Critica A La Sinrazon Libre

Señor Pata de CabraCrítica a la sinrazón pura

Carlos A. Quintana

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¿Usted sabe que la astrología se basa enun cielo que no existe?

¿Que la homeopatía niega la existenciade las enfermedades?

¿O que la iridiología la inventó un chicode catorce años?

Este libro hace un recorrido por las disciplinas irracionalesmás comunes, desde la brujería y los curanderos hasta las

imposturas que se practican en las universidades.El autor analiza las afirmaciones paranormales y

pseudocientíficas mostrando que la alternativa racional esmás explicativa de la realidad si despreciamos

la pereza intelectual.

¿Recuerda el fraude de la crotoxina?

¿o al físico austríaco que le prometió a Perón obtenerenergía de la fusión atómica?

Con la esperanza que el fraude de las pseudociencias nosea tan brutalmente impune este libro es un aporte para

hacerle más difícil la tarea a quienes se empeñan envendernos lo falso como si fuera verdadero.

Carlos A. QuintanaSeñor Pata de CabraCrítica a la sinrazón pura

Editado por:Libros del EspinilloPoderoso 10567150 AyacuchoBuenos Aires/[email protected]

SEÑOR PATA DE CABRA Crítica a la Sinrazón Pura

Quintana, Carlos Adrián

Señor Pata de Cabra - Crítica a la Sinrazón Pura. 1ª Ed.- Buenos Aires, Libros del Espinillo, 2010

190 p.; 15,5 x 23 cm.

ISBN 978-987-05-3119-7

1. Ciencias. I. Título CDD 500 Fecha de catalogación: 10/08/2007

© 2007 Carlos Adrián Quintana - [email protected] © 2010 Editado por

“Libros del Espinillo”

[email protected]

I.S.B.N.: 978-987-05-3119-7 Hecho el depósito que prevé la Ley 11.723 Impreso en Argentina por Master Digital Se prohibe la reproducción del texto o de las figuras de esta obra sin el permiso explícito y por escrito del autor y del editor.

Para mi hija Caterina, con la esperanza de que crezca

en una sociedad más racional, más justa y menos dogmática

CONTENIDO

¿CIENCIA O MAGIA? 11

1. CONOCIMIENTO, LA FRONTERA INFINITA 15

1.1 Ciegos tocando elefantes. 15 1.2 La solución de la ceguera: el conocimiento científico.

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2. LOS ATAQUES A LA MODERNIDAD: EL

PENSAMIENTO IRRACIONAL 29

2.1 El Pensamiento Mágico 31

Amuletos 34 Cafeomancia 34 Cartomancia 34 Curanderismo 35 Hechicería o Brujería 35 I-Ching 35 Parapsicología 35

Espiritismo 36 Clarividencia 37 Precognición 37 Telepatía 37 Psicocinesis o Telekinesis 37

Quiromancia 37 Runas 38 Velomancia 38

2.2 La Nueva Era 38 El Inconsciente Colectivo 40 El Retorno a la Naturaleza 42 Niños Índigo 43

2.3 El Pensamiento Pseudocientífico 48 Crítica a la razón desde la academia 50

La Rebelión Romántica 50 El Posmodernismo 57 El Ambientalismo Radical 63

Crítica a la razón desde la marginalidad: Las Pseudociencias

69

Pseudociencias sintéticas 77 Teosofía 77 Antroposofía 79 Nueva Medicina 79 Homeopatía 80 Rosacruces 80

Pseudociencias adivinatorias 80 Astrología 80 Grafología 87 Rabdomancia 90

Visitas extraterrestres 92 Teorías científicas refutadas 97

Alquimia 97 Diseño inteligente 98 Evolucionismo cultural 100 Frenología 102 Lysenkismo 104 Razas humanas 106 Tierra plana y geocentrismo 106

Meditación trascendental 107 Fraudes energéticos 109

Fotografía Kirlian 109 Máquinas de energía ilimitada 109 Fusión fría 112 Economizadores magnéticos de combustibles 112 Imanes para todo 115

Creacionismo científico 116 2.4 Falsas Medicinas 119

Falsas Medicinas Mágicas 127 Curanderismo 127 Reiki 127 Toque terapéutico 129

Falsas Medicinas Pseudocientíficas 130 Acupuntura 130 Aromaterapia 133 Ayurveda 134 Colorterapia 136 Dianética 137

Feng Shui 138 Flores de Bach 140 Fraudes para curar el cáncer 142 Gemoterapia 145 Grafoterapia 146 Homeopatía 147 Iridología 152 Medicina cuántica 154 Nueva Medicina 154 Orgónterapia 155 Programación Neurolingüística 156 Psicoanálisis 157 Quiropraxia 160 Rebirthing y terapia de regresión 161 Talasoterapia 161 Terapia cráneo-sacra 163 Terapia de ángeles 164

2.5 ¿Porqué el pensamiento irracional tiene tanta difusión y aceptación?

164

3. EPÍLOGO: PENSAMIENTO IRRACIONAL Y

SOCIEDAD 177

Agradecimientos

A mis compañeros de la Asociación Para la Difusión del Pensamiento Racional (ADePENSAR) de la ciudad de Mar del Plata.

A Fernando Gleiser, Sebastián Bassi, Germán Buela, Santiago Lerena, Julio “Puma” Salas, Héctor Navarro, Pablo Fernández, Edgardo Sepúlveda, Hernán Toro y Roberto Aprea con quienes compartí intercambios enriquecedores acerca de muchos de los temas tratados en este libro.

A los integrantes de la comunidad racionalista y escéptica de Argentina, España, México, Venezuela, Colombia, Chile, Perú y Puerto Rico entre otros países, quienes se han ocupado de analizar críticamente las afirmaciones paranormales, y cuyas publicaciones fueron una fuente importante de información para este libro y un modelo de referencia por su compromiso humanista secular.

Las figuras del capítulo 1 están inspiradas en las del artículo “Las Paraciencias Como Perversión Metodológica” de Jesús M. Landart a quién le agradezco su permiso para usarlas y modificarlas.

A Pablo Zubiaurre por confiar nuevamente en mis textos y embarcarse en una aventura editorial.

Finalmente, a todos aquellos que alguna vez me preguntaron ¿pero

cómo... vos no crees en nada? dándome la oportunidad para responderles que el escepticismo es la vía para creer con fundamento y la razón y la experimentación el modo de hallar ese fundamento.

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¿CIENCIA O MAGIA?

El que tenga una canción tendrá tormentas el que tenga compañía, soledad.

El que siga el buen camino tendrá sillas peligrosas que lo inviten a parar.

Pero vale la canción buena tormenta Y la compañía vale soledad.

Siempre vale la agonía de la prisa aunque se llene de sillas la verdad.

S. Rodríguez

Advertencia al lector En este ensayo usted estará expuesto a argumentos que cuestionarán algunas de sus creencias. Posiblemente comparta parte de esos argumentos y otros no. Lo importante, ya que hace el esfuerzo en leerlos, es que reflexione sobre ello y que conozca el mensaje principal: no tiene sentido creer sin evidencias. Actualmente vivimos en una sociedad en la que la ciencia y la

tecnología se han transformado en características naturales del Hombre. No resulta fácil imaginar una nueva sociedad sin la tecnología que nos acompaña desde que nuestros ancestros, de otras especies, comenzaron a modificar la naturaleza para optimizar su vida. La idea de fabricar algo, por ejemplo un filo cortante en una piedra, se fue transformando en nuestra realidad gracias al desarrollo de la experiencia y al crecimiento del conocimiento: no podemos evitar ver en nuestro entorno algún producto del desarrollo científico o de la aplicación de la tecnología. Ya sea en nuestra ropa, nuestra casa, los medios de transporte, en la reproducción y transmisión de la información... en síntesis: en todo. Esta característica de la Humanidad nos diferencia del resto de los seres vivos.

Sólo en 200.000 años pasamos de vivir con una alta dependencia de la naturaleza a transformarla para beneficio propio, cambiamos nuestros hábitos cazadores y recolectores a la producción de alimentos, aumentamos nuestra longevidad a más del doble y hasta exploramos el espacio exterior en expediciones tripuladas por máquinas o por personas. Todo ello no hubiera sido posible sin tecnología, y los progresos más destacados de los últimos 300 años no habrían existido sin ciencia.

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Sin embargo, para muchos, las propias obras de la Humanidad son ignoradas ya sea por desconocimiento o por desprecio. Cualquiera que sea el caso, pierden la posibilidad de mejorar su vida aprovechando la acumulación del conocimiento de miles de generaciones que los precedieron. En este contexto, se propicia un sustrato abierto a las prácticas que atentan contra el bienestar de las personas sea por acciones propias o por el estímulo de quienes se aprovechan de la ignorancia y credulidad ajena.

Quienes reniegan del conocimiento están inmersos en una contradicción que se vuelve contra ellos mismos, ya que todos se sirven de la ciencia y de la tecnología para vivir o para difundir sus ideas. Así, su pugna carece de sentido y termina negándose a sí misma. Aunque por alguna misteriosa causa las palabras ciencia, lógica o razón se han transformado en adjetivos que pretenden revelar características despectivas, idéntica contradicción atrapa a los cuestionadores del pensamiento racional que usan la lógica para construir sus discursos.

A pesar que no existen motivos válidos para denostar el progreso del conocimiento ni se han manifestado argumentos coherentes para cuestionar la razón, las prácticas irracionales están muy desarrolladas y su inserción social ha llegado a ser cotidiana. El pensamiento irracional se manifiesta a nivel popular a través de prácticas marginales como medicinas esotéricas, técnicas adivinatorias o disciplinas ocultistas. Pero también a nivel académico ya que el posmodernismo y la rebelión romántica han contaminado espacios en la educación terciaria y universitaria, principalmente en las ciencias sociales.

¿Por qué promover la difusión del pensamiento racional y la libertad en la investigación científica? Esta pregunta parecería absurda si no fuera porque las pseudociencias se han transformado de prácticas ignominiosas desarrolladas por iniciados en lo esotérico a disciplinas al alcance de todos y que ya no requieren de hábitos subterráneos. Hechiceros, brujos, astrólogos, curas sanadores y homeópatas se mimetizan en los medios de comunicación como verdaderos científicos. La práctica pseudocientífica ya no es más un motivo de vergüenza y clandestinidad, por el contrario, suele ser una manifestación de orgullo y esnobismo.

La sociedad actual presenta una asombrosa diversidad y complejidad de los actores que la conformamos, resultando una intrincada red en la que se pueden observar algunos emergentes contradictorios que suelen ser difíciles de comprender, o de aceptar, como parte de la vida cotidiana. Los contrastes más conspicuos, como la opulencia frente a los desposeídos, ocultan otros avatares menos urgentes pero también perniciosos. Las pseudociencias se han

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convertido en uno de esos espejos en los que se refleja lo infame de nuestra sociedad, y se expresan como el moderno movimiento oscurantista que genera acciones anti culturales y anti educativas al comerciar con la fantasía como si fuera realidad y aprovechándose de la falta de información y de la consecuente vulnerabilidad de la gente.

Recientemente fui testigo ocasional de la aprensión de un estafador callejero que practicaba el juego de la “tapadita”, en el que el apostador nunca tiene posibilidad de ganar, el timador fue esposado a pocos metros de donde “trabajaba” una tarotista haciendo uso de la vía pública y de la impunidad que le confiere la ignorancia de nuestros gobernantes. El mismo fiscal que actuó en ese procedimiento tal vez haya atrapado a un curandero de barrio por defraudar la credulidad pública, pero nunca procesaría a un cura sanador o a un pastor que vende aceite milagrero y que abusan del vecino como el timador callejero.

Las causas para que estas contradicciones persistan deben ser muchas y complejas, pero posiblemente su fundamento sea que no estamos educados para comprender los problemas, ni para pensarlos, para razonarlos o resolverlos. De allí, que confiemos en un médico cuando nos “receta” Flores de Bach o pócimas homeopáticas, sin deslindar que un título en medicina no habilita para ejercer el curanderismo. Sin embargo, si el mismo médico nos quiere vender un automóvil usado seguramente aplicaremos el escepticismo más duro, exigiendo pruebas mecánicas y garantías fiscales y legales estrictas.

A pesar de los intentos retardatarios de los últimos siglos, actualmente sabemos que los principios de la Ilustración son beneficiosos para la sociedad y que a través del uso de la razón podemos generar conocimiento más confiable que puede ser aprovechado para construir una sociedad más justa. Pero, a diferencia de los intelectuales revolucionarios del Siglo XVII, ahora reconocemos que la superstición, el dogmatismo y la fe en creencias sin fundamento son parte inexorable de nuestra cultura y que aquellas ideas pueden existir en el contexto de la diversidad sin verse menoscabadas. Lejos del conformismo que se pueda desprender de esto, quienes participamos de organizaciones racionalistas, escépticas o humanistas seculares intentamos contrapesar la balanza para que el fraude de las pseudociencias no sea tan brutalmente impune. Principalmente nos ocupamos de ofrecer una alternativa a las afirmaciones paranormales, supranaturales o mágicas, mostrando que la solución normal, natural o material es posible si despreciamos la pereza intelectual. Por ello este libro no trata de cambiar las creencias (no es un intento “evangelizador”), sólo cuestiona el fundamento falso de algunas de ellas. No se debate la convicción personal e íntima del acto de creer en algo superficial u obscenamente falso, sino que se ofrece una


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explicación lógica, racional, material y a veces hasta histórica acerca de las disciplinas que inducen a creer en fenómenos falaces. Con esta acción se pretende aportar a la libertad de información, a la diversidad de criterios y a la disponibilidad de alternativas cuando se necesita de conocimiento para tomar una decisión. Luego, cada uno sabrá si elige la opción racional o la mágica.

Este libro trata acerca de la alternativa racional de vincularse con el mundo que nos rodea, la cual es excluyente respecto de la opción mágica, pseudocientífica, dogmática o fundamentalista. Es un esfuerzo por discutir a las disciplinas irracionales más conspicuas de modo de alertar sobre el macaneo que proviene de espacios académicos prestigiosos, y del engaño de los que ofrecen su mercancía tramposa desde la marginalidad y la ilegalidad. Así, se describen las fuentes comunes del pensamiento mágico y pseudocientífico presentando, al mismo tiempo, los motivos que las definen como falsas o como fraudes lisos y llanos. La selección de las imposturas tratadas no fue azarosa sino que se incluyen aquellas particularmente obscenas respecto de la magnitud del engaño que se comete y del desprecio por el avance del conocimiento.

La alternativa racional busca contrastar la interpretación que tenemos de la realidad con las evidencias empíricas que surgen del propio comportamiento de la realidad, con el fin de contar con un marco confiable para tomar una decisión. El impulso que moviliza a esta idea nace del escepticismo, que plantea que a través de la duda razonable es posible acceder al conocimiento confiando en la capacidad y en el esfuerzo de cada persona para conocer los misterios de la naturaleza y de la sociedad.

Así, se espera que este libro sea un aporte para hacerle más difícil la tarea a aquellos que se empeñan por engañarnos, de modo que aceptemos cada vez menos lo falso como si fuera verdadero.

Montemar, 2009

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1. CONOCIMIENTO, LA FRONTERA INFINITA

“Por medio de la investigación científica, el Hombre ha alcanzado una reconstrucción conceptual del mundo que cada vez es más amplia, profunda y exacta” Mario Bunge

1.1 CIEGOS TOCANDO ELEFANTES En la escuela hemos asistido repetidamente a una clase tradicional

de la historia de la Humanidad en la cual nuestros maestros nos hacen un recorrido por “los grandes avances del Hombre”, desde el fuego y la rueda hasta los aeroplanos y los reactores nucleares. Fechas antiguas e inventos se distribuyen en un cuadro asociado a geografías lejanas y diversas, marcando hitos de nuestro desarrollo cultural. En esos cuadros se muestran los logros exitosos de las ideas del Hombre, y se representa el esfuerzo de generaciones por mejorar la calidad de vida a través de hacer tangible todo aquello que imaginamos.

Esos logros son el resultado de una contienda entre concebir utopías y buscar el modo en que se conviertan en realidad, actualmente no estaríamos visitando el planeta Marte sin que alguien con la suficiente imaginación y emprendimiento no lo hubiera planteado como un anhelo posible de alcanzar. Para derrotar utopías debemos cumplir con un requerimiento ineludible: contar con un procedimiento que nos permita resolver cada problema que nos planteamos, un método que nos garantice que “las cosas funcionen”. Este es un afán tan viejo como nuestra presencia en el mundo y que es trascendente al momento de tomar decisiones. El Hombre antiguo debió decidir con qué encendía el fuego de su hogar o cómo capturaba la presa de la que se iba a alimentar, actualmente nos enfrentamos a otros problemas cotidianos, pero la cuestión de cuál es el modo más confiable y eficiente para resolverlos es el mismo. Como en la


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Conocimiento: esta palabra se aplica cuando una afirmación sobre algo está verificada (se probó su verdad) o refutada (se probó su falsedad). Ej.: conocemos la forma de la Tierra porque es una verdad probada que es redonda, mientras que la Tierra plana es una falsedad probada. Cuando conocemos algo se puede responder a ¿por qué?

Verdad: es la correspondencia entre un hecho y la afirmación que lo explica. Ej.: es verdad que la Tierra es redonda sólo si su forma es redonda. Existen verdades que no están probadas: Ej. En el siglo 1 era verdad que la tierra era redonda sin que haya estado probado.

antigüedad, también demandamos que lo que hacemos funcione tal como lo necesitamos, que nuestra explicación del mundo que nos rodea sea lo más cercano a la realidad.

Este capítulo trata acerca de cómo podemos concretar lo que imaginamos, cómo podemos saber acerca de nuestro entorno y cuáles son los límites de este camino.

Un viejo relato de la India ilustra el problema principal que nos enfrentamos cuando queremos conocer algún aspecto de nuestro mundo: tres hombres ciegos que vagaban por un camino se encontraron con un elefante y coincidieron en conocer por sus propios medios cómo es este animal tan importante para su cultura. El primero de ellos que estaba al frente lo tocó y dijo “los elefantes tienen forma de tubo blando, ancho y húmedo en su extremo”; el segundo, abrazado a una pata, corrigió “No. Los elefantes son como una columna ancha y pesada, recubiertos por una piel rugosa y seca”; mientras que el tercero palpando el rabo, exclamó “Ustedes se equivocan, los elefantes son como una cuerda articulada y fija en una punta”.

El problema que se les plantea a los hindúes ciegos es recurrente en nuestra historia: la subjetividad y la carencia de un método confiable para acceder al conocimiento. En su modo más pueril la subjetividad se puede resumir como una opinión sin fundamento, con el latiguillo de “cada uno tiene su verdad”, o el aparentemente más profesional de “la mitad de la biblioteca lo confirma y la otra mitad lo refuta”.

¿Cómo podemos conocer el mundo que nos rodea sin caer en la trampa de los tres ciegos cuya visión de la realidad no pasaba de una opinión parcial?

Las poblaciones más antiguas habrían aplicado un sistema intuitivo para generar nueva tecnología y para saber cómo funcionaba su entorno: la experimentación a través de la prueba y el error. Se trata de un modo simple y eficiente, aunque el resultado exitoso puede ser muy lento e inútil para problemas complejos. Con el mayor desarrollo se plantearon diversas alternativas, de las cuales de destacan las ideas de los filósofos griegos. Platón consideró que lo importante del conocimiento son las ideas, y que para adquirir

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conocimientos nuevos debemos usar el intelecto más que los sentidos. Expresaba que no era posible conocer los hechos ya que sólo podemos acceder a imágenes distorsionadas de la realidad. Así, los hindúes ciegos no podrían saber jamás como es realmente el elefante pero, a través de la discusión racional finalmente podrían llegar a una idea de consenso.

Aristóteles, un discípulo de Platón, fue más allá y planteó que todas las ciencias se rigen por los mismos conceptos generales. Así, contribuyó con una herramienta metodológica poderosa para razonar: los silogismos, que son la base de la lógica, y la inducción-deducción. Sin embargo, también hizo hincapié en la causalidad creyendo que las cosas y los procesos de la naturaleza están atados a motivos predeterminados, de modo que el futuro condiciona al pasado.

El determinismo y la idea de autoridad, es decir de consultar la opinión del sabio antes que generar conocimiento por medios propios, fue prevaleciente durante la Edad Media. Así, para discernir si la explicación de un hecho tenía alguna vinculación con la realidad se recurría a viejos textos como única fuente de saber.

Este procedimiento acarrea la noción que el conocimiento es estable y que nada se puede agregar a lo que escribieron los filósofos o sabios clásicos. Pero también fue aprovechado por el poder religioso para defender su ideología forzando la interpretación de cómo es nuestro mundo y los procesos que ocurren en él, según lo que dicen los textos sagrados. Así, sólo se accede a la realidad a través de una autoridad máxima, una deidad intangible, que nos da sus revelaciones que debemos aceptar sin cuestionamientos como principios absolutos: el dogma.

Estos intentos por buscar un modo de conocer no dejan de ser ciegos tocando elefantes. Los menos provechosos niegan la posibilidad de progreso ya sea porque recurren a entidades sobrenaturales o porque se aferran a viejos textos. Aquellos que intentaron hacer un serio esfuerzo para interpretar el mundo, aunque sentaron las bases para conocer la realidad, la negaban o desviaban la atención hacia la existencia universal del determinismo. Así, prevalece una fuerte influencia subjetiva que impide una mejor interpretación de la realidad.

Hay muchos pensadores que proponen que es imposible saber cómo es la realidad o tan sólo acercarse a una idea somera de ella. Manifiestan que para conocer contamos con herramientas que tienen límites orgánicos. Tradicionalmente esos límites se asocian a nuestros cinco sentidos (olfato, vista, tacto, audición y gusto). Si el universo tiene matices que nuestros sentidos no perciben, entonces jamás podremos saber cómo es la realidad: siempre seremos ciegos tocando un elefante. Sin embargo nuestro intelecto nos permite desarrollar


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ideas que acortan la brecha entre lo que no podemos percibir y la realidad.

Supongamos que representamos al mundo como a un elefante, que el elefante es la realidad, y sus características (forma, tamaño, color, peso, etc.) son los hechos de esa realidad.

La cuestión, entonces, es buscar un método que nos permita hacer afirmaciones que representen a la realidad lo más parecido a ella misma. Y la clave de ese método es que la representación de la realidad sea igualmente válida para todos, es decir, que sea universal, que los tres ciegos “vean” lo mismo. El antecedente más antiguo de esta idea es del griego Thales de Mileto que expresó que la solución a los problemas de la naturaleza debe buscarse en la naturaleza y no en los dioses. Pero su influencia se sintió recién hacia mediados del siglo XVI (finales del Renacimiento) ya que fue una época significativa que desembocó en un cambio profundo del pensamiento dogmático gobernado por la Iglesia Católica. Si bien esto aconteció en Europa terminó constituyendo las bases universales de la ciencia moderna. Desde hacía siglos, la influencia de la Iglesia en todos los aspectos de la vida era preponderante inclusive en el modo de interpretar el mundo físico, lo cual determinó un largo estancamiento del conocimiento.

El Hombre desde tiempos antiguos se preguntó acerca del mundo que lo rodea.

La teología dominaba el pensamiento, mientras que las ideas de

Aristóteles influyeron de un modo omnipresente sobre la filosofía natural (todavía no se puede hablar de ciencia) ya que se

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correspondían con las ideas de la Iglesia. Aristóteles planteaba que la Tierra era el centro del universo alrededor de la cual existían estrellas fijas sobre esferas inmutables según lo había dispuesto Dios, quien lo gobernada todo. El movimiento de los planetas y del Sol entorno de la Tierra sería determinado por una confusa fuerza denominada Motor Inmóvil.

Este modelo fue retomado por Tolomeo en el Siglo II combinándolo con las escrituras sagradas para convertirlo en la versión única y oficial para la enseñanza. Sin embargo surgieron contradicciones que fueron expuestas por diversos pensadores que, a pesar de estar vinculados a la Iglesia, comenzaron a hacerse preguntas que cuestionaban el paradigma aristotélico y, en consecuencia, al dogma imperante.

"Para aquellos hombres, la mecánica simplista del cristianismo era sencillamente demasiado restrictiva y asfixiante. El intelecto estaba dejando atrás a la fe, y no tardaría en ir mucho más allá de la matriz medieval." Michael White, 2004, pp. 63.

Antes bien, la mayoría no se atrevía a cuestionar la doctrina

tradicional aristotélica ni la preeminencia de la creación divina en el orden universal. Durante el Siglo XIII Roger Bacon se destacó tempranamente en comprender la trascendencia de la experimentación directa para adquirir conocimiento convirtiéndose en uno de los primeros filósofos que abrieron el camino para desprenderse de la tradición de la verdad revelada e incuestionable. Su obra principal se publicó en tres volúmenes que muestran los resultados experimentales de varias disciplinas, pero fue considerada herética y Bacon condenado a una cárcel monacal donde murió luego de quince años de encierro.

Los escritos de Leonardo Da Vinci también muestran que la observación y experimentación contradicen tanto a Aristóteles como a la interpretación de la Biblia, pero fue más cauto, no los publicó, y sólo fueron "descubiertos" durante el Siglo XVII.

El gran golpe al control religioso del conocimiento fue el aporte de Nicolás Copérnico, pero sabiendo el destino sufrido por Bacon y por tantos "herejes" asesinados en la hoguera por pensar distinto sólo publicó su obra magna "Sobre las Revoluciones de las Esferas Celestes" a poco de morir en 1543. Este libro produjo un cambio sustancial de cómo vemos el mundo ya que cuestionó a la autoridad como fuente de todo saber, en este caso la Iglesia Católica. Copérnico explicó a través de la observación y de la experimentación el movimiento de los planetas, demostrando que el modelo geocéntrico de Aristóteles estaba errado y, como consecuencia, puso en evidencia


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la irracionalidad de las escrituras. "En medio de todo eso mora el Sol" con estas palabras sintetizó su trabajo al mismo tiempo que desató la ira de los clérigos que prohibieron a "Sobre las Revoluciones..." y quemaron públicamente las copias que pudieron incautar, aunque tardíamente.

El principal aporte de Copérnico fue su método y que se convirtió en una referencia para todos aquellos que se preguntaban que si Aristóteles se había equivocado tan abiertamente respecto de la astronomía qué quedaría de lo demás que fue tomado por la Iglesia como la versión científica de la Biblia. Copérnico con "Sobre las Revoluciones..." abrió nuevos horizontes al conocimiento ya que demostró que no es necesaria la excusa divina para explicar el universo y esa fue la verdadera razón de porqué fue perseguido y considerado hereje a pesar de estar muerto. El mismo trato reciben Darwin y "El Origen de las Especies" desde el siglo XIX, esta vez por sacar al Hombre del centro del universo y de la creación sobrenatural. "Sobre las Revoluciones..." influyó en toda una generación de librepensadores, entre los que se destacan Giordano Bruno y Galileo Galilei. Ambos retomaron las ideas de R. Bacon y de Copérnico, y realizaron sus propias observaciones y experimentos para conocer.

Giordano Bruno en un abierto cuestionamiento a la autoridad aristotélica y doctrinaria, decía:

"Aquel que desea filosofar, en primer lugar debe dudar de todas las cosas. No debe adoptar ninguna postura en un debate hasta que no haya escuchado a las distintas opiniones, examinado y comparado las razones en pro y en contra. Nunca debe dictaminar o adoptar una posición basándose en lo que ha oído, en la opinión de la mayoría, o la edad, méritos o prestigio del orador en cuestión, sino que debe proceder de acuerdo con la convicción derivada de una doctrina orgánica que se adhiera a las cosas reales, y a una verdad que pueda ser comprendida mediante la luz de la razón."

Las ideas de Bruno fueron realmente revolucionarias ya que

confrontó directamente contra la interpretación vaticana del universo, llegando a plantear una idea muy parecida a la que tenemos desde el siglo XX. Se refería a un universo infinito, compuesto por muchos mundos cada uno con su sol, en cuyo contexto la Tierra era un planeta entre muchos y la Humanidad una entre tantas.

"Hay incontables soles y una infinidad de planetas que giran alrededor de sus soles de la misma manera en que nuestros siete planetas giran alrededor de nuestro sol." G. Bruno.

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El heliocentrismo, la infinitud, la vida inteligente distinta a la humana, la multiplicidad de mundos eran ideas, además de antiaristotélicas, francamente heréticas ya que ubicaban a la Tierra en un contexto de insignificancia asfixiante para la versión de la Iglesia. Bruno fue capturado en Venecia debido a su pensamiento heterodoxo, enjuiciado y torturado por la Inquisición y asesinado en la hoguera.

Este antecedente hizo que Galileo Galilei fuera muy cauto, a pesar de lo cual no se frenó en la búsqueda de nuevo conocimiento. Bruno fue principalmente un pensador, un filósofo, más que un experimentador, posiblemente debido a que fue perseguido desde joven por lo que nunca pudo estar mucho tiempo en un mismo lugar. Galileo fue quién dio el gran paso adelante porque tuvo mayor oportunidad de realizar prácticas experimentales y observaciones astronómicas y llegó a construir ideas similares a las de Bruno, aunque con mayor claridad y un fuerte fundamento empírico. Durante su juicio de herejía Galileo planteó una diferenciación entre el mundo físico y el imaginario en términos sencillos y precisos: "La Biblia dice cómo ir al cielo pero no cómo van los cielos". Sus obras también fueron prohibidas, aunque tuvo mejor suerte que Bruno, en lugar de perecer bajo el fuego fue encerrado de por vida.

Otro contemporáneo fue Francis Bacon, en este caso inglés, que se encontraba en la misma corriente de estos pensadores. Las propuestas de F. Bacon fueron muy abarcativas y de gran impacto aún en la actualidad ya que planteaba un modo nuevo de lograr el conocimiento. Él consideraba que se debía partir de los hechos, que su análisis a posteriori permitan proponer teorías y por último a las leyes. En todo este proceso, y en consonancia con sus pares italianos, reconocía como trascendente que el experimentador debería estar libre de prejuicios o condicionamientos, es decir: debía ser objetivo para arribar a conclusiones confiables.

A pesar de las persecuciones, torturas y homicidios de la Iglesia, ya

se había generado un cambio inexorable en el pensamiento de la Humanidad. Que haya ocurrido alrededor de un tema astronómico en realidad es de importancia secundaria, lo realmente trascendente, y lo que más le preocupaba a la Inquisición, era el enfoque que había iniciado R. Bacon y que luego fue adoptado por Copérnico y Bruno, y que se puede resumir en las siguientes palabras de Galileo

"La autoridad de Arquímedes no era de mayor importancia que la de Aristóteles; Arquímedes tuvo razón porque sus conclusiones estuvieron de acuerdo con él."


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Esta idea considera que toda afirmación es posible de ser cuestionada a través de la razón y de la experimentación, aun la que proviene de la autoridad, la tradición o la revelación mística. Con esa actitud cada uno no expresaba "su opinión" sobre un fragmento de la realidad sino el desenlace del experimento que, además, otro podrá repetir para verificar el resultado.

El uso de las matemáticas para describir la naturaleza

posiblemente se haya inspirado en las ideas de Thales, y es una herramienta poderosa que todavía se aplica en la ciencia. En las propias palabras de Galileo:

"La filosofía está escrita en este gran volumen -me refiero al universo- que se mantiene continuamente abierto a nuestra inspección, pero que no puede comprenderse a menos que uno aprenda primero a entender el idioma y a interpretar los signos en que está escrito. Está escrito en el idioma de las matemáticas y sus signos son triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin las que es humanamente imposible entender una sola palabra; sin ellas, uno camina en un oscuro laberinto."

Con estas ideas Galileo terminó de establecer el cambio en el modo

de acceder al conocimiento y de interpretar el mundo iniciado por Thales, Demócrito y continuado por R. Bacon, Copérnico, Bruno y F. Bacon entre muchos otros, al punto que se puede considerar el hito que transformó el mundo medieval en moderno. Junto con Galileo otros científicos trataron de modo similar a su disciplina: William Harvey se dedicó al estudio de la naturaleza a través de datos cuantitativos para evaluar sus hipótesis, basado en resultados de observaciones experimentales, Robert Hooke que estudió el mundo microscópico, y más tarde Isaac Newton generó una revolución en el uso de la matemática para interpretar la física. Ellos, entre otros, nos mostraron el modo para decidir si una afirmación es subjetiva u objetiva, es decir si es posible contrastarla, si representa la verdad.

1.2 LA SOLUCIÓN DE LA CEGUERA: EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO

La verdad en ciencia puede definirse como la hipótesis funcional más apropiada para abrir el camino hacia la siguiente mejor. Konrad Lorenz

La revolución científica del Siglo XIX generó las bases para los

conceptos modernos de ciencia y de conocimiento científico, al mismo

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Teoría científica: se trata de un conjunto de enunciados acerca de cómo se comporta un sector de la realidad.

Hecho: es el modo en que las cosas o procesos se configuran en la realidad.

tiempo que planteó las limitaciones de ese conocimiento. Immanuel Kant retomó algunas propuestas de Platón y las optimizó expresando que a través de las ideas es posible acercarse a la realidad, pero que no se la puede conocer de modo absoluto sino sólo cómo es para nosotros. El conocimiento científico existe, decía Kant, pero tiene límites demarcados por la posibilidad de experimentar y de razonar. A pesar de ello notó que la ciencia avanza e incorpora conocimientos permanentemente. Por ello hizo hincapié en la experimentación y criticó a otros filósofos, como Descartes, que intentaron resolver asuntos de la filosofía “solo con la razón pura” sin alternar con lo que ocurre en la realidad. ¿Qué es el Método Científico?

Es el modo más eficiente que conocemos para generar

conocimiento. Bernardo Houssay expresó que

como consecuencia de la historia iluminista la ciencia moderna se caracteriza por ejercer el derecho a la duda y a la negación de la autoridad como camino hacia el conocimiento, y la experimentación sobre la naturaleza como fuente de saber.

Una confusión frecuente consiste en que el método científico es un procedimiento preciso y detallado y, en consecuencia, se trataría de algo parecido a una receta de cocina. También que la ciencia carece de método y por lo tanto "vale todo". Estos equívocos son abrazados por los irracionalistas para desacreditar la ciencia, ya que hacen notar que hay distintas opiniones de los epistemólogos acerca de qué es la ciencia. Así, equiparan el método científico con la subjetividad. Aunque hay debates acerca de cuáles son los vínculos entre las afirmaciones sobre un hecho y su observación, no quedan dudas que el control de los datos empíricos es la diferencia principal entre la ciencia y la pseudociencia.

Si bien el método científico se puede sintetizar a modo de la

“receta” que nos enseñan en la escuela (planteo del problema – propuesta de una hipótesis – puesta a prueba de la hipótesis a través de un experimento – validación o rechazo de la hipótesis) cada

Método Científico: son los principios teóricos, las reglas lógicas y las operaciones mentales y experimentales de validación que se usan para generar conocimiento.


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disciplina genera sus propios protocolos de trabajo. Pero, la metodología debe cumplir algunas pautas que garantizan que sus resultados puedan ser considerados como conocimiento científico: - El método aplicado debe seguir conceptos racionales, y no

sensaciones. - Esos conceptos deben relacionarse a través de reglas lógicas para

generar conocimiento nuevo. - El nuevo conocimiento debe concordar con la realidad (debe ser

objetivo). - Esa vinculación con la realidad se debe lograr a través de la

verificación de las ideas con los hechos. - El modo de verificación (experimentación) debe ser repetible por

cualquier observador.

El conocimiento científico plantea modelos sobre la realidad y los mejora continuamente para tener menos posibilidades de equivocarnos.

Estas pautas no son reglas autoritarias propuestas por un jerarca o

una entidad sobrenatural, sino que surgieron a través del estudio de cómo se logra el conocimiento (la epistemología). Son una consecuencia y no una condición arbitraria. De este modo el conocimiento construido científicamente tiene algunos emergentes que lo caracterizan:

- La investigación científica aporta progresivamente nuevo

conocimiento, y esto se manifiesta en mejores modelos explicativos y predicciones más precisas.

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- Esos mejores modelos y predicciones nos permiten sostener que las entidades descriptas en las investigaciones existen en la realidad independientemente de nuestras subjetividades.

- Antes bien, nuestras ideas están expuestas a refutaciones futuras.

Es decir, sostenemos que estamos en lo correcto pero al mismo tiempo reconocemos que podemos revisarlo.

- En este contexto el conocimiento científico se apoya en la

evidencia y en la razón, ya sea para sostenerlo o rechazarlo.

Las pseudociencias o las filosofías dogmáticas funcionan como un filtro por el cual se distorsiona la realidad antes de intentar conocerla. Sus

explicaciones suelen carecer de experimentación puesto que se componen de creencias.

El conocimiento científico no pretende el conocimiento absoluto, lo

cual es a la vez una virtud y un defecto. Es un defecto porque nos advierte de la imposibilidad de alcanzar un propósito tan extraordinario. Es una virtud porque plantea que, si bien tenemos limitaciones, el conocimiento es perfectible y puede crecer indefinidamente. La velocidad de ese crecimiento depende del ingenio que tengamos para plantear experimentos para poner a prueba una idea que pueda ser validada o refutada.

De este modo, la verificación experimental se transforma en la principal propiedad del método científico, ya que ello implica la búsqueda de sus propios errores para perfeccionarse a sí mismo. Por ello el método científico se conforma en el mejor modo de conocer, ya


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El conocimiento científico plantea hechos contrastables a través de experimentos.

Las especulaciones metafísicas, se ocupa de hechos o afirmaciones no contrastables.

que su universalidad y desprecio por el autoritarismo abre el conocimiento a nuevas posibilidades.

Las pseudociencias y los dogmas, por el contrario, tienen una opinión previa de cómo es la realidad. Aunque carecen de evidencias formulan sus preguntas con condicionantes del tipo: los platos voladores sí existen, el futuro se puede conocer o hay vida después de la muerte. Así, se encara el conocimiento de la naturaleza de la realidad con un lente que la distorsiona.

La ciencia ha recibido ataques de modo reiterado, quienes la cuestionan siempre se basan en hechos parciales o distorsiones manifiestas y tendenciosas.

Sin embargo hasta ahora ninguno de sus críticos ha logrado proponer un método alternativo y superador de la ciencia para conocer el mundo que nos rodea y cómo funcionan sus fenómenos. Principalmente no han podido explicar por qué cuestionan a una disciplina que tiene éxitos en una gran cantidad de temas, los cuales son claros, manifiestos y al alcance de todos. A partir del siglo 18 son notorios los aportes de la física, la química, el desarrollo de ciencias formales como la matemática o el avance impetuoso de la biología desde 1859, como para creer que “algo funciona mal con la ciencia”.

En una célebre carta que escribió a su hija de diez años, Richard Dawkins manifestó acertadamente que el conocimiento científico y sus teorías son una clase creencias, ya que la mayoría de nuestro bagaje intelectual lo adquirimos de fuentes confiables por una cuestión de practicidad. Si deberíamos repetir cada experimento de cada manual de física, química, biología y demás ciencias nos llevaría toda la vida sólo para cursar la

escuela primaria. Pero nos basamos en textos en los que se garantiza que su conocimiento proviene de experimentos realizados honestamente, controlados, revisados y replicados, del cual es posible evaluar su consistencia lógica y su correspondencia con otros conocimientos. Si tenemos alguna duda podemos repetirlos para asegurarnos o para aprender algo más en ese proceso, que es lo que hacemos en las clases prácticas de ciencia.

Pero Dawkins también se refiere a otro tipo de creencias: las que carecen de fundamentos racionales y del proceso de verificación que las sustente. Estas son las que llamamos creencias infundadas o creencias falsas, y por lo tanto las que no tienen motivos para que las tomemos como ciertas.

Una afirmación no es necesariamente verídica si proviene de:

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- una autoridad (lo dice alguien reconocido, famoso o con poder). - una tradición (se repite desde hace mucho tiempo). - una revelación (como una experiencia mística, un sueño o

durante un estado de alteración mental p. ej. bajo el efecto de drogas, anestésicos o alcohol).

Las afirmaciones que se basan en la autoridad, la tradición o la revelación no son confiables, y deben ser analizadas científicamente para que, con un fundamento material, podamos creer en ellas o descartarlas.

El método científico, además, permite discernir lo posible de lo irreal para tomar decisiones porque funciona como un tamiz que puede separar lo real de lo ilusorio. Hombres de ciencia destacados como Galileo, Newton o Darwin revolucionaron el conocimiento ya que cambiaron radicalmente las ideas que teníamos del mundo. Pero lo hicieron a través de un modo que abrió nuevas fronteras al conocimiento de los procesos que ocurren en la realidad (lo posible) y al entendimiento de los límites de esos procesos (lo irreal). Por ejemplo, cuando Newton demostró la Ley de Gravitación Universal (que expresa que un objeto atrae a otro en relación a su masa y al cuadrado de la distancia que están separados) pudimos entender porqué caen las manzanas del árbol (lo posible), pero también porqué, una vez en el suelo, no van a regresar a las ramas del manzano (lo irreal).

Bibliografía Bunge M., 1985. La ciencia: su método y su filosofía. Siglo Veinte. Chalmers A., 1988. ¿Qué es esa cosa llamada ciencia? Siglo XXI. Chomsky N., 1992. Rationality/Science. Z Papers Special Issue on Posmodernism and Racionality. Galileo Galilei, 1976. Consideraciones y demostraciones matemáticas sobre dos nuevas ciencias. Editora Nacional. Galileo Galilei, 1984. El Ensayador. Sarpe. Houssay B., 1955. La Investigación Científica. Ed. Columbia. Klimovsky G., 1995. Las desventuras del conocimiento científico. Una introducción a la epistemología. A-Z Editora, 2º edición. Otero E., 1999. El „Affaire‟ Sokal, el Ataque Posmodernista a la Ciencia y la Impostura Intelectual. Estudios Sociales 100:9-38. Popper K., 1973. La lógica de la investigación científica. Tecnos. Russell B., 1946. Investigación sobre el significado y la verdad. Losada. Russell B., 1993. El conocimiento humano. Planeta - De Agostini. White M., 2002. Giordano Bruno. El Hereje Impenitente. Ed. Vergara.


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2. LOS ATAQUES A LA MODERNIDAD: EL PENSAMIENTO IRRACIONAL

“La experiencia y el discurso me han mostrado que el que desengaña no sólo se malquista con el Engañador, mas también con el Engañado. ... Aquél se irrita de ver revelada su trampa; éste de ver conocida su rudeza. Lo que de aquí resulta es, que interesándose los dos, aquél en no incurrir en la nota de tramposo, y éste en no perder la opinión de entendido, ambos conspiran contra el Desengañador, procurando persuadir que él es el Engañado”. Benito Feijoo 1727

Este capítulo tiene por objetivo discutir las corrientes de

pensamiento que cuestionan un aspecto elemental del conocimiento: la necesidad del nexo lógico y objetivo entre un enunciado que pretende explicar algo y los hechos a ser explicados.

Parece absurdo discutir una verdad de Perogrullo como la planteada. Pero desde hace siglos se generaron notables esfuerzos para alterar la idea que aportó los mayores avances del conocimiento. La irritación contra la objetividad se habría iniciado hacia el Siglo XVI, a partir de la ruptura con el pensamiento aristotélico en el que predominaba el principio de autoridad. Pero se acentuó luego del desarrollo del Racionalismo del Siglo XVII, cuando surgió un movimiento cultural y humanista denominado Ilustración que destacaba las virtudes de la ciencia y la razón para acceder al conocimiento, y de la educación carente de mitos y supersticiones religiosas para transformar la sociedad. Sus seguidores consideraban que en todas las culturas debían existir normas éticas objetivas en común; afirmaban que el progreso humano era posible a través de la ciencia y de la tecnología. Los ideales de la Revolución Francesa y la construcción de sociedades democráticas y seculares se desprenden de la Ilustración. La idea de Modernidad está ligada a este movimiento ya que rompe con viejos esquemas que afirmaban que cada Hombre está condicionado por la predestinación y propone que las personas son artífices de su propio futuro. Las bases de su propuesta son el progreso, la existencia de la realidad, de la verdad y


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de la objetividad. El modernismo considera que la Humanidad puede progresar indefinidamente si avanzamos en el conocimiento de las disciplinas básicas (físicas, biológicas, psicológicas, históricas, antropológicas, etc.) que rigen la naturaleza y la sociedad. A su vez, establece que existe la realidad la cual, además, se puede conocer a través de la experimentación y que éste conocimiento será mejor en tanto que se tomen decisiones basadas en juicios objetivos y científicos para crear una sociedad mas justa.

Como toda revolución, el modernismo tuvo y tiene sus detractores, en este caso se caracterizan por surgir como corrientes de oposición, más que como propuestas originales. Otras tendencias anti razón sólo son imposturas acomodaticias que tienen como objetivo engañar a los ingenuos para defraudarlos económicamente.

El pensamiento irracional es la antítesis del pensamiento racional, en consecuencia una característica resaltante es que está basado en la fe. Las afirmaciones del irracionalismo no superan la categoría de creencia infundada ya que están sustentadas en dogmas que simplifican cualquier análisis: no hace falta pensar. El pensamiento irracional siempre tiene explicaciones para todo, y alimenta la pereza intelectual de los que quieren un mundo sin complicaciones. Como todo dogma, la irracionalidad prescinde de la razón, del esfuerzo para analizar y de la lógica, y cada disciplina suele tener un “gurú”, un líder ya sea físico (Sai Baba, Osho, Escribá de Balaguer) o imaginario (Dios, Mahoma, los pleyadianos) que representa la fuente incuestionable de los postulados del credo.

Una clasificación del pensamiento irracional

Cuando se cuestiona el argumento irracional sus cultores no

alegan a favor de su postura, por demás endeble para generar conocimiento. En cambio intentan definir un ente donde sería posible

Pensamiento Mágico

Parapsicología, Adivinaciones (tarot, velomancia, etc.), New Age, Brujería, etc.

Pensamiento Pseudocientífico

Académico

Rebelión Romántica Posmodernismo Ambientalismo Radical

Marginal

Pseudociencias (ovnis, pseudomedicinas, rabdomancia, meditación trascendental, creacionismo científico, astrología, etc.)

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lo imposible, ya que existiría “otra ciencia”, “otros planos de la realidad” o la “sabiduría milenaria”. Esas entelequias que carecen de explicaciones o fundamentos concretos, no son más que estrategias que recurren a lo esotérico pretendiendo plantear que hay un ámbito, un “más allá”, que algunos, los no iniciados, no podemos comprender. Pero siendo así ¿cómo sabemos que existe? y ¿cómo conocemos sus propiedades y sus consecuencias sobre nuestra vida? Lamentablemente jamás se demostró la existencia de ese limbo del saber al que sólo acceden aquellos que abrazan el dogma.

La irracionalidad se puede clasificar en dos componentes: el Pensamiento Mágico y el Pensamiento Pseudocientífico. De todos modos ambas categorías no son del todo independientes ya que muchas pseudociencias recurren a argumentos mágicos. Además, el movimiento de la Nueva Era o New Age se comporta como una tela de araña que entrelaza todas las disciplinas irracionales tales como ovnis, mitos, religiones o leyendas mezclándolas sin turbación con ciencias como la ecología, la biología o la antropología.

2.1 EL PENSAMIENTO MÁGICO

Mientras médiums, adivinos y psíquicos todavía abundan en guaridas de consultas privadas, el vidente de escenario ha tenido que encontrar trabajo honrado. Theodore Annemann

El pensamiento mágico es un modo de interpretar el mundo que

considera que los fenómenos ocurren por la voluntad o influencia de los objetos animados o inanimados que serían impulsados por algún tipo de entidad esotérica. Sólo los iniciados o los dotados con supuestas habilidades mágicas podrían percibir esa entidad e interpretar su significado que, en general, se enmarca entre ideas como el bien y el mal, el éxito y el fracaso o la vida y la muerte. Además, afirman que pueden conocer el futuro y, algunas disciplinas mágicas, coinciden en que también lo modifican con rituales, rezos o con el uso de objetos. Estas prácticas se caracterizan por no presentar mecanismos o fundamentos de su accionar, ni aún aventurados, de modo que no es posible saber sobre la base de qué indicadores el vidente hace sus inferencias. Por ejemplo el tarotista no explica cuál es la causa que una cierta carta, o conjunto de cartas, tenga tal o cual significado en el futuro de las personas; o la quiromancia no se basa en una relación objetiva entre las líneas de la mano y la vida. Por su parte, la medicina mágica apenas recurre a la excusa de la


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intervención divina o a la acción de “energías” en el acto supuestamente curativo, tanto si el dotado es un cura sanador o un curandero de barrio. La brujería, la hechicería y el espiritismo tienen estructuras similares.

El pensamiento mágico rige principalmente en las disciplinas adivinatorias (las “mancias”) como el tarot, la quiromancia o la velomancia y en las de sanación como las que ejercen los shamanes y curanderos. La magia también forma parte de las pseudociencias cuando las personas que las practican se aprovechan de esta excusa acomodaticia para intentar rebatir lo refutado por el conocimiento validado. Por ejemplo, se manifiesta en los rituales de pseudociencias supuestamente curativas como el toque terapéutico, el reiki, el feng shui o la homeopatía. Este oportunismo de la causa mágica hace referencia a entes inmateriales inaccesibles a los análisis empíricos tales como la fuerza vital, el alma, la creación divina, la predestinación, la memoria genética, el inconsciente colectivo o el espíritu, entre otras, que se invocan a través de liturgias, manipulación de objetos, rezos o meditaciones. La magia sería el origen, la causa y el motivo de todo; pero como la magia es inmaterial sólo hay que tener fe y obedecer a la autoridad.

Las doctrinas mágicas apelan a los rituales y a los objetos mágicos como fuente de sustento de sus afirmaciones. Los rituales pueden ser muy elaborados y complejos, como el peregrinar a la Meca o la elección de un Papa, más simples como la “lectura” de las gotas de las velas, o cotidianos como el uso de determinada vestimenta para favorecer un resultado deportivo. Mientras que los objetos supuestamente mágicos son muy diversos (ver cuadro).

Como en varias pseudociencias, las disciplinas mágicas aplican indiscriminadamente el término “energía” para justificar su accionar y auto asignarse un barniz de modernidad y apariencia científica. Sin embargo, el abuso de esa palabra (usan el término pero no el concepto) es similar al uso de un ala de murciélago para preparar una pócima, al agua bendita para espantar al demonio o al de un amuleto para “atraer el amor” que recomiendan las brujas. Ninguna de esas energías se puede detectar objetivamente por lo que es posible que sólo exista en la imaginación de los magos, homeópatas, brujos, acupunturistas, sacerdotes y hechiceros.

Las disciplinas mágicas de adivinación asumen que el futuro está predeterminado y que, además, se manifiesta en el presente a través de objetos o partes del cuerpo humano. Por lo tanto, el futuro sería cognoscible y condiciona al pasado. Sin embargo, nunca se demostró ninguna de estas afirmaciones, por lo que no pasan de anuncios de creencias infundadas. Entre la gran diversidad de técnicas que supuestamente adivinan (ver más abajo) debería existir al menos una

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que confirme fácticamente la “lectura” del futuro. Pero es la propia abundancia de estas disciplinas lo que sugiere que no son fiables, si alguna realmente diera a conocer la personalidad o revelaría el por venir se destacaría sobre las demás, que pronto caerían en desuso.

Técnica Objeto mágico Ritual Practicante

Tarot Las cartas de tarot “Tirar” las cartas

Tarotista, Cartomante

Quiromancia La mano Lectura de la mano

Quiromante

Borra de Café o Té

Taza y café o té Lectura y preparación de la infusión

Cafeomante Teomante

Curanderismo

Péndulo, reloj de cadena. Crucifijo. Preparado de hierbas o paquete mágico. Hilo o cinta, etc.

Pasar el péndulo por el enfermo. Colocar el preparado en algún lugar específico. Rezado o recitado

Curandero Sanador del mal de ojo Brujo Cura sanador

Espiritismo

Ninguno o diversos objetos como la tabla Ouija

Reunión, “trance” y diversas acciones para comunicarse con los espíritus (sonidos, sesión Ouija, mover muebles, etc.)

Médium

Brujería, Hechicería

Amuletos Diversos objetos (velas de colores, partes de animales o de vegetales, fluidos corporales, cuchillos, etc.)

Cantos o recitados, disposición específica de los objetos y amuletos, goteo de las velas.

Brujo Velomante Hechicero

Las disciplinas mágicas tienen en común

que usan objetos en diversos rituales Las afirmaciones de los adivinos, hechiceros y curanderos fueron

objeto de diversos estudios, aún cuando existían razones teóricas, filosóficas, epistemológicas y hasta de sentido común para descartarlas. Los resultados fueron todos negativos, es decir las predicciones mágicas nunca superaron el nivel del azar. Por ejemplo


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si un grupo de personas hace una predicción al azar acerca algún acontecimiento del futuro (como si ciertas acciones cotizarán mejor o peor en la bolsa) tendrán más posibilidades de acertar que cualquier “adivino”, “brujo” o “dotado”. Así, existen motivos experimentales, además de racionales, para afirmar que los expertos en estas disciplinas son meros charlatanes.

