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Anales de Literatura Hispanoamericana ISSN: 0210-4547 2007, vol. 36, 269-281 Un argumento sobre su excepción: acerca del travestismo de Eva Perón en la pieza teatral de Copi Patricio PRON Universidad «Georgia-Augusta» Göttingen, Alemania RESUMEN El propósito de este trabajo es discutir el carácter performativo y de puesta en escena de la figura de Eva Perón tal como ésta es presentada en dos textos de la literatura argentina, la pieza teatral homóni- ma del escritor francoargentino Copi (1970) y el cuento «El simulacro» de Jorge Luis Borges (1960). El autor fundamenta la aparición usual de un actor travestido en el rol principal de la primera no en el supuesto hecho de que ésta formaría parte de la así llamada «mitologización antiperonista», como se ha hecho habitualmente, sino en la importancia de los travestís en la obra de Copi, para lo que aborda en extenso su obra narrativa. Palabras claves: Copi, Jorge Luis Borges, Eva Perón, travestí, hegemonía cultural, peronismo. An argument about her exception: on Eva Perón's travestism in Copi's play ABSTRACT The purpose of this work is to discuss the character of performance and staging of Eva Perón's figure as it is presented in two texts of the Argentinian literature: Copi's play Eva Perón (1970) and Jorge Luis Borges' short story “El simulacro” (1960). The frequent appearance of a cross-dressed actor as the main character of the play is not based on the assumed fact that this would be part of the so called “anti-Peronist mythologization”, as it had usually been done before, but on the importance of cross- dressed characters in Copi's work, as the author intends to demonstrate in an extensive approach of his narrative work. Keywords: Copi, Jorge Luis Borges, Eva Perón, cross-dressed, cultural hegemony, Peronism. Un fenómeno que podríamos adjudicar a lo extraordinario de su personalidad y de las circunstancias en las que esa personalidad se desarrolló rodea los productos lite- rarios y cinematográficos que se ocupan de Eva Duarte de Perón 1 : su multiplicación, que da cuenta de la atracción que su figura sigue generando en un público que, al menos desde el estreno de la ópera de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice, no es sólo argentino, provoca una curiosa vulgarización de esa personalidad fuera de lo ordina- rio a la que en principio hace referencia. Nadie discute la excepcionalidad de Eva Perón –que es esencialmente política, pese a intentos de despolitización que, incluso 1 El volumen compilado por Marysa Navarro ofrece un exhaustivo repaso de estos productos, especial- mente a través de los ensayos de Nina Gerassi-Navarro y de la propia Navarro y, aunque descuida la produc- ción dramática, es un volumen esencial para desentrañar los procesos culturales de apropiación de su figura.

Copi - Un Argumento Sobre Su Excepcion. Acerca Del Travestismo de Eva Peron

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  • Anales de Literatura Hispanoamericana ISSN: 0210-45472007, vol. 36, 269-281

    Un argumento sobre su excepcin:acerca del travestismo de Eva Pern

    en la pieza teatral de CopiPatricio PRON

    Universidad Georgia-Augusta Gttingen, Alemania

    RESUMENEl propsito de este trabajo es discutir el carcter performativo y de puesta en escena de la figura deEva Pern tal como sta es presentada en dos textos de la literatura argentina, la pieza teatral homni-ma del escritor francoargentino Copi (1970) y el cuento El simulacro de Jorge Luis Borges (1960).El autor fundamenta la aparicin usual de un actor travestido en el rol principal de la primera no en elsupuesto hecho de que sta formara parte de la as llamada mitologizacin antiperonista, como seha hecho habitualmente, sino en la importancia de los travests en la obra de Copi, para lo que abordaen extenso su obra narrativa.

    Palabras claves: Copi, Jorge Luis Borges, Eva Pern, travest, hegemona cultural, peronismo.

    An argument about her exception: on Eva Pern's travestism in Copi's playABSTRACTThe purpose of this work is to discuss the character of performance and staging of Eva Pern's figureas it is presented in two texts of the Argentinian literature: Copi's play Eva Pern (1970) and JorgeLuis Borges' short story El simulacro (1960). The frequent appearance of a cross-dressed actor as themain character of the play is not based on the assumed fact that this would be part of the so calledanti-Peronist mythologization, as it had usually been done before, but on the importance of cross-dressed characters in Copi's work, as the author intends to demonstrate in an extensive approach of hisnarrative work.

    Keywords: Copi, Jorge Luis Borges, Eva Pern, cross-dressed, cultural hegemony, Peronism.

