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ALBERTO MANGUEL CURIOSIDAD. UNA HISTORIA NATURAL TRADUCIDO POR EDUARDO HOJMAN

Curiosidad. Una historia natural

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Primer capítulo del libro de Alberto Manguel.[http://www.porrualabs.com/pdf/primer_capitulo/curiosidad.pdf]

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ALBERTOMANGUELCURIOSIDAD.UNA HISTORIA NATURALTRADUCIDO POR EDUARDO HOJMANMANGUELcuriosidad CONACULTA.indd 5 14/04/15 19:04MANGUELcuriosidad CONACULTA.indd 6 14/04/15 19:04Para Amelia quien, como el hijo del elefante, est llena de una inssaciable kuriosidad.Con todo mi amorMANGUELcuriosidad CONACULTA.indd 7 14/04/15 19:04MANGUELcuriosidad CONACULTA.indd 8 14/04/15 19:04PREFACIOMANGUELcuriosidad CONACULTA.indd 9 14/04/15 19:04Virgilio le explica a Dante que ha sido enviado por Beatrizpara mostrarle el camino correcto. Canto II del Inferno.MANGUELcuriosidad CONACULTA.indd 10 14/04/15 19:0411Tengo curiosidad sobre la curiosidad.Una de las primeras frases que aprendemos de nios es por qu? En parte porque queremos saber algo sobre este misterioso mundo en el que hemos entrado involuntariamente, en parte porque quere-mos entender cmo funcionan las cosas en este mundo, y en parte porque sentimos la necesidad ancestral de relacionarnos con otros habitantesdeestemundo,apenasdejamosatrsnuestrosprime- rosbalbuceosyarrullosempezamosapreguntarporqu?1Y nuncadejamosdehacerlo.Descubrimosmuyprontoquelacurio-sidad pocas veces es recompensada con respuestas signicativas y satisfactorias, sino ms bien con un deseo cada vez mayor de formu-lar nuevas preguntas, y con el placer de dialogar con otros. Como 1 Los infantes hablan, en parte, para restablecer las experiencias del estarcon [] o para restablecer el orden personal. Daniel N. Stern, The Interpersonal World of the Infant, A View from Psychoanalysis and Developmental Psychology, HarperCollins, Nueva York, 1985, p. 171.En su lecho de muerte, Gertrude Stein pregunt: Cul es la respuesta? Nadie contest. Entonces sonri y dijo: En ese caso, cul es la pregunta?DONALD SUTHERLAND Gertrude Stein. A Biography of Her WorkMANGUELcuriosidad CONACULTA.indd 11 14/04/15 19:0412todoslosinquisidoressaben,lasarmacionestiendenaaislar; las preguntas unen. La curiosidad es un medio para declarar nues-tra pertenencia al gnero humano.Tal vez toda curiosidad puede resumirse en la famosa pregunta de Michel de Montaigne que sais-je?, qu s yo?,2 que aparece en el segundo volumen de sus Ensayos. Rerindose a los lsofos escp-ticos, Montaigne seal que eran incapaces de expresar sus ideas en ningn idioma, ya que, segn dice, necesitaran uno nuevo, puesto quenuestrolenguajesecomponedeproposicionesarmativas,las cualesvancontralaesenciamismadesusdoctrinas.Luegoaa-de: Tal estado de espritu debera enunciarse interrogativamente de una manera ms segura, diciendo qu s?, que es mi acostumbra-dadivisa.Lafuentedeesapreguntaes,porsupuesto,lasocrtica conceteatimismo,3peroconMontaignedejadeserunaar-macin existencialista de la necesidad de saber quines somos para convertirse en un estado continuo de cuestionamiento del territorio porelquenuestramenteavanza(oyahaavanzado)ydelterreno 2 Michel de Montaigne, An Apology for Raymond Sebond, II, 12, en The Complete Essays, traduccin, edicin, introduccin y notas de M. A. Screech, Penguin Books, Harmondsworth,GB,1991,p.591.Paralatraduccinalcastellanodetodaslas citas de Montaigne se ha consultado: Michel de Montaigne, Ensayos de