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El acogimiento familiar es una alternativa de convivencia para que los menores tutelados puedan crecer en una familia, evitando la institucionalización a largo plazo y sus riesgos. Nuevo Futuro se coordina con los organismos competentes para evaluar los casos susceptibles de acogida familiar, y actuar priorizando los intereses y el bienestar del menor.
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Dos princesitas que vivían en un castillo
con su mamá, la Reina del País de
Siempre Soñar…
No había en esas tierras dos niñas más
buenas, bonitas, valientes, luchadoras,
trabajadoras, creativas, soñadoras y
graciosas… Además, eran geniales como
amigas y sabían un montón de juegos y
canciones, por lo que todo el mundo
quería estar y jugar con ellas.
Su mamá era una
reina muy buena,
inteligente y guapa
también… Inventaba
historias fantásticas,
todos los niños y niñas
del reino hacían cola
para escucharla.
Un día llegó un caminante al castillo.
Este habló con la reina sobre la
existencia de un tesoro escondido que
podría ayudar a las princesitas a llenarse
de sabiduría, a conocer personas
alucinantes, y países nuevos en los que
vivir las aventuras fantásticas que tanto
contaba su mamá.
¡Qué difícil decisión!
La reina no quería separarse de sus
princesitas…pero sabía que el país de
Siempre Soñar se les había quedado
pequeño y que con el tesoro crecerían más
y mejor…
Un día, se armó de valor, sentó a las
princesitas en su regazo y les explicó que
debían viajar en busca del tesoro.
Dentro encontraron:
Una estrella que
brillaba más que el
sol…
La reina les dijo:
”Esta estrella os ayudará a encontrar
el mejor camino…debéis escuchar sus
consejos siempre”.
Una flor que
tenía el mejor olor
del mundo.
La reina les dijo…
“Esta flor os dará fuerza cuando
estéis cansadas y tristes…Cuando
sintáis que no podéis más y os entren
ganas de renunciar al tesoro”.
Una llave
hecha de muchos
diamantes.
Era una llave
muy especial…pues siempre que lo
desearan podrían ver y abrazar a su
mamá, la reina.
Las
princesitas y
la reina
lloraron al
despedirse…
pues querían quedarse juntas en el
castillo…
La reina les dijo:
“Mis princesitas… ¿¿veis aquella
estrella que brilla en cielo??
“Es de día… y hay sol…pero aún así
está brillando… Es igual que lo que
mamá siente por vosotras… siempre
estaré ahí, pase lo que pase…
cuando estéis tristes porque me echéis de
menos quiero que la miréis para que
nunca se os olvide que estoy cerquita de
vuestros corazones y que siempre os llevo
conmigo”.
Se abrazaron y entendieron que conseguir
el tesoro era lo mejor para ellas y que
debían hacer caso a su mamá… así que,
no sin miedo y tristeza, cogieron las
mochilas que su madre con tanto cariño
les había preparado, y se pusieron rumbo
a su asombrosa e inesperada aventura.
Caminaron y
caminaron
durante horas y
horas…
Ya estaban muy cansadas cuando de
pronto vieron una Granja…
No sabían si debían entrar o no…así
que sacaron la mochila que la reina les
había dado y preguntaron a la estrella
qué debían hacer.
“Entrad” dijo la
estrella, “es un buen
sitio para vosotras”
Y así lo
hicieron…
Varios granjeros y granjeras les
invitaron a entrar y les ofrecieron
quedarse con ellos… “aprenderéis
muchas cosas aquí”, dijeron.
Y así fue…
Las princesitas aprendieron a ordeñar a
las vacas, a cuidar a los cerditos, dar de
comer a todos los animales…
Hicieron muchos amigos y
amigas allí, a los que
querían mucho.
De pronto una noche…
La mochila comenzó a brillar muy muy
fuerte.
La abrieron y le preguntaron a la
estrella…
“Estrellita…¿¿porqué brillas tanto??
¿¿Qué sucede??”
“Debéis partir de nuevo, princesas…
Este no es vuestro lugar. Aquí nunca
encontraréis el
tesoro”
Ambas se entristecieron… Eran felices
en la Granja, habían hecho muchos
amigos allí… ¿Porqué debían irse?
“¡No queremos irnos!
¡¡Aquí estamos bien y no
sabemos qué encontraremos
en el camino…nos da
miedo!!”
Llegó entonces un olor embriagador que
procedía de la
mochila…
Era la flor que la reina
les había dado… Olía
más fuerte cada vez…
“¿Qué ocurre flor?”...preguntaron las
princesas.
“Queridas princesas…
Sé que tenéis miedo…
Sé que es difícil empezar
de nuevo el camino…pero
debéis confiar en mí…
Yo sé que podéis conseguir llegar al
tesoro.”
