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Creaciones Departamento de Lengua castellana y Literatura IES Playa Honda Curso 2015-2016 (Primer trimestre)

Creaciones - Gobierno de Canarias · En la cueva había muchas ratas, serpientes y algún oso. ... podía contener las ganas de entrar en la mansión de aquel pueblo y su hermano

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Creaciones Departamento de Lengua castellana y LiteraturaIES Playa HondaCurso 2015-2016 (Primer trimestre)

Suspense, intriga, terror…

YProyecto Travesía

Los tres vecinos

Hace diez años, existían tres vecinos aterradores, un vampiro, un esqueleto y un zombi.

El vampiro vivía en lo alto de una montaña con vistas a un pequeño pueblito. Enla montaña había un viejo árbol donde el vampiro descansaba colgado de sus ramas. Elesqueleto vivía en una cueva húmeda con vistas al mar. En la cueva había muchas ratas,serpientes y algún oso. El huesudo esqueleto dormía en una roca plana que seencontraba al fondo de la cueva. El zombi residía en un antiguo cementerio. Tenía vistasa un frondoso bosque en el que habitaban búhos, cucarachas, ratas y murciélagos. Elzombi dormía en un ataúd donde descansaba su cuerpo sin vida.

Un día los tres vecinos se reunieron como hacían cada mes para conversar. Elesqueleto sacó el tema de las viviendas. Les dijo que la suya era muy acogedora y quesin duda era la mejor. Esto enfureció a los otros dos ya que pensaban todo lo contrario.Al terminar la jornada, cada uno se fue por su lado y los tres refunfuñando.

El zombi que era muy travieso, no podía olvidarse de lo que dijo el esqueleto.Así que mientras todos dormían, se le ocurrió gastarle una broma. Fue a la casa delhuesudo con unos huevos y los tiró para que no fuera tan elegante. Esto enfureciómucho a su dueño.

El esqueleto, muy molesto, convocó una reunión extraordinaria. Y les preguntósobre lo ocurrido, pero ninguno dijo nada. El esqueleto se fue antes de la hora muycontrariado. Los otros dos se quedaron solos mirándose, y al final cada uno se fue a suhogar.

El esqueleto no se iba a quedar sin hacer nada, así que metió una mofeta en lacasa de cada uno de sus vecinos. El vampiro que era muy limpio, no pudo soportarlo yles declaró la guerra.

El vampiro tenía la habilidad de convertirse en murciélago y de morder a losdemás, el zombi podía meterse bajo tierra para capturar a sus presas y así convertirlosen muertos vivientes, y el esqueleto, que era muy inteligente, podía crear artilugiosvariados con los que podía torturar a sus víctimas.

Cuando los tres estuvieron preparados, empezó la guerra. A las cinco de la tardese oían ya gritos lejanos. El vampiro sobrevolaba a los demás, pero podían escabullirse.El zombi andaba bajo tierra y los otros se subían en un árbol o sobre una roca. Elesqueleto creaba armas que podían esquivar sin problemas.

La contienda no parecía resolverse a favor de ninguno, y llegó un momento en elque los tres se cansaron y tomaron una decisión. Se separarían y no se reunirían máspara no tener más problemas.

Yurena Santana Rodríguez, 1º C

El juegoEn el año 1986, en Barcelona, un grupo de chicos se

reunieron en casa de una amiga la noche de Halloween.José, Isabel, Pedro, Laura y Paloma habían quedado parajugar a la ovija, un juego que consiste en comunicarse conespíritus a través de una tabla de madera.

Al empezar el juego, los niños pensaron que no iba aocurrir nada, pero el vaso se movió y se quedaron enshock. Le preguntaron al supuesto espíritu si venía ahacerles daño. El vaso no se movió, hasta que pasados dosminutos, les respondió que no. Finalmente, se despidieronde él.

Al día siguiente, Paloma faltó al colegio. No lograroncontactar con ella. Pasados unos días, en las noticias salióque una casa se había derrumbado. Era la de Paloma,jamás se volvió a saber de ella. Ciertos rumores dicen queel espíritu no se había ido de la casa y que había sido élquien la derribó. Pero no sé, son rumores…

Nerea Bellido Bazán, 1ºC

La vieja mansión

Una noche de otoño, en una vieja mansión de un puebloapartado sucedió algo insólito.

Christian, un joven de dieciocho años se disponía a ir a sucasa con su hermana pequeña Christina de doce años. Loshermanos siempre iban en autobús, pero aquella noche elcombustible se agotó y el autobús paró justo en un pueblopequeño en el que había una casa abandonada. Todos se bajaronpara echarle una mano al conductor. La pequeña Christina no sepodía contener las ganas de entrar en la mansión de aquel puebloy su hermano tuvo que ir detrás de ella.

Aquella noche de otoño el viento soplaba con bastantefuerza y hacía que los árboles de aquel pueblo se movierancontinuamente. La pequeña entró en una habitación en la queinexplicablemente había un anciano. La niña sin miedo se acercóa él y le preguntó qué hacía allí. El anciano le contestó que era eldueño de esa mansión, pero que después de que su esposa y sushijos murieron en un accidente de coche había perdido el interéspor todo. La pequeña estaba muy sorprendida después de lo que lehabía contestado. Luego, el hombre le preguntó qué estabahaciendo allí y ella se lo explicó. En ese momento llegó suhermano y se asustó al verlo, pero el anciano les dijo que losayudaría.

Después de un par de minutos salieron. Todos estabanasombrados, pero entre los tres les contaron lo sucedido. Elhombre fue al cuarto de pila con Christian para que le ayudase atraer unos botes de gasolina que tenía guardados allí. Christianechó la gasolina y consiguieron que arrancara el autobús. Todosse alegraron y les dieron las gracias, y desde entonces cada vezque pasaban por allí le llevaban comida y a veces hasta cenabancon él. Además los fines de semana Christian y su hermana lovisitaban y platicaban con él un buen rato.

Brigitte, 1º C

El Gran Jack

Una fría tarde de invierno de 1988, un novatoinvestigador privado fue contratado para resolver unextraño crimen.

Cuando llegó a la escena del crimen descubrióque el cuerpo estaba mutilado y le faltaban variosórganos. Más adelante se percató de que era unimitador del gran asesino Jack el destripador.

Finalmente, esa investigación no llegó a su finporque el joven detective desapareciómisteriosamente ¿Sería el auténtico Jack?...

Carmelo García Almeida, 1º C

La muñeca

Érase una vez una niña que se llamabaLucía. Era Navidad y fue a comprar unamuñeca a su mejor amiga, pero la tiendaestaba cerrada.

