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DÉCIMATERCERA REGIÓN
ISLAS CANARIAS
1. El archipiélago que forma esta provincia tieneen total una superficie de 727.260 hectáreas, de lasque aproximadamente 7.800 reciben el beneficio delregadío en sus principales islas.
Los distintos cultivos que dicha extensión compren-de son: plátanos, 1.625 hectáreas; tomates, 1.750;patatas, 1.425; cuila de azúcar, 650; cereales y legu-minosas, 2.100; frutales, 250.
Toda esta superficie es regada COLI agua de pie, peroentre las numerosas concesiones solicitadas en la ac-tualidad, hay cuatro que se refieren á aguas eleva-das; no expresa la Memoria qué parte de estos riegoses más ó menos eventual: ha de estimarse, sin embar-go, que ésta no será pequefia, dada la inconstanciade los cursos de agua en el país.
El cultivo más importante en esta provincia es eldel plátano, pues su producción por hectárea es de4.550, y por tanto, las 1.625 dichas dan un total de7.373.750 pesetas.
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Le sigue el de tomate, que rinde por hectárea 115
quintales, y ít 15 pesetas el quintal 1.725 pesetas, lo
que da para su total producción 3.018.750.
Las patatas, que en toda la extensión que se les de-
dica dan al respecto •de 160 quintales por hectárea
228.000, representan un valor de 2.736.000 pesetas.
La calla de azúcar, que ha disminuido en la impor-
tancia de su producción por la preferencia dada á los
cultivos anteriores, proporciona todavía una recolec-
ción de 273.000 quintales, con un valor medio de pe-
setas 1.092.000.
Los cereales y leguminosas, teniendo en cuenta que
las especies predominantes son el maíz, los garban-
zos, las judías y los guisantes, suman un valor medio
total (le 472.500 pesetas.
Y, por último, los árboles frutales, de los • que los
principales son el naranjo, el limonero, el almendro
y la higuera, arrojan una cosecha media que se pue-
de estimar en 101.250 pesetas.
De los plátanos, tomates y patatas producidos en
esta provincia, se consume el 80 por 100 en Inglate-
rra, donde se pagan á precios bastante elevados; un
15 por 100 se exportan á otras naciones, principal-
mente Francia y Alemania, y el 5 por 100 restante se
consume en el país.
Los productos de la calla de azúcar, cereales, legu-
minosas y árboles frutales se consumen en el país,
elaborándose la primera en las fábricas existentes en
el mismo.
2: En estos territorios no existen verdaderos ríos
son muy escasos los arroyos (le corriente continua
por la gran pendiente que en general presentan los
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cauces y la corta longitud de su recorrido; pero
misma accidentación del terreno, la configuración de
los barrancos por donde las aguas corren y el precio
que éstas y las tierras que riegan adquieren, permi-
ten afirmar que todas ellas son susceptibles de apro-
vechamiento económico.
Las obras necesarias para el objeto, serían sin duda,
por las indicadas razdues, de escaso coste, y consis-
tirían en la construcción de embalses, cuyo gasto, en
el caso más desfavorable, no excedería de 300.000 pe-
setas.
Respecto a los aprovechamientos existentes en la
actualidad, puede decirse que no merecen el nombre
ni de canales ni de pantanos, sino más bien de ace-
quias ó tomaderos en número muy considerable; los
principales están constituidos por los heredamientos
de aguas de la Orotava y Giiimar, Arucas y Telde, y
los embalses más importantes son los de Tabares,
Santos y Talsodio en la capital y los de San Andrés
en Arucas.
El resultado económico de estas empresas, es alta-
mente remunerador por el elevado precio que adquie-
ren las aguas en la provincia.
Hay gran número de proyectos para utilizar aguas
ea el regadío de las tierras. En la isla de -Palma se
trata del aprovechamiento de 310 litros por segundo
de los manantiales de Marcos y Cordero en el tenni-
. no municipal de San Andrés y Sauces; en la Caldera,
de la misma isla, se solicita otro de 500 litros; en
la de Tenerife hay el proyecto de un embalse de
500.000 in.' en el barranco de Talsodio y otro en
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el mismo barranco de 200.000, y otros muchos de
menor interés que fuera prolijo enumerar.
La mayor parte de estos proyectos es de esperar que
logren un éxito satisfactorio si llega á realizarse su
ejecución en bien estudiadas condiciones.
3. En los terrenos de regadío de esta provincia
predomina la arcilla sobre la sílice, excepto en los
del Sur de Tenerife que son silíceo-arcillosos; la cal
existe siempre en muy escasa proporción y el subsue-
lo es por lo general poco permeable.
Los riegos, respecto A la cantidad de agua, requie-
rcn para los plátanos y la calla de azácal de 12 á
14.000 m. 3 por año y hectárea, los tomates, frutales y
hortalizas de 9 A 10.000, las patatas de 6 á 8.000 y
los cereales y leguminosas de 3 á :5.000 m.3
Mientras sean tan productivos los cultivos actua-
les, no será 'con veniínte introducir ninguna reforma
sobre el particular; pero pudieran surgir motivos de
competencia que ocasionasen su depreciación, y ta-
les contingencias aconsejan el estudio inmediato de
nuevas plantas, que, dadas las condiciones naturales
de este archipiélago, prometen resultados positivos,
como son el café, el algodonero, la nuez moscada, el
cacao, la canéla, la vainilla y los diversos árboles que
producen el caucho, como el Artocarpus iutegrifolia y
el Siphonia 6 Revea guyanensá.
Los abonos que al presente se emplean en esta pro-
vincia para las tierras de regadío son: el estiércol de
cuadra en muy corta cantidad y en gran escala los •
abonos químicos, á cuya fabricación se dedican mu-
chos comerciantes, que importan del extranjero lasprimeras materias, vendiéndolosl principalmente en
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las plazas de Santa Cruz de Tenerife y en la de Las
Palmas al precio por término medio de 27 pesetas los
100 kilogramos.
4. Por regla general, la propiedad territorial en
esta provincia está muy dividida, principalmente en
los terrenos de regadío, en los que el promedio de
la extensión de las fincas no pasa de 4 á 5 hectáreas.
Los arrendamientos tienen de duración un plazo
que varía de cinco á diez arios; en las tincas de riego
va incluso en la •renta el valor del agua, y cuando
son de secano, pero susceptibles de ser convertidas en
regadío, los propietarios exigen un precio mucho me-
nor, pero á condición de que al término del contra-
to queden en beneficio de la finca los embalses y de-
más mejoras que el colono haya verificado. También
se estipulan algunos contratos en que el duefio se
compromete á indemnizar al arrendatario de los gas-
tos hechos en tales mejoramientos, con una cantidad
proporcional á las obras que ejecute, fijándose en es-
tos casos la superficie y cabida máxima que han de
tener los embalses y estanques, con arreglo al volumen
de agua aprovechable y á las necesidades de la ex-
plotación.
El lugar donde el agua vendida adquiere mayor
precio en estas islas es Arucas (Gran Canaria). El
caudal disponible en dicho término municipal se di-
vide en veinticuatro partes, que se denominan aza-
das, de las que cada una es la cantidad de agua qu'e
puede manejar un hombre y que basta para el riegode una fanegada, 6 sea 52 áreas y 48 centiáreas. El
término medio que representa una azada de agua es
el de 400 á 500 m.'. Estas aguas se subastan diaria-
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mente, y se han llegado A cotizar este aiio en el es-
tiaje y cuando su caudal no excedía de 250 ni., á 480
pesetas; claro es que este precio es excepcional, pues
co promedio no excederá de 90 pesetas, disponiéndose
de 450 im a en las doce horas.
En los otros parajes regables es muy diverso el va-
lor del agua, y el canon medio que el agricultor sa-
tisface por su uso se puetle estimar en cinco cénti-
mos de peseta el metro cúbico.
El valor adquirido por las producciones de que se ha
hecho mérito ha dado un bienestar á la clase agricul-
tora, que hace innecesaria, por lo común, la obten-
ción de capitales. Los pequeños labradores que no
pueden remitir directamente sus frutos A los merca-
dos europeos suelen firmar un compromiso de venta
con las casas exportadoras, que en caso preciso su-
ministran los abonos y recursos que se necesiten para
el cultivo.
más poblada de estas islas es la Grau Canaria,
que tiene 93 habitantes por kilómetro cuadrado, si-
guiendo la ‹J e Tenerife con 71, La Palma con 58, la
Gomera 41, Lanzarote y el Hierro 24 y Fuerteven-
tura 7,
Las cuatro islas donde hay más regadío son las pri-
meramente citadas, y las labores, cuidados de cultivo
recolección, se hacen siempre á jornal, pagándose
2 pesetas por día tí 50 pesetas al mes. En los puntos
en donde el regadío tiene menos importancia el jornal
es sólo de 1,25 pesetas.
Muy pocos y de malas condiciones son los caminos
rurales de esta provincia, siendo causa principal de
ello lo accidentado del terreno. Exceptuando algunos
— 27l
de esta capital, de la parte Norte de la misma isla y
de Gran Canaria, todos los demás son caminos de
herradura con grandes pendientes y con pasos n lit y
difíciles y peligrosos.
Para facilitar el comercio de frutos eln la Península,
preciso es abaratar los transportes, midiendo ponerse
tomo ejemplo a tal respecto que, mientras el mandar á
Inglaterra un racimo de plátanos cuesta sólo un c)m-
lin, remitirlo á Madrid cuesta Inas de 20 pesetas.
Las reformas económicas que para el adelanto de
la riqueza agraria de este archipiélago conviene rea-
lizar, resultan indicadas en las breves consideraciones
que anteceden. La diierencia de rendimientos entre
las pobrísimas cosechas de secano y las Inny pingues
del regadío dan á esta cuestión primordial inter"
y el empleo de los abonos químicos mediante el estu-
dio analítico de los terrenos en que se emplean y de
las materias que los constituyen puede conducir
grandes progresos, capaces únicamente de llevarse á
cabo por la difusión de los conocimientos agronómicos.
Y hiel) merecen tales atenciones unas islas que por
su situación y por la especialidad; de su clima son
frecuentemente visitadas por multitud de extranje-
reS, que admiran, al par que esas condiciones natu-
rales, el descuido y abandono en que se tienen esta-
blecimientos tan notables como el Jardín de la Oro-
tuya.