    Un fenmeno que podramos adjudicar a lo extraordinario de su personalidad y delas circunstancias en las que esa personalidad se desarroll rodea los productos lite-rarios y cinematogrficos que se ocupan de Eva Duarte de Pern1: su multiplicacin,que da cuenta de la atraccin que su figura sigue generando en un pblico que, almenos desde el estreno de la pera de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice, no es sloargentino, provoca una curiosa vulgarizacin de esa personalidad fuera de lo ordina-rio a la que en principio hace referencia. Nadie discute la excepcionalidad de EvaPern que es esencialmente poltica, pese a intentos de despolitizacin que, incluso

    1 El volumen compilado por Marysa Navarro ofrece un exhaustivo repaso de estos productos, especial-mente a travs de los ensayos de Nina Gerassi-Navarro y de la propia Navarro y, aunque descuida la produc-cin dramtica, es un volumen esencial para desentraar los procesos culturales de apropiacin de su figura.

    nmalinovsky

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    Patricio Pron Un argumento sobre su excepcin: acerca del travestismo de Eva Pern en la pieza

    en obras recientes, expresan la incomodidad que an provoca la aparicin de unamujer en un mbito tradicionalmente masculino como el de la poltica2, pero pocoshan conseguido aclarar si ella fue el producto de su personalidad o de unas circuns-tancias privadas que se beneficiaron de una coyuntura poltica asimismo excepcional.En las obras menos inocentes sobre Eva Pern, en particular en El simulacro deJorge Luis Borges y Eva Pern de Copi, de la que me ocupar en las lneas quesiguen, esta pregunta se torna superflua ante la certeza de que nunca hubo EvaPern, que ella slo fue la puesta en escena de un rgimen poltico que cifr granparte de su xito en una gran visibilidad y en la omnipresencia de la propaganda.

    En su ltimo libro, La pasin y la excepcin, Beatriz Sarlo ofrece una solucininteresante al problema de quin fue Eva Pern, al situar su excepcionalidad en lapasin con la que desarroll su actividad poltica y en su inadecuacin al ideal debelleza de la poca, lo que la llev al fracaso como aspirante en el mundo bastan-te poblado de la industria cultural argentina pero le permiti luego, en la escenapoltica, marcar

    esa diferencia hasta el escndalo: contra el bajorrelieve de matronas presidenciales yde la lite local, Eva era, a veces, glamorosa, brillante como las stars del celuloide;otras veces, austera de un modo que tampoco tena que ver con el estilo de la auste-ridad patricia (23).

    Su excepcionalidad procede as de un desplazamiento: lo que era insuficiente oinadecuado en el mundo del espectculo vali como una posesin rara y sorprenden-te en el mundo de la poltica (24)3. Este rasgo performativo de su personalidadpoltica es remarcado por Nina Gerassi-Navarro, para quien

    la verdadera Evita, si es que se puede hablar de ella, nunca aparece sino a travs dela mirada de otros [] la multiplicidad de explicaciones confirma el xito de su tea-tralizacin. Evita es consciente de las imgenes que construye de s misma; comoactriz de teleteatro [sic] sabe cul es el valor de la puesta en escena y lo usa paraanclarse en el imaginario popular (98; las cursivas son de la autora).

    En las pginas que siguen pretendo referirme a un texto dramtico donde estos ras-gos performativos y la puesta en escena son presentados como la explicacin ltimade la excepcionalidad. En particular, aspiro a referirme a dos puntos, la controvertida

    2 Ana Mara Amar Snchez sostiene que en muchos textos de ficcin relacionados con Eva Pern pue-den apreciarse lneas de transformacin de su figura que se han ido sumando y desde los ttulos mismosse fue construyendo una parbola que nos aleja de ese cuerpo poltico, objeto de mltiples luchas, a una figu-ra cada vez ms despolitizada y centrada en su condicin de mujer (Vacos del deseo 21).

    3 Eva Pern no tena formacin como actriz ni saba cantar, ni bailar, ni un cuerpo o una desenvolturaadecuadas al teatro de revistas, como Olinda Bozn o Tita Merello (46). Su diferencia era una serie de cua-lidades ausentes (ni grandes ojos, ni sonrisa segn la norma, ni un cuerpo excepcional, ni buen gusto, niposes que denoten buenos modales, ni inocencia, ni ingenuidad, ni siquiera la impresin de ser demasiadojoven pese a que lo era). Lo que Eva no tena era, precisamente, lo que la moda exiga como signo de belle-za. Lo que ella tena deba ser descubierto como originalidad, valorado como rasgo diferencial. Hasta que noalcanz la fama, por razones ajenas a todo esto, esa diferencialidad no poda convertirse en estilo (56; cur-sivas de la autora).

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    Patricio Pron Un argumento sobre su excepcin: acerca del travestismo de Eva Pern en la pieza

    adhesin de la pieza a lo que ha sido llamado la mitologizacin antiperonista cuyascaractersticas espero poder discutir brevemente y la opinin, a estas alturas genera-lizada en el mbito de la crtica, de que Eva Pern en la obra homnima es un traves-t. Eva Pern es una irona dentro de una irona, una representacin donde una actrizfinge ser una actriz que fingi su muerte; all radica la fuerza y la vigencia de la pieza.

    1

    Eva Pern de Copi4 fue estrenada el dos de marzo de 1970 en el teatro L'Epe-de-Bois por la compaa argentina TSE, llegada recientemente a Pars; la puesta en esce-na corri por cuenta de Alfredo Arias y la escenografa fue de Roberto Plate5. Uncomentario publicado en Le Figaro la calificaba de pesadilla carnavalesca y mas-carada macabra, lo cual puede que haya contribuido paradjicamente tanto al xito dela obra como el atentado sufrido durante una de las representaciones. En l no se pro-dujeron heridos pero el teatro qued daado, lo cual no impidi, sin embargo, que laobra permaneciese an tres meses en cartel bajo custodia policial. Segn JorgeMonteleone, desde entonces, Copi tuvo prohibida su entrada a la Argentina hasta1984 (8)6. Se trataba de su cuarta pieza teatral7, un enorme salto cualitativo respectode las anteriores y una anticipacin de todos los temas que definirn su teatro: la con-cisin, la violencia, la muerte, la resurreccin. Y uno ms, totalizador: la transexuali-dad (Aira 105)8.

