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:: Año 12, núm. 19 diciembre 2009 :: www.tiempouniversitario.buap.mx Ejemplar gratuito E Creación y desarrollo de la Preparatoria Popular Emiliano Zapata l 11 de febrero de 2010 se cumplirá el cua- dragésimo aniversario de haber sido apro- bada, por el Consejo Universitario, la crea- ción de la Escuela Preparatoria Popular que después adoptó el nombre de Emiliano Zapata. En el cuarto punto de la orden del día de la sesión de la máxima autoridad universitaria, por mayoría de votos se permitió el uso de la palabra a Marco Antonio Sánchez Daza quien a nombre de un grupo de profesores solicitó el reconocimiento de la nueva escuela que venía funcionando desde el segundo se- mestre de 1969 para contribuir a paliar el rechazo de mil 500 jóvenes que la Universidad no había recibido por falta de presupuesto. Además de la solicitud de reconocimiento, Sán- chez Daza agregó cinco puntos: facilidades para que la comisión organizadora continuara el curso legal de la escuela; apertura de otro ciclo de inscripciones; estudio de estudiantes y maestros para incrementar el presupuesto, sin aumento de cuotas; incorporación a la lucha por mayor subsidio federal y estatal; y acep- tación de la crítica, fundada y razonada, para lograr el mejoramiento de los sistema administrativos y do- centes de la UAP. Cabe afirmar que con la nueva preparatoria de la Universidad se iniciaban derroteros insospechados que llevaron a la institución y a una parte de la socie- dad a grave confrontación superada por la alteza de miras de hombres y mujeres de buena voluntad. Los pormenores de esta lucha se exponen en el texto que elaboraron Walter Vallejo Romero y Ene- delia Ramírez y Ramírez quienes han dedicado buena parte de su vida a la enseñanza media superior uni- versitaria. (AYD).

Creación y desarrollo de la Preparatoria Popular Emiliano Zapata 19 2009.pdf · 2013-03-06 · planta docente de 88 profesores de hora clase: catorce ... la existencia de una escuela

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G a c e t a H i s t ó r i c a d e l a B U A P [1]

A r c h i v o H i s t ó r i c o U n i v e r s i t a r i o

:: Año 12, núm. 19 diciembre 2009 :: www.tiempouniversitario.buap.mx Ejemplar gratuito

E

Creación y desarrollo de la Preparatoria Popular Emiliano Zapata

l 11 de febrero de 2010 se cumplirá el cua­dragésimo aniversario de haber sido apro­bada, por el Consejo Universitario, la crea­ción de la Escuela Preparatoria Popular que

después adoptó el nombre de Emiliano Zapata.En el cuarto punto de la orden del día de la sesión

de la máxima autoridad universitaria, por mayoría de votos se permitió el uso de la palabra a Marco Antonio Sánchez Daza quien a nombre de un grupo de profesores solicitó el reconocimiento de la nueva escuela que venía funcionando desde el segundo se­mestre de 1969 para contribuir a paliar el rechazo de mil 500 jóvenes que la Universidad no había recibido por falta de presupuesto.

Además de la solicitud de reconocimiento, Sán­chez Daza agregó cinco puntos: facilidades para que la comisión organizadora continuara el curso legal de la escuela; apertura de otro ciclo de inscripciones; estudio de estudiantes y maestros para incrementar el presupuesto, sin aumento de cuotas; incorporación a la lucha por mayor subsidio federal y estatal; y acep­tación de la crítica, fundada y razonada, para lograr el mejoramiento de los sistema administrativos y do­centes de la uap.

Cabe afirmar que con la nueva preparatoria de la Universidad se iniciaban derroteros insospechados que llevaron a la institución y a una parte de la socie­dad a grave confrontación superada por la alteza de miras de hombres y mujeres de buena voluntad.

Los pormenores de esta lucha se exponen en el texto que elaboraron Walter Vallejo Romero y Ene­delia Ramírez y Ramírez quienes han dedicado buena parte de su vida a la enseñanza media superior uni­versitaria. (ayd).

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Creación y desarrollo de la preparatoria

Corría el año de 1969; todavía estaba fresca la efer­vescencia originada por el movimiento estudiantil y popular de 1968 y vigentes los principios, los deseos de cambio académico y los anhelos de justicia social que habían caracterizado al movimiento de reforma universitaria, iniciado en Puebla casi una década atrás.

