7
COMUNICACIÓN Nº 222 • Junio • 2008 Capital Humano 112 S in poner en cuestión que vivamos en la Sociedad de la Tecnología o de la Informática, hay todavía quien frunce el ceño al oír hablar de la Sociedad de la Información, y aún más si se habla de la Sociedad del Conocimiento: ni encontramos siempre todo lo que buscamos, ni al encon- trarlo lo traducimos bien a conocimiento sólido. Sí parece a veces más cierto que vivamos en la Sociedad de las Relaciones Virtuales, y es verdad que las denominadas redes sociales están adquiriendo una dimen- sión muy significativa: se apunta al Software Social como algo revolucionario. Pero, a pesar de posibles reservas, sí que debemos tomar conciencia de la emergente economía del conocimiento y la innovación. REFLEXIONES INICIALES Hemos leído que Redtel, una Asociación (percibida como lobby) de Operadores de Telecomunicaciones (Telefónica, Orange, Vodafone y Ono), nace, según su presidente, el ingeniero, financiero y bodeguero Miguel Ángel Canalejo, con la intención de situar España a la cabeza de la Sociedad de la In- formación; pero temo que quizá se refiere, sobre todo, a la Sociedad de la Comunica- ción o de la Telecomunicación. En realidad y apuntando a la economía emergente, lo que caracteriza a ésta es el conocimiento y la innovación, y, en suma, surgen aquí varias etiquetas (información, conocimiento, comu- nicación, innovación…) que no deberíamos fundir ni confundir. Habrá quien piense que éste –situar España a la cabeza de la Sociedad de la Informa- ción– puede ser un objetivo muy ambicioso (incluso para el Gobierno y a pesar de los planes desplegados), y que los empresarios Autor: ENEBRAL FERNÁNDEZ, José. Título: De la Sociedad de la Información a la Economía del Conocimiento. Fuente: Capital Humano, nº 222, pág. 112. Junio, 2008. Resumen: Quien utilice las fórmulas “Sociedad de la Información” y “Sociedad del Conocimiento” de forma sinónima no lo hace de forma correcta. José Enebral Fernández demuestra con ejemplos y situaciones concretas a lo largo del artículo la diferencia entre información y conocimiento en una era protagonizada por la tecnología. La tesis de Enebral que desemboca en la necesidad presente de convertir en conocimiento valioso y aplicable la información disponible. Ese es, según el articulista, el reto de las empresas y de la sociedad en general para el futuro más inmediato. Descriptores: Información / Tecnología / Conocimiento. F ICHA TÉCNICA De la Sociedad de la Información a la Economía del Conocimiento La consecución de objetivos de productividad y competitividad nos obliga a reflexionar sobre nuestra visión de la Sociedad de la Información y el Conocimiento. En cada jornada de trabajo, muchos de nosotros pasamos varias horas ante el ordenador, pero no es seguro que, cuando la buscamos, accedamos a la información idó- nea que permita generar nuevo saber valioso y aplicable en nuestro desempeño profesional; sin embargo, el acierto en las decisiones y actuaciones demanda cada día mayor dosis de conocimiento. JOSÉ ENEBRAL FERNÁNDEZ, director de marketing de Nanfor Ibérica [email protected] 112_a_Enebral_222.indd 112 112_a_Enebral_222.indd 112 23-may-2008 14:52:13 23-may-2008 14:52:13

De la Sociedad de la Información Economía del Conocimientopdfs.wke.es/1/4/3/2/pd0000021432.pdf · in poner en cuestión que vivamos en la Sociedad de la Tecnología o de la Informática,

  • Upload
    others

  • View
    1

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: De la Sociedad de la Información Economía del Conocimientopdfs.wke.es/1/4/3/2/pd0000021432.pdf · in poner en cuestión que vivamos en la Sociedad de la Tecnología o de la Informática,

COMUNICACIÓN

Nº 222 • Junio • 2008Capital Humano 112

Sin poner en cuestión que vivamos en la Sociedad de la Tecnología o de la Informática, hay todavía quien frunce

el ceño al oír hablar de la Sociedad de la Información, y aún más si se habla de la Sociedad del Conocimiento: ni encontramos siempre todo lo que buscamos, ni al encon-trarlo lo traducimos bien a conocimiento sólido. Sí parece a veces más cierto que vivamos en la Sociedad de las Relaciones Virtuales, y es verdad que las denominadas redes sociales están adquiriendo una dimen-

sión muy significativa: se apunta al Software Social como algo revolucionario. Pero, a pesar de posibles reservas, sí que debemos tomar conciencia de la emergente economía del conocimiento y la innovación.