A la mañana siguiente fue otra vez, perola muñeca ya estaba reservada, por lo quese puso muy triste, pues era la muñeca quesu amiga pedía con tanta ansia. Entoncesdecidió ir por la noche y robarla… Pero lamuñeca estaba endemoniada y cuando se lallevó, se quedó atrapada dentro de ella.

Dakota Martín Martínez, 1º C

El fantasma vago

Rogelio era un fantasma muy vago al que no legustaba hacer la colada, y Juan era el propietario dela casa en la que vivía.

Aquel martes, Juan se acercó a recoger la ropaque había lavado, pero se dio cuenta que le faltabauna sábana y en su lugar tenía otra que no era de él yque estaba sucia. Esto le ocurría de vez en cuando.Incluso le preguntó a su vecino si también le pasabalo mismo, sin embargo, le respondió que no. Díasdespués, Juan puso una cámara en la que captó alfantasma quitándose su sábana y cogiendo la limpiade Juan.

Finalmente, Juan llegó a un acuerdo con elfantasma, que consistía en él le seguía lavando lassábanas a cambio de que celebrara Halloween con ély con su hijo.

Marcos, 1º C

Desapariciones sangrientas

Lucía era una niña de diez años que se había mudado a una cabañaque su padre Tom había comprado a las afueras de la ciudad, a treskilómetros de distancia de esta. Su madre no estuvo de acuerdo con lo demudarse a esa casa, pero al final aceptó.

Tom, siempre le regalaba a Lucía los periódicos que leía ya que a laniña le gustaba cortar y pegar cosas. En ellos siempre aparecía lo mismo:

Niñas desaparecidas. Si conoce, sabe algo o quién puede estar involucrado, por favor, contacten

con nosotros

Tom, que estaba muy interesado, comenzó a contar a las niñasdesaparecidas. En total eran seis. Al día siguiente, María y Lucía fueron alimpiar el establo. Al poco tiempo, Lucía encontró una trampilla que daba aalgún tipo de habitación o sótano. Se oyó un grito aterrador y María fuecorriendo al oír a su hija. La abrazó y le preguntó qué le pasaba. Lucíaseñaló seis cuerpos descompuestos de niñas atados a unos pósters. Lapolicía llegó enseguida, pero no se pudo identificar ningún cuerpo.

Toda la familia se trasladó a la ciudad con esa sangrienta escena ensus mentes.

Dos meses más tarde, un joven llamado Michael estaba acomodadoen su asiento leyendo una noticia en el periódico que le sorprendió mucho:

Una familia fue masacrada la semana pasada. Se sospecha que la hija fue la asesina. Se encontró el número siete escrito

por toda la casa y grabado también en la espalda de la niña. La policíasigue investigando.

Juan David Corbalán García, 1º C

La casa encantada

En una noche de octubre, corría la voz de quehabía un fantasma en una casa encantada.

Tenían que subir una montaña de 300 metrospara llegar. Sabían que la aventura no iba a ser fácil.Cuando llegaron a la casa, desde fuera se oían unosgritos de tristeza. Aún así los chicos entraron.

De repente salió el fantasma del sueloasustándolos. Los niños le preguntaron qué le pasabay les dijo que se comportaba de esa forma porque novenía nadie a visitarlo. Entonces los niños le dijeronque se mudara al pueblo y se hicieron grandesamigos y cada día iban los niños a visitarlo.

Óscar Ojeda Mendoza, 1º C

Uno por uno

Hola, me llamo Charlie, soy el único de mis amigos que sigue vivo y dudo que duremucho más. Os contaré cómo empezó todo...

Desde pequeños siempre habíamos sido inseparables, os preguntaréis ¿quiénes?;pues mis amigos y yo. Éramos cinco: John, Karl, Catty, Grace y yo. Todos nosllevábamos genial y nos queríamos mucho, tal vez a la que menos a Grace. Era un pocopesada y nunca la avisábamos para salir con ella, por eso siempre se enfadaba.

Era un día muy importante, 12 de mayo, lo que indicaba que había llegado, por fin, lafecha ansiada de la fiesta a la que íbamos a asistir. Como siempre decidimos no llamar aGrace, pero ella se enteró y al darse cuenta de que nos molestaba se quitó de en medio.

Habíamos quedado para el día siguiente, decidimos ir a su casa a buscarla. Cuandollegamos nadie nos abría la puerta; entonces empezamos a preocuparnos. Tocamosvarias veces más el timbre, con insistencia pero nadie nos abrió. Íbamos a marcharnosya cuando se me ocurrió una idea: entrar por la ventana.

Escalé la pared y pude acceder a la casa. No podía creer lo que encontré ante misojos: Grace yacía muerta en el suelo... Avisé a los demás y llamaron a la ambulancia.Cuando esta llegó, se llevaron el cadáver, dejaron la puerta abierta para querecogiéramos las llaves. Sí lo hicimos, cerramos la vivienda y muy afectados por losucedido decidimos, en silencio regresar a nuestras casas, descansar, si es quepodíamos.

Al siguiente día John, quien había guardado las llaves, se atrevió a ir a la casa deGrace. Una vez dentro le invadió un sentimiento muy extraño y decidió marcharse, perola manilla de la puerta no giraba por mucho que lo intentase. De repente presintió unasombra detrás de él... se giró y le pareció ver a alguien en el salón. Se dirigió, temeroso,hacia allá y se encontró con Grace. ¡Increíble! Era, sin duda, Grace, quien escondía algoa la espalda. John, pese al pánico que lo atenazaba, se acercó más para confirmar que setrataba de ella. Esta, sin darle tiempo a que reaccionase John lo acuchilló. Ya soloquedaban tres del grupo...

Habían transcurrido ya dos días sin que nadie supiera nada de John, por lo que Karlpropuso ir a la vivienda de Grace a mirar. Yo me negué, algo me decía que no debíahacerlo, con lo cual solo fueron Karl y Catty. Una vez allí, fueron a abrir la puerta yantes de que tocaran el picaporte, se abrió sola. Entraron, sorprendidos y preguntaronpor John, pensando que se trataba de una de sus bromas. Al mirar tras la puerta novieron a John pero sí a alguien que les recordaba a Grace...

Muy asustados intentaron salir de allí de inmediato, pero la puerta se cerróbruscamente. Grace se acercó a ellos y empezó a gritar “habéis pasado siempre demí...ahora vais a pagarlo muy caro...”. Aterrorizados, cerraron los ojos para no volverabrirlos nunca más.

Tan solo quedaba yo, y la verdad es que también estaba aterrorizado...

