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DÍA: 30 NES: AÑO: /??<-> PAG.: IT: 'LA JORNADA" Víctor Ballinas /II En el Plan Maes- tro del Parque Nacional Cerro de la Es- trella, elaborado por la UAM y el Grupo de Planeación y Desarrollo, se destaca que aquélla es "zona de alto riesgo por su actividad sísmica, fracturas y fallas, para los asentamientos irregulares que se ubi- can en las faldas de la sierra". Subrayan los investigadores que gran parte de esa población debe reubicarse para evitar po- sibles accidentes que pondrían en peligro la vida de los habitantes. Ahí se ubican verdaderas "ciudades perdidas", como lo es Valle de Luces —asentamiento irregular ubicado en este cerro—, además de otras 11 colonias, casi todas irregulares y que por lo mismo carecen de los servicios públicos indis- pensables. Gran parte de ellas surgieron por la invasión de la zona federal; en otras, se dicen que compraron terrenos a los ejidatarios. La irregularidad de la tie- rra es un problema que aún persiste. El Santuario y Santa María del Norte son colonias en el Cerro que se ubican al norte. El Manto y Paraje San Juan, al noroeste. Luis Echeverría y Las Maravi- llas, al sur y sureste. Al este, Valle de Luces —el asentamiento más grande del Cerro— y Ampliación Los Reyes, y entre el este y noreste, Estrella del Sur y Ri- cardo Flores Magón. Estas son algunas de las colonias que se han formado por la falta de vivienda y tierra. Y, al paso de los años, estas colonias se amplían. Así, el afán de lucro de algunos dirigentes llevó a personas llegadas de provincia a habitar ese cerro. De ese modo surgió la colonia Estado de Vera- cruz. Otro caso de la expansión de la mancha urbana es el asentamiento deni- minado Ampliación El Manto. Los asentamientos con mayor pobla- ción, están ubicados el sureste del cerro, y se caracterizan porque siguen avan- zando —invadiendo— sobre la zona eco- lógica, entre ellas Valle de Luces. Este último asentamiento primero se ubicó en las partes bajas del cerro, luego se extendió y formó dos secciones, y luego una tareera; esta última es irregu- lar. Quienes habitan estos terrenos viven con preocupación e inseguridad para construir sus casas debido a la amenaza de demolición. Y aunque algunas cons- trucciones que se ubican dentro de la zona de reserva ecológica ya han sido de- molidas, hay otras que no. En esos casos M Suelo sísmico con fallas, dice el Plan Maestro El Cerro de la Estrella, zona de alto riesgo para colonias los vecinos aseguraron que "son casas que pertenecen a gente influyente". Así, se tiene el caso de la colonia Luis Echeverría, que ante la necesidad de vi- vienda, se amplió hacia dentro del par- que y surgió la "Ampliación Luis Echeverría", en la cual se ubican muchas construcciones formales clausuradas por la Comisión Coordinadora del Desarro- llo Rural. Las Maravillas es colonia irregular por completo, y por su aspecto físico resulta irónico el nombre que lleva. Está asen- tada sobre una barranca entre montones de cascajo. Se considera una ciudad per- dida sin servicios y sus habitantes viven con el temor de ser desalojados de un momento a otro. Para este problema de la irregularidad, las invasiones y la expansión , loa investi- gadores comentan que se han planteado sólo dos vías: por un lado, Cocoder argu- menta el desalojo; por el otro los colonos luchan por permanecer o ser reubicados, como han sido los casos de la tercera sec- ción de Valle de Luces y El Mirador. En Valle de Luces hay asentamientos irregulares con un 50 por ciento de posi- bilidades de permanecer, a diferencia de las demás zonas irregulares que tienen sólo uno por ciento de posibilidades de permanecer en su lugar. Su organización vecinal en muchos ca- sos les ha permitido contar con servicios, algunos de los cuales los han conseguido a través de sus presidentes de colonias que han gestionado ante las autoridades delegacionales programas como el de Mi- tad y mitad, aunque en otros casos son los colonos quienes pagan casi el 100 por ciento. , Igual que en otras partes de la ciudad, ' ahí los colonos se ven obligados a afi- liarse al partido en el poder, y apoyan sus campañas electorales a cambio dé que en un marco político concesional, se les ges- tionen servicios y obras públicas. Recientemente los vecinos empiezan a tomar conciencia de 1?, problemática y consideran que cuida' parque les traerá beneficios a los que ahí habitan; por eso han presentado a la delegación proyectos para administrar el parque y darle vigi- lancia mediante brigadas. Participan también en los procesos de reforestación. Según los estudios realizados, la venta de terrenos y parcelas en el Parque Na- cional se inició desde 1940 , cuando el general Lázaro Cárdenas expropió y no se pagó a los campesinos por su tierra. Ante el temor de no contar con nada, fraccionaron ilegalmente, y en otros ca- sos propiciaron las invasiones. Pero además de habitar irregularmente en el cerro, se le utiliza para actividades deportivas y dé recreación: Así, se encuentran aquí, los fines de semana, clubes y organizaciones de jóve- nes que hacen deporte en el Cerro de la Estrella. Ahí se ubican un club privado y un gimansio construido de troncos, llan- tas, fierros viejos y que es conocido como "el changuero de palos." Tiene cinco añ,os de haberse fundado el club por una pareja de profesores de Educación Física y en él realizan activi- dades como boxeo, gimnasia y acondi- cionamiento físico. El parque, además, sirve como lugar de recreación y las familias acuden casi todos los fines de semanas y visitan el museo y las cuevas. Hasta 1970 el cerro era utilizado para sacar leña, pero a partir de importantes descubrimientos arqueológicos en esa misma década, en 1974, dirigidos por el arqueólogo Matos Moctezuma, se descu- brió en la cima del cerro una pirámide donde se efectuaba la ceremonia del Fuego Nuevo, además de que se encon- traron ahí puntas de flechas, malacates, figurillas, utensilios, así que con el fin de mostrar al público los descubrimientos se inauguró en 76 el museo. Usos tradicionales del cerro El popular rito de Semana Santa se lleva a cabo desde hace 20 años en el pa- raje El Calvario, ubicado en las faldas del cerro; en ese sitio se realizan los actos de recordación de la Pasión de Cristo í Este espacio es uno de los principales centros ceremoniales que han dado a co- nocer al Cerro de la Estrella como el esce- nario de una de las representaciones teatrales de la tradición popular.