En la Universidad Autónoma de Puebla se respiraba un ambiente revolucionario. Los estudiantes se encon­traban conformados en comités de lucha en cada una de las escuelas de la institución. El marxismo comen­zaba a penetrar en la universidad. El movimiento de reforma universitaria, que había comenzado en 1961 y había pasado por etapas defini torias en 1964, 1967 y 1968, se encontraba en el apogeo de su ímpetu trans­formador. Los profesores discutían abiertamente con sus alumnos las teorías más subversivas del momento. Las imágenes del Che Guevara, Fidel Castro, Fran­cisco Villa, Emiliano Zapata y otros revolucionarios, tanto internacionales como mexicanos, aparecían en murales pintados en las instalaciones universitarias. Se sentía que la revolución socialista estaba a la vuelta de la esquina.

En contrapunto con este ambiente, la demanda de educación media superior rebasaba con mucho la oferta educativa que eran capaces de brindar las escuelas preparatorias diurna y nocturna, los

dos únicos bachilleratos universitarios que había en la época. Ese año fueron más de un millar los aspirantes a preparatoria que no pudieron ingresar por falta de cupo. Por otro lado, aunque existía la preparatoria nocturna, en realidad funcionaba en turno vespertino y no existía ninguna que atendiese a los trabajadores después de que cumplían su jornada laboral, lo que se contraponía con lo postulado por la reforma universitaria.

Fue necesario entonces que los estudiantes recha­zados en las preparatorias, sus padres y estudiantes de carreras profesionales, se organizaran para fundar en la uap una nueva escuela de nivel medio superior. Idea novedo sa la creación de una escuela de este tipo pues era algo que no concordaba con la línea institucional.

Nacimiento de la escuelaEn 1969, un grupo de estudiantes de carreras pro­fesionales, imbuidos del espíritu de la reforma uni­versitaria, organizaron la denominada Comisión organizadora de la preparatoria popular. La iniciativa partió del estudiante de filosofía Alfredo Romero Palma, miembro del Partido Comunista Mexicano (pcm), quien la planteó a las células estudiantiles de ese partido que funcionaban en su propia escuela así como en la de economía. La idea fue inmediatamente aceptada y a ella se sumó también el grupo maoista que entonces existía.

La comisión la integraron el propio Alfredo Rome­ro Palma, Luis Ortega Morales, José Luis Meléndez Domínguez, Silvestre Angoa Amador, Jorge Sánchez

En primer plano, Edmundo Perroni Rocha, Guillermina Pérez López, Enedelia Ramírez Ramírez y Héctor Novales Pendás con el rector Alfonso Vélez Pliego, en el acto inaugural de la nueva sede de la pre-paratoria Emiliano Zapata (1986).

Ímpetu transformador en 40 años de la Preparatoria Emiliano Zapata

Por Walter Fernando Vallejo Romero y Enedelia Ramírez Ramírez

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Zacarías, Alberto Montero, Jorge Méndez Spi nola, Marco Antonio Sánchez Daza y otros más.

Este grupo se dio a la tarea de organizar a los alumnos no aceptados en las preparatorias y a estu­diantes de otras es cuelas superiores a fin de comenzar a impartir clase en el edificio Carolino. Para ello con­taron con el entusiasta apoyo de los padres de familia, interesados en la educación de sus hijos.

Fue así que, en la segunda mitad de 1969, comenzó a funcio nar la escuela con 617 alumnos de primer in­greso, distribuidos en once grupos, atendidos por una planta docente de 88 profesores de hora clase: catorce titu lados, trece pasantes y 61 es tudiantes de carreras pro fesiona les de la propia univer sidad. Ninguno de ellos cobraba sueldo.

Los padres de los alumnos, para coadyuvar a resol­ver los problemas que se presentaban, se organizaron en una sociedad de padres de familia encabezada por los señores Víctor M. Cuéllar Fernández, Octavio Villarreal Soriano y Juan Morales "don Juanito". Éste último se apegó tanto a la escuela que terminó siendo el prefecto de la misma hasta su jubilación en 1993.

