66
1 CONVENIO DE COOPERACIÓN ACADÉMICA ACCESO Y REFORMAS A LA JUSTICIA Ministerio de Justicia y Derechos Humanos Universidad de Talca Proyecto Anillo Soc 1406, Conicyt Autores: Dra. M. Fernanda Vásquez Palma Dr. Raúl Carnevali Rodríguez Dr. Jordi Delgado Castro Dr. Cristian Contreras Edición: Abogado Ignacio Ramírez.

CONVENIO DE COOPERACIÓN ACADÉMICA ... - …derecho.utalca.cl/docs/pdf/acceso_reforma_justicia.pdf · juez) de los municipios correspondientes, los cuales deberán proporcionar todos

  • Upload
    voduong

  • View
    213

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

1

CONVENIO DE COOPERACIÓN ACADÉMICA

ACCESO Y REFORMAS A LA JUSTICIA

Ministerio de Justicia y Derechos Humanos

Universidad de Talca

Proyecto Anillo Soc 1406, Conicyt

Autores:

Dra. M. Fernanda Vásquez Palma

Dr. Raúl Carnevali Rodríguez

Dr. Jordi Delgado Castro

Dr. Cristian Contreras

Edición: Abogado Ignacio Ramírez.

Informe Final

Noviembre, 2017

2 ÍNDICE

Página

PRESENTACIÓN 04

CAPÍTULO I: JUSTICIA DE POLICÍA LOCAL 06

I. Antecedentes de los Juzgados de Policía Local 07

II. La Conflictividad Vecinal y/o Comunitaria 12

III. Antecedentes Estadísticos sobre Cantidad de causas en conocimiento de J. de P.L. 15

IV. Problemas detectados y vías de solución posibles 20

V. Problemas, soluciones y acciones: cuadro resumen 25

CAPÍTULO II: PROYECTO SOBRE UNIDADES DE JUSTICIA VECINAL (UJV) 27

I. Justificación para la instauración de Unidades de Justicia Vecinal 28

II. Examen de la dependencia 29

III. Procedimientos y solución del conflicto 30

IV. Diagrama sobre el conflicto vecinal 36

V. Problemas, soluciones y acciones: cuadro resumen 37

CAPÍTULO III: ARBITRAJE 38

I. Alcances respecto del arbitraje en Chile 39

II. El arbitraje obligatorio como obstáculo al acceso a la justicia 41

III. El arbitraje como MASC en temas vecinales, comunitarios o de pequeña cuantía 43

IV. Problemas, soluciones y acciones: cuadro resumen 46

CAPÍTULO IV: GOBIERNO JUDICIAL 47

I. Introducción: Justificación de un Gobierno Judicial 48

II. Problemas en el modelo actual 49

III. Breve descripción de modelos 51

IV. Posibles soluciones 53

3 V. Problemas, soluciones y acciones: cuadro resumen 55

ANEXOS 56

4 PRESENTACIÓN

Durante el transcurso del año 2017, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos ha

suscrito un convenio de colaboración académica con la Universidad de Talca, el cual ha sido

aprobado mediante decreto N°1250 de fecha 20 de junio de 2017.

El objetivo de la celebración de este convenio de colaboración está establecido en su

cláusula segunda, la que precisa: “La Universidad, conjuntamente con el Ministerio,

acuerdan llevar a cabo estudios e investigaciones en Ciencias Sociales, en las áreas de acceso

y reformas a la justicia (incluida la justicia local -Juzgados de Policía Local-, justicia vecinal

o comunitaria) que impactan en áreas tales como el derecho civil, penal, comercial,

administrativo y procesal”. En la práctica, existe un compromiso de cooperación, que no

solo se traduce en la realización de estudios y propuesta de soluciones jurídicas, sino

también en la coordinación y apoyo de una serie de actividades (Ej. Organización y

participación en seminarios, capacitaciones, entre otras).

El presente informe presenta cuatro capítulos que abordan las materias referidas a los

siguientes tópicos:

a. Estudio y análisis de problemáticas y posibles propuestas de solución en el ámbito

del ejercicio de la actividad de los Juzgados de Policía Local.

b. Proyecto de instauración de Unidades de Justicia Vecinal.

c. Arbitraje.

d. Gobierno Judicial.

A este efecto, la Universidad de Talca, a través del Proyecto Anillo MASC CHILE (CONICYT

SOC 1406): “Mecanismos alternativos de resolución de conflictos como herramienta de

modernización de la justicia. Construcción dogmática a partir de un análisis

multidisciplinario”, se ha abocado al análisis dogmático-normativo de las problemáticas

generadas en torno a estas áreas de estudios, junto a los actores principalmente afectados

(en el caso del capítulo referido a la justicia de policía local), en donde se han arribado a

diversas conclusiones, que se señalan en los capítulos siguientes.

5 Adicionalmente, y en cumplimiento de los objetivos trazados entre la Universidad de Talca

y el Ministerio, la primera convocó a los Jueces de Policía Local y secretarios abogados de

Juzgados de Policía Local de la Región del Maule, a un focus group a fin de abordar las

principales materias que revisten interés para la Justicia Local y a partir de ello, construir

una propuesta normativa.

Sumado a lo anterior, la Universidad de Talca, mediante el Proyecto Anillo MASC CHILE, en

conjunto con la Corte de Apelaciones de Talca y el Capítulo Regional de Jueces de Policía

Local del Maule, organizaron en el mes de agosto del presente año, el Seminario “Desafíos

de la justicia local, presente y futuro”, en donde participaron diversos expositores, tales

como el Ministro de la Excma. Corte Suprema, don Lamberto Cisternas y los académicos:

Luis Bates, Andrés Celedón, Ramiro Mendoza, Gabriel González y María Fernanda Vásquez.

Las conclusiones de esta actividad se acompañan al final de este informe en la sección de

anexos.

Esperamos, con el mayor anhelo, que este trabajo pueda servir de base para iniciar una

discusión en torno a los Mecanismos Alternativos de Solución de Conflictos, con miras a una

reforma legislativa que pueda dar respuesta a las necesidades y requerimientos de la

ciudadanía, constituyendo un pilar de una política pública futura.

Dra. María Fernanda Vásquez Palma

Directora

Proyecto Anillo MASC CHILE (SOC 1406)

6

CAPÍTULO I

JUSTICIA DE POLICÍA LOCAL1

1 Este capítulo fue preparado por la profesora María Fernanda Vásquez Palma, Abogada, Doctora en Derecho. Profesora de Derecho Privado, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Universidad de Talca. Correo: [email protected], por el profesor Cristian Contreras Rojas, Abogado, Doctor en Derecho. Profesor de Derecho Procesal, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Universidad de Talca. Correo: [email protected], y por Ignacio Ramírez San Martín, abogado asistente del Proyecto Anillo MASC CHILE (SOC 1406) de la Universidad de Talca.

7 I. ANTECEDENTES DE LOS JUZGADOS DE POLICÍA LOCAL

1. Definición y Competencia

Un Juzgado de Policía Local es un “tribunal encargado de conocer y juzgar, en la comuna,

infracciones a la normativa municipal y otras disposiciones legales de una aplicación

general. Así, sus funciones tienen directa relación con la comunidad local, satisfaciendo

algunas necesidades de implementación de justicia”2.

Su marco normativo lo encontramos en la Ley N°18.287 y en la Ley N°15.231, que regulan

el procedimiento de los Juzgados de Policía Local y la estructura orgánica de estos

tribunales, respectivamente.

La competencia de los Juzgados de Policía Local está señalada en los artículos 13 y 14 de la

Ley N°15.231, sobre organización y atribuciones de esta clase de tribunales, además de

otras leyes, decretos y reglamentos especiales que establecen el conocimiento de ciertas

materias específicas3.

He aquí las principales materias o asuntos4 que conocen los Juzgados de Policía Local,

ordenados cronológicamente:

Año Ley Materia

1924 Ley N° 4.023 Establece que sólo se podrá transportar ganado por el territorio de la República mediante una guía de libre tránsito

1929 Ley N° 4.601 Modificada por el D.L. N° 2.369, sobre caza.

1931 D.S. N° 4.363 Sobre Bosques.

1944 Ley N° 7.889 Prohíbe la venta de boletos o fracción de ellos de la Lotería de Concepción o de la Polla Chilena de Beneficencia a mayor precio que el indicado en ellos.

2 Informe Final, “Análisis de la dependencia futura de las Unidades de Justicia Vecinal” adjudicado por la Subsecretaría de Justicia a Inversiones Holos S.A., p. 115. 3 Información obtenida desde la Página Web del Instituto Nacional de Jueces de Policía Local. Disponible en: http://jpolicialocal.cl/normativa-y-competencia/ 4 Información obtenida desde la Página Web del Instituto Nacional de Jueces de Policía Local. Disponible en: http://jpolicialocal.cl/normativa-y-competencia/

8

1960 Ley N° 13.937

Dispone que los propietarios de los inmuebles o sitios eriazos que hagan esquina dentro de los límites urbanos deberán mantener de su peculio los letreros que indica. Asimismo, establece que los ocupantes a cualquier título de inmuebles situados en el radio urbano de localidades con más de cinco mil habitantes, estarán obligados a mantener y conservar los árboles plantados por las Municipalidades frente a éstos en las aceras respectivas y a mantener el aseo de las mismas aceras.

1973 D.L. N° 216 Sobre Registro de Empadronamiento Vecinal.

1973 D.L. N° 3.063 Rentas Municipales.

1974 D.L. N° 539 Establece normas sobre reajustabilidad y pago de dividendos de deudas habitacionales.

1974 D.L. N° 701 Sobre Fomento Forestal.

1976 D.F.L. N° 458 Ley General de Urbanismo y Construcciones y su Ordenanza.

1979 D.L. N° 2.974 Establece normas especiales sobre créditos que se otorguen a pequeños empresarios agrícolas y relativos a la prenda agraria.

1979 D.S. N° 132 Establece normas técnicas y de calidad y procedimiento de control aplicable al petróleo crudo, a los combustibles derivados de éste y a cualquier otra clase de combustible.

1980 D.L. N° 3.516 Establece normas sobre división de predios rústicos.

1981 DL N° 3.607 Sobre Vigilantes privados.

1982 Ley N° 18.119 Sobre conexiones o empalmes clandestinos a matrices o arranques de agua potable y alcantarillado.

1984 Ley N° 18.290 de Tránsito.

Infracciones de los preceptos que reglamentan el transporte por calles y caminos y el tránsito público (Decretos del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones).

1988 Ley N° 18.700 Ley Orgánica Constitucional sobre Votaciones Populares y Escrutinios.

1989 Ley N° 18.892 Sobre Pesca y Acuicultura, pero solamente con respecto a la pesca deportiva en agua dulce.

1991 Ley N° 19.091 Ley General de Telecomunicaciones.

1991 Ley N° 19.040 Buses contaminantes.

1994 Ley N° 19.284 Establece normas para la plena integración de personas con discapacidad.

9 1994 Ley N° 19.419 Sobre Tabaco y Cigarrillos.

1994 Ley N° 19.303 Sobre Vigilantes Privados.

1994 Ley N° 19.327 De derechos y deberes en los espectáculos de futbol profesional.

1997 Ley N° 19.496 Protección a los derechos del Consumidor.

1997 Ley N° 19.537

Sobre Copropiedad Inmobiliaria, que permite al juez de policía local conocer todas las controversias que se susciten entre los copropietarios o entre éstos y el administrador, relativas a la administración del condominio.

2001 Ley N° 19.779 Otorga competencia a los J.P.L. para conocer de las conductas de discriminación a los enfermos de SIDA.

2003 Ley N° 19.846 Establece normas sobre calificación cinematográfica.

2004 Ley N° 19.925 Sobre Alcoholes, Bebidas Alcohólicas y Vinagres.

2004 Ley N° 19.983 Regula la transferencia y otorga mérito ejecutivo a la Factura.

2008 Ley N° 20.283 Recuperación del Bosque Nativo y Fomento Forestal.

Causas civiles y juicios relativos al contrato de arrendamiento cuya cuantía no exceda de $ 3.000.

Infracciones al pesaje de camiones (carga mal estibada).

Regularización de daños y perjuicios ocasionados con motivo de accidentes de tránsito, cualquiera que sea su monto.

Infracciones a la Ley de Educación Primaria Obligatoria.

Infracciones a las Ordenanzas, Reglamentos, Acuerdos Municipales y a los Decretos de Alcaldía.

2. Inicio de Funciones5

El Decreto Ley N°22 de 03 de octubre de 1924 creó definitivamente los primeros Juzgados

de Policía Local como organismos judiciales de carácter municipal en Santiago, y en su

artículo primero, señala que la administración de justicia de Policía Local será ejercida por

funcionarios denominados Jueces de Policía Local. Estos juzgados originariamente

5 Seguiremos en esta parte y en las sucesivas de este acápite, a menos de señalarse lo contrario, lo señalado en el Informe Final, “Análisis de la dependencia futura de las Unidades de Justicia Vecinal” adjudicado por la Subsecretaría de Justicia a Inversiones Holos S.A., p. 117 y ss.

10

correspondían a juzgados de paz, los cuales posteriormente se transformaron en juzgados

de tránsito.

3. Dependencia

No forman parte del Poder Judicial, sin embargo, se encuentran bajo la supervigilancia

directiva, correccional y económica de la Corte de Apelaciones respectiva. En conformidad

a la Ley N°15.231 los jueces de Policía Local son nombrados por el Alcalde de la comuna a

partir de una terna elaborada y entregada por la Corte de Apelaciones respectiva.

Dependen presupuestariamente (gasto operacional, exceptuando las remuneraciones del

juez) de los municipios correspondientes, los cuales deberán proporcionar todos los útiles,

elementos de trabajo y medios de movilización para que sean llevadas a cabo todas las

diligencias y actuaciones judiciales que le sean requeridas.

El nombramiento del juez es indefinido, por consiguiente, no están sujetos al devenir

político con los cambios de alcaldes. El juez además depende de la Corte de Apelaciones

respectiva en términos disciplinarios, pero todo el resto de los funcionarios del Juzgado

dependen del municipio. Destaca el artículo 8, que señala que los jueces son

independientes de toda autoridad en el desempeño de sus funciones y no pueden ser

removidos de sus cargos. La supervigilancia de su desempeño corresponde a las Cortes de

Apelaciones que, cada año, calificarán a los jueces.

