Cátedra UNESCO de Educação de Jovens e Adultos - III · 2018-11-26 · nacionales de jubilación capaces de proveer un adecuado nivel de soporte para los adultos mayores, pero

IIICAPÍTULO

SITUACIÓN, DESAFÍOS Y POSIBLES RESPUESTAS DE LA EPJA

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César Picón Espinoza

III. DESAFÍOS Y FORTALECIMIENTO DE LA EPJA

8SITUACIÓN, DESAFÍOS Y POSIBLES RESPUESTAS DE LA EPJA

En este tema se abordan dos cuestiones: 8.1) Panorama situacional de la región y del Perú con incidencia en la EPJA y 8.2) Desafíos y posibles respuestas de la EPJA. Continúa el diálogo con los Juan y las Juana García y con algunos especialistas solidarios del país y de otros países de América Latina. Sus aportaciones fueron útiles para hacer precisiones y esclarecer algunos aspectos relevantes.

8.1 Panorama situacional de la región y del Perú con incidencia en la EPJA

En 8.1 se abordan: Panorama demográfico, sociolaboral, cultural, educativo y tecnológico con incidencia en la EPJA; y La EPJA y su realidad actual. En 8.2 se presentan los Desafíos y posibles respuestas de la EPJA.

8.1.1 Panorama demográfico, sociolaboral, cultural, educati-vo y tecnológico

a) Panorama demográfico

Se estima que la población actual de la región de América Latina y el Caribe es de 630 millones de personas, aproximadamente el 8.6% de la población mundial.

América Latina es una región joven con un promedio de edad de 29.5 años de edad y territorialmente ocupa el 13.5% de la superficie del planeta. Tiene 160 millones de adolescentes y jóvenes (15-29 años). Es un potencial humano con capacidad para construir un futuro sostenible. La población es predominantemente urbana y se estima que el 80% reside en las ciudades.

Si las personas jóvenes y adultas aprenden, nos beneficiamos todos

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Un 27.3% de las y los jóvenes de 15 a 24 años, es decir, casi un tercio de la población joven de la región se encuentra en situación de pobreza y casi un 10% en la indigencia. La pobreza juvenil en el área rural es de más del 41%, y 23% en las áreas urbanas. La proporción de personas entre 15 y 60 años crece en forma sostenida en relación con las personas menores de 15 y mayores de 60 años (UNFPA, 2015).

Se proyecta que la población latinoamericana de 65 a más años se triplicará para mediados de este siglo, creciendo de 6.3% en 2005 hasta 18.5% en 2050; la edad promedio de la población de la región aumentará en 14 años, de 26 a 40 años. Según algunos analistas la ola de envejecimiento tiene dos consecuencias para América Latina. La primera obliga a diseñar sistemas nacionales de jubilación capaces de proveer un adecuado nivel de soporte para los adultos mayores, pero sin imponer una carga demasiado pesada sobre la juventud. La segunda exige mejorar los niveles de vida de la población mientras esta es todavía joven y sigue creciendo (Jackson, Strauss y Howe, 2009).

Europa, Estados Unidos y Japón se convirtieron en sociedades prósperas antes de envejecer, aunque no necesariamente son sociedades inclusivas ni erradicaron la pobreza; América Latina corre el riesgo de envejecer antes de alcanzar la prosperidad. Una de las tareas pendientes de los países latinoamericanos es definir un proyecto de desarrollo dentro del cual converjan el bienestar económico, social, científico y tecnológico, la consolidación y profundización de la democracia y con ella de la libertad y del ejercicio pleno de los derechos humanos, en la perspectiva del desarrollo humano sostenible. De no ser así, muchos de los países de la región tendrán que encarar las olas de envejecimiento en situación de pobreza y de desventaja. En tal sentido deberían definirse claramente cuáles serán las estructuras nacionales de oferta y organización que se preparen para atender a la población cada vez más anciana; muchas en buenas condiciones como para seguir trabajando y otras tantas que van a requerir una serie de servicios sociales y de salud, vivienda, seguridad, acompañamiento, transportes especiales y otros.

La región tiene todavía tiempo de prepararse para el envejecimiento. Durante este período de “bono demográfico” podrán propiciarse el

Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), al 15 de junio de 2015 la población

joven del Perú de 15 a 29 años ascendía a 8 millones 377 mil, que representa el 27% de la población

nacional.

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crecimiento económico en articulación con el desarrollo social y los otros aspectos del desarrollo, dentro de un enfoque de desarrollo humano sostenible. Es una oportunidad demográfica crucial para mejorar los niveles de vida, reorientar sustancialmente los sistemas educativos en acceso y calidad y definir los sistemas de jubilación más favorables para la población nacional, especialmente para los sectores poblacionales desfavorecidos de los países. En la visión de algunos analistas, si bien el bono demográfico no garantiza el mejoramiento de los niveles de vida, puede contribuir a mejorar inversiones y ofertas vinculadas con la EPJA.

Si la región no se prepara para el envejecimiento, la inseguridad económica y social crecerá y la desigual distribución de la riqueza y del ingreso se agudizará. Por el contrario, si América Latina se prepara adecuadamente, dentro del enfoque de un nuevo humanismo, los adultos mayores no solamente serán menos percibidos como la carga social de los jóvenes, sino más bien como una masa crítica de talentos reales y potenciales que pueden contribuir al desarrollo en los distintos campos de la vida nacional.

Poblacón/Grupos de Edad 2015 2020 2035 2050

Fuente: INEI, UNFPA. Estimaciones y proyecciones de población 2015 - 2050

TOTAL0-4 añosPorcentaje5-14 añosPorcentaje15-29 añosPorcentaje30-44 añosPorcentaje45-59 añosPorcentaje60 a másPorcentaje

31,151,6432,861,874

9.2%5,836,906

18.7%8,377,262

26.9%6,647,783

21.3%4,416,768

14.2%3,011,050

9.7%

32,824,3582,790,779

8.6%5,738,247

17.5%8,483,653

25.8%7,173,446

21.8%5,028,954

15.3%3,593,054

10.9%

37,243,7252,615,621

7.0%5,361,730

14.4%8,357,450

22.4%8,183,809

22.0%6,761,311

18.2%5,963,194

16.0%

40,111,3932,424,962

6.0%5,013,030

12.5%7,895,542

19.7%8,193,230

20.4%7,846,492

19.6%8,738,032

21.8%

ESTIMACIONES Y PROYECCIONES DE POBLACIÓN 2015 - 2 500


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No cabe duda que un componente fundamental de las estrategias es una reorientada educación de personas jóvenes y adultas de todas las situa-ciones y condiciones. Los sistemas educativos, con visión de futuro, tie-nen que reinventar e inventar ofertas educativas pertinentes para hacer el acompañamiento a los futuros “jóvenes” de 60 y 70 años y a los adul-tos mayores de 80 años y más. Ellos irán alargando su participación en la fuerza de trabajo a medida que los adelantos de la salud física, mental y emocional se desarrollen y democraticen. La edad de jubilación tiende a ser mayor, así como el período de servicios voluntarios a la comunidad local y a la sociedad nacional.

Es desafiante el panorama de proyecciones por grupos de edad 2015-2050 que presenta un estudio de la Pontificia Universidad Católica del Perú y el UNFPA-Perú (Aramburú, Carlos Eduardo; Mendoza, Wálter, 2017). En el cuadro se muestra que la franja más extensa de la vida humana corresponde a los ciclos de vida de las personas jóvenes y adultas de 15 y más años, que al año 2020, representará el 73.3% de la población peruana.

b) Panorama sociolaboral

Durante el período 2008-2013 la brecha y severidad de la pobreza disminuyeron, especialmente en Uruguay, Perú, Chile, Bolivia, Paraguay, Colombia, Ecuador, El Salvador y República Dominicana. Las mayores reducciones de la intensidad de la pobreza rural tuvieron lugar en el Perú, Bolivia, Ecuador, Paraguay y Chile. En estos países la incidencia de la pobreza cayó bastante menos en las zonas rurales que en las zonas urbanas, pero al mismo tiempo se observó una disminución importante de la intensidad de la pobreza rural.

A pesar de la disminución de la pobreza en la región, alrededor de un 28% de la población (más de 176 millones de personas) experimenta carencias simultáneas en más de una dimensión del bienestar, en el entendimiento de que la pobreza es un fenómeno multidimensional, es decir, una persona es pobre no solo porque tiene necesidades básicas insatisfechas (calidad de la vivienda, disponibilidad de agua potable, de desagüe, la inasistencia de niños en edad escolar a la escuela, la insuficiencia de ingresos para el hogar), sino también porque tiene otras carencias como las de empleo, si no es autosuficiente financieramente, y si no cuenta con protección social. En los últimos años, la CEPAL ha postulado la consideración de la igualdad como el horizonte del desarrollo, el cambio estructural como el camino y la política como el instrumento para alcanzarlo (CEPAL, 2010, 2012 y 2014a).

La OIT, en uno de sus informes, analiza la situación y tendencias de los jóvenes en el mercado laboral de América Latina durante el período 2005-

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2011 (OIT, Resumen, 2014). Del total de la población de jóvenes entre 15 y 24 años en la región: el 34% solo estudia; 33% solo trabaja; y 12% estudia y trabaja. Un mayor porcentaje de hombres solo estudia, o estudia y trabaja a la vez.

Hay jóvenes que ni estudian ni trabajan; son los llamados “NiNi”. Se estima que son 21.8 millones, es decir, el 23% de jóvenes. De este total, el 24.6% busca trabajo, pero no lo encuentra; 16.5 millones de “NiNi” no buscan empleo; de ellos, 11.9 millones se dedican a quehaceres domésticos, en su gran mayoría mujeres jóvenes (91.8%). Otros 4.6 millones de jóvenes no trabajan, no estudian, no buscan empleo, ni tampoco se dedican a los quehaceres del hogar. Este grupo representa un “núcleo duro” de jóvenes excluidos. El porcentaje de “NiNi” es del 34.2% entre los más pobres y solo 10.5% entre los más ricos.

Aproximadamente, el 35% de los “NiNi” ha concluido la educación secundaria, de modo que una parte de las ofertas pueden ser en el nivel postsecundario. Son datos relevantes para la formulación de políticas y estrategias de la EPJA en cada particularidad nacional. Al 2018, en el Perú, 2 de cada 10 jóvenes están en la situación de “NiNi”, según el Informe del Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima. El 19% de la población de jóvenes del Perú está conformado por los “NiNi”. Según los datos del INEI, en el Perú hay más de 1 millón de personas jóvenes que ni estudian ni trabajan.

Diversas investigaciones confirman la correlación existente entre las habilidades, el nivel educativo y el desempeño en el mundo laboral. Se señala que las habilidades son diferenciadas en razón de las inteligencias múltiples de las personas. Se sostiene que hay una correlación entre las habilidades cognitivas y socioemocionales de la población y su desempeño laboral. Es un tema que requiere una mayor indagación (BID, 2012). Este tipo de estudios generalmente tiene un sesgo economicista. Sería interesante que posteriores exploraciones fueran realizadas por equipos interdisciplinarios con la participación más activa de docentes-investigadores.

Según el estudio señalado las habilidades que requieren las empresas pueden agruparse en tres tipos: i) las habilidades del conocimiento, que pueden ser utilizadas en ocupaciones diferentes; ii) las habilidades

Según los datos del INEI en el Perú hay más de 1 millón de

personas jóvenes que ni estudian ni trabajan.


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específicas, que corresponden a las capacidades técnicas aplicables a una ocupación determinada, y iii) las habilidades socioemocionales referidas a los rasgos de personalidad del individuo. Las empresas que formaron parte del estudio en Argentina, Brasil y Chile, asignan una mayor importancia a las habilidades socioemocionales sobre las del conocimiento y las específicas del sector productivo (op.cit., p. 133).

El nexo educación-empleo es reconocido como uno de los principales ejes de la inclusión social juvenil (CEPAL, 2005; CEPAL/OIJ, 2004 y 2008; CEPAL/UNFPA, 2012). Es en la juventud en la que paradójicamente las personas tienen que tomar una de las decisiones cruciales de sus proyectos de vida relacionada con la selección de la ocupación o profesión y, consecuentemente, se ven obligadas a construir las articulaciones entre educación-empleo, porque las personas jóvenes y también adultas sienten la necesidad de seguir formándose y, al mismo tiempo, tienen la necesidad y/o el deseo de trabajar y de percibir ingresos.

Los jóvenes con quienes hemos dialogado explicitan la necesidad que tienen de adquirir habilidades laborales, en términos de formación y de capacitación a lo largo y ancho de sus vidas: porque, en la realidad en la que están viviendo, los empleos, de un momento a otro, van cambiando, se van transformando; otros van desapareciendo y formando parte de lo obsoleto; y van emergiendo empleos nuevos y hasta desconocidos. Lo que más observan los jóvenes cuando se incorporan al mundo del trabajo es que un puesto de trabajo que exigía el desempeño eficiente de tales y cuales tareas, va adecuando su perfil a la evolución de las necesidades de desarrollo tecnológico de sus centros laborales, de modo tal que el puesto de trabajo y los trabajadores tienen que reconfigurar sus respectivos perfiles.

Esto último no puede hacerse, según los casos, sin una adecuada formación o capacitación. Ello depende de las políticas laborales y de empleo del país. El hecho es que dichas políticas no dependen únicamente de factores educativos y tecnológicos, sino de otros que marcan el rumbo y la orientación de los mismos: modelo de desarrollo, políticas de empleo, políticas de formación laboral, que son más amplias que las habilidades laborales.

Varias encuestas internacionales confirman la estrecha relación entre educación y productividad laboral, indicando que en América Latina tenemos uno de los índices de productividad más bajos, debido, entre otros factores, a una educación de baja calidad. Es cierto que varios sistemas educativos no proporcionan una adecuada educación para

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el trabajo; todavía existe una débil formación general y tecnológica orientada al trabajo productivo de carácter económico, social y cultural, tanto en las áreas urbanas como en las áreas rurales.

El empleo y el autoempleo son expresiones de las condiciones de trabajo, una de las dimensiones esenciales de la vida de las personas jóvenes y adultas. La tasa de desempleo promedio de América Latina y el Caribe subió de 7,9 por ciento en 2016 a 8,4 por ciento al concluir 2017; un aumento de 0,5 puntos porcentuales. El número total de personas que busca un empleo sin conseguirlo subió en dos millones de personas; a 26,4 millones. En el análisis por subregiones, el informe destaca que el desempleo subió en el Cono Sur donde la variación interanual al tercer trimestre pasó de 10,7 por ciento a 11,9 por ciento. En los países andinos hubo una moderada reducción de 6,9 a 6,8 por ciento, en Centroamérica y México bajó de 4,5 a 4,0 por ciento, y en el Caribe, la reducción fue de 7,8 a 7,4 por ciento. (OIT, 2017, Panorama Laboral de América Latina y el Caribe).

El empleo informal en el Perú alcanza el 78%. Esto significa que 8 de cada 10 personas jóvenes trabajan en la informalidad, con bajos salarios y sin tener acceso a las prestaciones sociales que tienen los trabajadores formales (Ministerio de Trabajo y Empleo, Perú, 2018).

Una EPJA, con visión de futuro, no puede ignorar esta realidad, reconociendo, al mismo tiempo, que hay otras dimensiones esenciales vinculadas con la formación integral de las personas jóvenes y adultas. En otras palabras, la educación se orienta a las dimensiones esenciales de la persona humana y, una de ellas, es el trabajo.

c) Panorama cultural

El logro evolucionado de las relaciones e interconexiones entre culturas de la civilización occidental y entre esta y las demás civilizaciones vigentes en el mundo de hoy, dentro del país y de la comunidad internacional, es lo que se viene perfilando como el horizonte de la interculturalidad. En rigor, las sociedades nacionales de la región no son todavía auténticamente interculturales, ni en su respectivo ámbito nacional ni mucho menos en


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sus relaciones intersocietarias. Hay algunos avances, especialmente en los sectores de educación, comunicación y salud, pero todavía hay distancia para la conquista de la situación plena de interculturalidad, uno de cuyos mecanismos estratégicos es la educación intercultural.

La población indígena representa aproximadamente un 10% del total de la región, mientras que la de origen africano -incluidos negros y mestizos- bordea el 30%. Algunos grupos indígenas exigen autonomía territorial y mayores niveles de autogestión de recursos. El separatismo se ha convertido en una amenaza en algunos países.

Según un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), “la pobreza, la marginalidad y la exclusión se han convertido en una característica estructural” para indígenas y negros. En Etnicidad, “raza” y equidad en América Latina y el Caribe, de los consultores Álvaro Bello y Marta Rangel, se demuestra que la mayoría vive en tal situación y no tiene, hasta el momento, una educación que considere sus particularidades culturales, lingüísticas y religiosas. En muchos casos, han perdido sus principales medios de subsistencia, como la tierra y los recursos naturales. Desde hace décadas emigran a los grandes centros urbanos, donde acceden a trabajos precarios, mal remunerados y de baja calidad.

De acuerdo con el estudio señalado, en Ciudad de México, Bogotá, Santiago y Lima se han formado verdaderos barrios indígenas que dan cabida a oleadas sucesivas de nuevos migrantes y constituyen redes formales e informales, organizaciones vecinales, culturales, políticas y productivas que tienen como núcleo aglutinador una identidad colectiva. En el caso de Chile, más del 70% de la población indígena (unas 700 mil personas) vive en áreas urbanas.

La educación es uno de los factores clave en la situación de desigualdad y exclusión. A los problemas de acceso se agregan los de “pertinencia” pedagógica, aunque hay avances en este aspecto ya que el equívoco enfoque de asimilación cultural que prevaleció durante mucho tiempo ha sido abandonado. Ahora, en Bolivia, Ecuador, Guatemala, Chile, Perú y otros países, se comienzan a respetar las diferencias culturales, el bilingüismo intercultural; y se enseña a valorar positivamente las diferencias que existen al interior de las sociedades, aunque aún falta mucho por avanzar. La reciente experiencia boliviana es muy sugerente a este respecto, en la que la Educación Alternativa ha jugado un rol fundamental. Bolivia, Ecuador, Guatemala, México y Perú son países con mayor presencia de los pueblos aborígenes en América Latina. Por ejemplo, según el Instituto Nacional de

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los Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos (INDEPA) en el Perú hay 77 etnias y 68 lenguas pertenecientes a 16 familias etnolingüísticas.

En la región se avanza en el reconocimiento de los derechos ancestrales indígenas en cuanto a territorio, ambiente, posesión, administración y uso de recursos. En Brasil, Bolivia y Ecuador, este reconocimiento ha sido plasmado en las Constituciones respectivas. Existe un conjunto de organismos internacionales y multilaterales que están abordando a fondo la lucha contra la discriminación y exclusión por razones de raza y etnicidad. Sin embargo, hasta ahora muchas declaraciones no tienen efectos positivos y reales en favor de las poblaciones indígenas.

En algunos países de la región, la interculturalidad registra avances, particularmente en Educación, Comunicación y un poco menos en Salud. Sin embargo, la mayoría de las sociedades nacionales de la región distan de ser plenamente interculturales, especialmente en relación con la participación y aportes de las culturas originarias. Es conocida la tendencia de la cultura occidental de ser autorreferida, lo cual se refleja en el diseño de los currículos escolares, que son típicamente monoculturales. La educación popular de personas jóvenes y adultas ha dado en América Latina un paso significativo en su intento saludable de abrirse al aporte de las diversas culturas y especialmente a las culturas nativas de los países, como referente para la construcción de propuestas educativas interculturales. Esta saludable tendencia debe ampliarse y abrirse también al aporte cultural de las otras civilizaciones vigentes en el mundo de hoy.

El desafío es que las sociedades nacionales tomen conciencia de que las poblaciones indígenas no son el pasado, sino, sobre todo, el presente y el futuro en los países en los que han logrado sobrevivir. El viejo sueño integracionista y asimétrico de dichas poblaciones teniendo como argumento una unidad nacional, que gira alrededor de una cultura dominante, debe dar paso a la construcción conjunta de sociedades nacionales abiertas, solidarias, interculturales y conscientes de que un patrimonio que las enriquece es su diversidad cultural. Para el logro de tal propósito los estados nacionales deben reformular su relación histórica con las poblaciones indígenas.

d) Panorama educativo

A pesar del persistente cuestionamiento crítico a los sistemas formales de educación de varios países de la región es, sin embargo, una importante vía, aunque no exclusiva ni excluyente, para el desarrollo de las capacidades de las personas jóvenes y adultas. Varias investigaciones nos


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muestran que una creciente y mayor escolaridad de calidad ofrece mejores oportunidades de inserción laboral, así como facilita una participación más amplia a las personas jóvenes y adultas en el ejercicio pleno de su ciudadanía democrática dentro de sociedades nacionales cada vez más complejas y globalizadas. Tal ejercicio se refiere a la ciudadanía global: política, económica, social, cultural y organizacional. Es pertinente destacar que para las personas jóvenes y adultas que están en el sector formal del empleo hay cada vez más iniciativas empresariales de capacitación de su personal que se brindan a veces en instituciones formales, pero muchas de ellas en la propia empresa o mediante modalidades no formales.

La educación es, por otro lado, una de las principales herramientas para romper el círculo de reproducción intergeneracional de la pobreza y la exclusión. En los últimos 20 años, la región ha mostrado un gran avance en la proporción de jóvenes que finalizan algún ciclo educativo completo. Según las informaciones del Ministerio de Educación del Perú, el promedio nacional de analfabetismo absoluto es de 6% y en cantidades absolutas es 1 millón 300 mil personas analfabetas, de las cuales el 75% son adultos mayores y el 25% son personas jóvenes de 20 a 25 años. El 3.5% de la población es analfabeta en las áreas urbanas y el 15.5% en las áreas rurales. Obviamente, es un promedio nacional dentro del cual la realidad tiene matices, uno de los cuales es la existencia de bolsones de analfabetismo en algunas regiones del país.

El total de estudiantes de la Educación Básica Alternativa, en relación con los mayores de 18 años, representó el 1.8% en el 2017. En las naciones europeas esta tasa llega al 12.5%. Ha habido en el país una drástica disminución de la matrícula de estudiantes de la referida modalidad en el período 2000-2017; la inversión estatal por estudiante está en descenso desde el año 2009 y 2010 cuando se invertía 2,700 soles y en el 2017 descendió a 1,920 soles por estudiante; y no ha jugado un papel clave en la generación de empleo, puesto que no alcanzó los requeridos estándares de calidad y de relación con el mundo del trabajo (INIDEN, Informe de mayo, 2018).

De otro lado, hay algunos datos alentadores: el progreso en educación primaria es notable, pues el porcentaje de jóvenes de 15 a 19 años que concluyó este ciclo pasó del 60% en 1990 al 94% en 2012. Sin embargo, es pertinente aclarar que, casi siempre, el incremento de la cobertura ocasiona la disminución de la calidad. Un mayor número de egresados de primaria no implica necesariamente el mejoramiento de la calidad de la educación. La situación con respecto

El promedio nacional de analfabetismo absoluto en el Perú es de 6% y en

cantidades absolutas es 1 millón 300 mil personas analfabetas, de las cuales el 75% son adultos mayores y el 25% son personas jóvenes de 20 a 25 años.

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a la educación secundaria de los jóvenes entre 20 y 24 años también ha mejorado sustancialmente en las áreas urbanas, aun cuando falta un largo camino para su universalización, dentro de una necesaria reforma de la educación secundaria. Es una de las reformas olvidadas históricamente en el país, a la cual se agrega otra: la también indispensable reforma de la educación en las áreas rurales.

En el período comprendido entre 1990 y 2012, el porcentaje de jóvenes de la región que concluyeron el ciclo secundario se duplicó con creces, pasando del 26% al 59% al final del período. Por último, la tasa de conclusión de la educación terciaria es todavía muy baja a nivel regional: a pesar de que la proporción de jóvenes entre 25 y 29 años que logró este nivel de educación también se duplicó durante las últimas dos décadas, en promedio solo el 10% de los y las jóvenes ha terminado sus estudios logrando los respectivos títulos profesionales. Tal situación está convocando la necesidad de una reorientación sustantiva de la educación terciaria comprendiendo esta la educación superior con inclusión de la educación universitaria y no universitaria.

Los sistemas educativos de la región tienen evidentes logros en términos de cobertura educativa y disminución de la desigualdad, pero persisten grandes brechas estructurales entre las y los jóvenes de la región en lo concerniente a las oportunidades de formación de capacidades con un enfoque de educación integral de calidad, en el que se combine adecuadamente una sólida educación general y una igualmente sólida educación para la vida diaria y para atender las dimensiones esenciales de realización de las personas jóvenes y adultas en relación con el trabajo, su participación en asuntos púbicos y comunitarios, el ejercicio de su ciudadanía global y su aporte al desarrollo sostenible de su familia, comunidad local y sociedad nacional.

Mientras que el 83% de jóvenes de la región de 20 a 24 años del quinto quintil (el de mayores ingresos) había concluido la educación secundaria (alrededor del año 2012), solo un 33% de los jóvenes del primer quintil había logrado ese nivel de escolarización. Estas desigualdades socioeconómicas se agudizan cuando se combinan con otros factores de discriminación y postergación, como la ruralidad y el origen étnico (CEPAL, 2014a).

Tales desigualdades no solamente afectan a las personas jóvenes, sino asimismo a los adultos que no cuentan con las adecuadas ofertas educativas a lo largo de sus trayectorias profesionales y ocupacionales. Las desigualdades afectan las posibilidades de movilidad social. Las personas pobres difícilmente tienen acceso a una educación básica de


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buena calidad y, posteriormente, a empleos bien remunerados. La brecha se mantiene y da lugar a la pregunta sobre hasta qué punto la educación es un factor pleno de movilidad social, particularmente en situaciones de crisis económica y financiera como se evidenció en Europa hacia fines de la primera década del presente siglo con la crisis financiera.

La garantía de la educación como un Derecho Humano se orienta no solamente hacia la equidad sino hacia la igualdad de oportunidades, en el sentido de que las personas jóvenes y adultas deben tener un acceso cada vez más amplio a las ofertas educativas pertinentes y de calidad.

En la educación secundaria se observan disparidades en cuanto al resultado de los aprendizajes que adquieren a lo largo de su trayectoria, pero también grandes brechas entre lo que aprenden y lo que requieren en sus proyectos de vida, dos de cuyos elementos son actuar en la sociedad y en el mercado laboral. A este respecto puede ser ilustrativa la medición de la adquisición de competencias básicas del aprendizaje en estudiantes de 15 años realizada por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) mediante sus pruebas del Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes (PISA), en el que participan varios países de la región, pero constituye una aproximación inicial que debe ser evaluada multinacionalmente y mejorada significativamente, porque aún constituye un proceso con resultados polémicos.

Sin embargo, en líneas genéricas y referencialmente, los resultados de PISA muestran que la mayoría de los estudiantes de los países analizados de América Latina del primer y segundo cuartil socioeconómico y cultural no alcanzan los niveles de aprendizaje mínimos para desempeñarse como personas competentes en las áreas de lectura, matemática y ciencias (Nieves y Trucco, 2014). Es preciso anotar que una educación de calidad va más lejos y comprende también otros factores esenciales todavía no considerados, hasta ahora, en las pruebas de PISA.

El informe mundial de la EPT de la Unesco-2015 en relación con el Objetivo 3 (Garantizar que las personas jóvenes y adultas tengan iguales oportunidades de acceso al aprendizaje y la adquisición de competencias para la vida) muestra que solo un 13% de los países de la región ha logrado escolarizar a la totalidad de sus poblaciones en edad de cursar el primer ciclo de educación secundaria y que un 17% se aproxima al logro de tal resultado. La desigualdad de oportunidades sigue persistiendo en los grupos sociales más carentes y en las zonas rurales, en las que habitan, principalmente, las poblaciones campesinas y las poblaciones indígenas. En el Informe EPT 2015 se propone lograr que el primer ciclo

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de la educación secundaria sea universal en la región para 2030. Hay posicionamientos críticos acerca de esta propuesta, pues se considera, por un lado, que la meta por lograr correspondería, en promedio, a los países de menor desarrollo; y, por otro lado, se plantea que subsiste el problema de la calidad y la validez de la actual educación para un buen desempeño en la sociedad y en el trabajo.

El otro objetivo de la EPT vinculado con la educación de las personas jóvenes y adultas es el Objetivo 4 (Lograr en 2015 una reducción del 50% de los niveles de analfabetismo de la población adulta), que tampoco se ha logrado. Los índices de analfabetismo disminuyeron en un 26% en toda la región, porcentaje alejado del 50% previsto en el mencionado objetivo. Se estima que, fuera de los países que históricamente han superado el analfabetismo, muy pocos van a alcanzar la meta establecida en materia de alfabetización y que otros cinco más se aproximarán a su consecución. En cambio, otros países –por ejemplo, Guatemala y Nicaragua– distan aún mucho de alcanzar este objetivo y de lograrlo viene el difícil desafío de construir su sostenibilidad. Esta situación está justificando la importancia que cobra la EPJA.

En el conjunto de la región hay todavía unos 33 millones de personas adultas que carecen de conocimientos básicos de lectura y de escritura. El 55% de ellas son mujeres. Es importante considerar que la alfabetización no es exclusiva para las personas jóvenes y adultas, sino también para los niños y los adolescentes, exigiendo para cada caso las estrategias pertinentes, dentro de una estrategia global para encarar el analfabetismo de todos los grupos de edad.

Entre muchas causas del analfabetismo, una muy importante, pero no siempre considerada, es un mal desarrollo de la educación básica, fundamentalmente en el primero y segundo grados, que es donde se define el tema de la lectoescritura.

Las experiencias muestran que la alfabetización no presenta mayores dificultades hasta los 30 años de edad. El problema se presenta con las personas de mayor edad en cuanto a su motivación para alfabetizarse y los


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programas de alfabetización poco atractivos y no siempre asociados a las prácticas significativas de vida y de mejora de las condiciones de ingreso y trabajo. Superar tal situación posibilitará que en 15 años los indicadores de alfabetización mejoren notablemente, es decir, que no serán mayor problema para la población menor de 45 años. Es por esta razón que debe preocuparnos la alfabetización y la educación básica de niños, niñas y adolescentes, particularmente del grupo de edad de 9 a 14 años, que asisten a los Centros de Educación Básica Alternativa conjuntamente con personas jóvenes y adultas. Esta situación debe terminar y el Ministerio de Educación tomar las medidas pertinentes. Ya se hizo una sugerencia sobre este particular.

Lo referido anteriormente puede ser más preocupante si se considera el porcentaje de la población regional que se encuentra en estado de analfabetismo funcional, es decir, personas jóvenes y adultas no solamente pobres que están precariamente alfabetizadas, en razón de que no cuentan por lo menos con cuatro a cinco años de educación primaria, así como carecen de entornos comunitarios y sociales letrados que los desafíen, motiven y comprometan con su alfabetización. Ello implica trabajar en competencias más amplias que las relacionadas casi únicamente con la lectoescritura, conocimientos matemáticos básicos y en algunos casos de orientación y preparación básica para el trabajo.

Entre muchas causas del analfabetismo, una muy importante, pero no siempre considerada, es un mal desarrollo de la educación básica, fundamentalmente en el primero y segundo grados, que es donde se define el tema de la lectoescritura. Los niños y niñas que fracasan en estos dos primeros grados suelen ser luego repitentes en grados posteriores de la educación básica y, finalmente, abandonan la escuela y, por desuso, ya que no existe un entorno cultural que le dé sostenibilidad a la lectoescritura, estos niños y niñas retornan al analfabetismo. La metáfora doméstica es la del caño abierto que inunda la cocina y el ama de casa trapea y trapea procurando secar su piso, pero nunca lo logrará si no cierra el caño. Este caño abierto son los dos primeros grados de educación básica, que deben ser atendidos dentro de una educación inicial ampliada con especialistas en lectoescritura.

La idea no es que en la Educación Inicial se imparta la lectoescritura, lo que sería errado, sino que los dos primeros grados de la Educación Básica Regular signifiquen una prolongación, principalmente metodológica, de la Educación Inicial. Profesoras(es) de Educación Inicial deberían hacerse cargo del 1° y 2° grados de la EBR, debidamente capacita en metodologías de lectoescritura.

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Es fundamental agregar otros componentes definidos a la medida de las particularidades nacionales y capaces de responder a lo que los sujetos de la alfabetización necesitan y anhelan para su buen vivir; desarrollar una estrategia efectiva para que las personas jóvenes y adultas puedan concluir sus estudios incompletos de educación básica; y contar con ofertas educativas múltiples de la EPJA más allá de la alfabetización y de la educación general básica. La alfabetización integral es un reto para viabilizar el Aprendizaje a lo Largo de la Vida y sirve para acrecentar el capital cultural de las familias, el cual impacta en la mejora de los aprendizajes de los niños, niñas y adolescentes.

El concepto de alfabetización ha evolucionado, pero varios documentos nacionales y de organizaciones internacionales, como es el caso de la Agenda 2030, no siempre incluyen la riqueza conceptual que se ha generado en América Latina, en la que ya es aceptado por las esferas académicas y sociales que la Alfabetización “es mucho más que aprender a leer, escribir y calcular, y que actualmente se refiere a la capacidad de comunicarse, de conectarse a nivel social y mejorar la vida laboral” (Infante y Letelier, 2013).

De otro lado, en el nivel regional, “Una serie de estereotipos de género siguen estando presentes en las prácticas de alfabetización, así como en toda la EPJA, pero también en las políticas y los programas. Estos estereotipos no suelen mencionarse y, por lo tanto, no se discuten ni se cuestionan ni se deconstruyen. Siguen vigentes e incluso se fortalecen” (CEAAL, 2016).

Los gobiernos vienen haciendo esfuerzos para encarar el analfabetismo, con alta frecuencia, desde el enfoque pedagógico convencional. A pesar de tal situación, deben resaltarse las buenas prácticas de alfabetización en la región: “... en Argentina el Programa Nacional Encuentro, realizado en 2014; en Paraguay, el Programa “Paraguay Lee y Escribe” (estrategia de alfabetización intercultural y bilingüe); en el Perú desde 2006 se viene desarrollando la Educación Básica Alternativa con un primer nivel de alfabetización, el primer y segundo nivel de educación primaria y educación secundaria; Bolivia promueve la Alfabetización en quechua y español mediante el Programa de Bi-Alfabetización, enseñanza simultánea en las dos lenguas mencionadas; en República Dominicana se viene desarrollando una experiencia de impacto: el Plan Nacional de Alfabetización Quisquaya Aprende Contigo, el cual forma parte del programa dominicano de reducción de la pobreza Quisquaya sin Miseria”(CEAAL, 2017, pp.36-37).


222

Por todo ello, en el Perú, para darle un soporte de continuidad a la Alfabetización, la Educación Básica Alternativa deben ser sustancialmente reorientada y ubicada como una de las ofertas de un Sistema inclusivo y de calidad, abierto, flexible y diversificado de Educación de Personas Jóvenes y Adultas a lo Largo de toda la Vida; la Educación Tecnicoproductiva debe ser también reformada y reactivada la Educación Comunitaria.

e) Panorama tecnológico

En las sociedades nacionales de los diferentes tipos –tradicional o pre-industrial, industrial y post-industrial o del conocimiento- se plantea el desafío de esclarecer, actualizar y mejorar la forma como los sistemas educativos y las pedagogías están reaccionando o respondiendo a los requerimientos de su tiempo histórico en el campo de la formación en general, de la formación para el trabajo productivo y para otras dimensiones esenciales de la vida humana. Por ejemplo, en una sociedad del conocimiento dos de sus elementos esenciales son el cambio tecnológico y social acelerado y una globalización continua y crecientemente intensiva en razón de la convergencia de poderosos intereses estratégicos de los “globalizadores”, conformados por algunos actores tales como las corporaciones transnacionales y los famosos knowmades, como son llamadas aquellas personas innovadoras, imaginativas, creadoras, que se movilizan con extraordinaria facilidad a los diferentes lugares del mundo y trabajan con distintos equipos de diversas nacionalidades y sistemas culturales.

Esta nueva sociedad demanda personas creativas, emprendedoras, críticas, competentes en el uso y manejo de las TIC, autónomas, con grandes habilidades sociales, emocionales y capacidad de fácil adaptación a los cambios laborales y a otros cambios económicos, sociales y culturales. Las personas están obligadas a actuar y desempeñarse ocupacionalmente en una sociedad versátil y de incertidumbres, y el sistema educativo debe formarlos permanentemente para que puedan adaptarse a esos cambios.

Para esos propósitos el acceso a las nuevas tecnologías de los sujetos que asisten a instituciones educativas que funcionan en las localidades más pobres es todavía limitado, generándose una nueva brecha: la digital, fundamental para la adquisición de las habilidades y destrezas que requiere la sociedad presente y futura en que viven y vivirán. Son instituciones que requieren de una reingeniería de sus programas, estructuras de organización, enfoques pedagógicos contextualizados, metodologías de aprendizaje y de enseñanza, nuevos estilos de gestión,

223


adecuada atención a la infraestructura, equipamiento y recursos para el aprendizaje, renovados procedimientos de funcionamiento y relación con el entorno.

8.1.2 La EPJA y su realidad actual

Se desarrollan dos cuestiones: a) Balance de la EPJA en el momento actual y b) Realidad actual de la docencia de la EPJA.

a) Balance de la EPJA en el momento actual

Los sistemas educativos latinoamericanos organizan sus ofertas formales, no formales e informales sobre la base de tres tipos de población objetivo:

– La que asiste a instituciones educativas formales, regulares, organizadas en niveles y modalidades; es el caso principalmente de los niños, adolescentes y jóvenes que van a centros de educación básica -inicial, primaria, secundaria-, y educación superior universitaria y no universitaria.

– La que asiste a instituciones EPJA de educación formal y no formal e informal; mayores de 15 años, especialmente quienes:

• Tuvieron experiencias iniciales en la educación formal y luego se retiraron de ella.

• Acuden para ser alfabetizados y asegurar su no retorno a la condición de analfabetos.

• Desean ampliar sus oportunidades de calificación ante un mercado laboral con nuevas exigencias para obtener una certificación que les permita insertarse, mantenerse o ascender social y laboralmente, e incluso llegar a mayores niveles de escolaridad.

• Tienen necesidad o desean ampliar el abanico de sus conocimientos y saberes en variados campos de la actividad social, cultural, económica, familiar, entre otros.

• Padres y/o madres que quieren acompañar mejor a sus hijos en sus estudios escolares y, simultáneamente, darse la oportunidad de crecer en los campos educativo y cultural.

– La población con discapacidad moderada que, provisionalmente, mientras se implementa la educación especial para personas


224

jóvenes y adultas en todo el país, puede ser atendida mediante las Necesidades Educativas Especiales; y la población con discapacidad severa, que requiere necesariamente una atención especializada en una institución de educación especial.

Las ofertas del sistema educativo no son rígidas al permitir el traslado y/o equivalencia de estudios de sujetos de un tipo de institución educativa a otra, es decir, la población que está siendo atendida en algún servicio de la modalidad de EPJA o de educación especial, puede pasar a otra modalidad de la educación regular.

El gráfico siguiente muestra las principales categorías de jóvenes y adultos atendidos en sus diferentes modalidades: no formal, informal y regular:

Modalidad de atención

Tipos de población joven y adulta

Del subconjunto no formal e informal

• requieren ser alfabetizados y contar con una educa-ción básica mínima.

• trabajan en condiciones precarias sin suficiente for-mación o necesitan reconvertirse laboralmente.

• necesitan incorporarse al mundo laboral, pero no consiguen empleo.

• Jóvenes que no estudian ni trabajan y una parte requiere completar su formación básica e iniciar o completar su formación técnica y/o profesional.

• jóvenes que poseen cualidades de líderes, así como de emprendimiento o promoción del desarrollo en sus diversas expresiones.

• jóvenes que necesitan reinsertarse social o educati-vamente.

• adultos que requieren mejorar su calidad de vida y explorar actividades laborales acordes con su edad.

Del subconjunto formal, regular

• personas jóvenes y adultas que deciden reingresar al sistema educativo regular para dar continuidad a sus estudios en el nivel de la educación secundaria y de la educación superior.

• personas jóvenes y adultas que tienen oportunida-des y potencialidades para seguir avanzando en su desarrollo personal y profesional.


225

¿Qué país de América Latina tiene capacidad y recursos para poder organizar programas para la inmensa variedad de demandas educativas de población joven y adulta que se menciona? Es de prever la lógica pesimista de los decisores convencionales atrapados en sus autoritarismos tecnocráticos y burocráticos. Sin embargo, tiene que trabajarse con la realidad. La lista referencial podría reducirse o ampliarse, pero lo evidente es que dentro de cada categoría situacional de los sujetos educativos de la EPJA hay necesidades específicas. Lo viable es que cada país defina las prioridades, con el enfoque estratégico de aproximaciones sucesivas, de focalizaciones, con criterio de justicia social y de “justicia educativa”, contando con la requerida viabilidad financiera, capacidad de gasto y de gestión. Sería una inversión con incidencia en la equidad social y educativa de las sociedades nacionales.

No será una tarea fácil. Una de las principales razones por las que la educación de adultos está siendo postergada en su prioridad es la falta de información e investigaciones que demuestren, con evidencias, el impacto positivo de su formación, tanto entre sus beneficiarios como en la sociedad en la que estos actúan. Algo se conoce en relación a los impactos favorables en el mercado laboral y el crecimiento económico. Sin embargo, para que los decisores de política tomen conciencia sobre su importancia, se necesita demostrar que la EPJA tiene también un alto rédito en la crianza infantil y en la formación humana, así como en el progreso y rendimiento educativo de los hijos; en el desarrollo sostenible de la comunidad local, de las regiones y de la sociedad en su conjunto; en indicadores de salud, reducción de la pobreza y de los índices de delincuencia; en el aumento del bienestar personal y colectivo; en la felicidad y en el fortalecimiento democrático y ciudadano. La carencia de estudios de resultados e impactos es y seguirá siendo un escollo importante en el propósito de conseguir una valoración positiva, respaldo y reconocimiento sostenible para la EPJA.

Obviamente, dentro de procesos de reformas globales y de transformaciones estructurales sería viable atender a algunas o, en ciertos casos, a todas las categorías de sujetos educativos. El sentido de tal opción sería construir solidariamente un nuevo pacto social, sin prejuicios de índole alguna en relación con algunos sujetos educativos de la EPJA, entre otros: mujeres jóvenes y adultas, personas privadas de su libertad, personas adultas mayores, migrantes, personas impropiamente denominadas discapacitadas y propiamente personas con habilidades diferentes, personas LGBYI, población indígena, población campesina que vive en apartadas áreas rurales. Para superar tal situación se requiere cambios en las concepciones, valoraciones y actitudes; voluntad política, las viabilidades señaladas y líderes políticos, sociales y educativos visionarios capaces de articular sus esfuerzos y hacer realidad esta utopía posible.

226


Características de la atención de la oferta

La lista descrita en la tabla presentada, aunque general, no agota la nómina de todos los posibles sujetos de la EPJA, que se refirieron en el tema 5 del libro. Habría que entender que la mayoría de estos grupos poblacionales, no tiene interés por una educación programada en el tiempo y prescrita en cuanto a sus contenidos y metodologías, como es en buena cuenta la oferta educativa actual para personas jóvenes y adultas , transformada en la práctica, en una educación básica regular para personas jóvenes y adultas . Lo que se necesita y demanda es una instrumentación adecuada y oportuna que los acompañe y los ayude en su crecimiento permanente, mejorando sus reales desempeños y convirtiéndolos, en los actores protagónicos de sus proyectos de vida, así como en artífices colectivos en los proyectos comunitarios y sociales de desarrollo sostenible, en una perspectiva de crecimiento inclusivo y de desarrollo transformador.

La cobertura de los diversos tipos de instituciones, programas, proyectos y servicios de EPJA va mucho más allá de lo que en muchos países son las escuelas de educación primaria y secundaria de adultos. Es muy variada en tipos de formación y capacitación, duración, modalidades de asistencia de los beneficiarios, financiamiento, certificación, etc. Algunos de estos servicios de formación y calificación se realizan en instituciones educativas formales, pero también en programas y servicios especiales, unos a cargo del sector público y otros a cargo del sector privado. En tal sentido, la responsabilidad no es solamente del sistema educativo formal.

Es una responsabilidad solidaria y compartida del Ministerio de Educación y otros ministerios y demás organismos del aparato del Estado, instituciones de educación superior, gobiernos regionales, gobiernos locales, empresas y demás centros laborales, organizaciones no gubernamentales y otras de la sociedad civil, como las organizaciones populares, movimientos sociales, iglesias, clubes, sindicatos, asociaciones de apoyo social, de voluntarios, entre otros.

Existe una heterogeneidad de ofertas en calidad y, por tanto, en equidad y pertinencia. Las desigualdades en las ofertas de la EPJA son preocupantes. A ellas se suman otras limitaciones:

a. Ausencia de una autoridad nacional de alto nivel de la EPJA para promover y articular esfuerzos.

b. Una débil gestión a nivel nacional, regional y local, sin liderazgo y capacidad para promover, articular y poner en práctica una visión y misión claras de la EPJA y del derecho de todos sus sujetos educativos de lograr una educación inclusiva de calidad.

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c. Carencia de un sistema de información que se convierta en una herramienta que oriente las decisiones, los tipos de aprendizaje, las ofertas de formación y calificación.

d. Ausencia de subsistemas o redes de intercambio y colaboración interinstitucional que ayuden a la difusión de buenas prácticas e innovaciones en EPJA.

e. Instituciones de la EPJA con precaria infraestructura y financiamiento; sin autonomía ni capacidad de aprender adecuadamente de sus propias experiencias y de las ajenas, carentes de liderazgo pedagógico y de gestión; instituciones y personal docente sin capacidad para innovar.

f. Educadoras y educadores desmotivados, con salarios no dignos y con una formación inicial y continua que debe ser necesariamente reorientada; cobertura limitada y alejada de las necesidades personales y de las demandas sociales de la población con mayores necesidades.

g. Elevados índices de abandono en la educación formal, fundamentalmente porque las ofertas educativas no son atractivas ni pertinentes en contenidos, horarios, estilos de trabajo pedagógico y formas de participación de los sujetos educativos.

La ausencia de estrategias flexibles que posibiliten a esas personas seguir procesos de formación que no necesariamente sean lineales ni estén exclusivamente concentrados en el sistema formal, limita en los sujetos educativos la adquisición de herramientas y capacidades de aprendizaje para toda la vida, facilitar su inserción en el mundo laboral, así como expandir su conocimiento y cultura en otros campos, como las artes, el deporte, la recreación, las ciencias, la historia, la música, la política con sentido ético, las nuevas tecnologías y muchos otros más.

Desde el ángulo laboral, en la sociedad industrial crecientes porcentajes de trabajadores vienen siendo despedidos en razón de la transformación productiva y la modernización de sus tecnologías y equipos. Una respuesta es la reconversión profesional y ocupacional. De otro lado, es un hecho que existen nuevas tecnologías en los procesos productivos que esperan respuestas innovadoras de los sistemas educativos, tanto en las áreas urbanas como en las áreas rurales.

El problema fundamental en varios países de la región ya no es la exclusión del sistema educativo de los estudiantes de menores recursos,


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sino la segmentación, la diferenciación cada vez más notoria entre las personas jóvenes y adultas que son pobres y vulnerables y quienes tienen situaciones socioeconómicas ventajosas. A este respecto luchar para reducir la pobreza juvenil y el abandono escolar es un desafío que urge respuestas.

La EBA, por ejemplo, una de las modalidades de la EPJA, en el año 2018, todavía sigue siendo “una educación para los pobres”, una educación de “segunda categoría”, una educación “supletoria” o “remedial”, con el agravante de que la oferta educativa formal no solo disminuye a causa de una reducción del analfabetismo, sino también por la ausencia de ofertas más atractivas. Es por tal razón que las personas jóvenes y adultas de los sectores sociales desfavorecidos no pueden permanecer con estabilidad en sus instituciones educativas y, por lo general, se ven forzadas a incorporarse al mercado laboral prematuramente, sin experiencia y casi siempre sin contar con las competencias y herramientas básicas para su desempeño.

Por otro lado, se carece de mecanismos eficaces de retorno de dichas poblaciones de sus trabajos o de su situación de desempleo y subempleo a oportunidades educativas de calidad y de estas a su reinserción al mundo del trabajo y del empleo. Los que no lo hacen y no adquieren las competencias necesarias para la sociedad del conocimiento tienen más probabilidades de sufrir marginación social, económica y tecnológica.

