CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en América Latina (Fragmento)

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  • 7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)

    1/57

    el desoffol

    lo

    ,.del

    copitolisrno

    en

    omrico

    lotino

    K

    ogustn cuevo

    premio

    ensoyo siglo

    n

  • 7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)

    2/57

    EL

    DESARROLLO

    DEL

    CAPITALISMO

    EN

    AMNRICA

    LATINA

    ensajo

    de interpretacin

    bistrica

    pof

    AGUSTIN

    CUEVA

  • 7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)

    3/57

    100

    DEsARRoLLo oLIcRQUrco

    DEpENDTENTE

    ms

    modernas

    nos agobia

    toda

    una serie

    de rniserias

    he-

    ledadas".38

    Con

    lo

    cual

    quisirarnos

    afirmar la

    idea

    de

    que el

    suMesarrollo

    latinoarnericano slo se

    torna

    cornprensi-

    ble al

    conceptualizarlo

    como

    un

    prc_qs,q_dg

    -q_c_u1y4lg-

    cin nuy

    particular

    de

    contrad,icciones

    que

    no

    derivan

    ,t.

    .e"lGmentoJirtti.-*

    ;n

    e

    hemos

    .rdo

    rr

    Isdt ito'

    (:';rurianisrno"

    agra-

    rio,

    "deformaci6n"

    del

    aparato

    productivo

    capitalista

    debido a nuestra integracin

    en

    el orden

    econmi.co

    mundial,

    succin

    de excedente

    por

    el capital

    monop

    lico

    ),

    sino tambin

    de

    una heterogeneidad estructural

    ms

    amplia,

    explicable

    en

    trffis-e

    Aiculai;

    de

    rJ'"e;'l'ff-pre{lr;i't;;li'i"iia

    innpiibli'ntender

    el

    propio

    desarrollo

    concrero de

    los

    elementos estudiados

    hasta

    ahom.

    88

    El

    capital,

    t,

    r,

    vol. L,

    p.7,

    6.

    LA ESTRUCTURACIN

    DESIGUAL DTiL

    SIJBDESARROLLO

    El

    esbozo

    de las lneas generales

    de desarrollo

    del ca-

    pitalismo

    en Amrica

    Latina,

    por

    la

    va

    que

    hemos

    denominado

    oligrquico-dependiente,

    constituye

    el

    hori-

    zonte

    ncesao

    para

    la

    comprensn

    cabal de

    los

    rne-

    canismos

    a

    travs

    de

    los cuales

    se consolid

    estructu-

    ralmente

    el

    subdesarrollo

    de

    nuestros

    pases.

    En

    ello

    volveremos

    a insistir,

    por

    lo mismo,

    en

    posteriores

    ca.

    ptulos.

    Entre

    tanto

    es

    necesario

    retomar

    la

    otra

    cata

    del

    problema,

    recalcando

    no

    ya los

    elemento,s

    conu-

    nes

    del

    proceso

    sino

    ms

    bien

    sus

    disimilitudes.

    En

    efecto,

    este

    desarrollo

    del capitalismo

    qo produio

    Ia homogeneizacin

    total de

    las istintas

    fffis

    f--=."--

    socia,les

    latinoamricanas,

    sino

    que por

    el

    confrario

    acen-

    t"g:Jgs-dllrq tas,

    generando

    situacioner

    qu.*G

    de sus extremos podran

    ejemplificarse

    con los

    casos de

    Argentina

    y

    Uruguay,

    pases

    que

    en

    este

    perodo

    tuvie-

    ron

    un crecimiento

    econmico

    nada

    desdefiable

    (

    450

    dlares

    de ingreso percpita en

    el

    Unrguay de

    los

    afios

    veinte

    y

    700

    dlares

    de

    prn

    por

    habitante

    en

    la Argen-

    tina de

    1929),r

    mientras

    el

    otro

    extremo

    podra

    ilus-

    trarse

    con

    ejemplos

    como

    el

    de Hait

    o

    Bolivia,

    donde

    el

    aaso

    absoluto

    fue

    la regla.

    Resulta

    importante

    des-

    r

    Alberto

    (huriel,

    "Uruguay:

    las

    causas

    c.conmicas

    de

    sus

    trasformaciones polticas

    e ideolgicas",

    en

    Amrica

    Latina:

    eco-

    yrr.t

    pgpi,ca

    (compilador,

    James

    Petras),

    Buenos

    ires,

    Ed.

    Periferia,

    1972,

    p.

    403;

    y

    C.

    F.

    Daz

    teiandio,

    Ensattos

    sobre

    la

    brjt7ria

    econmica

    argentna,

    Buenos

    Aires, Amorrortu

    Editores,

    1975,

    p.

    65.

    La

    estimacin

    de

    Dn

    Aiejandro

    para

    la

    Argentin

    es

    con

    precios

    de

    1964;

    Coudel

    no

    da

    mayores

    precisiones

    sobre

    su

    apreciacin

    para

    el

    Uruguay.

    ,t

    r

    1i

    I

    t

    I

    i

    t"

    i

    l

    I

    t

    [101]

  • 7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)

    4/57

    lO2

    ESTRUcTuRclN

    DESIGUAL

    DEL

    suBDEsRRoLLo

    tacr

    que

    an

    en

    la

    actualidad

    muchos

    pases latino-

    "m.ricino,

    estn

    lejos

    de

    igualar

    el

    nivel

    de

    desarrollo

    que

    las

    naciones

    rioplatenses

    lograron

    hace

    medio

    siglo.

    Tal

    abanico

    de

    situaciones'

    qu no

    carece

    de

    signifi

    cado,

    ha

    sido

    naturalmente

    objeto

    de

    mltiples

    ensayos

    f,r:'::;ffii't*"iffi

    eredada

    e

    h colonia

    segn

    q,',.

    iffi--g

    6-las

    ";A;;A;6m;in",

    las

    "colonias

    de

    poblacin"

    o

    las

    "reservas

    territoriales

    prcticamente

    inexplota-

    das", a la

    vez

    que

    para

    el

    perodo

    de "desarrollo

    hacia

    afuera"

    establecen

    una

    marcada

    diferencia

    entre

    las

    "economas

    de

    enclave"

    y

    las

    "economas

    nacionalmen-

    te

    controladas",2

    Por

    su

    parte, Celq-$rgqglo

    intenta.

    explicar

    la

    di

    versidad

    d

    nuesro

    pio."to

    en

    raz6n

    d{-tlgsJ-g-'

    ducto

    exportable

    con

    que nos

    incorporamos

    al

    mercado

    6ffi-i:Ad

    dara

    origen

    a

    una

    diferenciacin

    en-

    tre "pases

    exportadores

    de

    productos

    agrcolas

    de

    clima

    templado" ("simple frontera de

    la

    economa

    europea

    "n

    fro.uro

    de

    industrializacin"

    ),

    "pases

    exportadores

    de

    productos

    agrcolas

    tropicales"

    ("tegiones

    incapa'

    ces

    de

    crear

    nuevas

    tecnologas"),

    y

    "pases

    exporta-

    dores

    de

    productos

    minerales",

    con

    economas

    general-

    rnente

    desnacionalizadas.s

    En

    fin, Sunkel

    y

    Paz

    elaboran

    un

    modelo

    mucho

    ms

    complej

    o

    qu'mil

    por

    dis

    tinguir

    cuatro

    situaciones

    bsicas

    en

    el

    punto de

    arranque:

    los

    "cenffos

    colonia-

    les"

    que

    seran

    Mxico

    y

    Per;

    las

    "reas

    de

    subsisten-

    2

    Fernando

    Henrique

    Catdoso

    y

    Enzo

    Faletto,

    Dep9nd97-c-1

    y

    desarrollo

    en

    Amica

    Latina,

    2a' ed',

    Mxico,

    Siglo

    XXI,

    1970.

    8

    Celso

    Furtado,

    La

    economa

    latinoamericana

    desde

    la con-

    qaista

    ibrica

    hasta

    la

    rettolucin

    cubana,

    6a'

    ed., Mco,

    Siglo

    xxl,

    1974.

    \i

    I

    I

    it

    i

    t

    i{

    l

    rl

    l{

    t1

    {

    ESTRUcruRAcrN

    nesrcuAl

    DEL

    suBDESARRoLLo

    101

    cia"

    que

    comprenderan

    regiones

    co'mo

    Chile,

    *t^uador,

    el

    noroeste

    argentino

    y Centroamrica;

    las

    "res va-

    cas"

    constituidas

    por

    la

    Parnpa

    argentina

    y eI Uru-

    guay;

    y

    las

    "reas

    de

    subsistencia

    y

    plantacin"

    que

    englobaran

    a Brasi'l,

    Venezuela

    y

    el Caribe.

    Los

    autorcs

    analizan

    luego

    la

    evolucin

    de

    estas reas

    tpicas

    en

    funcin

    de

    dos

    elementos:

    a] la

    ndole

    del

    sector

    expor-

    tador,

    medida

    por

    su

    desarrollo

    ms

    temprano

    o

    ms

    tardo,

    su

    extensin

    en

    el

    espacio

    y

    en

    el tiempo,

    su

    nivel

    tecnolgico

    -v

    la comelativa

    posibilidad de

    utilzar

    o

    no

    insumos

    nacionales,

    la

    magnitud

    del

    empleo

    re-

    querido,

    la

    propiedad extranjera

    o

    nacional,

    el

    destino

    del

    excedente,

    etctera;

    y

    b]

    la

    situacin

    previa de

    la

    formacin

    social

    en

    la

    que

    aquel

    sector

    se

    desarrolla,

    puesto

    que:

    La

    flexibilidad

    de

    la

    oferta

    interna

    ptura

    suministrar

    las

    materias

    primas,

    bienes

    de

    cons'umo

    y.

    de capi'tal,

    recursos

    hunos

    e inraestructura

    que

    el

    sctor

    ex-

    Dortador

    exise,

    depender

    de

    la situacin

    precxisten-

    ie,

    es decir,

    "que

    e

    perodos

    an-teriore-s

    cl

    pas.

    haya

    desarrollado

    d-eterminada

    capacidad

    y

    diversida

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    104

    EsrRUcruRAcIN

    DEsIGUAL

    DEL

    SUBDESARRoLIo

    especficas

    de vinculacin

    de

    tales formaciones

    con el

    sistema

    capitasta

    imperialista

    mundial,

    en

    una

    cadena

    de

    recprocas determinaciones

    claro

    est. Sin

    este

    ho-

    rizonte

    terico

    la

    misma

    o'situacin

    pteexistente"

    a la

    que

    se rcfieren

    descriptivamente

    Sunlel

    y

    Paz

    queda

    hurfana

    de una

    explicacin

    consistente,

    al

    igual

    que

    la

    evolucin

    poaterior

    de

    las

    distintas

    sociedades

    latino-

    americns.

