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8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI
1/17
I
i
I
CORRTENTES
POÉTICAS
EN
EL
SIGLO
XVI
*
En
este
breve
ensayo
me
propongo
sólo
explicar
-las
uerzas'
las
corriente.
qu"
ltto'o
ptttfgf-tt-t
fa
gran
innovación
q
Bos:
A;üffi-.o"i"oto
olvidadas
or
los
historiadores
cos-
*üi"á*
.
fáciles
esquemas'
ara
esto
no
necesitamos
n
gran
fichero,
sino
ordenar
un
tooiuoto
de
notas
sueltas
bien
cono-
cidas
por
los
estuüosos'
Porque
o
cierto
"J'qu"
hoy-
no
podemos
sentirnos
satisfe-
choscon as elementalesxplicaliones u: nos
ofrecen
odas
as
historias
de
nuestra
l;tú,
y no
digo
de
nuestra
poeslaáurea
Dorque
aún
tenemos
q""1*liuitla'
-Por
desgracia'
a-
célebre
'i"ii"i"
u"iur"*tat'
Pelayo
uedó
runcada
n
Boscán'
xac'
tamente
la
entrada'lJ
pi"ur"ta'
Qyefan
or
historiar
os
siglos
ntegros,
ruea
q;
;"
es
fácil'
dada
a
ausencia
e
mo-
nografías,
"ro
,..poto
imposib-le'
or
de
pronto'
hoy
conoce-
mos
mucho
."io,
qu"-¡"t!
u"iota
años
ei
valor
de
la
poesía
llamada
barroca,
y t'i'-o'
meior
dispuestos
gozar
de
bas-
tantes
hallazgos
que '"
o"gt'on
antes'
Por
faltarnos'
aún
nos
falta
una
antología
scogida-con
n
poco
de
cariño'
rigor
y
sen-
sibilidad.
Para comenzar, ólo tenemos
necesidad
e
abrir
cualquier
historia
de
la
literatutt
"tpÁf"
por la partededicada l estudio
*
Pubücado,
con
eI
tftulo
'1-a
corriente
popular
y
tradicional
e¡
Duestra-;;tr.";'*
fnsula,
8o
(agosto'
r95z)'
8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI
2/17
:i,
l,$iir$
: i . .
1 1 . .
; F
l:;:1,!¿,
;i$
1-"Jii:-: l
T2
Sobre poesía
de
la
Edad
de
Oro
Corrientes
poéticas
en
el
siglo
XVI
de
la poesía.áurea
ver
cómo
se plantea
el
problema.
Encon_
T::T"r ,u.:ior.
capítulos
que
se
han
hecho
ya
clásicos
Intro_
r3
canción
de
la
enamorada
ue
principia
,,No
te
tardes,
que
me
flll'i,^.*fl,:::ll*
poetas-de
.
.orrc'i.
os
Reyes
ató-
ucc!'.n
de
las
ormas
talíinas;
C"r¿t*"]-
noscón;
La reacción
tradícionalhta;
Seguídor"r,
.t".,
.,..
p.ío-
esto,
en
realidad,
es
simplificar
demasiado
na cuestión n-ár.t de la didáctica,ya que nada se dice
de
la
inmensa
actuación
de
la poesía
#
teriol
¡
se
carga
odo
al
haber
de
uo
Crr,iU.io,
cuya
nfluencia
es
minúscula
omparada
on
Ia
de
oor"
iu.o.r.
.
El
segundo
aso
es
t¡mbién
.I...ot.i,-
"onsiste
en
dividir
la
poesía
anterior
a t5z6
en
haces
cohe¡entes
ver
cómo
ac-
túan
esas
lechas
que,
anzada,
po,
.rqu".os
meaievales,
an
a
traspasar-
odo
el
siglo
xvr y
gran
parte
del
xvrr.
proponlo
.r,r,
cuatro
divisiones
c)
p_oesía
lírica
t¡adicional;
ó)
El
Romance_
to;
c)
La
poesía
culta
del
siglo_xvr.Mena,
Manrique,
y
;i
L^
poesía
el
llamado
Cancionerá
Genlrat.
a) r¡ rfnrca TMDTcToNAL
No
nos
nteresan
hora
os
apasionantes
escubrimientos
ea_
lizados
por
los
hebralstas
arabistas,
ue
han
llenado
de
asom_
bro
a los
estudiosos.
!l
lector
pr;á.;di.
a
los
trabaios
de
Dámaso
lonso
R.
M9n!A.,
pi¿.L
áona"
ae_a,
ffirl_
ará
a
exacta
correspondencia
ue
."ir"
.""a
esa
balbuceante
llrica
¡n-ozárabe
Ia posterior.
lo
qu.-"ür"
nos
interesa
es
comprobar
cómo
esas
p4c-io-ncillas,ejos
de
d.rrp";;;;;;
pgc-.o
-poco
conquistando
l favor
de
los
mejor",
po",.r)é";;:
{o 91
el
siglo
xv
un
élegante
*quJ,
d"
ir"till."r-
..1ñ.ri" -
de
ínfimos
poetas
a
los que
esc¡ibían
omances
cantares,
e
estaba
ogiendo
os
dedos,
puesto
que
en
su
delicioso
villancico
a sushiias o más rescoy encantador ra precisamente
oesía
tradicional._
ero
ya
unos
ustros
más
adelanie
sta poesía
había
ganado
el
.fervor
de
los
mejores
poetas
o.*r.oor.
Un
Juan
del
rncina
se
salva
ustamente
o¡
sus poemitas
de
co¡te
t¡adició_
l*l .V
o9
.por
sus pesadas
oplas
de
..r.
-ryor.
A
Juan
del
Encina
debemos
allazgos
e
ian
,orpr.ná.i..
belleza
como
a
I'ros.son
os
rimero,
,J;p;;
üil;
lll
lllil
,Tl:
ionalgs..Los
ejores-músi.os^_
8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI
3/17
r4
Sobre
poesía
de la Ed,ad.
de
Oro
Ay luna tan bella,
ff::lü",'i.:';;:"
::J'i:"ff."i:.;h*.
Y tres añosmás arde, aparece n Sevilla a Recopilación e
toniioiu
y
oittaniiioi,
de
Juán
Vásquez, uyo
título
es tan'sig-
nificativo.'Allí vemos alternar
la
poesía
que
arrancabade
lo
más
ho'ndo--de
r*Edád-Meiüá'-con
os
sonetos
e
-Garcilaso.
Pero se me dirá
que
más
o
menosesto ocurre
eñ-tridás'
áites
y
que
sólo
alego estimonios
musicales.Sin embargo,
podemos
acudir a testimonios stric tamente
iterarioscon sólo
abrir
la
ci-
tada antologíade
DámasoAlonso, donde encontraremos
om-
bres como
os de Villegas,
Montemayoro Camoens,
no se
dirá
que
Camoens ra
un medievalizante.
Estamo_s*_n4dq.e,ng!
ue
en la segunda
mitad del siglo
xvl.
;
Han
nacido
ya
Santa
Te-iesá,
ray Luis de León, San
Juan
de
'la Cruz y hastaCervantes. ue SantaTeresa SanJu"n de la
,Cruz
amaban sta
poeúa
radicional o sabemos
or
muchísimos
testimonios.
Que
Cervqg¡9¡._9r1.
ambiɡ
,fl
-!u93.._91{or
.de
este sabroso
cor, es archiconsabido,
unque
no resisto a
ten-
tación
áe citai
atguiias$lidilla
de tan
picantegracia
comoésta:
Por
un morenico de color
verde,
¿quién
es
la fogosa
que
no se
pierde?
En un círculo
tan
finamente enacentista
omo
Salamanca,
el
ciego
Salinas,
devotísimo
de
fray Luis
de León,
nos dejará
en su
tratado
musical
onos
y
letras
populares'
ue
es
de supo-
ner encantasen sus ielesamigos.El célebremaestroCabezón,
músico"
e
Feüpe
I,
escogerá
ada
menos
que
a romántica
an-
ción
del
Caballero
de Olmedo
para
una
de sus
mejores
piezas.
Estamos
n
Í574,
y
cuando
estas
manifestaciones
e
hacen
más
raras.
Corrientes
poéticas
en
el
siglo XVI
/Asl
[egamos a.r58o, cuando
irrumpen con
toda
gallardla.
en la
poesía
española
nada_menos
ue
un
Lope
y
un
Góngora.'
Es harto
sabido
el
gran
amor de
Lope de
Vcga
por
estas
órmu-
las
poéticas,
de las
que
aqanqQ drq¡nas
l¡tegros,
pero.
a
Gón-
gora,tampoco
le
molestabanr
ni mucho
.menos.
Porque-
don Luis
rasgueaba a guitarra más de una vez y.io*lí? cantar.-aqueüas n-
cantado¡as eguidillas,
que
rezan:
La mitad del alma
me lleva
a mar,
volved,
galeritas, or
la oua
mitad.
