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Tema Piel / Año 6 Número 26 / Pachuca Hidalgo, México/ Septiembre-octubre

Cuadro Piel

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Revista de la Universidad La Salle Pachuca

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Directorio■ Dr. Lucio Tazzer de SchrijverPresidente del Consejo de Gobierno■ Dr. José Horacio Mejía GutiérrezRector■ M.A. Ma. de los Ángeles Coronel PereaVicerrectora■ M.A. Virginia Isabel Camacho ÁlvarezDirectora de Relaciones Públicas y Comunicación■ D.G. Elizabeth Cristina Rivera GarcíaCoordinadora de Publicaciones e Impresos■ Karla María Zúñiga SantillánDirección Editorial■ Ximena Cadena FuentesCoeditor■ Fernando Torres RojoDirección de Arte y Editor Gráfico■ Saraí Diazgirón Aguilar Coeditora Gráfica■ Andrea Cid HernándezRelaciones Públicas■ Stefan Ángeles CruzEditora de Ilustración y Fotografía■ Lydia Fernanda Bonilla Maldonado■ José Arturo Pagola TriguerosCraftingMariana González RoldánEquipo Creativo

Venta de espacios

comentarios y colaboraciones

[email protected] ■ Los comentarios e imágenes que aparecen en este medio de comunica-ción, son responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente la ideología de la Universidad La Salle Pachuca. Cuadro es una publicación gratuita. El tiraje consta de 1000 ejemplares. ■ La reproducción total o parcial del contenido de esta revista sin previa autorización queda estrictamente prohibida.

Dirección de Relaciones Públicas y Comunicación(771) 717-02-13 o 01 800 227 25 53

Portada: Noé Segovia Vega

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Piel ■ Cuadro ■ 1

ConTEnIDoEditorial .................................................................................4Mensaje del Rector .............................................................. 5Ya sólo me queda tu piel .....................................................6Lunares .................................................................................7¿Qué le doy güerita? .............................................................8Música bajo la piel .............................................................10Mi piel es una prisión  .......................................................12Dos Pieles ............................................................................14De su piel y otras peculiaridades .................................... 16La piel que quiso ser ..........................................................18Mi (más profunda) piel ....................................................20Cuadrarte ........................................................................... 21Twitter ..................................................................................24Ese lugar tan mío, tu piel ..................................................27Escritora de su piel ........................................................... 30Tortuga ................................................................................32Actitud verde .................................................................... 34

■ José Horacio Mejía Gutiérrez/ [email protected]■ Ma. de los Ángeles Coronel Perea /[email protected]■ Virginia Isabel Camacho Álvarez/[email protected]■ Elizabeth Cristina Rivera García/[email protected]■ Karla María Zúñiga Santillán/ [email protected]■ Ximena Cadena Fuentes/ [email protected]■ Fernando Torres Rojo/ [email protected] / [email protected]■ Andrea Cid Hernández/ [email protected]■ Saraí Diazgirón Aguilar/ [email protected]■ Stefan Ángeles Cruz / [email protected]■ Lydia Fernanda Bonilla Maldonado / [email protected]■ José Arturo Pagola Trigueros/ [email protected]■ Mariana González Roldán / [email protected]■ Noé Segovia Vega /[email protected]■ Blanca Arteaga Arana/ @Blaaanca ■ Valeria Álvarez/[email protected]■ Diana Isabel Casillas Santillán/ [email protected]■ Laura Cruz Pérez/ [email protected]■ Daniel Zacatenco Guerrero/ [email protected]■ Maurén María Patiño Morales■ Aniza Fabiola Paredes Lara / [email protected] ■ Alejandra Olguín / [email protected]■ Jován Benítez / [email protected]■ Timo Viejo/ [email protected]■ David Escobar / @Kory Cal Val.■ Paulyna Romero Uscanga / [email protected]■ Alberto Vera Zavala / [email protected]■Atziri Mora Viveros / @stalm■Daniela Gutiérrez Escobedo/ [email protected] ■ "Hurricane Jadg"/ Javier Domínguez / www.behance.net/HurricaneJadg■ Juan Pablo Randell Ramos /[email protected]■ María José Magaña Trujillo ■ Mónica Baños Ortiz /[email protected]■ Carolina Vázquez Polanco /[email protected]■ Kari Bouza /[email protected]■ Enrique López Rivera

EQUIPo CUADRo

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2 ■ Cuadro ■ Piel

portafolio Noé segoVia Vega· www.behance.net/nohacrow· http://palaciodepapel.tumblr.com/· [email protected]

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4 ■ Cuadro ■ Piel

o hay nada más perfecto que el cuerpo humano, cada pequeña parte es esencial para lograr el equili-brio y buen funcionamiento de una má-quina sencillamente extraordinaria, y en este número, CUADRO abre sus páginas para

hablar del manto que la recubre: la piel.Hablar de ella, en una sola página sería una completa impo-

sibilidad, y es que hay un sinfín de sensaciones que podemos ex-perimentar a través de ella, gracias a la PIEL, hemos conocido el frío, el calor, el amor, la pasión y el miedo. El artista ha sabido explotarla a través de los años y de las distintas épocas y condicio-nes sociales en las que se ha contextualizado, el arte ha proyectado las distintas visiones que han existido respecto a la PIEL desde las formas de vida más remotas. Con el paso del tiempo los poetas, pintores y escultores han resaltado esta maravilla humana, senci-

lla a la vista pero profunda y compleja para poderse explicar.Bienvenidos a otro número, que plasma las concep-ciones y pensamientos que surgen de la PIEL.

Que la lluvia de ideas comience.

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Piel ■ Cuadro ■ 5

Es la palabra que enmarca el contenido de este número de nuestra revista cuadro. Interesante por el hecho de que la piel es el órgano más grande, por su extensión, de nuestro cuerpo, denota la parte visible de nosotros. Por tal percep-ción la piel se muestra interesante al hablar de ella.

Comencemos pensando en la piel como el tejido resis-tente y flexible que cubre y protege el cuerpo de muchos se-res vivos, entre ellos el ser humano, en un concepto cientifí-co, esta nos resguarda de las inclemencias del clima y consta de dos capas, la epidermis y la dermis, la piel como compo-nente insdispensable del cuerpo es el reflejo de la perfección de su creación.

