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Curt Paul Janz Friedrich. Nietzsche 2. Los diez años de Basilea 1869 / 1879 Alianza Universidad

Curt Paul Janz - Friedrich Nietzsche (Vol 2)

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Segundo tomo de la biografía de Curt Paul Janz sobre el filósofo Friedrich Nietzsche. Corresponde a los años en Basilea

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  • Curt Paul Janz Friedrich. Nietzsche 2. Los diez aos de Basilea

    1869/ 1879 Alianza Universidad

  • Alianza Universidad

    PLAN DE LA OBRA

    Volumen I Infancia y juventud

    Volumen II Los diez aos de Basiiea

    (1869-1879) Volumen Ill

    Los diez aos como filsofo errante (1879-1888) Volumen IV

    Los aos de hundimiento (1889-1900)

    Curt Paul J anz

    Friedrich Nietzsche 2. Los diez aos de Basilea (1869-1879)

    Versin espaola de Jacobo Muoz e Isidoro Reguera

    1

    ~

    Alianza Editorial

  • E __ .:___. ___ _

    Tirulo original: E Band Friedrfrh Nietzsche. Bthogra(pJ~eAp;:f~w bis 2.Mai 1879) JI. Die zehn Basler Ja re .

    V 1 Mnchen Wien 1978 Carl Hanser er. ag,_ A ' Madrid 1981 Alianza Editonal, S. ., ' Ed. cast::, 8 """ 200 00 45 Calle Milan, 3 , . .,.

    ISBN: 84-206-2343-1 {Tomo Il) ISBN: 84-206-2975-8 (0. C.)

    . al M 34 795-1982 Depsito leg S L Polgono Igarsa Closas-Orcoyen, Impresello en del Jarama (Madrid) Paracu os Printed in Spain

    INDICE

    1. El nuevo entorno. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 2. La Isla de los Bienaventurados (Tribschen).......... . . ... 21 3. El estrecho crculo de colegas de Basilea. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 4. Los tres primeros semestres de Basilea (abril 1869 - agos-

    to 1870).......... . ......... . .......................... 50 5. El nuevo compaero de vida (Overbeck). . . . . . . . . . . . . . . . . . 74 6. Experiencia de la guerra (1870)............. . ... . ......... 79 7. El regreso (octubre 1870- marzo 1871).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93 8. La frustrada conversin a la filosofa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106 9. El ao de El nacimiento de la tragedia (1871) . . . . . . . . . . . . . . . . . 116

    10. El viraje decisivo (1872). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142 11. Los primeros pasos en el nuevo espacio (semestre de invierno

    de 1872/73). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181 12. Intento de sntesis. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 196 13. La primera Consideracin intempestiva . ...................... 210 14. La segunda Consideracin intempestiva. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 224 15. La enfermedad comienza a ejercer su dominio. . . . . . . . . . . . . . 252 16. En casa propia.................... . ... .. .. . ............ 280 17. En el espejo de nuevas amistades. . ...... .............. . .. 291 18. Despedida de Bayreuth.... . ............................. 345 19. El ao de vacacin........ . ............... . ............ 371 20. El ltimo intento con la ctedra. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 416

  • Captulo 1 EL NUEVO ENTORNO

    Con su llegada a Basilea entra Nietzsche en un clima completamente nuevo -sobre todo intelectualmente nuevo- que va a tener las mayores repercusiones sobre su evolucin. Pero comienza tambin el perodo de sedentarismo ms largo de su vida: diez aos enteros. Habran de bastarle, primero, para perfeccionar lo ya conseguido, y para superarlo, despus, hasta encontrar en ese nuevo espacio el camino hacia s mismo. El trabajo y la vida en Basilea le brindaron justamente aquella mezcla de soledad, recogimiento interior y entorno amable que necesitaba en aquella poca. No tiene nada que ver con Basilea el que la temprana aceptacin del pro-fesorado de filologa, como malhadada consecuencia de una doble exis-tencia elegida por l mismo desde el primer semestre de Bonn, hubiera de vengarse despus de diez aos en la fonna de un primer hundimiento fsico total, puesto que la fatalidad estaba ya en el mismo cometido que falsa-mente se impuso. Posiblemente el agotamiento fsico se hubiera consumado ms de prisa de haber estado en otro lugar y en circunstancias ms rigurosas, y el conflicto entre profesin y vocacin hubiera hecho crisis ms rpida y ms tajantemente.

    Antecedentes

    Nietzsche haba crecido en medio de unas condiciones ordenadas siem-pre hacia una cspide jerrquica. El padre haba conseguido su empleo en Rocken por gracia del rey Federico Guillermo, y en agradecimiento el hijo hubo de llevar el nombre del rey. Las mujeres de la familia en Naumburg estaban claramente bajo el matronazgo de Erdmuthe, la abuela de Nietzsche. Despus de un corto espacio de tiempo de relativa libertad

    9

  • lO Friedrich Nietzsche. Los diez aos de Basilea (1869-1879)

    en el propio hogar de la madre, Nietzsche permaneci durante seis aos como alumno de Schulpforta en el rgimen austero del instituto, bajo la direccin de un rector, constantemente obligado al favor y gracia del soberano, que conferan el privilegio de aquella instruccin, buena despus de todo. De nuevo, tras un pequeo intermedio de relativa libertad -el ao de Bonn-, se puso bajo la direccin de un profesor aventajado, Ritschl, cuya personalidad lo colocaba sin duda alguna a la cabeza de la Facultad de Leipzig. Y, por encima de todo ello, se alzaba la autoridad de un organismo poltico, cuya cima, fundada a medas en la tradicin y a medias en la personalidad, estaba en el soberano y, con el tiempo, cada vez ms en el Canciller de hierro Prncipe Bismarck. Incluso la organizacin religiosa, la iglesia evanglica alemana, tiene un primado como pastor soberano.

    Basilea antes de 1875

    Nietzsche no encontr en Baslea rastro alguno de todo esto. All no haba ningn palacio con parque que representara el punto esencial arquitectnico en la imagen de la ciudad - nunca haba gobernado aqu un prncipe ni manifestado su seoro por medio de construcciones. Tampoco exista una vida cortesana que supusiera el centro de atraccin social, ni fastuosas paradas como signo o como pretensin de un despliegue externo de podero. La catedral, cual excelso palacio, y la universidad eran, desde siglos, los centros, los puntos de reunin y los focos, tanto arquitectnicamente hablando como por lo que respecta a la vida social. Nada suceda por el favor del soberano, susceptible de conseguirse o de perderse. Todo estaba en manos de los ciudadanos. La universidad era presidida por un rector, elegido por corto plazo por turno entre los profesores. El nmero de las ctedras y su dotacin era determinado por el Parlamento de la ciudad --elegido por los ciudadanos entre los propios ciudadanos. Por eso, ni la enseanza ni la investigacin cayeron bajo el dictado poltico, pero tampoco se convirtieron en algo aislado de la comu-nidad poltica, ni el acadmico en un personaje extrao para la sociedad. Ms bien surgieron de la universidad fuertes impulsos para la vida de la comunidad y no pocos de los docentes all nacidos se pusieron reite-radas veces a disposicin del bien comn en organismos o cargos polticos y en instituciones privadas. No haba una autoridad estatal impuesta desde arriba>>. Los representantes de la ciudad-cantn de Basilea se enfren-taban en constante y ardorosa competencia con los dems cantones del pas, tambin grandemente interesados en su propio progreso, y bastante a menudo se oponan directamente a las autoridades estatales. Y es que aqu se daba una autntica confrontacin poltiq entre liberalismo y radica-lismo. Tampoco conoce la iglesia nacional suiza una jerarqua eclesistica.

    El nuevo enromo 11

    f -ti~mp~ de ~ietzsche el prroco principal de la catedral slo tena ~ ~itu 0 . e :~stes, Y nada ms. Slo los ms significados telogos e ;J. uru~rs1 a ~s, en todo caso, consegum una significacin relevante

    . ietzs e verua de un clima en el que florecan las grandes naciona~ l~d~d~ A sangre.y fuego consigui Bismarck forjar en 1870/71 el

  • 12 Friedrich Nietzsche. Los diez aos de Basilea (1869-1879)

    interesadas en un imperialismo puramen~e _dinsti:: el valor c?n ~ que aqu se arriesgaba uno a. todo P! ~rinopios pol?~os. Y a hacia u~mpo que la poltica de asilo suiza constttuia un gran fasu~~o para los G:bmetes de Viena, Berln y Pars. Haba significado prote~c10n durante ano,s para Wagner entonces altamente considerado por Nietzsche. La na~1on _fue

    d ' da -no sin razn- como un foco de elementos revolucionarios. consi era el d ' En particular la agitacin en la Lombarda, an baJO o~o austriaco (Nietzsche c~noci personalmente al principal y ms terI_lldo pro~o:?r -Mazzini-), consigui provocar a un gc:neral Radetzki a la dec1S1on de emprender un ataque directo de represalia. El que no se llegara a ell_o lo debe Suiza al recelo ms acentuado cada da y a la sorda desaven~~ia entre las grandes potencias mismas -y a la_ Ill:ano protector~ d~ _la poltica inglesa que estaba interesada en el manterunuento de la ag1taaon centro-europea. . , ,

    Cuando lleg a Basilea, Nietzsche desconocta estas_ c~sas pero g?~ de los frutos de esta terca despreocupacin ~or la supenonda~ de la vi~a Europa. Es verdad que Basilea ofreca una ?Tiagen mucho m~s, tranq~ila ue la desmedida poltica confederada, y s10 embargo, tambien a9w ~l ~ante fundamental de la vida pblica estaba marcado p~r la conoen~a

    orgullosa de que se haba superado felizmente un gran peligro, y se habia acreditado al hacerlo. . . .

    As se encontraron el espritu de la nueva ~atna_ elegid~ y la pr?p1a disposicin de Nietzsche al pe~s~ento revolucionario, aqui pudo N_ietz~ sche abrigar pensamientos-dinaffilta; un entorno tolerante le brmdo proteccin. Pero tambin le s~ al_ encuentro otro componente totalmente distinto del que no tuvo conc1enc1a plena.

    Las preocupaciones de Basilea por su universidad

    Basilea tena su propio problema: los disturbios ~e. los aos tre~ta h b' levantado por todas partes, y tambin en la vieia confe~eraoon, u~1a:la de radicalismo poltico contra el antiguo rgimen de ~putados. Por todas partes se deshizo y se calm, slo en el ~so de Basilea la de-jaron los diputados confederales llegar hasta el naufra~10 d~ barco. El ~antn fue dividido en 1833 en dos medios cantones: Bastlea-ciudad_y Basilea-comarca (con sede del gobierno en Liestal), con lo que a los ciudadanos del primero se les traz la nueva frontera tan . c~r~ de la~ puertas, ~e la ciudad que, tras ellas, casi se ahogaba s~ I?-':101c1p10. '! mas todavia. los bienes del Estado se repartieron, en peqwcio ~e_ la audad, .e;1 una p_ro-porcin de 64 a 36. El maravilloso tesoro catedralicio fue :amb1en re'?amdo y los objetos ms preciosos, dado que el nuevo canton campesmo ~o encontraba ningn uso que darlos, se desperdigaron por to?o el m_un o a precios ruinosos. De todos modos, tambin se desaprovecho en la ciudad

    El nuevo enromo 13

    la o~asin de_ volverlos a comprar a buen precio. El Gobierno de Liestal, hostil a la ciudad, tambin atent contra los bienes de la universidad. Por m:dio de cuantiosas aportaciones personales de algunos ciudadanos se pudieron salvar de la destruccin y de la desaparicin, volvindolas a comprar, las colecciones; pero la venerable y secular universidad, fundada en 1460,_ una de l~ ms antiguas por tanto, estaba de hecho a un paso de la ruma. Por s1 todo eso no bastaba, los Estados radical-liberales de Berna y Zrich fundaron universidades propias y privaron a Basilea de una gran parte de los estudiantes de los cantones vecinos. Durante dece-nios, adems, se elucubr con la idea de una universidad central suiza surgiendo inmediatamente la cuestin de su lugar de ubicacin. De tod~ este proyecto no qued ms que la escuela tcnica superior federal, fun-d:ida en 1855, qu~, ad~s, fue domiciliada en Zrich, con lo que los ciudadanos de Basilca supieron tanto ms claramente qu hubieran podido esperar de una universidad federal 67.