"El
cultísimo
Góngora
-dice
Alfonso
Reyes- tiene dere-
cho
por
tradición
española
por
el
mismo modo como
uabajaba
su
poesía,
a
ser
considerado
también como una
variante dentro
del
gran
tipo de loJ
poetas populares,
pesar
de las recondi-
teces
y
las alusiones
mitológicas, clásicás,
on
que
empedró su
poesía...
Por otra
parte,
eI
hombre en sí es
un ejemplar de la
cepa andaluza
más
popular,que pueda darse".
Perono eran sólo os músicos .poetas os encariñados on
esta írica; lo estaban
ambién os
prgfesores
eruütos,
como
un Gonzalo Correas,
cuyo Arte
nuevo de la
lengua castellana
es
una
preciosa
ntología
el
género,
bien explotada
or
los es-
tudiosos.'A
Correasdebemos
uriosas
noticias de
poesía
radi-
cional,
como
ésta,
por
ejemplo,
que prueba
maravillosamente
esta
ascensión:
Son_'lgs
qgguidillls
poesía
muy antigua,
y
tan
manual
y fácil,
que
las compone
a
gente
vulgar
y
las canta,
con
que
me admiro
que
las olvidasen
as
artes
poéticás...Mas
desde
l
año 16oo
a
esta
parte
han revivido
han sido
an usa-
das
y
se
han hecho
con
tanta elegancia
primor,
gue
exceden
a
los epigramas
dísticos
en
ceñir
en
dos versillos
en
dos las
escríben
mucho)
una
muy
graciosa
agudasentencia,
se
les
ha
dado tanta perfección,siguiendosiempreuna conformidad,
que
parece
oesía ueva"..
'Como
Se
abrá
podido
observar,
sa
uerza
oética
ue
arran-
caba
de
la
época
mozárabe
no
quedó
olvidada
por
la
poesía
italianizante,
o
que
era,
por
otra
parte,
harto
sabido.'Peroo-
r5
8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI
4/17
t6
Sobre
poesíade la
Eilnd
de Oro
Corríentes
oéticas
en
el
siglo
XVI
ban
los admiradores
e
este
género,
ya
que
un
Fernando
de
Her¡era traduce
un epigrama
de
Marcial sobre
Leand¡o
nada
menos
que
en
un romance
y
Juan
de
la Cueva
publicaría en
1587su
Coro
febeo
de romances
istoriales,
La
generación
iguiente,
1"
¿s
p¿dilla,
Cervantes,
irués
y
Maldonado, e educará oéticamenteeyendoa Garcilaso can-
tando romances
ieios.
De
ahí
que
los
comienzos
el
romance
llamado
artístico
haya
que
buscarlos
n
esa
generación. adilla
y
San
Juan
de
la Cruz
los
escribirrán
lo
diaino.
Juan
de la
Cueva
os utilizará
para
sus
dramas
muchos
versos
de
roman-
ces vieios
se
llegarán
a
convertir
en
tópicos,
como
el
conocido
"Mensajero
sois,
amigo",
gü€
resonará
hasta en
el
Quiiote'
Hacia
r58o
comienzan
ope,
Góngora
y
Liñán
a escribi¡
los
suyos,
omances
ue
serán
publicados n
pequeñas ntologías
escasos
liegos,
y
que
en
16oo
constituirán
a base
del
famoso
Romancero
eneral2.Todqs
sabemos,
or ejemplo,
o
que
fue-
¡on
los
apasionados
omances
e
un Lope:
un comentÍuio
poé-
tico a todossusamores, omentario oéticoque todoscantaban
por Madrid
y
que
enfadaban
los
graves
varones,
omo
a un
Leonardo
de
fugensola,
que
escribe
ierta
vez
a
un amigo:
Hoy
estuvimos
Yo
Y
el Nuncio
iuntos,
Y
ffatamos de
algunas
Perlerlas,
*Tl,o"""T' l,'1".:;:1,":#:'oo'j.,i",,
pues
no eres
tú
Belardo
ni
Yo
Filis,
enfado
general
de
nuestros
días.
Que
Bartolomé
Leonardo
no exageraba
o
prueba el
hecho
de
que
hoy
canten
el
romance
de
"Mira,
Zaide,
que
te
aviso"
los
judíos
sefarditas
de
Mamrecos.
lvlientras Lope' r iñán y sus ernigos (sin olvidar que C-er-
rantes
confesa
en el
Viaye
dcl
Psnaso
haber
compuesto
'ro-
2
Vid.
ahora
Las
luentes
del
Romancero
general, edición,
notas
e
lodice
por
Antonio
Rod¡íguez-Moñino
(Madrid,
Real
Academia
Es-
pañola,
1957;
doce
vols.).
r 7
davla
se
olvidó
menos
a
gran
corriente
cristalizada
n
el
Ro-
mancero.
b) EL
RoMANcERo
Los romances iefos alternaronmuy pronto con la poesía
culta;-'Ailnque
ambién
os
desprecien
os
elegantes
oetas
.del
siglo
xv,
ya
a
fines
de
esa
centuria
os
mejores
creadores
ien-
,*
l" t"nit.ión
de
probar sus
uerzas
en
esa
dirección'
En
Juan
del
Encina
encontramos
más
de
uno,
lo
mismo
{úé
en
el
pre-
cioso
Cancionero
del
aragonés
.
M.
Ximénez
de
Urrea,
o.
en
el Cancionero
General
o
en
el
llamado
de Constantiz¿'
En
estos
dos
Cancioneros
odemos
eer
las
primeras
glosas
a
romances
tan
bellos
y
.oooiidot
como
el
del
Prisioneto
o
Fonte
frida,
o
romances
ultos
aconsonantados-
de
un
Diego
de San
Pedro'
por
ejemplo.
La
aparición
de
las
obras
de
Garcilaso
n
1543
no
dañó
en
absoluto a boga romanceril,puestoque muy
pocos años
des-
pués,antes
de
r55o,
aparece
n
Amberes
el
Cancioneto
'e ro'
^*on"rr,
de
Martín
Nuiio,
con
un
éxito
tan
envidiable,
ue
los
edító-rós
eninsulares
o
deiarán
de
aprovechar
a ocasión.
co-
meteríamos
n
üemendo.
rror
pensando
ue
estos
omanceros
-hoy
tan
raros
y peregrinos-
no
andaban
n
las mismas
manos
de
los
que
leían
ús
novelas
aballerescas
las
églogas
e
Gar-
cilaso,
puesto
que un
Juan
de
Valdés
sabía
muchos
de
memo-
riá
y'uri'San
]uan
de
la
Cruz
los
cantaba
uando
ba
por los
ardientes
aminos
astellanos.
Se
estima
normalinente
ue
los
poetas
petrarquistas
esde-
ñaron
su
cultivo,
pero creo
que
cuando
se
hayan
estudiado
ien
los fondos
maouscritos,
quiá
surfan
algunas
sorpresÍui'
Yo,
por
eiemplo,
podría traa aquí tres romancesacolrsorlantados- de
un
Gutiene
de
C.etina
,
que
pasa
Por
ser
el
poeta de
menos
con-
cesiones
lo
tradicional.
En
el
mismo
grupo
sevillano
abunda-
I
Véanse
ahora
en las
págs,
47'52
de
este
volumen'
possin
roAD
DE
oRo.
2
8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI
5/17
Sobre
Poesía
de Ia
Ed.ad
de Oro
Conientes
Poéticas
n
eI
siSlo
XVI
c)
¡.¡
Porsf¡
culrA
DEL
sIGLo
xv
La
admiración
que
los
grandes
oetas
del
siglo
xv'
especial-
mente Mena y JorgeManrique, despertaron n los dos
siglos
siguientes,
s
también
un
hecho
nnsg¿lls'
Juan
de
Mena
co'
nJciO
c¡sl
Enras
ediciones
como
Garcilaso
y
dejó
una
huella
bastante
rofunda.
P¡ecisamente
no
de los
capítulos
más
apa-
sionantes
el
übro
de
Marla
RosaLida
de
Malkiel
sobre
Mena
es
el
referente
a esta
cuestión.
a
notable
y
sagaz
nvestigadora
ha registrado
un
número
extraordinario
de
cius
elogiosas
ara
nuestro
poeta
y
ha demostrado
asta
a saciedad
on
cuánto
amor
ue
leído.
Yo,
por
mi
parte, añadiré
res
eiemplos
nuevos'
El
primero, de
Diego
Ramírez
Pagán,
en
cuya
Floresta
de
oasta
paesía allo en
la
misma
páginados sonetos,
no
"En
la
muerte
áe
Boscán"
y
ot¡o
"En
la sepultura
del
famoso
poeta
Joan
de
Mena". La segunda eferencia ecae sobre Cervantes,quien
pone
en
boca
de Orompo,
en
La
Galatea,
stos
versos
cuyo
re-
cuerdo
habrla
que
buscar
en
El Laberinto:
Salid
de lo
hondo del
Pecho
cuitado,
palabras
sangrientas
on muertc
mezcladas;
y
si los
sosPiros
s tienen
atadas,
abrid
y
romped
el siniest¡o
costado.