Frente al contexto presentado se plantea concebir políticas y estrategias innovadoras, flexibles y diversificadas para los variados tipos de jóvenes y adultos, con un enfoque de inclusión coherente con la equidad de oportunidades sociales y educativas. En razón de las agudas fisuras sociales al interior de varios países de la región, que incluyen al Perú, tal enfoque tiene que ser necesariamente complementado y compartido, por razones de justicia social y de “justica educativa”, con la atención, genuinamente prioritaria, a las personas en situación de exclusión, pobreza, marginación y vulnerabilidad; a las personas jóvenes y adultas que están en situación de riesgo social que incide directamente en el riesgo Perú.

En el caso concreto del Perú es preocupante el hecho de que durante el período 2000-2017 la matrícula de estudiantes de la Educación Básica

En el Perú es preocupante el hecho de que durante el período

2000-2017 la matrícula de estudiantes de la Educación Básica

Alternativa en el año último haya disminuido en más de 70 mil

estudiantes en lugar de expandirse.

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Alternativa en el año último haya disminuido en más de 70 mil estudiantes en lugar de expandirse considerablemente como acontece en algunos países de la región y en los países desarrollados de otras regiones del mundo.

El analista Hugo Díaz ha elaborado un cuadro estadístico que muestra el crecimiento y decrecimiento de la matrícula por niveles y modalidades durante el período 2000-2017.

Matrícula estatal y no estatal por niveles y modalidades. 200-2017

Nivel./ModalidadAño 2000 Año 2008 Año 2017 Incremento 2000-2017

Inc. Público Inc. Privado

7,241,547 1,618,038

Público Privado

Inicial

Primaria Menores

Secundaria Menores

Básica Alternativa

Especial

Técnico Productiva

Forma Magisterial

Forma Tecnológico

Formación Artística

Universitaria 1/

Total

164,470

554,113

348,952

60,162

5,128

122,417

60,470

130,024

328

168,974

929,400

3,714,700

1,802,176

217,064

25,706

131,808

57,629

100,887

7,445

254,732

306,405

711,086

510,670

80,940

4,072

159,401

22,918

206,626

576

353,000

984,404

3,117,618

2,023,434

159,742

17,465

137,466

23,963

101,297

6,046

286,000

462,041

867,987

606,894

79,708

2,048

109,213

11,626

312,612

372

1,017,300

1,237,062

2,630,511

1,927,444

145,618

17,818

144,552

25,566

141,466

6,338

418,600

297,571

313,874

257,942

49,546

-3,080

-13,204

-48,844

179,588

44

848,326

307,662

-1,084,189

125,268

-71,446

-7,888

12,744

-32,063

40,579

-1,007

163,868

6,857,436 2,355,696 6,694,975 3,469,801 -546,572 1,851,763

Fuente: Ministerio de Educación. Unidad de Estadística. Estadísticas Básicas 1998-2005 y Escale

1/ Datos de Universidad para el 2017 corresponden a 2016 al no haber todavía disponible la información correspondiente

Público Privado Público Privado

Hay factores externos que explican tal situación, entre otros: un modelo de desarrollo que debe reajustarse dinámicamente y beneficiar a sectores sociales desfavorecidos y favorecidos; desigualdades existentes al interior del país; la EPJA no forma parte de la agenda educativa prioritaria del país; el presupuesto público nacional destinado a la EPJA ha oscilado del 1 al 3% del gasto educativo público. Hay también factores internos que son de responsabilidad de las ofertas educativas de la EBA actual que no sensibilizan, motivan ni atraen a las personas jóvenes y adultas con deseos de superación, pues ellas no dan respuestas adecuadas y dinámicas a sus realidades, necesidades y demandas, que exigen un alto grado de articulación entre sus itinerarios de vida, de educación y de trabajo.

La flexibilidad de la EPJA tiene distintas expresiones: habilitación de ambientes de aprendizaje para personas jóvenes y adultas que no se reduzcan al espacio educativo-institucional público o privado, es decir, considerar una infraestructura específica para sus acciones educativas; captación de personal docente proveniente de la carrera docente y de otras profesiones, así como captación de un personal calificado no profesional que sea requerido; horarios que correspondan a las realidades


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y necesidades de vida y de trabajo de los sujetos educativos; vigencia de un marco curricular nacional con las competencias requeridas en torno a un limitado número de núcleos sustantivos e integrados de aprendizaje, así como el establecimiento de currículos diversificados territorialmente, que complementan al desarrollo currícular nacional, que constituye el tronco común y de exigencia nacional de la educación de personas jóvenes y adultas ; estrategias pedagógicas y de gestión acordes con las características de los contextos territoriales.

Una forma de flexibilidad, poco valorada hasta el momento, es que, frente a la realidad concreta de que no todos las personas jóvenes y adultas van a concluir sus estudios de educación básica, podría impulsarse la posibilidad de ofrecer a dicho personal ofertas específicas con énfasis en el empleo y autoempleo, por intermedio de cursos, programas y/o servicios, los cuales podrían certificarse y recertificarse progresivamente en la medida de los aprendizajes acumulados por los sujetos de formación en distintos espacios de aprendizaje. De paso es pertinente señalar que en Europa se cuenta con directivas específicas para la validación del aprendizaje no formal e informal (CEDEFOP, 2016).

En el Perú, en una EPJA renovada el currículo formal debe ser objeto de una sustantiva reducción. Hay que superar la frondosidad, el enciclopedismo, su alejamiento de la realidad y de los problemas concretos, necesidades y demandas de los sujetos educativos, así como de las demandas comunitarias y sociales. Debe reducirse drásticamente la extensión cuantitativa y ganar en calidad y profundidad de las áreas de formación con un enfoque de integralidad. Teniendo en cuenta las tendencias internacionales y nacionales en este dominio, las principales áreas de formación podrían ser: lectoescritura y comunicación, matemática y ciencia para la vida, tareas históricas y ciudadanía, lengua moderna (opción preferencial: inglés), tecnologías de la información y de la comunicación, orientación al trabajo. Esta última comprendería: orientación y tutoría en asuntos personales y de empleabilidad; formación de habilidades generales, emocionales y sociales.

En materia de bases curriculares de la EPJA es interesante destacar el esfuerzo que en el año 2016 hizo el Ministerio de Educación de Chile de elaborar el documento de base intitulado “Nuevas bases curriculares para la Educación de Personas Jóvenes y Adultas” y someterlo a consulta con los docentes mediante discusiones grupales y el diálogo con las redes regionales de la EPJA. Dicho instrumento está en manos del nuevo gobierno, que no sabemos si lo aplicará o no. Es la variable política no dependiente de la EPJA como multimodalidad transversal del Aprendizaje

231


a lo Largo de la Vida. En la región, en la mayoría de los países, no hay una continuidad orgánica de las políticas educativas.

Otra buena práctica en el campo del currículo, con el enfoque de competencias e impulso de la acción descentralizada, mediante la diversificación en razón de la naturaleza de los contextos, es el persistente trabajo de cooperación técnica que viene realizando la DVV internacional y con aplicación en América Latina sobre el Currículum GlobALE, que distingue el tronco común o sea la parte central del currículum con las partes variables que pueden servir para distintos propósitos. “En términos de unidades temáticas el Currículum GlobALE abarca:

• un módulo introductorio opcional

• cinco módulos temáticos centrales

• de uno a tres (dependiendo de su volumen) de módulos electivos (DVV internacional, 2013).

En lo relativo a la gestión institucional de la EPJA no hay mayores innovaciones actualmente. En la región tuvimos viceministerios de EPJA que se discontinuaron y direcciones nacionales o generales de EPJA que se fueron debilitando y desgastando y se convirtieron en dependencias estatales de segundo o tercer nivel.

Es de celebrar la noticia de la flamante creación del Viceministerio de Educación de Adultos en Guatemala.

Para servir cada vez mejor a los sujetos educativos de la EPJA las políticas y estrategias deben ser adecuadamente implementadas con el requerido financiamiento y la formación de capacidades humanas e institucionales de las instancias regionales y locales de la referida multimultimodalidad.


232

b) Realidad actual del personal docente de la EPJA

En la mayoría de los países de la región no existe una genuina voluntad política para fortalecer la profesionalización de sus educadores(as). Las modalidades principalmente alternativas de la EPJA no escapan de esta tendencia; es más, la formación de profesionales para esta multimodalidad educativa no es una prioridad de las agendas educativas nacionales; tampoco hay un reconocimiento y valoración positiva de dicho personal por parte del Estado y de la sociedad civil. En general, el foco de las políticas educativas prioritarias está en la formación docente para la educación básica de niñas, niños y adolescentes.

En la EPJA participa como personal docente una amplia gama de profesionales y no profesionales con diferentes grados de competencia profesional y pedagógica, que ofrece una formación y calificación en la que no siempre el foco es el aprendizaje pertinente, inclusivo y de calidad de las personas que atiende.

La mayoría actúa dentro de un enfoque formativo que podría denominarse “EPJA tradicional”, es decir, ofertas de formación y calificación para los que no han terminado oportunamente sus estudios de básica regular o no los siguieron; para los que necesitan reciclarse ocupacionalmente, para los que desean explorar nuevos oficios, para los que necesitan atender una demanda asociada a lo social, al fortalecimiento de su ciudadanía, pero todas estas últimas ofertas trabajadas fundamentalmente en los escenarios de la sociedad tradicional o pre-industrial y de la sociedad industrial.

La EPJA siglo XXI tiene retos mucho más complejos dentro del contexto de la globalización, de la cultura digital, la sostenibilidad ambiental, la igualdad de oportunidades sociales y educativas, la emergencia del mundo rural que contiene diversas “ruralidades”.

233


En relación con este propósito solo un pequeño sector trabaja en el escenario de la sociedad del conocimiento, con un sesgo científico y tecnológico, aunque no se reconocen ni son reconocidos como educadores de adultos. Todavía no se ha asumido que la EPJA, dentro del marco de su transversalidad, puede abarcar también a la población con nivel de educación superior. Es un debate que se viene sosteniendo desde la década de los setenta.

Como producto de la aplicación de estos enfoques de trabajo en la EPJA podríamos señalar que sus docentes pueden clasificarse en los siguientes tipos:

Docentes tradicionales Docentes en proceso de cambio y con un acentuado énfasis social

Educadores y educadoras de la EPJA del siglo XXI


234

Tipos de docentes EPJADocentes tradicionales• Enseñan, pero no siempre facilitan y asesoran aprendizajes.

• Las pedagogías que utilizan son mayormente escolarizadas. Poseen insuficiente conocimiento de las corrientes pedagógicas transfor-madoras y metodologías apropiadas a una educación de jóvenes y adultos.

• Utilizan recursos convencionales para el aprendizaje y muy eventual-mente hacen uso de los medios de comunicación social y de las TIC.

• Las prácticas educativas no están articuladas con el trabajo y el em-pleo ni con otras dimensiones esenciales de la vida de las personas jóvenes y adultas .

Docentes en proceso de cambio y con un acentuado énfasis social• Facilitan aprendizajes con técnicas participativas y con mediación co-

municacional y pedagógica.

• Utilizan las pedagogías sociales, siendo las más recurrentes: la educa-ción popular, la pedagogía crítica, la pedagogía desde la experiencia de los participantes, la pedagogía desde el sujeto, la pedagogía con enfoque intercultural, la pedagogía con enfoque de género, la peda-gogía con enfoque de desarrollo humano sostenible, la pedagogía desde la perspectiva ecológica.

• Hacen uso todavía limitado de las TIC; en gran medida, por carencia de su formación tecnológica para el uso educativo de las herramien-tas digitales y por la carencia de estas herramientas en los centros de formación.

• Sus prácticas educativas se orientan a lograr el empoderamiento cul-tural, político y social de sus sujetos educativos para que puedan par-ticipar en los procesos de cambio de sus comunidades locales y de su sociedad nacional.

Educadores y educadoras de la EPJA del siglo XXI• Son competentes en su materia, dentro de una formación profesional

sólida con un núcleo de carácter polivalente y otro de especialización.

• Poseen conocimientos científicos de la diversidad de su país, de los territorios y contextos específicos en los que desarrollan su media-ción cultural, pedagógica y comunicacional.

• Su formación pedagógica teórico-práctica los habilita para hacer uso de las pedagogías más adecuadas a los contextos y a las caracterís-ticas personales y grupales de sus sujetos que forman o capacitan dentro de las respectivas unidades territoriales.

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• Su formación tecnológica les permite usar variados y avanzados re-cursos para el aprendizaje y, dentro de sus respectivas propuestas pedagógicas, utilizan las distintas herramientas digitales.

• Desarrollan empatía con sus sujetos educativos.

• Poseen actitudes de cooperación y colaboración para desarrollar aprendizajes desde lo cognitivo, emocional, técnico, las habilidades sociales, las actitudes positivas y los valores.

• Muestran capacidad de integración de la teoría con la práctica con un enfoque interdisciplinario e intercultural con un sentido de inte-gralidad.

• Facilitan a sus sujetos educativos las herramientas necesarias para vi-vir en una sociedad versátil, en la que hay que estar preparados para aprender a aprender, desaprender, reaprender y hacer nuevos y ac-tualizados aprendizajes.

• Tienen capacidad de innovar y movilidad para adaptarse a los cam-bios de oferta y contenidos en sus áreas de especialidad.

• Sus prácticas educativas se destinan al empoderamiento de sus su-jetos educativos para que puedan interesarse y comprometerse con los intereses públicos y comunitarios, participar en iniciativas de de-sarrollo y cambio favorable a las comunidades y al país en general.

• Muestran capacidad de liderazgo pedagógico, institucional, comuni-tario y social.

En el espacio educativo-institucional quienes trabajan con las personas jóvenes y adultas son, en su gran mayoría, docentes que laboran durante los períodos diurnos con las niñas, niños y adolescentes en la educación primaria y en la educación secundaria. Este personal, en el mejor de los casos, participa en programas de formación continua, en su modalidad de capacitación, pero en una proporción significativa no alcanza a integrar la teoría con la práctica ni logra las capacidades específicas que el personal docente de la EPJA requiere para fortalecer su trabajo educativo, como equipo, en forma sólida e innovadora.

Para las ofertas formales hay una incipiente profesionalización de la carrera docente. Las pocas universidades que forman a los educadores de la EPJA, sobre todo en las prioritarias modalidades alternativas de educación básica, superior y otras no formales, no consideran a esta como un campo de especialización prioritaria. Generalmente sus ofertas de formación inicial son marginales y escasas en relación con otras referidas a distintas áreas de educación, ciencias sociales o psicología, con honrosas


236

excepciones, como es el caso de la licenciatura en Intervención Educativa de la Universidad Pedagógica Nacional de México. Son pocos los programas de maestría y de doctorado en dicho campo, este último en Brasil y Colombia.

Existen programas que establecen como requisito que los futuros docentes estén trabajando en la EPJA o en un determinado proyecto de desarrollo. Este es el caso de la Universidad Federal de Paraíba de Brasil, que cuenta con un interesante programa de formación de educadores de adultos en el que se articulan alfabetización, desarrollo humano sostenible y preparación profesional docente en una perspectiva crítica y transformadora: integrando teoría con práctica, saber científico con saber popular, universidad con los intereses estratégicos públicos y comunitarios.

Otra experiencia es la promovida por la cooperación horizontal Universidad-Organizaciones No Gubernamentales. Un caso emblemático es el Diploma de Especialización en Formación de Formadores en Educación Popular que se desarrolló recientemente con el trabajo cooperativo de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya del Perú, el Consejo de Educación Popular de América Latina y el Caribe (CEAAL) y otras entidades con las que se conformó un consorcio para la formación de educadores populares.

Las capacitaciones eventuales del personal docente y directivo de la EPJA tienen un carácter inmediatista y remedial y están distantes de los niveles de vanguardia en los campos del conocimiento científico y humanístico y de la tecnología, así como de una actualización pedagógica avanzada con los aportes de punta del enfoque de competencias , de las corrientes pedagógicas transformadoras y de la pedagogía social.

En los espacios de aprendizaje de las organizaciones de la sociedad civil -especialmente de las organizaciones populares, sindicatos, movimientos sociales y organizaciones no gubernamentales- los educadores(as) de la EPJA participan, esencialmente, en programas de formación continua con el enfoque de la educación popular, optimizando los aprendizajes, interaprendizajes y autoaprendizajes logrados en los distintos espacios de aprendizaje. Infortunadamente, todavía no existe una articulación entre la Educación Popular y las otras corrientes pedagógicas transformadoras

Las capacitaciones eventuales del personal docente y directivo de la EPJA tienen un carácter inmediatista y remedial y están

distantes de los niveles de vanguardia.

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de la EPJA en los distintos espacios de aprendizaje. Tal articulación puede generar una dinámica de interaprendizajes que contribuya al mejoramiento de los aprendizajes que realicen las personas jóvenes y adultas en los distintos ambientes o espacios culturales

Comentarios de los Juan y de las Juana García acerca del panorama situacional y el estado actual de la EPJA

– Como dijo un tío abuelo mío “En todas partes se cuecen habas”, es decir, no estamos en el mejor de los mundos en el campo de la educación para nosotros que somos los Juan y las Juana García de América Latina. Tomo nota que incluso los países que tenían viceministerios de educación de adultos y por lo menos direcciones generales de educación de adultos se han echado para atrás, en lugar de avanzar. Para mí la cosa no pasa solo por la escuela pública de baja calidad, hay otros factores que explican este retroceso en algunos casos y el poco avance en otros.

– Una de las cuestiones que nos preocupan a los jóvenes y a los adultos es la cuestión del trabajo. Sin chamba no solo nos perjudicamos nosotros, sino también nuestras familias, comunidades locales y el país. Hoy, gracias a la charla inicial, me he enterado de que en América Latina y, especialmente en el Perú, no hay un crecimiento de los empleos formales; las empresas medianas casi no existen y las únicas que generan empleo son las microempresas y las pequeñas empresas. Por lo visto, estamos hasta el perno con un casi 80% de informalidad en el país. No es un problema pedagógico; es un problema social, de modelo de desarrollo, de falta de voluntad de superar a paso ligero las desigualdades que existen en nuestro país. Hemos avanzado en luchar contra la pobreza, pero ella existe todavía y debemos seguir luchando para disminuirla a fondo o alcanzar el lugar privilegiado de los países con bajísimos niveles de pobreza.

– Quienes como Alejandra y yo somos denominados “NiNi”, a veces con prejuicio y desprecio, no tenemos tal situación porque la hayamos buscado deliberadamente. Tenemos fracasos y frustraciones, profundas decepciones y amarguras en nuestras vidas, falta de comprensión hasta por parte de nuestras familias, falta de oportunidades de trabajo, falta de preparación para desempeñar puestos laborales. Llega un momento en que uno se desmotiva, se desinteresa y entra en una situación de desesperanza. Somos casi la quinta parte de los jóvenes del país. Lo que


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esperamos es que se nos considere como personas en situación de riesgo social y nos den oportunidades para que seamos capaces de tener un proyecto de vida. Esperamos comprensión del Estado, de la sociedad y de nuestras familias y amigos. Esperamos una EPJA que haga algo por nosotros y nosotras; y por nuestra parte también los Juan y las Juana García tenemos la responsabilidad personal de buscar las oportunidades para contribuir a generar un crecimiento económico y social que nos beneficie directamente y, extensivamente, se beneficien también las familias, comunidades locales y la sociedad nacional.

– Soy indígena cusqueño y tengo profesión. Desde mi realidad conozco y vivo la situación de otros colegas indígenas y no indígenas que forman parte del 10% que termina sus estudios de formación profesional en las universidades, pero no encuentra trabajo y termina ejerciendo ocupaciones para las cuales no tienen la requerida formación técnica. Es el caso, por ejemplo, de mis colegas profesionales que se ganan la vida comerciando ambulatoriamente y que proliferan no solo en Lima sino también en las capitales de los departamentos del país. Las instituciones de educación superior, especialmente los institutos tecnológicos superiores y las universidades, deben diseñar y poner en marcha modalidades alternativas de formación para el creciente contingente de personas jóvenes y adultas que no terminan sus estudios de educación superior o ya son profesionales, pero requieren de rápidas reconversiones profesionales.

– Está muy bien que en la EPJA se utilice, en todo lo que sea viable, la tecnología digital. El autor insiste y yo estoy de acuerdo en que esa tecnología, para fines educativos, debe superar su impersonalidad y su automatismo y debe ganar mucho en humanidad, en acercarse a las realidades de las personas que las usan, en ser contextualizadas en forma cultural y lingüística.

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Los “NiNi” tenemos fracasos y frustraciones, profundas decepciones y amarguras en nuestras vidas, falta de comprensión hasta por parte

de nuestras familias, falta de oportunidades de trabajo, falta de preparación para desempeñar puestos laborales. Llega un momento en que uno se desmotiva, se desinteresa y entra en una situación de

desesperanza. Somos casi la quinta parte de los jóvenes del país.

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8.2 Desafíos y posibles respuestas de la EPJA

Son varios los desafíos críticos y sus posibles respuestas. Por razones de extensión solamente nos referiremos a algunos de los más relevantes.

Desafío 1: Cambio de paradigma de la EBA actual a la EPJA

La denominada Educación Básica Alternativa, EBA en el Perú, reconociendo algunos de sus avances y logros, está todavía distante de ofrecer actualmente a las personas jóvenes y adultas ofertas que respondan a sus realidades y necesidades de vida, así como a las demandas laborales, comunitarias y sociales. Para lograr plenamente su cometido en favor de los diversos tipos de personas jóvenes y adultas, que viven distintas categorías situacionales, tiene que evolucionar hasta ser una modalidad que constituya un valioso componente de una genuina Educación de Personas Jóvenes y Adultas (EPJA), asumida como un Derecho Humano Fundamental. Hay la necesidad de cuantificar y cualificar las categorías situacionales de los sujetos educativos de la EPJA, en correpondencia con sus respectivos ciclos vitales.

Si no se tiene suficiente claridad sobre hacia dónde va la educación de un país con visión de futuro; si no se precisa como sociedad nacional las relaciones entre educación y desarrollo integral de las personas y desarrollo nacional; si no se conoce en forma actualizada las necesidades y demandas educativas de personas jóvenes y adultas dentro de la diversidad, no se contará con el referente indicado para definir, en el horizonte de largo plazo, qué entendemos por EPJA, cuáles son sus sentidos fundamentales y qué esperamos de ella. El planteamiento que se hace en este trabajo es que la EPJA no tiene como frontera a la educación básica, sino que abarca todos los niveles educativos en el horizonte del Aprendizaje a lo Largo de toda la Vida. Es, pues, una multimodalidad transversal. Obviamente cada sociedad nacional tiene que definir su nuevo paradigma de la EPJA, que servirá como referente para la definición de las políticas públicas y las estrategias correspondientes.

Los paradigmas educativos, y dentro de ellos los respectivos modelos de formación docente, deben merecer un cuidadoso análisis reflexivo y crítico como punto de partida para la construcción de respuestas innovadoras y eficaces que sean coherentes con las líneas maestras de los respectivos proyectos nacionales de país y de educación o sus equivalentes en cada particularidad nacional. Parte de esas respuestas pueden encontrarse en las buenas prácticas, las cuales deberían estar respaldadas en investigaciones que demuestren sus impactos en la

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población beneficiada y en el desarrollo local, regional y nacional. Será la vía más eficiente para revalorar la EPJA con evidencias sólidas y tener mayores posibilidades de conseguir más recursos.

En el desarrollo educativo, múltiples paradigmas educativo-pedagógicos han venido orientando los sistemas y modelos educativos, entre otros: el paradigma de la educación como constatación, el paradigma de la educación como formación integral en sus distintas expresiones, el paradigma de la educación como transformación, el paradigma de la educación como eficiencia y utilidad, el paradigma del constructivismo en sus diferentes manifestaciones. Como podrá apreciarse, están presentes los enfoques culturalista, humanista, desarrollista, crítico, transformador con la participación docente y el enfoque tecnológico moderno, que viene sustentando el paradigma digital en apoyo al desarrollo educativo. En el campo específico de la EPJA hay corrientes pedagógicas transformadoras, algunas de las cuales son: educación de personas jóvenes y adultas desde la experiencia, desde el sujeto educativo, educación popular, pedagogía crítica, EPJA desde el enfoque de género, desde el enfoque ecológico. El común denominador de estas corrientes pedagógicas es empoderar al sujeto educativo para que pueda realizar su proyecto de vida.

No es el propósito analizar en detalle el desarrollo de los paradigmas y modelos educativo-pedagógicos señalados y de otros, pero es importante tomar nota de la idea-fuerza de la variedad de enfoques, perspectivas y el desafío que tiene la formación de personas jóvenes y adultas y de su personal docente de generar respuestas pertinentes que sean capaces de combinar en forma creativa e innovadora algunos elementos sustantivos que correspondan a los paradigmas más cercanos a nuestras realidades en una visión reflexiva, crítica y transformadora de la misma (Picón, 2005). En esta lógica, una vez optado un determinado paradigma, deben concebirse, diseñarse y desarrollarse los modelos contextualizados de formación que correspondan a cada uno de los tipos de sujetos educativos de la EPJA y de sus facilitadores u orientadores, desde sus propias realidades.

En el proceso de construcción de las políticas públicas y de las estrategias flexibles y diversificadas, dentro del marco de un nuevo paradigma de la EPJA, de alcance nacional, deben generarse respuestas para superar, entre otras, algunas de las siguientes situaciones fundamentales: por qué la mayoría de los países de la región no ha sido capaz de lograr las metas de alfabetización recomendadas como producto de diálogos y consensos internacionales; por qué ha caído tan drásticamente la matrícula de los adultos en los procesos educativos formales, como es el caso del Perú, si se toma como referencia el período 2000-


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2017; por qué los adultos tradicionalmente marginados no pueden tener acceso a una educación básica de calidad; por qué los países no cuentan con ofertas suficientes para el reingreso de jóvenes pobres que abandonaron la escuela y que están trabajando o están desocupados a programas pertinentes de formación y calificación en competencias que les permitan participar en el mundo del empleo en mejores condiciones; por qué el sistema educativo nacional -y el sistema de la EPJA específicamente que es subsistema del anterior- no generan ofertas para los jóvenes ubicados en una de las categorías injustamente denigradas que son los jóvenes que Ni estudian Ni trabajan; por qué desde la EPJA no se plantea que los jóvenes estudien necesariamente el ciclo superior de la educación secundaria, pero que presente opciones no solo de orientación general y académica, sino de formación profesional técnica; por qué no se hace del trabajo productivo de carácter económico, social y cultural uno de los ejes para el desarrollo interdisciplinario con los otros temas de nuestro tiempo que sean pertinentes con la realidad nacional.

La falta de respuestas a los porqué referidos no se debe únicamente a la responsabilidad del Estado de no proveer los requeridos recursos financieros para el desarrollo de la EPJA, que sería un indicador de su voluntad política. Hay que reconocer que los actores involucrados en la EPJA también tienen una cuota de responsabilidad. Su voz relativamente débil, desde la perspectiva del pensamiento y de la acción, también debiera hacer una autocrítica y generar respuestas acordes con su responsabilidad ética y su compromiso con la educación de personas jóvenes y adultas de los sectores sociales desfavorecidos y también de los sectores sociales favorecidos.

En el proceso de construcción del nuevo paradigma de la EPJA para el siglo XXI deben participar protagónicamente las personas jóvenes y adultas del país, sobre la base de una adecuada motivación y sensibilización para que puedan hacer uso de su inteligencia colectiva; el personal docente y directivo de la EPJA en los escenarios del Estado, de la sociedad civil, del sector privado y de las instituciones de educación superior; los miembros de la comunidad educativa nacional; los empresarios en los diversos campos de la economía nacional; los innovadores pedagógicos y especialmente los innovadores en educación-trabajo-empleo; la comunidad científica y las comunidades con un rico patrimonio de saberes populares; la clase política del país; los líderes de las organizaciones de la sociedad civil; los gestores de las instituciones, programas, proyectos y servicios de la EPJA, los gestores de las prácticas significativas de vida y otros actores.

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Desafío 2: La EPJA como mecanismo para reducir la pobreza La CEPAL ha estudiado las relaciones entre el nivel educativo de la pobla-ción y las probabilidades de salir de la pobreza. De acuerdo con esos es-tudios, en promedio, se requieren doce grados educativos para que la población latinoamericana tenga es-peranzas de una reducción radical de la pobreza. De allí la necesidad de impulsar en la educación de perso-nas jóvenes y adultas el fomento de las capacidades para la vida y las competencias necesarias para disminuir el riesgo de pobreza y para supe-rar las incertidumbres con una renovada capacidad de resiliencia solida-ria. A este respecto, es particularmente preocupante el incremento de la pobreza juvenil y el abandono escolar de los jóvenes pobres.

En Gran Bretaña, la Investigación sobre el Futuro del Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida (Inquiry into the Future of Lifelong Learning – IFLL) (Sabates, 2008), recomienda impulsar la cobertura y participación en programas de aprendizaje de adultos ya que pueden ayudar a corregir significativamente los factores que más inciden en la pobreza y la indigencia; en especial, aumentar las perspectivas de empleo, mejorar los niveles de salud y los estilos de vida saludable de los pobres; ofrecer mayores oportunidades para adquirir las herramientas que les permitan organizar su propia vida; participar en el fortalecimiento del desarrollo democrático, de la cultura de paz y de la seguridad humana.

Está comprobada igualmente la alta correlación entre los bajos niveles de educación y los mayores índices de delincuencia e intolerancia. La ampliación de los servicios de EPJA en una perspectiva de aprendizaje a lo largo de la vida, para la población en riesgo de caer en alguna de estas situaciones, ayudaría a reducir el problema. Ello justifica acelerar las estrategias de reducción al mínimo de los índices de analfabetismo de la población con una estrategia global de alfabetización de niños y adolescentes, por un lado, y simultáneamente de personas jóvenes y adultas; evitar los estados de regresión a la condición de analfabetos y procurar bajo variadas formas que las personas jóvenes y adultas que no han completado su educación básica la terminen.

También se ha constatado que una educación de calidad y adaptada a las necesidades y expectativas de la población joven y adulta puede conducir

La pobreza no es solo un número o una estadística; la pobreza es una fuerza que rompe a las personas y

destruye su capacidad.


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a inclinarlos a buscar nuevos programas de formación y aprender más; asimismo, a que sus hijos tengan una esperanza mayor de grados de educación por adquirir.

El enfoque convencional de combatir la pobreza se realiza utilizando principalmente el crecimiento económico, la salud, educación y programas de ayuda social. Desde las realidades es importante también considerar los aportes de la psicología para abordar los problemas de fragilidad y de salud mental que genera la pobreza. Como refiere la politóloga Paloma Belatén Nieto: “La pobreza no es solo un número o una estadística; la pobreza es una fuerza que rompe a las personas y destruye su capacidad” (El Comercio, 9 de mayo, 2018, p.35).

Los investigadores en desarrollo y economía conductual opinan en forma similar. Por ejemplo, el investigador Chris Blattman probó resultados con 1,000 jóvenes de Liberia mediante tres posibilidades: la prestación de dinero en efectivo, la terapia o utilizando simultáneamente ambos elementos. La última posibilidad-combinar dinero con terapia- es la que produjo los resultados más satisfactorios: se redujo la tendencia al crimen y la violencia y se mejoró sus ingresos. La politóloga citada anteriormente sugiere que tener grupos de discusión que aborden la depresión, el miedo, la incertidumbre y la violencia, serían fáciles de implementar y agregar a la infraestructura existente en torno a las políticas sociales vinculadas con el programa de transferencias condicionadas Juntos. No se requerirían muchos psicólogos. Los facilitadores locales podrían ser capacitados a bajo costo para dirigir grupos de discusión cerca de la fecha del pago mensual de Juntos. La idea en este y otros casos es aprovechar los puntos y fechas de encuentro, ya establecidos, para realizar intervenciones formativas en beneficio de las personas en situación de pobreza.

Según el investigador Hugo Ñopo tenemos actualmente más pobres urbanos que rurales: de los 7 millones de pobres que hay en el país, 3.8 millones están en la ciudad; en el año 2004, tres de cada cinco peruanos eran pobres; en 2017 uno de cada cinco peruanos era pobre. Es un logro que se debe profundizar, prestando atención simultánea a la reducción sustantiva de la pobreza en la ciudad y el campo (Hugo Ñopo, El Comercio, 29 abril, 2018, p.30). En los proyectos estratégicos de punta debe contarse, por lo menos, con uno o más proyectos educativos para personas jóvenes y adultas en el contexto de pobreza de las áreas urbanas marginadas y de las áreas rurales.

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La pobreza extrema afectó al 3.8% de la población nacional en el año 2017. Esto significa que 1.2 millones de peruanas y peruanos están en esta situación.

Según el Banco Mundial se considera la pobreza extrema “erradicada” cuando se ubica por debajo del 3%. Todavía hay que seguir persistiendo y luchando para erradicar la pobreza extrema en el Perú. Hay que persistir también en la lucha contra la pobreza juvenil y las oportunidades de trabajo y desarrollo educativo de las personas jóvenes del país.

Desafío 3: la EPJA como mecanismo de reinserción de personas jóvenes y adultas que abandonaron la escuela

Hay una proporción significativa de personas jóvenes y adultas que abandonan la escuela. Las causas principales de abandono son bastante conocidas, siendo algunas de carácter socioeconómico y otras propias del sistema educativo. Entre estas últimas podemos citar la falta de respuestas a las expectativas y necesidades de educación de los adolescentes; una formación bastante alejada en relación con hechos de la vida cotidiana y de preparación para el trabajo; pobres ambientes de aprendizaje; escasa oferta de secundaria, sobre todo en las localidades alejadas, en especial en las áreas rurales campesinas e indígenas. Es lamentable admitir que, en el promedio regional, ni siquiera el 1% de los estudiantes de las comunidades indígenas cursa la educación superior. Pocos países, entre ellos México, superan este promedio regional.

En los programas de educación de adultos suelen tenerse: horarios frecuentemente incompatibles con las disponibilidades de tiempo de los participantes; poco aprovechamiento del aprendizaje previo de conocimientos y experiencias del estudiante; pedagogías utilizadas que son más apropiadas para la enseñanza de niños y adolescentes.

En la educación básica regular el desafío es evitar la repetición y abandono de los estudiantes. Es una tarea compleja que podrá cumplirse si se


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cambian las concepciones, valoraciones y estilos de trabajo del personal docente y directivo; si se facilitan jornadas educativas adaptadas a las características de los sujetos educativos y si se cuenta con una gestión educativa eficiente y dispuesta a atender los problemas y las necesidades de los estudiantes.

En la EPJA formal, el desafío es construir una nueva escuela pública para el siglo XXI y fomentar y apoyar la emergencia de escuelas para los Juan y Juana García en el espacio educativo-institucional público y en los otros espacios de aprendizaje en los que también se puede lograr, previa evaluación, el reconocimiento del nivel real de competencias que tienen las personas jóvenes y adultas para los distintos propósitos de sus respectivos proyectos de vida. En estas otras escuelas-espacios extraescolares de aprendizaje- es igualmente indispensable establecer las estrategias pertinentes para superar el abandono de los estudiantes.

Una forma de evitar el fracaso escolar es tener en cuenta que las necesidades y demandas educativas de las personas jóvenes en el país y en la región han cambiado. Tienen su propia percepción acerca del trabajo y de sus posibilidades combinatorias con la educación y otras dimensiones esenciales de sus proyectos de vida. Una mirada interesante y reciente es la que hizo el autor en un pueblo amazónico peruano de los Awajún, con el acompañamiento del educador-investigador de base Luis Javier Angulo. Los jóvenes no quieren más motivadores promocionales sino formación especializada para mejorar sus actividades productivas, sobre todo formar empresas. Dicen –y a veces no les falta razón- que los talleres motivacionales son charlas de poco tiempo y con ellos no logran nada. La experiencia observada fue capacitación en cultivo de café durante seis meses con un currículo ad hoc y con reconocimiento del Centro de Educación Tecnicoproductiva (CETPRO) Inca Atahualpa de Tarapoto, Perú.

Tan importante como en la básica regular es que en la EPJA existan servicios de orientación vocacional, personal, profesional y para el empleo. Ayudarían a identificar los posibles itinerarios educativos dinámicos que los sujetos educativos podrían seguir. Para ello se requeriría mejorar y en muchos casos establecer la base de datos que manejan las instituciones, programas y servicios de educación de adultos. En especial, debería contarse con información sobre trayectorias escolares, trayectorias luego del egreso e inventarios de proyectos de vida que se hayan programado, actividades productivas en la localidad que puedan ser de interés para la población por beneficiar; servicios de bolsa de trabajo, de información para los que tienen cualidades de emprendimiento y de financiamiento de proyectos de negocio.

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La implementación de las instituciones, programas, proyectos y servicios de EPJA con equipos informáticos es indispensable para este propósito. La información que se capte podría ayudar a dar las opciones de formación que mejor se ajusten a las particularidades personales. Por ejemplo, si el problema es la escasa disponibilidad de tiempo, el sujeto educativo no tendría que participar en la modalidad presencial en un 100%, sino quizás sería más conveniente que atendiera a programas semipresenciales o que accediera a la modalidad virtual con una mínima presencialidad.

Desafío 4: Formación para el trabajo como una de las tareas prioritarias

A la EPJA se le asignan varias finalidades que tienen que ver principalmente con la elevación del nivel educativo y de calificación, la mejora de las condiciones de empleabilidad y de emprendimiento en la generación del autoempleo, la calidad de vida, la realización de las potencialidades creativas e innovadoras de las personas jóvenes y adultas , el despliegue del potencial transformador de las personas jóvenes y adultas en relación con los distintos ámbitos de la vida nacional, la participación cívica y ciudadana en una perspectiva transformadora.

Siendo el objetivo de la EPJA atender preferentemente, pero no exclusivamente, a la población de escasos recursos y menores oportunidades de ascenso social, con especial incidencia en la atención a las personas jóvenes pobres, el eje sobre el cual gire la formación debería estar en asegurar para las personas en tal situación las calificaciones y cualidades indispensables para insertarse exitosamente en el trabajo o emprender un negocio y ganarse un sustento para poder vivir. Ambos tipos de participantes de la EPJA –dependientes y emprendedores- requieren una formación básica común y otra diferenciada.

La formación básica común se refiere a la adquisición de algunas habilidades básicas que toda persona debe dominar, a las que hay que sumar otras habilidades denominadas blandas que tienen que ver con la actuación concreta en un escenario social y laboral como el actual y del futuro. Es el caso del trabajo en grupo, la perseverancia, la toma de

Se considera fundamental la formación inicial y continua de los nuevos trabajadores y de los

trabajadores en servicio, así como la actualización de aprendizajes avanzados y complejos, como uno

de los mejores seguros de protección de los trabajadores dentro de las

incertidumbres del futuro.


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decisiones, la autodisciplina, el respeto a sí mismo y a las ideas de los demás, entre otras. Para los que desarrollarán un trabajo dependiente será importante un complemento que los habilite en las áreas técnicas requeridas y en la especialización de sus futuros empleos, mientras que los que deseen optar por una actividad de autoempleo y emprendimiento será necesario que logren una formación complementaria en proyectos, liderazgo, gestión y gerencia, entre otras, además de apoyos en información sobre mercados, financiamiento, opciones crediticias y otros elementos necesarios.

Si lo que se viene refiriendo es posible, el resto de las finalidades podría cubrirse con menos dificultades, es decir, no se trata de descuidar otros aspectos trascendentes de la vida de los jóvenes; por el contrario, estos formarían parte de una propuesta de contenidos de formación integral en donde, además de asegurar la calificación laboral, se cubran otros objetivos importantes de la educación de personas jóvenes y adultas: es el caso del desarrollo sostenible, la igualdad de género, el respeto a los derechos humanos, la salud física- mental y psicológica, las prácticas significativas del “Buen Vivir”.

En relación con el futuro del trabajo, los analistas del McKinsey-consultora estratégica global focalizada en resolver problemas concernientes a la administración estratégica de las empresas y de los gobiernos-“no hablan de una pérdida neta de empleo, sino de una transformación enorme en las ocupaciones”. Esta transformación ocurrirá en 20 años y no en un siglo, porque el ritmo de adopción tecnológica es ahora muy veloz. Es pertinente referir que otros analistas no tienen esta visión tan optimista de los profundos y acelerados cambios tecnológicos en relación con el nuevo panorama ocupacional y cómo afectará el trabajo del futuro. Sostienen que se formará una elite de trabajadores altamente calificados y actualizados y otra parte fuera de la elite y con una situación laboral incierta. En ambos casos, se considera fundamental la formación inicial y continua de los nuevos trabajadores y de los trabajadores en servicio, así como la actualización de aprendizajes avanzados y complejos, como uno de los mejores seguros de protección de los trabajadores dentro de las incertidumbres del futuro.

Desafío 5: Gestión eficaz y eficiente para el buen gobierno de la EPJA, como soporte de una buena Gobernanza

El diagnóstico ha descrito parte de los problemas mayores de la gestión y la necesidad de tender a una reingeniería de la misma. La primera meta es constituir un Sistema Nacional de la EPJA, SINEPJA, que tenga una

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estructura organizativa viable y una instancia o autoridad nacional de la EPJA en el más alto nivel de decisiones de la administración pública, con capacidad para asegurar la transversalidad de la EPJA en los escenarios del Estado y de la sociedad civil, la intersectorialidad y multisectorialidad de esfuerzos, el desarrollo de los currículos flexibles y diversificados con enfoque interdisciplinario e intercultural; la coordinación nacional y territorial con las organizaciones de la sociedad civil, el sector privado, instituciones de educación superior y los gobiernos locales; la revaloración de las instituciones, programas, proyectos y servicios de la multimodalidad en cuestión; la autoevaluación, el financiamiento y la creación de los observatorios de identificación de necesidades y empleos para personas jóvenes y adultas de las diferentes categorías situacionales, así como de los procesos, resultados e impactos de la EPJA.

La segunda meta es el ejercicio pleno del principio de confianza. Si se quiere aumentar la cobertura y calidad de las ofertas de la EPJA habrá que desburocratizar las normas y procedimientos que impiden o retardan el desarrollo de iniciativas de creación de nuevos programas y servicios, de desarrollo de innovaciones y de fomento y difusión de las buenas prácticas. No significa dar pase a cualquier iniciativa que surja sin previa evaluación. Deberán plantearse determinados estándares clave y tener confianza en el personal que ejecuta las acciones.

En ese propósito, será recomendable dar más capacidad de gestión a las instancias descentralizadas y de base para definir estilos de gestión institucional y académica, de personal, de metas de desarrollo institucional, de establecimiento de convenios interinstitucionales, de gestión de recursos para el emprendimiento de iniciativas. Poco sentido tiene demandar a las instituciones planes de mejora institucional sin un mínimo de financiamiento que respalde las actividades por realizar.

Una tercera meta está asociada a que la EPJA tenga una presencia más destacada en las políticas y prioridades mediante las cuales se programan los presupuestos y planes de gobierno. Como fue expresado en el diagnóstico, una de las carencias mayores está en la falta de estudios de impacto que demuestren por qué es importante invertir en servicios de formación de jóvenes y adultos; cómo mejores niveles de educación, formación y calificación inciden no solo en las posibilidades de acceso y ascenso en el mercado laboral, sino también en otros componentes trascedentes de la vida nacional como son la salud, la democracia, la seguridad, la paz, la ecología, el civismo, entre otros.

En cuanto al financiamiento, el objetivo debe ser elevar el promedio de 1% al 3% del presupuesto público de educación invertido en educación de


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adultos por lo menos al doble en un quinquenio. Las alianzas transparentes del Estado con organizaciones de la sociedad civil, que tienen como referentes los intereses públicos y comunitarios, son un mecanismo de financiación. Otro puede ser la constitución de un Fondo Intangible para la Atención de Personas Jóvenes y Adultas de sectores sociales desfavorecidos con aportes financieros del Estado, de la empresa privada con los incentivos que sean propios en cada situación, así como aportes no financieros, pero que inciden en los costos de operación provenientes de los aportes comunitarios y de los aportes de la inteligencia colectiva o social del país.

La cuarta meta se asocia a la formación de cuadros de personal para la gestión, asesoría, promoción, planificación, diseño curricular y evaluación de programas, por citar alguna de las áreas más importantes. Se requiere desarrollar planes de calificación continua de personal, que apunten al largo plazo, pues el déficit de personal para enfrentar retos como los que se vienen refiriendo es enorme. Nuevamente en este caso es importante reservar las partidas presupuestarias correspondientes para un esfuerzo sostenido.

La planificación, no sujeta a la coyuntura sino con visión de largo plazo, es clave. Los cambios tecnológicos, en el conocimiento y en las prácticas pedagógicas, conllevan nuevas formas de gestión y organización de las ofertas educativas, incluidas las de la EPJA. Aunque resulta obvio señalarlo, metodologías de enseñanza, diseños curriculares, capacitación de personal y trabajo en los ambientes de aprendizaje estarán en el futuro más impregnados de recursos tecnológicos. Una alianza tripartita entre el Estado, la empresa privada y la Academia debería ayudar a lograr el desarrollo de los materiales digitales adecuados a las características y necesidades de los diferentes tipos de oferta que se organicen en la EPJA.

Las nuevas tecnologías, en la medida en que sean utilizadas con un sentido de humanidad, pronto terminarán impactando en los sistemas de construcción y equipamiento de ambientes de formación y calificación. Los tiempos de duración de las clases presenciales en los espacios formales y no formales podrían disminuir, como ya sucede en varios centros de enseñanza superior de los países con mayor desarrollo, dando paso a estrategias donde el protagonismo autónomo del estudiante en su formación aumenta. Igualmente, el incremento de recursos digitales en el diseño de programas de formación y capacitación hará que no se requieran grandes espacios para cubrir las metas programadas.

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En el mundo rural, la tecnología llega, pero a paso más lento. Llegar con nuevas tecnologías a las zonas más alejadas del país demandará en muchos casos asociar los programas de EPJA a programas de electrificación, mediante diversas formas de energía limpia, y de acceso al Internet. Será el momento en que, bien canalizadas, las nuevas tecnologías podrán ayudar a desarrollar en esas localidades nuevas modalidades de intercambio de productos, de proyectos de desarrollo en servicio a las poblaciones del entorno, de experiencias y de creación de nuevos desafíos para las localidades que allí existen, en respuesta a los cuales será requerida la presencia de la EPJA.

Es fundamental hacer algunas referencias sobre políticas de gestión de la EPJA en el nivel local. Por el carácter de sus intervenciones, las instituciones, programas, proyectos y servicios que ofrecen deben tener como respaldo un criterio de organización intersectorial y horizontal, en donde la participación resulta fundamental. Debe tenerse en cuenta que los participantes de EPJA, por provenir principalmente de sectores desfavorecidos, requieren, para tener éxito en su formación y calificación, programas, proyectos y servicios no solo educativos, sino que sean complementados con otros servicios, como los de asistencia social, orientación; asesoría de diversa índole: desde la espiritual hasta la asesoría técnica para el desarrollo de los emprendimientos en marcha, por ejemplo, ya sea organizar un currículum vitae o pasar exitosamente una entrevista.

Habrá que combatir el centralismo de las decisiones y el peso de una normatividad que en vez de alentar las buenas iniciativas termina alejándolas o paralizándolas. Sin dejar de destacar la necesidad de un sistema de supervisión y acompañamiento, lo que requiere la EPJA son instituciones a las cuales se les incentive la iniciativa de crear, desarrollar nuevos esquemas de atención de la oferta y de organización de los servicios, generar incentivos monetarios y no monetarios que alienten el aumento de la productividad económica, social y cultural del personal y mejores resultados de formación y capacitación; intercambiar experiencias, hacer alianzas con otras instituciones educativas de educación tecnicoproductiva, educación técnica básica y superior, servicios y programas de formación profesional; compartir redes. Debe recordarse que una característica de las instituciones, programas, proyectos y servicios de EPJA es la gran heterogeneidad de sus ofertas, lo cual puede también conllevar una gran heterogeneidad de formas de organización.

Finalmente, las economías de buena parte de los países de América Latina han experimentado mejoras sustantivas en lo que va del siglo, lo que ha


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contribuido a una elevación de la inversión por estudiante en las diversas modalidades de educación ofrecidas, ciertamente con poca visibilidad en la EPJA. Los déficit arrastrados del pasado hacen que todavía muchas de las necesidades que tengan las instituciones, programas, proyectos y servicios de educación de adultos sean limitadamente cubiertos o simplemente no se cubran. Por ello, será importante la posibilidad de promover, en los casos posibles, una captación de ingresos por productos o servicios que realicen. Es indispensable, pues el presupuesto público será siempre insuficiente.