    Mermada territorialmente, estrangulada en su economa, diezmada en sus reservas econmicas, la ciudad, abandonada a s misma, tuvo difi-cultades en mantener siquiera una universidad. La universidad en otro tiempo famosa por los grados de doctor que conceda, apenas pudo llevar a ca~~ cursos propedeuticos, y a veces, incluso, algunas facultades, como

    medicm~ y derecho, permanecieron inactivas porque ni siquiera pudieron ser provistas las escasas ctedras que haba. Pero esta obligada reduccin del cantn ciudadano tuvo tambin ventajas, como se habra de revelar pronto. El antiguo rgim~ de diputados se conserv todava hasta 1875, p~ro estaba~ manos_ de ciudadanos muy cultos, generosos y de amplias muas. Esta elite poltica era a la vez una lite intelectual de acadmicos industriales (seda) y comerciantes, cuyos barcos surcaban todos los mare~ del globo.

    Por la afinidad entre unas pocas familias se acumul, con el correr del tiempo, un amor .la tierra, un orgullo local y una espiritualidad nicas, plas_madas en la urbarudad perfecta de una polis, de una ciudad-estado, como Bas~~- En el sen_ador profesor Wilhelm Vischer-Biliinger tuvo Nietzsche ocasion de experimentar lo que era un tpico exponente de esas familias rectoras, como colega, superior jerrquico y protector. Por ahora quede aqu slo una referencia a la significacin que tuvo para Nietzsche el acendrado ciudadano de Basilea Jacob Burckhardt.

    Este era el lado espiritual del factum Basilea, el ideal de Nietzsche que imaginaba el entusiasta de lo heleno y que, con seguridad, se encontr'. Esta situacin tena tambin sus lados prcticos, sin embargo.

    La estrechez econmica exigi restricciones en el presupuesto del Estado. Con lo que, naturalmente, se plante la cuestin de si haba que mantener la universidad. Siempre es bueno que haya que responder a tales problemas en tiempos de crisis, puesto que es entonces cuando se cuesuona el fondo del asunto. En 1835 todos los oradores se pronunciaron

  • 14 Fricdrich Nietzsche. Los diez aos de Basilca (1869-1879)

    unnime y convencidamente en el Gran Consejo (Parlamento de la ciudad) a.favor del m~tenimiento de la venerable institucin, aunque con servi-cios muy reduados, dadas las circunstancias econmicas de la comunidad. Rpidamente se form con los senadores y profesores Andreas Heusler, Christoph Burckhardt, el rector La-Roche y Peter Merian, la Sociedad Acadmica Voluntaria que, por sus aportaciones, ms cuantiosas cada da, permiti a la universidad crear ctedras que no estaban previstas en la ley, contratar personas que conservaran las colecciones, ampliar stas, conceder aumentos de sueldo y de pensiones (en 1879 tambin a Nietzsche) y realizar conferencias pblicas. Jacob Burckhardt habl a me-nudo en esos ciclos de conferencias de la Sociedad Acadmica Voluntaria>>; en ese marco habran de desarrollarse tambin las conferencias de Nietzsche Sobre el porvenir de nuestros centros de enseanza. Igualmente importante fue el hecho de que, al aumentar el nmero de miembros de esa sociedad, el reconocimiento y la preocupacin por el desarrollo de la universi-dad se expandiera entre toda la poblacin y la propia universidad se enr.aizara fuertemente en la conciencia del pueblo y en el orgullo ciu-dadano.

    Por otra parte, los nuevos estatutos de la universidad de 1866 (al igual que los de 1818 y 1835) exigan de los docentes de la facultad de Filosofa que departieran enseanza en los cursos superiores del bachillerato huma-nstico (entonces llamado todava pedagogio). Con esta doble ocupacin quera la universidad alimentar su relacin con los ciudadanos. Profesores extranjeros que habap enseado en diferentes lugares, afirmaban que en ninguna parte, como en Basilea, haban sido introducidos en la vida de la ciudad, saliendo a ella de la estrechez de la facultad y de la ctedra 56. No todos los estudiantes del pedagogio, ni mucho menos, dirigan sus miras a una carrera universitaria, pero muchos de los futuros industriales y comerciantes finalizaron ese bachillerato con el diploma & madurez. Mientras tanto haban gozado de las enseanzas de profesores de la univer-sidad y, a menudo, les quedaban agradecidos y en relacin con ellos de por vida. Precisamente de tales crculos de personas surgieron muchos testimonios preciosos sobre Jacob Burckhardt y tambin sobre Nietzsche.

    Cuando en 1850, bajo la presin del proyecto de una universidad fe-deral, volvi a plantearse la 'Pregunta sobre la permanencia de la propia universidad de la ciudad, sucedi todo sin grandes complicaciones. El 3 de febrero de 1851 el Gran Consejo se pronunci de nuevo, por 81 votos frente a 27, a favor de una universidad propia del cantn. La universidad debera ser un foco de estmulo intelectual para todos los ciudadanos, se dijo en el Consejo. Con este nuevo respaldo cobraron nuevas fuerzas los amigos ms prximos de la universidad. Pusieron manos a la obra para sacarla del nivel de un centro meramente propedutico y elevarla de nuevo al que tena anteriormente o a otro ms alto todava. Uno de los ms entusiastas promotores de estos intentos fue, en la Secretara,

    15 ~ el Consejo de Educacin en el P - . audad-cantn), el helenista wfilhelm V- ~ueno. Conseo (Gobierno de la Fu~ l quien pidi para su facultad e{s ~r-Bilfi.ng~r, ~rofesor y senador. uruversidad de Basilea. en el s dpnmer senunario que hubo en la eJ Seminario filolgic~-pedag:~~tr;12 ~invierno de 1861 /62 se organiz sidad de 1866 abrieron posibilidade: m~chos nuevos estatutos de la univer-. Una de las preocupaciones ( difi o may~r~ al nuevo desarrollo.

    siendo durante mucho tiem 0 ~ cultad~~) mas Importantes continu consideracin del centro haba m~=~ta~ion de ~uenos profesores. La los acontecimientos pasados h b o llltemacionalmente a causa de que se poda ofrecer a un pn;'fi u o que ~ecomponerla. El radio de accin haba slo 116 estudiantes en ~o~era ~as que modesto ; todava en 1870 ~tan telogos. Incluso a profeso~~s f:n as cuatro fa~ultades; la mayora 1IDpartir clase por falta de alumnos El o;:; les po?ia suceder no poder tuvo que quejarse del escaso inter~ d l oso ~nsta Andreas Heusler la ~iversidad cuenta respecto del profe~o:~e~tudiantes, y la historia de W'.ilhelm Amold, que dado que no sie ere~o germano, profesor asignaturas de derecho germano . .1:1pre re~ alumnado para las cerse til a la universidad la di ' ~tlo por propia voluntad, para ha-

    De este modo la may'or'" dsap1 de de:echo cannico56. ' "' e as veces solo s ovenes profesores que utilizaban Basil , . e consegu1a mteresar a que se trasladaban al oco tie ea _umcamente como trampoln y experiencia en la ens~anza Lmpo, ~espi:es de haber conseguido alguna

    d as uruversidades que p . mo o, que sus futuros docentes hicier 1 , . enrutian, en aerto sobre todo las de Giessen G f ~ as pracucas en Basilea, eran encontram~s en todas las fa~:d mga, ostock y .Kongsberg. Por es~ siglo, algn nombre que lue o ad ~' .~ esos ?eceruos hasta el cambio de cambio constante y rpido !o se ~U~lt~ presagio mundial. A causa de ese humano ms prximo en el clau tr ud o egar, naturalmente, a un contacto (y por eso ms firme) com s o e profesores. Slo un ncleo pequeo n.eci fijo. Tambin e;o se c~~:=:~o~cJ: maor parte por nativos, perma-cial de Nietzsche El no poda , , p~r ectamente con el talante esen-

    . serno11.u

  • 16 Fne c ie . . dri h N" czsche Los diez aos de Basilea (1869-1879)

    Nietzsche se contaba entre los veteranos y al cuerpo de profeso_r~, fidelidad entre los docentes inmigrados. constitua una excepc1on en La temprana contratacin de Nietzsche

    . , d l hoy sobre cul era Se ha hablado mucho -y se sigue hac1_en o tuo d -. d N t sche en su uven

    el tipo de contratacin e ie z b 1-._ muy en general fuerzas .d d f: da en su progreso, uscau-"' . .

    La univers1 a , a ana .d d d recambio las autoridades v1g1-d la anente neces1 a e ' h bili d jvenes. Da a perm l , l de los docentes privados a ta os laban ininterrumpidamente os ~c~ os Basilea una oportunidad para el recientemente, a los qu~ se o re~1a c:rera acadmica. As por ejemplo, ascenso a puestos supe_no~~ en]~ b Wackemagel se haba habilitado el ms tarde famoso lingws~ cho 1876 cuando slo tena 23 aos,

    do con Nietzs e en ' l d como docente priva . . , en su sucesor en a cate ra a la edad de 26 aos, en 1879, se convirtlo ~e filologa clsica. , 1850 como anatomista a Karl

    La facultad de Medicina c?ntrat~ ~ ultad de derecho llam en 1857 Bruck, que t~n~ entonces ~8 :~1;&t~ Gustav Hartmann, de 29 a~s. a Hermana F1tttng, de 27 ano Y . , . dimento sino al contrario. As pues, la juventud no era ~gi:r1 tmalpeas --exc;pto que la mayora

    experienCias m , y con ello no se v1v1eron ch b Como criterios de contrataCion, de los jvenes docentes s~ mar ~d an.b esencialmente por una parte,

    . d tartas cons1 era an ' las autorida es uruvers1 d toridades reconocidas en la materia y' las recomendaciones personale:' e_ au . tficas de los candidatos, que la ala de las publicaCiones cien por otra, v . era juzgada por expertos._ , d Nietzsche vista desde la perspecuva de

    Por ello, la contratac1on e . . o El candidato tena, por lo m~os, Basilea no tena nada de extraolrdinan . daCIo'n personal de la autoridad

    ' bil. ' a recomen 242 la edad para una ha 1~c1on, fu da adems con otros informes ,

    de Ritschl era ms que brillante y e apoya ara su tiempo, aportaciones Y las publicaciones en el Museo renano eran, P uy poco claro de la crtica 1 blema entonces m ' ch considerables al comp eo proL .' e se habra de poner en mar a d D . es aerc10 qu de las fuentes e 10gen , de Nietzsche. Pero en el momento rpidamente y superar l~s hadallazgo_s las publicaciones de Nietzsche.

    . , h bta na meor que d , de la contrataCion no ~- . , 'l como a tantos otros antes y espues Por eso Basilea le ofrec10 tamb1en a e , tr racin El que despus no de l, la oportunidad _de un~ tempranac~~n as alem~es, no puede expli-siguiera el impulso rrugratorio ~e susBasile~ un clima intelectual que, a carse ms que p~rque encon~ro -~~to le complaca, en cierto modo, pesar de sus queas de relaami , trasladarse a la ctedra de filo~ profesionalmente. Es verdad due pr~cu~ universidad de Basilea. No busco sofa, pero el cambio lo intentt~~t~o dee obtener una ctedra filosfica y no en ninguna otra parte la pos1 a

    El nuevo entorno

    17

    acept una oferta de Greifswald a comienzos de 1872. Seguramente tam-bin prefera Nietzsche la idiosincrasia de los estudiantes de Basilea a las Burschenschaftem> alemanas*. Y, en ese mismo sentido, e~ta repblica ciudadana posea otras caractersticas acogedoras.

