Copleston, Frederick - Historia de la Filosofía I de Grecia y Roma

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----------------------- Page 1----------------------LIBER Roma Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I Grecia y Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFA Tomo I Grecia y Roma ----------------------- Page 2----------------------LIBER Grecia y Roma ----------------------- Page 3----------------------LIBER Grecia y Roma CAPTULO PRIMERO INTRODUCCIN POR QU ESTUDIAR LA HISTORIA DE LA FILOSOFA? 1. Difcilmente podramos llamar culto a quien careciese en a bsoluto de conocimientos histricos. Todos reconocemos que cada cual debera saber algo de la historia de su propio pas, de su desarrollo poltico, social y econmico, de sus riquezas literarias y artsticas..., y que sera preferible que esa historia la pudiese r elacionar adems con la del resto de Europa, y aun, en cierta medida, con la del mundo e ntero. Ahora bien, si cabe esperar que un ingls educado y culto posea algn conocimien to sobre Alfredo el Grande, la reina Isabel I, Cromwell, Marlborough y Nelson, as como acerca de la invasin normanda, la Reforma y la revolucin indu strial, parece igualmente claro que debera saber siquiera alguna cosa sobre Rogerio Bacon y Duns Escoto, Francis Bacon y Hobbes, Locke, Berkeley, Hume, J. S. Mill y Herbert Spencer. Ms an, si del hombre culto se espera que no ignore por completo las cosas de G recia y Roma, si le avergonzara tener que confesar que no ha odo hablar nunca de Sfoc les o de Virgilio y que nada sabe de los orgenes de la cultura europea, tambin pue de exigrsele algn conocimiento sobre Platn y Aristteles, dos de los ms importantes pensadores que ha habido en el mundo, dos figuras cumbres de la filosofa euro pea. Un hombre culto ha de tener al menos cierta idea respecto a Dante, Shakespea Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I

re y Goethe, san Francisco de Ass y fra Anglico, Federico el Grande y Napolen I; por qu no hemos de esperar que sepa algo tambin acerca de san Agustn y santo Toms de Aquino, Descartes y Espinosa, Kant y Hegel? Sera absurdo suponer que debem os informarnos sobre los grandes conquistadores y destructores, y mantenernos, en cambio, en la ignorancia con respecto a los grandes creadores, aqu ellos que han contribuido ms positivamente a la formacin de nuestra cultura europea . Mas no slo los grandes pintores y escultores nos dejaron el tesoro de un legado perd urable, sino que tambin los grandes pensadores, como Platn y Aristteles, san Agustn y santo Toms de Aquino enriquecieron Europa y su cultura. Entra, por ende, dent ro de una formacin completa del hombre el tener al menos algunas nociones acerca de la filosofa europea, ya que tambin nuestros filsofos, tanto o ms que nuestros artis tas y nuestros generales, han contribuido, para bien o para mal, a la configuracin de nuestra poca. Nadie habr que considere la lectura de las obras de Shakespeare o la contempl acin de las creaciones de Miguel ngel como prdidas de tiempo, pue s sus valores intrnsecos no han disminuido porque hayan pasado ya siglos desde la muerte de sus autores. As, tampoco debera considerarse tiempo perdido el dedicado a estudiar el pensamiento de Platn, de Aristteles o de san Agustn, puesto que sus creaciones intelectuales perduran como extraordinarios logros del espritu h umano. El que despus de Rubens hayan vivido y pintado otros muchos artistas no aminora el v alor de la obra de Rubens; el que desde los tiempos de Platn hayan fi losofado otros pensadores, no quita inters ni belleza a la filosofa platnica. 3 ----------------------- Page 4----------------------LIBER I Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA Grecia y Roma

Pero, si es de desear que toda persona culta sepa algo de la historia del pen samiento filosfico, en el grado en que se lo permitan sus ocupaciones, sus aptitudes me ntales y su necesaria especializacin, cunto ms deseable no ser esto para todos l os que estudian precisamente filosofa! Me refiero, en concreto, a los estudiantes de filosofa escolstica, que la estudian como la philosophia perennis . No deseo discutir e l hecho

de que hay una filosofa perenne; pero, ciertamente, tal filosofa no llo vi del cielo, sino que naci del pasado; y, si queremos apreciar con exactitud la obra de santo Toms, de san Buenaventura o de Duns Escoto, hemos de tener cierto conocimiento de Platn, Aristteles y san Agustn. Adems, si hay una filosofa perenne, algunos de sus principios no pueden menos de haber influido hasta en los filsofos de la po ca moderna que, a primera vista, ms alejados parezcan de las posiciones defendida s por santo Toms de Aquino. Y aunque as no fuese, resultara instructivo ver qu consecuencias se siguen de unas premisas falsas y de unos principios errneos. Como tampoco se negar que es detestable la costumbre de condenar a pensa dores cuya mentalidad y puntos de vista no se han comprendido o examinado en su genuino contexto histrico. Convendra asimismo tener en cuenta, po r otro lado, que las posibilidades de aplicar a todos los campos de la filosofa los principios verd aderos no se agotaron, por cierto, en la Edad Media y que bien puede ser que debamos al gunas enseanzas a los pensadores modernos, por ejemplo, en lo referente a la teora de la Esttica o a la Filosofa Natural. 2. Se objetar, tal vez, que los diversos sistemas filosficos del pas ado son meras reliquias de la Antigedad; que la historia de la filosofa es slo un registro de sistemas refutados y espiritualmente muertos, ya que cada uno de ell os ha dado 1 muerte y sepultura al anterior . No dijo Kant que la Metafsica deja siempre e n suspenso al entendimiento humano, con esperanzas que ni se disipan ni se cump len nunca, que mientras cualquier otra ciencia progresa sin cesar, en la Metafsica lo s hombres giran perpetuamente alrededor del mismo punto, sin avanzar ni un solo paso?2 El platonismo, el aristotelismo, la escolstica, el cartesianismo, el ka ntismo, el hegelianismo... han tenido todos ellos sus perodos de gran predicamen to y todos tambin han sido puestos en duda: el pensamiento europeo puede represe ntarse 3 como un desordenado conjunto de sistemas metafsicos desechados e incompatibles . Para qu estudiar los trastos viejos del desvn de la historia? Pero, aun en la hiptesis de que todas las filosofas del pasado haya n sido no slo discutidas (lo cual es obvio), sino tambin refutadas (que no es en modo alguno lo

4 mismo), sigue valiendo lo de que los errores son siempre instructivos , en tant o se admita, claro est, que la filosofa es posible como ciencia y no, de suyo, un fuego fatuo. Para poner un ejemplo de la filosofa medieval: las conclusiones a que l levan, por una parte, el realismo exagerado y, por otra, el nominalismo i ndican que la solucin al problema de los universales ha de ser intermedia entre esos dos ext remos. La historia del problema sirve as como de prueba experimental de la tesis apre ndida en las clases. Parecidamente, el hecho de que el idealismo absoluto haya sido incapaz de explicar de un modo satisfactorio las individualidades finitas ha de ser b astante 1Hegel, Hist. de la Filos., I, p. 17. 2 Proleg., p. 2 (Mahaffy). 3 A. N. Whitehead, Process and Reality, p. 18. Ni que decir tiene que la acti tud antihistrica no es la que adopta Whitehead. 4 N. Hartman, Ethics, I, p. 119. 4 ----------------------- Page 5----------------------LIBER Grecia y Roma para apartar a cualquiera de meterse por la senda monista. La ins istencia de la filosofa moderna en la teora del conocimiento y en la relacin sujeto-objeto, pe se a todas las extravagancias a que ha conducido, ha de poner meridianamente en c laro que tan imposible es ya reducir el sujeto al objeto como el obje to al sujeto. Y el examen del marxismo, no obstante lo fundamental de sus errores, nos ensear a n o despreciar la influencia que ejercen la tcnica y la vida econmica del hombre e n las ms altas esferas de la cultura humana. En especial, para quien no se proponga aprender un sistema filosfico determinado sino que aspire a filosofar, por as decirlo, ab ovo, el estudio de la historia de la filosofa es indispensable, pues sin l correr el riesgo de meterse por callejones sin salida y de repetir los erro res de quienes le precedieron, peligros que un serio estudio del pensamiento pretrito le evitar seguramente. 3. Verdad es que un estudio de la historia de la filosofa ac aso engendre cierta inclinacin mental al escepticismo, pero debe recordarse que el hecho Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I

de que los sistemas se sucedan unos a otros no prueba que toda filo sofa sea falsa. Si X abandona y combate la posicin de Y, esto no demuestra, de suyo, que la posicin de Y sea insostenible, puesto que X puede haberla abandonado sin motivo suficiente o atenindose a unas premisas falsas cuyo desarrollo implicaba el aleja miento de la filosofa de Y. El que haya habido en el mundo muchas re ligiones budismo, hinduismo, zoroastrismo, cristianismo, mahometismo, etc. no prueba que el cristianismo no sea la verdadera; para probarlo hara falta refutar por comple to toda la Apologtica cristiana. Pues, lo mismo que es absurdo hablar como si la exis tencia de varias religiones desautorizase ipso facto la pretensin de toda religin a s er ella la verdadera, as tambin es absurdo hablar como si el sucederse de las distintas filosofas demostrase ipso facto que ni hay ni puede haber una filos ofa verdadera. (Naturalmente, al hacer esta observacin no quiero decir que en ninguna otra r eligin salvo en la cristiana haya valores verdaderos. Es ms, entre la rel igin verdadera [revelada] y la verdadera filosofa hay esta gran diferencia: que mientras la primera, como revelada, es necesariamente verdadera en su totalidad , en todo lo que es revelado, la filosofa verdadera puede serlo en sus lneas y principios ms importantes, pero sin llegar a ser completa en ningn momento. La filosofa, obr a de la mente humana y no revelacin de Dios, crece y se desarrolla: sus puntos de vista pueden cambiar y renovarse o aumentar en nmero, gracias a nuevos enfoques o a l planteamiento de problemas nuevos, a medida que se descubren ms datos, varan l as situaciones, etc. El trmino filosofa verdadera o filosofa perenne no ha de entenderse como si denotara un conjunto esttico y complet o de principios y aplicaciones, no susceptible de desarrollo ni modificacin.) NATURALEZA DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFA 1. La historia de la filosofa no es, ciertamente, un mero cmulo de opini ones, una exposicin de aisladas muestras de pensamiento sin vnculo alguno entre s. Si la historia de la filosofa se trata slo como un ir enumerando diversas opiniones, y si todas esas opiniones se consideran igualmente vlidas o sin ningn valor, convirt ese 5 entonces tal historia en intil relato o, si se quiere, en investigacin erudita .