4. Procedimiento

Es preciso señalar que el procedimiento que deben aplicar los Juzgados de Policía Local (de

conformidad al artículo 11 de la Ley N°18.287 de 1984) contempla una instancia de

conciliación ante el tribunal respecto de las acciones civiles, pudiendo también las partes

llegar a acuerdos a través de negociaciones directas o en una mediación y someterlos a

aprobación del mismo.

11

5. Recursos Humanos

Los Juzgados de Policía Local pertenecen a la estructura Orgánica Municipal. Están a cargo

de sus respectivos jueces y se rigen por las normas de la Ley N°15.231 “Sobre Organización

y Atribuciones de los Juzgados de Policía Local”, y sus posteriores modificaciones. Los

secretarios y personal subalterno de los Juzgados de Policía Local serán nombrados por el

Alcalde y están sujetos a la autoridad disciplinaria inmediata del juez en ejercicio de sus

funciones, en conformidad a lo dispuesto por el artículo 47 de la Ley N°15.321.

6. Juzgados de Policía Local en el país6

El Informe Anual de Justicia 2016 preparado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE)

nos entrega información respecto del número actual de Juzgados de Policía Local existentes

según cada Corte de Apelaciones. Las cifras se señalan a continuación:

Corte de Apelaciones Cantidad de Juzgados de Policía Local

C. de A. de Arica 3

C. de A. de Iquique 8

C. de A. de Antofagasta 8

C. de A. de Copiapó 9

C. de A. de La Serena 17

C. de A. de Valparaíso 41

C. de A. de Santiago 43

C. de A. de San Miguel 30

C. de A. de Rancagua 34

C. de A. de Talca 33

C. de A. de Chillán 22

C. de A. de Concepción 36

C. de A. de Temuco 34

C. de A. de Valdivia 19

6 Informe Anual 2016 sobre Justicia, Instituto Nacional de Estadísticas (2017), pp. 115-123.

12

C. de A. de Puerto Montt 20

C. de A. de Coyhaique 7

C. de A. de Punta Arenas 4

Total Nacional 368

II. LA CONFLICTIVIDAD VECINAL Y/O COMUNITARIA Y NECESIDADES JURÍDICAS

1. La Conflictividad Vecinal y/o Comunitaria

La justicia local es de uso muy recurrente en nuestra sociedad. Los problemas y/o conflictos

vecinales ocurren con suma frecuencia. La Encuesta de Conflictividad Vecinal y/o

Comunitaria de julio de 2013 (en adelante, “La encuesta” o “La Encuesta de Conflictividad”)

revela que “el 74% de la muestra consultada declaró reconocer que durante los últimos dos

años algún miembro de su hogar fue afectado por algún tipo de problema o conflicto, o

recibieron un requerimiento/reclamo por parte de algún vecino/a, organización o miembro

de ésta”7.

Los conflictos más comunes, señala la Encuesta, constituyen “ruidos molestos”, “basura o

falta de aseo en calles y veredas”, “problemas con mascotas o animales (incluye

agresiones)”, “olores molestos” y finalmente, “uso indebido de bienes comunes de uso

público (estacionamientos, juegos, cancha, etc.)”. Estos problemas se generan

principalmente entre vecinos. La Encuesta nos precisa que el 59% de la muestra señala que

los problemas los ha tenido con el vecino. Otros 14% y 13%, respectivamente, declaran que

el conflicto lo han tenido con una institución pública o con personas que no son del barrio,

pero lo visitan.

De los entrevistados, sólo un 33% realizó acciones para solucionar el problema o conflicto,

en el entendido de que efectivamente los tuvieron. De entre ellos, un 49% buscó una

solución autónoma a la controversia, mientras que un 47% se inclinó por la búsqueda de

7 Informe Final, Encuesta de Conflictividad Vecinal y/o Comunitaria (2013), p. 15

13

soluciones institucionales. Los que buscaron una solución autónoma, en un 80% optaron

por conversar con la/s persona/s que tiene o tuvo el problema.

Quienes optaron por la búsqueda de una solución institucional, las más frecuentes y con

mayores porcentajes son: “recurrir a la municipalidad (35%)”, “recurrir a Carabineros de

Chile (34%)” y “recurrir a la Junta de Vecinos (21%)”. Por otra parte, dentro de las

instituciones menos frecuentadas aparecen los Juzgados de Policía Local, con un marginal

3%.

Dentro de las acciones institucionales, sólo un 23% declaró que esta acción le ayudó a

solucionar el problema o conflicto, mientras que un 59% señaló que no le ayudó.

De entre quienes pudieron solucionar el conflicto, las vías empleadas fueron las que se

representan en el gráfico que se señala a continuación:

Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta de Conflictividad Vecinal y/o Comunitaria (2013)

39%

24%

20%

7%

5%4% 1%

Gráfico 1: Descripción de la solución empleada

Se llegó a un acuerdo consensuadoentre las partes sin la intervenciónde terceros

No se llegó a acuerdo, pero elproblema se diluyo o terminó solo

Se resolvió por la intervención deuna institución

Se llegó a un acuerdo consensuadoentre las partes con la ayuda deterceros

Otro

Se terminó el conflicto porque unaparte se impuso a la otra parte

14

En el acápite sobre instituciones en la solución de conflictos, una de las preguntas se aboca

a precisar el conocimiento que de las mismas poseen los entrevistados. A la pregunta “¿A

qué instituciones cree usted que se puede acudir frente a un problema o conflicto como los

que hemos estado hablando?”, las personas identifican, dentro de los rangos más altos, en

primer lugar, a Carabineros de Chile (56%), luego a las Municipalidades (50%) y

posteriormente a las Juntas de Vecinos (24%). Marginalmente, aparecen con un 7% los

Juzgados de Policía Local, aunque en cuarto orden.

Respecto de las mismas instituciones, se consultó a los entrevistados acerca de la

efectividad de aquellas para resolver problemas. En la parte que interesa al presente

informe, respecto de los Juzgados de Policía Local, se alcanzó una tasa de efectividad del

44%. A continuación, y con mayor detalle, se presentan todas las alternativas respecto de

estos Juzgados:

Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta de Conflictividad Vecinal y/o Comunitaria (2013)

Por último, se consultó a los entrevistados su disposición a asistir a instancias voluntarias

de participación para resolver problemas, los cuales declararon en un 44% estar dispuestos

a ello y en un 23% estar muy dispuestos. Por el contrario, un 11% declaró estar nada

dispuesto y en el mismo porcentaje, estar poco dispuesto.

10%

14%

32%

28%

16%

Gráfico 2: Efectividad de los Juzgados de Policía Local para resolver conflictos.

Nada efectiva

Poco efectiva

Medianamente efectiva

Efectiva

Muy efectiva

15

2. Identificación de Necesidades Jurídicas de la población

Un estudio diverso, confeccionado el año 2015, se efectuó en torno a la aplicación de una

Encuesta nacional de necesidades jurídicas y acceso a Justicia, desarrollada por GfK Adimark

para el Ministerio de Justicia del Gobierno de Chile. En esta encuesta, entre otras materias,

se consultó a la población respecto de sus necesidades jurídicas en el último año, en donde

encabezan la lista el ámbito penal (15,4%) y vivienda (10,3%). Los resultados totales a esta

pregunta se muestran a continuación, sobre el 44,5% de la población que tuvo necesidades

jurídicas en el último año:

Fuente: Elaboración propia en base a “Encuesta nacional de necesidades jurídicas y acceso a justicia”, GfK Adimark (2015)

III. ANTECEDENTES ESTADÍSTICOS SOBRE CANTIDAD DE CAUSAS EN CONOCIMIENTO DE

LOS JUZGADOS DE POLICÍA LOCAL

En septiembre de 2017 se publicó por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) el Informe

Anual 2016 sobre Justicia, en donde se abocó, entre otras materias, al estudio de las causas

ingresadas y falladas en Juzgados de Policía Local con Juez Letrado. Dichas cifras mostraron

que en 2016 ingresaron a nivel nacional 7.184.825 causas y se fallaron a su vez 5.571.024.

El desglose a nivel de Corte de Apelaciones se muestra a continuación:

20%

14%

12%

11%

10%

8%

7%

7%

6%5%

Grafico 3: Posibles problemas jurídicos que pudo haber tenido en los últimos 12 meses.

Penal

Vivienda

Economía y Patrimonio

Salud

Trabajo

Familia

Discriminación y vulneración dederechos

16

Fuente: Informe Anual 2016 sobre Justicia, Instituto Nacional de Estadísticas (2017)

Respecto de las causas falladas, las cifras se muestran a continuación:

55

.66

3

97

.96

9

84

.36

4

40

.47

7

11

3.4

65

23

3.3

82

4.0

38

.72

8

1.8

07

.74

6

12

3.1

34

11

4.8

19

41

.03

6

18

0.0

88

91

.18

8

58

.50

8

73

.90

0

14

.12

4

16

.23

4

0

500.000

1.000.000

1.500.000

2.000.000

2.500.000

3.000.000

3.500.000

4.000.000

4.500.000

Gráfico 4: Causas ingresadas en J.P.L. con Juez Letrado según C. de Apelaciones.

17

Fuente: Informe Anual 2016 sobre Justicia, Instituto Nacional de Estadísticas (2017)

Como es evidente, la mayor cantidad de causas ingresadas en Juzgados de Policía Local

están radicadas en la Corte de Apelaciones de Santiago (4.038.728 causas) y la Corte de

Apelaciones de San Miguel (1.807.746 causas), cuyos territorios jurisdiccionales en conjunto

comprenden a toda la Región Metropolitana de Santiago.

En definitiva, la Región Metropolitana tuvo un total de 5.846.474 causas, lo que

corresponde a un 81,37% del total de las causas ingresadas a nivel nacional.

44

.82

8

72

.89

9

78

.64

0

34

.39

4

85

.54

6

19

1.5

76

2.9

45

.61

8

1.5

07

.55

5

10

7.0

18

89

.42

3

31

.75

9

16

0.3

58

78

.72

3

54

.45

7

63

.77

6

10

.81

6

12

.63

8

0

500.000

1.000.000

1.500.000

2.000.000

2.500.000

3.000.000

3.500.000

Gráfico 5: Causas falladas en J.P.L. con Juez Letrado según C. de Apelaciones.

18

Sin perjuicio de lo anterior, cabe señalar que el Informe Anual en comento preparado por

el INE, desglosa las causas ingresadas y las divide por grupo de infracciones, obteniendo

resultados llamativos, en donde la categoría “Infracción TAG”, reúne 4.003.360 causas, lo

que corresponde al 55,71% de las causas ingresadas a nivel nacional. Lo anterior lo podemos

graficar como sigue:

Fuente: Elaboración propia en base al Informe Anual 2016 sobre Justicia, Instituto Nacional de Estadísticas (2017)

Hemos visto que la Infracción de TAG es una de las categorías de causas ingresadas, pero

existen otras en las que se distribuyen las demás materias según se expresa en la tabla

siguiente.

De la misma se desprende que las categorías de causas con mayores ingresos a nivel

nacional son, por cierto, “Infracción TAG”, además de “Infracción Ley del Tránsito”

(2.503.954 causas, lo que corresponde a un 34,85%).

56%

44%

Gráfico 6: Causas ingresadas en JPL con Juez Letrado según infracción y a nivel nacional.

Infracción TAG

Otras Infracciones

19

Fuente: Informe Anual 2016 sobre Justicia, Instituto Nacional de Estadísticas (2017)

CORTE DE APELACIONES

Total Tabla 1: Causas ingresadas en Juzgado de Policía Local con Juez Letrado, por grupo de infracciones, según C. de Apelaciones, 2016.

Falt

as a

l Có

dig

o P

enal

Infr

acci

ón

Le

y d

el

Trán

sito

Infr

acci

ón

O

rden

anza

s

Mu

nic

ipal

es

Infr

acci

ón

Ley

O

rden

anza

s

Co

nst

rucc

ión

y

Urb

aniz

ació

n

Infr

acci

ón

Le

y Se

rvic

io

Nac

ion

al d

el

Co

nsu

mid

or

Infr

acci

ón

Le

y d

e

Alc

oh

ole

s

Infr

acci

ón

Le

y

Elec

tora

l

Infr

acci

ón

Le

y R

enta

s

Mu

nic

ipal

es

Leye

s es

pec

iale

s

no

señ

alad

as

bo

squ

es, p

esca

y

caza

Infr

acci

ón

re

glam

ento

s d

e

cop

rop

ied

ades

Infr

acci

ón

TA

G

Infr

acci

ón

Le

y d

e

Tab

aco

Otr

os

TOTAL 7.184.825 2.473 2.503.954 69.143 12.423 8.509 221.869 23.645 80.776 7.329 2.075 4.003.360 115 248.215

C. de A. de Arica 55.653 15 47.295 647 72 115 2.945 31 2.605 - 8 - - 1.920

C. de A. de Iquique 73.419 - 58.979 1.751 298 278 5.951 649 747 205 27 - 5 4.529

C. de A. de Antofagasta 108.874 15 91.315 2.692 330 445 10.004 49 2.768 19 39 23 11 1.164

C. de A. de Copiapó

40.462 45 32.841 1.085 82 115 5.061 359 623 13 - 46 5 187

C. de A. de La Serena

113.401 39 93.982 2.541 183 522 9.161 1.390 4.387 86 18 - - 1.092

C. de A. de Valparaíso 233.265 487 184.747 6.759 1.837 919 24.024 2.543 7.595 350 210 126 11 3.657

C. de A. de Santiago

4.038.689 327 1.185.332 28.968 5.921 3.045 48.172 6.617 43.392 1.751 1.556 2.501.219 36 212.353

C. de A. de San Miguel 1.807.689 398 244.965 10.897 1.544 601 29.712 3.263 6.038 908 159 1.501.946 16 7.242

C. de A. de Rancagua

123.042 240 103.710 2.802 180 250 11.038 352 1.634 215 - - 8 2.613

C. de A. de Talca 114.721 570 99.622 1.376 234 333 8.361 1.103 817 270 - - - 2.035

C. de A. de Chillán 40.973 4 32.559 626 76 143 3.117 1.081 1.493 53 - - - 1.821

C. de A. de Concepción 179.986 117 135.731 4.084 887 564 25.358 2.296 3.760 2.186 37 - 10 4.956

C. de A. de Temuco

91.086 33 72.487 2.067 198 591 11.740 892 1.105 344 21 - - 1.608

C. de A. de Valdivia 58.451 48 44.755 1.141 283 212 9.357 1.408 431 323 - - - 493

C. de A. de Puerto Montt 73.855 104 50.636 1.294 131 187 14.698 1.451 2.727 458 - - 13 2.156

C. de A. de Coyhaique 14.096 16 11.590 280 25 134 1.786 19 54 108 - - - 84

C. de A. de Punta Arenas 16.224 15 13.408 133 142 55 1.384 142 600 40 - - - 305

Total Nacional de Cifras Confidenciales.