El
aire
os impide
que
está
ya
inflamado
del
fiero
veneno
de vuesuos
acentos;
salid,
y
siquiera
os
lleven
los
vientos'
que
todo mi
bien
también
me
han llevado.
El
tercer
texto es
un
curioso
refrán
que
encuentro
en
el
Vocabulario e Covarrubias: El pereiil d" |rr*t de Mena, que
se
hizo
muy
apriesa,
ara
decir
algo
que
se
hizo
prestamente"'
Sin
embargo,
odavía ue
mayor
la admiración
sentida
Por
LasCoplas
e
Jorge
Manrique,
glosadas imitadas
por
un
Gre-
gorio
Silvestre,
Montemayor,
Padilla
y
otros
ingenios'
!-tt-
{.-
mosasCoplas
dejaron
ambién
su
profundahuella,
sobre
odo
r9
r 8
mances
nfinitos")
creaban
aquellos
e-stupendos
iclos
de
los
romanc€s
moriscos
!ásiorlés,
Góngora
divulgaba
os
pirates-
cos,
y
unos
años
más
adelante
o
tendrla
nconveniente
n.ex-
uemár-todos
os
recursos
cultistas
y
conceptistas
ara
esc¡ibir
en rohañcenada
menos
que
a
Fdbula
d¿
Píramo
y
Tisbe,llena
dj
esguincei
y
dificultades,
l poemapreferido por don Luis,
según
confiesan
os amigos.
Al
mismo
tiempo,
un Valdivielso,
amigo
de
Lope
y
Cervantes,
scribirá
st
Romancero
spirihul'
ó¡niini¡¿ndo
a
tendencia
niciada
por
San
Juan
de
la Cruz
y
padilla,
al
paso
que
un
Quevedo
elevará
a
categoría
iteraria
3
poesía
germanescaon
las
célebres
ácaras
de
Esca¡rat¿n
V-
l"¡i¡.gna.e;:js.iitas
con-
al
gracia
y
bizarría,
que
conquistaron
á1
pidamente
a
meior
fama.
Estos
romances
germanescos,
uyo
ixito
corre
paralelo
a
la
novela
picaresca
al
teatro
de
rufianes
(hecho
que
suelen
olvidar
algunos
estudiosos
e
la
novela
pi-
ca.esca)r-
ambién
uvieron
un
antólogo
en
el
sevillano
Chaves,
quien, 'bajoelnombredeLucasHidalgo,editólacélebrecoiec-
ción
de
los
Romances
e germanía.
Pero
los romances
nuevos
no
hicieron
olvidar
los
viejos,
como
es
harto
sabido.
Ahl están
comedias
omo
L¿s
mocedades
det Cid
para
demostrar
o
contrario,
o
el
famoso
Entremés
de
los
romances.,
ue
tan
bien
conoció
Cervantes,
egún
prueba
el
estudio
de
Menéndez
Pidal.
Ni siquiera
os
pícaros,
com--o
n
Guzmán
de
Alfarache,
por
ejemplo,
gnoraban
a
historia
de
España
aprendida
n el
romancero.
El
maestro
Menéndez
Pidal
escribía
n
el
prólogo
a su
bellísima
Flor
nueoa
de tomances
ij¿elói
que
,,la
introducción
del
romancero
l
gusto
de
las
clases
culiiuaá"s
en
el siglo
xvr
traio
consigo
para los
-vieios
cgnt9s
una
singirlaip.tficiión
es
lística"
y
que
por
eso
se
"saturó-de^
las esen-ciasoéticasmásnaturales, la vez que másrefinadas'
del
arte
hispánico".
Estas
palabras
del
sabio
maestro
me
pare-
cen
decisivas
ara hacer
ver
cómo
ue
caminando
aralelamente
a lo
largo
de
a mejor
y
más
culta
poesía spañola,
na
poesía
que también
arrancaba
e
la
Edad
Media,
fuerza
que tampoco
hay
que
cargar
al
haber
de
Castilleio.
8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI
6/17
Sobre
poesía
de la Edad
dB Oro
en
el
Barroco.
Sin
la
presencia e las Coplas
no
podrían
quizá
ieéísé
ve¡sos
omo
os de
la Epístola
moral
a Fabio:
¿Será
que
pueda
ver
que
me desvío
de la vida
viviendo,
Y
que
está unida
la cauta muerte
al simPle
vivi¡
mío?
Como
los
ríos
que
en
veloz
corida
se
üevao
a la
mar
tal soY
levado
al rlttimo
susPiro
de
mi
vida'
(El primer
terceto
iene
también
un antecedente
n
Mena,
quien
escribe
estos
cuatro
versillos
cuyas
deasveremos
esar¡o-
lladas
hondamente
n
la
ascética
poesía
barrocas:
¿Quién
no muere
antes
que
mue¡a?
Que
la
muerte
no es
mo¡ir
pues
consiste
en
el vivir,
mas
es fin de
la carera'
Fui
Y
he de
ser,
mas
no soy;
porque
es
tan veloz
mi
ser
quc
hoY, mañana
será
aYer,
y
ayer
iamás
será
hoY.
Y antes
4e
abandon?r
st-e--!e-m?,
se
ha
penga{o,
por otra
parter
S3n
a
influencia
de
las
llamadas
danzas
de la
muerte
en
el--pelsamiento-,posterior?
iertos
autos
sacramentales,
omo
gl sr* tr"tr",tu] *md" y E!.gyqn 31cal9-.fu1--tnwñe'uat.
dan
íntima relación
con
ese
género
poetlco.)
Abandonemos
a
esta
dirección,
para
fiiarnos
en
otras
fór-
mulasdel
siglo
xv,
cuyos
ecos
eguirán
ibrando
en
los siglos
xvr
y
xvII,
formas
poéticas
ue
convivirán
con
las
italianas
hasta
influirán
en
ellas.
Corrientes
poéticas
en
el
siglo XVI
d)
EL
"cANcIoNERo
cENERAL"
Me refiero en
las líneas
anteriores
la llamada
poesía
cor-
tesan-á]-Eandoneril
uovadoresóa
ue
fue tan
cultivada
durante
iodo el siglo xv-y-pri"gipióq del siguiente. a,¡oesía*UUsgll--ños
han
tachado
de-
intrt999-n{e,q¡e,
onceptu-qqq
y-qlqqb-i-c-ada,
recogida
por_9!*editor
H,--de!Castillo
en
su
famoso
Cntcioneta
-&fuiil,
publicado
en Valencia en
r5rr
3,
es de
tan
poderosa
inñue1cia,
que
a su lado,
el
nombre de Castilleio
supone
muy
poco.
$jémo-gos
en
un
primer
dato decisivo:
-gn-ql
fa-bfl9.-qo_gjo
Sg_.9-b_!gy_g,.
.!99!.o*.-q99,_q_e--r-egi_ggq-n
qdi-ci9p9¡.,{9_
5rr,--r5r4,
151i,'i529,
r5z1,
r53S? 54o,.1557
l573:_¡I:evg
edigiones
dé
un libro-que-iecoge
cientos
ae
poeffiás,-hereñAA
n
su,
"--:
--_-
ñfyor
qarte,
de un
ffovadorismo
medieval!
(Sin
contar
as hi-
iu.irr
áe esteCanCionéió,
edáé
rámosó
ancionero
e
obras
de burlasa los que estápublicandoahoracon tanto
amor
y
di-
ligencia
Rodríguez-Moñino.)
sto
quiere decir
que
el
übro
an-
duvo
en
manos de
todos os
poetas,
y
el
dla
que
se
haga el
éitudio
de su
influenciael
asombrode
los
eruditos
será
grande'
itorque
además sta
poesía
o estaba
eñida con
la
petrarquista
(aunque
se
puede
observar
que
las ediciones
e
espacian.a
me-
'dida
que
ss
imFone
a
ob¡a
de Garcilaso)
e incluso
tenía-'las
gl_rq"t
fuentes,a
yeces.
Que
e¡[.. pgggigr--
q¡cioneril
influye
podero-samente s
,tan
sencillo
de demosuar,
que
está
al
alcancede
todos.
Basta con
!ójqt
los
libros
de
.los
mejores
poetas,
comenzando
or
Bos-
S_a.g.
¡grminando
por
Calderón.-
Garcilaso
p?gé..qlgg1sg_lo
mismo oue
Hurtado
de
Mendozao
un
Gutierre de-Cetina-
Pre-
arr-"otl; cetina enüvo también én o"rsos octosllabos l fa-
moso
ema de
los ojos,
en
un
poemita
gue
reza
asl:
-
,
Vé.r.
la edición
de
Antonio
Rodríguez-Moñino
(Madrid,
Real
Academia
Española,
1958),
Y
del
mismo,
eI Suplemento
al Cancionero
general
(Mad¡id,
Editorial
Castaüa,
¡959)'
8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI
7/17
Sobre
Poesía
"
lo
EB
3
O*
Conientes
Poéticas
m
el siglo
XVI
23
Bien
sé
Yo
que
sois
graciosos'
mas,
oioq
Para
entenderos'
decittme,
¿cómo
sois
fieros?
si
ñeros,
¿cómo
hermosos?