Algunas técnicas mágicas:

AMULETOS: son objetos que supuestamente influyen sobre la vida del dueño. Hay de diversos tipos: anillos, escarabajos, herraduras, cruces, etc. La aparente eficacia de su magia dependería del material con que está construido, aunque nunca se explica por qué, y se les deben dar ciertos cuidados, como “limpiarlo de energías negativas con un paño de lino hasta que de adapte al aura del propietario”. CAFEOMANCIA: más conocido como lectura de la Borra de Café. Consiste en hacerle beber al consultante un café preparado sin filtrar (y con azúcar, por lo que quedan excluidos los diabéticos). El mago, luego “lee” las figuras que forma el residuo de café del fondo de la taza. Las figuras supuestamente son una expresión de la vida y del futuro de quién bebió el café. Las formas esperadas por los cafeomantes tienen significados precisos, son diversas y algunas tan absurdas como: araña (significa: conflictos), casa (hogar), canasta (buena noticia), círculo con ángulos planos (¿?) (matrimonio feliz), elefante (serenidad), iglesia (distancia con personas negativas), etc. Hay una variante obvia que es la Teomancia. Aunque se asume que el futuro no cambia nunca se cumple que la forma de la borra es la misma (por ejemplo tomado dos cafés simultáneamente) para la misma persona. CARTOMANCIA: hay varios tipos de prácticas que se intentan aplicar para adivinar a través de las cartas, se diferencian por el tipo de cartas (españolas, francesas, etc.). La cartomancia más conocida es el Tarot, en el que cada carta se denomina Arcano y tiene dibujado un símbolo que supuestamente representa un vínculo entre el universo y la mente humana. El mazo se divide en dos series: los Arcanos Mayores (22 cartas) y los Arcanos Menores (56 cartas). Los primeros supuestamente representan las etapas de la vida de la persona consultante, y los segundos complementan la “interpretación”. El tarotista descifra las cartas según la secuencia de aparición y aplica significados establecidos según el color o el símbolo de cada carta. El tarot es fácil de poner a prueba: cada vez que le “tiran” las cartas a una persona deben salir exactamente en el mismo orden ya que el futuro es uno solo. La probabilidad que ocurra esto es muy bajo

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(0,0001 %), es decir sin que haya alguna influencia que altere el orden de las cartas, por azar se espera que en un mazo de 78 cartas (luego de ser mezclado) las cartas tendrán el mismo orden dos veces seguidas sólo una vez de cada diez mil intentos. Entonces, si el tarotista lograría dos veces seguidas (o más) el mismo orden en su “tirada” para la misma persona, aunque no prueba su relación con la adivinación del futuro, al menos sería una condición para prestar atención a sus dichos. Lamentablemente hasta ahora nunca ocurrió. Pero la falta de relación entre el dibujo de la carta y la realidad es tan evidente que los mismos cartomantes se previenen afirmando que cada vez que se hace una “lectura” se presenta una interpretación diferente. Esto implica que el futuro cambiaría cada vez que se “tiran” las cartas y contradice la idea de predestinación de esta disciplina supuestamente adivinatoria.

CURANDERISMO: es una práctica pseudo médica desarrollada con rituales y el uso de objetos mágicos. Se trata en el capítulo de Falsas Medicinas. HECHICERÍA O BRUJERÍA: se trata de magia que se realiza con fines predeterminados combinando los poderes de varios objetos. Por ejemplo, para atraer dinero se debe quemar con carbón el hollejo de tres dientes de ajo. Para que el hechizo sea eficiente los ajos deben ser medianos. Es la expresión más pueril del pensamiento mágico, aunque está vigente. I-CHING: se trata de un oráculo combinado con numerología, que supuestamente puede dar una respuesta certera a cualquier interrogante (es similar a la Bibliomancia, en la que se leen pasajes de la Biblia al azar para responder a preguntas). Como en los demás casos de magia jamás se demostró su efectividad de acierto o de certeza al “responder”. PARAPSICOLOGÍA: es un grupo de disciplinas que se basarían en poderes o facultades especiales que tendría nuestra mente sin el uso de los órganos (la percepción extrasensoria, es decir sin sensores, sin órganos). La parapsicología es un caso emblemático de la magia, porque fue la que más atención tuvo del mundo académico puesto que en las universidades de Duke y de Princeton (USA), de Frankfurt (Alemania), de Utrecht (Holanda) y Cambridge (Inglaterra) existieron laboratorios de investigación de los fenómenos de percepción extrasensoria. Pero, al mismo tiempo, jamás fue confirmada la existencia de alguno de estos fenómenos, de hecho esos laboratorios terminaron cerrando por haber fracasado. Todas las “manifestaciones


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paranormales” resultaron ser el producto de creencias, de fenómenos normales y bien conocidos o de alucinaciones. También se detectaron fraudes cometidos por ilusionistas que realizaron excelentes trucos de prestidigitación como los que hacen los magos del espectáculo.

Las disciplinas parapsicológicas más conocidas son:

Espiritismo: es lo que practicaría un “dotado” para comunicarse con los espíritus de los muertos. Su origen es pueril y se remonta a 1848 en la ciudad de Hydesville (Nueva York) cuando la mamá de las hermanas Margaret y Kate Fox, de 8 y 6 años, se alarmó por los ruidos que provenían del dormitorio de las niñas. Así, asumió que se trataba de algún ruido “inteligente” y comenzó a hacerle diversas preguntas que eran respondidas con golpes, hasta que hizo la que se repetiría en decenas de películas de humor “Si eres un espíritu, da dos golpes”. Obviamente se escucharon los dos repiqueteos que dieron origen a la parapsicología. Las niñas hacían preguntas a un supuesto espíritu al que se dirigían como “Señor Pata de Cabra”. Pronto la hermana mayor, Leah, se encargó de la “empresa” de la familia, dando “sesiones” pagas por todo el país y por el exterior. La celebridad de las hermanas Fox fue tan grande que hasta se generó un vocabulario propio (los ruidos se denominaron: raps, la persona dotada: médium, la disciplina: espiritismo) y surgieron miles de espiritistas en todo el país. A los dos años comenzaron las denuncias que pusieron en duda el origen de los raps. El doctor E. Langworthy y el reverendo John M. Austin fueron los primeros que expresaron que los ruidos provenían de “hacer tronar” los dedos de los pies o las rodillas de las niñas. Todas las denuncias fueron negadas por las hermanas Fox, que continuaron con su negocio por muchos años más. Hasta que en 1888, Margaret, hizo una confesión pública en la Academia de Música de Nueva York, reforzando la que había hecho por escrito pocos días antes junto a su hermana. “Esta noche estoy aquí, como una de las fundadoras del espiritismo, para denunciarlo como un fraude absoluto del principio a fin, como la superstición más enfermiza y la blasfemia más malvada que conoció el mundo.” fueron sus primeras palabras de un largo relato de cómo se ejecutó el engaño, a lo que siguió una representación que mostraba cómo hacían los raps con los dedos de los pies y cómo usaban una silla para ampliar el sonido. A pesar de esta confesión, el espiritismo fue en franco crecimiento a fines del Siglo XIX y principio del Siglo XX, particularmente a partir del libro de Allan Kardec “El libro de los Espíritus”. Desde 1848 nadie pudo demostrar que es posible comunicarse con los muertos o que el existe el espíritu o el alma.

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Clarividencia: consistiría en la percepción de fenómenos que ocurren a distancia, por ejemplo la muerte de un ser querido que se encuentra en otra ciudad. Contradice a la fisiología. Precognición: sería la facultad de conocer los hechos que todavía no ocurrieron, por ejemplo saber el número del primer premio de la lotería de mañana. Contradice a la fisiología y a la física. Telepatía: sería el mecanismo de comunicación con otra mente sin usar los sentidos, por ejemplo la lectura de pensamiento. Contradice a la fisiología y al principio de conservación de la energía.

Psicocinesis o Telekinesis: serviría para realizar acciones físicas con la mente, es decir sin ejecutarlas físicamente, por ejemplo mover un objeto sin tocarlo. Contradice a la fisiología y a las leyes de la termodinámica.

Tanto la clarividencia como la telepatía tienen cierto prestigio porque en algunos países sus dotados suelen ser consultados por policías para resolver casos criminales. Sin embargo esta práctica está siendo cuestionada debido a que podrían ser situaciones en que policías corruptos aprovechan las “videncias” de los dotados para incorporar pruebas obtenidas ilegalmente. Durante el año 2009 varios clarividentes tuvieron visiones de una familia desaparecida por más de 20 días y que generó gran preocupación en la sociedad. Aunque afirmaron que los cuatro desaparecidos estaban vivos luego se supo que llevaban varios días fallecidos, ningún parapsicólogo se disculpó ni tuvo consecuencias por el daño causado. QUIROMANCIA: “Es la Quiromancia un Arte que enseña a adivinar los sucesos del hombre por la inspección de las rayas que tiene en la palma, o parte interior de la mano. Muchos Autores escribieron de esta farándula.” Benito Feijoo 1728. Esta mancia se refiere a la adivinación de la personalidad y del futuro interpretando los pliegues (“líneas”) y la forma (“montes”) que generan huesos, músculos y tendones de la palma de la mano. Las líneas se clasifican en: de la vida (profetizaría la edad en años al momento de la muerte), de la cabeza (reflejaría la inteligencia), del corazón o Mensalis (se relacionaría con los sentimientos). También hay otras líneas secundarias vinculables al éxito, al destino, la descendencia, los viajes, etc. Los “montes” se encuentran debajo de cada dedo, más dos accesorios debajo del meñique, se relacionarían a la influencia de los planetas y mostrarían características definidas (de la sexualidad, de la ambición, de la buena suerte, etc.) y su forma y desarrollo denotaría grados de las mismas.


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Originalmente la quiromancia tenía vínculos más estrechos con la astrología, ya que cada detalle de la palma estaba vinculado a un planeta de modo que, al decir de Feijoo, “imprime en la mano del hombre un Almanaque particular de los sucesos venideros correspondientes a su influjo.” Supuestamente también se pueden “leer” signos que son atribuidos a otras características de la persona, mientras que el tipo de mano (elemental, útil, necesaria, artística, mística y nudosa) sería otra fuente en la que se expresarían el futuro y la personalidad. Ninguna de estas características (líneas, montes, signos, tipos de mano) fueron vinculadas fácticamente a la personalidad, ni fue demostrado que puedan tener relación con el futuro, las pruebas estadísticas tampoco avalaron su capacidad de predicción. De hecho, la anatomía explica todas esas estructuras de la palma de la mano. La quiromancia en realidad se trata de una variante de la frenología con implicancias igualmente racistas y discriminatorias.

RUNAS: es una de las variantes de la Psefomancia o de la Litomancia, se trata del uso de piedras con símbolos (supuestamente escandinavos) que según el modo en que quedan al ser arrojados darían información del futuro y de la personalidad. Nuevamente, esta técnica falla en adivinar el futuro, y nunca ocurrió que las piedras se acomodan del mismo modo para la misma persona.

VELOMANCIA: también llamada ceromancia, supone que las velas tienen poderes ocultos. Se usan para adivinar el futuro, por ejemplo “leyendo” las gotas que caen sobre un papel o sobre el agua, o dejándola consumir totalmente e interpretando la forma de los restos. En cada caso, antes, se le debe hacer una pregunta a la vela para que conteste a través de su forma como si se tratara de un ser inteligente.

2.2 LA NUEVA ERA

“...entre ciertos partidarios del posmodernismo o de quienes adhieren a las tesis de lo que vagamente ha sido llamada la New Age, con su propuesta de "ciencias alternativas", se advierte una actitud anticientífica cuyo origen parece radicar, lisa y llanamente, en la ignorancia.” G. Klimovsky

La New Age o Era de Acuario es un movimiento contracultural

que difunde la idea de crear una nueva conciencia para la Humanidad a través del acercamiento a la naturaleza y del redescubrimiento de supuestas sabidurías milenarias. Esta propuesta a primera vista

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parece una idea ingenua y una alternativa para vivir en un mundo mejor, sin embargo de la Nueva Era trasciende un mensaje mesiánico contra la razón, difunde las creencias paranormales como ciertas, cuestiona a la medicina y sostiene diversos modos de racismo. Uno de sus tópicos centrales, el conocerse “desde adentro” o la meditación individual y aislada del mundo, sumado a la idea que cada uno es su propio creador (que es Dios) promueve la pérdida de la solidaridad y conduce al egoísmo. La creencia en la reencarnación termina de optimizar el individualismo y el estoicismo frente a los problemas de la vida.

Los orígenes de la Nueva Era no son muy claros, por su afinidad con el esoterismo algunos autores remontan sus antecedentes a fines del Siglo XIX vinculándolo con la Sociedad Teosófica liderada por Helena Blavatsky y a su secuela, la Antroposofía de Rudolf Steiner. Estas corrientes sectarias a su vez tienen como referentes al orientalismo y al esoterismo de A. Schopenhauer. Las recurrencias de irracionalismo, orientalismo, odio a la ciencia, subjetivismo, naturalismo y relativismo vinculan a la New Age con el romanticismo de Schopenhauer y Nietzsche. En tiempos recientes se puede jalonar la Nueva Era con el auge de la publicación del libro El Retorno de los Brujos de Louis Pauwels y Jacques Bergier en la década de 1960, y de la “Biblia” de la New Age, La Conspiración de Acuario de Marilyn Ferguson, publicada veinte años después.

Como expresa Alfredo Silletta, la prosperidad de posguerra en Estados Unidos permitió que los movimientos juveniles de rebeldía tuvieran gran influencia en la sociedad. Sus innovaciones alcanzaron las artes y también las ideas políticas generando motines, manifestaciones y acciones contestatarias contra la autoridad y el sistema con el fin de construir una sociedad mejor. Algunos historiadores sostienen que la incorporación de drogas psicodélicas, como el LSD, y el traslado fuera de contexto de las filosofías orientales en el marco de la Nueva Era terminó minando este movimiento que dejó el bienestar comunitario por la búsqueda del “yo interior”: “Drogas y sectas orientales se habían convertido en el freno de miles de jóvenes. Del “Prohibido prohibir” habían terminado en un “sí maestro”” (Silletta, 1994). La reducción de las filosofías de Oriente y su transformación y adecuación “occidental” es una constante en el movimiento de la Nueva Era, entre sus ejemplos más patéticos se encuentra la acupuntura con rayos láser o el uso de pirámides para cargar baterías.

Los seguidores de la Nueva Era afirman que lograron los puntos de convergencia entre entidades físicas y metafísicas como la ciencia y la religión o la razón y la magia. De allí que sus disciplinas y ramas de pensamiento sean muy diversas y difíciles de clasificar. En torno de la


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Nueva Era se mezclan las falsas medicinas, el inconsciente colectivo, algunos grupos ecologistas, el esoterismo, las runas, las prácticas mágicas, el karma, el fenómeno ovni, las “civilizaciones perdidas”, la ampliación de la conciencia, los extraterrestres, la parapsicología, los viajes astrales, el control mental, la Tierra hueca, Gaia, la Atlántida, las hadas, el poder de las pirámides, la bioenergética, el neochamanismo, los ángeles, los gnomos, las ciudades metafísicas subterráneas... en fin, las elucubraciones más extraordinarias como si fueran ciertas tienen su espacio en la Era de Acuario, pero todas se caracterizan por carecer de evidencias que las sustenten. Por esto, las afirmaciones y disciplinas de la Nueva Era están presentes y se entrelazan con las pseudociencias y con los artificios mágicos.

Los new agers difunden la idea que la ciencia es peligrosa, y lo sostienen argumentando que la creación de tecnologías destruye a la Humanidad y que la industria contaminante acabará con los ambientes naturales. Lo cual es absurdo debido a que la contaminación o el uso de tecnología y del conocimiento para la destrucción es una decisión de las personas, no de “la ciencia” como si fuera una entidad con voluntad propia. Sin embargo el conocimiento nos acerca a la certeza de la propia inmortalidad individual, a pesar que los pseudocientíficos y new agers se esfuerzan en probar "científicamente" la existencia del “más allá” o la perfectibilidad a través de la “reencarnación”.

La Nueva Era tiene diversos “temas clásicos” que son retomados por las pseudociencias como la astrología, los seres extraterrestres, la meditación o la ingesta e inhalación de hierbas. Entre esos temas hay dos que son redundantes en diversas prácticas new age: el inconsciente colectivo y el retorno a la naturaleza, y uno que actualmente está de moda: los Niños Índigo.

EL INCONSCIENTE COLECTIVO. Este tema es clásico sobre cómo ciertos conocimientos considerados como veraces en realidad son falsos y tienen un origen pueril y producto de la manipulación engañosa de medias verdades. En 1982 el psicólogo Ken Keyes publicó el libro “El Centésimo Mono” en el que relata las vicisitudes del estudio de una colonia de monos en la isla de Koshima (Japón) realizado por un grupo de etólogos japoneses durante 1952. En una oportunidad uno de los investigadores volcó involuntariamente el recipiente que contenía las batatas con las que alimentaban regularmente a los animales. El científico, despreocupado, ofreció las batatas a los monos sin limpiarlas de la arena de la playa. Una hembra de la colonia lavó su alimento en el mar y reconoció que las batatas eran más sabrosas saladas con agua. Según relata Keyes los monos más cercanos a esa hembra copiaron ese proceder y unos años más

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tarde lo hizo toda la colonia. Lo más asombroso habría sido que una vez que ese comportamiento fue copiado por una cantidad de monos que conformarían la “masa crítica”, la habilidad de lavar batatas con agua salada se difundió muy rápido en otras islas y entre las colonias que vivían en el continente, aunque carecían de contacto físico con los monos de Koshima.

La idea de Keyes de “masa crítica” (término mal tomado de la física nuclear) consistiría en que una vez que determinado número de individuos de una sociedad coincide en cierto comportamiento, por ejemplo cien monos que practican el lavado de batatas, la conducta ya no debe ser copiada o aprendida porque se transmite por telepatía. En este caso el primero en recibir este mensaje sería el mono 101. Keyes, o sus seguidores, nunca demostraron que este fenómeno ocurriera realmente ni propusieron cuál es el mecanismo de funcionamiento. Pero, en sus explicaciones y relatos surgió la vieja idea de inconsciente colectivo y de conciencia grupal. Algunos relacionaron el comportamiento mágico de los monos con la “oleada” de avistamientos de ovnis de ese mismo año.

El caso de los “ciento un monos” de Koshima es usado reiteradamente como ejemplo de la materialización de la conciencia grupal. Sin embargo el estudio original tuvo resultados muy distintos que lo relatado. El investigador que lideró el experimento fue el doctor Masao Kawai, y lo que observó y reportó no coincide con el cuento de Keyes. La experiencia en Koshima trató con una colonia de monos que nunca llegó a 60 individuos y a lo largo de diez años de observaciones sólo dos de esos animales aprendió a lavar las batatas. A pesar del fraude de Keyes, la idea que un determinado número de personas que pueden cambiar la sociedad “uniendo sus mentes en una misma idea” continúa siendo un latiguillo de las prácticas esotéricas. De hecho en el libro de culto de la New Age, Marilyn Ferguson afirma que una vez que las personas que practican terapias alternativas, esoterismo, meditación, yoga y otras actividades por el estilo, alcancen la “masa crítica” la conciencia colectiva será afectada de modo que se generará un cambio de la Humanidad.

La idea de una conciencia extra individual proviene del psicoanalista Carl Jung que en 1921 publicó su concepto de “inconsciente colectivo”. La conciencia grupal, según Jung, sería un conjunto de “sensaciones, pensamientos, y memorias compartidas por toda la Humanidad", una especie de memoria heredable. Sus ideas fueron operativas para el proyecto nazi al que se prestó con entusiasmo, junto a otros intelectuales y científicos alemanes, ya que planteaba que existían diferencias psicológicas entre germanos y judíos, lo cual se manifestaba en el mayor potencial del inconsciente ario que llevaría al nazismo hacia la victoria. Una vez terminada la


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guerra, Jung continuó con su línea esotérica al volcarse al I Ching, a la astrología y al espiritismo. Uno de sus últimos aportes fue en 1958 cuando publicó el libro “Un mito moderno: sobre cosas que se ven en el cielo” en el que retoma la idea de inconsciente colectivo al afirmar que los platos voladores son el augurio de un cambio de era (en referencia a la Era de Acuario). Además planteó que la tensión de la Guerra Fría generó una proyección psicológica basada en los arquetipos del inconsciente colectivo que materializaban los platillos voladores.

El problema principal de esta idea fantasiosa es que por más que muchas personas crean en algo, coincidan en una idea, se concentren o “hagan fuerza mental” eso (un proceso, un fenómeno, un resultado electoral, una curación, un número de la lotería, mover un objeto sin tocarlo, un resultado deportivo, etc.) ocurrirá o no independientemente de la cantidad de personas que tengan su expectativa en ello. Por eso las cábalas, las peregrinaciones, las meditaciones, las cadenas de oración, los rezos y los deseos de paz mundial de fin de año no tienen el más mínimo impacto en el mundo físico.

A pesar de todas las afirmaciones, de miles de seguidores de la Nueva Era y de cientos de libros escritos al respecto nunca nadie pudo demostrar la existencia del inconsciente colectivo.

EL RETORNO A LA NATURALEZA. La mayoría de las pseudociencias toman este tema “si es natural es bueno” de la Nueva Era (que a su vez lo copian de los románticos), a lo que le agregan “si es natural y viejo es dos veces bueno”. Lo milenario y lo bucólico se presentan como si fueran absolutos de lo beneficioso, pretendiendo que el pasado pastoril o cazador-recolector de la Humanidad fue un tipo de paraíso del que nunca debimos salir. Lo natural o lo antiguo no es un sinónimo ni un antónimo de beneficioso o perjudicial, sino que son propiedades de determinados objetos o prácticas, los cuales serán ventajosos o nocivos por otros motivos. Los new agers no saben, o no dicen, que antes del desarrollo de la ciencia, de la técnica y de la medicina la esperanza de vida era la mitad que la actual, que cualquiera podía morir por una pequeña infección o que la mortalidad en los partos era altísima para la madre y para el bebé. Aquellos que sobrevivían a un hueso roto, o a cualquier enfermedad que actualmente se resuelve de modo rutinario, debían soportar una vida atroz y llena de limitaciones. Los arqueólogos se sorprenden cada vez que hallan el esqueleto de un cazador-recolector anciano, el cual normalmente suele mostrar rasgos del costo de una longevidad miserable: infecciones dentales, huellas de enfermedades, huesos fracturados y mal soldados, etc. En realidad, desde los tiempos más

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tempranos el Hombre subsistió modificando y predando la naturaleza para su beneficio, lo cual no es bueno ni malo, es nuestro modo de vida y de desarrollo social. La superstición romántica del regreso a lo campestre, desechando milenios de cambio cultural y al avance del conocimiento, en última instancia comunica un mensaje de individualismo, en el que no importa el desarrollo de la comunidad, del trabajo por el bien común ni del esfuerzo para que las generaciones venideras vivan mejor. Lo que importa para este discurso es el individuo y su vida espiritual interior. Si bien el contacto con la naturaleza puede ser una actividad gratificante y placentera, la Nueva Era lleva esta práctica al extremo. Por ejemplo algunos estimulan los partos en medio de la selva y sin asistencia médica, sugieren alimentarse sólo de plantas (¿los animales no son “naturales”?) o curarse con chamanes que viven aislados del mundo y que se atribuyen conocimientos milenarios aunque no pueden diferenciar un dolor muscular de un cólico renal o una infección virósica de una bacteriana y, de hecho, desconocen la propia existencia de los microorganismos. La ingesta de hierbas alucinógenas es considerada por la Nueva Era como una vía para acceder a “otros estados de sabiduría” en lugar de una intoxicación que ocasiona la pérdida de la conciencia. Un “regreso” a la naturaleza en estos términos significa tirar a la basura los avances logrados por nuestra sociedad con el esfuerzo y la razón, disminuir la esperanza de vida y despreciar el conocimiento acumulado por milenios.

NIÑOS ÍNDIGO.

El niño debe ser protegido contra las prácticas que puedan fomentar la discriminación racial, religiosa o de cualquier otra índole. Declaración Universal de los Derechos del Niño

Los Niños Índigo, Niños de Luz o Niños de Gracia es una de las

tantas ramificaciones de la New Age. La idea de los Niños Índigo fue inventada en 1982 por la parapsicóloga Nancy Ann Tappe, que se presenta como terapeuta o espiritualista. En su libro “Entendiendo su vida a través del Color” propuso una clasificación de las personas según el color de su aura, una actualización New Age del perverso e igualmente refutado sistema de razas humanas que tanto daño hizo a la Humanidad. Este fraude creció en importancia a partir de un libro “Los Niños Índigo” de Lee Carroll y su esposa Jan Tober que, en textos posteriores, hicieron mayor énfasis en que se comunican telepáticamente con una entidad extraterrestre que les enseña acerca de estos nuevos seres. Este libro, en el que N. Tappe tiene una


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participación destacada, se compone de numerosos capítulos cortos escritos por diversos “profesionales” y “especialistas” que aconsejan cómo se debe tratar a un Niño Índigo.

Gran parte del texto son consejos útiles para la crianza de cualquier niño, del tipo: “Los niños necesitan seguridad, atención, respeto, dignidad y un lugar seguro”. “No los golpee o use lenguaje ofensivo”. “Deje que sus emociones le muestren amor”. “Mantenga su palabra”. Estos consejos son comunes en conferencias y cursos sobre NI, pero la pregunta que le surge al lector es que no son únicos para un supuesto tipo nuevo y exclusivo de niño que, por su supuesta diferencia, requiere de cuidados distintos. Entonces, los demás niños ¿no requieren seguridad y respeto? ¿Podemos golpearlos y ofenderlos? ¿No debemos demostrarles amor? ¿Podemos engañarlos?

Otras sugerencias son perniciosas, ya que promueven diferenciarlos en la educación, en la alimentación, en el trato diario y en el cuidado de la salud.

¿Qué es un Niño Índigo? Las numerosas definiciones de Niños Índigo, además de ser diferentes entre sí, son subjetivas o están fundadas sobre caracteres esotéricos o sin referentes materiales en la realidad. Sólo Nacy Tappe se atrevió a plantear una definición clara: ella usó el color del aura. El problema de esta definición es que no se puede caracterizar a una entidad de la realidad, como sería una nueva clase o raza humana, con un concepto metafísico y pseudocientífico. El aura supuestamente es un reflejo de una “energía” sobrenatural o energía vital que en los humanos emergerían desde los chakras, y se vincula con la reencarnación, es decir: puro esoterismo.

Como ejemplo de estas vaguedades y generalidades se puede citar la propuesta original de Carroll y Tober en “Los Niños Índigo”: 1. Vienen al mundo con un sentimiento de realeza (y con frecuencia actúan de esa manera). 2. Tienen un sentimiento de “merecer estar aquí” y se sorprenden cuando otros no comparten esta idea. 3. La propia valía no es un asunto de gran importancia. Con frecuencia ellos les dicen a los padres “quiénes son ellos”. 4. Tienen dificultad con la autoridad absoluta (autoridad sin explicación o alternativa). 5. Hay cosas que sencillamente no pueden hacer; por ejemplo, les cuesta mucho trabajo esperar en una fila. 6. Se frustran con los sistemas que se basan en la costumbre y que no requieren un pensamiento creativo. 7. Con frecuencia ven mejores maneras de hacer las cosas, tanto en la casa como en la escuela, lo cual los hace parecer inconformes con cualquier sistema. 8. Parecen antisociales a menos que estén con los de su propia clase. Si no hay otros con una conciencia similar alrededor de ellos, con frecuencia se vuelven introvertidos, sintiendo que ningún otro ser humano los entiende. La escuela les resulta con frecuencia extremadamente difícil para socializar. 9. Estos niños no responderán a la

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disciplina “de culpa” (“Espera a que llegue tu papá a casa y vea lo que has hecho”). 10. No les da pena dejar saber cuáles son sus necesidades.

Otras definiciones, o enumeraciones de rasgos, de los Niños Índigo son de este estilo, y se reiteran en usar la idea de Carroll y Tober que dice: “Un Niño Índigo es aquel que muestra una nueva e inusual serie de atributos psicológicos así como un patrón de comportamiento generalmente no documentado con anterioridad”.

Aunque estos autores presentan esto como si fuera una definición, en realidad no pasa de un anuncio: no aclaran expresamente cuáles son los “atributos psicológicos” nuevos e inusuales, ni cual es el “patrón de comportamiento” indocumentado.

Nancy Tappe fue más allá de su definición inicial, llegó a definir cuatro tipos distintos de Niños Índigo: el humanista, el conceptual, el artista y el interdimensional. Nuevamente definidos con generalidades para que cada uno pueda hallar lo que busca en cualquier niño.

Revisando revistas científicas de medicina pediátrica como el Journal Pediatry Health Care, The Electronic Journal of Pediatric Gastroenterology, Nutrition and Liver Diseases, Le Journal de Pediatrie et de Puericulture, el European Journal of Pediatry, el Journal of Pediatry y otros similares, no existe un solo estudio sobre la existencia de Niños Índigo o de algún fenómeno similar que le pueda ser referido aunque sea por una aproximación grosera. El biólogo mexicano Edgardo Sepúlveda buscó en bases de datos informatizadas de medicina ("pub meds") que contienen información de todos los artículos publicados en las revistas más importantes del mundo desde hace 30 años. El resultado fue nulo: ni un sólo artículo del tema. Es decir los profesionales que todos los días tratan a decenas de niños desconocen una manifestación tan destacada como la que nos relatan Tappe, Carroll y Tober desde hace 30 años.

En síntesis: los Niños Índigo no existen como una categoría objetiva de la diversidad humana, no se los puede definir ni diferenciar inequívocamente de otras personas ya sea desde un aspecto cultural o biológico y en el ámbito científico especializado nunca se detectó esta supuesta nueva categoría humana.

Con la diversificación de autores, libros, conferencias y páginas de internet las experiencias aumentaron en volumen y profundizaron esta fantasía, incluyendo sus aspectos más dañinos en el plano social. Por ejemplo la autora venezolana Isabel Stelling en su artículo “Una nueva raza esta emergiendo (Partes 1 a 4)” abunda en afirmaciones como:


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“Nuevos niños, o más bien súper-niños están naciendo en el planeta.” “Estos niños extraordinarios o súper-niños, llamados los Niños de la Vibración Cristal o los Niños del Milenio y que conforman una nueva raza en el planeta, fueron denominados Niños Índigo...”. “... los Niños Índigo forman parte de una nueva raza que podríamos llamar “La Raza de los Superhombres”, seres superdotados y superinteligentes pero además revestidos con altos grados de espiritualidad, honestidad e integridad, características que traen impresas en su ADN...”. “Todos estos niños son, aparentemente, producto de la mutación genética, y se determinó que la estructura de su ADN es diferente al resto de los seres humanos. Tienen 4 ácidos nucleicos combinados en grupos de tres a tres que producen 24 codones, 4 codones más que el hombre corriente.”

Esto último es otro absurdo ya que si su ADN es distinto al

humano los Niños Índigo no serían humanos ni podrían nacer de seres humanos. Además, la autora desconoce lo básico de la estructura del ADN y del código genético ya que las combinaciones de los codones son 64 en lugar de 20, mientras que los ácidos nucleicos son dos y no cuatro.

En otro artículo (“El Paradigma de la Nueva Raza”), I. Stelling expresa:

“... los Niños Índigo, un nuevo paradigma para la Humanidad, una nueva raza que habrá de repercutir en nuevos paradigmas educacionales, políticos, sociales, religiosos y que también incidirá directamente en nuestro sistema de creencias.”

También es común leer que “su superioridad genética les confiere un

sistema inmunológico más fuerte de modo que no se enfermarían nunca”. Sin embargo los pediatras no han detectado una disminución en las consultas médicas ni en las enfermedades de los niños, aun cuando en 1998 N. Tappe expresó que “El 90% de los niños de 10 años de edad son índigo”. Semejante cantidad de niños inmunes debería ser evidente.

Todos los autores que afirman que los Niños Índigo “son diferentes” jamás presentaron una sola evidencia más allá de su anuncio, inclusive algunos pocos que citan “investigaciones en la Universidad de California” en informes que nunca aparecen.

Isabel Stelling en “Kryon y los Niños Índigo” sintetiza la faceta extraterrestre de la historia:

“Gran parte de la información acerca de los Niños Índigo fue transmitida telepáticamente o canalizada por una entidad, nunca encarnada en la Tierra, que se llama Kryon.”

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El colmo del absurdo, y que hace pensar si esto no se trata de una gran broma, se evidencia cuando Stelling, y otros, nos cuentan que todas las comunicaciones telepáticas comienzan diciendo “Yo Soy Kryon, del Servicio Magnético”. En otras publicaciones, además, parece que Kryon es Maestro de ese servicio. En “Los Niños Índigo” N. A. Tappe reafirma la faceta extraterrestre:

“Algunos ya han pasado por la tercera dimensión y hay otros, me parece, que vienen de otro planeta. Son los índigo interplanetarios, por eso los llamo interdimensionales.”

Con el condimento de Nueva Era se diversificó la potencialidad de

autores y consejos acerca de estos supuestos niños. Se cuentan desde dietas naturistas especiales para ellos (aunque no son diferentes a las de otras personas), y se hace una permanente adaptación del léxico New Age para este caso: Vidas Pasadas, Karma, Aura, Medicina Alternativa, Vibración, Energía, Telekinesis, Telepatía, Trabajador de la Luz, Chakra, Reiki, la Atlántida, etc.

Además de los NI, en los círculos ufológicos y New Age se están anunciado otros “niños” que estarían apareciendo en nuestro planeta: Niños Cristal, Niños Psíquicos o Niños de las Estrellas, Crystal Scauters, Niños Diamante, Niños Platino, Crystals Walkins, Crystal Erders y Niños Súper Psíquicos de China.

La supuesta salud incorruptible de estos niños puede poner en riesgo a los niños con una patología bien conocida y largamente estudiada: el Síndrome del Déficit de la Atención e Hiperactividad (SDAH). La creencia que un niño es índigo puede traer aparejado dejar de lado el tratamiento médico de un desorden neurobiológico, lo que puede ocasionar consecuencias graves. Este es el factor por el cual muchos padres encuentran una excusa, hasta cierto punto comprensible, al negar que su hijo tenga un problema de salud que, para muchos, significa que tiene una enfermedad mental. Las patologías del cerebro suelen tener una alta carga emocional en la familia, lo que puede interferir con la capacidad de tomar decisiones correctas. Así, es preferible creer que nuestro hijo es un ser especial, “muy avanzado para su edad” y superior que aceptar que son parte del 3 al 5% que sufren de hiperactividad. Sin embargo, desde el año 1950 el SDAH tiene un tratamiento altamente contrastado con buenos resultados. Pero las revelaciones celestiales de Kryon y su oportuna publicación coinciden con una campaña en Estados Unidos contra el uso de medicamentos, promovida por terapeutas no médicos, angeólogos, naturistas New Age, parapsicólogos y otros mercaderes sin escrúpulos. Así, para muchos padres con hijos hiperactivos puede


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ser más valioso un “testimonio” o anécdotas vagas que 40 años de experiencia de un tratamiento médico específico y exitoso.

El Proyecto Índigo Internacional que se autodefine como “un Movimiento Internacional, sin fines de lucro, creado y orientado para brindar asistencia, información, formación docente y educativa a padres, maestros, psicólogos, pediatras, entre otros, de niños con Déficit Atencional y/o Hiperactividad. Conocidos internacionalmente, hoy, como Niños Índigo”. Esta es la avanzada internacional que pretende penetrar en el sistema educativo ya que sus principales acciones son cursos y talleres para padres y docentes, como: "Quienes son los Nuevos Niños", "Formadores Índigo", “Niños Índigo: Taller de Educación”, “Programa Especial Para Educadores y Colegios”, “Herramientas Para La Nueva Educación - Taller Vivencial”, “Niños Índigo, Educar en la Nueva Vibración”.

Sus docentes no son médicos, psicólogos, psiquiatras o pediatras, sino entrenadores en Programación Neuro Lingüística, terapeutas transpersonales, naturistas, radiestesistas, “investigadores” paranormales, espiritualistas, cantantes líricos, profesores de idioma profesoras de cerámica o maestras jardineras.

En estos ámbitos se advierte una estrategia transformada que consiste en dar una versión de los Niños Índigo adaptada al grado de "credulidad" presumible en el público. Las referencias esotéricas o new age son más sutiles, no se recurre al libreto extraterrestre, pero se mantiene la premisa de la existencia de niños diferentes y de características superlativas. Esta adaptabilidad es alarmante, ya que se trata de una metodología para conquistar voluntades y demuestra que hay dos relatos: uno para convencidos, con todos los condimentos, y otro para público general. En el propio Proyecto Índigo Internacional ya se vislumbra este engaño cuando se usan como sinónimos Niño Índigo y niños con Déficit Atencional y/o Hiperactividad.

2.3 EL PENSAMIENTO PSEUDOCIENTÍFICO

“No es deseable creer en una proposición cuando no existe fundamento para suponer que sea cierta.” Bertrand Russell

El pensamiento pseudocientífico comprende disciplinas que se

proclaman como científicas, pero que carecen de métodos de verificación de sus afirmaciones, de razonamientos válidos que las avalen o de evidencias que las sustenten. Esta actitud, en última instancia, pretende debilitar a la práctica científica y frenar el avance del conocimiento, de modo que se convierte en un componente trascendente del oscurantismo del tercer milenio.

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Los pseudocientíficos se manifiestan en dos contextos: la academia (es decir las escuelas, los colegios profesionales, las universidades, museos e institutos de investigación científica); y la marginalidad (ámbitos esotéricos, “institutos” de parapsicología, consultorios de curanderos o centros pseudocientíficos). Es frecuente que los pseudocientíficos marginales provengan o pertenezcan a instituciones realmente científicas.

Algunos practicantes del pensamiento pseudocientífico presentan

pruebas, pero sus enunciados demostrativos carecen de relación con los hechos a explicar, las pruebas son falsas o están manipuladas y generalmente transgreden el conocimiento validado reiteradamente (las pseudociencias). Este comportamiento está generalizado entre diversas creencias que buscan legitimarse a través de la ciencia ya que es el modo de conocimiento más prestigioso. Otros operadores de lo pseudocientífico se basan directamente en afirmaciones carentes de cualquier nexo con la realidad, y su objetivo primordial es el desprecio a la razón y al método científico (la rebelión romántica, el posmodernismo y el ambientalismo radical). En síntesis, los pseudocientíficos expresan que, a través de su disciplina pueden explicar o predecir algún aspecto de la naturaleza o de la sociedad, pero en los hechos no lo hacen y cuando se los pone a prueba con experimentos controlados y objetivos nunca aciertan más allá de niveles similares que el azar.

El pensamiento pseudocientífico se apoya en dos tipos de

afirmaciones: las que se pueden analizar y las que no. Las primeras son las más interesantes ya que, a través de la experimentación y de la evaluación de su estructura lógica, se pueden poner a prueba para tener certeza de su validez. Que el resultado obtenido sea un rechazo de sus postulados (por ejemplo las numerosas pruebas contra la homeopatía) no garantiza que continúen en la sociedad como si fuera conocimiento validado. Mientras que las afirmaciones que no se pueden analizar carecen, por definición, de identidad científica como cualquier argumento basado en la fe o en las especulaciones metafísicas: la reencarnación, los viajes astrales, la protección de los ángeles, etc.


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CRÍTICA A LA RAZÓN DESDE LA ACADEMIA

La Rebelión Romántica “Argumentar con una persona que ha renunciado a la lógica, es como dar medicina a un hombre muerto.” Thomas Paine

La Rebelión Romántica es un movimiento que tiene por objetivo

oponerse a los principios de la ilustración y de alertar contra supuestos peligros del racionalismo, la ciencia y la tecnología porque estarían perjudicando a nuestra cultura. Su existencia es, en cierto modo, natural ya que la irracionalidad es mucho más antigua que la racionalidad, la Humanidad ha convivido más tiempo con el pensamiento mágico que con el pensamiento crítico. Su característica más resaltante es que proclama la inexistencia de la objetividad y que plantea la antinomia ciencia-arte presentándolas como dos disciplinas mutuamente opuestas y excluyentes y de cuya elección dependería el futuro de la Humanidad. Esto descalifica a este movimiento desde el principio ya que esa antinomia es falaz. También se destaca por los pronósticos o las ideas del “fin”, ya sea del fin de la ciencia, de la historia, de la antropología, de las ideologías, etc. Como ejemplo de esto se puede citar a los ideólogos nazis de posguerra que niegan la existencia del holocausto o de la masacre de Guernica, del mismo modo que hoy se niegan las masacres de la conquista de América o la desaparición de personas durante las dictaduras latinoamericanas.

El promotor de la Rebelión Romántica, alrededor de 1750, fue Jean-Jacques Rousseau en cuyos textos cuestionaba el progreso antes del auge de la Ilustración y de la explosión tecnológica. Su preocupación se orientó a fustigar el uso de las máquinas, particularmente la imprenta (aunque la usaba para difundir sus ideas). Pero, en general, recomendaba la destrucción o prohibición de cualquier tipo de máquina o avance tecnológico, lo cual fue retomado unas décadas después por los luditas, un movimiento popular inglés que luchaba contra el reemplazo de los trabajadores por las máquinas. El retorno a la naturaleza, es otro paradigma de la Rebelión Romántica, en el que Rousseau introdujo el término “buen salvaje” para ejemplificar la necesidad de retornar a un estado primitivo del desarrollo humano en el que, supuestamente, el Hombre vivía más feliz, era más bueno y más libre. Se trata de una idea carente de fundamentos que surge como neta oposición al desarrollo científico y que fue apropiada por los ambientalistas y new agers.

Antes bien, el más influyente pensador del romanticismo se puede encontrar en la obra de Arthur Schopenhauer que, como lo describe

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Sebreli (2006), es el padre del irracionalismo moderno. Sus propuestas fueron retomadas por muchos seguidores de la Nueva Era y del ambientalismo radical aún sin conocer su obra. Algunas de sus ideas más difundidas las apropia de Rousseau: la contraposición de arte y ciencia y la “poetización” de la filosofía. Esta confrontación no hace más que confundir al lector ya que el arte, la ciencia y filosofía se ocupan de problemas diferentes. A Schopenhauer se le debe la estrategia de criticar a la modernidad a través de la incorporación de las filosofías orientales creando, al mismo tiempo, otra falsa antinomia: lo oriental vs. lo occidental. A pesar de su vigencia actual, esta confrontación no tiene resultados eficaces, ya que las antiguas filosofías orientales, no se ocupan de generar conocimiento, ni desafiar al racionalismo. No obstante ello muchas personas plantean ingenuamente una alternativa “oriental” al conocimiento o a la resolución de problemas, desconociendo que el creador de esta idea fue un alemán. Schopenhauer llegó al extremo de proponer que la transmisión del conocimiento debería copiar el modelo esotérico oriental representado por un gurú o líder sectario guardador de la verdad para garantizar la inmutabilidad de las ideas. Su sistema contemplaba una sucesión de elites a las cuales se les revelaría la “verdad” en etapas cada vez más selectivas y excluyentes.

En estos devaneos pseudo orientalistas también incorporó el subjetivismo como camino para negar la realidad, lo cual desembocó inevitablemente en su afinidad por las prácticas esotéricas, sosteniendo como reales ideas como la reencarnación, la magia, y los fenómenos paranormales.

Coincidiendo con Sebreli “La moda 1900 de la teosofía, la antroposofía, el budismo esotérico y las diversas formas de magia negra fueron marco propicio para la divulgación de los escritos de Schopenhauer, que compartía además con los esotéricos el rechazo a la civilización occidental y a la sociedad moderna, al racionalismo, a la creencia ilustrada en la ciencia y el progreso.” (El Olvido de la Razón, 2006).

Como otros denostadores del racionalismo y de la cultura occidental, Schopenhauer nunca dejó de vivir en occidente ni de disfrutar los avances de la ciencia y de la técnica de su época.

Nietzsche recibió gustoso la herencia romántica de Rousseau y Schopenhauer a la cual le introdujo condimentos propios para configurar el nuevo romanticismo antirracionalista. Su predilección por el orientalismo y el esoterismo y sus intentos frustrados por hacer una filosofía en forma de poesía se desprenden de las ideas de sus precursores. Sus incorporaciones originales más resaltantes, e influyentes con posterioridad, comprenden la introducción de una escritura críptica, la negación de la existencia de la realidad y el relativismo epistémico.


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Protagonistas e ideas

Retomado por

New Age

Ambientalismo Radical

Posmodernismo

J-J. Rousseau 1712-1778

- Contraposición arte/ciencia - Retorno a la naturaleza - Desprecio por la ciencia y la técnica

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A. Schopenahuer 1788-1860

- Introduce la contraposición oriental/occidental - Subjetivismo - Esoterismo

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F. Nietzsche 1844-1900

- Niega la existencia de la realidad - Relativismo - Sintaxis confusa

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X X

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M. Heidegger 1889-1976

- Existencialismo basado en el ser y no en el Hombre - Contraposición ciudad/campo - Magnifica la sintaxis confusa y sin sentido

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X

X

El irracionalismo moderno tiene sus precursores en pensadores de los siglos 18, 19 y 20. Este cuadro resume a los principales protagonistas que se fueron reemplazando en el tiempo de modo tal que cada uno fue tomando ideas de su antecesor y creando ideas nuevas que, a su vez, fueron retomadas por su sucesor. Algunas de estas ideas subsisten en la New Age, el Posmodernismo

y en el Ambientalismo Radical.

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El relativismo de Nietzsche plantea que no puede haber verdades

objetivas universales y que toda afirmación debe ser tomada en el contexto íntimo de su autor: “La verdad no es cuestión de correspondencia con la realidad”. El relativismo y nihilismo nietzscheano fue tomado como tema principal del posmodernismo a modo de una excusa para detener el conocimiento y el progreso filosófico y científico. De este modo, Nietzsche negaba la existencia de los hechos afirmando que sólo hay interpretaciones subjetivas, tantas como personas dispuestas a “interpretar”. Esta idea también fue adquirida por el fascismo y el nazismo al llevarlo al plano de lo ético.

En Heidegger confluye y se terminan de cristalizar más de un siglo de críticas al racionalismo, aunque sin propuestas alternativas válidas o útiles. Este autor también recibió gratamente los temas antimodernistas que le precedieron, a los que les incorporó su propia producción. Retomó de Rousseau la crítica a la ciencia y a la técnica a través de la exaltación de la dicotomía ciudad/campo y su propuesta del regreso a la vida en la naturaleza. Planteaba que el verdadero conocimiento sólo podía encontrarse en la “sabiduría” del hombre de campo y en las tradiciones, las supersticiones y los prejuicios. Heidegger afirmaba que el individuo estaba impedido de elegir ya que sobre él decidía el destino, la tradición. En esta línea se encontraba su existencialismo espiritualista centrado en el ser, lo que se presenta consistente con su defensa del sometimiento de las libertades individuales a las colectivas y tradicionales, y su afiliación al nazismo.

Heidegger toma de Schopenhauer la estrategia orientalista para criticar su propia cultura, de modo que para él la filosofía no debía seguir la razón sino al arte y a lo místico (“la filosofía es poesía”). También intensificó el uso del leguaje críptico, introducido por Nietzsche, llevándolo a niveles extremos de textos incomprensibles o de escribir decenas de páginas para concluir en una obviedad.

“...aconsejaba que la filosofía y el pensamiento necesitaban alejarse de la ciencia o, mejor, deberían ser alógicos e irracionales puesto que, según él, no era posible circunscribirlos a las reglas fijas de la lógica, del discurso racional y ni si quiera de la gramática, de cuyas cadenas precisaba “liberarse del lenguaje”.” Sebreli 2006.

De este modo pretendía transformar el centro del mensaje hacia el

significante antes que al significado, lo que sería retomado por los posmodernistas. Una característica propia de este autor fue la de transformar sustantivos en verbos (mundear, nadear) lo que carece de sentido. Esta cualidad es netamente ideológica, como mucho de su


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pensamiento intelectual, ya que lo aplicaba como un neto contraste con la Ilustración cuyos seguidores consideraban que se debe ser claro y comprensible para facilitar el acceso al conocimiento.

Estos cuatro autores tuvieron una gran influencia en algunos de los exponentes más significativos del romanticismo antirracionalista desde mediados del siglo 20 que pertenecen al ámbito académico como Oswald Spengler, Isaiah Berlin y Ernesto Sábato.

Oswald Spengler fue un contemporáneo a Heidegger y, como él, uno de los intelectuales que más apoyó al nazismo alemán. En 1918 publicó el libro La Decadencia de Occidente donde planteaba que todas las culturas pasan por una secuencia predestinada que termina en la ruina de la sociedad. Ese fin se podría predecir por el desarrollo científico que permite reemplazar la idea de destino por la de causalidad, la del alma por la del intelecto, por el desarrollo de conceptos abstractos y la proliferación de las matemáticas. Así, el avance de la razón sobre la intuición terminaría minando nuestra sociedad lo cual, según Spengler, debió ocurrir el año 2000. Tal vez Spengler se haya inspirado en el pensador Henry Adams quien durante la Exposición Universal de 1900 había pronosticado que 1921 sería el año del fin de la ciencia.

Isaiah Berlin se apoya en la idea de rechazo a la razón y a la objetividad, promoviendo la estética y la intuición como el modo de conocer el mundo (“la filosofía es poesía”). Berlin usa un mensaje menos directo que Sábato o Spengler, afirma que durante el Siglo XX hubo dos factores resaltantes: el desarrollo científico y las guerras y dictaduras, sugiriendo sutilmente que existe entre ellos una relación de causa y efecto. Sostiene que la sociedad está pasando por un cambio contra la tradición racional del mundo occidental y este cambio lo está logrando un contramovimiento: la Rebelión Romántica. De algún modo Berlin se basa en Spengler ya que asume el fin de la ciencia y, como decía Adolf Hitler, el nacimiento de una era del mito y las sensaciones que reemplazarán a la objetividad. Ernesto Sábato es el neo-ludita argentino o el Schopenhauer criollo, tiene una larga militancia contra la ciencia y la razón, a pesar de su doctorado en física. Su pensamiento romántico lo expone en el ensayo La Resistencia, que supuestamente se configura como una defensa del ser humano y de la vida. Sin embargo se trata de un alegato contra la ciencia, la técnica, la razón y la solidaridad, y se encamina a favor del oscurantismo y del individualismo. Una de las grandes preocupaciones que plantea en este libro son los medios de

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comunicación y particularmente la televisión a la que el autor le otorga la causa de todos los problemas y que designa como

“...el opio de los pueblos”: “En todos los cafés hay, o un televisor o una radio a todo volumen. Si todos nos quejáramos como yo las cosas comenzarían a cambiar.” (pp. 15).

No deja de cuestionar a la medicina “occidental” tildando de mito

a la separación entre alma y cuerpo para tratar las enfermedades, a las cuales considera una moda que cambia según las ganas de los médicos, los cuales usarían la tecnología como un ritual:

“La medicina es una de las áreas donde puede verse una contraola que

golpea esta trágica creencia en la abstracción.” ”Pero durante mucho tiempo subsistió en ellos (los médicos) el fetichismo por las máquinas, la razón y la materia, y se enorgullecían de los grandes triunfos de su ciencia, por el sólo hecho de haber reemplazado el auge de la viruela por el del cáncer.” (pp. 24).

“Al fin de cuentas es más probable que una diarrea sea producida por el pavor de un conflicto personal que por no sé que microbio de esos que están en boga.” (La Robotización del Hombre y Otras Páginas, 1981, pp. 16)

Con curiosas coincidencias con el anarcoprivitivismo Sábato

pretende rescatar la sabiduría antigua, contraponiendo los valores pasados a los actuales:

“La vida de los hombres se centraba en valores espirituales hoy casi en desuso como la dignidad, el desinterés, el estoicismo del ser humano frente a la adversidad.” (La Resistencia, pp. 47).

A pesar de esta exaltación de lo antiguo se contradice cuando

afirma que “La historia es el más grande conjunto de aberraciones, guerras, persecuciones, torturas e injusticias...” (pp. 129).

Al mismo tiempo argumenta contra la solidaridad y sostiene que

la lucha por resolver los problemas no debe surgir de las acciones del Hombre sino de Dios o de fuerzas esotéricas:

“Otra frase de entonces, en la que nunca reparé como en este tiempo, era aquella de “Dios proveerá”.” “Tanto para la fortuna como para la desgracia, lo importante no provenía de ellos. También los valores surgían de textos sagrados, eran mandatos divinos.” “Cuántas veces les he aconsejado a quienes acuden a mi, en su angustia y su desaliento, que se inclinen al arte y se dejen tomar por las fuerzas invisibles que operan en nosotros.” (pp. 113).