A título meramente referencial y ojalá provocativo se plantea en lo que sigue una propuesta de políticas y medidas referidas a uno de los aspectos clave de la gestión de la EPJA: políticas educativas y medidas para su cumplimiento.

Cuadro de algunas políticas educativas de la EPJA y medidas para su cumplimiento

POLÍTICAS MEDIDAS

Mejorar la cali-dad de la oferta

formativa de las institucio-

nes, programas y servicios de EPJA dirigidos especialmente a la población

más vulnerable.

Mejorar la capacidad de gestión de los niveles de la administración intermedia para el diseño, implementa-ción, seguimiento y evaluación de políticas de EPJA con un enfoque de igualdad de oportunidades educativas y sociales.Fortalecer la coordinación y trabajo intersectorial, en especial, en el nivel local y regional y, asimismo, del Es-tado con distintos actores de la sociedad civil, el sector privado y las universidades e instituciones de educa-ción superior tecnológica.Elevar la capacidad de gestión de las instituciones, pro-gramas, proyectos y servicios de EPJA, buscando la sos-tenibilidad de los esfuerzos.Perfeccionar, simplificar, digitalizar y hacer más ágiles y efectivos los procedimientos de gestión institucional, de operación de procedimientos, de gestión y adminis-tración de personal de EPJA.

Fortalecer la capacidad de las instituciones, programas, proyectos y servicios de EPJA para que sus ofertas de formación respondan a las necesidades de los sujetos educativos y a la demanda social y de empleo actual y potencial:

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· Contenidos coherentes con las necesidades y características cognitivas, socioeconómicas y socioculturales de la población atendida y de las tendencias del desarrollo local y regional.

· Promoción y difusión de innovaciones educativas: Fomento, desarrollo y apoyo de ONG, empresas, pro-gramas de formación profesional y servicios educa-tivos para personas jóvenes y adultas, con el fin de respaldar el sostenimiento de las buenas prácticas e innovaciones en EPJA.

· En el caso de las acciones de formación laboral, contenidos coherentes con la demanda de empleo, que conduzcan a procesos formativos, en los que se incorporen competencias y desarrollo de habilidades generales, emocionales y sociales, que tomen en cuenta procesos ambientalmente sostenibles y la igualdad de oportunidades de género.

· Promoción de la reinserción de población EPJA con reconocimiento de sus saberes y experiencia cognitiva, cultural, social y laboral en el nivel correspondiente de sus competencias adquiridas, mediante procesos educativos formales, no formales e informales.

· Formación y actualización docente mediante estrategias variadas: presenciales, semipresenciales y exclusivamente virtuales.

Crear plataformas digitales que propicien la generación de redes interactivas para que los actores de EPJA pue-dan interactuar, gestionar información, conocimientos, experiencias y saberes con enfoques pedagógicos y metodológicos contextualizados.

Ofrecer oportunidades formativas para la reinserción de población EPJA mediante una sólida educación ge-neral para la vida, el trabajo, la ciudadanía global, la participación en asuntos públicos de carácter comu-nitario y social en una perspectiva transformadora, y otras dimensiones esenciales de la formación integral de las personas jóvenes y adultas, con el soporte de ser-vicios, tales como:

• Orientación vocacional y profesional.


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• Bolsa de trabajo, de acercamiento a empresas y asesoría para la búsqueda de empleo.

• Apoyo psicológico, pedagógico y asistencial.

• Servicios para quienes deseen hacer emprendimientos: formación, orientaciones sobre créditos y diseño de proyectos de emprendimiento.

• Reconversión laboral de quienes son desplazados ocupacionalmente, en asociación con aliados estratégicos.

Aprovechamiento de las nuevas tecnologías en los pro-cesos formativos de la población EPJA. Los recursos di-gitales como herramienta de apoyo para:

• Alfabetización y evitar la regresión a estados de analfabetismo.

• Continuidad de la Educación Básica y de la Educación Superior, en sus modalidades convencionales y alternativas, combinando con el Trabajo, mediante los respectivos Itinerarios Educativos Dinámicos (IED)

• Reducción de brechas entre la tecnología empleada en los procesos de formación y los de producción económica, social y cultural.

Mejorar la efi-ciencia acadé-mica y resulta-

dos de la oferta de educación

básica para per-sonas jóvenes y

adultas.

Reducir las tasas de deserción escolar en la educa-ción básica y aumentar las tasas de culminación de estudios secundarios. En la medida que más estudiantes concluyan la secundaria, las presiones de niños y adolescentes por servicios de EPJA dismi-nuirán. Fortalecer la capacidad de oferta de educación téc-nica (de nivel básico y profesional) para la atención de personas jóvenes y adultas fuera del sistema educativo regular, promoviendo la generación de la Educación Superior Tecnológica Alternativa y la Universidad Alternativa.

Fortalecer el trabajo colaborativo de la EPJA con los programas y centros de formación profesional en to-dos los sectores productivos de carácter económico, social y cultural.


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Aumentar los recursos desti-nados a la EPJA

Incrementar recursos en el presupuesto público y pro-mover medidas que incentiven la participación de aportes privados, de aportes comunitarios no moneta-rios, así como de la cooperación nacional y de la coo-peración internacional en sus formas de cooperación técnica y financiera.

La gestión de la EPJA, como se habrá podido advertir, es un esfuerzo de construcción de una moderna Gobernanza de la EPJA, cuyos soportes fundamentales son la calidad de los aprendizajes que las personas jóvenes y adultas adquieran a lo largo de sus vidas, el buen gobierno de una multimodalidad transversal que rebasa no solo los muros escolares, sino al denominado convencionalmente “sector Educación”, y el financiamiento de las ofertas educativas de la EPJA en todos sus espacios de aprendizaje.

Desafío 6: Promoción, desarrollo y articulación de los espa-cios de aprendizaje de la EPJA siglo XXI

Una de las respuestas transversales frente a los desafíos que se plantean en este trabajo es construir una nueva institucionalidad de la EPJA, siendo uno de sus componentes esenciales la concepción que proponemos sobre Espacios o Ambientes Culturales de Aprendizaje de la EPJA siglo XXI, uno de los cuales es la Escuela en el espacio público, a la que se agregan otros que tienen presencia en los organismos del Estado además del Ministerio de Educación, en la amplia gama de organizaciones de la sociedad civil, en el sector privado y en las instituciones de educación superior.

Dentro del planteamiento global que se hace, la Escuela no tiene la connotación de un establecimiento educativo convencional en el que existen alumnos principalmente de la educación básica que deben seguir un determinado programa de estudios formales, que culmina con la expedición de certificados que los habilitan para la continuidad de sus estudios formales. El sentido metafórico de Escuela implica una diversidad de espacios de aprendizaje para personas jóvenes y adultas que brindan múltiples ofertas educativas para distintos propósitos. Implica también el desafío de articular e inventar las nuevas funciones de las instituciones y programas de las EPJA.

Los espacios de aprendizaje para personas jóvenes y adultas no son escuelas convencionales. Son un amplio conjunto de ambientes de aprendizaje que con una eficiente gestión y respaldo institucional brindan ofertas formativas a las personas jóvenes y adultas que no cursaron en su momento estudios regulares, a quienes no tienen acceso a una educación


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de calidad, a los que abandonaron sus estudios regulares en algún momento, así como a quienes siendo favorecidos por oportunidades educativas de calidad y oportunidades sociales desean seguir formándose a lo largo de sus vidas. A estos reales y potenciales sujetos educativos de la EPJA se trata de brindarles una formación con itinerarios educativos que correspondan a las realidades de sus proyectos de vida. Según corresponda, podrán desarrollarse procesos educativos formales, no formales e informales, con las requeridas posibilidades combinatorias.

De lo anteriormente señalado se infiere que los espacios para el aprendizaje de personas jóvenes y adultas, uno de los cuales es la Escuela Pública, pueden tener presencia en todos los subsistemas de la EPJA. Tales espacios conciben, diseñan y desarrollan sus ofertas dentro del marco de sus campos de competencia, teniendo en cuenta los siguientes sentidos fundamentales:

• inclusión con calidad

• propician cambios profundos

• requieren autonomía si cumplen con las condiciones requeridas

• sus ofertas educativas son pertinentes y contextualizadas

• articulan la educación con aspectos sustantivos de la vida de los sujetos educativos y de sus entornos territoriales

• tienen un enfoque intercultural

• fomentan la creatividad

• cultivan y estimulan la reflexión crítica

• sus resultados son de impacto

• generan su sostenibilidad

• tienen un enfoque curricular abierto, flexible y diversificado

• utilizan diversas modalidades operativas, procesos y multimedia moderna

• la participación está presente en sus diferentes tipos de gestión

• tienen una eficaz Gestión Educativa dentro de una nueva cultura institucional

• pueden ser un referente solidario dentro de su entorno comunitario y social si alcanzan a conquistar su condición de espacio de aprendizaje innovador.

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Por razones de extensión del trabajo, no será posible caracterizar a cada uno de los sentidos señalados.

Los espacios para el aprendizaje de personas jóvenes y adultas requieren interconexiones dinámicas, una instancia articuladora en el nivel nacional, intermedio y local, dentro del marco de una gestión innovadora con eficacia y eficiencia.

Desafío 7: Formación del personal docente y directivo, así como de los líderes pedagógicos, de gestión y de procesos técnicos de la EPJA

La formación de personal directivo y docente, así como de los líderes pedagógicos, de gestión y de procesos técnicos de la EPJA debe contener, por ejemplo, enfoque de competencias curriculares, estrategias metodológicas vinculadas con las corrientes pedagógicas transformadoras, educación virtual para jóvenes, adultos y adultos mayores, reconversión profesional.

Esta indispensable formación de personal directivo y docente necesita plantearse varios objetivos. El primero es fortalecer las capacidades de diagnóstico y planificación del universo de la EPJA. No se cuenta con información –o existe muy parcialmente- sobre los perfiles de los educadores EPJA, los tipos de servicios de formación y calificación que ofrecen, las edades promedio, el tiempo de servicios trabajando en esta modalidad, sus niveles salariales, así como otras características de sus condiciones de vida. Adicionalmente a ello, se desconocen las percepciones que tienen respecto de las políticas EPJA, cómo se vienen implementando y lo que estaría faltando para mejorar la calidad de sus programas, proyectos y servicios. Igual nivel de desconocimiento existe respecto de la oferta educativa y de formación docente. Lo que más se conoce es la oferta formal a cargo del Ministerio de Educación, aunque cada uno procesa su información aisladamente sin miras a una articulación.

Si se quiere impulsar la EPJA y definir las características de un plan de formación de educadores, un paso indispensable es conocer el universo de formación y cuáles serán las tendencias futuras de la EPJA. Sin ello es difícil dar respuesta a las preguntas: para qué formar y cómo hacerlo. Habrá un sector de la docencia que requerirá la formación en centros de educación superior con exigencia de títulos profesionales y hasta estudios de especialización; otros podrán surgir de profesiones afines o diferentes a la educación a los cuales les bastará una formación teórica


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básica y una formación continua en metodologías y didácticas para el trabajo educativo con personas jóvenes y adultas.

En ambos casos, lo que debe ofrecerse son posibilidades de carrera atractiva a la vez que exigente, procurando el reconocimiento social y económico de la profesión. Ello debería implicar un desempeño profesional sólido y actualizado que responda a criterios de calidad, de preferencia con dedicación de tiempo suficiente no solo para la facilitación de aprendizajes en las aulas sino también para el trabajo en equipo, la realización de funciones de orientación y tutoría, el acompañamiento a los itinerarios educativos dinámicos de los participantes, la movilidad en otros espacios de aprendizaje y la promoción de las correspondientes interconexiones, la elaboración de planes de desarrollo institucional.

Hay que reconocer que por el momento la EPJA no escapa al diagnóstico general de la profesión docente: su baja calidad y calificaciones para enfrentar el reto más importante, que consiste en educar con un claro, simple y contextualizado enfoque de competencias para una sociedad y personas con enormes desafíos en cuanto a cambios en prácticamente todos los órdenes de la vida. Superar esta limitación implica, por un lado, ir logrando que aumente progresivamente el porcentaje de docentes formados y dedicados específicamente a la atención de estudiantes de la señalada multimodalidad educativa. Por otro lado, tender a la revisión y/o el diseño, según sea el caso, de los planes de formación de profesores cuyo enfoque responde todavía a esquemas pasados.

La posibilidad de respuesta es incorporar con pertinencia aspectos claves en la formación de personas jóvenes y adultas como son, además de las competencias, los relativos a la formación de actitudes positivas y valores, la sostenibilidad ambiental, la preparación para la transformación social y el mundo de sistemas productivos crecientemente tecnificados en los campos económico, social y cultural; el tratamiento de problemas de género, embarazos precoces, familias desintegradas, trabajo adolescente, y otros vinculados con los temas de nuestro tiempo; la cultura pedagógica y el conocimiento actualizado de las buenas prácticas e innovaciones educativas.

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La idea de desarrollar uno o más centros de excelencia para la formación de educadores EPJA debería ser evaluada en su factibilidad.

Ecuador presenta una experiencia que sería útil investigar y que considera concursos internacionales para cubrir plazas de formadores de docentes. Estos centros podrían ser el germen para motivar y expandir la deficitaria oferta de profesores EPJA, que lamentablemente es una carencia nacional y de la mayoría de los países de la región.

El tema de la formación docente de la EPJA es provocativo y complejo. Solamente se abordan tres cuestiones en forma esquemática: debe ser polivalente o especializada; el desafío de construir una formación docente continua teniendo como soporte a la institución o red educativa; y la de los centros y programas de formación docente en los distintos espacios de aprendizaje para personas jóvenes y adultas .

¿Es posible combinar la formación polivalente con la formación profesional especializada? Sí, es enteramente posible. Ello implica concebir, diseñar y poner en práctica un nuevo modelo de formación integral del personal docente y directivo de la EPJA con visión amplia y combinando pedagogía con ciencia, arte y tecnología; dinamizando las posibilidades complementarias de participación del personal docente con el personal profesional no docente y no profesional requerido en las acciones de la EPJA, en atención a las características de las ofertas educativas dentro de sus respectivos contextos.

Los itinerarios educativos dinámicos (IED) deberían ser los referentes principales para estructurar los módulos de formación polivalente y especializada mediante los cuales los sujetos educativos acumulan códigos culturales, o competencias, o como se quiera denominarlos, en forma de capacidades, habilidades, actitudes positivas, valores y conocimientos, no únicamente en forma articulada, sino con un tejido de interconexiones dinámicas orientadas al logro de propósitos comunes.


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A propósito de módulos, desde la práctica educativa y con personal docente de base, es muy sugerente la experiencia mexicana de formación inicial y continua de educadores de la EPJA (Rosas, 2003, pp. 55-59). El instrumento de articulación sería un determinado proyecto educativo que emerja desde la práctica, a partir de un currículo abierto que respondería al proyecto cultural, social, pedagógico y político de la EPJA nacional, a las demandas específicas de sujetos educativos y educadores de la EPJA, así como a las necesidades y demandas concretas de los territorios correspondientes.

Estamos asumiendo que la EPJA -en su calidad de modalidad transversal del sistema educativo abierto- comprende la alfabetización, la educación básica y la educación superior, así como las opciones de la educación comunitaria, y las alianzas estratégicas con la educación técnica básica y profesional, la formación profesional en los distintos niveles y otras.

En materia de formación docente continua, lo ideal es que cada centro educativo, programa, proyecto o red educativa se convierta en una unidad de formación en el trabajo, reconociendo el hecho de que hay ciertos tipos de formación que tendrán que realizarse fuera de dicha unidad. Esto ciertamente no es nada fácil, pero tampoco es imposible. El desafío es focalizar la formación docente en la unidad celular de los equipos institucionales y contribuir a su fortalecimiento y empoderamiento, con el apoyo de una instancia territorial organizada en forma de consorcio cultural y educativo de formación docente o de otra forma organizativa. En cualquier forma organizativa por la que se opte pueden trabajar en forma colaborativa universidades e institutos pedagógicos de excelencia, algunas organizaciones de la sociedad civil con experiencia en el campo de la formación docente, así como expertos docentes y no docentes del sector privado, de la Academia y de los otros sectores involucrados en desarrollo educativo y otras expresiones del desarrollo integral del país.

En algunos territorios o unidades territoriales es posible hacer un estudio, por ejemplo, sobre las capacidades que menos dominan los docentes. Sería interesante que las insuficiencias conceptuales, actitudinales, valorativas, del aprender haciendo, así como las metodológicas con enfoque territorial, formaran parte de la agenda temática prioritaria de la formación continua que cada centro educativo, programa o proyecto educativo tenga la capacidad de gestionar con las pertinentes instancias

Un tesoro frecuentemente escondido- porque no siempre se sabe valorar lo que se tiene en

casa- es la capacidad de innovar de nuestros propio colegas

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formadoras y de cogestionarlas o autogestionarlas si cuenta con las capacidades requeridas.

Un tesoro frecuentemente escondido- porque no siempre se sabe valorar lo que se tiene en casa- es la capacidad de innovar de nuestros propios colegas. Existen docentes que dominan temáticamente su área, poseen un amplio y eficaz desarrollo metodológico, una voluntad de referir y compartir solidariamente y con respeto a sus colegas tanto sus capacidades, habilidades, experiencias, conocimientos, así como sus actitudes positivas y sus valores.

Cada institución educativa, programa o proyecto educativo podría explorar tal posibilidad, con sentido de realidades, pensando en grande en beneficio de sus sujetos educativos con generosidad, compromiso y responsabilidad. Si se da tal situación, es posible que tales instancias puedan explorar la práctica de contar con docentes líderes de área, es decir, formadores asociados del centro educativo, programa o proyecto, quienes serían los gestores de la estrategia de formación continua del personal docente dentro de sus respectivas instituciones. Estos formadores asociados contarían con el asesoramiento y acompañamiento solidario de los formadores de capacitadores del correspondiente consorcio interinstitucional regional o como mejor se denomine a dicha instancia

Las carencias de los centros de formación docente de las y los educadores de la EPJA sustentan la necesidad de reorientar su institucionalidad en términos de reinvención o invención, la cual debe responder a las realidades y a los desafíos críticos que se han referido. ¿Los centros de formación docente seguirán siendo solamente las facultades de educación y los institutos pedagógicos o hay alguna otra alternativa que definan los países para obtener una formación docente innovadora para los nuevos tiempos en que vivimos?

Una alternativa- o mejor una opción sistémica de una nueva institucionalidad de la EPJA- que se considera viable es la conformación de equipos o consorcios interinstitucionales de alcance territorial para la formación de los educadores de la EPJA, compuestos por: universidades de excelencia en el campo de la formación docente, institutos pedagógicos de excelencia dependientes del Ministerio de Educación, una masa crítica de formadores de capacitadores de las organizaciones de la sociedad civil que hayan sido adecuadamente preparados y que tengan por lo menos el nivel de diplomado o de experiencia equivalente, profesores internacionales que se incorporarían a la plana docente del consorcio con base en un proceso de rigurosa selección.


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Las entidades que conformen el equipo, consorcio u otra instancia organizativa deben ser adecuadamente seleccionadas por el Ministerio de Educación, por intermedio de una comisión ad-hoc, conformada por personalidades ampliamente reconocidas y con conocimientos y experiencias en el campo de la formación de educadores de la EPJA y que no trabajen en la referida dependencia estatal. Es fundamental que la entidad coordinadora del equipo o consorcio sea seleccionada en forma libre y democrática por sus pares que conforman el respectivo consorcio.

Desafío 8: Conquistar la voluntad política en apoyo a la EPJA

Desde una perspectiva tecnocrática se considera que no ha habido un olvido intencional de la EPJA, sino un desplazamiento obligado por las limitaciones de recursos. Su postergación, en tal sentido, se habría producido en momentos en que la educación formal tenía una alta tasa de crecimiento, pero a costa de una sensible menor inversión por estudiante; los recursos apenas habrían servido para atender con limitaciones a niños y adolescentes. En esta visión, lo que sí estuvo ausente es la reflexión sobre cuáles eran las salidas a esta situación, que beneficiaría en alguna medida a la EPJA.

Los gobiernos de turno de algunos países latinoamericanos dan la impresión que no son conscientes de los sentidos esenciales de la EPJA, o lo son en tal forma que la relegan por su interés estratégico de no contar con un sector poblacional que conozca científicamente su realidad y participe en forma reflexiva, crítica y comprometida en la definición de su destino nacional. De otro lado, tampoco deja sentirse la voluntad social de las organizaciones de la sociedad civil en pro del fortalecimiento de la EPJA y de la formación de sus educadores en los escenarios del Estado y de la sociedad civil. Por otra parte, también conviene precisar que los sistemas educativos nacionales, en los ámbitos de la EPJA, no siempre han tenido acceso al poder político ni han sido capaces de generar propuestas innovadoras y atractivas para la sociedad nacional en su conjunto y el Estado.

Conquistar la voluntad política implica asumir un sinceramiento colectivo; sensibilizar, motivar y movilizar la participación de los actores involucrados en la elaboración, debate y aprobación de las políticas públicas sobre la EPJA. Implica también persuadir, con base en evidencias, a los intelectuales, políticos, empresarios, líderes de las organizaciones de la sociedad civil y de las instituciones de educación superior , educadores y sus organizaciones, medios de comunicación social y proveedores de las TIC, entre otros actores, para que tomen conciencia de los sentidos

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fundamentales de la EPJA y acepten racionalmente, mediante el diálogo, por qué ella debe formar parte de la agenda educativa prioritaria del país.

El principal argumento que debería emplearse para atraer a los decisores de política gubernamental, a empresarios y otros actores de la sociedad civil a apostar por la EPJA como prioridad es la sostenibilidad del crecimiento económico inclusivo y los otros beneficios que un mayor nivel de formación y calificación puede generar para el país y la población en general. Un pueblo con personas jóvenes y adultas más educadas aspira a mayores niveles de calidad de vida, un servicio público y servicios sociales más eficientes, una justicia que responda a su nombre, menos pobreza, más seguridad personal y ciudadana, más participación y compromiso con los asuntos públicos y comunitarios, por citar algunos de esos beneficios.

Llevar a la población que generalmente no cuenta con los niveles adecuados de educación a mayores niveles de desarrollo educativo y cultural, es uno de los ámbitos para poner en práctica la medida propuesta.

Desafío 9: Construir y fortalecer el Sistema Nacional de la EPJA (SINEPJA) como soporte para la gestación del Movimiento Nacional de la EPJA

Hay la necesidad de articular las acciones de la EPJA que realizan los sectores involucrados: Ministerio de Educación y demás organismos del aparato del Estado, empresas de todos los tamaños del sector privado, organizaciones de la sociedad civil, universidades, principalmente mediante sus programas de extensión o proyección social, e institutos tecnológicos superiores. También hay que articular los sistemas de aprendizaje para personas jóvenes y adultas en los distintos espacios o ambientes culturales. Es fundamental lograr la articulación de la EPJA como componente de los proyectos de desarrollo local, regional y nacional, mediante el trabajo asociativo con todos los niveles de gestión del gobierno nacional, regional y local. Estas y otras acciones de la EPJA conforman una totalidad que no puede seguir caminando en forma fragmentada y desconectada entre sus componentes. Son partes de una totalidad que aspira al logro de objetivos comunes, aunque lo hagan con distintas lógicas. Es indispensable que las partes se integren en un Sistema Nacional de la EPJA (SINEPJA).

El SINEPJA es un tema particularmente relevante para la vida orgánica de una EPJA renovada con visión de futuro.


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El SINEPJA todavía no existe, hay que construirlo desde bases sólidas y realistas. Hay que definir, con claridad y transparencia, sus elementos básicos: objetivos, políticas y estrategias. Definido esto hay que generar una nueva estructura institucional que le dé sustento y ponerlo en marcha, bajo la conducción de una Alta Autoridad del Estado, y tener coherencia y consistencia en el afán de su continuo fortalecimiento. Esta nueva estructura institucional tiene distintas opciones y debe ser definida en cada particularidad nacional teniendo en cuenta realidades y viabilidades.

El SINEPJA es un tema particularmente relevante para la vida orgánica de una EPJA renovada. El autor, en una publicación anterior, hizo un planteamiento sobre el particular (Picón, 2016). En el tema siguiente se harán algunos planteamientos complementarios y, en el subsiguiente, se abordarán los sentidos esenciales del Movimiento Nacional de la EPJA.

Comentarios de los Juan y las Juana García en relación con los desafíos y posibles respuestas de la EPJA

Los Juan y Juana García, mujeres y varones, constituyen un paisaje humano, profesional, ocupacional, cultural, social y pedagógico, amplio y complejo. Sus voces deben ser conocidas, valoradas y respetadas, así como debidamente tomadas en cuenta para las pertinentes decisiones políticas, técnicas y financieras.

Escenario: Reunión en el salón comunal de una cooperativa ubicada en un distrito de Huancayo, en el valle del Mantaro. Opiniones después de una charla del autor.

– Es preciso que todos cambiemos de forma de pensar acerca de la educación de personas jóvenes y adultas. No debe ser una educación solo para los pobres y otros grupos que viven en riesgo social, sino para todas las personas jóvenes y adultas de todas las condiciones. Los Juan y las Juana García debemos cambiar de “chip”, pero también deben tener otra visión quienes dirigen

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la educación nacional, la educación de adultos; quienes toman decisiones sobre las políticas educativas y los presupuestos públicos destinados a la EPJA, los líderes de las organizaciones de la sociedad civil y del sector privado vinculados con esta modalidad educativa, los medios de comunicación social y los proveedores de servicios de tecnología educativa para las personas jóvenes y adultas . Miradas y soluciones nuevas, refrescantes, innovadoras y creativas se necesitan para construir una propuesta nacional renovada para que nosotros los Juan García y las Juana García podamos acceder a ofertas educativas que respondan a nuestras realidades, teniendo en cuenta nuestras posibilidades y también nuestras limitaciones.

– Un paquete sólido de respuestas innovadoras debe diseñarse y desarrollarse en beneficio de los sectores sociales que viven en situación de pobreza, subrayando con énfasis la situación de los jóvenes pobres. Como sostiene el autor, la EPJA es una de las vías estratégicas que contribuyen a la lucha contra la pobreza. Una de las dimensiones de esta es la pobreza del conocimiento. De ahí la necesidad de aumentar la calidad de esta multimodalidad, con el fin de que sus ofertas de aprendizaje sean útiles para diversos propósitos, que tengan una buena duración, pero abiertas a los cambios constantes del conocimiento y a las actualizaciones. Somos conscientes de que las realidades cambian y también los conocimientos; somos también conscientes de que la pobreza tiene muchos rostros-o dimensiones como dice el autor- y debemos encararla en todos los frentes. Se trata de una lucha integral, frente a la cual la EPJA tiene que jugar un papel cada vez más importante. No olvidemos que, al lado de las poblaciones pobres están las excluidas, así como las poblaciones marginadas y vulnerables, todas ellas en situación de riesgo social y con un peso fuerte en el riesgo integral del país.

– Conocemos el caso de muchos colegas, amigos y familiares, jóvenes y adultos, que abandonaron la escuela, por razones externas a la misma y también por razones internas. Es de la mayor importancia generar soluciones para lograr el reingreso de este contingente humano. Sin embargo, ellas y ellos nunca van a regresar a una escuela que les ofende en su dignidad al tratarlos como niños o adolescentes; regresarán cuando esta escuela cambie en 180 grados y les trate como lo que son y como lo que quieren ser en relación directa con las necesidades de las comunidades locales y de la sociedad nacional.


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– La formación para el trabajo, como una de las áreas prioritarias en la educación de personas jóvenes y adultas, es un desafío que debe merecer respuestas bien pensadas y pisando pie en tierra. Podemos tener recetas y buenas prácticas en otros países, pero las soluciones las tenemos que diseñar de acuerdo con nuestras raíces históricas, culturales y sociales, y con nuestra visión de futuro. Lo que queremos los Juan y las Juana García es tener una buena educación laboral, cuyas columnas sean una educación general sólida que nos ayude para seguir aprendiendo a lo largo de nuestra vida y una formación profesional técnica que nos permita desempeñar en forma satisfactoria nuestros respectivos trabajos. Estamos abiertos a esas “modernizaciones humanizadas”, que ahora se nos han explicado, y esperamos ser formados para ello sin olvidar que, además de elementos de producción, somos seres humanos que necesitamos dialogar cara a cara con otras personas y crecer en todos los aspectos de nuestra vida.

– El autor plantea en forma novedosa la gestión eficaz y eficiente como uno de los soportes de la Gobernanza, conjuntamente con la Calidad de la EPJA y el financiamiento de la misma. Los Juan y las Juana García esperamos que estos planteamientos del autor se puedan concretar. Nos gustó, como ejemplo, el cuadro de algunas políticas de la EPJA y medidas para su cumplimiento.

– Sabemos por nuestra experiencia de vida y de trabajo que las personas jóvenes y adultas aprendemos no solo en las instituciones educativas, sino en sitios y lugares que están fuera de ellas. El autor insiste en esta idea y la viste con un ropaje de argumentos y de ejemplos. En mi caso y en el de mi esposo, así como de amigos y colegas de trabajo, hemos constatado que esto es así. No sabría cuantificar exactamente, pero diría que, aproximadamente, de los aprendizajes que he acumulado como persona, madre de familia, trabajadora y ciudadana, por lo menos más del 60% lo he aprendido fuera de la escuela. Lo que ocurre en la práctica es que en estos diferentes caminos de aprendizaje cada uno avanza por su cuenta; cada uno tiene su pista y corre por ella, pero pierde la visión del conjunto, algo así como un hipódromo que tuviera varias pistas paralelas, pero sin las conexiones que debieran tener para lograr resultados de impacto. La competición en esas pistas paralelas es que hay uno, el mejor, que logra ser el ganador, el triunfador. En las pistas solidarias lo que queremos los Juan y las Juana García es que todos corramos por las pistas sabiendo de antemano que cada uno tiene velocidades y ritmos diferentes,

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pero todos, con la ayuda de todos, debemos llegar a la meta que nos proponemos. Como dice un sabio verso popular de una ranchera mexicana “el problema del arriero no es llegar primero, sino saber llegar” y, este propósito, se saborea con gozo espiritual, cuando se sabe llegar con el trabajo solidario y cooperativo de quienes estamos empeñados en un objetivo común: aprendizajes inclusivos y de calidad para las personas jóvenes y adultas de todas las situaciones y condiciones.

– Los académicos, expertos, técnicos, analistas, o como se llamen, pueden hacer todos los análisis que crean convenientes, pero para el humilde entender de quienes no tenemos una avanzada educación, la calidad de los aprendizajes tiene que ver mucho con los maestros de calidad, con esos maestros que dejan huellas en las mentes, espíritus y corazones de sus discípulos. Eso no lo consigue ninguna tecnología, ninguna herramienta digital; eso lo consiguen seres humanos de carne y hueso, que son los maestros y maestras de todos los niveles y de todos los espacios de aprendizaje. De ahí que su formación inicial y la llamada formación continua son aspectos fundamentales dentro de la estrategia de una EPJA transformadora. No se puede cambiar la EPJA con maestros de niños y adolescentes, sino con maestros especializados que sepan trabajar horizontalmente con sus discípulos, con los participantes jóvenes y adultos. Esto significa que hay que reorientar sustancialmente la formación de los docentes, pero hay que formar también a los líderes pedagógicos de la EPJA, a los gestores innovadores, al personal técnico en áreas en las que hay déficit de personal calificado y al personal de apoyo administrativo.

– En los 50 y parte de los 60 se tuvo en el país un centro de excelencia de formación de profesores en educación primaria, secundaria y técnica en La Cantuta. Esa época pasó. Habría el desafío de formar un centro de excelencia de Formación de Personal Docente, de líderes, gestores y técnicos de la EPJA. Es una utopía posible si hay voluntad política y social del país.

Lo que queremos los Juan y las Juana García es tener una

buena educación laboral, cuyas columnas sean una educación

general sólida que nos ayude para seguir aprendiendo a lo largo de nuestra vida y una formación

profesional técnica que nos permita desempeñar en forma satisfactoria

nuestros respectivos trabajos.

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– Yo soy un Juan García con estudios completos en ciencias sociales, pero no graduado como sociólogo. Como dicen los tecnócratas: “La EPJA es una variable dependiente de una variable determinante que es la política”. De ahí la importancia de conquistar la voluntad política de los poderes del Estado, especialmente del Ejecutivo y del Legislativo, así como de la clase política del país, con evidencias sólidas y argumentos de peso. De otro lado, es también importante conquistar la voluntad social e institucional de las organizaciones de la sociedad civil, del sector privado y de la Academia. Tal conquista posibilitará que la EPJA se incorpore a la agenda educativa prioritaria del país y, por tanto, se traduzca en un incremento significativo del presupuesto público nacional destinado a la EPJA para la realización de proyectos estratégicos que tengan viabilidad política, técnica y financiera.

– Como dice el autor, todavía no existe el Sistema Nacional de Educación de Personas Jóvenes y Adultas, SINEPJA. El desafío que tenemos es establecer dicho sistema y hacerlo funcionar adecuadamente, contando para dicho propósito con el soporte de una nueva forma organizativa y que esta sea conducida por una Alta Autoridad del Estado, que tenga poder para negociar y llegar a acuerdos concretos con todos los sectores vinculados con la EPJA. Es importante que el SINEPJA cuente con políticas de Estado de la EPJA y promueva, fomente y desarrolle la descentralización territorial de esta multimodalidad en directa articulación con los programas y proyectos de desarrollo sostenible en los niveles local, regional y nacional. Los Juan y las Juana García queremos y tenemos la firme voluntad de trabajar con los aliados estratégicos para beneficiar a nuestras familias, comunidades locales, a nuestras regiones y a nuestro país.

– El autor ha insistido en que la nueva estructura o modalidad organizativa del SINEPJA no tiene un modelo único. Es algo por inventarse en el Perú y en los demás países latinoamericanos.

– Una EPJA fortalecida como Sistema se revitalizará estimulando la generación del Movimiento Nacional de la EPJA, que no es ningún gesto populista ni politiquero. Es un planteamiento serio y que puede tener, como señaló el autor en su charla de introducción, proyecciones insospechadas que beneficiarán a los Juan y a las Juana García y beneficiarán también a nuestras familias, comunidades locales y sociedad nacional.

La EPJA es una variable dependiente de variables

determinantes, una de ellas, es la política.

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Referencias del subtema 8.2

BRUNS, Barbara y Javier Luque (2014). Profesores excelentes: Cómo mejorar el aprendizaje en América Latina y el Caribe, resumen. Washington, D.C., Banco Mundial. Licencia: Creative Commons de Reconocimiento CCBY3.0. Publicado originalmente en inglés.

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ROSAS, Lesvia. (2003). “Una experiencia de formación de educadores de personas jóvenes y adultas”. En Decisio. Saberes para la Acción en Educación de Adultos. Pátzcuaro, México: CREFAL, n. 5, pp. 55-59.

UNESCO. Aaron Benavot (Director). (2015). Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo. París, Equipo independiente de Seguimiento de la EPT en el Mundo.

UNESCO/ INSTITUTO DE LA UNESCO PARA EL APRENDIZAJE A LO LARGO DE TODA LA VIDA (ILV). (2010). Informe Mundial sobre el Aprendizaje y la Educación de Adultos. Hamburgo: ILV, Imprenta Girzing + Gottschalk.

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UIL/UNESCO. (2017). Tercer Informe Mundial sobre Aprendizaje y la Educación de Adultos. Hamburgo: impreso por Albert Schnell GmbH.

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TERIGI, Flavia. (2010). Desarrollo profesional continuo y carrera docente en América Latina. PREAL - Serie Documentos Nº 50. Santiago de Chile: Programa de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina y el Caribe (PREAL).


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9SISTEMA NACIONAL DE EDUCACIÓN DE PERSONAS JÓVE-NES Y ADULTAS (SINEPJA)

La teoría general de sistemas contiene la formulación de principios que son válidos para los sistemas en general del mundo natural y social, cualquiera que sea la naturaleza de sus componentes y las relaciones y correlaciones de fuerzas entre ellos (Von Bertalanffy). La teoría de sistemas comenzó a divulgarse a partir de la Segunda Guerra Mundial y aunque no es plenamente aceptada en ciertos sectores de la comunidad científica mundial, ha generado inquietudes intelectuales y ha abierto el camino para el surgimiento de los llamados enfoques de sistemas y análisis de sistemas.

9.1 El sentido esencial de un sistema nacional de educación

En general, existe consenso en que el sistema educativo nacional es un conjunto de elementos que se orientan al logro de determinados fines y objetivos, a partir de sus realidades contextuales concretas y singulares. De ahí que sus elementos tienen que estar interrelacionados e interconectados entre sí, porque de otro modo perderían fuerza e impacto en el logro de los propósitos comunes a los que aspiran. Esta relación e interconexión en un sistema educativo nacional se construye de diferentes maneras y depende de una serie de variables. Las relaciones pueden ser directas e indirectas; y en la práctica pueden ser lineales o transversales. El contexto fundamental de dicho sistema es la sociedad nacional. En ella están comprendidos, además del sistema educativo, otros sistemas que operan en su seno (Pocztar, 1993).

Hay transformaciones, velocidades, ritmos y aceleraciones diferentes en el contexto de las dinámicas culturales, políticas, económicas, sociales y organizacionales que responden a las contradicciones, tensiones y conflictos que vive una sociedad nacional en un determinado momento histórico. Es importante insistir que las contradicciones no solo se dan al interior de la sociedad, sino

La teoría general de sistemas contiene la formulación de

principios que son válidos para los sistemas en general del mundo

natural y social, cualquiera que sea la naturaleza de sus componentes

y las relaciones y correlaciones de fuerzas entre ellos (Von

Bertalanffy).


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también al interior del aparato del Estado. Este dato es relevante para la construcción de alianzas estratégicas coyunturales.

La interacción entre los componentes de un sistema puede ser más importante que los mismos componentes. Los componentes o elementos se integran en estructuras que hacen viable el cumplimiento de su papel. Aquí es donde se plantea el desafío de tener una buena gobernanza en Educación en general y en la EPJA en particular que, entre otros emprendimientos, haga una cuidadosa agrupación, interrelación e interconexión de elementos para formar los subconjuntos que se orienten al logro de objetivos específicos, de productos intermedios, plenamente concordantes con la intencionalidad de los objetivos generales del sistema que los comprende.

Recordemos que a este conjunto de elementos que se orientan al logro de un propósito común lo definimos como sistema. Sabemos que, a los subconjuntos de elementos agrupados para el cumplimiento de misiones específicas, que inciden en forma coherente al logro del propósito general del sistema, se les denomina subsistemas.

Los sistemas dentro de un campo vasto, como es la Educación, pueden ser de distintos tamaños: el más grande es el Sistema Nacional de Educación, subsistema del Sistema Social y este y otros sistemas como el económico, cultural, ideológico, religioso, por ejemplo, son Sistemas de la sociedad nacional, que es el Sistema de Sistemas. En esta visión, un sistema intermedio sería el SINEPJA, que vendría a ser un subsistema de su referente mayor que es el Sistema Nacional de Educación. Este subsistema, que abarcaría la franja más extensa de la vida humana, sería el más grande del sistema nacional de educación.

El sistema educativo nacional, en relación con su contexto, puede ser cerrado, semiabierto y abierto. La legitimación del modelo que se asuma requerirá de una constante confrontación con la realidad por medio de elementos clave de la gobernanza educativa que, fuera del financiamiento, son esencialmente: la construcción de una educación inclusiva de calidad y la gestión de un buen gobierno de Educación.

Lo que venimos planteando ilustra que un sistema cerrado, cargado de etnocentrismo, no tiene la capacidad ni la sensibilidad de proyectarse al ambiente y, por tanto, no puede hacer un acompañamiento, en los dominios de su competencia, a los procesos de transformación y evolución de las realidades; no puede articularse con prácticas más amplias vinculadas con el desarrollo nacional transformador. Esta es una situación crucial, ya que si un sistema no responde a las necesidades, demandas y

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expectativas de su referente principal, que son las personas que forman parte de la sociedad nacional, está o debiera estar en entredicho su propia supervivencia. Es obvio que, aunque ocurra tal situación, un sistema puede seguir existiendo, pero en tal caso funcionaría a espaldas de su realidad nacional y no respondería a las necesidades y demandas de los sujetos educativos ni a las demandas comunitarias ni sociales. Lamentablemente esto es lo que acontece todavía en algunos países latinoamericanos y el Perú no es una excepción.

Aproximarse epistemológica y metodológicamente a las realidades de la sociedad nacional y a las realidades territoriales que dentro de sus respectivos contextos vive la población-objetivo, en el caso que nos ocupa, las personas jóvenes y adultas, es una tarea compleja. Las evidencias empíricas nos muestran que un abordaje disciplinario nos da únicamente la visión de una “parcela” de la realidad; de otro lado, las estadísticas nos aproximan a la realidad, pero sus promedios son abstractos y solo tienen propósitos comparativos referenciales.

La constatación señalada ilustra la necesidad de impulsar, fortalecer y revitalizar los enfoques interdisciplinarios, multidisciplinarios y transdisciplinarios dentro del contexto del esfuerzo global y coherente de los programas, proyectos y servicios de la EPJA. Estos tienen la potencialidad de construir una forma organizada de pensamiento y de acción, que incida en los múltiples factores que tienen presencia en una determinada realidad por ser transformada.

En la EPJA se requiere la participación de los diversos sectores

En la misma lógica que se viene anotando, la percepción de totalidad de la realidad y la propuesta de acción para transformarla no pueden realizarse plenamente mediante acciones sectoriales y mucho menos solo institucionales. Se requiere la concurrencia y la participación de otros sectores, de organizaciones del Estado y de la sociedad civil, si se quiere realmente generar impacto, por ejemplo, en beneficio de los diversos tipos o categorías situacionales de EPJA provenientes de distintos espacios o ambientes de aprendizaje, dentro de un sistema nacional de educación abierto y con visión de futuro.

Los sujetos de la EPJA, en una proporción creciente, no solo quieren acceder a las competencias básicas de su formación, sino a competencias avanzadas; y tienen muchas otras necesidades que se relacionan con el mejoramiento de sus condiciones de vida y con la búsqueda justificada del mejoramiento de su calidad de vida. Actuando en forma aislada el sistema educativo nacional


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no es autosuficiente para atender estas legítimas demandas. Tienen que construirse mecanismos eficaces de acción intersectorial y multisectorial para elaborar conjuntamente y poner en marcha una propuesta viable que posibilite el logro del propósito señalado.

Lo que tipifica a un sistema es su intencionalidad, su direccionalidad, sus propósitos, su visión y su misión. Es la base sobre la cual se construye su racionalidad. De ahí la relevancia de los objetivos, de las políticas y de las estrategias, en cuanto elementos reguladores de un sistema nacional de educación y de sus correspondientes subsistemas. Estos elementos reguladores tienen algunas dimensiones, de la cuales destacamos su dimensión política y su dimensión técnica.

Como se refirió, los sistemas, desde un punto de vista técnico, tienen tres elementos básicos: objetivos, políticas y estrategias, que tienen o debieran tener interconexiones dinámicas y relaciones vinculantes.

Los objetivos en una perspectiva técnica

Sabemos que los objetivos son técnicamente los logros, los resultados que el sistema nacional de educación pretende alcanzar en determinado tiempo y espacio. Dichos logros pueden ser intermedios y finales; y su obtención se facilita por intermedio de procesos pedagógicos, técnicos y de otros elementos de la gestión educativa que deben estar debidamente articulados con interconexiones dinámicas.

La formulación de objetivos, en lo relativo a institucionalidad y contenidos, está fuertemente influenciada por la gravitación de los enfoques en vigencia, algunos de los cuales provienen de la tendencia prevalente de la comunidad internacional. Sin embargo, en otros casos, se advierte un grado de adaptación creativa, un proceso de recreación afincado en una nueva lógica de concepción pedagógica, una valoración de la educación en sus relaciones con prácticas más amplias de desarrollo transformador, nuevas lógicas de concepción y valoración educativa, nuevas lógicas de programación y desarrollo institucional.

El problema, en relación con los objetivos, no es solamente de carácter técnico. Este tipo de problema puede ser fácilmente superado. El problema de fondo, en nuestra percepción, es la indolencia política del Estado y de la sociedad nacional en relación con una situación específica, por ejemplo en relación con la EPJA, así como la carencia de visión y de propuesta que tienen en algunos casos los dirigentes, los denominados gestores de los sistemas nacionales de educación. El desafío técnico es saber diseñar objetivos viables.

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Diseñar objetivos es un proceso que requiere de insumos provenientes de los estudios e investigaciones, de las sistematizaciones, de los acompañamientos técnicos, de las evaluaciones, de las intervenciones vinculadas con la formación inicial y continua del personal docente, técnico y directivo; de las coordinaciones intersectoriales y multisectoriales y, un sistema ágil y práctico de información que suministre otros datos que nos aproximen al conocimiento dinámico de las realidades y demandas sociales dentro del país y de las realidades, necesidades y expectativas de los sujetos educativos dentro de sus respectivos territorios.

Además de todo lo anteriormente señalado, diseñar objetivos requiere de un manejo de información y de una opción interpretativa acerca del conjunto de sistemas vinculados con el desarrollo educativo, así como de la evolución y transformación dinámica de las realidades que corresponden a la totalidad de los sistemas sociales, económicos, culturales y otros vigentes en el país.

Es particularmente relevante que los dirigentes, las autoridades de un sistema educativo nacional, tengan una percepción clara de que no están en peligro de desprestigio profesional ni técnico si tienen que proponer o definir reorientaciones de objetivos. Si la lógica es tener como referente principal, por ejemplo, al educador en formación inicial o continua viviendo dentro de sus realidades concretas, la programación institucional (el plan) es, en el mejor de los sentidos, una hipótesis de trabajo, un supuesto previo de la realidad, que tiene que estar confrontado continuamente con la realidad misma. Tal confrontación genera insumos para definir los ajustes que se deben hacer desde la realidad.

Es un hecho que la realidad evoluciona dinámicamente y los objetivos del plan, programa o proyecto tienen que ser revisados constantemente y redefinidos en los casos que sean necesarios. Lo que venimos planteando, en relación con los objetivos, nos muestra la necesidad de crecer en la incorporación y manejo de las nuevas lógicas de programación en los distintos ámbitos y espacios de aprendizaje del desarrollo educativo nacional.

Las políticas educativas nacionales en una perspectiva técnica

Recordemos que las políticas, técnicamente, son un cuerpo orgánico de definiciones que comprende: la declaración de fines y principios normativos, la explicitación de intenciones por lo menos a mediano plazo, la delimitación de las alternativas óptimas seleccionadas, el establecimiento de prioridades-pautas; la precisión de rumbos para la ejecución de acciones


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orientadas al logro de los objetivos asumidos. Como podrá advertirse, definir políticas implica, para quienes toman las decisiones, tener una clara racionalidad teórica, estratégica, metodológica y operacional.

Las prioridades no siempre están claramente definidas. Lo que hay usualmente es un conjunto multiforme de acciones por realizar, pero sin pautas precisas acerca de la urgencia de ciertas acciones educativas cruciales y de su impacto en beneficio, por ejemplo, de sectores poblacionales en situación de riesgo social. No siempre se identifican con claridad meridiana las poblaciones-objetivo y los emprendimientos estratégicos prioritarios que cuenten con la correspondiente asignación de recursos (potencial humano calificado profesionalmente, recursos para el aprendizaje, infraestructura y equipamiento), apoyos logísticos y facilidades.

Por último, y muy importante, es la estrategia de construcción de las políticas. Estas deben ser el resultado de un amplio diálogo, negociación cultural y política y concertación entre todos los actores involucrados en el desarrollo educativo nacional, en los escenarios del Estado y de la sociedad civil. Históricamente, las políticas educativas nacionales, en la perspectiva del Estado, han sido en varios países de nuestra región decisiones unilaterales de las administraciones gubernamentales de turno, con grados variables de consulta y de búsqueda de opinión, lo que está lejos de ser una práctica de participación social en la toma de decisiones y en su implementación.

Las políticas de gobierno son de corto y a lo sumo de mediano plazo y la tendencia histórica es la construcción de un sistema nacional de educación cerrado- y a lo sumo semiabierto- y con una gestión educativa centrada en el espacio educativo escolar. Las políticas de Estado son de largo plazo y convocan la articulación de la voluntad política con la voluntad social y la voluntad institucional de todos los espacios de aprendizaje de la sociedad nacional. En las políticas de Estado hay más posibilidades de que la gestión educativa esté centrada en los sujetos educativos y en la búsqueda de la articulación. Ello comporta la construcción de un sistema educativo abierto, inclusivo y de calidad para los sujetos educativos de todos los grupos de edad y para sus educadores de todos los espacios de aprendizaje, sin discriminaciones de índole alguna.