Oios,
bien
sé
que
deciende
del cielo vuestra beldad'
Pero
westra
crueldad
con
vuestla
beldad
contiende'
Sois
serenos,
sois
graciosos;
mas
decl,
Pof
conosceros:
si
bellos,
¿cómo
sois
fieros?;
si
fieros,
¿cómo
hermosos?
&nto
SggtUIe.ISpa=,9-o;po*$an
uan
de
la
Cr¡¡4'
coggc-ían
esyli.oeii*-pgrüi;i+"ó¡rrü¡ $T:
qué 'av
Luis
de
ñdn.-
.*
iiJ-i¡.¡uiij"-'-i*illiÁ¿r
¿e-
dia
r o
en
coplag
e
ñ;#;".
i
ti
-r"-*49-d9-*He¡¡er-a'
que
citará-
en
los
io.át
rio,
a las
obrai6é"t"itiiJ
-ás
de
un
poeta
del
Car-
,¡orrro general,escribióabundantes edondillasalambicadas
pr.n"arr"
de
pasión,
coplas
que los
-estudiosos
o
suelen
citar'
no
sabemos
or
qué,
y"
qu"
más
de
una
se
halla
transida
de
auténtico
irismo,
"uoqo"
óutt
"tptt"nten
demasiado
ien
con
la
llrica
cortesana'
omo
ésta:
Tan
ufano
Y
tan
contento
me
hallo
coo
mi
Pasión'
que
etr
lugar
del
galardón
Pido,
señora,
el
tormento'
Pero
si-algún
ector
se
oma
a
molestia
de
pasar
as
páginas
a"
Lá'éílii
."**,iot
hallará
abundantes
nuestras
ancione-
*.:t
V algunaperla an preciosa omo a siguiente:
¿Dónde
está
la
fantasía
de
mi
altiva
condición?
¿Dó
el
alma
que
Ya
fue
mía'
Y
dónde
mi
corazón'
que
no
está
donde
solla?
Mas
Yo
todo,
¿dónde
estoY?
¿dónde
vengo
o
dónde
voY?
¿A
dicha
sé
Yo
de
mi?
¿SoY
Por
ventrua
el
que
fui,
o
nunca
he sido
el
que
soY?
.-
Que
Lope--era.unenamorado e la poesíacancigne¡il
.tam:
bién
lo
sabemós
or.
diversos
estimonios.
En la
Introducción
a
-la
iusta
poéticaconsidera
aquellos
"ingenios
maravillosos",
y
añade:
"bíganme
los
que
más
o
son
en
qué
estudiado'
como
ellos
dicen,
en
culto
soneto
o
canción
endrá
gual
este
pensa-
miento
de
los
antiguos:
Ven,
muerte,
tan
escondida,
qué
no
te
sienta
venir,
Porque
el
Placer
de morir
no me
vuelva
a
dar
la
vida"'
Añadamosotro testimonio: el
placer con
que
glosa
estas
canciones
n
sus
comedias.
sí,
por
ejemplo,
en El castigo sin
úenganza
parece
losado
l
conocido
mote
"Sin
mí,
sin
vos
y
sin
bios",
mientras
que
en
El
caballero
e
Olmedo,
El
ptíncipe
perfecto,
El saber
puede dañar
y
La
inocente
sangre
aparecen
itoruao"
aquellos
versos
viejos
que
dramáticamente
ecuerda
'
Cervantes
n
su
Prólogo
al
Persiles:
Puesto
Ya
el
Pie
en
el estribo,
con
las
ansias
de
la
muerte,
señora,
aquesta
e
escribo,
Pues
Partir
no
Puedo
vivo,
cuanto
más volver
a
verte'
Un
Vélez
de
Guevara
glosará ambién
en
Reinatdespués e
morh
unÍ-
copla
de
Lope
de
Sosa,
que tuvo
gran
éxito,
aunque
la
gue se
levó
la
palma en
glosas ue
la
citada del
Comenda-
dor
Escrivá:
"Ven,
muerte,
an escondida",
ue
casi
pasóa
ser
un
lugar
común.
Y
lógicamente,
n
Gracián,
que
sabía
bas-
8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI
8/17
24
Sobre
poesía
de
la Edad
de Oro
tante
de coglgplgnp-J*Ég
¡
gegos.de
Y9ces,
o-
podía
pqrmanecet
ffi-
"oo."pt
tota-
de-.tanto-poemita
on-
i.niáo
ei el Canciarygle
?1ryral.
Bastará
abúr
a
Agud'eza
arte
íürsú:ffi
$lrmetQsas
itas
de
-
Escrivá,
srinchez'
de-*Ii-adai"sZ*lqpg-de$qsq"y'ggesingenios. po¿ri" tnt¿it otiás mucnasmanifestacionesue probarían
hasta
a
saciedad
Lorgsencia
del cancioneto Penefcl''pero'-creo
que
con
los
apg^g5lg;9¡dn-suficientes.
De
todas
formas
no
A*aA;A;i"*n;i'{[.{uooaqn99.99-J.9!-elis'n-,3.s,losmttes
y
las
eEp:e$:"9-e-hPi99g.bgroca, -tan
-en
exacta
correspoq-
Gñtñ
co¡.
os.del
siglo
v.-
Está,
pues,
bien
claro
que.99e esquematismo
e
nuestros
manuales
-no
-¡e,bpo.qde*-qi
lquiera
a
una
p¡ejeitiida
ventdif-ili-
a¿ctica
y-qtlg-&-pleagnib-
4-e*
Castilleio
significa
muy
poig- al
ñdó-de=ñ-óuñ-f*.ras
que
corren
paralelas
l endecasílabo.
Está
bién
ólaió
tambiéri'que
Garcilaso
no
vino
a m¡ta¡-lq.-¡¡a-
afgt"r"l-ritto
a-v.ivificar
ü"
po.ií"
que hubiera
terminado-por.
"6ig"""tr" comoun huso.Gracias-a-f!-!ry19.9"-oq¡!l99 l Cón-
tico-espiritry!-,-.-$1oda¡
e
fgy Luis,
el
Politemo
y
los
sonetos
de-un-Quevddó,
ero sólo
teniendo
presentes
as oüas
tendeq.
cia-s
i
posifite e'*piñar
la
piofunda
originalidad
de
la
poesía
bai¡oca,
que--i-ié99---á-.s-el.
na síntesis
de
esos
cinco
elementos'
IMPRENTA
Y POESÍA
EN LA
EDAD
DE ORO
Se
cuenta
que
cierto
catedrático
e
Derecho
Romano
co-
menzaba
us
explicaciones
e
curso
diciendo
seriamente:
Se-
ñores,
el
Derecho
omano
comenzó
or no existir".
Pues
bien,
por
una
enorme
y
clara
paradoja,
a literatura
comienza,
ero,
-"hor.
ao
serio,
por
no
ser
üteratura.
Ustedes
dirán
que
todo
comienza
siempre
por
el
no
ser;
pero no es esta
a
cuestión'
El problema s muchomássimple: ha existido, existe,una
.noi*e
cantidad
de
literatura,
o
de letradura,
como
diría
don
Juan
Manuel,
que
nada
ha
tenido,
ni
tiene,
que
ver
con las
i"tr"r,
y
menos
odavía
con
la
letra
impresa.
Olvidamos
on
de-
masiada
acilidad
que
el
hallazgo
de
la escritura
y,
mucho
más
tarde,
el
hallazgo
de
la
imprenta,
son
conquistas
e
ayer' Se
ol-
vida
que
una
cosa
s
a
palabra iva,
con
sus
espléndidas
otas
emociónales
musicales,
on su
fabulosa
apacidad
e
apelar
al
corazón
el
prójimo,
y
otra
cosa
y
muy
distinta-
es'la
re-
presentación
ráficade esa
palabra.
Es
lo mismo
que
el
paso
de
i,
p".ront
viva
a su
representación
ictórica'
De ahí el extra-
* Confereocia leída en la fiesta del libro de ¡964 y publicada en
el Catibgo
de la
producción
editorial
barcelonesa,
r9fi't964
(Barce-
tona,
1965),
págs.
55-62'
Pero
véanse
aho¡a
los
trabaios
fundame'l-
trt.s
aé
Á. noárig,r."-Moñino,
construcción
crítica
y
realidad
histó-
iro
,n Ia
poesía
áspañola
le
los
siglos
XVI
y
XVII
(Madrid,
¡965)
y
Poesía
y
cancionetos
sieto
XVI).
Discurso
leído
ante
la
Real
Aca-
-demia
Española
(Madrid,
¡968)'
8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI
9/17
z6
Sobre
poesía
dp
lo Eikd
dB Oro
or,lirario
asombro
e
ciertas
ribus
muy
primitivas
que
oyen
por
primera vez,
de
un
modo
objetivo,
sus
cantos
en
un
magneto'
ion.