    4 Copi es el pseudnimo de Ral Natalio Roque Damonte, nacido en Buenos Aires en 1939 y muerto enPars en 1987. Era hijo de Ral Damonte Taborda, un prominente poltico del partido radical de controverti-da actuacin, que fue diputado nacional, presidi la Comisin de Investigacin de Actividades Antiargentinasdel Congreso de la Nacin en 1941 y fue hombre de confianza de Juan Domingo Pern hasta que una des-aveniencia con el futuro presidente lo oblig a exiliarse con su familia primero en Uruguay y luego en Pars,donde Copi acab radicndose definitivamente en 1962. Slo volvi a la Argentina en dos oportunidades, en1968 y en 1987, poco antes de morir. Fue dibujante de cmics en revistas como Bizarre, Hara Kiri y CharlieHebdo y en Le Nouvel Observateur, donde cre su personaje ms famoso, la femme assise. Su produccinnarrativa comenz con la novela breve Luruguayen (1972), a la que siguieron Le bal des folles (1976), Lavida es un tango (1979), La guerre des peds (1982), LInternationale Argentine (1987), adems de las reco-pilaciones de narraciones cortas Une langouste per deux (1978) y Virginia Woolf a encore frapp (1984).Escribi once obras teatrales, en la mayor parte de las cuales los personajes son travestis. Eva Pern no esla excepcin, como pretendo mostrar.

    5 Extraigo estos datos, as como los siguientes, de Rosenzvaig (141-142).6 En los Datos biogrficos del autor que preceden a Eva Pern. Es difcil averiguar quin le habra

    prohibido la entrada, puesto que se carece de informacin acerca de la autora del atentado.7 Haba sido precedida por Sainte Genevive dans sa baignoire y Lalligator et le th (1966) y La jour-

    ne dune rveuse (1968).8 No es la nica aparicin de Eva Pern en su obra. As, en La Internacional Argentina, el narrador ima-

    gina a su esposa en el papel de Eva Pern, papel que sin duda alguna haba soado encarnar un da, comotodas las argentinas. Insistira en obtener la vicepresidencia, como Eva, e intentara manipular a mis minis-tros? Sera tan popular como Eva? se pregunta (La Internacional Argentina 41). Su esposa se metamorfo-sea en Eva Pern ante la presencia del poder, adoptando el sobrio traje sastre azul que fuera su indumen-taria predilecta y recogindose el cabello en un moo sobre la nuca (La Internacional Argentina 83). En sta,la ltima novela del autor, el ofrecimiento por parte de una organizacin llamada La Internacional Argentinade la Presidencia de la Nacin al protagonista y narrador convierte al libro en una reflexin no exenta de iro-na acerca de las caractersticas nacionales y el ejercicio del poder en la Argentina, por lo que entiendo quedebe ser leda de manera complementaria a Eva Pern.

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    Patricio Pron Un argumento sobre su excepcin: acerca del travestismo de Eva Pern en la pieza

    Uno de los aspectos ms interesantes de su propia excepcin en el marco de lahistoria literaria argentina lo constituye precisamente ese inters en la transexuali-dad, expresado en la recreacin del mundo de las locas, esto es, los travestspobres de Pars, un mundo que, segn Csar Aira, era el mundo real de Copi (31)y que es el marco de una parte sustancial de su obra.

    Sabemos que el autor fue un excelente actor travest y que dos de sus once tex-tos teatrales el primero de los cuales, La journe dune rveuse, aborda ya esemundo, a los que hay que sumar un sainete en verso escrito en espaol, son uniper-sonales escritos para ser representados por el mismo autor. En la mayor parte de esostextos los personajes son travests, esto es, personas que llevan una representacinde gnero al mbito del mundo hasta acabar desplazndolo; exactamente lo contra-rio de lo que sucede en la primera novela de Copi, Luruguayen, donde el mundodesplaza a la representacin al resurgir de la arena la ciudad de Montevideo, previa-mente enterrada por un cataclismo, y a la que el narrador del texto ha reemplazadodibujando sobre la arena las casas que se encontraban bajo ella y ponindoles rtu-los. En ese sentido, el travest encarna la falta de interrupcin entre ficcin y reali-dad, cuestionando al mismo tiempo el reconocimiento tcito de la identidad comonatural y no como fruto de una representacin9. A diferencia de Jorge Luis Borges,quien tematiza esas interrupciones en sus diferentes grados hasta hacer de ello unestilo, Copi est slo interesado por aquellos personajes y lugares en los que esasinterrupciones son inhallables. Su barroquismo provendra, segn Aira, de que en suobra todo est envuelto en su representacin (29), que es lo propio del travest10.