    En todo caso,

    las

    tipologas elaboradas

    pot

    los

    autores

    que

    hemos mencionado

    no

    precen

    sustituir

    con ventaja

    a una

    concleptualizacin

    basada

    en el ma'

    teria,lismo

    histrico,

    como en

    seguida

    trataremos

    de

    demostrar

    mediante el anlisis comparativo

    de vadas

    ..^.situaciones

    naciona,les.

    '

    )

    Comencemos

    por

    el

    re|

    andina,

    sefialando

    que

    el

    '-.ontr"rt",

    que

    hacia

    finede1filo-rx

    y principioe

    del

    xiya

    notable,

    entre

    esas

    antig141_"3%s

    dg

    grr-b-ds-

    tengi{

    ilug- sul'{3tiTuIon

    Chile

    v

    Slale5

    de

    nrngua

    manera

    r*pu'["-f*"

    incorpora-

    cin de,l

    primero

    y

    Ia taria

    incorporacin

    del

    segundo

    a la economa

    mundial. Cuando

    Sunkel

    y

    Paz afhman

    que

    en

    el

    caso

    ecuatoriano

    "la

    expansin de

    su

    prin-

    cipal

    producto

    de

    exportacin

    es

    de

    reciente data",6

    simplemente

    incurren

    en

    un error

    de

    hecho:

    enffe

    1852

    y

    7922

    Ecuador rcaliz

    exportaciones

    (bsicamente

    de

    cacao)

    por

    un

    valor

    aproximado de

    500

    millones

    de

    dlares,8

    suma

    equivalente

    al

    monto total de las

    inversiones

    britnicas

    y

    nortearnericanas

    en

    Chile

    en

    l9L3-74.

    Cabe

    adems

    aclanr

    que

    en Ecuador no

    hubo

    "enclave"

    alguno

    en

    dicho

    perodo, si

    por

    ello se en-

    tiende la

    propiedad

    exranjera

    de

    los

    centros

    producti-

    vos

    ms

    dinmicos.

    Tal sera

    mrs bien

    el

    caso de

    Chile,

    a:l

    menos desde

    el

    momento

    en

    qre

    el

    capital

    imperia-

    Iist

    pasa

    a

    controlar la

    explotacin

    del

    sa,litre.

    6

    Op. cit.,

    p.

    118.

    8

    Cf. Ls

    Albetto

    Carbo, Hisoria monetaria cambiaria

    lel

    Ecaador,

    Qto,

    Imprenta

    del Banco Crntral,

    t953.

    ESTRUCTURACIN

    DESIGUAL

    DEL SUBDESARROLLO

    105

    As

    que

    la

    diferencia de desamollo

    de estas

    dos

    formaciones

    no

    deriva

    de

    factores

    como

    los

    menciona-

    dos,

    sino

    que

    tiene

    que

    ser

    rastreada

    en

    la

    mltqz

    econr-ffiial

    rqsti;a,

    a-

    Io-cu

    es

    -'

    menester

    urni{$e{no_del_ J_e111-o-o-np, q{liras

    de

    subsistencia".

    En-'ect-lqu

    puede

    significat

    este

    cnptSi-simultneamente

    es aplicado

    a

    uno

    de

    los

    pases

    de

    estructura

    fzudal ms

    acentuada

    de[ continen'

    te,

    como lo

    fue el Ecuador

    deci-rnonnico,

    Y

    un

    pas

    como

    Chile

    que,

    tal

    como

    lo seialamos

    en

    ca,ptulos

    anteriores, es el

    que

    mayores

    embriones de

    desartollo

    capitalista

    ptsenta

    desde

    los

    albores

    misrnos

    de

    su

    vida

    independiente?

    Es cierto

    que

    el desarrollo

    de la

    economa agroer-

    portadora

    en la

    costa

    ecuatoriana

    constituye

    la

    primera

    etapa

    de

    uansicin

    hacia

    el

    capitalismo,

    mas

    no

    cabe

    olvidar

    que sto ocurre

    en

    condiciones

    rilly

    especficas:

    a] a

    partir

    de

    la

    hacienda

    sefrorial,

    en

    la

    que

    se man-

    tienen

    relaciones

    semiserviles

    y

    tcnicas

    rudimentarias

    de cultivo

    durante

    todo

    el

    ciclo del

    cacao;

    b]

    con un

    remuneracin

    de la

    mano

    de obra

    que

    en ltima instan-

    cia

    est

    determinada

    por

    el

    valor

    de

    la

    {uetza

    de

    rabajo

    en las

    reas

    feudatres

    de

    la

    sierta;

    y

    c] sin

    qu

    se

    pro-

    duzca

    modificacin

    alguna

    en

    la es-lg4gggqpgmico

    social de estas reas.

    que

    hasta

    la

    tercera dcada

    del

    .'eq:t gg

    'l

    del

    pas.7

    En tales

    condiciones,

    la

    misma

    relacin

    entre el sec-

    tor

    exportador

    y

    el resto

    de la

    economa

    nacional debe

    ser

    cornprendida

    alterando

    la

    primaca de

    las

    preguntas,

    esto es,

    averiguando

    en

    pril4g1

    luget

    qg

    dg."-tg "_ryjg-

    datarios

    produio

    Ia

    gqt3-iz--p{9g4pll4lirt+-n

    el sector

    -c.y{s'.3-q"',68p";fr

    A..Gfi

    m-

    7

    C.Agustn

    Cueva,

    E/

    proceso

    de

    dominuin

    poltica

    ea

    Ecaador, Mexico,

    Digenes,

    1974.

  • 7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)

    6/57

    106 ESTRUCTURACIN DESIGUAL

    DEL SUBDESARROLLO

    dores"

    tuvo ste sobre

    la

    economa ecuatoriana

    en

    su

    coniunto.

    No

    es del

    caso entrar aqu

    en

    el

    anlisis

    mi

    nucioso

    de

    esta

    articulacin,

    que

    ente

    otras cosas

    se

    radujo

    por

    la mxima

    estrechez

    del

    mercado interno

    y

    un

    correlativo

    grado

    casi

    nulo

    de

    industrializacin,

    cuyas

    consecuencia,s

    son tangibles

    hasta

    hoy.

    Tal situacin contrasta

    notoriamente

    con la de Chi-

    le,

    donde la misma actividad agropecr:aria

    experimenta

    un sustantivo desarrollo

    en

    la

    segunda

    mna,

    del si-

    glo

    xrx. La

    produccin

    triguera,

    que

    en

    el

    decenio 1850-

    60

    no

    superaba

    el

    medio

    milln

    de

    quintales,

    a

    partir

    de

    1870 se

    septuplica;

    la

    proCuccin

    vitivincola

    se

    du-

    plica

    entre

    t875

    y

    1883;

    el

    hato de

    ganado

    vacuno se

    triplica entre

    1868

    y

    1875; las 300

    wejas

    inmoducidas

    en

    1875 se multiplican hasta ms

    de

    400

    000 en

    t893,

    e incluso

    puede

    hablarse

    de un

    proceso

    embrionario de

    mecanizacin

    del

    campo.s

    Todo

    ello,

    no

    porque

    los

    terratenientes

    chilenos

    fuesen

    por

    naturaleza ms em-

    prendedores

    que

    sus

    homlogos ecuatorianos,

    sino

    porque

    no

    se hallaban

    insertos,

    co,mo

    stos,

    en

    un so-

    ciedad

    cuya mdula

    econmica

    em

    la cuantiosa

    masa

    de siervos indgenas.

    Es

    verdad que durante

    este

    perodo

    no

    llegan a

    des-

    aparecer

    en Chile

    los

    famosos

    "inquilinoe

    ";

    pe'ro

    "ya no

    era el inquilino

    arrendatado

    de

    la

    poca colonial

    que

    pagaba

    un

    canon, sino

    un inquilinotrabajador

    que

    per-

    ciba

    salario

    y

    regalas".e Adems, es

    un

    hecho

    que

    en

    la segunda mitad

    del

    siglo xrx el

    "inquilinaje"

    va

    pr-

    diendo

    peso

    en

    el conjunto de la

    economa rual

    chilena.

    Vitale

    afirma

    que

    entre 1860

    y

    1890:

    "El

    desarrollo

    de las

    modernas

    empresas agrcolas

    facilit

    un

    pro.

    gresivo

    aumento

    del

    proletariado

    rural,

    especialmente

    en

    los fundos

    de la

    zona

    central,

    en la industria

    moli-

    8

    Cf. Luis Yitale, Interpretacin

    marxista

    de la bistoria de

    Chile,

    t. w,

    ed. cit.

    o

    Vitale,

    ibid.,

    p.

    68.

    EsrRUcruRAcrN

    nrsrcuL

    DEL

    suBDEsRRoLLo

    107

    nera,

    en

    la

    colonizacin

    de la

    Araucana y

    en las

    enpre-

    sas

    ganaderas

    de Magallanes",

    y

    hasta

    asegura que

    .,la

    mayotia

    de los

    terratenientes

    prefiri

    aumentar

    los

    sala-

    rios

    de los

    peones

    que

    trabajaban

    por

    temporada

    antes

    que incorporar

    nuevos

    inquilinos porque les

    resultaba

    ms

    conveniente

    a

    sus intereses

    inmediatos".to

    En

    todo

    caso

    el

    capitalismo

    chileno

    adqri

    tal

    dinamismo

    en

    esta

    eta)a,

    con

    races

    internas, que

    hasta

    hrc

    capaz

    de generar

    Ia

    perspectiva

    nacionalista

    expresa-

    da

    por

    Balmaceda.

    Como

    se

    vio en

    el

    captulo

    3,1a

    via

    oligrquica

    y proimperialista

    slo

    logr

    imponerse

    aqu

    desaticulando

    con

    las

    armas

    un

    proyecto

    nacional

    bur-

    gus;

    pero

    aun

    despus

    de

    esta

    derrota

    de las

    fuezas

    progresistas las condiciones estructurales

    del

    pas permi-

    tieron que

    la produccin

    industrial

    siguiera

    creciendo

    a

    un ritmo

    bastante

    acelerado:

    ente

    190g y

    I92g,

    por

    ejemplo,

    ella

    se incremenr

    en

    un

    g4Vo.11

    Ademsi

    ^

    .

    .

    .en

    el.perodo

    alguna

    parte

    de

    los

    capitales

    generados

    eJ

    el

    satltre

    y

    el

    comercio

    se

    invierten

    en

    el

    agro,

    dn_

    dose

    ongen

    a

    ormas

    ms

    desarrolladas

    de

    produccin

    lraria.

