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8/16/2019 Danziger. Nombrar La Mente
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Psicologías alternativas
Hace muchos años, antes de que se hubiera oído acerca de los
paradigmas de Kuhn, pasé dos años enseñando psicología en una
universidad de Indonesia. Cuando llegué para hacerme cargo de mi
tarea descubrí que uno de mis colegas indonesios ya estaba dictando
un curso de psicología. Pero mientras mi materia era identicada en la
agenda como Psichologi, la suya era identicada por su equivalente
indonesio, ilmu d!i"a. #$!i"a% signica #alma% o psique e #ilmu% es una
ciencia o una #logia%. $e modo que allí había un equivalente local literal
pero no estaba planeado que yo la enseñara. Pronto entendí por qué. &o
que estaba enseñando mi colega no era psicología occidental, sino algo
basado en una amplia literatura local que tenía sus raíces en la loso'ía
hind( con agregados e reinterpretaciones !avaneses. Por lo tanto los
estudiantes tenían la opci)n de las dos psicologías, una occidental y
una oriental.
*n ese momento, me pareci) e+traño. $espués de todo, si ambos, mi
colega indonesio y yo, nos ocupbamos de la realidad psicol)gica, debía
haber algunos puntos de contacto, incluso convergencias, entre
nuestros campos. -eguramente nuestros modos de abordar esta
realidad eran muy di'erentes, pero esa di'erencia podía ser usada
constructivamente si podíamos combinar las características 'uertes de
ambos. $e modo que, sin pensarlo, sugerí, a mi colega que
considerramos o'recer seminarios con!untos en los cuales cada uno
e+plicaría su aborda!e de un grupo de temas de la psicología seguido de
un anlisis de las di'erencias. uy cortésmente acord) con mi propuesta y
nos sentamos a discutir los temas que abarcaríamos en el seminario. /llí
'ue donde empe0aron los problemas. Prcticamente, parecía no haber
temas que 'ueran identicados como tales en mi psicología y en la suya,
Por e!emplo, yo quería discutir el tema de la motivaci)n y estaba
interesado en oír qué teorías podía aportar mi colega acerca de c)mo
operan y se desarrollan los motivos. Pero él di!o que sería bastante
di'ícil para él, porque desde su punto de vista la motivaci)n no era
realmente un tema. &os 'en)menos que yo podía agrupar
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espontneamente como #motivacionales% a él le parecían s)lo una
colecci)n heterogénea de cosas que no tenían nada interesante en
com(n. *sto, simplemente, no le parecía un campo que pudiera
reconocer como un buen candidato para una teoría unicada. Por
supuesto, algunos de mis e!emplos de 'en)menos #motivacionales% le
recordaban problemas que sí consider) importantes y acerca de los
cuales podría hablar, pero entonces, desa'ortunadamente no estaría ya
discutiendo la #motivaci)n%. -e vería 'or0ado a cambiar el tema. *l tenía
algunos temas que podía sugerir, 1qué tal si dedicbamos un seminario
a cada uno de ellos2 *so me desconcert), no s)lo porque sus temas no
s)lo no me eran 'amiliares sino que me era muy di'ícil seguir su
e+plicaci)n. 3o me parecía que constituyeran dominios naturales y las
preguntas a las que llevaban parecían estar basadas en supuestos que
yo no podía compartir. *ntonces él señal) que yo también estaba
'ormulando supuestos qué el también encontraba di'íciles de aceptar.
/l con'eccionar nuestra lista de temas y al 'ormular nuestras preguntas
acerca de ellos ambos estbamos dando muchas cosas por sentado,
pero el acuerdo acerca de qué sería dado por sentado resultada di'ícil de
alcan0ar. -e hi0o evidente que si íbamos a tener un seminario con!unto
pronto se convertiría en una discusi)n acerca de problemas los)cos,
no psicol)gicos. *sto no era lo que yo había pensado.
4al ve0 la motivaci)n no era un buen tema con el cual comen0ar,
intenté con otros5 inteligencia, aprendi0a!e, etcétera. Pero el resultado
'ue el mismo. i colega no reconocería ninguno de ellos como campos
claramente demarcados de otros. *l concedía que algunos de ellos
tenían características comunes, pero consideraba a las mismas como
triviales o articiales y arbitrarias. /grupar los 'en)menos psicol)gicos
de ese modo le parecía, no s)lo antinatural, sino una manera segura de
evitar todas las preguntas interesantes. $e manera similar, yo no podía
hacer nada con los temas que él proponía, en varias oportunidades no
entendía el por qué de hacer las preguntas que él quería hacer.
&amentablemente, llegamos a una situaci)n sin salida. &a serie de
seminarios nunca se dict). -i hay un modo de planicar y dar a conocer
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una serie tal sin un acuerdo de temas y problemas, no lo conseguimos.
/hora bien, debo poner de relieve que la postura de mi colega indonesio
no era idiosincrtica. 6l presentaba un con!unto coherente de ideas
insertas en una tradici)n signicativa de te+tos y prcticas. *stas incluían
varias 'ormas de prctica de meditaci)n y de ascetismo que
podrían ser empleadas para producir 'en)menos psicol)gicos especícos
tan conables como muchos de nuestros e+perimentos psicol)gicos, y
qui0s ms. &os conceptos de ulmu d!i"a abarcaban estos 'en)menos
entre otros. *sta otra psicología no puede ser desestimada como
especulaci)n de sill)n7 seguramente era una disciplina en el doble
sentido del término, como un cuerpo sistemtico de conocimiento y de
prcticas estrictamente reguladas. /(n así, ni la organi0aci)n de su
conocimiento ni las prcticas que promueve tienen mucho en com(n
con sus hom)logos en la psicología occidental.
