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Cuentos Con Alma

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Cuentos Con AlmaBy vallmoflo | Studymode.comIx v_y

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CUENTOS CON ALMAPuentes, de Luz

No somos seres humanos con experiencia espiritual; somos seres espirituales con una experiencia humanaTeilhard de Chardin

Coleccin

Serendipity

Cuentos con Alma(PUENTES DE LUZ)

Escritos y recopilados por

ROSARIO GMEZ ALFONSO

CilCi

Adiciones

AgradecimientosA los autores de estos cuentos tan humanos, y que nos llevan a reflexionar sobre tantas verdades, por permitir que se publiquen y conecten a ms seres con su alma. Por ser puentes de Luz. Por traer un poquito del cielo a la Tierra con sus historias. A todos los trabajadores de Luz que hay en, y alrededor, del planeta, que van alumbrando el camino a todos los que encuentran en su sendero.

Diseo de cubierta: Rafael Soria Editorial Por un Mundo Mejor Santiago de Chile (Chile) De la presente edicin espaola: GAIA Ediciones, 2006 Alquimia, 6 28935 Mstoles (Madrid) - ESPAA Tels.: 91 614 53 46 - 91 614 58 49 Fax: 91 618 4 0 1 2 e-mail: [email protected] - www.alfaomega.es Primera edicin: diciembre de 2006 Depsito Legal: M. 48.595-2006 ISBN 10: 84-8445-171-2 ISBN 13: 978-84-8445-171-6 Impreso en Espaa por: Artes Grficas COFAS, S.A. - Mstoles (Madrid) Queda prohibida, salvo excepcin prevista en la ley, cualquier forma de reproduccin, distribucin, comunicacin pblica ytransformacin de esta obra sin contar con autorizacin de los titulares de propiedad intelectual. La infraccin de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (artculo 270 y siguientes. Cdigo Penal). El Centro Espaol de Derechos Reprogrficos (www.cedro.org) vela por el respeto de los citados derechos.

Dedicado al despertar de la humanidad y a que nos conectemos con ese pedacito ms amoroso que tenemos dentro. Para que la Paz, el Amor y la Luz reinen en la Tierra. Santiago, Chile Septiembre 2001

NDICECon todo mi cario, tambin dedico este libro a mis padres, Ricardo y M. Eliana, que me han acompaado en este vuelo; con mucho amor, a mis hijos Sebastin y M. Jos; a mi familia de la Tierra y la de las estrellas; a mis socios, que habitan en una dimensin ms alta que la nuestra y que me usan de puente para que su mensaje llegue a todos ustedes. A Sami, un ser muy especial para m, por su ternura y por todo lo que me ha enseado... Y a muchos otros SERES amorosos que me acompaan en este viaje y que me ayudan a llevar adelante este proyecto.ROSARIO GMEZ

Sabidura canina

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LIBRO I Quizs l slo quera darle nimoLa estrella La silla El rbol de los problemas El crculo del noventa y nueve El calentador de asiento El peso de una oracinSonre El amor verdadero Riqueza La caja llena de besos Maana puede ser muy tarde El hijo El valor de los amigos La actitud interior lo es todo Una linda historia de amor El puente Valorar Un mensaje muy especial Media frazada 17 19 21 23 24 30 33 35 38 40 41 43 45 48 51 54 57 59 61 64

Septiembre del 2002 Santiago de Chile

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CUENTOS CON ALMA

NDICE I

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El beber y conducir no se deben nunca mezclar La vasija agrietada El carpintero Mam La casa del cielo Reportaje a Dios El elefante El gusanitoLas tres bardas Las cosas no siempre son lo que parecen Milagros del cielo Perlas genuinas Nuestra boca tiene poder La maana La taza de cermica El bordado de Dios Los pavos no vuelan La rosa y el sapo El corazn perfecto Humildad Tres deseos A tiempoPerdn Carta a Dios Respuesta de Dios Estrellas de mar El bigote del tigre Compaa Nunca estarn solos al volar Instrucciones para una vida mejor Lo que es necesario tener en el maletn de primeros auxilios

66 68 70 72 74 77 80 82 85 86 88 90 92 94 97 100 102 104 106 108 109 111 113 115 117 124 126 130 132 134 137

LIBRO II

La invitacin Sers un triunfador Amar es dar todo Almorzando con Dios Inventario Auxilio en la lluvia Lo que damos, regresa Apariencias Creatividad frente a los problemas No saba cmo educar... hasta que te conoc Existe Dios? Qu significa amor? Cuestin de fe Free software Amor sin condiciones Un clavo en la puerta El secreto para ser feliz Los problemas del mundo Las puertas delcielo La felicidad El amor y la locura Ensear con el ejemplo Vive el presente Los ngeles estn aqu Envejecer es obligatorio... madurar es optativo Amor de madre Belleza y fealdad Obstculos en nuestro camino Calidoscopio Como papel arrugado

141 143 144 146 148 151 152 154 156 158 162 163 165 167 170 172 173 175 177 179 181 184 185 187 190 191 192 193 194 196

10 I CUENTOS CON ALMA

Bendiciones Una bolsa de agua caliente Una leccin de mi padre Luz para el camino Los dos perritos Las dos semillas Remedio Amar la vida Los regalos que no tenemos que aceptar Honestidad Hoy por ti maana por mEn la diversidad est la perfeccin La guerra Decir... te amo Cita con Dios Helado para el alma Cruz pesada Adis, querido pap Cuando la fruta no alcance El mantel Cuentos de los padres del desierto El sueo del sultn Carta del jefeSeattle al presidente de Estados Unidos Desiderata

198 200 203 205 206 208 209 210 211 213 215 217 221 222 225 227 229 230 232 234 237 241 243 248

Escucha, hermano, la cancin de la alegra. El canto alegre del que espera un nuevo da. Ven, canta, suea cantando. Vive soando el nuevo Sol en que los hombres volvern a ser hermanos. Si es que no encuentras la alegra en esta tierra, bscala, hermano, ms all de las estrellas. Si en tu camino slo existe la tristeza y el llanto amargo de la soledad completa. Ven, canta, suea cantando. Vive soando el nuevoSol en que los hombres volvern a ser hermanos. Ven, canta, suea cantando. Vive soando el nuevo Sol en que los hombres volvern a ser hermanos. Ven, canta, suea cantando. Vive soando el nuevo Sol en que los hombres volvern a ser hermanos.

(Basado en el ltimo movimiento de la Novena Sinfona, de Beethoven. Letra: Amado Regueiro Rodrguez.)

SABIDURA CANINAAprende a actuar con sabidura canina. Intntalo, vale la pena: 1. Nunca dejes pasar la oportunidad de salir a pasear. 2. Experimenta la sensacin del aire fresco y del viento en t u cara slo por placer. 3. Cuando alguien a quien amas se aproxima, corre para saludarlo (a). 4. Cuando haga falta, practica la obediencia. 5. Deja que los dems conozcan cundo estn invadiendo tu territorio. 6. Siempre que puedas, chate una siesta y estrate antes de levantarte. 7. Corre, salta y juega diariamente. 8. S siempre leal. 9. Come con gusto y con entusiasmo, pero detente cuando ya ests satisfecho. 10. Nunca pretendas ser algo que no eres. 11. Si lo que deseas est enterrado, cava hasta encontrarlo. 12. Cuando alguien tenga un mal da, guarda silencio, sintate cerca de l (ella) y trata de agradarlo (a). 13. Cuando quieras llamar la atencin, deja que alguien te toque. 14. Evita morder por cualquier problema. 15. En los das clidos, acustate sobre tu espalda en el prado. 16. En los das de ms calor, bebe mucha agua y descansabajo un rbol frondoso o en tu rinconcito preferido.

14 I CUENTOS CON ALMA

17. Cuando te sientas feliz, baila y balancea tu cuerpo. 18. No importa cuntas veces seas censurado, no asumas ningn rencor y no te entristezcas... Corre inmediatamente hacia tus amigos. 19. Algrate por el simple placer de una caminata. 20. Mantente siempre alerta pero tranquilo. 21. Da cario con alegra y deja que te acaricien.AUTOR DESCONOCIDO

LIBRO I

Cuentos con Alma(Puentes de Luz]Historias para leer con calma, sin prisas; tal vez para leer de una vez y abrirse a recibir el mensaje que nos trae cada una de ellas. Historias para leer con los ojos del corazn y reflexionar. Historias que entibian el alma, que nos invitan a vivir desde otro punto.

LIBRO I

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QUIZS L SLO QUERA DARLE NIMODos hombres, ambos gravemente enfermos, ocupaban la misma habitacin de un hospital. A uno de ellos se le permita sentarse en su cama, por una hora y cada tarde, para ayudar a drenar los fluidos de sus pulmones. Su cama estaba junto a la nica ventana del cuarto. El otro hombre deba permanecer todo el tiempo en su cama, tendido sobre su espalda. Los hombres conversaban horas y horas. Hablaban acerca de sus esposas y familias, de sus hogares, de sus trabajos, de su servicio militar, de cuando estaban de vacaciones, etc. Y cada tarde, en la cama cercana a la ventana, el hombre que podasentarse se pasaba el tiempo describindole a su compaero de cuarto el paisaje que l poda ver desde all. El hombre de la otra cama comenzaba a vivir, en esos pequeos intervalos de una hora, como si su mundo se agrandara y reviviera por toda la actividad y el color del mundo exterior. Se divisaba desde la ventana un hermoso lago, cisnes, personas nadando y nios jugando con sus pequeos barcos de papel. Jvenes enamorados caminaban abrazados entre flores de todos los colores del arco iris. Grandes y viejos rboles adornaban el paisaje, y una ligera vista del horizonte de la ciudad poda divisarse a la distancia. Como el hombre de la ventana describa todo esto con exquisitez de detalles, el hombre de la otra cama poda cerrar sus ojos e imaginar tan pintorescas escenas. Una clida tarde de verano, el hombre de la ventana le des-