Pensando en términos coloquiales quien no ha escucha-do la frase de “se me pone la piel de gallina…” ejemplifi-cando la alzamiento del folículo piloso que permite apreciar la piel de una gallina sin plumas y que sucede ante una sor-presa. La “piel de naranja” refiriendo al proceso de celulitis característica de personas con sobrepeso. Otras expresiones comunes son “dejar la piel” en casos de esforzarse mucho en un trabajo o tarea hasta acabar agotado. Traerlo “tatuado en la piel” cuando se habla de la pasión por una preferencia o cuando se refiere a las características de una piel como en el caso de “la piel de mica” publicada por Paloma Bravo donde se describe como la incisiva, honesta, divertida, emo-cionante y valiente disección de una mujer que, como todas, es un poco especial; que, como muchas es inconformista; y que, como bastantes, es más frágil de lo que parece y más fuerte de lo que cree.

Dentro de este amplio panorama que se presenta al ha-blar de la piel, no sólo como un tejido o como un compo-

MeNsaje Del rector

nente funcional de los seres vivos, hay otras ideas y concep-tos que pueden surgir al pensar en estas cuatro letras, como la que se usa para identificar grupos étnicos quienes por sus características fueron denominados “pieles rojas”.

La piel también ha sido un tema polémico y de lucha constante en nuestro mundo, hoy las organizaciones ecolo-gistas luchan tenazmente por la prohibición del sacrificio de animales que se practica con fines lucrativos, en detrimento de especies en el ecosistema, por la utilización de la PIEL de algunos de ellos para la fabricación de prendas de vestir y accesorios que el hombre utiliza tales como carteras, cintu-rones, sombreros y otros. Esto ha generado cientos de movi-mientos que día con día ganan más terreno en la conciencia de los seres humanos, y hoy por hoy es una lucha con causa a nivel mundial.

Por último, de muy reciente expresión, la declaración de Jesús Zambrano líder del PRD al referirse en ocasión de la reforma energética, “Hay mucho material inflamable en la piel y en el cuerpo de la nación, esperamos que no jueguen con él", advirtió.

Como pueden observar la piel nos identifica y permi-te, ahora, hasta expresiones pictóricas muy particulares, me refiero a los tatuajes, cultura actual entre jóvenes y no tan jóvenes, que expresan un lenguaje corporal que debemos entender cada quien a su manera. Tiene un sinfín de signifi-cados que nos llevan a corroborar que la piel es completa-mente indispensable.

Gracias y disfruten de la lectura sobre la PIEL.

José Horacio Mejía Gutiérrez

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Ya sóloMe queDa tu pielTexto: Diana I. Casillas Santillán Ilustración: Laura Cruz Pérez

Qué pasa después de que ya me robaron tu corazón, qué pasa si ahora está el recuerdo de tu piel, de esa piel que fue mi brújula, aquella que me ayudaba a encontrarnos aún estan-do en el desierto.

Y ojala ese recuerdo, ese rincón que dejaste vacío en mí, me vuelva a cubrir, desearía volver a llenarme de ti, de tu carne y también de tus huesos, que tu corazón anuncie pal-pitaciones con mi nombre, que esté feliz y agradecido por lo que nunca debimos dejar de ser.

¿Por qué el tiempo voló?, ¿por qué tu piel se esfumó?, ¿por qué todo es tan pasajero?, ¿por qué nuestra última taza de café se enfrió en segundos?

En este instante de locura desfasada de la noción del tiempo mi piel quiere seguir flotando con la tuya, así como corchos en las aguas del alma de los sentimientos.

Sólo te pido, guárdame en tu piel o en tu corazón, yo ya guardé ambos y están ahí justo detrás de la puerta que espe-ra con ansias el día que decidas volver.

Y sí, lo sé, no ignoro que en el fondo lo harás, guardarás mi piel como un recuerdo o una pesadilla de este barco que ya se hundió, de este fenómeno que arrasó con todo, conmi-go y contigo, pero yo, yo guardo tu piel como un fantasma que aterra a mi razón.

Hoy, aun con tu desprecio sé que a nuestros cuerpos los separa otra piel, incluso la ironía me persigue, yo sólo quiero que tu alma, tu piel, tu esencia y tus ojos de luna vuelvan a mí , aun cuando ya no me pertenezca nada.

Sé perfecto que no se deben satisfacer necesidades, pero si tu corazón no es mío te ruego vengas, regálame de nuevo la piel que me enloquecía y me hacía pensarte mío por sobre todas las cosas.

Ya me robaron tu corazón, sólo queda tu piel.

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ací con muchos lunares, cientos de ellos, en la nariz, en las mejillas, en el cuello, en los brazos y en las piernas; sin duda los heredé de mi padre. Él siempre me ha dicho que si los unimos con una pluma, igual que el jue-go de unir puntos, seguramente formarán

constelaciones. Debe ser verdad, él tiene la constelación de Casiopea en el brazo izquierdo y quién sabe cuántas más en el resto del cuerpo. Con mi madre la historia es diferen-te, ella sólo tiene un lunar en el hombro derecho, solitario como la estrella polar.

Aunque parezca maravilloso tener astros cubriendo la piel, poseer lunares no es cosa fácil, con el paso del tiempo, sobre todo en las noches de luna llena, los lunares me trans-forman en una lunática, de esas que escriben versos al ama-necer, que buscan el amor en una mirada y que se pierden en el tiempo al recibir un beso. Los lunares también cambian; se convierten en polvo de estrella, cubren mi cuerpo y lo vuelven etéreo. Dejo de ser quien soy, cambio de piel, me distorsiono. Casi desaparezco.

