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Roco Bonilla Martnez:
CULTURA VISUAL E IDENTIDAD VISUALIZADA
Comunicacin presentada en el marco de la I Convocatoria Quin est detrs de la
cultura? Jornadas en Sevilla de REU08. Prcticas artsticas-polticas-poticas, hacia la
experiencia de lo comn. Estas jornadas forman parte del proyecto REU08 incluido
dentro del programa de UNIA arteypensamiento
Ttulo: Cultura visual e identidad visualizada
Autora: Roco Bonilla Martnez
* Alumnx_1-se adquiere
I-se adquiere cmo lo vivs vosotros?
Alumnx_2-la cultura, pues es que t naces ya inmerso en una cultura, no?
Alumnx_1-en una cultura concreta
Alumnx_2-t no eliges tu cultura
Alumnx_3-est la familia, los amigos, los medios de comunicacin y esas cosas
y
Alumnx_2-a ti no te dan a elegir una cultura, la que t quieres, t ya vienes con
una
Alumnx_3-ya ests socializado
I-entonces, este trmino lo conocis? Socializar
Todos-s
Alumnx_4-yo eso no.., eso no lo veo, lo que ha dicho ella
I-vale, qu es lo que no ves?
Alumnx_4-yo eso de que nacemos con una cultura no lo veo
Cuaderno de campo, Anexo. Lneas 2540 a 2542.1
1 BONILLA MARTNEZ, Roco. Aproximaciones a un estudio etnogrfico sobre subjetividad adolescente y estudios visuales.
Proyecto de investigacin, Universidad de Sevilla. Sevilla, 2008. Disponible en:
http://www.scribd.com/doc/26886927/Subjetividad-Adolescente-y-Estudios-Visuales
La imagen que encabeza el presente texto acta como metfora visual de su
ttulo y contenido; presentando la imagen de un escenario, un marco limitado y
cerrado, en el que la experiencia de la generacin y creacin de ideas y
conocimiento, se reduce a una reiteracin de los patrones culturales
consumidos que son representados y repetidos por sus usuarios de forma
continuada.
Lo que vemos a simple vista, es una fotografa de una pizarra de clase, con su
marco, sus tizas y su borrador, de esas que usa el profesorado para explicar las
lecciones, como cualquier otra. Es cuando agudizamos el ojo, que percibimos
por las formas que, en este caso, corresponde al alumnado la autora de los
contenidos; y fijndonos un poco ms, nos percatamos de las palabras y
mensajes escritos. La particularidad del contenido escrito es, precisamente, el
marco que lo delimita, el concepto de cultura audiovisual2.
qu patologas identitarias y simblicas alimentan y/o se activan en el actual
modelo hegemnico?, cmo las nuevas formas de alienacin cognitiva orientan
las energas de lxs creadorxs?, de qu manera se proyectan las nociones de
vida buena y de buena vida como formas de desmarcarse de las lgicas del
capitalismo cognitivo?
Bajo la conviccin, dicho de otro modo, de que no hay hechos u objetos, o
fenmenos, ni siquiera medios- de visualidad puros, sino actos de ver
extremadamente complejos que resultan de la cristalizacin y amalgama de un
espeso trenzado de operadores (textuales, reales, imaginarios, sensoriales,
mnemnicos, mediticos, tcnicos, burocrticos, institucionales) y un no menos
espeso trenzado de intereses de representacin en liza: intereses de raza,
gnero, clase, diferencia cultural, grupos de creencias o afinidades, etctera3.
(BREA, J., 2004)
2 Esta imagen es el resultado de una dinmica realizada (dentro del marco del proyecto de investigacin Aproximaciones a un estudio etnogrfico sobre subjetividad y estudios visuales, 2008) con un grupo de alumnas y alumnos del un IES, en la que, de forma colaborativa, construan su idea colectiva de cultura audiovisual. El texto que aparece debajo es un fragmento del cuaderno de campo que recoge una conversacin con lxs alumnxos sobre la cuestin qu es cultura?
