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Rocío Bonilla Martínez: CULTURA VISUAL E IDENTIDAD VISUALIZADA Comunicación presentada en el marco de la I Convocatoria ¿Quién está detrás de la cultura? Jornadas en Sevilla de REU08. Prácticas artísticas-políticas-poéticas, hacia la experiencia de lo común. Estas jornadas forman parte del proyecto REU08 incluido dentro del programa de UNIA arteypensamiento

Cultura Visual

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  • Roco Bonilla Martnez:

    CULTURA VISUAL E IDENTIDAD VISUALIZADA

    Comunicacin presentada en el marco de la I Convocatoria Quin est detrs de la

    cultura? Jornadas en Sevilla de REU08. Prcticas artsticas-polticas-poticas, hacia la

    experiencia de lo comn. Estas jornadas forman parte del proyecto REU08 incluido

    dentro del programa de UNIA arteypensamiento

  • Ttulo: Cultura visual e identidad visualizada

    Autora: Roco Bonilla Martnez

    * Alumnx_1-se adquiere

    I-se adquiere cmo lo vivs vosotros?

    Alumnx_2-la cultura, pues es que t naces ya inmerso en una cultura, no?

    Alumnx_1-en una cultura concreta

    Alumnx_2-t no eliges tu cultura

    Alumnx_3-est la familia, los amigos, los medios de comunicacin y esas cosas

    y

    Alumnx_2-a ti no te dan a elegir una cultura, la que t quieres, t ya vienes con

    una

    Alumnx_3-ya ests socializado

    I-entonces, este trmino lo conocis? Socializar

    Todos-s

    Alumnx_4-yo eso no.., eso no lo veo, lo que ha dicho ella

    I-vale, qu es lo que no ves?

    Alumnx_4-yo eso de que nacemos con una cultura no lo veo

    Cuaderno de campo, Anexo. Lneas 2540 a 2542.1

    1 BONILLA MARTNEZ, Roco. Aproximaciones a un estudio etnogrfico sobre subjetividad adolescente y estudios visuales.

    Proyecto de investigacin, Universidad de Sevilla. Sevilla, 2008. Disponible en:

    http://www.scribd.com/doc/26886927/Subjetividad-Adolescente-y-Estudios-Visuales

  • La imagen que encabeza el presente texto acta como metfora visual de su

    ttulo y contenido; presentando la imagen de un escenario, un marco limitado y

    cerrado, en el que la experiencia de la generacin y creacin de ideas y

    conocimiento, se reduce a una reiteracin de los patrones culturales

    consumidos que son representados y repetidos por sus usuarios de forma

    continuada.

    Lo que vemos a simple vista, es una fotografa de una pizarra de clase, con su

    marco, sus tizas y su borrador, de esas que usa el profesorado para explicar las

    lecciones, como cualquier otra. Es cuando agudizamos el ojo, que percibimos

    por las formas que, en este caso, corresponde al alumnado la autora de los

    contenidos; y fijndonos un poco ms, nos percatamos de las palabras y

    mensajes escritos. La particularidad del contenido escrito es, precisamente, el

    marco que lo delimita, el concepto de cultura audiovisual2.

    qu patologas identitarias y simblicas alimentan y/o se activan en el actual

    modelo hegemnico?, cmo las nuevas formas de alienacin cognitiva orientan

    las energas de lxs creadorxs?, de qu manera se proyectan las nociones de

    vida buena y de buena vida como formas de desmarcarse de las lgicas del

    capitalismo cognitivo?

    Bajo la conviccin, dicho de otro modo, de que no hay hechos u objetos, o

    fenmenos, ni siquiera medios- de visualidad puros, sino actos de ver

    extremadamente complejos que resultan de la cristalizacin y amalgama de un

    espeso trenzado de operadores (textuales, reales, imaginarios, sensoriales,

    mnemnicos, mediticos, tcnicos, burocrticos, institucionales) y un no menos

    espeso trenzado de intereses de representacin en liza: intereses de raza,

    gnero, clase, diferencia cultural, grupos de creencias o afinidades, etctera3.

