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DANZA DE LOS PARACHICOS, TRADICIÓN DE TRES SIGLOS Boletín Cortesía del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Esta tradición, del municipio de Chiapa de Corzo, comenzó en 1711, y según algunos registros es una ofrenda colectiva en la que actualmente se calcula participan seis mil personas. Desde lejos se oye la música del tambor y la flauta, el rumor del zapateado, el alboroto de sonajas de hojalata y los vítores del desfile: “¡Viva San Francisco, muchachos!”, “¡Viva San Benito, muchachos!”, “¡Viva la Virgen de Fátima, muchachos!”… Son los Parachicos de Chiapa de Corzo, que todos los años, del 8 al 23 de enero, realizan la festividad más tradicional y larga del estado de Chiapas. La danza de los parachicos representa el momento culminante de la Fiesta Grande de Chiapa de Corzo, cuyo vistoso atuendo consta de una máscara laqueada con facciones de un español de ojos azules o verdes, con barba de candado, tocado o “montera” elaborado con fibra de ixtle, un sarape tipo Saltillo, chalina bordada y un chinchín o sonaja de lámina. Esta tradición comenzó en 1711, es decir se desarrolla desde hace tres siglos, y según algunos registros es una ofrenda colectiva en la que actualmente se calcula participan seis mil personas, y está dedicada al Señor de Esquipulas (o de los Milagros), San Antonio Abad y San Sebastián Mártir, patronos de la comunidad. Por ser una manifestación que propicia la cohesión social y además fomenta la transmisión de conocimientos ancestrales heredados, Los parachicos en la fiesta de enero de Chiapa de Corzo fue declarada en 2010 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), luego de varios años de trabajo conjunto entre el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) y dicha comunidad chiapaneca, para trazar conjuntamente el expediente de la candidatura. Cuentan los viejos que a mediados del siglo XVIII, al entonces llamado pueblo de Chiapa de la Real Corona, llegó Doña María de Angulo buscando al curandero indígena para que aliviara a su pequeño hijo de una extraña enfermedad. Después de bañar al niño en las curativas aguas del

Danza de Los Parachicos

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Page 1: Danza de Los Parachicos

DANZA DE LOS PARACHICOS, TRADICIÓN DE TRES SIGLOSBoletín Cortesía del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Esta tradición, del municipio de Chiapa de Corzo, comenzó en 1711, y según algunos registros es una ofrenda colectiva en la que actualmente se calcula participan seis mil personas.

Desde lejos se oye la música del tambor y la

flauta, el rumor del zapateado, el alboroto de sonajas de hojalata y los vítores del desfile: “¡Viva

San Francisco, muchachos!”, “¡Viva San Benito, muchachos!”, “¡Viva la Virgen de Fátima,

muchachos!”… Son los Parachicos de Chiapa de Corzo, que todos los años, del 8 al 23 de enero,

realizan la festividad más tradicional y larga del estado de Chiapas. La danza de los parachicos

representa el momento culminante de la Fiesta Grande de Chiapa de Corzo, cuyo vistoso atuendo

consta de una máscara laqueada con facciones de un español de ojos azules o verdes, con barba

de candado, tocado o “montera” elaborado con fibra de ixtle, un sarape tipo Saltillo, chalina

bordada y un chinchín o sonaja de lámina.

Esta tradición comenzó en 1711, es decir se desarrolla desde hace tres siglos, y según algunos

registros es una ofrenda colectiva en la que actualmente se calcula participan seis mil personas, y

está dedicada al Señor de Esquipulas (o de los Milagros), San Antonio Abad y San Sebastián

Mártir, patronos de la comunidad. Por ser una manifestación que propicia la cohesión social y

además fomenta la transmisión de conocimientos ancestrales heredados, Los parachicos en la

fiesta de enero de Chiapa de Corzo fue declarada en 2010 como Patrimonio Cultural Inmaterial de

la Humanidad por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia

y la Cultura), luego de varios años de trabajo conjunto entre el Instituto Nacional de Antropología e

Historia (INAH-Conaculta) y dicha comunidad chiapaneca, para trazar conjuntamente el expediente

de la candidatura.

Cuentan los viejos que a mediados del siglo XVIII, al entonces llamado pueblo de Chiapa de la

Real Corona, llegó Doña María de Angulo buscando al curandero indígena para que aliviara a su

pequeño hijo de una extraña enfermedad. Después de bañar al niño en las curativas aguas del

Cumbujuyú, éste sanó de sus males. Los parachicos evocan a los antiguos chiapacorceños que se

disfrazaron para entretener al niño de doña María Angulo durante su enfermedad, de ahí su

nombre, pues lo hacían “para-el-chico”. Mientras, las “chuntas” (hombres vestidos de mujeres)

representaban a las mozas de la señora española. La tradición oral refiere también que una terrible

plaga de langosta acabó con las cosechas de la localidad, entre 1767 y 1768, y en 1770 una

epidemia provocó la muerte de cientos de personas. Entonces, María de Angulo regresó al pueblo

y, en agradecimiento por haber sanado a su hijo, repartió maíz y dinero entre la población.