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Consi de raciones g eneral es sobre el ento r no cultu ra l Fernando Cruz Kronfly* • Profcsor de la Facultad de Ciencias de la Administraci6nde la Univcrsidad del Valle.

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Consideraciones generales sobre el entorno cultural

Fernando Cruz Kronfly*

• Profcsor de la Facultad de Ciencias de la Administraci6nde la Univcrsidad del Valle.

EL CONCEPTO DE ENTORNO

INTRODUCCIi)N

En l(~rminos generales, la noci6n de «entomo» remile a la idi:a de <,exterioridad». Se supone que la organizaci6n contiene un «interior». constitufdo por I:J. Olganizaci6n misma, y que to do 10 que esti fuera de ella y liene influencia sobre la misma constituye su entomo. Dicho de Olro modo, la noci6n de entomo organizacional ha side desarrollada te6ricamente a partir de una t6pica espacial segun la cualla organIzaci6n es el «adentro» y el entomo es el «afuera».

En [erminos generales, esta t6pica espacial, a pesar de sus ventajas como una primera aproximaci6n al estudio del entomo organizacional, tambien liene sus limitaciones. Que, a mijuicio. son bastante significativas. Es cierto que las nociones del «adentro» y del «afu..::ra» son utites, como nociones binarias, para entender apenas en principio la cuesti6n de que hay en la sociedad algo que no es la organizaci6n y sinembargo incide sohreella, afectandola positivao negativamente. No obstante, lacuesti6n no es Lan sencilla, como podna ;Jarecer/o a luz de la simple t6pica espacial. En efecto, el «afuera» y el «adentro», respecto de las organizaciones, supone la posibi lidad de poder establecer con nitidez una frontera, entre otras cosas tambien espacial, c"paz de delimitar, preeisamente, el punto ffsico don de termina el «afuera» y empieza el «adentro» organizacional. Una especie de lindero 0 Frontera mas alia de la cual empieza la sociedad y mas aca de la eual empieza Ja organizaci6n. Y ya sabemos que eSLa Frontera no es posible trazarlacon c1aridad, no solo porque las mediaciones entre laorganizacion y la sociedad son multiples. de ambos lados, recfprocamente. sino porque cualquierintentoencaminado a delimitar la «frontera» entre la organizacion y su entomo deberia ser capaz, teliricamente. de abandonar el terreno de la topiea espncial, para situar el asunLO en otro terreno. De hecho, si uno piensa en el enLOmo cultural como en algo que esta «fuera de la organizaci6n» y sinembargo

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incide sohre e!!J. ineurre en e! error de suponcr que a la gente de la

organiztlci6n laculrura Ie viene de <~afuera~),cuando clio noesexactamenle

asf. Los sujetos humano;:; que conforman la organizaci6n han sido

construfdos, si se me permite la expresi6n. por la sociedad, en aparmos

extraorganizaeionales rales COl1'O la familia, la L:scuela, los medios de

inforrnaci6n, la iglesia. que son claramente otras organizaciones de las

que esta he.cho el tejido social. diferentes de la organizaci6n donde uno

sc situa y desde dande 10 demas seobserve eomo una exterioridad. Pero,

miradas las cosas a.;;(, el «afuera» y el «ademrm) organizacionales se

vuelven de inmediato nocioncs absoiutamcl1le relativas, Pues si para la

empresa. en cuanto organizaci6n, la familia es algo exterior donde sus

futuros empJeados se esU!n formando en valores que ella mas tarde habra

de necesitar, para la familia, en eambio, la empresa es algo «extenuf»,

donde el padre lrabaja 0 don de el hijo lrabajara algUn dra. Para cierlOs

barrios de la ciudad las empresas son aJgo (exterior}) a ellos, que Ie Ilenan

el aire respirab;e de humo industrial, por ejemplo. En nn, para un

pO[il610go las organizaciones empresariales organizadas en gremios son

entomo de otras, en euanlO fuente de poder.

EI «afuera» y el «adentfO») quedan, pues, relativizados por completo,

y dejan ver su precariedad teorica a la hora de entender la euesti6n del

entorno en toda su complejidad. Precariedad que se deriva no s610 de la

relatividad absolula de los lugares del espacio (afuera- adentra), sino de

c6mo los elementos que se supone estan afuera tambien estan adcntro,

y no s610 estan sino que incluso se generan adentro, como sucede conla

denominada eu llUra organizacional 0 ideoJogfa organizacionaJ, generada

[lara toda fa sociLdad a paltir de las organizaciones indutriales y dernas

organizaciones de la soeiedad capitalista modema. En efecto, valores

tales como la disciplina en el trabajo. 13 punlllalidad, el esfuerw y la

abnegaei6n en el trabajo en serie, In cooperaci6n, son valores hijos de la

organizaci6n capitalista modem a y desde allf se han irradiado al resto de

la sociedad y de Sli cultura.

F.NTOR~O CULTURAL /FERNANOO CRuz.KRONfL'I:

ELEMENTOS PARA CONSTRUIR EL CONCEPTO DE ENTORNO

Construir el concepto de organizacion no es, por lanto, larea faeil.

Pero, si se desea hacerlo, es necesario superar la t6pica espacial elemenlal

del «afuera» y del «adentro». Suponer que es suficiente pensar cl entomo

como todo aquello que estando afuera de la organizacion incide sobre ella

positiva 0 negativamente, no cs mas que simplificar la cuesli6n en

lenni nos de una inocente y limitada visi6n del asunto.l3.1 retoconsistc, por

10 tanto, en saber pensar la noci6n del enlomo bast ante mas alIa de la

connotacion espacial del «adentro» y del «afuera» orgRnizacionales. A

este esfuerzo dedicare los renglones que siguen.