-er con'rontado con mi propio e+)tico $oppelg8nger disciplinar 'ue una
e+periencia inquietante. *ra claramente posible delimitar el campo de
los 'en)menos psicol)gicos de maneras muy di'erentes y a(n terminar
con un con!unto de conceptos que parecieran bastante naturales,
teniendo en cuenta el conte+to cultural correspondiente. *s ms, estos
con!untos di'erentes de conceptos podrían tener sentido prctico
per'ecto si se nos permitiera elegir la propia prctica. 19ué implica esto
para la ob!etividad de las categorías con las que la psicología occidental
opera2 1i lista de los temas del seminario representa un #verdadero:;
re
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criticar sus propias hip)tesis bsicas%. *stas distinciones, plasmadas en
estas hip)tesis estn basadas en convenciones, no en observaciones no
distorsionadas, por lo que s)lo podemos ;ver% lo que nuestro ;marco de
concepciones% nos permite ver. 1. Nota al fnal del texto
*s di'ícil evitar estas re
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palabras a'ricanas que indicaban habilidad mental habían sido
enunciadas como haciendo re'erencia a cautela y prudencia, o inclusive
a conocimiento o a reglas de cortesía, ms que a inteligencia en el
moderno sentido occidental.
/l indagar ms pro'undamente -mith @ABAE not) que la relaci)n entre
sel' y e+periencia era representada de una manera muy di'erente en la
cultura aorí en relaci)n con occidente. *n lugar de atribuirle
e+periencias a un #sel'% central ellas eran consideradas como originadas
en #)rganos de la e+periencia% especícos identicados con nombres que
no eran traducibles porque carecemos completamente de una noci)n tal.
/ la inversa, al describir la psicología popular de los marquesanos,
KirGpatricG @ABM5BJE hall) que ellos no distinguían un dominio que
correspondiera a nuestra #cognici)n%.
s generalmente, los estudios etnopsicol)gicos han producido una gran7
cantidad de evidencia que coincide en la no universalidad de algunas de
las distinciones bsicas que 'orman el esqueleto conceptual de nuestras
propias convenciones respecto de la clasicaci)n psicol)gica. =na de
estas distinciones equivalente a una oposici)n es la e+istente entre lo
que pertenece al interior del individuo y lo que pertenece a la es'era
social, totalmente a'uera de este. 4al distinci)n est implicada no s)lo
en el concepto de #simulaci)n social% sino en la noci)n de #personalidad%
como un con!unto de atributos individuales que e+iste
independientemente de cualquier situaci)n social y que puede ser
descripta abstrayéndose de tales situaciones. Incluso, 'rente el tras'ondo
de una gran cantidad de evidencia de las sociedades no occidentales
@arGus y Kitayama, ABBA7 Kitayama y arGus, ABBJE, esta 'orma de
plantear la relaci)n individuosociedad aparece como culturalmente
especíca. s a menudo, la descripci)n de las personas y sus
características no estn separadas de las descripciones de las
situaciones sociales @por. *!. -ch"ueder y Nourne, ABJE. *n contraste con
nuestro vocabulario psicol)gico de las esencias intrapersonales,
encontramos vocabulario de términos interpersonales cuyos signicados
no pueden ser transmitidos sin una e+plicaci)n elaborada @por e!. ?osaldo,
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ABF7 Lhite, ABM,ABBJE. 2. Nota al fnal del texto
tra distinci)n dada por sentado que subtiende nuestra clasicaci)n de
los 'en)menos psicol)gicos es la que e+iste entre lo racional y lo
irracional, lo cognitivo y lo a'ectivo -eparar una categoría de hechos
denominados #emociones% de otra categoría de hechos identicados
como
#cogniciones% e+presa esta distinci)n. 3o obstante esto no se corresponde
con el modo en que las palabras sobre las emociones son usadas en la
vida cotidiana, ya sea en nuestra cultura o en otras @/verill, ABM7 &ut0,
ABE. 4ales palabras son usadas para hablar acerca de situaciones y
problemas particularmente signicativos, culturalmente denidos. *sta
es la ra0)n por la cual hay tanta variaci)n en el vocabulario de las
emociones entre las culturas @Heelas, ABO7 ?ussel, ABBAE. /dems, en
tanto cada palabra sobre una emoci)n representa un escenario cognitivo,
no puede suponerse que tales palabras re
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de hechos psicol)gicos2 4al ve0. Pero si es así, no es por nuestros
métodos superiores de investigaci)n empírica. Porque las categorías en
cuesti)n no 'ueron inventadas como consecuencia de la investigaci)n
empírica estaban allí antes de que nadie las usara para identicar los
ob!etos de los estudios empíricos. &os psic)logos no inventaron el
concepto de ;emoci)n%, por e!emplo, para e+plicar algunos halla0gos
empíricos, obtuvieron ciertos halla0gos empíricos por su deseo de
investigar un grupo de hechos que su cultura les ha enseñado a
distinguir como ;emocionales%.
&os ob!etos de una ciencia usualmente estn tomados para re'erirse a
alg(n aspecto distintivo de una realidad cuya e+istencia es pensada
independientemente de la ciencia de la cual son ob!etos. Cuando
planteamos que la ciencia psicol)gica contribuye a nuestro conocimiento
de las actitudes, los motivos, las personalidades, etcétera, asumimos que
la realidad psicol)gica se divide a lo largo de las líneas indicadas por esta
red aceptada de categorías. =na sensaci)n no es una actitud y un motivo
no es un recuerdo, aunque por supuesto puedan e+istir relaciones entre
ellos. $e manera similar, la teoría psicol)gica com(nmente construye
hip)tesis acerca de la estructura de las actitudes o las leyes de
aprendi0a!e, pero no cuestiona que la ;actitud% y el #aprendi0a!e%
describen distintas clases que requieren cada una sus propios
constructo te)rico. *n otras palabras, la teoría psicol)gica opera sobre la
base de algunos preacuerdos acerca de aquello respecto de lo cual la
misma se reere.