939

20

IV. PROBLEMAS DETECTADOS Y VÍAS DE SOLUCIÓN POSIBLES

En base a los estudios efectuados y las actividades organizadas por el Proyecto Anillo en

esta materia, se generaron diversas ideas en torno a las problemáticas que se observan

actualmente en la judicatura de policía local, identificando al efecto seis grupos de

problemas, de conformidad a lo expresado a continuación:

1. En parte importante de los tribunales se observa recurso humano carente de

competencias que responde a las necesidades del servicio

Se debe analizar la figura del juez de policía local, haciendo hincapié en que, en general,

ellos no están siendo capacitados para poder resolver las materias que las leyes entregan a

su competencia.

En primer lugar, se evidencia una inconsistencia entre materias entregadas por la ley y la

capacitación de los jueces para resolver dichas materias.

En segundo lugar, puede observarse que los jueces no tienen una variabilidad en las

funciones que pueden realizar en los distintos procedimientos que conocen. Así, la tarea

del juez es netamente sancionadora, no alcanzando una labor socializadora, conciliadora o

recomponedora, entre otros caracteres posibles.

La competencia ejercida es repetitiva, a pesar de que la competencia residual agrega todo

el tiempo nuevos supuestos fácticos.

Las propuestas determinadas en este ámbito son las siguientes:

a) Es evidente que se necesita de forma urgente generar un programa a nivel nacional

de capacitación y especialización de los jueces de policía local, como también,

paralelamente, permitir una carrera judicial similar a la de los jueces ordinarios del

poder judicial. En este sentido, se hace necesario implementar una reforma legal

que incorpore o traspase a los Jueces de Policía Local al Poder Judicial, a efectos de

desarrollar la respectiva carrera judicial, creándose a estos efectos un escalafón

especial, para no afectar los temas referidos a su remuneración, debido a su

reglamentación legal presupuestaria. Sólo habiendo analizado esa propuestas, se

21

podrían establecer propuestas subsidiarias, pero reforzando el vínculo de la justicia

de policía local siempre dentro de la órbita del Poder Judicial.

b) Otra solución recae en que la ley debe advertir mediante un texto refundido y

sistematizado, las competencias que poseerán los jueces de policía local, a fin de no

separar el ámbito competencial de lo que pueda entregar su capital humano de

competencias y conocimiento, como tampoco con los insumos y recursos

económicos para proceder como indica la ley.

c) Por último, se debe flexibilizar la labor del juez dentro del procedimiento, para

aumentar sus facultades procesales (sustituir el rol netamente sancionador, o bien,

sin quitarlo, agregar otras facultades, como por ejemplo la mediación o la validación

de acciones de un tercero en cuanto a la mediación), de modo que en un futuro

pueda existir un acoplamiento más expedito al nuevo modelo de justicia local que

se está intentando emplear en nuestro país (planes pilotos en los gobiernos de

Piñera y Bachelet).

2. Captura de la judicatura local por alcalde de turno

El problema radica en que el ejercicio jurisdiccional de los jueces de policía local

actualmente depende en forma directa de la relación que se tenga con el alcalde de turno

de la ciudad correspondiente, en virtud de que este y el gobierno municipal son quienes

deciden la utilización del presupuesto local. Ergo, si existe una buena relación con dichas

personas, hay recursos e insumos para poder ejercer correctamente la función

jurisdiccional, caso contrario, la labor se verá afectada porque los recursos o insumos no

llegan, son insuficientes, inadecuados, etc.

Existe una doble dependencia de los jueces de policía local (Cortes de Apelaciones/

Municipios), además de un sistema de nombramiento poco democrático y transparente. En

conclusión, el ejercicio jurisdiccional depende del alcalde en dos momentos críticos, estos

son, al momento de elección de los juzgados de policía local, y al momento de destinar los

recursos e insumos para la labor de los Juzgados de Policía Local. En ambos actualmente

importa fuertemente la relación jueces-alcalde.

22

Las propuestas determinadas en este ámbito son las siguientes:

a) Modificar el sistema de nombramiento de los jueces de policía local en cuanto al

procedimiento y los órganos encargados del mismo. Todo ello, como decíamos,

mediante la dictación de una ley que establezca la estructura, organización y

competencia de los Juzgados de Policía Local.

b) En consecuencia, se debe eliminar, mediante reforma legal, la doble militancia de

los jueces de policía local, porque, además de ser esta captura un problema que

deriva en cuestiones técnicas y financieras, la dependencia de estas dos entidades

(de mayor intensidad, por cuestiones lógicas, respecto del alcalde) inhabilita en

absoluto la posibilidad de hablar de jueces independientes, y, más aun, de jueces

imparciales (espacio idóneo para los “amiguismos”).

3. Prestación de servicio carente de herramientas tecnológicas que permitan una

comunicación expedita, transparente, eficiente, y efectiva con los usuarios del

sistema de justicia local

Se aprecia una insuficiencia de recursos y capital humano en el ejercicio de la jurisdicción

de los Juzgados de Policía Local. Al no existir una inyección de recursos para su labor,

tampoco existe una renovación en la forma de proceder. Así, aun se notifica todo tipo de

resoluciones mediante el envío de una carta certificada a través de correo postal,

mecanismo que resulta notablemente más costoso que otras formas de notificación. La

comunicación con los justiciables en zonas más alejadas de la urbe es aún más

desactualizada y onerosa.

Las propuestas determinadas en este ámbito son las siguientes:

a) Inyectar más recursos, mediante una ley de presupuesto, para la labor de los

Juzgados de Policía Local, poniendo énfasis en el capital humano (más funcionarios

y mejor dotados) y en los materiales para trabajar.

23

b) Estudiar la viabilidad de la incorporación de estos tribunales al sistema de

tramitación electrónica, lo que aumentaría la eficiencia y publicidad de estos

procedimientos.

4. Existencia de diversidad de procedimientos para sustanciar materias similares

(falta de estandarización de procesos)

Las leyes que regulan materias específicas entregan los conflictos que no son conocidos por

la justicia ordinaria a los juzgados de policía local. Sin embargo, el problema no radica en la

cantidad o diversidad de materias entregadas a su conocimiento, sino más bien que los

cuerpos legales no regulan de manera específica la forma en que los Juzgados de Policía

Local deberán conocer y sustanciar los conflictos.

Así, lo que ocurre en la práctica es que al no existir una estandarización de los procesos ya

sea por materia o por tipo de procedimiento, se hace muy dificultoso crear líneas similares

a lo largo del país, lo que claramente genera grandes disparidades en la forma en que se

lleva a cabo un procedimiento en una localidad y en otra.

La propuesta determinada en este ámbito consiste en crear normas tendientes a regularizar

y uniformar los procedimientos y dotarlos de cierta formalidad, pero no al extremo de

establecer una distancia entre el justiciable y el juez, sino más bien, crear procedimientos

para dar mayor certeza jurídica a la comunidad e integrar en este tipo de justicia el debido

proceso.

5. Confusión o poca certeza sobre reales competencias de la justicia local para

conocer faltas y disensiones vecinales

Tanto en la justicia vecinal como en el resto de sus competencias, los Juzgados de Policía

Local le han asignado al juez un rol sancionador. No existen procedimientos específicos que

señalen el proceder ante conflictos de índole vecinal.

24

Por tanto, al no conocer específicamente las competencias en esta materia, la tendencia de

los jueces es la de sancionar por las infracciones cometidas en el marco de los conflictos

vecinales de acuerdo a la legislación común.

No se ha generado un cuerpo normativo integral en el cual se traten estas materias ni donde

se señale la competencia y atribuciones específicas de los jueces de policía local en el marco

de estos conflictos.

En cuanto a la propuesta determinada en este ámbito se considera como la mejor opción

el implementar en este tipo de problemas los mecanismos alternativos de resolución de

conflictos, en el cual el juez de policía local cumpla con un rol de juez conciliador, dejando

de lado la faceta sancionadora, ya que la índole de los conflictos requiere un acercamiento

entre las partes más que sanciones que no ayudan a las buenas relaciones de vecindad.

Todo ello, mediante una reforma legal unificadora de las materias que involucren a los

Juzgados de Policía Local.

6. Desconocimiento de reales competencias y atributos de la justicia local

Actualmente la competencia de los juzgados de policía local versa sobre variadas materias

encomendadas por diversos cuerpos legales.

Las materias que deben conocer los jueces de policía local se encuentran en una constante

renovación al poseer una “competencia residual”, ya que cada normativa que regula una

determinada cuestión (ley de protección de los derechos del consumidor, ley de

copropiedad, ley de tránsito, ley de alcoholes, ley de bosques, entre otros), establece que

variados conflictos tendrán que ser conocidos por el Juzgado de Policía Local.

Esta situación genera una competencia dispersa y la incapacidad de los juzgados de lograr

trabajar de manera adecuada, ya que son tantos cuerpos legales que es imposible conocer

las reales competencias y atribuciones de los jueces en los diversos procedimientos.

La propuesta determinada en este ámbito consiste en establecer un solo cuerpo legal o, al

menos, definir claramente las competencias, funciones y atribuciones entregadas a los

jueces de policía local. Las leyes especiales pueden establecer actuaciones judiciales que los

25

jueces son incapaces de realizar en la práctica, ya sea por sus competencias o por la falta de

recursos.

V. PROBLEMAS, SOLUCIONES Y ACCIONES: CUADRO RESUMEN

Problemas Soluciones Acciones

Inconsistencia entre las materias entregadas por ley y la capacitación de los jueces para resolverlas.

- Integrar a los jueces de Policía Local en el Poder Judicial. - Establecer un cuerpo normativo único con las funciones, atribuciones, estructura, funcionamiento y procedimientos respecto de los Juzgados de Policía Local. - Generar programa a nivel nacional de capacitación y especialización de jueces de policía local. - Permitir carrera judicial de los jueces de policía local dentro del Poder Judicial.

- Establecer programas de capacitación y perfeccionamiento obligatorio para Jueces de Policía Local. - Legislar a fin de establecer un cuerpo normativo único respecto de los Jueces de Policía Local. - Que los Juzgados de Policía Local pasen a formar parte del Poder Judicial (reforma al artículo 5° del Código Orgánico de Tribunales).

Los jueces no tienen variabilidad en las funciones a realizar en los diversos procedimientos que conocen.

Flexibilizar la labor del juez dentro del procedimiento, para aumentar sus facultades procesales.

Reforma legal sobre procedimientos generales y especiales en los Juzgados de Policía Local, incluyendo la implementación de MASC, como la mediación.

Sistema de doble dependencia de los jueces de Policía Local. Sistema de nombramiento poco democrático y transparente.

Modificar el sistema de nombramiento de los jueces en cuanto al procedimiento y los órganos encargados de éste.

Legislar a favor de un nuevo sistema de nombramiento de los Jueces, que no dependa de las Municipalidades.

El alcalde y el gobierno municipal deciden la utilización del presupuesto local, entre ellos, el del Juzgado de Policía Local.

Acabar con la doble militancia de los jueces de policía local.

- Legislar a favor de un nuevo sistema de dependencia de los Juzgados de Policía Local. - Revisión de fórmulas para asignación presupuestaria.

26

Insuficiencia de recursos y capital humano en el ejercicio de la jurisdicción de los Juzgados de Policía Local.

Inyectar recursos mediante la asignación de presupuesto de parte del Estado para la labor de los Juzgados de Policía Local, poniendo énfasis en el capital humano (más funcionarios y mejor dotados) y en los materiales para trabajar.

- Revisión de fórmulas para asignación presupuestaria para los Juzgados en cuanto a la dotación mediante ley. - Capacitación y perfeccionamiento de funcionarios del Tribunal.

Inexistencia de renovación en los procedimientos respecto a la incorporación de medios actuales.

Incorporación de estos tribunales al sistema de tramitación electrónica.

- Realizar estudios de factibilidad para el ingreso. - Efectuar programas pilotos de tramitación electrónica en algunos tribunales.

La norma legal no regula de manera específica cómo los Juzgados de Policía Local deben conocer y sustanciar los conflictos.

Regularizar y uniformar los procedimientos y dotarlos de cierta formalidad para dar mayor certeza jurídica e integrar el debido proceso.

- Legislar a favor de estandarización de procedimientos, estableciendo un cuerpo normativo único.

No existen procedimientos específicos que señalen el proceder ante conflictos de índole vecinal.

Implementar mecanismos alternativos de resolución de conflictos, para que el juez cumpla con un rol de juez conciliador.

- Generar programas piloto en MASC al interior de algunos Juzgados de Policía Local. - Consideración de implementación de MASC en Ley sobre Juzgados de Policía Local.

Competencia dispersa e incapacidad de los Juzgados de lograr trabajar de manera adecuada: imposible conocer las reales competencias y atribuciones en los diversos procedimientos.

Establecer un solo cuerpo legal o, al menos, definir claramente las competencias, funciones y atribuciones entregadas a los jueces de policía local.

- Legislar, a fin de establecer un solo cuerpo normativo con competencias, funciones, atribuciones y procedimientos de los Juzgados de Policía Local.