Hay, 5 Hegel, Hist. de la Filos., I, p. 12. 5 ----------------------- Page 6----------------------LIBER Grecia y Roma ms bien, en ella continuidad y conexiones, accin y reaccin, tesis y anttesis, y ninguna filosofa se puede entender realmente del todo si no se la ve en su con texto histrico y a la luz de sus relaciones con los dems sistemas. Cmo va a entenderse de veras la mentalidad de Platn o lo que le induca a decir lo que dijo, a no se r que se conozca algo el pensamiento de Herclito, de Parmnides y de los pitagricos? Cmo podr entenderse por qu Kant adopt una posicin aparentemente tan peregrina con respecto al espacio, al tiempo y a las categoras, a menos que se tengan ciertas nociones sobre el empirismo ingls y se comprenda bien el efecto que produjeron en la mente de Kant las escpticas conclusiones de Hume? 2. Pero si la historia de la filosofa no es mera coleccin de o piniones aisladas, tampoco se la puede considerar como un continuo progreso ni como una ascensin en espiral. Cierto que a lo largo de la tridica especulacin hegeliana d e la tesis, la anttesis y la sntesis se encuentran atractivos ejemplos de una evolucin de esa c lase, pero la tarea del historiador cientfico no consiste precisamente en adoptar un esquema a priori y tratar luego de ir ajustando los hechos a ese esquema. Hegel supuso que la sucesin de los sistemas filosficos representa la necesaria sucesin de las fases del desarrollo por que atraviesa la filosofa; pero esto slo sera verdad si el pensar filosfico del hombre fuese el mismo pensar del Espritu Universal. Es indudable que, prcticamente hablando, todo pensador se ve limitado, para orien tar su filosofa, por los sistemas precedentes y por los contemporneo s (y tambin, podramos aadir, por su propio temperamento, su educacin, su situacin histrica y social, etctera); mas ello no quiere decir, ni mucho menos, que tenga que deci dirse forzosamente a adoptar determinados principios o premisas, ni a reaccionar de algn modo particular contra la filosofa precedente. Fichte estaba convencido de que su sistema se segua lgicamente del de Kant, y la directa conexin lgica que hay entre ambos la percibe muy pronto cualquier estudioso de filosofa moderna; sin embar go, Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I

Fichte no se vio determinado necesariamente a desarrollar la filosofa de Kant tal como lo hizo. El filsofo sucesor de Kant pudo haber preferido revisar las pre misas kantianas y negar que las conclusiones que Kant acept de Hume fuesen legtimas; pudo haberse remontado a otros principios o haber ideado unos nuevos por su c uenta. En la historia de la filosofa hay, sin duda, una ilacin lgica, pero no una secue ncia necesaria en sentido estricto. Por lo tanto, no podemos estar de acuerdo con Hegel cuando dice q ue la ltima filosofa de un perodo es el resultado de su desarrollo y es verdad en la ms alta 6 forma que de s ofrece la autoconciencia del espritu . Mucho depende, naturalment e, de cmo se dividan los perodos y de lo que se quiera considerar como la filosofa definitiva de cada perodo (donde hay extenso campo para las ms arbitrarias elecciones, segn pareceres y propsitos preconcebidos); pero, adems, a no ser qu e adoptemos del todo la postura hegeliana, qu garanta tenemos de que la fi losofa ltima de cada perodo represente el ms alto grado de desarrollo del pensami ento conseguido hasta entonces? Aunque cabe hablar con todo de recho de un perodo medieval de la filosofa y aunque el ockhamismo puede considerarse como la ltima filosofa principal de aquel perodo, no obstante, la filosofa de Ockham no puede reputarse de ningn modo como el logro supremo de la filosofa medieval. sta, segn 6 Hist. de la Filos., III, p. 252. 6 ----------------------- Page 7----------------------LIBER Grecia y Roma 7 lo ha hecho ver E. Gilson , se representa mejor con una lnea curva que con un a recta. Y qu filosofa de las de nuestros tiempos podramos preguntar a este propsito viene a ser la sntesis de todas las precedentes? 3. La historia de la filosofa da cuenta de los esfuerzos del hombr e por hallar la Verdad mediante la razn discursiva. Un neotomista, desarrollando la frase de santo 8 Toms, Omnia cognoscentia cognoscunt quolibet cognito , ha sostenido que el juicio humano siempre Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I

implicite apunta

Deum ms

in all, con

tiene

siempre

una

9 referencia implcita a la Verdad Absoluta, al Ser Absoluto . (Esto nos recuerd a a F. H. Bradley, aunque el trmino Absoluto no signifique, por supuest o, lo mismo en ambos casos.) De todos modos, podemos decir que la busca de la verdad es, en definitiva, la busca de la Verdad Absoluta, de Dios, y que hasta los sistema s filosficos que parecen refutar este aserto, como por ejemplo el mater ialismo histrico, en realidad lo confirman, ya que todos ellos buscan, aun sin advertirlo y aunqu e quiz no lo quieran reconocer, un ltimo Fundamento, una Realidad suprema. Por ms que la especulacin intelectual haya llevado a veces a mantener doctrinas extravagant es y a sacar conclusiones monstruosas, no podemos ver sino con simpata e inters los esfuerzos del entendimiento humano por alcanzar la Verdad. Kant, que negaba que la Metafsica en el sentido tradicional fuese y aun pudiese ser una ciencia, no p or ello dejaba de admitir que nos es imposible mantenernos indiferentes con respecto a los objetos que la Metafsica dice estudiar, cuales son Dios, e l alma y la libertad humana10; y podemos aadir que tampoco nos es indiferente el ansia con que el entendimiento humano ha buscado la Verdad y el Bien. Lo fcil que resulta incu rrir en errores, el hecho de que el temperamento, la educa cin y tantas otras circunstancias en apariencia fortuitas aboquen con harta frecuencia al pensado r a insolubles aporas, el que no seamos inteligencias puras, sino que nuestros pr ocesos mentales puedan ser influidos a menudo por factores extraos, todo esto prueba sin lugar a dudas que es necesaria la Revelacin religiosa, per o no debe hacernos desesperar por entero de la especulacin humana ni despreciar los intentos con que los pensadores pretritos procuraron de buena fe alcanzar la Verdad. 4. El autor de este libro se adhiere a la opinin tomista de que hay una filosofa perenne y de que sta es el tomismo considerado en un sentido amplio. Pero qui siera hacer dos observaciones al respecto: a) Que el decir que el sistema tomista se identifica con la filosofa perenne no significa que tal sistema que dase completo y cerrado en una poca histrica dada, ni que sea incapaz de ulterior desarrollo en cualquier direccin. b) Que la filosofa perenne, una vez concluido el perodo med ieval, no se desarrolla slo aparte de la filosofa moderna y como a su vera, sino tambin dentro y a travs del pensamiento moderno. No pretendo sugerir que la filosofa

de Espinosa o la de Hegel, por ejemplo, puedan ser comprend en el trmino tomismo; sino, ms bien, que si los filsofos, aun los que de ninguna manera admitiran el dictado de escolsticos, llegan a obtener, mediante el uso de princi pios verdaderos, conclusiones vlidas, esas conclusiones deben considerarse como pertenecientes a la filosofa perenne. idas 7 Cfr. L'Unit de l'exprience philosophique. 8 De Verit., 22, 2, ad 1. 9 J. Marchal, El punto de partida de la Metafsica, Fasc. V. 10 Prefacio a la I. ed. Crtica de la Razn Pura. 7 ----------------------- Page 8----------------------LIBER Grecia y Roma Santo Toms de Aquino hace ciertamente algunas afirmaciones acerca del Estado, por ejemplo, y no nos sentimos inclinados a cuestionar sus principios; pero sera a bsurdo pedir una filosofa del Estado moderno ya desarrollada en el siglo 1 3, y, desde el punto de vista prctico, difcilmente podra haberse desarrollado y articulado a ba se de los principios escolsticos una filosofa del Estado completa con anterioridad a la aparicin del Estado moderno y a la manifestacin de las actitudes mod ernas con respecto al mismo. Slo contando ya con nuestra experiencia de lo que son el Es tado liberal y el Estado totalitario, y conociendo sus correspondientes t eoras, podemos comprender todo el alcance que tiene lo poco que santo Toms dice acerca del Es tado y, desarrollndolo, podemos elaborar una filosofa poltica escols tica que sea aplicable al Estado moderno y en la que aprovechemos todo lo bueno de las dems teoras y evitemos sus errores. La filosofa del Estado obtenida mediante esta la bor, si se la examina atentamente, se ver que no es un simple desarrollo de los princi pios escolsticos tomados absolutamente aparte de la situacin histrica actual y d e las teoras que en ella intervienen, sino ms bien un desarrollo de esos principios a la luz de la realidad histrica y en dilogo o en lucha con las opuestas te oras sobre el Estado. Adoptando tal punto de vista, nos capacitaremos para mantener la id ea de una filosofa perenne, sin solidarizarnos, por una parte, con los que, atenindos e a un Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I

criterio demasiado estrecho, la confinan a un determinado siglo, y, por otra parte, sin aceptar la visin hegeliana de la filosofa, visin que implica necesariamente (aun que Hegel mismo parece haber pensado de otro modo, con inconsecuencia) que la Ver dad nunca se alcanza en un momento dado. CMO ESTUDIAR LA HISTORIA DE LA FILOSOFA 1. Hay que insistir ante todo en la necesidad de considerar todo sistema filo sfico en sus circunstancias y conexiones histricas. De esto ya hemos hablado ms arriba y no requiere mayor explanacin: es obvio que slo comprenderemos adecuadament e la mentalidad de un filsofo determinado y la raison d'tre de su filosofa si hemos entendido primero su point dpart histrico. Hemos puesto ya el ejemplo de Kant: nicamente penetraremos el porqu de su teora del a priori si le vemos en su situacin histrica, enfrentado con la filosofa crtica de Hume, la evidente bancarr ota del racionalismo continental y la indiscutible certeza de las matemticas y de la fsica newtoniana. Asimismo, nos capacitamos para entender mejor la filosofa vitalist a de Henri Bergson si vemos, por ejemplo, sus relaciones con las precedentes teoras del mecanicismo y del espiritualismo francs. 2. Para estudiar con provecho la historia de la filosofa es necesar ia tambin una cierta simpata, casi diramos una sintonizacin psicolgica con los filsofos. Es de desear que el historiador conozca un poco siquiera la personalidad del filsofo como hombre (lo cual, naturalmente, no es posible con respecto a todos los filsofos ); ello le ayudar a sentirse introducido en el sistema de que se trate, a verlo, por deci rlo as, desde dentro, y a percibir todos sus matices y caractersticas. Tenemos que pro curar ponernos en la situacin del filsofo al que estemos estudiando, repensar con l su s pensamientos. Esta simpatizacin o compenetracin imaginaria le es ms ese ncial an al filsofo escolstico que quiera entender la filosofa moderna. Si un hombre, p or ejemplo, ha sido formado en la fe catlica, los sistemas modernos, o al menos a lguno de ellos, fcilmente le parecern descabelladas monstruosidades indignas de que s e les preste seria atencin; pero si consigue, en la medida de sus posibilida des (y sin 8 ----------------------- Page 9-----------------------