REFLEXIONES INICIALES

Hemos leído que Redtel, una Asociación (percibida como lobby) de Operadores de Telecomunicaciones (Telefónica, Orange, Vodafone y Ono), nace, según su presidente, el ingeniero, financiero y bodeguero Miguel Ángel Canalejo, con la intención de situar España a la cabeza de la Sociedad de la In-formación; pero temo que quizá se refiere, sobre todo, a la Sociedad de la Comunica-ción o de la Telecomunicación. En realidad y apuntando a la economía emergente, lo que caracteriza a ésta es el conocimiento y la innovación, y, en suma, surgen aquí varias etiquetas (información, conocimiento, comu-nicación, innovación…) que no deberíamos fundir ni confundir.

Habrá quien piense que éste –situar España a la cabeza de la Sociedad de la Informa-ción– puede ser un objetivo muy ambicioso (incluso para el Gobierno y a pesar de los planes desplegados), y que los empresarios

Autor: ENEBRAL FERNÁNDEZ, José.

Título: De la Sociedad de la Información a la Economía del Conocimiento.

Fuente: Capital Humano, nº 222, pág. 112. Junio, 2008.

Resumen: Quien utilice las fórmulas “Sociedad de la Información” y “Sociedad del Conocimiento” de forma sinónima no lo hace de forma correcta. José Enebral Fernández demuestra con ejemplos y situaciones concretas a lo largo del artículo la diferencia entre información y conocimiento en una era protagonizada por la tecnología. La tesis de Enebral que desemboca en la necesidad presente de convertir en conocimiento valioso y aplicable la información disponible. Ese es, según el articulista, el reto de las empresas y de la sociedad en general para el futuro más inmediato.

Descriptores: Información / Tecnología / Conocimiento.

FICHA TÉCNICA

De la Sociedad de la Información a la Economía del Conocimiento

La consecución de objetivos de productividad y competitividad nos obliga a reflexionar sobre nuestra visión de la Sociedad de la Información y el Conocimiento. En cada jornada de trabajo, muchos de nosotros pasamos varias horas ante el ordenador, pero no es seguro que, cuando la buscamos, accedamos a la información idó-nea que permita generar nuevo saber valioso y aplicable en nuestro desempeño profesional; sin embargo, el acierto en las decisiones y actuaciones demanda cada día mayor dosis de conocimiento.

JOSÉ ENEBRAL FERNÁNDEZ, director de marketing de Nanfor Ibérica [email protected]

112_a_Enebral_222.indd 112112_a_Enebral_222.indd 112 23-may-2008 14:52:1323-may-2008 14:52:13

Page 2: De la Sociedad de la Información Economía del Conocimientopdfs.wke.es/1/4/3/2/pd0000021432.pdf · in poner en cuestión que vivamos en la Sociedad de la Tecnología o de la Informática,

Nº 222 • Junio • 2008 113 Capital Humano

se suelen asociar para defender sus nego-cios e intereses; lo cierto es que algo se ha de hacer para avanzar en productividad y competitividad, y sin duda se precisa una sinergia de esfuerzos. En verdad, España debe estar entre los países más avanzados en tecnologías de la información y la comu-nicación, pero también depende todo de có-mo interpretemos la idea de Sociedad de la Información, porque quizá la interpretamos a menudo como “Sociedad de la Informática y la Telecomunicación”.