Estrategias educativas en una perspectiva técnica

La estrategia educativa no debe ser un simple listado de actividades por realizar, sino un proceso que construye las condiciones favorables de carácter objetivo y subjetivo para el logro de los objetivos dentro del

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marco de las orientaciones de las políticas. Su horizonte temporal, como es el caso de las políticas, puede ser de corto, mediano y largo plazo. La duración depende de la magnitud de la problemática que se está encarando. Las estrategias que generalmente formulan los gobiernos son de corto plazo (1 a 2 años) y mediano plazo (de 2 a 4 ó 5 años).

La lucha de los países para disminuir drásticamente el analfabetismo del año 1990 hacia el año 2015, por ejemplo, fue un caso concreto de estrategia a largo plazo

El Perú es un país con realidades múltiples, a pesar de ciertos rasgos característicos comunes. Tal situación fundamenta el hecho de que no puede haber estrategias únicas para todos los territorios y ni siquiera dentro de los mismos, de los sectores poblacionales y de las etnias. El área urbana y el área rural no son realidades compactas, unívocas, al interior de un mismo país. Hay matices culturales, históricos y sociales que conviene identificar para hacer un dimensionamiento estratégico que afine la indispensable complementariedad entre lo común y universal de dichas áreas y lo específico de sus expresiones de singularidad.

Los sentidos esenciales de los objetivos, las políticas y las estrategias del sistema educativo nacional, nos permitirán comprender mejor que técnicamente es legítimo hablar de un sistema nacional de educación de personas jóvenes y adultas, el cual es un subsistema del sistema nacional de educación y, este, a su vez, un subsistema del Sistema Social y este uno de los sistemas del sistema más grande de un país que es su sociedad nacional. En esta lógica el sistema social, económico, cultural, científico y tecnológico y otros, son subsistemas de la sociedad nacional.

9.2 Los sentidos esenciales del SINEPJA

Un comportamiento generalizado de la administración pública de los países de la región es que genera instituciones y organismos y establece para estos los modelos y estructuras organizativas sin tener en cuenta las realidades a las cuales supuestamente deben servir y sin considerar la


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evolución dinámica de las mismas. Hay instituciones estatales de educación de adultos establecidas desde la década de los cincuenta, sesenta o setenta que, a la fecha, han efectuado solamente ciertos reacomodos cosméticos, pero esencialmente son tal cual fueron implementadas, como si la realidad durante todo este tiempo hubiera permanecido estática, hubiera estado congelada históricamente. Hay con frecuencia un desfase entre tales instituciones y las realidades que supuestamente fueron las referentes para su establecimiento y funcionamiento. Esta tendencia tiene que ser necesariamente reorientada en la EPJA.

Las personas se asocian en organizaciones de diversa naturaleza para lograr determinados propósitos, independientemente de los juicios de valor que podamos tener quienes somos miembros o no de dichas organizaciones. Si la organización es un sistema social que agrupa a las personas, grupos formales e informales, así como a estructuras administrativas formales y no formales, el modo como esa organización articula y da coherencia a estos elementos genera un estilo de gestión.

La organización, en cuanto sistema, tiene algunas dimensiones fundamentales, las cuales no tienen una relevancia uniforme y permanente en el tiempo y en el espacio dentro del ámbito de la vida organizacional. Ello implica que la organización es polidimensional y dentro de ella hay una serie de fuerzas internas y también externas, estas últimas provenientes del ambiente. Dichas fuerzas actúan y son interdependientes.

Dentro del marco de tal dinámica, ocurre que una organización en la ejecución de sus acciones da preeminencia a una determinada dimensión en un momento y espacio de la acción organizacional. Esta dimensión se torna hegemónica y tiende a permanecer como tal, pero lo ideal es que la misma dimensión dentro de la dinámica de la práctica global de la organización se transforme en otros momentos en dimensión asociada. Por ejemplo, la dimensión Trabajo puede ser, en determinados momentos, el eje principal de las acciones de la EPJA y tener otros componentes asociados y, en otros momentos, dicha dimensión puede dejar de ser principal y convertirse en componente asociado de otra dimensión eje que pueden ser, por ejemplo, las prácticas significativas de vida o el desarrollo sostenible.

El SINEPJA seria la instancia compartida del

estado y la sociedad civil que promueve, fomenta y desarrolla

transversalmente en la vida nacional la educación a lo

largo de la vida de las personas jóvenes y adultas

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Históricamente, la concepción y práctica del sistema nacional de educación de personas jóvenes y adultas en la región, en cuanto comprende varios subsistemas y diversas opciones y espacios de aprendizaje, ha sido limitada y organizacionalmente cerrada y en determinados momentos históricos de uno que otro país ha sido, a lo sumo, semiabierta. El caso es que no siempre ha habido un intento de identificar y articular todos los subsistemas de la EPJA y los distintos espacios de aprendizaje de las personas jóvenes y adultas, contando con una gestión eficaz e innovadora en correspondencia con su complejidad y diversidad dentro de los escenarios del Estado y de la sociedad civil.

Con visión de futuro los principales subsistemas del SINEPJA serían los siguientes: EPJA del Ministerio de Educación y de los organismos del aparato del Estado; EPJA de las organizaciones de la sociedad civil; EPJA del Sector Privado; EPJA en las instituciones de educación superior por intermedio de sus modalidades alternativas.

Todos los señalados subsistemas, incluyendo el primero en lo concerniente a la EPJA de los otros organismos del aparato del Estado, no estarían subordinados al Ministerio de Educación, sino formarían parte del SINEPJA en calidad de aliados estratégicos. Es un gran desafío para la EPJA del Ministerio de Educación que, para cumplir su nuevo rol, debe fortalecerse y contribuir a dinamizar a las EPJA de los otros sectores, incluyendo a las EPJA de su propio sector dentro del aparato del Estado.


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El SINEPJA sería la instancia compartida del Estado y de la sociedad civil que promueve, fomenta y desarrolla transversalmente en la vida nacional la educación a lo largo de la vida de las personas jóvenes y adultas, de todos los sectores poblacionales, con sus diversas condiciones y situaciones de vida, territorios, etnias, culturas, género, sistemas ideológico-políticos y religiosos, asumiendo con respeto y tolerancia las semejanzas y diferencias. Para atender esta diversidad, el SINEPJA cuenta con subsistemas que brindan múltiples ofertas mediante sus diferentes espacios de aprendizaje y las ofertas de formación general orientadas a los diferentes propósitos de los proyectos de vida de las personas jóvenes y adultas.

El SINEPJA es una propuesta que el Estado (Ejecutivo y Legislativo) debe crear-conjuntamente con los sectores involucrados en la EPJA- a fin de que comience a funcionar legalmente.

El SINEPJA, en todo lo que sea posible, haría una adecuada combinación de procesos formales, no formales e informales, con el fin de lograr un desarrollo educativo articulado con las prácticas amplias del desarrollo integral y sostenible; para el mejoramiento de las condiciones y calidad de vida de la totalidad social de personas jóvenes y adultas del país, así como de las comunidades locales, de las regiones del país y de la sociedad nacional en su conjunto.

Formales

No Formales Informales

Procesos de Aprendi aje en la EPJAz

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Los modelos organizativos de la EPJA han sido y siguen todavía siendo dependientes del Estado, con ofertas convencionales que distan de satisfacer las necesidades individuales y las demandas comunitarias y sociales vinculadas con propósitos más amplios de desarrollo transformador. Caracterizar al SINEPJA como una instancia compartida entre el Estado y la sociedad es un paso trascendente y refleja con fidelidad los sentidos esenciales de una organización educacional que, en razón de su naturaleza y características, rebasa su condición de entidad meramente estatal. Compartir algo implica, en uno de sus sentidos fundamentales, asumir obligaciones y responsabilidades, así como tener voz y ser partícipe en la toma de decisiones y en la implementación de las mismas. De otro lado, implica también tener más posibilidades de disfrutar de los beneficios directos de la instancia organizacional de la que se forma parte.

Esta instancia compartida por el Estado y la sociedad promovería, fomentaría, desarrollaría y divulgaría sus acciones, sus procesos formales, no formales e informales y sus resultados, teniendo como soporte las sistematizaciones, investigaciones, innovaciones, acompañamientos técnicos y pedagógicos y evaluaciones que realiza. No tendría una agenda ritual y simbólica. Trabajaría no con el país pedagógico, sino con el país de las realidades, de las necesidades y demandas propias del estado actual de desarrollo supérstite del país: al mismo tiempo coexisten una sociedad tradicional o preindustrial, industrial y una sociedad del conocimiento, en razón de las desigualdades que persisten y que no hemos sido capaces por lo menos de reducirlas drásticamente y mucho menos de eliminarlas. La EPJA es un componente en la lucha contra las desigualdades.

Asumiendo tal realidad el SINEPJA, en otro de sus sentidos, se propone como una instancia para promover que las prácticas educativas convencionales con personas jóvenes y adultas se conviertan en prácticas educativas inclusivas y de calidad. En la lógica señalada, el SINEPJA fomentaría el desarrollo transformador de la EPJA en todos los espacios o ambientes culturales viables de aprendizaje de las personas jóvenes y adultas de la sociedad nacional.

El SINEPJA, como instancia destinada a promover y fomentar el desarrollo de las ofertas educativas para las personas jóvenes y adultas, también velaría porque ellas no solamente lleguen a las personas o grupos que se benefician directamente, sino que también puedan ser útiles socialmente. Es la afirmación de un sano espíritu de aprendizaje solidario, colaborativo, asociativo, que parte de la premisa de que la Educación es un bien cultural y es un bien común que debe beneficiar a todas las personas, por su condición de tales, sin distinciones de índole alguna.


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El SINEPJA no solamente divulgaría las acciones educativas realizadas, sino también sus procesos y sus resultados cuantitativos y cualitativos. De este modo, los distintos actores comprenderían mejor y con transparencia las fortalezas y las debilidades, las congruencias e incongruencias, la dificultad de integrar la teoría con la práctica y el uso de alternativas estratégicas y metodológicas para lograr tal propósito, la relatividad de algunos resultados y el desafío de encontrar respuestas más adecuadas para el aprendizaje a lo largo de la vida de las personas jóvenes y adultas.

Conocemos algo del universo complejo de la EPJA, pero necesitamos información actualizada y producción de conocimientos. Es por esta razón que el autor, en forma deliberada, en la parte en que se trata de identificar a los sujetos educativos de la EPJA, según sus categorías situacionales, plantea una agenda de investigación, para cada caso, e invoca la participación de la Academia, de los centros de investigación independientes, de los investigadores sociales y laborales y de los educadores-investigadores.

El SINEPJA haría todo lo que se viene refiriendo, pero con un enfoque significativo de inclusión social: no hay exclusiones por razones de índole alguna. Se trata de servir y brindar oportunidades de ofertas educativas de calidad a todas las personas jóvenes y adultas de todos los sectores poblacionales, incluyendo las categorías sociales amplias de los sectores poblacionales desfavorecidos y de los favorecidos por oportunidades educacionales que, en los tiempos en que vivimos, no se trata únicamente de que sean personas favorecidas con recursos económicos y financieros, sino jóvenes y adultos de sectores populares, que son talentosos, innovadores, emprendedores que buscan apoyo para seguir creciendo profesionalmente con altos estándares de exigencia.

Hay múltiples diferencias dentro de un país como el Perú que tiene una gran diversidad, pero ella no debe ser considerada una limitación sino más bien una ventaja, un valor agregado. De ahí que, así como no es limitativa la condición de ser pobre o rico, tampoco debe serla que habiten en tal o cual territorio dentro del país ni que formen parte de diferentes sistemas culturales, ideológicos, políticos y religiosos. Lo que importa es su condición de persona humana y que sea joven o adulta y que, como tal, tiene Derecho a una Educación inclusiva y de calidad.

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El SINEPJA tendría un sistema de ofertas educativas variadas, porque dispondría de todos los posibles espacios o ambientes en los que pueden aprender las personas jóvenes y adultas y, cada uno de ellas, de conformidad con sus posibilidades y limitaciones, así como también de las posibilidades y limitaciones de los recursos financieros de las respectivas ofertas educativas. Un desafío de grandes proporciones es optimizar la cantidad y calidad de ofertas descentralizadas de cada uno de tales espacios de aprendizaje con miras a hacer un adecuado acompañamiento al propósito transformador de la sociedad nacional.

Para encarar el desafío señalado tiene que contarse con políticas y estrategias innovadoras, con el fin de captar financiamiento de distintas fuentes y con una alta dosis de creatividad, en forma equitativa y teniendo en cuenta el Derecho Humano a la Educación, la justicia social y la “justicia educativa”, que se sustentan en las deudas históricas y éticas con los sectores marginados de oportunidades de acceder a ofertas educativas inclusivas y de calidad.

La Educación, en una visión humanista de nuestra era, pretende ser el instrumento estratégico para lograr el bienestar de las personas de todas las edades, situaciones y condiciones, del “Buen Vivir” y del “cuidado de la vida” que generen la sensación de bienestar y de felicidad, que se refleje en el disfrute del constante mejoramiento de sus condiciones de vida y de calidad de vida y del ejercicio pleno de su ciudadanía y de su desarrollo pleno en todas las dimensiones esenciales de la persona humana. La EPJA tiene potencialidades para contribuir al logro de tal propósito, no solo en beneficio de las personas jóvenes y adultas, sino en beneficio indirecto de todos los grupos de edad de la sociedad nacional por su efecto multiplicador en lo humano, comunitario y social.

Modo en que se conformaría el Sistema Nacional de Educa-ción de Personas Jóvenes y Adultas (SINEPJA)

El sistema nacional de educación para jóvenes adultos que se propone, SINEPJA, se conformaría sobre la base de un amplio diálogo, negociación política y cultural y, como resultado de ello, asumiendo un acuerdo o pacto social por la EPJA entre los actores involucrados. Es una tarea compleja. Necesariamente, tendría que encarar algunos desafíos inmediatos, algunos de los cuales podrían ser:

• Ruptura del paradigma de los modelos conceptuales y organizativos de la EPJA.

• Definición de las prioridades dentro de la diversidad.


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• Financiamiento en firme para las ofertas estratégicas viables de la EPJA.

• Definición de la representatividad en las instancias del SINEPJA.

• Definición alterna del elemento eje de articulación y de los elementos asociados para el desarrollo de las ofertas de la EPJA.

• Promoción de estudios, investigaciones, sistematizaciones y evaluaciones de las prácticas de la EPJA.

• Formación de líderes, educadores, técnicos y gestores innovadores.

El SINEPJA requiere de formas organizativas que posibiliten el funcionamiento articulado de las ofertas para los diferentes tipos de personas jóvenes y adultas, con presencia en los diversos espacios o ambientes de aprendizaje, con un flujo dinámico de entradas y salidas entre estos, de conformidad con el proyecto de vida y dentro de este del itinerario dinámico de vida laboral y educativa de las personas jóvenes y adultas.

La gestión del SINEPJA tendría tres instancias: nacional, regional y local (provincia y distrito), que estarían a cargo de los Consejos de la EPJA de cada instancia. Cada uno de los Consejos de la EPJA, en sus tres instancias, tendría Encuentros con la periodicidad que sería viable y una Coordinación Ejecutiva en los niveles nacional y regional. El Consejo Local de la EPJA, de conformidad con sus particularidades, definiría una estructuración institucional adecuada a sus realidades.

En el Encuentro Nacional y en el Encuentro Regional de la EPJA estarían representados los actores del Ministerio de Educación y de los otros organismos del aparato del Estado, de la sociedad civil, de las instituciones de la educación superior y del sector privado, que desarrollan ofertas concretas de EPJA en la instancia nacional o regional; los representantes de cada uno de los espacios de aprendizaje; un representante de cada uno de los programas y proyectos de Formación Profesional, de Educación Técnica y de Educación Tecnicoproductiva; y un representante de cada universidad o instituto superior tecnológico involucrado en los trabajos vinculados con la EPJA en la instancia pertinente. De conformidad con la magnitud de la representatividad, el Consejo Nacional de la EPJA definiría el tamaño de su Comité Directivo. Consecuentemente, podría haber o no un Comité Directivo del Consejo Nacional de la EPJA y un Comité Directivo del Consejo Regional de la EPJA.

El Consejo Local de la EPJA tendría alcance provincial y local. Estaría conformado por los actores involucrados en los trabajos de la EPJA y funcionaría como un Colectivo del desarrollo local de la EPJA.

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Las funciones del Consejo Nacional de la EPJA serían:

• Debatir y aprobar los sentidos fundamentales de la EPJA para todo el país, así como el correspondiente Marco de Acción dentro del cual se establezcan las prioridades fundamentales y estratégicas, teniendo en cuenta el plan de mediano plazo o de largo plazo de la EPJA, preferentemente este último dentro de las políticas nacionales establecidas en el Proyecto Educativo Nacional (PEN) vigente.

• Analizar en forma reflexiva, crítica y propositiva el trabajo realizado por el SINEPJA en todas sus áreas estratégicas y períodos correspondientes.

• Hacer las valoraciones que correspondan sobre los logros en materia de aprendizajes inclusivos y de calidad de las personas jóvenes y adultas que participan en las distintas ofertas de la EPJA.

• Formular las orientaciones complementarias que sean necesarias para lograr una EPJA inclusiva y de calidad.

• Analizar y formular recomendaciones sobre la articulación de las acciones de la EPJA orientadas al trabajo y a otras prácticas significativas que inciden en la vida de las personas jóvenes y adultas, en las comunidades locales, regiones y en la sociedad nacional.

• Establecer los criterios para las alianzas estratégicas con el Estado, la sociedad civil, las instituciones de educación superior y el sector privado.

• Definir el procedimiento que debe observarse para identificar y gestionar de inmediato la penalización de los casos de corrupción que pudieran presentarse.

• Aprobar los informes anuales presentados por la Coordinación Ejecutiva.

Las funciones de la Coordinación Ejecutiva Nacional de la EPJA podrían ser:

• Velar por el cumplimiento de las políticas y estrategias establecidas por el Consejo Nacional.

• Brindar orientación, asesoramiento, estímulo y apoyo a las unidades operativas de la EPJA, dentro de su radio de acción, para el cabal cumplimiento de sus funciones y para el logro de un liderazgo democrático y transformador de la EPJA.


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La Coordinación Ejecutiva del Consejo Nacional de la EPJA y las de los Consejos Regionales deben estar a cargo de personas con un alto nivel profesional, ético y de compromiso con el país y con el desarrollo educativo de jóvenes y adultos.

Los Consejos Regionales de la EPJA y sus correspondientes Coordinaciones Ejecutivas tendrían funciones similares a las de sus homólogos de la instancia nacional dentro del respectivo territorio regional del país.

EPJA NACIONAL. Consejo Nacional de la EPJA. Coordinación Ejecutiva Nacional. Encuentro Nacional de la EPJA

EPJA Reginal. Consejo Regional de la EPJA. Coordinación Ejecutiva Regional. Encuentro Regional de la EPJA

EPJA Local.Consejo Local de la EPJA.Encuentro Local de la EPJA

Estructura Institucional delSINEPJA

Un sistema fortalecido de la EPJA posibilitará que esta evolucione de multimodalidad transversal a multimodalidad Movimiento

Para lograr este propósito el SINEPJA debe articular las políticas de la educación de personas jóvenes y adultas con las políticas de desarrollo nacional, regional y local, en sus distintas expresiones. Se requieren también otras articulaciones, tales como la articulación entre la educación con la economía, la política, la cultura, la ciencia y la tecnología, las artes, las reformas estructurales, la lucha contra la pobreza, los asuntos públicos y comunitarios; la articulación entre la pedagogía escolar y la pedagogía social; la articulación entre los espacios de aprendizaje de los distintos sectores involucrados con la EPJA; la articulación y acreditación de aprendizajes mediante los procesos educativos formales, no formales e informales.

Una forma organizativa con tendencia creciente y que privilegia el trabajo colectivo y colaborativo es la red, la cual puede contribuir a dinamizar al SINEPJA en sus instancias de gestión nacional, regional y local. Sin embargo, la EPJA no puede quedarse, organizativamente, solo con el modelo de la red, sino que tiene que generar nuevos modelos organizativos formales y

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no formales y avanzar para convertirse-además de modalidad transversal y con el soporte de sus respectivas redes – en modalidad Movimiento.

El SINEPJA y los tipos de aprendizaje institucional

En el supuesto de que el SINEPJA ya estuviera conformado y en funcionamiento, es fundamental plantearse el tema poco explorado de los aprendizajes que deben realizar las instituciones, programas, proyectos y servicios de la EPJA, cuyas expresiones principales son los desaprendizajes, reaprendizajes y nuevos y actualizados aprendizajes de las personas jóvenes y adultas. Es fundamental explorar los tipos de aprendizaje que se están realizando con jóvenes y adultos en los espacios de aprendizaje de los sectores involucrados. Se generaría con ellos mecanismos eficaces que posibiliten una articulación dinámica de interaprendizajes, intercambios y otras formas de trabajo cooperativo, incluyendo pasantías, producción de algunos recursos para el aprendizaje de uso común y generar otras iniciativas en las que se exprese la vena creativa e innovadora del personal gestor, docente y discente de las instituciones de la EPJA en los distintos sectores.

Hay algunos importantes tipos de aprendizaje que pueden realizar las instituciones de la EPJA en dos diferentes sectores y espacios de aprendizaje. El primer tipo se refiere a los aprendizajes que pueden realizar acerca de la Cultura Burocrática. Un segundo tipo se relaciona con los Aprendizajes que pueden hacer las instituciones estatales de la EPJA acerca de las Prácticas Educativas con jóvenes y adultos que desarrollan los otros sectores que hacen EPJA. Un tercer tipo está orientado a los Aprendizajes Institucionales para construir conjuntamente la Cultura Institucional del SINEPJA en el país (Picón, 2016).

Los tipos de aprendizaje institucional referidos contribuirían, entre otros, a fortalecer el período fundacional del SINEPJA, el cual dentro de su dinámica iría generando sus propios aprendizajes e interaprendizajes, así como los desaprendizajes, los reaprendizajes y los nuevos aprendizajes que deben realizar las instituciones de la EPJA para servir mejor a sus poblaciones-objetivo en un mundo que se mueve incesantemente, pletórico de incertidumbres, con una globalización que camina aceleradamente destacando sus ventajas materiales y tecnológicas y los conocimientos específicos con finalidades utilitarias, pero mostrando vacíos en aspectos esenciales de humanidad que atañen al “deleite del saber, la vibración del espíritu y al destino de la humanidad y del planeta”. En esta lógica el hilo conductor de los aprendizajes institucionales debe ser que son medios para lograr determinados fines y uno, que es un imperativo en nuestra


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era, es la focalización del trabajo de la EPJA en sus sujetos educativos desde sus realidades, necesidades y demandas personales, comunitarias y sociales.

Trayectoria evolutiva de la EPJA y sus implicancias

La EPJA transversaliza a todos los sectores de la vida nacional, tanto del Estado como de la sociedad civil. En su trayectoria evolutiva ya anotada, es pertinente resaltar que debe evolucionar de su unisectorialidad a su intersectorialidad, mutisectorialidad y transectorialidad. Ello implica para la EPJA trabajar con los diversos organismos del Estado y con las organizaciones de la sociedad civil, así como con la Academia y el sector privado, teniendo en cuenta la voz y las propuestas de los actores protagónicos: los participantes de las distintas ofertas educativas y el personal docente y directivo de las instituciones educativas, programas, proyectos y servicios de la EPJA en sus diferentes espacios de aprendizaje. Implica también para la EPJA estar directamente asociada con los intereses públicos y comunitarios, y generar su articulación con el conjunto de tareas significativas de la familia, de las comunidades locales, de la sociedad en su conjunto y del Estado.

Algunos elementos que deben considerarse en la construcción de las respuestas del SINEPJA

En la construcción de las respuestas a los desafíos de la EPJA, comentados en el tema 8.2, hay algunos elementos que deben ser referencialmente considerados: el papel de las políticas públicas y las tendencias internacionales y regionales del desarrollo de la EPJA, los acompañamientos técnicos de la cooperación internacional, el papel de las organizaciones internacionales intergubernamentales y no gubernamentales, los planes nacionales y los planes regionales e internacionales, como fue el caso del Proyecto Principal de Educación de América Latina y el Caribe auspiciado por la UNESCO y el Plan Iberoamericano de Alfabetización y Educación Básica de Personas Jóvenes y Adultas de la OEI.

Otro elemento que debe considerarse es la evaluación de los planes, programas y proyectos de EPJA desarrollados en cada territorio, así como la evaluación de las competencias de las personas jóvenes y adultas en

La EPJA transversaliza a todos los sectores de la vida nacional,

tanto del Estado como de la sociedad civil.

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sus prácticas de vida, su desempeño en el mundo del trabajo, su ejercicio de la ciudadanía global e intercultural, sus capacidades para participar activamente en la transformación de sus comunidades locales y su sociedad nacional.

La EPJA ha navegado históricamente en el país dentro de situaciones limitadas y críticas. Su nueva forma organizativa, mediante el SINEPJA u otra forma organizativa, que responda mejor a las realidades y decisiones nacionales, sería un soporte para el logro de una EPJA renovada y de calidad y con igualdad de oportunidades para las personas jóvenes y adultas de todas las situaciones y condiciones, pero con atención preferencial a quienes forman parte de los sectores poblacionales desfavorecidos y a los grupos de vanguardia de los sectores poblacionales favorecidos en materia de oportunidades educativas.

Creación de un ambiente favorable para el diálogo sobre la EPJA como uno de los Sistemas clave de Educación

Es fundamental la creación de un ambiente favorable al diálogo nacional sobre la EPJA en el país. Es importante que se conozca el rostro real de dicha multimodalidad que se desarrolla, aunque no siempre se explicite, en los escenarios del Estado y de la sociedad civil y en otros escenarios que van mucho más allá de los ámbitos directos de acción del Ministerio de Educación.

La EPJA, como se ha referido, brinda múltiples beneficios a las familias, comunidades locales y sociedades nacionales; es la multimodalidad educativa más transversal del sistema educativo y es un componente indispensable de los diversos tipos de desarrollo de una sociedad nacional. Se requieren construir algunas condiciones básicas, siendo una fundamental: alentar y conquistar la ya señalada voluntad política del Estado y la voluntad social de las familias y de la sociedad civil para el fortalecimiento transformador de la EPJA, así como la voluntad institucional de las organizaciones intermedias del Estado y de la sociedad civil.

La EPJA es una multimodalidad, por ahora relegada, pero, si logra la conquista señalada, esta no solo deberá expresarse en el terreno retórico de las buenas intenciones, sino en la asignación de más recursos superando el señalado promedio regional de los recursos invertidos en el presupuesto público de la EPJA de los países latinoamericanos, así como en la adopción de un conjunto articulado de medidas, normas y acciones que permitan el cumplimiento de sus políticas y estrategias nacionales,


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contando con el soporte del SINEPJA y de su respectiva estructura institucional en respuesta a las nuevas realidades y desafíos.

La voluntad política será más fácil de conquistarla en la medida en que los argumentos de elevación de su prioridad vayan acompañados con evidencias sólidas de los beneficios que pueden lograr o que están logrando o ya consiguieron hacerlo los sujetos de formación, los entornos comunitarios de dichos sujetos y el país en general con el soporte sostenido de las inversiones en la educación de las personas jóvenes y adultas.

Es importante reiterar que la EPJA constituye la franja más extensa de la vida humana. Si hay alguna modalidad educativa que puede concretar el principio para unos y el paradigma para otros, del Aprendizaje a lo Largo de toda la Vida, es la educación de las personas jóvenes y adultas. Una de sus fortalezas escondidas es su patrimonio inmaterial conformado por la inteligencia colectiva o social de las personas jóvenes y adultas del país.

Sería conveniente no perder la oportunidad histórica de hacer una reflexión crítica y propositiva en el país acerca de la condición actual de la EPJA y de lo que podría ser en el caso de que fuera fortalecida con políticas de Estado; que lograra una valoración positiva de la sociedad nacional y del estado nacional; que las acciones por realizar contaran con el financiamiento adecuado y que tuviera una forma organizativa diferente a la actual; que se constituyera en un sistema con un soporte institucional flexible y convocador en el que estén representados todos los sectores involucrados y sus respectivos actores. La EPJA, si se fortalece y consolida como Sistema, tendrá las potencialidades para generar su Movimiento. Ella merece esta oportunidad histórica. La ha conquistado con el acumulado que proviene de sus distintos espacios de aprendizaje, de su potencial transformador y de su resiliencia histórica, desde su establecimiento en la región, a pesar de sus severas limitaciones.

El SINEPJA es solamente una posible alternativa que se plantea en forma indicativa y referencial. Lo fundamental es que en el país se creen las condiciones favorables para construir la voluntad política, social e institucional de concebir, diseñar y poner en marcha una nueva estructura organizativa, instancias descentralizadas de gestión que contribuyan al empoderamiento de las instancias subnacionales y locales, con el fin de crear una nueva institucionalidad que empodere al SINEPJA y pueda construirse el Movimiento Nacional de Educación de personas jóvenes y adultas a la altura de los tiempos en que vivimos y con visión de futuro.

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Si se dieran las condiciones señaladas la EPJA podría convertirse en uno de los soportes para concretar, en los diversos campos de la vida nacional, sus potencialidades creativas e innovadoras al hacer un acompañamiento, en calidad de uno de los componentes básicos, a las tareas estratégicas del país vinculadas con el desarrollo transformador de los sujetos en formación, familias, comunidades locales y sociedad nacional.

La EPJA tiene una historia, un acumulado y una potencialidad que justifican su incorporación a la agenda educativa prioritaria del país. Es el sistema inclusivo y de calidad de educación que esperaban y esperan los Juan y las Juana García, que son los diversos tipos históricos y emergentes de personas jóvenes y adultas de los diversos territorios del país. Es de esperar que, dentro del marco del nuevo Proyecto Educativo Nacional 2020-2036, la EPJA sea reconocida y valorada como una multimodalidad que tiene un potencial transformador y puede y debe ser componente de las tareas estratégicas de desarrollo del país.

La EPJA, que tiene características específicas y que atraviesa todos los niveles educativos, debe insertarse dentro de las políticas educativas más avanzadas que apuesten por la inclusión real y no retórica de las modalidades educativas postergadas de la agenda educativa prioritaria del país; y por la construcción de la calidad en el horizonte de la igualdad de oportunidades para las personas jóvenes y adultas de todas las situaciones y condiciones.

Para lograr el propósito arriba señalado la EPJA tiene el desafío de generar un Movimiento cultural, social y pedagógico con un sentido político transformador que genere una energía social renovada y trascendente para que los Juan y las Juana García puedan realizarse plenamente y beneficiarse conjuntamente con sus familias, comunidades locales y el país en su conjunto.


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Comentarios y aportes de los Juan y las Juana García

La Educación de Personas Jóvenes y Adultas es un derecho fundamental; no es una simple modalidad, sino es mucho más que eso; la EPJA es una totalidad orgánica, un sistema en el vasto campo educativo, que comprende un conjunto de elementos que pueden interrelacionarse e interconectarse entre sí para lograr el propósito común que persiguen: una educación inclusiva y de calidad para las personas jóvenes y adultas de todas las situaciones y condiciones.

– Tengo que reconocer que la lectura de este tema no ha sido nada fácil para mí. Me desorienté cuando leí que dentro del sistema nacional de educación puede haber otros sistemas. No le encontraba una explicación lógica. Pero, con persistencia, volví a leer el texto con más atención, y descubrí que la respuesta estaba en mis narices. Es que el autor estaba usando el enfoque de sistemas. De acuerdo con este, hay sistemas y sistemas de distintos tamaños y en su respectivo tamaño tienen las características generales del sistema más grande. Entonces concluí: si la EPJA atiende a la población nacional de 15 a más años, el SINEPJA es el que tiene por lo menos las tres cuartas partes de la torta de la vida del ser humano. Eso me hizo pensar que no era justo que, si la EPJA tenía este tamaño, fuera la “cenicienta” del sistema educativo nacional. Los Juan y las Juana García debemos pensar, reflexionar críticamente y hacer nuestras propuestas para que esta situación de total olvido de la EPJA no se dé más en el país. Hablando en oro: con este olvido no solo perdemos nosotros, pierde el país.

– Me pareció interesante saber que el Sistema Nacional de Educación de personas jóvenes y adultas, SINEPJA, se basa en un trípode: objetivos, políticas y estrategias. Los objetivos definen los resultados concretos que deben alcanzarse; las políticas definen las reglas del juego; y las estrategias precisan cómo lograr

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los resultados dentro de las reglas del juego. Cuando relacioné esto con lo que acontece en el país, no pude dejar de pensar en que se aprueban tantas leyes y no se establecen las fuentes de financiamiento y ya conocemos que, al final de la película, las cosas salen mal. Por esto, en la EPJA debemos tener ideas claras hacia dónde queremos ir y analizar, caso por caso, hasta qué punto es posible llegar en lo político, técnico y financiero. Este énfasis que hace el autor me parece importante.

– Insistiendo en lo señalado por el colega, en la EPJA “no debemos tirarnos a una piscina sin agua”, es decir, sin contar con las posibilidades de realización que plantea el autor. No debemos tratar de resolver, en forma inmediata, todos los problemas de la EPJA, que son “peliagudos”. No es que nos falte visión ni voluntad política, sino que, si nos referimos a la EPJA estatal, la vaca lechera del Estado tiene muchos terneros y hay que luchar y estar en permanente alerta para conseguir una equitativa asignación presupuestal. Si somos una democracia, como ciudadanos tenemos que ejercer nuestro derecho de participar en la elaboración y discusión de las políticas públicas de la EPJA y conseguir que estas estén financiadas. Las retóricas populistas y electoreras deben dar paso a las realidades reales en pro del mejoramiento sustantivo de la EPJA para que las personas jóvenes y adultas puedan acceder a oportunidades formativas cada vez más amplias y complejas y de aprendizajes de calidad.

– Formar el SINEPJA es una tarea que tiene sus bemoles. ¿El Ministerio de Educación estará en condiciones de conducir un proceso no común de diálogo y negociación con los otros organismos del Estado, de la sociedad civil, del sector privado y de las instituciones de educación superior para unir esfuerzos y propuestas vinculadas con acciones importantes de la EPJA? Si la respuesta es afirmativa, creo que habríamos dado un paso muy grande para lograr aquello que los Juan y las Juana García aspiramos.

– La EPJA, en la forma innovadora como se plantea, tiene que ser conducida por una persona con capacidad de liderazgo, que conozca las realidades del país y los retos de vida y de trabajo de las personas jóvenes y adultas; que tenga vocación de servicio y compromiso con los sujetos de la EPJA y con el país. Además, debe tener la categoría de una Alta Autoridad de Estado, con un mínimo rango de viceministro. Debe ser algo así como un “Zar” de la Educación de Personas Jóvenes y Adultas. Solo así esta persona


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podrá dialogar de igual a igual con otros actores que tienen capacidad de decisión en sus respectivos sectores.

– Me parece que esta es una oportunidad histórica que tiene el Ministerio de Educación para conocer y vivenciar directamente los desafíos del desarrollo en los diferentes ámbitos de la vida nacional. Es su oportunidad para combinar la pedagogía escolar que imparte con una renovada pedagogía social que utilice las corrientes pedagógicas transformadoras de la época que estamos viviendo. Para ello tiene que dialogar, estudiar y analizar, aprender las buenas prácticas educativas que se realizan en otros espacios fuera de las instituciones educativas. Pero también para lograr todo esto debe tener liderazgo pedagógico y liderazgo de gestión. Tiene que trabajar de la mano con el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, el Ministerio de Economía y Finanzas, que tiene un poder superior y, de lo que se sabe, es el definidor último de las metas prioritarias de los otros ministerios. También debe trabajar con otros Ministerios y demás organismos centralizados y descentralizados.

– Un capítulo aparte es el trabajo asociativo que el Ministerio de Educación debe realizar también con los gobiernos regionales y los gobiernos locales. Recuerdo haber leído hace años un artículo en el que se informaba que en Panamá se había generado en los noventa un programa de educación básica, con características especiales, para los nuevos alcaldes de las provincias. Es solo un ejemplo de lo mucho que se puede hacer, especialmente, si la EPJA en estas instancias llega a ser componente transversal de los programas de desarrollo sostenible.

– Si hay voluntad política, social e institucional se puede armar una nueva estructura institucional conformada por los grandes sectores que están relacionados con la EPJA. Es un gran desafío para trabajar y servir juntos a las personas jóvenes y adultas del país. Es una oportunidad histórica para dialogar, negociar y concertar sobre asuntos de bien común. Es un escenario donde en lugar de “marmaja”, de coimas, lo que hay es servicio a una causa noble desde nuestras voluntades, capacidades y disposición de compartir nuestros conocimientos, experiencias y saberes. Soy economista de profesión y un tiempo fui “taxista de lujo”, pero ahora estoy trabajando en mi campo profesional. Por esta razón, estoy dispuesto a cooperar en alguna tarea en la que puedo ser útil.

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– Creo que una tarea del SINEJPA tiene que ver, entre otras cosas, en cómo evaluar a las instituciones y programas de la EJPA y a sus ofertas educativas. Me imagino que habrá la necesidad no solo de reorientarlos, sino de reinventarlos o de inventarlos, sabiendo, eso sí, que no partimos de cero, porque tenemos en funcionamiento centros educativos para jóvenes y adultos y programas. Lo veo como un desafío para la creatividad y la innovación de la nueva EJPA, en cuya construcción queremos participar los Juan y las Juana García. Algunos de mis compañeros y yo no tenemos educación avanzada, pero no somos ignorantes. Tenemos ideas y propuestas que pueden ayudar. Todos tenemos que meter el hombro.

– Mi temor es que el Ministerio de Educación no tenga la capacidad para liderar y dialogar con los otros sectores y actores comprometidos o por comprometerse con la EPJA. “Una cosa es cantar solo y otra con guitarra y con cajón”. Una cosa es mandar y ordenar mediante Resoluciones y Directivas y otra diferente trabajar con aliados estratégicos que no reciben órdenes del Ministerio de Educación. Como dice el autor, es una apuesta por la esperanza. Tenemos que confiar en nuestras instituciones y estar convencidos de que, ahí donde hay una causa noble, no debe haber ambiente favorable para la corrupción ni la desesperanza.


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Referencias

BERTALANFFY, von Ludwig, et. al. (1987).Tendencias en la teoría general de sistemas. Madrid: Alianza Editorial.

POCZTAR, Jerry (1993). Analisi sistémica dell!educazione. Roma: Editorial Anicia.

CREFAL. César Picón (coord.). (2013) Hacia una EPJA transformadora en América Latina y el Caribe. Consulta Pro-EPJA realizada por el CREFAL. México, Pátzcuaro: CREFAL, pp.35-42.

OSORIO, Jorge. (2016). Ciudadanías en movimiento: una agenda para una educación ciudadana crítica. (Hacia una sociedad democrática, inclusiva, próxima y participativa). En Revista Educación Global, artículo 9, marzo 2016, pp.19-34

PICÓN ESPINOZA, César. (2016). El Sistema que esperaba Juan García. Sistema Nacional de Educación de Personas Jóvenes y Adultas en América Latina. Lima: Foro Educativo, Taller Gráfico Ruta Pedagógica, Editorial SAC.

UNESCO (2015). Replantear la educación ¿Hacia un bien común mundial? Paris: UNESCO. http://unesdoc.unesco.org/images/0023/002326/232697s.pdf

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10GOBERNANZA DE LA EPJA

La Gobernanza de la EPJA, en un sentido general, implica tener un sistema educativo institucionalizado, con capacidad de decisión, acción y de control, con el fin de hacer un buen gobierno dentro del marco de una legitimidad con “justicia educativa” y con una activa participación de los sectores involucrados y sus respectivos actores que, en el caso que nos ocupa, son el Estado, la sociedad civil, el sector privado y las instituciones de educación superior.

La sincronización de esfuerzos de los sectores señalados, que en el campo de la EPJA son sus grandes Subsistemas, tiene el propósito común de construir una EPJA inclusiva y de calidad para las personas jóvenes y adultas de todas las situaciones y condiciones y de todos los territorios del país, con el fin de promover su desarrollo humano, ocupacional y profesional, así como los otros tipos de desarrollo, en una perspectiva de cambio transformador.

La Gobernanza de la EPJA, en la percepción del autor, es un aspecto clave para el logro de los propósitos de esta multimodalidad en todos sus niveles de gestión. Tiene dimensiones y desafíos cruciales, que son los aspectos que se abordarán en lo que sigue.

Para una buena Gobernanza de la EPJA se requieren dos condiciones importantes: la primera es que se respeten sus dimensiones esenciales; la segunda es que se generen respuestas creativas e innovadoras en relación con sus siguientes aspectos focales: fortalecimiento y expansión del SINEPJA, calidad de la EPJA y financiamiento. Si funcionan adecuadamente estos aspectos, la Gobernanza facilita la implementación de políticas y


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estrategias de aprendizaje de jóvenes y adultos y de otras cuestiones sustantivas de la multimodalidad. Una buena práctica de Gobernanza en la región sería el Programa Aprender Siempre de Uruguay (CEAAL, 2017).

10.1. Dimensiones de la gobernanza de la EPJA

La Gobernanza de la EPJA, en nuestra visión interpretativa, tiene las siguientes dimensiones fundamentales: ética, política, epistemológica, pedagógica y estratégica. La interconexión dinámica de las mismas puede generar un potencial transformador de proyecciones insospechadas. Cada una de ellas, mediante una adecuada comunicación, posibilita la intervención de la EPJA en dominios específicos que, debidamente interconectados, pueden generar impactos considerables.

EPJA y su dimensión ética

La Ética debiera ser el referente axiológico fundamental, mediante el cultivo de los valores en todos los espacios del aprendizaje humano: familiar, comunitario, institucional, social, laboral, educativo-institucional, la instancia de los medios de comunicación social y de las tecnologías de la información y de la comunicación como herramientas para el aprendizaje humano, los interaprendizajes entre personas y colectividades de diferentes culturas y los autoaprendizajes que hacemos en los distintos espacios de la formación humana.

Es fundamental la presencia de la Ética en la Educación, la Política y en todos los otros campos de la vida de las personas, de la comunidad local y de la sociedad nacional, así como de sus instituciones intermedias. Se requiere de una estrategia principal que articule los esfuerzos y genere sinergias entre todos los espacios de formación humana para hacer de la Ética una brújula que oriente y dé direccionalidad axiológica a todos los espacios de aprendizaje, así como a sus respectivas articulaciones. Para ello se requiere el liderazgo político y ético de los ministerios de Educación (Cardona, 1990).

Es fundamental, de otro lado, que los ministerios de Educación cuenten con un plan eficaz de permanente lucha contra todas las formas de corrupción en la gestión educativa en todas sus instancias. La corrupción administrativa es un fenómeno creciente en el país y en algunos otros de la región. Es un imperativo ético luchar contra este fenómeno y establecer mecanismos ágiles de coordinación con todas las instancias involucradas, incluyendo al poder judicial, dentro del ordenamiento administrativo y jurídico del país.

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Es indispensable que, desde la sociedad civil, se concrete la vieja aspiración de contar con Observatorios Independientes de la EPJA, que, afortunadamente, ya se vienen gestionando, fundamentalmente, por iniciativa de las organizaciones de la sociedad civil.

EPJA y dimensión política

En la percepción del autor, entre otros, por lo menos hay tres grandes desafíos nacionales. El primer desafío es un sustancial crecimiento de los partidos políticos en su lectura y adhesión consciente al Proyecto Educativo Nacional, que tiene que estar articulado a los intereses estratégicos de la sociedad nacional en su rica diversidad y al Estado Nacional, que debe renovarse y actualizarse dinámicamente a la luz de las nuevas realidades nacionales, de los nuevos desafíos y de los sueños y esperanzas de quienes forman parte de su población-objetivo.

Se requiere una alfabetización cultural, en el mejor de los sentidos, de la clase política en todas sus instancias y territorios. Es importante que asuman conscientemente el sentido y alcances de la educación para las personas de todos los grupos de edad y de todas las situaciones y condiciones de vida, con especial énfasis en la atención a los sectores sociales que históricamente han estado y todavía siguen viviendo en situación de vulnerabilidad, marginación, pobreza y exclusión. Una clase política ilustrada en el campo educativo estará en condiciones de participar con pertinencia en el proceso de Reforma del Estado en el campo educativo y comprender a cabalidad los sentidos y alcances de la EPJA, así como en la diferenciación de políticas educativas de Estado y políticas educativas de gobierno.

El segundo desafío es la toma de conciencia de las administraciones gubernamentales de turno, que la Voluntad Política en favor de la EPJA no significa pronunciar discursos y solazarse con las buenas intenciones sobre la Educación y la labor abnegada de los maestros y maestras, sino tener una clara concepción acerca de lo que es y debe ser dicha multimodalidad en el corto, mediano y largo plazo, así como gestionar eficazmente el incremento significativo del PBI destinado al logro de los objetivos estratégicos de dicha modalidad.

¿Qué entendemos por educación de jóvenes y adultos y el derecho a la misma en cada particularidad nacional?; ¿ para qué sirve, a quiénes sirve y debe servir, cuál es nuestro posicionamiento sobre la educación pública de calidad para todas las personas jóvenes y adultas de nuestra sociedad nacional?; ¿cuáles son las responsabilidades específicas del Estado, de la


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sociedad, de las familias, de las comunidades educativas nacionales y de la sociedad en su conjunto?, son algunas de las preguntas que deben responderse dentro del marco de la Voluntad Política del Estado Nacional y de la Sociedad Nacional en relación con la EPJA.

Podemos tener adhesiones o discrepancias ideopolíticas con Cuba, pero lo que no podemos dejar de reconocer es que dicho país es el primero en nuestra región que demostró en los hechos que la educación en general y la EPJA en particular son una responsabilidad de todos los sectores del Estado y de la sociedad nacional. Se refiere anecdóticamente la dificultad que tienen los investigadores y analistas internacionales en educación para conocer el monto presupuestal específico que dicho país destina a la educación, porque este se encuentra diseminado en los diferentes organismos del Estado y cuenta con el aporte valioso de múltiples actores de la sociedad civil, incluyendo la fuerza del voluntariado.

La Voluntad Política de los Gobiernos debe medirse por la inversión social en la EPJA, el avance efectivo del Proyecto Educativo Nacional en lo concerniente a la EPJA, comprobado mediante evaluaciones serias y transparentes y no con valoraciones sospechosas y oportunistas; el avance efectivo en el mejoramiento sustantivo de los aprendizajes de las personas jóvenes y adultas; el avance en el programa de desarrollo personal y profesional y el desempeño del respectivo personal docente y directivo; el avance en la articulación de la EPJA al mundo de la economía formal e informal y del trabajo-empleo y autoempleo; articulación con las ciencias y tecnologías, arte y otras expresiones de la cultura; a la lucha contra la pobreza y la exclusión, a las reformas y transformaciones sectoriales que estén en marcha; a los emprendimientos de desarrollo humano sostenible en los niveles local, regional dentro del país y nacional; a las innovaciones y emprendimientos de las personas jóvenes, particularmente que generan empresas en las que, además de percibir legítimas ganancias, brindan solidarios aportes en relación con la sostenibilidad del ambiente y el apoyo a programas de desarrollo social en beneficio de los sectores sociales desfavorecidos.

El tercer desafío es lograr mecanismos eficaces que no tengan como propósito la desvaloración o anulación del sindicalismo magisterial, sino establecer conjuntamente con dicha instancia formas de trabajo cooperativo y horizontal, teniendo como referente principal el Proyecto Educativo Nacional que esté en vigencia y las políticas específicas sobre la EPJA que el gobierno de turno prioriza en concordancia con lo establecido por el mencionado Proyecto. Las organizaciones gremiales de los docentes, además de defender los legítimos intereses de sus

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asociados, pueden ser potencialmente espacios de desarrollo personal, profesional y de bienestar del personal docente y de sus familias. A este respecto, hay buenas prácticas regionales en Colombia, Costa Rica, Argentina y Brasil.