    Existen dos puntos en la obra de Copi en los que esa falta de interrupcin es pro-blematizada: el travest y el motivo recurrente del crimen horrendo cometido en unlapso de amnesia, como aparece en Le bal des folles. Esta interrupcin de la memo-ria constituye una doble negacin de la posibilidad de extraer conclusiones, puesto

    9 En otro texto para el teatro, Les escaliers du Sacr-Cur, un personaje afirma: Yo vestido de mucha-cho soy muchacho, de mujer soy mujer (citado en Rosenzvaig 29). En Copi el travestismo es una poten-ciacin de los caracteres de ambos gneros excepto Yoli de Parma en La vida es un tango, todos sus per-sonajes femeninos fuertes son travests y en casi todos los casos tiende a constituirse en aquello que des-equilibra a favor del travest situaciones econmicas o polticas desfavorables: en LHomosexuel ou la dif-ficult de sexprimer, por ejemplo, la madre de Irina se ha hecho injertar un sexo de hombre para poderseguir a su supuesta hija en su deportacin a Siberia. Para Rosenzvaig, la actuacin travesti es transversalen mltiples dimensiones [] de macho a hembra, de femineidad a afeminacin, de lo real a lo imagina-rio, de lo dado a lo improvisado. Por ello no es muy correcto afirmar que el travestismo define un espaciode parodia o de transgresin [] En realidad, representa un profundo equvoco. Asume un espacio inter-medio. Contrastantes e incluso antagnicas, las intenciones se mantienen en suspenso, pero ninguna seanula (58). El mismo Copi propone otra lectura del travest al afirmar, en el relato Cmo? Zis! Zas!Amor! incluido en Virginia Woolf a encore frapp, que el arte favorito del rotulista de tiras cmicas Ninu-Nip era el travestismo, donde quedaban unidos la sombra del varn, el atuendo femenino y la voz del artis-ta (Virginia Woolf 10).

    10 Esta asociacin entre Copi y el barroco ha sido puesta en cuestin por Damin Tabarovsky en su ensa-yo Copi: barroco o abstracto?. Desde mi punto de vista son pocas o nulas las semejanzas entre la obra deCopi y el estilo literario de los siglos XVII y XVIII. Sin embargo, la asociacin es aplicable, por proximi-dad, en su relacin con las artes plsticas y el sentido que generalmente se da al barroco en ellas como unestilo que deshace, desfigura y a travs de un adorno exagerado e independiente oculta las formas y propor-ciones armnicas y arcaizantes del Renacimiento (Wilpert 78; es traduccin ma).

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    que, por una parte, debilita la cadena lgica de los acontecimientos11 y, por la otra,seala que todo lo que se narra y proviene de sucesos que se recuerdan puede ser tanreal como ficticio, o, mejor an, no es ni real ni ficticio, slo es. Esto es lo que la figu-ra del travest representa en la obra de Copi, y es uno de los argumentos ms contun-dentes, aunque uno de los menos utilizados, para defender la opinin de que EvaPern slo puede ser representada como sucedi en la puesta parisina de 1970 porun actor travestido. Evita es un travest porque sobre su identidad real se proyectaotra, que acaba desplazndola pero que le otorga su fortaleza, que trasciende las debi-lidades propias de ambos gneros. Es un travest porque slo es una imagen.

    2.1

    Eva Pern comienza con el personaje buscando su vestido presidencial. Sumadre, que se encuentra a su lado, le dice: Todos tus vestidos son vestidos presi-denciales (Eva Pern 19). Se trata de un comienzo sumamente significativo, pues-to que la presidencialidad de Eva se encuentra en un vestido, en un objeto suntua-rio que adquiere su significado en el marco de una puesta en escena y que se super-pone sobre la identidad de quien lo lleva, desplazndola, para instalar en su lugaruna identidad supletoria12.

    En el texto no se menciona la fecha en la que transcurre la accin ni hay indica-ciones escnicas, al igual que en el resto de los textos dramticos de Copi. En miopinin, la ausencia de esas referencias cumple con la funcin de advertir, por unaparte, que esta no es una obra histrica y no se cie a hechos reales incluso aunquelos recree; por otra parte, sita las posibilidades de la pieza en el sobreentendido deque los espectadores saben quin fue Eva Pern, que saben que muri el veintisisde julio de 1952 en el Palacio Unzu. Este conocimiento, del que probablementecareciese el espectador francs de aquella poca y tambin de sta, muestra, en miopinin, que la pieza fue concebida para el espectador argentino; la recreacin delhabla coloquial rioplatense es otro indicio en ese sentido13.

    11 Al profesor al que la larga carta que conforma Luruguayen est destinada le pide el narrador quetache la carta a medida que la lee; esto es, que no saque conclusiones, que se mantenga en un presente quees el de lo que pasa sin intentar derivar estos hechos de sucesos situados anteriormente en la narracin.Para Csar Aira, esta es una recuperacin del relato en estado puro (33) ya que el relato siempre lo es dealgo inexplicable (17). En Copi la escritura borra lo que escribe y la lectura borra lo escrito. Aquelloen lo que se parecen escritura y amnesia es que ambas efectan un cierto recorte sobre lo que desea sernarrado. El pedido al profesor apunta a una coescritura, una forma organizada de olvido que desplaza el rela-to para devolverlo al sitio adonde se encuentra antes de ser ledo, sin que jams se diga qu sitio es se.