Creo que fue el 13 de abril de 1999 –hace casi nueve años– cuando fui invitado a un Simposio bajo el lema de “La Sociedad de la Información para todos”, y, aunque hubo algún ponente que, sin entrar demasiado en la evolución de la economía, dijo que había-mos pasado de la “sociedad de consumo” a la “sociedad de consumo de información”, en general el protagonismo de la jornada recayó sobre el acceso a Internet y las re-des de telecomunicación. El propio Miguel Ángel Canalejo, presidente entonces de Al-catel España, intervino en una de las mesas redondas. De aquel día, lo que más recuer-do, sin embargo, fue la intervención final del filósofo José Antonio Marina, que vino a recordarnos que la información reside en

soportes y el conocimiento en las personas, una vez que éstas otorgan –otorgamos– el debido significado a los significantes.

Más recientemente, en mayo de 2005, asistí a otro evento convocado desde el ámbito político, bajo el buzzword “Sociedad de la Información”. La jornada se denominaba “El desarrollo de la Sociedad de la Información y del Conocimiento: una apuesta de progre-so para la Unión Europea”. Me pareció, en efecto, que la información no era ya prin-cipalmente vista como algo a consumir, si-no como materia prima fundamental en la economía del conocimiento; como materia prima de la que extraemos el ansiado saber, para convenientemente aplicarlo en benefi-cio de la prosperidad.

La Informática y la Telecomunicación resultan inexcusables, pero al conocimiento valioso y aplicable se llega desde una información rigu-rosa e idónea a la que podamos acceder con facilidad. Es cierto que manejamos mucha

Ante posibles deficiencias en la información a que

accedemos, y para asegurar la solidez del aprendizaje,

debemos activar nuestro pensamiento crítico

112_a_Enebral_222.indd 113112_a_Enebral_222.indd 113 23-may-2008 14:52:1523-may-2008 14:52:15

Page 3: De la Sociedad de la Información Economía del Conocimientopdfs.wke.es/1/4/3/2/pd0000021432.pdf · in poner en cuestión que vivamos en la Sociedad de la Tecnología o de la Informática,

Nº 222 • Junio • 2008Capital Humano 114

información en las empresas; es mucha, pero quizá no es siempre suficiente e idónea, ni es suficientemente rigurosa y sencilla de traducir a conocimiento valioso y aplicable. Podemos estar haciendo erróneos aprehendizajes y fal-sos aprendizajes, y quizá equivocándonos en las decisiones, porque la información no esté alcanzando la debida calidad, ni la evaluemos debidamente. Podemos disponer de buenas redes y buenos soportes, pero, en algún caso, de información deficiente.

MANEJANDO INFORMACIÓN

Les comentaré una experiencia propia anec-dótica. Compré en unos grandes almacenes un humidificador de agua fría y comenté a la señorita que me atendió que no había tenido nunca uno (había utilizado los de agua ca-liente). “No se preocupe: viene una hoja de instrucciones”, me dijo. Pues créanme que, aun siendo ingeniero, fui incapaz de seguir las instrucciones de la hoja y, cuando ya ha-bía decidido volver a los almacenes, acabé haciéndolo funcionar aplicando mi intuición o conjetura… Algo parecido me solía pasar al intentar sintonizar televisores…, claro que también puede tener razón mi mujer, y que yo sea algo tarugo a veces.

Pero tampoco la información que maneja-mos en las empresas tiene siempre el signi-ficado que aparenta, ni podemos creernos todo lo que leemos en los medios impresos

o electrónicos. Es verdad que cada uno de nosotros percibe las realidades a su manera, en función de sus creencias, sentimientos, valores, inquietudes y deseos; pero es que también podemos vernos ante información incompleta, confusa, manipulada o inexacta. Así, si sumamos la posible falta de calidad en la información con la tendencia del cerebro (por sus muchos “filtros”) a engañarnos, el resultado podría ser poco fiable.

