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CUENTO CADAVER EXQUISITO
LA NIÑA DESOBEDIENTE
LA NIÑA DESOBEDIENTE
Había una vez, dos hermanas pequeñas que se llamaban Irene y Marta y siempre les gustaba ir con su mamá a comprar.
- Mira mamá, ¿Qué fruta es esa? – dijo Irene.- Cerezas – dijo su madre.- ¿y esa? – preguntó Maria.- Manzana –- ¿y esa? –- Pera -.
Irene y María eran muy inquietas y también les gustaba hacer toda clase de preguntas, pero tenían un defecto y es que no les gustabas nada obedecer.
Un día cuando fueron de compras con su mamá a la frutería, las niñas salieron corriendo porque vieron unos globos que querían coger. Cuando se dieron la vuelta no vieron a su mamá y se asustaron mucho.
Siguieron corriendo y llegaron hasta una puerta, la atravesaron y vieron que había una selva, entonces vino un mono y les preguntó:
- ¿Qué os pasa?, ¿por qué estáis llorando? –- Porque no encontramos a nuestra mamá, nos hemos perdido y ahora no sabemos volver a casa-.
Mala cosa, mala cosa – dijo el mono muy preocupado.- ¿puedes ayudarnos, por favor? – preguntaron las niñas.- Bueno, iremos a ver al león que es el rey de esta selva, a ver que puede hacer-.
Y caminaron, y caminaron y caminaron y por fin llegaron hasta una cueva.
- Entremos – dijo el mono – aquí es dónde vive el león -.- Es que me da un poco de miedo, ¿y si el león me come? – dijo Irene -.- No te comerá, es un león vegetariano -.
¿vegetariano? ¿dónde se ha visto un león vegetariano? – preguntó María.- En el mismo sitio en que los niños no obedecen a sus papás – dijo el mono enfadado.- Bueno, bueno no te pongas así, entremos, pero si nos come la culpa será tuya -.- Uffff… - dijo el mono - ¡que pesadas! -.- ¿quién hay ahí? – gritó el león con voz grave.
Las niñas muy asustadas respondieron:
- Somos Irene y María, ¿podemos pasar? -.
Irene y María, sin poder dejar de llorar le dijeron:
- Porque somos unas desobedientes, pero prometemos que no lo haremos más, iremos siempre de la mano de mis papás -.
De repente las niñas oyeron la voz de su madre:
- Chiquitinas, ¿Qué hacéis ahí sentadas?¿os habéis caído? -.
Las niñas al ver a su madre se pusieron muy contentas.
- Mami, mami, ¡estás aquí!, te vamos a obedecer siempre, ¿sabes?, vamos a ir de tu mano, y no saldremos corriendo nunca más -.- Cuanto me alegra oír eso – dijo su mamá - ¿Qué es lo que os ha hecho cambiar de idea? -.
Irene y María contaron todo lo que les había ocurrido a su madre.
- Pero que imaginación tenéis, niñas -.
Y las tres se fueron riendo y jugando a casa.
Colorín colorado, este cuento se ha acabado.