Entonces apareces tú. Tan real y terrestre. Me tomas de la mano antes de que desaparezca por completo, me atrapas cuidadosamente entre tus brazos llenándote de restos de co-metas que se desprenden de mi cuello. Me besas. Vuelvo a ser real, pero no la misma. Mis lunares se mudan a tu rostro, los dos brillamos y nos desvanecemos, sin darnos cuenta que al final de cada beso, nuestra piel se va convirtiendo en un mapa infinito del universo.

luNares Texto: Blanca Arteaga A. Ilustración: Valeria Álvarez

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Las idas al mercado resultan ser experiencias fantásticas. Hasta el auténtico Pablo Ne-ruda, como nos relata en su libro autobiográfico “Con-fieso que he vivido”, sabía que para conocer México, uno tienen que ir a los mer-cados. Su argumento está

lleno de justificaciones. Ya sea que vayamos a comprar la fruta

para el desayuno, las piñatas en épo-ca de posadas, andemos en busca del

chicharrón o traigamos un antojo de to-marnos una rica y deliciosa “pancita”, un “li-

brito” o bien, aunque sea una quesadilla de papa con chorizo. Lo que yo más recuerdo de mis primeras experien-

cias en el mercado, era ser llamada “güerita”. Me parece innecesario mencionar que ni en pasado, ni en presente, ni en futuro, yo podría conjugarme siendo güera. Sin embar-go, me sentí halagada, porque a pecar de honestidad, aquí

¿qué le DoY güerita?

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en México ser “güerita” es un cumplido. Es increíble como cuando nos dan la descripción de alguna persona, si está inicia con: “Tiene la piel blanca, los ojos azules y el cabello claro...” Automáticamente, y no me dejen mentir, pensamos que dicha persona es atractiva. Si no me creen, sólo tenemos que mirar los estereotipos de belleza que tenemos en el país. Admiramos al guapísimo William Levy, de manera muy personal yo prefiero a William Shakespeare (claro, esa sólo soy yo), babeamos por las cabelleras rubias y los ojos claros. Muchos de nosotros creemos que la discriminación radica sólo en llamar a un afroamericano “negro”, creer que deben ser esclavos y que pertenecen a otra raza.

No queremos darnos cuenta de que también es discrimi-nación llamarle “naco” a quien tiene la piel morena. Quizá este sea uno de los complejos más grandes que tenemos en el país. La piel blanca no es un rasgo de divinidad y por su-puesto que tener la piel morena no nos convierte en nacos. Yo ya me cansé de ver anuncios de cremas que prometen una piel color de perlas. Puedo garantizar que Michael Jackson no llegó a su fantástico tono de piel gracias a los compuestos mágicos de la concha nácar. Yo tengo la verdadera receta para una piel maravillosa, radiante y envidiable: exfóliate la

cara tres veces al día con una taza de aceptación. Porque sí quieres saber la neta güey, es naquísimo andar juzgando a las personas por su color de piel, creer que los morenos son feos y decir que tenemos que “mejorar la raza”.

Siempre me ha gustado pensar que discurso hubiera dado Martin Luther King Jr. si hubiera sido mexicano. En un pobre intento de adivinar me gustaría finalizar diciendo:

“Yo tengo un sueño de que algún día terminará este complejo de inferioridad, dejaremos de adorar al extran-jero y un día en el mercado me dirán ¿qué le doy morena?”

No queremos darnos cuenta de que tam-bién es discriminación llamarle “naco” a quien tiene la piel morena. Quizá este sea uno de los complejos más grandes que te-nemos en el país.

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i pudiéramos crear un nuevo tono de piel usando elemen-tos como el ritmo de tres países completamente distintos, los acentos de dos idiomas y el matiz de cuatro instrumen-tos, sin duda el resultado sería un “Verde más allá” de lo surreal y tendría un tatuaje en tinta blanca: “Jenny and The Mexicats”

La trompeta y voz de Jenny, el contrabajo de Icho, las percusiones de David y la guitarra de Pantera son la com-binación perfecta de sonidos y voces que desafían todas las fronteras terrenales demostrando que la música es el idio-ma universal; así es como la piel de Inglaterra, España y México se fusiona para crear el soundtrack que necesitaba nuestra generación.

Damas y caballeros, ladies and gentlemen… Con uste-des ¡Jenny and the Mexicats! ¿Cómo surgió Jenny and the Mexicats?

Pantera: Jenny estaba de gira con una orquesta en Es-paña y coincidimos en el tablao flamenco donde Icho y yo

trabajábamos, Icho convenció a Jenny de mudarse a Madrid y ella acepta con la condición de montar el grupo porque había un festival en Londres donde ella quería participar, yo llamé a David, él no habla Inglés y Jenny no hablaba español, entonces Icho y yo fuimos los intérpretes, montamos un par de canciones para el festival y así surgió. Debió ser difícil esa situación con el lenguaje…

Jenny: Realmente no tuvimos muchos proble-mas para comunicarnos porque la música era nues-tro idioma, yo hacía un ritmo y sin decir nada Da-vid me entendía y me acompañaba con el cajón Icho: La primera canción que hicimos fue en español y Jen-ny la cantaba perfectamente pero no sabía lo que decía.¿A qué suenan?

Pantera: Sonamos a Jenny, a Icho, a David y a mí. Cada uno de nosotros tiene estilos muy distintos, el rockabilly, el folk, el flamenco y todo sin querer se fusiona para darnos nuestro propio sonido.

Fotografías por: Alejandra O. y Jován Benítez

STexto: Alejandra Olguín

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Es un proyecto que llevan de manera independiente ¿Por qué esa decisión?

Jenny: Al principio estábamos en Inglaterra con Island Re-cords (Bob Marley, Amy Winehouse, U2) y grabamos unos temas pero ya no éramos nosotros, nos pusieron guitarras eléctricas, batería y muchas cosas que ya no sonaba a lo que hacíamos, entonces todos decidimos dejarlos y ahora se-guimos pagando una deuda enorme con el sello. Como banda independiente, ¿cuál es el mayor desafío?

Icho: Que todo va más despacio, tuvimos que ir abriendo nuestro propio camino en la música para que nos escucharan y creyeran en nosotros aún sin un sello que respalde nuestro trabajo; también nuestro video de “Verde más allá” fue producido por nosotros con realmente nada de presupuesto pero ahí está.Las redes sociales han tenido un gran papel en la difusión del proyecto…

Icho: Sí, aunque el material ya estaba en el mercado nosotros todavía no hacíamos gira pro-mocional como ahora y la gente nos ubicaba por Facebook, Twitter y algunos videos de YouTu-

be, así nos recomendaba, y también es una bue-na forma de estar comunicados con la gente que

nos sigueEste año estuvieron en grandes escenarios mexi-

canos como el Festival del Vive Latino, el Evento 40 en el Estadio Azteca ¿Qué tal la experiencia?