En el Perú un fundamentalismo ideopolítico de la clase dirigente de cierta organización magisterial, contraria al sindicato nacional, que pretende conducir al magisterio al extremismo político, es un riesgo y un obstáculo concreto que se da en el país, pero tal situación no debe impedir la búsqueda de diálogo, de negociación y concertación para lograr una plataforma de consenso en apoyo al desarrollo educativo nacional en general y de la EPJA en particular. Es importante anotar que los actuales gremios magisteriales están conformados, principalmente, por educadoras y educadores de educación inicial y de educación básica regular. Cuando la EPJA se fortalezca no cabe duda de que dichos gremios contarán con la “sangre nueva” de las educadoras y educadores de jóvenes y adultos.

EPJA y dimensión epistemológica

Un desafío importante en relación con el componente epistemológico es que debe diseñarse y aplicarse una política de producción de conocimientos para el mejoramiento continuo y actualizado de la calidad de la EPJA, que incide directamente en su gobernanza. Dicha producción se puede hacer mediante investigaciones, sistematizaciones e innovaciones educativas desde el Ministerio de Educación en diálogo con las universidades, los institutos y centros de investigación independiente y las entidades de formación profesional docente. Para ello, la EPJA debe establecer un sistema de información claro, simple y sin sofisticación alguna para captar datos relevantes y oportunos que alimenten la producción de conocimientos, la mejora de los aprendizajes y la toma de decisiones oportunas para una gestión eficaz y eficiente.

Se está perdiendo la oportunidad de generar una masa crítica de informaciones y conocimientos con el concurso de los saberes provenientes de los diferentes campos de la vida nacional en apoyo a una EPJA que se abra a la realidad mundial, nacional, regional y local y concrete

Las organizaciones gremiales de los docentes, además de defender los

legítimos intereses de sus asociados, pueden ser potencialmente espacios de desarrollo personal, profesional y de bienestar del personal docente

y de sus familias.


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su intencionalidad de construir respuestas con visión de presente y de futuro. Es la razón por la que en el tema 5 de este libro se presenta una agenda de investigaciones para la Academia, investigadores sociales, investigadores laborales, educadores-investigadores de la EPJA.

Si lográramos articular las investigaciones, sistematizaciones, innovaciones y evaluaciones en todos los espacios de aprendizaje y en otros campos estratégicos de la vida nacional, como son los casos de los conocimientos científicos y tecnológicos, las actividades productivas de todos los tamaños de empresas, el patrimonio educativo y cultural de la gama rica y diversificada de las organizaciones de la sociedad civil, podríamos contar con una masa crítica cognitiva que facilite la articulación de la Educación a las prácticas amplias en todas las esferas de la vida nacional. Porque el mal llamado Sector Educación no es realmente un sector, es un sistema estratégico transversal que tiene el carácter de ser componente indispensable de la vida de la sociedad nacional y del Estado. Esto debe comunicarse al país mediante el diálogo, las publicaciones y las divulgaciones pertinentes, haciendo una adecuada y moderna pedagogía social.

En esta misma lógica es fundamental contar con una masa crítica del talento nacional en la EPJA para fortalecer el trabajo intelectual y técnico de la sede central del Ministerio de Educación y de las otras instancias subnacionales. Para ello hay que concebir y ejecutar estrategias no convencionales de formación de personal de alto nivel en las universidades y entidades de excelencia del país y enriquecerlas con la participación de investigadores y formadores de formadores de alto nivel de la región y de otras regiones del mundo.

La burocracia con que cuentan los organismos del Estado no siempre está compuesta por personal altamente calificado. Sus miembros no siempre se incorporan a sus respectivos puestos de trabajo como resultado de una selección objetiva y transparente, mediante concursos públicos que posibiliten la incorporación de personas decentes, en la connotación de personas intachables en el campo ético, y que cuenten con altas calificaciones y potencialidades en sus respectivos campos de competencia; con una considerable esperanza de vida profesional, técnica o administrativa en servicio al país. La fuerza y convocatoria de esta nueva burocracia debe estar cimentada en el conocimiento, así como en la experiencia, la capacidad de liderazgo y el compromiso de servicio al país. Una reforma de Estado absolutamente indispensable es la puesta en vigencia de la Ley de Servicio Civil para que dicha burocracia, además de calificada, tenga las capacidades de aprender, investigar, innovar y hacer acompañamientos solidarios a sus colegas de las instancias operativas.

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EPJA y dimensión pedagógica

Es fundamental tener una propuesta pedagógica de la EPJA de carácter nacional que dé direccionalidad y sentido a las distintas pedagogías en los diversos espacios de aprendizaje en todo el país. Ha llegado el momento de que, en el espacio educativo-institucional, se concreten las buenas prácticas de la autonomía de los centros educativos estatales de la EPJA, como paso previo a su generalización en escala nacional.

Ya debe superarse la fase del excesivo centralismo. Tenemos que intensificar el proceso de descentralización de las capacidades humanas e institucionales con el personal de las instancias subnacionales, tanto en los estados nacionales unitarios como federales. Es el momento de fortalecer la construcción de los currículos subnacionales diversificados y, dentro de tal marco, dar el gran salto hacia la construcción de los currículos de los centros educativos, así como de los programas y proyectos específicos de la EPJA. Un avance de gran trascendencia puede ser el establecimiento consensuado de los criterios básicos para la intensificación del aprendizaje en todos sus espacios, que ya los hemos venido señalando, en articulación con el espacio educativo-institucional.

Hay la necesidad de concebir las metodologías en la perspectiva de un desarrollo metodológico coherente con las concepciones fundamentales de la educación nacional y de sus diversos enfoques pedagógicos, teniendo como referente al Proyecto Educativo Nacional que esté vigente y sea conocido por el personal de la EPJA de todos los sectores involucrados. Tal desarrollo debe ser asumido como un cuerpo de principios, como una referencia de los más relevantes métodos y técnicas educativas con sus fortalezas y debilidades, como la construcción de varios caminos metodológicos posibles teniendo en cuenta los diferentes contextos educativos y territoriales.

El desarrollo metodológico debe excluir recetas, esquemas, modelos únicos. Debe ser un referente para que las y los docentes escojan en forma consciente, creativa e innovadora las opciones metodológicas acordes con la realidad de sus respectivos contextos educativos territoriales y de sus sujetos educativos. Debe revitalizarse la concepción y práctica de que el contexto general territorial en sus distintas dimensiones y el contexto educativo en particular, es un referente fundamental para diseñar y aplicar el pertinente desarrollo metodológico.


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EPJA y dimensión estratégica

Se requiere una actualizada y renovada implementación estratégica del nuevo Proyecto Educativo Nacional, en la parte relativa a la EPJA, mediante planes de corto y mediano plazo que sean evaluados por los actores involucrados y la pertinente instancia nacional especializada. Hay evidencias en el país y fuera de él que muestran la inconveniencia de que las personas, instituciones o instancias que elaboran y/o preparan el documento de base y luego agregan algunos aportes producto de las consultas, sean las encargadas de evaluarla. Por ejemplo, el autor considera que la evaluación del Proyecto Educativo Nacional al 2017 no debió haber estado a cargo del Consejo Nacional de Educación, pues es la instancia que preparó el documento inicial de base, sistematizó los aportes de las consultas y elaboró la versión final. Hasta aquí, todo correcto. Sin embargo, el Ministerio de Educación le encargó también la evaluación de este PEN. Es un error que debe superarse.

Un aspecto focal que debe considerarse es que “en lo que se refiere a la educación de adultos, la tónica más fuerte se refiere a su inserción en el mundo del trabajo, no teniendo el mismo énfasis en el significado social de la educación de adultos y su posible papel transformador de la sociedad”. (CEAAL, 2017)

La EPJA debe tener en cuenta las características de la Gobernanza

Cada una de las dimensiones de la EPJA, en la realidad, no marcha en forma separada, sino que hay una amplia interacción e interconexión entre todas ellas, jugando un papel fundamental la comunicación e información entre las mismas.

Es fundamental evaluar las políticas educativas nacionales de la EPJA y que se haga una rendición pública de cuentas de las mismas. Es una práctica poco frecuente en los países latinoamericanos (Latapí, 2009).

Es urgente contar con un sistema de información de la EPJA que tenga las características ya señaladas, a las que convendría agregar que tuviera puentes o vasos comunicantes e interactuantes con los pares que vayan

Es el momento de fortalecer la contrucción de los currículos

subnacionales diversificados y, dentro de tal marco, dar el gran

salto hacia la construcción de los currículos de los centros educativos,

así como de los programas y proyectos de la EPJA.

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generando los institutos y centros de investigación independiente y la instancia de planificación del desarrollo nacional y de los organismos del aparato del Estado.

La EPJA, para fortalecerse y conquistar su condición de Movimiento, requiere tener en cuenta las características referidas de la gobernanza. Debe tener como referente fundamental y presente en todos los momentos de su vida orgánica a la Ética en su comportamiento social y la moral en el comportamiento individual de sus actores. La Política de la EPJA debe orientarse al “Buen Vivir” de los sujetos educativos, personas jóvenes y adultas de todos los territorios del país, así como al desarrollo transformador de las personas, de las comunidades locales y de la sociedad nacional. La dimensión Epistemológica convoca a la EPJA fortalecida y en Movimiento a producir conocimientos provenientes de sus prácticas de vida en los que se articulen el saber popular y el saber científico; la teoría y la práctica; las demandas comunitarias y sociales con las ofertas de la EPJA y su viabilidad; la pedagogía escolar con la pedagogía social.

La EPJA, como Sistema fortalecido y Movimiento, debe beber de las fuentes cognitivas más actualizadas y también de la sabiduría de los pueblos ancestrales que están en la raíz de nuestra historia y de nuestra cultura. La dimensión Pedagógica convoca a sistematizar sus pedagogías y a enriquecerlas en un diálogo pedagógico abierto donde no haya jefes ni subalternos, sino el deseo de hacer una asimilación selectiva de los bienes de la cultura pedagógica sin prejuicios de índole alguna. La dimensión Estratégica dependerá de lo que sea capaz de realizar el Sistema Nacional de Educación de Personas Jóvenes y Adultas. Si todo sale bien, dicho Sistema se empoderará como parte de su fortalecimiento y posibilitará la construcción de condiciones favorables para generar un Movimiento sostenible de la EPJA con proyecciones esperanzadoras y un potencial transformador de grandes proporciones.

10.2. Cuestiones relevantes en la gobernanza de la EPJA

Los principales focos de la Gobernanza de la EPJA pueden agruparse en los siguientes aspectos: 1) Desafíos de carácter general, 2) Gestión de un buen gobierno de la EPJA, 3) Calidad de la EPJA y 4) Financiamiento.


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10.2.1 Desafíos de carácter general

En la gobernanza de la EPJA están implicados múltiples factores: el Proyecto-País; la planificación del desarrollo nacional y del desarrollo de la educación nacional y dentro de este el desarrollo de la EPJA; la voluntad política gubernamental, que tiene el carácter de un factor determinante; la concepción y organización del Sector Educación como un sector transversal a todos los campos de la vida nacional; la concepción y estructura del Sistema Nacional de la EPJA (SINEPJA), que debiera ser conducido por una Alta Autoridad Nacional del Estado; la construcción de una EPJA inclusiva y de calidad, teniendo en cuenta la “desigualdad entre los desiguales” y la búsqueda de igualdad de oportunidades educativas para las personas jóvenes y adultas de las diferentes situaciones y condiciones.

La Gobernanza de la EPJA requiere de políticas de Estado del desarrollo educativo nacional sobre las bases establecidas en el Proyecto-País, lamentablemente inexistente hasta ahora. A falta de este y con realismo podría ser viable un Acuerdo o Pacto Nacional por la Educación. En la misma lógica se requiere contar con Políticas de Estado de Educación establecidas en el Proyecto Educativo Nacional, de las cuales se desprenden los respectivos planes de gobierno del desarrollo educativo nacional. Es también indispensable reordenar el denominado Sector Educación, asumido como un sistema transectorial que transversaliza a los demás sectores, los cuales deben definir e instrumentar su responsabilidad y participación en la Educación. Es una evidencia que todos los sectores de la vida nacional, para el logro de sus objetivos y metas, requieren necesariamente de la Educación y, fundamentalmente, de la EPJA.

Un desafío que requiere respuestas innovadoras, eficaces y eficientes es la descentralización de la Educación y, dentro de ella, la descentralización de la EPJA, cuyo punto focal es el territorio. La instancia nacional del SINEPJA debe tener una estrategia de descentralización que no tiene que ser uniforme para todos los territorios, en razón de los distintos ritmos y velocidades de apropiación y fortalecimiento de las capacidades humanas e institucionales de las instancias regionales y locales de la EPJA dentro del marco de una nueva institucionalidad. Las instancias de gestión local y regional de la EPJA deben ser adecuadamente capacitadas, asesoradas y fortalecidas técnicamente por la instancia nacional, pero cambiando

Un desafío que requiere respuestas innovadoras, eficaces y eficientes es la descentralización de la

educación y, dentro de ella, la descentralización de la EPJA,

cuyo punto focal es el territorio.

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radicalmente los estilos de trabajo e ingresando a un horizonte dialógico, horizontal, participativo, eficaz y eficiente.

10.2.2 Gestión de un buen gobierno de la EPJA

La EPJA agrega, a las múltiples limitaciones que tiene en forma actualizada al año 2018, la de ser gestionada con muy buenas intenciones, pero con limitaciones. En los años sesenta floreció dicha modalidad en función del despegue del desarrollo industrial y en los setenta, en razón de las reformas sociales que se produjeron en el país y en algunos otros de la región, emergió una generación de líderes de la EPJA con competencia profesional, compromiso social, acceso al poder político, capacidad de conducción y realización, capacidad de innovación y de fomento y apoyo a emprendimientos creativos en beneficio de las personas jóvenes y adultas. A esta altura de los tiempos en que vivimos dicha generación, por razones de edad y de fallecimiento, está desapareciendo de sus respectivos escenarios nacionales. Quizás, como se refirió en una publicación previa del autor, sea este uno de los “últimos mohicanos” de la mencionada generación.

Lo lamentable es que, como en muchos aspectos sustantivos de la vida nacional, no se formaron en su tiempo o simplemente se ignoró la necesidad de formar a los cuadros de líderes jóvenes. Tal situación ha contribuido a generar los efectos que ahora están encarando algunos países latinoamericanos. Faltó voluntad política de los sucesivos gobiernos y “faros de luces largas” de las autoridades nacionales de Educación que siguieron con el enfoque equivocado de brindar atención casi exclusiva a la educación de la niñez y de la adolescencia, ignorando el pasado y simplificando en forma reduccionista el futuro.

La gestión de un buen gobierno de la EPJA tiene las siguientes expresiones principales: gestión de las políticas públicas de la EPJA, gestión del conocimiento, gestión pedagógica, institucional, comunicacional, logística y financiera. Por razones de extensión de este tema no se hace una caracterización de cada uno de los tipos de gestión. Sin embargo, las personas lectoras interesadas pueden encontrar los detalles en una de las publicaciones del autor (Picón, 2016, pp.285-292).


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10.2.3 Calidad de la EPJA

La Gobernanza de la EPJA, para su sostenibilidad, además de una buena gestión de gobierno, requiere construir en forma sostenible la Calidad de la EPJA, con inclusión. La construcción de la Gobernanza de la EPJA es una tarea prioritaria y compleja, tiene distintos factores y dimensiones. Es ineludible priorizar algunas acciones estratégicas, habida cuenta de las posibilidades y limitaciones de la educación nacional en general y de la EPJA en particular.

La lección que tenemos que aprender, en relación con la EPJA, es que debe debatirse en profundidad el concepto de calidad de la educación en el contexto de las realidades del país y de la visión consensual de lo que esperamos sea la sociedad nacional y la EPJA en el siglo XXI, dentro del nuevo proyecto nacional de educación, con un inteligente y convocador liderazgo democrático.

La calidad de la EPJA es una tarea insoslayable que debe iniciarse de inmediato. Es un proceso de largo plazo, que requiere de siembras y cultivos cuidadosos de parcelas experimentales para su posterior aplicación generalizada. En la dinámica del proceso se van validando y perfeccionando las concepciones y las propuestas pedagógicas, se vivencian los valores, se generan comportamientos deseables y se van cultivando actitudes positivas y estilos innovadores de trabajo educativo.

En la dinámica señalada las personas y la sociedad se van apropiando de un patrimonio colectivo, por construirse, que es la Cultura de la Calidad de la EPJA, conformada por un conjunto coherente de concepciones, principios, valores, tradiciones educativas, prácticas educativas innovadoras y estilos de trabajo educativo dirigidas hacia el cambio. La sostenibilidad de ella requiere de una permanente vigilancia social y de eficaces mecanismos de monitoreo moderno, evaluación y rendición de cuentas.

En razón de los señalamientos precedentes, la calidad de la EPJA es un imperativo ético y estratégico, significativamente vinculado a la deuda histórica con millones de personas de todos los grupos de edad que han sido las víctimas de políticas centralistas de diversa índole, que no han podido superar el empobrecimiento de un sector de la población nacional que tiene ofertas educativas de baja calidad. De ahí que la equidad tiene un carácter social, pero también territorial, cultural, étnico y de construcción de la igualdad de oportunidades educativas.

La calidad de la EPJA, para efectos de su aplicación práctica y de su medición, requerirá de definiciones operacionales en las instancias

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nacional, regional y local, lo cual implicará hacer las correspondientes contextualizaciones y estandarizaciones. Requerirá también de un sistema de indicadores dentro de los estándares nacionales que, como resultado de los diálogos educativos, establezca el Ministerio de Educación, conforme a las propuestas de la entidad nacional que conduzca el Sistema Nacional de la EPJA.

En las definiciones operacionales que se construyan se tendrá en cuenta que en la calidad de la EPJA están involucrados múltiples componentes o factores que deben acrecentar sus interrelaciones e interdependencias, evolucionando dinámicamente de una articulación a una genuina integración, con el fin de lograr los impactos esperados de una educación inclusiva de calidad.

La calidad de la educación es un fenómeno multidimensional. Es uno de los consensos que se viene generalizando y asumiendo en forma creciente. En una perspectiva tradicional se consideraba que la calidad de la educación tenía que ver casi exclusivamente con los contenidos del currículo, los métodos de enseñanza-aprendizaje y la formación docente. Actualmente se considera que la calidad de la educación es un fenómeno multidimensional y, por tanto, además de los componentes históricos señalados, y que siguen teniendo validez, hay otros componentes emergentes.

En la experiencia de la EPJA en la región, de uno u otro modo, han tenido presencia o se han visualizado los componentes o factores de calidad de la EPJA que a continuación se indican:

– Concepción de la EPJA en forma general y contextualizada.

– Currículos básicos flexibles y diversificados en las instancias regionales y locales.

– Formación inicial y continua de las personas líderes y del personal docente, directivo, técnico y administrativo.

– Inversión mínima por aula y por estudiante en el espacio público y por programa o proyecto en los otros espacios de aprendizaje de las personas jóvenes y adultas.

La gobernanza de la EPJA, para su sostenibilidad, además de

una buena gestión de gobierno, requiere construir en forma

sostenible la calidad de la EPJA, con inclusión y financiamiento.


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– Investigación, sistematización, innovación y evaluación como procesos técnicos clave.

– Construcción de una nueva institucionalidad educativa, que implica el fortalecimiento de las instituciones educativas públicas de la EPJA y la invención de una nueva escuela con modalidades y ofertas diversas para las personas jóvenes y adultas de los distintos territorios del país.

– Desarrollo metodológico en una connotación amplia que supera el tradicional reduccionismo a métodos y técnicas.

– Ambientes saludables, seguros y atractivos, en todos y cada uno de los espacios de aprendizaje de las personas jóvenes y adultas, dentro de un favorable clima institucional y de una infraestructura específica para los procesos educativos formales y no formales de las personas jóvenes y adultas.

– Gestión educativa múltiple: política, ética, epistemológica, pedagógica, institucional, técnica, financiera, comunicacional y logística.

– Mecanismos eficaces y modernos de monitoreo acompañante.

– Evaluación en sus distintas expresiones, como resultado del diálogo y el consenso de los actores involucrados.

– Vigilancia social de la calidad de la EPJA.

– Rendición de cuentas a las instancias que correspondan, en los escenarios de los sectores involucrados en la EPJA.

Estos componentes o factores tienen una dinámica de interrelaciones y de complementariedades, dentro de la cual se construyen progresivamente sus interconexiones y, en algunos casos, sus relaciones vinculantes. Las evidencias empíricas muestran que su impacto es mayor cuando todos los factores intervienen activamente en forma articulada- y mejor todavía integrada- en el proceso global de mejoramiento de la calidad de la EPJA.

10.2.4 Financiamiento de la EPJA

Históricamente el financiamiento ha sido uno de los “talones de Aquiles” de la EPJA. En el caso del Perú, ni siquiera en los mejores tiempos de dicha modalidad, ha contado con el requerido financiamiento. Por ejemplo, la asignación presupuestal pública en 2017 para la denominada Educación

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Básica Alternativa, en lo que toca a las personas jóvenes y adultas, fue menor que la establecida para el año 2016. En ambos casos, están distantes de llegar al 1% del gasto público en Educación del Estado. El monto asignado no alcanza a cubrir las necesidades y demandas básicas de los sujetos educativos más interesados en su educación y mucho menos llegan a cubrir las necesidades y demandas comunitarias y sociales.

La EPJA, en su encogida versión peruana de Educación Básica Alternativa para personas jóvenes y adultas, no cuenta con locales propios ni readecuados para fines educativos de jóvenes y adultos; hay una escasez de materiales educativos y otros recursos para el aprendizaje, entre otros, para el uso de las herramientas digitales. Los educadores que trabajan con personas jóvenes y adultas, en un alto porcentaje, no están profesionalizados en el campo de la EPJA y proceden de la educación básica regular, que trabaja con niños y adolescentes. Gasto público ínfimo e inversión nula es la realidad.

A partir de la realidad señalada, uno de los problemas que se debe encarar frontalmente es cómo lograr los recursos requeridos para hacer una EPJA inclusiva y de calidad y con visión de futuro. Las soluciones que se propongan tienen que ser viables, pero también se requiere tener un conocimiento de la problemática de la EPJA y de sus potencialidades. Se tiene que comenzar fortaleciendo a la EPJA que impulsa el Ministerio de Educación, porque es la instancia clave para generar o no un trabajo asociado y compartido con todos los organismos del Estado, con las organizaciones de la sociedad civil, sector privado e instituciones de educación superior.

El MINEDU tiene que promover y fomentar la activa participación del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, Ministerio de la Producción, Ministerio de Agricultura, Ministerio de Energía y Minas y de otros organismos del aparato del Estado en el ámbito de la formación profesional de sus trabajadores. Es un hecho que el contingente mayoritario de los sujetos de la EPJA, particularmente de quienes están en situación de riesgo social, debe ser atendido directamente por el Estado. Para tal efecto, como ya se hizo en el país dentro del marco legal de la reforma de la educación de los setenta, se podrían establecer

Una fuente de financiamiento por explorar es contar con un fondo

especial para las personas jóvenes y adultas de sectores sociales

desfavorecidos en los distintos territorios del país.


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Unidades de Servicios Formativos dentro de las propias empresas con autofinanciamiento de las mismas y contando con incentivos tributarios. Habría también que considerar otras modalidades de financiamiento sobre la base de acuerdos específicos entre los actores involucrados.

Es fundamental gestionar un aumento sustantivo del presupuesto público nacional destinado a la EPJA y establecer los mecanismos requeridos para captar la mayor participación de las empresas privadas en la formación y capacitación del personal de trabajadores.

La medida señalada es la semilla para generar la seguridad del financiamiento, para lo cual las instancias pertinentes tendrían que tomar, entre otras, algunas medidas como las siguientes: conseguir que la EPJA, por intermedio de los diálogos y las consultas, elabore y presente al Ministerio de Educación una propuesta concreta sobre el particular con miras a que forme parte de la agenda prioritaria en el próximo Proyecto Educativo Nacional 2020-2036.

Otras gestiones tendrán que hacerse con los demás organismos del Estado en los niveles nacional, regional y local en el sentido de que sus programas y proyectos de desarrollo, que tengan un relevante componente educativo, sean operacionalizados por la EPJA del Ministerio de Educación o de otra entidad certificada e inscrita en el registro nacional de entidades que pueden realizar acciones de la EPJA orientadas al mundo del trabajo, contando para tal efecto con el financiamiento de las organizaciones beneficiarias en calidad de componente del gasto de operaciones de los respectivos programas o proyectos. Acciones similares se pueden realizar, en casos específicos, con las organizaciones de la sociedad civil y el sector privado.

Una fuente financiera que no debe ser descartada es la generación de recursos propios. Hay proyectos específicos que se pueden identificar y desarrollar, a partir de un fondo semilla, y realizarlos en alianza con instituciones de educación tecnicoproductiva, institutos técnicos y entidades de formación profesional. Obviamente, para concretar esta opción, se requieren las pertinentes autorizaciones normativas. Debe merecer atención especial del Estado que a las instituciones de la EPJA que deseen fortalecerse y reúnan las condiciones requeridas las dejen trabajar y generar sus propios recursos para extender sus acciones que les permitan el aprendizaje de los sujetos en formación e invertir en materiales educativos y herramientas digitales con miras a acceder a aprendizajes complejos y en profundidad.

Una fuente de financiamiento por explorar es contar con un Fondo Especial

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para las personas jóvenes y adultas de sectores sociales desfavorecidos en los distintos territorios del país. Economistas, financistas, educadores de jóvenes y adultos, empresarios, jóvenes emprendedores, mujeres exitosas en el mundo del trabajo y de los negocios, pueden constituir la masa crítica para conformar una Comisión de Trabajo que elabore una propuesta de Estado, con miras a la constitución, aprobación y funcionamiento honesto y transparente de este Fondo. Ya se sobrepasó el límite de lo tolerable en materia de apatía e indiferencia del Estado y de la sociedad en relación con el financiamiento de la EPJA.

Un aspecto fundamental que debe considerarse es que en el trabajo serio que impulse la EPJA no es posible generar una inflación de esperanzas y de promesas ingenuas. Hay la necesidad de evolucionar de populismos de distinta índole a un sinceramiento ético de todos los actores involucrados; evolucionar también de proyectos sin las viabilidades fundamentales a proyectos sustentados en la solidez de su fundamentación, de sus alcances y posibles impactos y en su viabilidad financiera, además de la viabilidad política y técnica de los programas y proyectos que se proponen.

Por último, los programas y proyectos de todos los sectores de la EPJA pueden hacer un buen uso de las posibilidades que ofrezcan la cooperación nacional e internacional. Hay temas claves de la EPJA que pueden interesar en el caso de la cooperación internacional, por ejemplo, a la Agenda 2030: la EPJA puede ser componente de todos sus ODS. Las ofertas de dicha modalidad, en cuanto uno de los componentes básicos, puede acompañar a las prácticas de cambio climático, desarrollo humano sostenible, salud-alimentación y nutrición, ciudadanía global e interculturalidad, derechos humanos, cultura de paz, educación intercultural, enfoque de género desde la perspectiva de las personas jóvenes y adultas en el horizonte de sus diversos sistemas culturales, educación para gestionar el riesgo de desastres y riesgos sociales, educación para la resiliencia.

Hemos percibido, a lo largo de este tema, que la Gobernanza es un tema relevante para el fortalecimiento del Sistema Nacional de la EPJA y la construcción del Movimiento de la Educación de Personas Jóvenes y Adultas en el Perú.

Señalamiento final

Una buena gobernanza de la EPJA posibilitará el creciente fortalecimiento del SINEPJA, que redundará en el mejoramiento sustantivo de sus ofertas inclusivas y de calidad y generará múltiples beneficios al país. Se hará realidad la esperanza y la apuesta del autor: Si las personas jóvenes y adultas aprenden, nos beneficiamos todos.


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Escenario: Aula del centro educativo San Ramón de Cajamarca. Asistentes: participantes de diversos estratos sociales y ocupacionales, los cuales, previamente, han leído las fotocopias de algunos capítulos seleccionados del libro, Día: sábado. Hora: 7 p.m.

Comentarios y aportes de los Juan y las Juana García sobre la Gobernanza de la EPJA

– De las “ideotas” (no idiotas por si acaso) del libro, una que me ha llegado a la piel es la gobernanza. Soy dirigente sindical y tengo mis lecturas en ciencias políticas. Recuerdo que había leído sobre gobernabilidad y gobernanza, pero del país y no de una modalidad educativa. Es que el autor tiene razón, porque la EPJA no es una modalidad convencional que se queda dentro de los muros escolares. Es una modalidad transversal que cruza la alfabetización, la educación básica y la educación superior; tiene diversas ofertas en sus distintos campos de aprendizaje desde las instituciones educativas pasando por todos los organismos del Estado en todos sus niveles de gestión, las organizaciones de la sociedad civil, del sector privado y de las instituciones de educación superior. Me parece formidable en este último caso la creación o adecuación de institutos tecnológicos superiores alternativos y de universidades alternativas. Esto es algo que debieran considerar las instituciones de educación superior universitarias y no universitarias.

– La EPJA, por ser una modalidad transversal y con diversas ofertas en distintos campos de aprendizaje, es una multimodalidad. Por eso es, además, compleja, porque tiene que atendernos a los Juan y a las Juana García de todo el Perú, considerando nuestras desigualdades y nuestras diferencias y nuestras ubicaciones en los distintos territorios del país, que también son desiguales. Los aprendizajes que necesitamos también son variados: unos son simples y puntuales, otros son básicos, avanzados y hasta complejos y están los que se llaman “de punta”, es decir, de vanguardia.

– Lo que se viene diciendo son palabras mayores. Lo digo con conocimiento de causa, porque soy directivo en este colegio. De un lado no puede haber gobernanza en la EPJA si esta no proporciona aprendizajes de calidad. Para ello, las unidades operativas de la EPJA deben estar muy bien gestionadas, es decir, deben tener un buen gobierno, una buena conducción. Se gestionan programas, actividades, conocimientos, pero también voluntades,

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compromisos, decisiones políticas, institucionales y sociales; se gestionan proyectos con solidez pedagógica y metodológica; se manejan procesos técnicos como la investigación, planificación, sistematización, acompañamiento técnico, evaluación y otros; se gestionan las distintas formas de comunicación y de intercambio entre las entidades de los diferentes sectores comprometidos con la EPJA; se gestiona el financiamiento para la ejecución de programas, proyectos y acciones viables en beneficio de las poblaciones-objetivo prioritarias dentro de los sectores sociales desfavorecidos, como también de aquellos favorecidos por oportunidades educativas en casos puntuales.

Sigo: por eso, la Gobernanza de la EPJA no es un adorno literario ni técnico. Es una necesidad, es un elemento fundamental para crear y fortalecer el Sistema Nacional de la EPJA, para la adecuada articulación de esfuerzos y recursos de los espacios de aprendizaje de todos los sectores que apoyan a la EPJA. Esto nos está planteando la necesidad de contar con instituciones sólidas de la EPJA tanto públicas como privadas, así como tener programas y proyectos de educación de jóvenes y adultos gestionados por las organizaciones de la sociedad civil, del sector privado y de las instituciones de la educación superior. Todo esto supone contar con dirigentes que tengan capacidad de decisión en sus respectivos sectores, con nuevas formas organizativas que permitan un trabajo cooperativo entre entidades asociadas para el común propósito de educar integralmente a las personas jóvenes y adultas y conseguir que estas desarrollen su capacidad de aprender a lo largo de sus vidas y en los distintos escenarios de ella.

– Me parece que es justo señalar que el autor, como lo hemos comentado en el intermedio, tiene una forma realmente novedosa y atractiva de presentar y desarrollar este difícil tema de la gobernanza. Sostiene que ella tiene lo que él llama dimensiones fundamentales: ética, política, epistemológica, pedagógica y estratégica, “cuya interconexión dinámica –como dice el libro- puede generar un potencial transformador de la EPJA de insospechadas proyecciones”. Cada una tiene un campo específico y todas ellas articuladas pueden contribuir al logro de resultados satisfactorios de un buen gobierno, es decir, la capacidad del Sistema de la EPJA de cumplir su misión. Creo que, cuando la fruta esté madura, se puede pensar en un Pacto Nacional por la Educación de Personas Jóvenes y Adultas.


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– Cierto y salta a la vista que en una gobernanza de este tipo están involucrados diversos factores que el autor los señala con bastante claridad. Yo creo, como microempresaria joven, que tenemos que amalgamar esas voluntades en un pacto social como señala el compañero.

– ¿Recuerda usted algunos, señorita? No lo digo por ponerla a prueba, sino porque, como estudiante que soy, me gustaría anotarlos.

– Más tarde te presto mis copias, pero, solo para mencionarlos de pasada: Proyecto-País, que no lo tenemos hasta ahora; planificación del desarrollo nacional y del desarrollo de la Educación estableciendo bien el papel fundamental de la EPJA como componente de los programas y proyectos de desarrollo, que tampoco tenemos muchos; la voluntad para construir una EPJA inclusiva y de calidad, tanto para los iguales como para los “desiguales entre los desiguales”. ¿Cómo la ven? La Gobernanza requiere Políticas de Estado de la EPJA y Políticas de Gobierno coherentes entre sí y enrumbadas en la dirección que señale el Proyecto Educativo Nacional.

– Continuando lo dicho por la compañera, la Gobernanza del futuro de la EPJA exige que el Sector Educación realmente sea un sector transversal que apoye y acompañe a los organismos del Estado y de la sociedad civil en lo que corresponda en el campo de la formación general articulada con sus respectivos programas y proyectos, pues todos ellos, sin excepción, requieren del componente formativo para el logro de sus objetivos y metas. En la nueva estructura de la EPJA transformada, seguramente habrá que establecer también organismos de decisión y de apoyo técnico conformados por representantes de los sectores involucrados: organismos del Estado, algunas organizaciones de la sociedad civil, el sector privado y las instituciones de educación superior. Si hay voluntad política, capacidad de liderazgo del núcleo motor del Sistema de la EPJA, que es la EPJA del Ministerio de Educación, y una acertada selección de los equipos de las unidades ejecutoras, la coordinación intersectorial y multisectorial puede funcionar.

– Un aspecto que a mí me parece espectacular y bien logrado en todo lo que plantea el autor es su insistencia, a lo largo del libro, en la descentralización, pero –y esto es interesante- incluso sin necesidad de denominarla. Como yo estudié una temporada –mientras hubo platita- ingeniería geográfica, me gustó que

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utilizara con mucha frecuencia el término “territorio”, no como una simple realidad geográfica, sino como un hábitat humano donde existen contextos culturales, sociales, económicos y organizacionales, que se deben valorar y respetar, pues es dentro de ellos que vivimos los que podemos ser beneficiarios directos de la EPJA. Estoy de acuerdo con el autor en que sugiera inventarios territoriales de la EPJA, currículos diversificados teniendo en cuenta las características socioeconómicas y socioculturales de los participantes, así como la revaloración de la educación indígena y de la educación comunitaria. Asimismo, me parece excelente que todo ello no implique, en la propuesta que aparece en el libro, obstaculizar la modernidad, si esta se construye con bases de justicia social, de equidad-en palabras del autor- como “una estrategia intermedia con miras a conquistar la igualdad de oportunidades educativas que deben disfrutar las personas jóvenes y adultas de todas las situaciones y condiciones”.

– Yo pienso que un elemento esencial para que haya una buena Gobernanza es la construcción y adecuado funcionamiento del Sistema de la EPJA, en el cual estarían representados los diversos sectores y sus respectivas organizaciones. Si interpreto bien al autor es que habría que establecerlo en forma compartida con todos los actores involucrados, bajo la convocatoria del Ministerio de Educación. En este único punto no estoy de acuerdo con el autor. Él tiene su “corazoncito” en el Ministerio de Educación y puedo comprender este respetable aprecio a la “camiseta” de ese sector, pues es un líder histórico de la EPJA y en algunas etapas fue director general de educación básica, educación de adultos y viceministro de gestión pedagógica. Para que funcione bien la transversalidad de la EPJA, a mi juicio, su mejor institucionalización podría ser como un organismo autónomo descentralizado dependiente de la Presidencia del Consejo de Ministros, con una estructura orgánica distinta a la de la sede del Ministerio de Educación. Sería como cambiar el tradicional esquema organizacional. Antes de que los opositores salten a morderme la yugular, analicemos la realidad: el Ministerio de Educación no podría con todo: atendería, exagerando, a no más del 5% de las necesidades y demandas de la EPJA en una concepción renovada tal como la plantea el autor. Estoy seguro de que incluso él va a argumentar en contra de esta propuesta. ¿O no, doctor?

– La tendremos en cuenta, mi querido amigo, porque me parece interesante. Cierto que “mi corazoncito” se sentirá acelerado hasta encontrar la alternativa que sea la más conveniente para el país.

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– De los interesantes comentarios de mis colegas, quiero recalcar que es evidente que la Gobernanza de la EPJA necesita como soporte fundamental al Sistema de la EPJA, pero un sistema con una estructura organizativa simple y que funcione bien a cargo de un equipo directivo y técnico polivalente; una vigilancia social en estado de alerta permanente; y con una real viabilidad política, técnica y financiera.

– Un hermano mío es economista y compartí con él lo que creo que son los planteamientos principales del libro. Le gustó el enfoque del autor, porque parte de las realidades de nuestro país y no de modelos foráneos. Me dijo que en economía hay que seguir el viejo consejo popular: “Estirarse hasta donde alcance la sábana”. Expresó también que el libro no se aferra a las cosas del pasado, pero tampoco rinde tributo a los modernizantes y tecnócratas que todo lo ven con la mirada puesta en los retos de la revolución tecnológica y de la sociedad del conocimiento. Ya me tienen hastiado con ese rollo que no se cansan de repetir. Sí, es cierto, por ejemplo, que la robótica ya llegó, pero ya estamos percibiendo, en escala progresiva, que generará problemas a un gran sector de trabajadores con bajas competencias. Lo que no estamos haciendo es tomar medidas para resolver los problemas de los trabajadores afectados. El autor para mí, desde la EPJA, abre espacios para el desarrollo de la ciencia y la revolución tecnológica, pero sin dejar de preocuparse por el costo social y humano que los cambios tecnológicos acarrean y las respuestas educativas que deben generarse sin pérdida de tiempo.

– Estoy tomando apuntes del diálogo, como lo hace el autor, y llego a la conclusión de que los principales factores para la Gobernanza de la EPJA pueden agruparse en los siguientes aspectos: Desafíos de carácter general, Gestión de un buen gobierno de la EPJA, Calidad de la EPJA y Financiamiento. Creo que para construir una buena Gobernanza de la EPJA se debe tener en cuenta estos aspectos. ¿Qué dicen ustedes? ¿Están de acuerdo con mi conclusión o estoy fuera de foco?

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– Yo soy vendedor y conozco bien el lenguaje corporal. Por las miradas y los gestos de afirmación creo que todos estamos de acuerdo con nuestro amigo universitario. ¿Es así?

– Así es. Por tanto, como decimos los sindicalistas: si no hay oposición, se da por aprobado lo dicho. Felicitaciones al autor y a nosotros sus interlocutores… y ¡caso cerrado!

. Los principales factores para la Gobernanza de la EPJA pueden agruparse en los siguientes aspectos: Desafíos de carácter general, Gestión de un buen gobierno de la EPJA, Calidad de la EPJA y

Financiamiento.


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Referencias

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PNUD. (2016) Documento Programa País 2017-2021. Lima: PNUD en Perú.

IVCAPÍTULO

MOVIMIENTO NACIONAL DE LA EPJA E INSUMOS PARA SU AGENDA ESTRATÉGICA

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IV. MOVIMIENTO NACIONAL DE LA EPJA E INSUMOS PARA LA AGENDA ESTRATÉGICA 2020-2036

En este capítulo se desarrollan los siguientes temas: 11) Horizonte de sentidos del Movimiento Nacional de la EPJA y 12) Insumos para la Agenda Estratégica de la EPJA 2020-2036, que comprende los siguientes aspectos: Introducción a la Agenda Estratégica de la EPJA 2020-2036; Selección y orientaciones para el desarrollo de las acciones estratégicas de la EPJA; y Acciones estratégicas referenciales en la Fase Inicial o Preparatoria 2018-2021.

11HORIZONTE DE SENTIDOS DEL MOVIMIENTO NACIONAL DE LA EPJA

Como hemos visto en el tema 6 no hay una definición única sobre la Educación de Personas Jóvenes y Adultas tanto en el Perú como en otros países de la región. En sentido general, en los extremos, hay la percepción de una EPJA muy reducida, muy encogida, que comienza con la alfabetización, tiene algunas opciones técnicas y de formación profesional y llega hasta la educación secundaria. Quienes la concluyen, en general, tienen las siguientes opciones: continúan estudios de educación superior en universidades o institutos tecnológicos superiores; se asimilan al mundo del trabajo, frecuentemente sin las requeridas competencias técnicas; buscan trabajo y no siempre lo encuentran; se asimilan al trabajo informal; y hay quienes no buscan trabajo, no siguen estudios ni trabajan.

En una percepción más amplia, la EPJA es uno de los subsistemas más grandes del sistema nacional de educación y una multimodalidad-transversal que cubre todos los niveles educativos, lo cual implica que, además de las opciones señaladas y otras propias de cada territorio, también se hace presente en la educación superior universitaria y en la educación superior no universitaria, mediante sus modalidades

En una percepción amplia la EPJA es uno de los subsistemas más grandes del sistema nacional

de educación y una multimodalidad transversal que cubre todos los

niveles educativos; también se hace presente en la educación superior universitaria y en la educación

superior no universitaria, mediante sus modalidades alternativas,

por crear.


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alternativas, por crear. Tal presencia tiene distintas expresiones: los aprendizajes e interaprendizajes que realizan los sujetos educativos dentro de situaciones reales de vida; también en sus prácticas significativas vinculadas con la articulación de su formación superior con prácticas amplias de desarrollo en la diversidad de sus expresiones: la articulación de su formación con prácticas del “Buen Vivir”, que tienen que ver con el desarrollo armónico de su ser en la plenitud de sus dimensiones; el cultivo de relaciones adecuadas con otras personas de su propio sistema social y cultural y de otros sistemas; la convivencia pacífica y hasta amorosa con el ambiente natural; el horizonte de tareas vinculadas con la investigación-acción u otras y la denominada extensión o proyección social universitaria.

También es importante destacar las prácticas concretas de la EPJA, en su vertiente de educación popular de personas jóvenes y adultas. Se está comenzando a valorar este potencial de aprendizaje de las personas jóvenes y adultas en la educación superior universitaria y no universitaria, particularmente en beneficio de quienes no son necesariamente estudiantes regulares. Estas entidades de educación superior tienen el desafío de abrir sus puertas a este contingente humano y elaborar y desarrollar propuestas innovadoras con la activa participación de los actores involucrados.

Cuando el autor dirigió en México un Programa Regional de Maestría en Educación de Adultos, con el auspicio del CREFAL/Programa Regional de Educación de la OEA, algunos de los módulos que utilizaban los estudiantes regulares de 17 países latinoamericanos y caribeños, se compartían solidariamente con estudiantes no regulares de dicho Programa. Se establecían los cupos disponibles y se hacía la convocatoria pertinente. Los participantes no regulares fueron educadores urbanos y rurales y otros profesionales del Estado de Michoacán. Tuvo particular éxito el Módulo de Investigación Participativa como opción metodológica de la Educación de Adultos (Picón, 1979).

Los actores involucrados en la EPJA comprenden una amplia gama: sujetos educativos reales y potenciales en los escenarios del Estado, de la sociedad civil y del sector privado; el aparato del Estado: ministerios y demás organismos, gobiernos locales y regionales; la sociedad civil en su diversa gama de organizaciones intermedias, movimientos sociales, organizaciones comunitarias, organizaciones vecinales, organizaciones no gubernamentales, iglesias, sindicatos, partidos políticos, asociaciones civiles con distintos propósitos, organizaciones de mujeres, organizaciones de jóvenes y otras; el sector privado conformado principalmente por

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las micro , pequeñas y grandes empresas y, en menor medida, por las medianas, que son casi inexistentes en los distintos territorios del país.

Ha llegado el momento del encuentro con estos actores, en forma bilateral y multilateral, para dialogar, negociar política y culturalmente y concertar acuerdos sociales básicos sin tensiones ni conflictos sobre qué EPJA queremos para el país en el largo plazo de aquí a 15 ó 20 años. Alguien tiene que dar el primer paso. Obviamente, es una responsabilidad de liderazgo del Ministerio de Educación. En la etapa inicial de gestión del Movimiento algunas concepciones y propuestas, en el nivel de hipótesis de trabajo, tienen que estar bien claras para los actores involucrados. Algunas de ellas pueden ser las siguientes: Concepto del Movimiento de la EPJA, Por qué el Movimiento de la EPJA es social, Por qué el Movimiento de la EPJA es cultural, Por qué el Movimiento de la EPJA tiene un sentido político transformador y Por qué el Movimiento de la EPJA es pedagógico.

11.1 Concepto del Movimiento de la EPJA

El Movimiento de la EPJA es un colectivo conformado por organizaciones y personas provenientes de los diferentes espacios de aprendizaje de las personas jóvenes y adultas: de la sociedad civil, del sector privado, de las instituciones de educación superior y del Estado, que tienen el propósito común de fortalecer y empoderar a la EPJA con el fin de articularla al desarrollo humano, comunitario y social; al desarrollo cultural, político, científico, tecnológico, artístico, ecológico y pedagógico en beneficio directo de las personas jóvenes y adultas de todas las situaciones y condiciones y en beneficio extensivo del país.

Es un colectivo que, desde su gestación inicial, con el liderazgo democrático del Ministerio de Educación, contando con el acompañamiento de uno o más actores, apuesta por un desarrollo transformador sostenible, con sentido de realidades, con el fin de revertir la situación actual de la EPJA: modalidad que todavía no es ni transversal ni sistema, y que no forma parte de la agenda educativa prioritaria del país y de la mayoría de los países de la región.

El fin que se persigue es cambiar tal situación, fortaleciendo y empoderando a la EPJA para potenciar su incidencia en el desarrollo humano de las personas jóvenes y adultas, de los diferentes tipos de desarrollo del país, de emprendimientos internacionales, como es el caso, por ejemplo, de la Agenda 2030 y otras iniciativas, así como de las prácticas diarias y significativas para el “Buen Vivir” y otras prácticas importantes de las personas jóvenes y adultas vinculadas con sus dimensiones esenciales de vida.


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Las organizaciones y personas que forman parte del Movimiento construyen en forma dialógica el Pensamiento-Acción de la EPJA Peruana, afincada en las raíces culturales, históricas, sociales, que Jorge Basadre llamó “el Perú profundo”; y en las realidades y desafíos de esta nueva era de cambios de carácter tecnológico, social y cultural y de desafíos cruciales que requieren respuestas pertinentes, innovadoras y creativas. El Movimiento requiere contar con un Sistema de la EPJA que tenga como soporte una nueva estructura institucional que se constituya en la infraestructura formal y no formal para “aterrizar” las propuestas concretas de la EPJA en cada uno de los territorios del país que tienen realidades específicas.

Para el logro del propósito señalado se requiere la definición de los grandes objetivos, políticas y estrategias del Sistema, así como de su gobernanza, monitoreo social y financiamiento. En relación con esto último, definitivamente no es posible soñar con un fortalecimiento y mucho menos empoderamiento de la EPJA con un presupuesto público nacional que escasamente llega al 1% del presupuesto público asignado al Ministerio de Educación.

11.2 Por qué el Movimiento de la EPJA es social

El Movimiento no lo hace una persona o una sola organización, sino es un colectivo de organizaciones y personas. Consecuentemente, tiene un sentido social, una potencialidad de apoyo a los cambios profundos que se vienen operando en la sociedad. Esto es así, porque entre todas las modalidades de educación es la que estratégicamente tiene la mayor potencialidad de apoyar los cambios y transformaciones que se produzcan en los campos social, cultural, tecnológico y educativo con sujetos educativos concretos que viven en territorios específicos.

La EPJA es un elemento social de rápida movilización, por varias razones. Una de ellas es que, a pesar de sus precariedades, algunos de sus impulsores y educadores de avanzada, tienen como referente fundamental a la realidad para sus aprendizajes y los aprendizajes de sus sujetos educativos. De otro lado, como ha desarrollado históricamente una capacidad de resiliencia, no siempre está sometida a una ortodoxia simbólica, a pesar de la omnipresente cultura burocrática

El canal que viabiliza los sentidos de la EPJA como movimiento social es una pedagogía social,

en la riqueza de sus expresiones, afincada en las realidades sociales

y comunitarias de sus actores involucrados.

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en los centros de educación básica alternativa destinados teóricamente a jóvenes y adultos. Pese a sus agudas limitaciones es la modalidad que tiene una relativa versatilidad y una capacidad de adaptación creativa a las nuevas circunstancias dentro de las incertidumbres y resistencias que generan los cambios.

