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CREACIÓN AUDIOVISUAL Y TV ¿Se puede?

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CREACIN AUDIOVISUAL Y TV

CREACIN AUDIOVISUAL Y TVSe puede?Ningn otro medio de comunicacin suscita ms escndalos y diatribas; quiz porque, a pesar del empuje de las nuevas tecnologas de la informacin, sigue siendo el ms inevitable e influyente de todos ellos.Hablar mal de la televisin se ha convertido en una obligacin, sobre todo si quien habla de ella se considera a s mismo miembro de la lite cultural o poltica. De ah que los libros que sobre ella se escriben, si trascienden el mbito de los estudios especializados en comunicacin de masas, suelan ser bastante crticos. Adorno, Popper, Ezensberger, Bourdieu o Sartori son algunos de sus ms conocidos detractores.Hay que tener hoy, adems de cierto valor, argumentos bastante contundentes, no ya para defender pblicamente la televisin (lo que, considerado en trminos generales, habra que considerar una insensatez), sino, simplemente, para hacer un juicio ponderado sobre ella.Dos visiones, variaciones sobre un mismo tema: TV La de Lynch es, ante todo, una aproximacin desde la experiencia personal: la del nio educado en la fobia a la televisin (la calle y la televisin eran los dos emblemas familiares de la mala vida), y la del adulto que, desde una actitud reflexiva, se enfrenta a ese fenmeno insoslayable de la sociedad y la cultura de los ltimos cincuenta aos.lynchla reflexin de Lynch pivota sobre dos ejes de claras connotaciones macluhianas: el medio y el mensaje. En su anlisis del medio pone de manifiesto cmo la peculiar forma de ser de la televisin exige un tipo de experiencia tambin particular.Aunque basada en la visin, la ilusin ptica que produce da lugar a un tipo de experiencia muy diferente al ver o contemplar que otras realidades demandan:el esfuerzo y la concentracin que exige explican en gran medida su carcter hipntico, enajenante; su paradjica cercana (un formar parte que sin embargo no es compartir); su reduccin de todo tiempo al presente, de toda realidad a la simulacin.Los contenidos que ofrece estn determinados por la naturaleza misma de la televisin y sus imgenes (al fin al cabo, concluir con McLuhan, el medio es el mensaje).En consecuencia, son banales, repetitivos, aterradoramente homogneos a pesar de la aparente diversidad, cerrados sobre s mismos, reproductores de los cdigos y valores en boga, imposibilitados, en suma, para toda funcin crtica o renovadora.Ingenuamente consideradas, estas propiedades de la televisin podran servir como fundamento de los reproches que ms frecuentemente se le hacen. Sin embargo, el discurso de Lynch se distancia de la mayora de esas crticas cuando aluden a su carcter manipulador, redundante y mimtico; a su induccin a la pasividad y a la idiotez, a la ficcionalizacin; a su potenciacin de la anomia moral en cuanto suministradora de cantidades incontrolables de violencia y sexo, o a su responsabilidad en el fomento de ndices bajsimos de lectura.Algunas de estas crticas yerran justamente porque no han sabido ver cules son las posibilidades y las carencias del medio, porquen sobrestiman su poder y la estulticia de la audiencia.As por ejemplo, pedirle funciones emancipadoras o crticas es ignorar que en la televisin todo es redundante o previsible; criminalizarla por la violencia que ofrece, eximir a la sociedad de un cargo de la que ella es en gran medida culpable; responsabilizarla de la falta de lectura, desconocer que