Días después, sin que hubiese podido descansar lo mínimo, decidí escribir esto queestáis leyendo. Quizás os estéis preguntando cómo he llegado yo a enterarme de las

muertes de mis amigos sin haberlas presenciado... pues, desgraciadamente, el espíritu deGrace me ha poseído y me obliga a actuar como se le antoja cuando le apetece y no séqué hacer para liberarme de esta maldición.

¡Ayúdame antes de que seas tú la próxima víctima!

Cristian López 3ºA

La nota

Se despertó sobre las seis de la tarde, Ana se había quedado dormida en el sofá justodespués de comer y acostarse un poco a ver la televisión. Como era viernes, su madreIsabel, llegaría a las ocho de trabajar, a si que se dio el gusto de quedarse tirada diezminutos más, sin que nadie le dijera nada, meditando sobre sus cosas como solía hacer,ella era así, se podía pasar horas y horas pensando sobre su vida, pero de repente vioalgo extraño en la estantería que estaba situada enfrente del sofá, que interrumpió degolpe todas sus reflexiones. Se levantó muy intrigada y observó que entre las estatuillasy las fotos había un papel en el cual ponía:

Nos vemos a las nueve en el parque de La Rosaleda.

-PG

Al principio pensó que se trataba de una vieja nota que le había escrito ella a sumadre, pero al ver las iniciales creyó que aquello era una broma. Se sentó, se puso apensar y se dio cuenta de que aquel papel ya lo había visto antes entre las cosas deIsabel, pero ¿como podía haber llegado allí? No entendía nada. Aquella era una de lasnotas que le solía escribir su padre a su madre cuando estaban saliendo y esta siemprelas guardaba para tenerlas de recuerdo, Ana lo sabía porque su madre se lo habíacontado miles de veces y le había enseñado ya hace tiempo una caja llena con aquellospapeles y con cartas de amor que se escribían entre ellos, pero ahora la caja estabaguardada y llena de polvo en el armario de Isabel y desde que su marido murió ya no laabría nunca, por eso a Ana le pareció tan extraño todo. Le parecía imposible que sumadre la hubiera puesto allí, sin embargo decidió asegurarse y se dirigió al cuarto de sumadre, cogió la caja, la abrió, miró lo que había y encontró una nota exactamente igualque la que tenía en la mano, todo era cada vez más raro, ¿por qué iba su madre a haceruna nota igual que la que tenía y ponerla allí si no era ni capaz de hablar de su marido?Ana seguía dando le vueltas y vueltas al asunto y no encontraba ninguna respuestalógica. Hasta que pensó algo que ni ella misma imaginaría qué pensaría, ¿y si la nota lahabía escrito su padre? No, no podía ser, su padre había fallecido hace dos años en unaccidente de coche, ella misma lo vio en el velatorio, algo así no podía ser posible. Supadre ¿un fantasma?, ella nunca había creído en esas cosas, le parecían una farsa, perono había otra posibilidad, estaba segura de que su madre no había sido y solo ella y Anatenían las llaves de su casa, solo ellas entraban y salían y nadie conocido les habríahecho algo así, ningún compañero de Ana le hubiera gastado una broma tan pesada, nose imaginaba ninguna otra explicación que la de que su padre fuera un fantasma, unfantasma, se lo repetía una y otra vez y no se lo creía, ¿cómo creerse algo así?, supadre…un fantasma.

Andrea Fariña Tuñas 3ºA

De amores se muere

Un día un grupo de niños sale de noche por su pueblo. Los jóvenes, deciden ir ala avenida puesto que la gente se había marchado del parque y aquello ya estaba muerto.Pasan un rato en en la avenida haciendo el ganso y el idiota, hasta que el aburrimientoles vuelve a hacer una visita. De nuevo, coinciden en que el aburrimiento es eterno porlo que buscan otro lugar al que ir. Finalmente deciden ir a unos túneles que hay llenosde grafitis utilizado como estudio fotográfico por adolescentes de la isla y el pueblo.

Yendo hacia aquel sitio escucharon un ruido que los detuvo. La primera en darsecuenta fue Aura y después Marta.

El temor que había comenzado a despertarse en ellas se trasladó hasta susamigos, a tal punto que llegaron todos a la misma conclusión “ hay que pirarse de aquíya “. Los chicos, que iban de valientes, decidieron mirar e intentar localizar de dóndevenía aquel ruido tan extraño. Hubo un momento en el que se dieron cuenta de quién erael que lo provocaba y dónde estaba, era Fernando, que por lo visto tenía mucha hambrey no paraban de sonarle las tripas.

Al rato, vuelven de la tienda hacia los túneles y con la tripa de Fer llena. Locurioso es que volvían a escuchar algo, por lo que volvieron a mirar. Ahora sí sepercataron de cuál era el lugar procedente del siniestro ruido era el instituto. Sus mentesempezaron a procesar hipótesis, desde que el conserje estaba aún allí hasta que había unespíritu dentro. Aunque todas morían o morirían de miedo los chicos se empeñaron enentrar. Quince minutos más tarde; Gabriel, Joel, Sergio y Fer no habían vuelto. Enconsecuencia; Itaisa, Natalia y Patricia decidieron entrar a buscarlos. Ellas tampocoaparecían, Marta y Aura están solas. De repente una luz empezó a parpadear dentro delpabellón del instituto, lo que les pareció muy incómodo. Justo cuando se iban a dar lavuelta para buscar ayuda aparecen dos niños y le tiran piedras a Marta, Aura aprovechapara huir. Marta comienza a correr mientras escucha “asesina, asesina,...” La pobre, queestaba celebrando su cumpleaños, lo estaba pasando fatal hasta que cae en la cuenta yentiende el por qué de esas palabras: anteriormente un niño se había cambiado de clasey había cambiado su personalidad como respuesta a la negativa de Marta.

Este niño era el niño más lindo, cariñoso y honesto del mundo, sin olvidar lagran sonrisa que tenía siempre en la cara; hasta que la conoció. Mario estaba en clase deMarta y siempre se habían sentado juntos por lo que el cariño comenzó a crecer entreambos. Lo malo es que ella le quería y él le amaba. Mario aprovechó San Valentín paraentregarle una carta expresándole lo que sentía pero Marta fue rotunda y le dio que solole podía ver como un amigo. Esto le dolió tanto que nunca más fue el mismo: ibasiempre de negro, tenía una cara larga y no hablaba con nadie. Su alma había muerto yposteriormente él también.

Sé que no es una linda historia pero de ilusiones no se vive porque con la desilusión o el desamor se muere.