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renunciar, por supuesto, a sus propios principios), ver los sistemas desde d entro, es mucho ms probable que llegue a entender lo que quiso decir el fils ofo de que se trate. Sin embargo, la psicologa del filsofo no debe preocuparnos tanto que descuidem os los aspectos de la verdad o falsedad de sus ideas tomadas en s m ismas o el de la conexin de su sistema con todo el pensamiento precedente. Un psiclogo puede mu y bien reducirse al primero de los referidos puntos de vista, pero no un histo riador de la filosofa. As, por ejemplo, un enfoque puramente psicolgico tal vez induzca a suponer que el sistema de Arturo Schopenhauer fue la creacin de un amargado, de un temperamento agrio, de un fracasado que posea al mismo tiempo grandes dote s literarias, una poderosa imaginacin, gusto y agudeza mental y nada ms: como si toda su filosofa fuese simple manifestacin de ciertos estados psquicos . Mas esta manera de enjuiciar su sistema no tendra presente el hecho de que su pesimismo voluntarista es en gran parte una reaccin contra el optimismo racionalista de Hegel, y tampoco tendra en cuenta que la teora esttica de Schopenhauer acaso valga por s misma, independientemente de la clase de hombre que la propuso, as como pasara tambin por alto todo el problema del mal y del sufrimiento, que o cupa un lugar preponderante en el sistema de Schopenhauer y que no deja de ser un problema realsimo, fuese o no Schopenhauer un decepcionado y un desilusionado. Parecidamente, aunque sirve de mucho para entender el pensamiento d e Federico Nietzsche saber algo de su historia personal, sus ideas pueden ser considera das en s mismas, prescindiendo del hombre que las pens. 3. Dedicarse a repensar por cuenta propia el sistema de un filsofo, a comprender ntegramente no slo sus palabras y frases tal como aparecen sino tam bin, en lo posible, con los alcances y matices que pretendi darles su autor, y tratar de percibir todos los detalles en relacin con el conjunto del sistema, abarcando su gnesis y sus derivaciones, no es tarea de unos momentos. No ha de extraar, por t anto, que, lo mismo que ocurre en las diversas ciencias, sea regla general, en el campo de la historia de la filosofa, la especializacin. El conocimiento especializ

ado, pongamos por caso, de la filosofa de Platn requiere, adems de un dominio completo del gr iego y de la historia de Grecia, saber bastante de las matemticas grieg as, la religin griega, la ciencia griega, etc. El especialista necesita, pues, un gran aparato de erudicin; pero le es esencial, si ha de ser autntico historiador de la filosofa, no cargarse hasta tal punto de material erudito y de observaciones sobre detall es que se incapacite para penetrar en el espritu de la filosofa objeto de su estudio y para hacerla revivir en sus escritos o en sus lecciones. La erudicin es indispensa ble, pero de ningn modo es suficiente. El hecho de que pueda dedicarse muy bien una vida entera al estu dio de un gran pensador y despus quede todava mucho por estudiar acerca de l, signi fica que quien es tan atrevido como para lanzarse a componer toda una historia comple ta de la filosofa difcilmente ha de esperar que su labor resulte de mucho va lor para los especialistas. El autor de la presente obra es muy consciente de esto y, com o ya dijo en el prlogo, no la escribe para los especialistas, sino ms bien utilizando lo s trabajos de los especialistas. No es preciso repetir aqu las razones que han movido al autor a escribir este libro; sin embargo, le es grato insistir en que se considerar correspondido por su trabajo si logra contribuir en algn grado, no ya slo a la instruccin del tipo de estudiante para el que lo ha concebido prin cipalmente, sino 9 ----------------------- Page 10----------------------LIBER Grecia y Roma tambin a ampliar su visin, a que comprenda ms profundamente y con simpata el esfuerzo intelectual de la humanidad y, por descontado, a darle may or firmeza y hondura en el mantenimiento de los principios de la filosofa verdadera. LA FILOSOFA ANTIGUA En este volumen tratamos de la filosofa griega y romana. N o es menester que hagamos mucho hincapi en la importancia de la cultura griega como dice Hegel, e l nombre de Grecia les es querido y familiar a todos los hombres cultos de Euro pa11. Nadie negar que los griegos legaron un imperecedero tesoro de literatura y art Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I

e a nuestro mundo europeo, y lo mismo se ha de decir en lo que atae a la especulac in filosfica. Desde sus primeros albores en el Asia Menor, la filosofa griega se fue desarrollando ininterrumpidamente hasta florecer en las dos grandes f ilosofas de Platn y Aristteles, y ms tarde, con el neoplatonismo, influy mucho en la formacin del pensamiento cristiano. Tanto por ser la primera fase de la especu lacin europea como por su valor intrnseco, no puede menos de interesar profundamente a todo estudiante de filosofa. En la filosofa griega asistimos al planteamiento i nicial de problemas que conservan an toda su relevancia para nosotro s, se nos sugieren respuestas no carentes de valor; y aunque advirtamos en ella cierta ingenuida d, cierta excesiva confianza y precipitacin, sigue siendo una de las gl orias de la cultura europea. Y si la filosofa de los griegos debe interesar a todo estudiante de f ilosofa por su influencia en la especulacin posterior y por sus valores intrnsecos, mayor i nters ha de tener an para quienes estudian la filosofa escolstica, que tant o adeuda a Platn y Aristteles. La filosofa griega fue, en realidad, un logro de los griegos, fruto de su vigo r y lozana mental, lo mismo que lo fueron su literatura y su arte. No permitamos que el laudable deseo de tomar en consideracin otras posibles influencias no griegas nos lleve a exagerar la importancia de stas y a estimar en menos de lo debido la originali dad del espritu helnico: en verdad, es mucho ms probable que estimemos la originalidad de los griegos que no que la exageremos.12 La tendencia del histo riador a investigar siempre las fuentes produce, sin duda, muchos y muy valiosos estudio s crticos, y sera tonto quitarle importancia; pero tambin es cierto que tal tenden cia puede llevar demasiado lejos, hasta un criticismo tan extremado que deje de s er ya propiamente cientfico. As, por ejemplo, no debe suponerse a priori que tod o autor haya tomado de algn predecesor suyo todas y cada una de sus opinio nes: si esto supusiramos, habramos de admitir lgicamente, en ltima instancia, la existencia de algn ancestral Coloso o Superhombre, de quien hacer derivar toda la especul acin filosfica posterior. Ni tampoco se puede suponer, sin ms, que siempre que dos pensadores o grupos de pensadores que se suceden inmediatamente en el tiempo profesan doctrinas semejantes se las deba el uno al otro. Igual qu

sub

e es ciertamente absurdo dar por averiguado que, si algn rito o costumbre del cristianismo coin cide en parte con los de una religin asitica oriental, el cristianismo tiene que haberlos tomado del Asia, no menos absurdo es suponer que, si la especulacin griega con tiene algn pensamiento similar al que aparece en alguna filosofa oriental, sta ha de s er 11 Hist. de la Filos., I, p. 149. 12 Burnet, Greek Philosophy, I, p. 9. 10 ----------------------- Page 11----------------------LIBER Grecia y Roma la fuente histrica de aqulla. Despus de todo, el entendimiento del hombre es perfectamente capaz de interpretar de modos semejantes las experiencias seme jantes, ya se trate del entendimiento de un hind o del de un griego, y no hay por qu v er en la semejanza de reacciones una prueba irrefutable de dependencia ideolgica. E stas observaciones no pretenden menospreciar la crtica ni la investigacin histrica, sino indicar nicamente que sus conclusiones deben basarse en pruebas histricas y no se han de deducir de supuestos apriorsticos ms o menos adornado s de un matiz pseudohistrico. La afirmacin de la originalidad de los griegos no parece que h aya sido debilitada seriamente, al menos hasta ahora, por la legtima crtica histric a. En cambio, la filosofa romana es slo un producto pobre si se la compara con la de los griegos, pues Roma dependi en gran parte de Grecia respecto a las ideas filosf icas, lo mismo que en lo concerniente al arte y, mucho tambin, en el terreno litera rio. Los romanos brillaron en otras cosas (pensemos en la creacin del derecho romano y en los logros del genio poltico de Roma), pero su gloria no se halla en el campo de la especulacin filosfica. Mas, aun siendo innegable la dependencia de la s escuelas filosficas romanas con respecto a sus predecesoras de Gre cia, no podemos permitirnos el pasar por alto la filosofa del mundo romano, puesto que nos mu estra cules fueron las ideas corrientes entre los miembros ms cultos de l a clase que dominaba entonces el mundo europeo civilizado. El pensamiento de la ltima Est oa, por ejemplo, las doctrinas de Sneca, Marco Aurelio y Epicteto, ofrecen una vi Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I

sin en numerosos aspectos noble y admirable, merecedora casi siempre de nuestra est ima, aunque al mismo tiempo seamos conscientes de lo mucho que le falta. Es de de sear, asimismo, que el estudiante cristiano conozca algo de lo mejor que el paganismo puede ofrecerle y que se familiarice con las diversas corrientes de pensamie nto que estaban en vigor en aquel mundo grecorromano al que advino y en el que se im plant y creci la Religin revelada. Resulta lamentable que los estudiantes se hayan de familiarizar con las campaas de julio Csar o de Trajano y con las infames carr eras de Calgula y de Nern, y, en cambio, nada sepan del emperadorfilsofo Marco Aurelio, o de la influencia que ejerci en Roma el griego Plotino, quien, aun sin ser cristiano, fue un hombre profundamente religioso y cuyo nombre le fue tan qu erido a la primera gran figura de la filosofa cristiana, a san Agustn de Hipona. 11 ----------------------- Page 12----------------------LIBER Grecia y Roma 12 ----------------------- Page 13----------------------LIBER y Roma Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I Grecia PRIMERA PARTE La Filosofa Presocrtica ----------------------- Page 14----------------------LIBER Grecia y Roma 14 ----------------------- Page 15----------------------LIBER Grecia y Roma CAPTULO II LA CUNA DEL PENSAMIENTO OCCIDENTAL: JONIA El lugar de nacimiento de la filosofa griega fue la costa del Asia Menor, y los primeros filsofos griegos fueron jonios. Mientras la misma Grecia se hallaba Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I

en un estado de caos y de relativa barbarie, a consecuencia de las invasiones dori as del siglo 11 a. J. C., que hundieron la antigua cultura egea, Jonia conserv el espritu d e la 1 civilizacin anterior , y al mundo jnico perteneci Homero, aun que los poemas homricos gozaron del patronazgo de la nueva aristocracia aquea. Los poemas homricos no pueden ser considerados, en verdad, como una obra filosfica (si bien son muy valiosos, indudablemente, por cuanto revelan ciertos estadios de la vida de los griegos y de su manera de pensar, as como tampoco debe subestimarse su in flujo educativo sobre los griegos de pocas posteriores); las aisladas ideas filosfic as que en estos poemas aparecen distan mucho de estar organizadas sistemticamente (lo e stn bastante menos que en los poemas de Hesodo, el escritor pico nacido en la Grec ia continental, que refleja en su obra su visin pesimista de la historia, su con viccin del imperio de la ley en el mundo animal y su preocupacin tica porque se haga la justicia entre los hombres). Pero es significativo que el mayor poeta de Grecia y el primer despuntar de la filosofa sistemtica pertenezcan ambos a la Jonia. Claro que aquellas dos grandes producciones del genio jnico, los poema s de Homero y la cosmologa jonia, no se siguieron simplemente la una de la otra; po r lo menos adptese la opinin que se prefiera sobre el autor, la composicin y las fechas de los poemas homricos, est bastante claro que la sociedad que en ellos aparece reflejada no era la del perodo de la cosmologa jonia, sino que perteneca a una p oca ms primitiva. Adems, la sociedad descrita por Hesodo, el posterior de los dos grandes poetas picos, est an lejos de la sociedad de la polis griega, pues entr e una y otra ocurri la cada del poder de la aristocracia, cada que posibilit el libre auge de la vida ciudadana en la Grecia continental. Ni la vida heroica descrita en l a Ilada, ni la dominacin de la nobleza terrateniente que describen los poemas de Hesodo constituyeron el cuadro en el que surgi la filosofa griega: por el contrario, el primer filosofar helnico, aunque obra naturalmente de individuos, fue tambin un produ cto de la ciudad y reflejaba hasta cierto punto el imperio y la concepcin de la l ey, que los presocrticos, en sus cosmologas, extendieron sistemticamente a todo el univ erso. As, en cierto sentido, hay alguna continuidad entre la concepcin homrica de un a