    (BREA, J., 2004)

    2 Esta imagen es el resultado de una dinmica realizada (dentro del marco del proyecto de investigacin Aproximaciones a un estudio etnogrfico sobre subjetividad y estudios visuales, 2008) con un grupo de alumnas y alumnos del un IES, en la que, de forma colaborativa, construan su idea colectiva de cultura audiovisual. El texto que aparece debajo es un fragmento del cuaderno de campo que recoge una conversacin con lxs alumnxos sobre la cuestin qu es cultura?

    3 BREA, J. (ed.) (2005): Estudios Visuales. La epistemologa de la visualidad en la era de la globalizacin. Akal, Barcelona, p. 9.

  • De una parte, la imagen, y de otra, la mirada, ms como ese acto de ver que

    J.L. Brea nos propone, son los dos caracteres de los visual desde el que

    trataremos las cuestiones identitarias. Planteando el carcter cultural y

    construido de la mirada y de los actos de ver, consideraramos la visualidad

    como una prctica que tiene connotaciones polticas y culturales y como

    dependiente de una fuerza performativa, entendida como productora de

    realidad basada en su gran potencial de generacin de efectos de subjetivacin

    y sociabilizacin en las experiencias de identificacin o diferenciacin con

    nuestros propios imaginarios o los otros imaginarios.

    Ante las cuestiones arriba planteadas, no podemos ms que volver la mirada al

    paradigma educativo, no slo como contexto, escenario, marco de-limitador de

    experiencias socializadoras; sino tambin como institucin, agente socializador

    que propicia mecanismos y procesos mediante los cuales son construidas las

    identidades sociales. De nuevo, proponemos un ejercicio de visualidad,

    mediante el cual distinguir la diferencia fundamental existente entre el sistema

    educativo entendido como escenario o como agente. Siendo el primero un

    espacio, tiene asociada una actitud pasiva; en cambio, el segundo es una

    entidad-actor conformada como identidad que acta y de la que se deriva una

    actitud activa, sobre todo, es una identidad que se desenvuelve.

    As pues, entendemos el contexto educativo como una identidad proyectiva y

    aglutinante que acta activamente sobre los procesos de construccin de las

    identidades y subjetividades de sus usuarixs. Tomada como identidad podemos

    advertir una especial alineacin entre las formas y el discurso, su contenido y

    continente.

    Un aspecto del planteamiento, que resulta fundamental para la localizacin de

    las cuestiones que tratamos aqu, es que la constitucin del yo y sus

    imaginarios se juega en procesos complejos de produccin y consumo de

    relacin con la visualidad cultural.

    La relevancia que la imagen y lo visual tienen en nuestra sociedad

    primermundista y occidental es evidente, toda esta experiencia de lo visual se

    exporta a pasos agigantados y a lomos de la globalizacin impregnndolo todo.

    Toda la informacin que manejamos puede ser traducida o expresada mediante

  • la imagen, que disfruta de un papel totalmente preponderante en casi todos los

    sistemas de comunicacin que utilizamos en las sociedades modernas y

    globalizadas, televisin, Internet, cine, prensa, arte, publicidad, identidad

    corporativa

    Pero lo que aqu nos preocupa en mayor grado, es el sentido constructivo de la

    imagen, su carcter representativo. Citar las palabras de Juan Martn Prada

    cuando dice que En cierto modo, lo visual, se ha convertido en pensamiento, y

    no es ya meramente, su resultado, medio o lenguaje, apuntando, que la

    dimensin ontolgica de la imagen ha superado las realidades e intenciones a

    las que antes serva como referente o como medio.

    Sin entrar a debatir sobre cmo el enfoque desde el que hoy vamos a tratar la

    imagen y a relacionarla con las cuestiones aqu planetadas, afecta a la idea,

    referentes y modos de pensar sobre la imagen y sobre el propio arte. Vamos a

    intentar delimitar este enfoque sobre imagen en relacin a cultura visual, como

    una de las conexiones principales ya que al hablar de imagen y sobre cmo sta

    comunica, construye o representa no podemos sino hacerlo desde la aceptacin

    de la problemtica de la desterritorializacin del arte, aceptando su evidente

    disolucin en el mundo de las prcticas de produccin visual y de las prcticas

    estticas.