DÍA: AÑO: /?? M El Cerro de la Estrella, zona de alto

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Page 1: DÍA: AÑO: /?? M El Cerro de la Estrella, zona de alto

DÍA: 30 N E S : oí AÑO: /??<->

PAG.: IT:

'LA JORNADA"

Víctor Ballinas /II • En el Plan Maes­tro del Parque Nacional Cerro de la Es­trella, elaborado por la UAM y el Grupo de Planeación y Desarrollo, se destaca que aquélla es "zona de alto riesgo por su actividad sísmica, fracturas y fallas, para los asentamientos irregulares que se ubi­can en las faldas de la sierra". Subrayan los investigadores que gran parte de esa población debe reubicarse para evitar po­sibles accidentes que pondrían en peligro la vida de los habitantes.

Ahí se ubican verdaderas "ciudades perdidas", como lo es Valle de Luces —asentamiento irregular ubicado en este cerro—, además de otras 11 colonias, casi todas irregulares y que por lo mismo carecen de los servicios públicos indis­pensables. Gran parte de ellas surgieron por la invasión de la zona federal; en otras, se dicen que compraron terrenos a los ejidatarios. La irregularidad de la tie­rra es un problema que aún persiste.

El Santuario y Santa María del Norte son colonias en el Cerro que se ubican al norte. El Manto y Paraje San Juan, al noroeste. Luis Echeverría y Las Maravi­llas, al sur y sureste. Al este, Valle de Luces —el asentamiento más grande del Cerro— y Ampliación Los Reyes, y entre el este y noreste, Estrella del Sur y Ri­cardo Flores Magón. Estas son algunas de las colonias que se han formado por la falta de vivienda y tierra.

Y, al paso de los años, estas colonias se amplían. Así, el afán de lucro de algunos dirigentes llevó a personas llegadas de provincia a habitar ese cerro. De ese modo surgió la colonia Estado de Vera-cruz. Otro caso de la expansión de la mancha urbana es el asentamiento deni-minado Ampliación El Manto.

Los asentamientos con mayor pobla­ción, están ubicados el sureste del cerro, y se caracterizan porque siguen avan­zando —invadiendo— sobre la zona eco­lógica, entre ellas Valle de Luces.

Este último asentamiento primero se ubicó en las partes bajas del cerro, luego se extendió y formó dos secciones, y luego una tareera; esta última es irregu­lar.