Por él y para mí. ~ Siempre mío, siempre tuya~

Coral Buigues 3ºA

Hace 7 días, un jueves, me levanté y me fui al baño sin hacer caso aquien estaba despierto esa mañana. Después de unos minutos salí del bañoy me di cuenta de que no había nadie en casa y pensé que ya se habían idotodos, así que me vestí, desayuné, me lavé y me fui al instituto.

Mientras iba yendo de camino, como de costumbre, fui a llamar a miamigo Roberto, pero tampoco en su casa no había nadie. Cosa aun más rarafue que todavía no había visto a nadie caminar por la calle y por la avenida.Una vez que llegué delante del instituto, noté que estaba cerrado y volví ami casa. Pasé toda la mañana estudiando para el examen del siguiente día,almorcé y jugué toda la tarde al ordenador. Por la noche me hice unbocadillo y después me puse a leer, y hacia la 23.00 me fui a la cama.

El día siguiente ocurrió lo mismo pero después de volver a casa, cogíuna mochila con 2 botellas de agua, dulces, el móvil, su cargador y 3bocadillos. Desencadené la bicicleta y me fui a buscar gente. Desde esemomento pasaron 5 días y medio, y recorrí casi toda Lanzarote, casa porcasa. No encontré a nadie.

Ahora estoy escribiendo este mensaje a todos los números que tengoy los que encontré en los carteles. Si hay alguien vivo por ahí; ¡¡PORFAVOR, RESPONDE!!

QUETZAL MAGLIOCCHETTI 3ºC

Ruidos en mi casa

Hacían ya tres meses desde que nos mudamos de casa y aún se seguíanescuchando esos ruidos tan extraños que resonaban en la pared de mi habitación. Eranuna especie de chillidos o murciélagos volando. No sé exactamente como describirlos,pero lo que sí podría decir es que eran muy raros, como si alguien viviera en la pared demi habitación. No le di mucha importancia al tema porque solo los escuchaba durante eldía, y cuando yo visitaba mi habitación siempre era por la noche, para dormir. Además,era verano y pasaba los tres cuartos del día en la calle con mis amigos o en sus casas.Hasta que llegó el invierno y las clases. En ese momento, sí que me empezaron amolestar y estresar esos ruiditos. Era imposible mentalizarse una descripción sobre loshiperónimos escuchando ese espantos ruido de murciélagos volando y un ogrocomiendo masticando carne. Eso era lo que me parecía que sonaba.

Después de una semana agotadora, decidí comentarle a mis padres misproblemas, aun sabiendo que se iban a reír y me iban a decir la famosa frasecita ``noexisten los fantasmas´´. Así fue, se rieron durante un minuto y en la cena no pararon deburlarse de mí. Ni que yo fuera un mentiroso o tuviese tres años. Pero aguanté e intentécreerlos y pensar que lo que escuchaba era producto de mi imaginación. Sin embargo,no duraron mucho las risas y las burlas. Un día mientras mi madre le enseñaba la casa asu prima que venía de Macedonia empezó a escuchar una especie de risas y carcajadasacompañadas de llantos. Mi madre y mi prima se asustaron y chillaron, incluso mellamaron para preguntarme si estos eran los sonidos que estaba escuchando. Yo lesrespondí que sí y que los llevaba escuchando desde ya hacía un mes. Mis padres por finme comprendieron y junto a mí intentaron buscar una solución. No encontramosninguna y lo dejamos pasar ya que en realidad no nos afectaban, y los ruidos solo seescuchaban en mi habitación y yo me había trasladado a la habitación de invitados. Conel paso del tiempo los ruidos se distribuyeron por toda la casa. Ya no solo seescuchaban en mi habitación sino que también sonaban en la cocina y en el baño. Estosruidos nos molestaban y ya no nos sentíamos cómodos ni en nuestra casa. Pasamos porun gran número de psicólogos, pero no sirvió de nada. No nos creían porque cuandovenían a casa para comprobar si era cierto lo que decíamos no escuchaban nada. Comosi nuestra casa pudiese observar, oír o controlar la situación. Rendidos ante estasituación anormal decidimos trasladarnos a otra casa lejos de la zona, en la que noexistiesen ruiditos extraños. Pero la curiosidad me picaba por dentro, así que enHalloween quedé con dos amigos, Marcos y Damián para descubrir y revelar el secretoque se hallaba en la casa que habían pagado mis padres con sus ahorros.

A las diez de la noche del día de Halloween mis compañeros y yo nos armamoscon unas cuerdas, dos martillos y una pala de construcción, por si era necesario romperalguna pared, suelo… o defendernos en la casa. A las diez y cuarto pasamos por lapuerta del jardín y nos acercamos al porche de la casa. Yo abrí la puerta con las llaves yentramos en la casa. Toda la casa estaba oscura y apenas entraba luz por las ventanas,por lo que encendimos las linternas. La primera visión del interior de la casa nos dio unsusto que casi nos hace dimitir en la misión que había planteado, saber de dónde salíanlos ruidos y por qué se producían. Todos los muebles estaban por el suelo, como si unhuracán se hubiese pasado por la casa, y las paredes llenas de manchas rojas, como sifuera sangre. De pronto todas las puertas y ventanas de la habitación se cerraron yempezaron a sonar voces aterradoras como las que se escuchaban cundo vivíamos mispadres y yo en la casa. No nos dimos por vencidos, además, no podíamos salir de la casaya que las puertas y ventanas estaban cerradas. Seguimos las voces por toda la casa y

acabamos finalmente en mi habitación. Mis compañeros y yo nos miramos, suspiramosy abrimos la puerta. Nos llevamos una sorpresa, mi habitación era la única zona de lacasa que no estaba desordenada, estaba tal cuál la dejé la última vez. Nos extrañamos ybuscamos una respuesta al ``por qué´´, buscando alguna posible imperfección, unarmario roto que pudiese ser una puerta a un mundo exterior o una posible puertasecreta que existiese justo en la pared de donde procedían los sonidos. Nada, noencontramos nada. Todo estaba en su lugar, no había nada nuevo que no hubiese vistoantes. De pronto, a Damián se le ocurrió una idea que consistía en hacer un pequeñoagujero en aquella pared para saber si vivía o había algo. Así fue, entre el oscuro polvoque oscureció la habitación se abrió una entrada a una habitación nueva que al parecerhabía sido cerrada con bloques por alguna razón. Dentro pude observar muebles propiosde una habitación de un niño, ocupados por muñecos de payasos y un armario lleno dejuguetes rotos. Inesperadamente sentí un golpe en la espalda y le pregunté a Marcosque si él me la había dado. Me dijo que no junto a un auuuu que continuó Damián. Si nohabíamos sido nosotros ``quién fue´´ me pregunte en esa milésima de segundo. Nohallaba la respuesta y chillé junto a mis compañeros. Me di la vuelta lentamente a la vezque pensaba en mis padres, en mis compañeros, en mi cobaya, en el verano tan divertidoque acaba de tener hacer un mes y, no vi nada delante mía. Sería verdad que alguien nospegó o había tenido junto a mis amigos una misma sensación de dolor en la espalda. Nohallé respuesta a eso hasta hoy en día. Cuando nos recuperamos del susto mis amigos yyo salimos de mi habitación y nos asombramos de tal manera que casi nos mareamos.La casa había vuelto a la normalidad. Todo estaba en su sitio, no faltaba nada y no seescuchaba ningún ruido extraño. Sería que habíamos ahuyentado al ser maligno que sehabía apoderado de la casa o al hacer ese agujero en mi habitación se habían liberadotodos esos sonidos que no conseguían escapar y chillaban desesperadamente. Bueno,nosotros no le dimos muchas vueltas y salimos de la casa con ganas de contarles anuestros padres lo que nos había sucedido sin importarnos lo que iban a opinar, ya quenosotros sabíamos lo que había pasado.