Obsérvese que, admitida la necesidad del aprendizaje permanente en la vida profesio-nal, las universidades han venido desarrollan-do la idea de la alfabetización informacional (“alfin”), de modo que los alumnos aprendan a manejarse bien con la información: acceso, consulta, aprendizaje, integración y aplica-ción. Ya en el mundo empresarial, habría de hablarse de destreza –y aun excelencia– in-formacional; sin duda, una buena gestión de la información y del conocimiento resulta inexcusable en las empresas del saber.

Hace pocas semanas oí decir a Roberto Cen-cioni (Comisión Europea / DG Information Society and Media) que quienes trabajamos con la información como materia prima dedi-camos unas 27 horas a la semana buscando y analizando información, y perdemos tres y media porque no la encontramos; yo me siento parte de ese colectivo, pero temo per-der más tiempo… Claro que a veces hago descubrimientos “serendipitosos” (casuales): encuentro cosas muy interesantes, aunque no respondan a mis patrones de búsqueda.

Se ha puesto mucho énfasis en la alfabetiza-ción digital y no tanto en la informacional, pero la empresa del saber ha de ser excelente no sólo en la información que atesora y en su acceso a la existente en el exterior, sino en su explotación, es decir, en su traducción ri-gurosa a conocimiento sólido y aplicable. En esta traducción, el individuo ha de desplegar su pensamiento crítico ante la información disponible, que puede ser rigurosa y asertiva, pero debemos asegurarnos.

En un libro reciente, Eduardo Punset nos dice: “Probablemente, el gran salto evolu-tivo entre los homínidos se produjo el día en que uno de aquellos seres fue capaz de intuir lo que estaba cavilando otro miembro de su grupo. Saber lo que estaba pensan-do su interlocutor le permitió ayudarlo… o manipularlo. Esta tendencia a convencer a los demás de nuestras propias opiniones o a

112_a_Enebral_222.indd 114112_a_Enebral_222.indd 114 23-may-2008 14:52:1623-may-2008 14:52:16

Page 4: De la Sociedad de la Información Economía del Conocimientopdfs.wke.es/1/4/3/2/pd0000021432.pdf · in poner en cuestión que vivamos en la Sociedad de la Tecnología o de la Informática,

CUMPLIMENTE ESTE BOLETÍN Y ENVÍENOSLO POR FAX O CORREO.

Sí, deseo recibir información, sin compromiso, para participar como expositor en el 2º Salón Capital Humano Edició Catalunya.

Nombre .....................................................................................................Cargo .......................................................................

Empresa .......................................................................................................................................................................................

E-mail ..........................................................................................................Tfno. .......................................................................

Calle o Plaza ............................................................................................................... Localidad .............................................

Provincia ......................................................................................................................C.P. ........................................................

MÁS INFORMACIÓN: 91556 64 11 tel • 91 555 41 18 fax Orense, 16. 28020 MADRIDwww.saloncapitalhumano.com

Queremos AGRADECER a nuestros Ponentes, Visitantes y Expositores su participación en el Salón Especial Directivos 2008 de Madrid

OS ESPERAMOS en la Segunda Edición del Salón Capital Humano de Barcelona.

4 y 5 de Noviembre de 2008Palau de Congresos de Barcelona. Av. Diagonal, 661-671

112_a_Enebral_222.indd 115112_a_Enebral_222.indd 115 23-may-2008 14:52:1623-may-2008 14:52:16

Page 5: De la Sociedad de la Información Economía del Conocimientopdfs.wke.es/1/4/3/2/pd0000021432.pdf · in poner en cuestión que vivamos en la Sociedad de la Tecnología o de la Informática,

Nº 222 • Junio • 2008Capital Humano 116

intentar manipularlos parece no haberse in-terrumpido desde entonces”. Punset destaca por ello la necesidad del pensamiento crítico en todos nosotros, es decir, del pensamiento reflexivo y penetrante, esmerado e indaga-dor, riguroso e independiente, que busca la verdad: algo que resulta imprescindible para asegurar la conversión de la información dis-ponible a conocimiento valioso.

EL TRABAJADOR DEL CONOCIMIENTO

El nuevo trabajador del conocimiento pre-cisa, desde luego, buena dosis de “destre-za informacional”…; pero recordemos de forma rápida cómo dibujaba Peter Drucker su perfil:

• Visible grado de desarrollo personal y profesional.