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cribi un desfile que pasaba por ah. A pesar de que el hombre no poda escuchar a la banda, s poda ver todo en su mente, pues el caballero de la ventana le describa todo con palabras muy descriptivas. Das y semanas pasaron. Un da, cuando la enfermera de maana llega a la habitacin llevando agua para el aseo de cada uno de ellos, descubre el cuerpo sin vida del hombre de la ventana, el mismo que haba muerto tranquilamente en la noche mientras dorma. Ella se entristeci mucho y llam a los auxiliares del hospitalpara trasladar el cuerpo. Tan pronto como crey conveniente, el otro hombre pregunt si poda ser trasladado cerca de la ventana. La enfermera estaba feliz de realizar el cambio; luego de estar segura de que estaba confortablemente instalado, ella le dej solo. Lenta y dolorosamente se incorpor, apoyado en uno de sus codos, para tener su primera visin del mundo exterior. Finalmente, iba a tener la dicha de verlo por s mismo. Se estir para, lentamente, girar su cabeza y mirar por la ventana que estaba junto a la cama. Slo haba un gran muro blanco. Eso era todo. El hombre pregunt a la enfermera qu pudo haber obligado a su compaero de cuarto a describir tantas cosas maravillosas a travs de la ventana. La enfermera le contest que ese hombre era ciego y que, por ningn motivo, l poda ver esa pared. Ella dijo: Quizs l solamente quera darle nimo.AUTOR DESCONOCIDO

LA ESTRELLAExistan millones de estrellas en el cielo. Estrellas de todos los colores: blancas, plateadas, verdes, doradas, rojas y azules. Un da, inquietas, ellas se acercaron a Dios y le dijeron: Seor Dios, nos gustara vivir en la Tierra entre los hombres. As ser hecho respondi el Seor. Las conservar a todas ustedes pequeitas, como son vistas, para que puedan bajar a la Tierra. Cuntase que, en aquella noche, hubo una linda lluvia de estrellas. Unas se acurrucaron en las torres de las iglesias;otras fueron a jugar y a correr junto con las lucirnagas por los campos, y algunas se mezclaron con los juguetes de los nios... Y la Tierra qued maravillosamente iluminada. Pero con el transcurrir del tiempo, las estrellas decidieron abandonar a los hombres y volver para el cielo, dejando la Tierra oscura y triste. Por qu volvieron? pregunt Dios, a medida que ellas iban llegando al cielo. Seor... no nos fue posible permanecer en la Tierra. All existe mucha miseria y violencia, mucha maldad, mucha injusticia... Y el Seor les dijo: ^Clarol El lugar de ustedes est aqu, en el cielo; la Tierra es el lugar de lo transitorio, de aquello que pasa, de aquel que cae, de aquel que yerra, de aquel que muere... Nada es perfecto. El cielo es el lugar de la perfeccin, de lo inmutable, de lo eterno; donde nada perece.

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Despus de llegar todas las estrellas y verificar su nmero, Dios habl de nuevo: Nos est faltando una estrella... Ser que se perdi en el camino? Un ngel, que estaba cerca, replic: Seor, una estrella decidi quedarse entre los hombres; ella descubri que su lugar es exactamente donde existe la imperfeccin, donde hay lmites, donde las cosas no van bien, donde hay lucha y dolor. Mas qu estrella es sa? volvi Dios a preguntar. Es la esperanza, Seor; la estrella verde... La nica estrella de ese color. Y cuando miraronhacia la Tierra, la estrella no estaba sola. La Tierra estaba nuevamente iluminada porque haba una estrella verde en el corazn de cada persona. Porque el nico sentimiento que el hombre tiene, y Dios no necesita tener, es la esperanza. Dios ya conoce el futuro y la esperanza es propia de la persona humana, propia de aquel que yerra, de aquel que no es perfecto, de aquel que no sabe cmo ser el futuro.AUTOR DESCONOCIDO

LA SILLAUna joven le pidi al sacerdote que fuera a su casa a hacer una oracin para su padre, que estaba muy enfermo. Cuando el sacerdote lleg a la habitacin del enfermo, encontr a este hombre en su cama con la cabeza alzada por un par de almohadas. Haba una silla al lado de su cama, por lo que el sacerdote asumi que el hombre saba que vendra a verlo. Supongo que me estaba esperando le dijo. No. Quin es usted? dijo el hombre. Soy el sacerdote que su hija llam para que orase con usted; cuando vi la silla vaca al lado de su cama, supuse que usted saba que yo vendra. [Oh, s1., la silla dijo el hombre enfermo. Le importara cerrar la puerta? El sacerdote, sorprendido, la cerr. Nunca le he dicho esto a nadie, pero toda mi vida la he pasado sin saber cmo orar. Cuando he estado en la iglesia he escuchado siempre, al respecto de la oracin, que se debe orar y los beneficios que trae, etctera, pero siempre esto de las oraciones me entr por unodo y sali por el otro, pues no tengo ni idea de cmo hacerlo; hace mucho tiempo, desde entonces, abandon por completo la oracin. Esto ha sido as, en m, hasta hace unos cuatro aos, cuando conversando con mi mejor amigo me dijo: Jos, esto de la oracin es simplemente tener una conversacin con Dios. As es como te sugiero que lo hagas: te sientas en una silla y colocas otra silla vaca enfrente tuyo; luego, con fe, miras a Dios sentado delante de ti. No es algo alo-

Recibe en este momento esta estrellita en tu corazn: la Esperanza..., tu estrella verde. No dejes que ella huya y no permitas que se apague. Ten certeza que ella iluminar tu camino... S siempre positivo y agradece a Dios por todo. S siempre feliz y contagia con tu corazn iluminando a otras personas.

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cado el hacerlo, pues l nos dijo: Yo estar siempre con vosotros. Por tanto, le hablas y lo escuchas de la misma manera como lo ests haciendo conmigo ahora mismo. Es as que lo hice una vez y me gust tanto, que lo he seguido haciendo unas dos horas diarias desde entonces. Siempre tengo mucho cuidado que no me vaya ver a mi hija, pues me internara de inmediato en la casa de los locos. El sacerdote sinti una gran emocin al escuchar esto, y le dijo a Jos que era muy bueno lo que haba estado haciendo y que no cesara de hacerlo; luego, hizo una oracin con l, leextendi una bendicin, los santos leos y se fue a su parroquia. Dos das despus, la hija de Jos llam al sacerdote para decirle que su padre haba fallecido. El sacerdote le pregunt: Falleci en paz? S. Cuando sal de casa, a eso de las dos de la tarde, me llam y fui a verlo a su cama. Me dijo lo mucho que me quera y me dio un beso. Cuando regres de hacer compras una hora ms tarde, ya lo encontr muerto. Pero hay algo extrao al respecto de su muerte, pues aparentemente justo antes de morir se acerc a la silla que estaba al lado de su cama y recost su cabeza en ella, pues as lo encontr. Qu cree usted que pueda significar esto? El sacerdote se sec las lgrimas de emocin, y le respondi: Ojal que todos nos pudisemos ir de esa manera.AUTOR DESCONOCIDO

EL RBOL DE LOS PROBLEMASEl carpintero que haba contratado para que me ayudara a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer da de trabajo. Su cortadora elctrica se estrope y le hizo perder una hora de trabajo, y ahora su antiguo camin se niega a arrancar. Mientras lo llevaba a su casa, se sent en silencio. Una vez que llegamos, me invit a conocer a su familia. Mientras nos dirigamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeo rbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos. Cuando se abri la puerta, ocurri una sorprendente transformacin: su bronceada cara estaba plenade sonrisas. Abraz a sus dos pequeos hijos y le dio un beso a su esposa. Posteriormente, me acompa hasta el coche. Cuando pasamos cerca del rbol, sent curiosidad y le pregunt acerca de lo que le haba visto hacer un rato antes. Oh!, se es mi rbol de problemas contest. S que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. As que, simplemente, los cuelgo en el rbol cada noche cuando llego a casa. Luego, en la maana, los recojo otra vez. Lo divertido es dijo sonriendo que cuando salgo en la maana a recogerlos, ni remotamente hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior.AUTOR DESCONOCIDO

Sabidura..., sabidura,

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EL CRCULO DELNOVENTAY NUEVEHaba una vez un rey muy triste que tena un sirviente que, como todo sirviente de rey triste, era muy feliz. Todas las maanas llegaba con el desayuno y despertaba al rey cantando y tarareando alegres canciones de juglares. Una sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre. Un da, el rey lo mand llamar. Paje, cul es el secreto de tu alegra? le pregunt. No hay ningn secreto, alteza. No me mientas, paje. He mandado cortar cabezas por ofensas menores que una mentira. No le miento, alteza. No guardo ningnsecreto. Por qu ests siempre alegre y feliz? [Eh! Por qu? Majestad, no tengo razones para estar triste. Su alteza me honra permitindome atenderlo. Tengo mi esposa y mis hijos viviendo en la casa que la corte nos ha asignado, somos vestidos y alimentados; adems, su alteza me premia de cuando en cuando con algunas monedas para darnos algunos gustos, cmo no estar feliz? Si no me dices ahora mismo el secreto, te har decapitar dijo el rey. Nadie puede ser feliz por esas razones. Pero majestad, no hay secreto. Nada me gustara ms que complacerlo, pero no hay nada que yo est ocultando... Vete. [Vete antes de que llame al verdugo! El sirviente sonri, hizo una reverencia y sali de la habitacin. El rey estaba como loco. No consigui explicarse cmo el

paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y alimentndose de las sobras de los cortesanos. Cuando se tranquiliz, llam al ms sabio de sus asesores y le cont su conversacin de la maana. Por qu l es feliz? [Ah, majestad! Lo que sucede es que l est fuera del crculo. Fuera del crculo? As es. Y eso es lo que le hace feliz? No, majestad; eso es lo que no le hace infeliz. A ver si entiendo, estar en el crculo le hace infeliz? As es. Y cmo sali? [Nunca entr! Qu crculo es se? El crculo del noventa y nueve. Verdaderamente, no entiendo nada. La nica manera para que entendiera seramostrrselo con los hechos. Cmo? Haciendo entrar a tu paje en el crculo. [[[Eso!!!, obligumosle a entrar. Alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el crculo. Entonces habr que engaarlo. No hace falta, su majestad. Si le damos la oportunidad, l entrar slito, slito. Pero l no se dar cuenta de que eso ser su infelicidad? S, se dar cuenta. Entonces no entrar. No lo podr evitar. Dices que l se dar cuenta de la infelicidad que le cau-

