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. 22 Y

esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me

dieres, el diezmo apartaré para ti.

1Co. 7:2 pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y

cada una tenga su propio marido., 9 pero si no tienen don de continencia,

cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando.

Ef. 4:28 El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo

que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad

Mt. 19:11 Entonces él les dijo: No todos son capaces de recibir esto, sino

aquellos a quienes es dado.

Capitulo XXIV

El Gobierno Civil

1. Dios, el supremo Señor y Rey de todo el mundo, ha instituido a los magistrados

civiles para estar sujetos a él, gobernando al pueblo para la gloria de Dios y el

bien público; y con este fin les ha armado con el poder de la espada, para la

defensa y aliento de los que hacen lo bueno, y para el castigo de los

malhechores. (Ro. 13:14; 1 P. 2:13,14)

Ro. 13:14 sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la

carne.

1 P. 2:13 Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al

rey, como a superior, 14 ya a los gobernadores, como por él enviados para

castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien

2. Es lícito para los cristianos aceptar y desempeñar el cargo de magistrado cuando

sean llamados para ello; en el desempeño de su cargo deben mantener

especialmente la justicia y la paz, según las leyes sanas de cada reino y estado;

así con este fin, bajo el Nuevo Testamento, pueden legalmente ahora hacer la

guerra en ocasiones justas y necesarias. (2S. 23:3; Sal. 82:3,4; Lc 3:14)

2S. 23:3 El Dios de Israel ha dicho, Me habló la Roca de Israel: Habrá un justo

que gobierne entre los hombres, Que gobierne en el temor de Dios.

Sal. 82:3 Defended al débil y al huérfano; Haced justicia al afligido y al

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menesteroso, 4 Librad al afligido y al necesitado; Libradlo de mano de los

impíos

Lc 3:14 También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué

haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos

con vuestro salario

3. Como los gobernantes civiles son puestos por Dios con los propósitos ya

mencionados, los cristianos están sujetos a ellos en los requisitos legales, y esto

por causa del Señor y de la conciencia y no meramente para evitar castigo. (Ro.

13:5-7; 3. 1 P.2:17) Debemos ofrecer suplicaciones y oraciones a favor de los

reyes y de los que están en autoridad, para que bajo su gobierno podamos vivir

quieta y reposadamente en santidad y honestidad. (1 Ti. 2:1,2)

Ro. 13:5-7 5 Por lo cual es necesario que le estéis sujetos, no solamente por la

ira, más aun por la conciencia. 6 Porque por esto pagáis también los tributos;

porque son ministros de Dios que sirven á esto mismo. 7 Pagad á todos lo que

debéis: al que tributo, tributo; al que pecho, pecho; al que temor, temor; al que

honra, honra

1 P.2:17 Honrad á todos. Amad la fraternidad. Temed á Dios. Honrad al rey.

1 Ti. 2:1 AMONESTO pues, ante todas cosas, que se hagan rogativas,

oraciones, peticiones, hacimientos de gracias, por todos los hombres;, 2 Por los

reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y

reposadamente en toda piedad y honestidad

Capítulo XXV

Del matrimonio

1. El matrimonio ha de ser entre un hombre y una mujer; no es licito para ningún

hombre tener más de una esposa, ni para ninguna mujer tener más de un marido.

(Gn. 2:24 con Mt 19:5,6; 1 Ti. 3:2; Tit. 1:6)

Gn. 2:24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su

mujer, y serán una sola carne.

Mt 19:5 y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su

mujer, y los dos serán una sola carne?, 6 Así que no son ya más dos, sino una

sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre

1 Ti. 3:2 Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola

mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar

Tit. 1:6 el que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos

creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía

2. El matrimonio file instituido para la mutua ayuda de esposo y esposa; (Gn.

2:18; Pr. 2:17; Mal. 2:14) para multiplicar el género humano por medio de una

descendencia legítima: (Gn. 1:28; Sal. 127:3-5; 128:3,4) y para evitar la

impureza. (1 Co. 7:2,9)

Gn. 2:18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré

ayuda idónea para él

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Pr. 2:17 La cual abandona al compañero de su juventud, Y se olvida del pacto

de su Dios

Mal. 2:14 Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la

mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera,

y la mujer de tu pacto

1 Co. 7:2 pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y

cada una tenga su propio marido, 9 pero si no tienen don de continencia,

cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando

3. Pueden casarse lícitamente toda clase de personas capaces de dar su

consentimiento en su sano juicio; (1 Co. 7:39; 2 Co. 6:14; He. 13:4; 1 Ti. 4:3)

sin embargo, es deber de los cristianos casarse en el Señor. Y, por tanto, los que

profesan la verdadera fe no deben casarse con incrédulos o idólatras; ni deben

los que son piadosos unirse en yugo desigual, casándose con los que sean

malvados en sus vidas o que sostengan herejías condenables. (1 Co. 7:39; 2 Co.

6:14)

1 Co. 7:39 La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero

si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en

el Señor

2 Co. 6:14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué

compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las

tinieblas?

He. 13:4 Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a

los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios

1 Ti. 4:3 prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó

para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han

conocido la verdad

1 Co. 7:39 La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero

si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en

el Señor

2 Co. 6:14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué

compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las

tinieblas?

4. El matrimonio no debe contraerse dentro de los grados de consanguinidad o

afinidad prohibidos en la Palabra, ni pueden tales matrimonios incestuosos

legalizarse jamás por ninguna ley humana, ni por el consentimiento de las

partes, de tal manera que esas personas puedan vivir juntas como marido y

mujer. (Lv. 18:6-18: Am 2:7; Mr. 6:18; 1 Co. 5:1)

Lv. 18:6-18 6 Ningún varón se llegue a parienta próxima alguna, para

descubrir su desnudez. Yo Jehová. 7 La desnudez de tu padre, o la desnudez

de tu madre, no descubrirás; tu madre es, no descubrirás su desnudez. 8 La

desnudez de la mujer de tu padre no descubrirás; es la desnudez de tu padre. 9

La desnudez de tu hermana, hija de tu padre o hija de tu madre, nacida en casa

o nacida fuera, su desnudez no descubrirás. 10 La desnudez de la hija de tu

hijo, o de la hija de tu hija, su desnudez no descubirás, porque es la desnudez

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tuya. 11 La desnudez de la hija de la mujer de tu padre, engendrada de tu

padre, tu hermana es; su desnudez no descubrirás. 12 La desnudez de la

hermana de tu padre no descubrirás; es parienta de tu padre. 13 La desnudez de

la hermana de tu madre no descubrirás, porque parienta de tu madre es. 14 La

desnudez del hermano de tu padre no descubrirás; no llegarás a su mujer; es

mujer del hermano de tu padre. 15 La desnudez de tu nuera no descubrirás;

mujer es de tu hijo, no descubrirás su desnudez. 16 La desnudez de la mujer de

tu hermano no descubrirás; es la desnudez de tu hermano. 17 La desnudez de la

mujer y de su hija no descubrirás; no tomarás la hija de su hijo, ni la hija de su

hija, para descubrir su desnudez; son parientas, es maldad. 18 No tomarás

mujer juntamente con su hermana, para hacerla su rival, descubriendo su

desnudez delante de ella en su vida.

Am 2:7 Pisotean en el polvo de la tierra las cabezas de los desvalidos, y tuercen

el camino de los humildes; y el hijo y su padre se llegan a la misma joven,

profanando mi santo nombre

Mr. 6:18 Porque Juan decía a Herodes: No te es lícito tener la mujer de tu

hermano

1 Co. 5:1 e cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación

cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su

padre

Capítulo XXVI

De la Iglesia

1. La Iglesia católica o universal, (Mt. 16:18; 1 Co. 12:28; Ef. 1:22; 4:11-15;

5:23-25, 27, 29, 32; Col.1:18, 24; He. 12:23) que (con respecto a la obra interna

del Espíritu y la verdad de la gracia) puede llamarse invisible, se compone del

número completo de los elegidos que han sido, son o serán reunidos en uno bajo

Cristo, su cabeza; y es la esposa, el cuerpo, la plenitud de Aquel que llena todo

en todos. (Ef. 1: 22; 5:23-25, 27, 29,32; Col. 1:18,24; Ap. 21:9-14)

Mt. 16:18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré

mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.

1 Co. 12:28 Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego

profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que

sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.

Ef. 1:22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas

las cosas a la iglesia,; 4:11-15 11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a

otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de

perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del

cuerpo de Cristo, 13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del

conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura

de la plenitud de Cristo; 14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados

por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para

engañar emplean con astucia las artimañas del error, 15 sino que siguiendo la

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verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo;

5:23-25 23 porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza

de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. 24 Así que, como la

iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en

todo. 25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia,

y se entregó a sí mismo por ella, 27 a fin de presentársela a sí mismo, una

iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que

fuese santa y sin mancha., 29 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne,

sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia,, 32 Grande es

este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.

Col.1:18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el

primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;, 24

Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que

falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia

He. 12:23 a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los

cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos

Ef. 1: 22y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas

las cosas a la iglesia,; 5:23-25 23 porque el marido es cabeza de la mujer, así

como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.

24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo

estén a sus maridos en todo. 25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como

Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 27 a fin de

presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga

ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha., 29 Porque nadie

aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como

también Cristo a la iglesia,, 32 Grande es este misterio; mas yo digo esto

respecto de Cristo y de la iglesia

Col. 1:18,24 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el

principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la

preeminencia;, 24 Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en

mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia

Ap. 21:9-14 9 Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete

copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá,

yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. 10 Y me llevó en el

Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de

Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, 11 teniendo la gloria de Dios. Y

su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe,

diáfana como el cristal. 12 Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en

las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de

los hijos de Israel; 13 al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres

puertas; al occidente tres puertas. 14 Y el muro de la ciudad tenía doce

cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.

2. Todas las personas en todo el mundo que profesan la fe del evangelio y

obediencia a Dios por Cristo conforme al mismo, que no destruyan su propia

profesión mediante errores fundamentales o conductas impías, son y pueden ser

llamados santos visibles; (1 Co. 1:2; Ro. 1:7,8; Hch. 11:26; Mt 16:18; 28:15-

20; 1 Co. 5:1-9) y de tales personas todas las congregaciones locales deben estar

compuestas. (Mt. 18:15-20; Hch. 2:37,42; 4:4; Ro. 1:7; 1 Co. 5:1-9)

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1 Co. 1:2 a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo

Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el

nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro

Ro. 1:7 a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser

santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo, 8

Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respecto a todos

vosotros, de que vuestra fe se divulga por todo el mundo

Hch. 11:26 Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a

mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en

Antioquía

Mt 16:18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré

mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella; 28:15-20 15 Y

ellos, tomando el dinero, hicieron como se les había instruido. Este dicho se ha

divulgado entre los judíos hasta el día de hoy. 16 Pero los once discípulos se

fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. 17 Y cuando le

vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. 18 Y Jesús se acercó y les habló

diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id,

y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre,

y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas

que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin

del mundo. Amén

1 Co. 5:1-9 1 De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal

fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la

mujer de su padre. 2 Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien

haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que

cometió tal acción? 3 Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente

en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. 4 En el

nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el

poder de nuestro Señor Jesucristo, 5 el tal sea entregado a Satanás para

destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor

Jesús. 6 No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura

leuda toda la masa? 7 Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis

nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya

fue sacrificada por nosotros. 8 Así que celebremos la fiesta, no con la vieja

levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin

levadura, de sinceridad y de verdad. 9 Os he escrito por carta, que no os juntéis

con los fornicarios

Mt. 18:15-20 15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele

estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. 16 Más si no te

oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos

conste toda palabra. 17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere

a la iglesia, tenle por gentil y publicano. 18 De cierto os digo que todo lo que

atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra,

será desatado en el cielo. 19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se

pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les

será hecho por mi Padre que está en los cielos. 20 Porque donde están dos o

tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos

Hch. 2:37 Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los

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otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?, 42 Y perseveraban en la

doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del

pan y en las oraciones; 4:4 Pero muchos de los que habían oído la palabra,

creyeron; y el número de los varones era como cinco mil

Ro. 1:7 a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser

santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo

1 Co. 5:1-9 1 De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal

fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la

mujer de su padre. 2 Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien

haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que

cometió tal acción? 3 Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente

en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. 4 En el

nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el

poder de nuestro Señor Jesucristo, 5 el tal sea entregado a Satanás para

destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor

Jesús. 6 No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura

leuda toda la masa? 7 Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis

nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya

fue sacrificada por nosotros. 8 Así que celebremos la fiesta, no con la vieja

levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin

levadura, de sinceridad y de verdad. 9 Os he escrito por carta, que no os juntéis

con los fornicarios

3. Las iglesias más puras bajo el cielo están sujetas a la impureza y al error, (1 Co.

1:11; 5:1; 6:6; 11:17-19; 3Jn.9, 10; Ap.2y 3) y algunas han degenerado tanto

que han llegado a ser no iglesias de Cristo sino sinagogas de Satanás. (Ap. 2:5

con 1:20; 1 Ti. 3:14, 15; Ap. 18:2) Sin embargo, Cristo siempre ha tenido y

siempre tendrá un reino en este mundo, hasta el fin del mismo, compuesto de

aquellos que creen en Él y profesan su nombre. (Mt. 16:18; 24:14; 28:20; Mr.

4:3-32; Sal. 72:1-l8; 102:28; Is. 9:6, 7; Ap. 12:17; 20:7-9)

1 Co. 1:11 Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por

los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas; 5:1 De cierto se oye que hay

entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los

gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre; 6:6 sino que el hermano

con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos?; 11:17-19 17 Pero

al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no os congregáis para lo

mejor, sino para lo peor. 18 Pues en primer lugar, cuando os reunís como

iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo. 19 Porque es

preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos

entre vosotros los que son aprobados

3Jn.9, l0

Ap.2 1 Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas

en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto: 2

Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar

a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los

has hallado mentirosos; 3 y has sufrido, y has tenido paciencia, y has

trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. 4 Pero

tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. 5 Recuerda, por tanto, de

dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré

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pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. 6

Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo

también aborrezco. 7 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las

iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en

medio del paraíso de Dios. 8 Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El

primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto: 9 Yo conozco tus

obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los

que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás. 10 No temas en

nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en

la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel

hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. 11 El que tiene oído, oiga lo

que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la

segunda muerte. 12 Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene

la espada aguda de dos filos dice esto: 13 Yo conozco tus obras, y dónde

moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has

negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre

vosotros, donde mora Satanás. 14 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que

tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a

poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los

ídolos, y a cometer fornicación. 15 Y también tienes a los que retienen la

doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco. 16 Por tanto, arrepiéntete;

pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.