el modo de atencin que leer y ver la televisin exigen son totalmente diferentesDos son, para Lynch, las funciones fundamentales, aunque no nicas, de la televisin: la especular y la consuntiva. Por mucho que nos moleste, la televisin es (en cierto modo, como todos los medios de comunicacin de masas), el espejo del reino: un lugar en el que se reproduce, tal cual es, el mundo en que vivimos.En este mundo, que tiene como ideal colectivo la diversin y el espectculo, la televisin acta como disipador de aquello que han generado nuestras tecnificadas tecnologas: el tiempo de ocio. Qu haramos muchos de nosotros si nos faltara la televisin?La televisin y la sociedad se alimentan mutuamente. Especialmente significativa es, en este sentido, la funcin que cumple la publicidad (reina de la televisin, patrona del espejo), el gnero de representacin ms autntico de nuestra poca y que no slo mantiene el medio que la difunde, sino que perfila y modela los valores de la sociedad meditica. La televisin satisface as otras necesidades, pero lo hace a su manera.Y as cuando, por ejemplo, educa, lo hace con una educacin sin pauta ni programa, sin referencias nobles o ejemplarizantes y sin tradicinCmo concebir desde este balance una postura crtica medianamente inteligente, sin caer en los excesos de los que se declaran felices habitantes de la caverna platnica (como Lipovetsky), o en los de aquellos que reclaman la intervencin del Estado o de otros organismos (como el mismsimo Popper) para poner freno a los excesos de la televisin?Bueno: la realidad y la ficcin televisivaLas principales alternativas mantenidas por los sistemas clsicos en torno a las Ideas de Apariencia y de Verdad reciben una reformulacin nueva, tras su confrontacin con las Ideas de Apariencia y de Verdad determinadas a travs del anlisis de la televisin (pg. 25).Esta teora permite a Bueno, en primer lugar, elaborar cuatro modelos formales desde los que es posible no tanto dar una respuesta a la cuestin sobre la realidad y la ficcin, como realizar una crtica de posiciones que van desde las actitudes ingenuas o gremialistas de la televisin a otras ms intelectuales y crticas como las mantenidas por Adorno, Sartori o Bourdieu.Hay que tener en cuenta, adems, la naturaleza de la televisin como medio comunicativo. Dos son los atributos que segn Bueno caracterizan a la televisin. El primero de ellos es, ante todo, una restriccin: en sentido estricto, slo puede considerarse televisin lo que l denomina televisin formal; simplificando, la televisin en directo.Todo lo dems, ya sea por razones tcnicas (todo aquello que aparece en la pantalla pero es resultado de una reproduccin de imgenes desde el vdeo), ya sea porque se trata de contenidos pensados para otros medios (las contribuciones cinematogrficas o literarias, por ejemplo), constituyen una televisin material (no autntica).El segundo atributo es la clarividencia, expresin que utiliza Bueno para referirse a lo que verdaderamente ha aportado la televisin como medio: no la capacidad de ver a distancia, como parece sugerir su nombre, sino el hecho de ser una tecnologa que permite al ojo orgnico ver objetos que estn interceptados por cuerpos opacos (pg. 190).A partir de aqu se conforma una teora que, si bien tiene en cuenta que la televisin es una institucin que no puede ser valorada al margen de otras instituciones sociales, no puede entenderse de un modo que la site al margen de toda verdad: pertenece a la naturaleza de la televisin producir apariencias veraces.