3 BREA, J. (ed.) (2005): Estudios Visuales. La epistemologa de la visualidad en la era de la globalizacin. Akal, Barcelona, p. 9.
De una parte, la imagen, y de otra, la mirada, ms como ese acto de ver que
J.L. Brea nos propone, son los dos caracteres de los visual desde el que
trataremos las cuestiones identitarias. Planteando el carcter cultural y
construido de la mirada y de los actos de ver, consideraramos la visualidad
como una prctica que tiene connotaciones polticas y culturales y como
dependiente de una fuerza performativa, entendida como productora de
realidad basada en su gran potencial de generacin de efectos de subjetivacin
y sociabilizacin en las experiencias de identificacin o diferenciacin con
nuestros propios imaginarios o los otros imaginarios.
Ante las cuestiones arriba planteadas, no podemos ms que volver la mirada al
paradigma educativo, no slo como contexto, escenario, marco de-limitador de
experiencias socializadoras; sino tambin como institucin, agente socializador
que propicia mecanismos y procesos mediante los cuales son construidas las
identidades sociales. De nuevo, proponemos un ejercicio de visualidad,
mediante el cual distinguir la diferencia fundamental existente entre el sistema
educativo entendido como escenario o como agente. Siendo el primero un
espacio, tiene asociada una actitud pasiva; en cambio, el segundo es una
entidad-actor conformada como identidad que acta y de la que se deriva una
actitud activa, sobre todo, es una identidad que se desenvuelve.
As pues, entendemos el contexto educativo como una identidad proyectiva y
aglutinante que acta activamente sobre los procesos de construccin de las
identidades y subjetividades de sus usuarixs. Tomada como identidad podemos
advertir una especial alineacin entre las formas y el discurso, su contenido y
continente.
Un aspecto del planteamiento, que resulta fundamental para la localizacin de
las cuestiones que tratamos aqu, es que la constitucin del yo y sus
imaginarios se juega en procesos complejos de produccin y consumo de
relacin con la visualidad cultural.
La relevancia que la imagen y lo visual tienen en nuestra sociedad
primermundista y occidental es evidente, toda esta experiencia de lo visual se
exporta a pasos agigantados y a lomos de la globalizacin impregnndolo todo.
Toda la informacin que manejamos puede ser traducida o expresada mediante
la imagen, que disfruta de un papel totalmente preponderante en casi todos los
sistemas de comunicacin que utilizamos en las sociedades modernas y
globalizadas, televisin, Internet, cine, prensa, arte, publicidad, identidad
corporativa
Pero lo que aqu nos preocupa en mayor grado, es el sentido constructivo de la
imagen, su carcter representativo. Citar las palabras de Juan Martn Prada
cuando dice que En cierto modo, lo visual, se ha convertido en pensamiento, y
no es ya meramente, su resultado, medio o lenguaje, apuntando, que la
dimensin ontolgica de la imagen ha superado las realidades e intenciones a
las que antes serva como referente o como medio.
Sin entrar a debatir sobre cmo el enfoque desde el que hoy vamos a tratar la
imagen y a relacionarla con las cuestiones aqu planetadas, afecta a la idea,
referentes y modos de pensar sobre la imagen y sobre el propio arte. Vamos a
intentar delimitar este enfoque sobre imagen en relacin a cultura visual, como
una de las conexiones principales ya que al hablar de imagen y sobre cmo sta
comunica, construye o representa no podemos sino hacerlo desde la aceptacin
de la problemtica de la desterritorializacin del arte, aceptando su evidente
disolucin en el mundo de las prcticas de produccin visual y de las prcticas
estticas.
En la conexin entre imagen y educacin hayamos un vnculo, relativamente
joven, la educacin artstica4, como referente acadmico ms slido de rea de
conocimiento de la imagen. Esta rea de conocimiento como disciplina, tiene
sus propios problemas de identificacin y localizacin originados, de un lado por
la propia prctica educativa y sus modos de hacer en este contexto y de otro,
por la problemtica de lo artstico y su experiencia.