    La

    viticulrura,

    por

    ejemplo,

    adquiere'amplia

    di-

    ruslon;

    afgm.as,

    rnverslone-s

    en

    obras

    de

    regado

    rnejo-

    ran la

    calidad productiva

    de los

    fundos.r2

    Es

    decir

    que,

    incluso

    con

    un

    ,,enclave"

    extfaniero

    instalado

    en

    su

    seno,

    la

    economa

    chilena

    sigui

    te_

    niendo

    ms

    vigor

    que

    una

    economa

    ,,nacionalmente

    controlada"

    como

    la

    ecuatoriana.

    Comparado

    cqn

    la

    feudalidad

    empedernida

    del

    a,ltiplano,

    Chile

    hasta poda

    ro

    lbid.,

    pp. 72

    y

    75.11

    Cf,.

    Ricardo

    Lagos,

    I^a

    industria

    en

    Cltile:

    ofltecederrtes

    estructarales,

    Instituto

    de

    Economa,

    Universidad

    d.

    Chit;,'-ite,

    p.

    33.

    .,r,

    .F\

    Faletto y_Eduardo

    Ruiz,

    .,La

    cisis

    de

    la

    domina-

    cron ougrqurc",

    en

    Faletto

    et

    al.,

    Gnesis

    bistrica

    ilel

    proccso

    cbileno,

    ed.

    cit.,

    p.14.

  • 7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)

    7/57

    108

    EsrRcruRcrN

    DESTGUAL

    DEL

    suBDEsRRoLLo

    apuecer en la mitologa

    burguesa

    como "la

    Inglatena

    sudamericana",

    aun cuando

    ya

    slo

    rq>resenta,ba

    un

    grado

    de

    subdesanollo diferente

    del

    de sus

    vecinos

    ms

    atrasados.

    Si

    por

    un

    lado

    no hay

    mz6n

    paru

    incluir

    en

    una

    misma

    c

    tegorla los casos

    que

    acabamos

    de

    ana,lizat,

    por

    el

    otro

    tampoco

    se

    j.ustifica

    que pases

    estructural-

    mente tn

    afines

    como

    Ecuador,

    Bolivia

    y

    Per apa-

    rsca

    en categoras distintas,

    por

    ms

    que

    este ltimo

    haya sido

    en

    su momento

    un

    centro virreinal.

    Pese

    a

    que

    Ecuado,r

    inici

    su

    transicin

    al capitalismo

    pot

    la va de

    ,la

    actividad agroexportadora, mientra,s

    Bolivia

    Io

    hizo

    por

    medio

    de

    una

    actividad

    exclusiva.

    mente mi,nera

    y

    Pe

    po

    una

    va ms

    compleja

    que

    combin

    la recoleccin

    del

    guano

    con

    la

    actividad

    pro

    piamente

    minera

    y

    agrcola

    de

    expotacin,

    parece

    claro

    ,

    de-

    r'^.-*"1.'t,

    b3tsq9-gy:ld-{.grtt-tq4'*dts{,f

    ggz1,s*p:eduuyas.

    En

    condiciones

    como

    stas, se

    dan

    a

    nuesffo

    juicio

    dos situaciones

    que

    a

    la

    postre

    producen

    los efectos de

    atraso ms

    abeantes:

    a]

    el mismo

    sector

    exportador

    se

    impregna hata la mdula

    de

    ragos'-piapiiar,

    .o-o

    -u.,

    l

    .oro'=otoluni

    er

    des

    ii*ms

    pla-

    taciones

    de algodn

    y

    caa de

    az,car

    en el

    Pe; o

    b]

    se

    conigr-rra s,implemente

    una situacin*de

    "gpl-qye", aun

    con independe'nca

    del

    carcter nacional

    o

    extraniero

    dl

    sectof

    exportador,

    que

    en este caso es

    etarnente

    ca-

    pitalista.

    El

    ejemplo

    de Bolivia

    en

    la

    era

    del estafio

    es

    el ms

    iustrativo

    al respecto. En

    efecto,

    resulta

    bastante

    difcil

    afirmar

    que

    en

    este

    ps

    y

    en

    est

    poca

    no hubiera

    habido

    aormulacin

    de

    capital o

    que

    hiciera

    falta un

    real

    "espritu emptesarial":

    al

    momento

    de

    su

    muerte

    ESTRUcruRAcrN

    prsrcuAr,

    DEL

    suBDEsARRoLLo 109

    Patifio

    haba

    acumu[ado

    una de las fortuns

    ms cuan-

    tiosas

    del

    mundo y

    era

    un

    verdadero

    pro{otipo

    del

    "bourgeois

    conqurant".

    El

    secreto de

    su imesistible

    ascenso

    no

    encierra,

    por

    lo

    dems,

    misterio

    a,lguno:

    Pa-

    tifro

    su,po

    combinar

    adecuadamente

    los niveles ms

    avanzados

    de

    la tecnologa

    de

    su tiempo

    con los

    niveles

    ms

    bajos

    de salarios,

    para

    lo cual

    ni siquiera

    necesit

    abatir

    el

    valor de

    la

    fuerza

    de

    trabajo:

    Ie bast

    con

    conservarlo

    en el

    nivel

    vegetativo

    en

    que

    "normalmen-

    te"

    se reproduce

    el

    siervo

    de

    la

    gleba.

    Sin

    embargo,

    las

    fabr.ilosas

    superganancias

    obtenidas

    de esta

    manera

    distaron

    mucho

    de contribuir

    a la

    acumu-

    lacin interna

    en

    su pals; a

    la

    postre

    no

    hicieron

    ms

    qu

    engrosar

    la

    masa

    del

    capital monop,lico

    interna-

    cional,

    y

    no

    porque

    Patio

    estuviera

    dominado

    por

    ste, sino

    porque

    se

    le

    incorpor

    en

    pie

    de

    igua,ldad,

    ctundo

    por

    1o

    mismo

    conorme

    a sus

    leyes.

    Con

    lo

    cual

    la

    minera

    del esrtaio

    par'

    a

    constituir en

    Bolivia

    un

    tpico

    islote

    de capital

    monoplico

    incrustado

    en

    una

    formacin

    econmica

    de

    base

    precapitalista,

    que

    a

    can-

    bio

    de

    proporcionar

    mano

    de

    obta

    banta

    no

    reciba

    el

    ms

    mnimo

    impuilso

    "dinamizador"

    por

    parre

    del

    sector

    minero.

    Y

    es

    que,

    al no

    encontrar

    algn

    produc-

    to

    "colonia,l."

    que por

    sedo

    garantizara

    una inversin

    rentable,

    ni

    Patio

    ni los

    otros

    dos

    magnates

    del

    estafro

    vean

    ruz6n

    alguna

    para

    reinvertir

    en

    el

    binter-

    land,

    baliviano,

    que

    en

    rigor

    comenzaba

    en las

    fronte-

    ras

    mismas

    del

    enclave

    estafifero.

    Fomentar

    el

    desa-

    rrol,lo

    agrcola

    e industrial

    de

    este enorme

    anerpo

    fzudal

    habra

    equivalido

    a

    incoar

    una

    revolucin

    burguesa

    profunda, que

    ciertamente

    no

    estaba

    en

    las miras

    de

    esos

    magnates

    que

    haban

    acumulado

    su

    fortuna preci_

    samente

    a costa

    de

    la

    miseria

    de las

    masas

    de

    su

    pas.

    Ellos prefirieron

    como

    es

    lgico,

    incorporarse

    al

    movi-

    miento_

    del

    capital imperialita

    en esca,la

    mundia,

    y

    no

    por

    falta

    de

    "patriotismo",

    sino

    porque

    Ia

    patria

    del

    -*

    gue

    en los

    tres

    pases

    )r

    la

  • 7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)

    8/57

    \-

    \t

    t

    \J

    \ \

    \

    w

    110

    EsTRUcTURAcIN

    DESIGUAL

    DEL

    suBDEsRRoLLo

    capital

    no

    es otra

    que

    el

    mbito

    de

    su

    reproduccin

    ampliada,

    que en este

    caso

    estaba

    lefos

    de

    coincidit

    con

    los

    lmites

    de

    la

    fotmacin

    social

    boliviana.

    En

    tales

    circunstancias,

    era natural

    que las

    minas

    del

    boliviano

    Patifio

    constituyern

    un

    verdadero

    enclave

    imperialista

    en

    su

    pas,

    por

    la

    misma

    rzz6n

    que las

    propiedades

    del

    extranjero

    Patio

    en Inglaterra

    no

    pasaban de

    ser

    una

    forma

    un

    tanto

    anecdtica

    de

    existencia

    del

    capital

    mo-

    noplico

    ingls.

    Observacin

    con

    la

    oral

    queremos

    se-

    fralar

    que

    el

    mismo

    corcepto

    de

    enclatte

    no

    puede

    ser

    9.r91*gu;

    :-

    ,,.

    _r

    de

    modos de

    produccton:

    en su

    mas estrlcro

    rlgor

    tal

    cffiF6Y-i

    existencia

    de

    "

    islqtes"

    9

    cgpj-

    til5rg{99erlst"gy:g{"4q,jgtg'.*'r.precf

    P.,r-

    tallstas,

    con

    las

    que

    no

    guardan

    otra

    felaclon

    que

    la

    d*uccin

    de

    excedente econmico.

    En

    cuanto

    al

    caso

    peruano,

    la

    situacin

    prece ser

    ms clara

    an

    que

    la

    de

    Bolivia,

    puesto

    que

    all

    el

    do-

    minio del

    capital

    mono,plico

    exraniero

    es

    mucho

    ms

    directo

    y

    desembozado.

    Sin

    embargo,

    quisiramos re'

    tomar

    algunas

    observaciones

    del

    historiador

    Heraclio

    Bonilla,

    referentes

    a

    las

    sucesivas

    posibilidades

    de

    acumulacin

    en

    Pe

    en

    el

    siglo

    xrx.

    Bonilla

    comienza

    por

    recondar

    un

    primer

    momento

    de

    este

    proceso,

    qu se

    abre

    en

    1850, orando

    los

    pro

    pietarios localos

    pasn

    a

    su

    gobierno

    la

    planiila

    de

    la

    Independencia,

    obteniendo

    una

    ley de

    indemnizacin

    segn

    la

    anal:

    . . . se

    reconocan

    como

    crditos

    contra

    el

    Estado

    todos

    los

    orstamos.

    voluntarios

    o

    orzosos,

    en dineto

    o

    en

    especies, levantados

    desde

    1820

    por

    cualquier

    autoridad

    del sobierno.

    En virtud

    de esta

    decisin,

    por

    eiemplo,

    fuern

    declarados

    con deJ{:blr.3t.-i2btacign

    lqq-due-

    fros

    de

    los

    esclavos

    enroados

    en

    9 @ t,

    os

    proge-

    tariosodo-Y,-sem-[tlusirvieronparasoste-

    na

    las

    tp"t,

    ios

    planadgtr1-dq azcar,

    prductores

    EsrRUcruRAcrN

    orsrcuAr,

    DEL

    suBDESARRoLLo

    111

    Ir

    de,chancaca

    y..aquellos

    productos

    destruidos

    o

    confis_

    cados

    en

    benetlcro.de a

    causa

    de

    la

    Independencia.

    as

    como

    los

    propietarios.de

    fundos

    ;i;

    bi;;;;ij;:

    nos

    a

    Ios

    que

    se

    infligi

    daos.