4radicionalmente, los psic)logos se han sentido !usticados al ignorar
este problema adoptando un tipo de convencionalismo. Por esta ra0)n, la
denominaci)n de las categorías psicol)gicas es realmente bastante
arbitraria. &os mecanismos de medici)n psicol)gicos generan productos
a los que se asignan nombres. &a mayor parte del tiempo, los términos
del uso com(n son empleados con este prop)sito, pero en (ltimo anlisis
es (nicamente la operaci)n de medida la que dene el signicado
cientíco del término. -i este signicado cientíco se corresponde con el
signicado corriente del término es un asunto empírico, a ser resuelto
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estableciendo la ;validaci)n e+terna% del procedimiento.
*l problema con esta 'orma de deshacerse del tema es que con!uga el
sentido del término con su re'erente. $ecir que la inteligencia es lo que
miden los tests de inteligencia, por e!emplo, establece una re'erencia
particular al término ;inteligencia% pero no establece su sentido. *l acto
de categori0ar un 'en)meno siempre involucra dos decisiones. Primero
decidimos qué es realmente un 'en)meno con suciente singularidad y
estabilidad como para que se !ustique darle un nombre. *l 'en)meno
ahora dar una re'erencia a cualquier nombre que eli!amos. Pero el
nombre también debería ser el nombre correcto. *ntonces ahora
tendremos que denir cul es el apropiado para usar en la miríada de
nombres de que disponemos. /l tomar esta decisi)n hemos optado por el
sentido particular que nuestro nombre puede tener. -entido y re'erente
son independientes. *n la investigaci)n psicol)gica a veces sucede que
después de que un 'en)meno ya ha sido nombrado resulta ser
irreproducible. *n este caso hay serias dudas acerca de si es un
'en)meno real, después de todo, y por tanto podemos quedar con un
término sin re'erencia en el mundo por 'uera de la pgina impresa. Pero
tal término todavía tendría sentido. *l término ;unicornio% tiene alg(n
sentido, aunque no haya unicornios. $e manera similar el término
;inteligencia%, tendría alg(n sentido, incluso si resultara que no hay
nada en los individuos humanos que se corresponda con ese término. $e
manera inversa, puede haber algo allí a'uera pero puede resultar que
;inteligencia% sea una palabra completamente err)nea para eso. *n ese
caso, podría haber una re'erencia pero nuestro sentido de qué era habría
estado equivocado. 3. nota al fnal del texto
&o que le da un sentido particular a un término es el discurso del cual es
parte. i colega indonesio entendía el sentido de términos como
;inteligencia% y #motivaci)n% porque estaba 'amiliari0ado con ciertos
te+tos psicol)gicos de occidente. Q sabía c)mo eran usados estos
términos en esos te+tos. -i no hubiera estudiado esta literatura no
habría sabido qué hacer con tales términos. $e manera similar, para
comprender adecuadamente sus términos, yo hubiera tenido que
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'amiliari0arme con su literatura psicol)gica. -olamente señalar
'en)menos no te+tuales no podría haber hecho el traba!o por ninguno de
nosotros. Para comprender tales categorías hubiéramos necesitado, no
solamente e!emplos positivos, sino también alguna apreciaci)n sobre
c)mo cada categoría estaba inserta en relaciones de distinci)n,
oposici)n, supra y subordinaci)n, etc. respecto de otras categorías. Q eso
s)lo puede concluirse a partir de un discurso que las abarcara a todas
ellas. Para entender qué hace ilustrativo a un e!emplo no hubiera sido
suciente observar, hubiéramos tenido que entrar en un mundo de
discurso en el cual tiene lugar la categoría en cuesti)n. &a distinci)n
entonces, es entre un discurso que provee términos con su signicado y
algo a'uera respecto a lo cual los términos pueden re'erirse. *ste algo
a'uera puede o no ser otro discurso. /puntar a la re'erencia de un
término de clasicaci)n no puede proveer su signicado, a menos que
nos sea dicho, o que ya cono0camos, qué características del re'erente lo
hace un miembro de la clase. Para esto tenemos que conar en una
interpretaci)n discursiva de lo que observamos.
Podemos s)lo comunicar @y probablemente s)lo hacerE observaciones
empíricas aplicando una red de categorías pree+istentes. 4oda
descripci)n empírica es una e+posici)n que ha sido organi0ada en
términos de ciertas categorías generales. *stas categorías denen qué es
lo que est siendo observado. Para que una observaci)n sea
psicol)gicamente relevante e interesante debe ser e+presada en términos
de categorías psicol)gicas. *l in'orme de que el lpi0 en la mano de
alguien entra en contacto con un peda0o de papel a una cierta distancia
desde la parte superior de la pgina no cuenta como una observaci)n
empírica en psicología de la personalidad. *l in'orme de que alguien
recibe cierto punta!e en la *scala de la ansiedad maniesta de 4aylor sí.
3o es suciente hacer cualquier clase de observaci)n en ciencia, deben
hacerse observaciones relevantes. Q no pueden hacerse observaciones
psicol)gicas relevantes si no se usan categorías psicol)gicas. 4enemos
que tener algunos acuerdos sobre nociones acerca de qué es lo que
estamos investigando antes de que podamos hacer contribuciones
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empíricas a la suma total de nuestro conocimiento compartido. *sto no
quiere decir que nuestras preconcepciones sean necesariamente
incorregibles. Pero cuanto ms las damos por sentadas, menos nos
percatamos de su e+istencia, y menos probabilidadR hay de corregirlas
cuando son puestas a prueba en la prctica.
Q esta clase de incorregibilidad puede privarnos de los 'rutos de nuestra
investigaci)n empírica. 3uestra tradici)n empírica nos ha acostumbrado
a corregir constantemente nuestras teorías e+plícitas acerca de los tipos
de hechos psicol)gicos a la lu0 de la evidencia empírica. Pero la loso'ía
postempírica nos advierte acerca de otra clase de teoría, por e!emplo, los
supuestos acerca de nuestro tema que estn implícitos en las categorías
que usamos para denir los ob!etos de nuestra investigaci)n y para
e+presar nuestros halla0gos empíricos. -i convertimos estos supuestos
en prcticamente incorregibles porque nunca los e+aminamos
establecemos límites muy estrechos al progreso de nuestra ciencia.