Montaigne, seguidos de todas sus cartas conocidas hasta el da; traducidos por primera vez en caste-llano con la versin de todas las citas griegas y latinas que contiene el texto, notas expli-cativas del traductor y entresacadas de los principales comentadores, una introduccin y un ndice alfabtico por Constantino Romn y Salamero, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, Alicante, 2003. (N. del T.)3SegnPausanias(sigloII),losdichosConceteatimismoyNadaesdema-siadoestabaninscritosenlafachadadeltemplodeDelfosydedicadosaApolo. Pausanias,GuidetoGreece,Volume1,CentralGreece,traduccineintroduccinde PeterLevi,PenguinBooks,Harmondsworth,Middlesex,1979.Libro10,24,p. 466. Hay seis dilogos platnicos en los que se analiza el dicho de Delfos, Crmides (1640), Protgoras (343B), Fedro (229E), Filebo (48C), Leyes (11, 923A) y Alcibades (124A, 129A y 132C) en The Collected Dialogues of Plato, edicin de Edith Hamilton y Huntington Cairns, Princeton University Press, Princeton, NJ, 1973.MANGUELcuriosidad CONACULTA.indd 12 14/04/15 19:0413inexplorado que tenemos delante. En el campo del pensamiento de Montaigne, las proposiciones armativas del lenguaje giran sobre s mismas y se convierten en preguntas.LaamistadquetengoconMontaigneseremontaamiadoles-cencia, y para m sus Ensayos han sido desde entonces una especie de autobiografa, ya que siempre encuentro en sus comentarios mis pro-pias preocupaciones y experiencias, volcadas en una prosa brillante. Con sus preguntas acerca de temas convencionales (las obligaciones de la amistad, los lmites de la educacin, el placer del campo) y su exploracin de otros temas extraordinarios (la naturaleza de los ca-nbales, la identidad de los seres monstruosos, el uso de los pulga-res),Montaignetrazaelmapademipropiacuriosidad,dndolela forma de una constelacin ubicada en pocas diferentes y en muchos lugares.Loslibros,conesa,mesirvieronmsdeejercicioque de instruccin.4 Ese ha sido, precisamente, mi caso. Reexionando sobre los hbitos de lectura de Montaigne, por ejemplo, se me ocurri que sera posible hacer comentarios sobre su que sais-je? siguiendo su propio mtodo de tomar prestadas ideas de su biblioteca (l se compa-raba con una abeja que extraa polen para elaborar su propia miel)5 y proyectarlas hacia el futuro, hacia mi propia poca.Comolmismohabraadmitidodebuengrado,enelsigloXVI indagarsobreloqueconocemosnoeraunanovedad.Preguntarse sobreelactodepreguntartenaracesmuchomsantiguas.De dnde viene la sabidura, pregunta Job, desolado. Y cul es el lugar de la inteligencia?6 Ampliando el rango de esa pregunta, Montaigne 4 Michel de Montaigne, On Physiognomy, III, 12, en The Complete Essays, p. 1176.5 Michel de Montaigne, On Educating Children, I, 26, en The Complete Essays, p. 171.6 Job, 28, 20. El libro de Job no proporciona respuestas, pero presenta una serie de preguntasverdaderasqueson,segnNorthropFrye,etapasenlaformulacin depreguntasmejores;lasrespuestasnosbirlanelderechodehacerlo.Northrop Frye, The Great Code, The Bible and Literature, edicin de Alvin A. Lee, vol. 19 en Co-llected Works, University of Toronto Press, Toronto, Buffalo y Londres, 2006, p. 217.MANGUELcuriosidad CONACULTA.indd 13 14/04/15 19:0414observ que el juicio es un instrumento necesario en el examen de toda clase de asuntos; por eso yo lo ejercito en toda ocasin en estos Ensayos. Si se trata de una materia que no entiendo, con mayor razn empleo en ella mi discernimiento, sondeando el vado de muy lejos; luego, si lo encuentro demasiado profundo para mi