    Basilea, entonces con 30.000 habitantes, era una pequea ciudad de caractersticas medievales, con muro y foso (como Naumburgo!), vigilada por gallardos torreones de acceso que, a veces, todava eran cuidado-samente cerrados de noche. Slo en 1868, el ao anterior a la llegada de Nietzsche, desaparecieron los ltimos bastiones medievales110. To-dava reinaba en ella ese ambiente burgus de pequeeces odiosas, y la prensa, entonces floreciente, fomentaba los chismes y se recreaba en las insolencias. Seguramente Nietzsche sac de ello gran parte de su aversin por una cierta democratizacin>>; recibi suficiente leccin intuitiva sobre la inferioridad intelectual de su lado contrario. Pero de dnde vena P. Por ms que l, ms tarde, se manifestara hostilmente en relacin al espritu provinciano de Naumburg o sobre la confiadamente en el retiro campestre de Tribschen, junto a Lucerna, all donde Richard Wagner jugaba al gran mundo. Pero este respirar el gran mundo tambin era caracterstico de Ja Basilea de entonces.

    Paso a una .modernidad en conflicto con el conservadurismo

    En 1844, al enlazar con el ferrocarril francs, que desde Estrasburgo pasaba por Elsass, se consigui, al menos, el primer enlace ferroviario

    * E. Bonjour describe las diferencias en su historia de la universidad 56: Nunca corres-pondi al estudiante de Basilea el lugar privilegiado entre la poblacin, del que gozaba en la romntica Alemania. No se ufanaba desmesuradamente de su posicin acadmica ... sino que, ms bien, intentaba asimilarse, como un miembro laborioso ms, a la sociedad ciudadana ... La mayora de los estudiantes eran miembros de la mediana y pequea burguesa: hijos de ministros de la iglesia, de funcionarios, de enseantes, de trabajadores. En modo alguno era la formacin universitaria en Basilea un privilegio de los estracos social y econmicamente pudientes ... Es verdad que el "Musensohn" de Basilea com dd "Bursch" alemn el gusto por los ejercicios atlticos y por d excursionismo en boga, pero con mayor mesura. Su extra-vagancia poltico-nacional, sin embargo, encontr poco eco en Basilea ... Tampoco surgi un profesorado poltico ... Por ello la universidad de Basilea tampoco se convirti, en modo alguno, en un foco de renovacin nacional... El duelo .estaba prohibido por el cdigo penal de Basilea. La mayora de las asociaciones del lugar reprobaban por principio el duelo, y con-siguieron erradicarlo. Por eso las escasas asociaciones estudiantiles solan enfrentar se princi-palmente con sus vecinos de Friburgo, bien en Friburgo de Brisgovia, o ... en la zona rural de Basilea, donde exista poco peligro de ser descubiertos. Pocas veces lleg un caso a la ma-gistratura, y en los aos setenta, ninguno en absolut0.

  • . . ch Los diez aos de Basilea (1869-1879) El nuevo entorno 19 Friednch N1eczs e.

    18 ' la muralla tan ll alm t e el d d t ' . . hacer una perforacion en re enos que ya no eran re en e iosos, y po er e pro ecaon,

    de Suiza. Pero hubo que pe~ur < uerta del ferrocarril. Hasta en- dado el nivel adquirido en la tcnica armamentstica, no poda seguir de la ciudad e incluso constru.tr ~:O i'odas las noches las 7 pue

    1rtas ~e mantenindose ni siquiera como ilusin. Pero el viejo artesanado ciudadano

    los aos cincuenta se cerra ferrocarril. Durante a n? e y el pequeo comercio tenan que, con la apertura de la ciudad, entrara try:t~~fa en la ciudad y la nfi?eva P~;.1:r:~sin molestia alguna de ruidos, una gran masa incontrolada de mercanca barata, sin pagar derechos de , t da clase de tr co ca ' 170 aduana, que arruinara la industria autctona. La nueva concepcin liberal ~e~~~a~:io poda dormir el sueo ~e :~~~~~litlca efectiva con r~- logr finalmente superar esos reparos. La razn de ms peso para la larga Hasta ese momento Suiza no te~a del Estado federal, en 1848, to 0 indecisin era la preocupante exigencia monetaria del cantn Basilea-

    .ecto al ferrocarril. Hasta la fundacion arril se estrell contra las prer:o- comarca : Si por el desmantelamiento de los fortines y trincheras surgieran P cto de construccin de un ferroc bilidad de los cantones. Solo bienes estatales, es decir, suelo explotable, de acuerdo con el contrato proye y las querellas sobre la respons~ los lagos. El joven Estado de reparticiones de 1833, habra que entregar de nuevo a Liestal los dos ~:~!as algo de navegacin a v&or ~~:ros ~~cientes y ruvo_que dejarl~ tercios del beneficio. Y en efecto, el gobierno de Liestal, el 16 de noviembre federal no contaba con_l~s _m7 os . d --o en manos extranieras, comda de 1859 -26 aos despus de la querella entablada y de la reparticin

    os de la l.!llciauva priva h ue levant por to s del cantn- , hizo valer oficialmente sus derechos, alargando otra vez todo en man il de Gotthard--, hec 0 q dical de todos h la ' d l d d da D ' en el caso del ferro~r:, E momento de cambio ra su mano asta econoffila e a ciu a , ya sanea por entonces. espues

    firme oposic10n. ra un al de un largo y du ro proceso, en el que participaron tambin relevantemente partes .un~ ios econmicos, sociales ~ int7l~~tu ~~ti un nuevo enlace docentes de la universidad, la ciudad fue liberada de tal exigencia el da 29 los t~~~sejo de Basilea, t~l;r~a f:~~~s:~~/e Baden fue prol~n~S~~ de octubre de 1862 ; a pesar de ello, el 31 de mayo de 1863 pag la entonces ferroviario a lo largdo dlael urbana de Basilea. El 19 de, fedbrero e

    1852 notable suma de 120.000 francos como definitiva liquidacin de cualquier

    hasta dentro rrusmo : zona estacin badense, despue~ . e que en . _ posible oscuro derecho. Con ello la ciudad quedaba libre, por fin, para se pudo inau~urar fesuvarnt deo~te!ernacionales el status jundico dile ~~:a desarrollarse. Rpidamente cayeron las murallas, las silleras de los fortines se hubiera fiiado en tra a una estacin de f~rrocarr. fueron voladas, y slo se conservaron, como recuerdo monumental, tres talaciones. Ya se contaba, pues? c~nsegun' el aerecho 111ternacional esto puertas. Uno de los ltimos bastiones en caer, fue el baluarte de las ranas

    badense sobre suelo suizo 1 do de modo tan modemo (Froschenbollwerk) que cay en 1868 al L yss cerca de la Spalentor, Y otra, algo totalmente nuevo, Y fu~ ~eg~ente la ciudad era cerrada y en el mismo ao se le concedi a la universidad, muy cerca de ella, en supo~~~ava hoy funciona. Pero provis~n de una reja medieval. As~ pues, la Petersplatz, el baluarte alto (

  • Friedrich Nicrzsche. Los diez aos de Basilca (1869-1879) 20

    2 des us en Schtzengraben 45 versidad, primero en Spalentorweg ' yana d~ casas de un piso, adornadas (47 en la numeracin actual), en~ manz de acuerdo con, el gus~ ~e : di~

  • 22 Friedrich Nietzsche. Los diez aos de Basilea (1869-1879)

    Munich hasta el desenlace de las complicaciones creadas por ella y por Wagner.

    Sin Cosima, su Tribschen le resultaba desierto y abandonado, razn por la cual hizo este viaje: para dominar su tenso nerviosismo. Todava en aquel momento era una pregunta abierta si Tribschen llegara a ser un futuro consumado o slo un bello sueo. En tales circunstancias qu significado pudo dar a la invitacin? Dnde deba visitarlo Friedrich Nietzsche, estudiante, joven y sin fortuna, de filologa clsica en Leipzig, que acababa de cumplir 24 aos?

    En noviembre de 1868 nadie poda sospechar siquie que slo pocos meses ms tarde el joven universitario, que todava no se haba doctorado, ni mucho menos habilitado, habra de ser requerido como profesor de filologa clsica, y precisamente en Basilea, muy cerca, por tanto, de Tribschen. Wagner no poda esperar sino una nica visita ocasional en el curso de un viaje de estudios o de vacaciones, visita que durara unos das y durante la cual Nietzsche seguramente se alojara en la posada de Tribschen. Hasta ah s poda ser sincera su amistosa invitacin a aquel adolescente, ms de 31 aos ms joven que l, sorprendentemente inte-ligente y apasionado admirador de la msica. Wagner siempre busc - y necesit- contactos, y los busc tambin con gusto en las generaciones ms jvenes.

    Sin embargo, para Nietzsche esa invitacin significaba mucho ms. Se sinti afectado en su fibra ms ntima, llamado por el destino, l, que tanto crea y sigui creyendo en l! Seguramente, cuando dos meses ms tarde comenzaron las primeras conversaciones con su maestro Ritschl sobre su posible contratacin por Basilea, esa invitacin y la situacin de la cercana Tribschen, tuvieron un gran peso en sus deliberaciones y, sobre todo, en sus sentimientos. Los planes, trazados con gran cario, sobre un viaje de estudios a Pars junto con su amigo Rohde, la exigencia de ampliar sus conocimientos con estudios de ciencia natural para, desde ah, acceder mejor a su objetivo vital, la filosofa: todas estas cosas las arrincon. A pesar de la clara conciencia de que era demasiado temprano para l, acept el yugo del profesorado de filologa, para conseguir el contacto y la amistad del primer hombre superior con el que se haba topado . Ni siquiera el compromiso adquirido con el amigo ms cercano entonces a su corazn, Erwin Rohde, sirvi de contrapeso. Y eso que Nietzsche no poda suponer todava el alcance que habran de tomar las vivencias de Tribschen a causa del encanto que dimanaba de la mujer ms importante, de la mujer ms venerada, que habra de encontrar, Cosima, que slo tena 7 aos ms que l y, por tanto, por edad, estaba ms cer-cana a l que a su amigo Wagner.

    El 19 de abril de 1869 lleg Nietzsche a Basilea. De principio, natu-ralmente, estuvo plenamente ocupado en hacerse de algn modo a unas circunstancias totalmente nuevas. Adems, en los primeros das de mayo

    La isla de los bienaventurados 23

    comenz el semestre en la univ . deramente no haba contado ersidadchy la~ clases en el pedagogio. V erda-

    fi b con mu o tiempo d , d en e rero, para preparar una dedicacin ex , . espues e su propuesta nales como docente y seis horas d 1 . elusiva de ocho horas sema-del bachillerato. y a pesar de e11 e e ase co~o maestro del ltimo curso y de trabajo sigui el llam d do, en me~o de esos apuros de tiempo fi I d ' 0 e aquella mvit , ormu a a, puso a prueba al destin acion tan imprecisamente

    a ~entecosts, de 1869 emprendi _o, ~ f el 15 de mayo, el sbado anterior Tnbschen para intentar una . . o v:iahe a Lucerna y de all peregrin a

    visita, sm aberse anunciado.