ley ltima, de un destino o voluntad que gobierna a los dioses y a los hombres , ms la descripcin hesidica del mundo y las exigencias morales del poeta, por una part e, y, por otra, la primitiva cosmologa jonia. Una vez estabilizada la vida social, pudieron los hombres darse a la reflexin terica, y durante la infancia de la filosofa lo que 1 Fue en Jonia donde se origin la nueva civilizacin griega: Jonia, don de la vieja sangre y el espritu egeos perduraron ms, ense a la nueva Grecia, le dio las mone das acuadas y las letras, el arte y la poesa, y sus marinos, quitndoles la primaca a los fenicios , llevaron su nueva cultura hasta los que entonces pasaban por ser los confines de la tierra. Hal l, Ancient History of the Near East, p. 79. ----------------------- Page 16----------------------LIBER I Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA Grecia y Roma

primero les ocup la atencin fue la Naturaleza en su conjunto. Desde el punto de vista psicolgico, slo esto poda esperarse. As, pues, aunque es innegable que la filosofa griega se origin en el seno de un pueblo cuya civilizacin se remontaba hasta los tiempos prehistricos de la Hlade, lo que conocemos por el nombre de filosofa griega primitiva era primitivo nicamente respecto a la filosofa griega que le sigui y al florecer del pensamiento y de l a cultura griegos en el Continente; mientras que, con relacin a los anteriores siglos del desarrollo griego, cabe considerarlo ms bien como el fruto de una civilizacin l legada a su madurez, como algo que seala, por un lado, el perodo final de la grandeza jonia y, por otro, los albores del esplendor de la cultura helnica, en particular de la 2 ateniense . Acabamos de presentar el primitivo pensamiento filosfico griego como producto ltimo de la antigua civilizacin jonia; pero se ha de recordar que Jonia era, po r as decirlo, la encrucijada en que venan a encontrarse el Occidente y el Oriente, de tal modo que se puede plantear la cuestin de si la filosofa griega debi o no su orig en a influencias orientales, de si, por ejemplo, fue oriunda de Babilonia o de Egi pto. Tal opinin ha sido mantenida, pero ha habido que desecharla. Los filsofos y los escritores griegos nada saben de ella ni siquiera Herdoto, que tan decididament e

sostiene su teora predilecta de los orgenes egipcios de la religin y la civilizacin griegas. La teora del origen oriental se debe sobre t odo a los escritores alejandrinos, de quienes la tomaron los apologistas cristianos. Los egipcios de la poca helenstica, por ejemplo, interpretaron sus mitos conforme a las ideas de la fi losofa griega, y despus afirmaron que tales mitos haban dado origen a la filosofa grieg a. Pero esto no pasa de ser una de tantas muestras de la tendencia de los alejan drinos a la alegora: objetivamente no tiene ms validez que aquella pretensin juda segn la cual Platn habra sacado del Antiguo Testamento todos sus conocimientos. Ni que decir tiene que sera bastante difcil explicar cmo pudo haberse transmi tido a los griegos el pensamiento egipcio (los mercaderes no son la clase de gente de la que quepa esperar la transmisin de nociones filosficas) pero, como advierte Burnet, es, en la prctica, una prdida de tiempo el dedicarse a inquirir si las ideas filosfi cas de tal o cual pueblo de Oriente pudieron serles o no comunicadas a los griegos, como no 3 hayamos probado ante todo que el pueblo en cuestin posea realmente una filosofa . Nunca se ha demostrado que los egipcios tuviesen una filosofa que comunicar, y no 4 hay lugar a suponer que la filosofa griega procediese de la India o de China . Pero es preciso considerar todava otro punto: La filosofa griega estaba en estr echa relacin con las matemticas, y se ha mantenido que los g riegos derivaron sus matemticas de Egipto y su astronoma de Babilonia. A hora bien, que las matemticas griegas estuviesen influidas por las egipcias y la astronoma griega por la babilnica es ms que probable: porque la ciencia y la filosofa griegas empezar on a desarrollarse precisamente en aquella regin en la que ms se pueden e sperar los 2 Respecto a lo que Julius Stenzel denomina Vortheoretische Metaphysik, cfr . Zeller, Outlines, introd., p. 3; Bumet, E. G. E, Introd.; Ueberweg-Praechter, pp. 28-31; Jaeger, Paid eia; Stenzel, Methaphysik des Altertums, I, pp. 14 y sig., etc. 3 E. G. P., pp. 17-18. 4 Nel sesto secolo a. C. ci si presenta, in Grecia, uno dei fenomeni meravigli osi della coltura umana. La Scuola di Mileto crea la ricerca cientifica: e le linee fondamentali, stabili

te in quei primi albori, si perpetuano attraverso le generazioni e i secoli. Aurelio Covotti, 1 Presocratici, p . 31 (Npoles, 1934). 16 ----------------------- Page 17----------------------LIBER Grecia y Roma intercambios con el Oriente. Sin embargo, no es lo mismo decir esto que deci r que las matemticas cientficas griegas derivaron de Egipto o su astronoma de B abilonia. Prescindiendo de los argumentos de detalle, bstenos con subrayar que las matemticas egipcias consistan en procedimientos empricos, rudimentarios y esquemticos, de obtener resultados prcticos. As, la geometra egipcia co nsista principalmente en mtodos prcticos para medir y separar de nuevo los terrenos despus de cada inundacin del Nilo. La geometra cientfica no fue desarrollada por los egipcios, sino por los griegos. Igualmente, la astronoma babilnica era cul tivada con miras a la adivinacin: era sobre todo astrologa, mientras que entre los gr iegos se convirti en investigacin cientfica. Por todo ello, aun cuando reconozcamos que los clculos de los agrimensores egipcios y las observaciones astronmicas de los astrlogos babilonios influyeron en los griegos y les proporcionaron los materiales preliminares, el admitirlo as no menoscaba la originalidad de l genio griego. La ciencia y el pensamiento, en cuanto distintos del clculo meramente prctico y del saber astrolgico, fueron productos del genio de Grecia, y no se de bieron ni a los egipcios ni a los babilonios. Por lo tanto, los griegos surgen indiscutiblemente como los primero s pensadores y 5 cientficos de Europa . Ellos por primera vez buscaron el saber por lo que en s vale, y lo buscaron con un espritu cientfico libre y sin prejuicios. Es ms, dado el carc ter de la religin griega, estaban ellos libres del influjo de cualquier cl ase sacerdotal que tuviese poderosas tradiciones y doctrinas propias no r azonadas, mantenidas tenazmente y reservadas slo a algunos, lo cual habra podido entorpec er el libre desarrollo de la ciencia. Hegel, en su historia de la filosofa, despacha expeditivamente la filosofa india, aduciendo como motivo su identidad con la religin Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I

hind. Aunque admite all la presencia de nociones filosficas, sostiene que stas n o pueden adoptar la forma de pensamiento, sino que estn m oldeadas en formas poticas y simblicas, y tienen, como la religin, la finalidad prctica de liberar al hombre de las ilusiones y desventuras de la vida ms b ien que alcanzar el conocimiento por s mismo. Sin comprometerse uno a aceptar por bueno el modo c omo ve Hegel la filosofa india (que en sus aspectos puramente filosficos ha sido m ostrada con bastante ms claridad al mundo occidental a partir de la poca d e Hegel), se puede estar de acuerdo con l en cuanto a que la filosofa griega fue por primer a vez pensamiento concebido con el espritu de la ciencia libre. Tal vez en algunos tendiese este pensamiento a suplantar a la religin tanto desde el punto de vista de la creencia como desde el de la conducta; pero esto se debi a la insuficiencia de la reli gin griega y no a que la filosofa griega tuviese algn carcter mitolgico o mstico . (Sin que queramos quitar con esto importancia, entindase bien, al puesto y funcin del mi to en el pensamiento griego, ni tampoco a la tendencia de la filosofa en ciertas pocas a transformarse en religin, por ejemplo con Plotino. De hecho, por lo que atae a l mito, en las primitivas cosmologas de los filsofos griegos de la naturaleza, los elem entos mticos y racionales se compenetraban formando una unidad todava indivisa. As lo dice Werner Jaeger en su Aristteles, p. 377 de la edicin inglesa.) 5 Como lo hacer ver Praechter (p. 27), las concepciones religiosas del Orie nte, aun cuando hubiesen sido adoptadas por los griegos, no explicaran las peculiaridades dis tintivas de la filosofa helnica, su libre especular acerca de la esencia de las cosas. En cuanto a la filosofa india propiamente dicha, no aparecera con anterioridad a la de Grecia. 17 ----------------------- Page 18----------------------LIBER Grecia y Roma Zeller insiste en la imparcialidad de los griegos cuando consideraba n el mundo en torno suyo, cualidad que, combinada con su sentido de la realidad y su poder de abstraccin, les hizo capaces de reconocer desde una poca muy temprana lo que sus 6 Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I

ideas religiosas eran realmente: creaciones de una imaginacin artstica . (Esto, claro est, no sera aplicable al pueblo griego en su conjunto, a la gran mayora d e los que nada tuvieron que ver con el pensamiento filosfico.) Desde el momento en q ue los proverbios de los Sabios y los mitos de los poetas fueron reemplazados por las reflexiones y las investigaciones semicientficas y semifilosficas de lo s cosmlogos jonios, cabe decir que la filosofa sucedi (de todos modos, lgicamente) al arte. Esta filosofa habra de alcanzar una esplendorosa culminacin con Platn y Aristteles y, finalmente, con Plotino, se elevara las alturas en que la filosofa es trascendi da y se convierte no en mitologa sino en misticismo. Sin embargo, del mito a la filosofa no hubo un salto brusco; hasta se puede decir que la teogona de Hesodo, por ejempl o, tiene una sucesora en la especulacin cosmognica jonia, perdiendo, poco a poco, terreno el elemento mtico, aunque sin desaparecer del to do, ante la creciente racionalizacin. En realidad, el elemento mtico se halla presente en la filosofa griega aun despus de Scrates. El brillante proceso del pensamiento griego tuvo su cuna en Jonia; y si Jonia fue la cuna de la filosofa griega, Mileto lo fue de la filosofa jonia. Porque en Milet o floreci Tales, que fue segn es fama el primero de los filsofos jonios. A stos les impres ion profundamente el hecho del cambio, del nacer y del crecer, de la descomposicin y la muerte. La primavera y el otoo en el mundo de la naturaleza exterior, la infan cia y la vejez en la vida del hombre, la generacin y la corrupcin , eran los hechos evidentes e inevitables del universo. Es grave error suponer que los gr iegos fueran felices y despreocupados hijos del sol, deseosos tan slo de pasearse por los prti cos de las ciudades y de contemplar las magnficas obras de su arte o las proezas d e sus atletas. Fueron tambin muy conscientes del aspecto sombro de nuestra existencia sobre este planeta, pues en contraste con el ercataban de la incertidumbre e inseguridad de la vida humana, de la e la oscuridad del futuro: Lo mejor para el hombre sera to la luz del sol; pero, una vez nacido (lo mejor las puertas de la sol y la alegra se p certeza de la muerte y d no haber nacido ni haber vis para l es) atravesar