Para la psicología este problema es particularmente serio porque incluso
después de un siglo de prctica especiali0ada muchos de sus términos
permanecen 'uertemente dependientes de acuerdo compartidos en la
cultura general. &a psicología pudo haber desarrollado ciertas teorías
acerca de la motivaci)n, acerca de la personalidad, acerca de las
actitudes, etc., pero la red de categorías que asignan una realidad
distintiva a la motivaci)n, la personalidad, las actitudes, etc., ha sido
tomada de una comunidad ling>ística mucho ms amplia de la que los
psic)logos son parte. &a mayoría de los psic)logos quieren preservar la
relevancia de su traba!o para la vida e+terior al laboratorio. Para hacer
esto deben demostrar correlaciones entre sus categorías cientícas y los
'en)menos denidos en términos de las categorías comunes de la vida
cotidiana. Pero esto supone incorporar mucho del sentido tradicional de
las categorías corrientes.
/unque los psic)logos son convencionales en la denici)n de sus
conceptos te)ricos, act(an como un naturalista inocente respecto de los
dominios que sus teorías tienen la intenci)n de e+plicar. 4ienden a
proceder como si las categorías corrientes representaran clases
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naturales, como si las distinciones e+presadas en sus categorías bsicas
re
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volvemos al origen hist)rico de estas categorías solemos descubrir que lo
que ms tarde se volvi) oculto y dado por sentado a(n permanece abierto
y es cuestionable. 4ambién descubrimos algunas de las ra0ones por las
que 'ue introducida una nueva categoría y por quién. *ste es el tipo de
traba!o al que est dedicado este libro.
Historiogra'ía
bservar las categorías psicol)gicas con una perspectiva hist)rica se
opone directamente a una de las características ms pro'undamente
arraigada de la psicología moderna5 su ahistoricismo. &a historia s)lo se
admite dentro del discurso psicol)gico en la 'orma del desarrollo
individual, e incluso en esta 'orma es com(nmente segregada como un
campo separado del resto de la disciplina. *n lo que se reere a la
historia en el sentido com(n, no se considera que tenga signicaci)n
alguna para la investigaci)n psicol)gica actual o para sus resultados.
&a ra0)n ms obvia para esto est basada en la deseada identicaci)n de
la psicología con las ciencias naturales.6. Nota al fnal del texto. -e supone que la
investigaci)n psicol)gica est interesada en ob!etos naturales, no
hist)ricos, y se
considera que sus métodos son los de las ciencias naturales, no los de la
historiarla psicología est comprometida en la investigaci)n de procesos
como la cognici)n, la percepci)n, la motivaci)n, como 'en)menos
hist)ricamente invariantes de la naturale0a, no como 'en)menos sociales
hist)ricamente determinados. *n consecuencia, ha 'avorecido
'uertemente el aborda!e e+perimental de las ciencias naturales y ha
recha0ado los métodos te+tuales y documentales de la historia. *sto
signica que los estudios hist)ricos tienen tan poca relevancia para el
traba!o actual en la disciplina psicol)gica como la historia de la 'ísica lo
tiene para el traba!o actual en esa ciencia. *n ambos casos, el ba!o
status de la historia se apoya en una creencia implícita en el progreso
cientíco. -i el devenir hist)rico de la ciencia representa un
per'eccionamiento acumulativo del conocimiento, entonces el pasado
consiste simplemente en aquello que ha sido superado. &a ra0)n
principal para ocuparse de él es para celebrar el progreso, para
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'elicitarnos a nosotros mismos por haber llegado a la verdad respecto de
la cual el ms inteligente de nuestros predecesores s)lo pudo hacer
con!eturas.
=na característica de esta clase de historiogra'ía es su aceptaci)n sin
cuesti)n de las arraigadas divisiones actuales entre los dominios
psicol)gicos. -e asume que tales divisiones re
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mismo no es una teoría. 1*s un 'en)meno, entonces2 *sta es la 'orma en
que la historiogra'ía positivista siempre lo ha tratado. Pero cuando
$escartes con!etur) acerca de la mecnica corporal de las reacciones
animales 1estaba abordando el mismo 'en)meno que -herrington
observ) en su laboratorio de Cambridge dos siglos y medio después2
Claramente no. 19ué puede conectar a ambos2 &a soluci)n de
Canguilhem 'ue apuntar a la e+istencia de una tercera clase de entidad,
ni el 'en)meno ni la teoría, a la que se reere como un concepto. *l
re
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en un determinado momento, y en el curso de su historia subsiguiente T
e+periment) muchos cambios @$an0iger, ABBDbE. =na parte de esa i
historia es rastreada en el capítulo J.
/l ignorar el hecho de que las categorías cientícas tiene una historia se
hace posible evitar preguntas 'undamentales. =na 'orma en la que esto
opera es a través de la historia de las especialidades. Producir una
historia ríe la #psicología motivacional%, es una vía e+celente de esquivar
la historicidad de la categoría de motivaci)n en sí misma. &a e+istencia
real, independientemente de cualquier discurso, de divisiones naturales
entre 'en)menos motivacionales y otros 'en)menos es asumida desde el
comien0o, y todo lo que permanece es la reconstrucci)n de alg(n
material hist)rico que enca!e en esta, divisi)n. Como arGus @AB:E ha
sugerido, esta clase de historia debería ser considerada como un modo
de consolidar consensos entre cientícos que no pueden permitirse ni los
e'ectos disruptivos ríe una controversia persistente acerca de temas
'undamentales ni los e'ectos desmorali0antes del escepticismo acerca de
las construcciones intelectuales en las cuales se basa su traba!o.