    La primera visita en Tribschen

    . No parece, incluso, que Nietzsche . . c1do del compromiso que da mismo estuviera del todo conven-seis meses, en la lejana Lei/z~g supon: una invitacin formulada haca No se puso en marcha hacia T .bY enh me o de una conversacin nocturna H b, n se en su meta con p fi .

    a la concertado con unos conocid, '. . asos rmes y seguros. llamado Urnersee, el brazo sur delo~ una visita al llano de Tell en el prolonga el alto valle del Re El fi ago de. los Cuatros Cantones que que ha L uss. errocarril no ll b

    , Sta ucerna, donde era necesario e . eva a entonces ms a9~1, ya en el campo de atraccin del im~b~ar ~ .~ar~o de vapor. y slo ruuvamente, aunque con paso inde . e . n se en, se decidi defi-de caaverales de la todava no I~so,d a c~ar a travs de los prados hora, hasta una accidentada pro~~ uva . ~i era del lago, durante media andadura de graves consecuencias! eranc1a el terreno: Tribschen. ;Una

    Era todava por la maana W , . tarde. Desde el l de marzo . agner sola trabaar hasta las dos de la tercer acto de Si"'rido que ascae bo~pab1al4dedla .coi:r:iposicin del esbozo del .. d . "61' ' aria e e uru A di

    Il1.ltl o Interrumpirlo durante e] tiem d . na e le estaba per-baronesa, Cosima (que mient po e trabao, tampoco a la Seora Tribschen, despus de haber sol~~s tanto ha~a. vuelto definitivamente a Precisamente era ella quien .d obnado con exito sus asuntos en Munich)

    b l cwaacomounc b d . tur ara a paz que el maestro necesitab .ancer ~ro e que no se un relato segn el cual Nietzsche d~ p~ra ~ra?aar. Se cita muy a menudo Stoc~er) su tarjeta y, tras un corto tiem ~irv1ente (tu:o .que ser Jakob COII1.1da o si no el lunes prximo de P, e espera, es mv1tado a la tarda Wagner se hubo informado d . spues de Pentecosts, despus de que puerta era el mismo que el Se Ns1 .ese tal Prof. Nietzsche que estaba a la h b, r. 1etzsche que tod a la conocido un da hac' d ll . , avia como estudiante Leipzig. ' la e e o seis meses, en casa de su cuado e~

    Por ms adecuado que parezca . . del propio Nietzsche lo que su , aunke ello prov1ruera de un relato fue el que formul la ovitacin ce o rea ente dentro de la casa y quin

    ' son cosas que ya nunca podran' d ser eter-

  • . ch Lo diez aos de Basilea (1869-1879) Friedrich N1etzs e. s

    24 N' . d doso ue fuera Wagner mismo'. 1

    minadas con s:gundad. P~rece uevido ~eguramente, a int:rrump1t el Stocker ni Cosuna se hubieran atrla 'o la visita no anunciada de una

    r una baga te com h t trabajo del maestr? po bos Pero Tribschen era una casa ospi a-persona desconocida para aro ll . n ran boato, particularment: cuando laria y Cosima llevaba todo en e co g os jvenes admiradores. se trataba de dar acceso hasta ~~ maestro a nuev qJen tom una decisin

    . , fu 11 tambien en este caso, . rt cia Por eso, quiza e e ! un Jactum histrico de gran unpo an d d que habra de convei:i~se en menciona esta visita. Tambin es ver .

    El diario258 de Cosima no Q . , en el momento preciso , la tos a los recados.

  • 26 Fciedrich Nietzsche. Los diez aos de Basilea (1869-1879)

    Cuando en 1870 el Concilio Vaticano I declar dogma la infalibilidad del papa en materia de doctrina, se apoder del mundo catlico una agita-cin peligrosa. Pero tambin esta crisis fue superada en Lucerna con calma y decoro. Bajo la direccin del acreditado profesor de teologa lucems Dr. Eduard Herzog se emancip la comunidad de catlicos viejos (o cris-tiano-catlicos), a la que las autoridades ciudadanas cedieron la iglesia del Auxilio de Mara (Mariahilfkirche) para sus prcticas religiosas. El grue-so de la poblacin permaneci, sin dudarlo, fiel a la religin romano-catlica. Y precisamente el ejemplo de Lucerna en ese tiempo de crisis del conflicto entre la Iglesia y el Estado (Kulturkampf) en Alemania y en otras partes, muestra claramente cmo la conviccin firme en las propias creencias puede permitirse el lujo de la libertad y de la tolerancia.

    Slo a causa de la efectiva tolerancia de esta comunidad (una tolerancia que no conoca todava Basilea en ese tiempo) era posible la existencia que Wagner llev en Tribschen con Cosima hasta la legalizacin de sus relaciones el 25 de agosto de 1870. Tambin esto fue para Nietzsche una experiencia nueva de una comunidad poltica que, en cualquier caso, con-trastaba con Naumburgo. Pero la magnanimidad de la pequea ciudad (contaba entonces con 14.000 habitantes aproximadamente) tena tambin otro origen.

    Protegida como estaba por el espritu militar de las regiones que la rodeaban, la ciudad pudo, mucho antes que Basilea por ejemplo, empren-der la desmantelacin de las fortificaciones, librarse del Medioevo y con-vertirse en una ciudad abierta.

    Las primeras demoliciones comenzaron ya el 1833 y no tuvieron, por tanto, que ser activadas tan tempestuosamente ; as, por ejemplo, la ltima reliquia, la Bruchtor, fue derribada slo en 1867. Por suerte se con-servaron las Museggtrme, que poseen un carcter arquitectnico pe-culiar. As, tampoco hubo problemas a la hora de dar acceso al ferrocarril, que, adems, se construy muy tarde. La primera comunicacin por ferro-carril desde Aarau a travs de Olten llegaba, de principio, slo hasta Emmenbrcke (acabada el 9 de junio de 1856). Hasta la apertura de la conexin con Lucerna el 1 de julio de 1859, los omnibus de lOs hoteles (tirados por caballos) tenan que recoger a los huspedes en Emmen-brcke: un trfico animado era aquello! Puesto que exista en Olten una conexin con Basilea por medio del

  • 28 Friedrich Nietzsche. Los diez aos de Basilea (1869-1879)

    larmente grandiosa y a la vez indeciblemente armnica. Quiz tambin Nietzsche adquiriera aqu su aversin, a menudo expresada, a los ingleses ...

    Pero esos ingleses estaban sentimentalmente ms unidos a Lucerna de lo que Tolstoi supona. Puesto que cuando en 1869, bajo el impulso desaforado de renovacin, se quiso hacer desaparecer el Kapellbrcke, fueron protestas inglesas las que salvaron el monumento. En 1870, ya con el nuevo Seebrcke adems, la vista y el recorrido que el muelle del lago ofreca a Nietzsche, eran los mismos aproximadamente que se nos ofrecen ahora a nosotros; slo faltaba la nueva estacin, que fue construida en 1895/96.

    Lucerna estaba abierta tambin a la vida social y musical. En 1837 /39 se haba construido un teatro donde celebraban conciertos las asociaciones musicales. El 1 de febrero de 1869 se unieron los dos coros masculinos ms importantes para formar el Orfen lucerns bajo la direccin del director Gustav Arnold de Altdorf. Ya desde 1867 este Arnold era el profesor de piano de Daniela, la mayor de las hermanas Blow, en Tribs-chen.

    Tambin en Lucerna, por tanto, se poda hablar desde 1870 de un paso a la modernidad, pero sus bases eran otras totalmente diferentes a las de Basilea. Nietzsche volvi a conocer aqu, en aquella poca revo-lucionaria, un nuevo camino peculiar de evolucin de una comunidad. Lucerna era, en su fuero ntimo, tranquila, equilibrada. No estaba impli-cada, por una universidad floreciente, en las disputas de la vida intelectual europea, era ms bien la anfitriona de la sociedad ociosa del gran mundo de entonces; y fue aqu donde por primera vez el joven Nietzsche entr en un cierto contacto con ese gran mundo. Entregarse, nunca se en-treg a l.

    Richard Wagner en Tribschen

    En esta atmsfera, mezcla de publicidad y de recogimiento, se haba retirado temporalmente Richard Wagner para coger aliento antes de su escarpada ascensin a la cima de su vida, que supondra su obra de Bayreuth. Tambin Nietzsche volvi siempre a buscar esta atmsfera, para coger aliento, incluso en los aos posteriores a sus vivencias de Tribschen. Tribschen!

    Muros de hasta ocho metros de anchura nos remiten a los cimientos de una construccin medieval, y un viejo grabado (hoy en las habitaciones de la casa transformadas en museo) nos sorprende con el aspecto hosco que ofreca el edificio hasta el siglo XVIII. A comienzos del siglo XIX la casa fue reformada hasta adquirir la forma actual; aunque verdad es que, en 1933, al pasar el inmueble a la ciudad de Lucerna, el arquitecto jefe de la ciudad hizo desaparecer el balcn que daba al lago y las edificaciones

    La isla de los bienaventurados 29

    occide,ntales de la cocina y los establos tal , . con lo que se consigu10, un dir, como hab1an servido a Wagner

    acceso ecto al dn ' que baja al lago. ar situado en la pendiente Cada uno de los tres pisos est di "did . .

    . ~o muy grandes por cierto; pero esta ;,1 o ~n .c~co o seis habitaciones, sm embat:go, acoger a un ran nmeruerte v1s1on del.espacio permita, de trabajo. Tambin perten~ca l o d~- personas e 1llstalar gabinetes madamente a 200 metros en di a . ~ paloses1on un casero, situado aproxi-

    . d recoon campo . all , 1 cna os de Wagner. El coro leo ' v1v1an os numerosos Ca.nas de Wagner y de Cos~a ~ l::? e~a como u:a pecuea corte. animadamente quin viva all d l as disp;ares desttnatanos, cuentan

    hi. y to o o que alli suceda. w e . con sus ias Daniela Blandin I , agner, osuna junio de 1869 se a~di ade:: sold~, ~~s t~rde, tambin Eva; el 6 de niera, el ama de llaves Verena~~~o tgfodo. Una educadora, una de 1867 con Jakob Stock ~' ~sada desde el 28 de enero palacio (el matrimonio tue:; ;;e s~ con~t.rtlo en el administrador de el criado Peter Steffen una . pruner JO el 4 de octubre de 1868)

    . ' COC10era y una doncella D ' como Invitado el joven msico Hans Richter . urante meses estuvo

    Wagner profesaba un gran amor a los .. de cuadrpedos y de aves. Haba un r arumales. Por ello se rode el pequeo faldero Koss el b gdanFp~rro negro de Terranova Russ

    ' , ueno e nt . . ' , ~ cadballo re~alado por el rey de Baviera. e:~;: ~1~? ca~dallod, y Grane, ston e Muruch una pareja de W a ta tra1 o e su man-gallinas y corderos y flllalm tpavos, b" _otan y Fricka. Haba adems

    W ' ' en e, tam ten un g t T d para agner

  • 30 Friedrich Nietzsche. Los diez aos de Basilca ( 1869-1879)

    Hay que conocer el sitio para poder comprender todo su encanto. Al fondo, el espacio est coronado y protegido, a la vez, por la silueta del macizo de Pilatus, en cuyas estribaciones queda la posesin, como si estuviera en el dedo meique del pie de un gigante. Hacia adelante y a ambos lados, la vista se abre, por encima de la superficie del agua, hasta las suaves colinas cercanas, y, ms all de ellas, hasta las imponentes for-maciones montaosas de la lejana. Reina aqu la paz, pero no la soledad. Precisamente la tranquila superficie del lago ofrece una imagen de actividad comercial. Cosima escriba sobre ello ya en el otoo de 1866:

  • Captulo 3 EL ESTRECHO CIRCULO DE COLEGAS DE BASILEA

    El da despus de su llegada a Basilea, Niet~s?ie escriba a su madre y a su hermana: Ya estoy en la vivienda provisional, que no os puedo describir ms exactamente de lo que lo ha hecho Vischer .. Es bastante fea~ pero tiene la ventaja de que slo est a veinte pa~~s, casi enfrente, de ~ vivienda definitiva. En sta, sin embargo, me senttre seguramente a gusto, al menos las habitaciones que tiene mi colega Schonberg, entre las que estn destlnadas a m, dan una impresin muy agradable.

    Esta vivienda provisional estaba en Spalentorweg 2. La ca_sa donde est ubicada hace justamente esquina con Schtzengraben. Aqm hubo de aguantar Nietzsche hasta finales de junio, hasta ~ue pudo trasladarse a la vivienda definitiva de Schtzengraben 45 (hoy numero 47). De todo e~? de la vivienda provisional y de la definitiva, se haba encargado tamb1en Wilhelm Vischer. . ,

    La carta sigue diciendo : Como en Recher, en la estac1on central, con mis colegas Schonberg y Hartmann. Estoy sorprendido de la calidad de los alimentos, que no se parecen en nada a los de_ un res_ta_:irante ... Echo mucho de menos, aqu a mi lado, a una persona arruga. Qu1za por9ue hasta ahora estaba acostumbrado a otras cosas. Est~s son, pues, _las 101-presiones del primer da. A todos los de~s_ cambio~ y adaptac_1or_ies a un entorno totalmente extrao hay que anadir, ademas, un sentlm1ento de vaco y abandono por el hecho de tener q':1e vivir ahora l~j~s de un hogar entraable y sin el calor de un trato amistoso, en una v1vier_ida de soltero poco acogedora, y ten~r 9ue contentarse con el . trato distante entre colegas, sin encontrar siq_wera en la facultad _un pr101er contacto, dado que Schonberg era econoIIUsta y Hartmann un~~- . _

    Gustav von Schonberg era uno de los muchos ovenes acadeIIUcos alemanes que pasaban entonces por Basilea para volver de nuevo a Ale-

    32

    El estrecho crculo de colegas de Basilea 33

    mania65. Nacido en 1839, vena de Prusia-Silesia, donde 'haba sido lector en ~ academia agronmica. Permaneci un ao en Basilea (1869/70) pa_ra tr despu~s a Fribu~go _de B~isgovia, desde donde, a causa de la proxi~ midad geogrfica, continuo culuvando sus buenas relaciones con Basilea.