Para comenzar, quizas deberfamos preguntamos. en primer lugar. por

[a naturaleza de aquello que afecta a la organizacion. positlva 0

negativamente, y que constiluye su entomo en la medida en que la afecta

en alguno de los dos sentidos anolados. Pues bien, fonnulada;;1 pregunta

de esle modo, es posible percibir que la organizacion donde uno se siruG

para efectos del anal isis, resulta afectada positiva 0 negativamente por

procesos ylo centros de pode ry de decisi6n mas a menos ajenos al control

de La organizaci6n. Aquf Iralamos de sustiluir la idea de un simple

«afuera» por la idea de la «ajenidad» al control organjzacional, que n')s

parece mas ulil y. sobre todo, bastante mas reveladora. En efecto, cuando

pensamos el entomo a partir de la conslalacion del hecho de que en la

sociedad existen procesos y/o centros de podcr y de decisi6n, mas 0

menos ajenos al control de la organizacion donde uno se situa, cap aces de

afectarla positiva 0 negativamente. estamos sustituyendo la si,oplista

lopica espacial del «afuera» por la npci6n de una a;enidad al control

organizacional. De hecho, 10 que preocupa a una ::>rganizaci6n no es que

los factores eonstitutivos del entomo eapaces de afectar la empresa sean

ciertamente exteriores a ella, sino, fundamental mente, el hecho de que

dichos factores eSlen por fuera de su control, parcial 0 totalmente. La

simple metafora del «afuera» y del «acientro» no es capaz de pennitir esta

mirada, que dc entrada parece ofrecer un horizonte teorico mucho mas

promisorio. En efecto, pensar el entomo a ia Iuz de la idea de que se trata

de procesos y/o centros de poder y de decisi6n mas 0 menos ajenos al

control de la organizaci6n donde uno se sitda. es pensar la cuesti6n de un

CUADERNOS DE ADMINISTRACI6N N° 21/UNIVERSIDAD DEL V ALLE.!NOVIEMBRE DE 1995 27

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mouo radicillmenLe uiferentc. En primer lugilr. [lorquc. sc inlrouul:C Ii!

diferenci,lcion entre proceso y/o ccnlros de poder y de deci~16n. Y. en

segundo lugar. pOH.JUC de!ras de la nocion de ccntros de ]loder y lk

decis i6n aparece el fantasm a de los interescs. Ciertamenle, el terna de 10.\ :, nte re se,~ por los cuales las organi/.aciones y los ind ividuos compiLen en

la socicdad. es en eI fonda y en ultima in stancia. el gran secreto del

cntomo. No basta, por 10 tanto. quedarse en la idea de que el cnLOmo cs 10 que esta afuera de la organizacion y la afecta. Es necesario hurgar en e.~e entomo has ta deseubrir que esta constitufdo por procesos . mas 0

menos aut6nomos- y/o por centros de poder y de decis!6n donde, precisamente, se juegan su suerte esos intereses. Lu combinacion entre la noci6n de procesos y/o centros de podeT y de decision resul!a fecunda,

pero debe seT siempre posihle estudiar ambas cosas porscparado . Y debe

quedar<.:laro que se trata de procesos y/o centros de poder y de decisi6n mas 0 menos ajenos al control de la organilaci6n, capace~ de afcctarla positiva 0 ncgativamcnte. La ejenidad de esc control dcpende, en el caso

de los procesos. de la relativa autonomfa de .~ u 16gica, de su racionalidad

ode su dinamica. Yen el caso de los cenlros de poeler y de decisi6n, en la mayoria de sus veees, com()consecuencia deque los intereses en jut"go son diferentes, contrarios 0 incluso an tag6nicos respecto de lo ~ i ntereses de la organizacion donde uno sc ~i lu<l.

LOS PROCUOS

Hemos dicho que eI en lomo podria estar constitu{do por proces.os yl

o cemros. de pode r y de decision, rn~s 0 menos ajcnos al control

crganJzacional. capaees de :tfectar positiva 0 negativameme a la organizaci6n donde uno se silua. Esto significa que noes 10 mi .~mo, paJa

Ius fines de este am'il isis, la noci6n de proce-su 'i la noci6n de centro de

poder y de decision. Se trata de dos cuesliones diferenles que pueden . evenlua lm eme y en delerminadas cireunstancias, presentarse de mancra conjunta.

Enlendemos aquf por proceSD una dinamica en la cua l 51 bien los

aetorcs pueden ser sujetos humanos. no obstante el la OCIHTC mediante la ausencia de una V()lllntad () de u~a inlenci6n conSClcnlc.mcntc oricntaua

a un fin. y mucha mas par la fuerza de una racionalidad calecriva a par

la presencia de una 16gica suprasubjetiva que. par su misma natura[cza.

adquiere autanomfa respecto de los sujetas humanos que la protagonizan.

hasta e l pun to de comportarse mediante leyes objetivas pro pi as ya de l

proceso y de su logica material. mucho mas a lia de la intencion 0 de la

voluntad indiv idual. Ei comportamiento de la demograffa. per ejemplo.

~ue es un factor de l emomo. pemnite ver que se trala de un proceso pero.

<..l la vez. de un proceso moldeado y orientado en sus re ndencias a panir

de decisiones tomadas en los cemros de poder y de decision del Estado.

aunque tambien incidido por los valores de la cultura. tales como habitos

:.exua les y va lores re ligiosos relacionados C0n la reproducci6n. Si se

dejara la demograffa al curso de S'J ;1ropia uinamica espontanea. 0 de su

propia logic;,;. como proceso que combina :·aclOres naturales. ambientales

y cu!turales. par 10 menos. podriamos esperarcreclmienros pob lacionales

preocupantes hac;a el fUluro capaces de hacer estaliar la sociedad y SU

c'Jhesion normativa. Por esa razon se hace necesario -asi 10 juzgan

quienes taman la decision en un determinado centro de poder- intervenir

sobreel proceso para cambiarsu curso y someterlo a los cauces deseados.

De esra manera. el entomo demognifico estaria consritufdo no s610 porel

proceso. en su dinamica y en su logic a autonoma, sino tambien par los

centros de poder y de decis ion. que movidos por un detemninado tipo de

intereses. han tornado la determinacion de interveni:- sobre cl proceso

para someterlo y moldearlo. a pesar de las dificu"ades que se derivan.

precisamente. de la relativa autor.omfa del proceso.