17 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que

venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y

en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel

que lo recibe. 18 Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el

que tiene ojos como llama de fuego, y pies semejantes al bronce bruñido, dice

esto: 19 Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que

tus obras postreras son más que las primeras. 20 Pero tengo unas pocas cosas

contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y

seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. 21 Y

le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su

fornicación. 22 He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación a los que

con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella. 23 Y a sus hijos

heriré de muerte, y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la

mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras. 24 Pero a

vosotros y a los demás que están en Tiatira, a cuantos no tienen esa doctrina, y

no han conocido lo que ellos llaman las profundidades de Satanás, yo os digo:

No os impondré otra carga; 25 pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo

venga. 26 Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré

autoridad sobre las naciones, 27 y las regirá con vara de hierro, y serán

quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre;

28 y le daré la estrella de la mañana. 29 El que tiene oído, oiga lo que el

Espíritu dice a las iglesias. y 3 1 Escribe al ángel de la iglesia en Sardis: El

que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice esto: Yo conozco

tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto. 2 Sé vigilante, y

afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras

perfectas delante de Dios. 3 Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y

guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no

sabrás a qué hora vendré sobre ti. 4 Pero tienes unas pocas personas en Sardis

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que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras

blancas, porque son dignas. 5 El que venciere será vestido de vestiduras

blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre

delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. 6 El que tiene oído, oiga lo que

el Espíritu dice a las iglesias. 7 Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia:

Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y

ninguno cierra, y cierra y ninguno abre: 8 Yo conozco tus obras; he aquí, he

puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque

aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi

nombre. 9 He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser

judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren

a tus pies, y reconozcan que yo te he amado. 10 Por cuanto has guardado la

palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que

ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.

11 He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu

corona. 12 Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y

nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el

nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del

cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. 13 El que tiene oído, oiga lo que el

Espíritu dice a las iglesias. 14 Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He

aquí el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios,

dice esto: 15 Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses

frío o caliente! 16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré

de mi boca. 17 Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de

ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado,

miserable, pobre, ciego y desnudo. 18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí

compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para

vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con

colirio, para que veas. 19 Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé,

pues, celoso, y arrepiéntete. 20 He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si

alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

21 Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he

vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. 22 El que tiene oído, oiga

lo que el Espíritu dice a las iglesias

Ap. 2:5 Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las

primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su

lugar, si no te hubieres arrepentido.con 1:20 El misterio de las siete estrellas

que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas

son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son

las siete iglesias.

1 Ti. 3:14 Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de ir pronto a verte,, 15

para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la

iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.

Ap. 18:2 Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran

Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu

inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible.

Mt. 16:18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré

mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.; 24:14 Y será

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predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas

las naciones; y entonces vendrá el fin.; 28:20 enseñándoles que guarden todas

las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días,

hasta el fin del mundo. Amén.

Mr. 4:3-32 3 Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar; 4 y al sembrar,

aconteció que una parte cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y la

comieron. 5 Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; y

brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra. 6 Pero salido el sol, se

quemó; y porque no tenía raíz, se secó. 7 Otra parte cayó entre espinos; y los

espinos crecieron y la ahogaron, y no dio fruto. 8 Pero otra parte cayó en

buena tierra, y dio fruto, pues brotó y creció, y produjo a treinta, a sesenta, y

a ciento por uno. 9 Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oiga. 10

Cuando estuvo solo, los que estaban cerca de él con los doce le preguntaron

sobre la parábola. 11 Y les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del

reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; 12

para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para

que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados. 13 Y les dijo: ¿No

sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas? 14 El

sembrador es el que siembra la palabra. 15 Y éstos son los de junto al camino:

en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen, en seguida viene

Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones. 16 Estos son

asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la

palabra, al momento la reciben con gozo; 17 pero no tienen raíz en sí, sino

que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución

por causa de la palabra, luego tropiezan. 18 Estos son los que fueron

sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, 19 pero los afanes de este

siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y

ahogan la palabra, y se hace infructuosa. 20 Y éstos son los que fueron

sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a

treinta, a sesenta, y a ciento por uno. 21 También les dijo: ¿Acaso se trae la

luz para ponerla debajo del almud, o debajo de la cama? ¿No es para ponerla

en el candelero? 22 Porque no hay nada oculto que no haya de ser

manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz. 23 Si alguno tiene oídos

para oír, oiga. 24 Les dijo también: Mirad lo que oís; porque con la medida

con que medís, os será medido, y aun se os añadirá a vosotros los que oís. 25

Porque al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene se le

quitará. 26 Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre

echa semilla en la tierra; 27 y duerme y se levanta, de noche y de día, y la

semilla brota y crece sin que él sepa cómo. 28 Porque de suyo lleva fruto la

tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; 29 y

cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha

llegado. 30 Decía también: ¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con

qué parábola lo compararemos? 31 Es como el grano de mostaza, que cuando

se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la

tierra; 32 pero después de sembrado, crece, y se hace la mayor de todas las

hortalizas, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden

morar bajo su sombra.

Sal. 72:1-18 1 Oh Dios, da tus juicios al rey, Y tu justicia al hijo del rey. 2 El

juzgará a tu pueblo con justicia, Y a tus afligidos con juicio. 3 Los montes

llevarán paz al pueblo, Y los collados justicia. 4 Juzgará a los afligidos del

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pueblo, Salvará a los hijos del menesteroso, Y aplastará al opresor. 5 Te

temerán mientras duren el sol Y la luna, de generación en generación. 6

Descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada; Como el rocío que destila

sobre la tierra. 7 Florecerá en sus días justicia, Y muchedumbre de paz, hasta

que no haya luna. 8 Dominará de mar a mar, Y desde el río hasta los confines

de la tierra. 9 Ante él se postrarán los moradores del desierto, Y sus enemigos

lamerán el polvo. 10 Los reyes de Tarsis y de las costas traerán presentes; Los

reyes de Sabá y de Seba ofrecerán dones. 11 Todos los reyes se postrarán

delante de él; Todas las naciones le servirán. 12 Porque él librará al

menesteroso que clamare, Y al afligido que no tuviere quien le socorra. 13

Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso, Y salvará la vida de los

pobres. 14 De engaño y de violencia redimirá sus almas, Y la sangre de ellos

será preciosa ante sus ojos. 15 Vivirá, y se le dará del oro de Sabá, Y se orará

por él continuamente; Todo el día se le bendecirá. 16 Será echado un puñado

de grano en la tierra, en las cumbres de los montes; Su fruto hará ruido como

el Líbano, Y los de la ciudad florecerán como la hierba de la tierra. 17 Será su

nombre para siempre, Se perpetuará su nombre mientras dure el sol. Benditas

serán en él todas las naciones; Lo llamarán bienaventurado. 18 Bendito

Jehová Dios, el Dios de Israel, 00 El único que hace maravillas.; 102:28 Los

hijos de tus siervos habitarán seguros, Y su descendencia será establecida

delante de ti.

Is. 9:6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su

hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre

Eterno, Príncipe de Paz, 7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite,

sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en

juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los

ejércitos hará esto.

Ap. 12:17 Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer

guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los

mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo; 20:7-9 7 Cuando

los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, 8 y saldrá a engañar

a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a

fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del

mar. 9 Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de

los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los

consumió.

4. La Cabeza de la Iglesia es el Señor Jesucristo, en quien, por el designio del

Padre, todo el poder requerido para el llamamiento, el establecimiento, el orden

o el gobierno de la Iglesia, está suprema y soberanamente investido.(Col. 1:18;

Ef. 4:11-16; 1: 2-23; 5:23-32; 1 Co. 12:27, 28; Jn. 17:1-3; Mt. 28:18-20; Hch.

5:31; Jn. 10:1-16) No puede el papa de Roma ser cabeza de ella en ningún

sentido, sino que él es aquel Anticristo, aquel hombre de pecado e hijo de

perdición, que se ensalza en la Iglesia contra Cristo y contra todo lo que se llama

Dios, a quien el Señor destruirá con el resplandor de su venida. (2 Ts. 2:2-9)

Col. 1:18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el

primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia

Ef. 4:11-16 11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a

otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los

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santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 13

hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de

Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;

14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo

viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con

astucia las artimañas del error, 15 sino que siguiendo la verdad en amor,

crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 16 de quien todo

el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se

ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su

crecimiento para ir edificándose en amor; 1: 2-23 2 Gracia y paz a vosotros, de

Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. 3 Bendito sea el Dios y Padre de

nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los

lugares celestiales en Cristo, 4 según nos escogió en él antes de la fundación del

mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5 en amor

habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de

Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6 para alabanza de la gloria de

su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, 7 en quien tenemos

redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,

8 que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, 9

dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se

había propuesto en si mismo, 10 de reunir todas las cosas en Cristo, en la

dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos,

como las que están en la tierra. 11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo

sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el

designio de su voluntad, 12 a fin de que seamos para alabanza de su gloria,

nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. 13 En él también

vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra

salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la

promesa, 14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la

posesión adquirida, para alabanza de su gloria. 15 Por esta causa también yo,

habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos

los santos, 16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de

vosotros en mis oraciones, 17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el

Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento

de él, 18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es

la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su

herencia en los santos, 19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para

con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, 20 la

cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en

los lugares celestiales, 21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío,

y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el

venidero; 22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre

todas las cosas a la iglesia, 23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que

todo lo llena en todo.; 5:23-32 23 porque el marido es cabeza de la mujer, así

como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.

24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo

estén a sus maridos en todo. 25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como

Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26 para santificarla,

habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27 a fin de

presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga

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ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. 28 Así también los

maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su

mujer, a sí mismo se ama. 29 Porque nadie aborreció jamás a su propia carne,

sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, 30 porque

somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. 31 Por esto dejará

el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una

sola carne. 32 Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de

la iglesia.

1 Co. 12:27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en

particular, 28 Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego

profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que

sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.

Jn. 17:1-3 1 Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo:

Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te

glorifique a ti; 2 como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida

eterna a todos los que le diste. 3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti,

el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.

Mt. 28:18-20 18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es

dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las

naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu

Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he

aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Hch. 5:31 A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para

dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.

Jn. 10:1-16 1 De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el

redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. 2

Más el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. 3 A éste abre el

portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca.

4 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas

le siguen, porque conocen su voz. 5 Más al extraño no seguirán, sino huirán de

él, porque no conocen la voz de los extraños. 6 Esta alegoría les dijo Jesús;

pero ellos no entendieron qué era lo que les decía. 7 Volvió, pues, Jesús a

decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. 8 Todos

los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron

las ovejas. 9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y

saldrá, y hallará pastos. 10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y

destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en

abundancia. 11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.

12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las

ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y

las dispersa. 13 Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le

importan las ovejas. 14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las

mías me conocen, 15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y

pongo mi vida por las ovejas. 16 También tengo otras ovejas que no son de este

redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un

pastor.

2 Ts. 2:2-9 2 que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni

os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera

nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. 3 Nadie os engañe en

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ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se

manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, 4 el cual se opone y se

levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta

en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. 5 ¿No os acordáis

que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto? 6 Y ahora vosotros

sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. 7

Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al

presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. 8 Y entonces

se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca,

y destruirá con el resplandor de su venida; 9 inicuo cuyo advenimiento es por

obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos,

5. En el ejercicio de este poder que le ha sido confiado, el Señor Jesús, a través del

ministerio de su Palabra y por su Espíritu, llama a si mismo del mundo a

aquellos que le han sido dados por su Padre (Jn. 10:16, 23; 12:32; 17:2; Hch.

5:31, 32) para que anden delante de El en todos los caminos de la obediencia

que Él les prescribe en su Palabra.(Mt. 28:20) A los así llamados, Él les ordena

andar juntos en congregaciones concretas, o iglesias, para su edificación mutua y

la debida observancia del culto público, que Él requiere de ellos en el mundo.

(Mt. 18:15-20; Hch. 14:21-23; Tit. 1:5; 1 Ti. 1:3; 3:1-16; 5:17-22)

Jn. 10:16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas

también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor, 23 y Jesús

andaba en el templo por el pórtico de Salomón; 12:32 Y yo, si fuere levantado

de la tierra, a todos atraeré a mí mismo; 17:2 como le has dado potestad sobre

toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste

Hch. 5:31 A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador,

para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados, 32 Y nosotros somos

testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios

a los que le obedecen

Mt. 28:20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he

aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén

Mt. 18:15-20 15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele

estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. 16 Más si no te

oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos

conste toda palabra. 17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere

a la iglesia, tenle por gentil y publicano. 18 De cierto os digo que todo lo que

atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra,

será desatado en el cielo. 19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se

pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les

será hecho por mi Padre que está en los cielos. 20 Porque donde están dos o

tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

Hch. 14:21-23 21 Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de

hacer muchos discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, 22

confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen

en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones

entremos en el reino de Dios. 23 Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y

habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.

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Tit. 1:5 or esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y

establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé

1 Ti. 1:3 Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia,

para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina; 3:1-16 1

Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. 2 Pero es necesario

que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente,

decoroso, hospedador, apto para enseñar; 3 no dado al vino, no pendenciero,

no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; 4 que

gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad 5

(pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de

Dios?); 6 no un neófito, no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del

diablo. 7 También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera,

para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo. 8 Los diáconos asimismo

deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de

ganancias deshonestas; 9 que guarden el misterio de la fe con limpia conciencia.

10 Y éstos también sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan el

diaconado, si son irreprensibles. 11 Las mujeres asimismo sean honestas, no

calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. 12 Los diáconos sean maridos de

una sola mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus casas. 13 Porque los que

ejerzan bien el diaconado, ganan para sí un grado honroso, y mucha confianza

en la fe que es en Cristo Jesús. 14 Esto te escribo, aunque tengo la esperanza de

ir pronto a verte, 15 para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa

de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.

16 E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue

manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles,

Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria.; 5:17-

22 17 Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble

honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar. 18 Pues la Escritura

dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario.

19 Contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos. 20 A

los que persisten en pecar, repréndelos delante de todos, para que los demás

también teman. 21 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, y de

sus ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin prejuicios, no haciendo nada

con parcialidad. 22 No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni

participes en pecados ajenos. Consérvate puro.

6. Los miembros de estas iglesias son santos por su llamamiento, yen una forma

visible manifiestan y evidencian (por su profesión de fe y su conducta> su

obediencia al llamamiento de Cristo; (Mt. 28:18-20; Hch. 14:22,23; Ro. 1:7; 1

Co. 1:2 con los vv. 13-17; 1 Ts. 1:1 con los vv. 2- 10; Hch. 2:37-42; 4:4;

5:13,14) y voluntariamente acuerdan andar juntos, conforme al designio de

Cristo, dándose a sí mismos al Señor y mutuamente, por la voluntad de Dios,

profesando sujeción a los preceptos del evangelio. (Hch. 2:41,42; 5:13,14; 2

Co. 9:13)

Mt. 28:18-20 18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es

dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las

naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu

Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he

aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

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Hch. 14:22 confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que

permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas

tribulaciones entremos en el reino de Dios, 23 Y constituyeron ancianos en cada

iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien

habían creído

Ro. 1:7 a todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados a ser

santos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo

1 Co. 1:2 a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo

Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el

nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro con los vv. 13-17

13 ¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O

fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? 14 Doy gracias a Dios de que a

ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo, 15 para que ninguno

diga que fuisteis bautizados en mi nombre. 16 También bauticé a la familia de

Estéfanas; de los demás, no sé si he bautizado a algún otro. 17 Pues no me

envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de

palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo

1 Ts. 1:1 ablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios

Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro

Padre y del Señor Jesucristo con los vv. 2-10 2 Damos siempre gracias a Dios

por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones, 3

acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra

fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en

nuestro Señor Jesucristo. 4 Porque conocemos, hermanos amados de Dios,

vuestra elección; 5 pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras

solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre,

como bien sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros. 6 Y

vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra

en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo, 7 de tal manera que

habéis sido ejemplo a todos los de Macedonia y de Acaya que han creído. 8

Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor, no sólo en

Macedonia y Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha

extendido, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada; 9

porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y

cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero,

10 y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús,

quien nos libra de la ira venidera.