    Esra

    ley

    .ornpr.n

    tambin

    "tdo

    lo

    grrjdo;

    lori.nrni.r,to de

    las

    tfopas patrotas:

    sueldos,

    descuentos,

    pensiones,

    ur;*

    naciones,

    crdj

    tos

    lquidoi,

    arr*drr"in["r,-

    ;l;;;"f.

    cuentas,

    gratificaciones,

    biiletes,

    cdulas,

    reconocimien_

    tos, parte

    ..de

    presas,

    acciones

    'p.ndi.nr,

    cargos

    Dor

    contrata,

    llbramieltos

    no

    cubiertos por

    la

    Tesrera

    v

    Fpltaes

    que

    gravaban

    t_anto

    el

    Ramo

    de

    rbitros

    como

    as

    Aduanas

    y

    Ia

    Casa

    de

    Moneda',.r3

    De

    esta

    maner

    --de

    un notable

    ,,patriotismo',

    por

    lo

    dems*

    la

    clase

    dominante

    p.*un

    obtuvo

    alrededor

    de

    5

    millones de libras

    esterlinas,

    a los

    que

    habra

    que

    sumar

    la

    indemnizacin

    percibida

    por

    los

    propietarios

    de

    esclavos

    en

    el

    momento

    de

    la

    manumisin

    (1Si4).

    Tales

    sumas permitieron

    de

    una

    parte

    la

    adqusicin

    de

    cooles para

    las

    plantaciones

    de algodn

    y

    cafra

    e

    az-

    oar

    (manera

    apenas

    disf.razada

    de prolongar

    la

    esclavi-

    tud),

    y

    de

    ora

    Ia

    conversin

    de

    certos

    sectores

    de la

    clase

    dominant

    en

    concesonarios

    del guano.

    hora

    bien,

    el mismo

    Bonilla

    hace

    notar

    que estos

    concesiona-

    rios

    y

    otros

    elementos

    locales

    ligados

    directa

    o

    indi_

    rectamente

    al

    sector

    exportador,

    percibieron

    entre

    1g40

    y

    1880

    un

    porcentaje

    relativamente

    importante

    de

    las

    ventas

    de

    aquel

    abono,

    comprobacin

    q,r.

    lo

    lleva

    a

    formular

    la

    siguiente

    reflexin:

    Aun

    suponiendo

    que

    el

    consumo

    de

    estos

    gnroos

    es ruvo

    f undamen

    taimenre

    consri

    tuido

    p".-

    iu

    l";;;:

    cin

    de

    bienes

    exrranieros,

    es

    legri-

    ^fi;.-;;_

    oncql,

    go-mo

    lo

    hace

    Hunt,

    que-

    el

    gu^no

    g"n"i

    una

    liquidez

    basrante

    consideratle

    crri

    para"in.r.-

    mentr

    la

    demanda

    interna..

    pero

    pese

    a esa

    puncin

    nronetaria,

    ni la productividad

    ni l.

    p.u.ii"

    ;

    73

    Gaano

    y

    burguesia

    en el

    penl,

    ed.

    cit.,

    p.

    e7.

    .l

    ll

    I

    rl'

  • 7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)

    9/57

    ll2

    EsrRucruR^crN

    DESIGUL

    DEL

    SUBDESARRoLIo

    la

    economa

    perun

    aumentaron'

    Tercamerrte'

    .los

    ;;;t*-d

    "it.

    dinero

    optgQg--R-corrverse

    n

    re,,tistas-y

    no

    en

    schumpetetianos

    de

    los

    rrn

  • 7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)

    10/57

    1I4

    ESTRUCTURACIN

    DESIGUAL

    DEL

    SUBDESARROLLO

    descripcin

    emprica,

    hay

    que

    insistir

    entonces

    en

    que

    este

    'ivaco"

    implica

    le

    lyq.-qqgjle

    y9239atyjV.g99 -

    micasoci

    de

    carct&-

    esc--fgl

    hechs-

    qus

    tinq;--u;;n-a'mrlalidadst-caagt4 -d9

    ertable'in-dlos-

    v"*l*

    5 e

    {g1e$encia,

    y

    por

    r"frli-Ifto-ffiifi.ot

    e sta

    en

    el

    desa-

    rrollo

    interno

    de

    las

    sociedades

    respectivas.

    Como

    ar-

    gumenta

    un

    equipo

    de

    investigadores

    uruguayos

    para

    explicar

    el desarollo

    partictilar de

    su

    pas:

    La

    dicotoma

    reas

    dominanies-reas-dependientes

    su-

    pone

    una

    conceprualizacin

    qttiz

    demasiado-

    gruesa

    ;;;; i;;

    cuenta'de

    una

    realidad

    compleia'

    I'a

    evo-

    ft".

    ASLyi{rEg-..apitalista

    en

    su

    coniunto

    durante

    eI srgto

    xtx

    y

    comre#ff&igl.o

    1x

    abre

    rrn abanico

    r,i+br ,.rosJ-j--

    jrrry+f

    1ry1'^$1^1

    pibilidades de

    dcrcrminacin,

    que.se

    fel2'clonan

    con

    los

    recrtrsos

    naturalcs.

    la

    capacidad

    de

    respuesta

    de

    la

    sociedad.

    el modo

    tle

    produccin

    preexistente

    y

    el

    adelanto

    o retraso

    con

    que

    las

    distintas

    res

    se

    lncof'

    oornn

    al

    proceso,

    circunstancias

    todas

    eslas

    que

    In-

    ciden

    en la

    forma

    y clinlmismo

    qtrc

    cl

    moclo

    de

    ;;;;.;it

    capitalist

    adquiere

    en

    cada

    rca'

    En

    estc

    ;;;;';.

    iliu^-.ion.t

    el

    Uruguav. estabn

    situe

    Jo

    n

    ;;

    que

    las

    relaciones

    de

    dcpendencia

    no

    se

    ;b;;

    "n-

    tnt

    o.-as

    ms

    rigutosas'

    Esta

    situacin

    ;

    ;"b^

    en

    una

    estntct.rra

    conmica

    diferente

    de

    "

    .

    i

    ptses semicoloni-ales,

    que.

    inchra

    un

    cierto

    d"t.ttttt"'ustrial

    e

    implicaba'asimismo

    ciettos

    ni-

    veles

    de

    autonoma'1e

    En

    el

    rea

    rioplatense

    esa

    estrlctura

    especfica

    va

    conformndose,

    como

    es

    sabido,

    mediante

    la

    afltiencia

    de

    sucesivas corrientes- migr-atorias,

    cuya

    significacin

    socio6i--n

    .1

    i

    en

    *cuest

    iones

    t

    ni co-cu

    I

    tu

    rales'

    rs

    Julio

    Millot,

    Catlos

    Sitva

    y

    Lindor

    Silva,

    El

    desanollo

    nduial

    del

    [Jruguay

    tJe

    la

    crisis

    de

    1929

    a

    Ia

    posguerra'

    Monte-

    ti.i".

    ni""*idaidah

    Repblica'

    Instituto

    cle

    Economa,

    Depar-

    tamento

    de

    Publicaciones,

    197),

    pp'

    3l-)2'

    ESTRUcTURcIN

    trsrcuAI,

    DEL

    suBDESARRoLLo

    llj

    mas en

    el

    hecho

    d"

    gne

    no

    se trata

    de

    una importacin

    de

    esclavos

    o

    siervos sino

    de mano

    de

    obra

    asalariada,

    1o

    que

    implica

    el

    establecimento

    de

    relaciones

    sociales

    ca-

    pitalistas

    de

    produccin.

    Aun las

    situaciones

    ms

    ,,pre-

    carias" que

    puedan

    cletectarse

    aqu, como

    seran

    Ia

    aparcea

    y

    algunas

    formas

    de

    arrendamiento,

    nada

    tie-

    nen

    que

    vet con

    instituciones

    como

    el

    ,,huasipungaje"

    ecua.toriano

    o el

    "pongaje"

    boliviano

    o

    peruano,

    e

    in_

    c-tustve

    reprcsentn

    un

    momento

    ms

    avanzado

    que

    el

    del

    "inquilinaje"

    chileno.2o

    Y hay

    un hecho nrs, que

    merece

    destacar,se.

    El

    pro-

    ceso

    migratorio

    determina

    que

    el

    nivel

    de

    los salarios

    no

    se

    establezca

    sobre

    la

    base

    del

    valor

    de

    la

    fuerza

    de

    trabajo

    en

    las

    reas

    precapitalistas

    cle Amrica

    Lattna,

    sino

    a

    partir

    de

    su

    valor en los pascs

    erropeos

    cle

    don-

    de se

    imporla

    mano

    dc

    obra.

    Pcr

    ello:

    Los

    salarios

    en

    la

    pam-pa

    eran,

    al

    parcccr,

    superiores

    e los

    dc

    nlgrrnrs.ciudldes

    curopeas.

    Urrr

    comparacin

    entre

    las

    tasas

    de

    salarios

    por

    hora

    correspondiente,s

    a.

    Iapso

    1911-I4

    cn

    Buenos

    Airc,s

    1'

    Pars

    y

    Marsella

    respecto

    de_

    siete

    ca.tegoras

    diferentes

    muestra que

    as

    tasas salariales

    c{e

    Buenos

    Aires

    eran

    superioes

    a

    las

    de

    Marsella

    en todas

    las

    categorar

    (alreriedore

    un.BjVo

    ),

    y

    superiores

    a casi

    todas

    las

    de

    Pars

    (alrr:-

    dedor

    dcl

    25Vo).

    Un

    informe

    de

    I92I

    del

    Deoarta-

    20

    Apenas

    si

    merece

    la

    pena

    detencrse

    a

    refutar

    las flamantes

    tesis

    ile

    Camragnani

    (op.

    cit.) sobre

    el

    .'fer-rdalismo',

    argentino

    del

    siglo

    xx.

    las

    reflexiones ya

    formuladas

    sobre

    las relciones

    sociales

    de

    produccin

    en

    ei

    rea

    en

    cuestin

    slo

    conviene afradr

    estos

    datos

    referentes

    al desanollo

    de las

    {uerzas

    productivas

    en

    el

    campo argentino:

    "...la

    maquinaria,

    los

    velculos

    y

    otros

    bienes

    duraderos

    constituan

    slo

    el

    8%

    det

    stock

    de'ctpital

    .yrg1

    .

    1900,

    pero

    su

    participacitn

    se

    elev

    aI 24o/o

    en

    l9i9

    y

    al

    40ok en 1929.