La confrontación universitaria entre las fuerzas conservadoras, agrupadas, en el Frente Uni ver sitario Anticomunista (fua), y los partidarios de la reforma uni versita ria se encontraba en una fase álgida. En este ambiente, la creación de una preparatoria popu­lar no era bien vista por el conservadurismo. Desde las cú pulas clericales y empresariales de la ciudad se orquestó una intensa campaña de difamación. En su contra se argumentó que era una escuela para retrasados mentales, porque estaba formada con los alumnos rechazados de las otras preparatorias; sin ningún sus tento y sin ofrecer pruebas de ninguna na­turaleza, se acusó a sus pro fe so res de ser promotores

de la prosti tu ción y la drogadicción. La prensa de la época se hizo eco de todas estas calumnias.

Los miembros del fua veían a los estudiantes, pro­fesores y padres de familia de la preparatoria popular como sus enemigos y tenían razón. Esta escuela nació enarbolando la bandera de la reforma universitaria y en las movilizaciones y confron ta ciones que se genera­ron en esos días, la comunidad prepa ra toriana formó siempre en primera fila.

El primer motivo de con fron tación de la nueva prepa ra toria con el fua fue por una causa aparentemente trivial: desde muchos años antes, los estudiantes de niveles superiores se habían abrogado el derecho de novatear a los alumnos de nuevo ingreso. Aparte de ra­parlos, las novatadas consistían en acciones humillantes de la condición humana tales como el paseo de perros, que era llevar a los alumnos nuevos semides nudos por las calles del centro de la ciudad; los corridos, que con­sistían en obligarles a robar en los comercios aledaños a la universidad para proporcionar cigarros, refrescos u otros artícu los a los alumnos de ni ve les superiores y el empeño de perros, que consistía en obligar a los alumnos nuevos a invitar a comer a los antiguos en restau ran tes lujosos y, si no tenían para pagar la cuenta, que dar se empeñados hasta que sus familiares pudieran resca tarlos. Todo esto era promo vido prin ci palmente por los miembros del fua. Desde el primer momento, los alumnos de la popular se negaron a ser víctimas de tales actos de barbarie, orga nizándose para llegar por grupos de diez o más al edifico Carolino y así evitar ser víctimas aisladas. Años después, los egresados de la Emi liano Za pata fueron los prin cipales pro moto res de la eli mi n ación de las novatadas en las escuelas pro­fe sionales. Esto adquie re importancia si se conside ra que el temor a esta práctica había sido la causa de que muchos estudiantes desertaran de la universidad, frus­trando así su proyecto de vida.

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El 30 de enero de 1970, el doctor Rolando Revi­lla, miembro de la junta administrativa que entonces gobernaba la universidad, expuso ante el consejo uni­versitario el problema generado por la falta de cupo en los salones de la diurna y la nocturna para atender a los que acudían a la preparatoria popu lar. El 12 de febrero de ese mismo año, se planteó la dis yun tiva en el consejo de integrar los alumnos de la popular a las preparatorias Benito Juárez o constituirla en una pre paratoria distinta. El acuerdo fue por la segunda opción y así fue legalizada la existencia de la escuela preparatoria popular Emiliano Zapata.

Junto con lo anterior, el Consejo acordó que los profesores darían clase sin sueldo, pues la escuela no se encontraba incluida en el presupuesto universitario. Esta situación se mantuvo dos años y fue hasta el inicio del año lectivo 1972­73, cuando ya había egresado la primera generación de la escuela y se había demostra­do en los hechos que su proyecto era viable, cuando los profesores pudieron ¡por fin! percibir sus salarios.

Sin embargo, a los profesores, el no contar con un sueldo no les había preocupado mucho pues, a la mayoría, más que la posibilidad de cobrar, les moti­vaba la inquietud por lograr que la educación media superior y superior pudiese llegar a las clases más despro tegidas de la población, además de contribuir a la transformación de los planes de estudio y los métodos de enseñanza entonces vigentes.

El nombre de la escuelaLa escuela preparatoria popular Emiliano Zapata fue bautizada así desde un principio por los integrantes de la Comisión Organizadora.

El apelativo de popular se debió a múltiples ra­zones: la primera fue que se consideraba necesaria la existencia de una escuela a la que tuviesen acceso los trabajadores, tanto del campo como de la ciudad. A ello se debió que llegó a trabajar hasta en cuatro

turnos: matutino, intermedio, vespertino y nocturno. La segunda razón fue que se consideraba necesa­

rio im pul sar la educación pública laica, democrática, científica, na cio nalista y ligada a las luchas populares, todo a tono con las principales banderas de la refor ma universitaria. Una terce ra razón fue la inserción de la uap en el contexto nacional pues la Emiliano Zapata nació de manera paralela a la creación de las prepa­ratorias po pulares de la ciudad de México.