estatura, me de-tengo en la orilla.7 Este modesto mtodo es, para m, maravillosa-mente tranquilizador.Segn la teora de Darwin, la imaginacin humana es un instru-mento de supervivencia. Para aprender mejor sobre el mundo y, por lo tanto, para estar mejor preparado ante sus escollos y peligros, el homo sapiens desarroll la capacidad de reconstruir la realidad exter-naenlamenteyconcebirsituacionesalasquepodraenfrentarse antesdequesucedieran.8Cuandotomamosconcienciadenosotros mismos y del mundo que nos rodea, podemos construir cartografas mentalesdeesosterritoriosyexplorarlosdeinnitasmaneras,y luegoelegirlamejorylamsecaz.Montaignehabraestadode acuerdo:imaginamosparaexistir,ysentimoscuriosidadparaali-mentar nuestro deseo imaginativo.Laimaginacin,comounaactividadcreativaesencial,sedesa-rrolla con la prctica. No a travs de los xitos, que son nales y, por lo tanto, callejones sin salida, sino a travs de los fracasos, de losintentosqueterminansiendofallidosyquerequierennuevos intentosque,silasestrellasnossonren,llevarnanuevosfraca-sos.Lahistoriadelarteylaliteratura,ascomoladelalosofa ylaciencia,sonhistoriasdeesaclasedefracasosenriquecedores. Fracasa. Intntalo nuevamente. Fracasa mejor,9 fue la conclusin de Beckett.7MicheldeMontaigne,OnDemocritusandHeraclitus,I,50,enTheComplete Essays, p. 337. 8 Richard Dawkins, The Selsh Gene, edicin del trigsimo aniversario, Oxford Uni-versity Press, Oxford y Londres, 2006, pp. 63-65.9 Samuel Beckett, Worstward Ho, John Calder, Londres, 1983, p. 46.MANGUELcuriosidad CONACULTA.indd 14 14/04/15 19:0415Pero para fracasar mejor debemos ser capaces de reconocer, a travs de la imaginacin, los errores e incongruencias. Debemos po-der ver que tal y tal camino no nos lleva en la direccin deseada, o que tal combinacin de palabras, colores o nmeros no se aproxima a la visin intuida en nuestra mente. Registramos con orgullo esos momentos en los que nuestros inspirados Arqumedes gritan Eure-ka! en la baera, pero estamos menos dispuestos a recordar las oca-siones mucho ms numerosas en las que, como el pintor Frenhofer en el relato de Balzac, contemplan su obra maestra desconocida y dicen: Nada,nada!Nohecreadonada! 10Esosescasosmomentosde triunfo,ascomolosmsfrecuentesdederrota,estnatravesados por la gran pregunta de la imaginacin: Por qu?Los sistemas educativos de la actualidad, en su mayor medida, se niegan a reconocer la segunda parte de nuestra bsqueda. Interesa-dos en poco ms que la eciencia material y la ganancia econmica, nuestras instituciones educativas ya no alientan el pensamiento por smismoyellibreejerciciodelaimaginacin.Lasescuelasylos colegios se han convertido en campos de entrenamiento para traba-jadores especializados en lugar de foros de cuestionamiento y deba-te, y las academias y las universidades ya no son viveros para esos curiosos a los que Francis Bacon, en el siglo XVI, llam mercaderes de la luz.11 Aprendemos a preguntar cunto costar?, y cunto tardar? en lugar de por qu?Por qu? (en sus distintas variaciones) es una pregunta mucho ms importante en su formulacin que en las posibles respuestas. El hecho mismo de pronunciarla abre innumerables posibilidades, pue-de acabar con los prejuicios, resumir dudas interminables. Es posible quearrastre,ensuestela,algunasrespuestastentativas,perosila 10 Honor de Balzac, Le chef doeuvre inconnu, ditions Climats, Pars, 1991, p. 58.11 Francis Bacon, New Atlantis, en The Advancement of Learning and New Atlantis, edicindeArthurJohnston,OxfordUniversityPress,OxfordyLondres,1974, p. 