NO ME MIRES ASÍ

Erase una vez, hace más de 100 años, en una humilde casa de campo deLanzarote, vivían dos mellizas. Las dos eran iguales, pero no se parecían.Una era cariñosa, obediente, era una “buena chica” y tenía dos preciososojos azules que encantaban a quien la mirase. Todas las personas que laconocían la querían, todas menos una, su hermana melliza, la cual era ruda,mentirosa e impertinente, con ojos marrones y opacos, que no decían nada,al menos nada bueno. Sentía tal envidia por su hermana que acabóconvirtiéndose en odio, un odio que crecía cada vez que su hermana sonreíay le devolvían la sonrisa, o cada vez que le decían “¡qué ojos más bonitostienes!”.

Una noche la niña de ojos marrones no pudo soportar el odio que sentíahacia su hermana y mientras esta dormía, con una cuchara de palo sus ojosle sacó.

La niña quedó ciega y su hermana al fondo del pozo más profundo susojos azules tiró. La pobre cieguita lloraba sin lágrimas cuando un odio lafue envolviendo poco a poco. Esa misma noche la niña ciega fue dandotropezones y avanzando entre las tinieblas d su ceguera hasta la cama de suhermana y sin pensárselo dos veces se abalanzó con un cuchillo sobre suhermana para degollarla, pero no consiguió localizar su cuello sino queacertó en una mano y la hermana se despertó dando un grito ahogado yrápidamente agarró el cuchillo por la hoja y mientras le sangraba la manolo arrancó y sin pensárselo se lo clavó a la hermana cegada en el corazón.

Dice la leyenda que la hermana muerta vaga por el pozo buscando susojos, pero como para encontrarlos tiene que ver, con la cuchara de palo vaarrancando ojos de niñas al anochecer.

Gara Arteaga González, 3º ESO C

¿AMOR?

No quiero hacer esto, yo te amo.

Las voces en mi cabeza me dicen que te siga, que no te deje ir.

Tú huyes asustada, asustada de mí.

No puedo perdonarlo, debo terminar este dolor.

Sigue lloviendo, nuestras ropas están empapadas.

Te resbalas, te haces daño, pero sigues corriendo.

Hay un callejón a la izquierda, entras pero no hay salida.

Te pegas a la pared con miedo, yo sonrío, feliz de estar cerca de ti

Empiezo a caminar hacia ti, no puedes hacer nada y lo sabes.

Saco mi navaja, está deseosa de probarte.

Empiezo a rasgar tu piel, mi cuchilla se entierra en ella.

Sale líquido carmesí, ese que tanto me gusta.

Tus gritos, quejidos y súplicas solo consiguen que entierre más la navaja.

De repente te callas, caes al suelo.

Toda tu sangre está por la pared.

Estás muerta.

¿Qué he hecho? Me pregunto.

Caigo de rodillas y llorando abrazo tu cuerpo, susurrando palabras de amor que nunca te

llegarán.

Miro al cielo, no soporto esto, antes dolía pero ahora es peor.

Saco la hoja plateada de tu cuerpo frío y sin vida y me lo clavo en el pecho pensando

únicamente en volver a estar junto a ti.

SHEILA RODRÍGUEZ GONZÁLEZ 3ºC

Silencio

Ya no puedo más, llevo dos días sin dormir.Sé que me persigue. La muerte está detrás de cada esquina.No solo está detrás de cada esquina, está en mis sueños gritando,arrastrando la desolación tras ella.

Me deja marcas en la piel. Estoy afónico de tanto gritar, de suplicar silencio.Silencio es lo único que pido.

Hoy vendrá a por mi alma. O eso espero.El sufrimiento que siento es inhumano.Unos cortes en mi muñeca, mi cabezahundiéndose en el agua. La Parca se acerca.

El silencio lo inunda todo.Por fin en paz, por fin… silencio.

Giovanni J. Álamo, 3ºB

THE MISTERY OF ARKHAM

Sábado, diez de la mañana. Me llamo Ángel Ros y soy inspector depolicía. Me dirijo al manicomio Archa con el inspector Bruce y la sargentoJulie Doe a investigar un asesinato. Hemos llegado al lugar del crimen y loprimero que he podido observar son varios coches de policía aparcadoscon huellas de sangre en las puertas. Miro alrededor y no veo a ningúnpolicía, así que saco mi arma y me limito a mirar hacia la puerta delmanicomio. Nada más a entrar descubro a una enfermera tirada en el suelorodeada de un charco de sangre. Tiene múltiples marcas de cortes en elcuerpo. Cuando levanté la vista, vi un río de sangre y los cuerpos de lostrabajadores y pacientes que no lograron salir. El olor era indescriptible. Loprimero que hice fue revisar las cámaras, mientras que la sargento Julie y elinspector Bruce me cubrían por si había peligro. La puerta de la sala deseguridad estaba cerrada. Necesitaba encontrar la llave, así que eché unvistazo alrededor y encontré al vigilante. Le di la vuelta ya que estaba bocaabajo. Cuando conseguí moverlo, me di cuenta que lo habían agredidobrutalmente ya que tenía la cara desfigurada.

Finalmente pude abrir la puerta. Había cuatro televisiones. Entré enel ordenador y puse la grabación de las cámaras. Tres policías disparaban abocajarro contra un figura pálida y encapuchada que parecía tener la caradesgarrada. Se movía tan rápido que en décimas de segundo consiguiómatar a los tres policías. De repente, oímos un ruido en el pasillo. Noslevantamos en seguida, y al darnos la vuelta, lo vimos. Nos quedamosparalizados por el miedo. Con una voz casi ronca nos dijo: “Hola Ros. ¿Teacuerdas de mí”.