7 muerte con la mayor rapidez posible, declara Teognis , lo cual nos recuerda las palabras de Caldern (tan caro a Schopenhauer): el delito mayor del hombre es h aber

nacido. Y a las palabras de Teognis hacen eco las de Sfocles en Edipo en Colon o: El 8 no haber nacido supera toda estimacin, . Por lo dems, aunque los griegos tuviesen ciertamente su ideal de la moderacin, se apartaron de l sin cesar por su voluntad de dominio. La constante lucha de las ciudades griegas entre s, aun en los das de apogeo de la cultura g riega y aun cuando les interesaba evidentemente unirse contra un enemigo comn, las constantes revueltas en el seno de las ciudades, tanto si estaban dirigidas por un oligarca ambicioso como por un demagogo demcrata, la venalidad de tantos hombr es pblicos en la vida poltica griega incluso cuando peligraban la seguridad y el ho nor de su ciudad, todo esto patentiza lo fuerte que era en el griego el afn de pode r, de 6 Outlines..., por Zeller -Nestle-Palmer, pp. 2-3. 7 425 -427. 8 1224. 18 ----------------------- Page 19----------------------LIBER Grecia y Roma dominio. El griego admiraba la eficacia, tena por ideal al hombre esforzado y poderoso que sabe lo que quiere y que puede conseguirlo; su concepcin de la se identificaba en gran parte con la de la capacidad para lograr el xito. Segn De Burgh lo ha hecho notar, el griego habra considerado a Napolen como hombre de excelsa 9 aret . Si queremos un franco, o ms bien clamoroso, reconocimiento de la volunta d de potencia sin ningn escrpulo, no tenemos ms que leer la resea que hace Tucdides de la conferencia celebrada entre los representantes de Ate nas y los de Melos. Los atenienses declaran: Pero vosotros y nosotros de bemos decir lo que pensamos de veras, y debemos mirar solamente a lo que es posible, porque todos sabemos por igual que, en la discusin de los negocios humanos, la cuestin de la justicia nicamente tiene entrada all donde se equilibran las fuerzas que la ap oyan, y sabemos que los poderosos sacan cuanto pueden y que los dbiles con ceden lo que tienen que conceder. Asimismo, en aquellas clebres palabras: Respecto a los dio Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I

ses en que creemos y a los hombres que conocemos, es como una ley de su naturale za que all donde puedan dominar lo harn. Esta ley no fue hecha por nosotr os, ni somos nosotros los primeros que hemos actuado segn ella; tan slo la hemos heredado, y se la legaremos a todas las edades, y no se nos oculta que vosotros y la humani dad toda, si fueseis tan fuertes como nosotros lo somos, actuarais ig ual que nosotros.10 Difcilmente podramos pedir mayor desvergenza en el recon ocimiento de la voluntad de poder, y Tucdides no da seal alguna de desapr obar la conducta ateniense. Debe recordarse que, cuando los de Melos hubie ron de rendirse, los atenienses dieron muerte a todos los que estaban en edad de llevar las armas, hicieron esclavos a las mujeres y a los nios y colonizaron la isl a con sus propios colonos... y todo esto en el cenit del esplendor y del auge artstico de Atena s. Muy vinculada con la voluntad de poder est la concepcin de la . El hombre que va demasiado lejos, que trata de ser y de tener ms de lo que el destino le re serva, conctase inevitablemente la envidia de los dioses y corre a su perdicin. El ho mbre o la nacin que se hallan posedos por el afn desenfrenado de autoafirma rse, son arrastrados en derechura a confiar temerariamente en s y, con ello, a su dest ruccin. La pasin ciega alimenta la confianza en s, y la jactanciosa confianza en s mism o lleva a la ruina. Es conveniente caer en la cuenta de este aspecto del carcter griego la conden a, por Platn, de la teora de que el derecho es la fuerza adquiere entonces todo su reli eve. Aun sin aceptar, naturalmente, las apreciaciones de Nietzsche, no podemos me nos de admirar su perspicacia en advertir la relacin entre la cultura griega y la vo luntad de podero. No es, entindase bien, que el lado hosco de la cultura griega sea el ni co. Muy lejos de esto: si la atraccin de la voluntad de poder es un hecho, tambin es un hecho el ideal griego de la moderacin y la armona. Hemos de comprender que en el carcter y en la cultura de Grecia hay dos vertientes: la de la moderacin, del arte, de Apolo y las divinidades olmpicas, y, por el otro lado, la del exceso, de la a firmacin desenfrenada de s mismo, de los freneses dionisacos, tal como se la puede ver descrita en Las Bacantes de Eurpides. As como bajo los esplndidos lo gros de la cultura griega encontramos el abismo de la esclavitud, as tambin bajo el mundo

de ismo ensueo de la religin del frenes y del arte olmpicos encontramos el ab

9 The Legacy of the Ancient Worl, p. 83, nota 2. 10 Segn la traduccin de Tucdides hecha por Benjamn Jowet (Oxford U. Press). 19 ----------------------- Page 20----------------------LIBER Grecia y Roma dionisiaco, del pesimismo, de todas las modalidades de la falta de moderacin. Puede que, despus de todo, no sea enteramente gratuito suponer, siguiendo la inspira cin de Nietzsche, que gran parte de la religin olmpica fuese una represin que se impuso a s mismo el dionisiaco griego. Llevado por su voluntad de dominio, de poder, a la autodestruccin, el griego crea el mundo de ensueo del Olimpo, cuyos dioses velan sobre l con celo, mirando que no transgreda los lmites de la conducta hum ana. As da expresin a su consciencia de que las tumultuosas fuerzas que se agitan en su espritu podran, en definitiva, perderle. (Por supuesto que esta interpretacin no se propone como una explicacin del origen de la religin olmpica griega desde el pun to de vista cientfico del historiador de la religin, sino que slo trata de sugerir los factores psicolgicos las disposiciones naturales, si se prefier e, que tal vez operasen, aunque de una manera inconsciente, en el espritu del hombre griego.) Pero salgamos de esta digresin. Pese al lado melanclico del griego, su percepcin del constante proceso del cambio, de la transicin de la vida a la muerte y de la m uerte a la vida, le ayud a orientarse, en las personas de los filsofos jonios, a un com ienzo de filosofa; pues aquellos hombres vieron que, a pesar de to dos los cambios y transiciones, debe de haber algo que permanece. Por qu? Pues porque el cambio e s el paso de alguna cosa a alguna otra. Ha de haber algo primordial, algo que p ersista, que vaya tomando varias formas y que soporte este proceso del camb io. Como el cambio no puede ser meramente un conflicto entre elementos opuestos, aquellos pensadores se persuadieron de que tras esos elementos opuestos haba algo, un a lgo que era anterior a ellos. La filosofa o cosmologa jonia es, pues, principalment e, un Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I

intento de aclarar qu es ese elemento primitivo o Urstoff de todas las cosas1 1. Unos filsofos se decidan por un elemento y otros por otro. El saber qu elemento eligi cada filsofo para afirmarlo como el Urstoff no importa tanto cuanto el hecho mismo de que tuvieron en comn esta idea de la unidad. El hech o del cambio, del movimiento, en el sentido aristotlico, les sugiri la nocin de unidad, aunque, co mo dice Aristteles, no explicaran el movimiento. Los jonios diferan entre s al describir las caractersticas de su resp ectivo Urstoff, pero todos ellos lo tenan por un ser material: Tales lo identificab a con el agua, Anaxmenes con el aire, Herclito con el fuego. An no se haba descubierto la contraposicin entre el espritu y la materia; de suerte que, aunque los jonios e ran de facto materialistas por cuanto hacan de una forma de la mater ia el principio unificador y el elemento primitivo de todas las cosas difcilme nte se les puede calificar de materialistas en el sentido que hoy damos a este trmin o. No es que hubiesen concebido una clara distincin entre el espritu y la materia y despus la hubiesen negado: ellos no eran en absoluto conscientes de tal disti ncin, o, por lo menos, no caan bien en la cuenta de todo lo que supone. Quiz se sienta alguien tentado, por consiguiente, a decir que los pensadores j onios no tuvieron tanto de filsofos como de cientficos primitivos que trataban de dar ra zn del mundo material y externo. Pero hay que recordar que no se det uvieron en los datos de los sentidos, sino que fueron ms all de las apar iencias, hasta el pensamiento. Ya fuese el agua, el aire o el fuego lo que designaron como el Urstoff, ste ciertamente no aparece como tal materia primigenia, es decir, como el elem ento 11 Empleo alguna vez el trmino alemn Urstoff porque expresa en un nico y breve vocablo el elemento primigenio, el sustrato original o la estofa primitiva del universo. 20 ----------------------- Page 21----------------------LIBER Grecia y Roma ltimo, fundamental, de todas las cosas. Para llegar a concebir uno de los ele mentos como el ltimo de todo lo existente es preciso ir ms all de las apariencias sens Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I

ibles. Y aquellos pensadores no llegaron a sus conclusiones mediante una aproximacin cientfica, experimental, sino valindose de la razn especulativa: la unidad que afirmaron era, sin duda, una unidad material, pero una unidad puesta por el pensamiento. Adems, era abstracta es decir, abstrada, sacada de los datos de la s apariencias sensibles aunque fuese materialista. Por lo tanto, podramos llamar tal vez a las cosmologas jonias modalidades del materialismo abstracto: en ellas es ya discernible la nocin de la unidad en medio de lo diverso y la de lo diverso como entrando dentro de la unidad; y esto es ya una concepcin filosfica. Adase que lo s pensadores jonios estaban convencidos del imperio de la ley en el universo. En la vida de cada individuo, la , el pasarse de lo que es bueno y adecuado para el hombre, trae consigo la cada y exige el enderezamiento, la vuelta al equilibrio de la balanza; as, por extensin al universo, reina en todo la ley csmica, la conse rvacin de un equilibrio que impide el caos y la anarqua. Esta concepcin de un universo regi do por una ley, de un universo que no es juguete del capricho o de la espontaneidad sin normas, que no es mero campo para el dominio desordenado y egosta de un elemento sobre otro, constitua una base para una cosmologa cientfica en cuanto opuesta a la fantstica mitologa. Sin embargo, desde otro ngulo de visin, podemos decir que con los jonios no se lleg a distinguir an entre la ciencia y la filosofa. Los primeros pensad ores o sabios jonios se dedicaron a toda clase de observaciones cientficas , astronmicas por ejemplo, y stas todava no estaban separadas claramente de la filosofa . Fueron sabios que lo mismo podan hacer observaciones astronmicas par a ayudar a la navegacin, que tratar de hallar el elemento primordial del universo o trazar planos de obras de ingeniera, etc., y todo ello sin hacer ninguna distincin clara ent re sus diversas actividades. Slo aquella mezcolanza de historia y geografa a la que s e dio el nombre de separ de las actividades filosfico-cientficas, y esto no siempre de un modo muy ntido. No obstante, como entre ellos aparecen nociones genuinamente filosficas y una autntica capacidad para la especulacin, y como constituyen una fase del desarrollo de la filosofa griega clsica, no se les puede omitir, al tratar la historia de la filosofa, cual si hubiesen sido tan slo unos chiquillos cuyos balbuceos no merecieran atencin seria. Los comienzos de la f