    12 Segn Sarlo la ropa de Eva fue una cuestin de estado para un rgimen que descubri las formasmodernas de la propaganda poltica y el peso decisivo de la iconografa [] La alta visualidad de la culturaperonista encontr en el cuerpo de Eva un soporte que ya se haba preparado para ser visto, para mostrarsey repetirse en gestos y poses, durante los dos aos de xito en su carrera como actriz (80).

    13 Monteleone, traductor de la pieza al espaol, apunta que al traducir Eva Pern sent que Copi no habapensado la obra en francs sino en argentino, que un rumor de imgenes y voces argentinas lo frecuentaron yque para librarse de esos fantasmas demasiado urgentes los conjur en otra lengua (14). Sucede algo similarcon La vida es un tango y LInternationale Argentine y creo que este es, ms que el idioma en que fueron escri-tas, el argumento que debe ser puesto en consideracin cuando se discute sobre la argentinidad de Copi.

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    Eva Pern busca su vestido presidencial pero todos lo son. Est agonizando perosu agona no se manifiesta en una lenta y dolorosa desaparicin, sino en un estalli-do de furia. Ac me pudro manifiesta, refirindose tanto a su impaciencia comoal avance de su propia enfermedad14. Su madre, que no cree que Eva tenga cncery slo desea obtener el nmero de sus cuentas en Suiza, le ruega: No desperts alpobre Pern, que tiene migraa! Y qu? Yo tengo cncer, responde Eva (EvaPern 21-22)15. Mientras agoniza, es asistida por una enfermera, una autntica yhonesta enfermera peronista (Aira 106) a la que prodiga de regalos, tal como la Evahistrica sola hacer con quienes se presentaban en su Fundacin a solicitar unaayuda que era siempre dispensada de manera tan generosa como irreflexiva, comosi todo plan fuera un insulto a las necesidades de sus beneficiarios (Sarlo 31). Evadice a la enfermera: Mir mi anillo. Te gusta? Es una esmeralda corazn de peri-co. Tom, te lo regalo. [] Te gustan las joyas eh? Tom sta tambin. Y el collar.Tom, tom, no me lo agradezcas (Eva Pern 78). Rosenzvaig fue el primero enobservar las similitudes entre este dilogo y los que el padre de Copi recreara en losdos libelos que escribiera acerca del rgimen peronista16.

    2.2

    Una simpata de intereses que sobrepasa largamente los vnculos familiares deambos autores puede rastrearse entre la pieza teatral de Copi y los libros de su padre.Eva Pern extrae su tema, e incluso la caracterizacin de los personajes, de loslibros de Damonte Taborda, aquellos que fundaron el aporte argentino a lo que luegofue llamado la mitologizacin antiperonista (Sarlo 236)17. En los libros de

    14 En su ltima edicin, el Diccionario de la Lengua Espaola de la Real Academia Espaola de laLengua define pudrir como: hacer que una materia orgnica se altere y descomponga, consumir, moles-tar, causar impaciencia o fastidio y haber muerto, estar sepultado (Pudrir, def. II 1857).

    15 Refirindose a la obra, Sarlo argumenta que se nutre de la mitologizacin antiperonista debido aque Eva abofetea a su madre, la obliga a humillarse y la trata de basura, estpida, boluda, turra yvieja zorra. Sin embargo, contra el argumento de que este comportamiento no se corresponde con el de laabanderada de los humildes hay que hacer notar que en realidad los humildes hablan exactamente as. Elproyecto literario de Copi es de un realismo que no aspira al verosmil.

    16 [En ambos] el trato que tiene Evita con los humildes se parece al de una patrona con la domsticadurante la primera mitad del siglo, distante y familiar (144). Reproduzco un fragmento de Adnde vaPern? De Berln a Wall Street:

    Qu te pasa a vos?Ay! Yo, seora, tengo un hijo enfermoEn el hospital?En mi casa Tiene fiebreCunto necesits?Eva Duarte conserva los cajones del escritorio abiertos. Extrae un billete de cincuenta pesos y lo entrega. Luego se arrepiente.

    Y entrega otro billete. Ya han tomado la direccin de la mujer.And tranquila le dice Eva Duarte []. Ir el mdico a verte. Tu hijo ser internado en el hospital. Le darn las medicinas

    que necesite Que pase otro! grita [] (234-235).

    17 La serie que define el espacio en que se desenvolver y las caractersticas que tendr esta mitologiza-cin comienza, sin embargo, con otros textos. Curiosamente, los dos primeros no pertenecen a autores argen-

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    Damonte Taborda, as como en la pieza de Copi, Eva Pern es una mujer de ener-gas sobrenaturales (Damonte Taborda 234) que tomaba las resoluciones conside-radas ms extremas (Sarlo 235) ante la cobarda y la irresolucin de Pern.Mientras que en los libelos del padre, Eva trata a Pern de marica y le adminis-tra dos sonoras cachetadas (Damonte Taborda 77), en la obra del hijo, Pern hablaslo cuando le dirigen la palabra y vive en el interior de su migraa como adentrode un capullo (Eva Pern 28). Eva le espeta: And a esconderte bajo la cama,cobarde, cagn! Siempre viv sola, as que tambin puedo morirme sin vos!Termin la comedia. Impotente (Eva Pern 74).