La Educacin Artstica (de ahora en adelante E.A.) en el sistema educativo
espaol aparece como tal en la etapa de primaria, donde los estudios visuales y
musicales comparten prcticamente el mismo papel de relevancia en la materia,
4Educacin artstica no como nombre propio o como trmino definitorio de la disciplina, sino como sustantivo
genrico que abarcara todas las materias que de algn modo tratan la imagen, como Comunicacin
audiovisual, Educacin plstica, Educacin artstica, Historia del arte, Educacin plstica y visual, Msica,
informtica, Fotografa, Tecnologa, etctera.
aunque el enfoque del rea de conocimiento resulta an bastante tradicional,
hecho que se refleja en cmo sus contenidos y objetivos obedecen a una
concepcin sumamente conservadora y convencional del hecho artstico en
general. Este particular enfoque desde primaria deriva en un desenfoque total
para las materias relacionadas con lo artstico o lo visual en la etapa de
secundaria, desvirtualizando completamente el hecho de la capacitacin
artstica.
La Educacin plstica y visual tiene como finalidad desarrollar en el alumnado
capacidades perceptivas, expresivas y estticas a partir del conocimiento terico
y prctico de los lenguajes visuales para comprender la realidad. Realidad
configurada cada vez ms como un mundo de imgenes y objetos que se
perciben a travs de estmulos sensoriales tanto de carcter visual como tctil. Al
mismo tiempo, con esta materia se busca potenciar el desarrollo de la
imaginacin, la creatividad y la inteligencia emocional, favorecer el razonamiento
crtico ante la realidad plstica, visual y social, dotar de las destrezas necesarias
para usar los elementos plsticos como recursos expresivos y predisponer al
alumnado para el disfrute del entorno natural, social y cultural. 5(Real Decreto
1631/2006)
La E.A. pasa por dividirse en Msica y Educacin Plstica y Visual restando
fuerza y poder al rea de conocimiento, parcelando los contenidos y aislando
unos de otros de forma que se traduce en nuestra mente una estructura de
jerarquas de las artes, la cual queda coronada en su cspide por el ARTE ms
supremo e inalcanzable. Acaban con la continuidad de estos estudios en las
etapas de secundaria, no concediendo una imagen de continuidad y futuro y
xito profesional para esta rama. Lo artstico se divide, lo audio y lo visual
quedan separados para siempre en dos reas diferenciadas como msica y
plstica, desplazando el concepto audiovisual al campo de lo multimedia y las
nuevas tecnologas, adquiriendo con ello nuevas significaciones. La Educacin
Plstica, encargada del campo de lo visual, queda relegada en la prctica
educativa al dibujo tcnico y la geometra, diferencindose peyorativamente del
campo del trabajo manual, la subjetividad o la creatividad, y enfatizando
5 Espaa. Real Decreto 1631/2006, de 29 de Diciembre, por el que se establecen las enseanzas mnimas correspondientes a la Educacin Secundaria Obligatoria. Boletn Oficial del Estado. 5 de enero de 2005, nm. 5, p. 721.
aspectos como el procedimiento tcnico y la objetividad. El/la artista y su obra
se elevan por encima de todos, perpetuando la imagen del artista genio
(derivada de la mitologa del artista con toda una serie de valores aadidos
como locura, creatividad, aislamiento, fuera de la realidad, precariedad
econmica en vida, triunfo en muerte, xito debido a reconocimiento del resto,
dependencia del papel de los expertos, elevacin del genio sobre la humanidad,
etctera) quedando en el mundo de lo inaccesible en estatus y en significado,
derivando esta condicin en un tipo de profesin nada profesionalizable. Esta
idea nos resulta sumamente interesante porque lo artstico es el mbito que
tradicionalmente se ha ocupado de lo referente a la visualidad y la imagen, y
parece que seguir relacionando lo visual con el hecho artstico es elevar la
imagen al nivel del arte en cuanto a insondable e inasequible, respecto a su
produccin, intermediacin y la accesibilidad semntica.