Seria interesante que pudiera lIevarse a cabo en alguna oport unidad.

un amilisis de cada uno de los entomos a la luz de eSla perspectiva. para

ve ren cadaentomo (economico. poiftico.jurfdico. cultural. demografico. etc) que hay en e l de proceso y que hay en el de centros de poder y de

desici6n . Por ahora dejamos el anal isis en este punta . para posteriores

desarro llos.

LOS CENTAOS DE PODEA Y DE DECISION

Con lodicho anteriormeme a prop6sitode los procesos queconforman

los entomos, queda claro que. a dife rencia de los procesos, los centros de

CUAOERNOS OE AOMI(IItsTRAC10(ll N° 2L1UNI VERSl()AD DEL V AUE!NOVIEMBRE DE 1995

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rode!' 0 de dccisi6n c:--uln constilufdos ror personas que, guiada ... ror Ll

defensa de un inlcrcs delerminado, se organizan para lomar decisione~

inteneionalmente dirigidas al logro de ciertas l"inalidades, y r:;.r:J

impJementar dichas decisiones y l1cvarlas a buen tcrmino. EI podcr ue

esos eent.ros dcpendc de su eapaeidad para rcalizar sus intereses. y, esa

capaeidad, para decirlo de a!gun modo, dependc u su vel de la fuerza

disponibJe, de la pcrsonalidad, de la organizaei6n con que se cuenla, del

respaJdo economieo, (Ie la eobenura de legitimidad de la deeisi6n, elc.

Noeseslcellugar paracntraren el analisisde la e.slruetu ra y funeionamiento

de un centro de poder y de decisi6no S610 basla con aiinnar que la

sociedad estci lIena de ellos, hasta cl punto de constituir buena parle del

lejido sociaL y que allf se dirimen infinidad de conflictos socjale~ de

intereses.

LA ORGANIZACtOIN FRENTE A lOS PROCESOS

V lOS CENTROS 'DE PODER V DECISION

Si uno se situa en una detenninada organizi::Ici6ii, definida en su scr no

ranto espacialmente par su localizaci6n flsiea. sino jurldicamente como

persona jurfdica, difercnte de las otras con las cuales compite 0 se

comp1cmente, rcunida sobre sf misma administrativamenle en raz6n de

su misi6n, de sus ohjclivos y de sus metas, los procesos que ocurren en

Ia sociedad y los ccnlros de poder y de decisi6n que In afectan se

convienen en algo que dehe demandar su atenci6n. Una organizaci6n,

definidJ en su ser jurfdica y administralivamente, rnucho mejur que

espacialmenle, como ya se sabe noes autosuficiente ni aut6noma. Forma

pane del lejido social y s610 en raz6n de su interes panuicular resulla

individualizabie. Una organizaci6n exisle para realizar un imercs,

cualquiera que el sea, pl1hlico 0 privado, economico 0 altruista, loahlc 0

delictual, etc. Pem para 11evar a cabo esc inlcrcs, !a organizaei6n dchc

saber que en Ja socicdad existen procesos y/o centros d~ poder y de

decisi6n, mas 0 menos ajenus a ~u conlrlil, que afectan posltiva 0

nega!ivamentc su curso.

EJ hecho de la ajolidad resulw fundamemal. Un proceso es ajeno at

control de la organizaci6n en la mediua en que no depcnde de ella su

EHTOIlNO ClJLTUR,\L {FERNANDO CRlJ1 .• KRONFLV

dinamica, nj su racionaiidad, ni su 16gica, sino de factores objetivos sobre

los cuales. de ser necesario a sus intereses. podri'a intentar intervenir para

reducir su impacto, neutral izarlo 0, si pudiera ser iograble, transformarlo

en un factor positivo - convertir una amenaza en oportunidad-. Aquila

ajenidad del control resulta ser una consecuencia de la naturaleza del

proceso,que lotoma material y objetivamenteaut6nomo. Laorganizaci6n

tendri'a que ingeniarse los metodos y ios procedimientos para intervenir

sobreel proceso. a fin de neutralizar su impacto, si es del caso, aminorarlo

o. incluso, transformarlo en un efecto positivo.

En el caso de los centros de poder y de decision, la ejenidad de su

control par parte de la organizacion deriva, fundamental mente aunque no

unicamente, del hecho de que el control de esos centros de poder donde

se toman las decisiones esta en otras manos. Manos que, por supuesto,

la mayori'a de las veces estan tratando de sacar adelante otro tipo de

intereses diferentes. contrarios 0 incluso antagonicos a los intereses de la

organizacion don de uno se situa.

En este caso esta, precisamente, la competencia. Los competidores

son entomo inmediato de la organizacion, en cuanto constituyen centros

de poder y de decision por completo ajenos al control de la organizaci6n

donde uno se situa, y donde se toman decisiones que afectan la marcha

de los negocios. Puede haber guerra, puede haber armisticio, puede haber

mutua tulerancia. Todo derivado deque los intereses no se yean afectados.

Allf, la ley del mas fuerte a veces funciona implacable. En donde "fuerte"

quiere decir muchas cosas.

EL ENTORNO CULTURAL

El entomo CUltural, como todos los entomos. tiene mucho de proceso

pero tam bien mucho de centros de poder y/o decision. El proceso de la

cultura es un proceso mas 0 menos espontaneo de los pueblos, si se deja

que transcurra libre y espontaneamente segun su propia logica y

racionalidad. Pero, dada su significaci6n altfsima desde el punto de vista

del control social y del consumo y la productividad en las sociedades

modemas, la cultura se ha convertido en algo que, cada vez con mayor

sofisticaci6n. debe serobjeto de manipulaci6n intencionalmente orientada

CUADERNOS DE ADMINISTRACI6N N° 211UNlVERSlDAD DEL VALLE!NOVIEMBRE DE 1995 31

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:l prooucir delcrnllnad()s dectos y re,~ ull<Jdos, IJ.: C~le modo la cullllr<l