    En la conexin entre imagen y educacin hayamos un vnculo, relativamente

    joven, la educacin artstica4, como referente acadmico ms slido de rea de

    conocimiento de la imagen. Esta rea de conocimiento como disciplina, tiene

    sus propios problemas de identificacin y localizacin originados, de un lado por

    la propia prctica educativa y sus modos de hacer en este contexto y de otro,

    por la problemtica de lo artstico y su experiencia.

    La Educacin Artstica (de ahora en adelante E.A.) en el sistema educativo

    espaol aparece como tal en la etapa de primaria, donde los estudios visuales y

    musicales comparten prcticamente el mismo papel de relevancia en la materia,

    4Educacin artstica no como nombre propio o como trmino definitorio de la disciplina, sino como sustantivo

    genrico que abarcara todas las materias que de algn modo tratan la imagen, como Comunicacin

    audiovisual, Educacin plstica, Educacin artstica, Historia del arte, Educacin plstica y visual, Msica,

    informtica, Fotografa, Tecnologa, etctera.

  • aunque el enfoque del rea de conocimiento resulta an bastante tradicional,

    hecho que se refleja en cmo sus contenidos y objetivos obedecen a una

    concepcin sumamente conservadora y convencional del hecho artstico en

    general. Este particular enfoque desde primaria deriva en un desenfoque total

    para las materias relacionadas con lo artstico o lo visual en la etapa de

    secundaria, desvirtualizando completamente el hecho de la capacitacin

    artstica.

    La Educacin plstica y visual tiene como finalidad desarrollar en el alumnado

    capacidades perceptivas, expresivas y estticas a partir del conocimiento terico

    y prctico de los lenguajes visuales para comprender la realidad. Realidad

    configurada cada vez ms como un mundo de imgenes y objetos que se

    perciben a travs de estmulos sensoriales tanto de carcter visual como tctil. Al

    mismo tiempo, con esta materia se busca potenciar el desarrollo de la

    imaginacin, la creatividad y la inteligencia emocional, favorecer el razonamiento

    crtico ante la realidad plstica, visual y social, dotar de las destrezas necesarias

    para usar los elementos plsticos como recursos expresivos y predisponer al

    alumnado para el disfrute del entorno natural, social y cultural. 5(Real Decreto

    1631/2006)

    La E.A. pasa por dividirse en Msica y Educacin Plstica y Visual restando

    fuerza y poder al rea de conocimiento, parcelando los contenidos y aislando

    unos de otros de forma que se traduce en nuestra mente una estructura de

    jerarquas de las artes, la cual queda coronada en su cspide por el ARTE ms

    supremo e inalcanzable. Acaban con la continuidad de estos estudios en las

    etapas de secundaria, no concediendo una imagen de continuidad y futuro y

    xito profesional para esta rama. Lo artstico se divide, lo audio y lo visual

    quedan separados para siempre en dos reas diferenciadas como msica y

    plstica, desplazando el concepto audiovisual al campo de lo multimedia y las

    nuevas tecnologas, adquiriendo con ello nuevas significaciones. La Educacin

    Plstica, encargada del campo de lo visual, queda relegada en la prctica

    educativa al dibujo tcnico y la geometra, diferencindose peyorativamente del

    campo del trabajo manual, la subjetividad o la creatividad, y enfatizando

    5 Espaa. Real Decreto 1631/2006, de 29 de Diciembre, por el que se establecen las enseanzas mnimas correspondientes a la Educacin Secundaria Obligatoria. Boletn Oficial del Estado. 5 de enero de 2005, nm. 5, p. 721.

  • aspectos como el procedimiento tcnico y la objetividad. El/la artista y su obra

    se elevan por encima de todos, perpetuando la imagen del artista genio

    (derivada de la mitologa del artista con toda una serie de valores aadidos

    como locura, creatividad, aislamiento, fuera de la realidad, precariedad

    econmica en vida, triunfo en muerte, xito debido a reconocimiento del resto,

    dependencia del papel de los expertos, elevacin del genio sobre la humanidad,

    etctera) quedando en el mundo de lo inaccesible en estatus y en significado,

    derivando esta condicin en un tipo de profesin nada profesionalizable. Esta

    idea nos resulta sumamente interesante porque lo artstico es el mbito que

    tradicionalmente se ha ocupado de lo referente a la visualidad y la imagen, y

    parece que seguir relacionando lo visual con el hecho artstico es elevar la

    imagen al nivel del arte en cuanto a insondable e inasequible, respecto a su

    produccin, intermediacin y la accesibilidad semntica.