245.MANGUELcuriosidad CONACULTA.indd 15 14/04/15 19:04MANGUELcuriosidad CONACULTA.indd 16 14/04/15 19:0417pregunta es lo bastante poderosa, ninguna de esas respuestas resulta-r completamente satisfactoria. Como los nios intuyen, por qu? es una pregunta que, implcitamente, ubica nuestro objetivo siempre ms all del horizonte.12La representacin visible de nuestra curiosidad el signo de pre-gunta que se ubica al nal de una interrogacin escrita en la mayora de los lenguajes occidentales (y al principio, en castellano), curvado sobre s mismo en oposicin al orgullo dogmtico lleg tardamen-te a nuestra historia. En Europa, la puntuacin convencional no se establecihastanalesdelRenacimientocuando,en1566,elnieto delgranimpresorvenecianoAldoManuciopublicsumanualde puntuacinparatipgrafos,elInterpungendiratio.Entrelossignos diseados para concluir un prrafo, el manual inclua el punctus inte-rrogativus medieval, denido por Manucio el Joven como una marca quesealabaunapreguntaque,porconvencin,requeraunares-puesta.Unodelosprimerosejemplosdeesossignosdepregunta apareceenunacopiarealizadaenelsigloIXdeuntextodeCice-rn, hoy conservado en la Bibliothque Nationale de Pars,13 trazado comounaescaleraqueasciendehacialapartesuperiorderechaen una serpenteante lnea diagonal que nace en la parte inferior izquier-da. Preguntar nos eleva.A travs de nuestras diversas historias, la pregunta por qu? ha aparecido bajo muchas formas y en contextos muy diferentes. El nmero de preguntas posibles puede parecer demasiado grande para considerarlas individualmente en profundidad y demasiado dismiles 12Ponerunapreguntaenpalabrascreaunadistanciaconnuestrapropiaexpe- riencia y nos permite explorarla verbalmente. El lenguaje abre un espacio entre la experiencia interpersonal vivida y la representada, de Daniel N. Stern, en The Interpersonal World of the Infant, p. 182.13 MS lat. 6332, Bibliotheque Nationale, Pars, reproducido en M. B. Parkes, Pause andEffect,AnIntroductiontotheHistoryofPunctuationintheWest,Universityof California Press, Berkeley y Los ngeles, 1993, pp. 32-33.MANGUELcuriosidad CONACULTA.indd 17 14/04/15 19:0418parareunirlasdemaneracoherente;sinembargo,sehanrealizado algunos intentos de catalogar algunas de ellas, segn distintos cri-terios. Por ejemplo, en 2010, The Guardian de Londres invit a unos cientcosylsofosaqueformularanunalistadediezpreguntas que la ciencia debe responder (ese debe es demasiado autoritario). Las preguntas fueron: Qu es la conciencia?, qu ocurri antes delBigBang?,lacienciaylaingenieranosdevolvernnuestra individualidad?,cmodebemoslidiarconelcrecimientodela poblacin mundial?, hay un patrn en los nmeros primos?, po-demos crear una manera cientca de pensar que se aplique a todos losmbitos?,cmopodemosasegurarnosdequelahumanidad sobrevivayprospere?,esposibleexplicaradecuadamenteelsig-nicadodelespacioinnito?,podrgrabarenmicerebrocomo si fuera un programa de televisin?, podr la humanidad llegar a lasestrellas?Nohayunaprogresinevidenteenestaspreguntas, ninguna jerarqua lgica, ninguna prueba clara de que todas pueden sercontestadas.Sepresentancomobifurcacionesdenuestrodeseo de saber, analizando y hurgando creativamente en los conocimientos adquiridos.Aunas,esposiblevislumbrarciertaformaensusidas y vueltas. Si seguimos un camino necesariamente eclctico a travs de algunas de las preguntas alentadas por nuestra curiosidad, tal vez aparezcaunacartografaparaleladenuestraimaginacin.Loque queremos saber y lo que podemos imaginar son el anverso y el rever-so