Esto es independiente de que, en la prctica, la mayor parte de tales apariencias sean falaces. Desde esta posicin Bueno critica a todos aquellos que mantienen que la televisin est, por su estructura, encadenada al mundo de ladoxa,al mundo de las sombras del mito de la caverna platnico.Para Platn laepistemees un concepto de conocimiento universal que es verdad por necesidad. Para Aristteles, la episteme es el resultado de un razonamiento lgicoa travs del silogismo En contraste con el conocimiento cierto que es laepisteme, ladoxapuede ser cierta en algunos casos, pero falsa en otros. Episteme en este sentido clsico, a menudo se traduce al espaol castellano (as como en otros idiomas como el ingls) como ciencia oconocimiento cientfico.

el conocimiento Platon lo del siguiente modo:conocimiento sensible u opinin ()imaginacin ()creencia o fe ()conocimiento inteligible o ciencia ()pensar discursivo ()intuicin ()

Tales concepciones estn ligadas, por lo dems, a una concepcin de la audiencia domada, manipulada, que, en definitiva, termina eximindola de toda responsabilidad.Para Bueno este juicio es el resultado de un anlisis equivocado. Lo que ocurre es ms bien lo contrario: la audiencia es el soporte y causa ltima de lo que la televisin ofrece para ser consumido (es la demanda la que crea la oferta). En ella reside el verdadero poder; ella es la principal culpable.Unpleonasmoes una expresin en la que aparecen uno o ms trminosredundantes(por ejemplo:sal para fuera).Como cabra esperar (no podra ser de otra manera tratndose de cuestin tan polmica), tras la lectura encontraremos en ambos autores motivos suficientes para la discusin y la discrepancia. En la obra de Lynch, volcada como est del lado de la experiencia personal, ciertas apreciaciones subjetivas, incluso alguna contradiccin (por ejemplo, calificar la expresin televisin-basura como un pleonasmo es un exabrupto generalizador que le aproxima a aquellos a los que acertadamente critica).En la de Bueno, la pertinencia de algunas de sus frecuentes digresiones, lo ajustado de una teora de las apariencias que no valora suficientemente la especificidad de lo sgnico, o una concepcin de lo estrictamente televisivo (la televisin formal) que reduce, innecesariamente a mi entender, un discurso que se alimenta de mltiples fuentes.Pero hay en ellos algo en lo que habra que estar de acuerdo y que les distancia de la crtica que generalmente hacen intelectuales como los citados ms arriba.En primer lugar, la ausencia de una exasperacin que, como deca Martn Barbero, es, sobre todo, irritante. Hay, sin duda, mucho que criticar en lo que la televisin ofrece; pero la crtica se descalifica a s misma cuando no distingue ni matiza o atribuye a la televisin males de los que ella no es responsable.En segundo lugar, su negativa a considerarla como un instrumento necesariamente mentiroso que slo puede servir a intereses espurios.Dos consecuencias, igualmente inaceptables, se derivan de una crtica tan poco matizada. La primera es que termina eximiendo de culpa a los que la hacen y a los que la ven, en definitiva a la sociedad que refleja. La segunda se refiere a que solamente deja una salida: la nica poltica coherente con tal diagnstico sera prohibir la televisin.Ni una cosa ni la otra parecen razonables. La televisin refleja, al menos parcialmente, la sociedad que la produce y que la consume. Cerrar por decreto la televisin no es que atente contra estas o aquellas libertades: es, antes que nada, tan estpido como tratar de poner puertas al campo.Cabe mencionar el anlisis que hace tambin de las teoras ingenuas de la televisin y, sobre todo, de las teoras crticas de la televisin. Aunque ms adelante escribira otro libro sobre ello, ya se intuye aqu la crtica al concepto de "telebasura" que muchos "intelectuales" tienen siempre en la boca denotando que no han hecho un anlisis realmente serio de lo que estn diciendo (memorable ser siempre su asimilacin de la "telebasura" con los conceptos basura):"Representantes de la teora crtica que generalmente desde la Sociologa, desde la Psicologa, o desde las 'Ciencias de la Comunicacin', convierten su oficio de escritores en una sistemtica actividad de denuncia, que a veces asume el 'espritu de cruzada' contra la 'Gran Mentira' de la televisin. Y no slo en el terreno de lo que pudiera ser una crnica o 'registro del mundo', sino tambin en el terreno de la llamada 'construccin de la realidad', a medida de los intereses del constructor."

O relaciona la actitud de ciertos polticos en la televisin, que creen saber (actuando en consecuencia) que su existencia como tales depende de su presencia en la telepantalla, con la doctrina de Berkeley delesse est percipi(ser es ser percibido).

Y mucho menos se puede defender tampoco desde un punto de vista analtico asptico que otros medios oblicuos a los contenidos pudieran ser "superiores" a la televisin. En este sentido son tambin bastante claras sus palabras respecto al libro:"...Esto no autoriza a decir que el libro sea el instrumento de eleccin delLogos(esto lo podra decir Lutero cuando afirmaba que el libro por antonomasia, la Biblia, era el instrumento a travs del cual elVerbo Divino, elLogos, hablaba a la conciencia de los hombres), metiendo en el mismo saco a un libro de geometra, otro de poemas o a un tercero de 'escritura automtica'. En definitiva: la contraposicin entre ver y pensar es gratuita. Galeno ya saba, con los estoicos, que 'no es el ojo el que ve, sino elLogosa travs del ojo'