    Gustav ~ fue llamado a Basilea como profesor ordinario de de~echo romano_pnvado, en 1864, a la edad de 29 aos, siendo entonces pnvad~ en Gounga. Trabaj significadamente en derecho hereditario. Despues de ocho aos de actividad, tambin l se march a Friburgo en_ 1872. Estos eran, pues, los compaeros de mesa de Nietzsche en lo~ pnmeros tiempos. . .El seminario filolgico-pedaggico fue organizado en el semestre de invierno de 1861/62 a propuesta de los profesores Wilhelm Vischer-Biliinger, Otto Ribbeck y Fran~ ~orotheus Gerlach (sus firmas figuran ~ este or~en en el acta. de soliatud) 272 Quiz la sugerencia parti de Ribbeck, e mcluso ;s posible que fuer~ la ~ondicin para aceptar su cargo, puesto que ya hab!a mstalado '1: semmano as en su anterior empleo en Berna, ~ 1859. y1scher fue quien _s~ ocup~ de conseguir que las autori-dades dieran el visto bueno a la soliatud. Ribbeck era alumno de Ritschl nacido en 1827, de 34 aos cuando acept la ctedra de Basilea en 1861, dond~-per~eci slo tres semestres, trasladndose despus a Kiel. Fu~ tambien biografo de Ritschl.

    Su_ suces~r en ~asilea fue otr~, alumno de Ritschl, Adolf Kiessling, que solo terna 25 anos. Pennanecio en Basilea hasta 1869 desde donde fue requerido por Hamburgo, c~n _lo que dej. el camino libre para Nietz-sche, qi:e en~onces era un poco mas oven todav1a. Pero no dej abandonada a la uruvers1dad~ puesto que se dirigi a su antiguo maestro Ritschl en busc:a ~e un pc:is1blt> sucesor. Este paso seguramente no lo dio sin el con-sentlm1ento ~ mcluso sin el encargo de su colega y superior jerrquico, el ser_iador V1scher. As fue como entr en juego de nuevo un alumno de Ritschl.

    Pue~to.~ue Ribb~ck era sucesor ~recto de yis~her en el cargo, Nietzsche se conviruo, a traves del puente Ribbeck-Kiessling, en sucesor indirecto ~e aquel hombre a quien deba su llamada a Basilea y que habra de ser siempre para l un tutor fiel y complaciente.

    El profesor Wilhelm Vischer-Bilfinger

    Wilhelm_vischer naci en Basilea el_30 de mayo de 1808, como vstago de una famila de senador~ y comerciantes. Era, por tanto, cinco aos mayor que el padre de Nietzsche, y a la llegada de Nietzsche a Basilea era ya un hombre de 61 aos 253m. Le haba cabido la suerte de una esme-rada educacin y formacin. En 1816, a la edad de ocho aos entr en el aristocrtico instituto educacion.tl del pedagogo reformista 'de Berna,

  • 34 Friedrich Nietzsche. Los diez aos de Basilea (1869-1879)

    Emanuel von Fellenberg, situado en Hofwyl, cerca de Berna, frecuentado tambin por hijos de prncipes y donde a l se le permiti permanecer nueve aos. En Hofwyl se cuidaba mucho del fortalecimiento fsico, la formacin lingstica comenzaba con griego, al que segua un ao ms tarde el latn, y slo en los ltimos cursos se aadan lenguas modernas e historia, hasta la modernidad. Ya en mayo de 1825, Vischer pudo matri-cularse en Basilea en historia y filologa, donde sus principales maestros fueron los profesores Fr. Kortm y Franz Doroteus Gerlach, de quien se habra de convertir en colega en pocos aos. En otoo de 1828 se traslad a Bonn a estudiar con Niebuhr y Welcker (arqueologa), y en la primavera de 1830 fue a Jena, donde el 19 de abril de 1831, con apenas 22 aos, se doctor con una tesis de latn. Buscando una comprensin ms universal de la Antigedad fue todava un ao a Berln a estudiar como alumno de August Boeckh; con ello cerraba sus estudios con las primeras autoridades de su tiempo.

    En 1832 Vischer regres a Basilea, donde en octubre se despos con Emma Bilfinger. A comienzos del ao 1833 fueron confiadas a este joven que slo contaba con 25 aos una vicara en el pedagogio para la enseanza del griego, y unas lecciones en la universidad sobre la tragedia de Esquilo Prometeo encadenado. En junio de 1835 fue nombrado profesor extraordi-nario, y en mayo de 1836, profesor ordinario, de lengua y literatura griegas.

    Vischer, por tanto, poda ver en el joven Nietzsche, tan encarecidamente recomendado por Ritschl, una repeticin de su propia historia: en un caso, nueve aos en Hofwyl; en el otro, seis aos en Pforta. Ambos estudiaron en Bonn: l tres semestres, Nietzsche dos. Los dos terminaron su estudio fundamental en universidades vecinas, l en Jena, Nietzsche en Leipzig, y ambos con el peso sobre el griego; ambos llegan a igual edad al recono-cimiento acadmico. Todo esto tuvo que tener una gran resonancia en Vischer, resonancia que le dara el tono para su solicitud paternal por d joven candidato.

    La filologa griega no tena un nivel especialmente alto en Basilea en los decenios anteriores a la entrada en el cargo de Vischer. Slo por medio de l y gracias a su extraordinaria formacin y al ejemplo siempre presente de sus maestros, fue elevada al nivel de una materia seria y que haba que tomar en serio. El es quien consigui un puesto entre nosotros para la ciencia de la Antigedad en el sentido de August Friedrich Wolf y de August Boeckh ... De August Boeckh, el creador del monumental Corpm Inscriptionum Graecarum, Vischer recibi estmulo para la epigrfica, que haba de ser durante toda su vida uno de sus campos favoritos. Pero sobre todo enseaba la entonces nueva concepcin de Boeckh de la ciencia, a la que se haba adherido: que la ciencia era el conocimiento histrico de la actividad toda, de toda la vida y la obra de un pueblo en un deter minado corte del tiempo; que el concepto de la filologa coincida en el

    El estrecho crculo de colegas de Basilea 35

    sentido ms amplio con el de la historia En el , . de Friedrich Gottlieb Welckers se habi:m aun ~plrttu altam~te ~rtstico antes que l, la poesa la reli in la . , a o, como en rungun otro para formar una im ' ~ . y d mito~~gia, y .el arte figurativo griegos,

    P Wilhelm ~gen urutaria el espwtu grieg0 212. ara V1scher era un d fj ~e::i~ a;~~~ti;';~:amen:e ~s~~~d:,r:::~e :i~:J~~l~s~d~~ :~~::~: la universidad com su dcate p~a hacerse responsable tambin de cionales de la ~iudad o~:.~ or y ~resid~te de todos los asuntos educa-bilidades de su salv;guardia v~~as1 comp etamentC: ex_i sus manos las posi-helenis~as formados en la rig~ros: :~u~~ P;:~~;~siempre de coi:iseguir :nar;,~fe1~ ~=~~~ P:~~~n~~~ l~ ~~acteristicas. 'Je es:tr;r~~~! %::a~ impulsos artsticos de Nietzsche , uso una cierta afinidad, con los visin global hi , . . l . y co~ ~us esfuerzos por conseguir una

    stonco-mito gica-arustica de la . .. d d . pesar de las conclusiones de Nietzsche antigue a gnega, a sultarle extraas. Pero los temas de la qu.e segur~mente haban de re-de Nietzsche tuvieron que gustarle kl ec?ones y e las .cl~ses prcticas enseanza d N. h , . smcero reconoClIDlento que la

    e ietzsc e encontro en las autoridades n este punto de vista, extrao en absoluto El q b ~ es, pues, ?esde a pesar de sus primeros paralelismos hubier: : ~s erroteros vitales, ~nte, se fundal en las ?if ere~cias d~ procedencia y J;r1~~~:i~~mple-. p~as vue to a Basilea Vischer vivi en la ma or . . .

    disturbios que llevaron en 1833 a la di .. , del Y, proXlmldad los de condu vision canton: su padre haba aldeanos ~re~~ corond las tropas ciudadanas contra los insurgentes cutieron .directame~~ela;~:r~a:fu~ ~~~~~et~cin del can.tn, reper-el trato desdeoso que la Dieta hab, J d elm, de~epcionado por convirti en la procura o a su crndad natal se dis osicin ci;; conse~ador y federalista consecuente. Pronto se pu;o a el Gp e , .mo polmco, de la comunidad ve'ada entrando en 1834 ran onseo En 1847 d e di, ' en d la . . se eren o contra el llamamiento confederado e tropa corporativa de Basilea para 1 d . , d . ,

    separatista, y en 1848, con el anatomista Sch ~. bes.truccion, e la federac1on de libertad de cr d . . on elO, pugno por una garanta en ambos casos ee~~ ~ e(~o~abenc1a en la nu~va .constitucin federal; en 1874 la f sm exito .ert~d de conciencia fue admitida slo luch~ Tii51 re orma ~el~ constitu~1n). Vi~toriosamente, sin embargo, contra la univ~fs?Ja~~o~ de ~escntf:o convincente, apare~ido annimo, tonal ro . . e era y a avor de la conservacin de la can-las ta~!s !elasud:i~:s~~i ~uyo manrenimien.ro r proporcin fue una de de las clases de la uciversid:dranlatel tr~-dedccmo~ imparti Vischer, adems

    ' ecc10n e gnego en el ped ha que en 1861 pud? ex~n~~arse de ello, gracias a la contratacin~~~bbe~~a para ponerse a disposic1on de la curadura de la uru'v 'd d d l e . , de Educa , d 1 ers1 a Y e onseo

    aon, y e a impeccin de toda la instruccin pblica de Basilea.

  • Friedrjch NietzSche. Los iliez aos de Basilea (1869-1879) 36

    El estrecho circulo de colegas de Basilea 37

    Pascua de 1820 se le ofreci la ctedra de latn en Basilea, que ocup 55 . , 11 var a buen trmino entre los rganos Desde esa posicin pu~o t3f1~1~ d ~ minario filolgico en 1862. Cuando polticos pertinentes la msta ~cl>.

    Por eso tambin le resultaba profundamente antiptica la rigurosa escuela de Ritschl, y le irritaba sobremanera el que su antiguo alumno y colega de largos aos Vischer le colocara a su lado siempre personas que provenan precisamente de esa escuela. As fue como se opuso funda-mentalmente tambin a la contratacin de Nietzsche. Wilhelm Vischer da cuenta de ello a su amigo Rau~enstein en la carta antes citada del 16 de febrero de 1869253: Si no se lo conociera (a Gerlach) no se podra creer las pestes que ha echado repetidamente en las ltimas semanas. Se ha hecho el digno con respecto a todo el asunto, aunque la palabra adecuada no quiero pronunciarla. Unicamente le dir que en una sesin de la Cura-dura, oficialmente se expres muy bien y en modo alguno favorable a Mahly, pero en privado haca proselitismo en favor de Mii.hly del modo ms irresponsable. Por qu? Me temo casi que, adems de por dar pbulos a una pasin que ya tan poco puede satisfacer, por : ver a su lado U? colaborador cualificado procedente de la escuela de Ritschl, a la que odia profundamente.

    Ese Jacob Achilles Mah!J haba sido un candidato int~resado ~am~in en la ctedra de griego que haba quedado vacante por la ida de Kiessl.ing. Pero Vischer quera ya de una vez un hombre joven y, sobre todo, no consideraba en exceso a Mahly ni al rigorn de sus trabajos cientficos.