27

CAPÍTULO II

PROYECTO SOBRE UNIDADES DE JUSTICIA VECINAL (UJV)8

8 Este capítulo fue preparado por el profesor Jordi Delgado Castro, Abogado, Doctor en Derecho. Profesor de Derecho Procesal, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad de Talca. Correo: [email protected], y por el profesor Raúl Carnevali Rodríguez, Abogado, Doctor en Derecho. Profesor de Derecho Penal, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad de Talca. Correo: [email protected]

28

I. JUSTIFICACIÓN PARA LA INSTAURACIÓN DE UNIDADES DE JUSTICIA VECINAL

Desde hace bastante tiempo se viene discutiendo la necesidad de introducir en el sistema

judicial cambios que permitan un acceso más rápido y menos burocrático, respecto de

aquellas causas calificadas de pequeñas o de menor entidad, como son las de carácter

vecinal. Sobre este punto, resulta particularmente interesante mencionar que ha sido el

propio Poder Judicial quien ha asumido un papel destacado en esta línea, al pretender

impulsar los llamados Centros ciudadanos de Justicia —pleno de la Corte Suprema de 28 de

septiembre de 20159—.

En lo medular se afirma que los centros pueden ser una respuesta idónea para evitar los

episodios de violencia dentro de nuestra sociedad, que podrían verse acrecentados por una

respuesta tardía del sistema judicial. En este sentido, la instauración de centros que

atiendan conflictos cotidianos —como los vecinales— sobre la base del diálogo y el trato

amigable, pueden permitir la evitación de episodios de victimización secundaria, logrando

la resolución de la controversia a través de métodos que no se centren en el litigio. El

establecimiento de centros abiertos a la comunidad con una asistencia calificada apunta al

favorecimiento del respeto a la dignidad de las personas y mayor desarrollo, pues son los

mismos interesados quienes intervienen en la solución de la controversia. El mismo

documento indica la necesidad de evaluar la conveniencia de asumir por parte de los

centros, las unidades de justicia vecinal.

Como se puede apreciar de lo expuesto, varias son las razones que llaman a impulsar estos

centros, y que en ellos se comprendan las unidades de justicia vecinal. Por de pronto, la

construcción de modelos autocompositivos permitiría la descongestión de los tribunales. Si

bien lo anterior no puede ser la razón principal, no es un tema menor. Asimismo, tiene lugar

un importante mensaje a la sociedad: la oportunidad de poder participar directamente en

la solución del conflicto. En este sentido, la mediación, como uno de los mecanismos de

solución de conflictos, no solo permite que se resuelva la controversia a los que están

involucrados en el problema, sino también genera efectos sociales mayores. Y es que al

9 http://decs.pjud.cl/documentos/descargas/04_01_2016_Acta_de_Pleno_AD-2191-2015.pdf

29

construirse dentro de un procedimiento de participación voluntaria y de encuentro, se

fortalece una cultura de diálogo y de paz social, disminuyendo el recurso de la fuerza estatal.

Todo ello hace pensar que el impulso de estos centros ciudadanos, dentro de los cuales se

comprendan las unidades de justicia vecinal, fomenta una sociedad más cooperativa, pues

conoce los problemas que viven otros ciudadanos.

Justamente, en este contexto la justicia vecinal puede cumplir un papel invaluable de

acercamiento de la justicia al ciudadano, más aún si en ella se abordan los problemas

cotidianos —las llamadas pequeñas causas—. En efecto, como se trata de cuestiones de

ordinaria ocurrencia entre vecinos, pueden llegar a ser particularmente molestos y fuente

de conflictos, incluso violentos. Basta pensar en los ruidos molestos, daños de mascotas,

destrucción de jardines, emisiones de humos o malos olores, solo por citar algunos casos.

Ciertamente, parecen ser materias de escasa relevancia, pero la convivencia descansa sobre

el respeto hacia el otro y que ese otro disponga de canales para buscar soluciones en caso

de conflicto. Pues bien, considerando que los conflictos vecinales tienen características

particulares, pues los involucrados generalmente conviven en el mismo sector, los métodos

autocompositivos pueden resultar más eficaces para alcanzar un acuerdo.

II. EXAMEN DE LA DEPENDENCIA

Un tema complejo es poder precisar la dependencia de los centros ciudadanos, dentro de

los cuales se pueden comprender las unidades de justicia vecinal. No resulta fácil

dilucidarlo, pues pueden concurrir una serie de variables, que llevan en principio a inclinarse

por una dirección, pero luego puede no resultar conveniente. Diversos estudios se han

inclinado por Corporaciones de Asistencia Judicial, las Municipalidades, los Juzgados de

Policía Local, el Poder Judicial y el Ministerio de Justicia.

De estas alternativas parecen como las más viables y menos complejas de llevar a cabo, la

Corporaciones de Asistencia Judicial y las Municipalidades.

La primera de ellas, por cuanto su objetivo general es la de proporcionar orientación y

asesoría jurídica y patrocinar judicialmente de manera profesional y gratuita a quienes no

30

dispongan de los medios para poder acceder a ello. Además, las Corporaciones entregan

servicios similares a los que pueden brindar los centros como es su participación en

procesos de resolución alternativa de conflictos —así, mediación penal—. Todo ello

autoriza sostener que la experiencia de la Corporación de Asistencia Judicial y su relativa

amplia cobertura permitirían la implementación de las unidades de justicia vecinal.

Por su parte, las Municipalidades prestan diversos servicios a la comunidad, en algunos

casos similares a los que son propios de las unidades de justicia vecinal, por cuanto disponen

de unidades de mediación. Es cierto que ello no obedece a una política pública a nivel

nacional, pero pone de manifiesto que sí pueden asumirse. A ello debe agregarse la

importancia de las municipales para la comunidad, sobre todo en las ciudades más

pequeñas. En efecto, los servicios que prestan y los programas de asistencia son muy

valorados, por lo que puede sostenerse que el brindar atenciones de justicia, más aún por

problemas vecinales pueden ser bien acogidos.

Ahora bien, sin perjuicio de estimar que estas dos entidades deberían tener la dependencia

de las unidades de justicia vecinal, siendo las municipales las que tienen mayor potencial

por su cercanía con la ciudadanía, nos parece que si se quiere asumir el establecimiento de

los centros ciudadanos como una política pública es el Poder judicial el que debe adquirir

un papel preponderante. Se trata de una reforma profunda del sistema de justicia con la

instauración de los mecanismos alternativos de solución de conflictos. Al tratarse de un

cambio cultural significativo debe involucrarse un poder del Estado. La experiencia de las

reformas procesales son un ejemplo de cuán importante resulta el que se impliquen los

poderes del Estado en los cambios a la administración de justicia.

III. PROCEDIMIENTOS Y SOLUCIÓN DEL CONFLICTO

En este contexto, definir un procedimiento con tintes jurisdiccionales, parece ciertamente

un error. El proceso, como método de solución del conflicto debe estar reservado para

causas que cumplan con un umbral mínimo de complejidad, interés económico y discusión

jurídica elaborada.

31

En estos casos, los hechos suelen ser sencillos y diáfanamente aceptados por las partes. Por

lo tanto, no es necesario realizar indagaciones, ni operaciones que impliquen una

recopilación de fuentes de prueba necesarios para generar la convicción en ningún órgano.

En lo que, probablemente, habrá discrepancia es en la calificación del hecho como

vulnerador de algún tipo de regla de conducta.

Así las cosas, lo más indicado debe ser una solución colaborativa que permita poner en

armonía una situación que genera conflicto. Pero para enviar una señal importante a la

comunidad y a los participantes de los procedimientos de solución, se debiera revestir de

un ambiente de “juricidad” que consiga, junto con la participación de los actores principales,

dotar al acuerdo de un mejor cumplimiento.

Proponemos, entonces, que la Unidad tenga una composición multidisciplinaria, pero con

una preminencia jurídica que imponga condiciones de respeto a la norma jurídica. No se

trata de minimizar o invisibilizar otras ramas del saber que, con toda seguridad, van a lograr

el objetivo de poner fin al conflicto de mejor manera; sino que, por el contrario, la

preocupación del operador jurídico está en la fase de cumplimiento y seguimiento de los

acuerdos. De poco o nada sirve, obtener un compromiso de las partes por lograr un

consenso que, basado en la buena voluntad, se quiebre en poco tiempo.

Una de las claves que permite que los acuerdos judiciales se respeten es la solemnidad del

acto. Buen ejemplo de ello sería la conciliación en el ámbito laboral: en muchas ocasiones,

se prefiere que el empleador adquiera su compromiso de pago en cuotas que, incluso,

puede llegar a documentar en el mismo acto. Ello permite un alto grado de cumplimiento y

satisfacción de quienes, renunciando a parte de sus expectativas, aseguran una ejecución

rápida y pacífica.

El primer eslabón en la UJV debe ser un abogado. Como señalamos, una de las claves del

éxito en este tipo de procesos pasa por soslayar los problemas de cumplimiento y

seguimiento de los acuerdos. Se debe revestir al procedimiento completo de un halo de

juricidad que genere la sensación de “seriedad” del tratamiento del asunto.

32

Por otra parte, ese primer contacto ha de servir para observar si es que hay una transgresión

de alguna norma jurídica —incluso a nivel comunal— para informar de la vulneración,

efectos y consecuencias jurídicas derivadas del incumplimiento. En principio, lo más normal

es que acuda quien está sufriendo un perjuicio y, del mismo modo, necesita informársele

sobre si jurídicamente su petición tiene asidero, o por el contrario, la conducta vecinal que

describe está dentro de las normas de convivencia que nos rigen a todos.

Una vez correctamente asesorado y siempre que se consiga contar con la otra parte del

conflicto es el momento de evaluar el posible cauce de solución. En esta instancia, debiera

incorporarse a la propuesta de indicación de mecanismo de solución del conflicto un

profesional del área de las ciencias sociales que pueda evaluar las posibilidades de éxito de

un método con mayores dosis de autocomposición.

Pero, adicionalmente, habría que tender a ofrecer un abanico de posibilidades a las partes,

del estilo del multipuertas —multidoor—, que intente conseguir el mejor acuerdo ante el

escenario que se presenta.

Por ello, entonces, es importante que se cuente no solo con formación jurídica, sino con

algún área afín que pueda entregar mayores dosis de certeza acerca de qué posibilidades

de éxito se vislumbran, en función del tipo de método escogido.

Teniendo en cuenta que debe ser una decisión acompañada y asesorada, ha de poder

entregarse como fuentes de solución del conflicto distintas alternativas que sean elegidas

por las condiciones de arribo a buen término. Así las cosas, a lo menos un abogado y una

persona especializada en resolución del conflicto desde el punto de vista social, han de

consensuar cómo presentar las distintas alternativas recomendando la que, a su parecer,

conlleve mejores beneficios en el caso concreto.

Lo más idóneo es que se presenten como alternativas el arbitraje y la mediación.

Adicionalmente, se le ha de poder indicar a los participantes que, sin perjuicio de aquella

propuesta quedará disponible la vía ordinaria jurisdiccional: con sus ventajas e

inconvenientes. Especialmente, destacando las fortalezas de la primera opción en cuanto a

tiempo y costos que, sin duda, son su punto fuerte.

33

Entonces, en esta UJV, debe crearse una sección de arbitraje y otra de mediación. La sección

arbitraje debe estar gobernada por un procedimiento altamente desformalizado que,

solamente, guarde con celo las formas mínimas de notificación y posibilidad de defensa. En

este tipo procedimental, las partes por sí mismas, o incluso orientada cada parte por un

funcionario “defensor”, designado al efecto para este cometido, van a poder plantear su

conflicto en una forma más confrontacional y va a ser resuelto por un árbitro con una

esencia muy parecida a la de un juez.

La principal fortaleza de este sistema radicaría en la apariencia de juicio y solemnidad de

acto que han de irradiar una imagen tan potente que, sin duda, las partes quieran cumplir

los acuerdos voluntariamente, siempre. A su vez, efectivamente, la decisión será

equivalente a la de un juicio y, por tanto, gozará de mérito ejecutivo, solamente habrá que

solicitar el auxilio para el cumplimiento, en los casos en que se requiera de la facultad de

imperio de los tribunales.

Sin embargo, como decimos, por esta vía solamente debiesen solucionarse los asuntos más

conflictuales en que las partes no pueden llegar a ningún tipo de acuerdo, ni tan siquiera al

más mínimo, atendido a que su relación se encuentra completamente resquebrajada.

Restaría destacar, empero, que el papel del tercero imparcial debe estar a caballo entre un

juez pasivo que solamente espera la presentación e impulso de partes y un juez conciliador

que propone bases de arreglo y actúa indicando qué tan cerca o lejos se encuentran las

posiciones de su correlato con las normas jurídicas.

Como procedimiento estrella, la UJV debiese ofrecer la mediación, pero con dos

condiciones: la primera es obvia; la mediación debe poder ofrecerse en aquellos casos en

que las posiciones de los sujetos que participan los hace estar dispuestos a tomar cierto rol

protagónico y su objetivo, pasa por resolver el conflicto y no, solamente, satisfacer su

interés particular observando el castigo o perjuicio en el otro; la segunda condición, y

resulta bien importante, es que complementando al anterior, el arbitraje se pueda ofrecer,

para los casos en que se frustre el cumplimiento del acuerdo de mediación. Es decir, quien

incumpla o no ejecute un acuerdo ya adoptado y perfectamente paccionado deberá

34

someterse a un procedimiento arbitral que, con la inestimable ayuda de un tercero,

resuelva definitivamente y con posibilidad de ejecución la controversia sometida a su

conocimiento.

Como características de ambos sistemas los procedimientos deben contemplar una

tramitación desformalizada, ausente de lenguaje técnico, primando la autonomía de la

voluntad y la disposición sobre el objeto del conflicto. Solamente han de diferenciarse

claramente en el rol del tercero imparcial: en el caso de la mediación, el mediador ha de

permanecer con un papel pasivo y caracterizado por la facilitación de la comunicación; el

árbitro, por su parte, ha de preferir llegar a acuerdos conciliatorios, pero contemplando la

posibilidad real de llegar a una decisión que, finalmente, se imponga a los participantes.