De otro lado, la EPJA tiene un considerable efecto multiplicador y adecuadamente fortalecida y empoderada podría tener un efecto social de impacto que permitiría canalizar la energía social y los recursos hacia las grandes tareas históricas de las sociedades que caminan hacia un desarrollo transformador. Hay evidencias en América Latina que la EPJA ha sido un elemento de apoyo y afirmación del desarrollo transformador en determinados momentos históricos de la vida nacional. Su poca visibilidad actual, entre otras razones, se debe al fracaso de las opciones ideológico-políticas que englobaron en un determinado momento histórico a dicha modalidad, sin evaluar previamente sus procesos y resultados.

La EPJA tiene la potencialidad subjetiva y objetiva de sensibilizar, fomentar y promover la responsabilidad social y el compromiso que los miembros de una sociedad nacional asumen con su respectivo ser histórico-social, así como promover y fomentar una toma de conciencia social de que el ser humano colectivo, si asume conscientemente su responsabilidad y compromiso social, es capaz de transformar solidariamente su medio social para su “Buen Vivir” con dignidad, bienestar, justicia, paz y felicidad.

Existen contradicciones al interior de la sociedad y del aparato del Estado. Es importante subrayar que el Movimiento de la EPJA puede identificar y generar espacios de acción para concretar alianzas de actores de la sociedad civil, del sector privado, de la Academia y del aparato del Estado dentro de un Pensamiento EPJA dialogado, negociado culturalmente y concertado en el nivel nacional y en cada uno de los territorios del país.

Los tiempos sociales, ritmos y características de velocidad y aceleración de los distintos actores que realizan acciones de la EPJA, en sus diferentes vertientes ideológicas, tienen propuestas que hacen imposible prefigurar enfoques y respuestas con criterios de validez universal. Tal relatividad propicia permanentemente la creatividad y el respeto al sujeto de la EPJA, de quien se espera sea el responsable y protagonista de su desarrollo educativo. Estimula también la dinámica búsqueda de respuestas en la dimensión histórico-social.

En tal dimensión, tales respuestas-en cuanto productos específicos-no pueden tener validez universal ni ser transferidas automáticamente; su validez científica es referencial y su transferibilidad opera básicamente en


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el nivel de referencia de procesos metodológicos de trabajo y de algunas lecciones que se pueden aprender de las buenas prácticas e innovaciones de la EPJA. A pesar de sus limitaciones, la EPJA es de las pocas modalidades educativas que hace o pretende hacer un acompañamiento a las tareas críticas que deben asumir las sociedades nacionales en tiempos de globalización, cambios e incertidumbres.

Una reserva extraordinaria con que cuenta un movimiento social es el patrimonio inmaterial de la inteligencia social, de la inteligencia colectiva, de la inteligencia comunitaria de comunidades ancestrales y de las comunidades modernas. Es la reserva de conocimientos, inteligencias múltiples, experiencias de éxitos y fracasos en diversos campos de la vida nacional, lecciones desde la vida práctica. Es una masa de energía social e intelectual, desde la perspectiva del saber popular y del saber científico, que, si se sensibiliza y se moviliza en forma honesta e íntegra en apoyo a la educación, puede ser de gran utilidad no solo a la EPJA, sino también a las otras modalidades del sistema educativo.

En la señalada reserva habría que hacer énfasis en los aportes cognitivos y no cognitivos: Pensamiento crítico y enraizado en nuestra realidad sin perder el sentido de integralidad e interdisciplinariedad del conocimiento; resolución de problemas con un sentido de viabilidades; trabajo en equipo para ejercer solidariamente la dinámica de complementariedad de talentos, capacidades y habilidades que se orienten al logro de los objetivos y metas que se persiguen en común; creatividad para optimizar las respuestas que se construyan en forma original; competencias de comunicación para generar las capacidades de diálogo, negociación política y cultural y de concertación entre los actores involucrados, así como para cultivar las subjetividades de estos en la EPJA; capacidad de resolución de conflictos para superar las tensiones y contradicciones que se presenten y generar soluciones para una convivencia pacífica con sentido de justicia y de respeto a la dignidad de las personas.

El canal que viabiliza los sentidos de la EPJA como movimiento social es una pedagogía social, en la riqueza de sus expresiones, afincada en las realidades sociales y comunitarias de sus actores involucrados.

11.3 Por qué el Movimiento de la EPJA es cultural

La cultura, en una visión antropológica, comprende un conjunto de valores, principios, estilos de vida, idiosincrasias, hábitos, costumbres, formas productivas, formas organizativas de carácter social y productivo, tradiciones y otros elementos practicados por una colectividad humana,


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sea que esta se encuentre asentada en un determinado territorio o que toda la comunidad o parte de ella viva en cualquier otro territorio del planeta. Este acumulado no permanece estático a lo largo del tiempo, sino que tiene posibilidades de ir evolucionando dinámicamente en la medida en que es impulsado por sus actores fundamentales, que son las personas que la conforman y la construyen.

La educación en general, y la EPJA en particular, son instrumentos estratégicos mediante los cuales se transmite la cultura; se la recrea con un sentido dinámico y en el horizonte de una interculturalidad digna y crítica; y, dentro de circunstancias especiales, ahí donde no hay sistemas culturales estables, se generan nuevas expresiones de cultura. Es evidente que existe la educación, porque existe la cultura, desde tiempos inmemoriales.

No existe una sola cultura al interior de un país de añejas tradiciones culturales e históricas como es el caso del Perú. Se cuenta con culturas nativas provenientes de los pueblos andinos que llegaron a forjar una alta civilización antes de ser intervenida por la cultura occidental; de los pueblos amazónicos que siguieron su propia ruta cultural y lingüística solo con eventuales encuentros con el resto del país; y desde los tiempos de la colonia de los pueblos afroperuanos que tienen un acervo cultural que se viene revalorando actualmente. El advenimiento de la independencia del país y la constitución de la República, lamentablemente no significaron para los pueblos señalados una genuina emancipación ni la generación de condiciones favorables para su desarrollo integral y, dentro de este, de su desarrollo cultural.

Una EPJA inclusiva y de calidad, a partir de la situación señalada, tiene que trabajar con los pueblos indígenas andinos, amazónicos y afroperuanos. Hay la necesidad de que, a casi doscientos años de la independencia nacional, en los programas de desarrollo local y regional de dichos pueblos la EPJA sea uno de sus componentes principales. Es que existe una dimensión cultural del desarrollo que no se ha tomado en cuenta, hasta ahora, en forma adecuada.

Hay evidencias empíricas en el país y otros de la región acerca de las miopías ideológicas, gubernamentales y burocráticas en relación

Es un desafío para la EPJA diseñar, definir sus políticas

operacionales y sus estrategias para optimizar la aplicación de la educación intercultural dentro de

sus campos de competencia.


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con la dimensión cultural del desarrollo (PNUD/UNESCO, 2005). Tales miopías han generado históricamente distorsiones, discriminaciones, incomprensiones, olvidos e injusticias. Afortunadamente desde los noventa emerge la tendencia de considerar que el desarrollo no solo supone atender los aspectos económicos, sociales y humanos, sino también una expresa aceptación de que en el proceso y la dinámica del desarrollo hay una presencia relevante de la cultura en distintos grados y magnitudes. Es una de las grandes tareas históricas que la educación intercultural para personas jóvenes y adultas puede contribuir a impulsar en sus campos de competencia.

Esta dimensión cultural del desarrollo implica conocer, respetar y apoyar el desarrollo de los diversos tipos de economías existentes al interior del país, tratando de que estas reciban los beneficios del desarrollo científico y tecnológico moderno; conocer, valorar y respetar sus formas organizativas solidarias y comunitarias, así como sus formas productivas, y apoyarles en todo cuanto sea posible para su perfeccionamiento y optimización; abrir canales que posibiliten el trabajo cooperativo de las economías modernas con las economías tradicionales para fortalecer el desarrollo del país. Ello plantea un desafío a la gestión de los gobiernos de turno: ejercer con legalidad y justicia su condición de entidad promotora del bien común y, en consecuencia, fortalecer las economías tradicionales débiles y abrirles oportunidades de financiamiento y de acceso a los mercados nacionales e internacionales para la comercialización de sus bienes y servicios.

En el Perú están establecidas las culturas correspondientes a la hegemónica cultura occidental y a las culturas de los pueblos andinos, amazónicos y afroperuanos. Habría que agregar la presencia cultural y étnica de la población de migrantes asiáticos, europeos y árabes, así como la emergencia de los sectores populares migrantes, especialmente las personas jóvenes; la generación de nuevas expresiones de cultura por parte de los hijos, nietos y bisnietos de las peruanas y peruanos migrantes a Lima y a algunas de las capitales de departamentos procedentes de los pueblos andinos (Matos Mar, 2004).

Los tiempos cambian y las culturas también. El pasado histórico y los retos presentes no son los mismos, por ejemplo, en los Andes y en la Amazonía peruana. Consecuentemente, hacer educación intercultural para migrantes andinos en espacios urbano-marginales, de Lima por ejemplo, no es lo mismo que hacer educación intercultural bilingüe en comunidades nativas o campesinas (Monteagudo, A.C.; Tubino, F.J., 2009). Tampoco es lo mismo hacer educación intercultural en los diversos contextos urbanos del país con población mayoritariamente hispanohablante. Las señaladas

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culturas y nuevas expresiones de cultura comparten un mismo territorio nacional, que hacen del país una sociedad multicultural, pero distante todavía de ser intercultural.

La legislación vigente y el discurso académico aceptan el principio de reconocimiento a las diferencias, aunque en la práctica, la interiorización y apropiación del mismo dista de ser una realidad. La sociedad peruana, a pesar de ser históricamente multicultural, no ha sido intercultural y solo en uno de sus segmentos poblacionales-estudiantes indígenas de la educación primaria rural- está en el umbral de la interculturalidad, aunque no necesariamente en una perspectiva crítica. Recientemente se ha aprobado por el Ministerio de Educación una norma de educación intercultural para todos los niveles educativos. Es una medida alentadora. El desafío es su implementación y desarrollo sostenido.

Es un desafío para la EPJA diseñar, definir sus políticas operacionales y sus estrategias para optimizar la aplicación de la educación intercultural dentro de sus campos de competencia. Tiene la ventaja histórica, en relación con las otras modalidades educativas porque, a pesar de que no estaba formalmente establecida, en las mejoras prácticas de ella estuvo siempre presente el enfoque de interculturalidad, en razón de las características de sus sujetos educativos.

Encarar dicho desafío supone la movilización de ideas, sistematización de las buenas prácticas dentro del sistema formal de la EPJA y de los otros espacios de aprendizaje de las personas jóvenes y adultas, elaboración de propuestas de programas y proyectos, diálogo y desarrollo de las propuestas aprobadas, mecanismos de monitoreo, evaluación y seguimiento, rendición de cuentas; movilización de acciones adecuadas en cada territorio o sector social con el que se trabaje; y movilización de recursos, con miras a que la propuesta, con la activa participación de los involucrados, sea sostenible.

Los sujetos educativos reales y potenciales de la EPJA son creadores y hacedores de cultura. A partir de sus competencias básicas y mucho más de sus competencias avanzadas, pueden tener una incidencia especial en temas socioculturales vinculados con su “Buen Vivir” y con el desarrollo transformador de su educación integral, de su comunidad local y de su sociedad nacional. Algunos de los temas pueden ser: alfabetización digital, alfabetización científica y tecnológica, educación para la salud y la nutrición, educación política, educación financiera, educación ecológica, gestión de riesgos; la articulación del trabajo con actividades económicas, educativas, creativas y recreativas; cultura de derechos humanos, cultura democrática, cultura de paz, cultura de aprendizaje a lo largo de la vida.


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Los sujetos educativos de la EPJA, con la adecuada motivación y sensibilización por el mundo de la cultura en general y, dentro de ella de las artes en la diversidad de sus manifestaciones, pueden participar activamente en la vida cultural de su barrio, de su comunidad, de su centro laboral, de las organizaciones de las que forma parte, de la sociedad.

Una buena práctica en este dominio se desarrolló en el programa de Educación General Obrera auspiciado por el SENATI en los sesenta. Los participantes, como parte de su formación integral, además de una sólida y pertinente formación general para facilitar su formación tecnológica, realizaban un conjunto de prácticas artístico-culturales, recreativas y deportivas, además de otras vinculadas con sus derechos laborales, seguridad industrial en el trabajo, su salud, alimentación e higiene; aprendizaje de idiomas como el inglés, italiano y ruso; apreciación musical, participación en el evento de talentos artísticos organizado por los propios participantes; exhibición de películas clásicas con la modalidad de cine-fórum; conciertos especialmente convenidos con el Instituto Nacional de Cultura para que los participantes trabajadores y sus familiares pudieran asistir al teatro principal de Lima con sus esposas e hijos ocupando la platea, los palcos y la galería; opciones varias de información, conocimiento y entretenimiento para las esposas e hijos e hijas de los estudiantes-trabajadores (Picón, 2014).

La EPJA tiene un potencial transformador de carácter cultural en el más amplio sentido y tiene las potencialidades para impulsar prácticas culturales que alimenten el conocimiento y, esencialmente, la apreciación y el goce estético de las artes en sus expresiones más sublimes, obviamente, con un enfoque metodológico pertinente y contextualizado en concordancia con las características de los sujetos

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educativos artífices del movimiento de la EPJA en la perspectiva de que la cultura es consubstancial a las personas jóvenes y adultas que viven en sociedad y son hacedoras de cultura en la medida en que cultivan un conjunto de valores y prácticas y realizan aportes, en escala variable, para el enriquecimiento de los bienes culturales comunes con un sentido de pertenencia e identidad.

11.4 Por qué el Movimiento de la EPJA tiene un sentido político

Si el Perú aspira a llegar a ser un país desarrollado con una sociedad inclusiva, justa, solidaria, que cultive en forma coherente todas las generaciones de derechos humanos y, dentro de ellas, el derecho humano a una educación inclusiva y de calidad; que viva en paz, democracia y desarrollo humano sostenible para lograr el bienestar y la felicidad de todos los sectores poblacionales , tiene que contar con un Proyecto-País, Proyecto-Perú o como se le denomine, en el cual se explicite con claridad qué sociedad queremos ser y cuáles son nuestros intereses estratégicos fundamentales para el desarrollo integral de las personas y el desarrollo transformador en todos los campos de la vida humana.

Tomar las decisiones que correspondan, por ejemplo en lo relativo a la EPJA en el país, supone necesariamente definir políticas y estrategias de largo plazo. Las decisiones son políticas y estas condicionan a las decisiones de carácter conceptual, técnico o estratégico. Ejemplo de una decisión política vinculada con la EPJA: ¿Queremos que la EPJA sea un elemento que refuerce el ordenamiento de una sociedad con desigualdades, hegemónicamente monocultural y que conserve sus prácticas discriminatorias y machistas?; ¿queremos que la EPJA refuerce el ordenamiento de una sociedad que haga algunas reformas para aliviar o superar las desigualdades dentro de los límites del sistema vigente, que haga algo para promover el diálogo cultural y que establezca normas para reducir las prácticas discriminatorias y machistas?; o ¿queremos que la EPJA sea un elemento de ordenamiento de una sociedad que construya respuestas concretas para lograr la inclusión en todos los campos de la vida nacional con un sentido de justicia social y de “justicia educativa” en la perspectiva de un desarrollo transformador donde se articulen educación-trabajo-empleo y autoempleo-recreación; y de igualdad de oportunidades para todas las personas, teniendo a la equidad solo como una estrategia intermedia, y que contribuya a la erradicación de prácticas discriminatorias y machistas y otras que atenten contra los derechos humanos?


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Como se habrá podido advertir, a la EPJA, desde un punto de vista político, se le plantean tres posibles caminos. Asumir una de las opciones es ejercer una decisión política. Una EPJA estatal débil y ubicada en un nivel intermedio de las jerarquías burocráticas y sin mayor capacidad de decisión asumirá la opción que tome la administración central de turno del Ministerio de Educación. Una EPJA fortalecida y empoderada tendrá en cuenta lo establecido por dicha dependencia estatal y para asumir una opción tendrá que dialogar, negociar política y culturalmente con las organizaciones y personas que forman parte del Movimiento de la EPJA en el aparato del Estado, en las organizaciones de la sociedad civil, en la Academia y en las organizaciones y empresas del sector privado.

Los actores del Movimiento de la EPJA fortalecida y empoderada tienen que definir la ruta del futuro. Si la decisión consensuada es contribuir a cerrar las brechas de desigualdades educativas en el país y, concurrentemente, ser un elemento transversal en la construcción de una sociedad del conocimiento, capaz de enfrentarse a los desafíos e incertidumbres de nuestro tiempo, el país tiene que hacer inversiones sustantivas en los niveles local, regional y nacional. Una EPJA estatal con el presupuesto público de menos del 1% del gasto público nacional en Educación, no podrá salir de la situación en que se encuentra. Si queremos cambios profundos y transformación podemos hacer algo sin recursos financieros y materiales, pero no podemos hacer todo sin contar con tales recursos.

Si estamos convencidos de que la EPJA es un derecho humano y un bien común resulta siendo de necesidad pública el aumento sustantivo del financiamiento para llevar adelante sus propuestas, con el enfoque estratégico de aproximaciones sucesivas, en razón de la complejidad de la deuda social que se tiene con poblaciones de jóvenes y adultos históricamente excluidas de oportunidades educativas de calidad, así como con otros sectores que no están en esta situación, pero no dejan de tener precariedades en intensidades y grados diferenciados, necesidades educativas y demandas sociales.

Los tomadores de decisiones políticas y técnicas, las autoridades nacionales de educación, los tecnócratas de escritorio, la clase política del país y un vasto sector poblacional no siempre perciben en qué medida la EPJA puede contribuir en el abordaje de los desafíos individuales, sociales, económicos y culturales. Sería interesante plantearse la posibilidad, que ya la concretaron en Europa, de hacer una Campaña de Concientización de la Nueva EPJA en el Perú. A esta cruzada concientizadora habría que ponerle un nombre atractivo e impactante para que suscite interés, responsabilidad social y compromiso; y pueda generar condiciones

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favorables para el lanzamiento del Movimiento de la EPJA mediante una movilización de sensibilidades, ideas, propuestas, acciones y recursos.

Para el logro del propósito arriba referido es importante que la entidad movilizadora, que por razones de función tendría que ser inicialmente el Ministerio de Educación, realice las requeridas tareas preparatorias. Una de ellas tendría que ser la elaboración de un documento simple y sencillo en el que se plantee la pregunta y las posibles respuestas a la siguiente cuestión: ¿Para qué sirve en el Perú la Educación de Personas Jóvenes y Adultas?

Algunas posibles respuestas, en forma panorámica, podrían ser las que se han referido en el libro: la EPJA sirve para empoderar a las personas jóvenes y adultas mediante el mejoramiento sustantivo de sus aprendizajes, adecuadamente contextualizados; fortalecimiento del esfuerzo histórico de la alfabetización en concordancia con los nuevos tiempos en que vivimos; formación general como columna vertebral de la formación tecnológica para el desempeño laboral; como mecanismo para reducir la pobreza y las desigualdades; mecanismo de reinserción de jóvenes y adultos que abandonaron la escuela, con especial incidencia en la situación de las personas jóvenes pobres; multimodalidad educativa que puede brindar atención educativa adecuada a las personas adultas mayores; es uno de los componentes en la formación general y adquisición de habilidades cognitivas y habilidades blandas de las personas jóvenes desocupadas y de las que trabajan en la informalidad.

Es la EPJA una multimodalidad que puede contribuir al fortalecimiento de la vida familiar, al desarrollo comunitario y social; a la prevención de los riesgos sociales para que los desastres personales y familiares no se conviertan en catástrofes sociales; a la lucha contra la violencia familiar y otras formas de violencia, mediante prácticas de cultura de paz; vía estratégica para la vivencia de la cultura democrática-una de cuyas expresiones es la ciudadanía moderna-, seguridad humana y cultura de Aprendizaje a lo Largo de toda la Vida, haciendo énfasis en la educación familiar, educación política y educación financiera, por ser aspectos particularmente desatendidos.

Si estamos convencidos de que la EPJA es un derecho humano y un bien común resulta siendo de necesidad pública el aumento sustantivo del financiamiento

público para llevar adelante sus propuestas.


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11.5 Por qué el Movimiento de la EPJA es pedagógico

Las investigaciones realizadas por la OCDE, los estudios específicos en Gran Bretaña, Estados Unidos y Canadá, muestran que las personas con elevados niveles educativos tienden a seguir aprendiendo y tienen mayores oportunidades para ello, situación que, en general, no se da necesariamente con las personas jóvenes y adultas de bajo nivel educativo. El reto histórico es construir una sociedad inclusiva y, por tanto, una educación en general y una EPJA inclusivas, que incentiven, promuevan, fomenten y desarrollen la necesidad de aprender de las personas de todos los grupos de edad.

En la dimensión pedagógica se plantean a la EPJA dos grandes desafíos: construir, desde sus cimientos, la cultura de inclusión social en los campos del aprendizaje y construir la cultura de la calidad de la EPJA. Estas dos culturas deben generar interconexiones dinámicas y reforzarse recíprocamente. Ello implica hacer rupturas de paradigmas y generar nuevas concepciones, valoraciones y estilos de trabajo con el soporte de las corrientes pedagógicas transformadoras más caracterizadas de la EPJA, así como establecer nuevas políticas y estrategias.

Si no se tiene suficiente claridad hacia dónde va la educación de un país con visión de futuro, si no se precisan como sociedad nacional las relaciones entre educación y desarrollo integral de las personas y desarrollo del país en sus diferentes expresiones; si no se conocen en forma actualizada las necesidades y demandas educativas dentro de la diversidad nacional inclusiva para personas jóvenes y adultas, no se contará con el referente indicado para definir, en el horizonte de largo plazo, qué entendemos y qué esperamos de la EPJA y, dentro de ella, cuáles son los perfiles de docentes, técnicos y directivos que se necesitan y su correspondiente sistema de formación para los diferentes espacios de aprendizaje. El planteamiento que ya se ha hecho en el tema 3 es que la EPJA no tiene como frontera a la educación básica, sino que abarca todos los niveles educativos en el horizonte del Aprendizaje a lo Largo de toda la Vida.

Los paradigmas educativos, y dentro de ellos los fundamentos conceptuales de la EPJA y los respectivos modelos de formación docente, deben merecer un cuidadoso análisis reflexivo y crítico como punto de partida para la construcción de respuestas innovadoras que sean coherentes con las líneas maestras de los respectivos proyectos nacionales de país y de educación o sus equivalentes en cada particularidad nacional, como es el caso de un interesante estudio en el que se presentan modelos

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innovadores de formación docente en Europa y América Latina (OREALC/UNESCO, 2006, pp. 57-475).

Diversos enfoques educativos y pedagógicos han sido creados por el hombre a lo largo de su historia en aras de concretar el ideal de cultura y de desarrollo humano mediante la Educación. Variadas concepciones, derivadas de múltiples paradigmas, han enmarcado y orientado la aplicación de las distintas visiones y expectativas educativas. La historia de la educación y de las ideas pedagógicas en la época contemporánea registra estos pertinaces esfuerzos de construcción paradigmática, pero también está repleta de colisiones entre paradigmas que pugnan por perdurar frente a las nuevas concepciones que se esfuerzan por erradicarlos. Del historial de la EPJA en el mundo una de las lecciones históricas que conviene aprender es que no hay una sino varias educaciones y pedagogías aplicadas a las personas jóvenes y adultas, lo que estimula y desafía la búsqueda de respuestas específicas, cada vez más creativas e innovadoras, en beneficio de sectores poblacionales que viven en un determinado territorio.

El desarrollo de la ciencia se enmarca al interior de paradigmas que le dan sustento a los enfoques, modelos, técnicas y procedimientos mediante los cuales se construye el desarrollo de la civilización. Por ello, cuando cae un paradigma se derrumba todo un andamiaje conceptual, actitudinal y metodológico. No es de extrañar, en consecuencia, que muchos rechacen los cambios paradigmáticos que actualmente son necesarios únicamente por el temor de perder la estabilidad de lo acostumbrado, del statu quo. La búsqueda de lo nuevo genera temores y cuando afecta intereses personales o de grupo o sector suscita miedo y oposición a los cambios que se proponen.

Básicamente, los paradigmas científicos se presentan como suposiciones o supuestos verdaderos que orientan el trabajo científico, sin que esto quiera decir que sean válidos necesariamente hasta la demostración de su falsedad. Recordemos que el paradigma tolomeico, por ejemplo, fue irrefutable durante mucho tiempo hasta que emergió el paradigma copernicano. Es interesante tener en cuenta que los mencionados supuestos se procesan mediante la “comunidad científica”, también denominada “masa crítica”, la cual determina el valor de verdad del conocimiento científico.

En el caso específico de la EPJA, el paradigma tradicional fue la “educación bancaria”, cuestionada por Paulo Freire, que fue evolucionando y en el proceso emergió un conjunto de corrientes


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de la educación transformadora: educación liberadora freiriana, que fue la palanca impulsora de la educación popular y de la educación y pedagogía crítica, que algunos analistas latinoamericanos sugieren impulsar en la educación pública transformadora de América Latina (Pinto y Osorio, 2013); pedagogía desde la experiencia, que tuvo una realización innovadora en el Perú en la década de los años sesenta por intermedio del Programa de Educación General Obrera (EGO) del Servicio Nacional de Aprendizaje y Trabajo Industrial, SENATI (Picón, 2014); pedagogía desde el sujeto; educación intercultural; educación para personas jóvenes y adultas con un enfoque interdisciplinario; educación para personas jóvenes y adultas desde proyectos educativos específicos en relación con prácticas amplias de desarrollo humano sostenible; educación para personas jóvenes y adultas con enfoque de género; educación de personas jóvenes y adultas, con diferentes propósitos, en los distintos ambientes o espacios de aprendizaje, entre otras (CREFAL, 2013) .

En el caso de la EPJA no ha sido ni es significativa la perspectiva meramente académica. La perspectiva técnica, actualmente muy presente en la formación de los educadores de la EPJA, implica que el personal docente sea técnico para desarrollar competencias y actitudes adecuadas. La perspectiva reflexiva sobre la práctica implica trabajar con los argumentos prácticos que utiliza dicho personal, donde el análisis y la reelaboración de tales argumentos son indispensables como instrumentos de entendimiento y de orientación para la acción: la reflexión sobre la acción es esencial para el proceso de aprendizaje a lo largo de toda la vida, uno de cuyos segmentos es la formación profesional.

Esta perspectiva reflexiva y crítica sobre la práctica casi no se ha dado en la formación de los educadores estatales de la EPJA. La perspectiva de reflexión crítica social forma al personal docente para que tenga visiones críticas fundamentadas sobre las relaciones entre la escuela y las desigualdades sociales. Ella se ha dado y se sigue dando en la formación de educadores de la EPJA, particularmente dentro del marco de la educación popular para personas jóvenes y adultas (Posada, Jairo, 2014). En la perspectiva de la “Formación de los educadores de la EPJA como Movimiento” se recupera la tradición pedagógica de la reflexión sobre la práctica y va más allá; la Formación no es asumida como un proceso técnico ni didáctico, sino como un proceso educativo y político, y se define desde los contextos culturales y políticos diversos en los que se desenvuelven los educadores (Messina, 2002).

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Tampoco en este caso es el propósito analizar en detalle el desarrollo de los paradigmas y modelos educativo-pedagógicos señalados, pero es importante tomar nota de la idea-fuerza de la variedad de enfoques, perspectivas y el desafío que tiene la formación para personas jóvenes y adultas y de sus facilitadores de aprendizajes, así como generar respuestas pertinentes que sean capaces de combinar en forma creativa e innovadora algunos elementos sustantivos que correspondan a los paradigmas más cercanos a nuestras realidades en una visión reflexiva, crítica y transformadora de la misma (Picón, 2005).

En esta lógica, una vez optado un determinado paradigma, deben concebirse, diseñarse y desarrollarse los modelos contextualizados de formación de los sujetos educativos y de los que correspondan a cada uno de los tipos de educadores de la EPJA desde sus propias realidades y en relación con distintos espacios: el espacio educativo institucional público y privado no lucrativo; el espacio privado, especialmente de las empresas; el espacio del componente educativo de las instituciones intermedias del aparato del Estado; el espacio educativo global para los diferentes grupos de edad y en los distintos niveles educativos dentro del contexto de proyectos comunitarios y sociales; espacio de las áreas rurales con enfoque comunitario, aprovechando los saberes comunitarios campesinos e indígenas; espacio de los proyectos educativos de las poblaciones indígenas; espacio de los movimientos sociales, de las organizaciones populares y de las organizaciones no gubernamentales, entre otros.

A los espacios señalados se agregan otros: espacio del uso de los medios de comunicación para fines educativos; espacio para el uso de las tecnologías de la información y comunicación en las prácticas educativas de las personas jóvenes y adultas ; espacio de interaprendizajes de las personas jóvenes y adultas en la vida cotidiana, en los aprendizajes intergeneracionales, interculturales y en los aprendizajes temáticos asociados; espacio de la autoeducación de los jóvenes y adultos con los requeridos apoyos de los otros espacios de aprendizaje. Un sistema abierto y flexible de la EPJA, con presencia en el Estado, en la sociedad civil, universidades y sector privado, puede posibilitar el interés colectivo por los aprendizajes de todos los actores involucrados en la EPJA, así como la circulación del personal docente especializado en los distintos espacios de aprendizaje.

Uno de los desafíos críticos más relevantes del cambio es generar nuevos paradigmas educativos y pedagógicos desde las realidades, teniendo en cuenta el acumulado histórico de las concepciones, prácticas educativas y tradiciones pedagógicas transformadoras del país.


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A la luz de lo referido anteriormente, el gran reto que tiene el Movimiento de la Educación de Personas Jóvenes y Adultas es construir con creatividad y espíritu innovador el Paradigma-Marco de la EPJA que puede ser la fuente referencial para la generación de modelos y propuestas específicas de la EPJA en cada territorio del país.

Las políticas y estrategias de los programas y proyectos de la EPJA tienen que encarar problemas de carácter general y específico de conformidad con las categorías o tipos de personas jóvenes y adultas por atender. El ritmo del progreso del aprendizaje es sumamente lento. Es un hecho que son bajos los resultados de los aprendizajes de calidad. Desde esta realidad es que hay que partir para encontrar soluciones viables, creativas, innovadoras, empoderadoras, incluyentes y de calidad. En esta visión, una de las políticas que debe ser enfatizada es la creación de capacidades endógenas de la EPJA, en el plano humano e institucional, para fomentar la producción cultural, científica, tecnológica, intelectual y de apoyo a las economías del país que sean coherentes con el desarrollo humano sostenible y transformador.

El enfoque endógeno latinoamericano del “Buen Vivir”, que es un legado de los pueblos indígenas andinos que construyeron una alta civilización, es un referente fundamental. Es un desafío para el Movimiento Nacional de la EPJA buscar y encontrar las respuestas pertinentes e imaginativas en el nivel nacional y en cada uno de los territorios del país.

Los aprendizajes-como ya se ha referido-son formales, no formales e informales. Terminó el siglo XX con la presencia hegemónica de los aprendizajes formales. Es el momento mágico, en sentido metafórico, para generar en la EPJA interrelaciones e interconexiones dinámicas para hacer uso simultáneo, complementario y multiplicador de las tres formas de aprendizaje, con vasos comunicantes que permitan el enriquecimiento de cada una y de todas ellas, así como contando con el apoyo de las modernas tecnologías digitales, pero adecuadamente contextualizadas y con personal formado y capacitado continuamente. Los medios de comunicación, las tecnologías digitales con la diversidad de sus herramientas, las redes sociales, los voluntarios que trabajen en apoyo al Movimiento Nacional de la EPJA, pueden ser, entre otros, algunos de los soportes para el logro del propósito señalado.

En su dimensión pedagógica el Movimiento Nacional de la EPJA debe propiciar un conjunto de articulaciones indispensables: entre la teoría y la práctica, los aportes provenientes de las distintas corrientes pedagógicas transformadoras para el trabajo educativo con personas jóvenes y adultas;

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las interconexiones dinámicas entre los distintos espacios o ambientes de aprendizaje; las posibilidades combinatorias multiplicadoras entre la educación formal, no formal e informal de las personas jóvenes y adultas; las articulaciones entre la EPJA y los diferentes tipos de desarrollo en el país; las articulaciones, en fin, entre la pedagogía del espacio educativo institucional y las pedagogías sociales en los ámbitos extraescolares. Todo ello debe integrarse en la definición de las competencias básicas, intermedias y avanzadas, dentro del Marco Curricular Nacional de la EPJA y reflejarse específicamente en los currículos diversificados que se apliquen en los territorios del país.

Señalamiento final

Hemos visto que el Movimiento Nacional de la EPJA es multidimensional: social, cultural, pedagógico, con un sentido político transformador y una incidencia económica. La comunicación es el elemento transversal que cruza a todas las dimensiones señaladas y puede facilitar su interrelación y su interconexión. Este elemento articulador contribuirá al progresivo fortalecimiento y empoderamiento del Movimiento.

El Movimiento fortalecido y empoderado de la EPJA tiene que ser conocido y valorado por los sujetos educativos reales de todas sus ofertas, los tomadores de decisiones de las políticas educativas, la clase política del país, las familias, las organizaciones comunitarias, las organizaciones intermedias de la sociedad civil en la variedad de sus expresiones, las organizaciones y organismos del aparato del Estado en todos los niveles, los diferentes tipos de empresas del sector privado, las instituciones de educación superior universitaria y no universitaria, los centros de investigación, los líderes de opinión de los distintos campos de la vida nacional, los potenciales proveedores de fondos de la cooperación nacional y de la cooperación internacional, esta última bilateral y multilateral.

El papel que debe jugar el Ministerio de Educación en el proceso de gestación de tal Movimiento es complejo y de delicada responsabilidad. Tiene que generar un estilo de trabajo que usualmente no lo ha tenido históricamente. La mayoría de los actores involucrados de la EPJA no

A la luz de lo referido anteriormente, el gran reto que

tiene el movimiento de la educación de personas jóvenes y adultas es

construir con creatividad y espíritu innovador el paradigma-marco de

la EPJA.


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dependen administrativamente de la mencionada dependencia estatal. Esta tiene que aprender a trabajar dentro de los términos de una cooperación horizontal, en la cual no existen jerarquías burocráticas ni la figura del jefe y de los subalternos, sino de los socios, de los aliados estratégicos, de las organizaciones y personas con quienes se tiene que trabajar en una atmósfera de respeto y de igualdad de derechos y oportunidades de servicio al país. De la dinámica del Movimiento tiene que emerger una nueva generación de líderes de la EPJA, quienes tendrían el perfil fusionado de líderes pedagógicos y de líderes gestores. Estos líderes deberían tener una formación inicial y continua con formadores de formadores de alto nivel que procedan de distintas líneas disciplinarias.

El Movimiento Nacional de la EPJA, desde el 2019, tendría que realizar una intensa tarea preparatoria para iniciar el proceso de sensibilización, interés, motivación y compromiso con una EPJA revalorada por la sociedad civil, el Estado, la Academia y el sector privado. Para ello tendría que preparar algunas propuestas concretas vinculadas con el lanzamiento y la fase de gestación inicial del Movimiento de la EPJA.

Es importante tener en cuenta que en Europa, Estados Unidos, Canadá y algunos países asiáticos se cuenta con estudios e investigaciones sobre los beneficios que acarrea la EPJA a sus sociedades nacionales. No es el caso de América Latina y, ciertamente, en el Perú recién se están realizando esfuerzos iniciales en este dominio. No se cuenta con una adecuada base de datos, que puede ser un sistema básico de información simple y práctico para tomar decisiones; y la Academia todavía no visualiza la extraordinaria potencialidad transformadora de la EPJA-Sistema si esta conquistara la condición de componente, absolutamente indispensable, de todos los tipos de desarrollo y, por tanto, componente también del gasto de operaciones de los programas y proyectos vinculados con cada uno de ellos.

Dentro del sistema educativo nacional es evidente que la EPJA es la modalidad que, por su naturaleza y características, está más cerca de las realidades del país. Fortalecer este vínculo, mediante prácticas concretas en territorios específicos del país o en beneficio de determinados sectores poblacionales, es una vía estratégica que nos puede conducir a proyecciones esperanzadoras.

El Movimiento de la EPJA, mediante sus planes de acción en los niveles nacional, regional y local, contribuiría al enriquecimiento de las ofertas educativas para las personas jóvenes y adultas en todos los espacios de aprendizaje, así como al empoderamiento de la modalidad en cuestión dentro del sistema nacional de educación.

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Comentarios y aportes de los Juan y las Juana García en relación con el Movimiento Nacional de la EPJA

Escenario: Local donde realizan sus sesiones los transportistas acuáticos que prestan servicios en Iquitos, surcando el río Amazonas, el Gran Padre de los Ríos. Asistentes: Además de los transportistas mencionados, operadores turísticos de hospedaje, restaurantes y afines, así como estudiantes y profesores universitarios y de tecnológicos, dirigentes de las poblaciones originarias, artesanos y otros trabajadores de diversos sectores. Metodología y objetivo: Los participantes leyeron primero algunos temas del libro; luego sostuvieron con el autor una reunión para intercambiar opiniones. Finalmente, fijaron como objetivo elaborar las bases o lineamientos para elaborar una Declaratoria.

– Durante la reunión –expresa el director del debate, un improvisado, pero competente guía turístico- hemos comentado que el Movimiento Nacional de la EPJA es un aporte importante del autor. Teniendo en cuenta todo lo que hemos venido planteando, nos hemos fijado como meta elaborar para nuestros colegas jóvenes y adultos del Perú, y para los sectores y actores comprometidos con la EPJA, una propuesta en forma de Declaratoria en pro del Movimiento Nacional de Educación para Personas Jóvenes y Adultas.

– Muy bien -explica quien actuó como relator, un universitario de la universidad nacional- de acuerdo con la propuesta ya hemos realizado nuestra ronda de intervenciones para anotar algunas ideas que sirvan para la Declaratoria formal que tendrá que hacerse más adelante. Ahí vamos con nuestras primeras notas:


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El Movimiento Nacional de Educación para Personas Jóvenes y Adultas, es una fuerza social, cultural, pedagógica y con sentido político transformador, que se construye por reflexión y acción de los Juan y de las Juana García del país, contando con la promoción, estímulo y apoyos concretos del Estado y de la sociedad nacional y de sus instituciones intermedias.

Los sectores y actores comprometidos con la EPJA tienen la necesidad de dialogar, negociar y concertar la focalización de esfuerzos y recursos en seleccionados territorios nacionales: contextos de pobreza, estrategia de conclusión de la educación básica completa para personas jóvenes y adultas, acciones de punta para los jóvenes combinando formación general avanzada con formación tecnológica; programas y proyectos de la EPJA como parte de programas o proyectos de desarrollo sostenible en los niveles municipal y regional; programas de EPJA dentro de microempresas, empresas pequeñas y empresas grandes; programas piloto de reconversión ocupacional y profesional para jóvenes, jóvenes adultos, adultos y adultos mayores.

Un aspecto importante que debe destacarse es la revaloración de otras modalidades, como es el caso de la educación técnica en sus distintos niveles y de la educación tecnicoproductiva, así como de la formación profesional. Con todas ellas se pueden articular esfuerzos para conseguir en forma conjunta una formación general que acompañe a las realidades, necesidades y demandas de formación y capacitación del potencial humano requerido por el país para su desarrollo integral en una perspectiva transformadora; el desarrollo de prácticas significativas del “Buen Vivir” con incidencia directa en las relaciones armoniosas con uno mismo, con los demás y con la naturaleza; el desarrollo humano sostenible local, regional y nacional con libertad, paz, justicia y democracia.

En la consolidación y profundización del Movimiento de la EPJA, cada una de sus acciones estratégicas debe ser planificada, organizada adecuada y seriamente, desarrollada con una buena gobernanza, acompañada, monitoreada y evaluada. Con las informaciones, conocimientos, valoraciones y propuestas, desde la acción, es posible ir dimensionando, por aproximaciones sucesivas, la programación de las acciones estratégicas más pertinentes, relevantes, eficaces y eficientes, dentro del marco de las viabilidades: política, técnica y financiera.

El Movimiento no es una instancia del Ministerio de Educación. Está abierto a la participación de los sectores de la sociedad y del Estado que, para cumplir sus respectivas misiones y funciones, tienen que realizar acciones formativas con las personas jóvenes y adultas. Uno de los mecanismos que puede facilitar

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la vigilancia social es contar con un Observatorio de la EPJA, al que tengan pleno acceso todos los sectores y personas comprometidos con la EPJA. Será el pulso de lo que se está haciendo y cómo se está haciendo y de lo que falta por hacer, es decir, será uno de los instrumentos para evaluar, como nunca se hizo en el país, las políticas públicas de la EPJA.

El Movimiento es la energía humana, social y estatal que tiene como propósito educar integralmente a las personas jóvenes y adultas mediante aprendizajes inclusivos y de calidad que adquieren a lo largo de sus vidas en distintos espacios o ambientes culturales y tienen aplicaciones concretas en la vida familiar, laboral, comunitaria y social, así como en la construcción de respuestas multidimensionales a los grandes desafíos históricos y emergentes que tenemos como país y que forman parte de las tareas nacionales pendientes.

Si aprenden las personas jóvenes y adultas, nos beneficiamos todos. Si no es así, nos seguiremos perjudicando todos.

Por todo lo expresado anteriormente, los Juan y las Juana García DECLARAMOS nuestra adhesión al Movimiento Nacional de Educación de Personas Jóvenes y Adultas e invocamos a los sectores y actores comprometidos con la EPJA que, dialogando y trabajando conjuntamente con nosotros, seamos artífices de su promoción, fomento, desarrollo y expansión en pro de nuestro país.


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Referencias

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GHISO, Manuel Alfredo. (Comp.). (2014). Temas de nuestro tiempo. Pistas para comprender el contexto de los proyectos y de las propuestas educativas de hoy. Lima: Derrama Magisterial, Colección Cooperación con la Formación Docente en América Latina, Vol. 1, Talleres Gráficos de Ruta Pedagógica Editora S.A.C.

MATOS MAR, José. (2004). Desborde popular y crisis del Estado: veinte años después. Lima: Fondo Editorial del Congreso del Perú.

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PICÓN, César. (2013). Educación de Adultos en América Latina y el Caribe. Utopías posibles, pasiones y compromisos (Antología). Pátzcuaro, México: CREFAL, Paideia Latinoamericana 4, pp.81-96.

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12INSUMOS PARA LA AGENDA ESTRATÉGICA DE LA EPJA 2020-2036

Este tema, siguiendo la lógica del trabajo, tiene el propósito de brindar algunos insumos estratégicos que pudieran ser de utilidad para el nuevo Proyecto Educativo Nacional en la parte relativa a la EPJA. Se presentan los siguientes aspectos: 12.1) Introducción a la Agenda Estratégica de la EPJA 2020-2036; 12.2) Selección y orientaciones para el desarrollo de las acciones estratégicas de la EPJA; y 12.3) Acciones estratégicas referenciales de la EPJA para su fortalecimiento y la construcción de su Movimiento Nacional.

12.1 Introducción a la agenda estratégica de la EPJA

La historia de la educación peruana registra una larga ausencia de la EPJA en la agenda educativa prioritaria. En los setenta-por intermedio del Programa de Alfabetización Integral (ALFIN) y las modalidades de Educación Básica Laboral y Calificación Profesional Extraordinaria- alcanzó a tener visibilidad en los distintos espacios de la vida nacional más allá del espacio educativo-institucional, pero desde el desmantelamiento de la reforma educativa de los 70, sin previa evaluación de la misma y, dentro de ella, de las modalidades señaladas, fue totalmente ignorada. Es una lástima que no se haya evaluado la siembra que la EPJA realizó en ese momento histórico en beneficio del país.

Como señala Jorge Basadre, historiador y filósofo de la historia de la época republicana, el Perú es un país de oportunidades históricas perdidas. En los tiempos en que vivimos, en los que se están produciendo grandes cambios, desde la perspectiva de la lección histórica, tenemos el desafío de recuperar el tiempo perdido, pues el futuro ya llegó y ya estamos conviviendo con él.

Actualmente, la imagen de la EPJA estatal es débil y tiene múltiples carencias desde hace más de tres décadas. Cambiar esta imagen no será tarea fácil. La vía para lograrlo es realizar transformaciones profundas. Una indispensable y que tiene el carácter de prerrequisito, es confrontar ideas con miras a cambiar el paradigma de que la educación significa escuela y

La historia de la Educación Peruana registra una larga

ausencia de la EPJA en la Agenda Educativa prioritaria.

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esta es, esencialmente, para los niños y los adolescentes. Aparentemente, el desafío pareciera ser simple, pero los educadores sabemos que no es así. La razón es que dicho paradigma está instalado en las mentes y en los espíritus de las personas, en las estructuras mentales que no siempre se oxigenan ni actualizan, con lógicas que tienen matices en razón de las trayectorias de vida y de las trayectorias ocupacionales y profesionales de los jóvenes y adultos de todos los grupos de edad de la sociedad. Hay la necesidad de debatir con altura, integridad y transparencia, porque lo que se busca es superar un error histórico, que se viene alargando innecesariamente, cuyos subproductos son las pérdidas para los actores involucrados y el país.

El debate será un espacio para el intercambio de conocimientos, experiencias y saberes de los sectores y sus respectivos actores involucrados en la EPJA, de los intelectuales, investigadores sociales, educadores-investigadores de la EPJA. Asimismo, de los partidos políticos del país, de las instancias pertinentes del poder ejecutivo y del poder legislativo; de los líderes del sector privado, incluyendo a las empresas y demás centros laborales de todos los tamaños; de los líderes de opinión de todos los campos de la vida nacional; de los distintos medios de comunicación social. Será particularmente relevante conocer la voz de los participantes reales y potenciales de la EPJA en los escenarios del Estado, de la sociedad civil, del sector privado y de las instituciones de educación superior; así como la voz de los jóvenes y mujeres organizados o no.

Este debate, que no tendría que hacerse en un período limitado sino en uno suficientemente abarcador, puede contribuir al fortalecimiento de la EPJA estatal y de los otros espacios de aprendizaje de las personas jóvenes y adultas. Si aprenden las personas jóvenes y adultas, nos beneficiamos todos, puede ser el sentido general del debate que permitiría generar consensos fundamentales acerca de las posibilidades y limitaciones de la EPJA en sus diversos escenarios en la fase o momento inicial de fortalecimiento y de construcción del Movimiento Nacional de la EPJA.

Renovar la EPJA en una perspectiva transformadora y construir su Movimiento Nacional, con cimientos de su sostenibilidad democrática y transformadora, es una tarea histórica compleja en la que deben articularse realidades del país y de sus territorios, una visión de futuro y viabilidades políticas, técnicas y financieras. Hay la necesidad de considerar un abanico de estrategias alternativas, por ejemplo, en el campo del aprendizaje de las personas jóvenes y adultas a distancia, aprendizaje móvil y aprendizaje virtual, aprendizaje presencial combinado con las otras formas señaladas. En el caso de Brasil se está experimentando un dispositivo de aprendizaje

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móvil en procesos de alfabetización para trabajadores de construcción civil con resultados positivos. Estas y otras estrategias deben formar parte de las acciones estratégicas preparatorias y deben ser objeto de una cuidadosa selección.

12.2 Selección y orientaciones para el desarrollo de las acciones estratégicas de la EPJA

De acuerdo con lo anticipado en la reseña inicial del capítulo, en este período 2018-2020 hay la necesidad de fortalecer a la EPJA del Estado, de las organizaciones de la sociedad civil, del sector privado y de las instituciones de educación superior. Las carencias son de tal magnitud que el presupuesto público tendría que ser indispensablemente incrementado, no para realizar todo lo que se debiera hacer, sino solamente para desarrollar algunas acciones estratégicas relevantes que pueden generar impactos en términos de confianza del país, de articulaciones de esfuerzos entre todos los actores involucrados para focalizar su participación y aportes en beneficio de sujetos educativos concretos en territorios específicos del país y de prácticas de punta con visión de futuro.

Es necesario contar con Orientaciones para la selección y desarrollo de las acciones estratégicas de la EPJA en cada uno de sus momentos. Algunas de ellas están referidas a lo siguiente:

• Son múltiples y complejas las carencias en casi todos los tipos o categorías de los sujetos de formación de la EPJA. Teniendo solamente como única fuente de financiamiento al presupuesto público nacional no será posible atender de inmediato y en forma simultánea a todas las necesidades y demandas en materia de educación de personas jóvenes y adultas. Se impone la necesidad de priorizar.