• Destreza digital e informacional.

• Autonomía en el desempeño y en el aprendizaje permanente.

• Capacidad creativa y actitud innovadora.

• Lealtad a la profesión y calidad en el tra-bajo.

Este trabajador constituye, por todo ello, un valioso activo para la recta economía del sa-ber; pero déjenme recordar asimismo que el trabajador manual no queda necesariamente fuera de este perfil, porque hay trabajos ma-nuales que demandan gran dosis de conoci-miento, sin necesidad de recurrir al ejemplo del dentista o el cirujano. Todos los trabajos son necesarios en la sociedad, y la mayoría de ellos precisan una especialización que debe actualizarse periódicamente, sin contar con la probable asunción de nuevos cometidos y responsabilidades por los trabajadores. Tam-poco identifiquemos al trabajador del saber con su origen universitario: casi todos hemos de aprender continuamente y manejar por consiguiente idónea información.

Vale la pena extenderse en el segundo ras-go señalado: la destreza manejando infor-mación. Hace algo más de quince años, se empezó a hablar de manera separada de dos

conceptos relacionados con la Sociedad de la Información: en las empresas, de la gestión del conocimiento; y en las universidades, de la suficiencia o destreza informacional. El pri-mero (knowledge management) parecía su-poner una especie de reingeniería conceptual de los tradicionales sistemas de gestión de la información en las empresas, atendiendo con mayor cuidado a la información técnica, funcional y relacional de la actividad empre-sarial: el know what, el know how, el knowwhy, el know who… El segundo (informa-tion literacy) surgía entre documentalistas y en algunas universidades, en sintonía con la creciente preocupación por el aprendizaje permanente (self directed lifelong learning).La idea de suficiencia informacional –hoy, en la empresa y como decíamos, hay que hablar de excelencia– apuntaba ya enton-ces al acceso, uso y aprovechamiento de la creciente información disponible, aunque todavía no utilizábamos Internet.

Desde aquellos años 90, por una parte el avance de la gestión del conocimiento en las empresas no ha sido siempre satisfactorio (a pesar de las potentes herramientas disponi-bles), y por otra, la información ha seguido multiplicándose sensiblemente y poniéndo-se a nuestra disposición a través de las TIC. Hoy, aquellos conceptos –gestión del cono-cimiento y destreza informacional (informa-tion fluency)– se han aproximado muy visi-blemente entre sí en el mundo empresarial, para entrar en sinergia con las emergentes figuras del nuevo directivo y el nuevo tra-bajador, también muy especialmente con la idea del aprendizaje permanente, y desde luego con la necesidad de innovar; en defi-nitiva, con la evolución de la economía.

En las organizaciones, la destreza en el uso y aprovechamiento de la información in-terna y externa accesible parece más que necesaria, aunque no siempre la poseemos en el grado preciso. Quizá las nuevas ge-neraciones salgan de las universidades con sólida preparación para el aprendizaje per-manente, pero las empresas ya necesitan hoy mayor dosis de conocimiento, para mejor encarar sus retos de productividad y competitividad en la nueva economía. El concepto de excelencia empresarial ha evolucionado con las nuevas realidades, y no parece cuestionarse que debamos ser asimismo excelentes en la traducción de información a conocimiento, y en el flujo

La Economía del Conocimiento y la Innovación demanda

profesionales que sean aprendedores permanentes y que

con su competitividad individual contribuyan a la colectiva

112_a_Enebral_222.indd 116112_a_Enebral_222.indd 116 23-may-2008 14:52:1723-may-2008 14:52:17

Page 6: De la Sociedad de la Información Economía del Conocimientopdfs.wke.es/1/4/3/2/pd0000021432.pdf · in poner en cuestión que vivamos en la Sociedad de la Tecnología o de la Informática,

Nº 222 • Junio • 2008 117 Capital Humano

de éste en las empresas. Todo apunta cier-tamente a la necesidad de que mejoremos nuestra competencia informacional.

