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Cuadernos de Ordenación del territorio

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Revista de la Asociación Interprofesional de Ordenación del Territorio

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CUADERNOS DE ORDENACIÓN DEL TERRITORIO

Nº 2 - Patrimonio Cultural Histórico1

EditorialAlexandra Sanz Rivera...............................................................2

1. Rehabilitación en el Casco Antiguo de Madrid: Estudio del Barrio de

Lavapiés

Sonia Mayor Recio....................................................................3

2. La Comunidad de Madrid: Un ejemplo en la Gestión del Patrimonio

Arquelógico

Antonio Méndez Madariaga......................................................15

3. Patrimonio Natural y Espacios Protegidos

Javier Puertas Blázquez...........................................................21

4. Los Recursos Culturales en los Espacios Naturales Protegidos

(RCEN)

Raoul Servert Martin................................................................35

5. La Recuperación del Patrimonio Etnoarqueológico como Iniciativa de

Desarrollo Local y Reequilibrio Territorial

Jorge J. Vega Miguel................................................................43

ARTÍCULOS

PRESENTACIÓN

ÍNDICENUEVA ÉPOCA Nº 2 noviembre 2001

DIRECTORA Alexandra Sanz Rivera

DISEÑO Y MAQUETACIÓN Raoul Servert MartinPablo Fidalgo García

EDITA FUNDICOT

Presidente: Antonio SerranoVicepresidente: Pablo FidalgoSecretario: José Luis NicolásTesorero: Manuel RománVocales: Teresa Fdez. de Liencres

Marta GarcíaAgustín MartínAmelia PradaRaoul Servert

REDACCIÓN, ADMINISTRACIÓN Y SUSCRIPCIONES

C/ General Arrando, 3828010 - MadridTelefono-Fax: 91 308 50 29Correo e.: [email protected]://www.fundicot.org

DEPÓSITO LEGAL M-22.729-1981ISSN 02121-0798

FUNDICOT es miembro asociado deFIHUAP y de la ISOCARP

Cuadernos de Ordenación del Territorio sepublica en papel y en soporte PDF, accesibledesde nuestra página web.

Los artículos de aquellos socios que deseenparticipar pueden enviarse por correo elec-trónico, disquete o CD (preferible en formatoMicrosoft Word). También se pueden adjun-tar imágenes.

La revista no comparte, necesariamente, lasopiniones vertidas por sus colaboradores.

REGLA FUNDAMENTAL DE LA HISTORIA"No es que la Historia se repita, es que los historiadores se copian unos a otros"

A. Bloch

Este número de la revista está dedicado con inmenso cariño aCASTO FERNÁNDEZ GONZÁLEZ

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2 CUADERNOS DE ORDENACIÓN DEL TERRITORIO

Nº 2 - Patrimonio Cultural Histórico

Editorial

El presente número de la revista Cuadernos de Ordenación del Territorio está dedicado monográficamente a loque denominamos Patrimonio Cultural Histórico. Las razón, además de la obvia 'porque nos apetecía tratareste tema por considerarlo de mayor interés que el ciclo biológico de las lechugas', ha sido la sugerencia deun lector de profundizar en el significado y conocimiento de lo que por él entendemos. Se ha perseguido unacercamiento desde diferentes perspectivas: histórica, social, económica, psicológica…

Entendido como el "conjunto de bienes materiales e inmateriales que, producidos por distintas sociedadeshumanas, han sido heredados del pasado, se disfrutan en el presente y se quieren conservar para el futuro",puede dividirse en distintas categorías según la naturaleza de los elementos que lo integran o el tratamientoque la legislación les dé (Arqueológico, Etnográfico, Documental y Bibliográfico, etc.).

Respecto a los argumentos que justifican su conservación, y sin ánimo de destacar especialmente el frío prag-matismo, lo cierto es que hoy en día prima la idea de su instrumentalización, es decir, qué uso puede hacersede ellos. Ello va a depender, en gran medida, del aprecio (variable) que demuestre la sociedad.

Todos coincidimos en que los objetos, monumentos, textos, etc. históricos son testimonios anclados en eltiempo que avalan la existencia del pasado, permitiendo conocer una realidad que ya ha desaparecido y sucontraste con la presente. Son elementos esenciales para el conocimiento y la educación, pues permiten elestudio e interpretación de primera mano de creaciones, símbolos, y en definitiva, de sensibilidades y vivenciassociales colectivas o individuales distintas.

En esta línea, podría destacarse su poder de evocación provocando sensorial o intelectualmente al observador,fomentando su curiosidad o su ansia de conocimiento, o la excitación que procuran la imaginación o la fasci-nación por el misterio inherente a las obras de creadores desaparecidos. Aparte de lograr la posible evasión denuestro entorno cotidiano, también están la empatía presente por una fuerte identificación colectiva con valo-res simbólicos (ideas, costumbres, rituales, etc.) que, a través de la tradición, se han transmitido hasta el pre-sente; o la necesidad psicológica de refugiarse en un pasado ya seguro ante el vértigo del cambio constante yla incertidumbre ante el futuro tan típicos de nuestros días.

Sea cuales sean las verdaderas motivaciones, lo cierto es que en la actualidad son bienes extremadamentevalorados y por ello protegidos, difundidos y consumidos. Esta positiva toma de conciencia ha comportadoactuaciones conservacionistas que, vinculadas a conceptos como el de Patrimonio Histórico o Bien Cultural,respondían a un tratamiento jurídico y político específico. En España, el modelo desarrollado ha sido el de unEstado benefactor, protector e intervencionista, (frente al liberal anglosajón, de respeto a la propiedad privada ya la autonomía del individuo para tomar decisiones sobre su patrimonio), lo que ha conllevado una sistemáticaordenación, inventariado y posterior gestión del Patrimonio. El acceso a la Cultura se ha considerado un dere-cho básico para todos, por lo que ha de garantizarse, en la medida de lo posible, su disfrute público y "gratui-to".

Los diversos artículos seleccionados abordan diferentes aspectos: se presentan dos Estudios de Caso de laComunidad de Madrid (el Barrio de Lavapiés en su Casco Histórico) y la labor de gestión sobre su PatrimonioArqueológico; otros dos centrados en el Patrimonio Cultural en los Espacios Naturales Protegidos; y una sólidadefensa del Patrimonio Etnoarqueológico como un recurso económico capaz de generar riqueza (y desarrollo).

El contenido de la próxima publicación se centrará en el fenómeno del Turismo. Os animamos de nuevo a cola-borar, bien con vuestros artículos, bien con vuestros comentarios, opiniones y sugerencias: ¡nos encantan lascríticas (constructivas)!

Un cordial saludo,

Alexandra Sanz Rivera, Directora.

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1. EL CASCO HISTÓRICO DE MADRID: BREVE ESTUDIO.

El casco histórico constituye una de las piezas másrepresentativas en el paisaje de nuestras ciuda-des, y su significado desborda ampliamente elpapel que le correspondería en función de susuperficie, entidad demográfica o actividad econó-mica. Siendo una pequeña parte del tejido urbano,constituye un espacio simbólico que sirve paraidentificar, diferenciar y dar personalidad a las ciu-dades; si utilizamos el lenguaje publicitario, vienea ser algo similar a una "imagen de marca"(VALENZUELA, 1986).

El reforzamiento del urbanismo de la "recuperaciónurbana" y el vuelco de atención hacia la ciudadpreindustrial, considerada como la creación másbrillante de la cultura occidental (CULOT, 1988),han propiciado que en la valoración de los cascoshistóricos se haya dado entrada a categorías his-tóricas, culturales, sociales, simbólicas y funciona-les (BONET y GAVIRA, 1986).

El casco antiguo de una ciudad representa suespacio histórico por excelencia y es, en granmedida, la "memoria colectiva" de ciudad, siendoun auténtico "libro de piedras y ladrillos que cuen-ta, a través de los vestigios del pasado, la historiade la ciudad y de la sociedad en su conjunto"(LEVY, 1987: 1).

A nivel funcional, los cascos históricos se definenpor un marcado carácter multifuncional. La diver-sidad de actividades que convive en ellos aportauna gran riqueza a la vida urbana que en ellos sedesarrolla. Esta riqueza se pierde, en buena medi-da, cuando la terciarización penetra de forma des-medida o cuando quedan convertidos en espacios

museos. A nivel social los cascos históricos sonespacios caracterizados por la heterogeneidad,algo acorde con su propia diversidad interna y conhaber conocido a lo largo del tiempo transforma-ciones de diversa naturaleza. Los procesos de ter-ciarización, los de deterioro o los de "gentrifica-ción" atentan contra este carácter e introducenmecanismos tendentes a un paulatino empobreci-miento de las relaciones sociales.

También los cascos históricos son espacios inten-samente vividos por los ciudadanos, ya sean resi-dentes, vecinos de otros barrios o visitantes. Elreforzamiento de las funciones culturales y turísti-cas puede contribuir, si no adquieren carácterexcluyente, a recuperar el patrimonio histórico,enriquecer la vida urbana y reforzar su utilizacióncolectiva.

El reforzamiento de la dimensión cultural del cascohistórico está en la base de la formulación de lasrecientes políticas de protección, recuperación, yrehabilitación, entendidas en el sentido de unabúsqueda de nuevos equilibrios entre las realida-des físicas, las sociales y las funcionales. Su aná-lisis singularizado y particularizado, sin olvidar lalógica de los procesos generales, se convierte enun requisito indispensable en el momento de expli-carlo como patrimonio cultural.

En el casco histórico se debate, por tanto, no sólola pervivencia de una pieza singular del complejomosaico del paisaje urbano, sino que también sedilucidan importantes cuestiones culturales, fun-cionales y sociales. En este espacio singular, bajolos símbolos del pasado subyacen los problemasdel presente, y también en bastantes casos lasesperanzas del futuro. La defensa y conservación

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Rehabilitación en el Casco Antiguo de Madrid: Estudio del Barrio de Lavapiés

Sonia Mayor RecioGEÓGRAFA1111

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de nuestros cascos históricos continúa siendo unreto, donde la ciudad de la cultura no debe bajarla guardia frente a los adalides del progreso.

La implantación de la cultura de la recuperación,más allá de las protecciones pasivas y de lasdeclaraciones de conjuntos históricos, requiereavanzar en el conocimiento de la ciudad como pai-saje y recurso cultural colectivo. Sin un adecuadoentendimiento de la dimensión paisajística y cultu-ral del patrimonio urbanístico de los cascos histó-ricos, será muy difícil tanto su defensa como surecuperación integral. Hay que alcanzar nuevosequilibrios que, siendo respetuosos con los valoresarquitectónicos, urbanísticos y culturales del pasa-do, den respuestas a las necesidades del presen-te.

La ciudad no es producto de un momento, sino deuna evolución a través del tiempo, que añadecomplejidad a su estructura morfológica y funcio-nal en respuesta al continuo crecimiento económi-co y demográfico que protagoniza. Por ello, cree-mos que es necesario "historiar la ciudad", cono-cer su proceso histórico de construcción y trans-formación; no es sino la necesidad de analizar larealidad de la ciudad actual lo que nos lleva ainterpretar dicho proceso.

Lo visible del paisaje urbano como conjunción deplano, edificación y usos lleva implícita la indisolu-ble ligadura entre forma, ciudad e historia.Interesándonos, pues, la interpretación de la reali-dad actual del paisaje urbano, no dudamos que lamanera más operativo de conseguirlo sea recu-rriendo al entendimiento histórico, que permiteinformarnos de cómo ha adquirido el paisaje suscaracterísticas y del por qué de las situaciones yprocesos de cambio, apareciendo así, sin dificul-tad, la articulación entre forma espacial y estruc-tura social.

Desde 1860 el casco ha estado sometido a unaprofunda reorganización interna, que se tradujo,en una primera etapa, en una importante densifi-cación, en la apertura de nuevos ejes viarios y enla generalización de derribos o nuevas construc-ciones. Después, la deficiente defensa del patri-monio histórico-artístico y el consiguiente atenta-do constante a su casco antiguo, han llevando aMadrid a la progresiva pérdida de sus señas de

identidad.

Delimitado en la actualidad por el anillo de lasrondas, este espacio está experimentando desdelos años ‘60’ un progresivo descenso en su pobla-ción, pero también un profundo y, a veces, negati-vo cambio en su fisonomía urbana.

La antigüedad de los inmuebles siempre justifica elnegocio especulativo, con menosprecio total haciaconsideraciones de otra índole que no sean las delbeneficio. De esta forma, viviendas de lujo y enti-dades bancarias pasan a reemplazar a los edificiosantes existentes. Si perviven zonas de residenciaantiguas, su estado precario las convierte enbarrios con deficientes condiciones de habitabili-dad.

Muchas veces parece no existir más cauce deactuación que la demolición sistemática de edifi-cios al margen de su valor arquitectónico o, sim-plemente, urbano. Por supuesto que no todos tie-nen algo que aconseje su conservación, pero encaso afirmativo parece no importar demasiado. Elcapital especulativo, además, no ofrece muchasopciones para que esos solares puedan ser reutili-zados como centros de descongestión, plazas ozonas verdes. Sustituyendo a los edificios desapa-recidos se levantan nuevas construcciones, en lamayoría de los casos ajenas por completo alentorno urbano.

De esta forma, la formación y evolución del cascohistórico, así como la impronta dejada por los dife-rentes grupos sociales asentados en él, han deter-minado una gran diversidad de tipologías edifica-torias. Sin intención de ser exhaustivos, hemospodido reconocer casas bajas del siglo XVIII (nor-malmente de dos plantas, distribución y tamañoirregular de los vanos, fachadas austeras), casasde renta baja del siglo XIX (con fachadas estre-chas, gran desarrollo en profundidad de las parce-las, patios de reducidas dimensiones, baja calidadde los materiales de construcción, proximidad delos vanos), casas de renta media del siglo XIX (conuna relativa amplitud de la fachada, una propor-ción más equilibrada entre ancho y fondo de laparcela, patios más amplios y/o numerosos, mayorcalidad de los materiales), casas de renta alta delsiglo XIX (con un gran desarrollo de la fachada,buena proporción entre frente y fondo, patios

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Nº 2 - Patrimonio Cultural Histórico

Rehabilitación en el Casco Antiguo de Madrid: Estudio del Barrio de Lavapiés

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numerosos y/o amplios, gran calidad arquitectóni-ca y profusión de elementos decorativos), edifica-ciones palaciegas (con similares característicasque el tipo anterior pero magnificadas), construc-ciones del siglo XX siguiendo similares característi-cas estéticas que las casas de renta del siglo XIX,tipos edificatorios del siglo XX, distinguiéndose losde fachada monumental de los de fachada lisa ycristaleras, etc. Eso sin mencionar siquiera edifi-caciones singulares como teatros o iglesias.

Las nuevas arquitecturas han roto, por lo general,la armonía de los contornos e imágenes predomi-nantes, al introducir formas que ignoran lo que lesrodea por excluirse, a la hora de ser concebidas, ellugar como referencia. Creemos que la vía ade-cuada de intervención es propugnar aquellasacciones conducentes a mantener la unidad mor-fológica de dichos espacios.

Pero si planta y alzado se aúnan para conformarun patrimonio cultural de primer orden, su interésva más allá del mero valor como elementos o con-juntos que permiten visualizar formas arquitectóni-cas de tiempos pasados o presentes, pues el con-tenido que encierran, esto es, su función, viene aañadir significado a su presencia y a reflejar lacapacidad de adaptación de los elementos here-dados al papel que la dinámica de la ciudad les haido asignando a lo largo del tiempo, evitando deesta manera que llegasen a convertirse en ele-mentos patológicos de la misma y consiguiendo,por el contrario, que aparezcan integrados plena-mente en la marcha de la ciudad. Así, la corres-pondencia de arquitecturas de mayor antigüedadcon usos de la administración no permite hablarprecisamente de inmuebles obsoletos, como tam-poco lo son las construcciones religiosas que man-tienen su persistente ministerio.

La residencia se impone con facilidad por la per-manencia de arquitecturas para ello diseñadas, asícomo por la demanda actual que se refleja en lasconstrucciones más modernas. Con notable peromenor representación aparecen otros usos, comoel terciario de oficinas, localizado en lugares demayor centralidad.

Aunque el casco histórico se presenta como unaunidad urbana con características propias y dife-rentes a las del resto de la ciudad, un análisis

detallado de este ámbito nos ha permitido apreciaruna heterogeneidad espacial, fundamentada tantoen la perdurabilidad de los elementos originalescomo en el proceso transformador que en ellos hatenido lugar.

En general, los cambios producidos a lo largo deltiempo se deben, por una parte, al cambio de fun-ción que ha sufrido el casco desde finales del siglopasado, que ha determinado el abandono de unaspartes y la revalorización y terciarización de otras,y por otra, mucho más corta en el tiempo, a lasnuevas ideas rehabilitadoras del patrimonio, perotambién han intervenido otros factores.

La continua presión demográfica que a sufridoMadrid desde el momento en que pasó a ser sedede la Corte ha influido de manera determinante enla morfología del casco, densificando en altura elespacio construido. El resultado del aumento dealturas en un viario estrecho e irregular es la exce-siva colmatación del casco, provocando el deterio-ro de las condiciones ambientales y residenciales.

La desamortización supuso la liberación de abun-dante suelo en un tejido abigarrado y compacto, ypermitió en ocasiones la creación de espacioslibres que lo esponjaron, la apertura de nuevascalles, etc.

En cuanto a la presión económica, es significativala paulatina terciarización del casco histórico. Estadedicación ha ido desarrollándose desde laimplantación de la Corte, pero se ha intensificadofundamentalmente desde el siglo XX, con la apari-ción del terciario superior.