    Existe un relativo acuerdo en la crtica en afirmar que Copi se nutri exclusiva-mente de esa mitologizacin antiperonista. Sin embargo, el asunto se revela comoms complejo de lo que parece si se revisan los fundamentos de esa mitologizacinantiperonista y se los compara con la propia mitologizacin del peronismo, quesuperpona al cuerpo de Eva el de la propia causa poltica, glosando esa caracteriza-cin con epgrafes como la abanderada de los humildes o la santa de los traba-jadores. De una comparacin de esa ndole slo puede extraerse la impresin deuna falsa dicotoma, puesto que la mitologizacin antiperonista surge de la mismavisin del mundo, tematiza los mismos aspectos y denosta a las mismas figuras que,desde el otro extremo de lo que podramos llamar la hegemona cultural implanta-da por el peronismo (Sarlo 81), son ensalzadas, tematizadas y evaluadas comopositivas. En el fondo, caracterizar a Eva Pern como una santa, como lo hicieronsus partidarios, o como una prostituta arribista, como en la mitologizacin antipe-ronista, slo puede ser comprendido como la aceptacin acrtica de la proyeccinsobre el cuerpo de Eva Pern de una identidad poltica, su encarnacin de la causaperonista, entendida como algo natural, lo que es prueba de la victoria de la hege-mona en la creacin de una estructura del sentir18.

    2.3

    Sobre el cuerpo enfermo de Eva Pern se superponen otras identidades. El suyoes tambin

    cuerpo emblemtico del rgimen, cuerpo del estado de bienestar a la criolla, cuerpode la primera dama, cuerpo traductor de las necesidades de unos en acciones de otros,de los deseos en respuestas, de los afectos en lealtades [,] cuerpo puente (Sarlo 32).

    Es por ello que Eva debe librarse de esas identidades superpuestas mediante unamuerte oficial para recuperar un cuerpo sin mediaciones, su verdadera identidad.Sin embargo, esto no es fcil puesto que su cuerpo no le pertenece. En esta tensinentre la recuperacin de un cuerpo que no puede abandonarse sin aceptar su cesa-

    tinos: Bloody Precedent de Fleur Cowles, The Woman with the Whip: Eva Pern de Mara Flores y El mitode Eva Duarte del dirigente socialista Amrico Ghioldi. Vase Obras mencionadas.

    18 Vase Williams (1980) en la bibliografa.

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    cin y una conciencia que pretende recuperarlo para s se cifra la fuerza dramticade la pieza. Eva slo puede recuperar su cuerpo si rechaza la hegemona de la quesu cuerpo es soporte: en un momento de distraccin escribe en las paredes con lapizde labios: A la horca con Pern, Pern traidor, Evita boluda (Eva Pern 59-60). En otro momento acusa a Pern de haber intentado envenenarla.

    Eso result ser mi cncer! Siempre supe que era eso! Quisieron operarme por micncer de matriz, por mi cncer de garganta, por mi cncer de pelo, por mi cncer decerebro, por mi cncer de culo! Porque yo me cago en su gobierno de pelotudos!Cuando me muera me va a pasear en los desfiles! Cobarde! Va a gobernar sobre micadver! (Eva Pern 62-63).

    Una cierta economa, sin embargo, gua sus acciones finales: si su muerte esnecesaria para la permanencia de la hegemona, es necesario que sea la enfermeraperonista, alguien que realmente cree en los postulados de dicha hegemona, la queentregue su cuerpo ofreciendo el soporte material sobre el que se superpone el cuer-po poltico de Eva para que esa permanencia sea posible.

    Esto dura demasiado. Tendra que morirme maana, a ms tardar reflexionaEva (Eva Pern 51). Existe una correspondencia entre el celo que pone al vestir a laenfermera con su ropa el vestido presidencial de su retrato oficial, su anilloy el que exhibe al planificar sus funerales, puesto que el primero es requisito para elsegundo. Eva pregunta si han llegado los de la televisin yanqui (Eva Pern 51),si su embalsamador es realmente bueno, insiste en su idea de ponerle tul negro a laslmparas tras su muerte, ordena que se disponga su cadver en el anfiteatro de laConfederacin General del Trabajo amenazando a uno de sus colaboradores queSi me meten en otra parte te cago las elecciones! (Eva Pern 52) y que sus joyasy sus vestidos sean exhibidos all, comprndosele ms joyas en cada uno de los ani-versarios de su nacimiento. Hasta mi muerte, hasta la puesta en escena de mi muer-te deb hacerla completamente sola reprocha a Pern (Eva Pern 81), pero tambinadmite, con consternacin: Qu lastima que no estoy ah! Si estuviera ah hara undiscurso desde el balcn. Qu lastima! Sera grandioso: mi mejor discurso.Mierda, qu fiesta me perd! (Eva Pern 50).

    El elemento teatral de la agona de Eva, su minuciosa puesta en escena, es des-tacado hasta el final mismo, cuando Eva pregunta: est preparado el clima?(Eva Pern 80); al recibir una respuesta afirmativa, apuala a la enfermera con lacolaboracin del nico personaje ficticio del texto. Estoy muerta afirma luego.Su madre la increpa: Morte, turra de mierda! Hija de puta! Morte! (EvaPern 82), pero este deseo es el nico que Eva, por fin rica y liberada de todo com-promiso, no est dispuesta a cumplir, ya que su muerte oficial significa la recupe-racin de un cuerpo original que desea seguir viviendo para disfrutar precisamentede esa recuperacin19, un cuerpo que haba sido desplazado por la hegemona comosi la Eva Pern previa a la poltica no fuera ms que el recuerdo de una muerta(Eva Pern 81).