de la misma y mgica pgina.Una de las experiencias compartidas por la mayora de los lecto-res es el descubrimiento, tarde o temprano, de un libro que permite Ejemplo de punctus interrogativus en un manuscrito del siglo IXde Cato maior de senectute, de Cicern.MANGUELcuriosidad CONACULTA.indd 18 14/04/15 19:0419como ningn otro una exploracin de uno mismo y del mundo, que pareceserinagotableyque,almismotiempo,enfocalamenteen los detalles ms minsculos, de una manera ntima y singular. Para algunos lectores, ese libro puede ser un clsico reconocido, como las obras de Shakespeare o Proust, por ejemplo; para otros, es un texto menos conocido o que concita un reconocimiento menos generaliza-do, pero que por razones inexplicables o secretas resuena en ese lec-tor con un eco profundo. En mi caso, a lo largo de mi vida, ese libro nico ha ido cambiando; durante muchos aos fueron los Ensayos de Montaigne o Alicia en el Pas de las Maravillas, las Ficciones de Bor-ges o el Quijote, Las mil y una noches o La montaa mgica. Ahora, no lejos de la proverbial edad avanzada, ese libro que para m lo abarca todo es la Divina comedia de Dante.Llegu tarde a la Divina comedia, justo antes de cumplir los se-senta. Desde la primera lectura, se convirti en ese libro absoluta-mente personal y, al mismo tiempo, carente de horizontes. Describir laDivinacomediacomounlibrosinhorizontestalveznoseams que una manera de declarar una especie de reverencia supersticiosa antelaobramisma,porsuprofundidad,sualiento,suintrincada construccin. Pero hasta estas mismas palabras no alcanzan a de-nir la experiencia constantemente renovada de la lectura del texto. Dante deca que en su poema mano pusieron Cielo y Tierra.14 No se trata de una hiprbole, sino de la impresin que han tenido sus lec-tores desde la poca de Dante hasta hoy. Pero construccin implica un mecanismo articial, un acto dependiente de poleas y engranajes que, incluso cuando se hace evidente (como en el invento de Dante de la terza rima, por ejemplo, y, por consiguiente, en la utilizacin del nmero tres a lo largo de la Commedia), no hace ms que sealar una nmapartculadesucomplejidad,peronoalcanzaailuminarsu notoriaperfeccin.GiovanniBoccacciocomparlaDivinacomedia 14 Paradiso, XXV, 2, Al quale ha posto mano e cielo e terra.MANGUELcuriosidad CONACULTA.indd 19 14/04/15 19:0420conunpavorealcuyocuerpoestcubiertodeanglicasplumas iridiscentes de innumerables matices.15 Jorge Luis Borges la asemej aungrabadodeinnitosdetalles;16GiuseppeMazzotta,aunaen-ciclopediauniversal.17OsipMandelstamdijoesto:Silassalasdel Hermitage de pronto enloquecieran, si los cuadros de todas las es- cuelasydetodoslosmaestrosdeprontosesoltarandesuscla- vos,entraranunosenotros,semezclaranyllenaranelairedelas habitaciones con un bramido futurista y una desenfrenada agitacin colorida,tendramosalgoparecidoalaCommediadeDante.18Sin embargo,ningunadeestascomparacionescaptaensutotalidadla plenitud,laprofundidad,elalcance,lamsica,lascaleidoscpicas imgenes,lainnitainventivaylaestructuraperfectamenteequi-librada del poema. La poeta rusa Olga Sedakova ha sealado que el poema de Dante es arte que genera arte y pensamiento que genera pensamiento, y tambin, lo que es ms importante, es experiencia que genera experiencia.19En una parodia de distintas corrientes artsticas del siglo xx, des-de el nouveau roman hasta el arte conceptual, Borges y Bioy Casares imaginaronunaformadecrticaque,rindindosealaimposibili-dad de analizar una obra de arte en toda su grandeza, se limitara