Estos mismos procesos explican la renovación aque se ha visto sometido este tejido. La existenciade solares, así como de edificios desocupados oen condiciones de precariedad nos permite afirmarque el proceso de renovación seguirá producién-dose. No obstante, este proceso se ha visto frena-do por la intención de las administraciones de con-servar su patrimonio. Se establece así una políticade conservación y rehabilitación de edificios yotros espacios urbanos. En esta línea de actuaciónconservacionista consideramos que además de larehabilitación sería deseable el control de nuevasedificaciones para evitar el desajuste con el entor-no.

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Rehabilitación en el Casco Antiguo de Madrid: Estudio del Barrio de Lavapiés

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Nº 2 - Patrimonio Cultural Histórico

La confluencia en el espacio de todos los procesosanalizados hacen del casco histórico madrileño untejido peculiar del que todos debiéramos sentirnosorgullosos y tratar de conservar. Este paisaje, alconservar las huellas y herencias de nuestra civili-zación, constituye un patrimonio cultural de valorincalculable.

La conservación de su patrimonio material esnecesaria para no perder un conjunto de valores alos que sólo podemos acceder por esta vía: laidentidad de los lugares donde vivimos, la estabili-dad que realza y da significado al fluir de las dis-tintas experiencias de cada generación, la perma-nencia de un "centro" que no cambia con tantavelocidad como la periferia y en el que podemos,pues, depositar y poner en común una parte de losrecuerdos que son demasiado onerosos para serconservados por cada individuo particularmente.

2. EL BARRIO DE LAVAPIÉS.

2.1. Introducción

La situación en la que se encuentra el Barrio deLavapiés, en el Centro Histórico de Madrid, preci-sa una intervención urgente que detenga el graveproceso de deterioro arquitectónico, urbanístico ysocial en el que está inmerso y permita su rege-neración y revitalización.

El área de Lavapiés, objeto del presente estudio,está asentada sobre una ladera con fuerte pen-diente en dirección Norte-Sur, del distrito Centrode Madrid, en el barrio administrativo deEmbajadores.

El límite Norte está formado por la calle Duque deAlba, Plaza de Tirso de Molina y calle Magdalena.El límite Este, lo constituye la calle Santa Isabel. ElOeste, la Plaza de Cascorro, calle Embajadores yRibera de Curtidores, y el límite Sur lo forman lasRondas de Valencia y de Atocha, entre la Glorietade Embajadores y la calle Santa Isabel.

Lavapiés es un barrio, esencialmente, de carácterresidencial, encerrado en sí mismo, con escasarelación con su entorno. Desde su aparición comoarrabal, Lavapiés nace como un "barrio bajo", conla doble connotación física y social.

El barrio ha acogido las clases sociales más bajasdesde sus orígenes, en que judíos conversos,moriscos y cristianos procedentes de todos lospuntos del reino acuden a la corte, sin oficio nibeneficio, a probar suerte, hasta nuestros días, enque Lavapiés vuelve a ser la zona de acogida delcolectivo de inmigrantes procedentes del norte deÁfrica, África-negra, Europa del Este, AméricaLatina y lejano Oriente, remarcando el caráctermarginal y socialmente conflictivo de la zona.

En Lavapiés se han asentado, históricamente, lasactividades industriales, molestas y peligrosascuando el Centro constituía una ciudad completa,con importantes instalaciones de las que actual-mente sólo queda el exponente de la Fábrica deTabacos. La actividad industrial actual está a puntode desaparecer del barrio en busca de localizacio-nes más apropiadas.

El barrio ocupa una zona céntrica pero casi ocultapor sus características de impermeabilidad y aisla-miento, lo que ha facilitado el desarrollo de activi-dades clandestinas o ilegales.

La zona se percibe como una unidad homogéneay cerrada, diferenciada netamente del entornourbano inmediato. Este carácter diferencial se pro-duce por el mantenimiento secular de su peculiartrama urbana.

El trazado de los viales del área de estudio es unreflejo fiel de la condición de arrabal con que seorigina esta porción de la ciudad.

Por el Norte la trama urbana no tiene continuidadcon la periferia. El hecho diferencial radica en laestrechez de las calles que, junto con las elevadaspendientes, hace que el barrio de Lavapiés se per-ciba con una cierta sensación de confinamiento yagobio. El trazado en planta del callejero formamanzanas irregulares, entre las que predominanlas rectangulares alargadas.

Existen casi más encuentros sin continuidad quecruces, lo que refuerza la percepción de la zonacomo un universo cerrado, diferente del entornoinmediato.

Por el borde Sur, el límite corresponde a lasRondas de Valencia y Atocha, que coincide con la

Rehabilitación en el Casco Antiguo de Madrid: Estudio del Barrio de Lavapiés

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cerca de finales del siglo XVIII, existiendo una fron-tera estructural interior, definida por la línea de lacerca de mediados del XVII que separa la zonaconsolidada a finales de este siglo del borde Sur,urbanizado en el último cuarto del siglo XIX.

Por el Oeste, el límite de la calle de Embajadoresno constituye una frontera real, tanto Lavapiéscomo el entorno de la Ribera de Curtidores, con-forman dos barrios que tienen el mismo carácterresidencial popular, una misma edad de formacióny unos procesos semejantes de evolución.

La conexión viaria del barrio de Lavapiés con elresto de la ciudad se materializa, casi exclusiva-mente, por los bordes Norte y Sur, mientras que alEste la topografía, con sus fuertes pendientes, y alOeste la gran longitud de las manzanas actúancomo barreras dificultando la permeabilidad trans-versal.

Dada su situación central, el Barrio de Lavapiésestá muy bien conectado con el resto de la ciudad,mediante distintos medios de transporte público.

El perímetro Norte del área de estudio se caracte-riza por la localización de un número importante decomercios especializados.

La calle de la Magdalena presenta una actividadcomercial muy diversificada, basada en estableci-mientos especializados.

En el resto de los bordes la actividad de comercioespecializado es menor, con la excepción de lacalle Embajadores, en su tramo central, junto almercado de San Fernando.

2.1. Breve Historia del Barrio

El origen de Madrid se sitúa en el siglo IX, cuandoel Emir Omeya de Córdoba, Muhammad I cons-truye un castillo aprovechando las cualidadesdefensivas de la cornisa sobre el Manzanares.

El primer recinto amurallado se construye a media-dos del siglo XII. La actual zona de Lavapiés era unarrabal extramuros donde se localizaba el barriojudío. En 1556, Felipe II mandó construir unanueva cerca que abarcara los arrabales surgidosen torno al segundo recinto. En 1625, el rey Felipe

IV manda construir una nueva cerca que incluye latotalidad del barrio de Lavapiés.

El plano de Pedro de Texeira de 1656 muestra elámbito ocupado, con las alineaciones que prácti-camente se han mantenido hasta hoy. La tipologíaedificatoria característica del momento se compo-ne de edificación de una o dos alturas conforman-do la manzana, quedando el interior de la misma,como espacio libre privado.

En el siglo XIX se produce un significativo aumen-to demográfico, que se refleja en la renovación degran parte de los edificios existentes, aumentandoalturas y ocupando los espacios libres interiores. Elcrecimiento intramuros de Madrid se produce pordensificación interior hasta que a mediados desiglo se derriba la cerca correspondiente al tercerrecinto amurallado. En esta época se sustituye lamayor parte de la edificación existente.

Los nuevos edificios tienen las fachadas ornamen-tadas y plantas ordenadas simétricamente, engeneral proyectadas por arquitectos. Sin embargo,la calidad de su diseño no conlleva una mejoraimportante en cuanto a la calidad constructiva, y lasuperficie y condiciones de habitabilidad de lasviviendas de los cuerpos interiores.

La imagen homogénea, que caracteriza al área, esconsecuencia de la tipología edificatoria residen-cial dominante; bastante uniforme a lo largo de loscuatro siglos del desarrollo urbano de la ciudad.Edificios entre medianeras, con pequeños y angos-tos patios interiores de parcela para la iluminacióny ventilación, con cuatro o cinco plantas de alturamedia y cubierta inclinada.

Todavía perduran en el área algunos edificios des-tinados a viviendas del S. XVIII. Se caracterizan porpresentar una fachada muy plana con huecos rec-tangulares verticales y balcones de hierro de pocovuelo, la decoración de la fachada realizada enpintura y revoco. El alero, de madera, está forma-do por canecillos y casi siempre se construyenbuhardillas. Las escaleras tienen pasamanos demadera. En este siglo se originan las casas decorrala.

Durante el S. XIX, se reedifican la mayor parte delos edificios del barrio, manteniendo una estructu-

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Rehabilitación en el Casco Antiguo de Madrid: Estudio del Barrio de Lavapiés

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ración muy similar a la del siglo anterior, aunque elnúmero de plantas aumenta a cuatro o cinco. Lasviviendas se construyen en edificios con zócalo degranito, fachadas de ladrillo revestido y muros inte-riores de entramado de madera y relleno; los hue-cos se sitúan ordenadamente con balcones senci-llos y fraileros en fachadas de revocos a la cal; lascubiertas con aleros y canecillos de madera ybuhardillas. Como innovación, aparecen los entre-suelos como planta intermedia entre el bajo y elprincipal, la mayoría, en las inmediaciones de laPlaza de Tirso de Molina.

La morfología de las parcelas es, por lo general, depoca fachada y mucho fondo, con edificaciónentre medianerías y en distintas fases de cons-trucción en las que se ha ido macizando, poco apoco, el patio de parcela. Lo edificado hasta lamitad del siglo pasado se resuelve en forma decuerpo exterior y dos tipos de corrala en el interior.Cuando hay suficiente anchura se construye unacorrala de tres lados con patio central. Cuandoesto no es posible, se ocupa uno de los lados y elfondo, y queda el patio al lado de la otra media-nería. En todos los casos el patio es uno solo.

Desde finales del S. XIX, los edificios de calidad seresuelven con único patio de parcela centrado y demayores dimensiones. Las viviendas más amplias(hasta 200 m²) ocupan las crujías de fachadas,siendo las interiores de tamaño mucho más redu-cido.

En los edificios de menos calidad y de viviendasmás pequeñas, la estructura se organiza convarios patios muy angostos que suelen estar a loslados, junto a las medianerías y que dan luces avarios cuernos de viviendas dispuestos en franjasparalelas al cuerpo de fachada hasta el fondo dela parcela. Los edificios de esquina tienen unasolución más fácil, con viviendas exteriores y patiode segundas luces.

En los primeros años del S. XX surge una modifi-cación de la tipología residencial. Se sustituyen lascubiertas inclinadas por plana. Se organizan entomo a pequeños patios interiores, con una orde-nada distribución espacial y de viviendas de alre-dedor de 45 m² de superficie.

Las condiciones de edificación exigidas en el plan

de 1972, que forzaba a crear grandes patios demanzana, han obligado a construir en doble crujía,dejando un amplio patio posterior. Esta iniciativano ha tenido, prácticamente, incidencia alguna, yaque la renovación ha sido muy escasa (7 parce-las), quince desde 1950.

Los estudios estadísticos de la época son suficien-temente indicativos para confirmar la gran evolu-ción industrial que experimentó el barrio durante elsiglo XIX. Las consecuencias de esta industrializa-ción de Lavapiés, es que el Barrio se consolidabajo la faceta de su nueva actividad. La densifica-ción del barrio continúa intensamente durante losprimeros años del siglo XX, hasta que la crisis delos años 1929-30 y la guerra civil detiene el pro-ceso edificatorio.

Son muchos los factores que van a incidir en ladecadencia económica y social de Lavapiés duran-te el siglo XX:

- La mecanización de la industria jugará encontra de las cigarreras, que ven como,poco a poco, las máquinas las van sustitu-yendo de su tradicional puesto de trabajo.

- Las ordenanzas de regulación de las acti-vidades incómodas, molestas, insalubres ypeligrosas tendrán un efecto negativo sobrela industria del barrio, ya que su mayoríaentra dentro de los epígrafes de laOrdenanza. Así como la Ordenanza deArdemans supuso la aparición de la indus-tria en el barrio, esta nueva Ordenanza laaniquilará, quedando reducido a una activi-dad económica de subsistencia, más próxi-ma a la actividad artesanal de los siglos XVIy XVII. Se convierte, pues, en un reducto delpasado.

Durante las primeras décadas del siglo desapare-cen del barrio el 80 % de las industrias que sehabían creado al final del XVIII y a lo largo del XIX.

A partir de la guerra de 1936, salvo algunas actua-ciones puntuales, ha continuado el proceso dedensificación constructiva, con ocupación depatios y elevación de plantas. La mayor parte delos edificios del barrio se encuentran en mal esta-do de conservación, muy degradados, con un ele-vado índice de infraviviendas, y sometidos a un

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Nº 2 - Patrimonio Cultural Histórico

Rehabilitación en el Casco Antiguo de Madrid: Estudio del Barrio de Lavapiés

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deterioro paulatino y a un envejecimiento, tanto desu patrimonio construido, como de su población.

En 1970, la demolición de un convento da origenal actual Parque de Cabestreros, realizado en1982. El derribo del edificio de la inclusa y elColegio de Nuestra Señora de la Paz han dadolugar, asimismo, a la Plaza de Agustín de Lara.

Después de cuatro siglos al barrio de Lavapiés sele puede reconocer como un "barrio bajo", endonde la convivencia es posible entre distintospueblos y religiones. Los gitanos de hoy, los marro-quíes y subsaharianos... pueden hacer referenciaa los judíos conversos y moriscos del tiempo de losFelipes. Hoy como ayer, el Rastro es el gran impul-sor de la actividad comercial del Barrio, y hoycomo ayer, Lavapiés sigue siendo un mundo apar-te de la ciudad, el anverso de Madrid CapitalEuropea.

2.3. Declaración de Área de RehabilitaciónPreferente

Las Áreas de Rehabilitación Integrada (ARI) defi-nen entornos en los que se ha detectado unamayor necesidad de inversión pública por el malestado del caserío, escaso poder adquisitivo desus habitantes y acusada degradación ambiental.Entre ellas figura el Área de RehabilitaciónIntegrada, A.R.I. 11. Lavapiés.

En todas ellas se plantean como objetivos favore-cer los usos residenciales y económicos que denservicio al barrio, desarrollar las posibles accionesestructurantes de oportunidad a concertar o pun-tuales que se hayan podido prever y obtener espa-cios libres por esponjamientos del actual caserío.En estas áreas la inversión pública debe ser espe-cialmente importante, atrayendo tras ella la inver-sión privada cuando mejoren las condicionesambientales.

Se definen bajo la denominación de Áreas deRehabilitación Preferentes (ARP), las tres incluidasen el "Convenio para la Rehabilitación delPatrimonio Residencial y Urbano" para el desarro-llo del Protocolo de Cooperación firmado por elMinisterio de Obras Públicas, Transportes y MedioAmbiente, la Comunidad Autónoma de Madrid y elAyuntamiento de Madrid, el día 24 de mayo de

1994.

En la actualidad, y como consecuencia delConvenio antes citado, se está interviniendo entres Áreas de Rehabilitación Preferente, obtenién-dose resultados satisfactorios, considerando elcarácter integral de las actuaciones.

2.4. Planteamientos Generales de la Actuación

Ante la necesidad de intervenir urgentemente enun barrio tan degradado como el de Lavapiés, el NP G pretende afrontar sus graves problemas, conun amplio programa de acciones dirigidas a rege-nerar el tejido y la actividad urbana, en aras dereducir sus niveles de edificación, mejorando lahabitabilidad y la imagen urbana y recuperando suvitalidad y calidad medioambiental

Los objetivos más importantes a cumplir en unarevitalización de esta envergadura son:

- Recuperar la vitalidad del Barrio con lamisma, o mayor calidad, como área resi-dencial, que las restantes zonas de la ciu-dad.

- Mantener a la población tradicional ypotenciar el carácter residencial medianteintervenciones dirigidas a garantizar el nivelde servicios, espacios libres y equipamien-tos.- Señalar aquellas áreas donde poder con-centrar los esfuerzos de la inversión públi-ca, bien para impedir así un mayor grado dedeterioro, o bien por tratarse de unas zonasque pueden convertirse en polos de atrac-ción para la inversión privada.- Corregir la actual tendencia a la terciariza-ción indiscriminada, restringiendo este uso azonas concretas que sean capaces de aco-gerlo con dignidad y sin ningún tipo de inter-ferencias indeseables para el vecindario.- Optimizar el transporte colectivo con unapolítica de fomento complementada conmedidas de desincentivación voluntarias delprivado.- Ajustar la protección de los edificios a susverdaderos valores histórico-artísticos, enlugar de mantener una normativa de con-servación de los volúmenes edificados.- Mantener y mejorar los equipamientos

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existentes, además de potenciar el caráctercultural y emblemático del Centro Histórico,paliando el tradicional déficit que existe enservicios deportivos y asistenciales.- Recuperar la calidad medioambiental enri-queciendo la imagen urbana. Su morfologíadebe adaptarse a la que tiene como refe-rencia la escala humana, reduciendo laintensidad de la edificación para mejorar lahabitabilidad, e incrementar la calidadambiental a través de tratamientos vegeta-les del espacio público.

2.5. Ámbito de la Actuación. Sector 1

El proyecto de Rehabilitación del Barrio deLavapiés tiene como ámbito de actuación un sec-tor dentro de todo el A.R.I., que servirá como sec-tor modélico en la actuación integral del Area.

Le denominaremos "SECTOR 1" y es la zona dondese centra la propuesta de este trabajo.

Los minuciosos estudios llevados a cabo por laEmpresa Municipal de la Vivienda, así como eldetenido análisis realizado, recientemente, por laOficina del Plan, han permitido definir esta zonadel Barrio de Lavapiés "SECTOR 1", como la quesufre, de forma especialmente grave, la problemá-tica general.