Hch. 2:37-42 37 Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y

a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? 38 Pedro les dijo:

Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para

perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. 39 Porque para

vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos;

para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. 40 Y con otras muchas palabras

testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. 41

Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel

día como tres mil personas. 42 Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles,

en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.;

4:4 Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número de

los varones era como cinco mil; 5:13 De los demás, ninguno se atrevía a

juntarse con ellos; mas el pueblo los alababa grandemente, 14 Y los que creían

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en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres

Hch. 2:41 Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se

añadieron aquel día como tres mil personas, 42 Y perseveraban en la doctrina de

los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las

oraciones; 5:13 De los demás, ninguno se atrevía a juntarse con ellos; mas el

pueblo los alababa grandemente, 14 Y los que creían en el Señor aumentaban

más, gran número así de hombres como de mujeres

2 Co. 9:13 pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la

obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra

contribución para ellos y para todos

7. A cada una de estas iglesias así reunidas, el Señor, conforme a su mente

declarada en su Palabra, ha dado todo el poder y autoridad en cualquier sentido

necesarios para realizar ese ordenen la adoración y en la disciplina que Él ha

instituido para que lo guarden; juntamente con mandatos y reglas para el

ejercicio propio y correcto y la ejecución del mencionado poder. (Mt. 18:17-20;

1 Co. 5:4, 5,13; 2 Co. 2:6-8)

Mt. 18:17-20 17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la

iglesia, tenle por gentil y publicano. 18 De cierto os digo que todo lo que atéis

en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será

desatado en el cielo. 19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de

acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por

mi Padre que está en los cielos. 20 Porque donde están dos o tres congregados

en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos

1 Co. 5:4 En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi

espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, 5 el tal sea entregado a

Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día

del Señor Jesús, 13 Porque a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a

ese perverso de entre vosotros

2 Co. 2:6-8 6 Le basta a tal persona esta reprensión hecha por muchos; 7 así

que, al contrario, vosotros más bien debéis perdonarle y consolarle, para que

no sea consumido de demasiada tristeza. 8 Por lo cual os ruego que confirméis

el amor para con él

8. Una iglesia local, reunida y completamente organizada de acuerdo a la mente de

Cristo, está compuesta por oficiales y miembros; y los oficiales designados por

Cristo para ser escogidos y apartados por la iglesia (así llamada y reunida), para

la particular administración de las ordenanzas y el ejercicio del poder o el deber,

que Él les confía o al que les llama, para que continúen hasta el fin del mundo,

son los obispos o ancianos, y los diáconos. (Fil. 1:1; 1 Ti. 3:1-13; Hch. 20:17,

28; Ti 1:5-7; 1 P. 5:2)

Fil. 1:1 Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo

Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos

1 Ti. 3:1-13 1 Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. 2

Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer,

sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; 3 no dado al

vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable,

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apacible, no avaro; 4 que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en

sujeción con toda honestidad 5 (pues el que no sabe gobernar su propia casa,

¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); 6 no un neófito, no sea que

envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 7 También es necesario que

tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en

lazo del diablo. 8 Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no

dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; 9 que guarden el

misterio de la fe con limpia conciencia. 10 Y éstos también sean sometidos a

prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles. 11 Las

mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en

todo. 12 Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien

sus hijos y sus casas. 13 Porque los que ejerzan bien el diaconado, ganan para

sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.

Hch. 20:17 Enviando, pues, desde Mileto a Efeso, hizo llamar a los ancianos

de la iglesia, 28 Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el

Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la

cual él ganó por su propia sangre

Ti 1:5-7 5 Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y

establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; 6 el que fuere

irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén

acusados de disolución ni de rebeldía. 7 Porque es necesario que el obispo sea

irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado

al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas

1 P. 5:2 Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella,

no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con

ánimo pronto

9. La manera designada por Cristo para el llamamiento de cualquier persona que

ha sido cualificada y dotada por el Espíritu Santo (Ef. 4:11; 1 Ti. 3:1-13) para el

oficio de obispo o anciano en una iglesia, es que sea escogido para el mismo por

común sufragio de la iglesia misma, (Hch. 6:1-7; 14:23 con Mt 18:17-20; 1 Co.

5:1-13) y solemnemente apartado mediante ayuno y oración con la imposición

de manos de los ancianos de la iglesia, si es que hay algunos constituidos

anteriormente en ella; (1 Ti. 4:14; 5:22) y para un diácono, que sea escogido por

el mismo sufragio y apartado mediante oración y la misma imposición de

manos. (Hch. 6:1-7)

Ef. 4:11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,

evangelistas; a otros, pastores y maestros

1 Ti. 3:1-13 1 Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra desea. 2

Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer,

sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; 3 no dado al

vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable,

apacible, no avaro; 4 que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en

sujeción con toda honestidad 5 (pues el que no sabe gobernar su propia casa,

¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?); 6 no un neófito, no sea que

envaneciéndose caiga en la condenación del diablo. 7 También es necesario que

tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en

lazo del diablo. 8 Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no

dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; 9 que guarden el

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misterio de la fe con limpia conciencia. 10 Y éstos también sean sometidos a

prueba primero, y entonces ejerzan el diaconado, si son irreprensibles. 11 Las

mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en

todo. 12 Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que gobiernen bien

sus hijos y sus casas. 13 Porque los que ejerzan bien el diaconado, ganan para

sí un grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.

Hch. 6:1-7 1 En aquellos días, como creciera el número de los discípulos,

hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de

aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria. 2 Entonces los doce

convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros

dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. 3 Buscad, pues,

hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del

Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. 4 Y

nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. 5 Agradó

la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del

Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a

Nicolás prosélito de Antioquía; 6 a los cuales presentaron ante los apóstoles,

quienes, orando, les impusieron las manos. 7 Y crecía la palabra del Señor, y

el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también

muchos de los sacerdotes obedecían a la fe; 14:23 Y constituyeron ancianos en

cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en

quien habían creído

Mt 18:17-20 17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la

iglesia, tenle por gentil y publicano. 18 De cierto os digo que todo lo que atéis

en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será

desatado en el cielo. 19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de

acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por

mi Padre que está en los cielos. 20 Porque donde están dos o tres congregados

en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos

1 Co. 5:1-13 1 De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal

fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la

mujer de su padre. 2 Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien

haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que

cometió tal acción? 3 Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente

en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. 4 En el

nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el

poder de nuestro Señor Jesucristo, 5 el tal sea entregado a Satanás para

destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor

Jesús. 6 No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura

leuda toda la masa? 7 Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis

nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya

fue sacrificada por nosotros. 8 Así que celebremos la fiesta, no con la vieja

levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin

levadura, de sinceridad y de verdad. 9 Os he escrito por carta, que no os juntéis

con los fornicarios; 10 no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o

con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería

necesario salir del mundo. 11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno

que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente,

o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis. 12 Porque ¿qué razón tendría

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yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están

dentro? 13 Porque a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese

perverso de entre vosotros

1 Ti. 4:14 No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía

con la imposición de las manos del presbiterio; 5:22 No impongas con ligereza

las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro

Hch. 6:1-7 1 En aquellos días, como creciera el número de los discípulos,

hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de

aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria. 2 Entonces los doce

convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros

dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. 3 Buscad, pues,

hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del

Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. 4 Y

nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. 5 Agradó

la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del

Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a

Nicolás prosélito de Antioquía; 6 a los cuales presentaron ante los apóstoles,

quienes, orando, les impusieron las manos. 7 Y crecía la palabra del Señor, y

el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también

muchos de los sacerdotes obedecían a la fe

10. Siendo la obra de los pastores atender constantemente al servicio de Cristo, en

sus iglesias, en el ministerio de la Palabra y la oración velando por sus almas,

como aquellos que han de dar cuenta a Él es la responsabilidad de las iglesias

(Hch. 6:4; 1 Ti. 3:2; 5:17; He. 13:17) a las que ellos ministran darles no

solamente todo el respeto debido, sino compartir también con ellos todas sus

cosas buenas, según sus posibilidades, (1 Ti. 5:17, 18; 1 Co. 9:14; Gá. 6:6,7) de

manera que tengan una provisión adecuada, sin que tengan que enredarse en

actividades seculares, (2 Ti. 2:4) y puedan también practicar la hospitalidad

hacia los demás. (1 Ti. 3:2) Esto lo requiere la ley de la naturaleza y el mandato

expreso de nuestro Señor Jesús, quien ha ordenado que los que predican el

evangelio vivan del evangelio. (1 Co. 9:6-14; 1 Ti. 5:18)

Hch. 6:4 Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra

1 Ti. 3:2 Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola

mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; 5:17 Los

ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor,

mayormente los que trabajan en predicar y enseñar

He. 13:17 Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan

por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con

alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso

1 Ti. 5:17 Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble

honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar, 18 Pues la Escritura

dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario

1 Co. 9:14 Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que

vivan del evangelio

Gá. 6:6 El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al

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que lo instruye, 7 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que

el hombre sembrare, eso también segará

2 Ti. 2:4 Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de

agradar a aquel que lo tomó por soldado

1 Ti. 3:2 Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola

mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar

1 Co. 9:6-14 6 ¿O sólo yo y Bernabé no tenemos derecho de no trabajar? 7

¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién planta viña y no

come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma de la leche del

rebaño? 8 ¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto también la ley? 9

Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal al buey que

trilla.¿Tiene Dios cuidado de los bueyes, 10 o lo dice enteramente por

nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que

ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto. 11 Si nosotros

sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros

lo material? 12 Si otros participan de este derecho sobre vosotros, ¿cuánto más

nosotros? Pero no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo,

por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo. 13 ¿No sabéis que los que

trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar,

del altar participan? 14 Así también ordenó el Señor a los que anuncian el

evangelio, que vivan del evangelio

1 Ti. 5:18 ¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente

gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el

evangelio

Hch. 8:5 Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba

a Cristo; 11:19-21 19 Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la

persecución que hubo con motivo de Esteban, pasaron hasta Fenicia, Chipre y

Antioquía, no hablando a nadie la palabra, sino sólo a los judíos. 20 Pero había

entre ellos unos varones de Chipre y de Cirene, los cuales, cuando entraron en

Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor

Jesús. 21 Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se

convirtió al Señor

1 P. 4:10 Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como

buenos administradores de la multiforme gracia de Dios, 11 Si alguno habla,

hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al

poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a

quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén

11. Aunque sea la responsabilidad de los obispos o pastores de las iglesias, según su

oficio, estar constantemente dedicados a la predicación de la Palabra, sin

embargo la obra de predicar la Palabra no está tan particularmente limitada a

ellos, sino que otros también dotados y cualificados por el Espíritu Santo para

ello y aprobados y llamados por la iglesia, pueden y deben desempeñarla. (Hch.

8:5; 11:19-21; 1 P. 4:10,11)

Hch. 8:5 Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba

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a Cristo; 11:19-21 19 Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la

persecución que hubo con motivo de Esteban, pasaron hasta Fenicia, Chipre y

Antioquía, no hablando a nadie la palabra, sino sólo a los judíos. 20 Pero había

entre ellos unos varones de Chipre y de Cirene, los cuales, cuando entraron en

Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor

Jesús. 21 Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se

convirtió al Señor

1 P. 4:10 Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como

buenos administradores de la multiforme gracia de Dios, 11 Si alguno habla,

hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al

poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a

quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos

12. Todos los creyentes están obligados a unirse a iglesias locales cuando y donde

tengan la oportunidad de hacerlo. Asimismo todos aquellos que son admitidos a

los privilegios de una iglesia también están sujetos a la disciplina y el gobierno

de la misma iglesia, conforme a la norma de Cristo. (1 Ts. 5:14; 2 Ts. 3:6, 14,

15; 1 Co. 5:9-13; He. 13:17)

1 Ts. 5:14 También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que

alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes

para con todos

2 Ts. 3:6 Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor

Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no

según la enseñanza que recibisteis de nosotros, 14 Si alguno no obedece a lo

que decimos por medio de esta carta, a ése señaladlo, y no os juntéis con él,

para que se avergüence, 15 Mas no lo tengáis por enemigo, sino amonestadle

como a hermano

1 Co. 5:9-13 9 Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; 10

no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los

ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del

mundo. 11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose

hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o

ladrón; con el tal ni aun comáis. 12 Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a

los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? 13 Porque a

los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre

vosotros

He. 13:17 ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los

que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto?

13. Ningún miembro de iglesia, sobre la base de alguna ofensa recibida, habiendo

cumplido el deber requerido de él hacia la persona que le ha ofendido, debe

perturbar el orden de la iglesia, o ausentarse de las reuniones de la iglesia o de la

administración de ninguna de las ordenanzas sobre la base de tal ofensa de

cualquier otro miembro, sino que debe esperar en Cristo mientras prosigan las

actuaciones de la iglesia. (Mt. 18:15-17; Ef. 4:2, 3; Col. 3:12-15; 1 Jn. 2:7-11,

18, 19; Ef. 4:2, 3; Mt 28:20)

Mt. 18:15-17 15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele

estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. 16 Más si no te

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oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos

conste toda palabra. 17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere

a la iglesia, tenle por gentil y publicano

Ef. 4:2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los

unos a los otros en amor, 3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el

vínculo de la paz

Col. 3:12-15 12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de

entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de

paciencia; 13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno

tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también

hacedlo vosotros. 14 Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el

vínculo perfecto. 15 Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que

asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos

1 Jn. 2:7-11 7 Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el

mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento

antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio. 8 Sin embargo, os

escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque

las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra. 9 El que dice que está

en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. 10 El que ama a

su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. 11 Pero el que

aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde

va, porque las tinieblas le han cegado los ojos, 18 Hijitos, ya es el último

tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido

muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo, 19 Salieron de

nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros,

habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no

todos son de nosotros

Ef. 4:2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los

unos a los otros en amor, 3 solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el

vínculo de la paz

Mt 28:20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he

aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén

14. Puesto que cada iglesia, y todos sus miembros, están obligados a orar

continuamente por el bien y la prosperidad de todas las iglesias de Cristo en

todos los lugares, y en todas las ocasiones ayudar a cada una dentro de los

límites de sus áreas y vocaciones, en el ejercicio de sus dones y virtudes, (Jn.