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Pero, su mayor esfuerzo lo hace al copiar a Nietzsche y a Schopenhauer para plantear como un valor negativo a los ideales del progreso (ciencia, razón, secularización) aunque proponiendo contraposiciones falsas: la ciencia vs. la vida, el arte y el mito. Sin embargo oculta que el arte o el mito no son disciplinas para adquirir conocimiento. Todo esto para denunciar que en nuestra sociedad la razón, la ciencia y la técnica están sobre valoradas, lo cual sería un condicionante del supuesto detrimento de lo subjetivo, los sentimientos, los afectos y las pasiones.

En un reportaje televisivo Sábato afirmó que:

“La inteligencia no sirve para nada. Sirve para demostrar teoremas, para fabricar un telescopio, para hacer cosas, incluso cosas así muy gigantescas como esos aparatos que usan los americanos ahora que mandaron un cohete a no sé donde para no sé qué.” “La ciencia y la técnica han servido para arruinar el planeta. Si este país, y en general nuestra civilización, se van a salvar, no va a ser por la ciencia, que lo único que ha hecho hasta ahora es destruir el planeta”.

Mientras que retoma esta idea en La Resistencia: “Aquella ciencia que iba a dar solución a todos los problemas físicos y metafísicos del Hombre contribuyó a facilitar la concentración de los Estados gigantescos, a multiplicar la destrucción y la muerte con sus hongos atómicos y sus nubes apocalípticas.” (pp. 98). “Esta crisis no es la crisis del sistema capitalista, como muchos imaginan: es la crisis de toda una concepción del mundo y de la vida basada en la idolatría de la técnica y de la explotación del Hombre.” (pp. 99).

Con este discurso, netamente romántico, Sábato insiste en proponer causas falsas del origen de grandes problemas contemporáneos haciendo una exaltación de la ignorancia (“... a no sé donde para no sé qué.”) al mismo tiempo que distorsiona el concepto de ciencia, que es limitado y provisorio por definición, y a sus objetos de estudio que jamás incluyeron a la metafísica.

Reproduciendo las ideas de Heidegger, Sábato afirma que:

“La revalorización del mito, la vindicación de las cultura llamadas primitivas, el reconocimiento de los elementos a-lógicos son todos indicios de la forma en que se ha de superar esta crisis, la más grande, profunda y peligrosa que jamás haya enfrentado la raza humana.” (se refiere a la ciencia y a la técnica) (La Robotización del Hombre y Otras Páginas).

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En un esfuerzo ingenuo Sábato asocia a lo que llama “civilización occidental” con guerras, dictaduras, enajenación del hombre, neurosis colectiva e histeria generalizada. En esto coincide con I. Berlin, y también con O. Spengler cuando usa el término “abstracción” como sinónimo de ciencia y cuando afirma que “Asistimos a una quiebra total de la cultura occidental. El mundo cruje y amenaza con derrumbarse.” (La Resistencia pp. 97). Esta hostilidad de Sábato por la sociedad en la que vive lo lleva a criticar con fundamentos falsos las características resaltantes de nuestra cultura. Las oposiciones falaces de su propuesta son: lo abstracto (ciencia) contra lo concreto (arte), la ciencia contra la religión y el mito, la razón contra la intuición, lo global contra lo local, el presente contra el pasado. En estas contraposiciones desprecia la diversidad del ser humano, y desconoce componentes naturales como la razón, la lógica o la capacidad de abstracción como propias de la cultura humana. En realidad todas estas propiedades de las personas coexisten sin conflicto con el arte, las sensaciones o el afecto porque no son opuestos sino parte de nuestra condición de ser humano. De hecho encubre que su propia longevidad es consecuencia de los avances tecnológicos y científicos del Siglo 20 (el ensayo “La Resistencia” lo escribió con más de 80 años).

El Posmodernismo

“Si en verdad todo valiese por igual, no habría motivo para preferir nada de modo fundado ni, por consiguiente, para amar, cultivar o defender nada en particular. Afortunadamente, no es así. No todo vale por igual. Por tanto, no hay motivos para permanecer indiferente ante el error y la injusticia. En cambio, hay motivos para trabajar por la verdad y la justicia.” Mario Bunge

El Posmodernismo o Posestructuralismo surge como un

desprendimiento de algunas ideas del romanticismo que, según Sebreli (2006) tiene su antecedente más antiguo en Georges Bataille, aunque se puede señalar a Heidegger como el de mayor influencia sobre los más destacados autores posmodernos, ya sea por que tomaron de él sus propuestas o porque fueron sus discípulos directos.

Este movimiento contraeducativo se compone de corrientes

diversas, aunque presenta algunas características comunes que permiten definirlo:


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- Avala al relativismo extremo y al escepticismo radical. - Niega la existencia de la realidad. - Rechaza a la razón y a la objetividad para acceder al conocimiento. - Usa una sintaxis compleja e intrincada que oscurece la comprensión del mensaje que se pretende emitir. - Abusa del mal uso de la física y de la matemática por reducción para explicar hechos de las ciencias sociales.

El desprecio por la existencia de la realidad por parte del

posmodernismo se manifiesta a través de la adopción del relativismo absoluto que afirma que cualquier opinión es igualmente válida, independientemente de su contenido. Sostener que cualquier enunciado es igualmente válido y que sólo depende del interlocutor es equivalente a decir que la realidad no existe, y se aproxima al solipsismo. Esta idea se traduce en el terreno del derecho como “la mitad de la biblioteca dice una cosa y la otra mitad lo contrario” y en el ámbito político y coloquial con la frase “todas las opiniones son válidas por igual”, lo que suele ser tomado erróneamente como un criterio democrático. Sin embargo lo verdaderamente democrático es que todos podemos opinar, por lo que no debemos asustarnos al sostener que todas las opiniones acerca de un hecho no son igualmente válidas, ya que el extremo puede ser la afirmación y la negación simultánea. Esto es falaz porque algo no puede “ser y no ser a la vez”. El ejemplo típico es una tarjeta que de un lado asegura “lo que dice atrás es verdadero” y del otro “lo que dice atrás es falso”, es decir el relativismo absoluto se niega a sí mismo al tiempo que se convierte en una idea absurda. En el contexto político la postura posmoderna auspicia programas que recurrentemente tienden a la discriminación y a la inequidad social: "Todas las opiniones valen por igual", "las opiniones están divididas" o “la verdad es subjetiva” dicen abogados y jueces que liberan a pederastas porque "en la psicología hay muchas escuelas que se pelean entre ellas".

El posmodernismo se opone a la idea de la existencia de la realidad objetiva a través de la promoción del escepticismo radical. Esta interpretación del escepticismo es copiada del filósofo griego Pirrón de Elis, quién sostenía que se debía evitar el esfuerzo para acceder al conocimiento ya que jamás se podrá conocer a la realidad. Por ello existiría un estado de duda permanente, entonces pensar no tiene sentido. Estas doctrinas se oponen a la idea de progreso: si la realidad no existe no se justifica conocer, ni esforzarse por crear una sociedad más justa.

Según los posmodernos ya no existen disciplinas científicas sino "narraciones" (en griego "mitos", palabra muy usada en la jerga

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posmoderna). Consideran que toda disciplina, aún el racionalismo, son "narraciones" todas de igual valor porque lo importante para el posmodernismo ya no es la relación entre pensamiento y realidad sino “el narrador”, porque considera que todo es subjetivo y todas las subjetividades valen por igual. En este sentido muchos posmodernos llegan al extremo de negar la semántica, son los casos en que leemos páginas y páginas con párrafos sin sentido repletos de términos físicos mezclados con términos metafísicos. En ámbitos de las ciencias formales y físicas los seguidores del posmodernismo tuvieron menos éxito a la hora de ganar adeptos, pero algunos no desaprovecharon la oportunidad de plantear, por ejemplo, que la descripción del universo por parte de los astrofísicos es una variante, igualmente explicativa, de la cosmología del Popol Vu o de la Biblia.

Algunos de los autores posmodernos más influyentes son Paul Feyerabend, Richard Rorty, Thomas Khun y Jaques Derrida.

Paul Feyerabend: muchos lo llaman el Theodore Kaczynski (“unabomber”) de la epistemología, como Heidegger y Spengler estuvo afiliado al partido nazi y fue voluntario en su ejército. Su propuesta resume casi todos los rasgos típicos del posmodernismo ya que pocos, como J. Derrida, se esforzaron por crear un discurso diferente. Feyerabend planteó tres tesis pretendiendo romper con la idea moderna de ciencia: la inconmesurabilidad de las teorías científicas rivales, el anarquismo gnoseológico y la inexistencia de la objetividad. Inconmesurabilidad de teorías científicas rivales: esta idea la construyó junto a Thomas S. Kuhn, y se plantea cuando un fenómeno no está resuelto científicamente y existen varias hipótesis que intentan explicarlo. En este caso las diversas opciones no serían parte de un intento por obtener la verdad acerca del fenómeno sino que tratarían asuntos diferentes. Por ejemplo, durante décadas existió una disputa entre biólogos moleculares y paleontólogos acerca de la antigüedad y lugar de origen de nuestra especie, Homo sapiens. Los enormes esfuerzos intelectuales por resolver las dos hipótesis rivales generaron una gran cantidad de conocimiento acerca de nuestros orígenes, hasta que con la incorporación de evidencias abrumadoras y nuevas ideas se llegó a la hipótesis más plausible y corroborada por ambas disciplinas. Si los científicos hubieran seguido la propuesta feyerabendiana cada uno habría mantenido su hipótesis, no habrían colaborado interdisciplinariamente y creeríamos que cada explicación se refiere a dos fenómenos distintos de la naturaleza. Es decir, según Feyerabend no deberíamos tomarnos el trabajo de razonar, crear


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nuevos métodos y técnicas, hacer observaciones o experimentos para resolver la crisis intelectual generada por teorías rivales. El anarquismo gnoseológico: es la idea más conocida de este autor y que se resume con la frase “todo vale”. Significa que cada persona puede realizar cualquier afirmación acerca de un fenómeno a resolver sin importar las evidencias, las observaciones, ni los razonamientos. Siguiendo el ejemplo anterior, para conocer el origen y antigüedad del Hombre, sería lo mismo el trabajo de paleontólogos o genetistas que la explicación de la Biblia, la interpretación del sueño de un niño o los dichos de una persona bajo el efecto de psicofármacos. Esta propuesta trae aparejado varios problemas, el más importante es que el avance del conocimiento sería imposible. También asume que pueden coexistir a un mismo plano de explicación opiniones que se contradicen, por ejemplo que Homo sapiens se originó en África sería falso y verdadero a la vez. Para resolver cualquier problema sería tan válida la astrología como la física, el creacionismo como la biología evolutiva, el reiki como la medicina, la hechicería como la ingeniería, o sea, que el ser humano no se distinguiría por la racionalidad. A pesar que Feyerabend sostuvo esta propuesta en libros, conferencias y clases universitarias, cuando enfermó gravemente de cáncer eligió ser asistido con la medicina y tecnología más avanzada en lugar de ser tratado por un curandero, un jardinero o un chamán. La inexistencia de la objetividad: plantea que la realidad no existe y que por lo tanto no puede haber conocimiento objetivo, y que lo importante no es la explicación de un fenómeno sino el emisor de la opinión. Las moléculas, los animales y nosotros mismos no seríamos cosas materiales que existen sino sólo conceptos. Así, no tendría sentido estudiar todo lo que está en el universo, sólo sería necesario inventar explicaciones y creerlas. Las consecuencias son, por ejemplo, que no combatiríamos las enfermedades ni deberíamos ser precavidos al cruzar una calle ya que no existen los gérmenes y los camiones son sólo ideas.

Ninguna de las tres tesis resiste al examen crítico, ni nadie realizó

un solo aporte útil siguiéndolas.

Richard Rorty y Thomas Khun: Rorty llega al extremo de afirmar que el conocimiento no consiste en lograr un nexo de correspondencia entre nuestras ideas y la realidad, es decir no habría que contrastar nuestras teorías con algo externo a ellas que permita refutarlas o validarlas, sino que hay que comparar y elegir entre teorías alternativas en función de... lo que nos parezca. Rorty promueve que

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los científicos deben buscar un consenso de opiniones sobre cómo se comporta cierto fenómeno, en lugar de estudiarlo a través de la experimentación. En realidad el “consensualismo” se refuta solo ya que entre los científicos y epistemólogos no hay “consenso” de que el conocimiento se adquiere por consenso. Pocos posmodernos son originales, de hecho estas “ideas” de Rorty son copiadas de Nietzsche para quién la razón es una facultad subalterna y acomodaticia, también de Thomas Khun quién sostenía que los paradigmas científicos cambian por artimañas políticas de la academia y no por la generación de conocimiento nuevo. Para Kuhn no existiría un criterio objetivo para reconocer la verdad ya que las revoluciones científicas serían cambios irracionales de convicciones. De este modo no se podría diferenciar la ciencia de la pseudociencia y se carecería de parámetros para identificar el progreso del conocimiento. Jacques Derrida: junto a Lacan y Deleuze formaron la trilogía posmoderna más famosa de Francia. Derrida inventó algo que llamó deconstructivismo (término que tomó de Martin Heidegger) aunque no es claro de qué se trata, ya que él mismo escribía de modo asistemático y con una sintaxis que llevó al extremo la carencia de sentido. Los diversos autores que analizan esta disciplina la suelen definir como aquello que no es: no es estructuralismo, no es una crítica, no es un método, no es hermenéutica, etc. Los discípulos de Derrida tampoco tienen certeza de su propuesta, por ejemplo el sociólogo y ensayista Horacio González confesó que “No es fácil decir si lo entendíamos bien”.

El deconstructivismo tendría el objetivo de interpretar los textos ajenos pero siguiendo una lógica distinta a la del autor, para lo cual no propone un método definido. La intención sería una ruptura epistemológica con el propósito de interpretar de un modo diferente el discurso escrito. Sus acólitos aseveran que Derrida contribuyó a producir una nueva racionalidad (aunque parece exactamente lo contrario). El deconstructivismo llega al exceso de tomar un elemento secundario de un texto para resignificarlo como lo primordial. A esta operación se la llama “lógica de la suplementariedad”: lo que otros autores consideraron accesorio (por ejemplo, una leyenda de figura o una nota a pié de página) pasaría a ser importante por la propia exclusión. Con esta actitud Derrida se comportaba como un “terrorista” de la filosofía: atacaba el discurso desde la periferia para deformarlo y que sólo quede la forma, el texto. La deconstrucción supuestamente no es una acción de destrucción de los significados de los textos, sin embargo el propio proceso consiste en desarmar el texto, separarlo de la continuidad y lógica que le dio el autor para decidir cuáles son sus intenciones ocultas. Así, no importa la opinión


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del autor sino la del deconstructor, en propias palabras de Derrida “reinterpretar la interpretación, ser una nueva escritura de la escritura”. Así la deconstrucción se convierte en una disciplina casi mágica en la que ya no importa el mensaje que emitió el autor sino el que percibe el receptor, de modo que este sistema llevado, por ejemplo, a la física o a la informática generaría un detenimiento total del avance de estas ciencias. Esta propuesta, además, se refuta a sí misma ya que si analizamos a Derrida “deconstructivamente” vamos a interpretarlo distinto de lo que él proponía. Hasta el presente no se conoce que el deconstructivismo haya realizado algún aporte de utilidad para la sociedad.

Las pseudociencias son de refutación sencilla ya que tienen en

común que pretenden ser disciplinas científicas, es decir, que sus enunciados tienen un referente en la realidad (la astrología realmente adivina el futuro o la homeopatía realmente cura) pero ninguno de estos pasatiempos puede pasar un mínimo experimento de verificación. Sin embargo los posmodernos son más prácticos: directamente niegan la realidad, la posibilidad de conocer y pretenden desterrar la operación de verificación. Así, el posmodernismo se transforma en una disciplina que optimiza la idea de indeterminación, sus afirmaciones no pueden ser analizadas experimentalmente, deben ser aceptadas como una forma de neodogmatismo intelectual. Además, los posmodernos lograron ingresar al ámbito universitario, lo que les da una apariencia de seriedad y confiabilidad. Como expresó Mario Bunge (2004) el macaneo posmoderno es uno de los enormes problemas globales que enfrenta la Humanidad ya que se encarga de tapar la realidad más que de destaparla.

¿Por qué hay personas que sostienen el posmodernismo como una actividad científica válida? Hay dos motivos principales: pereza intelectual e ideología. Algunos científicos y profesores prefieren aletargar sus esfuerzos eligiendo un camino cómodo en su trabajo cotidiano. Así, el investigador no deberá diseñar protocolos de investigación rigurosos ni analizar sus resultados para evaluar si hay alguna correspondencia entre su hipótesis y sus datos. Si la realidad no existe y todas las opiniones valen por igual, entonces puede desprenderse de su equipo de trabajo, de su instrumental y de actualizarse con antecedentes de otros investigadores, entonces sólo le queda sentarse en el jardín de su casa a escribir lo que se le ocurra de su problema de investigación. Los docentes ya no deberán preparar sus clases con la información más actualizada y confiable. Si el conocimiento sólo es un relato, un mito o una narración da lo mismo, por ejemplo, que el tema de historia a enseñar esté basado en las investigaciones más rigurosas y confiables que se desprenden del

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análisis de documentos o la interpretación literal de una obra literaria de fantasía. Estos mismos son los que proponen que el trabajo de los científicos sociales no debe ser evaluado a través de procesos rigurosos de pares que confrontan el método, los resultados y la correspondencia lógica con sus hipótesis, sino sólo por cantidad (nuevamente el significante por encima del significado). La evaluación de pares efectuada por jurados anónimos de revistas científicas es un sistema exitoso y difundido ampliamente para optimizar la producción académica... excepto cuando la pereza induce al macaneo.

Como expresa claramente Mario Bunge

"Otrora los impostores intelectuales tenían que ganarse su modesto pasar en la calle, donde embaucaban a los que no podían pagarse una educación universitaria. Hoy pueden cobrar sueldos decorosos y embaucar a jóvenes incautos que asisten a cursos universitarios creyendo que van a aprender conocimientos sólidos" (1991 "Contra el charlatanismo académico").

Sin embargo los científicos, docentes y filósofos que más

perjudican al avance del conocimiento y a la sociedad, son aquellos que practican el posmodernismo por ideología, por un compromiso con la destrucción del saber universal y con la difusión de la ignorancia generalizada. Estos hacen más daño, cuanto más poder de decisión tienen. En el propio ámbito científico generan políticas académicas debilitantes, insumiendo presupuestos en actividades que serán inútiles o produciendo discípulos que carecerán de herramientas intelectuales para practicar la ciencia o la docencia honestamente.

El Ambientalismo Radical

Una variante relativamente reciente de la Rebelión Romántica,

pero con características propias, despliega varios frentes irracionales contra la ciencia y la tecnología, se trata de los dogmas y las prédicas de los movimientos ambientalistas extremos, mal llamados ecologistas. Básicamente no se diferencian de la prédica de Rousseau, de Schopenhauer o de Sábato puesto que focalizan su oposición al avance del conocimiento, de la ciencia y de la tecnología y proclaman el retorno a la naturaleza.

Este movimiento tiene distintas versiones, desde las muy organizadas con miles de asalariados y con presupuestos de millones de dólares hasta otros más sencillos, pero influyentes, como los que lideran John Zerzan o José Bové. Algunos, más personalistas, tienen un vínculo estrecho con la investigación o las universidades como los representados por el alemán Ulrich Beck o el millonario británico Zac


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Goldsmith que contrata a científicos para que "demuestren" sus ideas al mejor estilo del lisenkismo de la Unión Soviética.

El irracionalismo de los grupos ambientalistas radicales se manifiesta en los fundamentos de su prédica anticientífica y antitecnológica. Debido a la diversidad de sus expresiones se dificulta sintetizar su pensamiento, aunque hay un dogma central que es común a todos ellos e inclusive a muchos ambientalistas no radicalizados. Este dogma puede ser llamado la "falacia ambientalista" y se trata del "Principio de Precaución".

Esta idea consiste en detener un emprendimiento o prohibir el desarrollo de alguna tecnología o producto, o impedir la investigación de un tema de los que se sospecha que perjudican al ambiente o a la salud. Lo absurdo de este dogma es que no se requiere de fundamentos probatorios para invocarlo, en cambio se pretende que los acusados son los que deben demostrar que su producto no es perjudicial en el aspecto que se le ocurre al denunciante. Esto es imposible desde lo lógico y lo práctico, se trata de una acción tramposa que pretende invertir la carga de la prueba, ya que el que hace la afirmación ("el producto A ocasiona el perjuicio B") es quién debería presentar las pruebas y no el denunciado. Es decir si un ambientalista denuncia que cierto agente causa un determinado daño en el futuro, lo correcto es que sea él quien lo demuestre con evidencias en lugar de emitir una sospecha vaga y acusatoria, pero con fuerza de condena.

El Principio de Precaución, además, trae aparejada la idea que la tecnología o el desarrollo del conocimiento tengan riesgo cero, lo cual es imposible. La ciencia, que es el mejor método que disponemos para conocer, no es absoluta con lo cual el riesgo cero es imposible de predecir. Si se aplicaría el Principio de Precaución con la rigurosidad pretendida por los ambientalistas radicales se debería detener toda la investigación y eliminar todos los avances tecnológicos de los últimos 10.000 años. Todos los medicamentos o terapias médicas deberían ser prohibidos, lo mismo que todos los productos tecnológicos, desde los lápices y las palas pasando por los marcapasos y las computadoras hasta las incubadoras para bebés prematuros. La forma habitual del discurso de estos ambientalistas es “se debe prohibir X porque desconocemos sus efectos negativos en el futuro”. En última instancia esta falacia es una trampa que pretende detener el conocimiento.

El interés de estos románticos modernos ya no se refiere a prohibir la imprenta ni a eliminar los televisores de los bares, sino que se orienta a tres ejes principales en los que pretenden aplicar el principio de precaución: detener el desarrollo de organismos modificados genéticamente (OGM), prohibir la energía nuclear y prohibir la tecnología que contaminaría el ambiente.

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1- Oposición a los organismos modificados genéticamente:

La principal crítica a los productos transgénicos es que su comercialización está en manos de unas pocas grandes empresas que generan dependencia económica. Esto es cierto pero no invalida el éxito revolucionario de estas semillas. Los ambientalistas en lugar de cuestionar al sistema de comercialización atacan al producto argumentando que se debe prohibir este tipo de agricultura porque dañaría el medio ambiente, generaría alergias y múltiples enfermedades en el Hombre. Diariamente se consumen miles de toneladas de OGM sin que se registren los efectos deletéreos que denuncian los ambientalistas. Durante 2005 el Dr. Esteban Hopp (Investigador del INTA) afirmó que "Se calcula que ya se cosecharon más de 300 millones de hectáreas, las cuales, procesadas para alimentación humana y animal se estima que han sido consumidas en más de 100.000 millones de alimentos con alto contenido de OGM, sin reportes de alergias, intoxicaciones u otras alteraciones para la salud, el crecimiento o el desarrollo de las personas o afecciones para la salud humana o animal." Mientras que, más que alterar el ambiente, los OGM lo favorecen ya que se caracterizan por ser resistentes a organismos específicos que lo afectan, por lo que no es necesario fumigar los campos con venenos químicos que matan a decenas de organismos inocuos, además de contaminar el suelo y el agua. Por ejemplo, en las regiones donde se reemplazó el algodón híbrido por el OGM resistente a la oruga de langosta ya no fue necesario rociar hasta 12 veces los cultivares, además se logró una cosecha más abundante, la recuperación de la biodiversidad de insectos y se benefició la salud de los campesinos que dejaron de respirar esos productos químicos. Otros OGM tienen la virtud de tener ciclos de vida más cortos, de crecer en zonas más frías o con escasez de agua. El ahorro de agua es trascendente para proteger el medio ambiente ya sea por la disminución del riego como por eliminar el uso de herbicidas, funguicidas o insecticidas que son diluidos con agua antes de ser aplicados al cultivar. El miedo que se pretende transmitir a los consumidores se basa en lo "antinatural" y supuestamente tóxico que resultaría consumir un organismo (por ejemplo: el tomate) que recibió un gen ajeno (como el de un pez) para obtener un tomate resistente al frío. Si esto fuera cierto una ensalada no transgénica de lechuga, tomate, zanahoria y huevo sería una pócima fatal. Sin embargo no hay motivos para que esa transgénesis sea perjudicial, de hecho la "revolución verde", liderada por el premio Nóbel Norman Borlaug, consistió en la generación de híbridos en la que se mezclaban miles de genes de organismos distintos. En comparación con los híbridos tradicionales, los OGM tienen un beneficio adicional: el éxito buscado es menos azaroso y se puede


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lograr en poco tiempo y con precisión. Los ambientalistas anti-OGM ocultan maliciosamente que uno de los primeros y más eficientes avances de la tecnología genética es la bacteria Escherichia coli transgénica para el gen humano de la insulina, con lo cual los diabéticos de todo el mundo se inyectan diariamente insulina humana (en lugar de bovina) desde la década de 1980, inclusive los militantes verdes.

2- Prohibición de la energía nuclear:

Este tema se basa en un peligro real, la radiación, pero que es magnificado a niveles cinematográficos con fines propagandísticos. Las centrales nucleares conforman el tipo de generación de energía ambientalmente más razonable que conocemos. Su fuente, el mineral de uranio, se necesita en pequeñas cantidades en comparación con las centrales que funcionan con combustibles como el carbón o los hidrocarburos, por lo que es un recurso casi infinito. Las propias centrales ocupan espacios reducidos en el paisaje comparadas, por ejemplo, con los diques que ocasionan la inundación de miles de hectáreas o con los cientos de molinos de viento que se requieren para alimentar parcialmente a una pequeña ciudad. Hasta el presente se conocen pocos ejemplos de daños causados en centrales nucleares, de hecho pocas personas podrían citar de memoria más que al ocurrido en Chernobil. Aunque en este caso el desastre se debió a la mala administración y al pésimo mantenimiento soviético más que al tipo de energía usada. Las centrales nucleares deben ser objeto de monitoreos de seguridad permanente para que sean cada vez más seguras y eficientes, la prédica ambientalista sería más beneficiosa a la sociedad si se enfocara en propuestas novedosas de normas de seguridad en lugar de difundir prohibiciones basadas en el Principio de Precaución.

3- Prohibición de la tecnología que contaminaría al ambiente:

Los grupos ambientalistas han generado grandes beneficios al concientizar a la sociedad respecto de controlar y disminuir las emisiones tóxicas de las industrias o de explotar racionalmente el paisaje con el fin de evitar el agotamiento de los recursos. En última instancia esta prédica tiende a generar una mejor calidad de vida y a cuidar la salud de la población, y muchas de sus advertencias fueron incorporadas a normas internacionales aplicadas a las industrias, los materiales, la construcción, etc. Un ejemplo de ello es la prohibición de contenido de ftalatos en los juguetes que usan los niños menores de 3 años. Sin embargo los grupos extremistas abusan de estas ideas al punto que logran confundir a los militantes honestos, a los ciudadanos ingenuos y a los políticos ignorantes. Así, se han generado

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campañas carentes de fundamentos como las basadas en supuestos peligros del uso de los teléfonos celulares, en las emisiones aparentemente malignas de sus antenas, de las torres que distribuyen electricidad de alta tensión e incluso de las pantallas de televisión. Estas campañas, además, alimentaron nuevos fraudes, los “productos milagro”, artefactos que evitarían esos peligros (infundados) de la tecnología. Ejemplos de ello son los adhesivos anticáncer para teléfonos celulares.

En esas campañas hay dos directrices principales que se entretejen

en los discursos ambientalistas: la postura antiglobalización y el regreso a épocas preindustriales. Estos temas tienen como objetivo difundir el miedo al progreso. El extremo llegó a mezclar y confundir temas como si fueran un mismo fenómeno cuyo mal intrínseco sería el desarrollo científico: las campañas antiglobalización, la prohibición de la energía nuclear, la protección del medio ambiente, la oposición a los OGM, la extinción de especies y la exaltación de las culturas indígenas.

Debido al desarrollo empresarial centralizado y a su expresión multinacional la oposición a la tecnología genética de la agronomía fue aprovechado por los movimientos antiglobalización que fueron hábiles en manipular a la opinión pública para que crean que un sistema empresario cuestionable y el progreso científico son sinónimos. Así, el movimiento antiglobalización tuvo dos hitos principales vinculados a los OGM que lo hicieron surgir fuertemente a los medios de comunicación de todo el mundo. El primero, durante 1998, fue cuando un grupo de campesinos y agitadores ambientalistas liderados por José Bové atacaron un campo de experimentación agrícola en Nérac, Francia, bajo el lema de defender la "soberanía alimentaria". Al año siguiente en Seattle, USA, otro grupo antiglobalización guiado por anarquistas del pueblo de Eugene logró interrumpir la conferencia de la Organización Mundial de Comercio. De este hecho saltó a la fama John Zerzan que, además de oponerse a la globalización, promueve el abandono de todos los adelantos científicos y tecnológicos de los últimos 10.000 años y que sean reemplazados por su teoría del "futuro primitivo". Zerzan, aunque tiene estudios universitarios en historia y ciencias políticas, propone regresar a la vida del paleolítico basado en fundamentos falaces o directamente falsos. Lo principal de su dogma se basa en que el Hombre sufre penurias desde que dejó la vida de cazador recolector y dominó a la naturaleza a través de la domesticación de animales y plantas, llevándolo a otro supuesto gran mal: la división del trabajo. Plantea que no existen diferencias biológicas entre Homo erectus y Homo sapiens, por lo que atribuye un millón y medio de años al origen


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de nuestra especie (en vez de 200.000 años) con el fin de extender el modo de vida cazador recolector a esa antigüedad y, así, minimizar el tiempo relativo de la agricultura en la historia de la Humanidad. Al período de nomadismo y de caza y recolección lo denomina como el Edén, un paraíso que, comparado con los tiempos de la domesticación, el Hombre vivía más tiempo, era más sano (por ejemplo no tendría caries, ni enfermedades crónicas o infecciosas), sería más alto, desconocía la agresión (no existiría la guerra, el suicidio, ni el homicidio) y se alimentaría de vegetales puesto que la carne le generaría desordenes crónicos. Zerzan además le atribuye al cazador recolector cualidades casi supranaturales como ver a simple vista cuatro lunas del planeta Júpiter o a Venus en pleno día. Para apoyar su teoría recurre a los estudios de diversos antropólogos que investigan sociedades cazadoras recolectoras actuales, pero hace afirmaciones falsas, sacadas de contexto o usa información parcial, desestimando lo que dicen esos autores cuando no le sirve a su idea. Por ejemplo Zerzan omite en su modelo que los cazadores recolectores se enfermaban y que tenían caries, que su longevidad era la mitad de la actual, que la mortalidad infantil era elevadísima, o que su talla era menor, mientras que las agresiones fueron registradas recurrentemente en esqueletos de cazadores recolectores de todo el mundo. También oculta que la alimentación jamás fue exclusivamente vegetariana en el Hombre, y que la división del trabajo es anterior al desarrollo de la agricultura.

Un cambio tan radical de nuestra cultura y costumbres, como el que propone Zerzan, comprometería la vida de millones de personas aun si podríamos desarrollar rápidamente habilidades para sobrevivir cazando animales y recolectando vegetales con tecnología de piedra y hueso. En poco tiempo morirían todos los diabéticos, todos los hemofílicos, todos los dependientes de diálisis y casi todos los cardíacos e hipertensos. Se agravarían o fallecerían aquellos que requieren alguna droga para vivir. Tampoco sobrevivirían los bebés prematuros y las madres y sus bebés que requieran partos por cesárea. Una simple caries se transformaría en una tortura muy prolongada, mientras que cualquier infección mínima sería un peligro de vida a corto plazo. Las malformaciones óseas congénitas, que actualmente se resuelven con tratamientos eficaces, serían factores que limitarían la vida. Obviamente todos los débiles, impedidos físicamente o ancianos no podrían soportar este modo de vida, y las comunicaciones y viajes a larga distancia serían casi imposibles. No habría modo de saber si el agua para beber o cocinar está contaminada, o si los animales de caza son portadores de algún parásito transmisible al Hombre. Enfermedades congénitas que actualmente se resuelven con una dosis de medicamento al nacer se

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transformarían en una muerte segura. El único modo de resistir a epidemias como el SIDA, o la gripe aviar sería la selección natural con el costo de una mortandad poblacional enorme. Este es el Edén que propone Zerzan y muchos ambientalistas radicales en todo el mundo.

Otros referentes de este ambientalismo son los llamados anarcoprimitivistas entre los que se encuentran, además de Zerzan, John Moore, Freddy Pearlman y Daniel Quinn. En general plantean un regreso a la naturaleza, la eliminación de la división del trabajo y de la especialización, el abandono de la agricultura y ven a la ciencia y a la técnica como el mayor mal de la Humanidad. Un exponente extremo de este movimiento radical (valga la expresión) es el terrorista Theodore Kaczynski, cuyo su repudio hacia la sociedad racional se manifestó en cartas bomba que mataron a tres personas e hirieron a 29 a lo largo de 18 años. Su prédica anticientífica no se diferencia de la de Sábato o la de Schopenhauer aunque enfatiza su odio hacia la Revolución Industrial. A diferencia de otros primitivistas Kaczynski eligió vivir en una casucha en un bosque aislado y con escasos recursos que se proveía él mismo. Pero cayó en la misma incoherencia de aquellos cuando acudió a la ciencia y a la técnica, sobre las que despotricaba, para fabricar y enviar sus bombas por correo.

El movimiento ambientalista es provechoso para la sociedad, sólo el hecho de haber incorporado el cuidado de la naturaleza a la educación y a las normas de explotación industrial es un aporte trascendente. Sin embargo a la facción radical o extremista (también llamado el "frente negro" por sus actos de violencia) les cabe lo dicho por Guy Sorman (2002, pp. 230) por sus discursos pseudocientíficos e irracionales: "... como el marxismo es probable que el ecologismo sólo evolucione después de su éxito político o después que la historia lo haya eliminado, intentar hacerlo cambiar mediante argumentos es un esfuerzo inútil."

CRÍTICA A LA RAZÓN DESDE LA MARGINALIDAD: LAS PSEUDOCIENCIAS

"Las pseudociencias son como las pesadillas: se desvanecen cuando se las examina a la luz de la ciencia." Mario Bunge

Las pseudociencias propiamente dichas, como ocurre con el

posmodernismo, se proclaman ciencias sin serlo. Ocupan un espacio de marginalidad en la sociedad porque, a diferencia del posmodernismo o de algunas variantes de la rebelión romántica,


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carecen de un estado de reconocimiento oficial. Es decir los científicos y epistemólogos no las consideran ciencias, no forman parte de los contenidos de la educación escolar, secundaria o universitaria, no están subvencionadas, no gozan de privilegios fiscales, sus opiniones no son consideradas en peritajes judiciales, etc. Pero principalmente sus enunciados y afirmaciones carecen de un nexo de validación con el fenómeno que pretenden describir, como dijo Bunge “son un montón de macanas que se venden como ciencia”. Por eso intentan vincularse con el ámbito científico en un esfuerzo esquizofrénico por ser parte de un mundo al que no dudan en cuestionar cuando sus afirmaciones son refutadas científicamente. Este estado de marginalidad a veces es aprovechado por los pseudocientíficos para ocupar el rol de víctimas, por ejemplo, al compararse con las persecuciones sufridas por Galileo Galilei, Giordano Bruno o Nicolás Copérnico, como si el sólo hecho de ser (supuestamente) perseguido justifique la veracidad de su doctrina. Si fuera así Bin Laden debería recibir el Premio Nóbel de la paz.

Aunque las pseudociencias provienen fuera del contexto científico no deben ser menospreciadas en su acción contra la sociedad, ya que su incidencia es muy grande. Las disciplinas pseudocientíficas se pueden reconocer fácilmente porque siempre fallan en su estructura lógica. También son refutadas cuando se pone a prueba la calidad explicativa de sus enunciados y la relación entre sus afirmaciones y el hecho que procuran explicar. Por ello un engaño habitual de las pseudociencias consiste en presentar explicaciones, evidencias y pruebas para sostener sus teorías, pero al ser analizadas (a veces sólo superficialmente) carecen de cualquier relación con lo que se intenta demostrar. Por ejemplo: los testimonios son considerados por los pseudocientíficos como pruebas irrefutables, aunque se trata de meras opiniones subjetivas sin valor de comprobación (ciegos tocando elefantes). El caso más pueril es el de la pseudomedicina denominada “Nueva Medicina” por su creador, ya que presenta declaraciones firmadas por médicos (testimonios escritos por “autoridades”) como demostraciones de su sustento científico; o la astrología que se viste de terminología robada a la astronomía aunque nunca fue demostrada la relación entre los planetas y el futuro. En la denuncia de estas artimañas es cuando se hace evidente que la victimización del pseudocientífico es una exageración infundada y que se trata de un maquillaje para parecerse a la ciencia, ya que los científicos realmente perseguidos como Galileo o Copérnico presentaron evidencias fácticas y racionales de sus ideas y explicaron algo de nuestro universo.

La pseudociencia se diferencia de las corrientes anticientíficas en que, en general, no cuestionan al método científico (a lo sumo a los científicos o a las instituciones científicas), pero se parecen porque difunden información falsa acerca del sustento de su disciplina.

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Debido a que sus fundamentos son ilusorios y sus métodos irracionales, las pseudociencias carecen de carácter explicativo o de validez o científica. Solamente esto es suficiente para refutarlas, sin embargo la comunidad científica repetidamente evalúa, de un modo objetivo y experimental, afirmaciones extraordinarias del más variado contenido: cirujanos extraterrestres que mutilan vacas, que el agua tiene memoria molecular o que el consumo de insectos vivos cura el cáncer.

Hay dos tipos de resultados negativos a los que se puede llegar cuando se evalúan las pseudociencias: la refutación y la indeterminación.

Una pseudociencia se refuta cuando se demuestra que sus enunciados son falsos o sus razonamientos son falaces. Por ejemplo, es falso que los preparados homeopáticos curen, ya que las diluciones son tan extremas que carecen del principio activo. El razonamiento que se sustenta en que existen naves espaciales gobernadas por extraterrestres sólo porque hay un 3 % de ovnis que no se pueden explicar científicamente, es falaz. Esto implica sostener que “es sólo porque puede ser” transformando sin impedimentos una posibilidad en un hecho cierto.

Una afirmación es indeterminada cuando está estructurada de modo que no puede ser puesta a prueba. Esto es lo que Karl Popper llamaba hipótesis no refutables o no falsables. Por ejemplo, una afirmación del tipo “mi silla percibe mis pensamientos” no es científica, ya que no podemos proponer un experimento que lo demuestre, no es refutable. La afirmación “la temperatura ambiente es de 25º C” es científica, falsable, (aún cuando la temperatura fuera otra) ya que podemos ponerla a prueba y así, aceptarla o refutarla. Estas diferencias que parecen sutiles se transforman en un abismo insondable entre ciencia y pseudociencia: la ciencia emite enunciados que son posibles de verificar a través de la experimentación, mientras que las pseudociencias deben ser creídas ciegamente ya sea porque se compone de enunciados no verificables o porque, ya refutados, se sostienen con artimañas

Estas dos condiciones para que una afirmación pueda ser parte del conocimiento (refutabilidad y estructura lógica) son transgredidas por las pseudociencias permanentemente. Aun así, la actitud científica y escéptica mantiene abierto un canal que permite nuevas hipótesis que expliquen nuestro mundo, incluso las que infringen el conocimiento validado reiteradamente. Pero, al mismo tiempo se exige que esas hipótesis estén acompañadas por las correspondientes evidencias y pruebas. Es lo que David Hume expresaba como que "el peso de la prueba reside en quien hace la afirmación" y que se transformó en una muletilla clásica de la militancia racionalista "afirmaciones


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extraordinarias requieren pruebas extraordinarias". Esto significa que quien afirma algo tiene la obligación de probarlo: los homeópatas son quienes deben demostrar la memoria del agua, los parapsicólogos que pueden mover objetos con el pensamiento y los acupunturistas que existe la energía vital (Chi). Los científicos no deberían ponerse a trabajar por la negativa para demostrar que el agua no puede copiar las propiedades del soluto, que la telekinesis trasgrede la ley de la conservación de la energía o que la energía vital no puede ser medida ni detectada: la carga de la prueba recae en quien propone la nueva hipótesis. Esas pruebas además deben ser extraordinarias y no un conjunto de datos raros, circunstanciales o producto de testimonios “confiables”. Deben ser lo suficientemente firmes como para que, siguiendo los mismos ejemplos, expliquen los fundamentos de la homeopatía, la parapsicología y la acupuntura y, al mismo tiempo, refuten los conocimientos establecidos de la química, la termodinámica y la física que los contradicen.

Un aspecto de la firmeza de una demostración es que el experimento cumpla con la propiedad de ser repetible por otro investigador, aun del que duda de su resultado. Esto se conoce con el nombre de experimento objetivo o controlado. Por ejemplo, en 1989 los químicos Stanley Pons y Martin Fleischmann anunciaron que habían logrado la fusión fría del átomo, lo que acarrearía la solución a todos los problemas energéticos de nuestro planeta. Fue una afirmación extraordinaria y propusieron una explicación extraordinaria y un experimento que lo sustentaba. Se cumplían todas las exigencias, sin embargo la experiencia nunca pudo ser replicada por otro investigador, ni por ellos mismos. Fue un fraude similar al de J. Benveniste y la memoria del agua que se relata más adelante.

En este nivel de exigencia para demostrar las afirmaciones extraordinarias (que no es mayor al que se le demanda a cualquier científico en su trabajo cotidiano) es cuando el pseudocientífico recurre a la magia. Así, aparece la idea de energía vital que todo lo explica (desde la homeopatía hasta el Feng Shui), las fuerzas indetectables de los rabdomantes o los “otros planos de la realidad” de los parapsicólogos.

Cuando los pseudocientíficos fallan también recurren a la excusa de la magia al argumentar que hay fuerzas ocultas o vibraciones negativas que bloquean el resultado del experimento. En estas circunstancias una excusa recurrente de los macaneadores es denunciar que “la corporación científica”, también llamada “ciencia oficial”, lidera una conspiración contra ellos, los portadores del conocimiento revolucionario.

Un aspecto principal de muchas pseudociencias es que carecen de objeto de estudio, es decir que aquello que es la fuente fáctica de

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información no existe o nunca se demostró que exista: la fuerza vital, las naves espaciales extraterrestres, los ángeles, el “poder” de la mente, los chakras, la influencia de los planetas sobre el futuro, el aura, los niños índigo, etc.

Concordando con la propuesta de Paul Kurtz y de Alberto de la Torre de analizar las afirmaciones religiosas a la luz del conocimiento racional, podemos encontrar similitudes entre el irracionalismo pseudocientífico y las creencias acríticas de las religiones.

Una corriente pseudocientífica que cada tanto se pone de moda es la criptozoología que pretende descubrir dinosaurios vivos, al Yeti, a Pié Grande y a otras criaturas de fantasía similares. Una de ellas, los dragones, son entidades míticas y, al mismo tiempo, organismos imposibles. Dejando de lado lo inverosímil de escupir fuego por la boca (¡y sin quemarse!), la anatomía del dragón es quimérica en tanto que tiene tres pares de miembros: dos patas traseras, dos delanteras y dos alas. La evolución de los vertebrados nos muestra que la diversidad de las extremidades es muy amplia: patas delanteras y traseras (en sus versiones de anfibios, reptiles y mamíferos), patas y alas como las de las aves o murciélagos, aletas como las de los peces y ausencia de miembros como en las serpientes. Pero siempre el número limitante es de dos pares, uno anterior y otro posterior, no existe evidencia de animales de este grupo con tres pares de miembros. De hecho, no existe un ancestro o una estructura anatómica, que pueda engendrar todo un nuevo grupo de vertebrados con patas y alas en el hombro. La anatomía de los ángeles tiene la misma complicación. Dos piernas, y una cintura escapular con alas y brazos son inconsistentes con la diversidad de los organismos, con la evolución y con la más afiebrada hipótesis mutacionista.

El pensamiento crítico coloca a los fenómenos a estudiar en una misma perspectiva de análisis, aún para aquellos que descreen de los dragones pero aceptan como real la existencia de ángeles. Así, por ejemplo, se puede evaluar por igual a un mismo cuento (animales con alas y patas en los hombros) con diferentes versiones, y colocarlos en el lugar correcto, el de las fantasías y mitos.

¿Cuál es el objeto de este análisis si los dragones y los ángeles sólo son figuras míticas? Los cazadores de dragones, y los mercaderes de la "angeología" venden documentales y libros que incautan a ingenuos que los toman como entidades reales y concretas. Mientras que los sacerdotes incorporan estas fantasías en la educación escolar de los niños. Estas personas afirman que esas entidades míticas existen material y objetivamente, alentando la confusión entre la fantasía y la realidad. Promoviendo un estado acrítico desde la infancia las personas nos adecuamos al pensamiento mágico, lo cual es el camino allanado para recibir otras prácticas que pueden ser más


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perjudiciales como las falsas medicinas. Por ello coincidimos con Mario Bohoslavsky cuando expresaba que

“Los verdaderos enemigos de la razón no son, necesariamente, las

personas crédulas, sino aquellas personas que se benefician personalmente de que los demás sean crédulos”.

Algunas de las diferencias entre la ciencia y las pseudociencias

La ciencia traza una frontera lógica entre lo posible y lo irreal, sin

negar de antemano y permitiendo que esa frontera sea cada vez más clara a través de la investigación objetiva. Por ejemplo, si alguien afirma que en su casa tiene un ordenador personal, no es necesario plantear un experimento para ponerlo a prueba porque los ordenadores actualmente son muy populares (aunque es fácilmente verificable visitando el lugar y observando su equipamiento). Si esa persona hizo esa afirmación en 1970, habría sido algo extraordinario y deberíamos evaluar el equipamiento de su casa buscando algo parecido a un ordenador y que funcione como tal. Es decir exigiríamos una prueba extraordinaria para algo extraordinario pero posible. Pero si nuestro amigo asevera que tiene una máquina de

Ciencia Pseudociencia Usa instrumentos específicos con escalas bien definidas (ej. una balanza para medir pesos)

Usa objetos como si fueran instrumentos (ej. un péndulo para diagnosticar enfermedades)

Define los rangos de error Es absoluta Progresa con nueva evidencia

Es inalterable

Crece con la crítica Rechaza la crítica con virulencia

Los resultados son universales

Los resultados sólo son para los convencidos

Los resultados negativos se documentan y sirven para mejorar la teoría

Los resultados negativos se ocultan y desechan

Todas tienen un objeto de estudio bien definido y propio

Muchas carecen de objeto de estudio

El conocimiento antiguo suele ser superado y estudiado como antecedente histórico

El conocimiento antiguo es garantía de eficacia, nunca se desecha ni se busca su actualización

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movimiento perpetuo, sólo deberíamos movilizarnos a su casa si previamente refuta las leyes de la termodinámica, ya que de otro modo una máquina así es irreal.

El enfoque pseudocientífico ignora, niega o viola el conocimiento validado para sustentar su disciplina. Para mantener vigente la mentira, los charlatanes modernos recurren a diversos tipos de estrategias para engañar al ingenuo o confundir al crítico superficial. Por ello, siguiendo a Mario Bunge, se pueden exponer algunos rasgos comunes de las pseudociencias para caracterizarlas e identificarlas: - Son crédulas. No incentivan la búsqueda o la exigencia de las pruebas de lo que afirman. Por ejemplo: no existen laboratorios de investigación de flores de Bach, ni estadísticas de aciertos y errores de la astrología. Como consecuencia: - Son dogmáticas. No se renuevan por la generación de conocimientos nuevos, cuando fallan ignoran el hecho y no se adecuan al conocimiento de disciplinas científicas. Por ello: - Contradicen leyes generales de la ciencia. Por ejemplo, la homeopatía contradice la química básica, la patología, la fisiología y la farmacología; la astrología la contradice la astronomía y la ley de gravitación universal; la telekinesis el principio de conservación de la energía. Como consecuencia: - No pueden demostrar sus afirmaciones. No se vinculan con científicos, porque éstos pondrán a prueba sus enunciados y afirmaciones. Por ello: - Rechazan la crítica. Habitualmente recurren a ataques personales y realizan críticas falaces contra el conocimiento. Caracterizan al conocimiento científico como "ciencia oficial", con el claro interés de desprestigio que supone adscribirlo a un cierto "poder" dogmático. Cuando fallan en experimentos controlados acuden a argumentos pseudocientíficos del tipo: "había malas vibraciones", "la presencia de incrédulos emanaba energía negativa", o que éstos "interferían el aura" o a la "energía vital". - Sus resultados exitosos son selectivos. Funcionan sólo cuando los crédulos están presentes, pero jamás cuando alguien escéptico participa de la experiencia. Tampoco pueden ser repetidos por investigadores objetivos. - Son paranoicas. Cuando son cuestionadas o refutadas imaginan conspiraciones Con este criterio, por ejemplo, “2 +2= 5 y quién lo niegue es un conspirador que trabaja para la corporación internacional de la matemática oficial de occidente”. Este es el recurso de defensa más común entre las pseudomedicinas “la corporación médica nos persigue”. Pero es tan absurdo que no es posible en la práctica, una conspiración así incluiría a todos los médicos, a todos los enfermeros, a todos los estudiantes de medicina (a quienes los


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profesores les “lavan la cabeza”), a todos los auxiliares médicos y personal administrativo, es decir a miles de personas en el mundo que estarían de acuerdo en ocultar una supuesta verdad. - Usan estrategias publicitarias. Los descubridores suelen dar a conocer el resultado de su trabajo en los medios de comunicación (periódicos, programas de TV o radio) en lugar de pasar primero por los mecanismos académicos. Con ello logran un “golpe de efecto” en la población (“si sale en los diarios es real”) y generan expectativas. En Argentina un ejemplo de este tipo fue el anuncio de la crotoxina para curar el cáncer. - La evidencia es anecdótica. Debido a la falta de evidencias que prueben las afirmaciones pseudocientíficas, es común que se presenten como tales a testimonios de personas que afirman las bondades de cierta disciplina o ritual mágico. También es común la referencia a algún informe de investigación de cierta universidad (en general la de California), pero que nunca aparece más que en el discurso. - Argumento de antigüedad. El descubridor ofrece como garantía de veracidad la gran antigüedad de sus afirmaciones. Si bien la antigüedad no está relacionada con la veracidad, este criterio debería ser considerado como causa de duda más que de confirmación ya que el conocimiento se caracteriza por su continua evolución. - No encuentran ni utilizan leyes generales. Debido a que se trata de dogmas basados en creencias y que contradicen el conocimiento validado, sus cultores evitan realizar explicaciones a un nivel gnoseológico general. - Se consideran en otro plano de la realidad. Expresan que los fenómenos paranormales están fuera del alcance de los científicos. Ejemplo: los homeópatas niegan la validez de la estadística. - Se asocian a otras pseudociencias. Por ejemplo los entrenadores en Programación Neurolingüística apoyan las consultas grafológicas, o los astrólogos incentivan la práctica del Feng Shui o la Terapia de Ángeles. Con la popularización de internet se puede verificar que las pseudociencias están asociadas, por ejemplo la palabra “Reiki” en un motor de búsqueda nos va a mostrar páginas web en las que también aparecen otras pseudociencias como Feng Shui, Angeología, Cromoterapia, Flores de Bach, etc. Lo mismo no ocurre con la palabra “Pediatría” o “Química”, es decir las verdaderas disciplinas científicas no se vinculan con las falsas. - Necesitan enunciar que son ciencias. En libros o páginas web de pseudociencias como la homeopatía o la acupuntura, entre otras, existen apartados que afirman que son ciencias verdaderas, o que sus principios fundamentales (la memoria del agua o los cuadrantes del fluir del Chi) están demostrados científicamente, y sus practicantes

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acceden a debatirlo públicamente. Sin embargo una ciencia, como la biología, la geología o la física, no necesita afirmar su entidad de ciencia, mientras que debatirlo con quién lo cuestiona sería una pérdida de tiempo. - Manipulan el razonamiento. Suelen usar falacias para validar sus afirmaciones. Por ejemplo: - ¿Usted puede demostrar que existe el alma? No, científicamente es imposible. ¿Usted puede demostrar que no existe el alma? No, científicamente es imposible. ¿El alma existe como idea? Sí, debido a los textos religiosos, novelas y películas. Deducción: el alma existe. - Recurren al Principio de Autoridad. Los pseudocientíficos consideran garantía de verdad si la afirmación la hace una persona diplomada, por ejemplo la homeopatía funciona porque lo asevera un médico, o un imán disminuye el consumo de combustible porque lo dice un físico.

TIPOS DE PSEUDOCIENCIAS

Como con las ramificaciones de la Nueva Era, las pseudociencias

pueden ser clasificadas en diversos esquemas. La siguiente secuencia se propone sobre la base de su función principal sólo como un modo para su descripción: a- Sintéticas, b- Adivinatorias, c- Visitas Extraterrestres, d- Teorías Científicas Refutadas, e- Meditación Trascendental, f- Fraudes Energéticos, g- Creacionismo Científico. Las Falsas Medicinas forman un grupo muy numeroso por lo que se las trata en un capítulo propio.