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sar entrar en ese ridculo crculo y de todos modos entrar en l y no podr salir? Tal cual. Majestad, est dispuesto a perder un excelente sirviente para poder entender la estructura del crculo? S. Bien; esta noche le pasar a buscar. Debe tener preparada una bolsa de cuero con noventa y nueve monedas de oro, ni una ms ni una menos. [Noventa y nuevel Qu ms? Llevo los guardias, por si acaso. Nada ms que la bolsa de cuero, majestad. Hasta la noche. Hasta la noche, as fue. Esa noche, el sabio pas a buscar al rey. Juntos, se escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron junto a la casa del paje. All esperaron el alba. Cuando dentro de la casa se encendi la primera vela, el hombre sabio agarr la bolsa y le pinch un papel, que deca: Este tesoro es tuyo. Es el premio por ser un buen hombre. Disfrtalo, y no cuentes a nadie cmo lo encontraste. Luego,at la bolsa con el papel en la puerta del sirviente; golpe y volvi a esconderse. Cuando el paje sali, el sabio y el rey espiaban detrs de unas matas lo que suceda. El sirviente vio la bolsa, ley el papel, agit la bolsa y, al escuchar el sonido metlico, se estremeci, apret la bolsa contra su pecho, mir hacia todos los lados de la puerta y volvi a entrar. El sabio y el rey se asomaron a la ventana para ver la escena. El sirviente haba tirado todo lo que haba sobre la mesa y dejado slo la vela. Se haba sentado y haba vaciado el contenido de la bolsa en la mesa. Sus ojos no podan creer lo que vean. [Era una montaa de monedas de oro! l, que nunca haba tocado una de estas monedas, tena hoy una montaa de ellas. El paje las tocaba y amontonaba, las aca-

riciaba y haca brillar la luz de la vela sobre ellas. Las juntaba y desparramaba, haca pilas de monedas. As, jugando y jugando, empez a hacer pilas de diez monedas. Una pila de diez, dos, tres, cuatro, cinco, seis pilas de diez... Y mientras, sumaba diez, veinte, treinta, cuarenta, cincuenta, sesenta..., hasta que form la ltima pila: [[[noventa y nueve monedas!!! Su mirada recorri la mesa primero, buscando una moneda ms; luego, el piso, y finalmente la bolsa. No puede ser, pens. Puso la ltima pila al lado de las otras y confirm que era ms baja. -[[Me robaron!! grit. Me robaron, malditos. Una vez ms,rebusc en la mesa, en el piso, en la bolsa, en sus ropas, vaci sus bolsillos y corri los muebles, pero no encontr lo que buscaba. Sobre la mesa, como burlndose de l, una montaita resplandeciente le recordaba que haba noventa y nueve monedas de oro. Slo noventa y nueve monedas. Es mucho dinero, pens. Pero me falta una moneda. Noventa y nueve no es un nmero completo pensaba. Cien es un nmero completo, pero noventa y nueve, [[no!! El rey y su asesor miraban por la ventana. La cara del paje ya no era la misma: estaba con el ceo fruncido y los rasgos tensos, los ojos se haban vuelto pequeos y arrugados, y la boca mostraba un horrible rictus, por el que asomaban los dientes. El sirviente guard las monedas en la bolsa y mirando hacia todos los lados para ver si alguno de la casa lo vea, escondi la bolsa entre la lea. Luego, tom papel y pluma, y se sent a hacer clculos. Cunto tiempo tendra que ahorrar el sirviente para comprar su moneda nmero cien? Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta. Estaba dispuesto

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a trabajar duro hasta conseguirla. Despus, quizs, no necesitara trabajar ms. Con cien monedas de oro un hombre puede dejar de trabajar. Con cien monedas de oro un hombre es rico. Con cien monedas se puede vivir tranquilo. Sac el clculo. Si trabajaba y ahorraba su salario y algn dinero extra que reciba, en onceo doce aos juntara lo necesario. l Doce aos es mucho tiempo, pens. Quiz pudiera pedirle a su esposa que buscara trabajo en el pueblo por un tiempo. Y l mismo, despus de todo, terminaba su tarea en palacio a las cinco de la tarde; podra trabajar hasta la noche y recibir alguna paga extra por ello. Sac las cuentas: sumando su trabajo en el pueblo y el de su esposa, en siete aos reunira el dinero. i Era demasiado tiempo! V. Quiz pudiera llevar al pueblo las sobras de la comida todas las noches y venderlo por unas monedas. De hecho, cuanto menos comieran, ms comida habra para vender... vender... vender... Estaba haciendo calor. Para qu tanta ropa de invierno? Para qu ms de un par de zapatos? Era un sacrificio, pero en cuatro aos de sacrificios llegara a su moneda cien. El rey y el sabio volvieron a palacio. El paje haba entrado en el crculo del noventa y nueve... Durante los siguientes meses, el sirviente sigui sus planes tal como se le ocurrieron aquella noche. Una maana, el paje entr a la alcoba real golpeando las puertas, refunfuando de malas pulgas. Qu te pasa? pregunt el rey, de buen modo. Nada me pasa; nada me pasa. Antes, no hace mucho, reas y cantabas todo el tiempo.

Hago mi trabajo, no? Qu querra su alteza, que fuera su bufn y su juglar tambin? No pas mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente. No era agradable tener unpaje que estuviera siempre de mal humor.AUTOR DESCONOCIDO

Moraleja: T y yo..., y todos nosotros, hemos sido educados en esta estpida ideologa: Siempre nos falta algo para estar completos... siempre hay que estar alcanzando, logrando, completando... y slo as, despus de alcanzar, lograr, completar, es que se puede gozar de lo que se tiene. Por tanto, nos ensearon: La felicidad deber esperar a completar lo que falta... Y como siempre nos falta algo... (si no lo creemos as nosotros, alguien se encargar de hacrnolos creer), nunca se puede gozar de la vida. Pero qu pasara si la iluminacin llegara a nuestras vidas? y nos diramos cuenta, as, de golpe, que nuestras noventa y nueve monedas son el tesoro completo, que no nos falta nada, que nadie se qued con lo nuestro, que nada tiene de ms redondo cien que noventa y nueve, que todo es slo una trampa, una zanahoria puesta frente a nosotros para que seamos estpidos, para que jalemos del carro, cansados, malhumorados, infelices o resignados. Una trampa para que nunca dejemos de empujar y que todo siga igual... eternamente igual1. ... cuntas cosas cambiaran si pudiramos disfrutar de nuestros tesoros... liiTAL COMO ESTN1.1.1.

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EL CALENTADOR DE AS IENTOUn muchacho viva solo con su padre; ambos tenan una relacin extraordinaria y muy especial. El joven perteneca al equipode ftbol de su colegio, pero normalmente no tena la oportunidad de jugar; bueno, casi nunca. Sin embargo, su padre permaneca siempre en las gradas hacindole compaa. El joven era el ms bajo de su clase; cuando comenz secundaria, insisti en participar en el equipo de ftbol del colegio; su padre siempre le daba orientacin y le explicaba claramente que l no tena que jugar ftbol, si no lo deseaba en realidad. Pero el joven amaba el ftbol, no faltaba a un entrenamiento ni a un partido, estaba decidido en dar lo mejor de s, se senta felizmente comprometido. Durante su vida de secundaria, lo recordaron como el calentador de banco debido a que siempre permaneca sentado. Su padre, con su espritu de luchador, siempre estaba en las gradas dndole compaa, palabras de aliento y el mejor apoyo que hijo alguno podra esperar. Cuando comenz la universidad, intent entrar al equipo de ftbol; todos estaban seguros que no lo lograra, pero a todos venci y entr en el equipo. El entrenador le dio la noticia, admitiendo que lo haba aceptado por cmo demostraba entregar su corazn y su alma en cada uno de los entrenamientos y, al mismo tiempo, les daba a los dems miembros del equipo el entusiasmo perfecto. La noticia llen por completo su corazn; corri al telfo-

no ms cercano y llam a su padre, quien comparti con l la emocin. Le enviaba, todas las temporadas, lasentradas para que asistiera a los partidos de la universidad. El joven era muy persistente: nunca falt a un entrenamiento ni a un partido durante los cuatro aos de la universidad, y nunca tuvo la oportunidad de participar en algn partido. Era el final de la temporada, y justo unos minutos antes de que comenzara el partido recibi un telegrama. El joven lo tom y luego de leerlo, lo guard en silencio; temblando, le dijo al entrenador: Mi padre muri esta maana! No hay problema de que falte al partido hoy? El entrenador le abraz, y le dijo: Toma el resto de la semana libre, hijo! Y no se te ocurra venir el sbado. Lleg el sbado y el partido no estaba muy bien; en el tercer cuarto, cuando el equipo tena diez puntos de desventaja, el joven entr al vestuario y, calladamente, se coloc el uniforme y corri hacia donde estaba el entrenador y su equipo, quienes estaban impresionados de ver a su luchador compaero de regreso. Entrenador, por favor, permtame jugar... [Yo tengo que jugar hoy! implor el joven. El entrenador pretenda no escucharle; de ninguna manera l poda permitir que su peor jugador entrara en el cierre de las eliminatorias. Pero el joven insisti tanto, que finalmente el entrenador, sintiendo lstima, lo acept: O.K., hijo, puedes entrar! El campo es todo tuyo. Minutos despus, el entrenador, el equipo y el pblico no podan creer lo que estaban viendo. El pequeodesconocido, que nunca haba participado en un partido, estaba haciendo todo perfectamente brillante; nadie poda detenerlo en el campo, corra fcilmente como toda una estrella.