La experiencia
a sido
sencillamente
mpresionante,
orque
los
indígenas
legaban
ue
se
quedarían in
voces
si
se
as
lle-
vaban.Ño olvidemosnuncaque el hombre
ha
pasadomilenios
sobre
a
tierra sin
saber
eer
ni escribir,
pero con
sus penasy
alegrías
cuestas'
estas
penas
alegrías,
speranzas
recuer-
doi
se
vierten
por
el
habla
y
también
por
el
canto'
Aún
hoy'
por
desdicha,
son
muchos
los
millones
de
hombres
que
no
puedenacercarse
un
übro,
para vergüenza
e todos
os
leua-
ior,
porqr" son
analfabetos;
aunque
muchos
de estos
analfa-
betos-den
iento
y
raya
a
millones
de
alfabetizados,
tentos
ólo
a
la
revista
deportiva
o
al espectáculo
e
la
televisión.
Ya
Pedro
Salinas
scribió
una
deüciosa
efensa
e
estos
analfabetos
lenos
de
profunda sabiduría
de
hondura
humana'
Pero estos
millo-
nes
de
hombres
conocen
odos
una
literatura,
apoyada
en
el
canto o en la narraciónoral,
que
en
más
de
una ocasión
de-
muestra
una sensibilidad
ue para sl la quisieranmuchosalfa-
betizados
o
leuados.
Algunos
indios
kiowas
cantan
esta
can-
cioncilla:
PoqQue
soY
Pobre,
Porque
soY
Pobre,
rez9
Pol
toda criatura
viviente,
rezo
Por
toda
c¡iatu¡a
viviente'
Si
esta
cancionciüa,
on sus
repeticiones,
emuestra
una
honda
preocupación
or
el
prójimo,
esta
otra
de
los
nahuas
mejicanos
lanteaun
grave
problemametafísico'
an
grave
como
pueda
plantearlo
un
hombre
tan culto,
sa,gaz
lector,
como
Quevedo, or eiemplo.Rezanadamenosque esto:
Sólo
vinimos
a
dormitar,
sólo
vinimos
a soñar;
no
es
verdad,
no
es
verdad
que
vinimos
a
vivir
en la
tie¡ra'
En
hierba
de
pridavera venimos
a co¡verti¡nos:
llegan
a revetdecer,
legan
a
abrir
sus
botones
nuesüos
corazonest
es una
flor
nuestro
cuerpo:
algunas
flores da
y
se
seca'
I
Imprenta
y
Poesía
y
!
Jd"*
3'"
Y de
la
tribu
de
os
otomles
procede
sta
sencillísima
oesía'
tan
honda
y
p€netrante'
an
nostálgica
tan
manriqueña:
El
río
Pasa,
Pasa,
y
nunca
cesa.
El viento Pasa, Pasa,
y
nunca
cesa.
La
vida
pasa:
nt¡nca
tegresa.
27
Pero
aunque
a
haya
iiado
en
la
pared
zaÍagozanu
on
sus
faltas
de
ortografía
correspondientes,
a
copla
que
leí
estas
va-
caciones
.rrdm
envuelve
odo
un
üatado
de
andar
por el
mun-
do.
Es la
más
bella
síntesis
e
un
espléndido
árs
aioendi'
Dice
asl:
El
hombre,
Para
ser
hombre,
ha
de
tener
ues
Partidas:
hacer
mucho
Y
hablar
Poco'
Y no alabarseen su vida'
El
hallazgo
del
canto
debió
de
ser
casi
paralelo
al
invento
de
la
palabr.,
qu"
es,
sin
duda,
a
conquista
más
grandede
la
humanidad.
De
ahí
el
valor
sacro
que a
palabra
iene
en
tantas
religiones,
y su
capacidad
aumatúrgica'
Y
el canto
debió
de
o..!,
.o-o
un
deporte,
uno
de
los
juegos
más
viejos
y
entre-
teni¿os
que ha
inventado
el
hombre,
y
de
los
más
duraderos'
a
juzgarpor
la
pasión
que
hoy
despiertan-
os
cantores
por la
áir.oilti"
mundial.
Peio
los
deportes
los
iuegos
son
formas
¿"
¿iyg¡timiento,
no
de
introvertimiento'
por decirlo
así,
o de
ensimismamiento.
s
decir,
son
soluciones
ptas
para
que
el
io-Ur. salgade sí mismo y olvide que estáacuitado'
enfermo
o
dolorido.
Por
eso
dice
el
refrán
español
ue
"Quie-q-c"4¡!at"sus
Denas
spantal'.
Y
quien
hoy
lee
una
novela,
baila,
ve
t4.1e!9-
"iiió"o"ó
"?-ái
cine,'ié
distrae,
se
divierte
Yr
Por
lo
tanto'
se
-áivida
de
sl
misirb.
El
gran lector
o
e!
gran melómano.-.son
"1o-;
lós
grui?es"cazadoresl
los
meiores
olvidadizos..
e
la
8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI
10/17
Imprmta
Y
Poesía
n la
Edad
de Oro
de
ejemplares
que venden
Agatha
C'hristie
y Simenon-y.las
raciones
de
asesinatos
que se
i"o
to
la
televisión
y
en
el
cine'
29
ü
2ó
Sobre
Poesía
de lo
Edad
dP Oro
existencia,
omg*y-a
io*O4ega
y-
Gasset
n*r¡n
precioso
ensayo
b-ién-
ñóciao
poi toaos,:
Con
la
profunda
diferencia
de
que al
divertirse
eyendo,
a-üteratu¡a
e
afecta,
y
esta
afección
es
lo
-q"e tá lociedid
teme.,
Hoy
sabemos
muy
bien
que
se
han
per-
-áido
miles
y
miles
de libros porque a sociedad a temidosiem-
pre al
escritor
y
al
pensador,
no sólo
desde
a
aparición
de
la
i-pr.nr",
sino
en la
tan cantada
decantada
ntigüedad
lásica'
ElJenómeno
se
apoya
en
profundas
aíces,
uya explicación
os
llevaría
mucho
iempo.
Pero
no
resisto
el
adelantarles
ue
al
ser
la
invención
de
la
escritura
algo
enormemente
abuloso
y mí-
tico,
y
ser
muy
pocos
os
capaces
e
leer
y
escribir,
a
palabra
escrita
conservó
arte de
su
carácter
mágico:
sirvió
para
guar-
dar
celosamente
os
miste¡ios
eligiosos
las
leyes
o
contratos'
De
ahí
la
importancia
del
letrado
en
ciertas
culturas
cuya
es-
critura
es
enormemente
omplicada,
omo
la
china,
por ejem-
plo.
De
ahí
también
a
inmensa
preocupación
ue desató
en
'Europ,la aparición el übro impreso'La mismaque hoy se
sienti
ante
á
televisión
por las
mismas
causas'
Hoy se
dicen
casi
as
mismas
cosas
ue
s€
dijeron
en
España
en el
siglo
xvl,
y-_s9
a{ucen
ai
miqrys
.razones
ticas
y
estéticas'
Y hasta
so-
ii.f"r-y
políticas.
.L¡..Jitqrl1ura
la
televisión
producen
a
mis-
ma
altbrición
ndividual;
y
si se
ee
más de
una
vez
que
ciertos
áaoi.r.ántii
o
niños
se
han dedicado
a asaltar
y
robar
por in-
fluéncia
dé
io
qúC
han
visto,
en
el siglo
xvI
sabemos
muy
bien
oúe'muchos
spañoled
ueron
a
Indias
a buscar
nsulas
xtrañas
o
fu"o,",
-.r"uiUoiCi
fol
influencia
de
los
lib¡9s
de caballerías.
Éitl
fue
1á-zupiGiñl-ge-niá]"@{-.4S.
ervante-s
haber
cgmpro!1-
do
cómo
se-
iiir¿li¿-etá
-íTiiitencia
de
un
hoirado
hidalgo
de
l" Mro.hr. Por-esoodtiéI Quiiote rasminaiteraluq por todas
ilr;,
desde
a
primerá
página
a
la
ultimai?ero,
pór
fortrrna:
¿rt"
"it".".ión
o-afección
no
se
da
con
la
fuerza
que
creen
os
predicadores,
orque, de
otro
modo,
los
jóvenes
del
siglo
xvt
Lubiesen
sido
todos
Amadises
o
Calistos,
Melibeas,
Orianas
y
Dianas.
si
de
veras
as
novelas
ierciesen
an
terrible
influencia,
hov
sólo
habría
detectives
ladrones,
iuzgar
por
los
millones
Desde
ministlos
a
.,..d,á,i.o',
habría
que
guardarse
de
.sus
intenciones,
porque
más
de
uno
ha
confesado
cuánto
le
deleitan
esasnovelas. Todos hemos perdido más de una
"vegada"
si-
*Ñ;
ias
peripecias
de
Maigret,
como
el
Canciller
Ayala
lonfesaba
ambién
haber
perdido
"muchas
vegadas"
"leyendo
a
Amadis,
Lanzarote
e
bu'i"s
pasadas"'
¡Lástima
que se
hayan
*tit¿"
esos
Amadises
y Lanzarotes
que.
entretuvieron
más
de
ffi;;;";l-c'";;
ct'i.iut'
de
castiila!