A- PSEUDOCIENCIAS SINTÉTICAS

Se caracterizan por pretender unir todo el conocimiento en una sola disciplina que, además, lograría que el mundo físico y el metafísico tengan coherencia gnoseológica. En general tienen a un gurú o líder sectario como origen de todo el conocimiento que escribió en uno o dos libros principales que actúan a modo de los textos sagrados de las religiones. TEOSOFÍA. La Sociedad Teosófica fue creada por Helena Petrovna Blavatsky y Henry Steel Olcott durante 1875, sus objetivos eran reconciliar la ciencia, la sabiduría antigua y la cultura humana a través de la cosmología, la historia, la religión y el simbolismo, todo ello con la pretensión de construir una confraternidad universal. El mecanismo buscaba unificar las religiones, sectas y naciones bajo una


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misma ética basada en las “verdades eternas”. La Sociedad Teosófica (ST) puede ser considerada una versión primitiva de la Nueva Era, puesto que fue el primer movimiento que pretendió sintetizar las filosofías orientales, la espiritualidad, el misticismo, los fenómenos paranormales, el mito de la Atlántida y el esoterismo combinado con fraudes de prestidigitación. La historia de la ST en realidad no se puede separar de la historia y personalidad de Helena Blavatsky. Madam Blavatsky, como la llamaban sus acólitos, se conformó como un gurú que guiaba a sus seguidores que estudiaban su libro de culto “La Doctrina Secreta”. Sus biógrafos la describen como una persona muy inteligente y relatan sus numerosas experiencias místicas que se habrían iniciado desde su bautismo. Sus adeptos le atribuyen un poder divino que se manifestaba a través de su sonambulismo y lo desconcertante de su “inmensa” sabiduría a pesar de haber recibido una educación más bien pobre. Blavatsky aparentemente habría realizado estadías de iniciación en el Tíbet, el Himalaya y en la India donde afirmaba que recibió las enseñanzas de mahatmas que tenían la habilidad de expresar su cuerpo astral, tener poderes sobrenaturales y ser poseedores de la “sabiduría antigua”. Sin embargo la historia verificable de Blavatsky se encuentra en un viaje a Egipto donde fue asistente de un prestidigitador de circo. Ella aprendió sus trucos y los usaba en la ST para que sus seguidores crean que tenía poderes paranormales. Por ejemplo, hacía aparecer platos y tazas, o materializaba “de la nada” papeles con mensajes de sus maestros del Tíbet. De hecho fue echada de la India durante 1885 por hacer pasar sus trucos de magia como si fueran poderes reales.

Blavatsky afirmaba que la Teosofía era una disciplina antigua y universal, pero no pudo explicar convincentemente por qué era desconocida hasta 1875. A partir de su muerte se hizo cargo de la ST Annie Besant, pero su gestión generó una fractura institucional. En 1909 Charles Webster Leadbeater y Besant llevaron a Inglaterra a Jiddu Krishnamurti, un niño hindú de diez años que tendría un "aura especial" y que era la reencarnación del Maestro Maitreya. Esto posicionaba al niño como el nuevo "Instructor del Mundo" profetizado por la ST. Otros afirmaban que era la reencarnación de Jesús. A partir de este hecho se creó la “Orden de la Estrella”, presidida por Krishnamurti, para preparar al mundo del gran cambio venidero. Sin embargo en 1929, ante miles de miembros el joven hindú negó ser el Instructor del Mundo y disolvió la Orden de la Estrella. Actualmente la teosofía es una disciplina seguida por cultores de la Nueva Era o por practicantes del ocultismo, pero nunca volvió a tener el esplendor y la cantidad de seguidores que en los tiempos de Blavatsky.

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ANTROPOSOFÍA. Con el quiebre de la Sociedad Teosófica a partir de la muerte de Blavatsky y el “descubrimiento” de Krishnamurti el presidente de la sede de Berlín, Rudolf Steiner, renunció y creó su propio emprendimiento esotérico: la Antroposofía. Como en el caso de la ST, la antroposofía tiene en Steiner la figura de un gurú. A diferencia de Blavatsky, Steiner era un intelectual de muy buena formación, tenía conocimientos de agricultura, arquitectura, arte, química, literatura, matemática, medicina, filosofía y religión. Obtuvo un doctorado en filosofía y escribió libros de ocultismo. Además, durante varios años estuvo compilando y editando la obra de Goethe. Desde joven creyó ser poseedor de poderes paranormales, como la clarividencia. Hacia 1899 publicó un ensayo sobre Goethe en el que supuestamente halló mensajes místicos, lo cual fue el nexo que lo vinculó con la ST. La antroposofía de Steiner pretendía ser un movimiento que unificaba el conocimiento espiritual con el científico. La antroposofía considera que existe una conciencia anímica especial que permite acceder a las verdades espirituales y que la evolución de la espiritualidad se corrompe en el mundo material. La diferencia principal con la teosofía es que la antroposofía se apoya más en la sabiduría humana que en la divina, aunque mantiene creencias orientales como el karma y la reencarnación. Por ello la antroposofía tuvo una institución llamada la Comunidad Cristiana, con sus propios rituales. Como la ST la antroposofía tiene prácticas abiertas (exotéricas) y otras sólo para iniciados (esotéricas) en las que se estudian textos de ocultismo antroposófico.

Steiner afirmaba que las personas existieron en la Tierra desde el origen del planeta, pero en forma de espíritu, que luego fue transformándose a través de varias fases hasta alcanzar la forma actual. Este período es el que llamó Post-Atlántida, que habría comenzado con el hundimiento gradual de la Atlántida, y que duraría hasta el año 3573, cuando los humanos recobraríamos los poderes clarividentes. De todas las pretensiones de la antroposofía actualmente sólo está parcialmente vigente el método pedagógico que se basa en sostener que los niños aprenden en tres fases de siete años definidas por significados esotéricos. La primera fase se vincula a la adaptación del espíritu con el medio; la segunda considera que hay que desarrollar la imaginación y estimular el estudio de la mitología; la tercera fase consiste en que el cuerpo astral se vincula con el cuerpo físico. Estas ideas esotéricas no se pueden poner en práctica en la educación formal, por lo que las escuelas que lo incluyen deben hacerle modificaciones profundas o engañar al sistema educativo.

NUEVA MEDICINA. Su creador es Gerard Ryke Hamer, se trata de una falsa medicina que pretende que el origen de todas las


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enfermedades se debe a un solo síndrome y que la cura para todo es una sola. Su libro principal es “La Nueva Medicina”. Se describe más ampliamente en la sección de falsas medicinas. HOMEOPATÍA. Su líder es Samuel Hahnemann que, como en el caso anterior, pretendió unificar toda la medicina a través de una sola práctica. Su libro de culto es “Organon der Rationellen Heilkunde”. Se describe más ampliamente en la sección de falsas medicinas. ROSACRUCES. Surgieron durante el Siglo XVII en Francia anunciando el descubrimiento de una “nueva ciencia”. Sin embargo se trataba de una pretensión algo renovada de las supuestas capacidades mágicas de la alquimia. Pero, para este movimiento no actuaba sobre los objetos sino en el mundo inmaterial: se ocupaba de la transmutación de las almas. Su componente esotérico presenta textos crípticos y simbólicos como el “Libro Mudo”.

B- PSEUDOCIENCIAS ADIVINATORIAS

ASTROLOGÍA. Es la pseudociencia más popular de nuestra sociedad, al punto que de tan presente en los medios de comunicación y en las charlas cotidianas pasa desapercibida, como si fuera algo normal. Su objetivo es la adivinación del futuro y del carácter de las personas, para lo cual se basa en la posición de las constelaciones al momento del nacimiento, debido a que considera que las estrellas y los planetas influyen en el destino. No se debe confundir esta pseudociencia con la astronomía, que es una disciplina científica que se ocupa del estudio de los astros.

El origen de la astrología es remoto, la más parecida a la que conocemos hoy proviene de la actual región de Irak hace unos 4500 años. Estos primeros adivinos ordenaron las estrellas en grupos y les asignaban un carácter (bueno, malo, auspicioso, belicoso, etc.) creyendo que sus mitos de origen y sus dioses estaban vinculados con las constelaciones y con los sucesos que ocurrían en la Tierra. La observación del cielo para adivinar fue de la mano a su estudio serio, de hecho los que hicieron grandes aportes al conocimiento científico de los astros, como Ptolomeo, Newton, Kepler y Galileo, también practicaron la adivinación. En épocas precientíficas una y otra disciplina se diferenciaban poco, aún cuando Ptolomeo escribió dos obras trascendentes el Almagesto, de la astronomía, y el Tetrabiblos para la adivinación. Pero con el desarrollo del pensamiento racional y del método científico ambas prácticas se diferenciaron claramente: una se dedica a estudiar el cosmos y la otra a quitarle el dinero a los ingenuos.

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La astrología tuvo pocas variaciones en los últimos dos mil años, llegando al extremo de no incorporar dos constelaciones del Zodíaco, desconsiderar el movimiento de los planetas, y de seguir interpretando a la Tierra como centro del universo.

Esta pseudociencia se basa en los siguientes supuestos: 1- El zodiaco está formado por doce constelaciones. 2- Cuando nace una persona se determina su signo según dónde se

dispone el Sol en relación a las constelaciones. 3- El signo determina las características y el futuro de la persona, y

es influido por las estrellas, el Sol, la Luna y los planetas. Analicemos estas afirmaciones.

“1- El zodiaco está formado por doce constelaciones” El zodíaco es la franja del cielo que se ve desde la Tierra y donde se

“mueven” el Sol, la Luna y los planetas. En realidad el zodíaco está formado por catorce constelaciones, las más conocidas son Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario, Piscis, Piscis. Pero también Ophiuchus y Cetus, es decir hay otras estrellas que forman grupos en el zodíaco que los astrólogos no consideran para sus “cálculos”.

Pero el aspecto más importante de las constelaciones es que se trata de un invento humano y arbitrario. Los griegos fueron quienes crearon estos grupos con estrellas y les dieron nombres adaptándolas a su mitología. Cualquiera de nosotros podría construir otras constelaciones y serían igualmente válidas porque no se trata de un fenómeno natural sino de una construcción cultural. De hecho en el mismo cielo que los griegos describían constelaciones con forma de centauros y cabras, los indígenas precolombinos veían monos y colibríes, y los mayas interpretaron a una serpiente de cascabel donde los griegos veían un toro. En conclusión el zodiaco está influido por las personas y no a la inversa.

“2- Cuando nace una persona se determina su signo según dónde se dispone el Sol en relación a las constelaciones.”

En el zodiaco no se incluyen otras infinitas estrellas sencillamente porque no las vemos desde la Tierra. De modo que cuando se dice que una persona es del signo de Sagitario es porque el Sol estaba por delante de la constelación de Sagitario al momento de su nacimiento. Pero no siempre vemos a las constelaciones en la misma época del año. Esto se debe a que nuestro planeta tiene tres movimientos, el de traslación alrededor del Sol, el de rotación sobre sí misma, pero también el de presesión de los equinoccios. Este último hace que el eje


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terrestre se mueva cambiando su ángulo, del mismo modo que lo hace un trompo cuando gira. Así, en determinado momento desde la Tierra podemos “asomarnos” más o menos hacia el cosmos. Este cambio del eje de rotación de la Tierra tiene un período de unos 26.000 años.

Los astrólogos no consideran este fenómeno por lo que afirman que todas las constelaciones tienen una extensión de 30 grados, que es el resultado de dividir por 12 la extensión del zodíaco. Pero, considerando la presesión, cada constelación ocupa otra extensión en el cielo que, de acuerdo a la Unión Astronómica Internacional, son las siguientes: Aries 24,5º; Tauro 36,5º; Géminis 28,5º; Cáncer 20º; Leo 35,5º; Virgo 44º; Libra 23,0º; Escorpio 7º; Ofiuco 18º; Sagitario 33,5º; Capricornio 29,5º; Acuario 22,5º; Piscis 37,5º; Cetus 0º.

Como consecuencia de ello, las constelaciones que podemos ver actualmente y sus períodos, son los mostrados en el cuadro. Como se puede apreciar las fechas no coinciden con los períodos que usan los astrólogos, pero además hay dos constelaciones que ni si quiera tienen en cuenta. A esto debe sumarse los nuevos planetas descubiertos durante los últimos Siglos (Urano, Neptuno y Plutón) que alternativamente algunos astrólogos consideran y otros no.

En conclusión la astrología usa un cielo que no existe y tiene

fundamentos fácticos falsos, al mismo tiempo que desprecia los aportes de la ciencia de los últimos 200 años (al menos). Esto es equivalente a dar por válidos cálculos hechos con tablas de multiplicar incompletas y con valores equivocados.

Constelación La constelación empieza a estar detrás del Sol el día

La constelación deja de estar detrás del Sol el día

Aries Tauro

Géminis Cáncer

Leo Virgo Libra

Escorpio Ophiuchus

Sagitario Capricornio

Acuario Piscis Cetus Piscis

18 de Abril 13 de Mayo 20 de Junio 19 de Julio

9 de Agosto 15 de Septiembre

30 de Octubre 22 de Noviembre 29 de Noviembre 15 de Diciembre

19 de Enero 16 de Febrero 11 de Marzo

27 de Marzo sobre las 14 hs. 28 de Marzo sobre las 2 hs.

13 de Mayo 20 de Junio 19 de Julio

9 de Agosto 15 de Septiembre

30 de Octubre 22 de Noviembre 29 de Noviembre 15 de Diciembre

19 de Enero 16 de Febrero 11 de Marzo

27 de Marzo sobre las 14 hs. 28 de Marzo sobre las 2 hs.

18 de Abril

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“3- El signo determina las características y el futuro de la persona, y es influido por las estrellas, el Sol, la Luna y los planetas.”

Hasta aquí hemos visto que quienes se dedican a adivinar basados en los astros desconocen lo elemental de las constelaciones, pero de todos modos ¿las estrellas determinan nuestra vida?

La supuesta acción de los astros sobre nosotros se ejercería, según los astrólogos, en relación a su posición definida por distancias angulares: la conjunción (0º), la oposición (180º), el trígono (120º), la cuadratura (90º) y el sextil (60º). Algunas escuelas astrológicas amplían estos aspectos al semicuadro (45º), el sesquicuadro (135º), el semisextil (30º) y el inconjunto (150º). Estas posiciones pueden ser favorables (trígono y el sextil) o desfavorables (cuadratura y la oposición), mientras que la interpretación de los efectos de la conjunción es confusa. Hay otras variables como que los planetas estén ubicados en domicilio, en exaltación, en exilio o en caída, con sus respectivos significados subjetivos. “¡Lo importante es la hora de nacimiento!” suelen insistir los adivinos porque los planetas se mueven poco durante el día, lo que acarrea que las personas que nacen con pocas horas de diferencia tendrían el mismo destino y carácter. Para evitar esto (y vender más horóscopos) los astrólogos dividieron el cielo en doce partes o casas: seis por encima del horizonte y seis por debajo, definiendo los ascendentes, descendentes, el medio cielo y el fondo del cielo. En este caso la subjetividad los llevó a afirmar que las casas están vinculadas con aspectos de la actividad de las personas: trabajo, relaciones, muerte, etc.

En realidad todas estas variables carecen de referentes naturales,

sólo son construcciones conceptuales sin fundamento. Pero además no existe alguna explicación de porqué el nacimiento de una persona en la hora del día correspondiente a, por ejemplo, la cuadratura tiene un significado pernicioso o cuál es la relación entre una determinada casa y el empleo, los viajes o cualquier otra actividad: los astrólogos nos exigen que creamos en sus afirmaciones sin que le exijamos explicaciones racionales, aun cuando llaman ciencia a su actividad.

Toda la terminología astrológica sólo sirve para crear un léxico de apariencia científica para impresionar a los incautos, y hacerles creer que su disciplina es el producto de largas horas de estudio e investigación.

Además hay tres líneas de evidencia que niegan la posibilidad que se pueda adivinar a través de los astros:

A- La influencia de un cuerpo sobre otro está bien conocida por la ley de la Gravitación Universal que establece que un cuerpo afecta a otro con una fuerza de atracción en relación directa a su masa y al cuadrado de su distancia. Siendo así, cuando nace un bebé la


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influencia del médico, la partera y hasta de la cama de parto es infinitamente mayor que la de la estrella más cercana (Alfa Centauro). Durante los orígenes de la astrología se desconocía esto, pero actualmente es absurdo sostener que los astros influyen significativamente sobre la vida de las personas.

Un argumento común entre los astrólogos es la analogía que la Luna influye en las mareas también debe hacerlo en las personas ya que nuestro cuerpo está formado por un 70% de agua. Si bien las analogías pueden ayudar pensar muchas veces traen aparejadas engaños a la razón, como en este caso ya que la influencia gravitatoria de la Luna ocurre sólo en grandes masas oceánicas, pero no en cuerpos menores como lagos o lagunas. Por ello su efecto sobre el agua corporal es despreciable.

B- Ninguna disciplina jamás pudo demostrar que el destino está

prefijado, y menos que depende de la disposición de objetos (en este caso los astros).

Aún cuando los astros ejercieran algún efecto en nuestros cuerpos, no existe la vinculación con el carácter o el futuro. La idea de predestinación carece de referentes en la realidad objetiva, es decir es un concepto sin un hecho fáctico que lo represente. Es sólo una creencia sin fundamento. Así, que una disciplina nos pueda revelar cómo será nuestro (ya prefijado) por venir se presenta como una posibilidad atrayente y extraordinaria, aunque lamentablemente falsa.

C- No existen resultados positivos que permitan sostener que la

astrología puede predecir o determinar el carácter. Todos los esfuerzos que se hicieron para determinar si la astrología

de todos modos funciona dieron resultados adversos. El estudio más cuidado fue el del investigador Shawn Carlson del Departamento de Física de la Universidad de Berkeley (USA) que fue diagramado en conjunto entre físicos, estadísticos y astrólogos de modo que quede claro que el método empleado era objetivo. Se trabajó planteando la hipótesis para poner a prueba: “la posición de los astros cuando nace una persona no determina los caracteres de su personalidad, por lo que las cartas natales tendrán resultados similares a los del azar”.

El experimento consistió en dos partes: 1. Los astrólogos contaron con los datos de nacimiento de un

grupo de personas con los que construyeron las cartas natales. Cada participante debió elegir entre su carta natal y la de otros dos elegidos al azar cuál era la más cercana a su personalidad, sin saber cuál era la propia.

Resultados posibles: si las cartas natales no son deterministas (es decir no representan al carácter de la persona) se esperaba que los

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sujetos escogieran su carta natal de acuerdo al azar: una de cada tres veces. Si las cartas natales son un reflejo de la personalidad, los astrólogos predijeron que los sujetos escogerían su carta natal al menos la mitad de las veces.

2. A cada astrólogo participante del experimento se le dio una carta natal de un sujeto no identificado y tres resultados de un test de personalidad (uno correspondiente al sujeto de la carta natal y otros dos al azar). Con esos datos debió seleccionar el test que más se ajustaba a la personalidad del sujeto de la carta natal.

Resultados posibles: Lo mismo que en el apartado anterior se esperaba que los astrólogos escogerán el test correcto del sujeto una de tres veces (por azar) o al menos una de dos veces (si la astrología predice el carácter).

Es importante destacar que en todo el proceso se aplicó una metodología llamada “doble ciego”, en la cual ni el experimentador ni los participantes de la parte 1 o los astrólogos de la parte 2 sabían cuál era la carta natal propia o el resultado del test correspondiente a la carta natal asociada. Para ello se usaron códigos de números y los datos correspondientes fueron lacrados y mantenidos en custodia por un científico y un astrólogo para evitar trampas.

Los resultados se analizaron estadísticamente con una confiabilidad del 95% mostrando que los participantes eligieron la carta natal propia según el azar (una de tres veces). Pero más significativo fue el resultado de los propios astrólogos, éstos pudieron asociar correctamente el test de personalidad con la carta natal de la misma persona también en porcentajes debidos al azar.

La conclusión fue que la astrología no sirve para determinar la personalidad de una persona.

A pesar que ya fue largamente demostrado que los astrólogos

desconocen el cielo y la posición de los astros durante el año, que nunca pudieron probar si hay alguna fuerza misteriosa que afecta la vida de las personas o que el futuro está predestinado, ni aún que la astrología funciona de todos modos, esta pseudociencia sigue más vigente que nunca. Pero esto se debe a las trampas de los astrólogos para engañar a las personas.

Actualmente hay numerosas técnicas astrológicas: la tradicional o también llamada astrología sidérea (que mantiene la supuesta correspondencia de causa-efecto entre constelación y signo), la astrología trópica (que determina los signos en función del ciclo solar, por lo que usa un cielo más cercano al real), la maya, azteca, china, hindú, etc. Algunos adivinos tienden a modernizarse, en apariencia, porque usan computadoras, otros prefieren un perfil de aspecto antiguo, mientras que otros se disfrazan según la moda del grupo que


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pretende estafar. Dentro de cada astrología hay muchas “escuelas” o, mejor dicho, versiones de cómo es el modo correcto de hacer un horóscopo por lo que son muy diversas, pero se parecen en que todas son creencias sin fundamentos fácticos y ninguna puede mostrar una correspondencia entre profecía y hechos. Pero esta diversidad es una expresión del efecto Barnum: hay una astrología para el gusto o las necesidades de cada persona.

Otra engaño de los astrólogos es hacer profecías relatadas como “tendencias” o “influencias”, usando un léxico lo más ambiguo y general posible, de modo que el usuario incorpore su propia interpretación de los sucesos por venir. Por ejemplo: “Durante la semana que viene usted pasará por varios estados de ánimos, será afectado por situaciones adversas que enfrentará según la circunstancia, tendrá una sorpresa en su trabajo, serán tiempos especiales para las relaciones personales, sus números de la suerte serán múltiplos de dos, evite el color rojo”. Esta misma profecía, de sintaxis vaga y general, puede ser aplicada a millones de personas que, luego, pueden considerarla como acertada. Así, los astrólogos se aseguran un cierto porcentaje de éxito. Como saben que su disciplina es un fraude no se animan a profetizar casos concretos o específicos como: qué número saldrá a la lotería, exactamente qué día y a qué hora habrá un atentado terrorista, cuántas veces tocará la pelota un jugador de fútbol durante un partido, qué preguntas hará la maestra en el examen, etc.

Los astrólogos también nos engañan cuando nos muestran los éxitos de sus predicciones, sin embargo, como ya se mostró en el apartado anterior sus resultados nunca superan el nivel del azar. Pero para ocultar sus fracasos suelen predecir lo obvio, o aquello que ya ocurrió. Las predicciones obvias pueden ser del tipo: “este año habrá tensión entre Cuba y Estados Unidos”, “habrá un terrible accidente aéreo” o “fallecerá una importante estrella del espectáculo”. Mientras que las predicciones del pasado sencillamente son mentiras como: “predije el atentado al World Trade Center”, o “el Tsumani de Diciembre de 2004”. Pero cada vez que se buscan los antecedentes de esas predicciones nunca aparecen o son generalidades del tipo “en el segundo semestre habrá una catástrofe”, que inmediatamente (después del hecho) los falsos adivinos relacionan con algo específico.

Muchos astrólogos se desempeñan como consejeros personales haciéndole creer al consumidor que “cuando los astros te favorecen te irá bien si lo deseas fuertemente”. Esta variante de la charlatanería también suele aplicar el reto halagador para convencer al incauto que el diagnóstico astrológico es eficiente, por ejemplo: “tu defecto es que eres honesto”, “piensas más en los demás que en vos mismo”, “tu franqueza es tu debilidad”.

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Un tema perjudicial para la sociedad es el componente racista y discriminador de la astrología. Si el destino y el carácter de las personas está prefijado por la fecha de nacimiento, sería válido usar sólo esa información para tomar decisiones del tipo: culpable-inocente, apto-inepto para un trabajo, honesto-corrupto, capaz-incapaz. Muchas empresas aplican este criterio para seleccionar su personal, lo cual vulnera los derechos civiles de las personas. Curiosamente algunos consumidores de la astrología terminan cumpliendo sus profecías ya que actúan de acuerdo al horóscopo, que termina influyendo sobre sus vidas pero ya no por predecir el futuro sino por determinar el presente.

En síntesis, la astrología es una creencia sin fundamentos. Sus practicantes mantienen una visión geocéntrica del universo por lo que desconocen los aspectos más elementales de la disposición de los astros y de los movimientos de la Tierra, en una actitud más cercana al desprecio por el conocimiento científico que de la pura ignorancia. Los astrólogos, además, insisten en realizar predicciones basadas en fundamentos subjetivos, intangibles y sin referentes en el mundo físico. Antes bien, desarrollan acciones de engaño para confundir al ingenuo que compra sus servicios: usan términos científicos o similares a los científicos, hacen predicciones ambiguas y generales, pronostican lo obvio o adivinan lo que ya ocurrió. Con sus horóscopos influyen sobre las acciones de las personas que toman sus decisiones basadas en un fraude más que en la razón. Al mismo tiempo sostienen un sistema de clasificación de las personas en signos que alienta los prejuicios y la discriminación.

GRAFOLOGÍA. También llamada psicografología esta práctica se presenta como una disciplina que puede determinar la personalidad de las personas a través del estudio gráfico de la escritura. Las afirmaciones de los grafólogos son de lo más variopintas, por ejemplo “La Grafología es una ciencia de origen relativamente reciente que estudia todo tipo de escritura a fin de poder determinar las características temperamentales y caracterológicas de un individuo a través de su grafismo, es decir de su expresión gráfica. Describiendo y valorando las características de la escritura, la Grafología determina los aspectos más importantes del carácter e inteligencia del autor de la misma.”

También que

“Una pericia psicografológica, es un estudio profundo y certero de los trazos y características puntuales del escribiente...” “Este tipo de estudios es sumamente utilizado en países desarrollados, en donde la Grafología ocupa


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un lugar prestigioso debido a su exactitud y utilidad a la hora de analizar los trazos y determinar aspectos intrínsecos de la personalidad del escribiente, como por ejemplo sus aptitudes físicas, sociales, intelectuales, salud física y mental, estado anímico, intenciones, morfología, estructura corporal, entre otras.”

En síntesis, según los grafólogos: - la grafología es una ciencia - determina los aspectos más importantes del carácter e inteligencia - es un estudio profundo y certero

- determina aspectos intrínsecos de la personalidad Sin embargo la grafología no es una ciencia porque: 1- Nunca pudo demostrar que la escritura es una vía para conocer

la personalidad. 2- Nunca pudo demostrar que existe una relación entre la escritura

y la psiquis. Todos los adjetivos de precisión como “profundo, certero,

exactitud, utilidad” de ser ciertos tendrían amplios soportes fácticos y teóricos que los validarían.

Por ejemplo, los grafólogos afirman que la hoja a utilizar puede ser dividida en 4 partes que tienen un significado cuando es usada por un niño. Veamos en detalle una de esas zonas:

“ZONA INFERIOR IZQUIERDA: Es una zona negativa porque nos estará hablando de introversión, cohibición y temor por lo desconocido. Estas características son producto de una gran dependencia materna. Esta será castradora, temerosa y ansiosa, lo que se verá proyectado en su hijo. Su persistencia le ocasionará al pequeño conflictos difíciles de superar en el futuro. También es posible que esa imagen materna esté ausente y que por lo tanto ésta subsane la falta cubriendo al pequeño de regalos. La madre estará compensando su culpa por el abandono que hace del pequeño con cosas materiales y le provocará de cualquier forma gran dependencia por la necesidad de su presencia e inadaptación a situaciones nuevas, lo que lo hará introvertido, cohibido y temeroso por lo desconocido. Si se detecta con prontitud esta inadaptación tendrá rápida salida pero si persiste estaremos interfiriendo en su desarrollo normal.”

Para que estas afirmaciones tengan relación con la realidad debería existir algún estudio científico que demuestre la relación entre el uso de esa parte de la hoja y todas esas características del niño ¡y de la madre! porque la grafología también podría determinar aspectos de la personalidad de otras personas distintas al que escribe (La madre estará compensando su culpa...). Al menos, en un nivel más general, se debería demostrar que hay alguna relación entre el uso de alguna parte del papel y la personalidad, y su consiguiente explicación psicológica.

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Obviamente la psicografología sólo se mantiene en el plano de los anuncios, ya que las explicaciones lógicas siempre están ausentes.

¿Qué ocurre si un niño usa toda la hoja para dibujar? ¿Tendrá personalidad múltiple?

Un análisis reciente por parte de profesionales de la psicología de la Universidad Nacional de Mar del Plata demuestra que la grafología es una falsa ciencia. La conclusión de ese informe expresa que:

“En el particular caso de la grafología o psicografología, entendida como

recurso de exploración del psiquismo (no como ciencia, que no lo ha demostrado ser), se suma el hecho mismo de la necesidad de su validación como técnica habilitada para el cometido que se propone. La ausencia de actividades de investigación en la formación terciaria (ya que en este nivel se propone una capacitación praxiológica) imposibilita que se avance en este requerimiento que es fundamental para asegurar buenos efectos en su uso.” Dr. Sebastián Urquijo, Lic. M. Cristina Di Doménico.

Mientras que la British Columbia Civil Liberties Association en un

informe titulado "The Use of Graphology as a Tool for Employee Hiring and Evaluation", concluye que: “Por lo general, en estudios correctamente controlados o estudios ciegos en los que no se incluye informaciones adicionales de un sujeto para establecer predicciones, los grafólogos no tienen la menor chance de predecir rasgos de personalidad.”

La grafología también se presenta como una disciplina adivinatoria

similar al tarot o a la astrología, ya que podría profetizar el comportamiento de las personas en el futuro. Esta supuesta cualidad es empleada en evaluaciones de las empresas al momento de contratar personal.

Los grafólogos sostienen que pueden adivinar las siguientes características de un postulante una vez contratado:

“...optimismo, pesimismo, autoridad o sumisión, decisión o vacilación, impulsividad, freno, constancia, versatilidad, pereza, altruismo o egoísmo, sensibilidad o frialdad, rectitud o falsedad, expansión o reserva, sinceridad o hipocresía, dureza o dulzura, vanidad o sencillez, idealismo o positivismo, desconfianza o credulidad, desenvolvimiento con pares, superiores y sub-alternos, honestidad – deshonestidad”

A este respecto un informe oficial de The British Columbia Civil

Liberties Association (disponible en http://www.bccla.org/positions/privacy/88graphology.html)


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demuestra que la evaluación de la aptitud laboral a través de esta falsa técnica es discriminatoria. Es decir, no se puede emitir opinión de la capacidad de una persona a través de un método que no tiene relación con la habilidad a evaluar. Un ejemplo similar sería que las empresas de transporte público decidan contratar chóferes basados en la capacidad de flotar en una pileta de natación, y para conocer eso tomen una prueba de canto.

Todos los pseudocientíficos tienen estrategias de distracción para confundir a los crédulos haciéndose pasar por verdaderos científicos. Los homeópatas recurren a un supuesto complot de las empresas farmacológicas, los acupunturistas a ataques de la “ciencia occidental”. Los grafólogos aprovechan una verdadera técnica, la pericia caligráfica, para confundirse en el ámbito del derecho. También recurren al uso de terminología psicológica para mostrar un aspecto científico de la grafología. Como se expresa en el informe de la Universidad Nacional de Mar del Plata

“Así la grafología, si prueba ser una técnica válida de exploración psicológica, debe ser incluida en la formación universitaria del psicólogo y no generar ofertas menores que atentan contra la calidad del egresado en el área.”

Sería muy importante poder contar con una ciencia que pueda

determinar la personalidad, adivinar el futuro y curar a través de la escritura. Las posibilidades de esta pseudociencia serían fantásticas, inclusive en el ámbito de la historia, ya que se podría acceder a aspectos desconocidos de grandes personalidades del pasado como San Martín, Moreno, Ameghino, entre otros, sin embargo lamentablemente la grafología no pasa de ser una gran fantasía.

Como afirman los psicólogos Urquijo y Di Doménico en el citado informe:

“Nunca ha sido demostrado que exista probabilidad estadística significativa de que una persona entrenada o con experiencia como grafólogo forense esté más capacitada para identificar al autor de una escritura o dibujo, o para inferir características de personalidad con mayor certeza que una persona que no tiene ningún tipo de experiencia o entrenamiento. De hecho, los estudios científicos indican que la experiencia relativa, las certificaciones, los títulos o el tiempo destinado a trabajar en el análisis de la escritura o los dibujos no tienen ninguna correlación estadística con la precisión de los resultados de sus pruebas.” RABDOMANCIA. También conocida como “arte zahorí” se trata de la búsqueda de agua subterránea usando ramas de algún tipo de árbol en forma de Y. Antiguamente los rabdomantes no daban explicación a

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su disciplina, sólo expresaban que “sentían” cuando la vara vibraba y les indicaba dónde había agua, por lo que se trataba de una actividad mágica. Pero actualmente derivó en la incorporación del uso de péndulos de diversos materiales y de explicaciones pseudocientíficas.

Los rabdomantes modernos, además, aplican esta práctica para buscar personas perdidas o secuestradas, e inclusive objetos o “tesoros” extraviados. Algunos carecen totalmente de sensibilidad y de escrúpulos como los que se prestan a buscar personas secuestradas o perdidas en accidentes, como el rabdomante que “encontró” la cámara fotográfica del periodista argentino asesinado José Luis Cabezas. Las explicaciones de la rabdomancia se basan en la supuesta existencia de lo que dieron a llamar “líneas de Hartmann” que consistirían en una malla de fuerzas electromagnéticas que cubrirían la superficie terrestre y que producirían efectos perniciosos o beneficiosos, lo cual depende del giro del péndulo hacia la izquierda o a la derecha. Los cruces de estas líneas serían particularmente perturbadores y la zona libre entre las líneas (las zonas neutras) mantendría las “constantes universales más armonizadas”. De más está aclarar que las “constantes” no pueden variar en sus valores o lo que quiera significar “más armonizadas”, precisamente porque son constantes.

Esas fuerzas electromagnéticas serían posibles de detectar por cualquier aparato apropiado ya que, siendo lo que dicen que son, tienen magnitud y son medibles. Sin embargo los rabdomantes afirman que las líneas de Hartmann “no se pueden captar comúnmente con los cinco sentidos y, por lo general, ni con instrumentos de medición tradicionales”. Entonces, si no se pueden detectar ¿cómo sabemos que existen? Si es una energía real (por ejemplo el calor) se puede medir (“captar”) con instrumentos (como el termómetro, en este caso) e interpretar con la ayuda de nuestros sentidos (podemos leer la temperatura). Por más sutil que sea la energía podríamos medirla con instrumentos conocidos que brinden una lectura en dimensiones de uso universal. Por ejemplo, la extremadamente sutil diferencia de potencial entre uno y otro lado de la membrana de una célula puede medirse. En varias oportunidades se puso a prueba la eficacia de la radbdomancia, se planteó un experimento con una red de caños subterráneos en los que alternativamente contenían agua corriente sin un patrón fijo. Los rabdomantes jamás superaron el nivel de aciertos al azar. La existencia de su objeto de estudio, las líneas de Hartmann, nunca fue demostrada.


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C- VISITAS EXTRATERRESTRES La creencia de seres extraterrestres que visitan nuestro planeta se

manifiesta con firmeza y vigencia a partir de 1947. Durante el mes de junio de ese año Kenneth Arnold informó que, mientras pilotaba su avión, vio una formación de nueve objetos que volaban sobre el monte Rainier (Washington, USA). En su testimonio expresó que los objetos se desplazaban “como si fueran platos rebotando en la superficie del agua”, lo que la prensa sintetizó y popularizó como “platos voladores”. La repercusión internacional de ese episodio fue tan grande que inmediatamente ocurrieron otros avistamientos, cuyos testigos coincidían en describir que vieron objetos con forma de “plato volador”. Poco tiempo después se supo que lo que vio Arnold fueron reflejos de la luz del Sol sobre las cumbres nevadas de las Cascade Mountains.

Estos primeros episodios de la década de 1940 fundaron la disciplina que se denomina ufología, por U. F. O. (Unidentified Flying Objects), u ovnilogía, por O. V. N. I. (Objeto Volador No Identificado). Aunque en realidad debería ser llamada ufolatría puesto que la existencia de naves extraterrestres que visitan nuestro planeta sólo es una creencia. Llamar a algo con el término OVNI indica que se desconoce de qué se está hablando, que el observador se invalida a sí mismo acerca de su percepción e interpretación de lo qué vio. Al mismo tiempo se determina a una supuesta disciplina científica usando un concepto negativo, lo cual la descalifica desde el principio: “esta ciencia estudia algo que se desconoce pero se caracteriza por no ser otra cosa”. A pesar de esto los ufólatras lograron incorporarnos la idea de que cada vez que hablamos de ovnis estamos haciendo referencia a naves de origen extraterrestre.

Diversos estudios de miles de casos de avistamientos de ovnis llegaron a la conclusión, de modo independiente, que entre el 97 y el 92% de esos sucesos son explicables por fenómenos naturales (estrellas, rayos, bandadas de aves, planetas, meteoros, cometas, nubes, etc.) o culturales (aviones, luces, satélites, cohetes, misiles, helicópteros, sondas meteorológicas, etc.). El resto carece de explicación, y no hay sospechas que permitan sostener que se trata de visitantes de otros mundos. Pero los “investigadores” de ovnis recurren a este mínimo porcentaje no explicado para argumentar a favor de la hipótesis extraterrestre. Este razonamiento es una falacia equivalente a decir que los crímenes no resueltos por la policía fueron realizados por extraterrestres o que las preguntas que no podemos completar de los crucigramas son mensajes del espacio. Pero ¿ese 8 ó 3 por ciento sin explicar puede ser de origen extraterrestre? En principio no hay motivo para dar una respuesta afirmativa puesto que se desconoce vida en otros mundos, en todo caso los ufólatras son

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quienes deben demostrar sus afirmaciones, ya que la prueba debe darla quién hace la afirmación.

Aquellos que estudian el “fenómeno ovni” se dividen en dos vertientes: los que analizan los casos científicamente y sin prejuicios, y los que están convencidos que nos visitan naves del espacio y atribuyen cualquier suceso a la causa extraterrestre. Los primeros son científicos como Carl Sagan que realizaron intentos concretos para hacer contacto con seres de otros mundos, a través del Proyecto SETI de búsqueda de vida extraterrestre y de las sondas Pioneer y Voyager enviadas al espacio en la década de 1970, todas con información de nuestro planeta. Los ufólatras, sin embargo, han generado un movimiento casi religioso en el que pudieron incorporar ideas e íconos de modo masivo, aunque totalmente carecientes de evidencias. Los primeros casos que dieron origen al fenómeno ovni fueron esclarecidos y explicados ya sea como fenómenos naturales o culturales, pero para cuando ocurrió esto la historia había crecido siguiendo el efecto “bola de nieve”. La ufolatría actual ya no sólo trata de “cosas que se ven en el cielo” sino que también comprende:

1- Que seres de otros mundos habrían realizado un pacto 1954 con el presidente norteamericano Eisenhower en el que, a cambio de cederles nuestra soberanía planetaria, nosotros recibiríamos su tecnología en desuso como los discos compactos, el velcro o el microondas.

2- Que a partir de ese pacto se creó el MJ-12, la “Jason Society”, una especie de gobierno secreto del mundo compuesto por doce norteamericanos y cuyo brazo armado son los Hombres de Negro (los Men in Black, sí, como en las películas).

3- Que hay un complot internacional para ocultar la presencia de extraterrestres en nuestro planeta, cualquier explicación racional al fenómeno OVNI sería una manipulación de esta conspiración.

4- Que el MJ-12 conoce, oculta y facilita las actividades de los extraterrestres en nuestro planeta, como las “mutilaciones de ganado” (¿porque les cuesta tanto a los extraterrestres aprender la anatomía de la vaca?), los choques de platos voladores, la existencia de cadáveres de extraterrestres, o los secuestros de humanos, llamados “abducciones” (sí, como en las películas).

5- Que los extraterrestres se comunican telepáticamente con algunos humanos, a los que les envían mensajes de amor, paz y bienestar (esos humanos realmente aumentan su bienestar con la venta de libros sobre ovnis).

6- Que hay muchos extraterrestres viviendo entre nosotros y que no los podemos distinguir (sí, como en las películas).

7- Que existen ciudades subterráneas invisibles de origen extraterrestre.


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8- Que los extraterrestres ayudaron a la Humanidad en sus grandes avances culturales y tecnológicos desde la invención de la rueda, la construcción de las pirámides hasta los lanzamientos de cohetes espaciales y de satélites.

Esta lista muestra sólo algunas de las muchas creencias que componen el fenómeno ovni. El principal problema con que cuentan los ufólatras para demostrar sus afirmaciones es la falta de evidencias materiales. Sin embargo se esfuerzan en hacernos creer que una mancha en una foto es una nave espacial, que un poco de césped quemado es, inobjetablemente, el rastro de un aterrizaje de un plato volador o que un testimonio (a favor de la hipótesis extraterrestre) es suficiente garantía de verdad. Nunca presentaron una pieza de una nave, un objeto fabricado en otro planeta o un organismo extraterrestre (aunque sea una bacteria o un alga fotosintética unicelular).

Actualmente la mayor fuente de “evidencia” de los ufólatras son los testimonios, particularmente desde que las técnicas digitales permiten análisis rápidos y certeros de los fraudes fotográficos. Pero los testimonios no son confiables ya que se trata de meras opiniones subjetivas de alguien que vio “algo” en el cielo. Aún aquellas personas que son honestas pueden auto engañarse al interpretar un avistamiento. Por ejemplo, durante la guerra de Corea el 30% de los despegues de aviones de combate norteamericanos ocurrieron por confundir al planeta Venus con un avión hostil, mientras que en el año 2004 pilotos de la Fuerza Aérea Mexicana confundieron rayos con naves espaciales. Es decir, aún los pilotos de elite, cuya vida depende del análisis del entorno, no están calificados para interpretar qué se ve en el cielo. El problema principal de los testimonios (siempre considerando que son realizados por personas que no inventan su relato) es que cuando se trata de decodificar lo sucedido ante situaciones imprevistas, peligrosas o que generan miedo, la mente funciona con patrones culturales producto de experiencias previas. Así, aun el testigo honesto, puede interpretar algo muy distinto a lo ocurrido en la realidad.

Un experimento, llamado Proyecto Iván, fue realizado en varias localidades del país vasco para poner a prueba la percepción y la capacidad de sugestión de los testigos frente al fenómeno ovni. Durante fines de 1978 y principios de 1979 un grupo de amigos, coordinados por Félix Ares de Blas, deslizaron el rumor que se vieron ovnis en distintos lugares de esas localidades. Los medios de comunicación publicaron sus falsos avistamientos sin verificar la veracidad de los dichos, y también otros “avistamientos” de personas ajenas al grupo. Finalmente, el experimento consistió en fabricar un ovni en la ladera de las Peñas de Aya que pudiera ser visto desde la

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concurrida Plaza de San Juan en Irún. El “ovni” sólo eran unas luces fijas blancas y unos flashes sincronizados. El valor del testimonio se puso en evidencia cuando los concurrentes a la plaza afirmaron que vieron luces de colores, naves volando, luces en movimiento, objetos de tamaños diversos, etc. Inclusive hubo versiones periodísticas de naves volando sobre un lugar distinto de las Peñas de Aya.

La necesidad de mantener el mito ovni llega al extremo que los ufólatras sostienen los testimonios más insólitos, y los defienden con virulencia: los relatos de las personas secuestradas por extraterrestres, los “abducidos”. Uno de los casos más famosos fue el de Betty Hill que afirmó bajo hipnosis que, mientras viajaba con su esposo por una carretera de Estados Unidos, fue secuestrada y llevada a una nave espacial (es decir se tomó como cierto lo relatado en estado inducido de alteración mental). Un aspecto interesante de la historia de Betty Hill, y que nos muestra a qué extremo puede llegar el fanatismo en una creencia, es que organizaba sesiones de avistamientos de ovnis en los cuales sólo ella tenía la “capacidad” de ver ovnis que eran invisibles para los demás concurrentes, los cuales participaban emocionados.

Otro caso de alcance internacional es la abducción del matrimonio “Vidal”, ocurrido en Argentina. También durante un viaje en automóvil en la provincia de Buenos Aires este matrimonio se vio envuelto en una extraña nube y luego habrían aparecido en la ciudad de México. El caso tuvo una gran cobertura periodística, pero años después se supo que todo se trató de una estrategia publicitaria de una película que se estrenó unos meses más tarde (“Che Ovni”, de 1968) y que se basaba en una historia casi idéntica al caso Vidal. A pesar que los propios realizadores de la película confesaron que crearon la historia para promocionar su film los ufólatras argentinos todavía sostienen la veracidad de este secuestro.

Además de la tozudez frente a los argumentos más elementales que refutan el fenómeno ovni, sus defensores caen reiteradamente en falacias. La más común es la demostración circular de la conspiración. Si alguien demuestra que un avistamiento de una “nave espacial extraterrestre” se explica, por ejemplo por el paso de un satélite, los ufólatras creen tener la prueba de sus creencias: la hipótesis del satélite es una estrategia del MJ-12 para ocultar la verdad. Es decir “se confirma que fue un ovni porque se demostró que no”.

Un aspecto reiterado de los avistamientos de ovnis es que son contagiosos, raramente ocurre un caso aislado puesto que cada vez son más comunes las “oleadas” de ovnis. Este fenómeno está influido por la difusión masiva, la prensa da a conocer una noticia y, como en el Proyecto Iván, aparecen nuevos testigos y nuevas versiones. Los testimonios crecen por unos días hasta terminar abruptamente.


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Algunas de estas “oleadas” son explicadas por fenómenos naturales, pero su solución racional y con evidencias materiales suele llevar algo más de tiempo que las elucubraciones de los ufólatras, es decir cuando ya pasó el interés periodístico. Un caso concreto ilustra esta idea: durante el mes de febrero de 2005 unos vecinos de un barrio rural, cercano a la ciudad de Mar del Plata (Argentina), avisaron de unas extrañas huellas circulares en la hierba y que un testigo vio una luz durante la madrugada. Esa noticia inicial en pocos días se transformó en más testigos que vieron luces, uno aseguró que la luz ingresó a su domicilio, que se cortó el suministro de energía eléctrica y hasta que se detuvieron los motores de los vehículos que circulaban por esa zona. La única evidencia material eran los círculos, de hasta siete metros de diámetro, que comenzaron a proliferar en un área de unos 150 kilómetros. El análisis de esos círculos, efectuado por Sebastián Bassi en Balcarce, permitió conocer su origen natural: se trataba de los “anillos de hadas” organismos similares a los hongos que crecen en forma radial en el subsuelo y que en determinadas condiciones ambientales afloran en la superficie. A pesar de lo determinante de la interpretación natural de estos “aterrizajes de ovnis”, documentados a través de todas las partes del organismo, algunos ufólatras llegaron a aplicar un tipo particular de conjeturas alternativas para alimentar el mito y defender su negocio: dijeron que lo inexplicable es ¡que crezcan hongos luego de los aterrizajes! La cobertura periodística, salvo una excepción, consistió en la versión extraordinaria y pseudocientífica. Pero, para cuando los cultivos de laboratorio de los “anillos de hadas” estaban clasificados y su anatomía vegetativa y sus esporas descriptas y fotografiadas el interés periodístico había cesado.

Además de distorsionar la realidad y confundirla con la ficción, el fenómeno ovni tiene un componente todavía más perjudicial para la sociedad: las sectas platillistas. Uno de los casos más tristes fue el de Heaven‟s Gate. Durante 1997 ocurrió un suicidio colectivo de 39 personas en California (USA), todos eran miembros de la secta WW Autoridad Superior (WW Higher Source) los cuales se vinculaban internacionalmente a través del portal de internet Heaven‟s Gate (Puerta del Cielo). Los adeptos a esta secta estaban convencidos que, al morir su cuerpo, alguna entidad sobrenatural de ellos se uniría a una nave espacial tripulada por extraterrestres. Esto ocurriría durante el paso del cometa Hale-Bopp, y su objetivo era subir al Reino de Dios por medio de esta nave. Esta secta tenía una doctrina heterodoxa que consistía en la Biblia, la astrología, la reencarnación y en creencias sobre ovnis. El líder del grupo, Marshall Applewhite, estaba convencido que era la reencarnación de un extraterrestre. La

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combinación del fenómeno ovni con supersticiones de la Nueva Era, como en este caso, es muy común.

En más de cincuenta años del primer avistamiento de nueve ovnis se carece de evidencias materiales y objetivas de la existencia de seres extraterrestres o de naves espaciales que visitan nuestro planeta. Así, la llamada ovnilogía o la investigación del fenómeno ovni carece de objeto de estudio. Sin embargo el aspecto material de esta creencia se manifiesta a través de millones de dólares anuales de ganancias obtenidas a través de cursos, venta de libros, seminarios, películas, documentales, viajes turísticos, revistas, etc.

Como dice Juan Carlos Martínez Bernal “Es importante tener en cuenta que la pluralidad de teorías sobre los ovnis indica cuán vaga es la definición del objeto y su carencia de base experimental. De ahí que el campo del estudio científico no sean tanto los ovnis, sino las personas que ven ovnis.”

D- TEORÍAS CIENTÍFICAS REFUTADAS

Se trata del sostenimiento de ideas que en algún momento tuvieron la categoría de conocimiento científico pero que luego fueron refutadas y reemplazadas por otro conjunto de ideas que explican mejor al fenómeno, o que directamente fueron descartadas por no explicar ningún hecho de la sociedad o de la naturaleza, o por carecer de objeto de estudio. En tanto que haya personas que todavía sostengan estas elucubraciones, pero que no presenten pruebas de su validez explicativa o de los métodos de validación, deben ser consideradas como pseudociencias. Por ejemplo:

ALQUIMIA. Es una práctica antigua que floreció en tiempos precientíficos. Algunas de sus variantes propiciaron el surgimiento de la química en la cual se heredaron términos como “gas”, numerosos aparatos como el alambique y prácticas como el “baño de María”. La alquimia tenía un principio fundamental que era descubrir la “piedra filosofal”, es decir una sustancia que a través de métodos alquímicos permita transformar metales “impuros” (plomo, zinc, cobre, hierro, mercurio) en oro. La alquimia floreció en Alejandría hace 2300 años y se desarrolló en diversas regiones del mundo como China, Egipto, India y Europa. Muchos aprendieron de los orfebres egipcios a manipular y mezclar los metales, los cuales sabían de aleaciones y practicaron la falsificación de joyas de oro y plata. Pero también los alquimistas buscaban el elixir de la vida, para curar todas las enfermedades y alcanzar la inmortalidad. Los alquimistas chinos tenían el interés particular por descubrir el elixir de la vida, por lo que muchos emperadores fueron intoxicados por ingerir sus pócimas.


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En Europa la alquimia fue muy popular durante la Edad Media a partir de la publicación del libro “Corpus Hermeticum” que compilaba conjuros mágicos y encantamientos del dios egipcio Thoth, conocido como Hermes Trismegistus (el “padre” de la alquimia). Aunque luego se supo que se trató de un fraude ya que jamás existió una persona con ese nombre, aunque los textos de “Hermes Trismegistus” siguen siendo estudiados por los místicos actuales. La alquimia tiene numerosos ritos, simbologías y creencias por lo cual fue vinculada a diversas sectas y sociedades secretas. Los alquimistas tuvieron una práctica experimental intensa y sirvieron de base para muchos conocimientos de la química pero, debido a que nunca se separaron de lo sobrenatural, lo mágico y lo supersticioso no desarrollaron métodos científicos modernos. De allí que a partir del desarrollo científico de la química, la alquimia quedó relegada a una práctica ocultista. El componente metafísico llegó a generar sociedades esotéricas (como los Rosacruces) que buscaban la transformación e inmortalidad del alma, por ello muchas ideas de la alquimia son adoptadas por disciplinas de la New Age. Como expresó Pablo Capanna: “Curiosamente, una historia que comenzó con los falsificadores de joyas culmina con los falsificadores del espíritu.”

DISEÑO INTELIGENTE. Los creacionistas de Estados Unidos retomaron la “teoría” del diseño inteligente (en adelante DI) con el fin de presentar una alternativa a la enseñanza de la evolución biológica en las escuelas. La idea del DI está epistemológicamente muy lejos del concepto de Teoría, con el que la denominan sus difusores. Se trata de la actualización de una idea del teólogo William Paley que en 1802 escribió en su libro “Teología Natural. Pruebas de existencia y atributos de la divinidad recogidas a partir de los aspectos de la naturaleza”, que dice que si algo es muy complejo debe ser obra de un "diseñador inteligente", ese diseñador obviamente se trata de un ser sobrenatural. La obra de Paley introdujo el conocido ejemplo del reloj "si veo un reloj lo reconozco como un objeto muy complejo, de modo que no puedo pensar que sus partes se juntaron por azar, entonces fue diseñado de modo inteligente, y lo mismo vale para un organismo que es infinitamente más complejo".