    El

    valor real

    de esos

    res

    rubros,

    considerand

    1900:100,

    ascer.rtli

    a

    577

    en

    1914 y

    t

    1400

    cn

    1929...

    En

    1929-30

    la

    Argenti.na

    tena

    ms

    cle

    la

    mited

    del

    nmero

    de

    sesa_

    doras-trilladoras

    exisrentes

    en

    Estados

    Unidos,

    donde

    la

    cantidc

    de

    granjas

    era

    mayor".

    Alejandro

    Daz,

    op.

    cit.,

    p.

    l(.1.

  • 7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)

    11/57

    IT6

    ESTRUCTURACIN

    DESIGUAL

    DEL

    SUBDESRROLLO

    mento

    Britnico

    de

    Comercio

    de

    Ulmamar

    afrmaba

    ".

    jt

    td"rios

    argentinos

    antes

    de.

    la.

    primera

    gue-

    i *.aid

    eran

    uperiores

    a

    los

    de

    los

    pases. eu-

    ropeos, unque

    no iiabrn

    ido

    creciendo

    al

    mismo

    ril

    o.21

    Ahora

    l'rien,

    no

    hace

    falta

    suscribir

    la

    totalic{acl

    de

    los

    razonamientos

    cle

    un

    Arghiri

    Emmanuel'

    por

    ejem-

    p\o,22 para

    percibir

    la

    enorme

    importancia

    qre est

    cues-

    ;

    t;;

    n

    .l

    d.ru.rollo

    econmico

    de

    una

    sociedad'

    No-*-puttimos

    su

    idea

    de

    considerar

    a

    los

    salarios

    .o*o

    ,-rnu

    "variable

    independiente"

    y

    venimos

    esfor-

    zndonos,

    justamente,

    po' *otttu.r

    la

    det'erminacin

    de

    eriot

    pot

    una

    articulacin

    especfica

    de

    modos

    de

    pro

    duccin,

    en

    el

    seno

    de

    una

    constelacin

    histrica

    que

    desde

    luego

    rebasa

    Ios

    contxtos

    estrictamente

    naciona-

    les.

    Pero

    -1o

    que s

    quisiramos

    retene

    de

    su

    reflexin

    es

    el

    hecho

    d"

    q,r.

    ningn

    aspecto

    bsico

    del

    desarrollo

    de

    una

    formacin

    socul,

    comunzando

    por

    las

    condi-

    ciones

    de

    construccin

    de

    su

    mercado

    interno

    y termi-

    nun.

    p".

    el

    flujo

    de

    excedentes,

    puede

    plantearse

    al

    margen

    de

    aquella cuestin.

    Ms

    an,

    crecmos

    que ni siquiera

    es

    legtinro

    airmar'

    como

    frecuentemente

    se

    hace

    en

    Amrica

    Latina'

    que

    el

    principal

    mccanismo

    de

    articulacin

    entre

    los

    "encla-

    ves;'

    capitalistas

    y

    las

    reas

    precapitalistas

    consiste

    en

    que

    sts

    se

    encrguen

    de

    reproducir

    a

    menor

    costo

    iu

    urrr^

    de

    trabajo

    de

    aqullos:

    afirmacin

    emprica-

    mente

    falsa,

    como

    lo

    prueban

    las

    "tiendas

    de

    raya"

    abastecidas

    con

    artculs

    importados

    en

    infinidad

    de

    enclaves,z3

    y

    adens tericamente absurda en

    la

    medida

    21

    Alei.rndro

    Daz.

    oP.

    cit.,

    P.

    52'

    2

    Ci.'"-iui"

    ri

    ititkli'o'disisual,

    Mxico,

    Siglo

    XXI'

    197).

    -'

    iHace

    falta

    recorCar

    que

    incluso

    Patiio

    importaba

    latas

    d.

    .onJ"*n

    p.ra

    los

    mineros

    jel

    altiplano

    boliviano?

    No

    hay

    sino

    que

    leer

    Metal

    rJel diablo.

    ESTRUCTURcIN

    DESIGUAL

    DEL

    sUBDESARRoLLo

    II7

    en

    que

    el

    valor

    de

    cada

    bien

    producido

    en

    el

    sector

    precapitalista

    es

    ms

    elevado que

    el

    del

    sector

    capita-

    lista

    (sobre

    todo

    extranjero),

    aun

    en el

    supuerto

    d.

    la

    mxima "superexplotacin"

    ds los

    rabajadores

    del

    primer

    sector.

    En nuestra

    opinin,

    la

    uncionalidad

    de

    l?:_gt.o:-p-tg.g-plqu

    lls

    g

    s

    con

    respeco'-l-i

    to

    t

    igls-*$ ip;;dglrysa,:l--,erlalord_la.f

    uetza

    oe

    rranaJo

    re-ductdo

    su

    lmtte

    estrlctamente

    vesettivo.

    c'n*-

    lalcon

    snii

    q

    diello

    re'

    dciivan.

    .

    partit

    de

    ese

    dato

    uno

    puede

    discutir

    si

    ese

    valor

    es

    "justo"

    o

    o,

    o

    si

    el

    que

    est

    nacionalmente

    determi-

    nado

    tiene

    o

    no

    "sentido"

    en

    un

    contexto

    econmico

    ca,a

    vs.

    ms internacionalizado.

    El

    hecho

    es que

    el

    sistema

    capitalista

    no se

    rige por

    las

    leyes

    de

    la

    jus-

    ticia

    ni por

    el

    mayor

    o

    menor

    sentido

    terico,

    sino

    que,

    en

    lo

    que

    a este punto

    concierne,

    se

    limita

    a establecer

    un

    rgimen

    d,e

    salarios

    acorde

    con

    el valor

    local

    ,e

    la

    uetza

    de trabajo

    (en

    torno

    al

    cual

    tales

    salarios

    fluc-

    tan,

    como

    es

    natural

    ).

    En

    el caso

    del

    rea rioplatense,

    la

    peculiaridad

    est

    en

    que

    ese

    valor

    local

    es un

    "vaco",

    que

    histrica-

    mente

    ser

    llenado, aqui s,

    al

    nenos

    en

    e[ perodo

    que

    oenirnos

    examinando,

    por

    un valor

    de tipo

    internacio

    nal,

    concretamente

    europeo.

    Es ste

    el

    elemento

    .,his-

    trico-moral"

    que

    fija

    el

    nivel de

    salarios

    en

    un

    punto

    incomparablemente

    superior

    al

    de

    otras

    reas

    latino-

    atnericnas,

    marcando

    diferencias

    con el

    propio

    proceso

    chileno.

    A

    Ia luz

    de las reflexiones que

    hemos

    formulado

    se

    explica

    la

    relativamente precoz

    constitucin

    d.-

    un

    mer-

    cado

    inrerior de

    bastante

    amplirud

    en

    7a

    zona

    riopla-

    tense,

    la pia integracin

    nacional

    que

    aqu se

    da

    con contingentes

    humanos

    paradjicamente

    "exffanje-

    ros",

    la

    funcin

    integradora

    de las

    vas

    de

    comunica-

    cin

    que

    en

    este

    caso cumplen

    un

    papel

    ba.stante

    dis-

    tinto del

    que

    Bonilla

    indicaba para

    Pe:

  • 7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)

    12/57

    118

    ESTRUcTURAcIN

    DESIGUL

    DEL

    SUBDESRRoLLo

    Las obras

    de infraesrructura

    necesarias

    para

    la

    pro-

    duccin

    y

    trasporte

    de los

    producos

    de

    exporta-

    ifn

    -ss61ibe

    Couriel

    -no

    sio son

    apropiadas

    para

    esos nes

    sino

    que

    proporcionan

    al-Uruguay

    una mayo integracin

    espacial. La existencia

    de

    los

    ferrocarriles,

    si

    bien

    sus

    lneas

    se adecuan

    a las

    nece-

    sidades

    del

    comercio

    exterior,

    con.forman

    una mayor

    homogcneidacl

    del

    coniunto

    terirorial,

    que

    tambin lo

    dierecia

    de los

    paics

    basados

    en'"nclaves".

    No

    existen

    regiones de

    baja

    productividad

    y

    autosubsis-

    tencia.2a

    En estos

    casos resultara

    adems

    absurdo hablar

    de

    un econolra

    de

    "enclavc",

    por

    ms

    que

    el

    capital

    monoplico

    controle

    uniclades

    productivas

    tan impor-

    tantes

    como

    ios frigorficos,

    por

    ejemplo.

    Nos encontrmos,

    en sntesis,

    ante efectos

    muy espe-

    cficos

    de

    la actividad primario-,exportadora,

    como

    s-

    tos

    que

    sefralan

    Sunkel

    y

    Paz:

    . .

    . en economas

    como

    Ia

    argentina,

    Ia

    actividad

    exportadora

    permiti

    monetizar

    la

    economa,

    cre

    una

    moderna

    agricultura

    cle

    tipo europeo,

    cor una

    dotacin

    de

    recrsos humanos

    de relativa'caoacidad

    tcnica,

    y

    con

    patrones

    de

    consunro correspondientes

    a

    los

    niveles

    de

    vida

    c{e

    los

    pases

    del centro;

    si

    a

    estos

    factores

    se

    aade

    el

    alto

    nivel inicial

    de

    insre-

    so

    y

    de

    salarios, una

    rpida

    urban.izzrcin

    como

    ion-

    secuencia

    del

    proceso

    inmigratorio,

    la

    integracin

    de

    una

    prte

    considerable

    del territorio

    naconal

    me-

    diante

    el

    sistema

    cle

    trasporte

    y

    comunicaciones,

    el

    pdo

    crecimiento

    de

    la

    'producin

    en

    la actividad

    exportaclora

    y

    la

    consiguinre

    expansin

    clel ingreso

    nacio;r_a,

    se

    ver

    que

    en

    este cso

    la

    ampliacin

    de

    Ia

    "'JJldd;xqg

    rlqdqr

    {i

    Lq

    nrr,e{Lls-lg4"ffa-1

    d e

    un,-9le{93.9Q.19

    t

    c

    rD

    o,.l

    n99jj3jr

    t

    e.

    La

    a

    ct

    lv

    I

    |

    |

    d

    cx

    por-

    tadora

    conStuve,

    adft,

    un

    mercndo

    de

    in-

    sumos;

    la actividad

    agricola

    requiere herramienras,

    materales

    y

    maquinarias

    no

    muy

    dfciles

    de

    2a

    Couriel,

    op.

    cit.,p, 417,

    ESTRUCTURACIN

    DESIGUL

    DEL

    SUBDESRROLLO

    119

    elaborar

    en

    el

    lusar;

    ,

    necesifa

    adems

    una gran

    diveisidad

    de-serviios,

    lo

    gue..por

    otra parte

    estimu_

    iffi

    l"x:'x:u"*"li:::*{;r:;"c*/';'-'o*"'iJ'

    ,f

    ;li*i'""I;:;":i',1,'.i'1.1i;Hl,lt'.f

    ","

    li_ulu.actividad

    exporradora

    qu.