    Aunque, por otra parte, no se establece una relacin de equilibrio equitativa

    entre todos los aspectos de lo artstico que podran ser adoptados por el mundo

    de lo visual en trminos generales. Por ejemplo, la idea de autora, conocer

    quin est detrs de la imagen admitiendo que es un producto consciente, un

    tipo de consciencia producida, y dejando de lado que tras la produccin existe

    una intencin que normalmente slo el propio artista conoce y que

    tradicionalmente se asla de la experiencia artstica, centrando el valor de las

    obras y las experiencias en el objeto material, en el producto tangible y

    resultado. Hemos heredado para nuestra relacin con la visualidad, los

    antecedentes de relaciones con lo visual que proceden de la experiencia

    artstica. La imagen est ah, no es elegida por nosotros, desde el mundo de los

    expertos se considera y se muestra en el contexto que ellos consideran, el

    artista, el autor, la autora no aparece, la trayectoria tampoco, el significado y

    la intencionalidad tampoco, todo se centra en la imagen resultado, el objeto

    visual, y quedamos enfrentados a ella sin haber sido presentados previamente.

    Slo que una obra de arte en cuanto a imagen, no traspasa las fronteras fsicas

    y virtuales de lo visual, en cambio, las imgenes enfticas s lo hacen. Las obras

    artsticas proceden del mundo subjetivo y en ellas no suelen encontrarse todas

    las claves para su entendimiento, ya que son un tipo de producto-experiencia

    ntimamente ligado a su autor/a y que llama la atencin sobre un cdigo un

    lenguaje o una experiencia sobre la que los espectadores podemos no conocer

  • nada; tan slo la experiencia esttica que decidamos compartir con la obra y el

    autor es el vnculo entre nosotros y la autora, no existe un tipo de identificacin

    previa, la identificacin e implicacin surge de la relacin que hacemos ms all

    de la visualidad, en la que entra en juego nuestra propia subjetividad como

    espectadores, como visualizadores, como intrpretes.

    En cambio las imgenes enfticas empleadas como reclamos comerciales

    ofrecen una serie de aspectos sobre los que se produce una identificacin

    inmediata, al tratar sobre contenidos previamente identificables y con los que

    nos sentimos identificados como el deseo sexual explcito, o los cnones de

    belleza tradicional y culturalmente aceptados.

    Por otra parte, de la identidad social, estereotipada o no, del artista como

    personaje y profesin, nos interesan algunos valores asociados como el de

    produccin, proyeccin, reflexin, crtica, relacin ldica y expresiva con el

    medio, interaccin, comunicacin; valores que, a primera vista, parecen no

    formar parte de otros modelos de identidad social. Es decir, el/la artista puede

    interactuar con su medio, se le reconoce el derecho de vivir en su tiempo e

    intercederlo, se le permite tener consciencia de s mismo y a la vez ser parte

    de la colectividad y lo social, su trabajo se considera reflejo y proyeccin de

    parte del todo, se respeta, e incluso alaba, su subjetividad. El artista tiene el

    derecho y el deber de inventarse a s mismo en su tiempo, es un actor capaz de

    improvisar en escena, puede deconstruir y construir relacionando

    constantemente su subjetividad y el mundo contextual, decide qu quiere y se

    dedica a aquello que ms le interesa o entusiasma.

    Pero parece como si estas capacidades y condicin fueran exclusivas del rol de

    artista. Si, de un lado, ningn otro rol o modelo desempea estas funciones y,

    del otro, no se accede a la profesin artstica del mismo modo que al resto de

    profesiones (porque implica vocacin adems de formacin y adems se han de

    poder cumplir los requisitos de genialidad y productividad); slo nos queda no

    ser artistas, tan poco artistas que hasta la capacidad creativa nos es denegada,

    con qu capacidad vamos a ser productores, que no artistas, de nuestra propia

    subjetividad e imaginarios?