*n el pasado, la historiogra'ía positivista coe+isti) c)modamente con otra
tendencia, derivada de la así llamada historia de las ideas. *n ese
aborda!e, el desarrollo moderno de las especiali0aciones psicol)gicas es
visto sobre el 'ondo de parmetros categoriales hist)ricamente
permanentes que siempre han dirigido la re
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*l ahistoricismo con'orm) las bases comunes de este aborda!e y la
historia de las especiali0aciones con la cual coe+isti). ientras esta (ltima
simplemente ignor) la posibilidad de que las categorías
psicol)gicas actuales puedan ser material hist)rico e'ímero, aquellos
inspirados en la historia de las ideas elevaron tales categorías al status
de eternamente dadas. *n ambos casos, la historia es reempla0ada por el
esencialismo. &as categorías actualmente de moda en la psicología
americana son tomadas como e+presiones de algunas características
atemporales que denen la naturale0a humana. Inevitablemente, tal
aborda!e es víctima de un
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ob!etos. Uue muy di'ícil para la humanidad comprender que no se
marca el mismo tiempo en todas las partes del mundo. *s qui0s
a(n ms di'ícil de captar que cuando investigamos alg(n ob!eto
cientíco, hoy y como e+isti) en el pasado, no estamos
necesariamente hablando de una y la misma cosa @H>bner,
AB5ADE
*scribir historia no es la misma cosa que e+plorar la historicidad. Como
muestran los e!emplos mencionados de la historiogra'ía de la psicología,
es bastante posible escribir la historia de un modo completamente
ahist)rico. &os individuos y sus ideas se siguen unos a otros en una
secuencia e+tensa, pero las ideas s)lo son variaciones en un con!unto
nito de temas constantes y todos los individuos toman posiciones
respecto del mismo con!unto de cuestiones. &a e+ploraci)n, de la
historicidad, sin embargo, implica buscar la conguraci)n radical de los
temas, las preguntas, e incluso los individuos, por circunstancias
hist)ricas particulares. *ste libro est mucho ms interesado en la
historicidad, especícamente, en la historicidad de las categorías
psicol)gicas, que en la escritura de la historia.
Pero 1c)mo se e+plora la historicidad de las categorías2 /quí es dondeT
entra el lengua!e. &as categorías del discurso cientíco tienen nombres
que las identican y ob!etivi0an y las sit(an en una red de relaciones
semnticas con otras categorías. 1Puede, entonces, e+plorarse la historia
de las categorías rastreando la historia de sus nombres2 Hace veinte
años apro+imadamente, ?aymond. Lilliams @AB:OE intent) hacer algo en
esta direcci)n en un libro que llam) Palabras clave @AB:OE. /nali0)
términos de una importancia 'undamental en el debate social y político,
términos como #democracia% y #sociedad%. /lgunos de estos términos
eran psicol)gicos, #comportamiento% y #personalidad%, por e!emplo. *n el
caso de #comportamiento% puso de relieve c)mo el cambio del siglo en
i
el signicado de la palabra ha sido en la direcci)n de suministrar una
descripci)n moralmente neutral de las acciones humanas. &as
e+ploraciones de Lilliams constituyen un interesante es'uer0o precursor,
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pero tienen sus limitaciones @Uarr, ABB7 -Ginner, ABbE.
*n primer lugar, hay problemas con la identicaci)n de palabra y
concepto que est implícita en el aborda!e de Lilliams. 13o es posible
que hubiera un reconocimiento del concepto de democracia, por e!emplo,
antes de que la gente tuviera esa palabra2 *n (ltima instancia, la
respuesta a tal pregunta depende de la perspectiva que se tenga respecto
del rol del lengua!e. Pero es pre'erible abordar esa pregunta después, y
no antes, de reunir evidencia del desarrollo hist)rico de las categorías
psicol)gicas.12.nota al fnal del texto. *n e+tensas partes del presente estudio el
problema de la palabra y el concepto apenas aparece. *sto es porque, por
lo general,
vamos a estar interesados en un caso especial, a saber, el uso de
categorías en un conte+to disciplinar. *l e'ecto de tal conte+to es
producir una estandari0aci)n convergente de ambos, lengua!e y
concepto. Por otra parte, al estudiar Aa. emergencia de las categorías, los
cambios en el signicado de los términos proveen las me!ores pistas que
tenemos, como un reconocido historiador ha observado, #el signo ms
seguro de que un grupo o una sociedad ha incorporado una posesi)n
autoconsciente de un nuevo concepto es que ser desarrollado un
vocabulario correspondiente, un vocabulario que podr ser usado
entonces para distinguir y discutir el concepto con regularidad% @-Ginner,
ABb5 ADFE
*l aborda!e de las #palabras clave% también conlleva el peligro potencial,
al tomar palabras aisladas como su 'oco, de promover una e+plicaci)n
e+cesivamente atomística de la historia conceptual. *s importante,
entonces, no perder de vista el hecho de que los términosR individuales
siempre estn insertos en una red de relaciones semnticas de la cual
derivan su sentido y suV signicaci)n. *n tal red, los cambios en el
signicado de un término no son independientes de los cambios en el
signicado de otros términos y la signicaci)n de cada término depende
de la posici)n que ocupa en una totalidad mayor que es me!or anali0ar
como una 'ormaci)n discursiva. Con esto quiero decir un lengua!e que
constituye un mundo integrado de signicados en el cual cada término
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articula con otros términos para 'ormar un marco coherente que
represente una clase de conocimiento que es concebido como verdadero
y
una clase de prctica que es concebida como legítima.13. Nota al fnal deltexto.