El ámbito del SECTOR 1 comprende el entorno delMercado de San Fernando y Plaza de Agustín Lara,Plaza de Cabestreros y todas las manzanas quedelimitan la zona, apoyando el ámbito, por su ladoEste, en el eje viario formado por las calles AveMaría y Valencia, eje principal que discurre deNorte a Sur por el centro del Barrio conectando,por el Norte, con la calle Magdalena y, por el Sur,con la Ronda de Atocha.

Ello permite, además incluir en el ámbito la Plazade Lavapiés, centro físico y comercial del Barrio,en el que además se encuentra situado el accesode Metro, lo que convierte dicha plaza en punto deencuentro y uno de los más frecuentados de lazona. Igualmente, por su lado Oeste, la calleEmbajadores, otro de los ejes viarios de másimportancia, al constituir el acceso al Barrio desdela Glorieta de Embajadores y conexión de la mismacon la Plaza de Cascorro y el acceso al Mercado deSan Fernando.

Se incluirán las actuaciones correspondientes alMercado de San Fernando, la construcción de unP.A.R. en la Plaza de Agustín Lara y de otro en laPlaza de Cabestreros. Estas dos últimas actuacio-nes permitirán compensar la pérdida de plazas deaparcamiento en superficie, que se produciría conmotivo del conjunto de las actuaciones previstas.Este efecto se producirá al tener dichas actuacio-nes, como uno de sus objetivos, el ordenar elespacio viario de forma equilibrada, evitando losaparcamientos en zonas no previstas, en detri-mento de otros usos, fundamentalmente el tránsi-to peatonal. Además, el P.A.R. de la Plaza deAgustín Lara podrá albergar la carga y descarga delMercado de San Fernando, descongestionando,así, la calle Embajadores y zonas contiguas queactualmente se encuentran colapsadas por losvehículos que realizan dicho servicio, con las con-siguientes consecuencias sobre los vecinos delentorno.

Se realizará en todos los viales señalados en losplanos una actuación de renovación y actualiza-ción de las infraestructuras existentes, reordenan-do el viario y los espacios públicos, de modo quese facilite una utilización más racional para el trán-sito de vehículos y peatones, uso estancial, etc.

Esta actuación puede asemejarse, en su tipología,a la que actualmente se desarrolla en el entornode la Plaza del Dos de Mayo, experiencia quepuede considerarse, en Madrid, como piloto, y dela que se están obteniendo unos magníficos resul-tados al haberse conseguido erradicar de la zonalos aparcamientos sobre las aceras, mejorando lascondiciones de accesibilidad de vehículos y libe-rando las aceras de éstos, con el consiguientebeneficio para los peatones.

Asimismo, se propone iniciar los trámites y gestio-nes para agilizar la dotación, para los habitantesde la zona, de una gran zona verde (A.P.E. 01-10),que se concibe como acción prioritaria en elSector 1 al recuperar, para la ciudad, un impor-tante parque público, demoliendo las edificacionesinapropiadas que ocupan lo que, en su día, fueronJardines del Casino de la Reina, conservando elpequeño pabellón auxiliar del Casino, destinándo-lo a equipamiento para la Tercera Edad (Centro dedía).

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Esta acción se complementará con la creación deespacios libres y zonas verdes en los ámbitos de laPlaza de Agustín Lara y Corrala, Plaza deCabestreros y Plaza de Lavapiés, así como laAcción (A.P.E. 0 1-08) en la Plaza Ministriles, enla que se propone la creación de una nueva plazay zona verde, mediante el derribo de la edificación,en ruinas, situada en la calle Lavapiés nº 19 y laconstrucción, contra la medianera, de un nuevoedificio para el realojo de los habitantes afectados.

Esta actuación es un ejemplo del tipo de esponja-miento de la trama, facilitada por tratarse de laactuación en un único edificio, y con la que selibera suelo para espacios libres sin afectar a lalectura de la trama histórica.

Análogamente, se propone la demolición de lasedificaciones previstas en el A.P.R.01.04 de laPlaza de Lavapiés, optimizando y poniendo el valordel Teatro Olimpia, sustituyéndolo por otra sala ycreando zonas verdes ajardinadas, ligadas a lacalle Valencia.

También se propondrán soluciones de esponja-miento en patios de parcelas y manzanas interio-res, llegando a los necesarios acuerdos con losafectados.

Se une a esta situación la oportunidad de actuarsobre espacios públicos municipales de gran signi-ficación en el tejido urbano, (Plazas deCabestreros, de la Corrala, de Agustín Lara yCasino de la Reina), así como sobre edificios detitularidad pública, también municipales, vincula-dos a la creación de equipamiento, lo que facilita-rá el desarrollo de los mecanismos de gestión.

La actuación en el SECTOR 1, responde al carác-ter "integral" marcado por la política de las Áreasde Rehabilitación promovidas por la EmpresaMunicipal de Vivienda. La propuesta incluye accio-nes de muy diversa índole.

Por encima de estas deficiencias, es justo reseñarotros aspectos positivos que, como oportunidad,se presentan para lograr la recuperación delBarrio.

Lavapiés es un barrio con imagen, personalidad ybien estructurado. Es uno de los colectivos socia-

les con mayor cohesión, de los diferentes barriosde Madrid. Cuenta con Asociaciones de distintosigno y tiene una capacidad de reacción y res-puesta, digna de tener en cuenta, como principalpotencial para el Programa Integral deRehabilitación.

La experiencia en el campo de la Rehabilitación deestos últimos años constata que, las iniciativasrealizadas, de forma importante, sobre el urbanis-mo y la vivienda en el Barrio de Lavapiés, paracambiar la tendencia de degradación y margina-ción que padece no han dado los resultados ape-tecidos, por lo que hay que renovar los métodos deintervención sectorial para resolver, de forma efi-caz, problemas complejos. Se precisa un enfoquemás global y coordinado, que haga frente a losdiferentes problemas Económico-Laborales,Educativo-Culturales, Sanitarios, Lúdico-Recreativos y de Bienestar Social, con el fin deestablecer un Programa de Rehabilitación"Integral" e "Integrado", que, además de definir ydesarrollar los siguientes Planes, deberá instru-mentalizar los caminos de gestión que los haganviables.

2.6. Estudio de la Edificación.

Comenzaremos estudiando el estado de conserva-ción de los edificios. En general es bastantebueno, pero hay edificios con deficiencias quemerecen un estudio.

El estado de conservación tiene mucho que vercon la antigüedad de los edificios, ya que muchosde ellos superan fácilmente los 50 años e inclusohay edificios con más de 100. Por regla general,cuanto más antigua es la edificación se conservaen peor estado, aunque existan algunos en buenestado de conservación debido a que se ha inver-tido gran cantidad de dinero en ellos para rehabi-litarlos.

La clasificación de mal estado de conservación desubdivide a su vez en tres tipos: con humedades,con grietas y deficiencias en los apeos. A su vez,un edificio puede sufrir únicamente una de ellas,dos o las tres.

Hay presencia de edificios en mal estado en casitodas las manzanas. Si tienen edificios en un esta-

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do de conservación regular, éstos podrían terminarcon el tiempo en malas condiciones si no seempieza a cuidar su conservación.

Las principales deficiencias que se presentan sonlas humedades y las grietas, que aparecen en 132y 161 edificios respectivamente. Posiblemente lamanzana nº 68 que se encuentra entre la Iglesiade San Calletano y el Parque de Cabestreros seala que peores condiciones presente. Únicamentehay 2 edificios en buen estado, 16 en estado regu-lar, 7 con humedades, 11 con grietas y 1 conapeos. Existen 11 edificios en mal estado, todosellos presentan grietas y 7 tienen humedades. Unopresenta las tres deficiencias.

Hay varias manzanas más que también presentanunas lamentables condiciones de conservaciónalrededor del Parque de Cabestreros y la Plaza deCampillo de Manuela y Lavapiés. Son las zonasmás antiguas y más tradicionales del barrio.

El estado de conservación está también relaciona-do con la presencia de infravivienda. Suele coin-cidir la presencia de las mismas en edificios enmal estado. En algunos casos son los propios pro-pietarios los que dejan que se deteriore la vivienday el edificio, aunque no lo haya podido comprobaren este estudio.

La infravivienda se ha clasificado por la insuficien-te superficie (-20m2) y por las instalaciones. Lasviviendas pueden presentar una o las dos deficien-cias. De los 118 edificios con infravivienda 41 laspresentan de forma puntual, es decir en parte delas viviendas del edificio, mientras que 77 lo hacende forma generalizada en todo el edificio.

Las manzanas 29, 75, 116 115, 125 son las quemayor número de edificios con infraviviendas pre-sentan, pero por lo general están muy repartidaspor la zona. Sin embargo las manzanas con mayornúmero de infraviviendas son las números 38, 75,77, 78, 124 y 125, todas ellas con más de 100infraviviendas.

Pero no todas las infraviviendas son susceptiblesde erradicación. De las casi 5.000 infraviviendasexistentes en la zona sólo algo más de 2.000entran dentro del programa de erradicación.Algunas de ellas necesitan realojar a sus inquili-

nos, otras tendrán que ser molidas o bien rees-tructuradas (763 realojo/demolición y 1.373 rees-tructuración).

También es importante el número de viviendasvacías (657) y de uso no residencial (130), de untotal de 12.185 viviendas.

La presencia de corralas en la zona es importante.Hay un total de 80, situándose la mayoría en lamanzana nº 38, en los alrededores del Parque deCabestreros y Plaza de Campillo, a lo largo de lascalles Mesón de Paredes, Amparo, Lavapiés,Olivar. El estado de conservación de las mismasdepende del estado de los edificio, aunque existetambién un proyecto de recuperación de las mis-mas que se está empezando a elaborar por partede las entidades gestoras del A.R.P.

Dentro del área existen edificios que ya han sufri-do algún tipo de rehabilitación con anterioridad,localizados en su mayoría en la zona noroeste dela actuación en los alrededores de las callesAbades, Amparo y Mesón de Paredes.

Los edificios más modernos (con menos de 10años, en el año 1996) se localizan, principalmen-te, en la mitad sur de Lavapiés, aunque su pre-sencia es dispersa por todo el barrio.

Aunque los edificios que se están rehabilitando enel momento del estudio (2000) son pocos y dis-persos, nos da una idea de que la gente está afavor de la rehabilitación, siempre que se puedanrealizar las obras oportunas.

Para la ayuda en los procesos de Rehabilitación laEmpresa Municipal de la Vivienda (E.M.V.) ha idocomprando diferentes edificios en la zona y enotras para alojar a los vecinos que lo necesiten ytambién para eliminar las infraviviendas existentes.Este proceso es muy lento y se necesita una graninversión de dinero para poder llevarse a cabo.

Como he adelantado antes, la actitud de los veci-nos ante la rehabilitación es mayoritariamentepositiva, aunque el número de comunidades devecinos que tienen reservas ante la misma es ele-vada. Principalmente se duda debido al tipo devecinos que habitan las viviendas, o bien porqueya han realizado obras en el edificio. También

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depende bastante del régimen de propiedad deledificio (vertical, horizontal o mixta) y de la pobla-ción que vive en él.

Los problemas sociales que se dan en la zona yque influyen de manera implícita en la actitud fren-te a la rehabilitación por parte de los vecinos soncomo ya he mencionado anteriormente, el haberrealizado ya obras en el edificio, el haber sido yasubvencionados con anterioridad (76 casos), elrégimen de propiedad, el alto coste de las obras,el nivel de renta, la presencia de inmigrantes y dejubilados, etc.

El número de los locales comerciales en la zona eselevado (1221). Pero lo que llama la atención esque existen 291 locales cerrados, debiendo ser lascausas motivo de estudio. La mayoría de ellos sededican al comercio al detalle o menor (419 loca-les), seguido de los servicios (221) y el comercioal por mayor (178). El resto (82) a usos industria-les y artesanales (37).

3. CONCLUSIONES

La situación del Barrio de Lavapiés dentro delCasco Histórico de Madrid, le confiere un carácterhistórico y singular, pero se encuentra en un esta-do lamentable de conservación y debe ser renova-do o rehabilitado para adaptarse a las necesidadesde sus vecinos y a las nuevas tecnologías de estesiglo.

En el Barrio se necesita realizar una actuaciónintegral, la cual se debe hacer extensible al restodel Casco Histórico, en la que se traten los aspec-tos socio-culturales, económicos y arquitectóni-cos.

Se tiene que cambiar la imagen de zona, más bienterciaria, por una más residencial, mejorando lascondiciones de las viviendas, edificios, plazas y delas calles antes de seguir construyendo viviendasnuevas. Hay que conservar ese patrimonio arqui-tectónico tan estupendo que tenemos heredadode siglos anteriores.

El A.R.P. de Lavapiés es un buen ejemplo de ello.En él se tratan aspectos sociales, culturales, eco-nómicos, urbanísticos, etc. Es lo que se llama una

actuación integral.

Se han mejorado las infraestructuras básicas(agua, luz, gas, teléfono), los accesos a la zona asícomo la movilidad peatonal ampliando las calles,haciendo nuevos espacios abiertos y verdes, con-trolando la velocidad de los vehículos, etc, todoello a favor de los vecinos.

Al mismo tiempo, se han planteado distintos pro-yectos para la inserción de los inmigrantes en elmercado laboral y en el vecindario, programas deformación, creación de empleo, etc. que se reali-zan al mismo tiempo que se mejoran las condicio-nes de vida de los vecinos.

En el aspecto urbanístico, se están rehabilitandolas fachadas, patios y elementos comunes de losedificios, así como algunas corralas que han pre-sentado proyecto para ello.

También se está llevando a cabo un plan de erra-dicación de infravivienda, la cual está presente engran número en la zona, tanto por la falta de ins-talaciones (gas, agua, luz, ventilación, ...) comopor la falta de espacio hábil. Muchas viviendas nollegan a tener 20 m² de superficie, cuando unavivienda digna suele tener aproximadamente 80m². Para ello es necesario tener un Programa deAyudas para el realojo y rehabilitación. El realojode los vecinos mientras se realizan las obras opara los que viven en infraviviendas y necesitanotra casa en la que vivir porque la suya va a des-aparecer. Estas viviendas son adquiridas por laE.M.V. y ofrecidas a los vecinos que quieren seguirviviendo en el Barrio, pero no siempre es posible.

Todas estas actuaciones necesitan de una graninversión, siendo muy importantes las ayudas a losvecinos para poder realizar las obras de rehabilita-ción de sus casas o edificios. El A.R.P. de Lavapiésda un buen ejemplo de financiación con ayudasque pueden llegar hasta el 50% del coste de lasobras, las cuales se hacen algo más accesiblespara la mayoría de los vecinos, aunque no todosellos pueden costeárselas. En la zona viven grancantidad de inmigrantes en pisos de alquiler enunas condiciones deplorables. Muchos de los due-ños de las mismas no quieren invertir dinero,dejando que se vayan deteriorando hasta que sondeclaradas en ruina y pueden vender los terrenos.

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Pero también hay vecinos propietarios que no pue-den ni quieren invertir. La mayoría son personasmayores y jubilados, con escasos ingresos y pen-siones bajas que no pueden afrontar unos gastosasí. Además, están acostumbrados a vivir en esascondiciones y para ellos es una tragedia meterseen obras a su edad.

Considero que la iniciativa es muy buena y que setendría que hacer extensiva a todo el CascoHistórico de Madrid y al de otras ciudades que pre-senten una misma o similar problemática. Esta ini-ciativa es parecida a los URBAN por su carácterintegrador, pero cada zona es un caso único y lasactuaciones se tienen que adaptar a cada una deellas.

Por último, añadir que puede ser tomado como unbuen ejemplo de actuación desde todos los pun-tos de vista posibles: desde la gestión administra-tiva realizada por la Entidad Gestora de Lavapiés,a la respuesta de los vecinos. La actuación de lasAsociaciones de Vecinos ha sido muy importante,realizando una labor informativa muy extensa ycomunicándose con la Entidad Gestora para elseguimiento de las obras y la solicitud de ayudas.Al fin y al cabo, son sus habitantes los primeros enbeneficiarse de una rehabilitación que, sin duda,mejorará su calidad de vida.

4. BIBLIOGRAFÍA

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- VINUESA ANGULO, J. (1986): "La operación deremodelación en Madrid", en Ciudad y Territorio.Estudios Territoriales, nº 68, pp. 71-87.

Para contactar:

Sonia MayorTlf.: (91) 3975561Correo Electrónico: [email protected]

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El inicio de la actividad arqueológica en nuestracomunidad no es nueva, aunque si desigualdesde que la misma comenzó en la segundamitad del siglo XIX.

Los primeros estudios de Casiano del Prado o deinvestigadores como Weiler, Obermaier, Pérez deBarradas (uno de los más fructíferos) o Martínezde Santaolalla marcaron un importante caminoque, aunque interrumpido en muchas ocasio-nes, se continuó en la década de los "70". Enestos años, la Diputación Provincial de Madridretomó tímidamente el relevo en la actividadarqueológica y paleontológica en nuestra provin-cia.

Algunos ejemplos nos orientan como se reinicia-ron los trabajos: en 1976, un equipo dirigido porM. Santonja investiga en el yacimiento paleolíti-co de Áridos en Arganda del Rey dentro del pro-yecto de investigación denominado "ElPleistoceno de la Región de Madrid".

En 1981 se descubrieron en Getafe restos deuna necrópolis Tardorromana con varias ofren-das entre la que destacaban herramientas. Lacronología fue fijada por sus investigadores, LuisCaballero Zoreda y Guillermo Kurtz, como defines del siglo IV y comienzos del V después deJ.C.

Durante los años 1978 a 1982 se descubrió yexcavó uno de los edificios más singulares deépoca romana, la denominada Villa delValdetorres del Jarama.

En 1979 y 1980, la Excma. DiputaciónProvincial de Madrid organizó las primeras y

segundas "Jornadas sobre la Provincia deMadrid". Éstas sirvieron como foro de debate yde presentación de los equipos e investigadoresque trabajaba en la provincia.