• La priorización implica un grado de atención preferencial y, por tanto, uno de los indicadores concretos es que dispone de financiamiento para su ejecución.

• En la priorización de las acciones estratégicas de la EPJA, sería recomendable tener en cuenta, entre otros, los siguientes aspectos:

– Justicia social y “justicia educativa”.

– Grado de impacto en el sector poblacional al que se pretende beneficiar en función de su desarrollo humano y ocupacional o

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profesional, así como en el desarrollo educativo de su familia y en el desarrollo sostenible y transformador de sus comunidades locales, regiones y de la sociedad nacional.

– Acortamiento de la brecha de desigualdad entre los propios desiguales de las áreas rurales y urbanas del país.

– La construcción del horizonte de igualdad de oportunidades educativas, en uno de sus sentidos, implica también brindar atención a las prácticas de punta en beneficio de sectores poblacionales favorecidos por las ofertas educativas, las que en estos tiempos se van ampliando y complejizando.

– Históricamente la EPJA no ha formado parte de la agenda educativa prioritaria del país. Hay varias razones que pueden explicar tal situación, siendo una de ellas la visión reducida en materia de concepciones, valoraciones y beneficios de la EPJA y su desconocido potencial transformador, que generaría impactos en la vida personal de los sujetos educativos, de sus familias, de sus comunidades locales y de la sociedad nacional.

– Una Campaña Nacional de Visibilidad de la EPJA contribuiría a la sensibilización para dialogar sobre dicha multimodalidad educativa y participar como artífices en la construcción y sostenibilidad del Sistema Nacional de la EPJA y la generación de su Movimiento Nacional, mediante una movilización de sensibilidades, ideas, recursos y propuestas para su construcción y funcionamiento.

– Actualmente el Perú, a pesar de los avances en los últimos gobiernos, en materia de presupuesto público nacional de Educación, no invierte en ella todo lo que debiera. La inversión actual está por debajo del 4% del PIB y la comunidad internacional considera el 6% como la inversión mínima para lograr resultados medianamente satisfactorios en equidad y calidad de la educación. No existe, en rigor, inversión en la EPJA; lo que existe es, como se ha señalado anteriormente, un reducido gasto público un poco menor del 1% del presupuesto público nacional destinado a la educación. El desafío es aprender a invertir bien con sentido de justicia y honradez, así como racionalizar el gasto público, cuidando que no haya despilfarro. De otro lado, es fundamental gestionar y captar recursos financieros provenientes de otras fuentes de la cooperación nacional e internacional (por ejemplo, canjes de deuda externa por educación) y generar recursos propios con iniciativas innovadoras. Se requiere que los


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gobiernos autoricen la administración de los recursos propios generados por los programas y proyectos de la EPJA estatal, estableciendo los requeridos mecanismos de control, pero sin atrapar burocráticamente los trabajos que se realicen ni caer en las consabidas prácticas de corrupción.

– Construir el Movimiento Nacional de esta multimodalidad impone la necesidad de cambiar de raíz los sentidos esenciales de la EPJA; su conformación y estructuración como Sistema en el que participen en forma articulada y con interconexiones dinámicas el Estado, la sociedad civil, el sector privado, las universidades e instituciones de educación superior no universitaria, los profesores y técnicos de la EPJA provenientes de las distintas disciplinas y ocupaciones, así como el cada vez más amplio sector de aliados y voluntarios, entre los que cabe destacar la participación asociada de las entidades de educación técnica básica y superior, tecnicoproductiva y de formación profesional y la participación de las y los jóvenes como voluntarios.

– El Movimiento dará un particular impulso al enfoque de la interculturalidad. En esta línea, contribuirá al conocimiento de los valores de los distintos sistemas culturales de las personas jóvenes y adultas de los pueblos aborígenes, de los pueblos peruanos inmersos en la cultura occidental y de los sistemas culturales de las personas foráneas migrantes y con residencia en el país. Su tarea principal será facilitar los aprendizajes interculturales de jóvenes y adultos dentro de las prácticas de desarrollo sostenible y del “Buen Vivir” en la connotación de prácticas significativas de vida que posibilitan el desarrollo cognitivo, emocional y social de las personas jóvenes y adultas en su relación consigo mismas, con su entorno social y su entorno ambiental.

– Una dimensión esencial de la vida de las personas jóvenes y adultas es el trabajo. El Movimiento puede generar ante las instancias decisionales del Estado y de la sociedad nacional propuestas creativas e innovadoras para encarar, entre otros, los siguientes problemas: la falta de personal calificado para los nuevos puestos de trabajo, que requieren competencias avanzadas; las alternativas de reciclaje profesional y ocupacional para el personal de las empresas desplazado de sus puestos de trabajo por el uso de las tecnologías modernas, una de las cuales es la robotización implantada en algunas empresas, que elimina la mano de obra no calificada; la formación básica y técnica para

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el trabajo en las áreas rurales donde hay, en gran medida, un nivel tecnológico básico; la generación de autoempleos para personas jóvenes y adultas emprendedores, en las áreas rurales y urbanas, con tendencia a formalizarse.

– El Movimiento puede proponer políticas de desarrollo y bienestar para el personal docente y directivo de la EPJA de todos los espacios de aprendizaje de las personas jóvenes y adultas. También puede contribuir a la valoración del trabajo del personal docente y directivo de las instituciones de la EPJA en los espacios del Estado, así como en los otros espacios de aprendizaje de las personas jóvenes y adultas.

– El Movimiento podría contribuir a la generación de comunidades de aprendizaje para personas jóvenes y adultas en los diversos territorios del país, teniendo en cuenta y respetando los patrones culturales y las tradiciones educativas de los sujetos de formación involucrados.

– El Movimiento de la EPJA tiene un sentido de integralidad en su vida orgánica. Sus etapas o momentos son: Preparación y Organización, Consolidación y Profundización. En cada una de ellas tiene objetivos, políticas y estrategias; una implementación que comprende la totalidad de trabajos organizativos y de desarrollo del Movimiento; un mecanismo moderno e interconectado de monitoreo en el que participan las distintas instancias de gestión del Movimiento; un mecanismo de apoyo de procesos técnicos clave vinculados con la investigación, la sistematización y la evaluación, con el fin de que el Movimiento se beneficie con el acumulado de conocimientos, experiencias, saberes, haceres, valores y actitudes positivas de sus distintos actores.

– Para cada una de sus etapas o momentos el Movimiento debe establecer metas concretas en términos de insumos, procesos y resultados. Es fundamental que cuente con un Sistema de Información simple, sencillo, sin sofisticaciones tecnológicas, que provea a los decisores en todas las instancias del Movimiento la información que necesita para la toma de decisiones, su implementación, el monitoreo correspondiente y la evaluación de las mismas.

– El Movimiento de la EPJA no es un coto privativo y sectorial del Ministerio de Educación. Las instituciones también aprenden o deben habituarse a aprender. Consecuentemente, las instituciones


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de la EPJA actuales y las futuras tienen y tendrán mucho que aprender y realizar, entre ellas, dinámicos interaprendizajes con sentido de trabajo colaborativo y de solidaridad, para servir mejor a la causa de los aprendizajes de calidad de las personas jóvenes y adultas.

– La EPJA como Movimiento tiene la oportunidad de construir ágiles y expeditivas estructuras organizativas, formales y no formales, en las que participen sus actores de los distintos sectores (Estado, sociedad civil, sector privado, instituciones de educación superior universitaria y no universitaria) dentro de una Gobernanza democrática y sostenible con líderes, autoridades, docentes y técnicos que logren las competencias requeridas en términos de capacidades, habilidades generales para la vida y el trabajo, así como los conocimientos requeridos, los valores y las actitudes positivas.

– El Movimiento hará uso apropiado del extraordinario desarrollo científico y de la revolución tecnológica de nuestro tiempo, especialmente de la tecnología digital en los aprendizajes de las distintas categorías de sujetos de la EPJA y en los procesos de gestión. Se brindaría atención preferencial a los territorios con contextos tecnológicos limitados.

– El Movimiento, en todas sus instancias, promovería y fomentaría la producción de conocimientos sobre la EPJA contextualizada en los diversos territorios del país, y de las formas de educación y pedagogías vigentes en la práctica actual; la sistematización de las buenas prácticas e innovaciones de la EPJA, de la sabiduría de los pueblos indígenas y campesinos, del patrimonio inmaterial de la inteligencia colectiva de las personas jóvenes y adultas del país.

– El Movimiento impulsará la creación y funcionamiento de un Observatorio de la EPJA, cuyas funciones serían establecidas consensualmente por sus actores impulsores.

– La Comunicación entre los actores del Movimiento, de todos los sectores, sería amplia, dialógica y fluida, mediante el uso de los medios y mecanismos más expeditivos. El diálogo es el soporte fundamental para las negociaciones culturales y políticas, así como para los acuerdos consensuales, teniendo en cuenta los intereses estratégicos de los Juan y las Juana García y del país.

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– Todos los sectores y sus respectivos actores involucrados en el Movimiento de la EPJA asumen su compromiso compartido con un alto sentido de responsabilidad profesional, ética y social. Son conscientes de que el Movimiento de la EPJA no tiene sesgos de índole alguna y que su cometido fundamental es hacer realidad la utopía posible de una educación inclusiva y de calidad para las personas jóvenes y adultas en el horizonte de la equidad como estrategia intermedia y de la búsqueda de la igualdad de oportunidades educativas como estrategia principal.

– Cada una de las etapas o momentos del Movimiento, en todas sus instancias, sería evaluado por personas ajenas al mismo, contando con la amplia colaboración de los actores involucrados. Los resultados de las evaluaciones serían de dominio público.

12.3 Acciones estratégicas de la EPJA para su Fortalecimien-to y la construcción de su Movimiento Nacional

Acción estratégica N° 1

Inventario Nacional de la EPJA

Tenemos que conocer el estado real de analfabetismo absoluto y, si fuera posible, del analfabetismo funcional en cada uno de los territorios regionales del país; los programas y proyectos de la EPJA-con base territorial- en los escenarios del Estado, de la sociedad civil, del sector privado, de las instituciones de educación superior; la infraestructura existente y la capacidad instalada potencial para los fines de la EPJA en los escenarios señalados; los programas y proyectos de la EPJA que son componentes de los planes de desarrollo sostenible en los niveles nacional, regional y local; los recursos reales que disponen los territorios para promover, fomentar y desarrollar los aprendizajes con personas jóvenes y adultas.

El Inventario también debe identificar las capacidades del personal docente, de los gestores y del cuerpo técnico por territorio; las capacidades institucionales de la EPJA en cada territorio; las buenas prácticas e innovaciones de la EPJA en cada una de las regiones; identificación del patrimonio inmaterial de la sabiduría e inteligencia colectiva de cada territorio del país; la existencia o la falta de cuadros profesionales de la profesión docente y de otros profesionales vinculados con la EPJA; la identificación de organizaciones de la juventud comprometidas con educación-desarrollo-trabajo; programas o proyectos de la EPJA como


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componentes de la Agenda 2030, de la Educación para Todos y de otros compromisos internacionales; identificación de posibles fuentes de financiamiento de la EPJA en los territorios regionales.

Realizar un Inventario de esta magnitud requiere de un sistema de información que hay que establecer para tener datos relevantes que faciliten la toma de decisiones; requiere también de un apoyo técnico que debe ser impulsado por el Estado por intermedio del Ministerio de Educación y de otros organismos. Es importante que, además, se cuente con el apoyo de las organizaciones de la sociedad civil que hacen EPJA, de los organismos del aparato del Estado fuera del Ministerio de Educación, sector privado y universidades e instituciones de educación superior no universitaria.

El propósito es contar con informaciones actualizadas acerca de lo que existe actualmente para desarrollar la EPJA en cada uno de los territorios regionales del país y de los recursos potenciales con los cuales se podría contar para realizar acciones de mayor aliento y con visión de futuro.

Los instrumentos que se preparen deben ser simples, sencillos, claros, de fácil manejo. Si se cumplen estas condiciones se facilitará su procesamiento. En la aplicación de los instrumentos se podrían utilizar los sistemas de información más accesibles y confiables, así como el concurso de un equipo mínimo de las Unidades de Gestión Educativa Local, UGEL, de las Regiones de Educación.

Un detalle que debe cuidarse es que el período de procesamiento no sea largo y que se pueda contar con el Inventario como uno de los insumos fundamentales para establecer políticas y estrategias de la EPJA estatal.

Una posibilidad por explorar es que el MINEDU negocie con los otros sectores involucrados en la EPJA su activa participación en el Inventario dentro de sus respectivos campos de competencia: otros organismos del Estado fuera del Ministerio de Educación, algunas organizaciones de la sociedad civil que realizan prácticas educativas con jóvenes y adultos, algunas empresas del sector privado y algunas instituciones de educación superior. Si hay un clima favorable sobre el particular tendría que considerarse un reajuste en la forma organizativa.

Realizar un inventario de esta magnitud requiere de un sistema de información que hay que establecer

para tener datos relevantes que faciliten la toma de decisiones.

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Es importante definir con anticipación la estrategia de difusión y particularmente la estrategia del aprovechamiento de los datos logrados por los distintos sectores y actores involucrados en la EPJA.


Campaña de Visibilidad de la EPJA

Hemos visto que la EPJA no tiene una identidad sólida. Varios ejecutores de las acciones de dicha multimodalidad, que se realizan fuera de los espacios educativo-institucionales para personas jóvenes y adultas, no la sienten como propia, no tienen el sentido de la pertenencia a la EPJA. Lo que están haciendo recibe diferentes denominaciones, pero ni de lejos asumen que están desarrollando acciones de educación de adultos. Tal situación acontece en el sector privado, en los diversos organismos del aparato del Estado y en un sector apreciable de organizaciones y movimientos de la sociedad civil. Una EPJA débil del Estado no tiene capacidad de liderazgo ni de convocatoria para cambiar esta situación.

En la sociedad civil, por ejemplo, se va extendiendo crecientemente la Educación Popular como una red de redes, pero que ya tiene conciencia de que es más que eso: un movimiento educativo y político emancipador no solo para las personas jóvenes y adultas, sino también para los niños y adolescentes. La Educación Popular está sustentada en las corrientes ideológicas transformadoras actualmente vigentes. Hay distintas tendencias, entre otras, hay un sector muy caracterizado del mundo social cristiano que viene realizando en los países de la región una labor educativa encomiable, como es el caso, por ejemplo, de Fe y Alegría en el Perú y en otros países de la región que hacen educación popular con niños, adolescentes, jóvenes y adultos.

La conquista de la valoración de una EPJA de todas las raíces ideológicas, cuyo cordón umbilical es su opción transformadora en beneficio de las personas jóvenes y adultas de todas las situaciones y condiciones, es una tarea compleja pero viable mediante el diálogo, la negociación cultural y la concertación dentro de acciones conjuntas de amplia base en los escenarios del Estado y de la

Para las referidas conquistas de valoración de la EPJA tiene que prepararse un documento

ágil, sólido, atractivo, en el que se sustente con argumentos, y si hubiera evidencias mucho

mejor, por qué la EPJA tiene un potencial transformador en apoyo al desarrollo humano, comunitario,

social y del Estado.

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sociedad civil. Dicha conquista tiene que comenzar con los potenciales aliados, con quienes es viable trabajar conjuntamente dentro de reglas del juego que sean transparentes y con sentido ético-social de servicio al país.

La conquista de la valoración tiene que llegar a la Academia. Históricamente, en América Latina en algunas universidades se ha avanzado en los campos de la investigación participativa y de la investigación-acción. Varios programas de la EPJA han hecho de las referidas modalidades de investigación una opción metodológica para la producción de conocimientos y realización de buenas prácticas e innovaciones. Además de este punto de contacto, hay otro que es significativo: en varias acciones de extensión universitaria o proyección social de la Universidad se viene realizando un conjunto de tareas que son propiamente de la EPJA. Finalmente, en una que otra universidad de la región hay opciones de licenciatura y se ofrecen maestrías y doctorados en Educación de Personas Jóvenes y Adultas. Hay motivos suficientes para estrechar y actualizar con la Academia algunas tareas conjuntas de la EPJA.

Adicionalmente a esto, se puede movilizar el interés de los centros de investigación independientes en la producción de conocimientos sobre temas relevantes para la EPJA: mejoramiento de los aprendizajes de las personas jóvenes y adultas en situaciones de vulnerabilidad, marginación, pobreza y exclusión; elaboración en el terreno de operaciones y con los actores y educadores involucrados, de diversos modelos de la EPJA para contextos diversificados; conocimiento científico de las características de las organizaciones y de los liderazgos comunitarios u organizacionales no formales; elaboración conjunta de las universidades con los educadores de adultos de propuestas viables en el campo pedagógico. La agenda puede ser mucho más amplia, pero es suficiente para propósitos referenciales.

La conquista de la valoración de la EPJA debe hacerse con el sector privado. Hemos sostenido que, entre todos los potenciales actores involucrados en la EPJA, es el sector privado el que ha mostrado un mayor acercamiento a las realidades del mundo trabajo-educación-empleo. Hay la necesidad de dialogar con los empresarios de todos los niveles, con el fin de que, desde sus necesidades y demandas específicas, se pueda conocer con claridad cuáles son sus inquietudes concretas de una formación general de los trabajadores que, sin dejar de cumplir sus fines universales, sirva a los propósitos específicos de ser un potencial humano preparado sólidamente en capacidades, habilidades generales, conocimientos, actitudes y valores, así como en las buenas relaciones sociales y un desarrollo emocional equilibrado, de modo tal que facilite su

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formación tecnológica y la adquisición de competencias específicas para el desempeño de los correspondientes puestos de trabajo.

La conquista de la valoración sigue su itinerario y, esta vez, tiene que ver con los actores protagonistas de los aprendizajes: trabajadores en servicio y trabajadores aspirantes o potenciales. Tiene que haber un diálogo abierto con este personal, por intermedio de sus grupos focales, para conocer en forma actualizada lo que sienten, piensan y proponen respecto a la relación Trabajo-Educación-Empleo, con enfoque generacional y de género, con personal de las áreas urbanas y de las áreas rurales.

La conquista de la valoración de la EPJA, una vez atendido el frente interno, tiene que extenderse a otros actores del frente externo : Poder Ejecutivo: Presidencia del Consejo de Ministros, ministros, viceministros y directores generales, gobiernos regionales, gobiernos locales, comprendiendo a los municipios provinciales y locales; al Poder Legislativo: Comisión de Educación del Congreso y otras relacionadas, grupos parlamentarios y sus asesores; Poder Judicial: todas sus instancias; Acuerdo Nacional: organizaciones integrantes del sector privado (CONFIEP, SNI y otras); Partidos Políticos: con todos ellos; Organizaciones Laborales: todas ellas; Sociedad Civil: Organizaciones y movimientos sociales, organizaciones no gubernamentales, iglesias, sindicatos, organizaciones de la juventud, organizaciones de la mujer y otras.

Para las referidas conquistas de valoración de la EPJA debe prepararse un documento ágil, sólido, atractivo, en el que se sustente con argumentos y, si hubiera evidencias mucho mejor, por qué la EPJA tiene un potencial transformador en apoyo al desarrollo humano, comunitario, organizacional, social y del Estado. Como todavía no se han producido muchos conocimientos en este dominio, sería aconsejable la incorporación de buenas prácticas y testimonio de vida de las personas jóvenes y adultas que simbolizan determinadas situaciones-tipo. Es importante que se conozcan las voces de los actores y se haga notar la potencialidad que conllevan.

Este documento de base serviría para todos los diálogos. Sin embargo, sería aconsejable que se preparen separatas específicas para cada uno de los interlocutores dando énfasis a los aspectos que están más relacionados con sus respectivos campos de competencia.

La campaña o cruzada de Visibilización de la EPJA tiene que ser cuidadosamente programada, organizada y ejecutada. Para comenzar, sería importante darle un nombre de impacto que motive el interés de los potenciales interlocutores en conocer el mensaje completo. Especial


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cuidado habrá que tener en la selección de las personas que participarían activamente en cada uno de los diálogos. Convocar a los diversos medios de comunicación y contar con la participación de las redes sociales es un elemento importante en el proceso global de la conquista de la valoración y reconocimiento de la EPJA en el frente interno y en el frente externo.

Esta valoración y reconocimiento a la EPJA serán una realidad cuando la mencionada multimodalidad-Sistema y que puede llegar a ser modalidad-Movimiento, forme parte de la agenda educativa prioritaria del país y tenga, por tanto, un financiamiento sostenible, como resultado de la voluntad política, social y organizacional del país.

Definir el título de la Campaña es clave

A modo de ejemplo podría ser:

“Si las personas jóvenes y adultas aprenden, nos beneficiamos todos ”. Es un título meramente indicativo y a modo referencial, pues los expertos en comunicación y publicidad deberian crear uno más atractivo, de más impacto y que sea convocador.

La Campaña tiene como propósito hacer conocer al país algunas carencias fundamentales, señaladamente en Alfabetización, Educación Básica y formación técnica; los sentidos esenciales de una EPJA con visión de futuro: destacando sus beneficios en los campos de la vida familiar, vida laboral, vida de las comunidades locales y de la sociedad nacional, en las prácticas significativas de la vida cotidiana, en la salud, en el cuidado y acompañamiento de la educación de sus hijos e hijas, en la lucha contra la pobreza y las desigualdades; en la lucha contra la violencia, la drogadicción, la delincuencia; en el cultivo de los valores morales, éticos y de ejercicio de una ciudadanía moderna.

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La Campaña está destinada a la población nacional. Se busca con ella que el país supere mitos y prejuicios acerca de la EPJA y de la necesidad de aprender a lo largo de la vida; y conozca el potencial transformador y multiplicador y los beneficios que puede acarrear al país una EPJA inclusiva y de calidad.

Es una acción que debe ser cuidadosamente planificada, organizada, ejecutada y evaluada. Para bajar costos es recomendable hacer un uso óptimo de las competencias que tengan los miembros del equipo técnico organizador y los cooperantes voluntarios.

El equipo técnico podría tener una conformación interdisciplinaria e intersectorial y sus miembros provendrían del Ministerio de Educación y de otros organismos del Estado con los cuales ya se han tendido los puentes de la cooperación intersectorial.

Un detalle fundamental es la definición de la fecha apropiada para el lanzamiento de la Campaña y la estrategia de seguimiento y sostenimiento.

Si se consideran diálogos y encuentros presenciales y a distancia que hagan acompañamiento a la Campaña es importante lograr la participación de expositores competentes del Estado, sociedad civil, sector privado, instituciones de educación superior. Una actividad de impacto podría ser la participación de personas jóvenes y adultas que presenten sus testimonios de vida laboral en los que se resalte la importancia de los aprendizajes que han logrado y la necesidad que tienen de seguir aprendiendo.

La Campaña tiene dos grandes momentos: el primero es de sensibilización y de reconocimiento y valoración de la EPJA como instrumento estratégico de desarrollo de las personas jóvenes y adultas, de sus comunidades locales y de su sociedad nacional, que genera beneficios múltiples; y uno segundo es una cruzada continua para dar visibilidad a la EPJA en todos sus espacios de aprendizaje y los beneficios múltiples que acarrea para el país.

A lo largo de la Campaña de sensibilización y de conocimiento del potencial transformador de la EPJA, independientemente de la denominación que tenga, sería conveniente dialogar con distintos actores, tanto con los directamente involucrados cuanto con quienes tienen capacidad de decisión en sus respectivos campos de competencia. En tal sentido, algunos de los interlocutores pueden ser los siguientes:


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• Autoridades Nacionales de Educación y líderes de los programas y proyectos de la EPJA del Ministerio de Educación y de otros organismos del Estado, de las organizaciones de la sociedad civil que hacen EPJA, del sector privado y de las universidades e instituciones de Educación Superior No Universitaria.

• Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo: sobre los resultados recientes de los aprendizajes de las personas jóvenes y adultas, así como del empleo y el autoempleo con visión de futuro.

• Ministerios y otros organismos del aparato del Estado: sobre el componente educativo de sus programas y proyectos sectoriales de desarrollo.

• Personas y organizaciones vinculadas con el “Buen Vivir” y las prácticas significativas de vida relacionadas con el desarrollo humano y el desarrollo sostenible de las comunidades locales y de la sociedad nacional.

• Educadores y gestores de programas y proyectos relevantes de la EPJA en los escenarios del Estado, sociedad civil, sector privado y universidades e institutos superiores tecnológicos.

• Legisladores de los distintos partidos políticos, sin exclusiones de índole alguna.

• Dirigentes sindicales de los diversos gremios de la producción nacional.

• Líderes de opinión de los diversos campos de la vida nacional.

• Jóvenes organizados y no organizados.

• Especialistas nacionales e internacionales en EPJA.

Corresponde al Ministerio de Educación promover, fomentar, preparar, implementar, procesar y elaborar el informe del Inventario Nacional de la EPJA, en su calidad de entidad rectora del desarrollo educativo nacional. Es responsabilidad de los otros actores involucrados en la EPJA participar, brindando los aportes requeridos, para su eficaz y eficiente desarrollo.

Una acción estratégica que contribuiría a sensibilizar la motivación y el interés del país por conocer el potencial transformador de la EPJA es, sin lugar a dudas, la propuesta Campaña, uno de cuyos subproductos importantes pudiera ser el interés de los actores involucrados y de los actores asociados de participar y cooperar en el Inventario Nacional de la EPJA.


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La Campaña en cuestión debe ser cuidadosamente planificada y organizada. Hay varios desafíos que deben merecer respuestas creativas e innovadoras, con sentido de realidades:

• Gestión política del Ministerio de Educación para lograr el apoyo financiero y técnico del Estado.

• Selección y conformación del equipo técnico interdisciplinario encargado de la Campaña, con la coordinación de un gestor con experiencia movilizadora en la EPJA u otro gestor con experiencia equivalente.

• Consultas con los señalados actores directamente involucrados y otros actores asociados.

• Elaboración de los instrumentos y materiales que deben utilizarse en la Campaña.

• Elaboración de un Plan Nacional de la Campaña en forma práctica y sencilla, gestionando el apoyo solidario de los medios de comunicación social, de las redes sociales y de los diversos espacios de difusión de mensajes educativos.

• Ejecución y evaluación del Plan Nacional de la Campaña, durante cuyo proceso el equipo técnico procesaría los aportes fundamentales para apoyar al Inventario Nacional de la EPJA y a otras acciones estratégicas.

La Campaña es un soporte para el Inventario Nacional de la EPJA, pero también sirve al propósito más amplio de que la sociedad nacional y el Estado conozcan en forma real y concreta las potencialidades creativas, innovadoras y transformadoras de una multimodalidad, como la EPJA, que está en una situación de estancamiento y de invisibilidad.

Comenzar de lo que somos y tenemos en el campo de la EPJA es un buen punto de partida para generar programas y proyectos de relevancia estratégica, particularmente de los que podamos hacerlos viables con voluntad política y social, con el requerido financiamiento y con una adecuada preparación de los actores institucionales y de su personal de líderes, gestores y docentes en cada uno de los escenarios de una multimodalidad educativa que si nos esforzamos podría evolucionar de modalidad de tercera a multimodalidad de primera, de esta a modalidad-Sistema y de ella a modalidad-Movimiento. El Inventario es un instrumento de la mayor relevancia para fortalecer a la EPJA, empoderarla y convertirla en un Movimiento para el “Buen Vivir” y el desarrollo transformador y

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sostenible de las personas jóvenes y adultas, de sus familias, comunidades locales y de la sociedad en su conjunto.


Fortalecimiento de la EPJA del Ministerio de Educación

No es posible la construcción del Movimiento de la EPJA si el núcleo fundamental del mismo no está fortalecido y empoderado. Se requiere voluntad política para generar una nueva estructura de las modalidades de la EPJA estatal que sea capaz de movilizar la energía social e institucional del país para avanzar sustancialmente en la articulación y complementariedad coherente de esfuerzos de distintos sectores y actores involucrados con miras a que las personas jóvenes y adultas logren aprendizajes de calidad para desencadenar sus potencialidades creativas e innovadoras en su constante crecimiento personal, en su trabajo y en las prácticas significativas de sus vidas.

No se pueden realizar acciones de calidad de la EPJA y mucho menos buenas prácticas e innovaciones si no se cuenta, además de lo señalado anteriormente, con el requerido personal. Es un elemento clave. Se impone la necesidad de formar cuadros de personal de líderes pedagógicos, gestores de los distintos espacios de aprendizaje, directores de programas y proyectos de la EPJA, personal docente con una visión diferente a la actual y con sentido de futuro. Esta formación incidirá en el fortalecimiento de las capacidades institucionales y humanas para generar un nuevo estilo de trabajo en las instituciones, programas y proyectos estatales de la EPJA.

Tienen que cambiar radicalmente los currículos y metodologías de aprendizaje y de enseñanza en relación con cada una de las categorías o tipos de sujetos educativos en formación. Un elemento de apoyo para tal propósito será el establecimiento de una política de recursos para el aprendizaje, que incluya el uso amplio de las tecnologías digitales.

El Ministerio de Educación puede consolidar y profundizar la coordinación educativa con todos los organismos del Estado, incluyendo a los ministerios y organismos descentralizados. En rigor, todos ellos, independientemente de cómo las denominen, realizan acciones de EPJA para el logro de sus responsabilidades específicas.

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Acciones innovadoras mostrativas para consolidar el fortalecimiento de la EPJA y la construcción de su Movimiento Nacional

En estas acciones deben participar todos los sectores involucrados en la EPJA. Dependerá mucho de la capacidad de liderazgo y de convocatoria del Ministerio de Educación conseguir tal participación. El propósito sería mostrar al país la viabilidad política, técnica y financiera del trabajo intersectorial y multisectorial, en materia de soluciones a problemas vinculados con el desarrollo transformador teniendo como uno de los componentes básicos a la EPJA. El país tendría la oportunidad de percibir los beneficios de una forma de trabajo cooperativo no solo entre las entidades del Estado, sino además del trabajo con el sector de las organizaciones de la sociedad civil, sector privado e instituciones de educación superior.

La EPJA estatal, por intermedio del Ministerio de Educación, podría focalizar sus esfuerzos en algunas prácticas cuidadosamente seleccionadas: articulación de trabajo, desarrollo y educación con algunas empresas del sector privado; articulación de la EPJA con prácticas amplias de algunas organizaciones de la sociedad civil en los campos de la promoción humana, del desarrollo humano sostenible y de la lucha contra la pobreza; articulación de la EPJA con las buenas prácticas de las universidades en los campos de la investigación, extensión universitaria y formación. Adicionalmente, podría tratar de concretar un proyecto de formación de líderes jóvenes de la EPJA y darles oportunidades de trabajo en los espacios del Estado.

Las articulaciones señaladas y otras que sean requeridas, en función de las realidades concretas de los territorios, se harían mediante programas y proyectos que ya vienen funcionando o que se establezcan a partir del año 2020. De ahí la necesidad de que en el Inventario Nacional se cuente con un registro territorial de los programas y proyectos de los sectores involucrados con la EPJA. La focalización de esfuerzos y recursos en territorios específicos tiene la posibilidad de generar impactos en la vida de las poblaciones-objetivo.


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Se podría explorar la posibilidad de que, además de los programas y proyectos intersectoriales, se trabaje en uno o más proyectos multisectoriales.

En la definición de los territorios en los que se trabajaría conjuntamente en uno o más programas y/o proyectos multisectoriales, algunos criterios podrían ser: territorios dentro de contextos de pobreza y de limitación tecnológica digital; territorios dentro de los cuales se vienen dando condiciones favorables para el desarrollo rural y que requieren un componente fortalecido de educación rural para personas jóvenes y adultas, teniendo en cuenta el tipo de ruralidad del contexto de la población-objetivo; territorios en los cuales hay condiciones para realizar prácticas de punta en los campos sectoriales correspondientes y en el campo educativo mediante la EPJA, la educación tecnicoproductiva, la educación técnica básica y superior y la formación profesional, con el apoyo de los medios de comunicación social y de las TIC.

En relación con algunas prácticas de punta, sería de utilidad social el diseño y puesta de marcha de proyectos, con los patrocinadores que los financien, en los siguientes campos:

• Apoyo y asesoramiento a jóvenes talentosos para que puedan concretar sus propuestas de buenas prácticas e innovaciones en los ámbitos de la EPJA;

• Diseño y puesta en marcha, siempre con el respectivo patrocinio financiero de algunas empresas, fundaciones y del Estado, de un proyecto estratégico para atender a los despectivamente denominados jóvenes NiNi en el campo de la formación para el trabajo y en actividades significativas en la vida de las personas jóvenes;

• La EPJA, luego de estudiar y analizar cuidadosamente las iniciativas creativas e innovadoras de los jóvenes emprendedores, con el requerido respaldo financiero, puede diseñar y desarrollar un componente educativo avanzado sobre habilidades cognitivas para el referido personal;

• Se puede diseñar y poner en marcha un proyecto de reconversión profesional, con participación de la EPJA y de las modalidades asociadas de educación técnico profesional y educación tecnológica superior, así como de entidades y servicios de formación profesional. Dicho proyecto puede ser financiado por las empresas que están realizando una modernización en forma intensiva, así como también por el Estado.

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• Con miras a la utilización humanizada de la tecnología digital, se pueden impulsar en la EPJA proyectos de uso intensivo de las TIC, con un adecuado enfoque pedagógico y metodológico, particularmente en los programas semipresenciales de la EPJA y en aquellos de tipo virtual que se pueden crear, pero con contenidos contextualizados de carácter cultural y lingüístico a nuestra realidad y con una adecuada formación pedagógica y tecnológica al personal involucrado en dichos proyectos.


Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 con participación de la EPJA y de la cooperación nacional e internacional

Se plantean los antecedentes y consideraciones que justifican la participación de la EPJA no solo en relación con el Objetivo 4 de la Agenda 2030 sobre Calidad de la Educación, sino también en relación con los 17 objetivos de la misma. Se plantea también el mecanismo de gestión de la EPJA en coordinación con la cooperación nacional e internacional.

Justificación de la participación de la EPJA en la Agenda 2030 vinculada con los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS)

Se necesita en el Perú una EPJA que tenga presencia significativa en todos los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) concretados en la Agenda 2030, no solamente en relación con la construcción de aprendizajes inclusivos y de calidad para personas jóvenes y adultas (Objetivo 4), sino como componente de los otros 16 Objetivos de los ODS, que en total son 17. Una mirada panorámica de los mismos permite sostener que la EPJA puede ser uno de los componentes transversales de todos las Objetivos de la Agenda 2030. En efecto, en todas y cada una de ellos puede perfilarse la participación de la EPJA, pues su logro depende, en gran extensión, de la activa participación o no de las personas jóvenes y adultas del país.

1. Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo

En el tema 9 de este libro, Desafíos de la EPJA y algunas posibles respuestas, se plantea que dicha multimodalidad es un componente que, articulado con otros, puede contribuir a la reducción sustantiva de la pobreza, brindando a las personas involucradas las herramientas adecuadas para su empodera-miento cognitivo y de mejoramiento para los efectos de su trabajo autóno-mo o dependiente, así como para su realización en las tareas significativas de su vida personal, comunitaria, social, política y cultural.


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2. Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible

Hay buenas prácticas en algunos países de la región. Una muy conocida es la del Brasil en lo relativo a la lucha contra el hambre. La agricultura sostenible, en su forma de agricultura orgánica, se ha difundido mucho en varios países de la región e incluso con adecuados programas educativos para los agricultores. La presencia de la EPJA puede contribuir a fortalecer la mejora de la nutrición familiar y comunitaria, pues los hábitos alimentarios son establecidos por las madres y padres de familia, es decir, por las personas jóvenes y adultas. Se requiere el diseño y desarrollo del componente educativo conociendo en el terreno de operaciones los resultados viables que se pretende alcanzar en cada uno de los elementos señalados,

3. Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades

Uno de los propósitos formativos de la EPJA es que las personas jóvenes y adultas asuman su responsabilidad por su vida y por su salud física, mental y psicológica. El esfuerzo tiene que focalizarse en una educación preventiva, superando así el modelo curativo de la salud, ciertamente muy arraigado en la población joven y adulta del país. La EPJA, dentro del marco de programas y proyectos específicos, puede brindar aportes orientados al logro de una vida sana y al bienestar de niños, adolescentes, jóvenes y adultos.

4. Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de cali-dad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos

Una parte medular de los planteamientos que se hacen en esta obra están orientados al logro de aprendizajes inclusivos y de calidad, mediante la creación y funcionamiento de un Sistema de la EPJA que sea abierto, flexible y diversificado, con el soporte de una nueva institucionalidad descentralizada y contando con el requerido financiamiento. El esfuerzo está orientado no solamente a generar los aprendizajes señalados en el espacio educativo-institucional, sino en otros espacios de aprendizaje extraescolares en los cuales las personas jóvenes y adultas enriquecen sus aprendizajes mediante procesos no formales e informales, así como los interaprendizajes y autoaprendizajes. Además de esto, la EPJA transformadora, por su naturaleza y características, tiene una

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preocupación por la educación de los niños, niñas y adolescentes, porque su actor protagónico (persona joven y adulta) o es hermano o hermana o padre o madre de los primeros. La EPJA, en tal sentido, tiene una especial sensibilidad por el desarrollo educativo global de las personas de todos los grupos de edad.

5. Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y, especialmente, a las niñas

La EPJA tiene una vocación histórica de contribuir al empoderamiento de los sujetos educativos, particularmente en el campo de la educación popular. El acumulado histórico en este dominio puede ser útil para el trabajo con las mujeres jóvenes y adultas y las niñas, así como también las buenas prácticas en el campo de la lucha contra la violencia y el machismo. La EPJA tiene toda la potencialidad para participar en el logro de este Objetivo, pues desde sus prácticas educativas cultiva la igualdad entre los géneros, no como discurso sino como vivencia y hábito cultural.

6. Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos

La crisis mundial del agua que se avecina-y en la cual la India y el Perú for-man parte de los cinco países que serán más afectados- requiere de una EPJA que contribuya a regular el consumo excesivo. Actualmente, en las comunidades rurales de varias regiones del Perú hay una buena práctica denominada Junta de Agua, Salubridad y Saneamiento (JASS), que está siendo referencialmente útil en algunos países de la región. Se requiere sistematizar la experiencia, en forma detallada, para generar el compo-nente educativo que puede ser particularmente utilizado en el trabajo con las poblaciones rurales y, extensivamente, en lo que corresponda, en


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las áreas urbano-marginales. La EPJA puede jugar un papel importante dentro de una práctica amplia orientada al logro de este Objetivo.

7. Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sos-tenible y moderna para todos

Una EPJA renovada, mediante la pertinente educación comunitaria, puede sensibilizar a las comunidades locales para tener acceso a una energía con los atributos señalados. La fase preparatoria debe ser formativa con todos los grupos de edad, pues cuando la energía limpia esté instalada habrá la necesidad de encargarse de su mantenimiento, así como del uso que puede hacerse de ella, quizás mediante el establecimiento de una Casa Cultural Comunitaria en la que se puede contar con recursos tecnológicos modernos.

Se pueden generar condiciones favorables para fomentar oportunidades particularmente para los jóvenes que no pueden acceder a estudios de educación secundaria, porque no hay generalmente colegios en las comunidades rurales dispersas. El autor, trabajando para la Unesco en Honduras, promovió la experiencia de la Primera Aldea Solar de América Latina “José Cecilio del Valle” y su componente educativo, en la comunidad rural San Ramón del Municipio de Choluteca, con resultados satisfactorios y sostenibles (Picón, 1999).

8. Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos

La EPJA, en algunas buenas prácticas de los países de la región, es un elemento básico en los programas y proyectos de crecimiento y desarrollo económico. Si eleva sus estándares en la calidad de sus aprendizajes será un factor clave no solamente en el acceso a empleos, sino en la generación de sus propios autoempleos dentro de las economías de sus respectivos territorios. Dichos empleos tienen que ser productivos en el orden económico, social o cultural y posibilitar el trabajo decente para todos.

Para el logro del propósito señalado, la EPJA tiene que realizar conexiones dinámicas y contextualizadas entre la formación general requerida y la pertinente formación técnica, contando para ello con el concurso de la educación tecnicoproductiva, la educación técnica superior y la formación profesional.

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9. Construir infraestructuras resilientes, promover la indus-trialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación

La EPJA tiene un acumulado histórico de resiliencia en todos los aspectos, incluyendo las infraestructuras. Puede aprovechar la sistematización de las experiencias respecto de la preparación para afrontar fenómenos naturales y antropogénicos adversos; y generar materiales educativos con el enfoque de la pedagogía social en apoyo a la construcción de viviendas populares. Ya existen propuestas técnicas en este dominio, por ejemplo, las planteadas por el ingeniero peruano Julio Kuroiwa.

La EPJA tiene posibilidades concretas de trabajar con jóvenes y adultos que forman parte de la sociedad industrial, la cual registra distintos niveles de desarrollo. Se trataría de participar en programas o proyectos de industrialización inclusiva y sostenible de acuerdo con las economías y niveles de desarrollo de los respectivos sectores poblacionales ubicados en territorios específicos. Dentro de tal situación, la EPJA estaría en condiciones de apoyar las innovaciones que se generen dentro de sus campos de competencia: formación general y habilidades generales, emocionales y sociales.

10. Reducir la desigualdad en y entre los países

La desigualdad se da en el país y en otros países de la región y de otras regiones del mundo. La EPJA, por su naturaleza y características, es una multimodalidad que trabaja con las realidades, una de cuyas facetas es la fisura aguda entre sectores poblacionales con oportunidades de crecimiento y desarrollo y otros que las tienen, pero en forma limitada. Reducir esta brecha es una tarea multidimensional, dentro de la cual la EPJA tiene un rol por desempeñar y lo puede hacer satisfactoriamente si participa con otros elementos que persiguen el mismo propósito.

11. Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles

La EPJA tiene la tradición de interesarse y participar en los asuntos públicos de carácter comunitario y social. Tiene las potencialidades, como lo viene demostrando en varios proyectos desde la sociedad civil y el Estado, de contribuir al proceso de mejoramiento de la calidad de vida, de seguridad, resiliencia y sostenibilidad de las ciudades y de los asentamientos humanos. Se requiere un trabajo coordinado con los gobiernos locales, los municipios, para concretar formas de trabajo cooperativo en este dominio, uno de cuyos subproductos en el campo


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educativo puede ser la contribución de la mencionada multimodalidad en el fortalecimiento de las comunidades locales de aprendizaje y de la sociedad nacional educadora.

12. Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles

La EPJA, dentro de prácticas más amplias vinculadas con el logro de este Objetivo, en articulación con los sectores del Estado, así como con organizaciones de la sociedad civil que promueven una modalidad de consumo y producción sostenibles, puede realizar aportes importantes en el campo formativo desde el cambio de hábitos y de valoración de los aspectos sustantivos de la vida que son incompatibles con el derroche superfluo, una sensación de bienestar pasajero y una producción que no tiene una continuidad orgánica de mejoramiento cuantitativo y cualitativo.

Para la viabilidad pedagógica social de las modalidades de consumo y producción sostenibles, la EPJA tiene que investigar y trabajar en forma cooperativa con las entidades especializadas en este dominio.

13. Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos

La EPJA, en sus distintos espacios de aprendizaje, puede contribuir al fomento de la divulgación de los efectos del cambio climático. Hay un analfabetismo preocupante en este ámbito, a pesar de la profusa información científica disponible. Con un equipo interdisciplinario y

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con un enfoque de pedagogía social podrían elaborarse módulos de información y de aprendizajes en materia de las medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos en los territorios del país.

La EPJA también puede participar en los debates comunitarios, institucionales y sociales sobre cómo combatir el cambio climático y sus efectos, así como en la discusión sobre políticas públicas en este campo.

14. Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible

Los océanos, los mares y los recursos marinos son la despensa de la humanidad. Hay la necesidad de crear una conciencia crítica acerca del valor que tienen estos elementos para la vida del ser humano y de la humanidad. La EPJA puede estar en condiciones de elaborar recursos de aprendizaje sobre la imperiosa necesidad de conservarlos y utilizarlos en forma sostenible. El desarrollo de tales recursos se puede hacer mediante procesos formales, no formales e informales, contando con el apoyo de las entidades especializadas, así como de los medios de comunicación social, las herramientas digitales y las redes sociales.

15. Promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y frenar la pérdida de la diversidad biológica

La EPJA, en sus distintos espacios de aprendizaje y mediante ofertas específicas, puede convertirse en un elemento de difusión y de aplicación a situaciones reales de vida de los ecosistemas terrestres, los efectos de la desertificación y de la degradación de las tierras, así como contribuir a frenar la pérdida de la diversidad biológica. Se requiere la elaboración de recursos de aprendizaje social con una mediación cultural, comunicacional y pedagógica destinada a las correspondientes poblaciones-objetivo.

La EPJA, con el propósito de darle visibilidad a estos temas cruciales, que tienen relaciones vinculantes con la supervivencia humana y la supervivencia del planeta Tierra, tiene la posibilidad de aliarse con otros actores y defensores de la cultura ecológica, así como gestionar la participación de los medios de comunicación social y de la difusión de los recursos para el aprendizaje que se elaboren utilizando las herramientas digitales y las redes sociales.


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16. Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desa-rrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas en to-dos los niveles

Un desarrollo humano sostenible con paz, inclusión, justicia e instituciones intermedias del Estado y de la sociedad civil funcionales para este logro, es un Objetivo al que la EPJA puede contribuir desde las siguientes prácticas: Cultura de Paz y EPJA, Justicia social y “justicia educativa” con las personas jóvenes y adultas de las diversas categorías situacionales, nueva institucionalidad de la EPJA que tenga como pilares: la inclusión de todas las personas jóvenes y adultas, la responsabilidad social de las instituciones, la gestión eficaz y ética de las instituciones, las cuales, sociológicamente, son medios para el cumplimiento de determinados fines del Estado y de la sociedad.

La EPJA podría generar ofertas educativas en términos de módulos de aprendizaje social o de componentes de proyectos amplios, dentro de los cuales la multimodalidad sería un elemento dinamizador.

17. Fortalecer los medios de ejecución y revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible

La EPJA, para su adecuada participación, tiene que fortalecer los medios de ejecución que deben tener las siguientes viabilidades: política, técnica y financiera. Como es de dominio público, la EPJA, en la mayoría de los países de la región, tiene históricamente carencias financieras, porque solo en determinados momentos históricos en la vida de los países tuvo reconocimiento y valoración del Estado y de la sociedad y formó parte de la agenda educativa prioritaria. De ahí la necesidad de que la EPJA, como parte de su acumulado de resiliencia y de espíritu creativo e innovador en una perspectiva transformadora, tenga que aliarse con otros actores y asociarse con prácticas amplias de desarrollo sostenible.

La contribución de la EPJA a la Alianza para el Desarrollo Sostenible, en el plano nacional y mundial,

Se necesita en el Perú una EPJA que tenga presencia significativa en todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible

(ODS) concretados en la Agenda 2030, no solamente en relación con la construcción

de aprendizajes inclusivos y de calidad para personas jóvenes y adultas (Objetivo 4), sino como componente de las otros 16

Objetivos de los ODS.

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es un desafío que puede posibilitarle la generación de respuestas no convencionales dentro del campo de la pedagogía social y que pueden contribuir significativamente al logro de los Objetivos de la Agenda 2030.

Como se habrá podido advertir, una EPJA renovada y fortalecida en el país y en otros de la región, puede participar no solo en el Objetivo 4 de la referida Agenda, sino en todos sus Objetivos. Es fundamental que así lo perciban los decisores de las políticas de desarrollo nacional y de desarrollo educativo, así como las fundaciones y agencias de cooperación nacional e internacional.

Mecanismo de gestión de la EPJA en coordinación con la coo-peración nacional e internacional

Uno de los datos indispensables que debe captarse del Inventario Nacional de la EPJA es la relación de prácticas de desarrollo sostenible en cada uno de los territorios del país. Tal información permitirá conocer qué entidades nacionales y qué agencias internacionales de cooperación bilateral y/o multilateral están participando en el logro de los objetivos específicas de la Agenda 2030. También posibilitará identificar las prácticas de desarrollo sostenible que están en funcionamiento, pero no en condición de socios o aliados estratégicos dentro del marco de la Agenda 2030.