a 15 Giovanni Boccaccio, Trattatello in laude di Dante, introduccin, prefacio y notas de Luigi Sasso, Garzanti, Miln, 1995, p. 81. Para la traduccin de las menciones de BoccaccioaDanteseconsultGiovanniBoccaccio,VidadeDante,AlianzaEdi-torial, Madrid, 1993, introduccin, traduccin y notas de Carlos Alvar (N. del T.)16 Jorge Luis Borges, Prlogo a Nueve ensayos dantescos, introduccin de Marcos RicardoBarnatnypresentacindeJoaqunArce,Espasa-Calpe,Madrid,1982, pp. 85-86.17GiuseppeMazzotta,ReadingDante,YaleUniversityPress,NewHavenyLon-dres, 2014, p. 1.18 Osip Mandelstam, Conversation on Dante, en The Selected Poems of Osip Man-delstam, traduccin de Clarence Brown y W. S. Merwin, New York Review Books, Nueva York, 2004, p. 151.19OlgaSedakova,Sottoilcielodellaviolenza,enEsperimentiDanteschi,Inferno 2008, seleccin de Simone Invernizzi, Casa Editrice Marietti, Miln, 2009, p. 107.MANGUELcuriosidad CONACULTA.indd 20 14/04/15 19:0421reproducir la obra en su totalidad.20 Segn esta lgica, para explicar laCommedia,uncomentaristameticulosodeberaterminarcitando toda la Commedia. Tal vez esa es la nica manera. Es cierto que, cuan-do nos cruzamos con un pasaje de una belleza arrebatadora o con un intrincado argumento potico que no nos haba impresionado de una maneratanprofundaenunalecturaanterior,sentimoselimpulso no tanto de comentarlo sino de leerlo en voz alta a un amigo, con el objeto de compartir, en la medida de lo posible, la epifana original; de traducir las palabras en otras experiencias. Quizs ese es uno de los signicados posibles de las palabras de Beatriz a Dante en el Cielo de Marte: Escucha y vuelve; considera que no hay slo en mis ojos Paraso.21De una manera menos ambiciosa y menos erudita, con una con-cienciamayordemispropioshorizontes,deseoofreceralgunasde mis propias lecturas, unos pocos comentarios basados en reexiones personales, observaciones, traducciones a mi propia experiencia. La Divina comedia posee una cierta generosidad majestuosa, que no veda la entrada a nadie que intente cruzar sus umbrales. Lo que cada lec-tor encuentre all es otro asunto.Hay un problema esencial al que cada escritor (y cada lector) se enfrentaalrelacionarseconuntexto.Sabemosqueleeresarmar nuestrafeenellenguajeyensutanmentadacapacidadparaco- municar. Cada vez que abrimos un libro, conamos, a pesar de toda nuestra experiencia previa, en que en esta ocasin se nos transmiti- r la esencia del texto. Y cada vez que llegamos a la ltima pgina, a pesar de tan valiente esperanza, volvemos a sentirnos defraudados. En especial cuando leemos lo que, a falta de trminos ms precisos, aceptamos llamar gran literatura, nuestra capacidad para captar el 20 Este texto nunca se escribi, pero en 1965 presenci una conversacin entre Bor-ges y Bioy donde mencionaron su intencin de escribirlo como parte de su compi-lacin de ensayos satricos Crnicas de Bustos Domecq, Losada, Buenos Aires, 1967.21 Paradiso, XVIII, 20-21, Volgiti e ascolta;/ ch non pur nemiei occhi paradiso.MANGUELcuriosidad CONACULTA.indd 21 14/04/15 19:0422texto en toda su mltiple y diversa complejidad no satisface nuestros deseosyexpectativas,ynosvemosobligadosaregresaraltexto unavezms,conlaesperanzadequeestavezquizalcancemos nuestro propsito. Por suerte para la literatura, por suerte para no-sotros,esonuncaocurre.Generacionesdelectoresnoconsiguen agotar esos libros, y el mismo fracaso del lenguaje para comunicar plenamente les otorga una riqueza ilimitada que cada uno de noso-tros descifra slo hasta donde lo permite