En 1980, la Excma. Diputación Provincial deMadrid inicia una serie de publicaciones mono-gráficas sobre investigaciones arqueológicas:Ocupaciones Achelenses en el Valle del Jarama(1980), Excavaciones en el Cerro Ecce Horno(Alcalá de Henares, Madrid, 1980), El Neolíticoy la Edad del Bronce en la Región de Madrid,1983).

En 1989, un amplio equipo de profesionalesdirigidos por L. Caballero inició la E. C.A. 84,documento que sirvió para recopilar los datos,hasta esa fecha, existentes sobre yacimientos yhallazgos arqueológicos en la bibliografía o enarchivo. El proyecto no se llegó a completar, yaque en esas fechas nació la Comunidad deMadrid y dentro de ella se creó el Área deArqueología.

Con la casuística planteada nace la Comunidadde Madrid el 30 de mayo de 1985 asumiendolas transferencias plenas en materia de culturay con ellas el patrimonio arqueológico, paleon-tológico y etnográfico al que aluden, aunque sinmención expresa los artículos 26.13 y 17, 27. 10 y 28.2 de su Estatuto. A partir de esemomento se inicia una fructífera andaduraorientada en varias direcciones.

1. Arqueología preventiva.

1.1. Carta Arqueológica y Paleontológica.

La Comunidad de Madrid: Un Ejemplo en la Gestión del Patrimonio Arqueológico

Antonio Méndez MadariagaDIRECCIÓN GENERAL DE PATRIMONIO HISTÓRICO-ARTÍSTICO DE LA COMUNIDAD DE MADRID2222

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1.2. Documentos de planeamiento.

2. Intervenciones.

2.1. Públicas.2.2. Privadas.

3. Colaboración institucional e investigación.4. Protección, formación y difusión.5. Legislación.

Aunque no necesariamente debemos seguireste orden, ya que algunos puntos, evidente-mente, se solapan, es coherente para nuestraexposición mantener algún guión.

11.. AARQUEOLOGÍA PREVENTIVA

1.1. Carta Arqueológica y Paleontológica.

Desde el comienzo de nuestra andadura, esdecir, a partir de 1985 se entendió como unaprioridad absoluta la realización del inventariodel patrimonio arqueológico madrileño. De estamanera se imponía el criterio de "que para valo-rar, investigar y proteger debemos primero cono-cer-". El trabajo durante una década fue duro,presupuestariamente caro en proporción a laspartidas existentes para arqueología y algo fus-trante si consideramos lo poco lúcido que resul-taba el tratar de "vender" algo que difícilmentese plasmaba en la realidad.

A pesar de todo lo anterior debemos decir queel criterio técnico se impuso y nuestros respon-sables políticos se involucraron para tratar detener en el menor espacio de tiempo el inventa-rio lo más completo posible de los yacimientosarqueológicos y paleontológicos madrileños.

Para más detalles sobre el proceso de realiza-ción de la Carta Arqueológica ver- VelascoSteigrad ( 1991 y 1996).

A modo de resumen indicaremos que a comien-zos de los años “90” la primera fase de la CartaArqueológica estaba muy avanzada, es decir, laprospección de cobertura total de cada uno delos términos municipales. En la actualidad sehan documentado más de cinco mil sitios con

restos arqueológicos, o dicho de otra manera,yacimientos.

1.2. Documentos de Planeamiento.

El inventario de patrimonio arqueológico y pale-ontológico tenía y tiene varios fines, aunque elmás importante era el de poder incluir en losdocumentos de planeamiento de los diferentesmunicipios normativas que garantizasen la pro-tección del patrimonio arqueológico, paleontoló-gico, etnográfico e industrial, arbitrando fórmu-las que conjugasen el desarrollo urbano y deinfraestructuras con las protecciones e investi-gación de los yacimientos. En este sentido, losresultados alcanzados han sido altamente posi-tivos por cuanto que más de las dos terceraspartes de los municipios de nuestra Comunidadcuentan en la actualidad con documentos deplaneamiento en los que se han incluido lascondiciones para la protección del patrimonioarqueológico y paleontológico. Dentro de lasmismas se contemplan todos los aspectos quenos permiten gestionar adecuadamente éste tansensible patrimonio público. (MéndezMadariaga, A. 1991)

22.. IINTERVENCIONES

La protección de los yacimientos arqueológicosy paleontológicos a través de los documentos deplaneamiento está generando un númeroespectacular de intervenciones, casi todas ellascomo fase previa a la aprobación de los proyec-tos de construcción. A modo de estadísticaqueremos indicar que, frente a menos de uncentenar de expedientes de intervención trami-tados en 1985, en el ejercicio del 2000 hansuperado el millar.

Estas cifras son aplicables tanto a las interven-ciones de tipo privado, como por ejemplo sola-res en cascos urbanos, como a las grandesobras públicas. La mayoría de estas últimas setramitan o inician su expediente en una faseprevia por el condicionante de arbitrar medidascorrectoras en la fase del estudio de impactoambiental.

Frente a una primera etapa en la que primaba el

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criterio de documentación e investigación de losyacimientos, en la actualidad estamos reorien-tándonos hacia un cambio de criterio en el queprimen las medidas de protección tendentes aconservar la mayor reserva patrimonial para elfuturo. Para ello, en muchas intervenciones seestán realizando modificados en los proyectosde construcción tendentes a concentrar lasáreas de compensación o las zonas verdes enlos yacimientos afectados. De esta manera seprotegen con geotextiles y capas de áridos, per-mitiendo en ellos actividades que sean compati-bles con su conservación.

33.. CCOLABORACIÓN INSTITUCIONAL E INVESTIGACIÓN

Hemos sido siempre conscientes de que debía-mos aunar esfuerzos con otras instituciones ten-dentes a conseguir unos objetivos más ambicio-sos. Para ello, desde la Dirección General dePatrimonio Histórico-Artístico se han mantenidoconvenios con gran número de instituciones, loque nos ha permitido optimizar recursos y garan-tizar unos trabajos de gran calidad.Enumeraremos algunos a modo de ejemplo:

- Colaboración con el Ayuntamiento deAlcalá de Henares desde el inicio de lascompetencias con varios fines y objetivos:el primero ha sido dotar el municipio deuna adecuada normativa de protecciónarqueológica con la incoación y declara-ción de tres zonas arqueológicas comoBien de Interés Cultural. Además, elCasco Histórico se ha incluido en losdocumentos de Planeamiento (PlanGeneral y Plan Especial del CascoHistórico).

- Creación del Parque Arqueológico"Ciudad Romana de Complutum", en elque se viene trabajando sistemáticamentedesde 1984. En la actualidad, se estáterminando el Plan Director, que es visita-ble, en parte, con la apertura al público enmayo de 1999 de la denominada "Casade Hippolytus". Este proyecto de ParqueArqueológico se encuentra dentro del"Plan de Rutas Arqueológicas de laComunidad de Madrid" (Méndez

Madariaga, A. 2000). Proyecto ambiciosoque pretende aunar los esfuerzos de lasdistintas administraciones para poner enmarcha una ruta visitable de yacimientosy de sitios de interés patrimonial en elmenor tiempo posible.

- Convenios de colaboración con el Museode Ciencias Naturales (C.S.I.C.), desdehace varios años, para la realización de laCarta Paleontológica e intervencionespaleontológicas de interés para ambasinstituciones.

- Convenios con la Escuela Superior deArquitectura (Cátedra de Ideación Gráficay Arquitectónica) para la realización delsoporte gráfico.

- Convenios con la Universidad Politécnicade Madrid (Cátedra de Historia y Estéticade la Ingeniería) y la UniversidadComplutense (Departamento deSociología 111).

Estos son algunos de los ejemplos, aunque evi-dentemente existen otros muchos que no vamosa reflejar para no hacer innecesariamente largoeste artículo.

44.. PPROTECCIÓN,, FORMACIÓN Y DIFUSIÓN

La protección de los yacimientos, como yahemos visto, se garantiza principalmente a tra-vés de los documentos de planeamiento de losmunicipios, del sometimiento de determinadosproyectos al estudio de impacto ambiental y a laComisión de Urbanismo de la Consejería deObras Públicas, Vivienda y Urbanismo que, connuestra Dirección General, supervisan todos losexpedientes que pueden afectar a zonas conalto potencial arqueológico y paleontológico.Además, existen conjuntamente con muchosayuntamientos las Comisiones Mixtas Localesde Patrimonio, mediante las que se informan losproyectos urbanísticos y de obras y rehabilita-ción de infraestructuras que se generan dentrode los B. I. C. (Bienes de Interés Cultural) decla-rados o incoados como Zona Arqueológica.

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Con todo ello consideramos que existen recur-sos administrativos suficientes para garantizar laprotección de los yacimientos.

La formación ha sido un aspecto que a pesar deno haber sido prioritario si se ha tenido en con-sideración por el Área de Arqueología. En estesentido, los cursos dirigidos a profesionalesarqueólogos en la sede del Colegio de Doctoresy Licenciados de Madrid; los repartidos a lasFuerzas de Seguridad del Estado, especialmen-te al SEPRONA Sección de Patrimonio de laGuardia Civil o a los Centros de Profesores denuestra Comunidad han servido para lograr undoble objetivo al concienciar socialmente a laciudadanía y permitir una mayor protección delos yacimientos con la labor de custodia y vigi-lancia (que lleva a cabo especialmente elSEPRONA).

Los aspectos de difusión han sido un objetivoque se ha tenido en consideración desde la cre-ación del Área de Arqueología.

55.. LLEGISLACIÓN

Recientemente, ha comenzado a aplicarse laLey de Tasas con un incremento importante dela actividad administrativa y técnica en el Áreade Arqueología. Aunque la comprensión econó-mica esperemos que sea un acicate para lamejor dotación tanto humana como presupues-taria de Área de Arqueología.

66.. BBIBLIOGRAFÍA

- ALMAGRO GORBEA, A. y FEMÁNDEZ-GALIANO,D. (1980): "Excavaciones en el Cerro EcceHorno (Alcalá de Henares, Madrid)",Diputación Provincial de Madrid,Pag. 128.

- MÉNDEZ MADARIAGA, A. (1991): "La protec-ción del Patrimonio Arqueológico. El ejem-plo de Alcalá de Henares", Arqueología,Paleontología y Etnografia, Comunidad deMadrid.

- VELASCO STEIGRAD, F. (1991): "El programade Carta Arqueológica en la Comunidad deMadrid", Arqueología, Paleontología yEtnografia, vol. 1, Comunidad de Madrid, pp.257-280.

- VELASCO STEIGRAD, F. (1991): "Un modelode gestión a partir de la declaración deZonas Arqueológicas amplias: el caso deMadrid", Jornadas Internacionales deArqueología de Intervención, Departamento deCultura del Gobierno Vasco, San Sebastián. pp.75-83.

- VV.AA. (1979): "I Jornadas de Estudiossobre la Provincia de Madrid", Ciudad EscolarProvincial, Madrid. 17, 18 y 19 de diciembre de1979, Diputación Provincial de Madrid, pp. 19-139.

- VV. AA. (1980): "II Jornadas de Estudiossobre la Provincia de Madrid, Madrid enbusca de su identidad cultural", CiudadEscolar Provincial, Madrid. 25, 26, 27 y 28 denoviembre de 1980.

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La Comunidad de Madrid: Un Ejemplo en la Gestión del Patrimonio Arqueológico

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11.. IINTRODUCCIÓN

En este texto se lleva a cabo una reflexión sobrelas posibilidades que ofrecen los espacios natu-rales protegidos para la conservación del patri-monio cultural representado por los espaciosagrarios tradicionales de naturaleza extensiva:los paisajes culturales de dominante agraria. Eltexto consta de una primera parte en la que serealiza una aproximación a los paisajes cultura-les en términos de patrimonio, centrando laatención, seguidamente, en las posibilidades deprotección que ofrece la política y las herra-mientas e instrumentos derivados, en la medidaque debe ocuparse de estos espacios por loselevados valores naturales que albergan en lamayor parte de los casos. En la segunda partedel texto se lleva a cabo un análisis de las posi-bilidades y potencialidades de los espaciosnaturales protegidos en relación con la protec-ción de los paisajes culturales de componenteagraria, centrando el análisis en la situaciónactual de las principales categorías de protec-ción bajo las que se ha otorgado protecciónlegal a dichos paisajes culturales. Finalmente,se concretan algunas conclusiones, y recomen-daciones.

22.. PPAISAJE,, NATURALEZA Y PATRIMONIO CULTURAL

La conservación del patrimonio histórico y cultu-ral viene en múltiples ocasiones ligada a la con-servación de la naturaleza en sentido amplio,máxime en ámbitos geográficos como puede serel mundo mediterráneo, donde la intervenciónantrópica en el territorio data de tiempos ances-trales. Y tal ligazón, entre conservación delpatrimonio histórico y cultural en un sentidoamplio y la conservación de la naturaleza, se

sintetiza de manera ejemplar en los paisajesrurales y, más concretamente, en los paisajesagrarios tradicionales.

A partir de esta reflexión se realiza un esfuerzoen la dirección de definir los paisajes en gene-ral, y los paisajes culturales en particular. Eneste sentido hay que señalar, en primera instan-cia, el hecho de que los paisajes pueden defi-nirse de múltiples formas y desde numerosospuntos de vista, si bien un rasgo común, almismo tiempo que uno de los aspectos funda-mentales que caracterizan el paisaje desde unaperspectiva científica, es la componente tempo-ral de los mismos y su dimensión histórica. Tales así que puede afirmarse que la práctica tota-lidad, sino todos los paisajes actuales, son pai-sajes heredados en su configuración y formas.

En la medida que se plantea como objeto deanálisis y debate la aportación de los espaciosnaturales protegidos a la conservación de lospaisajes culturales debe abordarse la definiciónde los mismos. En este sentido los paisajes,como objeto de conocimiento, pueden definirsecomo una porción de territorio real caracterizadoen un sentido unitario, fruto de la complejainteracción de los elementos que lo integran yque, como toda estructura, está afectada poruna componente evolutiva tremendamentedinámica (MARTÍNEZ DE PISÓN, 1998). Hayque añadir que la concepción del paisaje en lostérminos expuestos tiene la virtualidad de inte-grar de manera conjunta las variables naturalesy antrópicas, y, por ende, la dimensión cultural.

Así pues, desde la perspectiva de las reflexionessobre el concepto de paisajes referidas, la com-ponente cultural conforma parte constituyentede los paisajes, e incluso en ocasiones, como

Patrimonio Natural y Espacios Protegidos

Javier Puertas BlázquezGEÓGRAFO. ESPECIALISTA EN ESPACIOS NATURALES PROTEGIDOS

OFICINA TÉCNICA DE EUROPARC-ESPAÑA

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ocurre con los paisajes de dominante agraria, ladimensión cultural tiene un elevado protagonis-mo. En esta dirección se han definido los paisa-jes culturales, tomando en consideración en laacepción la realidad de los paisajes agrarios,como la extensión del territorio donde prevale-cen signos de actividad humana (MANTEIGA &SUNYER, 1998).

Tomando en consideración las aproximacionesindicadas a los paisajes culturales en general, yhaciendo hincapié en los paisajes rurales, seofrece a continuación un anhelo de definición delos paisajes culturales de dominante agraria:aquellos paisajes correspondientes a las super-ficies de explotación agraria tradicional y exten-siva del medio rural, diferenciándose de losespacios naturales en sentido amplio, de losterrenos baldíos, de las zonas urbanas y rurur-banas, así como de cualesquiera otros usos delterritorio distintos a los sistemas de explotaciónagropecuaria.

Así definidos los paisajes culturales de domi-nante agraria, que se han configurado histórica-mente en función de múltiples factores, handado como resultado la realidad paisajística yterritorial contemporánea. Cabe referir, comoalgunos de los factores fundamentales de laconfiguración de los paisajes agrarios tradicio-nales o paisajes culturales, al menos lossiguientes: las condiciones del medio natural,las especies de cultivo, la estructura de la pro-piedad de la tierra, y las técnicas y prácticasagropecuarias (MATA, 1997; GÓMEZ MENDOZA,1999).

33.. PPAISAJES CULTURALES DE DOMINANTE AGRARIA Y

VALORES NATURALES

Los paisajes agrarios tradicionales extensivosacogen, con carácter general, importantes valo-res naturales, y, en especial, elevados valores dediversidad biológica, hasta el punto que puedeafirmarse que la conservación de la diversidadbiológica en España pasa por el mantenimientode los sistemas agrícolas extensivos y los paisa-jes culturales asociados (BERNÁLDEZ, 1991;PINEDA & MONTALVO, 1995). Además de laconservación de la diversidad biológica en senti-

do amplio, la conservación de determinadasespecies emblemáticas, como ocurre con unaparte significativa de la avifauna amenazada,está fuertemente condicionada por el manteni-miento de los paisajes culturales de dominanteagraria, y de las prácticas que los han confor-mado con el transcurso del tiempo.

Puede afirmarse, por consiguiente, que unaparte mayoritaria de los agrosistemas tradicio-nales tienen un elevado valor ambiental, y quegran parte los valores naturales en el mundomediterráneo se encuentren asociados a agro-sistemas extensivos (BERNÁLDEZ, 1991).Seguramente el paisaje cultural de dominanteagraria de mayor interés a escala nacional loconstituyen las dehesas, sistemas de explota-ción agrosilvopastoril, donde se han medidovalores de diversidad biológica excepcionalmen-te elevados (PINEDA et al, 1981; PINEDA &MONTALVO, 1995; DE MIGUEL, 1999). No obs-tante pueden señalarse muchos otros, siendoquizás los más importantes, desde la perspecti-va de los valores naturales que albergan, lasestepas cerealistas y las diferentes zonas depastos, de diente y siega, aunque también otroscomo los olivares y almendrales.