En los años recientes hay dos autores principales que retoman la idea de Paley: el matemático William Dembski y el bioquímico Michael Behe. Dembski no incorpora grandes modificaciones a los textos de Paley, su libro “Diseño Inteligente” es un texto de teología, mientras que en “No Free Lunch” sus intentos por incluir jerga y referencias científicas son vanos en sus resultados o carácter explicativo. Behe defiende lo que llama "Complejidad Irreducible": los sistemas naturales con partes altamente interdependientes no podrían

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funcionar sin todos los componentes a la vez. Esto implica que es poco probable que todos los componentes hayan evolucionado juntos y al mismo tiempo, o por etapas. Entonces, fueron armados por el "Diseñador Inteligente" de una sola vez. Es de destacar que Dembski, Behe y todos los demás defensores del DI carecen de una presentación lógica de sus argumentos, de evidencias contrastadas o contrastables, o de consistencia explicativa, es decir no puede ser considerado como conocimiento científico. De hecho ninguno de los autores recientes se atrevió a poner en discusión sus ideas en revistas científicas. Por ello la crítica más global al DI es metodológica y resalta su estructura racional deficiente, tal como lo demostró David Hume durante 1779 en “Dialogues Concerning Natural Religion” (antes de la obra de Paley, que tampoco era muy original) cuando criticó el uso de la complejidad de la naturaleza como prueba de la existencia de Dios. Como lo expresó Hume, el argumento del reloj es una analogía, la cual no puede ser usada como método de verificación (ver una crítica en “El Relojero Ciego” de Richard Dawkins). Los embates antirracionales recientes de Behe incorporan la idea de lo poco probable que se generen por azar moléculas como el ADN. Como en el caso anterior el razonamiento es falaz, ya que las biomoléculas no son aleatorias sino que se forman por leyes determinísticas de la química, de la física y de la biología.

¿Por qué una idea refutada ya en 1779 renace en años recientes disfrazada de teoría científica? Porque el escenario histórico lo propicia. Durante el Siglo XX surgieron diversos movimientos que atacaron al racionalismo y a la ciencia: la revolución romántica, el posmodernismo, la New Age, el anarcoprivitivismo y el ambientalismo radical. En este contexto que pretende ubicar al conocimiento como “el malo de la película” los creacionistas encuentran su espacio para refundar la conjetura del DI.

La evidencia empírica al argumento lógico de Hume contra la Teología Natural surge en 1859 con la edición de El Origen de las Especies, donde Charles Darwin brindó una explicación mecanicista a la diversidad orgánica: ya no era necesaria la excusa sobrenatural para entender la vida. A partir de allí el creacionismo se enfocó en cuestionar la Teoría de la Evolución Biológica.

El DI en estos tiempos está siendo difundido principalmente en Estados Unidos, como una corriente solapada del creacionismo para ser enseñado en las escuelas públicas y laicas. Nuevamente acarrea una trampa lógica ya que supone que el DI es un competidor cada vez más fuerte de la Teoría de la Evolución Biológica a pesar que no ofrece un argumento más que “es obra de un ser inteligente”. Como muchas reflexiones anticiencia, el DI se basa en el concepto general que expresa que todo lo que no podemos entender debe ser atribuido a la


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acción divina, y también son falaces en esto como en el caso de la improbabilidad de las biomoléculas. Se destaca que, en general, los creacionistas desconocen los avances de la Teoría Evolutiva de los últimos 100 años, por lo que siguen creyendo que el darwinismo es un concepto absoluto de la evolución biológica. EVOLUCIONISMO CULTURAL. Muchos intelectuales del Siglo XIX intentaron aprovechar el éxito y fama de la Teoría de la Evolución Biológica para reducirla a la interpretación de las culturas, lo cual es una maniobra que consiste en forzar una teoría de una ciencia natural a una ciencia social. Un autor principal de este “pase mágico” fue Herbert Spencer quién anunció que el progreso humano se podía conocer a través del darwinismo. Fue uno de los primeros que usó la alegoría biológica de la “supervivencia del más apto” aplicada al plano social pero sin el sentido metafórico que usó Darwin. Esta noción fue alentada por las naciones imperiales europeas que se encontraban en plena expansión colonial, ya que con la excusa de la superioridad racial justificaron la apropiación de tierras y bienes ajenos y se consideraron con argumentos “científicos” para disponer de la vida y de la muerte de las personas que habitaban originalmente los territorios conquistados. Las sociedades fueron analizadas como si fueran organismos vivos, de modo que se afirmaba que las “razas inferiores” estaban determinadas biológicamente por selección natural mientras que las “razas superiores” eran las más aptas. Pero ¿quiénes eran las “razas inferiores”?: los “otros”, los distintos a los que ostentaban el poder bélico y que eran los que definían las clases “evolutivas”. De este modo surgió una serie de supuestos de la evolución social como que la sociedad debía progresar a través de estadios sucesivos, al final de los cuales estaba el “estadio” óptimo, es decir la cultura del que inventó esta propuesta, todo lo demás era “inferior” o “primitivo”. Esta idea de una escala cultural evolutiva unilineal y determinista fue sistematizada por Lewis Morgan (1818-1881) y Edward Tylor (1832-1917). Ellos le dieron significado a los términos salvajismo, barbarie y civilización como las etapas evolutivas principales de la escala. La civilización correspondía al estadio más complejo, el superior y, obviamente, al propio. Estos autores planteaban que todas las sociedades debían pasar por esas etapas que se sucedían en una sola dirección y con un sólo resultado final (la civilización), de aquí el emergente del finalismo de su propuesta. Por ello, hace 100 años se hablaba de sociedades que “todavía” están en el “salvajismo” o que “se quedaron” en la “barbarie”, porque habían detenido su proceso evolutivo o porque todavía no lo habían completado: su “destino” de perfección había quedado trunco. Actualmente el término “civilización” se suele usar como sinónimo de

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sociedades estatales, ya desprendido de toda idea evolucionista. Tylor afirmaba a fines del siglo XIX que los rasgos de las sociedades "... se ajustan a leyes tan concretas como las que determinan el movimiento de las olas y el crecimiento de las plantas y animales", lo cual sería un aporte revolucionario para las ciencias sociales, si lo hubiera demostrado.

Para definir esas etapas evolutivas se usaban los objetos materiales de cada cultura “es evidente que un camión es más evolucionado que una carreta”, esta teoría pseudocientífica está plagada de conceptos “obvios”, “supuestos”, “tácitos” o “evidentes” los cuales fallan cuando se los pone a prueba científicamente. Del mismo modo, el evolucionismo cultural abusa de la homogenización de la diversidad humana, define claramente lo propio (lo “mejor”) pero el otro es una sola clase. Lo mismo ocurre cuando se refieren a las sociedades del pasado: 200.000 años de Humanidad son sintetizadas como “antes” o las “culturas del pasado” o “antiguamente”. En América se aplica el concepto de “culturas precolombinas” para quitarle historicidad a 30.000 años de desarrollo cultural. Con esta idea sería lo mismo el Imperio Inca que los cazadores-recolectores amazónicos, o los Tehuelches y los Olmecas, los nativos de Tierra del Fuego (Selknam, Haus, Yamanas, etc.) fueron generalizados con el nombre de Onas y con el de Araucano a los Mapuche, Rankel, Pehuenche etc. Aunque habitaron a miles de kilómetros, hablaban idiomas distintos, tenían códigos sociales propios y vivieron separados por miles de años, todos serían una misma clase: las culturas precolombinas.

Esta idea de una escala evolucionista unilineal y determinista de las culturas jamás fue demostrada. Los términos salvajismo, barbarie y civilización nunca fueron sostenidos empíricamente, es decir carecen de objeto de estudio. Jamás se demostró que se pueda sintetizar la diversidad social de la Humanidad a través de una única idea o que, con un criterio objetivo y explicativo, se puedan proponer rangos de culturas a través de las cosas fabricadas y que eso responda a un proceso intrínsecamente social que afecta a todas las culturas. Tampoco se pudo justificar científicamente que una teoría de las ciencias naturales se pueda reducir directamente a las ciencias sociales.

Mientras que el “darwinismo” fue creciendo hasta convertirse en la Teoría de la Evolución Biológica y la disciplina más abarcadora de la biología, el evolucionismo cultural unilineal fue cayendo paulatinamente en descrédito por falta de consistencia teórica y de evidencias empíricas. La misma disciplina que generó estas ideas, la antropología, fue la que las desechó por inoperantes y carentes de valor explicativo, de modo que actualmente el evolucionismo social sólo se estudia como un antecedente histórico.


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FRENOLOGÍA. Se trata del estudio de la forma del cráneo para conocer el carácter y la inteligencia de una persona. Esta disciplina fue creada por el médico vienés Franz Joseph Gall a principios del Siglo XIX en pleno auge de las ideas modernistas y de los esfuerzos por alejarse de las ideas dogmáticas y religiosas. Su autor afirmaba que en la superficie del cerebro había órganos dónde se localizaban las facultades mentales y que éstas podían ser reconocidas a través de las protuberancias del cráneo, así, definió 27 funciones psíquicas. Sus ideas se basaban en cuatro principios: 1) Las facultades intelectuales y morales son innatas. 2) Las mismas dependen de la forma del cerebro. 3) El cerebro es el órgano de todas las inclinaciones y capacidades. 4) El cerebro se compone de órganos particulares para cada función.

Seguidores de Gall como Johann Spurzheim y George Combe generaron ramificaciones especiales de la frenología creyendo poder determinar hasta las cualidades del espíritu y del ingenio. Sus exponentes no realizaron experimentaciones para conocer las partes del cerebro responsables para una acción neurológica específica, sino que la localización de las facultades mentales fueron seleccionadas arbitrariamente, así se hablaba de órganos del robo, órganos del asesinato, de la benevolencia, autoestima, amor conyugal, etc. La frenología tuvo mucha aceptación entre científicos prominentes, a pesar que carecía de evidencias empíricas de la relación entre el cerebro, la forma del cráneo y el carácter.

Las ideas de Gall fueron aceptadas particularmente en Italia donde se generó la llamada Escuela Positivista Italiana liderada por Césare Lombroso, Rafael Garófalo y Enrico Ferri, pero con un neto interés por la antropología de la criminalidad. Sus ideas eran una mezcla de diversas teorías científicas, reducidas a la relación entre forma y carácter totalmente carente de pruebas. Así, se incorporaron ideas de la frenología, del evolucionismo darwiniano, conceptos de Ernst Haeckel y sus publicaciones sobre ontogenia y filogenia, etc. En general, afirmaban que del mismo modo que las características físicas de estadios primitivos de la evolución pueden permanecer en organismos evolucionados, los delincuentes tienen un desarrollo embrionario incompleto que representa un estadio inferior del Ser Humano. Así, por ejemplo, como en las primeras sociedades el deseo de matar fue un rasgo adaptativo que generó buenos cazadores, una persona que tenía tendencias criminales era un individuo primitivo, y eso se podía reconocer por rasgos atávicos de la anatomía.

Como en otras disciplinas originadas por “iluminados”, estas ideas de Lombroso surgieron a través de una única experiencia “reveladora”. Durante el año 1871 al observar el cráneo de un bandolero creyó reconocer anomalías en su forma que, además de una supuesta similitud con algunos mamíferos primitivos, consideró que

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eran las causas de la criminalidad. Esta escuela italiana llegó a elaborar una tipología de los delincuentes, entre las que se encontraban el: delincuente nato, el delincuente loco o alienado, por hábito, profesional, ocasional o primario, por pasión, etc. La mujer fue tratada en una tesis aparte, y su teoría se basaba en ideas absurdas como que: la mujer ocupa un lugar inferior en la escala evolutiva, las mujeres no sienten pena y por tanto son insensibles a las penas de los demás, las mujeres delincuentes parecen hombres son más viciosas que ellos. Lombroso nunca realizó estudios comparativos entre criminales y no criminales de modo de contar con algún tipo de evidencia que sustentara sus ideas. A pesar de la influencia de su escuela positivista y su tipología criminal es de destacar que el Estado italiano no incorporó sus ideas a la jurisprudencia, aún durante la redacción del nuevo Código italiano de 1889, es decir en plena vida de Lombroso.

Nunca fue demostrada la existencia del objeto de estudio de la frenología, es decir la presencia de órganos de la superficie del cerebro, su relación con el carácter y la forma del cráneo. De hecho la neurología y anatomía modernas refutaron todas estas propuestas. Sin embargo, la frenología aportó ideas útiles como que el cerebro es el órgano donde se desarrollan las emociones, la percepción o el intelecto y que tiene áreas específicas para cada función mental. Pero también se comportó como un antecedente para el racismo de los Siglos XIX y XX, en el que los Estados imperialistas con el aporte de sus científicos, justificaron la ocupación de territorios ajenos y el sometimiento de sus habitantes.

Los principios de la frenología también dieron lugar a otras prácticas caracterológicas de apariencia “científica” como la craniometría y la antropometría. Muchos antropólogos realizaban su trabajo experimental con un equipo compuesto por estándares raciales de colores de piel, de color y tipo de cabello, y de color y formas de ojos. También, durante el nazismo alemán se utilizó esta disciplina para intentar demostrar la superioridad racial de los arios, llegando a forzar la existencia de supuestos rasgos coincidentes entre los cráneos de los monos y de personas nativas de África. El componente ideológico de la frenología llegó al extremo que el propio Lombroso y sus seguidores crearon una categoría especial para los anarquistas, los cuales eran considerados casi todos como criminales natos, locos, vagabundos, ladrones y asesinos.

Actualmente, el sostenimiento de la frenología o la antropología criminal son prácticas pseudocientíficas afines al racismo y a la discriminación. Sus referentes modernos son la grafología, la astrología y la quiromancia, que pueden ser consideradas como frenologías de la escritura, del nacimiento y de la mano.


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LYSENKISMO. “Pueden enviarnos a la hoguera por negar un disparate. Pueden quemarnos vivos. Pero no pueden negar indefinidamente los hechos de la ciencia”. Nikolai Vavilov “¡Bravo camarada Lysenko, bravo!” Stalin, 1935

El ucraniano Trofim Lysenko fue un ignoto ingeniero agrónomo de la Unión Soviética hasta que alrededor de 1928 se transformó en un protegido del Estado. En ese entonces estaba en plena expansión mundial la teoría genética y se consolidaba la teoría mutacionista, las cuales sentaron las bases para una nueva teoría globalizadora de la biología: la Nueva Síntesis Evolutiva. En ese marco, los genetistas soviéticos como Nicolai Vavilov enfocaron sus esfuerzos hacia una mejor producción de granos con el fin de alimentar a los millones de habitantes soviéticos, ya que se comenzaba a conocer que el sistema de cultivos de entonces era insuficiente para abastecer el crecimiento poblacional de las décadas por venir.

A pesar de los avances de la genética, Lysenko se percató que esta ciencia contradice a la teoría marxista en lo que se refiere a que el individuo se puede modificar a voluntad por la influencia del medio. Así, Lysenko derribó de un solo paso la función de los cromosomas en la genética, a la que denominaba “burguesa” para contraponerla con el materialismo dialéctico, la “ciencia” oficial. Otro aspecto central de su teoría fue que las características del injerto deberían influenciar al genoma de la planta injertada y negaba la acción de los genes como soporte material de la herencia. Este último aspecto era fundamental para el dogma dominante en la Unión Soviética ya que la “genética burguesa” también contradecía al marxismo respecto de la existencia de estructuras invariantes. El gen es una unidad invariante a través de generaciones, sólo modificable por el azar de las mutaciones, y el razonamiento del lysenkismo planteaba que si la teoría marxista contradice las leyes de la naturaleza es la naturaleza la que se equivoca. En lugar de adaptar la teoría a las evidencias Lysenko decidió seguir el camino inverso, de modo que prefirió retroceder casi cien años y adoptar la propuesta lamarkiana de la transmisión de los caracteres adquiridos, que plantea que lo aprendido durante la vida del individuo se hereda a la descendencia.

El resto del mundo estaba haciendo esfuerzos exitosos por conocer la variación genética de los cultivos y seleccionar plantas en función de sus características dominantes beneficiosas, lo que fue un paso trascendente para alimentar a una población que aumentaba más rápido que los recursos obtenidos con viejas metodologías agrícolas.

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Hacia 1938 la influencia de Lysenko en la política (y no sus aportes a la ciencia) llevó a que sea nombrado presidente de la Academia Federal Lenin de Ciencias Agrónomicas, que al año siguiente ingrese en la Academia de Ciencias de la URSS y que reciba tres veces el premio Lenin de ciencias. Este poder propició que pueda dar el golpe final a la genética soviética cuando, en 1940, desplazó a Vavilov de la dirección del Instituto de Genética de Moscú. En el mismo acto se inició el terrorismo científico cuando la policía política cerró los laboratorios de genética y Nicolai Vavilov fue declarado por Stalin "enemigo del pueblo" y deportado a un campo de concentración, donde murió de inanición durante 1943. Cuando cientos de investigadores fueron llevados a los gulags porque no eran fanáticos del materialismo dialéctico, los pocos científicos soviéticos que planteaban algunas dudas se llamaron al silencio y al arrepentimiento. Lo cual se profundizó a partir que Stalin aprobó “científicamente” las teorías de Lysenko: la ciencia proletaria triunfaba sobre la ciencia burguesa.

Hacia 1948 Stalin se mostró preocupado por el bajo rendimiento de los cultivos que se regían por la biología marxista, lo cual parecía el fin de Lysenko. Sin embargo en una entrevista personal este pseudocientífico convenció al camarada presidente del éxito de sus investigaciones con la promesa de un supertrigo bautizado “trigo en rama Stalin” que salvaría a la nación de las necesidades alimenticias y que luego fue presentado en el “Gran Plan Stalin de Transformación de la Nauraleza”. A partir de este encuentro el prestigio de Lysenko aumentó al punto de centralizar el poder sobre todas las ciencias biológicas.

Obviamente el fracaso del lysenkismo fue absoluto y la Unión Soviética pasó por una crisis agrícola hacia fines de la década de 1950. La ciencia soviética tardó décadas para recuperarse del desastre sobre la comunidad científica por perseguir a los académicos acusados de defender la “genética burguesa antimarxista y reaccionaria” y por poner en su lugar a científicos mediocres pero fanáticos del dogma imperante. El físico Andrei Sakharov, luego Premio Nóbel, expresó en 1964 que Lysenko era el responsable del vergonzoso atraso de la biología soviética y de la genética en particular, de la divulgación de visiones seudocientíficas, de aventurerismo, de la degradación del aprendizaje y de la difamación, despido, arresto, e incluso muerte de muchos científicos genuinos (Schwarz, 2006).

Al perder su contacto con la realidad empírica y con la objetividad en la investigación, el lysenkismo estaba sentenciado a fracasar desde su nacimiento y de nada le sirvió el apoyo oficial del partido: sencillamente los cultivos no se reprodujeron siguiendo el materialismo dialéctico. Lysenko recién fue destituido en 1961 aunque


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mantuvo la protección del régimen hasta su muerte en 1976, actualmente el término lysenkismo permanece como un sinónimo de los que anteponen la ideología dogmática por encima de las evidencias empíricas y de la libertad de pensamiento e investigación. Como Doyle le hizo decir a Sherlok Holmes “Es un error capital teorizar antes de tener datos. Sin darse cuenta, uno empieza a deformar los hechos para que se adapten a las teorías, en lugar de adaptar las teorías a los hechos”.

RAZAS HUMANAS. La idea que la Humanidad está dividida en subespecies o razas biológicas fue refutado por la anatomía, la morfología y diversas vertientes de la genética, si a pesar de eso se sostiene que existen razas humanas usando viejos criterios, se trata de una afirmación pseudocientífica. La existencia de razas animales en la naturaleza es un fenómeno difícil de estudiar, puesto que para que existan razas debe cumplirse que haya al menos dos poblaciones, de las que componen una especie, que tengan algún tipo de aislamiento reproductivo y geográfico. Pero, además, que el genoma de ambas poblaciones esté diferenciado mutuamente, ya sea por mutaciones o algún otro tipo de variantes génicas o cromosómicas. Las poblaciones humanas tienen una alta capacidad de cruzamiento genético desde hace miles de años. Si alguna vez existieron razas no es lo que ocurre actualmente.

TIERRA PLANA Y GEOCENTRISMO. La Sociedad de la Tierra Plana (Flat Earth Society) con sede en Lancaster (USA) tiene por objetivo denunciar que la Humanidad está siendo blanco de un gran engaño ya que nuestro planeta no sería de forma esférica sino plana. Esta sociedad proviene de otra más antigua del Siglo XIX de Gran Bretaña y sus seguidores aseguran que la Biblia confirma sus ideas. Además de cuestionar la, sobradamente corroborada, forma de la Tierra expresan que nuestro planeta está conformado por los continentes tal como los conocemos pero ordenados alrededor del Polo Norte, el cual se dispone en un centro geográfico. Mientras, la Antártida sería una masa de hielo que envuelve a todo ese conjunto a modo de un anillo externo. Según esta sociedad, las expediciones que atravesaron la Antártida fueron el resultado de la ilusión de los exploradores que sólo recorrieron un sector dentro de ese supuesto anillo. Los delirios de este grupo también alcanzan a sostener que la Tierra está inmóvil, por lo que los movimientos de rotación, traslación y presesión serían otro engaño de los científicos. También cuestionan las dimensiones siderales, por ejemplo afirman que la Luna mide 51 km de diámetro (en lugar de los 3.456 km medidos por los astrónomos) y que está a una distancia de 4.000 km de la Tierra (y no a 380.000 km). La Sociedad Tychoniana (Tychonian Society), cuyo nombre homenajea a

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Tycho Brahe, acepta que la tierra es aproximadamente esférica pero, siguiendo la literalidad bíblica, mantienen que es el centro del universo que gira a su alrededor.

E- MEDITACIÓN TRASCENDENTAL

“Sexy Sadie, aún te darán tu merecido, sin importar cuán grande creas que eres”. The Beatles

Se trata de otro invento de Mahesh Prasad Varma, más conocido

por su nombre de fantasía como Maharishi Mahesh Yogui, que está basado exclusivamente en conceptos metafísicos, aunque sus seguidores afirman que poseen pruebas científicas. La MT se originó durante 1956 en la India y saltó a la fama a través de los Beatles y de muchas estrellas de Hollywood como Andy Kaufman y Shirley McLane. La MT es una marca registrada y el sustento fundamental de muchas de las prácticas New Age, en síntesis consiste en el “poder de la mente”, es decir que un suceso puede ocurrir sólo con creerlo y desearlo.

La MT se compone de una serie de técnicas de meditación aparentemente hindúes para lograr un “estado especial de conciencia” en el que se alcanzaría el "esclarecimiento mental superior". Los supuestos beneficios de la MT incluyen: la relajación profunda (posiblemente lo único que realmente logra), el mejoramiento de la salud, el aumento de la inteligencia y la paz interior. Esta técnica estaría basada en la "Ciencia de la Inteligencia Creativa" que se puede estudiar en una de las sedes de la Maharishi University of Management. Sus seguidores aseveran que abundan ejemplos “científicos” que demostrarían los beneficios de la práctica de la MT en el metabolismo, como el consumo de oxígeno, la producción de anhídrido carbónico y de hormonas, la alteración de las ondas cerebrales, etc. Estas, proclaman, son las pruebas científicas del efecto de la meditación sobre el cuerpo al lograr el “nuevo estado de conciencia”. Sin embargo, no existen ejemplos documentados de casos analizados objetivamente a través de experimentos replicables. Los efectos anti estrés de la meditación son reales, aunque no exclusivos, ya que se pueden lograr durmiendo o con otras técnicas de relajación.

Como parte del sistema de meditación trascendental cada persona debe repetir indefinidamente una palabra: el “mantra”. Cada mantra lo determina el maestro de MT, sería personal e intransferible, pero debe ser secreto puesto que perdería la fuerza mística si se revela. Asombrosamente cualquier maestro en el mundo siempre recomendará el mismo mantra “único” para cada persona, pero no se


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debe a un poder místico, sino que Maharishi inventó un sistema de mantras para cada grupo de sexo y edad: el maestro, en lugar de meditar y conectarse con la energía espiritual, sólo debe consultar una tabla.

Una de las afirmaciones más extravagantes es que quienes practican la MT pueden volar o levitar (lo cual es una escena usada repetidamente en el cine), también que se pueden obtener poderes sobrenaturales y hasta la invisibilidad. Sin embargo, como estos supuestos beneficios de la MT son fáciles de refutar y nunca fueron demostrados, actualmente no forman parte de las publicidades de esta técnica, aunque es recurrente en la iconografía de la MT. Uno de los grandes fracasos públicos de la MT ocurrió durante 1968 cuando se reunieron en Washington DC miles de personas alrededor del Pentágono para hacerlo levitar pero, a pesar de seguir las técnicas y enseñanzas de Maharishi, y de las supuestas pruebas de la efectividad del método, el edificio insistió en quedarse en el suelo.

Los seguidores de la MT afirman que esta técnica produciría una reducción de la delincuencia, el conflicto y la violencia al disminuir el estrés en la conciencia colectiva. A este supuesto fenómeno se lo denomina "efecto Maharishi” y se refiere a que la meditación colectiva causa cambios que afecta a todos los aspectos de sociedad. Aunque le han dado un nombre propio esto no se trata de una idea original, sino que es tomada del “inconsciente colectivo” de Carl Jung (ver más arriba el apartado sobre la Nueva Era). Ninguna de estas dos versiones jamás tuvo resultados positivos analizados objetivamente. De hecho en varias oportunidades se demostró que los supuestos logros de la MT no fueron más que fraudes y manipulaciones de estadísticas. A pesar de ello, durante 1998 el Partido de la Ley Natural (Alemania) hizo un llamado a la Unión Europea para establecer un grupo de 10.000 Voladores Yóguicos para crear paz en Kosovo sólo con la práctica de la Meditación Trascendental.

Uno de los últimos delirios de la MT es la “Ciencia Militar Suprema Maharishi” (Maharishi's Supreme Military Science) que se basa en el “efecto Maharishi” y se promueve como la “Tecnología Védica de Maharishi de Defensa Invencible” (Maharishi‟s Vedic Technology of Invincible Defence). Este producto se vende como “un programa científicamente probado para prevenir y resolver pacíficamente conflictos militares entre naciones, conflictos regionales y guerras civiles” y que “provee una solución permanente de defensa invencible basado en la coherencia nacional”. Según la empresa de la MT la nación que adopte esta “tecnología” se rodea con “Rashtriya Kavach” (un escudo energético, como en las caricaturas) que la protegería de cualquier daño que venga del exterior, además impediría hasta el nacimiento del enemigo, el gobierno tendrá una

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administración sin problemas y los ciudadanos una vida de salud perfecta, felicidad y abundancia. Sus “fundamentos” abundan en abusos irracionales de la física nuclear, mecánica cuántica, estadística, dinámica de fluidos y de reducciones igualmente falaces de la relación entre la física y la psicología, al mejor estilo posmoderno.

Las expectativas de la MT son muy interesantes, lamentablemente nunca fue demostrada la existencia de su objeto de estudio: el inconsciente colectivo y el poder de la mente sobre el mundo material.

F- FRAUDES ENERGÉTICOS

Estos engaños se basan sobre aparatos que les dan cierta apariencia de seriedad, por lo que pueden ser llamados pseudotecnologías.

FOTOGRAFÍA KIRLIAN. Se trata de un clásico de la pseudociencia que es usado particularmente por los practicantes de falsas medicinas, y un comodín que es bienvenido en cualquier delirio de la Nueva Era. Semyon Davidovich Kirlian fue un ingeniero soviético que en 1939 inventó un sistema muy peculiar para fotografiar objetos, que luego fue llamado "cámara Kirlian". El método consiste en someter, ya sea un ser vivo o un objeto, a campos eléctricos de muy alto voltaje (en general 30.000 V) durante 100 ó 200 segundos. El elemento a fotografiar comienza a emitir una descarga luminosa que se puede registrar con una película fotográfica. En las imágenes Kirlian se observa un halo multicolor que se dispone de modo periférico al objeto. Se trata de aire ionizado a causa del campo magnético, ya que una condición física del método es que el aire que envuelve al objeto esté saturado de humedad. Este halo coloreado es llamado “aura” por los pseudocientíficos y le atribuyen decenas de propiedades distintas: desde que es la imagen del alma, hasta un indicador del estado de salud, pasando por un modo para determinar razas humanas áuricas o la imagen de los chakras. Un hecho que incita a la explicación esotérica es que la fotografía se puede obtener hasta varios días después de retirar el objeto. Pero esto se debe a que la humedad se condensa sobre la placa formando la imagen del objeto. Sin embargo si la foto se toma en una cámara de vacío el fenómeno multicolor no se produce, por lo que se descarta cualquier interpretación sobrenatural.

MÁQUINAS DE ENERGÍA ILIMITADA. La mayoría de estos engaños pseudocientíficos consisten en alentar la construcción de máquinas que generarían más energía de la que consumen, lo cual contradice a las leyes de la termodinámica. Estas leyes no son un código como los de la jurisprudencia que pueden cambiarse con nuevas opiniones, sino que se trata de la explicación del


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funcionamiento del mundo. La termodinámica describe un límite que plantea la naturaleza: en cualquier sistema la generación de energía no puede ser superior a su consumo. Es decir, no se le puede “sacar” más energía que la que tiene el sistema ni “crearla” de la nada. Actualmente existe un movimiento que se autodenomina “Energía Libre”, cuyos integrantes realmente creen y sostienen que las máquinas de energía infinita son posibles. Pero nunca pudieron presentar una justificación teórica de cómo refutan a las leyes de la termodinámica ni mostrar una de esas máquinas que realmente funcione. Para auto convencerse afirman que existe una forma de energía que se puede transformar en otro tipo de energía mayor, lo cual denominan “campo etérico subyacente”. Estos “inventores” creen tener resuelto el problema energético de la Humanidad, pero la falta de apoyo oficial y de los científicos del campo de la física lo interpretan como una conspiración internacional de los monopolios energéticos, las empresas petroleras y del poder financiero.

La máquina de este tipo más famosa es la Antena de Tesla que consiste en dos chapas de metal conectadas a un condensador y con una descarga a tierra. Este aparato debe ser montado en un lugar alto, a la intemperie y supuestamente la energía del Sol cargará el condensador, que podrá ser descargado a través de un dispositivo adecuado. Sus defensores afirman que el condensador también se cargará de noche y que la cantidad de energía que se obtiene es ilimitada, además de gratuita. La explicación del funcionamiento de esta antena consistiría en aprovechar una supuesta diferencia de potencial entre la chapa elevada y el terreno. La antena en realidad funciona, pero captando ondas electromagnéticas, rayos cósmicos y partículas solares, por lo cual no se violan los principios de la termodinámica, pero la energía que se obtiene es tan pequeña que no es utilizable con algún fin de provecho.

Nikola Tesla fue quien planteó este invento, pero no se conoce que haya afirmado que se pueda obtener “gran cantidad de energía ilimitada”, de hecho cuando en 1896 iluminó con electricidad a la ciudad de Búfalo (USA) no intentó nada esotérico sino que usó un generador impulsado por el agua de las cataratas del Niágara.

Durante el año 2006 en la ciudad de Mar del Plata el “inventor” Walter Torbay trascendió a los medios periodísticos nacionales e internacionales porque afirmó que había logrado una máquina de movimiento perpetuo:

“La presente es un generador de movimiento continuo mediante la utilización de imanes permanentes aprovechando la propiedad de rechazo de polos iguales y la desviación de las líneas de fuerza magnética mediante cortes realizados en los imanes, utilizando como única fuente de energía la propia

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provista por el magnetismo encerrado en los imanes que la componen."

Para darle un barniz científico y modernoso evitó usar el término “máquina de movimiento perpetuo”y bautizó a su invento como “Transgenerador Magnético”. Sin embargo el aparato se trata de un engaño idéntico a decenas de otros que nunca funcionaron a pesar de los anuncios rimbombantes. Este caso reitera el uso de imanes de neodimio para obtener una máquina que supuestamente entrega energía, lo cual, aunque imposible, no es nuevo. Lo llamativo del caso es que su inventor afirmó que la eficiencia del aparato sería de:

"24 mil gauss (unidad de inducción magnética), que podría generar una fuerza eléctrica de 2.500 watts por un tiempo de cinco mil años".

Esta eficiencia nos hace dudar de su funcionamiento ya que esas

magnitudes equivalen a 3.942 x 1011 joules, una centésima parte de la energía de una bomba atómica. En todo caso es una afirmación extraordinaria que requiere de una prueba extraordinaria, que todavía estamos esperando.

Si estos imanes no pueden ser cargados con tanta energía, entonces no podemos sacarle más. Pero supongamos que podamos cargar al neodimio en esas magnitudes, sólo vamos a aprovechar menos de la que usamos para cargarlo. Entonces no sería una máquina de energía gratis, ni en términos energéticos ni en términos económicos. El señor Torbay también afirmó reiteradamente que su invento revolucionario tiene apoyo oficial a través de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) de la provincia de Buenos Aires y que varios científicos de ese organismo lo estaban avalando para que sea financiado por el Estado. Sin embargo la CIC a través de su Comisión Asesora Honoraria en Física, Matemáticas y Astronomía, en el acta 1237 dice:

"... . La CAH consideró que el proyecto presentado por el Sr. Torvay carecía de bases científicas y que sólo es posible fundamentar la infactibilidad de la idea. Respecto de la posible existencia de un prototipo del invento que funcionaría, la CAH anticipó que en tal caso se estaría utilizando una fuente de energía no declarada en la descripción del aparato."

En otro informe "Rendimiento de la energía magnética contenida

en un imán permanente" del Centro Atómico Bariloche dice que:

"Esa energía (la que se le puede sacar al imán) alcanzaría para mantener encendida una lamparita de 9,6 watts durante 1 segundo. Si el dispositivo


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contara con partes mecánicas móviles, la energía disipada por fricción en esos movimientos reduciría considerablemente este valor."

Es decir, lo esperable: las máquinas de movimiento perpetuo no

funcionan por más que las llamen con nombres estrafalarios.

FUSIÓN FRÍA. Es otro de los fraudes con el que insisten los pseudocientíficos de la New Age. La Fusión Fría es una idea magnífica para obtener energía ya que sería inagotable, barata y poco contaminante. A diferencia de la fisión que es el proceso usado en las centrales atómicas, en lugar de romper átomos la fusión consiste en unir núcleos de átomos de hidrógeno, obteniendo mucha energía y helio que no es contaminante. Sólo unos pocos litros de agua serían suficientes para proveer de energía a una ciudad durante cientos de años. En Argentina de la posguerra la política del presidente Juan Perón facilitó el ingreso ilegal de cientos de criminales nazis, de los que unos pocos fueron científicos. Entre ellos el austríaco Ronald Richter convenció a Perón para que le financie un megalaboratorio en la isla Huemul con la promesa de obtener energía de la fusión atómica. El caso tuvo gran repercusión en los medios de comunicación como el proyecto que pondría a la Argentina a la cabeza de la carrera atómica mundial, pero al poco tiempo las expectativas extraordinarias sólo dieron lugar a un fiasco y al mayor papelón internacional de la historia argentina durante un período democrático. Los pobres resultados llevaron a que una comisión de verdaderos físicos locales evaluara el programa nuclear dictaminando que era inviable y que el propio Richter tenía escasos conocimientos de física.

Más recientemente en 1989 los químicos Stanley Pons y Martin Fleischmann anunciaron que habían logrado realizar la fusión fría diciendo “hemos logrado aprisionar el Sol en una probeta”. Era el sueño de la Era de Acuario, dos investigadores que trabajaban en solitario con dinero propio, fuera de la política de la “ciencia oficial” y con aparatos que se pueden comprar en una ferretería habían logrado generar energía ilimitada. Sin embargo nadie pudo repetir el supuesto experimento de Pons y Fleischmann, ni aún ellos mismos cuando lo intentaron hacer ente las cámaras de televisión. Obviamente el movimiento de la energía libre alude a una conspiración por el descrédito en que cayeron Pons y Fleischmann y por el ocultamiento que “la fusión fría es una realidad”.

ECONOMIZADORES MAGNÉTICOS DE COMBUSTIBLES. En este caso no se trata de generar energía ilimitada sino de un dispositivo relativamente barato (el precio oscila entre 10 y 120 dólares estadounidenses) cuya propiedad consistiría en el ahorro de hasta un

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20% del consumo de combustible (gasoil, naftas y gas comprimido) de motores a explosión (automóviles, motos, maquinas agrícolas, etc.) y de artefactos que funcionan con gas de red o de garrafa (cocinas, hornos, faroles, etc.). Otros beneficios adicionales serían que se disminuyen las emisiones de gases tóxicos y que se limpia el motor de partículas residuales.

Sus fabricantes y vendedores afirman que el dispositivo consiste en un imán muy potente que cambia la disposición espacial de las moléculas del combustible con la consecuencia que el oxígeno penetra mejor en la mezcla y optimiza la combustión. Algunos expresan que el efecto es “ionizante”, dicen que las moléculas de combustible están rodeadas de cargas positivas lo cual genera que se atraigan y se agrupen, la acción del imán quitaría esas cargas de modo que los grupos se disgregarían por repulsión y permitiría, así, la mejor oxigenación y combustión. Sin embargo la propuesta que las moléculas de la misma carga se atraen contradice todo lo conocido de la química y la física.

Otros coinciden en que las moléculas se ordenan por la acción del imán (lo cual suelen ilustrar en bonitos gráficos animados) aunque no explican cómo ni porqué ocurre. Pero esta interpretación no tiene en cuenta que las moléculas de combustible y las de los gases son sustancias diferentes y que comprenden estados distintos de la materia (líquido o gaseoso), lo cual sería muy raro que sean afectadas de igual modo por una sola variable. Además se caracterizan por una dinámica de alta movilidad. De hecho la dinámica caótica de las moléculas de gas suele ser usada para ejemplificar el movimiento Browniano. De este modo, aunque las moléculas se ordenen en la manguera que las transporta, una vez que pasan por el artefacto volverían a desordenarse y el efecto en la combustión sería nulo. Una variante más del efecto “desordenador”, es su mezcla con aire antes de la combustión.

Otro mecanismo que suelen invocar los vendedores de estos imanes consiste en que se convertirían las moléculas grandes de combustible en cadenas más cortas, lo cual sería la causa del ahorro. Sin embargo la evidencia indica que, aún si un imán pudiera romper las cadenas de hidrocarburos, eso generaría un mayor consumo de energía en lugar de un ahorro.

El problema principal de las explicaciones de los fabricantes y vendedores de estos aparatos es que no hay evidencias experimentales que las moléculas de combustibles líquidos o gaseosos, en la situación de ser usadas en un motor a explosión o en un artefacto hogareño (cocina, estufa, etc.), se ordenen o se separen al pasar por un campo magnético de modo de disminuir el consumo en un 20%. Por ello, sus explicaciones parecen un discurso armado con


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apariencia científica, más que el resultado de experimentaciones rigurosas. A pesar de ello, los anuncios publicitarios aseguran cuánto menos consumen determinadas marcas de automóviles, cuánto menos se contamina el ambiente y cuánto aumenta la potencia del motor. Otros dan ejemplos más pueriles, como asegurar que si cierta comida tarda 40 minutos en cocinarse al horno, con el aparato magnético tardará aproximadamente sólo media hora.

La única “evidencia” de los fabricantes, además de las afirmaciones propias, son los testimonios de supuestos usuarios. Sin embargo el planteo de un experimento para evaluar sus aparentes bondades es relativamente sencillo: se debe contar con un motor a explosión en condiciones controladas de temperatura y administración de combustible puesto a funcionar durante un determinado período de tiempo, y realizar mediciones directas del consumo y emisión de gases tóxicos con y sin el aparato magnético. Una experiencia de este tipo la realizó el Instituto de Tecnología de Nueva Jersey (USA) junto al Instituto Stevens, demostrando que el aparato no tenía ningún efecto en el consumo del combustible, lo cual llevó a que, durante 1996, el Estado de Nueva Jersey acuse a un fabricante de estos aparatos mágicos por violar la Ley de Fraude al Consumidor.

Durante 2004 la Asociación para la Difusión del Pensamiento Racional (ADePENSAR) de Argentina puso a prueba uno de estos artefactos a través de dos experimentos:

1- Se instaló el aparato en una cocina de gas y se midió el tiempo en que un volumen de agua tardó en romper el hervor. Se repitió la operación en varias oportunidades. Luego se realizó la experiencia con el mismo volumen de agua sin el aparato magnético igual cantidad de veces. El análisis estadístico de los resultados indicó que en ambas operaciones no hay diferencias en el tiempo que tarda en hervir el mismo volumen de agua.

2- Se midió la temperatura de la llama de una cocina de gas con un pirómetro digital en varias oportunidades con y sin el artefacto “economizador”. La comparación estadística mostró que la temperatura de la llama no fue afectada por el artefacto.

Un aparato de este tipo sería una revolución para el consumo energético del mundo, a tal grado que su inventor seguramente recibiría un premio Nóbel. Un 20 % de ahorro en TODOS los automotores y otros aparatos que funcionan con motores a explosión, en TODOS los artefactos del hogar y de la industria que consumen gas sería extraordinario y podría cambiar el estándar de vida de muchos países. Pero, lamentablemente, TODOS los intentos por examinar las propiedades atribuidas a estos aparatos nunca dieron resultados positivos. La Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos

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analizó decenas de estos aparatos sin detectar ninguno que funcione ahorrando combustible.

¿Por qué algunos usuarios creen que realmente su economizador magnético funciona?: la mayoría se convence a sí mismo que su inversión económica fue exitosa, además de alterar su modo de manejar para consumir menos combustible, otros realizan una puesta a punto del motor junto a la colocación del aparato magnético. Pero esta sensación funciona como un tipo de efecto placebo, pasado un tiempo los supuestos efectos regresan a la normalidad. De todos modos, los usuarios no estamos en condiciones de poner a prueba un artefacto de este tipo por las numerosas variables en el uso cotidiano del vehículo, por ello los experimentos deben ser realizados en motores de experimentación, con diseños de investigación claros, condiciones controladas de la prueba y garantía de objetividad en la toma y análisis de datos.

IMANES PARA TODO. Los imanes atraen el interés de la gente y los charlatanes se aprovechan de las propiedades magnéticas para confundir a sus víctimas, como vimos en el caso del Transgenerador Magnético. Una rama de las pseudomedicinas en la magnetoterapia, sus practicantes afirman que pueden “reestablecer la pérdida del equilibrio vital” (lo que sea que signifique eso) pasando un imán a través de la superficie del cuerpo. Otros aseguran que el “agua imantada” tiene propiedades milagrosas al curar todo tipo de enfermedades, para ello desarrollan las elucubraciones más insólitas (aunque usan el nombre de “teorías” o “explicaciones”) sobre la acción del magnetismo. Relacionan irracionalmente el magnetismo terrestre con la salud (para lo cual inventaron el “Síndrome de carencia del campo magnético terrestre"), afirman que el agua de las células responden a la acción de un imán, que las plantas crecen mejor si se las riega con agua imantada, y dislates por el estilo. La verdad es que el agua tiene una estructura molecular que no es afectada por un campo magnético. Sin embargo, los charlatanes auspician la venta de agua “imantada”, o de los “imantadores” de agua para uso domiciliario, aunque ninguno pudo explicar coherentemente cómo es que sólo ellos saben que el agua se puede imantar. Hasta la fecha nadie pudo diferenciar agua común del agua “imantada”.

También son frecuentes los artefactos para disminuir la dureza del agua, con el fin de disminuir la cantidad de sales disueltas se vende un artefacto que consiste en dos imanes que deben ser colocados alrededor de la cañería de agua. Aunque sus evaluaciones objetivas nunca fueron exitosas, de hecho los fabricantes de estos artefactos no pudieron responder a ¿si el imán separa las sales disueltas del agua corriente en la cañería, dónde quedan las sales?


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G. CREACIONISMO CIENTÍFICO Esta disciplina existe a pesar que por su propio nombre se niega a

sí misma, puesto que el creacionismo se sostiene como un dogma de fe, por lo que nunca podría ser científico. Se trata de un movimiento antiguo compuesto por fundamentalistas religiosos que sostienen la literalidad de la Biblia como una verdad incuestionable. A lo largo del Siglo XX estuvo representado por varias escuelas y líneas internas que generaron instituciones y rupturas entre grupos antagónicos, aunque en las últimas décadas el movimiento creacionista tiene un retorno dinámico. Básicamente los creacionistas científicos defienden los textos del Génesis como si fuera una crónica histórica de hechos reales y se dedican a atacar con virulencia cualquier evidencia u opinión que los contradiga. Hay tres temas principales que son la base de su preocupación: la antigüedad de nuestro, planeta, la negación de la geología y el fijismo biológico.

1- La antigüedad de nuestro planeta Según la Biblia, la Tierra fue creada hace unos pocos miles de años,

por ello los creacionistas no aceptan la antigüedad calculada por los astrofísicos y geólogos en cientos de miles de millones de años. Entre los fanáticos que defienden los textos del Génesis hay tres corrientes: una que la interpretan literalmente que el mundo fue creado en 6 días de 24 horas y que tiene una edad no mayor a 10.000 años; otra que expresa que el término “día” es una metáfora, es decir que no duraría 24 horas sino miles de años; y otra intermedia que sostiene esos días duraron 24 horas pero que hubo un lapso entre ellos que puede ser muy extenso. Estas opiniones distintas muestran el esfuerzo acomodaticio por intentar encajar una creencia en la evidencia científica y las numerosas líneas internas muchas veces polémicas e irreconciliables, que se desarrollaron entre los creacionistas “científicos” a lo largo del Siglo XX.

2- La negación de la geología Esta actitud es adoptada por las corrientes más fanáticas del

creacionismo, en general son seguidores de los Adventistas del Séptimo Día. Su máximo exponente fue George McCready Price que en 1923 publicó el libro “La Nueva Geología", donde afirma que la geografía actual es el resultado del Diluvio Universal. Además asevera que los fósiles contenidos en las rocas provienen de la mortandad ocasionada por esa gran lluvia.

3- El fijismo biológico La publicación de “El Origen de las Especies” en 1859 significó un

gran golpe a las creencias de la Biblia inerrante, puesto que propone

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una explicación racional a la diversidad biológica. El posterior desarrollo de la evolución durante el Siglo XX fue tan importante que se configuró como la disciplina de síntesis de la biología. Al mismo tiempo se convirtió en una gran preocupación de los fanáticos religiosos, los cuales desplegaron diversas acciones para oponerse al conocimiento, al punto que en esos círculos el término “evolucionista” o “darwinista” es un insulto que descalifica a priori al interlocutor, independientemente de su reflexión. Sus maniobras por negar la biología llegaron al extremo de generar legislaciones que decretan qué es y qué no es científico. Por ejemplo en Arkansas (USA) la legislatura dictaminó que la mutación y la selección natural no pueden generar nuevas especies y que la geología debe ser comprendida a partir del Diluvio Universal. Una variante menos combativa sostiene que la evolución biológica es un hecho de la realidad, pero que ocurre por intervención divina. Pero la mayoría de los creacionistas no ahorran esfuerzos por censurar el conocimiento, inclusive usando la fuerza pública como en el famoso “Juicio del Mono” que condenó a un profesor de biología en 1925 o cuando dejaron sin empleo a la profesora Susan Epperson en 1968, ambos por enseñar la evolución.

Actualmente el creacionismo sigue sosteniendo que las especies fueron creadas por un ente sobrenatural imaginari tal como las conocemos hoy y luchan por desterrar la evolución de la enseñanza pública. Para ello usan técnicas de engaño como confundir adrede el significado de la palabra “teoría”, cuando se refieren a la “Teoría de la Evolución”, despojándola de su significado epistemológico al igualarlo a una mera opinión. La evolución biológica es un hecho y una teoría, el hecho de la realidad es que las especies evolucionan unas de otras, que cambian con el tiempo y que existen lazos de parentesco genético-evolutivo entre ellas; la teoría es el cuerpo de hipótesis que usamos para explicar ese hecho. La estrategia de usar engañosamente el término “teoría” llevó a que, durante el año 2002, el Comité para la Educación del Condado Cobb (Georgia, USA) obligó que se pegue una etiqueta en los textos escolares que se refieren a la evolución biológica, con la siguiente leyenda “Este libro de texto tiene material sobre evolución. La evolución es una teoría, no un hecho, acerca del origen de los seres vivos. Este material debe ser abordado con una mente abierta, estudiado con precaución y considerado críticamente”. Recién durante 2005 una queja de cuatro padres con el apoyo de la Unión de Libertades Civiles logró que un juez declarara inconstitucional la medida de los administradores de la educación de Cobb y que se quiten las etiquetas de 34.000 libros de biología. Una versión engañosa del creacionismo científico es el Diseño Inteligente (ver más arriba el apartado de Teorías Científicas Refutadas).


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Los creacionistas “científicos” se agrupan en varias instituciones como la ya desaparecida Sociedad de Geología del Diluvio (Deluge Geology Society) o la Afiliación Científica Americana (American Scientific Affiliation). La Sociedad de Investigación de la Creación (Creation Research Society) sigue activa y liderada por las ideas de Henry Morris quién considera que se pueden usar datos científicos para corroborar las verdades bíblicas a través de la “geología de la inundación” y del fijismo biológico. Una característica que niega la propia condición de científica a estas asociaciones es que sus miembros pueden ingresar con la condición de hacer un juramento en un ritual de iniciación que consiste en afirmar que la Biblia se debe creer literalmente y que Dios es el creador del mundo físico tal cual lo conocemos hoy y que no existen discrepancias entre la Biblia y los hechos reales de la ciencia. Otras instituciones que siguen vigentes son el Instituto de Investigación de Geociencia (Geoscience Research Institute), el Museo de Evidencias de la Creación (Creation Evidences Museum), la Fundación para el Pensamiento y la Ética (Foundation for Thought and Ethics) y el Centro para la Investigación de la Creación (Center for Creation Research). Debido a la actividad de estos grupos que se desempeñan en los planos educativos, legislativos y judiciales surgió el Centro Nacional para la Educación Científica (National Center for Science Education) una organización no gubernamental que se dedica a refutar las elucubraciones de los creacionistas científicos.

En la Unión Europea el país que lidera este avance pseudocientífico es Italia ya que durante 2009 el máximo organismo oficial de la ciencia, el Consiglio Nazionale delle Richerche, organizó una reunión “científica” y editó un libro en el que se considera que la evolución biológica “no es solamente una tesis imposible, sino realmente estúpida, por no decir idiota” (J. Seifert 2009, pp. 39). En ese libro editado por el vicepresidente de esa institución, se afirma que la antigüedad del planeta es de unos pocos miles de años, que los dinosaurios vivieron con los humanos y que la biología, la paleontología y la geología están equivocadas. Para estos científicos, todas las respuestas correctas sólo están en la Biblia.

En América Latina no se conocen instituciones dedicadas exclusivamente a negar la ciencia, pero esta actividad es realizada por grupos de las iglesias Evangelista, Pentecostal y Testigos de Jehová. El problema principal que afrontan estos grupos es que intentan forzar afirmaciones de libros sagrados que promulgan la fe como si fueran libros de texto que difunden la verdad histórica o científica. Con esta actitud generan un conflicto entre la visión metafísica y la comprensión científica del mundo, sencillamente porque su postura fundamentalista no les permite comprender que ambas líneas de

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pensamiento se refieren a ámbitos distintos de la interpretación de nuestro entorno. Los creacionistas “científicos” no tienen la capacidad para diferenciar mitos de creación, que son la base de sus dogmas de fe, de las teorías científicas. Sus acciones se acercan peligrosamente al despotismo ya que se caracterizan por oponerse a la diversidad de ideas y a la libertad de expresión, por su afinidad a la censura previa, por su falta de respeto a las libertades individuales, y por el uso de la fuerza para imponer sus ideas ya sea que se trate de personas que forman parte de su congregación o no.

2.4 FALSAS MEDICINAS

"Está claro que los seis meses que perdió con esos charlatanes podría haberlos aprovechado mejor yendo a consultar a alguien que buscase cosas que existen en el mundo" Gregory House

¿Por qué los sanitaristas se preocupan si los enfermos utilizan

terapias alternativas, si todo lo que cura es bueno? Según el diccionario de la Real Academia Española la definición de “alternativo” es “capaz de alternar con función igual o semejante”. Es decir, el uso de otro camino para llegar al mismo objetivo, lo cual es común en medicina. Por ejemplo una apendicitis se puede operar con un corte en el vientre o a través de una sonda, la fiebre se puede bajar con baños fríos o con drogas (de las cuales hay varias opciones), la anemia se puede resolver con medicamentos a base de hierro o con una dieta adecuada.