La mediación, propiamente tal, debe desarrollarse de la misma forma que ya es conocida

entre nosotros, como por ejemplo en la jurisdicción de familia. En el caso del arbitraje se

deben contemplar fórmulas de corte anglosajón que permitan un contexto menos

jurisdiccional y rígido. Así, ese tercero imparcial, pero con formación jurídica, debe ser una

suerte de “evaluador neutral previo” que como perito jurídico pueda adelantar soluciones

de corte jurisdiccional.

Es probable que, para un correcto desarrollo de ambas funciones, se deba buscar una

nomenclatura especial que permita identificar de mejor manera los diferentes

procedimientos de solución. Sin embargo, tampoco desecharíamos esta tradicional forma

de designar —mediación y arbitraje— pues su impronta parece más sencilla y arraigada

entre nosotros.

Finalmente, proponemos que ese arbitraje contemple una fase de discusión, un primer

llamado a conciliación, un periodo de recesión para la reflexión, para concluir con una

segunda audiencia de rediscusión, segunda conciliación y decisión del asunto.

35

V. DIAGRAMA SOBRE EL PROBLEMA VECINAL

Fuente: Elaboración propia.

Problema vecinal

Unidad de Justicia Vecinal

Primer eslabón: abogado

Segundo eslabón:

evaluación multidisciplinar

Mediación (sujeta a dos condiciones)

Debe ofrecerse a sujetos

dispuestos a participar en el proceso y cuyo

interés principal sea la resolución

del conflicto.

Que se permita el arbitraje en caso

de mediación frustrada.

Arbitraje (reservados a

casos conflictuales)

Primera fase de discusión

Primer llamado a conciliación

Periodo de recesión para la reflexión

Segunda audiencia de rediscusión

Segundo llamado a conciliación

Decisión del asunto

Vía jurisdiccional (adviertiendo a las partes su elevado

costo)

36

VI. PROBLEMAS, SOLUCIONES Y ACCIONES: CUADRO RESUMEN

Problemas Soluciones Acciones

Acceso a la Justicia de las

“pequeñas causas”

Búsqueda de herramientas

para proveer Justicia

Creación de Unidades de

Justicia Vecinal

Naturaleza especial de las

materias en disputa

(relaciones vecinales)

Tratamiento adecuado:

busca de métodos

colaborativos

Aplicación de

procedimientos que

prefieran técnicas de MASC

Congestión de los tribunales

de Justicia e imposibilidad

de absoluta respuesta

Uso de alternativas a la

Justicia tradicional

Adquisición competencial

de causas “vecinales” por

UJV

Problemas de convivencia

vecinal

Uso intensivo de

herramientas

autocompositivas

Estimulación de acuerdos a

través de mecanismos de

mediación o arbitraje

Incardinación de las UJV Determinar la conveniencia

de dependencia

Estudios de factibilidad que

conduzcan a un Proyecto de

Ley

Deficitaria respuesta de la

Justicita tradicional

Fomento de fórmulas

alternativas de composición

Fomento de la derivación de

causas a las UJV

Ineficacia del resultado

obtenido por “juicio

ordinario”

Resolución del conflicto por

procedimientos

alternativos

Recomendación del uso de

la mediación o del arbitraje

según convenga

Desconocimiento y

desconfianza de los MASC

Comunicación

comprensible de los MASC

Campañas de difusión sobre

las fortalezas del sistema

Falta de capacitación de los

operadores de resolución

de conflictos

Mejoramiento de las

capacidades de las personas

que operan en el sistema

Capacitaciones al personal

que integre las UJV

Formalismo de los sistemas

tradicionales de resolución

de conflictos

Desformalización de

procedimientos

Implementación de un

sistema menos regulado

que fomenta los MASC

Uso de lenguaje técnico de

escasa comprensión común

Simplificar el tecnicismo

jurídico en la

autocomposición

Capacitación de los

operadores del sistema

37

CAPÍTULO III

ARBITRAJE10

10 Este capítulo fue preparado por la profesora María Fernanda Vásquez Palma, Abogada, Doctora en Derecho. Profesora de Derecho Privado, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Universidad de Talca. Correo: [email protected], y por Ignacio Ramírez San Martín, abogado asistente del Proyecto Anillo MASC CHILE (SOC1406) de la Universidad de Talca.

38

I. ALCANCES RESPECTO DEL ARBITRAJE EN CHILE

Una de las materias que el Proyecto Anillo MASC CHILE se ha abocado a estudiar en

profundidad en el área del Derecho civil patrimonial es el arbitraje como método alternativo

de solución de conflictos.

De los estudios dogmáticos y variados seminarios y congresos que se han efectuado para

analizar este ámbito, se han identificado algunos problemas que irradian todo el sistema

legal de arbitraje interno en Chile.

Los problemas detectados a priori en materia de arbitraje interno son los siguientes:

a. Normas anacrónicas contenidas en dos códigos procesales

b. Ausencia de regulación del contrato arbitral: piedra angular del arbitraje

c. Ausencia de regulación de una serie de materias: por ejemplo, inhabilidades del

árbitro, arbitraje institucional, medidas cautelares

d. Existencia de arbitraje forzoso

e. Un mal ejercicio normativo del sistema recursivo

f. Confusión sobre la naturaleza de la institución arbitral a raíz de las normas existentes

y de los vacíos generados.

Concordante con el diagnóstico anterior, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, en

virtud del Convenio de Cooperación Académica que ha suscrito con la Universidad de Talca,

ha informado que se encuentra abordando el estudio del arbitraje desde una triple

perspectiva: realizar un nuevo marco normativo para el arbitraje interno en aras de su

modernización, consagrando los principios del arbitraje comercial internacional y

eliminación del arbitraje forzoso. Por otra parte, crear una nueva regulación procedimental

para la partición y liquidación de comunidades. Finalmente, crear un incentivo o mecanismo

gratuito de arbitraje como un mecanismo de solución de conflictos en temas vecinales,

comunitarios o de pequeña cuantía, que hoy no acceden al sistema de justicia.

La solución a estos planteamientos, de manera evidente, la constituye una nueva regulación

del arbitraje en Chile. Ciertamente, debemos destacar que el Ministerio de Justicia en años

39

anteriores tuvo en su agenda legislativa la iniciación de un proyecto de ley sobre la materia,

al cual nos referiremos brevemente en los siguientes párrafos.

Este propósito se enmarcó en torno al Proyecto de Ley sobre Modernización de la justicia

civil y comercial (Proyecto de Nuevo Código Procesal Civil, Boletín 8197-07). Para ello, se

constituyó una Comisión de Expertos que se reunió semanalmente durante el año 2013

conformada por los profesores: Alejandro Romero, Cristian Maturana, Jaime Yrarrázabal,

Elina Mereminskaya, Andres Jana y M. Fernanda Vásquez Palma. Dicha Comisión redactó

un texto que sintonizaba con los principios del arbitraje internacional, y los principios

procesales que inspiran el Proyecto que establece el nuevo Código Procesal Civil, tal como

habíamos mencionado. El proyecto generó alto consenso académico y jurídico.

Los objetivos del proyecto de ley sobre arbitraje nacional fueron los siguientes:

a. Actualizar la legislación chilena relativa al arbitraje

b. Establecer un sistema de justicia arbitral coherente con los principios que informan

el proceso de Reforma Procesal Civil

c. Fortalecimiento del arbitraje institucional

d. Consagración del principio de autonomía de la voluntad

e. Eliminación de los casos de arbitraje forzoso en el Código Orgánico de Tribunales

(COT)

f. Establecimiento de un sistema recursivo más acorde a la institución arbitral.

Lamentablemente, el proyecto de ley no se presentó al Congreso Nacional, resultando

imperante una reforma legal en este ámbito, con especial énfasis en las problemáticas

apuntadas por la Secretaría de Estado en el Convenio en comento.

A continuación, nos abocaremos al análisis, por separado, de estos puntos.

II. EL ARBITRAJE OBLIGATORIO COMO OBSTÁCULO AL ACCESO A LA JUSTICIA

40

En la actualidad, el arbitraje en Chile detenta el carácter de obligatorio en nuestra

legislación para algunas materias, de acuerdo a lo prescrito en el Código Orgánico de

Tribunales vigente.

El destacado académico, Eduardo Jequier, nos advierte que la existencia de un arbitraje

obligatorio en el Derecho chileno tiene una explicación histórica, en donde identifica dos

órdenes jurídicos de los cuales emana su raíz.

Precisa que “[e]l arbitraje forzoso se origina en España en la legislación medieval castellana

del siglo XIII –Código de las Siete Partidas–, la que se aplicó en Chile hasta la dictación del

Código de Comercio de 1865, la ley procesal de 1875 y finalmente el COT. En Francia, por

su parte, el arbitraje obligatorio se encuentra ya en normativas de los siglos XVI y XVII y

especialmente en las ordenanzas del ministro Colbert, las que fueron recogidas

posteriormente por el Código de Comercio napoleónico de 1807, que influyó también en el

C. de Com. chileno de 1865”11.

En consecuencia, el origen de esta obligatoriedad consagrada en nuestro Código Orgánico

de Tribunales se remonta a la LOT del año 1875 que incluyó en el artículo 176 (actual 227

del COT) los casos de arbitraje forzoso a que este Código se refiere.

Estas normas, de antigua data, exigen una urgente revisión con miras a que el arbitraje sea

un método alternativo accesible para los justiciables que nazca precisamente de la

autonomía de su voluntad, no siendo impuesto por la ley.

Tal como nos señala Jequier: “[e]l arbitraje, como mecanismo alternativo de resolución de

conflictos, se funda desde sus más remotos orígenes históricos en la libertad y en la

autonomía de la voluntad. La libertad en que se funda el arbitraje constituye además un

derecho fundamental de la persona humana, reconocido expresamente en la Constitución

Política de 1980”.

11 JEQUIER, Eduardo (2015): “Antecedentes histórico-jurídicos del arbitraje interno en Chile. Planteamientos para una revisión estructural impostergable”, en Revista Ius et Praxis, Año 21, N°2, p. 21.

41

En Chile, la validez de este principio se pone en jaque en su marco legislativo, a partir de

diferentes sectores. En efecto, si bien en Chile la autonomía de la voluntad descansa en

principios fundamentales reconocidos constitucionalmente, su consagración efectiva en

relación al arbitraje interno presenta una situación dispar, pues aun cuando las partes

tienen por regla general libertad para someterse a un arbitraje (Art. 228 COT), nombrar al

tribunal arbitral (Art. 222, 223, 224, 231, 232, 233 COT), terminar el compromiso (Art. 240),

renunciar a ciertos recursos (Art. 239 COT), este principio se ve limitado en un punto crucial

ya que el legislador impone un sometimiento obligatorio del arbitraje respecto de

determinadas materias (Art. 227 COT) .

El arbitraje obligatorio no sólo no se condice con la esencia del instituto arbitral, sino que

atenta además contra el principio constitucional consagrado en el Art. 19 N°3 de la Carta

Política chilena donde se asegura “La igual protección de la ley en el ejercicio de sus

derechos”, dado que el derecho de “elegir” someter una determinada controversia a

arbitraje se ve alterado arbitraria e injustamente, al imposibilitar que las partes puedan

acudir a los tribunales ordinarios y/o especiales. Esta limitación es arbitraria, porque no

existe ninguna justificación en su instauración más allá del querer legislativo inspirado por

una política pública tendiente a la descongestión administrativa de la justicia ordinaria, de

hecho la integración de la citada norma obedece sólo a un criterio azaroso y coyuntural, ni

siquiera es posible advertir algún estudio que diera cuenta de la conveniencia de la

instauración de esta modalidad y, más aún, si aquellas materias eran las adecuadas para las

finalidades perseguidas, no se aprecia en su configuración ninguna razón lógica, lo que

evidencia aún más su desacierto. A mayor abundamiento, debemos recordar que el

principio de autonomía de la voluntad sólo puede ser limitado por razones de orden público,

lo que implica que si dicha limitación no obedece o se basa en este carácter, como en el

caso ocurre, aquella se vuelve completamente injustificada y atentatoria de éste y otros

principios fundamentales. Esta situación provoca una notoria injusticia, por cuanto, en pos

del querer lograr una administración judicial más ágil para algunos, se perturba a otras

personas lesionando su legítimo derecho a brindarse una justicia estatal gratuita,

conculcándose con ello el Derecho de propiedad al imponer a las partes el deber de pagar

42

una suma de dinero por la solución de sus controversias, situación que genera a lo menos

un desequilibrio económico injustificado12.

Es en virtud de ello que se mira favorablemente una reforma legislativa que elimine el

arbitraje obligatorio para todo tipo de materias, e incluso más, que establezca un nuevo

marco legal en torno al arbitraje interno, tal como se intentó en el año 2013 con la

formulación de un proyecto de ley en la materia, el que finalmente se abandonó.

Consecuencialmente, deberá establecerse una regulación procedimental para la partición

y liquidación de comunidades, partiendo de la base del anteproyecto de Ley sobre

Liquidación de Comunidades y Juicio de Partición, preparado por el Ministerio de Justicia

en años anteriores. Sobre esta materia, cabe hacer presente que existe un elevado número

de conflictos sobre partición que no han podido resolverse a causa de esta obligatoriedad,

pues en muchos casos, las partes carecen de los recursos económicos para ello.

III. EL ARBITRAJE COMO MASC EN TEMAS VECINALES, COMUNITARIOS O DE PEQUEÑA

CUANTÍA

En la Encuesta de Conflictividad Vecinal y/o Comunitaria (2013), a la cual ya nos hemos

referido en el Capítulo I sobre Juzgados de Policía Local, los entrevistados tuvieron

posibilidad de responder a preguntas vinculadas a mecanismos alternativos de solución de

conflictos, particularmente, en lo que se refiere a arbitraje.

Respecto al grado de conocimiento de este mecanismo frente a la pregunta: “¿Ha

escuchado usted hablar de arbitraje para conflictos?”, la respuesta arrojó los siguientes

resultados:

12 Vásquez Palma, M. Fernanda. Arbitraje e Chile. Análisis crítico de su normativa y jurisprudencia. Ed. Legal Publishing, 2° Ed., 2011.