13:34, 35; 17:11, 21-23; Ef. 4:11-16; 6:18; Sal. 122:6; Ro. 16:1-3; 3Jn. 8-10

con 2Jn. 5-11; Ro. 15:26; 2Co. 8:1-4, 16-24; 9:12-15; Col. 2:1 con 1:3,4,7 y

4:7,12) así las iglesias, cuando estén establecidas por la providencia de Dios de

manera que puedan gozar de la oportunidad y el beneficio de ello, (Gá 1:2,22;

Col. 4:16; Ap. 1:4; Ro. 16:1,2; 3 Jn. 8-10) deben tener comunión entre sí, para

su paz, crecimiento en amor y edificación mutua. (1 Jn. 4:1-3 con 2 y 3 Juan;

Ro. 16:1-3; 2 Co. 9:12-15; Jos. 22)

Jn. 13:34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo

os he amado, que también os améis unos a otros, 35 En esto conocerán todos

que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros; 17:11 Y ya no

estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a

los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como

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nosotros, 21-23 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo

en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú

me enviaste. 22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así

como nosotros somos uno. 23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos

en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado

a ellos como también a mí me has amado

Ef. 4:11-16 11 Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a

otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12 a fin de perfeccionar a los

santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 13

hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de

Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;

14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo

viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con

astucia las artimañas del error, 15 sino que siguiendo la verdad en amor,

crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 16 de quien todo

el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se

ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su

crecimiento para ir edificándose en amor; 6:18 orando en todo tiempo con toda

oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y

súplica por todos los santos

Sal. 122:6 Pedid por la paz de Jerusalén; Sean prosperados los que te aman

Ro. 16:1-3 1 Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es

diaconisa de la iglesia en Cencrea; 2 que la recibáis en el Señor, como es digno

de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros;

porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo. 3 Saludad a Priscila y a

Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús

3Jn. 8-10 8 Nosotros, pues, debemos acoger a tales personas, para que

cooperemos con la verdad. 9 Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual

le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. 10 Por esta causa, si yo

fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra

nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que

quieren recibirlos se lo prohibe, y los expulsa de la iglesia con 2Jn. 5-11 5 Y

ahora te ruego, señora, no como escribiéndote un nuevo mandamiento, sino el

que hemos tenido desde el principio, que nos amemos unos a otros. 6 Y este es

el amor, que andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: que

andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio. 7 Porque

muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo

ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo. 8 Mirad por

vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que

recibáis galardón completo. 9 Cualquiera que se extravía, y no persevera en la

doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo,

ése sí tiene al Padre y al Hijo. 10 Si alguno viene a vosotros, y no trae esta

doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! 11 Porque el que le

dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras

Ro. 15:26 Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los

pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén

2Co. 8:1-4 1 Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se

ha dado a las iglesias de Macedonia; 2 que en grande prueba de tribulación, la

abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su

generosidad. 3 Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus

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fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas, 4 pidiéndonos con muchos ruegos que

les concediésemos el privilegio de participar en este servicio para los santos, 16-

24 16 Pero gracias a Dios que puso en el corazón de Tito la misma solicitud por

vosotros. 17 Pues a la verdad recibió la exhortación; pero estando también muy

solícito, por su propia voluntad partió para ir a vosotros. 18 Y enviamos

juntamente con él al hermano cuya alabanza en el evangelio se oye por todas las

iglesias; 19 y no sólo esto, sino que también fue designado por las iglesias

como compañero de nuestra peregrinación para llevar este donativo, que es

administrado por nosotros para gloria del Señor mismo, y para demostrar

vuestra buena voluntad; 20 evitando que nadie nos censure en cuanto a esta

ofrenda abundante que administramos, 21 procurando hacer las cosas

honradamente, no sólo delante del Señor sino también delante de los hombres.

22 Enviamos también con ellos a nuestro hermano, cuya diligencia hemos

comprobado repetidas veces en muchas cosas, y ahora mucho más diligente por

la mucha confianza que tiene en vosotros. 23 En cuanto a Tito, es mi

compañero y colaborador para con vosotros; y en cuanto a nuestros hermanos,

son mensajeros de las iglesias, y gloria de Cristo. 24 Mostrad, pues, para con

ellos ante las iglesias la prueba de vuestro amor, y de nuestro gloriarnos

respecto de vosotros; 9:12-15 12 Porque la ministración de este servicio no

solamente suple lo que a los santos falta, sino que también abunda en muchas

acciones de gracias a Dios; 13 pues por la experiencia de esta ministración

glorifican a Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la

liberalidad de vuestra contribución para ellos y para todos; 14 asimismo en la

oración de ellos por vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante

gracia de Dios en vosotros. 15 ¡Gracias a Dios por su don inefable!

Col. 2:1 Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por

los que están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro con 1:3

iempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor

Jesucristo, 4 habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis

a todos los santos, 7 como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo

amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros y 4:7 Todo lo que a mí se

refiere, os lo hará saber Tíquico, amado hermano y fiel ministro y consiervo en

el Señor, 12 Os saluda Epafras, el cual es uno de vosotros, siervo de Cristo,

siempre rogando encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis

firmes, perfectos y completos en todo lo que Dios quiere

Gá 1:2 y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia, 22 y

no era conocido de vista a las iglesias de Judea, que eran en Cristo

Col. 4:16 Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, haced que también

se lea en la iglesia de los laodicenses, y que la de Laodicea la leáis también

vosotros

Ap. 1:4 Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros,

del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante

de su trono

Ro. 16:1 Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de

la iglesia en Cencrea, 2 que la recibáis en el Señor, como es digno de los

santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque

ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo

3 Jn. 8-10 8 Nosotros, pues, debemos acoger a tales personas, para que

cooperemos con la verdad. 9 Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual

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le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. 10 Por esta causa, si yo

fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra

nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que

quieren recibirlos se lo prohibe, y los expulsa de la iglesia

1 Jn. 4:1-3 1 Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son

de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. 2 En esto

conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido

en carne, es de Dios; 3 y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido

en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros

habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo con 2 1 El anciano a la

señora elegida y a sus hijos, a quienes yo amo en la verdad; y no sólo yo, sino

también todos los que han conocido la verdad, 2 a causa de la verdad que

permanece en nosotros, y estará para siempre con nosotros: 3 Sea con vosotros

gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del

Padre, en verdad y en amor. 4 Mucho me regocijé porque he hallado a algunos

de tus hijos andando en la verdad, conforme al mandamiento que recibimos del

Padre. 5 Y ahora te ruego, señora, no como escribiéndote un nuevo

mandamiento, sino el que hemos tenido desde el principio, que nos amemos

unos a otros. 6 Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos. Este

es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el

principio. 7 Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no

confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y

el anticristo. 8 Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de

vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo. 9 Cualquiera que se

extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que

persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. 10 Si alguno

viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis:

¡Bienvenido! 11 Porque el que le dice: ¡Bienvenido! Participa en sus malas

obras. 12 Tengo muchas cosas que escribiros, pero no he querido hacerlo por

medio de papel y tinta, pues espero ir a vosotros y hablar cara a cara, para que

nuestro gozo sea cumplido. 13 Los hijos de tu hermana, la elegida, te saludan.

Amén y 3 Juan 1 El anciano a Gayo, el amado, a quien amo en la verdad. 2

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas

salud, así como prospera tu alma. 3 Pues mucho me regocijé cuando vinieron

los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad. 4

No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad. 5

Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos,

especialmente a los desconocidos, 6 los cuales han dado ante la iglesia

testimonio de tu amor; y harás bien en encaminarlos como es digno de su

servicio a Dios, para que continúen su viaje. 7 Porque ellos salieron por amor

del nombre de El, sin aceptar nada de los gentiles. 8 Nosotros, pues, debemos

acoger a tales personas, para que cooperemos con la verdad. 9 Yo he escrito a

la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no

nos recibe. 10 Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace

parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas

cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohibe, y

los expulsa de la iglesia. 11 Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que

hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios. 12

Todos dan testimonio de Demetrio, y aun la verdad misma; y también nosotros

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damos testimonio, y vosotros sabéis que nuestro testimonio es verdadero. 13

Yo tenía muchas cosas que escribirte, pero no quiero escribírtelas con tinta y

pluma, 14 porque espero verte en breve, y hablaremos cara a cara. 15 La paz

sea contigo. Los amigos te saludan. Saluda tú a los amigos, a cada uno en

particular

Ro. 16:1-3 1 Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es

diaconisa de la iglesia en Cencrea; 2 que la recibáis en el Señor, como es digno

de los santos, y que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros;

porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo. 3 Saludad a Priscila y a

Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús

2 Co. 9:12-15 12 Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo

que a los santos falta, sino que también abunda en muchas acciones de gracias a

Dios; 13 pues por la experiencia de esta ministración glorifican a Dios por la

obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y por la liberalidad de vuestra

contribución para ellos y para todos; 14 asimismo en la oración de ellos por

vosotros, a quienes aman a causa de la superabundante gracia de Dios en

vosotros. 15 ¡Gracias a Dios por su don inefable!

Jos. 22 1 Entonces Josué llamó a los rubenitas, a los gaditas, y a la media tribu

de Manases, 2 y les dijo: Vosotros habéis guardado todo lo que Moisés siervo

de Jehová os mandó, y habéis obedecido a mi voz en todo lo que os he

mandado. 3 No habéis dejado a vuestros hermanos en este largo tiempo hasta el

día de hoy, sino que os habéis cuidado de guardar los mandamientos de Jehová

vuestro Dios. 4 Ahora, pues, que Jehová vuestro Dios ha dado reposo a

vuestros hermanos, como lo había prometido, volved, regresad a vuestras

tiendas, a la tierra de vuestras posesiones, que Moisés siervo de Jehová os dio

al otro lado del Jordán. 5 Solamente que con diligencia cuidéis de cumplir el

mandamiento y la ley que Moisés siervo de Jehová os ordenó: que améis a

Jehová vuestro Dios, y andéis en todos sus caminos; que guardéis sus

mandamientos, y le sigáis a él, y le sirváis de todo vuestro corazón y de toda

vuestra alma. 6 Y bendiciéndolos, Josué los despidió, y se fueron a sus tiendas.

7 También a la media tribu de Manases había dado Moisés posesión en Basán;

mas a la otra mitad dio Josué heredad entre sus hermanos a este lado del Jordán,

al occidente; y también a éstos envió Josué a sus tiendas, después de haberlos

bendecido. 8 Y les habló diciendo: Volved a vuestras tiendas con grandes

riquezas, con mucho ganado, con plata, con oro, y bronce, y muchos

vestidos; compartid con vuestros hermanos el botín de vuestros enemigos. 9

Así los hijos de Rubén y los hijos de Gad y la media tribu de Manases, se

volvieron, separándose de los hijos de Israel, desde Silo, que está en la tierra

de Canaán, para ir a la tierra de Galaad, a la tierra de sus posesiones, de la cual

se habían posesionado conforme al mandato de Jehová por conducto de Moisés.

10 Y llegando a los límites del Jordán que está en la tierra de Canaán, los hijos

de Rubén y los hijos de Gad y la media tribu de Manases edificaron allí un altar

junto al Jordán, un altar de grande apariencia. 11 Y los hijos de Israel oyeron

decir que los hijos de Rubén y los hijos de Gad y la media tribu de Manases

habían edificado un altar frente a la tierra de Canaán, en los límites del Jordán,

del lado de los hijos de Israel. 12 Cuando oyeron esto los hijos de Israel, se

juntó toda la congregación de los hijos de Israel en Silo, para subir a pelear

contra ellos. 13 Y enviaron los hijos de Israel a los hijos de Rubén y a los hijos

de Gad y a la media tribu de Manases en tierra de Galaad, a Finees hijo del

sacerdote Eleazar, 14 y a diez príncipes con él: un príncipe por cada casa

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paterna de todas las tribus de Israel, cada uno de los cuales era jefe de la casa de

sus padres entre los millares de Israel. 15 Los cuales fueron a los hijos de Rubén

y a los hijos de Gad y a la media tribu de Manases, en la tierra de Galaad, y les

hablaron diciendo: 16 Toda la congregación de Jehová dice así: ¿Qué

trasgresión es esta con que prevaricáis contra el Dios de Israel para apartaros

hoy de seguir a Jehová, edificándoos altar para ser rebeldes contra Jehová? 17

¿No ha sido bastante la maldad de Peor, de la que no estamos aún limpios hasta

este día, por la cual vino la mortandad en la congregación de Jehová, 18 para

que vosotros os apartéis hoy de seguir a Jehová? Vosotros os rebeláis hoy

contra Jehová, y mañana se airará él contra toda la congregación de Israel. 19

Si os parece que la tierra de vuestra posesión es inmunda, pasaos a la tierra de la

posesión de Jehová, en la cual está el tabernáculo de Jehová, y tomad posesión

entre nosotros; pero no os rebeléis contra Jehová, ni os rebeléis contra

nosotros, edificándoos altar además del altar de Jehová nuestro Dios. 20 ¿No

cometió Acán hijo de Zera prevaricación en el anatema, y vino ira sobre toda la

congregación de Israel? Y aquel hombre no pereció solo en su iniquidad. 21

Entonces los hijos de Rubén y los hijos de Gad y la media tribu de Manases

respondieron y dijeron a los cabezas de los millares de Israel: 22 Jehová Dios de

los dioses, Jehová Dios de los dioses, él sabe, y hace saber a Israel: si fue por

rebelión o por prevaricación contra Jehová, no nos salves hoy. 23 Si nos hemos

edificado altar para volvernos de en pos de Jehová, o para sacrificar holocausto

u ofrenda, o para ofrecer sobre él ofrendas de paz, el mismo Jehová nos lo

demande. 24 Lo hicimos más bien por temor de que mañana vuestros hijos

digan a nuestros hijos: ¿Qué tenéis vosotros con Jehová Dios de Israel? 25

Jehová ha puesto por lindero el Jordán entre nosotros y vosotros, oh hijos de

Rubén e hijos de Gad; no tenéis vosotros parte en Jehová; y así vuestros hijos

harían que nuestros hijos dejasen de temer a Jehová. 26 Por esto dijimos:

Edifiquemos ahora un altar, no para holocausto ni para sacrificio, 27 sino para

que sea un testimonio entre nosotros y vosotros, y entre los que vendrán

después de nosotros, de que podemos hacer el servicio de Jehová delante de él

con nuestros holocaustos, con nuestros sacrificios y con nuestras ofrendas de

paz; y no digan mañana vuestros hijos a los nuestros: Vosotros no tenéis parte

en Jehová. 28 Nosotros, pues, dijimos: Si aconteciere que tal digan a

nosotros, o a nuestras generaciones en lo por venir, entonces responderemos:

Mirad el símil del altar de Jehová, el cual hicieron nuestros padres, no para

holocaustos o sacrificios, sino para que fuese testimonio entre nosotros y

vosotros. 29 Nunca tal acontezca que nos rebelemos contra Jehová, o que nos

apartemos hoy de seguir a Jehová, edificando altar para holocaustos, para

ofrenda o para sacrificio, además del altar de Jehová nuestro Dios que está

delante de su tabernáculo. 30 Oyendo Finees el sacerdote y los príncipes de la

congregación, y los jefes de los millares de Israel que con él estaban, las

palabras que hablaron los hijos de Rubén y los hijos de Gad y los hijos de

Manases, les pareció bien todo ello. 31 Y dijo Finees hijo del sacerdote Eleazar

a los hijos de Rubén, a los hijos de Gad y a los hijos de Manases: Hoy hemos

entendido que Jehová está entre nosotros, pues que no habéis intentado esta

traición contra Jehová. Ahora habéis librado a los hijos de Israel de la mano de

Jehová. 32 Y Finees hijo del sacerdote Eleazar, y los príncipes, dejaron a los

hijos de Rubén y a los hijos de Gad, y regresaron de la tierra de Galaad a la

tierra de Canaán, a los hijos de Israel, a los cuales dieron la respuesta. 33 Y el

asunto pareció bien a los hijos de Israel, y bendijeron a Dios los hijos de Israel;

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y no hablaron más de subir contra ellos en guerra, para destruir la tierra en que

habitaban los hijos de Rubén y los hijos de Gad. 34 Y los hijos de Rubén y los

hijos de Gad pusieron por nombre al altar Ed; porque testimonio es entre

nosotros que Jehová es Dios

15. En casos de dificultades o diferencias respecto a la doctrina o el gobierno de la

iglesia, en que bien las iglesias en general o bien una sola iglesia están

concernidas en su paz, unión y edificación; o uno o vanos miembros de una

iglesia son dañados por procedimientos disciplinarios que no sean de acuerdo a

la verdad y al orden, es conforme a la mente de Cristo que muchas iglesias que

tengan comunión entre si, se reúnan a través de sus representantes para

considerar y dar su consejo sobre los asuntos en disputa, para informar a todas

las iglesias concernidas. (Gá 2:2; Pr. 3:5-7; 12:15; 13:10) Sin embargo, los

representantes congregados no se les entregan ningún poder eclesiástico

propiamente dicho ni jurisdicción sobre las iglesias mismas para ejercer

disciplina sobre cualquiera de ellas o sus miembros, o para imponer sus

decisiones sobre ellas o sus oficiales. (1 Co. 7:25, 36, 40; 2 Co. 1:24; 1 Jn.4:1)

Gá 2:2 Pero subí según una revelación, y para no correr o haber corrido en

vano, expuse en privado a los que tenían cierta reputación el evangelio que

predico entre los gentiles

Pr. 3:5-7 5 Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia

prudencia. 6 Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas. 7

No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal; 12:15

El camino del necio es derecho en su opinión; Mas el que obedece al consejo es

sabio; 13:10 Ciertamente la soberbia concebirá contienda; Mas con los

avisados está la sabiduría

1 Co. 7:25 En cuanto a las vírgenes no tengo mandamiento del Señor; mas doy

mi parecer, como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel, 36

Pero si alguno piensa que es impropio para su hija virgen que pase ya de edad, y

es necesario que así sea, haga lo que quiera, no peca; que se case, 40 Pero a mi

juicio, más dichosa será si se quedare así; y pienso que también yo tengo el

Espíritu de Dios

2 Co. 1:24 No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos para

vuestro gozo; porque por la fe estáis firmes

1 Jn.4:1 Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de

Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo

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Capítulo XXVII

De la comunión de los santos

1. Todos los santos que están unidos a Jesucristo, (Ef. 1:4; Jn. 17:2, 6; 2Co.5:21;

Ro. 6:8; 8:17; 8:2; 1 Co. 6:17; 2P. 1:4) su cabeza, por su Espíritu y por la fe

(Ef. 3:16, 17; Gá. 2:20; 2 Co. 3:17, 18) (aunque no por ello vengan a ser una

persona con El (1 Co. 8:6; Col. 1:18, 19; 1 Ti. 6:15, 16; Is. 42:8; Sal. 45:7; He.

1:8, 9)), participan en sus virtudes, padecimientos, muerte resurrección y gloria;

(1 Jn. 1:3; Jn. 1:16; 15:1-6; Ef. 2:4-6; Ro. 4:25; 6:1-6; Fil. 3:10; Col. 3:3, 4) y, estando unidos unos a otros en amor, participan mutuamente de sus dones y

virtudes, (Jn. 13:34,35; 14:15; Ef. 4:15; 1 P. 4:10; Ro. 14:7,8; 1 Co. 3:21-23;

12:7,25-27) y están obligados al cumplimiento de tales deberes, públicos y

privados, de manera ordenada, que conduzcan a su mutuo bien, tanto en el

hombre interior como en el exterior. (Ro. 1:12; 12:10-13; 1 Ts. 5:11,14; 1 P.

3:8; 1 Jn. 3:17,18; Gá. 6:10)

Ef. 1:4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que

fuésemos santos y sin mancha delante de él

Jn. 17:2 como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a

todos los que le diste, 6 He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo

me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra

2Co.5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que

nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él

Ro. 6:8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; 8:17

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Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si

es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos

glorificados; 8:2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado

de la ley del pecado y de la muerte

1 Co. 6:17 Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él

2P. 1:4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas,

para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo

huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia

Ef. 3:16 para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos

con poder en el hombre interior por su Espíritu, 17 para que habite Cristo por la

fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor

Gá. 2:20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive

Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios,

el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí

2 Co. 3:17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor,

allí hay libertad, 18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como

en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la

misma imagen, como por el Espíritu del Señor

1 Co. 8:6 para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual

proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por

medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él

Col. 1:18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el

primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia, 19

por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud

1 Ti. 6:15 la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey

de reyes, y Señor de señores, 16 el único que tiene inmortalidad, que habita en

luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual

sea la honra y el imperio sempiterno. Amén

Is. 42:8 Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi

alabanza a esculturas

Sal. 45:7 Has amado la justicia y aborrecido la maldad; Por tanto, te ungió

Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que a tus compañeros.

He. 1:8 Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Cetro de

equidad es el cetro de tu reino, 9 Has amado la justicia, y aborrecido la maldad

Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo Con óleo de alegría más que a tus

compañeros

1 Jn. 1:3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también

vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente

es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo

Jn. 1:16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia; 15:1-6 1

Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 2 Todo pámpano que en mí

no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que

lleve más fruto. 3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.

4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto

por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no

permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece

en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis

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hacer. 6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se

secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden

Ef. 2:4-6 4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que

nos amó, 5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente

con Cristo (por gracia sois salvos), 6 y juntamente con él nos resucitó, y

asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús

Ro. 4:25 el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para

nuestra justificación; 6:1-6 1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el

pecado para que la gracia abunde? 2 En ninguna manera. Porque los que hemos

muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 3 ¿O no sabéis que todos los

que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su

muerte? 4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el

bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del

Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. 5 Porque si fuimos

plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo

seremos en la de su resurrección; 6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue

crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a

fin de que no sirvamos más al pecado

Fil. 3:10 a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de

sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte

Col. 3:3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en

Dios, 4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también

seréis manifestados con él en gloria

Jn. 13:34 Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo

os he amado, que también os améis unos a otros, 35 En esto conocerán todos

que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros; 14:15 Si me

amáis, guardad mis mandamientos

Ef. 4:15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que

es la cabeza, esto es, Cristo

1 P. 4:10 Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como

buenos administradores de la multiforme gracia de Dios

Ro. 14:7 Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí, 8

Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos.

Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos

1 Co. 3:21-23 21 Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es

vuestro: 22 sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea

la muerte, sea lo presente, sea lo por venir, todo es vuestro, 23 y vosotros de

Cristo, y Cristo de Dios; 12:7 Pero a cada uno le es dada la manifestación del

Espíritu para provecho, 25-27 25 para que no haya desavenencia en el cuerpo,

sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. 26 De manera

que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un

miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. 27 Vosotros,

pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular

Ro. 1:12 esto es, para ser mutuamente confortados por la fe que nos es común a

vosotros y a mí; 12:10-13 10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en

cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. 11 En lo que requiere

diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; 12 gozosos

en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración; 13

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compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad

1 Ts. 5:11 Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como

lo hacéis, 14 También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos,

que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis

pacientes para con todos

1 P. 3:8 Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos

fraternalmente, misericordiosos, amigables

1 Jn. 3:17 Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener

necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?, 18

Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad

Gá. 6:10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y

mayormente a los de la familia de la fe

2. Los santos, por su profesión, están obligados a mantener entre sí un

compañerismo y comunión santos en la adoración a Dios y en el cumplimiento

de los otros servicios espirituales que tiendan a su edificación mutua, (He.

10:24, 25; 3:12, 13) así como a socorrerse los unos a los otros en las cosas

externas según sus posibilidades y necesidades. (Hch. 11:29, 30; 2 Co. 8, 9; Gá.

2; Ro. 15) Según la norma del evangelio, aunque esta comunión deba ejercerse

especialmente en las relaciones en que se encuentren, ya sea en las familias o en

las iglesias, (1 Ti. 5:8,16; Ef. 6:4; 1 Co. 12:27) no obstante, debe extenderse,

según Dios dé la oportunidad, a toda la familia de la fe, es decir, a todos los que

en todas partes invocan el nombre del Señor Jesús. Sin embargo, su comunión

mutua como santos no quita ni infringe el derecho o la propiedad que cada

hombre tiene sobre sus bienes y posesiones. (Hch. 5.4; Ef. 4.28)

He. 10:24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las

buenas obras, 25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por

costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se

acerca; 3:12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón

malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo, 13 antes exhortaos los unos a

los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros

se endurezca por el engaño del pecado

Hch. 11:29 Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía,

determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea, 30 lo cual

en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo

2 Co. 8 No hablo como quien manda, sino para poner a prueba, por medio de la

diligencia de otros, también la sinceridad del amor vuestro, 9 Porque ya

conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo

pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos

Gá. 2 1 Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé,

llevando también conmigo a Tito. 2 Pero subí según una revelación, y para no

correr o haber corrido en vano, expuse en privado a los que tenían cierta

reputación el evangelio que predico entre los gentiles. 3 Mas ni aun Tito, que

estaba conmigo, con todo y ser griego, fue obligado a circuncidarse; 4 y esto a

pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para

espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a

esclavitud, 5 a los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que

la verdad del evangelio permaneciese con vosotros. 6 Pero de los que tenían

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reputación de ser algo (lo que hayan sido en otro tiempo nada me importa; Dios

no hace acepción de personas), a mí, pues, los de reputación nada nuevo me

comunicaron. 7 Antes por el contrario, como vieron que me había sido

encomendado el evangelio de la incircuncisión, como a Pedro el de la

circuncisión 8 (pues el que actuó en Pedro para el apostolado de la

circuncisión, actuó también en mí para con los gentiles), 9 y reconociendo la

gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados

como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de

compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la

circuncisión. 10 Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo

cual también procuré con diligencia hacer. 11 Pero cuando Pedro vino a

Antioquia, le resistí cara a cara, porque era de condenar. 12 Pues antes que

viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que

vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión.

13 Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que

aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos. 14 Pero cuando

vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro

delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío,

¿por qué obligas a los gentiles a judaizar? 15 Nosotros, judíos de nacimiento, y

no pecadores de entre los gentiles, 16 sabiendo que el hombre no es justificado

por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos

creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras

de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. 17 Y si

buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados

pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera. 18

Porque si las cosas que destruí, las mismas vuelvo a edificar, trasgresor me

hago. 19 Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir para Dios.

20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo

en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual

me amó y se entregó a sí mismo por mí. 21 No desecho la gracia de Dios; pues

si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo

Ro. 15 1 Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los

débiles, y no agradarnos a nosotros mismos. 2 Cada uno de nosotros agrade a

su prójimo en lo que es bueno, para edificación. 3 Porque ni aun Cristo se

agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te

vituperaban, cayeron sobre mí. 4 Porque las cosas que se escribieron antes,

para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la

consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. 5 Pero el Dios de la

paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo

Jesús, 6 para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro

Señor Jesucristo. 7 Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también

Cristo nos recibió, para gloria de Dios. 8 Pues os digo, que Cristo Jesús vino a

ser siervo de la circuncisión para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las

promesas hechas a los padres, 9 y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su

misericordia, como está escrito: Por tanto, yo te confesaré entre los gentiles,

Y cantaré a tu nombre. 10 Y otra vez dice: Alegraos, gentiles, con su pueblo.

11 Y otra vez: Alabad al Señor todos los gentiles, Y magnificadle todos los

pueblos. 12 Y otra vez dice Isaías: Estará la raíz de Isaí, Y el que se levantará

a regir los gentiles; Los gentiles esperarán en él. 13 Y el Dios de esperanza os

llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el

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poder del Espíritu Santo. 14 Pero estoy seguro de vosotros, hermanos míos, de

que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de

tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros. 15 Mas os he escrito,

hermanos, en parte con atrevimiento, como para haceros recordar, por la gracia

que de Dios me es dada 16 para ser ministro de Jesucristo a los gentiles,

ministrando el evangelio de Dios, para que los gentiles le sean ofrenda

agradable, santificada por el Espíritu Santo. 17 Tengo, pues, de qué gloriarme

en Cristo Jesús en lo que a Dios se refiere. 18 Porque no osaría hablar sino de lo

que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la

palabra y con las obras, 19 con potencia de señales y prodigios, en el poder del

Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta

Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo. 20 Y de esta manera me

esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado,

para no edificar sobre fundamento ajeno, 21 sino, como está escrito: Aquellos

a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán; Y los que nunca han

oído de él, entenderán. 22 Por esta causa me he visto impedido muchas veces

de ir a vosotros. 23 Pero ahora, no teniendo más campo en estas regiones, y

deseando desde hace muchos años ir a vosotros, 24 cuando vaya a España, iré a

vosotros; porque espero veros al pasar, y ser encaminado allá por vosotros, una

vez que haya gozado con vosotros. 25 Mas ahora voy a Jerusalén para ministrar

a los santos. 26 Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda

para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén. 27 Pues les

pareció bueno, y son deudores a ellos; porque si los gentiles han sido hechos

participantes de sus bienes espirituales, deben también ellos ministrarles de los

materiales. 28 Así que, cuando haya concluido esto, y les haya entregado este

fruto, pasaré entre vosotros rumbo a España. 29 Y sé que cuando vaya a

vosotros, llegaré con abundancia de la bendición del evangelio de Cristo. 30

Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del

Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios, 31 para que sea librado de los

rebeldes que están en Judea, y que la ofrenda de mi servicio a los santos en

Jerusalén sea acepta; 32 para que con gozo llegue a vosotros por la voluntad de

Dios, y que sea recreado juntamente con vosotros. 33 Y el Dios de paz sea con

todos vosotros. Amén

1 Ti. 5:8 porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de

su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo, 16 Si algún creyente o

alguna creyente tiene viudas, que las mantenga, y no sea gravada la iglesia, a

fin de que haya lo suficiente para las que en verdad son viudas

Ef. 6:4 Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos

en disciplina y amonestación del Señor

1 Co. 12:27 Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en

particular

Hch. 5.4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu

poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres,

sino a Dios

Ef. 4.28 El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo

que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad

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Capítulo XXVIII

Del bautismo y la Cena del Señor

1. El bautismo y la Cena del Señor son ordenanzas que han sido positiva y

soberanamente instituidas por el Señor Jesús, el único legislador, (Mt 28:19, 20;

1 Co. 11:24, 25) para que continúen en su Iglesia hasta el fin del mundo. (Mt.

28:18-20; Ro. 6:3, 4; 1 Co. 1:13-17; Ga. 3:27; Ef. 4:5; Col. 2:12; 1 P. 3:21; 1

Co. 11:26; Lc. 22:14-20)

Mt 28:19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos

en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, 20 enseñándoles que

guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros

todos los días, hasta el fin del mundo. Amén

1 Co. 11:24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es

mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí, 25

Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta

copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la

bebiereis, en memoria de mí

Mt. 28:18-20 18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es

dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las

naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu

Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he

aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén

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Ro. 6:3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús,

hemos sido bautizados en su muerte?, 4 Porque somos sepultados juntamente

con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los

muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva

1 Co. 1:13-17 13 ¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por

vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? 14 Doy gracias a Dios

de que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo, 15 para que

ninguno diga que fuisteis bautizados en mi nombre. 16 También bauticé a la

familia de Estéfanas; de los demás, no sé si he bautizado a algún otro. 17 Pues

no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de

palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo

Gal. 3:27 porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo

estáis revestidos

Ef. 4:5 un Señor, una fe, un bautismo

Col. 2:12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también

resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los

muertos

1 P. 3:21 El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las

inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia

Dios) por la resurrección de Jesucristo

1 Co. 11:26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta

copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga

Lc. 22:14-20 14 Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles.