Aunque, por otra parte, no se establece una relacin de equilibrio equitativa
entre todos los aspectos de lo artstico que podran ser adoptados por el mundo
de lo visual en trminos generales. Por ejemplo, la idea de autora, conocer
quin est detrs de la imagen admitiendo que es un producto consciente, un
tipo de consciencia producida, y dejando de lado que tras la produccin existe
una intencin que normalmente slo el propio artista conoce y que
tradicionalmente se asla de la experiencia artstica, centrando el valor de las
obras y las experiencias en el objeto material, en el producto tangible y
resultado. Hemos heredado para nuestra relacin con la visualidad, los
antecedentes de relaciones con lo visual que proceden de la experiencia
artstica. La imagen est ah, no es elegida por nosotros, desde el mundo de los
expertos se considera y se muestra en el contexto que ellos consideran, el
artista, el autor, la autora no aparece, la trayectoria tampoco, el significado y
la intencionalidad tampoco, todo se centra en la imagen resultado, el objeto
visual, y quedamos enfrentados a ella sin haber sido presentados previamente.
Slo que una obra de arte en cuanto a imagen, no traspasa las fronteras fsicas
y virtuales de lo visual, en cambio, las imgenes enfticas s lo hacen. Las obras
artsticas proceden del mundo subjetivo y en ellas no suelen encontrarse todas
las claves para su entendimiento, ya que son un tipo de producto-experiencia
ntimamente ligado a su autor/a y que llama la atencin sobre un cdigo un
lenguaje o una experiencia sobre la que los espectadores podemos no conocer
nada; tan slo la experiencia esttica que decidamos compartir con la obra y el
autor es el vnculo entre nosotros y la autora, no existe un tipo de identificacin
previa, la identificacin e implicacin surge de la relacin que hacemos ms all
de la visualidad, en la que entra en juego nuestra propia subjetividad como
espectadores, como visualizadores, como intrpretes.
En cambio las imgenes enfticas empleadas como reclamos comerciales
ofrecen una serie de aspectos sobre los que se produce una identificacin
inmediata, al tratar sobre contenidos previamente identificables y con los que
nos sentimos identificados como el deseo sexual explcito, o los cnones de
belleza tradicional y culturalmente aceptados.
Por otra parte, de la identidad social, estereotipada o no, del artista como
personaje y profesin, nos interesan algunos valores asociados como el de
produccin, proyeccin, reflexin, crtica, relacin ldica y expresiva con el
medio, interaccin, comunicacin; valores que, a primera vista, parecen no
formar parte de otros modelos de identidad social. Es decir, el/la artista puede
interactuar con su medio, se le reconoce el derecho de vivir en su tiempo e
intercederlo, se le permite tener consciencia de s mismo y a la vez ser parte
de la colectividad y lo social, su trabajo se considera reflejo y proyeccin de
parte del todo, se respeta, e incluso alaba, su subjetividad. El artista tiene el
derecho y el deber de inventarse a s mismo en su tiempo, es un actor capaz de
improvisar en escena, puede deconstruir y construir relacionando
constantemente su subjetividad y el mundo contextual, decide qu quiere y se
dedica a aquello que ms le interesa o entusiasma.
Pero parece como si estas capacidades y condicin fueran exclusivas del rol de
artista. Si, de un lado, ningn otro rol o modelo desempea estas funciones y,
del otro, no se accede a la profesin artstica del mismo modo que al resto de
profesiones (porque implica vocacin adems de formacin y adems se han de
poder cumplir los requisitos de genialidad y productividad); slo nos queda no
ser artistas, tan poco artistas que hasta la capacidad creativa nos es denegada,
con qu capacidad vamos a ser productores, que no artistas, de nuestra propia
subjetividad e imaginarios?
La artista se siente un poco ms cmoda en su propia subjetividad porque se le
permite acomodar el espacio en el que se encuentra, puede producir y construir
su propia identidad as como deconstruirla a su verdadero antojo, compartiendo
las variables en el juego que sta elija. En el sentido de los valores que se
asocian a las diferentes profesiones: profesora, doctora, enfermero, mecnica,
artista, polica, secretario, pilototodos son tipos6, y a su vez, cuentan con sus
propios estereotipos7. Aparecen valores concretos asociados a cada una de las
profesiones, lo que comnmente conocemos por el perfil profesional.