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Su equipo comenz a ganar puntos, hasta que empataron el partido. En los ltimos segundos de cierre, el muchacho intercept un pase y corri todo el campo hasta ganar con un touch down. La gente que estaba en las gradas gritaba emocionada, y su equipo lo llevaba a hombros por todo el campo. Finalmente, cuando todo termin, el entrenador observ que el joven estaba sentado calladamente y solo en una esquina, se acerc y le dijo: [Muchacho, no puedo creerlo; estuviste fantstico! Dime, cmo lo lograste? El joven mir al entrenador, y le dijo: Usted sabe que mi padre muri... Pero saba que mi padre era ciego? el joven hizo una pausa y trat de sonrer. Mi padre asista a todos mis partidos, pero hoy era la primera vez que l podra verme jugar... [y yo quise mostrarle que s poda hacerlo!AUTOR DESCONOCIDO

EL PESO DE UNA ORACINLouise Redden, una mujer pobremente vestida y con una expresin de derrota en el rostro, entr en una tienda de abarrotes. Se acerc al dueo de la tienda y, de una forma muy humilde, le pregunt si poda fiarle algunas cosas. Hablando suavemente, explic que su marido estaba muy enfermo y no poda trabajar, que tenan siete hijos yque necesitaban comida. John Longhouse, el abarrotero, se mof de ella y le pidi que saliera de la tienda. Visualizando las necesidades de su familia, la mujer le dijo: Por favor, seor, le traer el dinero tan pronto como pueda. John le dijo: No puedo darle crdito porque usted no tiene cuenta con la tienda. Junto al mostrador haba un cliente que escuch la conversacin. El cliente se acerc al mostrador y le dijo al abarrotero que l respondera por lo que necesitara la mujer para su familia. El abarrotero, no muy contento con lo que pasaba, le pregunt de mala gana a la seora si tena una lista. Louise respondi: S, seor! Est bien le dijo el tendero. Ponga su lista en la balanza, y lo que pese la lista eso le dar en mercanca. Louise pens un momento, con la cabeza baja, y despus sac una hoja de papel de su bolso y escribi algo en ella. A con-

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tinuacin, puso la hoja de papel cuidadosamente sobre la balanza, todo esto con la cabeza baja. Los ojos del tendero se abrieron en asombro, al igual que los del cliente, cuando el plato de la balanza baj hasta el mostrador y se mantuvo abajo. El tendero, mirando fijamente la balanza, se volvi hacia el cliente, y le dijo: No puedo creerlo! El cliente sonri, mientras el abarrotero empez a poner la mercanca en el otro plato de la balanza. La balanza no se mova, as que siguillenando el plato hasta que ya no tena ms espacio. El tendero vio lo que haba puesto, completamente disgustado. Finalmente, quit la lista del plato y la ley con mayor asombro. No era una lista de mercancas. Era una oracin, que deca: Seor mo, t sabes mis necesidades, y las pongo en tus manos. El tendero le dio las cosas que se haban juntado y se qued de pie, frente a la balanza, atnito y en silencio. Louise le dio las gracias y sali de la tienda. El cliente le dio a John un billete de cincuenta dlares, y le dijo: Realmente vali cada centavo! Fue un tiempo despus que John Longhouse descubri que la balanza estaba rota.AUTOR DESCONOCIDO

SONRESoy madre de tres hijos de catorce, doce y tres aos, respectivamente, y recientemente termin mi carrera universitaria. La ltima clase que tom fue sociologa. La profesora estaba muy inspirada con las cualidades que yo deseaba ver, con las cuales cada ser humano haba sido agraciado. Su ltimo proyecto fue titulado SONRE. Pidi a la clase que saliera, le sonriera a tres personas y documentaran sus reacciones. Yo soy una persona muy sociable y siempre sonro a todos y digo hola, as es que pens que esto sera pan comido. Tan pronto nos fue asignado el proyecto, mi esposo, mi hijo pequeo y yo fuimos a McDonald's una fra maana de marzo; era la manera de compartir un tiempo de juego con nuestro hijo. Estbamosesperando ser atendidos cuando, de repente, todos se echaron hacia atrs, incluso mi esposo. Yo no me mov ni un centmetro, y un abrumador sentimiento de pnico me envolvi cuando me di la vuelta para ver qu pasaba. Cuando me gir, percib un horrible olor a cuerpo sucio y, junto a m, estaban parados dos hombres pobres. Cuando mir al pequeo hombre que estaba cerca de m, l sonrea, y sus hermosos ojos azul cielo estaban llenos de la luz de Dios, buscando aceptacin. l dijo: Buen da mientras contaba las pocas monedas que traa. El segundo hombre manoteaba junto a su amigo; creo que era deficiente mental, y el hombre de ojos azules era su salvacin. Contuve las lgrimas. La joven dependienta le pregunt qu quera?. l dijo:

Moraleja: En resumen, slo Dios sabe cunto pesa una oracin.

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Caf; es todo, seorita. Porque era para lo nico que tenan, ya que si queran sentarse en el restaurante para calentarse un poco tenan que consumir algo ms. Entonces realmente lo sent; el impulso fue tan grande, que casi alcanzo al pequeo hombre para abrazarlo. Fue entonces que sent todas las miradas en m, juzgando mi accin. Yo sonre, y le ped a la joven dependienta que me diera dos desayunos ms en una bandeja; camin hacia la mesa donde estaban los dos hombres sentados, puse la bandeja en su mesa y mi mano sobre la mano fra del pequeo hombre;l me mir con lgrimas en los ojos, y dijo: Gracias. Yo me inclin dando palmaditas en su mano, y le dije: No lo hice por ustedes, Dios esta aqu actuando a travs de m para darles esperanza. Comenc a llorar mientras caminaba para reunirme con mi esposo e hijo. Cuando me sent, mi marido sonro y dijo: Es por eso que Dios te dio para m, cario, para darme esperanza. Nos tomamos de las manos por un momento y, en ese instante, supimos la gracia con la que fuimos bendecidos para ser capaces de dar. No pertenecemos a ninguna religin, pero creemos en un Dios universal. Ese da me fue mostrada la luz dulce y amorosa de Dios. Yo regres a la universidad, mi ltima clase nocturna, con esta historia en mano. Entregu mi proyecto y la instructora lo ley; entonces me mir, y pregunt: Puedo compartir esto?

Yo asent lentamente, mientras ella peda la atencin de la clase. Comenz a leer y me di cuenta que nosotros, como seres humanos y siendo parte de Dios, compartimos esta necesidad para sanar a la gente y ser sanados. A mi manera, se lo hice sentir a la gente en McDonald's, a mi esposo, hijo, a la maestra y a cada alma en el saln de clases esa ltima noche como estudiante. Me gradu con una de las lecciones ms grandes que jams hubiera aprendido:ACEPTACIN INCONDICIONAL AUTOR DESCONOCIDO

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EL AMOR VERDADEROUn famoso maestro seencontr frente a un grupo de jvenes universitarios que estaban en contra del matrimonio. Los muchachos argumentaban que el romanticismo constituye el verdadero sustento de las parejas y que es preferible acabar con la relacin cuando sta se apaga en lugar de entrar a la hueca monotona del matrimonio. El maestro les dijo que respetaba su opinin, pero les relat lo siguiente: Mis padres vivieron cincuenta y cinco aos casados. Una maana, mi mam bajaba las escaleras para prepararle a pap el desayuno y sufri un infarto. Mi padre la alcanz, la levant como pudo y, casi a rastras, la subi a la camioneta. A toda velocidad, saltndose sin respetar los semforos, condujo hasta el hospital. Cuando lleg, por desgracia, ya haba fallecido. Durante el funeral, mi padre no habl, su mirada estaba perdida y casi no llor. Esa noche, sus hijos nos reunimos con l. En un ambiente de dolor y de nostalgia recordamos hermosas ancdotas. l pidi a mi hermano, telogo, que le dijera dnde estara mam en ese momento; mi hermano comenz a hablar de la vida despus de la muerte, conjetur cmo y dnde estara ella. Mi padre escuchaba con gran atencin. De pronto, pidi: ^Llvenme al cementerio! Pap respondimos, ^son las once de la noche! No podemos ir al cementerio ahora. Alz la voz y, con una mirada vidriosa, dijo: No discutan conmigo, por favor; no discutan con el hombre que acaba de perder a laque fue su esposa por cincuenta y cinco aos.

Se produjo un momento de respetuoso silencio. No discutimos ms. Fuimos al cementerio, pedimos permiso al velador y con una linterna llegamos a la lpida. Mi padre la acarici, rez y nos dijo a sus hijos, que veamos la escena conmovidos: Fueron cincuenta y cinco buenos aos... Saben?, nadie puede hablar del amor verdadero si no tiene idea de lo que es compartir la vida con una mujer as hizo una pausa y se limpi la cara. Ella y yo estuvimos juntos en aquella crisis, en mi cambio de empleo continu. Hicimos la mudanza cuando vendimos la casa y nos trasladamos de ciudad. Compartimos la alegra de ver a nuestros hijos terminar sus carreras, lloramos uno al lado del otro la partida de nuestros seres queridos, rezamos juntos en la sala de espera de algunos hospitales, nos apoyamos en el dolor, nos abrazamos en cada Navidad y perdonamos nuestros errores... Hijos, ahora se ha ido y estoy contento, saben por qu? Porque se fue antes que yo, no tuvo que vivir la agona y el dolor de enterrarme, de quedarse sola despus de mi partida. Ser yo quien pase por eso, y le doy gracias a Dios. La amo tanto que no me hubiera gustado que sufriera... Cuando mi padre termin de hablar, mis hermanos y yo tenamos el rostro empapado de lgrimas. Lo abrazamos y l nos consol: Todo est bien, hijos; podemos irnos a casa; ha sido un buen da.AUTORDESCONOCIDO

Esa noche entend lo que es el verdadero amor. Dista mucho del romanticismo; no tiene que ver demasiado con el erotismo, mas bien se vincula al trabajo y al cuidado que se profesan dos personas realmente comprometidas. Cuando el maestro termin de hablar, los jvenes universitarios no pudieron debatirle. Ese tipo de amor era algo que no conocan.

