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Ministerio evangélico Palabras de Vida y Verdad sitio web: www.palabrasdevidayverdad.cl email: [email protected] David y Mefi-boset En nuestro viaje por las Santas Escrituras llegamos al Antiguo Testamento, encontramos una historia de amistad y verdadero amor, cada vez es menos frecuente encontrar personas que puedan cumplir con la palabra comprometida, los pactos se rompen muy a menudo en la actualidad. Pero hubo un hombre que fue capaz de cumplir con su palabra, por amor del nombre de su amigo Jonatán, y este es un hermoso cuadro de la salvación porque Dios nos acepta por amor al nombre de su Hijo Jesucristo. Consideramos uno de los tantos sucesos buenos en la vida de David. El capítulo 9 relata la historia de Mefi-boset. Como usted recordará, era hijo de Jonatán y nieto de Saúl. Es importante aquí recordar los hechos en cuanto a Saúl. Había sido enemigo cruel y amargo de David. A la muerte de Saúl, David empezó a juntar sus fuerzas. Según la costumbre oriental de aquel entonces, un nuevo rey, naturalmente mataba a todos los contendores al trono de la dinastía anterior. Cualquier pretendiente era quitado mediante la ejecución. Eso protegería al nuevo rey de cualquier amenaza. Según el código de aquel entonces, David habría sido justificado en ejecutar a cualquiera que fuera descendiente de Saúl. El nombre de este muchacho era Mefi-boset. A David le sería posible establecer más firmemente su trono si daba muerte a este joven y así quitaba el último vestigio de peligro. Siba siervo de Saúl le reveló el escondite de Mefi-boset, y David lo podría haber matado fácilmente. Pero, veamos lo que ocurre. 2 Samuel 9:1 Dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán? 2 Samuel 9:6 Y vino Mefi-boset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a David, y se postró sobre su rostro e hizo reverencia. Y dijo David: Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu siervo. 2 Samuel 9:7 Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa. 2 Samuel 9:8 Y él inclinándose, dijo: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo? David mitigó los temores del hijo de Jonatán, y le mostró bondad. Le devolvió su herencia y le dio un lugar permanente en la mesa del rey. Y dice el versículo 8 de este capítulo 9 del Segundo libro de Samuel: 2 Samuel 9:8 “. . . para que mires a un perro muerto como yo?” Fíjese usted en la reacción de Mefi-boset a todo esto. Si él hubiera sido hijo de David estando Saúl en el trono, es más que seguro que habría sido muerto. Sería una cosa muy diferente. Pero, David le dijo a Mefi- boset: “Tú eres Mefi-boset hijo de Jonatán, te mostraré bondad.” 2 Samuel 9:9 Entonces el rey llamó a Siba siervo de Saúl, y le dijo: Todo lo que fue de Saúl y de toda su casa, yo lo he dado al hijo de tu señor. 2 Samuel 9:10 Tú, pues, le labrarás las tierras, tú con tus hijos y tus siervos, y almacenarás los frutos, para que el hijo de tu señor tenga pan para comer; pero Mefi-boset el hijo de tu señor comerá siempre a mi mesa. Y tenía Siba quince hijos y veinte siervos. Esa era mucha gente para alimentar. De modo que, la propiedad y las tierras de Saúl, que habían pertenecido a Mefi-boset le fueron devueltas. Justamente le pertenecían a él, y David se cerciora de que él las reciba. 2 Samuel 9:11 Y respondió Siba al rey: Conforme a todo lo que ha mandado mi señor el rey a su siervo, así lo hará tu siervo. Mefi-boset, dijo el rey, comerá a mi mesa, como uno de los hijos del rey.

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Ministerio evangélico Palabras de Vida y Verdad

sitio web: www.palabrasdevidayverdad.cl email: [email protected]

David y Mefi-boset

En nuestro viaje por las Santas Escrituras llegamos al Antiguo Testamento, encontramos una historia de

amistad y verdadero amor, cada vez es menos frecuente encontrar personas que puedan cumplir con la

palabra comprometida, los pactos se rompen muy a menudo en la actualidad. Pero hubo un hombre que fue

capaz de cumplir con su palabra, por amor del nombre de su amigo Jonatán, y este es un hermoso cuadro

de la salvación porque Dios nos acepta por amor al nombre de su Hijo Jesucristo.

Consideramos uno de los tantos sucesos buenos en la vida de David.

El capítulo 9 relata la historia de Mefi-boset. Como usted recordará, era hijo de Jonatán y nieto de Saúl. Es

importante aquí recordar los hechos en cuanto a Saúl. Había sido enemigo cruel y amargo de David. A la

muerte de Saúl, David empezó a juntar sus fuerzas. Según la costumbre oriental de aquel entonces, un

nuevo rey, naturalmente mataba a todos los contendores al trono de la dinastía anterior. Cualquier

pretendiente era quitado mediante la ejecución. Eso protegería al nuevo rey de cualquier amenaza. Según el

código de aquel entonces, David habría sido justificado en ejecutar a cualquiera que fuera descendiente de

Saúl. El nombre de este muchacho era Mefi-boset. A David le sería posible establecer más firmemente su

trono si daba muerte a este joven y así quitaba el último vestigio de peligro. Siba siervo de Saúl le reveló el

escondite de Mefi-boset, y David lo podría haber matado fácilmente. Pero, veamos lo que ocurre.