    19 Eva ordena a la enfermera: Va a ayudarme a morir como una partera (Eva Pern 67).

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    Patricio Pron Un argumento sobre su excepcin: acerca del travestismo de Eva Pern en la pieza

    En los ltimos momentos de la pieza, Pern dirige un discurso fnebre ante elcadver de la enfermera asesinada como si ste fuese el de Eva. Se trata de una esce-nificacin, puesto que Pern ha visto a Eva asesinar a la enfermera y marcharse,pero a los fines de la preservacin de la hegemona se trata de lo mismo. En unapuesta en escena carnavalesca en la que lo rodean

    periodistas, ministros, monjas, curiosos, fotgrafos, embajadoras, los pequeos can-tores de la cruz patagnica, los sanados, las hijas de la revolucin peronista, embal-samadores, cosmetlogas, eclesisticos, escolares, sindicalistas, enfermeras llevandocirios y coronas de flores artificiales (Eva Pern 85)20

    Pern lleva a cabo el discurso fnebre, que comienza utilizando un verbo quedesigna la cesacin de funciones de objetos ms que de personas: Eva Pern se haapagado, decreta una semana de duelo nacional luego de la cual tendrn lugar losfunerales, la llama la madre de los humildes, aquella que sacrific el tiempo de suvida para aliviar la desgracia de los desheredados de la tierra y anuncia que suimagen ser reproducida hasta el infinito en pinturas y en estatuas para acabar afir-mando, con una irona que slo el espectador puede disfrutar, que Eva Pern estms viva que nunca (Eva Pern 85-87). El discurso fnebre superpone al cuerpode la enfermera la identidad poltica de Eva Pern desplazndola21 y la permanen-cia de la hegemona queda as asegurada22.

    2.4

    En la interpretacin de la figura de Eva Pern como la poseedora de un cuerpoque slo es el soporte material de una hegemona poltica, Eva Pern tiene, comoobserv Andrs Avellaneda, profundas similitudes con El simulacro de Jorge LuisBorges, publicado en El hacedor (1960). En l Borges narra la historia de un hom-bre que un da de julio de 1952 llega a un pueblo de la provincia de El Chaco paramontar all el velorio de una mueca rubia exhibida en una caja de cartn. El hom-bre recibe los psames de quienes se acercan al velorio como si se tratase del autn-tico viudo; en una alcanca metlica, a su lado, se suma el dinero que los visitantes

    20 Se trata del nico momento de la pieza en el que las dificultades de representacin cmo caracte-rizar a los curiosos o a los embalsamadores? reivindican su naturaleza esencialmente textual, privile-giando la lectura por sobre la puesta en escena.

    21 Finalmente, con slo nombrar se ocupa un espacio, y al ocuparlo deja fuera de ese espacio al que loocupaba (Rosenzvaig 20), como sucede en El uruguayo, donde se narra la compleja relacin de los habi-tantes del pas con objetos de los que toman posesin inventndose una palabra para nombrarlos. Si uno deellos me viera escribir en este momento [] podra inventar una palabra con la que nombrar mi cuaderno,mi estilogrfica y a m mismo y esta palabra se convertira automticamente en un lugar que l ocupara enel acto, dejndome, en cierta forma, fuera (El uruguayo 23).

    22 Ms tarde el cuerpo de Eva Pern fue embalsamado: De da tenan lugar los homenajes y de nocheel mdico-embalsamador continuaba su trabajo. [] El cuerpo embalsamado fue vaciado de su contenidoorgnico, de sus vsceras y humores, y convertido en carcasa, en soporte de lo que haba sido en vida (Sarlo110).

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    Patricio Pron Un argumento sobre su excepcin: acerca del travestismo de Eva Pern en la pieza

    dejan23. En el cuento, el contraste slo sugerido entre la representacin llevada acabo en esa poblacin miserable y la ostentacin del verdadero velorio al que elautor llama esa fnebre farsa representa un posicionamiento del antiperonistaBorges respecto del contenido poltico de los hechos que desea narrar. Sin embargo,la conviccin de que, an cuando el velorio simulado ha sido escenificado de modoirreflexivo, posee la misma importancia simblica del verdadero velorio y es, almismo tiempo, la cifra perfecta de una poca irreal, propone una perturbadora lec-tura que no es la del antiperonismo convencional, tan personalista como la hegemo-na cultural de la que proviene, y que justifica la interpretacin de Borges, en el sen-tido de que

    el enlutado no era Pern y la mueca rubia no era la mujer Eva Duarte, pero tampo-co Pern era Pern ni Eva era Eva sino desconocidos o annimos [] que figuraron,para el crdulo amor de los arrabales, una crasa mitologa (789).