&a historia de las categorías como elementos en 'ormaciones discursivas
obviamente no puede ser escrita en términos de la historia de los
persona!es individuales. =n lengua!e tiene su propia historia7 es el
traba!o de muchos y da cuenta del pensamiento y la prctica de grandes
grupos. 3uevamente, hay una di'erencia entre las clases de historia que
generalmente han sido promovidas por los historiadores de la psicología
y la clase de historia llevada a cabo aquí. Wusticadamente, cuando los
psic)logos dirigen la atenci)n a la historia de su tema, lo hacen con un
en'oque de psic)logo que promueve e+plicaciones centradas en los
individuos. -u 'ormaci)n pro'esional es probable que e+agere una ya
'uerte tendencia cultural a interpretar hechos sociales y culturales en
términos de acciones, pensamientos y personalidades de los individuos.
Como gran parte de la psicología social, esta tendencia usualmente est
basada en un individualismo implícito que reduce todos los 'en)menos
sociales a los comportamientos individuales.14.nota al fnal del texto. &a
misma noci)n de la historia como una historia de 'ormaciones discursivas
es e+traña a este
aborda!e. *st ms en sintonía con la tendencia historiogrca ms
reciente como el #giro ling>ístico% en la historia de la ciencia @SolinsGi,
ABBFE.
*l recha0o del individualismo meta'ísico no signica que toda re'erenciaa los actores individuales hist)ricos debe ser evitada. =na historia del
lengua!e psicol)gico escrita de esta manera probablemente pueda
parecer
en gran medida un diccionario etimol)gico. $e hecho, esta 'ue una de las
limitaciones del aborda!e de las #palabras clave% de Lilliams. Pudo
describir los cambios hist)ricos pero s)lo pudo especular acerca de las
ra0ones. Para llegar a las ra0ones de los cambios se tienen que relacionar
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los te+tos con los actores hist)ricos. Pero esto no signica e+plicar el
te+to en términos de la vida personal de su autor. &os autores entran en
acci)n s)lo como agentes hist)ricos. / través de sus te+tos los autores
intervienen y se convierten en parte de un proceso hist)rico en curso.
-us te+tos pueden hacer algo, pero la signicaci)n hist)rica de lo que
hacen no depende de las intenciones personales del autor tanto como de
la situaci)n del campo discursivo del cual el te+to es parte. =n
intelectual historiador reconocido ha e+presado esto del siguiente modo5
Cuando preguntamos acerca de la #intenci)n% de un autor, estamos,
'undamentalmente, buscando evidencia, no acerca, de su estado
mental mientras escribi) un traba!o particular, sino acerca de
determinadas características ob!etivas de su te+to, y especialmente
acercade su relaci)n a un comple!o dado de otros te+tos. *stamos
haciendo preguntas, en síntesis, acerca de las características
situacionales de un te+to en este campo. @?inger, ABBF5D:AE
*n los capítulos que siguen habr muchas re'erencias a las
contribuciones individuales consideradas como elementos de las
'ormaciones discursivas, no como elementos en biogra'ías personales.
Perspectiva del libro
*s apenas posible presentar algo como una historia comprehensiva del
lengua!e psicol)gico dentro de los límites de un solo volumen. $e hecho,
tal empresa sería altamente problemtica, incluso sin limitaciones de
tiempo y espacio. Para escribir la historia del lengua!e psicol)gico primero
se debería saber c)mo denir los límites de tal tema. *sto requerir un
entendimiento claro de lo que signica #psicol)gico%. 1C)mo se distingue
el lengua!e psicol)gico de otro lengua!e, y c)mo se
distinguen las categorías psicol)gicas de otras categorías2 -e pueden
imaginar muchas respuestas di'erentes a estas preguntas, y hace dos o
tres siglos las preguntas no hubieran sido siquiera, inteligibles.
*videntemente, #psicol)gico% es en sí mismo un e!emplo de una categoría
psicol)gica con una historia que precisa investigaci)n. Como no e+isti)
siempre, tenemos que recurrir a las concepciones modernas de #lo
psicol)gico% para el criterio que nos permitir distinguir entre material
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relevante e irrelevante del pasado. Pero este es una empresa peligrosa.
3os compromete a la peor clase de #presentismo%, donde el pasado es
reinterpretado sumariamente en términos de las categorías del presente
de modo tal que la historia viene a parecer un catlogo de #errores% y
#anticipaciones%.
&a (nica parte de la historia de la psicología que tiene un ob!eto
relativamente aproblemtico es la parte que es denida por la disciplina
moderna de la psicología @-mith, ABE. =na ve0 que los te+tos y las
estructuras disciplinarias aparecieron en la escena tenemos un campo
claramente identicable con límites relativamente marcados. *ste campo
est caracteri0ado por ciertas categorías de discurso cuya historia puede
ser investigada de un modo relativamente sencillo. *ste es el principal
en'oque del presente libro. -in embargo, esto no signica que no debe
prestarse atenci)n al desarrollo previo al advenimiento de una disciplina
psicol)gica. Como ya ha sido planteado, restringirse al uso de categorías
en la psicología cientíca es una ')rmula para evitar temas
'undamentales. Para entender la naturale0a de estas categorías tiene que
saberse de d)nde provienen. *n particular deben entenderse los
problemas que su construcci)n se suponía que en'rentara y qué
supuestos, relevando una tradici)n ms antigua, ellas representan.
Por e!emplo, al considerar la categoría #inteligencia% en el capítulo M se
dedica considerable espacio al surgimiento de la comprensi)n moderna de
esta categoría en el siglo I. -e presentan dos 'uentes de este
conocimiento, la biología evolucionista y un sistema racionali0ado de
educaci)n universal. *l capítulo M rastrea la dependencia respecto de
estas raíces del signicado psicol)gico de la #inteligencia% del siglo .
Ha habido otros desarrollos del siglo I que han provisto componentes
esenciales en el baga!e conceptual de la psicología del siglo . /lgunos
de los ms importantes son abordados en el capítulo J, que est
dedicado a la aparici)n hist)rica de conceptos psicol)gicos
'undamentales, como el estímulo, el re
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previamente no habían implicado una distinci)n marcada entre lo mental
y lo 'ísico. &a psicología moderna tuvo que en'rentarse con eso.