Quienes habitan estos terrenos viven con preocupación e inseguridad para construir sus casas debido a la amenaza de demolición. Y aunque algunas cons­trucciones que se ubican dentro de la zona de reserva ecológica ya han sido de­molidas, hay otras que no. En esos casos

M S u e l o s í smico c o n f a l l a s , d ice el P l a n M a e s t r o

El Cerro de la Estrella, zona de alto riesgo para colonias los vecinos aseguraron que "son casas que pertenecen a gente influyente".

Así, se tiene el caso de la colonia Luis Echeverría, que ante la necesidad de vi­vienda, se amplió hacia dentro del par­q u e y s u r g i ó la " A m p l i a c i ó n L u i s Echeverría", en la cual se ubican muchas construcciones formales clausuradas por la Comisión Coordinadora del Desarro­llo Rural.

Las Maravillas es colonia irregular por completo, y por su aspecto físico resulta irónico el nombre que lleva. Está asen­tada sobre una barranca entre montones de cascajo. Se considera una ciudad per­dida sin servicios y sus habitantes viven con el temor de ser desalojados de un momento a otro.

Para este problema de la irregularidad, las invasiones y la expansión , loa investi­gadores comentan que se han planteado sólo dos vías: por un lado, Cocoder argu­menta el desalojo; por el otro los colonos luchan por permanecer o ser reubicados, como han sido los casos de la tercera sec­ción de Valle de Luces y El Mirador.

En Valle de Luces hay asentamientos irregulares con un 50 por ciento de posi­bilidades de permanecer, a diferencia de las demás zonas irregulares que tienen sólo uno por ciento de posibilidades de permanecer en su lugar.

Su organización vecinal en muchos ca­sos les ha permitido contar con servicios, algunos de los cuales los han conseguido a través de sus presidentes de colonias que han gestionado ante las autoridades delegacionales programas como el de Mi­tad y mitad, aunque en otros casos son los colonos quienes pagan casi el 100 por ciento. ,

Igual que en otras partes de la ciudad, ' ahí los colonos se ven obligados a afi­liarse al partido en el poder, y apoyan sus campañas electorales a cambio dé que en un marco político concesional, se les ges­tionen servicios y obras públicas.

Recientemente los vecinos empiezan a tomar conciencia de 1?, problemática y consideran que cuida' parque les traerá beneficios a los que ahí habitan; por eso

han presentado a la delegación proyectos para administrar el parque y darle vigi­lancia median te b r igadas . Pa r t i c ipan también en los procesos de reforestación.

Según los estudios realizados, la venta de terrenos y parcelas en el Parque Na­cional se inició desde 1940 , cuando el general Lázaro Cárdenas expropió y no se pagó a los campesinos por su tierra. Ante el temor de no contar con nada, fraccionaron ilegalmente, y en otros ca­sos propiciaron las invasiones.

Pero además de habitar irregularmente en el cerro, se le utiliza para actividades deportivas y dé recreación:

Así, se encuentran aquí, los fines de semana, clubes y organizaciones de jóve­nes que hacen deporte en el Cerro de la Estrella. Ahí se ubican un club privado y un gimansio construido de troncos, llan­tas, fierros viejos y que es conocido como "el changuero de pa los ."

Tiene cinco añ,os de haberse fundado el

club por una pareja de profesores de Educación Física y en él realizan activi­dades como boxeo, gimnasia y acondi­cionamiento físico.

El parque, además, sirve como lugar de recreación y las familias acuden casi todos los fines de semanas y visitan el museo y las cuevas.

Hasta 1970 el cerro era utilizado para sacar leña, pero a partir de importantes descubrimientos arqueológicos en esa misma década, en 1974, dirigidos por el arqueólogo Matos Moctezuma, se descu­brió en la cima del cerro una pirámide donde se efectuaba la ceremonia del Fuego Nuevo, además de que se encon­traron ahí puntas de flechas, malacates, figurillas, utensilios, así que con el fin de mostrar al público los descubrimientos se inauguró en 76 el museo.

Usos tradicionales del cerro El popular rito de Semana Santa se

lleva a cabo desde hace 20 años en el pa­raje El Calvario, ubicado en las faldas del cerro; en ese sitio se realizan los actos de recordación de la Pasión de Cristoí

Este espacio es uno de los principales centros ceremoniales que han dado a co­nocer al Cerro de la Estrella como el esce­nario de una de las representaciones teatrales de la tradición popular.