puede dejar de ser un proccso ~ l mp1cmcnlc manipulado 0 inlCfvcn ido

desdc los eenlros de poder, para pa.\ilr a convCrlirsc cn un prr)duclO

manipulado desde ~u origen mismo en!;u forma, en ~lJ contc:nido, en sm modos de uso y de consumo y, por su pue~to, m<lnipulado lamtmSn en el d1cu[o anlieipado de sus resu[tado~ , No es 10 mismo un proccsocullural

cuya espontancidad rdativa resul ta mo ldeada 0 intervcnida dcsde

detenninados i mereses, que un procesocu llural fahrieado industrialmentc. como ocum con Iz cultura de masas 0 cultura para el cons umo de [as

masasen las socicdades industriales eonlemporaneas . Con laadvel1encia dcque ambos procesosculturales no seexcluyen sino que porel contra rio

se complementan. Pero esa complementariedad funciona l no debe

haeemos perder de vista que no sc Irata simp[emenle de una int~ rvenci6n sobre el proceso de la cultura, sino en CSIC caso de una vcrdadcra

produeci6n industrial de imagenes, sfmholos y rnodos de aCluar y de sentir, que indt:pendientemente dequccablilguen sobrc monturas culturalcs

ya exi stcntes - casi siempre es mejor que aSI succda- ,de lodos modos se (rata de algo intencionalmente eneaminado a lograr una finalidad prev ia

y dcliberadamentc pc.nsada, relacionada ya sea can eJ control social. [as eSlructuras deeonsumo, [a adhesi6n a la sociedad 0 a su [6gica, [a re[aei6n

con el tiempo y el espacio de la productividad, en fin, la eulUna hlja de

la soc icdad produetivo-in~trumen!a1. Pero hija, nO en el senlido en que

loda epoca genera su propia cu ltu ra, 10 cual es arenas natural. sino en el scnt ido de que , en cstc easo, sc trata de unaeu [[ura que, en 10 fundamentJ[.

resuJta ahora sl endo un producto deliberadamenteelaborado.lal com;} sc

fabrica un lelevi sN 0 un juego de me~a~. Para las organizaciones empresariales res\dta de vilal imponancl<l

idcntificar las tendenCi as cu[ tura[ es, para preyer d futuro y plancilr en

consceueneia, a~ f eomoconocer III cultura prescnte ya dada, a fin de ver en el la las posi bles opo r1l1nidades 0 amenazas que representa uesJc cl

[Junto de vista de las act ividadcs de la organilaci6n. Esta Jimcnsi-:"m eS lrtitcgica, para [os cSludios admin islmtivos. deriva fundamenwl. En

cfecto, cstudi ar [a culturil dc~de la pcrspecti va de las amenans y [as

oporlunidades, penn ite que dichos estudios no queden en una mera

EHroRNO CULTURAL fFt:RNIt~ I)O CkUZ. K RONa y

ahSLracciun . y por I() litntn tllinen cucrpu concreto. A un;1 org;.JninlClIJn

no Ie cs uti I i(knlificar la cultura de "u ticmro ni I<ls lenJcnL:l(1.~ L:u llul"illc"

h;.JciJ cl futuro, sino en la medida en que [lueda iuentificar en ella

uporlunidades y amenil.Las para IIcvar a cam' sus objetivos y pouer

desfl legar su acci(in, cualquierfl que ellos ~ean Vistas aSI las cosas. se

poJrfa inciliso concluir que, <lun a riesgo de csqucmalizar un poco. a las

IJrganizacioncs les intercsa el estudio del Enlorno Cuhural . dcsde dos

fundamenla les puntos de vista: en pnmer lugar, en cuanto lacultunl es un

faetorclave que interviene.juntocon otros. en la eSlructnra de consurno;

yen segundo lugar, en cuanto la cultura es un factor. tamhien clave, que

intcrvienc.junlo con otTOS. en eJ componamiento de la fuerza de tT:lbajo

subord inada peril igualmente subordinante. Estos dos angulDs son. hoy

por hoy, en la disciphna aumillistrativa. absolutamen te cruciaks . Los

eonsumos. e s decir la manera como la gente consume los product()~ y

servicios en la sociedad actual, es algo que sc ennwnl ra definiuo por

detcrmtnadOs patrones eulturaJes. Es eicrto 4UC intcrviencn tambien

QITOS faelores 0 variables. como los precios. Ins ingresos de la genIc , etc.

Pero los palrones culturales resullan dcfinitivos. En nuestra socicdad, y

aun contra el peso de Olras variables, la gentcconsumc u4ueiloqueotOrga

estatus, 4ue la hace sentir «in». aqucllo que Ie olorga scntimientos de

igualdad medi ante: eI acceso a delerminadus marc as, etc. En este senlido,

eI co nsumo pueJe sn objeto de manipulacion . EI «murkeling"

eontcmporaneo sabe muy hieD las tecnic<lS para prccipilar consumos de

nhjclos 0 servicios inncccsarios desde el punlo de vista de una es tric[ a

supcrvivenc ia . Y a traves de esla~ manipu laeione-s. l"on~truir estrucluras

de comumo. sentimielllos de aulorealiz<lcion mediante el c"nsumo tic

eierws pruJuclos. sentimicnt()s de cstalus. ctc.

ALOUHAS CARACTERlsTICAS

DII: LA CULTURA DE NU ESTRO TIEMPO

La cu ltura de nue~tro liempo en las sociedadcs moJcm;Js sc car<lctcrizu

pur una serie de senates dcnominadas po~lmodcmas. No vamos a entrar

aquf en el un~lisis de todas eslas caraderistica." peru de looOS modm.

menclonaremos algunas para ver su rclacj (\n no s61ocon cl consumo sinQ

CUAOERNOO DE AOMII.ISTRAcroN N° 2 11UNII'HrsuMo DEL V Allr./No'·rEMIIIl[ O~ 1995 33 "

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c()n cl c()mportamiento uc la I'uer/.a ue lrahajo cn los procesos uc

produccJ('m.

En La Era del Vacio, Gilles Lipovetsky I Ileva a cab<.l un inleresante

analisis acerca uc la rclaei6n existente entre hedonismo y consumo. EI

hedonismo, como hien se sabe, constituye un rasgo susLancial ue la

cultura de nuestru tiempo. Nuestrosj6venes son, ante todo, hedonistas.