El nombre de Emiliano Za pata fue seleccionado pues a este caudillo se le consideró como el más puro y ejemplar de los revolucionarios me xicanos, que jamás claudicó de sus principios y que supo ser con­secuente con ellos hasta el final de sus días. Además, en la escuela existían muchos profesores simpati zantes del movimiento campesino que vieron con agrado el nombre propuesto.

Tanto la conformación de la preparatoria como los nombres popular y Emiliano Za pata con los que se le bautizó, co rrespondían íntegramente al ambiente universitario existente en ese momento.

La escuela itineranteEn el momento de su creación, la popular Emiliano Zapata ocupó el primer patio y el área sur del edificio Carolino. Cuando la escuela de Ingenieria Química se trasladó a Ciudad Universitaria, la Zapata ocupó las denominadas catacumbas del tercer patio. Las condi­ciones materiales eran de lo más inadecuado pues sólo existían salones que habían servido de laboratorios, aulas y bodegas a otras escuelas y que eran húmedos y oscuros, además de carecer del mobiliario necesario para la función docente.

Alumnos, profesores y padres de familia escom­braron los espacios de la mejor ma nera posible. Con tablones apoyados en ladrillos adaptaron bancas para

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los estudiantes; los alumnos que no alcanzaban lugar tenían que sentarse en el suelo; fueron recuperados algunos piza rrones que otras escuelas tenían como desecho.

Pese a estos esfuerzos, el lugar de la preparatoria no era ni adecuado ni suficiente para cubrir las necesida­des a las que estaba destinado su funcionamiento. Con el correr del tiempo, la popular se fue extendiendo hasta ocupar casi todo el edificio Carolino.

Como consecuencia del sismo del 28 de agosto de 1973, con epicentro en la región de Ciudad Serdán, la infraestructura ar qui tectónica del tercer patio del edi­fi cio Carolino resultó seriamente dañada, presentando las cata cumbas peligrosas cuarteaduras. Era imposible continuar fun cionando ahí sin riesgo para la inte­gridad física, tanto del inmueble como del alumnado y de la planta docente y administrativa.

Por este motivo, la preparatoria fue trasladada a la escuela de Arquitectura, en Ciudad Universitaria, cuyos directivos acogieron generosamente a los prepa rato rianos que, jocosamente, se auto denominaban en el exilio.

Titulados: Juan José Barrientos Granda, Amalia Espinoza Rojas, Alfredo Figueroa Ayala, Fernando García Mendoza, Pedro Guevara M., Miguel Hernández Amastali, Caridad Hernández Gayosso, Aristaco Montiel Hernández, Jaime Ornelas Delgado, Humberto Ramírez S., Celestino Romero Díaz, Antonio Tenorio Adame, Agustín Valerdi López y Armida Vera Vélez. Pasantes: Manuel Conors Guerrero, Roberto García Bena-vides, Edmundo Guerrero P., Ambrosio Guzmán Álvarez, José Julián Gali, Federico López Huerta, Ángel López Peralta, Augusto Rangel Xiqui, Rafael Sánchez Avilés, Oscar Sánchez Daza, Melesio Velázquez Cinto, Alfonso Vélez Pliego y Luis Villa Issa.Estudiantes: Lilia Alarcón Pérez, Silvestre Angoa Amador, Eru-biel Arenas González, José Luis Arriaga Colina, Gilberto Arroyo González, Rosa María Avilés Nájera, Rosa María Barrientos Granda, Martín Bernal Tzoni, Mario Blancarte Ñ., Baldomero Bretón Guzmán, Gaspar Chávez K., Arturo Cór-doba Crayem, Francisco Cazabal González, Felipe Chamorro M., Federico Chillián Orduña, Sergio Cruz Sosa, José de los Ángeles Castro, María Cris-tina Díaz C., Alejandro Fraga Ávalos, José Jehová Franco Flores, Ana Rosa Freda Olguín, Jaime García Barrera, Antonio Garzón Cortés, Eva Clara Gerones Toriz, Alicia González Morales, Guada-lupe Grajales Porras, José Constantino Grajales Porras, Lucio Gutiérrez Herrera, Miguel Gutiérrez Herrera, Mario Hernández Tejeda, Pedro Hugo Hernández Tejeda, Olivia Herrera Pérez, Margarita Lozada León, José Luis Meléndez Domínguez, Jesús Melo Fletcher, Adrián Montiel Montiel, Héc-tor Novales Pendás, Juan Jesús Ochoa Martínez, Luis Ortega Morales, Edgar Osorio González, Manlio Osorio González, Carlos Palacios Espino-za, Elpidio Pérez Pérez, Augusto Quintero Ponce, Flor María Robles C., Jorge Rodríguez Gutiérrez, Rafael Rodríguez Rincón, Othón Ríos Vázquez, Ángel Rivera Calderón, Benigno Rivera Morgado, Rodolfo Rojas Guerrero, Alfredo Romero Palma, Rubén Ruiz Contreras, Marco Antonio Sánchez Daza, María Cristina Sardeneta Huerta, Andrés Silva Gutiérrez, Ricardo Soriano Marroquín, José Valencia Ramos, Elia Vargas Sastré, María Esther Vélez Pliego y Roberto Vélez Pliego.