nuestra habilidad. Ningn lector ha llegado jams a las mximas profundidades del Mahbha-rata o La orestada.Lacomprensindequeunatareaesimposiblenonosimpide intentarla,ycadavezqueabrimosunlibro,cadavezquepasa- mos una pgina, renovamos nuestra esperanza de entender un tex-to literario, si no en su totalidad, al menos un poco ms que en la lecturaanterior.Deesamaneracreamos,atravsdelaseras,un palimpsesto de lecturas que restablece continuamente la autoridad dellibro,siemprebajounaformadiferente.LaIladadeloscon-temporneosdeHomeronoesnuestraIlada,perolaincluye,as comonuestraIladaincluyetodaslasIladasqueestnenelfutu-ro. En este sentido, la armacin jasdica de que el Talmud carece de primera pgina porque cada lector ha empezado a leerla antes de enfrentarse a sus primeras palabras se cumple con todos los gran-des libros.22La frase lectura dantis se cre para denir lo que se ha converti-do en un gnero especco, la lectura de la Commedia, y soy plena-mente consciente de que, despus de generaciones y generaciones de comentarios,empezandoconlosdelpropiohijodeDante,Pietro, escritospocodespusdelamuertedesupadre,esimposibleofre-cerunacrticaabarcadoraocompletamenteoriginalapartirdelo 22 Martin Buber, Tales of the Hasidim, vol. 1, traduccin de Olga Marx, Oxford Uni-versity Press, Oxford, 1948, p. 76.MANGUELcuriosidad CONACULTA.indd 22 14/04/15 19:0423MANGUELcuriosidad CONACULTA.indd 23 14/04/15 19:0424queunotieneparadecirsobreelpoema.Y,sinembargo,talvez ese ejercicio podra justicarse sugiriendo que cada lectura es, nal-mente, no tanto una reexin o traduccin del texto original como unretratodellector,unaconfesin,unactodeautorrevelaciny autodescubrimiento.El primero de esos lectores autobiogrcos es el propio Dante. A travs de su viaje espiritual, una vez que se le ha dicho que debe to-mar por otra pista en la vida o perderse para siempre,23 Dante siente una ardiente curiosidad por saber quin es realmente y qu es lo que experimenta en el camino. Desde el primer verso del Inerno hasta elltimodelParaso,laCommediaestmarcadaporlaspreguntas de Dante.Montaigne slo cita a Dante dos veces en sus ensayos. Algunos opinan que no haba ledo la Commedia, sino que la conoca por refe-rencias en los textos de otros autores. Si la hubiera ledo, tal vez no lehabragustadolaestructuradogmticadentrodelacualDante eligi conducir sus exploraciones. Sin embargo, cuando analiza el po-der del habla en los animales, Montaigne transcribe tres versos del canto XXVI del Purgatorio en los que Dante compara a las peniten-tes almas lujuriosas con hormigas que se hocican una con otra en doble hilera bruna,24 y vuelve a parafrasearlo cuando se reere a la educacin de los nios. Debe el maestro, dice Montaigne acostum-brar al discpulo a pasar por el tamiz todas las ideas que le transmita y hacer de modo que su cabeza no d albergue a nada por la simple autoridad y crdito. Los principios de Aristteles, como los de los es-toicos o los epicreos, no deben ser para l doctrina incontrovertible; propngaselesemejantediversidaddejuicios,lescogersipuede, ysino,permanecerenladuda.Slolosneciosestndecididosy 23 Inferno, I, 91, A te convien tenere altro vaggio.24 Michel de Montaigne, An Apology for Raymond Sebond, II, 12, en The Comple-te Essays, p. 512, citando Purgatorio, XXVI, 34-36, Cos per entro loro schiera bruna/ sammusa luna con laltra formica,/ forse a spar lor via e lor fortuna.MANGUELcuriosidad CONACULTA.indd 24 14/04/15 19:0425seguros.25Acontinuacin,Montaignecitalossiguientesversosde Dante: Tanto cual