Jenny: Fue increíble, estábamos súper nerviosos todos pero todo salió increíble, no podía creer cuán-

ta gente estaba frente a mí escuchándome, ni siquiera quería voltear arriba y verlos a todos por los nervios.

¿Qué sigue para Jenny And The Mexicats?Jenny: Ahora estamos grabando algo en el estudio, se-

guimos en promoción con nuestro disco por el país para que vayan a vernos en vivo que es lo más importante para

compartir. Al final, la música y la piel son el resultado de lo mismo:

Combinar matices, tonos y colores para llegar a un resultado cada vez mejor. Ésta vez Europa y América quedan unidos en

una misma piel aunque el Océano Atlántico diga lo contrario. h t t p : / / w w w . t h e m e x i c a t s . c o m /

ht tps://w w w.facebook.com/jennyandthemexicatsmusic Twitter: @JennyandMexicat

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n travesti salió a dar la vuelta. ¡Ay, qué frío hace en la gran ciudad! Mirada cabizbaja, nadie la va a notar; avergonza-do no está, más bien es huraño, pues cualquier cosa pue-de pasar. Eso bien lo sabe "Martina", por tal motivo viste cualquier conjunto de pantalón y suéter que la hagan sentir una santa mojigata ante los ojos del público noctámbulo. La noche es un escenario para ella en el cual la audiencia es di-námica: algunos son parte de su odisea discreta en el trans-porte público y un otro conjunto la acompañará en clínica donde permanecerá un buen rato con expresión indiferente.

-Abuelito, despierta, te traje las galletas que tanto te gustan--Déjalo descansar, Marianita, tuvo un día pesado--¿Por qué tía Esther?--Vinieron varios doctores a verlo, a darle medici-

nas, ya sabes... está muy agotado--¿Le duele mucho su espalda?--Sí, mi niña, vete a jugar allá afuera, ándale. Si des-pierta, te mandamos llamar para que hables con él.

Se dibuja un gesto de inconformidad en el rostro de Ma-rianita, a la vez que afloja la mano que sostiene el paquete de galletas de canela, ya convertidas en moronas y pedazos irregulares. El empaque plateado empieza a resbalar de en-tre sus pequeños dedos y ella se da cuenta, lo cual la saca de su breve ensimismamiento. Deposita las galletas de canela en el mueble junto a la cama de su abuelo y se dirige hacia la sala de espera, murmurando un "bueno", como despedi-da. La tía Esther la mira con una sonrisa afligida, resignada. Cuando la niña sale de la habitación, después de pasar junto a un hombre cuyo brazo mutilado parece palpitar en código

Mi piel es uNa prisióN 

UTexto: Alberto Vera Zavala Ilustración: Daniel Zacatenco

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Morse. Esther vuelve los ojos secos de tanto llorar hacia su padre, cuyo melanoma no se va a curar.

Martina quisiera encender un cigarro, pero aún le queda el poco respeto hacia las buenas costumbre que le inculca-ron de pequeño. La piel artificialmente suave de su muslo iz-quierdo se turna con la del derecho para distribuir la tempe-ratura del asiento de plástico patrocinado en algún sexenio de breve bonanza. No le gusta permanecer mucho tiempo en esa sala de espera, y no es la única, aunque no lo demues-tre. Dos asientos a su derecha hay una pareja de novios con aspecto deplorable, él más que ella. La mujer procurando cuidados al hombre con el brazo roto, despezado y sangran-te. Una señora de edad avanzada sentada en la esquina más alejada, su hijo bigotón ha desistido calmar los alaridos que emite ocasionalmente. Si acaso, responde con un débil "ya, mamá, ahorita nos atienden" cada que ésta intenta expresar su dolencia, al parecer es en el estómago, el vientre, la espal-da baja o en todas partes, incluso en su mente. 

Martina está sentada en una noche de sábado escuchan-do a estas personas, no por gusto ni morbo, sólo espera a que le llamen en la farmacia y le digan que sus químicos están listo. Necesita calmar el dolor que le produce su nuevo cuerpo, aunque su identidad sea la misma y ya se haya acos-tumbrado al dolor que ésta le produce a veces. Martina tiene fijos los ojos en la parte inferior de la pared de enfrente, y apenas nota los pies de niña con andar triste que atraviesan su campo de visión. Es Marianita, quien camina pegada a la pared con los hombros un tanto encogidos, conteniendo un llanto que ni sabe que está a punto de soltar. La niña de 7 años llega a la esquina de la señora con múltiples dolores, y se sienta un par de metros adelante; le parece un buen lugar para sentarse y abrazar sus piernas y hundir la cabeza entre

las rodillas. Presiente que nunca volverá a tener una conver-sación cuerda con su abuelo, pero se niega a aceptarlo. Qui-zá no comprende los detalles técnicos y nauseabundos del tumor que ha invadido la espalda del señor que la llevaba a todos los columpios de todos los parques a los que su energía le permitía llegar. Un melanoma no apto para los cuentos de terror dirigidos a los niños de su generación. Un intruso en su zona de confort. "La piel se descompone", alguna vez es-cuchó decir esto a un medico ufano en su bata blanca, quien de antemano sabía que no hay solución. 

-¡507! Orden 507- Martina se aproxima anhelante a la caja, la dependiente

no se molesta en mirarla a la cara cuyos rasgos masculinos se han desvanecido casi por completo. Hacen el intercambio monetario en silencio y continúan con sus vidas. Marianita se incorpora y se aleja de la esquina y la señora hipocondria-ca, caminando hacia la puerta, quiere aire fresco. A su corta edad sabe que lamentarse en un ambiente enfermo sólo la hundirá más. Sus tenis comprados en remate tropiezan con los tacones de imitación que porta el híbrido, presuroso por salir de la clínica e ingerir sus medicinas. 

-Perdón, señora...- murmura la niña. Martina la mira y la niña también, sabe que algo le sucede a la inocente, pero en pocos universos se atrevería o le importaría preguntar. Sin embargo, sus pupilas comunican verbos similares, inhe-rentes a cualquier ser humano que ha cuestionado los lími-tes de lo corpóreo, lo cutáneo. Martina sale presurosa, pues no le gusta ser incomodada con la verdad reflejada en otra forma, en otra persona. Nunca se volverán a ver, pero esa misma noche se irán a dormir sabiendo que no están solas en algún plano visceral.