Por lo tanto, en la medida en que en numerosasocasiones los excepcionales valores ambienta-les de un territorio sólo se explican por la inter-vención histórica de la mano del hombre en losmismos, las políticas de conservación de lanaturaleza, así como la normativa que las des-arrolla, deben abordar la protección de dichosespacios.

44.. AAPORTACIÓN DE LOS ESPACIOS NATURALES PRO-TEGIDOS A LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO CUL-TURAL DE LOS PAISAJES AGRARIOS TRADICIONALES..

Los Espacios Naturales Protegidos tienen comoobjetivo fundamental, de acuerdo con la Ley4/89, de 27 de marzo, de Conservación de losEspacios Naturales y de la Flora y FaunaSilvestre, contribuir a la conservación de la natu-raleza en sentido amplio, incluyendo tanto espa-cios naturales como aquellos otros con un gradode transformación significativo pero que conser-van elevados valores, fundamentalmente paisa-

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jísticos y biológicos, y en su caso culturales.

En conexión con lo anterior conviene enfatizar laidea de que el conjunto de los espacios natura-les protegidos, independientemente del régimenprotección de que se trate, constituyen medioso instrumentos para la conservación, y no un finen sí mismo. Por consiguiente hay que aprehen-derlos, precisamente, como "instrumentos parala conservación de la diversidad biológica, pai-sajística y cultural" (GÓMEZ-LIMÓN, et al,2000).

Por otro lado, también debe considerarse elhecho de que la declaración de un espacio nat-ural protegido no garantiza, a priori, la conserva-ción del conjunto de valores incluidos dentro desus límites (DELIBES, 1985), ni por tanto elmantenimiento, en su caso, de los paisajes cul-turales de dominante agraria. Sí presupone, noobstante, un marco de gestión directa o indirec-ta que puede ofrecer mayores garantías frente aotros territorios de cara a la conservación efec-tiva de los valores naturales y culturales quepudiera albergar.

Acorde con el marco de referencia establecidose lleva a cabo un análisis de la aportación devarias categorías de protección a la conserva-ción de los paisajes culturales de dominanteagraria, en tanto que patrimonio cultural. Entreotras cuestiones básicas se abordan los aspec-tos de ordenación, planificación y gestión, en lamedida que la conservación de los paisajes cul-turales de dominante agraria sólo puede reali-zarse mediante el mantenimiento de los proce-sos y actividades que los generaron. Quedamanifiesta, por consiguiente, la necesidad demantener los sistemas tradicionales de explota-ción agropecuaria (lo que no está reñido conuna modernización coherente en términos desostenibilidad) que han modelado históricamen-te los paisajes agrarios contemporáneos, que noson sino paisajes heredados cuya preservaciónsólo puede concebirse en el marco de la conti-nuación de las prácticas agrarias que los hanconfigurado. En este sentido toman carta denaturaleza propia las cuestiones de planificacióny gestión de las diferentes categorías de protec-ción.

En conexión con lo anterior hay que señalar quese ha centrando el análisis en las dos figuras deprotección que, por definición, mayormentepueden contribuir a la conservación de los pai-sajes culturales de dominante agraria: losPaisajes Protegidos y los Parques Rurales. Enefecto, en ambos casos el criterio paisajístico ycultural ha de constituir el fundamento de pro-tección y designación de dichas figuras, comose explica en detalle más adelante. Cabe añadirque no se consideran en el análisis las ÁreasRurales de Interés Paisajístico derivadas de lalegislación urbanística balear porque se trata decategorías de suelo rústico no urbanizable, másque de espacios protegidos en la acepción habi-tual del término (no obstante estos espacios deprotección pasiva derivados de la legislaciónsectorial pueden también ser objeto de estudio).

Si bien se han centrado esfuerzos en el análisisde Paisajes Protegidos y Parques Rurales deberesaltarse que, ciertamente, otras categorías deprotección, como son los Parques, contribuyenefectivamente a la protección de los paisajesculturales de dominante agraria, pero por reglageneral el fundamento de protección paisajísticoy cultural no constituye el criterio definitorio, taly como se aborda en detalle más adelante.

4.1. Categoría de protección: PaisajesProtegidos

4.1.1.Definiciones

Los Paisajes Protegidos se definen, de acuerdocon la Ley Estatal de Conservación de laNaturaleza, como "aquellos lugares concretosdel medio natural que, por sus valores estéticosy culturales, sean merecedores de una protec-ción especial" (Artículo 17. Ley 4/1989, de 27de marzo, de Conservación de los EspaciosNaturales y de la Fauna y Flora silvestre). Enefecto, los Paisajes Protegidos constituyen ungrupo perfectamente definido en el que los cri-terios determinantes son estéticos y culturales(FERNÁNDEZ, et al, 1997).

Cabe señalar, desde una perspectiva crítica, elhecho de que la definición ofrecida es muygeneral y poco precisa, lo que, lógicamente, dacabida a interpretaciones de la misma, entre las

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que se incluye en todo caso, a nuestro juicio, laconservación de los paisajes culturales de domi-nante agraria en la acepción con que han sidodefinidos. Por consiguiente, aunque no se hacereferencia expresa a los paisajes culturales dedominante agraria como criterio específico dedesignación, éstos deben considerarse en laque medida que cumplen los requisitos recogi-dos en la definición de la categoría.

Por otro lado, el desarrollo por parte de las dife-rentes Autonomías de sus correspondientesleyes regionales de conservación de la naturale-za y espacios naturales protegidos ha derivadoen la incorporación, en una parte mayoritaria delos casos, de la figura de Paisaje Protegido. Tales así que un total de 8 leyes autonómicas delas 13 vigentes (11 si no se considera la nor-

mativa catalana, de tipo mixto entre conserva-ción de la naturaleza y urbanismo, y la legisla-ción balear, de suelo) contemplan esta figura deprotección de la naturaleza.

En unos casos, la legislación autonómica incor-pora la categoría de protección bajo la mismadefinición recogida en la Ley 4/89 y, en estesentido, la aportación de la figura en los térmi-nos de análisis queda abierta a interpretaciones,como ya se expuso. En otros casos, se ha deta-llado y concretado la definición en la direcciónde la conservación de los paisajes culturales dedominante agraria. Las definiciones más intere-santes en esta línea son las recogidas en lasleyes de Castilla - La Mancha y Extremadura, yquizás también en la legislación valenciana,aunque en este caso no se constata una refe-

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rencia expresa a la protección de espacios agra-rios (ver cuadro).

La ley de Castilla - La Mancha es, sin ningúngénero de dudas, la más explícita en cuanto a lainclusión de los paisajes agrarios tradicionales yextensivos bajo la figura Paisaje Protegido, hastael punto que contempla cuatro tipologías de sis-temas y paisajes agrarios que pueden ser obje-to de protección: las dehesas, los prados dediente, los prados de siega y las estepas cerea-listas. La ley extremeña, en la misma línea, hacereferencia a las formaciones vegetales de inte-rés singular, mientras que la ley de laComunidad Valenciana, aunque con menorgrado de precisión y concreción, apunta tambiénla posibilidad de protección de paisajes cultura-les de dominante agraria.

El principal problema, haciendo referencia a loscasos extremeño y castellanomanchego como

formulaciones más avanzadas de los PaisajesProtegidos de cara a la protección de paisajesculturales de dominante agraria, es que no sehan declarado ningún espacio bajo esta figurade protección. Esto se explica, al menos enparte, porque en ambos casos la correspondien-te ley de espacios naturales protegidos es muyreciente, 1998 para Extremadura y 1999 paraCastilla - La Mancha.

4.1.2. Situación general de los PaisajesProtegidos

Una vez realizada una aproximación al marcoteórico y conceptual de los Paisajes Protegidosestablecido en la legislación nacional y respecti-vas legislaciones autonómicas, hay que realizarun análisis de la aportación real a la conserva-ción del patrimonio cultural representado por lospaisajes agrarios, derivada de la creación deespacios bajo esta figura de protección.

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Centrando ahora la atención en la situación delos Paisajes Protegidos, a fecha de diciembre de1999, hay que señalar que el número y superfi-cie geográfica englobada bajo la categoría deprotección objeto de análisis resulta muy reduci-do: 35 Paisajes Protegidos que representanaproximadamente un 6,5 % de los 536 espaciosnaturales protegidos legalmente declarados, y51.547,2 hectáreas, aproximadamente un 1,48% de la superficie protegida a escala estatal,que asciende a más de 3.330.000 hectáreas.

Además cabe advertir que la apuesta por ladeclaración de Paisajes Protegidos ha sido muydispar en las diferentes regiones españolas, detal suerte que mientras algunas Comunidades

Autónomas concentran la mayor parte de losespacios, y superficie, declarados bajo estacategoría, otras no tienen ningún PaisajeProtegido declarado legalmente. Únicamente seha utilizado esta fórmula de protección enCanarias, Murcia, Aragón y Asturias, es decir, encuatro de las ocho Comunidades Autónomasque contemplan en su normativa la categoría deprotección.

En conexión con lo anterior debe insistirse en elhecho de que todas las administraciones regio-nales tienen potestad para declarar PaisajesProtegidos, ya que dicho régimen de protecciónqueda contemplado en la ley nacional (Ley4/89), si bien en los casos en que se ha des-

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arrollado la correspondiente ley regional y no seha contemplado dicha figura cabe suponer queno se llevarán a cabo declaraciones.

Seguidamente se presenta un análisis de lasituación de los Paisajes Protegidos en lasComunidades Autónomas que han declaradoespacios bajo esta figura de protección, a fechade diciembre de 1999.

4.1.3. Estudios de Caso:

1) Islas Canarias

En primer lugar hay que señalar que, literalmen-te, se ha transcrito la definición recogida en laLey 4/89, con los problemas de ambigüedadque ello implica. Sin embargo se ha podidocorroborar que en la interpretación canaria de lacategoría de Paisaje Protegido se contempla lainclusión de paisajes culturales de dominanteagraria (REDONDO, comunicación personal).Además la Ley 12/94 de Espacios Naturales deCanarias, en su artículo 8.2.h., concreta comofundamento de protección y designación deespacios naturales protegidos el hecho de "con-formar un paisaje rural o agreste de gran belle-za o valor cultural, etnográfico, agrícola, históri-co, arqueológico, o que comprenda elementossingularizados y característicos dentro del paisa-je en general".

Conviene reseñar que los Paisajes Protegidos sehan interpretado como espacios "con mayorcomponente antrópica, y, por extensión, mayorgrado de transformación de sus valores natura-les" (MORALES, et al, 1998), de tal forma que

la inclusión de paisajes culturales de dominanteagraria queda implícita.

Una vez abordadas las cuestiones referidas a laconcepción de la categoría de protección secentra el análisis en la situación de los PaisajesProtegidos canarios. En esta línea hay que indi-car, en primer lugar, que Canarias es laComunidad Autónoma con mayor número deespacios declarados bajo esta figura de protec-ción, con un total de 27 espacios legalmentedeclarados a fecha de diciembre de 1999(GÓMEZ-LIMÓN et al, 2000).

Por resultar del máximo interés para la valora-ción de la aportación de la figura de proteccióna la conservación de los paisajes culturales dedominante agraria, hay que remarcar el hechode que en un total de 9 de los 27 PaisajesProtegidos, esto es un 33,33 %, se especificaexplícitamente que la finalidad de protección delos mismos es "el carácter agrario del paisaje","el paisaje armónico de carácter rural" o "el pai-saje agrario tradicional" (Anexo de la Ley 12/94,de 19 de diciembre, de Espacios Naturales deCanarias). Esto es, que en dichos espacios elprincipal fundamento de protección es el recogi-do en el artículo 8.2.h. citado anteriormente.No obstante, a afectos de llevar a cabo unavaloración objetiva, hay que tomar en conside-ración el hecho de que junto con el criterio deprotección indicado, en la mayor parte de losPaisajes Protegidos se contemplan otros, comopuede ser la protección de elementos geomor-fológicos sobresalientes o el mantenimiento delos procesos ecológicos fundamentales. La prác-tica totalidad de los criterios contemplados en la

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ley canaria son tomados en consideración en losdiferentes espacios declarados bajo esta figura,de tal suerte que puede afirmarse que, pornorma general, los fundamentos de protecciónhan sido varios. De hecho, no se ha podidoconstatar ningún Paisaje Protegido en el que elúnico criterio de protección haya sido la conser-vación de los valores naturales y culturalesrepresentados por los paisajes agrarios.

En la Tabla 2 se presenta un listado actualizadoa fecha de diciembre de 1999 de los PaisajesProtegidos del territorio canario. Se han som-breado aquellos espacios en los que ha podidoconstatarse que el fundamento de protecciónprincipal se concreta en los paisajes culturalesde dominante agraria, y queda recogido en undocumento legal (Anexo de la Ley 12/94, de 19de diciembre, de Espacios Naturales deCanarias).

Con respecto a la dimensión espacial de losPaisajes Protegidos canarios puede afirmarseque la mayor parte de los espacios declaradosbajo esta figura de protección, que en el mejorde los casos no supera las 6.000 hectáreas,tienen unas dimensiones modestas, habiendosido calculado el tamaño medio en 1448 hectá-reas. Por lo tanto, se trata de espacios cuyotamaño resulta ligeramente superior en relacióna los Monumentos Naturales o las Reservas,pero notoriamente inferior que los Parques(MORALES et al, 1998).

En lo que se refiere a los aspectos de planifica-ción y gestión hay que señalar, en primer lugar,el hecho de que los Paisajes Protegidos, juntocon los Monumentos Naturales, se englobandentro de los denominados espacios de protec-ción pasiva, cuyos documentos normativos selimitan a regular los usos permitidos, prohibidosy autorizables. En el caso que nos ocupa el ins-trumento de gestión definido por la ley canariason los Planes Especiales de ProtecciónPaisajística (Artículo 30.2.d., Ley 12/1994, de19 de diciembre, de Espacios Naturales deCanarias), cuyo cometido es la ordenación deluso y la restauración del paisaje.

La situación actual de los Paisajes Protegidos,desde la perspectiva del desarrollo de la planifi-

cación de la gestión, resulta deficitaria en lamedida que en la Comunidad Canaria, solamen-te se han aprobado los Planes Especiales deprotección paisajística de los PaisajesProtegidos de Las Lagunetas, Tafira y El Tablado,todos ellos aprobados en 1999. Bajo esta apre-ciación hay que resaltar que solamente se hayadotado de instrumentos de planificación a un11,1 % de los Paisajes Protegidos canarios.

La insistencia en las cuestiones de planificación,como marco en el que se establecen los princi-pios y directrices de gestión, usos y actividades,debe entenderse en el sentido que la conserva-ción de los paisajes culturales de dominanteagraria implica el mantenimiento, y en su casoregulación, de las prácticas agrarias que losmodelaron.

2) Murcia

En Murcia, al igual que ocurría en el caso cana-rio, la ley regional de conservación de la natura-leza ha incorporado la definición de PaisajeProtegidos recogida en la normativa básicanacional, Ley 4/89, por lo que la incorporaciónefectiva de los paisajes culturales de dominanteagraria queda sujeta a interpretaciones, si bien,a nuestro juicio, tiene legítima cabida.

En la Región de Murcia el número de espaciosnaturales protegidos englobados en la categoríade Paisaje Protegido se reduce a 6, de los cua-les el de mayor extensión no supera las 2000hectáreas. El tamaño medio de los PaisajesProtegidos resulta algo inferior al obtenido parael caso de la Comunidad Canaria, habiendo sidocifrado en 1195 hectáreas, por lo que puedeapuntarse el reducido tamaño de los espaciosdeclarados bajo esta figura.

En la mayoría de los enclaves territoriales obje-to de protección bajo la categoría de PaisajeProtegido puede decirse que domina la compo-nente natural en el paisaje, lo que explica quehayan sido declarados lugares tales como islo-tes, calas, barrancos, y humedales, entre otrosespacios naturales, frente al reducido peso de lacomponente antrópica y cultural representadapor los paisajes rurales y agrarios.

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Así pues parece que los Paisajes Protegidos nohayan sido declarados acorde a sus valoresestéticos y culturales, sino en razón a sus valo-res estéticos y naturales. De cualquiera de lasmaneras, caso de estar presente el fundamentode protección de defensa y conservación de pai-sajes agrarios, no ha sido el criterio principal dedesignación.

Sin embargo no debe dejar de señalarse que latotalidad de los territorios protegidos bajo lafigura de Paisaje Protegido incluyen una superfi-cie, más o menos extensa según los casos, depaisajes culturales de dominante agraria. En losespacios declarados por la ley regional el por-centaje de paisaje agrario, fundamentalmentetradicional, oscilaría entre el 45 % estimado enel Paisaje Protegido de Humedales de Ajauque yRambla Salada, y el apenas 15 % representadoen el Paisaje Protegido de Espacios Abiertos eIslas del Mar Menor (BARAZA, comunicaciónpersonal).

En otro orden de cosas, con respecto a losaspectos de gestión, debe señalarse que ningu-no de los Paisajes Protegidos en Murcia cuenta,a fecha de diciembre de 1999, con plan de ges-tión específico aprobado. Esta cuestión es degran interés en la medida que la legislaciónregional determina la necesidad de dotar a estacategoría de protección con Planes Rectores deUso y Gestión, u otros planes y programas degestión de menor rango en casos justificados,

que garanticen las finalidades perseguidas en ladeclaración (Ley 4/1992, de 30 de julio, deOrdenación y Protección del Territorio de laRegión de Murcia).