43

Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta de Conflictividad Vecinal y/o Comunitaria (2013)

Podemos ver que es mayor el porcentaje de personas que no conoce el arbitraje (56%) en

consideración al total nacional de encuestados13.

Este estudio también indagó en la disposición que hay en los hogares para asistir a

instancias voluntarias para resolver problemas, los cuales declararon en un 44% estar

dispuestos a ello y un 23% están muy dispuestos. Por el contrario, un 11% declaró estar

nada dispuesto y en el mismo porcentaje, estar poco dispuesto. Tal como concluye el

estudio “[l]a disposición que hay en los hogares para asistir a instancias de participación

voluntaria para resolver los problemas es buena – un 67% manifiesta clara disposición para

asistir- pero se esperaría que podría ser mayor”14.

Respecto del arbitraje en particular, se consultó a los entrevistados si frente a diversas

materias que se precisaron en la encuesta, estaría dispuesto a recurrir a este tipo instancia,

y los resultaron arrojaron que “[e]n el caso de la disposición existente a recurrir a instancias

de arbitraje para solucionar un conflicto, no hay un tipo de problema en particular que

13 Cabe señalar que en la pregunta se hizo una introducción del siguiente tenor: “El arbitraje es un procedimiento por el cual se somete un problema o conflicto a un árbitro que dicta una decisión sobre el tema, la decisión que se tome es obligatoria para las partes. Al escoger el arbitraje, las partes optan por un procedimiento privado de solución de controversias en lugar de acudir ante los tribunales”. 14 Informe Final, Encuesta de Conflictividad Vecinal y/o Comunitaria (2013), p. 53.

56%

42%

2%

Gráfico 7: ¿Ha escuchado Ud. hablar de arbitraje para conflictos?

No

NS/NR

44

concentre una mayor disposición significativa en relación al resto, sino más bien son varios

tipos de problemas y/o conflictos que en torno al 12% y 15% de la muestra presentan

disposición de asistencia al arbitraje, entre los que destacan los siguientes: “Amenazas

entre Ud. y sus vecinos” y “Basura o falta de aseo en calles y veredas” ambos con un 16%,

“Problemas entre propiedades” con un 15% y “Daños a la propiedad entre Ud. y sus

vecinos” con un 14%. Ahora respecto de quienes señalan que ante ningún tipo de problema

y/o conflicto recurrirían a instancias de arbitraje estos representan el 29% de la muestra”15.

Cabe señalar que este último antecedente se debe contraponer a lo señalado frente a la

misma hipótesis, pero para el caso de acudir a una instancia de conciliación o mediación, o

de índole judicial, en donde los porcentajes de rechazo son de 24% en ambos casos.16

En este sentido, se observa favorablemente la implementación de instancias de arbitraje en

las Unidades de Justicia Vecinal (UJV) a las que nos hemos referido en el capítulo anterior,

toda vez que resulta necesario implementar este mecanismo de solución de conflictos de

forma accesible para los justiciables, que sea siempre de carácter voluntario y gratuito, de

manera de no mermar las posibilidades de las partes en conflicto de poder someter a una

solución los problemas que los aquejan, de forma oportuna y mediante un procedimiento

sencillo y de fácil comprensión.

En general, la propuesta de Reglamento arbitral para jueces árbitros de los pilotos UJV

comunales, establece una audiencia para firmar un acuerdo arbitral, designación de juez

árbitro, y luego la aceptación del cargo. Se establece que las partes deben ser mayores de

edad y tener la libre administración de sus bienes, cuando en realidad debiera aludirse a la

libre disposición de los derechos sometidos al litigio.

El juez árbitro siempre podrá proponer bases de arreglos, tomando en consideración la

naturaleza del conflicto, lo argumentado por las partes, sus necesidades e intereses.

En cuanto al procedimiento, se establece la oralidad, la desformalización, bilateralidad de

la audiencia, y la inmediación. Se establece la comparecencia personal de las partes, sin

15 Informe Final, Encuesta de Conflictividad Vecinal y/o Comunitaria (2013), p. 55. 16 Informe Final, Encuesta de Conflictividad Vecinal y/o Comunitaria (2013), pp. 54-56.

45

necesidad de un abogado, en dicho caso, se podrá solicitar a la Corporación de Asistencia

Judicial u otra entidad, en caso que lo estime necesario y sea procedente.

Se plantea un rol activo del juez árbitro para impulsar el procedimiento, libertad de prueba

y valoración de la misma según las reglas de la sana crítica. El juez deberá fundamentar el

laudo, si bien no se establece expresamente, se entiende que se trata de un árbitro

arbitrador. En contra de la sentencia no procederá recurso alguno, con la excepción del

recurso de queja. En este punto se advierte un vacío y una contradicción. En el primer caso,

consideramos que debiera establecerse una acción de nulidad que brinde garantía a las

partes con causales muy acotadas y, por otra parte, el recurso de queja debiera ser

eliminado.

IV. PROBLEMAS, SOLUCIONES Y ACCIONES: CUADRO RESUMEN

Problemas Soluciones Acciones

Establecimiento del arbitraje obligatorio para ciertas materias.

- Construccion de un nuevo marco legal sobre arbitraje interno. - Eliminación de todo arbitraje forzoso. - Regulación legal de la liquidación de comunidades y juicio de partición, entregando competencia a tribunales ordinarios.

- Reforma legal, estableciendo un cuerpo normativo unificador de todas las materias de arbitraje interno, entre ellas, las materias de arbitraje obligatorio.

Conflictos comunitarios, vecinales y de pequeña cuantía no cuentan con una respuesta adecuada y oportuna del sistema de justicia.

- Creación de Unidades de Justicia Vecinal - Información y difusión a la comunidad sobre utilización de mecanismos alternativos de solución de conflictos.

- Reforma legal en torno al arbitraje en materia de pequeñas causas, vecinales y comunitarias. - Implementación de programas Piloto de Unidades de Justicia Vecinal supervisadas por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.

46

CAPÍTULO IV

GOBIERNO JUDICIAL17

17 Este capítulo fue preparado por el profesor Jordi Delgado Castro, Abogado, Doctor en Derecho. Profesor de Derecho Procesal, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad de Talca. Correo: [email protected], y por el profesor Cristian Contreras Rojas, Abogado, Doctor en Derecho. Profesor de Derecho Procesal, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Universidad de Talca. Correo: [email protected]

47

I. INTRODUCCIÓN: JUSTIFICACIÓN DE UN GOBIERNO JUDICIAL

Por Gobierno Judicial solemos comprender a un ente que, dentro del Poder Judicial y en

forma diferenciada –ojalá–, desarrolle las funciones administrativas propias del servicio que

presta la Administración de Justicia a lo largo del país. Tradicionalmente, en Chile hemos

entendido que se trata de las llamadas atribuciones o facultades conexas de los tribunales

que comprenden las facultades conservadoras, económicas y disciplinarias. Estas funciones

en conjunto con otras que han ido detectándose (por ejemplo, la formación de Jueces que

se ejerce mediante la Academia Judicial) están insuficientemente reguladas y el tránsito

hacia una Justicia de primer nivel exige, también, una adecuación de los protocolos y

órganos que han de dirigir las políticas y la vida administrativa del Poder Judicial.

Uno de los temas más importantes en la discusión de la mejora de los sistemas judiciales,

en todo el mundo, pasa por la correcta definición y desarrollo de un ente que dirija las

acciones tendientes a mejorar la independencia judicial mediante un órgano propio de

gobierno judicial que permita la autonomía y funcionalidad administrativa, conducente a

una autogestión moderna y especializada del Poder Judicial18.

Sin duda, más allá de la función constitucionalmente consagrada que entrega la obligación

de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, es necesario revisar y actualizar la normativa legal

vigente para permitir un adecuado mecanismo que le permita a la Corte Suprema cumplir

con el mandato constitucional sobre la superintendencia directiva, correccional y

económica de todos los tribunales de la nación.

La premisa básica que ha de imperar en el diseño de este desafío pasa por reforzar la

independencia de este poder del Estado. Una correcta lectura del marco de ejecución

implica, necesariamente, robustecer la autonomía del Poder Judicial en aras a una mejor

gestión y una separación absoluta de poderes que permita conformar una función

jurisdiccional libre de interferencias de los otros poderes del Estado.

18 En este sentido, es especialmente destacable la VI Cumbre Iberoamericana de Cortes Supremas y Tribunales Supremos de Justicia, celebrada en Canarias en 2001.

48

Por otra parte, no es razonable que los jueces –las mejores cabezas de la magistratura en el

caso de la Corte Suprema– deban compaginar su actividad propiamente jurisdiccional con

otras labores de carácter administrativo de tanta relevancia. Es una tarea importante que,

lejos de la minimización de la misma, conduce a un esfuerzo organizativo de envergadura.

Por tanto, es imprescindible contar con un órgano permanente que resuelva contingencias,

genere políticas de desarrollo y monitoree su implementación y, adicionalmente, se ocupe

–al menos en gran parte– de las que hoy se conocen como atribuciones conexas

(conservadoras, correccionales y económicas).

El único camino viable para una optimización considerable del funcionamiento del ente

jurisdiccional exige de una especialización en las funciones de gobierno y administración

que, conservando la relación con quienes desempeñan la función jurisdiccional, se oriente

a la constante autoevaluación y planificación de acciones que sitúen a la función de

gobernanza y administrativa en el sitial que se merece.

II. PROBLEMAS EN EL MODELO ACTUAL

El primer problema, que parece presentarse en forma evidente, es la excesiva

concentración de poder. En efecto, lejos de sentirse algún grado de participación

democrática, lo cierto es que la Corte Suprema concentra las funciones jurisdiccionales y

organizacionales de forma que, prácticamente, todo está bajo su mismo control19. Esta

forma de estructurarse no permite una participación de los jueces de a pie quienes, en

mejor contacto con el ciudadano, pudieran tener razones más que suficientes para

proponer y perfeccionar el diseño de políticas de mejoramiento del servicio judicial.

Junto con aquello, inevitablemente, se puede realizar una peligrosa (especulación) relación

entre las funciones de corte más bien administrativo, con las propiamente jurisdiccionales.

Deben ser ámbitos necesariamente diferenciados, pero un diseño tan unitario como el

actual, puede llevar al riesgo de confusión de los ámbitos de actuación. Entonces, otro

19 Bordalí, Andrés (2014): Propuestas para un nuevo gobierno judicial, en: Cuadernillos Hemiciclo (N° 12), p. 47: “Si tenemos una Corte Suprema que es por una parte Corte de casación y por otra el órgano de gobierno o administración del Poder Judicial, se tiende necesariamente a una reducción de la independencia de los jueces inferiores”.

49

modelo de gobierno, también permitiría incrementar la independencia interna del Poder

Judicial, en tanto los superiores jerárquicos no serían, necesariamente, las mismas personas

que resuelven los recursos jurisdiccionales20.

Adicionalmente, la estructura actual no permite gozar de los contrapesos necesarios para

obtener mayores grados de probidad, transparencia, igualdad y, en definitiva,

independencia. La acción del juez de base debe estar desprovista de otros intereses, que no

sean, los propios de la función jurisdiccional, como lo es juzgar. No debe haber seguimiento

de una línea jurisprudencial basada en externalidades distintas a los hechos en el proceso

pues, lo contrario, desnaturaliza nuestro sistema completo, inspirado en la defensa del caso

particular.

La falta de participación en la generación de los instrumentos de evaluación y la aplicación

de los mismos, también es una crítica que ha sido objeto de constatación21 y que, en

realidad, no permite desarrollar con auténticas posibilidades una carrera de mérito dentro

del Poder Judicial. Un juez debiera ser bueno según los criterios objetivizados al máximo,

que los propios miembros del Poder Judicial, en su conjunto, se reconozcan para sí. Tanto

la creación de categorías de evaluación, como su aplicación, enjuiciamiento y posibles

consecuencias debiesen estar inspiradas en la forma de desempeño del trabajo, más que

en el criterio jurídico. Hoy en día es difícil saber qué aplicación práctica tienen las

evaluaciones y qué criterios se emplean para realizar unas u otras calificaciones.

En última instancia hemos podido asistir a eventos llamativos que ameritan una reflexión.

Quizá sea una cuestión meramente ética, pero hay actitudes que generan desconfianza

entre quienes deben acudir a recibir Justicia a los tribunales del país: Baste citar el caso del

magistrado José Ignacio Rau quien destacó por su excéntrica vestimenta en el bullado caso

del asesinato del matrimonio Luchsinger-Mackay; o el de la jueza Karina Luna quien

concurrió a su labor en el juzgado de Bulnes acompañada de su perro. Ni en un Poder

20 Son muchas las esferas en que puede haber interferencias por la trascendencia de las materias: designación, sanciones, promoción, presupuesto, etc. 21 Flores, Álvaro (2005): Gobierno Judicial: El caso chileno la reforma olvidada, en: Revista Estudios de la Justicia (Nº6), pp. 127-145.

50

Judicial tan, aparentemente, verticalizado hemos detectado medidas que tiendan a la

corrección de estos hechos que, a lo menos, pueden ser tildados de extraños por el

ciudadano.

Las reformas a los procesos en nuestro país han acarreado cambios en los procedimientos

y en algunas parcelas de la gestión administrativa22. Pero parece que no es suficiente una

reforma parcial que, todavía, respete el principio de la concentración absoluta en la Corte

Suprema.

Pero antes de enunciar las posibles vías de solución o modelos, hay que tener presente que,

en cualquier caso, lo más aconsejable es mantenerse lo más alejado posible de los otros

Poderes del Estado. La influencia “política” en cualquier ámbito, que exceda de lo

meramente formal, como puede ser la simple ratificación de un nombramiento, determina

que los jueces no sean absolutamente independientes y que, en su papel de aplicadores de

las distintas normas, se sientan obligados a retribuir a quienes les ayudaron a estar en el

cargo.