(Curiosamente, en un libro reciente el editor cambió mi expresión “competencias informa-cionales” por la de “competencias informati-vas” y me encontré con esa sorpresa. Lo cierto es que los expertos hablan de alfabetización informacional –“alfin”– y yo me he adherido al adjetivo aunque haya elegido otros sustan-tivos. En vez de hablar de alfabetización o suficiencia, en la empresa prefiero hablar de excelencia, competencia o destreza).

EL APRENDIZAJE PERMANENTE

Al hablar de información y de destreza en su manejo, hemos de aludir al concepto de aprendizaje permanente (lifelong learning),otra característica clave en el perfil del tra-bajador de que hablamos. En efecto, todos hemos de atender al continuo desarrollo de nuestro perfil profesional. Aquí hemos de recordar que el avance tecnológico en la In-formática y la Telecomunicación trajo, en la década anterior, el concepto de e-learning,es decir, de aprendizaje on line. Parecía que los cursos on line venían a sustituir en las empresas a los más costosos cursos en au-la, y hace casi unos diez años las grandes corporaciones desplegaban sus plataformas –campus virtuales– de e-learning.

Por entonces, parecía ponerse más énfasis en la tecnología que en la propia información didáctica que el usuario debía traducir a co-nocimiento y conducta, y de hecho, en 2004, un estudio de Santillana Formación destapa-ba la insatisfacción de los usuarios con los contenidos ofrecidos en la formación on line.Un año después, los aprendizajes producidos eran considerados poco significativos por representantes de la Fundación Tripartita para la Formación en el Empleo. Todavía en 2007, observé que algún importante provee-dor de e-learning seguía poniendo el énfasis en la tecnología como medio para mejorar los resultados del aprendizaje, y lo hacía sin mencionar la información contenida en los cursos, cuyo potencial didáctico ha de ase-gurarse debidamente.

No cabe subestimar la importancia del so-porte tecnológico en la carga multimedia de los cursos y en su interactividad, pero yo insistiría aquí en que el conocimiento viene

de la información ofrecida, y se consolida en el cerebro del alumno. La Informática y la Telecomunicación hacen su trabajo de for-ma ventajosa, pero inexcusable resulta tan-to la labor del experto docente generando información didáctica, como la del alumno traduciéndola debidamente a conocimien-to aplicable, y aun elaborando conexiones, inferencias y abstracciones útiles (el mejor aprendedor también es creativo).

El lector puede haber tenido alguna expe-riencia de e-learning, incluso con material in-teractivo y multimedia. Yo me he encontrado con oportunos e inteligentes diálogos usua-rio-ordenador, pero también con informa-ción irrelevante y preguntas confusas que me hacían perder la confianza en el contenido del curso. Hay proveedores de e-learning que parecen seguir relativizando la importancia de los contenidos en favor de la tecnología, pero hay igualmente otros muchos dispues-tos, con sus productos y servicios, a catalizar el aprendizaje de los usuarios, a satisfacer sus expectativas.

112_a_Enebral_222.indd 117112_a_Enebral_222.indd 117 23-may-2008 14:52:1723-may-2008 14:52:17

Page 7: De la Sociedad de la Información Economía del Conocimientopdfs.wke.es/1/4/3/2/pd0000021432.pdf · in poner en cuestión que vivamos en la Sociedad de la Tecnología o de la Informática,

Nº 222 • Junio • 2008Capital Humano 118

Ciertamente hay que hablar más de apren-dizaje que de formación, e incluso de habili-dades de aprendizaje, que tan necesarias nos resultan. Entre estas habilidades y fortalezas para el aprendizaje, e insistiendo en que el trabajador del saber protagoniza el proceso, figura el pensamiento crítico y otras habilida-des cognitivas, pero también elementos in-trapersonales como la tenacidad, la intuición o la serendipidad (sagacidad al hacer descu-brimientos casuales). El profesional experto y aprendedor permanente sabe obtener el máximo provecho de la información a que accede, y no se deja confundir.