    *,"pi

    r:na

    fun_

    cron

    cnreramenre

    onuesra

    a

    la

    que

    p";;

    atribu

    a

    a

    de

    os

    ,,enclaves"

    extranjero,

    p,l.Jtqu.

    fo"mu

    un

    mercado

    interno

    rlafivamente

    amplio

    y

    en

    ex-

    ansin,

    con

    imporranres

    grupos-

    d.

    aI;;,

    ingresos

    I^_?,:

    uxa

    gran

    concenrracin..urbana,

    t"do

    lJ

    J

    acrlra

    que

    se

    expanda

    Ia

    prcducci.r'internalt

    --*

    ,

    Esto,

    no

    hay

    que

    olvidarlo,

    dentro

    de

    os

    lmites

    determrnados

    por

    ia

    divisin

    internacional

    capitalista

    imperialista

    de7

    trabajo,

    que

    converr

    a

    tambin

    a

    la

    ecorroma

    riopiatense

    er

    una

    economa

    ,,complementa_

    ria"

    y

    por-

    ende

    dependiente

    de

    los

    centrs

    metropoi-

    tanos;

    y

    determ,inados,

    igualmente,

    por

    la

    estructura

    agraria

    propia

    de

    la

    va

    oligrquica

    u

    lu

    qu"

    no

    esca-

    paron

    estos pases,

    como

    ya

    se

    vio

    en

    el

    captulo

    pre-

    cedente.

    Son

    esios

    lnrites

    "onfigo""d;*,

    el

    .ubd.sa_

    nollo

    los

    que

    se

    nranifestarn

    ."

    tod"

    *

    fero

    ,

    pu.tir

    de..la.

    crisis

    del

    29

    que

    ser

    t"

    *.r.urgudu

    .

    "lurrru.u,ellnlttvamente

    el,,nrilegro',

    rioplatense.

    Una

    somera

    revisin

    el

    caso

    brasileflo

    lrrmte

    a

    su

    vez

    comprender

    cmo

    las

    diferencin,

    d.

    .rurrollo

    de

    nuestros

    pases

    no

    provienen

    del

    carcter

    ,,templado,,

    o

    "tropical"

    de

    la

    produccin

    agrcola

    ni

    de

    la

    progeni.

    europea

    o

    no

    europea

    cle

    la

    mano

    de

    obra,

    e

    incluso

    examtna

    en

    un

    contexto

    harto

    complejo

    los

    efectos

    de

    Ia

    articulacin

    de

    varios

    modos

    a.'prr"ia".

    El

    Br.asil,

    ya

    lo

    diiir

    ^-^--^tr_,

    ._

    , ,

    .,

    r,?r,

    se

    caracteriza

    por

    uno*de

    l_o_s

    desarrollos ms

    desgt

    ' '

    ',vr urr.^s

    rgs

    ;.ffi:,#fh#:l

    "|l'

    sv

    ^ rvllt4u4

    rrtg-

    rogenerdad

    hay

    s,in

    cmbargo

    un

    ..polo',

    que

    se

    destaca

    2n

    Op.

    cit.,

    p.

    324.

  • 7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)

    13/57

    I2O

    EsrRUcruRcrN

    npsrcuL

    DEL

    suBDsRRoLLo

    de

    inmediato,

    constituido

    fundamentalmente

    por el rea

    caf.etatera

    paulista

    que,

    no

    pot

    ^za,

    ser

    tambin

    el

    eje

    del

    posterior

    desamollo

    industrial.

    Cabe

    entonces

    em-

    prrui pr.guntrndose

    cules

    fueron

    las condiciones

    hist-

    ,i.*"rttu.t

    trales

    de

    conformasin

    de

    este

    polo

    de

    cre-

    cimiento.

    Una

    primera

    reflexin

    que

    se

    impone

    es

    la

    concer-

    niente

    a las

    distintas

    fases

    por las

    que

    anaves

    la

    economa

    cafet.alera

    brasilefra,

    con

    efectos

    diferenciados

    segn

    las

    formas

    productivas

    imperantes

    en

    cada

    mo-

    .n,o

    histrico.

    As

    tenemos

    una

    fase

    incial

    que

    Celso

    Furtado

    describe

    en

    los trminos

    siguientes:

    En

    la nrimera

    etapa.,

    cuando

    fueron

    ocupadas

    las

    tierras

    del

    Estaclo

    d-e

    Rio

    I'del

    sur

    de

    Minas

    Gerai-s,

    "

    .orio"

    se benefici

    de

    la

    disponibii'idad

    de

    mano'de obra

    existente

    en

    este

    ltimo

    Estado

    y

    que

    resultaba

    de

    la

    dedinacin

    de

    la

    produccin

    de

    oro

    v

    diamantes

    en

    el

    perodo

    anterior'

    La

    abundancia

    .;;;

    dc

    obra

    prmiti

    que

    el crecmiento

    de

    la

    proa*.iAn

    de

    caf se

    hiciese

    en el

    cuadro

    de

    las

    [.i""aut

    rdicional.t,

    en

    gue

    era

    mnimo

    el

    flujo

    monetario,

    a un nivel-de

    salarios

    reales

    extremada-

    mente

    baios.26

    Los

    efectos "

  • 7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)

    14/57

    \

    I22

    ESTRUCTURACIN

    DESIGUAL

    DEL

    SUBDESARROLLO

    la

    eg%de.-rpaedl$ra

    desempefi

    un

    papel

    fun-

    drr".t--go6l.itt-titqmor4g11- i44gciq.u1tm-

    q

    o-r-t

    3nI9.

    -

    lg q

    Jgr4teIlg

    .daoflpp

    e,ul:l:o,

    ex

    l

    s

    le n-

    do

    desde

    ei

    comlenzo

    ef

    pago

    dcl

    salario

    en

    moneda

    v-condi.iones

    de vida

    capaces

    de

    atraer

    poblaciones

    .i

    t.tt

    de

    Europa.

    Esas

    itasformaciones

    sociales

    son

    I.*"ttt"t

    decisivos

    en

    la

    ms

    rpida

    -urbanizacin

    "-;j-i";

    paulista, en

    la

    formaiin de

    un

    ncleo

    d,e

    mercado

    iuterno

    en

    esa

    regin

    y

    en

    su

    postenor

    desamollo.?e

    A

    partir

    de

    ese

    momento

    el

    referido

    "polo"

    de

    desa-

    rrollo

    estaba

    en

    marcha:

    en el

    seno

    del

    viejo

    Brasil

    esclavista

    empezaba

    a

    constituirse

    wa

    rca

    capitalista

    equiparable

    a

    la

    de

    la

    zona

    rioplatense.

    -Sin

    embargo,

    la

    situacin

    global

    del

    Brasil

    fetir

    notablemente

    de

    la

    de

    Uruguay

    y

    Argentina en

    virud

    de la acentuada

    heterogeneidad

    de

    la

    formacin

    socia

    brasilefia.

    El

    rnismo

    proceso de

    ransicin

    del

    rgimen

    de

    esclavitud

    al de

    trabajo

    asalariado

    produce,

    aun

    en

    el

    rea

    centrosur,

    marcadas

    diferencias

    estructutales:

    s,

    las

    vieias

    zonas

    afeteras

    de

    Ro

    de*

    Janeiro,

    Mias

    Gerais

    v

    aun

    ciertas

    partes

    de

    San

    Pablo,

    no

    oudieron

    ressir

    a

    las dificultades

    creadas

    por

    el

    nue--

    vo

    rsimen

    de

    trabaio

    libre.

    En

    muchos lugares

    tue

    aniqulada

    la

    produccin agrcola

    y,

    en

    su

    lugar,

    donde

    el

    latifundio

    consizui

    mantenerse'

    se

    desa-

    rrollar

    cuando

    mucho

    la

    ganadera,

    donde

    el

    proble-

    ma

    de

    la

    mano

    de

    obra

    eia

    menos apremiante'

    Pero

    ser

    una

    sanadera

    extensiva,

    de

    nivel

    econmico

    muy

    bajo.

    En"suma,

    el

    estancamiento,

    la decadencia

    y

    .Ia

    deipoblacin.

    En otros

    lugares,

    ni

    esta

    gran

    propie-

    dad

    semiimproductiva

    y

    espectro

    dc

    un

    p-asado

    bri

    llant'e

    se

    consigue

    matenr.

    Es eliminada

    por

    un

    nuevo

    tiDo

    de-explotacin

    agraria basada

    en

    Ia

    pe-

    uea

    y

    mcdiana bropiedad, que

    la

    substituy

    y

    fue

    s desiruyendo

    ei

    antiguo

    sistema

    agrario

    del

    pas'

    Este

    procso

    de

    sustituiin

    de la

    gtan

    propiedad

    por

    2e

    Furtado,

    La econona

    latinoameilcana.

    '.,

    p.

    6).

    -

    EsrRUcruRcrNDESrcuL

    DEL suBDEsRRoLLo

    723

    la

    pequefia

    fue

    una de las

    grandes

    fuerzas con

    que

    cont

    el

    Blasil

    para

    remodelar

    su

    estructufa

    econ-

    mica

    1'

    partir

    de otra base

    para

    una nueva etapa de

    desarrollo de las fuerzas

    productivas.3o

    Pero

    Ia

    subs,istencia

    de relaciones

    precapitaistas

    de

    produccin en una

    enorlre

    porcin del cuerpo

    social

    brasileo

    rcpercuti

    en e1 desarrollo de la

    propia

    zona

    cafetalera

    paulista,

    estatrleciendo rura tenclcncia

    hist-

    ca

    al abatimento de los

    salarios:

    Si

    el nivel

    de

    vida de

    la

    poblacin

    del

    altiplano

    pau-

    list

    no

    tuvo, en

    la

    fase

    siguiente,

    una

    evolucin

    similar a

    la dcl aumento

    de

    la

    productividad

    ocu-

    rrido en la

    regin,

    ello

    se

  • 7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)

    15/57

    ,

    r'j'sIslr'""

    "'

    124

    EsrRUcruRcrN

    DESIGUL

    DEL SUBDESARRoLLo

    so

    por

    habitante

    que

    es

    apenas

    la tercela

    parte

    del de la

    rgentina.33

    En

    este

    mismo

    afio

    el

    porcentaje de asala-

    riadcn

    sobre

    la

    poblacin econmicamente

    activ

    de

    Brasil

    es

    de slo

    un

    48Vo

    (cifra

    reveladora

    de la

    subsis-

    tenca

    abundante

    de

    relaciones

    precapitalista,s

    ),

    mientras

    que

    en

    la rgentina

    aquel

    sector

    representa

    el 69Vo,

    en Urugrray

    se acerca

    al 70Vo

    y

    en

    Chile alcznza

    un

    73Vo.3a

    En

    Brasil

    habr,

    sin

    enrbargo,

    una

    capacidad

    mayor

    de

    aumulacin

    en trminos

    absolutos

    que

    en

    estos

    dos

    ltimos

    pases,

    dado

    el

    tamafro mismo

    de

    su

    poblacin y

    la consiguiente

    posibilidacl

    de

    concentrar

    excedente

    un a expensas

    de

    las

    zonas ms

    deprimidas

    del

    pas

    ("colonias

    interiores" como

    se les

    ha llamado)'

    No

    es

    posible

    hacer aqu

    un

    examen

    exhaustivo

    del

    desarrollo

    paticular

    de

    cada

    uno

    de

    los

    pases

    latino-

    americnos.

    as

    que

    a

    los

    ejemplos anteriores

    slo

    afra-

    'diremos

    algunos

    ms, destinados

    a comprobar la

    im'

    portancia que

    en

    este

    sentido

    tiene

    cacla

    articulacin

    concta de modos de

    p'rsdr..i5r.