2 Samuel 9:1 Dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de

Jonatán?

2 Samuel 9:6 Y vino Mefi-boset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a David, y se postró sobre su rostro e hizo

reverencia. Y dijo David: Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu siervo.

2 Samuel 9:7 Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de

Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa.

2 Samuel 9:8 Y él inclinándose, dijo: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo?

David mitigó los temores del hijo de Jonatán, y le mostró bondad. Le devolvió su herencia y le dio un lugar

permanente en la mesa del rey. Y dice el versículo 8 de este capítulo 9 del Segundo libro de Samuel:

2 Samuel 9:8 “. . . para que mires a un perro muerto como yo?”

Fíjese usted en la reacción de Mefi-boset a todo esto. Si él hubiera sido hijo de David estando Saúl en el

trono, es más que seguro que habría sido muerto. Sería una cosa muy diferente. Pero, David le dijo a Mefi-boset: “Tú eres Mefi-boset hijo de Jonatán, te mostraré bondad.”

2 Samuel 9:9 Entonces el rey llamó a Siba siervo de Saúl, y le dijo: Todo lo que fue de Saúl y de toda su casa,

yo lo he dado al hijo de tu señor.

2 Samuel 9:10 Tú, pues, le labrarás las tierras, tú con tus hijos y tus siervos, y almacenarás los frutos, para

que el hijo de tu señor tenga pan para comer; pero Mefi-boset el hijo de tu señor comerá siempre a mi

mesa. Y tenía Siba quince hijos y veinte siervos.

Esa era mucha gente para alimentar. De modo que, la propiedad y las tierras de Saúl, que habían

pertenecido a Mefi-boset le fueron devueltas. Justamente le pertenecían a él, y David se cerciora de que él

las reciba.

2 Samuel 9:11 Y respondió Siba al rey: Conforme a todo lo que ha mandado mi señor el rey a su siervo, así lo

hará tu siervo. Mefi-boset, dijo el rey, comerá a mi mesa, como uno de los hijos del rey.

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2 Samuel 9:12 Y tenía Mefi-boset un hijo pequeño, que se llamaba Micaía. Y toda la familia de la casa de

Siba eran siervos de Mefi-boset.

2 Samuel 9:13 Y moraba Mefi-boset en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado

de ambos pies.

Este es uno de esos actos nobles que David hizo. En el caso de Abigail hizo lo mismo. Cuando su esposo

cuyo nombre significa “necio” lo insultó, David le salvó la vida. Ahora, lo que David hizo por Mefi-boset, fue

algo maravilloso. Pero, hay otras lecciones impresionantes aquí, que en realidad son grandes verdades

espirituales que debemos mirar con atención. En primer lugar, un hijo de Dios debe reconocer que él

también es cojo. El apóstol Pablo en su carta a los Romanos, capítulo 3, versículos 15 y 16, escribe lo

siguiente:

Romanos 3:15 Sus pies se apresuran para derramar sangre;

Romanos 3:16 Quebranto y desventura hay en sus caminos;

Ese es el informe de la Clínica de Dios en cuanto a la raza humana. Todos nos hemos descarriado. Nuestros

pies nos descarrían. Y el profeta Isaías en el capítulo 53 de su profecía, dice en el versículo 6:

Isaías 53:6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová

cargo en él el pecado de todos nosotros.

Proverbios 16:25 Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte.

Nuestros pies nos meten en apuros. Es muy interesante la manera en que el alma y los pies están tan

contiguamente unidos en las Escrituras.

David acordándose que tenía un cojo que comía a su mesa, escuche usted las palabras que él dice.

Salmo 56:13 Porque has librado mi alma de la muerte, y mis pies de caída, para que ande delante de Dios en

la luz de los que viven.

Salmo 73:2 En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; por poco resbalaron mis pasos.

David sabía lo que era tener los pies lisiados.

Salmo 116:8 Pues tú has librado mi alma de la muerte, mis ojos de lágrimas, y mis pies de resbalar.

Considerando todo lo que David ha dicho, debemos concluir que en verdad somos cojos ante Dios, este el

cuadro de la salvación y somos aceptados por el Hijo amado Jesucristo, podemos tener acceso a la

presencia de Dios por el gran amor a su nombre, y cada vez que nos acercamos Él Padre recuerda a su Hijo en nosotros, como David recordaba a Jonatán en Mefi-Bose.

Publicado por Cristian Ramírez

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