El hecho de que ninguno de los PaisajesProtegidos disponga de instrumento de gestiónde ningún tipo minimiza notablemente la garan-tía de conservación de los valores naturales yculturales que justificaron la protección legal delos mismos. A nuestro juicio, resulta fundamen-tal dotar a los espacios declarados de las nece-sarias herramientas de planificación y gestión.Especialmente en el caso de la Región deMurcia donde se han podido detectar ciertastensiones ambientales afectando a varios de losterritorios protegidos bajo esta figura, y en con-creto haciendo referencia expresa a aquellosrelacionados con una dinámica expansiva deáreas de cultivos intensivos.

3) Otras Comunidades Autónomas

Además de los Paisajes Protegidos de Canariasy Murcia hay dos comunidades autónomas quetambién han declarado parte de su territoriobajo la categoría de Paisaje Protegido. Es elcaso de Asturias, que cuenta con el PaisajeProtegido de Cabo de Peñas, con una superficiede 1920 hectáreas, y el caso de Aragón, con elPaisaje Protegido de los Pinares de Rodeno, conuna extensión de 335 hectáreas.

CUADERNOS DE ORDENACIÓN DEL TERRITORIO

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Mientras que en el primer caso (PaisajeProtegido de Cabo de Peñas, Asturias) la mayorparte del territorio protegido se corresponde conzonas de pastos que quedan englobadas en lospaisajes culturales de dominante agraria, en elsegundo caso (Paisaje Protegido de los Pinaresde Rodeno, Aragón) la superficie protegida secorresponde con una mancha de reducidaextensión de pinar, tal y como indica la denomi-nación del espacio.

En conexión con lo anterior hay que añadir que,como ocurre con el resto de casos analizados, eltamaño de los espacios declarados bajo estafigura resulta muy reducido, hasta el punto queen caso del Paisaje Protegido de los Pinares delRodeno las dimensiones son más propias de unárea de Reserva.

Queda, en último lugar, abordar los aspectos degestión. A este respecto hay que señalar que elPaisaje Protegido de Pinares de Rodeno, enAragón, se dotaba del Plan de Protección pre-visto por la ley autonómica de espacios natura-les protegidos a fecha de 1998, mientras que elPaisaje Protegido de Cabo de Peñas, enAsturias, no cuenta a fecha de diciembre de1999 con plan de gestión específico. No obs-tante, con respecto a este último espacio, hayque señalar que el Principado de Asturias es laúnica Comunidad Autónoma del Estado Españolque tiene aprobado un Plan de Ordenación delos Recursos Naturales a escala regional y auto-nómica, por lo que puede afirmase que elPasaje Protegido de Cabo de Peñas sí cuentacon un marco de gestión legalmente estableci-do (PRINCIPADO DE ASTURIAS, 1993).

4.2. Categoría de protección: Parques Rurales

4.2.1. Definiciones: Parques y Parques Rurales.

Los Parques se definen por la Ley 4/89 deConservación de los Espacios Naturales y de laFlora y Fauna Silvestre como "áreas naturales,poco transformadas por la explotación u ocupa-ción humana que, en razón de la belleza de suspaisajes, la representatividad de sus ecosiste-mas, a la singularidad de su flora, de su fauna ode sus formaciones geomorfológicas, poseenunos valores ecológicos, estéticos, educativos y

científicos cuya conservación merece una aten-ción preferente". Además, se establece un tiposingular que son los Parques Nacionales, y quese definen como "aquellos espacios que, siendosusceptibles de ser declarados como Parquespor Ley de las Cortes Generales, se declare suconservación de interés general para la Nación".

En la práctica, en la mayor parte del desarrollonormativo la figura de Parque se define por elhecho de combinar, de manera integrada y equi-librada, la conservación de la naturaleza, el des-arrollo socioeconómico y el uso público de losespacios naturales, como ya se adelantó. Asípues esta figura de protección, en la que seincluyen en realidad varias (Parque, ParqueNatural, Parque Regional, Parque Comarcal, y,por supuesto, Parque Rural), "responde al obje-tivo de vincular de forma armoniosa la conser-vación y la producción" (GARAYO, 1996).

Acorde con lo expuesto la potencialidad de losParques de cara a la conservación de los paisa-jes culturales de dominante agraria, en tanto encuanto dentro de sus límites van a acoger porregla general superficies significativas de espa-cios agrarios, resulta elevada. Sin embargo sólose considera en el análisis los Parques Ruralesporque únicamente en esta categoría tomancarta de naturaleza propia los valores paisajísti-cos, perspectiva estética, y culturales, que, noobstante, también van a estar presentes en elresto de espacios bajo la denominación deParque, pero no se reconocen expresamentecomo criterio de definición y designación.

Los Parques Rurales constituyen, junto con losPaisajes Protegidos, la categoría de protecciónde mayor interés desde el punto de vista de suaportación a la protección de los paisajes cultu-rales de dominante agraria, en la medida que enambos casos el criterio de protección de paisa-je tiene peso fundamental.

La ley canaria de espacios naturales define losParques Rurales como "aquellos espacios natu-rales amplios, en los que coexisten actividadesagrícolas y ganaderas o pesqueras, con otras deespecial interés natural y ecológico, conforman-do un paisaje de gran interés ecocultural queprecisa su conservación. Su declaración tiene

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Patrimonio Natural y Espacios Protegidos

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por objeto la conservación de todo el conjunto ypromover a su vez el desarrollo armónico de laspoblaciones locales y mejoras en sus condicio-nes de vida, no siendo compatibles los nuevosusos ajenos a esta finalidad" (Artículo 10.2.b.Ley 12/1994, de 19 de diciembre, de EspaciosNaturales Protegidos de Canarias).

Por lo tanto puede concluirse que los ParquesRurales constituyen una figura de protección degran valor estratégico en aras de la conservaciónde los paisajes culturales de componente agra-ria, que vienen a corresponderse, a efectosprácticos, con los paisajes de interés ecocultu-ral recogidos en la definición legal.

4.2.2. Situación de los Parques Rurales

En lo que se refiere al desarrollo de los ParquesRurales en el Estado español, esto es, en laComunidad Canaria que es la única que ha asu-mido esta categoría de protección, convieneapuntar que su aplicación ha sido relativamentemoderada hasta la fecha, con un total de sieteespacios declarados a fecha de diciembre de1999.

La extensión territorial objeto de protección bajoesta categoría asciende a más de 83.000 hec-táreas, esto es, aproximadamente un 2.5 % dela superficie total representada por los espaciosnaturales protegidos del Estado español. Otrodato que puede resultar de interés es el tamañomedio de esta figura de protección, que se hacalculado en 11.978,7 hectáreas, muy superiora la dimensión media de los Paisajes Protegidospero inferior que los Parques (cifrada en 21.693hectáreas).

La totalidad de los Parques Rurales albergandentro de su perímetro diferentes muestras depaisajes agrarios de gran valor ecológico y cultu-ral, ocupando una extensión superficial muy ele-vada. También acogen, no obstante, enclavesde dominante natural, con elevados valores enla mayor parte de las ocasiones.

En otro orden de cosas hay que señalar que sólolos Parques Rurales de Anaga y Teno cuentan afecha de diciembre de 1999 con sus respectivosinstrumentos de gestión, Plan Rector de Uso y

Gestión, aprobados en 1996 y 1999, respecti-vamente. Medido en hectáreas el ámbito territo-rial sujeto a planificación en ambos planes suma22.932,6 hectáreas.En ambos casos los planes de gestión prestanespecial atención a la actividad agraria comoelemento fundamental y definitorio de los terri-torios objeto de protección, estableciendo direc-trices y actuaciones en la dirección de preservary mantener los paisajes culturales de compo-nente agraria.

55.. CCONCLUSIONES

La conservación del Patrimonio Cultural eHistórico está íntimamente relacionada, enbuena parte de las ocasiones, con las políticasde conservación de la naturaleza, y en concretoa los Espacios Naturales Protegidos, comoherramientas territoriales.

De las más de treinta figuras de protección de lanaturaleza contempladas en la normativa vigen-te (GÓMEZ-LIMÓN et al, 2000), los PaisajesProtegidos y Parques Rurales constituyen, acor-de a su concepción y criterios de definición, losinstrumentos de protección con mayor potencia-lidad de cara a la conservación de los paisajesculturales de dominante agraria.

Mis conclusiones con respecto a los PaisajesProtegidos son:

· La definición de los Paisajes Protegidosrecogida en la Ley 4/89 carece del gradode precisión deseable, ya que se limita aseñalar como criterios de designación losvalores estéticos y culturales, lógicamentehaciendo referencia a los paisajes. Encualquier caso, los paisajes rurales engeneral, y los paisajes culturales de domi-nante agraria en particular, tiene perfecta-mente cabida en la definición.

· La mayor parte de las ComunidadesAutónomas que han desarrollado su legis-lación de conservación regional han incor-porado los Paisajes Protegidos, definiendomayoritariamente la figura en los mismostérminos que lo hace la Ley 4/89. Sólo en

CUADERNOS DE ORDENACIÓN DEL TERRITORIO

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Patrimonio Natural y Espacios Protegidos

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algunos casos se interpretan de maneraexpresa como espacios objeto de protec-ción los paisajes culturales de dominanteagraria: Castilla - La Mancha, que concre-ta aquellos paisajes agrarios que puedenser objeto de protección, y Extremadura,que contempla la protección de formacio-nes vegetales de interés cultural.

· Derivado del hecho de que sólo cuatroComunidades Autónomas hayan declara-do Paisajes Protegidos, puede afirmarseque no queda asegurada la representa-ción de los numerosos sistemas agrariosespañoles bajo esta figura de protección,como sería deseable. Además, resultadeterminante la concentración, tanto ennúmero como en superficie geográfica, delos Paisajes Protegidos en Canarias.

· Sólo en una parte minoritaria de losPaisajes Protegidos legalmente declara-dos se ha podido corroborar como funda-mento principal de protección la preserva-ción y mantenimiento de paisajes cultura-les de dominante agraria. En concreto, sehan constatado un total de nueve PaisajesProtegidos, pertenecientes en su totalidada Canarias, de los treinta y cinco espaciosdeclarados bajo esta figura. Esto supone,en términos porcentuales, aproximada-mente un 25 % del total, y poco más de19.000 hectáreas (19.171,5).

· Por lo tanto puede decirse que, desde laperspectiva de la preservación del patri-monio representado por los paisajes cul-turales de dominante agraria, se ha apro-vechado muy tímidamente una de las figu-ras con mayor potencialidad.

· Como norma general, las dimensionesde los Paisajes Protegidos son más bienreducidas de cara a la conservación desistemas agrarios y paisajes culturalesasociados, por definición extensivos tantoen términos de aprovechamiento como entérminos territoriales, con algunos ejem-plos en los que el tamaño de los espaciosresulta seguramente demasiado pequeño.

· Desde el punto de vista de la gestión,aspecto fundamental dado que la persis-tencia de los paisajes está en directa rela-ción con el mantenimiento de las prácti-cas agrarias que los modelaron, se hapodido detectar una carencia significativade documentos y planes de gestión, hastael punto que sólo un 8,5 % de los PaisajesProtegidos declarados cuentan algún tipode instrumento de gestión aprobado.

· Cabe esperar un mayor auge de losPaisajes Protegidos, sobre todo en el casode Extremadura y Castilla - La Mancha,precisamente las ComunidadesAutónomas que han completado conmayor detalle la definición ofrecida por laLey 4/89 en la dirección de la protecciónde los paisajes agrarios, máxime porqueen ambas regiones el número de espaciosdeclarados y superficie protegida es aúnreducida.

Por otro lado, la aportación de los ParquesRurales puede resumirse de la siguiente mane-ra:

· En su concepción y definición losParques Rurales constituyen una figura deprotección de la naturaleza con una granpotencialidad para favorecer la conserva-ción de los paisajes agrarios tradicionales.

· Únicamente el territorio canario cuentacon espacios protegidos bajo esta catego-ría de protección. Por lo tanto, desde unaperspectiva crítica debe remarcarse elhecho de sólo en una de las diecisieteComunidades Autónomas del Estadoespañol se contemple la figura de ParqueRural. Se puede pues afirmar que no setrata de una categoría generalizada en elconjunto del territorio del Estado español.

· El hecho de que la totalidad de losParques Rurales pertenezcan al ámbitogeográfico de la Comunidad de Canariasdetermina que sólo tengan cabida bajoesta figura de protección unos pocos delos numerosos sistemas agrarios españo-

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Patrimonio Natural y Espacios Protegidos

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les, y paisajes culturales asociados. No setrata, pues, de una figura de proteccióngeneralizada.

· Puede decirse que la aportación de losParques Rurales a la conservación de lospaisajes agrarios tradicionales, en tantoen cuanto que paisajes y patrimonio cul-tural, ha sido reducida en términos abso-lutos, ya que apenas suponen el 2,5 % dela superficie protegida a escala del EstadoEspañol, una suma superior a las 83.000hectáreas. En términos relativos su apor-tación es, por contra, sobresaliente, yaque la mayor parte de la superficie inclui-da en los Parques Rurales se correspondecon paisajes agrarios.

· El tamaño medio de los Parques Ruralesresulta suficiente, conforme con sus obje-tivos de conservación, aunque no obstan-te en algunos casos el tamaño puede lle-gar a ser demasiado reducido.

· En cuanto a la gestión de los espaciosdeclarados bajo la figura de Parque Rural,sólamente dos de los siete ParquesRurales canarios, aproximadamente unas23.000 hectáreas, cuentan con su PlanRector de Uso y Gestión aprobado. Urge,por tanto, dotar al resto de espacios consus respectivos planes, máxime en lamedida que de esta manera la garantía deconservación de los valores naturales yculturales por los que fueron declaradosse incrementa significativamente.

· Dadas las elevadas virtualidades de lacategoría cabría incentivar al resto deregiones españolas a tomar en considera-ción la posibilidad de incorporar losPaisajes Protegidos como figura específicade protección de paisajes agrarios.

66.. BBIBLIOGRAFÍA

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Para Contactar:

Javier PuertasTlf.: (91) 3942522Correo Electrónico: [email protected]

34 CUADERNOS DE ORDENACIÓN DEL TERRITORIO

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Page 36: Cuadernos de Ordenación del territorio

CUADERNOS DE ORDENACIÓN DEL TERRITORIO

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11.. LOS ESPACIOS NATURALES PROTEGIDOS COMO SIS-TEMA DE RECURSOS CULTURALES

Los desequilibrios provocados por el crecimientodescontrolado de la economía española durantealgunas décadas del pasado motivaron el des-precio y olvido de los recursos culturales y de losrecursos naturales en especial.

El tradicional objetivo cuantitativo de crecimien-to económico debe dar paso a un objetivo prio-ritario de desarrollo y bienestar, que tendrá unasprofundas implicaciones sobre la estructura ter-ritorial.

Este desarrollo económico y social ordenado,contemplado desde una perspectiva de ordena-ción territorial, puede considerarse sin menos-cabo de la protección de los recursos culturalesy en especial de aquellos localizados en losespacios naturales, teniendo siempre presenteque el desarrollo armónico de las actividadeseconómicas no puede conseguirse si no se utili-zan los recursos de modo racional, ya que éstosno sólo constituyen la base, sino también el

límite de las actividades económicas.

De esta forma los propios espacios naturales seconvierten por sí mismos en un recurso culturalo, más correctamente, en un sistema interrela-cionado de recursos de muy diversa índole.

Las políticas pioneras en la conservación de lanaturaleza han evolucionado desde un criterioestrictamente proteccionista restrictivo y concierto carácter de exhibir los recursos "museís-ticamente", hacia orientaciones conservacionis-tas de carácter más amplio. Es decir, compati-bles con el uso racional de los mismos, sobre labase de modelos de desarrollo que buscan laintegración del los Espacios NaturalesProtegidos (ENP) en sus ámbitos sociales y terri-toriales.

Ante la necesidad de materializar este enfoquepreventivo y convencidos que la planificación yla normativa actual de los recursos culturales engeneral, y de los RCEN en particular, no es elmejor instrumento para garantizar su adecuadorespeto y puesta en valor, se procede a la for-

Los Recursos Culturales en los Espacios Naturales Protegidos(RCEN)

Raoul ServertGEÓGRAFO

DIPLOMADO UNIVERSITARIO EN ORDENACIÓN DEL TERRITORIO Y MEDIO AMBIENTE

DIPLOMADO UNIVERSITARIO EN EDUCACIÓN AMBIENTAL

CONSULTOR PRIVADO ARAUDI S.L.-GRUPO ARGAR

4444RRESUMEN

La presión a la que están sometidos en la actualidad los recursos culturales en los espacios naturalesprotegidos, y la inexistencia de criterios metodológicos aceptados por el paradigma técnico-científico,exigen una propuesta de ordenación integrada que garantice la coherencia en la gestión.

La propuesta planteada en este documento, pretende convertirse en un instrumento de planificaciónal servicio de las potencialidades culturales del territorio, propiciando la permeabilidad del mismo a lapoblación, y articulando las medidas necesarias para compatibilizar el disfrute recreativo de los recur-sos con la protección y conservación de los mismos.

Page 37: Cuadernos de Ordenación del territorio

mulación de un planteamiento metodológicoespecífico que integra la regulación de los mis-mos con la redacción de instrumentos dePlanificación específicos de los EspaciosNaturales Protegidos, como son el PORN y elPRUG.

22.. EL CONCEPTO DE RECURSOS CULTURALES EN LOS

ESPACIOS NATURALES ((RRCCEENN))

A efectos de este documento, se entienden porRecursos Culturales en Espacios Naturales(RCEN) a aquellos lugares en los que afloran oson visibles los rasgos culturales, en su masamplio sentido, más característicos y mejorrepresentados de cada uno de los espaciosnaturales -protegidos o no- de un determinadoterritorio.

Los RCEN pretenden dar a conocer la situacióny características de los espacios naturales, pro-moviéndose las oportunas acciones de protec-ción y mantenimiento de los mismos.