Relación de profesores fundadores

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Las reparaciones que entonces se le hicieron al Carolino demo­raron tres años y, a su término, la preparatoria fue reintegrada a su sede original. Si al ser fundada la escuela, el espacio disponible del Carolino había resultado inade­cuado e insuficiente, al regresar de Ciudad Universitaria, cuando ya había crecido la demanda y, junto con ella, la población de la escuela, la insuficiencia se vio acrecentada en grado superior. La preparatoria popular llegó a contar, a mediados de los ochenta, con un total de 3 mil 600 alumnos. Era indis pensable contar con un nuevo inmueble.

En 1986 , l a e s c ue l a f ue trasladada a las instalaciones que ocupa en la actualidad, en la antiguamente denominada Casa de las Diligencias, edificio que había sido recién adqui rido por la universidad y en el que, a mediados del siglo xix es tuvo instalado el primer telégrafo electromagnético de la ciudad. Como dato histórico cabe se­ña la r que desde ah í fueron emiti dos los partes de guerra con los que el general Ignacio Zara goza mantuvo informado a l pres idente Benito Juárez de las vicisitudes de la batalla del 5 de mayo de 1862. De ahí partió el histórico telegrama en el que Zaragoza afirmó que "Las armas nacionales se han cubierto de gloria".

Aspectos académicosEn la actualidad, la preparatoria Emiliano Zapata cuenta con uno de los niveles académicos más al­tos, tanto de la universidad como del estado.

Desde su fundación, los aspec­tos culturales fueron priori tarios en la escuela. En los patios del Carolino, en el au ditorio de La Reforma y en el zócalo de la ciu­dad fueron organizados conciertos con Os car Chá vez, José de Moli­na, Ga bino Palomares, Amparo O choa, Tania Libertad, Mercedes Sosa, Chava Flores, Atahual pa Yu panqui, Carlos Ancira y otros artistas de igual renombre, sin cobrar un solo centavo a quienes asistían. A otros eventos culturales asistieron familiares del general

Emiliano Zapata, así como el líder ferro carrilero Valentín Campa, el teólogo de la liberación, Sergio Méndez Arceo y el ingeniero Luis Rivera Terrazas.

Al final del pasillo de las cata­cumbas fue instalada la biblioteca de la escuela, que hoy lleva el nombre de Juan Rulfo.

La Zapata fue la primera es­cuela en profe sionalizar en 1970 a su planta docente. El significado de profesionalizar no se refería exclusivamente a que los docentes tuvieran categorías laborales de profesor de carrera sino también a que los estudios con los que contaban concordasen con las asignaturas que impartían.

La escuela fue también una de las principales impulsoras de la actualización de los planes de estudio, todo ello con la finalidad de adecuar la enseñanza prepa­ratoria a las necesidades del país y la región. A este respecto, en la popular se organizaron dos Con­gresos Académicos de la Educación Media Superior, uno en marzo de 1977 y el otro en septiembre de 1980, en los que, aparte de hacer un balance de la vida de la prepa­ratoria, se analizaron temas como la reforma del mapa curricular del bachillerato universitario, la democratización de las formas de

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1977-19801980-19831983-19861986-19901990-19931993-19971997-20012001-20052005-20092010

Coordinador provisional Coordinador generalCoordinación mixta

Coordinador generalCoordinador generalCoordinador generalCoordinadora generalCoordinadora generalDirectora DirectorDirectorDirectoraDirectora

Luis Ortega MoralesAlfonso Vélez Pliego.Profesores: Lilia Alarcón Pérez, Pedro Hugo Hernández Tejeda y Sergio Ortega Rodríguez.Trabajador: Carlos Poblano Valencia.Dos representantes de los alumnos. Sergio Ortega Rodríguez.Edmundo Perroni Rocha.Víctor Velázquez Coello.María Guillermina Pérez López.Ruth Ayala Palacios.Ruth Ayala Palacios.Enrique Mello Azcué.Enrique Mello Azcué.María Guillermina Pérez LópezMaría Guillermina Pérez López

Los directivos

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gobierno interno y la actualización de los métodos didácticos utilizados por los profesores.