..De otro modo, si la televisin induce a los ciudadanos, antes que nada, al ensueo o al entontecimiento, esto habr que cargarlo, ante todo, a la cuenta y responsabilidad de la muchedumbre televidente que se deje engaar, y no a la televisin misma. Con la mayor atencin hacia los crticos que subrayan los efectos perniciosos de la televisin, sostenemos que la televisin slo puede entontecer a quienes ya estn entontecidos, segn los criterios pertinentes de entontencimiento que utilicemos. Yo slo aadira al maestro, a modo de broma malvada, que me gustara redefinir esos criterios de modo que se pueda afirmar tambin que los que huyen de la televisin lo hacen precisamente por conocer sus carencias: ya estn bastante entontecidos :-)

las cuatro modelos de concepciones posibles de los relaciones entre las apariencias y las verdades en televisin.Del primer modelo Lo que no est en el mundo tampoco est en televisin me ha llamado la atencin cmo distingue entre lo que l denomino xtasis contemplativo de las espectadores pasivos y la retina social que percibe lo fuerza activo, de arrostre, que tienen ciertas personalidades y contenidos. Cualquier causa que quiera tener existencia pblico en televisin, tiene que luchar por difundirse. La llamado teora critico de la televisin no puede reducirse a combatir la teora ingenua de lo televisin. Unos cuantos trucos para aparecer en los medios de comunicacin no pueden sustituir al esfuerzo constante por manifestar lo que son personalidades y hechos dignas de la atencin pblica.

Lo que no est o aparece en la pantalla tampoco est en e mundo es el enunciado del segundo Modelo. Buena ve que el mito de la caverna de Platn muestra una concepcin muy distinta de la del mito de la cueva de Montesinos, de Cervantes, o del que subyace en la cueva de Caldern de la Barca. As conecto con asuntos que el lector ha conocido en el Bachillerato y le lleva hasta problemas del mundo actual. Pasa del plano oblicuo de lo Literatura al recto de la Teora General de la Televisin. Es uno manera de pensar que debera ser uno norma en las Facultades de Ciencias de la Informacin. Bueno inquieta, porque deja en evidencio a quienes se asientan continuamente en llamadas a la interdisciplinaridod, transdisciplinaridad o multidisciplinaridad. Poro que existan ese inter, trans y multi, antes tiene que haber disciplinas. El filsofa indica cmo conseguir autntica originalidad.

Dentro de este mismo modelo, encierra un gran potencial su afirmacin de que es la cartografo de las apariencias (de los sentimientos, de los afectos, de los apetitos... identificados a travs del lenguaje) la que nos conduce a la cartografo del cerebro. Esto me ha recordado lo forma tan slida de mostrar a los personajes que han tenido ciertas directores de cine, como Von Sternberg o Howard Hawks o el guionista Jules Furthmon. Sus pelculas perduran porque mostraban siempre los sentimientos de las personajes mediante acciones fsicos. Slo hay que comparar a esos personajes del cine clsico con muchos del cine actual, tan planos ellos, porque hablan sobre sus sentimientos, pero los guionistas o directores no saben transmitirlos slidamente otrovs de sus acciones.

Lo que est en elpantalla est en el mundo y lo que est en elmundo est en la pantalla es el Modelo II, ene1 que resalta la crtica irnica del delirio gremial de mdicas, juristas y qumicos. En algunos momentos, parece que en los pginas de Bueno est Molire rindose de los excesos de los mdicos, de la charla culturolista sin sentido o del pietismo hipcrita de Tartufo. Ahora que Bueno dispone de ms tiempo, le saldra un libro deslumbrante si ampliase este aspecto a otros delirios. Desde luego, contribuira mucho a la Sociologa de las profesiones. Eso si, le agradeceramos un estilo humorstico, como el que sabe emplear en determinados momentosEn el Modelo IV Ni la televisin es una parte del mundo ni el mundo es un mundo entorno de la televisin Bueno recupero el concepto de signo formal>) que haba desaparecido de las teoras modernas de lo significacin, desde Soussure hasta Richardson. El precio de la doble negacin que este Modelo sostiene es la alternativa del cierre cotegorial y del espacio antropolgico, originales de Bueno, y nos muestra algunas de las virtualidades que encierran.