    Nos referiremos, en

    primer

    trmino, a caso

    de

    Co-

    lombia,

    slo

    para

    observar

    que

    aqu tambin

    el

    polo

    de

    desarrollo estuvo

    constituido

    por

    la

    economa

    cfe-

    talera,

    que

    no surgi

    a

    partir

    de la

    hacienda feudal

    o

    esclavista

    sino

    que

    se bas, en una

    importante

    medida,

    en

    Ir

    p@a.

    Todava

    en

    1932:

    .

    .

    .

    gtan

    parte

    de la

    produccin

    colombiana

    pr9

    veni

    de

    un

    gan

    nmero de

    pequefias

    fincas de

    propiedad

    de

    campesinos.

    .

    .

    esta dierencia

    en

    la

    es-

    ruitura de

    la organizacin

    productiva

    del caf cons'

    tituve

    una

    de las

    princiDales

    razones

    por

    las

    cuales

    el rltivo

    del

    grano

    tuvo

    un

    impacto-

    favorable

    so-

    bre el

    desamollo colombiano.ss

    93

    Cf.

    Furtado, La economa

    latinoanericana'.,,

    p'

    65.

    8a

    C.

    Sergio

    Bag,

    "Las

    clases sociales

    del

    subdesarollo",

    en

    Bag

    et.

    al,,Problemas

    del subdesanollo

    latinoamercaao,M'

    rico,

    Nuestro

    Tiempo,

    I97),p. 14.

    86

    McGreevey,

    op. cit.,

    p.

    201.

    ESTRUCTURACTNPNSTCULDEL

    SUBDESRROLLO

    12'

    En

    efecto,

    es

    en

    el

    rea

    cafetalera

    de ntioquia

    donde

    tiene

    origen

    el

    desarrol,lo

    industrial

    de

    Colombia, que

    an hoy

    est

    entre

    los ms

    importanres

    de

    Amrica

    del Sur.

    En

    segundo

    lugar

    quisiramos

    insistir

    en que

    no

    pue-

    de

    atribuirse

    al azat

    ni

    ala

    "blancura"

    de sus

    habitantes

    el

    hcho

    de que

    el

    pas

    cenroamericano

    de

    mayor

    cle-

    sarrollo

    sea

    Costa

    Rica,

    que

    fue

    ,una

    fea

    "vaa,'

    en el

    sentido que

    nosotros

    atribuimos

    a

    ta,l

    exprcsin.

    Aun-

    que

    en este

    caso,

    a diferencia

    de

    Uruguay

    pot

    ejemplo,

    Ios

    niveles

    de salarios

    nunca

    tuvieron

    que

    determinar-

    se con

    referencia

    a'l

    valor europeo

    de

    la

    fuerza

    de

    trabajo

    (amn

    de

    orras particularidades

    que

    no

    pode-

    mos

    entrar

    a

    considerar

    aqu).

    En

    tercer

    lugar,

    una

    bleve

    reflexin

    sobre

    el

    caso

    T{cato,-ouyo

    acelerado

    desarrollo

    a

    partir

    de

    1940

    tiene

    un

    fundr.mento

    histrico

    bien

    conocido:

    la

    revo.

    lucin

    democrtico-burguesa

    iniciada

    en

    1910

    y que

    culmina

    con

    el

    cardenismo.

    Lo

    nico

    gue queremos

    poner

    de

    relicve

    es que

    incluso

    antes

    de este

    perodo,

    es decir,

    durante

    el

    "porfiriato',,

    el capitlismo

    se

    ha-

    ba

    desanollad,o

    ya,

    aunque

    fuese por

    la

    va

    oligrquica,

    gn

    una amplia

    extensin

    del

    cuerpo

    social,

    razn

    por

    la

    cual

    los

    mismos

    "enclaves"

    extranieros

    no

    fan

    meros

    islotes

    en

    utl cuerpo

    precapiralista.

    De

    ah

    que

    Mxico

    aparezca,

    en

    esta

    reflexin

    de Vania

    Bambirra

    por

    ejemplo,

    como

    una

    especie

    de

    excepcin

    a

    la

    rcgla:

    La

    caractestica

    fundamental

    de

    una oconoma

    de

    e lgg.egtriba

    en

    que,

    sea

    por-su

    vinculacin

    ntima

    con

    [a

    metrroi,

    sea

    por

    su

    forma

    misma

    de

    fun-

    Ci0tr11111iLlltO,

    ct _,gritL.t';ll

    D(

    l)ta\/(x.t

    ..lr.r.t,rs,lina-

    mizadores

    Da

    i,

    ononua

    y

    ta

    socrdaf

    en-su

    nrGs

    pIe

    J-

    ffi

    ,-pG

    e

    i

    em-

    rq.)/

    Lr|/Lvr4rv

    lull.

    plo,

    lo

    han

    sido

    los

    enclaves

    en Mxico.36

    x",

    fir'

    'Jal

    i

    s

    m

    o d

    e

    P

    e n

    d i

    e n t

    e

    I

    a t i n o a m e

    r ic

    an o'

    Mxico'

    siglo

  • 7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)

    16/57

    \,

    I

    126

    ESTRUCTURCIN

    DESIGUAL

    DEL

    SUBDESARROLLO

    En

    fin,

    concluiremos

    n.restra

    reflexin con

    una re{e-

    rencia a

    $4ggi,

    donde

    an

    la

    expresin

    "econo'ma

    de

    enclave"

    quea

    corta

    para

    explicar

    la

    siruacin

    real.

    Se

    trata

    de

    una

    sociedad

    fundamentalmente

    precapita-

    lista,

    converrida

    affiiit

    e

    uil

    ocupacin

    mi-litar

    que

    estabG-

    sistema

    inicuo

    de

    explotacin sin siquiera

    extender

    ms alI

    de

    pe-

    quesimos

    islotes

    el

    modo capitalista

    de

    produc'cin.

    Como

    escribe

    Suzy

    Castor:

    ..

    .es

    concluyente

    que

    Ia

    ocupacin

    norteamericana

    no

    losr

    desrrollar-la

    agricultura

    capitalista,

    ni

    sen-

    tar

    la bases

    infraestructurales

    pare

    establecer

    la in-

    dustria.

    Tampoco

    origin

    un mercado

    de

    consumo

    que

    pudicra

    animar

    una indusia

    manufacturera;

    ni

    siquiera

    logr

    impulsar,

    en

    trminos-

    cr-rantittivos,

    las

    relacions

    mercantiles

    con

    el

    capitalismo

    mundal.

    El

    sector

    mercaltil,

    aun

    absorbiendo

    una

    cantidad

    importnte

    de beneficios

    comerciales,

    no lograba em-

    puiar

    la cconctrra

    globd

    hacia un

    economa

    de

    mercado. Ha.it

    segr-ra

    siendo un

    pas

    precapitalista,

    donde

    el

    raqutico

    sector

    capitalista vena

    supeditado

    a

    la econom

    norteamericana

    y

    las relaciones

    mef-

    canti]es

    con el capitalismo

    mundial,

    dc

    reducido

    peso

    especfico,

    en el

    conjunto

    de

    la sociedacl

    en

    que

    s'e-

    zua

    imperando

    la

    economa

    de

    subsistencia

    y

    las

    relaciones

    feudales

    de

    irocluccin.37

    En

    esas condiciones,

    es

    explicable

    que

    Hait

    sea an

    ms

    atrasado

    qle

    otras formaciones

    en donrle ha

    pesado

    fuertemente

    la

    matriz

    feudal

    -Ecuador

    por

    ejemplo-

    pero que

    por

    lo rnenos

    no

    ban sufrido

    de manera

    tatr

    directa

    y

    brutal la dominacin

    impcrialista.

    7. EL

    ESTDO

    OLrGRQUICO

    El

    estado

    dbij

    e

    inestable

    de

    la

    fase denominada

    de

    "anarquia" corresponde, como ya

    vimos,

    a

    una situacin

    de atomizacin

    y

    dispersin del

    poder poltico

    propia

    de

    un conexto esencialmente

    precapitalista,

    El

    estado

    "li-

    beral-oligrqco"

    de la

    fase

    siguiente

    es,

    a

    su

    vez,

    la

    expresin

    superestructural

    del

    proctso

    de implantacin

    del

    capitalismo

    como modo

    de

    produccin

    domirrante

    en

    las

    entidades

    sociales

    latinoamericanas.

    Una primera

    constatain

    que

    se

    impone

    a

    este

    respecto

    es

    la

    de

    la

    eslriqre_org:sgog{e-ngiq

    g r

    _el

    carct1-qg; gg;gj1io*d-e*

    diho

    prgceso

    y

    el

    carcter,

    tambin

    no dernocrtico.

    que

    sJme

    el

    estado

    en

    este

    perodo.

    T"E;f. n

    rfi

    ii"r,

    J.r,r

    on ti

    n

    u

    ador,

    incluso,

    del

    liberalismo

    juarista,

    pero

    de

    una

    esencia

    autoritaria

    por

    derns

    manifiesta,

    el estado

    "porfiriano"

    (

    1876-1910

    )

    probablemente

    sea

    ef;npl

    m-aca-

    bado d,e esta

    modalidad poltica

    absolutista

    que

    tiende

    a

    imponerse

    por

    doquier en

    Amrica

    Latina.

    En

    Guatemala,

    tal modalida.d

    cristaliza

    con

    el

    rgimen

    de

    Justo

    Rufino

    Barrios

    (1871-1885),

    para

    adquirir

    su

    expresin l

    odffioda

    con

    la

    prolongada

    tirana

    de

    Estrada

    Cabrera

    (1899-1920).