  • 38 Friedrich Nietzsche. Los diez aos de Basilea (1869-1879) El estrecho crculo de co legas de Basilea

    , . Basilea el 24 de diciembre de 182~ (muri Mahlylll babia nacido ~ . 16 aos mayor que Nietzsche. el 18 de junio de 1902). Era, pchor vl. tanhto,infiorma sobre su historial aca-

    39 lega estas bellas palabras (tras la descripcin de una disputa ruidosa con

    'Gerlach): ... conocamos los modales bruscos, poco amables del viejo camorrista, pero nos daba pena del buen Nietzsche, que en el trato so-cial estaba acostumbrado a modales totalmente diferentes y ms suaves. Era de naturaleza completamente abierta y, como tal, haba cosas que censuraba y otras que lamentaba. Pero en el Nietzsche hablante todo se revesta de una forma suave, humana; de la alabanza quitaba la miel, de la censura el ajenjo. Otra cosa era el Nietzsche escritor. Cuando uno se ha-ba acostumbrado, en la conversacin, a su estilo y a su tono, a su recep-cin amable de las opiniones y de los juicios de los dems, por muy infe-riores a l que fueran, incluso al suave tono de su voz, que no inspiraba sino confianza, entonces no poda uno por menos de extraarse, cuando no de asustarse, por la metamorfosis que en este ser dulce y de condicin inofensiva se poda dar cuando se expresaba por escrito, es decir, lite-rariamente ... Sus alumnos lo queran y lo respetaban puesto que notaban que senta juvenilmente con ellos y que sobre su vigor intelectual no se haba depositado ningn gnero de erudicin polvorienta. Igualmente

    . , B il con Gerla . isc er .b. d Estudto en as ea d d 1869. Ya que estoy escn ien o dmico a Rauchenste~ ~l 31 , e m~z~es e ecto ~ su ltima carta'. s?br~ el le har alguna aclarac10n mas, co P 1 1 ental Al principio sola-

    "hl d' 1 en una escue a e em . hecho de que Ma y e e ase . . l donde tena dedicacin exclu-1 d en el gunnas10 rea , 1 mente estaba emp ea o . , d la idea de ganar mucho y, en o

    siva, ya que desde el comienzo l?~~o ;el imnasio humanstico y el se-posible rpidamente. Las autonba es g su cen' tro maestros formados ' d tenta an atraer a. . h

    or rector, a pesar e q':farm . e de traerlo a l, y slo tras fil marc a filolgicame~te, se guar on s1e~p:i de la clase de filologa. Ms. tarde del pedagog10 (1861) se en~rgl d 1 tn de Gerlach. Al mismo tiempo recibi, adems, una parte d~ as e. ases ale de las que 10 eran de leccin de

    , 13 h en el gunnas10 re , eli . , o conservo oras . d , hora Estas clases las gio e n 1 uene to av1a a escritura las cua es man . , 11 . almente dado que tiene

    ' . , unua con e as 1gu ' especial predilecc10~ y con d 'bil anta y que en las horas de escritura un pecho dbil o meior ~a e. gargde ;e aracin ni tiempo de correc-ha de hablar poco, no exig.en ~empo so~ ~in embargo, igualmente pa-cin y entre nosotros, mzrab~le tfi.~1ctu, p , lo dems l no se queja de

    , l . ente aen cas. or ' gadas que as prop1am elido e resamente a otro. estas clases, sino que se las fih~ pe d l;K9 Vischer haba escrito a Rau-

    Ya en la carta del 16 de e rero e . , d Mahly Es verdad que el d la contratac10n e .J:r chenstein sobre asunto e 'b , de 4 500 francos de sus uue-did Mahl que rec1 e mas . d

    se le ha canee o a y, r il'd des y que la universidad ha toma o 1 s algunas tac 1 a di ' rentes puestos esco are ' d eldo Pero esto suce o por - parte e su su a sus expensas una pequena . ,

    propuesta ma propia. al d de febrero de 1869 de la Curaduria, Los protocolos de ~- es e e~;o Jeo Consejo que informan sobr~ _d

    del Consejo de Educ:~ic10~/ 2~e~ue~tran todos tres pa~es: l . Aceptaaon nombramlento de N~etzs. e ombramiento de Nietzsche; 3. nueva de la renuncia de Kie~sl.mg; 2. el n del rofesor Mahly, en el sentido ordenacin de las condiciones de cofintrato t apordinario algunas leccionei 0 pro esor ex r ' al de que se le aseguran, com . di onales de 600 francos anu es.

    . 'd d os honorarios a c1 . h d en la univers1 a ' con un . . dad se le exonera de ciertas oras t que paga el erario de la uruverst , ~ d pus de la muerte de Vischet

    . ea1 En 1875 un ano es . clase en el gunnas10 r ' 1 h de Mahly y se convierte ei:

    . l ch 11 finalmente a ora . , 1890 al retirarse Ger a , ega din . de filologa latina siendolo hasta

    el cuidadoso esmero que dedicaba a su aspecto externo, sobre todo a su traje, por otra parte sin ningn tipo de coquetera femenina, les impona, tanto ms cuanto que su gran bigote le protega suficientemente de cual-quier afectacin excesivamente femenina o incluso afeminada. Asimismo el hecho de que usualmente emanara de l un buen olor no era algo para imputrselo como pecado, dada la atmsfera cargada de las aulas, sino al contrario ...

    Nietzsche posea una naturaleza totalmente inofensiva y, por ello, pudo honrarse con la simpata de todos los colegas que lo conocieron ...

    Johann Jakob Bacbojenlll, 98

    No fue, pues, en el crculo ms cercan de la facultad donde Nietzsche

    ofesor or ano , hi "' sucesorsuyo_c'?mopr , . o de Mahly fue que nunca zo sen'." Un simpauco rasgo ca_ractensuc ue siem re ara l un colega arru;

    a Nietzsche su poster~act~n ?:il8r~9d: horas d~ cl~e cuando a Nietzscli toso y servicial, y le libero. sie de salud cada vez ms penoso el ~p~ le fue resultando, por motivos da , '1900 en sus Recuerdos de Frzedm ddi . , Yto vraen , . enteramente su e cac1on. . en el fondo admirado, rival y co N ietzschel58, dedica a su anttguo, y

    encontr a los hombres relevantes que necesitaba y cuya influencia sobre l fue ms o menos profunda y duradera, ms o menos clara. Pero su buena suerte hizo, a pesar de ello, que los encontrara, y fundamental-mente en la generacin de su padre. Ese fue el caso de johann Jakob Bachojen, el solitario y original cientffico devenido famoso por su simblica de las tumbas, en cuya casa Nietzsche fue introducido por su paternal bien-hechor, el senador Vischer.

    J. ]. Bachofen proceda -como Vischer- de una antigua familia de industriales y comerciantes de Basilea; desde generaciones los ante-pasados eran fabricantes de cintas de seda. El fue -como Vischer-el primer acadmico de su familia. Naci el 22 de diciembre de 1815. Pas por las escuelas de Basilea y las lecciones de latn las recibi ya del viejo -entonces an joven- Gerlach. Como especialidad eligi juris-

  • 40 Frieclrich Nietzsche. Los diez aos de Basilea (1869-1879)

    prudencia, sin que resulten m':y claros los motivos. de e~o, puesto que esta materia no se correspondia mucho con su delicada rndole. Pronto fueron ms bien los fundamentos etnolgicos profundos del derecho y su historia los que le interesaron en su carrera, que realiz en B~ilea, Berln y Gotinga, y que termin er: 1_837 ~on 22 aos--: en Basilea_ :on ~ tesis doctoral latina de 346 pagmas unpresas. Poco tiempo enseno acade-micamente su materia: de 1842 a 1844, como profesor de derecho romano en Basilea. Entonces se pas a una actividad prctica, primero como juez de lo criminal en Basilea, despus como magistrado del tribo.:ial s'l:premo (hasta 1866). Se cas teniendo ya 50 aos, en 186?, con Lomse Elisa?.etb Burckhardt, de 20 aos de edad, con la que ocupo desde 1870, en Muns-terplatz 2, una casa donde se llevaba una vida ordenada, esc~pulos~ en las relaciones sociales, lo que le vali la inmerecida fama de macces1ble.

    Ya haca tiempo que se dedicaba a sus especiales estudios, y cuando Nietzsche lleg a Basilea exista ya su obra fundamental: Oknos, apare-cida en 1858 Simblica de las tumbas, 1859, Matriarcado, 1861. La Leyenda de Tanaquil e~taba en ese momento en ~a imprenta y aparecera en 187? En febrero de 1872 ley Wagner ese libro, estando, por tanto, todav1a en Tribschen, y con seguridad a instancias de Nietzsche258.

    Durante mucho tiempo se consider, la mayora de las veces y. exce-sivamente, slo lo problemtico de su aportaan person~l c?mo mves-tigador, como resume el historiador, tan agudo de ordina~10, Eduard His 111: Bachofen entr, como Gerlach ... en una guerra encarnizada contra la escuela crtico-racionalista y no pudo abstenerse de dar expresin re-petidas veces a su amargura pe~~onal, espe~ia~en~e _en contra de Mommsen. Y sin embargo la escuela critica cosecho mas exitos en lo fundamental, a pesar de que su cautelosa reserva y su mtodo formal renunciara a h imaginacin grandiosa, aunque tambi_n osada, de un Bachofen, de ~ que ste gustosamente se ufanaba en cierto gra?o, pero ~ue lo ~onduo en ocasiones a conclusiones excesivamente atrevidas y le hizo olvidar um diferenciacin clara entre lo que son hechos histricamente probados y lo que es tradicin recibida o propias hiptesis ... De todos m~dos es ~OSI admitida que las obras de Bachofen, sobre todo sus tratados mas pequen~~ estn escritas de modo perfectamente legible y reb?san_ en b~lleza de _estile y de exposicin plstica. Su ndole artstica, potica, mgeruosa, delicada le hizo inclinarse del lado esttico. As Johann Jakob Bachofen, tomack en conjunto, aparece como un gran talento, aunque unila~eral, que con-sigui desarrollar una actividad fructfera en las zonas lmites entre sabe: y suponer (creer)- . . .

    Pero no es el lado esttico, como piensa H1s, smo el fundamentt metafsico de los fenmenos histricos, aquello que Bachofen quiere ach rar. fotent sobrepasar las fronteras de la. ciei:1~ia, en la _que tambin i haba sido formado, y captar, en un golpe mtumvo y gerual, tras ~as n.m mas legales histricas, codificadas, la situacin comunitaria prehistno

    El estrecho crculo de colegas de Basilea 41

    de ~-onde surge por pr~era vez el de~:cho, y el espmtu, cuya objeti-vaaon representan aquellas. La valorac1on que la reciente investigacin (los colaboradores que trabajan en las Obras Completas) otorga a Bacho-fen nos sale al paso en el artculo de Thomas Gelzer sobre el volumen de ~tas de Bachofen 98 :

  • 42 Friedrich Nicuschc. Los diez aos de Basilea (1869-1879)

    si no primarios inclusive. Los una adems una fuente ,Y una tr~dicin investigadora: Friedrich Creuzer69. Resp~cto a ello habra qu~ d~Clr a~~o todava en relacin al Zaratustra de Nietzsche. Sobre la significacion de Creuzer para Bachofen escribe Gelzer98 : Friedrich Creuzer, el. redes~ cubridor de Plotino y editor de Proclo, que tan profundamente influyo con ello en el romanticismo y en Goethe, est, como ha mostrado E: Ho-wald detrs de la Simblica de las tumbas y, como ha probado Meuli, con su simblica detrs de la Doctrina de la inmortalidad en la teologa rfica de Bachofen. A causa, sin embargo, de las bases marcadamente cristianas de la visin del mundo de Bachofen, no poda llegarse entre l y Nietz-sche a una relacin humanamente prxima. Por este motivo, sus espritus finalmente se alejaron. Pero la casa de Bachofen dispona. adems, ~e otro incentivo como suceda en Tribschen : este hombre oven, facil-mente inflamable hasta la exaltacin, seguramente no permaneci in-sensible al encanto de la joven y musical seora de la ~asa, ~lo un ao ms joven que l. La diferencia de edad entre el mammoruo Bachofen era semejante a la que se daba en Tribschen en el caso de Wagner, y segu~mente Nietzsche supo aprovechar en casa de Bac~ofen, como ~o.menae sublime, sus dotes de expresivo improvisador al piano. A la musica y al eros les gusta vivir cerca uno de otro.