15 Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que

padezca! 16 Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el

reino de Dios. 17 Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto,

y repartidlo entre vosotros; 18 porque os digo que no beberé más del fruto de

la vid, hasta que el reino de Dios venga. 19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo

partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced

esto en memoria de mí. 20 De igual manera, después que hubo cenado, tomó la

copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se

derrama

2. Estas santas instituciones han de ser administradas solamente por aquellos que

estén cualificados y llamados para ello, según la comisión de Cristo. (Mt 24:45-

51; Lc. 12:41-44; 1 Co. 4:1; Tit 1:5-7)

Mt 24:45-51 45 ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su

señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? 46 Bienaventurado

aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. 47 De

cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. 48 Pero si aquel siervo

malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; 49 y comenzare a golpear a

sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, 50 vendrá el señor

de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, 51 y lo

castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y

el crujir de dientes.

Lc. 12:41-44 41 Entonces Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola a

nosotros, o también a todos? 42 Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y

prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su

ración? 43 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le

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halle haciendo así. 44 En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes

1 Co. 4:1 Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y

administradores de los misterios de Dios

Tit 1:5-7 5 Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y

establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; 6 el que fuere

irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén

acusados de disolución ni de rebeldía. 7 Porque es necesario que el obispo sea

irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado

al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas

Capítulo XXIX

Del bautismo

1. El bautismo es una ordenanza del Nuevo Testamento instituida por Jesucristo,

con el fin de ser para la persona bautizada una señal de su comunión con Él en

su muerte y resurrección, de estar injertado en Él, (Ro. 6:3-5; Col. 2:12; Gá.

3:27) de la remisión de pecados (Mr. 1:4; Hch. 22:16) y de su entrega a Dios

por medio de Jesucristo para vivir y andar en novedad de vida. (Ro.6:4)

Ro. 6:3-5 3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo

Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4 Porque somos sepultados

juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo

resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en

vida nueva. 5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de

su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección

Col. 2:12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también

resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los

muertos

Gá. 3:27 porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis

revestidos

Mr. 1:4 Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo de

arrepentimiento para perdón de pecados

Hch. 22:16 Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava

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tus pecados, invocando su nombre

Ro.6:4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el

bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del

Padre, así también nosotros andemos en vida nueva

2. Los que realmente profesan arrepentimiento para con Dios y fe en nuestro

Señor Jesucristo y obediencia a Él son los únicos sujetos adecuados de esta

ordenanza. (Mt 3:1-12; Mr. 1:4-6; Lc. 3:3-6; Mt. 28:19,20; Mr. 16:15,16; Jn.

4:1,2; 1 Co. 1:13-17; Hch. 2:37-41; 8:12,13,36-38; 9:18; 10:47,48; 11:16;

15:9; 16:14,15,31-34; 18:8; 19:3-5;22:16;Ro.6:3,4;Gá.3:27; Col. 2:12; 1 P.

3:21; Jer. 31:31-34; Fil. 3:3; Jn. 1:12, 13; Mt. 21:43)

Mt 3:1-12 1 En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de

Judea, 2 y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

3 Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: par Voz del

que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus

sendas. 4 Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero

alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre. 5 Y salía a

él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán, 6 y eran

bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados. 7 Al ver él que muchos

de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación

de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? 8 Haced, pues, frutos

dignos de arrepentimiento, 9 y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A

Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a

Abraham aun de estas piedras. 10 Y ya también el hacha está puesta a la raíz de

los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el

fuego. 11 Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que

viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo;

él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. 12 Su aventador está en su mano, y

limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego

que nunca se apagará

Mr. 1:4-6 4 Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo de

arrepentimiento para perdón de pecados. 5 Y salían a él toda la provincia de

Judea, y todos los de Jerusalén; y eran bautizados por él en el río Jordán,

confesando sus pecados. 6 Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un

cinto de cuero alrededor de sus lomos; y comía langostas y miel silvestre

Lc. 3:3-6 3 Y él fue por toda la región contigua al Jordán, predicando el

bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados, 4 como está escrito en el

libro de las palabras del profeta Isaías, que dice: Voz del que clama en el

desierto: Preparad el camino del Señor; Enderezad sus sendas. 5 Todo valle se

rellenará, Y se bajará todo monte y collado; Los caminos torcidos serán

enderezados, Y los caminos ásperos allanados; 6 Y verá toda carne la

salvación de Dios

Mt. 28:19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,

bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, 20

enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo

estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén

Mr. 16:15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda

criatura,16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no

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creyere, será condenado

Jn. 4:1 Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían oído decir:

Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan, 2 (aunque Jesús no bautizaba,

sino sus discípulos)

1 Co. 1:13-17 13 ¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por

vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? 14 Doy gracias a Dios

de que a ninguno de vosotros he bautizado, sino a Crispo y a Gayo, 15 para que

ninguno diga que fuisteis bautizados en mi nombre. 16 También bauticé a la

familia de Estéfanas; de los demás, no sé si he bautizado a algún otro. 17 Pues

no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio; no con sabiduría de

palabras, para que no se haga vana la cruz de Cristo

Hch. 2:37-41 37 Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y

a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? 38 Pedro les dijo:

Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para

perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. 39 Porque para

vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos;

para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. 40 Y con otras muchas palabras

testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. 41

Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel

día como tres mil personas; 8:12 Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba

el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres

y mujeres,13 También creyó Simón mismo, y habiéndose bautizado, estaba

siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían,

estaba atónito, 36-38 36 Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo

el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? 37 Felipe dijo: Si

crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo

es el Hijo de Dios. 38 Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua,

Felipe y el eunuco, y le bautizó; 9:18 Y al momento le cayeron de los ojos

como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado;

10:47 Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para

que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como

nosotros?, 48 Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le

rogaron que se quedase por algunos días; 11:16 Entonces me acordé de lo dicho

por el Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua, mas vosotros

seréis bautizados con el Espíritu Santo; 15:9 Por lo cual yo juzgo que no se

inquiete a los gentiles que se convierten a Dios; 16:14 Entonces una mujer

llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a

Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese

atenta a lo que Pablo decía, 15 Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó

diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y

posad. Y nos obligó a quedarnos, 31-34 31 Ellos dijeron: Cree en el Señor

Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. 32 Y le hablaron la palabra del Señor a él

y a todos los que estaban en su casa. 33 Y él, tomándolos en aquella misma

hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los

suyos. 34 Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su

casa de haber creído a Dios; 18:8 Y Crispo, el principal de la sinagoga, creyó

en el Señor con toda su casa; y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran

bautizados; 19:3-5 3 Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos

dijeron: En el bautismo de Juan. 4 Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de

arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después

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de él, esto es, en Jesús el Cristo.5 Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el

nombre del Señor Jesús; 22:16 Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y

bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre

Ro.6:3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús,

hemos sido bautizados en su muerte?, 4 Porque somos sepultados juntamente

con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los

muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva

Gá.3:27 porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis

revestidos

Col. 2:12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también

resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los

muertos

1 P. 3:21 El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las

inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia

Dios) por la resurrección de Jesucristo

Jer. 31:31-34 31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré

nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32 No como el pacto

que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de

Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos,

dice Jehová. 33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de

aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su

corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34 Y no

enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo:

Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos

hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no

me acordaré más de su pecado

Fil. 3:3 Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a

Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne

Jn. 1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les

dio potestad de ser hechos hijos de Dios, 13 los cuales no son engendrados de

sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios

Mt. 21:43 Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y

será dado a gente que produzca los frutos de él

3. El elemento exterior que debe usarse en esta ordenanza es el agua, en la cual ha

de ser bautizada (Mt. 3:11; Hch. 8:36,38; 22:16) la persona en el nombre del

Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. (Mt 28:18-20)

Mt. 3:11 Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que

viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo;

él os bautizará en Espíritu Santo y fuego

Hch. 8:36 Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua, y dijo el eunuco:

Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?, 38 Y mandó parar el carro;

y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó; 22:16 Ahora,

pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados,

invocando su nombre

Mt 28:18-20 18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es

dada en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las

naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu

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Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he

aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

4. La inmersión de la persona en el agua es necesaria para la correcta

administración de esta ordenanza. (2R. 5:14; Sal. 69:2; Is. 21:4;Mr. 1:5,8-

9;Jn.3:23;Hch.8:38;Ro.6:4; Col. 2:12; Mr. 7:3,4; 10:38,39;Lc. 12:50; 1 Co.

10:1,2; Mt. 3:11;Hch. 1:5,8; 2:1-4,17)

2R. 5:14 El entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán,

conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de

un niño, y quedó limpio

Sal. 69:2 Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo hacer pie; He

venido a abismos de aguas, y la corriente me ha anegado

Is. 21:4 Se pasmó mi corazón, el horror me ha intimidado; la noche de mi

deseo se me volvió en espanto

Mr. 1:5 Y salían a él toda la provincia de Judea, y todos los de Jerusalén; y

eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados, 8 Yo a la

verdad os he bautizado con agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo, 9

Aconteció en aquellos días, que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue

bautizado por Juan en el Jordán

Jn.3:23 Juan bautizaba también en Enón, junto a Salim, porque había allí

muchas aguas; y venían, y eran bautizados

Hch.8:38 Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el

eunuco, y le bautizó

Ro.6:4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el

bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del

Padre, así también nosotros andemos en vida nueva

Col. 2:12 sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también

resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los

muertos

Mr. 7:3 Porque los fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los

ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen, 4 Y volviendo de

la plaza, si no se lavan, no comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para

guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, y de los jarros, y de los

utensilios de metal, y de los lechos; 10:38 Entonces Jesús les dijo: No sabéis lo

que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el

bautismo con que yo soy bautizado?, 39 Ellos dijeron: Podemos. Jesús les dijo:

A la verdad, del vaso que yo bebo, beberéis, y con el bautismo con que yo soy

bautizado, seréis bautizados

Lc. 12:50 De un bautismo tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta

que se cumpla!

1 Co. 10:1 Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos

estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar, 2 y todos en Moisés fueron

bautizados en la nube y en el mar

Mt. 3:11 Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que

viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo;

él os bautizará en Espíritu Santo y fuego

Hch. 1:5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis

bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días, 8 pero recibiréis

poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis

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testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la

tierra; 2:1-4 1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes

juntos. 2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que

soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; 3 y se les

aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de

ellos. 4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en

otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen, 17 Y en los postreros

días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y

vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros

ancianos soñarán sueños

Capítulo XXX

De la Cena del Señor

1. La Cena del Señor Jesús fue instituida por Él la misma noche en que fue

entregado, (1 Co. 11:23-26; Mt. 26:20-26; Mr. 14:17-22; Lc. 22:19-23) para

que se observara en sus iglesias (Hch. 2:41, 42; 20:7; 1 Co. 11:17-22, 33, 34)

hasta el fin del mundo, (Mr. 14:24, 25; Lc. 22:17-22; 1 Co. 11:24-26) para el

recuerdo perpetuo y para la manifestación del sacrificio de si mismo en su

muerte, (1 Co. 11:24-26; Mt. 26:27, 28; Lc. 22:19, 20) para confirmación de la

fe de los creyentes en todos los beneficios de la misma, (Ro.4:11) para su

alimentación espiritual y crecimiento en Él, (Jn. 6:29, 35, 47-58) para un mayor

compromiso en todas las obligaciones que le deben a Él, (1 Co. 11:25; 1 Co.

10:16,17) y para ser un vínculo y una prenda de su comunión con Él y entre

ellos mutuamente."

1 Co. 11:23-26 23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado:

Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; 24 y habiendo dado

gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros

es partido; haced esto en memoria de mí. 25 Asimismo tomó también la copa,

después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre;

haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. 26 Así, pues,

todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del

Señor anunciáis hasta que él venga

Mt. 26:20-26 20 Cuando llegó la noche, se sentó a la mesa con los doce. 21 Y

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mientras comían, dijo: De cierto os digo, que uno de vosotros me va a

entregar. 22 Y entristecidos en gran manera, comenzó cada uno de ellos a

decirle: ¿Soy yo, Señor? 23 Entonces él respondiendo, dijo: El que mete la

mano conmigo en el plato, ése me va a entregar. 24 A la verdad el Hijo del

Hombre va, según está escrito de él, más ¡ay de aquel hombre por quien el

Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido.

25 Entonces respondiendo Judas, el que le entregaba, dijo: ¿Soy yo,

Maestro? Le dijo: Tú lo has dicho. 26 Y mientras comían, tomó Jesús el pan,

y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi

cuerpo.

Mr. 14:17-22 17 Y cuando llegó la noche, vino él con los doce. 18 Y cuando

se sentaron a la mesa, mientras comían, dijo Jesús: De cierto os digo que uno

de vosotros, que come conmigo, me va a entregar. 19 Entonces ellos

comenzaron a entristecerse, y a decirle uno por uno: ¿Seré yo? Y el otro: ¿Seré

yo? 20 El, respondiendo, les dijo: Es uno de los doce, el que moja conmigo en

el plato. 21 A la verdad el Hijo del Hombre va, según está escrito de él, más

¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le

fuera a ese hombre no haber nacido. 22 Y mientras comían, Jesús tomó pan y

bendijo, y lo partió y les dio, diciendo: Tomad, esto es mi cuerpo.