ilosofa europea no pueden dejar indiferente al historiador. 21 ----------------------- Page 22----------------------LIBER Grecia y Roma 22 ----------------------- Page 23----------------------LIBER Grecia y Roma CAPTULO III LOS PIONEROS: LOS PRIMEROS FILSOFOS JONIOS TALES La mezcla del filsofo y del cientfico prctico se ve muy claramente en el caso de 1 Tales de Mileto. Dcese que Tales predijo el eclipse de sol que, segn Herdoto , se produjo al final de la guerra entre los lidios y los medos. Calculan los ast rnomos que un eclipse que fue probablemente visible en Asia Menor ocurri el 28 de mayo d e 585 a. J. C. Por tanto, si la tradicin acerca de Tales es verdadera, y si el ecli pse que l predijo fue el del ao 585, debi de florecer nuestro sabio durante la primera par te del siglo 6 a. J. C. Se dice que muri poco antes de la cada de Sardes, en 546545 a. J. C. Entre otras actividades cientficas que se le atribuyen a Tales figuran la elaboracin de un almanaque y la introduccin de la prctica fenicia de orientarse por la Osa Menor en las navegaciones. Las ancdotas que a propsito de l se refieren y que pueden leerse en la vida de Tales escrita por Digenes Laercio, por ejempl o, lo de que cay a un pozo mientras estaba contemplando las estrellas, o lo de que, en previsin de una escasa cosecha de olivas, almacen gran cantidad de aceite, tal vez no pasaran de ser historias del tipo de las que tan fcilmente se originan en torno a 2 los sabios famosos . En su Metafsica afirma Aristteles que, segn Tales, la tierra est sobre agua (por lo que parece, se la imagin a la manera de un delgado disco flotante). Pero el p unto de Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I

mayor importancia es que Tales declar que el elemento primario de todas las c osas es el agua; o sea que, de hecho, plante la cuestin del Uno en todo. Supone Aristteles que la observacin pudo haberle llevado a Tales a esta conclusin llegando a [dicho] concepto quizs al ver que todas las cosas se nutren de lo hm edo, y que el calor mismo se genera a partir de la humedad y por ella se conserva (y que aquello a partir de lo cual vienen las cosas al ser es principio de todas el las). De este hecho sac su nocin, as como del hecho de que las simientes de toda s las cosas tienen una naturaleza hmeda, y el agua es el origen de la naturaleza de las c osas 3 hmedas . Aristteles sugiere tambin, aunque, a decir verdad, sin mostrarse muy seguro de ello, que Tales fue influido por las teologas ms antiguas, en las que el agua como la Estigia de los poetas era objeto de juramento entre los dioses. S ea como fuere, est claro que el fenmeno de la evaporacin sugiere que el agua puede transformarse en niebla o en aire, mientras que el fenmeno de la congelacin pu ede sugerir que, si el proceso se continuara, el agua llegara a hacers e tierra. En todo caso, la importancia de este pensador primitivo consiste en que l fue quien p lante la cuestin acerca de cul sea la naturaleza ltima, fundamental, del mundo, y no en la respuesta que l diese de hecho a tal pregunta, ni en las razones con que apoy ara su 1 Hist., I, 74. 2 Dig. Laerc., Vidas de los filsofos, I, 22-44. 3 Me tafsica, 983 b 22. ----------------------- Page 24----------------------LIBER Grecia y Roma respuesta, fueran las que fuesen. Otra afirmacin atribuida a Tales por Aristteles, la de que todo est lleno de dio ses, 4 o que el imn tiene un alma, porque, mueve el hierro , es imposible interpretar la con certeza. Decir que tal afirmacin equivale a afirmar la existencia de un alma del mundo, e identificar luego esa alma del mundo con Dios5 o con el Demiurgo pl atnico6 como si este ltimo hubiese formado todas las cosas a parti r del agua es ir demasiado lejos en cuanto a libertad interpretativa. El nico punto cierto y re Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I

almente importante de la doctrina de Tales es que l conceba las cosas como c ambiantes formas de un primario y ltimo elemento. Que designase el agua como este elemen to es la caracterstica histrica que le distingue, por as decirlo; pero lo que le gr anjea su rango de primer filsofo griego es el hecho de haber sido l el primero en conceb ir la nocin de la Unidad en la Diversidad (aunque, ciertamente, no aislase la nocin e n el plano lgico), y el que, aun aferrndose a la idea de la unidad, intentara explic ar las evidentes diferencias que se perciben en lo mltiple. La filosofa, naturalmente, trata de entender la pluralidad que experimentamos, su existencia y su natu raleza, y el entender significa aqu, para el filsofo, descubrir una unidad o primer principio subyacente. Lo complicado del problema no puede advertirse mientras no se haya comprendido con claridad la radical distincin entre la materia y el espritu: an tes de haber penetrado en tal distincin (y aun despus de haberlo conseguido, si, una v ez comprendida, se la niega), las soluciones que se den al pr oblema han de ser forzosamente simplistas: se concebir la realidad como una unidad material (al modo del pensamiento de Tales) o como una Idea (al modo como la conciben ciertas f ilosofas modernas). Slo se puede responder adecuadamente a la complejidad del problema de lo Uno y lo Mltiple si se entienden bien y se afirman sin rodeos los grados es enciales de lo real y la doctrina de la analoga del ser; de lo contrario, la riqueza de lo mltiple ser sacrificada a una unidad falsa concebida ms o menos arbitrariamente. Cabe en lo posible que la observacin concerniente al imn concebido c omo un ser vivo, atribuida por Aristteles a Tales, represente la persistencia de un animismo primitivo en el que la nocin del alma-fantasma (el espectro, la imagen o el dob le de un hombre que se percibe en los sueos) se hubiese hecho extensiva a la vida or gnica infrahumana y hasta a las fuerzas del mundo inorgnico; pero, aunque as fuera, n o pasara de ser un vestigio, puesto que en Tales vemos claramente la transicin de sde el mito a la ciencia y a la filosofa, y por ello conserva su carc ter tradicional de iniciador de la filosofa griega: .7 ANAXIMANDRO Otro filsofo milesio fue Anaximandro. Parece que era ms joven que Ta les, pues

8 Teofrasto lo describe como un discpulo y compaero de Tales . Igual que l, Anaximandro se ocup en cuestiones de ciencias prcticas, y se le atribuye la construccin de un mapa probablemente para uso de los milesios que naveg aban 4 5 6 7 8 24 ----------------------- Page 25----------------------LIBER I s griegos, y condujo una expedicin colonizadora a Apolonia. Anaximandro compuso una obra en prosa sobre sus teoras filosficas. Esta obra s e conservaba todava en tiempos de Teofrasto, a quien debemos valiosas informaci ones del pensamiento de Anaximandro. Busc Anaximandr como Tales, el elemento primordial y bsico de todas las cosas; pero decidi que ese elemento no poda ser ninguna clase particular de materia, tal como el agua, puesto que el agua, o lo hmedo, era en s mismo uno de los contrarios cuyos conflictos y r ecprocas invasiones haba que explicar. Si el cambio, el nacimiento y la muerte, el cre cimiento y la decrepitud, se deben a un conflicto, al auge de un elemento a expensas de otro, entonces si se supone que todo es en realidad, en el fondo, agua re sulta difcil entender por qu los dems elementos no han sido disueltos desde hace ya mucho tiempo por el agua. Anaximandro lleg, pues, a concebir que el elemento primer o, el Urstoff, era indeterminado. Era ms primitivo que los opuestos, por ser aquell o de lo 9 que stos salan y a lo que volvan al corromperse . o, Este elemento primigenio () fue llamado por Anaximandro y, segn Teofrasto, l fue el primero en darle tal nombre la causa material. No es ni el agua ni nin gn otro de los llamados elementos, sino una naturaleza diferente de ellos e inf inita, de la cual proceden todos los cielos y los mundos en stos encerrados. Es , la sustancia sin lmites. Eterna y sin edad, abarca todos los mundos10. acerca Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA Grecia y Roma De Anima, A 5, 411 a 7; 2, 405 a 19. As Aecio, I, 7, XI (D. 11 a 23). Cicern, De natura deorum, 1, 10, 25 (D. ibid.). Met., 983 h 18. Physic. opin., fr. 2 (D, 12 A 9). Cfr. Ps.-Plut. Strom., 2 (D. 12 A 10).

por el mar Negro. Particip en la vida poltica, lo mismo que tantos otros filsofo

Las irrupciones de un elemento sobre los otros son presentadas poticament e como ejemplos de injusticia: el elemento clido comete una inju sticia en verano, y el elemento fro en invierno. Estos elementos determinados reparan sus in justicias al ser reabsorbidos en el seno de lo Indeterminado-sin-lmites11. He aqu un ejempl o de cmo se hace extensiva, desde el mbito de la vida humana al universo en general , la concepcin de la ley. Hay una pluralidad de innumerables mundos coexistentes12. Cada uno de ellos es perecedero, pero parece ser que hay un nmero ilimitado de ellos que existen simultneamente, viniendo los mundos a la existencia en virtud de un movimiento eterno. Y, adems, haba un movimiento eterno en el que se engendraban los 13 cielos. Este eterno movimiento parece haber sido una o

clasificatoria, una especie de criba como la que hallamos en la doct rina pitagrica reseada en el Timeo de Platn. Luego que las cosas fueron separadas unas de otr as, el mundo, tal como nosotros lo conocemos, se form medi ante un movimiento arremolinado o los elementos ms pesados, que eran la tierra y el agua , permanecan en el centro del remolino, el fuego sala despedido hacia la circunferencia y el aire quedaba en medio. La tierra no es un disco, sino un cilindro de poca altura, como un tambor de columna14. La vida sali del mar, y las formas actuales de los seres vivientes son el res ultado de 9 Frag. 1. 10 Frags. 1-3. 11 Frag. 1. 12 D. 12 A 17 Simpl. Phys., 1121, 5: Aec., II, 1, 3: Cic. De Nat. D., I, 10 , 25: Aug. C. D., VIII, 2. 13 Cfr. Hipl., Ref, 16, 2 (D. 12 A 11). 14 Frag. 5, P.s.-Plut. Strom., 2 (D. 12 A 10). 25 ----------------------- Page 26----------------------LIBER Grecia y Roma su progresiva adaptacin al medio ambiente. Anaximandro hace una audaz y aguda conjetura sobre el origen del hombre: ...dice tambin que en el princ ipio naci el hombre de animales de otra especie, pues mientras los dems animales encuentran Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I

muy pronto de qu alimentarse, solamente el hombre necesita un largo perodo de lactancia, por lo que, si originariamente hubiese sido como es ahor a, nunca habra podido sobrevivir15. Lo que no aclara dificultad de sie mpre para los evolucionistas! es cmo sobrevivi el hombre durante la fase de transicin. As, pues, la doctrina de Anaximandro supone un adelanto con relacin a la de Mil es: superando la designacin de un elemento determinado como primordial, llega a concebir un infinito indeterminado, del que provienen todas las cosas. Ms an, intenta por lo menos responder de algn modo a la cuestin de cmo evolu cion el mundo a partir de aquel elemento primero. ANAXMENES El tercer filsofo de la escuela de Mileto fue Anaxmenes. Debi de ser ms joven que Anaximandro al menos, Teofrasto dice que era discpulo y compaero de Anaximandro. Escribi un libro, del que ha sobrevivido un breve fragmento. Segn Digenes Laercio, escribi en pursimo dialecto jonio. La doctrina de Anaxmenes parece, ya a primera vista, un f ranco retroceso con respecto a la posicin alcanzada por Anaximandro, pues, abandonando la teora del