  • La artista se siente un poco ms cmoda en su propia subjetividad porque se le

    permite acomodar el espacio en el que se encuentra, puede producir y construir

    su propia identidad as como deconstruirla a su verdadero antojo, compartiendo

    las variables en el juego que sta elija. En el sentido de los valores que se

    asocian a las diferentes profesiones: profesora, doctora, enfermero, mecnica,

    artista, polica, secretario, pilototodos son tipos6, y a su vez, cuentan con sus

    propios estereotipos7. Aparecen valores concretos asociados a cada una de las

    profesiones, lo que comnmente conocemos por el perfil profesional.

    Por una parte se encuentra la capacitacin tcnica para cada perfil y por otra

    parte se encuentran las capacidades asociadas al perfil no tcnicas, por

    ejemplo, si te gusta relacionarte con los dems y te consideras extrovertida

    puede que te guste ser de mayor azafata o dedicarte a la atencin al pblico, en

    cambio si te gusta la naturaleza, lo ms probable es que te orientes hacia una

    profesin de tipo cientfica. En este sentido, la profesin de artista, es la

    profesin en la cual, ms se valora la subjetividad, ya que llega a considerarse

    un valor fundamental en s mismo. En la propuesta horaria para secundaria, se

    comenta que se acentuar la orientacin profesional y laboral del alumnado en

    el cuarto curso.

    8. El cuarto curso tendr carcter orientador, tanto para los estudios

    postobligatorios como para la incorporacin a la vida laboral. 8(Propuesta de

    Organizacin y Horario de la Educacin Secundaria Obligatoria en Extremadura y

    Real Decreto 1631/2006)

    6 Tipo. (Del lat. typus, y este del gr. ).

    1. m. Modelo, ejemplar.

    2. m. Smbolo representativo de algo figurado.

    3. m. Clase, ndole, naturaleza de las cosas.

    4. m. Ejemplo caracterstico de una especie, de un gnero, etc.

    7 Estereotipo.

    1. m. Imagen o idea aceptada comnmente por un grupo o sociedad con carcter inmutable.

    8 Ibid., p. 682.

  • La imagen superior procede del portal de la Federacin empresarial cacerea9,

    empleada como imagen ilustrativa en la portada y la cabecera para todo el

    portal nos muestra una representacin de algunas profesiones habituales como

    la de ejecutiva/o, bailarn/a, tendera/o, msico, camarera/o, vendedor/a,

    constructor/a, profesor/a, agricultor/a. Con una lectura sencilla de la imagen y

    aplicando una mirada de gnero podemos observar, por ejemplo, cmo los

    personajes hombre y mujeres aparecen representando profesiones

    masculinizadas y feminizadas respectivamente. Esta imagen es producida y

    proyectada desde el entorno de un mercado que se comunica con su audiencia

    estableciendo una identificacin rpida y eficaz, esto le permite alinear sus

    objetivos con las necesidades de sta.

    Planteamos aqu la funcin meditica del arte, cuestin sugerida por Martn

    Prada, como medio para cuestionar los diferentes modos de experimentar y

    hacer e intentar comprender mejor un mundo que se produce y se construye

    desde la imagen. Estamos hablando, por tanto, de truncar la estrategia de los

    sistemas sociales y los mercados dominantes a acostumbrar a la sociedad a

    cierta visualidad antes de que pueda haber adquirido cierto conocimiento sobre

    ella, como ya denunci Benjamin y comenta Martn Prada, esta resulta una de

    las estrategias con ms efectividad poltica.

    Las nuevas propuestas curriculares no pueden, por tanto, sino plantearse

    centradas en las posiciones ms comprometidas con el anlisis de la interrelacin

    entre poder, sistema lingstico y prcticas culturales, es decir, en las formas en

    las que se produce la sistematizacin controladora del lenguaje (ya

    eminentemente visual) y el conocimiento10. (MARTN PRADA, J., 2005)

    El grado de innovacin en lo visual es tal que el sistema educativo no consigue

    ajustarse a las demandas de formacin del alumnado y a lenta y regresiva

    9 http://www.fec.es/, 2008 10 MARTN PRADA, J., (2005), Op. Cit., p.132.

  • transicin que sufre la disciplina de la EA, supone un reflejo de cmo las

    tensiones que el debate sobre imagen, arte y cultura visual estn afectando a

    este rea de conocimiento en un plano, an, terico.