Así, una terapia alternativa no debería alarmar a quienes se ocupan por la salud de la población, pero el uso común del término “terapia alternativa” se convirtió en un nombre propio que, en lugar de indicar “otro modo de curar” hace referencia a negar la medicina y reemplazarla por un sustituto mágico. Por ello, en lo que sigue, se denominará falsa medicina o pseudomedicina a las mal llamadas “terapias alternativas” y medicina a secas a la medicina, porque agregarle el adjetivo de científica sería redundante. Recientemente las pseudomedicinas también están siendo llamadas “complementarias” debido a que los falsos médicos saben (además de las consecuencias legales) que los pacientes se verán afectados si abandonan el tratamiento médico para reemplazarlo por el “alternativo”. Así, su ritual, yuyo, traspaso energético, pócima homeopática o extracto diluido se administra “complementariamente” a la medicina a la que, en general, se exhorta a no abandonar. El discurso de los falsos médicos lleva a aplicar la siguiente falacia: si el paciente se cura o


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mejora, poco tuvo que ver la medicina, lo principal se debe a la magia de la pseudomedicina. ¿Cómo se podría comprobar esto? Eso no importa, sólo se trata de una cuestión de fe. En el caso que el paciente no mejora, no se tiene en cuenta el caso negativo o se aducen causas esotéricas que interfirieron con el ritual de curación del tipo había malas vibraciones, energía “negativa”, el paciente estaba “mal predispuesto”, o cuestionan al médico: “los medicamentos fueron muy agresivos, la medicina científica no trata al alma o lleva a la desarmonización”. Quién niega una ciencia, como la medicina, se posiciona voluntaria o involuntariamente en el campo del pensamiento mágico.

La metodología de corroboración del éxito de un medicamento o tratamiento es compleja, debido a que los médicos tratan con organismos vivos que no son exactamente iguales entre sí, y porque pueden responder algo distinto a un mismo tratamiento por las numerosas variables que actúan sobre la fisiología y el metabolismo. Por eso, además de las estimaciones teóricas acerca del efecto sobre el cuerpo, son necesarios los ensayos in vitro, luego con organismos vivos (animales de laboratorio) y la aplicación de métodos estadísticos para poder tomar una decisión acerca del grado de efectividad de lo que se estudia antes de aplicar las pruebas en humanos. Las normas metodológicas y éticas en este tipo de investigaciones son muy rigurosas y, además, están legisladas y controladas por entidades estatales. Aunque hay empresas inescrupulosas y funcionarios corruptos, las normas de seguridad indican que ningún medicamento debe ser usado en personas, ni debe salir a la venta, hasta que se demuestre con amplitud que realmente funciona, cuáles son sus contraindicaciones si es que las tiene, cuáles son las dosis en niños, adultos, ancianos o embarazadas, con qué otra droga es incompatible, etc.

Por el contrario, las pseudomedicinas usan productos que no pasaron por métodos de evaluación, los envases apenas indican de qué vegetal fue extraído pero sin aclarar cuál es el principio activo, ni qué controles les aplicaron, se desconocen cuáles son las contraindicaciones o con qué otros fármacos no se deben suministrar. El caso de las hierbas o “yuyos” no está claro en qué concentración se deben consumir ¿es lo mismo un té con dos o con cinco cucharadas del vegetal? ¿El extracto debe ser de la planta en flor o durante su período vegetativo? ¿Debe suministrarse con la hoja verde o seca? ¿La planta debió crecer con mucho o poco riego? ¿En qué rangos de temperatura deben ser guardados? Estas preguntas sin respuesta (y muchas más) representan riesgos a los que cada paciente se expone cada vez que pretende curarse con un medicamento “natural” ya que desconoce qué está ingiriendo exactamente y cuáles son sus

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consecuencias. Por ejemplo el famoso gingseng puede estimular el crecimiento de los vasos sanguíneos pero también retrasarlo, dependiendo de las concentraciones de los dos componentes activos que se encuentran en las cuatro variedades de este vegetal. En Argentina se conoce un antecedente de horror acerca de la supuesta inocuidad de los productos “naturales”. Durante 1992 veinticinco personas murieron por ingerir un jarabe de propóleos que contenía dietilenglicol (Dietyl-N-Glicol), un aglutinante tóxico para el ser humano. El propóleos es una sustancia resinosa que fabrican las abejas para usarla como pegamento y recubrimiento del panal. Si bien la investigación de la justicia estableció que el laboratorio que fabricó la pócima sufrió un sabotaje, lo destacado de este caso es que se desconocen las propiedades “curativas y rejuvenecedoras” con las que se promocionaba el jarabe. Además, como era un “medicamento” alternativo y natural se vendía como complemento dietario por lo que carecía de los controles a los que son sometidos los fármacos.

Un aspecto resaltante de la falsa antinomia “medicamentos no/hierbas si”, es que los medicamentos verdaderos provienen de productos naturales, pero tienen el valor agregado y fundamental que se purifican y se suministran en cantidades específicas para cada tipo de dolencia. El ejemplo más citado por los “naturistas” es el de la aspirina, cuyo principio activo proviene del sauce y sus propiedades eran conocidas parcialmente por sociedades indígenas. Sin embargo no es lo mismo ingerir un té de corteza de sauce en concentraciones variables según el tamaño de la cuchara, de la taza, de la variedad y edad de sauce y de la cantidad de agua que se use, que las diferentes dosis en miligramos de ácido acetil salicílico que son prescriptas para dolencias específicas según la historia clínica del paciente.

El recurso de tildar de natural a algunas falsas medicinas es otra trampa para vender un supuesto tratamiento médico. Se pretende incorporar la idea que los medicamentos y procedimientos médicos que pasaron por controles e investigaciones rigurosas son producto de prácticas artificiales y perjudiciales, cuando no de conspiraciones criminales perversas de empresas multinacionales dedicadas a damnificar a la Humanidad. Por ello, los pseudomédicos construyen una falsa alternativa: debemos elegir otros tratamientos cuya validez no está probada, que no pasaron por regulaciones ni controles, que no sabemos bien cómo funcionan pero son “naturales” o son recomendados por un anciano indígena luego de la ingesta de algún alucinógeno y que vive aislado del resto del mundo, todo lo cual es una supuesta garantía de beneficio. Como expresó el comunicador venezolano Sami Rozenbaum: “En conclusión, sólo existe una medicina: la que nace del esfuerzo de los investigadores que emplean el método científico; el resto es sólo magia envuelta en un ropaje contemporáneo.”


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Cualquier persona puede preguntarle numerosos “¿por qué?” a un médico acerca de la prescripción de un tratamiento o del uso de una determinada droga (¿por qué me hará bien? ¿Por qué en esta dosis? ¿Por qué no lo puede tomar mi bebé? ¿Por qué lo tomo sólo determinado número de días? ¿Por qué cada tantas horas? ¿Por qué después de comer?), y las respuestas que recibirá serán precisas y respaldadas por los resultados de las investigaciones de ese medicamento. Por el contrario, las pseudomedicinas no se rigen por metodologías que puedan ser verificadas. A pesar que se disfrazan de disciplinas científicas (y algunas hasta son recomendadas por verdaderos médicos) ningún oferente de alguna pseudomedicina podrá responder con verosimilitud contrastable simples “¿por qué?” como los de más arriba. Esto ocurre debido a la falta de correspondencia entre lo que los pseudomédicos dicen que su disciplina hace y lo que realmente ocurre. Es decir, si planificamos un experimento para evaluar los fundamentos teóricos y la efectividad de alguna pseudomedicina el resultado será que no pasará la mínima prueba de validación.

Una prueba estándar y obligatoria para determinar si una medicina o procedimiento médico es exitoso se denomina experimento doble ciego. Esta práctica se aplica para garantizar la objetividad del tratamiento de modo de descartar el efecto placebo, los errores involuntarios de la metodología y la predisposición subjetiva del investigador. Básicamente un experimento doble ciego consiste en el suministro de varias partidas de medicinas de las cuales algunas tienen el principio activo y otras no, a varios conjuntos de pacientes con la dolencia a resolver. Los pacientes, los que suministran los medicamentos y los que evalúan el progreso de los enfermos no conocen quién recibió el frasco con la droga y quién el frasco con la sustancia inocua. Al final de la experiencia se devela cómo evolucionaron los grupos de pacientes tratados con la droga y se los compara con quienes recibieron el placebo para conocer la efectividad del procedimiento empleado.

¿Porqué una pseudomedicina debe cumplir con estándares científicos para demostrar su eficacia? Primero porque, como ya se dijo, la metodología científica es la mejor estrategia para conocer; en segundo lugar si una disciplina se autoproclama ciencia debe cumplir con sus normas de auto evaluación, controles metodológicos y de replicabilidad de sus resultados. A las “terapias alternativas” se les debe exigir la misma rigurosidad que a la medicina y que sus pócimas o procedimientos sean sometidas a pruebas de doble ciego.

El componente esotérico de las pseudomedicinas se manifiesta cuando en algún momento pasan por un ritual: la homeopatía agita sus preparados para “potenciarlo”, el reiki aplica la casi imposición de

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manos; la reflexología y la auriculoterapia la opresión de puntos mágicos, etc. También recurren a conceptos mágicos como la “energía vital universal” del reiki, la “energía universal” del feng shui, la “energía vital” de los homeópatas, el orgón o energía sexual universal de Reich, y otros a la prana, la fuerza cósmica, el aura, el equilibrio vital, la fuerza psíquica o el chi. También es frecuente el uso de cualquier terminología científica despojada de su concepto original y transformada en una idea vacía que justifica cualquier afirmación pseudocientífica como: nivel quántico, biomagnetismo, campo taquiónico, frecuencia vibratoria, campo magnético, campo energético, etc. Muchas falsas medicinas parecen cumplir con un protocolo de “autenticidad y eficacia” que consiste en declarar que: son milenarias, que curan cuerpo y alma al mismo tiempo, que no existen enfermedades sino enfermos y que la salud depende del balance de cierta energía que nunca se puede detectar.

Los curanderos han copiado el modelo esotérico de la acupuntura que reproducen con diferencias menores en varias pseudomedicinas. Ese modelo tiene tres componentes comunes:

1- La existencia de la energía vital que fluye por el cuerpo. 2- La afirmación que el cuerpo se enferma cuando el flujo

energético es bloqueado. Por ello “no existen las enfermedades sino los enfermos”.

3- La aplicación de algún ritual para volver a establecer el flujo libre de la energía vital.

Es de destacar que muchas pseudomedicinas como la homeopatía,

la iriología o la auriculoterapia, son practicadas por médicos diplomados lo cual genera en el paciente una predisposición de confianza acerca de la disciplina. Sin embargo la validez científica de un tratamiento no reposa en el practicante, en un certificado con membrete, ni en el lugar donde se realiza (por ejemplo un hospital o una clínica lujosa). Cuando un cirujano corta el césped de su jardín o juega al tenis no opera, practica la jardinería o un deporte. Análogamente, un médico diplomado cuando diagnostica mirando el iris, receta semillas que oprimen la oreja o recomienda Flores de Bach: no ejerce la medicina sino la magia y el curanderismo.

Otro modo de engañar al paciente, común entre las pseudomedicinas, es declarar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce a las “terapias alternativas” como verdaderas medicinas científicas. Sin embargo la posición de la OMS es bien distinta, por un lado recomienda el sostenimiento de las “terapias tradicionales” como un vehículo para incorporar la medicina en las personas no habituadas a este tipo de prácticas.


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Algunas pseudomedicinas que siguen el modelo del balance-

desbalance de la energía vital. Las marcadas con un asterisco indican que fueron inventadas a partir de una sola experiencia mística que

actuó como iniciadora.

Pseudomedicina

Nombre de la Energía

Vital

Ritual

Gurú

Acupuntura

Chi

Clavar agujas

Aparentemente Consejeros chinos de hace tres milenios

Auriculoterapia

Chi

Oprimir la oreja con semillas

Desconocido

Ayurveda

Doshas

Meditación e ingesta de hierbas

Maharishi Mahesh Yogui

Digitopuntura

Chi

Oprimir el cuerpo con los dedos

Desconocido

Feng Shui Energía o Chi

Ordenar muebles y objetos

Desconocido

Flores de Bach Energía Vital

Exponer el té de flores al sol

Edward Bach

Homeopatía Energía vital o Natura

Medicatrix

Agitación de las pócimas

Samuel Hahnemann *

Moxibustión Chi Clavar agujas calientes

Desconocido

Iridología Vibraciones Observar el iris

Ignaz Von Pèckzely *

Quiropraxia Inteligencia innata

Mover las vértebras

Daniel David Palmer *

Reflexología Chi Masajear los pies

William Fitzgerald

Reiki

Energía Vital

Universal o Ki

Movimientos de manos

Mikao Usui *

Terapia Cranio-sacra

Energía Vital o ritmo cranio sacro

Movimientos de manos en “estaciones”

William Sutherland

Toque Terapéutico

Energía curativa

Imposición de manos

Dolores Krieger

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Esta estrategia fue aplicada, por ejemplo, durante la campaña de vacunación contra la viruela en sociedades tribales, muchas de las cuales no habían tenido contacto con otras tecnologías ni con otras sociedades. En esa oportunidad la aceptación a través del shamán o del jefe de la comunidad fue definitoria para que los demás integrantes aceptaran al médico forastero, el resultado ya lo sabemos todos. Por otro lado, la OMS fijó claramente su posición durante 2004 cuando emitió nuevas directrices destinadas a las autoridades sanitarias nacionales acerca del uso adecuado de las medicinas tradicionales, donde expresó su preocupación para que los consumidores de todo el mundo dispongan de información que les permitan acceder a tratamientos adecuados, seguros y eficaces. Por ejemplo en China durante el año 2002 se denunciaron más del doble de casos adversos de prácticas pseudomédicas que en toda la década del 90.

En un análisis de 142 países la OMS estableció que, en 99 de ellos, los pseudomedicamentos se adquieren sin prescripción. Mientras que en 39 de esos países los remedios tradicionales se ingieren por automedicación o preparados por amigos no médicos. Debido a que estos datos manifiestan dudas acerca de la calidad terapéutica de esos “medicamentos” y por la ausencia de un control médico del paciente, el Director General de la OMS, el Dr. Lee Jong-Wook, expresó que «La OMS apoya el uso de las medicinas tradicionales y alternativas cuando éstas han demostrado su utilidad para el paciente y representan un riesgo mínimo», agregando que “Los gobiernos deben contar con instrumentos para garantizar que todos los interesados dispongan de la mejor información sobre sus beneficios y riesgos”. En ningún documento de la OMS se podrá encontrar un estudio o una declaración acerca de que alguna falsa medicina (como la homeopatía, el toque terapéutico, el Reiki o la Nueva Medicina, entre otras) son medicinas científicas o con resultados beneficiosos para la Humanidad.

Independientemente de los fundamentos falaces, de su incongruencia con conocimiento validado o de sus rituales mágicos, lo más importante es que ninguna pseudomedicina jamás generó algún beneficio para la salud de las personas, más allá del efecto placebo o del uso asistemático de alguna planta medicinal. Sin embargo en menos de 200 años de desarrollo científico la medicina avanzó firme y sistemáticamente, trascendiendo las posturas tradicionales cuando el nuevo conocimiento llevó a cambiar viejos paradigmas por procedimientos más eficaces. Los aportes de la medicina para mejorar la salud de la población fueron particularmente numerosos a partir de la segunda mitad del Siglo XX. Algunas de sus contribuciones que, en menos de un siglo, ampliaron la esperanza media de vida de 45 a 75 años, son: el desarrollo de las vacunas; la erradicación de la viruela


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con la consecuente extinción del virus que la causaba; el desarrollo de trasplantes de órganos; las técnicas de fertilización asistida; la optimización del tratamiento de la diabetes con, por ejemplo, el suministro de insulina de origen humano; el anticonvulsivo carbamazepina para epilépticos; los tratamientos que modifican la forma de los huesos para corregir malformaciones; el somatrem que ayuda a niños que no pueden crecer; los antirretrovirales; la disminución de la mortalidad de los bebés prematuros; el uso de litio para tratar la esquizofrenia; las trasfusiones de sangre; el broncodilatador albuterol que permite respirar a los asmáticos; la nitroglicerina para afecciones cardíacas; el desarrollo de antibióticos que evita millones de muertes cada año; las vitaminas; los implantes metálicos para reemplazar huesos; el analgésico demerol; el cultivo artificial de piel humana para el tratamiento de quemaduras; las píldoras anticonceptivas; la aspirina; los diagnósticos de enfermedades genéticas en embriones; la anestesia; la asepsia; etc. Estos ejemplos, aunque insuficientes, son ilustrativos de lo que generó la medicina en los cuales las “terapias alternativas” o las “medicinas milenarias” o “tradicionales” no efectuaron ninguna contribución ni otros resultados de una magnitud comparable, de hecho de ninguna magnitud.

Los ejemplos de más arriba nos muestran cómo a partir del desarrollo de la medicina se alcanzaron logros que cambiaron radicalmente nuestra vida. Aquellas enfermedades que causaron muertes o que condenaron a millones de personas a una vida lastimosa y que nunca fueron paliadas por miles de años de tratamientos tradicionales, por rituales de chamanes o por terapias naturales fueron resueltas por un solo medicamento obtenido científicamente y que cambió la esperanza de vida de toda la Humanidad. Por ejemplo la penicilina posibilitó que sobrevivieran los que antes morían infectados. El desarrollo de las vacunas permitió que millones vivieran frente a virus como el de la viruela o el de la rabia, mientras que anteriormente esas enfermedades eran condenas a muertes horribles. Científicos como Fleming, Pasteur, Koch o Salk concretaron lo que ninguna terapia natural logró: tomar un elemento de la naturaleza, transformarlo y ponerlo al servicio de la salud.

A la medicina le queda mucho camino por recorrer para lograr una mejor calidad de vida para la Humanidad, pero sus éxitos en muchos campos son categóricos. A pesar de esto, los pseudomédicos insisten en difundir falsas terapias, proponen las conjeturas más insólitas como verdaderas teorías científicas y atacan a la medicina, basados en teorías conspirativas.

Las falsas medicinas se pueden clasificar en dos grupos: las mágicas que carecen de pretensiones explicativas y sólo recurren a la

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fe: y las pseudocientíficas, que alegan ser ciencias con evidencias contrastadas.

FALSAS MEDICINAS MÁGICAS

CURANDERISMO. Es practicado por personas comunes o sacerdotes (“curas sanadores”) que ejercerían acciones curativas a través de rituales y del uso de amuletos y que suelen usar péndulos o relojes de cadena para realizar supuestos diagnósticos. Los curanderos comunes usan hierbas (“yuyos”), animales o sus partes, humo de tabaco y ungüentos, y suelen recetar polvos y líquidos que, en el mejor de los casos, sólo son placebos. La variante de curas sanadores invoca a deidades que “curan a través de ellos” que son usados como “instrumento”: "Tengo el poder de diagnosticar y curar porque Dios lo dispuso. Soy un brujito malandra… que tiene a Dios de su lado", decía el sacerdote católico Mario Pantaleo (Argentina). Los casos más resonantes, como el de Pantaleo, generan cultos similares al de los bandoleros rurales y, como ellos, curarían o concederían deseos hasta después de muertos. Los curanderos son perseguidos por la ley por ejercicio ilegal de la medicina, los curas sanadores no.

Se conocen, al menos, dos expresiones New Age del curanderismo: el Reiki (con influencias orientalistas) y el Toque Terapéutico.

REIKI. Esta palabra significa Energía Vital Universal, un nuevo nombre propio para la energía vital. Es un tipo de curanderismo (vinculado al más universal “Toque Terapéutico”) que se practica a través de una técnica que supuestamente transfiere “energía curativa” que consiste en la manipulación del Ki, la expresión japonesa del Chi. A diferencia del Toque Terapéutico el “canalizador” generalmente no toca al paciente, el ritual sólo requiere pasar las manos cerca del mismo. Esta práctica fue popularizada por Mikao Usui, un japonés que estudió teología en la Universidad de Chicago y realizó su tesis en "Las sanaciones en el Nuevo Testamento". Su interés por el estudio de las sanaciones antiguas habría continuado por distintas vías, pero no lograba diferenciar los mitos de la realidad ya que se sentía apesadumbrado por no poder llevar a la práctica las fórmulas mágicas que hallaba en los textos antiguos. El abad del convento donde vivía le aconsejó meditar y ayunar durante 21 días en la montaña sagrada Kuriyama. El último de esos días sin ingerir alimentos Usui relata que vio una luz que se le acercó hasta tocarle la frente y que inmediatamente aparecieron textos en sánscrito escritos en letras luminosas (no a clara si eran de colores). A diferencia de la mayoría de las personas que se encuentran debilitadas tras 21 días aisladas y sin comer y que interpretarían este acontecimiento como un delirio


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producto de la obsesión y de la extenuación, los seguidores del Reiki aceptan la explicación de Usui que afirma que con esa experiencia se activó el acceso a la Energía Vital Universal. Casualmente al bajar la montaña Usui se lastimó un pié (una herida sangrante) y se curó con Reiki, y ya en el camino otra casualidad lo hizo encontrarse con una mujer que tenía un fuerte dolor de muelas a la que también sanó con la magia recientemente adquirida a través de la fórmula del ayuno y la meditación. También casualmente, nadie pudo comprobar la veracidad de estas curaciones iniciáticas.

El reiki cuenta con un ritual mágico de iniciación llamado armonización y dirigido por un Maestro. Supuestamente el practicante es un conductor o canalizador de la energía curativa, pero no se trata de su propia energía vital sino de la universal. Los iniciados nunca explican, ni parece interesarles, cómo conocen una energía que no es detectable por ningún aparato de medición, ni cómo conducen esa entidad de algún lugar hacia el cuerpo del enfermo.

Esta pseudomedicina comparte con otras, como la homeopatía, la idea que el cuerpo tiene la propiedad de autocuración, lo cual es cierto, pero los seguidores del reiki consideran que esa propiedad se aplica para todas las dolencias (por ejemplo no explican porqué el cuerpo no cura sólo una neumonía, un infarto masivo o una doble fractura expuesta e infectada con bacterias). El ritual del reiki tendría como finalidad disponer al cuerpo de armonía y de equilibrio para que se libere la capacidad de autocuración a través de la alta frecuencia de vibración de la Energía Universal. En ningún texto de reiki se define qué es armonía, equilibrio, ni cómo se mide la vibración (sea lo que fuere) de la Energía Universal.

Esta disciplina tiene cinco ideales que no tienen que ver con la curación: 1- Sólo por hoy no te preocupes. 2- Sólo por hoy no te irrites. 3- Sé amable con tus vecinos. 4- Gana tu vida honestamente. 5- Agradece las abundantes bendiciones de tu vida. Aunque no queda clara su vinculación con la sanación o el punto 4 con cobrar por enseñar o “sanar” con reiki. Algunos practicantes afirman que con esta disciplina, además, se puede variar la percepción de la realidad de modo de incrementar el nivel de conciencia. Aunque no expresan qué es el nivel de conciencia ni si las afirmaciones sobre el reiki provienen de esa percepción alterada de la realidad.

Como en otras prácticas de la Nueva Era el reiki tiene mayor difusión a través de cursos, conferencias y seminarios en lugar de la propia práctica de curación, debido a que los beneficios económicos son mayores (¡y a que los enfermos no sanan!). Así, se generan variantes de la idea tradicional de reiki como: Reiki Karuna, Reiki Usui, Reiki Tera Mai, Okuden, Reiki Avanzado, Shokuden, Edad Dorada, etc. También se difunden sus versiones geográficas: tibetano,

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egipcio (Seichim Seikhem Reiki), budista, hindú, etc. En los cursos y manuales de reiki es frecuente la palabrería New Age: armonización completa y multidimensional, fuerzas internas de autosanación, centros y circuitos energéticos, expansión de la conciencia, medicina holística, centro solar, pirámides, etc.

Como otras falsas medicinas su aplicación sería para una amplia variedad de enfermedades: molestias corporales, trastornos, disfunciones metabólicas, lesiones orgánicas profundas, dolores agudos y crónicos, enfermedades degenerativas, tensiones musculares y nerviosas, depresión y falta de vitalidad, insomnio, estrés, cáncer, sida, quemaduras, alergias, asma, diabetes, las heridas se cicatrizarían más rápidamente, disminuye los efectos secundarios de la quimioterapia, etc. ¡todo eso con sólo mover las manos! De algún modo esta diversidad de efectos curativos es consistente con que se trata de una “medicina” mágica, ya que al reducir todas las dolencias a un desequilibrio energético, solo sería suficiente tratar esta uni-causa. En el libro “Reiki, la Historia de Hawayo Takata” de Helen J. Haberly se llega al extremo de asegurar que con Reiki y meditación la señora Takata resucitó a una mujer durante un velorio.

Otro aspecto recurrente del reiki y de otras falsas medicinas es que no existen contraindicaciones ni efectos secundarios negativos, ni es posible una sobredosis porque “el proceso se autorregula”. La existencia de su objeto de estudio, la Energía Vital Universal, nunca fue demostrada objetivamente.

TOQUE TERAPÉUTICO. Se trata de una innovación moderna del curanderismo que fue creado, durante la década de 1970 por una enfermera norteamericana y miembro de la Sociedad Teosófica: Dolores Krieger. Ella estaba convencida que en las palmas de las manos hay chakras que pueden encauzar la “energía curativa”. Krieger es la autora del libro de culto “Toque Terapéutico: Cómo Usar Sus Manos para Ayudar y Sanar”. Los practicantes de T. T. afirman que moviendo sus manos encima del paciente influyen sobre su “campo de energía” dirigiendo el flujo de chi o prana para que sane. El T. T. se basa en la creencia que cada ser viviente tiene un “campo de energía de vida” (otra variante de la Energía Vital) que se extiende más allá de la superficie del cuerpo y genera un aura. Los practicantes del T. T. aseguran que pueden sentir el aura y manipularla dando masajes sobre la superficie del cuerpo del paciente, ya sea “canalizando” la energía vital del universo o la suya propia. Como en otras pseudomedicinas “energéticas” el objetivo es restaurar el campo de energía para armonizar y volver a equilibrar la energía vital bloqueada, de modo de activar la autosanación del paciente. Esta práctica carece de cualquier fundamento científico, no posee


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resultados objetivos, comprobables o repetibles. Tampoco se pudo detectar o medir objetivamente el campo de energía o el aura, y no queda claro cómo sus practicantes perciben a esta supuesta energía.

Aunque muchos “terapeutas” han intentado alguna explicación aparentemente racional del funcionamiento del Toque Terapéutico (la infaltable física cuántica, por ejemplo) y usan términos de la física (como “energía”) su fundamento es principalmente metafísico y basado en la pura creencia. La existencia de su objeto de estudio, el campo energético o aura, nunca fue demostrada.

FALSAS MEDICINAS PSEUDOCIENTÍFICAS

ACUPUNTURA. Se trata de la Medicina Tradicional China (en adelante MTC) más conocida y cuyo esquema esotérico fue copiado recurrentemente por otras pseudomedicinas. Su origen es muy remoto, unos 4000 años, y habría surgido como una respuesta de los sabios asesores para que los emperadores expulsen los demonios del cuerpo y lograr la vida eterna. Hasta donde se sabe todos esos emperadores murieron, sin embargo la acupuntura se sigue practicando hasta la actualidad. Esta disciplina se basa en un principio metafísico, el Chi, que suele ser descrito como una energía que recorre el cuerpo a través de 14 vías o canales llamados meridianos. Cuando una persona está sana se debería a que el Chi recorre normalmente el cuerpo logrando equilibrar las “fuerzas” opuestas del Ying y el Yang. Mientras que cuando el libre fluir del Chi se interrumpe el cuerpo pierde la armonización y se enferma. El problema de esta creencia es que nadie pudo demostrar la existencia del Chi, a pesar que siendo una energía se podría medir u observar su efecto. Tampoco se pudieron presentar evidencias objetivas de las “fuerzas” Ying y Yang, en tanto que fuerzas, serían medibles y detectables por algún medio. Mientras que los supuestos canales o meridianos sencillamente no se han hallado en la anatomía humana, ni se corresponden con el recorrido de nervios o de vasos sanguíneos o linfáticos. Esto último tiene cierta lógica ya que la acupuntura es milenaria, es decir es previa a que se conozca con precisión la anatomía de nuestro cuerpo.

A pesar de todas estas evidencias negativas de los principios teóricos de la acupuntura, los pseudomédicos insisten en afirmar que pueden manipular el Chi clavando agujas en el cuerpo. Para ello cuentan con cientos de “puntos” que supuestamente están conectados energéticamente con las zonas enfermas, o como lo expresa la MTC, con un desbalance energético. Tampoco se explica porqué sólo con clavar una aguja en un sector del cuerpo se “sana” otro, todo queda en una nebulosa mística. El origen esotérico de la acupuntura también

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queda establecido en que originalmente los meridianos eran 12 y los puntos 365, como los meses y días del año.

Una consecuencia de las ideas de la acupuntura es que niega expresamente los conocimientos de la medicina, ya que no acepta la existencia de las enfermedades al aplicar el mentado lema “no existen enfermedades sino enfermos”: la diabetes no sería causada por una deficiencia hormonal, el Mal de Alzheimer por un deterioro del cerebro, ni el síndrome de Down por una trisomía cromosómica, todo es un desbalance energético. De este modo la acupuntura y sus pseudomedicinas hermanas contradicen: la patología, la anatomía, la genética, la física, la bioquímica... en general todos los conocimientos científicos sobre el cuerpo humano adquiridos en los últimos 200 años.

Como expresa Todd Carrol en su diccionario escéptico “El National Council Against Health Fraud, Inc. (NCAHF) (una organización medica privada sin ánimo de lucro centrada en los problemas de desinformación, fraudes y charlatanería como problemas de salud pública) hizo notar que de los 46 boletines médicos publicados por la Chinese Medical Association ninguno está dedicado a la acupuntura u otras prácticas de medicina tradicional china.” (Traducción propia). Es decir, en China consideran que la acupuntura no es una práctica médica. Pero independientemente de lo que crean los propios chinos, las estadísticas de ese país nos ilustran acerca de la salud de su población: hacia 1950 la mortalidad era del 40 por mil a pesar de la acupuntura, mientras que hacia el fin del Siglo y con la mayor difusión de la medicina este índice se redujo a menos del 7 por mil. Por su parte, la mortalidad infantil se bajó a un 25 por mil. Como consecuencia de políticas de salud basadas en la medicina en lugar de supersticiones, la expectativa de vida en China pasó de 36 años en 1948 a 71 hacia fines del mismo Siglo. Mientras, miles de charlatanes en el resto del mundo insisten en que dejemos la curación científica para adoptar el curanderismo chino basado en “saberes milenarios”.

A diferencia de otras pseudomedicinas como la homeopatía, la acupuntura “algo le hace al cuerpo”, en este caso le clava agujas. Esto puede producir alguna reacción como estimular la producción de inhibidores del dolor (endorfinas y encefalinas) lo cual tiene un efecto limitado como anestésico. Sin embargo su efecto es tan restringido que no podría ser usado como sustituto de los analgésicos o de los anestésicos químicos en una operación. No se conoce ningún caso de un acupunturista que haya recurrido a esta técnica para evitar dolores fuertes como, por ejemplo, un cólico renal o una fractura ósea. De hecho las supuestas virtudes de la acupuntura fueron difundidas en Estados Unidos en la década de 1970 cuando el entonces presidente Richard Nixon presenció una operación con anestesia realizada con


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acupuntura durante su viaje a China. El tardo de Nixon quedó tan impresionado que le debemos el resurgimiento y difusión de esta práctica curanderil en Occidente. Aunque poco tiempo después Li Zhisui, el médico personal de Mao, confesó que todo fue un engaño ya que el paciente operado en realidad había recibido una anestesia peridural y que Mao se atendía con medicina.

Además de ser modelo de otras pseudomedicinas, la acupuntura tiene sus propias variantes:

Digitopuntura: tiene los mismos principios de la acupuntura pero se diferencia porque en lugar de agujas se masajean los “puntos” con los dedos. Auriculoterapia: consiste en la creencia que la oreja es “el mapa del cuerpo”, al extremo de presentar ilustraciones de una oreja con un pequeño cuerpecito flexionado para que el paciente vea claramente la relación entre el pabellón auditivo y los órganos. Los auriculoterapistas clavan agujas u oprimen con grampas los puntos mágicos de la oreja. También suelen usar semillas de un árbol exótico que adhieren a la oreja con cinta, y que el paciente debe seguir el ritual de oprimirlas varias veces al día para que hagan efecto. Tampoco se cuenta con explicaciones de cuál es el vínculo entre cierta parte de la oreja y, digamos, el hígado ni cómo se puede curar, por ejemplo, una gastroenteritis con un clip en la oreja. Moxibustión: aparentemente es la variante de la MTC más antigua de la acupuntura, aunque es lo mismo sólo que aplicando calor. Actualmente hay un mercado importante alrededor de los implementos usados para su práctica, los “moxas” que sustituyen a las agujas tradicionales. Estos moxas son de diferentes formas: conos, pirámides, cilindros, o rollos hechos con hojas secas, a los que se les pueden agregar plantas “medicinales” molidas. Aparentemente los mejores moxas (los supuestamente más curativos) son los fabricados con una planta llamada artemisa, lo que acarrea un ingrediente de exotismo muy productivo para los vendedores de accesorios. Cualquiera sea el caso, los moxas son aplicados sobre los supuestos puntos que se encuentran alineados en los meridianos esotéricos de la acupuntura y luego se encienden. Para ello se pueden usar los moxas de artemisa directamente sobre la piel, con alguna sustancia aislante para evitar las quemaduras, que son muy comunes al usar esta práctica. Para ampliar el mercado los pseudomédicos inventaron muchos accesorios más como el “apagamoxas” (un frasco para ahogar la combustión), los aplicadores de moxa, los moxa en conos, moxa en polvo, moxa con adhesivo y el infaltable parche moxa. Los

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“moxibustionólogos” afirman que pueden mejorar el crecimiento en niños, ayudar a prevenir la gripe, fortalecer los órganos genitales (da miedo pensar dónde prenderán el moxa en este caso), mejorar las dolencias de estómago, ayudar a los ancianos a conservar la vista, la dentadura y la presión sanguínea en buenas condiciones. Es decir todas vaguedades difíciles de poner a prueba. Pero también dicen que con la moxibustión pueden mejorar las enfermedades crónicas gastrointestinales, la hipertrofia de las amígdalas, la inflamación linfática, las dolencias de ojos y oídos. Aunque no ofrecen las evidencias que sustentan estos supuestos resultados, como lo haría cualquier médico cuando presenta un nuevo tratamiento. Reflexología: es la variante obvia de la auriculoterapia “el pie es el mapa del cuerpo”, se puede pinchar o masajear. La reflexología deriva de la terapia zonal creada por W. Fitzgerald y E. Bowers, que a su vez proviene de la digitopuntura. Según Fitzgerald y Bowers el cuerpo tiene 10 zonas verticales, a los que algunos le agregan otras horizontales. Originalmente se aplicaba presión en puntos mágicos de las manos y los pies pero actualmente sólo se usan los pies. Los reflexólogos creen que hay micro-conexiones entre diversos puntos del cuerpo, por ejemplo un punto del dedo pulgar del pié con el cerebro (¿de aquí vendrá el dicho “pensar con los pies”?), y afirman que estimulando el dedo pulgar se puede alterar la función del cerebro. A esos puntos los llaman "Zonas Microreflejas". Siguiendo el dogma de la acupuntura los reflexólogos inventaron meridianos a lo largo de los cuales fluiría el Chi. Como en los casos anteriores, los meridianos, el Chi, las zonas verticales o las zonas microreflejas jamás fueron demostradas objetivamente y ningún reflexólogo nunca presentó una explicación convincente de cómo funcionaría esta práctica.

Cualquiera de las variantes de la acupuntura tiene el problema

principal que carece de objeto de estudio al no poder demostrar la existencia del Chi ni de los meridianos energéticos. La acupuntura tampoco explica porqué niega los conocimientos y logros exitosos de la medicina, ni tampoco los refuta. Hasta que los acupunturistas no demuestren lo elemental de sus afirmaciones no es posible realizar experimentos para saber cómo se comporta esa fuerza misteriosa y cuáles son los supuestos efectos para la salud. AROMATERAPIA. Se presenta como un tratamiento natural por la aplicación de aceites esenciales de vegetales, se fundamenta en que esos aceites tienen propiedades curativas del cuerpo y del espíritu. Los aceites se aplican sobre la piel para facilitar su absorción por el


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organismo, y su efecto sería el del “equilibrio y armonización” que se lograría a través de “meridianos energéticos” que activan un sistema de autocuración. Esta autocuración sería activada por la capacidad “alquímica” de las plantas que influye sobre la materia y el espíritu lo cual puede ser transferido al cuerpo humano a través de su aroma. Las plantas tendrían un espíritu que se traduce en “mensajes” que se pueden oler como: armonía, vitalidad, relajación o paz con el universo.

Sus practicantes afirman que esta pseudomedicina es de una antigüedad milenaria, lo cual sería una garantía de su efectividad, y que era practicada antiguamente en Egipto, China, Grecia, Roma, India, Arabia, etc. Pero su “redescubrimiento” proviene del Siglo XX durante un caso único y supuestamente esclarecedor: el químico francés René Maurice Gatefosse (el padre de la aromaterapia moderna) se quemó una mano y la sumergió en aceite esencial de lavanda. La práctica no sólo le habría calmado el dolor, sino que lo habría curado sin dejarle cicatrices ni infecciones. Muchas pseudomedicinas, como la homeopatía, la quiropraxia, la Nueva Medicina y otras, surgen a través de anécdotas iniciáticas únicas y unipersonales como la descrita y en circunstancias casi místicas. Curiosamente en lugar de configurarse en un aspecto cuestionable de la disciplina, sus seguidores la toman como una de sus mejores virtudes.

Nunca fue demostrado que existe el objeto de estudio de la aromaterapia, la propiedad de los aceites esenciales de curar el cuerpo y el espíritu. Otros componentes de la aromaterapia son igualmente falaces: la alquimia es una disciplina entre pseudociencia y religión, los meridianos energéticos no se corresponden con la anatomía humana, mientras que el equilibrio y armonización no queda explícitamente establecido de qué se trata. Obviamente no existen investigaciones científicas ni resultados de experimentos replicables de esta disciplina.

AYURVEDA. Como en otras supuestas medicinas asiáticas sus practicantes exaltan su presunta antigüedad: la ayurveda sería una medicina tradicional hindú milenaria que habría otorgado una salud perfecta a la civilización Védica. Aunque no explican porqué desapareció esa civilización. En numerosos textos se afirma que se trata de la "ciencia de la vida", con una antigüedad de más de 5.000 años y que trata al cuerpo, la mente y al espíritu. Esto se niega a sí mismo ya que en esos tiempos la ciencia no se había desarrollado, mientras que el espíritu no es objeto de estudio de la ciencia. La mayoría de las prácticas de la medicina tradicional hindú no están escritas, y lo que se conoce actualmente como “medicina” ayurveda es

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una idea inventada durante la década de 1980 por el swami Maharishi Mahesh Yogui (quién fuera venerado y luego despreciado por The Beatles), en la cual la mayoría de sus enunciados no existen en ningún texto antiguo. De hecho en la actualidad los hindúes se enferman y sanan igual que el resto de la Humanidad. Sus ideas básicas no se diferencian de otras pseudomedicinas orientales, ya que consiste en principios metafísicos: “energías” inexistentes y tratamientos estrafalarios para armonizar o balancear esas energías. Los doshas (vata, pitta y kapha) son esas entidades abstractas que regularían la armonía mente-cuerpo, y cada uno representa la trilogía aire, agua-fuego y tierra-agua respectivamente. Según esta creencia cuando los doshas están desequilibrados surgen los síntomas de lo que la medicina llama enfermedades. La ayurveda, al igual que la homeopatía, la quiropraxia y la acupuntura niega la existencia de las enfermedades y de los microbios o las disfunciones orgánicas que las causan. Muchas de las prácticas ayurvédicas recuerdan a los tratamientos de tiempos de la medicina pre-científica, por ejemplo el denominado Pancha Karma consiste en varios procedimientos como masajes, aplicación de vapor, purgas y enemas.

Los tratamientos ayurvédicos consisten en dietas para equilibrar (lo que en la jerga de Maharishi se denomina “pacificar”) determinado dosha, y en el uso de hierbas. Por ejemplo para pacificar el Kapha se deben ingerir comidas picantes, evitar los tomates y las nueces. En el caso del Pitta se debe hacer una dieta opuesta a la anterior. Siendo un invento de Maharishi Mahesh Yogui en la “medicina” ayurveda no puede faltar la meditación como complemento indispensable de los tratamientos de sanación. Los seguidores de la ayurveda no se preocupan por investigar o buscar fundamentos de sus afirmaciones, sólo creen en el dogma de Maharishi y otros representantes de esta falsa medicina.

Los doshas son usados como en la astrología para clasificar a los pacientes, de modo de caracterizar tipos de cuerpos (prakriti). Esto, además de infundado, tiene un componente de racismo y discriminación, como el de otras pseudociencias: Niños Índigo, astrología, quiromancia, etc.

Deepak Chopra siendo médico graduado de Harvard, abandonó la medicina para transformarse en uno de los más destacados defensores de la ayurveda. Chopra afirma que la salud es una opción de cada persona y que él puede identificar el estado de cada dosha y su estado de equilibrio o desequilibrio simplemente tomando su pulso. Entre sus afirmaciones más extraordinarias expresa que las alergias son causadas por una mala digestión, y que se pueden prevenir o sanar las cataratas cepillando los dientes, raspando la lengua, escupiendo en un recipiente y lavándose los ojos con esta mezcla. Pero, esto no es lo más


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estrafalario de sus propuestas, Chopra incorporó una mala reducción de la física cuántica a la ayurveda, al mejor estilo posmoderno. Expresa que la mente sana cuando armoniza el cuerpo mecánico-cuántico (quantum mechanical body) (es su terminología para “energía vital”) al enviar la energía curativa dondequiera que haga falta: "Si usted tiene pensamientos felices, entonces tendrá moléculas felices”. Este misticismo cuántico carece de cualquier evidencia, más allá de la imaginación de Chopra y Fritjof Capra. También afirma que los pensamientos positivos logrados a través de la meditación generan moléculas que benefician al cuerpo al punto de detener el envejecimiento. Obviamente esta idea, sin fundamento en la práctica, tiene su origen en la idea del inconsciente colectivo de Carl Jung (ver el apartado de Nueva Era). Sus seguidores sostienen que con el pensamiento (positivo) y con las indicaciones de la ayurveda además de una salud perfecta y juventud eterna se podrán evitar las guerras, los accidentes y todo mal de la Humanidad.

En síntesis, la ayurveda es una pseudomedicina que mezcla la meditación trascendental de Maharishi Mahesh Yogui, yuyos y dietas naturistas, “energías” que se balancean y desbalancean, un abuso irracional de la física cuántica y el “poder” del pensamiento de C. Jung: ninguno de sus fundamentos cuenta con resultados positivos, objetivos o verificados experimentalmente. La existencia de su objeto de estudio, los Doshas y el poder de la mente, nunca fue demostrada.

COLORTERAPIA. Se trata de un invento reciente de la New Age, aunque sus seguidores se reiteran en el argumento de la gran antigüedad y la referencia a lugares exóticos. Dicen que el color fue usado como un remedio por las antiguas civilizaciones como Grecia, en los templos de Heliópolis, en el antiguo Egipto (¡infaltable!) y las antiguas civilizaciones de la India y China. Algunas variantes incluyen a los supuestos continentes de Lemuria y Atlántida.

Sus seguidores afirman que el color es un elemento curativo, antidepresivo, estimulante, regenerativo y que mantiene el equilibrio y la armonía. Expresan que la cromoterapia cura al enfermo proporcionando “la vibración que le falta a través de la energía de la luz de los colores”. Se refieren a una “ciencia esotérica” (aunque carece de sentido semántico) para argumentar que el sol es el donador de energía y bienestar y que focaliza el poder de Dios en el zodíaco y en las personas. También retoman ideas de Deepak Chopra al considerar que el pensamiento se traduce en vibraciones que representan a los colores, por lo que cada persona puede ser clasificada por los colores predominantes de su pensamiento o de sus reacciones emocionales.

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El “colorterapista” diagnostica los síntomas según la ausencia de determinado color en la persona doliente. Para ello se requiere a un vidente que “lee” el aura, o se usa un aparato llamado "lámpara ardiente" que se puede obtener en cualquier mercado New Age. El hindú Jwala Munsiff, además, recomienda diagnosticar el color faltante examinando el globo ocular, uñas, orina y heces. Una vez determinado se receta la radiación adecuada y así se elimina la enfermedad. Por ejemplo, el color de aura rojo oscuro causa apoplejía (afección cerebral grave); el anaranjado reumatismo; el verde oscuro con puntos negros ocasiona exceso de ácido úrico; etc. El modo de incorporar los colores faltantes son: velos de color en las ventanas; envolver el cuerpo con ropa de color; consumir vegetales de los colores recetados y otros métodos estrafalarios como el uso de bolsas de sal que se “cargan de color” al ser expuestas a la radiación de la luz del sol o también beber “agua solarizada”, que se trata de agua expuesta al sol en frascos de color. Otro método consiste en la meditación ya que se trata de “respirar el color”, es decir inspirar visualizando el color y “mentalizando” sus beneficios.

A pesar de todas estas afirmaciones, no existen estudios que confirmen el “poder del color” (su objeto de estudio), sus efectos sobre las personas o su relación con las enfermedades. De hecho, la colorterapia contradice a la medicina en su conjunto (etiología, patología, anatomía, neumonología, etc.). Tampoco hay evidencias acerca de la existencia del aura, del diagnóstico de enfermedades a través del color de los ojos o de los excrementos, o que sociedades antiguas hayan usado esta falsa medicina.

DIANÉTICA. Esta pseudomedicina fue creada por Lafayette Ronald Hubbard, un aventurero y escritor de ciencia ficción (Alvaro, 2001). Hacia 1932 comenzó a interesarse por la salud y, aunque no estudió medicina, planteó que para resolver los problemas de las enfermedades mentales es lo mismo un médico que un brujo o un chamán. De este modo definió la excusa para que él mismo se pudiera dedicar a la medicina. Hacia 1950 escribió su libro de culto “Dianética, la ciencia moderna de la salud mental”, en el que sostiene que descubrió la “Ley Primaria de la Vida” y propuso cómo resolver todos los problemas de salud. Hubbard plantea que la dianética es el estudio y manipulación del espíritu (al que llama “Thetan”) en relación consigo mismo, con los universos y con los otros seres vivos. Sus propuestas no son el resultado de estudios y experimentaciones acordes al conocimiento médico, sino que se apoya en axiomas. La dianética serviría para una curación total de todas las enfermedades de la psiquis y todas las enfermedades orgánicas psicosomáticas, por ello sus seguidores consideran superfluos los tratamientos médicos.


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El procedimiento de la dianética pretende generar condiciones para que las capacidades de las personas superen los límites normales. Bajo el lema “sobrevive”, quién practica la dianética quedaría libre de todo malestar para lo cual debe pasar por dos estados el “liberado” y luego el “aclarado”. “Liberado” es aquel que ya no está sujeto a tensiones y ansiedades; y alcanza el nivel de “aclarado” quién se alivió para siempre de cualquier enfermedad. Hubbard habla de una entidad esotérica que denomina “engrama” que sería la responsable que el dolor físico y mental se almacene a modo de un recuerdo, pero también como una herida, que es la que causa los males a la salud. También afirma que los engramas tienen una existencia pre-natal (discusiones entre los padres, golpes o accidentes recibidos por la madre), natal (lesiones o crisis durante el parto), y post-natal (todo lo que nos aqueja desde el nacimiento).

Aunque los seguidores de la Dianética aseveran que se trata de una ciencia, las afirmaciones que la constituyen corresponden a la de una pseudociencia. Además de tener un gurú (Hubbard) y un libro de culto, los practicantes de la dianética jamás pudieron demostrar la existencia del Thetan, de los engramas, de la Mente Reactiva o mostrar las bondades que manifiestan los “aclarados”. Por ello se carece de experimentaciones para saber cómo funcionan esas entidades ni qué relación tienen con la mente o la anatomía humana, es decir la dianética carece de objeto de estudio. Posiblemente por ello Hubbard creó la Iglesia de la Cienciología (Church of Scientology) para transformar su pseudoterapia en religión, aunque los críticos de este movimiento sostienen que el motivo de esta conversión sólo fue para evadir impuestos y acusaciones de curanderismo. Como si la realidad pasara por la opinión de los artistas, muchos adeptos a la cienciología argumentan a favor que actores famosos como John Travolta y Tom Cruise practican la dianética, pero ocultan que la rechazaron otros famosos como Ernest Hemingway, Walt Disney y Pablo Picasso. En muchos países la Cienciología está considerada una secta, debido a su estructura y métodos piramidales de venta de cursos, libros y objetos de culto. La dianética actualmente también está posicionada como una disciplina de autoayuda. Una síntesis simpática acerca de Hubbard y su “iglesia” la realizó Francesc-Marc Alvaro (2001) “El novelista de quiosco mezcló algo de refrito del psicoanálisis freudiano con pastiche variado de filosofía de bachiller y consejos orientales de calendario, lo aliñó con retórica pseudocientífica y sentido común de rebajas, y a servir.”

FENG SHUI. Es una pseudociencia de las “energéticas” cuyo ritual consiste en ordenar o ubicar los muebles y objetos de determinado modo para que la energía vital sea propicia para las personas. Sus

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cultores hacen afirmaciones del tipo “¿Sabia usted que un simple movimiento de muebles, una planta que se coloca donde no debe, o un espejo mal situado pueden entorpecer su negocio, causarle estrés y hasta problemas de salud y perdidas económicas?”. También caen en el recurso de presentar a esta disciplina con el carácter de milenaria y de origen chino como garantía de su efectividad. Una síntesis del Feng Shui sería que si todos los elementos que nos rodean están ubicados armónicamente (en el sentido del Feng Shui), la energía será equilibrada y nosotros seremos beneficiados.

Aunque sus practicantes afirman que el Feng Shui es una “ciencia milenaria” (recordemos que la ciencia tiene menos de 200 años), también ocupan todos los espectros de usuarios caracterizándolo como un “arte”. El objetivo del ritual es alcanzar la “armonización de las energías en las casas y los lugares de trabajo” para que sus ocupantes gocen de “salud, vitalidad, armonía y prosperidad”. Es decir, según dónde y cómo usted ubique sus muebles será una persona sana, vital, armónica y próspera, pero si los dispone de otra será enferma, lúgubre, disarmónica y desventurada. Nada tendrá relación con acciones propias o sus esfuerzos por mejorar su modo de vida: los muebles y objetos deciden por usted. Este aspecto tiene un componente profético ya que sus seguidores expresan que "modificamos el espacio para modificar nuestro destino".

Además de la disposición de los objetos propios, el mercadeo del Feng Shui recomienda que incorpore a su casa determinados estilos, colores y objetos como móviles sonoros, campanillas, fuentes de agua, tubos de bambú, figurillas de gnomos, hadas o lo que sea que se pueda vender. Los “fengshuieros” o, como ellos se llaman, los “maestros” afirman que el entorno cercano influye en nuestro equilibrio psíquico y físico, que una vivienda “insana” altera el sueño, genera mareos, sensación de ahogo, dificultades en nuestras relaciones, etc. También que los comercios se verán beneficiados en sus ventas al ser potenciados con la aplicación del Feng Shui.

Para estas prácticas el “maestro” deber hacer un diagnóstico del “esquema de energía” único de su casa, quién luego le recetará “remedios” para su ciclo de vida (al de la casa, aunque se trate de un objeto inanimado). Por supuesto el maestro le recomendará cómo encauzar las “energías positivas” y cómo bloquear las “negativas”. Para este dictamen sus practicantes no usan aparatos que miden o detectan las supuestas energías, ni miden el efecto de los objetos de un modo objetivo. Siguiendo un supuesto principio del Tao el desorden externo es el reflejo de la desarmonía interna, por ello los “maestros” recomiendan tener la casa ordenada y deshacerse de los objetos que no se usan. Como norma, sugieren tirar todo aquello que no se haya


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usado durante más de un año (entre estos objetos se podría incluir, por ejemplo, el matafuegos).

La existencia de los principios fundamentales del Feng Shui (el efecto de la posición de los objetos sobre la salud y el futuro de las personas o sobre la venta de un comercio) y la existencia de energías negativas y positivas y su accionar en estado armónico o disarmónico nunca fue demostrada. Es más, sus seguidores jamás se interesaron en realizar investigaciones serias, objetivas y con experimentos reproducibles para poder conocerlo.

FLORES DE BACH. Esta pseudomedicina fue creada por el doctor Edward Bach quién en su libro de culto “La Curación por las Flores” deja en claro que se trata de una religión que le fue revelada directamente por Dios:

"No se requiere ciencia alguna, ni conocimientos previos... sin ciencia, sin teorías, pues todo en la naturaleza es simple. Este sistema de curación... se nos ha revelado divinamente".