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RIQUEZAUna vez, un padre de una familia acaudalada llev a su hijo a un viaje por el campo con el firme propsito de que su hijo viera cuan pobres eran las gentes del campo. Estuvieron por espacio de un da y una noche completos en una granja de una familia campesina muy humilde. Al concluir el viaje, y de regreso a casa, el padre le pregunta a su hijo: Qu te pareci el viaje? [Muy bonito, papal Viste lo pobre que puede ser la gente? -[S! Y qu aprendiste? Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro. Nosotros tenemos una piscina que llega de largo a la mitad del jardn, ellos tienen un arroyo que no tiene fin. Nosotros tenemos unas lmparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas. Nuestro patio llega hasta la muralla de la casa, el de ellos tiene todo un horizonte. Ellos tienen tiempo para platicar y convivir en familia, t y mi mam tienen que trabajar todo el tiempo y casi nunca los veo. Al terminar el relato, el padre se qued mudo..., y su hijoagreg: ^Gracias, pap, por ensearme lo ricos que podemos llegar a ser! I1.AUTOR DESCONOCIDO

LA CAJA LLENA DE BESOSHace ya un tiempo, un hombre castig a su pequea nia, de tres aos, por desperdiciar un rollo de papel de envoltura dorada. El dinero era escaso en esos das, por lo que explot en furia cuando vio a la nia tratando de envolver una caja para ponerla debajo de un rbol de Navidad. Sin embargo, la nia le llev el regalo a su padre la siguiente maana, y dijo: Esto es para ti, papito. El se sinti avergonzado de su reaccin de furia, pero ste volvi a explotar cuando vio que la caja estaba vaca. Le volvi a gritar, diciendo: No sabes que cuando das un regalo a alguien se supone que debe haber algo dentro?!! La pequeita mir hacia arriba, con lgrimas en los ojos, y dijo: [Oh, papito! No est vaca; yo sopl besos dentro de la caja; todos para ti, pap. El padre se sinti morir; puso sus brazos alrededor de su nia y le suplic que lo perdonara. Se ha dicho que el hombre guard esa caja dorada cerca de su cama por aos y siempre que se senta derrumbado, tomaba de la caja un beso imaginario y recordaba el amor que su nia haba puesto ah.AUTOR DESCONOCIDO

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En una forma muy sensible, cada uno de nosotros, los humanos, hemos recibido un recipiente dorado, lleno de amor incondicional y besos de nuestros hijos,padres, amigos, familia o de Dios. Nadie podra tener una propiedad o posesin ms hermosa que sta. Valoremos el tesoro que tenemos...

MAANAPUEDESERMUy TARDEHaba una vez... un chico que naci con cncer. Un cncer que no tena cura. Con diecisiete aos, podra morir en cualquier momento. Siempre vivi en su casa, bajo el cuidado de su madre. Ya estaba harto y decidi salir solo por una vez. Le pidi permiso a su madre, y ella acept. Caminando por su calle, vio muchos comercios. Al pasar por una tienda de msica, y al mirar hacia el mostrador, observ la presencia de una nia muy tierna de su misma edad. Fue amor a primera vista. Abri la puerta y entr, sin mirar nada que no fuera ella. Acercndose poco a poco, lleg al mostrador donde ella se encontraba. Lo mir, y le dijo sonriente: Te puedo ayudar en algo? Mientras, l pensaba que era la sonrisa ms hermosa que haba visto en toda su vida. Sinti el deseo de besarla en ese mismo instante. Tartamudeando, le dijo: S. iEhl [Hmmml... Me gustara comprar un CD sin pensar, tom el primero que vio y le dio el dinero. Quieres que te lo envuelva? pregunt la nia, sonriendo de nuevo. l respondi que s, moviendo la cabeza; y ella fue a la trastienda para volver con el paquete envuelto y entregrselo. l lo tom y sali de la tienda. Se fue a su casa, y desde ese da en adelante visit la tienda todos los das para comprar un CD.:"' >.-.. ul

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Siempre se los envolva la nia para luego llevrselos a su casa y colocarlos en su closet. l era muy tmido para invitarla a salir y, aunque lo intentaba, no poda. Su mam se enter de esto e intento animarle a que se atreviera; as que, al siguiente da, se arm de coraje y se dirigi a la tienda. Como todos los das, compr un CD; y como siempre, ella se fue a la trastienda para envolverlo. l tom el CD y, mientras ella no estaba mirando, rpidamente dej su telfono en el mostrador y sali corriendo de la tienda. [[Rinnng!! Su mam contest. Bueno. [Era la nia! Pregunt por su hijo y la madre, desconsolada, comenz a llorar, mientras deca: Qu? No sabes? Muri ayer. Hubo un silencio prolongado, excepto los lamentos de su madre. Ms tarde, la mam entr en el cuarto de su hijo para recordarlo. Ella decidi empezar por ver su ropa, as que abri su closet. Para su sorpresa, se top con montones de CD envueltos. Ni uno estaba abierto. Le caus curiosidad ver tantos y no se resisti; tom uno y se sent sobre la cama para verlo; al hacer esto, un pequeo pedazo de papel sali de la cajita plstica. La mam lo recogi para leerlo, y deca: [Hola! Ests superguapo, quieres salir conmigo? TQM (Te Quiero Mucho), Sofa. De tanta emocin, la madre abri otro y otro pedazo de papel en varios CD, y todos decan lomismo.AUTOR DESCONOCIDO

EL HIJOUn hombre rico, y su hijo, tenan gran pasin por el arte. Tenan de todo en su coleccin: desde Picasso hasta Rafael. Muy a menudo, se sentaban juntos a admirar las grandes obras de arte. Desgraciadamente, el hijo fue a la guerra. Fue muy valiente y muri en la batalla mientras rescataba a otro soldado. El padre recibi la noticia y sufri profundamente la muerte de su nico hijo. Un mes ms tarde, justo antes de la Navidad, alguien llam a la puerta. Un joven con un gran paquete en sus manos, dijo al padre: Seor, usted no me conoce, pero yo soy el soldado por quien su hijo dio la vida. l salv muchas vidas ese da, y me estaba llevando a un lugar seguro cuando una bala le atraves el pecho, muriendo as instantneamente. l hablaba muy a menudo de usted y de su amor por el arte. El muchacho extendi los brazos para entregar el paquete: Yo s que esto no es mucho. Yo no soy un gran artista, pero creo que a su hijo le hubiera gustado que usted recibiera esto. El padre abri el paquete. Era un retrato de su hijo, pintado por el joven soldado. l contempl con profunda admiracin la manera en que el soldado haba plasmado la personalidad de su hijo en la pintura. El padre estaba tan atrado por la expresin de los ojos de su hijo, que los suyos propios se llenaron de lgrimas.

Moraleja: As es la vida; no esperes demasiado para decirle a ese alguienespecial lo que sientes. Dselo hoy. Maana puede ser muy tarde.

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Le agradeci al joven soldado el detalle y ofreci pagarle por el cuadro. Oh no, seor! Yo nunca podra pagarle lo que su hijo hizo por m. Es un regalo. El padre colg el retrato arriba de la repisa de su chimenea. Cada vez que los visitantes e invitados llegaban a su casa, les mostraba el retrato de su hijo antes de mostrar su famosa galera. El hombre muri unos meses ms tarde y se anunci una subasta con todas las pinturas que posea. Mucha gente importante e influyente acudi, con grandes expectativas, de hacerse con un famoso cuadro de la coleccin. Sobre la plataforma estaba el retrato del hijo. El subastador golpe su mazo para dar inicio a la subasta. Empezaremos el remate con este retrato del hijo. Quin ofrece por este retrato? Hubo un gran silencio. Entonces, una voz del fondo de la habitacin grit: Queremos v e r l a s pinturas famosas! Olvdese de sa! Sin embargo, el subastador persisti: Alguien ofrece algo por esta pintura? Cien dlares? Doscientos dlares? Otra voz grit, con enojo: No venimos por esa pintura! Venimos por los Van Gogh, los Rembrandts. Vamos a las ofertas de verdad! Pero, aun as, el subastador continuaba su labor: El hijo1. El hijo1. Quin se lleva El hijo? Finalmente, una voz se oy desde muy atrs de la habitacin: Yodoy diez dlares por la pintura. Era el viejo jardinero del padre y del hijo. Siendo un hombre muy pobre, era lo nico que poda ofrecer.

Tenemos diez dlares! Quin da veinte dlares? grit el subastador. La multitud se estaba enojando mucho. No queran la pintura de El hijo. Queran las que representaban una valiosa inversin para sus propias colecciones. El subastador golpe, por fin, el mazo: Va una, van dos, VENDIDA por diez dlares! Empecemos con la coleccin! grit uno. El subastador solt su mazo y dijo: Lo siento mucho, damas y caballeros, pero la subasta lleg a su final. Pero qu hay de las pinturas? dijeron los interesados. Lo siento contest el subastador. Cuando me llamaron para conducir esta subasta, me comunicaron de un secreto estipulado en el testamento del dueo. Yo no tena permitido revelar esta estipulacin hasta este preciso momento. Solamente la pintura de El hijo sera subastada. Aquel que la comprara heredara absolutamente todas las posesiones de este hombre, incluyendo las famosas pinturas. El hombre que compr El hijo se queda con todo!AUTOR DESCONOCIDO

El valor de lo simple. ..dlo amoroso. l no poda ofrecer ms que diez dlares, pero por su corazn, por tener la sensibilidad de ver el valor que tena ese retrato del hijo... se lo llev todo...