    La edad a la que se comienza a consumir lectura resulta tarda

    comparativamente a la edad a la que se comienza a consumir imagen. De

    hecho, siempre recordamos cmo intentbamos leer las letras en los rtulos de

    las tiendas y comercios, pero despus de conocer previamente los significados

    totalmente asociados a la imagen de esas tipografas concretas. De igual forma

    sucede con los valores asociados a la imagen. Una muestra muy evidente de

    ello es el gnero y su visualidad, es decir, la forma que toman estos valores

    para significar.

    Es muy probable es que una nia acceda antes al mundo virtual de Barbie 11

    que al contenido de cualquier texto en lnea. Antes de conocer realmente el

    significado de la expresin ir de tiendas, de conocerlo a travs de la propia

    experiencia (puesto que esta es un tipo de actividad al que las nias no tiene un

    acceso completo por no disponer de solvencia econmica principalmente), ya

    conocen todo un imaginario que lo representa, asociando al hecho valores que

    11 http://es.barbie.com/ o http://www.barbiegirls.com/homeMtl.html

  • enfatizan ciertos aspectos de la identidad de las mujeres en lugar de otros:

    gusto por la moda, superficialidad, obsesin por la belleza, canon de belleza y

    perfeccin, relacin ocio-consumo, nivel adquisitivo alto, tiempo libre, disfrute,

    exageracin de los rasgos sexuales femeninos, el color rosa como

    representacin de la feminidad, modelo de mujer perfecta, juventud como valor

    irremplazable de belleza y bienestar, etctera.

    Walter Benjamn afirm que slo las imgenes de la mente motivan la

    voluntad, y partiendo de esta afirmacin, me apropio de la siguiente cuestin:

    Cul es la relacin entre las imgenes no-mentales y las mentales? Y cul es

    su relacin con la accin, la realidad y lo social? Esta es una de las preguntas

    fundamentales que nos hacemos, cmo se relacionan estos dos tipos de

    imgenes, ms que dos tipos, esta funcin dicotmica de la imagen

    posmoderna: la imagen que nos representa y la imagen que nos produce.

    Porque a gran escala, es decir, a nivel social o colectivo, nuestra cultura se

    compone de productores de imgenes de diferentes tipos y con distinto fin,

    consumidores de imgenes de diferentes tipos y con diferentes funciones, y

    existe una conexin permanente y constante entre la produccin y el consumo

    que se materializa en un sinfn de relaciones diferentes.

    Pero, a nivel individual, cmo se producen estas conexiones entre productor y

    consumidor, cmo tiene lugar ese consumo en el sentido de identificacin. En

    qu medio tiene lugar la produccin de nuestro imaginario y qu certeza

    tenemos de qu realmente sea nuestro. Es entonces, cuando ampliamos

    nuestra preocupacin a nuevas y antiguas cuestiones como quin produce, para

    qu produce y cmo se produce imagen y valor, y por supuesto, cul es el

    pensamiento que subyace en esta identidad de la imagen, en cualquier rol

    concreto. Pero tambin, nos preocupa quin consume, de qu manera lo hace y

    con qu finalidad; y cules son las formas de identidad en las que pueden

    traducirse y derivarse esta relacin con la imagen y lo visual.

    Nos preocupa, en definitiva, cmo ciertas imgenes llagan a formar parte de

    nuestro imaginario, presentes como unidades de representacin y significacin,

    que se incluyen en nuestra produccin de imgenes y significados alterando

    nuestra imagen construida, nuestro yo, nuestro significado. Prcticamente,

    suplantando nuestra imagen particular y subjetiva por una imagen social

  • totalmente mediatizada. En cierto modo, estaramos contemplando la

    posibilidad de colonizacin de nuestro imaginario. Esta idea, nos lleva a

    considerar el conflicto entre lo global y lo particular, como ya apuntaba Roland

    Robertson en su Social Theory12, como los pueblos y Estados-nacin con sus

    propios sistemas de creencias y ms pequeos estn siendo subordinados por

    sus vecinos ms globales y tecnolgicamente ms avanzados, como si en cierto

    sentido estuvieran siendo fagocitados por estos sistemas de poder mayor, en lo

    que l denomina Construccin de la Realidad Global.

    La produccin del imaginario propio como una prctica subjetiva se vera

    entonces afectada por toda una estructura de produccin de imgenes y

    significados que al ser asimiladas, representadas, imitadas, asumidas o

    consentidas, se incluyen en nuestra prctica de construccin y produccin de

    subjetividad, y en cierto modo, llegan a sustituir nuestras imgenes particulares

    por otras fabricadas en una industria que no nos pertenece pero nos incorpora.