Los recursos culturales, y en particular losRCEN, son frágiles y limitados. Es decir, partesno renovables de un espacio natural.

33.. CCARACTERIZACIÓN DE LOS RRCCEENN

En primer lugar es necesario realizar una clasifi-cación tipológica de los Recursos Culturales pre-sentes en un determinado espacio natural, esdecir proceder a su caracterización, establecien-do un sistema de clasificación comprensivo a finde asegurar que todo el patrimonio pueda seridentificado y posteriormente planificado.

La clasificación propuesta se realiza atendiendoal contenido del recurso cultural, su posible uti-lización, y al nivel de significación del mismo.

· En cuanto a su contenido, se debeestablecer una primera clasificación querecoja los grandes grupos de interés comoGeológicos, Geomorfológicos, Florísticos,Faunísticos, Paisajísticos, Arqueológicos,Arquitectónicos, Históricos, Etnológicos e,incluso, productivos primarios.

Todos estos grupos clasifican y definen el con-junto de áreas que se consideran indispensablespara la educación e investigación cultural. Ensentido amplio todas ellas deberán considerarsecomo áreas de aprendizaje, ya que incluso lainvestigación científica depende de los conoci-mientos previos adquiridos sobre "áreas stan-dard" cuyo exacto conocimiento permita, poste-riormente, establecer comparaciones con laszonas donde se realiza la investigación.

· En cuanto a su posible utilización, sedebe clasificar el recurso atendiendo a lassiguientes categorías: didáctico, científico,divulgativo y turístico.

A efectos del presente documento se entiendeque un recurso cultural presenta un "interésdidáctico", cuando sus excepcionales caracterís-ticas permitan el aprendizaje sistemático; seconsideran como áreas de "interés científico",aquellas que no son aptas para la educaciónmasiva, y cuya utilización debe de ser restringi-da, evitándose cualquier acción que puedaentrañar destrucción, deterioro o transformaciónde sus características primigenias; de "interésdivulgativo", donde los valores culturales seanmerecedores de poner su disfrute al alcance delpúblico, y emprender las acciones necesariaspara extender y/o publicar el conocimiento delos mismos; y de "interés turístico", cuando losrecursos están ligados con aspectos de bellezaexcepcional, capaces de atraer por sí solos unbuen número de visitantes, y en donde la con-servación de los valores culturales no está reñi-da con la afluencia masiva.

· En cuanto al nivel de significación sedeben establecer cuatro grupos por ordende magnitud de escala: local, regional,nacional e internacional.

Por último, es necesario fijar una serie de carac-terísticas que definan las dificultades o facilida-des para la difusión y uso público de los recur-sos culturales, como son la accesibilidad, nece-sidad de intervención, fragilidad, necesidad deseñalización y prioridad de intervención.

A través del estudio de estas variables se definey jerarquiza el carácter de los RCEN.

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Los Recursos Culturales en los Espacios Naturales Protegidos (RCEN)

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44.. VVALORACIÓN DE LOS RRCCEENN

Una vez inventariados y caracterizados losrecursos naturales presentes en un espacio nat-ural, y con el propósito de conocerlo en su máxi-ma profundidad, es necesario determinar lavaloración de cada uno de los RCEN.

Se entiende este concepto como el conjunto devalores potenciales que tienen los recursos cul-turales presentes en los espacios naturales,independientemente de su estado de conserva-ción actual.

Por tanto, esta variable nos informa sobre unconcepto de calidad potencial del recurso desdeun punto de vista global y de forma particulari-zada sobre cada uno de los RCEN.

A su vez, nos permite comparar entre si losrecursos presentes en el territorio y por tantoestablecer una diferenciación entre el uso actualy el uso potencial de éstos.

El objetivo final es la determinación de una valo-ración potencial total de cada RCEN, que seobtendrá de la consideración ponderada dife-rencial de, al menos, los siguientes criterios:

· Proximidad a su estado de naturali-dad. Entendida como la cercanía delRCEN a una etapa del equilibrio natural.

· Riqueza o densidad. Entendida comoun concepto que se basa en la presenciao abundancia relativa del recurso en elespacio natural o en el contexto territorialen el que se considera.

· Singularidad en el contexto regional.Concepto utilizado en contraposición al deabundancia en el contexto regional. Laescasez de un recurso a nivel regionalaumenta su valor dentro de la propiaescala regional y local, en tanto que esmás rara su presencia.

· Abundancia local respecto a la abundan-cia regional. Concepto utilizado paradenotar que la presencia del recurso en elespacio natural presenta unos valores

superiores a los del contorno regional,bien por su abundancia, o por su mejorestado de conservación.

· Estabilidad. Incluye los conceptos de"Estabilidad por Resistencia" (capacidaddel recurso para resistir las perturbacionesnaturales y mantener intactas su estructu-ra y función) y "Estabilidad por Elasticidad"(capacidad del recurso para recuperarsecuando el sistema ha sido alterado poruna perturbación natural).

· Fragilidad y vulnerabilidad. Entendidacomo la falta de capacidad del recursopara resistir perturbaciones antrópicasmanteniendo intacta su estructura actual.

· Complejidad o rareza. Entendida comoel grado de dificultad de la existencia pro-babilística del recurso, o de sus mecanis-mos de funcionamiento, a nivel global.

· Posibilidad de su puesta en valor.Considerada como la potencialidad delmismo para su transformación en activocultural

· Representatividad. Entendida como lacondición del recurso para ser ejemplar omodelo.

Resulta así que debemos entender el conceptode valoración y de calidad como "el grado deexcelencia de un recurso o -lo que es lo mismo-el mérito para ser conservado".

El objetivo final es obtener un índice por cadacriterio de valoración y para cada recurso cultu-ral, y ponderar un valor total.

La valoración debe articularse mediante unaescala cualitativa, ya que parece evidente quealgunos aspectos de la calidad de un recursocultural no son cuantificables desde una métri-ca convencional. Esta valoración debe realizarseen función de las siguientes categorías: MuyAlto, Alto, Medio, Bajo y Muy Bajo.

La expresión cartográfica de la valoración de losrecursos presentes en el territorio servirá, de

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Los Recursos Culturales en los Espacios Naturales Protegidos (RCEN)

Page 39: Cuadernos de Ordenación del territorio

forma conjunta con el estado de conservacióndel mismo, para indicarnos las áreas donde seconcentra el mayor patrimonio cultural del espa-cio natural, y con ello, derivar las actividades yusos más impactantes hacia otras zonas demenor valor.

55.. EESTADO DE CONSERVACIÓN DE LOS RRCCEENN

El siguiente paso metodológico es el de deter-minar el estado de conservación del recurso,independientemente de su valor potencial. Así,por ejemplo, puede ser posible encontrar recur-sos de Muy Alto Valor Potencial Total ponderadoy un estado de conservación Muy Malo.

Por tanto, esta variable nos informa sobre unconcepto de situación real actual del mediodesde un punto de vista global y de forma parti-cularizada sobre los RCEN previamente defini-dos.

A su vez, nos permite comparar entre si los dife-rentes estados de los recursos presentes en elterritorio, y por tanto establecer un orden deactuación para recuperar el valor de aquelloscuyo estado de conservación no correspondacon su potencialidad.

De esta forma, se obtiene un indicador de esta-do de conservación para cada una de los RCEN,diferenciando los posibles estadios que puedapresentar según su localización en el área deestudio.

El estado de conservación se concreta en elestablecimiento de las siguientes categorías:Muy Bueno, Bueno, Regular, Malo y Muy Malo.

La expresión cartográfica del estado de conser-vación de los recursos presentes en el territorioservirá, de forma conjunta con la valoración delos mismos, para indicarnos las áreas donde seconcentra el mayor patrimonio cultural del espa-cio natural, y con ello, derivar las actividades yusos más impactantes hacia otras zonas demenor valor.

66.. DDETERMINACIÓN DE LA CAPACIDAD DE ACOGIDA DE

LOS RRCCEENN..

Se utiliza el término "Capacidad de Acogida" delos RCEN como la resistencia de estos fragmen-tos del Territorio para soportar usos y actividadessin que el recurso sufra alteraciones inacepta-bles con respecto a su valoración potencial.

La asignación de usos, y la determinación de lacapacidad de acogida, se hace por tanto, consi-derando siempre como determinantes los facto-res mas restrictivos de cada recurso.

Con el fin de determinar la capacidad de acogi-da de los RCEN se debe proceder, en primerlugar, a la consideración de las actividadespotenciales que podrían darse sobre cada unade ellos. Éstos pueden agruparse en grandesgrupos según el carácter fundamental que losdetermina, como por ejemplo (Usos y activida-des de carácter conservacionista y regenerador,de carácter recreativo, de carácter turístico, decarácter científico, de carácter infraestructural,de carácter productivo primario, etc..).

Una vez consideradas las actividades y usospotenciales que se pueden desarrollar, es nece-sario determinar la conveniencia o no de suimplementación sobre todos y cada uno de susrecursos.

Se deben categorizar así una serie de usos yactividades propiciados, permitidos y prohibidos,diferenciando siempre el uso "per se" y la con-veniencia de su desarrollo sobre el recurso ana-lizado.

1. Usos y actividades propiciados

Son los usos y actividades acordes con lavocación del recurso considerado.Obviamente la filosofía de la planificaciónde los RCEN debe propiciar la incentiva-ción de estos usos y la implementación delas medidas que se consideren necesariaspara potenciarlos.

2. Usos y actividades permitidos

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Nº 2 - Patrimonio Cultural Histórico

Los Recursos Culturales en los Espacios Naturales Protegidos (RCEN)

Page 40: Cuadernos de Ordenación del territorio

Son aquellos que sin ser vocacionalespueden permitirse sobre algunas recursosculturales mediante algún grado de con-trol.

En función de este grado de control sedeben establecer usos y actividades per-mitidos sin limitaciones, usos y activida-des permitidos con autorización expresa,usos y actividades sujetas a la implemen-tación de medidas protectoras y correcto-ras y usos y actividades regulados porotras normativas sectoriales.

2.1. Permitidos sin limitaciones

Aún no siendo actividades o usos propi-ciados, si tienen un carácter de compati-bilidad con el recurso.

2.2. Permitidos con autorización expresa

Sólo son aceptables en ciertas condicio-nes y sujetos a autorización, licencia opermiso expreso emitidos por el órganoadministrativo competente.

2.3.Sujetos a la implementación deMedidas Protectoras o correctoras

Sólo son aceptables en las condicionesque determinen la medidas protectoras ocorrectoras exigibles para la implementa-ción del nuevo uso.

2.4. Regulados por normativas sectoriales

Sólo son aceptables siguiendo la regula-ción que para ello establezca la normativasectorial oportuna.

3. Usos y actividades prohibidos

Se trata de usos incompatibles con lavaloración potencial de algunos recursos,o en la proximidad de estos. En el caso dedarse estos usos se produciría un impac-to intolerable sobre el recurso, o se incen-tivarían procesos no deseados.

La generación de impactos de este tipo deberíaser causa suficiente para la declaración negati-va de la realización de el uso analizado sobre elrecurso.

La filosofía de redacción de esta metodologíapretende limitar en lo posible estos usos eimplementar las medidas que se considerennecesarias para evitar o subsanar sus conse-cuencias.

La expresión gráfica de la capacidad de acogidade los recursos presentes en un espacio naturalse refleja en la llamada "Matriz de Capacidad deAcogida de los RCEN".

Se trata del último paso en el proceso metodo-lógico de caracterización y valoración de losrecursos.

El criterio que se debe seguir para la realizaciónde una Matriz de Capacidad de Acogida es el deque a mayor valoración potencial y mejor estadode conservación, menor capacidad de acogidadel recurso para usos y actividades no acordescon la vocación natural del mismo y viceversa.

Se pretende establecer mediante la matriz dedoble entrada propuesta, la relación entre losrecursos (y la limitaciones que su naturalezagenera), y los potenciales usos y actividades quesobre ellos se pueden implementar.

La Matriz de Capacidad de Acogida se convierteen un potente instrumento gráfico de gestión yaque permite plasmar de forma visual las limita-ciones o vocación de los recursos para soportarla realización de usos o actividades potenciales.

77.. IIMAGEN DE PLANIFICACIÓN Y PRIORIDADES DE

INTERVENCIÓN..

De cara a la planificación de los recursos cultu-rales presentes en un espacio natural, metodo-lógicamente es necesario establecer la Imagende Planificación, o en definitiva, el modelo terri-torial que para la gestión de los recursos seplantea.

Se debe entender por "Imagen de Planificación

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Los Recursos Culturales en los Espacios Naturales Protegidos (RCEN)

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40 CUADERNOS DE ORDENACIÓN DEL TERRITORIO

Nº 2 - Patrimonio Cultural Histórico

de los RCEN" a la resultante de la consecuciónde todos los objetivos y criterios prefijados, y ala regulación de usos y actividades potencialesde cada recurso.

Es decir, la imagen de planificación será aquellaa la que se llegue cuando una vez finalizadas laslabores de puesta en valor, y restauración delrecurso -si fuera oportuno-, y establecida laregulación de usos, sólo sean necesarias labo-res de conservación activa del RCEN.

Dado que la situación de identificación con laimagen de planificación suele ser una utopía, esnecesario determinar el grado de alejamiento decada uno de los recursos de esta imagen objeti-vo. Para ello, se deben tomar como indicadoreslos parámetros de valoración potencial y estadode conservación.

La relación que se persigue con esta variable esla que atiende al criterio de que, cuanto menorsea el valor potencial del recurso y mejor suestado de conservación, tanto más cercana estála potencialidad de llegar a la imagen objetivo.Se puede entonces determinar lo que a partir deahora denominaremos como "Grado de proximi-dad respecto a la Imagen Objetivo".

De forma inversa seremos capaces de definir elgrado de lejanía respecto a la Imagen Objetivosiguiendo el criterio de que, cuanto mayor sea elvalor potencial del recurso y peor su estado deconservación, tanto más alejada está de la ima-gen objetivo.

Por tanto, se puede establecer una relacióninversamente proporcional entre el grado deproximidad a la imagen objetivo y el grado dereceptividad de actuaciones encaminadas alograr esta imagen.

Considerando la imagen objetivo pretendida, y elgrado de proximidad a ella de los recursos cul-turales, se deberán implementar las medidasnecesarias para su consecución, limitándose losusos y actividades no acordes con la imagenprefijada.

Aplicando los criterios anteriormente expuestos,se debe mapificar el correspondiente Mapa de

proximidad entre los RCEN y la Imagen Objetivo,que facilita gráficamente la visualización de lapriorización de las actuaciones y su plasmaciónterritorial.

88.. ZZONIFICACIÓN DE LOS RRCCEENN..

La determinación del índice de proximidad a laImagen Objetivo de Planificación de cada uno delos RCEN permite la agrupación de ellos, de caraa su gestión, dentro del espacio territorial obje-to de la planificación.

La zonificación facilita la futura elaboración deProgramas de Actuación específicos para todosaquellos recursos que pudiendo tener caracte-rísticas diferenciadas, mantienen los mismosobjetivos de gestión.

Las categorías de zonificación propuestas son elreflejo de una interdependencia o conexiónespacial de fenómenos estructurantes y funcio-nales, siendo los primeros los que se refieren ala disposición espacial de los recursos bióticos,abióticos y socioculturales en el territorio, y lossegundos los que reflejan las relaciones o ciclosdentro del sistema en el que se integran.

Se debe proponer una zonificación, de maneraque sirva de apoyo territorial para la ordenar losUsos y Actividades actuales así como los futu-ros. Aunque en ningún caso deben ser categorí-as estrictamente prohibicionistas, si debe darseun peso especial al planteamiento conservacio-nista ya que, desde los planteamientos de lametodología propuesta, se estima que los espa-cios naturales conforman por si mismos unpatrimonio cultural que debe garantizar umbra-les de calidad de vida para futuras generacio-nes, y a los que en ningún caso se deberíarenunciar.

Así es posible establecer una zonificación enbase, al menos de las siguientes categorías:

- RCEN en Protección Estricta

Se definen como RCEN en ProtecciónEstricta a aquellos que manifiestan intere-ses relevantes de carácter cultural y/o

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científico por la presencia de variables deconsideración especial, incluyendo unagran naturalidad y una escasa modifica-ción, lo que determina amplias restriccio-nes de uso vinculadas al carácter dereserva y de mantenimiento del equilibriodel recurso.

- RCEN en Conservación Activa

Se definen como RCEN en ConservaciónActiva aquellos recursos donde los usos yactividades deben orientarse al manteni-miento de las características diferencialesy al equilibrio cultural, con una considera-ble intervención antrópica dinámica.

- RCEN en Regeneración Evolutiva

Se definen como RCEN en RegeneraciónEvolutiva aquellos recursos donde debenprimar las labores encaminadas a recon-ducir su valoración actual deteriorada a susituación primigenia o hacia otro estadode equilibrio supuestamente más valioso.

- RCEN de AprovechamientoTradicional

Se definen como RCEN deAprovechamiento Tradicional aquellosrecursos que aún pudiendo poseer unvalor cultural potencial, no incluyen varia-bles específicas de gran trascendenciapero pueden ser modelo de valores etno-lógicos derivados de su aprovechamientomediante técnicas tradicionales.Normalmente están ligados al sector pro-ductivo primario.

- Áreas Antropizadas

Se trata de recursos asimilados al usoresidencial, industrial infraestructural, deequipamientos y/o de servicios de recono-cidos valores patrimoniales.

99.. EEL USO PÚBLICO DE LOS RRCCEENN

La utilización de los recursos culturales y lapuesta en valor respetuosa de los mismos es,en definitiva, el ultimo de los objetivos pro-puestos en esta metodología.