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EL VALOR DE LOS AMIGOSUn da, cuando ingres enpreparatoria, vi a un chico de mi clase caminando hacia su casa desde la escuela; su nombre era Kyle y estaba cargando con todos sus libros. Por qu alguien trae todos sus libros a casa en viernes? [Debe ser un pernol, pens. Tena planeado un gran fin de semana (fiestas y un partido de ftbol el sbado por la tarde), as que slo me encog de hombros y segu mi camino. Mientras caminaba, vi a un grupo de chicos corriendo hacia Kyle. Le tiraron los libros que traa cargando y lo empujaron para que cayera al suelo. Sus anteojos salieron volando y vi cmo cayeron en el csped, a unos tres metros de l. Mir hacia arriba y observ una terrible tristeza en sus ojos. Mi corazn se volc hacia l. Corr hacia l y mientras se arrastraba hacia sus anteojos, vi lgrimas en sus ojos. Mientras le entregaba sus anteojos, le dije: Esos tipos son unos idiotas. Deberan entretenerse de otra forma. Me mir, y dijo: Oye, [graciasl Haba una enorme sonrisa en su cara. Era una de esas sonrisas que mostraba autntica gratitud. Le ayud a recoger sus libros y le pregunt dnde viva. Result que viva cerca de mi casa, as que le pregunt por qu nunca lo haba visto en el vecindario. Dijo que haba ido a una escuela privada anteriormente (yo nunca me haba juntado con un chico de una escuela privada).

Hablamos en el camino a casa. Result ser un chico muy agradable. Lo invit a jugar al ftbol conmigoy con mis amigos el sbado en la maana, y acept. Pasamos juntos el fin de semana y mientras ms lo conoca, ms me agradaba. Mis amigos pensaban lo mismo. Lleg la maana del lunes y all estaba Kyle de nuevo, con su enorme montn de libros. Lo detuve y le dije que si continuaba as, iba a conseguir muy buenos msculos. l, simplemente, se ri y me pas la mitad de los libros. Durante los siguientes cuatro aos, Kyle y yo nos convertimos en los mejores amigos. Cuando estbamos en el ltimo curso de secundaria, empezamos a pensar en la universidad. Kyle eligi Georgetown, mientras que yo escog Duke. Yo saba que siempre seramos amigos y que la distancia nunca sera un problema. l decidi convertirse en doctor, mientras que yo consegu una beca para estudiar en la escuela de negocios. Le molestaba todo el tiempo de que era un matado. Incluso fue de los primeros seleccionados por las universidades y se estaba preparando para el discurso del da de graduacin. Me alegr de no tener que ser yo el que tuviera que pasar al frente y hablar. El da de la graduacin, Kyle luca fantstico. Se adaptaba e incluso se vea bien con anteojos. Tena ms citas que yo y todas las chicas lo amaban. Bueno, algunas veces estaba realmente celoso de l. Hoy era uno de esos das en que l estaba nervioso. As que le di una palmadita en la espalda, y le dije: Oye, amigo, estars genial. Me mir con una deesas miradas (de agradecimiento), sonri y dijo:

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[Gracias! Mientras empezaba su discurso, aclar su garganta, y empez... El perodo de graduacin es el de agradecer a aquellos que nos ayudaron a lograrlo a travs de esos aos difciles; nuestros padres, nuestros maestros, nuestros hermanos, tal vez un entrenador... Pero ms que nada, a los amigos. Estoy aqu para decirles que ser un amigo es el mejor regalo que le puedes dar a una persona. Les voy a contar una historia prosigui. (Yo miraba incrdulamente a mi amigo mientras contaba la historia del primer da en que nos conocimos.) Haba planeado suicidarme ese fin de semana dijo. Nos cont acerca de cmo haba vaciado su taquilla para que su mam no tuviera que hacerlo despus, y estaba llevando sus cosas a casa. Me mir profundamente y me regal una sonrisa. Gracias a Dios, fui salvado! Mi amigo me salv de hacer lo indecible. O una exclamacin de la multitud, mientras este guapo y popular muchacho nos coment acerca de su momento de debilidad. Yo vi a sus padres mirndome y sonriendo agradecidamente. Hasta ese momento no me haba dado cuenta de la profundidad de esto.AUTOR DESCONOCIDO

LA ACTITUD INTERIOR LO ES TODOSamuel era el tipo de persona que te encantara odiar. Siempre estaba de buen humor y siempre tena algo positivo que decir. Cuando alguien le preguntaba cmo leiba, l responda: Para poder estar mejor tendra que ser mi gemelo. Era un gerente de restaurante nico, porque tena varias meseras que lo haban seguido de restaurante en restaurante. La razn por la que las meseras seguan a Samuel era por su actitud interior. l era un motivador natural. Si un empleado tena un mal da Samuel estaba all para decirle cmo ver el lado positivo de la situacin. Ver este estilo de persona realmente me caus curiosidad, as que un da fui a buscar a Samuel, y le pregunt: No lo entiendo... No es posible ser una persona tan positiva todo el tiempo... Cmo lo haces? Samuel respondi: Cada maana me despierto y me digo a m mismo: [Samuel, tienes dos opciones hoy! Puedes escoger estar de buen humor o puedes escoger estar de mal humor. Elijo estar de buen humor. Cada vez que sucede algo malo puedes escoger entre ser una vctima o aprender de ello. Cada vez que alguien viene a m para quejarse, puedo aceptar su queja o puedo sealarle el lado positivo de la vida. Elijo el lado positivo de la vida. S, claro. Pero no es tan fcil protest. [S, lo es! dijo Samuel. Cuando quitas todo lo dems, todo en la vida es asunto de elegir. Cada situacin es una eleccin. T eliges cmo reaccionar en cada situacin. T eliges

Moraleja: Nunca subestimes el poder de tus acciones. Con un pequeo gesto puedes cambiar la vida de una persona. Para bien o para mal, Diosnos puso a cada uno en la mda para afectar a otros de alguna manera. Busca a Dios en los dems. Y recuerda: Los amigos son ngeles que nos ponen en pie cuando nuestras alas tienen problemas de recordar cmo volar.

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cmo la gente afectar tu estado de nimo. T eliges estar de buen humor o de mal humor. En resumen: T ELIGES CMO VIVIR LA VIDA. Reflexion en lo que Samuel me dijo. Poco tiempo despus, dej el rubro de los restaurantes para iniciar mi propio negocio. Perdimos el contacto, pero cuando tena que hacer una eleccin en la vida, con frecuencia segua el ejemplo de Samuel en vez de reaccionar contra ella. Varios aos ms tarde me enter que Samuel hizo algo que nunca debe hacerse en un restaurante. Dej la puerta trasera abierta una maana y fue asaltado por tres ladrones armados. Mientras era forzado a abrir la caja fuerte sus dedos, temblando por el nerviosismo, resbalaban en las combinaciones. Los asaltantes sintieron pnico y le dispararon. Con mucha suerte, Samuel fue encontrado relativamente pronto y llevado a urgencias a un hospital. Despus de dieciocho horas de ciruga y semanas de terapia intensiva, Samuel fue dado de alta, an con fragmentos de bala en el cuerpo. Me encontr con Samuel seis meses despus del accidente. Cuando le pregunt cmo estaba, me respondi: Para poder estar mejor tendra que ser mi gemelo. Lepregunt qu pas por su mente en el momento del asalto. Contest: Lo primero que vino a mi mente fue que deb haber cerrado la puerta con llave. Cuando estaba tirado en el piso, record que tena dos opciones: poda elegir vivir o poda elegir morir. Eleg vivir. No sentiste miedo? le pregunt. Samuel continu: Los mdicos fueron geniales. No dejaban de decirme que todo iba a salir bien. Pero cuando me llevaron al quirfano y vi las expresiones en las caras de mdicos y enfermeras, realmen-

te me asust. Poda leer en sus ojos: Es hombre mueeeerto... Supe entonces que deba tomar una decisin. Qu hiciste? pregunt. Bueno, uno de los mdicos me pregunt si era alrgico a algo, y respirando profundamente grit: S, a las balas. Mientras rean, les dije: [Muchachos, estoy escogiendo vivir! Oprenme como si estuviera vivo, no muerto.AUTOR DESCONOCIDO

Samuel vivi por la pericia de los mdicos, pero sobre todo por su asombrosa actitud interior. Aprend que cada da tenemos plenamente la eleccin de vivir. La actitud interior, finalmente, lo es todo.

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UNA LINDA HISTORIA DE AMORLas rosas rojas eran sus favoritas. Su nombre tambin era Rosa. Cada ao, su esposo se las mandaba atadas con un bonito lazo. El ao que l muri, le entregaron las rosas a su puerta, con una tarjeta que deca: S muy valiente, igual que los aosanteriores. Cada ao le enviaba rosas y la tarjetita siempre deca: Te amo ms este ao que el ao pasado, en este da. Mi amor crece con cada ao que transcurre. Ella saba que sta sera la ltima vez que recibira rosas. Pero pens que, tal vez, las haba encargado antes de morir, puesto que no saba lo que iba a suceder. A l siempre le gustaba adelantarse, haciendo todo por si acaso estuviera muy ocupado para hacerlas en la fecha indicada. Por eso ella cortaba los tallos y las colocaba en un florero muy especial, que pona a un lado de su retrato. Despus, se sentaba horas enteras viendo el retrato y las flores. Pas un ao y era muy difcil vivir sin su pareja. La soledad la haba invadido y pareca su destino. Pero entonces, igual que en otros das de San Valentn, llamaron a la puerta y encontr las rosas. Entr con ellas en las manos y, con gran asombro, tom el telfono y llam al florista. Le contest el dueo, y ella le pidi que le explicara... Quin quera causarle tanto dao? La respuesta fue:

S que su esposo muri hace ms de un ao y saba que usted m e llamara. Las flores que usted acaba de recibir fueron previamente pagadas. Su esposo siempre adelantaba las cosas sin dejar nada al devenir. Hay un pedido en su expediente, pagado por adelantado, para que reciba estas flores cada ao. Tambin debe saber otra cosa: hay una notita especial escrita en una tarjeta. Esto lohizo hace muchos aos. sta dice que si yo m e enterase que l ya no est, esta tarjeta se la debo enviar a usted al ao siguiente. Rosa se mostr agradecida y colg, hecha un mar de lgrimas; con las manos temblorosas, y lentamente, tom la tarjeta con la nota. Se qued observando la tarjeta en un silencio total. Ley lo siguiente: Hola, mi amor; s que hace ms de un ao que me fui. Espero no haya sido muy penoso recuperarte; s lo slita que debes de estar, y s que el dolor es verdadero, pues si fuera diferente s cmo yo me sentira. El amor que compartimos hizo que todo en la vida se viera hermoso. Te quise ms de lo que cualquier palabra puede expresar. T fuiste la esposa perfecta; fuiste mi amiga y amante, llenaste todo lo que anhelaba. S que slo ha pasado un ao, pero te pido que, por favor, no sufras ms. Quiero que seas feliz, aunque derrames lgrimas. Por eso las rosas te llegarn todos los aos. Cuando las recibas, piensa en la felicidad que tuvimos juntos y cmo fuimos bendecidos. Siempre te am y te seguir amando, pero t tienes que seguir viviendo. Por favor, trata de encontrar felicidad mientras vivas. S que no ser fcil, pero tambin s que encontrars la forma. Las rosas te seguirn llegando cada ao, hasta el da en que no haya quin abra la puerta.