&as continuidades entre el discurso psicol)gico del siglo y 'ormas
anteriores de discurso se vuelven ms remotas y ms dudosas cuanto
ms atrs vamos en el tiempo. ientras hay a(n muchos puntos de
contacto en el siglo I, el rastro se vuelve ms incierto ms all de ese
momento. /ntes de nales del siglo XII, las categorías disponibles para
anali0ar la e+periencia y la conducta humana eran tan di'erentes a las
categorías psicol)gicas modernas que ya no se puede plantear estar
rastreando la historia de estas (ltimas cuando se estn abordando estos
períodos previos. *n tanto nuestra intenci)n aquí no es construir la
psicología como una entidad hist)ricamente permanente sino e+plorar la
historicidad de las categorías psicol)gicas, hay una ra0)n para comen0ar
estas e+ploraciones mucho antes del año A:FF. -in embargo, he incluido
una breve reseña de alg(n material hist)rico ms antiguo en el capítulo
D. *n su mayor parte, este se concentra en las concepciones
aristotélicas, porque estas eran hist)ricamente muy importantes para las
especulaciones occidentales acerca de la vida y la e+periencia de los
individuos humanos. Pero este esbo0o aborda un tema que considero que
es di'erente del resto del libro. *st, incluido meramente como un
contrapunto hist)rico para ilustrar, a través de un contraste, la novedad,
radical de las concepciones modernas. &os lectores que ya estén
convencidos de esto tal ve0 deseen saltear este capítulo y empe0ar con el
capítulo .
*n ese capítulo anali0o brevemente algunos de los desarrollos tempranos
que proveyeron una base conceptual para una red moderna de categorías
psicol)gicas. *n su mayor parte, estos desarrollos datan del siglo XIII.
-)lo entonces hay evidencia clara de reedad, de naturale0a psicol)gica. Sran parte de
esta re
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ra0)n, y ms particularmente porque la continuidad hist)rica entre esta
loso'ía y la psicología americana del siglo es tan pronunciada, es
que Aa. versi)n tradicional britnica de la loso'ía mental constituye el
'oco del capítulo . *ntre los conceptos seleccionados para atender estn7
la emoci)n, el motivo, la conciencia y el yo.
/ di'erencia de las categorías consideradas en capítulos siguientes, estos
conceptos no 'ueron creaci)n de la ciencia moderna psicol)gica aunque
eventualmente han venido a 'ormar parte de los ob!etos de esa ciencia.
*sto ilustra el origen dual de las categorías con las que la disciplina de la
psicología opera. uchas de ellas, incluida #conducta%, #aprendi0a!e% y
#motivaci)n% no e+istían como categorías de la re
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a un e+amen de un grupo de categorías cuyo origen est íntimamente
unido con la historia de la psicología americana. *n vista de los
m(ltiples orígenes de la disciplina psicol)gica @$an0iger, ABBFaE esto
requiere alguna e+plicaci)n. *s cierto que ha habido di'erencias
'undamentales entre el discurso psicol)gico en /mérica y en la *uropa
continental sin hablar de las psicologías no occidentales. Hasta la
segunda mitad del siglo no había uno sino varios lengua!es
disciplinares de la psicología, y cada uno de ellos tenía su propia
trayectoria hist)rica. $espués de la -egunda Suerra undial, sin
embargo, el lengua!e de la psicología americana 'ue adoptado casi en
todos lados, una situaci)n que s)lo empe0) a cambiar relativamente de
manera reciente. Por lo tanto, este lengua!e ocup) un lugar
especialmente signicativo en la historia de la disciplina. ?epresenta el
punto ms apropiado de entrada para una historia conceptual, aunque
se espera que los estudios comparativos de otros lengua!es psicol)gicos
sean emprendidos en el 'uturo.
Hay, por supuesto, cierta distorsi)n en re'erirse al lengua!e americano,
como si hubiera uno solo. *s cierto que la psicología americana siempre
ha tenido sus disidentes que quisieron hablar otro lengua!e que el ocial,
Pero una característica notable de la disciplina en su versi)n americana
'ue el grado llamativo e impresionante de uni'ormidad logrado en su
discurso, al menos por un tiempo. -i se diera nombre a esta 'orma
hegem)nica de discurso tendría que llamrselo #conductista%. *sto no
signica que la mayoría de los psic)logos norteamericanos 'ueran
conductistas, un !uicio acerca de sus compromisos te)ricos e+plícitos.
/unque esos compromisos deben haber e+istido, muchos de ellos
estaban bastante dispuestos a usar los términos especiali0ados de su
disciplina de un modo que admitiera muchos de los supuestos del
conductismo y los hiciera invisibles. *ste proceso es anali0ado por
separado en capítulos posteriores, especialmente en los capítulos O y B.
*l hecho de que la psicología americana estuviera dominada por un
particular modo de discurso durante la mayor parte del siglo provee
el criterio principal para la selecci)n de las categorías psicol)gicas
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discutidas en este libro. &a historia de estas categorías es un vasto
dominio, por lo tanto es necesario ser selectivo. He seleccionado
categorías cuya historia est íntimamente unida con la del discurso
#conductista% en general.17. Nota al fnal del texto. bviamente, este es el
caso en el capítulo O, que est principalmente abocado a la emergencia y
el establecimiento de
la categoría moderna de #conducta% y, en segundo lugar, a la de
#aprendi0a!e%. ientras que la (ltima involucra la creaci)n de un nuevo
dominio de la investigaci)n psicol)gica por un acto de abstracci)n que
'ue esencialmente como un disparo en la oscuridad, la historia de la
#conducta% es ms comple!a. 4iene sus raíces en concepciones previas de
la mente como algo a ser in'erido, y no leído, a. partir de algo ms que no
era la mente. Pero cuando la #conducta.% se convirti) en el componente
central de una nueva 'orma del discurso cientíco social adquiri) un
di'uso con!unto de signicados y 'unciones que se ale!an de estas raíces.