LA INNOVACIÓN

Más allá de la mera renovación tecnológica, la innovación caracteriza de modo especial a la economía emergente, y hay que señalar que supone la ampliación o modificación de los campos del saber: algo que resulta difícil de conseguir sin dominar dichos campos. En efecto, la penicilina y las vacunas vinieron a ampliar el campo de la medicina, el ferrocarril y la aviación constituyeron en su momento un medio adicional y ventajoso de transporte, la telefonía supuso hace más de un siglo un medio más de comunicación, como asimismo lo supuso Internet en la década pasada.

A veces la ampliación de un campo se origina fuera de éste, y así podemos decir que la ci-rugía se benefició de la tecnología láser, que el envasado se reconcibió con la llegada del plástico y otros avances, que la mecánica se benefició de la electricidad y la electrónica…, y que, en general, los campos del saber se tocan, se solapan, o al menos se relacionan en su contenido, en sus herramientas, etcé-tera. Es, si aceptamos verlo así, la esencia sistémica del mundo, como sistémico es el ser humano en su anatomía y sus recursos.

En ocasiones, algunas novedades vienen a modificar los campos del conocimiento y desplazan soluciones anteriores. La aspirina vino a desplazar al salicilato, la luz eléctri-ca a la de petróleo o gas, los colchones de muelles a los de lana, y luego los de látex a aquéllos… También podemos recordar có-mo, casi 20 siglos después de Aristarco, la visión heliocéntrica del mundo se impuso so-bre la equivocada cosmovisión geocéntrica; y es que a veces las novedades tienen dificul-tades para imponerse. Hemos de agradecer el avance de la astronomía a personajes que,

como Copérnico, Brahe, Kepler o Galileo, se caracterizaron por el pensamiento crítico a que aludíamos y por su afán de saber más.

Algunas innovaciones fueron fruto de la ca-sualidad, aunque para ello se precisaran men-tes receptivas y sagaces, dispuestas a ofrecer a la sociedad nuevas soluciones. Es el caso del estetoscopio, el pegamento de cianoacrilato, el velcro, la sucralosa, el Walkman de Sony, el horno de microondas, etc. De modo que, como sabe bien el lector y yo quería destacar en estos párrafos, el concepto de innovación sobrepasa ampliamente el mero avance de las tecnologías de la información y la comu-nicación (renovación tecnológica).

CONCLUSIÓN

A pesar del protagonismo que adquiere la tecnología (TIC) en nuestros días, hemos de verla, en efecto y si el lector asiente, como un medio; como un medio para comunicarnos y para acceder a la información que precisa-mos. A partir de ahí, se trata de generar cono-cimiento que nos permita desarrollar nuestra profesión en la economía del siglo XXI.

Ante posibles deficiencias en la información a que accedemos, y para asegurar la solidez del aprendizaje, hemos de activar nuestro pensamiento crítico. Además, para obtener máximo aprovechamiento del conocimiento sólido adquirido, hemos de desplegar tam-bién las conexiones, analogías, inferencias y abstracciones que, bien orientadas, catalizan la deseable innovación en procesos, produc-tos y servicios.

Como álter ego de la Sociedad de la Informa-ción, la denominada “Economía del Conoci-miento y la Innovación” demanda profesio-nales que sean aprendedores permanentes y que, con su competitividad individual, contri-buyan a la colectiva. Tenemos que desarrollar todas nuestras facultades y fortalezas de seres humanos, y aquí hemos subrayado la nece-sidad de convertir en conocimiento valioso y aplicable la información disponible. Pero, si un hiato hay entre el conocimiento y la infor-mación, como lo hay entre ésta y la tecno-logía, también encontramos hiatos entre el conocimiento y el alto rendimiento, y entre el conocimiento y la innovación. Mejorar nues-tra productividad y competitividad pasaría, sin descartar otros retos, por resolver bien estos cuatro hiatos en cada empresa.

112_a_Enebral_222.indd 118112_a_Enebral_222.indd 118 23-may-2008 14:52:1723-may-2008 14:52:17