Desean satisfacer sus deseos ya mismo y sin limite. Vivir el instante,

gozar el momento. En su estructura de valores respecto a las tres

dimensiones del tiempo, el presenle se privilegia sobre el pasado y el

futuro. Nadie esta dispuesto hoy a sacrificar el prescnte en raz6n de

valores del pasado 0 de proyectos futuros. Esto, por sllpuesto, genera una

actitud consumista, pues la realizaci6n de los deseos pasa porel consumo

ya mjsmo, ahora mismo. EI consumo es pues, de manera func;lamental.

el espacio por excelencia don de el hedonismo puede realizarse a plenitud.

EI consumismo, como un «ismo» de nuestro tiempo, coincide plenamenle

con el hedonismo, que es su sustento. Constitufa una vieja ensefianza de

la cultura del capitalismo. el espfritu del ahorro y del sacrificio y el

esfuerzo. Esos principios de lacultura del capital resultaban inuispensahles

al proceso de acumulaci6n. Pero el capitalismo no hubiera podido Ilegar

a 10 que es hoy si el valor del ahorro se hubiese conservado como un valor

fundamentaL Hoy el eapitalismo debe comportarse desarrollando una

antinomia: ahorrar y consumir. mediante un gas to loco. EI «marketing»

contemporaneo invita a gastar y a consl!lT'ir sin medida. mientras las cajas

de ahorro son las unicas que se atreven a invitar a guardar. La etica del

ahorro no va de la mano con el hedonismo y el hedonismo invita al

consumo sin mediua. Desde el punto de visLa del Entomo Cultural. a las

organizaciones de nuestro tiempo les interesa saber c6mo un rasgo de la

cultura contemporanea del alcance del hedonismo, define la base de la

estructura del consumo. Pero no s610 esto. sino adem as algo de supremo

interes: si se quiere llegar al alma de la gente de nuestro tiempo, es preciso

que el «marketing» se construya sobre imagenes e ideas que expresen el

hedonismo y 10 exacerben. EI hedonismo y el eonsumismo terminan

I Lipovetsky. Guilles: La Era del Vacfo. editorial Anagrama. Barcelona, 1990, pag 105.

ENTORNO CULTURAL IFERNANDO CRUZ, KRONfLY

sicnuo Ius UOS CUriiS de un mlSI110 asunto, y se neccsitun el uno ul olm ue

un modo sustancial. Vivir cl instante parecerfa scr cllema, no s610 ctico

sino pragmatico. Con 10 cual sc introduce la idea de la fugacidad de todo,

ue que nada debe perdurar. Se vi ve en consecuencia una espccie de utopfa

de 10 inmediato,2 en la cual nada debe perdurar. Con 10 cualla moua se

dinamiza aun mas, y el consumo adquiere toda la velocidad y la rapidez

irnaginahles. Yen mcdio del consumo el culto del uinero, unico Rey.

Nada se puede en la sociedad del hedonismo y del consumo sin la

mediacion uel dinero.

Todos sabemos que la cultura modern a del capitalismo no s610

elabor6 sino que tambicn propagandiz6, en el campo de Ia ideologfa. la

polftica y eI derecho, las ideas de la libertad y de la igualdad. EI mundll

cultural premoderno era incapaz de pensar la igualdad y la libcrtad en la

soeiedad, como un atributo de todos los hombres. Con el cristianismo

antlguo se IIeg6 a imaginar la igualdad de los hombres, peru de un;.!

manera muy limitada y s610 ante los ojos de Dios. Y ya sabemos 10 que

pas6 con Cristo, su principal propagandista. Del Renacimiento hacia

nuestros dias, hemos asistido, pues, a un interesaotfsi mo proceso de

crecimiento y expansi6n social de los principios de libertad y de igualdad.

Ahora se habla de la libertad y la igualdad de la mujer, cosa antes nunca

imaginable; se habla de la igualdad y la Ii bertad de los pueblos y las razas,

en fin, se legisla sobre los derechos de los menores en terminos de SliS

libcrtades e igualdades respecto de los adultos. La ide;.! de la libertad. pem

sobre todo la idea de la igualdad, al asumirsc como suefios sociales e

inclusocomo utopias polfticas, han sidocapaces de impulsarel movimienlo

polftico y social de los ultimos doscientos anos. EI marxismo haee parte

de ese suefio co[ectivo, aunque en este caso se trate del sueno de los

pobres. Pues los ricos suenan por supuesto de otro modo, i maginando que

la igualdad y la libertad se eonsigucn mediante otros procedimientos, en

la economia de libre empresa y en el modelo de la sociedad ahierta. Pero

en el fonuo lodos suefian el suefio de la lihertad y de la igualdad. Pues

bien, la sociedad modemacapitalista haencontrado en cl consllmoei gran

Stci ner, George: En el Castillo de Barbazu!. Editorial Guadarrama, Barcduna. J 977.

CUADERNOS DE AflMINISTRACI0N N° 21IUNIVERSIDAJ) DEL VALLElNOVIEMIlRE DF. 199~ 35

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espacio unnue la lihertad. pero sohre todo la igualuau sc haeen rosihiL's. Los sueiios que la humanidau se ha hecho alreucuor ue la lihertau y la

igualdau solo puc den realizarse ahora en cl consumo. No se trata. por

supuesto, de igualdades mecanicas, matematicas 0 aritmcticas. Se trata,

ante todo, de igualdades por equivalencias, delante de la multituu uc

ofertas y posibilidades que brinua la sociedad de consumo. Se es igual,

entonces, en la medida en que se pueda acceder al uso y al consumo de 10 que la sociedad ofrece. Aeceder a las marcas y a los productos de marca

resulta 10 fundamental, y 10 que otorga estatus, seguridad y sentimientos de realiz3cion y de pertenencia a la sociedad de nuestro tiempo. Quien

consume 10 que otros tam bien consumeri, ya no tiene por que sentirse

marginado y relegado en este mundo. Y el dinero es aquf el Rey

nuevamente. Por el dinero consumimos y accedemos a los pr09uctos de

marca. Por el dinero vamos a los sitios donde otros van y consumimos 10 que otros consumen. El dinero es entonces el gran igualador, el gran

mediador en el proceso social de igualaci6n y en el proceso social de

liberaci6n. Y el consumo es hoy por hoy el gran espacio de rcalizaci(m

de estas dos utopIas sociales.