Lc. 22:19-23 19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo:

Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. 20

De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa

es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama. 21 Mas he aquí,

la mano del que me entrega está conmigo en la mesa. 22 A la verdad el Hijo del

Hombre va, según lo que está determinado; pero ¡ay de aquel hombre por

quien es entregado! 23 Entonces ellos comenzaron a discutir entre sí, quién de

ellos sería el que había de hacer esto

Hch. 2:41 Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se

añadieron aquel día como tres mil personas., 42 Y perseveraban en la doctrina

de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en

las oraciones.; 20:7 El primer día de la semana, reunidos los discípulos para

partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el

discurso hasta la medianoche.

1 Co. 11:17-22 17 Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no

os congregáis para lo mejor, sino para lo peor. 18 Pues en primer lugar,

cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en

parte lo creo. 19 Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para

que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados. 20 Cuando,

pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor. 21 Porque al

comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro

se embriaga. 22 Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O

menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué

os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo, 33 Así que, hermanos míos, cuando

os reunís a comer, esperaos unos a otros, 34 Si alguno tuviere hambre, coma en

su casa, para que no os reunáis para juicio. Las demás cosas las pondré en

orden cuando yo fuere

Mr. 14:24 Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es

derramada, 25 De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta

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aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios.

Lc. 22:17-22 17 Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto,

y repartidlo entre vosotros; 18 porque os digo que no beberé más del fruto de

la vid, hasta que el reino de Dios venga. 19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo

partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced

esto en memoria de mí. 20 De igual manera, después que hubo cenado, tomó la

copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se

derrama. 21 Mas he aquí, la mano del que me entrega está conmigo en la

mesa. 22 A la verdad el Hijo del Hombre va, según lo que está determinado;

pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado!

1 Co. 11:24-26 24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed;

esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.

25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta

copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la

bebiereis, en memoria de mí. 26 Así, pues, todas las veces que comiereis este

pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga

Ro.4:11 Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe

que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes

no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia

Jn. 6:29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el

que él ha enviado, 35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene,

nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás, 47-58 47 De

cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. 48 Yo soy el

pan de vida. 49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron.

50 Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no

muera. 51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de

este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo

daré por la vida del mundo. 52 Entonces los judíos contendían entre sí,

diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? 53 Jesús les dijo: De

cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis

su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi

sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. 55 Porque mi

carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come

mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. 57 Como me envió el

Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también

vivirá por mí. 58 Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros

padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá

eternamente

1 Co. 11:25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado,

diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces

que la bebiereis, en memoria de mí.

1 Co. 10:16 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la

sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de

Cristo?, 17 Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un

cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan.

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2. En esta ordenanza Cristo no es ofrecido a su Padre, ni se hace en absoluto

ningún verdadero sacrificio para la remisión del pecado ni de los vivos ni de los

muertos; sino que solamente es un memorial de aquel único ofrecimiento de sí

mismo y por si mismo en la cruz, una sola vez para siempre, (Jn. 19:30; He.

9:25-28; 10:10-14; Lc. 22:19; 1 Co. 11:24, 25) y una ofrenda espiritual de toda

la alabanza posible a Dios por el mismo. (Mt. 26:26, 27,30 con He. 13:10-16)

Así que el sacrificio papal de la misa, como ellos la llaman, es sumamente

abominable e injurioso para con el sacrificio mismo de Cristo, la única

propiciación por todos los pecados de los elegidos.

Jn. 19:30 Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y

habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.

He. 9:25-28 25 y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo

sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. 26 De otra manera

le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo;

pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre

por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. 27 Y de la

manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y

después de esto el juicio, 28 así también Cristo fue ofrecido una sola vez para

llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el

pecado, para salvar a los que le esperan; 10:10-14 10 En esa voluntad somos

santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para

siempre. 11 Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y

ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los

pecados; 12 pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo

sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13 de ahí en

adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies;

14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados

Lc. 22:19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es

mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí

1 Co. 11:24 , 25 24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed;

esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.

25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta

copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la

bebiereis, en memoria de mí.

Mt. 26:26 Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio

a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo, 27 Y tomando la

copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos, 30 Y

cuando hubieron cantado el himno, salieron al monte de los Olivos

He. 13:10-16 10 En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del

cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre. 11 Y ciertamente todo

sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos

sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; 12 pero Cristo, habiendo

ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a

la diestra de Dios, 13 de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean

puestos por estrado de sus pies; 14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos

para siempre a los santificados. 15 Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo;

porque después de haber dicho: 16 Este es el pacto que haré con ellos Después

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de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, Y en sus

mentes las escribiré

3. El Señor Jesús, en esta ordenanza, ha designado a sus ministros para que oren y

bendigan los elementos del pan y del vino, y que los aparten así del uso común

para el uso sagrado; que tomen y partan el pan, y tomen la copa y (participando

también ellos mismos) den ambos a los participantes. (1 Co. 11:23-26; Mt.

26:26-28; Mr. 14:24,25; Lc. 22:19-22)

1 Co. 11:23-26 23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado:

Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; 24 y habiendo dado

gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros

es partido; haced esto en memoria de mí. 25 Asimismo tomó también la copa,

después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre;

haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. 26 Así, pues,

todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del

Señor anunciáis hasta que él venga

Mt. 26:26-28 26 Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo

partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. 27 Y

tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella

todos; 28 porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es

derramada para remisión de los pecados

Mr. 14:24 Y les dijo: Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es

derramada, 25 De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta

aquel día en que lo beba nuevo en el reino de Dios

Lc. 22:19-22 19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo:

Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. 20

De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa

es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama. 21 Mas he aquí,

la mano del que me entrega está conmigo en la mesa. 22 A la verdad el Hijo del

Hombre va, según lo que está determinado; pero ¡ay de aquel hombre por

quien es entregado!

4. El negar la copa al pueblo, (Mt. 26:27; Mr. 14:23; 1 Co. 11:25-28) el adorar

los elementos, el elevarlos o llevarlos de un lugar a otro para adorarlos y el

guardarlos para cualquier pretendido uso religioso, (Ex. 20:4, 5) es contrario a la

naturaleza de esta ordenanza y a la institución de Cristo.(Mt. 15:9)

Mt. 26:27 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo:

Bebed de ella todos

Mr. 14:23 Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio; y bebieron de

ella todos

1 Co. 11:25-28 25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado,

diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces

que la bebiereis, en memoria de mí. 26 Así, pues, todas las veces que

comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta

que él venga. 27 De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta

copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.

28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la

copa

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Ex. 20:4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el

cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra, 5 No te inclinarás

a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que

visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación

de los que me aborrecen

Mt. 15:9 Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos

de hombres

5. Los elementos externos de esta ordenanza, debidamente separados para el uso

ordenado por Cristo, tienen tal relación con Él crucificado que en un sentido

verdadero, aunque en términos figurativos, se llaman a veces por el nombre de

las cosas que representan, a saber: el cuerpo y la sangre de Cristo; (1 Co. 11:27;

Mt. 26:26-28) no obstante, en sustancia y en naturaleza, esos elementos siguen

siendo verdadera y solamente pan y vino, como eran antes. (1 Co. 11:2~28; Mt.

26:29)

1 Co. 11:27 De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa

del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor

Mt. 26:26-28 26 Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo

partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. 27 Y

tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella

todos; 28 porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es

derramada para remisión de los pecados

1 Co. 11:2~28 2 Os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis de mí, y

retenéis las instrucciones tal como os las entregué. 3 Pero quiero que sepáis que

Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la

cabeza de Cristo. 4 Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta,

afrenta su cabeza. 5 Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza

descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado. 6

Porque si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello; y si le es

vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra. 7 Porque el

varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la

mujer es gloria del varón. 8 Porque el varón no procede de la mujer, sino la

mujer del varón, 9 y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la

mujer por causa del varón. 10 Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad

sobre su cabeza, por causa de los ángeles. 11 Pero en el Señor, ni el varón es

sin la mujer, ni la mujer sin el varón; 12 porque así como la mujer procede del

varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios. 13

Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la

cabeza? 14 La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso

dejarse crecer el cabello? 15 Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el

cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello. 16 Con

todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre,

ni las iglesias de Dios. 17 Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo;

porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor. 18 Pues en primer

lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y

en parte lo creo. 19 Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para

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que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados. 20 Cuando,

pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor. 21 Porque al

comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro

se embriaga. 22 Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O

menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué

os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo. 23 Porque yo recibí del Señor lo

que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado,

tomó pan; 24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto

es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. 25

Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa

es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en

memoria de mí. 26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y

bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. 27 De

manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor

indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. 28 Por tanto,

pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa

Mt. 26:29 Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid,

hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre

6. Esa doctrina que sostiene un cambio de sustancia del pan y del vino en la

sustancia del cuerpo y la sangre de Cristo (llamada comúnmente

transustanciación), por la consagración de un sacerdote, o de algún otro modo,

es repugnante no sólo a la Escritura (Mt. 26:26-29; Lc. 24:6,39; Jn. 1:14;

20:28, 29; Hch. 1:9-11; 3:21; 1Co. 11: 2~26; Lc. 12:1; Ap. 1:20) sino también

al sentido común y a la razón; echa abajo la naturaleza de la ordenanza; y ha

sido y es la causa de muchísimas supersticiones y, además, de crasas idolatrías.

Mt. 26:26-29 26 Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo

partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. 27 Y

tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella

todos; 28 porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es

derramada para remisión de los pecados. 29 Y os digo que desde ahora no

beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con

vosotros en el reino de mi Padre

Lc. 24:6 No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló,

cuando aún estaba en Galilea, 39 Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo

soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que

yo tengo

Jn. 1:14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su

gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad; 20:28

Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!, 29 Jesús le dijo:

Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y

creyeron

Hch. 1:9-11 9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le

recibió una nube que le ocultó de sus ojos. 10 Y estando ellos con los ojos

puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos

dos varones con vestiduras blancas, 11 los cuales también les dijeron: Varones

galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido

tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo; 3:21 a

quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la

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restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos

profetas que han sido desde tiempo antiguo

1Co. 11: 2~26 2 Os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis de mí, y

retenéis las instrucciones tal como os las entregué. 3 Pero quiero que sepáis que

Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la

cabeza de Cristo. 4 Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta,

afrenta su cabeza. 5 Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza

descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado. 6

Porque si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello; y si le es

vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra. 7 Porque el

varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la

mujer es gloria del varón. 8 Porque el varón no procede de la mujer, sino la

mujer del varón, 9 y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la

mujer por causa del varón. 10 Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad

sobre su cabeza, por causa de los ángeles. 11 Pero en el Señor, ni el varón es

sin la mujer, ni la mujer sin el varón; 12 porque así como la mujer procede del

varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios. 13

Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la

cabeza? 14 La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso

dejarse crecer el cabello? 15 Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el

cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello. 16 Con

todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre,

ni las iglesias de Dios. 17 Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo;

porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor. 18 Pues en primer

lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y

en parte lo creo. 19 Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para

que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados. 20 Cuando,

pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor. 21 Porque al

comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro

se embriaga. 22 Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O

menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué

os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo. 23 Porque yo recibí del Señor lo

que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado,

tomó pan; 24 y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto

es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. 25

Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa

es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en

memoria de mí. 26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y

bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga

Lc. 12:1 En esto, juntándose por millares la multitud, tanto que unos a otros se

atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos, primeramente: Guardaos de la

levadura de los fariseos, que es la hipocresía

Ap. 1:20 El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los

siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias,

y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias

7. Los que reciben dignamente esta ordenanza, (1 Co. 11:28) participando

externamente de los elementos visibles, también participan interiormente, por la

fe, de una manera real y verdadera, aunque no carnal ni corporal, sino

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alimentándose espiritualmente de Cristo crucificado y recibiendo todos los

beneficios de su muerte. (Jn. 6:29, 35,47-58 ) El cuerpo y la sangre de Cristo no

están entonces ni camal ni corporal sino espiritualmente presentes en aquella

ordenanza a la fe de los creyentes, tanto como los elementos mismos lo están

para sus sentidos corporales.(1 Co. 10:16)

1 Co. 11:28 Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y

beba de la copa

Jn. 6:29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el

que él ha enviado, 35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene,

nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás, 47-58 47 De

cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. 48 Yo soy el

pan de vida. 49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron.

50 Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no

muera. 51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de

este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo

daré por la vida del mundo. 52 Entonces los judíos contendían entre sí,

diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? 53 Jesús les dijo: De

cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis

su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi

sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. 55 Porque mi

carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come

mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. 57 Como me envió el

Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también

vivirá por mí. 58 Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros

padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá

eternamente.

1 Co. 10:16 La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la

sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de

Cristo?

8. Todos los ignorantes e impíos, no siendo aptos para gozar de la comunión con

Cristo, son por tanto indignos de la mesa del Señor y, mientras permanezcan

como tales, no pueden, sin pecar grandemente contra Él, participar de estos

sagrados misterios o ser admitidos a ellos; (Mt. 7:6; Ef. 4:17-24; 5:3-9; Ex.

20:7,16; 1 Co. 5:9-13; 2 Jn. 10; Hch. 2:41,42; 20:7; 1 Co. 11:17-22,33,34 ) además, quienquiera que los reciba indignamente es culpable del cuerpo y la

sangre del Señor, pues come y bebe juicio para si. (1 Co. 11:20-22,27-34)

Mt. 7:6 No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los

cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen

Ef. 4:17-24 17 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como

los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, 18 teniendo el

entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en

ellos hay, por la dureza de su corazón; 19 los cuales, después que perdieron

toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase

de impureza. 20 Más vosotros no habéis aprendido así a Cristo, 21 si en verdad

le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en

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Jesús. 22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre,

que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23 y renovaos en el espíritu

de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la

justicia y santidad de la verdad; 5:3-9 3 Pero fornicación y toda inmundicia, o

avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; 4 ni

palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino

antes bien acciones de gracias. 5 Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o

inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de

Dios. 6 Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira

de Dios sobre los hijos de desobediencia. 7 No seáis, pues, partícipes con

ellos. 8 Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor;

andad como hijos de luz 9 (porque el fruto del Espíritu es en toda bondad,

justicia y verdad)

Ex. 20:7 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por

inocente Jehová al que tomare su nombre en vano, 16 No hablarás contra tu

prójimo falso testimonio

1 Co. 5:9-13 9 Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; 10

no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros, o con los

ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del

mundo. 11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose

hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o

ladrón; con el tal ni aun comáis. 12 Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a

los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? 13 Porque a

los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre

vosotros

Jn. 10 1 De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil

de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. 2 Más el

que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. 3 A éste abre el portero, y

las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. 4 Y

cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le

siguen, porque conocen su voz. 5 Más al extraño no seguirán, sino huirán de

él, porque no conocen la voz de los extraños. 6 Esta alegoría les dijo Jesús;

pero ellos no entendieron qué era lo que les decía. 7 Volvió, pues, Jesús a

decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. 8 Todos

los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron

las ovejas. 9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y

saldrá, y hallará pastos. 10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y

destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en

abundancia. 11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.