    Ludwig R.timeyer

    El 8 de mayo de 1875 escribe Nietzsche a su amigo Carl von ~e~dorff: En el mismo tomo hay un artculo completamente ext!aor~ano de Rtimeyer "Los habitante~ de los Alpes" 209, del mayor inter~s; dd mismo erudito aconsejo tambin ... "Desde el mar hasta los Alpes , Ber na 1854 ... Todava hacia 1881 lo menciona Nietzsche en una enumera cin de las personalidades suizas ms relevantes segn su criterio1 : .Perju dica en algo la gran fama d.el inve~~~ador de la naturaleza Hackel, ~ mayor merecimiento de glona de Ruumeyer? , .

    Ya no se puede averiguar hasta qu punto co?ocia Nietzsche per~onalmente a Rtimeyer, que desde 1855, por gesuor_ies ~e Peter Me~1an y Wilhelm Vischer, ejerca como profesor en la uruvers1dad de Ba~1lea Pero no es probable que este hombre de gran carcter escapara a la ffilrach expectante de Nietzsche. Puede dudarse _perfectamente que encontran acceso abierto a l, lo cual no excluye, sm embargo, que la figura y b obra de Rtimeyer dejaran en Nietzsche una impresin pro.funda, puest que no poda ignorar a este hombre tan respetado en Basilea. El moda mismo en que se refiere a Rtimeyer en la carta a Gersdorff, presuporn que Gersdorff sabe perfec~~ente ?

  • Friedrich Nietzsche. Los diez aos de Basilea ( 1869-1879)

    razn por la cual en sus opiniones cientfico-naturales jams sobrepas un lastimoso diletantismo.

    Las nuevas tesis de Darwin --que en muchos puntos no eran tan completamente nuevas, sino slo no p~pulares toda':a:- significaron una inaudita revolucin intelectual y soliviantaron los ~os durante _t?do un decenio, hasta que su inters fue ahogado por los mter~~es ~ohucos que se despertaron con ocasin ~e la guerra de 1870. Tambien Nietzsc~e se sinti profundamente conmovido por ello. Lo que en la obra de Da~!-11 haba de tan novedoso no era el conocimiento de que hay una evoluc1on de las especies, sino la tesis sobre su modo de realizacin, su ~

  • 46 Friedrich Nietzsche. Los diez aos de Basilea (1869-1879)

    de 1830, cuando l todava no tena doce aos. Con ello aprendi doloro-samente la caducidad e inseguridad de todo lo terreno. Ello lo acerc al pesimismo schopenhaueriano, y hubo de llevar esa cicatriz en su alma como Nietzsche la temprana prdida del padre, a quien Nietzsche intent sustituir, en parte, con su inclinacin a hombres maduros de aquella misma generacin, como su maestro Ritschl, Bachofen, Burckhardt y tambin Wagner.

    A los 14 aos, tres despus del doloroso acontecimiento, Burckhardt reaccion intentando algunas composiciones: en enero de 1833 compuso la coral Oh cabeza llena de sangre y heridas! con meloda propia. En las ltimas lneas de la coral se encuentra esta anotacin: Al llegar este signo redobla el tambor sordamente. Conocemos una obertura para orquesta de cuerda en sol menor de Nietzsche, en la que se dice en el acorde final: redobla el tambor. Tambin Nietzsche, con catorce aos, se ocupaba de la composicin de motetes, entre otros, por ejemplo, Jess, mi confianza, aquella coral que fue ejecutada en el entierro de su padre125.

    Burckhardt compuso todava otra pieza, Luis XVI. Funeral, y des-pus de una Danza, comenzada el 7 de febrero de 1833, un Dies irae para coro a cuatro vces y piano, que qued en fragmento. Tambin se conservan del joven Nietzsche, a esa misma edad, fragmentos de trabajos intensivos en una Misa y un Requiem. Igualmente en fragmento qued un pretencioso Oratorio de Navidad. Burck.hardt cierra la serie de sus composiciones juveniles en junio de 1833 con u.na coral titulada Oh mundo, mira aqu tu vidaf'IM; por tanto, supera este perodo bastan-te ms rpidamente que Nietzsche. Werger Kagi131 hace observar res-pecto a estos intentos: Le caracteriza no la reflexin, sino los grandes sentimientos. Se trata de msica que intenta penosamente acercarse a los grandes textos elegidos.

    En 1834 Burckhardt compuso algunas piezas (perdidas) para un teatro de marionetas. Despus, tambin en su caso, viene la poca primaveral de canciones de su adolescencia. Esas composiciones de Liedern se su-ceden hasta el ao 1847; entonces, con 29 aos, deja de componer. En el caso de Nietzsche sucede slo un ao ms tarde.

    Por desgracia las composiciones de Burckhardt no resultan accesibles, como las de Nietzsche. Pero lo poco que, sin embargo, conocemos de ellas, muestra ya dnde est su significado: no en su valor como compo siciones, que apenas podra superar una crtica entendida, sino en su funcin para el propio compositor en la captacin del espacio anmico de lo lrico; exactamente igual que en el caso de Nietzsche.

    Burckhardt realiz en Basilea los cursos escolares hasta el examen de madurez, recibiendo sus impresiones ms fuertes en las lecciones de alemn de Wilhelrn Wackernagel. A continuacin de la escuela, para perfeccionar el francs, pas tres semestres en Neuchatel, donde no solamente adquiri destreza lingstica, sino que adems entr autnticamente en contacto

    El estrecho crculo de colegas de Basilea 47

    co? el mundo intelectual ~rancs. ~iguiendo los deseos del padre, en la pnmavera de 1837 comenzo a estudiar teologa, aunque despus de cuatro semestres, co.i:i el consen~ento del padre, se cambi a historia. El estudio de es~ materia lo conduo desde el otoo de 1839 a la primavera de 1843 a Berln donde se hallaban Leopold Ranke, August Boeckh y el historiador del arte Franz Kugler. La ciudad no le llam especialmente la atencin pero s goz ~e la vida musical, sobre todo de la pera; con su voz da~ de tenor canto en. cuarteto vocal y en coros. Como episodio especialmente hermoso de su ttempo de estudiante, recordara siempre el semestre de verano de 1841 ~ Bonn. Pero tampoco aqu fueron el docente Fr. G. Wel-cker y las, r~lacion~ (~strechamente sentidas) universitarias lo que lo entusiasmo, sino mas b1er: ~, pequeo crculo de personas elegidas, que co~ el nombre de

  • 48 Friedrich Niet~che. Los diez aos de Basilea (1869-1879)

    . aos enseando terp.po~almente como docente priv~~o .o COII).O profesor extraordinario en Basilea, .. trabajando en la redacc1on del conservador .Basler Zeitung, o en largos. vi.ajes de ~s~dios a Italia, nacin que se con-vertira en su segunda patna --espmtual-, hasta que fue ll~do a Zrich al politcnico federal, inaugurado el 15 de oct~bre ~e 1~5::>, co-mo profesor ordinario de historia del arte, arqueolog1a e histona de la arquitectura. . . . .

    En la primavera de 1858 vuelve definiav~mente a su ciudad de ?ngen y e.nsc;ila en la univ~rsidad y en el pedagog10. A. la vez desarrollo .gran actividad en conferencias acadmicas pblicas. S10 buscar populan~ad, era una de las figuras ms populares. de'la Bas~ea de en!onc~s. Este cum:~so personaje no tomaba parte en la vida d~ sociedad, pero ~10 embargo iba muy a menudo al teatro, menos a ~oncien;os, y, por enc~a. de todo, su consuelo y su alegra estaba en dedicarse el mismo a la mus1ca '.

  • Captulo 4 LOS TRES PRIMEROS SEMESTRES DE BASILEA

    Abril de 1869 a agosto de 1870

    El joven docente emprendi con entusiasmo su tarea, sintindose adems totalmente satisfecho como fillogo. Por d~ pro~to su pues~o de docente era la continuacin ininterrumpida de su existencia de. es:1diante. Las numerosas nuevas impresiones posean un efecto extraordinan~ente estimulante, y al principio se dej? llevar de. buen grado por un .cierto entusiasmo. En lo que a m conoerne, escribe a su madre a comi~zos de mayo de 1869,

  • 52 Friedrich Nieczsche. Los diez aos de Basilea (1869-1879)

    impartir un curso de dos horas; esto quiere decir que es la ltima vez que da clases, puesto que sus "asuntos ministeriales" no le dejan tiempo. Gerlach dar en total no ms de un curso de dos horas, y es muy viejo. Mahly, despus del uso de todos los medios coercitivos posibles, impar-tir clases por fin, pero slo dos horas... Slo falta ahora que muriera el viejo Gerlach: sobre esta posibilidad baso yo mis esperanzas. Tienes la posibilidad de darte a conocer al eminente, por encima de todos hono-

    . rable, Vischer? Este macabro gusto no se lo proporcion Gerlach a los dos amigos: ense hasta 1875 y muri slo el 31 de octubre de 1876, a consecuencia de un accidente.

    El primer semestre en Ja profesin Rohde, como colega en Basilea, habra supuesto realmente para Nietz-

    sche un notable alivio en su trabajo, puesto que Nietzsche llevaba ahora el peso fundamental de la asignatura. Informa sobre ello a su maestro Ritschl, el 10 de mayo: Todas las maanas de la semana, a las 7, doy mi leccin, los dos primeros das sobre historia de la lrica griega, los tres ltimos sobre las Coforas de Esquilo. El lunes trae consigo el semi-nario, que, en lo que a m respecta, lo he organizado aproximadamente segn su esquema ... El martes y el viernes doy dos veces clase en el pe-dagoga; el mircoles y jueves, una. Esto lo hago ha~ta ahora. con. gusto. Con ocasin de la lectura del F edn tengo oporturudad de inficionar a mis estudiantes con filosofa; por medio de la aqu desconocida operacin de los temas escritas improvisados los despierto muy rudamente de su sueo gramatical. En mis lecciones tengo siete personas, lo cual significa aqu que he de sentirme satisfecho. Los estudiantes son en general apli-cados, se tragan absurdamente muchas lecciones y la idea de fumarse la clase la conocen apenas de odas. Y del mismo modo a su hermana, el 29 de mayo: As pues, desde comienzos de mayo estoy en plena acti-vidad en la universidad y en el pedagogio, aunque slo ayer pronunci mi discurso inaugural "sobre la personalidad de Homero" en el gran aula del museo, ante un auditorio completo ... tambin se acostumbra uno al inconveniente de tener ocho oyentes, si se considera que son toda la filologa aqu e incluso uno de ellos es telogo. En la escuela encuentro placer en una clase razonable y me hago la ilusin de que, si bien no he nacido para maestro de escuela, tampoco estoy negado para ello. Toda la acti-vidad filolgica lo diverta visibleme[_lte por entonces, a pesar de sus quejas ocasionales con respecto al yugo de la profesin. Toda:'a a prin-cipios de julio confiesa a Paul Deussen: Todo esto ... me viene como anillo al dedo ... Sin embargo pasar algn tiempo hasta que la naturaleza se acostumbre total y completamente a esta actividad: mientras tanto, a menudo me siento muy cansado. De todos modos me he propuesto

    Los tres primeros semestres de Basilea 53

    muchas cosas para el primer semestre: sobre todo dos nuevos cursos para los q~e he de. prepararme de un da para otro, de tal modo que se puede deor que vivo al da .. : F~nalmente soy capaz de hacer las veces de un tolerable profes

  • 54 Friedrich Nietzsche. Los diez aos de Basilea (1869-1879)

    y l con Estobeo, el Pseudoplutarco, etc. Cuan~o Nietzsche ms_ tarde rompiera este grupo de trabajo y saltara por enama de la filolog1a con su libro Nacimiento de Ja tragedia, Usener hubo de llevarse una dolorosa desilusin.