saber, dudar [dubbiar] me agrada,26 palabras que el autor y protagonista de la Commedia dirige a Virgilio en el sexto crculo del Inerno, despus de que el poeta latino le haya explicado a su protegido por qu los pecados de la incontinencia son menos ofen-sivos para Dios que aquellos que son frutos de nuestra voluntad. Para Dante, esas palabras expresan el placer que se siente en el expectante momento que precede a la adquisicin del conocimiento; para Mon-taigne, describen un estado continuo de rica incertidumbre, en el que se es consciente de los diversos y opuestos puntos de vista pero sin aceptarningunosalvoelpropio.Paraambos,lafasedelcuestiona-miento es tan graticante como la del conocimiento. O incluso ms.Esposible,siendoateo,leer aDante(oaMontaigne)sincreer enelDiosqueellosadoraban?Espresuntuosoasumirunacuota de comprensin de su obra sin la fe que los ayud a soportar el su-frimiento, el asombro, la angustia (y la alegra) que corresponden a todos los seres humanos? Es poco sincero estudiar las estrictas es-tructuras teolgicas y las sutilezas de los dogmas religiosos sin estar convencidoporlosfundamentosenlosquesebasan?Comolector, sostengoelderechodecreerenelsentidodeunrelatomsallde los elementos particulares de la narrativa, sin jurar por la existencia de un hada madrina o de un malvado lobo. No es necesario que Ceni-cienta y Caperucita Roja sean personas reales para que yo crea en sus verdades. El dios que caminaba en el jardn al frescor del atardecer yeldiosque,agonizandoenunacruz,leprometielParasoaun ladrn me iluminan como slo la gran literatura puede hacerlo. Sin relatos, toda religin no sera ms que un sermn. Son los relatos los que nos convencen.25MicheldeMontaigne,OnEducatingChildren,I,26,enTheCompleteEssays, p. 170.26 Inferno, XI, 93, Non men che saver, dubbiar maggrata.MANGUELcuriosidad CONACULTA.indd 25 14/04/15 19:0426Elartedeleerseoponedemuchasmanerasalartedeescribir. Leer es una habilidad que enriquece el texto concebido por el autor, profundizndoloyvolvindolomscomplejo,concentrndolopara quereejelaexperienciapersonaldelqueloleeyexpandindolo para que alcance los connes ms lejanos de su universo y ms all. Escribir, en cambio, es el arte de la renuncia. El escritor debe aceptar el hecho de que el texto nal no ser ms que un borroso reejo de la obra concebida en la mente, menos iluminador, menos sutil, menos conmovedor, menos preciso. La imaginacin de un escritor es todo-poderosa,capazdesoarlasmsextraordinariascreacionesento- da su deseada perfeccin. Luego viene el descenso al lenguaje, y en el paso del pensamiento a la expresin es mucho, pero mucho, lo que se pierde. No hay excepciones a esta regla. Escribir un libro es resignar-se al fracaso, por muy honorable que ese fracaso pueda ser.Consciente de mi hubris, se me ocurri que, siguiendo el ejemplo de Dante de tener guas para sus viajes Virgilio, Estacio, Beatriz, san Bernardo, yo podra elegir a Dante como gua para el mo, y permitirquesuspreguntasmeayudenamarcarelrumbodelas mas. Aunque el mismo Dante amonestaba a aquellos que, en frgi-les barquichuelas, intentaban seguir tras su leo, y los conminaba a regresar al puerto de donde haban salido, bajo pena de perderse,27 yo confo en que no se negar a ayudar a otro viajero lleno de un placer por el dubbiar tan acorde con el suyo.27Paradiso,II,1-4,Ovoichesieteinpicciolettabarca,/desiderosidascoltar,seguiti/ dietro al mio legno che cantando varca,/ tornate a riveder li vostri liti.MANGUELcuriosidad CONACULTA.indd 26 14/04/15 19:04