Un intruso en su zona de confort. "La piel se descompone", alguna vez escuchó decir esto a un médico ufano en su bata blanca, quien de antemano sabía que no hay solución.

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Alguna vez has escuchado el sonido de dos pieles tocándose? Sí, de dos pieles. La piel tam-bién tiene sonidos, ¿sabes? La piel también ha-bla. Utiliza un lenguaje distinto, por supuesto. Un lenguaje más simple, un lenguaje sin pala-bras, ni conceptos, ni enunciados. La piel ha-

bla a través de sonidos y de olores; la piel habla a través de secreciones y de fluidos: suda, sangra, se moja a sí misma, se regenera. La piel habla todo el tiempo, todos los días, toda la vida. La piel quiere hacerse escuchar y para hacerlo es nece-sario el silencio. De nada sirve cargar con una piel si no se carga también con el silencio que ella encierra; sólo en ese silencio se le puede escuchar.

¿Alguna vez has escuchado el sonido de dos pieles tocán-dose? Cuando una mano toca otra mano, cuando los dedos se mueven entre ellos, cuando se abrazan... la piel habla, la piel suena. Suena a encuentro, a deseo, a amor. Y cuando dos sexos se encuentran… la piel grita, arde, vocifera. Grita tan alto que huele, que brota de ella un líquido que es parecido a las palabras. No igual a ellas porque las palabras quedan guardadas siempre en algún lado: la memoria, un pedazo de papel, el olvido (el olvido también es un lugar).

Pero sí parecido porque así como las palabras, el líquido que brota de la piel, comunica. Dice que la piel está sintien-do, que la piel está más viva que nunca, que se eleva fuera de sí y que se pierde. Ese fluido dice que la piel ha dejado de controlarse porque ha dejado de pertenecer al cuerpo en el

Dos pielesTexto: Daniela Gutiérrez Escobedo Ilustración: Javier Domínguez

que se encontraba; ese fluido brota como otro cuerpo, crece como un árbol y se incendia a sí mismo.

El lenguaje de la piel es efímero. Se desvanece al mismo tiempo que se crea y que se renueva. Los olores se filtran por los poros como queriendo desaparecer y, si tienes suerte, se impregnan. Y entonces pasan las horas y sigues oliendo a la piel de alguien más: sigues oliendo a deseo y a amor.

Cuando una piel se encuentra con otra piel suena a algo. Suena a eco. Al eco de las emociones que cada uno lleva guardado dentro, que cada uno lleva encerrado en esta jaula tan impredecible llamada piel, llamada cuerpo; a veces tam-bién llamada infierno.

¿Alguna vez has escuchado el sonido de dos pieles to-cándose?

La piel quiere hacerse escuchar y para hacerlo es necesario el silencio. De nada sirve cargar con una piel si no se carga también con el silencio que ella encierra; sólo en ese silencio se le puede escuchar.

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De su piel Y otras...

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na sola es perfecta, podría pasarme horas admirándola, tocándola, analizando su existencia completa, pero nunca protegerla. Cuanto más me acerco su aroma me embriaga, su fragilidad la hace especial, contenerme me resulta difícil, mis manos son el viento que la abraza, la cubro por com-pleto hasta abarcar cada poro, aún así el contacto no afecta su piel delicada, suave y tersa. Que inspección minuciosa a tan sublime superficie, trato de encontrar un defecto que me

haga odiarla; absurdo, mis pensamientos son bastante cla-ros y mi postura es como la del enamorado, necia y ciega. Estoy rendido, el cazador se vuelve la presa. Me pregunto cómo es que este interminable juego se transforma en algo cíclico o mejor dicho en algo insaciable.

¡Dios!, te atreviste a darle un manto hermoso, sensible, y creo que juegas conmigo porque son pocas las cosas que tienen un doble propósito por naturaleza, pero tú decidiste hacerla irresistible, atractiva. Su existencia en sí misma tie-ne la capacidad de provocar y someter hasta el más fuerte. Seductora, representación de la lujuria, simbolizas el deseo físico y te han definido como la obra selecta que por excelen-cia la naturaleza decidió mantener hasta el fin.

Al final el hombre es el que goza de toda su existencia, otra de sus tantas peculiaridades, podría vivir mil vidas y no sería capaz de descubrir todas sus características. Soy un hombre y disfruto de los valles donde habita, sus montes, extensiones tan largas que me perdería felizmente y en oca-

siones tan cortas que perderse resulta imposible, aunque a veces pasa. Puedo decir que jamás he visto una sola, pero si puedo tener una a la vez.

Soy un villano, un “César” del extinto imperio romano, acostumbrado a degustarla en la cama, mesurado sin em-bargo incontrolable, te pruebo y quiero más. Exhausto de todo y siempre estás ahí fresca para mí. Quiero que sepan que soy un hombre, por lo tanto también tengo deseos de algo más, o de muchas más, variedad es algo que el ser hu-mano busca y necesita, uno puede acostumbrarse y el deseo muere, ¿soy culpable?, muchos dirían que sí, pero sólo los que han estado en la situación en la que me encuentro po-drán reprocharme o entenderme. Hablaba de su perfección, sus peculiaridades, ¿quién no desearía tener algo así?, yo se-guí mi camino y resulta que siempre habrá algo más allá. Aunque mal visto puedo decir que una no me basta, y si de superficies se trata o bien sobre pieles, pues blancas, rojas, morenas, negras, asiáticas de cualquier lado donde pueda encontrarlas; las probaré.

Ahora saben algo de mí, algo de ella, y así deseo que sea. No quiero darles todo el plato servido, también deben probarla, una por una, las que puedan. Quisiera decirles el momento ideal para ello, pero sigo creyendo que cada indi-viduo debe encontrar ese instante, la ocasión especial que llega de una u otra forma. Danza artística, retratada por pintores y escrita por hombres de letras, ellos al igual que yo sólo les dan su perspectiva, su experiencia materializada para que otro contemplen lo que podemos llegar a hacer con tan frágil y deseable espécimen.