III. BREVE DESCRIPCIÓN DE MODELOS

Habitualmente, se suelen destacar algunas “marcas” de los modelos de Derecho

comparado, a la vez que se reconoce la imposibilidad de llegar a un sistema perfecto. En

este entendido, probablemente, Chile pueda apostar por alguna mejora y con los años

deban ir haciéndose los ajustes necesarios.

En general, se suele destacar una injerencia de los otros Poderes del Estado en el

nombramiento (así en Alemania, España y Francia) a cambio de reconocer y garantizar la

inamovilidad. También se destaca la focalización en políticas que promuevan la

22 Nos referimos a los avances generados en el sistema de separación de la función administrativa y la judicial establecido a partir de la creación de los Juzgados de Garantía y Tribunal de Juicio Oral en lo Penal (replicada en los Tribunales de Familia y Juzgados de Letras del Trabajo) con la incorporación de los administradores del tribunal y las diferentes unidades de apoyo. También, en esta misma línea, debe destacarse el papel de la Corporación Administrativa del Poder Judicial.

51

meritocracia, pero incluso en los países con jueces elegidos (EE.UU.), el principal problema

que se señala es cómo garantizar la independencia.

En los modelos de corte continental la influencia francesa determinó que las funciones

administrativas fueran parte del Ministerio de Justicia, sin embargo, esa dependencia unida

a presiones políticas e interferencias inherentes a intereses distintos, determinó presiones

intolerables y estableció la necesidad de fomentar fórmulas de autogobierno sin

intervenciones externas al propio poder judicial23.

Bordalí24 nos explica que en el mundo existen, básicamente, dos sistemas: el de la

Conferencia Judicial (más de corte anglosajón) y el del Consejo de la Judicatura (que sería

el continental). En la Conferencia Judicial de EE. UU., el Presidente de la Corte Suprema

(Chief justice) y solamente jueces –presidentes de Cortes de Apelaciones y presidente de la

Corte Internacional de Comercio, y un juez de distrito por cada circuito judicial– son los

encargados de los aspectos administrativos de la Justicia, excluyendo el nombramiento de

los jueces. Entonces, sus funciones se dirigen a la gestión administrativa, levantamiento de

información del desempeño judicial y la fiscalización del entramado de los tribunales.

El sistema del Consejo de la Judicatura, todavía siguiendo a Bordalí, se pensó como forma

de impulsar el autogobierno y la independencia, en especial del Ejecutivo, tras el fin de la

Segunda Guerra Mundial. Tanto en España como en Italia, los resultados tampoco han sido

perfectos, en tanto que participan los gobiernos de cada nación en los nombramientos de

los Consejos de la Magistratura o Consejo General del Poder Judicial. Quizá distingue a los

modelos italiano, francés y estadounidense la posibilidad de elección directa por parte de

los propios jueces, cosa que en el caso español no sucede. En Alemania, por su parte, el

gobierno está designado por el Tribunal Supremo25.

Como sea, ese Consejo de la Judicatura debiese ser exclusivamente conformado por jueces;

debe desarrollar funciones meramente administrativas –lejos de las jurisdiccionales– y

23 Montero, Juan (1990): Independencia y responsabilidad del juez, Madrid, Civitas. 24 Bordalí, Andrés (2016): Derecho Jurisdiccional, Valdivia, Derecho Austral, pp. 142-145. 25 Nieva, Jordi (2014): Derecho Procesal I. Introducción, Madrid, Marcial Pons.

52

suele existir algún tipo de relación con el Ministerio de Justicia quien debe ejercer algún

tipo de comunicación (control) que permita tener una opinión externa que sirva de límite a

un poder absoluto.

IV. POSIBLES SOLUCIONES

Probablemente, una tarea tan compleja como la de dirigir los designios administrativos y

funcionales del Poder Judicial, no tenga una respuesta única, sencilla y acabada.

Seguramente todos los modelos tienen una tendencia hacia la “hibridización” en tanto esta

permite ir acogiendo las mejores características de cada experiencia comparada.

La separación de funciones, como el principal problema esbozado, pasa por dejar a la Corte

Suprema concentrada en su labor como Corte de casación y crear un órgano que se

encargue de los temas administrativos y de gobierno judicial. El diseño concreto ha de

evaluar una triple coyuntura, puesto que la integración puede ser: a) solo por jueces, b) solo

por funcionarios designados por el poder político, o c) mixto.

En este contexto, lo más adecuado, parece ser la propuesta de un sistema de mérito y

capacidad que determine criterios objetivos de acceso a un pequeño órgano que discuta las

políticas concernientes al gobierno judicial. En este órgano podría participar como

presidente, con voto dirimente, el Presidente de la Corte Suprema, con el objetivo de ser el

equilibrio perfecto para representar a la Corte Suprema y sus valores más bien

jurisdiccionales. Pero debiera ser un órgano que sesione regularmente y que no dependa

del poder del Presidente para funcionar regularmente. De nada sirve un órgano que, por

ejemplo, no sea convocado para no avanzar en temas que no sean de interés de su

Presidente.

Por otra parte, este órgano de gobierno debe ser reducido en su composición y

representativo de los distintos factores que conviven en nuestra realidad orgánica. De este

modo, se debe nutrir de una importante distinción de las regiones, así como de los jueces

comunes y distintos letrados. Realmente, el órgano de gobierno debe transmitir

profusamente el sentimiento de la mayoría de jueces que trabaja en el Poder Judicial y, al

contrario de lo que pudiera parecer más correcto con la verticalidad, representar

53

adecuadamente (con cuotas de personajes importantes) a los jueces que comienzan su

carrera judicial.

Además, sería bueno que a ese órgano se incorporasen “invitados”, como una suerte de

consejeros externos, que pudiesen dar una opinión técnica y desprovista de otros intereses

de corte político, o de reivindicación propia de un grupo determinado de jueces. La

participación externa nutre de ideas y, de algún modo, logra fiscalizar, vigilar y exigir una

mayor cuota de justificación de quienes elevan propuestas en un órgano de gobierno.

Pero salvo la participación del Presidente, que debiera estar prestablecida por el hecho

objetivo de serlo, los demás cargos, incluso los externos debiesen estar compuestos por

personajes que accedan por concurso que evalúe mérito y capacidad. El principio de la

autogeneración, sin duda, debe ser más fuerte en estos supuestos y, en la medida que los

intereses son particularmente relacionados con el funcionamiento del Poder Judicial se ha

de tratar de minimizar la injerencia de otros poderes del Estado.

Es sencillo comprender que en el nombramiento de determinados sujetos del Poder

Judicial, participen otros poderes del Estado. Efectivamente, no deja de resultar oportuno

que haya una fiscalización del legislativo o del ejecutivo cuando se va a nombrar un titular

de una función pública que nos afecta a todos en forma directa. Pero en el caso del órgano

de gobierno del Poder Judicial, la cuota de control externo debe venir dada por alguien,

ojalá del mundo privado, que tenga una mirada más eficientista y de gestión que no de

otros intereses propios de los colores políticos.

La incorporación de los otros poderes del Estado no hace sino convertir al Poder Judicial en

una suerte de caja de resonancia de los otros poderes que pueden llegar a pausar los

tiempos de gobierno y agendas propias del Poder Judicial que, en rigor, no debiera estar en

relación con otros intereses del país26.

26 La autonomía del Poder Judicial responde a una concepción política de no superioridad de un poder sobre otro, sino de igualación, dentro del marco de actuación que a cada uno señala la Constitución (Montero, Juan (2014): Derecho Jurisdiccional I. Parte General, Valencia, Tirant lo Blanch, pp. 128-129.

54

V. PROBLEMAS, SOLUCIONES Y ACCIONES: CUADRO RESUMEN

Problemas Soluciones Acciones

Indefinición del concepto

Gobierno Judicial

Delimitación de las

funciones y características

del concepto

Estimulación de estudios

dogmáticos

Mejora de los índices de

independencia judicial

Dotar de mayores dosis de

autogobierno al Poder

Judicial

Generar espacios (leyes)

que permitan mayores

cuotas de autorregulación

Los “mejores jueces”

dedicados a funciones

administrativas

Crear y desarrollar un

órgano especializado en la

materia

Legislar a favor de una

nueva forma de Gobierno

Judicial

Concentración de funciones Desconcentrar las funciones

administrativas

Implementar un nuevo

sistema de Gobierno

Judicial

Falta de participación de los

jueces del primer grado

Democratizar el órgano de

Gobierno Judicial

Asegurar cuotas de

representación por

estamento y territorio

Confusión entre actividad

jurisdiccional y

administrativa

Separación de funciones Delimitar las funciones de

cada ente

Problemas de

independencia interna

asociados al ejercicio

jurisdiccional

Evitar la evaluación del

superior jerárquico

jurisdiccional

Determinar una estructura

que impida que quienes

realizan funciones de

gobierno compaginen

actividad propiamente

jurisdiccional

Ausencia de instrumentos

de evaluación óptimos

Mejoramiento de los

instrumentos de evaluación

Generar Comisión con

objetivo de revisión y

propuesta de los

instrumentos

Influencia “política” en

Gobierno Judicial

Evitar interferencias de

otros poderes del Estado

Establecer una política de

separación absoluta

Excesiva autonomía del

Poder Judicial

Establecer mecanismos de

control

Diseñar una composición

mixta del órgano de

gobierno sin injerencia de

otros poderes

55

ANEXOS

56

INFORME DEL SEMINARIO “DESAFÍOS DE LA JUSTICIA LOCAL, PRESENTE Y FUTURO”

(TALCA, 30 Y 31 DE AGOSTO DE 2017)27

1.- Competencia de los Juzgados de Policía Local

Reseña. La competencia de los Juzgados de Policía Local se caracteriza actualmente por

versar sobre variadas materias que le encomiendan diversos cuerpos legales. Es la llamada

“competencia residual”, que mantiene a estos juzgados en una renovación constante de

materias a conocer. Dicho fenómeno genera tanto una competencia dispersa como la

incapacidad de los juzgados para poder trabajar de manera correcta, debido a una

insuficiencia económica, una latente escasez de funcionarios, jueces con pocas facultades

dentro del procedimiento, entre otras razones.

Los tópicos abordados en el seminario fueron los siguientes:

a) Competencia compleja de carácter residual. La competencia de los Juzgados de

Policía Local se considera una competencia compleja por su carácter residual. Varias

las leyes que regulan una materia en específico (ley de protección de los derechos

del consumidor, ley de copropiedad, ley de tránsito, ley de alcoholes, ley de

bosques, entre otros) entregan los conflictos que no verá la justicia ordinaria a los

Juzgados de Policía Local. Se plantea que el problema no pasa directamente por la

cantidad de materias entregadas a los jueces de policía local, sino que más bien por

la diversidad de conflictos que le son entregados. Así, el juez, dentro de sus labores

ordinarias, puede llegar a revisar un conflicto en materia de derechos del

consumidor, luego verificar la infracción de una ley penal y por último sancionar

administrativamente a un justiciable. ¿En qué área se desempeña entonces el juez

27 Este capítulo fue preparado por el profesor Cristian Contreras Rojas, Abogado, Doctor en Derecho. Profesor de Derecho Procesal, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad de Talca. Correo: [email protected]

57

de policía local? ¿Qué materias es realmente capaz de conocer y cuáles le son

entregadas simplemente porque no hay otros tribunales?

b) Facultades de los jueces en el procedimiento. Actualmente las facultades de los

jueces son bastante acotadas, debiendo desempeñar un rol netamente sancionador,

más no socializador o conciliador. El papel del juez de policía local es muy

pragmático y técnico, no dándose lugar a una solución real de los conflictos que

resuelven reiteradamente (las infracciones son casi siempre las mismas). Se planteó

la idea de que su rol fuera más socializador, de modo que, por ejemplo, en caso de

que existan personas con las licencias de conducir caducadas, no se imponga

inmediatamente una sanción, sino que se emplace al sujeto a renovar su licencia y

en caso de no cumplir con esto se haga efectiva una sanción. Desde un punto de

vista procesal, el juez de policía local es uno de los jueces que presenta una mayor

cercanía con los justiciables dentro del engranaje judicial de nuestro país (principio

de inmediación). Sin embargo, el debido proceso y todo lo que le constituye no se

ven reflejados en los procedimientos de policía local, lo que representa un

incumplimiento a esta garantía procesal y constitucional.

c) Mecanismo sui generis de resolución de conflictos. El juez de policía local encarna

un mecanismo muy auténtico de solución de conflictos. Conforme aparecen nuevas

materias para conocer, también surgen nuevas soluciones ante los conflictos que se

suscitaban en dichas materias. No hay tendencia a una uniformidad en las

soluciones.

2.- Problemas que presenta la justicia de policía local

Reseña. Los problemas que aquejan a los Juzgados de Policía Local son de diversa índole.

Puede tratarse de cuestiones relacionadas a su competencia, a su doble militancia (Cortes

de Apelaciones - Municipalidad), a su labor invisible y silenciosa, a su inexistente carrera

judicial, entre otros. Sin embargo, si se tuviese que considerar un gran problema que abarca

a los demás necesariamente, es su invisibilidad, en todo sentido. El apoyo que reciben los

juzgados por parte de las Cortes de Apelaciones no es suficiente para que su labor sea

considerada realmente importante dentro del desarrollo judicial del país, aun cuando que

58

su actividad es absolutamente relevante (por la naturaleza de los problemas que resuelven).

Su carácter residual es causa directa de que los juzgados ordinarios (ya sea en materias

penales o civiles) no estén tan colapsados, ya que todas aquellas “causas menores”

(repetimos, solo para el aparato jurisdiccional) son enviadas a su jurisdicción. Es este tópico

el que fue mayormente desarrollado en el seminario, por presentar problemas que van

desde lo económico y social hasta lo judicial y político.