Actualmente, merced al esfuerzo conjugado de es­tudiantes, profesores y directivos, la Emiliano Zapata cuenta con un nivel académico de exce lencia y compite con éxito con los mejores ba chilleratos del país, tanto universitarios como parti culares.

En el examen realizado en junio de 2001 por el Centro Nacional de Evaluación (ceneval), los alum­nos de la Emiliano Zapata obtuvieron el primer lugar general de las ocho preparatorias que integran el sistema de bachillerato en la uap, muy por arriba de la media nacional.

Por otro lado, en el panorama general de las pre­paratorias universitarias, sus egresados han obtenido siempre los primeros o segundos lugares en cuanto a su

aceptación en las unidades académicas profesionales. Los datos son elocuentes.

El puntaje promedio de los egresados de la Emilia­no Zapata en el examen de admisión para las carreras profesionales durante los últimos cinco años ha sido el siguiente:

Año Punt. prom.

1997 6341998 8051999 7602000 7752001 761

El porcentaje de aceptación en carreras profesio­nales desde la instauración del examen del College Board ha sido el siguiente:

Año Solic. Acep. Porcentaje1995 446 221 49.55%1996 279 220 78.85%1997 351 176 50.10%1998 278 181 65.10%1999 241 202 83.80%2000 196 175 89.20%2001 283 233 83.30%

Muy al contrario de lo que en un principio supo­nían sus detractores, los egresados de la Emiliano Zapata hoy se encuentran desempeñando impor tan­tes puestos en la política, la banca, el comercio y la industria en Puebla y en el país. De ella han egresado personalidades públicas de tendencias tan opuestas y controvertidas como el líder de ambulantes Rubén Saravia Simitrio, el ex presi den te municipal de Puebla Mario Marín Torres, las ex diputadas federales Amé­rica Soto López y María Rosa Márquez Cabrera, el ex regidor del ayunta mien to de Puebla Sergio Flores González y el que fuera director de la escuela, Enrique Mello Azcué, así como una amplia gama de personajes que inciden tanto en la vida económica como en la política, académica y cultural de la ciudad y el estado.

RectoR: Enrique Agüera Ibáñez SecRetaRio geneRal: José Ramón Eguibar Cuenca

Tiempo UniversitarioDirector: Alfonso Yáñez Delgado, Diseño gráfico: Armando López Vázquez.Corrección: Carlos Garrido Vargas

Tiempo Universitario es una publicación del Archivo Histórico Universitario.

Año XII, número 19, diciembre 2009. Aparece quincenalmente. Impreso en: Litografía Magno Graf. El costo por ejemplar de 8 páginas es de un peso y veinticuatro centavos más iva. Tiraje: Veinte mil ejemplares. Responsable de distribución: Marcos Medrano Flores. Los autores son responsables por los textos publicados. Esta publicación se puede adquirir en La Casa de la Memoria Univer-sitaria, Avenida Reforma 531. Puebla, Pue. teléfono: 2 32 74 79. Se aceptan colaboraciones de investigación sobre la vida universitaria. E-mail: [email protected] Distribución gratuita.

BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA

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Semblanza de Emiliano Zapata

ació en Anene cuilco, Morelos, el 8 de agosto de 1879. El 12 de sep­tiembre de 1909 se le eligió presidente de la

Junta de Defensa de las Tierras de Anene cuilco. Apoyó la candidatura a gobernador de Patricio Leyva pero, cuando Pablo Escan dón fue declarado triunfador, Anene cuilco sufrió nuevos despojos de tierras, las que Zapata recuperó en mayo de 1910.