Por ello, debería clasificarse entre las disciplinas mágicas pero

compone esta lista por su afinidad con otras falsas medicinas. La terapia floral se basa en una combinación de capullos de flores, agua, sol y brandi como conservante, que componen un total de 38 pócimas que los terapistas florales llaman remedios. De las 38 pócimas la “Rock Water” sólo contiene agua pura extraída de lugares supuestamente sagrados o mágicos. Lo que Bach llamaba enfermedades es algo muy curioso, por ejemplo las flores de álamo curarían “el miedo a lo sobrenatural”, las del manzano “la sensación de estar sucio” (posiblemente combinada con agua y jabón sea cierto), las de madreselva “la nostalgia”, y las de rosa silvestre “el desinterés”. Esta “terapia” está vinculada estrechamente con la homeopatía, ya que sigue algunos de los dogmas de Hahnemann, como que cuanto menos droga hay en un preparado el efecto será mayor. La preparación de las pócimas se efectúa sumergiendo las flores en agua bajo la acción de la luz solar durante algunas horas, luego son diluidas siguiendo los métodos de la homeopatía.

Bach afirmaba que la enfermedad no es material sino espiritual (el remanido “no existen las enfermedades sino enfermos” de otras pseudomedicinas) y que las patologías están vinculadas a la personalidad del paciente. El enfermo presentaría, entonces, un desequilibrio entre mente y espíritu, y todo fundamento de ese desequilibrio (que la medicina insiste en llamar enfermedad) se debería al temor del cuerpo a dejarse dominar por el alma humana. Por ello, las pócimas florales están clasificadas en 7 grupos

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relacionados a estados de ánimo que afectarían al alma: Temor, Incertidumbre, Apatía, Soledad, Influenciabilidad, Abatimiento y Desesperación, y Preocupación Excesiva por el Bienestar Ajeno.

Debido a que esta pseudomedicina tiene un origen esotérico, a los terapistas florales no les interesa conocer si existen fundamentos de las afirmaciones de Bach (quién cumple el rol de gurú, y su libro “La Curación por las Flores” el de texto sagrado). Según sus seguidores, como la “terapia floral” fue una revelación divina, no hace falta experimentación clínica ni consistencia teórica. Es decir, carece de experimentos que hayan puesto a prueba sus principios, no se sabe si sus pócimas pueden ser tóxicas, qué efectos tienen en niños o embarazadas o cuales son las contraindicaciones. Tampoco se ha demostrado la existencia de su objeto de estudio: el alma y su relación con los estados de ánimo, ni que las flores diluidas al sol lo afecten. La mayoría de las “patologías” de Bach no pueden ser clasificadas como enfermedades: desinterés, sentirse víctima del destino o preocupación por los seres queridos, entre otras. La preparación de las pócimas tampoco cumple con controles de calidad ni se les exige las normas de seguridad e higiene que siguen las farmacias y laboratorios que fabrican medicinas. Lamentablemente esta práctica llegó al ámbito médico, ya que muchos recetan el uso de Flores de Bach a sus pacientes, a los que también les venden las pócimas.

En Estados Unidos y en Argentina esta falsa terapia tiene sus secuelas. Las Flores de California y las Flores de Raff. Jorge Raff autor del libro de título egocéntrico “Flores de Raff”, copió la idea de Bach y niega toda relación entre su disciplina y la ciencia ya que afirma que sus flores:

“...son el producto de una alquimia que articula bajo disposición de una carga energética cuyo origen no me pertenece y que actúa como una fuerza activa, y las propiedades esenciales con las que el Creador moldeó al Reino Vegetal y que actúan a modo de contención de esa energía, activándoles sus propiedades curadoras”.

En el prólogo se asevera que se trata de “un breve tratado de

alquimia”. Además de largos párrafos repletos de palabras técnicas combinadas sin sentido (energía, fuerzas, balances, etc.) hay un apartado que hace sospechar al lector si todo esto no es más que una broma. En el capítulo “El Principio de la Cura” Raff dice que recibió mensajes de un olivo (si, de un árbol), mientras que en otro capítulo recomienda seleccionar remedios por “convicción lógica o por métodos radiestésicos” (si, con una vara o un péndulo).


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FRAUDES PARA CURAR EL CÁNCER El caso Vidal. La crotoxina, un compuesto que proviene del veneno de la víbora de cascabel, fue la protagonista de uno de los fraudes científicos más resonantes de Argentina. Durante el mes de julio de 1986 los doctores Luis Costa, Carlos Coni Molina y Guillermo Hernández Plata anunciaron a los medios de comunicación que un instituto nacional les había suspendido las entregas de crotoxina que estaban usando con buenos resultados contra el cáncer. El Ministerio de Salud y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) expresaron que desconocían que se estaban realizando investigaciones y experimentaciones en ese tema. Las máximas instituciones de la salud y de la investigación de Argentina no estaban enteradas porque los tres médicos habían experimentado desde hacía tres años en un consultorio privado liderado por el doctor Juan Carlos Vidal. Los pacientes tratados creían que eran parte de una práctica de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires, porque los médicos usaban planillas falsificadas.

A partir que el caso tomó estado público se generó una gran movilización de personas enfermas de cáncer, o de sus parientes, que exigían al gobierno la distribución del “medicamento mágico”. Las presiones fueron muchas lo mismo que las manifestaciones públicas multitudinarias, de modo que el gobierno argentino liberó algunas partidas y otras fueron entregadas por orden judicial. Al mismo tiempo comenzó a correr el rumor que había un complot de los laboratorios farmacológicos para que fracase este “invento argentino” con el cual se creía que hasta se saldaría el pago de la deuda externa. Inmediatamente el Ministerio de Salud generó un equipo de oncólogos expertos para que estudien un informe al CONICET que había elevado el Dr. Vidal acerca de sus investigaciones con crotoxina.

De ese informe surgieron decenas de desprolijidades en la investigación, faltas a la ética por el uso de seres humanos en la experimentación, la falta de de estudios in vitro y en animales, la ausencia de un protocolo de investigación y tampoco cumplieron con las normas legales que autorizan ensayos con seres humanos. Este aspecto fue muy grave ya que no trataron sólo con enfermos terminales, por lo que muchos pacientes no terminales que abandonaron sus tratamientos posiblemente habrían podido ser curados con métodos convencionales. También llegaron a falsificar los resultados, como el caso de una secuencia de fotografías que mostraban la evolución de un tumor a partir de la aplicación de crotoxina: las fotos eran fotocopias de un manual de química y biología molecular. Los médicos tampoco revelaron a los pacientes con qué drogas los trataban, ya que usaban veneno de cascabel, pero

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también de cobra. Además se supo que los médicos involucrados no eran expertos en la materia: dos de los integrantes del equipo no eran oncólogos, es más, uno de ellos fue aplazado dos veces para obtener su graduación como oncólogo. Para la fecha que estalló el affaire crotoxina la literatura científica carecía de antecedentes que pudieran sugerir que esa droga tenía alguna propiedad para afectar a los tumores cancerosos. De este modo el Ministerio de Salud prohibió la producción de crotoxina y Vidal renunció al CONICET. Todos los pacientes tratados por el grupo de Vidal fallecieron de cáncer. La crotoxina fue patentada en Estados Unidos, pero nadie tuvo interés por su producción, a pesar de ello en Argentina todavía subsiste la versión del complot y hasta existen fundaciones y ONGs que difunden el uso de esta droga para curar el cáncer.

Método Hansi. Se trata de otro invento argentino que consiste en un jugo de cactus diluido con métodos copiados de la homeopatía. Aunque se trata sólo de agua Hansi significa método Homeopático Activador Natural del Sistema Inmune y fue creado por Juan Hirschmann y Ernesto Crescenti. Ninguno de ellos era oncólogo, sólo el último era médico obstetra, a pesar de ello afirman que crearon un método para curar distintos tipos de cáncer, e inclusive SIDA, artritis, reuma, asma y síndrome de fatiga crónica entre otras dolencias. Es importante destacar que ambos trabajaron al modo pseudocientífico, es decir, aislados de la comunidad científica y en soledad, ningún organismo oficial de investigación o el Ministerio de Salud (que controla y autoriza la investigación de medicamentos para seres humanos) sabía de este estudio. Luego dieron a conocer sus “resultados” por los medios de comunicación pero nunca en revistas científicas de oncología o en congresos de la especialidad. Los actuales promotores de este método aluden a estudios de la Universidad de California y de otras instituciones e investigadores de prestigio que habrían demostrado la efectividad del método Hansi, pero nunca citan la fuente de modo que pueda ser verificado. La pócima Hansi consiste en un extracto de cactus diluido reiteradamente hasta que no queda ninguna molécula del cactus en el frasco final que se suministra a los pacientes. Por ello sus inventores afirmaron que esa pócima actúa “energéticamente”, tal como los otros preparados homeopáticos. Por ello si un laboratorio se preocupa por analizarlo sólo hallará agua (o alcohol, que también se usa como diluyente) pero ningún principio activo. Aunque posiblemente se puedan hallar otros componentes, debido a que estas pócimas carecen de los controles de calidad de los medicamentos y suelen ser fabricados en ámbitos que carecen de medida de asepsia por lo que pueden estar contaminados por microorganismos patógenos. Un estudio que incluyó 521 muestras de


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pócimas Hansi analizadas a través de métodos habituales de cultivo y recuento de colonias para bacterias aerobias, anaerobias y hongos, resultó que todas estaban contaminadas con bacterias y hongos (Candida sp., Pseudomonas sp., Candida parapsilosis fluorescens y Micrococcus sp.). Estos gérmenes son causantes de infecciones severas en pacientes con inmunodepresión (como son los enfermos de cáncer o de SIDA). Nunca fue demostrada la existencia del objeto de estudio del método Hansi, que un diluyente que alguna vez tuvo extracto de cactus tiene efectos anti tumorales.

Terapia de Coleópteros. Esta disciplina, también llamada coleoterapia, es de las más originales aunque igualmente carente de fundamentos válidos como las anteriores. Su inventor es el argentino Rubén Dieminger. Toda la terapia consiste en comer una especie particular de insectos del grupo de los coleópteros para tratar las siguientes enfermedades: cáncer, dolores de rodilla, resfríos y gripe, artrosis deformante, diabetes, asma, artrosis, artritis, lupus, sida, psoriaris, esclerosis, entre otras. Sus efectos en la salud serían: desaparece o disminuye el dolor, aumenta el buen estado de ánimo (“aparece la energía”), crecen las uñas y el cabello, evita los efectos secundarios de la quimioterapia, cierran y cicatrizan heridas en diabéticos insulinodependientes y se evitan amputaciones, desaparece el temblor en pacientes con mal de Parkinson. Como se habrá notado la coleoterapia comparte con otras falsas medicinas que es multipropósito. Sin embargo el discurso de Dieminger tiene un componente muy interesante, además de original. La coleoterapia se presenta como una hipótesis científica pero en el concepto vulgar de hipótesis, el de conjetura, puesto que si fuera realmente una hipótesis científica estaría validada teórica y empíricamente. El inventor expresa que tiene experiencia empírica (aunque no dice cómo la obtuvo) que comer gorgojos estimula el sistema inmunológico. Esta estimulación orgánica, y no el “ataque” a la enfermedad sería la causa de las propiedades curativas de los insectos, lo que explicaría la supuesta capacidad de la coleoterapia para tratar enfermedades tan distintas como SIDA y diabetes (el problema es que no se la demuestra). En sus declaraciones Dieminger se cuida muy bien de dejar establecido que él no afirma que comer escarabajos cura enfermedades, sino que sólo se le ocurrió y que eso debería ser investigado científicamente. Este parece ser el mensaje pseudocientífico más hábil, ya que logra interesar al crédulo al mismo tiempo que no realiza ninguna afirmación paracientífica. De todos modos Dieminger promueve el consumo de insectos vivos con alguna esperanza curativa a través de su sitio de internet, su libro y de múltiples notas periodísticas, de hecho su libro está titulado “La

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Coleoterapia. Una esperanza de vida para los enfermos de cáncer”. Además en el sitio web hay un apartado de testimonios de supuestos pacientes curados milagrosamente por esta terapia. El objeto de estudio de la coleoterapia, que consumir insectos vivos puede tener algún efecto beneficioso para la salud como curar el cáncer, nunca fue demostrado (lo curioso de este caso es que su propio promotor lo admite).

Agua de Tlacote. El poder del "agua de Tlacote" para curar el cáncer fue una idea del mexicano Jesús Chain Simón durante la década de 1990. Este personaje descubrió en su campo que un pozo tenía agua mágica curativa. Con esa excusa montó un negocio en el que regalaba el agua, pero cobraba por consultas y accesorios como los bidones para transportarla, la fama fue tan grande que se llegaron a exportar miles de litros de agua de Tlacote en aviones de pasajeros, lo que en Argentina generó un problema en la aduana del aeropuerto Pistarini debido a los controles de salubridad. Los pasajeros argumentaban que transportaban un remedio pero las autoridades exigían que los cientos de bidones debieran ser analizados antes de que entren al país, como ocurre con cualquier otro producto similar. Como el caso de los coleópteros y otros productos milagro esta agua serviría para curar todas las dolencias: cáncer, SIDA, diabetes, artritis, etc. Nunca nadie pudo demostrar que esta agua podía curar alguna enfermedad, de hecho sólo se trataba de agua común. Este caso ese lo podría clasificar como una homeopatía más sincera.

GEMOTERAPIA. Se trata de la curación a través del uso de minerales o piedras mágicas. Los gemoterapistas aluden al efecto dispersivo de las malas vibraciones, de energías cósmicas, fuerzas invisibles, luz cósmica y de poderes mágicos que afectan nuestra salud, futuro, destino y hasta las emociones. Según estos charlatanes hay piedras para diversas afecciones: para prevenir el aborto natural (rubí), la hipoacusia (ágata), el daltonismo (amatista), la memoria (esmeralda), etc. Una clase especial de cristales serían los celestiales que, aunque desconocidos para la geología, permitirían comunicarse con los ángeles, los seres ascendidos y los maestros cósmicos (si existieran). En general los gemoterapistas recomiendan el uso de piedras muy fáciles de obtener como el cuarzo, que servirían para todo. El caso del cuarzo es paradigmático como estrategia de mercadeo, ya que por su bajo costo es accesible, pero requiere de un ritual del gemoterapista para “programarlo” y así hacerlo específico a la dolencia o problema a tratar. Ninguna de las supuestas propiedades terapéuticas de las piedras tiene algún tipo de fundamento de su accionar, los textos de gemoterapias se limitan a listas de minerales, alguna descripción de


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su magia e historia esotérica y su aplicación. Como condimento infaltable de la Nueva Era, sus promotores afirman que la gemoterapia es una ciencia muy antigua cuya utilización se remonta a las civilizaciones de Lemuria y Atlántida, aunque parece no importarles que esas “civilizaciones” y esos continentes nunca existieron.

Algunos refieren una relación entre esta falsa medicina y la astrología e intentan plantear explicaciones basadas en “energías”, magnetismo, líneas de fuerza y las partes del cuerpo. De este modo, la influencia de los planetas se podría dominar ubicando determinadas gemas en ciertas partes del cuerpo para lograr un beneficio. También combinan la gemoterapia con las falsas medicinas ayurveda, feng shui, reiki, flores de Bach, aromaterapia y cualquier otra charlatanería.

Curiosamente ningún fundamento de la gemoterapia se refiere al uso del yodo como antiséptico, del litio para tratar la esquizofrenia, del calcio para tratar la osteoporosis o del hierro para prevenir la anemia, es decir los tratamientos con minerales que son efectivos y tienen evidencias verificadas que generan algún beneficio para la salud son desconocidos para la gemoterapia.

GRAFOTERAPIA. Es una derivación de la grafología (ver más arriba), consiste en identificar una patología del comportamiento a través de la escritura. Esta variedad de la grafología se populariza con el lema “cambia la escritura para cambiar tu vida”. Ejemplo: el paciente es introvertido porque dibuja las letras muy juntas. El tratamiento consiste en prácticas diarias de escritura para cambiar la letra y así curar la dolencia. Es tan absurdo como pretender mejorar una cardiopatía cambiando el dibujo del electrocardiograma, o un hueso roto corrigiendo la radiografía. La grafoterapia contradice a la psicología, la medicina y al sentido común más elemental. Nunca fue demostrada la existencia de su objeto de estudio, que la escritura es un emergente de las patologías y que si lo fuera esa relación se puede invertir (que la patología se pueda tratar con la escritura).

HOMEOPATÍA: “La homeopatía es un sistema que tiene como fundamento lo desconocido, como fin lo imposible y como resultado la nulidad.” Armand Trocean.

La Homeopatía fue creada por Samuel Friedrich Hahnemann durante fines del Siglo XVIII, su escrito principal fue publicado, en el Siglo XIX, al mismo tiempo del nacimiento de nuestra nación: 1810.

Por esa época la medicina era muy diferente, de hecho muchos de sus tratamientos actualmente serían considerados como mala praxis o directamente como actos criminales. Por ejemplo durante el Siglo XVIII se efectuaban desangramientos, tratamientos con sanguijuelas,

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dietas debilitantes, purgas, se inducía el vómito y se usaban drogas tóxicas. Era una época en la que no se conocía totalmente la anatomía del cuerpo humano, ni la fisiología, no había conocimiento de la existencia de gérmenes como bacterias y virus, ni de las causas de enfermedades mortales que actualmente se curan fácilmente.

En ese contexto Hahnemann experimentó con quinina sobre sí mismo, administrándose grandes dosis concentradas que le generó fiebres similares a la de la malaria. Esto lo llevó a considerar que existe una vinculación entre el efecto de un medicamento en un organismo sano, y la cura de uno enfermo. Así, al tiempo que en el Río de La Plata se conformaba la Primera Junta de Gobierno en el Cabildo de Buenos Aires, Hahnemann planteaba su "Ley de los Similares", que expresa: 1- Un fármaco suministrado a una persona sana ocasiona síntomas típicos de esa sustancia. 2- Una persona enferma tiene síntomas de su enfermedad. 3- La curación se puede lograr con la administración de una dosis pequeña del fármaco cuyos efectos, en el individuo sano, sean similares a los síntomas de la enfermedad.

Esta "Ley de los Similares" es el principio fundamental de la homeopatía, y que le dio nombre a la disciplina, ya que homeopatía significa "curar con lo mismo", es decir curar a través de lo que causa síntomas como los de la enfermedad. Al mismo tiempo se acuñó el término "alopatía" o curar a través de lo opuesto a lo que enferma. Para conocer el uso homeopático de cada droga se realizó un registro de las reacciones que los preparados causaban en personas sanas, en una operación llamada "patogenesia". Esta es la única fuente de experimentación de la homeopatía. Cualquier homeópata sólo debería consultar la tabla que relaciona los síntomas con los fármacos para tratar al paciente.

Durante sus experimentaciones, Hahnemann observó que para evitar los efectos negativos de algunas drogas debía disminuir las dosis. Esta perogrullada, pero llevada al extremo, se convirtió en el segundo postulado principal de la homeopatía el "Principio de las Dosis Infinitesimales": cuanto menor fuera la dosis, más eficaz sería la curación. Esta idea de los infinitesimales trae aparejado que la sustancia activa debe ser diluida hasta que no quede nada o casi nada de ella. Las diluciones se efectúan en magnitudes de 1/10 ó 1/100, es decir, disolviendo una parte de la droga en 10 ó 100 partes de agua sucesivas veces. La explicación de la efectividad del proceso, a pesar de la ausencia de droga, fue que durante las diluciones sucesivas el diluyente usado (en general agua) era capaz de "memorizar" las propiedades de la sustancia activa, pero sólo las beneficiosas. Para optimizar la eficacia del preparado, durante cada dilución se debía


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realizar una agitación vigorosa, esto fue denominado "dinamización o potenciación".

El tercer principio de la homeopatía se llama "Ley de la Individualización" y expresa que: "no hay enfermedades sino enfermos", de modo que cada tratamiento es específico para cada paciente. En sus escritos Hahnemann afirmaba que el organismo humano posee una "fuerza vital" (la Natura Medicatrix) que regula al organismo y lo protege de enfermedades. Cuando esa energía vital se altera la persona se enferma y se requiere sólo un mínimo efecto para causar la autocuración. Es decir Hahnemann negaba la existencia del principio de causa-efecto entre agentes patógenos y la curación ("no hay enfermedades sino enfermos"), ya que todo se debería a balances y desbalances energéticos. El emergente de ese desbalance serían los síntomas.

¿Por qué la Homeopatía es una falsa ciencia? Veamos cada uno de sus postulados de un modo racional y con fundamentos científicos.

En la época en que Hahnemann propuso las bases de la homeopatía estaba en concordancia con muchas ideas comunes del pensamiento del ámbito académico. Sin embargo, pasados dos siglos, actualmente el avance del conocimiento en general y los extraordinarios aportes de la medicina, la química, la física y la biología en particular, convierte a los fundamentos de Hahnemann en prácticas mágicas. Es de destacar que actualmente los homeópatas continúan usando las mismas ideas de Hahnemann a modo de un dogma que no se actualiza.

Ley de los Similares

Esta supuesta ley expresa que se puede curar con una sustancia que, en una persona sana, causa efectos parecidos a los síntomas de la enfermedad. Con esta idea los homeópatas caen en un error de razonamiento, llamado falacia 'post hoc ergo propter hoc' (algo es la causa de otra cosa porque la primera es anterior en el tiempo). El caso inicial de la quinina, es decir los síntomas similares a la malaria cuando se toman grandes dosis de esa droga, sólo se trata de una coincidencia. Nunca se pudo demostrar que con quinina "aparece" la malaria, es decir no hay una conexión causal.

Veamos lo absurdo de esta idea: dosis altas de penicilina causan una reacción alérgica, por lo tanto podríamos usarla para curar la urticaria; como este antibiótico cura la neumonía también podría causarla. Como la estreptomicina puede curar la tuberculosis pulmonar, puede hacer enfermar de tuberculosis a los sanos. Como el monóxido de carbono provoca la asfixia a un hombre sano, se puede usar para tratar a alguien que se está ahogando. La idea de los similares básicamente confunde la enfermedad con los síntomas, pero

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para Hahnemann esto era lógico ya que "las enfermedades no existen" sino sólo enfermos con su fuerza vital en desequilibrio. Los homeópatas usan un gran engaño cuando expresan que las vacunas actúan a través de la ley de los similares, sin embargo el principio de funcionamiento de las vacunas no tiene nada que ver con esto. Primero porque las vacunas no curan enfermedades, sino que las previenen; y no se trata de diluciones infinitesimales sino de la aplicación de micro organismos que desencadenan la respuesta preventiva del propio cuerpo.

Actualmente el sostenimiento de la Ley de los Similares como cierta se enmarca en el pensamiento mágico. Nunca se pudo demostrar que esta idea tiene algún referente objetivo en la realidad ya que carece de todo fundamento y de pruebas que la validen. Patogenesia

Este supuesto método de investigación serviría para conocer qué fármacos o hierbas deben usarse como medicamentos, pero carece de los principios más elementales del método científico. La patogenesia se basa sobre un dogma, la ley de los similares, como contexto que guía el proceso de búsqueda de conocimiento. Además ese dogma es falso, como consecuencia de ello todo lo que surja de una premisa falsa no tendrá validez. Principio de las Dosis Infinitesimales

Como se señaló más arriba esta idea de la homeopatía expresa que a menor cantidad de droga mejor será su efecto curativo (“menos es más”) y que la disminución de la misma se realiza por diluciones sucesivas. Esta idea contradice un concepto elemental de la química: cuanto más materia activa esta presente en una reacción se logra un efecto mayor. De todos modos vamos a analizar este principio.

El método general para lograr un "medicamento" homeopático consiste en partir del extracto de alguna hierba o fármaco que se diluye una parte en diez partes de agua (1:10), luego se toma una parte de esa dilución y se la mezcla nuevamente en 10 partes de agua (se obtiene una dilución 1:100). Si se repite esta operación tres veces más se llega a una dilución de 1:10.000) y así sucesivamente. En las diluciones homeopáticas esta operación se repite hasta 30 veces, es decir el preparado final tiene una parte de fármaco por cada 1 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 partes de agua (1x1030 “uno por diez a la potencia 30”). A estas magnitudes el fármaco no existe. Para exponerlo más gráficamente la relación entre el extracto inicial y el preparado final es equivalente a mezclar una gota del extracto en todo el sistema solar y luego pretender tomar una muestra al azar y que haya algo del extracto. Si este principio es cierto, entonces si diluimos


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una molécula de nafta en esas proporciones homeopáticas, la mezcla final debería ser combustible.

La constante universal llamada Número de Avogadro es una magnitud: 6,02 x1023 y fue establecida en vida de Hahnemann. Este número indica, para cada elemento químico de la tabla periódica, cuántas moléculas hay en la misma cantidad de gramos que su número atómico (NA), y su aplicación práctica nos permite conocer el límite de la disolución que puede ser hecha sin perder a la sustancia original en el proceso. Por ejemplo: en 12 gramos de Carbono (NA= 12) hay 6,02 x1023 moléculas de carbono, en 32 gramos de Oxígeno (NA= 16 x 2) hay 6,02 x1023 moléculas de oxígeno. El número de Avogadro es muy grande, pero si diluimos un preparado por encima de 10 a la 23, no habrá una sola molécula del elemento diluido y las diluciones homeopáticas son muy superiores a esta magnitud.

Actualmente sostener el principio de las dosis infinitesimales, es decir que un medicamento sin el fármaco puede curar, es irracional y por lo tanto pseudocientífico. El propio Hahnemann se percató que en sus diluciones no habría materia del extracto inicial, posiblemente por conocer la constante establecida por Avogadro. Pero, en lugar de continuar buscando evidencias para hacer aportes a la ciencia prefirió inventar una justificación mágica a su postulado. Para ello planteó el concepto de memoria del disolvente. Esta idea expresa que el agua (cuando actúa como disolvente) "recuerda" las propiedades del soluto que estuvo en contacto con ella. Esto nunca pudo demostrarse, pero si fuera cierto ¿cómo se obtuvo el agua pura que se usa en este proceso? El agua que se usa en las diluciones no se sintetiza a partir de hidrógeno y oxígeno, sino que estuvo en contacto previamente con millones de sustancias, por lo que debería "recordarlas", es decir mantener la memoria de los millones de propiedades de las mismas. Para aumentar el supuesto efecto de memoria los homeópatas usan el método de sucusión, o agitación, para lograr lo que llaman dinamización o potenciación. Para justificar la idea de los infinitesimales, los homeópatas vuelven a recurrir a la magia: dicen que el agua sólo recuerda las propiedades de lo que ellos diluyen. Mientras, la agitación para potenciar la memoria sólo se puede relacionar con algún ritual de magia. Ley de la Individualización

Hahnemann decía que "no hay enfermedades sino enfermos", lo que contradice un postulado básico de la medicina: la acción de agentes patógenos o disfunciones orgánicas como causantes de enfermedades. Por ejemplo, el virus de la gripe, una infección bacteriana o una hernia de disco. Además, la idea de "fuerza vital" planteada por los vitalistas del Siglo XVIII carece de un referente

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objetivo, es decir jamás fue demostrada. Este aspecto es un gatillador de la reaparición de la homeopatía durante el Siglo XX, como consecuencia del resurgimiento de las prácticas esotéricas fomentadas por las creencias New Age, que sostienen ideas sin fundamento como la energía vital, el alma, las fuerzas angélicas y otras prácticas mágicas.

¿La homeopatía puede funcionar? Como ya se expresó, a esta altura del desarrollo científico y del conocimiento sabemos que los principios de la homeopatía son falsos, y una “medicina” basada sobre principios falsos no puede tener resultados exitosos al momento de curar.

Para que la homeopatía sea una ciencia, es decir que sus postulados básicos tengan un referente objetivo en la realidad y que funcione como los homeópatas dicen que funciona, se debería demostrar a través de experiencias que cualquier científico pueda repetir: 1– Que “lo similar cura a lo similar”, por ejemplo que las bacterias de la neumonía curan la neumonía. 2– Que el disolvente de las sucesivas diluciones homeopáticas tiene memoria de las propiedades del soluto, y que esa memoria es selectiva sólo de lo que el homeópata prepara. 3– Que las enfermedades se deben a un desbalance de la supuesta “fuerza vital”, la cual también deben demostrar que existe.

Para que todo esto ocurra, además, se debe demostrar que

numerosos conocimientos validados científicamente y bien conocidos son falsos. Por ejemplo: que las bacterias no infectan o que los virus no causan enfermedades.

Aún frente a lo que creen muchos médicos la medicina actual no es "alopática", es decir no cura por los opuestos. Este término fue creado por Hahnemann y actualmente se sigue usando como contraposición a la homeopatía. La medicina actual es medicina científica o medicina a secas.

Para darles más confianza a los pacientes los homeópatas los engañan diciéndoles que son médicos. De hecho, muchos de los homeópatas lo son. Sin embargo, cuando un médico practica la homeopatía no está practicando la medicina, sino la magia, del mismo modo que cuando un médico corta el césped de su casa tampoco practica la medicina sino la jardinería, o cuando un cirujano conduce su automóvil no está operando sino manejando.

Durante 2005 la prestigiosa revista científica The Lancet publicó un estudio comparativo entre 110 estudios clínicos de homeopatía y la misma cantidad de estudios de medicina concluyendo que los éxitos


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de la homeopatía carecen de fundamentos y sólo se deben al efecto placebo y a la predisposición del paciente. Este es uno de decenas de estudios objetivos que desacreditan a esta práctica curanderil.

Es importante considerar que la homeopatía y la medicina son excluyentes: la homeopatía es falsa o la medicina es falsa, no pueden coexistir porque sus fundamentos se oponen. Es decir, las enfermedades son causadas por agentes patógenos y disfunciones orgánicas o por desequilibrios de la “fuerza vital”.

IRIDOLOGÍA. Esta disciplina, también llamada iridiología, más que una falsa medicina es una pseudotécnica de diagnóstico. Comparte similitudes con algunos principios del curanderismo tradicional chino, en lo que se refiere a que el ojo es “un mapa del cuerpo”, así como para la reflexología o la auriculoterapia lo es el pié o la oreja. Esta idea es una adaptación de un axioma que afirma que "el todo está en la parte y la parte está en el todo" y, con otro ejemplo de poca originalidad, muchos iridólogos afirman que esta “ciencia” era practicada por “civilizaciones antiguas” desde los mayas hasta los egipcios. Por supuesto no se ofrecen las evidencias de estas afirmaciones, y de hecho se contradice con el propio mito de origen de la iridología.

También comparte con otras pseudociencias la existencia de un gurú que inventó la disciplina basado en una única experiencia personal y que despreció toda investigación y estudios rigurosos posteriores. El húngaro Ignaz Von Pèckzely relató que siendo un muchacho de catorce años se encontraba jugando con un búho cuando, con un movimiento desafortunado, le quebró una pata. En ese momento observó que apareció una línea negra en el iris del búho, del ojo del mismo lado que la pata lastimada. Durante los cuidados posteriores del animal, continúa el relato, esa línea fue desapareciendo paulatinamente mientras se iba recuperando la pata. Pèckzely finalmente estudió medicina, pero se dedicó a la disciplina curanderil que inventó en su adolescencia. En 1881 publicó su libro de culto “Descubrimientos en el campo de la ciencia natural y medicina, una guía para el estudio y diagnóstico desde el ojo”.

Los iridólogos afirman que en el ojo se refleja el estado de salud del cuerpo entero, para ello dividen el iris en varios sectores a los que le atribuyen vinculaciones con los órganos (riñón, ovario, cerebro, tiroides, etc.). Estos sectores manifestarían “vibraciones” de salud que el ojo registraría como si fuera el contador de kilómetros de un automóvil. Estos curanderos usan estrategias discursivas para tratar de diferenciarse de la medicina, por ejemplo que la iridología es una disciplina “holística”, que no es agresiva, que no fragmenta el estudio del cuerpo y que analiza al cuerpo y a las emociones al mismo tiempo.

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La explicación de apariencia científica de cómo funciona esta disciplina toma recursos de las medicinas tradicionales chinas que se combinan confusamente con verdades a medias de la fisiología del sistema nervioso. Los iridólogos expresan que los impulsos nerviosos viajan a modo de vibraciones que transmiten información acerca del estado de salud del cuerpo y que esas vibraciones son receptadas por el ojo, el cual lo manifiesta a través del diseño de líneas en el iris. Así, se pueden reconocer: Líneas Blancas (indicarían inflamación severa, hiperactividad, irritación); Marcas Oscuras (inflamaciones crónicas); Marcas Negras (shock general); también se pueden reconocer anillos y arcos de colores con significados diversos e igualmente arbitrarios. Copiando el modelo de la acupuntura, el dogma de la iridología expresa que las señales nerviosas que “vibran” envían señales al ojo cuando son interferidas por drogas, alcohol, estrés o cualquier enfermedad. Así, sus cultores recomiendan restaurar las vibraciones normales con tratamientos “naturales” u otras pseudomedicinas como la homeopatía o las flores de Bach. Aquellos que buscan un espectro de seguidores de la Nueva Era complementan sus diagnósticos con fotografías Kirlian, intentando vincular el “aura” o “campo de Bio-Plasma” con los mecanismos de la iridología.

A pesar que esta falsa ciencia carece de una teoría consistente, de investigaciones que la soporten y que nunca fue demostrada la existencia de las misteriosas “vibraciones”, en varias oportunidades los médicos realizaron experimentos para ponerla a prueba. Una de ellas fue con Bernard Jensen, uno de los iridiólogos norteamericanos más famosos de quién se conoce la reveladora frase “el ojo es la pantalla de televisor de nuestro cuerpo”. A Jensen y a otros dos “colegas” se le facilitaron las fotografías del iris de 143 pacientes, algunos de ellos tenían una severa enfermedad de riñón (caracterizada en laboratorio por altos niveles de creatinina en la sangre) y el resto tenía sus riñones sanos. Los iridiólogos adivinaron cuáles eran los individuos enfermos en niveles menores que los del azar. Este estudio fue publicado por la Asociación Médica Americana en 1979. Otro estudio similar se realizó con cinco iridiólogos holandeses que intentaron diagnosticar cálculos en la vesícula biliar a través de imágenes del iris de 39 pacientes enfermos y 39 sanos. En este caso adivinaron por azar, es decir aproximadamente la mitad de las veces, pero además no se ponían de acuerdo entre ellos sobre cuáles pacientes eran los enfermos y cuáles los sanos. Este experimento fue publicado por la revista médica Británica en 1988.

Nunca fue demostrada la existencia del objeto de estudio de la iridología, es decir, que el iris es un receptor de vibraciones energéticas que indican el estado de salud del cuerpo.


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MEDICINA CUÁNTICA. Es un ejemplo más del uso indiscriminado y carente de sentido de términos mal tomados de la física y puestos al servicio de las pseudociencias. Sus seguidores afirman que esta práctica actúa sobre el cuerpo y sobre la mente y que, además de salud, genera libertad y autonomía con un uso reducido de fármacos.

Como en otras pseudomedicinas la Medicina Cuántica plantea que la enfermedad se ocasiona por la pérdida de la armonía. El planteo original, aunque falaz, es la referencia a supuestos estudios de A. Einstein sobre el átomo y realizan una reducción a supuestos tratamientos médicos. Los tratamientos se basan en lo que sus seguidores llaman Sistema Terapéutico del Campo Cuántico, haciendo alarde del uso de aparatos de alta tecnología, que en general son imanes, pero llamados “generadores de campos electromagnéticos”. La palabrería utilizada recuerda a los textos posmodernos, ya que abundan “explicaciones” carentes de sentido, por ejemplo “a partir de la circulación del flujo energético se desencadenan procesos de repolarización y resonancia que crean las condiciones propicias para eliminar la permanencia de los estados alterados o de enfermedad”. Esta charlatanería de apariencia científica también es acompañada por gráficos de ondas, explicaciones de la dinámica celular y de los aparentes efectos del magnetismo en los tejidos. Según sus seguidores la medicina cuántica sería útil para curar: traumatismos, artritis, artrosis, osteporosis, contracturas, asma, psoriasis, alergias, stress, colon irritable, adenoma prostático, gastritis, úlceras venosas, arteriales y diabéticas, insomnio, etc. Además el proceso carecería de contraindicaciones, efectos secundarios nocivos, no requiere de medicación, la aplicación no es traumática ni agresiva, y es para pacientes de cualquier edad.

La medicina cuántica es una variante tecnológica de las pseudomedicinas naturales cuyo objeto de estudio, el efecto curativo del magnetismo, nunca fue demostrado.

NUEVA MEDICINA. Fundada por Gerard Ryke Hamer en 1981 cuando publicó su libro de culto “La Nueva Medicina” en el que presentó la "Ley de Hierro" contra el cáncer. Esta supuesta ley natural expresa que el cáncer y todas las enfermedades son causados por un conflicto psíquico o emocional denominado "Síndrome Dirk Hamer". Dirk fue el hijo de Hamer fallecido en circunstancias trágicas, luego de lo cual él y su esposa se enfermaron de cáncer. El "SDH" se localizaría en el cerebro y provocaría como respuesta del organismo un cáncer o una "enfermedad relacionada con el cáncer". También plantea varias “leyes biológicas”, una de ellas establece que las enfermedades no existen como tales sino que son fases producidas por el "SDH": una primera fase es el cáncer, luego se desencadenan otras etapas donde el

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organismo cura los daños. Hamer y sus seguidores afirman que para curar el cáncer sólo debe ser tratado el "SDH", es decir el supuesto desequilibrio emocional, y que debido que las enfermedades son procesos de sanación, cualquier intento de tratarlas sería perjudicial. La gran mortandad de enfermos de cáncer, según Hamer, no se debe a esta enfermedad sino a los tratamientos de la medicina, que deben ser suspendidos (como la quimioterapia, las radioterapia, etc.).

Los seguidores de la Nueva Medicina aseguran que la leyes de Hamer fueron comprobadas científicamente, pero lo único que presentan como pruebas son documentos firmados por médicos que declaran que comprobaron las Leyes de la Nueva Medicina. Pero jamás presentaron alguna prueba verificable. En 1986 a Hamer le retiraron legalmente su título de médico por ejercitar prácticas pseudomédicas y perjudicar la salud de sus pacientes, por ello tiene procesos legales iniciados en varios países de Europa. A causa de esto Hamer y sus seguidores afirman que existe una conspiración internacional para ocultar los beneficios de su descubrimiento: los judíos se dedicarían a matar a millones de personas con sus tratamientos convencionales, mientras en los hospitales de Israel aplican en secreto la "Nueva Medicina" a sus ciudadanos. Por esta afirmación muchos neonazis simpatizan con la “Nueva Medicina”.

La mayoría de los pacientes tratados con la "Nueva Medicina" fallecen víctimas de cáncer, SIDA y otras enfermedades que “no deben” ser tratadas, entre ellos la propia esposa de Hamer que murió por un cáncer en 1985. Los fundamentos de la "Nueva Medicina" contradicen la medicina en la etiología y diagnosis oncológica y en su desarrollo y tratamiento. La existencia de su objeto de estudio, el "Síndrome Dirk Hamer", nunca fue demostrado.

ORGÓNTERAPIA. El psicólogo austriaco Wilhelm Reich planteó que la liberación de libido es una señal de salud física y mental. Afirmó haber descubierto el “bion”, una célula microscópica azul que sería la base de toda la materia viviente, y el “orgón”, la energía de la vida. Para sus terapias fabricó una máquina, el acumulador de energía orgónica, que lograría mejoras de la salud e inclusive aceleraría el crecimiento de las plantas. Sus delirios llegaron al extremo de imaginar, como cierta, una invasión de extraterrestres montados en ovnis, para lo cual inventó otra máquina “el reventador de nubes” que usaba para extraer “energía orgón negativa” de las nubes. Reich estaba convencido que los extraterrestres espiaban su trabajo y que acumulaban el “orgón mortal” que causaba la desertización de nuestro planeta. En 1954 apuntó su reventador de nubes contra supuestos ovnis que estaban atacando a nuestro planeta y que, según afirmó, al ser vencidos pronto tomaron acciones evasivas. En 1956 la


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Administración de Alimentos y Drogas (FDA) de Estados Unidos allanó su domicilio y fue juzgado por fraude (la venta de cajas de orgón). La existencia de su objeto de estudio, el orgón y el bion, nunca fue demostrada.

PROGRAMACIÓN NEUROLINGÜÍSTICA (PNL). Esta falsa terapia fue creada por el profesor de lingüística John Grinder y el matemático Richard Bandler. Ellos tenían el interés por combinar temas muy disímiles como el estudio de las personas exitosas, el idioma, la sicología y la programación de la computadora. Esto los llevó a crear la PNL lo cual no es fácil de definir porque sus practicantes usan terminologías ambiguas, vagas y diferentes por lo que es difícil que dos “programadores” coincidan en el diagnóstico de una misma persona. Juntando sus temas de interés, Bandler y Grinder plantearon que los movimientos del cuerpo, el modo de respirar y el modo cómo se mueven los ojos son indicadores del carácter de las personas. Otro aspecto que considera la PNL es el uso de las palabras ya que funcionarían como un tipo de percepción inconsciente de los problemas. De un modo similar a la grafoterapia, los “programadores” recomiendan que cada persona cambie su vocabulario para alcanzar la paz interior, el equilibrio o la felicidad. Los instructores en PNL afirman que es un método para desarrollar la inteligencia, expresan que cada persona nace con una determinada inteligencia pero que no nace con el “manual” para su uso y desarrollo. La PNL sería el canal para acceder a ese manual del cerebro, y el entrenamiento en PNL sería el "software para el cerebro".

La PNL también se basa en que cada persona tiene un Sistema Representacional Primario, que sería un tipo de carácter definible por tipos específicos: visual, auditorio, olfativo, gustativo, etc. Por ello la PNL se plantea como una técnica para leer el "idioma del cuerpo", de modo que cada persona puede cambiar su vida cambiando el modo de moverse o de mover sus ojos al hablar. Como otras pseudociencias este aspecto tiene matices racistas porque clasifica a las personas por caracteres inexistentes. La PNL también se enseña con el fin de “adivinar” el idioma corporal del interlocutor o para copiarlo de modo de ganarse su aprobación inconsciente.

Ninguna afirmación de la PNL fue corroborada científicamente, las pruebas objetivas que se hicieron a las afirmaciones de la PNL nunca lograron una comprobación positiva, por ejemplo no existe una vinculación entre el movimiento de los ojos y las verbalizaciones, tampoco que se pueda predecir el sistema de representación de una persona sus gestos y movimientos. Como otras prácticas de la Nueva Era la PNL tiene mayor difusión a través de cursos y conferencias que como una práctica disciplinaria.

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PSICOANÁLISIS. Sus resultados estarían ligados a generalizaciones deducidas a partir de teorías vagas, especulativas, incontroladas, y con frecuencia contradictorias, siendo muy difícil establecer una deducción que llevara de la teoría a los hechos. Juan J. Sebreli (2006, pp159).

Las críticas al psicoanálisis provienen principalmente de Ernst Nagel, Karl Popper y de Mario Bunge entre otros muchos autores, pero lo más importante es que ninguno de ellos se apoya en criterios subjetivos sino que apuntan a claros problemas metodológicos y de falta de consistencia empírica. Es decir, no se trata que a esos autores "no les gusta el psicoanálisis" sino que plantean que las afirmaciones de esta pseudoterapia no son científicas y que los datos verificables no se corresponden con esas afirmaciones. Más recientemente numerosos investigadores se reunieron en la publicación de El Libro Negro del Psicoanálisis en el que sintetizan las críticas a esta práctica.

Una cuestión principal, y que tiene la misma deficiencia de otras pseudociencias, es que el psicoanálisis no tiene un control empírico de aquellas hipótesis que sí tienen una formulación posible de ser puesta a prueba. No se investiga experimentalmente, se carece de controles estadísticos, de definición clara de variables concretas, de rangos de confiabilidad de los errores, etc. En este sentido el psicoanálisis se parece a un dogma, en el cual lo expresado por el líder debe ser tomado como incuestionable.

Los resultados desfavorables al psicoanálisis se pueden ejemplificar con uno de los principios centrales de esta disciplina: el complejo de Edipo o el de Electra. El problema de esta idea es que se apoya en el deseo sexual infantil, el cual depende de hormonas segregadas por el hipotálamo, que no está totalmente desarrollado en la niñez. Por ello no puede haber deseo sexual a edades tempranas ni, en consecuencia, esos complejos. Por otra parte, Edward Westermark y Arthur Wolff demostraron independientemente que los seres humanos no tenemos atracción sexual por las personas con las cuales nos criamos desde la infancia. Entonces si orgánicamente no puede haber deseo sexual infantil, ni atracción por los más cercanos (a excepción de las parafilias) tampoco atracción por los padres ni complejos de Edipo ni de Electra.

Las críticas metodológicas se refieren a que la mayoría de las hipótesis psicoanalíticas son irrefutables, no permiten la aplicación de un protocolo de investigación para ponerlas a prueba, por lo que no se puede llegar a determinar si son verdaderas o falsas. El modo en que están formuladas esas hipótesis impide que haya datos concretos que las confirmen o refuten, y muchas se basan en la idea de latencia o de represión, dos comodines que lo explican todo (y por lo tanto no explican nada). Bunge cita casos como, por ejemplo, el contenido


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sexual de los sueños, si alguien tiene un sueño con contenido sexual la hipótesis se confirma, pero si no lo tiene también se confirma porque el elemento sexual estaría “latente”. El odio hacia los progenitores tiene la misma forma: si se reconoce el odio a los padres se confirma, también si se manifiesta el amor porque una “gran represión” no deja expresar el odio. Este tipo de construcción ilógica es muy similar a las que usan los ufólatras: un resto de un plato volador confirma la existencia de vida extraterrestre, pero si no hay restos materiales también se confirma ya que una conspiración borró las evidencias. Es un círculo vicioso que siempre llega al origen.

Las críticas de falta de consistencia se basan en que el psicoanálisis se desarrolla al margen del avance del conocimiento vinculado al funcionamiento del cerebro y en considerar a la mente como una especie de alma inmaterial. Esta disciplina no interactúa con la psicología experimental ni con las neurociencias, las cuales han logrado resultados que la contradicen fuertemente. Particularmente las disciplinas neurocientíficas han demostrado que la mente y el cerebro están vinculados íntimamente y no pueden tratarse por separado, la mente se manifiesta cuando funcionan determinados sistemas neuronales en lugares específicos de la corteza cerebral frente a estímulos también específicos.

Los cuestionamientos de Sebreli son más críticos ya que también analizan el contexto social de la práctica del psicoanálisis en tiempos de Freud, la cual era muy distinta a cualquier ciencia:

"El grupo inicial (de la Asociación Psicoanalítica) pasó a ser un "comité secreto" cuyos miembros se reconocían por los anillos que les entregaba el mismo Freud. La transmisión iniciática del conocimiento y la remisión al principio de autoridad los acercaba más a una secta esotérica que a una comunidad científica." (Sebreli 2006, pp. 149).

Este autor, además de señalar los fallos citados más arriba, enfatiza

que el comodín de la represión también es usado en general para atacar al crítico del psicoanálisis tomando una forma parecida a la falacia ad hominem:

"...desautorizaba (Freud) las críticas al psicoanálisis como manifestaciones del inconsciente de quién las formulaba o las tomaba como mecanismos de defensa contra develamientos a los que se pretendía negar validez" (Sebreli 2006, pp160).

Nuevamente, tanto la aceptación como la negación confirman al

psicoanálisis, pero nada de experimentos para ponerlo a prueba. Sebreli también hace un seguimiento pormenorizado de los fracasos

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de los casos más famosos tratados por el propio Freud a pesar de lo cual siguen siendo tomados como casos testigo.

Otros teóricos del psicoanálisis como Jung, han extralimitado la irracionalidad de la doctrina desembocando en el esoterismo. Además de su oportuno apoyo al nazismo, cuyas teorías psicoanalíticas demostrarían la superioridad aria, Jung se consideraba un dotado:

"He tenido experiencias que son, por decirlo así, "inefables", "secretas", porque no pueden expresarse de modo adecuado y porque nadie puede comprenderlas" (en Sebreli, 2006, pp.186).

Actualmente este autor es una especie de gurú de sectas

platillistas, de ufólatras y de seguidores de ritos esotéricos de la New Age.

Por su parte Lacan, el otro gran referente, logró introducir en el psicoanálisis todos los tics del posmodernismo, algunos de los cuales los llevó a su máxima expresión, como la sintaxis críptica y el abuso del mal uso de la matemática. Su lema parece ser "cuanto menos se entiende parece más profundo" sobre todo cuando hace creer a su auditorio o a sus lectores que logró la formulación matemática del psicoanálisis. Sin embargo no engañó a los científicos que, como A. Sokal y J. Bricmont, mostraron que los algoritmos de Lacan son una fantasía sin el menor sustento matemático. Lacan también se convirtió en una especie de gurú sectario que llegó a su clímax con la creación de un grupo en el que él era el líder y en el que para ingresar los aspirantes debían jurar fidelidad al maestro. Posiblemente en un rapto de honestidad afirmó que:

“Nuestra práctica es una estafa, fanfarronear, hacer pestañear a la gente, deslumbrarla con palabras rebuscadas... Desde el punto de vista ético, es insostenible nuestra profesión; es por eso que me enferma...” Lacan, 1977. Le Nouvel Observateur 880 pp. 88.

Habitualmente se remite a la gran popularidad del psicoanálisis

como una supuesta garantía de calidad “si muchos lo practican debe ser veraz”. Este argumento tiene la forma del famoso dicho “coma caca, miles de moscas no pueden equivocarse”. Algo no es necesariamente cierto porque muchos lo creen, mucha más gente creyó que nuestro planeta era plano y sin embargo estaban equivocados.

Un aspecto destacado que debería hacer sospechar acerca de la falta de rigor científico del psicoanálisis es su estancamiento y aislamiento epistémico. El psicoanálisis sigue teniendo a Freud y a dos o tres autores más como los referentes principales y a sus relatos como


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el cuerpo principal de la teoría. Por ejemplo, la teoría de la evolución biológica, también originada en el siglo 19, avanzó tanto que el propio Darwin debería estudiar por varios años para actualizarse, ya que esta disciplina se transformó a partir de incorporar conocimiento nuevo y aportes de otras ciencias, de modo que su carácter explicativo se multiplicó significativamente y sus formulaciones son más claras y precisas. Sin embargo con el psicoanálisis ocurre lo contrario, como expresó Sebreli:

"...el psicoanálisis es hoy más vago y embrollado que en sus comienzos, basta comparar la claridad de la escritura de Freud con la ilegibilidad de Lacan y los lacanianos." QUIROPRAXIA. Esta pseudomedicina fue inventada durante 1895 por el comerciante Daniel David Palmer. Toda su “teoría” está originada en un solo caso, la supuesta recuperación de la audición de un amigo suyo, Harvey Lillard, cuando Palmer le reacomodó una vértebra cervical. Esta revelación se asemeja a la experiencia de Hahnemann con la quinina que dio origen a la homeopatía y al invento del “Síndrome Dirk Hamer” por Gerard Hamer, entre otros. Palmer también fue poco original en crear una excusa mágica trillada: una energía vital que llamó "inteligencia innata" de la que dependería la salud. Como en el caso de la acupuntura, que afirma que el Chi fluiría por “meridianos”, esta “energía” lo haría por la columna vertebral. Obviamente en el marco de las pseudomedicinas “energéticas”, la persona pierde la salud cuando la “inteligencia innata” se interrumpe, en este caso debido a "subluxaciones" (pequeñas desviaciones) de la columna. El reacomodamiento de las vértebras o de la pelvis por parte del quiropráctico liberaría el flujo de “inteligencia innata” devolviendo el equilibrio del cuerpo. No existen estudios o investigaciones, ya sea de Palmer u otros, que demuestren la existencia de esa energía ni evidencias indirectas del funcionamiento de la misma. Tampoco hay algún estudio científico de las subluxaciones, no se explica porqué sólo los quiroprácticos las ven en las radiografías o cómo las detectan sin ellas. Actualmente los quiroprácticos no han definido objetivamente qué es cada uno de esos términos o, por ejemplo, qué relación de causa-efecto hay entre una determinada subluxación y cierta enfermedad. Intentos de definición de cómo funciona esta disciplina se asemejan a, por ejemplo, la caracterización de la subluxación como “una alteración de las relaciones entre dos vértebras de la columna”, lo cual es tan general que puede ser cualquier cosa.