*ste proceso es anali0ado en el capítulo O.
*n el capítulo : el 'oco est puesto en dos categorías cuyo
establecimiento dentro de Aa. disciplina estuvo 'uertemente in
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técnicas adaptadas de la investigaci)n de mercado, los psic)logos
ane+aron e+itosamente esta categoría al darle una interpretaci)n
estrictamente intraindividual y al desarrollar métodos para la medida, de7
las actitudes. *stos dependían de la asimilaci)n de la categoría de
#estímulos sociales% a concepciones antiguas de los estímulos como
hechos 'ísicos y biol)gicos. *l capítulo cierra con una consideraci)n de
las di'erencias entre la categoría de #actitud social% y el concepto de
ideología que hi0o una breve aparici)n en la psicología social tras la
-egunda Suerra undial.
*n el capítulo B la discusi)n se despla0a hacia las categorías del discurso
psicol)gico ms generales5 estímulo y respuesta en primer lugar y
#variable% un tanto despuésV *stas categorías han 'uncionado como una
clase de metalengua!e dentro del cual escuelas diversas de pensamiento
psicol)gico pueden ser traducidas con el prop)sito de la comparaci)n
empírica. Uueron derivadas de 'ormas especícas de prcticas
investigativas e+perimentales y estadísticas, y su consecuencia es
imponer la 'orma de la prctica en todas las representaciones de la
realidad psicol)gica. s especialmente, el capítulo rastrea la historia de
la categoría de #variable% desde sus inicios estadísticos, a través de su
reicaci)n psicol)gica como una #variable interviniente% hasta su 'unci)n
como un término clave en el lengua!e de la ingeniería psicol)gica.
*l (ltimo capítulo @AFE re(ne tales temas de los capítulos anteriores y
retorna a algunos de los puntos puestos de relieve en esta introducci)n.
&a discusi)n se centra en la cuesti)n de si puede decirse que las
categorías psicol)gicas constituyen #clases naturales%, o si re
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década del siglo . Por lo tanto, es ese período el cual se anali0a ms
detalladamente. &a mayor parte del material de los capítulos O a B
pertenece a esos años porque este es el tiempo durante el cual la
psicología americana realmente encontr) su lengua!e. -i se comparan
te+tos publicados antes de este período con te+tos publicados cerca de su
n el cambio es bastante impresionante. Hay mucha discontinuidad en
las categorías que denen el ob!eto de la disciplina. uchas de las
categorías utili0adas por los te+tos posteriores las categorías discutidas
en este te+to y algunas otras no aparecían en los te+tos ms antiguos.
$urante estos años la disciplina redeni) su ob!eto. Pero esto no 'ue s)lo
una cuesti)n de cambiar de #conciencia% a #conducta%7 involucr) el
crecimiento de dominios completamente nuevos, como #personalidad% y
#actitudes sociales%, y la desaparici)n de otros, por e!emplo, la voluntad.
*n contraste, si comparamos los te+tos de los (ltimos treinta o incluso
.cincuenta años hay mucho menos cambio en las categorías del lengua!e
de la disciplina. Hay cambios en las teorías acerca de los 'en)menos de
interés, pero la distinci)n entre las di'erentes clases de 'en)menos est
a(n basada esencialmente en el mismo con!unto de categorías
'undamentales, siendo #cognici)n% la notable e+cepci)n.
*l período de treinta años, denido apro+imadamente entre ABAF y ABJF,
'ue un tiempo de cambio revolucionario. Uue revolucionario no porque
las teorías que e+plicaban los 'en)menos 'ueron cambiadas, sino porque
los 'en)menos en sí mismos cambiaron. Cambiaron porque las categorías
que los denían cambiaron. *ste proceso del surgimiento hist)rico de
nuevas categorías es e+aminado en los capítulos O a B. &a #inteligencia%
que emergi) apenas antes en un lugar geogrco di'erente, es
considerada en el capítulo M. Por supuesto, las nuevas categorías no
aparecieron de la nada, y algunas de esas #prehistorias% conguran el
ob!eto del capítulo J. *ntonces la perspectiva hist)rica del presente
estudio es provista por un período de especial signicaci)n. Uue durante
este tiempo que las divisiones conceptuales que luego sern dadas por
sentado .restaban a(n siendo negociadas. *ste proceso 'ue en gran
medido completado en los años MF, donde termina nuestro estudio. =n
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tiempo de relativa estabilidad y #normali0aci)n% había comen0ado. Hay
muchos desarrollos después de eso, pero, o bien no han a'ectado la
naturale0a de las categorías que han dominado el discurso psicol)gico o
bien indican la llegada de un nuevo período en la historia de la
disciplina. -i realmente han hecho esto, o si solamente sirvieron vino
vie!o en odres nuevos, no es algo que pueda ser decidido sin un e+amen
riguroso de lo que vino después.
3otas1 Curiosamente, ?ichards vio cierta esperan0a de escapar de este dilema
en el nuevo lengua!e psicol)gico del estímulo y la respuesta que se
estaban poniendo de moda. &amentablemente, esta esperan0a se perdi),
como veremos en el capítulo B.2. RR3uestro; reere aquí al vocabulario de la disciplina psicol)gica, no a
alg(n dominio de la psicología popular occidental que puede ser menos
e+trema respecto de esto @véase Lhite, ABBDE3. &a distinci)n re'erenciasentido tiene sus orígenes en el traba!o del
l)gico Urege @AJABDME. *ste traba!o estimul) muchas discusiones y
muchas variantes de la distinci)n @véase NaGer y hacGer, ABJE. i uso de
la distinci)n est solamente en líneas generales relacionado con este.4. -obre la 'alacia de las categorías humanas como re
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-mith @ABE y Qoung @ABOOE8. Hay ms discusi)n sobre el re