    El e.rea.ro tiempo libre

    Dada esta infatigable actividad, no. le quedaba much? tiempo ni .fuerzas para la vida social. Antes de las vacaciones de verano so!o fue a Tnbschen un fin de semana, del 5 al 6 de junio, y, por casualidad, estaba en casa cuando naci Siegfried Wagner en la madrugada del 6 de junio. Fue invi-tado cordialmente desde Tribschen para el cumpleaos de Wagner, el 22 de mayo, pero hubo de contestar : Con qu gusto aparecera el ~a de hoy en su retiro de ese lago y esos montes, si la pen~sa cadena .~e rm pro-fesin no me sujetara a mi casucha de perro de Basilea. Env10 para esa ocasin una carta de felicitacin escrita en un tono extraamente pa-ttico, igual que el que pona todava musicalmente en sus > 1873/74)125, que s~ sale completamente del marco del estilo literario de aquella poca, estilo tan natural, que usaba en sus otras cartas:

  • 56 Friedrich Nietzsche. Los diez aos de Basilea (1869-1879)

    ninguna parte se usan menos _guantes que a~u, y ~l que la "donce~a" B. 0 Merian (traducido al aleman Schulze y Muller) d1~a algo o n? lo diga,. es algo que resulta totalmente indiferent~ y en s nusmo aburrido;. aqw no se nota en absoluto el influjo de las muieres, a no ser porqu~ convierten toda vida social en una chismosera ciudadana ... Pero no 1?1ense que es que quiero alabar a los hombres de Basilea, sobre todo a IIllS colegas tan altamente honorables, a costa de las mujeres: a casi todo~ les ha negad? la naturaleza la gracia y el empuje artstico,. e incluso el mas cercano a IIll, J acob Burckhardt, vive, siendo hombre neo, en una .estrechez del peor gusto y se rene noche tras noche con los filisteos basileos en la taberna.

    Aad~ usted todava el absurdo patriotismo suizo (que,. co.m~ .el queso suizo, proviene de la ovej~ y .tiene un aspecto, como aquel, 1ctencamente envidioso), el aire de supenondad con el que, para la costumbr~ alemana ... miran: se juntan demasiadas cosas como para no ser empu1ado a una vida casi de hermitao .. . Pero ya es tiempo de acabar la carta, de b~ber suero de leche y de oir mala msica: nos cdnviene de modo_ espe~1al a los filsofos ser muy fieles y leales precisamente en lo pequeno, as1 por ejemplo en la cura de suero. Se trata de un borrador 1e. carta; no sabemos qu fue lo que de este texto qued en la carta defini;iva ; pero t~poco importa : aqu tenemos glosas de Nietzsche. que .estan en la n;as crasa contradiccin con prrafos de cartas de la IIllS~ epoca, donde e~ s~ pre-senta orgullosamente a sus amigos como un swzo libre>> y.cosas similares, Desgraciadamente por ambos lados t?n.emos que ~educir de esta~ ma-nifestaciones una buena dosis de retorica o considerar.las co~o iuego del humor pasajero. Tambin en cosas totalmente gratuitas e. m~asc~?dentes, y en el trato personal de la carta, apai:ece ya la ~tura mc~ac10~ penosa, siempre creciente, a hacer observac10nes r_nali~nas. Qwza .este aqu la base de la tan amen~do indisolu~le contradictor~edad y vel~1dad del punto de vista de su ultenor obra filosofica. Y en este ?empo no existen todava influjos de la enfermedad; ello ha de tener su origen en ~ ~aturaleza descompensada, no dominada, influida por los estados. de a:umo,

    en ltimo trmino en una duplicidad de fondo de la existencia, tal y, , como va a manifestarse demasiado pronto. .

    Consciente o no, surgi, quiz, en l un cierto mal hum~r ?eb1do . los ya entonces altos precios que regan en los lugares tunsucos mas concurridos, y le result amargo el hecho de que su su~ldo de profesor no le permitiera una vida conforme a su rango. Se queia a su hermana el 27 de julio, siempre desde lnter~a~en : Por lo den;is ~~y algo que ~o se puede silenciar, a saber, que el v1a1ar a las partes mas visitadas, es decir, ms dignas de ver, de Suiza es sorprendentemente. caro: ... Hay que co~siderar que los precios en los hoteles de las zonas mas hermosas, la mayona de las cuales adems quedan apartadas, precisamente ~ causa de est? son muy altos, debido a la dificultad del transporte. Por eiemplo en Grmdel-wald: la habitacin para una persona durante una noche cuesta dos francos

    Los tres primeros semestres de Basilea 57

    y medio, el desayuno uno y medio, la comida sin vino 4 fr., la cena 3 fr., el servicio 1 fr., etc ... Haz el favor de escribirme de una vez cunto puedo cobrar este ao por los intereses de mi capital. Las condiciones de nuestro sueldo en Basilea poseen dos aspectos desagradables. Se paga slo dos veces, el 1 de julio y el 1 de enero, ... de modo que para todo el ao, desde abril hasta fines de diciembre, no tengo ms que 200 tleros ... A eso se une que Basilea es muy cara. Y despus aparece una frase glida en esta cana, por lo dems tan cariosa y confidencial: Pero por qu te has encargado t de la administracin de mis fondos?

    Apenas lleva tres meses fuera de casa, un hombre como l en una posicin prestigiosa, y ya la hermana, 20 meses ms joven que l, se siente llamada a hacer de administradora de sus fondos, para extraeza suya. Ex ungue leonem. La pregunta qued sin aclarar.

    No permaneci mucho tiempo en Interlaken. Seguramente volvi pri-mero a Basilea y all encontr carta de W agner e invitacin. Sbado a domingo por la tarde, y despus al Pilatus 6.)> Nietzsche reaccion con la rapidez del rayo a la invitacin y tuvo tiempo de llegar a Tribschen todava el sbado 31 de julio. Cosima anota a propsito de la visita2S8: Una persona agradable y muy culta. La conversacin sobre asuntos musicales hubo de ser muy abierta. Se habl sobre el Oratorio de Liszt (el padre de Cosima!) Santa Isabel, por el que Wagner no poda entu-siasmarse a causa de la desagradable mana de las apoteosis, y Cosima mantuvo el juicio de Nietzsche, a pesar de ser ms bien incienso que olor de rosas. Pocos das despus, el 7 de agosto, aparece en el diario de Cosima la expresin Tschandala-Madchen como una palabra usual en las conversaciones. Por tanto Nietzsche adquiri lo ms tarde aqu en Tribschen esa expresin usada a menudo en sus ltimos escritos para designar

  • 58 Friedrich Nietzsche. Los diez aos de Basilea (1869-1879)

    de modo que, con el ms profundo agradecimiento hacia usted, el "hado" de mi vida hasta ahora, reconozco qu necesaria y qu oportunamente lleg aquel nombramiento que de "estrella errante" me convirti en "estrella fija" ... Y de qu modo tan diferente trabaja el hombre cuando le respalda la sagrada &wiyKr (ananke) de la profesin, qu tranquilo se duerme y con qu seguridad sabe uno al despertar lo que exige el nuevo da ... Slo para indicarle cun profundamente agradecido admiro su penetracin pedaggica a propsito de la feliz trasformacin de mi posicin vital ... aqu, desde !a altura del Pilatus, envuelto en nubes ... me aparece mi forma de vivir hasta ahora en una luz tan maravillosa, la proximidad en la que se me permiti tanto tiempo vivir a su lado se muestra como un resorte tan importante de mi vida interior y exterior, que he de coger inmedia-tamente la pluma para expresarle mi vivo y clido sentimiento de agra-decimiento.

    De qu modo tan rebuscado, nada vivo en absoluto, se formula todo ello. La carta dirigida a Carl von Gersdorff el 3 de agosto resulta ms espontnea. Le describe su profunda vivencia del caso Richard Wagner: Domina en l una idealidad tan absoluta, una humanidad tan profunda y conmovedora, una sublime seriedad de vida tal, que me siento en su proximidad como en la proximidad de lo divino. Cuntos das he pasado ya en la encantadora finca del lago de los Cuatro Cantones, y siempre esa naturaleza maravillosa me resulta nueva e inagotable. Y al final de la carta le recomienda vehementemente la Filosofa del inconsciente de Eduard von Hartmann, a pesar de la mala fe del auton>, como aade. Y el 4 de agosto a Gustav Krug: Estos das que he pasado en Tribschen en este verano son absolutamente los resultados ms apreciables de mi profesorado en Basilea. Por tanto no el profesorado tal como se lo agradece a Ritschl!

    No pudo saborear completamente las cortas vacaciones, pues el 5 de agosto, sin haber pasado de nuevo por Tribschen a la vuelta, lo que la-menta Cosima 15, estaba otra vez en Basilea para activar su trabajo del catlogo para el Museo renano, que, a propsito, slo vera la luz en 1871. Como final de vacaciones, el 15 de agosto, hizo todava una salida a la cercana Badenweiler, en la Selva Negra. La Hqja de viajeros de Baden-weiler da como fecha de llegada el 14 de agosto; se aloj en el hotel

  • 60 Friedrich Nietzsche. Los diez aos de Basilea (1869-1879)

    la madre, que no poda privarse de reprender al hijo y de amonestarlo al ahorro, en los viejos modos en que lo haba hecho con el estudiante de Bonn.

    Ella escribe8 : Todo el mundo cree que ahorras de tu sueldo, incluso los Wenkel, y que dejas que queden aqu los intereses. Todo se va fuera y ahora todava el capital; esto no es normal. As pues, por el amor de Dios, colcate en tu puesto y si es necesario aljate, mejor, en otro sitio. Djame decirte una palabra corno madre, para que este punto no se con-vierta en una eterna manzana de la discordia. T eres, por lo dems, mi buen hijo ... , pero pienso que no est bien este modo de proceder ... Pero ... organzate de otro modo y anota, mejor, tus gastos ... Espero una decidida respuesta a mis preguntas. La respuesta lleg, corta y dura, a principios de septiembre:

  • r 62 Friedrich Nietzsche. Los diez aos de Basilea (1869-1879)

    Nietzsche fue directamente abordado en las conversaciones de Tribschen respecto a una toma de posicin. El 15_ de no~iembre haba ya una ley de fbrica>> para la ciudad industrial de Basil~a. _N1etzsche no se,refiere expresa-mente en ninguna parte a estos acontecuruent~s; se i:od~ia creer que ? se dio cuenta de ellos o que conscientemente habia quendo, Jgnorarlos. Solo en esta ocasin se delata. Teme ese fantasma --en eso esta de acuerdo con lacob Burckhardt- y se atiene a la clsica frmula de oracin eUJ ante mis tres necios oyentes. En cartas postenor~, de todos n:1d?s, informa sobre 8 o 9 oyentes, y 8 participantes tambin en el semmano. Como ejercicio de seminario no pone, s~gn haba anun~i~?o, los E~GA de Hesodo, sino las Coforas de Esquilo, como repeucion o conunua-cin del semestre de verano.

    En el informe semestral del pedagogio leemos: En la primera mitad ... se leyeron los Trabajos y los Das de Hesodo. A.dems de ello, se hizo una lectura seguida de la Apologa de Platn y del libro XII y de una parte del XIII de la Ilada. En la segunda mitad, la E/ectra de Sfocles y el Pro-tgoras de Platn. Junto con ello, ejercicios _gramaticales ... En lo que respecta a la lectura privada n? h~y que esca~r la alab~a a ~a da~~ dado que, por su cuenta y sm runguna coerc1on, ha le1do vanos dia-logos platnicos, algunas tragedi~s de. Sfocles y partes, de He~~d?to y Demstenes ... A pesar de la opc:o~da> t.. : '.::testro ten_ia que dir:gir y supervisar esas lecturas. Hay que aoadir a. tod~ el_J? el tr~baio d~l. catlogo para el Museo renano. En diciembre se rmpruruo el discurso maugural Sobre Homero ... Sali a la luz el 22 o el 23. As pues, tuvo que leer las prue-

    * (hablad bien = callad, para no espantar a los demonios.)

    Los ttes primeros semestres de Basilca 63

    bas y enviar despus los ejemplares, puesto que era una edicin privada hecha como regalo de los amigos. Esa misma tarea le ~ba enco~endado Wagner. Wagner escribi --dict- sus me~onas ~aparecidas bajo d ttulo de Mi vida) e hizo componer para _Navidades, igualme~t: como edicin privada, un primer fascculo en la rmprenta de Bonfaouru en Basilea. El 3 de diciembre entreg el manuscrito a Nietzsche para que lo revisara crticamente y supervisara la impresin. Nietzsche estaba, natu-ralmente, contentsimo p