Me pareció que se había parado el tiempo. Cuando me recuperé,comprobé que mis compañeros estaban muertos. Salí y encontré un pasillopor el que empecé a correr hasta llegar a una puerta muy extraña. No erauna puerta normal de madera, era una puerta hecha de músculos que semovían y el pomo era un ojo. Antes de abrirla, pensé que ya la había vistoen un caso anterior. De pronto, recordé que la figura encapuchada sellamaba Arzael, un enfermo con esquizofrenia que tenía la insólitacapacidad de introducirse en la mente de los demás. Le eché valor y la abrí,pero había cometido un gran error porque me había introducido en sumundo de pesadillas.

Tuve que superar complejas y delirantes pruebas. Y cuando conseguípasarlas todas, tuve que enfrentarme por fin Azrael por última vez. Meencontraba en una extraña sala y cuando estaba esperándolo, comprendíque estaba dentro de mi mente y que yo podía modificar losacontecimientos. Así que tomé el control y lo encerré en un jaula, pero yono era tan fuerte como él, así que cree una ballesta con un veneno mortal.Disparé y un flecha acabó en la frente de Azrael.

Sabía que todo había acabado, abrí los ojos y estaba en mi coche conel inspector Bruce y la sargento Julie. Realmente todo parecía haber sido unsueño, pero en un lado de mi cabeza tenía un fea cicatriz en forma de A…

Daniel Jesús, 3º B

La pantomima

Era el día de Halloween en Portland, y cómo no, los niños y niñas se disponían apreparar sus disfraces para ir en busca de sus deseadas golosinas.

Alan estaba en su casa, se había quedado dormido viendo una película de terror,“¿qué hora es?”, pensó. Ya eran casi las siete, estaba anocheciendo. Como si de unmuelle se tratase salió disparado de la cama hacia el armario, se vistió rápidamente ycogió una de las mochilas que tenía detrás de la puerta. Fue directo a la cocina, seadueñó de una caja de cerillas y una linterna que había preparado esa tarde y salió con lamisma. Después de esto, se despidió de sus padres y se marchó corriendo. “¡Siemprellego tarde! No sé cómo lo hago”, se repetía para sí. Había quedado con sus amigos enla puerta del colegio, esa noche iban a colarse en una vieja casa abandonada que habíaen el pueblo. Según afirman las personas que allí han entrado, ocurren cosas muy raras,las puertas se cierran solas y los muebles cambian de lugar. Al escuchar esto, Stevenuno de los compañeros de Alan, no dudó en pasar esa noche de Halloween en lamansión. Él no estaba muy convencido, pero no quería que pensaran que era unmiedica.

- Al fin te dignas aparecer – dijo Steven. Él era el mandamás del grupo.

- Lo siento chicos, me quedé dormido – respondió Alan entre jadeos.

- Bueno, no perdamos más tiempo. Por cierto, habrás traído la linterna que te pedí,¿no? – preguntó Steven.

- Por supuesto – afirmó Alan.

- Pues entonces no hay nada más que decir. ¡Vamos allá! – dijo Stevendirigiéndose a todo el grupo.

Eran cinco chicos, Steven, Mark, Harry, Liam y Alan. Todos estaban allí por lainsistencia que Steven había puesto en el asunto.

Ya habían llegado. Steven abrió con ayuda de Liam, la gran puerta que separaba elinterior de la casa con el jardín. Según entraron en la vieja mansión, se toparon con unenorme salón lleno de muebles cubiertos con sábanas blancas. A la derecha había unlargo pasillo donde se podía distinguir un pequeño reloj de cuco anclado a la pared.Alan se acercó a él, por alguna extraña razón había sentido curiosidad por verlo decerca. Cuando se disponía a tocar una de las agujas, el reloj empezó a sonarestrepitosamente. Salió corriendo y se dirigió al salón, donde esperaba ver a sus amigos.“Pero, ¿qué ha pasado aquí?”, se preguntó a sí mismo. Los muebles habíandesaparecido, estaba todo totalmente vacío. Sus compañeros tampoco se encontrabanallí. Mientras merodeaba por aquel lugar en busca de Steven y los demás, distingue unatenue luz que sale de una de las habitaciones, “seguro que son ellos”, pensó. Al entrar, labombilla que iluminaba aquel cuarto comenzó a parpadear hasta que finalmente seapagó. Alan se disponía a coger su linterna, pero misteriosamente no la tenía en lamochila. “¿Y ahora qué hago? ¡Espera, tengo las cerillas!”. Alan encendió uno de losfósforos y poco a poco sus ojos se acostumbraron a la oscuridad que había en lahabitación. De repente, notó que algo le estaba observando, la puerta se cerró de unestruendo y sintió que algo se acercaba hacia él. Las manos le temblaban y la pobre luzque le separaba de aquel ser se consumía lentamente. Sin dudarlo ni un instante Alan

salió de allí y corrió a través del pasillo. El reloj de cuco había comenzado a sonar denuevo. En un estúpido tropiezo cae al suelo golpeándose la cabeza, quedandoinconsciente en el suelo.

Alan se despierta en su cama sobresaltado. “¿Ha sido todo un sueño?”, se pegunta.Nunca sabrá si lo que sucedió aquella noche fue real o un producto de su imaginación.

Paula Arocha 1ºBachillerato B

Manchas

Todos en la familia estaban sorprendidos con la visita de Hugo, pues desde que seindependizó, pasaban demasiados días para disfrutar de su compañía, cuando dijo que sequedaría un tiempo más, fue difícil creerlo. También resultaba raro que no trajeraconsigo algunas de sus pertenencias, ni siquiera una muda de ropa. Aun así, lorecibieron con los brazos abiertos.

Al paso de los días, notaron algo raro en su actitud, él se veía mal, descuidaba suaspecto, además no comía ni dormía bien, siempre se despertaba gritando y sudando,con la mirada perdida en la pared negra de su habitación. Solo se encerraba en un cuartoy estaba tan nervioso que su propia respiración lo asustaba. Por más que insistieron ensaber el motivo de su desesperación, se mantenía en silencio, se mantenía siempre almargen y se marchaba comiéndose las uñas.

Decididos a averiguar lo que le sucedía aunque no fuese de su propia boca, dos desus hermanos fueron a su apartamento, situado en el extrarradio de la ciudad, parabuscar algún indicio de su comportamiento y estado de ánimo. Apenas entraron, vieronque el lugar era todo un desastre, los muebles estaban apilados en las esquinas y lasparedes llenas de manchas negras semejantes al moho, quisieron explorar más, pero unolor fétido que venía de todas partes les obligó a salir corriendo de allí.