J
si
ee'
an'
perdido
;;;
lú.",
m"¿ous..itos_,e
mpresos,
qué
no
habrá
asado
on
.^
*;tii.pfé
óancioncilla
de
cuat¡o
o
seis
modestísimos
octosíia-
bos-!*De-toda
nuesüa-poesía
popular.
anterior
al
siglo
xv'
en
castellano
aporqs--ggn999Pos
estimonios
directos'
alrnque
ten-
gamos
noticias
de
su
éái
t*i'tencia
por
referencias
de
Crónicas
b de
otras
uentes.
Sóio
a
un
casi
utidtdtto
milagro
debemos
el
poá., pr"r*ir de nuestras recientes cancioncillas
mozárabes
o
ána¡uri"r,
esasjarg,b4s
omances
que
figuran
en
las
muwasaas
árabes
y
iudías,
t"o
éntiontudas
con
los
villancicos
amorosos
posteriores.
No
se
olvide
que
para
un
marqués
de
Santillana
las
canciones
y
romance'
'i'ut"
sólo
para
entretenim;ento
de
gente
de
"baja
e
servl
condición",
y
quá además
no
tienen
regla
ni
arte.
¡Qué
leios
estaba
de
pensar
que
unos
años
más
tarde
este
ipo
de
poe
ía
poputtt
invaditia
las.zonas
más
cultas
y
aris-
tocráticas
La
Corte
áe
los
Reyes
Católicos
pudo
demostrar
su
aJJración
por
lo
clásico,
especialrnente
por
lo
latino'
pero
no
,"
arnrO
,rapoao
de
cantar
cancioncillas
romancest
como
se
demuestra
hoieanao
el
espléndid
Cancionero
musical
de
Pa-
I^acio,publicado por primera
v:z
po.r
Asenio
Barbieri
-y
recien-
Iáái-pot
Hiiinio'anglés,
el.
mejor.conocedor
de la música
;;.ñ"it
L
to¿ó,
rot
titlpát'
A
él
debemos
una
atumación
de
extraordinario
valor,
put't
que
nos
dice
que
"de
la
música
loir".ura"
se
deduce,
asimismo,
que, a
pesar
de
que
nuestros
;;;;;tt;;"t
.onocíao
el
estilo
de
la
escuela
ranconeerlandesa'
;.;ñ;r"t
,egui,
con
su
tipismo
nacional'
el
cual
tendía
siem-
8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI
11/17
:.!,,TÉjiJ..j:ri¡il$
Sobre
poesía de
la Edail
dc Oro
ImPrmta
Y
Por;tío:n
to
lg9
d" 3Y
3r
3o
pre al expresivismo
dramático,
valiéndose
de
formas
musicales
.i.ptiti-"t.
Quizás
en
el
género de
la
música
profana, a
sim-
plicidad de
medios
écnicos
s aún
más
sorprendente.
l reper-
torio
que
hoy ofrecemos
eñala,
ues,
así como
el
poeta pre-
tendióexpresar
u
pensamiento,
rofundamente rñoroso
fina-
mente
delicado,con verso
sencillo,avaro
de
palabras gene-
roso de
sentimiento,
sí
el
compositor abe
encontrarefectos
de
emotividad sorprendente
on acordes
naturales,aparentemente
arcaicos,
que
acompañan na melodía uadicional,
típicamente
hispánica.
El
susuato
popular
que
rezuman
tantos villancicos
[...]
unido a la simplicidad e
formas
contrapuntísticas,
s 1o
gue
forma contraste on
el repertorio
profano
de las Cortes de
Bor-
goña y
de
Francia".
En
este
amoso
Cancionero
e encuentrsfi
as muestras
más
bellas de la
poesíapopular,
cantada
y
no
escrita,
que
conoce
la
lírica de la
Edad Media, esa
poesía
que
se
puso
de
moda,
iunto
con el romance
y
el refrán,
porque
el
renacentista
io.
I detrásde estasmanifestacionesa expresiónmejor de un espí-
¡
,
ritu
no
contaminado
or
la
cultura: vio lo
natural, o espontá-
Í
neo
y
lo verdadero.
De ahí
toda la
exaltación
de
lo
natural,
t
frente
a
lo
artificioso,
que
será
norma estética
ética
de
tantos
"tirenacentistas,
desde
uan
de
Valdésa Cervantes.
or esto
tam-
tpoco
podemos
aber
si real¡nente
lguna cancioncilla
an bella,
peneüante
esquemática,
omo
ésta,
por
eiemFlo,
En
Avila, mis oios,
dentro
en Avila.
Eo
Avila
del
Río
f;:lT""'.f^ffi:"
es realmente
obra de
un
poeta
finísims
y
archiculto o, de un
anónimo
que
vivla en cualquier
pueblecito
castellano. e ro, en
otros casos,
í
podemos
aber
que
se trata de
una canción ra-
-dicional,
puesto
que
se
ha
podido
recoger
de viva voz casi
qui-
nientos
añosmás arde; como
ésta,
por
eiemplo:
Aquel
Pastorcico'
madret
-
que no
viene'
algo
tiene
en
el
camPo
que le
duele;
recogida
nada
menos
que
por
E'
Torner'
€n
su
Cancionero'
casi-con
a mismaexactitudy sin apenas ariantes:
Aquel
Pastorcillo'
madre'
Pues
no
vieoe'
algo
tiene
en
el
camPo
que
le
entretiene'
EsrcCancionero
musical
d,e
Palacio
umple
en
la
ürica
cas-
teUroa
el
papel
de
los
grandes
Cancioneiros
ara
la-
írica
ga-
laico
portugu"r",
.*quJlas
fórmulas
y
la
expresiót
1" ]::^:1-l:
timientos
s-ean
más
avaros
y concisos,
elo
con
una
potencra
poética
encillamente
rrebatadora;
omo
en
ésta'
por eiemplo
Todos duermen' corazón'
todos
duermen
Y
vos
non'
El
dolor
que habéis
cob¡ado
siemPre
os
terná
desvelado'
quel
corazón
lastimado
recuérdale
la
Pasión'
A
partir
de
fines
del
siglo
xv
esta
poesía
popular
tentará
a
los
mejores
poetas
'puñotJt,
dade
Jrry
del.'Encina
a
García
ilt*-'"
ÑU".¿
pur.o¿o
Pg¡lgpe-de
Jega'
Qó'qgora
Anto-
¡i"
-üU¡qtuUiq3g
nam-on*Jime5¡92'
sta
será'
precisamente'
una
de
nuestras
ranáéllósiüili¿i¿éi
ttente
a
la
poesla
uropea:
ü;ó*-s1¡s-p9¡le-ü¡iqc-PeP.ular
en
todas
as-
Pocas'
n
pleno
Renacimiento,
no
ffi;id;
que las obrasde Boscán p'5i-
l.ro
,.'
publican
en
Barcclona
or
primera
vez
en
¡543'"
Ios
vihuelistas
Milán
(r
535),
Narváei
(rj¡8)'..Valderrábano'
r
547)'
pirráo,
(1552),
u"lUtnt
(r55+)'
el
polifonista
uan
Vásquez
i;;5tt5;io'.1
*óoito
totót
a"t
Cancionero
e
Upsala'
omo
8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI
12/17
Sobre
poesí.a
dB
la Edad
d'e Oto
más
arde
el
ciego
Salinas
t572),
íntimo
de
fray
Luis
de
León'
nos
conservarán,
o sólo
la
let¡a
de
incontables
prodigiosas
canciones,
ino
la
música
correspondiente'
a transmisión
se
hace,
como
es
natural,
cantando,
ero el
arte
del
canto
se
apren-
de en unos libros que fijan
nítidamente
el
texto
poético' Sin
..U.rgo,
al
revés
di
lo
que
sucede
oy, el músicopartirá de
*a
láá
ya
conocida,
no
de
un
"monstruo",
letra
que
es
el
"ánima
de
la
música",
como
decía
Fuenllana,
y
la
dotará
de
nueva
melodía;
por
otra
parte,
os
cantores,
esde
un
soldado
que
está
en
Indias
" uo
iop"
o
Góngora,-
modificarán
muchas
u^...r,
oo
los
estribillos,
o
sea
as
cabezas
e
las
canciones'
ino
los
desarrollos
glosas.
