Cuando volv de la casa nmero 19 en la calle La Loma de San Angel Inn, lo primero que hice fue visitar el patio del antiguo colegio. Sentado en las escaleras del Liceo Nacional se me ocurri que no solamente Aureliano Segundo haba salido de Macondo hacia este pueblo lgubre a mil kilmetros del mar, si no que otros Buenda Iguarn tambin haban podido viajar hasta este recndito pueblo helado de los Andes. As que decid emprender una bsqueda y sumergirme en ese realismo mgico para hallar alguna pista de ese viaje, alguien deba tener algn recuerdo. Durante un poco ms de dos aos me contacte con los descendientes de la familia Buenda Iguarn y con algunos buenos amigos del mago de Aracataca. Hasta que el da lleg y en un intercambio de correspondencia encontr lo que buscaba. Vol hasta Bucaramanga a encontrarme con Enalba Gamboa de 93 aos, quien me relat su viaje de Magangu a Zipaquir para visitar a su primo que estaba internado en un colegio. Al bajarse del tren en la Estacin Banzzi; Enalba, su hermana y un grupo de amigos que las acompaaban caminaron las cinco cuadras que separaban el Liceo Nacional de la estacin del tren. Pidieron el respectivo permiso para que el joven Gabriel pudiera salir del claustro y se dirigieron muy felices a recorrer el pueblo. Gabito como lo llamaban sus primas Las Gamboa, llevaba hasta ahora seis meses y 18 das viviendo en el Liceo hasta ese da 26 de septiembre de 1943. Despus de que Gabriel les tomara una foto en la pila del Parque Central siguieron caminando hacia el portal de Las Salinas destino final de ese pequeo paseo. En la foto se puede apreciar a un Gabriel muy joven, sosteniendo un sombrero en sus manos que perteneca a uno de los amigos de sus primas. Al fondo se ve el portal que recibe an hoy a los turistas y visitantes. Doa Enalba ha rescatado del olvido cinco imgenes de ese paseo, cinco imgenes que nos dejan ver al Gabriel que nos toc vivir. Al joven estudiante que nunca imagino en esos das convertirse en el escritor ms importante del pas. Unos meses ms adelante tomara el seudnimo de Javier Garcs y empezara a escribir cartas de amor que venda por unos centavos para sus compaeros. En esos paseos descubri la soledad que lo acompaaba siempre y que se volvi el combustible para escribir su obra ms importante 24 aos ms adelante, en esa casa numero 19 de la calle Las Lomas.