Volvieron a casa cuestionando lo que vieron, entonces Hugo les dijo que todoempezó con ruidos en el apartamento de arriba, después apareció una pequeña manchaen la esquina de su habitación y un día mientras se afeitaba frente al espejo, vio que lasuciedad se expandía a marcha acelerada, antes de que pudiese voltear su cabeza, en elreflejo presenció todo; el pálido rostro de una jovencita emergía de aquella negrura,cargaba en él dolor y sufrimiento y en la cuenca de sus ojos, no había otra cosa queoscuridad. Cuando miraba fijamente, ni siquiera la notaba, pero sabía que ella estaba ahípor ese fétido olor que ya no se marchaba. Supo también que a veces se posaba sobre sucama, pues la sentía flotar cerca, una extraña sensación, sin embargo no podía verla, amenos que la reflejara en la pantalla de su teléfono móvil.

No tuvo el valor de preguntarle algo, mucho menos de convivir con ella, aunque nopudiera verla la mayor parte del tiempo, solo se marchó y no pensaba volver ahí jamás.Lo cual resultaba perfecto para su vecino de arriba, así podría seguir con su terriblepráctica de asesinar jovencitas, ahogándolas en su bañera. Eran ya tantas en la lista, quetodo aquel dolor no pudo irse como siempre por las tuberías y empezaba a manifestarseen las paredes de los vecinos, que en su mayoría huyeron, sin tenderles la mano,dejando que ellas se convirtieran en unas simples manchas negras en la pared deledificio.

Sabela 1º Bach. B

PESADILLAS

Todo empezó una noche de verano. No serían más de las tres de la madrugadacuando me desperté. Sentí que algo o alguien me estaba observando. Mi cuerpo sehabía paralizado y mi ansiedad por saber qué o quién era, cada vez aumentabamás. De repente, y sin explicación racional posible, todo acabó; mi cuerpo se habíaliberado de la extraña inmovilidad, como si de una pesadilla se hubiese tratado.Miré inmediatamente a ambos lados de mi habitación mientras encendía las luces.Entonces, en busca de algún indicio, miré en el armario, debajo de la cama y entodos aquellos sitios donde sospechaba que alguien pudiera haberse escondido. Nohallé nada de nada, ni rastro de nada o nadie sospechoso. Volví a la cama e intentéreconciliar el sueño, un sueño que ya había sido alterado por aquella supuestaextraña presencia.

Las noches transcurrían lentamente y la situación se repetía cada vez con mayorfrecuencia. No sabía qué hacer. Cada vez mi sueño era menor por el miedo a queesta presencia volviese a aparecer. De repente, oí un fuerte golpe que proveníadesde el jardín de mi casa. Bajé rápidamente las escaleras y cuando llegué a la zonade donde procedía el sonido, me impactó lo que vi. Me quedé parada bajo el quiciode la puerta que estaba orientada hacia el patio. Mi perro Rocky ya no tenía lahabitual presencia. Mis ojos seguían sin creer lo que estaban contemplando...Depronto, mi perro se había convertido en una oscura y aterradora sombra que sedesvanecía en el aire. Como si de pequeñas motas de polvo se tratase, en cuestiónde segundos, desapareció de la faz de la tierra.

Mis días no volvieron a ser los mismos. Desde la pérdida de mi perro, mifelicidad no estaba completa. Y para empeorar la situación, mis noches seguíansiendo iguales o más aterradoras que la primera. Escuchaba además palabras quealudían a mi nombre, me llamaban y me pedían ayuda desesperadamente. Yo, sinembargo, intentaba convivir con aquellas espeluznantes palabras que no sabía dedónde provenían. Intentaba sin descanso, buscar por qué mi cachorro habíadesaparecido de la forma en la que lo hizo, y cómo podía haber sido posible.

La pesadilla que estaba viviendo se había dilatado durante mucho tiempo, meestaba volviendo loca. Hasta una noche en que desapareció, de repente, tal comohabía aparecido.

Me había acostado temprano con el fin de poder descansar lo máximo posible,siempre a la misma hora, mi sueño se disipaba. A las tres de la madrugada, mis ojosse volvieron a abrir y los sonidos empezaron a poblar la habitación. Entonces, unruido muy familiar llegó a mis oídos. Escuchaba el aullido de mi perro. Enseguidame puse los zapatos que encontré no sé ni cómo y bajé a ver de dónde proveníanlos gemidos. Pero...me llevé una gran sorpresa cuando salí al jardín. La situación noera precisamente para alegrarse. De golpe apareció una gran sombra igual deoscura que mi perro, pero este ahora con forma humana, o eso me pareció. A sulado estaba con una postura sumisa, mi cachorro al que había extrañado tanto. Eraun hombre de una gran estatura y con voz terrorífica. Era la que había estadoescuchando todo este tiempo. No pude ni reaccionar, y cuando intenté dar un pasoya se estaba abalanzando sobre mí.

Ya no recuerdo si dolió o no. Desde esa noche mi estancia en la Tierra no ha sidola misma: aparezco y desaparezco. Solo sé que me han convertido en uno más deellos. Me Han transformado en una oscura, fría y tenebrosa sombra. Sí, ahoraaquella sombra que aparece por las noches soy yo. Mi perro me acompaña y sialguna vez oyes el aullido mientras duermes significa que tu hora ha llegado, pormucho que te resistas. Te estaré acechando. Mi deber es recoger personas y nopuedo olvidarme de ninguno de los vivos.

No son pesadillas, recuerda que soy yo. Solo me permiten advertirte.

Ten mucho cuidado, el siguiente puedes ser tú.

Antonella Eliana Saucedo 1ºBachiller B

TRAVESÍA

Proyecto: “La Tierra”

Preparándome para el examen

Ayer tuvimos la última sesión antes del últimoexamen de geografía. Nos entran las montañas altas yjóvenes de Europa: Pirineos, Alpes y Apeninos. Tambiénentra parte de África, parte de América y parte de España.

Tengo que estudiar mucho porque el examen esmañana y parece difícil. Intentaré sacar buena nota ya quefalta poco para Navidad y no quiero tener malascalificaciones.

Después del examen…

¡He sacado un ocho y medio! Tanto tiempoestudiando ha valido la pena porque como dice el dicho…¡el que la sigue la consigue!