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El florista ha recibido instrucciones de llamar a tu puerta cincoveces el mismo da, por si saliste. El da que ya nadie la abra, sabr adonde llevar las flores... En donde estemos reunidos...AUTOR DESCONOCIDO

EL PUENTENo hace mucho tiempo, dos hermanos que vivan en granjas adyacentes cayeron en un conflicto. ste fue el primer conflicto serio que tenan en cuarenta aos de cultivar juntos, hombro a hombro, compartiendo maquinaria e intercambiando cosechas y bienes en forma continua. Esta larga y beneficiosa colaboracin termin repentinamente. Comenz con un pequeo malentendido y fue creciendo hasta llegar a ser una diferencia mayor entre ellos, hasta que explosion en un intercambio de palabras amargas seguido de semanas de silencio. Una maana, alguien llam a la puerta de Luis. Al abrir la puerta, encontr a un hombre con herramientas de carpintero. Estoy buscando trabajo por unos das dijo el extrao. Quizs usted requiera algunas pequeas reparaciones aqu, en su granja, y yo pueda ser de ayuda en eso. S dijo el mayor de los hermanos, tengo un trabajo para usted. Mire al otro lado del arroyo, hacia aquella granja: ah vive mi vecino; bueno, de hecho, es mi hermano menor. La semana pasada haba una hermosa pradera entre nosotros y l tom su bulldozer y desvi el cauce del arroyo para separar las fincas. Bueno, l pudo haber hecho esto para enfurecerme, pero le voy a hacer una mejor. Ve usted aquella pila de desechos de madera juntoal granero? Quiero que construya una cerca; una cerca de dos metros de alta, ^no quiero verlo nunca ms] El carpintero le dijo: Creo que comprendo la situacin. Mustreme dnde es-

En la vida hay veces que encontramos seres especiales, alguien que cambia nuestra vida con slo ser parte de ella. Alguien que nos hace creer que hay algo muy bonito y muy bueno en el mundo. Alguien que nos convence que hay una puerta cerrada que se abre con la eterna amistad.

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tan los clavos y la pala para hacer los hoyos de los postes, y le entregar un trabajo que lo dejar satisfecho. El hermano mayor le ayud al carpintero a reunir todos los materiales y dej la granja por el resto del da para ir por provisiones al pueblo. El carpintero trabaj duro todo el da midiendo, cortando, clavando... Cerca del ocaso, cuando el granjero regres, el carpintero justo haba terminado su trabajo. El granjero qued con los ojos completamente abiertos; su mandbula cay. No haba ninguna cerca de dos metros. En su lugar, haba un puente que una las dos granjas a travs del arroyo. Era una fina pieza de arte, con pasamanos y todo. En ese momento, su vecino, su hermano menor, vino desde su granja y abrazando a su hermano, le dijo: Eres un gran tipo! Mira que construir este hermoso puente despus de lo que he hecho y dicho. Estaban en su reconciliacin los dos hermanoscuando vieron que el carpintero tomaba sus herramientas. No, espera. Qudate unos cuantos das!, tengo muchos proyectos para ti le dijo el hermano mayor al carpintero. Me gustara quedarme dijo el carpintero, pero... tengo muchos puentes por construir.AUTOR DESCONOCIDO

VALORARDos amigas se encontraban tomando un caf, y una le comenta en tono de queja a la otra: Mi mam me llama mucho por telfono para pedirme que vaya a conversar con ella. Yo voy poco y, en ocasiones, siento que me molesta su forma de ser. Ya sabes cmo son los viejos. Cuentan las mismas cosas una y otra vez. Adems, nunca me faltan compromisos; que el trabajo, que mi novio, que los amigos... Yo, en cambio le dijo su compaera, hablo mucho con mi mam. Cada vez que estoy triste, voy con ella; cuando me siento sola, cuando tengo un problema y necesito fortaleza, acudo a ella y me siento mejor. Caramba se apen la otra. Eres mejor que yo. No lo creas, soy igual que t respondi la amiga, con tristeza. Visito a mi mam en el cementerio. Muri hace tiempo, pero mientras estuvo conmigo tampoco yo iba a charlar con ella y pensaba lo mismo que t. No sabes cunta falta me hace su presencia, cunto la echo de menos y cunto la busco ahora que ha partido. Si de algo te sirve mi experiencia, conversa con tu mam hoy, que todava la tienes; valora su presencia resaltando sus virtudes, que seguro las tiene, ytrata de hacer a un lado sus errores, que de una forma u otra ya forman parte de su ser. No esperes a que est en un panten, porque ah la reflexin duele hasta el fondo del alma, porque entiendes que ya nunca podrs hacer lo que dejaste pendiente; ser un hueco que nunca podrs llenar; no permitas que te pase lo que me ocurri a m.

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En el automvil, iba pensando la muchacha en las palabras de su amiga. Cuando lleg a la oficina, dijo a su secretaria: Comunqueme, por favor, con mi mam. No me pase ms llamadas y tambin modifique mi agenda, [[porque es muy probable que este da se lo dedique a ellaAUTOR DESCONOCIDO

UN MENSAJE MUY ESPECIALRuth fue a su buzn de correo y slo haba una carta. Ella la tom y la mir antes de abrirla, y observ que tena su nombre y direccin. Ella ley: Querida Ruth: Voy a estar en tu barrio el sbado en la tarde y quisiera verte. Te quiere siempre, Dios. Sus manos temblaban mientras colocaba la carta en la mesa. Por qu Dios querr visitarme si no soy nadie especial? Tambin se dio cuenta que no tena nada que ofrecerle; pensando en eso, ella record su alacena vaca. [Oh, no tengo nada que ofrecerle! Tengo que ir al supermercado y comprar algo para la cena tom su cartera, que contena cinco dlares. Bueno, puedo comprar pan y embutidos, por lo menos. Se puso el abrigo y corri a la puerta.Compr un molde de pan francs, medio kilo de jamn de pavo y una caja de leche, lo que le dej con tan slo doce centavos hasta el lunes. Se senta bien a medida que se acercaba a su casa con su humilde compra bajo el brazo. Seorita, por favor, puede ayudarnos? Ruth haba estado tan sumergida en sus planes para la cena que no haba observado dos figuras acurrucadas en la acera. Un hombre y una mujer, ambos vestidos de andrajos. Mire, seorita, no tengo trabajo y mi esposa y yo hemos

ESTO NO SLO SE REFIERE A LOS PADRES1.1.1.

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estado viviendo en las calles, nos estamos congelando y tenemos mucha hambre; si usted nos pudiera ayudar se lo agradeceramos mucho. Ruth los mir. Ellos estaban sucios, malolientes, y pens que si ellos en verdad quisieran trabajar ya habran conseguido algo. Seor, me gustara ayudarles, pero soy pobre tambin. Todo lo que tengo es un poco de pan y jamn, y tendr un invitado especial a cenar esta noche y pensaba darle esto de comer. Esta bien, comprendo. Gracias de todas maneras. El hombre puso su brazo sobre los hombros de la mujer y se fueron rumbo al callejn. Ella los miraba alejarse y sinti mucho dolor en su corazn. Seor, espere la pareja se detuvo, mientras ella corra hacia ellos. Por qu no toman esta comida; puedo servirle otra cosa a mi invitado dijo ella, mientras le entregaba la bolsa delsupermercado. [[Gracias, muchas gracias seorita!! S, gracias le dijo la mujer, y Ruth pudo ver que estaba temblando de fro. Sabe, tengo otro abrigo en casa; tome ste mientras hablaba, se lo iba poniendo sobre los hombros. Ella regres a casa sonriendo y sin su abrigo ni comida que ofrecer a su invitado. Se estaba desanimando a medida que se acercaba a la puerta de su casa, pensando que no tena nada que ofrecer al Seor. Cuando meti la llave en la cerradura, observ otro sobre en su buzn. [Qu raro! Normalmente, el cartero no viene dos veces el mismo da. Ella tom el sobre y lo abri: Querida Ruth: Fue muy agradable verte de nuevo. Gra-

cias por la comida y gracias tambin por el hermoso abrigo. Te quiere siempre, Tu padre, Dios.AUTOR DESCONOCIDO

A veces, es difcil encontrar a Dios en las pequeas cosas que nos rodean, y ms en las personas que a veces nos son desagradables; pero es precisamente ALL donde l quiere que le encontremos: \[[en cada pequea y hermosa cosa que est hecha para nosotroslU

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MEDIA FRAZADADon Roque era ya un anciano cuando muri su esposa. Durante largos aos haba trabajado con ahnco para sacar adelante a su familia. Su mayor deseo era ver a su hijo convertido en un hombre de bien, respetado por los dems, ya que para lograrlo dedic su vida y su escasa fortuna. A los setenta aos, don Roque seencontraba sin fuerzas, sin esperanzas, solo y lleno de recuerdos. Esperaba que su hijo, ahora brillante profesional, le ofreciera su apoyo y comprensin, pero vea pasar los das sin que ste apareciera y decidi, por primera vez en su vida, pedirle un favor. Don Roque llam a la puerta de la casa donde viva el hijo con su familia. [Hola, papal Q u milagro que vienes por aqu... Ya sabes que no me gusta molestarte, pero me siento muy solo; adems, estoy cansado y viejo. Pues a nosotros nos da mucho gusto que vengas a visitarnos, ya sabes que sta es tu casa. Gracias, hijo. Saba que poda contar contigo, pero tema ser un estorbo. Entonces, no te molestara que me quedara a vivir con vosotros? [Me siento tan solo! Quedarte a vivir aqu? S... claro... Pero no s si estaras a gusto. T sabes, la casa es chica... mi esposa es muy especial... y luego los nios... Mira, hijo, si te causo muchas molestias, olvdalo. No te preocupes por m, alguien me tender la mano.