Las princesas se
miraron la una a la
otra y se dieron muy
muy fuerte la
mano…
para, de nuevo, emprender el camino, no
sin antes despedirse de los granjeros y los
animales… a quiénes siempre
recordarían con una sonrisa por todo lo
que les habían ayudado y enseñado.
Los granjeros les dieron un caballo para
que el camino les fuera más fácil y
llevadero…
Cabalgaron
durante todo el
día y toda la
noche…
Cuando…a lo lejos vieron lo que parecía
ser una casita.
Cuando se acercaron…vieron que era de
color verde, y en su interior se escuchaban
risas y canciones.
Decidieron preguntarle
a la estrella qué debían hacer…
“Aquí seréis felices…
y conseguiréis estar más
cerca del tesoro.
Entrad
pequeñas”
Obedecieron a la estrella y entraron de la
mano…
La princesa más pequeña tenía miedo y
lloraba porque aún echaba de menos a
sus amigos de la
Granja…
Pero su hermana le
recordaba que estaban
juntas y cuidarían la una
de la otra.
En la casa verde vivían varias mujeres y
6 niños… Les invitaron a entrar y les
enseñaron sus aposentos.
“Aquí os cuidaremos y os ayudaremos en
todo lo que necesitéis…”
Las princesas
exclamaron…
“¡Qué familia
tan rara sois!”
“Princesas…
aunque no somos ni hermanos, ni padres,
ni madres,… somos también una
familia… porque nos ayudamos cuando
lo necesitamos, nos enseñamos los unos a
los otros cuando no sabemos algo, nos
animamos cuando estamos tristes, si
hacemos algo mal nos lo decimos y nos
perdonamos… Y lo más
importante…nos queremos tanto como si
todos tuviéramos la misma sangre”.
Las princesas no
entendieron muy bien lo
que pasaba en esa
casa… pero poco a poco… conforme
pasaban los días… fueron entendiendo
aquellas palabras, pues todos ellos
formaban ya parte de su corazón…
Pero… ¿qué ocurre? En la casita verde
las princesas son felices y aún así esta
noche están llorando…
¿Qué sucede?
Parece que echan de menos a su
mamá…la reina del País de Siempre
Soñar.
Es entonces, cuando la princesa más
mayor, que era muy inteligente y tenía
muy buenas ideas…
recuerda la llave que les
dio su mamá, con la que
siempre podrían verse y
abrazarse.
Al sujetar la llave las dos princesas
juntas… aparece su mamá quién las
abraza y las besa…
“Hijas mías… estoy muy
orgullosa del camino que estáis haciendo.
Recordad que mamá os quiere y os lleva
consigo siempre… como la estrella que
brilla en el cielo…”
…
Las princesitas echan de menos a la
reina… Pero siguen haciendo todo lo
que la estrella les aconseja para poder
llegar al Gran Tesoro.
Un día… la estrella
tenía una noticia muy
importante para ellas…
De nuevo debían comenzar otro camino
para conseguir el Tesoro… “Ya os
queda poco para alcanzarlo”, les dijo.
Las princesitas no se lo podían creer…
“¿Otra vez debemos
irnos? Si aquí estamos
bien!!!
¿ No podemos volver al
castillo con la reina?”
Una mujer de la casita verde, que las
cuidaba y las quería mucho mucho
mucho, les dijo…:
“Princesas… sé que aquí estáis
bien…y que queréis volver al País de
Siempre Soñar…pero recordad que aún
no habéis llegado al tesoro que es lo que
vuestra mamá quería para vosotras”
La flor entonces habló de nuevo…
“Es difícil volver al camino… sé que
estáis cansadas de viajar…pero juntas
podréis conseguirlo. ¡Ánimo princesas!”
¡Qué difícil despedirse de los habitantes
de la casita verde! ¡Habían vivido tantas
aventuras juntos…!
y ahora había que decir adiós.
“No es un adiós, princesas”, dijeron los
habitantes de la casa.
“Siempre podréis venir a visitarnos.
Las puertas de la casita verde siempre
estarán abiertas para vosotras y vuestra
magia vivirá no se irá jamás de estas
paredes. Buena suerte en el
camino…sabemos que encontraréis el
Gran Tesoro”
… y con todo el cariño de los habitantes
de la casita verde dónde siempre tendrían
un lugar muy especial.
Al principio se sintieron tristes y
apenadas por tener que dejar de nuevo lo
que era su hogar… pero pronto
recordaron que la aventura no había
hecho más que empezar…Todavía les
quedaba muchas historias que vivir,
mucho amor que recibir, nuevas
fragancias que oler y muchos manjares
que saborear…
Y lo más importante de todo…
Las princesitas nunca estarían solas,
puesto que el amor de todas las personas
que había conocido y la sabiduría que
habían ido recogiendo en el camino les
acompañarían por siempre.
Agarraron con decisión sus mochilas,
respiraron hondo y prosiguieron con su
viaje de aventuras…
Y…colorín colorado este
cuento no ha acabado…