Casi olvido decir que me gusta disfrutarlas por periodos de tiempo, como dije, no me gusta acostumbrarme. Hoy o el día que estén leyendo esto disfrutaré de ella. Ahora que sa-ben mi pasión obsesiva se habrán dado cuenta de cuál es mi pecado, a qué me dedico, cómo puedo expresar este breve sentir, pues sí, están en lo correcto, la comida y la bebida me encantan. La uva; desde la piel hasta el corazón, me fascina.

Qué inspección minuciosa a tan sublime su-perficie, trato de encontrar un defecto que me haga odiarla; absurdo, mis pensamientos son bastante claros y mi postura es como la del enamorado, necia y ciega.

Texto: Juan Pablo Randell Ramos

Ilustración: Valeria Álvarez

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la piel que quiso ser…

a piel es incapaz de desvanecerse con la lluvia, pero sí, con el tiem-po. Si tienes suerte, podrás conver-tirte en algo parecido a un rígido papel maché. Lo que alguna vez pudo llamarse “cuerpo”, ha llegado a evapo-

rarse y a quedarse en la nada. Se convierte en algo que parece ser, algo que fue, pero que jamás volverá a ser.

La piel, es nuestra parte vana y superficial. Pero al mismo tiempo, es aquello que logra distinguirnos. Sin ella, seríamos sólo ese conjunto de huesos, gra-sa y músculos rojizos; algunos más gordos y otros más flacos. Perdiendo toda esencia y olor que en algún momento, nos hizo disipar entre el carác-ter erótico y los recuerdos. Sin llegar a conver-tirse, en aquella memoria capaz de identificar los momentos agradables y desagradables de un instante. La piel es la que encuentra, más no el individuo. La piel, es aquella que habi-ta en los recuerdos. Y es así como la vida, va originándose desde su superficie hasta su pro-fundidad.

La piel, tuvo que ser delicada para poder sentir toda clase de texturas. ¿Por qué no fue-ron escamas, en vez de piel? o incluso, ¿por qué no fue una concha, en vez de piel? Aquella forma flácida, pero a la vez exacta. Pequeños vellos casi notorios que se esparcen por todo nuestro cuerpo. ¿Qué sería de la piel, sin los vellos, sin la textura y el color que le brindan? ¿Serán ellos también, los causan-

Texto: Atziri Mora Viveros

Ilustración: Stefan Ángeles Cruz

“Tres rayas clarísimas sobre su muñeca… vivirá hasta una edad muy avanzada y será feliz en extremo”. Mister Podgers en El crimen de Lord Arthur Seville.

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tes de cada aroma que despide cada cuerpo? Olores caracte-rísticos dependiendo de la edad y el color. ¡Quién lo diría! El color compuesto de un aroma, convirtiéndose en un conjunto perfecto. Y qué es la perfección, sino una simple idea de lo que tiene que ser. Aquella fórmula imaginativa, que es capaz de distinguirse con los ojos cerrados o abier-tos, creando un espacio en blanco acompañado de la mente.

Totalmente sin costuras, como un gran pliego que va envolviendo cada parte, dejando los orificios necesarios, la

elasticidad adecuada, la respiración perfecta. Podría decirse, que nuestros enemigos no son demasiado fuertes, por eso, no

contamos con una armadura lo suficientemente rígida. Nues-tros enemigos, los encontramos en nuestro interior. Serán quizá,

aquél cúmulo de sentimientos y conexiones que junto con la piel, nos permite sentir frío, calor, miedo, enojo o alegría. Resultando ser,

nuestra memoria constante, en nuestro mundo constante. Aque-llos mundos, que han logrado crear al hombre; siendo capaz de

sentir a diario formas específicas, pasiones determinadas, sin reacciones concretas. Somos incapaces de olvidar nuestras primeras reacciones, resultando ser únicas e intransferibles. Disolviéndose en la memoria y con cada uno de los sentidos.

¡Qué buen confeccionista aquél que nos ha creado! Será parte de lo que Beethoven e indagadores del destino lla-man: “Muss es sein? Es muss sein!1 ”. Lo cual se refiere, a todos esos sucesos inesperados que surgen sin razón algu-na, ya que el motivo, siempre se termina por descubrir des-pués. Se convierte, en nuestro propio “deber ser”. Si cada individuo ha tenido que ser lo que es, no existe entonces, imperfección dentro y fuera de cada cuerpo. La vida y la muerte, han creado su propia versión, que no ha sido más que una simple paradoja de aquello que se hubiera querido.

Somos creación de un simple accidente planeado de forma perfecta; entre mundos constantes, entre texturas similares y a

la vez distintas, cada quien se ha convertido en un gran motivo pedazo de piel.

Feliz regreso a clasescomunidad Lasallista

visita

y aprovecha el

en bebidas durante agosto y septiembre ,

solo presenta tu credencial de

2x1

La piel es la que encuentra, más no el individuo. La piel, es aquella que habita en los recuerdos. Y es así como la vida, va originándose desde su superficie hasta su profundidad.

1Del alemán: ¿Tiene que ser? Debe ser

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Mi (MÁs profuNDa) piel

a primera vez que toqué su piel fue una noche mientras cami-nábamos. Ella miró el reloj en su muñeca, quizá era tarde para un par de fuereños como nosotros, en la ciudad ca-pital. Yo no quería que esta primera cita se terminara sin que nada pasara, así que sin pensarlo coloqué mi mano sobre la de ella y la sostuve hasta que llegamos a casa.

La segunda vez sucedió, una semana después. La invité a cenar a casa. Ella me miraba con ojos interrogantes. Yo no le quería confesar que me había enamorado de ella sólo por el tacto; de tantas cosas inex-plicables que pasaban a diario, ella era la más confusa. Volví a tomar su mano mientras cortaba un pedazo de pastel; la levanté e intenté besarla. Ella me rechazó. Un tormentoso deseo me in-vadió e intenté besarla en los labios, como si de ello dependiera mi vida. Volvió a rechazarme y dijo: “Basta, T”. En ese momento posé mis manos sobre su cintura, recuerdo que vestía una playera con rayas blancas y azul marino. Tomó mí nuca y me besó de forma suave,

como si quisiera succionar todo el amor que había ocultado. Ella no quería que la amara.