En este orden las ideas, para las organizaciones aetuales resulta de vital importancia entender que en su Entomo Cultural existe un inmenso dimensionamiento de los valores de la igualdad y la libertad, unidos al

consumismo, a la moda. al hedonismo y a1 pragmatismo.

EL ENTORNO CULTURAL Y LAS FlELACIONES

DE SUBOADINACION EN EL TRABAJO

Las ideas y las imagenes de libertad y de igua1dad social no s610

afectaron las tradicionales relaciones entre los sexos, entre los pueblos y

las razas, entre las culturas y las civilizaeiones, entre los j6venes y sus

padres y entre los educadores y sus discfpulos, relaciones todas que en la historia fuerol) planteadas sobre el presupuesto de la subordinaci6n de unos a otros, sino que tambien alteraron de manera prol'undfsima las

rclaciones de suhordinaci6n en el trabajo. Resulta inimaginahle que no

fuera as!. Serfa impensable que las utopias de libertad y de igualdad

alteraran todas las relaciones tradicionales de subordinaci6n existentes

ENrORNO CULTURAL !FERNANDO CRUZ KRONFLY

en d restu del tejidu sllci,d. y dejaran inl,\cta la n:laci6n de suhordinacJ(ln

en el trabajo, Ia mas prohlcmatiea de todas. ES(ls sueiios de lihertad y de

igualdad se depositaron inicialmente, durante los pri meros siglos de la era

mouerna, en ellcrreno de la ideologfa y un roco desputSs en eltcrn.:no de

10 politico -jurfdico. EI desarrollo de i mporiames aelividades decomercio,

durante el Renacimiento, condujo a Ia aparici6n hist6riea de una nueva

clasc social, la dc los comen:ianles. que por su origen plebeyo dchi6

lam bien sonar suenos de igualdad y de libertad, no s610 para los rines

propios dc su negocio como empresa ccon6mica que rcquerfa de la

igualdad y de Ia Iibertad para poder desarrollarse. sino para los fines de

su promoci6n social.

Ya importantes estudiosos de este perfodo hisloricO. como Alferd

Von Martin" luvieron oportunidad de destacar la significacion de eSIa

nucva mentalidad hija de los negocios. el riesgo. la avcnlura y el dlculo,

en la confonnacit'in de la cultura del capitalismo y su \6gica econ6miea.

EI eapitalismo es tam bien hijo, por tanIO, de los sueiios de libertad y de

igualdad, pues sin esos suenos la burguesfa plebeya no se hubiese p(ldido

imponer sohre las viejas aristocracias de la nobleza y de Ia sangre.

Pero ocurre que los sue nos de lihertad y de igualdad, cuando se Ilevan

al terreno de las ideologfas.la polftica y el derecho, para que sea all! dondc

se concreten y realicen, son suenos en publico. Y no s610 son sueiios en

publico sino que devienen supremamente contagiosos. Los subordinados

no siempre sueiian pesadillas, sino que tenninan sofiando el suciio de los

subordinadores, aunque acomodiindolo a sus particularcs imereses.

Dchieron asf ocurrir importantlsimas trans formaciones en el campo de

las idcologfas, para que en elias pudiGran tener cabida, como ohvias y

nnturales, las ideas de la lihertad y la igualdad, antes inimaginahlcs. Pero

no solo en las ideologfas, sino tnmbien en la polftica yen cI derecho, para

poder que esas transformaciones ideologicas IUvieran exprcsilln social

concrcta, al menos supcrcstructuralmente, y no se qucdaran cn unas

simples elaboraciones rilosoficas de eartdla. Sc dcrrumharon entonces

\ Von Martin, Alfred: SOI.:iologia del RCn:lcimienlO, FondoucCuitura Econ6mica. M6xieo, i 970

CUADERNOS 01:: ADMINlsTRAeloN N° 21IUNIVF.RSIDAI) I1EL VAI.I.FJNOVIF.MIlRI:: 01:: 1995 37

38

las monarllufas Y se eSLahlccieron los regfmencs dcmocralicos, allicm[)o

que sc legislaba sohre la libertad y la igualdad de los hombres.

Sinembargo, las reformas y las tranformaeiones en el terreno de las

ideologfas, la eeonomfa, la polftiea y cl derccho eondujerol1 muy

rapidamente al eapitalismo del siglo XIX, cuando las jomadas de trabajo

tenfan una duraeion que a veces alcanzaba las 20 horas por dfa. en

condiciones espantosas. EI sueno de la libertad y de la igualdad scgufa

siendo entonces apenas un sueno para los subordinados en el trabajo, a

pesar de que desde el punto de vista ideol6gico, polftico y jurfdico, en

ahstracto, todos los hombres del mundo eran iguales y libres. EI siglo XIX

presencia el aparecimiento y desarrollo de i'deologfas polfticas igualitarias,

que en el fonda no son sino ellegftimo sueno de los subordinados, que

querfan sonar en publico el sueno del resto de la sociedad.