    En el texto de Copi, la pasin de Eva Pern que actu en todos los escritospublicados con su firma, en todos sus discursos y en la rabiosa desesperacin querode su enfermedad y su muerte (Sarlo 25) es el producto de una voluntad poraferrarse a una vida cuya cesacin necesita la hegemona cultural peronista para per-petuarse. Ubicada en el otro extremo, esta lectura es correlativa con aquella ofreci-da por dicha hegemona en las numerosas hagiografas publicadas antes y despusde su muerte24 y en los escritos de la propia Eva, en los que sta ofrece su cuerpocomo puente entre Pern y sus partidarios y renuncia al mantenimiento de esecuerpo en pos de la realizacin de un proyecto poltico25. En ambas lecturas, el reco-nocimiento de una voluntad extraordinaria y de una excepcionalidad insoslayable dela que la redundancia temtica y la reiteracin formal de sus escritos polticos sonuna prueba refuerza dichas similitudes, otorgando a la pieza de Copi la misma cua-lidad pasional. Ms que en las hagiografas, es en Eva Pern donde pueden encon-trarse los ecos de una configuracin personal excepcional de la que no ha dejado deescribirse en los ltimos cincuenta aos.

    3

    Eva Pern integra una serie de textos que se inscribe en la tradicin de una lite-ratura nacional, como quiera que sta sea concebida: Esa mujer de Rodolfo

    23 No hay en esto ficcin alguna: en muchas partes del pas se vivieron tras la muerte de Eva Pernmanifestaciones espontneas del mismo tipo, donde se velaba a una mujer cuyo cuerpo se encontraba a milesde kilmetros.

    24 Puede citarse a modo de ejemplo la intervencin de la senadora Hilda Castieira durante el debatealrededor del proyecto de monumento en vida a Eva Pern, en 1952: Eva Pern resume lo mejor de Catalinade Rusia, Isabel de Inglaterra, Juana de Arco e Isabel la Catlica, pero multiplicando sus virtudes y llevn-dolas a la ensima potencia, hasta el infinito; la respuesta de la diputada Juana Larrauri introdujo una correc-cin a esta serie: Eva Pern es el honor de los honores. No acepto que se la compare con ninguna otra mujer,ni con ninguna herona de ninguna poca (citado en Dujovne Ortiz 287).

    25 Vase Pern (1999) en la bibliografa.

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    Patricio Pron Un argumento sobre su excepcin: acerca del travestismo de Eva Pern en la pieza

    Walsh, Eva Pern en la hoguera de Osvaldo Lamborghini, Evita vive y Elcadver de Nstor Perlongher, La seora muerta de David Vias, El simulacrode Jorge Luis Borges, El nico privilegiado de Rodrigo Fresn, A las 20.25 laSeora entr en la inmortalidad de Mario Szichman, La pasin segn Eva de AbelPosse, Roberto y Eva. Una pasin argentina de Guillermo Saccomano y Santa Evitade Toms Eloy Martnez. Pero meter a Copi en esta serie significa precisamenterevisar las argumentaciones dadas en torno a la articulacin de dicha tradicin, estoes, intervenir de forma crtica sobre la idea de una literatura nacional. En la ltimadcada los esfuerzos por insertar en esa tradicin a una serie de textos el Diarioargentino de Witold Gombrowicz, por ejemplo han llevado a tematizar la constitu-cin de esa tradicin por parte de una crtica que obtiene en la misma existencia deesa tradicin su legitimacin26. Modificar la serie, introducir nuevos autores, pre-guntarse acerca de las discontinuidades, significa tambin modificar, introducircambios y preguntarse acerca de la misma crtica. El ms rotundo y radical de losaspectos de la excepcin de Copi es su excepcin misma, puesto que sta describela serie de la que se aparta, sealando sus debilidades y sus limitaciones. EnTeologa poltica Carl Schmitt cita a Sren Kierkegaard al afirmar que la excepcin

    [] explica lo general y se explica a s misma. Y si lo general pretende estudiarsecorrectamente, slo hay que buscar una verdadera excepcin, la cual revela todo conmucha ms claridad que lo general (citado en Sarlo 193).

    Si esta afirmacin no es errnea, intervenir de forma crtica sobre la obra de Copisignifica tambin hacerlo sobre la crtica misma, apuntando sus limitaciones parahacer de ellas el punto de partida para el trabajo que an queda por hacer.

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    26 Un ejemplo de esta tendencia lo ofrece el taller de Escrituras marginales dirigido recientemente enBuenos Aires por Lola Arias y Walter Cassara, donde, a travs del anlisis de outsiders como Juan RodolfoWilcock, Alejandra Pizarnik, Osvaldo Lamborghini, Antonio Di Benedetto, Nstor Perlongher y el propioCopi, entre otros, se pretende mostrar cmo en los mrgenes, los extrarradios de un sistema, un estilo seinvenciona a contrapelo y se complotan ciertas prcticas de estilo, ciertas genealogas bizarras y modosminoritarios de acceso al texto. Las dificultades para definir aquello que realmente es marginal se aprecianen el hecho de que, junto con los autores mencionados, se encuentran otros como Witold Gombrowicz,Macedonio Fernndez o Roberto Arlt, cuya marginalidad puede ser de ndole estilstica pero nunca respectode una crtica que en la ltima dcada ha hecho de ellos su fetiche. De Silvina Ocampo, otra de las autorasincluidas en la serie, tampoco puede decirse, desde mi punto de vista, que alguna vez haya ocupado una posi-cin marginal en ninguno de los sentidos.

  • 280 Anales de Literatura Hispanoamericana2007, vol. 36, 269-281

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