Terminé de contar las veces que toqué su piel. El mes siguiente residí en ella. En ocasiones, cuando dormía-mos, abría mis ojos para mirar mi reflejo en sus párpa-dos. Su respirar era lento, pude dormir la eternidad junto a ella. Sin embargo olvidé que lo nuestro era algo limitado. Habíamos pactado estar juntos hasta encontrar a alguien

más. Mientras ella seguía buscando pareja, yo buscaba fundar una ciudad en su piel. Quería instaurar una reli-

gión que tuviera como fuente de adoración el sudor de sus pechos, la expiación de pecados en su espalda y recibir la vida eterna en sus labios.

A pesar de mi esfuerzo, no pude enamorarla. Un mensa-je de texto anunció el fin del idilio: “T, ya no te quiero ver.

Lo sabías, se acabó”. Enloquecí. Mi propia religión me había sido vedada. Nunca toqué su piel, si acaso, lamí la coraza de su existencia. Ella rasgó las capas de mi epitelio. Su corté fue tan preciso, que la sangre todavía emana desde mi más profunda piel.

Cada memoria enamorada guarda sus magdalenas y la mía -sábelo, allí donde estés- es el perfume del tabaco rubio que me devuelve a tu espigada noche, a la ráfaga de tu más profunda piel. Julio Cortázar.

Texto: Timo Viejo Ilustración: David Escobar

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Paulyna Romero Uscanga punto ■ Cuadro ■ 21

cuaDrartehttp://paulynauscanga.blogspot.mx

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Paulyna Romero Uscanga punto ■ Cuadro ■ 23

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Humanoide @MaurenMaria@CuadroUlsap “El detalle son las constelaciones secretas

que habitan en tu #piel.”

Lola Petruska @Atziri_MoraY cada noche, exfoliaba la palma de su mano para elimi-

nar de su #Piel, aquel futuro muerto. @CuadroUlsap

Rodrigo Lagunas @Truman_LagunasSolo tú haces que se me erice la #piel. #CUADROPIEL

@CuadroUlsap

Sineàd Marti @_Macorina@CuadroUlsap Hay tu piel. Con sus lunares ajenos. Hay

tu piel. Que se estrella contra ti y nadie más.

Matilda @AlmaPastranaaÁcaros en nuestra #piel. #CUADROPIEL @CuadroUlsap

Karla Santillán @KarlizSantillanAlgunas veces la #Piel, no hace otra cosa más que recordar

la ausencia. #CUADROPIEL @CuadroUlsap

tWitterEn Twitter también se habla de # PielY tú... ¿Ya nos sigues? @cuadroulsap

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ese lugar taN Mío, tu piel…

esde hace tiempo tu piel ya no me resulta ex-traña. Paso momentos de sobra amalgamado a ella y es justamente esa sensación táctil la que me permite permanecer de pie durante el día y soñar profundo durante la noche. Tu piel se volvió obsesión desde el inicio. Desde

esa tarde en que te descubrí desbordada de aspiraciones y anhelos, de libros y café.

Al observarte con atención se me presentaron varios temores. Esa perfecta armonía de tu rostro, ese caminar tejiendo abanicos, esa mirada allá, tan lejos, multicolor e impenetrable, me hicieron recordar hazañas olímpicas; re-presentas la barrera difícil de cruzar, el puente inexplorado, la prueba que nadie puede superar.

Cuando estás cerca no entiendo cómo tu cuerpo puede permanecer indiferente a mis deseos. No encuentro expli-cación razonable por la cual, las fuerzas del magnetismo no te lleven directo a mis brazos. Pero no eres la única desubi-cada, yo tampoco encuentro la fortaleza para colarme en tu camino. He pasado inadvertido y el anonimato de mis ilu-siones me permite construir la figura idolatrada y venerada que ahora eres.

Así te quiero, tan irreal e intocable que sólo puedo vivir para imaginar cómo sería tocar tu piel, sentir una caricia y llevar a la eternidad el aliento que desprende tu boca al be-sar. De eso viven los grandes amores. De la idea pura y bri-llante de la perfección. De la confianza que emana un cuer-po antes de ser tocado y de una piel antes de ser conquistada.

Cuando por fin estemos juntos rescribiremos la historia de los amores ocultos. Dejaremos en herencia un poema ile-gible porque los verdaderos amantes no tienen tiempo para escribir. No tienen las fuerzas para tomar el papel y el lápiz, sólo quieren dejar constancia de su relación a través de olo-res emanados de una piel que evapora pasión.

Texto: Enrique López Rivera

Ilustración: Saraí Diazgirón Aguilar

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portafolio Valeria alVÁrez·www.facebook.com/valerialvarezilustradora

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escritora De su piel

La piel nunca había sido más que un órgano receptor de sensaciones que cubría mi in-terior, era el límite entre el mundo y lo que guardaba dentro de mí. Ninguna persona había podido traspasar esa frontera, esa co-raza que protegía mi alma y que con los años

y los daños se había hecho cada vez más dura.Un día de verano fue cuando lo conocí, la primer mirada

traspasó la mía. Me dije que jamás me enamoraría de un chico como él, sin embargo me tocó. Una sola caricia bastó para que mi piel se erizara, y entonces lo supe.

Un par de whiskies hicieron su trabajo, y él me supo con-quistar. Me tocó como un guitarrista toca una canción, y escribió sobre mi cuerpo la partitura, el compás lo marcaron sus besos. Fui su musa y él mi escritor, fui poesía y él poeta; sus manos fueron la pluma y yo su papel.

Sus caricias fueron navajas que escribieron nuestra his-toria en mi piel, entonces lo supe, él ya no era un extranjero, era el habitante de mi piel. Le pedí que escribiera cada noche una nueva historia y que cada historia hablara de él. Olvidé mi coraza y dejé que se quedara.

Escribió mil y un historias, decidí leer cada pedazo de piel que abrazaba su cuerpo y escribir junto con él una his-toria que ni el tiempo borraría. Me convertí en escritora de una historia que parecía no tener final.

Al fin supe que la piel no sólo es un órgano del cuerpo, ni la coraza de un caracol, sino el contenedor de millones de historias, de nuestras historias.