Manuel Moreno Millán, 1º C

Viaje al centro de la Tierra

En el año 2030 emprendí una gran investigación. Porcierto, me llamo James Owtown. Estaba en mi casacuando me llamaron de la central. Me dijeron que fuera lomás rápido posible. Mis compañeros de misión eran ElenaSantana, fotógrafa profesional de 32 años y Juan Suptom,experto en tecnología de 20 años y el encargado deinformar al centro de mandos de la misión. Yo tenía en esetiempo 35 años y era un geólogo experto, pero ahora estoyjubilado. Tengo 78 años y mi salud está “bajando”rápidamente. Aunque no estoy todavía demasiadoenfermo…

Estaba ya en la central con mis compañeros. Depronto, nuestro jefe nos llamó por megafonía y nos dijoque nos dirigiéramos a su despacho. Nos habló con sugrave voz. Me acuerdo perfectamente de lo que nos dijo…<< Venga, sentaos y hablaremos. Tengo que confesar quesois mis mejores trabajadores. Ahora tendréis queemprender una gran misión, un viaje al centro de laTierra.>> En ese momento sentí miedo y alegría a la vez.Tendríamos que ir el 7 de diciembre, justamente el día demi cumpleaños.

Estaba preparado... Diez, nueve, ocho… y todocomenzó. Los motores arrancaron y la máquina llamadaMariamare empezó a adentrarse bajo Tierra. Cada vez serespiraba más difícilmente, pero nosotros teníamos tubosde gas. Todo era más caliente según bajábamos deprofundidad. Llegamos al Manto y parecía otro mundo. Yoestaba observándolo fascinado. Ningún otro geólogo habíahecho esto nunca. Pensé que era muy oscuro. Pero no, enrealidad es muy brillante.

Hubo pequeñas turbulencias a lo largo del viaje hastaque llegamos al núcleo externo. Cada vez era más calurosoy cegador. Elena, Juan y yo estábamos contemplando elpaisaje mientras comíamos pescado con alguna fruta. Nosestábamos cayendo de sueño por la larga distancia. Y porfin llegamos al núcleo interno. Tardamos casi cinco horas,pero merecía la pena. Todo era deslumbrante, caluroso y,sobre todo, magnífico.

Elena sacaba fotografías como loca y Juan intentabacoger la señal de la central, pero era imposible. Yoapuntaba datos sobre el centro de la Tierra. No estuvimosmucho tiempo, nada más que media hora por el peligroque había.

Al llegar a la central, nuestro jefe y todos loscompañeros nos aplaudieron. Más tarde noscondecorarían. Después de nuestra aventura noscontrataron para muchísimas misiones más. Fue unaexperiencia que nunca olvidé.

Yurena, 1º C

El viaje a África

Una tarde de otoño, un niño estaba sentado en suescritorio preparando un examen de geografía. Tenía ellibro abierto en la página donde aparecía dibujado elcontinente Africano. Se dejó llevar por la imaginación…

Se encontraba cerca de una familia de elefantes queestaban jugando y bañándose en la Sabana africana. Derepente, el jefe de la manada comenzó a correr hacia laizquierda haciendo ruidos. Estaba avisando al resto ya quehabía un león intentando cazar una cría. Entre todosconsiguieron espantarlo.

Parecía que el león se había ido, pero de prontoapareció y se dirigió hacia el niño con sus ojosamenazantes. El niño muy asustado gritó y en esemomento, se despertó. Se había quedado dormido encimadel escritorio.

Oscar Ojeda Mendoza, 1º C

Viaje al fondo del mar

Hace diez años me planteé la idea de investigarel fondo del océano, pero para ello debíamosprepararnos y buscar ayudantes.

Hemos investigando dónde nos tenemos quesumergir, en la Fosa de las Marianas. Tambiénhemos convencido a gente para que donara dinero ala causa. Tras mucho tiempo, hace tres añosconseguimos todo lo necesario.

Nos embarcamos en esta aventura el 27 de juniode 2012. Conseguimos llegar hasta once mil metrosde profundidad. Descubrimos nuevos peces yplantas. Pasado un tiempo rodamos hasta unapelícula.

Carmelo, 1º C

El Monte Shift

Pelayo era un niño apasionado por las mañanas.Cuando tenía cinco años vio en las noticias que unapersona había subido al monte Shift. En esemomento se dijo a sí mismo que algún día éltambién subiría.

Al día siguiente, en el colegio, se lo comentó asus compañeros. Ellos le dijeron que estaba loco,pero Pelayo no les hizo caso porque creía que podríaentrenarse para conseguirlo algún día. Y una semanadespués, se encontró en la calle al montañero quesubió el Shift. Le preguntó si lo entrenaba y elhombre le dijo que sí.

Se entrenaron durante un buen tiempo hasta quellegó el gran día. Pelayo lo consiguió y se convirtióen la persona más joven en subir el monte Shift.

Marcos García Díaz, 1º C

El millonario y el vagabundo

Hace mucho tiempo en una pequeña ciudad vivía unmillonario en un palacio en Noruega. Una tarde dediciembre, cuando hacía mucho frío, vio señales de humocomo si alguien desde el Polo Norte estuviera pidiendoauxilio. Rápidamente cogió su ferrari y se fue a ayudarle.Cuando llegó se puso a gritar. A lo lejos vio una sombra.Como estaba empezando a anochecer corrió para llegar.Encontró a un hombre en un iceberg que se estabaempezando a alejar. Estaba junto a un pingüino que era sumejor amigo.

El millonario no sabía qué hacer, sin embargo, cogióla cuerda que encontró en su coche, la lanzó y el hombrela pudo agarrar. Cuando llegó a tierra le preguntó si estababien y le respondió que sí. El millonario le indicó que sesubiera al coche y que se despidiera del pingüino, pero nopodía porque se habían acompañado mutuamente. Así quedejó que se subieran los dos y en Navidad le regaló dosmillones de euros.

Finalmente, ya en la ciudad, el hombre pudo teneruna casa con su pingüino, además de un gato y siemprefueron felices los tres juntos.

Faina Armas, 1º C

GEO y BIO

En el Instituto tenemos bastantesasignaturas, entre ellas, Geografía y Biología.Son dos materias para mí un poco difíciles deestudiar porque me gustan más los números.

En Geografía estudiamos en general LaTierra, su clima, el relieve, la vegetación, lospaisajes y sus gentes. Cuestiones que sonimportante conocer para poder movernos ennuestro entorno.

En Biología la misma palabra nos lo indica(bio-vida/logía-estudio). Es una asignatura quenos hace comprender que lo que nos rodea tienevida, las plantas, los animales…aunque tambiénnos detenemos también en elementos inertescomo los fósiles y los minerales.

María, 1ºA