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interesante leer
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I N T E G R A N T E S :
Laura Cristina BautistaLuisa CamargoVera Lucia Díaz
Erika Alexandra Trujillo
TALLER DE LENGUAJE
DOCENTE:SONIA GÓMEZ BENÍTEZ
JULIO 15 DEL 2014
BUCARAMANGA, SANTANDER
HÉCTOR ABAD FACIOLINCEHéctor Abad Faciolince es, sin duda alguna, una de las voces primordiales de la literatura
colombiana contemporánea. Nació en Medellín, Colombia en 1958. Estudió periodismo en la
Universidad de Antioquia, y Lenguas y Literatura Modernas en la Universidad de Turín, Italia.
Ha sido columnista de los diarios El Espectador, de Bogotá y El Colombiano, de Medellín; y
actualmente es columnista de la revista Semana, colaborador habitual de la revista literaria El
Mal pensante, de La Jornada Semanal, de México, y del suplemento Verbigracia, de Caracas.
Fuera de numerosos ensayos y traducciones literarias, Abad ha publicado los siguientes libros:
Malos pensamientos (1991, cuentos); Asuntos de un hidalgo disoluto (Alfaguara, 1994, novela,
traducida al inglés); Tratado de culinaria para mujeres tristes (Alfaguara, 1997, traducida al
italiano y al griego); Fragmentos de amor furtivo (Alfaguara, 1998); Angosta (2003) y El olvido
que seremos (2006). Con su tercera novela, titulada Basura, obtuvo en España a principios del
año 2000 el I Premio Casa de América de Narrativa Innovadora, concedido por esta prestigiosa
institución y por la editorial Lengua de Trapo. Una de las voces primordiales de la literatura
colombiana contemporánea
Contra la oscuridad
Héctor Abad Facio Lince
Uno a veces aprende más en las tiras cómicas que en los artículos serios. Hace algún
tiempo leí una de Justo y Franco que me ayudo a despojarme de un complejo que
siempre he tenido frente a los profesores de colegio: cuando voy a reuniones de
padres de familia no les entiendo lo que me dicen. Justo y Franco me ayudaron. En la
tira cómica que digo, ellos están pasando frente a una guardería infantil y leen en la
puerta un cartel que dice así: ‘’lección de hoy: desarrollo de la habilidad de
comunicación no verbal con énfasis en la capacidad de poner fin en forma simbólica y
formal a una relación personal en proceso mediante procesamientos semánticos
gestuales’’. Justo le explica al otro: ‘’Quiere decir que les están enseñando a los niños
a decir adiós con a mano. ’’ Los comics, para hacer reír, exageran; pero en este caso
está copiando literalmente la oscura jerga con que se expresan hoy en día los
maestros.
Todos hemos recibido circulares de los colegios. Yo empiezo a leerlas y me pasa lo
mismo que con los libros de Deleuze y de Lacan: no entiendo no jota. Me sueño
siempre con un Justo que me las explique. El otro día, a una amiga que tiene una hija
de seis años, le escribieron en el papel del colegio que ‘’adquiera los apoyos didácticos
apropiados’’ porque en estos meses estaban ‘’implementando los mecanismo
tendientes a coadyuvar en el proceso de apropiación de competencias en las
capacidades de lectoescritura’’. Hubo que llamar a otros padres y después de mucho
discutir se llegó a la conclusión de que lo que le estaban pidiendo era, sencillamente,
un lápiz y un cuaderno, porque les iban a enseñar a leer y a escribir a los niños. Pero al
profesor le daba vergüenza decir eso en cristiano y tenía que envolverlo en su lenguaje
corriente, se debe, si no estoy mal, a que nuestra universidad le cayó una peste
afrancesada; creer que para ser profundos hay que ser oscuros, creer que lo muy
culto, lo muy inteligente, es lo poco claro, lo estrictamente técnico. En esta escuela de
oscuridad se forman muchos de nuestros maestros y de ahí su tendencia a usar
palabras rebuscadas, casi ridículas por altisonantes.
Esta peste es más dañina en la escuela que en cualquier otra institución, porque si un
requisito se le debe elegir, antes que cualquier otro, a un profesor, es el de ser claro. La
primera virtud que debe cultivar un maestro (y por un supuesto los maestros de maestros)
es la claridad. Entendemos, con palabras sencillas, haciendo simple lo complejo. Hay, en
verdad, materias que son difíciles, complejas; pero yo no me refiero a la complejidad
intrínseca que tienen, por ejemplo, las nociones de la física cuántica. La complejidad que
hay que combatir es esa complejidad adicional e inútil que se pone muchas veces en las
materias humanísticas, y cuyo único fin es deslumbrar con grandes palabras en vez de
iluminar con palabras simples.
El gran filósofo Bertrand Russell era profundo y claro al mismo tiempo y exigía ante todo
que las cosas se plantearan de una manera comprensible para todos. Lo que no se puede
decir claramente es porque no se lo ha pensado claramente- hablar y escribir no es poner
acertijos, adivinanzas ni adornos complicados; es comunicarse con otros, hacerlos que
participen de lo que pensamos.
La sospecha que se siente al ver que los profesores se escudan en la oscuridad es que
tal vez, en el fondo, están envolviendo su ignorancia o su pobreza de ideas en grandes
palabras, si un rectos dice: ‘’la concreción de los objetivos se podrá alcanzar en la
medida que la concepciones existentes al interior del discurso escolar representen los
elementos mas conspicuos del estamento’’, es posible (es seguro) que los oyentes o
lectores no le entiendan nada. Pero como todos somos inseguros y el rector es una
autoridad, tendemos a atribuirnos a nosotros la incapacidad de comprender el
seguramente hondísimo planteamiento del rector.
En cambio deberíamos ser capaces de denunciar semejante esperpento y exigir que se
nos aclaren los términos, que nos hablen en una lengua comprensible. Es necesario un
niño inocente que al fin sea capaz de gritar que el rey esta desnudo, como en la famosa
fabula. Esos discursos están desnudos, no tienen ningún fondo, son basura retorica. Si
no combatimos la oscuridad no tendremos la posibilidad de evaluar y discutir las ideas,
de construir un pensamiento crítico. Esta oscuridad desemboca en confusión, y la
confusión, en silencio, en ausencia de crítica, es oscurantismo.
¿Cual crees que es
la intensión del
autor?
TESIS
• Creer que para ser profundos hay que ser oscuros
Argumentos
• El uso permanente de esta jerga profesional, que complica inútilmente el lenguaje corriente.
Argumentos
• Entendemos, con palabras sencillas, haciendo simple lo complejo
Argumentos
• Cuyo único fin es deslumbrar con grandes palabras en vez de iluminar con palabras simples.
Argumentos
• La sospecha que se siente al ver que los profesores se escudan en la oscuridad es que tal vez, en el fondo, están envolviendo su ignorancia o su pobreza de ideas en grandes palabras.
Argumentos
• Si no combatimos la oscuridad no tendremos la posibilidad de evaluar y discutir las ideas, de construir un pensamiento critico.
Argumentos
• Esta oscuridad desemboca en confusión, y la confusión, en silencio, en ausencia critica, en oscurantismo.
Bibliografia
- http://www.hectorabad.com/biografia/
Gracias !!