Texto: Kari Bouza Ilustración: Carolina Vázquez Polanco

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NUDOC o n v o c a t o r i a

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Para la mayoría de los seres la piel es un receptor, es en don-de ocurren las más increíbles sensaciones, el medio por el cual las cosas adquieren sentido, para mi ha sido siempre una barrera, una coraza de la que me cuesta desprenderme.

Puedo mirarte todo el día, en realidad a veces lo hago, no es difícil, es mi única táctica además, ya sabes, verte es suficiente, estar contigo es suficiente.

En esos momentos me gustaría que el tiempo se alarga-ra, que se detuviera, que no tuvieras que irte o yo que irme y que si tuviera que irme que me detuvieras, porque la verdad no tengo a donde ir, porque si me lo pides me quedo, porque aunque me vaya regreso a ti, porque contigo es donde tengo que estar.

Voy lento porque quiero disfrutar cada momento, avan-zo con cautela porque no me gusta tropezar, camino en la arena y te busco, tu llevas prisa, sabes volar, eres libre como el viento te aventuras en la mar, apareciste hace poco y por alguna razón decidiste bajar y estar conmigo, pero te vas, debes seguir volando, eso es lo que haces, siempre prometes regresar, a veces tardas mucho, pienso que no volverás, que encontraste un mejor lugar y que allá te quedarás.

tortuga"Me gusta cuando callas porque estás como ausente.Distante y dolorosa como si hubieras muerto.Una palabra entonces, una sonrisa bastan.Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto"

Pablo Neruda

P

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Recuerdo que una vez me invitaste a volar, quería ir con-tigo pero no pude, no estaba listo, no me atreví, tuve miedo de caer o tal vez de que me gustara hasta el punto de no que-rer volver, no te lo dije y emprendiste el vuelo como lo haces siempre, ojalá no tuvieras tanta prisa y ojalá yo no fuera tan masoquista.

Hace ya un mes que no te veo, creo que esta vez de ver-dad no vendrás, lo entiendo, extrañaré tu piel fosforescente y las estrellas en tus alas, extrañaré tu sonrisa transparente y tus ojos, tus ojos misteriosos y hermosos, aunque no vuelvas se que estás por ahí en alguna parte volando libre, así que mirar el cielo y las estrellas, esperarte me hará feliz.

(Mensaje en la arena por si un día pasas por aquí)No sé como decirte esto, es muy extraño además, pero a

veces siento que no quepo en mi piel, que necesito cambiar, que no me queda, de repente me siento estallar, a momen-

tos quisiera escapar.Escapar y volar contigo.

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a piel es el órga-no más grande de nuestro cuer-po. No sólo es una cubierta im-permeable, sino

que es el recubrimiento de lo que somos, es nuestra fachada maravillosa que genera sustan-cias, células y constantemente cambia.

Se estima que un 60% de lo que se pone en nuestra piel, se absorbe por el organismo, lo cual puede traer daños o bene-ficios a nuestro cuerpo. De ahí surge la importancia de hacer una reflexión sobre lo que ha-

cemos por ella y conocer qué alternativas podemos aplicar en nuestra vida diaria. Lo or-gánico no sólo es una tenden-cia, sino una forma de mejorar nuestra vida y en específico, es lo mejor que puede existir para el cuidado de nuestra piel.

Pachuca es una ciudad cuyo clima es altamente cambiante, esto nos mantiene expuestos a una severa deshidraración de nuestra dermis, sin embargo existe una amplia gama de pro-ductos comerciales y farmacéu-ticos que pueden aligerar este problema, dejando un daño acumulativo que no se ve en

actituD VerDe“oLVIDARnoS DE LA PIEL SECA”Texto: María José Magaña Trujillo.

Ilustración: Mónica Baños Ortiz

días, si no que cuando menos lo esperamos ya tenemos serios daños dermatológicos. Para contrarrestar los daños, existen varias alternativas que pode-mos emplear ya sea de manera facial y/o corporal, por ejemplo: aloe vera:

-Expulsa bacterias y mantie-ne poros abiertos. -Usa el gel de la planta, guár-dalo en la nevera y enjuaga con abundante agua.

leche tibia:-Limpia, hidrata y produce colágeno.-Aplícala con un algodón y retírala con abundante agua.

té de lavanda y/o manzanilla:

-Hidratan y suavizan la piel.-Lava la cara con él y reposa unos 5 minutos, enjuaga con bastante agua.

Como resultado, esperamos una hidratación que nos permi-ta cuidar y mantener nuestra piel sana y radiante. Sin em-bargo, para que lo mencionado anteriormente tenga éxito, es necesario hacer ejercicio, tener una alimentación balanceada con alimentos frescos y orgá-nicos, rica en fibras, vitaminas, minerales, omega-3 y abundan-tes líquidos, como agua simple y té verde, los cuales nos pro-veen antioxidantes. De mane-ra inmediata, podemos cuidar nuestra piel duchándonos con agua tibia y lavarnos la cara an-tes de dormir.

La adquisición de productos

como: sal del Himalaya, aceite de coco, mantequilla corporal, entre otros más, ayudan con-siderablemente al cudiado de la piel. Existen marcas recono-cidas en el mundo para el cui-dado de la piel, elaborados con materiales naturales.

Es importante analizar y pensar qué es lo que estamos haciendo por nuestra piel. Como mexicanos, el término orgánico no es muy común en nuestro vocablo, sin embargo, con lo que sí nos podemos fa-miliarizar con más facilidad, es el término origen. Para mí, estás nuevas estrategias de cui-dado al medio ambiente, no son más que mirar al pasado, com-prender nuestros orígenes y seguir el curso de nuestra vida conforme a lo que nos dicta la naturaleza. Desde esta perspec-tiva, es simple, nosotros lo ha-cemos complicado.

Así que por favor vamos a devolverle un poco a la tierra y a ti mismo lo mucho que se da todos los días, consumien-do productos naturales, biode-gradables y lo más importante, evitar el consumismo y la pro-ducción masiva de basura.

Con las acciones propues-tas, es posible, hay que empezar desde uno mismo. Espero que estás palabras nos concienticen un poco más a saber quiénes so-mos Y a qué venimos

Mi filosofía: Venimos a vi-vir, disfrutar y mejorar lo que está a nuestro alrededor.

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