De
ahí
la
frecuencia
on
que un
mismo
villancicoses
gtosado
de
manera
an
diferente,
como
éste'
por
ejemplo:
Véante
mis
oios,
:-il:Til:
1,10'u"o'
Y lo que Yo más qutero'
Imprmta
Y
Poesía
n
la Edad
de
Oro
De
los
álamos
vengo,
madre,
de
ver
cómo
los
menea
el
ai¡e'
De
los
álamos
de
Sevilla
de
ver
a
mi
linda
amiga'
De los álamos vengo,
madret
de
ver
cómo
los
menea
el
ai¡e'
Pero
no
fue
esta
sola
a
manera
de
divulgar
la
poesía
de
,ip"
ú.¿i.¡.iJ-y
poput*r,
puesto
que.con
el
nacimiento
e
la
iápr"o,"
debieron
surgir,
al
mismo
tiempo
que las
estampas'
los
ptiegos
ueltos;
si,
pi"tttiUas-tao
aras'
de
cuatro
a
ocho
páginas
n
su
mayor
pt"t,
q"",
a lo
largo
del
siglo
rvl'
difun-
ái.7.r
"no"
auténticas
masas
una
poesía
bellísima'
que
para
ahora
a
quisiéramos
n
boca
de
tanto
cantante'
asta
omparar
esta
cancioncilla
e
un
pliego
suelto:
Otvidar
quiero
mis
amotes'
que Yo
quiérolos
olvidar'
Los
mis
amo¡es
Primeros
no
me
salieron
verdaderos'
srno
falsos
Y
lisongeros'
que
Yo
quiérolos
olvidar'
Mis
amores
os
de
antes
no
me
salie¡on
leales'
srno
falsos
Y
con
maldades'
que
Yo
quiérolos
olvidar'
con
esta
otra,
procedente
e
un
pliego
suelto
de
hoy'
titulado
ó*rionrro
deiotor,
cuya
primera
estrofa
eza
asl:
El Pullover
que me
diste
tú
bien
lo sabes'
Posee
una
virtud'
Guarda
siemPre
el
calor
de
ti'
porsll
no¡o
DB
oRo.
3
33
32
glosado
por
un
Pedro
de
Andrade
Caminha,
portugués'
y por
irna
Santa
Teresa,
bien
castellana'
ue
lo
convierte
en
Véante
mis
oios'
HiLTlJd"
Estos
tratados
de
los
vihuelistas
polifonistas
de
la
Edad
de
Oro
constituyen,
su
vez,
otro
inmenso,
ancionero
e
lírica
tradicional, ien conocido or losestudiosos'y' obre odo ahora'
con
lm
publicaciones
e
os
musicólogos
grupados
.alrededor
áu
ff.
A"gf¿s.
La
belleza
de
estas
cancioncillas'
un
sin
la
mú-
sica
co.rópondiente,
es
un
sencillo
milagro
poético'
Pondré
,Oto
"tr"
picioso
eiemplo,
procedente
de
Juan
Vásquez'
que
se
cantó
mucho
en
EsPaña:
8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI
13/17
Sobre
Poesía
de la
Edtd
de Oro lmprmta
y
Poesía
en Ia Edad
de Oro
35
34
Me
ilusiona
Pensar
tan sólo
en
ti'
3.'"*il;
-'
cada
día
desde
que
te
Perdí'
Se
me
dirá
que
la
letra
sin
la
música
nada
vale,
pero ahí
está
precisamente
l
hallazgo
de
la
inmensa
poesía
popular es-
panoia:
su
extraordinaria
alidad
poética,
prescindiendo
e la
calidad
musical.
Los
pliegossueltos
usieron
en
manos
de
todos
los
españoles,
ndependientemente
e
su
condición
social,
un
caudaf
de
ürismo
que no ha
tenido
comparación
posible en
ninguna
época
ni en
ninguna
histo¡ia
de
la
poesía
europea'-No
olvidemos
ue estas
ancioncillas
ran
as
que
cantaban
n
Gar-
cilaso,
un San
Juan
de
la
Cruz,
un Cervantes,
n
Góngora
o
un
Lope
de
Vega;
o,
convertidas
lo
divino,
desde
ines
del
siglo
xv,
todas
as
monias
españolas'
orque
en
España
se
lle-
gion.-."n,ar
a lo divinohastaas ácaras e pícaros coimas'
áe
bravos
chulos,
el
gusto
pasó
a
Indias'-Por
eso
podemos
ver
a sor
Juana
nés
de
la
cruz
escribir
todavía
este
género
poético,
pu.rto
de
moda
a
principios
del siglo
xvII
por
el
céle-
bre
'Escarramán'
e
Quevedo.
Pero
todavía
queda otra
posibilidad
de salvar
a
poesía
ra-
dicional:
incorporarla
una
piezadramática'
Ya
Juan
del
Enci-
na
solía
erminar
sus
obras
con
un
villancico
cantado,
unque
no
de
tipo
popular,
sino
creación
uya
otal'
Es
Gil
Vicente
quien
iniciará
ealmente
a
delicada
area
de
incluir
con
suprema
abi-
lidad
dramática
una
vieia
canción,
lena
de
sorprendente
iris-
mo, en sus arsas,
ragicomeüas
autos'
Dámaso
Alonso
eunió
un
precioso
cancionerillo
que leyeronapasionadamentey no
sin
sorpr.s"-
todos
os
poetas
de
su
geleración
y
las
siguien-
tes.
A
veces
se
6"¡¿
simFlemente
e
dos
versos
"Por
el
rlo
me
llevad,
amigo,
y
llévademe
or el
tío",
al
paso
que oüa.s
áesa¡rolao
uy
aiu"i*s
solucionés
ormales
o
temáticas'
mi-
tando
delicadamente
la
canción
uadicional
vieja'
Lo
mismo
harán,
pero
no con
tanta
habilidad,
abundancia
y
delicadeza,
otros
autores
dramáticos,
como
Diego
Srínchez
de
Badajoz,
Lope
de
Rueda
o
Juan
Timoneda,
iunto
con
los
anónimos
de
los
autos
religiosos.
Sin
embargo,
la
generación
de
Góngora
y
Lope
volverá de nuevo a recoger la
herencia
de
Gil
Vicente,
y
Lope
de
Vega,
con sus
seguidores,
nos
ofrecerá
un
teatro
abundantí-
simo
en
canciones
uadicionales,
hasta
el
punto de
que no hay
actividad
humana,
fiesta o situación
que no se
apostille
con
un
cantar.
Más de
un
drama,
como
es
bien sabido,
girará
sólo
al-
rededor
de la
fabulosa
presencia
de
una
cancioncilla
vieja,
como
la
célebre
del Cabutlero
de Olmedo,
tan llena
de
d¡amatismo'
Todas
las
formas conocidas,
más otras
inventadas
por el
propio
Lope,
tendrán
acogida
en
su
teatro,
desde
el
viejo
zéiel
a la
."n.ión
paralelística,
pasando
por las
formas
de
repetición
al-
ternada,
d"
tt.,
vieia
ruz
en
la
poesía
eu¡opea,
como
la
canción
Deia
las
aoellanicas,
moro'
o
¿De
dó
oiene,
de
dó
oiene?
Muchas
de
estas
canciones
son
realmente
canciones
viejas,
como
ocurre
también
en
Tirso de Molina o en Vélez de Guevara o en los
ent¡emesistas;
pero otras
son
creaciones
ndividuales,
imitación
habiüsima
de
las
anónimas;
mientras
que
en
otros
casos,
sólo
unos
versos,
normalmente
el estribillo,
son
viejos
o
tradiciona-
les.
Lope
de
Vega
y
sus
seguidores
salvaron
así
un caudal
pro-
digioso
de lirismo
popular
que
no
tiene
tampoco
punto de com-
paración
con lo
ocurrido
en
otras
iteraturas'
Pero
aún
tenemos
oüo
refugio
de
estas
cancioncillas,
refu-
gio
que
ha sido
también
explorado
por
los
estudiosos
con
no-
iable
éxito:
me refiero
a las
colecciones
de
refranes,
tan
abun-
dantes
en la
Edad de
Oro,
y
hasta
algún
diccionario,
como
el
Tesoro
de
Ia
lengua
castellana,
de Covarrubias'
De
entre
todos
éstos descuellan dos obras del insigne maestro salmantino Gon-
zalo
Correas,
cuyo
Vocabulario
dc
teftanes
y
su
Arte
de la
len-
gua castellon¿
están
repletos
de
villancicos
deliciosos,
como
éstos,
por
eiemPlo:
' l
8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI
14/17
36
Sobre
Poesía
d.e
a Ednd
de Oto
Estábame
Yo
en
mi
estudio
estudiando
la
lición'
Y
acordéme
de
mis
amores:
non
Podía
estudiar'
non'
Levantóse un viento
de
la
mar
salada
Y
diome
en
la cara'
Levantóse
un
viento
que
de la
mar
saüa
Y
alzóme
la
falda
de
mi
camisa'
Parecida
divulgación
uvieron
os
romances
iejos,
sólo
que
en
este
caso
contamos
con
un
hallazgo
sencillamente
enial,
[ti¿o,
como
es
archiconocido,
l
editor
de
Amberes
Martín
Nucio,
quien
publicó
su
precioso
Cancione-ro
e
romances'
uya
r.g-á.