Ese año conoció el Plan de San Luis de Francisco I. Madero y envió a Pablo Torres Burgos a negociar la participación campesina en la revolución. Como consecuencia, 72 hombres tomaron las armas el 10 de marzo de 1911, comandados por Torres Burgos, que marchó de Villa Ayala hacia el sur, perseguido por Aureliano Blanquet. El grupo se trans­formó en ejército y tomó diversas poblaciones. Torres Burgos dejó la jefatura a Zapata y a poco fue asesinado, junto con sus hijos. Zapata continuó la lucha.

Al caer Porfirio Díaz, Zapata exigió el reparto de tierras. El presidente interino, Francisco León de la Barra, lo declaró bandido y rebelde, encomendando a Victoriano Huerta que lo combatiera.

En agosto de 1911, Madero trató de convencerlo de que dejara las armas pero sin aceptar el reparto agrario. En los límites de Morelos y Guerrero, Zapata organizó el Ejército Libertador del Sur. En otra reunión, Madero prometió que, cuando fuera presidente, nombraría autoridades en Morelos sólo a zapatistas. No cumplió y mantuvo campaña contra ellos. El 25 de noviembre, Zapata lanzó el Plan de Ayala exigiendo el reparto de latifundios. Desconoció a Madero y nombró a Pascual Orozco jefe de la revolución. En septiembre, Madero encomendó la campaña a Felipe Ángeles quien trató de llegar a un acuerdo con Zapata, pero esto no fructificó.

En febrero de 1913, Huerta usurpó la presidencia y envió al padre de Pascual Orozco a pedir a Zapata que dejara las armas. Éste hizo fusilar al enviado del dictador. El 30 de mayo reformó el Plan de Ayala, desconoció a Huerta y al Plan de Guadalupe y retiró la jefatura a Orozco.

En 1914, tomó Jonacatepec, Chilpancingo y Cuer­navaca. En junio, los poblados del sur de la capital del país. En septiembre, Venustiano Carranza envió a Juan Sarabia, Antonio I. Villarreal y a Luis Cabrera a confe­renciar. Zapata les exigió la renuncia de Carran za y el

reconocimiento del Plan de Ayala. Esto no fue aceptado por los emisa­rios. En Cuerna vaca, Zapata inició el reparto agrario.

Invitado a la Convención de Aguascalientes, envió una co­misión encabezada por Antonio Díaz Soto y Gama para observar. Al desconocimiento de Carran za, reconoció a Eulalio Gutiérrez y se alió con Francisco Villa. El 26 de noviembre de 1914, Villa y Zapata ocuparon la capital del país. El 4 de diciembre, en Xochimilco, Villa se comprometió a surtir de armas a los zapatistas y aceptó el Plan de Ayala. Zapata tomó Puebla en diciembre pero fue desalojado en enero de 1915.

Este año, trató de imponer un orden social, bajo la autoridad de los consejos de ancianos, y estimuló el trabajo en el campo y en las fábricas. Los hombres trabajaban con su fusil a un lado.

Carranza, en 1916, ordenó a Pablo González lanzar una nueva ofensiva contra él. Los zapatistas se reti­raron al campo y hostilizaron a los carrancistas hasta obligarlos a retirarse.

Al principiar 1917, Zapata reconquistó diversas pobla­ciones y, en marzo, emitió la Ley Administrativa General para el Estado de Morelos. Carrranza ordenó a Pablo González efectuar una nueva campaña contra Zapata. Como sabía que se enfrentaba a un enemigo de gran movilidad, no buscó batallas frontales y recurrió a la felonía. Le ordenó a Guajardo fingir que se rendía y unía a Zapata. Hecho esto, Guajardo le invitó a la Hacienda de Chinameca. El 10 de abril de 1919, al entrar Zapata al casco, tanto él como sus asistentes fueron acribillados. Inmediatamente, Guajardo salió de la hacienda con su tropa para masacrar a los zapatistas acampados afuera del lugar.

Unos pocos zapatistas mantuvieron las guerrillas hasta que, en 1920, se adhirieron al Plan de Agua Prieta, de Plutarco Elías Calles y Álvaro Obregón contra Carranza y, tras la muerte de éste, se incorporaron al ejército federal.

Los objetivos de Zapata eran reivindicar a los indí­genas, destruir los latifundios, liberar a los campesinos de la esclavitud feudal y proteger a los obreros urbanos de la avidez de los capitalistas. Su labor fue determi­nante para que en la Constitución fuese incluido el artículo 27, referente a la tenencia de la tierra y los derechos de los campesinos.

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