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La rivalidad entre Manolo y Eva. De enemigos a novios. Cuento elaborado en la sesión sobre el machismo por los y las parcipantes del Taller de Filosoa para Niños: Ángela Sánchez-Gil, Elsa Olivares, Julián Reillo, Juan Menéndez-Flores, Rodrigo De la Guía y Violeta Torres. Edición: Jorge Sánchez-Manjavacas Mellado (jorge@koinefilosofica.org) Taller de Filosoa para niñas y niños del Colegio Sagrado Corazón de Jesús (Campo de Criptana) 2013 © www.koinefilosofica.org @koinefilo

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La rivalidad entre Manolo y Eva.

De enemigos a novios.

Cuento elaborado en la sesión sobre el machismo por los y las

participantes del Taller de Filosofía para Niños: Ángela Sánchez-Gil,

Elsa Olivares, Julián Reillo, Juan Menéndez-Flores, Rodrigo De la Guía y

Violeta Torres.

Edición: Jorge Sánchez-Manjavacas Mellado ([email protected])

Taller de Filosofía para niñas y niños del Colegio Sagrado Corazón de Jesús

(Campo de Criptana) 2013 ©

www.koinefilosofica.org @koinefilo

Introducción.

Pero, ¿para qué sirve todo esto que hacemos?

Alguna vez, alguno de vosotros se ha podido llegar a preguntar qué es

eso que hacemos en el taller de filosofía para niñas y niños. Y no es de

extrañar. Un grupo de personas que se reúne dos veces por semana

para hablar sobre temas “filosóficos”. Temas que tal vez nadie se para

a entenderlos pero que, de una manera o de otra, nos afectan en

nuestras vidas cotidianas.

¿Para qué preguntarse esas cosas? ¿Para qué preguntárselas a niños?

La respuesta es, o debería ser, bastante sencilla si acudimos al fondo

de la problemática. Habitualmente consideramos que la educación de

los más pequeños debe estar configurada de una forma concreta. Van

a colegio a aprender cosas nuevas que le servirán en el futuro para

tener un trabajo mejor, un coche más caro, una vida más cómoda.

Pero y dónde queda el preguntarse si esa es la vida que es “buena”.

Un taller de Filosofía para niños y niñas pretende, ni más ni menos,

que ellos tengan la capacidad de trabajar sus razones y preocupacio-

nes, sus argumentos, sus inquietudes en un espacio y una atmósfera

de respeto y comprensión en la que ellos son protagonistas, y donde

ellos la crean y la transforman en función de sus necesidades.

En nuestro taller, que comenzó en Octubre de 2013, hemos trabajado

temas como: el Yo, la amistad, la felicidad, saber perder, la muerte, las

preguntas, etc. Pero también, hemos aceptado que ellos creen un es-

pacio para su reflexión, eligiendo los temas como el machismo, los ce-

los, las mentiras, el origen del universo, etc. Y las preguntas que lleva-

ban a casa para seguir así con sus inquietudes. Porque son niños y que

tengan preguntas sobre el mundo que les rodea es lo más normal.

Esperamos poder seguir haciendo esto posible en 2014. Seguir ahí,

intentando hacerlo cada vez mejor para que este espacio que hemos

creado, de buenos frutos filosóficos en las niñas y niños que han queri-

do venir a acompañarnos.

Y como no nos gustan los finales que terminan comiendo perdices to-

dos los días, simplemente os decimos: se acabó. FIN

Justo, en aquel momento, Manolo se dio cuenta que Eva era una de las

chicas más guapa que conocía y Eva también se percató de lo buen

amigo que había sido con ella desde pequeño. Sin darse cuenta, sólo

con esta amabilidad y buen trato que se habían mostrado, se enamo-

raron.

Desde aquél día en el valle, ese valle que les había visto crecer desde

que eran pequeños, surgió una preciosa historia de amor que dura

hasta nuestros días.

Gracias por haber hecho posible y por seguir haciendo posible la

Érase una vez, un chico que se llamaba Manolo y una chica que se lla-

maba Eva.

Habían sido amigos toda su infancia, se conocían como hermanos. Un

día algo en ellos dos cambió. Empezaron a competir por todo. Manolo

creía que los chicos eran mejores que las chicas y que Eva no era ni

digna amiga suya. Eva, por otro lado, pensaba que Manolo le traba

injustamente. No aguantaría más eso.

Empezaron a tener mucha rivalidad, crecieron siendo rivales. En todo

competían por ver quién era mejor. Cuanto más tiempo pasaba, Ma-

nolo menos podía ver a Eva. Hasta habían llegado a pensar que eran

sucios enemigos.

Cuando Eva llegó al valle, Manolo le dijo: -Tenemos que terminar con

esto, es una tontería.

Eva, por otro lado, dijo: -Yo también he estado pensando en casa que

seguir discutiendo por saber quién es mejor en algo es absurdo. Cada

uno somos buenos en algunas cosas y eso no nos hace superiores, sim-

plemente buenos, debería ser suficiente para alegrarnos juntos. Mano-

lo le pidió perdón a Eva, ella hizo lo mismo con él.

Al día siguiente, Manolo llegó mucho antes que Eva al valle. Allí estuvo

pensando durante bastante tiempo para decidir qué le diría o qué ha-

ría. Durante ese tiempo, se acordó de todos aquellos buenos momen-

tos que habían vivido juntos. Al final, cayó en la que cuenta de que no

merecía la pena seguir con esa tonta rivalidad.

Un día, estando en el recreo de su colegio, Eva pidió jugar al fútbol con

el equipo de Manolo. Como había estado entrenando en casa, durante

ese partido marcó un gol dejando avergonzado y enfurecido a Manolo.

Se sentía en ridículo cuando Eva jugaba con sus amigos.

Después del colegio, Manolo decidió ir a visitar a Eva para hablar con

ella. Al llegar a su casa, le dijo, bastante enfadado, que por su culpa, al

marcar el gol, él se había cabreado tanto que ya no supo jugar bien en

lo que quedaba de partido. Sus amigos le habían echado del equipo y

se sentía humillado.

Manolo casi ni pensó lo que le dijo a continuación, pero salió de él esta

frase: “Esta tarde a las 17:15 en el valle”. Después, se fue corriendo de

casa de Eva.

Aquel sitio donde quedaron era un valle cercano a su pueblo, en él,

habían jugado juntos durante toda su infancia. Tal vez era uno de los

lugares más bonitos de la zona.

Sin embargo, ninguno de los dos sabía muy bien para qué ir allí.