Por una parte se encuentra la capacitacin tcnica para cada perfil y por otra
parte se encuentran las capacidades asociadas al perfil no tcnicas, por
ejemplo, si te gusta relacionarte con los dems y te consideras extrovertida
puede que te guste ser de mayor azafata o dedicarte a la atencin al pblico, en
cambio si te gusta la naturaleza, lo ms probable es que te orientes hacia una
profesin de tipo cientfica. En este sentido, la profesin de artista, es la
profesin en la cual, ms se valora la subjetividad, ya que llega a considerarse
un valor fundamental en s mismo. En la propuesta horaria para secundaria, se
comenta que se acentuar la orientacin profesional y laboral del alumnado en
el cuarto curso.
8. El cuarto curso tendr carcter orientador, tanto para los estudios
postobligatorios como para la incorporacin a la vida laboral. 8(Propuesta de
Organizacin y Horario de la Educacin Secundaria Obligatoria en Extremadura y
Real Decreto 1631/2006)
6 Tipo. (Del lat. typus, y este del gr. ).
1. m. Modelo, ejemplar.
2. m. Smbolo representativo de algo figurado.
3. m. Clase, ndole, naturaleza de las cosas.
4. m. Ejemplo caracterstico de una especie, de un gnero, etc.
7 Estereotipo.
1. m. Imagen o idea aceptada comnmente por un grupo o sociedad con carcter inmutable.
8 Ibid., p. 682.
La imagen superior procede del portal de la Federacin empresarial cacerea9,
empleada como imagen ilustrativa en la portada y la cabecera para todo el
portal nos muestra una representacin de algunas profesiones habituales como
la de ejecutiva/o, bailarn/a, tendera/o, msico, camarera/o, vendedor/a,
constructor/a, profesor/a, agricultor/a. Con una lectura sencilla de la imagen y
aplicando una mirada de gnero podemos observar, por ejemplo, cmo los
personajes hombre y mujeres aparecen representando profesiones
masculinizadas y feminizadas respectivamente. Esta imagen es producida y
proyectada desde el entorno de un mercado que se comunica con su audiencia
estableciendo una identificacin rpida y eficaz, esto le permite alinear sus
objetivos con las necesidades de sta.
Planteamos aqu la funcin meditica del arte, cuestin sugerida por Martn
Prada, como medio para cuestionar los diferentes modos de experimentar y
hacer e intentar comprender mejor un mundo que se produce y se construye
desde la imagen. Estamos hablando, por tanto, de truncar la estrategia de los
sistemas sociales y los mercados dominantes a acostumbrar a la sociedad a
cierta visualidad antes de que pueda haber adquirido cierto conocimiento sobre
ella, como ya denunci Benjamin y comenta Martn Prada, esta resulta una de
las estrategias con ms efectividad poltica.
Las nuevas propuestas curriculares no pueden, por tanto, sino plantearse
centradas en las posiciones ms comprometidas con el anlisis de la interrelacin
entre poder, sistema lingstico y prcticas culturales, es decir, en las formas en
las que se produce la sistematizacin controladora del lenguaje (ya
eminentemente visual) y el conocimiento10. (MARTN PRADA, J., 2005)
El grado de innovacin en lo visual es tal que el sistema educativo no consigue
ajustarse a las demandas de formacin del alumnado y a lenta y regresiva
9 http://www.fec.es/, 2008 10 MARTN PRADA, J., (2005), Op. Cit., p.132.
transicin que sufre la disciplina de la EA, supone un reflejo de cmo las
tensiones que el debate sobre imagen, arte y cultura visual estn afectando a
este rea de conocimiento en un plano, an, terico.
La edad a la que se comienza a consumir lectura resulta tarda
comparativamente a la edad a la que se comienza a consumir imagen. De
hecho, siempre recordamos cmo intentbamos leer las letras en los rtulos de
las tiendas y comercios, pero despus de conocer previamente los significados
totalmente asociados a la imagen de esas tipografas concretas. De igual forma
sucede con los valores asociados a la imagen. Una muestra muy evidente de
ello es el gnero y su visualidad, es decir, la forma que toman estos valores
para significar.