No, padre, no es eso. Slo que... no se me ocurre dnde podras dormir. No puedo sacar a nadie de su cuarto, mis hijos no me lo perdonaran... O slo que no te moleste... Qu hijo? Dormir en el patio... Dormir en el patio, est bien. El hijo de don Roque llam a su hijo de doce aos. Dime, pap. Mira, hijo, tu abuelo se quedar a vivir con nosotros. Trele una frazada para que se tape en la noche. S, congusto... Y dnde va dormir? En el patio; no quiere que nos incomodemos por su culpa. Luis subi por la frazada, tom unas tijeras y la cort en dos. En ese momento lleg su padre. Qu haces, Luis? Por qu cortas la frazada de tu abuelo? Sabes, pap, estaba pensando... Pensando en qu? En guardar la mitad de la frazada para cuando t seas ya viejo y vayas a vivir a mi casa.AUTOR DESCONOCIDO

Moraleja: Lo que sembremos, vamos a cosechar...

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EL BEBER y CONDUCIR NO SE DEBEN NUNCA MEZCLARFui a la fiesta, mam. Record lo que me dijiste. Me dijiste que no bebiera; as que, en cambio, beb refresco. Realmente me senta orgullosa por dentro, de la manera que dijiste que sucedera. S que hice lo correcto, mam; yo s que siempre tienes razn. Ahora, la fiesta est acabando finalmente, mientras todos se alejan conduciendo. Cuando entr en mi automvil, yo supuse que llegara a casa ilesa. Debido a la manera que me educaste, tan responsable y dulcemente. Empec a alejarme en mi coche, mam; pero cuando llegu al camino, otro automvil no me vio y me peg como una carga. Cuando estaba all, en el pavimento, mam, oa al polica decir que el otro tipo est ebrio, y ahora yo soy quien pagar. Estoy recostada aqu, muriendo, mam... -L [Deseo que llegues pronto1.!! Cmo poda pasarme esto a m? Mi vida acaba de estallar como un globo. Oigoque el mdico dice que me morir en poco tiempo; slo quera decirte, mam, te juro que no beb1. Eran los otros. Los otros no pensaron. l, probablemente, estara en la misma fiesta que yo; la nica diferencia es que l bebi y yo... me ir de este mundo. Por qu beben las personas? Pueden destrozar su vida entera.

Estoy sintiendo dolores punzantes ahora. Dolores igual que un cuchillo. El tipo que colision conmigo est caminando, mam, y yo pienso que eso no es justo. Estoy aqu muriendo, y todo y lo nico que l puede hacer es mirar. Dile a mi hermano que no llore. Dile a pap que sea valiente. Mam, quiero que pongan La nia de pap en mi tumba. Alguien le debera haber dicho que no bebiera y condujera al mismo tiempo. Si se lo hubieran dicho, yo todava estara aqu. Mi respiracin est recortndose, me estoy asustando mucho. Por favor, no lloren por m, mam. Cuando yo te necesit, siempre estabas all. Tengo una ltima pregunta antes de decir adis. No beb y conduc, as que... por qu soy yo la que muere? A la memoria de mi hermana Carlita. (15/04/1981 -10/01/2000).AUTOR DESCONOCIDO

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LA VAS Ij A AGRIETADAUn cargador de agua de la India tena dos grandes vasijas, que colgaban a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tena varias grietas, mientras que la otra era perfecta yconservaba todo el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrn; pero cuando llegaba, la vasija rota slo contena la mitad del agua. Durante dos aos completos esto fue as diariamente; desde luego, la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se saba perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfeccin y se senta miserable porque slo poda hacer la mitad de todo lo que se supona que era su obligacin. Despus de dos aos, la tinaja quebrada le habl al aguador, dicindole: Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque, debido a mis grietas, slo puedes entregar la mitad de mi carga y slo obtienes la mitad del valor que deberas recibir. El aguador, apesadumbrado, le dijo compasivamente: Cuando regresemos a la casa quiero que observes las bellsimas flores que crecen a lo largo del camino. As lo hizo la vasija. Y, en efecto, vio muchsimas flores hermosas a lo largo del trayecto; pero de todos modos se sinti apenada porque, al final, slo quedaba dentro de s la mitad del agua que deba llevar. El aguador le dijo entonces:

Te diste cuenta de que las flores slo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembr semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los das lashas regado, y por dos aos yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi maestro. Si no fueras exactamente como eres, con tus defectos y todo, no hubiera sido posible crear esta belleza.AUTOR DESCONOCIDO

Moraleja: Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero debemos saber que siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados.

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EL CARPINTEROUn carpintero, ya entrado en aos, estaba listo para jubilarse. Le dijo a su jefe de sus planes de dejar el negocio de la construccin para llevar una vida ms placentera con su esposa y disfrutar de su familia. l iba a extraar su cheque mensual, pero necesitaba retirarse. Ellos superaran esta etapa de alguna manera. El jefe senta que su buen empleado dejara la compaa y le pidi que si podra construir una sola casa ms, como un favor personal. El carpintero accedi, pero se vea fcilmente que no estaba poniendo el corazn en su trabajo. Utilizaba materiales de inferior calidad y el trabajo era deficiente. Era una desafortunada manera de terminar su carrera. Cuando el carpintero termin su trabajo y su jefe fue a inspeccionar la casa, ste le extendi al carpintero las llaves de la puerta principal. sta es tu casa dijo. Es mi regalo para ti.AUTOR DESCONOCIDO

As pasa con nosotros. Construimos nuestrasvidas de manera distrada, reaccionando cuando deberamos actuar, dispuestos a poner en ello menos que lo mejor. En puntos importantes, no ponemos lo mejor de nosotros en nuestro trabajo. Entonces, con pena, vemos la situacin que hemos creado y encontramos que estamos viviendo en la casa que hemos construido. Si lo hubiramos sabido antes, la habramos hecho diferente. Piensen como si fueran el carpintero. Piensen en su casa. Cada da clavamos un clavo, levantamos una pared o edificamos un techo. Construyan con sabidura. Quin podra decirlo ms claramente? Su vida, ahora, es el resultado de sus actitudes y elecciones del pasado. Su vida, maana, ser el resultado de sus actitudes y elecciones hechas HOY.

Qu tragedia1. Qu pena1. Si solamente el carpintero hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, la hubiera hecho de manera totalmente diferente. Ahora tendra que vivir en la casa que construy no muy bien, que digamos.

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... una gran paz reinaba en el cielo, pero ya se oan voces terrestres y el nio, presuroso, repeta con lgrimas en los ojitos, sollozando...

MAMCuenta la leyenda que un angelito que estaba en el cielo le toc el tumo de nacer como nio, as que decidi hablar con Dios. ngel: Me dicen que me vas a enviar maana a la Tierra. Pero cmo vivir tan pequeo e indefenso como soy? Dios: Entre muchosngeles escog uno para ti, que te est esperando y te cuidar. ngel: Pero dime; aqu, en el cielo, no hago ms que cantar y sonrer, eso basta para ser feliz. Dios: Tu ngel te cantar, te sonreir todos los das y t sentirs su amor y sers feliz. ngel: Y cmo entender lo que la gente habla? Si no conozco el extrao idioma que hablan los hombres. Dios: Tu ngel te dir las palabras ms dulces y ms tiernas que puedas escuchar, y con mucha paciencia y con cario te ensear a hablar. ngel: Y qu har cuando quiera hablar contigo? Dios: Tu ngel juntar tus manitas y te ensear a orar, y podrs hablarme. ngel: He odo que en la Tierra hay hombres malos, quin me defender? Dios: Tu ngel te defender a costa de su propia vida. ngel: Pero estar triste porque no te ver ms. Dios: Tu ngel te hablar siempre de m y te ensear el camino para que regreses a mi presencia, aunque yo siempre estar a tu lado en cada instante. ngel: [Dios mo! Si ya me voy, dime su nombre... Cmo se llama mi ngel? Dios: Su nombre no importa, tu le dirs... MAM.AUTOR DESCONOCIDO

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LA CASA DEL CIELOUna seora so que llegaba al cielo y que, junto a las ciento veinte mil personas que mueren cada da, estaban haciendo fila para saber cul era su destino eterno. De pronto, apareci San Pedro y les dijo: Vengan conmigo yles mostrar en qu barrio est la casa que le corresponde a cada uno. Aqu la nica cuota inicial que se recibe para su habitacin eterna es la CARIDAD, traducida en obras de misericordia, comprensin, respeto por los dems e inters por la salvacin de todos. Los fue guiando por barrios primorosos, como ella jams hubiera pensado que pudieran existir. Llegaron a un barrio con todas las casas en oro; puertas doradas, techos dorados, pisos de oro, muros de oro. [Qu maravilla...! San Pedro exclam: Aqu todos los que invirtieron con mucho dinero en ayudar a los necesitados; aquellos a quienes su amor a los dems s les cost en la Tierra. Y fueron entrando todos los generosos: los que compartieron su pan con el hambriento, regalaron sus vestidos a los pobres y consolaron a los presos y visitaron enfermos. La seora quiso entrar, pero un ngel la detuvo, dicindole: Perdneme, pero usted, en la Tierra, no daba sino migajas a los dems. Jams dio algo que en verdad costara, ni en tiempo, ni en dinero, ni en vestidos... Este barrio es solamente para los generosos. Y no la dej entrar. Pasaron luego a otro barrio de la eterni-

dad. Todas las casas constrMlfeve^-RgBi/ Qu blancura, qu hermosura! Los pisos erari^faai'fMc^3ttehK>de marfil. La seora se apresur^Srife>Jt^lJtets?]Dbarrio, pero otro ngel guardin la toftQ ^4M2?^Ycfe?0