Actualmente los quiroprácticos han aprovechado el mercadeo de la New Age y han introducido otras ideas mágicas a su dogma, como

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la fotografía Kirlian. Debido a la perorata que “las enfermedades no existen sino enfermos con la energía desbalanceada” esta disciplina niega la existencia de enfermedades y de los agentes que las causan. Uno de los extremos a los que llegan es a recomendar la no aplicación de vacunas, por ejemplo en plena epidemia de poliomelitis en la década de 1950 los quiroprácticos de Estados Unidos hicieron una campaña para que no se aplique la vacuna de Salk y que sea reemplazada por sus tratamientos quiroprácticos. Aunque se promueve como un tratamiento natural esta pseudomedicina puede generar daños graves, puesto que consiste en girar el cuello con fuerza, apretar las vértebras y hacerlas sonar, etc. Por ello los casos de personas dañadas por la quiropraxia son numerosos, fueron denunciados: parálisis diafragmática, derrame del tallo cerebral, pérdida de la movilidad de los miembros, pérdida de la conciencia y hasta la propia la muerte del cliente (ver www.chirovictims.org.uk). REBIRTHING Y TERAPIA DE REGRESIÓN. El rebirthing se basa en afirmar que la respiración está relacionada con el subconsciente, de modo que la práctica de ejercicios llamados Respiración Circular Consciente, tendría el fin de controlar la respiración para generar un vínculo con el subconsciente para solucionar todos nuestros males físicos o psíquicos. Es decir, los practicantes de la terapia de renacimiento (los renacedores profesionales) expresan que respirando de determinada manera curan enfermedades psíquicas y físicas. Copiando otras falsas terapias hacen referencia a equilibrios energéticos, fluidos vitales, destrabes, limpieza y purificación. Las técnicas de respiración del rebirthing se suelen complementar con la regresión a supuestas vidas pasadas. La terapia de regresión fue creada durante el siglo XIX por Pierre Janet, se trata de una técnica que pretende recuperar recuerdos y vivencias pasadas con el fin de cambiar contenidos del subconsciente que serían el origen de los males que aquejan al paciente. La psicología demostró que esta técnica sólo induce falsos recuerdos, aunque los “terapistas” los interpretan como recuerdos reprimidos a partir de lo cual comienzan un tratamiento. El objeto de estudio del rebirthing, el subconsciente y cómo se relaciona con la respiración, nunca fue demostrado que exista.

TALASOTERAPIA. El francés René Quinton, a fines del siglo 19, inició la "terapia" de agua de mar luego que se habría curado de tuberculosis. Afectado por esta enfermedad supo de un supuesto texto de Platón que relataría cómo unos sacerdotes egipcios hacían "curas marinas". Quintón tomó unos vasos de agua de mar y ¡chau tuberculosis! Parece que quedó entusiasmado con la idea del uso


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terapéutico del agua de mar así que, a pesar de su falta de formación científica, propuso una serie de "constantes biológicas" las cuales establecían que la temperatura, la luz, el medio marino y la concentración salina es la misma en todos los seres vivos porque se originaron en el mar, lo que sintetizó en su "Ley de la Constancia General". ¿Pruebas? ninguna, pero tuvo una excusa de apariencia científica para trasladar esta idea a la medicina. No contento con su "descubri-miento" Quintón creó la solución isotónica basada en plasma marino a la que bautizó muy humildemente “Plasma de Quinton”. Toda esta palabrería es un eufemismo de agua de mar. Luego, aparentemente, habría suministrado agua de mar a pacientes de diversas enfermedades aunque de etiología distinta "tifus, cólera, diarreas, tuberculosis, enfermedades de la piel y desnutrición". Inclusive se la habría aplicado vía venosa a bebés prematuros con éxito. Sus biógrafos afirman que en sus "Dispensarios Marinos" salvó a decenas de miles de vidas humanas ¡sólo con agua de mar!

Las ideas de Quinton son tan sencillas como absurdas: los seres vivos tendemos a imitar el medio marino en nuestro interior porque la vida se originó en el mar, el agua de mar es equivalente a los fluidos presentes en el tejido sanguíneo por lo que la sangre es reemplazable por el "Plasma de Quinton" (de ser cierto lo opuesto sería válido y los peces deberían desarrollarse en un medio sanguíneo), por todo eso (que, aunque sea cierto no tiene nada que ver) el agua de mar cura. Sus defensores actualmente llegan a los extremos de afirmar que se puede revivir a un perro desangrado si se lo transfunde con agua de mar, o que el medio interno del cuerpo humano tiene la misma, idéntica, composición del agua de mar.

Decía Quinton en 1897 "Hay una identidad fisiológica entre el plasma marino y el plasma humano" y esa fue toda la base de su fantasía. En esa época sus devaneos eran infundados, aunque había cierta afinidad por las curas milagrosas en el ámbito médico, pero sostener actualmente esta práctica como si fuera de salud es rayano a lo criminal. Los fabricantes de productos milagro venden agua de mar afirmando que tiene capacidades terapéuticas. Son los mismos que redescubrieron a Quinton, ya que cuentan que luego de salvar millones de vidas con agua de mar este “sabio” habría caído en el olvido lo mismo que sus éxitos, sus pacientes y su tratamiento mágico. Lo cual es equivalente a que dejemos de usar los antibióticos porque... nos olvidamos, de distraídos nomás. Estas empresas venden agua de mar en dosis de 10 ml para ser aplicadas por vía oral, nasal, inyección subcutánea, intravenosa, cutánea y ¡hay! rectal.

Uno de los mayores peligros de la aplicación de este falso medicamento se debe a que abundan las recomendaciones de uso en bebés y embarazadas, por ejemplo para tratar: astenia profunda,

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vómitos, problemas circulatorios, anemia benigna, hipotrofia fetal, retraso en el crecimiento intrauterino, patologías fetales primarias e infecciosas, hipotrofia del recién nacido. Para el caso específico de vómitos del recién nacido, no tienen reparos en recomendar alternar una mamadera con leche con una de agua de mar diluida al 10%.

Otros beneficios de este producto serían curar: eczema, psoriasis, urticaria, dermatitis infecciosas, herpes, alergias, acné, forúnculos, quemaduras, autoinmunodeficiencias, anemias, esclerosis múltiple, déficit crónico de sales minerales y oligoelementos, hiponatremia aguda, hepatitis virales, diarreas, estados depresivos, patologías broncopulmonares, artrosis, artritis, reumatismo, mialgias, poliartritis, calambres, además de sida y cáncer.

Una variante de esta pseudomedicina es aprovechada por empresas de relax (spa) que ofrecen las supuestas propiedades curativas del agua de mar a través de baños calientes. Seguramente debe ser muy relajante, pero no es una práctica médica. Los oportunistas con pocos escrúpulos imitan la terminología New Age para adaptar la técnica de Quintón y hablan de terapias de rejuvenecimiento, energías oceánicas, que el mar capta todas las energías, y de "radiaciones y efluvios cósmicos que ponen en comunicación a todos los elementos con las fuerzas universales" para, en realidad, vender un baño de mar disfrazado de terapia curativa. Nunca fue demostrado que la sangre pueda ser reemplazada por agua de mar, ni que la administración de agua de mar sea una especie de elixir universal para curar enfermedades. TERAPIA CRÁNEO-SACRA. Es una pseudomedicina inventada por el osteópata William Sutherland en la década de 1930. Su creador afirma que el cuerpo es recorrido por una energía vital entre el hueso sacro (que está en la cintura pélvica) hasta el cráneo. Sus practicantes sostienen que pueden percibir el ritmo de esa energía cráneo-sacra y determinar si su flujo está armonizado. Una vez más, si el ritmo indica que el flujo energético está bloqueado el paciente está enfermo, puesto que el flujo correcto es esencial para la buena salud. El “terapeuta” sigue un ritual en el que coloca al paciente en una camilla y luego mueve las manos y “escucha” en determinadas “estaciones” (que son equivalentes a los “puntos” de la acupuntura) del cráneo y la columna vertebral para diagnosticar. Luego pasa a “moderar el ritmo correcto de la energía vital” también con movimientos de manos (algo similar a los pases mágicos de los magos de cumpleaños). Los “terapeutas” afirman que pueden curar enfermedades como el cáncer, la diabetes y la soriasis, entre otras. Nunca usan algún tipo de aparato para detectar la energía vital ni explican el modo en que supuestamente fluye por el cuerpo. La existencia de su objeto de estudio, la energía cráneo-sacra,


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su flujo, las estaciones y su posible relación con enfermedades, nunca fue demostrada.

TERAPIA DE ÁNGELES. Es una de las terapias favoritas de los new agers, que se basa en que la comunicación con los ángeles puede sanar. Los terapistas de ángeles funcionan como contactos o mediums con los ángeles que guiarían al paciente en su sanación. Las “pruebas” que arguyen estos terapistas sobre la existencia de los ángeles son del tipo “cuchicheos en nuestra oreja”, “sentir palmaditas en el hombro”, “escalofríos”, “vibraciones” o “brillos de luz y color”. La existencia de su objeto de estudio, los ángeles, nunca fue demostrada.

2.5 ¿PORQUÉ EL PENSAMIENTO IRRACIONAL TIENE TANTA DIFUSIÓN Y ACEPTACIÓN?

“Nunca estuve enfermo de cáncer pero comprendo el dolor ajeno. Me solidarizaría con cualquier enfermo de cáncer. Más aún. Si no le diesen tratamiento, o si el tratamiento fuese inadecuado, saldría con él a pedirlo. Pero si el enfermo me dice que el tratamiento adecuado es la hierba de Doña María, y que por el solo hecho de sufrir, él sabe más que el oncólogo, yo no lo seguiría. Porque la hierba de Doña María no sirve, no salva.” Eugenio Zafaroni (Ministro de la Suprema Corte de Justicia de Argentina)

En principio resulta absurdo que muchas personas crean en

disciplinas que fallan recurrentemente en lo que prometen, sin embargo hay varias explicaciones para este fenómeno. Algunas de ellas intervienen creando un clima de relativismo extremo, otras atacan a la ciencia por motivos ideológicos o económicos, no faltan los engaños de los timadores ni los mecanismos de autoengaño que tenemos cada uno de nosotros.

Los movimientos contraeducativos de la Rebelión Romántica y del Ambientalismo Radical generan un escenario de aversión a todo lo científico de modo que sus seguidores, o los de la New Age, encuentran un justificativo ideológico para adoptar cualquier práctica para tomar decisiones o para tratar la salud siempre que cumpla con el requisito de no ser ciencia o de cuestionarla. Así, se recurre a prácticas heterodoxas que, a sabiendas que no funcionan, se las

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rescata para ofrecerlas como un conocimiento místico o una ciencia oculta.

En ámbitos académicos los difusores del posmodernismo también generan un contexto para la somnolencia intelectual en el que impera el “todo vale” de modo que sus alumnos y seguidores adopten las pseudofilosofías y pseudociencias más insubstanciales. Esta corriente está haciendo estragos en las ciencias sociales en las que algunas disciplinas muestran un marcado retroceso, pero también se está incorporando de a poco en algunas materias de ciencias médicas y principalmente en la administración científica. Por ejemplo recientemente los homeópatas están inventando un discurso mal basado en la física cuántica para confundir a sus clientes con pseudo explicaciones del funcionamiento de esta variante del curanderismo.

Además de estas imposturas intelectuales existen varios tipos de procesos psicológicos y orgánicos de autoengaño. Un fenómeno natural que es aprovechado por los oportunistas que lucran con las falsas medicinas es el efecto placebo. Se trata de un comportamiento bien conocido por los médicos, particularmente con los que tratan con hipocondríacos. El efecto placebo es la cura de una enfermedad con la administración de un medicamento falso (como una pastilla de azúcar o un jarabe sin droga) o de una terapia ineficaz, sin el conocimiento del paciente. Cierto porcentaje de enfermos se curan así, pero sólo de algunas dolencias, sobre todo aquellas que tienen un fuerte componente psicológico. No se resuelven por este fenómeno, por ejemplo, un hueso roto, una infección viral, la neumonía, la hidatidosis o la diabetes entre otras enfermedades. Algunas personas que son tratadas con una falsa medicina pueden curarse de este modo. Sin embargo esas mismas personas pueden no mejorar al repetirse la misma dolencia, y existen numerosas otras personas que no reaccionarán al efecto placebo. Una característica de este fenómeno, es que si se trata de una dolencia orgánica la “curación” será por un tiempo breve, lo cual puede agravar el cuadro médico con posterioridad.

También existen motivos orgánicos que pueden reducir la capacidad de las personas en diferenciar lo real de lo irreal. Durante el año 2002 se publicó en la revista científica New Scientist un estudio que da cuenta de una relación entre la química cerebral y la aceptación de fenómenos falsos como si fueran ciertos. La dopamina es una molécula neurotrasmisora que está en el cerebro pero, cuando sus niveles se disponen por encima de lo normal, altera la percepción de la realidad. Si se aplica artificialmente esta droga por exceso, se aumenta la predisposición a reconocer patrones donde no los hay. Su efecto es limitado, ya que la distorsión de la realidad no crece indefinidamente con el aumento de dopamina.


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Pero, la mayoría de los “vendedores de ilusiones” sólo recurren a engaños simples para alterar nuestra percepción, como por ejemplo los trucos de prestidigitación que Sai Baba pretende hacer pasar como milagros. Las personas crédulas adoptan una actitud distinta según el contexto en que se encuentren, es probable que un acólito de Sai Baba no dude que sus trucos se tratan de una “materialización” divina, pero no tomará como milagros a las maniobras mucho más sorprendentes y habilidosas de un prestidigitador de teatro.

Quienes buscan engañar a los demás suelen usar razonamientos engañosos, de los cuales las falacias “Post Hoc, Ergo Propter Hoc” y “Argumentum ad Ignoratiam” son dos clásicos de los embaucadores. La primera consiste en hacer creer que si un fenómeno ocurre después de otro, el primero es causa del segundo. Por ejemplo, en Argentina es común que los curanderos curen la “culebrilla” con tinta china. La culebrilla es un herpes muy doloroso que irrita nervios del tórax, pero no tiene cura, el paciente sólo tiene que esperar que la infección evolucione y tomar analgésicos que nunca alcanzan la expectativa del doliente. Pasados unos días (y la consulta al médico) las molestias son tan grandes que el paciente suele recurrir al curandero que hace un ritual con tinta china. Al poco tiempo la culebrilla desaparece, lo cual es atribuido falsamente a la magia del curandero y no a la evolución natural del herpes. Muchos vendedores de pócimas contra enfermedades crónicas usan este mecanismo racional. Por su parte, la argumentación por ignorancia funciona de un modo más burdo, pero no menos eficiente. Consiste en que si no se puede demostrar una explicación, se considera a la alternativa como verdadera, aunque sea igualmente indemostrable. Por ejemplo, si vemos una luz extraña en el cielo y no la podemos explicar por causas naturales (como un rayo) o culturales (como el paso de un satélite) la correcta sería que se trata de una nave tripulada por extraterrestres. En estos casos es cuando se escucha el latiguillo de “no está explicado por la ciencia”, como si todo lo que cae en esta categoría es razón suficiente para que existan los hechos sobrenaturales o fantásticos.

La popularidad de creencias en afirmaciones manifiestamente falsas también se debe al bajo grado de educación en general, o a una educación de tipo tomista o memorista que no alienta el ejercicio de la duda racional. En este sentido para las personas que desconocen el concepto de validación de las afirmaciones podría ser lo mismo la recomendación de un médico que la de un curandero, o consideran la opinión de la “autoridad” como una verdad irrefutable y absoluta. Por ello, muchas personas caen en la búsqueda de ayudas mágicas o místicas, es decir la solución que se suele vulgarizar como “apretando un botón” o “tomando una pastilla”, principalmente frente a

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situaciones límite. Por estos motivos, las creencias en fenómenos paranormales también están extendidas en los ámbitos académicos.

La falta de práctica cotidiana en aplicar el pensamiento crítico nos lleva a cometer errores comunes en nuestras apreciaciones. Thomas Kida en su libro “No creas en todo lo que piensas” explica los seis errores más comunes que cometemos al razonar con ligereza:

1. Confiamos en las anécdotas antes que en las estadísticas

Cuando nos basamos en anécdotas, historias tradicionales o afirmaciones de “autoridades” pasamos por alto las evidencias estadísticas que se comportan como un marco más confiable para explicar los hechos.

Carl Sagan en su libro “El Mundo y sus demonios” ejemplifica este caso con las supuestas curaciones milagrosas de la virgen de Lourdes en Francia. Según la tradición, se trataría de una virgen que hace curaciones milagrosas por lo que acuden millones de personas todos los años. Los administradores de la Iglesia Católica aceptaron sesenta y cinco curaciones en 150 años. En virtud de la cantidad de gente que asiste a este lugar, las probabilidades de curación serían de una por cada un millón de asistentes. Por lo tanto la capacidad curativa de la estatua de la virgen es equivalente a ganar a la lotería y menor al efecto placebo.

2. Tendemos a buscar confirmaciones de nuestras ideas en lugar de cuestionarlas

Kida expresa que una vez que tenemos una idea, el mecanismo más común en tratar de buscar motivos para sostenerla, y que tendemos a descartar u olvidar lo que la cuestiona. Es un mecanismo muy usado por los pseudocientíficos para engañarnos o engañarse a sí mismos, como el caso de los ufólatras que aceptan como válida la existencia de platos voladores sin tener una sola evidencia a favor y muchas en contra. Este fenómeno se conoce con el nombre de "efecto Barnum". Phineas Taylor Barnum fue un empresario de espectáculos cuyo lema era ofrecer "una distracción para la expectativa de cada persona". Su circo consistía en cinco espectáculos simultáneos: tres pistas y dos escenarios, en el que se ofrecían desde animales exóticos hasta personas deformes. Los psicólogos llaman "efecto Barnum" o convalidación subjetiva a la actitud crédula de las personas que interpretan datos ambiguos en función de su deseo. Esto ocurre cuando alguien tiene cierta predisposición a recibir una afirmación que satisfaga sus expectativas, puesto que tendrá disminuida su capacidad de duda y para evaluar las "pruebas" que se le presentan.

Un experimento conocido es el que efectuó el psicólogo B. R. Forer, demostrando que las personas tienden a elegir descripciones


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generales y vagas como si fueran certezas acerca de su persona sin advertir que esas descripciones se pueden aplicar a cualquiera. Forer realizó un diagnóstico de personalidad a sus alumnos y les solicitó que ellos mismos evalúen el resultado entre cero y cinco puntos. El promedio fue de 4,2 aunque los diagnósticos fueron tomados al azar de un periódico, es decir sus alumnos aceptaron un diagnóstico falso, generalista y especulativo (pero halagador) como si fuera veraz, personalizado y fundado. Este procedimiento fue repetido decenas de veces con el mismo resultado. En síntesis, la convalidación subjetiva consiste en interpretar la realidad en función de lo esperado descartando otras variables más plausibles.

El efecto Barnum es usado por grafólogos, adivinos, tarotistas y otros charlatanes combinándolo con la lectura en frío, este procedimiento consiste en sonsacarle información al cliente sin que se dé cuenta. Aquellos predispuestos a éstas prácticas suelen aplicar la convalidación subjetiva cuando frente a decenas de opciones que ofrece el adivino, el incauto tiende a registrar los aciertos y a olvidar los yerros. Un ejemplo paradigmático lo relató el ilusionista y cazador de charlatanes James Randi durante una conferencia en la Universidad de Princeton. Analizó una grabación de un programa donde el “dotado” John Edward podía hablar con los muertos emparentados con el público. Una persona del público lloró de emoción al recibir las “pruebas” del contacto con su padre muerto. De 23 “pruebas” el dotado sólo acertó en tres: estaba muerto, era un hombre mayor y alguien del público era su pariente. Las 20 pruebas que estaban equivocadas o la generalidad de las “correctas” no fueron motivo de sospecha del hijo contactado por el espíritu paterno en un espectáculo televisivo.

Muchas personas, que además tienen tendencia a la credulidad infundada, creen que el adivino les dio información consistente y personalizada, pero no advirtieron que ellos mismos se la proporcionaron o las seleccionaron entre muchas equivocadas. Luego pagarán por la “lectura” del futuro poniéndose en manos de un timador para decidir sobre algún aspecto de su vida.

3. Descartamos a la casualidad o a las probabilidades como causante de los hechos

Es el mecanismo más común en los casos que los horóscopos aciertan o cuando alguien se cura con homeopatía u otra falsa medicina: “¡a mi me funciona!” exclaman con énfasis. Aunque no consideran que de los millones de personas del mismo signo, sólo a unas pocas les coincida o que haya múltiples causas que pueden ser el motivo de la curación que no están vinculadas con la supuesta causa (pócimas homeopáticas o remedios mágicos). Las pseudociencias más

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comerciales, como el tarot o el horóscopo, hacen profecías tan generales y ambiguas que son altamente probables de ocurrir “usted tendrá una sorpresa”, “hay conflicto en su trabajo”, “tiene problemas de salud”.

Un fenómeno matemático del cual también se aprovechan los pseudocientíficos y adivinos es la Ley de los Grandes Números. Se trata del teorema fundamental de la teoría de la probabilidad, que expresa que a medida que aumenta la cantidad de pruebas de un evento aleatorio también lo hace la aparición de los resultados raros (obviamente hasta su probabilidad teórica). Por ejemplo: si tiramos un dado con cinco lados negros y uno blanco, tendremos una posibilidad en seis de obtener un lado blanco, aunque tal vez en siete u ocho tiros nunca logremos uno. Si repetimos los tiros una cantidad alta (ej: 100 veces), seguramente tendremos una frecuencia cercana de 0,16 de aparición de lados blancos. ¿Cómo aprovechan esto los macaneadores? Frente a un auditorio muy grande, como el de un programa de televisión o un estadio, es posible hacer una afirmación general del tipo "siento que entre el público hay personas que han tenido sueños premonitorios" y tener una posibilidad aparentemente alta de éxito. Es decir, entre muchas personas es posible que a alguna le ocurriera algo extraño, sin que eso signifique que el adivino tenga poderes. Ese "adivino" no podrá superar el acierto por casualidad (azar) frente a auditorios pequeños o haciendo afirmaciones más específicas.

4. En general percibimos al mundo de un modo diferente de como es en realidad

La percepción de nuestro entorno está condicionada por nuestras expectativas que nos ofrecen cierta seguridad frente a lo nuevo y desconocido. Cuestionar nuestras creencias o conocimientos ya adquiridos concibe inseguridades que pocos están dispuestos a experimentar. Los niños recurrentemente caen en la trampa cuando les preguntamos “¿qué pesa más? ¿un kilo de plumas o un kilo de plomo?”, mientras que los adultos en general nos confundimos al creer que una botella llena de líquido cae más rápido que la misma botella vacía. Los curanderos y curas sanadores se aprovechan de nuestros errores de la percepción cuando atribuyen sus “curaciones” al efecto del ritual o del rezo comunitario; o cuando una mancha borrosa de humedad en una pared es transformada en una aparición mística.

5. Tendemos a simplificar nuestras percepciones

La simplificación es útil en determinadas circunstancias, pero primero debemos descartar lo improbable. Los posmodernistas


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alientan este mecanismo para tomar decisiones, siendo cualquier explicación igualmente válida, según ellos no deberíamos dedicarle mucho esfuerzo a resolver un problema. Un caso particular de este autoengaño es la referencia a países desarrollados ¡en Europa se permite! dicen, por ejemplo, los convencidos de la eficacia de la homeopatía remarcando que en Alemania hay hospitales homeopáticos. Pero desconocen que el primero de estos hospitales fue impulsado por Rudolph Hess un criminal de guerra nazi (y mano derecha de Hitler) de quien en los juicios de Nüremberg su abogado defensor, el Dr. Rohrscheidt, reconoció que Hess “tiene una aversión instintiva a los tratamientos médicos”. Además de ignorar la ineficacia de la homeopatía, sus defensores simplifican los argumentos con un ejemplo que nos remite a uno de los peores asesinos de la historia que ejercitaba prácticas ocultistas, esotéricas y que odiaba a la medicina.

6. Nuestra memoria es inexacta

La memoria no funciona como un disco rígido en el que se graban todos los acontecimientos vividos, nuestros recuerdos cambian con el tiempo, y también podemos crear nuevos recuerdos de hechos que nunca ocurrieron. Pero el error muy difundido, que almacenamos todo lo vivido es usado por los pseudocientíficos que engañan con técnicas de rebirthing o regreso a vidas pasadas. Además, el cerebro funciona reconstruyendo eventos que recordamos parcialmente sobre la base de experiencias previas, por lo que el resultado final puede ser erróneo.

A estos errores comunes del razonamiento habría que agregarle el

análisis deficiente de las estadísticas:

7- Correlaciones como causa entre dos hechos Es frecuente interpretar que hay relaciones causales entre dos

hechos cuando se pueden asociar estadísticamente (están correlacionados). Cuando dos o más eventos están correlacionados estadísticamente es un llamado de atención acerca de la existencia de vínculos entre ellos, pero no es razón suficiente. Para demostrar esa relación se debe diseñar un experimento de modo que se desentrañen las relaciones causales o que se descarten. Es famosa la correlación entre el número de cigüeñas que vivían sobre el tejado de una casa y el número de niños nacidos en ella en la Holanda medieval, siendo un caso claro que ejemplifica las correlaciones fortuitas. El abuso de la estadística es aplicado por el ambientalismo radical cuando muestran correlaciones entre el aumento de la actividad industrial y el cambio en el clima, por ejemplo la reducción de algunos glaciares. En plan humorístico los partidarios del pastafarismo (una religión en broma)

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corelacionan la disminución de piratas con el calentamiento global. Sin un fundamento que vincule y corrobore uno y otro fenómeno la correlación no nos explica nada.

La Ley de Hierro de las Pseudociencias sintetiza a todos estos mecanismos de engaño y de autoengaño: cualquier idea, por más absurda o inverosímil que sea, siempre tendrá creyentes, seguidores y defensores. Muchas personas luego de comprar un producto milagro como el agua imantada, de instalar un artefacto mágico como un imán para ahorrar combustible o de participar de un ritual de curación como el del reiki difícilmente admitan que fueron estafadas o que son ingenuas para haber caído en la trampa. Como dijo Benjamín Franklin “No hay mayores mentirosos en el mundo que los falsos médicos, a excepción de sus pacientes”.

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3. EPÍLOGO: PENSAMIENTO IRRACIONAL Y SOCIEDAD

“El argumento para creer en lo sobrenatural es el miedo” Fernando Savater "El conocimiento es el antídoto contra el miedo”. Ralph Waldo Emerson

Todas las variantes del pensamiento irracional buscan detener el

progreso de las ideas y que no mejoremos nuestra comprensión sobre el mundo. Este proceso, en última instancia, se configura como un modo de sumisión de voluntades ya que las ideas estáticas mantienen frenado el conocimiento y su potencial de superación. Así, las sociedades pueden trascender sin cambios en su modo de vida, lo que contradice a la historia de la Humanidad. La práctica racional y científica, en cambio, genera una evolución permanente de las ideas al asentar el hábito del cuestionamiento del saber establecido ya sea para mejorarlo, sustentarlo o desecharlo. Esta dinámica escéptica también incumbe a las ideologías y a los conceptos acerca de la sociedad, por ejemplo la Revolución Francesa se reveló del autoritarismo monárquico de modo análogo a la Ilustración que se reveló contra el autoritarismo intelectual. Las ideas desprendidas de la Ilustración formaron un antecedente de relevancia de ese levantamiento social y de sus ideales universales de Igualdad, Libertad y Fraternidad.

En este contexto, fue inevitable que los cuestionamientos a la razón y las declaraciones a favor de la irracionalidad hayan florecido recurrentemente en sistemas totalitarios, los cuales no dudaron en alterar el conocimiento científico cuando fue considerado peligroso a los intereses de la doctrina. Uno de los ejemplos más impactantes de este fenómeno ocurrió durante el nazismo alemán, cuando una corriente de intelectuales afín al gobierno del III Reich, como Julius


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Langbehn y Carl Jung, sostenían que debían crear una “nueva ciencia aria” cuyos componentes eran la intuición, el espíritu, oponerse a la abstracción y apoyar los avances realizados por los alemanes. Toda la ciencia, decían, debía ser reinterpretada y, basada en este paradigma, se debía combatir la idea de objetividad y al materialismo mecanicista, mientras que las disciplinas químicas y físicas debían referirse al espíritu y no a la materia. Esos pensadores calificaban despectivamente de “ciencia judía” a los principios de la Ilustración. Con notables similitudes al núcleo central del posmodernismo, uno de los pilares de la “ciencia aria” sostenía que la ciencia es una construcción social similar a una creencia.

La proclamación de la ciencia como un emergente subjetivo y característico de cada sociedad surgió como una necesidad de “demostrar” que la raza del observador condiciona el contenido de la teoría científica y, así, también se podía definir un rango cultural en el campo de la interpretación del mundo. Esto condicionó a los actos de gobierno nazi en el ámbito académico, pues no podían estudiar, enseñar o diplomarse las personas que pertenecían a supuestas razas indeseables y fue llevado a la práctica, por ejemplo, por intelectuales como Martin Heidegger.

Una de las víctimas más conocidas fue Sigmund Freud que debió migrar a Inglaterra ya anciano. Al mismo tiempo que sus hermanas eran asesinadas en campos de exterminio, su discípulo preferido, Carl Jung, estrechaba su admiración al régimen nazi, y al fascista de Benito Mussolini. Mientras, desarrollaba su psicología analítica y las ideas acerca del arquetipo que explicaría el surgimiento del nazismo, el esplendor de A. Hitler y la pretendida supremacía psicológica del alma alemana sobre la del resto de la Humanidad. “El inconsciente ario tiene un potencial mayor que el judío [...].” decía Jung en 1934, creyendo que con su propuesta de inconsciente colectivo la raza aria dominaría el mundo.

Sus ideas eran acordes a la declaración de principios de la Sociedad Psicoanalítica Alemana escrita por M. Göring en 1933:

“La Sociedad presupone que todos sus miembros activos [...] han trabajado el libro fundamental de Adolfo Hitler, “Mi Lucha”, con toda la seriedad científica y lo reconocen como fundamento”.

Albert Einstein tampoco estuvo exento de las persecuciones del

nazismo, fue acusado de generar una física demasiado teórica (abstracta) y alejado de los intereses alemanes del Tercer Reich. Pocos ejemplos de la historia son tan claros como este y el de la Inquisición de la Iglesia Católica para ilustrar la asociación entre la irracionalidad y el fanatismo dogmático y totalitario.

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Durante la dictadura de Stalin en la URSS ocurrieron situaciones similares, los físicos también sufrieron persecuciones ideológicas siguiendo el mismo patrón de lo ya relatado con el lysenkismo. Por ejemplo, el principio de incertidumbre de W. Heisemberg plantea que existe un efecto de azar en el comportamiento del electrón lo cual no concordaba con el determinismo del materialismo dialéctico. Así, el partido decretó que la naturaleza se equivocaba una vez más, argumentando que la “física burguesa” seguiría el declive del capitalismo y que sólo el materialismo dialéctico la salvaría. Muchos físicos brillantes debieron “abdicar” de su conocimiento para no sufrir la suerte de miles de biólogos que no abrazaron el dogma lysenkista. Por ejemplo, durante 1950 el profesor S. Khaikin fue obligado a declarar que las críticas del partido a su manual de mecánica estaban acertadas y que como no deseaba confundir a los estudiantes expuso que:

“cuando escribí el libro no me dejé guiar por el principio de Lenin de lealtad al partido en materia de ciencia”...“el materialismo dialéctico es la única filosofía que permite reflexionar sobre la física y entenderla correctamente”.

Otros físicos, como J. Fenkel, también fueron obligados a declarar

que:

“la teoría marxista-leninista posee la máxima importancia en las ciencias naturales y especialmente en las ciencias físicas”.

Como un claro mensaje para que otros científicos olviden la

libertad de pensamiento y de investigación, las autoridades del Instituto Físico Técnico de la Academia de Ciencias agregaron:

“Nuestro deber en el futuro es ayudar al profesor Fenkel a no desviarse nunca más”.

Durante los períodos dictatoriales de América Latina esta lucha

contra la razón se orientó a la persecución, encarcelación, asesinato y desaparición de los científicos, periodistas y otros intelectuales librepensadores. Esta historia nefasta contra la ciencia en Argentina comenzó con el golpe de estado del general José Félix Uriburu de 1930, creció con el dictador general Juan Carlos Onganía durante 1966 y tuvo su apogeo en la dictadura militar de 1976 encabezada inicialmente por el general Jorge Videla, el almirante Emilio Massera y el comodoro Orlando Agosti.

El Premio Nóbel Bernardo Houssay fue obligado a dejar el país debido a que durante el golpe militar de 1943 expresó que sea


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respetada la Constitución Nacional. En ésas mismas circunstancias dictatoriales Luis Federico Leloir (también Premio Nóbel) debió emigrar cuando fue disuelto el Instituto de Fisiología de la Universidad de Buenos Aires. José María Guido no se perdió la oportunidad de despreciar a nuestros mejores hombres de ciencia ya que, luego de destituido el presidente Arturo Frondizi por los militares de turno durante 1963, nombró a Tiburcio Padilla como ministro de Salud Pública quién intervino a uno de los centros de salud más prestigiosos del país: el Instituto Malbrán. Inmediatamente fueron echados los investigadores de la División de Biología Molecular, cuyo jefe era César Milstein (otro Premio Nóbel) que al poco tiempo migró a Inglaterra.

Durante 1955 B. Houssay expresó que:

“sacar a los mejores hombres de ciencia de un país para poner en su lugar a submediocres, es de consecuencias trágicas, aunque no visibles en seguida”.

Nunca supo que su advertencia sería realidad de un modo feroz,

tal como lo relata el biólogo evolutivo Osvaldo Reig acerca del gobierno de Isabel Perón y López Rega:

“Las primeras medidas tomadas por este proceso se dirigieron a desbrozar el terreno eliminando de las universidades y de las instituciones científicas a los investigadores de mentalidad democrática y progresista que por su nivel o por su consecuencia cívica se sabía que podrían obstaculizar la nueva gestión. Un nazi confeso como el interventor Ottalagano llevó a cabo esta tarea en la Universidad de Buenos Aires, bajo la tristemente célebre “misión” Ivanisevich, destituyendo a más de 450, entre los que se contaban líderes investigativos de primer nivel internacional, solamente en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales.” “Los grupos parapoliciales continuaron en muchos casos la labor con amenazas y con la acción directa,...”. “El gobierno militar continuó el rastrillaje en las universidades. Entre los miles de desaparecidos se cuentan muchos científicos y universitarios. Fue sin duda el ataque de mayor envergadura y más efectivo que recibió la ciencia nacional.”

Acerca de la irracionalidad de los años ´70 en Argentina, Miguel

Ponce nos recuerda que:

“... la Dictadura declaró a la matemática moderna como subversiva, prohibió el libro El Principito, a Freud y a Marx”.

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La prohibición de la enseñanza de la matemática moderna aparenta ser una acción azarosa. Sin embargo tiene una fuerte raíz ideológica, pues esta disciplina permite generar distintos sistemas matemáticos, lo cual cuestiona la idea aristotélica que considera que los axiomas son conocimiento absoluto, incuestionable y perpetuo. La obsesión de los dictadores argentinos contra algunos intelectuales clásicos llegó a límites rayanos a lo hilarante si no fuera que la opinión contraria y racional era una pena de muerte o desaparición segura.

El actualmente destituido y condenado dictador y ex almirante Emilio Massera en una conferencia en la Universidad del Salvador expresó que:

“Hacia fines del siglo XIX, Marx publicó tres tomos de El Capital y puso en duda con ellos la intangibilidad de la propiedad privada; a principios del siglo XX, es atacada la sagrada esfera íntima del ser humano por Freud en su libro Interpretación de los Sueños, y como si esto fuera poco para problematizar el sistema de los valores positivos de la sociedad, Einstein, en 1905, hace conocer la Teoría de la Relatividad, donde pone en crisis la estructura estática y muerta de la materia”. Diario La Opinión, 26-11-1977.

Situaciones similares ocurrieron en Chile durante la tiranía de

Augusto Pinochet, en Paraguay con el dictador Alfredo Stroessner y en otros países de América Latina que sufrieron persecuciones, prohibiciones o quemas de libros. Lo cual indefectiblemente nos lleva al comienzo de la historia. Lo que se inició como una lucha de los intelectuales de la Ilustración francesa contra la censura y para proclamar la libertad de imprenta como mecanismo para garantizar que cada persona exprese sus ideas sin limitaciones, llevó a discutir los “derechos naturales”. Esto luego derivó en la “Declaración de los Derechos Humanos” de la Asamblea Nacional Francesa en 1789, lo cual nos ilustra sobre los orígenes e ideología de la Revolución Romántica cuando Rousseau despotricaba contra el uso de las “máquinas de imprimir”.

Una excepción aparente a este comportamiento anti racional fue la dictadura de Francisco Franco en España que se caracterizó por combatir (literalmente) a las pseudociencias, pero no por promover un ánimo racionalista en la sociedad, sino por imponer la doctrina del catolicismo en todos los aspectos de la sociedad española.

Las dictaduras se caracterizan por actuar contra el bienestar de la

sociedad, limitando valores que se pueden considerar como derechos universales como la libertad, la igualdad y la libre expresión, entre otros. Sus consecuencias sobre el avance del conocimiento son obvias:


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“La ciencia no progresa en las épocas de conmoción política. Aunque parece adelantar porque en esos momentos se aplican con grandes recursos los conocimiento acumulados en épocas de paz. Además, en esos tiempos y en los siguientes, hay desmoralización, inquietud, angustia por el presente y poca esperanza en el futuro, falta de confianza en la justicia, insuficiencia de medios de trabajo, inseguridad en las posiciones o tareas de la profesión. De ahí que la ciencia adelante más en épocas de paz, de estabilidad social y de respeto por la libertad” (Houssay, 1955).

El uso de la fuerza en los actos de gobierno y la opresión social no

se pueden sustentar con la razón. Allí, es donde las personas y las instituciones científicas, racionalistas y culturales se transforman en una amenaza para el sistema, junto a los partidos políticos, asociaciones civiles, centros de estudiantes y cualquier otra organización que trabaje para el bienestar de la comunidad.

Los principales referentes del irracionalismo de los últimos dos siglos como Heidegger, Spengler, Lyssenko o Feyerabend, han estado estrechamente vinculados a los despotismos más sangrientos o fueron elegidos por los propios dictadores como sus mentores intelectuales (Schopenhauer, Nietzsche). Como señala Sebreli, debemos preguntarnos porqué los titulares de los totalitarismos más descarnados del siglo 20 eligieron a estos autores y no a Kant o a Russell. En las dictaduras argentinas se repite este patrón. Leopoldo Lugones, un admirador de Nietzsche, apoyó el golpe de Estado de José Félix Uriburu de 1930, mientras que Sábato, un imitador de Schopenhauer y Rousseau, fue un explícito simpatizante de las dictaduras de Pedro Aramburu, Onganía y Videla. Cuando estas figuras de la cultura nacional disfrutaban de los favores de los déspotas de turno, intelectuales con libertad de pensamiento como Lucas Kraglievich, Osvaldo Bayer o Bernardo Houssay debieron proteger sus vidas y las de sus familias en el extranjero.

Paradójicamente esta relación documentada entre la irracionalidad y los estados totalitarios es la situación que denuncian Sábato, Langbehn, Spengler o Berlin pero ubicando a la razón y a la ciencia como condicionantes del autoritarismo. Sin embargo estos autores románticos jamás pudieron demostrar o ejemplificar su crítica, de hecho no existe una relación de causa-efecto entre la ciencia y el autoritarismo. Los científicos o los gobernantes jamás debieron usar la fuerza o la opresión para darle sustento a una teoría científica. No hay antecedentes, por ejemplo, que se haya decretado la validez de la Teoría de la Gravitación Universal, que debamos cumplir el Principio de Conservación de la Energía bajo pena de ser multados, o que el número Pi expresa la relación entre el diámetro y la circunferencia por algún mandato castrense.

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Por el contrario, conjeturas irracionales y refutadas, como el creacionismo científico, se enseñan obligatoriamente en las escuelas públicas de algunos estados norteamericanos, al mismo tiempo que se prohíbe por ley la enseñanza de la Evolución Biológica. Sus infractores son perseguidos con la cárcel, el primero fue el profesor de biología John Scopes durante 1925, en un pequeño pueblo de Tennessee, que dio origen al famoso “Juicio del Mono”. Durante 1968, dos años antes de la muerte de Scopes, la profesora Susan Epperson fue echada de su escuela de Arkansas por usar un libro de texto que incluía la teoría de Darwin. Mientras que, en 1999, los representantes del estado de Kansas decidieron suprimir cualquier mención sobre la teoría del Big Bang, de la edad de la Tierra y de la Evolución Biológica de las escuelas públicas. Durante 2005 el presidente Bush se manifestó a favor de la enseñanza de una pseudociencia creacionista, el Diseño Inteligente, como “alternativa” de la teoría evolutiva. Posiblemente el caso más cruel de la imposición de una pseudociencia haya sido el lysenkismo en la Unión Soviética, que llevó a la cárcel y a desaparición a cientos de científicos y a la muerte por inanición de millones de soviéticos durante las décadas de 1950 y 1960.

Los intentos por frenar el desarrollo científico y tecnológico se presentan como esfuerzos ingenuos, ya que la historia nos muestra numerosos casos en que el avance del conocimiento es inexorable. Por ejemplo, durante el Siglo XVII Isaac Newton y Gottfried Wilhelm Leibniz desarrollaron individualmente el cálculo infinitesimal. A mediados del Siglo XIX los investigadores Charles Darwin y Alfred Russell Wallace coincidieron en formular la teoría evolutiva de los organismos basados en la selección natural. A inicios del Siglo XX Luis Agote, Albert Hustin y Richard Lewisohn dieron a conocer independientemente el método de conservación de la sangre que se usa actualmente.

La condición ineluctable del conocimiento científico como aporte beneficioso a la sociedad fue comprendida y aprovechada en los Estados Unidos desde su origen tal como lo expresó George Washington:

“Nada puede merecer más nuestro patrocinio que la promoción de la ciencia y la literatura. El conocimiento es en todos los países la base más segura de la felicidad pública.”

Más adelante, durante el fin de la Segunda Guerra Mundial, el

presidente Franklin D. Roosevelt le propuso al director de la Oficina de Investigación y Desarrollo Científico, el Dr. Vannevar Bush, que:


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“No hay motivos, sin embargo, por los que las lecciones aprendidas en la guerra no puedan aplicarse provechosamente en tiempos de paz. La información, las técnicas y la experiencia de investigación desarrolladas en la Oficina de Investigación y Desarrollo Científico y miles de científicos en las universidades y en la industria privada deberían usarse en los días de paz que tenemos por delante para la mejora de la salud pública, la creación de nuevas empresas que signifiquen más puestos de trabajo y la elevación del nivel de vida de la nación”.

Vannevar Bush le respondió con la elaboración de un informe

titulado “Ciencia: la frontera sin fin” (Bush 1999) que terminó luego de la muerte de Roosevelt, por lo que le fue entregado a su sucesor H. Truman. Bush consideraba que se debía apoyar a los científicos que luego de la guerra perdían impulso y entusiasmo:

“En primer lugar, debemos contar con muchos hombres y mujeres formados en la ciencia, porque de ellos depende tanto la creación de nuevo conocimiento como su aplicación a finalidades prácticas. Segundo, debemos fortalecer los centros de investigación básica que son principalmente las facultades, universidades e institutos de investigación. Estas instituciones representan el ámbito más conducente a la creación de nuevos conocimientos científicos y el menos sometido a presiones en busca de resultados inmediatos y tangibles. ... Sólo las facultades, universidades y algunos institutos de investigación dedican casi todos sus esfuerzos a expandir las fronteras del conocimiento.” V. Bush (1999).

Estas ideas fueron impulsadas principalmente por la

administración del presidente Eisenhower, creando la agencia ARPA, la NASA y la Comisión de Energía Atómica entre otras instituciones. Su consecuencia fue la llegada del Hombre a la Luna, el desarrollo de aviones supersónicos, un aumento “astronómico” del conocimiento del universo, la comunicación satelital masiva e Internet entre otros avances.

¿Qué rumbo puede tomar una nación cuyos gobernantes acuerdan con ideas irracionales? Con este tipo de sistema de gobierno los sectores más desprotegidos de la población estarán expuestos a las creencias de moda, ya sean de orientación posmoderna en la que cualquier programa de gobierno sería igualmente beneficioso (por ejemplo uno con seguros sociales y otro sin ellos), de la Nueva Era en la que se suplante la medicina con meditación y pirámides de plástico, o de corte mágico en la que los jueces decidan sus casos con una vara zahorí o un péndulo. Esta reflexión puede sonar como una proyección aventurada, sin embargo lamentablemente cuenta con casos reales. Durante 2004 el estado de Noruega subvencionó con fondos públicos

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la mini empresa “Bruja del Bosque” de la hechicera Lena Skarning quién lee la mano, hace hechizos y pociones mágicas. Pero el Estado ¡no le permite hacer daños con la magia! Si bien este caso no es tan grave para la salud como el siguiente, el Estado Noruego está avalando un fraude, además de dejar sin subsidio a algún emprendimiento honesto.

El ejemplo más notable es el de la Ministra de Salud de Sudáfrica, Manto Thabala-Msimang, que impulsó una fórmula chamánica que consiste en ajo, cebolla, aceite de oliva y papas para reforzar el sistema inmunológico de los enfermos de SIDA. Esta propuesta fue apoyada por el presidente Thabo Mbeki que fue incapaz de entender a la gravedad de la crisis de un país donde, a inicios del Siglo XXI, mueren unos 600 sudafricanos cada día por causas relacionadas con el SIDA. Tampoco atendió a los estudios de la Universidad de Stellenbosch que informó que la mayoría de los pacientes que tomaron la pócima empeoraron su estado de salud. La fuerte presión internacional y la acción de grupos activistas sudafricanos lograron, luego de años, hacer cambiar la política de salud de este país y que sus dirigentes comprendan que los anti retrovirales no son una conspiración de mercado de las multinacionales “blancas” sino el mejor método conocido hasta la fecha para mejorar la calidad de vida de los pacientes sero positivos.

Otro caso, menos grave, ocurrió durante el año 2004 cuando algunas provincias argentinas cambiaron su hora oficial para ahorrar energía. Esta es una práctica extendida y exitosa en varios países del mundo, sin embargo en esta oportunidad la decisión fue tomada en invierno, cuando las horas de luz son escasas, de modo que no se logra disminuir el consumo eléctrico: lo que se deja de consumir por la tarde se pasa a la mañana o viceversa. Esta acción en invierno es equivalente al dicho popular de la frazada corta, y sus consecuencias fueron, obviamente, nulas. Durante la década de 1990 en Argentina proliferaron las pseudociencias como nunca, y el gobierno no estuvo exento, de hecho lo alentó. El ejemplo más grave fue cuando los doctores Raúl Matera y Domingo Liotta (secretarios de Ciencia y Técnica y presidentes del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas -CONICET) intentaron re impulsar el uso de la crotoxina para tratar a los pacientes de cáncer. El propio CONICET en la década de 1980 había demostrado que los resultados positivos de esta droga fueron un fraude científico, una mentira de un grupo de médicos. Sólo la presión generada por la renuncia de la mayoría de los miembros de Comisiones Asesoras en disciplinas médicas del CONICET y el desprestigio internacional del fraude crotoxina impidió la implementación de esta aventura anti sanitaria.


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Como contrapartida de las políticas irracionales se puede citar el caso de la talidomida. Esta droga fue usada para tratar el insomnio, la ansiedad y las complicaciones durante el embarazo durante fines de la década de 1950. Sin embargo fue retirada del mercado a principios de la década siguiente cuando en Europa, Japón, Australia y Canadá comenzaron a nacer miles de niños con deformaciones terribles (principalmente muñones en lugar de miembros) debido a que sus madres consumieron la droga. Sin embargo, en Estados Unidos el racionalismo tenaz de la directora de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), Frances Kelsey, impidió aprobar el uso de la talidomida porque consideraba que todavía no había pruebas suficientes que demostraran que esa droga era segura para los seres humanos. A pesar de las presiones de los laboratorios (y que “en Europa estaba aprobado”) la Dra. Kelsey mantuvo su opinión. Este caso fue preponderante en la aprobación y regulación actual de los medicamentos en Estados Unidos. La Dra. Kelsey es considerada una heroína en su país y fue condecorada durante 1962 por el presidente John F. Kennedy con la medalla de Servicios Federales Civiles Distinguidos porque impidió una terrible tragedia en miles de familias norteamericanas.

En el plano popular y masivo las pseudociencias, las prácticas mágicas y esotéricas generan impedimentos para preguntar por las causas y la comprensión de los fenómenos o de las afirmaciones acerca del mundo, debido a que, en última instancia, se basan en la fe. Por ello terminan impulsando el facilismo, el conformismo y la indiferencia intelectual de la sociedad. Los mensajes de los dogmas que sostienen la idea de predestinación y que nuestro futuro depende de una entidad sobrenatural imaginaria sacan al individuo del protagonismo de sus vidas y fomenta el individualismo contraponiéndolo a la solidaridad y participación. La mayoría de estas prácticas se ejercen con intereses comerciales y se trata de fraudes del tipo “cuento del tío” como la lectura de la borra del café, de la palma de la mano, de las cartas del tarot, o la venta de conjuros mágicos entre tantas otras. Lamentablemente el Estado no las previene ni educa a la población acerca de su verdadera naturaleza, la excusa repetida por los administradores de las oficinas de cultura o de inspección municipal es que se trata de expresiones culturales y que temen que se los acuse de censores. Sin embargo la venta de un producto cuyas propiedades y beneficios son distintos al que ofrece el vendedor es un fraude, y su práctica no es cultural sino anti cultural.

Además de las falsas medicinas, los casos más perniciosos para la sociedad de estos grupos irracionales son las sectas. Estas agrupaciones están lideradas por una personalidad de la cual emana todo el supuesto saber dogmático y es incuestionable: el gurú. Su

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metodología siempre recae en alterar la personalidad y la voluntad propia de las personas y su objetivo es el poder sobre los feligreses y el dinero. Los casos trágicos que más trascendieron fueron el de la secta de Jim Jones con el suicidio de 914 personas en Guyana durante 1978, o el de la secta "Heaven's Gate" cuyos miembros se suicidaron buscando la salvación de sus amigos extraterrestres que venían a buscarlos en el cometa Hale-Bopp. Las sectas a menudo utilizan estrategias de contenido pseudocientífico para conseguir nuevos adeptos, pero sus gurús también se disfrazan de profetas en sectas filo-cristianas o afirman recibir mensajes de extraterrestres o de personajes bíblicos. Otra modalidad más sutil, como el de la secta Gnosis liderada por Víctor Gómez (que se hacía llamar Samael), es la convocatoria a actos culturales y conferencias para detectar posibles adeptos.

Siendo que el desarrollo de una sociedad depende cada vez más de la tecnología y ésta de la generación de conocimiento nuevo, la ciencia y el pensamiento crítico se configuran como prácticas que deben ser alentadas desde el Estado y el aprovechamiento igualitario de sus resultados debe ser exigido por los ciudadanos. Los esfuerzos de los representantes de la irracionalidad para denigrar la ciencia y la razón, tanto del Posmodernismo, de la Nueva Era, de las religiones o de la Rebelión Romántica, no pasan de proclamas casi panfletarias que no pudieron refutar al racionalismo expresado a través del método científico como mecanismo de generación de conocimiento. De hecho su fracaso e impotencia se manifiesta en la falta de propuestas alternativas que sean exitosas o en casos como los de Theodor Kandzisky que realizaba ataques terroristas para difundir su doctrina.

Las pseudociencias tampoco generaron un solo aporte beneficioso a la sociedad, por mínimo que fuera. Sin embargo los cultores de esas prácticas no dudan en usar artimañas para cuestionar la ciencia. El más común es el “argumento de la bomba atómica”, se elige algún invento que causa daño para “culpar” a la ciencia, aunque la ciencia no es ni buena ni mala, es más: no puede ser una u otra cosa. El conocimiento carece de valor moral, y las consecuencias de su aplicación deben ser juzgadas en el terreno de la ética. Somos las personas quienes acertamos o fallamos en aplicar, por ejemplo, lo que sabemos de la energía nuclear: iluminamos una ciudad o la destruimos.

Las instituciones dogmáticas, como las religiones o los gobiernos totalitarios, embisten contra el conocimiento cuando las evidencias cuestionan sus creencias, aún a costo de la vida o de la salud de sus feligreses, sin embargo la historia nos muestra que a la Humanidad le va mejor cuando las creencias cambian basadas en el conocimiento y


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no al revés. Por ello no realizamos rituales mágicos para mejorar nuestras cosechas sino que desarrollamos la tecnología genética, no aplicamos sangrías para curar a un enfermo sino la medicina científica, ni la justicia usa hechizos para llegar a un fallo sino que se basa en evidencias contrastables. La interpretación actual del modernismo llevó a mejorar la condición humana, así desaparecieron o se controlaron enfermedades mortales como la viruela o la diabetes, se prolongó la longevidad, se mejoró el transporte, el archivamiento y procesamiento de información y la comunicación instantánea a grandes distancias.

Siendo que las corrientes irracionalistas carecen de un discurso

sustentable, que los brujos y adivinos no pasan de ser buenos ilusionistas, que los pseudocientíficos no pueden demostrar sus afirmaciones y que los dogmas no tienen éxito para explicar el mundo físico, los argumentos racionales y el conocimiento científico se configuran como la mejor alternativa para tomar decisiones con menores probabilidades de perjudicar a la sociedad y como la mejor opción para entender la realidad.

Creemos que es posible producir un mundo más humano, basado en los métodos de la razón y los principios de la tolerancia, compromiso, y las negociaciones de la diferencia. Reconocemos la necesidad de modestia intelectual y la voluntad de revisar las creencias a la luz de la crítica. Paul Kurtz

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