Es muy probable es que una nia acceda antes al mundo virtual de Barbie 11
que al contenido de cualquier texto en lnea. Antes de conocer realmente el
significado de la expresin ir de tiendas, de conocerlo a travs de la propia
experiencia (puesto que esta es un tipo de actividad al que las nias no tiene un
acceso completo por no disponer de solvencia econmica principalmente), ya
conocen todo un imaginario que lo representa, asociando al hecho valores que
11 http://es.barbie.com/ o http://www.barbiegirls.com/homeMtl.html
enfatizan ciertos aspectos de la identidad de las mujeres en lugar de otros:
gusto por la moda, superficialidad, obsesin por la belleza, canon de belleza y
perfeccin, relacin ocio-consumo, nivel adquisitivo alto, tiempo libre, disfrute,
exageracin de los rasgos sexuales femeninos, el color rosa como
representacin de la feminidad, modelo de mujer perfecta, juventud como valor
irremplazable de belleza y bienestar, etctera.
Walter Benjamn afirm que slo las imgenes de la mente motivan la
voluntad, y partiendo de esta afirmacin, me apropio de la siguiente cuestin:
Cul es la relacin entre las imgenes no-mentales y las mentales? Y cul es
su relacin con la accin, la realidad y lo social? Esta es una de las preguntas
fundamentales que nos hacemos, cmo se relacionan estos dos tipos de
imgenes, ms que dos tipos, esta funcin dicotmica de la imagen
posmoderna: la imagen que nos representa y la imagen que nos produce.
Porque a gran escala, es decir, a nivel social o colectivo, nuestra cultura se
compone de productores de imgenes de diferentes tipos y con distinto fin,
consumidores de imgenes de diferentes tipos y con diferentes funciones, y
existe una conexin permanente y constante entre la produccin y el consumo
que se materializa en un sinfn de relaciones diferentes.
Pero, a nivel individual, cmo se producen estas conexiones entre productor y
consumidor, cmo tiene lugar ese consumo en el sentido de identificacin. En
qu medio tiene lugar la produccin de nuestro imaginario y qu certeza
tenemos de qu realmente sea nuestro. Es entonces, cuando ampliamos
nuestra preocupacin a nuevas y antiguas cuestiones como quin produce, para
qu produce y cmo se produce imagen y valor, y por supuesto, cul es el
pensamiento que subyace en esta identidad de la imagen, en cualquier rol
concreto. Pero tambin, nos preocupa quin consume, de qu manera lo hace y
con qu finalidad; y cules son las formas de identidad en las que pueden
traducirse y derivarse esta relacin con la imagen y lo visual.
Nos preocupa, en definitiva, cmo ciertas imgenes llagan a formar parte de
nuestro imaginario, presentes como unidades de representacin y significacin,
que se incluyen en nuestra produccin de imgenes y significados alterando
nuestra imagen construida, nuestro yo, nuestro significado. Prcticamente,
suplantando nuestra imagen particular y subjetiva por una imagen social
totalmente mediatizada. En cierto modo, estaramos contemplando la
posibilidad de colonizacin de nuestro imaginario. Esta idea, nos lleva a
considerar el conflicto entre lo global y lo particular, como ya apuntaba Roland
Robertson en su Social Theory12, como los pueblos y Estados-nacin con sus
propios sistemas de creencias y ms pequeos estn siendo subordinados por
sus vecinos ms globales y tecnolgicamente ms avanzados, como si en cierto
sentido estuvieran siendo fagocitados por estos sistemas de poder mayor, en lo
que l denomina Construccin de la Realidad Global.
La produccin del imaginario propio como una prctica subjetiva se vera
entonces afectada por toda una estructura de produccin de imgenes y
significados que al ser asimiladas, representadas, imitadas, asumidas o
consentidas, se incluyen en nuestra prctica de construccin y produccin de
subjetividad, y en cierto modo, llegan a sustituir nuestras imgenes particulares
por otras fabricadas en una industria que no nos pertenece pero nos incorpora.