Los actores e instituciones de la EPJA tienen que actualizar sus informaciones y conocimientos acerca del Desarrollo Sostenible en sus distintas expresiones. Sería conveniente diseñar y desarrollar un programa de pasantía para conocer las buenas prácticas de desarrollo sostenible en el país y en los otros países andinos. La DVV de la Subregión Andina y la DVV internacional, que vienen trabajando en los distintos campos temáticos de la EPJA vinculados con los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), pueden hacer las referencias pertinentes. Este conocimiento en el terreno de operaciones es de la mayor relevancia no solo con propósitos informativos, sino de aprendizajes e interaprendizajes y de identificación de aspectos focales en las intervenciones que se pudieran tener dentro del marco de un conjunto de acciones asociativas en este dominio.

Es importante que la EPJA del Estado, por medio de su instancia movilizadora que es la EPJA a cargo del Ministerio de Educación, se convierta en una instancia de coordinación interinstitucional del Estado, con miras a precisar las necesidades y demandas educativas que tienen los demás organismos estatales para cumplir con los objetivos específicos de Desarrollo Sostenible en las que están participando. Sería de mucha utilidad diseñar conjuntamente, en relación con cada una de los Objetivos


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de la Agenda 2030, las requeridas demandas educativas y sus respectivos financiamientos. A este respecto, es importante considerar que la EPJA tiene el carácter de un componente indispensable de los programas de desarrollo sostenible y, por tanto, es un elemento del costo global de operaciones de dichos programas.

Tener el mapa de las demandas educativas territoriales vinculadas con cada uno de los ODS y su respectivo financiamiento, posibilitará el diseño de las ofertas educativas específicas no necesariamente en forma de modalidades, sino de proyectos educativos. Estos pueden contener uno o más elementos de una modalidad A, de otra modalidad B o de cualquier elemento educativo que no tenga que ser necesariamente una modalidad. Así, por ejemplo, dentro del marco de una práctica global de Desarrollo Sostenible, se puede necesitar algo de alfabetización, algún o algunos elementos de educación básica formal y no formal para personas jóvenes y adultas , educación tecnicoproductiva, habilidades generales y socioemocionales, formación técnica para el desempeño laboral con formación general o sin ella, educación comunitaria con énfasis en algunos aspectos, formación profesional para los distintos niveles de desempeño laboral con cimientos sólidos y funcionales de formación general, y otros elementos.

En relación con una práctica concreta de Desarrollo Sostenible no se trata de que todos los elementos señalados estén presentes, sino uno o algunos de ellos. Lo que se quiere hacer notar es que las respuestas, en materia de ofertas educativas para el Desarrollo Sostenible, tienen que ser flexibles y diversificadas. De ahí la necesidad pedagógica con jóvenes y adultos de hacer uso de los Módulos de Aprendizaje en apoyo a proyectos educativos específicos vinculados con cada uno de los 17 Objetivos de la Agenda 2030.

Tener el mapa de las demandas educativas territoriales vinculadas con cada uno de los ODS y su respectivo financiamiento, posibilitará el diseño de las ofertas educativas específicas no necesariamente en forma de modalidades, sino de proyectos educativos.

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Las modalidades de la EPJA que desarrolla el Ministerio de Educación juegan un papel clave en relación con la Acción Estratégica 5 que se propone. Es importante que, en relación con los organismos del Estado, tenga como puntos focales de referencia al Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, Ministerio de Economía y Finanzas, Ministerio de la Producción, Ministerio de Cultura, Ministerio de Salud, Ministerio de la Mujer y de Poblaciones Vulnerables, Ministerio del Interior y a los demás organismos del aparato del Estado en los niveles de gestión nacional, regional y local. En relación con la cooperación internacional las agencias de referencia, entre otras, pueden ser: el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, UNESCO y otras de la cooperación internacional; y la DVV Internacional, en el campo de la cooperación bilateral no gubernamental vinculada con la participación de la EPJA en apoyo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible en América Latina.


Promoción, fomento y desarrollo del Movimiento Nacional de la EPJA

Supongamos que la ruta estratégica recorrida, hasta ahora, sea la siguiente: se ha lanzado la Campaña “Si las personas jóvenes y adultas aprenden, nos beneficiamos todos”; la Campaña ha contribuido a que la sociedad nacional tenga una información básica de los sentidos esenciales de la EPJA y se sensibilice por los aprendizajes de las personas jóvenes y adultas. El Inventario Nacional de la EPJA ha brindado y registrado datos fundamentales que nos permiten saber en qué situación real estamos en programas, proyectos y recursos para el aprendizaje de jóvenes y adultos; cuáles son actualmente los programas y proyectos de desarrollo sostenible de carácter sectorial, intersectorial y multisectorial en cada uno de los territorios regionales; la infraestructura, los materiales educativos y demás recursos para el aprendizaje de jóvenes y adultos. Con los insumos anteriores, dentro del marco de las orientaciones pertinentes, se realizan acciones mostrativas con el fin de fortalecer la EPJA y construir el Movimiento Nacional de la Educación de Personas Jóvenes y Adultas.

Con los insumos precedentes el Movimiento afirma su consolidación y su subsecuente profundización. Para ello tiene que evaluar cada una de las acciones estratégicas referidas y otras que sean necesarias, así como extender las acciones a otros campos requeridos. La idea es que cada acción estratégica, de conformidad con su naturaleza y características, sea evaluada con el mayor rigor. Ello hará posible contar con una masa crítica de informaciones, conocimientos y experiencias, que permitirán generar respuestas creativas e innovadoras en una perspectiva transformadora.


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Los resultados de las evaluaciones, así como las investigaciones y sistematizaciones que se hagan a lo largo del proceso, posibilitarán definir los planes de trabajo del Movimiento en cada una de sus fases o momentos. Es la razón por la que solamente se han considerado algunas acciones estratégicas referenciales que comprenden el momento o fase 1 de lanzamiento del Movimiento, con el enfoque estratégico de aproximaciones sucesivas.

Las fases o momentos siguientes serán definidos por las instancias directivas del Movimiento, que es de esperar no caigan en distorsionados comportamientos de carácter burocrático, tecnocrático, pedagogista, autoritario y politizado. Tales comportamientos generan innecesarias tensiones, contradicciones y agudizan los conflictos entre los aliados.

Perfil de un consolidado Movimiento Nacional de la EPJA

Cuando el Movimiento de la EPJA, luego de su consolidación haya ingresado a la fase o momento de su profundización, podrá tener el siguiente perfil:

– Maneja un marco conceptual y estratégico de una EPJA que, sin dejar de atender la deuda histórica social del pasado con determinados sectores poblacionales, ya está trabajando en el futuro en algunas de sus acciones de punta.

– Está conformado por diversos sectores (organismos del aparato del Estado, organizaciones de la sociedad civil, empresas de todos los tamaños del sector privado, universidades e instituciones de educación superior no universitarias a los que se han sumado otros actores como aliados y voluntarios. Los sectores señalados están adecuadamente comunicados y articulados dentro del Sistema Nacional de la EPJA, SINEPJA, que tiene una nueva estructura institucional y es conducida por una Alta Autoridad del Estado con rango mínimo de viceministro.

– La Gobernanza del Movimiento tiene dos grandes pilares: la inclusión y calidad de la EPJA, en articulación con prácticas amplias de desarrollo sostenible en los escenarios del Estado y de la sociedad civil y el desarrollo de prácticas significativas con las distintas categorías de sujetos educativos; y una gestión de gobierno democrática y movilizadora de sensibilidades, voluntades, ideas, recursos y propuestas, con el soporte de adecuados mecanismos de acompañamiento, evaluación y rendición de cuentas.

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– Se está convirtiendo en un espacio de interaprendizajes con un sentido intergeneracional, intersectorial, interdisciplinario e intercultural.

– Contribuye significativamente a la valoración estatal y social de la EPJA como una modalidad que, cuando logra niveles de calidad, tiene un extraordinario potencial transformador y de beneficios múltiples.

– Sus sectores y actores involucrados participan activamente en los debates nacionales, regionales y locales sobre políticas públicas de la Educación en general y más intensamente de la EPJA en particular.

– Impulsa la participación articulada de los sectores señalados en los territorios regionales, contextualizando sus propuestas de programas y proyectos a las características singulares de cada uno de ellos.

– El foco de sus acciones es la promoción, difusión y desarrollo de los aprendizajes de las personas jóvenes y adultas teniendo en cuenta sus necesidades y demandas, así como las de las comunidades locales y de la sociedad nacional.

– Los asuntos públicos y prioritarios forman parte de su agenda formativa, así como la formación para el ejercicio pleno de una ciudadanía moderna global con justicia, democracia, derechos humanos, paz, seguridad humana, desarrollo humano sostenible y aprendizaje a lo largo de la vida.

– Se renueva dinámicamente y ya ha iniciado una ruta de emprendimientos creativos e innovadores dentro del estilo de trabajo cooperativo y de complementación solidaria para el bien común, que consiste en construir en forma sostenible una cultura de aprendizaje de las personas jóvenes y adultas a lo largo de la vida dentro del pulso histórico, cultural, económico, social, pedagógico y político de los tiempos en que vivimos.

Se requiere que los directivos y los líderes de todos los niveles de gobernanza de la EPJA tengan las requeridas competencias cognitivas y experienciales, así como un desarrollo emocional equilibrado y adecuadas

habilidades sociales. En suma, se requiere competencia, madurez y compromiso para dirigir y formar parte de un Movimiento de carácter cultural, social, pedagógico y con un sentido político transformador.


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ALGUNOS ASPECTOS FOCALES PLANTEADOS POR EL AUTOR

1. Estado de la EBA actual

La Educación Básica Alternativa (EBA), a cargo directo del Ministerio de Educación, atiende, con estimados optimistas, del 3 al 5% de la demanda real y potencial del país. Históricamente, no ha formado parte de la agenda educativa nacional prioritaria desde su establecimiento. No existe profesionalización en la carrera docente de la EPJA. Los educadores de jóvenes y adultos son, principalmente, los educadores de niños y adolescentes. No existe una infraestructura especialmente destinada a esta modalidad. En la práctica, se ha convertido en una modalidad educativa “de segunda categoría”: con presupuestos limitados, las instituciones públicas de la EBA funcionan en locales “prestados”, carecen de recursos tecnológicos modernos, con una institucionalidad débil, con resultados sin mayor impacto en la vida nacional, con una gestión bien intencionada pero que se ve limitada por las señaladas y otras carencias.

A pesar de los esfuerzos que se vienen realizando y de algunos logros, como es el caso de su función social en la que, mediante los Centros de Educación Básica Alternativa se atiende a las y los participantes de todos los grupos de edad que provienen de los sectores populares, en general, se encuentra en una situación de fragilidad, más propiamente de emergencia. Los centros de educación básica alternativa, CEBA, en la forma como actualmente funcionan, así como los centros de educación tecnicoproductiva, están realizando un trabajo esforzado dentro de las limitaciones, pero no son todavía la Escuela EPJA que esperan los Juan y las Juana García del país.

2. La EPJA todavía no tiene una identidad nacional

Los organismos del aparato del Estado, las organizaciones de la sociedad civil, el sector privado y las instituciones de educación superior realizan necesariamente acciones de la EPJA con su personal de trabajadores, funcionarios y directivos. Pero la EPJA no tiene

Los Centros de Educación Básica Alternativa, CEBA, en la forma como actualmente funcionan, así

como los centros de educación tecnicoproductiva, están

realizando un trabajo esforzado dentro de las limitaciones, pero

no son todavía la Escuela EPJA que esperan los Juan y las Juana

García del país.

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todavía esa identidad amplia, sino que sus ofertas están fraccionadas y desarticuladas y no cuentan con las interconexiones dinámicas de un sistema sólido de ofertas que sea capaz de atender, en forma solidaria y complementaria, a las diversas categorías de jóvenes y adultos de los sectores involucrados, teniendo en cuenta sus misiones y objetivos, sus características específicas y las de sus contextos, dentro de sus respectivos territorios.

Todavía no se articulan los diversos sistemas territoriales de aprendizaje de la EPJA, sus sistemas de ofertas educativas y sus sistemas de gestión funcionan en forma fragmentada y carecen de mecanismos de interrelaciones y de interconexiones dinámicas. De construirse un Sistema Nacional de la EPJA tales articulaciones y otras se facilitarían en forma significativa.

Ayudará mucho a la afirmación de la identidad de la EPJA que se tenga un claro posicionamiento acerca de sus sentidos fundamentales. ¿Queremos una EPJA encogida, satélite de la Educación Básica Regular; o queremos una EPJA que despliegue sus potencialidades creativas e innovadoras y se convierta en un instrumento estratégico del desarrollo humano de las personas jóvenes y adultas, del desarrollo sostenible del país en una perspectiva transformadora en beneficio de las familias, comunidades locales y sociedad nacional?

3. EBA como una de las ofertas de la EPJA, reforma de la Educación Tecnicoproductiva y revitalización de la Educación Comunitaria

La denominada EBA en el Perú, reconociendo algunos de sus avances y logros, está todavía distante de ofrecer actualmente a las personas jóvenes y adultas ofertas que respondan a sus realidades y necesidades de vida, así como a las demandas laborales, comunitarias y sociales. Para lograr plenamente su cometido en favor de los diversos tipos de jóvenes y adultos, que forman parte de distintas categorías situacionales, tiene que evolucionar dentro del marco de una genuina Educación de Personas Jóvenes y Adultas (EPJA), asumida como un Derecho Humano Fundamental, que el Estado Peruano debe respetar y actuar en consecuencia. Es igualmente indispensable una reforma sustantiva de la modalidad de Educación Tecnicoproductiva y la reconquista de una renovada Educación Comunitaria.


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4. Alianzas estratégicas de la EPJA

El SINEPJA, dentro del sector Educación, tiene que construir alianzas estratégicas con todos los niveles y modalidades del sistema educativo nacional. En el caso específico de la Educación Superior tiene que establecer mecanismos de diálogo y de elaboración de propuestas conjuntas para el diseño de la modalidad alternativa de la Educación Superior Tecnológica, así como de la Universidad Alternativa, particularmente en beneficio de los estudiantes de educación superior universitaria y no universitaria que no culminaron sus carreras profesionales. La idea no es que estas modalidades sean administradas por el Ministerio de Educación, sino por las correspondientes instancias institucionales matrices que han sido referidas. Si encuentra acogida esta propuesta preliminar, tendrían que elaborarse los respectivos proyectos y las normas legales que correspondan.

Fuera del sector Educación, el SINEPJA tiene que establecer las requeridas alianzas estratégicas con los organismos del aparato del Estado en todas sus instancias de gestión, las organizaciones intermedias de la sociedad civil que realizan acciones educativas con jóvenes y adultos, las empresas y otros centros laborales del sector privado involucrados en la producción económica, social y cultural; y las instituciones de educación superior: institutos tecnológicos superiores y universidades con modalidades alternativas para los estudiantes que no culminaron sus carreras profesionales.

5. Los cambios se preparan mediante estrategias específicas

Los cambios no emergen en forma espontánea; se preparan. Para ello tiene que concebirse y aplicarse, en forma creativa e innovadora, una estrategia que facilite el paso de la EBA actual y de otras modalidades alternativas a la EPJA transformadora con visión de futuro. Con miras a tal fin es necesario diseñar, desde ahora y con la activa participación de todos los sectores involucrados en la EPJA: cuáles son los cambios posibles en el corto, mediano y largo plazo; y cómo las políticas renovadas de la EPJA deben contribuir a esos cambios mediante Políticas de Estado respecto de la EPJA, dentro del marco del nuevo Proyecto Nacional de Educación 2020-2036. Durante el período 2019-2020 tendria que ponerse en marcha un itinerario de reformas iniciales de la EPJA, con miras a preparar las condiciones favorables para el desarrollo de proyectos estratégicos y de impacto en la vida nacional.

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6. Frente a realidades cambiantes, la EPJA tiene que cambiar

Si las realidades que viven las personas jóvenes y adultas cambian, la EPJA tiene que cambiar necesariamente, habida cuenta de que ella es mucho más que una escuela pública. Es una multimodalidad transversal que-mediante sus instituciones, programas, proyectos y servicios en los distintos sectores involucrados- prepara a las personas jóvenes y adultas para el “Buen Vivir”; es componente de los distintos tipos de desarrollo, entre otros: desarrollo sostenible, cultural, científico, tecnológico; genera beneficios directos a sus sujetos educativos y a su personal docente, líderes pedagógicos y de gestión, personal técnico y administrativo; y brinda beneficios indirectos a la familia, a las comunidades locales y a la sociedad nacional en su conjunto.

7. El personal docente tiene que reorientar su rol

Si las realidades y la EPJA cambian, el personal docente tiene que reorientar su rol, el cual en el futuro será mucho más complejo, y, sin dejar de lado la dimensión histórica de la docencia como arte, requerirá, en forma

La Educación de Personas Jóvenes y Adultas es un derecho fundamental;

no es una simple modalidad, sino es mucho más que eso; la EPJA es una totalidad orgánica, un sistema en el vasto campo educativo, que

comprende un conjunto de elementos que pueden interrelacionarse e

interconectarse entre sí para lograr el propósito común que persiguen: una

educación inclusiva y de calidad para las personas jóvenes y adultas de

todas las situaciones y condiciones.


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creciente, la dimensión de su polivalencia y especialización. Si cambia el rol docente tienen que cambiar, entre otros, algunos elementos clave: la formación docente y sus competencias; la reorientación sustantiva de las áreas de formación inicial y continua con visión de futuro; un exigente y actualizado desarrollo metodológico con el aporte de las corrientes pedagógicas transformadoras; una reorientación de los recursos para el aprendizaje incluyendo el uso de las TIC, tanto para los propósitos de la educación presencial como de la educación abierta, algunas de cuyas expresiones son la educación a distancia, la educación semipresencial, la educación móvil y la educación propiamente virtual (o “sin distancia”) contextualizada y con sentido de humanidad.

8. La calidad de la EPJA es un Derecho Humano Fundamental y una necesidad nacional

La calidad de la EPJA es un derecho fundamental y una necesidad nacional, uno de los grandes desafíos ético-sociales de nuestro tiempo, un derecho humano de las personas jóvenes y adultas del país. Es uno de los factores clave que inciden directamente en la calidad del desarrollo de las personas y de la sociedad en su conjunto. Es un factor que también incide directamente en la gobernanza de dicha multimodalidad; una deuda histórica que tenemos los peruanos como nación, particularmente con los sectores poblacionales en situación de vulnerabilidad, marginación, pobreza y exclusión, como es el caso de los pueblos indígenas andinos, amazónicos y afroperuanos y el sector no moderno de las comunidades campesinas.

Uno de los desafíos de la calidad de la EPJA es contar con buenos profesores y profesoras en todas sus ofertas de los distintos espacios de aprendizaje, para lo cual debe impulsarse la profesionalización y especialización en el campo de la educación de personas jóvenes y adultas de sus distintos ciclos vitales. La calidad de la EPJA es un desafío multidimensional. Una dimensión clave es la formación del personal docente, técnico y de gestión, así como la formación de líderes de la EPJA. Sobre este particular, hay una tendencia consensual creciente en materia de competencias básicas del personal docente de la EPJA en el siglo XXI.

9. Competencias básicas del personal docente de la EPJA en el siglo XXI

Hay consenso internacional creciente en el sentido de que el trabajo del personal docente de la EPJA en el siglo XXI será mucho más complejo que en el pasado y requerirá el dominio de capacidades, habilidades, conocimientos, actitudes y valores vinculados, por lo menos, con las siguientes competencias:

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• Competentes en su área de desempeño docente, dentro de una formación profesional sólida con un núcleo de carácter polivalente y otro de especialización.

• Tienen habilidades y capacidades en materia de mediación cultural, comunicacional y pedagógica; de comprensión intercultural, de aprender a pensar y entender, así como de cultivar su pensamiento crítico.

• Poseen conocimiento científico de la diversidad de su país, de los contextos específicos en los que hacen su intervención socioeducativa y sociocultural.

• Su formación pedagógica teórico-práctica los habilita para hacer uso de las pedagogías más adecuadas a los contextos y a las características personales y grupales de los sujetos que forman o capacitan, mediante una adecuada combinación de los distintos sistemas de aprendizaje de las personas jóvenes y adultas.

• Su formación tecnológica, con un sentido de humanidad, les permite usar variados y avanzados recursos digitales para el aprendizaje y, dentro de sus respectivas propuestas pedagógicas, utilizar las herramientas digitales más adecuadas con un criterio selectivo.

• Capacidad de empatía con sus sujetos educativos, y de resiliencia.

• Capacidad de integración de la teoría con la práctica con un enfoque interdisciplinario e intercultural; y de articulación de su trabajo docente en un determinado espacio de aprendizaje con los otros espacios de aprendizaje.

• Su práctica educativa se destina al empoderamiento de sus sujetos educativos para que puedan crecer y desarrollarse integralmente, así como interesarse y comprometerse con los intereses públicos y comunitarios, participar en iniciativas de desarrollo y cambio favorable en sus respectivas comunidades locales y regiones y en el país en general.

• Capacidad de desarrollar un trabajo educativo colaborativo desde lo cognitivo, emocional, social y técnico, así como de las actitudes positivas y de los valores.

• Capacidad de facilitar a sus sujetos educativos las herramientas necesarias para vivir en una sociedad versátil, en la que hay


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que estar preparados para aprender a aprender, desaprender, reaprender y hacer nuevos y actualizados aprendizajes.

• Capacidad de innovar y de movilidad en los distintos espacios de aprendizaje y con diferentes grupos de colegas docentes y de sujetos educativos para contribuir a generar cambios y, en lo que sea pertinente, adaptarse, en forma creativa y contextualizada, a los cambios de ofertas educativas y contenidos en sus áreas de especialidad.

• Capacidad de liderazgo pedagógico, institucional, comunitario y social.

• Capacidad y compromiso de aprendizaje a lo largo de su desempeño profesional.

10. Territorio como referente fundamental para contextuali-zar y desarrollar las ofertas de la EPJA

En la época en que vivimos ya no tiene sentido concebir y desarrollar programas, proyectos, servicios y acciones de EPJA en forma genérica y sin una adecuada contextualización. El territorio, en una perspectiva de desarrollo humano sostenible, es el referente fundamental para contextualizar y desarrollar el sistema de ofertas educativas para personas jóvenes y adultas, es decir, los sistemas territoriales de aprendizaje. No es el territorio únicamente el área geográfica o física en la que viven las personas.

Es un hábitat humano en el que conviven personas de todos los grupos de edad o mejor todavía de todos los ciclos vitales del ser humano; es también un hábitat- además de demográfico- social, cultural, económico, laboral, educativo, tecnológico y ecológico; es la instancia real en la que se realizan o deben realizarse acciones de desarrollo territorial en una perspectiva descentralizada. Es un hábitat, insistimos, en el que se desarrollan los sistemas territoriales de aprendizaje, dentro de las ofertas educativas múltiples y de gestión, en correspondencia con las realidades.

El territorio, en una perspectiva de desarrollo humano sostenible, es el referente fundamental para contextualizar y desarrollar los

sistemas territoriales de aprendizaje, dentro de las ofertas educativas

múltiples y de gestión para personas jóvenes y adultas, en correspondencia

con las realidades.

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Es el hábitat donde viven las personas jóvenes y adultas con sus semejanzas y también sus diferencias; con historias de vida que en muchos casos son desastres individuales y familiares que nos pueden conducir a desastres sociales y hasta catástrofes sociales si no se toman, con previsión, las políticas, estrategias y las medidas y acciones que correspondan. También en el mismo territorio hay trayectorias humanas esperanzadoras en las que existe una fluida conectividad entre sus itinerarios dinámicos de vida, educación-trabajo-empleo o autoempleo-recreación.

11. Algunos principales desafíos de la EPJA

Teniendo en cuenta todo lo referido anteriormente, algunos de los principales desafíos de la EPJA son los siguientes:

• Desafío 1: Cambio de paradigma de la EBA actual y de otras modalidades alternativas (algunas por crearse) al modelo sistémico de la EPJA como un Derecho Humano Fundamental de las personas jóvenes y adultas.

• Desafío 2: EPJA como mecanismo para reducir la pobreza y el riesgo integral del país.

• Desafío 3: EPJA como mecanismo de reinserción de jóvenes y adultos que abandonaron la escuela.

• Desafío 4: Formación y capacitación para el trabajo como una de las tareas prioritarias.

• Desafío 5: Gestión eficaz y eficiente para el buen gobierno de la EPJA, como soporte de una buena Gobernanza, mediante el Fortalecimiento del SINEPJA, Calidad de la EPJA inclusiva y Financiamiento.

• Desafío 6: Promoción, desarrollo y articulación de espacios de aprendizaje de la EPJA siglo XXI.

• Desafío 7: Formación del personal docente y directivo, así como de los líderes pedagógicos, de gestión y de procesos técnicos de la EPJA.

• Desafío 8: Conquista de la voluntad política en apoyo a la EPJA

• Desafío 9: Construcción y fortalecimiento del Sistema Nacional de la EPJA (SINEPJA), direccionado por adecuadas políticas y estrategias, como base sostenible para la generación del Movimiento Nacional de la EPJA.


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12. Políticas y estrategias de la EPJA

El análisis de la situación actualizada de la educación de personas jóvenes y adultas en el Perú, dentro de una visión de integralidad y de futuro, plantea que desde las políticas globales y específicas se apunte en forma articulada al logro de los siguientes propósitos:

• La EPJA, además de ser una multimodalidad que forma parte de una totalidad más amplia, que es el sistema nacional de educación, debe fortalecerse como Sistema, porque estando este en funcionamiento, tiene la potencialidad de generar un movimiento cultural, social y pedagógico, con un sentido político orientado a la transformación. Para ello debe conquistar la activa participación de diversos actores provenientes del aparato del Estado, sociedad civil, sector privado y de la educación superior universitaria y no universitaria, con el fin de luchar contra las desigualdades y ser componente de la superación de la pobreza y de otras tareas históricas del país, así como formar parte de las prácticas de desarrollo sostenible en sus distintas expresiones y de las prácticas significativas de vida de las personas jóvenes y adultas.

• La EPJA, mediante acciones articuladas con el desarrollo en los niveles local, regional y nacional, debe impulsar su visibilidad, para que sus propios actores involucrados y otros de la sociedad nacional puedan contar con evidencias de su potencial transformador en la familia, en la comunidad local y la sociedad, en las organizaciones intermedias del Estado y de la sociedad civil, en las empresas de todos los tamaños y de los centros laborales en general. También deben visibilizarse sus aportes a la salud, a la disminución de la violencia y de la delincuencia; así como a los programas de desarrollo sostenible y otros tipos de desarrollo que requiere el país. Tal visibilidad contribuirá a elevar la valoración de la EPJA y crear en los sectores y actores involucrados y la sociedad en su conjunto confianza, esperanza, credibilidad y apoyo.

• La EPJA, dentro del corto y mediano plazo, debe generar programas y proyectos estratégicos articulados a prácticas amplias de desarrollo, para lo cual tendrá que hacer un mejoramiento sustantivo de la calidad de los aprendizajes de las personas jóvenes y adultas en el horizonte del Aprendizaje a lo Largo de la Vida; dar un salto en cuanto a la gobernanza: generando su nueva institucionalidad y una atmósfera positiva de convivencia

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y de trabajo solidario y cooperativo entre los sectores y actores involucrados; formar a líderes, docentes, directivos y técnicos con miras a potenciar capacidades humanas e institucionales y contar con un personal especializado en EPJA; establecer mecanismos eficaces de monitoreo, evaluación y rendición de cuentas; promover y fortalecer las alianzas estratégicas con un sentido ético y de responsabilidad social y lograr el requerido financiamiento.

• Entre algunos de los sectores y actores involucrados en la EPJA hay consenso, pero todavía no se traduce en políticas ni estrategias direccionadas, en forma específica, a las poblaciones en situación de vulnerabilidad, marginación, pobreza y exclusión. Sin embargo, se reconoce como un paso importante la emergencia de acciones importantes en el campo de la educación de personas jóvenes y adultas en contextos de prisión y otras en relación con la pesca, artesanías y atención a adultos mayores. En resumen, existen algunas acciones iniciales que cumplen una función social, pero no son suficientes. Hay un amplio trecho por recorrer en este dominio, pues hay múltiples carencias si las asociamos a las diversas categorías situacionales de personas jóvenes y adultas. Hay la necesidad de cuantificar y cualificar las categorías situacionales de los sujetos educativos de la EPJA, así como producir conocimientos en relación con cada una de ellas, con el fin de conocerlas y servirlas mejor.

• En las políticas de Estado hay más posibilidades de que la gestión educativa esté centrada en los sujetos educativos y en la búsqueda de la articulación del espacio educativo escolar con los espacios extraescolares de aprendizaje, así como con las políticas de desarrollo sostenible, cultural, científico, tecnológico y organizacional. Ello comporta la construcción y fortalecimiento de un sistema educativo abierto y de calidad de la EPJA para los sujetos educativos de todos los grupos de edad y para sus educadores y educadoras de todos los espacios de aprendizaje, sin discriminaciones de índole alguna, que servirá como un pilar para crear y fortalecer el SINEPJA y construir, contando con este soporte, el Movimiento Nacional de la EPJA.

Con miras a ilustrar los alcances de las dos categorías de políticas, globales y específicas, se presentan algunos ejemplos.


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Ejemplos de temas para la política global

• La EPJA es uno de los grandes subsistemas del Sistema Nacional de Educación y es un sistema en sí misma dentro del horizonte del Aprendizaje a lo Largo de la Vida de las personas jóvenes y adultas. Es una multimodalidad transversal, multisectorial y transformadora. Es también crítica, innovadora, empoderadora, participativa, incluyente y de calidad, con una gobernanza adecuada y articulada con programas y proyectos de desarrollo sostenible y de otros tipos de desarrollo, dentro del marco del desarrollo integral del país, así como en relación con las prácticas significativas de vida de las personas jóvenes y adultas.

• La EPJA transformadora, con el fin de brindar atención personalizada y grupal a sus sujetos educativos en formación, establecerá los requeridos sistemas territoriales de aprendizaje, combinando, en lo que corresponda, los distintos espacios de aprendizaje y los procesos educativos formales, no formales e informales, así como utilizando las pedagogías y estrategias metodológicas requeridas y las tecnologías modernas de la información y de la comunicación en los contextos tecnológicos limitados y en los avanzados.

• Las políticas públicas de la EPJA deben ser dialogadas, negociadas cultural y políticamente y consensuadas con la participación de los actores involucrados, contando para ello con la voluntad política y social del país, así como un adecuado sistema de información y una creciente producción de conocimientos, especialmente en los campos del aprendizaje, de la gestión y de la visibilidad de la educación de personas jóvenes y adultas. Las políticas de larga duración tendrán la categoría de políticas de Estado.

• Las políticas públicas de EPJA son de corto, mediano y largo plazo. Es fundamental que dichas políticas tengan un sentido esencial de continuidad orgánica, lo cual no obstaculiza las iniciativas y énfasis de políticas de las administraciones gubernamentales de turno. Las respuestas a los desafíos, particularmente la construcción de

La EPJA transformadora será inclusiva y de calidad para todas las personas jóvenes y adultas participantes, en una perspectiva de justicia

social , “justicia educativa” y compromiso con el desarrollo

transformador del país.

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una EPJA inclusiva y de calidad, se generan en el largo plazo. Uno de los soportes de tal continuidad de las políticas será el diálogo, negociación política y cultural y concertación sobre Acuerdos vinculados con el desarrollo nacional de la EPJA entre el Estado, la sociedad civil, el sector privado y las universidades e institutos tecnológicos superiores.

• La EPJA transformadora será inclusiva y de calidad para todas las personas jóvenes y adultas participantes, en una perspectiva de justicia social y de “justicia educativa”, de descentralización teniendo como punto focal el territorio y de viabilidad política, técnica y financiera; así como la presencia actuante de la interculturalidad, la intersectorialidad y la interdisciplinariedad. La equidad solo tiene el carácter de un paso viable intermedio en el horizonte de la búsqueda de la igualdad de oportunidades educativas para las personas jóvenes y adultas de todas las situaciones y condiciones.

• Políticas relativas a la indispensable relación entre EPJA, prácticas significativas de vida, trabajo y otros intereses estratégicos fundamentales de los distintos ciclos vitales de las personas jóvenes y adultas : instalaciones o facilidades alternativas para atender a los niños y niñas en los centros comunitarios de educación de adultos u otros espacios de aprendizaje para personas jóvenes y adultas, con el fin de facilitar los aprendizajes de las mujeres madres; horarios de trabajo flexibles, licencias para estudiar y modelos de cofinanciación entre el Estado y los centros laborales. También son elementos importantes de las políticas globales de la EPJA algunas medidas vinculadas con el mercado de trabajo, que combinan el reciclamiento y subsidios para el empleo.

• Políticas concernientes a la infraestructura para las acciones formales y no formales de la EPJA teniendo en cuenta dos situaciones: la necesidad de proporcionar por el Estado infraestructura específica para las acciones de la EPJA, en el mediano y largo plazo; y la optimización del uso de la capacidad instalada del país para fines educativos de jóvenes y adultos, mediante acuerdos específicos entre las partes en cada caso.

• Políticas sobre el financiamiento de la EPJA con aportes crecientemente significativos del Estado, del sector privado, de los programas y proyectos de desarrollo nacional para los cuales la EPJA es un componente indispensable y debe financiarse


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como parte del costo global de operaciones. Otras fuentes de financiamiento, como puede ser el caso de un Fondo Nacional de Educación para Personas Jóvenes y Adultas, deben ser gestionadas por intermedio de la cooperación nacional y con el apoyo de la cooperación internacional técnica y financiera, así como la generación de recursos propios por parte de los centros, programas, proyectos y servicios de la EPJA tanto en el Estado como en la sociedad civil.

• Las políticas públicas sobre la EPJA deben ser evaluadas por las instancias pertinentes del Estado, con la participación de los sectores y actores involucrados.

Ejemplos de temas para las políticas específicas

• Políticas para enfrentar la limitada participación y las crecientes desigualdades en la EPJA, dentro del horizonte de la desigualdad entre los propios desiguales, mediante estrategias específicas: reducción de las barreras estructurales a la participación y la lucha contra el desconocimiento de las ofertas educativas de la EPJA, la falta de interés y de motivación acerca de los beneficios del aprendizaje de las personas jóvenes y adultas. Deben encararse articuladamente las barreras situacionales, institucionales y actitudinales.

• Políticas regionales y locales en materia de equidad, que signifiquen para las personas jóvenes y adultas un mejoramiento sustantivo en el acceso a oportunidades educativas, así como la mejora del acceso a la salud y los servicios sociales, incorporando el cuidado de los niños y niñas; el establecimiento de medidas para liberar tiempo y subsidiar la participación en la educación de adultos, especialmente a los sujetos educativos de los grupos desfavorecidos; el fortalecimiento del apoyo a las familias monoparentales y los subsidios por hijo para superar las barreras relacionadas con la familia.

• Políticas y estrategias específicas para los sistemas territoriales de aprendizaje, especialmente en las áreas de formación establecidas para la diversificación curricular.

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• Políticas regionales y locales en lo relativo al Currículo de la EPJA, que debe brindar ofertas multidimensionales de aprendizaje a las personas jóvenes y adultas de las distintas categorías situacionales con adecuación creativa y pertinencia a los contextos específicos. Para ello, en forma dialógica y con participación de los actores involucrados, debe diseñarse un Marco o Diseño Curricular Nacional de la EPJA, que sirva como referente a los currículos específicos para las personas jóvenes y adultas, una de cuyas ofertas no excluyentes es la Educación Básica Alternativa (EBA), entre otras.

• Políticas sobre los actores a los cuales debe dirigirse especialmente la defensa de la EPJA: participantes actuales y potenciales, educadores y educadoras de personas jóvenes y adultas de los distintos espacios de aprendizaje, formuladores de políticas, líderes jóvenes y adultos en los distintos campos de la vida nacional, proveedores de fondos; organismos del aparato del Estado, organizaciones de la sociedad civil, organizaciones que impulsan programas y proyectos de desarrollo sostenible y otros vinculados con el desarrollo integral del país; empresas de todos los tamaños y demás centros laborales del sector privado; otros aliados estratégicos de prácticas significativas de vida cotidiana de las personas jóvenes y adultas dentro de sus respectivos territorios y contextos, entre los cuales debe considerarse la participación de los voluntarios.

Las políticas para desarrollarse requieren de la estrategia, asumida como un proceso que construye condiciones favorables, de carácter objetivo y subjetivo, para el logro de los objetivos dentro del marco de las correspondientes políticas.


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Ejemplos de temas para diseñar y desarrollar estrategias en la EPJA

Estrategias globales

• Cómo construir y poner en funcionamiento en los territorios del país el Sistema Nacional de la EPJA, contando para tal efecto con la activa participación del Estado, de las organizaciones de la sociedad civil, del sector privado y de las instituciones de educación superior universitaria y no universitaria.

• Cómo generar una EPJA transformadora en beneficio de cada uno de los sectores sociales desfavorecidos que viven en situación de vulnerabilidad, marginación, pobreza y exclusión.

• Mecanismos de interrelación e interconexión entre los sistemas de aprendizaje formal, no formal e informal en los diferentes espacios de aprendizaje de las personas jóvenes y adultas

• Cómo establecer, en forma sencilla y práctica, un sistema de información de la EPJA y cómo utilizarlo en forma adecuada y oportuna para la toma de decisiones, el mejoramiento de los aprendizajes de las personas jóvenes y adultas y el monitoreo y acompañamiento en el terreno de operaciones.

• Cómo identificar las políticas de Estado en el largo plazo y, dentro de tal horizonte, la Estrategia Principal de la EPJA 2020-2036.

• Estrategias facilitadoras de la relación vida, trabajo, educación y recreación.

• Cómo resolver el desafío de comenzar a generar respuestas, en materia de infraestructura, destinada específicamente a los procesos educativos formales y no formales de las personas jóvenes y adultas en la costa, sierra y selva del país.

• Cómo captar la participación de la Academia en la investigación de la agenda propuesta en el tema 5 del libro y de otros que sean relevantes, particularmente aprendizajes de calidad destinados a los jóvenes y adultos y financiamiento de la EPJA.

Estrategias específicas

• Identificación y mapeo de los diferentes tipos o categorías de sujetos de la EPJA en cada uno de los territorios del país.

• Diseño, organización, desarrollo, monitoreo y evaluación de los

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currículos diversificados de la EPJA dentro de cada uno de los territorios del país.

• Cómo articular e interconectar a la EPJA, en forma dinámica y sostenida, con las prácticas de desarrollo en sus distintas expresiones y con otras prácticas significativas de vida de las personas jóvenes y adultas.

• Cómo acortar las brechas de desigualdad entre los desiguales sujetos de la EPJA de un mismo territorio.

• Qué institucionalidad se requiere para promover, fomentar y desarrollar una Escuela transformada y diversificada de la EPJA dentro de un sistema nacional abierto de la misma con la participación real y no retórica de los sectores involucrados: Estado, sociedad, sector privado e instituciones de educación superior.

• Cómo facilitar el apoyo de las TIC para los aprendizajes que hagan las personas jóvenes y adultas, con distintos propósitos, tanto en la educación presencial como en la educación abierta, que comprende la educación semipresencial, la educación a distancia y la educación propiamente virtual (que en muchos casos es prácticamente “sin distancia”).

• Cómo facilitar la identificación de proyectos de educación virtual para jóvenes, adultos y adultos mayores, en territorios específicos, orientados a responder a los intereses estratégicos de sus respectivos ciclos de vida, haciendo uso de las tecnologías modernas de información y comunicación.


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13. Algunas acciones estratégicas referenciales para fortale-cer la EPJA y construir su Movimiento Nacional

Teniendo en cuenta todo lo planteado en el libro, algunas acciones estratégicas para el propósito señalado pueden ser:

• Inventario Nacional de la EPJA, teniendo como base los territorios regionales.

• Campaña de Visibilidad de la EPJA.

• Fortalecimiento de la EPJA a cargo del Ministerio de Educación.

• Acciones innovadoras mostrativas para consolidar el Fortalecimiento de la EPJA y la construcción de su Movimiento Nacional.

• Promoción, fomento y desarrollo del Movimiento Nacional de la EPJA.

El propósito de Fortalecimiento de la EPJA, contando con el soporte de un Sistema Nacional de la EPJA, SINEPJA, es uno de los planteamientos centrales de este libro. Para ello hay que realizar un conjunto de acciones estratégicas que se refieren en los temas correspondientes. El SINEPJA contaría con grandes Subsistemas: EPJA en el aparato del Estado, en la sociedad civil, en el sector privado y en las instituciones de educación superior (universidades e institutos tecnológicos superiores), principalmente de tipo alternativo.

Con el SINEPJA en funcionamiento y fortalecido, sería viable construir el Movimiento Nacional de la EPJA, el cual podría conformarse con el enfoque estratégico de aproximaciones sucesivas, en la medida en que penetre en la piel cultural, social y educativa del país. En tal visión, uno de sus segmentos de avanzada puede ser la activación del Movimiento de Educadores y Educadoras de Adultos en los sectores del Estado y de la sociedad civil.

14. Gobernanza de la EPJA

La Gobernanza de la EPJA, implica tener un sistema educativo institucionalizado, SINEPJA, con capacidad de decisión, acción y de control, con el fin de hacer un buen gobierno dentro del marco de una legitimidad con “justicia educativa” y con una activa participación de los sectores involucrados: Estado, sociedad civil, sector privado y universidades e institutos tecnológicos superiores.

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Para una buena Gobernanza de la EPJA se requieren dos condiciones importantes: la primera, es que se respeten sus dimensiones esenciales (ética, política, epistemológica, pedagógica y estratégica); la segunda es que genere respuestas creativas e innovadoras en relación con los siguientes aspectos focales de la gobernanza: cuestiones generales, fortalecimiento y expansión del SINEPJA, calidad de la EPJA, gestión eficaz e innovadora y financiamiento.

La EPJA, en la forma como la concibe el autor, es una multimodalidad compleja que comprende la alfabetización, educación básica alternativa, educación secundaria, educación tecnicoproductiva, educación comunitaria, educación superior tecnológica alternativa y educación universitaria alternativa. Se desarrolla en los cuatro sectores que ya han sido referidos. Cuenta con diversos sistemas de aprendizaje, ofertas educativas y de gestión. Utiliza diversas posibilidades combinatorias y de acreditación y certificación de sus saberes y experiencias, mediante procesos educativos formales, no formales e informales.

La EPJA es un componente fundamental de los itinerarios de vida, trabajo, empleo, autoempleo, recreación de los sujetos educativos. Es un componente indispensable del desarrollo sostenible y de otras expresiones de desarrollo del país. Es la multimodalidad que hace un acompañamiento a las grandes tareas históricas nacionales y está en condiciones de hacer lo mismo con las grandes tareas internacionales, como es el caso, por ejemplo, de su participación en la Agenda 2030 en relación no solo con el Objetivo 4, referido a la Calidad de la Educación, sino a la totalidad de los ODS de dicha Agenda.

Una multimodalidad con las características señaladas y que tiene que trabajar, además de las instituciones públicas y privadas, en otros y amplios escenarios del país, requiere de una buena Gobernanza.

15. Aprendamos colectivamente una lección histórica en ma-teria de políticas y estrategias educativas

Es de utilidad social aprender y asimilar la lección histórica de lo que ha sido y sigue siendo una práctica nacional nociva: para atender

La EPJA, en la forma como la concibe el autor, es una

multimodalidad compleja que comprende la alfabetización, educación básica alternativa, educación tecnicoproductiva,

educación comunitaria, educación superior tecnológica alternativa

y educación universitaria alternativa.


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prioritariamente a las niñas, niños y adolescentes se abandonó y dejó de atender a la educación de personas jóvenes y adultas desde los noventa. Las instituciones, programas, proyectos y servicios de la EPJA, así como las personas líderes de dicha multimodalidad, en respuesta a la mencionada lección, deben contribuir a cerrar las brechas educativas mediante la atención prioritaria a los sectores poblacionales desfavorecidos, pero sin excluir a los sujetos educativos de los sectores sociales favorecidos ni a las demás modalidades educativas con las cuales corresponde trabajar en forma asociada y articulada, porque pensando en el país lo que se quiere y debe construirse es la igualdad por arriba y no por abajo.

La EPJA, de modo especial, debe trabajar en forma cooperativa con la educación tecnicoproductiva y la educación superior tecnológica, la educación comunitaria, la formación profesional técnica, la extensión universitaria; si se crean también las modalidades alternativas de las instituciones de educación superior. También debe fortalecerse el trabajo colaborativo en relación con la educación de personas jóvenes y adultas orientada a las prácticas significativas de vida, la educación política y la educación financiera, la educación para prevenir desastres naturales y sociales.

16. Los jóvenes a la obra en una perspectiva intergeneracional

Es una lástima que a los educadores de adultos innovadores y que formaron parte de la autodenominada “generación ladrillo”, en las décadas del sesenta y del setenta, ya no les ayude la edad para retomar con plena vitalidad este desafío. Es necesario pasar la posta a una generación joven, competente, comprometida con los intereses estratégicos del país que está por encima de banderías ideológicas, políticas, religiosas y profesionales. Es en este punto que debemos preguntarnos y reflexionar críticamente sobre la formación de los líderes y lideresas jóvenes de la EPJA.

La respuesta convencional y pesimista es fácil de prever, pero la respuesta de quienes apuestan con convicción y esperanza por el potencial transformador de la EPJA puede ser distinta: Elaboremos el programa de formación de líderes de la EPJA y, si este es razonable para el país y es aprobado por la instancia decisional pertinente, participemos en su desarrollo, mediante trabajo contratado o, como sería el caso del autor, en caso de ser convocado, en forma de trabajo voluntario.

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¿Hemos preparado al potencial humano de relevo; contamos actualmente con líderes jóvenes que puedan ser los artífices de la construcción de una EPJA transformadora, con el soporte de un SINEPJA sólido y la generación de una fuerza social, cultural, pedagógica y con un sentido político transformador que podría ser el Movimiento Nacional de la EPJA?

Es de esperar que el MINEDU y el país no pierdan esta oportunidad histórica de aprendizaje e interaprendizaje y de construcción intergeneracional de una tarea histórica que tiene múltiples actores y beneficiarios directos e indirectos. Si las personas jóvenes y adultas aprenden, nos beneficiamos todos. Para el logro de este propósito, entre otros medios, requerimos contar con la nueva generación de líderes y lideresas jóvenes que sean capaces de trabajar con sus pares generacionales y también con las generaciones de adultos y de adultos mayores.

El autor se siente tentado a reproducir un fragmento de una de sus obras (Educación de Adultos en América Latina y el Caribe. Utopías posibles, pasiones y compromisos. Antología. (2013). Pátzcuaro, México: CREFAL, Paideia Latinoamericana 4, p.472):

“Las educadoras y educadores de adultos de la región, de mi generación, dentro de nuestros correspondientes escenarios de acción, trabajamos mucho, construimos algunos cimientos innovadores, nos identificamos como generación ladrillo y logramos dentro de nuestros países algunos resultados satisfactorios. Actualmente, aunque debemos reconocer que nuestro rol protagónico empieza a atenuarse, nos reconforta que emerge, siempre pleno de esperanza y entusiasmo, nuestro turno asociativo y de cooperación intergeneracional, permeado por la madurez y alguna sabiduría que logramos-seguramente por nuestra intensa práctica de trabajos compartidos, interconexiones e interaprendizajes- cuando las personas nos dedicamos a una tarea con pasión y compromiso para contribuir a hacer realidad una utopía posible que es individualmente satisfactoria y socialmente útil.”


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EPÍLOGO: Nuevo compromiso del autor con los Juan y las Juana García

A lo largo del proceso de elaboración de este libro, el autor tuvo el privilegio de promover y participar en cuatro momentos de diálogo con jóvenes y adultos representativos de los Juan y las Juana García y con especialistas peruanos y de otras nacionalidades de América Latina. Conversamos en forma personal y grupal, unas veces en forma presencial y otras a distancia, sobre los puntos focales que ellos y ellas perciben en las reflexiones y acciones que se proponen en el libro.

Como resultado de los diálogos existe un valioso material que, en razón de la extensión del libro, no ha sido plenamente utilizado. A pedido de mis interlocutores, los Juan y las Juana García, asumo con placer el nuevo compromiso de escribir sobre los temas abordados y otros, especialmente destinado a ellos y ellas y a los educadores y educadoras de todos los espacios de aprendizaje de la EPJA.

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Cátedra UNESCO de Educação de Jovens e Adultos - III · 2018-11-26 · nacionales de jubilación capaces de proveer un adecuado nivel de soporte para los adultos mayores, pero