    En Venezuela,

    el pro-

    ceso se

    configura

    con

    Guzmq_Blanco

    (1870-1888)

    y

    de

    hecho

    se

    extiende

    hasta

    1935,

    con l dictadura

    de

    Juan

    Vicente

    Gmez.

    En

    Colombia

    son

    los

    propios

    conservadores

    los

    encargados

    de consolidar

    esta

    forma

    de

    estado

    a

    partir

    e

    1904, con

    el

    gobiemo

    autoritario

    de

    \gfag .ESfes,

    cuya filiacin partidista

    no

    le

    impide

    ser

    un

    confeso

    admirador

    del

    "cientfico"

    Limantour.

    eminencia

    del

    "porfiriato"

    mexicano.

    En Ecuador,

    el

    37

    Op.

    cit.,

    pp.

    2o)-204.

    *

    r27)

  • 7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)

    17/57

    I64 LA LUCHA DE

    CLASES

    civil misma fuean

    decantndose en

    una direccin

    ca-

    pitalista

    e inclusive

    desarollando

    un importante sectot

    industrial.

    Pero este mismo ptoceso

    de

    industrializaci

    adquiri caactersticas particulares,

    derivadas

    no slo

    de la situacin de

    de,pendencia

    sino

    tambin

    de

    la

    no

    cancelacin

    radical

    de

    la

    base

    oligfuquica.

    Adems

    de

    que

    la sociedad

    toda sigui

    preada

    de un

    cmulo

    de

    contradicciones no resueltas,

    comenzando

    por

    el

    propio

    probierna

    agraa.

    9.

    EL

    PROCESO DE INDUSTRIALIZACIN

    Y EL PROBLEMA

    DE

    LAS

    CRISIS

    Es cierto

    que

    la historia

    avanza

    por

    el

    "mal

    lado",

    mas

    esto

    no

    quiere

    decir

    que

    lo haga d,e maneta mecnica

    ni

    a travs de un sistema de causalidades tan simple

    como

    el

    que

    a veces se seala

    al

    hablar

    de

    una

    "indus-

    talizadn inducida pot

    la

    sustitucin

    de importacio-

    nes"

    (como

    si tal sustitucin

    "explicara"

    La

    industria-

    lizaitn

    y

    no

    a

    la

    inversal). Parece

    infunclada,

    en

    todo

    caso,

    la

    tesis de que las crisis de

    los

    pases

    "centrales"

    producen

    automticamente

    el

    auge de las economas

    "perifricas"

    o

    siquiera

    impulsan,

    con sus slos

    efectos,

    el

    desarollo

    industrial

    de

    stas.

    A nuestro

    juicio,

    la tendencia

    general

    del capitalismo

    es ms bien la de tras{etir el costo de las crisis de

    las

    r,eas metropolitanas

    a

    las

    reas

    dependientes;

    y

    es

    natural

    que

    as sea

    puesto que

    stas

    colrstituyen,

    por

    definicin,

    el

    punto

    ms

    vulnerable

    del

    sistema.

    Lo

    cual

    no

    quiere decir que

    sean entidades pasivas,

    inca-

    paces

    de

    generar

    fieruas

    que

    eventualmente

    contrarres-

    ten

    o

    por

    lo nrenos at,enen

    dicha

    tendencia, a travs

    de

    una lucha de

    clases

    que produzca

    los efectos

    pertinentes,

    Por lo dems,

    y pata

    no

    incurrir

    en

    generalizaciones

    abusivas,

    conviene

    hacer

    la

    debida distincin entre

    las

    crisis econmicas

    propiamente

    tales,

    como la

    de

    1929

    por

    ejemplo,

    y

    las

    crisis de

    orden

    poltico-militar que

    no

    necesafiamente

    implican

    una

    recesin econmicc

    en

    to-

    dos

    los

    pases

    involucrados en

    ellas.

    De sobra

    sabemos

    que

    un acontecimiento

    como la segunda

    guerra

    mun-

    dial

    provoc

    ms bien el

    auge de la economa

    norte-

    americana, cuya orientacin

    forzosamente

    blica

    produjo

    165

    )

  • 7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)

    18/57

    766

    desde

    luego

    efectos

    muy

    particulares

    en

    su

    reracin

    con

    Ias

    economlas

    de

    Latinoamri.u.

    Sea

    de

    esto

    lo

    que

    fuere,

    no

    cabe

    olvidar

    que,

    dada

    la

    orma

    de

    insercin

    d.

    ,..r.^

    ,LiJr",

    en

    el

    sis_

    tema

    imperialista

    v

    cin

    de capital

    que

    de

    industriazacin

    lla

    estructuralmente

    ende,

    a

    las

    posibilidades

    de

    3ro

    po

    Ia

    va

    de

    las

    exporta_

    :

    conversin

    de

    este

    tipo

    de

    o industrial

    depende,

    en

    l_

    iciones

    estructuales

    internas

    el

    captulo

    seis

    de

    este

    ta_

    Una

    recesin

    en

    los pases

    ,,centrales,,

    determina,

    de

    od1

    rnaneras,

    tu

    rilriJn

    t*.,.di';;"

    del

    secto

    productivo

    local

    ms

    ,,dinmic

  • 7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)

    19/57

    168

    PROCESO DE

    INDUSTRIALIZACIN

    Y CRISIS

    tomada

    como

    el

    "motor" del desarrollo

    argentino,

    ni

    siquiera en lo

    que

    a

    sustitucin de

    importaciones

    se

    refiere. Como

    ya

    lo

    vimos

    este

    ptoceso

    est

    muy

    avan-

    zado en 1,929,

    pero

    gracias

    al tremendo impulso de

    los aos

    veinte.

    En

    el

    caso

    brasileo

    las cosas

    tampoco

    pareccn

    ser

    muy simples. Es cierto

    que

    la

    produccin

    de

    tejidos

    de

    algodn,

    por

    ejemplo,

    pasa

    de cerca

    de

    400

    millo-

    rres de metros en 7914 a

    alrededor

    de

    500

    millones en

    1918;

    pero

    junto

    a sto

    se tienen

    cadas

    muy signiii

    cativas

    de otros

    rubios,

    que

    son

    los

    idicadores

    ms

    elocuentes de

    la

    formacin

    de capital en

    la

    indusmia:

    el

    consumo de cemento baia de

    465

    mil

    toneladas

    cn

    I9l3

    a

    51

    mil

    en 1918;

    el

    de

    laminados de

    acero

    de

    251

    toneladas

    a 44 mtl en

    igual

    lapso, al mismo tiempo

    que

    la

    importacin

    de biene,s de capital

    para

    \a industria

    dismintrye de

    un

    ndice

    de

    205 e I9I2

    a

    :uno e

    32

    en

    l9l7

    y

    de

    37

    en

    1918.3 Ya se vio,

    por

    lo dems,

    que

    el

    cambio fundamental en

    la estructura

    de

    la in-

    dustria

    brasilea

    entre

    1907

    y

    7920,

    d,e

    acuerdo con

    los datos

    que

    maneja

    Caio

    Prado,

    estuvo,

    determinado

    por

    el

    crecimiento

    notable

    de

    la

    industria

    de

    procesa-

    miento

    de canes pata

    la

    exportacin.4

    De

    todos

    modos,

    nada

    parece

    indicar

    que

    ese

    proceso

    de

    industrializa-

    cin

    que

    recibiera

    tanto impulso

    durante

    el

    rgimen

    progresista

    de Floriano

    Peixoto,

    hubiera

    experimentado

    un

    cambio

    significativo

    por

    efecto

    de

    la

    primera

    gue-

    rra

    mundial.

    No

    disponemos

    de datos s'uficiente's

    para

    analizar

    l

    situacin

    d,e

    Chile en esta fase y, en

    cuanro a

    Mxico,

    no

    queda

    ms

    que

    recordar lo

    evidente: las

    bases socia-

    les de

    su

    posteriot

    desarrollo

    industral

    no

    se

    foriaron

    en los

    campos

    de

    batalla

    eufopeos

    sino

    en los suyos

    propios,

    mediante

    la

    lucha

    popular.

    3

    Cf. Villanova

    y

    Suzigan,

    op.

    cit.,

    p.

    39).

    a

    Cf. La

    cita 32 del

    cap.

    5

    de este

    libro.

    PROCESO

    DE

    INDUSTRIALIZACIN

    Y CRISIS

    1,69

    Quisiramos

    formular una

    ltima

    observacitr

    con

    respecto

    al

    perodo anerior

    a 1929,

    y

    es

    la

    de

    que

    Uruguay,

    pese

    a

    ser

    la nacin

    ms

    pequea

    y

    menos

    poblada

    de

    Amrica

    del

    Sur

    (despus

    de

    Paragaay),

    registr

    uno de los

    ptocesos

    de

    desarrollo industrial

    ms

    notables del

    fuea.

    Sesn

    Ia cEPAL:

    Argentina.

    La

    industria

    uruguaya

    de frigodficos data

    desde los

    primeros

    aos del

    siglo, as

    corno

    el desa-

    Este

    desarrollo

    es

    posible,

    en

    primer

    trmino,

    porque

    \a matriz

    econmica

    de Uruguay,

    al catecer

    de

    elemen-

    tos

    esclavistas

    o feudales, facilita

    la

    creacin

    de un

    mercado

    interno

    bastante

    amplio.

    En

    efecto,

    el

    tamao

    de ste

    no depende de la

    magnitud

    demogrfica

    de

    caa

    nacin

    (mercado

    slo

    potencial) sino de

    la

    configura-

    cin estuctural

    de

    la

    respectiva

    formacin

    social;

    por

    eso Uruguay

    pudo

    disponer

    en

    dicho

    perodo

    de

    un

    mercado interior

    mucho ms

    vasto

    que

    el

    de

    Bolivia,

    Peru

    y

    Ecuador surados

    y

    desarrollar

    una

    planta

    in-

    dustrial

    mayor

    que

    la

    de

    es,tos

    tres

    pases.

    Pero

    no es

    todo.

    Hay

    que

    recordar, como

    1o

    sugiere

    el mismo

    texto

    de

    cnnAl,

    que se

    trata

    del

    Uruguay polticamente

    pre

    gtesista,

    que

    durante

    7a fase

    "batllsta" e{ecta

    una

    re-

    distribucin del

    ingreso

    que

    contlibuye

    a la

    expansin

    6

    El

    proceso

    de

    industrializacin

    en

    Amric

    Lalina,

    Nteva

    Yok,

    Naciones

    Unidas,

    L965,

    p.

    16.

  • 7/26/2019 CUEVA_ El Desarrollo Del Capitalismo en Amrica Latina (Fragmento)

    20/57

    170

    pRocESo

    DE TNDUSTRTALIZacIN

    y

    cRrsrs

    de su mercado, dicta leyes

    de

    proteccin

    a

    la

    industria

    loc