Con el fin de garantizar la protección necesariay la concepción de los recursos como activosdinamizadores del territorio, es necesaria lapuesta en marcha de una serie de planes y pro-gramas que garanticen la gestión de los RCEN.

Entre los programas de desarrollo reguladoimprescindible destacan por su importancia lossiguientes:

· Programa de planificación de visitas.· Programa de divulgación.· Programa de itinerarios y señaliza-ción.· Programa de interpretación· Programa de educación ambiental.· Programas que desarrollan el Plande Investigación.

La implementación de los anteriores programassegún la metodología expuesta en las páginasprecedentes son, sin duda alguna, la garantíadel cumplimiento de los siguientes objetivos deplanificación de los recursos culturales:

- Articular actuaciones con el fin de prote-ger el territorio y sus recursos de las acti-vidades incompatibles con la vocaciónnatural de este.

-Implementar actuaciones de mejora,recuperación o rehabilitación de los recur-sos culturales que se encuentren afecta-dos por actividades poco compatibles consu vocación intrínseca.

- Articular actuaciones con el fin depotenciar sobre el territorio y sus recursoslas actividades vocacionales de este.

- Defender, proteger y recuperar el mediorural, tanto en su patrimonio arquitectóni-co como en sus costumbres y tradiciones

CUADERNOS DE ORDENACIÓN DEL TERRITORIO

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populares, tratando de lograr una integra-ción del mismo dentro de los espaciosnaturales.

- Garantizar el uso racional de los recursostradicionales, y en el caso de su abando-no, buscar usos alternativos.

- Introducir nuevos usos vocacionales quegaranticen no solamente la protección delrecurso, sino su puesta en valor comoactivo dinamizador de la economía local.

Para contactar :

Raoul ServertTlf. : 607767285Correo Electrónico: [email protected]

42 CUADERNOS DE ORDENACIÓN DEL TERRITORIO

Nº 2 - Patrimonio Cultural Histórico

Los Recursos Culturales en los Espacios Naturales Protegidos (RCEN)

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Las intervenciones sobre PatrimonioEtnoarqueológico implican por lo general el des-arrollo económico de la zona en que éstas sellevan a cabo, desarrollo que puede llegar atener un papel preponderante en las políticas deequilibrio territorial.

Una adecuada planificación turística, en res-puesta a una determinada afluencia de visitan-tes, puede generar una serie de servicios com-plementarios, de manera que el nivel de consu-mo y ocupación revierta no sólo sobre el propiorecurso cultural sino también sobre el conjuntode la población donde este recurso se encuen-tre ubicado. Por tanto posibilitará el desarrollo yla estructuración del sector como un sistemagenerador de nuevas dinámicas sociales, cultu-rales y económicas sobre el territorio.

11.. IINTRODUCCIÓN

Quizá sea cierto que el patrimonio cultural hayasufrido los efectos de un excesivo historicismo,ya que la mayor parte de los estudios e investi-gaciones que se han realizado sobre esta mate-ria se han iniciado, o desarrollado a partir de laactividad de profesionales de las ciencias histó-ricas (Historiadores del Arte, Etnógrafos,Arqueólogos ... ).

Pero también es cierto que en general, hastahace poco tiempo, ha habido un claro rechazo atodo aquello que se identificara con culturamaterial o ideacional relacionada con el pueblo,ámbito donde sólo parece que actuaban losestudiosos del folklore.

El Patrimonio Etnográfico es un campo muyamplio delimitado por aspectos concretos: tradi-

ciones, costumbres, modos de ser, de vivir ... ;pero sobre todo por la cultura material: técnicas,artefactos, etc. que son los testigos más direc-tos de las diversas culturas.

Sin embargo cuando han desaparecido las cla-ves que hicieron posible un patrimonio y de élsólo quedan evidencias materiales que analiza-mos con metodología arqueológica, podemoshablar de Patrimonio Etnoarqueológico. El méto-do utilizado para aproximarnos a él implica unarelación entre los datos de las sociedadesactuales y el conocimiento del pasado para lle-gar a comprender en qué contextos culturales,bajo qué condicionantes ideológicas, ambienta-les, sociales y económicas puede desarrollarseun determinado modelo de comportamiento.

En otra dimensión el propio concepto de patri-monio lleva implícito el de valor, lo que indicaque el objeto patrimonializado ha sido revalori-zado por el aprecio que se ha depositado en él.Este concepto abarca amplios y distintos cam-pos. La Ley del Patrimonio Histórico Español(Ley 16/1985), señala en el preámbulo que es"el principal testigo de la contribución históricade los españoles a la civilización universal y desu capacidad creativa contemporánea".

Esta Ley equipara definitivamente el PatrimonioEtnográfico al Artístico y al Histórico. El Título VI,incluye los bienes muebles e inmuebles que hansido expresión relevante de la cultura tradiciona-les del pueblo español en sus aspectos sociales,materiales o espirituales.

La riqueza del Patrimonio Etnológico está fuerade discusión. En el incluimos no solo los ele-mentos materiales, los bienes muebles einmuebles, sino un patrimonio inmaterial en el

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Jorge J. Vega MiguelARQUEÓLOGO. ESPECIALISTA EN ORDENACIÓN DEL TERRITORIO5555

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que se agrupan todos aquellos aspectos idea-cionales de la vida del pueblo: conocimientos,literatura de tradición oral, fiestas, creencias,ritos... en fin, todo aquello que constituye lasabiduría de una colectividad.

Al Patrimonio Etnológico siempre lo hemos con-siderado una producción popular, un reflejo delpueblo y su valor radica en que puede servirpara conocerlo. De esta manera el PatrimonioEtnológico, incluye una gran variedad de ele-mentos, desde los parajes naturales modeladospor el hombre, a los conjuntos edificados que seestudian bien en su propia dinámica o bien enrelación con el medio en el que se integran.

Todas estas intervenciones del hombre formanun patrimonio físico, construido, y contribuyensimultáneamente a la elaboración de hitos queexplican y centralizan el paisaje (el agreste y elagrario). El paisaje antropizado, deja de estarvacío para llenarse de signos, de símbolos, deretazos de historia que lo enriquecen.

La comprensión del Patrimonio Etnológico debetener en cuenta distintos planteamientos. Porun lado está el arqueológico o etnoarqueológico,que valora las manifestaciones culturales cuan-do se ha perdido la clave de su significado con-virtiéndolas en "valores a salvar" para poderestablecer, al menos, un análisis comparativocon otras culturas desde una perspectiva global.Por otro lado hay que considerar la postura delos más reduccionistas que equiparan lo etno-gráfico a la cultura popular tradicional.

22.. EEL PATRIMONIO OBJETO DE CONSUMO

En nuestra sociedad el patrimonio es tambiénun bien de consumo que se busca en los llama-dos turismos culturales o alternativos, responsa-bles del desarrollo de ciertos aspectos patrimo-niales. En cuanto algo adquiere el carácter depatrimonial está dispuesto para ser lanzado almercado, para ser vendido a la sociedad de con-sumo.

En el momento actual nuestra sociedad estávalorando lo típico como único, como un refuer-

zo de la diversidad. El turista quiere ver, gustar,y en definitiva consumir algo exclusivo. La genteconsume patrimonio como seña de distinciónsocial o cultural, como manera de diferenciarsede su vecino.

El patrimonio etnoarqueológico, como bien deconsumo, puede crear una atmósfera real o fic-ticia, pero siempre inteligible para el consumi-dor, para el cliente a quien va dirigido. El recu-rrente de lo rural, lo apartado, lo inmemorial,sigue siendo el reclamo sobre el que se basa lapropaganda dándose la paradoja de que un ele-mento que en el mundo rural puede tener cate-goría de Patrimonio Etnológico en la ciudad pro-bablemente pasaría inadvertido y de que objetosque en el mundo rural no son tenidos en cuen-ta por cotidianos u obsoletos resultan atractivosen un ámbito urbano que ignora su función.

Es precisamente esta devota admiración por elotro, por lo rural individualizado, lo que lleva a lagente a interesarse por el modo de vida com-pleto que lo sustenta. El PatrimonioEtnoarqueológico acarrea muchas veces unacarga ideológica-simbólica de carácter históricoo ideológico que despierta el interés de ampliossectores de la población.

La idea de autoctonía, de identidad diferencia-dora se explicita, sobre todo en la gastronomía(productos naturales, de aquí, nuestros, o coci-nados a nuestra manera), evocando un mundocomplejo de sentimientos. En ellos subyace pre-cisamente el interés por el conocimiento en pro-fundidad de una determinada manera de ser.

El patrimonio etnoarqueológico se consumesimbólicamente, entra en los circuitos mercanti-les, pero al mismo tiempo entra a formar partede los planteamientos de desarrollo de determi-nadas colectividades.

No debemos olvidar que pueden configurarsecomo equipamientos didácticos y formativosbien estructurados, dirigidos a la poblaciónescolar dentro de un proceso educativo continuo(actuaciones demostrativas de artesanos: herre-ros, tejedores, etc).

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33.. PPARQUES CULTURALES

Una de las iniciativas más importantes respectoa la puesta en valor del patrimonio lo constitu-yen los Parques Culturales. Estos modelos deintervención tienen muchos antecedentes fuerade España. En nuestro país se han desarrolladoimportantes iniciativas desde el punto de vistaarqueológico y etnográfico en los últimos años,entre las que destacan especialmente las esta-ciones de arte rupestre en Cantabria, las ferrerí-as en Euzkadi y Asturias, o las del mundo abori-gen en Canarias.

El objetivo de los Parques Culturales es la salva-guardia de un conjunto de elementos culturalesintegrados dentro su entorno natural, medioam-biental, humano y paisajístico de tal manera quelos conjuntos expuestos no se separen de su cir-cunstancia histórica.

Desde el momento en que se valora la necesi-dad de proteger el patrimonio cultural es nece-sario que esta operación esté acompañada deun soporte de investigaciones y estudios, comodatos indispensables para conocer la entidaddel patrimonio a salvaguardar, su localización ylos problemas eventuales ligados a su conserva-ción física.

Pero al mismo tiempo es necesario que estasactuaciones sobre el patrimonio redunden deforma efectiva en la sociedad, compaginando lainvestigación y la difusión, ordenando y raciona-lizando las visitas turísticas, haciendo compati-ble este valor educativo, científico y social, conuna protección adecuada que evite su degrada-ción.

En este sentido es importante destacar que elatractivo turístico que ofrece un Parque dentrode su paisaje, debe actuar como incentivo parala conservación del conjunto cultural y deberedundar en provecho de pueblos y comarcasque lo albergan.

Un ejemplo de lo anteriormente expuesto es lainiciativa llevada a cabo en el municipio guipuz-coano de Legazpi. Aquí se desarrolla un intere-sante proyecto de intervención conocido comoProyecto Lembur. Bajo el lema Legazpi Natura

eta Burdina, Legazpi Naturaleza y Hierro, seplantea una experiencia de desarrollo económi-co alternativo basado en la recuperación dePatrimonio Etnoarqueológico cuyo discursoexpositivo se centra en enfatizar, difundir ycomercializar la relación que mantuvieron losferrones vascos, desde época medieval, con lanaturaleza y el hierro.

El objetivo del proyecto es mostrar el proceso deproducción y manipulación del hierro en unentorno rural y natural que actúa como comple-mento necesario. De los bosques de las laderasde Legazpi no sólo salió el combustible de lasforjas, se ubicaron las más primitivas ferreríasde viento, sino que constituye ese mundo ruralintermediario que abastece a las forjas de ali-mentos y mano de obra.

Este proyecto consta de dos espacios geográfi-cos: uno en que se sitúa el Parque NaturalArtesanal, un área eminentemente rural, dondese encuentra la Ferrería de Mirandaola, elCentro Artesanal del Queso y el Molino Igaralde,y una segunda zona donde está el Museo delHierro dentro de un gran espacio ajardinado. Elhilo conductor del discurso expositivo es el hie-rro, la naturaleza y el hombre.

El Centro Artesanal del Queso, ubicado en elCaserío Erraizabal, representa la actividad delpastoreo y producción de queso Idiazabal.

De la Ferrería de Mirandaola se conoce su fun-cionamiento, por lo menos, desde el siglo XV,cesando su actividad a mediados del siglo XIX.Fue reconstruida totalmente en 1952 por inicia-tiva de un mecenas vasco, en la actualidad ensu interior se realizan demostraciones prácticasdel trabajo de los ferrones poniendo en marchalos mecanismos reconstruidos de una ferrería.

El Molino de Igaralde representa el complemen-to necesario en el mundo de la producción delhierro, aún está en uso y se pueden ver losmecanismos hidráulicos que lo hacen funcionar.

El proyecto está gestionado por una Fundaciónque ha conseguido inversiones de más de4.500 millones de pesetas, con una media de30-40.000 visitantes al año.

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El incremento de visitantes y de la demanda deconocimientos aumenta el grado de sensibilidadhacia el patrimonio y, en consecuencia, de laoferta de servicios para atenderla. Esto origina lacreación de empleo estable, especializado y noespecializado en las áreas de investigación,mantenimiento, servicios de difusión, servicioscomplementarios, gestión, vigilancia, etc,

Uno de los paradigmas de los esfuerzos porvalorar el patrimonio es el Iron Bridge GorgeMuseum, un proyecto que lleva funcionandomás de 30 años y cuya idea expositiva gira entorno a la Revolución Industrial en el siglo XVIII.Tiene su origen en el declive industrial que afec-ta a una zona de Inglaterra a finales de los años60.

El objetivo inicial era recuperar para museos ytalleres artesanales los edificios industrialesabandonados y en desuso (en torno a 160). Conuna pequeña aportación oficial inician el proyec-to en el que se vuelca la población, como unaseña de identidad cultural. Todo el complejoestá ubicado en edificios industriales recupera-dos: museos, albergue, escuela, etc; El símbolodel proyecto es el puente de hierro más antiguode Inglaterra, el Iron Bridge, que está situado enel centro del pueblo.

La visita a las instalaciones dura tres días, conuna pequeña entrada tipo pasaporte, a lo quehay que añadir importantes consumos en hoste-lería, alimentación, transporte, ocio, etc.

El proyecto está gestionado por un Trust quecuenta con 250 trabajadores fijos, un centenarmás en verano y unos trescientos voluntarios.Este negocio turístico-cultural cuenta con unmillón de visitantes al año y generó en 1994,10.800 millones de pesetas de ingresos.

Así, la idea de los parques se ha puesto en mar-cha con bastante éxito en algunos lugares denuestra geografía. La cuenca minera de Riotintoen Huelva, que entró en crisis a mediados de ladécada de los ochenta, ha creado una funda-ción cultural privada sin ánimo de lucro, laFundación Riotinto, con el objetivo de conservary restaurar el conjunto ambiental mediante lacreación de un Parque Minero y la difusión de

sus valores histórico-culturales.

El Museo Minero es el primer museo dedicado ala historia de la Minería y la Metalurgia desdesus orígenes pre y protohistóricos hasta nues-tros días. En Corta Atalaya podemos ver la minaa cielo abierto más grande de Europa. En elBarrio de Bellavista, un pintoresco barrio inglésde finales del siglo XIX. La Necrópolis Romanade un poblado de mineros. También puedenverse otras instalaciones mineras donde setransformaba el cobre, la plata y el oro y sepuede visitar el Ferrocarril Turístico, el antiguoferrocarril minero.

Además la Fundación participa en las estrate-gias de Desarrollo Comarcal diseñadas parasolucionar el problema originado con la crisis dela minería, apoyándose en el sector del turismocultural como una vía de reactivación y diversifi-cación económica. En la actualidad recibe masde 50.000 visitantes al año y se han creado, almenos, 10 empleos directos.

44.. CCONCLUSIONES

Desde los años ochenta, se han formulado ygestionado diversas políticas encaminadas aproteger, conservar, recuperar y difundir elPatrimonio Cultural, y, lo que es objeto de lapresente ponencia, el PatrimonioEtnoarqueológico.

Estos procesos de recuperación del patrimoniopermiten que se conozcan los diferentes mode-los de ocupación del territorio que han de tener-se en cuenta a la hora de abordar la planifica-ción territorial futura.

Esta valoración de la dimensión histórico-cultu-ral del territorio constituye un elemento esencialpara su desarrollo, puesto que una política acer-tada de difusión de estos valores permite nosolo un incremento del nivel cultural general,sino que la afluencia de visitantes da lugar alsurgimiento de actividades y servicios ligados alsector turístico, con la consiguiente creación deempleo y riqueza económica.

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Por último, cabe señalar que a la hora de for-mular las políticas y programas de intervenciónsobre el patrimonio cultural, debe buscarse unequilibrio entre la protección de los valores his-tóricos, artísticos, etnográficos y arqueológicos ysu importancia como factor de crecimiento eco-nómico.

55.. BBIBLIOGRAFÍA

- AGUIRRE, A. (Ed) (1997): Cultura e identidadcultural. Introducción a la antropología.Ediciones Bárcena, Barcelona.

- BALART, J. (1997): El patrimonio histórico yarqueológico: valor y uso. Ariel PatrimonioHistórico, Barcelona.

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- TROITIÑO, M.A. (Dtor) (1996): Turismo y de-sarrollo sostenible en ciudades históricascon patrimonio arquitectónico monumental,TURESPAÑA, Departamento de GeografíaHumana de la Universidad Complutense deMadrid, 3 Vols.

- VALDÉS SAGÜÉS, M.C. (1999): La difusiónCultural en el museo: servicios destinadosal grán público. Ediciones Trea, Gijón.

- VEGA MIGUEL, J.J. (2000): "Centros deInterpretación y exposiciones temáticas:una oferta didáctica", en I CongresoInternacional Arqueología, Ciudad y Territorio: Lamusealización de los yacimientos arqueológicos.Madrid.

Para contactar :

Jorge VegaTlf. : 670757433Correo Electrónico: [email protected]

[email protected]

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