La distincin que efecta entre televisin material y televisin formal y su concepto de clarividencia son aportaciones que estn llamadas a durar y o influir. Tambin las ocho pginas, breves pero contundentes, que dedica a Gran Hermano, apuntan a lo obligacin de reflexionar, por encima de los chismorreas y de las apariencias faloces. Algunos han reprochado a Bueno que haya se haya rebajado a pensar sobre lo telebasuro, pero los paos que aplica a la empresa organizadora de ese programa nos indican que no deja que le cosen can nadie.

Finalmente, su taxonoma de las apariencias y de las verdades en televisin es un fundamento muy serio poro realizar estudios y tesis doctorales, para publicar libros sobre la televisin, que irn mucho ms all de lo que hasta el momento existe. Slo hoy que comparar los conceptos que emplean las estudiosos empricos norteamericanos sobre televisin y los que empleo Bueno, para ver las grandes distancias entre ste y aquellos.

La creciente demanda de ficcin televisiva exige una permanente bsqueda en la renovacin de argumentos y estructuras. Sin embargo, entre los modelos utilizados para decidir las nuevas directrices del I+D en el mbito ficcional, destacan los que parten de una concepcin exclusivamente basada en la rentabilidad de los resultados ms inmediatos. La presin del mercado parece ser la explicacin ms lgica a dicho fenmeno, que sin embargo niega las condiciones previas a todo proceso de creatividad, negando con ello, lo que dice buscar: soluciones originales a planteamientos nuevos.Bajo la falsa apariencia de un desafo que no llega, las cadenas viven ancladas en el status quo, sin posibilidad de escapar a su obsesiva recuperacin de soluciones probadas a planteamientos viejos. Podemos establecer una taxonoma de historias posibles, -o ms que posibles, probables-, un catlogo cerrado de argumentos, cuya reiterada frecuencia de aparicin en el audiovisual, permitira hablar hasta cierto punto de una mayor eficacia de ciertas frmulas narrativas sobre otrasEficacia? En este contexto, el concepto eficacia ha de entenderse en un doble sentido: tanto por la acogida con que el pblico preferencia algunos de estos argumentos, como por la insistencia con que los creadores inciden en ellos, con independencia del xito o del fracaso de sus obras, es decir, su natural tendencia a utilizarlos. Las narraciones o historias son, metafricamente hablando, puentes del entendimiento que nos permiten acceder a realidades sutiles y a veces lejanas, speculo o simulacro del mundo real. Si enunciadores y enunciatarios parecen ponerse de acuerdo en la solvencia de algunas de estas estructuras, cabe reflexionar en la naturaleza de sus elementos constructivos para tratar de definir algunas de sus caractersticas y en el futuro, tal vez sus leyes de interaccin. De momento, slo cabe hablar de un esfuerzo recopilador, pero sorprende que este esfuerzo se haga en unos tiempos en los que la ficcin, a travs de ciertos medios como la televisin y el cine norteamericano ms comercial, se banaliza con sorprendente insistencia. Y frente a este tipo de estudios encontramos dos tendencias: los reduccionistas que consideran vinculable la totalidad de historias posibles a un nmero de modelos en torno a la veintena (Tobas, Ball, Prez...) y la de los optimistas, que se niegan a aceptar lmites y hablan de una tendencia a la infinutud de historias posibles. La realidad impone lmites o abre puertas a la creatividad? La realidad construye la imagen? La imagen influye en la realidad hasta el punto de que podamos hablar de una construccin de la realidad a partir de la imagen? Desde un punto de vista estrictamente filosfico, Gustavo Bueno (Bueno, 2000) distingue entre una Teora de la Dictadura de la Audiencia (TDA), una Teora Ingenua de la Televisin (TIT) y una Teora Crtica de la Televisin (TCT).