.¿i.ión
coincide
xactamente
on
a
mitad
del
siglo
xvl'
El-éxito de estacolecciónue sencillamenteulninante'
y
como
el
negocio
no
debió
de
ser
malo,
otros
editores
españoles'
o-
menziodo
por
Esteban
de
Náiera,
mitaron,
copiaron
y
aumel-
taron
ese
hallazgo,
on
resultados
abulosos
ara
la
historia
de
ü
po"ti"
españo-la.
l
propio
editor
-nos
dice
en
el
prólogo
de
q"á;;¡"
ha
reunido
su
colección:
"Puede
ser
que falten
aquí
algunos
aunque
muy
pocos)
de
los
romances
ieios'
os
cuales
yo no
puse,o
porque
no
han
venido
a
mi
noticia'
o
porque
no
ío,
U"fie
t*
.,r-plidos
y
perfectos
omo
quisiera'
y no
-niego
q* ""
fot
qu" "quí
van
mfresos-habrá
lguna
alta'
pero ésta
se
áebe
mputa,
" Ío,
exemplares
e
adonde
os
saqué'
que
esta-
ban
muy
corruptos'
y
"
it
flaqueza
de
la
memoria
de
algunos
que me'los diciaron,que no,se
podían.a:o.tdtt
dellos
perfecta-
á."r".
Yo
hice
toda
diigencia
porquehubiese as menos altas
qrr"
foer"
posible,
oo
*
ha
sido
poco
uabajo
untarlos
y
en-
á""a*
y
aAadir
iguoot
que
estaban
mperfectos"'
La
déclaración
e
Martín
Nucio,
como
se
puede
ver,
es
muy
o
8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI
15/17
39
r 3 8
Sobre
poesía
de
la
Efud
d.e
Oro
Imprenta
Y
Poesía
n lo
]do!
! O*
tambiénun
poeta
archipopular,
nada
digamos
e un
Lope,
que
alternará
a
prosa
de
la Arcadda,
as
octavas
de la
lerusalem
con
sus romances
ersonallsimos,lenos
de
intimidad,
romances
que
se
cantarán
en
todas as
esquinas,
que
alguno,
como el
de
Mira, Zaide,
que'te
aoiso, legará
a convertirse
n
romance
popular auténticoy pasta se volveráa lo divino. Y del mismo
modo
que
los
vieios se
recogieron
n Concionefos,
stos oman-
ces
nuevosse
recogen
ambién
y
como
anónimos
en
las
nueve
partes
de la
FIor de
rsaríosomances
,
9u€
más
tarde
i¡án a
parar
al
inmenso
Romancero
eneral
de
16oo, o
a
la Segunda
Parte
de ese
mismo übro,
impresaen Valladolid
en
16o5, sin
contar
con
los romancerillos
reves,
an llenos de encanto
hasta
en los
títulos'.
lardín
de omadores,
aberi,nto
noroso' etc.
Hoy sabemos
muy bien
que
la
exaltación
dignificación
e
lo
popular
fue un
fenómenoeuropeo
con
ralces en
una €spe:
cial
metafísicade la
Naturaleza.
Margit
Frenk Alatore,
que
tanto sabede
lírica tradicional,
dice
que
"en
Francia, talia,
Ale-
mania, Inglaterra, os escritoresse complacenen utilizar los
cantares
olHóricos, en
formas a
menudo
parecidas
a las
co-
munes de
España.Parece, in
embargo,
que
ningún
pals
dio
a
esa
endencia l
riqulsimo
y
múltiple
desarrollo
que
alcanzó
en
la
Península
bérica; en
ninguno
o
popular
hundió sus
raíces
tan
profundamente
n
la
poesía
en
el teatro".
Pero
hasta
ahora sólo
me
he referido
a la
poesía
antada,
los
lectores
se
preguntarán,
como es
lógico,
por
la otra
ver-
tiente.
¿Qué
pasa
con
la
poesía
ulta
en
la
Edad de Oro?
Pues
lo
que pasa
es
algo
bastante
nquietante,
como
di¡ía Ortega
y
Gasset;
algo
que
nos llevaría
a
meditar
profundamente
en
serio,
sobre
algunas
econditeces
el
al¡na
española,
que
ahora
sólo podré apuntar sin desvelarel misterio, porque quizá no
lo
tenga.
Sin
embargo,
el asunto
es
sencillamente
pasionante,
como
verán
en
seguida.
2
Véase
la
nota z de
la
pá9.
17
de
este vol.
La
transmisión
e
la
obra
poética
medieval
se
hace
por
me-
dio
de
manuscritos
ndividuales,
más
o
menos
abundantes'
ul-
cros
o
descuidados,
.
por
medio
de
Cancioneros
de
Antolo-
gías.Contra
o
que
se
puede
creer
y
se
dice
muchas
veces-'
!i-rigl"
""
no
.,
el
siglo
de
los
extractos,
ntologías'
igestos'
"t.ei.rr, porquedesde-laantigüedad s
bien
conocido
este
casi
g!r.t"-irtt.tio.
to,
famosos
ancioneros
el siglo xv' tan ci-
irdo,
po. todos,
el
de
Baena,
Stúñiga,
Palacio'
Hixar'
etc''
se
caracterizan
or una
misma
cualidad:
reuni¡
el
mayor
número'
;lJb-le
á;
po"-rr,
sin
atender,
como
se
hace
hoy'
a
la
calidad
ioética.
Oe
ani
el
que
en
esos
cancioneros
aya
muchos
versos
y
no."
poesía,
omo
dijo
Menéndez
Pelayo'
Pero
no
fue
otro
ilti.-t
.f
qu"
guió las
tareas
de
Hernando
del
Castillo'
quien
se
pasóbasiant.
tiempo
copiando
poemas
ara su
célebre
Can-
,iortro
general,
mpreso
en
Valencia
en
r5rr
3'
Este
inmenso
co{pus,
t
-¿,
extenso
que conoce
a-
poesía
española
e
todos
tor',i"ápor,
contiene
a
mayor
parte
de
la
poesía
e
la
segunda
mitad del siglo xv,
especialmente
e
la
generación
e
-lo1
Reye,1
Católicos;
e-sa
oesía'de
ipo amoroso,aunqueabunda-lasatí-
J..,
oo
intelec-tualizada
conceptuosa
omo
a
conocida
copla
del
comendador
scrivá:
enr
muerte,
tan
escondida'
que
no
te sienta
conmigo'
trH:,:T:'
.;l"il
Copla
que
les
habrá
recordado
tra
muy
afín
de
Santa
Te-
,err.
i si
he
puesto
ese
ejemplo
ha sido
con toda
intención'
pr.t
q"" viesen
ápidamente
a
presencia
e
un
tipo
de
poesía
i" no"t del siglo iv en la mitad
del
siglo
xvl'
La
expücación
es
sumfrmente
encilla:
ese
cancionero
generalde r5lr tuvo
un
éxito
extraño'
dado
el
formato
y
el
coste,
luesto
que
se
co-
3
Véase
a
nota
3
de
la
Pág.
zr'
8/20/2019 Corrientes Poéticas Del XVI
16/17
40
Sobre
poesía
de la Edad
de
Oro
nocen
hastanueve ediciones
n
pleno
siglo
xvr, algunas
de las
cuales
odavíaaumentan l
número de
los
poemas.
a
influen-
cia
que
esta
antología
jerció
a lo largo del siglo
xvI
debió
de
ser
considerable,
ésta
es
realmente
a
fuerza
que
se
llama
tradicionalista
no la
figura de Cristóbal
de Castilleio,
uya
n-
fluencia, l lado de a de estecorpus,es casi nsignificante. oda-
vía Lope de
Vega recordaba,
n la
lusta
de San
sidro,
la
pro-
fundidad
de los conceptos
e
las viefas
coplas
castellanas)
un
Gracián,en
la
mitad del xvlr
no dejará
de
poner abundantes
eiemplos
e
Escrivá,Lope de Sosa
otros en su
Agudeza
arte
de
ingenio,
y
con
muchos
elogios.
Parte de
un lenguaje
amoro'
so
de
muchas omedias
iene su
raíz En
esos
poemas,
n
los
que
hay
que
ver
tambiénel
germen
de
un conceptismo
alambica-
miento
an caro
a los
poetas el
barroco.
Para
!,.no
hay
duda
que
cuando
se
estudie
el origen
del conceptismo'
na
de
las
fuentes
a las
que
habrá
que
acudir
será
precisamente
sta del
Cancionero
eneral,
l
paso
que
habrá
que
acudir
al
Cmtcionero
de obrasde burlasprooocantes risa para entendercierto tipo
de
poesía
lebeya hasta
prostibularia, on
más o
menos
gtaci1
si
se
quiere
explicar a
dignificación
que
el
género
sufrirá
con
los
poetas
barrocos,
especialmente
on
un
Quevedo.
Sólo
asl
se
podrá
explicar,
de
paso,
que
a
picarescaiene a su
ado
otras
fórmulas
iterarias
muy
relacionadas
on
el
tema de
los baios
fondos.
Hay
que
llegar
a comienzos
del siglo
xvII
para
encontrar
otra
antología,
pero muy diferente
de la de
Hernando
del Cas-
tillo :
las
.Flores4rpoeias-ihuffiYalladolid,
r6o5),
recogidas
por Pglrp-Dspiqgsa'
uno de
los
poetas más finos de
la época.
Estíantología
es
quizás única en las
letras españolas
asta legar
a la de un Gera¡do Diego, y como la de Gerardo, la de Espi-.
nosa
es, en
parte,
la
antología
de
un
grupo
de
poetas