Como comenta Warren, en relacin al trabajo de Roland, Se trata en realidad
de una lucha por el territorio de los cerebros y las mentes de sus
ciudadanos?.13 En este sentido, estamos hablando de la identidad en tanto que
construccin visual. Se trata de entender que ciertos recursos para la
construccin y la produccin de identidad puedan ser heredados. Estos
recursos, a los que Lacan denomina la pantalla, como las imgenes y
relaciones entre stas y sus sistemas de significados, son generados
culturalmente, y a travs de ellas, el sujeto se constituye y se representa.
Pero Begm . Apunta un aspecto ms, que nos aporta otro interesante y
suculento aspecto a tener en cuenta: el sujeto tambin ve a los otros a partir
de este mismo repertorio de imgenes.14
Si podemos identificarnos y adems identificar a los otros, est claro que quien
no encuentre una identificacin en el mundo de lo visual, queda fuera de ese
mundo, digamos marginado, apartado, discriminado, excluido, ya que su
identidad no es vista, no queda representada y susceptible de ser visualizada e
incorporada por el otro en su repertorio de imgenes sociales e identidades.
12 ROBERTSON, R. (1997): Social Theory, Cultural Relativity and the Problem of Globality, Mineapolis y Londres, University of Minesota Press. 13 WARREN, N., (2005), Op. Cit., p.223. 14 Ibid., p.191.
Evitando y censurando, de esta manera, el aporte de otra posibilidad a la
relacin de produccin de subjetividad y consumo de identidad. Hablamos de
identidades que se vuelven invisibles, ausentes, seran pues, subjetividades sin
espejo, sin derecho a ser reflejadas ni proyectadas sobre el imaginario social y
colectivo. O, extremando un poco ms, identidades que quedan al margen de la
visualidad, condenadas a una visibilidad totalmente marginal, slo visibles en
un fino margen de contorno entre los lmites de lo deseable y lo indeseable.
Relacionando esta idea de lo invisible y lo visible en el mundo de lo visual, con
la idea de la imagen ftica, que Warren Neidich menciona en uno de sus
ensayos, nos preguntamos cmo se hace visible la imagen. Segn Warren, los
estmulos fticos se producen segn las reglas de la ergonoma visual y
cognitiva y, a consecuencia de ello, poseen una mayor capacidad de captar
nuestra atencin y atrapar nuestra mirada que otros estmulos que no estn
diseados en estos trminos.
Por lo que adems de existir imgenes visibles y no visibles, tambin existen las
imgenes que son mucho ms visibles que actan como verdaderos focos de luz
cegadora, de una intensidad comparable al foco de un faro en la noche, una luz
que atrapa nuestra mirada paliando el brillo de las luces ms dbiles. Como la
luz de las chispas que provoca la radial cuando corta metal, sabemos con creces
que es una luz que no debe mirarse sin la proteccin adecuada, pero cuando la
vemos, somos incapaces de no mirar, de no seguir mirando, resulta demasiado
potente como para resistirnos.
Me recuerda a esa especie de juego que tenemos cuando somos nios y
descubrimos que si nos quedamos mirando fijamente al sol, su imagen se nos
queda como grabada en la retina y permanece en nuestra mirada aunque la
cambiemos de sitio. La forma redondeada del sol sigue en algn lugar de
nuestra mirada, siendo visible, y se posa sobre todas las visiones de todas las
cosas que miramos, obstaculizando, enmascarando, intercediendo entre la
visin de lo dems y nuestra mirada. El problema de la luz cegadora es que una
vez que su intensidad ha captado nuestra mirada y no hemos protegido
debidamente nuestra vista con unas gafas apropiadas, se produce un dao casi
irreparable, se produce una prdida de visin, nuestros ojos se adaptan a esta
intensidad para siempre, impidindonos ver cualquier otra luz que viajando en
esta misma direccin o en cualquier otra, tenga menos intensidad o sea
matizada.