Los problemas abordados fueron los siguientes:

a) Doble militancia. Los Juzgados de Policía Local dependen administrativa y

económicamente de la municipalidad y disciplinariamente de las Cortes de

Apelaciones. Dicha situación presenta, para algunos, incoherencias que impiden el

correcto ejercicio jurisdiccional de los Juzgados de Policía Local, esto a raíz de que el

depender económicamente de la municipalidad (personificada esta institución por

los alcaldes) provoca en muchos casos que el buen estado de estos tribunales esté

condicionado por la buena o mala relación que se tenga con el alcalde. A pesar de

esto, también se evidenció una postura que plantea la riqueza de los Juzgados de

Policía Local por estar cercanos a la administración (las municipalidades) y al poder

judicial (Cortes de Apelaciones), esto sobre todo teniendo en cuenta la necesidad de

generar una voluntad política en la discusión, que permita transformar la

problemática en un conflicto que requiera de una política pública para ser

solucionado.

b) Rol de los jueces. Actualmente los jueces de policía local son solamente

sancionadores, quedando privados de facultades socializadores, recomponedoras y

conciliadoras. Se plantea que se debería aumentar las facultades de los jueces, sobre

todo en materia procesal. Actualmente se entiende que los jueces de policía local

son eficientes, pero dicha eficiencia no esconde detrás una real solución a los

problemas, que pueda considerarse “justa”. Dicha eficiencia consiste casi siempre

en una sanción. Con base en lo anterior, se plantea que se cambie la categoría de

estos juzgados pasando a ser solo “juzgados locales”, quitando el carácter “policial”

de estos tribunales, ya que, aunque la policía colabore en gran parte de las

59

soluciones que entregan los jueces, no por ello deben ser llamados así. Es una

herencia histórica que debe ser suprimida.

c) Escaso uso de los mecanismos alternativos a la resolución de conflictos. Si bien

dicha situación no afecta directamente a los jueces de policía local, indirectamente

les trae problemas, ya que uno de los puntos que se plantea es que los juzgados

idóneos para poder ejercer los mecanismos alternativos a la solución de conflictos

son los Juzgados de Policía Local. ¿En qué afecta que los mecanismos alternativos

no se valoren realmente en el mundo jurídico del país? En que no se observan las

potencialidades de los Juzgados de Policía Local para poder ejercer dichos

mecanismos. Entre los justiciables y los jueces existe una clara proximidad. Sin

embargo, dicha situación, y en concordancia con lo dicho en el punto anterior, no se

materializa en una solución “justa” de los conflictos que se suscitan en la comunidad.

Además, se agrega como punto en contra el hecho de que no existe una normativa

única e íntegra que aborde todos los mecanismos alternativos de resolución de

conflictos que se señalan en la normativa del país, lo que genera que en algunas

materias su uso sea “exitoso” (familia, laboral, penal) y en otras casi inexistente

(esencialmente ámbito civil).

d) Competencia residual. Los Juzgados de Policía Local conocen de diversas materias

que impiden generar cierta uniformidad en sus decisiones, impiden llevar a cabo un

procedimiento común como asimismo, por regla general, que estos tribunales

puedan ejercer correctamente la jurisdicción.

e) Que la justicia local no sea aún una política pública. Se relaciona principalmente

con la necesidad de que el problema de los Juzgados de Policía Local se transforme

en una política pública. Los gobiernos del Expresidente Piñera y el actual de Michelle

Bachelet solo han realizado planes pilotos de justicia vecinal, lo que indirectamente

ha afectado a los Juzgados de Policía Local. Esto a raíz de que son los tribunales

idóneos para llevar a cabo esa labor y no existiendo interés en el sistema de justicia

vecinal menos interés generará reformar estructural y orgánicamente a los Juzgados

de Policía Local. Resolver problemas que aquejan a la comunidad local, en diversas

60

materias, es algo que estos tribunales hacen hace bastante tiempo, sin embargo,

aún no podemos hablar de la existencia de un sistema de justicia local.

f) No forman parte del Poder Judicial y no tienen independencia política. Esta

situación afecta en muchos casos su imparcialidad. Esto se ve claramente

ejemplificada en la relación Municipalidad – Juzgados de Policía Local. Un juez que

no es independiente difícilmente puede ser imparcial. El ejercicio de los Juzgados de

Policía Local, condicionado por la dependencia económica de los municipios, genera

espacio para los “amiguismos” dentro de los juzgados internamente como también

en relación con los justiciables. Además, el no formar parte del Poder Judicial impide

que estos jueces puedan tener una carrera judicial, aun cuando existen algunos que

llevan varios años en la misma función y comunidad sin poder optar a otros cargos

o beneficios.

g) Bajo presupuesto y cantidad de funcionarios. Al ser juzgados que resuelven “causas

menores”, como siempre se les ha calificado, la administración y los municipios

específicamente no destinan gran parte del presupuesto local a las funciones de

estos juzgados. Los jueces ven limitada sus funciones por no tener los recursos

necesarios a su disposición, además de estar limitados también en cuanto a sus

facultades.

h) No existe un debido proceso consolidado. No existe actualmente un real ejercicio

del derecho a la prueba, del derecho a recurrir, del derecho a la audiencia, del

derecho a que se dicte sentencia en un plazo razonable, entre otros.

i) Incompatibilidades entre la ley base y las competencias entregadas por las leyes

especiales. Debería formarse un solo cuerpo legal o definir claramente las

competencias y funciones entregadas a los Juzgados de Policía Local. Las leyes

especiales pueden establecer actuaciones judiciales que en la práctica los jueces de

policía local son incapaces de realizar, ya sea por sus competencias o bien por la falta

de recursos.

j) No hay jurisprudencia consolidad de las decisiones de los Juzgados de Policía Local.

Esta situación podía deberse a dos factores: en primer lugar, a un factor territorial,

61

que genera que lo que se resuelve en una zona del país, puede distar mucho de otras

zonas de nuestro territorio (ej: Chillán respecto de Arica); segundo, a un factor de

desarrollo, en el sentido de que la labor de los jueces de policía local no representa

un gran interés para el mundo judicial y académico, de modo que no resulta

“necesario” recopilar sus resoluciones.

k) Actualmente no se exige una capacitación y especialización de los Juzgados de

Policía Local. Esto se traduce en que las materias que son entregadas a los jueces de

policía local no siempre están siendo tratadas con el conocimiento suficiente. Por

ejemplo, en los casos suscitados por la Ley de protección a los derechos del

consumidor o aquellos derivados de la Ley de tránsito. Al margen de dicha situación,

los jueces de nuestro país en general están siendo constantemente capacitados con

distintas competencias, a fin de afrontar correctamente los conflictos de relevancia

jurídica que se van generando en la actualidad. Nuevamente, dicha situación se

explica por el poco interés (ergo, pocos recursos) que genera la función de los jueces

de policía local.

l) Aparente dicotomía entre buscar una política pública y su carácter comunitario o

“local”. ¿Cómo solucionar a través de una política pública los problemas que afectan

el ejercicio de una jurisdicción netamente local? A primera vista parecería

contradictorio la relación medio-fin, sin embargo, se planteó en la instancia que el

hecho de convertirse en un problema que requiera de una política pública no debe

atentar contra el carácter local de los Juzgados de Policía Local, ya que los cambios

que se buscan para ellos son trasversales a todos los juzgados de nuestro país. La

capacitación, especialización, aumento de recursos, definición de competencias,

facultades de los jueces, entre otros tópicos, son cuestiones que afectan a la

totalidad de los jueces de policía local, independiente del lugar donde ejerzan

funciones.

m) Los Juzgados de Policía Local no tienen una carrera funcionaria (“carrera judicial”).

Esto debilita la figura del juez dentro de un Juzgado de Policía Local. Independiente

de lo bien que puede trabajar un juez de esta área, su poca afinidad con la

62

Municipalidad y la figura del alcalde, principalmente, puede terminar con el trabajo

de uno de ellos, sin importar cuánto tiempo lleve en el cargo. Esta situación atenta

contra el curso normal de la actividad de un juez, que, por regla general, luego de

cierto tiempo, tendrá diversos beneficios y podrá ascender en su carrera judicial.

n) Invisibilidad del ejercicio jurisdiccional de los Juzgados de Policía Local. Como

corolario de lo anterior, este punto abarca la realidad de los Juzgados de Policía

Local. Al ser su labor invisible, porque no hay doctrina, no hay jurisprudencia, no hay

carreras judiciales, no existe registro alguno de su actividad, su trabajo pasa

desapercibido en el mundo judicial y social. Este último punto es bastante

importante, ya que los jueces de policía local representan la figura más próxima a lo

que podría llamarse, en nuestro país, “justicia vecinal” o “justicia local”. Existe la

proyección de tener un sistema íntegro de justicia local, y en esa tarea, quien mejor

podría ejercer esas funciones es el juez de policía local.

3.- Desafíos futuros de la justicia de policía local

Reseña. Los grandes desafíos que debe abordar la justicia de policía local son de diversa

índole. Son objetivos a corto y a largo plazo, que implican una proactividad mayor dentro

del mundo del Poder Judicial y administrativo, con la finalidad de lograr que su problemática

pueda llegar a buen puerto y sea objeto de alguna política pública o bien algún proyecto de

ley que pueda reestructurarlos orgánicamente. Las soluciones deben buscarse de manera

interna y externa, esto es, generando debates y propuestas por parte de los mismos jueces

de policía local, como también estimular la intervención externa dentro de su estructura,

sus competencias, los recursos que les son entregados, entre otros. Los desafíos están

absolutamente interrelacionados, y deben ser abordados de la misma manera.

Los desafíos tratados son los siguientes:

a) Lograr una voluntad política para reformar su situación. Se requiere lograr una

voluntad política que sea capaz de impulsar una política pública en torno a la

problemática y proponer reformas legislativas que reestructuren y sistematicen las

materias que conocen los Juzgados de Policía Local, las funciones de los jueces, los

63

tipos de procedimiento que llevarán a su cargo, entre otros. Como pudo observarse,

se requiere de una solución integral, que abarque los distintos problemas que

aquejan a estos tribunales.

b) Si llegase a prosperar algún sistema nacional de justicia local, absorber de forma

clara las competencias que les corresponderían. Esto se traduce sencillamente en

no perseverar en promulgar leyes que entreguen materias a los Juzgados de Policía

Local sin siquiera, en muchos casos, tener relación alguna con su función de

costumbre. Definir las atribuciones de los jueces de policía local se hace necesario

para no seguir dispersando sus funciones y también las materias que regulan las

leyes especiales.

c) Pasar de ser jueces sancionadores a jueces deliberativos y socializadores. Esto

requiere que se cambien las competencias de los jueces y también sus poderes o

facultades dentro del procedimiento actual de los Juzgados de Policía Local.

Actualmente los jueces de policía local son eminentemente sancionadores (en

materia patrimonial, administrativa, sanitaria, entre otras), de modo que no se deja

un espacio para que puedan decidir deliberativamente un conflicto que quizás no

solo se resuelve por medio de una sanción monetaria. Lográndose esto, se podrá

tener también material jurisprudencial de calidad, ya que las sentencias comenzarán

a ser motivadas amplia y suficientemente.

d) Lograr ser una justicia eficiente, pero con un sentido de justicia mayor. Unido al

punto anterior, la eficiencia está siendo vista solo desde el carácter sancionador de

las decisiones. En ese contexto, los Juzgados de Policía Local pueden ser totalmente

eficientes, sin embargo, cumpliéndose por ejemplo el punto anterior, esto es, jueces

con facultades de juez deliberativo, se deben buscar soluciones más íntegras, y que

permitan una vinculación con una noción de justicia más completa.

e) Cambiar el sistema de nombramiento de los jueces. Evitar que los jueces sean

nombrados por los alcaldes. Es poco democrático y se presta para corruptelas

dentro de los Juzgados de Policía Local. Se debería cambiar a un sistema más

democrático que el actual.

64

f) Mantener un sistema de causas y sentencias. Para generar doctrina, jurisprudencia,

entre otros. Son necesarios los insumos tanto para jueces, abogados y justiciables.

Además, acaba con la invisibilidad y se da a conocer una labor bastante conocida

pero poco valorada por el mundo jurídico.

g) Lograr un proceso más desformalizado (“que la justicia llegue a la gente y no la

gente a la justicia”). Las formalidades del procedimiento llevan al gasto de

importantes sumas de dinero que sería prescindibles si se actualizaran los Juzgados

de Policía Local. A modo de ejemplo, la notificación en estas materias aún es por

medio del envío de una carta certificada, mientras que el resto de los tribunales

funciona en gran parte hoy con notificaciones más expeditas y menos costosas (vía

correo electrónico).

h) Acercarse más a una justicia de paz o justicia de los acuerdos. En concordancia con

los puntos anteriores, el juez debe dejar de sancionar simplemente por hacerlo

(debe pasar de ser sancionador a deliberativo). Es necesario que las personas

aprecien a la justicia más cercana, y que de verdad sientan que su problema fue

solucionado.

i) Colaborar hacia una “humanización” del sistema judicial. En la tarea nivel país de

lograr un sistema de justicia vecinal aplicable a todo nuestro territorio, la labor de

los jueces de policía local es la más cercana a lo que realiza un “juez de paz”. En este

sentido, los Juzgados de Policía Local colaborarían con una justicia de proximidad o

más cercana a los justiciables. Sin embargo, para lograr aquello, es necesario que se

le dote de recursos económicos y funcionarios a disposición, para que su labor

dentro del procedimiento no pase netamente por imponer una sanción a secas.

Todo aquello que colabore con el establecimiento de un sistema de justicia vecinal

aportará indirectamente al realce de la labor de los Juzgados de Policía Local.

j) Influir, relevar y proponer: Estas tres tareas son los objetivos primordiales para los

Juzgados de Policía Local. Influir, en el sentido de que su labor no puede seguir

siendo invisible a los ojos de la administración y del Poder Judicial. Relevar las

65

funciones, realidades y desafíos de estor tribunales. Proponer, en el sentido de que

los Juzgados de Policía Local a nivel local, regional y nacional deben ser capaces de

coordinarse para elaborar una propuesta contundente que pueda llegar a manos de

esa voluntad política y legislativa que se requiere para cambiar su realidad. Sin

embargo, se hizo hincapié en este punto de que una solución legal no

necesariamente será exitosa. El cambio se debe dar primero en los hechos; no se

debe esperar por un cambio legal que quizás demore mucho tiempo en llegar. Evitar

caer en la trampa del gatopardo “cambiar todo para que nada cambie”.

66