    Como comenta Warren, en relacin al trabajo de Roland, Se trata en realidad

    de una lucha por el territorio de los cerebros y las mentes de sus

    ciudadanos?.13 En este sentido, estamos hablando de la identidad en tanto que

    construccin visual. Se trata de entender que ciertos recursos para la

    construccin y la produccin de identidad puedan ser heredados. Estos

    recursos, a los que Lacan denomina la pantalla, como las imgenes y

    relaciones entre stas y sus sistemas de significados, son generados

    culturalmente, y a travs de ellas, el sujeto se constituye y se representa.

    Pero Begm . Apunta un aspecto ms, que nos aporta otro interesante y

    suculento aspecto a tener en cuenta: el sujeto tambin ve a los otros a partir

    de este mismo repertorio de imgenes.14

    Si podemos identificarnos y adems identificar a los otros, est claro que quien

    no encuentre una identificacin en el mundo de lo visual, queda fuera de ese

    mundo, digamos marginado, apartado, discriminado, excluido, ya que su

    identidad no es vista, no queda representada y susceptible de ser visualizada e

    incorporada por el otro en su repertorio de imgenes sociales e identidades.

    12 ROBERTSON, R. (1997): Social Theory, Cultural Relativity and the Problem of Globality, Mineapolis y Londres, University of Minesota Press. 13 WARREN, N., (2005), Op. Cit., p.223. 14 Ibid., p.191.

  • Evitando y censurando, de esta manera, el aporte de otra posibilidad a la

    relacin de produccin de subjetividad y consumo de identidad. Hablamos de

    identidades que se vuelven invisibles, ausentes, seran pues, subjetividades sin

    espejo, sin derecho a ser reflejadas ni proyectadas sobre el imaginario social y

    colectivo. O, extremando un poco ms, identidades que quedan al margen de la

    visualidad, condenadas a una visibilidad totalmente marginal, slo visibles en

    un fino margen de contorno entre los lmites de lo deseable y lo indeseable.

    Relacionando esta idea de lo invisible y lo visible en el mundo de lo visual, con

    la idea de la imagen ftica, que Warren Neidich menciona en uno de sus

    ensayos, nos preguntamos cmo se hace visible la imagen. Segn Warren, los

    estmulos fticos se producen segn las reglas de la ergonoma visual y

    cognitiva y, a consecuencia de ello, poseen una mayor capacidad de captar

    nuestra atencin y atrapar nuestra mirada que otros estmulos que no estn

    diseados en estos trminos.

    Por lo que adems de existir imgenes visibles y no visibles, tambin existen las

    imgenes que son mucho ms visibles que actan como verdaderos focos de luz

    cegadora, de una intensidad comparable al foco de un faro en la noche, una luz

    que atrapa nuestra mirada paliando el brillo de las luces ms dbiles. Como la

    luz de las chispas que provoca la radial cuando corta metal, sabemos con creces

    que es una luz que no debe mirarse sin la proteccin adecuada, pero cuando la

    vemos, somos incapaces de no mirar, de no seguir mirando, resulta demasiado

    potente como para resistirnos.

    Me recuerda a esa especie de juego que tenemos cuando somos nios y

    descubrimos que si nos quedamos mirando fijamente al sol, su imagen se nos

    queda como grabada en la retina y permanece en nuestra mirada aunque la

    cambiemos de sitio. La forma redondeada del sol sigue en algn lugar de

    nuestra mirada, siendo visible, y se posa sobre todas las visiones de todas las

    cosas que miramos, obstaculizando, enmascarando, intercediendo entre la

    visin de lo dems y nuestra mirada. El problema de la luz cegadora es que una

    vez que su intensidad ha captado nuestra mirada y no hemos protegido

    debidamente nuestra vista con unas gafas apropiadas, se produce un dao casi

    irreparable, se produce una prdida de visin, nuestros ojos se adaptan a esta

    intensidad para siempre, impidindonos ver cualquier otra luz que viajando en

  • esta misma direccin o en cualquier otra, tenga menos intensidad o sea

    matizada.