Dichas ideologfas polfticas Ilegaron incluso a imponerse en aJguno;;

pafses, con resultados lamentables no s610 en la economfa sino en el

terreno de la polftica y el derecho, pues adquirieron la forma de oprobiosas

dictaduras donde un punado de burocratas grises oprimfa a1 resto de la

sociedad y gozaba de todos los privilegios. Mientras tanto, la sociedad

habfa alcanzado fases de inmenso desarrollo productivo, con todas sus

consecuencias, y ofrecfa a sus hombres una economfa de mercado capaz

de corresponder en forma mas 0 menos significativa con su hedomismo

y con sus suenos de libertad y de igualdad, irrealizables y reprimidos

durante siglos. Deesta manera, los suenos y las utopfas de libertad y de

igualdad, cuya realizaci6n durante tanto tiempo habfa side confiada a las

ideologfas, a la polftica y al derecho, resultaron al parecer trasladadas al

espacio del consumo. B asta el punto de que se podrfa decir que la

profundidad que las transformacioncs y reformas ideol6gicas, poifticas y jurfdicas no alcanzaron, la pudo finalmente conseguir la sociedad de

mercado a traves del consumo, sustancialmente dador de igualdad y Ii bertad. Quizas esto pudiera explicar, en parte, el desafecto profundo de

lajuventud actual no s610 por las ideologfas polfticas sino por la polftica

misma, pues ninguno de estos dos espacios Ie significa a ella nada desde

el punto de vista del hedonismo. En cambio, el espacio del consumo se

erige como aquel en el cual, por mediaci611 del dinero, todo ser humano

puede volver realidad sus sucnos de igualdad y libertad, puede lIevar a

ENTORNO CULTURAL IFERNANDO CRUZ KRONfLY

cabo sus deseos, ya mismo. en fin. puede hacer todo aquello que los

demas hacen.

En los tiempos en que los trabajadores subordinados confiaban a las

ideologfas, a la po If tic a y al derecho la reaJizaci6n de sus suefios de

libertad y de igualdad, la relaci6n de trabajo se encontraba fuertemente

politizada e ideologizada, y se pugnaba ademas por profundas reformas

juridicas que pudieran acercar a los trabajadores al tipo de sociedad mas

parecido al de la utopfa de las sociedades sin clase. Pero esta utopIa cay6

aparatosaT:1ente a manos de los nuevos hombres hedonistas y pragmaticos.

hijos de la sociedad de mercado. que habfan dejado de depositar en las

ideologias, en la polftica y el derecho la realizaci6n de sus suefios, por la

via de la revoluci6n social, y que ahora trasladaban aJ consumo la

responsabilidad de darles, por fln, relativo y/o aparente sociego a sus

ilusiones, De esta manera, el Entomo Cultural de las organizaciones

indica que la relaci6n de subordinaci6n en el trabajo se ha despolitizado

y desideologizado de una forma por de mas rapida, se ha tornado

polfticamente «manejable» en comparacion con epocas anteriores, y los

sindicatos. vlctimas de los metodos del terror, ya no son capaces de

movilizar a nadie. pues ya nadie esta dispuesto a sacrificar nada por una

ideao por un valor. Cadaquien vive su vida, goza su vida, vive el instante.

Los obreros j6venes tam bien son ahora as!, y solo se preocupan por su

equipo de sonido y por el fin de semana, para pasarlo bien y vivir a

plenitud sus escasos momentos. Mientras tanto, los viejos Ifderes

sindicales perrnanecen en la soledad, contandose los unos a los Olros, al

caer el dfa, sus viejas y empolvadas glorias. Mientras los obreros jovenes

andan con sus ropas de marca, aurenticas 0 «chiviadas», con sus zapatos

de marca, muy parecidos a los autenticos 0 incluso autenticos en la

mayoria de las veces, aunque nadie s"be como 10 consiguen, y asisten en

sus noches de vacancia a los sitios donde se sienten igualados por fin,

aunque s610 sea de una manera simbOlica 0 parcial. Pero gozan su vida

en la ceremonia del consumo,y se sienten protagonistas de las propagandas

en cuanta beben 10 que allf se anuncia como mejor y como inalcanzable,

y visten 10 que aliI se anuncia como mejor y como 10 maximo.

CUADERNOS DE ADMINISTRACION N° 2lJUNlVERSlDAD DEL V ALU:1NOVTEMllll.E DE 1995 39

40

LOS OTROS CAMINOS DIFERENTES PARA ACCEDER AL DINERO

EI secrelo consiSle enlonces en c6mo aceeder al dinero, posi bi I i tador

de los deseos y las i1usiones del hombre contemporanco. Se supone que

el trahajo deberia scr el conducto Iegitimo y tradicional, pero todos

sabemos que en las sociedades pobres, como la nuestro, el trabajo no

siempre resu Ita suficiente y no siemprc se eneuentra, incluso, disponiblc.

Se abrcn entonccs otros caminos: el mesianismo y la delincuencia. EI

mesianismo supone la espera de un acontecimiento futuro de caracter

extraordinario, cuya ocurrencia nos salvara de todos los males y penurias.

Un acontecimiento redcntor. Es, casi siempre, el resultadode laelaboraci6n

de la desespcranza de los pobres, transfonnada en esperanza 4. Para las

organizaciones. es importante saber que en su Entomo Cu I.tural , en

nuestro medio, cxiste una elevada dosis de mesianismo. Proliferan de

nuevo las promesas religiosas mesianicas, reverdecen de nuevo los

misticismos y se rcvitalizan las religiones. Pero, tamhien, proliferan las

loterfas y losjuegos de azar, ligados a la esperanza de un acontecimiento

extraordinario de la suerte. El psiquismo que antes se invertla en el sueiio

revolucionario, ahora parece habcrse desplazado de nuevo a la esperanza

de un acontecimiento mesianico. ya sea de tipo religioso, ya de tipo

secular. como un momento de suerte, ya sea el resultado de una

combinaei6n de ambas cosas.

Ademas de todo 10 anterior, existe tam bien el camino delincuencial

para acceder 01 dinero. Es cierto que se trata de un camino Ileno de

espinas, pero tamhien es cierto que en nueslra situaci6n general de

impunidad esas cspinas son menos. mucho menos de las que podrfan

esperarse en una opcion de esta naturaleza. Es mas: por circunstancias

que no son del casoexaminar aquf, podnamos afinnarque vivimos en una

cultura de los procedirnientos delincuenciales como procedimientos

triunfantes. EI delito individual 0 en pandilla se ha convertido, por la

fuerza de los h~hos, en un modo de ganarse la vida y acceder al dinero,

dentro de la mas absoluta impunidad. Segmentos importantes de la

Laplantine. Francois: Las voces de la Imaginaci6n, Editorial Gedisa. Barcelona, 1985

ENTORNO CULTURAL !FERNANDO CRUZ KRON~'LY

ok itl ll .11.:1,,: ..:J~n ill l1in..,;ro mc;::uiitTHc rroCCOilllil'rHO~ dc lincuL:rH .. ' 1:.1 k:-.,

no s610 en Ius CSlr"lOS populares SinO l"mhicn en la .\ clases medias y "ltas.