, sigue a Tales en lo de indicar una sustancia determinada como element primigenio. Este elemento determinado no es el agua, sino el aire. Tal vez se lo sugiriese as el hecho de la respiracin, pues el hombre, mientras respira, vive, y es fcil que, por ello, parezca el aire el principio vital. En realidad, Anaxmenes traza un paralelo entre el hombre y toda la naturaleza. As como nuestra alma, siendo air e, nos mantiene unidos, as tambin el aliento y el aire circundan todo el Cosmos.16 El aire es, por consiguiente, el Urstoff del mundo, del que se originaro n las cosas que existen, existieron y existirn, los dioses y las cosas divinas, mientras que l os dems seres proceden de su descendencia17. Explicar cmo todas las cosas provienen del aire es, sin dud tarea difcil, y precisamente en la solucin que propuso Anaxmenes es donde se ve un rasgo de su genialidad. Para explicar la formacin de los objetos concretos a partir del el emento primitivo, introduce las nociones de condensacin y rarefaccin. El aire es, de s uyo, a,

invisible, pero se hace visible en este proceso de condensac y rarefaccin, convirtindose en fuego cuando se dilata o enrarece, y en viento, nubes, agua, tierra y finalmente en piedra cuando se condensa. A decir verdad, esta conce pcin de las condensaciones y rarefacciones sugiere otro motivo por el qu e Anaxmenes pudo identificar el elemento primordial con el aire: pens que, cuando el aire se en rarece, se hace ms clido y, as, tiende a transformarse en fuego, mientras que cuando se condensa se enfra y tiende a la solidificacin. El aire se halla, pues, entre el crculo de llamas que lo envuelve todo y la masa fra y hmeda de su interior, y Anaxmenes in 15 Ps.-Plut., Strom., fr. 2 (D. 12 A 10). 16 Frag. 2 17 Hipl., Ref., I, 7 (D. 13 A 7). 26 ----------------------- Page 27----------------------LIBER Grecia y Roma se decide por el aire como por una especie de ambiente vital intermedio. Lo importante de su doctrina cabe decir que es, con todo, el intento de basar lo cualitativo en lo cuantitativo, pues a esto se viene a redu cir, en terminologa moderna, su teora de la condensacin y la rarefaccin. Dcese e Anaxmenes observ que cuando expelemos con la boca abierta el aliento ste es caliente, y que, cuando lo exhalamos con la boca casi cerrada, es fro: sera ello una prueba experimental de su tesis18. Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I

qu

Lo mismo que Tales, conceba la tierra plana, pero flotando por el aire como u na hoja. Segn Burnet, la Jonia no fue nunca capaz de aceptar el punto de vista cientfico en lo relativo a la Tierra, y aun Demcrito sigui creyendo que era plana19. Anaxmene s dio una curiosa explicacin del arco iris: se debera a los rayos del sol cayend o sobre una nube espesa que no puede atravesar. Zeller subraya la gran distancia que hay desde Iris, la divina mensajera de los dioses de Homero, a esta explicacin cientfica20 . * * * Con la cada de Mileto, en 494, la escuela milesia lleg probablemente a su fin. Las doctrinas milesias pasaron a ser conocidas todas ellas c

omo

la filosofa de Anaxmenes, cual si a los ojos de los antiguos hubiese sido ste el principal representante de la escuela. Sin duda, su posicin histr ica como ltimo representante famoso de ella bastara para explicar tal fenmeno, aunque su teora de la condensacin y de la rarefaccin el intento de explicar las propieda des de los objetos concretos del mundo mediante una reduccin de la cualidad a la cantida d fue tambin, seguramente, base en gran parte de su renombre. Podemos repetir una vez ms que, en general, la mayor importancia d e los jonios estriba en el hecho de haber sido ellos quienes plantearon la cue stin acerca de la naturaleza ltima de las cosas, ms bien que en todas las respuestas particulare s que dieron a esta misma cuestin. Podemos igualmente recalca r que todos ellos supusieron eterna la materia: la idea de que este mundo material hubiese ten ido un comienzo absoluto no entr en sus concepciones. De hecho, para ellos, este mun do era el nico mundo. No sera muy exacto, sin embargo, considerar a los cosmlogos joni os como materialistas dogmticos. La distincin entre la materia y el espr itu no se haba concebido an, y, en tanto no se concibiese, difcilment e poda haber materialistas en el sentido que hoy damos a este trmino. Fueron materi alistas en cuanto que trataron de explicar el origen de todas las cosas a partir de un elemento material cualquiera; pero no lo fueron en el sentido de que negaran delibera damente la distincin entre la materia y el espritu, por la sencilla razn de que tal dis tincin no haba sido concebida an tan claramente como para que fuese posible su negacin formal. Apenas es preciso indicar que los jonios fueron dogmticos, en el sentido de que no 18 Plut., De prim. frig., 947 y sig., Frag. 1. 19 G.P.I, p.9. 20 Outlines, p. 31. 27 ----------------------- Page 28----------------------LIBER Grecia y Roma se plantearon el problema crtico. Estimaron que podemos conocer las cosas tal es Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I

como son: estaban llenos de la ingenuidad de quien admira en medio del goce del descubrimiento. 28 ----------------------- Page 29----------------------LIBER Grecia y Roma CAPTULO IV LA SOCIEDAD PITAGRICA Es importante caer en la cuenta de que los pitagricos no fueron sl o un grupo de discpulos de Pitgoras ms o menos independientes y aislados unos de otros: eran los miembros de una sociedad o comunidad religiosa, fundada por Pitgoras de Samos , en Crotona, ciudad del sur de Italia, en la segunda mitad del siglo 6 a. J. C. Pitgoras era natural de Jonia, y los primeros miembros de su escuela habla ron el dialecto jonio. Tanto los orgenes de la sociedad pitagrica como la vida de su fundador estn envueltos en oscuridades. Jmblico, en su Vida de Pitgoras, le llama gua y padre de la filosofa divina, un dios, un "demonio" (es decir, un ser sobr ehumano), u hombre divino. Pero las vidas de Pitgoras escritas por Jmblico, Porfirio y Digen es Laercio, apenas puede decirse que nos proporcionen un testimonio fi dedigno, y es 1 justo, sin duda, calificarlas de novelas . La fundacin de una escuela no era, probablemente, ninguna novedad en el mundo griego. Aunque es imposible probarlo de un modo cierto, es muy ve rosmil que los primeros filsofos de Mileto tuviesen en torno suyo algo bastante pa recido a unas escuelas. Pero la escuela pitagrica se distingui de todas las dems por su carcte r asctico y religioso. Hacia el final de la civilizacin jonia se manifest un rena cimiento religioso que trat de proporcionar elementos religiosos autnticos, tales como no los haban aportado ni la mitologa olmpica ni la cosmologa milesia. Igual que en el Imperio romano, en su sociedad decadente, que haba perdido su prstino vigor y su lozana, vemos un doble movimiento, hacia el escepticismo por una parte y haci a las religiones mistricas por otra, as tambin, al declinar la civilizacin jonia, rica y comercial, hallamos idnticas tendencias. La sociedad pitagr ica representa el espritu de este renacer religioso, que ella combin con un espritu ci Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I

entfico muy marcado, lo cual justifica la inclusin de Pitgoras en una historia de la filos ofa. Hay ciertamente un terreno comn entre el orfismo y el pitagorismo, aunque no es fc il, ni mucho menos, determinar con precisin las relaciones entre ambos, ni el grado de influencia que las doctrinas rficas pudieran ejercer sobre l os pitagricos. En el orfismo encontramos, sin duda, una organizacin comunitari a, en la que los individuos se vinculan, por medio de la iniciacin y la fidelidad, a un gnero d e vida en comn, y hallamos tambin la doctrina de la transmigracin de las a lmas doctrina relevante en las enseanzas pitagricas; por lo tanto, es difcil pensar q ue no le hubiesen influido a Pitgoras las creencias y las prcticas rficas, aun cua ndo a Pitgoras se le haya de poner en conexin con Delos ms bien que con la religin 2 dionisaca de Tracia . Se ha sostenido la opinin de que las comunidades pitagricas eran co munidades polticas, punto de vista que no se puede mantener, por lo menos en el sentido de que fuesen unas comunidades esencialmente polticas, pues ciertamente no l o fueron. 1 Ben, invero, possono dirsi romanzi le loro "Vite". Covotti, I Presocratici, p. 66. 2 Cfr. Dig. Laerc., 8, 8. ----------------------- Page 30----------------------LIBER Grecia y Roma Pitgoras, verdad es, tuvo que abandonar Crotona y march a Metaponto a instancias de Ciln; pero parece que esto puede explicarse sin necesidad de sup oner que Pitgoras actuase de un modo especficamente poltico a favor de algn partido determinado. Los pitagricos, no obstante, llegaron a controlar en lo poltico Cr otona y otras ciudades de la Magna Grecia, y Polibio refiere q ue sus logias fueron incendiadas y ellos mismos perseguidos, quizs alrededor de los aos 440 -43 0 a. J. ar 3 C. , aunque esto no significa necesariamente que fueran una sociedad , en esencia, poltica ms que religiosa: Calvino gobern a Ginebra y, sin embargo, no fue ante t odo poltico. El Prof. Stace comenta: Cuando al ciudadano corriente de Crotona se le dijo que no comiese habas y que en ninguna circunstancia podra comerse a su perro, Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I

esto fue demasiado4 se las habas, ni Aristxeno

(aunque, a decir verdad, no es seguro que Pitgoras prohibie tampoco afirma toda carne, como artculos comestibles.