12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las

ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y

las dispersa. 13 Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le

importan las ovejas. 14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las

mías me conocen, 15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y

pongo mi vida por las ovejas. 16 También tengo otras ovejas que no son de este

redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un

pastor. 17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a

tomar. 18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder

para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí

de mi Padre. 19 Volvió a haber disensión entre los judíos por estas palabras. 20

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Muchos de ellos decían: Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿por qué le oís? 21

Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio

abrir los ojos de los ciegos? 22 Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la

dedicación. Era invierno, 23 y Jesús andaba en el templo por el pórtico de

Salomón. 24 Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás

el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. 25 Jesús les respondió: Os

lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas

dan testimonio de mí; 26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis

ovejas, como os he dicho. 27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me

siguen, 28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las

arrebatará de mi mano. 29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y

nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30 Yo y el Padre uno somos.

31 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle. 32 Jesús les

respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de

ellas me apedreáis? 33 Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no

te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces

Dios. 34 Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses

sois? 35 Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la

Escritura no puede ser quebrantada), 36 ¿al que el Padre santificó y envió al

mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy? 37 Si no

hago las obras de mi Padre, no me creáis. 38 Más si las hago, aunque no me

creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está

en mí, y yo en el Padre. 39 Procuraron otra vez prenderle, pero él se escapó de

sus manos. 40 Y se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde

primero había estado bautizando Juan; y se quedó allí. 41 Y muchos venían a

él, y decían: Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo

de éste, era verdad. 42 Y muchos creyeron en él allí

Hch. 2:41 Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se

añadieron aquel día como tres mil personas, 42 Y perseveraban en la doctrina de

los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las

oraciones; 20:7 El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir

el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el

discurso hasta la medianoche

1 Co. 11:17-22 17 Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no

os congregáis para lo mejor, sino para lo peor. 18 Pues en primer lugar,

cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en

parte lo creo. 19 Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para

que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados. 20 Cuando,

pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor. 21 Porque al

comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro

se embriaga. 22 Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O

menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué

os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo, 33 Así que, hermanos míos, cuando

os reunís a comer, esperaos unos a otros, 34 Si alguno tuviere hambre, coma en

su casa, para que no os reunáis para juicio. Las demás cosas las pondré en

orden cuando yo fuere

1 Co. 11:20-22 20 Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena

del Señor. 21 Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y

uno tiene hambre, y otro se embriaga. 22 Pues qué, ¿no tenéis casas en que

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comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que

no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo, 27-34 27 De

manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor

indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. 28 Por tanto,

pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa. 29

Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor,

juicio come y bebe para sí. 30 Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados

entre vosotros, y muchos duermen. 31 Si, pues, nos examinásemos a nosotros

mismos, no seríamos juzgados; 32 más siendo juzgados, somos castigados por

el Señor, para que no seamos condenados con el mundo. 33 Así que, hermanos

míos, cuando os reunís a comer, esperaos unos a otros. 34 Si alguno tuviere

hambre, coma en su casa, para que no os reunáis para juicio. Las demás cosas

las pondré en orden cuando yo fuere

Capítulo XXXI

Del estado del hombre después de la muerte y de la resurrección de los muertos

1. Los cuerpos de los hombres vuelven al polvo después de la muerte y ven la

corrupción, (Ga. 2:17; 3:19; Hch. 13:36; Ro. 5:12-21; 1 Co. 15:22) pero sus

almas (que ni mueren ni duermen), teniendo una subsistencia inmortal, vuelven

inmediatamente a Dios que las dio. (Gn. 2:7; Stg. 2:26; Mt. 10:28; Ec. 12:7)

Las almas de los justos, siendo entonces hechas perfectas en santidad, son

recibidas en el Paraíso donde están con Cristo, y contemplan la faz de Dios en

luz y gloria, esperando la plena redención de sus cuerpos. (Sal. 23:6; 1 R.

8:27,49; Is. 63:15; 66:1; Lc. 23:43; Hch. 1:9-11; 3:21; 2 Co. 5:6-8; Ef. 4:10;

Fil. 1:21-23; He. 1:3; 4:14,15; 6:20; 8:1; 9:24; 12:23; Ap. 6:9-11; 14:13;

20:4-6) Las almas de los malvados son arrojadas al infierno, donde permanecen

atormentadas y envueltas en densas tinieblas, reservadas para el juicio del gran

día (Lc. 16:22-26; Hch. 1:25; 1 P. 3:19; 2 P. 2:9) Fuera de estos dos lugares

para las almas separadas de sus cuerpos, la Escritura no reconoce ningún otro.

Ga. 2:17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el

día que de él comieres, ciertamente morirás.; 3:19 Con el sudor de tu rostro

comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues

polvo eres, y al polvo volverás.

Hch. 13:36 Porque a la verdad David, habiendo servido a su propia generación

según la voluntad de Dios, durmió, y fue reunido con sus padres, y vio

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corrupción.

Ro. 5:12-21 12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y

por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto

todos pecaron. 13 Pues antes de la ley, había pecado en el mundo; pero donde

no hay ley, no se inculpa de pecado. 14 No obstante, reinó la muerte desde

Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de

Adán, el cual es figura del que había de venir. 15 Pero el don no fue como la

transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno murieron los muchos,

abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia

de un hombre, Jesucristo. 16 Y con el don no sucede como en el caso de aquel

uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para

condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para

justificación. 17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho

más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de

la gracia y del don de la justicia. 18 Así que, como por la transgresión de uno

vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de

uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19 Porque así como por la

desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así

también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. 20

Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; mas cuando el pecado

abundó, sobreabundó la gracia; 21 para que así como el pecado reinó para

muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante

Jesucristo, Señor nuestro

1 Co. 15:22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos

serán vivificados

Gn. 2:7 Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló

en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente

Stg. 2:26 Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin

obras está muerta

Mt. 10:28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden

matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el

infierno

Ec. 12:7 y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que

lo dio

Sal. 23:6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi

vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días

1 R. 8:27 Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los

cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa

que yo he edificado? 49 tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, su

oración y su súplica, y les harás justicia

Is. 63:15 Mira desde el cielo, y contempla desde tu santa y gloriosa morada.

¿Dónde está tu celo, y tu poder, la conmoción de tus entrañas y tus piedades

para conmigo? ¿Se han estrechado?; 66:1 Jehová dijo así: El cielo es mi trono,

y la tierra estrado de mis pies; ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y

dónde el lugar de mi reposo?

Lc. 23:43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en

el paraíso

Hch. 1:9-11 9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le

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recibió una nube que le ocultó de sus ojos. 10 Y estando ellos con los ojos

puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos

dos varones con vestiduras blancas, 11 los cuales también les dijeron: Varones

galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido

tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo; 3:21 a

quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la

restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos

profetas que han sido desde tiempo antiguo

2 Co. 5:6-8 6 Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto

que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor 7 (porque por fe

andamos, no por vista); 8 pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes

del cuerpo, y presentes al Señor

Ef. 4:10 El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos

los cielos para llenarlo todo

Fil. 1:21-23 21 Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. 22

Más si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé

entonces qué escoger. 23 Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho,

teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor

He. 1:3 el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su

sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo

efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a

la diestra de la Majestad en las alturas; 4:14 Por tanto, teniendo un gran sumo

sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra

profesión, 15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse

de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra

semejanza, pero sin pecado; 6:20 donde Jesús entró por nosotros como

precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec;

8:1 Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos

tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los

cielos; 9:24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del

verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante

Dios; 12:23 a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los

cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos

Ap. 6:9-11; 14:13; 20:4-6

Lc. 16:22-26 22 Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles

al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. 23 Y en el

Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a

Lázaro en su seno. 24 Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten

misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en

agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. 25 Pero

Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro

también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. 26

Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de

manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá

pasar acá

Hch. 1:25 para que tome la parte de este ministerio y apostolado, de que cayó

Judas por transgresión, para irse a su propio lugar

1 P. 3:19 en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados

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2 P. 2:9 sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los

injustos para ser castigados en el día del juicio

2. Los santos que se encuentren vivos en el último día no dormirán, sino que serán

transformados, (1 Co. 15:50-53; 2 Co. 5:14; 1 Ts. 4:17) y todos los muertos

serán resucitados (Dn. 12:2; Jn. 5:28, 29; Hch. 24:15) con sus mismos cuerpos,

y no con otros, (Job 19:26, 27; Jn. 5:28, 29; 1 Co. 15:35-38, 42-44) aunque

con diferentes cualidades, (1 Co. 52-54) y éstos serán unidos otra vez a sus

almas para siempre. (5. Dn. 12:2; Mt. 25:46)

1 Co. 15:50-53 50 Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no

pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. 51 He

aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos

transformados, 52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final

trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados

incorruptibles, y nosotros seremos transformados. 53 Porque es necesario que

esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad

2 Co. 5:14 Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno

murió por todos, luego todos murieron

1 Ts. 4:17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos

arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y

así estaremos siempre con el Señor

Dn. 12:2 Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán

despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión

perpetua

Jn. 5:28 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que

están en los sepulcros oirán su voz, 29 y los que hicieron lo bueno, saldrán a

resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de

condenación

Hch. 24:15 teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que

ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos

Job 19:26 Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios, 27

Al cual veré por mí mismo, mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón

desfallece dentro de mí.

Jn. 5:28 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que

están en los sepulcros oirán su voz, 29 los que hicieron lo bueno, saldrán a

resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de

condenación

1 Co. 15:35-38 35 Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con

qué cuerpo vendrán? 36 Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muere

antes. 37 Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano

desnudo, ya sea de trigo o de otro grano; 38 pero Dios le da el cuerpo como él

quiso, y a cada semilla su propio cuerpo, 42-44 42 Así también es la

resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en

incorrupción. 43 Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en

debilidad, resucitará en poder. 44 Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo

espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual

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1 Co. 52-54 52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final

trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados

incorruptibles, y nosotros seremos transformados. 53 Porque es necesario que

esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.

54 Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se

haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita:

Sorbida es la muerte en victoria

Dn. 12:2 Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán

despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión

perpetua

Mt. 25:46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna

3. Los cuerpos de los injustos, por el poder de Cristo, serán resucitados para

deshonra; (Dn. 12:2; Jn. 5:28,29) los cuerpos de los justos, por su Espíritu, para

honra, y serán hechos entonces semejantes al cuerpo glorioso de Cristo.

(Hch.24.15; Fil. 3.21)

Dn. 12:2 Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán

despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión

perpetua

Jn. 5:28 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que

están en los sepulcros oirán su voz, 29 los que hicieron lo bueno, saldrán a

resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de

condenación

Hch.24.15 teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha

de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos

Fil. 3.21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea

semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también

sujetar a sí mismo todas las cosas

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Capítulo XXXII

Del juicio final

1. Dios ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia por

Jesucristo, a quien todo poder y juicio ha sido dado por el Padre. (Hch. 17:31;

Jn. 5:22, 27) En aquel día, no sólo los ángeles apostatas serán juzgados, (1 Co.

6:3; Jud. 6) sino que también todas las personas que han vivido sobre la tierra

comparecerán delante del tribunal de Cristo (Mt. 16:27; 25:31,46; Hch. 17:30,

31; Ro. 2:6-16; 2 Ts. 1:5-10; 2 P. 3:1-13; Ap. 20:11-15) para dar cuenta de sus

pensamientos, palabras y acciones, y para recibir conforme a lo que hayan hecho

mientras estaban en el cuerpo, sea bueno o malo. (2 Co. 5:10; 1 Co. 4:5; Mt.

12:36)

Hch. 17:31 Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos

Jn. 5:22 Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, 27 para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió

1 Co. 6:3 ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida?

Jud. 6 Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el

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juicio del gran día

Mt. 16:27 Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus

ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras; 25:31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él,

entonces se sentará en su trono de gloria, 46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna

Hch. 17:30 Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se

arrepientan, 31 por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos

Ro. 2:6-16 6 el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: 7 vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, 8 pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; 9 tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, 10 pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; 11 porque no hay acepción de personas para con Dios. 12 Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; 13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. 14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, 16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio

2 Ts. 1:5-10 5 Esto es demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis. 6 Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, 7 y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, 8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; 9 los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, 10 cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros)

2 P. 3:1-13 1 Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento, 2 para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles; 3 sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, 4 y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación. 5 Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, 6 por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; 7 pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos. 8 Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. 9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. 10 Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos

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pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. 11 Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, 12 esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! 13 Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia

Ap. 20:11-15 11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. 12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego

2 Co. 5:10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo

1 Co. 4:5 Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios

Mt. 12:36 Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio

2. El propósito de Dios al establecer este día es la manifestación de la gloria de su

misericordia en la salvación eterna de los elegidos, y la de su justicia en la

condenación eterna de los réprobos, que son malvados y desobedientes; (Ro.

9:22, 23) pues entonces entrarán los justos a la vida eterna y recibirán la plenitud

de gozo y gloria con recompensas eternas en la presencia del Señor; pero los

malvados, que no conocen a Dios ni obedecen al evangelio de Jesucristo, serán

arrojados al tormento eterno y castigados con eterna perdición, lejos de la

presencia del Señor y de la gloria de su poder.(Mt 18:8; 25:41, 46; 2 Ts. 1:9;

He. 6:2; Jud. 6; Ap. 14:10, 11; Lc. 3:17; Mr. 9:43, 48; Mt. 3:12; 5:26; 13:41,

42; 24:51; 25:30)

Ro. 9:22 ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder,

soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, 23 y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria

Mt 18:8 Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o

dos pies ser echado en el fuego eterno; 25:41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el

diablo y sus ángeles, 46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna

2 Ts. 1:9 los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder

He. 6:2 de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno

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Jud. 6 Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día

Ap. 14:10 él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los

santos ángeles y del Cordero, 11 y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre

Lc. 3:17 Su aventador está en su mano, y limpiará su era, y recogerá el trigo en su granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará

Mr. 9:43 Si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala; mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser

apagado, 48 donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga

Mt. 3:12 Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo

en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará; 5:26 De cierto

te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante; 13:41 Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los

que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, 42 y los echarán en el

horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes; 24:51 y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir

de dientes; 25:30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes

3. Así como Cristo quiere que estemos ciertamente persuadidos de que habrá un día

de juicio, tanto para disuadir a todos los hombres de pecar, (2Co.5:10, 11) como

para el mayor consuelo de los piadosos en su adversidad; (2Ts. 1:5-7) así

también quiere que ese día sea desconocido para los hombres, para que se

desprendan de toda seguridad camal y estén siempre velando porque no saben a

qué hora vendrá el Señor; (Mr. 13:35-37; Lc. 12:35-40) y estén siempre

preparados para decir: Ven, Señor Jesús; ven pronto. (Ap. 22:20) Amén.

2Co.5:10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras

estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo, 11 Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que somos; y espero que también lo sea a vuestras conciencias

2Ts. 1:5-7 5 Esto es demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis. 6 Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, 7 y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder

Mr. 13:35-37 35 Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; 36 para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo. 37 Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad

Lc. 12:35-40 35 Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; 36 y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida. 37 Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles. 38 Y aunque venga a la segunda vigilia, y

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aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos. 39 Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa. 40 Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá

Ap. 22:20 El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús