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“Entonces entré en casa y escribí, es medianoche. La lluvia azota los cristales. No era medianoche. No llovía” (Samuel Beckett, final de Mohlloy) BAÑOS Ecuanimidad resultante del trato continuado con una sensación de absurdo esencial bajo todo. Quién no recuerda la estupefacción en la cara de un niño (quizá, uno mismo en otro tiempo), testigo imponente de acontecimientos desorbitantes. Y cómo la estupefacción primera se hace instinto y va construyendo el carácter: “todo me interesa y no me interesa nada” –entre la pena y el sarcasmo, su propia voz participando de esa indefinición que por momentos se hunde, una vez más, hacia el BLANCO. BLANCOS Blanco, objeto lejano hacia el cual apuntamos. Blanco, caldo unificador de las apariciones. Blanco, luz que inunda y oculta todas las pruebas Blanco, ebriedad de la materia. Blanco, monocromía mínima. Blanco, dulce cobertura para tragarse el miedo. Blanco, haba en la boca de los niños. Blanco, calcinado de las figuras de Pompeya. Blanco, estaño que cierra el circuito de un aparato. Blanco, tiniebla clara. Blanco, diente de leche. Blanco, anonimato del chiste y del sacrilegio. Blanco, marfil sin mengua.

De Baños a Soñab Entonces Entré en Casa y Escribí

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Estudio critico/poético del pintor Juan Antonio Baños y de la relación de su universo creativo con las imágenes oníricas y los lenguajes inconscientes

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“Entonces entré en casa y escribí, es medianoche.

La lluvia azota los cristales. No era medianoche. No llovía”

(Samuel Beckett, final de Mohlloy)

BAÑOS

Ecuanimidad resultante del trato continuado con una sensación de absurdo esencial bajo todo. Quién no recuerda la estupefacción en la cara de un niño (quizá, uno mismo en otro tiempo), testigo imponente de acontecimientos desorbitantes. Y cómo la estupefacción primera se hace instinto y va construyendo el carácter: “todo me interesa y no me interesa nada” –entre la pena y el sarcasmo, su propia voz participando de esa indefinición que por momentos se hunde, una vez más, hacia el BLANCO. 

BLANCOS

Blanco, objeto lejano hacia el cual apuntamos.

Blanco, caldo unificador de las apariciones.

Blanco, luz que inunda y oculta todas las pruebas

Blanco, ebriedad de la materia.

Blanco, monocromía mínima.

Blanco, dulce cobertura para tragarse el miedo.

Blanco, haba en la boca de los niños.

Blanco, calcinado de las figuras de Pompeya.

Blanco, estaño que cierra el circuito de un aparato.

Blanco, tiniebla clara.

Blanco, diente de leche.

Blanco, anonimato del chiste y del sacrilegio.

Blanco, marfil sin mengua.

Blanco, mediador entre la piedra y el tacto.

Blanco, untuoso del semen.

Blanco, ángel bajo tres palmeras.

Blanco, absorbente.

Blanco, nutriente.

Blanco, sudario.

Blanco, que asegura los cierres

Blanco, más pesado que las raíces

Blanco, en las encías de los lobos

Blanco, espesa distancia entre los vientres de dos amantes.

Blanco, madre

Espacio en blanco..., el vacío

El vacío es el mal.

CUADRO VIVO

Puesta en escena del pasado. Las viejas fotografías como memoria paralela y diferente al recuerdo, evocando situaciones que nunca tuvieron lugar y sin embargo tan verídicas. Siempre las mismas fotos, separándose de sus modelos, dando cuerpo a personajes nuevos a partir de las transformaciones que van sufriendo de cuadro en cuadro, como talismanes que extraen su fuerza de su uso. Y alrededor de cada una, generar un aislante vacío blanco que las muestre como cosa en sí. De entre todas, la foto de su madre-niña(aquella de Barthes) por la que se accede, como en el icono de la Portatisa (“la portera del cielo”) a un universo completo. Teatro de la memoria, sus esculturas, como las víctimas del Vesubio sorprendidas en instantáneas tridimensionales del asombro, teatralizan momentos que se sostienen en la repetición. Louis Bourgueois decía que para que algo fuera afectivamente real debía repetirse lo suficiente. Cada cosa en su compartimento, en su atrio, nunca del todo cerrado: cena de cenizas, de sombras, de sellos y vestigios..., luz de lo trivial. Cine

MELANCOLÍA

Humor Negro.

MEMORIA

La memoria es solo una modalidad de la imaginación que vincula situaciones completas a imágenes por medio de emociones que hacen posible su impresión en forma de huella. Recordar es como repisar sobre esas huellas alterándolas por completo. Más recuerdo más invento. Recordar es el poder de recrear los hechos a la medida. Recordar: imaginar hacia atrás. Cambiar el pasado, que es como

cambiarlo todo. Dar expresión a los recuerdos es como contar un sueño, inevitablemente se fuerzan los argumentos.

MOTOR

Todo Movimiento hace un ruido. Un ruido atroz aunque leve. Ruido que se obstina en nuestras mentes como el olor premonitorio a gato morío. Ronroneo tan igual al del silencio que delata lo siniestro haciendo contorsiones ridículas en las sombras. Juan Antonio pone motores a sus autómatas congelándolos en ciclos de rara belleza. Pero no sólo los motores vivifican estos simulacros, también las mutilaciones y los cambios de escala suscitan en la imaginación un deseo de completar y equilibrar a costa de la propia energía. Por último, el movimiento puede surgir del contraste con lo “amorcillado” de ciertas momias que se resisten a la magia del pincel (momia: mum, en persa:”cera”).Comodidad inmensa de la cera.

OBJETO

Camas, carritos, planchas..., la energía que impregna los objetos usados-la tragedia como elemento imprimatorio de esa energía. Energía que el Arte canaliza desde la materia misma de sus préstamos: “La imaginación necesita transformar para conocer”

OTROS

El perro de Goya olisqueando el vacío, pintura para ver con los ojos cerrados

La luz de Kubin

Sainetes cómicos de Boltansky

Suntuosos escombros de Tombly

Marcas sobre el pupitre de Tadeus Cantor

Kafka

PINTURA

La pintura ofrece la ocasión de transformar en desconocido lo más familiar. De dar una segunda opurtunidad al conocimiento por el asombro ante lo que parece ahora irreconocible. Desinterés del pintor por la pintura: estrategia segura para revisar la vida en un transcurrir más tolerable. Retraso en todo, siempre llegando tarde por esa inmovilidad, por esa tristeza... Valerse de la pintura para retrasar el propio tiempo y alcanzar a ver el acontecimiento. Actos suspendidos para poder gozarlos. El cuadro como jaula de grillos. Aislante que atrapa la vida para escuchar su canción, para observarla, para someterla a la dulce tiranía del amante de los grillos. Techos, paredes y suelo como coordenadas de la visibilidad. Cárcel, cerco: Ritos y estremecimientos del mándala. El taller es, más que nada, la creación de un clima de permisibilidad.

SEXO

La alusión al sexo siempre tiene ese tono de irreverencia que permite mirar cara a cara al horror. Para vencer su timidez, Dalí se imaginaba a aquellas personas que le impresionaban con una moñiga en forma de búho sobre la cabeza. Eso bastaba para enfrentar la mirada y recuperar el ánimo. Sólo el erotismo resiste el rostro de lo sagrado, la delicada sensualidad de las vírgenes y los santos tras los escaparates de altares. Y, entre tanto, el despertar eternamente suspenso de la sexualidad del niño.

SOLECISMO

Expresarse incorrectamente. Decir una cosa distinta de lo que se dice, no por disimulo, sino por una especie de fiereza o agonía que repele toda convención. Lo que son las cosas es distinto, e incluso contrario, a lo que parecen ser. Por ejemplo el pesimismo y la desesperanza son expresados con tanta desnudez, y al mismo tiempo, con tanta cortesía que pasan desapercibidos. Imágenes de un Apoca1lípsis descarnado pueden permanecer colgadas en una sala de estar sin producir otro temblor que el gozo que nos procura su elegante estabilidad. Hacer como sí, como para detener la catástrofe que se intuye bajo cada cosa. Es necesario repetir los mismos gestos que hasta ahora nos mantuvieron al margen de la parálisis ( la escena, mil veces repetida, de Peter Pan...los brazos atados a la espalda excitando la furia de un cocodrilo hambriento; escena mil veces obligados a mirar por una suerte de vértigo paralizante). A veces me digo –dice Beckett- “Clov, es preciso que llegues a sufrir más aún, si quieres que se cansen de castigarte”. Sufrir diariamente me salva del insoportable sufrimiento que me viene acechando. Mejor no saber demasiado.

SOÑAB:

En sueños parece que aceptamos con naturalidad la independencia de los hechos. La impotencia de lo moral o de lo justo frente a lo inexorable. Procede del soñar lo entrecortado. La manera en que los diferentes planos de una imagen se relacionan dinamizando lo fijo, hostigando fugas y alineamientos. Sueño y pintura seccionan con esa misma impasibilidad de la línea recta. A veces, en un intento de no apoyarse en la fotografía que siempre añade verdad, se recurre al modo del sueño con su hipervisualidad de una luz inapreciable, con su ausencia absoluta de vestigios para la recreación desde el modo del despierto. Soñar da la pauta al Arte como sintetizador fantástico. En su onirismo, Juan Antonio es realista. Soñar da fe de un imaginario libre que se perpetua en la vigilia a pesar de que la consciencia parece acaparara el campo de lo real. Soñar no es otra vida, es la vida. Cada cosa puede ser adecuadamente detenida y abierta hacia una dimensión que nos traslade a su sueño. Es la vigilia la que precisa ser interpretada en sueños.

Noches en BLANCO por un miedo atávico a la oscuridad. Es posible fingir toda una estética, como expresar una creencia sin creer o el amor sin amar.

BAÑOS – SOÑAB señala la reversibilidad de los sentidos. También el soñar es amuleto, siempre presente al otro lado del propio nombre: antipoética de Baños. Si miráis detrás del blanco, madre-que-tapa, BAÑOS es SOÑAB.

VICTOR BORREGO