EI hcdonismo. cumo valor supremo. y cl pragmatismo cfni co. im pidcn

que los resortes moqllcs tradit.:ionalc s se con vicr!:.! n.!11 un cSlomo para c l

de lito. Los critcrios de «(~xito)l y los imJicadores del denominaduntriunfo»

~ocjal sc han modificado radicalmcnle. y sc han ag lutinauo al rededqr ucl

.. leneD> y no de l scr. Todoe~to faci lita la opei()n l1c1il'uenci al . la cc llluuci a

vcnlajos(I y la picardia. EI plcaro. en el senlido mi1s plcno de 13 r<Jlahr~ .

('I \(vivo) . se han convcrtido en paradi gmas para la j uventud, Tl)do L'SlO

~ s la en cl Entorno Cultural. y cs la cullura que mll re a nuestro .... JUVCIH:S

y que nucSlfllS j6vc:ncs lIevan a su lugar de trahajo, Es cierto que no todD

cl mundo es as!. y que aun exisLcn rcscrvas ctieas de otro ti pu de Illtlra l yuc prl..! valeci6 en ticrnpos pa:-.ado:-.. Peru csas rc ,,!,;rvilS son ti.lnto m~s

Llcbi Ics cuanto los rnccanismos de s:l lic ion soc ial Y CSldtal del pr'c&.I ro ~e" n

m::is incficace.'\ y dC-hiles. Pues al rln dt! c ucntas, la hi slOria triunfal de los

.. vivos» cs mu cho mas sonora que cl i"racaso social y personnl tic los

pohres de esplritu.

EL DESPOTISMO ORGANIZAC. ON.&L

Hcmos hahl ado de la cullura cn el caso de l o~ suoordinados. 'j la

manera como ella inci ue en el «mancjo» Jc la relac ioll de trabajo.

Hablaremos ahora del confli cl<) que se gene ra en I£lS o rg£l nl :t.;lc iont.!s.

como consccuencia de Ii:t ton trad icc i6 n ~ ntre las Ideas y slIl:iios de

igunldad y de libC"rtad modcmns, dcllado del sut·h)rdi nado, ut.! una partC",

y las ideas y suenos de poder de spOlico d< los suhordinadores. de Olra

pane , En efecLo, nues tra cullura conlie nc tarnhicn e lcvad{"irnos

componentcs iJuloritanos y dcspotieos, Somlls hacdl! ros dlo! una vi,.:ja

hisloria de autori tari smo y de dcspollsmo en llK.los Ius ordcne:-. de la

rclaci6n de subordin aci6n y. por supucstu. ~n cl trahajo. Lps 4uc manuun.

generalmente 10 haeen de un modo itutoritario, suhc!) ti manoo al

suoordinado. dc~p()ticj}mcnte . ESla espcc ic de inlulcraneia ..;nci <J 1 pem,

sobre tado. esta especic de tradici6n cultural <.Jutnntan.J, ~lJrerviv\"'nci:1

hisl6rica de furmas culwralcs premooemas. ha...:e e:-.pt:cial l1l ('n t~ con ll iL" i va la relaci6n de sllhonjina{.'i (~n en cl trahajll , Puc:-. mi~n t r:l ... It)s:\uhord inadus

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42

suenan con la lihCrlad y la iguaJdad, los suhordinadorcs sucnan con ia

aUl0ridaJ y el poder: e1 pequeno poder de mandar a Olro y haecr que haga 10 quc se Ie ordene. Es cicrto que este placer un poco sadico haec parlc

del alma humana. pem 1£1 hurnanizaci6n de las relaciones entre los

homhres ha heeho que estc sadismo sc morigere hasta eJ punlo de tcncr

que pasar inadvertido. Pues la relaei6n de suhordinaci6n no desaparcce,

Sino que debe qucdar disfrazada por medio de formas y maneras que la

tomen irreconocible y por 10 tanto lolerable. Hasta el punto de que. como

sucedeen ellenguaje de nuestraactual 1egislaei6n laboral, ladenominaci6n

{<patr6n) ha sido sustituida por la denominaei6n «empleador~), sin que la

sustaneia del vinculo verdadero cambie para nada.

Esta vieja tradiei6n autoritaria y desp..>lica, a todas luces premodema,

quc sobrcvive como un vestigio hist6rico y psfquico por razones que aqul

no imeresan, se convierte, en nuestro caso, en uno de los prineipalcs

obstl1culos en cI momento de implcmentar en las organizuciones los

programas ae calidad tolal y los espacios de la paI1icipaci6n. La mejor buena voluntad se estrelJa a veces con eslOS vestigios autoritarios, al

punto dc que hacen fracasar sustancialmente cualquier intento de

«democratizaD> Ja orgC'mizacioo. Este amoritansmo 0 dcspotismo

organizQcional. expresa una forna.a de ser de nueslra cullum.

EPILOGO

No lodos los aspectos de la cU!lura de nuestro liempo han sido

examinados aqul. y muchos de e!los han quedado sin menci6n. Se

neccsitarfa un detallado acercamiento a cada uno de estos aspectos, c

lnc!uso se requerirfan trahajns de campo encaminados a documentar y a

probar () improbar las afirmacioncs que aquf se han hecho, mas a modo

de intuicioncs y de hip6tesis de trabajo que de conclusiones definitivas.

Sinembargo, exislen ya eSludios sobre e! pensar-vivir en las s(x:iedudes

desarrolladas. que podrfan iluminar nueslras rcflcxioncs a proposito de

nuestra realidad cultural cntidiana, aqueJJa que, tambicn en nuestro caso,

se expresa como un pensar·· vivir :nnuido por la poslmodemidad. EI reto

csta ahl, para o{ros y futuros desarro!los.

ENTORNO CVLTURAL !FERNANDO CRuz,KRONFLY