5 precisamente lo contrario respecto a las habas . Burnet, que se inclina a ace ptar como pitagricas tales prohibiciones, admite, empero, la posibilidad de que Aristxeno est 6 en lo cierto acerca del tab concerniente a las habas) . La asociacin renaci al c abo de algunos aos y prosigui sus actividades en Italia, sobre todo en Tarento, don de durante la mitad del siglo 4 a. J. C. Arquitas se gan una gran reputacin. Filol ao y Eurito trabajaron tambin en aquella ciudad. Por lo que respecta a las ideas y a las prcticas asctico-religiosas de los pita gricos, centrronse en la nocin de la pureza y en las observancias purificatorias; la do ctrina de la transmigracin de las almas llevaba naturalmente a promover su cultivo. La prctica del silencio, la influencia de la msica y el estudio de las matemticas se consideraban valiosas ayudas para la formacin del alma. Sin embargo, varias de estas prcticas tuvieron un carcter meramente externo. Si es que Pitgoras prohibi en verdad comer carne, tal prohibicin se debera probablemente a la doctrina de la metempsicosis, o estara, por lo menos, en conexin con el la; pero semejantes regulaciones nicamente externas, tales como las que Digenes Laercio asegura que estaban en vigor entre los miembros de la Escuela, por mucho que se fuerce la imaginacin no pueden considerarse doctrinas filosficas. Por ejemplo: abstenerse de habas, no andar por la calle principal, no permanecer de pie sobre los recort es de las propias uas, deshacer la marca dejada por la olla entre las cenizas, no sentar se sobre el qunice (medida para granos), etctera. De haberse limitado a esto el contenid o de las doctrinas pitagricas, seran interesantes para el historiador de la religin, pero apenas mereceran seria atencin por parte del historiador de la filoso fa. Lo que ocurre es que aquellas reglas de observancia externa de ningn modo son todo cu anto los pitagricos profesaban. (En un rpido examen de las teoras pitagricas no podemos discutir cules de entre ellas se deberan al mismo Pitgoras y cules a miembros ms tardos de su escuela, por ejemplo a Filolao. Aristteles, en la Metafsica, habla de los pitagricos ms que de Pitgoras mismo. As que, cuando dice Pitgoras sostiene..., no se ha de entender que se refiera, necesariamente, al fundador de la escuela en persona.)

En su Vida de Pitgoras, Digenes Laercio nos habla de un poema de Jenfanes, en el 3 4 5 6 30 ----------------------- Page 31----------------------LIBER Grecia y Roma que ste refiere que Pitgoras, habiendo visto a alguien golpear a un perro le d ijo que no siguiera hacindolo, porque en los gemidos del animal haba reconocido la voz de un amigo. Sea cierta o no esta historia, se puede admitir que Pi tgoras acept la doctrina de la metempsicosis. El renacimiento religioso haba devuelto a la vida la vieja idea del poder del alma y de que su vigor perdura tras la muerte, en c ontraste con la concepcin homrica de las sombras de los difuntos como incapaces de arti cular palabras. En una doctrina tal cual es la de la transmigracin de las almas, no cuenta o no se considera vinculada al alma del hombre la conciencia de la identidad personal, pues, como dice Julius Stenzel: ...el alma pasa de una a otra condicin del yo, o, lo que es lo mismo, de un cuerpo a otro; la conciencia de que el cuerpo pertene ce al yo 7 fue siempre connatural al instinto filosfico de los griegos . La teora segn la cual el alma es la armona del cuerpo, teora que expone Simias en el Fedn de Platn, y que ste refuta, difcilmente se habra compaginado con la doctrina pitagrica del alma inmortal y sometida a la transmigracin; as que es por lo menos inseguro atribu ir tal parecer a los pitagricos (como lo hace Macrobio, refirindo lo expresamente a 8 Pitgoras y a Filolao) . Mas no est fuera del caso, segn indica Praechter, preguntarse si la afirmacin de que el alma es la armona del cuerpo, o sencilla mente una armona, se podr interpretar como si quisiera decir que el alma es el princ ipio del orden y de la vida en el cuerpo. Esto no comprometera necesariamente la 9 inmortalidad del alma . (El parecido entre varios puntos importantes del orfismo y del pitagorismo a Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I Polibio, II, 39 (D, 14, 16). Stace, Critical Hist. Of Greek Philos., p. 33. Apud Gelio, IV, II, 5 (D. 14, 9). E. G. P., p. 93, nota 5.

caso se deba a algn influjo de aqul sobre ste; pero es muy difcil determinar si se dio e n realidad una influencia directa y, si es que la hubo, hasta qu pu nto influy. El orfismo estaba en conexin con el culto de Dionisio, cult o que pas a Grecia procedente de la Tracia o la Escitia y era ajeno al espritu del culto olmpico, aunque su carcter entusiasmador y exttico hall eco en el alma griega. Pero no e lo entusistico de la religin dionisaca lo que vincula al orfismo con el pitagorismo, sino, ase

ms bien, el que los iniciados rficos [quienes advirt estaban organizados en comunidades], eran instruidos en la doctrina de la transmigra cin de las almas, de tal modo que, para ellos, lo importante del hombre era el alma y no el cuerpo que la aprisiona: en efecto, el alma era el hombre real, no una simple sombra o imagen del cuerpo, tal como aparece en Homero. De aqu la importancia de eje rcitar el alma y de purificarla, ascesis que inclua preceptos tales como el de la ab stencin de carnes. El orfismo fue, en verdad, una religin ms que una filos ofa, aunque , tendi hacia el pantesmo, como puede verse por el clebre fragmento: , ;10 pero, en la medida en que s llamar una filosofa, era un modo de vida y no pura especulacin cosmolgica, y, e n este aspecto, el pitagorismo fue, ciertamente, heredero del espritu rfico.) Pasemos ahora al arduo tema de la filosofa pitagrica matemtico-metafsic a. Nos dice Aristteles en la Metafsica que los pitagricos, como se les llama, se dedica ron a las matemticas, fueron los primeros que hicieron progre sar este estudio y, habindose formado en l, pensaron que sus principios eran los de todas las cosa s...11 7 Metaphysik des Altertums, Teil I, p. 42. 8 Somn. Scip ., I, 14, 19 (D. 44 A 23). 9 Ueberweg-Praechter, p.69. 10 D. 21 a. 11 Met., 985, b 23-6. 31 ----------------------- Page 32----------------------LIBER Grecia y Roma Tenan el entusiasmo propio de los primeros estudiosos de una ciencia en pleno progreso, y les cautiv la importancia del nmero en el cosmos: todas las cosas s Frederick Copleston HISTORIA DE LA FILOSOFIA I

on numerables, y muchas las podemos expresar numricamente. As, la relacin en tre dos cosas relacionadas se puede expresar por una proporcin numrica; e l orden existente en una cantidad de sujetos ordenados se puede expresar mediante nmer os; y as sucesivamente. Pero lo que parece que les impresion ms que nada fue el descubrir que los intervalos musicales que hay entre las notas de la lira pueden expresarse numricamente. Cabe decir que la altura de un sonido depende del nmero, en cuanto que depende de las longitudes de las cuerdas, y es posible representar los intervalos de la escala con razones u numricas12. Pues bien, l o mismo que la armona musical depende del nmero, se puede pensar que la arm ona del universo depende tambin del nmero. Los cosmlogos milesios hablaban de un conflicto universal de los elementos contrapuestos, y los pitagricos, gracias a sus investigaciones en el campo de la msica, tal vez pensasen solucionar el proble ma del conflicto recurriendo al concepto de nmero. Segn Aristteles, como vieron que los atributos y las relaciones de las escalas musicales se podan expresar en nmeros, desde entonces todas las dems cosas les parecieron modeladas en toda su natura leza segn los nmeros, y juzgaron que los nmeros eran lo primero en el conjunto de la naturaleza y que el cielo entero era una escala musical y un nmero13. Anaximandro haba hecho derivar todo de lo Ilimitado o Indeterminado. Pitgoras combin esta nocin con la de lmite, , que da forma imitado. Ejemplificase esto con la msica (y tambin con la salud, en la que e l lmite es la templanza, cuyo resultado es una sana armona): la proporcin y la armona de los sones musicales son expresables aritmticamente. Transfiriendo estas observacio nes al mundo en general, los pitagricos hablaron de la armona csmica. Y, no contento s con recalcar la importancia de los nmeros en el universo, fueron ms lejos y declararon que las cosas son nmeros. Evidentemente, tal doctrina no es de fcil comprensin. Se hace duro decir que to das las cosas son nmeros. Qu entendan por ello los pitagricos? En primer lugar, qu entendan por nmeros o qu es lo que pensaban acerca de los nmeros? He aqu una pregunta que tiene su importancia, pues el responder a ella supone indicar qu e haba alguna razn para que los pitagricos dijesen que las cosas son nmeros. Ahora bien , Aristteles nos informa de que (los pitagricos) sostenan que los element os del nmero son lo par y lo impar, y que, de estos elementos, el primero es ilimitad o y el

a

segundo limitado; la unidad, el uno, procede de ambos (pues es a la vez par e impar), y el nmero procede del uno; y el cielo todo, como se ha dicho, es nmeros14. Sea cual fuere el perodo concreto del desarrollo del pitagorismo al que Aristt eles se est refiriendo y la interpretacin precisa que deba hacerse de sus referencias a lo par y lo impar, parece cosa clara que los pitagricos consideraron los nmeros espacialmen te. La unidad es el punto, el dos la lnea, el tres la superficie, el cuatro el volumen15.

12 Parece cierto que las proporciones acsticas pitagricas se basaban e n las longitudes y no en las frecuencias, que difcilmente podran haber medido. As, a la cuerda ms la rga la llamaban , aunque de suyo daba la nota y tena la frecuencia ms baja segn diramos nosotr os; y a la ms corta la llamaban , aunque daba nuestra nota y tena nuestra frecuencia ms alta. 13 Met., 985 b 31-986 a 3. 14 Met., 986 a 17-21. 15 Cfr. El artculo Pythagoras en la Encycl. Brit., 14 ed., por sir Thos. Little Heath. 32 ----------------------- Page 33----------------------LIBER Grecia y Roma Decir, pues, que todas las cosas son nmeros significara que todos lo s cuerpos constan de puntos o unidades en el espacio, los cuales, cuando se los toma en conjunto, constituyen un nmero16. Que los pitagricos consideraban as los nmeros indcalo la tetraktys, figura que tenan por sagrada: Esta figura muestra que el 10 resulta de sumar: 1 + 2 + 3 + 4, o sea, que es la suma de los cuatro primeros nmeros enteros. Nos dice Aristteles que Eurito sola representar los nmeros con piedrecillas, y, por este procedimiento, obtenemos los nmeros cuadrados y los nmeros rectangulares17. En efecto, si partiendo de la unidad le vamos aadiendo sucesivamente los nmeros impares conforme al gnomon, obtenemos los nmeros cuadrados: Esta costumbre de representar los nmeros o relacionarlos con la geometra facil ita, desde luego, la comprensin de por qu los pitagricos consideraban las cosas como nmeros y no slo como numerables: transferan sus concepciones matemticas al orden de la realidad material. As, por la yuxtaposicin de unos cuant os puntos engendrase la lnea, no slo en la imaginacin del cientfico matemtico, sino tam